Kriatina Pl rker do - UNAM

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La t ensi ón entre lo local y lo global: modernización neoliberal y resist encias centroamericanas K ria tina Pl rker _0 ' m. " ......... - .... 10 _ _ ""'_ '"_ ti 1H . .. ""_dr_ - .,.- "'- ", -_ ....... ............ _ ... - - ..... ..... "'" U'gido .. _ e-.I do -... loo _ .. cWot. a _ do lo _ . .. .... 100 ejndt _ _ ..... - • ..., -_ Jegi6n . _ _ ... - -"" -- . ""'<lo ... _ _ ."" loo __ AI __ ..... .............. 010 .,. ..- _I"l' ..... ..,"+ d I . do Ido> : ..... .,... en _ ... los """""'" P"'Poo ..... __ . Th< '- _ ..... _.-. _ _ '"'" ; .... .. -.. ....... """'-"" 0/ .,. .- .. .. _ _ Io<mool-... a<tion _ """ pIK< " Control ........... ,. _ <MI ...... Tho -..no. atguoo "'" ......... "' _ _ ........ _ _ "" _ .... ... -•• a "", ,,, ," .... _ poshod "" 000:1oI """"""'" '" Iho l'O\IlOO _ _ 01 -... """'" >toI _.-.wdo __ """_ ..,.... _ ond _ 10 ,..,.. ........... _ Al "'" _ _ .... _ 01 ... 01 10<0I _a_ '" "" 0/10<0I _ .. -"'" lO Existe . en nuestros tiempos, umI cierta 1ncliMd6n -p l'OlllOllÍda por el pensamien- to neoconselVl'dor- por min imizar la presencia de protestas sociales y conflictos sociopoIilicos en nuestras sociedades. Esto sucede tam bim en el caso de Centro- alTlérica donde la comparación en!T<l los años S<II entas y od\ent<l$ , cuando la reg i6n era un escena rio de enfrentamientos enlTe sujetos con proyectos po li tices antagónicos, '/ el momento presente. carectenzedo por la pece capacidad de convocatoria de los movimientos sociales y de los pa rtidos de izquierda, se presta para afirmar el final de la conflictividad SQCiopolítlca . Como el contl1Xt O, car l>Cle- rizado por la vioIenc:ia soci al y la precariedltd, dificul ta la colecliVll, señalan algunos autores, son las OrganizacIones No Gubernamentales ( ONG's) los nuevos ectores enca.rgados de lIClminlstrar III clisls social, canalizar los recursos de III externa y atender las necesidades de los sectores populares.' Sin

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La tensión entre lo local y lo global:modernización neoliberal

y resistencias centroamericanas

Kriatina Pl rker

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Existe. en nuestros tiempos, umI cierta 1ncliMd6n -pl'OlllOllÍda por el pensamien­to neoconselVl'dor- por minimizar la presencia de protestas sociales y conflictossociopoIilicos en nuestras sociedades. Esto sucede tambim en el caso de Centro­alTlérica donde la comparación en!T<l los años S<IIentas y od\ent<l$, cuando laregi6n era un escenario de enfrentamientos enlTe sujetos con proyectos politicesantagónicos, '/ el momento presente. carectenzedo por la pece capacidad deconvocatoria de los movimientos sociales y de los partidos de izquierda, se prestapara afirmar el final de la conflictividad SQCiopolítlca. Como el contl1XtO, carl>Cle­rizado por la vioIenc:ia social y la precariedltd, dificulta la~ colecliVll, señalanalgunos autores, son las OrganizacIones No Gubernamentales (ONG's) los nuevosectores enca.rgados de lIClminlstrar III clisls social, canalizar los recursos de IIIcooper~ externa y atender las necesidades de los sectores populares.' Sin

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embiIrg<:>, pese al final de las guerras dviles y la transición 11 la democrllciao (entrela derrota electoral del Frente Sandinista de überaci6n NilClonal (FSL1l) en Nicll­ragllll en 1990 y la flrrTIII del acuerdo de paz <mire la Unión RevoIucionllriaNacional Gulltemalteca (URNG) y el gobierno gulltemiilteoo en 1996), Unll miradamM cuidadosa hacia la región revela que las medidlls de estabil~i6n TTIll<:rooco­n6míell (progr.:omas de choque para controlar la inflaci6n) y las políticas de retor­1Tlll econ6m\cll. neolíberal (como las privlltil:ilciones, la reestructuración de losgastos p(lblícos y el adelgazamiento del Estlldo) han producido una serie: de ex­presiones de protesta y resistencia, rTW o menos organizadas, por parte de laspoblaciones directamente afecladas~. por ejemplo, Edelman. 1993:85-121 ;&ans, 1994; López L6pez, 1998 :75). Estas eKpn!5iones de descontento no pe!"'"

miten sostener que la conmctividad sociopolilica haya desaparecido."~ bien exeten politicas desde el poder orientadas a ocultar los conmctos

sociales. y que abarcan desde la pece atendón que reciben las lIIaTlifes~nes

de protesta en los medios de COTIIWlicaci6n hasta la criminalización de sus acto­res {Seoane y Taddei, 2000). De esta manera se logra nllturaliulr las relacionessoclaIes existentes. esto es, hacer aparecer el proyecto neoliberal como Wl IT\O'"

delo económico "racional" que, al no haber alternativas, se impuso prAcl\cll.men­te sin conAictlvidad después de las guerT/I$ Y no como el resultado de Wl procesohisl6rico y consecuencia de luchas entre sujetos socillles con distintos proyectosde futuro.

