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A A m m a a r r s s i i n n c c o o n n d d i i c c i i o o n n e e s s Jessica Steele Amar sin condiciones (1998) Título Original: The trouble with Trent! Editorial: Harlequín Ibérica Sello / Colección: Jazmín 1293 Género: Contemporáneo Protagonistas: Trent de Havilland y Alethea Argumento: Alethea ya tenía la intención de abandonar la casa de su madre cuando Trent de Havilland le propuso que se mudara a vivir con él. Aunque era una buena solución, la muchacha no estaba muy convencida. Sólo lo había visto un par de veces y, de todas maneras, Trent parecía estar proponiéndole que lo compartiera todo con él; si embargo, Aletea no tenía elección: el marido de su hermana estaba en un apuro del que solo Trent le podía sacar. Con un poco de suerte, Trent se cansaría de esperar que compartieran la cama y le pediría que se marchara...

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  • AAmmaarr ssiinn ccoonnddiicciioonneess Jessica Steele

    Amar sin condiciones (1998) Ttulo Original: The trouble with Trent! Editorial: Harlequn Ibrica Sello / Coleccin: Jazmn 1293 Gnero: Contemporneo Protagonistas: Trent de Havilland y Alethea

    Argumento: Alethea ya tena la intencin de abandonar la casa de su madre cuando Trent de Havilland le propuso que se mudara a vivir con l. Aunque era una buena solucin, la muchacha no estaba muy convencida. Slo lo haba visto un par de veces y, de todas maneras, Trent pareca estar proponindole que lo compartiera todo con l; si embargo, Aletea no tena eleccin: el marido de su hermana estaba en un apuro del que solo Trent le poda sacar. Con un poco de suerte, Trent se cansara de esperar que compartieran la cama y le pedira que se marchara...

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    CAPTULO 1 Alethea estaba en su dormitorio. No estaba segura de si quera ir a la fiesta, no

    era aficionada a las fiestas. Un grito fuerte invadi la casa y le hizo cambiar de opinin. Quiz era preferible una fiesta a quedarse en casa escuchando las rabietas de sus sobrinas. Una vez rein la paz, pero de aquello haca tanto tiempo...

    Hasta haca un mes la vida haba transcurrido en una serena rutina. Luego, despus de una simple llamada telefnica, su hermana Maxine haba abandonado a su marido. Alethea tena slo doce aos cuando su hermana, seis aos mayor, se cas con Keith Lawrence. Su madre, que estaba en contra del matrimoni, haba dicho que aquello no durara mucho.

    Pero haba durado diez aos, despus de los cuales Maxine haba vuelto a casa. Su madre la haba recibido con una sonrisa victoriosa. Despus de preparar apresuradamente las camas y acostar a las nias, Maxine les haba revelado que su marido haba confesado haber estado robando en la empresa para la que trabajaba.

    No me sorprende en absoluto, siempre supe que no era de fiar. Un maleante, como todos los hombres!

    La respuesta de Maxine fue echarse a llorar y entonces su hija Polly, de dos aos, que hubiera debido de estar dormida, comenz a gritar. Antes de que nadie se diera cuenta Sadie y Georgia, de siete y cinco aos respectivamente, haban salido de la cama y bajado las escaleras llorando porque queran volver a casa.

    Vuestra casa ahora es sta, chiquitinas, con la abuelita las intent consolar, pero aquello fue un mal remedio, y las llev ms de una hora volver a acostarlas.

    No s qu voy a hacer dijo Maxine inquieta cuando las tres hubieron vuelto al saln. Keith espera poder devolver el dinero antes de que se den cuenta. Ha puesto la casa en venta y...

    Vender la casa! exclam Eleanor Pemberton. Tanto dinero ha robado?

    Todava no es nuestra, pesa sobre ella una fuerte hipoteca. Pero con el dinero que resta quedar suficiente para pagar lo que rob.

    Por qu rob ese dinero? No era suyo y adems estaba en perodo de prueba en la SEC.

    Entonces se puso de manifiesto que Maxine no slo lo haba abandonado porque hubiera robado.

    Tiene una amante.

    Lo supona! Y t eres la madre de sus tres hijas! la seora Pemberton se puso a protestar antes incluso de que Maxine terminara de explicar. Hombres! grit enfadada, continuando con su tema favorito.

    Segn ella los hombres eran inconstantes y no se poda confiar en ninguno de ellos. Su marido las haba abandonado para vivir con otra mujer cuando Alethea

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    tena diez aos, y ella haba crecido escuchando a su madre hablar a diario sobre la vileza de los hombres.

    No era la primera vez continu Maxine.

    Alethea supuso que Maxine tena tanto derecho a hablar con amargura sobre los hombres como su madre.

    Ests escuchando, Alethea? exigi Eleanor Pemberton.

    Cada palabra contest ella con calma. Sus consejos en contra de los hombres estaban presentes en cada frase y en cada mirada. Por esa razn he decidido dedicarme exclusivamente a mi profesin.

