La educación ambiental en la educación técnica y profesional

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U nesco- P N U M A Programa Internacional de Educación Ambiental Serie Educación Ambiental 24 LA EDUCACION AMBIENTAL EN LA EDUCACION TECNICA Y PROFESIONAL Sven Grabe um Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe OREALC 1

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Unesco- P N U MA Programa Internacional de Educación Ambiental

Transcript of La educación ambiental en la educación técnica y profesional

U nesco- P N U M A Programa Internacional de Educación Ambiental

Serie Educación Ambiental 24

LA EDUCACION AMBIENTAL EN LA EDUCACION TECNICA Y PROFESIONAL

Sven Grabe

u m Oficina Regional

de Educación para América Latina

y el Caribe

OREALC

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Las opiniones expresadas en esta publicación no coin- ciden necesariamente con algún punto de vista oficial de Unesco. Las designaciones empleadas y la presen- tación de este material no implican la expresión de al- guna opinión, cualquiera que sea, por parte de Unesco concerniente al status legal de cualquier país o de sus autoridades, o en relación a las delimitaciones de las fronteras de cualquier país o territorio.

Texto original: inglés O Unesco 1987 ED-86ANSI1 O9

La traducción al español fue realizada en la OREALC. La revisión técnica del texto traducido estuvo a cargo del Dr. José A. Martínez

Publicado por la Oficina Regional de Educación de la Unesco para América Latina y el Caribe (OREALC).

Composición e impresión: Andrómeda S.A. - 2746564

Santiago, Chile, Agosto 1989.

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INDICE

Prefacio 5

l. Introducción

II. Aspectos y riesgos ambientales 1. El medio ambiente externo 2. El medio ambiente interno

111 . Sistemas de educación técnica y profesional

IV. Planificación de la educación ambiental para la educación técnica y profesional 1.

2. 3. Educación complementaria de adultos 4. Temas de educación ambiental

Educación ambiental general en la etapa inicial de educación técnica y profesional Educación ambiental inicial, orientada hacia la ocupación

V. Formación de los profesores Diversidad en la formación de docentes Temas comunes

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32 33 37 40

49 50 52

VI. Resumen y conclusiones 55

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PREFACIO

Los grupos destinatarios de la Educación Técnica y Profesional (ETP) cumplen un papel muy importante en la modificación del medio ambiente externo e interno median- te sus acciones y decisiones. Los cambios efectuados en el medio ambiente deberían ser adecuados y seguros en lo que se reíiere a salud, higiene ambiental, seguridad, utilización y reciclaje de recursos, tratamiento de desechos y prevención de la contami- nación del aire, agua y suelo. Un paso fundamental en esta dirección es entregar a los estudiantes y graduados de la enseñanza técnica y profesional la conciencia, los cono- cimientos, las habilidades y el compromiso con el medio ambiente y su relación con los seres humanos, a fin de mejorar el medio ambiente y prevenir los problemas ambienta- les. Este es un objetivo global de la educación ambiental.

Este documento ha sido preparado como parte del conjunto de actividades del Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA) de Unesco-PNUMA, con el propósito de promover reflexiones acerca de la necesidad, la importancia y el lugar que ocupa la Educación Ambiental (EA) en la educación técnica y profesional; además de entregar lineamientos amplios para la incorporación de la EA en la ETP. El borrador de este documento lue presentado y analizado durante la Reunión de Consulta para la Incorporación de la Educación Ambiental en la Enseñanza Técnica y Profesional, que tuvo lugar en Singapur, del 1 O al 14 de marzo de 1986.

El propósito esencial de este trabajo es constituir una base para discusiones acer- ca del espectro y lugar que ocupa la educación ambiental dentro de la educación técni- ca y profesional. Está dirigido especialmente a los administradores, diseñadores de currículo y otras personas que participan activamente en la definición del campo y de los contenidos de los cursos para la formación de trabajadores calificados, técnicos e ingenieros en los diversos ámbitos de la actividad económica, especialmente de la industria y la agricultura.

Este documento tiene como intención señalar la urgencia que reviste llegar a es- tos grupos de la población, entregándoles un mensaje ambiental y haciéndoles notar qué es lo que ellos pueden hacer, en el ámbito de su trabajo, para frenar la tendencia actual de daño irreversible al medio ambiente humano. También debería darles una idea del rol protagónico que tendrán en este aspecto en el futuro. Al finalizar sus estu- dios, deberían tener respectivos campos para enfrenJarlos.

un concepto claro de los temas ambientales relacionados con sus de trabajo, así como las habilidades y conocimientos necesarios

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Este trabajo esta dividido en seis capítulos. Luego de una introducción breve, que señala las razones principales por las cuales los temas ambientales deberían recibir mayor atención en la educación técnica y profesional, un segundo capítulo trata en detalle los principales temas ambientales que pueden considerarse relevantes en este contexto. El tercer capítulo trata de identificar los elementos de riesgo ambiental rela- cionados con los distintos niveles y sectores de la educación técnica y profesional. El capítulo cuarto está dedicado principalmente a la incorporación de la educación am- biental en los currículos, es decir, cuándo es preferible que estos temas estén incorpo- rados en la enseñanza de otras materias o habilidades, y cuándo constituyen un tema separado. El capítulo quinto se refiere a los efectos en la formación de profesores e instructores cuando los temas ambientales reciben mayor atención en la educación técnica y profesional. Finalmente, el capítulo sexto resume el trabajo, destacando los aspectos y problemas más importantes.

Unesco aprecia la colaboración del Sr. Sven Grabe, Consultor en EducaciÓn/For- rnación, anteriormente investigador principal de la Oficina Internacional del Trabajo, quién preparó este documento. Fue asesorado, en lo que a temas ambientales en par- ticular se refiere, por la Sra. Magdalena Ehrstrom, Ph.D., de la Sección de Salud Am- biental del Consejo Sueco de Asistencia Social. Muchas otras personas fueron consul- tadas acerca de diversos aspectos de este tema, en el curso de la preparación de este informe. El autor expresa su más sincero reconocimiento por estas contribuciones y, a la vez, asume plena responsabilidad por la interpretación dada a los consejos recibidos y por cualquier error en la información o en los juicios, que puedan encontrarse en el trabajo.

Las sugerencias para mejorarlo en revisiones futuras serán recibidas con be- neplácito por IEEP, Division of Science, Technical and Environmental Education, Unes- co, 75700 Paris, Francia.

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l. INTRODUCCION

Los medios de comunicación de masas nos presentan día a día ejemplos de los daños al medio ambiente acumulados durante los Últimos años, como resultado de una gran gama de aplicaciones tecnológicas. Los bosques mueren y los campos pierden su fer- tilidad debido a la lluvia ácida resultante, en primera instancia, del aumento en el uso de combustibles para producir energía o calor y que contienen Óxidos de azufre . Los lagos y cursos de agua contaminados con detergentes, desechos humanos y animales, fertilizantes, pesticidas y herbicidas lavados desde los campos de cultivo y las exten- siones de bosques vecinos, exterminan los peces y otras formas de vida acuática debi- do a una fertilización excesiva o, simplemente, matándolos por envenenamiento direc- to. Aún más impactantes resultan los informes ocasionales -pero cada vez mas fre- cuentes- acerca de las filtraciones de gas desde plantas químicas, explosiones e in- cendios causados por ejecución descuidada de maniobras riesgosas o por desidia en el control y en la mantención de equipo de seguridad, o de las nubes de smog que cubren las grandes ciudades, causando enfermedades y muerte.

Asimismo, casi todos los días se informa acerca de los efectos negativos sobre el medio ambiente humano en la industria y en muchos otros campos de la actividad económica, causado por los materiales y los equipos nuevos, introducidos sin conside- rar, a cabalidad, los efectos secundarios que podrían tener sobre quienes los utilizarían en su trabajo, o sobre el consumidor final: el polvo de asbestos que causa serios daños pulmonares; la aislación incorrecta de las casas que provee campos de cultivo propi- cios para mohos que despiden gases venenosos; lugares de trabajo mal organizados en los que no se toman las providencias necesarias para evacuar el aire contaminado; partículas de polvo y otras impurezas o elementos venenosos que provocan enferme- dad en los trabajadores; filtración insuficiente de descargas o emisiones llevadas por el agua o por el aire desde complejos habitacionales y fábricas, que causan datios en grandes áreas. Estos son sólo unos pocos ejemplos de la creciente destrucción del medio ambiente en la sociedad moderna, de la destrucción del medio ambiente huma- no, de la flora y de la fauna y de la destrucción de la salud humana.

En muchas ocasiones, la explicación que se da para los accidentes que ocurren y para los efectos secundarios destructivos de tantas actividades de la sociedad moder- na -en los hogares, la agricultura, las fábricas y aun en las oficinas- es que el ‘Vactor humano” es el responsable. En este contexto el factor humano puede ser resumido en dos palabras: ignorancia y negligencia. En algún eslabón de la cadena de acciones que llevan al daño o accidente ambiental están los ingenieros, los técnicos, o el capa-

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taz y los trabajadores que no sabían, que no entendían o a quienes no les importaba cuales podrían ser los efectos de sus acciones. Pueden haber sido responsables del diseno, de las adquisiciones o de la producción en sí, de la mantención o de la gestión y la planificación. En algún momento ocurrió un error y el resultado puede ser un lento deterioro de la salud de los trabajadores, o de las personas que viven en la vecindad, o deterioro de los cursos de agua y del aire. Peor aún, y talvez más espectacular desde el punto de vista de los medios de comunicación, llegar a producir una explosión re- pentina, un incendio o una nube de gas que extermine a miles de personas y a gana- do.

Combatir la ignorancia acerca de los temas ambientales, proporcionar a las per- sonas los conocimientos y habilidades para hacerles frente y cultivar un sentido de responsabilidad necesario para la aplicación correcta de esas habilidades y conoci- mientos son los objetivos principales de la educación ambiental en la educación técni- ca y profesional. Para lograr estos objetivos es especialmente importante dar atención suficiente a la educación ambiental dentro de la educación técnica y profesional, dado el papel clave -como factores humanos esenciales- que tendrán los ingenieros, técni- cos, capataces y trabajadores en reducir, y, si fuese posible, eliminar los efectos a m - bientales negativos del trabajo que estarán llamados a ejecutar.

La Conferencia de Estocolmo acerca del Medio Ambiente Humano, de 1972, dio especial relevancia al papel de la educación en el combate contra las amenazas al medio ambiente humano. Todas las formas de actividad educacional deberían ser puestas en acción para contribuir a que las personas jóvenes y los adultos tomasen conciencia tanto de la urgencia que revisten los problemas ambientales de nuestro tiempo y de lo que podría hacerse en forma colectiva e individualmente para revertir tal tendencia negativa. Se entregó a Unesco la responsabilidad principal de la educación ambiental y de informar a los gobiernos y a los distintos estamentos públicos y priva- dos involucrados de cómo los programas educacionales y las instituciones pueden contribuir al esfuerzo común de un programa mundial del medio ambiente.

Dentro de esta política general, Unesco ha preparado y publicado una serie de estudios, llevados a cabo en estrecha cooperación con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y otras agencias internacionales involucradas, para determinar cuál es la mejor cobertura de los asuntos ambientales en los programas de las instituciones de enseñanza general, en sus distintos niveles. El propósito del pre- sente estudio es dar un paso más en este sentido, sugiriendo formas y medios para integrar-los temas ambientales en los programas y en los currículos de la educación técnica y profesional.

Los temas generales de la educación ambiental fueron objeto de la primera Con- ferencia lntergubernamental acerca de la Educación Ambiental, que tuvo lugar en Tbili- si (Georgia, URSS, 14 al 26 de octubre de 1977) y fue organizada por Unesco en con- junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Las conclusio- nes de la Conferencia fueron complementadas por un estudio de las necesidades y prioridades internacionales de la educación ambiental; en Al tomó parte un 80 por cien-

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to de los Estados Miembros de Unesco. Con anterioridad, se había llevado a cabo un taller internacional en Belgrado, en 1975, y posteriormente fueron organizadas reunio- nes regionales y subregionales acerca de la educación ambiental en Africa, los Esta- dos Arabes, Asia, Europa y América Latina.

La Conferencia de Tbilisi adoptó 41 recomendaciones, las que cubren una amplia gama de materias referidas a los aspectos tanto nacionales como internacionales de la educación ambiental. Especialmente relevantes para el presente estudio son las reco- mendaciones que tratan de los fines y objetivos de la educación ambiental, los princi- pios básicos que deberían ser aplicados al diseñar los programas y elegir las poblacio- nes a que estén destinados así como, la metodología pedagógica.

Poniendo énfasis en la importancia de desarrollar la “comprensión de las relacio- nes complejas que existen entre el desarrollo socioeconómico y el mejoramiento del medio ambiente” la Recomendación NQ 1 indica como finalidad básica de la educación ambiental “lograr que los individuos y comunidades comprendan la naturaleza comple- ja del medio ambiente natural y construido resultante de la interacción de sus aspectos biológicos, físicos, sociales, económicos y culturales, y adquieran los conocimientos, valores, actitudes y habilidades prácticas para participar en forma responsable y efecti- va en anticipar y resolver problemas ambientales y en el manejo de la calidad del medio ambiente”. En lo que se refiere al contenido, la educación ambiental debiera “proveer los conocimientos necesarios para poder interpretar los fenómenos complejos que modelan el medio ambiente, y fomentar valores éticos, económicos y estéticos que, al constituir la base de la autodisciplina, favorecerán el desarrollo de conductas compatibles con la preservación y mejoramiento del medio ambiente; también debería proveer un amplio espectro de habilidades prácticas requeridas para idear y aplicar medidas efectivas con el fin de solucionar problemas ambientales”.

En lo que se refiere a las poblaciones meta, la misma recomendación indica que ”la educación ambiental debe estar dirigida a todas las edades y grupos socioprofesio- nales de la población”. En este contexto menciona, además del público corriente, cons- tituido por personas jóvenes y adultas, aquellos grupos sociales en particular, cuyas actividades profesionales afectan la calidad del medio ambiente, y los científicos y téc- nicos cuyas investigaciones y trabajos especializados sentarán las bases del conoci- miento sobre el que la educación, la capacitación y el manejo responsable del medio ambiente deben apoyarse.

La Recomendación Ng 2 distingue cinco categorías de objetivos para la educación ambiental: conciencia, conocimiento, actitudes, habilidades, y participación. Pone enfa- sis en que la educación ambiental debe considerar el medio ambiente en su totalidad, debe ser un proceso continuo y permanente, debe tener un enfoque multidisciplinario, debe examinar los aspectos ambientales más importantes desde el punto de vista lo- cal, regional, nacional e internacional, debe enfocar situaciones ambientales presentes y potenciales, debe subrayar el valor y la necesidad de la cooperación local, nacional e internacional para enfrentar asuntos ambientales, debe relacionar los estudios con pla- nes para el desarrollo y crecimiento y debe ayudar a los educandos a descubrir los síntomas y causas reales de los problemas ambientales.

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En lo que se refiere a la metodología educacional varias recomendaciones ponen énfasis en la necesidad de un enfoque flexible, por ejemplo, para la integración de los temas ambientales en la enseñanza de las ciencias naturales y sociales y de la tecno- logía. La naturaleza multidisciplinaria de los problemas y las soluciones ambientales son temas recurrentes en muchas de las recomendaciones como, asimismo lo es, la necesidad de un enfoque educativo orientado hacia la resolución de problemas y hacia la acción. Especial referencia es hecha a los efectos que el trabajo de muchos profe- sionales tiene sobre el medio ambiente (se menciona a los ingenieros, arquitectos, administradores, planificadores -Recomendación NQ 1 1 - y profesores -Recomenda- ción Ne 17), subrayando la necesidad de incluir temas ambientales en su formación previa -incluyendo los estudios de postgrado- como también en los cursos especiales de formación en servicio.

El tema principal de las recomendaciones de la Conferencia de Tbilisi se refiere a las cuestiones ambientales más generales. Los problemas específicos que debieran tratarse en los distintos niveles de la enseñanza general o en la ensefianza técnica y profesional apenas se esbozan. Estos han sido objeto de estudios posteriores llevados a cabo por Unesco en estrecha colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y con varias Agencias Especializadas, tales como la Oficina Internacional del Trabajo, FAO, OMS y otras, incluyendo un amplio espectro de organi- zaciones no gubernamentales y oficinas regionales. La cobertura de tales actividades es demasiado amplia como para detallarla aquí. Sólo pueden mencionarse unos pocos ejemplos, directamente pertinentes a este estudio.

Durante los años transcurridos desde la Conferencia de Tbilisi (1 977) Unesco ha adoptado sus recomendaciones, publicado guías practicas y de difusión, relacionadas con las estrategias a seguir para el desarrollo de un currículo de educación ambiental y para la capacitación de profesores en educación ambiental. Además, ha publicado módulos para la capacitación de profesores en formación y supervisores de escuelas primarias, profesores de ciencias y supervisores de escuelas secundarias, así como módulos para la formación de los profesores de ciencias en servicio y los supervisores de escuelas secundarias.

Dentro de la misma línea de acción, pero enfocando una población meta distinta, la Sección de Desarrollo Gerencia1 de la 01T esta elaborando materiales para capacita- ción básica de gerentes de compañías e instituciones de capacitación que cubren as- pectos tales como gestión ambiental general, gerencia de proyectos y el medio am- biente y gerencia de producción y el medio ambiente.

Este trabajo también se lleva a cabo con apoyo y en estrecha cooperación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Varias instituciones geren- ciales han participado en la implementación del proyecto.

Los ingenieros y los agrónomos, así como muchos otros profesionales, técnicos industriales y agrícolas, trabajadores especializados y capacitados -o sea las catego- rías principales de graduados del sistema de enseñanza técnica y profesional- requie- ren educación ambiental especial por dos motivos distintos:

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(1) participan en procesos de desarrollo y producción que ejercen influencia sobre el medio ambiente humano, y

(2) ellos mismos son afectados directamente por ese medio ambiente.

Cuando la educación ambiental forma parte de un proceso de educación técnica y profesional debe estar dirigida hacia esos dos roles del personal profesional técnico y ejecutivo de los distintos campos de actividad económica. Los planes de estudio y los programas de educación ambiental deben ser preparados tomando en cuenta estos dos roles, tanto para las personas jóvenes que están recibiendo educación técnica y profesional inicial como para los adultos ya empleados en un trabajo técnico.

