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KASPAR Peter Handke 1 Detrás del telón de fondo se inicia un movimiento observable por los espectadores gracias a los movimientos del telón. Se inicia dicho movimiento en los lados izquierdo y derecho del telón propagándose hacia el centro. Cuanto más se acerca al centro la persona oculta, tanto más empuja el telón escenario adentro. Lo que al principio es sólo un leve roce, pronto se convierte en tentativa de traspasar el telón, pues la tela sede al contacto. A los espectadores les resulta cada vez más evidente que alguien trata de penetrar en escena, sin haber encontrado todavía el paso. Tras varios intentos fallidos en puntos que no tienen salida – el público oye los ruidos de la batalla emprendida contra el telón – la persona invisible finalmente da con la abertura, sin haberla buscado siquiera. A la mano que primeramente es visible, la sigue con lentitud el resto del cuerpo. La otra mano se agarra el sombrero puesto, para que no se lo lleve el telón. La figura hace un pequeño movimiento sobre el escenario, con el que consigue librarse del telón, que se cierra tras de sí. KASPAR está en escena. 2 Los espectadores tienen la ocasión de contemplar las facciones y el traje de KASPAR: él está parado ahí. Su presentación es teatral. Lleva sombrero de ala ancha, con una cinta de adorno; la camisa clara, de cuello cerrado; una chaqueta de colores con muchos botones metálicos (unos siete); pantalón ancho; zapatos pesados; en uno de los zapatos, por ejemplo, se ha soltado el cordón. Tiene un aire de “estar para que lo encierren”. Los colorines de su traje contrastan con los matices del escenario. Solo a segunda o tercera vista de los espectadores perciben que la cara es una Máscara; que los colores de ese rostro son pálidos; que parece muy real, como una cara auténtica, adaptada quizá perfectamente al rostro; su expresión denota asombro y desconcierto. La mascara es redonda, porque en los rostros anchos y redondos la expresión de asombro es más teatral. No hace falta que KASPAR sea un tipo alto. Está parado allí y no se mueve de su lugar. Es el asombro personificado. 3 Se pone en movimiento. Una de las manos sigue agarrando el sombrero puesto. Su manera de andar es artificiosa y mecánica, así no anda nadie. Por otra parte, tampoco anda como una marioneta. Su manera de andar se compone de muchas maneras de andar que se suceden en rápido cambio, una tras otra. El primer paso lo da con la pierna exténdida, seguida por un segundo pie vacilante, inseguro; el próximo paso lo realiza de forma inversa; levanta exageradamente una de las piernas, arrastrando la otra como si le pesara; da el tercer paso con los pies planos e inicia el cuarto equivocándose de pie, de modo que en el próximo paso es preciso que adelante exageradamente el otro, para poder ponerlos al mismo nivel; a continuación avanza con la pierna derecha hacia el lado derecho y con la pierna izquierda hacia el lado izquierdo, cada vez más rápido, cada vez más próximo a caerse. Por un pelo se hubiera desplomado. Dado el paso siguiente, una de las piernas no acierta a esquivar la otra, y KASPAR se propina una buena patada, corriendo nuevamente el riesgo de una caída; otro paso más y lo da tan largo que sus piernas abiertas casi tocan el suelo, como en un Spagat; le cuesta mucho salir de esta postura, arrastrando penosamente la otra pierna; la primera entre tanto, ha pretendido independizarse a la mayor velocidad posible, pero lo hace en dirección equivocada, de modo que KASPAR por poco vuelve a perder el equilibrio; otro paso más, si cabe más precipitado

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KASPAR

Peter Handke

1

Detrás del telón de fondo se inicia un movimiento observable por los espectadores gracias a los movimientos del telón. Se inicia dicho movimiento en los lados izquierdo y derecho del telón propagándose hacia el centro. Cuanto más se acerca al centro la persona oculta, tanto más empuja el telón escenario adentro. Lo que al principio es sólo un leve roce, pronto se convierte en tentativa de traspasar el telón, pues la tela sede al contacto.A los espectadores les resulta cada vez más evidente que alguien trata de penetrar en escena, sin haber encontrado todavía el paso. Tras varios intentos fallidos en puntos que no tienen salida – el público oye los ruidos de la batalla emprendida contra el telón – la persona invisible finalmente da con la abertura, sin haberla buscado siquiera.A la mano que primeramente es visible, la sigue con lentitud el resto del cuerpo. La otra mano se agarra el sombrero puesto, para que no se lo lleve el telón. La figura hace un pequeño movimiento sobre el escenario, con el que consigue librarse del telón, que se cierra tras de sí.KASPAR está en escena.

2

Los espectadores tienen la ocasión de contemplar las facciones y el traje de KASPAR: él está parado ahí.Su presentación es teatral. Lleva sombrero de ala ancha, con una cinta de adorno; la camisa clara, de cuello cerrado; una chaqueta de colores con muchos botones metálicos (unos siete); pantalón ancho; zapatos pesados; en uno de los zapatos, por ejemplo, se ha soltado el cordón. Tiene un aire de “estar para que lo encierren”.Los colorines de su traje contrastan con los matices del escenario. Solo a segunda o tercera vista de los espectadores perciben que la cara es una Máscara; que los colores de ese rostro son pálidos; que parece muy real, como una cara auténtica, adaptada quizá perfectamente al rostro; su expresión denota asombro y desconcierto. La mascara es redonda, porque en los rostros anchos y redondos la expresión de asombro es más teatral. No hace falta que KASPAR sea un tipo alto. Está parado allí y no se mueve de su lugar. Es el asombro personificado.

3

Se pone en movimiento. Una de las manos sigue agarrando el sombrero puesto. Su manera de andar es artificiosa y mecánica, así no anda nadie. Por otra parte, tampoco anda como una marioneta. Su manera de andar se compone de muchas maneras de andar que se suceden en rápido cambio, una tras otra.El primer paso lo da con la pierna exténdida, seguida por un segundo pie vacilante, inseguro; el próximo paso lo realiza de forma inversa; levanta exageradamente una de las piernas, arrastrando la otra como si le pesara; da el tercer paso con los pies planos e inicia el cuarto equivocándose de pie, de modo que en el próximo paso es preciso que adelante exageradamente el otro, para poder ponerlos al mismo nivel; a continuación avanza con la pierna derecha hacia el lado derecho y con la pierna izquierda hacia el lado izquierdo, cada vez más rápido, cada vez más próximo a caerse. Por un pelo se hubiera desplomado. Dado el paso siguiente, una de las piernas no acierta a esquivar la otra, y KASPAR se propina una buena patada, corriendo nuevamente el riesgo de una caída; otro paso más y lo da tan largo que sus piernas abiertas casi tocan el suelo, como en un Spagat; le cuesta mucho salir de esta postura, arrastrando penosamente la otra pierna; la primera entre tanto, ha pretendido independizarse a la mayor velocidad posible, pero lo hace en dirección equivocada, de modo que KASPAR por poco vuelve a perder el equilibrio; otro paso más, si cabe más precipitado

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todavía; adelanta el pie, pisando fuerte en la punta, pero coloca el segundo pie con la punta mirando hacia atrás; al tratar de ponerlos a un mismo nivel, no lo consigue, y cae dando vueltas alrededor de su propio eje, cayéndose definitivamente al suelo (lo que el público se estaba temiendo desde el principio).Anteriormente, no había dirigido sus pasos directamente hacia los espectadores; avanzaba en espiral, cruzando para allá y para acá del escenario, por cierto nada pequeño. No se trataba de paso propiamente dichos, se trataba más bien de un modo de desplazarse intermedio entre la continua amenaza de la caída y un continuar entrelazado, la mano siempre agarrada del sombrero en la cabeza, incluso durante la caída definitiva.Después de la misma, el público ve a KASPAR sentado en el piso con las piernas cruzadas des prolijamente. No se mueve, sólo la mano agarrada al sombrero comienza a independizarse; se desliza poco a poco, alejándose de la cabeza y cayendo por el cuerpo. La mano se bambolea todavía un poco, hasta que se detiene ella también totalmente. KASPAR está sentado allí.

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Comienza a hablar. Sólo dice una única frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

En el decir de la frase se escucha claramente que no tiene idea de lo que significa, no expresa nada, a no ser el hecho de que no tiene idea de la frase que dice. La repite varias veces, a intervalos regulares.

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En la misma posición sobre el piso, repite KASPAR la frase, ahora de las más variadas maneras. Con una expresión de terquedad; con un aire interrogante; pregonando la frase; diciéndola como un verso; mascullándola con alegría; con desahogo; con rabia e impaciencia; con puntos suspensivos; con notable angustia; como si fuese un saludo, la invocación de una letanía, la contestación de una pregunta, una orden, un ruego. Y luego quizá monocorde, la canturrea. Finalmente la grita.

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Como así no adelanta, se para. Lo intenta primeramente de un solo movimiento. No lo logra. Se cae al suelo desde una postura semi-levantada. Se cae en el segundo intento, cuando casi estaba parado. Ahora saca las piernas lentamente de abajo, con lo que las puntas de los pies, por ejemplo, quedan atrapadas tras las rodillas, en las corvas. Finalmente se ayuda con las manos y separa las piernas. Las estira. Las mira. Dobla al mismo tiempo las rodillas y las lleva contra sí. De pronto se pone en cuclillas. Mira como se aleja del piso. Señala, con toda la mano, hacia el piso que se va alejando. Dice su frase asombrado:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Ahora está parado allí, da vuelta la cabeza de un lado a otro hacia los objetos, y dice nuevamente la frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

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Comienza nuevamente a desplazarse, con un andar artificial, pero regular: por ejemplo los pies están vueltos muy hacia dentro, las rodillas muy tensas; los brazos le cuelgan flojos,

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también los dedos cuelgan flojos. Dirige la frase a una silla de manera totalmente monótona, pero tampoco expresando algo:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Dirige la frase a otra silla, expresando con ella que la primera silla no se ha dignado a escucharlo:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Prosigue su camino dirigiendo la frase a la mesa, para expresar con ella que las dos sillas no se han dignado a escucharlo:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Caminando dirige la frase al armario, expresando que el armario no lo oye:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Dice nuevamente la frase delante del armario, pero esta vez sin expresar nada:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Su pie tropieza con el armario como casualmente. Su pie de nuevo tropieza con el armario como intencionadamente. Y vuelve a tropezar su pie, por tercera vez, con el armario; y entonces se abren las puertas. El público se percata de que el armario es quizá un hueco en el que cuelgan, por ejemplo, una serie de trajes de teatro, de colores alegres. KASPAR no reacciona ante el movimiento de las puertas, se ha dejado empujar un poco hacia atrás, eso es todo. Permanece quieto, hasta que vuelvan a la inmovilidad las puertas del armario. Ante las puertas abiertas, reacciona con su frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

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De ahora en adelante, los acontecimientos sucederán en tres planos:

Primero: KASPAR se desplaza sobre el escenario, ahora no haciéndose a un lado de los objetos, sino tocándolos (y más); Segundo: KASPAR dice su frase cada vez que ha hecho algo con cada objeto; Tercero: de todas partes se oyen las voces de los APUNTADORES, que llevarán a KASPAR por medio del habla a hablar.Resulta el proceso siguiente: los espectadores simultáneamente ven a KASPAR yendo del armario al sofá y oyen hablar desde todos lados.Los APUNTADORES, quizá tres personas, no están a la vista. Sus voces pueden provenir de cinta grabada. Hablan sin pasarse de tono, ni demasiado alto, ni demasiado bajo; es decir, hablan sin recurrir a los medios usuales de expresión de la ironía, del humor, de la camaradería, del calor humano; pero tampoco recurren a los medios usuales de la expresión de lo tétrico, de lo fantasmagórico, de lo parapsíquico y de lo sobrenatural; hablan de forma inteligible. Dicen, a través de una buena disposición espacial, un texto que no es el suyo. No hablan formando un significado con los medios usuales, actúan el hablar, con un esfuerzo supremo de las voces, incluso cuando hablan bajo.Mientras los APUNTADORES dicen su texto KASPAR se acerca al sofá. Descubre las hendiduras entre los distintos elementos del sofá. Mete la mano en una de las hendiduras. Ya no puede sacar la mano. Mete la otra mano a medias para ver si consigue sacar la primera. Ya

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no consigue sacar ninguna de las dos manos de la hendidura. Tira del sofá y libera de golpe ambas manos, arrancando también una de las partes del sofá que da contra el piso.

APUNTADORES

Ya tienes una frase con la que puedes lograr que los demás te noten, te puedes hacer notar con la frase en los oscuro para que no te tomen por un gato en la noche. Ya tienes una frase con la que puedes decirte a ti mismo lo que no puedes decir a los demás. Ya tienes una frase con la que puedes negar tu misma frase.

Mirándolo todo un momento, KASPAR repite su frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Los APUNTADORES más o menos dejan de hablar en el momento en que KASPAR ha hecho algo con uno de los objetos. Una parte de sofá se cae en el mismo instante en que los APUNTADORES terminan una frase. A la frase de KASPAR, después de su encuentro con los objetos, antecede un pequeño silencio.

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KASPAR se acerca a la mesa. Ve el cajón de la mesa y trata de girar el botón, pero no lo consigue. Tira del cajón, que se deja sacar un poco. Vuelve a tirar del cajón, que sale atravesado pero no del todo. Vuelve a tirar el cajón, que pierde el equilibrio y se cae al suelo. Del cajón se precipitan una serie de objetos: cubiertos, una caja de fósforos, monedas.

APUNTADORESLa frase te es más útil que una palabra. Una frase puedes decirla hasta el final. Con una frase te puedes poner cómodo. Te puedes entretener con la frase, y haber, entre tanto, avanzado unos pasos. Puedes hacer una pausa con la frase. Puedes enfrentar una palabra a la otra: comparar una palabra con la otra. Sólo con la frase, no con una palabra, podrás tomar la palabra.

Mirándolo todo un momento, KASPAR repite su frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

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KASPAR se acerca a una silla. Trata de caminar en línea recta, pese a que a silla le cierra el paso. Empuja la silla al andar. Sigue andando. Al seguir andando, intenta liberarse de la silla, pero se enreda de forma cada vez más peligrosa en la silla. Cuando, por fin, cree tener que rendirse, se libra por eso mismo. Le da una patada a la silla que sale volando y se cae.

APUNTADORESPuedes hacerte el tonto con la frase. Con esta frase te puedes afirmar frente a otras frases, y para abrirte paso dar un nombre a todo lo que te cierra el paso; hacerte familiares todos los objetos. Con esta frase son todos los objetos tuyos.

Mirándolo todo un momento, KASPAR repite su frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

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KASPAR se acerca a una mesita. La mesita tiene tres patas. KASPAR levanta la mesita con una mano y tira con la otra una de las patas, pero no se le puede arrancar la pata. Gira la pata, primero en el sentido equivocado. Vuelve a girarla, en la dirección correcta esta vez, y consigue sacar la pata. Pero mantiene en equilibrio la mesa con la otra mano. Poco a poco retira la mano, hasta que la mesa descansa tan sólo en las puntas de sus dedos. La mesa se cae.

