La Creación Del Lenguaje Salvadoreño

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Revista Iberoamericana, Vol. LXXII, Núm. 215-216, Abril-Septiembre 2006, 349-368 LA CREACIÓN DEL LENGUAJE CENTROAMERICANO EN LA OBRA NARRATIVA DE JUAN FELIPE TORUÑO POR JOHN M. LIPSKI Entre las zonas dialectales del español mundial, Centroamérica sufre de la escasez más aguda de investigaciones lingüísticas y literarias. Asimismo la literatura centroamericana, si bien cuantiosa en comparación con la población del istmo, no se ha dado a conocer lo suficiente como para facilitar las aproximaciones comparativas. Son relativamente pocos los autores centroamericanos que han optado por el empleo del lenguaje regional o popular en sus obras, y aun menos los escritores que han logrado el triunfo del signo que constituye el lenguaje costumbrista eficaz y fidedigno. Entre los distinguidos escritores centroamericanos que se destacan por el uso convincente del lenguaje regional y popular (Salarrué, Napoleón Rodríguez Ruíz, Roque Dalton y Manlio Argueta en El Salvador; Ramón Amaya Amador en Honduras; Fernando Silva y José Román en Nicaragua; Manuel González Zeledón “Magón”, Carlos Luis Fallas y Fabián Dobles en Costa Rica; Virgilio Rodríguez Macal en Guatemala), la obra de Juan Felipe Toruño merece una atención especial, puesto que este autor nicaragüense asentado en tierra salvadoreña logró captar la esencia lingüística tanto de su pueblo natal como de su país adoptivo. Siendo a la vez tan semejantes y tan distintos los dialectos de Nicaragua y El Salvador, las características lingüísticas de ambos países requieren un trato cauteloso para no caer en la incoherencia geográfica o los pecados de un lenguaje macarrónico (tal como produjo –deliberadamente y con otras finalidades– Valle-Inclán en Tirano banderas). Además de representar las hablas de dos pueblos centroamericanos, Juan Felipe Toruño supo crear un nuevo lenguaje pan-centroamericano, a través de técnicas literarias innovadoras que entretejen denominadores comunes y rasgos populares en una manera que no traiciona la realidad lingüística de ninguno de los países. En lo que va a continuación exploraremos algunas facetas de la obra narrativa de Toruño, enfocando la matización del sistema pronominal, las modificaciones fonéticas y la representación gráfica del habla espontánea. Una característica fundamental de toda literatura costumbrista/regionalista es la representación del lenguaje de los protagonistas, que casi siempre proviene del habla popular de la región en que trascurren los eventos del texto. Algunos autores optan por el empleo selectivo de vocablos dotados de connotaciones populares y regionales, dejando intactas las bases gramaticales de la lengua. Estos elementos léxicos pueden aparecer tanto en el trasfondo narrativo como en el diálogo, y aportan un sabor exótico al texto sin

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Revista Iberoamericana, Vol. LXXII, Núm. 215-216, Abril-Septiembre 2006, 349-368

LA CREACIÓN DEL LENGUAJE CENTROAMERICANO EN LA OBRANARRATIVA DE JUAN FELIPE TORUÑO

POR

JOHN M. LIPSKI

Entre las zonas dialectales del español mundial, Centroamérica sufre de la escasezmás aguda de investigaciones lingüísticas y literarias. Asimismo la literaturacentroamericana, si bien cuantiosa en comparación con la población del istmo, no se hadado a conocer lo suficiente como para facilitar las aproximaciones comparativas. Sonrelativamente pocos los autores centroamericanos que han optado por el empleo dellenguaje regional o popular en sus obras, y aun menos los escritores que han logrado eltriunfo del signo que constituye el lenguaje costumbrista eficaz y fidedigno. Entre losdistinguidos escritores centroamericanos que se destacan por el uso convincente dellenguaje regional y popular (Salarrué, Napoleón Rodríguez Ruíz, Roque Dalton y ManlioArgueta en El Salvador; Ramón Amaya Amador en Honduras; Fernando Silva y JoséRomán en Nicaragua; Manuel González Zeledón “Magón”, Carlos Luis Fallas y FabiánDobles en Costa Rica; Virgilio Rodríguez Macal en Guatemala), la obra de Juan FelipeToruño merece una atención especial, puesto que este autor nicaragüense asentado entierra salvadoreña logró captar la esencia lingüística tanto de su pueblo natal como de supaís adoptivo. Siendo a la vez tan semejantes y tan distintos los dialectos de Nicaragua yEl Salvador, las características lingüísticas de ambos países requieren un trato cautelosopara no caer en la incoherencia geográfica o los pecados de un lenguaje macarrónico (talcomo produjo –deliberadamente y con otras finalidades– Valle-Inclán en Tirano banderas).Además de representar las hablas de dos pueblos centroamericanos, Juan Felipe Toruñosupo crear un nuevo lenguaje pan-centroamericano, a través de técnicas literariasinnovadoras que entretejen denominadores comunes y rasgos populares en una maneraque no traiciona la realidad lingüística de ninguno de los países. En lo que va acontinuación exploraremos algunas facetas de la obra narrativa de Toruño, enfocando lamatización del sistema pronominal, las modificaciones fonéticas y la representacióngráfica del habla espontánea.

Una característica fundamental de toda literatura costumbrista/regionalista es larepresentación del lenguaje de los protagonistas, que casi siempre proviene del hablapopular de la región en que trascurren los eventos del texto. Algunos autores optan por elempleo selectivo de vocablos dotados de connotaciones populares y regionales, dejandointactas las bases gramaticales de la lengua. Estos elementos léxicos pueden aparecer tantoen el trasfondo narrativo como en el diálogo, y aportan un sabor exótico al texto sin

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entorpecer la comprensión por parte de lectores extraterritoriales. Más aventureras son lasnarrativas que emplean la sintaxis popular o regional, pues algunas combinacionesderivadas del habla popular, sobre todo de las áreas rurales más marginadas, puedenresultar ajenas a la competencia pasiva de muchos lectores cultos y de los que habitan elámbito urbano, aun dentro del mismo país. La cúspide de los experimentos lingüísticosregionalistas se encuentra en aquellas narrativas que intentan presentar la pronunciaciónde un grupo o región en particular, pues la ortografía del castellano difícilmente da cuentade los matices fonéticos que más captan la atención popular. Aun la lectura en voz altapuede producir resultados que distan mucho de la auténtica vox populi, y son pocos losautores que logran un lenguaje regionalista a la vez fiel a sus orígenes y atractivo comovehículo literario. La obra narrativa de Toruño incorpora el lenguaje regional en susaspectos fonético, léxico y morfosintáctico; en sus cuentos y novelas se enfrentan losdialectos de Nicaragua y El Salvador, y surge un lenguaje literario a la vez híbrido eintegral que connota un panorama centroamericano más allá de las fronteras nacionales.