    Aquella noche la casa estaba en silencio, al menos temporalmente, y Alethea pudo pensar en cmo ayudar a su hermana. Maxine era una persona encantadora y no era justo que nadie la hubiera tratado as. Sin embargo la simpata, sin ms, no iba a ayudarla. Era una suerte que la casa tuviera cuatro dormitorios. A pesar de tanta nia seguan estando cmodas. Polly dorma en la habitacin de Maxine, y Sadie y Georgia, aunque protestando, compartan otra.

    A la maana siguiente Alethea se levant pronto. Vivan a las afueras de Londres y tardaba una hora de coche en llegar. Le llev una taza de t a su madre antes de marcharse, como era habitual, y estuvo pensando en si llevarle otra a Maxine. Pero record el modo en que Polly haba estado llorando y gritando la noche pasada y pens que Maxine seguramente preferira que no entrara en su habitacin para no despertarla. Polly pareca incapaz de hacer nada en un tono de voz normal.

    Necesitas algo? le pregunt a su madre.

    Supongo que Maxine y yo llevaremos a las nias a pasear, as que compraremos lo que necesitemos contest su madre comenzando de nuevo su arenga contra los hombres. Espero que Maxine haya aprendido la leccin. Mi...

    Tengo que irme, tenemos mucho trabajo en la oficina en este momento dijo viendo que su madre iba a continuar hablando largo y tendido sobre los desmanes que cometa la especie masculina.

    Haban estado muy ocupados en el lugar de trabajo de Alethea, la Gale Urilling International, una empresa grande. Con veintids aos, despus de dos aos en prcticas y otros dos como secretaria, haba sido ascendida recientemente a auxiliar de Carol Robinson, la ayudante personal de Hector Chapman. Hector Chapman, a pesar de estar a cargo de muchos asuntos, era un ser muy humano y daba gusto trabajar para l. Celebraba con Ursula, su mujer, sus bodas de plata en el plazo de un mes.

    Alethea y Carol, adems de mandar las invitaciones para el baile y el buffet, a los cuales estaban invitadas, estaban ocupadas negociando todos los asuntos con el hotel en el que iba a celebrarse, haciendo reservas para tos y tas a los que Hector no haba visto durante aos y ocupndose de las flores. Adems de su trabajo habitual, tenan que asegurarse de que nada iba a salir mal en la fiesta.

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    Alethea volvi a casa despus de otro da agotador pero estimulante y se encontr con que su casa, que la noche anterior haba considerado bastante cmoda incluso para seis, haba sufrido un cambio. Maxine haba llevado sus muebles.

    No te importa, verdad? le pregunt Maxine ansiosa mientras la segua hasta su habitacin.

    Alethea se qued mirando su dormitorio, antes espacioso, que alojaba en ese momento un armario extra, un par de sillas y un sof. La simpata no era suficiente, record.

    Por supuesto que no contest. Es slo que me ha sorprendido. Crea que las mudanzas tardaban aos en organizarse.

    Ya conoces a mam. Alquil una furgoneta y consigui que el tipo que viene a cuidar el jardn trajera a un compaero y se pusieran a cargar. Sadie haba estado protestando durante todo el desayuno por tener que compartir la cama con Georgia, as que mam dijo que lo mejor era ir a por las camas y a por todo lo que necesitramos antes de que Keith vendiera los muebles junto con la casa.

    No vea por qu bamos a dejar que la otra se quedase con las cosas de Maxine aleg Eleanor Pemberton, que se uni a ellas en el dormitorio.

    Poda imaginarlo perfectamente: su madre haba ido a casa de Maxine, haba echado un vistazo, y se haba encargado de todo.

    Un mes despus casi no podan ni moverse entre tanto mueble. La casa, antes bien amueblada, albergaba adems en ese momento el contenido ntegro de la de Maxine. Darse con las espinillas contra un mueble u otro era un riesgo diario. Mientras tanto Polly continuaba con sus rabietas. En apariencia no le pasaba nada, excepto que tena mal carcter y unos pulmones de cantante de pera.

    Haba llegado la hora de ir a la fiesta. Alethea se qued observando su reflejo en el espejo. Unos sinceros ojos violetas le devolvan la mirada. Mir su cabello rubio que caa liso sobre el mentn y luego se curvaba hacia adentro. Se pregunt si el vestido sera demasiado corto. Tena poca ropa de fiesta y se haba comprado el que llevaba especialmente para el aniversario del seor y la seora Chapman. Era de un color azul violceo que entonaba con sus ojos. Sus piernas eran largas y bonitas, pero en la tienda la prenda no le haba parecido tan corta. Sin embargo en ese momento, en la intimidad de su habitacin, el vestido le resultaba un poco escaso. Era muy sencillo, de tirantes estrechos sobre los hombros y un corte que caa con vuelo desde las caderas.

