La columna 2
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LA COLUMNA
Revista estudiantil militante Número 2-2015
La columna: A manera de editorial. Revista estudiantil militante
A partir del descontento generalizado y la falta de credibilidad del Estado, éste ha optado
por ejercer su aparato de coerción, agrediendo de forma violenta a todo aquel que se
manifieste en su contra. El ataque armado en Ostula; la criminalización de la protesta social
en todo el país, pero siendo Guerrero donde más se manifiesta; la desaparición de la IEEPO
en Oaxaca; el ataque sistemático en Chiapas y sus comunidades Zapatistas. ¿Qué tienen de
común todos estos hechos? Que en todos ha existido implicación del gobierno Federal.
Como estudiantes no podemos quedar ajenos a la lucha que se está emitiendo en el país,
debemos ir brazo a brazo, codo con codo con cada movimiento social y popular que luche por
una verdadera democracia, porque solo así seremos LA COLUMNA de una nueva nación.
Si te interesa mandar un artículo, fotos, o
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Tienes hasta el 1 de septiembre para
mandar artículos, con la siguiente temática
“Balance sobre la exclusión educativa y las
cuotas universitarias”
Requisitos:
Tener una participación activa en
algún referente estudiantil
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mínimo.
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las imágenes que quieran que
aparezcan en el artículo.
Hablar de la renovación del
movimiento social y
revolucionario en México, como
nos proponemos hacer en este
número, es ubicar ya una
necesidad histórica para las clases
populares. En efecto, la aprobación
de las reformas estructurales y la
poca resistencia popular que se
dio durante el proceso, la actual
crisis de legitimidad que atraviesa
al Estado en su conjunto, sumado
a la bancarrota de la supuesta
izquierda electoral que ha
quedado al desnudo por su
evidente complicidad con la
desaparición de los estudiantes
de Ayotzinapa, son hechos
(aunque no son los únicos) que
ponen a la orden del día la
discusión y reflexión en torno a
la necesaria renovación
del
movimiento
social en el
país.
¿Quién y cómo
impulsará esta renovación?
Parecieran ser las interrogantes
lógicas luego de haber
posicionado el tema central. Desde
luego que no pretendemos, en
estas líneas, responder estas
cuestiones; proponemos estas
interrogantes como punto de
partida para la discusión y la
reflexión, sin asumir que hay una
respuesta única y sencilla.
LUCHA ESTUDIANTIL Y
LUCHA REVOLUCIONARIA
Es un hecho conocido que
desde que el movimiento
estudiantil de córdoba lanzara la
consigna “Obreros y estudiantes:
Unidos y adelante” los estudiantes
latinoamericanos han jugado un
papel importante en las luchas del
pueblo trabajador por la
transformación de la sociedad.
Como señala Nestor Kohan (2011,
pág. 3) “Históricamente, el
estudiantado formó parte de lo
más avanzado del movimiento
popular latinoamericano.”
En la lucha por mejorar la
educación y hacerla accesible a las
mayorías populares, el
movimiento estudiantil ha
adquirido conciencia de la
dificultad de alcanzar este objetivo
en el capitalismo. Bajo las reglas
del juego del capitalismo es
imposible poner en práctica un
proyecto educativo de alcance
nacional que
solvente las
necesidades de la
población.
Mientras perdure
este sistema injusto,
las problemáticas de la
educación subsistirán, debido
a que precisamente existe una
relación estrecha entre el
sistema económico y
problemáticas como la exclusión
educativa y la mercantilización de
la educación. Condicionados de
modo dialéctico, mientras se
mantenga la división de la
sociedad en clases sociales se
mantendrán las problemáticas
mencionadas; la mercantilización
y la exclusión educativa a su vez
afianzan y agudizan la división de
la sociedad en clases sociales. Esta
complicidad que existe entre la las
instituciones de educación y el
sistema económico era ya señalada
por Julio Antonio Mella (2002)
“Nunca una clase ha sostenido
una institución, ni mucho menos
instituciones de educación, si no es
para su beneficio”. Apunta hacia el
mismo rumbo Anibal Ponce quien
mostraba, en el curso que se editó
bajo el título de “Educación y
lucha de clases”, que la educación
(2010) “Ligada estrechamente a la
estructura económica de las clases
sociales, (…) no puede ser en cada
momento histórico sino un reflejo
necesario y fatal de los intereses y
aspiraciones de esas clases”. Como
decíamos, parece que estas
conclusiones fueron comprendidas
por muchos estudiantes del
continente. Lo que hicieran Mella
y Mariátegui da muestra del
vínculo que mantiene el
movimiento estudiantil
Latinoamericano y la revolución
socialista (Arismendi, 1978).
