Juan Ojeda

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Juan Ojeda Arte de Navegar Ra Sar¿¿a t¿troac¿ DEsDE cHTMBoTE PARA El penú

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Es el poemario del poeta más importante nacido en el Puerto de Chimbote - Peru.

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Juan Ojeda

Arte de Navegar

Ra Sar¿¿a t¿troac¿DEsDE cHTMBoTE PARA El penú

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Juan Ojeda

Arte de Navegar(1962 - I.974l

Ra Saata t¿üarteaDEsDE cHtMBorE peRe el penú

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¡Pora dejar de ser Forastetos' en Nuestrapropia tierra,leamos lo Nuestro!

Primera edición, 2000Segunda ediciÓn, octubre del 2006

Carátula: Música Latinoamericanadel artista Plástico chimbotanoRenato Sifuentes

Edición a cargo de Jaime Guzmán Aranda

Hecha Por Río Santa EditoresFco. Pizarro 704 - Telef. 327710

Email: riosanta 1 3@hotmail'com

@ Derechos de esta ediciÓn, Río Santa Editores, 2006

ProhibidolareproducciÓntotaloparcialsinautorizacion.Hecho e impreso en el Perú / Printed in Perú

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(Jna tierra d.e nadie V para todos / que nos parece limpia g es hediendo,

que nos parece uid.a g es la muerte / qte nos parece gloría g es derrota; ...

unatíerra sin cabello.Ly sin dientes / Es eI hterto Ete se llama absurdo.

Mtguel Rodríguez Paz

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XI

INDICE

Prólogo

I

Crónica de BoecioSwedenborgSoliloquioParacelsoLa NocheStultifera NavisCaput MortumEleusisDe las CondicionesHistoria RústicaCántico para LeopardiHermes TrismegistoHommage a Stephane MallarmeDioscuros

tf

Elogio de los NaveEantes

ilt

Van Gogh en ArlesMonólogo lnteriorEl Sueño de ElsinorLa Noche MarítimáFJomesicknessNorno OrthioRapsodia para Suely RolnikPortrait of a Blind Poet

7101213161B2021232426283031

35

6164666B707277.

75

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767778808283

Hommage alDestenadoAntífona para John CageLe Soleilest Devenu NoirOración para ScardanelliBowelsDelCautiverio

IV

KerygmaMeditación de Meister EckhartLaquesisConfesión de MencióMutanabbiPromenadeAngelus SilesiusOrfeo en el HadesOsario Marftimo.Oratorio para Raymond RousselCetrería de Paolo UccelloMar ÓrficoLandscapeElogio de la DeshlcciónElogio de la Infancia

87909293969899

1001021031U107109110113

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PROLOGO

DEL AVERNq HA:IA Los MoN'rEs pÉnrttEs

NAVEGANTS rÚtvnnnn

Cuenta Jung, comentando el Lllises, que un iío ancianr¡ lo detuvo un día en la calle y le

pregurúó; " ¿Sabis cómo atormento el Diahlo a los ráprr.sbcts? " Y continuó: " Lo,s hace esperar" '

lieirttiseis años se ha tenido que esperar püra ver publicado, en Jttnna total, el libro Arte de

Ir{avegar, que Juan ajeda dejó estructurado meses antes de morir, el I I de noviembre de 1974."pr'rr) la cita deiung también es pertinente al evocur ct¿atro elementos que son esenciales en

el presenie libro; (Ilises, símbolo de sabiduría; su descettso al Hctdes: el mundo del tormentoIy'

Jiialmente, la re.flexión sobre el tiempo, la espera y el tedio, todos ellos, elemento.s sustantivos en

la poesia de Oieda.Ningún"personaje se menciona tantas veces en Arte de Navegar y más aún el ambiente

dot¡cle mora conlo Caronte: "...el viejo blonco con antigtto pelo": el ",..anciano de precario

pelo", "...ese anciano de lono,so rostro conduce vehernenle / T'attta acrilud, que la otra riba

tr:rtfigttra-falaz toda esperanza". Y con é1, el trance de navegación de su barca, siendo el símbolo

cle esa navegación cle donde deriva, en gran ntedida, el nombre del I i b rt¡

AItí sZ o¡ur", también, la tentátióa centrnl y dontinante de la obrtt, la condición humana,

la hisloria moral del hombre puesta en escena en el tras¡taso de las alntus a lrat'és de dicho río,

todo a cürgo de Caronte, quien re¡ leta su barca con Ia nn¡ltitud inlerminuble cle almas que lloran,

algttnas a gritos, por las aflicciones que ya padecen, v que suft'irart aún más por los siglos de los

siglo.s; ntierttras que, como parte del castigo,lta las aco,sa el anhelo incontenible de pasar a la

otrtt orilll clr¡nde las espera el dolor tanto por los tormerttos qtte r¡llí se in/ligen conto por dejar

esta vida .sencilla ntientras el barquero lus aporrea t'on el remo para acallar .stts gentidos.

ii ,o"rto de Juan tiene su escenurio'1t su cenlro en ntedio de esas agLtes impías que llegan

ha,:;ta la entbocadut"a del Hades, a orillas tle cu.vofoso arrihu la bnrca del cmciano irritado, quien

arraja ct esa sepulÍura las almas de los que algtna t,ez.li:eron vivos. El Aqueronle es.frontera

infranqueable que dit,icJe la vida terrent dei pctricc:intienl<'¡ sentpiterno. Y con él Jttan pone en el

tapete'el iuicio, la condena y el pavor postrent; todo ello sumido en wt paisaie de niebla donde

s ó I o ha.t, ho ri zttntes difu s o s.

Xi

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Carottte, en nuestras convel"Saciones cott Juan, eierció siempre en él y nosotros una

.fascinación subyttga:nte. Él era el nuvegante pr,tr antonomas'ia erL la mitología personal de Juatt

el navegante símbolo, el que une mundos opLtestos, aunque 'su de";tino sea-fatal v abominuble' Es

el nudo, ))creo que, en elfonclo, J1y1n e1a la encarnación tle e'sa divinidad descalabrada

Es en t",,gr;';í;i;;;á¡tn, ¿triti e inson¿lrblc.c, de diclto río lago enverdacl, por slt

anchurL; de onrJas parclas y negruzcas, profunclns tambíén por la pena que en ellas cunde' donde

estallan rojizos los relántpagos V se oye el estallicltt l' retumbar cle los truenos' sólo interrumpidos

por los acompasado, goipÁ de los remos del barqtte,o rlottde Juan abisma su poesía; quizá por

eso tambiétz tan olvidacla, pues se conoce al AcTueronle como el Río del olvido, porque quien sc

srmerge en stls dgra.s obiáa en ellas quién es y todos se olvidan de él o ella para síempre'

Siguiendo ¿rto iuta i camino, Ártn dt íoutgo, es un de"censo a la morada de los muertos'

una peregrinaciótt por el mundo subterráneo y cle-los inJiernos, adonde Juan proyecta la realidad

comtip.T,corriente, es clecir la virJa cr¡lidiana, Coll StlS grondezas pero más con SuS ausencias l

miserias: " Yo siempre he morado en el InfiernoY de lavída sólo conozco un roslro destrozado"nl ioiri án Ia niebla más dura que los sueños inútiles ".

MAR APOCALÍPTICO

El mar u océatto en la nattegación de Ojeda no es, por eso' ningún mar externo' l'[i el de los

sargazos, que hollaron por primera vez cort la proa de sus nTves los descubridores del "lluevo

Mundo',, ni elfragoroso indico, tan caro a Luis de Camoens, autor dilecto para Jttan' Tampoco

se tr.ata del océano Pacffico, ante el que Balboa dijera, según Juan Gonzalo Rose" "Por esta

porquería te dejé, Teresiña"; y menos puede ser el Mediterráneo que inspiró a Homero y Virgilio

1t que fuera tan añorado por ovidio al sufrü' ignominioso exilir¡ en el.Ponto Euxino' Tampoco'

como se poclría suponer, )s et marfrente a la bahía de Chimbate, ni su espe'ctral Isla Blanca' pese

a las amanecidas de Juan bajo el farol titilante de la lancha de pescadores que enrumbaba

saliendo desde ese puerto, lugar de su nacimiento'

La masa,r":á;;;;;;;7";";; ,t ti liu en gran medicla determina nuestro destino de pere-

gr.inos de este mundo: ei rio doliente de. la muerte, antesala del infierno' Su travesía es por et

)queronte y,sus afluentes; el Cocito, el Flegetonte' y la quieta laguna Estigia' donde el marinero

traspas(t ras armas hacia er Hades , y rcina ptutón, er ntás cntel e implacable de los dioses , hii o de

Cronos, el tiemPo.

xtl

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Lavisión de Juan es apocalíptica, situando su oído en la quilla, ora aquietada, ora banibo-

leante, siempre verdosa de la barca de Caronte, poniendo su tacto en el remo pulido por tanto

castigar a lás almas estremecidas de llanto, y proyectando su gusto a la boca siempre abierta de

Caronte, porque bajo su lengua se deposita la moneda que pagan los condenados para ser

conducidás y luego echados a la grieta inconmensurable. Juan recurue alfabulario clásico de la

mitología gr""o-lotina para representar su visión e intuieíones, sl/s conceptos, así como sus

s entimientos Y alucinaciones -- - Los stgntficados de su poesía son todos aquellos que pueden estar presentes en ese trance

que hay ,, i*)o, de una a otra orilla en esa barca macabra atiborrada de almas. Y su actitud es

iólo aquelta que cabe en ésa navegación suprema de la vida hacia la muerte y su eterna expia-

ción, ion sus olvidos y virtudes , sus banderas y traiciones ,.sus elevaciones y derrumbes.- - ' -

Ahora bien, aí""rt desaparecen las oiillas, también la barca y su timonel; y es como si se

estuviera pasmado en alta mar donde no hay paisaje ni historia, ni personajes, ni sus consecuen-

tes emocí.ones. Tampoco expectación ni sucesos. ¿8ué ocurre? Es que nos enfrentamos solos

ante el misterio, a la incerüdumbre en la que navegamos,frente al destino desolado, a la ausen-

ciade Dios y alvacío existencial:

"Esa quieta cesación del sentido... "

Aconte como cuando estamos en alta mar, en donde es muy lejano mi origen e ignoto mi

punto tle llegada; estoy solo con el precario mundo que cargo y, con el otro que me compone'desde

dentri, donde soy un desterrado, un expatriado. Y siento que únicamente el agua y el aire

me componen e integran, siendo mi único sustento; no la tierra estéril y empobrecida, tampoco el

fr"go qrue aaima y apasiona; son el agua y el viento,.que haten o detienen a su arbitrio nuestra

nave. y las demás eiementos contemplan ajenos, con roles supremos y soberanos: son el sol, la

lluviay la noche que se acrecienta.- - -'ni oltí qué seiecesitará unción del alma para ingresar al rigor de estos versos, debiendo

primero curar y sanar nuestro espíritu, porque ésta es morada de muertos; no poesía pary la

complacencia, ni para adornar el mundo y solazar la vida. Quizas sí para recomponer la histo-

ria, pero más para meditar y alcanzar una premonitoria y urgente sabiduría que tanto requeri-

mos en estos tiempos agraces. Porque lo más estremecedor es lo que también está escrito en los

pergaminos det iifiemo: que allí los réprobos ya no ven ni sienten su daño y su horror sino que,-¡nái

bien, se deleitan con su castigo, que es lo que nos puede estar ocurriendo ahora en estavida

y en este preciso instante.

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Juan, en toda esta alegoría, es el ánima viva, el ser consciente que ha visto, que sabe,

comparay ausculta. Y que havuelto. Y que al.final, con su muerte, testimonia lo que gravemente

nos decía, y eso sí, recánociendo que moría ntás solo y desamparado que el Dante premunido de

poderosos guías : Virgilio y Beatriz. Juan no tiene baculos ni hombros donde apoydrse; ni nombre'de

mujer, i novia dlfusa, que.pronunciar en los labios. Tampoco una voz de consuelo, arisca o

indulgente, de atgún maestro.'Y hemos evocado al Dante porque el capítulo del Infierno, en su

"*rrlro Divina Comedia, es a lo que más se parece la poesía de este Santo o genio demoníaco'

trashumante enlos reinos de lo oculto, quefueJuan Ojeda'

RIBAS DIALÉCTICAS

otro elemento recurrente en la poesía de Juan ojeda es la continua referencio a las "ri-

bas " u orillas, el lugar cJe donde se parte y adonde se llega, donde termina la tierra y empieza el

mar, !,viceversa; símbolo de ese desgarramiento y alumbramiento dialéctico que es su poesía

Ellas no son un mero enunciado, ni un recurso retórico y menos un simple telón de fondo. Las

"ribas " son, inclusiv-e, más que el puct'to atrabiliario '¡t ssngt*tionado' más que el conglomerado

citatJino )t contercial -elemento estridente de la modernidad y del mundo de lo's vivos-. Las

,,ribas " son el símbolo del lugar por donde avunzo Ia huntanidad doliente que tiene que traspa'

sar de ttna a ltra orilla.-- - in etlas el paiisoje es neblinoso, (:omo una realidad difusa que se pierde en las sombras.

porque a ese brillo ¡t fulgor q te ,leviene de la luz incierta de las aguas del Aqueronte, a ese sonidr

que'hace el golpeteo del oleaje acompasado del río en losflancos de Ia barca que transporta a las

alntas afiigidas -que dejan la vida fugaz por la otra interminable- se proyecta en las ribas e.

refleja cle los actos vividos, empañadas como un telón defondo pasmado e inescrutable, en las

orillas del río, se divisa el hambre, las enfermcdudes,los vic:ios, eidolonAtlí Ia estución siempre es inverñal, y es donde. surge dejando a un lado o superando c

Caronte el personaje esencial de Juan, que es la humanidad doliente. Sean los inspiradores c

referentes a partir de quienes se habla: Mencio, Boecio, Swedenborg, Leopardi, Van Gogh, o h

coetánea Suely Rolnik, todos ellos son puertas abiertas para sumergirse en el hombre comc

especie, como realidad antropológica.y hasta coryg entelequia'' y tiene, stemjri alfonáo, la"niebla como el típico paisaje de los ríos infernales, porque ell:

es el halo natural de lo angustiado, deformado y esperpéntico. En la niebla se esbozan los sere:

horrendos, y a la piadosa niebla vuelven para poder ,soportar el breve instanle de ser conlemplc'

dos:

XIV

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"Así, para el que despierta' todrt -e't

niebla qttieta

Que ál t,iento arrastia entre los duros cepos "

El lugar ttel castigtt eterno, en la literatura grie'ga ¡t latina' es el infiemo' lóbrego' oscuro y

subterráneo, atloncle tJnían que ir las clmas después de muerÍas; lugar de./ilego y escarnio en Ia

doctri,a cristiuna. Sin emba-rgo, el inliento rJe Juan e,t más trementlo: es la ausencia de sentido,

laquiebr-a de la racionalidad, eldesquiciamiento y, más aún, elt'acío, launiformidrtdy el tedio:

" Y todo allí será cruiiente abismos e.n t i r as e s tre m e c e r s e uu I I a nt es e s fer as r í gi ci a s :

impenet.rabl,e ríotiempo inmóvilpüvot"oso rostt'o de lo hueco ".

EL HOMBRE TOTALY FATAL

En el libro se indaga por una verdatJ dentra de Io oscuro, hosco y tenebroso, válida para el

hombre como conjunto. Hay allí un primer acto de valor: el identificarse, comprometerse y

re":ponsabilizarse por lo que es comprender una realidad lrascendente para construir una

humanidadverdadera,.fundada en el abrazo y la solidarida^cl.

Á*i:" lot pr"grniás esenciales: ¿Hacia-dónde vamos? ¿Cual es el destinofinal del hombre?

¿Cuales son los signos de Ia condición humana en e! juturo? ¿La tecnificación de la sociedad no

io* qu" ósta pierda cada día más y más en humanismo? ¿Es designio de Dios? Sus respuestas

son tan demoledoras y funestas que le hicieron perder toda esperanzá.- - ir" asado, dirááto y sin o^boges, único y peculiar en plantearse tales cuestiones, riguroso

y acendrado en su método. A todo ello tenían que dar respuesta diversos saberes, ciencias y artes'consutradas,

religione,s y arduas JilosoJías'. I)ar t,ersión de las pregptntos, debates y conclusiones

correspanclía hacerlo a la candort¡su poesta. Mactzas v agobiantes.fueron la's respuestas - por Io

infelices y calamitosas-, lo que constitwyó parte.iitndamental en el motivo de su suicidio. Preg.un-,

to-t que todo.s esconclemo.s por comodidad, ntiedo o impolencia, pnr cuyas respucstas Juun indagó

ac,ciosamente. y éstusfueron adversas, negatittcts v horrenda.g ¿Octtltarlas a sí mismo'? ¿Escon-

riers,:ele.ellas? ¿!,.4unipulorlas? ¿Buscurrefugiaenalgúnempleobienomalremunerado?

'Totio n pánico, inmóvil duración"

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Su proeza es trascendente porque él asume el destino del hombre, pues hacía tiempo que

dejó de iablar como individuo para hablar repre.sentando al género humano que sobrelleva un

distino y determinadas condiciones que lo enajenan. A través de Juan habla la historia y su

verbo tiene ls densidad de siglos vividos'

" Cambado de soledad y neutro polvo hurga sus ojos " '

Él e,s la esencia del estupor de la especíe. No del dolor vertical, explicable circunstancial'

merúe, sino clel horror horizontal, permdnente y no enmendable. Horror ante un proyecto huma'

no y cósmico que él intuye o conoce deforme y pavoroso, cual es el rodar del mundo hacia e'

vacío. Es la visión tetorífica y espúntosa que también diera el evangelista. Horror de unc

catastrofe que se remonta al origen de Ia Creación, como un aborto divino interminable:

" donde Nacimiento y Muerte, Putrefacción y Crecimiento,,s on c' o lu m nas q u ebr ad asque un oio perverso contempla torpemente " '

"Talvez somos undon abolido por el nacimiento"'

Las r-espuestas a sus indagacione,s san eslremecedoras. Huy un resultado de espant:

consecl¿encia del e,yamen que arroja en ,\us proyecciones la ¿iencia, conclusión y síntesis de s'-

sabiduríu cJelmyndo, que derivan erl ser abruntadoras v lacerantes y anle lo cual ¡qué olvidad:

distraírlo 1, banol se siente al hontbre lrcntc a ese sinu.falal que lo ürarca desde ante'g de nac'e'

¡Que ittdefensas y vulnernbles resultan ser sus corulicione's !'' -

iioiírre cle" filosofia, poesía, religión y moral, donde lo superfluo no ingresa y todo

esencial se hace triza,s. Y sólo la sombra rie nuestru¡ destino permanece, que las almas en bre"¿

rumot de culpa y añoranza logran esconder en el puvoroso escenario donde todas las imágena:

sort abominable.r y las significados ignominiosos, dichos en idiomas soterrados, en voces ve,:'

rlos, en instantes que.fiteron pcro yo deiaron de ser supremos'

"l'luestro indagar ha concluidoY ésta es la sabiduría; nada ha¡'

Que explorarfuera de lafabula... "

XVI

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EL DESCEI{SO YIA CAíilA

¿De dóncle tieriva la nocirin, ), hasta el sentimiento de tragedia en Juan? euizá de Iaconvicción de que esü¿vimos hechos ptJra ser dioses v he¡nos rodaclo a une condir:ión banal yefimeraI expulsudos dcl parcíso y desptres perdiendo rJíu a tlía inocencia y sabiduría,. hasta caerdespoiados de todas las'¿irludes, en el pozo t:iego s, perverso de lafuntilid v, consecuentemente,en lu condena a! inf erno.

"Tierca de io.s díoses qtre el hombre habita,7- bajo r:! nturmullo tiel tit:mpo una rnuerte segura',.

En la pt'oyección del tiempo pasado, ¡iresente y.fi"turo, Oieda encuentra una línea dedescenso, cadi¿cidad e ignominia. He allí ta clave de su desencanto, de su ¿esilusión y con.se-cuente.[ulalismo.

"Y así e-r como \;ütnüs descendiendr¡en Ia niebla huec:a de lctvida humana"

Hay una dit'ecdonitliriad de descenso ¡t t:aída. Desdc unu infancia hacia un lugar perdido,desde tma plenifud hut'i¿ una caducidttd, desdc el vicntre materno a la./bsa septtlcral. Som6sóngeles e:xpul^;adi.,.t v' ex¡Latriudts de! reíno. Hentr¡s perdido la ver¿adeio ,oro, el divino úterornüterna, la morada im¡sereced.era. Srsmos desterrados del paraí.so fle Ia inocenciav la divinidad..

" ¿Conocerán el tiempo otro? 7hIvez una inacencia oscuraaccedería, como doloro.sa llagu, en la raíz de lovivido.el tientpo dei,iniendo bnjo inntóvil rnateria.Pero nue.ttra pureza va la hemo.r peydida,o ffiorü e ¡t un dorninio de ¡tat oro,sos geslos ".

Todo ha de,venidr; e¡z muerte, en j'also lenguaje T,husta en gestos impropios. Hay un origenpoclerosa,::¡tbliilev Die ltívict¡. Perr¡ la [ínea que he¡nos seguido es nefasú, di¡ando lo glorioi, yhemos caducudc, f'r; sul,t:t es poesíc de lu ¿!e.;ilu¡'ión v la desesperan"o pi, la esterilidud delntunda- Quizá porque 'se hn cma¡lo muchc... dehirto a que se ha esperado lanto... porque cuandose tiene unn ideti [ait altav €s tavt elen'r::lo e! propósita r]eviene profündo el desencanto.

" PerJ tú vace,g cculto o simuias llciartede Io que, en verrtari , e ,, tw únic,¡ nti5terio:

XVII

Page 14: Juan Ojeda

en la innoble morada de Ia realidadnutres un s entido más hc¡ndo,del que yaha cesado todo vesligio humuno"'

Arte de nüvegsr es paradójicamente la elegía de un naufragio, la rapsodia de una catá's-

trofe. Una de:;graciafatal ha convertido totlo en ntinas y se avizoran solamente los despojos'

Sólo permarr"i"n lai n¿inas de lo que ha sido casa, palacio y ciudad. La mirada conturbada

descienrle u las regiones del espanto, de las ruinas putreJactas, del abandono de Dios.