Si, en cambio, se sostiene que en sociedades cara.c:terizadas por relaciones dedominacI6n y de e:xp/otaci6n la oposición y la resistencia son fenómenos constan­tes, hay que partir de la premisa de que los conAictos también son permanentes,alrIC¡Ue no necesariamente se expresan de forma manifleSlll. Los con/lictos contri­b<.."en a que los grupos soclaIes logren articular sus necesidades colectivas e iden¡j.~ 11 $U$ semejantes ya susadversarios. <Iando~ a laoonstrucd6n de lduntadescolectivas y de movimlentos sociales (Anighi, Hopltins y WaDerstein. 1999:29 y ssl.Pensar Cenlroilrroéricll desde esta ¡)eTSpectiva permite analizar la región como unespacio atravesado por lineas de con/licto compartido que expresan relaciones dedominaci6n Yde poder. as! como lXI lugar donde se van constr\I'y'eOdo alianzas Yredes de solidaridad entre diversos actores. Esto lleva a III pregunta de si las reec­<iones colectivas nacionales Ylocales, ligadas a la reestructuración capitalista, res­penden a una l6gica de 1KIi/lcad6n -mM a1Itl de la aplicaci6n homogtnea de lasrecetes neoIiberales por parte de los gob;emos. que ciertamente es un elementouniflClldor- y de constitución de sujetos que, compartiendo IIQI'II'ÁOS y amenazas ysin tener que identiflC/ll'W como "nuevos" o "viejos" actores, construyen nuevasalianzas y tejen solidaridades que van lllnlvesando las fronteras nactonaIes.

• Entondtmoo por oonIIl<f<> ooc:Iopolitloo _ conIlk:to _ oltcra 01 onIen social~ ofntenwnplendo tempora1fnell.. ..~ de las relaciona sociala. dominanln~~

T_ . 2000,6\-651. en .. d!reooión .lo<b60oc. ~ttp:lloW.da($O,orY~.~"'"

pp. 62 y 63.

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LA mfSlON fJmIE LOLOCAL y LO<lI..08.'.L..~~" 105

Los efect05 dumovillzadoru del proyecto neoliberaI

A los aspectos hist6ric:oo y eu/turaIes q.Je romparte la región.s y que Jw¡ Iocididoen la acd6n colectiva en los UItimos ueinte ¡mos, se Jw¡ af\adido nuevos factorespolíticos y l!SlnlcIuraIes, producto de la Implan0d6n del pr<)')edO neoIiberal, quetienen lK1 efecto partX:ular sobre las dirWnicas de la moviIizaci6n social. Un primerplISO para entender estas dinAmk:as en elmomento presente es reconocer el signi­ficado político del modelo neoliberal; esto es, comprenderlo no sólo como W'\iIl

oombinaci6n de 11II!didas econ6micas en función de la reaJpen0ci6n de la tasa degaoancilI del capital sino como~ Tll:$p\Iesta política desde los sectores dominiv>­tes para restringir la de:mocn>cilI y contener la rTlOIIiIiu>d6n popWar. La desagregaci6nde sujetos sociales con capacidad de uni/;car cIernandas y modificar elorden capita-olista se pretende lograr con 11I de:soomposió6n de las funclones redistn"bJlivas delEstado, de:srr=telando los seMcios p(ab/icos y limitando la democracia a un procedi­miento electoral. Como bien señala Nolbert Lechner: "hay que destruir el'estatismo' piII'll que las masas no puedan escapar a Ja, disciplina del mercado. Hayque 'descentralilar' el poder político a fUl de que el poder incIMduaJ -la propiedadpriwda- 1'10 sea neulr1lIi:.ada por la organi1.aci6n de los desposeldos." (1982 :25-70y 59). Esta forma de dominaci6n política, formalmente democrática, Implica piII'll

la movilización social que, aunque exista un margen pan! la particlpacl6n políticaprincipalmente a través de Ja, particlpacl6n electoral, ladesag~ de los sujelo5impide UI'IIl canalizaci6n efectM> de las pres;ones sociales hacia el Estado, al mismotiempo que la separación entre demomlílac\6n poIitica y democratización socialacorta el horizonte hist6rlco de los sujetos,

En el caso de Centroaméric.a la imposición de esta versión neoconservadorade la democracia se dio en un contexto particular: dado el autoritarismo de losreglmenes anteriores, con excepd6n de Costa Rica, Y los COSlo5 soda1es que Ja,guerra contrarrevolucionaria y el bloqueo comertiaI estadounidense hablan slgnl­ficado para la Nicaragua sandinlsla, las democracias centroamericanas, a diferen­cia de las "tramlciones desde arriba" que tuvieron lugar en el Cono Sur, fueronOO1'ICebidas como conquistas populares y resultados de la arJ'leTWa revolucionariade la Izqu;erda (Paige, 1997:330 y ss). Por esto, la democratizaci6n política contóen un principio con UI'IIl gran legítimldad social, respaldada por los primerosresultados l!lectorales después de los acuerdos de paz: QIIl! llevaron a la represen­tad6n de la ízquil!rda en parlamentos nacionales y en algunos municipio$. Almismo ñempo las organizaciones populares, virlcu1adas a las organizaciones !lOO"rriIIeras. percibieron la transformación de éstM en partidos políticos, y en Nicara­gua la entrada del fSL)l a Ja, oposic\6n, como una oportunidad para recuperarautonomía política y adminlstratilla pues marcó el fin de la subordinación de laspropias recesídedes 11 las estrategias de un aparato polilioo-mllítar.4

• v.... ti o:tioJo do Co!loo f'9....-oo ... _ mlom<> """"""••~ con Citoillnmo Upa l.bpo.~ y JoM _ lFM"-\Kl,~, tnc­

!l\>O, 15 do __o eH 2002; Cutnco ~ P6u, 200 1,1~133. Y ... lo dirccd6n dKtróo iG hltp,J1""¡,clIIao,ooV~.hImI, p. 133.

