July 2015 Spanish

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Malaria: Una amenaza constante 10 El diseño en la naturaleza 21 Una imagen perfecta 26 Nuestro encuentro con Publicación internacional de los adventistas del séptimo día Vol. 11 No. 7

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Revista Adventista del Septimo Dia. Julio 2015

Transcript of July 2015 Spanish

  • Malaria:Una amenaza constante

    10 El diseo en lanaturaleza

    21 Una imagenperfecta

    26

    Nuestro encuentro con

    P u b l i c a c i n i n t e r n a c i o n a l d e l o s a d v e n t i s t a s d e l s p t i m o d a

    Vol. 1 1 No. 7

  • Publicado por la Asociacin General de la Iglesia Adventista del Sptimo Da.

    Vol . 1 1 No. 7

    spanish.adventistworld.orgwww.adventistworld.org: Disponible en lnea en diez idiomas

    3 I N F O R M E M U N D I A L 3 Noticias breves 6 Informe de noticias 27 Historias de Glow

    N O T A D E T A P A

    16 Nuestro encuentro con DiosGideon y Pam PetersenLa experiencia misionera implica no solo compartir sino tambin aprender.

    8 P A N O R A M A M U N D I A L Llamados a ser fieles Ted N. C. Wilson Para ser los testigos que Dios desea.

    11 V I D A A D V E N T I S T A El conflicto de los siglos Mihai Goran Un proceso natural: primero aprendemos,

    despus compartimos.

    12 D E V O C I O N A L Katrina Efran Velzquez II De la seguridad a la experiencia de los refugiados.

    14 C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S En casa, con el Cordero Judith y Sven Fockner Jess prometi que ira a preparar un lugar

    para nosotros.

    21 F E Y C I E N C I A El diseo en la naturaleza Tim Standish Estamos rodeados de evidencias.

    22 D E S C U b R I R E L D O N D E P R O F E C A La mensajera de Dios: Una iglesia

    en crecimiento y nuevos desafos Theodore N. Levterov A medida que creca su influencia, tambin se

    incrementaron sus viajes.

    24 S E R V I C I O A D V E N T I S T A El rostro de Jess Diana Dyer Cuando menos lo esperamos, es posible

    contemplar su rostro.

    10 S A L U D Malaria: Una amenaza

    constante

    26 R E S P U E S T A S A P R E g U N T A S b b L I C A S

    Una imagen perfecta

    28 I N T E R C A M b I O D E I D E A S

    D E P A R T A M E N T O S

    F o t o d e t a p a : a d v e n t i s t F r o n t i e r M i s s i o n2 Adventist World | Julio 2015

  • I N F O R M E M U N D I A L

    D E P A R T A M E N T O S

    Tams csai (derecha), presidente de la Unin Asociacin Hngara, firma el documento con Jnos Cserbik, lder de la KERAK.

    te

    d

    La Iglesia Adventista de Hungra y un grupo separatista de cientos de exadventistas acordaron dejar de lado sus agravios y esforzarse por borrar un cisma de cuarenta aos.

    La iglesia de Hungra se dividi en 1975 en medio de una protesta de los pastores jvenes y otros miembros, por la colaboracin de los lderes locales con el Concilio de Iglesias Libres, una entidad formada para representar los intereses comunes de pequeas denominaciones protestantes, que ms tarde se convirti en una herramienta del estado comunista.

    En una ceremonia, Tams csai, presidente de la Unin Asociacin Hngara, firm un documento titulado Declaracin conjunta para llegar a un acuerdo sobre el pasado y establecer un futuro conjunto, con Jnos Cserbik, lder de la KERAK, como se conoce al otro grupo.

    Me agrada mucho que este distanciamiento de cuarenta aos llegue a su fin para la mayora, dijo Benjamin Schoun, uno de los vicepresi-dentes generales de la Iglesia Adventista mundial, quien jug un papel clave a la hora de buscar la reconciliacin. Es un testimonio del uso de los mtodos bblicos de reconciliacin, y la disposicin de cada parte de acercarse a la otra dijo Schoun en una entrevista. An hay muchos detalles que resolver, y deberamos seguir orando por esta iniciativa.

    La Iglesia Adventista de Hungra tiene 4629 miembros que se renen

    Adventistas de Hungrase reconcilian despus de

    cuarenta aosAndrew McChesney

    Todo cristiano necesita dos conversiones: una del mundo a Cristo, y la otra, de regreso al mundo junto con Cristo. John Stott

    Un sabio profesor universitario observ en cierta ocasin durante una clase de religin que la trayectoria de la misin adventista siempre se ha movido entre dos verbos funda-mentales: Venid e Id. Se necesita de ambos para entender el significado del discipulado.

    Si solo enfatizamos el venir a Jess, inevitablemente nos movemos hacia una fe que se enfoca en nuestra propia experiencia de salvacin nuestra comodidad, esperanza, conducta y puntos de vista con una menor preocupacin por los que an no lo conocen.

    Si destacamos solo el ir en nombre de Jess, perdemos la esencial experiencia de gracia recibida que nos califica para testificar lo que Jess ha hecho personalmente por nosotros. Terminamos as destacando con orgullo los indicadores de nuestro aparente xito misionero: miles de bautismos, millones de personas asistidas, los edificios construidos, las verdades proclamadas.

    Al referirse a la historia a menudo ignorada de Lucas 10, donde se describe la misin de los setenta, el profesor nos record que la verdadera misin es un ciclo: venimos a Jess, aprendemos de l, salimos en su nombre y nos maravillamos por su poder. Regresamos entonces con historias de libera-cin, para ser enviados nuevamente con una fe ms grande y una mayor disposicin de escuchar y aprender del objeto de la misin.

    Durante diez maravillosos aos, esta revista ha estado contando la historia de la misin adventista en el mundo. Nuestro equipo internacional de escritores, editores, traductores, diseadores y distribuidores ha trabajado con diligencia para comunicar tanto la tarea de venir como de ir, funda-mentales para la misin en nombre de Cristo.

    En estas pginas, hallar historias que edi-ficarn su fe y acrecentarn su amor por Cristo y la verdad. Hallar tambin artculos honestos y tiles que recuerdan a la iglesia de Dios los desafos y pruebas que a menudo acompaan la obra por el Seor. Ms all de eso, espera-mos que usted tambin descubra un amor ms

    grande por un mundo de personas agobiadas y desconcertadas con

    quienes compartir las buenas nuevas de salvacin por medio de Cristo, y la esperanza de su pronto regreso.

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 3

  • en 104 iglesias, mientras que la KERAK tiene entre 1500 y 1800 miembros. Se anticipa que unos seiscientos miembros regresarn en los prximos meses, mientras que unos cuatrocientos no quieren hacerlo, y el resto permanece abierto a la idea.

    El tan esperado documento de reconciliacin es visto como el primer paso para reunir a ambas partes. En el acuerdo, la Iglesia Adventista reconoci que en 1975 expuls al grupo disidente de 518 creyentes, sin mayores mritos. Despus de mucha agitacin, que sacudi la iglesia en lo ms ntimo, los integrantes del grupo fueron borrados de los registros sin una razn bblica valedera, fue lo que se expres en una declaracin de la Divisin Transeuropea de la Iglesia Adventista, que incluye a Hungra en su territorio.

    Los creyentes marginados se orga-nizaron inicialmente como una iglesia clandestina en lo que entonces era un pas del bloque sovitico, pero el grupo surgi ms tarde con la denominacin oficial KERAK, o Comunidad Cristiana Adventista.

    Despus del colapso del rgimen comunista en 1989, lderes adventistas de todos los niveles de la iglesia busca-ron sin xito reunificar a la iglesia de Hungra. Las conversaciones en busca de la reunificacin se interrumpieron alrededor del ao 2000, pero en 2011, una nueva generacin de lderes de la KERAK inici una serie de dilogos.

    El acuerdo del 23 de abril marca un punto de inflexin segn el presidente de la Divisin Transeuropea, Raafat Kamal: En los ltimos dos aos, he sido testigo personal de autnticas expresiones de reconciliacin de los miembros y los lderes. Cristo viene pronto, y l est uniendo a los creyen-tes adventistas de Hungra para que puedan enfocarse en la misin de ser la sal y la luz del mundo.

    El presidente de Zambia se uni a otros miles de creyentes adventistas en un estadio para celebrar que la feligresa de la Iglesia Adventista alcanz el milln en ese pas africano.

    El presidente Edger Lungu presenci un desfile de Conquistadores en uni-forme verde y blanco, y particip de un culto adventista en el Estadio Nacional de los Hroes, en Lusaka, la capital de Zambia, durante la celebracin sabtica.

    El nombre de Dios y su iglesia fue

    I N F O R M E M U N D I A L

    Arriba: Paul Ratsara, presidente de la Divisin de frica Meridional y Ocano ndico, habla en Lusaka (Zambia), durante la celebracin por haber alcanzado un milln de miembros en el pas. Derecha: Edgar Lungu, presidente de Zambia, fue uno de los invitados de honor.

    F o t o g r a F a s : U n i n a s o c i a c i n d e Z a M b i a

    celebra el millnPresidente de Zambia

    Andrew McChesney

    ensalzado. Fue un momento excelso para la Iglesia Adventista de Zambia y de otros pases, dijo Paul Ratsara, presidente de la Iglesia Adventista en la Divisin de frica Meridional y Ocano ndico, territorio que incluye a Zambia.

    El presidente y los dignatarios del pas decidieron asistir al culto dijo Ratsara en una entrevista. Tuve la pesada responsabilidad de impartir el pan de vida.

    Este hito hace que Zambia ahora

    de adventistas en el pas

    4 Adventist World | Julio 2015

  • tenga ms miembros que cualquier otro pas del frica, incorporndose a los otros tres pases con ms de un milln de adventistas: Brasil (1,5 millones), India (1,5 millones), y Estados Unidos (1,2 millones). Filipinas los sigue de cerca con 918.669 miembros hasta diciembre de 2014, y le siguen Kenia (824.185) y Zimbabue (803.521). La Iglesia Adventista tiene 18,5 millones de miembros en el mundo.

    Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, dijo que alababa a Dios por la bendicin de la Iglesia Adventista en Zambia. Dios est bendiciendo a su iglesia de manera extraordinaria. Ahora le rogamos que derrame la lluvia tarda del Espritu Santo para llevar el mensaje del evange-lio a cada rincn del planeta, expres.

    En Zambia, el evangelismo no es un evento sino una forma de vida, segn Ratsara. Cont asimismo que la Iglesia Adventista local, que tiene unas seis mil congregaciones en un pas de 15,5 millones de habitantes, crece con rapidez porque los laicos y los pastores trabajan en estrecha colaboracin y los recin bautizados son colocados en un programa denominado Pescadores de hombres, que busca ensearles a hacer discpulos.

    Muchos de los que asistieron al esta-dio de Lusaka eran jvenes o miembros de la Sociedad de Dorcas de la iglesia de Zambia, dos grupos que, segn los lderes, son responsables de impulsar el crecimiento de la iglesia.

    Los jvenes han sido el motor detrs del asombroso crecimiento. Las mujeres de la Sociedad de Dorcas son otro factor que contribuye al incremen-to de la feligresa en los ltimos aos dijo G. T. Ng, secretario de la Iglesia Adventista mundial. El entusiasmo y la euforia de los jvenes y las mujeres en la vida y el ministerio de la iglesia es algo que la iglesia mundial podra imitar.

