La Aventura de La Historia - Dossier099 China . El Despertar Del Gigante

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Con más de 1.300 millones de habitantes, el segundo productobruto interno después de EE UU y uno de los mayores índicesde crecimiento, China ha soltado el lastre del maoísmo eirrumpe con fuerza en el panorama internacional con una víapropia al capitalismo, en la que el Partido Comunista no toleralas libertades políticas e ignora los derechos humanos

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  • DOSSIER

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    El despertardel gigante

    58.La terrible polticade MaoMateo Ballester

    65.A caballo de laRevolucinCulturalAntonio Elorza

    72.El renacerdel dragnFelipe Sahagn

    Un nio juega con una bandera china durante las celebracionesdel Da Nacional, el pasado 6 de octubre.

    Con ms de 1.300 millones de habitantes, el segundo productointerior bruto despus de EE UU y uno de los mayores ndicesde crecimiento, China ha soltado el lastre del maosmo eirrumpe con fuerza en el panorama internacional con una vapropia al capitalismo, en la que el Partido Comunista no toleralas libertades polticas e ignora los derechos humanos

    CHINA

    LA AVENTURA DE LA HISTORIA ON-LINE

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    CHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    La terrible poltica de Mao

    DESDE SU TRONOEl Gran Timonel impuso el comunismo en China y tras su conquista delpoder, en 1949, experiment sus ideas sobre un pueblo al que caus vctimasy sufrimientos innumerables. MATEO BALLESTER recorre los hitos de su laborpoltica declinante hasta su resurreccin mediante la Revolucin Cultural

    El 1 de octubre de 1949,en la plaza pekinesa deTiananmen, abarrotadapor unas cien mil per-

    sonas, Mao proclam el naci-miento de la Repblica Popularde China. Con ello, pona fin a laprimera mitad del siglo XX mar-cada por la inestabilidad, el con-flicto armado frente a potenciasextranjeras y las guerras intesti-nas, primero entre los seores dela guerra y, luego, entre el ejr-cito comunista y el nacionalistade Chiang Kai-Shek. La guerra noterminara propiamente sino hasta unpar de meses despus. En diciembre, elejrcito nacionalista, con varios cientosde miles de soldados, se refugiaba enla isla de Taiwan, proclamada sede, enprincipio temporal, de la China nacio-nalista.Atrs quedaban dcadas de guerra ci-

    vil. Desde 1937, sta se haba desarrolla-do en paralelo con la lucha de los dosejrcitos, el comunista y el nacionalista,frente al invasor japons. Para algunos au-tores, una de las claves del xito de Maoresidi precisamente en dejar que el ejr-cito de Chiang Kai-Shek se desangrara enla lucha de liberacin nacional, afianzan-do su poder y ahorrando energas y ma-terial de cara a la lucha final que haba de

    suceder cuando concluyera la II GuerraMundial.El propio Mao, el Gran Timonel, ex-

    plic cules eran sus prioridades duran-te la guerra: En un 70 por 100, incre-mentar nuestro poder, en un 20 por 100,resistir al Kuomintang, y, en un 10 por100, luchar contra Japn. La desigualparticipacin en la que se tradujo la gue-rra civil, con una China continental co-munista y la China nacionalista afincadaen Taiwan es, con la de Corea, la ltimadivisin interna que hoy perdura comoresultado de la Guerra Fra.En su calidad de jefe de Estado, Mao se

    instal en Zhongnanhai, un complejo re-sidencial adyacente a la Ciudad Prohibida,

    morada de los antiguos empera-dores chinos, de cuya herencia, enrepetidas ocasiones, se presentcomo sucesor. Los perfectamenteorquestados vtores de lamultituden la proclamacin de la Repbli-ca Popular, deseando diezmil aosal presidente Mao, delataban unenlace implcito, ya desde el pri-mer momento, de la figura delGran Timonel con la simbologaque en la China imperial rodeabaal Hijo del Cielo.

    Hacia el parasoEn su discurso de la Plaza de Tiananmen,expuso unmensaje de unidad y armona:Nosotros, los cuatrocientos setenta y cin-co millones de chinos, nos hemos alzadoy nuestro futuro resplandece sin lmites.Pero el camino al paraso se revelara cos-toso. Algunos de los planes de transfor-macin profunda del pas diseados porMao en esos aos estn en la base de laactual pujanza econmica del pas. Otrosdesembocaron en estrepitosos fracasos.En cualquier caso, se llevaron a efectocon la megalomana que haba caracte-rizado a los grandes emperadores, in-sensible ante las enormes prdidas hu-manas, a menudo cuantificables en mi-llones de vidas, derivadas de los desa-justes planteados.El proceso de construccin del socia-

    lismo se hizo con la mirada puesta en elmodelo del hermano mayor sovitico.

    MATEO BALLESTER es profesor de CienciaPoltica en la U. Complutense, Madrid.

    Mao cabalga rodeado de un puado deguerrilleros en Shengzi, al comienzo de laguerra civil en China.

    Cartel de propagandaexaltando el culto aMao, quien desde latoma del poder serode de lasimbologa de losemperadores(cortesa de EditorialTaschen).

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    El lema del momento era Lo que hoy esla Unin Sovitica, maana lo ser Chi-na. Esta influencia se hizo particular-mente notoria en la estructuracin delPartido Comunista Chino una vez asu-mido el poder, que reprodujo fielmen-te la organizacin del PCUS y, como s-te, concentr en su seno todos los po-deres, convirtindose en una institucinomnipresente en todas las esferas de lavida pblica.La sovietizacin en el plano socioeco-

    nmico fue particularmente intensa a par-tir de 1953, con el inicio del Primer PlanQuinquenal, que intent acelerar lastransformaciones hacia el socialismo. Losaos previos, marcados por una actitudms moderada y pragmtica, fueron, noobstante, aquellos en los que el nuevo sis-tema cosech sus mayores xitos. Estoocurri en relacin al desarrollo indus-trial, que se benefici de la experienciay los mtodos de una burguesa a la que,provisionalmente, se haba integrado enel sistema, pero sobre todo en la trans-formacin del campo.La primera fase de reforma agraria, de

    expropiacin de la tierra a los terrate-nientes y de su reparto entre los cam-

    pesinos, tena un objetivo ms igualadorque colectivizador. De ella surgi unagran masa de pequeos propietarios,que cultivaban con muy buenos resul-tados la tierra que les haba sido entre-gada, y aportaban al Estado un 20 porciento de la cosecha. El beneficio polti-co de esta medida fue doble para el nue-vo rgimen: le granje una amplia basede apoyo popular y elimin un impor-tante soporte del sistema anterior, losterratenientes, que fueron eliminadosde forma expeditiva.Chu En-Lai, por entonces primer mi-

    nistro y titular de Asuntos Exteriores, re-conoci, en 1976, que el proceso de con-fiscacin de tierras y castigo de terrate-nientes acusados de contrarrevoluciona-rios supuso la muerte de unas 840.000personas. Las cifras reales oscilan proba-blemente entre uno y tres millones demuertos. Mao se cuid de que estos jui-cios del pueblo y las posteriores ejecu-ciones fuesen protagonizados por lospropios campesinos, con el fin de quequedasen plenamente implicados en elproceso revolucionario.El acceso a la propiedad colmaba las as-

    piraciones de la inmensa mayora del

    campesinado, de forma que la segundafase de la reforma agraria, que implantdesde 1953 la colectivizacin obligatoria,slo pudo implantarse mediante durasmedidas coercitivas, ante el descontentoy la masiva desobediencia del campo.

    La expansinCuando se proclam la Repblica Popu-lar China, Mao era un hombre de56 aos, que haba pasado los ltimosveintids luchando. La guerra marc pro-fundamente su vida y estuvo en el fondode todas sus reflexiones. En contrastecon el pobre juicio que como poltico hamerecido de la posteridad, hay un acuer-do bastante generalizado en considerar-le como un gran estratega militar, autorde influyentes escritos en este campo.Mao percibe el conflicto militar como elestado natural y esencial de las socieda-des, cuyos mecanismos seguan implci-tamente presentes en estados de paz. Pa-rafraseando a Clausewitz, con una sig-nificativa inversin de los trminos, se-ala que la poltica es la prolongacinde la guerra por otros medios.Con el territorio continental de China

    pacificado y unido, la vocacin y el talento

    blicos de Mao pudieron concentrarsems all de las fronteras del pas, en for-ma de planes de expansin territorial yde creacin de una esfera de influenciapor medio de intervenciones militares di-rectas y entrega de material y adiestra-miento a sus aliados.En 1950, tropas chinas invadieron el Ti-

    bet, obligando a la teocracia budista delpas a aceptar la tutela de Pekn. Se inicias un proceso de tensa cohabitacin quedesemboc en la rebelin tibetana de1959. La brutal reaccin china supuso lahuida del Dalai Lama y su exilio en la In-dia, con el consiguiente deterioro de lasrelaciones chino-indias, y el control di-recto del Tibet desde Pekn.En 1953, China se aup como la ven-

    cedora moral en la Guerra de Corea, alforzar a las tropas de la ONU, mayorita-riamente estadounidenses, a abandonarel territorio norcoreano y a aceptar la par-ticin del pas en torno al paralelo 38, queya era la frontera existente antes de la in-vasin del sur por las tropas norcoreanas.Inicialmente, Mao no era partidario de

    una escalada militar en la vecina penn-sula de Corea porque, sin duda, susci-tara el incremento de la presencia nor-teamericana en la regin y eso obstacu-lizara sus planes de conquistar Taiwan.Sin embargo, una vez iniciada la guerracon el apoyo de la Unin Sovitica a loscomunistas norcoreanos, China prestuna inestimable ayuda a Kim il-Sung. Lastropas chinas que combatieron en Co-rea lo hicieron formalmente como ejr-citos de voluntarios, con el fin de que supresencia all no fuese interpretada co-mo una participacin oficial de Pekn enel conflicto.