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Admitir la diferenciación entre demOtTatizatión politica y social pe rjJdicó a lasorganizaciones populares en vanee senlidos. Al aceptar que la democ:ratiuociónpoUtica generarla la estabilidad necesaria para el crecimiento económico. el cualposteriormente posibmtarla la democratización social. se pospuso (por Wl tiempoirldl:!/inidol la elaboracl6n de una contrapropuesta al discurso dominante. Estodebilitó de antemano a lasorganizacione:'l populares ante los grupos (neo)oIigárquioque ni eCOllómica nI políticamente hablan sido desmantelados y. pese a ser pro­fundamente antidemocrátioos, supieron in<:OrpOTar a Il.l discurso político una no­ción de democr~ que no compromella medidas de redistribución económica."De esta manera, las mismas organiladones de)aron de contar con un discursocontrahegem6nico para desafiar la concepción neoconservadolll de la democra­cia y contrarrestar los procesos de desmovilización poUlica en las sociedades cen­troamericanas que han afeclado los propios cuadros y bases sociales.

Silos cambios poUticos han mo<!iflcado los horizontes históricos y los conteni­dos programáticos de los movimientos sociales, la reestructuración capitalista.basada en la centralización del capital y en la división de los procesos de trabajoa escala mWldial. ha afectado su campo de acción. Las políticas e<:on6micasorientadas al fortalecimiento de la producci6n. principalmente agroexporladora ymaquiladora, para el mercado externo en detrimento de la producción para elmercado Interno, no han generado sufICientes empleos para absorber la fuerzade trabajo excedente y han aumentado la fragilidad de las economlas centroame­ricanas frente a los altibajos de la economia internacional. Esto debilita a losectcres colectivos porque, en este contexto. la amenaza. empresarial de cerrarplantas y trasladarlas a otros paIses se convierte en una fuerte medida de conlroly de disciplinamiento social PIlra impedír que trabajadoras y trabajadores aetílende manera coIectiw y que los costos de la fueru de trabajo aumenten.6

En el campo centrcemercenc. el efecto combinado de las politicas de aperturaeconómica. la caída de los prectos de los productos agropecuarios tradicionales(café, plAtano y. a principios de los nocentes. algod6n) en el mer<:ado internacionalY las cal.1slrO/es naturales -huracanes. tnundacione:s, terremotos y sequías- hanagravado la crisis agraria prodxiendo una descomposición del tejic\o social en so­ciedades donde, entre el 44 por ciento (Panamá) y e161 por ciento (Guatemala) dela población vive todavia en illeas rurales.' Nicaragua YHonduras son los casosmás extremos donde las inundacione$, las sequías Yel quiebre de las f1TlC/lS cafeta-

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lelas, dej3rdo a miles de jonWeros agrIoolas sin empleo, han Devado a la.~del campesinado, el cual en su gran mayoria WIe en condiciones de subsistencia o,amenaz<ldo por el hambre, se ue obligado a. a.ba.ndona.r el campo.'

En otras palebres, la CO\fllIllura actua.I no fomenlil el despliegue de los l'll<l'kmientos soceles en~. TIenen que lkliar ron Iactcees que fomentan labúsqueda. de sa.lida.s 1r1divldua.Jes, también a.l interior de las mismas organizaciones,y ron el desencante social con las democnocias rea.lmenle existenles que se ma.ni­fiesta en encuestiIs y en altas teses de abstencionismo electoral (MaihoId yCórdova.,2002:301-329). El modelo ecollólilico, basedc en la. explocación de los recesosnaturales y en III superexplotación de UI1ZI mano de obra serrUcaliflC3da, agudizillllvulnerabilida.d histórica de las sociedades centrcemeríceres. Como consecuencia,va aeciendo el sector informal como Unica fuente de ingreso, el cual no es ga.ratl""tia ronlra III pobrela y III exd.osión,' se..ooem el éxodo de III población JUl"a1hacia las ciuda.des y se InlensiflCMl los /lujos migratorios. Una. muestra triste de IIIdestrucción del lejido social son los Indicadores de delilos violenlos que seflalana III región como una. de IlIs más peligrosas de América La.tina. .'·

Más aUá de las luchas gremiales:las movilizaciones contra las privatizaciones

En medio de W1 contexto que indudablemenle dificulta. el desenvolvimiento de lossujelos socia.les, no obsta.nte, han surgido fonnas de acción colediva reecrcoedescon los ejes de conflictividad social que III reeslructuracíón capitalista. ha. genera­do. Estos nuevos ejes se articulan con los anlagonismos estructurales hislóric:o:sque estuvieron en la bese de los procesos reuoh.tcionilrios pasados, III extremaconcentración de la tierra y la superexplocacíón de la fuerza de trabajo, y que handedo luga.r a luchas sindk.ales y ~l'llria.s de carhcter cJa.sio¡la -por ejemplo huelgasl1\II!Iisteriales, ocupaciones de lierra, etcétera- las cuales, aW"Klue con menos per­fd político y con menos COOIIOCIltori!l que en el pa&ado, han puesto de ma.nifiestoque los viejos conflictos, en vez de resolverse, se han agudizado con I!l reestruc­turación neoliberal . Un ejemplo de la. persislencia y agudización de las luchas decarácter clasista son las lTIOYiIizaciones campesinas a raíz de III crisis del agro yque han ul~izado dÍVllrsas formas de presión, desde ocupaciones de tierra haslil

• Entr...o.u. con Armondo Bartr. , C"lUClad de Mt>:ioo. 27 de mono de 2003 (pHicMo en 0SIe....:on..o de Eolad¡"" loli'""..".""'n<><!; Roo"" {20011.