APUNTADORESPara resistir. Una frase para despistar. Tienes una frase con la que puedes contar una historia. Tienes una frase que puedes masticar cuando estás hambriento. Una frase con la que puedes hacerte el loco, con la que puedes volverte loco. Una frase para estar loco. Para seguir loco. Una frase para pasearte. Para confundirte. Para titubear. Para contar tus pasos.

Mirándolo todo un momento, KASPAR repite su frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

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KASPAR se acerca a la mecedora. Da una vuelta alrededor de ella; toca, como casualmente, la mecedora. La mecedora se pone en moviendo. KASPAR retrocede un paso. La mecedora se mueve. KASPAR retrocede otro paso. La mecedora deja de moverse. KASPAR da dos pasos más, esta vez hacia la mecedora, y con el pie, la pone en movimiento. Al mecerse le da con una mano, moviéndola más violentamente. Al mecerse más violentamente la mecedora le da con el pie, aun más violentamente, de modo que la mecedora se mece ahora con peligrosa violencia. Vuelve a darle otro golpe con el pie, y cuando la mecedora está a punto de volcarse, sin que se sepa por unos instantes si caerá o no, le da con la mano un ligerísimo golpe, pero suficiente para que vuelque. KASPAR echa a correr al volcarse la mecedora. Luego retorna, paso a paso.

APUNTADORESTienes una frase, que puedes decir desde el principio al fin, y desde el fin al principio. Tienes una frase para afirmar y negar. Para renegar. Tienes una frase con la que puedes cansarte y despabilarte. Con la que te puedes vendar los ojos. Tienes una frase con la que puedes poner en orden cualquier desorden. Con la que puedes calificar de orden relativo cualquier desorden mayor. Con ella puedes declarar desorden cualquier orden, ponerte tu mismo en orden. Borrar todo desorden. Ya tienes una frase que te puede servir de ejemplo. Una frase que puedes colocar entre tú y los demás. Tú eres el dueño feliz de una frase que te hará posible cualquier orden imposible y cualquier desorden real y posible, imposible. Que te extirpara cualquier desorden.

Mirándolo todo un momento, KASPAR repite su frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

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KASPAR mira hacia todos lados. Hay una escoba apoyada. Se acerca a ella. Aumenta el ángulo de inclinación de la escoba, aproximándola un poco a su cuerpo con el pie o con la mano. Vuelve a tirar un poco más de la escoba, aumentando aún más su ángulo de inclinación. Vuelve a tirar una tercera vez – muy poquito – y, lentamente, la escoba empieza a deslizarse, cayendo finalmente al suelo

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APUNTADORESNo puedes ya imaginarte nada sin la frase. Sin la frase no puedes ver ningún objeto. No puedes dar ni un paso sin la frase. Puedes acordarte con la frase, porque en el último paso dijiste la frase, y puedes acordarte del último paso porque dijiste la frase.

Mirándolo todo un momento, KASPAR repite su frase:

Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

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KASPAR se acerca a la silla que aún está de pie. Se para delante de la silla. Permanece parado delante de la silla todo el tiempo que dure esta frase. De repente, se sienta.

APUNTADORESPuedes oírte. Te vuelves atento, atento a ti mismo con la frase. Te vuelves atento a ti mismo. Tropiezas con algo, algo que interrumpe tu frase, algo que te permite estar atento al hecho de que tropezaste con algo. Te vuelves atento. Puedes volverte atento. Estás atento.

Mirándolo todo un momento, KASPAR trata de repetir su frase:

Quisiera ser como aquel.

Por el momento ha sido llevado a la interrupción.

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KASPAR permaneces sentado. Permanece callado.

APUNTADORESAprendes a detenerte con la frase, y con la frase aprendes que te detienes. Y con la frase aprendes a oír. Y con la frase aprendes que oyes. Y con a frase aprendes a dividir el tiempo en el tiempo anterior y posterior a decir la frase, y aprendes con la frase que divides el tiempo. Como aprendes con la frase que estabas en otra parte al decir por última vez la frase. Como aprendes ahora, con tu frase, que estás en otra parte. Y con la frase aprendes a hablar. Y con la frase aprendes que hablas. Y con la frase aprendes que dices una frase. Y con la frase aprendes a decir otra frase, al igual que aprendes que existen otras frases. Igual que aprendes otras frases. Y aprendes a aprender. Y con la frase aprendes que existe el orden. Y aprendes a aprender el orden.

La escena se oscurece.

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APUNTADORESTodavía puedes esconderte tras la frase: ocultarte: renegarla. La frase puede aun significarlo todo

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La escena se ilumina. KASPAR permanece sentado y callado. Nada demuestra que puede estar escuchando. Se le está enseñando a hablar. El quiere retener su frase. A través de la pronunciación de otras frases se le va quitando poco a poco la propia. Está desconcertado.

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APUNTADORESLa frase no te hace aun daño ninguna palabra. Te hace daño. Cada palabra te hace. Daño, pero no sabes que lo que te hace daño es una frase la. Frase te hace daño, porque no sabes que es una frase. Hablar te hace daño; pero no te hace. Daño nada te hace daño. Porque no sabes aun lo que es. Hacer daño es todo te hace daño, pero nada. Te hace realmente daño, la frase no te hace. Aún daño, porque no sabes aun que es una frase. Aunque no sabes que es una frase, te hace daño porque no sabes que es una frase que te hace. Daño.

KASPARQuisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Los apuntadores lanzan una andanada de frases, mientras KASPAR se defiende con la suya.

Quisiera.Quisiera ser como una vez.Quisiera ser como aquel que una vez.Otro.Aquel otro.Aquel.

APUNTADORESEmpiezas, contigo mismo tu, eres una, frase tu, podrías formar de ti mismo innumerables, frases, estás sentado ahí, pero tu no, sabes que, estas sentado tu. No puedes formar de, ti mismo ninguna frase, estás sentado tú, chaqueta está abrochada. El cinturón, de tu, pantalón está, demasiado flojo no tienes cordón de zapato tu, no tienes, cinturón tu chaqueta, está abierta, pero no está, ahí del todo tu, eres un cor, dón de zapato suelto. No puedes defenderte de ninguna frase.

KASPAR (vuelve a afirmar su frase)Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez.

Durante el siguiente bloque de los APUNTADORES, KASPAR continúa resistiéndose:

Ha sido.Otro ser sido.Otro aquel.Ser como.Ser quisiera ser.Aquel ser.Ha sido una.Aquel.Quisiera otro.Quisiera ser otro.Como aquel otro.Una vez otro.Ha sido otro.Como una vez.Quisiera como aquel que.

APUNTADORESEl cordón te hace daño. No te hace daño por ser cordón sino porque te falta esa palabra. Y la diferencia entre cordón suelto y cordón atado te hace daño, porque no sabes la diferencia entre cordón suelto y cordón atado. La chaqueta te hace daño, y los pelos te han daño. Tú, aunque no te haces daño, te haces daño. Te haces daño porque no sabes

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lo que tú es, la mesa te hace daño, y el telón te hace daño. Las palabras que oyes, las palabras que dices te han daño. Nada te hace daño porque no sabes lo que es hacer daño, y todo te hace daño, porque no sabes lo que significa la palabra: Dañar.

KASPAR (primera variante)Quisiera ser como aquel otro que otro aquel ha sido una vez.

Luego, siempre paralelamente a los APUNTADORES, KASPAR se defiende más intensamente, pero con menor éxito:

Una. Ser.Aquel.Ha sido.Quisiera.Otro.

APUNTADORESOyes frases: algo semejante a tu frase: algo comparable, comparas. Puedes enfrentar tu frase a otras frases, y por fin conseguir algo: habituarte al cordón suelto. Te acostumbras a otras frases, de las que ya no puedes prescindir. No puedes imaginar tu frase sola, ya no es tu frase: ya buscas otras frases. Una cosa se ha vuelto imposible: y otra se ha vuelto posible.

KASPAROtro aquel como una vez quisiera ha sido.

Durante la siguiente parrafada de los APUNTADORES, KASPAR se defiende todavía con más fuerza, pero con menor éxito aún:

¡Sidohas!¡Otrel!¡Aquetro!¡Raques!¡Sersid!¡Sher!

APUNTADORES¿Dónde estás sentado? Estas sentado tranquilamente. ¿De qué hablas? Hablas lentamente. ¿Qué respiras? Respiras regularmente. ¿Dónde hablas? Hablas rápidamente. ¿Qué respiras? Expiras e inspiras. ¿Cuándo te sientas? Te sientas más tranquilamente. ¿Dónde respiras? Respiras más rápidamente. ¿Cuándo hablas? Hablas más alto. ¿Qué estás sentado? Respiras. ¿Qué respiras? Hablas. ¿Qué hablas? Estás sentado. ¿Dónde estás sentado? Expresas e “impresas”.

KASPARShor quetre sierdo veza arte.

Los APUNTADORES apuntan a KASPER con violencia.

APUNTADORESOrdenar. Colocar. Apoyar. Ubicar.

KASPAR Articula una larga “i”

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APUNTADORESColocar. Ordenar. Apoyar. Ubicar. Apoyar. Colocar. Ordenar. Ubicar.

KASPAR Articula una “n” no tan larga (pronuncia la letra “n” sola, sin los sonidos auxiliares que sirven para pronunciar el alfabeto)

APUNTADORESUbicar. Apoyar. Colocar. Ordenar.

KASPAR Articula una “s” más corta.

APUNTADORESOrdenar. Colocar. Apoyar. Sentado.

KASPAR Articula una “r” breve, formal y dificultosa.

APUNTADORESColocar. Ordenar. Sentado. Acostado. Sentado. Acostado. Ordenar. Parado.

KASPAR Dice una “p”, tratando de alargarla como las otras letras, y, claro está, no lo consigue.

APUNTADORESParado. Sentado. Acostado. Ordenar.

KASPAR Articula una “t” formal y dificultosa.

APUNTADORESAcostado. Parado. Sentado. Ser ordenado.

KASPAR Pronuncia con extrema dificultad una “d”.

KASPAR se esfuerza en producir algún ruido por medio de movimientos, dando, por ejemplo, patadas en el suelo, frotando el suelo con los pies, desplazando la silla hacia atrás y hacia delante, rascándose la ropa, etc.

Los APUNTADORES hablan ahora con mayor tranquilidad, se sienten muy seguros de lo que hacen.

APUNTADORES¿Oír? ¿Quedarse? ¿Abrir? ¡Oír! ¡Quedarse!! ¡Abrir!!!

KASPAR realiza esfuerzos descomunales para producir al menos un solo sonido. Lo intenta con los pies y manos. No lo logra. Sus esfuerzos acústico-acrobáticos se debilitan cada vez más, hasta que, por fin, deja también de moverse. Han conseguido que KASPAR se calle. Le han quitado su frase. Unos momentos de silencio.Los APUNTADORES dejan que se esfuerce y permanecen en silencio.

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KASPAR es llevado a hablar. Poco a poco se le incita a hablar por medio de la materialidad del lenguaje

APUNTADORESLa mesa está de pie. Se ha caído la mesa. La sella se ha caído. La silla está de pie. ¿Está la silla caída o de pie? La silla se ha caído, pero la mesa está de pie. ¡La mesa está de pie o caída! ¿No está la silla caída, ni está la mesa de pie, ni está la silla de pie ni está la mesa caída? Estás sentado sobre una silla caída.

KASPAR Permanece aún en silencio.

APUNTADORESLa mesa te da asco. Pero la silla es un asco porque no es una mesa. Pero la escoba es un asco porque la silla no es una mesa. Pero tu cordón es un asco porque la escoba no es una silla. Pero la escoba no es un asco porque no es una mesa. Pero la silla no es un asco porque es tanto la esa como el cordón. Pero el cordón no es un asco porque no es ni la silla, ni la mesa, ni la escoba. Pero la mesa es un asco porque es una mesa. Pero mesa, silla, escoba y cordón son un asco porque se llaman mesa, silla, escoba y cordón. Te dan asco porque no sabes como se llaman.

KASPAR (empieza a hablar)Venido a menos.

Los APUNTADORES, mientras tanto, continúan atiborrándolo de palabras desquiciantes.

KASPAR (empieza a hablar un poco)Porque.A menudo.A mí.Nunca.Al menos.Hacia dentro.Adelante.Para mí.Nada.A pesar.Como.

APUNTADORESPues un armario en el que estás sentado es una silla. ¿Verdad? O una silla en la que estás sentado es un armario. ¿Verdad? O una mesa que está en el lugar del armario, es una silla, si estás sentado encima. ¿Verdad? O una silla en la que estás sentado es un armario, si puede abrirse con llave y cuelgan vestidos dentro. Aunque esté en el lugar de la mesa y puedas barrer con ella el suelo. ¿Verdad que es verdad?

KASPARPorque a mí ya al menos aquí.

Mientras los APUNTADORES siguen atiborrándolo de palabras, KASPAR se acerca cada vez más a una frase ordenada:

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En las manos.A lo largo y ancho.O allí.Caído.Golpeados los ojos.Nadie es.Ni a casa vuelve.Al pozo.Ojos de cabra.Cisterna.Como oscuro.Llamado a muerte.

APUNTADORESUna mesa es una palabra que puedes aplicar al armario, y tienes una armario real y una mesa posible, en lugar de la mesa, ¿y entonces? Y una silla es una palabra que aplicas a la escoba, de modo que tienes una escoba real y una silla posible en lugar de la silla ¿y entonces? Y una escoba es una palabra que puedes aplicar a tu cordón, y tienes un cordón real y una escoba imposible, en lugar del cordón, ¿y entonces? Y un cordón es una palabra que aplicas a la mesa, de modo que no tienes de pronto ni una mesa, ni un cordón, en lugar de la mesa ¿y entonces?

KASPARSi yo ya aquí a mí al menos seguir diciendo.

Mientras los APUNTADORES continúan con su siguiente bloque, KASPAR paralelamente dice.

Anguilas. Correr. Asado.Atrás. Derecha. Tarde.Caballo. Nunca. Parado.Gritas. Rápido. Pus.Gimes. Golpes. Atrás.Arrastras. Choza. Rodilla.Tensas. Vela. Enseguida.Resistes. Escarcha. Saltas.Esparzas. Único. Ratas.Más lejos. Viviente. Peor.Debes. Ibas. Sí.

APUNTADORESLa silla todavía te hace daño, pero la palabra silla ya te alegra. La mesa todavía te hace daño, pero la palabra mesa ya te alegra. El armario te hace daño todavía, pero la palabra armario ya te alegra más. La palabra cordón ya te hace menos daño, porque la palabra cordón te alegra cada vez más. La escoba te hace tanto menos daño, cuanto más te alegra la palabra escoba. Las palabras ya no te hacen daño si las palabras te alegran. Las frases te alegran tanto más cuanto más te alegra la palabra frases.

KASPAREntrando he silla sin andrajos en el cordón del zapato, que hablado sin vida entretanto golpeaste en los pies, sin escoba en la mesa, que caído a cierta distancia estabas de pie ante el armario, apenas dos gotas salvadoras en el cajón.