"Los desgdrrados, esos que recogen, sin saberlo,lri pat orlsa carencia del mundo y, transfigurados,toportan el misterio y hahitan una soledad deJorme" '

Alguien se burlct de riosotros. Hemos sido engañados. Dios iuega con el Hombre- Hay un

frattde qir," ,ro conclu\:e, y ni siquiet'a e.s fi'aude pleno :;ino esbozofraudulento, y todo es mueca ):'Jarsa.

I tto1, quiene.s no se desílusionan de nada, porque nada uvizoran, nada alumbra sus

espíritus, a nada a'sPir.rrt.

EL DIOS,4U.qENTT:

La poesía tle .luan Ojeda es ,tl vucio de Dios, es Ia estructura ausente. Y Ia enajenación de

Dios 1o es porqye iste ,seu di.sto-nle e inasequible sino peor Porqlrc no es habido; porque al

regre.\o cle la anhelantc búsqtteda Iu respuesta de .htan es que el lugar que ocupuba está vacío, es

hueco y;1,ttce ctbandonado. Dio.g ha h.uido dciando su creación desamparada:

" Sobre lo tierra unü ausencia de dioses ".

Ha ex¡tlrtrado todr¡. ha ,sotnetido todo a un ttrduo proceso tle verificación. Ha destejido r

vuelto a teier vertlajes unriqrisimas y nuevas. Es buscador üfatigable de bases y principios

Pera el restiltado e-s que no halt nadu' Todo es pavor, horror y miseria'

"Habitamos el cadáver de u.n Dios".

L)l muntlo ha fievenido así en un paranto, en un e.spacio inerte ¡' sin sentido. No hay nada

que produzcafelicitlad ni alegría. No hay ninguna razi¡¡t va.ledera, porque nada se mantiene en

pie; todas las efigies han caído corroídat'

tXVIII

Page 15: Juan Ojeda

uElogía de la Inf,ancia" es, en el.li:ndo L*;,t){ir:'ino de -{e, de. pn:mi,sión. v- un ilamatirt t it¿

acción rev¡lvcionaria, a que bttset.rc.lr¡r;-';,'rrs rtír:r::' de! bisy y {unctrr,;t¡.s tsil:t !'titL,t,¡:. lierr:s I ttti(rtitlsvü hi:;tr¡¡'ia: la tierra del anheh, ít inliut::i:t d:t! wit¡nrJt.'. el ,lír¿ i'¡?. {.lLt€ des$.1't¿t'tr:n:r¡,:; !,tr ¡;,,;, i:¿morads del isien a lu que todos estülnos ,:(ilvccLr.los;

" ¡ Oh ínfanc i a de futu rt J' .r'¿g,o.r', y a,:i c e s c lt c hü

ía hu-muntt muchedurnbre, se insinii,:t¡¡los tiempos de un orden ¡¡uet'a,!

I'orquc la tierra, niño, te cohilcrrien sus dones eternos, porque ).'it s€ ni.euinüla eciad de unu l'tisíoria fetttnda; mir a, ¡ni¡.o i,slo.\ t'trines.I-uego cctntinemos hucia lcs nantes¡érttlest "

I) en íl¡t S dnc h ez {-i k ó rc

y.4iN.

Page 16: Juan Ojeda

poesía, Ia suya, oscura pero de ine¡abte grundeza, en los momentos mas solemne,s de la

cual aparec' u' oí*, o Ia presenciq de un anlmal liiLre ¡' snivaje' o de un tnstrumenla musical

intacto e incorruptú, como si se tratase cit: una aprsrlcir.tn tnística, seü un ciewo, una corza' u¡7

ganto, un e.st.()rnino, un sistro. Se escucha repentino el r:anttt de un tordo o el'nelo asustadizo e

íntimo de un gorrión.Ilabra"lectores que se afanen por e.xplir:arla o camprutnderla con el sentido de la racionali'

dad. En tal üttento s¡i duda habrá rnucho qwe quetlttr,t oculto; pero no hay que desesperar. Le

poesía es precisamente tal por .-rer incógnita )' trtisterirt, presencia de lo divinrt y secreto aunquq

de alguna ntanera, rlesbordante ), Dromisoria: es:t: es ":/ c¿so del liÍ:ro qtte ahora sostefiernos

tmgitlos, que arrüsa y L.astiga pero tanil¡ién ir;t,iste ;, ennt¡blece, si no ¡tor su.fon,io lorluratlo, si

po, to aylenticidad y devocién con que estu pergefrailo 't parqu€. es el testimonio ¡:or el cuaí se

t' ons a gr ó y o frenrió una v ida.

conceptual, het.ética y a la v-ez sa{ru{ia, ccn urx repertorio mu.v grande de imágene's. ulucinanl¿

en sus lamentacíanes; nada mwndana, caliejtru o dest,ergonzstln; que desaparer:e de la s'uperlt'

cie de los días para surnet'girse c:n un espücio y, tiernpo suprurceaÍes, que nos hunde cn su espírittt

en susfantasmas )) obsesiones; a veces ini'úlleble, donde no l¡cv estridencia, vanalid¿'í, ni lug,t'

para la piedud.

POESí.A PROVECTA Y SABIA

Juan Ojedacont'eptúu el tiempo cúlrlo unü uniriad clut c:<tntrariüs, un mov-imi(tnto dia!écticc

una conjunciórt 1; dispersión. Y que en ei instatite esta corttenido todo, aunque la esencia i' ':madre es lg eternidad.

Y es clesfle la eternidad que él asunrc st4 cünlo o ';u prédicfl v r"epre,senta aquella en lave-ie:

o Ia senectud, cowto corresponde por ser síntesis cie. vid s". A Ju.an le a¡rajo sietnpre la edad prove:'

ta. En sys gestos, en su talante y en su voz tt *laba de situcrse en esü cctndición, siempre con :,-

tor¿o gravev aciago."'Su léngua¡Z es longevo pero colntudct 1, ri¿:sir¿1rdante , que prodiga una sínlesi.l d¿ r'¿;:

Poesía densa, de edad eternu, donde ,se suwtü a itbeiir:zu s*lem,ne una recia,sal¡iduría. Dande '-:irnágenes,gonser.soberbias,resultanpo.rpueslasclafiml¡ezadelr.,sjwiciosqueallíseo-|rece-.poesía tie es¡tacios attrylius jt tiempo tl¿ienrclo, don¡le !¿¡5 5¿t1:tüt:ienes son ahnÍidas y solumer:

sehacen broncos los ccrnceptos.

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Page 17: Juan Ojeda

" ¿Cómo puedo hablar delfrato. Y la semilla, si no conozco los orígenes?

kndré que retornar a las raíces,Buscando lu evidencia, bajo la canfusion;Llenándome de siglos y piedras,Como asiendo los significados,Y sus designios , la verdad perenn e " .

Ert su poesía no hay exaltación sino sapiencta; no hay tantofiguras literarias como refle-

xiones y sentencia.s. No prevalece el ardor o Ia.fruición sino el conocimiento. Su belleza es

intenrtr y slbrehumana, imponente, con el rostrc adusto y Cesencaiado; y con las manos en altoycri^spadas o piadosamente recogidas. Gra.fica con imágenes y mctáforas realidades profundas yverdades supremas. Intuyc hocia dónde va la marcha deluniverso. Es un aviso urgente que nos

dice que el tren en el que vamos corue descarrilado y será inevítable que se precipüe en el abismo.La muerte de Juan - su suicidio - es voz de alerta, un llamado de atención urgenle, una

t:larinada de aiarma: comprometerse a cambiar el curso de la historia, poner las manos en el

.fuego para no seguir siendo cómpiices de este descalabro y de este siniestro,

BITÁCOR,A RITUAL Y TESTAMENTO PROFÉTICO

Arte de navegür pertenece u la literatura de visione.s, en donde los elementos que se

nombran tienen carácter de .símbolos, corx un signiJicado peculiur ¡, mi.sterio.so, de acuerdo a unaestética, a una c:reencia, a una religión o ü un código de pri'zcipios y normüs. De allí su dificultad

), su carácler críptico.Los escenarios y actores se a,semejan d un auto sacramental, con un lenguaje canónico y

epopé,r'i.r:o, con el acento proJético de las obras clásicas de todos los tiempos. Sus acordes son de

trombone,s, bajos, tubas, violoncelos y en lo alto o lo profundo una nota sutil de diana. Músicague se contempla credrse y hundirse en el inJinito cósmico y en el caos inmiserícorde, lejos de

toda cotidianidad.Es una obra ritual, como la consagrución de una misa; acto con el cual él justífica su vídu y

,ru muerfe: ¡hinmo y expiación!, ¡hossana y marlirio! Es carta de navegación y testamento

olégrajb; cuaderna de bitácora y escotílla de perdición. Es códice de los tiempos antiguos yc om eta ! anz a da a I futuro inexp I o rado.

Es un canto ceremonial, con la compul,rión de una tabla de salvación y un estigma de

fatdlidad. De allí que en ella no haya ané'cdotas. ni compasión hacia el lector, porque.en verdadla hizo para sí mismo o para la eternidad. O para Caronte, su divinidad. Con este libro Juan

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Page 18: Juan Ojeda

lavega en los ámbitos síderales: es su nave y sus alas, su carta de presentación a Ia potestad conIa cual_lucha, se enfrenta, se mezcla, se destruye y con la que al/inal se redime.

La obra que se sitúa al borde del abiimó, en el peligrá pleno, en el flanco izquierdo delacantilado clesde donde sólo se cae, ansíoso de escuchar su propio grito de suícida o-desafiandoa las verdades trascendentes a develarse, a,cerc& del origen y el signo que encieta la creación,dispuesto a arrojarse sin contemplaciones para auscultar el ojo del misterio afin de desgarrarsus vestiduras, decidido a vengarse de la ballena blanca del destino humano que le ha a*ebata-do el priv.ilegio del sueño deleitoso y el despertar complacido.

Sobrecoge la maiestad y hasta Ia vlolencia de- sus versos y estrofa.s, más que en el plano.formal en el.fondo misterioso e infi,nito de sí mismos. Es inconmensurable en la dimensión decInto, que además de ritmos, imagenes, emociones y principios que Io sustentan, mttestraprodigío y el vabío portentosos que hay en la creación del mundo y en la existencia humana, y ddesígnio estremecedotr esperanzado ofatal, que debemos cumplir en esta horay deshora supreMAS.

En Arte de novegar Juan es demiurgo, pro.feta, gran maestro y loco a la vez. Es estauna proeza del género humano, donde se contiene todo, hasta la actitud heroica de morir ensangrar de sus páginas, en las gue nos da unu imagen contrita del mundo en descalabru¡;acordes solemnes, acompasados, de misa de difuntos o de responsoftinebre por sí mismo v pnr e)hombre.

Poesía supranaturü\, de un mundo único, lejos de las melodías, estilos y temas consabidos,donde todo es distinto, inusitado y sorprendente en los componentes y en el conjunlo, e, Icsdetalles y en la densidad de Ia trama. Con Ia belleza de Io grandioro y *in mental.

"Ahara que Ia muertefrota sobre el aire su cadena',.

"De estas ruinas que el mar bate oscuramente con,su mano rota".

TESTIMONIO: IIN LIBRO DENTRO DE OTRO LIBRO

El rasgo más ntable de esta obra es la impresionante percepción que se obtiene re.spectocomplejo y tormentoso proceso interior de elaboracíón y expresión que caracterizó a Ojedatoda su producciótt y, particularmente, en Arte de navegar, en donde se entremezclan ei gfusión elementos psícológicos, místicos y meta/ísicos; emociones, razones e intuiciones; ilnes, pesadillas yfurores. Sin embargo. hay un elemento más, cual es la reminiscencia históri

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que se suma ü lo5 anteriores en el poemario Etogio de los navegantes, libro autónomo dentro de la

obra mayor, y quefuera escrito par -luan entre los I 9 1t-2 I años- - mogí" ht íou Áon'igo*tás, comü Io expresura'Juan en una entrevista, es el poema introduc'

torio a un antbicioso práyecto de escribir un cunto naciunul como la Eneida o Los Lusíadas,

proyecto que comportimos como producto de nuestras larga.t caminatas en las playas de Luríny

Chilca. pensamos hacer juntos el libro y nos pusimcss a trabajar en él totnando vo como punto de

purlida un Aclltthuasi incaico derruído, donde mctraban, como sombras laceradas y estremeci-'das,

algunas Ac!la.t ve.jadus que eran tesligos de los sucesos pasados, presentes y futuros de

nuestro devenír'histórico. El tema con el que inicié e.so.t canfos.fue el de las guerrillas de la década

rlel sesenía, atizorando el aclvenintiento rie unmundo nlreva, corolario de la revolución socialisla.

El resgltado rJe ese trabajo, por parte míu,.fuerort los cantos que después integraron mi

poemaria Las Actas. En e! caso de Juan, el libro que escribiera es Elogio de los navegantes, que'luego

presentó ul toncurr^o de los Cuadernos Trimestt'ales de Poe.sía de Trujillo. A él le atraía

indu¿l{tblemente, por su adhesión al mundo de la navegación, lu época colonial del Descubri-

ntiento y, la Conqui-sta, de ahí que en el p,oenta Elogio de lx navegantes aparezcan imágenes y

evocnciones, muy generica.s, tle ac¡uellos suce.sos histitrícos, pue'\ se. trulaba del prólogo del libro

que,entrentuchosctt'osüspecfosco.sntogónicovtambién.r,e,ocupqlíqdelravesíasybatallas,...C'on E\ogío cle los iavegantes .litan inuuguro un lé.xico distinto, propio e intransferible,

ntrnca escttchad7 en el proceso de lu pr¡ss{¿ peruena; donde las palabros son marmóreas y

dramtiticus, baja el irnperio de irt trisílaba' honrlrt '1'

si¡t t:t¡tttpn'tión'

"Funestct el mar de eternos elementos, ntr¡radu del linuie humanrt:Oscuras cttet,ü5, huesos de rnarsopa, obstinados helechos crecen

Internúnahles en las ribasAllí el pacienle cuerv'o ha tietnpoMoticia la carroña. Estos son nuestros rlaminios; los pedruscosResecos, las raíces podridas y lo tiewa estéril "

Se siente, en primer lugar arin antes de poder Denetrar al fondo de esa superficie una

impresión arrolladora 7, contun.dente, ia de estur an.te una obra grandio.srt, sinJónica, absoluta.' ' En sttforma exterior, cle largos versícuk¡s ordenadc¡s en tercetos, todos pareios e implaca-

bles, pareciera qtte la supedicie del papel nadraga tmte la vastedad del mundo que evoca, de

renglones como u,.t tinglado suprewra, de ritmos ásperos, atribulados, inclementes, haciendo un

^uirJo misterios6 de. afroz evidencici 1,t de innegable estupor: versos irrenunciables, de los cuales

no podi:mos huir ni escaPar"

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Page 20: Juan Ojeda

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DESTTNO DE POETA

Rimbcrud, a los I9 años, despreció la poesín ¡ese rayo.fi:lgurante en que la había conriol despues de ese cantoflagrante y abrasadnr que erigió en su libro Una moruda en el inJierpara trüJ¡ci¿r con armas y marfil en los desierlos de Abisinia y mezquirto y codicioso atesaruna porción de otr¡ que cuidaba desveladrs en las cundentes arenas. Juon Ojeda, en camt,:desprecia el mundo y Ia existencia y todo lo que ha7, s, ellos de supremo para.salvar lo único c-,justiJica con su propia.¡ida: la poesía.

Can su exislencia expuesta Juan sastiene, ,euster¿ta y solventqu pasión y su razón poét!:Irn¡serkirrito, ,s'in dar ninguna explicación, Iet,anta la arquitecturaáe su obra sin permitirse i^,

digresirin, una debilidad de pristura, ttn ge^eto de cunsancio, de hastío o deflaqueza. y nos enseu asumirla sin ceder po.siciones, sin seguir las modas de la época y sin reemplazarlo por ning,empleo. Jitan nunca se empleó en nad.a, salvo su cansagracíón a la poesía,

Conocía la tradir:ión poética de munera crtrilletu .v ocendrodo. Nadie como él p:dontinur más poesía¡'filosoJía de todus lus época,i, espaci'os y culturas. Para leer agotado.r\ente en t'aria.s lertguas Y estuCirtr con igual ¡tasión libros de arle camo de ciencias. Ey ¿

bagaie, tlos pcelcs peruanos t'ueron leídos e inr:orporado.s plenamente u su 4liverso: Ce:I'allejo y Murfín Adán. ¡Cómo no!,.¡recuentahan nuestra charla Eguren y César Moro. -entlnrgo, su pttesía se presenta distinta, original y única, sin vínculo alguno ¡en ubsolttto! cor.moda ca!lejerade la ét¡oca.

Oon una fiterza y decisión inr-encible:; perseguía hacet' grun poesía, de contundenc;:pienitud- Tbda'r quienes lo conociet^on si.quiera en purte y, más aún, quienes lo leyeron de ur.:otra münet'6 se €.xpre.rr¿n invarioblemente sobre élcorno: "Gran poeta". ¿Por qué lo dicen'/ _

nncin€ra implicitn creú que por las sigtiientes razones: (l ) por ta esencía[idad de su espíritu. : -

ttl fonrlo, lrt ctutenticidad y la verdad de su postura.frente al mundo; (2) por su lenguaje úntc .

inconJi:ndittle, ¿:r¿ando un universo genuina e insospechaCo; (3) porqüe abre'ceminos, se pon.la cabezü de una c¡ru¿nstancia especial de la historia del tlesenvolvimiento artístico v litercen el Perú

Su poesí':t e's cullc, de vocablos y conceptos ezrudikts, que se engarzan y se tuercen obses.:nados. Thmbii:n. y en buena medida, es ahusiva con el lector, de ritntos inusualés, con un lárdocto petu a Ia vez con form*s que sólo lu plena lil¡ertad osa emprendni y osu*ir dondeadjetiva r:on térrninos que porecen extraídos de un diccionario venerable de la aflicción,mundo apesadum.brado y del horrar En gran rnedida porque ése es su signo y su elección irre,ctble.

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DESTTNODE POEru

Rimbaud' a los I9 años, despreció la p.oesía ¡ese rayof,:lgurante e-n que la había converti-do ! después de ese cantoflagranti y abrasi¿o, i"" "rls¡7 "o ,u libro rlna morada en el infíerno,para ftartcsr con arm^S y marfil en los desiertos dr1b¡r¡r¡o y mezquino y codicioso atesoraruna porción de oro tlue cuidaba desvelado en las candentes arenas. Juan ojeda, en cambio,desprecia el mundo y Ia existencia y todo Io que hay en

"ilo, d" ,upremo pdra .lot o, ro único quej ustiJicg co n s u propia vida : la poei ía.can su existéncia expuesta Juan sostiene, ^eustenta y solventqu pasión y su razón poética.Impertérrito' sitt dar ninguna explicación, levanta ta ar{uirccturaáe su obra sin permitirse unadigresión' una debilidad depostura, un gesto de cansa,riio, de hastío o deflaqueza. y nos enseñaa asumirla sin ceder posiciones, sin seguir las modas de ta

.é,nocy y ,tn r"L*plororlo po, ningúnempleo' Juan nunca se empreó en nada, sarvo su ronrogrorrrSn a ra poesía.conocía la tradición poét:tci de munera iáfpuio v arendroda. Nadie como él paradominar más poesía y filosoJia de t:odas to, apo")r,"írit"r^ y culturas. para leer agotadora-mente en varias lenguas' Y estudiur con igual pasión ;ibros de arte como de ciencías. En esebagaie' dos poetas peruanos fueron leídls

" rnrorp,or'id^s prenamente a su r¿niverso; césarL'alleio y Martín Adátt' ¡cómo no!, ¡recuenraban'nu"r,rio charla Eguren y césar Moro. sinembargo' su poesía se presenta distinta, original y única, sin vínculo alguno ¡en absoluto! con lumoda cal lej era de I a época.

,, ",,,f í' áxi ;1í:: l f: :: :;, !,I7 Í lj : : "1:: "-* r : h a c er gr a n p o e s í a, d e c o n t un d e n c i a v

otra m,net'o ," i*pr"ran invariab,"*ái,f""lí#i!,'r:fr!' ,U:":";;:;':":;::fl;;::ÍZ:i";manera implícita crea,que por las siguientes razones: (r) por ta'"r"nrtoí)ia )" ru espíritr, porel fondo, la autenticidad y ta verdaá de su postura.frente ál mtyndo; (2) por su lenguaje único einconfundible, creando un universo genuino e insoipechado; (3) porqa.e,obre

"ominos, se pone a

':r7r';::r* una circunstancia especial de la historia del desenvolimiento ar:ttístico 1, literario

su poesía es culta, de vocablos y t':onceptos eruditos, que se engarzan v se tuercen obsesio_nados. También, y en buena medida,'es abuiiva con el tu"tot de ritmos inusuaÍés, con un léxicodocto pera a Ia vez con formas que sóro la prena libr;;;;';"|;;;;":;:t"i'lr*r, donde seadietiva con términos que parecen extraídoi de un diccionario venerable de la aflicción, del

::;i: apesadumbrado y del horror. En gran medida porque ése es su signo y su erección irrevo-

]t

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Poemas como Ia vida, que contienen todas las preguntas y, coma la vida, por ser vida,conliene todas Ias respuestas a todos ios intewogante.s" f]oe¡nas sombríos, espeluznantes, bajo eldesigniti rle algo que no nos carresponde arcstionur, ni .riquiera preguntar; pero inevitables en elsentida que siquiera uno en el mundo tenía que.formularlos 1, ctbtener respuesta.t, aunque sucum-biera ante e!!as,

Poesía del alma, que ingresa al mundo íntimo.y'esencial de la condición singular que tieneel Hcmbre, donde hay unpaisaje defondo muy adusÍo ),lato; unas ribas, una arcada, unafuente,una ediJicar:ión antigtta I el mar insr¡mne" Su lenguuje )t .tt¿ f ülünte son oceánicos, insondables ye,t l)igll¡ü crsn,stante. Poesía de vocablcs densos, con herruptbre de siglcts, como de arrancadas yr!¿stt'iidr¿:; loncs de mastiles expuesto-r ul misterio, con el lenguaje del mar ciego y piadoso, queíie¡rc el rilinr¡ del oleaje golpeando las rocas y nturienCo én pla¡,as igttotas pensandose y amún-.lr,,rc ¿ .tí ttismo.

Ai leer ios ¡toemas de,Iuan/brrnulémono.:; unu pregunta .senciila; IHa|,, en todo el contextode lu poesía perLtana actual, poesía de lu calidad, de lu ntagnitud, de la profundidad y de lae,sirtturt de la poe-tía de Juan? Entonr:es, ¿por qué el rezagarniento, la marginalidad, el anquilo-,ia¡rti¿nto en que se íe tuvo y se le tiene?