EMPLEO DEL VOSEO EN LA OBRA DE TORUÑO

Empecemos con el aspecto morfosintáctico más significativo, el empleo de lospronombres personales de segunda persona singular. Tanto Nicaragua como El Salvadorson naciones eminentemente voseantes, es decir que se prefiere el empleo del pronombrevos (y las formas verbales correspondientes) frente al tú que aparece como único ocupantedel paradigma pronominal de segunda persona singular en los manuales de gramática. Esmás, en Nicaragua se puede afirmar que el pronombre tú no existe en el lenguaje cotidiano,aunque hasta hace muy poco era la forma preferida en el discurso literario, así como en lacorrespondencia amistosa entre personas de clase media. El filólogo nicaragüense CarlosMántica declara contundentemente que “‘El voseo’ (tratar de ‘vos’) es la única forma detratamiento en el habla popular nicaragüense” (55). El lingüista estadounidense CharlesKany indica que “idéntico empleo confuso rige en Nicaragua [...] parte de la confusión enlas formas, sobre todo el empleo del tú con el verbo en plural, se debe indudablemente [...]al deseo que ciertos iletrados sienten por conformarse con el uso social correcto” (112).El investigador venezolano Iraset Páez Urdaneta observa que “Hablantes nicaragüensesafirman que en su país se vosea más rápida y fácilmente a una persona desconocida queen otros lugares de Centro América; creen así mismo que el tuteo no tiene ‘muchasposibilidades’ en Nicaragua” (81).

Para el vecino país de Costa Rica, observa Kany que “El voseo es tan general en CostaRica, que se puede oír incluso en las escuelas, siendo tachados de pedantes y presuntuososquienes hacen uso del tú” (110). Páez Urdaneta dice que en Costa Rica “el voseo es generalsocialmente hablando. A diferencia de otros países voseantes el voseo se utiliza aquí entratamientos extra-clase ascendientes” (82). El costarricense Francisco Villegas dice que“El uso de tú indicará en Costa Rica procedencia extranjera, afectación, pretensiosidad opedantería. Puede incluso implicar afeminación” (613).

Hablando de Honduras, dice Kany que “prevalece aproximadamente el mismo usopopular que en el resto de Centroamérica,” mientras que para Guatemala “el voseo es más

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general en Guatemala que en El Salvador” (113, 116). Alberto Rey descubre un complejosistema de trato pronominal en el habla hondureña contemporánea, que incluye una altapreferencia por el usted para personas desconocidas y encuentros callejeros, y una notablevariación entre tú y vos para compañeros de trabajo.1 Es en el dominio familiar y entre losamigos íntimos donde prevalece el voseo casi exclusivo. Páez Urdaneta nota que “Haycierto tuteo presente en el español hondureño, al menos en el habla de Tegucigalpa”,mientras que en Guatemala “Con amigos o con desconocidos, vos puede ser usado yalgunas veces, como un distanciante relacional, puede sustituírsele por un TU esporádico+ {formas verbales de vos}” (79-81). Nuestras propias observaciones realizadas en tierrascentroamericanas confirman los apuntes de Kany y Páez, quienes se basaban principalmenteen fuentes literarias y lexicográficas (Lipski, “Salvadorans in the United States” 97-119).2

La situación de los pronombres personales en El Salvador es más matizada, puesademás de la dicotomía pan-centroamericana vos-usted, existen casos de tuteo interno, esdecir entre interlocutores salvadoreños sin pretensiones extranjerizantes (Lipski,“Salvadorans...”).3 Algunos salvadoreños, pero no todos, aceptan el empleo ocasional detú como variante intermedia: significa amistad pero sin el grado de confianza que requiereel voseo. Este trato tridimensional se encuentra sobre todo entre los individuos de mayorpreparación escolar, pero se puede afirmar que el uso esporádico de tú no es tan ajeno alas normas salvadoreñas como el mismo pronombre en territorio nicaragüense. Kany notaque “El Salvador no constituye excepción en lo referente al voseo popular. De hecho, elvoseo está allí enormemente extendido en la conversación familiar. Menos general que enArgentina, su uso (no sus formas) es tal vez más comparable con el de Chile. En las clasesaltas se usa ocasionalmente ‘de una manera velada’, si bien el uso social educado imponeel tú”. Kany también observa la alternancia de formas propias de tú y vos en el hablasalvadoreña popular (114, 116). Páez Urdaneta afirma que “Nacionalmente, el tuteo [...]es raro [...] En comparación con Guatemala y Nicaragua y Costa Rica, El Salvador yHonduras presentan cierto tuteo verbal que sin ser intenso no deja de ser algo evidente. Enel trato familiar, vos es “universal” [...] el voseo es intenso en cada una de las clasessociales salvadoreñas” (79-80).

En mis propias encuestas, realizadas entre salvadoreños residentes en los EstadosUnidos, mis informantes (que representaban casi todas las capas socioeconómicas delpaís) indicaban una preferencia extraordinaria por el pronombre vos para el trato familiar,aunque casi todos reconocían el empleo de tú, sobre todo cuando existe una distanciaprofesional o un grado menor de confianza entre los interlocutores. Estos resultadosfueron confirmados por Sandra Baumel-Schreffler, quien efectuó una encuesta entresalvadoreños residentes en Houston, Texas, casi todos de la clase trabajadora. Loshombres preferían el pronombre vos (50%) o usted (37.5%) frente a tú (12.5%) al hablar

1 Manuscrito inédito.2 Ver también estas obras de Lipski, Latin American Spanish; El español de América.3 Ver también las siguientes obras de Baumel-Schreffler, “Una perspectiva del voseo: una comparaciónde dos naciones voseantes, Guatemala y El Salvador”, Tesina de maestría; “Second-person singularpronoun options in the speech of Salvadorans in Houston, Texas”, “The voseo: second personsingular pronouns in Guatemalan speech”.

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a otro hombre; para dirigirse a una mujer, los mismos hombres optarían por vos (44%),usted (33%) y tú (22%). Las mujeres no demostraban un trato diferencial; preferían elusted diferencial tanto para interlocutores femeninos como masculinos. En cuanto a lasactitudes, un 71% de los informantes salvadoreños afirmaba que tú era más refinado quevos (un 20% no encontraba ninguna diferencia, y un 10% indicaba que vos era másrefinado); sin embargo, un 61% pensaba que vos era un trato más amistoso, frente a un 20%que se inclinaba hacia el tú y un 20% que no detectaba ninguna diferencia.

En la narrativa de Toruño los personajes populares (tanto nicaragüenses comosalvadoreños) emplean el voseo incondicionalmente, mientras que los protagonistascultos casi siempre optan por el tuteo (De dos tierras). En el cuento “El vaticinio”, deescenario salvadoreño, una gitana que chapurrea el español mezcla los tres pronombres detrato personal:

Sufriste mucho vos, tú, en la niñez [...] en esta línea de tu vida, usté [...] –y la gitana sedetuvo. –En esta línea de tu vida, vos [...] No. Mejor no decir [...]Verás niño usté, tú, vos, por esa mujer [...] tendrés cuidado [...] (De dos tierras 59)

Este fragmento da constancia de la existencia del tuteo en algunos registros delespañol salvadoreño. Notamos la forma arcaica del futuro, terminada en -és, que tambiénse da en otros textos, por ejemplo “Sobre el cuero” (Nicaragua): “¿A quioras llegarés a losplanes del cerro?” (De dos tierras 101). Aunque hoy en día este sufijo verbal está en víasde extinción, hace medio siglo todavía gozaba de plena vigencia, y los textos de Toruñocorresponden a la realidad lingüística de décadas pasadas.