APUNTADORES

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Palabras y cosas. Silla y cordón. Palabras sin cosas. Silla sin escoba. Cosas sin palabra. Mesas sin cosas. Armario sin cordón. Palabras sin mesa. Ni palabras ni cosas. Ni cosas ni cordón. Ni cordón ni palabras. Ni palabras ni mesa. Mesa y palabras. Palabras y silla sin cosas. Sillas sin cordón sin palabras ni armario. Palabras y cosas. Cosas sin palabras. Palabras sin cosas ni palabras ni cosas. Palabras y frases. Frases. Frases. Frases

KASPAR (dice una frase ordenada)Antes, cuando estuve ausente, no tenía nunca tantos dolores en la cabeza que desde que la sientan y me hieren en el ahora, en que por fin me adhiero al aquí, y al presente.

La escena se oscurece.

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La escena se ilumina. Comienza a hablar lentamente:

KASPARDespués de haber, ahora ya lo veo, entrado, puse, ahora ya lo veo, el sofá en desorden, después dejé abierta la, ahora ya lo veo, puerta del armario, en la que, ahora ya lo veo, me había, ahora ya lo veo, enredado el pie, después arranqué, ahora ya lo veo, el cajón de la mesa, después volqué, ahora ya lo veo, otra mesa, otra mesa, después también volqué, ahora ya lo veo, una mecedora, así como otra silla y una escoba, ahora ya lo veo. Tras lo que ahora (solo ahora lo veo) me fui hacia la única silla que aún quedaba en pie, y tomé asiento. No oía nada, ni veía nada y me encontraba bien.

Se levanta

Ahora me he levantado y he notado enseguida, y no sólo ahora, que mi cordón estaba suelto. Porque sé hablar ahora, puedo atarme el cordón ordenadamente. Desde que sé hablar, puedo agacharme hacia el cordón, ordenadamente. Desde que sé hablar, puedo poner todo en orden.

Se agacha para atarse el cordón del zapato. Avanza un pie para poder agacharse mejor hacia el cordón. Pero el cordón está parcialmente debajo de la suela del otro pie, y KASPAR se tambalea al avanzar, cayéndose tras un intento, momentáneamente casi logrado, pero a la postre, fallido para mantenerse en pie. Con él cae al suelo la silla en la que antes estaba sentado. Tras un momento de silencio:

Desde que sé hablar, puedo levantarme ordenadamente; pero las caídas duelen, desde que sé hablar; pero el dolor de las caídas duele menos, desde que sé hablar del dolor: pero las caídas duelen más, desde que sé que otros pueden hablar de mis caídas; pero las caídas no duelen en absoluto, desde que sé que saben que puedo olvidar el dolor; pero el dolor no se detiene más, desde que sé, que me puedo avergonzar de las caídas.

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APUNTADORES

Desde que sabes decir una frase ordenada, comparas lo que descubres con esa frase ordenada, de modo que esa frase se convierte en ejemplo. Cada objeto que descubres es tanto mas simple cuanto más simple es la frase con la que lo describes. Cualquier objeto será un objeto ordenado si tras una frase corta y simple no suscita más preguntas. Un objeto estará en orden si una frase corta y simple lo define por completo. Ese objeto estará en orden si no precisas ni una frase. Para un objeto ordenado no precisa ni una frase. Para un objeto ordenado te basta con el nombre del objeto. Es a causa de un

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objeto en desorden como comienzan las historias. Tú mismo estás en orden cuando no necesitas contar tu historia. Estas en orden, cuando tu historia no se diferencia de ninguna otra historia. Cuando ninguna frase sobre ti provoca una frase opuesta. No debes poder esconderte más detrás de ninguna frase. La frase sobre tu cordón y la frase sobre ti, tienen que ser en todo iguales, no tienen que diferenciarse en nada.

Paralelamente al texto anterior, KASPAR dice lentamente:

KASPAR

¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar! ¡Aprender y no olvidar!

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Mientras los APUNTADORES dicen su texto, una luz a sigue la mano de KASPAR, que se acerca al cordón del zapato abierto. Luego sigue a la otra mano de KASPAR, que también se acerca al cordón del zapato abierto. KASPAR ata el cordón de forma muy ostensible. Levanta los cabos enlazados y los anuda ostensiblemente en forma lenta. Forma un lazo con uno de los cabos y coloca el otro alrededor del primero, introduciéndolo luego en el lazo. Después aprieta el nudo.

APUNTADORESLa mesa esta de pie. Al oir la palabra: mesa, piensas en una mesa en pie: no necesitas frases. Han colocado un pañuelo. Pero si colocan el pañuelo, el orden ya no sigue en pie. ¿Porqué colocan el pañuelo? ¿Quién lo coloca y donde? Ese pañuelo exige más frases que una frase, pues ya tiene historia: ¿lo anudaron? ¿o lo tiraron y cayó al suelo? ¿O no lo pueden anudar por ser pequeño? ¿o lo anudaron al cuello de alguien y tiraron de ese nudo estrangulando el cuello con el nudo? Y cae el telón. Pero al oir la palabra telón, ya piensas en el telón que cae. No necesitas frase. Conviene que el telón caiga derecho.

El primer orden se ha establecido. El foco se apaga.

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Mientras los APUNTADORES dicen su texto, la luz sigue la mano de KASPAR que sube por la chaqueta hasta llegar al cinturón, que podría ser uno muy ancho. Luego sigue a la otra mano de KASPAR, que también se acerca al cinturón. Una de las manos saca el extremo del cinturón de sus muchos lazos, mientras que la otra lo aparta de la hebilla. Con la primera mano aprieta el cinturón, pasando con la segunda hebilla por el próximo agujero. Como se ha apretado el cinturón, el extremo del mismo ahora resulta más largo todavía, esforzándose ambas manos en volver a pasarlo por los muchos lazos hasta que siente perfectamente el pantalón, sin lugar a dudas.

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APUNTADORESUna frase que suscita una pregunta es incómoda; con una frase así no puedes sentirte a gusto. Importa que formes frases con las que puedas sentirte a gusto. Una frase que requiere otra frase es fea y desagradable. Necesitas frases domésticas, frases muebles, frases que en el fondo te podrías ahorrar, frases que sean un lujo. Todos los objetos que aún te plantean preguntas no son ºcómodos, ni son bellos, ni están en orden.

Las palabras se reparten por las presillas por las que KASPAR, en esos instantes, hace pasar la correa.

APUNTADORESUna de cada dos frases es: desordenada, fea, desagradable, incómoda, irresponsable, indiscreta y de mal gusto.

El pantalón está en orden. La luz se apaga.

sigue a la mano de KASPAR, que se abrocha la chaqueta desde arriba hasta abajo, sobrándole el último botón de abajo. La luz enfoca el botón sobrante. Luego sigue la mano que desabrocha la chaqueta, más rápidamente que al abrocharla. Enfoca la mano de KASPAR y al último botón de arriba, que ahora ha sobrado. Después, sigue a las manos de KASPAR, que vuelven a abrochar la chaqueta, más rápidamente todavía que antes. Por esta vez lo logra. La luz nos muestra las manos de KASPAR en el botón inferior. Luego, las manos se apartan del botón.

APUNTADORESTodo objeto ha dejado de ser la imagen de un objeto.Toda mesa correcta es la imagen de una mesa.Toda casa ha de ser la imagen de una casa.

Las palabras se reparten por los botones que se abrochan.

APUNTADORESToda mesa correcta es: ordenada, bella, agradable, cómoda, grata y de buen gusto.

Las palabras se reparten por los botones que se desabrochan.

APUNTADORESCada casa que: yace, se derrumba, tambalea, hiede, arde, está vacía, o tiene duendes, no es una auténtica casa.

Las palabras se reparten de nuevo por los botones que se abrochan.

APUNTADORESCada frase que: no molesta, no amenaza, no apunta, no pregunta, no ahoga, nada quiere, nada afirma, es la imagen de una frase.

La luz descubre que todo está perfectamente en orden. Después el foco se apaga.

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KASPAR está completamente enfocado por la luz. Se ve claramente que la chaqueta no combina con el pantalón, ni en cuento al color ni en cuanto al corte.

APUNTADORESUna mesa es una auténtica mesa cuando la imagen de la mesa corresponde a la mesa. No es aún una auténtica mesa cuando la imagen de la mesa sola corresponde a la mesa, pero la imagen de la mesa y la silla juntas no corresponde con mesa y silla. La mesa no es aún una mesa auténtica, verosímil, genuina, justa, conforme, ordenada, adecuada, bella, muy bella, bellísima, si tu mismo no armonizas con la mesa. Si la mesa es la imagen de una mesa, no puedes cambiarla. Si no puedes cambiar la mesa, tendrás que cambiarte a ti mismo. Tendrás que hacer de ti, la imagen de ti mismo como tendrás que hacer de la mesa la imagen de una mesa, y de cada frase posible la imagen de una frase posible.

KASPAR permanece tránquilo.

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KASPAR pone en orden la escena, perseguido con precisión por la luz, que subraya exactamente el recurso de las acciones. KASPAR se mueve para arreglar lo desarreglado, yendo de una cosa a otra. Además de ello establece las relaciones acostumbradas entre los distintos objetos; de manera que, poco a poco, la escena empieza a adquirir un aire grato y casero. KASPAR crea, con su propio esfuerzo, las (tres) paredes de su casa. Cada uno de sus pasos, cada uno de sus movimientos resultan nuevos, con algo que llama la atención. De vez en cuando acompaña sus iniciativas con alguna frase. Cada vez que se interrumpe una acción se interrumpe una frase, cada repetición de una acción origina la repetición de la frase.Las acciones de KASPAR se acompañan con frases que dicen los APUNTADORES. Esas frases primero se adaptan a los movimientos de KASPAR, hasta que los movimientos de KASPAR poco a poco se someten al ritmo de las frases. Las frases subrayan los acontecimientos escénicos, sin describirlos por otra parte.Hacia el final, sus acciones obedecen, en medida creciente, a las frases de los APUNTADORES, mientras que al principio las frases de los APUNTADORES se habían adaptado a las acciones de KASPAR, primero pone en pie la silla en que antes se había sentado. Lo hace diciendo, más o menos, la frase siguiente

KASPARPongo en pie la silla, y la silla está de pie.

Pasa a la segunda silla y la pone en pie, esta vez con una sola mano. La luz enfoca la mano que agarra una de las varillas verticales del respaldo

KASPARPongo en pie la segunda silla ya se contar. La primera silla tiene dos barrotes, la segunda silla tiene tres barrotes. Ya puedo comparar.

Se agacha detrás de la silla tomando con ambas manos las dos varillas. Sacude las varillas

KASPAR Todo lo que tiene barrotes es una silla.

Se rompe una varilla. La arregla

KASPAR

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Todo lo que se rompe es solo el barrote de una silla. Todo lo que se puede arreglar es sólo el barrote de una silla.

Se acerca a la mesa grande. Al arrodillarse, esta vez se sube el pantalón

KASPARMe subo el pantalón por encima de la rodilla para que no se ensucie.

Recoge rápidamente todas las cosas esparcidas por allí, con dos o tres movimientos. Toma con toda la mano un cuchillo

KASPARTodo lo que corta es solo un cuchillo de mesa. Todo lo que esta con la cara hacia arriba es solo un naipe.

Trata de agarrar un fósforo con toda la mano. No lo consigue. Lo intenta de nuevo, con dos dedos. Lo consigue

KASPARTodo lo que no puedo agarrar con la mano entera es solo un fósforo.

Coloca rápidamente el cajón en la mesa, aun tiene el fósforo en la mano. Nota que queda otro fósforo en el suelo y lo recoge. Vuelve a tomar el primero, y de nuevo se le cae el otro – los movimientos son muy exactos, perseguidos por la luz- Por primera vez, se sirve también de la segunda mano, y recoge el fósforo. Sostiene los fósforos en ambas manos. Ahora no le queda ninguna mano con la que pueda abrir el cajón. Se que da quieto delante del cajón. Finalmente pasa un fósforo a la otra mano

KASPARPuedo tener una mano libre. Todo lo que se puede mover libremente es una mano

Abre el cajón con la mano libre, sacándolo mucho. Coloca los fósforos en el cajón, cerrándolo con una de las manos. De esta manera se agarra la otra con el cajón, tira de ella mientras la segunda mano sigue empujando el cajón hacia adentro. Redobla sus esfuerzos en ambas direcciones, hasta que por fin consigue librar la mano de un tirón, a la vez que la otra empuja dentro el cajón enérgica y ruidosamente. No se frota la mano, continua inmediatamente con sus movimientos. Casi al mismo tiempo en que se escucha el ruido, levanta la mecedora volcada junto a la mesa, al instante recoge la escoba del suelo y la apoya nuevamente contra la pared. En seguida se arrodilla al lado de la mesita de tres patas, atornillándole la pata quitada. Lo hace diciendo a gran velocidad las siguientes palabras

KASPARTodo lo que hace ruido es solo el cajón de una mesa: todo lo que arde es solo un labio agrietado: todo lo que opone resistencia es solo una escoba caída: todo lo que te impide el paso es solo un montón de nieve: todo lo que se balancea es solo un caballito de madera: todo lo que se balancea es solo una pelota de cuero: todo lo que no se puede mover es solo una puerta de armario.