Como toda educación técnica y profesional, los aspectos ambientales de las acti- vidades técnicas deben también ser objeto de una educación permanente. Las aplica- ciones tecnológicas en la agricultura, la industria, los servicios médicos y muchos otros campos de actividad económica y social están sometidos a cambios rápidos. Al desa- rrollarse nuevos materiales con propiedades distintas de las de aquellos empleados tradicionalmente, se generan nuevos riesgos para el medio ambiente interno y externo. Se introducen procedimientos nuevos, se ensayan nuevas formas de organización, que pueden tener impactos distintos en las personas directamente relacionadas con los procesos, o sobre el medio ambiente cercano y aun el más lejano.

Las tareas de la educación ambiental se complican aún más, dado el amplio es- pectro de actividades humanas que abarcan. Los graduados de la educación técnica y profesional prácticamente están empleados en casi todo tipo de actividades laborales. Los problemas ambientales relacionados con la minería, por ejemplo, difieren en la mayoría de sus aspectos de aquellos relacionados con la agricultura y también de aquellos que tienen relación con la industria mecánica, del transporte, o con el trabajo de dependiente de tienda y oficinista.

Unos pocos problemas son generales, relacionados con la interacción entre el hombre y su medio ambiente en general, y comunes a todos los campos de actividad económica y social. Se supone que, normalmente, estos serán tratados como aspectos ambientales en la enseñanza general, y lo que debe hacerse respecto de estos temas ambientales generales en la educación técnica y profesional es reforzar lo ensefiado previamente durante el proceso educativo en su totalidad. Los temas principales que se tratarán más adelante son aquellos considerados específicos para diversas ramas de actividad tecnológica, o subgrupos dentro de cada una de ellas. Esto es en sí un tema sumamente amplio. dada la gran diversidad de tareas que ejecutan las distintas categorías de personal tkcnico en la sociedad moderna.

La gran diversiciad de tareas es sólo una de las complicaciones que se presentan al analizar la educazion ambiental en la educación técnica y profesional. Otra es la gran variedad de formas en que se ofrece dicha enseñanza, a menudo junto con la gran diversidad de autoridades públicas y privadas e instituciones involucradas en su administración. La educación técnica superior, intermedia y básica están a veces bajo

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la responsabilidad de tres autoridades distintas. La educación técnica superior puede impartirse en instituciones de nivel universitario, y también por las mismas universida- des; la educación técnica intermedia, a nivel de técnicos, puede formar parte integral del sistema de educación secundaria, o constituir un sistema separado de educación especializada post-secundaria y más corrientemente un sistema de educación ulte- rior(1) que sigue al período de enseñanza obligatoria. A veces esta integrada, a veces separada o sobrepuesta al sistema de enseñanza profesional. Finalmente, el sistema de educación profesional puede funcionar completamente dentro del sistema de edu- cación secundaria, o constitliir uno separado de educación complementaria; puede ser de tiempo completo o parcial y, como es el caso de algunos países, formar parte del sistema de educación técnica intermedia.

La educación técnica y profesional para adultos presenta un cuadro aún más complejo. Aunque un desarrollo rápido de las actividades realizadas fuera del recinto escolar y de los programas de educación para adultos ha tenido lugar en la mayoría de los sistemas de educación técnica y profesional, en gran parte de los países un núme- ro importante de esas actividades se lleva a cabo mediante una gran variedad de insti- tuciones públicas y privadas. Estas, además del sistema de capacitación para adultos administrado por autoridades oficiales, incluyen institutos de investigación: consultores especializados e institutos de capacitación que se preocupan de aplicaciones tecnoló- gicas especiales, o con funciones individuales, por ejemplo en gerencia y supervisión; servicios de extensión con responsabilidad especial para, por ejemplo, agricultura y ganadería, a menudo suplidos por programas de educación rural iniciados por coope- rativas de agricultores, o para el desarrollo de la pequeña industria; fabricantes de equipos y otros productores de insumos y, para finalizar, pero no por eso menos impor- tantes, las mismas empresas. Dependiendo del nivel de desarrollo alcanzado por los sistemas nacionales públicos y privados de la educación técnica y profesional, sola- mente cierta proporción del personal empleado en agricultura (incluidos los agricultores independientes), en los diversos campos de la industria y aquel que efectúa trabajo técnico en otros campos de la actividad económica y social ha recibido alguna educa- ción técnica y profesional. Grandes sectores de la economía, especialmente en los países en vías de desarrollo, no reciben apoyo de ningún sistema formal de educación técnica y profesional ya sea de tiempo completo o parcial, y para suplir sus necesida- des de personal técnicamente capacitado dependen casi exclusivamente del sistema informal de aprendizaje donde los conocimientos y habilidades se adquieren trabajan- do.

El análisis de la educación ambiental en la educación técnica y profesional debe, pues, leerse e interpretarse tomando en cuenta estas diversas complejidades.

(1) Nota del revisor: En este texto se utilizan indistintamente los términos de educación cornplementa- ria, educación ulterior y educación posterior, los que deberán ser considerados según diferentes situaciones.

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II. ASPECTOS Y RIESGOS AMBIENTALES

El personal técnico está expuesto a los mismos riesgos ambientales generales y puede afectar el medio ambiente de la misma forma que las demás personas. En otras pala- bras, necesita la misma educación ambiental general, adaptada a las circunstancias y características ambientales específicas de la localidad, región y país en que vive. Como individuos pueden contribuir en la misma forma que otras personas a contaminar el aire, los cursos de agua y los lagos, desparramar desechos no degradables en los campos y bosques, causar destrucción por manejo descuidado del fuego, descuidar la mantención de vehículos privados, hornos y otros equipos que queman combustibles, resultando emisiones demasiado “sucias” de gases, metales pesados y Óxidos de azu- fre. Como todos ellos pueden participar activamente en la limpieza del medio ambiente mediante el tratamiento adecuado de los desechos, la mantención adecuada de equi- pos, y eligiendo métodos de calefacción y eliminación de desechos que reduzcan los daños ambientales. Como iodos, pueden participar en acciones comunitarias para mantener limpios los ríos y otros cursos de agua, recolectar desechos no degradables dispersos en la naturaleza y ejercer control como ciudadanos sobre la forma en que su comunidad maneja los asuntos ambientales. Como todos, pueden contribuir a la man- tención y mejoramiento del medio ambiente clasificando adecuadamente los desechos producidos en sus hogares, participando en acciones grupales para plantar árboles que detengan la erosión del suelo causada por la deforestación, y ejecutar otras accio- nes constructivas para mejorar el medio ambiente.

Todo esto se refiere a los aspectos ambientales generales que debieran ser ya tratados durante su educación general, antes de entrar a la educación técnica y profe- sional; la conciencia, los conocimientos, las actitudes, las habilidades y la voluntad de participar en la acción grupa1 deberían ser reforzadas durante su educación técnica y profesional, basándose en lo ya hecho previamente. Al respecto, la educación ambien- tal en la educación técnica y profesional debe ser vista como una continuación de la enseñanza general, destinada a proveer educación ambiental complementaria o ulte- rior.

El personal técnico que recibe capacitación en los cursos de educación técnica y profesional para personas jóvenes, como asimismo para adultos, requiere sin embargo algo más que una introducción general a los aspectos ambientales, ya impartida duran- te la enseñanza general. Necesita aprender a apreciar -identificar y evaluar- los efec- tos de su trabajo profesional sobre el medio ambiente, los riesgos para la naturaleza en general involucrados en el tipo de operaciones que ejecutaran o están ejecutando en sus ocupaciones. Necesitan estar concientes en especial de las propiedades ambienta-

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les de las materias primas que están usando, los procesos que eslán diseñando o controlando y los riesgos a que estén posiblemente expuestos quienes ejecutan el tra- bajo y quienes se encuentran en la vecindad del lugar de trabajo o cerca de él. La vecindad, en este contexto, incluye no sólo a los seres humanos, sino también a la flora y la fauna, el suelo, el aire y el agua en el entorno inmediato como también en el más lejano.

Para ser más claros, se hacen un distingo entre el medio ambiente “externo” y el interno. El medio ambiente externo se entiende pues como el entorno en general; el medio ambiente interno como el lugar de trabajo, la granja, la fábrica, la oficina en que está empleado el personal técnico. A menudo ambos se superponen. Una explosión en una fábrica puede tener efectos mucho más allá de sus muros, en el mundo exterior. El recalentamiento de la planta de energía nuclear de Three Mile lsland amenazó no sólo a aquéllos directamente involucrados en el manejo del proceso, sino también a aqué- llos que vivían a kilómetros de distancia. La nube de gas venenoso de Bhopal fue Ileva- da por el viento atravesando un área densamente poblada, matando o dañando seve- ramente a miles de personas, ganado y otros seres vivientes. Lo que comenzó como un accidente circunscrito al medio ambiente interno, que significaba grandes riesgos para los que estaban directamente involucrados en el proceso, se desarrolló rápida- mente desde la planta como una catástrofe en un área favorecida por el viento.

El medio ambiente interno no es necesariamente un lugar cerrado, tal como una fábrica; puede incluir los campos y potreros de las granjas, como asimismo los edificios en que se guarecen los animales; o los caminos, vías ferroviarias y cursos de agua que sirven para el transporte de bienes. La distinción principal se hace entre el riesgo ambiental para las personas que trabajan en él, y aquellos relacionados con el mundo exterior.

Aquí debe recordarse que el personal técnico que trabaja en la agricultura, la in- dustria, los servicios médicos y sociales o que está empleado en otras actividades económicas, se encarga de una gran variedad de funciones. Los graduados de un mismo curso de educación técnica superior pueden estar diez años más tarde emplea- dos en una gran variedad de ocupaciones relacionadas con temas ambientales en for- mas muy diferentes. Algunos pueden estar trabajando en el diseño y desarrollo de productos, equipos o procesos, o en la adquisición y control de calidad de materiales y equipos; otros en la producción en sí, y otros, asimismo, en el mercadeo, ventas o ser- vicios para clientes. Lo mismo -mutatic rnufandis- se puede aplicar tanto a los técni- cos, como a los trabajadores calificados o especializados. Los electricistas y mecáni- cos calificados están involucrados tanto en la producción como la mantención, en las fábricas o en el terreno, y en un gran espectro de actividades económicas y sociales. La mecanización y computarización de muchas funciones en diversas ramas de la in- dustria, en los servicios médicos, en la agricultura y la industria forestal, en ocupacio- nes del comercio y de oficinas, ha modificado profundamente la estructura del empleo en todos estos campos de actividad económica y social y en especial, ampliado el campo de empleo para el personal técnicamente capacitado.

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El amplio espectro de funciones que lleva a cabo el personal técnico como así también el hecho que ese personal cambie a menudo su área de trabajo y el nivel de responsabilidad a través de los años hace indispensable poner énfasis en la necesidad de una educación ambiental permanente. El trabajador capacitado y entrenado como mecánico o electricista puede llegar a ser 10 Ó 15 años después de graduado de la escuela profesional, capataz de un grupo de mantención o de una unidad de produc- ción. Un técnico puede pasar por una serie de trabajos especializados con poca o, según el caso, con mucha responsabilidad frente a los asuntos ambientales, y terminar siendo gerente de una unidad, responsable tanto de la producción como de la seguri- dad y de la salud de los trabajadores. Los ingenieros graduados a menudo alcanzan posiciones gerenciales importantes.

No se trata de calificar los distintos tópicos ambientales que deben tomarse en cuenta en la educación ambiental para la educación técnica y profesional según su nivel relativo de urgencia o de gravedad comparativa de sus efectos sobre la vida hu- mana y la sociedad en su conjunto. Todos son urgentes y en muchos casos, ya han ocurrido daños irreversibles, como por ejemplo, la deforestación que lleva a la erosión e inundaciones. Difieren entre sí en que unas son mas relevantes que otras dependien- do del tipo de especialización ocupacional; por ejemplo, las propiedades ambientales de la degradación de las substancias químicas en la naturaleza son especialmente im- portantes al capacitar técnicos e ingenieros químicos comparadas con otras áreas de la educación técnica y profesional. Además, lo que puede ser un aspecto prioritario en la educación ambiental para una o unas pocas especialidades de la educación técnica y profesional, o en uno u otro nivel de dicha enseñanza, puede ser de menor importan- cia en otra área y a otro nivel. El factor determinante debiera ser el impacto que el tra- bajo del individuo pudiera tener sobre el medio ambiente, o el tipo de operaciones que posiblemente tenga que supervisar o manejar.

El personal técnico se capacita para llegar al nivel de ejecutivos de producción y mantención. Los objetivos principales de su formación técnica y profesional debieran ser: crear conciencia de las relaciones entre su campo de actividad en particular y el medio ambiente y una comprensión de los riesgos ambientales involucrados en él; proveer los conocimientos que requiere para elegir formas ambientalmente seguras para llevar a cabo sus funciones y ayudarle a desarrollar las actitudes y la motivación para participar activamente en el mejoramiento y protección del medio ambiente.

1. El medio ambiente externo

De especial importancia para el personal técnico son los aspectos relacionados con el medio ambiente externo que se refieren al impacto del tipo de actividad en que están ocupados sobre la calidad de la vida en la tierra. Los aspectos centrales son los impactos de las emisiones de las unidades productivas, llevadas a través del aire o del agua sobre los seres humanos, los animales y las plantas que las reciben al final del proceso. Incluidas en esta caracterización general están también las transformaciones que ocurren en el aire contaminado (ejemplo, el problema de la “lluvia ácida”), las ca- denas de acumulación en la naturaleza (ejemplo, la absorción de metales pesados ta-

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les como el mercurio por microorganismos, y que finalmente llegan a las especies más grandes de peces, o los efectos del DDT y substancias similares (ejemplo, la sal para derretir nieve en las carreteras), sobre la vida y fertilidad de las aves, el síndrome de la “primavera si le nciosa”.

Dada la proliferación de substancias químicas utilizadas en una gama cada vez mayor de actividades económicas, incluyendo la agricultura e industria manufacturera, son también ambientalmente significativas, las propiedades de los productos, la seguri- dad y riesgos para la salud que puedan estar relacionados con su empleo, y el impacto que puedan tener sobre el medio ambiente al ser utilizados. Ejemplos de problemas de este tipo son los riesgos para la salud que acompañan al manipuleo del asbesto, las emisiones de gas que pueden resultar de una aislación y ventilación inadecuada que favorece el crecimiento de mohos, y también la producción de juguetes que pueden poner en peligro la salud y aun la vida de los niños que juegan con ellos. Otro tema central debería ser el efecto de la explotación de recursos naturales, ya sea restringida o no restringida; incluyendo, por ejemplo, los efectos del corte selectivo de árboles en los bosques nativos que provoca el crecimiento secundario de matorrales y la desapa- rición de las especies valiosas, o el desmonte de tierras forestales cuyo resultado es la evacuación acelerada de las aguas de lluvias y la erosión. Ejemplos en otras industrias incluyen, entre otros, el socavamiento de terrenos o del lecho marino por extracción de gas -Venecia se hunde- o explotación de minas de sal con riesgo de hundimiento.

El tratamiento de desechos

El tema mas generalizado de la protección ambiental se relaciona con la emisión al aire o la descarga dentro de los cursos de agua y lagos de gases o líquidos contami- nados y la eliminación de desechos no recuperables de procesos fabriles. Los proble- mas relacionados con este aspecto de la contaminación ambiental ha sido destacados a menudo durante los Últimos años en los medios de comunicación de masas. Ellos son especialmente relevantes para el personal técnico, porque los ingenieros, los técni- cos y los trabajadores calificados y especializados de la agricultura e industria desem- peñan a menudo un papel clave en la eliminación o en la reducción de tales prácticas incorrectas. Además, hasta hace poco, la industria y otras empresas tendían a tratar tales asuntos en forma descuidada, creyendo que la naturaleza se encargaría de ello. Los barcos limpiaban desaprensivamente sus estanques de combustible en alta mar, el aceite quemado de máquinas y motores era vertido en ríos y lagos o simplemente desparramado donde fuera conveniente, los productos venenosos enterrados a sólo unos pocos metros debajo de la superficie de la tierra, los procesos que involucran materias primas radiactivas o venenosas se iniciaban sin planificar un tratamiento ade- cuado o almacenaje seguro de los desechos. El paisaje de las áreas de minería del carbón está a menudo marcado por montañas de materiales estériles retirados para llegar a las capas carboníferas, y las regiones productoras de metales por grandes depósitos de escoria acumulados en el transcurso de los años. En aquellas regiones en que el mineral contiene grandes porcentajes de substancias tóxicas, tales como el arsénico, un efecto secundario ha sido a menudo la contaminación de las napas de agua subterráneas, tornando así inhabitables áreas enteras.

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Más corriente -y por lo tanto un elemento importante de la educación ambiental en la mayoría de las áreas de educación técnica y profesional -es la contaminación del aire y del agua por emisiones directas o por canales de descarga. Esto incluye conta- minación del aire por filtración insuficiente de los gases que escapan de los hornos que utilizan carbón y petróleo, de las operaciones de colado en las plantas productoras de metales de los hornos e instalaciones similares. Técnicamente, el problema consiste en la emisión al aire de compuestos sulfurosos, partículas de polvo y hollín, y otros sub-productos del proceso de combustión. Los agentes contaminantes de los distintos procesos, difieren mucho entre sí, pero los efectos son similarmente destructivos para el medio ambiente.

Los problemas de la eliminación de desechos se presentan prácticamente en, todos los tipos de actividades humanas. Sería demasiado engorroso en este contexto entregar un listado completo de ellos. Incluyen la emisión de fibras de las plantas texti- les, lo que da lugar a problemas graves de contaminación de los cursos de agua y lagos, las aguas de rebalses de las plantas químicas y farmacéuticas, y de pulpa y papel, causantes de la mortandad de peces y otros organismos acuáticos, el drenaje de materias orgánicas de los mataderos y efluentes de las granjas, especialmente de los criaderos industrializados con gran número de animales, la mezcla de substancias orgánicas e inorgánicas de los procesos de curtiembre; en suma, todos los tipos de actividades humanas que producen residuos, los que pueden llegar a los cursos de aguas y lagos, percolar hasta las napas de agua subterráneas o difundirse en el aire.