TT'INERAR,IO DE TlNA LOCARA

Elproceso y el estilo de elaboración y expresión de Arte de navegar refleja inexorablenten-te la i:ontple.ia dinámica del proceso bio-psico-srtciul de.su autor, en el que la tormentosa interac-tión erttre los ámbitos de lo genético, Io afectit,o, lrs racionn[, la energía vital, el medio ambiente,el ct¡nte.rto histórico v el azar jugó el rol de un ün¡tlaaable compositor v clirector cle orquesta que,a! mis¡¡tts tiempo, creaba, ejecutaba y destruía su verdadera obra nxaestra, que quizá debería{lun'tctrse, mus propiayhonestantente "Artedenaufragar"... comoque.fue, realymagistralmen-te, a la ttez el Preludio y el Réquiem (o auto responso) per_fectos para su.tuic'idio.

Y así como hay testimonios evidentes de lu genfalidad de'esÍe autor can aciertos que hemostraltdo de señalar en estas páginas, es dolarc¡so comprabar también que hay pruebas de Ia¡tértiidtt de! sentido y delt'értigo y desquiciamiento de que.fue siendo víctinta cacla día.

E,s' que fue un hambre que se cor¿sustel'tcirj hasÍa arder, consumirse )) explosionar con lapoesíu, ccn la que sostenía una rektción ígnea, que no podía ser sinofuego al rojo vivo, incendioinabarcabíe. Él nda lo miraba a lrat,és de esas llamas u hogueras que alzaba con un delirioi mpi acabíe [,a poesía fite .su des titt o, su rnartirio

" su inrnolución.

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Page 23: Juan Ojeda

{

En su obra hay momentos en que es caprichoso, que nos haee perdernos en.su laberittto.Hay otros instantes en que se le sientepedanti, soberbio y autosuficieite;

"Eterniclad exacta para armar un pito',

En otros momentos cantbia de ritmo, golpea con algo ínsólito, como cuqndo tit,qba labandeia de escabeches a la mesa donde ,oirirsabon sus amigos, ensaya un paso inusitadoqueriendo sorprender otras veces quiere ostentar y hasta rompe las patas de Ia silla en que ellector revisa anonadado sus versos, destrozando bruscamenre para el efecto un esquema rítmico." Hay, en Arte de navegar, así como poemas de un sentiái ";;;t;i;üi,'rupr"^o, otros sinsentido' o' más aún, poemas sintomaticos de un desequilibrio, incoherentás e insensatos; puraacumulación sin lógica, como cuando un demente junta latas, curtones, retazos de tela, vestigiosdel mundo' e inlentaiugando a solas, hacernos pe:rder la pctciencia, prueba de la turbación v delhorrorenquehabíacaído. Esque:

.-----' r'

" Es un hombre hastiado de soportar el mundo ,,.

Hay poemas que dan círculos, que son concéntricos, repetitivos, pavoro.t;os por el mareo,la oquedad y la sen'sación de caída qie producen. Lo que de allí se recoge es sensorialmente elapabullamientrt y el absurdo. El tibro, en ciertr¡ ^o*"oto,

es el propio inlierno ¿".1r* ir ri"*)monda' arrasada y yerma que él tanto invocara. ¡Y atrozntente quieta! ¡En el hastío! El paisajede ruinas, neblinoso y desértico, con la sequetlad donde la respiración es dura y ogitada. polvoderruido, síntesis de ruinas; estableciendo la relación con el mar que lo obsecle, de esta maner(r:

"Quien se ahoga en un océanose despierta en un desierto ', .

(Marcus, en el "Osario marítimo,')

Juan va nombrando los asuntos con indolencia y desidia, como si ya nada le tmportara.Dice en "Portrait of a Blind poet',:

"En el lucro de la umbría venótico río de oro:Nave sin ojos, oh N9c-h9, diamante stgnaáoit origen_Ebrios labios d9 pórJido en una estatlta intitil, o - '

!19 c gr fa rd o s d e I í qir e n pl at e a d o : b tam a i^ í g" r.Y del reposo que, tremante, calcína al Abismí_Inertefuego, los designios- canta el polvo iilrsuto.

J

i

XXVI

Page 24: Juan Ojeda

Desc ans o tercenal, hues os hurgados por el Tiempo ;PQrpgdos sin retorno, ardidos, numerosajoyadá mundo.¿ Qué a I e grí a ho r ada ins e ns ib le m e n te oj ós d es nudo s ?

¿ Qué bri I I o e I ev e, aho r a có nc av o, el fes tín ho rrendo ?Sólo hastío demármolfatiga, coronado, vano RítualD_o n d e p a t i o s o n o ro -m e di o dí a n e gro - ofe n d e e I j úb i I o,Trasfronda de neblí. Ojos de oro de un pliego azul:Sacra ceniza, árido en ebrio abismo, el mago ptitrido',.

Y en " Confesión de Mencia", y en otro.s poemas, se repiten como en una móquina dementeverso tras verso, como sifuesen los barrotes de una cárcel inicua:

"Y se asemejan alparloteo deun enajenado.Lavida es como un.secreto que al aparecerFluye i ndistinto en ruidos y'silencíos.Obcecación del espíritu pudriéndos e hacia adentroLamentaciones que ahora escuchas disipándoseLamentaciones en medio de un cuarto cerradoGr itos p é tre o s re tum b a ndo en un a men t e s ellada.Ya sin nadie que remueva un rastro en la vidaLa repercusión de sonidos emitidos por nadieEl camino de las palabras que nada nombranYse asemejan al parloteo deun enajenado.Lavida es como un secreto que al aparecerFluye indistínto en rínnos y silencios,O b c e cac i ó n del esp íritu murié ndas e ha c ia adentroPensamientos en medio de un cuarto cercadoG r i to s mu er t o s retumb ando en una m ent e e s trop e a da.La vida es como el parloteo de un enajenadoEI camino de las palabras que nada nombranPensamientos en medio de una nttnte estropeadaObcecación del espíritu... "

¡Tú, Arthur Rimbaud, no estás eximido de culpa! ¡Tanto habíamos repetido estefragmentotuyo!:

"El poeta se hacevidente por medio de un largo, inmenso y razonado desorden de todos lossentidos. Busca todas las formas de amor, de sufrimiento, de locura; exprime en él todos susvenenos, para no guardar sino su quintaesencia. Inefoble tortura, en que necesita toda lafe, todala/uerza sobrehumana en que se wtelve entre todos el gran doliente, el gran criminal, el gran

XXVII

-t

Page 25: Juan Ojeda

maldito... Imagínense un hombre injertánd.ose y cultivándose verrugas ert la cara' Digo que es

precisoserviiente,hacersevidente" ' :t, -,- ^- t^ -.EI libro mismo, en.t^tt pfoc€so como escritura, es la quiebra de sentido, es el absurdo y el

caos, en donde el lenguaje deia de tener cuerpo organico y se torna delirio; deja lo que salva y

redime y quizá comoán io mente cle Juan sdó se vielve conflagración y abismo de las cosas' de

lo, ,"r"r, y at.final el yacío. En él se eonfronta aI lector con la atroz ntptura, con el mundo cayen-

do en Ia aberración Y la quimera.Arte de no"riií rli"i'"iil¡¿n, el itinerario de una locura, siempre con maiestad y tragicis-

^o, "'á*-.o ia d" Fí¡"d,"ich Nietzsche, y también con vehemencia y conmíseración, como Ia de

WcentVanGogh.

HACIA LOS MONTES FÉRTILES

Quiero celebrar -ya parct Jittalizar-, el hecfut, qtte encuentro muy significativo' de ser

.jóvenÁ estudiantes cle la Liniversidad Nacional Mayor de San Marcos quienes han muntenido

siempre viva y presente su memoria. AI Jinat, el clauslro de esct lJniversidad,fue el lar que lo

cobijara ¡que nos cobijara!. Fuerun sus aulas, corredores y paÍios, y eI soplo del espíritu que en

ullo., ^ori, aquello que alentó su gran poesía. Fue, además, el San Marcos de la década del 60'

que enalteció la bandera del puebTo, rtet Pent irredento, de la aspiración de un orden social con

justicia v dignitl.ttcl, el qtre ti ¿¡o si.quiera un grumo de esperanzas ¡todo lo que su alma podía' soporta'r !. i, san Marcos inicict su vida ), su obra poética y horas antes de morir estuvo en su

,,á^pu, en realicJud, desde San Marcos enrumbó hacia Ia esquinafatídica de la c'uadra 23 de lc

Av. Árequipu en rlonde se ínmolara. una ntadrugada.neblinosay estupefuctu. .

Celebro tamblén que sean Rolando Ávilá y Liliana Bringas de Cronopia Editores quienes

incansablemente alentáron la edición del libro hasta ver ahoru realizado este objetivo' En

homenaje a todo ello pongo el ramo de rosas que llevábamos con Juan ¡4 no sabemos quién! en el

cementerio de Surco, doicle gustabamos pasear. A esos esfuerzos generosos me adhiero, entre-

gando este modesto yfervoroso aporte espirítual, con mi.emoción atribulada por la añoranza'

"'"-" l";;í ;;;;j;;, era candoroso ei el amor pues le hacía vibrar el amor núbil, ingenuo y

virginal, así creo que son las alas de la esperanza que él avizorara como rasgo.final de su obra

memorable, hecho que se grafica en el orden que ocupa en la obra el poema'Elogio de la

Infancia,'. En esto Ajeda qitto seguir Ia pauta del Dante,'quien inicia la Divina Comedia con el

tifi"rno y concluye ion la-redención y la aspiración de unavita nuova, que en el caso de Juan es

representada por Ia infancia deunanueva humanidad'

xxvilt

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"Elogio de la Infancia" es, en elfondo, un poema defe, de promisión, y un llamado u laacción revolucionaria, a que busquemos las raíces del bien y fundemos una ,xueva tieta ¡, urnnueva historia: la tieta del anhelo, la infancin del mundo, el día en que desayunemos todos, lamorada del hien a Ia que todos estantos convocados:

" ¡Oh infancia defuturos siglos, ya se escuchaIa humtna mucheduntbre, se insinúanlos tiempos de un orden nuevo !

Porque la tierra, niño, te cobijaróen sus dones eternos, parque ya se avecinala edad de una ltistoria.fecunda: mira, mira estas ruinas.Luego cantinemos hacia los montesfértiles!"

Danilo Sánchez Lihón

XXIX

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Juan OJeda

Arte de Navegar(1962 - 19-741

Page 28: Juan Ojeda

'l¡rett 6'.oió re eú1.1,9 gúer nol.uóvOe¡roq 6pr¡"^olo-t,

6c cliy' cüy4r (o,1 oúq,""a.1 ,1eiá,r,¡oid íxel.or ar¡1urv áni 1póvov averor" ¡ilr¡q,repnó¡reOc, npbq Oeóv ei6óreg oüte rcrxóvo:..,ot"o0o!' Kfrzeg 6d ncpeorrlrclo, [ii,cl,uo,,n pev elouoo, rél.og 7r¡po,oq opycrl,éou,

i¡ 6' étépq 0cvároro, rriuuui" áj iir"rrlr;iprlEropnd6, 6oov ¡' éni y4v *í0"""á,'rtéilg.

Nosotros, como las hojas que brotan al tiempo floridode primavera y qr" cund"n d. .úbi;;;i;;i''rgual, de la flor de la edad disfrutamos lo po"o qu" alcanzaun palmo, sin saber nada del mal ni ¿el ¡iln'que guardan los dioses;.las negras frr""nos cuidan, que rigenel plazo, una de la afligidavefizy el de la muerte, la otra; y nó duran de joven los frutosmás que cuanro en ta tierrá d.*il;r";i;;i^'

MIMNERMO (Elegeia, II, l8)

pygr the sea our galleys went,With cleaving prows in order brave,'lb aspeeding wind and a bounding wave,A gallant armament:'Each bark built out ofa forest_tree,

.. Left leafu and rough as fiist it grew,

And nailed all over the gaping rid"s, o 'Within and without

ROBERT BROWNING (paracelsus, tV, 44g)

Ein Ausdn¡ck hat nur mi Strome des l.ebens Bedeutung

LUDWIG WITTCENSTEIN (Gesprache mit Matcolm)

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t

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CRONICA DE BOECIO

He oído las v<¡ces, he oído los clamores,absurdamente sostenidos corno en u¡ra feria.He comprendido el propósito y la argucia,y todas las cosas hacia atrás revolviéndose.El dolo presidc en el consejo de los hombres, y sólo la futilidad.

Oh el tiempo, el tiempo de rnoriry sobre la tiera una ausencia de dioses.

para el cría que nc¡ arnarás, y cuando r"¡lrlÍ?iili,llt.no hallas en tu paso sino un camino rnondo.

Sobre el reseco musgo de ruinas se arrastra el día,quebradizo corno irnposible vuelo de crisálida.

Dioses.Y sumcrgir gastados brazos en la irrealidad del carnino,chapotear entre alas rotas, gajos de luz dura,mano de criptas que se elevan y la garra humedecida de sombras.

"lln un puñado de polvo.juzgarás cl rcino, y caminarcmossin pregunta posible que aplaque nuestro clesconcierto."

Oh, este es un tiempo de prodigios. Escarbamoslas anchas tierras con manos seguras,y nada hay allí que nos consucle. f)uras astillasde algún vie.jo cráneo, sucio por los cuervos,este horrible viento que baja dc las colinas próximasarrasffando el hedor de los lnueftos: y no hay consolación.

Page 31: Juan Ojeda

Todo se oscurece presagiando la muerte del día, y ya no habrámás días sobre la tierra árida, o no habremos nosotros.

¿Cómo los dioses custodian lo cterno? ¿Quiénesoprimen con gravedad el sentido del mundo?

Dioses. Dioses.Los he visto danzar con movimientos horribles:el viento removía el seco polvo de la Tierra Colorada,y yo huía enloquecido, soportando las revelaciones.

Arrastrarse hasta esos maderos hundidos, '

el agua del mar dejando una fetidez maldita,y hundirse entre el agaay la arena.

"Soporta, soporta este Reino"

Oh, es el exilio.¿Pero dónde contemplaré un Origen

que ordene este universo absurdo?La vida desciende en medio de las cosas,vacía y sorda, y un ojo atentorueda a contemplar el osario del mundoy se anuda como un viejo vicio a cada objeto improbable.Pero ya sabemos que todo lo real es precario,y en qué sentido.

Así, oh alma mía, abstente de indagar o abandona el camino.'a

¿De quién es esa torpe mano que bate, angustiada, las sombras?

Oh, escucho todavía el vano estrépito de las voces que huyen.

Así, pues, qué sabias palabras no podrán imporhnamos, qué gestosque no posean avara suficiencia en medio del Caos;

y cómo viviremos estos días sin desesperarnos, y cómo hablary en qué sentido.

Page 32: Juan Ojeda

Oh alma mía, nada qusda ya sr:bre ia tieníque hayas odiad. con *ierra humillación, la dorarJu ,r,ár.urr,que repite el esplendor dc aburridos gesiosaprendidos, sin duda, para consolarnásy no hay consolación,

Oh, es el exilio.

sobre nobIes manuscriros convcrrí -I :iltTlll]; cjcrcir:io.;z alií todo era tan desolaclor como la misrna ru¿lidad.6Acaso alilnenta ai esLríriru el errante curso ctre l¡¡s asfros?Oh, toda verdad hedía corno un tiestc de ra;llas: ,¡u,,rtar.

As.í, hemos elegido, tal vez, un lenguaje que los dioses,ahítos ya de días, abominan con inñobie desenca¡rto.Ticra de los dioses qiie el horntrrc tiabita"y ba.¡o el munnulio ilel tiempo uüa muerte segura.Pero ios dioses sc cuidan cle ser demasiado telrestres,1'e.sa es nuesüa futilidad"

"Entrc la rcalidad y la irrealicladconocerá.s el Reino".

Y sabernos cieftanlenteQue el tiernpo es rnfnos real que los sueños, y chapotearncscr-)n nuestras poirres voccls en un tiertrpo per.iitlo.

Ahora los hombres sóro habl:ln una icnguii f-arsa, ¿ tros cscuchas.!Nada hay allí que pueda servifie, todo cs como r¡na buria_o una insrdiosa pesadilla.

Ya hemos levantado ¡;obre los días honidos un tiernp,,¡ más purr_r,y no escuchamos sino ras obcccadas voces de los acrgu.;or.

Page 33: Juan Ojeda

SWEDEI{BORG

Tine held me green and dyíngDYLAN TTIOMAS

¿Qué sentido, qué camino, qué inconstantes brillosdestellan en el vano ejercicio de los tratos humanos?(Oprimirás con esos ojos labrados en la oscuridad -allíno hay interior ni exterior: sólomuerte y origen-el horrendo manantial donde toda pureza se cons?¡gra.Verás aún lo irnprevisible en las úlceras de la hogaza.)

¿Qué conoceremos más tarde, qué conoceremos,cuando de cstos refugios se abra el miedo? ¿Qué renuncias,horadadas las mermas de infortunio, qué renuncias?

¡Qué hondo lo erróneo o las prisiones de la luz!

Cesa un murmullo de aguas, y negra es la incierta tierra,y has debido ocultar el rencor de tanto sueño hurgado,habitar, ajeno, una sabiduría que es cepo y fracaso.

Salir, huir, untar el mundo con el mundo mismo.Y ya no podremosabandonar de la mente lo mirado. ¡Oh! Huir, salir, düraren las vertiginosas moradas del acto.

¿No descendemos, consumándonos, entre improbables aguas?Hay, en verdad, un terror que arrebataría lo humano:andez del temor de haberlo contemplado todo,de haber y no haber rasgado el tiempo (cuando habíatiempo) y éramosconforme al don de estar muriendo siempre,formas que abrevaban su luz en una luz más intima

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Page 34: Juan Ojeda

Nada poseemos fuera de lo enóneo. Mua:quebradizos presagios,tan innobles y torpes como la dolorosa hemrmbreque el inviemo oculta entre las piedras pardas.Nos refugiamos en lo incomunicable,y mientras rueda el día inerteintentamos comprendernos, confundiendo el espíritucon el olor muerto de unas sobras resecas.

No podemos regresar sin detener¡os.

Y no hay seguridad sino esta obcecada pesadillaque enterrará en el mundo nuestra fugacidad vacia.Y todo allí será crujiente abismo,sentirás estremecerse aullantes esferas rígidas :

Impenetrable ríotiempo inmóvilpavoroso rostro de 1o hueco

Lava, lava las pustulas del espíritu.

No abandones el trato de lo pétreo, pero lava,lava estas sombras mientras se acerca la gran noche.Recoge estos sentidos demasiado poderosos, ffízalos.Detesta los imperdonables cuerpos celestes,y el curso de las estaciones te sea aborrecible.

Oh, y hemos vivido entre objetos como grandes llagaspor donde la realidad se precipitaba abominablemente,o gobernando a veces una insidiosa muecasoportamos el hedor de la noche,y tratamos vanamentede retener el mundo en una du¡ación quieta.

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Page 35: Juan Ojeda

soLILoQUIO

Para el que ha contemplado la duraciónlo real es horrenda fábula. Sólo los desesperados,

esos que soportan una implacable soledad

horadando las cosas, podríandevelar nuestra torpe carencia,la vana sobriedad del espírinrcuando nos asalta el temorde un mundo ajeno a los sentidos.

¿Qué esperarías, agotado de tio una estéril música,cuyo resplandor al abismarse te anonadaría?

Pero tu yaces oculto o simulas alejarteDe lo que, en verdad, es tu único misterio:en la innoble morada de la realidadnutres un sentido más hondo,del que ya ha cesado todo vestigio humano.

Y destruyesel reino de lo innombrable, que en ti mismo habita.

¿Qué esperarías? ¿Sólo madurar, descendiendo,en una materia más huraña que el polvo?

Nada hay en los dominios frescosdel sueño o ,"

"*tttu. Or,he considerado con indiferencia mi viday debemos marcharnos.

'|2

Page 36: Juan Ojeda

PARACELSO

Durch das schüfternde GeschiebeDen vom Tod getvie,snen Gang.

STEFAN CEORGE

Descend lower, descend onlvIttto the world of perpetual sotirude

T.S. ELIOT

Porque no debemos perrnanecer,La tierra se inclinó con url sonambulisnto de voJes,Y los caminos fueron colmados en la inefte morada.¿Qué premoniciones sostener en este insidioso sueño?Caminar sólo caminar. entre la scnsación árida99*o una prisión de los sentidos. y bajo los setosEl ruido de imprecisas manos ordenando las ruinas.Silencioso día de la desesperanza en un ocio podre,Torp" día del mudar de hábito como vieja cánulaDesvencijada, allegando los leños ásperos de la locura.

¿Fs tiempo escindido en quiencs, pronos y vanos,Elevan en el fervor del caos urra vi,la desecada?

En las pendientes del temor nada es ciencia. VivirFsa quieta cesación del sentido: caer dentro,Nutriendo en un tiempo seco el tiempo de la herida.Esta-confusión pútrida, que absurclamente llamamos realidad,Es sólo fábula que el cosmos remueveEn nuestros pobres días hastiados. No hay cienciaAquí en el cepo iruroble de las muertas esferus.

Descender a estos lugares,Disgregado rumor y tiempo derrelicto. f)escenderA las palabras inanimadas, no sentido del límite

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Page 37: Juan Ojeda

Sino seca memoria en un mundo seco, destituciónQue arde y celebra la carencia,vértigo del mundo despojado de mundo. Descender al tiempo,En lo sólido que toda duración opirime,El borde.de la fuente, la luz inmóvil en la arcada:Acércate al borde, y verás el oculto origen.

¿No vivimos dentro del cadáver de un dios?

Tal vezsomos un don abolido por el nacimiento,Pero ya nadie confia en estos tiempos.A los hombres les basta e[ pequeño mundo de sus días,Y no se cansan de mudar;Inútil es despertarlos de sí mismos,Labor que ya la muerte prodiga.

Lo real renueva en ei caos un idioma olvidado.lay el tiempo de la prímula y el armadillo,

Y_u9ql p¿tr"os que el viento limpia en un gañido

Y brillan las raíces huecasBalanceándose enfre el hinojo y la escolopendra-

Y el tordo: música incierta.

y aún se escucha su tamento.Jl?#"ü:t-To{"t1.r"r.