    Primeros reprochesLa cooperacin ente China y la Unin So-vitica en este conflicto estuvo lejos deser ejemplar; Stalin, instigador de la agre-sin norcoreana, haba dejado al pas a susuerte tras la contraofensiva de MacAr-thur que ocup gran parte del norte. Des-de China se supuso que los soviticos es-taban entregando equipos de baja calidada los norcoreanos y que, a la hora de co-brarlos, mostraban poca solidaridad y es-pritu internacionalista. Se inici en esepunto el proceso de deterioro de las re-laciones chino-soviticas, que habra deacentuarse en aos sucesivos.La victoria simblica de China tuvo, no

    obstante, el resultado indeseado queMao

    ya haba previsto: el reforzamiento delapoyo de Estados Unidos a Taiwan, lo queha entorpecido hasta la fecha los planesde incorporar la isla al control de la Re-pblica Popular China.Pasados los aos, los juegos de alianzas

    tomaran los ms extraos derroteros, yel progresivo deterioro de las relacionesentre la URSS y China llevara a un gra-dual acercamiento de sta a los Estados

    Unidos. El giro diplomtico qued cer-tificado en 1972, con el histrico viaje deNixon a Pekn.

    Que se abran cien flores!A finales de 1956, partiendo del recono-cimiento de que el nuevo rgimen co-munista, sus radicales transformaciones,y la forma de aplicarlas, no eran bien re-cibidos por una parte de la sociedad chi-

    LA TERRIBLE POLTICA DE MAOCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    xitos y errores

    En marzo de 1949, Mao formul unprincipio recogido quince aos mstarde en su Libro Rojo: Hay que evaluaren forma global el trabajo de una personay establecer si sus xitos representan el 30por ciento, y sus errores el 70 por ciento,o a la inversa. Si los xitos llegan al 70 porciento, el trabajo de esa persona debe seraprobado en lo esencial.

    Esta frmula de valoracin fue profu-samente usada por Mao all donde desea-ba hacer un balance positivo, pero la uti-liz con reservas si la persona o el asuntole eran indiferentes o pretenda lo contra-

    rio como, por ejemplo, en su juicio de lacontrovertida labor de Stalin.

    En forma de dudoso tributo, la frmulade 70 por ciento de xitos, 30 por ciento defracasos fue precisamente la condescen-diente forma en la que Deng Xiaoping va-lor la actividad poltica de Mao tras sumuerte. sta ha pasado a ser la valoracinoficial del Partido Comunista Chino en laactualidad respecto a su antiguo Gran Ti-monel. A la nueva nomenclatura china le ha-ce tanta falta la vigencia del mito de Mao encuanto pilar de su propia legitimidad, comole estorba la ideologa que ste representa.

    Mao Zedong en una imagen de 1943. Eran aos en los que la influencia de la URSS se reflejen la forma de organizar el Partido Comunista Chino.Chiang Kai-Shek inspecciona un grupo de cadetes en la apertura de una Academia Militar en Taipei, ltimo reducto de los nacionalistas.

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    na, Mao Zedong expres su actitud favo-rable a abrir un proceso de revisin cr-tica del sistema. Bajo el lema Dejemosque cien flores se abran, dejemos quecien escuelas debatan se animaba a to-da la sociedad, y en particular a los inte-lectuales, a expresar sus opiniones en unambiente de tolerancia y disposicin ala rectificacin por parte del poder.

    La propuesta ha sido interpretada co-mo un intento por parte de Mao, real opropagandstico, de mostrar la existenciade un espritu distinto en China del quellev a las crisis en ese mismo ao de Po-lonia y Hungra, as como a la condena porparte de Kruschov, en el XX Congreso delPCUS, de los excesos del estalinismo (ver1956, el ao del gran miedo, La Aven-tura de la Historia, nm. 97). La reaccinpopular inicial fue de prudente escepti-cismo pero, ante la insistencia y el entu-siasmo de Mao durante las semanas si-guientes en la defensa de esta campaa,desde la sociedad china empezaron a sur-gir tmidas voces de moderada reproba-cin que, a lo largo de 1957, fueron au-mentando en nmero y en profundidad.Hasta la fecha no est claro si el entu-

    siasmo en la crtica del pueblo chino ex-cedi con mucho las expectativas delGran Timonel, o ms bien toda la cam-paa no era sino una estrategia preme-ditada para desenmascarar a los elemen-tos desafectos al rgimen. El resultado,en cualquier caso, fue que las flores cr-ticas, que haban experimentado un cre-cimiento explosivo, fueron brutalmentesegadas, tras ser convenientemente re-bautizadas como malas hierbas veneno-sas, en el contexto de la Campaa Anti-derechista. Aunque los autores disientenal respecto, un comentario de Mao a loscuadros del partido en el inicio de la cam-paa invita a decantarse por la opcin deque todo el proceso responda a un planorquestado desde el principio: Esto noes como preparar una emboscada para elenemigo, sinoms bien se trata de dejarlecaer por s mismo en el lazo.

    La subsiguiente campaa de rectifica-cin supuso para ms de medio millnde personas, que se haban mostrado cr-ticas con el rgimen, o que se conside-raron sospechosas de serlo, la inhabili-tacin en su trabajo, su encarcelamien-to o el envo a remotos campos dereeducacin. Hasta entonces, el rgimenhaba eliminado a sus enemigos acu-sndoles de explotadores o contrarre-volucionarios. Los condenados en estaocasin lo fueron exclusivamente porsus ideas. Por entonces, aument y seconsolid la red de campos de reedu-cacin, los laogai, que eran en realidadcampos de trabajos forzados en condi-ciones inhumanas, en la tradicin so-vitica del gulag.

    El Gran Salto AdelanteAunque imitando sus mtodos represi-vos, el sistema chino se haba ido distan-ciando de la Unin Sovitica, especial-mente tras el acceso de Kruschov al po-der. La visin que Mao ofreci de Stalinera de crtica moderada, pero de acep-tacin general de la persona y su pensa-miento. En cambio, el juicio que dedica Kruschov fue crecientemente negativo,especialmente tras su condena del esta-linismo, en el XX Congreso del PCUS, en1956, considerada por Mao como unatraicin al marxismo-leninismo. El pro-gresivo distanciamiento respecto a los re-visionistas soviticos llev a Mao a aban-donar su papel hasta entonces subordi-nado, y a postularse como representantey principal figura del verdadero comu-nismo. Haba nacido el maosmo comoideologa poltica de alcance universal.

    El Pensamiento de Mao Zedong, comose le conoce en China, se presentaba co-mo el legtimo continuador del marxis-mo-leninismo, pese a que revirtiera to-talmente la idea del proletariado urba-no como sujeto central de la revolucin,para presentar al campesinado como unsujeto revolucionario de primer orden.De hecho, tanto el Ejrcito Rojo como lasguerrillas maostas posteriores, desarro-llaron en todo el mundo la estrategia deganar primero el campo, para luego as-fixiar y conquistar las ciudades.Durante unos aos, no obstante, las ten-

    sas relaciones con la Unin Sovitica que-daron camufladas bajo la fachada de un es-pritu solidario y de sana emulacin en-tre los pases comunistas frente al mundocapitalista. En un discurso en Mosc, enoctubre de 1957, en los actos de celebra-cin del cuarenta aniversario de la UninSovitica, Kruschov anunci, en la euf-rica atmsfera que haba creado el lanza-miento del Sputnik un mes antes, que laURSS sobrepasara en quince aos a los Es-tados Unidos en produccin de acero, hie-rro, energa elctrica y otros muchos pro-

    ductos esenciales. Mao, tambin presen-te en ese acto, anunci que, en esemismoplazo, China superara a Gran Bretaa.Las medidas concretas para conseguir

    este objetivo no se hicieron esperar. En1958, como parte del Segundo Plan Quin-quenal, Mao formul el proyecto delGran Salto Adelante. La expresin se haconvertido en un triste sarcasmo, a la vis-ta de las catastrficas consecuencias quelas nuevas medidas tendran para la po-blacin china.

    Trigo y aceroAnte la imposibilidad de cumplir su retoen el plano de lo real, Mao se centr enlo simblico. En lugar de percibir el au-mento de la produccin de acero y gra-no como un dato ms del desarrollo ma-terial de una sociedad, se obcec obsesi-vamente en alcanzar rpidamente cifraspropias del mundo industrializado enesos dos nicos aspectos.En un clima de frentica movilizacin

    colectiva para cumplir a toda costa las in-verosmiles cuotas de produccin pro-gramadas por Mao, los poderes locales

    terminaron por expropiar todo objeto deacero o de cualquier metal que encon-trasen. Profesores, funcionarios y gen-tes de todas profesiones hasta un total denoventa millones, una cuarta parte de lapoblacin activa, dejaron sus tareas ha-bituales para encomendarse a la impe-riosa exigencia nacional de producir ace-ro, con los evidentes perjuicios para elresto de la actividad del pas.Por aadidura, el sistema de produc-

    cin, basado en una red de pequeos einadecuados altos hornos, en los que amenudo se mezclaban los metales msdiversos, produca un acero de nfima ca-lidad y, en gran medida, inservible.Los planes chinos de desarrollo se vie-

    ron ulteriormente entorpecidos por la ofi-cializacin, en 1960, de la ruptura con laURSS Mao lleg a tildar a los nuevos di-rigentes soviticos de social-fascistas,que se expres en la cancelacin de to-dos los acuerdos de asistencia y ayudatcnica sovitica. En pocos das, unos milcuatrocientos tcnicos soviticos regre-saron a Mosc, dejando infinidad de ins-talaciones y proyectos a medio hacer.

    LA TERRIBLE POLTICA DE MAOCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    Mao y el ltimoemperador

    En 1964, Mao celebr pblicamen-te el xito en la reeducacin del l-timo emperador, Pu Yi: Es posibletransformar a aquellos que han comba-tido contra nosotros, los generales delKuomintang que hicimos prisioneros.Despus de su reeducacin ya no erantan opuestos a nosotros. Lo mismo su-cede con el emperador que queda de ladinasta manch. Trabaja actualmenteen la Conferencia Consultiva PolticaNacional sobre documentos literarios ehistricos. Disfruta de su libertad y pue-de ir donde quiera. Antes, cuando eraemperador, slo tena una libertad muylimitada es preciso mantener buenasrelaciones con el emperador Siuan Tong(Pu Yi). Luang Siu (el emperador pre-cedente, preso y asesinado por la em-peratriz viuda) y Siuan Tong son misdos predecesores directos. El sueldo decien yuan entregado a Siuan Tong es de-masiado escaso. No hay que olvidar queeste hombre es un emperador.

    Cartel de exaltacin del Libro Rojo durante la Revolucin Cultural. La campaa coloc la lealtad a Mao por delante de la debida al Bur Poltico.