    Las ondas ssmicas del poderoso terremoto de Nepal llegaron hasta la nacin caribea de Puerto Rico, cuya comunidad adventista tiene una conexin especial con ese pas sudasitico.

    Pocos das despus del sismo del 25 de abril, los lderes adventistas de Puerto Rico respondieron convocando a dos conferencias de prensa para recolectar fondos para el Hospital Adventista Scheer Memorial, cuyo principal mdi-co y administrador, Fernando Cardona, es originario de Puerto Rico.

    La campaa logr recolectar muy pronto decenas de miles de dlares, y Jos Alberto Rodrguez, presidente de la Iglesia Adventista en Puerto Rico, dijo que esperaban llegar a doscientos mil dlares para junio.

    Tenemos una iglesia generosa dijo Rodrguez, que tambin cumple funciones como director de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales en Puerto Rico. Tambin tenemos muchos amigos de la iglesia que creen en nuestra obra y en ADRA, a quienes les gusta ayudar a los dems.

    Por donde se la mire, impresiona la cantidad de dinero que est recolec-tando la relativamente pequea iglesia de Puerto Rico, que tiene una feligresa de casi treinta y cuatro mil miembros. Rodrguez tambin lider una campaa de recoleccin por medio de la sede de ADRA Puerto Rico, que recolect varios cientos de miles de dlares despus del devastador terremoto de Hait en 2010.

    Otras entidades adventistas tambin han estado recolectando fondos para

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    I N F O R M E M U N D I A L

    Puerto Rico recolectaimportantes fondos paraNepal

    el Hospital Scheer Memorial que est cerca de Katmand, la capital de Nepal.

    La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales est recolec-tando donaciones para ayudar a la poblacin general, y tambin la Iglesia Adventista de Nepal, cuyo presidente Umesh Pokharel ha pasado semanas viajando a aldeas remotas para distri-buir alimentos y tiendas de campaa a los adventistas y sus vecinos. Aun as, nadie parece estar siquiera cerca del monto recolectado por los adventistas de Puerto Rico.

    Libna Stevens, Divisin Interamericana

    Los mdicos llevan a cabo una cesrea al aire libre en el Hospital Scheer Memorial, cerca de Katmand (Nepal).

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  • I N F O R M E M U N D I A L

    La Iglesia Adventista de Puerto Rico abri una cuenta en un banco local para recibir las donaciones para Nepal, antes de organizar las conferencias de prensa del pasado 28 y 29 de abril en las ciudades de San Juan y Mayagez. Reporteros de los principales peridicos y canales de televisin se hicieron presentes.

    Cardona, un pediatra que hace siete aos dej su cargo en el Hospital Adventista Bella Vista, en Mayagez, para ir a trabajar a Nepal, se comunic por telfono en la conferencia de prensa.

    Dios ha sido bueno con nosotros, y nos ha protegido, y l sigue dndonos fuerza para que continuemos ayudando a la gente, expres. padres musulmanes despus de que una

    hiena le arrancara parte de la cara. Al momento de su fallecimiento, Schantz estaba preparando un artculo para Adventist World sobre la historia.

    Todo comenz en 1978, cuando Schantz fue invitado a dirigir una Sema-na de Oracin en el Colegio Superior Adventista de Etiopa en Kuyera. El muy desfigurado Anbesse, que viva en un orfanato adventista cercano, estaba sen-tado con otros nios en la primera fila.

    Me dej una profunda impresin dijo Schantz en una serie de intercambios con Adventist World hacia fines de 2014. Qu clase de futuro poda tener?

    Donde haba estado la nariz del nio, ahora haba solo un gran crter. Le faltaban los prpados, y la boca colgaba, semiabierta. Cuando el mu-chachito escuch que Schantz hablaba de Jess y el cielo, surgi en l el deseo de tener un nuevo rostro. Sin l, sera siempre un paria, y morira joven. Al terminar la reunin el muchachito se le acerc y le dijo: Cuando Jess regrese, l me va a dar un nuevo rostro. Esas palabras quedaron grabadas en la mente del predicador durante semanas.

    Anbesse, hijo de nmades que recorran la zona fronteriza de Etiopa con Somalia, haba sido atacado por una hiena a los cuatro aos, mientras

    El autor principal de Misioneros bblicos, la actual Gua de estudio de la Biblia para adultos, vio que su pasin por los musulmanes y la obra misionera convergieron inesperadamente en Dinamarca, al reunirse con un etope a quien haba ayudado a salvar de una muerte segura casi cuarenta aos antes.

    Brge Schantz, uno de los principa-les telogos de la Iglesia Adventista de Europa, bautiz entonces a la familia del hombre, en una historia extraor-dinaria que fue testimonio final de la influencia de un misionero adventista. Schantz falleci repentinamente a los 83 aos el 12 de diciembre de 2014, en su hogar en Bjaeverskov (Dinamarca).

    Schantz es uno de los autores de Misioneros bblicos, las lecciones de la Escuela Sabtica que usan los adultos adventistas en todo el mundo este tercer trimestre de 2015. El libro, escrito junto con Steven Wayne Thompson, exrector del Colegio Terciario Newbold, examina la vida de misioneros tales como Abraham, Ester, Jons y Pablo.

    La propia vida misionera de Schantz recibi una cobertura destacada en julio de 2014 en el peridico BT, el de mayor distribucin en Dinamarca, cuando se reuni con Hassen Anbesse, quien de nio fue abandonado por sus

    Otras maneras de ayudar a Nepaln Usted puede donar al Hospital Adventista Scheer Memorial de Katmand. La Asociacin General ha creado un sitio para recolectar fondos en fundly.com (goo.gl/JqV84X). Asian Aid USA, afiliada con la ASI, tambin est recolec-tando fondos para el hospital en AsianAid.org.

    n Puede donar a la Iglesia Adventista de Nepal enviando un cheque o giro bancario dirigido a General Conference of Seventh-day Adventists, y escribiendo Nepal Section relief funds en la lnea de memo. El sobre debe ser enviado a:

    n Donation Cashier General Conference of Seventh-day Adventists 12501 Old Columbia Pike Silver Spring, MD 20904 United StatesEl dinero es destinado a las necesidades de los feligreses adventistas.

    n Para donar a ADRA, visite ADRA.org y presio-ne en la seccin Donate al tope de la pgina principal. Los residentes de Canad pueden donar en adra.ca/nepal. El dinero es destinado a esfuerzos asistenciales generales.

    Conozca al autorde la

    Gua de la Escuela SabticaBrge Schantz y una extraordinaria experiencia misionera que result en tres bautismos justo antes de su muerte

    6 Adventist World | Julio 2015

  • I N F O R M E M U N D I A L

    Izquierda SEGUNDA GENERACIN: Schantz bautiza a Natinael, el hijo mayor de Anbesse, el 18 de octubre de 2014, menos de dos meses antes de su fallecimiento. Centro REUNIDOS: Schantz y Anbesse al filmar un video para el peridico BT sobre su encuentro. Derecha DE LOS ARCHIVOS: Schantz y Anbesse miran un ejemplar del peridico BT de 1978 con el titular: Ayude a que Hassen tenga un nuevo rostro.

    dorma. Un adulto haba espantado al animal antes de que matara al chico, pero los mdicos no haban logrado hacer mucho para reparar los daos.

    Cuando Schantz regres a Dinamar-ca de vacaciones, convenci al peridico BT que pidiera a los lectores una ayuda para trasladar al nio a Dinamarca para que fuera operado. El peridico public la historia con el ttulo Ayude a que Hassen tenga un nuevo rostro en la tapa de la edicin del 26 de julio de 1978. La campaa logr juntar lo necesario.

    Anbesse fue intervenido varias veces en forma gratuita por un cirujano plstico. Despus de vivir en Dinamarca por unos aos, se traslad a Noruega, regres a Etiopa, y volvi a establecerse en Dinamarca.

    Su vida con una cicatriz sumamente visible en el rostro no era fcil, dijo Schantz.

    En Copenhague, Anbesse conoci a Helen tambin inmigrante etope se casaron y tuvieron tres hijos. Despus de las intervenciones quirrgicas, perdi contacto con Schantz, y tambin dej de asistir a la iglesia.

    Mientras tanto, Schantz sigui adelante con lo que terminaran siendo cuarenta y siete aos de servicio a la iglesia. Fue decano de teologa en el Colegio Terciario Newbold (Inglaterra), y director fundador del Centro Global Adventista de Estudios Islmicos en esa institucin. Durante diez aos, ense tica mdica a enfermeras

    musulmanas en un proyecto especial de la Universidad Loma Linda en un pas estrictamente musulmn.

    Vivi una vida sumamente activa dijo Arne Sandback, pastor y amigo que coordin su funeral. Por solo mencionar algunas cosas, ha estado pre-dicando, dando charlas en instituciones educativas, y conferencias sobre el isla-mismo. Hasta estaba en el cronograma de predicacin para el sbado posterior a su fallecimiento.

    Ray Holm, quien junto con su esposa Lynette brindaron alojamiento a Schantz en su hogar durante las reunio-nes de la Semana de Oracin en el Co-legio Terciario Adventista de Etiopa en 1978, dijo que Schantz haba sido una inspiracin. Despus de esa ocasin, toda vez que lo veamos, sentamos que era de la familia, siempre animndonos en nuestra labor y dndonos consejos, dijo Holm, que trabaj como gerente de la institucin y ahora es gerente general de Healthcare Resources NW, un servi-cio de la Iglesia Adventista en Portland (Oregn, EE. UU.).

    Mientras Schantz se dedicaba a pre-dicar y ensear en la primavera de 2014, Helen, la esposa de Anbesse, comenz a llevar a la familia a una iglesia adven-tista. Ella era una fiel cristiana copta y, como saba del pasado adventista de su esposo, decidi analizar ms de cerca la religin que l haba descuidado. Hace unos meses prediqu en la iglesia de Holbaek, y all en la audiencia encontr

    a Hassen y su familia dijo Schantz. Qu gran encuentro fue ese!

    Poco despus, el peridico BT infor-m del encuentro en su popular edicin dominical, que tiene una circulacin de 269 mil ejemplares. El informe, que cu-bri siete pginas, mencion varias veces a la Iglesia Adventista.

    Aunque tengo un rostro, an no es igual al de otras personas dijo Anbesse al peridico. Pero estoy muy feliz con el resultado. Tengo un nuevo rostro, un nuevo pas y una familia maravillosa.

    Anbesse trabaj durante aos en una fbrica, y su esposa en tareas de limpieza. En el presente realizan trabajos ocasionales.

    En los meses que siguieron al sor-presivo encuentro, Schantz y su esposa Iris se reunieron peridicamente con los integrantes de la familia, a quienes dieron estudios bblicos. A pedido de Helen y de Natinael y Meron, sus dos hijos ma-yores, Schantz bautiz a los tres el 18 de octubre, menos de dos meses antes de su fallecimiento. La membresa de Hassen fue transferida a Dinamarca desde una iglesia en Etiopa.