    Estaba comenzando a pensar que quiz haba hecho una buena eleccin cuando la puerta de su habitacin se abri. Intimidad? Esa palabra perteneca al pasado. Su sobrina de siete aos entr.

    Perdn se excus. Sadie era una nia muy buena cuando no se quejaba. No saba que te estabas cambiando.

    Ya me he cambiado sonri Alethea.

    Te vas a una fiesta en combinacin?

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    Alethea quiso morir. Entonces Maxine entr e hizo callar a su hija.

    Sadie piensa que este vestido parece una combinacin dijo Alethea con pnico.

    Bobadas! Habr chicas con faldas an ms cortas la alent su hermana.

    Para su alivio Maxine tena razn. De hecho, dado que el vestido le quedaba unos centmetros por encima de la rodilla, su aspecto resultaba decoroso al lado otras chicas que enseaban los muslos. Alethea descubri que era divertido charlar con unos y con otros. Era divertido poner caras a los nombres de la lista de invitados y bailar sin la ms remota intencin de relacionarse con nadie en especial.

    Carol Robinson tambin se estaba divirtiendo. Alethea saba que tena treinta y tres aos y que se dedicaba slo a trabajar, pero se sorprendi cuando, despus de una mezcolanza de bailes de todo tipo, alguien le pidi que bailara el charlestn y ella acept. Qu vrtigo! Nunca hubiera sospechado que Carol fuese una experta bailando. Era tan eficaz en la oficina que nunca hubiera imaginado que fuera capaz de tener soltura hasta ese punto. Alethea sonrea sin darse cuenta. Entonces mir a su derecha y se qued sin aliento. A cierta distancia haba un hombre que no observaba a los que bailaban. Era alto, de cabello oscuro y tendra treinta y tantos aos. Y la estaba mirando!

    Volvi la vista apresuradamente hacia la incansable Carol. Sin embargo sus pies ya no la llamaron tanto la atencin. Estaba pensando en otra cosa. Se preguntaba quin sera aquel hombre y por qu estaba mirndola en lugar de observar el baile. Ms an: cunto tiempo llevara observndola? De alguna manera, a pesar de no haber intercambiado con l una sola palabra, se sinti agitada por esa mirada. Era una bobada, pens incrdula ante su propia reaccin. Y sin embargo...

    Justo entonces la msica ces y Carol se dirigi hacia ella.

    Qu calor! Voy a beber algo. Quieres que te traiga un refresco? le ofreci.

    Alethea rehus. Sinti como si un impulso magntico arrastrara su vista inexorablemente hacia la derecha para comprobar si aquel hombre alto y de pelo oscuro segua all. Le cost un gran esfuerzo no dejarse llevar. Prest atencin al presentador que anunciaba que el prximo baile iba a ser un vals viens. Entonces descubri que el hombre que pocos minutos antes la haba estado observando estaba delante de ella. Alethea era alta, pero a pesar de todo tuvo que elevar la vista para mirarlo. Sus ojos violetas se cruzaron con los ojos oscuros de l, y su corazn, por alguna razn, se sobresalt.

    Va usted a bailar conmigo? pregunt l con una voz clida y agradable.

    Yo no... comenz ella a decir.

    No me conoce termin l la frase en su lugar con una leve sonrisa.

    El problema era que no era eso lo que ella iba a decir. Sin embargo era evidente que aquel hombre no estaba dispuesto a perder el tiempo con estpidos obstculos que se interpusieran en su camino porque de inmediato rectific la omisin presentndose a s mismo.

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    Trent de Havilland.

    Qu tal est usted? murmur recordando que haba escrito ese nombre en uno de los sobres de invitacin.

    Y usted se llama?

    Siempre la haban prevenido contra los hombres. Sin embargo estaban en un saln abarrotado de gente y aunque Trent de Havilland pareca un hombre sofisticado hasta extremos inconcebibles no era probable que fuera a secuestrarla delante de una multitud.

    Alethea Pemberton respondi por fin con rapidez comenzando a pensar que era sumamente tonta hacindole esperar.

    Y de dnde es usted, Alethea Pemberton? quiso saber l, que ampli la sonrisa en una boca bien dibujada.

    Trabajo en la oficina del seor Chapman contest precavida pensando que diciendo slo aquello an estaba a salvo.

    Bien, entonces ya lo sabemos todo el uno sobre el otro coment cuando de hecho lo nico que ella saba era su nombre. Vamos a bailar.

    Yo no bailo lo par con rapidez antes de que pudiera llevarla a la pista.

    Cmo puede usted mentirme? la reproch sin moverse, mirndola.

    Lo siento se excus inmediatamente pensando que quiz lo haba visto bailar. Lo que quise decir... continu. En el trabajo siempre era imperturbable, en casa igual. Por qu de pronto, se pregunt, delante de aquel hombre, se senta confusa?. Lo que quise decir es que no bailo valses vieneses. No puedo.