Asimismo, en el cuento “La medicina,” un nicaragüense se burla de un panameñoangloparlante con estas palabras:

Tú pikinglis de Panamá, pura babosada [...] si lioyen la gurbay y yes a los cheles y yavienen presumiendo [...] (De dos tierras 92)

El centroamericano suele titubear en su trato pronominal frente a un interlocutor deotra región dialectal, pues el voseo puede ser malentendido o provocar una reacción deextrañeza y aun hilaridad. Es usual el cambio inconsciente al tuteo en estas circunstanciasy era más frecuente aún esta estrategia en la época en que el tuteo tenía mayor circulaciónentre las personas instruidas.

El mayor panorama de trato pronominal se desenvuelve a lo largo de la novela Elsilencio donde los personajes manejan los tres pronombres, vos, tú y usted, en un complejosistema de actos de habla. El argumento de la novela se desenvuelve en Nicaragua en elsiglo XIX. Aunque Nicaragua es hoy una nación completamente voseante, el tuteo todavíase empleaba en el seno de las familias pudientes hasta bien entrado el siglo XX. Elterrateniente Evaristo Meneses emplea el voseo con sus peones, aunque a veces las formasverbales son propias del tuteo:

vos, Felipe [...] acuérdate de lo que has hecho conmigo [...] piensas que me tienes dechocho [...] (El silencio 30)

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Hasta hoy en día el campesino centroamericano es el que más usa y más recibe el tratode vos. El tuteo es desconocido en el entorno rural, y mientras que el campesino sueleemplear el usted frente a personas de condición socioeconómica superior, éstas a su vezpueden emplear el voseo para dirigirse a sus subordinados, tipificando la clásica asimetríapronominal descrita por Brown y Gilman que caracteriza la relación peón-patrono enmuchas lenguas y culturas (“The Pronouns of Power and Solidarity” 253-276).

Al tratar a su hijo adoptivo Oscar, Meneses utiliza el tuteo exclusivamente, tal comocorresponde a los miembros de una familia de terratenientes:

Y cuando yo me muera [...] tú vas a ser un hombre [...] (El silencio 44)Tú no sabes de eso porque estás muy pequeño [...] (El silencio 45)Tú me tienes que reponer y quiero que seas todo un hombre [...] (El silencio 45)¿No me quieres decir quién asegura eso, Oscar? ¿Temes alguna cosa? (El silencio 60)

Oscar siempre le habla de usted a Meneses, ejemplificando la preferenciacentroamericana que persiste hasta el momento de tratar a los padres de usted; hay un lapsotemprano en que lo tutea: “¿Y para qué quiero saber y ser un hombre, si dices que sonmalos?” (El silencio 45).

Al tratar a las hijas de Meneses, con las cuales mantiene unas relaciones sumamenteambivalentes a lo largo de la novela, Oscar estrena el voseo en el primer encuentro, cuandotiene apenas siete años: “Agradezco tus cariños [...] vos tenés buen corazón [...]” (Elsilencio 43).

A medida que crece Oscar, después de haberse educado y de haber tratado condistintos grupos sociales, prefiere el tuteo con las mujeres de su familia, aun cuando llegana entablar relaciones íntimas:

¿O quieres que me enoje y sea como las tempestades [...] quieres que yo intervenga enasuntos que no me corresponden (El silencio 197)¿Qué haces sola ahí todas las tardes? (El silencio 199)¿No crees que se puede vengar? (El silencio 211)

En un momento Oscar, ya de adulto, reprocha a Bertha con el usted de distanciamiento,recurso común a muchas variedades del español: “Acuérdese usted [...] que no tiene queentrometerse ni dirigirme la palabra. ¿No recuerda?” (El silencio 191).

Aunque en el momento de realizarse este diálogo Oscar y Bertha se tratan comohermanastros, prefiriendo el tuteo para sus conversaciones cotidianas, el empleo de ustedreviste una ironía cruel, ya que al final de la novela se da la tremenda revelación de queBertha es la madre de Oscar, con quien ha mantenido relaciones íntimas.

Entre sí las hermanas Meneses se tratan de tú, menos en momentos de gran enojo,donde pueden recurrir al vos insultante:

Tienes razón [...] Espera a Oscar [...] para que te cases con él. Una pareja [...]: él de veinteaños y tú de treintiséis [...]

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Carmen salió de la estancia, molesta, después de haberle dicho a Bertha, por todacontestación:–¡Andate a la porra! (El silencio 48)

Asimismo, Bertha le habla de tú a su marido:

No me gusta, Francisco, que te vayas continuamente con ese muchacho a bañarte a lalaguna [...] de repente le va a pasar algún accidente y te van a echar la culpa a ti [...] (Elsilencio 63)

Por fin, las familias campesinas emplean el voseo entre sí, y aun optan por la formaarcaica de haber, (ha)bís, que en la época en que transcurren los eventos de la novelatodavía era muy frecuente en todo el agro centroamericano:

¿De qué tiha servidua vos todo lo que bís hecho? Todo lo que bis rezado? todo lo que tiabis molestado? (El silencio 137)

Una excepción es Pastor Suazo, fiel mandador en las propiedades de Meneses, quiense empeña en educar al niño en toda materia relacionada con la vida campestre. Suazo trataa Oscar con mucho cariño, y siempre le habla de tú: “Tan te adora que te da los gustos quequieres [...] A él le cuestas y puede dar la vida por ti” (El silencio 58). Este trato esinesperado en boca de un hombre rústico –aun tratándose de un interlocutor de clasesuperior– pero el personaje Suazo aparece como una persona de modalidades finas, a pesarde su oficio. Es más, Suazo reemplaza a Don Evaristo in loco parentis cuando éste no estápresente para participar en la educación de su hijo adoptivo.

Los ejemplos del voseo en la obra de Toruño responden a los denominadorescomunes que unen los dialectos de Nicaragua y El Salvador, si bien reflejan un ámbitosociolingüístico que ha dejado de existir hace ya casi un siglo. En el seno de las familiaspudientes el tuteo era el trato preferencial si no obligada (frente al usted de respeto paracon las personas mayores en edad o autoridad). El vos se empleaba con el personal deservicio y con los campesinos (en combinación siempre con usted), pero no se tolerabacomo trato amistoso entre miembros de las clases altas. Se empleaba el voseo para insultara los familiares, a la vez que los hombres podían expresar una solidaridad jocosa con elmismo pronombre.