    Fue para m una experiencia muy especial bautizar a tres personas como resultado del servicio misionero realizado treinta y seis aos antes dijo Schantz en su ltima comunicacin con Adventist World el 13 de noviembre. Experiment el gozo de Eclesiasts 11:1: Echa tu pan sobre las aguas; despus de muchos das lo hallars.

    c o r t e s a d e b r g e s c H a n t Z

    c a p t U r a s d e p a n t a l l a d e l v i d e o d e B T

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 7

  • P A N O R A M A M U N D I A L

    Ted N. C. Wilson

    Ahora es el tiempofielesLlamadosa ser

    8 Adventist World | Julio 2015

    La fidelidad es un tema destacado en toda la Biblia. En los Salmos, se dice de la fidelidad de Dios: Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y qued firme (119:90, NVI); Quin como t, Seor, Dios Todopoderoso, rodeado de poder y de fidelidad? (89:8, NVI). El profeta Isaas escribi: Seor, t eres mi Dios []; desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros (25:1, NVI). En el Nuevo Testamento, leemos: Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9)1. En el Apocalipsis, Jesucristo es descrito como fiel y verdadero (3:14; 19:11).

    La importancia de la fidelidad queda reflejada en las palabras de Jess, que dijo: El que es fiel en lo muy poco, tambin en lo ms es fiel (Luc. 16:10), en su felicitacin: Bien, buen siervo y fiel (Mat. 25:23), y en su promesa de Apocalipsis 2:10: S fiel hasta la muer-te y yo te dar la corona de la vida!

    La fidelidad es sealada como uno de los frutos del Espritu (Gl. 5:22, NVI). La Biblia describe muchos de los seguidores fieles de Dios, y en la actua-lidad l todava tiene sus fieles. Elena White nos recuerda:

    Cristo est presente en cada asamblea y en cada entrevista privada. Ha hecho de su pueblo el depositario de sus extraordinarias bendiciones. Le ha dado gemas y tesoros ms ricos que el oro; y cada colaborador fiel de Dios ha de trabajar para extraer la verdad y sus tesoros a la luz []. En

    Somos llamados a ser fieles: a ser fieles a Cristo, a su Santa Palabra, a su iglesia y al movimiento proftico, a su plan bblico para la familia, al mensaje del Santuario, a la testificacin personal y pblica, a la creencia y uso del Espri-tu de Profeca, a la proclamacin de los mensajes de los tres ngeles, a la mayor-doma cristiana, a la vida cristiana, al servicio cristiano humanitario, a com-partir la promesa del pronto regreso de Cristo. l es nuestro modelo y Salvador. Mediante su justicia y su gracia, pode-mos ser fieles, porque l es fiel.

    Qu privilegio colocarnos en las manos del que no falla, sabiendo que no importa lo que pase, Dios es fiel y justo! No importa lo que enfrentemos, podemos confiar en que la fidelidad de Dios nos llevar finalmente a su hogar eterno al momento de su regreso.

    Nuestra fidelidad es esencial a la hora de proclamar a Dios al universo. Como resultado de su fidelidad, Dios tiene seguidores que son fieles. Salomn declara que el mensajero fiel acarrea salud (Prov. 13:17). Seamos embaja-dores de Cristo al brindar salud fsica, mental, social y espiritual a los que nos rodean. Compartamos la justicia de Cristo y su ministerio abarcador de salud, participando de sus planes para la misin a las ciudades, y en cada lugar de este mundo. Dios promete que el hombre fiel recibir muchas bendicio-nes (Prov. 28:20). En 1 Corintios 4:2, Pablo nos recuerda que lo que se

    medio del desprecio de los hombres, sufriendo prdida segn el mundo, ellos han manifestado una integridad inalterable []. Siguen siendo leales como la brjula al polo, obreros fieles, portaestandartes de Dios, tan firmes a los principios como una roca.2

    Se cumple la profecaComo adventistas con una clara

    perspectiva proftica, vemos que la segunda venida de Cristo se acerca. Reconocemos sin dudar que Mateo 24 y Apocalipsis 13 se estn cumpliendo. El mundo es una gran confusin. Nadie puede resolver los problemas insalva-bles que enfrentan los pueblos y las naciones. Nos rodean la agitacin, las matanzas y las traiciones. No es difcil imaginar que los hombres quedarn sin aliento por el temor y la expectacin de las cosas que sobrevendrn en la tierra (Luc. 21:26).

    Las tendencias sociales continan desafiando las verdades bblicas y los principios celestiales. Para los observan-tes, las recientes tendencias ecumnicas resultan sorprendentes, lo que seala el cumplimiento de Apocalipsis 13:3.

    Un llamado a ser fielesDios est llamando a su pueblo

    remanente en todo lugar para que sea fiel mediante una conexin y comunin diarias con l. Es solo mediante la co-nexin a la Vid que podemos llevar fruto y ser fieles en esta era de infidelidad.

  • adventistas justo antes del regreso de Cristo. Pidamos a Dios que fortalezca nuestras manos y hagamos su gran obra con fidelidad. Dios recompensar su fidelidad como lo hizo con Nehemas. Fue terminado, pues, el muro []. Cuando lo oyeron todos nuestros enemigos [], reconocieron que por nuestro Dios haba sido hecha esta obra (6:15, 16).

    Cuando Dios muestre su poderosa mano en la obra fiel que hacemos por l, dmosle toda la gloria, y las personas vern que l trabaja por nuestro medio. Como Nehemas, los hijos de Dios no deben temer ni despreciar a sus ene-migos. Cifrando su confianza en Dios, deben ir adelante con firmeza, hacer su obra con abnegacin y entregar a su providencia la causa que representan.4

    Permanezcamos firmes de parte de la verdad divina y proclamemos su Palabra, as como lo hicieron Nehemas y muchos otros. Todos somos impor-tantes y fundamentales para la ltima proclamacin de los mensajes de los tres ngeles. Dios cuenta con cada uno de nosotros.

    1 A menos que se indique lo contrario, todos los versculos bblicos han sido extrados de la versin Reina-Valera 95 Sociedades Bblicas Unidas, 1995. Usada con autorizacin. Todos los derechos reservados.2 Elena White, Review and Herald, 21 de enero de 1890.3 Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 17.4 Elena White, Profetas y reyes, p. 476.

    planes de atacar. Nehemas rog al Seor en oracin por ayuda y entonces posicion a la gente diciendo: Acor-daos del Seor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas (4:14). Se dividi la tarea de la defensa y la construccin de manera que todos participaron. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra y con la otra sostenan la espada (4:17).

    Al ser fieles a Dios, tengamos una mano en la obra de Dios y la otra en la Palabra de Dios, que es nuestra arma de autoridad celestial. Al servir a Dios con fidelidad, apoymonos comple-tamente en el Seor diciendo, junto con los que trabajaron en el muro de Jerusaln: Nuestro Dios pelear por nosotros (4:20). Trabajemos con el mismo espritu, con fidelidad decidida al llamado divino de proclamar los mensajes de los tres ngeles con el poder del Espritu Santo.

    Una obra especialEn un sentido muy especial, [a]

    los adventistas del sptimo da [] les ha sido confiada una obra de la mayor importancia: proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ngeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atencin de ella.3

    Sanbalat, Tobas y Gesem no se rindieron. Tengamos cuidado con los que procurarn disuadirnos o distraer-nos de la gran tarea que tenemos como

    Nuestra fidelidad es esencial a la hora de proclamar a

    Dios al universo .

    Ted N. C. Wilson es presidente de la Iglesia Adventista.

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 9

    requiere [] es que cada uno sea hallado fiel.

    El ejemplo de NehemasUno de los ejemplos ms conmo-

    vedores de fidelidad es el de Nehemas, un fiel hombre de Dios que cumpli funciones en el palacio del rey persa. Nehemas 1:4 registra que cuando l escuch del muro derribado de Jerusa-ln, se sent y llor. Entonces llev el ruego de su corazn al Seor.

    Oremos con fervor cuando enfren-temos desafos. Roguemos al Seor que nos d la lluvia tarda del Espritu Santo, para que reparemos en forma figurada el muro de Dios mediante el poder del Espritu Santo.

    Nehemas recibi permiso para re-gresar a Jerusaln y reconstruir el muro. Tres das despus de llegar, Nehemas desafi a la nacin juda: Venid y re-construyamos el muro de Jerusaln, para que ya no seamos objeto de deshonra (2:17). La respuesta de ellos fue: Levan-tmonos y edifiquemos (vers. 18).

    Cuidado con los cnicosTengamos sin embargo cuidado con

    los cnicos, representados por Sanbalat, Tobas y Gesem, que se burlaron y me-nospreciaron a Nehemas. Armmonos del valor divino, y unmonos con Nehe-mas diciendo: El Dios de los cielos, l nos prosperar, y nosotros, sus siervos, nos levantaremos y edificaremos (2:20). La construccin progres con rapidez porque el pueblo tuvo nimo para trabajar (4:6).

    Cuando los enemigos de Dios se enteraron de los avances, hicieron

  • S A L U D M U N D I A L

    Peter N. Landless

    ejercer una influencia muy positiva en sus comunidades, contribuyendo para que el sueo se haga realidad: Cada iglesia un centro comunitario de salud, y cada miembro un mdico misionero (promotor de la salud).

    Es importante practicar la profilaxis contra la malaria (comprimidos, y acaso la vacuna para prevenirla) segn lo indi-que su mdico o clnica. Tenga presentes los potenciales efectos secundarios. Ya no se recomienda la mefloquina (Lariam), por sus efectos perjudiciales, pero otros agentes efectivos poseen menos conse-cuencias preocupantes.

    Siempre son tiles las precauciones universales. Utilice mosquiteros y repe-lentes en las zonas de riesgo. Use mangas largas y pantalones (que cubran las pier-nas) cuando est al aire libre, en especial al amanecer y al atardecer. Erradique las fuentes de agua estancada donde suelen reproducirse las larvas de mosquito.

    Existen muchas oportunidades de hacer una diferencia en la comunidad. Una es la toma de conciencia y otra, el control del flagelo. Por ello, ojal que al abrazar el ministerio abarcador de salud y compartir el ministerio de sanacin de Cristo, no nos cansemos de hacer el bien (Gl. 6:9, NVI).

    * www.who.int/malaria/media/world_malaria_report_2014/en/.

    que la vacuna fue efectiva en ms de un tercio de los nios cuando fue aplicada entre los cinco y diecisiete meses de vida. La Fundacin Bill y Melinda Gates ha financiado su desarrollo. La vacuna ha sido probada, a partir de 2009, en ms de diecisis mil nios de siete pases del frica subsahariana, y ha arrojado re-sultados muy prometedores. Su eficacia disminuye con el tiempo, por lo que se necesitarn dosis adicionales de refuerzo.

    Preocupa, sin embargo, el Plasmodium falciparum resistente a la artemisina, en especial en Camboya. La artemisina es el ms nuevo y por lo general muy efectivo medicamento contra la malaria, y deriva de un arbusto autctono de la China. Ha sido sumamente til, aunque una de las formas ms peligrosas del parsito de la malaria, el Plasmodium falciparum, se ha vuelto resistente a este medicamento en Camboya. Esa misma cepa de malaria ha desarrollado resis-tencia a la quinina en otras regiones del mundo, lo que incluye tambin parte de frica. Preocupa mucho la resistencia a otra droga ms, dado que esta forma de malaria suele resultar letal.

    Esto resalta dos puntos importantes: Se necesitan (1) esfuerzos persistentes e intencionales para eliminar el vector (portador): los mosquitos; y (2) es imprescindible un incremento en la distribucin de mosquiteros tratados con insecticida en las zonas de riesgo. Tambin es clave la educacin. Lavar las cortinas y los mosquiteros con permetrina puede contribuir a una disminucin de los casos de malaria.

