Kafka y El Anarquismo - Mijail Levi

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Mijal Levi Kafka y el anarquismo 1968

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  • Mijal Levi

    Kafka y el anarquismo

    1968

  • 2ndice general

    El testimonio biogrco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3El Castillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6En la colonia penitenciaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

  • 3El problema de la dimensin poltica en los escritos de Kafka como una cuestinmetafsica y psicolgica separada, ha sido descuidado por sus bigrafos y crti-cos. La mayora de ellos recuerda sus relaciones con los crculos anarquistas dePraga, sin atribuirle signicado alguno. Por otra parte, numerosos comentaristasreconocen que uno de los temas fundamentales de la obra de Kafka es la lucha delhombre contra la mquina burocrtica en sus mltiples aspectos.

    Hurgando en el contenido de sus principales obras y a la luz de su biografa,que es testimonio de su simpata hacia las agrupaciones anarquistas, se puedeencontrar una relacin que arroja nueva luz sobre su mundo espiritual. Por su-puesto que esta relacin poltica es fragmentaria: el mundo de Kafka es muchoms rico, ms complejo y ms polifactico como para que se lo pueda trasmitiren una frmula condensada, aislada.

    El testimonio biogrco

    De la poca en que Kafka comienza a trabajar en la Caja de Seguros para Obrerosdatan sus contactos con los crculos anarquistas o para-anarquistas de Praga.

    Segn las referencias de Mijal Kasha, uno de los fundadores del movimientoanarquista en Praga, y de Mijal Mares, en aquel entonces un jovencito anarquista,Kafka particip en las reuniones anarquistas del Mlodite Club, de la organiza-cin antimilitarista y anticlerical de la asociacin obrera Viles Kerber; participtambin en el movimiento anarcosindicalista checo. Ambos testigos concuerdanen que Kafka mostraba gran inters por lo que se discuta en las reuniones, peronunca pidi la palabra ni particip de los debates. Kasha, que lo estimaba much-simo, sola llamado Klidos, que signica algo as como el gigante pacco.

    Mijal Mares cuenta que, invitado por l, Kafka asisti a reuniones y conferenciasanarquistas. La primera de ellas fue una manifestacin de protesta por la sentenciade muerte al pensador y educador anarquista espaol Francisco Ferrer. Kafkaparticip en la reunin que fue disuelta por la polica.

    En el ao 1912 Kafka particip tambin en la manifestacin que se realiz comoprotesta contra la imposicin de la pena de muerte al anarquista Liabedz en Pars.La demostracin fue violentamente disuelta por la polica. Entre los detenidos enaquella oportunidad se encontraba tambin Kafka.

    Mares cuenta que Kafka lea con inters y simpata los escritos de los diver-sos tericos y expositores anarquista s como Domela Niewenhuis, los hermanosReclus, Vera, Finger, Bakunin, Jean Grave, Kropotkin, por ejemplo.

    Existen otros dos testimonios de las inclinaciones antiautoritarias de Kafka yde su simpata por los trabajadores oprimidos. En su conocida creacin Carta alpadre (1919) calica la actitud de su progenitor en el comercio como tirnica ylo acusa con las siguientes palabras:

  • 4A tus empleados los llamabas enemigos pagados; y lo eran, pero an antesde que lo fuesen t me parecas ser su enemigo que paga. ( . . . ) Es verdad queexageraba, ya que sin ms supona que causabas a esa gente una impresintan terrible como a m. ( . . . ) Pero a m se me haca insoportable el negocio,me recordaba demasiado mi relacin contigo. ( . . . ) Por eso, necesariamentetena que pertenecer yo al partido del personal.

    Aqu encontramos un nexo entre la rebelda frente al dominio paterno y larebelda anarquista ante la fuerza econmico-poltica imperante.

    Es bien conocido el profundo odio que Kafka senta hacia su trabajo en lacompaa de seguros, a la que tildaba de nido de oscuros burcratas. No podasoportar el sufrimiento de los obreros perjudicados y de sus desgraciadas viudas,que eran introducidas en el laberinto jurdico-burocrtico de la Caja de SegurosObreros. La frecuentemente citada frase, mencionada por Max Brod, es una aguday sugerente expresin de su manera de pensar: Qu mansa es la gente; llegan anosotros con sus splicas, en lugar de tomar la ocina por asalto y destruirla, nosvienen a pedir misericordia. El espritu anarquista de esta frase bajo la cualBakunin agradecido estampara su rma es lo sucientemente claro como pararecordarnos la posicin de Kafka frente a las instituciones democrticas.