El asunto se complica por el hecho de que muchas substancias, pudiendo ser inocuas en pequeñas cantidades, se ven a menudo enriquecidas en la naturaleza, o pueden cambiar sus propiedades al sufrir modificaciones estructurales por estar mez- cladas con otros elementos. Exponerse a substancias tóxicas por cortos períodos de tiempo puede ser inofensivo; sin embargo, a lo largo del tiempo las substancias se concentran en el hígado o los riñones de los seres humanos o de los animales provo- cando enfermedades o efectos letales. “Loco como un sombrerero” es una expresión inglesa que tiene su origen en los efectos de la exposición prolongada a productos químicos que contienen mercurio, utilizados en la manufactura de sombreros. La decli- nación en el número de individuos en muchas especies de aves silvestres en años recientes se debe al efecto de los productos químicos aplicados descontroladamente a los bosques, absorbidos por animales pequeños tales como ratones y otros roedores campestres, concentrados en sus cuerpos que luego son ingeridos por águilas y otras aves de presa.

La transformación de los desechos se puede ilustrar de manera muy clara por lo que ocurre con la concentración de Óxidos de azufre en las nubes, y el proceso quími- co que los transforma en ácido sulfúrico, obteniendo hidrógeno del aire y agua. El pro- ceso se complica aún más, puesto que tiene lugar a gran altitud, y las nubes son trans- portadas a otras regiones por los vientos: el ya mencionado fenómeno de la lluvia áci- da. En los cursos de aguas y lagos ocurren fenómenos de transporte similares. Una fábrica puede descargar cantidades muy por debajo del mínimo permitido. Pero cuan- do un número mayor de fábricas descarga residuos en las mismas aguas como, por

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ejemplo, las numerosas plantas de pulpa y el papel alrededor del Mar Báltico en Es- candinavia, los efectos son a menudo desastrosos. Aquí, el problema ambiental se complica aún más por el gran número de países que rodea el Mar, haciendo que la solución dependa de acuerdos entre un gran número de autoridades. Problemas am- bientales similares se presentan con respecto a los ríos que fluyen atravesando varios países -por ejemplo, el río Rhin- y con la destrucción ambiental debida a las substan- cias transportadas por el viento. Que puede tratarse de distancias muy grandes lo ilus- tra el fenómeno de la “nieve roja” de Suiza: las partículas de polvo que tiñen la nieve tienen su origen en Africa del Norte y el desierto de Sahara, más de mil quinientos kiló- metros al sur. Muy conocidas son también las cenizas de las erupciones volcánicas, transportadas por vientos de gran altura hasta el otro lado del planeta.

La sobre-fertilización de los cursos de aguas y lagos ha sido, en años recientes igualmente destructiva. Este también es un proceso indirecto. Los fertilizantes natura- les y artificiales llegan a las aguas, por descarga directa o drenaje, permitiendo que las plantas acuáticas proliferen y consuman grandes cantidades de oxígeno en su creci- miento (algas de agua dulce) provocando la muerte de los peces y de otros seres vi- vientes acuáticos, que dependen de un suministro adecuado de oxígeno.

Otro tipo de problema ambiental lo presentan los escoriales y el amontonamiento de otros materiales irrecuperables, los que se observan especialmente en áreas mine- ras y regiones productoras de metales. Las minas a tajo abierto son abandonadas sin restaurar el paisaje cuando los minerales econónomicamente valiosos han sido extraí- dos. Las canteras de piedra caliza se ven como heridas abiertas en las regiones mon- tañosas. Las plantas de ladrillos están rodeadas por montículos de ladrillos rotos, las fábricas de estructura de cemento por pedazos y partes de tuberías y otros objetos que no resultaron aceptables en el proceso de manufactura. Este tipo de daño ambiental también ocurre en menor escala, por ejemplo, en la construcción habitacional -los materiales de desecho, incluyendo plásticos y de todo un poco- simplemente se entie- rran cuando se hace el trabajo de paisajismo al completar la construcción.

Gran parte de esta destrucción es innecesaria. la eliminación de desechos en las fábricas y granjas puede ser mantenida bajo control; las escorias, desechos de la fabri- cación de baldosas y ladrillos y de las actividades de construcción pueden ser utiliza- das para rellenar terrenos; las minas a tajo abierto pueden ser restauradas por paisajis- tas. La responsabilidad de ver que esto se haga en buena forma recae en gran medida en el personal técnico involucrado en el proceso. Uno de los fines más importantes de la educación ambiental en la educación técnica y profesional debería ser el que los educandos de la educación inicial y ulterior se den cuenta de su responsabilidad en estos ámbitos, y dirigir su atención hacia las técnicas que son aplicables a su campo de actividad y a su nivel de responsabilidad en particular.

La recuperación y el reciclaje

En años recientes se ha dedicado mucha atención a las posibilidades de reciclaje de materias primas que pueden ser extraídas de los desechos de los hogares y opera-

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ciones industriales. Grandes progresos han tenido lugar en muchos países, especial- mente en los industrializados -en el reciclado de papel, fundición de virutas y despun- tes de la industria metalúrgica, en la recolección y uso de botellas y otros materiales de vidrio y aluminio, de tarros y otros recipientes. Las placas de radiografía han llegado a ser una fuente importante de reciciaje de la plata, y las baterías de autos empleadas para reciclar plomo, mercurio y otros metales pesados.

La mayor parte de estas actividades de recuperación de materiales, que de otra manera serían desechados, tiene su origen en consideraciones ambientales. La canti- dad de desechos desparramados en la naturaleza puede ser reducida mediante el cobro de un impuesto ambiental a las botellas y tarros -el pago ayuda a fomentar la recolección. Pero también existen consideraciones económicas de por medio; reciclar papel es a menudo más barato que utilizar fibra nueva. La energía necesaria para fun- dir el aluminio es mucho menor que la que se debe invertir para producir aluminio par- tiendo de la bauxita. La recuperación de la plata de las placas radiográficas ha demos- trado ser un negocio altamente provechoso, especialmente en períodos de precios al- tos para esta materia prima. Además, especialmente en lo que respecta a los materia- les más pesados, tales como el vidrio, se pueden efectuar economías al reducir la cantidad de desechos que es necesario transportar e incinerar.

La distinción entre recuperable y reutilizable por una parte, e irrecuperable, no utilizable por la otra, se ha tornado más fina a medida que avanza el progreso tecnoló- gico y que se apliquen cada vez más las consideraciones ambientales a los desechos humanos e industriales. Más y más materiales son recuperados y se vuelven a utilizar hoy en día, los procedimientos de separación se han desarrollado cada vez mas a medida que las comunidades y las industrias toman conciencia tanto del daño que se produce al medio ambiente al desparramar los desechos en forma indiscriminada, como del ahorro que se puede efectuar al tratar en forma más acabada los desechos y los sub-productos.

Las técnicas de filtración y otras similares aplicadas a las emisiones gaseosas y a los materiales acarreados por el agua o las substancias disueltas en ella, deberían constituir elementos centrales de la educación ambiental en la educación técnica y profesional.

Para el personal técnico, los contenidos temáticos deberían tratar los tres aspec- tos básicos de la protección y mejoramiento del medio ambiente: el que, el porque y el cómo. Deberían cubrir con preferencia el campo en el cual cada educando deberá tra- bajar o ya está trabajando:

(1) cuáles son los elementos dentro de su campo de actividad económica específica que pueden tener un impacto en el medio ambiente externo, poner en peligro a las personas, la flora y la fauna si el proceso escapa al control o, más corriente- mente, si los desechos son descargados indiscriminadamente;

(2) saber qué es lo que puede y debe hacerse para eliminar los factores de riesgo, o mantenerlos bajo control dentro de límites permitidos -y cómo se hace esto;

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(3) saber cómo evaluar los riesgos y calcular los costos y beneficios de su elimina- ción, incluyendo los costos ambientales a largo plazo.

2. El medio ambiente interno

La educación ambiental referida al medio ambiente interno, el lugar de trabajo, difiere en muchos aspectos de aquélla relacionada con aspectos ambientales más glo- bales. Los aspectos usuales son el conocimiento de los elementos tóxicos que se utili- zan en los procedimientos de trabajo, riesgos de accidente relacionados por ejemplo con el almacenaje de gases y materiales inflamables, los cuales, si el trabajo de man- tención no se efectúa bien, o si se utilizan métodos inseguros, pueden ser tan peligro- sos para aquellos que se encuentran en el lugar de trabajo como para el mundo exte- rior. Pero, la preocupación principal de la educación ambiental relacionada con el medio ambiente interno en el lugar de trabajo es la seguridad y la salud de los trabaja- dores. Los aspectos principales al respecto son, por ejemplo, factores ambientales como la ventilación -en forma más general, el aire limpio- las condiciones climaticas (calor y frío), el ruido y las vibraciones, la Organización del lugar de trabajo -incluyen- do, por ejemplo, reglamentos de tránsito-, los riesgos inherentes al manejo de los dis- tintos tipos de equipo y materiales -incluyendo los riesgos para la salud-, el uso y al- macenaje adecuado de substancias peligrosas y la exposición potencial a la radiación.

A pesar de los progresos importantes ya logrados en décadas recientes, tanto en la identificación de los factores de riesgo en distintos tipos de trabajo y la prevención de accidentes y mala salud debidos a las condiciones del lugar de trabajo, muchos de ellos aún representan un medio ambiente peligroso para los empleados. Muchos ge- rentes e ingenieros no están conscientes de los riesgos involucrados en los distintos tipos de trabajo que se ejecutan bajo su supervisión, o no les importa lo suficiente, o no saben cómo eliminar los riesgos. Muchos técnicos y trabajadores calificados no están lo suficientemente informados -y en este caso, también puede que no les importe lo suficiente- como para tomar las precauciones necesarias para evitar que ocurran acci- dentes o se desarrollen enfermedades ocupacionales. Los profesores e instructores en la educación técnica y profesional a menudo no se preocupan lo suficiente, ya sea de los aspectos más generales del medio ambiente interno, o de las precauciones que los individuos deben tomar para protegerse contra accidentes y mala salud en su trabajo. Los trabajadores novatos y otro personal técnico comienzan a trabajar en las granjas y fábricas sin que se les indique adecuadamente cuáles son los riesgos ambientales existentes- el entrenamiento en seguridad puede limitarse a campafias esporádicas, o a colocar unos pocos carteles en el taller, llamando la atención hacia los riesgos que se presentan más frecuentemente, tales como aceite derramado en el piso, o manejo descuidado de los materiales al transportar partes y piezas en el proceso de produc- ción.

Los riesgos que se presentan en el medio ambiente interno pueden clasificarse dentro de cuatro categorías principales:

(1) Riesgos de organización. Están relacionados, en primera instancia, con la

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Organización de los procedimientos de trabajo y al orden mantenido en el lugar de trabajo. Se refieren en particular al transporte de materias primas, productos semi-terminados y terminados a través del taller (vias de tránsito demarcadas y libres de obstrucciones) incluyendo transporte elevado (objetos que caen, ama- rras seguras, etc.), camiones y otros medios de transporte de superficie. También involucran procedimientos para la instrucción inicial en seguridad de los emplea- dos novatos, la distribución de la responsabilidad para la mantención y reparación del equipo y el almacenaje de materiales inflamables o peligrosos utilizados en el proceso de producción, la supervisión de la aplicación de las reglas de seguridad, otros aspectos de organización similares y requisitos de instrucción, incluyendo acciones de emergencia en caso de accidente, incendio o escapes de gas.

(2) Riesgos relacionados con el equipo. Estos se refieren principalmente a la seguridad y la salud de las personas. Las acciones requeridas incluyen las medi- das que se deben tomar o mantener para evitar coriarse, ser apretado o herido en cualquier forma por las herramientas y otros equipos utilizados en el proceso de trabajo, las precauciones que se deben tomar al trabajar con herramientas vibra- torias, la amortiguación del ruido excesivo, y los riesgos de deterioro de la salud debido a factores climáticos, tales como frío o calor excesivo. La protección contra la radiación que emana de los distintos tipos de pantallas que se utilizan en una gama de operaciones cada vez más amplia, tanto en las oficinas como en las fábricas, cobra importancia potencialmente creciente, a menos que los progresos tecnológicos resuelvan el problema. Los riesgos tradicionales tales como mante- ner una postura adecuada en el lugar de trabajo o utilizar las mejores técnicas para levantar bultos pesados están también relacionados con el equipo utilizado, causan todavía mala salud y accidentes en muchos lugares de trabajo, aunque son potencialmente menos aplicables hoy en día, en vista de la mecanización creciente de todas las operaciones de este tipo.

(3) Riesgos relacionados con el proceso. Estos incluyen el manejo seguro de las materias primas y de los productos intermedios y finales. Están involucrados los riesgos presentes al manipular substancias cancerígenas, substancias que pueden causar enfermedades a la piel o dano a los ojos o, al ser inhaladas, daño a los pulmones u otros Órganos del cuerpo. El entrenamiento en seguridad y la instrucción pueden también estar relacionados, por ejemplo, con los riesgos inhe- rentes al empleo de equipo de soldar (emisiones de gas, daño a los ojos, protec- ción del operador y de otros contra chispas de soldadura -incluyendo el riesgo de incendio presente en tal trabajo), ignición espontánea y otros riesgos. Riesgos de incendio relacionados por ejemplo, con la evaporación de solventes e inflamables, utilizacióri correcta de materiales explosivos, incluyendo el almacenaje de tubos de gas. Las instancias pueden multiplicarse, pero lo indicado es suficiente como ejemplo de los tipos de riesgos que debe cubrir la educación ambiental relaciona- da con los procesos.

(4) Riesgos relacionados con los productos. Estos incluyen las precauciones que deben tomar los usuarios de los productos y están relacionados, en primer

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lugar, con las comunicaciones del productor al consumidor. Incluyen la formula- ción correcta de las instrucciones para el uso de los productos, y los servicios que entrega el productor como parte del servicio de venta o post-venta. También invo- lucran los contactos entre el productor y las instituciones de educación técnica y profesional. Por ejemplo, los contactos entre los productores de fertilizantes sinté- ticos, pesticidas, herbicidas y otros productos químicos, por una parte, y las insti- tuciones de enseñanza agrícola u hortícola, por la otra.

Muchos de los riesgos mencionados muestran una relación directa de causa y efecto entre un factor ambiental y un tipo de accidente o enfermedad en particular. Algunos están bien caracterizados habiéndose desarrollado métodos para enfreriidrloc e incluidos en legislaciones o recomendaciones emitidas por autoridades nacionales. Una gran gama de peligros para la seguridad y riesgos para la salud están incluidos en convenciones y recomendaciones internacionales, en especial aquéllas adoptadas por la Conferencia Internacional del Trabajo, o por reuniones de expertos convocadas por la Oficina Internacional del Trabajo. Los datos acerca de los peligros para la seguridad y riesgos de salud ocupacional se registran continuamente en el Centro Internacional de Información para la Seguridad y Salud Laboral de la Oficina Internacional del Traba- jo, en Ginebra, el que publica estos datos y mantiene un banco de datos, servicio computacional abierto a las autoridades nacionales y otras entidades interesadas. Los registros incluyen también información acerca de las medidas que se deben adoptar para reducir o eliminar tales factores de riesgo en el medio ambiente de trabajo.

El desarrollo tecnológico y, específicamente, el trabajo intensivo que se ha llevado a cabo en la industria química y campos tecnológicos afines para desarrollar nuevas substancias o emplear compuestos químicos conocidos en productos nuevos, hace necesario que la educación ambiental para el personal técnico sea un proceso perma- nente. Los conocimientos adquiridos algunos años atrás se tornan rápidamente obsole- tos a medida que se introducen tecnologías nuevas, se adquieren nuevas herramien- tas, se agregan nuevas substancias a las tradicionales o éstas son reemplazadas. Un ejemplo bien conocido es la mecanización y el gran uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas en la agricultura, un cambio en las prácticas y la tecnología que ha traído una cantidad de problemas nuevos para los agricultores. Los accidentes de transito por (ejemplo los tractores que se vuelcan), la fertilización excesiva de los campos, los daños a la piel por manejo de substancias tóxicas, se han multiplicado y requieren respuesta en forma de una educación más intensiva para los agricultores y los trabaja- dores agrícolas, acerca del empleo correcto de la nueva tecnología y los medios em- pleados para aumentar la productividad. La tendencia hacia la especialización en la agricultura, que a menudo presenta efectos potencialmente negativos para el medio ambiente, ha agregado nuevos aspectos que deben ser tratados en la educación ambiental inicial y permanente para los agricultores y otros trabajadores agrícolas. Esto involucra, tanto al medio ambiente interno como al externo, ya que el manejo, inade- cuado de la tecnología agrícola moderna puede tener efectos daninos, tanto en lo que respecta a los individuos directamente involucrados en el proceso de trabajo, como al medio ambiente externo.

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I I I . SISTEMAS DE EDUCACION TECNICA Y PROFESIONAL

El diseño de programas de educación ambiental para los sistemas de educación técni- ca y profesional es una tarea complicada. La razón principal radica en la complejidad de dichos sistemas por el amplio espectro de aplicaciones tecnológicas que cubren y los distintos niveles en que se entrega dicha enseñanza. Cuando se pretende, también tratar los temas ambientales en la enseñanza permanente de adultos, se introduce otra complicación debido a la gran diversidad de funciones que cumple el personal técnico en los diversos niveles. A esto deben agregarse las numerosas entidades públicas y privadas, autoridades educacionales, inspecciones del trabajo, instituciones de investi- gaciones y desarrollo técnico y empresas; todas ellas tienen contribuciones que ofrecer respecto de la selección de prioridades en educación ambiental para el personal técni- co y en la entrega de dicha educación en las escuelas, colegios técnicos e institutos de tecnología, en la enseñanza de tiempo completo o parcial, o en programas especializa- dos de enseñanza para adultos.

Internacionalmente, la situación es aún más complicada, porque los distintos paí- ses tienen diferentes formas de encarar la organización y la puesta en marcha de los programas de educación técnica y profesional.

La educación técnica superior, la formación de graduados en ingeniería para los niveles de mayor responsabilidad profesional en diversos campos de actividad técnica, está ahora institucionalizada en la mayoría de los países y generalmente forma parte del sistema universitario de enseñanza superior aunque, en muchos casos, conforma una entidad separada.