    Campesinos de la Comuna de Yenan recogiendo la cosecha de trigo. La poltica del Gran Salto Adelante fue desastrosa para el campo.

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    El desastre en el sector agrcola fuean ms dramtico. El alcance de la ex-propiacin de metales, que inclua des-de instrumentos de cocina hasta azadasy dems utensilios necesarios para la ac-tividad agrcola y el transporte, supusoun serio retroceso en las tcnicas de pro-duccin agrcola. El sistema de comunasextensas a partir de la unin de nume-rosas pequeas cooperativas, que se ha-ba puesto en marcha en 1958, y que seexpandi con enorme rapidez, supusola puesta en prctica del ineficaz sistemade trabajo agrcola en masa, como me-dio de aumentar la produccin sin im-portar maquinaria pesada. Campaas co-mo la de acabar con los gorriones quese coman las semillas, acarrearon a suvez plagas de orugas e insectos. La exi-gencia del poder central de la entrega dedesmesuradas cifras de cereal, y el temorde las autoridades locales a represaliasen caso de no cubrir esas cuotas, lleva-ron a stas a entregar incluso parte de lacosecha dedicada a la subsistencia de loscampesinos. A ello se sum un ciclo desequas e inundaciones, muy aireado porlas autoridades como responsable enparte del fracaso, y cuya incidencia reales difcil de calibrar.

    Los datos sobre el nmero de vctimasresultado de la hambruna que vivi elcampo chino en estos aos son inciertos,en parte por la prohibicin oficial de pu-blicar estadsticas demogrficas durantevarios aos despus de 1958. Se calcula,en cualquier caso, que no menos de 25millones de personas, en su mayor partelabradores, murieron de inanicin comoconsecuencia directa del descabelladoproyecto del Gran Salto Adelante.La desesperacin generalizada llev a

    la rebelin armada de cuatro provincias,a un intenso aumento del bandidaje e, in-cluso, a episodios de canibalismo. ElGran Salto Adelante est considerado co-mo el mayor desastre humanitario de laHistoria del pas.

    Marginacin y revanchaEl estrepitoso fracaso de la gran apuestade Mao convulsion la cpula del poderpoltico. Amparados en ese masivo des-contento, un grupo de dirigentes, entrelos que destacan Liu Shaoqui y Deng Xiao-ping, aprovecharon en enero de 1962 unamasiva reunin de miembros del Partidopara desplazar al Gran Timonel de la je-fatura del Estado, que fue a parar al pro-pio Liu Shaoqui. Maomantuvo el cargo de

    presidente del Partido Comunista Chino,y su imagen pblica de cara al exterior noqued deteriorada, al explicarse el cam-bio como realizacin del deseo del pro-pio Mao, expresado en repetidas ocasio-nes, de retirarse a un segundo frente.Mao asumi una cierta responsabilidad

    por el fracaso, si bien en una formulacinque dilua la culpa al hacerla extensiva atodos los cuadros del partido. A sus se-tenta aos, el Gran Timonel pareca en-tregar el mando a dirigentes ms prag-mticos para iniciar una fase final de se-mirretiro de la vida poltica activa. Mar-ginado en la nueva estructura de poder,que le encumbraba en lo simblico altiempo que le apartaba del ejercicio efec-tivo del poder, Mao supo, no obstante,maniobrar inteligentemente desde sunueva posicin para terminar retomandolas riendas del Estado.En 1962, Mao propuso crear el Movi-

    miento de Educacin Socialista, que desdeel inicio se convirti en una organizacindedicada al culto a su fundador. La figuradel presidente se rode de un aura cadavez ms mtica y venerable entre la pobla-cin china. Sus retratos pasaron a ser om-nipresentes en el paisaje urbano y rural chi-no y se exacerb la tendencia a acompaarsu mencin de las ms encomisticas ex-presiones, tales como Sol Rojo de nuestroscorazones y Salvador del Pueblo.La publicacin en 1964 de las Citas del

    presidente Mao, el pequeo Libro Rojo,un texto para la indoctrinacin del ejr-cito y que los miembros del partido de-ban llevar obligatoriamente siempre con-sigo, que pronto se publicara por dece-nas de millones, fue el elemento que fal-taba para situar en el imaginario popu-lar la lealtad a la figura de Mao por enci-ma de la debida a los miembros del BurPoltico. Apoyado en su inmenso presti-gio popular, Mao consigui, medianteuna calculada movilizacin de las masasindoctrinadas, recuperar la autoridad ab-soluta y tomar cumplida venganza dequienes unos aos antes le haban hu-millado y desplazado del poder.Si en su momento la poblacin rural

    haba sido la principal damnificada por elGran Salto Adelante, en este nuevo pai-saje fue la poblacin urbana la que, demanera preferente, sufrira la embestidade la Revolucin Cultural que, de paso,con su admonicin a sustituir lo nuevopor lo viejo, arras con buena parte dellegado histrico y cultural del pas.

    Dos mujeres en una calle de Pekn, en los aos sesenta. Al menos 25 millones de personasmurieron de hambre por el descabellado proyecto del Gran Salto Adelante.

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    Mao trat de crear una sociedad igualitaria, en permanente estado demovilizacin. La Revolucin Cultural fue una herramienta del intento.Pero el fracaso de su proyecto permiti que se afianzara la corrientepragmtica del Partido Comunista, sostiene ANTONIO ELORZA

    Nadie ha reflejado mejor loscontenidos de la RevolucinCultural china que el cineastaJoris Ivens en su extenso do-

    cumental Y el viejo Yugong movi las

    montaas. Se trata de una pelcula hoyimposible de encontrar, tal vez nuncaproyectada en Espaa, que en seis epi-sodios narra el funcionamiento del pro-ceso revolucionario en distintos mbitosde la vida china, desde el ngulo de losparticipantes en la misma: en el ejrci-to, en una farmacia, en la agriculturaIvens quiere transmitir una imagen del

    todo favorable, pero el espectador dif-cilmente puede sustraerse a la impresinde que esos farmacuticos cultivando za-nahorias al mismo tiempo que los agri-cultores se ocupan de los medicamentos,son la expresin de una utopa igualita-ria que, llevada a la prctica, deba pro-vocar inevitablemente una desorganiza-cin general de la vida econmica.

    ANTONIO ELORZA es catedrtico de Historiadel Pensamiento Poltico, Fac. de CienciasPolticas, U. Complutense, Madrid.

    CHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    EL REGRESODE MAO

    A caballo de laRevolucin Cultural

    El escarnio pblicode los enemigosdel pueblo fueparte de laesttica de laRevolucin Cultural,una maniobra deMao para recuperarel poder.

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    Y, como suele suceder con la instaura-cin de parasos sobre la tierra, detrsde los rostros felices y de los cantos a laarmona social tena que hallarse un ejer-cicio sistemtico de la violencia. Tal y co-mo de hecho sucedi en el curso de laRevolucin Cultural en China y, de formatodava ms trgica, en sus secuelas, el r-gimen genocida de los Jemeres Rojos enCamboya y la guerrilla de Sendero Lumi-noso en Per.La historia de Yugong, aplogo ejem-

    plar de Mao, que vino a constituirse enemblema del pequeo Libro rojo, la fa-mosa recopilacin de Citas del presidenteMao en 1966, constitua una exaltacindel voluntarismo revolucionario. Por en-cima de todos los obstculos previsibles,al igual que el viejo testarudo que se em-pe enmover la montaa, el Partido Co-munista Chino esto es, Mao decide alla-nar las montaas que se le oponen, aun-que sea a golpes de pico. En el relato, losngeles vinieron a ayudar a Yugong paraque acabase su obra. Un marxista comoMao hubiera debido saber que los nge-les no existen y que las falsas creenciasslo pueden provocar desastres para lavida de los humanos.Los resultados catastrficos del volun-

    tarismo maosta haban sido ya experi-mentados con ocasin del Gran Salto

    Adelante, entre 1958 y 1961. El igualita-rismo de la colectivizacin agraria, unaplanificacin delirante en la expectativade grandes resultados y no menos deli-rantes medidas arbitrarias, como la utili-zacin de todo metal disponible para laproduccin siderrgica, provocaron undesplome de la produccin y el hambregeneralizada. Eso s, en Occidente, el des-conocimiento de la realidad hizo quemu-chas miradas se fijasen en el verdaderocomunismo que despuntaba en China,frente al anquilosamiento burocrtico dela URSS. Ese entusiasmo estar en la ba-se del izquierdismo estudiantil europeode los aos sesenta: La Cina vicina pro-clamaba desde su ttulo la pelcula testi-

    monio de Elio Pietri. Los propios dirigen-tes chinos, con Mao a la cabeza, aprove-charon la circunstancia para trazar una di-visoria infranqueable entre su comunismo,el autntico, y la degradacin revisionistainducida por Kruschov en la URSS.

    El revisionismo del 56El distanciamiento se haba iniciado conel XX Congreso del PCUS en 1956: Maono estaba dispuesto a aceptar la condenadel culto a la personalidad. A lo largode 1960-62 va gestndose la discrepanciaen todos los temas, que estalla definiti-vamente en 1963: revolucin proletariay revolucin nacional del lado chino;coexistencia pacfica del sovitico; re-lanzamiento de la revolucin dentro dela revolucin, en nombre de una su-puesta agudizacin de la lucha de clasesen el socialismo, por Mao, frente a la evo-lucin venturosa hacia el comunismo y elbienestar, alcanzando a los Estados Uni-dos, descrita por Kruschov. El choque seextiende a las disputas fronterizas que alfin de la dcada ponen a la URSS y a Chi-na al borde de la guerra. El movimientocomunista se escinde y los partidos pro-chinos alzan la bandera roja del marxis-mo-leninismo.La polmica internacional incida sobre

    las tensiones en el interior del comunis-mo chino, en apoyo de las posiciones ra-dicales del lder supremoMao Zedong, de-rrotadas en el terreno de los hechos porel fracaso del Gran Salto Adelante. Losmismos dirigentes que haban viajado aMosc para exponer las tesis chinas, LiuShaoqi y Deng Xiaoping, encabezaban porlosmismos das un primer intento de evo-lucin hacia un comunismo pragmtico,alejando de paso a Mao de la direccinefectiva del pas. En un episodio sorpren-dente, Liu haba pedido perdn a los cam-pesinos de su comarca natal por el mal go-bierno comunista. Ya en 1949 se habaopuesto a la colectivizacin propugnadapor Mao. Presidente de la Repblica des-de 1958, Liu public Para ser un buen co-munista, donde criticaba la idea de queun hroe individual pudiera dirigir la re-volucin y propona que slomediante unestudio constante de las experiencias, edu-cndose a s mismo, puede alguien ser unbuen revolucionario.Como respaldo de tal idea, cita a Con-

    fucio. Menos palabras, ms lucha contrala corrupcin, ser su norte. Bajo el im-pulso de un equipo dirigido por el pro-

    pio Liu, Deng y Zhou Enlai, en la polti-ca econmica, la atencin se desplaz ha-cia la agricultura y la industria ligera,apuntando a los estmulos materiales eincluso a la comercializacin. Los buenosresultados tenan que suscitar la descon-fianza de Mao, quien a fines de 1962 de-nunci el revisionismo chino, mulo delsovitico. El principio de la lucha de cla-ses en socialismo sera pronto aplicado ala depuracin masiva del partido.