Estas frases acompañan las diversas tentativas de cerrar la puerta del armario, a golpes o bien empujando. Acaba por dejar abierto el armario. Luego pasa al sofá, y lo pone en orden muy minuciosamente, empujándolo después para colocarlo totalmente en escena. La luz se le adelanta e indica el sitio en que ha de colocar el sofá. Empuja el sofá hacia allí. Dos luces se adelantan indicándole el sitio en que colocara las dos sillas - quizás describan el lugar con dos conos diferentes- . Coloca las sillas allí - los focos llevan diferentes colores - . Otra luz señala el lugar para la mecedora, sigue la luz y coloca la mecedora en el sitio indicado. Otra luz ya le

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indica el sitio adecuado para la mesita. La coloca allí. Otra luz, aparentemente, le señala el lugar adecuado para la escoba y la palita. Quiere colocarlas allí, pero la luz sigue adelante. Va detrás de la luz. La luz se mete entre bastidores. Persigue la luz entre bastidores con la escoba y la palita en las manos. La luz regresa sola y señala nuevamente un sitio en escena. KASPAR vuelve a salir. Lleva en brazos un gran florero y un ramillete de flores. Coloca el florero en el lugar indicado. Otra luz le señala un lugar vacío encima de la mesita. Se marcha del escenario y vuelve con una frutea de frutas artificiales, adorno que coloca en la mesita. Otra luz le indica un lugar vacío en uno de los rincones del escenario. Se marcha, y vuelve con un banquito, colocándolo en el sitio indicado. Otra luz señala un lugar vacío en el telón de fondo. KASPAR da una señal mirando la parrilla, y baja un cuadro desde arriba, cubriendo el lugar vacío – puede ser una pintura cualquiera, siempre que haga juego con el mobiliario -. KASPAR dirige la maniobra, hasta que la pintura queda en el lugar indicado. Está de pie sin moverse. Otra luz se le adelanta llegando al armario abierto. Ilumina los vestidos. Se acerca al armario. Se quita rápidamente la chaqueta. No encuentra sitio para colocarla. El foco desaparece entre bastidores. Sigue a la luz con la chaqueta en el brazo y regresa con un perchero. Coloca el perchero en el lugar señalado y cuelga en él su chaqueta. Se acerca al armario y elige otra chaqueta. Se la pone y se queda de pie sin moverse. Se quita el sombrero y lo coloca también en el perchero. La escena es cada vez mas colorida. Hasta el último momento, KASPAR se ha movido al compás de las frases pronunciadas por los APUNTADORES. Se produce un sonido penetrante, por de pronto muy bajo, que luego aumenta de volumen. Es evidente que la chaqueta combina con el pantalón y con las demás cosas. Por un instante, KASPAR se parece a un maniquí de una vidriera en medio de una exposición de muebles. Sólo el armario molesta en la imagen. El sonido insistente se intensifica. KASPAR permanece de pie, sin moverse, y deja que lo observen, la escena se ilumina con luz de fiesta. Las frases que durante todo este tiempo han estado diciendo los APUNTADORES, pueden elegirse entre las siguientes

APUNTADORESDesde la cuna cada cual dispone de un caudal de facultades. Cada cual es responsable de su propio progreso.Todo elemento nocivo ha de ser neutralizado.Cada cual se pone al servicio de la causa. Cada cual dice sí a sí mismo.El trabajo desarrolla en cada uno el sentido del deber.Todo nuevo orden, engendra desorden.Cada cual se siente responsable del más mínimo polvillo dejado en el suelo.El que nada posee, sustituye la propiedad por el trabajo.Todo sufrimiento es natural.Todo hombre que trabaja dispondrá del descanso necesario para recobrar la energía invertida en el trabajo.Cada cual debe construir su propio mundo.La manía por el orden no tiene por que conducir a la subversión.Cada paso amplía el horizonte.La mesa es un lugar de reunión.La casa define a su habitante.La vivienda es la premisa indispensable de una vida ordenada.Las flores deberán colocarse como si nacieran del centro de la mesa.No estés de pie si puedes sentarte.Agacharse es lo que cuesta mas esfuerzo.La carga pesará menos cuanto mas cerca esté del cuerpo.Se pondrán en estantes superiores solo las cosas que se utilizan raramente.Acortar el camino ahorra energía.Hay que repartir la carga entre ambos brazos.La mesa no te escapa.Mirar el trabajo siempre con nuevos ojos.Sólo el que está sano puede rendir mucho.

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El desorden produce indignación a toda persona bien pensante.Buscarás en el trabajo la postura adecuada.Entre las cosas más bellas de la vida se encuentra la mesa bien puesta.Los muebles serán tu complemento.Hay que organizar bien el tiempo.A nadie se le regala nada.Las uñas de las manos son un importante parámetro del orden y la limpieza.Hace notar con una sonrisa que te gusta tu trabajo.No puedes cambiar de golpe lo que siempre ha sido así.Hay que saber hace de todo.Cada cual deberá realizarse en su trabajo.Todo lo que en apariencia te perjudica, está hecho sólo por tu bien.Tienes que sentirte responsable.Al hacer un brindis, han de sonar las copas.Cada paso que des deberá resultarte natural.Tienes que saber actuar por ti mismo.En una casa ordenada, se ordena también el espíritu.Cada objeto que veas por segunda vez, podrás considerarlo como tu objeto.La adecuación de los medios será tu principio.Agua que corre no se pudre.Un cuarto debe ser como un libro ilustrado.Una vida sedentaria no es saludable.La habitación ha de tener un sello intemporal.Debes mostrar confianza en tu trabajo.En las bisagras de las puertas no existe carcoma.Debes poder sentirte orgulloso de lo conseguido.Tu rendimiento decidirá tu bienestar.El parquet contribuye, de una manera decisiva, a la buena impresión de una casa.Lo importante es participar.Las puertas aíslan, pero ponen también en contacto con el mundo exterior.Los objetos deben completar la imagen que se tiene de ti.El trabajo es lo que tú haces de él.Ningún orden ha de ser un orden sin vida.Eres lo que tienes.El vivir en lugares sombríos trae solo pensamientos inútiles.El orden de las cosas crea las premisas para la felicidad.Lo que en lo oscuro es cruel pesadilla, se vuelve en la luz feliz certidumbre.Todo orden deja alguna vez de producir espanto.No estás en el mundo para pasarla bien.

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Poco a poco, la luz en escena se apaga, adaptándose el sonido a la iluminación. KASPAR habla mientras las luces se extinguen.

Durante las palabras de KASPAR también hablan los APUNTADORES, pero lo hacen de forma que se pueda entender perfectamente lo que dice KASPAR. Ellos, en cambio, hablan de manera apenas inteligible, por el bajo tono de la voz, por hablar varias personas a la vez, por comerse éstas unas cuantas sílabas, por acentuar sílabas inacentuadas, etc.

APUNTADORES Golpeado en la mesa. Sentado entre dos sillas. Arremangados los brazos. Dejado en el suelo. Mirado entre bastidores. Escupido en las manos. Golpeado en la mesa. Dejado en el suelo. Arremangados los brazos. Sentado entre dos sillas. Escupido en las manos. Golpeado en la mesa. Sentado a la mesa común. Golpeado en la mesa. Sentado sobre

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ortigas. Dado un portazo. Arremangados los brazos. Golpeado en las sillas. Molido a palos. Golpeado en la mesa. Endurecido. Sentado sobre ortigas. Arrojado al suelo. Rechazada la instancia. Mostrado el puño. Molido a palos. Golpeado en el vientre. Borrado del mapa, arrojado al suelo. Escupido a los pies. Golpeado entre las cejas. Porcelana rota. Arrojado a las ortigas. Destrozada la mesa. Golpeado en el vientre. Destrozada la mesa común. Arrojado al suelo. Bastidores rotos. Rota la puerta. El perturbador apaleado. Endurecido. Los prejuicios deshechos.

KASPAR habla con voz muy sonora, de bajo al empezar, pero, con la desaparición paulatina de las luces y del sonido su voz adquiere un tono cada vez más estridente y reiterado, y al reinar la oscuridad total, habiendo cesado el sonido, gimotea en tonos altos

KASPARTodo lo que está claro está en paz: todo lo que está tranquilo está en paz: todo lo que está en su sitio está en paz: todo lo que está en paz es amable: todo lo que es amable es confortable: todo lo que es confortable deja de ser inquietante: todo lo que puedo mencionar por su nombre deja de ser inquietante: todo lo que deja de ser inquietante me pertenece: todo lo que me pertenece me es conocido: todo lo que me es conocido reafirma mi autoestima: todo lo que me es conocido me alivia: todo lo que eme es conocido está en orden: todo lo que está en orden es bello: todo lo que es bello hace bien a mis ojos: todo lo que hace bien a mis ojos me hace bueno: todo lo que me hace bueno me tranquiliza: todo lo que me hace bueno me hace bueno para algo.

Ahora está totalmente oscuro. Mientras vuelve la luz lentamente, KASPAR comienza nuevamente a hablar, primero quizás en forma muy apacible, luego, en tanto se hace mas claro, tanto mas estridente y agudo

KASPARTodo lo que está en orden, está en orden, por que me digo que está en orden, así como todo lo que yace sobre el piso, es una mosca muerta, porque me digo que todo lo que yace sobre el piso, sólo es una mosca muerta, así como todo lo que yace sobre el piso, yace allí sólo brevemente, porque me digo que sólo yace allí brevemente, así como todo lo que yace se levanta, porque me digo que se levanta, así como todo lo que digo está en orden, porque me digo que todo lo que me digo está en orden.

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Ahora se le enseñaran a KASPAR las frases modelo con las que tendrá que desenvolverse en su vida de persona honrada. Al pronunciar las últimas frases, ya se había sentado en la mecedora todo el tiempo que dura la próxima ofensiva lingüística, pero sólo empieza a mecerse paulatinamente. Mientras KASPAR permanece sentado en la mecedora, se repiten las palabras dichas antes por los apuntadores, que viene a ser una preparación para las metáforas de después. Como ahora KASPAR permanece callado resultan inteligibles, pudiendo percibirse claramente al final. Luego desembocan a las frases modelos subsiguientes que ya han empezado antes de acabar el pasaje anterior. Primero recita KASPAR mecánicamente, sin puntos ni comas, pese a que habla con énfasis. Luego ya dice los puntos. Después las comas. Y más tarde incluso subraya exageradamente el significado, mientras que al final se limita a decir los modelos de las frases.

APUNTADORESCada frase te ayuda a seguir adelante: con una frase esquivas cada objeto: una frase te ayuda a esquivar el objeto si no puedes realmente esquivarlo, de modo que lo esquivas realmente. Una frase te ayuda a esquivar cualquier otra frase, dejándose poner en lugar de la otra frase: la puerta tiene dos caras: la verdad tiene dos caras: si tuviera la puerta tres caras, tendría la verdad tres caras: la puerta tiene muchas caras, la verdad tiene

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muchas caras: la puerta la verdad, sin puerta no hay verdad. Te sacas el polvo de los pantalones: te sacas la idea de la cabeza: si no pudieras quitarte el polvo de los pantalones, no podrías quitarte la idea de la cabeza. Hablas hasta el final: piensas hasta el final: si no pudieras hablar hasta el final, no podrías decir la frase: pienso hasta el final. Mantienes la mirada: mantienes tu punto de vista: si no pudieses mantener la mirada no podrías decir la frase: mantengo mi punto de vista: si no pudieses mantener la mirada, no podrías mantener tu punto de vista.

KASPARLa pupila es redonda el miedo es redondo si hubiera desaparecido la pupila habría desaparecido el miedo pero la pupila está ahí y el miedo está ahí si la pupila no fuera honesta no podría decir el miedo es honesto si no tuviera permitida la pupila no estaría permitido el miedo no hay miedo sin pupila si la pupila no fuera adecuada no podría decir el miedo no surge con temperatura ambiental el miedo es menos honrado que permitido el miedo toca y es cálido como mano por el contrario.

APUNTADORESEstás de pie. La mesa está de pie. La mesa no esta de pie, ha sido puesta de pie. Estás acostado. El muerto esta acostado. El muerto no está acostado, ha sido acostado. Si no pudieras estar de pie y no pudieras estar acostado, no podrías decir: la mesa está de pie y el muerto está acostado: si no pudieras estar acostado ni de pie, no podrías decir: no puedo estar ni acostado ni de pie:

KASPARUn hombre obeso es real el sudor frío es trivial si un hombre obeso no fuera real y su sudor frío no fuera trivial un hombre obeso no podría tener miedo y si un hombre obeso no pudiera estar echado sobre el vientre yo no podría decir ni se levanta ni sabe cantar.

APUNTADORESEl cuarto es chico, pero mío. El banquillo es bajo, pero cómodo. La sentencia es dura, pero justa. El rico es rico, pero simpático. El pobre es pobre, pero feliz. El viejo es viejo, pero robusto. El famoso es famoso, pero modesto. El loco es loco, pero inofensivo. El criminal es escoria, pero a pesar de todo, un hombre. El extranjero es diferente, pero no importa

KASPARLa nieve acierta pero modestamente. La mosca corre sobre el agua pero comedida. El soldado se arrastra por el barro pero satisfecho. El látigo restalla en la espalda pero consciente de sus limites. El jinete cae en la trampa pero en paz con el mundo. El condenado da un salto en el aire pero convencido. La puerta de la fábrica chirría pero todo tiene un fin.

APUNTADORESEl anillo es tanto adorno como un objeto de valor. La sociedad no es sólo una carga, sino también un gusto. La guerra es, por cierto, una desgracia, pero a veces inevitable. El futuro si bien es oscuro, pertenece a los capaces. El jugar no es solamente una perdida de tiempo, sino que también prepara para la realidad. La coerción es dudosa, pero endurece. El hambre es fea, pero hay cosas peores. Dar palizas es condenable, pero se deben ver también los lados positivos

KASPARLos girasoles son no solamente abundantes sino también el verano y el invierno. Si bien las esquinas del asiento alumbran para oscurecimientos están, sin embrago, no solamente como hechas a propósito sino que vistas a plena luz del día pasan también un contemplativo atardecer de la vida. Las mejores soluciones son no solamente deseables

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sino que me devoran las manos, si bien se decide cada intromisión y se rechaza con presión.

APUNTADORESCuanto más primorosa está puesta la mesa, más contento vuelves a casa. Cuanto mayor es la falta de espacio, más peligrosas son las ideas. Cuanto más a gusto trabajas, más pronto te encontraras a ti mismo. Cuanto más seguridad muestres, más fácil será tu ascenso. Cuanto mayor la confianza mutua, más soportable la vida en común. Cuanto más húmeda la mano, más insegura la totalidad de la persona. Cuanto más pulcra la casa, más decente el inquilino. Cuanto más hacia el sur, más haragana la gente

KASPARCuanto más madera en el techo, tanto más moho en el horno. Cuantas más ciudades con sótanos, tantas más intrigas en los montones de carbón. En Cuanto más ropa sucia sobre las cuerdas cuanto mas cuerdas rotas por lo más delgado, Cuanto más acuciantes las llamadas a la razón en los montes, más atractivas las leyes de la naturaleza libre.

APUNTADORESSe sobreentiende que un jarrón grande esté sobre el suelo, como se sobreentiende que un jarrón chico este sobre el banco, mientras que se sobreentiende que un jarrón más pequeño este sobre la silla, como se sobreentiende que un jarrón más chico esté en la mesa, mientras que se sobreentiende que las plantas trepadores llegan más alto. Se sobreentiende que el bienestar lo determina el rendimiento. Se sobreentiende que aquí no hay lugar para los débiles

KASPARSe sobreentiende que el saco de harina aplaste la rata. Se sobreentiende que el pan caliente ocasione partos prematuros. Se sobreentiende que los fósforos con los que nadie enciende fuego preludien una manifestación de confianza.

APUNTADORESDe cada cosa aprendes algo nuevo. Nadie está afuera. Todos los días sale el sol. Nadie es irreemplazable. Toda creación es signo de paz. Nadie es una isla. Todo hombre trabajador es bien visto en cualquier parte. Nadie debe faltar a su deber. Todo zapato nuevo causa al principio dolor. Nadie tiene derecho de explotar al prójimo. Toda persona educada es puntual. Nadie que se precie hace trabajara a otro para sí. Todo ser razonable desea saber hacia dónde se dirige. Nadie debe señalar con el dedo a otro. Todo ser humano merece respeto, incluso la mujer de la limpieza

KASPAR (Empieza a hablar en la mitad del texto anterior de los apuntadores)

Cada brizna de paja partida es una papeleta de votación para las fuerzas de la evolución. Ninguna feria significa seguridad para todos. Cada llave que gotea es un ejemplo de vida sana. Ningún brazo razonable se levanta a favor del supermercado que se quema. Cada perforadora que tropieza con un cadáver, equivale a un arma que dispara seis mil tiros por minuto.