¿Con qué infortunio el canicular destelloQuebré los vidrios del viejo ventanal? No celeridad,lino lo inmóvil gorjeando en lo inmóvil, la estaciónDel baldado prestigio y el sopor reconciliado.En este reino el objeto arrastra sus donesY rnarchitas yacen las hojas que ayer observamos.El muérdago silvestre y el vestigio rugoso del cedroEn un confin del mundo abren preseas-. Los ojosHan labrado restos de muros yi contempladoi. Así la duración

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Page 38: Juan Ojeda

Es madurada en los sentidos muertos. Y el abúlico tordoImpidió la floración y colmó los caminos.

Miseria y putrefacciónEntre las rarnas insignes.Lo temporal y lo intemporalVuelven a reconciliarseEn un mundo carente de Realidad.

Son torpes columnas las que sostienen las constelaciones,El céreo deambular de los astros corno una preocupación seca.Todavía resuena el chillido de los pájaros,Hórrida quirnera, agua que ya en nada aflora,La morada vacia que su ardor anticipa,Enfre los cedros quemados por el sol.Sorda es la dilución de la vida en un estancarse

Que brilla en las eras como oscuro homenaje.El armadillo lamió las galerías en la rot'a fuente del díaY mientras hurgábamos, el universo se había reducido.

Lo intemporal, pues, es un erroi de los senüdosY no anheles mayor ciencia que tu muerte y tus.ojos

Que ruedan entre improbables imágenes.

Page 39: Juan Ojeda

Ef

tr,A Fl()f-'HE

A lvtalcoIn !-¡tvt't',t'

ln memorialn

En csta noche oscura de mi vidaque bíen se ¡:o Oor' ¡' iu fonte frida,

aunqu¿ e-s de: no(he.SAN JUAITi DI] t,A C]RUZ

¿Qué atroz misierio dearnbuiaen los posos resecos de la noche?Anojado tatigosamente sobre la tren'a áricÍ¿i

te t¡abrías contentado con nutrir el ardoren el'!'eutoso irivierno,y ya nada sobrevivcde tanta enconada miseri¿, !11 las abluciones del corazón.

Oil, sí, ese mudo nJmoÍ. absort,.r y quietolabr ado

por incesantes, pavorosos pcnsamientos

abrazalas he'-es <ie tu vida enfenr:a fnerte fúego

Se escuchaei parloteo abi¡iico en unas rücas frenéticas.Es el mar, ciios apacible v rencoroso,Pétreo relugiodonde resonarás para siernpre cotrlo un agua i-oia.

Y bajarnos p'lr la seca nyenirla lracia ia ltoche cerraday luego caminarnos a ciega';, siri urovernos, y fuc alli

cuando estalló el sorcio iainentoEran

rebota-ndo entre las ncgras bóvedasc{}rfio munnullos

¿,Qué nrirabas?

I

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Page 40: Juan Ojeda

En medio de la noche nada se ve y nada se siente,_Sólo

puedes hurrar al sueño *. ó;; ceniza.La vida es muerre rodeada dl"";;;;encia inútilque y¿ce sin fondo en la mémoria.

Hemos sido elegidos para perecer,y no obstante cavar eñ los rígidosiominios del tiempo,y hallar la misma rnuerte ro/éndono, ,i rort o,cada honlbre es un extraño i"r".iot o.

Sólo la lívid¿ noche-que todo lo desordena, arrastrahedores de voces tullídas,

",rg. "i .rrir¡r"que aflora como aire detenido.ibr" Ul.ou muerta.

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Page 41: Juan Ojeda

STULTTFERA NAVIS

La Maladíe et la Mort font des cendres

f"'*".i lr¡"" qui pour naus Jlamboya'

BAUDELAIRE

Les vew se rallumerent6i íiil"t" vitrée en cellule vitrée

liií"t t, pruPla d' une aPocalYPse"' " óÜiíiduME APoLLINATRE

Sordas ya las segures de la época'.brillo labrado

En el más hondo fttt" Át f"s sombras' Con música muerta

l¡á á. hurtar un tiempo que se desmorona

Y d*;;;t;delabros bajo el agua quebrada

y ttiut"t muros rotos donde agua 9 ut:lu

R"i;il; sin orilla' Oh hartura de sitio ,--il;;j;; el mundo pétreo' para huronear con pnsa'

Hemos navegado sobre el fuego incesante de los días

Y ocuttos frJcr¡entarnos un rumor de miradas resecas

Como abrir la ottu"áu¿ que destella con su inútil' certeza

i *á" t",;t* el mundo sino una fulllu'ir."*;;d"t la luz en un PozoPodrido

Áridas prisiones Ñ;ú"'t"o 'üuucomo came quieta

Y desordenu*o' üJ tilout' y dorrnimos hasta tarde

Mientras rrou ,r""J"uü'" u":á rodillas y ropa que se quiebra'

Brilla sin sentido la vida

Pasa el mundo Y observamo

Cór¡c¡ el car¡lino arde, rosffo o ceftza'

Tarr seguros de sus pequeña'; dqlT^ul-.,-.,^-

0rr;;ñ;, ¿u¿uo*u que llmuerte existiera

És tutt d'ensa la faniastnlgona

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Page 42: Juan Ojeda

Aquí hasta los muros oreanUn poderoso sucño cnroscando sueños y sombras yermasPasa el rnundo y la vida horadada por fiestas.

Y el que remueve las ribasSólo entiende cómo las naves se ahuecan,

Permaneceré un tiempo tascando los bordes de esta prisión,Explorando ese hilo de luz que rueda cn la nocheOh abandonar el pavoroso refugio, la fuente seca

Quizás fuera mana un mundo rnás dulceQue la doiorcrsa ribera.

Pero en estc broquel de sueños inmór,iles )¡ agua muertaObservo cómo 1o real se ahueca.

19

.J

Page 43: Juan Ojeda

CA.PUT MORTUUM

Y tw hallé cosa en qué Poner los oios

Oue no fuese recuerdo de lu tñuerte'"- rRitlctsco DE QUEVEDo

El fatigado de las nudosas meditaciones' en el brillo

De la desesperanza (detenido aire muerto o mundo)

yace

Desgarrado por el ruido quieto del exilio

Í-#;;u urrt sabiduríá maloliente como la muerte'

En qué secreto rencor sus ojos abrevarán' no lo sabemos

Ni deseamos Preguntarle'HaY un seco terror en sus cuencos

Y una tensión inmóvil, "ótno

si el mundo pudiera disgregarse

Y;i';"b á"seo de contenerlo arrastrara su ruina'

Sí. ahora entendemos su pureza y su-ardor cadavérico'

Et un ftontUre hastiado de soportar el universo'

Y solloza notobronJo lo' utt*t y el caso roto de la vida'

Ahora que la muerte tiota sobre el aire su cadena'

ó;;t¿; de soledad y neufro polvo hurga sus ojos'

Ásí el mundo es interior a los objetos' y este muro

d". t*¿*aba en recogidos signos' es inerte trono'

Oh, caminar al fin le fuera dado en símbolo y ardiera

En una sola costumbre difusa(ni cuerPo ni mundo)

Estos ojos inciertos abren pétrea lámina horrend¿'

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Page 44: Juan Ojeda

EX-EUStrS

l;'t:.t. ilí.s d;,:scen.sus Át,ct tt t

En"EtrDA, i-ib.VI

Nc¡ ciescienCe la noche sólo para los ciesgarrados,pues en medio de la vasta alegría oirás ei pánico.Tras el tluir del río una jninóvil músic¡: briila, y hay pánico,

Objetos an'ojados en el desván del espírituresuenan ceñidos por una luz monótona v mucla,y ya no sabemos dónde ocultar esa astucia apáticaque f'lota en los ojos como u¡r aire hurgado.

¿,Qué laboriosas sombras fatigan lo real?No lo satrríamos. I:l ¡nisterio que sin cesar remueveia estéril tierra, ya se L'rscurece cuando lo nornbramos.

Ajenos a un nacimiento que se nutre de nosotrosdescendemos en nllestra propia esencra.

Cegadospor el súbito oieaje de las formas, compartimosel terrtrr y la atraz certidumbre en lo vivido.

Los desgarracios, esos que recogeri, sin saberlo.la pavorosa carenoia del mundo y, transfigurados.sopoflan el misterio y habitarr una solederi def,rrn¡e,están más cerca ciel nacirnrento. Y si pudiérarnos entrara la rnorada en que -y-acen. su soia inerci¡r nos clestruiría.

¿Soportaremc,s. entcncr:s, el rrérliga iL: l,-r real'l

A veces, sn un fttrncli',:le dí¿rs quebrad,:s, l.lo.i tlenrosconvencido de arastrar actos cotno ásperas ilagasen las que acasc, roído lrs ei srleiio

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Page 45: Juan Ojeda

el verdadero mundo encontraríamos' Y así indaganros

;i ;ñ;r" áe sabernos ajenos. a nosotros misrnos'

no sea sino el i"'tunt' i-previsto en que morada y exilio

ruedan hacia "t

fonáo del'que nunca henros salido'

Pues todo está rodeado p9r unl muefta Realidad

iü" "t Petico, inmóvil duración

donde nada encontraremos'

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Page 46: Juan Ojeda

DE LAS CONDICIONES

¿Cómo puedo hablar del frutoY la semilla, si no conozco los orígenes?Tendré que retornar a las raíces,

e----'

Buscando la evidencia, bajo la óonfusión;Llenándome de siglos y píedras,como asiendo los significados,Y sus designios, la vérdad p".áor.

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Page 47: Juan Ojeda

HISTORIA RÚSTICA

nercan! L,n teve at¿x omhres devoue

SAINT.JOHN PERSE

Ahora sabremos la prudencia un agua. silenciosa

i""á", "*oaviados'

hurgamos .91.

m.e$iodí ? - *, ^

.:"""1 .oiun¿o esta vieja humildad de.escarnto

Jretornar a nosotros, desconocido pav.or'

ü;l;;t d.J t. uutt'tn quebradat -u-11!

ut' duerme

ü*Ui¿n en lo sagrado como la memona'

Te nutre el terror, oh alma' este caos

zumbante, carencia de sentido'

reino de la desecación' l

Y es tenible rumor de mundo destnembrado

;";;;;¡" desde grasa de ro1t1os.' agua de rnuerte'

á"1."U^ pfedra inc'lina su gañido inmóvil'

Vú; ¡i;ti. aquí rebrillan tibias máscaras

;;th* ;triado hurgar, niebla descascarada

lo ardido como cuero-de remos bajo quietud

Jetestable mana toda razón' ¿Seco ardor

;; ;btit de ojos a una realidad que huYe?

H" .orninudó en promontorios quemados' temeroso

¿. ,rtu vida sin propósito' llagada paciencia

en febriles *unt'ü"uttpo* iuUtuáot pot una claridad

;;;;,.'ii"eo u orti¿"r' ia vida tiende sus modos

caminos que no asisten' Resuenen bellísimos

sus misteiios, abramos el tiempo' resuenen

;;;i*d.t de alma que se enfunda' Todo cierto

he oído ese brillo de casas y rostros'.

;i"á;"" rojizas la.bradas en fardos de oro

pronto es mano muy tierna O{.i l",r^.lj1:""nt'

besde dentro, temerosos de este mlsteno'

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Page 48: Juan Ojeda

la vida no posee forma. Son nuestros rostrosque nos acompañan, aún en la temible muerte del amor,quienes hurtan el caos y hacen ciudades )'familias.Si pudiéramos ser los ofros, y ellos entrarandesprevenidamente a nuestra casa, pavorosaes la ausencia humana y sagrado su secreto.Ahora caminamos sin rnirarnos y hablaremossordamente, soporüando materias de sueño.

Page 49: Juan Ojeda

cÁNrrco PARA LEoPARDI

Ningno aspira más que u nocht'.t'.filegoMARTIN ADAN

Oh, Noche, nutres esa alma en un sabio hastío.El borde ilunrinado resuene: es otro abisrno

Quien aquí ordenó sus contemplaciones. Sueño de oro

Que aguas límpidas fatigan, una cosrulnbre fhustaY en la seca fbntana. la ebria luz ofende.Y no cesar la exploración en la oscr¡ra colina

Donde el aire i:in rostrc¡ :lcposita sus ner',,ii)s

Y la estéril músic,a. aullquc clatnara. n.rihc oiría.Es esa muerta verb¿ Lrrillando en sl ,^:spc.io.

I a ternura lo cstrechó, prudettte. hasta desvanccerloEn el antro farnoso, negro ardor de la vicia.

Sagrada es su scparacion, oh humano, ajuno

En su muerte, de cste yermo rio, trana ctr ardentía.Sirte sin nadie que unos ojos tlifirnrina¡r. ¡lcoresVisitados lror naufragitrs de despojcs r-icl tedio,

La tierra cillt¡rnriió en su rmpureza cse liiso dr:s¡rudlComo polvrr de flamas. rosadn tartJi: y exlrerieucia.En la tlcntc raída duras ver)as aronlaron

Piras sorda:i. y en ei roseclal la inrnóvii corzaRasgadas las perezosas fiestas de la gorgona,El festín dstenido como en un oleo de Griinew¡rld

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Page 50: Juan Ojeda

Una sombra de flores resecas lamió múrices vanos.¿Qué oro rehuyó sus ribas al cisne de ptata?En sus ojos el universo acostumbró lo etemo

Y fimbrias de la infancia el hábito perfecto.Ah, domos de pesadumbre y brillo,Ilubieras ilustrado el agua inquieta en fus sentidos.

Los minerales más pulcros que el sueñoYa hienden tu boca sarmentosa con oculto ingenio,Y la asustadiza corza silba en tu cabeza.

Una generosa alegría en su sistro coronadaRueda, oh Noche de la Memoria, en el rJiar¡antc ciel micdoY el idioma que produce tu prodigio

Es el ojo árido que mira su destino.Así:

El poeta celebra el exilio de la vida humana,

Y el fuego puro habita del morir.

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Page 51: Juan Ojeda

HERMES TRISMEGISTO

A Danilo Sánchez Lihón

Como síLa Desesperación

aun

En rnedio de olas de oropor su incomparable luz de heliotropopor su inconquistable sombra

acude

A las orillas del sueñoa los amores funestos

Jarcias envejecidas sobre el espíriruLas barcas ausentes

Como navegar en elUniverso Destruidoestrellas unánimesgalaxias

constelaciones inútilesBarcas

De pronto una música de laurelesacude el día el solsticio

rotas las velas o la esPumanoches intensasapretujados sueños

El vagar de caminosse hace tremar trópicos

las manos olvidadasel espectro de la Nadaei rostro de Oro

I

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Page 52: Juan Ojeda

Cumplen así las ribas el noctumo embalajeel RoskoIas singladuras del aire

los momentos indecibles al borde del cadalsola lluvia inicia el día

los campos se inclinanabrevaderos del sol

Llaves de pronto am¡inadas por una sombra humillante

Pronto el tiempo acude. rr.;::::'r";ractases la renuncia al sueño

portadores de escomb.", n"J:.:J3 que retiene el cuerpo

Lumbres llarnan a las puertas con inscripciones gnómicasDurante láminas ajenas la noche arrastrá sus harápos

la Nocheindecente dejoyasla Noche

crispada sobre olivos de nieblala Noche

Aviva su luz entre los muertosresuena el río interior

las máscaras se detienen en el límite

un día encuentran r", o"r:1X'""fiX:faunasnadie camina

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Page 53: Juan Ojeda

HOMMAGE A STEPHANE MALLAR'ME

tJn peu pro¡ond ruisseau calontnié la mort

MALLARME

Aboliclo de sí -hastlo umbroso- flébil noche

Riela el oro de la esterilidad' Fausto de huraño rumor

nn Ut"n"u.briedad de mundo - sistro límpido -ierre

"nd.tto sueño ha frecuentado la duración

Y es más fresca su inmovilidad' Lumbre lo oscuro'

R"*u.rru cúspide por lamentado surtido¡ estricto'

besiertos de entusiasmo vacío de la indiferencia'

El borde de esta calma sólo sirte desconocida'

Todo rostro es tierno y contempla una falsa pvteza'

O es mundo: máscara labrada de nuestros proplos suenos'

Cetros de niebla aztx en cinerarias piedras'

Pliegos casi etemos, conmovidos-de avaro misterio'

b;;" - ofrendas - en ardor maduro de silencio:

Sán música inasible que ese oido intactg celebra'

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Page 54: Juan Ojeda

DIOSCUROS

Mientras obsen'as la.,'ida disgregarse en su mús,ca hueca,Fatigado por imperiosos sueños que nacla anuncian

¿Regresas a hrs días no vividos? Tal vez hurgabas las nberasDonde debiste yacer tan insensiblerncnte, ct'¡nsunricloPor una secl de rostr^s que nunca aparecicron.

He considerado cl ardor de este áspero vier.¡c, ei vientoRecoge lnis últimos pensamientos con sus ulanos deshcchas,Y quizás nu¡rca llegues a cornprender dcl todoPor qrré este camino. por qué lo que viveY alguna tarde maduró, consurnándose, en la ¡rurezaSe desgarra ahora en unos ojos sin peso, vencidosLos secretos más tiernos y las Cemoradas <'ticndas.

Anoja tus deseos fuera del mulrdo, en lo h rndtr

Que toda furia precipita, sobre lo intactoDonde laluz es tan fresca QUe nori hacq corrtenerLas ganas de mirar el muro huraño.

En estas orillas resecas hallaremos el sentitloQue rernueve la blanca música inaudible.

.1Es éste el mundo tan celebrado por unos huéspe<Jes,En verdad, demasiado hermosos?

Pero el que lra carninadoHasta las primeras colinas, entre los rostros ocultosDonde el viento malhumorado chirría en las ribasY las aves levantan e! vrrelo en sus alas de ¡riedra,Ése ya no puede sino temer !a misma vrda.

Page 55: Juan Ojeda

. ir, r.,irás, enrorrccs, soportar ttt" ]l::i:1", sitr a.rust'iañe'

l'r' ,-,rirar las e ritatuasá"-tot pal'qllcs sili llor¿ir'l

r:.s',i j,arctltos, oh navegalltc' si así está escl'ito

i,t'¿io. sagrado del despertar - , .-^.i,Y ¡o'dainos al fin unrr'el suc'ño ai sueño' y ios camtnos

t-3,ht¿,ios en una g;;;; iuz' dc este cepo despoiados'

I.l lr riirstarrl."). contenlplas.esas t'o:^tu quebierdz:s

;.-r e I ilerl,t,-dc cstc ntritrdo ¡nuertc' I tiernpo ardc

iri:¡rut-r: rJesde sctnbras Ceslnenrbrándose en su propio durar'

32

Page 56: Juan Ojeda

II

Page 57: Juan Ojeda

ELOGIO DE LOS NAVEGANTES

At vos incerlanr morlale.s, funeris horam

Quaeritis, et quu sil mor.¡ aditura via.PROPERCIO (Elegiae, Lib.Il,27)

bist du ntur ein trüber Gastauf der dunklen Erde.

GCITTHE (Selige Schnsucht. l9)

LA LLAVEE tu che se' costí, anima viva,Pártiti da cote,sti che son morti.

DANTE (Inferno, III, 88)

Funesto el mar de etemos elementos, morada del linaje humano:Oscuras cuevas, huesos de marsopa, obstinados helechos crecenInterminables en las ribas

Allí el paciente cuervo ha tiempoMalicia la carroña- Estos son nuestros dominios: los pedruscosResecos, las raíces podridas y la tierra estéril. Dime:

¿Andabas en los espacios consumados del puerto,Llevando y trayendo los horarios, la gente aturdida?Deleznable substancia engendra la presurosa ser,ectud

De los días vividos, el laberinto de la canle convirtiendoEn multitud de rencores, la tierra donde se oprime la luzSin aparente motivo.

Plegáronse a la imposible dichaLos olvidados poÍnenores de una costumbre aborrecible,El pérfido lenguaje de un camino vano. ¿Qué esperamos,

35

Page 58: Juan Ojeda

Si Ia oscura h¡rrnit,{^¡ r ,Nuesrros o.l1-Ylil¿ud.de

la ind

üilfirTlT;In'#;fir;liü::;:jrEn profusiót

",.,rt--^¡¡*r¡.,

olallca de las piedras

c,;;;;;1.::l'ii"a, ra mano

'';"ái"ü"','nln j:Xf

r1;f |T11"1.,,11',H,;:,unas parabfsS lrcnrro^ ^,'*

*'"* noche acumulando

ff lfi #;i*ilT5:,Afi {1li:,,,1,:f rÍ":*.ri,r'gacion

No poclrás ant' ltnas y osa¡nentas'

l*'.. "a.. ;:,,f, : ? "::

Til,T,jl, "Mientras se ampare agrietada estaEn ros días. ,,La ,.",'^"-^,*:'""to

csencia hólrida

-ar" pu-¿l"o"irl 31tln"i3, ta apar'r-u,"ruo;-:",","r#:'Jjft' jfitr,o;x,,ffi

$i jf5r.;*x'r'-""

De tabaco malol - -v¡ r¡UlrlDre' sus hojas

* ;ui: *i;i "d:il:xifi t,,,:H ljt' " - A I I í n.s d eru v i m<,s

\&mos diciendo infa.r^o A^ -

l:; -;k*i::tj$i {.'*d#ir'.u;;¡i' ", . ", ",

,orj :1 ?y"s oscuros ?. o. u,*o,r', o;;:'*'' cami na ras tidia do

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tr :Tü frü*n**ffif#ffi''r*?::'. v rtud/e enhe las dársenas.

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Page 59: Juan Ojeda

.l-u llrcrtrll:li.l 'r ilr;i .i:,;1r .itr.::,i.q:lIrj, ir!f tl-rIi;{ii)

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l\,i;;r:ri i¡t.;,., lt;.i.rl,,iritr.rrlit lir;'i rJ,-:¡;oid;n. irrttrl¡lanos fu Voz. i/ su carninci''1fíi lri,';¿tlttj: rjr. (aj,ii!::; jij;itilS ql!ij lt;lii ilt¡i,tirt.|lii\ 1.,.:t.r;i;i.,::.1 t¡;ilf{iiil:,-tiiruS hi¡r.:ia (.:¿!ria iliilnr! (ll.lc tu fnifas,

llíl'¡ ve,.r!, t!r,i¡i.'1;¡1i; lrci,ti.r,l ,,)n 0:if!it.tii, el t!qt-l., {lC (:XtinCióni'J it.'i:i¡iui'; ! :i, i :ir :ii l.;iri r,,-i. i--( )ii(i üiIitl dc .ir.:¡

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1... r:i:! r. lti l, jt-llf;' , iilrlJjlil;tL{(,:i ¿rl r,,.,.IlCLt.¿if.

