La Bella Indecisay El Príncipe Valiente

Editado por Eme Comunicación y CuentosNoviembre 2016

La Bella Indecisa y El Príncipe ValienteRedacción: eMe

Ilustración y maquetación: Kris Varela

Alguien muy especial nos ha hecho llegar esta bonita historia

que merece ser contada y recordada para siempre. ¿Qué mejor manera de hacer viajar esta historia, nacida entre viñas,

que a través del aroma y sabor de una buena copa de vino?

El amor siempre llega cuando menos lo esperas.

Hay amores platónicos, pasionales, aventureros, de domingos de partido, fugaces y eternos.

Amores que saben a tinto, a chachachá, a flamenco,a Manolo García, a salitre y sal marina, a tierra recién mojada…

Y si llueve, saldremos a la lluvia…Amores que, como en esta ocasión, nuestra princesa

tenía delante de sus ojos y ni siquiera veía. Hasta que llega el momento preciso, ese en el que se alinean las

constelaciones exactas, y como en los cuentos de hadas, se inicia el relato…

Nosotros somos simples palomas mensajeras que hoy contamos un mensaje secreto: “No sabemos si queréis que alguien os cuente

un bonito cuento de amor, pero a nosotros nos hacía mucha ilusión hacerlo, así que allá vamos…”

´Erase una vez, en el secano reino de Jumilla, unos viejos amigos que pasaban juntos mucho tiempo, hablando, bromeando. Y entre cafés y cafés, cuentan aquellos que los vieron, que Ana Mari y Miguel, Miguel y Ana Mari, hechos de muchas historias, empezaron a construir la suya, que fue fruto de diez años de amistad y de la perseverancia de un Príncipe valiente, de esos que no se dan por vencidos.

Esto es verdad y no miento, y como me lo contaron, te lo cuento, no me lo invento.

Corría el verano de 2015 y El Príncipe Miguel había planeado bien su último asaltopara conquistar a su amada, indecisa, ordenadísima e impoluta, Princesa Ana Mari, tras años de intentos fallidos y de la negativa de su Princesa soñada...

Fue entonces cuando le propuso un viaje al campo en su preciado carruaje deportivo -eso sí, en el que nunca está presente la velocidad, como ahora recuerdan entre risas- para enseñarle el mayor tesoro de su reino. Y rodeados de viñas y tradición forjada durante años, se declaró por fin a su amada.

Y la Princesa indecisa, al final dijo SÍ y se convirtió entonces en su Princesa prometida ... Y presumida. Porque… ¿Sabéis qué? ¿Os decimos un secreto a voces?La Princesa Ana Mari es también presumida, tanto, tanto, tanto, que sus doncellas tardan horas y horas en acertar con su vestuario y hacen viajes más allá de los confines de su reino para traerle los más preciados tejidos de aquí y allá. - ¿Este estará bien? ¿Cómo me sienta el color azul? ¿No me queda un poco ancho? - Definitivamente, no es de mi estilo.- Oye, ¿recuerdas aquel traje verde que me probé la semana pasada? Resulta que he cambiado de idea y sí lo quiero…

Y así van pasando los días, entre dudas y decisiones, errores y aciertos, deshojando la margarita de su jardíndonde el tiempo no pasa.

Pero hay más sorpresas sobre Ana Mari…¿Sabéis? Cuando llega el verano, nuestra querida Princesa se transforma en sirena, aunque no por ello olvida vestir su mejor traje de baño. Mientras, su paciente Príncipe espera y espera el tiempo que haga falta, hasta que ella esté arreglada, y después, aguarda en la arena -a la que no tiene demasiada estima- a que su amada Ana Mari salga del mar, ya arrugada como un pasa...¡Nada le parece poco al Príncipe paciente Miguel para complacer a su Princesa, que no conoce de prisas ni estrés y se mece a su propio y pausado ritmo, como las olas de ese mar Mediterráneo que tanto ama!

¡Pero cuidado! Nos ha pasado como a ella y hemos perdido la noción del tiempo con las anécdotas….

Nos encontrábamos ahora en el campo de Miguel,exhaustos tras el viaje en su ‘veloz’ carruaje, nuestros protagonistas estaban frente a frente, mirándose a los ojos,y sellaron su amor con un largo y eterno beso.En ese mismo instante una llama encendió el apagado corazón de Ana Mari y se dio cuenta de que el príncipe de sus sueños, a quien había conocido años atrás,estaba junto a ella.

Cuentan los poetas que para no añorarse y mantener encendida la llama de su romance, no dejaron de verse desde aquel momento. Y la magia del amor los unió para siempre.

Estar enamorado no es fácil. No es suficiente con desearlo, hay que oírlo.– Schhhhhh, ¿lo notas?

Y ellos lo escuchaban claramente.

Hasta que el destino quiso que se anunciara en todo el reino de Jumilla, el tan deseado enlace real, en un destino compartido y bien conocido.Un pregón real anunció la feliz noticia y todos los invitados, alegres y felices, dejaron volar su imaginación recreando la fiesta y cuál sería su atuendo para el gran día.

En este camino de preparativos intensos, de adornar su hogar, cerrar el banquete nupcial y... ¡Ojo, escoger el vestido de novia! Tuvieron la suerte de contar con su particular hada madrina, la tía ANITA: el ángel de la guarda de Ana Mari, con la que tantas horas y emociones ha compartido en su vida, y sigue compartiendo también ahora.

Y frente a todas las adversidades aquí están ellos, y se acaban de casar.Un nuevo cuento de hadas que ha comenzado después de pactar su sólido amor, y que ahora se hace visible.

Hay cosas que nunca terminan y el amor es una de ellas.

Por eso, ¡bienvenidos a esta apasionante historia de nuestros Príncipes Miguel y Ana Mari! Su aventura no ha hecho más que empezar, y todos esperamos que pronto les acompañe en su reinado algún pequeño Príncipe o Princesita, fruto de su unión, que comparta juegos y alegrías con sus queridos sobrinos, en especial con la única sobrina de la Princesa Ana Mari, Paulina, a la que ven menos de lo que querrían por vivir lejos del reino de Jumilla.

Después, quedará pendiente un beso, una mirada y una vida juntos. Y todos nosotros lo sabemos y lo celebramos con esta gran fiesta.

Y vivirán felices y comerán perdices…

Ahora os toca a vosotros escribir vuestras líneas de esta página en blanco que es vuestra nueva vida.

Pero eso, queridos primos, ya es otra historia.

¡Sigamos celebrando porque colorín colorado, este cuento se ha acabado! ¡Sigamos celebrando porque colorín colorado, este cuento se ha acabado! Y como dijo Don Fermín este cuento llegó a su fin...Y como dijo Don Fermín este cuento llegó a su fin...

¡¡Y kikiriki el cuento acaba aquí, y cocorocó este cuento se acabó!!

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