    Cuando tienen la informacin correcta, las congregaciones pueden

    Malaria:Una amenaza constante

    La malaria sigue siendo una enfermedad que mata a muchas personas. El Informe del Programa de Control de la Malaria* revela estadsticas terribles sobre esta infeccin parasitaria. En 2012, unas 584 mil personas perdieron la vida por esta enfermedad. De esa cifra, el noventa por ciento se produjo en frica, y el 78 por ciento fueron nios menores de cinco aos.

    En cifras reales, la malaria sigue siendo responsable de la muerte de unos 430 mil nios africanos por ao. Esto se agrava porque menos del cincuenta por ciento de la poblacin del frica subsahariana tiene acceso a mosquiteros tratados con insecticidas. En contraparte, el nmero de mosquiteros se ha incre-mentado en los ltimos quince aos y, gracias al Departamento de Ministerios de Salud, la Iglesia Adventista tuvo el privile-gio de ser parte del grupo que trabaj para que las iglesias sean un componente clave en la distribucin de mosquiteros trata-dos con permetrina. Hay mucho ms por hacer en esta obra que busca mejorar la salud de todas las personas.

    A pesar de lo dicho, se estn produ-ciendo progresos alentadores. Entre 2000 y 2013, los mosquiteros y los insecticidas han ayudado a reducir la mortalidad, segn las estimaciones, en un 47 por ciento. Otro avance prometedor es el desarrollo de una vacuna contra la malaria. Entre otros, laboratorios como GlaxoSmithKline estn trabajando en ello, y puede ser que la vacuna est disponible para octubre de 2015, una vez que se tengan resultados de pruebas que certifiquen su seguridad y beneficios. Los resultados hasta el presente mostraron

    Peter N. Landless es cardilogo nuclear certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud

    de la Asociacin General.

    Se habla mucho del bola y del HIV/SIDA pero, hay alguna nueva informacin sobre la malaria? Sigue siendo tan peligrosa y amenazante como en el pasado?

    10 Adventist World | Julio 2015

  • V I D A A D V E N T I S T A

    Una semilla fructfera

    denominado Proyecto Estudiantil Valdense, planificado para ese verano. As fue que Cosmina se uni a un equipo de jvenes adventistas y trabaj durante tres semanas vendiendo libros en una importante ciudad cercana. Al final se inform a los estudian-tes de un proyecto similar para todo el ao, que requera que un grupo participara del ministerio mdico y de la venta de libros en todo el pas. Cosmina se ofreci para participar.

    As fue como la joven trabaj con alegra junto a otros jvenes colportores que ven-dan libros de casa en casa y en las institucio-nes pblicas de muchos pueblos. El libro que ms le gustaba ofrecer era El conflicto de los siglos, y se regocijaba cuando alguien decida comprarlo. Al visitar cada sbado diversas iglesias adventistas, a menudo daba su testi-monio, explicando que era una cristiana ortodoxa que participaba de la misin adventista. Pero era obvio que para Cosmina, la historia no terminara all.

    Su compromiso con CristoAl final del ao misionero, mientras

    asista a un encuentro de colportores, Cosmina fue bautizada junto con otra joven que tambin haba participado del Proyecto Estudiantil Valdense. Su madre asisti a la ceremonia y, gracias a todos los cambios positivos que haba observado en su hija durante el ltimo ao, comenz a estudiar la Biblia y est haciendo planes de ser bautiza-da en un futuro cercano. Cosmina est muy entusiasmada por el inters de su madre en estudiar la Biblia, y agrega: Quiero servir al Seor por el resto de mi vida.

    Por la gracia de Dios, cada ejemplar de El conflicto de los siglos que compartimos con otros, escribe una historia. Los que hoy reciben el libro, maana bien pueden llegar a ser nuestros colegas en el ministerio.

    F o t o g r a F a : c o r t e s a d e l a U t o r

    el

    Mihai Goran es colportor en Rumania.

    VENDEDORA DE LIBROS: Cosmina disfruta mucho

    de compartir su amor por Cristo al vender libros de Elena White, en especial El conflicto de los siglos.

    Mihai Goran

    conflictode los siglos

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 11

    Jess dijo a sus discpulos que la mies era mucha pero los obreros pocos; entonces, los invit a orar pidiendo ms obreros (Mat. 9:35-38). El siguiente relato es una ilustracin de las muchas maneras en las que el Seor puede responder esa oracin.

    Un libro de regaloUna joven ortodoxa llamada

    Cosmina estaba buscando a Dios. Una amiga le dio un ejemplar del libro El conflicto de los siglos, de Elena White. El libro la impresion tanto que lo ley dos veces; quera saber ms de la verdad. Entonces sinti que el Espritu Santo la impresion para ir a visitar la biblioteca pblica local, donde encontr ms libros de Elena White. Los sac en prstamo y los

    ley a todos.No mucho despus, Cosmina not

    que en su pueblo se coloc un puesto para chequeos de salud, donde tambin haba alguien que venda libros. Con alegra, vio que estaban vendiendo algunos libros de Elena White, y decidi comprarlos. Pronto adquiri toda una coleccin.

    Hora de participarCon el tiempo, Cosmina se hizo amiga

    del colportor y se ofreci para ayudarlo en el puesto. All tomaba la presin a los que pasaban y tambin les recomendaba que adquirieran y leyeran los libros de Elena White. Al ver el celo y el gozo que tena en el Seor, el colportor la recomend como participante del programa de colportaje

  • D E V O C I O N A L

    KatrinaUna dcada despus de los trgicos eventos de Katrina, acaso sea el momento adecuado de reflexionar sobre una de las experiencias inditas durante el peor desastre natural en la historia de los Estados Unidos. La historia ha sido fuente de esperanza y fortaleza para algunos, en especial si pensamos en el mundo en que vivimos, donde las tragedias y catstrofes a gran escala parecen golpearnos todos los das.

    Katrina fue un megahuracn que en 2005 sembr des-truccin y sufrimiento. Ese ao rcord marc la mayor cifra en daos que alguna vez se registr en una temporada de huracanes: ciento sesenta mil millones de dlares, ms de mil ochocientas muertes producto de una sola tormenta, y la experiencia de ms de un milln de personas desplazadas.

    Las historias ms conocidas hablan de la prdida de la vida o la propiedad, la anarqua que rein en Nueva Orleans, y de hroes y villanos que surgieron en medio del dolor y la desesperacin. Sin embargo, hay historias de personas que no tenan casas que perder, pero que por miedo no pidieron ayuda ni buscaron la atencin nacional. Yo tambin experi-ment la catstrofe entre ellos, y he cambiado sus nombres para compartir esta historia de esperanza y compaerismo en medio de la tragedia y la desesperanza.

    La tormenta se aproximaLlegamos a Nueva Orleans, en el estado de Luisiana, como

    migrantes de salud, en busca de un tratamiento mdico. No fue un viaje dramtico; un viaje en avin desde Puerto Rico hasta Nueva Orleans no es complicado. bamos muy esperan-zados. Mi madre necesitaba un trasplante de hgado y se ha-ba planificado que recibira ese rgano en un hospital de all. No sabamos nada sobre las tormentas que se aproximaban. En el hospital, la llevaron a la unidad de cuidados intensivos.

    All conoc a Andrs, un joven que no poda moverse despus de que un accidente lo dejara paralizado. Durante diez aos, haba sido un extranjero indocumentado, en busca del sueo americano. Tena dos hijos, y enviaba fielmente dinero a su familia que viva en el extranjero. l trabajaba duro, como otros millones, en similares circunstancias. Pero una cada en la construccin donde trabajaba, lo haba dejado confinado a una cama. Recin semanas despus alguien logr avisarle a su esposa sobre su situacin.

    Su esposa Mara no poda conseguir una visa para entrar legamente a los Estados Unidos. Por ello, contrat a un coyote1 para que la ayudara a cruzar el desierto y llegar as hasta Luisiana. Mara estaba embarcada en una misin de amor y esperanza. Hizo lo mejor que pudo para animar a Andrs, que quera que lo dejaran morir. Luch para leerle el Salmo 91, porque yo tambin tena heridas frescas en el corazn, pero me sent alentado por la amonestacin de Pedro, que dijo: Tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarn que su fe es autntica. Est siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho ms preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al per-manecer firme en tantas pruebas, les traer mucha alabanza, gloria y honra en el da que Jesucristo sea revelado a todo el mundo (1 Ped. 1:6, 7).2 En efecto, se avecinaban importantes pruebas: no por fuego, sino por agua.

    Llega la tormentaEn Puerto Rico, jams habamos experimentado un

    huracn colosal y mortfero. En efecto, la mayora de la gente se mostraba escptica sobre la gran tormenta, una actitud que tambin tienen muchos al pensar en la segunda venida de Cristo. Pedro la describe as: Dirn: Qu pas con la

    Una historia de migrantes y la gracia de Dios

    Efran Velzquez II

    12 Adventist World | Julio 2015 F o t o g r a F a : J e F F s c H M a l t Z / n a s a

  • Una historia de migrantes y la gracia de Dios

    Efran Velzquez II es vicerrector acadmico del Seminario Teolgico Adventista Interame-ricano, en la Divisin Interamericana.

    Mi capacitacin no me haba preparado para

    enfrentar una tormenta de vientos que alcanzaron

    los doscientos ochenta kilmetros por hora .

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 13

    promesa de que Jess iba a volver? Desde tiempos antes de nuestros antepasados, el mundo sigue igual que al principio de la creacin (2 Ped. 3:4).

    Yo haba sido entrenado para ayudar a otros en situacio-nes de catstrofe. Sin embargo, mi capacitacin no me haba preparado para una tormenta de vientos que alcanzaron los doscientos ochenta kilmetros por hora. Mi padre dudaba de la llegada del Katrina. Haba crecido escuchando historias de huracanes que vendran y causaran gran devastacin, pero jams haba experimentado una catstrofe a la escala que anunciaban los medios. Concluy que era una exageracin publicitaria, similar a anuncios ya desacreditados sobre el fin del mundo.

    Sin embargo, cuando se nos dijo que seramos evacuados al Estadio Superdome de Luisiana, y que cientos de miles huan de la ciudad, se dio cuenta de que esta vez era real. No haba alternativa. Nos refugiamos en uno de los vestbulos del hospital, compartiendo el espacio con otras personas del Caribe y Amrica Cen-tral. Compartimos lo que habamos comprado como si no hubiera un maana. Una vez ms resonaban en mis odos las palabras de Pedro: Por ltimo, todos deben ser de un mismo pare-cer. Tengan compasin unos de otros. mense como hermanos y hermanas (1 Ped. 3:8). Dios habra de proveer.

    La tormenta bram como un tren destinado a destruir el edificio. Los vientos nos azotaron sin misericordia durante horas. Entonces, el agua rompi los diques, y cubri grandes secciones de la ciudad. Esta vez, las advertencias haban esta-do en lo cierto.

    En busca de las alturasEl hospital donde estbamos refugiados no se inund. La

    electricidad solo andaba a medias y el edificio solo sufri da-os menores. A pesar de ello, despus de unos das, la Guardia Nacional nos dijo que tendramos que abandonar el lugar.