Hasta aquí parece no haber
mucha discusión, si queremos una
educación popular, gratuita, crítica
y democrática, tenemos que
transformar la sociedad. Sin
embargo, consideramos adecuado
analizar más detenidamente cómo
entendemos esta vinculación entre
lucha estudiantil y lucha
revolucionaria. Veamos:
Si de antemano sabemos
que no lograremos una
transformación profunda de la
educación en el capitalismo
¿Debemos resignarnos y esperar
pasivamente el derrumbe del
capitalismo para luego entonces sí
conseguir la educación que
queremos? O bien ¿debemos
abandonar la lucha estudiantil,
buscando luchar en un área en que
la contradicción entre capital y
trabajo se manifieste de un modo
más “puro”?
La respuesta a ambas
preguntas, nos parece, es no. Ni
esperar pasivamente el derrumbe
del capitalismo, ni abandonar la
lucha en nuestros centros de
estudio. La larga tradición de
lucha y reflexión teórica de los
estudiantes latinoamericanos a la
que nos hemos referido, aporta
importantes conclusiones que nos
será útil recuperar.
Julio Antonio Mella resume
en unos cuantos párrafos la
relación entre la lucha estudiantil
y la lucha revolucionaria. Mella,
que en ese momento encabezaba el
movimiento estudiantil que luchó
(2002) “por una universidad más
vinculada con las necesidades de
los oprimidos” nos dice que a
pesar de que tengamos conciencia
plena de la imposibilidad de
obtener la universidad que
queremos sin haberse dado “la
revolución social proletaria” ello
no implica que abandonemos este
campo de lucha. En efecto, la lucha
estudiantil no se contrapone con la
lucha revolucionaria, ya que “cada
avance no es una meta, sino un
escalón, para seguir ascendiendo,
o un arma más que se gana al
enemigo para vencerlo en la
“lucha final".
Además de esta idea de la lucha
estudiantil como peldaño o
posición a disputar con el
enemigo, el texto que hemos
citado aporta una muy vigente
reflexión sobre los objetivos que
van ligados con la lucha:
Agitar conciencias jóvenes
ganando reductos en el frente
educacional contra los enemigos
del pueblo trabajador, y, probar,
ante todos los revolucionarios
sinceros, que la emancipación
definitiva de la cultura y de sus
instituciones no podrá hacerse
sino conjuntamente con la
emancipación de los esclavos de
la producción moderna
Citamos sin recortar o reducir este
fragmento ya que nos parece que
precisamente en la obtención de
este doble triunfo, del que habla
Mella, es donde se juega la
posibilidad del movimiento
estudiantil de ser una fuerza
renovadora del movimiento
revolucionario en el país. Si el
sector estudiantil organizado y
consciente puede “agitar estas
conciencias jóvenes” y encauzar el
descontento identificando a los
enemigos de clase, entonces
estaríamos abonando a esta
necesaria renovación. Si luego de
las luchas que emprendemos por
la defensa de la educación pública
más estudiantes se convencen de
la necesidad de la transformación
de la sociedad entonces también
estamos abonando a la renovación.
Si logramos “convertirlo en un
movimiento político consciente”
decía Lenin (1976, pág. 344),
estaremos aportando a la
renovación.
Además de lo que hemos
mencionado, los hechos del 26 de
septiembre en Iguala y las
posteriores protestas colocan a los
estudiantes ante la tarea histórica
de hacer frente a una embestida
directa en su contra. Una vez más
es el Estado quien emplea el terror,
la represión y la desinformación
contra los estudiantes, estas
circunstancias nos obligan a
asumir la labor de responder de
forma organizada. La
desaparición de 43 de nuestros
compañeros estudiantes debe
verse como una afrenta a todos los
estudiantes del país.
Sobre este punto, después
de las movilizaciones que han
sacudido al país en los últimos
meses nadie puede negar la
existencia de cierto nivel de
solidaridad e inquietud entre los
estudiantes del país, a pesar de las
campañas de odio y
desinformación en los medios de
comunicación los estudiantes nos
manifestamos, realizamos paros,
brigadeos, etc. sin embargo, es
preciso analizar si luego de esta
jornada de protestas
hemos podido organizarnos, más
allá de la solidaridad, en espacios
de discusión en los cuales nos
reconozcamos como hijos de
trabajadores y analicemos nuestras
reivindicaciones como sector.
CONCLUSIONES:
Como hemos dicho, la
lucha por la educación pública,
crítica, democrática y popular no
se contrapone con la lucha
revolucionaria. Diríamos que una
requiere de la otra, la lucha
estudiantil requiere de un proceso
de transformación radical de la
sociedad para poder resolver las
demandas estudiantiles y, a su
vez, la lucha revolucionaria
requiere de nuevos bríos que
puede aportar la juventud para
dar las próximas batallas en los
más diversos frentes. La
convicción revolucionaria de los
estudiantes es y será fruto de la
maduración de la conciencia que,
forjada en la lucha por mejorar
nuestra educación y hacerla
accesible a las clases populares,
nos llevé a la conclusión de que
para lograr este objetivo
requerimos, forzosamente, la
transformación de la sociedad.
Ahora, más que nunca,
requerimos que sea así.
Referencias
Arismendi, R. (1978).