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L.'i':;,-.:t.', ¡.;,,. ;..: :r : , ,i,l; ;il(-rt;:il lii:. ü]-f]i.lt:{ilS,;1,:i1l :-.,,', .; ),.rli . j, .,1 :,;.1: r I : ji.l t\l lrl:\jll(.)

Page 60: Juan Ojeda

Con todo y con fulgores, en uno y más alláDe la tierra calcinada.

Atisbar:Fuerza aün en tanto polvo que nos come adentro.

Pero mirar, surgir gritandocomo rocas, iírboles, tallos erguidos en la temerosa claridadQue guardan las montañas. Cñcer, y no crecimos, no damos,

No después de mucha o tanta etemidad de sombra,P_or sentirnos poco en aquello que sale y desteje,Y abandona cuanto nace, acaba en la mirada.

No hlcimos, sino en ausencia pcr nosotros, en mares vacíos,Réducto que en silencio p.r.ugiu la distancia, el monteNunca halado después de los intensos crematorios,

Las calles inundadas, el sol que agrieta en duras evidencias.Ser esto que pronuncia crujiendo, y sale a dar en manoEl peso de la claridad venida a cargos: pero nada nuestro.

Estu'imos preguntando en las noches: alimentad los costos,Sus vuelos, decíamos: y nosotros nunca, que no fuera el olvido,Abierto, penetrando a voz y penetrando, como salicla llorosa

En cuanto apagan los ojos y no decimos nada, si por otros:Sus ganancias de nuestra raíz engrueso costo,La hierba que mastican y nosotroi nada Si fbimos,Tocamos las piedras metiéndonos, arandoPor todas las materias qtre fluían, creados entre ra elevaciónDel aire y sus vcrtientes, socavados para otra lentitud

Inafterable, al principio común que nos guardaban los silencios:Solos, tornados sin fin, tangibles elementosQue alcanzaron el agua y sus fábulas crecientes,

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Page 61: Juan Ojeda

Y esto nos venía, y tuimos, por pura descendenciaDel sentido al material, juntandá las caídasFlasta tocar solemnes la altura y el designio: en vcrdad

Sólo hernos acunado advenimiento

eue en presencia surran, aquí, cretrás ,l;lt nj,i_iitos puentes

De carrrinos c¡ue anclaT,o.. y vamos, y el pecho con rnaderas,Pr.rentes y senderos, ofrecráos, y no,iu,Nosotros nada, si lo que nos diáen:

A otras dulzurasA ofros animalesA todos los aires

A nunca nosotros

^ pero sí lo de ellos,Oue dejaron el camino y el pueníe.

Venían evidentes con fría corazay escudos de bronce;Nos llevaro¡-¡ a las piedras puras áel alba que amábamos.Y alli nos quitaban, rasgabán Ia carnl ¿.ll*t",--vsr¡¡vür

Y las alileas, condecían nuestros brazosCorno pájaros quebra<ios; y terníamos sus armas,Sr¡s"nuevas palabras urdidás desde otros mares.Y ahora. tienen puentes que han necno conro cu€l.irS

f..etnis de cada pecho; tiénen los minerales,El trigo, las liutas hrimedas

Que hemos sembrailo rompiéndonos ia piel.,{hora son de ciudaci, después que los pii*.ro, se alejaron:Elk^rs ahc.¡ra en susti¡uto, en nuevo

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Page 62: Juan Ojeda

A los que apagaron el sol y las cosechas

Transitar funesto en las mismas aberturas,

Mirando, diciendo.

Caminos que difieren la sensación de caer,

Entregadoi como estarse; alisados; entregados

Unos a laborar ffas la espesura,

Sin predios, por los puentes que han dejado'

Cansancio enervado en las pupilas, el cuerpo

Siempre negándose a no ceder,

Mas la virh¡d de ser la misma cosa

Y hacer cuanto describe, cuanto mata, hastiados'

Los meses perdurari al margen del olvido,

Acumulan cada entender, tomar el mundo, así'

Y después la respuesta: el decimos ataviados,

Entre ceremoniai: alisados, entre murallas que pertenecierott

Anteriores a nosotros; entregados

Para desplomarse: la ceremonia inútil, los cimientos

Atendiendo su dolor hacia el contacto.

Las cosas urdidas en extensiónConcluyen por devenir, hacen proceso

En otros territorios; y lo que antes fluyó perennemente,

Nos atribuye al curso, al elemento que decae-

¡Ah! la ausencia, este nutrir caminos

Óomo sombra, unir tristes llanuras, abrumar

Peso indeciso que pronuncia - Y cae la hoja. A la apagada estancia que el tiempo mantiene

Entre horas estrictas. Sólo la forma crepita:

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Page 63: Juan Ojeda

Es eterno el día acudiendo a redimirlo-¡Ahi la ausencia, acopia signos olvidados,Derran¡ada estela, el indolente pasoQue alisa advenimiento

Así impasibles transitanLas horas, desdc el fondo que asciende plenitud,

Flasta crecer arcilla inútil, raíces o cenizaTodo se diluve, nada queda: tal un fruto desnucloQue retiernbla en el vacio. Sombra. Ausencia

Como soledad de siglos, objetos que indicanEl fenecer graruito soterrado en toda exrstencia.Soledad. Y en verdad nos preguntábamos:

¿Qué eres entre tantas ruinas, sobre adustos muertosque arrastran los días? ¿eué atenta finirus entreganTus raíces?'Ius aguas dulces y profundas ¿dónde

Reúnen sus huesos, la hierba exacta que retornaA los usos de los bosques, a tu piel antigua y terrena?Somos una edad desposeída, una hondura más de ausencias.

Oh siempre errabundo sueño, tierra asoladaBajo un párpado insomne: todo es condición hundidaQue entreabre el silencio en la heredad.(Y ese puerto del entendimiento ¿podría acaso detenerLa oscuridad del mundo?

Arrojados así a proceloso mar

Nuestra razón se empeña, y nuestra voluntad sostieneEl fruto del camino incierto:Aquí sólo hay árida rierra)

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Page 64: Juan Ojeda

Pero la historia que impulsa nuestros mares.La Historia

cuya inmanencia purifica las sornbras que infestan nuestros ojos:

¿Puede entregarnos el fuego quc signifique los crnrinos?Antiguos guerrerosEsperaban las naves en los puertos,

Reposados en las rocas que en el rnár aún recogeGriterío de gaviotas, vuelo de abejorro en los helechos,Brazo al sueño del velamen en los árboles muertos:

(Verdes saurios mordisquean sus escamas, la erizada carnedel tiempo que se tiende a contemplarse deviniendo)¿Esperaré

tlna calrna para hallar el universoPropuesto como cosa asequible? ¿Seré los guerreros acaso,Olvrdando mis actos en un tiempo presente,

Para un tiernpo pasado al que la herencia me une?Las naves

Advienen con horrendas mercancías (oh ancíano de precario pelo:

Aparta a los incautos que merodean en el puente): el sueño aposentaPosibilidad de hallanne entre la hierbaSosteniendo el canto de guerreros antiguos.Pero lo que fue acude en existencia gastada:Animales que en edad de musgo y pedreríasDespavoridcs respiraban en las playas, los frutos resecos

Que recogíamos en barriletes de junco: todo tiene sentidoComo cosa que fue, y retorna en su pura permanencia.Y cuando acudimos ai dorado mundo de la magia.

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Page 65: Juan Ojeda

trrrcal materi¿r nos ascienrle. Itl pensar ¿lcsiiz_aOscuras causas como significaclos: esta ropa.Ilurneclecida por las liu"'ias inarinits, las ¡;.lqu'rras rrrr.ias ,.ii:i s;rui::,

Y dulccs cogoil.rs e' los mortcs. ¿,puedu entonces rrspcrar cn ia ¡rochcLa illr,'ocación del cacicirie er, r,.r-n() a ia hogrie-rt,l

He mrrarlo

A los nrarrnos acercarsc pclr ci l¿ulchó¡r cl¡srr.ulcji;:Las raras allí trotan s.bre 1¿r hcrruinbre. Veu un r:oli¿¡rl)e su¿i,e maiaquita, de rnetaies frescoli con ol,:rr

ccxnc, rie nrrir; ti'aje gris o pálido hace ri,v'i.lrc'tos,Rccoriándosc ei perfil colttr¿l el r¡caso cjesclc e i barc,.r.{-o presenie son csÍas sr:nsaciones qud acrirnuran ilr:nias,

Y puedo comprender la esencia creciendo enfre las preclras,Los nror¿iclos nroluscos r:n la rocalia húnleda.

¿,Irueron

[-os herccieros que nutrían el signo pai.a contul-]lcan]osEn el njes de la cosecha o anterior ai grito de la llL¡vraSobre la,s brerñas r¡ru-qgosas?

Ésta es la tierra qlle trazrmosi ara. rnedrr el fuego quc nraduró ros aii¡r¡entos dcr gucrrero;r\si los ríos clcncle el bagre se aleja de !as brerbilsPavoroso de una rnano que sosfiene ei seclai. antigll¿r m¿lno(]ric vcnía dt- altas nrurallas cle ¿clobe o sanrurrioi de piedra.Flernos camina¿lo por la orilla cont¡ari¿: e*con,ado:; áib'res

\'.''Í,.,

\

,ultpeslno anea ias muias en los risccs lc-¡anos.

"¡¡Én debreroll son:lr las cclrazas cenidas a ios cuerpos.,ridor en las rnallas de bronce. Otros srrlCatlos

"44

Page 66: Juan Ojeda

Desde naves inmensas auscuttaban la gente con sus armasEl curaca vencido sollozaba rígido cerca al timonel.É.stas son las regiones de sequía y abunctante pesca.

Grandes cerros y carroña viviente despeñárrdose ;

La lluvia baja a veces de las nubes en el mar, f-ecundaResgcos algarrobos y se auserlta por años.

¿Somos herederosDe estas ruinas que me traen un olor del pasado?El hechicero habló con el fuego y comprendió designios.

(¡Y nadie se redacte título en los campos,Hacedor de construcciones que después al aibaNos diga que el saber le pertenece;

Que por antigua substancia somos la piedra irredentaDe alzarnos: que él conduceHacia el gran conocimiento humano! !La edad de nlorir

Se decrepita bajo estos vigorosos brazos!

¡Aquí hay montes, rios, frondasUbicadas al nacer, torrentes

De cuerpos encendidos; hay indicios incontables,Nuestros, con historias iniciadas más allá del tiempo,Con hombres que han dejado días como carnpos!)Bonanza e historia:La lucidez que no atestigua la sonrisa del barquero,Glorias ahítas de pasado, bien a renunciar

Cuánto de quebradura nos oprirne, cuánto de herenciaSe despeña hasta el profuso puente que nos ciñe.

¡Oh! navegamos entre graves escomblos, escuetas claridadcs

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Page 67: Juan Ojeda

tir.ricn v'Llr-1,"'e el ciia l'rai{l c!,1i¡ liuvra (ia n':cri.loll¡: ilcariíiiias.¿,Exrcndere los o-1os nt:is ¿rii¿t cic ias irr-r.¡rrs qirrr Iritlpitiutt)r¡nrjc !e ag()tir cl vicl-iio. ciorlr-jc gol¡-r¡¡¡r.r l.r: srlllihl";¡5 r)stlts hiieliar

[,rltlcabriendri un ar()nra pcrdrrlo. de irusencr¿r. clLic llacla clicrrlJu: la hondura quc s'"tsfcnia rrii sar,grc'/

Fsi'Lrch¿. r:5cuclta cl sr'rniiir'r

i)c tus propias iralirbrirs:

Dctcrioro en |tr alrnrclltr'r

¿,que resrrcna'/irrfo¡-¡unic, er-i lLi r(,p¿t.

v r-iestrucc:rrill. {-ih ciiiiri.

Olor ¡lr: fruta o sombra. de canlinos a lr,i i,r.l;.:. a l-ltis b,razosNufi'¿; ,:l furor que conlLllgaba el vtento: sea liber-t¿tcl cl polvrrIi)n que reposo, y este don vacío, escitdrt ilurn¡nldo. Oh dias;

3ir-lno:¡ dcsattgrantio en nlí, ills¡luós dc tanto liurnano enten{rl¡relltr¡,l)ciaills d.e mis pasos amaiilii-,s: pronLrnciarr sol. las historias.I os c¡.rninos, para llantarrne anror. y eltll]ezar cie nuevo

Ctur cl alira en cada pietlra.(llay un cauce qLrc rrierte su iiJiolna

1' rlescieride a la losa con pieles teiridas de fronclas rnr¡rtuorias.

i,¡-uf Lrsas r1á!eS de poivo iabrades, lia'ura aneganclo Ce muenellus rnanos y días. Cauc.e enhiestol)e iiorr,rr y de sangrc e.,ticntJida, donlte irenlt-rs llc,¡anclcrtr-as lit:elhs, el iiclo y ia iLrz qucr i:rlzr-\ ntrestros bl¿iz,-rs

¿,!' i'i:,i rie.laremos la esr:ncia hunrana:Nos iremos comienclc los fiutos que s:rbcii a nada?

Scib ei tir'mpo cro{tr-rcc la :bsuiuta fonna .londc torir-r ¡rcrect_r.)Abisinadas agu:is: pura extensión a.ciag¡i. {.Jna voz nos crrcundaDc hrlg<;r-es *pacos: nii'egirl¡,r)ii rezln¡ancJti tirilcbia:r en áricns días.

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Page 68: Juan Ojeda

Así, diariamente busco las estancias' los ríos' y pregullto

Por mis manos' tu cuerpo: pregyntg por el sol que desolla: y siempre

Encuentro huesos, t;i;'b;t u"itt" de sombras y ciudades dem¡idas'

(¡Oh! Ese anciano de lanoso rostro conduce vehemente

Tanta acritud, que l;otra riba configura falaz toda esperanza')

e"i*i"-rl"ti" not "*iuua

algo: ella sabía de las piedras'

Nuestro musgo' de las paredes que morían' que nacían tarnbién

;;t; del alta. Por las calles esperábamos' bebíamlt..^=.

Laluzy sus mem"ti*' i;;i;# hambre y sed' pero soñábarnos:

Lavozsalía como temerosa o frágil' cubriéndonos la boca

De sílabas ",,'u.gu''"v';;;;"t d.eicielo v sus árboles vacíos'

Nos íbamos ¡ugarráo "r, ü, vertientes. La lluvia nos amaba y destejí

Su pradera suave en nuestros cantos' pero yo sigo, con sueño

O muriéndome, buscando las estancias' t'i"tuttáo ríos; y así camin

Persiguiendo los rJías, confuso hasta 1levarye,1:]1,:?:1^ '

;;;;A;;"" sólo vives del silencio: ¿lees- estos, vatrctnlot -

Engendrados en er ti"Lpo de ra hoguera? ¿eué lenguajc somos'?

Venimos de un destino oscl'tro' denffo de convulsos mares

Que atestiguan las tormentas' Indagamos lo que d::l::::-:s nombres

En un júbilo ¿" ,",, "oiifuncliéndon-os

y arnanclo' repartiendo

AlgonuestroencadaSangre,guarnecienrjolatiescendenciatonlada.que hace llama entre las tuutilrr,

Radic¿rles frutas son las naves'

Mis naves tibias durmiéndome al crecer' hasta llenarme

De tendencias ¿orrát "tiro

el mar' los puentes y las viñas'

;;rp"t á.i catálolo perenne. Ivfis frutales recodos, testrmonros'

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Page 69: Juan Ojeda

Abdicados cauces, creencias, asunto entre osamentas, fríos resolesPara esta invitación contada, estor iug"r., integra.dos'sin espacio,Furos intentos de mover l. qu.u.ua"rá, "o* f;;;;;"guraoo

En naves, dudas y aires de mis ojos crausurados a ro etemo,A la convicción de ser sin tiempáPorque ya no conocemos

!a ti9rr.a, el crepitar del día que antecede, que diceTentándonos a fiios restos ¿, ot u,uerte, sostenidaEntre p"*on"""r y ahondarse humanamente:

A bri go un desmonte como c ódice, rro-o,o"Ti"*ü"il'"l|u;:ff "roPara aumento de tu muerte y mi termino, la cabellera

Del viejo en ti, acreditada porque hacia horrendos maresNavegan los esquifes.Nosotros, a fin del argumento entre las ribas,

confinados a puentes y'anuras, haciéndonos como que entramos:¡oh ciudades! ¡oh frnes¡os ú;;iü;;ü;"."i,i,""ff.Estas hermosas tumbas, ror pri"o"i¡Ls atenuados ar devenir,

Mas diciéndome oue_aquí estoy, y establezco la tierra!n Ia¡ raíces, conóciénáorr;;iá-,r"s, rocas, desiertos de ruzDonde el caer pervive, y el térmiiá, ,i,

"uui¿uá ,uli"nJo f puro,

A cuerpo y tránsito su eterna emanación de días, soles, semanas,J,¡islos de sangre, sigros.de gdi" tiiLo" de sabernos como muerte:Días en semanas, meses ¿e clá¡¿aá vái"', d. ñ;;;i"uiirr¿onor,De vida recobrada en otro tiempo muerto.

A inrentar en reinos, desunido de esro, tro"rfilillJ;'rlporrensamble

47

Page 70: Juan Ojeda

Del que acrecienta su lucidez en tu abernrra' lnvicadas* potenctas

De etemida¿ u.u"nto Jt mimrcias' de razones en pie cuando

Los miembro. l.go""t'tu ti"t'u' el mar insigne entre sus algas

Demuerteunidaatusemblanza'BrertasiluminadascuandodelmonteS. A.r*y. lo compretldido a las alturas; preferente' acoso

En abandonu, u tnu'tto disimulo el turno de embalaje

Ya distante de las nave's'i*manezco ausente

A reparar mis cosas rotas, a penetrar hasta la hondura

Donde nace mi silencio; contempto inasibles hojas en mis manos'

il;;;;s circundando la frente en que dormito; y siempre

l"út. tti pecho encuenffo los dientes de la muerte

Atisbando mis recuentos"'Eran tus Pertenenctas'

El gran campo convencido para el día en soledad'

El cauce que imProvisa tus ansias'Descubrirte con las cosas'

Aclusto referir Io cotidiano entrado ya en tu historia:

Lacantidartrdeherenciaqueposeeelfuego'Callesóu. ptoui.nen del fin en que tu sed reposa'

6Qué es la obra

En el rnundo, las diarias conjehtras tenidas en ti' el camlnar

Notando la pregunta en cada rostro' urgido para celebrar tus pasos '

;; ";1" iruJ"auá de encuentros? y después el polvo que anuncra'

El sudor reciente compilado en los trabajos, con sólo remover

cualquier objeto' Entre frondas y ríos cantabas:

r Así consla en el original

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Page 71: Juan Ojeda

"Hoja tras hoja fueron juntando los dias atavío perenne.Mientras debajo de la luz crecía un racimo de sombra:Cuánto humo inauguraba ausentos* frutos en el alma:

Pura ceniza entrebarían* los brazos consumados. En tanto.Desterrado ya el recuerdo, lejana la extendida hoguera,No quedó sino asir una amarga máscara de olvido".

¡El cantol Turbios párpados ai aire que continuoDeshace toda frase humana.

Nos hemos pertenecido en ocasión,

A voz desestimada que venía en goznes, así entendida la premuraPor otro lugar: cortejo lúcido ensamblado con el brazo,El ojo que destaca. Si tornábamos las cosas en sr: resplandor,

Ello venía por denuncia, antecedido en coyuntüras que han hechoComo piedra estos crecidos, esperados gritos. Esa la gloriaDel que abre compartiendo: afán de concluir en deciclida y plena,

lmpostergable carta.

¡Ciaridades envejecidas en brazos v lenguas,Profundas concavidades apareci<ias al fin y al inicio

De lo que acontece y no descansa! Ellos urge,-r: somos los muertosY los hijos de los muertos, buscamos soledad para rlecirnos.(El existir tiene sentido en cuanto hacemos. Ellos sabenLas ruinas y no hacen. Dicen la muerte contenida en todo acto,Los conductos de acabar aún gritando.)

Y por cada indicio

De mundo inhabitable, una evasión; otra azul que permaneceFustigada. Y en aires, en azul que carga pasto alucinaclo,Hierbas luminosas desde una mano retirada a océanos

t Así consta en el originul

49

Page 72: Juan Ojeda

-

Rastreando la hondura de las aguas. Meses de estar buscando

Como sueños, dúctil la memoria en las roturas, pero del mar

Todo llevado en imágenes, en excusa de estos documentos que coligen

Plena ausencia. Permanecen todavía, en evasión, densos y oscuros

Contenidos en su laxitud atormentada' asiendo estados

Hundidos en sueños o largas historias, en el contorno puro

En que devienen las cosas. Así olvidan los montes quebrados,

Losionjuntos rotos que por parque, por calles también piden,y vivimos. Y más sobre el silencio, hurgando entre las frondas

Dem¡idas estancias.

¡Oficios, surcos, cauces Por donde

Acude la sangre! Y aún silencio, raíces hacia los celestes cantos.

Yo no enturbio, no oculto lo que adentro abisma: vivo arraigado

A un mundo de signos diluidos; entre crudas extensiones,

Senderos de apagados rostros, amargas espesuras que inician

El criterio. Levanto el brazo, pido claridad, y una estela

De ceniza profunda emerge con su prédica de pálidas sandalias.

No hay otrb camino que el desorden, la exacta libertad de juicio

Prrra alzamos. ¡Oh!, existir ensangrentados de llanto,

Bajo las inermes plumas de un cauce inseguro; hollar la ruta,

Mientras un hundimiento de huesos nos devuelve a la sombra:

No hay otro camino que el desorden, el peso de atisbar rotunda

Esta futura emanación de dias-

(Tú haces soledad,

Inmensa piel transida de oquedades, sobre ruinas que muestran

Su carne devastada; haces plenitud en dioses que permiten:

Así incrernentas tu cadáver y te dices puro.)

50

Page 73: Juan Ojeda

Yo no enfi¡rbio:R-efiero estos profundos costos, tal la esencia bajo sí, humana,

Asida. Me defiendo y te defiendo, gritánclome, a sirnple tactoQue en desorden, en fuerza y salto lleva conjuros hasta alzarnos.Soy desde mi voluntad de hacer, arraigado a una confusión

Que no he creado, como estando sobre aires y tumultos encendidos,cosas que me arraigan por vivir y enconffar mis pasos y rnis tierrasFrecuentadas de actos,

Vclv contando los días. al par de lo que vivoY lo encontrado, la última intención y el fruto, nunca los clescansos.De nada mi sc¡ algo que busco me retiene a ser luchando.

contenido en tiempo que pronto acallará. Antes haré, tendré los mareEl ojo limpio en que limpiar mis ojos.