    En una furgoneta y un vehculo pequeo, logramos transportar a los refugiados que tanto tenan que contar. Algunos eran de Sudamrica, mientras que otros venan de pases ms cercanos a Estados Unidos. Tenan un colorido repertorio de relatos de cmo haban llegado al pas. Una de ellas era Mara.

    Me emocion mucho al ver cmo mi padre apretaba la mano de mi madre al momento de despedirnos, aunque nos

    haban asegurado que ella llegara en helicptero unos das despus, junto con Andrs y los dems enfermos que queda-ron en el hospital.

    Lo que vimos fue una imagen de muerte y esperanza, un momento para valorar la esperanza viva, por la resurreccin de Jesucristo de los muertos (1 Ped. 1:3, NRV95). ramos el remanente, que tenamos que continuar por caminos apenas transitables, donde el mayor peligro eran los robos y saqueos. Comenzamos el viaje como extranjeros, pero lo terminamos como una familia, una nacin santa, pueblo adquirido

    por Dios (1 Ped. 2:9, NRV95). Nos alojamos hacinados en dos habitaciones, porque era difcil hallar

    alojamiento. Aun as, nunca nos faltaron los alimentos; nuestra vida jams corri

    peligro y, gracias a la Providencia, no sufrimos ningn acto de violencia.

    El Seor dirigi nuestro xodo como lo haba hecho en el pasa-do. Cuando llegamos a Texas, el estado contiguo, unas familias adventistas se ocuparon de nosotros. Los pastores Murillo y Pagn nos brindaron su amor y atencin, y nos dieron alojamiento. Sentimos como si hubisemos llegado a la Tierra

    Prometida.Mi madre, Andrs y los dems

    enfermos llegaron un par de das despus. Perdimos el rastro de algunos

    de nuestros acompaantes que fueron a parar a algn otro lugar. Sin embargo, en

    la mente y el corazn an guardamos recuerdos muy claros, y esperamos verlos otra vez. Mi madre recibi un nuevo hgado y sigue siendo una fuente de inspiracin. De esa poderosa experiencia aprend esta leccin: Aun cuando somos ciudadanos del mismo pas, somos extranjeros y peregrinos en este mundo (1 Ped. 2:11, NRV95). En verdad, en este planeta lleno de pecado todos somos ilegales. Esta no es nuestra patria. Somos migrantes en busca de un sueo sagrado, en camino hacia la Nueva Jerusaln.

    1 Nombre que se da en Amrica latina a los que transportan personas de manera ilegal.2 A menos que se indique lo contrario, los textos de la Escritura pertenecen a La Santa Biblia, Nueva Traduccin Viviente, Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

  • Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra haban pasado y el mar ya no exista ms []. Y o una gran voz del cielo, que deca: El tabernculo de Dios est ahora con los hombres. l morar con ellos, ellos sern su pueblo y Dios mismo estar con ellos como su Dios. Enjugar Dios toda lgrima de los ojos de ellos; y ya no habr ms muerte, ni habr ms llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron. El que estaba sentado en el trono dijo: Yo hago nuevas todas las cosas. Me dijo: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas (Apoc. 21:1-5).

    Toda vez que leemos las dos ltimas pginas del Apocalip-sis, sentimos calma. Juan describe el brillo celestial de piedras preciosas, plantas y casas que son incomparables a cualquier cosa que conozcamos. Todo es deslumbrante y perfecto. Entonces, en dos versculos culminantes, alcanza el centro mismo del nuevo comienzo: En ella no vi templo, porque el Seor Dios Todopoderoso es su templo, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera (vers. 22, 23).

    En medio de toda la gloria y el esplendor, se destaca esta descripcin. Nos llega ms profundo que todos los ros cristalinos y los palacios de color zafiro. l estar all: Jess, el Cordero. Siempre estar all, y jams nos dejar. l ser todo lo que necesitamos.

    Libres de nosotros mismosConoce usted el sentimiento de haberse perdido algo, o la

    preocupacin de no haber alcanzado lo que quera? Quiero eso; ningn otro debe tenerlo. Es posible observar esto a la entrada de grandes tiendas, cuando estn por abrir y ofrecer descuentos especiales. La gente se amontona afuera y aguarda para asegurarse una oferta. Pueden parecer calmos por fuera, pero por dentro, han adoptado la actitud de un depredador. Se ubican estratgicamente y observan la puerta de entrada. Decimos que son egostas, y nos dan risa las peleas que se arman por conseguir lo que quieren. Sin embargo, en ltimo trmino, todos estamos interesados solamente en nosotros mismos.

    Hace poco quisimos comprar una casa. Despus de ver diez diferentes, encontramos una que nos resultaba til y asequible. De pronto nos invadi un sentimiento de pnico. Y si alguien se la lleva antes que nosotros? Queramos esa casa, para nosotros. No nos preguntamos si alguien la necesitaba ms, o para quin era ms apropiada. Los otros compradores no nos importaban.

    Ha experimentado usted algo as? Esto dejar de ser por-que, por supuesto, el Cordero se ocupar de todos, y a nadie le faltar nada. En segundo lugar, y esta es la razn realmente decisiva: porque el Cordero nos habr librado de nosotros mismos (Rom. 7:24; Juan 8:36). Nos mostr con su ejemplo que la verdadera felicidad es producto de dar y no de recibir

    CorderoJudith y Sven Fockner

    N m e r O 2 8 En casa,con el

    C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

    14 Adventist World | Julio 2015

  • (Mar. 10:43-45; Hech. 20:35). Por ltimo, podremos aliviar-nos de tensin al aceptar que ya no tendremos que pelear por nuestra cuenta. Qu maravilloso sentido de libertad ser ese! Cunta fuerza estar a nuestra disposicin! Disfrutaremos de la posibilidad de relacionarnos, interesarnos e interactuar con los dems ya sin restricciones.

    Libres de futilidadSe ha sentido alguna vez as? Usted experimenta algo

    hermoso el sol sobre la piel al comienzo de la primavera, una bebida deliciosa, una msica emocionante y significa-tiva pero esto solo le recuerda mejores tiempos. Siente que ahora no lo hace feliz; por el contrario, lo pone triste, porque no puede sentir lo mismo que antes. A su alrededor, otros viven felices para siempre (al menos as parece), pero para usted todo carece de sentido. No fue siempre as. No recuerda cuando cambiaron las cosas, pero la vida no era as. Ha pasa-do por una gran desilusin. Alguien lo abandon. Ha perdido a alguien. O algo fracas. La oscuridad y la ansiedad parecen ser su constante compaa. Sabe que est sufriendo ms que otros. No puede disfrutar de lo que es o hace.

    Le suena familiar? He aqu las buenas nuevas: Jams se volver a sentir as, porque esto es un reflejo emocional para el sinsentido del sufrimiento, una reaccin a nuestra separa-cin de Dios. Sin embargo, en la Tierra Nueva, jams estare-mos separados de l, y jams nos sentiremos desilusionados otra vez. Jams perderemos a una persona, y nada nos faltar. Viviremos unidos y seguros (Juan 10:10). La vida tendr significado. Sabremos cul es nuestro lugar en el universo. Estaremos finalmente en casa.

    Libres de incertidumbreHa tomado usted alguna vez parte de una conversacin

    en la que no tena ni idea de qu se estaba hablando, y no se anim a preguntar? En el cerebro se producen procesos a la velocidad del relmpago: Eh? Qu? Mmm. Debera decir algo ya? Mejor no; tal vez se trata de algo esencial. No quiero pasar vergenza. Despus lo busco en Google.

    Por qu esa situacin nos da tanta vergenza? Porque queremos dejar una buena impresin en los dems; no que-remos que se note que sabemos menos o que podemos hacer menos que los dems. No queremos revelarlo. Podramos salir heridos. Nuestra autoestima podra sufrir; ya somos demasiado inseguros. Por ello, nos protegemos y disimula-mos. En nuestra casa, si nos golpeamos la cabeza en el marco de la puerta, gritamos y nos tomamos la frente por el dolor. Pero en el negocio, si nos llevamos por delante una puerta de

    vidrio, sonremos y seguimos como si nada hubiera pasado.Ha experimentado esto? Algo as ya no existir. Ya no

    tendremos que aparentar; no tendremos que esconder nada. No ser necesario. Sabremos que somos aceptados y valiosos (Isa. 43:1-5). Lo sabremos cuando veamos al Cordero (Rom. 5:8). Podemos simplemente ser nosotros mismos, sin sentimientos de inferioridad.

    Ya no tendremos que ridiculizar a los dems para sen-tirnos mejor. Podremos alcanzar la intimidad y apertura verdaderas! El nuevo mundo estar lleno de gente que se acepta, porque vivirn constantemente en la presencia del que los ama y muri por ellos.

    Tan solo pinselo: Ya no tendr temor de la oscuridad; jams le gritar a otro con enojo; jams estar tentado a hacer algo inmoral; jams se sentir incmodo y solitario; y experimentar un renovado respeto hacia los dems. Para ello fuimos creados: para vivir para siempre. Y s en nuestro hogar, junto al Cordero. Cordero

    Ya no tendremos que ridiculizar a los dems para sentirnos mejor .

    Tierra NuevaLa

    Judith y Sven Fockner viven y trabajan en Alemania, donde Sven es director del Instituto de Estudios Bblicos Esperanza, ubicado en

    Centro de Medios de la Divisin Intereuropea. Tienen dos hijos.

    En la Tierra Nueva, donde morarn los justos, Dios propor-cionar un hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto para la vida, el amor y el gozo sin fin, y para aprender junto a su presencia. Dios mismo morar all con su pueblo y el sufrimiento y la muerte terminarn para siempre. El gran conflicto habr terminado y el pecado no existir ms. Todas las cosas, animadas e inanimadas, declararn que Dios es amor, y l reinar para siempre jams. Amn. (2 Ped. 3:13; Isa. 35; 65:17-25; Mat. 5:5; Apoc. 21:1-7; 22:1-5; 11:15).

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 15

  • N O TA D E TA PA

    A ventura. Vidas transformadas. Comunidades cambiadas. De eso se tratan los verdade-

    ros relatos misioneros. Para no-sotros, esos relatos nos hablaban de vidas audaces y transformadas. Crecimos en Sudfrica, donde al escuchar relatos misioneros se encendi el deseo de dar respuesta al llamado de colaborar con las misiones. Esta es la historia de nuestra travesa.

    Primeras leccionesNuestra primera experiencia

    misionera intercultural fue con un grupo de amigos universitarios en las montaas de Lesotho. All reparamos una escuela misionera, pintando y arreglando los edifi-cios. Tambin dirigimos un culto en la iglesia. La primera leccin misionera: Hay que adaptarse a la situacin! Solo mucho despus comprendimos plenamente la importancia de esa leccin.

    Tiempo despus, decidimos regresar a Lesotho como estu-diantes misioneros. Pam ense duran-te dos aos en una escuela de la aldea. Gideon colabor con estudios bblicos y desarrollo comunitario, instalando fuentes de agua y participando de tareas de construccin. All en el Valle de Tsoinyane decidimos unir nuestras vidas para servir a otros.

    Regresamos a Ciudad del Cabo para terminar nuestros estudios universita-rios. Durante esa poca, tuvimos breves experiencias que mantuvieron viva la llama misionera y nos ayudaron a estar listos a aceptar el llamado divino de establecer una iglesia intercultural entre un grupo no alcanzado, los himbas, en el noroeste de Namibia. Fue un sueo hecho realidad. Estaramos en el mismo frente de la obra misionera.