Encuentros y
desencuentros de la
universidad con la revolución.
Culiacán, México: Universidad
Autónoma de Sinaloa.
Kohan, N. (2011). Saludos al
congreso de estudiantes. En La
reforma universitaria en el siglo XXI
(pág. 3).
Lenin, V. I. (1976). El movimiento
estudiantil y la situación política
actual. En V. I. Lenin, Obras
escigidas en doce tomos (pág. 344).
Moscú : Progreso .
Mella, J. A. (2 de Noviembre de
2002). Rebelion.org. Recuperado el
29 de Junio de 2015, de
Rebelion.org:
http://www.rebelion.org/hemerote
ca/argentina/mella021102.htm
Ponce, A. (2010). Educación y lucha
de clases. Buenos Aires: Imago
Mundi .
Contacto a:
m o al
Facebook.com/estudiantesmir
mexico
El movimiento estudiantil es
amplísimo, ya que en cuanto a
educación la lista de cosas por
cambiar es enorme. Las demandas
son tan variadas como las formas
de lucha, y creemos firmemente
que la organización y resistencia
estudiantiles son un punto
necesario para llegar a la
revolución.
Una de las luchas que más
críticas recibe, que es posiblemente
la que el pueblo menos apoya, y
sin embargo, una de las más
necesarias y que a lo largo de la
historia ha demostrado su validez
y legitimidad es la que
emprenden los frentes o
movimientos de “rechazados”.
Pero llevar esta consigna a sus
últimas consecuencias es
sumamente complicado, ya que
mantener al pueblo en un nivel
académico mediocre es una de las
principales armas del Estado,
además de los obstáculos
ampliamente
conocidos por
todas las
organizaciones, en este
artículo enlistaremos algunas
de complicaciones a las tratamos
de hacer frente y las tareas que
creemos que los militantes deben
cumplir para que su lucha rinda
frutos.
De inicio, uno de los
principales problemas con
los que se topan los
compañeros que han
decidido emprender esta lucha es
la sociedad misma; creo necesario
aclarar que no es culpa suya mal
mirar este tipo de organizaciones,
tacharlos de huevones, de burros,
etc. Si hay que señalar a alguien,
debe ser al Estado y sus aparatos
ideológicos que han llevado a la
gente a pensar que la educación
debe ser para quienes pasen los
filtros de calidad que imponen las
instituciones, o séase, aquel que
pueda aprobar un examen,
olvidándose así que la educación
es un derecho elemental, de que el
Estado no nos hace ningún favor
cuando construye una
Universidad, aumenta el
presupuesto para la
educación o reduce las
cuotas (que en primer
lugar no deberían
de existir).
Por lo que
una de
nuestras principales tareas debe
ser concienciar al pueblo, para que
no sólo sepa de su derecho a la
educación, si no que en la práctica
lo defienda.
Otro de los grandes
problemas a los que se enfrentan
las organizaciones que luchan por
la ampliación de matrículas, y la
apertura de más espacios en la
universidad es que pueden
convertirse en algo meramente
coyuntural, que pasan por un
reflujo constante, ya que durante
el periodo de exámenes de
admisión y resultados la
organización puede crecer de
forma exponencial, y sin embargo
al lograr los objetivos, obtener los
lugares y declarar la victoria,
comienza un reflujo que merma a
la organización y desmoraliza a
quienes se mantienen y aún más, a
los que no se les consigue un lugar
en la Universidad, si es el caso. Por
lo tanto
durante la parte
más álgida de la
coyuntura se debe de
politizar a los nuevos
compañeros, para que
comprendan que luchar por la
educación es luchar por la libertad,
la patria, la vida, etc. Y así
permanezcan en la lucha, ya sea
en el mismo colectivo o en
cualquier otro lugar.
Por último, (en este
artículo, ya que hay muchas,
muchas más problemáticas)
están los métodos con los que
trabajan este tipo de movimientos,
si bien hay mucha radicalidad
para generar una respuesta de las
autoridades, llega un punto en el
que es necesario negociar, ya sea
con agentes del Estado,
representantes de la Universidad,
o con quien pueda dar resolución
a las demandas, lo que provoca
que compañeros que están
también en la lucha tachen al
movimiento de vendido o se les
acuse de ilegitimidad.
Por lo que es necesario, realizar un
análisis del porqué, tal o cual
organización realiza determinada
práctica, y no condenar las formas
de otros compañeros, ya que al
hacerlo se fracciona al
movimiento, y eso finalmente es,
hacerle el juego al Estado.
“Por lo menos una vez en la vida vas a necesitar
de un médico, un abogado o un arquitecto;
pero todos los días, tres veces al día,
vas a necesitar un agricultor”
Aproximadamente 20 millones de
habitantes consumen la mitad o
menos de los requerimientos
mínimos nutricionales que, de
acuerdo con la Organización de las
Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura
(FAO), deben ser entre 2 mil 600 y
3 mil calorías diarias, un
porcentaje importante sólo ingiere
entre 35 y 40 gramos de proteínas,
cuando se recomienda de 70 a 80
gramos
Mientras tanto en México
la desnutrición afecta de un modo
más significativo a la región sur y
la obesidad, a la región norte.