APUNTADORESSer pobre no es ninguna vergüenza. La guerra no es ningún juego. Un estado no es ninguna banda de ladrones. Una vivienda no es ninguna torre de marfil. El trabajo no es ningún lecho de rosas. La libertad no es ninguna carta blanca. Callar no es ninguna disculpa. Un dialogo no es ningún interrogatorio.

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KASPAR (Comienza a hablar al mismo tiempo que los apuntadores extendiéndose en paralelo con el texto anterior)

Un gato no es ningún progreso. Una piedra no es ninguna necesidad cubierta. Un substituto no es ninguna cifra mortal. Salir corriendo no es ninguna igualdad de derechos. Un tronco atravesado en el camino no es ningún valor duradero.

APUNTADORESEl animal revienta. La granada revienta. Si no pudiera reventar el animal, tú no podrías decir: la granada revienta:

KASPAREl perro ladra, el comandante ladra.

APUNTADORES:Las aguas suben. La fiebre sube. Si no pudieran subir las aguas, no podría subir la fiebre.

KASPAREl alud se desploma. El herido se desploma.

APUNTADORESEl colérico ruge. Sin el colérico no podría rugir el trueno

KASPARLas banderas ondean. Los cabellos ondean.

APUNTADORESLa lepra contagia, la risa contagia, sin la lepra no podría contagiar la risa.

KASPAREl Champagne burbujea. La lava burbujea.

APUNTADORESEl ahorcado patalea, el niño patalea, sin el ahorcado no podría patalear el niño.

KASPARLos troncos crujen. Los huesos crujen.

APUNTADORESLa sangre clama al cielo, la injusticia clama al cielo, sin sangre no podría clamar al cielo la justicia.

KASPARLa puerta se agrieta. La piel se agrieta. El fósforo arde. La herida arde. El trigo tiembla. El cobarde tiembla. La bofetada estalla. La cabeza estalla. La lengua lame. El fuego lame. El aire se hiela. La sangre se hiela.

APUNTADORESNo es cierto que la situación sea tal como se informa; más bien es cierto que la situación es diferente de cómo se informa. Es falso que el informe de la situación sea el único informe posible de la situación; es más cierto que existen, por el contrario, otros informes posibles de la situación. No corresponde a los hechos informar de toda la situación; más bien corresponde a la situación no informar de ella en absoluto. Es falso que la situación corresponda a los hechos.

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KASPAR (Comienza a decir este texto sobre la mitad del texto anterior de los Apuntadores.)No es cierto que el informe de la situación sea el único informe posible de la situación: más bien es cierto que existen, por el contrario, otros informes posibles de la situación.

KASPAR continúa a coro con los APUNTADORES hasta el final.

APUNTADORESTú te agachas; alguien te ve; tú te levantas; tú te ves. Tú te mueves; alguien se acuerda de ti; tú te sientas; tú te acuerdas. Tú te angustias; alguien se tranquiliza; alguien te explica; tú te apuras; tú te explicas; tú te intranquilizas.

KASPARYo me tranquilizo.

APUNTADORESCerraste ya los puños.

KASPARYo gritaba aún.

APUNTADORESAún tomaste aire.

KASPARYo ya estaba allí.

APUNTADORESLa silla todavía en su sitio.

KASPARYo estaba aún de pie.

APUNTADORESNada había cambiado aún.

KASPARYo estaba despierto ya.

APUNTADORESLa puerta está ya atrancada.

KASPARYo pataleaba ya.

APUNTADORESAlgunos dormían aún.

KASPARYo murmuraba ya.

APUNTADORESAún se oyen golpes.

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KASPARYo estaba aún desnudo.

APUNTADORESAún hay incorregibles.

KASPARYo ya estoy fuera.

APUNTADORESDe vez en cuando aún se mueve alguien.

KASPARYo no creo aún en nada.

APUNTADORESMuchos llevan ya sus manos arriba de sus cabezas.

KASPARYo puedo ya correr.

APUNTADORESAlgunos todavía respiran.

KASPAR Yo ya escondo la cabeza.

APUNTADORESAlguien protestaba aún.

KASPARYo oigo ya.

APUNTADORESOtro todavía murmuraba.

KASPARYo ya comprendo.

APUNTADORESTodavía se oyen tiros sueltos.

KASPARYo ya lo sé.

APUNTADORESTú.

KASPARPasaron de largo.

APUNTADORESTú.

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KASPARPeso en vivo.

APUNTADORESTú.

KASPARClaro y alegre.

APUNTADORESTú.

KASPARA mano.

APUNTADORESTú.

KASPAR

Nada que buscar.

APUNTADORESTú.

KASPARUna vida mejor.

APUNTADORESTú.

KASPARReía bien.

APUNTADORESTú.

KASPARDominarlo todo.

APUNTADORESTú.

KASPARVencerá siempre.

APUNTADORESTú.

KASPARDisminuyó la mortalidad infantil.

APUNTADORESTú.

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KASPARSiempre en cabeza.

APUNTADORESTú.

KASPARCada vez más grande.

APUNTADORESTú.

KASPARLibre de.

APUNTADORESTú.

KASPAREn paz y futuro.

APUNTADORESTú.

KASPARUna relación con el mundo.

APUNTADORES:Tú.

KASPARAproximo los hechos.

APUNTADORESTú.

KASPARFines pacíficos.

APUNTADORESTú.

KASPARCrecimiento continúo.

APUNTADORESTú.

KASPAREn caso de peligro.

APUNTADORESTú.

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KASPARSolo en defensa propia.

APUNTADORESTú.

KASPARIrresistible.

APUNTADORESTú.

KASPARMe estiré.

APUNTADORESTú.

KASPARPateaba.

APUNTADORESTú.

KASPARGrite.

APUNTADORESTú.

KASPARFue y es.

APUNTADORESTú.

KASPARMe reconocí.

APUNTADORESTú sabes lo que dices. Tú sabes lo que piensas. Tú piensas lo que sientes. Tú sientes de qué se trata. Tú sabes de qué se trata. Tú sabes lo que quieres. Tú puedes, si quieres. Tú puedes, solo si quieres. Tú puedes, si debes. Tú quieres solamente lo que todos quieren. Tú quieres por que te sientes obligado. Tú sientes que lo puedes. Tú debes porque puedes. Di lo que piensas. No puedes decir sino lo piensas. No puedes decir lo que no piensas. Di lo que piensas. Si quieres decir lo que no piensas, tienes que ponerte a pensarlo el mismo momento. Di lo que piensas. Puedes empezar a hablar. Cuando hayas empezado a hablar, pensaras lo que dices. Piensas lo que dices, es decir, puedes pensar lo que dices. Es decir, tienes el derecho a pensar lo que dices y tienes el deber de pensar lo que dices, por que no debes pensar sino lo que dices. Piensa lo que dices:

KASPARCuando soy, era. Cuando era, soy. Si soy, seré. Si seré, era. Aunque era, seré. Aunque seré, soy. Tantas veces como soy, he sido. Tantas veces como he sido era. Mientras que era, he sido. Mientras que he sido, seré. En la medida en que seré, he sido. En la medida

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que he sido, soy. Por que soy, había sido. Porque había sido, era. No era, pero había sido. No había sido pero seré. Como seré, había sido. Como había sido, he sido. Antes de que he sido, había sido. Antes de que había sido, soy. Soy, de modo que habré sido. Habré sido, de modo que era. Era en tanto que habré sido. Habré sido, en tanto que seré. Seré, mientras que habré sido. He sido, porque habré sido. Habré sido, porque había sido. Había sido, por que habré sido. Habré sido porque soy.Soy el que soy.Soy el que soy.Soy el que soy.

KASPAR deja de mecerse.

¿Por qué vuelan esos gusanos tan negros a mÍ alrededor?

La escena se oscurece.

28

Mientras vuelve la luz, luego de unos instantes de silencio, comienzan nuevamente los apuntadores a hablar.

APUNTADORESTienes frases modelos con las que puedes desenvolverte. Aplicando estos modelos a tus frases, puedes poner en orden todo lo que aparentemente está en desorden, puedes declararlo en orden: cualquier objeto puede ser como tú lo definas. Si ves el objeto de manera diferente a como lo defines, te habrás equivocado. Tienes que decirte que te equivocaste y veras correctamente el objeto. Si no quieres decírtelo al instante, es evidente que deseas ser obligado, y que en el fondo, lo quieres decir.

Hay ahora mucha luz en la escena. KASPAR permanece tranquilo.

29

APUNTADORESPuedes aprender y hacerte útil. Aunque no haya fronteras, tú las puedes trazar. Puedes volverte atento: percibir: observar con toda inocencia: cada objeto se vuelve un objeto de valor. Puedes desarrollarte ordenadamente.

La luz es cada vez más intensa. KASPAR está cada vez más tranquilo

30

APUNTADORESPuedes tranquilizarte con frases: puedes estar muy tranquilo.

Hay una luz muy intensa. KASPAR está muy tranquilo.

31

APUNTADORESTe han roto tu caparazón

32

La escena se oscurece de pronto. Luego de un momento:

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APUNTADORESTe vuelves alérgico a la suciedad.

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Vuelve la luz, pero poco. KASPAR está sentado en la mecedora, sin moverse. Un segundo KASPAR, con una máscara idéntica, igual de bien adaptada al rostro, y con la misma ropa, entra en escena desde uno de los laterales. Lo hace con la escoba en las manos, empezando a barrer el suelo ni bien entra. Barre rápidamente la escena, sobre acentuándose cada uno de sus movimientos gracias a la luz del foco que le persigue. De paso, también cierra con la escoba la puerta abierta del armario, pero ésta vuelve a abrirse. Barre con esmero debajo del sofá. Amontona cuidadosamente el polvo en el margen lateral de la escena. Cruza toda la escena, volviendo con la palita. De regreso, cruza nuevamente toda la escena, y llena de polvo la palita, ayudándose con la escoba. No consigue recoger todo el polvo de una segunda barrida. Cruzando hacia atrás la escena, la cara hacia el publico, no en línea recta, sino zigzagueante entre los accesorios, y sin molestar al primer KASPAR, el segundo tan sólo continua con sus esfuerzos por recoger todo el polvo con ayuda de la palita. Barre y barre hasta desaparecer en bastidores. En el mismo momento vuelve la oscuridad.

34

Tras un momento

APUNTADORESNotar que no te mueves.

35

Vuelve la luz. Un tercer KASPAR entra en escena desde uno de los lados, acompañado por un cuarto. El cuarto KASPAR, por un defecto físico muy evidente, casi no puede andar. Se mueve dificultosamente y con gran lentitud, parece que apenas avanza. Sirviéndose de muletas va arrastrando las piernas. El tercer KASPAR anda más rápidamente, pero tiene que pararse a cada rato, esperando a que lo alcance el KASPAR mutilado. Esto requiere bastante tiempo. Cruzan la escena por la parte delantera, el tercer KASPAR más próximo al público que el cuarto. El tercer KASPAR, parcialmente se desplaza de la manera que le es propia, teniendo que esperarlo nuevamente, lo que resulta natural, pues acompaña. Como ya se dijo, cruzan la escena con una lentitud verdaderamente exasperante, arrastrando los pies. Cuando por fin han desaparecido, la escena se oscurece inmediatamente.

36

Tras un momento

APUNTADORESLo que no puedes dominar, te puede servir de juego.

37

Vuelve la luz. Dos KASPARES más entran en escena desde sitios diferentes, acercándose el uno al otro. Pretenden esquivarse, para seguir cada uno por su lado. Pero lo hacen en la misma dirección y tropiezan. Se desvían hacia el otro lado y vuelven a tropezar. Repiten su primera tentativa en la dirección inicial y por poco vuelven a tropezar. Lo que al principio tenía un aire natural y de torpeza, poco a poco adquiere ritmo. Los movimientos se tornan rápidos, uniformes. Ya no tropiezan. Después sólo mueven el tronco, y luego, nada más que las cabezas.

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Acaban por quedarse inmóviles. De repente, cada uno da un largo rodeo elegante alrededor del otro, haciendo mutis ambos, uno por la derecha, el otro por la izquierda. Durante esos intentos de esquivarse, el primer KASPAR ha tratado de plegar debidamente un mapa desplegado, pero sin conseguirlo, acabando por jugar con el mapa hecho un desastre. Puede incluso que finja con él tocar el acordeón. De esta manera, de repente, consigue que se pliegue casi solo, en el mismo momento en que los otros dos KASPARES están haciendo mutis y la escena oscurece.

38

Tras un momento

APUNTADORESNotar que todo vuelve al orden por sí solo.

39

Vuelve la luz. Otro KASPAR entra en escena desde uno de los lados. Se coloca delante del sofá, en que se halla dispuesto un almohadón grande. Le da con el puño y se aparta. Los espectadores perciben claramente, también gracias a una proyección en el fondo del escenario, cómo el almohadón, en el que quedaba la marca del puño, empieza a inflarse muy lentamente. Después de un último estirón vuelve, por fin, a su forma primitiva. La escena se oscurece inmediatamente.

40

Tras un momento

APUNTADORESMovimientos

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Otro KASPAR entra en escena, desde uno de los lados. Tiene en la mano una pelota. Coloca la pelota en el suelo y retrocede. La pelota se va rodando. El nuevo KASPAR se acerca y coloca la pelota a su gusto, pero la pelota escapa rodando. El nuevo KASPAR no quita la mano de la pelota durante un largo rato. Cuando la quita y retrocede, la pelota sale rodando. La escena se oscurece

42

Tras un momento

APUNTADORESDolores

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Aun en la oscuridad, los espectadores perciben que en el escenario se encienden dos fósforos. Al volver la luz, el ultimo de los KASPARES se ha sentado en el sofá; el autentico sigue en la mecedora. Cada uno tiene un fósforo encendido entre los dedos. Los fósforos se queman y la llama chamusca los dedos. Ambos KASPARES permanecen callados. La escena se oscurece.

44

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Tras un momento

APUNTADORESRuidos

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Al volver la luz, el primero de los KASPARES se halla solo en escena. Ya está al lado de la mesa grande. Toma la botella de cuello ancho llena de agua y vierte un poco de líquido en el vaso junto a la misma. El ruido del agua se percibe muy claramente, hasta en la galería. Se para. Devuelve rápidamente el agua del vaso a la botella. Toma de nuevo la botella y vierte, lentamente y por segunda vez, agua en el vaso. El ruido del agua oye aún más diáfano. Al llenarse el vaso, las luces se apagan. Oscuridad.

46

Tras un momento

APUNTADORESUn sonido

47

Al volver la luz, más rápidamente que antes, otro KASPAR se ha colocado en la parte lateral de la escena, mientras que el primero sigue junto a la mesa. Lleva el segundo de los KASPARES un rollo muy abultado de papel, atado con una cinta de goma sale disparada. Se produce un sonido. La escena se oscurece inmediatamente.