    Max Brod dice que la estructura realista de muchos captulos de El Procesoy El Castillo tienen su origen en la ocina de seguros. Est fuera de toda dudaque este trabajo burocrtico y la rebelda de Kafka constituyen una de las fuentesdel espritu libertario que traslucen sus escritos.

    Constituye la tendencia anarquista en la vida de Kafka una pasajera expresinjuvenil limitada a los aos 1909-1912? Es cierto que despus de 1912 Kafka dej departicipar en sus actividades con los anarquistas checos y comenz a demostrarun inters mayor por los crculos judos y sionistas. Pero debemos recordar suscharlas con G. Janusz, all por el ao 1920, no slo porque llama a los anarquistaschecos queridas y alegres personas ( . . . ) tan cariosas y fraternales que casia la fuerza creemos en sus palabras, sino porque las opiniones sociales y pol-ticas que desarrolla estn muy cerca del anarquismo. As, comenta con Januszla no admisin de los poetas en la Repblica de Platn: Los poetas proveen alhombre de nuevos ojos y de esta manera intentan introducir una modicacinen el mundo real. Por esoson elementos peligrosos para el Estado, porque recla-man transformaciones. Pero el Estado y sus eles servidores tienen una sola yexcluyente voluntad: permanecer. Hay que interpretar que Kafka se considera lmismo como uno de esos poetas que hace peligrar la permanencia del Estado.

    Kafka dene al capitalismo como un sistema dependiente de relaciones en quetodo tiene jerarqua, todo est encadenado. Este es un pensamiento tpicamenteanarquista en el que se subraya el carcter opresor y esclavista del rgimen vigente.

  • 5Su actitud escptica frente al movimiento obrero es tambin una consecuen-cia de la desconanza que los anarquistas han demostrado frente a los partidospolticos y sus instituciones.

    En una oportunidad se encontr frente a una manifestacin obrera que portababanderas y pancartas; su comentario a Janusz fue el siguiente: Esta gente esttan segura de s misma, tan convencida de su justicia. Dominan la calle y piensanque son los poderosos del mundo. Pero estn equivocados: detrs de ellos estnpreparados los secretarios, los funcionarios, los polticos profesionales, todos estosmodernos sultanes a quienes ellos preparan el camino del poder. ( . . . ) La rebeldase evapora y slo queda el barro de la nueva burocracia. La soga de la torturadahumanidad est trenzada con los papeles de la burocracia.

    Sera extrao e incomprensible que las ideas polticas de Kafka no tuvieraninuencia sobre sus escritos porque sustancialmente el estrato anarquista es unode los signos centrales de sus grandes creaciones, cuentos, relatos y alegoras.

    De sus tres novelas ms conocidas, Amrica es la que est menos inuida porsus ideas libertarias. Slo dos pasajes son una excepci en este sentido, pasajesen los que se expresa la analoga entre el autoritario grupo de ociales de lamarina, funcionarios y representantes estatales, y el obrero que se queja poralguna injusticia. Kafka mismo describe este estado como los sufrimientos de unpobre hombre que es oprimido por los poderosos. La misma circunstancia aoraen su Lmparas nuevas, un hecho que sirve siempre como desmostracin delas inquietudes sociales de Kafka. En este relato hace un paralelo entre el abatidodelegado de los obreros mineros, que viene a quejarse de las lmparas que nofuncionan y el gentleman de la administracin que se burla de su justa demanda.La profunda oposicin entre el astuto sector superior y la clase baja de la galeraes la caracterstica fundamental en este relato. Otro hecho del mismo gneroencontramos en sus Diarios. El administrador de una compaa de seguros(similar a la conocida por Kafka) echa, humillndolo, a un pobre obrero enfermoy desocupado que va en busca de empleo. Toda la alharaca de las eleccionesnorteamericanas son calicadas por Karl Rossman como una gran parodia, a laluz de la desconanza anarquista en el sisterna electoral.

    En su segunda novela, El Proceso, surge el problema de la burocracia au-toritaria como uno de los temas fundamentales de la obra. Es cierto que en ElProceso est subrayada la parte burocrtico-jurdica del aparato estatal, antesque la poltico-militar, que los anarquistas ms combaten. Este hecho puede serfcilmente comprensible si tenemos en cuenta que Kafka mismo fue un burcratade la justicia, trabajo que le produca nuseas.

    Josep K., la candorosa vctima de El Proceso es detenido una maana y nadiepuede explicarle la causa de su arresto. Es juzgado en un tribunal en el que no sele permite apelar a los jueces de suprema instancia; que no reconoce la defensa,

  • 6aunque la tolera en parte; sus decisiones resultan incomprensibles; los jueces nose dejan conocer, pronuncindose al nal por un fallo que ordena: muera comoun perro.