    EL MTODO CORRECTO: En un estudio porttil, se graban historias para ser usadas en evangelismo.

    Nuestro encuentro con

    16 Adventist World | Julio 2015

  • Aprender y desaprenderEn 1995, cargamos nuestra camio-

    neta incluso con nuestros dos gatos y viajamos 2500 kilmetros hasta Opuwo (Namibia). Un experimentado misione-ro nos haba dado el siguiente consejo: Dediquen tiempo a estar con la gente. Con este y otros consejos nos aventura-mos a una nueva vida, que se extendera por diecisiete aos maravillosos.

    Llegamos a Namibia sabiendo que tenamos enormes tareas por delante. Al igual que otros misioneros que nos precedieron, estbamos convencidos de que los himbas estaban equivocados, y que nosotros necesitbamos corre-girlos. Ms tarde aprendimos que esa suposicin era perjudicial para nuestra interaccin con la gente. Implicaba que nosotros llevbamos las respuestas antes de detenernos a escuchar sus preguntas. Nuestras respuestas se basaban en nuestra comprensin del mundo. Se enfocaban en las creencias fundamentales de los adventistas en un contexto occidental, no en las preguntas que los himbas tienen sobre la vida. No tenamos idea qu significaba ser him-

    ba, pero aun as, nos atrevamos a corregir sus conductas.

    En realidad, no habamos entendido el consejo de dedicar tiempo a estar con la gente. Significaba que tenamos que ser alumnos, no maestros. Como ramos misioneros, asumimos que nuestra funcin era ensear, cuando en realidad era aprender. Nos encontramos con gente con maneras totalmente nuevas de hacer las cosas. Los himbas son ganaderos pero tambin son nmadas; se trasladan buscando pastos y agua para sus animales.

    (Gideon creci en la ciudad, y Pam en una comunidad rural).

    Elena White dice que Jess dedicaba tiempo a estar con las personas para en-

    tenderlas.1 Dedicar tiempo a aprender y comprender a la gente es un principio sumamente importante. Y esto no se logra leyendo libros. La mejor manera de aprender es viviendo en la comuni-dad. Tom y Betty Brewster dicen que esta comunidad es el saln de clases.2

    Asumimos que porque eran anal-fabetos necesitaban educacin. Haba muchos desafos que tenamos que enfrentar, pero tambin un principio misionero fundamental: nosotros debamos aprender de la gente a quien servamos. En efecto, es un principio bsico para hablar en pblico: conocer a la audiencia. Demoramos bastante hasta aplicarlo a nuestro ministerio.

    La segunda suposicin es que crea-mos que una vez que aprendieran de Dios, cambiaran de conducta. Despus de un ao de predicar a diez familias y no bautizar a nadie, nos dimos cuenta que nos faltaba algo. O no sabamos per-suadirlos o ellos no estaban interesados.

    Un amigo misionero nos pregunt cmo nos iba. Despus de escucharnos, nos dijo: Aman ustedes a esa gente?

    Esa pregunta cambi para siempre nuestro ministerio. Nuestro nfasis se basaba en brindarles informaciones (compartir la verdad), pero Dios buscaba que nos relacionramos con la gente. Por primera vez, comprendimos por qu el mayor deseo de Dios es habitar con su pueblo. Al fin habamos entendido la importancia de la pregun-ta: Aman ustedes a la gente? Repre-sentbamos a un Dios que deseaba estar con su pueblo y relacionarse con l. Ese es el mensaje adventista: Dios se acerca a la humanidad mediante instrumentos bien dispuestos.

    Pasamos nuestras primeras vaca-ciones en la biblioteca. All estudiamos todo lo que pudimos sobre los himbas. Regresamos decididos a cambiar nues-tra manera de practicar el ministerio, dedicando tiempo a las personas.

    LAS PALABRAS ADECUADAS: Kingboy, Tjipapi y Job entonan una historia de la Biblia, para que la audiencia himba pueda entenderla. Tjipapi y Job fueron los principales narradores.

    Izquierda APRENDIZAJE CULTURAL: En el comienzo de su experiencia, Gideon dio clases de alfabetizacin, pero al pasar ms tiempo con los himbas, Gideon y Pam percibieron que necesitaban otras estra-tegias. Abajo EL EVANGELIO CANTADO: En la primera sesin de grabacin, Karonda canta las palabras del evangelio.

    Gideon y Pam Petersen

    [ F o t o g r a F a s : g i d e o n y p a M p e t e r s e n

    Nuestro encuentro con Dios

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 17

  • N O TA D E TA PA

    Gracias a esa decisin, el amor por la gente fluy de manera natural. Comen-zamos a entenderlos, porque ellos nos contaron de su vida y nos ayudaron a comprender su cultura.

    Nuevas habilidades de comunicacin

    En 1997, en medio de una clase de alfabetizacin, una mujer mayor nos dijo: Aydenme a escribir mi nombre. Quera ver su nombre y leerlo. Luch durante casi cinco minutos. Esa expe-riencia hizo que nos preguntramos: Esperamos realmente que esta gente lea la Biblia de tapa a tapa, si ni siquiera pueden escribir sus nombres? La res-puesta fue directa y rpida: No!

    Tuvimos que aprender ms sobre la cultura oral de esta gente. Por ello, nos embarcamos en una nueva aventura. En el libro Palabras de vida del Gran Maes-tro, Elena White dice que Jess usaba lo conocido para hablar de lo desconoci-do.3 Descubrimos que al comunicar el evangelio es importante usar lenguaje e imgenes familiares para la audiencia. Suspendimos las clases de alfabetiza-cin, decididos a entender la comuni-cacin de los himbas. Guardamos el franelgrafo y otras ayudas visuales, dado que para ellos eran extraos. Que-ramos usar sus estilos de comunicacin para compartir el evangelio.

    Para afirmar el valor de lo que estbamos aprendiendo, Dios nos guio

    a un sitio web que promocionaba una conferencia sobre oralidad. En 2003, asistimos a nuestra primera conferencia de la Red de Oralidad (ION). All vimos de qu manera otros misioneros estaban usando otros mtodos de comunicacin. Entendimos cmo se sinti Elas cuando escuch que otros siete mil no haban doblado sus rodillas ante Baal. Dios estaba usando a otros misioneros de manera similar. Regresa-mos renovados y entusiasmados por lo que Dios hara en un prximo futuro, por los himbas.

    Durante los siguientes cinco aos preparamos materiales orales de evan-gelizacin. El evangelismo oral se basa en historias. Pero no implica tan solo

    Derecha TODO EN FAMILIA: Gideon con su padre himba, Tate

    Job Katundu

    Izquierda OTRA MADRE: Pam con una amiga de Ovinjange, a quien llaman Madre.

    Necesitbamos usar gneros familiares que permitieran que la gente llegara a comprender las lecciones eternas .

  • relatar las historias de la Biblia. Es colo-car la historia dentro de la cosmovisin de los himbas para que la interioricen.

    El evangelismo oral no implica hablar. Usa gneros familiares para la audiencia. En el caso de los himbas, es usar cnticos de alabanza (ombimbi, omuhiva), poesa (omiimbo), proverbios (omiano), dramatizaciones y danzas (ondjongo). Nuestros himnos y cnticos occidentales tenan poca relevancia. Necesitbamos usar gneros familiares que permitieran guiar el pensamiento de la gente para que comprendiera lec-ciones eternas. Nos llev mucho tiempo preparar esas lecciones. Los tiempos de Dios, sin embargo, siempre son los mejores.

    F o t o g r a F a s : g i d e o n y p a M p e t e r s e n

    Necesitbamos usar gneros familiares que permitieran que la gente llegara a comprender las lecciones eternas .

    Est dispuesto a aprender: debe estar dispuesto a desaprender algunas cosas para aprender otras.

    Mustrese adaptable: su ministerio depende de su capacidad de adaptarse a diferentes maneras de hacer las cosas.

    Sea flexible: eso permite que el Espritu Santo cambie sus planes y rutinas, con resultados positivos.

    Sea espontneo: abrace las oportunidades que Dios le va presentando.

    Mustrese accesible: permita que las personas perciban que son importantes, y por eso usted tiene tiempo para ellas.

    Sea autntico: la gente se da cuenta cuando alguien est fingiendo.

    Mustrese humano: nadie es un superhombre; reconozca sus temores y fracasos.

    Demuestre valenta: enfrente sus temores y aljese de lo familiar o conocido.

    Rase de usted mismo: es normal que tarde o temprano, haga algo fuera de lugar.

    Cuente sus bendiciones: cada da, Dios nos colma de bendiciones que a menudo ignoramos.

    Como eje central de la misin hay una obra en nuestro corazn que lleva toda la vida. Nos llama a moldearnos diariamente para que seamos herramientas que Dios pueda usar para lograr sus propsitos donde l nos coloque. Necesitamos que Dios nos transforme para:

    Abrazar la humildad, removiendo los lazos de egocentrismo que nos atan a nuestro egosmo, y remplazndolos con una doble cuerda de constancia a los principios, el propsito y la grandeza de la obra que tenemos por delante, y una autntica apertura que nos permita valorar a los dems por lo que son: por sus ideas, perspectivas y potencial como hijos de Dios.

    Practicar la empata, al compartir ideas transformadoras con otros y crear caos en la rutina y seguridad de sus mundos. Necesitamos caminar en sus zapatos, mientras los guiamos con bondad y les ayudamos a enfrentar los desafos que conlleva la conversin, y los orientamos hacia el centro mismo de lo que son y creen.

    Vivir con integridad, para que otros puedan ver que ponemos en prctica lo que predicamos. No apunte tan solo a ser una buena persona, sino alguien transformado desde adentro, alguien que vive de acuerdo con los valores y creencias cristianos que tanto estima y cuyo mayor deseo es reflejar el carcter divino en cada aspecto de la vida.

    Arriba PRIMEROS FRUTOS: Algunos de los candidatos de 2002 (de izquierda a derecha): Belinya, el pastor Sabyn Ndjamba (pastor actual en Opuwo), Wapahurwa Tjiposa (un himba de Okapawe), Daniel Ndjamba (hermano del pastor Sabyn), Gideon Petersen, y el pastor Mumbonenwa (presidente de la Asociacin de Namibia). Abajo NUEVO COMIENZO: En julio de 2014, el cacique Tjihange fue el primer jefe himba en ser bautizado por el director de Misin Global de la Asociacin de Namibia, el pastor Eben Greeff.

    Tres rasgos claves de lOs misiONerOs

    si piensa ser misiONerO

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 19

  • N O TA D E TA PA

    Tuvimos el desafo de saber cmo compartir los materiales orales de evangelizacin. Con la llegada de la tecnologa (y despus de asistir a otra conferencia de la ION), supimos de la existencia del reproductor de MP3 con cargador solar. Pero era muy costoso. Sin embargo, Dios tena la respuesta antes de que formulramos el pedido. Se nos eligi como proyecto de la ofrenda del decimotercer sbado. Ese trimestre, la iglesia mundial nos ayud a adquirir y distribuir esos reproductores en los que cargamos la serie completa de evan-gelismo oral. (Gracias por sus ofrendas misioneras de agosto de 2012!)

    Aunque ya no estamos en la zona, Dios ha provisto otros obreros que continan con la tarea. Establecimos

    una iglesia con un pastor que trabaj con nosotros desde el comienzo y que comprende el valor de usar los mto-dos orales.