    Ante la consolidacin del sector prag-mtico en el partido y el Estado, Maopercibi que slo mediante un vuelcoradical en las relaciones de poder esta-ra en condiciones de recuperar el man-do y de relanzar a fuerza de consignas (yde violencia) su revolucin igualitaria.Para ello, contaba con su prestigio in-tacto y con el carcter totalista de la re-volucin china, al haber utilizado siem-pre la movilizacin de masas, la accinincitada desde arriba del pueblo, co-mo instrumento para la configuracinde un totalitarismo capilar.

    Fue as como, tras un prlogo de ten-siones y de aparente consagracin deMao a la accin cultural, con el apoyo deJiang Qing, su ltima esposa, cuando enoctubre de 1965 comprueba la oposi-cin de los pragmticos en el ComitCentral a su denuncia del revisionismo,decide pasar a la accin, con la arries-gadsima jugada de una violenta movi-lizacin de masas contra el orden esta-blecido y la direccin del PCCh, bajo el

    lema de: Bombardead el estado ma-yor!. Fingiendo amistad a quienes se-rn sus blancos principales, Liu y Deng,Mao les comprometi en los primerospasos de la maniobra.En el verano de 1966, la llamada Re-

    volucin Cultural es desencadenada ba-jo el citado lema, a partir del pleno delComit Central de primeros de agosto.Mao incita a la masa de sus jvenes se-guidores a aniquilar a los dirigentes re-visionistas. Es el protagonismo de losGuardias Rojos. A fines de 1966, slo fi-guran en el vrtice del PCCh los fieles

    a Mao, envuelto por los turiferarios enuna atmsfera de deificacin. Incluso elpartido es creacin personal suya. To-do en l es grandioso. Una vez redu-cidos Liu y Deng, entre otros muchos, ala condicin de chivos expiatorios, s-lo Zhou Enlai sobrevive, leal hasta el fina Mao: le tocar administrar lo que que-da de una conmocin que desorganizatodo el aparato productivo y provocacientos de miles de muertos.

    Llevad hasta el fin la gran revolucincultural proletaria!, orden Mao el 10 deagosto de 1966 a los Guardias Rojos reu-nidos en la plaza de Tiananmen. La con-signa complementaria: Deponed a lasautoridades comprometidas en la va ca-pitalista, provocar una gigantesca cazade brujas, con incontables violencias yvejaciones que alcanzaron a los mximosdirigentes designados como desafectosas los juicios crticos contra Liu y su es-posa, Wang Guangmei, culpable de ha-ber llevado vestidos burgueses para li-gar con Sukarno en una visita de Esta-do a Indonesia. Condenada como espaa favor de Estados Unidos, Japn yChiang Kaishek, Guangmei pas doceaos en prisin. Otros muchos murieronentre las peores vejaciones.Una vez desmantelado el Partido, y

    con l sus organizaciones de masas, por

    EL REGRESO DE MAOCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    En 1965, Mao se propuso recuperar elpoder y lanz una violenta movilizacinde masas contra el orden establecido

    Los jvenes Guardias Rojos purgaron a todos los dirigentes considerados revisionistas. La imagen oficial de la China revolucionaria, en el fotograma de una pelcula de propaganda poltica.

    Mao y Stalin, en 1949. Durante el mandatode Kruschov, Mao se distanciara de la URSSpor su degradacin revisionista.

    LA AVENTURA DE LA HISTORIA ON-LINE

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    la accin de unos Guardias Rojos a quie-nes Mao aseguraba el soporte del Ejr-cito, lleg la necesidad de una rectifica-cin, ante la generalizacin del caos enlos meses centrales de 1967. Mao se in-quieta y tocar al Ejrcito dar el golpe detimn que hace posible el regreso delorden, sin que por ello desaparezca lapersecucin de los revisionistas. En1968, mientras el poder es ejercido porel jefe militar, mariscal Lin Biao, en nom-bre del Gran Timonel, con el pequeolibro rojo a modo de talismn revolu-cionario, Zhou garantiza la gestin ymiles de los protagonistas de ayer, los

    Guardias Rojos, son deportados hastalos confines del pas. Desde abril de 1969a septiembre de 1971, el control military el culto a Mao fomentan la imagen deLin Biao como sucesor. Su conspiraciny muerte devuelven el poder ntegro aMao, quien tendr que reconocer queslo puede gobernar apoyndose en loque queda de partido comunista, y queincluso habr que recuperar a los mscapaces de los expulsados. La Revolu-cin Cultural pasa a la historia. Se abrela larga marcha del renacido comunis-

    mo pragmtico, personalizado en DengXiaoping Liu ha muerto en prisin, pa-ra reemprender el camino interrumpi-do en 1965.

    El jugador de bridgeEn septiembre de 1967, Gongnongbingzengkan, revista de los Guardias Rojosde la capital, presenta la biografa deDeng Xiaoping, el hombre a destruir porsu oportunismo, gran ambicin, revi-sionismo y actitud contrarrevoluciona-ria. Nacido en 1904, sus orgenes de-nunciaban ya el camino de la traicin.Era hijo de un hacendado en la regin

    de Sichuan cruel y desptico, con cua-tro mujeres, jefe de una poderosa so-ciedad secreta y de la milicia de los pro-pietarios. Durante su estancia como es-tudiante y trabajador en Francia, a finesde 1920, consigue infiltrarse en el Par-tido Comunista Chino en 1925 (real-mente, 1924). Su carrera en el partidocomunista habra sido una sucesin detraiciones, posible por su habilidad pa-ra el doble juego. Y dos eran tambin losjuegos en que empleaba su tiempo deocio: el mahjong y el bridge.

    Al llegar la dcada de 1960, Deng seconvirti para sus acusadores en un de-fensor encubierto del revisionismo deKruschov, proponiendo en 1964 una po-ltica exterior basada en las tres coexis-tencias con los imperialistas, los reac-cionarios y los revisionistas modernosy en una reduccin de la ayuda a los mo-vimientos revolucionarios. La ideologarevolucionaria no contaba, de acuerdocon su expresin favorita: Poco importaque el gato sea blanco o negro, con tal deque cace ratones.Hay que atacarle hasta que caiga pro-

    ponan los Guardias Rojos, hasta que sehunda, hasta que se pudra!.Durante la campaa de las Cien Flores,

    Deng haba dado pruebas de su cautela,oponindose abiertamente a la arriesgadapromesa formulada porMao de una grandemocracia: las experiencias de Poloniay deHungra en 1956 desaconsejaban tan-ta apertura. En ese mismo ao, fue nom-brado secretario general del PC chino, cri-ticando la burocracia y defendiendo lacooperacin con los partidos democrti-cos y con las personalidades sin partido.Asociado sin remedio a Mao durante el

    Gran Salto Adelante, proceso de ruptu-ra con Mosc incluido, Deng pasa a pri-mer plano desde fines de 1961, impul-sando una rectificacin que relanza el cre-cimiento econmico tras la catstrofe so-bre la base de dar marcha atrs de la co-lectivizacin, lo que en julio de 1962 pro-voca el primer choque con Mao, paraquien todo se resolvera con los valoressocialistas. El eficaz control del partido,apoyado por el presidente Liu Shaoqi, ca-y bajo la amenaza de Mao desde que enenero de 1965 denunciara el reino in-dependiente de Deng.

    El eclipse de DengUna vez fracasado el intento de sobre-vivir polticamente, organizando losgrupos de trabajo encargados tanto demovilizar como de controlar, la cuestaabajo culmin en octubre de 1966 conuna extravagante autocrtica como in-telectual pequeo burgus, incapaz decomprender la grandeza de Mao. Desa-parecido de la escena a partir de di-ciembre 1966 y convicto de haber ejer-cido una dictadura burguesa, por lomenos se libr de la suerte de morir co-mo Liu, encerrado como un perro.La muerte de Lin Biao en 1971 marc

    el inicio de su lento regreso, primero del

    destierro en febrero de 1973, luego a lasresponsabilidades polticas en el seno delComit Central, y pronto al Politbur y alas responsabilidades en poltica exterior.Deng es una pieza necesaria para la re-

    construccin del partido impulsada porZhou Enlai, entre septiembre de 1971 yagosto de 1973, pero el estigma de sucondena durante la Revolucin Culturalpermanece, convirtindole en blanco delos ataques radicales cuando desde ene-ro de 1974 la enfermedad de Zhou le con-vierte en responsable de la gestin del Es-tado. La izquierdista esposa de Mao, JiangQing, le acusa de revisionista que inten-ta restaurar el capitalismo. Deng la inte-rrumpe: Qu comen los campesinos deSichuan?. En el hueco entre ambos se in-troduce el comunismo oficial de HuaGuofeng, con la bandera de lealtad a Maoque lleva a ste a otorgarle la primaca en

    la sucesin: T diriges los asuntos, yo es-toy tranquilo, le dice.En vsperas de la muerte de Mao, una

    vez fallecido Zhou Enlai, la lucha contrala radical Banda de los Cuatro le devol-ver al vrtice del poder, si bien slo elfallecimiento del Gran Timonel en sep-tiembre de 1976 le salva de nuevos ries-gos de cada definitiva. Hua haba toma-do el relevo de Mao denunciando elviento revisionista de derecha, esto es aDeng. Pero a quienes se vio forzado a de-tener es a los conspiradores radicales dela Banda de los Cuatro.