Los ejemplos extraídos de la obra narrativa de Juan Felipe Toruño revelan que esteautor reproducía fielmente los matices sociolingüísticos que rigen el empleo de lospronombres de trato personal, tanto en Nicaragua como en El Salvador, evidenciando lamuy arraigada ambivalencia que despierta el tema del voseo en Centroamérica. Si bien lasclases populares emplean el voseo sin complejos ni reparos, los intelectualescentroamericanos y de otras naciones en su gran mayoría han rechazado el pronombre vosen el discurso culto, llegando algunos escritores al extremo de repudiar cualquier empleode este pronombre y aun a los pueblos que han caído en semejante “vicio”. Así el autorguatemalteco José María Bonilla Ruano vociferaba en contra de este “craso barbarismo”,“repugnante vos”, infamante vos”, “el denigrante voseo” (11-13). El filólogo nicaragüense

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Alfonso Valle ofrece la siguiente crítica del voseo: “Tratamiento vulgar y plebeyo, quepara desgracia y vergüenza nuestra es común a todas nuestras clases sociales. El tú y elusted han sido sustituidos por el villano vos, y este cáncer idiomático ha alcanzado a todoslos verbos de la lengua castellana” (298). El lexicógrafo guatemalteco Lisando Sandovaldescribe el voseo como “solecismo” y “barbarismo”, pero “tan usado entre personas deconfianza, como en la correspondencia familiar” (603). El costarricense Carlos Gaginidijo que las formas híbridas del voseo “ponen los pelos de punta a los peninsulares quelas oyen” (214). Otro costarricense, Abelardo Bonilla, dijo en una ocasión que el voseo“responde a la mayor facilidad de dicción que proporciona a la pereza mental, como lodemuestra el empleo que de esa forma hacen los indios y los niños cuando comienzan ahablar [...]” (186). El escritor hondureño Froylán Turcios vapuleaba el voseo constantemente(Kany 86); su compatriota Alberto Membreño escribía en su diccionario de Hondureñismosque “el solecismo ha nacido ahora después que aprendimos a conjugar los verbos, y queel pronombre vos no ha querido ceder su puesto al tú” (204-5). Fuera de Centroamérica,el argentino Arturo Capdevila considera que el voseo rioplatense es “sucio mal, negracosa, horrendo voseo [...]” (77). Podemos mencionar también las muy conocidas críticasde Andrés Bello y Rufino José Cuervo; para este último, el voseo era “repugnante”, y lasformas mixtas forman un “menjurge que encalabrina los sesos” (Kany 87), mientras quepara Bello el voseo (de Chile y otras naciones) era “una vulgaridad que debe evitarse, yel construirlo con el singular de los verbos una corrupción insoportable” (Sandoval 603).El costarricense Arturo Agüero observa acertadamente que “es además, un tratamiento demenosprecio, y aunque alguien no tuviera esa intención al vosear a una persona, estapodría considerarlo así. Según a quien se trate de vos, esto podría constituir asimismo unafalta de educación [...]” (167).

Por supuesto, no todos los intelectuales centroamericanos tienen sentimientos tannegativos ante el voseo popular. El costarricense Constantino Láscaris opina que “en unpueblo donde todos vosean [...] no puede haber nobleza” para luego concluir que “CostaRica, país de poco folklore, debería cuidar el ‘voseo’”. Aun el antes citado Bonillareconoce que “entre nosotros es, además, una característica de la familiaridad democrática[...]” (Láscaris 186-188). Otro costarricense, Víctor Manuel Arroyo, afirma sin comentariosemotivos que “en Costa Rica el ‘tú’ lo usa un número reducidísimo de personas –algúnprofesor universitario, algún académico [...]”(71). El lexicógrafo guatemalteco FranciscoRubio observa que “actualmente poco se utiliza el tú en Guatemala. Si no hay confianzao existe respeto se emplea ‘usted’, de otro modo se usa el ‘vos’” (24). En una encuestasociolingüística realizada en Costa Rica hace unos años, los informantes contestaban a lapregunta ficticia “¿Qué pensaría y qué haría usted si la Academia Costarricense de laLengua declara que en adelante es obligatorio usar tú en lugar de vos?” Y aunque algunoscostarricenses dijeron que se conformarían mansos y sumisos, otros no fueron tantolerantes: “Es una solemne babosada y por supuesto hablaría como a mí me diera la gana”.“Me reiría a carcajadas y pensaría que es ridículo”. “¿Quién acataría esa disposición?” “Esun irrespeto a la idiosincrasia del país”. “Me importa un bledo; lo seguiría usando lomismo, pues para mí es imprescindible dentro de la graduación de mis amistades”. Y lo

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más directo: “Son unos locos” (Vargas 7-30). Por fin un personaje en la novela Pobrecitapoeta que era yo de Roque Dalton dice sencillamente: “Mirá tú no tenemos”.4

Conviene preguntar por qué tantos intelectuales de renombre han considerado que untrato pronominal tan legítimo como el voseo –que se daba en España en siglos pasados yque se encuentra hoy en día en todos los países hispanoamericanos con excepción dePuerto Rico y la República Dominicana– debe ser extirpado de la lengua nacional. Será,en muchos casos, que los autores ignoraban la verdadera extensión geográfica del voseo,su aceptación amplia en algunas naciones sudamericanas y su ilustre trayectoria histórica,que remonta a los períodos más antiguos de la lengua castellana hasta llegar al latín clásico.Puede ser que al no encontrar el pronombre vos en los manuales de gramática, algunoscentroamericanos hayan equiparado la ausencia de dicho pronombre en lospronunciamientos oficiales y el parentesco ilegítimo que deja marginados a los registrossociales menos favorecidos por su alcance económico. A otros les produce consternaciónla combinación de formas verbales derivadas del paradigma de vosotros y el clítico te,propio del pronombre tú; las construcciones híbridas les parecen aberrantes y por lo tantopoco dignas. Sean las que fueran las razones, lo cierto es que el voseo lleva el estandartede las clases populares, y por lo tanto los que prefieren mantener su condición privilegiadamediante las barreras lingüísticas encuentran un poderoso aliado en la distribuciónsocioeconómica de vos y tú.

Las narrativas de Toruño, sobre todo la novela El silencio y los cuentos de lacolección De dos tierras, revelan la complejidad sociolingüística del trato pronominalcentroamericano, a la vez que definen un lenguaje que combina los matices nicaragüensesy salvadoreños, así como las demás naciones centroamericanas. La intertextualidadpronominal define un español centroamericano común a los cinco países hispanohablantes;no se trata del dialecto nicaragüense ni la variedad salvadoreña, pues ninguna de estasmodalidades coincide completamente con el perfil lingüístico trazado por las narracionesde Toruño. Al desplegar ante el lector la problemática de la variación pronominal, Toruñoreproduce en miniatura el microcosmos sociolingüístico de Centroamérica, donde estánen pugna las normas clásicas del español y las innovaciones más atrevidas.