Estas cifras coinciden con las que
maneja la Comisión Especial de
Promoción del Desarrollo
Regional de la Cámara de
Diputados, presidida por el
diputado Mario Carrillo Huerta,
quienes señalan que en México, de
acuerdo con cifras publicadas por
el Coneval en 2012, en ese mismo
año, de un total de 112 millones de
mexicanos, 52 millones vivían en
situación de pobreza y de éstos,
28.4 millones carecían del acceso a
la alimentación.
La política social en México
no ha permitido un desarrollo
humano aceptable de los
mexicanos y tampoco se ha
tomado en cuenta que estamos
ante una crisis alimentaria con
consecuencias graves para el
bienestar social.
En el trabajo del CESOP,
presentado en el Foro
“Alimentación, Bienestar y
Desarrollo Regional”, planteó
también la paradoja que genera el
problema de
la
alimentación en México, pues
“mientras el país registra un 32.8
% de obesos frente a 31.8 % que
tiene Estados Unidos, en el grupo
de cinco a catorce años, la
desnutrición crónica es de 7.25 %
en las poblaciones urbanas, y la
cifra se duplica en las rurales”.
De acuerdo con el Instituto
Nacional de Estadística y
Geografía, entre los años 2000 y
2011, más de 102 mil 568 personas
perdieron la vida por deficiencias
nutricionales, un promedio de 8
mil 547 anuales, es decir, 23.4 por
día.
A la fecha, el país importa
80 % del arroz que consume su
población; 42 % del trigo; 31.9 %
del maíz y 8.2 % del frijol, además
del 40 % de la leche; 53 % de la
carne de aves; 68 % de la carne de
res, y 78 % de la carne de cerdo.
Según la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca
y Alimentación (Sagarpa), en 2013
México ocupó el lugar 30 entre 107
países que forman parte del índice
Global de Seguridad Alimentaria.
KÁLI XOXOCTIC (CASA VERDE)
UNA ALTERNATIVA PARA LA
CRISIS ALIMENTARIA
Las prácticas agrícolas urbanas no
son recientes y han estado
representadas principalmente por
jardines-huerto y huertos, que han
formado parte siempre del paisaje
urbano. Desde la década de 1980
los huertos urbanos han ido
ganado importancia y adquirido
nuevas características relacionadas
tanto en la soberanía alimentaria,
la calidad de los productos que
consumimos y la generación de
empleo, como una
mejoría en la
calidad de vida, la
educación
ambiental, las
relaciones sociales,
la transformación
social y la
regeneración
urbana. Para esto
han sido
importantes los
movimientos
sociales, la concientización y la
organización ciudadana; en las
últimas décadas han presionado a
sus gobernantes y también han
colaborado en la planificación y
creación de nuevos espacios de
ciudadanía, de intercambio de
experiencias y de desarrollo de
actividades ecológicas.
Bajo este
entendido, los
habitantes de la CEEZ,
junto con algunos
compañeros
simpatizantes de la
misma, han decidido implementar
el proyecto “Káli Xoxoctic” (de la
lengua náhuatl, casa verde), cuyo
objeto es el fomento de una cultura
autosustentable mediante la
implementación de huertos
urbanos y verticales,
aprovechando los recursos con los
que se cuentan, como espacios que
se tengan disponibles, patios,
paredes, techos, etc.; para la
producción de alimentos agrícolas,
que coadyuve al sustento y a la
economía de las familias que
adopten esta forma de producción.
Káli Xoxoctic pretende,
además, crear conciencia dentro de
la sociedad acerca de una
soberanía alimenticia y por eso se
conjuga con otras formas de
concienciación como la cultura del
reciclaje al utilizar botellas de PET
como maceteros en los huertos
verticales, con la reutilización de la
materia al producir compostas
orgánicas con los desechos
generados en la CEEZ y con la
pedagogía, al ofrecer cursos y
talleres donde los participantes
aprenden las técnicas requeridas
para la ejecución de este tipo de
proyectos etc.
“Estudiar significa conocer los problemas del pueblo, compenetrarse de sus sentimientos y de sus
aspiraciones, buscar en la palabra del maestro y en la del libro aquello que sirva para resolver esos
problemas y realizar esas aspiraciones, examinar las experiencias y las enseñanzas de las generaciones
anteriores y ver cómo han afrontado las situaciones que les tocó vivir. Estudiar es buscar las formas de
ser útil y de coadyuvar a la emancipación de los explotados.”