    El modernizadorEl nuevo eclipse de Deng acab en juliode 1977, cuando en el XI Congreso delPCCh retom el propsito de Zhou En-lai: Hacer de nuestro pas, antes del finde siglo, un gran Estado socialista y mo-

    derno. Como viceprimer ministro, vuel-ve a ser el hombre que controla la pol-tica del partido y del Estado, si bien tie-ne an frente a s al maniobrero Hua, pri-mer ministro, que en nombre del cen-trismo no abandona las concesiones alvoluntarismo de Mao. Por su parte, Dengestaba dispuesto a acabar de una vez portodas con la herencia de la RevolucinCultural.En marzo de 1978, Deng explic que el

    programa de las cuatro modernizacio-nes (industria, agricultura, ciencia y tec-nologa, defensa nacional), recuperadopor Zhou en 1975 tras su primera expo-sicin en 1965, el gran viraje en la polti-ca econmica del pas, deba apoyarse enel frreo control de la sociedad china porel partido comunista. Son los cuatroprincipios: mantener el socialismo, ladictadura del proletariado, el liderazgo

    EL REGRESO DE MAOCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    Tras la generalizacin del caos en 1967,Mao cambia de rumbo y miles de jvenesGuardias son condenados a deportacin

    Representacin propagandstica de los jvenes Guardias Rojos, que fueron utilizados por Mao y desarticulados cuando no los necesit.

    Mao y su segundo, Lin Biao, en el 21 aniversario de la proclamacin de la Repblica Popular.

    LA AVENTURA DE LA HISTORIA ON-LINE

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    del PCCh y, como base, nada menos queel marxismo-leninismo y el pensamien-to de Mao Zedong. La va comunistama-de in Deng Xiaping a la modernizacincapitalista se encontraba lista para serpuesta en marcha.

    Partida de ajedrezQuedaba por resolver la pugna con elcontinuismo de Hua, con su promesa deun crecimiento acelerado a corto plazo.Por parte de Deng, fue la hbil parti-

    da de ajedrez de un jugador que tomael tablero en posicin de inferioridad.Juega con la prensa, sus partidarios y loseconomistas para desacreditar el pro-grama de Hua. Mediante las rehabilita-ciones de vctimas de la Revolucin Cul-tural, zapa indirectamente el prestigiode Mao y descalifica todo voluntarismo.Cercena, de paso, todo intento de lan-zar una quinta modernizacin, la de-mocrtica, no sin buscar apoyo en el

    movimiento democrtico frente a la co-rriente tradicional.En diciembre de 1978, su lnea vence

    en el Comit Central a la de Hua, que en-tre 1980 y 1981 pierde uno tras otro to-dos sus cargos. La Revolucin Cultural escondenada y se abre una nueva etapa enla historia de China, capitaneada por unhombre casi octogenario que acaba go-bernando en virtud de su autoridad, yaque l mismo se marginar de todo pues-to en el Estado una dictadura demo-crtica popular y en el partido. La pren-sa recordaba con sentido del humor quean conservaba una presidencia: la de laFederacin de bridge.El retiro fue slo una ficcin, ya que

    apenas autoexcluido en 1987 del Comi-t Central, ste le confirm en su posi-cin de lder superior del partido y delEstado y, en calidad de tal, se emple afondo, a fines de los ochenta, contra elmovimiento estudiantil indispensable

    EL REGRESO DE MAOCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    recurrir a los mtodos de la dictadura,moderando luego la represin, y en oc-tubre de 1992, al plantear el desarrollopor encima de cualquier ideologa de laeconoma de mercado socialista. El xi-to de Hong Kong impona su ley. Es undoble grito nunca pronunciado: El co-munismo ha muerto! Viva el Partido Co-munista Chino!.

    El gato cazadorUna vez comprobado el fracaso del pro-psito de Mao, consistente en crear ba-jo su direccin carismtica una sociedadigualitaria, en permanente estado demo-vilizacin, la corriente pragmtica delPCCh, encabezada por Deng Xiaoping, in-tent utilizar los recursos de un poderdictatorial para mejorar el nivel de vidadel pueblo chino y modernizar las insti-tuciones y los usos de la sociedad. La tra-dicin confuciana favoreca el xito de esareconversin autoritaria, con sus idealesde disciplina y eficacia.En sentido contrario, la egolatra y la

    habilidad de Mao para la maniobra cons-tituyeron obstculos insalvables para elcambio hasta septiembre de 1976. In-cluso entonces fue necesaria la expe-riencia de Deng para ganar la partidacontra la mentalidad del comunismo tra-

    dicional dominante en el partido. La pro-longada resistencia de Hua Guofeng fueun ejemplo de ello.Adems, tuvo que contar con un com-

    paero de viaje no deseado: el espritude reforma dio alas a la movilizacin dela juventud por la democracia. Hizo fal-ta la represin de los ocupantes de la pla-za de Tiananmen por los carros de com-bate, en junio de 1989, para mantener ladictadura del partido a costa de cente-nares de muertos y miles de detenidos.Los jvenes demcratas eran, a juicio deDeng, una suma de contrarrevoluciona-rios y de detritus sociales que pretendaninstaurar una repblica burguesa total-mente entregada a Occidente.Un nuevo fracaso econmico de los

    conservadores devolvi pronto la ini-ciativa a Deng con su liberalizacin de lasfuerzas productivas. El xito zanj el de-bate. A partir de 1992, el producto inte-rior bruto comenz a crecer por encimadel 10 por 100 anual. Los nuevos man-darines rojos estaban sacando a China desu estancamiento secular, haciendo delgran pas la nueva superpotencia.El cuerpo de Mao sigue hoy en sumau-

    soleo, en calidad de dios fundador, porsus inmortales contribuciones a la causadel pueblo, pero nadie se atreve a emi-

    tir un juicio positivo de sus errores. Encambio, Deng es objeto de culto comopersonaje activo, Zongshejishi, el granarquitecto.Ahora bien, fueron Deng y los prag-

    mticos quienes forjaron el milagro chi-no? El libro de Kate Xiao Zhou, El poderdel pueblo, sugiere que lo hicieron po-sible con su sensibilidad para atender alas demandas de cambio y a las trans-formaciones promovidas por los agri-cultores, desde que se vieron liberadosde la camisa de fuerza de la RevolucinCultural. Fue la creatividad disciplinadadel ncleo familiar contra la rigidez delpartido. La autonoma impuesta por losagricultores habra impulsado la de tra-bajadores urbanos, intelectuales y cua-dros del gobierno.Los agricultores venden cualquier co-

    sa que tengan en sus manos, afirma eldicho popular y la dbil estructura bu-rocrtica en el campo favorecer ese trn-sito al mercado que las autoridades se li-mitarn a normativizar. Tuvo lugar una ra-dical inversin de valores bajo la costradel poder comunista, segn describe laautora citada: El rpido cambio econ-mico afecta a todos los aspectos de la vi-da rural. Ganar dinero es lo ms impor-tante en la China actual.

    El feroz legado maosta

    Desde fines de los aos cincuenta, elmaosmo consigue difundir una ima-gen positiva de s mismo en calidad de re-volucin comunista autntica. En vsperasdel 68, esa atraccin se ejerci con fuerza so-bre las minoras comunistas radicales en Eu-ropa. Pero fue sobre todo en los proyectos re-volucionarios de base agraria donde se im-puso la receta maosta. La novedad intelec-tual del lenguaje de Mao vino de perlas a unasminoras activas en su mayora, de jvenesuniversitarios o maestros legitimando sudeseo de constituirse en vanguardias de mo-vimientos campesinos que protagonizarancomo en China el establecimiento de unanueva sociedad. Y cuando la mal llamada Re-volucin Cultural exigi la aniquilacin delos sectores designados como contrarrevolu-cionarios por las masas, el maosmo pas aconvertirse en escuela de violencia.

    Los ejemplos ms sanguinarios de ese tras-vase prosperaron en Camboya y Per. La lu-cha de los Jemeres Rojos en los aos setenta,bajo la direccin de Pol Pot, el camarada N-mero Uno, reprodujo la frmula maosta delcerco progresivo de las milicias campesinassobre las ciudades hasta vencer por estran-gulamiento. Desde antes de la conquista dela capital, en 1975, la incidencia del budis-

    mo krmico y un sectarismo extremo habanvaciado de contenido frmulas como la ree-ducacin. Slo caba el aniquilamiento pa-ra la poblacin urbana, en el marco de unadelirante poltica de desarrollo agrario queimitaba el Gran Salto Adelante. La violenciaexacerbada hizo inevitable el genocidio y ladepuracin tambin de origen chino con-tra los cuadros del partido. Cifras? Entre mi-lln y medio y dos millones de vctimas.

    Sin llegar al poder, el peruano SenderoLuminoso sembr la muerte en el centro delpas a lo largo de los aos ochenta, hasta ladetencin de su lder Abimael Guzmn, elpresidente Gonzalo, en 1992. Ms de 31.000asesinados, a los que deberan sumarse lascausadas por la represin militar. El prin-cipio de la guerra popular agraria se ti- de sangre al aplicar los criterios puniti-vos contra toda clase de contrarrevolucio-narios, demcratas y otros lderes agrariosincluidos, segn la pauta de la RevolucinCultural. El marxismo-leninismo-maos-mo traspas el culto a la personalidad aAbimael Guzmn, un maestro como PolPot y, como l, rodeado de maestros.

    Otro espacio maosta se dio en Chiapas.Desde los aos setenta, y con especial xi-to a travs del ejrcito zapatista del subco-

    mandante Marcos entre 1983 y 1993, lasminoras militantes de origen maosta lo-graron infiltrase primero, y dominar despus,el movimiento de organizacin campesinapreviamente ya radicalizado por los propa-gandistas de la Iglesia. De nuevo, la entradaen accin de los campesinos se proyecta so-bre las ciudades o principales ncleos ur-banos, en el famoso golpe de audacia de laNochevieja de 1993-1994. Pareci entoncesiniciarse una guerra con el Estado, pero laprudencia del presidente Salinas y del pro-pio Marcos evitaron la catstrofe. Hasta hoy,las mximas maostas se aplican a la gestinde una serie de comunas bajo el conocido le-ma de Servir al pueblo, al que se aade elvistoso Mandar obedeciendo.