MODIFICACIONES FONÉTICAS EN LA OBRA DE TORUÑO

Igualmente llamativas son las modificaciones fonéticas que caracterizan el habla delos personajes rústicos en la narrativa de Juan Felipe Toruño. Al igual que la mayoría delos escritores hispanoamericanos, Toruño emplea la fonética regional exclusivamentepara presentar a los sectores sociales más apartados de la preparación académica:campesinos, peones y obreros son los que se destacan por su pronunciación, aunque losfenómenos atribuídos a las clases populares también ocurran, en grado menor, en el hablaculta de cada región. Para lograr una descripción del lenguaje popular centroamericano,Toruño ha dejado de lado algunos rasgos regionales para concentrarse en un puñado demodificaciones fonéticas que enmarcan el habla rústica de Nicaragua y El Salvador.

4 Dalton, Pobrecita poeta que era yo, después será citado en el texto como Roque Dalton.

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Los principales hilos fonéticos de El Salvador y Nicaragua son bien conocidos entrelos dialectólogos, aunque no todos reciben un trato adecuado en las imitaciones literarias.Ambas naciones, al igual que el resto de Centroamérica, velarizan la /n/ final de palabray frase, realizan la jota como una ligera aspiración que puede desaparecer en el hablarápida, y le dan a la /y/ intervocálica una pronunciación muy relajada, hasta el punto deeliminar la /y/ en contacto con las vocales /e/ e /i/. Es frecuente la presencia de una [y]ultracorrecta o antihiática en los hiatos que llevan como primera vocal una /e/ o /i/: María> Mariya, vea > veya, etc. En El Salvador es frecuente la realización interdental [¸] de /s/ en el habla rural, aunque esta pronunciación tan marcada no tiene representaciónliteraria.

De las características fonéticas del español nicaragüense, la que más llama la atenciónes la aspiración de la /s/ final de sílaba/palabra; las tasas de aspiración de /s/ son de las máselevadas en toda Hispanoamérica (Lacayo, “Apuntes sobre la pronunciación” y Cómopronuncian el español en Nicaragua).5 Tan fuerte es la reducción de esta consonante entrelos nicaragüenses que les merece el apodo de mucos “toro de un solo cuerno” en el vecinopaís de Honduras. La aspiración de la /s/ en Nicaragua se ha representado en algunasnarrativas nicaragüenses mediante la letra j, por ejemplo en Cosmapa de José Román:

le vua decir, puej [...] sólo yo y usté lo sabemoj [...] si voj se lo decís a naides [...] (53)lo que tengo ej brama tancada, que me case, y ej verdá [...] ¿Pa qué quiero maj? (71)

y en Más cuentos de Fernando Silva:

ésta e’ la última vez que vení [...] a lo que te arrimá aquí vos (habla un cantinero “turco”)(100)

A pesar de estos ejemplos, la /s/ aspirada aparece raras veces en la literaturanicaragüense, precisamente por ser una característica tan arraigada entre todas las capassociales que no sobresale como marcador sociolingüístico dentro de Nicaragua. En lospaíses vecinos, sobre todo en Costa Rica donde la /s/ final es muy resistente, la realizaciónde la /s/ en Nicaragua figura en la literatura costumbrista. He aquí unos ejemplos de lanovela Mamita Yunai de Carlos Luis Fallas:

Buenos diaj, muchachoj [...] hablaba despacio, acentuando graciosamente el peculiardejillo de los nicas [...] (116)¡Hey, cartagoj, cuidao los ajujtan laj bruujaj! (159)¡Adentro, Cachuchita, ají me gujta! (163)¡Hey, catracho’el diablo, jodidóo! ¡Todaviilla hay quien je acuerda’e laj pijiadajqu’hemoj daoo! [...] nojotroj, en Laj Grietaj, cuando noj dimoh cuenta’e l embojcada [...]¡Choocho! (Je corrieron como cipotej! [...] y cuando el General Japata gritó [...] (164)

5 Ver también los ensayos de Lipski, “On the weakening of /s/ in Latin American Spanish” (31-43);“/s/ in Central American Spanish” (143-49); “Reduction of Spanish word-final /s/ and /n/” (139-56)y “/s/ in the Spanish of Nicaragua” (171-81).

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La reducción de la /s/ en español comenzó en la posición final de palabra para alcanzarrápidamente las posiciones preconsonánticas interiores de palabra. Es difícil establecercon exactitud la época en que la /s/ empezaba a aspirarse por primera vez, pero es muyprobable que el dialecto andaluz haya manifestado una articulación relajada de la /s/implosiva por lo menos en el siglo XVII. La propagación de este fenómeno a tierrasamericanas coincidía con su difusión en las áreas meridionales de España, ya que eldenominado “español atlántico” era una gama de variantes dialectales que vinculaban lospuertos andaluces y canarios con las principales ciudades del litoral hispanoamericano.

La reducción de la /s/ preconsonántica y ante pausa tiene una explicación puramentefisiológica, ya que la posición implosiva facilita la erosión de gestos articulatorios queculmina en la desvinculación de toda obstrucción oral, es decir, una simple aspiración. Elpróximo paso en la evolución de la /s/ final de palabra es la extensión de la aspiración acontextos prevocálicos (los amigos). En este contexto, la resilabificación natural delespañol coloca la /s/ aspirada en posición inicial de sílaba, y por lo tanto la reducción de/s/ no se puede atribuir al desmantelamiento de gestos articulatorios en un contextodesfavorable. Más bien se trata de una extensión analógica. Sabemos que el proceso deaspiración y elisión de /s/ surgió por primera vez en posición preconsonántica, sin alcanzartodavía los contextos prevocálicos; todavía existen dialectos del español (por ejemplo, elhabla semiculta de Buenos Aires, Montevideo, Lima y algunas ciudades españolas) en quela /s/ final de palabra se aspira sólo ante consonante y nunca ante vocal, no existen dialectoscon la configuración opuesta. El factor que más influye en la extensión de la /s/ aspiradaa posiciones prevocálicas es la eliminación del polimorfismo; se logra así la realizacióncomo [h] de toda /s/ final de palabra sin importar el contexto siguiente. Este proceso notiene nada de motivación puramente fonética; es más bien el resultado de una presiónmorfológica hacia la eliminación de variantes condicionadas por el contexto fonético.

En El Salvador y Honduras, la /s/ final de sílaba/palabra también se aspira, aunquelas tasas de reducción son menores que las que se dan en Nicaragua, sobre todo entre lascapas socioculturales más altas. En Honduras la realización de /s/ está notablementeregionalizada, mientras que en El Salvador la variabilidad de la /s/ gira alrededor del ejeCIUDAD-CAMPO (Lincoln Canfield, “Andalucismos en la pronunciación salvadoreña” 32-3y “Observaciones sobre el español salvadoreño 29-76).6 Otra faceta de la reducción de /s/ en El Salvador y Honduras es la aspiración de /s/ en posición INICIAL de palabra, sobretodo después de vocal (la semana, cincuenta centavos, y aun El Salvador). La aspiraciónde la /s/ intervocálica interior e inicial de palabra ha sido señalada como fenómenoesporádico en las capas sociales más humildes en varias áreas del mundo hispanoparlante,tanto en España como en Hispanoamérica, pero en ninguna descripción tenemos noticiasde un proceso tan avanzado en todos los niveles socioculturales como el que podemosobservar en el español salvadoreño (y hondureño). Todavía es imposible postular conexactitud la motivación de esta circunscripción geográfica, pero creemos que no se debe

6 Ver también los siguientes estudios de Lipski, “Reducción de /s/ en el español de Honduras” (272-88); “/s/ in Central American Spanish”; “Instability and reduction of /s/ in the Spanish of Honduras”,(27-47); “Central American Spanish in the United States: El Salvador” (91-124); Fonética yfonología del español de Honduras y “Salvadorans in the United States”.