Los requisitos de entrada son en su mayor parte mediante la preparación científi- ca en los liceos secundarios; el esquema que por lo general se utilizaba anteriormente, en especial en los países anglosajones, en el sentido de requerir un aprendizaje (co- rriente o “graduado”) ha sido totalmente abandonado. Los estudios son primordialmen- te teóricos, con un complemento de actividades de laboratorio, y en algunos países existen talleres de entrenamiento anexos a la institución. La proporción en que la práctica en producción está incluida en el currículo varía enormemente de un país a otro; la tónica general es reducirla mediante la transferencia de actividades practicas a los laboratorios y talleres administrados por las instituciones y reemplazar diversos ti- pos de esquemas y programas educacionales de medio tiempo o de tipo alterno por estudios de tiempo completo.

Las mismas tendencias se observan en los niveles intermedios de la educación

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técnica, aunque las prácticas en este nivel difieren aijn más profundamente entre los distintos países. Es también menos homogénea; algunos países establecen una distin- ción entre los técnicos de nivel “superior” y los de nivel básico, con distintos requisitos para su educación técnica inicial. Por lo general, las escuelas técnicas secundarias y los colegios para enseñanza avanzada han tomado a su cargo la educación técnica a este nivel en un gran número de países; no obstante, la tendencia ya es, en varios países trasladar la educación técnica intermedia a las instituciones educacionales post- secundarias o insertar una nueva forma de educación técnica entre la educación técni- ca secundaria y la educación técnica de nivel superior impartida por las universidades.

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Los programas de educación técnica intermedia por lo general, dan más tiempo a la experiencia práctica en el trabajo técnico que aquellos de nivel más alto. Para entrar a la educación técnica intermedia algunos sistemas requieren haber completado un aprendizaje previo o tener enseñanza vocacional. Según sean las tendencias de la educación técnica, en algunos países el enfoque difiere en relación con la cantidad de experiencia práctica laboral en la industria u en otros lugares que es requerida a los educandos. En 13s países en desarrollo, usualmente, se pone mayor énfasis en el en- trenamiento en talleres anexos a las instituciones y, a menudo, por la sencilla razón que la industria no tiene capacidad suficiente para acomodar grandes cantidades de técnicos aprendices para experiencia práctica laboral. Las consideraciones de costos y también la preocupación porque las condiciones de producción se asemejen lo más posible a las reales en el proceso educativo, han hecho que tales instituciones bus- quen trabajo productivo para ser realizado en sus talleres de entrenamiento.

Las tendencias en la educación técnica y profesional básica -en la cual los traba- jadores especializados y calificados reciben capacitación inicial- son aún más diversas y también más complejas. Las formas tradicionales de entrenamiento de trabajadores calificados mediante aprendizaje prevalecen aún en algunos países y en ciertos niveles de actividad económica; éste es el sistema de entrenamiento principal en países indus- trializados, tales como Austria, la República Federal de Alemania y Suiza y constituye un complemento importante del sistema de enseñanza profesional en Francia. Ello implica compartir la responsabilidad por el proceso educativo, por ejemplo, entre las escuelas de sistema dual(1) que entregan enseñanza general y técnica mediante un sistema de tiempo parcial en bloques o días y las empresas industriales o artesanales como también los bancos, las compañías de seguros y otras empresas con funciones principalmente comerciales o de oficina, que proveen la instrucción práctica esencial y la experiencia laboral. En ese sistema “dual” de enseñanza profesional la responsabili- dad es también compartida en lo que respecta a los exámenes aunque las autoridades oficiales también están involucradas en la evaluación y en el control de calidad.

La modalidad de aprendizaje ha estado declinando por largo tiempo, tanto en los países industrializados como en aquellos en desarrollo. Sin embargo, por una serie de motivos esa modalidad practica de aprendizaje para la educación profesional ha reco- brado nuevos ímpetus en los últimos años. Uno es que la trayectoria laboral de aque-

(1) Nota del revisor: se utiliza también el nombre de escuelas de alternancia.

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110s que recibieron entrenamiento inicial en un sistema dual ha sido más favorable que la experiencia laboral de aquellos entrenados en cursos de tiempo completo dentro del sistema educacional. Además, los cambios tecnológicos acelerados, y el alto costo de entrenar fuera del trabajo, han llevado a las escuelas profesionales a buscar una cola- boración más estrecha con la industria para entrenar nuevas generaciones de trabaja- dores especializados y calificados.

La tendencia en las modalidades de aprendizaje demuestra que, generalmente, se dedica más tiempo a la instrucción en la sala de clases que lo que se hacía en el pasado. En cierto número de países, la iniciación en un campo de trabajo específico también ha sido transferida de las empresas a las escuelas, dejando menos tiempo para instrucción en el trabajo y para experiencia laboral; al mismo tiempo se han acor- tado los períodos de entrenamiento, especialmente en los países en que el entrena- miento inicial duraba de cuatro a cinco años; ésta, también, es una adecuación a la tendencia general de ingreso a una edad mayor requerida por la prolongación de la escolaridad obligatoria.

La modalidad de aprendizaje tiene también un rol preponderante en el entrena- miento de trabajadores calificados en el área informal de las economías de los países en desarrollo. Sin embargo, tal aprendizaje pocas veces se reconoce oficialmente, se lleva a cabo de manera totalmente informal y con una base tradicional, y no es comple- mentado más tarde por una educación general y técnica, como en el caso de los siste- mas duales establecidos. Esto sigue vigente, a pesar de que muchos países en desa- rrollo han dictado recientemente legislaciones referidas al entrenamiento profesional y al aprendizaje. Esto se ha hecho con el propósito de elevar el nivel de calidad y au- mentar la capacitación a través del aprendizaje; no obstante, es una legislación que, la- mentablemente, ha tenido como propósito principal estimular capacitación a través del aprendizaje en empresas de mayor tamaño en el sector moderno de la economía.

La tendencia hacia un retorno a las prácticas y modalidades de aprendizaje tradi- cionales -pero mejoradas- tiene su paralelo en las actitudes más “abiertas” en los sis- temas de enseñanza profesional que forman parte del sistema de educación secunda- ria o han sido establecidos como sistemas separados fuera del campo de responsabili- dad de las autoridades educacionales. Se toma conciencia más y más a menudo que las escuelas y centros de capacitación sólo pueden simular en parte los tipos de traba- jos que se ejecutan en la industria o en otros campos de la actividad económica; que la experiencia laboral directa en un ámbito productivo debe agregarse a las destrezas desarrolladas separadamente. Una amplia gama de países, tales como los países socialistas de Europa del Este, han tomado providencias para que se establezcan rela- ciones específicas entre fábricas y granjas colectivas, por una parte, y escuelas tecni- cas y profesionales, por la otra, de las cuales son reclutadas las nuevas generaciones de trabajadores calificados. Los estudiantes de la enseñanza profesional pasan perío- dos variables trabajando en las fábricas o granjas colectivas, las cuales también pro- veen de instructores de tiempo parcial a las escuelas. En forma paralela, los estudian- tes de educación técnica llevan a cabo sus estudios e investigaciones para su gradua- ción dentro de las fábricas o granjas. Establecer lazos más estrechos con las econo-

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mías y empresas locales y regionales es también una tendencia común en muchos países, tanto industrializados como en desarrollo.

Estas tendencias facilitan y complican a la vez la tarea de introducir o extender la educación ambiental en la educación técnica y profesional. La creciente institucionali- zación del proceso educativo hace que sea más fácil introducir elementos ambientales en las diversas materias que se imparten en la enseñanza general y en la educación técnica. La estandarización de los programas y exámenes posibilita tomar bien en cuenta los elementos ambientales durante el proceso de enseñanza. Pero la mayor distribución de responsabilidades, en especial en la capacitación práctica, requiere del contacto entre aquellas personas involucradas en el desarrollo de la educación am- biental y un mayor número de personas directamente involucradas en partes del proce- so educativo. En los países donde la educación técnica y profesional ha sido altamente institucionalizada hay una sola autoridad, por ejemplo, un departamento de enseñanza técnica del Ministerio de Educación, responsable de la programación de todo el siste- ma, y los profesores de la enseñanza profesional constituyen la única, o por lo menos la vía principal, a través de la cual se pueden obtener innovaciones en los programas. El empleo de las empresas para la capacitación práctica requiere que ahora se com- prometa también al instructor y al personal de supervisión de las empresas para ase- gurar un impacto completo.

Un factor que complica la programación de la educación ambiental en la educa- ción técnica y profesional es el grado de especialización y la gran diferencia en los contenidos que se tratan en sus diversos tipos. La educación técnica superior es nor- malmente concebida en forma bastante amplia, sus graduados se preparan para em- plearse en áreas ocupacionales amplias, tales como ingeniería mecánica o eléctrica, ingeniería química o arquitectura. Los contenidos de los programas de educación ambiental que requieren pueden establecerse siguiendo más o menos los mismos li- neamientos que para la mayoría de las especializaciones, con énfasis en los proble- mas ambientales directamente relacionados con los temas técnicos específicos.

En la enseñanza técnica y profesional, básica e intermedia la especialización se hace más pronunciada y requiere ser tomada más en cuenta. Aunque las prácticas difieren entre los distintos países, los técnicos están divididos en más líneas de trabajo que los estudiantes de la educación técnica superior; a nivel de la educación técnica y profesional básica, el número de especialidades es a menudo muy alto. En varios paí- ses industrializados el número de “ocupaciones para aprendices” fluctúa entre 350 y 700, y algunos sistemas de enseñanza profesional albergan a más de 100 ocupacio- nes especializadas distintas, sin contar los mecanismos de capacitación existentes para aprendizaje complementario. A pesar de que la mayoría de los estudiantes de tales sistemas se encuentran ubicados en cerca de 20 clases o sectores ocupacionales para los jóvenes y diez para las jóvenes, también deben tomarse en cuenta las clases o sectores restantes, especialmente cuando son particularmente relevantes para el medio ambiente, como sucede con algunos. Aunque parte de las necesidades de edu- cación ambiental son similares en los grandes grupos de ocupaciones, cada especiali- zación puede mostrar características que requieran alguna modificación en el enfoque de la educación ambiental, lo cual debería incluirse en los cursos respectivos.

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Si los sistemas de educación técnica y profesional a nivel de entrada -la en- señanza inicial- son complejos, la palabra sistema puede ser aún inadecuada para describir la situación que se presenta en la educación técnica y profesional para adul- tos. Además, en este nivel, las diferencias entre los distintos países son todavía más marcadas que al nivel de la educación técnica y profesional inicial. La distribución de la responsabilidad es asimismo más amplia; en particular, la empresa tiene un rol mucho más importante en la educación técnica y profesional para adultos, los cursos son menos formales, más cortos, y los esquemas institucionales más variados. Las univer- sidades técnicas, los colegios superiores y las escuelas tienen un rol menor en la mayoría de los países, y en algunos la educación técnica y profesional para adultos es considerada hasta fuera del ámbito de sus actividades.

En este contexto hay que mencionar tres tipos de sistemas, que es muy posible que presenten oportunidades especiales en la búsqueda de canales a través de los cuales se pueda difundir la educación ambiental para personal técnico adulto.

El primero puede estar constituido por los sistemas de capacitación y recapacita- ción para adultos que normalmente funcionan bajo la responsabilidad general de las autoridades del mercado del trabajo o, como en algunos países, por el conjunto de las autoridades del trabajo y educación. En un comienzo, fueron diseñados para la capaci- tación acelerada de trabajadores semi-calificados y especializados, para mejorar las perspectivas de empleo de los trabajadores sin destrezas, o con destrezas obsoletas, y con el fin específico de llenar plazas de trabajo en algunas regiones o industrias en particular. Con el tiempo, en muchos países, los sistemas han ampliado gradualmente su espectro de trabajo para incluir educación técnica y profesional y entrenamiento de mayor duración. Asimismo, se han ampliado las edades de las poblaciones que atien- den incluyendo a personas jóvenes que han egresado hace poco tiempo de la en- señanza obligatoria. En algunos países, las actividades del sistema de educación téc- nica y profesional tienen lugar a nivel de las edades correspondientes a la enseñanza secundaria, presentándose un paralelismo importante. En otras palabras, algunos as- pectos de educación ambiental que son relevantes para los estudiantes de la educa- ción técnica y profesional de nivel secundario también son deseables para los cursos entregados a través del sistema de entrenamiento de adultos.

El desarrollo técnico acelerado y los cambios económicos son algunas de las razones por las cuales los sistemas de capacitación y recapacitación de adultos han tenido una expansión rápida en muchos países en años recientes. En los países en desarrollo existen razones adicionales como la instalación de nuevas industrias que requieren nuevas destrezas, para lo cual el sistema formal de educación técnica y pro- fesional no tiene la capacidad o competencia requerida para enseñarlas. Tanto en las naciones industrializadas como en las en desarrollo, gran número de trabajadores re- quieren a menudo reciclaje y actualización de sus destrezas y conocimientos técnicos a medida que los procesos cambian, los materiales utilizados y los productos fabrica- dos son modificados para incluir nuevas tecnologías. Todo esto trae aparejado una ampliación del ámbito del sistema de reciclaje de adultos.

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Las nuevas técnicas, materiales y productos a menudo representan nuevos as- pectos ambientales que considerar, y que requiere entonces una educación ambiental nueva o renovada.

Un segundo canal importante para la educación ambiental de adultos relacionada con el personal técnico está constituido por los diversos servicios de extensión, que también se han expandido rápidamente en los Últimos años. Tradicionalmente organi- zados como actividades no escolares (“extramuros”) del personal de los colegios supe- riores y de las universidades agrícolas o técnicas, muchos servicios de extensión cons- tituyen hoy en día organizaciones separadas. Este es, por ejemplo, el caso de los ser- vicios de extensión agrícola en muchos países y de los servicios de desarrollo de la pequeña industria, diseñados para mejorar, expandir y desarrollar el comercio artesa- nal y las pequeñas industrias manufactureras.

Desde el punto de vista de la educación ambiental, los servicios de extensión agrícola pueden ser los agentes más importantes. S u trabajo es esencialmente com- plementario al de las escuelas agrícolas en aquellos países en que éstas se preocupan especialmente del entrenamiento inicial de los trabajadores agrícolas y de los agriculto- res. Los graduados jóvenes tienen pocas posibilidades de aplicar la educación ambien- tal que aprendieron en las escuelas si los agricultores más maduros no están igual- mente preparados para tomar en cuenta los aspectos ambientales en su trabajo; por lo tanto, la cooperación y coordinación estrecha -en forma paralela- no es sólo deseable sino que esencial para lograr un efecto completo de la educación ambiental.

Lo mismo es aplicable en gran medida a los esfuerzos de desarrollo de la pe- queña industria. La pequeña industria y los servicios artesanales, especialmente en los países en desarrollo como, asimismo, en muchos campos de manufactura y servicios artesanales en los países industrializados son culturas muy tradicionales; el cambio y las mejoras en los métodos y condiciones de trabajo dependen tanto de los elementos jóvenes como de los maduros en el oficio u ocupación en cuestión.

El tercer grupo o canal de importancia en la educación ambiental para adultos está representado por la empresa pública o privada. A menudo menos estructurado que los dos sistemas ya mencionados (perfeccionamiento y reciciaje de adultos orien- tado hacia el empleo, y los servicios de extensión para la agricultura y la pequeña in- dustria) cobra cada vez más importancia porque las empresas, y en especial las de mayor envergadura, son en la mayoría de los países el foco de cambios económicos y tecnológicos, y actúan -también- como pioneras en el empleo de nuevos métodos y formas de organización del trabajo, en mejorar las condiciones de trabajo y para explo- rar formas de reducir la tasa de accidentes y reducir o eliminar los riesgos de salud laboral. A la inversa, dado su tamaño y posición dominante en los diversos campos de trabajo, el daño que pueden causar al medio ambiente y los peligros y riesgos a los que sus empleados pueden estar expuestos en el medio ambiente interno de sus esta- blecimientos son mayores de los que ocurren o puedan ocurrir en las firmas de tamaño intermedio o pequeño.

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Las actividades educacionales en las empresas industriales y comerciales han tenido una expansión rápida en años recientes. También han llegado a ser más organi- zadas y sometidas a mayor planificación y manejo directo, dentro de un cuadro de políticas de personal coordinadas. La función del encargado de “capacitación y desa- rrollo” se ha separado deotras funciones gerenciales en todas las empresas de mayor tamaño y, también en muchas empresas medianas, haciendo más fácil llegar a las empresas con un mensaje de educación ambiental. En muchos países, los encargados de la capacitación y desarrollo, o de la educación en la industria y en el comercio, han formado asociaciones para intercambiar experiencias y analizar aspectos educaciona- les relacionados con las empresas, un hecho que facilita aún más el contacto entre las autoridades educacionales y ambientales por una parte y las empresas por la otra.

Estrechamente relacionadas con el desarrollo en las empresas están las activida- des de educación técnica y capacitación de organizaciones industriales y económicas tales como las Cámaras de la Industria, Federaciones de Cooperativas Agrícolas y otras asociaciones gremiales de las cuales son miembros las empresas públicas y pri- vadas, con el propósito de promover eficiencia operacional y desarrollo económico dentro de sus respectivos campos de actividad. Tales corporaciones están participando a escala creciente en el diseño y desarrollo de programas educacionales relacionados con sus campos de actividad a nivel nacional. También ayudan a sus miembros de diversas formas, incluyendo consultorías y actividad educacional directa en diversos aspectos del desarrollo del personal. Muchas de estas organizaciones tienen sus pro- pios encargados de la enseñanza, algunas tienen sus propios centros de conferencias y establecimientos educacionales, por ejemplo, para el entrenamiento de personal ge- rencial y supervisores, a través de los cuales puede canalizarse la educación ambiental como complemento de lo que se hace en el sistema formal de educación técnica y profesional.

Más sutiles y menos fáciles de alcanzar son las actividades educacionales de mayor alcance o patrocinadas por corporaciones tales como institutos de investigación y firmas de consultores, algunas de las cuales se especializan en educación técnica y profesional avanzada en funciones técnicas y no técnicas. En este contexto, pueden ser puntos de contacto importantes las asociaciones de empleadores y las Cámaras de Industria y Comercio, o de artesanías y pequeña industria cuando están presentes; también en algunos países, las Cámaras de Agricultura. Otros contactos valiosos en este contexto son los diversos institutos de gerencia y productividad y las instituciones de investigación sobre capacitación, Todas estas instituciones y corporaciones normal- mente tratan de estar al tanto de las diversas actividades de educación técnica y profe- sional de adultos con el fin de asesorar a sus asociados acerca de la calidad y utilidad de los servicios prestados.