    La admiracin por la revolucin china re-sulta visible, tambin, en las declaracionesy en las iniciativas del Che Guevara. Su apo-loga del voluntarismo frente a la raciona-lidad econmica estn directamente liga-da al Gran Salto de Mao, lo mismo que laforma de los juicios contra los batistianos olas brigadas de trabajo voluntario. Pero ladecisiva importancia de la conexin sovi-tica impidi el trasplante del modelo chi-no al Caribe.

    ANTONIO ELORZA

    Cartel, de octubre de 1976, contra la Bandade los Cuatro, los dirigentes atacados por Huatras la muerte de Mao.

    Jiang Qing, la viuda de Mao, uno de los elementos ms radicales de la Banda de los Cuatro, enel banquillo de los acusados.

    Deng Xiaoping, depurado primero y rehabilitadodespus, est hoy considerado como el granarquitecto de la China moderna.

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    CHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    La creciente influencia poltica,econmica y militar de China enel mundo est teniendo unosefectos tan importantes oms en

    la sociedad internacional de comienzosdel siglo XXI como la cada del muro deBerln y el 11-S juntos.Desde que comenzaron las reformas en

    1978, China ha crecido, de media anual,un 9,4 por ciento. En el 78 todava pro-duca menos del 1 por ciento de la eco-nomamundial y su comercio exterior erade 20.600 millones de dlares. Hoy pro-duce el 4 por ciento de la economamun-dial y su comercio exterior fue el ao pa-sado de 851.000 millones de dlares, eltercero ms importante del mundo. Haatrado ya centenares de miles de millo-nes de dlares en inversiones extranjerasy ms de un billn de dlares en inver-siones internas privadas. Hace doce aosapenas conoca las telecomunicacionesmviles; hoy tiene ms de 300 millonesde telfonos mviles, un rcordmundial.En junio de 2004, unos cien millones dechinos ya tenan acceso a Internet.La otra cara de la moneda es que, con

    1.300 millones de habitantes, cualquierrevs en su crecimiento se puede con-vertir en un conflicto insoluble. Todassus cifras positivas, para valorarlas ade-cuadamente, hay que contrastarlas siem-pre con las de los dems y el resultadosigue siendo preocupante: su economaes an una sptima parte de la esta-dounidense y una tercera parte de la ja-ponesa; su renta por habitante siguesiendo la un pas del Tercer Mundo, si-tuado aproximadamente en el puestonmero cien de la tabla de desarrollo;su impacto en la economa mundial,aunque creciente, es an limitado; suagua potable es una cuarta parte de lamedia mundial y su tierra cultivable, un40 por ciento. Los ingresos medios delos campesinos chinos hoy son igualesunos 2.000 yuan (250$) que a co-mienzos de la dcada, adverta The Eco-nomist en octubre de 2006.Medida en relacin con la poblacin,

    su produccin de materias primas y deenerga es muy importante, pero a to-das luces insuficiente para mantener elcrecimiento de los ltimos veinte aos.China produce el 8,3 por ciento del pe-

    trleo mundial, el 4,1 por ciento del gasnatural, el 25,5 por ciento del cobre y el9,7 por ciento del aluminio.Hace veinte aos China era el principal

    exportador de petrleo de Asia Oriental;hoy es el segundo importador mundial,despus de los EE UU. El ao pasado lasimportaciones chinas de petrleo repre-sentaron el 31 por ciento del aumento dela demanda mundial, sin duda la causaprincipal del elevado precio del barril decrudo. En slo quince aos el consumochino de aluminio, cobre, nquel y hierrose ha triplicado, pasando del 7 por cien-to del consumo mundial en 1990 al 15por ciento en el ao 2000, al 20 por cien-to en 2006 y sigue subiendo.

    Apertura al exteriorSu urgente necesidad dematerias primasimportadas ha dado un vuelco a su ac-cin exterior. El ao pasado, segn elBBVA, invirti 1.400 millones de dlaresen Amrica Latina. En 2000 estableci elForo de Cooperacin China-frica parapromover el comercio y las inversionescon 44 pases del continente africano. Enoctubre de 2004 la petrolera china CPCC(China Petroleum and Chemical Corpo-ration, ms conocida por Sinopec) firmun acuerdo con Irn por 70.000 millonesde dlares, por el que China se compro-mete a explotar el yacimiento de Yada-varan y a comprar 250 millones de tone-ladas de gas natural licuado durante losprximos treinta aos e Irn acuerda ex-portar a China 150.000 barriles diarios depetrleo, al precio.No se trata slo de la accin econmi-

    ca necesaria para asegurarse el suminis-tro de las materias primas que necesita.Consciente de la importancia que tienerespaldar esa accin econmica y co-mercial con una diplomacia mucho msactiva, ha multiplicado su participacinen operaciones internacionales de paz.China ya es el decimotercer contribu-

    yente de fuerzas de paz a la ONU. A fina-les de 2006 tena 1.648 soldados y policasen diez pases, la mayor parte de ellos afri-canos, comoCongo, Liberia y Sudn.Man-tena policas antidisturbios enHait y cen-tenares de soldados en el Lbano. Est cla-ro que un pas empeado en recuperar supapel histrico de gran potencia no podamantener el autismo internacional que hapracticado, salvo para frenar reconoci-mientos de Taiwan por otros pases, des-de su ingreso en la ONU en 1971.

    FELIPE SAHAGN es periodista y profesor deRelaciones Internacionales, UniversidadComplutense, Madrid.

    EL RENACER DEL

    DRAGN

    Prodigioso avance econmicoy peligrosos desequilibrios

    Con un crecimiento econmico prximo al 10 por ciento durante elltimo cuarto de siglo, China se postula como el gran coloso delsiglo XXI. Felipe Sahagn expone el extraordinario auge econmico ylos desequilibrios econmicos, sociales y polticos que lo amenazan

    Un ciclista pasa junto a un anunciopublicitario de maquillaje, en Pekn.Una imagen de la nueva China quecontrasta con el frreo control delpoder por el Partido Comunista, quelideraba Mao hace treinta aos.

    LA AVENTURA DE LA HISTORIA ON-LINE

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    En los siglos XIX y XX los habitantesde China, patriotas culturales y polticos,han vivido una humillante cada pasan-do de una aparente superioridad a unainferioridad abyecta y, tras fervientes,continuados y muy dolorosos esfuerzospara lograr la recuperacin nacional, porfin parecen estar teniendo xito, escri-

    ba en 1986, mirando slo la cara positi-va, John King Fairbank, el principal his-toriador de China en los EE UU.En esos dos siglos sufrieron cinco gue-

    rras de agresin exterior (desde la delopio, entre 1839 y 1842, hasta la invasinjaponesa, de 1937 a 1945). Aunque decreciente intensidad, fueron ataques su-

    perficiales salvo el japons compara-dos con las cinco guerras civiles revolu-cionarias padecidas en ese tiempo: la fa-llida rebelin de Taiping (1850-1864), larevolucin republicana de 1911, la revo-lucin nacionalista de 1925-28 contra elimperialismo extranjero, la guerra civilentre los comunistas y el Kuomintangdesde 1945 a 1949, y los diez aos de laRevolucin Cultural de Mao (1966-1976),clmax, en palabras de Fairbank, tantodel sueo revolucionario como de un de-sastre nacional autoprovocado.

    Modernizaciones frustradasDesde esta perspectiva histrica, las re-formas impulsadas por Deng Xiaopingdesde 1978 y continuadas por sus suce-sores hasta hoy (Jiang Zemin y Hu Jintao)pueden considerarse intentos o modelosde modernizacin diferentes dentro deuna revolucin de dos siglos, con gran-des altibajos y ciclos de gran violencia, pa-ra romper, sin renunciar al pasado y sindejar de ser imperio, con todos los ele-mentos que lastraban su recuperacin co-mo superpotencia.De acuerdo con el profesor Li Hongtu,

    de la East Chinese Normal University deShangai, la modernizacin de China queasombra al mundo desde hace veintisie-te aos sera el cuarto modelo que sus di-rigentes intentan poner en prctica des-de la humillante derrota ante los brit-nicos a mediados del XIX.El primero, introducido por la dinasta

    Qing para salvar al imperio de la ocupa-cin occidental, consisti en copiar sinxito la industrializacin britnica lle-nando China de fbricas sin tocar el sis-tema dinstico federal. Cuando la Arma-da china fue derrotada por Japn en laguerra de 1894-95, la primera moderni-zacin, exclusivamente econmica, y ladinasta que la impuls quedaron desau-torizadas, y un nuevo rgimen, el kuo-mintang, puso en marcha reformas pol-ticas y econmicas radicales siguiendo elmodelo capitalista occidental.Gracias a esta segunda modernizacin,

    China disfrut, de 1912 a 1937, de unapoca dorada, pero la invasin japonesacort bruscamente el proceso y, despusde tres aos de guerra civil, a partir de1949, los comunistas impusieron un nue-vomodelo basado en la planificacin cen-tral y en el modelo sovitico de desarro-llo. Aprendamos de la Unin Soviticay Hoy la URSS, maana China se con-

    virtieron en los eslganes de ms xitoen la Repblica Popular hasta la rupturade los dos colosos comunistas a comien-zos de los aos sesenta.Los dogmas, el aislamiento, las comu-

    nas, el exceso de ideologa, el Gran Sal-to Adelante, las purgas continuas, las gue-rras fratricidas y, finalmente, la desastro-sa gran revolucin cultural proletaria des-de el 66 hundieron al pas en el caos y enla miseria. Fallecido Mao, en 1976, DengXiaoping, una de las vctimas de la revo-lucin, recupera el poder, pone fin al mo-delo de modernizacin sovitica y, en di-ciembre de 1978, en el tercer pleno delXI Comit Central del Partido Comunis-ta Chino, inicia la desmaoizacin con lanueva poltica de puertas abiertas.