    El inters de Dios en los misioneros

    Estas experiencias transformaron nuestra comprensin de la misin. Para nosotros, la misin implicaba ir y requera dar. Nuestra travesa desde Ciudad del Cabo (Sudfrica) a Opuwo (Namibia) fue transformadora. Entendimos que nuestra compren-sin de Dios era demasiado parcial. Aprendimos que Dios es ms grande que nuestro limitado espacio. Necesi-tbamos expandir nuestra visin de l. Entonces comprendimos el nombre

    que Dios us para identificarse ante Moiss: YO SOY. l es verdaderamente el YO SOY. l es el Dios de los himbas, como tambin de los moradores de las ciudades. Estamos asombrados ante un Dios tan maravilloso.

    Cremos que seramos agentes de cambio. Pero el deseo de Dios era trans-formarnos a nosotros. Su propsito era que fusemos instrumentos de su paz, y que aprendiramos cmo experimentar su paz y su amor. As aprendimos que, en efecto, la misin es una calle de do-ble va (por citar a Jon Dybdahl),4 en la que el misionero entra en la presencia del Todopoderoso para que l lo enve al mundo.

    La mayor leccin que aprendimos tuvo que ver con nuestra propia transfor-macin. Como misioneros debamos ser-vir al pueblo himba; tenan que conocer a Jess. Cuanto ms nos involucramos con ellos, mayor era el lazo de amor que sentamos; cuanto ms los ambamos, mayor an la transformacin que Dios iba haciendo en nosotros, sus hijos.

    La misin es transformadora porque nos rendimos diariamente ante el que nos enva. La misin comienza con adoracin, y termina cuando invitamos a otros a participar de la adoracin. Agradecemos a Dios por la experiencia de ser parte de su misin. Fue en verdad nuestra cita de encuentro con Dios.

    1 Elena White, El ministerio de curacin, p. 102.2 Tom y Betty Brewster, Community Is My Language Classroom (Pasadena, California: Lingua House Ministries, 1986).3 Elena White, Palabras de vida del Gran Maestro, p. 8.4 Jon Dybdahl, Missions: A Two-way Street (Boise, Idaho: Pacific Press Pub. Assn., 1986).

    ALOJAMIENTO ESPECIAL: Pam y Gideon construyeron estas chozas con la ayuda de sus amigos himbas, y se alojaron en ellas toda vez que fueron a visitar a familias de zonas remotas.

    g i d e o n y p a M p e t e r s e n

    Gideon y Pam Petersen dedicaron veinte aos de su vida a establecer

    iglesias. Ahora trabajan en la Universidad Adventista Zurcher, en Madagascar. En el pasado, capacitaron a misioneros y fueron consultores en frica Occidental y Asia.

    20 Adventist World | Julio 2015

  • F E Y C I E N C I A

    vida; por ejemplo, los organismos for-neos introducidos en un nuevo ambiente pueden perturbar los ecosistemas. Aun las bacterias normalmente benignas o tiles, como los estafilococos o la Esche-richia coli, pueden causar enfermedad y muerte. Pero son excepciones, no la regla.

    No deberamos preguntarnos si la naturaleza parece haber sido diseada. Desde los billones de clulas no humanas que viven en nuestro cuerpo y cooperan con nosotros de diversas formas para mantenernos con salud y felicidad, hasta las mquinas moleculares que permiten el funcionamiento de cada clula, y hasta la cooperacin entre las plantas y los ani-males alimentacin y polinizacin la pregunta real es: Quin es responsable de estos diseos maravillosos que vemos en toda la vida que nos rodea? A quin se le ocurrieron todos esos planes? La Biblia ofrece una respuesta convincente; el bello diseo que impregna la creacin tiene algunas excepciones y la Biblia ofrece una respuesta convincente tam-bin a esas excepciones. El diseo de la naturaleza es por lejos ms asombroso que una simple punta de flecha, y tiene implicaciones mucho ms profundas. La Biblia nos libera para que veamos y alabemos al Diseador.

    * M. A. Santana, K. Pihakaski-Maunsbach, N. Sandal, K. A. Marcker y A. G. Smith, Evidence That the Plant Host Synthesizes the Heme Moiety of Leghemoglobin in Root Nodules, Plant Physiology 116, no. 4 (1998): 1259-1269. En lnea en www.plantphysiol.org/content/116/4/1259.

    CooperacinEn los organismos vivos, al igual que

    en los automviles, las partes funda-mentales de los procesos que se llevan a cabo suelen emanar de proveedores diversos. Un ejemplo se encuentra en los ndulos radiculares de las legumi-nosas, plantas que producen frijoles ricos en protenas. En el proceso coo-perativo de extraer nitrgeno del aire para fabricar protenas, la planta brinda energa y crea condiciones especiales de bajo oxgeno que se necesitan para que una bacteria fije el nitrgeno. Para llenarse del oxgeno que impide que se fije el nitrgeno, se usa una esponja de oxgeno llamada leghemoglobina.

    Antes se crea que la parte de prote-na de la leghemoglobina era fabricada por la planta, mientras que la bacteria aportaba la molcula de hemoglobina que mantiene el hierro que fija el oxgeno. Ahora parece ser que al menos en algunas ocasiones, la planta fabrica todo el complejo de leghemoglobina.* Este proceso ilustra maravillosamente la naturaleza cooperativa de la creacin. Es similar a la manera en que los departamentos bien diseados de una fbrica cooperan juntos para producir automviles, pelotas de tenis, golosinas o dispositivos electrnicos. Si cada paso de la produccin no encaja en un plan abarcador, es imposible fabricar algo.

    La necesidad de un plan se aplica a todos los organismos, porque estos no pueden sobrevivir por su cuenta. La cooperacin no beneficia solo a los organismos que participan directamen-te; en el caso de la fijacin de nitrgeno, beneficia a la vida en general. Las raras interrupciones en esta cooperacin ilustran por qu es fundamental para la

    En cierta ocasin, me encontraba con un amigo junto a un montn de grava. Entre las rocas molidas vimos una inconfundible punta de flecha. Los detalles de la flecha no tenan punto de comparacin con las rocas molidas al azar que la rodeaban. Por ello, ambos concluimos que haba sido diseada, y que no era tan solo producto de la casualidad o las leyes naturales.

    El diseo y las leyes naturalesLa experiencia nos dice que la casualidad

    es una explicacin insuficiente para los ob-jetos improbables que cumplen con ciertas es-pecificaciones, como el caso de la punta de flecha. Pero si la casualidad es insuficiente, por qu no invocar leyes naturales para explicar el origen de las cosas que usamos, como por ejemplo las puntas de flecha, las mquinas y los organismos vivos? Las mquinas, desde los motores moleculares dentro de las clulas hasta los automviles, hacen uso de las leyes naturales. Los auto-mviles no funcionan gracias a milagros; son mquinas que convierten el petrleo o la electricidad en energa cintica para transportarnos. Al igual que otras mquinas, los automviles usan las leyes naturales para alcanzar sus objetivos. La operacin de acuerdo con las leyes naturales no es lo mismo que ser producto de esas leyes.

    F o t o g r a F a : t H o M a s g e i e r

    El diseo en lanaturaleza

    Tim Standish

    Tim Standish es cientfico principal del Instituto de Investigaciones en Geociencia, y vive en el

    sur de California (Estados Unidos).

    La pregunta real es: Quin es responsable de estos

    diseos maravillosos que vemos en toda la vida

    que nos rodea?

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 21

  • PARTE 4: 18811891

    La dcada de 1880LEGADO de LUZ

    ELENA GOULDWHITE

    Despus de la muerte de su esposo en 1881, Elena White se traslad a California. Sintindose sola y deprimida, y sin poder escribir mucho, se dedic a asistir a los Congresos de la Asociacin General. Habl en encuentros campestres, visit iglesias y se ocup de diversos asuntos eclesisticos.

    Elena White particip de encuentros campestres en los estados de Vermont, Maine, Nueva York, Nebraska, Mchigan e Indiana y al regresar a California, ayud a establecer el Colegio Secun-dario de Healdsburg.1 Ese lugar se convirti en su residencia permanente. Compr una casa con una hectrea de tierra y rboles frutales seleccionados, disfrutando mucho de trabajar en el jardn y envasar frutas. Para julio de 1882 termin de escribir el Testimonio 31, donde se refiri a la educacin ad-ventista, la preparacin de los padres y cuestiones relacionadas con la juventud, entre otros temas.2 Los compromisos constantes, parece ser, la ayudaron a hacer frente a la pena.

    Inspiracin proftica En los primeros aos de la dcada

    se produjeron nuevas olas de oposicin al don proftico de Elena White, lo que incluy la acusacin de supresin (ocultamiento intencional) de parte de sus escritos anteriores. La cuestin surgi despus de la decisin de volver a publicar sus primeras visiones y experiencias en un nuevo libro llamado Primeros escritos (1882). El propsito que tena el libro era silenciar la creciente crtica contra sus primeras revelaciones. En el caso de algunos miembros, se produjo el efecto contrario, al menos en un principio.3 Sin embargo ella us la oportunidad para sealar que la inspi-racin bblica era dinmica, no verbal o de dictado.

    Un ao despus, apoy la decisin de la Asociacin General de revisar y reimprimir sus Testimonios en un nuevo y actualizado formato en cuatro tomos. Donde el lenguaje usado no es el ideal escribi deseo mejorarlo de acuerdo con la gramtica, como creo que debe hacerse en todos los casos donde pueda ser factible, sin cambiar el sentido.4 Unos pocos aos despus, seal que no eran las palabras de la Biblia las inspiradas, sino los hombres son los que fueron inspirados.5

    LA mENsAjERA DE DIOs:

    Una mirada a la vida y el legado de Elena White (1881-1891)

    Theodore N. Levterov

    El primer encuentro europeo fue llevado a cabo en Moss (Noruega) en 1887. All se usaron tiendas para las reuniones y el alojamiento. Elena White aparece sentada a la derecha, de espaldas a la tienda.

    En el extranjero De 1885 a 1887, Elena, junto con su

    hijo Guillermo, su familia y su secretaria Sara McEnterfer, viajaron a Europa, en lo que fue su primer viaje misionero al extranjero. Se embarcaron en la travesa transatlntica el 13 de julio de 1885, y su primera parada fue en Inglaterra, donde visit la sede de la misin en Grimsby y habl en numerosas congregaciones adventistas. Adems, particip de varias conferencias pblicas de evangeliza-cin. Un domingo por la noche, habl

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    nuevos desafosy

    Unaglesa en crecmento

    22 Adventist World | Julio 2015

  • PARTE 5: 18911900 Los aos en Australia

    PARTE 6: 19001915Los aos de Elmshaven

    ante unas mil personas en un saln alquilado de Southampton. Impresiona-dos por su mensaje, le pidieron que lo escribiera para publicarlo, y ella accedi.