    Puede usted contar hasta seis? pregunt echndose hacia atrs.

    l pareci aceptar su disculpa porque, sin esperar siquiera a que ella respondiera, la tom del codo con firmeza y la llev a la pista. Los nervios le hicieron vacilar en los primeros pasos pero en menos de diez segundos ya estaba flotando. Trent de Havilland la sujetaba con firmeza, ni muy cerca ni muy lejos, con la mano derecha sobre su espalda y la izquierda agarrando la suya, guindola con elegancia por la pista.

    Dieron vueltas y ms vueltas en perfecta armona con la msica. Ese baile tena algo mgico. Alethea se senta como si estuviera en otro mundo, en otra poca, vestida no con un camisn violeta sino en un magnfico traje de baile toda enjoyada. En qu estara pensando o qu estara sintiendo Trent de Havilland era un misterio, no tena ni una sola pista. Otras parejas hablaban de vez en cuando mientras bailaban en crculo, pero l no deca una sola palabra. Luego una pareja estuvo a punto de chocar con ellos. Trent la atrajo hacia s ms cerca y de nuevo se le cort la respiracin. Senta una enorme dificultad para respirar mientras la sujet contra l durante aquellos largos segundos antes de volver a soltarla a una distancia prudencial.

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    Lo mir a los ojos. Era como si nadie ms existiera, como si estuvieran ellos dos solos en el mundo. Sus ojos, aquellos ojos clidos y oscuros, parecan penetrar hasta el fondo de su alma.

    Se le escap un pequeo suspiro. No saba qu decir. Abri los labios y l baj la mirada hasta ellos. Sinti que su mano la empujaba hacia l, y todo su cuerpo se estremeci.

    Entonces la msica ces. Alethea saba que iba a cesar, pero de pronto sinti que despertaba de un estado de trance. Se dio cuenta de que l ya no la agarraba. Haba dado un paso atrs. Busc algo que decir, pens que con murmurar un gracias habra sido suficiente, pero sinti como si su lengua estuviera paralizada. Sin embargo luego comprendi que l no esperaba que ella hiciera ningn comentario, porque sin decir una palabra la tom de nuevo del codo y la llev fuera de la pista. Por ltimo, tambin en silencio, Trent de Havilland se alej a grandes zancadas de su vista.

    No saba que supieras bailar valses vieneses exclam Carol apareciendo de repente mientras Alethea segua intentando bajar de las nubes.

    T si que bailabas bien el charlestn respondi.

    Alethea no volvi a ver a Trent de Havilland durante aquella noche. No es que lo buscara conscientemente, fue slo que l no apareci. Quiz slo haba acudido a aquella fiesta por compromiso, haba bailado un baile, y se haba ido a pasar la noche del sbado a alguno de los lugares en los que habitualmente se diverta. De todas maneras tampoco era que ella estuviera interesada. A media noche Carol le pregunt si quera irse a casa. Alethea le contest que no tena inconveniente, y despus de intercambiar cortesas con sus anfitriones y decir adis Alethea dej a Carol de camino.

    Qu tal la fiesta? le pregunt Maxine a la maana siguiente.

    Muy bien contest despus de pensarlo un poco.

    Conociste a alguien en particular? quiso saber Maxine.

    De pronto Alethea, sin saber por qu, vio en su mente la imagen de aquel alto, moreno y sofisticado Trent de Havilland. Pero no tuvo mucho tiempo para pensar en la razn porque su madre, sarcstica como siempre en cada una de sus palabras, intervino en la conversacin:

    Por especial te refieres a algn hombre, espero con toda mi alma que Alethea tenga ms sentido comn.

    No conoc a nadie especial neg Alethea con suavidad.

    Por ridculo que pareciera, sin embargo, sinti deseos de sonrer al escuchar una voz en su odo que la reprochaba: Cmo puede usted mentir...?.

    El resto del da transcurri ruidoso. Slo hubo un momento de tranquilidad cuando Polly, cansada, se ech un sueecito, Sus otras dos sobrinas mayores podan resultar muy divertidas cuando no se estaban peleando, pero cuando por fin lleg el

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    lunes se alegr. De algn modo, por muy febril que fuera el trabajo en la empresa, la vida pareca ms apacible que en su propia casa.

    Condujo hasta la oficina reflexionando, aunque al principio no muy en serio, sobre si deba mudarse de casa. Quiz podra encontrar un piso en algn sitio. Entonces, pensando en ello, se dio cuenta de que aquello le iba a costar mucho. Maxine no haba vuelto a ver a su marido desde que lo haba abandonado, pero tampoco era que hubiese desaparecido. Se hablaban por telfono, de eso estaba segura. Cuando Maxine lo llamaba de sus ojos salan torrentes de lgrimas, aunque por lo general hablaban del dinero para la manutencin que haba prometido mandarles y que nunca llegaba. Haba pasado ya un mes entero desde que lo haba abandonado, y si hubiera tenido alguna intencin de volver con l, pens, ella lo habra notado. Sin embargo al llegar al despacho que comparta con Carol se olvid del tema. Como era habitual, haba mucho trabajo.