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enteramente a la casualidad que tanto en El Salvador como en Honduras entre las palabrasque más se oyen con /s/ inicial aspirada sea centavos, junto con los números cincuenta,sesenta y setenta, por ejemplo en las combinaciones tipo uno cincuenta. En los dos paíseses muy frecuente que los precios se expresan con fracciones, utilizando las combinacionesantes mencionadas; basta pasear por cualquier mercado, calle, autobús u otro lugar dondese practique el comercio interpersonal para observar la reducción fonética en estaspalabras.

La /s/ interior intervocálica también suele aspirarse en el español salvadoreño, peroen la mayoría de los casos se trata de un verdadero prefijo (p. ej. presupuesto) o unacombinación fonética que presenta la forma de un prefijo (presidente), así que desde unpunto de vista morfofonético podemos describir la aspiración de la /s/ intervocálicainterior como una extensión, motivada por un proceso de analogía popular, de la reducciónde la /s/ final de palabra/fin de morfema. Lo cierto es que el español salvadoreño no haalcanzado el nivel de reducción de /s/ final de sílaba y palabra ante vocal que caracterizalos dialectos caribeños (aunque las tasas de reducción de /s/ en Nicaragua están más cercade las cifras antillanas); por otro lado la aspiración innovadora de la /s/ inicial de palabrase debe precisamente a la reducción de esta misma consonante al final de las palabras.

Por la misma razón que explica la escasez de indicaciones de la /s/ aspirada en laliteratura nicaragüense –es decir, el hecho de ser una pronunciación que alcanza casi todala población– hay pocas indicaciones de la reducción de /s/ en la literatura salvadoreña.En los pocos casos en que aparece un reflejo de este fenómeno, consiste en la eliminacióndel grafema s al final de la palabra, tal como vemos en la obra de Salarrué:7

¡Lléveme, pué! (I 48)Estirate, pue (I 284)Aligere, pué (I 290)Sí, pué, pobrecita (I 320)Entonces juguémola [...] (I 338)¿Qué mirá, cheró? (I 362)

Y en Jaraguá de Napoleón Rodríguez Ruíz:

Que yo creo que estoy empreñada, pué (9)Nas tarde, tío Cande (117)¡Si é infalible [...]! (Peralta Lagos 56)¿Y por qué no lo vergueamos, pue? (Dalton 211)

Son aun más insólitos los ejemplos de reducción de /s/ en la literatura hondureña:

¡Vámole pué! Yo ya me empujé el primer trago! (Amaya Amador 164)

En la narrativa de Toruño la reducción de la /s/, tan categórica en Nicaragua y muydestacada en El Salvador, ocurre muy escasamente, en la novela El silencio:

7 Salarrué (Salvador Salazar Arrué).

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Ay lo van a ver en el corral. Adió. (41)¡Ay tá que nos arruinamos! (49)yaytá pagando su mal gobierno (66)¡Monó [< vámonos] Chón [...]! (73)¡Tá tan enferma la pobre! (81)los perritos que so nuna fiera, acorrala na la nimal [...] (129)Entonce que se conmiendia [...] (140)Puejúmb [< pues hombre] [...] yo creo que será difícil [...] (163)entonce los bejuco sestiran [...] (237)

Hay un sólo caso de [s] ultracorrecta: eléstrica < eléctrica (117).Al no hacer hincapié en la aspiración de /s/ en los diálogos narrados, Toruño

presupone un lector centroamericano o por lo menos que sea conocedor de la realidadlingüística de Centroamérica, donde la reducción de /s/ es un denominador común queapenas sirve para identificar grupos sociales dentro de las naciones correspondientes. Laescasa presencia de la /s/ aspirada en la obra de Toruño contribuye a la construcción de unlenguaje centroamericano prototípico, dejando al margen de los hilos fundamentales losmatices cualitativos y cuantitativos que separan los dialectos individuales en cuanto a larealización de /s/.

La reducción de la /y/ intervocálica en contacto con vocales anteriores es patrimoniocomún del español centroamericano, y casi nunca aparece como indicador sociolingüísticoen la literatura regionalista. En El Salvador y Nicaragua, así como en los demás paísescentroamericanos, la inserción de una [y] antihiática alcanza todas las capas sociales endeterminados momentos, pero sobresale por su frecuencia alta entre los sectores rurales,y figura prominentemente en los textos costumbristas del istmo. Abundan los ejemplos enla obra de Toruño; aparecen siempre en boca de personajes rústicos:

De dos tierras:Seya como seya, me las paga. Yo no queriyun [...] (71)ses tán cuatro diyas rempujando en claro [...] (92)Pero veya, compadre, ha de ser desos dolores pasajeros. Tenemos una boteyatodaviya [...] (94)

El silencio:

Nue terminado todaviya (54)los patrones lo queriyan [...] Otro diya mes plicarás eso [...] (55-6)¡Nuhay tu tiya con él! (117)No siento más que decayimiento [...] (138)en cuanto pasen los nueve diyas [...] (140)¡Seya lo que seya! (161)Estuvo un hombre renco que deciya yamarse Juan [...] hace diyas que se fue(186)

La inserción de la [y] antihiática figura prominentemente en la obra de otros autoressalvadoreños; he aquí unos ejemplos:

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De Salarrué:

Tan, esos caminos bien feyos (I 49)Qué feyo este baboso (I 277)¡No creya, Padre, entuavía sioye un bisbiseyo! (I 289)ai veya, mano (I 290)él la veiya desde el taburete (I 301)con un perjume que mareya (I 301)con su cuerpo de guineyo pasado (I 299)Esos han sido los Garciya (I 293)

De Rodríguez Ruíz, Jaraguá:

Que se lo teniya merecido, pué (73)Alabado seya Dios (127)Usté ya lo sabiya (170)

De Peralta Lagos, Brochazos:

Apéyense [...] descansen un rato (33)

De otros cuentos salvadoreños: (Barba Salinas):

Andariyas ensezando el trasero (Ramón González Montalvo, “La cita”)Si desconfía de yo, leya esta recomienda [...] (Ricardo Martel Caminos, “Lafuga”)

Unos ejemplos de la elisión de /y/ intervocálica en contacto con vocales anterioresson:

De Salarrué:

blanco de todas las burlas y jugarretas del blanquío (I 369)el hijío de la maistra! (I 69)un su barquío cacho de sorbete (II 159)un su cipotío chelito (II 22)

De Rodríguez Ruíz:

sólo por quitarle la golía a ese chapín [...] (187-8)

De Roque Dalton:

Vámolos de aquí. Robertío, papacito [...] (320)

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Las demás modificaciones fonéticas que aparecen en la obra de Toruño son propiasdel habla rústica hispanoamericana, y no conllevan connotaciones regionalistas. Podemosseñalar los siguientes fenómenos:

(1) Realización de /f/ como aspiración: dijunto < difunto (De dos tierras, 18); juera< fuera (El silencio 66).