• Do "'-"<Ido al lnIonno dt 0... ,010 .............. 2002 del P!'OJD, en Costo R;c.o y P_ . lo<poloa mtnOo poIori¡odoo ... Unnino> _ dt la región, el 22 po< átnlO Yel 37.3 po< ótnIo dela pobIo<ión .... po< debo;> .... limito! no<ionoaI do pebr..., ... El SoIvador .. el 48 po< cionlo de "pobloá6n. En el uso dt Cual omolo, Hon<b.. y Nicor"ll'"~ de " milod de " pobIo<ión .... por......jo óoIlrni1. dt lo poi>rozo, .. ....7.9 po< c:imo, .. .'>3 por _ y el SO po< c:imo, ,tsptdM..-o (PIU> t ....H.'>8j .

"TOII'IOrIdo oorno 'ni<:ador do poigfQOldod do loo _ .. la la50 dt lIornicidioo poo 100 mf~...c.-.. en 1m <OnlÓ con "" prornodio rogionoI dt 27 _,__.-o. en conlr_ con 17 Oomleidioo oorno ,"0.. «110 do 1Od.o Ambleo ........, Dotoo _ doÁngel s.kIotnoI>do (t998:72.a7l.

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marchas de los pueblos y OOI1'lW1idades hacia los rentros departamentales y na­cíoN\e$, en Nitarl>QWl lIarnadas "marchas de tulmbre", para rei\,ndicar un ma­yor oompromiso de los gobiernos oon el campo.

Al trascender el recorte de los oonflictos laborales y agrarios clásíccs. se puedeobserv¡r,r una multiplicidad de formas de protesta que Involucran a una diversidadde actores coleclivo$, empezando por el caso especial de los países que habíansido escenarlo de suertas civiles (NicaragUII, El Salvador, Guatemala), Allí, lasmovilizaciones de los excombatientes de la oontrarrevoluci6n, del ejérdlo y de losgrupos Pl'rarnilitares, todos ellos en su mayorta campesinos, al demandar reccm­pensas materi&es -tieml, cJálitos, perspectivas laborales- por los "servicios" pres­tados durante las !1-IllrTilS. hacen recordar, a $U manera, las expectiltivas defraldadasy prorne:sas no cumplidas por los acuerdos de paz.

AdemAs. se han dedo movilizaciones en la región, directamente~ a lasnuevas formas de dominación y explotación creadas por la reestructuración capi­talista, que apuntan a la construcd6n colectiva de nuevas pr~llcas y discursos.Un primer caso que querernos presentar son las moviIizKiones sociales contra laapertw'a. a través de la privamaci6n o bajo la forma de conceslones. de losservidos pUblicos a la ¡nversi6n pl'ivadll. Estas protestas se dieron en los últimosaños. en varios paIses de la reglón, siendo los casos de mayor proyea::i6n Inter­nacional las jornadas de protesta popular y de huelga general contra la privati~­

ción del Instituto Costarricense de Electricid<od yTeIeoomunlcaciorles (ICE) en manoy abril de 2000 y las huelgas de los traba}/Klores y médicos del Instituto delSeguro Social~ (ISSS) en 1999--2000 y 2002·2003. En estos dosprocesos los protagoni.'ltas del movimiento fueron los sindicatos de las lnstiludo­nes llrTlI!TIaZadas por la privamaci6n que, en alianza con otros actores sociales,jugaron un papel central tanto en la "puesta en man:ha" como en el desenvolvi­miento del movimiento antiprtvatizador. En el caso costarricense, el eje de lasmovilizaciones fueron los electricistas junto al movlmlento estudiantil, en El5alva­dar los sindicatos del Instituto del Seguro SodaI, el gremio nacional de los médi­cos y los usuarios de los servlcios de salud.

La presenda. y combati\lidad del sindicalismo del sector público en contra delas políticas econ6rnlcas neoIiberales no son exclusivas de Centroamérica, tan>­bilm han sido constatadas en otros pa1M:s tanto en Europa como en AmérIcaLatina." Estos sindicatos organizan a un sector laboral que, a raíz de la amplia­ción de las /unciones estatales desp¡Rs de la Seglnda GJerra Mundial . creció e1ncorpor6 a una gran c.anl\dad de mujeres y de profesionales con un nivel educa­tivo mayor que el promedio de la población. La relativa seguridad y estabilidadlaboral en este sector. rel1e}/Klo en la OOTlS\nIcct6n de sindicatos fuertes. ha per­mitido a estos trabajadores utilizar formas de lucha laboral mAs rad\cales que losempleedos del sector privado. La dlrnensl6n gremial de las moIIillzaciones contra

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1lI p1M~ • ~ en que ¡'lr«i$ar'nenIt alb ftlabiidN' laboral Yla pee­~ lindic:fIl C$lin~ por 1lI~ ......,., la OJal imp6:atitrr.ptOi*" liallo de las (;OI,o:/icjollles 1oborJla, ti dcbiIilomienlOde los siI'>dQlostri ti WdOf pUbko, la fnogmenUdOn y priualirAd6n o. las €li 'pr ' $ piibIQsmM rentIib6a y ti am. de olnls.

Pero la Mm y ti alc3nc.e de 1M )amidas oontrll 1M priu;tlj.... le¡¡ la Tlldicb en~ la m004¡ 'Id6n, pese a ser desencadenada por b lindiclIlo: no. Imitaba ala deIensa di ht€nIses 91eh " , A'IO se llpOyIlba en, y a la wz reforzaba, l"

_ ,iblaoa JOdaI generaIizacIo de l'lldIuo a b pror,oeeIos de pivatiZad6n."La tupelad 6n de U1a l6gica grerniII por pa>1t de Jo: sinlIcalO5 respondi6

lan'Ibitn a ti:~~ critntadat 1II~ a a/gIn:lIditta: y~ .,.~ sindical sdIAlIndo que este lIid'Aba enbdOn de w-:a~ o pattidistas. Pan.~ la estnlIegWo dedespre5tls\O, lo: findlcllllos nMeron qtI€ e1abofar un dlsano que ffl lllliublllllII " ImM di: b: Inleraes gena ' de 1lI pob!ad6n. Estt Qsa.no p¡mi6 de laposid6n qa ocupilfl CXrtos seMdot Y NClnO€ Illillnles~ por ser estAlégl:­005~ ti m$nlniento de la: caldid on.. de WIlII de la pobbd6n pobre, nocIebm ser pri'P'I'i..do: y lIIbierlos a la lnwrsl6n o halije.a.