    Hacia media tarde Carol estaba en el despacho del seor Chapman cuando Alethea busc en el archivo de Celebraciones para comprobar qu gastos quedaban por pagar. Oje la lista de invitados y, sin darse bien cuenta de lo que haca, cuando lleg al nombre de Havilland se detuvo. Casi todos los nombres iban por parejas, pero el del hombre con el que haba bailado el vals con tanta elegancia iba dirigido simplemente a Trent de Havilland. De pronto se sinti de nuevo en sus brazos, en la pista de baile mientras la msica sonaba...

    Puedes hacer una cosa por m? le rog Carol, a la que evidentemente le sobraba trabajo, hacindole bajar de nuevo a la tierra.

    Por supuesto contest sonriendo.

    Aquel da volvi a casa ms tarde de lo normal pero satisfecha. Entr y el ruido era atronador. Pareca que las nias disponan esa tarde de una energa fsica y vocal inagotable. Luego se hizo una herida con la cmoda de cajones de la entrada. Alguien la haba colocado all porque no haba otro lugar donde ponerla, as que de nuevo estuvo pensando, pero esa vez con ms seriedad, en la posibilidad de buscar otro lugar en el que vivir.

    Polly tena mal carcter pero a pesar de todo era adorable. Su sonrisa resultaba tan encantadora que te haca perdonarle cualquier cosa que hubiera hecho. Sin embargo aquella noche no mostr ni rastro de esa sonrisa cuando hacia las ocho y media la hicieron bajar para que no molestara a sus hermanas, que ya estaban dormidas. Haba decidido que no iba a dormir. Haba chillado y llorado, haba contenido la respiracin hasta asustar a Alethea pensando que no volvera a respirar, y cuando al final, exhausta por su propia actitud, se haba quedado dormida, los adultos estaban rendidos de cansancio.

    Te estaremos volviendo loca, Alethea, perturbando la paz y la calma al mudarnos a vivir aqu opin Maxine sentndose y aceptando la taza de caf que su hermana le ofreca.

    Tonteras! dijo Eleanor.

    Alethea saba que su madre nunca haba querido que Maxine se fuera de casa y que estaba encantada de tenerla de vuelta. Permaneca imperturbable al caos que la

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    rodeaba en su propio hogar. Entonces son el telfono. Alethea se ofreci para cogerlo pensando que sera su cuado disculpndose por no haber podido pagar tampoco esa semana el dinero de la manutencin de sus hijas. Pero el telfono no era para Maxine, ni tampoco para su madre.

    Hola contest Alethea por el auricular.

    Hola Alethea, soy Trent de Havilland dijo una voz firme y corts despus de una pausa.

    Alethea se puso colorada. Lo saba aunque no poda creerlo. Haba sabido que era su voz.

    Ah, hola dijo con voz dbil, sintindose confusa y por completo descentrada. Qu puedo hacer por ti?

    Quiz necesitara el telfono del seor Chapman para llamarlo y darle las gracias por la fiesta del sbado o alguna otra cosa por el estilo, pens. Sin embargo pronto se dio cuenta de que aquella no era la razn de su llamada. Su habitual imperturbabilidad se desvaneci cuando l fue directo al grano:

    Me gustara que vinieras a cenar conmigo maana. Ests libre?pregunt.

    Yo... vacil.

    La mitad de su cerebro todava segua creyendo que aquella era una conversacin de trabajo, y estuvo a punto de preguntarle que con qu propsito. Pero enseguida rectific. Slo que l fue an ms rpido y ella no pudo pronunciar las palabras que iba a decir, aunque la verdad era que no saba qu decir.

    Bien continu Trent como si ella hubiera aceptado la invitacin. Te ir a recoger a las siete.

    Alethea consigui salir de la confusin en que le haba sumido su llamada para decir:

    Supongo que sabes dnde vivo.

    Buenas noches dijo l colgando el telfono.

    Alethea se qued atnita mirando el auricular. Sera posible, se pregunt, que acabara de aceptar la invitacin del hombre que, deba admitirlo, tena la destreza de confundirla y perturbar su inmutable carcter? Aparentemente s, aunque, por lo que recordaba, l le haba dado muy pocas oportunidades para rehusar.

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    CAPTULO 2 Por la maana ya haba decidido que telefoneara a Trent de Havilland para

    decirle que no ira a cenar con l. Le dira que se haba quedado tan sorprendida por la llamada que no haba sido capaz de recordar que tena una cita anterior. En su mente apareci la idea de Polly decidiendo, una noche ms, que no quera dormir, que no ira nunca a dormir. Y si ella decida que no iba a dormir, el mundo entero se enterara. Se odiaba a s misma por pensar que sera muy agradable pasar una noche sin soportar rabietas. Le llev una taza de t a su madre y se fue a la oficina, donde descubri que el telfono de Trent de Havilland no figuraba en ningn listn. No tuvo oportunidad de preguntarle al seor Chapman si tena ese nmero o, en caso negativo, si saba dnde trabajaba.