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IV. PLANlFlCAClON D E LA EDUCACION AMBIENTAL P A R A LA EDUCACION TECNICA Y PROFESIONAL

Dados los antecedentes presentados en los dos capítulos anteriores, es posible formu- lar una serie de conclusiones, que pueden ser resumidas como sigue:

(1) Existe un conjunto de contenidos de educación ambiental general que debe ser tratado durante el proceso educativo anterior a la educación técnica y profesional. A nivel de la educación y capacitación técnica y profesional, los objetivos principa- les deberán ser -en lo que a estos aspectos se refiere- reforzar la educación ambiental ya entregada. Si ello no se ha hecho, o si no se hizo bien, se deberá dedicar más tiempo y esfuerzo a la educación ambiental en los cursos de educa- ción técnica y profesional iniciales, dado los papeles protagónicos que posible- mente tendrán muchos miembros del conjunto de técnicos en la protección y mejoramiento futuros del medio ambiente.

(2) A nivel de la educación técnica y profesional, los temas principales de educación ambiental están directamente relacionados con el área ocupacional en la cual los educandos obtendrán probablemente empleo después de graduarse. Deberían cubrir tanto el medio ambiente externo -las relaciones entre el tipo de actividad agrícola, industn’al u otra y el mundo en general- y el medio ambiente interno, es decir, las condiciones en que se lleva a cabo el trabajo, los principales riesgos ambientales que se presentan en ese medio ambiente y las formas y medios re- queridos para proteger a aquéllos que laboran en él contra accidentes e insalubri- dad laboral.

(3) Es necesario distinguir entre los contenidos y la forma de la educación ambiental que se imparte en los distintos niveles de la educación técnica y profesional. Los ingenieros, técnicos (que pueden pertenecer a distintos niveles) y los trabajadores calificados tienen distintos grados de interacción con el medio ambiente y distintas posibilidades de ejercer influencia sobre él.

(4) La educación ambiental debería ser un proceso continuo y permanente para el personal técnico. Elementos nuevos, tales como investigaciones recientes acerca de la relación entre el empleo de algunos materiales en particular (el caso del asbesto), substancias o métodos, y riesgos ambientales específicos (en lo que respecta al medio ambiente externo, interno, o ambos) -deberían divulgarse a través de la educación ambiental inicial y posteriormente a través de los progra- mas de educación técnica y profesional.

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(5) La educación ambiental para los estudiantes de la educación técnica y profesional y otras personas ya empleadas en actividades técnicas (ingenieros, técnicos o trabajadores calificados) debería proveerse a través de una serie de canales, dada la naturaleza compleja de la educación técnica y profesional, que compren- de tanto instrucción práctica como teórica, y la importancia de la situación laboral y del medio ambiente de trabajo en este contexto. Los canales deberían incluir, por ejemplo, además de los programas formales de educación técnica y profesio- nal inicial dentro de los sistemas de capacitación técnica y profesional (ya sea de tiempo completo o parcial), los programas de capacitación técnica y experiencia laboral dentro de las empresas, los programas para perfeccionamiento y recapaci- tación de adultos, las actividades de los servicios de extensión para la agricultura y las industrias de servicio y manufactura más pequeñas.

1. Educación ambiental general en la etapa inicial de educación técnica y profesional

Los estudiantes de la educación técnica y profesional inicial llegan a los progra- mas de primer año con diferentes formaciones básicas. Normalmente ingresan a los niveles superiores de la enseñanza técnica, los alumnos que han completado su edu- cación secundaria en el área científica, con excepción de aquéllos que se han gradua- do pasando por la educación técnica o profesional de la enseñanza secundaria en aquellos países en que existe la posibilidad de tales transferencias. Por lo tanto, se puede suponer que en este nivel los educandos de la educación técnica superior ya conocen conceptos tales como ecosistemas, flujo de energía en los distintos compo- nentes del ecosistema tierra, flujo de materia en los ciclos bioquímicos, dinámica de poblaciones y los efectos más importantes de la intervención humana en los procesos naturales. Suponiendo que los profesores de ciencias han tratado los aspectos a m - bientales siguiendo fundamentalmente las líneas sugeridas por el programa Unesco- P N U M A , quiénes llegan a la educación técnica superior ya tienen conocimiento de los principales problemas ambientales, han estudiado a grandes rasgos sus causas y con- secuencias físicas, económicas y sociales, su escala geográfica y su respectiva dura- ción en el tiempo. Habrán adquirido conocimientos básicos acerca de los factores so- ciales involucrados y entienden a grandes líneas, las medidas que deben tomarse para resolver estos problemas.

En vista de la gran importancia de los asuntos ambientales para los futuros inge- nieros graduados que trabajarán en la industria y otros campos de actividad económica y del tiempo que debe emplearse en tales estudios durante el período de enseñanza, las instituciones de educación técnica superior deberían comprobar en los postulantes las actitudes, el conocimiento y el entendimiento de ellos, o a más tardar, durante el primer año de estudios. Para cerciorarse que se enseñen a cabalidad los temas a m - bientales, deberían comunicar los resultados de sus exámenes a las autoridades res- ponsables de la enseñanza secundaria, con el fin de efectuar las mejoras que sean deseables o necesarias para asegurarse que los estudios ambientales a nivel de en- señanza superior pueden tener una base firme en el conocimiento de hechos acerca de los ecosistemas, de los riesgos ambientales que se presentan en la sociedad mo-

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derna y de las medidas que se han tomado o deben tomarse a nivel macroeconómico -incluyendo acciones internacionales- para hacerles frente.

Los niveles básicos de la educación técnica y profesional -en este sentido- no pueden confiarse en que el trabajo haya sido efectuado por las escuelas. Los educan- dos de las instituciones en cuestión -las escuelas y colegios técnicos y profesionales- son, por lo general, más jóvenes, han estudiado menos ciencia y, probablemente, han recibido menos mensajes ambientales por parte de los medios de comunicación de masas. Además, los estudiantes de las escuelas profesionales, en particular, probable- mente retengan menos de lo que aprendieron en la escuela primaria, porque ellos a menudo constituyen un grupo con menores intereses intelectuales. Por otra parte, los trabajadores calificados y los técnicos de la industria y otros campos de actividad eco- nómica -exceptuando aquellos empleados en la agricultura- tienen menos posibilida- des de ejercer una influencia decisiva en aspectos ambientales generales en sus res- pectivos lugares de trabajo. De todas maneras, lo que no se ha hecho en las escuelas acerca de la educación ambiental general, antes de entrar al sistema de capacitación profesional intermedio o básico, debe ser integrado en los currículos de los estudios técnicos y profesionales.

Por lo tanto, es también importante que las instituciones de educación técnica in- termedia y básica verifiquen los niveles de conciencia y de sensibilización hacia los aspectos ambientales que poseen los postulantes o alumnos de primer año, sus cono- cimientos acerca de los problemas ambientales -en particular, aquellos directamente relacionados con el amplio campo de trabajo para el cual se prepararán- y su com- prensión de las interrelaciones entre los distintos factores ambientales. La conciencia respecto de ellos y la sensibilización que puedan haber adquirido mediante estudios previos, la exposición a los medios de comunicación de masas y otras influencias, deben ser evaluados y reforzados durante el período de capacitación. El reforzamiento debería incluir el desarrollo sostenido de habilidades para identificar, anticipar y resol- ver problemas ambientales más generales y estar dirigido a la participación directa en el trabajo de resolución de problemas ambientales en la sociedad en que viven y cons- tituir un objetivo primordial en la educación ambiental general.

2. Educación ambiental inicial, orientada hacia la ocupación

Hay una diferencia fundamental entre los objetivos de la educación ambiental general y el tipo de estudios ambientales que deben ser tratados en los currículos de la educación técnica y profesional. En el primer caso el propósito principal es lograr que “los individuos y las comunidades entiendan la naturaleza compleja del medio ambien- te natural y construido, resultante de la interacción de aspectos biológicos, físicos, sociales, económicos y culturales, y adquieran los conocimientos, los valores, las acti- tudes y las habilidades prácticas para participar de manera responsable y efectiva en la prevención y resolución de problemas ambientales y en el manejo de la calidad del medio ambiente”. En la educación técnica y profesional el propósito principal es desa- rrollar la conciencia, el conocimiento y las habilidades adecuadas para poder efectuar el trabajo individual y colectivo necesario para resolver los agudos problemas ambien-

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tales presentes en un campo particular de actividad económica, o resultantes del traba- jo en una ocupación en particular, y evitar que se presenten nuevos problemas en el medio ambiente interno o externo como resultado de cambios tecnológicos o económi- cos en dichas actividades. Además debería tener, como propósito asociado, mejorar la situación ambiental en el lugar de trabajo y también la interacción entre la actividad en cuestión y el entorno de la comunidad. Esto puede representar en muchos casos un cambio fundamental en los objetivos y contenidos, comparados con las antiguas actitu- des de laissez-faaire tanto en la industria como en la educación técnica y profesional que la asiste.

La industria automovilística puede tomarse como ejemplo. Por mucho tiempo fun- cionó bajo el supuesto erróneo de que las emisiones de un número cada vez mayor de vehículos -óxidos de azufre y carbono, plomo y otros componentes “sucios” de los gases de escape- podrían ser fácilmente absorbidas por el medio ambiente natural. La capacitación de los ingenieros mecánicos, de los técnicos de fabricación y mantención, y de los mecánicos de taller generalmente ignoró el daño ambiental causado por tales emisiones. Sin embargo, en años recientes la presión externa ha hecho cambiar por completo el énfasis puesto en este campo en particular: el primer aviso fue la conmo- ción causada por el aumento en el precio del petróleo en el comienzo de los años 70, el segundo fue el darse cuenta -casi al mismo tiempo- que el daño irreparable que se estaba causando en los bosques y campos y a los seres humanos en áreas de aglo- meración (es decir el problema de smog) era causado por los escapes de los vehícu- los. El resultado ha sido que los ingenieros y técnicos han puesto mucho mayor esfuer- zo que en el pasado en desarrollar motores que economicen combustible, catalizado- res y otras tecnologías diseñadas para reducir las emisiones de gases dañinos para el medio ambiente. Se ha logrado un desarrollo comparable en el diseño y producción de motores aeronáuticos con un nueva prioridad en construir escapes más limpios, con menos ruido y mayor economía de combustible.

Las presiones externas han tenido un impacto similar en una amplia gama de industrias y han dejado su huella tanto en el diseño de procesos como en los métodos de producción. Ha sido dictada una legislación, a veces profusa, que fija límites máxi- mos para las emisiones y algunas plantas para las industrias de chimenea, tales como fundiciones de hierro y acero, plantas de pulpa y papel, mataderos, fábricas textiles y otras ramas de la industria notoriamente “sucias”. Se ha introducido un control más estricto para las emisiones domésticas e industriales de las instalaciones que queman combustible para producir calor y para las industrias que utilizan grandes cantidades de agua en sus procesos, con el fin de evitar la contaminación de ríos y lagos o napas de agua subterráneas. Se han adoptado controles particularmente severos después de una serie de accidentes graves, para la industria química que maneja elementos vene- nosos; quienes se preocupan de este tema, tanto autoridades como encargados en las industrias, no podrán olvidar las opiniones tanto erráticas como publicitadas, de la tie- rra contaminada con dioxina del accidente de Seveso en Italia que fue, finalmente, neutralizada mediante quema en los incineradores de la industria química de Basel.

Una de las tareas principales de la educación técnica y profesional es lograr un

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cambio de énfasis similar en sus currículos y programas es decir, encontrar un lugar en el plan de clases para estudios teóricos, instrucción práctica y trabajo acerca de los aspectos ambientales más relevantes, según las distintas materias de estudio y de capacitación. En este sentido, las instituciones educacionales deberían, tanto como sea posible, asumir el liderazgo en lugar de ir, como suele suceder, a la zaga de los desarrollos en las industrias que les competen.

Aunque la tecnología que deberá tratarse será distinta dependiendo del nivel de estudios y del campo de actividad en cuestión, unos pocos objetivos básicos pueden ser formulados, para el cambio de énfasis en los fines de la educación técnica y profe- sional:

(1) Crear conciencia y proveer los conocimientos y habilidades tecnolÓgicas/económi- cas requeridas para resolver los problemas ambientales relacionados con los productos principales del campo de actividad en cuestión, la posible eliminación de tales problemas y las principales soluciones técnicas que sean aplicables;

(2) crear conciencia y proveer los conocimientos y habilidades tecnológicasleconómi- cas requeridas para identificar y resolver los problemas ambientales que derivan de los procesos de producción usuales en el campo de actividad en cuestión, incluyendo :

reclicaje o uso directo de los subproductos del proceso;

técnicas de tratamiento de desechos, incluyendo tecnología de separación para los elementos contaminantes existentes en el aire, agua y materiales sólidos, y en los almacenajes y técnicas de destrucción de elementos y agentes contaminantes o tóxicos, o, si fuera el caso, su transformación en desechos inocuos:

donde fuese apropiado, técnicas de restauración, cuando el proceso incluye daño directo al paisaje u otros elementos del medio ambiente; esto debería incluir familiarización con los estándares aplicados en la industria en cues- tión, contenidos en las leyes o recomendaciones de las autoridades compe- tentes u otras instituciones.

(3) crear conciencia y proveer los conocimientos y habilidades tecnológicas, incluyen- do actitudes proclives a la seguridad para identificar y hacer frente a los proble- mas relacionados con la seguridad y la salud de quienes están involucrados en el proceso productivo del trabajo, así como las posibilidades de eliminar tales riesgos ambientales o, cuando sea el caso, proteger al individuo o grupo en cues- tión e incluyendo también la mantención de tales medidas y la supervisión de métodos de trabajo seguros.

Hay que agregar dos comentarios. El énfasis se ha puesto -siguiendo la tradición de las actividades de seguridad e higiene industrial- en eliminar el peligro o riesgo

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presente. Este debería ser el objetivo principal; no sólo llegar a los máximos de emi- sión permitidos, o aquéllos indicados en las leyes o de otra manera como “recomenda- dos”. Siempre que sea posible eliminar un riesgo, éste debe ser también un objetivo. En el trabajo seguro, la segunda alternativa es “aislar” el riego, que quede fuera del alcance de los trabajadores. Lo mismo se puede aplicar rnutatis rnutandis, a los riesgos ambientales, por ejemplo, almacenaje seguro. Sólo cuando esto sea imposible deben tomase medidas tales como entregar a los trabajadores ropa protectora y otros ele- mentos de protección considerados recomendables . Esta es la tónica general, y con este objetivo general debe impartirse la educación ambiental en la educación técnica y profesional .

La eliminación completa de muchos riesgos ambientales puede parecer como imposible por lo menos en el estado actual de la tecnología. El automóvil puede servir- nos nuevamente de ejemplo; después de los motores derrochadores llegaron los moto- res que economizan combustible; el camino está ahora tecnológicamente abierto para pasar del combustible con plomo al combustible libre de plomo. El próximo paso será, ya al final de los 80 en muchos países, reducir drásticamente la emisión de dióxido de carbono y otros elementos contaminantes mediante catalizadores y otros medios para controlar las emisiones tóxicas. Hace quince años existía poca conciencia del proble- m a como tal y había resistencia que todavía se presenta en algunos sectores. En unos pocos afios tanto el consumo total de combustible como la cantidad de emisiones tóxi- cas por unidad de distancia recorrida se han reducido a una fracción de lo que eran en ese entonces. Esto se ha logrado a pesar de las protestas en el sentido que la industria no sería capaz de desarrollar las tecnologías requeridas dentro de los límites de tiem- pos fijados, que sería económicamente desastroso para los dueños de los automóviles y para las compañías de transporte y que, después de todo, había otros agentes conta- minantes mucho más culpables que los vehículos que estaban circulando.

El segundo comentario se relaciona con los aspectos económicos del control ambiental. Generalmente, los estudios económicos en la educación técnica y profesio- nal están primordialmente relacionados con los aspectos micro-económicos (economía de negocios) de los procesos de producción y productos. Este es un marco de referen- cia demasiado estrecho para el estudio de problemas ambientales. Ellos deben ser analizados en una perspectiva macroeconómica y también tomar en cuenta varios aspectos no-económicos. Deben considerarse no sólo el daño directo al medio a m - biente que puede ser causado por un proceso de producción en particular en el vecin- dario inmediato de la planta sino que, también, los efectos acumulativos en los siste- mas biológicos, la naturaleza internacional de muchos problemas ambientales y el impacto que puedan tener las medidas de protección sobre la estructura de la indus- tria.

Para la fábrica o línea de producción individual, limpiar vías de escapes y tratar los desechos puede costar unos cuantos millones de dólares, una suma muy impor- tante desde el punto de vista microscópico de una compañía que mueve unos pocos cientos de millones. En una perspectiva macro-económica puede tener una ínfima cantidad comparada con el daño causado a los bosques cercanos y lejanos, que po-

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dría tener como resultados final erosión, deslizamientos de terreno, avalanchas, cam- bios climáticos y otros daños ambientales. Pero la competencia entre los productores puede ser tal que evitar la contaminación sea económicamente factible solamente cuando se haya llegado a un acuerdo entre un grupo de industrias, como ha sido el caso, por ejemplo, entre las plantas de pulpa y papel en las costas del Mar Báltico. Los problemas ambientales de mayor envergadura en nuestros tiempos son a menudo de carácter internacional y macro y socio-económicos en sus efectos sobre la vida huma- na. Además, involucran daños que no se pueden expresar en términos económicos, tales como enfermedad y muerte, destrucción de la vida silvestre y puesta en peligro de la base fundamental de la producción agrícola. Análogamente incalculable en térmi- nos económicos es el daño estético causado por ejemplo, por ríos desecados para producir electricidad, o las heridas dejadas en la naturaleza cuando se ha agotado el mineral en las explotaciones a tajo abierto.

La misma combinación de factores macroeconómicos y no económicos debe ser considerada al determinar medidas para mejorar las condiciones del lugar de trabajo y proteger a los trabajadores contra riesgos de accidentes y de enfermedad ocupacional.