Las organll.adones sinckaJe: del lNtiIUIo del Stguro SodaI. por ejemplo.~tiflcaron la huelga no tanIo por sus '+'1!cIMu gremiales lMrq.le esto tiIlTlbImtiIabil prtieIltt), sno a lraYé5 do! la~ del derecho a la salud paratodoIlos sa/wdorefIo$ Y saIvadoreI\as. A. partir de W'\fI'al' ti debate en este dere­dlO bMleo los aetores del movimiento COI'III'e. la prMotizaclón pudieron cr11lcar nos6Io t i prceesc de de$capitaflZilCi6n de las instituciones p(rbIic.u Y demandar lI'liI

lTl€)Or proYt$i6n de wrvIcios médi(:O$, sino cuatlonilr t i mensaje CI!IltTal del dis­curso oficial NgÚII el cual la eslrategl/l tMt~ pare~rar el deTecho ala~ t re laiI~ del sector 1II llII In~ privada.

Tanto en El Sa/vador como en Costa Rb, la pra;6n $<XliII a favor de undebate pUblico obligó a los~ a lnsWar eornbIon€s (> consejos en dondeM: debtña debalB- ti iuIuro de las~ públlcM, En Costa Rica la eoml­$l6n apeelal rida, conf~ porrt!~ del gobierno, del anpr_riado, de los~O$ y~ 1IOd1111 • mn6 allrellbril ll noviembrede 2000 para.con:lN" rnoo:\ernWd6n se ce. ¡>J no a ..... ob .... nirogoi'I_$O," ley 111M proplf:flll$ de rdonna de todoI b: Idont l\ambitn de b (>pI)Si­lora a 1lI~ fuerm wd>i ...la: lila prMIlud6n del x::E te deb.r.ro. EnEl 5111= d .. ti oonIlido ....~ o. lom\Ii disIinla: di: 1M <*>00 propo'alM........... por ti Consejo de RefonnI¡ del Sector~ jcooo.ooc.ado desp 'is Ot

"SoP- Ir t 0"'0.- .._,_.2002..Ca.=..... trt ,.".",., oI 7Ipor ""'._1 11 , ' ,,, . .. _ . ' .. ..

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la primera huelga en 19991las propuestas sindicales 00 fueron 1000000000as en cuen­la por el gobieroo de Francisco f10res al presentar nuevamente el proyecto deprivalizaci6n en el 2002. Esto agudiló nuevamente el conAicto entre slndícatcs,autoridades del l5SS y gobieroo. La huelga que estalló en septiembre de 2002parecía culminar con una victor\ll 001 movimiento contra la privatización. al lo­grar la aprobación de un decreto parlamentario que prohibiria la privatiz&ción delsistema de salud. Pero un cambio en las alianzas parlamentarias l1ev6 a la deroga­ción del decreto por AAENA Y airas partidos de centro-derecha. Por \o tanto. lasso/uciones 001conAieto en Costa Rlca y en El Salvaóor, es 00 suponer que nodefinitivas, pusieron de manifiesto las limitaciones en los sistemas poIll1cos neoIi­00_ para que las propuestas y demandas popu\llre:s Incidan sobre la formula­ción y la reaJiZKión de las politicas gubernamentales.

El debate sobre la moderniz&ci6n de las insTilUCiones públicas que la o/ensivaneoliberal abrió. criUc.ando la ineficiencia y proponiendo la prival\rad6n 00 lasmismas, lJeva a los actores del movimiento contra las priIIa~iooes a un proble­ma que va mM al!! de la defensa de \o existente. En primer lugar. la critica a laspoliTicas públicas neoliberales y al fatalismo del discurso gubernamenlal apunlaa un cuestionamiento del ccnceptc recllberel de la política que busca reducirla aun procedimienTo tknico de administración de recursos y de seleccl6n de elites.La demanda sindical de que la modernilact6n de las InstilUCiones públicas deberiaser mcuce de un debaTe público entre todos los ectores sociales , pone en tela 00juicio la prbetica tecnócrata de que pequei'los drcu\os de representantes guberna­mentales. empresarios y organii\lTlOS financieros Internacionales tomen las deci­siones econ6micas sin q.¡e la d , dadMia se entere y. mucho menos, pueda Intl!TWTlir(Cativo. 200 l ; Fuentes Belgrave, 200 ll. En segundo lugar. III discutir el futuro delas instituciones públials. las cuales deben garantizar el eccesc universal. contarcon mejores servicios. ser más democráticas. más participaTIv3s. menos burocr~tieas y con un funcionamiento intemo más transparente. conduce a una pregun­ta de contenido político que se refiere al lipo de Estado que la sociedad necesita.