    Adis, Alethea le dijo Carol cuando se separaron en el aparcamiento a las cinco y veinte.

    Adis sonri Alethea con el estmago en un puo.

    Haba tenido citas antes, pero siempre con hombres a los que conoca desde antes y nunca con personas tan sofisticadas como Trent.

    Hoy cenaremos tarde le avis su madre. Hemos tenido un da terrible.

    Otra vez Polly? se imagin Alethea.

    No, ha sido buensima contest su madre como si no conociera el alto voltaje de las rabietas de su nieta. Fuimos a la casa de tu hermana. Keith an no la ha vendido y estaba all.

    Keith?

    Quin si no? Le han suspendido temporalmente de empleo.

    Han descubierto en la SEC que ha desaparecido el dinero?

    Han estado investigando asinti su madre. No pude resistirme a decirle unas cuantas verdades. Me dijo que era una vieja entrometida! Te lo puedes figurar?

    Su madre continu hablando en ese tono, y slo par cuando Maxine entr en la habitacin con aspecto de haber estado llorando. Alethea supuso que su hermana haba odo ms que suficientes quejas sobre su marido y enseguida cambi de conversacin.

    En realidad voy a salir a cenar fuera esta noche, as que...

    Con Carol? la interrumpi su madre olvidando por completo a su yerno.

    No... con... un conocido.

    Con un hombre? dispar de nuevo. Anoche no nos dijiste al final quin llamaba por telfono. Fue l?

    S, la verdad es que s.

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    Hmmm Lo conozco? pregunt en tercer lugar.

    Alethea ya haba soportado muchas otras veces los interrogatorios de su madre.

    Os presentar, vendr a buscarme a las siete contest escapando deprisa para ducharse y cambiarse de ropa.

    Se pregunt cmo era posible que estuviera tan nerviosa si, como se haba dicho a s misma, no quera salir con Trenton de Havilland. Por un lado senta recelos, pero por otro al mismo tiempo experimentaba un escalofro de emocin ante la idea. Tena que darse prisa si quera estar lista a la hora, pero Sadie y Georgia entraron a ayudarla, lo cual supuso otros cinco minutos ms.

    Surgi una pelea entre las dos nias cuando ambas quisieron usar los polvos de la cara al mismo tiempo. Sin embargo, una vez que las hubo separado y apaciguado con un perfume, Alethea y sus dos ayudantas salieron de la habitacin a las siete menos un minuto. Saba que la cortesa le obligaba a presentar a su pareja a la familia pero esperaba que aquella ceremonia fuera lo ms breve posible. No es que se avergonzara de su familia, era slo que Trenton de Havilland era un hombre muy sofisticado. No quera que su madre le sometiera al interrogatorio de que haban sido vctimas otros acompaantes.

    La ta Alethea nos ha echado perfume... gritaban las nias mientras corran al saln donde se quedaron de piedra.

    Tambin Alethea sinti aprensin al seguirlas y se qued parada al entrar. Trent de Havilland ya haba llegado. La tensin era palpable. No tena ni idea de cunto tiempo haba estado all, con su madre y su hermana y con una Polly que, en ese momento, pareca un angelito. No haba odo su coche, aunque no era de extraar con el ruido que haban estado haciendo Sadie y Georgia en su habitacin.

    Siento mucho no haber estado aqu para presentaros sonri al entrar en la habitacin.

    Alethea trat de ignorar el hecho de que su madre estuviera plida. Maxine comparta su aspecto poco afable. Qu demonios, se pregunt, haba estado ocurriendo?

    Llegu un poco pronto. Me he presentado yo mismo contest Trent ponindose de pie al verla aparecer en la habitacin con un vestido de color mostaza.

    Hizo una pausa para saludar a Sadie y a Georgia y volvi a dirigirse a ella perfectamente relajado, pero poco dispuesto a permanecer all ms tiempo:

    Nos vamos?

    Dijeron adis y Alethea le indic el camino hacia el hall, seguidos de su madre, que le avis:

    No olvides que maana te tienes que levantar pronto, Alethea!

    Rode la cmoda de cajones al pasar y oy cmo l, en cambio, tropezaba, y entonces supo, antes siquiera de que comenzara, que la velada iba a ser un desastre.

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    Siento mucho lo que ha pasado se disculp tensa, imaginando que su madre ya le haba hecho unas cuantas preguntas y pensando que l querra dar por terminada la velada all mismo.

    Que lo sientes? pregunt abriendo la puerta del pasajero de un coche negro de lujo que daba a entender que, trabajase donde trabajase, le pagaban bien.

    De pronto sinti lealtad hacia su familia, y adems pens que, fuese lo que fuese lo que hubiera ocurrido entre ellos tres, no tena ganas de saberlo, as que dijo:

    Me imagino que te diste contra esa cmoda de la entrada.