Soy voluntad estncta,

Actitud de hacer, mas siempre voluntad entretejicla hacia lo ctemo.Nacen mis pasos en la extensión que sustentan las montañas,sobre la tierra tremante de los bosq-1cs y sus cuencas creoidas,

Dentro dc cada aire que golpean las tonnentas; surjo hasta enterrarEI aroma de las cosas perdidas, llameando como solo luces descubiertas, como tronco encendido; y desde alli mi sangre:

c-'avenras y ¡rolvo, vacias agLlas de días surnergidc,s entre muertes_Nazco y canto la evidencia de una estación imperturbable,Porc¡ue soy, y amo el cspacio que nutren las pifdras en los ríos,

Porque me pertenecen estas rnanos erguidas e'angustias y rocas,Y estas pupilas que empezaron a !atir entre tas hojas, que .salicronGirando y reunienco todo cl amor de las raíces. Brotü en cada espacio

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Que los árboles alz,an en las noches crcciclas, me pefienecen ios aires

i lo, l,,o."s detrás de los montes, y estas manos dicen de rni fuerz.a

En los días oscuros.

]tavozhaciendo, aizo mi voz entre las ruinas,

Dudo, atisbo midiendo lo que ardía en mis comarcas, hundiéndomepor sélo descubrir y asir entre rnis rnanos: llama que oscila

Desde la intemperie. Porque soy amando. creciendo del grito

Mi nueva residencia, bajando hasta tocar la copa dulce

De los bosques, cotr el amor que brota como gaffa'

Y este cuerpo, este musgo adenfrado, estas memorias

Que entreabren su entidad definitiva' también de amor

Arraigan mi rnorada.

¡Soy triunfante luz en todo lo que nutre

La ausencia, naciendo a iniciar rni viaje por entre las piedras profundas!

Entonces amo mi devastada piel entre humosos escombros, fundamento

Asido a cada hoja mutilada; y encuéntrome gritando aún de ser

En rnis fatigas. Mas asi de verrne, así conozco calles,

Salgo u suttut rni relación a tos creyentes, doy pazy fonna,

Despierto hacia adentro y al fbndo arraigo'

Entónces, después de mucha ceremonia rctomo a mis iniemos,

Aduzco ensamblado: conducto de mi estar haciendo entre las frondas

Nuevo f'uego.Pero así" las ertra.viadas rutas, lo que figuré

por mis caminos, entre leyendo y asir Ia vida, llevándome a mi sangre;

Así hago el'¿alor, pienso en la insurgencia y los profundos costos,

Digo qtre encontraré laluz y sigo c'arninando'Invierno y lluvia,

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Monumento y hierba, junto a la tormenta que nos comc.Pero asi, en la ciudad y sus muertos, sus alimentos devastados,(Oh tiernoo en mordedura) su arrCiente esperanza

i)e ser inútilmente: asi, invierno y lluvia, nazci* diariamenteA otras andanzas, dejo los connubios y pregunto:¿Qué de luces han gestado estas colinas, paia haber amado

una fría cadencia, un mito, la tiesca espuma de los meses oscuros?¿Qué de luz ofrecen sus vertientes? ¿eüé lega<io principal,Royéndonos, en tanto los árboles prónuncian tam-bién sus muertes?

Oficios de perfecta umbría, donde estamos, sin entenderOt¡o camino que las manos, la voz en mano, desigual, en tácita,Alineando para otros por sus puentes en ideas, foimas,

J.n1da nosotros padres, hijos de una tierra vasta, de colladosFértiles, y nada este torrente.

"fodo conducirá a la destrucción,

Al sernos acabando la hola empeorada, siempre que siga;Puro desorden hasta entrar en nuestra realidad, ufzundí tí"rnpos-Las muertes rrienen entre semanas de sombra, y comemos,

seguimos frecuentando, amamos; por algún sitio nos desolla el aire;se aprende a caminar los signos, lás tertr¡rias, aquellas de principio;Porque somos aquí, seguimos el camino, y es el'escombro, presente,Que anunciatenaz-

Sabemos: un entender como Gtro, este sentarDenuncias, de activarse, sea desde el lugar cionde ,, noó. al polvo,

Sea tanrbiÉn, sin ocultar, la misma fuerza.

Nos c,¡men a poco, tal náufragos, casi " -rori;?"rt;T3#encia

' ¡lsí c,¡ns!:t en eJ original

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Al paso, de.la ocasión, nos cornen, lo sabemos; si ya por ropp,Andar, nos piden algo, alegran de nuestra sangl'e, ' '

se van riendo: ¿acaso es por nosotr¡:s? r)e aquí nos han desarraigado;

Se llevaron también lo que era para amar, como que er'corazón,La piel de sus cosechas; y decían que era su corazónY lo mascaban, y decían que era mayor la timidez en la cosecha,

Y deshechaban. sólo algo nos quedó, por una tradición profundaQue nos camina los huesos. Y nos quebraron al suelo,Sin corazón con que empezar a levantar la hierba rota.

Por eso nos reuniremos, con principios, a dentada irnica,Con muelas; porque tanto esperar es también un abandono.si todo viene de otros, que dejaron libros, que bebieron como matar,

Pisando. hollando el maizal que descubría su carne de luz pura,Y viene a nuestras bocas sólo entre preguntas,Entonces nada es creación, fuerzas en que avivaron las entrañas

Y los brazos, ias esperanzas nuestras. Es de otros, que amaronY en cada rincón nos ntantenían en silencio; que dijeronQue éramos así, que estábamos felices; y después justificado el cuerpo

De alguien que fue antecesor, tendió, mirando sus conquistas,Las legurnbres por acá, donde ahora nos cuesta oscuro estos resoles.Pero somos miles, despiertos y desnudos. llenamos las comarcas

De bocas restallantes; pedimc,s lo nuestro, para adentrarnos sin mieclo,Arañando, bramando como las piedras, sin lágrimas. pedimos eso,Lo que nos pertenece por linaje, por inicio frutal de árbol

Y ramajes, para urdir la realidad con nuestros brazos,Y destrozar ideas, lo que nos ileva ahora, y enconrrar, erguidos,Las esencias, lo que entraña sernos en mafes, rnontes,

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Estos son los meses razonables'

El fecundo elemento que la extraña sapiencia no logrará arrebatarnos'

Aqui están los armarios, el escaparate cariado y los oscuros aposentos;

Más allá, sobre las piedras pardas, el río con sus dedos terrosos.

sin ernbargo, no hay agua, sólo ese anciano longevo; las cosechas

Fueron anásadas por funestos ventarrones. Aquí la tierra eS seca.

Hacia el Cerro Colorado guiaban tnis pasos un interés desconocido'

Crece allí la hierba del salitre y tierras aceitosas, el paciente

Griterío de los cuervos del mar. Enfemros estuvimos esperando

En los muelles. caminando hasta la Plaza de Pescadores, pequeñas

cosas solícitas. Habían cargado los navíos y tú querías preguntar,

Árboles diserninados en campos amarillos, el tiempo perdido

Entre la salvación Y la gloria.Vayamos pues, Y Poseamos

Cosecha para los meses de escasez, holganza en los tributos.

(En la blanca cornisa dormitó el gorrión, y fueron mis cantos

Quc escuchaba Ya distantes).¿Y quiénes regresamos a poseer la dignidad

Que no acontece, satisfechos de nuestra pobre rnuchedumbre de miserias

s-iempre recordadas? El fervor que una elección distiendegn su templanza interna, precarios con licita necesidad de orden,

El fervor, unas veces enunciado en ese movimiento tierno

De un rostro conmovido: ¿desdice acaso el bien que podría obtenerse

Aún en la propia negación de los actos reales? vayamos pues,

y oprimamos el silencio en los áridos confines, el canto del goniónya óerca del parapeto antigug, donde veníamos a contencplar

Gesticuiaciones inútiles de aburridos náufragos que la marea

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Recubre con unas algas neuas.Reino de la prevaricación

Y el desmedro: escucha, escucha el trote de las ratas

rin la tierra estéril; mira la nave y laméntate, obcécate en obhgacionesGroseramente sostenidas. Reino de la acritud, desfalleceY te mostraré las ganancias y las pérdidas. Luego prosigarnos

Conversando con ambigüedad: "No deseaba hacer esto. Mire Ud. mis rnanos,La sangre está seca". Alimenta tus responsabilidades, arruga el universoY laméntate apacible hasta que haya tiempo para matar y tlempo

Para regocijarse.

¿Qué dicen los aedas en laudables rnurmurios,de esta humana nlateria vinculada a la promiscuidad y el clolor?

ciudades llenas de comerciantes próspcros he visto, los escaparatesSutilmente adornados con luminosos estuches que mostrabanun gusto refinado por las piedras antiguas, doradas sortijas y ojos

Con incrustaciones de platino y rubí."Para entender sabiduría y doctrina;Para conocer las razones prudentes":

He aquí la tierra estéril."Para dar sagacidad a los simples,Y a los jóvenes inteligencia y cordura":He aquí la tierra estéril.He aquí los presagios; y apresúrate que el viento corre hacia el mediodía.ven y carninemos lrasta esos promontorios eriazos donde sólo la corneja

Grita,asustadiza y con augurios de muerte; aiisaTus dulces cabellos húmedos de mal atiza los miislos blancos de la mañanaQue se tiende como una virgen tenible. y tu, que remueves el polvo

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Buscando la llave: apártate,de estos que son muertos.¡Reino de la maceración y er vestigioi v"o tu,

"n". ol dia podrido,El viento podrido, la nave podrida

r nosotros esperando.

1963 - 1965

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III

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VAN GOGII EN ARLES

{Jnd er schliesst das Weltall ein.Diese ganze Welt voll HabeitUnd Verzweiflung, voll von Grcibern

HUGO VON HOFMANNSTHAL

¿Qué oculta la cansada estación, entre ramas resecas,

o el poivoriento brillo del aire? No ei trabajo ceñidopor la premura, ni ios oscuros cuidados nos consolarían.La fi;ente es agostada, la seca hierba gimeY el lamento escuchado con obstinación ahora nos aterra.

Fuego yerrno es la sedientangidez del mundo.

¿Quién anudaría ese sueño o ardor que roe el espíriru?El que ha perdido La razón en los desiertos de la RealidadPersigue el vuelo de ias aves como único camitlo.Un mrnor más triste que la vana sagacidad del hombrePodría desmembrar esa sombra lancinante del muro,Lenguas de niebla bajo inútiles palabras

Rendidas o rnuertas, vivas en su propia descomposición.

Aquí en las ribas estancadasHasta la belleza es hastío.

Pardas sornbras reptantesAhuecan la memoriaY el júbilo secreto de la muerteSe enrosca sobre ia vida estéril.

Es're caminar a nada por oriilas deshechas, guijarrosLimpios cümo la quieta ola que los cubre, ni viva ni muerta.El mar de oro, sin ernbargo, resuena con su rnúsica vacía

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-Y es dificil percibir si estarnos despiertos o dormidos,Otras olas inmóviles rasgan r;l irnpalpable rostroQue nos redime, venciéndonor;, en rnertes ojosSobrevivientes de nosotros rni¡lrnos.

Al descender a las ribas, oyesLa pudrición de la ltealidacl.

Sorda superficie criba el vivir ya confuso,Y sin nadie que aquí frecuentara, o contemplarCorno pueda llaraarse, no poder nombrar nadaEs dentro del mundo como est¿llido muertoGobernar ei silencio que reiumbra y reposa, música secaDespués irse como se vall todos.

¿,Qué escucharíasEn tu alma, ese universo atascado? No poder nonlbrarFilego de piedra, tiempo o palabra yerrna.

Sólida bruma habitar, niebla horada y ardeD-esflecada por el ruido de nuf¡ir.n pét .o exilioEhrio poivo del ob.jeto y sabio hedoi de muerto.Este ir a nada y quién soporta así ei mirar o ruinaOjos quiábranse ahítos en vacío de cepo.

Nuestro indagar ha concluidoY esra es la sabiduría: nar.la hayQue explorar ftiera de la tábur¿1. Estos son ros dominiosDel nrundo que peffnanece incognoscible,Y seguiremos penetrando io impenehable como una coronaDe sueñr:. No existe nadaQue explorar en este munclolionde el tordo emigró dejandoLIn herido refle.jo sobre la fitentc áricla.

Tal vez el silencio nos pennitiriaRecogerno-q en lo oscuro, en lo carente de vicla

a¿

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Y a cada manotazo del espírituAtrevernos a sepultar las sabias palabras.

Sólo el que nada ha contempladoPuede acceder a lo realI)evelar este incesante asombroQue celebra, conmovido el intimo espacioQue madura en los ojos.

En el no saber está el saberEn la no vida está la verdadEn el no mundo está el mundoY este es el sentido cle nuestro explorar:Existir en un ardor confuso.

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-l

MONÓLOGO INTBRIOR

I..*po presente instantáneo perpetuoY desde el munclo inmóvil *ilUi*iifusas.Ocultar el hasrío de ta luz p"Jiri..á"Pero aquí en las ribas todo s".n*.iu"En un círculo en ruinas sobre ," pr"pl" origen.

Revives la música quieta de tu cuerpoYacente en el hartazgo de una sed hir""a,Palabras muertas flotando .n .i;ir;;o resecoY este bosque se ciñe .n ru ,"iiiiáal perfecta.

Tiempo presente instantáneo perpetuo.

La mirada se abre sobre un espacio de aire yerrno,Sientes la carne di

Y qu¿ p"diá;;;;',fl1tii,H: il;'l,:;" de hiero

Atzando ramos de nieblá. S;i;r;;;;úrit encuentroDonde tu rosrro es ta f,íbula;;;;;;o muerro,Y buscas deba.¡o del mundo h;a:;;; del polvo.

Tiempo presente instantáneo perpefuo.

3:t:T"r_-r.puJtados en este cieto de cepos,tlorctes que arden, mampostería rajada. pórticosQue una lengua de vienio ¿*rfru".'"'oJo arena,Sequedad del mundo encerrado ,oUolo, objetosojos que miran hacia adentro, *;;;; áridos pozos.

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Tiernpo presente instantáneo perpetuoTiempo que es mundo de imnóvilpolvoMundo muerto ardiendo en tiempo pétreoTiempo presente instantáneo perpetuo.

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EL SUBÑO DE ELSINOR

Enshaded ín forgetfu tness divine

JOHN KEATS

con los oios de diamantemira deide las ciega's alturas

JOSÉ MARÍA EGUREN

Las campánulas florecieron el año pasado

óurr.rn á"ttto olor de luz quieta'

Estaremos atentos a las señas del Orco

Nuestras casas premunidas de cenizas'.

f;;;;;" de ala'bastro reflejando el viaje

Y el maderamen de oro,

i"t g"ti*as sobrevuclan en el mástil inclinado

Ún e"stornino que aletea,elevando su grito

Ei sonido si se Percibe apenas'

A veces, lremos despertado 9" yn puñado de tiempo'

f,l dit"o'inmóvit de la Realidad

Circundaba los Pórticos'V-uof""t a palpár el odgen' contenerse' era doloroso

¿;; "rrurrio

ni¡os buJcábamos en la oscuridad

Y sólo fulgen gritos,

Se abre un rumor de aire quebrado' '

Ese niño gue deambula en nosotros jamás nos enconffará'

Es este mundo impensable que irisa sus sordas raíces'

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Prisión es toda serenidad,Y la voz pura del sonámbuloSeguirá acompañándonos como una música inasible.

Y ese reposo de los ojos sobre el tiempo muerto,Esas claras manos de ia nocheInclinan sus hojas vivísimas, casi errantesSobre una sombra oculta en la espesura.

Pulpa de los rastros que la nnche alisa.Topaoios de hebras y rumbos en el rnarLos auspicios del día en el humo milenarioComo vetas de aves hennosas, troncos brillantesDonde la rnúsica baila entre heliotropos.

El alción rasga la mancha de madreselvasEs una irnpresión que dura menos que el silboQue ahora penetra las hojas.

"Permanecer es descenso,Camino sin aire y mundo".Las palabras brotaban de la luz pétreaY la sinnga era una fantasía hueca,Y en los frisos frotamos el aceite quemanieY ese ruido continúa entre la espesura muerta.

Las aves escarban unos maderos oscuros.Y las flores de niebla, oh haberlas tocado.

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-LA NocHE MAnÍrrvrn

Del tr'ópico y la gibia olas de plata

La noche recubre sus cascos

Sonámbulos de PórfidoMoneclas de ltrz sobre la fuente del trempo

Un aro de fuego en la simaVoces del relántPagoTodo indicio es PerPetuoEl rostro de la nocheLímpidas piedras de trans¡rarencia infinitaLo real es música inmóvilR.acimos de furia del marAguas de eléboro sobre ritos o memoria intacta

Lo real es música inaudibleYérgitese la sima del tiemPoCaen torres de jadePolvo dc constelacionesEl cuerpo sacroAllí estuvimos en el esplendor de ia noche perpetüa

Memoria de las estaciones

Como joyas de rebaños blanquísimos

Sanguaza del mar brillando en la uña

Signos de catástrofes ebrias

La noche abreva sus lienzosDescendemos en la orilla quieta

Sólo aleteo de aves enfermasVidrios y madera Podrida

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¡ La mirada es paísFrondas de cobre del solCeldas de alabastroPlumas resecas de aves muertas

; Huesos erizados en la arena'1 Laraya del agua brillaI Miríadas de nroradasPelos del cangrejo hirsuto

, Piedras y estrellas marinasOjo de oro

!9l"ules mirada que yace en su propia músicaCielo de sepia en la noche perp.tua.

'

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HOMESICKNESS

Sont autant de chemins a ma tristesse ofertsPour sortir de la vie et desc'endre aux Enfers

SAINT-,AMANT

El etcrno es el inmóvilCÉSAR MoRo

Así ha debido ser gozoso, reinos de tiempo o mundoPor donde hallé secretas ribas, altos sitios de ser.

Era una visión detenida como en un dibujo de HokusaiY recordaba aquello del cuerpo tirado para los perros,Entre los espacios xánticos de la Biblioteca Nacional.

Tal vez habité desprevenidamente, huyendo de r-ostrosUna epifanía dolorosa vibraba en ia avenida Abancay,Y caminando con Andrés CloudPaisajes untados por la niebla,Plateadas ramillas de un viajeCuando remontamos los cerros azulesY Danilo, hermosamente, palpaba su chompa plomaY bebíamos hasta tarde en el bar Apolo.

Al desprenderme del aire no vi la rnúsica que nacía.

Ardiendo.en los pozos secos del tiempoY hurgar'lo inmóvil, rumor de hálito muertoSe deshace el rostro en rrn brillo de crigen.Oescender

Entre hojas conmovidas en la fuente, sombras duras

Ese ardor es yema de la música, ebrio labio quebrado.

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Page 91: Juan Ojeda

\"ic. il' tr."ii rrir il- i rrli.a iid[:,:..1 iios dt: l.'lr¡si:r,,1,i;:óiago. iilei i¡rt ir',;!,r,:ii.i i tr.- ,,',1., ,i,r,.:i,lirts i')$:,1 , :{:iu:4

i:l.li¡,,,.- ')r;,'.,i:r,l.i.l.r r . .ii:1j-...r: |.lr l',,:it:if. ln ar:oy{i ..ie lLi;., ¡-'iitr,: r:rl rii,,ti-;,, r:,;: i"1,, i:,;1i,..i ,.¡,1.. ¿.ll.it.r1 i¿S ai,Iu¿iS iri(.rjr-i:;:, l'':hi'iil,tr) r.:i! lt;) rt,i.j ,,,. ;,i : ,_,,

Iii t:e*l¡rc, e! rltí,1-;i.l ,i' ; ¿ii: , i rri:ii.r,r.t:1r,., . .'.. ..

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Litri.l lcnr-le il,i.l.,'i",¡iii q:i. i.r i,i ti.: iirl r;i. i, ., l_i,iii,r:.:jí irJat-i-Íl_ilL{r[..i;l;;"'i ;i;- i.1 ..; üiijt,ll:i.i:;. i,.r,:, {; ii¡-..;r.., i¡lt,,il¡it: ('l 'r,lr.:iit.r.}

it eil¡l {:.-ti liii¿tl,ts ir¿istit ¡ti 1 r:lr:tr.i,;¡ i,ir:;.illl,}n,jl:":'C i:'ll íjl l;riilJ:,-t...t .¡, !t.r.r r,.:.,r1 ,_ri)l!.í";.::(, ii;;lii;ii;.r-i., ,,

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A gu¿s p.-tri f"it::rri,is,^iL,i-rlil ;¿r

Y cl tiempli sc rítrgt-,.,i,,ir i-jiit'

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Ett i:::,i,.; tilt-{.- l:ii'l,li:r i,,rj.i: \j- l.i1i,;:,ii i..Sr,,ilo nli.lnr.ti.ii"i üi h,'ri!,. ¡,i:,iil ;il,.,,tFilirgl clrj;iiilc i¡:'¡r, iiii):;iii,:',, ,, ¡',, ii,

r-: i- il i í.]i'j i ilii¡;:,i. i.t;; | !:rrr:¿J.,

: | -; iirtlr'l'i.:i.

Page 92: Juan Ojeda

NON4O ORTI{IO

Las caléndulas morosas, me decíasEn música convertías tu¿esaientoEste.paso que froto con dedicaciánAquí estabas mirando f" g.nt" /ru vi¿a de perosPara ceremonias basra, rri. ¿rró*guá" .rlilrrp""'La inmundicia de las palabras, el escanciar huecope la du¡ación arascaia, r"rpii*

"oilrul".i*n¿oLa diorita, et rumor de tás di.;;; pr"i""ur"Detrás del muro escuchas ,¡"u, *l'rrrirrr"¿o,Onix y nácarRelucientes corazas en el sebo del auriga.

Las caléndulas, ruidos, las caléndulas[/n olor muerro desrella .n ,ioio á"*iu *ri¿u.

'7't

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RAPSODIA PAR{ SUELT ROLNIK

Y el corazón del júbilo como un dulce deseo

Prolongado en un espacio schónbergiano, percusiónDel silbido de los talismanes oreando las orillas.Abres las pardas cenizas del rnarY las piedras más finas sobre una arena quieta:Blanco es el tiempo que se tiende en los maderos flotantesAcompañado por minúsculas aves de ojos poderosos.