    La posicin de Kafka frente a las leyes de Estado surge claramente en su relatoEl problema de nuestras leyes. Aqu describe un pueblo dominado por un peque-o grupo de aristcratas que guardan en secreto las leyes cuya misma existenciaest puesta en duda. La observacin cuasi-anarquista de Kafka es: Si surgiera unpartido que diera por tierra no slo con cada creencia y cada ley sino tambin conla aristocracia, entonces todo el pueblo lo apoyara.

    La falta de leyes es suplantada en El Proceso por la presencia de una poderosaorganizacin jurdica que Joseph K. critica con indignacin: Una organizacinque no slo se vale de corruptos funcionarios, inspectores imbciles y juecesinquisidores que en el mejor de los casos son moderados sino que incluso eljefe mximo de la jerarqua jurdica se sirve de toda una caterva de servidores,funcionarios, policas y dems ayudantes. Tampoco me abstendr de decirle a estapoderosa organizacin verdugos! qu signica, seores mos, que personas queson jurdicamente inocentes son detenidas hacindoselas objeto de investigacionesabsurdas.

    El Proceso describe la mquina legal desde el punto de vista de las vctimas,los hombres humildes y sumisos: una jerarqua burocrtica, absurda y de duracerviz que no sabe de misericordias.

    El Castillo

    En El Castillo Kafka se ocupa directamente del problema del Estado, la buro-cracia. El pas que describe es una veraz versin de la cruda realidad, que conociy vivi en el Imperio austro-hngaro.

    El Castillo opone la fuerza, el poder y el Estado al pueblo, que tiene su smboloen la aldea. Este castillo es pintado y representado como algo extrao, hostil, queno permite su comprensin; constituye una especie de lejana y caprichosa fuerzaque gobierna al pueblo por medio de una tortuosa jerarqua de burcratas decomportamiento absurdo, incomprensible, cursi.

    En el captulo V, Kafka nos describe una parodia tragicmica del mundo buro-crtico; la turbacin ocial que el autor dene como ridcula alarma. La absurdalgica interior de esta idea se descubre en toda su desnudez en las siguientes pa-labras del alcalde: Que si hay ocinas de control? Hay solamente ocinas decontrol. Cierto que no estn destinadas a descubrir fallos en el sentido bruto deesta palabra, puesto que tales fallos no se producen, y aun cuando alguna vez seproduce un fallo, como en el caso suyo, qin podra decir denitivamente que

  • 7es un fallo? El alcalde de la ciudad nos recuerda que todo el aparato burocrticoest constituido tan slo por ocinas que se controlan unas a otras . . . pero enseguida agrega que en la prctica no hay nada que necesite de un control. Porlo tanto, errores serios no se encuentran. Cada oracin niega la anterior, y enresumen se demuestra la estupidez ocial.

    En el nterin algo crece, se extiende e inunda; papeles, papeles de ocina (comose expresa Kafka) con los que est trenzada la soga de la torturada humahidad.Un mar de papeles colma la ocina de Sordini.

    Pero la culminacin de la alienacin burocrtica se traduce en las palabras delalcalde que calica al aparato ocial como una mquina autnoma que funcionapor s misma. Aqu Kafka trata el ntimo y ms inhumano de los contenidos de laconcepcin burocrtica: el proceso de alienacin que transforma una estructurade relaciones humanas en un objeto petricado, en una mquina ciega.

    En El Castillo alude Kafka a la frecuente duplicidad de una serie de hroes.Klam, por ejemplo, se parece a un guila cuando se lo observa en sus funcionesociales pero cuando este poderoso representante del castillo es visto a travs delojo de la cerradura, se nos aparece como cualquier otro burcrata: de estaturamediana, gordo, fumando y bebiendo cerveza, con bigotes en punta y gafas. As senos revela el mismo castillo: por fuera impenetrable, todopoderoso, pero miradode cerca se ve que sufre no menos desgracias que la aldea.

    El lado corrupto y feo del poder del castillo, surge de la lectura del captulo Sor-dini-Amalia: la expulsin de la virginal muchacha, que no acepta las proposicionesdeshonrosas del funcionario.

    La propensin de Kafka a descubrir el rostro de la pequeez, la mediocridad yla inmoralidad que estn tras la magnca fachada del Estado, tiene tambin suexpresin en otros escritos. En El Proceso nos pinta a un juez que ocupa condescaro su estrado judicial, pero por las declaraciones de Leni nos enteramos deque en realidad est sentado sobre un simple banquillo de cocina cubierto por unavieja manta; el antiguo y respetado Cdigo en el vaco recinto de justicia resultaser una coleccin de fotografas de relatos pornogrcos. El mismo motivo loencontramos en una cantidad de retratos de Kafka, como por ejemplo Poseidn;en ste el dios del mar se nos aparece como un burcraata mediocre, que sentadoa su mesa de trabajo se dedica a efectuar simples operaciones de aritmtica.