(2) Sinéresis de vocales medias átonas: siaburre < se aburre (De dos tierras, 62); silioyen < si le oyen (De dos tierras, 92); A quioras < a qué horas (De dos tierras, 101);esperé quia maneciera < esperé que amaneciera (De dos tierras, 116); luin cuentrual caer< lo encontré al caer (El silencio 31); digüeso < digo eso, tia liviés < te aliviés, ochua ños< ocho años (El silencio 49); esues lu extraño < eso es lo extraño, cuandui ba < cuandoiba (El silencio 54); nues < no es (El silencio 56); nuhay < nohay, comu él < como él (Elsilencio 66); tengües tas < tengo estas (El silencio 112); sia garraba, quiha cer < quehacer, luestá < lo está, li oyí < le oí (El silencio 117); quihay < que hay (El silencio 142);no biero curri dueso < no hubiera ocurrido eso (El silencio 161);

(3) Metátesis: suidá < ciudad (De dos tierras, 62); naide < nadie (De dos tierras, 68).(4) Eliminación de la /d/ final de palabra (fenómeno que alcanza todas las capas

sociales, pero que sólo aparece en la literatura costumbrista como señal del habla vulgar):suidá < ciudad (De dos tierras, 62); se < sed (El silencio 51); usté < usted (El silencio 112y passim.), lhumedá < la humedad (El silencio 163); debilidá < debilidad (El silencio138). En un momento (El silencio 112) Oscar se dirige a un peón utilizando la varianteusté.

(5) Desplazamiento del acento hacia el final de las palabras vocativas; este fenómenose da en todo el istmo centroamericano a nivel popular:¡Monó [< vámonos] Chón [...]! (Elsilencio 73); hombré (El silencio 113); Parrandá, Berrinché (El silencio 138)

(6) Realización de la combinación hue como güe: güevos (El silencio 31); güevudo(El silencio 66).

En efecto, Toruño no emplea los regionalismos fonéticos para distinguir a suspersonajes rústicos, si bien salpica sus narrativas de elementos propios del habla rural.Para lograr la creación de un nuevo lenguaje literario, Toruño modifica una técnica queha formado una parte integral de la literatura costumbrista: la representación del hablaespontánea mediante la eliminación de fronteras entre palabras y la fusión vocálica. Yahemos visto ejemplos de este procedimiento en la obra de Toruño; otros autorescentroamericanos también han recurrido a esta técnica para imitar el habla popular:

De Salarrué:

Tan galán ques (< que es) allá arriba (48)A saber onde le agarraría lagua (el agua) (48)Ai nomasito nel (< en el) valle (49)Tihacía (< te hacía) en Cojute (49)Quen (< que en) la escuela habido (< ha habido) zapío (62)Lian (< le han) dado dos puñaladas (63)Ay, no, sies (< si es) increíble (63)

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La vide ai bocabajo en el charcuesangre (< charco de sangre). No mianimé (< meanimé) a tentarla [...] jueraser (< fuera a ser) que nos creyeran [...] no lemos (< le hemos)movido ni tantito (64)

El patrón se arremacha con la Aranda, de lo que nuai (< no hay) quihacer (< quehacer) (103)

Qués (< que es) nicesario que tioficiés (< te oficiés) en algo, yastás (< ya estás) indioentero (277)

En las aradas se incuentran catizumbadas. También se hallan botijas llenas dioro (<de oro) (278)

y yastuvo (< ya estuvo); tihacés (< te hacés) de plata (278).

De Rodríguez Ruíz, Jaraguá:

Ya sabés quel duende hace a veces travesuras (9)

De Barba Salinas:

El Meterio me contó el cuento, porquel lo vido (Arturo Ambrogi, “La sacadera”, 102)V’entender luego (Eva Alcaine de Palomo, “La botija”, 193)

De Manuel González Zeledón “Magón”:

¿Qués la cosa? [...] ¿Porqués que no quieren pagarle a este hombre su leña? (113)Esta plaza es de la Catedral y nu’es del Cuartel [...] Yo estoy muy rendida di’andarpa’rriba y pa’bajo vendiendo güebos (177)Estoy di’alta en el Prensipal dende hace ya un chorro di’años (178)no l’arranca ni l’uña y queda más blanca qui’azucena y jasmín del cabo; hágale caso aFuan [...] (193)¡Eh, Fuan Barranca! ¿Dionde salís com’un enlustrao? [...] mañana tengo qu’encalar esatapia [...] pero sol’uno; porque en casa m’está esperando la mujer [...] (193)

El lingüista salvadoreño Pedro Geoffroy Rivas opina que la fusión de palabras tienesus orígenes en el sustrato nahua/pipil: “En el aspecto morfológico, los nahuas trasladaronal español los patrones, formas y procedimientos propios del polisintetismo. Unieron doso más palabras, suprimiendo fonemas, para formar nuevas palabras, surgiendo así en elhabla mestiza formas como vapué (vaya pues), puesí (pues sí), vuá (voy a) [...]”. Lo ciertoes que la misma fusión de palabras se da en todas partes del mundo hispanoparlante, yaque no responde al contacto de lenguas sino al proceso universal de enlace silábico,combinado con la sinalefa, la sinéresis y la diptongación (véase Navarro Tomás 1918); elresultado final de estas modificaciones silábicas es la fusión de palabras y la eliminaciónde linderos entre palabras propia del habla rápida y espontánea. Los autorescentroamericanos han recurrido a la representación gráfica de la fusión fonética más quecualquier otra literatura regional, tal vez debido a la escasez de otras característicasdialectales que se prestan a la alteración ortográfica.

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En la obra narrativa de Toruño, encontramos abundantes ejemplos de la fusión depalabras:

De dos tierras:

quen paz descanse [...] (18)por qué siaburre (62)¿Porqué no vael chancletudo, ese? (68)¡Ya testá silvando el güesista! (68)Tenéal muchacho aquí (71)voyir a trer los periódicos [...] (98)

El silencio:

en cuanto me mejorun poco (49)se paró a ver querel ruido (53)nunca tenemos siquiera parir allá a la ciudad (55)se quiere venir contrel chavalo (66)¿Ya sí tirusté patrón? (131)¿Qué bua saber? (168)

Pero Toruño ha ido más allá de la fusión silábica para crear una nueva técnica literaria,al representar el carácter libre del habla coloquial mediante nuevas divisiones ortográficasque no corresponden ni a las fronteras entre palabras ni a la natural división silábicaocasionada por el enlace. He aquí algunos de los muchos ejemplos de esta técnicaortográfica, que no encuentra paralelo en la literatura regionalista hispanoamericana:

De dos tierras:

yos taba por hay (18)Hijó; esos ta pelis (18)

quel padre Noriega quiere quel domingo naide se quede si nir a ser fajina porques tá muyenmontada la plaza (68)