Estos son elementos que deberían ser incluidos en la educación ambiental de educación técnica y profesional, para que los educandos tomen conciencia de las res- ponsabilidades que asume el personal técnico al ejecutar su labor.

3. Educación complementaria de adultos(1)

Existen varias razones por las cuales el análisis y la planificación de la educación ambiental en la educación técnica y profesional debería cubrir tanto la fase inicial como la educación complementaria para adultos; ésta comprende mejorar el nivel y la actua- lización de conocimientos y, en algunos casos, la recapacitación. Algunas de esas razones se mencionan en este contexto, ya que inciden tanto en la selección de las poblaciones-meta como en el contenido de tal enseñanza.

En primer lugar, el rápido progreso de la tecnología hace que la educación perma- nente en la educación técnica y profesional -por toda la vida y con propósitos específi- cos- sea especialmente importante en varios campos de la ciencia y la tecnología. Mientras que los grupos civiles pueden recibir suficiente educación permanente a tra- vés de los medios de comunicación de masas, de la actividad de diversos grupos de presión política y social, y de organizaciones comunitarias, el personal técnico necesita educación técnica y profesional permanente, relacionada con el impacto específico de los cambios en su campo de trabajo en particular. En este contexto, cabe hacer notar que muchas empresas agrícolas e industriales están empleando hoy en día medios de producción que no existían hace algunas décadas, y que conllevan riesgos ambienta- les distintos de aquellos que los trabajadores aprendieron a manejar cuando recibieron su capacitación inicial. Además, investigaciones recientes, por ejemplo, acerca de la

(1) Ver nota en pie de página NQ 12.

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salud laboral y de problemas ambientales de mayor envergadura han contribuido con nuevos puntos de vistas acerca de lo que debe hacerse o evitarse. Un ejemplo recien- te, que trastornó a toda la industria es el conjunto de riesgos de salud laboral relaciona- do con el uso del asbesto. Se pueden encontrar muchos ejemplos similares, tomados de otras industrias.

En segundo lugar, debe haber cierta correlación entre lo que saben las generacio- nes más maduras del personal técnico y aquellos que se inician en la educación técni- ca y profesional. Si esto no se logra, los conflictos actuales entre las generaciones más maduras y las más jóvenes en el lugar de trabajo se agravarán aún más.

En tercer lugar, las generaciones mas maduras de personal técnico recibieron capacitación en cursos que por lo general descuidaban los aspectos ambientales. Lo que necesitan no es solamente una puesta al día sino que en muchos casos, se trata de re-entrenamiento destinado tanto a cambiar actitudes como al énfasis que debe darse a distintos aspectos de su trabajo.

Los grupos principales a quienes va dirigida la educación ambiental permanente para adultos son, en primer lugar, aquéllos responsables de los productos y procesos y de la mantención de los procedimientos de trabajo adecuados: los gerentes en distin- tos niveles, incluyendo supervisores de producción; especialistas de investigación y desarrollo; personal de mantención, incluyendo a los responsables de las reparaciones y mantención post-venta, es decir, mecánicos de taller de afinación de motores, repa- ración y mantención de sistemas de abastecimiento de petróleo y catalizadores. Todos ellos son personas que debido a los cambios tecnológicos recientes, requieren entre- namiento extra especialmente debido a que dichos cambios pueden tener consecuen- cias ambientales importantes.

Los funcionarios encargados de la capacitación y desarrollo del personal, los in- genieros de seguridad y los representantes de los sindicatos de trabajadores encarga- dos de la seguridad constituyen el personal -o los canales- más irrefutables para una educación ambiental permanente.

En las industrias que utilizan substancias peligrosas en la producción, los grupos que interesan son aún más amplios: incluyen, por ejemplo, al personal encargado del almacenaje en estanques, a los trabajadores del transporte y a otros que pueden manipular tales substancias en el curso de sus actividades y quienes, si no hacen bien su trabajo, pueden causar daños ambientales irreparables.

Los grupos aún más especializados incluyen a los inspectores y personal de ser- vicio técnico, Por ejemplo, los esfuerzos de protección ambiental han creado nuevas funciones y responsabilidades para los deshollinadores.

Los contenidos de la educación ambiental permanente para el personal técnico difieren ampliamente en las diversas ramas de la actividad económica. También difiere la profundidad de la educación requerida por las personas empleadas en diversos

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campos de actividad. Los objetivos son los mismos que los de la educación ambiental inicial que se entrega en la educación técnica y profesional: desarrollar conciencia, conocimiento y habilidades en el manejo de los diversos problemas ambientales que se presentan en el campo específico de actividad económica en lo que se refiere a los productos, el proceso de producción y el trabajo.

Sin embargo, en muchos casos debe ser más amplia que la educación ambiental entregada a los adultos. La educación técnica y profesional ha dado en el pasado poca importancia a los aspectos ambientales, salvo a aquellos relacionados con las precau- ciones de seguridad que deben tomar los trabajadores en su labor. Aún este aspecto se descuida a veces, especialmente en los estudios mayormente teóricos de la educa- ción técnica superior de muchos países. En consecuencia, la educación ambiental para adultos debe tener muy a menudo, el objetivo dual de sensibilizar a los educandos y hacerles tomar conciencia de los problemas ambientales en general y de los proble- mas específicos relacionados con la industria u otro tipo de actividad económica en la que están empleados.

El hecho que muchas personas que ejecutan trabajos técnicos en la industria y otros campos de actividad económica ya estén familiarizadas con el trabajo de seguri- dad y con los riesgos de salud que se pueden presentar en el medio ambiente interno de su campo de trabajo en particular es, por otra parte, una ventaja. La educación ambiental para este tipo de personal puede, en muchos aspectos, diseñarse como una profundización y extensión de lo que ya saben acerca de los riesgos con los que se encuentran a diario. También están sensibilizados acerca de las interrelaciones entre distintos lugares de trabajo y las precauciones que los trabajadores deben tomar, no sólo para protegerse a sí mismos, sino que, también, para evitar dañar a otras perso- nas.

El grado de conciencia acerca de las medidas de seguridad y de los riesgos para la salud en el trabajo varía notablemente entre los distintos países e industrias. Se puede decir, en forma general pero afortunadamente con muchas excepciones positi- vas, que las empresas de menor tamaño ponen menor cuidado en la seguridad y salud de sus empleados que las de mayor tamaño. Estas Últimas, tanto en los países en desarrollo como en los países industrializados, usualmente tienen una organización especializada dedicada a la protección de sus trabajadores, muchas veces ingenieros de seguridad especializados apoyados por comités conjuntos de seguridad y represen- tantes de seguridad del sindicato. Estos Últimos normalmente llevan a cabo una labor preventiva y de educación dentro de sus organizaciones. También tienen un contacto más estrecho con las inspectorías del trabajo, con otras firmas, y con especialistas en salud ocupacional. Las firmas más grandes también emplean personal médico que tie- ne como labor específica la medicina ocupacional preventiva.

Por otra parte, en las empresas más pequeñas, y especialmente en los talleres del sector informal de los paises en desarrollo, las condiciones son, por lo general, menos favorables. Es frecuente que las máquinas no tengan dispositivos de protec- ción, los trabajadores -y a menudo también el dueñoigerente- ignoran los peligros

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para la salud inherentes al empleo de distintas substancias tóxicas, normalmente exis- ten pocos contactos con la inspectoría del trabajo y ningún contacto con personal médico que podría ayudar haciendo presente los problemas que podrían presentarse. Lo mas corriente es el descuido -usualmente debido a la ignorancia acerca de los efectos ambientales- de las precauciones elementales de protección del medio am- biente, tales corno el tratamiento adecuado de los desechos: el aceite quemado va a dar a las alcantarillas, los solventes tóxicos quedan en recipientes abiertos, combinan- do el riesgo de incendio con el de intoxicación de los trabajadores presentes en el lu- gar. En otras palabras, tales empresas son a menudo un factor de riesgo tanto para el medio ambiente interno como para el externo.

Tal como ya se mencionó, la situación se complica aún más por el hecho de que en muchos países no hay canales educacionales establecidos para llegar a los respon- sables de las pequeñas empresas. Los aprendices no reciben instrucción relacionada con su trabajo en ningún sistema de enseñanza; no hay cursos para artesanos y pe- queños empresarios que les informen acerca de los aspectos ambientales ya que los objetivos de las agencias de consultorías para la pequeña industrial sólo prestan su asesoría en aspectos comerciales y técnicos. En los países industrializados, las em- presas son usualmente miembros de asociaciones gremiales, cámaras de la pequeña industria y organizaciones similares; en los países en desarrollo, no están unidas a ningún tipo de estructura formal a través de la cual podría contactárseles.

En la mayoría de los países la situación no es tan desfavorable en la agricultura. Las cooperativas de agricultores, los servicios de extensión del gobierno, y las organi- zaciones de ventas de los fabricantes de maquinarias, herramientas y productos quími- cos empleados en la agricultura constituyen canales a través de los cuales es posible entregar educación ambiental que puede llegar en la mayoría de los países hasta los villorios más remotos.

4. Temas de educación ambiental

Planificar la educación ambiental para el personal técnico del futuro y del presente es, por lo tanto, tarea compleja. Compleja, debido a los muchos niveles a que debe dirigirse dicha educación; compleja, debido a la gran variedad de funciones técnicas de dicho personal; compleja debido a las muchas vías que deben emplearse para llegar a los distintos grupos involucrados y, en muchos casos, a la falta de canales adecuados para llegar a ellos. Pero importante, debido al papel fundamental que el personal técni- co tiene tanto en la prevención del deterioro ambiental como en la reparación del daño que ya puede haber ocurrido.

Educación técnica y profesional inicial

Planificar la educación ambiental dentro de un sistema de educación técnica y profesional completamente institucionalizado -sobre todo de tiempo completo- es una tarea relativamente sencilla. Aquí, las elecciones principales en la planificación se refie-

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ren al grado en que dicha educación debe ser un tema separado, o si debe ser incor- porada a las distintas materias técnicas, o, como puede ser el caso, a la enseñanza de ciencias en general. Otro grupo adicional de elecciones se relaciona con el lugar que ocupa y la forma que toma la educación ambiental en la instrucción teórica y práctica respectivamente, y a través de estudios especiales o capacitación en el lugar de traba- jo.

En la educación técnica superior, cualquiera sea la especialidad, un curso general acerca de los aspectos ambientales, con referencias específicas a los dese- chos y emisiones contaminantes, y con énfasis en la tecnología que se emplea para filtrar, eliminar Óxidos de azufre, neutralizar y destruir, y en las operaciones de alrnace- naje, debería ser el primer objetivo de la planificación. El curso debería tender a incul- car un sentido de responsabilidad del personal técnico, de todos los niveles, para la mantención y el mejoramiento del medio ambiente exterior y entregar los conocimien- tos teórico/prácticos tanto acerca de los efectos contaminantes para el medio ambiente producidos por el tratamiento inadecuado de los desechos, como de los métodos para prevenirlos. Ello debería ser complementado por aplicaciones prácticas en el laborato- rio y en el taller. Mientras los ejemplos utilizados tanto en la instrucción teórica como práctica deben estar directamente relacionados con las situaciones que se presentan en el área ocupacional en cuestión, el mensaje de fondo debería ser el mismo: el dafio al medio ambiente puede y debe ser detenido; detenerlo es, antes que nada, un asunto de tecnologías apropiadas utilizadas por personal técnico responsable.

El curso debería cubrir también los aspectos principales relacionados con el me- dio ambiente interior. Debería entregar conocimientos acerca de los principios ergonó- micos y de ingeniería industrial básicos, elementos de higiene industrial y conocimien- tos básicos tanto acerca de los riesgos usuales para la salud como de las medidas de prevención. Tal como en el caso de la educación ambiental relacionada con el medio ambiente exterior, el curso debería incluir experimentos prácticos tanto en laboratorios como en talleres, aplicando la teoría aprendida en las aulas. Debiera ponerse énfasis especial en las distintas enfermedades respiratorias, alérgicas y otras, que se desarro- llan lentamente, incluyendo el efecto de substancias cancerígenas, enfermedades rela- cionadas con la vista y la audición (niveles de ruido) y las precauciones que se deben tomar para evitar que éstas se desarrollen.

Un objetivo adicional importante en un curso de educación ambiental especial para los alumnos de la educación técnica superior, debería ser familiarizar al estudian- te con las actividades y normas de las distintas autoridades públicas y organizaciones privadas que se ocupan de lo siguiente: los aspectos ambientales generales, la seguri- dad y salud ocupacional, la prevención de incendios con referencia, en especial, a los riesgos de incendio industrial, el uso y almacenaje de materias inflamables y explosi- vos, los procesos de ignición espontánea, etc., el tratamiento de desechos y el uso económico y el ahorro de energía y de materias primas que escasean, incluyendo la recuperación y reciclaje.

Aunque el énfasis debe centrarse en los aspectos ambientales y en la tecnología

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de la protección ambiental -incluyendo el reforzamiento de la educación ambiental general entregada durante la enseñanza secundaria el curso debería también poner énfasis tanto en aspectos socio-económicos como en microeconómicos de la protec- ción ambiental y en el uso económico de materias primas escasas.

La protección y mejoramiento ambientales ofrecen una amplia gama de temas excelentes para proyectos de tesis de grado; grupos de estudiantes o individuos pue- den obtener grandes beneficios al llevar a cabo estudios específicos de los problemas de protección ambiental en especial en industrias o fábricas. Existen muchos proble- mas aún no resueltos, o resueltos sólo en parte, respecto del tratamiento de desechos, emisiones tóxicas y contaminantes llevadas por el aire o el agua, que son retos poten- cialmente fructíferos para trabajos de tesis de postgrado. Fructíferos, porque el progre- so tecnológico en dichas áreas puede ser financieramente provechoso y constituir la introducción para una carrera técnica exitosa.

A nivel d e la educación técnica intermedia, los objetivos de la educación ambiental deberían ser más o menos similares a los sugeridos más arriba para los fu- turos ingenieros graduados. Las diferencias de enfoque pueden estar relacionadas con el énfasis y no tanto con el fondo del tema. Por lo general, los técnicos estarán más preocupados de la aplicación de tecnologías conocidas para la protección y mejora- miento ambiental que acerca del desarrollo de tecnologías nuevas y mejoradas. Además, la enseñanza entregada debería poner énfasis en las aplicaciones prácticas por sobre la teoría, lo que implica que el tiempo en sala de clases debería dar paso a mayor cantidad de actividades de taller y laboratorio. El conocimiento de las normas referentes a la tasa de emisiones máximas permitida debería estar m á s relacionado con los métodos para reducir las emisiones que con el cómo están constituidos los elementos contaminantes y cuáles problemas teóricos y prácticos deben ser resueltos para eliminarlos o reducirlos.

Finalmente, la educación ambiental en el nivel intermedio de la educación técnica necesita ser más especializada, tener una gama más estrecha de aplicaciones tecnoló- gicas que la requerida en la educación técnica superior. C o m o se indicó en un capítulo anterior, el entrenamiento de técnicos está normalmente relacionado con un campo más específico de trabajo técnico, los estudios son por lo general m á s cortos que en las universidades técnicas y otras instituciones de enseñanza técnica superior, lo que significa también que es más difícil encontrar lugar en los currículos para los tipos de cursos amplios acerca de temas ambientales que se han esbozado arriba.

Al diseñar la educación ambiental para estudios a nivel de técnicos, debe atender- se también al tipo de trabajo que normalmente efectúan los graduados en los primeros años de empleo. Esto es sumamente variable según los países e industrias. En la in- dustria química, por ejemplo, los técnicos se hacen cargo de pequeñas unidades de producción mientras que, en la industria mecánica, los primeros años de trabajo se emplean a menudo en trabajo especializado de planificación, estudios de trabajos y otras tareas similares, o como ayudantes para gerentes de operaciones. Los técnicos químicos especializados a menudo pasan algunos años en los laboratorios de investi-

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gación y control de producción. Los técnicos empleados en industrias que aplican tec- nologías establecidas y tradicionales -como es a menudo el caso en los países en desarrollo- obtendrán otro tipo de experiencia comparados con los que pasan sus pri- meros años laborales en una atmósfera de desarrollo tecnológico de primera línea. El tipo de experiencia que acumularán y su relevancia en aspectos ambientales variará notablemente de acuerdo con estos parámetros.

También debe hacerse un distingo en lo que se refiere al entrenamiento del técni- co que es paralelo a la educación secundaria final, por una parte, y el entrenamiento del técnico de post-secundaria, por la otra. En algunos casos, el primer grupo tendrá menos educación ambiental al comenzar, ya que dejó la enseñanza obligatoria a la edad de 16 años más o menos; los segundos usualmente egresan en la línea científica o su equivalente de la enseñanza secundaria y es probable que tengan un conocimien- to bastante acabado de los problemas ambientales en general.

El resultado es que la educación ambiental en la educación técnica intermedia deberá diseñarse tomando en consideración un número mayor de variables. Para las edades más tempranas -los que entran al sistema de entrenamiento de técnicos ya a la edad de 16 años- puede ser necesario un curso de educación ambiental general y básico, que entregue un marco de referencia para el estudio detallado de los proble- mas ambientales de la industria o, si fuera el caso, aspectos ambientales relacionados con la agricultura, industria forestal, minería u otros campos de actividad económica fuera de la industria en sí. La educación ambiental mas específica, relacionada con la industria, deberá tener un enfoque más estrecho en la mayoría de los casos, tratando los problemas ambientales directamente relacionados con la especialización de los educandos. Así, por ejemplo, los estudiantes de química serán encauzados primordial- mente hacia el estudio de medidas preventivas que conciernen a substancias tóxicas, corrosivas o cancerígenas y, más en general, a substancias que al fluir libremente en el medio ambiente pueden causar daños a la vida acuática o, por ejemplo, a instalacio- nes de alcantarillas, o a través de la contaminación del aire. C o m o corolario a los estu- dios de riesgos, deberán familiarizarse con las precauciones que se deben tomar para evitar la contaminación ambiental u otros daños, las propiedades y la preparación de medidas y tecnologías corrientes de protección ambiental y los estándares de emisio- nes que son aplicables a su campo de trabajo químico en particular. También se les debe introducir y enseñarles a trabajar con las principales fuentes de información acer- ca del medio ambiente y de normas ambientales, y los estándares principales que se aplican a la seguridad e higiene industrial. Contenidos importantes para los técnicos en química son aspectos tales como protección contra incendios, incluyendo riesgos de ignición espontánea, medidas de seguridad especiales relacionadas con recipientes envasados a presión, y la tecnología que se les aplica.