    Modelo capitalistaEn 1979 comienza la descolectivizacinrural, se aprueba una primera reforma delas empresas estatales y, con sendas leyesde inversiones extranjeras y de zonas eco-nmicas especiales, Deng convence almundo, sobre todo a los EE UU de la Ad-

    ministracin Carter, de que ha empeza-do una nueva etapa de profundas refor-mas econmicas, siguiendo por segundavez en dos siglos el modelo capitalista sinrenunciar al monopolio poltico del par-tido comunista.Las reformas en la agricultura abaste-

    cieron el pas y generaron un supervitpara financiar las reformas industriales,un logro revolucionario en un pas de lasdimensiones de China, en palabras deJuan Lea, ex embajador espaol en Chi-na. Deng elimin a la Banda de los Cua-tro, puso fin a los excesos de la Revolu-cin Cultural, lanz las llamadas CuatroModernizaciones, aboli las comunas,cre incentivos para la produccin y sen-t las bases para atraer tecnologas y ca-pitales del exterior.Desde entonces, ha sido capaz de

    mantener un espectacular crecimientoeconmico, con una tasa media anual deun 10 por 100 que le ha permitido cua-driplicar su nivel de renta per cpita, es-cribe Enrique Fanjul, uno de los princi-pales expertos espaoles en la China ac-

    tual. Se ha dicho, y creo que con razn,que el cambio econmico que se est re-gistrando en China es la mayor revolucineconmica de la Historia, en el sentidode que nunca ha habido un colectivo tangrande de poblacin que haya mejora-do de forma tan intensa sus condicionesmateriales de vida en un perodo de tiem-po tan corto.Cualquier viajero es testigo de ese cam-

    bio. Cuando fui por primera vez a Pekn,en marzo de 1974, el avin aterriz entrehangares militares escribe Jean-Luc Do-menach en su brillante anlisis del pre-sente y futuro de China. Nuestro grupo,compuesto a partes iguales por perio-distas camuflados y turistas ideolgicos,fue conducido a un sombro hotel conpesadas colgaduras soviticas cuyos pa-sillos apestaban a orina... Las callejuelasdel viejo Pekn, los famosos butongs, noeran interrumpidas ms que por fbricasenmohecidas y edificios de mando toda-va nuevos y ya envejecidos. Un cochecausaba sensacin. Una noche me en-contr cara a cara con un camello. Pekn,

    EL RENACER DEL DRAGNCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    Entre la desigualdad y la esperanza

    Casi todos los analistas polticos coin-ciden en que el taln de Aquiles dela China moderna lo forman las grandesdesigualdades que se estn creando en elseno de la sociedad. Una brecha que, se-gn aseguraba Frdric Bobin en una se-rie de artculos dedicados al pas asiticoen el prestigioso diario francs Le Monde,lanza al pas entero a la precariedad. Lascifras muestran que una nacin oficial-mente socialista muestra unos extremosde desnivel en el reparto de la riquezaequiparables a los de los pases ms pobresde Amrica Latina. El riesgo inevitable esque las protestas de los marginados por elcrecimiento amenacen con desestabilizarel Rgimen.

    El Gobierno admite oficialmente quehay al menos 30 millones de pobres y enla ltima dcada ms de 34 millones deagricultores han perdido sus tierras. En-tretanto, el 8,6 por ciento de las familias

    acaparan el 60 por ciento del capital fi-nanciero, una disparidad superior a la quetiene lugar en Amrica Latina.

    Otros observadores son menos pesimis-tas. Michael Elliott, en el semanario es-tadounidense Time, destaca que la mayorpesadilla de los chinos es la vuelta al caos,el luan, que el pas ha vivido repetidas ve-ces en los dos ltimos siglos, sea por in-vasiones extranjeras, guerras civiles o aven-turas suicidas como el Gran Salto Adelan-te y la Revolucin Cultural. La percepcinde que en la actualidad existe orden y es-peranza de una vida mejor frenara, segnesta hiptesis, el peligro de desestabiliza-cin. Los ltimos aos de Historia en Chi-na, desde la matanza de Tiananmenen 1989, han sido los ms estables pol-ticamente que ha conocido el pas desdeque los buques britnicos impusieran acaonazos la apertura al comercio inter-nacional.

    Un joven de 19 aos par una columna de tanques en Pekn en junio de 1989. Probablemente fue ejecutado en secreto poco despus.

    Limpiaventanas en un rascacielos de Shangai, cuyo crecimiento reciente ha sido extraordinario.

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    ciudad de caravanas! En el campo, gru-pos de campesinos marchaban en fila,mientras la radio del pueblo berreaba lasconsignas del da.Un cuarto de siglo despus, como tan-

    tos otros, regresaba y describa un mun-do completamente nuevo: el aeropuertoultramoderno, gente bien vestida, pocosuniformes, taxis por oleadas, carreterasde dos carriles, grandes edificios y ras-cacielos que se extienden hacia el extra-rradio, autovas radiales que enlazan conindustriosas metrpolis atravesando cam-pias en las que se han multiplicado lascasas nuevas, restaurantes por todas par-tes, loteras cada vez ms numerosas....

    El siglo de China?Habiendo vivido en China a finales de losochenta como consejero comercial de laEmbajada espaola, veinte aos despusFanjul haca un balance a medio caminoentre los optimistas, convencidos de queel siglo XXI ser el siglo de China, y loscatastrofistas que, abrumados por la His-toria y obsesionados por los indudablesriesgos y factores de inestabilidad pre-sentes y previsibles en la transicin ini-ciada, auguran a la nueva China un finaligual o ms traumtico que el de la URSS.Los catastrofistas, entre los que se en-

    cuentra Nicholas Kristof, columnista del

    New York Times, subrayan la ausencia dedemocracia, la persecucin de los ad-versarios polticos, las enormes brechasentre el campo y la ciudad, la costa y elinterior, el aumento anual previsto de supoblacin en cuatro o cinco milloneshasta 2050, la escasa fiabilidad de sus es-tadsticas, la ineficacia de sus dinosau-rios estatales, la corrupcin, la preca-riedad de su poblacin flotante, su fr-gil sistema bancario y financiero, el far-do de modernizar las fuerzas armadasms numerosas del mundo, sus ten-dencias nacionalistas ms agresivas, Ti-bet, la minora musulmana separatista,sus tensiones histricas con Japn y laIndia, las crecientes desigualdades enla distribucin de la renta...A pesar de todas las dificultades, el

    dragn dormido del que habl Napo-len por fin ha despertado, pero susefectos, lejos de ser destructivos para elplaneta, estn siendo bastante benefi-ciosos. Un vendaval de problemas, con-tradicciones, incertidumbres y tensionesamenazan este despertar, pero, tras uncuarto siglo largo de reformas, lo queFairbank y Fanjul llaman revolucin en larevolucin, ni el mundo ha temblado, niChina ha estallado.Todo lo contrario. A finales de 2006 el

    antiguo Reino del Medio ultimaba los pre-

    parativos para asombrar al mundo en losJuegos Olmpicos de 2008. China est in-virtiendo unos 40.000 millones de dla-res en proyectos relacionados con los Jue-gos. Se esperan unos 20.000 periodistasy el rgimen ha querido, desde que con-sigui la candidatura, convertir esta Olim-piada en el prtico o carta de presenta-cin de una nueva potencia mundial.La imagen positiva que pretende pro-

    yectar se vera facilitada con gestos de re-conciliacin histrica hacia el Vaticano, elDalai Lama o Taiwan, cambios en el Cdi-go Penal que pongan fin a miles de eje-cuciones anuales de presos y una libera-lizacin valiente de la legislacin de pren-sa, pero no es probable que lo veamos.

    DesequilibriosDeng recibi un continente de casi 9,6mi-llones de kilmetros cuadrados, con unos900 millones de habitantes e inversionesextranjeras cero: un pigmeo econmicocon una renta anual por habitante de 250dlares, aislado del resto del mundo. Hoy,segn el ltimo informe global de la UninEuropea, alberga al 20 por ciento de la po-blacin mundial, produce el 5 por cientode su riqueza, consume el 12 por ciento dela energa primaria del planeta, disponede unas reservas de divisas (dlares en sumayor parte) que rondan ya el billn (con

    b) de dlares, es el segundo receptormun-dial de inversiones directas (casi 700.000millones de dlares en 2004) y su comer-cio se acerca a la escalofriante cifra de 1,4billones de dlares anuales, el 7 por cien-to del total mundial.Con tantos habitantes, su renta per c-

    pita apenas supera los 1.500 dlares, demodo que cualquier comparacin conEE UU, Japn o Europa debe colocarseen el contexto de un pas en desarrollocon enormes retos todava por superarantes de igualarse, de verdad, a los pasesms avanzados.Por sus dimensiones, China ya es, cla-

    ramente, una potencia regional con unimpacto global y un jugador decisivo enla nueva sociedad internacional. A esteritmo de crecimiento, en el horizonte de2025-2030, segn las principales extra-

    polaciones de las tendencias actuales, supoblacin se aproximar a los 1.500 mi-llones y su demanda de energa se dis-parar, creciendo un 150 por ciento la delpetrleo, triplicndose la del gas y casiduplicndose la del carbn. Para man-tener esta expansin se concluye en elinforme de la UE necesitar importa-ciones masivas de combustible y enormesinversiones en infraestructuras, que tri-plicarn su producto interior bruto (pib)

    en 2025, situndose en el segundo delmundo (tras el de los EE UU).Para entonces, la poblacin en edad la-

    boral ser an el 68,4 por ciento, pero dosdecenios sometidos a la poltica del hijonico elevarn la edad media de los chi-nos de los 32,6 aos en la actualidad a39,5 aos en 2025 y a 43 aos en 2035.A partir de 2015, si no hay cambios brus-cos, los mayores de 65 aos hoy el 7 porciento sern el 20 por ciento de la po-blacin, lo que multiplicar los costos so-ciales y, posiblemente, frenar el creci-miento econmico. Es uno de sus prin-cipales talones de Aquiles.Las crecientes desigualdades entre los

    niveles de vida en el campo y en la ciudadestn acelerando, desde que comenz lacuarta modernizacin, la emigracin a laszonas urbanas. A este ritmo, en veinte aos

    la poblacin urbanizada, hoy el 41 porciento, ascender al 57 por ciento (ms de800millones) y el 85 por ciento de toda lapoblacin se concentrar en las regionescentral y oriental, las ms ricas del pas.