    Es que est ah de prueba para ver si los hombres que vienen a buscarte son fuertes?

    Bueno, t no te has quejadocontest.

    De pronto la tensin se desvaneci y ambos estaban riendo.

    Aquella noche result bien a pesar de sus predicciones. Fue como un milagro en el que Alethea pens que l tena mucho que ver. La llev a un restaurante en el que servan una cena exquisita, pero luego no record qu haba comido. Ms bien haba prestado atencin a su acompaante, que se mostr inteligente, serio y erudito.

    S pero, Trent... Trenton... fue a decir olvidando por completo de qu estaba hablando.

    De nuevo senta esa confusin en su presencia. Se ruboriz pensando en que aquel astuto hombre que se haba presentado a s mismo como Trent de Havilland podra pensar que haba estado haciendo averiguaciones y haba descubierto que se llamaba Trenton.

    Estaba en el archivo... me refiero a tu nombre aquel comentario pona las cosas an peor, se senta avergonzada. No estaba investigando sobre ti.

    Eso no es muy halagador brome.

    Su respuesta, le hizo sentirse mejor. Lo suficiente como para explicar:

    Estaba comprobando que estaba ya todo arreglado en el archivo sobre la celebracin de las bodas de plata del seor Chapman y vi tu nombre en la lista de invitados.

    Trent sonri y dndose cuenta por el tono rosado de su piel de que se senta mal, cambi de conversacin con delicadeza y pregunt:

    Te gusta trabajar para Hector?

    S, mucho, pero yo no soy su ayudante personal, es Carol Robinson, yo slo la ayudo a ella. No te pregunt el seor Chapman para qu queras mi direccin y mi telfono? pregunt.

    Tena que admitir que le gustaba la forma en que Trent de Havilland curvaba sus labios cuando ella se las arreglaba para decir algo que lo divirtiera.

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    Eres demasiado inteligente como para ser slo una ayudante respondi l galante.

    Ese piropo le gust. No era necesario ser un genio para imaginarse de dnde habra sacado l la informacin, pero el hecho de que Hector Chapman le hubiera dado esos datos deca mucho a su favor. Saba, sin lugar a dudas, que el seor Chapman nunca hubiera revelado nada sobre ella a menos que el que preguntara fuera una persona a la que conociera y en quien confiara. Teniendo en cuenta que haba crecido en un ambiente en el que se desconfiaba de los hombres, Alethea se senta ms relajada con Trent que con cualquiera otro de los que hubiera conocido. De pronto, adems, pens que su jefe deba conocerlo muy bien cuando lo haba invitado a su aniversario. y eso la relaj. Se sinti relajada y capaz de preguntarle en un tono perfectamente natural:

    Qu clase de trabajo haces?

    Soy ingeniero cientfico contest.

    Bueno, eso me deja fuera de combate ri Alethea. Las asignaturas de ciencias eran las que llevaba peor en el colegio.

    Estoy seguro de que en las dems eras brillante coment l. Cuntame ms cosas sobre ti.

    No hay nada que contar contest sintindose tensa de nuevo sin razn aparente.

    Vives en casa de tu madre con tu hermana y con las hijas de tu hermana dijo l, que no se conformaba con aquella respuesta. No hay ningn hombre?

    Se pregunt qu se habra imaginado y comenz a sentir recelos. No le haba gustado su pregunta, y no pudo evitar a su vez preguntar:

    Y no hay mujeres en la tuya?

    Yo vivo solo contest abiertamente con una leve sonrisa: aunque es cierto que hay un alma caritativa que viene a ponerlo todo en orden tres veces a la semana.

    Te has casado alguna vez? pregunt algo brusca.

    Trent de Havilland estudi su semblante serio por unos segundos como tratando de averiguar si su pregunta esconda algo detrs. Sus ojos se mostraban alerta y su expresin abandon la sonrisa.

    No, nunca. Y t?

    Dios mo, no! exclam Alethea.

    Lo dices como si te pareciera espantoso sugiri manteniendo la mirada firme sobre sus ojos violeta. De pronto su tensin se desvaneci y surgi su sentido del humor.

    Mientras t no me lo pidas! contest, y al ver que l mantena su mirada aadi: Odiara tener que herir tus sentimientos.

    Ni se te ocurra! replic.

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    Nunca hara dao a nadie a propsito le inform con una frialdad que no pareci afectarlo.

    As que rechazas a los hombres con mucho tacto, no?dijo como si creyera de verdad que haba recibido muchas proposiciones de matrimonio.

    Alethea no estaba interesada en el matrimonio. No, y no tena inters en mantener esa conversacin, decidi. Sin embargo, antes de que pudiera abrir la boca para hablar de otra cosa descubri que Trent pensaba lo mismo y que su intencin era hacerle otra pregunta.

    Puedo preguntar por tu padre?

    Mi padre? dijo buscando evasivas para no entrar en ese otro tema tampoco.