Más allá de las luchas nadonlll<il$:el movim;enlO sodal mesoameri<:ano

l.lI pregunta sobre el lipo de Estado que 1& sociedad necesita nos Ueva a unproblema q.¡e las respuestas colectivas de resistencia a la moderniz&clón recbbe­raI. por \o rr.enos hasta estos momentos. no han podido resolver satisfadorta­mente.~ se reconozca la responsabilidad de procesos y actores lnterl'\lldonalesen las transformaciones económicas nacionales, el marco de referencia para laprotesta sigue siendo principalmente el Estado-nlrión y el interlocutor principalel gobierno. Entre los procesos orientados a superar esta limitación destaca elIntento de distintos actores nacionales de Centroeméríce y México por crear unavoluntad wle<.:tiva denominada "Movimiento Social Mewamericano", a partir dellanwniento público por el gobierno mexicano del Plan Puebla·Panamá. EstemegaprO'}<!CtQ regional orientado a unificar las estrategias de e><p!ot&ci6n de los

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recursos eslrat~os del $lIT-$lITeste m<!Kicano ],O del istmo wntroamerica.no (labiodíversidad. la posición geográfica, el petróleo ],O el agua) ],O preparar l¡,s condi­ciorles para la Implantación del Área de Ubre Comercio de las Américas (ALCÑno se ha concretado políticamente (Barreda Marin, 200 1: 133-214). Sin embar­go se ha convertido en un catalizador para construir. desde el aflo 200 1, una redregional de organizaciones nacidas de resistencias locales ],O nacionales porque halogrado la unificación de una serie de agravios generados ],O agudizados por latransformación estructural capltallsta. bajo una $Ola imagen. como lo seflala Ar­mando Bartra, cronista de los encuentros mesoamericanos, "porque necesitamosun villano con nombre],O apellido para personalizar el neoIiberalismo, ],O el eufónI­co Plan Puebla Par>am! es una suerte de Pedro Páramo de los megaproyectosexpoliadores" (2001).

Las demandas giran principalmente en torno a tres ejes: la defensa del medioamblente ],O la protecd6n de los recursos bioI6gicos de la región, la defensa de lac:ullUra ],O de los pueblos indígenas. ],O la elaboración ],O la discusión de modelosalternativos de desarrollo, lo cua1 demuestra el car.kler principalmente agrario eIndígena de las organizaciones que conforman esta red. Aunque la defensa dederechos Iaborales],O sindicales fue incluida en la "SE'nda. las organizaciones labo­rales. con e><c<lpción de los sindicatos centroamericanos de los trabajadores delcampo. no tienen una gran presenci&.

Los actores se apropian del concepto Mesoemérica -que. recordemos. provie­ne originaJ.rnente de la antropologla ],O arqueologia para referirse a las sociedadesprehlspánicas- ],O aclUlllizan su significado para construir una identidad colectivamás all6 de l¡,s identidades Sl!dorillles ],O nacionales. Al mismo tiempo se ConseTVaun elemento importante del significado original: las ralees Indígenas, compartidaspor los paises de la región hasta el norte de Costa Rica. que atraviesan las fron­teras nacionales. El uso de este término para aUlcrldentificarse indica el papelcentral de las organizaciones indígenas en l¡, construcción del TrlO'Iimiento regio­nal," aunque se busca ampliar el significado de lo mesoamericano pera incluiren el pTOCe$O de construcción de la1D identidad regional no sbIo a los pueblosorigir>arlos sino también a las identidades mestizas ],O negras. La apropiación deltérmino. más que lijar una Identidad, apunta hacia las potencialidades de losactores locales ],O nacionales para desarrollar prácticas. delinir objetivos estratégi­cos y proyectos pollticos orientados a atravesar las fronteras del Estado-nad6n.De esta manera, Mesoamérica se está transformando de Wl concepto analltico.manejado en las academias, en un programa social ],O poIltico que pretende aglu­tinar a actores colectivos muy distintos entre si. Para lograr este objetivo se des­tacan rakes. historias y, finalmente. agravios ],O al1'lel1am actuales, determinados

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por los proyectos de reestructuración y regional~ión capitalisla que las $Odl!da­des cenlroamericanl's y la mexleana tienen en cornWl,

No cabe duda que la constitución de este aetor regional y -pluriélnioo- es unproceso que apenas está Iniciando, un CillTlino problemlltic:o y lleno de obstku­los, La oons!nJCCl6n de la imagen de un enemigo y de raíces comunes paraconsolidar sentimientos de pertenencia y de solidllrit,:L,d es un aglulinador débilpara superar la helerogene;dad Interna respecto al origen de clase, de Intereses yel grado de afectaci6n por los rnegaproyectos de los integrantes. por lo cualhlIbña que hablar nW que de un actor colectivo de un movimiento en vW decoru¡lrucci6n. La heterogeneidad del movimiento rnesoamericano, tentc respectoa los orlgenes como a los Intereses de las organizaciones que lo conforman, seexpresa, por ejemplo, en los roces entre las QNG's, constituidas por expertos,fm.anciadas con recursos externos y con capacidad de Interlocuci6n con organ;"mas internacionales, y las organizaciones de base, cuyo referente sigue siendoprincipalmente el marco nacional . las crtñces de las organizaciones de base alprotagonismo de los expertos de las QNG's1levlIron, un año después de la Inau'guración de los Foros Sociales Mesoameric.anos, a la separación entre los En­cuentros Campesinos Mesoamericanos, pensados como plataforma de lasorganizaciones de base para debatir y planificar ob;etivos estratégicos y formasde acci6n en el plano regional, y los Foro!; Mesoamericanos donde han prOOornl'nado los expertos e Intelectuales de las ONG's. Esta separación es" documentadapor Armando Bartra qulen desUlCil la particip&Ción l\Cliva de los CiIITlpesinos ensus encuentros:

El Encuenlro Mesoarnerlcano fue una reunión <;<.>nY()<':ada, operada y animadacasi exclusivamente por organizaciones campesinas, en la que los rústicosdeftnieron la agenda, sostuvieron los debates y tejieron los acuerdos. En tiem­pos de "SOciedad ci..... y cuando los grupos prolesícneles y sus expertos pre­tenden hablar en nombre de lodos, es alentador un foro en .d que lasorganizaciones de base sean la SlITt~n y lengan el mango. Resumiendo: entretanto noneedo. los campesinos miran al Sur(Bartra , 2002),