Con afilada luz el tiempo nutre la música,

R.eposo de mármol en la idea. y las cólquidas

Cascos celestes de la uma,Violetas y alabastro, tapices de bronce recamados de espumaFatigan la niebla rosada de las constelaciones,Y la playa se ilumina con sedas blanquísimasY el equilibrista arroja su traje de fiesta

CólquidasY la gramática hermosa brillando en la miel del día(Nornbre oficial: República del Peru)

Sistros azules de OmarConigiendo las minas dei cosmos, una manera precisaDe habitar el tiempo interior al espacioLabrar el espacio interior al tiempo.Trasparéncia de pensamientos estáticosDe modo que la playa refleja la punta de un mapaY los cordajes se enredan colgados del mundo.

Ah, Suely, mirabasTu pequeña bolsa de cuero marroquí y las aves allí rendidasLustraban enloquecidas el oro de unas plurnas temerosas.

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-I

- Y el mar ardiendo en los tiernos rebaños del trópicoMurmurios de broqueles, griterío de gaviotas * iu, piraru..Córno reiurnbraba la insaclable garnuia de las uguur. --

Y-3sos frascos que humeaban y iu, U"yu, color estuche¿Flotaron siempre entre er chiitioo ¿e tos cormoranes?Esa noche contemplamos el hiato de la Realidad

La tumba de poe. I a uma de Shelrey. La casa ."""'J:lrl:'Reinos de lentejuelas irirviendo en lá guitarraColores de frutillas y colchas de vicu¡aEl universo presente en un átonro de coticiranidadPor mares nunca d_antes navegados. fOs f-uslaJui f, SlEl instante que retorna u ,u oiigrnEtemidad exacta para arrnar un pitoOh mar, en islas laqueadas ¿e iniustrias ebriasTiempo hurnano y tiempo natural .n ,n cofre de fuego,No eran vanos los ojos cle dorado .nluriur_oIlustrando la cienciá que irisa tu, ,r*r.u,

oh rna¡ incesancia de naves en el agua,flJo.l'.ot oto

Ascender al canro o].or::o de tierras"q;. i;;,d; consagraLibri quósdam ad sc.ientiam, quósdam ad insaniam deduxerePetrarca, De remediis utrisque fortunae, ¿¡.Ah, Suely, hermosa luz de,ntr;.u y o.tQuieto yace.el libro estampado en lu"ro,marroquíThálafta, rhálatta!

Nereida Tropicalia.Oh mocinha do céu!

t

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Page 95: Juan Ojeda

PORTRAIT OF A BLIND POET

A Lltilliam S. Bunoughs

En el lucro de la umbría -venático río de oro:Nave sin ojos, oh Noche, diamante signado al origen-Ebrios labios de pórfido en una estatüa inútil,Crecer fardos de liquen plateado: 'orurna insigne.

Y del reposo que, tremante, calcina al Abismo-Inerte fuego, los designios- canta el polvo hirsuto.Descanso terrenal, huesos hurgados por el Tiempo;Párpados sin retomo, ardidos, nulnerosa joya de mundo.

¿Qué alegría horada insensiblemente ojos desnudos?¿Qué brillo eleve, ahora cóncavo, el festín horrendo?Sólo hastío de mármol fatiga, coronado, vano Ritual

Donde patio sonoro - rnedioctría negro - ofende el.júbilo,Tras fronda de neblí. Ojos de oro de un pliego azul:Sacra ceniza, árido en ebrio abismo, el mago pútrido.

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HOMMAGE AL DESTERRADO

(Imitación de César Vallejo)

A Cesáre"o Marlínez

Respondiendo de piedras, tal mis cortejos i¡rútilus'

L-"."f"*"as de innúmeros tiempos sobre las quijadas

Se encaUritan los ojos por su regios goterones'

óamUiun en doloroso metal las aguas acotadas

Y', en fin, se acostumbra el hueso a su función ovípara'

Estos días de aire a fonclo, estas partes tristes

é;;;;"to munclo desflecado en la muralla'

Da tretnar de pasos en el cliente o más bien nos etnociona

óon ruu tintes sin sombra, abierto el fuego sincerísir¡o'

Así tus S¡sves chapoteos fisicos acunan bestia y niebla'

Y;;;"; en mi ,oitto un traje vicioso de brillos'

Permanecer en dobles trenos de furiosa muerte'

Y en cuanto ios muros' y en cuanto^ los mares fregan espurnas

l'e verías contento de tus hojas' al frente tuyo

Con quien la suerte se codeá y de frlosa gtacia inclina'

Hoy he visto el diploma del agua en piedras canijas

V átoy caviloso, tuerto y peligrosatnente oscuro'

I

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Page 97: Juan Ojeda

ANTÍFONA PARA JOHN CAGE

Venu au monde san naitre, san vivre Ydemeurant, n'esperant pas mouri4 epi-

centre des ioies, des peines, du calnte'

SAMUEL BECKETT

El que oprime el ticmpo -ebrias ruinas blancas-

Lustra fronda de ojos que yacen yerrnos,

Y a cúspide horada el pavor que-lo consagra'

¿Oyes cimbrar la muerte en los días huecos?

Ésie friso labramos -huraño oro inmóvil,

Negro fuego vacío para el dedo quebrado-

Qué U¡Ua en las moradas resecas y los siglos'

E-l mundo es cóncavo sueño petrificado'

Viñas de la nc¡che ósea en su cetro muerto,

Áridas sirtes húmidas y polvo lacerado,

A unas nieblas de mármol descendemos:

Hedor de lo real el cautiverio que habitamos'

Y el aire se pudre entre piedras graznadas,

Cima del rostro de oro, oh exilio hurgado'

Y de los arbustos nacen sierpes y medallas

Donde el tiempo frota su música de humano'

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Page 98: Juan Ojeda

LE SOLEIL EST DEVENU NOIR

"¿Cómo es mi vida? ¿Existe mi vida?" [{e oído clamarEn los desiertos del tiempo, y era una voz finaComo volcada sobre sí misma, aire desgajado de la desesperaciónAl descender a suelos más tristes que la transparenciaSólo se oye este renunciar a la vida, hay voces o músicas

Que te preguntan: "¿Cómo es mi vida?"Y no sabrías responder,

Porque estamos urdidos de sueños y no podemos despertar.

El mundo discurre cantando una patria oculta,Y somos este gran sueño, estos rostros que anhelanY convendría olvidarnos de nosotros mismos,Porque heredar este sonambulismo es desandar.

¿Desde dónde se erige nuestro idioma, tierra hem¡mbrada?

Un niño elevaba sus brazos al tocar el aire estricto, ,

Pero el estremecimiento es recordar.

Habrá un día gozoso, nuestros cuerpos serán ajenosY podremos deambular sintiéndonos en nuestro propio borde.Oh, alma mía, renuncia.

Diremos entonces que el alto fuegoSe nutría, ávido de perderse, de lastimadas llamas.

¿No observabas la quietud de los objetos,Ese contentarse en un tierno espacio mudo?Es que hemos perdido el sentido de los signos,El mundo ya no habla.

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*------l>-"

¿Serenos ylrcen qrlencs pcrciirieron'?A veces sorprendemos, [iiiVrriüsos. li] t:ielicla ,Jci c'l'ir,:

En ia conversacion hastiail;r ric !es í-tcnlrr':

u S'r"lrrán'iAceso secretamenie se aIlP;rls|u¡l <-1el mull,-irl.Y las frestas que erigen son lnarier;is ctre un ti':,rto dolorostrPorque estar en la vicia, saberse, nunca rc :'iolnbruiJo.

Así, pues, destruyete aire o rostro rnr¡.al¡;;.rbieY sobre cste camino que es ir n nadaRecorlcilt¿i tus sueños, untí] lus ,.'i(is

Con la niebla del tiernpo que ün ¡-:i mundo se iiisrpil.

Nriestra iinica sabidt¡ría es cl no saberY contcmplar, tensos, ei vivir f uera de la vida.

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oRAcIó¡v p¡,n t scARrlANELLr

Breve combute de importuna tierra,en mi defensa soy peligro sumo:y mientras con mis annas me consumo,menos me hospeda el cuerpo que me entierra.

FRANCISCO DE QUEVEDO

L'Enfer es de meme essence que la Ciel. C'estle memefeu qui est lumiere ici la brulure,

MAR.CEL JOUHANDEALI

Yo siempre he morado en el Infiemo,Y de la vida sólo conozco un rostro destrozado:El rostro de la niebla más dura que los sueños inútiles'

De tiernas ramas muertas hice un reino de tedioDonde miro sin piedad el sol negro del tiempo.

Me rodean palabras que no entiendo, casas cerradas

Que quizá fueron habitadas por mis pensamientos.

Pero entre los días atascados que se irisan sin miedoSólo reconozco los lugares cubiertos de polvo y sequedad.

Y el viento que se arrastra, malhumorado, en las cornisasDesata algo del pobre fuego donde he debido observarA los hombres vivir como fantasmas.

Pero no, esos cuerpos gozosos eran reales como la muerteY sabían arder como la buena leña de los siglosNutriendo la verdadera vida que jamás.cono,cimos.

Yo siempre contemplaba los abismosPor dondp el aire seco de los días reverdece,Los muro's de una casa vacía eran país

\

\

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Y los ojos durces rJe la rnúsica brillaban en su cetro triste,Y esos ojos eran como un rostro ,r.ioo.

La verdadera vida no existe: todo lo desmorona el tiempo.

Un día despertaremos de este insidioso Infierno,Y el parloteo herido de la música r.i¡i¿ sus flamas libresPorque se abrirá ei rostro perfecto del Sueño.

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BO}VELS

Grotesca beatirud. ¡Oh Absr-rrdo!

Y así es como varnos arrastrandoEl rostro de niebla de la vida humana.

La reaiidad es el estupor calcinaclo de un demente,Y los sueños se despeñan en las ribas depravadasY es como para llorar.

Grotesca beatitud.

Así va el cuerpoAtado a la mue¡teComo sangriento espejo.

Grotesca beatitud.

El tiempo frota sus flores desecadas.

Y así es como vamos descendiendoEn la niebla hueca de la vida huniana.

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DBL CAUTIVERIO

What shadow'hidden orUnseen hand ín our mirtstC eas e les s ly touches our fac es ?

ARCHIBALD MACLEISH

¿Qué día del tiempo relumbrará de ser Tiempo?

V"-o t itut la riba junhrras de camino áspero,

Y el aire es un bosque de rostro* quebrados

Donde effamos halando el aterido Infierno.

Rígidos flamas que irreal ofende el tedio,Nuestras cosas yaccn ardiendo en nosotros mismosY estamos fitera, aterrados, palpando el abismo

Que resuella su triste grasa de confuso Sueño.

Esta música labrada entre fogatas negras,Ebria fatiga que arrastra un muerto brillo,Sobre el mundo de nieblas su rumor entierra.

Rost¡o del tiempo que se pudre en el caminoOjo del morador en bloque su mirada pétrea:Esta prisión del mundo es un cadáver vivo.

* Así consta en il original

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KERYGMA

Alldead,All.flesh ihey sungIs rc¡ttenSing of it no longer

WILLIAM CARLOS WILLIAMS

Arrojados en un mundo que se pudre minuciosamenteSi vuelves el rostro, no hay nrmores ni crujidos¿Escuchas? Se arrastran, hoscos, hasta una luzQue nadie ha visto. En estas hondas celdasCansados manoteos en la niebla, gestos de sombras cariadasInsidioso el tiempo hurga escindido: quizásUn intrascendente cambio de decorado. Sorda dialécticaMientras la tierra hiede como una idea atascadaNi antes ni después, sólo ahogos o inertes muecasYo, que labré los plateados pórticos y el ónix,Recordando el sentido de las leyes naturalesVí las aves carnívoras abandonar sus lechos de piedra.Eran tres círculos en el espacioAsí hemos sopoftado estos escombros. auguriosDel tiempo de la destrucción. pobre razón erróneaFor caminos que nadie se atreve a mirar, secretosDe rostros comidos por el pavor, demridosEn la esférica soledad enclaustrados en nosotros.Se abre el interior de tesoros quebrados

Que un ave pequeña desordena implacable. IndagarnosLa inexistencia del Camino. Y ¡ros detuvimosEn medio de rocas lustrosas. Ojo desértico.Consideré esferas rosáceas en la menteHaber enrrevisto la pesadilla. Ciudades que se desmoronanNO HAY SALIDA. Y ceruleas luces de la razón roída

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Desocul.tas el sentido, condenarte a huirDedos trizados, huruanas ruinas, ente de mente

Tiempo tedio deforme que aitn soportanrosDesde dentro estás afuera y guarnecido de muerteCaminas desecándote, sólo el cuerpo tiene sueño.

Secreto es, aterrados, descender sin nosotros

Aquí abajo es incómodo. Respirar es irreparableLas palabras desecan el alma, arde niebla pétrea

¿Escuchas? ¿Quién es el irreal que siempre te acompaña?

Aquí no hay tiempo, baba sólida de la RealidadSólo cenestesia del cuerpo dentro del cuerpo.

I-as palabras abren el vértigo. Henos, pues,

Recogiendo niebla blanquísima en céreas cavas

Desmembrados gemidos de un tiempo llagadoRemover de párpados rotos en un espe.'o trizadoSoportar cllerpos ríspidos, carne podre brlllandoEn cristalinas urnas - irreales - malvas criLres

l)el mediodía celebrada herrumbre. Rostros

Ntisterios comidos uor la locura, negra luz lncieftaDepositando en tus ojos un at'dor hueco. csc¿llllas

De espacicr abren su funda de vrvir de nrebla.

Reino inútil. Tiempo sordo y cascos de este cielo 'Desportillado. Sorbes polvo de sueti'.r 1'eb!cs*

Cesación del sentido en un mun<lo muertoVivir sueños bajo una fiebre quebraCa

La coirciencia se pudrc, baba de la Realidad.Aquí lo oscuro, deslurnbrante iuz seca

Sin salida improbable ascender. RetomarDonde nunca henros estado. Ni espacio ni tiempoSólo aleteo de polvo tristísimo. Negra caveffta de luzEl mediodia sus labrados de oro desiertoCaminar a ciegas -inrnóviles- casas sin puertas

Ovas del ruido del pánico, hieden objetosNO HAY SALIDA. Ni ascenso ni descenso' Compacto

Humo clue chilla, ardidas rocas de sueño

Disgregación estóril de! tiempo, ruinas de vida

r Así consta en e! original

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fi :lifr ":',:h1irj"J?,'",

j:ff .:,,.::i;r;,""

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,MEDITACION DE MEISTER ECKHART

Und ist das Tiefensehen so gefahrlicltHERMANN HESSE

Reconciliación y pennanenciaPara el tedio del mundo.

No asir cómo rueda el tiempoY las orillas llenas de cadáveres,Luego pasamos las tardes en pequeñas naves muertasOscuridad de la mente, y el principioSe tiende como arena desmoronada.

¿Retomaré, entonces, a mi sombra cerradaY encenderé la sorda materia que fluye en la vida?ReconciliaciónY pasos agotados por la Serenidad.Nos íremos sin labrar más indicios que unos cuerpos tristesY los gestos que jamás conocimos, y el deseo de huirPorque nadie habita.

Nada hay detrás de las colinai.

¿Y esos ruidos resecos?Nos recogemos sin espacio

Mientras descendemos a ló inarticulado, candelabrosEstancados en la hierba quieta. Esto es el insaciable muroDonde contemplamos la muerte y cernimos el mundo.

¿No es el tiempo que arraiga tu morada?

Te sentirás huir a ciertos sueñosY el friso que acogías, casas quebradas

t 90

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Para el tedio del mundo. Tiernpo quemado y solvente

Sólo un n¡mor de cenizas demasiado gozosas,

Y el agua de sombras que agrieta lo real

Y despojados descendemos a los pozos inertes'

La vida no reposa y sus bellas coronas se pudren

Mundo muerto Y tiemPo'

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LAQUESIS

Para trizar la RealidaC, borde untado de arro'z reposo'

La miseria de estar vivos y esperando'

P<.rrc¡uc esta cadena sólo atisba polvo al fin del acto'

Y el rostro acude como mundo que atenaza

Y hay una tatiga de haber colmado los ojosp¿rrairnos honáos, gozosas aguas ardiendo en dócil fábula.

Tiempo que hubinros. rodeados de muertc y airc llumeroso'

Ahora clámide quebrada en cl nruro o brillo áspero'

¿,y si cl camino es sólo n¡áscara del rnunclo itrnOnlbrado?

I[emcls urdiclo cl reino con tnaterias tan deseosas

Que clebió sentirse la música, abismada, colllo un arco del dios

dn el país saivaje que custodia. Aguas y oro desgarrado'

Sin ernbargo, el brillo contenido de la luz detbrme, estretneció

Pendiendo en un olor de sombras. Nos acercamos

Y la música cesó bajo los setos, y era un hastiado ardor'

¿Y si lo real es sólo máscara? ¡Oh mundo humano!

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CONFESIÓN DE MENCIO

L)l fin de todo ¿slttdi,¡ t1o es otroque el de cncontrtr el torctzón perdido.

I-IBRO DE N,IENCIO (Gao Zr. 64.l 1)

En el muro del viejo cascote de Zor¡llay un cscaparate que con facilidud haría desmontarL.as fiescas lajas de la mente.l-a hcmrmbre del invienlo dejó sus cicatncesEntre las cañas de barnbú, y los sirgadores emigraronSirlo Shen-nLing, inventor del arado, erraba oiegoRostros deteniclos en el perpetuo hueco del tiempoMcng Zi contempló su imagen[-a Realidad aparecía y desaparecía.E,s cierto, pensó, el mundo soy yoDesprovisto de identidad

SatoriY de¡amos atrás el Puente y dcsccndimosPor- la calle del costado de Feng Hsienf-el'antanclo una polvareda de los demoniosDrs¡lrcgados graznando con fimbrias.J''rcir 'fz:e o t{¡o del Cielo, no dejaba de removerl-;r botella de asuardiente, y tras cada áurea risotadaPegiba un buen sc¡rbo y briliaba más cárdeno que [,i Po.hl doblar hacra la carretera el sol golpeó nuestros rostrosY el Pequeño Vehículo dejó de f'uncionarAirora escuchas el ruido linal de una mentc vencidaY deslízase el tiempo como un lenguaje estropeadoCo¡l un rumor tan secreto que conmueve el silencio.(llarrtjad de o¡os yacentes en el Vacío\' rodeando unos pens;lmientos dcshechos.Fábul¿ du una antigua cosfumbreEn la densidad del instante que torpernenre es signoSe aviva en un borde inasible. Espacios quebrados

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-

Por el peso íntimo de los frutosEsa grave celebración de lo que al pasar perrnaneceY que, en fin, es como una nostalgia de nlundo.¿Y qué habremos de hacer, lavdos* por el conocimientoQue recubre este intolerable sueño que hurga el tiempo?La conciencia, com. nube de heno, desciende en la nocheIncendiando con su sordo chillido el azar y el espajo*.Aquí es inútil conservar la tumba del instante propicioLa puerta brillante que resuena en un ardor inóierto:Todo fue abolido por la duración, y apcnas unas irnágenesRasgan el origen: sueño atroz o don deleznable.Este mundo concreto y flébil es mito pétreoQue segrega el símbolo. LJltimos -orádor"s cle la tierraHemos descendido tarde, ya ha cesado la palabraY no hay más sentido que la ausencia de sentido: el pensarcelebrado en la madum destrucción, esta Realidad áucrtaMuros que se desmoronan nutriendo nuestra propia ceguera.¿Con qué propósito I{uang-Ti removió et mun¿oy no hallti mejor sabiduría que su terca visión?

¿,Es lo realAquello quc nombra el terror de unos signos óolrnados?Porque, bien r¡istas las cosas, sólo contelnplarnosUn espacio drenado por gesticulaciones morales.

Y de existir algún sentido de la HisroriaUsura del tiernpo

Que desmorona las más bellas ciudades: Tao muertoEn la blanca cadena del sol bajo la conciencia mutiladaPalabras que descienden contra los larallonesGolpeando entre las aguas inrnóviles dc lt¡ real: la vidaYa sin nada l¡ue remueva un rastl.o en la menteEsperas la disgregación total cle la RealidadEl carnino de las palahras que nada nombranY se asernejan al parloteo de un enajenado.La vida es como un secreto que al aparecerFluye indistinto en ruidc¡,s o silencioi

' Así consta en el orlginal

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Obcecación del espíritu pudriéndose hacia adentroLamentaciones que ahori escuchas, disipándoseLamentaciones en medio de un

"uurto cerrado

Gritos pétreos retumbando en una mente sellada.Ya sin nadie que rémueva un rastro en Ia vidaLa repercusión de sonidos emitidos por nadieEl carnino de las palabras que nada no-U.unY se asemejan al parloteo de un enajenado.La vida es como un secreto que al niura.a,Fluye indistinto en ruidos o silpnc¡os-Obcecación del espíritu muriéndose hacia adentrorensarnlentos en medio de un cuarto cerradoGritos rnuertos refumbando en una mente estropeada.La vida es como el parloteo de un .nuilou¿oEl camino de las palabras que nada ná,rrUrunPensarnientos en medio deLna mente estropeada

Obcecación del espíritu desecándose sin identidad,

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l MUTANABBI

En las sordas sombras del mundo,El tiempo más infecundo de las aguas quietasQue rebrillan como presagios ¿e ií¿ifeientes dioses,La estación canicular entré la edad polvorientaRezurna un viento pernicioso.

cómo notan en er aire ",istarilÍillil:Xfi:3:"*'Un trato leve que el asornbro desmembraríaLos ocupa con su lengua podrida.

Ha co I rnado estos dom inios, ril ;'*::T: ii":ij:Las delicadas tiendas, ebrias Ln iris de pavo realIncendian la arenilla blanca del desierto,Ese espejismo brilrando sobre los rostros más secretosMurmura unas secas palabras, y es incierta la meditación.Nos arrojaremos hacia las tierrás áridas,Persiguiendo los transparentes indiciosDel ciervo acorralado que hiere con su luz el universo,Y seremos salvos.

E r ra t i g ado nuj o d e, ",'l",,lllilll "l jn:' f 1 Í." ff ,! ilfi ".'

Del mandril insensato, raspando el aire con uñas de oro?Hasta las ar.,es de plumaje nativo que custodianLas orillas calumniadas por el *rn"r. del sigloHan despreciado los cuerpos morados que yacen a la deriva.