    Los fantasmas de BeijinEl impresionante avance econmico noha ido acompaado de reformas polticassignificativas y no hay indicios de cambiossustanciales a corto plazo. El presidente

    Hu Jintao parece decidido a consolidarsu poder en el XVII Congreso del PartidoComunista desde su fundacin, en 1921,convocado para el otoo de 2007. Aun-que hasta 2013 no habr nuevo congre-so, el de 2007 se ve como el disparo desalida de la carrera para su sucesin.Ser, pues, el momento de hacer ba-

    lance de sus primeros cinco aos al fren-te de China y de los compromisos adqui-ridos en 2002 paramantener elmilagro ha-ciendo frente, al mismo tiempo, a los msde 400 millones de agricultores, desem-pleados y emigrantes a las ciudades sin vi-vienda, educacin ni atencin sanitaria dig-nas, sobreviviendo con un dlar diario. Co-mo en cada congreso quinquenal, habruna nueva renovacin de lderes, pero quenadie espere reformas radicales como per-mitir que el mercado determine los tiposde inters o el valor de lamoneda. Los dosfantasmas que ms preocupan hoy a Bei-jin son el paro y la estabilidad social, y laapreciacin de la moneda, como vienenpidiendo los EE UU y la UE desde haceaos, podran agravar esas dos amenazas.En enero de 2006 el pib chino super

    por primera vez al de Gran Bretaa yFrancia, convirtiendo a China en la cuar-ta economa mundial y en diciembre de2005 super a los EE UU en exportacinde productos manufacturados, afirmaMinxin Pei, director del Programa de Chi-na del Carnegie Endowment for Interna-tional Peace.Frente a la euforia desatada por estas y

    otras cifras igualmente positivas el altonivel de ahorro, la mano de obra barata,

    EL RENACER DEL DRAGNCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    El impresionante avance econmico enChina no ha ido acompaado de reformaspolticas y no hay indicios de cambios

    Manifestante a favor de la independencia del Tbet. La Bolsa de Hong Kong, en el pasado noviembre.

    Activistas contra el SIDA muestran una pancarta en una manifestacin, en la Gran Muralla, pidiendo ayuda para frenar la pandemia,

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    la tica del trabajo, el mercado potencial,la entrada de la gran banca internacio-nal y de los principales fabricantes de au-tomviles, Pei llama la atencin sobreotros datos menos positivos.

    Una mezcla peligrosaEs impresionante, sin duda, el creci-miento econmico de China desde 1979,pero no ms de lo que crecieron antesJapn, Corea del Sur o Taiwan en plazossimilares. El sistema bancario chino si-

    gue siendo el ms frgil de Asia y, enquiebras, impagos, prstamos fallidoso fianzas, cuesta al Estado el 30 por cien-to del pib anual. Si se contempla la ren-tabilidad de los seis sectores econmi-cos ms importantes desde el auto-movilstico al de las telecomunicacio-nes entre 1999 y 2003 las empresas dela India dieron entre un 80 y un 200 porciento ms beneficios que las de China.Las causas, en opinin de Pei, tienen

    mucho que ver con la naturaleza del r-

    gimen neoleninista que ha sucedido almaosmo. Es un sistema que combina elgobierno de partido nico y el controlestatal de sectores econmicos clave conreformas parciales de mercado y la in-tegracin gradual en la economa mun-dial. El igualitarismo y la lealtad de lostrabajadores y campesinos predicadospor el maosmo han dejado paso a unsistema elitista, apoyado en los tecn-cratas, los militares y la polica, que ba-sa su legitimidad en los resultados eco-

    nmicos y depende, para conseguirlos,de una nueva clase social profesionalesy empresarios privados y del capital ex-tranjero: dos de las bestias negras delmaosmo.Los catastrofistas, como Pei, estn con-

    vencidos de que la mezcla de autoritaris-mo poltico y apertura econmica generamales que destruirn el sistema. Los opti-mistas, como Domenach, creen, en cam-bio, que estamos ante una transicin po-ltica de larga duracin... Las mutacionesno residen (o no todava) en la forma ins-titucional del rgimen, sino all donde sejuega su futuro: en el cambio de la rela-cin entre el poder y la poblacin.Su optimismo no es ciego. Reconoce

    sus puntos dbiles, su fragilidad y su na-turaleza tan desigual, en particular porquela capa dirigente se ha coagulado ideo-lgicamente integrando en su seno a lasfuerzas ms modernizadoras de la socie-dad... (para) llevar a cabo una regulacinsocial que refuerza el control del partidoy ms o menos compensa la escasa insti-tucionalizacin del orden poltico y ad-ministrativo.A pesar de ello, ve con claridad que la

    cuarta modernizacin excluye tanto el re-torno al totalitarismo como la democra-tizacin al estilo occidental. Combina des-potismo, autoritarismo, localismos, pro-testas populares, un balbuceante co-mienzo de participacin popular y tam-bin una diferenciacin del Estado. Adn-de llevan todos estos elementos que semezclan en unmosaico en constante cam-bio?, se pregunta el chinlogo y antiguodirector cientfico de Sciences Po. Nadielo sabe responde. La transicin chinaes a la vez triunfal, peligrosa y enigmtica.Los pesimistas, como Pei, ven el vaso

    medio vaco: el 30-40 por ciento del pibque sigue dependiendo directamente delos dinosaurios estatales (en la India nollega al 7 por ciento y en la mayor partede Asia es de, aproximadamente, el 5 porciento); el 56 por ciento de la industriaque sigue controlada por el Estado, ca-si en todos los sectores estratgicos enrgimen de monopolio; los ms de 5 mi-llones de funcionarios del partido (el 8por ciento de sus miembros) en puestosejecutivos en esas empresas, y el altsi-mo grado de corrupcin, clientelismo,nepotismo e ineficacia que esa maraa

    de relaciones provoca. Su industria si-derrgica, por ejemplo, tiene un excesode capacidad de ms de 100 toneladasanuales y el 35 por ciento de las empre-sas estatales pierde dinero.La corrupcin alcanza proporciones

    endmicas. El nmero de casos denun-ciados y juzgados se ha multiplicado de1.386 en 1992 a 2.925 en 2002, peroesas cifras son apenas la punta del ice-berg. Segn Pei, cada ao fueron de-nunciados por corrupcin unos 140.000funcionarios en la dcada de los noven-ta, pero slo llegaron a ser condenadosen los tribunales el 5,6 por ciento. En2004, de los 170.850 denunciados, slo4.915 (el 2,9 por ciento) fueron conde-nados. Es evidente que, junto a juiciossonados y campaas para la galera, sub-siste un clima de enorme impunidad.Tan grave o ms que la corrupcin en

    s es lo que dicen los detenidos cuandoson interrogados. En sus confesiones an-te los jueces y ante la polica, cada vez sonms lo que atribuyen sus errores o des-viaciones a la prdida de fe en el comu-nismo. No es fcil tener fe en un comu-nismo que, segn Forbes, ha producidoya el nmero ms elevado de multimi-llonarios del mundo en un solo pas.Tanto el Banco Mundial como el Go-

    bierno chino reconocen que la desigual-dad de ingresos ha aumentado al menosun 50 por ciento desde que Deng inicila transicin a finales de los aos seten-ta. Segn un estudio reciente citado porPei, el 1 por ciento de las familias controlaya el 60 por ciento de la riqueza del pas(en los EE UU ese control lo tiene el 5 porciento de los ciudadanos.

    EL RENACER DEL DRAGNCHINA. EL DESPERTAR DEL GIGANTE

    ANUARIO ASIA PACFICO 2005, editado porCasa Asia y Real Instituto Elcano.

    BUSTELO, P., Se est desbocando el crecimientoeconmico?, ARI, nm. 97, Instituto Elcano, 2006._ El auge de China: Amenaza o ascensopacfico?, ARI, nm. 135.DOMENACH, J. L. Adnde va China?, Barcelona,Paids, 2006.FISHMAN, T. C., China S.A., Barcelona, Debate,2006.FRCHES, J., rase una vez en China, de laantigedad al siglo XXI, Madrid, Espasa, 2006.ROS, X. (ed.), Poltica Exterior de China. Ladiplomacia de una potencia emergente,Barcelona, Bellaterra, 2005.TAMAMES, R., El siglo de China. De Mao a primerapotencia mundial, Barcelona, Planeta, 2007.

    www.realinstitutoelcano.org.

    PARA SABER MS

    Mao fue el protagonista simblico del 50 Aniversario de la Repblica Popular, celebrado en la plaza de Tiananmen, en Pekn, en 1999. El presidente chino, Hu Jintao, en primer plano, con los lderes de EE UU y Rusia, en noviembre.

    MAO EN FECHAS

    1920. Creacin del Partido Co-munista Chino.1928. Chiang Kai-Shek, nom-brado presidente de China.1931. Japn ocupa Manchuria.1933. Japn ocupa China, alnorte de la Gran Muralla.1934. Comienza la Larga Mar-cha, liderada por Mao.1935. Acaba la Larga Marcha.1937. Guerra entre China y Ja-pn, que ocupa inmediatamen-te Pekn.1939. Estalla la II Guerra Mun-dial.

    1945. Termina la II GuerraMundial. Japn se rinde.1946. Empieza la guerra civilen China.1947. EE UU renuncia a su pa-pel de mediador entre comu-nistas y nacionalistas.1949. Los comunistas ocupanrpidamente Pekn, Shangai yChongquin. El 1 de octubre,proclaman la Repblica Popu-lar China, de la que Mao seconvierte en presidente.Chiang Kai-Shek se refugia enTaiwan.

    1950. Reforma agraria radical,en la que el 40 por ciento dela tierra cambia de manos.En octubre, China intervieneen la Guerra de Corea y ocupael Tbet.1954-57. Colectivizacin ruraly expropiacin urbana.1956. Kruschov comienza ladesestalinizacin. Revueltas enPolonia y Hungra.1957. Campaa de las CienFlores.1958. Gran Salto Adelante.1959. Revuelta en el Tbet.

    1960. Mao denuncia el revisio-nismo de la URSS.1967. Mao lanza la RevolucinCultural.1970. El Ejrcito pone fin alos excesos de los GuardiasRojos.1971. Muere Lin Biao.1972. Aproximacin a EE UUtras la visita de Nixon a Pekn.1976. Hua Guofeng se convier-te en primer ministro y, tras lamuerte de Mao en septiembre,ordena la detencin y juicio dela Banda de los Cuatro.

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    Historia_Hist_Pag57.PDFHistoria_Hist_Pag58-59.PDFHistoria_Hist_Pag60-61.PDFHistoria_Hist_Pag62-63.PDFHistoria_Hist_Pag64.PDFHistoria_Hist_Pag65.PDFHistoria_Hist_Pag66-67.PDFHistoria_Hist_Pag68-69.PDFHistoria_Hist_Pag70-71.PDFHistoria_Hist_Pag72-73.PDFHistoria_Hist_Pag74-75.PDFHistoria_Hist_Pag76-77.PDFHistoria_Hist_Pag78-79.PDF