¿Una paradoja? La revtlioflzadón de las Ident idades locales

Este texto no estarla completo sin menclonar W"Ia tercera variante de respuestascolectivas a la reestr'llcturaci6n capilalista que apunla a 111 revitalización de lIIsidentidades locales. Estas prktlcas de prolesta nacen, por lo general, en la fron­tera entre lo urbano y lo rureí. en municipios pequei\os y relativamente lejos delcentro, pilra después trasladarse a las capilales. Es la indignación socla! prcccce­dlI por politiClls del gobierno central~ abercen desde megaproye<:los de infra­estructura ui¡oI hlIsUl proyectos de leyes para reglamentar la explotación privadade recursos nlIlura\es local(!$- implantadas sin el consentimiento de los munlcl­píos lo que desellCildenll la acci6n colectiva. Tanto Nicaragua como Honduras

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LA TEtfSION EI<TRE LO l.OCAI. Y LO m ~ NEOIJIlElIAL... 11'

fueron en el año 2002 escenario de rJlO\oilizadones en contra de la privali2:l>ci6nde recursos naturales, CU/lndo los gobiernos anun.c:iaron proyect()$ de \eyes p.ml

privatizar el agua y los b<»qlle$, en el caso de HondurilS, y el agua , en el caso deNicar&gUll. En Honduras los actos de presión (derre de carreteras, marchas, etcé-­tera) que, en octubre de 2002, fueron organizados para Impedir la aprobad6n deuna serie de \eyes orientadas a reglamentar la privatizao:;i6n del &gI.IiI y de losrecursos naturales Joresteles iniciaron en el municipio de Progreso, un municipiocerca de San Pedro Sula. las 1TIO\Iilizadones se diflIDdieron por el país duranteoctubre y noviembre y llegaron a la capital, Tegucigalpa, donde se producíanenfrentamientos violentos entre J¡, po/ki¡I y los manifestantes, hasta que el presi·dente Maduro detuvo el procedimiento legislativo. Tamblen en Nicaragua, enagosto y septiembre de 2002, el anuncio de que se concediera la adminlstraei6nde los selVictos de &gI.IiI de los municipios Jinotega , MatagalPl', l.e6n y~11 empresas privadas, desencadenó una serie de movilizaciones en los municipiosafectados que terminaron cuando la propuesta de ley fue congelada (Moreno,2002:24-30; HernMKlez Ramos, 2(02).

En estas acciones la formulad6n del dlscurso y J¡, defInid6n de las estrategias noestá a cargo de eocres coleclM:>s lnIdicionales (por ejemplo los partidos, los sindi­catos o el ITIOIIimiento estudiantil), aunque estén presentes en la movilizad6n. Másblen liOfl alianzas, confOlTl'llldas por representantes del pequeflo y mediano empre­sariado, de los sectores populares y (:/lI'tlpesiOO$, asociadones de consumX.lores.ONG's, los alcaldes e incluso algunos notables, que canalizan, en el marco de la~ o el municipio. las preocupaciones inmediatas. organizan la resisterlcia

Ybuscan la alianza con otros municipios afectados para detener la apropiaci6n derecursos concebidos como propios de la comunidad. Por lo general este actorcolectivo aparece primero en el plano local , ante la amenaza inmediata de la aprooblKi6n de las leyes o el otorgamiento de las concesiones, para Uevar la protesta enforma de petidone:s, plantones o manlfest<K:iones, a la capital y, despue:s, se replie­~ nuevamente a su lugar de origen donde -pce lo menos as! parece- se desarticu­la hasta que otra amenaza a la comunidad lo hace resurgir.

Este fenómeno de resistencia colectiva parece espontáneo y coyuntural, ade­mas, ( 00 un dlscorso que se limita 11 la negadón de la apropiación de los recur­sos propios por agentes externos, Pero hace suponer que existen sujetos, redes desolidaridad y dinM'oicas a nlve1 local -precartos y amenazados por los procesosde desintegración soc:iaI- que permanecen ocuIl()$, por lo menos para una miradaacostumbrada a ver solamente procesos nadonales, y se activan en situacionespen;ibidas como errereaentes Pl'nl la integridad de J¡, (omunidad,

Una posible le<:tura de estas luchas comiste en interpretarlas ccenc rebell6n delos munk lpios contra el «ntra1lsmo que hist6rlcamente ha caracterizado a lasrep(¡b1i(llS « ntroarneocanas y como un momento en el proceso de reottalizal:i6nde las identidades locales a pIlrtir de la revalorizad6n simbólica de lo propio.Movilizao:;iones municipales y comunales contra agravios, corno el empeoramien­to de los servid05 y el aumento de las cuotas 11 raíz de las privatizaciones de losservidos básicos, la depredaci6n de los reo:ursos naturales, la marglnacl6n poUtio:a

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<k los rl'Uliciplos.. etoiIer• • dan wmta. <k 10 f_ en quc los habit.mla <k un~ K:lúan colediuamer« en ddensa <k su Ioctldlod y pano in;idir sobn= elfutwo <k 10 rnismI. . De IISUI 1nIollef. se pt'II"Oll <k lIIIoIliflalo c6mo 10 loc"Iid"dc:ooob\tuye lo bo klrmId6n de .. Idmtidades scvWa. no~~ es ""'"(:(li1C:ieci6i , de TÑdolleS "" iW ! <k dornnoci6n y de~ sino t;a ,lbOMpor ser un espwio geogrifk:o. deImitado por los daplmrnientos coticÑnoI..doncIlt se de- ,oIIl,Pikllcas. nJIlrIti e ncitutioneI de 1I. ".¡d" cotidiMIo. y .....bltn los canftictos (T~. 1994:269 y ~. El reSUlllllloOtuto de kImtidades locIo­la no qUÍltrlt dltdr que Idmlidadlts secloriIolltS Y conllictos d wstiJS cst6rodMIopa¡«ioe,d;) o han sido lUbsun'Iidos m lacorruroklIod. MM bien han sido.al­\'IldIo$, laI YO!Z lltfllporlolmenllt. anIlt la imJpci6n depredador. y cao:lolo YO!Z mMWoIenta del capilaismo neoIibItraI m los ltSpacIos loaIe y el ritplieguI de 101gobioIm(l$ JW:ionaIn pal'll clIt~ lo CjUI! se concibt como propio de la COll'ar