    El Castillo trata el problema de la impotencia del hombre frente a la diablicafarsa, a la pedantesca, a la complicada, brutal y ridcula tctica del omnipotenteaparato de gobierno. No slo Kafka, como un extrao y un perturbador, sinotodos los que protestan contra el poder son triturados sin misericordia por la m-quina, no por medio de un golpe mortal directo sino con lentitud, indirectamentey con astucia, absorbindoles la mdula de sus huesos. En esta novela se ataca alpoder poltico y burocrtico como tal. Igual que los pensadores anarquistas, no

  • 8critica una forma determinada de Estado sino su esencial y universal contenido ysignicado: el poder institucional jerrquico.

    Pero este anlisis de El Castillo y El Proceso puede ser considerado comoparcial si no agregamos que la actitud de Kafka y de Joseph K. frente a la autoridadno consiste slo en una pura rebelda; encontramos tambin en esta actitud ciertareverencia temerosa, es un esfuerzo por ser reconocido. Esta situacin ambivalentela encontramos en la actitud de Kafka frente al padre y en su relacin con la mismaautoridad divina.

    En la colonia penitenciaria

    Entre los relatos cortos de Kafka el ms signicativo desde el punto de vistapoltico es En la colonia penitenciaria: un vigoroso grito de protesta contra labestial autoridad y la falsa y extraa justicia.

    Con frecuencia se ha opinado que a travs de este relato previ los camposde concentracin nazis. Pero Kafka pint una determinada realidad de su poca:el colonialismo francs. Los comandantes y ociales de la prisin son francesesque no quieren olvidar su hogar; los sumisos soldados, los obreros-peonesy la vctima condenada a muerte, son nativos que no entienden una palabrade francs. Kafka introduce el trasfondo colonial para subrayar la brutalidadde determinados gobernantes. Este poder autoritario es ms brutal que el queencontramos en El Castillo y El Proceso.

    En su obra En la colonia penitenciaria Kafka nos habla de la cruel venganzade un poder iracundo. Un desgraciado conscripto es condenado a muerte por nocumplir con las rdenes y por faltarle el respeto a sus superiores. Fue encontradoen falta en un irrisorio deber: saludar cada hora de la noche la puerta de sucuarto; al recibir de su capitn un fustazo en la cara, tiene este soldado la osadade rebelarse contra la autoridad, y faltando toda responsabilidad de defensa deacuerdo con el reglamento de disciplina de los ociales, es condenado a morirpor medio de una mquina de tortura que graba en su cuerpo: Respeta a losque estn delante de ti! Pero esto no es lo esencial de su relato, pues si tanslo fuera se el contenido no habra diferencia alguna entre el relato de Kafkay centenares de otros relatos sobre presidios y correccionales. La gura centralde En la colonia penitenciaria no es el investigador ni el penado, el ocial o elcomandante sino la mquina.

    El relato gira alrededor de la mquina infernal, su origen, su papel y su signi-cado. La mquina, segn las palabras del ocial, se convierte con el tiempo enun n en s misma. La mquina no existe para inigir el castigo al hombre, sinoque el hombre est destinado a la mquina, para servirle como alimento, con sucuerpo, a n de que pueda grabar sobre l un esttico texto con letras de sangre,

  • 9decorado con ores y otros ornamentos. Hasta el ocial sirve a la mquina puesal nal cae l mismo vctima del Moloch que no satisface su hambre.

    Kafka vuelve nuevamente a las races del problema: el proceso de alienacinque convierte al objeto, a la creacin humana, en un amo opresor, autnomo yextrao. La mquina domina al hombre y lo destruye en vez de prestarle ayuda yservirle.

    A qu mquina devoradora de vctimas propiciatorias se refera Kafka? Elrelato En la colonia penitenciaria fue escrito en octubre de 1914, tres mesesdespus del estallido de la Primera Guerra Mundial.

  • La Biblioteca AnarquistaAnti-Copyright26 de marzo de 2013

    Mijal LeviKafka y el anarquismo

    1968

    Nota: Este artculo se public en lengua ydish en el peridico anarquistaneoyorquino Freie Arbeiter Stime (entre el 15-I-67 y el 15-I-68); aprovechamos la

    traduccin de G. R. publicada en la revista bonaerense Reconstruir (julio-agosto 1968).Recuperado el 26 de marzo de 2013 Tierra y Libertad

    El testimonio biogrfico El Castillo En la colonia penitenciaria