    Despus de dos intensas semanas en Inglaterra sali rumbo a Suiza justo a tiempo para encontrarse con los lderes europeos de la iglesia en el Concilio Anual de septiembre de 1885. Se estable-ci en Basilea y, durante los siguientes dos aos, viaj sin descanso desde Italia hasta Escandinavia, brindando orientacin tan-to a lderes como a miembros. Al mismo tiempo, se expuso a algunas cuestiones nicas para el contexto europeo, tales como el servicio militar y la observancia del sbado, la asistencia obligatoria de los nios a la escuela en da sbado, y otras cuestiones administrativas relacionadas con el establecimiento de Asociaciones para esparcir el mensaje adventista.6

    El conflicto de los siglos, edicin 1888

    Elena White regres a los Estados Unidos en 1887. All procur terminar uno de sus manuscritos ms signifi-cativos: la edicin 1888 de El conflicto de los siglos.7 Ya haba escrito en varias ocasiones sobre la visin que haba tenido en 1858.8 Su decisin de publicar una versin ms actualizada y completa, fue resultado de sus visitas en Europa a muchos de los lugares asociados con la Reforma y la historia del cristianismo.

    La edicin mejorada llegara a ser uno de sus volmenes ms renombra-dos. La introduccin del libro tambin lleg a ser conocida como una de las mejores elaboraciones sobre la natura-leza de la inspiracin bblica. En parte, esta introduccin fue su respuesta a una nueva controversia sobre su ministerio proftico, producida por D. M. Can-right. l era un ministro adventista y amigo personal que dej el adventismo en 1887 y se convirti en uno de sus ms speros crticos. Al igual que en el caso de las acusaciones de ocultamiento, las dudas de Canright respecto del don proftico de Elena se basaban en una perspectiva verbal de la inspiracin.

    Pero tanto ella como los adventistas reiteraron que entendan que aunque Dios inspiraba los pensamientos de sus mensajeros, no dictaba cada palabra especfica.9

    El Congreso de MinepolisEn 1888, Elena White enfrent otra

    cuestin teolgica que alcanz su punto culminante durante el Congreso de la Asociacin General de Minepolis. U. Smith y G. Butler, la guardia vieja del movimiento, se enfrentaron a A. Jones y E. Waggoner, jvenes telogos de Ca-lifornia. Los puntos de contencin eran cuestiones teolgicas relacionadas con la profeca bblica y las interpretaciones tradicionales.

    Aunque Elena White era consciente de las diferentes posturas teolgicas, se sinti muy perturbada por los senti-mientos virulentos que los dos grupos comenzaron a mostrar antes y durante el congreso. En ltimo trmino dijo poco sobre su posicin teolgica (aunque apoy el nfasis de Jones y Waggoner en la justificacin por la fe), y se expres en cambio sobre la importancia de la tolerancia, la comprensin y la mani-festacin de la actitud de Cristo aun en medio de los desacuerdos teolgicos.

    Durante la reunin escribi sent la responsabilidad de presentar a Jess y su amor ante mis hermanos, porque vi evidencias marcadas de que muchos no tenan el espritu de Cristo.10 No es por lo tanto casualidad que despus de Minepolis escribi sus libros ms cristocntricos, tales como El camino a Cristo (1892), El discurso maestro de Jesucristo (1896), El Deseado de todas las gentes (1898) y Palabras de vida del Gran Maestro (1900). Elena White no vio la justificacin por la fe como una nueva luz, sino como una verdad antigua pero descuidada, que necesitaba ser trada otra vez al centro del mensaje del tercer ngel. Poco despus de Minepolis, ella, junto con Jones y Waggoner, comenzaron una campaa para expandir el mensaje de la justificacin por la fe a los creyentes

    adventistas. Comenzando en la iglesia de Battle Creek (Mchigan), viajaron por el pas y hablaron en reuniones y diversos encuentros.

    El fin de la dcadaLa dcada de 1880 concluy con la

    publicacin de otros dos volmenes significativos:

    Patriarcas y profetas (1890) y La temperancia cristiana (1890), una im-portante obra abarcadora sobre la salud, que fue precursora de El ministerio de curacin (1905).

    Aunque fue una dcada de grandes desafos, Elena White sigui trabajando incansablemente. Enfrentar el dolor personal de perder a su esposo, ocuparse de diversas cuestiones eclesisticas e ir al extranjero como misionera fue-ron elementos que se aadieron a su ya rica experiencia. Al irse acercando la denominacin al nuevo siglo, Elena White estaba lista para nuevos desafos. Pero antes de ello, habra de empren-der otra aventura misionera, esta vez en Australia.

    1 Vase Arthur White, Ellen White: Woman of Vision (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Pub. Assn., 2000), p. 215.2 Guillermo C. White, Health of Sister White, Review and Herald, 26 de septiembre de 1882, p. 616.3 Vase Theodore Levterov, The Development of the Seventh-day Adventist Understanding of Ellen G. Whites Prophetic Gift, 1844-1889 (Nueva York: Peter Lang Pub., 2015), pp. 143-146, 155.4 Elena White, Mensajes selectos, t. 3, p. 108.5 Ibd., t. 1, p. 24.6 Arthur White, pp. 225-244.7 Elena White, The Great Controversy Between Christ and Satan During the Christian Dispensation (Oakland, California: Pacific Press Pub. Assn., 1888).8 La edicin de 1884 del libro, fue publicada tanto por la Review and Herald como por la Pacific Press y vendieron miles de ejemplares. Vase Elena White, The Spirit of Prophecy: The Great Controversy Between Christ and Satan From the Destruction of Jerusalem to the End of the Controversy (Oakland, California: Pacific Press Pub. Assn., and Battle Creek, Mchigan.: Review and Herald Pub. Assn., 1884).9 Elena White, The Great Controversy (1888), vase la introduc-cin de la autora. 10 Elena White, Looking Back at Minneapolis, Manuscrito 24, 1888. En Elena White, Manuscript Releases (Silver Spring, Maryland: Ellen G. White Estate, 1981-1993), t. 12, p. 192.

    Theodore Levterov es director de la sede del Patrimonio White en la Universidad de Loma

    Linda, en California (Estados Unidos).

    Vol. 11 No. 7 | Adventist World 23

  • S E R V I C I O A D V E N T I S T A

    Seor, anhelo ver tu rostro, ver el amor que sientes por m. Por favor, permite que te vea.

    Cmo respondera Jess esa oracin?Una nota autoadhesiva urgente me notific que Corky

    sera transferida a mi distrito en las siguientes veinticuatro horas. Necesitaba servicios intensivos de atencin domicilia-ria. Su breve nota de derivacin abundaba en adjetivos tales como incumplidora, combativa, inadaptada, inmanejable y excesiva.

    La nueva direccin de Corky se encontraba en el estacio-namiento de casas mviles en la colina, sobre abundantes pasturas que descendan hacia el Ocano Pacfico. Mike res-pondi a la puerta. Qued sorprendida; la nota de derivacin no hablaba de un residente masculino. Vive aqu Corky?

    S dijo. La enfermera?Abri la puerta y me hizo seas de que entrara. La sala

    careca de muebles. La alfombra marrn estaba cubierta del polvo blanco desprendido de los paneles de yeso. Perdn por el desorden dijo. Hice arreglar el lugar para que pudiera mudarse. He trabajado toda la noche. Llega maana.

    Me alist para completar los documentos necesarios, pero Mike sigui hablando: Creo que le gustar esto dijo. Jams vivi en el campo. Dijo que siempre quiso vivir junto al ocano. Le dar esta habitacin con ventana para que pueda verlo. Respondi unas pocas preguntas, y entonces sigui hablando de Corky: No creo que viva por mucho tiempo. Es difcil de manejar; no recibi el tratamiento que necesitaba. Est sufriendo mucho, y creo que acaso tiene una infeccin. Puede ayudarme?

    Se hicieron arreglos para que fueran asistentes a limpiar y ordenar. Colaboraran con algunas tareas domsticas y ayuda-ran con la atencin a Corky.

    Regresar a la maana para asegurarme de que todo est en orden dije. Una vez que Corky est aqu, podremos hacer ajustes a sus medicamentos para el dolor y determinar qu clase de atencin necesita.

    Un caso difcilAl regresar a la oficina, repas la historia mdica de Corky.

    Le haban diagnosticado cncer de seno y programado el tra-tamiento. Pero no le gust el plan y despidi a un mdico tras otro cuando comenz a sufrir los efectos secundarios del tratamiento. Diversos mdicos la haban tratado con asombrosa tolerancia, soportando sus palabras abusivas y su incapacidad de cooperar, pero solo uno estuvo dispuesto a asumir la responsabilidad de atenderla brindndole atencin a distancia, basando sus decisiones en los informes de la enfermera. Pero Corky tampoco apreciaba a las enfermeras.

    Llegu a mi primera visita con mucho temor. Mike me salud en la puerta; la preocupacin y el insomnio haban marcado an ms las lneas de su rostro. Lleg tarde en la noche y casi no durmi me confi. El medicamento para el dolor no la ayuda. Tengo que luchar para que lo tome. Le promet helado solo para que lo haga.

    Mike me llev al dormitorio. Apenas pude evitar las arcadas al sentir un fuerte olor nauseabundo. Mike estaba tan preocupado que pareci no notarlo. Despirtate, Corky dijo con voz suave. La enfermera ha venido a verte. Tir entonces de la sbana. Lentamente, surgi una cabeza enma-raada, seguida de un cuerpo totalmente desnudo. Pens que la encontrara ms demacrada.

    Comenc a hacerle preguntas. Sus gruidos eran ininteli-gibles. Su brazo derecho estaba hinchado y tenso. Parte de su torso, por delante y por detrs, tena la piel hinchada y rgida.

    El amor de Cristo tambin se demuestra en

    situaciones inusuales

    El rostroJess

    Diana Dyer

    de

    24 Adventist World | Julio 2015

  • Dnde est la herida que necesita curacin? le pregun-t a Mike.

    All, bajo el brazo me respondi sealando el lugar con el dedo.

    La piel estaba tan hinchada que Corky no poda levantar el brazo. Cuando procur ayudarla, empez a gritar groseras mientras se estremeca de dolor. Mike finalmente la convenci para que cooperara. Corky tena un crter negro y profundo del tamao de un meln, que dejaba escapar un espeso fluido pegajoso de olor desagradable. Mike pareca calmo y despreo-cupado, confiando en que hallaramos la manera de mejorar las cosas.

    Cuando termin la tarea de desinfectar la herida y en-volverla en gasa, regres a mi oficina, exhausta e intranquila. Tena que repetir ese tratamiento dos o tres veces al da. Realmente necesitamos ponerla en un asilo, donde la puedan atender mejor, pens.

    Ni pensarlo! dijo Mike cuando le coment la idea. Yo la voy a cuidar aqu.

    Fiel hasta el finProgramamos visitas de enfermera dos veces al da a la vez

    que los asistentes la baaban y hacan las tareas bsicas de la casa. Mike estaba siempre all, dndole los medicamentos, con-solndola con ternura, y animndola a comer y beber. Muchas veces, la promesa de una cucharada de helado la persuada para que cooperara. Aunque con frecuencia ella haca declaraciones sobre su relacin especial, la nica recompensa que Mike sola recibir a cambio de su ternura eran insultos y palabrotas.

    Aun as, Mike no quiso ni pensar en poner a Corky en un asilo. No van a poder soportarla dijo. Ante el primer problema, ella los va a mandar a pasear, y crear tantos problemas que la mandarn otra vez a la calle. Yo la entiendo. Yo puedo cuidarla.

    As fue que Corky permaneci en la casilla mvil con Mike. El resto de nosotros hicimos lo que pudimos para ayu-

    darla, siguiendo el plan de atencin y brindndole un respiro ocasional. Mike, sin embargo, llevaba la mayor parte de la carga. Cuando estaba all, descubr que el rcord de tiempo si