Arturo Gamiz: “La participación de los Estudiantes en el Movimiento Revolucionario”
Actualmente México se encuentra
bajo una coyuntura política,
económica y social dentro la cual
el proletariado juega y jugará un
papel importante. Nos
encontramos bajo una amplia
escalada de Terrorismo de Estado
en la cual existen miles de casos de
desapariciones forzadas en
México, el caso más notorio es la
desaparición de 43 estudiantes de
la Normal Rural “Raúl Isidro
Burgos” de Ayotzinapa Guerrero,
más aún, existen alrededor de 25
mil 821 casos de desapariciones
registrados, esta cifra no es certera
ya que son muchos los casos en los
que las desapariciones por parte
del estado no son registrados.
Nos encontramos bajo una
crisis cada vez más aguda; la cual
no es más que el resultado de las
políticas
Neoliberales y capitalistas
emprendidas por la clase
gobernante que están al servicio
de los intereses de la clase
explotadora como los son las
transnacionales y la cúpula
empresarial. La actual burguesía
no escatima esfuerzos y tiempo
para poder sacar adelante sus
propios intereses; claro está, a
costa de someter cada vez más al
pueblo a la explotación y a la
miseria. Esto ha traído para el
pueblo explotación y enajenación,
así mismo para el estudiante
sometimiento y represión.
Las acreditaciones y los
exámenes de admisión a las
universidades convierten a la
Educación Popular en un ente
privado alejado de las
problemáticas del pueblo. En otras
palabras; transforman a las
Universidades Publicas en fábricas
cuyo objetivo es crear mano de
obra para sustentar los medios de
producción. La educación está
cada vez más siendo transformada
en una institución privada con
democracia burguesa en donde se
limita cada vez más la
participación del sector
estudiantil.
Nos enfrentamos ante una
cultura promovida desde el Estado
a través de “artistas” que
solamente se dedican a insultar el
intelecto del pueblo tratándolo
como un ser de poco pensamiento
y que rara vez, piensa por sí
mismo. Esta cultura está orientada
al sometimiento entre el mismo
proletariado, los artesanos, los
estudiantes, los obreros, los
pueblos
originarios etc. O sea, eliminan la
conciencia de clase que nos
identifica como miembros de una
sociedad que obedece a un
proceso dialéctico.
Ante éste panorama, como
estudiantes nos llega esta
pregunta: ¿Cuál es el papel del
estudiante en la actualidad?
Como se sabe, existen dos
clases sociales, la burguesía y el
proletariado. La burguesía es
aquella pequeña porción que se
apropió de los medios de
producción y que para subsistir
tiene que explotar al pueblo. El
proletariado, en donde se
concentra toda la fuerza
productiva, está conformado tanto
por los obreros, los campesinos,
empleados, profesores etc. Es todo
aquel que vende su fuerza de
trabajo (física o intelectual) a
cambio de un salario. El
proletariado es quien es explotado
por la burguesía.
Los estudiantes son una
parte de esta gran mayoría que
conforma el proletariado, ya que
estos mismo al concluir su
preparación (o inclusive desde
antes) formaran parte del amplio
ejercito de obreros y empleados
que sustentaran los medios de
producción.
Es por ello que el papel del
estudiante se encuentra dentro del
seno del mismo pueblo y juega el
papel de ser un Sujeto Histórico
que transforme la realidad.
Su papel en la
universidad es
transformarla y
orientarla para que esta
esté dedicada a resolver las
problemáticas del pueblo. Juega
un papel revolucionario en la
lucha de clases. Más aun así, hay
contradicciones en el seno del
sector estudiantil, tanto en
cuestiones políticas e ideológicas.
Actualmente el Estado y
los organismos empresariales
tratan de quitarle el carácter
popular al estudiante, dejando a
entender que su papel solamente
se centra en el seno de la
Universidad, dejando que este
mismo se movilice dentro de la
misma cuidando siempre que su
lucha no afecte los intereses de la
Burguesía.
Con esta idea muchos
estudiantes durante su
preparación tienen la idea de que
su lucha es meramente estudiantil,
porque ellos mismos forman un
sector el cual tiene necesidades y
por lo tanto, se debe de luchar
exclusivamente por estas
necesidades. El error de este
pensamiento está en que cuando
se deja de ser estudiante y se pasa
a ser empleado, estos ya no
continúan su lucha.
Es por ello que el
estudiante debe estar lo más
cercano al pueblo y debe de
participar en toda lucha que el
pueblo emprenda, es aquí cuando
se afectan los intereses de la
Burguesía. Ya que el estudiante al
experimentar en carne
y
hueso lo que significa luchar por la
emancipación del pueblo,
adquiere conciencia de clase
mediante la práctica, conciencia
que es reformada mediante la
teoría Marxista (el arma ideológica
y sostén de la lucha del
proletariado). Por lo que su lucha
dentro de la Universidad deja de
ser dogmática y sectaria, si no que
se concentra en transformarla en
un medio que funcione para
resolver las necesidades del
pueblo y que esté al servicio del
pueblo.
La prueba sobre estas
palabras es el esfuerzo por que se
deje de impartir Marxismo en las
universidades, ya que es la ciencia
que explica él por qué de las
actuales condiciones que se viven
en el país, además de que es una
ciencia de carácter revolucionario.