Los estudiantes técnicos que se preparan para trabajar en otras industrias tienen necesidades de educación ambiental distintas. Los problemas de ruido, por ejemplo, se presentan en una amplia gama de actividades; las textiles, las de servicio de aviación, la ingeniería civil, son ejemplos de industrias en las cuales la protección contra altos niveles de ruido constituye un problema agudo. La vibración causa problemas de salud

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ocupacional en la industria forestal (trabajo con motosierras) y en la ingeniería civil. Son también problemas ambientales más generales: las emisiones contaminantes que son corrientes (aunque las substancias pueden ser diferentes) en una gran gama de industrias, tales como pulpa y papel, en el tratamiento químico de piezas en la industria mecánica, el apresto de telas en las fábricas textiles, para dar unos pocos ejemplos. Las fábricas de goma y plásticos combinan los problemas de emisiones con los relacio- nados con la seguridad y salud, dado el empleo de distintos tipos de solventes. Una gran variedad de industrias, incluyendo las ya mencionadas, corren el riego de conta- minar el medio ambiente a causa de los residuos descargados con sus aguas servidas (por ejemplo, fibras de las fábricas textiles) o cambiar las condiciones climáticas de los ríos al descargar agua caliente. Son comunes para todas las industrias de “chimenea” los problemas causados por el humo, a menudo combinado con otras emisiones al aire y agua, y en todos los casos, es una fuente de contaminación importante a menos que se tomen medidas para limpiar. Por lo tanto los grandes grupos de estudiantes de la educación técnica intermedia deben entender los efectos que tienen las emisiones in- dustriales más comunes sobre la vida acuática, en particular, y sobre el medio ambien- te, en general; y cuáles son los medios para controlarlas y la mantención de estánda- res aceptables al respecto.

Las diversas técnicas para ahorrar energía -tales como el intercambio de calor- con el doble propósito de protección ambiental y economía operacional y, más en general, las tecnologías para calefaccionar y refrigerar son ampliamente aplicables y, por lo tanto, también un elemento importante en la educación ambiental de los técnicos que se preparan para trabajar en grandes áreas de actividad económica.

Estos ejemplos pueden servir para demostrar hasta qué grado la educación am- biental a nivel de técnicos debe “hacerse a la medida” tomando en consideración el tipo de funciones que normalmente se encargan a los recién graduados en la industria; el tipo de industria que recluta mayormente graduados de las distintas líneas de la educación técnica intermedia; los riesgos ambientales relacionados con el medio am- biente externo y la seguridad y salud de los trabajadores y otros empleados en ella; y el tipo y nivel de enseñanza general que han recibido antes de entrar a la enseñanza técnica.

La educación ambiental para los estudiantes en la educación técnica y profe- sional básica presenta los mismos problemas que los indicados para la educación técnica de nivel intermedio. El tiempo es a menudo escaso, el entrenamiento de tiempo completo para los trabajadores calificados en las escuelas profesionales a menudo no pasa de dos años. La especialización está a menudo definida en forma muy estricta en cuanto se refiere al tipo de industria o función para la cual se provee entrenamiento. El nivel educacional a que se ha llegado antes de entrar a la educación técnica y profesio- nal básica es usualmente bajo, ocho a nueve años de enseñanza general es más o menos la norma. Además, tal como se mencionó anteriormente, los matriculados en este nivel de educación técnica y profesional constituyen a menudo una selección con menores intereses intelectuales, con una gran proporción de pupilos “cansados de la escuela” que tienen poco interés o aptitud para más estudios “librescos”.

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Es probable que su educación ambiental general sea deficiente y haya una nece- sidad de que sea considerada en sus programas de enseñanza. Tal educación a m - biental suplementaria es deseable, no sólo tal como lo es deseable para los estudian- tes de enseñanza secundaria en general sino, también, como marco de referencia para la educación ambiental más directamente relacionada con su ocupación, que deberá formar parte de su instrucción teórica y práctica.

C o m o las áreas ocupacionales son aún más diversas en la educación técnica y profesional de nivel básico que en otras formas de enseñanza técnica, no es posible formular generalizaciones acerca de los contenidos. Es obvio, por ejemplo, que los mecánicos y electricistas necesitan una educación ambiental bastante diferente -y podrán tener influencia sobre el medio ambiente en forma más efectiva en su trabajo futuro- que los peluqueros y zapateros.

Por regla general puede sugerirse que las personas que se están preparando para trabajo calificado en la agricultura y campos de actividad económica relacionados con ella, necesitan una educación ambiental más amplia e intensiva. Los riesgos mas importantes en su trabajo están relacionados tanto con el medio ambiente externo como interno y con la seguridad y salud ocupacional. El empleo creciente de abonos artificiales así como abonos naturales y otros productos químicos, todos con potencial para contaminar y que también implican riesgos para la salud ocupacional si no se manejan en forma adecuada, son ejemplos básicos de cuestiones ambientales que necesitan estudiarse a fondo, aprendiendo también las tecnologías de protección más importantes. La concentración de ganado y o!ras fuentes de alimentos en “ífábricas de carne” presenta nuevos problemas en el tratamiento de desechos, a menudo tecnológi- camente complejos, que deberán aprenderse a manejar. Se debe desarrollar la com- prensión y el entendimienlo de los efectos en cadena que ocurren en la naturaleza por el uso indiscriminado de herbicidas o insecticidas y el empleo de otros productos quí- micos, por ejemplo, en el tratamiento de las semillas, etc. En otras palabras, necesitan tener una base de conocimientos bastante complejo acerca del ecosistema agrícola y de las tecnologías que se utilizan para protegerlo. Asimismo, una introducción bastante amplia acerca de los problemas de seguridad y salud ocupacional en un campo laboral que presenta una probabilidad de accidentes cada vez mayor.

Para los trabajos en las fábricas, la educación ambiental especializada que se requiere es normalmente más reducida y está relacionada más directamente con la seguridad y salud del grupo de trabajo y los riesgos directamente relacionados con el tipo de producción. Loa trabajadores de la industria química necesitan a menudo una educación más amplia y básica en lo que respecta al manejo de los productos -que a menudo conlleva riesgos relacionados con fugas de gas, envenenamiento, inhalación de polvo y otros riesgos para la salud- a menos que la producción esté completamente automatizada. Deben estar familiarizados con los dispositivos de seguridad, incluyendo las precauciones que se deben tomar respecto del gas almacenado bajo presión y las rutinas de emergencia. A propósito, estos conocimientos y habilidades se aprenden mejor dentro de la práctica laboral. Por regla general, la educación ambiental fuera del trabajo debería estar dirigida en primer lugar a la conciencia y entendimiento de los

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problemas, mientras que las habilidades deberían ser aprendidas en situaciones reales de trabajo.

Lo común en la mayoría de las capacitaciones para trabajadores calificados es que su educación debería incluir el estudio de la organización general de la seguridad y la salud relativas al lugar de trabajo y los principios ergonómicos básicos que se apli- can a las distintas funciones de trabajo: sentado, de pie, levantando pesos, equilibrio en los movimientos, etc. Asimismo, debería incluir el respeto debido al orden en el lugar de trabajo -individualmente y respecto del medio ambiente interno colectivo- y la aplicación estricta de las reglas y reglamentos de seguridad.

S e requiere énfasis especial acerca de los aspectos ambientales en ocupaciones relacionadas con la reparación y mantención de las instalaciones y equipos: mecáni- cos, electricistas, por ejemplo, incluyendo los mecánicos de vehículos automotores, quienes, en su trabajo probablemente controlen y mantengan equipo que tiene influen- cia en la producción de emisiones potencialmente contaminantes.

En resumen, la educación ambiental en la educación técnica y profesional básica debe ser muy selectiva. En primer lugar, debe ser complementaria a la educación ambiental general y, además de eso como objetivo específico debe estar dirigida a los riesgos ambientales que el trabajador en cuestión probablemente deberá manejar di- rectamente en su trabajo. El riesgo de hacer ambas cosas a la vez es hacer muy poco o demasiado; es poco probable que las instrucciones generales acerca de los riesgos ambientales sean efectivas; al mismo tiempo, omitir cualquier aspecto que el trabajador pueda influir en el futuro sería igualmente un gran error.

Finalmente, deben decirse algunas palabras acerca de los distintos sistemas a través de los cuales son entrenados los futuros trabajadores calificados. En la capaci- tación profesional de tiempo completo, la instrucción relacionada con el oficio toma normalmente gran parte del tiempo el cual agregado a la educación general adicional, a veces ocupa más de la mitad del tiempo en la sala de clases. Los temas tratados incluyen ciencias en general y la tecnología relacionada con el oficio, lo cual hace posible encontrar tiempo adecuado para la educación ambiental. La situación es a veces distinta en los “sistemas duales” en donde la instrucción relacionada con el oficio se da en cursos alternos por bloques o por días, o en cursos nocturnos; esta Última es una práctica que va desapareciendo. El tiempo total que se ocupa en la instrucción relacionada con el oficio y la educación general adicional varía entre 300 y 400 horas por año. Además, especialmente en las escuelas más pequeñas, los educandos están a menudo agrupados en áreas ocupacionales amplias, lo que hace difícil, si no imposi- ble, adecuar la instrucción en forma precisa a la tecnología y los problemas ambienta- les pertinentes para cada especialidad ocupacional. Además, el tiempo que se dedica a la tecnología y las ciencias varía enormemente entre los países. En todos estos ca- sos la elección del contenido debería propender necesariamente, en primer lugar, a crear una conciencia básica de los problemas ambientales, tanto en el mundo en gene- ral y en el lugar de trabajo; dar a conocer los principios y prácticas básicos y esenciales de la protección ambiental en términos algo generales, tal vez con énfasis especial en

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el tratamiento de desechos, que se aplica a la mayoría de los campos de actividad económica y a una amplia gama de ocupaciones; entregar una introducción a temas tales como principios ergonómicos básicos, principios y prácticas de organización rela- cionadas con la seguridad y salud ocupacionales; y desarrollar actitudes favorables hacia los esfuerzos hechos en la industria y por la sociedad en su conjunto para prote- ger y mejorar el medio ambiente y resguardar a los trabajadores contra accidentes y riesgos para la salud relacionados con sus ocupaciones.

Educación ambiental complementaria

Es poco lo que se puede generalizar acerca de los temas que deberían ser inclui- dos en la educación ambiental complementaria para el personal técnico. El contenido puede ser resumido en tres categorías:

Temas que requieren reforzamiento -la educación permanente en seguridad y salud, por ejemplo, o capacitación para revisar conocimientos acerca del trata- miento de desechos y temas relacionados.

Formación complementaria, e.g. para gerentes, capataces y otras categorías de personal con responsabilidad sobre otros, en el momento que su nivel de funcio- nes cambia, y

Actualización para entregar conocimientos acerca de riesgos ambientales recien- temente descubiertos, o cuando los materiales, los productos o los métodos de producción cambian.

La experiencia en el trabajo de seguridad en la industria ha demostrado que el mensaje de seguridad debe ser repetido con frecuencia para asegurarse que las reglas sigan aplicándose. Debe también variar, con cambios en el énfasis, y utilizando distin- tos medios de comunicación ya que los malos hábitos reaparecen con facilidad des- pués que el primer impacto de una campaña de seguridad ha pasado al olvido y un conjunto nuevo de prioridades -tasas de ganancia por piezas producidas y metas de producción que cumplir- toman la delantera en determinar la conducta. Esto mismo se aplica a los aspectos ambientales más amplios, tales como la mantención del equipo de filtración, el uso de dispositivos de protección, etc.

Además, la rotación de trabajadores puede ser tal que la conciencia y el interés ambientales sean asumidos por sólo algunos miembros del personal y los novatos sean entrenados rápidamente para su trabajo sin poner suficiente cuidado en la protec- ción y mejoramiento ambiental.

Los objetivos principales a quienes va dirigida la educación ambiental comple- mentaria son los ingenieros y técnicos, capataces y trabajadores jefes de grupo res- ponsables por la operación continuada de la planta y otras instalaciones.

La formación complementaria unida a la promoción merece atención especial en

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este contexto. Es corriente en la industria que las personas sean removidas desde un puesto que requiere relativamente poca responsabilidad por el medio ambiente, los problemas y la seguridad ambientales y la salud, a puestos en que los problemas ambientales constituyen lo primordial del trabajo. La promoción desde obrero a capataz es un ejemplo típico. El éxito en el nuevo trabajo sólo será posible si la promoción es acompañada por un2 formación adecuada en temas ambientales y de seguridad; este recordatorio está dirigido especialmente a los cursos de formación para gerentes y supervisores, dictados a menudo por los servicios de extensión de los colegios y es- cuelas profesionales.

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V. FORMACION DE LOS PROFESORES

Toda la educación técnica y profesional debería ser -y normalmente es- un pro- ceso integrado que combina tres elementos distintos:

el estudio de la ciencia y la tecnología relacionadas con el campo ocupacional correspondiente; aquí el propósito es llegar a una comprensión básica de los dis- tintos procesos y tecnologías aplicados en ese campo, los principios científicos en que se basan, y la naturaleza de la tecnología empleada;

desarrollo de destrezas en el manejo de las herramientas y equipo incluyendo, cuando sea apropiado, las herramientas de investigación y desarrollo, diseño y control. Objetivo: "conocer y saber hacer";

aplicación del conocimiento teórico y habilidades practicas a situaciones operacio- nales, con el propósito de colocar en una perspectiva realista lo que se ha apren- dido en la sala de clases o aulas, y en situaciones simuladas en los talleres de las universidades o escuelas, para obtener experiencia acerca de la cultura específi- ca de la producción organizada y de las personas que trabajan en equipo.

C o m o toda otra educación técnica y profesional, en ese contexto la educación ambiental debe entregarse a través de las tres vías de aprendizaje. Es de gran impor- tancia que los alumnos aprendan a apreciar y entender las interacciones complejas entre las actividades técnicas y el medio ambiente, entiendan los problemas que se presentan en este campo, y aprendan a manejar los problemas ambientales que ya existen o se están desarrollando en su campo de especialización en particular, con el propósito de resolverlos o que adquieran experiencia práctica acerca de las restriccio- nes y limitantes que pueden presentarse en una situación real de trabajo. La influencia de los factores económicos y de la organización humana en la toma de decisiones y en la aplicación de las medidas de protección ambiental, y los riesgos y problemas especí- ficos que se presentan en situaciones de trabajo son diferentes de la atmósfera algo irreal -simulada- de una universidad o instituto técnico o del taller de una escuela tec- nica y profesional, y para qué decir de la sala de clases.

Aprender disciplina ambiental es antes que nada conocer -y tener experiencia directa- de cómo está dispuesto un lugar de trabajo ambientalmente bien organizado. En este aspecto, no todos los laboratorios y talleres de las escuelas o institutos podrían servir como modelos. Este es el primer plinto que debe ser analizado al planificar edu-

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cación ambiental en la educación técnica y profesional. ‘Las máquinas tienen protec- ciones adecuadas? ‘Las herramientas y equipos están en perfecto estado, bien alma- cenadas, afiladas y ajustadas? ¿El plan del taller esta de acuerdo con los principios que rigen una buena organización del trabajo, por ejemplo, distancia correcta entre máquinas? ‘Está bien organizado el tratamiento de desechos? ¿Existe ventilación adecuada? ¿Las cabinas de soldar son lo suficientemente amplias y bien cerradas de tal manera que no escapen chispas (riesgo de incendio) y a la vez suficientemente ventiladas para que los estudiantes no se intoxiquen? ¿La ventilación del taller está bien estudiada, en general, como para eliminar el polvo, virutas, emisiones de gases? ¿Se eliminan correctamente los desechos y se guardan bien las substancias inflama- bles o tóxicas? Estos son sólo algunos ejemplos de las preguntas que guardan relación con las precauciones ambientales y los dispositivos de protección ambiental necesa- rios para entregar a los alumnos una experiencia ambiental adecuada durante su pe- ríodo de entrenamiento práctico en los laboratorios o talleres de las universidades o escuelas.

Diversidad en la formación de docentes

La formación de los profesores acerca de los aspectos ambientales de la educa- ción técnica y profesional difiere en muchos aspectos de lo que debe hacerse en la formación de profesores respecto de la educación ambiental general. En primer lugar, hay tres situaciones de aprendizaje distintas con personal docente diferente que tiene responsabilidades en el proceso de enseñanza: profesores que tratan temas teóricos en la sala de clases, instructores en temas prácticos en los laboratorios y talleres de las universidades y escuelas técnicas, e ingenieros, capataces, técnicos y trabajadores calificados en la formación laboral en terreno y experiencia de trabajo.

Ya en las universidades, colegios y escuelas que entregan educación técnica y profesional hay gran diferencia en la preparación pedagógica y niveles de los distintos grupos de personal docente. En la universidad los profesores normalmente poseen grados académicos de alto nivel, basados fundamentalmente en estudios teóricos y trabajo de investigación, son asistidos en los laboratorios y talleres por personal técni- co y trabajadores calificados cuya educación general en algunos países terminó a los 16 años, con un suplemento de instrucción relacionada de tiempo parcial en el curso de su entrenamiento en una escuela profesional o aprendizaje práctico. Existen, sin embargo, grandes diferencias entre distintos países. A menudo, no se pide formación pedagógica formal ni a los profesores ni al personal técnico de los laboratorios y talle- res de las universidades técnicas, ya que los requisitos que se exigen son -por lo general- en los niveles mas altos, eficacia probada en la investigación y amplios cono- cimientos del tema (principalmente teóricos) y -en los niveles inferiores- habilidades específicas muy bien desarrolladas a menudo complementadas por experiencia prácti- ca en la industria.

En las instituciones que se dedican a la formación de técnicos se presenta una situación similar. Los temas teóricos son enseñados por personal docente con forma- ción académica, los temas prácticos por instructores que tienen entrenamiento y expe-

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riencia esencialmente prácticos. En algunos países la situación ha experimentado algu- na mejoría en años recientes, a medida que se han organizado instituciones para for- mación de profesores técnicos. En la mayor parte de los países las calificaciones re- queridas a los profesores de educación técnica y profesional se basan, por regla gene- ral, esencialmente en los méritos académicos en cuanto a la instrucción teórica, y en el entrenamiento práctico y experiencia laboral para la instrucción de los trabajos prácti- c o ~ de los laboratorios y talleres.