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Tras un momento

APUNTADORESUna imagen

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Aún en la oscuridad los espectadores perciben un ruido. Al volver la luz el primero de los KASPARES de nuevo está solo en la escena. Se haya sentado junto a la mesa, en la que vemos la frutera con frutas artificiales. En la mano tiene una manzana ya pelada en parte. Sigue pelando. La tira de la cáscara crece y crece. Poco antes de pelarla del todo, se detiene y coloca la manzana entre las frutas artificiales. La tira interminable de la cáscara cuelga hasta muy abajo. La escena se oscurece.

50

Los APUNTADORES permanecen callados.

51

Vuelve la luz. KASPAR se halla a medio camino entre la mesa y el armario. Abre con una de las manos a la otra cerrada en forma de puño, violentamente y dedo por dedo, mientras que la mano violentada se opone, cada vez con mayor resistencia. Por fin consigue abrirla. Está vacía. La escena se oscurece.

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52

Vuelve la luz más rápidamente. Otro KASPAR se halla sentado en el sofá. El KASPAR originario ve al segundo KASPAR. La escena se oscurece.

53

Vuelve la luz más rápidamente todavía. KASPAR de nuevo está solo. Lo vemos delante del armario, con la cara hacia el público. La escena se oscurece.

54

Vuelve la luz más rápidamente todavía. KASPAR mira su propio cuerpo, desde las manos hasta los pies. La escena se oscurece.55

KASPAR intenta atraparse. Primero va corriendo detrás de si mismo , alrededor de la escena , en circulo y luego en espiral , trazando círculos cada vez mas pequeños , hace que finalmente de vueltas sobre su propio eje , tratando de agarrarse con las manos que se mueven alrededor de su propio cuerpo. Poco a poco se queda quieto, y la escena se oscurece. 56

La luz vuelve más rápidamente todavía. KASPAR esta de pie, delante del armario. De espaldas a l publico. La escena se oscurece.

57

Luz. KASPAR esta cerrando las puertas del armario. Las empuja largo tiempo. Da un paso hacia atrás. Las puertas del armario permanecen cerradas. La escena se oscurece.

58

Vuelve la luz. Hay mucha luz. KASPAR se halla recostado en el armario. En la escena reina una gran armonía. Un acorde. Un proyector ilumina a KASPAR, que adopta diferentes posturas. Cambia continuamente la posición de sus brazos y piernas. Por ejemplo, cruza los brazos, avanza una pierna, deja caer los brazos, cruza las piernas, se mete las manos en los bolsillos, primero en los del pantalón y después en los de la chaqueta. Cruza las manos sobre el vientre, junta los pies, cruza los brazos. De pie, deja sus piernas paralelas una muy junta a la otra. Comienza a hablar:

KASPARSoy sano y fuerte. Soy educado y honesto. Soy consciente de mis responsabilidades. Soy trabajador, discreto y sencillo. Soy siempre amable. No tengo grandes ambiciones. Soy por naturaleza simpático y espontáneo. Todo el mundo me quiere. Puedo resolver cualquier problema. Estoy al servicio de todos. Mi sentido del orden y la limpieza no dan lugar a reproche alguno. Mis conocimientos están por encima del nivel medio. Ejecuto cualquier trabajo que se me confía con plena satisfacción. Cualquiera puede dar de mí las mejores referencias. Soy integro y pacifico. No soy de esos que por cualquier pequeñez ponen el grito en el cielo. Soy tranquilo, sensible y consciente de mi deber. Me entusiasmo con cualquier buena causa. Quisiera abrirme camino. Quisiera aprender. Quisiera hacerme útil. Tengo nociones de longitud, anchura y profundidad. Trato los objetos con delicadeza. Me he acostumbrado ya a todo. Me va mejor. Me va bien. Ya puedo afrontar la muerte. Ahora mi cabeza esta clara. Ya pueden finalmente dejarme

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solo. Me gustaría mostrarme siempre bajo mi mejor aspecto. No acuso a nadie. Me rió mucho. Para mí todo rima. No tengo señas particulares. No enseño al reír la encía superior. No tengo ninguna cicatriz bajo el ojo izquierdo, ni ningún lunar tras la oreja derecha. No soy un peligro público. Quisiera ser un hombre activo. Quisiera colaborar. Estoy orgulloso de lo alcanzado. Tengo, por ahora, mis necesidades cubiertas. Puedo prestar declaración. Ante mi se abre un nuevo camino. Esta es mi mano derecha, esta es mi mano izquierda. Si es necesario puedo esconderme en los muebles. Siempre fue mi deseo particular.

Se separa del armario, da un paso o dos. El armario esta cerrado:

Antes para mi era como si no hubiera de mí en absoluto, ahora hay de casi demasiado, y los objetos, de los cuales antes había demasiados, se me han vuelto actualmente casi demasiado pocos.

Mientras tanto ha caminado hacia delante. El armario esta cerrado:

Antes plagado de frases Ahora no tengo las suficientesAntes perseguido por las palabrasAhora juego con cada letra.

Se queda quieto:

Antes solamente hablaba, cuando se me preguntaba, ahora hablo por mi mismo, pero ahora puedo esperar con el hablar hasta ser preguntado.

Da un paso o más:

Antes para mi cada frase con sentido era una carga Y odiaba todo orden con sentidoPero de ahora en másSeré razonable.

Da un paso o quizá no lo da:

Antes tire una silla, luego otra y una tercera:Ahora, con la instauración del orden, mis costumbres cambian.

Quizá da un paso:

Soy tranquiloAhora no quiero más Ser otro Nada me vuelve a poner contra mí mismo.Cada objetoSe me ha vuelto manejableY yo me he vueltoManejableY yo me he vueltoSensibleA los objetos.Ahora sé lo que soy:QuieroEstar

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TranquiloY cada objetoQue me es extraño lo describoComo míoDe tal manera deja De serme extraño.

Se dirige a un costado del escenario, pero tras unos pasos regresa y hace como si tuviera todavía algo para decir. No dice nada. Vuelve a caminar para irse, esta vez llega más lejos, pero regresa y hace como si tuviera todavía algo para decir. No dice nada. Casi sale de escena, vuelve sin embargo uno o dos pasos, como si tuviera algo que decir. No dice nada. Entonces sale rápidamente de escena. Sobre el escenario, ahora vacío de personas, comienzan abrirse lentamente las puertas del armario. Cuando las puertas detengan absolutamente su movimiento, el escenario se pone de golpe a oscuras, al mismo tiempo que, también de golpe, se hace la luz en la sala. Es la pausa. Se abren las puertas de la sala.

59

Después de unos instantes, los espectadores oyen los textos del entreacto, a través de los altavoces instalados en la sala, en los pasillos, en el vestíbulo, y si fuera posible hasta en la calle. Estos textos deberán ser dichos en voz baja, apenas inteligible. Están compuestos de extractos de voces en off, de ruidos, de grabaciones originales de auténticos lideres políticos, de papas, oradores, primeros ministros o jefes de gobierno y, eventualmente, de manifestaciones de auténticos poetas. Las frases no son nunca completas: están amputadas o embutidas en fragmentos de otras frases. Estos textos no deben impedir a los espectadores proseguir sus discusiones, aunque si entorpecerlas de vez en cuando. Algunos podrían escucharlo distraídamente, mientras se consagran a su bebida. Los textos podrían ser los siguientes: (ruido de vasos al chocar)

Libres de todas las secuencias del presente, nuestra será la ultima palabra. El excedente es inferior a los límites anteriores ahora establecidos. En términos generales, es elevado el promedio de vida

El chasquido de los vasos se vuelve más violento.

Lo que ayer no era una reivindicación ilegitima, aparece hoy a los ojos de muchos como una medida imprevista, y en todo caso prematura. La situación es desesperada y vamos a necesitar todo nuestro valor. Una nueva evasión es mas grave que un crimen jamás cometido. Es un error olvidar con tanta frecuencia l a saludable firmeza. Nosotros trabajaremos hasta el final. No basta con rodear los muros, hay que derribarlos.

Ruido de un gran camión que pasa y se aleja.

La crítica entorpece todo progreso estimulante, cualesquiera sean los avances reportados. Las fronteras deben ser protegidas de los rebaños. Los resultados están ahí para reducirlos a cenizas. Sin muertos no podemos avanzar ni retroceder, el hambre no sirve para nada ni abre los ojos a nadie.

Mientras tanto una gran cierra eléctrica ha comenzado a funcionar en el vacío: el ruido se intensifica.

En los últimos tiempos aumentan considerablemente las voces que se lo toman demasiado enserio. Los platos de la balanza cumplirán su fin aunque todo el mundo esté dispuesto a sacrificarse. Debemos encontrar una solución equitativa al problema de las ratas. Cada cual debe parar las orejas ante las vidrieras. Es importante discutir

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objetivamente el universo de cada reivindicación. Nadie esta autorizado a enturbiar la situación. ¡Absolutamente nadie!

Los dientes de la cierra gimen al atacar la madera. Inmediatamente el ruido se convierte en un simple murmullo.

Nada que destaque es por ello caricaturesco. La humanidad parece así inextinguible. Somos eternos a condición de no dejar ocultar la furia pública, que es el mundo, por los dirigentes irresponsables. El anuncio de una nueva guerra concierne a las paciencias que algún día han sido puestas a prueba. Una amable persuasión evita que suba bruscamente el nivel del agua. Cada cual está llamado a dar a las cosas el nombre que merecen. La policía se mete en dificultades porque necesita justificarse. Todos somos un poco responsables de la hora tardía...

Silbidos, pitidos, patadas, bramidos de olas.

No dejaremos a los obreros pagar un suplemento como los hombres de primera clase, incluso si ciertos hechos predicen una ruptura. Se debe, por supuesto, ayudar a los fugitivos, pero que huyan descalzos no nos conciernen. Sabemos levantar las copas y muchas cosas más. Los que llevan uniforme conocen las dificultades al hacerse de pronto la oscuridad. La toga de los jueces corta la respiración cuando esta en juego la sórdida realidad. Todos nosotros queremos comportarnos con la profunda seriedad que requiere la situación.

Explosión de alegría de una maza de espectadores en un partido de fútbol, que termina de pronto en un suspiro de decepción; nuevas explosiones y nuevos suspiros a intervalos regulares.

Es más fácil infamar que procurarse el alojamiento necesario. No inflingimos a los simpatizantes más que heridas en la cabeza y en el vientre. Las leyes de hospitalidad no deben solamente considerarse una práctica anticuada, si no, por el contrario, subrayarse con un ataque de apoplejía. Un destornillador en la terraza es una indemnización razonable para el que siempre ha hecho el deber ajeno. Todo hombre que se precie pierde sus nervios al pescar con caña. Aceptamos a todos los que remueven las bases

Ruido de la rueda de un coche al frenar bruscamente y chorro de una manga de incendio.

La transformación de la sociedad en un mitin cualquiera vale lo mismo que curar un ciego. La guerra en los bancos de arena ha costado ya no pocos cadáveres vivientes. El que medita su actuación no hace si no fortalecer la nuca de sus enemigos. Nadie merece un destino que le arrase. La vida era sin duda más rentable ayer, hoy no es más que lumbre de paja.

Ruido sostenido de una sirena de fábrica y de una bocina de la niebla

Lo que se ha dicho de los propietarios sirve también para las llagas sangrantes. Todo el que mata ciegamente actúa por razones cuanto menos sospechosas. Todo el que protesta contra las entregas de trigo debería protestar también contra las desviaciones del pensamiento. Nosotros apreciaremos más la fuerza de la libre determinación que la persecución de los hombres que huyen a nado. La seguridad de una vida tranquila contribuye en gran medida a que las

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conversaciones provechosas no acaben nunca. Hasta el momento ha hablado demasiada poco de las minorías que se esconden orgullosamente en sus rincones

Ruidos de sillas colocadas sobre un suelo de piedra

Lo que ayer estaba prohibido se vuelve hoy de acero templado. Todo orden exterior permite un intercambio de ideas tranquilo y moderado. Consideramos el ni-esto- ni- aquello como la marca del hombre libre. Todos debemos esforzarnos en comprender cuando una palabra tropieza con el color de la hierba. Un asesinato no debe en absoluto colocarse en el mismo nivel que un accidente de avión. Una quemadura de tercer grado obstruye una bomba de gasolina

Galopes de caballo, ruidos de la calle, de asientos que se bajan o levantan, golpeos de puertas, tableteos de máquinas de escribir

Nadie será licenciado sin motivo. El derecho a la tierra no necesita más explicaciones. Desde lejos un ejercicio de tiro parece un bastón entre las piernas. Todos los suicidas eran antes de izquierda, pero ahora el reparto se ha equilibrado. Las treguas no dan ya ni tiempo de contar las moscas que duermen en el techo del establo. Escalar la punta del campanario de una iglesia vale lo mismo que un motín. Si se enfrenta uno solo a un animal, se vuelve asimismo un animal, pero si se meten cuatro o seis, el uno se vuelve manso y el otro se dulcifica de modo natural.

Los ruidos han dejado ya lugar a una música informe semejante a la de un disco a menos revoluciones; se utilizará una música de ritmo muy monótono. Se abre una canilla y alguien tira de una cadena. Podrían oírse entonces respiraciones ruidosas, latigazos, estallidos inesperados de risa como después de un buen chiste, y risas de mujeres como se oyen a menudo en las reuniones sociales; durante este tiempo los espectadores deben oír el texto, aunque éste sea por momentos ininteligible. Después, un instante de silencio. A continuación, ruidos y textos. Luego, un gran silencio, y por fin, el texto solo:

Una mesa bien puesta. Todo perfectamente en orden. No precipites nada. Ayudas a tu acompañante a sacarse el abrigo. Los colores del mantel dan una nota alegre a la mesa. El cuchillo está ala derecha. El servilletero está a la izquierda. El plato esta en el centro. La taza está a la derecha del plato. El cuchillo esta delante de la taza. La servilleta cuelga a la derecha del cuchillo. Tu dedo reposa sobre la servilleta. A la derecha hay de la servilleta hay un botiquín. Los platos se presentan por la izquierda. La sopa se presenta por la derecha. Las bebidas se presentan por la derecha. Lo que te servís vos mismo se presenta por la izquierda. La puñalada viene de la derecha. Estas sentado en el centro. El salero esta a la izquierda. La cuchara esta a la derecha del cuchillo. El cuenco de la cuchara esta hacia arriba. Las manos que estrangulan vienen de los dos lados. Tu mano reposa sobre la mesa. El filo del cuchillo mira hacia la izquierda. El corazón de tu interlocutor está a tu derecha. El vaso esta a la derecha del plato. Bebés a sorbos pequeños. El golpe es más eficaz desde abajo. El ramillete de flores está en el centro de la mesa. El tenedor esta a la izquierda del plato. No ofrezcas flores blancas a un moribundo. Te mantienes derecho por principio. El primogénito yace a la derecha. Las flores no ocultan a tu interlocutor. El plato

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de pasteles está justo en el centro. El brasero está debajo de la mesa. No apoyes la cabeza sobre los hombros. Busca siempre palabras amables. La víctima del atentado yace siempre en el centro de la estancia. El candelabro está en el centro de la mesa. Es de mal gusto mancharse la camisa. No es raro que el cuchillo resbale sobre el plato. La mano de tu vecino reposa sobre el cuchillo. No te atragantes. Discutí a derecha e izquierda.