En Michoacán, sobre todo
en las Casas del Estudiante y en la
Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo se ejerce una
política de criminalización de la
protesta social y una política de
Terrorismo de Estado hacia todo
aquel estudiante que se involucre
en el Movimiento Popular. La
prueba de esto es la constate
agresión por parte de la Oficina de
Asuntos Estudiantiles dirigida por
Dolores Govea Paz hacia las Casas
del Estudiante, promoviendo
expulsiones selectivas y
fomentando la desestabilización
social dentro de las mismas (esto
por medio de agentes a su cargo
que se encuentran dentro de las
mismas Casas del Estudiante).
Estas políticas no son exclusivas
en el Estado de Michoacán, sí no
que corresponden a toda una
política de Terrorismo de Estado
en todo el país, los casos más
recientes son las agresiones que ha
sufrido el movimiento estudiantil
en Puebla y Veracruz.
Es por ello que, más aun en
la actualidad, el papel del
estudiante se encuentra dentro del
Movimiento Popular. Si los
estudiantes no tienen conciencia
de clase, no pueden ser
vanguardia en el Movimiento
Popular, lo mismo ocurre con el
Movimiento Obrero, Magisterial,
etc. De no tomar en cuenta es te
principio fundamental surge el
oportunismo, el espotaneismo y el
reformismo que no hacen más que
frenar el proceso revolucionario
que se viene gestando en México y
que solamente desgastan al
Movimiento Popular.
Por eso más aun hoy, la
principal tarea que tiene el
estudiante es generar la UNIDAD
ESTUDIANTIL-POPULAR para
poder no solo hacer resistencia a
los constantes ataques de la
burguesía, sino también para ser la
ofensiva dentro de la Lucha de
Clases. Como sostén político e
ideológico se tiene al Marxismo,
ya que como se mencionó antes,
no solamente explica la actual
situación, si no que nos da el arma
ideológica y política para lograr
pasar de la Resistencia Popular a
la Lucha Revolucionaria.
En este periodo en que el gobierno
y los simpatizantes del mismo se
empeñan por señalar a las
organizaciones magisteriales y
estudiantiles insumisas como
presuntos obstáculos de la
educación, es menester
argumentar lo contrario con
múltiples datos históricos, es decir,
es menester sostener que la
extrema derecha política ha sido
responsable de un carácter
retrógrado en la educación. Para lo
anterior, se expondrá, a grandes
rasgos, las principales
características de la educación
impartida en la universidad
poblana antes del movimiento de
reforma universitaria, así como las
principales características de la
educación impartida actualmente
en nuestra universidad; se tratará
brevemente otros temas para
contextualizar adecuadamente al
lector sobre lo que aquí se
planteará.
En Puebla, el desarrollo de
la derecha política tuvo
demasiadas características
particulares. Maximino Ávila
Camacho (gobernador de Puebla
en el periodo 1937-1941) consolidó
un cacicazgo militar caracterizado
por tener varias tendencias
anticomunistas, ultra-
conservadoras y por mantener
demasiada estabilidad política
mediante diversos métodos
contrainsurgentes. Por supuesto,
una manera eficiente de mantener
la estabilidad susodicha fue
lograda asegurando que el
magisterio y la rectoría de la
Universidad de Puebla se
mantuvieran siempre adeptas a la
derecha regional; de aquí que, por
ejemplo, el primer rector de la
universidad de Puebla
perteneciera al grupo
anticomunista “Camisas
Doradas”.
Es preciso mencionar que
el cacicazgo avilacamachista se
mantuvo como aliado del PRI
(incluso cuando se llamaba PRM y
cuando se llamaba PNR); sin
embargo, siempre mantuvo gran
resistencia a adoptar las medidas
con tendencias socialistas,
obreristas o agraristas
que tal partido llegó a
adoptar en sus primeros
años. De este modo,
durante los primeros años
del cacicazgo anteriormente
referido, la educación
pública regional se
caracterizaba por un
evidente rezago; muchos
grupos regionales
satanizaban a las reformas
educativas realizadas a nivel
nacional en las décadas de los
veinte, treinta y cuarenta, en las
cuales se plasmaba que la
educación debería ser laica;
desdeñaban
considerablemente el
contenido de múltiples libros de
texto gratuito, puesto que gran
parte de los mismos estaban
influidos por los proyectos de
educación socialista promovidos
por el PRM. En los centros
educativos, los rituales católicos
continuaron siendo costumbre por
mucho tiempo (como se verá
posteriormente, incluso, en la
Universidad de Puebla).
La anterior no era la única
característica que puede
adjetivarse como conservadora
dentro de la universidad liderada
por los avilacamachistas; además
de lo anterior, puede observarse
que, incluso en los salones de
clase, no habían inculcado aún una
cultura de equidad de género; al
contrario, las escasas jovencitas
que estudiaban la universidad
eran víctimas de múltiples burlas
y tratos inadecuados por sus
compañeros varones y, en algunas
ocasiones, por sus maestros.