La misma división en dos categorías de profesores se presenta en la mayoría de los sistemas de escuelas profesionales. En muchos países, la formación pedagógica del profesor está aún menos desarrollada. En el caso específico de los instructores de taller, se les dan algunas semanas de Capacitación especial -mayormente temas peda- gógicos- antes de comenzar a trabajar. El requisito esencial es que hayan completado el entrenamiento básico técnico-profesional y tengan alguna experiencia de trabajo práctico en la industria. En muchos países en desarrollo, donde las universidades y escuelas tienen dificultades para contratar personal competente al competir con la in- dustria, los instructores provienen a veces directamente de la escuela profesional y reciben alguna capacitación pedagógica adicional, pero les falta experiencia práctica en situaciones reales de trabajo.

El personal que se encarga de la enseñanza esencial durante los períodos de experiencia práctica es aún más heterogéneo. La instrucción en el lugar de trabajo se lleva a cabo por trabajadores destacados y otras personas experimentadas, bajo la supervisión general de capataces y encargados. Muchos de ellos han completado la capacitación para trabajadores calificados (normalmente tienen sólo educación general básica). Alguna instrucción puede ser proporcionada por ingenieros y técnicos, espe- cialmente en el caso de los estudiantes de la educación técnica superior, que están haciendo su práctica en la industria, pero los estudiantes de las escuelas profesionales normalmente quedan a cargo de los trabajadores en el taller mismo, y logran aprender lo que buenamente pueden.

Unas pocas empresas -especialmente las de mayor tamaño- tienen instructores capacitados en el trabajo mismo, así como en instituciones de formación fuera del área de trabajo; estas son personas capacitadas para sus funciones. Algunos sistemas de formación para aprendices requieren que una formación elemental en pedagogía y métodos de enseñanza sea incluida en los cursos de formación para convertir a los jornaleros en artesanos calificados; cómo enseñar en el trabajo es a menudo uno de los elementos de los cursos de formación para capataces. Sin embargo, muchos capa- taces, trabajadores especializados y otros que cumplen funciones de instrucción en el trabajo en la industria u otros campos de actividad nunca han recibido formación espe- cial para tales efectos. Además, muchos de ellos, especialmente en aquellos países en que la organización de la formación de los trabajadores es relativamente reciente -y los hay muchos- tanto en naciones en desarrollo como en industrializadas nunca reci- bieron formación formal, sino que desarrollaron sus habilidades y obtuvieron sus cono- cimientos técnicos a través del proceso informal de formación en el trabajo, comple- mentado por estudio personal.

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Para resumir: los profesores técnicos y profesionales constituyen un grupo de personas heterogéneo, con niveles educacionales muy distintos, tipos de formación técnica y profesional muy diferentes, y niveles muy disímiles de experiencia práctica fuera del sistema educacional en el cual están empleados. Hay tres lugares distintos en que se incluyen elementos ambientales en el proceso educativo: la sala de clases el laboratorio/taller (campos experimentales en la enseñanza agrícola) y la situación de trabajo en sí.

En segundo lugar, hay una gran diversidad en lo que debe transmitirse a través de la formación para profesores de educación ambiental. Cada especialización requie- re contenidos y énfasis distintos. Los diferentes niveles varían en cuanto a grado de especialización: amplio en los niveles superiores de la enseñanza técnica; cada vez más estrecho en los niveles intermedios y básico.

Temas comunes

Existe un cuerpo básico temático para la formación técnica ambiental general que si no puede aplicarse en todas las líneas la formación para profesores de educación técnica y profesional puede ser aplicado a la mayoría. Está relacionado con los princi- pios y prácticas ergonómicas de aplicación general, los riesgos para la salud comunes en los lugares de trabajo, las organizaciones y fuentes de información acerca de los temas ambientales, incluyendo asuntos de seguridad y salud, estándares relativos a las emisiones y fuentes de radiación. Tales temas pueden, por lo menos en principio, reunirse en un curso ambiental general para la mayoría de los cursos para capacita- ción de profesores técnicos en formación. Puede unirse en parte con la enseñanza de los programas de ingeniería industrial, y con los programas técnicos. Al mismo tiempo, puede ser utilizado para continuar con la educación ambiental general entregada en la educación secundaria en general y en la educación técnica y profesional inicial. Puede ser suplido y reforzado mediante formación periódica en servicio, cuando sea necesa- rio destacar algún desarrollo en los campos mencionados.

Pero la mayor parte de la educación ambiental para los profesores e instructores de la educación técnica y vocacional debe estar dirigida en forma bastante estrecha a las áreas y temas individuales, de la misma manera que la educación ambiental en la formación técnica y profesional inicial y complementaria debe ser selectiva en su di- seño y contenido. Grupos amplios de profesores deben familiarizarse con tecnologías ambientalmente importantes y ampliamente aplicables, tal como el manejo interno de los materiales, filtración de agua y emisiones, y protección contra la radiación ionizante no-ionizante, riesgos de enfermedad ocupacional debidos al polvo, ruido, condiciones climáticas en el lugar de trabajo, etc. Con un enfoque más limitado, tanto en lo que se refiere a los grupos involucrados como a los contenidos, se tratarán temas tales como protección ambiental en el trabajo de oficina, limitada Prácticamente al ambiente inter- no; esto incluye temas de salud ocupacional como la postura correcta, radiación y cansancio de la vista (pantallas de video) y las condiciones climaticas del trabajo. Igualmente limitados, en lo que se refiere a los grupos involucrados, pero mucho más amplios en lo que se refiere a los temas, serán el tipo y contenido de la educación

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ambiental que necesiten los profesores que deberán formar personal para actividades tales como agricultura e industria forestal, textiles, ingeniería química y mecánica, y minería, con diferencias que dependerán del nivel educacional dentro de los sistemas de educación técnica y profesional.

Los elementos esenciales de la educación ambiental, que pertenecen a cada campo específico de actividad económica, deberían haber sido tratados ya -en princi- pio- durante la educacien técnica o profesional inicial que hayan adquirido los candida- tos para su formación pedagógica. La primera tarea en el ingreso, y durante los prime- ros estadios de la formación de los profesores debería ser, por lo tanto, evaluar la conciencia, los conocimientos y las habilidades que hayan adquirido los futuros profe- sores acerca de los asuntos ambientales. Debería ser posible, durante la capacitación de los profesores en formación, concentrar el trabajo en el reforzamiento de lo ya aprendido y en llenar las lagunas que puedan haberse producido durante el proceso educacional previo. La formación durante el trabajo debería dirigirse mayormente a dos objetivos:

(1) actualizar los conocimientos a medida que se presentan desarrollos nuevos; y

(2) proveer educación ambiental básica para aquellos profesores que no hayan reci- bido formación pedagógica, y en especial a aquellos que no tengan educación inicial formal, técnica o profesional.

Finalmente, con respecto a la formación de profesores, deberían decirse algunas palabras acerca de la integración de la educación ambiental dentro de otros temas. Este es un asunto difícil de abordar en una discusión internacional, dada la gran varia- ción en los sistemas de formación de profesores y las fuentes de reclutamiento de profesores para la educación técnica y profesional. Lo que razonablemente se puede decir con cierta validez internacional, parece ser que aunque algunos temas de la educación ambiental, tales como los principios y prácticas ergonómicas generales, protección contra incendios, aspectos básicos de salud ocupacional y protección contra accidentes, y posiblemente los efectos de la contaminación de distintos tipos en el aire y el agua, como también el tratamiento adecuado de los desechos de la industria y otras formas de actividad económica pueden, tal vez, unirse dentro de un conjunto de temas afines: los aspectos de protección ambiental deberían tomarse en consideración al enseñar todos los temas técnicos en las salas de clases y también en los laborato- rios y talleres de las universidades y escuelas, y durante el período de experiencia práctica. Esto significa que todos los que sean responsables de parte del proceso de formación en estas diversas situaciones, deben recibir entrenamiento ambiental de algún tipo.

Los canales para tal entrenamiento variarán según las prácticas nacionales espe- cíficas, y los sistemas institucionales. En primer lugar tenemos, por supuesto, las insti- tuciones para formación de docentes, que entregan formación inicial para los profeso- res. En segundo lugar se encuentran aquellas instituciones -si no son las mismas an- teriores- que se preocupan de la formación continuada del personal docente en servi-

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cio de tiempo completo. En tercer lugar, los distintos servicios de extensión, institucio- nes de formación gerencia1 (incluyendo las instituciones para formación de superviso- res) y las asociaciones de formación y desarrollo industrial que puedan existir. En cuar- to lugar, y no menos importante, los medios de comunicación de masas, en particular las revistas profesionales que usualmente llegan a los profesores e instructores de la educación técnica y profesional, así como a los ingenieros y supervisores responsables del entrenamiento y experiencia laboral.

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VI. RESUMEN Y CONCLUSIONES

La importancia creciente de los aspectos ambientales en la sociedad moderna, y el aumento de los riesgos de daño irreversible al medio ambiente externo, así como de accidentes y enfermedades ocupacionales en el medio ambiente de trabajo, se conju- gan para poner énfasis en la necesidad de una revisión y desarrollo de la educación ambiental en la educación técnica y profesional.

El tema es difícil por tres motivos principales. Primero, la gran variedad de riesgos ambientales, cuyo origen está en los diversos campos de actividad económica. Están los riesgos directos de contaminación ambiental a través de la emisión de desechos llevados por el agua o lanzados al aire; existe un tratamiento inadecuado de los dese- chos sólidos, y el almacenaje inseguro de substancias inflamables y tóxicas. También suelen ocurrir efectos en cadena en la naturaleza por la aplicación incorrecta de fertili- zantes, insecticidas, pesticidas y herbicidas. El plomo, el mercurio, y otros metales pesados, los Óxidos de azufre, el monóxido de carbono, las sales de flúor y otras subs- tancias químicas, en dosis altas, tienen efectos tóxicos para los animales y seres humanos, o pueden ser letales para la vegetación. En el lugar de trabajo están presen- tes muchos riesgos para el medio ambiente interno: la utilización de nuevos métodos de producción, los materiales recién desarrollados o materias primas ya conocidas que han probado ser la causa de mala salud laboral, y la organización incorrecta del trabajo o del plan del lugar de trabajo que favorece los accidentes o la mala salud entre los trabajadores.

En segundo lugar, está la gran diversidad en la educación técnica y profesional. Hay por lo menos tres niveles en los cuales se forma al personal técnico que se em- pleará en la agricultura, industria forestal, industria, comercio y otros campos de activi- dad económica y social: el nivel universitario para los ingenieros y otro personal técnico de rango equivalente, las universidades técnicas y escuelas técnicas secundarias en las que los técnicos -que en sí no constituyen un nivel homogéneo en todos los paí- ses- reciben educación técnica inicial, y los diversos tipos de escuelas técnicas bási- cas y escuelas profesionales -de tiempo parcial o completo- en las que los trabajado- res calificados desarrollan sus habilidades y conocimientos básicos para su oficio. Mientras que la mayor parte de los ingenieros y técnicos reciben hoy en día formación básica en cursos de tiempo completo, un complemento importante es provisto en la industria y en otros campos de actividad económica mediante períodos de práctica e iniciación técnica como, asimismo en cursos para graduados y proyectos de investiga- ción y desarrollo de postgrado. Finalmente, los trabajadores calificados y especializa-

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dos adquieren sus habilidades y conocimientos acerca del trabajo técnico ya sea en programas de las escuelas profesionales, o a través de una combinación de educación profesional de tiempo parcial y entrenamiento práctico en el trabajo, o mediante capaci- tación informal en el trabajo sin ninguna educación complementaria.

En tercer lugar, es un tema que ofrece cambios rápidos. prácticamente todos los días vemos que la investigación entrega nuevas evidencias acerca de peligros para la salud unidos al uso de variadas substancias, tales como riesgos de cáncer, enfermeda- des respiratorias, eczema y diversas afecciones alérgicas. En otras palabras, se trata de un tema en que la dosis de formación inicial nunca será suficiente. Una estrategia de educación ambiental para el personal técnico del presente y del futuro debe incluir providencias para el entrenamiento inicial y complementario acerca de aspectos a m - bientales, tanto a nivel de la educación técnica y profesional inicial como a nivel de la educación complementaria para adultos que ya están trabajando en uno u otro de los numerosos campos de actividad económica. Estos campos difieren enormemente en lo que respecta a los tipos de riesgo que presentan para el medio ambiente externo como para el interno. Algunos son muy contaminantes, otros pueden constituir una amenaza menor para el medio ambiente externo; algunos son especialmente peligrosos para quienes laboran en ellos. En todos los campos hay que considerar aspectos ambienta- les, elementos de daño potencial para el mundo que los rodea, o para quienes están laborando en ellos.

El personal técnico, en todos los niveles, tiene una responsabilidad importante en la protección del medio ambiente y por su mejoramiento, cuando sea posible. Están directamente involucrados en el desarrollo de nuevos productos y materiales, en el diseño de procedimientos de trabajo, en el desarrollo, operación y control de instalacio- nes técnicas. Asimismo, deben asegurarse que los productos y sub-productos de los procesos estén bien diseñados, de acuerdo con estándares establecidos y que estos estándares se mantengan, y que los desechos sean tratados en forma adecuada.

La amplitud de sus responsabilidades por la protección y mejoramiento ambiental varía según los distintos niveles de trabajo. Los ingenieros y gerentes de operaciones técnicas deben asumir responsabilidad por una mayor variedad de aspectos ambienta- les que el trabajador común. Pero cada cual en su trabajo puede, a menudo, ser la causa de daños ambientales y/o ser el iniciador de mejoramiento ambiental.

No hay relación directa entre la educación técnica y profesional que haya recibido una persona y el campo de actividad económica o tipo de funciones que llegue a tener en su vida laboral futura. Los ingenieros y técnicos mecánicos y eléctricos trabajan en empresas y otras entidades que varían desde servicios sociales, tales como hospitales, hasta la construcción de líneas y la mantención o trabajo de fábricas; los mecánicos pueden llegar a ser responsables de la mantención en edificios de oficinas, y así suce- siva men te.

C o m o resultado de esta diversidad, es necesario que la educación ambiental sea dirigida específicamente a poblaciones bien determinadas, y campos de actividad bien

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definidos, con una escala de prioridades clara en cuanto a la protección y mejoramien- to ambiental.

El objetivo en toda la educación ambiental -tal como fue definido en la Conferen- cia lntergubernamental de Educación Ambiental de Tbilisi de Unesco-PNUMA (1977) es hacer que los individuos y las comunidades entiendan la naturaleza compleja del medio ambiente natural y artificial resultante de la interacción de sus aspectos biológi- cos, físicos, sociales, económicos y culturales, y adquieran los conocimientos, valores, actitudes y habilidades prácticas para participar en forma responsable y efectiva en la anticipación y resolución de problemas ambientales, y en el manejo de la calidad del medio ambiente. Además, la educación ambiental debe mostrar en forma clara la inter- dependencia económica, política y ecológica del mundo moderno: el pequeño mundo del lugar de trabajo, el mundo más amplio de la localidad, la región y la nación, y el mundo total de interdependencia internacional.

Específicamente, la educación ambiental en la educación técnica y vocacional -partiendo de y reforzando cualquier base que la educación ambiental general pueda haber entregado- debería propender a hacer que los estudiantes y aprendices tomen conciencia de los problemas y riesgos ambientales específicos, incluyendo aquellos relacionados con la seguridad y la salud del grupo de trabajo, relacionados con el tipo de industria y ocupación para la cual se están preparando, y que son inherentes al tipo de funciones que están aprendiendo para llevar a cabo en la vida económica. Además, deberían aprender cual es la base teórica y científica -adaptada al nivel de los estu- dios- de la tecnología que se aplica para hacer frente a los problemas, y las habilida- des requeridas para aplicarla. La formación debería estar relacionada -como sea apro- piado para cada nivel- con la construcción y diseño, uso y mantención de los dispositi- vos protectores y con la tecnología que podría aplicarse para reducir o eliminar los ries- gos para el medio ambiente que se aplican en el área correspondiente de actividad técnica.

La educación ambiental en la educación técnica y vocacional considerando la base esencial para la protección y mejoramiento ambiental y la protección de los traba- jadores contra accidentes y mala salud, puede ser tratada como un tema aparte, desti- nado a complementar y reforzar lo que se ha aprendido previamente en la educación ambiental general, y para incrementar la conciencia, los conocimientos y las habilida- des adquiridas en ella, relacionándolas más acabadamente con los riesgos o posibili- dades específicas del área ocupacional en cuestión. En su esencia, sin embargo, la educación ambiental debería estar integrada al proceso de aprendizaje técnico total. Muchos aspectos de la educación ambiental calzan muy bien en la enseñanza de tales temas como ingeniería industrial y la organización del trabajo; legislación industrial; ingeniería mecánica y eléctrica; tecnología de obras y construcciones, tecnología agrí- cola y botánica.

La educación ambiental debería ser un tema integrado a todos los aspectos de la educación técnica y profesional. Debería ser destacada y explicada en el estudio de temas teóricos, constituir un tema principal en la formación de habilidades en los labo-

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ratorios y talleres, ser tema para tesis a nivel de grado y postgrado, y formar parte importante del entrenamiento práctico y experiencia ganada en el trabajo.

Los aspectos ambientales -exceptuando quizás la seguridad industrial y la salud- han sido a menudo descuidados en el pasado dentro de la educación técnica y profe- sional. No se le ha dado un lugar destacado en la formación de los profesores que tomarían a su cargo dicha enseñanza. Es de suma importancia para las generaciones venideras de personal técnico que dichas lagunas sean llenadas ahora. Esto significa, en primer lugar, que los currículos para formación de profesores deberían ser revisa- dos y, tanto como sea posible para reparar omisiones del pasado, reformulados para dar un lugar apropiado a la educación ambiental. Esto también significa que deben ser desarrollados programas para la formación complementaria, en servicio, del personal actual de formación y docencia con el fin de asegurar una adaptación rápida del proce- so docente actual a los nuevos requisitos o a aquellos previamerite descuidados de la educación ambiental.

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