La música ha vuelto a sonar muy lentamente y con chirridos, por lo que es casi imposible reconocer una música. A lo lejos cazas se desploman, bombas explotan; el texto se ha vuelto poco a poco inteligible al estar completamente ahogado por los ruidos. Mientras tanto, los espectadores han comenzado ya a oír señales sonoras, campanas, campanillas, gongs, sirenas de fábrica, así como las auténticas campanillas del teatro que los llaman a ocupar nuevamente sus asientos.

60

Mientras el público va a tomando asiento nuevamente, las luces del escenario van apareciendo casi imperceptiblemente. Los objetos se muestran a los espectadores en el mismo orden que antes del descanso. El armario está abierto. Sobre el sofá ya hay dos KASPARES sentados, uno muy junto al otro. Están silenciosos. Las máscaras tienen ahora expresiones de satisfacción. Luego de unos momentos de silencio, los APUNTADORES comienzan a recitar por toda la estancia:

APUNTADORESAl golpearNunca se estáTan tranquilo como al golpear una alfombraUna gota de agua constante en la cabezaNo es razón para protestar por falta de ordenUn trago de ácido en la bocaO una patada en el estómago o una astillaMetida en la nariz y perforandoMás adentroO introducir sin avergonzarse en los oídos algoParecido pero más afiladoO forzar a alguien a mantenerse en orden porTodos los medios y en todo caso sin discutir los mediosNo es razón para gastar saliva sobre la falta de orden:Entonces en el acto de poner-en-ordenBien o mal se hace cantar a otrosCuandoEntonces todo es puesto en orden y todo lo queTodavía ha reído es reídoCantarse a sí mismoY luego de golpear esoSi los puños y los pies no tienen nada más que hacerPara tranquilizarse pueden golpear la alfombra.

Un tercer KASPAR con una pequeña caja envuelta en papel de envolver, entra desde el costado y se sienta ordenadamente en el sofá, junto con los otros dos, poniendo el paquete sobre sus rodillas.

APUNTADORESEn el acto de poner-en-orden, no

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Se está tranquilo ni ordenadoComo cuandoDespués de haberse puestoEn orden uno mismo repartiendoLeña a los demásSe quiere y se puedeCon la conciencia tranquilaGozar del mundo puesto enOrden.

Un cuarto KASPAR entra con un paquete similar. El tercer KASPARA hace espacio entre él y los otros dos. El cuarto KASPARA se sienta en ese espacio, con el paquete sobre las rodillas. Los cuatro KASPARES están callados.

APUNTADORESAl golpear no se piensa enEl futuroY no está malPero entre golpe y golpeEs bueno pensar en el tiempoDel ordenA fin de evitar que una patadaDemasiado en desordenImpida que el pensamiento del enfermo socialSe desvíe tras lograr adaptarse.

Un quinto KASPAR entra con un paquete similar, quizá un poco más grande. El tercer KASPAR se para. El quinto KASPAR se sienta en el lugar del tercer KASPAR. El tercero se acomoda por fuerza en el lugar todavía libre del cuarto KASPAR. El quinto KASPAR coloca el paquete delante suyo, sobre el piso. Los cinco KASPARES están en silencio.

APUNTADORESPero si al golpear no seAcelera el corazón y el puño sacaEl aire del pecho golpeandoIgual que -por conservar la imagen-Se saca el polvo de una alfombraY se le estira la lenguaComo se estiran-por conservar la imagen-Los flecos de una alfombraSolamente entoncesSe comete una injusticia:Porque al golpear no seTiene derecho a estar tanTranquilos como al sacudir alfombrasAl taponar el hocicoSe debe estar intranquilo:Para no estar intranquilo más tarde:Al golpear el cesar de los latidos del corazón

Del lado del golpeado es malo:

EntoncesCada cual cuya mano al golpear

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Ha temblado debidamenteEs una hoja en blanco y uno másQue más tarde nada tendrá que reclamar:Así reina la paz en la tierra.

El KASPAR originario, de igual aspecto que los demás, entra desde el fondo con un movimiento que irradia seguridad. Anda con paso firme, como para hacer una reverencia, y al andar, esquiva todos los objetos de manera perfecta. También su máscara muestra una expresión de conformidad. Se detiene delante del micrófono. Los seis KASPARES están en silencio.

APUNTADORESLos que ya fueron puestosEn orden -en lugar de encerrarse en Sí mismos e ignorar a la sociedad-Deben esforzarseSin titubeosEn mostrar por sí mismosNuevos caminosBuscando frases aptas para Todos:Ellos pueden no elegirY a los otros sin frases Ni versosLa verdad sobre sí mismosContar:También los otrosDeben finalmente poder quererLo que ellos mismosAhora quieren poder deber.

62

KASPAR, ante el micrófono, comienza a hablar. Su voz empieza a parecerse a la de los APUNTADORES.

KASPARMucho tiempo paséEn el mundo sin comprenderNadaLo evidente me asombrabaY encontrabaGrotesco lo finito y lo infinitoCada objetoMe dabaAngustia el mundo entero se me Hacía hielNo quería serNi yo mismo ni ningún otroMi propia manoMe eraDesconocidaMis propias piernas ibanSolasDormía

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Profundamente con los ojosAbiertos:Me encontrabaComo un borrachoSin concienciaMe negabaA ser útilCada visión de las cosasMe traíaMalestar cada ruidoMe engañabaSobre sí mismoCada nuevo pasoMe causabaNáuseas y un tirón dentro del pechoNo podíaSeguir mi propia sombraMe hacíaTropezar yo mismoMe impedíaVer con claridad sumergidoEn aquel mar de frasesNunca penséQue me concerniesenNo me di cuentaDe lo que OcurríaA mí alrededorHasta que empecéA venirAl mundo.

KASPAR permanece unos momentos en silencio. También los KASPARES sobre el sofá están en silencio.

KASPAREl bullicio y los gritosDel exteriorLos oíaComo ruidos en mis tripas:SufríaPor no poder discernirTresNo era más que dosY cuando me ponía al solLlovíaMientras que cuando el solMe hacíaSudar o al correr me sofocabaRepelíaMi sudorCon un paraguasNo podía Distinguir nada:Ni el hoy del ayer

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Ni el frío del calorNi lo blanco de lo negroNi lo nuevo de lo viejoNi personas de cosasNi caricias de golpesNi blasfemias de rezosLos cuerpos Se volvían Planos y apenas despertabaCaíanSobre mí como una pesadilla:Todo Me oponíaResistenciaLo desconocidoMe abrumabaCon preguntas lo indiscernibleMe enloquecíaLas manosY me enfurecíaTantoQue me aferrabaMe incrustaba en los objetosY para liberarmeLos destruía

KASPAR permanece unos instantes en silencio. También los KASPARES sobre el sofá están todavía en silencio.

KASPAR No nacíCuando vine al mundoSino porqueEl dolor De las caídas me ayudóA meterUña cuñaEntre mí yLos objetos a eliminarFinalmenteMis balbuceos:Es así comoEl dolorHa arrancado de míLa confusión de mí.He aprendido a llenar con palabrasLo que estabaVacíoY he aprendido quién era quiénY cómo Calamar con frasesLo que gemíaYa no tengoVértigoAnte una olla vacía

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Todo estáSumisoYa no tiembloAnte un armario vacíoAnte latas vacíasAnte cuartos vacíosYa no vaciloEn salir hacia afueraPara cada grieta en mi vidaTengo frasesComo tretas que me ayudan A salir del paso:

KASPAR levanta ahora el tono. La luz se vuelve más fuerte. Los otros KASPARES permanecen callados.

KASPARCada cual debe ser libreCada cual debe estar presenteCada cual debe saberLo que quiere realmenteCada cual debe ir al fondoDel asuntoNadie tiene derecho a odiarsePor las mañanasCada cual debe vivir su vidaCada cual debe dar lo mejorDe sí mismoCada cual deberá mantenerSus principiosNadie tiene derecho a pasarSobre cadáveresNadie tiene derecho a quedarseAl margenCada cual debe poder mirarAl otro a los ojosNadie debe envidiarLo del otro

Los demás Raspares desde su asiento comienzan a producir extraños sonidos cuya significación se nos escapa. Los espectadores escuchan una especie de llanto estilizado, imitando los silbidos del viento, risas ahogadas.

KASPARCada cual debe poder mirarCon orgulloCada cual debe dejarse guiarDócilmenteNadie debe confiarCiegamenteEn el otroNadie tiene derecho a empañarLa famaDel otroCada cual debe ver también

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Lo que hay de buenoEn el otroNadie debe hacerAsí como asíCastillos en el aire

Los espectadores escuchan, en parte simultáneamente con el discurso de KASPAR, desde los fondos del escenario, graznidos, sonidos como de lechuzas, lamentos, cantos con registro de cabeza.

KASPARCada cual tiene el deberDe cultivarseNadie tiene derechoA pelearseCon los demásCada cual debePreocuparsePor los demásCada cual debe pensarEn el mañanaCada cual debe sentirseSeguro

Los espectadores escuchan chillidos, gruñidos, aspiraciones fuertes por la nariz, chasqueos de lengua, risas estentóreas, berreos, un aullido.

KASPARCada cual debe lavarseLas manos antes de comerCada cual debe vaciarSus bolsillos al entrarEn prisiónCada cual debe barrerSu puertaNadie debe comerLa mano de otroCada cual debe ocuparseDe los demásCada cual debe sentarsePeinado a la mesaNadie debe dejar gemirY llorar a los otrosNadie debe tomar el caféDel platoCada cual debe saludarAl vecinoCada cual debe cortarseLas uñasNadie tiene derecho a quitarleLas ganas de vivir a otroNadie tiene derecho a mancharEl mantelCada cual debe sonarseLa nariz

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Nadie debe ridiculizar con chistesEl prestigio de los otrosNadie tiene derecho a reírseDel otroNadie debe contar chistesEn los entierrosNadie debe hacer garabatosEn las paredes de los bañosNadie tiene derecho a hacer trizasEl código civilCada cual debe prestar oídos Al otroCada cual debe poder ponerseEn el lugar del otroCada cual debe decirSu nombre al otro

Entre tanto los ruidos y silbidos irán aumentando de tal manera que KASPAR deberá aumentar en igual medida el volumen de su voz. Al final de sus rimas y pese a que os otros, todavía sentados, sólo gorjean, gorgotean, carraspean, silban, susurran, se quejan, jadean, etc. KASPAR se ve obligado a hablar con voz tan poderosa que sus palabras han tomado el cariz tronante de un orador.

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Los KASPARES de atrás están en un principio callados. El KASPAR de adelante comienza a cantar, quizá con registro de cabeza. Los APUNTADORES van entrando en el acompañamiento, en la forma de un canon, pero sin resolución. Cantan suave y bellamente, de manera tal que KASPAR permanece todo el tiempo comprensible. KASPAR canta como un confesor.

KASPARNadie debe morder el tenedor Con los dientesNadie debe hablar de crímenesEn la mesaNadie debe llevar amigos En coche oficialCada cual debe hacerse valerAnte todo el mundoNadie debe llamar a otroAl otroNadie debe ocultarSu domicilioNadie debe reírse del labioPartido del primero que llegaNadie debe dar palmadas en el hombroAl primero que llegaCada cual debe llamar al policíaEn plena calle:Señor agente

Los otros KASPARES continúan acompañando a KASPAR. No es que canten propiamente, más bien se limitan a chillar, a gruñir, a aspirar fuerte por la nariz, a chasquear la lengua, a

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berrear, a aullar, pero todo ello atendiéndose al ritmo de las canción. Ellos ahora suben también poco a poco el tono.

KASPARNingún mueble tiene derechoA llenarse de polvoNingún hambriento tiene derecho A hacer colaNingún adolescente tiene derechoA ser un parásitoCada palabra que no signifiqueNada buenoDebe tacharse

Ahora acompañarán ruidosamente aporreando sus cajas al ritmo que marca KASPAR.

KASPARNada de codos en la mesaNada de cuchillos para el panNada de ribetes en las uñasNada de sardinas con los dedosNada de parches en los ojosNada de trufas sin cocinarCada vago al calabozo:Para evitar la confusión

Los APUNTADORES cantan lo que KASPAR dice, y los otros KASPARES ladran, hacen ruidos raros, como de romper globos de goma de mascar, etc. El KASPAR de adelante vuelve a hablar:

KASPARNada de mugre sobre la mercaderíaCada tren puntual para partirCada persona que se precieCon todo en claroTodo lo que no es esencialA la mierda

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KASPAR deja de hablar. Se produce un silencio. Luego dice:

KASPAR ¿Pero qué dijeRecién recién Qué he dicho Si supiera que eh dichoSi tan solo supiera qué decíaQué hablaba Hace un momento Qué estaba Diciendo

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Qué era que decía Lo que hablaba Hace un momento Qué estaba DiciendoQuéEra lo queDecía si supiera qué eraAquello lo que en el fondoDecía qué hablabaQué estaba Diciendo Hace un momento?

Mientras aún se hace esta pregunta, también empieza, como los demás KASPARES, a reírse histéricamente y cosas por el estilo. Al mismo tiempo los APUNTADORES terminan de cantar los versos anteriores de KASPAR. KASPAR, por ejemplo, acerca la mano al micrófono, haciendo ruido por los dedos. Puede que se produzca un sonido gimoteante. Mientras los APUNTADORES terminan, todos los KASPARES acaban por soltar una risa realmente contagiosa. Poco a poco, entre gimoteo y risotadas, el KASPAR hablador y los otros finalmente se callan. Oyen los espectadores como dos o tres de ellos se liman las uñas.El KASPAR de delante dice:

KASPARToda fraseEs un envaseToda fraseEs un envaseToda fraseEs un envase

Permanece callado. Empieza a hablar sin rimas. Un de los focos lo señala.