En la universidad,
predominaba el oscurantismo; no
existía un enfoque científico en la
educación de aquel momento.
Demasiados individuos son
testigos de que los programas no
estaban actualizados, además de
que existían demasiados dogmas
en la preparación.
En nuestra universidad, los
años cincuenta comenzaron con la
destitución de Horacio Labastida
Muñoz (rector en el periodo 1947-
1951). Nueve militares estuvieron
a cargo de la operación susodicha,
los cuales, por disposición de
Rafael Ávila Camacho
(gobernador de Puebla en el
periodo 1951-1957) habían
ascendido a grandes cargos en la
universidad. ¿Por qué razón las
autoridades regionales habrían
decidido necesario aquello? Bien,
para responder esto debe
plantearse que Labastida Muñoz
había impulsado, que promovió la
cátedra e
investigación en
sociología;
promovió que los
estudiantes de
preparatoria
tuvieran cursos de
filosofía social y que
los universitarios
discutieran múltiples
temas políticos;
asimismo, él había
estado involucrado
en el asilo político
de múltiples
españoles que eran
perseguidos por el
régimen franquista.
Lo anterior fue
motivo suficiente
para que el régimen político
regional destituyera a Labastida
Muñoz.
La destitución de Labastida
Muñoz no fue el único acto de
impunidad que adoptaron en la
región; prontamente, despidieron
a algunos trabajadores de la
universidad que demostraban
tener ideas de carácter socialista;
entre los anteriores, se encuentra
Luis Rivera Terrazas (quien,
aproximadamente veinte años
después, sería rector de la
universidad). Asimismo, debe
plantearse que era tanta la
ambición de la derecha política
por tener un control eficiente en la
universidad, que se impuso a
nueve rectores en un periodo de
cinco años; a todas estas
imposiciones, correspondió que,
en 1952, los universitarios
comenzaran una huelga, la cual
sería reprimida.
Hacia 1956, había
incrementado considerablemente
la tensión: los universitarios
exigían la autonomía de la
universidad; la organización
estudiantil se había fortalecido de
manera considerable. No obstante
a lo anterior, únicamente
recibieron, por parte de las
autoridades, una burla como
respuesta: el rector ya no sería
elegido por el gobernador, sino
que sería elegido por los miembros
del Consejo de Honor (uno de los
tres órganos adeptos al
conservadurismo regional que se
crearon en aquel año); los
miembros del Consejo de Honor,
por otra parte, serían elegidos
directamente por el gobernador.
La derecha regional apoyó
el surgimiento de un grupo
estudiantil ultra-conservador en
1956, el cual recibió el nombre de
Frente Universitario Anticomunista
(FUA). Los miembros de este
grupo sostenían que no
era factible
sostener la
autonomía
universitaria debido a que no
existía independencia económica,
autogobierno, libertad académica
ni de cátedra (tal parece que el
propósito de tales individuos al
sostener esto era que, en vez de
que la universidad fuera
financiada con ingresos públicos,
fuera financiada por el sector
privado). El FUA se abanderó
siempre de un discurso enajenante
que planteaba que las fuerzas
conservadoras tenían legitimidad
al reprimir a las fuerzas de
oposición crecientes, a las cuales
etiquetaban de radicales, ateas y
comunistas (con esto no se intenta
decir que no existían miembros
con convicciones comunistas;
tampoco se intenta decir que era
incorrecto; simplemente, se
plantea que etiquetaron de tal
forma a todos los opositores a las
autoridades universitarias, sin
importarles que la mayoría no
cumpliera con tales
características).
El primer rector escogido
por el Consejo de Honor, en 1956,
fue un miembro de la organización
de extrema-derecha “Los
Caballeros de Colón”: Manuel
Santillana, el cual tenía
encomendado mantener el orden
dentro de la universidad.
El periodo de 1956 a 1961,
se presentaron
múltiples
levantamientos estudiantiles que
estaban fundamentados
principalmente en la oposición a
los sectores regionales más
conservadores. Bien es sabido que,
en 1961, comenzó el movimiento
de reforma universitaria, el cual
tenía como principales propósitos
la autonomía genuina de la
universidad; propugnaba por una
educación pública, crítica,
humanista y científica. Es bien
sabido que, desde que obtuvieron
las primeras victorias, el nivel
educativo comenzó a perfeccionar.
Se puede decir, asimismo, que,
desde el rectorado de Julio
Glockner, hasta el rectorado de
Malpica, las autoridades
universitarias se mostraban
verdaderamente interesadas en el
desarrollo científico. No se negará
en este texto que, mucho tiempo
después del comienzo de tal
movimiento existían algunos
docentes que se ausentaban en su
labor de manera predominante,
puesto que muchos individuos de
aquella época fueron testigos de
tal fenómeno.