""".A maner. de cond u. lón:acdón «>Iecthoa Itnt rlt lo local y lo global

La I:\IÜ IllCión de! ll lOl "ltlllo presenllt siempre ha sido un ploblitma para la lrIui&tigad6n soc:i/II. Como lo !IdIaIIl Agustín a-: "DcsbonIlldos por un prcsenleltlliTIoVa/\ado y prolltlco, CjUI! por lo regWr sólouen'a a If...a del~ y laúledn. hasIa teuemos diflcuItId m captar ladas .. ..;m..Jidada del rnomelllohisI6rko en el qt.- estarnoI lrtuokIcRdos" (CueI.oa. 19n ,238l. Esto es~m6s ciato pan la ll'elu"iIw¡ de un n_oto clIt Ir¡¡u. J61l como lo han sido b(jtjmos Iilos. El Clricter lo .... lÓJso de los pi .............. . . , •y la """ JI,,.. ' Ied cIII800ftS~ quc llClobamoi de ........ür. .. la~ di&l.bd~leuelllOS pan "uoizar kId.. las po4encia/idades e"C!llllOd.l.s en~ rapM$l N......6 \10$ lo la rnoder~ ".....ibe..f..

No cabe duda 4IIt 101 e;a de c:oo"'m OdNi !llX:i.aI., genItJ'" por las~de~~ a escala Ru'ldiaI. tiltildei, a $111" tra5rIaCionaIa yhan at.to impl" · do a los fOO'IirnienloS sociaIa de la~ a Elaborar ¡ricti­cas cIII acci60 y do! protII$UI que inldJcran a m6s de un $ItII;I(Ir soc:i/II y qI.III Y&i\

rn6s aU do! las front_ naclonala. Esto 00 quiItre diteir que hayan desaparecidolas formas lradic:ionaIIts baJo las C\iales 51! ha Itllpraado la confiiclividad soeiaI.tampoco QUI.! el proceso" mundiali2aci6n capitalista se ll'llodur:e automáticarrwn·te en una internaclonallzaciOn o regionalizad6n de la accLOn colectiva, pero weI­ve rn6s agudo para los aclorll$ colectivos el dilema de que ellos, conseMllldocomo referente pal'll su acción el lltnilorio naclonal y como intetloc:utor priodpallil.I respItC!M:) gobierno. iII mfrentan a~ -por Itjmlplo las empraasla llles CjUI! opItI"an m las __ rnaqo,iladoras o las corpolacloues larrnaduliasqI.III buscan explotar 10 blodiYersidad do! la~.. qlM xtüIn y "piensan" encil,lItIlSioi lll5 rnundiaIeI. La rwesidad de o:.nstrUr e'i ... qlM aba k m 1M Ita _se ltllpftSa taoIo en el diJano de los lIdora cdec6uoe corno en _ ~~ por alOStnlir coordWladoBs y redes reglooaIa de~

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MemAs de que existe UNl tendencia hacia la reglonalÍUlCión de la acción eo­lectiVll, y al mismo tiempo que se mantienen las protestas sectoriales de <;(Irktergremial, agrario. etcétera, la localidad, oomo espacio de resistencia colectiva,adquiere importancia. No <;(100 duda que las luchas por la autonomia y los dere­chos indígenas es el ejemplo mAs claro de esta tendencia en la región. Pero larevitalizaó6n de las identidades locales ante las amenazas depredadoras de lascorporaciones trasnacionales, que se manit>estll en la defensa de la IocaMad y enla reva\orizadón simb6hca de lo propio, al rnisrno tiempo que es UNl m&nilesta­clón de resistencia a la modernización neoliberal puede limitar la constih.lci6n desujetos sociales regionales. La /ragmentad6n, oomo consecuencia de las mismasdin.!lmicas estructurales del capitalismo junto con la persistencia de prácticas na­cionales de proteslll y de soIuci6n Institucional de conflictos, pue&llmpiiear laredllCCión de la acción colectiva al contexto nacional.

Claro está que se necesitan aIgwlas condidones mínimas para la supenKi6nde los factores que obstaculizan el despliegue de la acción colectiva.. En primerlugar, se requiere Wl minimo de tejido social intacto y de m&rgen de maniobrapara la organización. Por esto la moviliutci6n social en la regíón tiene más pro­~b~idades de nacer en los mJnicipíos más pequeftos que en las capitales, aWl­que después son Uevadas a las eapttales; por esto las luchas laborales se handes"rrollado principalmente en el sector público, donde las organizaciones sindi­caJes tienen mayor margen de maniobra, y no en el sector privado O en lasmaquiladoras.

Y, tmalmente, como \o demuestran las movilizaciones contra las privatizacio­nes en el sector público, la acd6n coloctiva requiere de un minimo de apoyosocial y de difusi6n pilbI\ca. Esta difusión públial puede contribuir tambren a unproceso colectivo de aprendiulje, que VlI mAs allá de los sujetos directamenteinvolucrados en el conflicto. sobre lo que es socialmente deseable y políticamenteposible, lII"I!I percepción que es moditlcable por la misma acd6n de los sujetos. Yesto es la respuesta -todavIa abierta-- a la pregunta de si las dinámicas que favo­recen lII"I!I Ullificaci6n regional de la acdón colectiva en Centroarmrica puedendominar sobre los factores sociales y políticos desmtegradores. E&a re5pueslll seda en el plano de la misma prkllea de los actores y de los movimientos sociales.

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