KASPARMe he sentido orgulloso del primer paso que dí, pero del segundo me he avergonzado; del mismo modo, me he sentido orgulloso de la primera mano que descubrí en mí mismo, pero de la segunda mano me he avergonzado: me he avergonzado de todo lo que se repetía; pero sin embargo, ya la primera frase que pronuncié me dio vergüenza, mientras que no me avergoncé con la segunda y pude pronto acostumbrarme a la siguientes. Me he sentido orgulloso de la segunda frase.En mi historia quise producir sólo ruido con la primera frase; mientras que con la siguiente frase ya quise hacerme notar, mientras que con la siguiente frase ya quise oír hablar, mientras que la siguiente frase ya quise que otros me oyesen hablar, mientras que con la siguiente frase ya quise que otros oyesen lo que hablaba, mientras que con la siguiente frase ya quise ahogar las frases que otros

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pronunciaban, y para preguntar, sólo utilicé la penúltima frase de la historia y sólo con la última frase de la historia comencé a preguntar que habían dicho los otros, cuyas frases yo había ahogado con la mía.He visto la nieve y he agarrado la nieve. A continuación he dicho la frase: Quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, con lo que quise expresar porqué la nieve me mordía las manos. Una vez me desperté en la oscuridad y no vi nada. Entonces dije: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, con lo que quise expresar: primero, porqué habían desalojado todo el cuarto; luego, como no me veía a mí mismo, porqué me habían separado de todo lo que me pertenecía y después, cómo había oído hablar a alguien, es decir, a mí mismo, repetí: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, con lo que quise expresar que me hubiese gustado saber quien, encima, se burlaba de mí con sus palabras. Entonces miré una vez hacia afuera y vi un resplandor muy verde y dije al resplandor: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, y con aquella frase quise preguntar al resplandor porqué me dolían tanto los pies. Percibí también un telón que se movía. Entonces dije, pero no al telón: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, y con eso quise decir, pero no al telón, no se a quién porqué todos los mostradores estaban abiertos y porque en mi chaqueta estaba siempre pegada a la puerta. Escuché también a alguien subir las escaleras, entonces crujió la madera, le dije al crujido que quería ser como aquel que otro había sido una vez, con lo que quise expresar cuando volvería mi cabeza a estar liviana. También se me cayó una vez un plato, que sin embargo no se rompió, con lo que grité: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, con lo que quería expresar que no tendría miedo ante nada en el mundo, entonces dije de nuevo: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, con lo que quise que se entendiera claramente que sin embargo algo podría causarme temor y esto sería una astilla de hielo; y entonces dejé de sentir dolores de pronto y grité: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, con lo que quería decir a todo el mundo que ya no sentía más dolores, pero entonces volví a sentir dolores, y le susurré a todos los oído: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, con lo cual quería afirmar a todo el mundo que, por el contrario, ya no sentía más dolores y que conmigo todo estaba en orden, con, lo que comencé a mentir; y finalmente me dije a mí mismo: quisiera ser como aquel que otro ha sido una vez, y con ello quería saber lo que la frase que me estaba diciendo podía, en suma, significar.Porque la nieve era blanca y porque la nieve fue la primera cosa blanca que vi en mi vida, he llamado nieve a todo lo que era blanco. Alguien me dio un pañuelo que era blanco, pero pensé que me mordería, porque la nieve me mordió la mano al tocarla, y no toqué el pañuelo, y cuando ya aprendí la palabra nieve, llamé nieve al pañuelo blanco pero más tarde, cuando aprendí también la palabra pañuelo, al ver un pañuelo blanco seguía pensando la palabra nieve aunque dijera la palabra pañuelo, con lo que al fin he podido por primera vez recordar. Pero un pañuelo gris o marrón no ha sido nunca nieve.Así como una nieve gris o marrón no ha sido nunca nieve, sino la primera cosa gris o marrón que vi en mi vida, un montón de estiércol, por ejemplo, o un chaleco. Pero una pared blanca ha sido nieve, así como todo ha sido realmente nieve para mí cuando, tras mirar largo tiempo el sol, tan sólo veía blanco. Finalmente he usado la palabra nieve incluso para algo que no era blanco, por curiosidad, para ver si eso se transformaba en nieve por haber dicho la palabra nieve. Y aunque no dijese la palabra nieve he pensado o recordado al menos en

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todo momento si no la nieve mismo la palabra nieve. Inclusive al dormirme o al caminar por una quebrada o al correr en la oscuridad me he repetido continuamente la palabra nieve. Por último esto llegó tan lejos, que no solo creía las palabras y las frases sobre la nieve, sino que dejé de creer a la nieve misma, cuando caía o cuando reposaba, y no la consideraba ni real ni posible, sólo porque ya no creía en la palabra nieve.El paisaje me parecía entonces pintado con vivos colores en la ventana. Desde que vi una vez, la sombra de una silla en el suelo, consideré desde ese momento una silla caída como la sombra de una silla. Cada movimiento era entonces correr, porque entonces quería ante todo correr y salir corriendo; también el nadar era correr. Saltar era correr en dirección falsa. Caer también era correr. Cualquier líquido, aunque estuviera inmóvil, era un correr posible. Cuando tenía miedo, los objetos corrían muy de prisa. Pero anochecer era entonces desvanecerse. Cuando no sabía donde ir, se me explicó que cuando no sabía donde ir, tenía miedo, y de esta forma conocí el temor; y cuando veía rojo se me explicó que estaba furioso; pero cuando me quería esconder, me avergonzaba; y cuando saltaba en el aire, me alegraba; pero cuando estaba tan cerca en el sitio, tenía un secreto o estaba orgulloso de algo; y cuando casi desaparecí, tuve compasión; pero cuando no sabía que hacer, estaba desesperado, y cuando no sabía donde estaba mi cabeza, estaba enloquecido; y cuando se me cortaba la respiración, me asustaba; y cuando tenía el rostro pálido, sentía miedo de la muerte; pero cuando me frotaba las manos, estaba conforme, y cuando tartamudeaba, se me explicó que cuando tartamudeaba era feliz. Cuando tartamudeaba era feliz.Desde que aprendí a decir la palabra yo, tuvieron que dirigirse a mí durante mucho tiempo con la palabra yo, porque no sabía que con la palabra tú era yo el aludido puesto que yo me llamaba yo; incluso cuando ya comprendí la palabra tú, fingí durante algún tiempo no saber a quién se aludía, porque me producía la sed no comprender nada; y enseguida me produjo también placer acudir cada vez que sonaba la palabra tú.Cuando no comprendía una palabra, la duplicada, y duplicaba de nuevo, para que dejara de molestarme. Decía: guerra, guerra: trapos, trapos. Decía: guerra, guerra, guerra, guerra: trapos, trapos, trapos, trapos, trapos. Así me he acostumbrado a las palabras.

Uno de los KASPARES del fondo, entre tanto, ha sacado una gran lima de su paquete, limando un poco el cartón del paquete. Acto seguido, va a limar sobre el KASPAR vecino. El ruido de la lima es de esos ruidos que producen escalofrío.

Vi primero a una persona. Luego, después que yo había visto a esa persona, vi mas personas. No fue poca la admiración que me produjo tal circunstancia.

Todos los KASPARES llevan en sus trajes en los sitios que más convengan apliques de materias adecuadas para producir, en el caso que se les lime o rasque con diversos instrumentos como limas, clavos, cuchillos y útiles parecidos, toda clase de ruidos insoportables. Los materiales más adecuados que de los que disponen los KASPERES a este respecto son, por ejemplo, goma espuma, cartón, chapa, piedra, trozos de pizarra etc. Muchas de estas cosas se encuentran en los paquetes. También pueden servir los ruidos que se producen al arrugar el papel de embalaje.

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Vi brillar algo. Porque brillaba tanto, quise tenerlo. Quise tener todo lo que brillaba. Más tarde, quise tener también lo que no brillaba.Vi que alguien tenía algo. Quise tener algo semejante. Más tarde quise también tener algo.

A continuación los ruidos se hacen más frecuentes y más estrepitosos cada vez, pues poco a poco todo los KASPARES del fondo se dedican a producirlo con un amplio surtido de líneas, cuchillos, clavos de hierro y con las mismas uñas, rasgando y arañándose mutuamente los trajes y los paquetes

Cuando me desperté, comí. Luego jugué y hablé, hasta dormirme de nuevo y de nuevo despertarme.

Poco a poco incluso se levantan y forman grupitos. Pero resulta fácil identificar cada uno de los ruidos por separado: ninguno se produce de manera casual; además de eso tampoco convierte en ininteligibles las palabras de KASPAR, todo lo contrario: la subrayan incluso, la sobre acentúa.

Una vez metí las manos en los bolsillos y no pude sacarlas más.Una vez cada objeto me pareció una prueba de algo, ¿Pero de qué?Una vez (intenta tragar) no pude tragar.Una vez (intenta estornudar) no pude estornudar.Una vez (intenta bostezar) no pude bostezar

Los ruidos presentan cada vez más compleja. Porque ejemplo los ruidos que se producen cuando una puerta mal encajada se cierra arañando el enlozado o cuando el oso polar se desliza a lo largo del carril metálico con las garras sacada; cuando el trineo se sale de la pista nevada, metiéndose los patines en un montón de gravilla o sobre el hormigón; cuando la tiza o la uña resbala en el plato; cuando todos arrastran sus suecos por un suelo de mármol; cuando una cierra corta madera verde y húmeda; cuando las uñas pasan por el cristal de la ventana; cuando rompe la tela etc.

Una vez (se esfuerzan en terminar la frase siguiente) los otros persiguieron… Yo buscaba… Nadie venció… Los objetos eran….Yo empujé… Nadie acariciaba… Los otros acosaban… Los objetos tenían… Nadie huía… Yo tropezaba… Los otros mostraban… Los objetos se volvían… Yo avanzaba… Los otros arrancaban… Nadie bajaba… Los objetos son… Los objetos tienen… Los otros rascan… Nadie golpea… Yo limo… Los objetos vuelven… Nadie estrangula… Los demás reciben… No he podido terminar una frase.Una vez me me… Una mez me ve… Uma vez mem ne… Numa mez mem nez… Numa ez mez mez… Una vez me equivoque a la hablar y todos se miraron entre sí.Una vez fui el único que se rió.Una vez me senté encima de una mosca.Una vez oí gritar por todas partes: ¡Al asesino!Pero cuando busqué, encontré sólo un tomate pelado en la basura.De pronto me diferencié del mobiliario. Ya con mi primera frase caí en la trampa.

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Dedicados por completo a la producción de ruidos, para lo que se sirven de sus paquetes y de los objetos que contienen, limándose los trajes, cortando en trocitos grande trozos de goma espuma, etc, los KASPARES se apretujan hace el primer plano del escenario.

Puedo hacerme entender. Creo que debo haber dormido mucho tiempo, porque ahora estoy despierto. Me dirijo a la mesa y uso la mesa, pero… la mesa sigue estando después de ser usada. Puedo aparecer, porque sé cuál es mi lugar. No puedo dormirme con las manos secas, pero cuando escupo en mis manos, se me vuelven aún más secas. Y cuando digo: la silla es inofensiva, deja ya de serlo. Me encuentro a gusto cuando la puerta, después de haber estado mucho tiempo abierta, se cierra al fin. Se donde va cada cosa. Tengo sentido de la proporción. No uso grandes palabras. Puedo reír hasta tres. Soy utilizable. Oigo desde muy lejos, pudrirse la madera. No tomo ya nada literalmente. Ahora estoy impaciente por despertarme, mientras que antes estaba impaciente por dormirme. Me han hecho hablar. Me han trasladado a la realidad… ¿escuchan eso? (silencio) ¿escuchan? (silencio) ¡shhhhh!

La escena se oscurece. Silencio

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Mientras se vuelve a iluminar el escenario, vuelve a existir la división tripartita de las acciones: al mismo tiempo que se desarrolla el texto de KASPAR aparecen nuevamente por los altoparlantes, pero suavemente los APUNTADORES. Ellos susurran quizá el siguiente texto:

APUNTADORESOjala. Futuro propio. Ahora cada dos, antes cada cuatro. Cosa de la posibilidad. Ojala. Aliviar la vida. Ojala. Despliegue. Ojala. En realidad. Ojala. Una suma continuamente ascendente. Ojala. Para eso sirve. Ojala.

(Finalmente repiten muy bajo hasta el final).

Ojala. Ojala. Ojala.

Los KASPARES se acercan arrastrando los pies hacia adelante, hacia el KASPAR hablador. Se ensañan especialmente con uno de los objetos, por ejemplo una de las sillas, riéndose de ellas a carcajadas, disfrazándola de manera ridícula arrastrándola de repente hacia otro lado , imitando el ruido que producen sus patas al arrastrar por el suelo. Acaban por ridiculizar de tal manera la silla, que finalmente queda convertida, junto con todos los demás objetos, en algo totalmente inaceptable. El KASPAR de adelante continúa:

KASPAREs agradable oír crujir la leña en el fuego, con lo que quiero expresar que no es agradable oír crujir los huesos. La silla esta aquí, la mesa esta allí, con lo que quiero expresar que estoy contando una historia. No quisiera ser más viejo, pero quisiera, sin embargo, que hubiera pasado mucho tiempo, con lo que quiero expresar que una frase es un monstruo, con lo que quiero decir que hablar puede

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ser una ayuda momentánea, con lo que quiero decir que cada objeto tiene cosquillas. Digo: puedo imaginarme que estoy ahora en todas partes, solo que no me puedo imaginar realmente estar allí, con lo que quiero decir que los picaportes están vacíos. Yo puedo decir: el aire atrapa, o bien, el cuarto cruje, o bien el armario grita, con lo que quiero decir que no se donde debo poner mi mano o dejar mi mano, mientras que cuando digo que no s e donde debo dejar mi mano, quiero expresar que todas las puertas me atraen bajo el solo pretexto de que se dejan abrir; una frase que quisiera utilizar en el sentido de que mis pelos sean atrapados en una mesa como en una maquina y que estoy pelado; literalmente cada nueva frase me hace daño, plásticamente: me han desecho, me tienen en sus manos; miro al otro lado, reina un silencio encuentro. Ya no puedo librarme de mí: lanzo el sombrero al gancho de la carne. Cada taburete ayuda a morir: los muebles son como deben ser: nada esta abierto: el dolor se vuelve previsible: el tiempo tiene que detenerse: los pensamientos se achican: no he podido sentirme todavía: no me he visto nunca: no ofrezco apenas resistencia: los zapatos me sientan como guantes: no me escapo solo con el susto: la piel se sale: el pie se duerme a morir: velas y frases-sanguijuelazas: frío y mosquitos: caballos y pus: escarchas y ratas: anguilas y buñuelos: cabras y monos: cabras y monos: cabras y monos.

Entretanto los demás KASPARES han producido un ruido cada vez más ensordecedor con los objetos que han traído y sobre el propio KASPAR hablante con sus herramientas. Lo hacen riéndose, ejecutando los ademanes acostumbrados de todo figurante en todas las obras de siempre, y se burlan del ritmo del habla del KASPAR hablante, etc. También el KASPAR hablante ha sacado una lima de su traje y se a puesto a limar la cabeza del micrófono, originando un ruido parecido al que produce los demás KASPARES. De esta manera subraya sus últimas frases. De repente sobreviene el silencio casi perfecto. Los demás KASPARES todavía brasean dando golpes al aire con sus manos y codos. Aun se agitan un poco. Se los oye olfatear.

Entonces KASPAR dice:

KASPARCabras y monos:

El telón se corre sobre ese texto con un ruido estridente hacia el centro, donde se agitan los KASPARES.

KASPARCabras y monos:

Con un ruido más estridente todavía, el telón se corre un poquito más hacia el centro.

KASPARCabras y monos:

Con un ruido más estridente aun, el telón se corre otro poquito más hacia el centro.

KASPARCabras y monos:

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Con un ruido todavía más estridente, el telón se corre otro poco hacia el centro.

KASPARCabras y monos:

Con el mas estridente de todos los ruidos posibles, el telón se corre otro poco, alcanzando el centro, donde aun agita sus brazos el grupo de raspares; dándoles en la manos, los tira a todos en el momento exacto en que el KASPAR que habla dice su ultima palabra. Se desploma detrás del telón que ahora esta cerrado. Se impone el silencio: es el fin de la obra