Oh, siglo de las destrucciones.¿,Cuándo cesarán las músicas desarticuladasque golpean, pudriéndose, en er corazón de ros hombres?

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Se siente como una hondonada de aire infectoEn todos los caminos de Ia tierra.

Los niños ejercitanSus pequeñas porciones de pureza blandiendo ojos quebrados,Y hastiados los animales se refugian en un idioma roto.Montes encorvados por la lluvia reseca de la canículaMuerden sus cetros de polvo sobre los santuarios,Y esas caravanas de moribundosHinchan la soledad del reino con tristezas de piedra.

¿Cuándo veremos desmenuzarse, como arena pútrida,La abominable autoridad de los mercaderes?

Yo grabo estas palabras de una época oscura.

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PROMENADE

el ignoto país de cu),o bordeNütgún v'iajero torna-

CALDERON DE LA BARCA

De los vinculos que el tiempo descotnpone:Cepos oscurosDonde el viento asiste dogma y silbo.Cirietas del hablaPara untar los bordes, y siempre mis candados tniroEntre el tedio que relumbra sin origetr.Yazga en su camino y rnúsica sordaEn los días destierre el rostro muerto,Tenga cumplida hoja de sirte.Naves de aire enfermo recubriendo la luz,Tullidas lenguasSobre el tiempo tiendan sus arcadas.Y rostros caen sedientos de piedraRajan mares de plateado esplendor sin nadiePara escuchar, redimidos, ei agua quieta.Así entiendo sobreviven estas cárcelesEn e[ quebrado viento, y ábrese el uso salobre

Mientras ciesciende el aire en rosas de bronce.Estas moradas oprime el tiempo del HastioY brillan en el oro oscuro de la sangre.

Oh, viendo el deleznable edificio,A cúspide y polvo el alma me retiene:Confusa claridad del aire rígidoDonde mis pasos suman su heredad inerte.

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Ai\Gtt,US SILFTSIUS

.!ttun¡¡t:tI t)erston o/ i¡.tsI¡, ¿/e.,iinc.

" "',Áu,'¿'r' r, Á' Á # ii ; íi, ; ::' ;, ui'',,',|,, p ¡,,,,.,,

Y' irabcr labracfc; en e I furvr_ir ,Je I cl¿sencanto y la dr.¡cla.En qr_ri inno*brabt.,.o.ui, ;;;;:; .Lr,rsrroc cs¡rírirusC u an cJ c j l a b r ta m o :. ".i,, un Já,ño"go',,.r,,"

farii co;nparrir ros sLreñc;s drrusos , ,"t;ll1:|,iHiilhu".nr.Las r,ísr:ci.¿is ,_1el ricr¡¡._,,, ,.;ü;;;,1n,1n,-, e n hr menr.ria

5;;';,;';,:',:;'r:""t" a,.¡:' o'io'tu'^o .'on'o Ia 'ic:, rre ro rncicrra.rJ,, e .¡,,, *,.,. I i ;; [::,,],il,i;.,.,i.,]: ..1:i c,,,; ie' i.ra,r.i po uu,"

io rJu.lienlc .,., púrrirlr;

. ÉJ;lrr-r ilcsr.J¡rso, toleruble al l'1. cn la prisión te*e'a?PorQtlc (lrsn(,;"fílnt(,s.itn ctí.i i, la iirz n,_ls il¡unciaEn un rit)n"e-;rrc cie clrrscs t;";;;;;;. sóio hen.ros dc penria'eceri'olrr irl;r<J', . i,,, f.:s.trn dt.,r,.;;';;;*¡.,o,r,r.

,1 sí se ncrs \/irn los ciíasPresuroso.r rlc llcrar a ningiiit lecjo, l¡;irárrrJonos lo.s ros¡rosCo'r 1'¡ tümor i.i" ..,e. sr:r.prcldrdo, ¡rr.-nuaatros prrspj6s ojon_.

Y cl tnuncitl litipult'-rtrab.ie, r'esuena cntre iiescas cenizas'rrn;r;r-¡lr*)

,uestras carn's he,¿rdas ;,;-;;, flatrgad. ardor.,_l :], ::

.t.lr.' r'| t s ¿r c L. l.) rar es f c r. érti go i nr n ó vi Ii'n Jls clr."ierrus dr la Es.ncia uj?u n*rÁ,..;,,,,

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Page 118: Juan Ojeda

ORFEO EN EL HADES

Ohne ,4ngl Leben.T.W. ADORNO

I

Muerto el fresco ¡nuro de la sirte humana,La altitud del aire en su penoso abismoConvertida la tierra en hierba y los árboles en ríos,Para acunar orillas de cebadas aguas

Como tienrpos de atisbar los bordes,

Que tenemos fortuna en ojos tras las'llamasY el fuego mismo rnorderá la boca insomneHasta lailer la música hermosa de sus llagas.

Campos de transida honrlura, mares de camposEn los cerros y las vanas alquerías, sordos colladosPor donde asimos el uso de la tierra y su rígido llanto.Fuego de plata entre las astasY puentes de nieve de oro.

I-lrdidos los días en las rosas juntas,La inclinada costumbre degustándonosDe pasear hacia adentro, de irnos arañando el fondoQue tnza y nos resuella en hierbas tensas,

Que atina sus copas de untadas ramasY entendemos el mundo y tras árida brumaHurgarnos nuestros ojosArdiendo hojas de plataEntre ríos de ciudades y huroneando el alma"

Este día nos recoge desde una calle hurañaY sobre el fuego ungido ya de polvoFunde sus pergaminos de carne, hondas bocas de piedra

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Que asisten sueños de mudas cantidades,Frisos de flama dulces y verdesDesmoronando el río en sequedad y origen.

Y estas cañas de oroQue entumecen sus barras de luz entre los árboles,Tendrán lluvia y prosa insigneBajo pórticos de calles,En el reino de niebla del ojoDonde acude, golpeando sus astas, la orilla de la sangre.

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OSARIO MARÍTIMO

who drr¡wns an oceanwakes in a desert

MORTON MARCUS

Henos huyendo así remuevo los blancos díasNaves muertas en el aire ocultoY..ltf. las aguas que hurgué sobre la tierraAbrirán mis ojos su ,"qu.iad cobryaié las piedrasQue amontonan la vidaen un orurio oscuro.osario de días, tropel de prata tenebrosa de mis dudasDonde acuden los pasos igrietados y hu".or,Tiempo cebado en tardes i-nmóvilesiujosa usura.Tornasol del aire en piedra ,ior roruJo,H¿sta mostrar el agua que nos abandona, rusticaslvlonedas de un solo agraz. y mis usos destierran:Veo pasar el grueso ríó ¿e poU..rur.

-"Se amontona la sangre y lai cormas caminabanPor aberruras de vicio y g.u.¡os A. gu.iu, secas.Perfectos mares del humó járciasr-"*rnuro,Y crestas de abismo. Toda la vestimenia <iel origen.Pero teniendo la cúspide quern"roá.uüu cen.os en bajíosCon serenidad festones y grietaMontes de fuego y piediaiomos acápitesQue atiza la murallá, ufanosLos mares, sed por viñas, bordes al pie del llanoQue acopia fermentados ríos piedru,in nnAcosado. por el día, sangre detenida en pálpito y cegueraDonde el tiempo se cobija de la edaJf ru.u*o. creprra.

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ORATORIA PARA R.AYMOND ROUSSEL

Paroi parée de ¡taresse tle paroseis.MARCEL DLICHAMP

,n, "í;ó,::, to.s oi<ts

Fuego que horada fus ojos resecos,Ojos que el fuego consagraPara los días sin mundo. TiempoDe una memoria o rostro. Ah ii cornprendieraEl límite en que, indócil, el fuegoContinúa tus pasos.

Ahora reúnes, ou,o,,otlilos de piedra

Que un rein{r, conmovrdo, oculta avaro:O.jos y sordos sueños de brillo desflecado

BrilloDe cetrería que huye, aire de oro abolidoSobre días ahuecados. OjosQue un fuego blanco remueve en la noclle,Letros y viñas yermas.

En que la noche l"br:rlr':itJ;JrT;'#:r.Rostro y fuego. Así tu tiempo, Música.

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cETREnÍn DE PAOLO UCCELLO

Tiernos falcones apretados por cadenas de viñas.El paisaje nrorado con sus tllon"s amarillos,Aire de seda en la gruta, cometines pacen

Armonías que sepultan el oro de los iracentlosos.Por este polvo rendido los claustros envejecenAunque la luz destila. remozada,lascas libres

Y el gamo se tiende bajo sus cornamentasCon ilustre olvido. Es ésa sombra impotenteQue desquicia las frondas en presentido drrrar.

Tras sus lentos festrnes de tiempo o palabraFluraña, clámide que impera enlo inmOvil-Pasos secos en el fondo de exhaustas sangres

O nieblas blanquísimas- Otro modo se cumpleEn las vasta casa inhallable donde el huéspedReposa oprimiendo los frutos de piedra.

El deseoso remueve antros rojos de niebla,Dispone nívea cueva, y hundiendo su cuerpoEn el muro, detiene el tiempo lustroso

C'on reinos y cerebro. Alto es el ábrego,Un deseo de unánime bonete de sangie'Relurnbre en su patio de máquina atíoz.

i iL

Page 123: Juan Ojeda

El que sueña acostumbra sus labios al goce

Y desciende al bosque de higos y mundo.Este cielo riela opacas murallas o usinas

Que un libro servil repite entre tronosY muertas coronas de ruidos, hatos famososEn ánforas cinerarias inclinando las letras

Quemadas por domos de liebres. El cazador frecuentaJarcias rotas del aire queriendo ocultarEl solo mimbre de su cabalgadura. Aureo neblí

Humilla - inasible sed - el tiempo en anaqueles.Libros ebrios contemplan el cielo de mármol,Grimorios tras su brillo de plata

Ocupan los santos del tenue breviarioCon una muela de ajo. Frisos de umbría,Talismanes y frascos en rijas de Beardsley

Labran aves de laúdes y ojos. Ah desearFalenas y crujir de apresuradas ovas,El oro abandona las sayas en una fimbria verde:

Joyas que por flébiles desiertos del hastíoSe desgarran en las losas blancas de la veste.Imprevisible el sabio litigio de especias

Confina los capítulos como vetas de cedroReposando el incunable bajo las antorchas.Los signos al hacerse ilegibles descubren

Rosados tamboriles de cuero mediterráneo,Ardiendo en los estribos de condotierosDe los encabezamientos de las letras góticas.Oh hastío de palimpsestos en sordos baúles,

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Page 124: Juan Ojeda

Cetros de carcomi S

luz o polvo de mariposasMaceradas hebras de resplándor. p;ota,

I as marmóreas aves que sollozan _ su roceloble el yeso arranca destellos de ,un*, _Es el tedio impasible dereniendo

"i;;i" de oro.

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_¡,

Page 125: Juan Ojeda

MAR ónrrcoThought.flies ottt.fr-om fhescars oJ' the .rect

as d to land. Flocki thar are longing.t

' " "'{¿g;!íf Ji,"¿ í'Ñ d e e p w a t e r

¿Qué consagra el ardor de muerte por la vida,Y este asir de vida en la muerte? Otro es el fuegoQue ordena la oculta tierra, ebria aridez de tiernpo detenidoY rostro ardiendo en inerte fábula.

Fuego de cadáveres ahora lava el mundo.

El que contempla, estremecido, el oro de la oscuridad:Retorna a su corona vacia y estrecha el día con sigilo,Temeroso del tesoro pútridoQue abandona el aire inrnóvil sobre er mar. Lentas son las vocesDe los pescadores en las quietas orillas,Ni un leve rumor aquí retiene el espírituSólo franjas de luz petrificada parpadean en la niebla hueca,Y el brillo de los garfios húndese en las aguas.

Entre las rocas apenas blanqueadas, fucos resecosY hastío insistente de aves, ojosDe dioses abatidos en las heces del tiernpo.

¿Quién oprime el aire de las muertas esferas? ¿euién remueveCon torpes manos las cenizas dei mundo?

Sólo un gemir contenido de plata deforme bate el mar,Y el aire se oscurece como hálito sordo de ojos yermosY debemos soportar esta frjeza, caminar aterradosDe hurgar un espacio agostado, cuerposQue fatigadas olas renuncian a arrastrar.Muerte de la vida

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Page 126: Juan Ojeda

Vida de la muerte.Desde las piedras enfermas de la orilla contener el mundo

Y soportar, cóncavos, la inmovilidad de lo real'

t 108

Page 127: Juan Ojeda

LANDSCAPE

Tlte u,orld is too mut'lt x,itltWORDSWORTH

Sec'a realiducl: Arenu,tles t e rto, v i drio, res o i.

EMIt-IO Br\LT .A.GAS

lt.1

I-as erriinas muertas de la orillaInc I inalt lr-rs lrslf¡¡.nes ocultos.\lcdiodia alrsa ojos y sorrr.lasEn un rr)undo irltirncl

Oh espíritu,Repites el oro sin múrsicatluc lusfra el tiernpo en la roca.L)e rost;'os resecos tiondats est¿ v¡da. Aire quici().Bodega oscur¿r y soi:clas viñasOprimeu un clor de muertos.Sombra del árbol abolida.Agua ,Jesvanece en peñascosI)onr.ie sirlo mmores abrer)Sus a;etes pútridos.

Es el actoQuc res<.rl de bruma, coitsumándose,L¡rbra sobre los caminos.

VidaPara ebrios del tierr-rpo rnutiiadoQue en secas ramas a¡de1' b'rilla sclno un pez quebrado.

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ELOGIO DE LA DESTRT-ICCION

.lber stille biutt'! tn tlunkl¿r Hóhle sturnntere Menschheit

/iigt atts ha¡'ten 14e¡uilett Ja's ar'!ósettcle IIaitpCL,ORC TI{AKi,

Tiempo agrietada y conf'uso, tierrrpo de muertes

y áridos ablsmos humallos."Oh, ya hcmos cotlocido

el ticnipo. ya ilemüs ordenado el pasado y el futuro

en el hón'ido escombro de ttn prc-;cntc rrredimible,y todo es como rr¿Icer desde la tierra tnuerta,

tiempo mltcrto entre muertas raíces"

"E,s ésta la región verdadera, o te has confundido?

¿Qué midos son esos? ¿Quién grita?"

Sóln lut raídas jarcias dei viento, que arrastra el hedor

del mar enf'enno. Ya ni los cucl'vos graznan

sobre los musgosos cuerpos flotando a la deriva'Tratamos de soñar, soñar. nutriendoel cariado prestigio de un Saber osouro'

Una premonltoria gravedad gobernó nuestros sentidos

mientras caminábamos sobre bntmosas ntinas, y era

el murmullo o el estrépito de un universo detenido'

Oh, tu, diestro ya en el arte de [a navegaciÓn

y temeroso de rnás duros escollos; ¿escuchas las lamentaciones?

¿Qué detestables tierras sepultas en los sueños?

Cómo huir cle una revelación, dinle. y habcr hurgadoy ¡¡ientlas despertaba: lo real ordenándose en un calor pirtrido.

Objetos, objetos del ticrnpo y )'a no pucdes contcnerte,

torpes aguas clel espíntu en un¿l duracrón que temes Vivías

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c soñabas soportando u.n tiempo absurdo. ¿Vivías o soñabas?Objetos húndense y es incrte ,odo lr,.,n,,ono obrar.

la cies.rdenada crencia cier que rrabita?#*ffi,'r'

sus horrrbles ojos horadados por una visión ¡nuerta. y clías,días quc: no transcun.en y aúllai des<je un pozo. pústulas,pétrea sonrbra, huesos .óídos por ciiligentes ratas.

Y ios que no vivierorr lri soñaron.¿conocerán er tiernpo otro? TaI vezuna inocencia oscuraaccedería, como dolorosa llaga, en la raíz¿* fo u*i¿"o,--el tiempo devrnienrJo Uu.¡o inñiárii riateria.Pero nuestra purezaya la hemo. p.r.tiao,o rrora en un dominio de pavoroios gestos,Reino dc to Sórdido clonde

",,b;;;; lu'ido nos reriene,y es difícil la ascensrórr, y dioses h*=nAnrcrnronando párpados áe piedra.

ile s rru 1, e l o s s e n ti do s y r,r^h o r3.:"tsT'I": #, T:lr*i.el tiempo, ¡oh, destruve! oestruye er espíritu entre¡:utrefacciones y Caos, 'y espera entre el sueño y la muerteel nacirniento de la Reaiidad.

"¿,Ves algo alií abajo?,,

á s p era m en re a rurcri d o,

.*,1"i: jiT#j rt,H#i

Así, pues, destruve el tiempo de un Reino ya vencidoal propósiro de usura "

ln.tig*nci;.-ó;r;."),", te digo,y que el torpe ayuntamiento.d" lu, disquisicionesno ocupe la memoria en L:n gesto conmovido.

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¿Quiéne s laboran la deleznable propiedad humana?

Destruye, destruye que es tiempo de abandonar

1o tenaz rie unas pobres virtudes, la. astucia

cle lo oculto, que sin cesar trunca lo vivido,trastos de una extinguida Realidad.

Porque ahora habitarnos un mundo derrelicto'ei uso del tiempo entre insidiosas cosfumbres,

la. opacidad del acto en la aciaga I'{istoria'Destruye, destnrye y no procures lo imominado,la pura dulación del instante en un reino irreal' mientras

heredas un Ienguale erróneo.

¿Es fiei la memoria pa!'a un tiempo tan real y confuso?

¡l.amentaste el execrable cuidado en un Origen falso?

¡Antes de tí, incligencia, y después de tí, indigencia!

(Nutre la clestrucción a quienes cntendieron el ntundo,

y e s [ecesarro consurnirse en una ciencia óptima,p¿ir¿i Ínostrar la aborecible irnagen de un cosmos putrefactadg).

"Oh, no perturbes mi quietud con olores de despojos,

en esta ribera sólo existe la esterilidad.Ascenderemos a los cefros tnorados,Y no nos ahoguemos en la transpal'encia".

Iluminación del desordcn en un más alto vestigio,herurnbraclas llaves que conducen a aposentos derruídos.

¿Es ésta la pútrida heredad roída en una mente incierta?

Y habrernos de considt:raria uisuficiencia del espíritu, y hay'a otra Realidad

tlo este tiernpo rtendaz, costra de otros tiempos pétreos

clondc Nacirnientos y Mricrte, Putrefacción y Crecrtnient¡.

s;r¡n ccltirnnas quebradas

quc ur1 o jo perveiso contempla tolpclnente.

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Nor,. de

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ET,OGÍÜ DE LA TNFANCIA

A .lulír¡ .^,/el.son

Porque será L¡ trcna en sus cioncs prime¡cis:herba";es fbcu*dcs. ei ruido dcl tclrCo e* los risc.s,y a'Júa stlna.nr,i:-). S¡lnandr.¡ \,'ivinrOsesperaüdo un cb¡eic cle presagios. la razónde una eciaj nucva. el tiel¡íro de las yides tierrras,no tiei:'a árida, ilo os)curos l)ri,fnontorlc)s.

¡ Quiénes murrnuralt allí. eri csos huesos biancos.,)

Iiendintos las raices ci; un clesierfo de osamentas.mansioncs ¡'r:carnadas de ántba¡ pedreríaen la¡ ":scalinatas. clcrad¡-, acantosobre los capileie:;. üh cludaries, estas son las ruinas.

Cunstruirernos, niño, ia nar,.e fu,tfte'','desde ¿ilií, desce¡rdien<io a ias breñas.las ramas piateaiias s,¡bre i¿ {lcnte.ei rnusso c¡t lumiriosa profusrtln. la escarchabrill¿ll,¡lo er ca¿ja iro.ia vl,--¡iela. el polen rosaclo. pero mira:comercianres rbesos, cabritiila y vestinre'ta ororosa a esplieg.,la charia a rnediotjia ba_lo los pórticos tallados, -r-clevanec y irriserii:. Nosctrcs eqiterailos otra tierra.

¿dlLré preseirte o fjasa(jo rros conclucea.nulrir cl tir:rnpo f-ufuro? l-¿r cleierrtaciiln cll la came.cl catú a nredjanoche riespuós cle una agotar,iora t""lu.u.,{ i:nt¡c;nlif tttr):i j ,(iOrrlrt,r-'tielltosl l.a Son¡iSa aparenic.i{oche (r:oirr. si crl trc:mnü J'rcra ia. nocire), adóide caminamos,,,

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"Por aquí peffnanecemos durante el verano, de díacomemos langostas y en la tarde hacemos el amor.

Estas son las luinas, hüo mío; no andes con prevaricadores,recibe consejo y prudencia que serán carninos en la noche.Mira estas manos, bésalasy participa en el reino de tra muerte, hijo mío.No bebas agua impura; nuestros antepasaclos

bebían en vajilla de plata, nosotros elramoscon el candelabro quebrado, las manos quebradas,la impostura útil. ¿Ves estos vestidos? La ortaesti{ gastada, e[ resplandor de otros tiemposgastado y rtuesh'os cráneos vacíos".

¡Oh infancia de futuros siglos, ya se escuchala hurnana muchedumbre, se insinúanios tiempos de un orden nue:vo!

Porque la tierra, niño, te cobijaráen sus dones etemos, porqu€ ya se avecrnala edad de una histona fecunda: mira, mira estas minas.Luego caminemos hacia los montes fértiles.

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La Edición popular de ,,Arte de Naveoar,,se terminó de imprimir el6 de Octubre OétZOOO,

en los talleres de EditorialGráfica A & G,la publicación se hizo en

papel periódico importado a color

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fr^ Ojeda nació el 27 de matzo de 1944en Chimbote, A la edad de 18 añosviajÓ a Lima para postular a la universidad de San Marcos e ingresa a la Escuelade Filosofía. Allíconoce a los poetas con los cuales formaría "piélago".

En vida publicó "Ardiente Sombra" (1903) una elegía dedicada al poeta JavierHeraud; "Elogio de los Navegantes" (1900), que obtuvo una mención honrosa enel concurso "Poeta Joven del Perú" y "Eleusis" (1972). Visitó Brasil y panamá,

luego, a su regreso (1973) ingresa a la Escuela de Bibliotecarios en la BibliotecaNacional.

El 19 de Noviembre de 1974,a la edad de 30 años, el cuerpo inerte de Juan ojedafue encontrado tirado junto a la berma, en la cuadr a23 dela Av. Arequipa. El póetaaflrmaba que "la vida es una breve fiesta a la cual todos estamos obligados aasistir."

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