Ahora bien, a nivel
regional, el ambiente político es
extremadamente tenso en todo el
país. En nuestro estado,
predomina el conservadurismo en
casi cualquier sector; sin embargo,
ciertamente muchos pueblos han
descubierto la manera en que el
gobierno acomete
contra su
integridad en
casi cualquier
aspecto;
asimismo, existen algunos
movimientos inspirados en gran
parte de los principios del
movimiento de reforma
universitaria; no obstante,
ciertamente es minoritaria la
cantidad de estudiantes que
participan en tales movimientos.
Actualmente, es
gobernador del estado, el nieto de
un avilacamachista que también
fue gobernador del estado; se trata
de Rafael Moreno Valle Rosas (su
abuelo se llamaba también Rafael
Moreno Valle, y gobernó en el
periodo 1969-1971), el cual fue
apoyado por cuatro partidos
políticos después de que
renunciara al PRI. Asimismo, el
hijo de un burgués libanés es
presidente de la Ciudad de Puebla
–por supuesto, refiero a Gali
Fayad.
Hay más: la mayor parte
del magisterio regional se
encuentra demasiado sometido
ante el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación
(SNTE); han olvidado que Emilio
Chuayfett fue secretario de
gobernación en el periodo de
Ernesto Zedillo y muy
posiblemente tuvo un papel
crucial en la masacre de Acteal, en
diciembre de 1997, a modo que,
ahora que es el Secretario de
Educación Pública a nivel
nacional, apoyan la reforma que
promueve. Sabemos que cada vez
incrementa la represión a la
Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación
(CNTE); incluso, a nivel regional,
han amenazado gravemente a
gran parte de sus miembros.
Desde 1990, la rectoría de
la universidad está a manos del
PRI; el ascenso de José Doger
implicó que se
cerrara las
puertas de la
universidad a la
mayor parte de la
población, así
como la
autorización de la
iniciativa privada a
invertir en las
universidads. Se
sabe que se ha
tenido
modernización a
cambio de
privatización, así
como se ha
tenido
estabilidad
política únicamente
debido a que se
han
implementado
muchísimas
medidas de
represión.
Ha
disminuido
considerablemente la
cantidad de horas asignadas
a la semana de clase que
reciben los estudiantes; han
desaparecido muchísimo
material bibliográfico que
pertenecía a las
bibliotecas; han reducido
considerablemente la
cantidad de cursos serios
que llevaban los alumnos
en casi cualquier
licenciatura. Asimismo, la calidad
con que imparten los cursos,
según múltiples profesores, ha
disminuido de manera
considerable, principalmente
debido a que asumen que
anteriormente se impartía de un
modo tan complicado que un
alumno actual no podría
aprobarlo.
Existen bastantes
profesores incapaces de impartir
clase (por supuesto, con esto no se
niega que existan bastantes
profesores que ejercen su
profesión de un modo
verdaderamente
plausible). Aquellos son,
en su mayoría,
simpatizantes de
la rectoría de la
universidad
y de la
dirección
de las
facultades a las que
pertenecen. Estos
son los
profesores
por los cuales
tienen preferencia
los alumnos
irresponsables.
Ya no termina la
licenciatura quien desea
prepararse; termina la
licenciatura quien, además de
satisfacer la anterior condición,
cuenta con los recursos suficientes
para pagar todas las cuotas que la
universidad implementa, o bien,
quien decide cursar con maestros
irresponsables. Gran parte de los
estudiantes que provienen de
familias humildes se ven
obligados a trabajar mientras son
estudiantes.
Aún hay más: existe una
cultura basada principalmente en
la atracción hacia lo banal, la
diversión pueril, así como existe la
falsa promoción de múltiples
valores morales de los cuales se
abandera el sector privado.
Tal parece, pues, que el
retorno de la derecha política a la
rectoría de la universidad no
implica únicamente que
incremente considerablemente la
cantidad de gente sin educación
superior, sino que, además,
implica un considerable
empobrecimiento cultural en los
mismos universitarios, así como
una degradación paulatina de la
calidad con que se estudian los
temas científicos dentro de la
misma universidad. Existen
múltiples individuos que aseguran
que no es directa la manera en que
la ideología del rector puede
influir en la vida universitaria; por
supuesto, no pretendemos decir
que lo sea; simplemente, es
evidente que su ideología le ha
conducido a ejecutar múltiples
actos que atentan gravemente
contra el desarrollo científico
pleno del pueblo, así como crean
las condiciones propicias para que
se presenten muchos otros
fenómenos desfavorables.
Debe notarse que lo único
que tienen de progresistas las
autoridades universitarias actuales
es el impulso por construir
múltiples espacios y mejorar
ocasionalmente la tecnología de
alguna escuela; asimismo, debe
concebirse a cada acto semejante
como una estrategia política.
Asimismo, en resumen, debe
comprenderse que, aunque de
manera indirecta, la adopción de
posturas retrógradas únicamente
puede conducir a que se tenga un
considerable rezago en los planes
educativos actuales; éstos no
deben satisfacer a las exigencias de
las empresas; éstos deben
satisfacer a la necesidad que tiene
el pueblo de recibir una
preparación científica adecuada.