Mi mujer está yá y yos toy aquí (92)Y yo [...] ques peraba irme al principio del otro mes! (98)No meé quivocado [...] pero los tigre sestán más para allá [...] (105)

El silencio:

¡Son ochua ños de padecer! En cuanto me mejorun poco, vuelvia inflamarsesta chochadi viene la calentura [...] nos vamo sotra parte y dejamo sestos montes que yatambién me tiene naburrido [...] los zancudos yestamo sacostumbrados; pero cuando sescase y el maíz y no siembro porque vo sestás enferma [...] (49)

Cuando yo teniya quincia ños [...] habiyan matado a u nombre [...] aquellalmen pena saliya los viernes quera el diya en que bian matado al hombre (53)

Yes que la sánimas de lo sombres que han sido matados no se va nal infierno[...] (54)

en miu milde modo de pensar [...] (55)Ya me ve sa mí qué mal lia go a nadie, ques lo que yecho en mi vida? (56)

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¡A saber si por ese descreyimiento tuyes que Dios no sa castigado! [...]Siemprestas informe [...] siempre con esa tu ideyen la cabeza de que no nos demeos irdia quí [...] (80)Por vo ses que me yecho hasta baboso [...] y no te das cuenta que yes muchoaguantar eses pinen mi cabeza. Me levanto mia cuesto [...] (96)Acordate que yas tamos en abril y que pronto va na venir la saguas. (97)¿Y no sia cuerdan cómo domua “Pirriimplín”, pues? [...] ¿Y cómo sia garrabacon los zambo sesos de la cocinera y de la molendera? ¡Desde chiquitue ra bienfragado! Y va dar quih cer aquí [...] (117)Mi mujer sufrió po rél; también po rél mihija, porque si no me biera fregado,no biero curri dueso [...] ¿Y yo me vua queda rasí no más? (161)

Si estos fragmentos se leen en voz alta, sin hacer pausa entre las palabras, resulta unlenguaje poco notable, propio del estilo coloquial. Desde luego ningún hablante delespañol centroamericano coloca linderos fonéticos en las divisiones indicadas por larepresentación ortográfica; Toruño emplea este procedimiento gráfico para dar cuenta dela espontaneidad del discurso rústico, que si bien no se aproxima a las normas gramaticalescontenidas en los manuales académicos, está dotado de una riqueza propia, adornado demetáforas y refranes, fortalecido por el robusto léxico de la faena agrícola, y enmarcadodentro de una fonética segmental y suprasegmental irreproducible mediante los escasosrecursos ortográficos de la lengua castellana. El desplazamiento de las divisionesortográficas se combina con rasgos fonéticos propios del habla rural para crear una imagenvisual que requiere la lectura en voz alta, de esta manera involucrando al lector en los actoslocutivos de los grupos que no tienen voz propia: los campesinos más marginados del agrocentroamericano. Esta técnica experimental antecede a las maniobras semióticas del“boom” novelístico hispanoamericano, anticipando las obras de Cortázar, Donoso,Fuentes y Vargas Llosa en las cuales el lector es cómplice inseparable del acto creativo.

LÉXICO REGIONAL EN LAS NARRATIVAS DE TORUÑO

Los dialectos de El Salvador y Nicaragua comparten muchos elementos léxicos,sobre todo los vocablos de origen nahua, pero hay diferencias igualmente marcadas queseparan las dos variedades. La obra narrativa de Toruño incorpora una cantidad modestade regionalismos léxicos, pocos de los cuales pertenecen exclusivamente a Nicaragua o ElSalvador. La palabra chele “rubio, de complexión clara”, común a El Salvador, Hondurasy Nicaragua, aparece en varias ocasiones. El silencio contiene un puñado de palabrasregionales, entre las cuales guásimo “tipo de árbol” (31), chane “guía” (34), maquenque,teonoste, punteldiablo “flora regional”, sonchiche “tipo de ave” (45), escopeta chachagua“escopeta de doble cañón” (52), chilamate “tipo de árbol” (53), mosote “tipo de arbusto”(59), guapinol, guachipilín, guanacaste, güilgüiste “tipos de árbol” (65), güiscoyol,ojoche “tipos de árbol” (66), hoja chigüe “tipo de hoja resinosa” (69), totoyón “niño” (72),musuco “de pelo crespo” (72), jalón “novio” (76), tapesco “cama” (80), ocote “pino” (82),coyol “tipo de árbol” (83), guayacán “tipo de árbol” (100), hacer campo “darle cabida auna persona” (108), guarumo, madroño, guayavillo “tipos de árbol o arbusto” (112),

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cocobolo, nacascolo “tipos de árbol” (118), idiay “exclamación de sorpresa” (121 ypassim.), sayul “mosca” (123), pinolillo “bebida hecha de maíz tostado y cacao” (126),giñocuao “tipo de árbol” (126), huevoechancho “tipo de árbol” (130), querque “tipo deave” (143), choreque, pimpín, malinche “tipos de arbusto” (185), pijul “especie de pájaro”(193), cotona “blusa rústica” (210), chocoyo “perico” (235), mapachín “pequeño mamífero”(235), crique “riachuelo” zuampo “pantano” (278), pijigay < pijibay “tipo de palmera”(278). Todas estas palabras se usan en Nicaragua, y la mayoría son conocidas en ElSalvador y los demás países centroamericanos, debido a su procedencia nahua.

Al incorporar estos vocablos a su narrativa, Toruño crea un trasfondo naturalcentroamericano, pues la mayoría de los regionalismos designan la flora y la fauna deNicaragua y El Salvador. El vocabulario regional tiene un valor meramente descriptivo,ya que estas palabras aparecen más en la narración que en los diálogos; Toruño lasintroduce sin preámbulo, presumiendo un lector centroamericano conocedor del léxicocampestre y recurriendo al regionalismo sólo cuando el castellano mundial carece dereferentes adecuados. Los segmentos dialogados contienen pocos elementos regionales;el autor prefiere los recursos fonéticos y morfosintácticos para captar el auténtico sabordel campista centroamericano, mientras que los personajes cultos emplean un lenguajeneutral, propio de las personas instruídas.

CONCLUSIONES

En resumen, Juan Felipe Toruño fue un escritor regionalista que amaba profundamentea su patria adoptiva así como a su tierra natal. Sus narrativas erigen una estructuralingüística que trasciende las fronteras nacionales para dar una voz integral al pueblocentroamericano, siendo Nicaragua y El Salvador los dos focos de su intertextualidadregional. Su representación del habla popular combina elementos fonéticos,morfosintácticos y léxicos logrando así una reproducción fidedigna del habla rural deantaño. Pero Toruño era más que un autor costumbrista, ya que sus innovacionesnarrativas, sobre todo las deslocaciones ortográficas, –caben dentro de las obrasexperimentales de las últimas décadas. La obra de Juan Felipe Toruño ha enriquecido laliteratura centroamericana y ha colocado en el primer plano la voz de la marginalidadmediante la creación de configuraciones lingüísticas pan-dialectales.

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