    No vive en tu casa? insisti Trent que no daba su brazo a torcer a pesar de la actitud de Alethea.

    Se pregunt si su madre le habra hablado de ello y record las caras amargas al entrar en el saln. Por mucho que la quisiera tema que reconocer que manipulaba a las personas cuando la convena. Haba decidido que no quera saber qu haba ocurrido antes de entrar ella, y sin embargo se encontr a s misma preguntando:

    Qu es lo que te ha dicho mi madre?

    Nada que deba alterar tanto esos preciosos ojos violetas contest.

    Aquello era muy amable, pero no era una contestacin.

    Dmelo insisti.

    Me ha dicho que ests ms interesada en tu trabajo que en los hombres revel al fin sin apartar la vista de ella.

    Y hay algo de malo en eso? pregunt pensando que podra asimilarlo.

    Nada contest amable.

    Y entonces? insisti ella recordando la expresin de su madre.

    No te das por vencida? murmur l dbilmente.

    No, dime.

    An a riesgo de parecer poco galante, no lo creo.

    Entonces no puedo hacer nada exclam. Qu es lo que no crees?

    Ests preciosa aunque no hagas nadadijo l intentando ignorar su respuesta. Pero despus de halagarla no pudo evitar revelar la terrible verdad. Segn tu madre, que se expres en trminos muy diplomticos, has salido hoy conmigo slo para promocionar tu futuro profesional.

    Alethea, inocente por completo de toda culpa, se ruboriz. Intent articular alguna palabra pero se qued muda. Fue Trent quien, viendo su malestar, intent que se sintiera mejor.

    Soy demasiado vanidoso como para creer eso, desde luego brome.

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    Pero Alethea no hubiera podido sonrer aunque su vida hubiera dependido de ello. Cmo haba sido capaz su madre, se pregunt, de decir eso? Hubiera deseado creer que no era cierto, pero conoca a su madre.

    Tienes tu propia empresa, no es as'? se imagin.

    S.

    Se lo dijiste a mi madre y...

    Ni siquiera se lo dije, slo le dije mi nombre.

    Su madre nunca dejaba de ser una amenaza. A veces, incluso sin salir a la calle, estaba al da en todos los cotilleos, y en ese momento se dira que conoca a todas las personas importantes de negocios de Londres.

    Nos vamos? pidi seriamente.

    Les acababan de servir el caf, pero su malestar era tal que se preguntaba por qu Trent no haba abandonado la casa sin esperar siquiera a que ella bajara al saln. Esa haba sido la intencin de su madre, desde luego.

    No iras a dejar que se estropee una maravillosa velada, verdad? Para m lo ha sido, y espero que para ti tambin.

    Trent, yo...

    Hizo una pausa. Su madre estara encantada de que aquella velada terminara mal. Alethea saba que nunca quiso que Maxine abandonara la casa perdiendo de ese modo su influencia sobre ella. Haba hecho todo lo posible para evitar que se casara, y por lo que poda comprobar, tampoco estaba dispuesta a dejarle a ella llegar muy lejos. Al menor sntoma su madre cortaba de raz con cualquier posibilidad que pudiera terminar al final en el abandono de la casa materna. Respir hondo y se qued mirando a ese par de ojos oscuros que la observaban en silencio.

    Contestando a tu pregunta te dir que mi padre nos abandon cuando yo tena diez aos.

    Su mirada era clida y alentadora.

    Por otra mujer afirm, aunque era imposible que su madre se lo hubiera dicho, pens.

    Por lo general Alethea se hubiera negado a hablar sobre ese tema, pero en ese momento estaba disgustada con su madre y no le import. Saba muy bien que si la desafiaba al da siguiente hablando de lo ocurrido ella le dira que estaba haciendo una montaa de un grano de arena.

    S, por otra mujer confirm, fuera necesario o no.

    Y desde entonces tu madre intenta por todos los medios que ningn hombre se acerque a ti o a tu hermana hizo una pausa y luego coment. Parece que con tu hermana ha fallado. Yo cont al menos tres nias.

    Slo tiene tres afirm Alethea sintindose mejor y sonriendo por su sentido del humor.

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    Pero a su padre, o a sus padres, no se les permite entrar en casa? inquiri.

    Maxine se cas, pero su matrimonio se ha roto hace poco contest sacudiendo la cabeza.

    Es una lstimacoment, sin despejar la duda de Alethea sobre si la lstima era por las nias, por Maxine, o por el matrimonio en s. No va a ser muy fcil para ella.

    Segn parece no era la primera vez que a su marido se le iban los ojos dijo queriendo dejar claro que su hermana no tena en absoluto la culpa de lo ocurrido.

    Y esta vez ha decidido volver a casa?

    Trayndose sus muebles coment Alethea evitando darle otros detalles.

    Y eso explica que haya una cmoda en la entrada.

    Estamos un poco apretados ri sintindose bien de pronto otra vez. He estado pensando en buscar una casa para m y mudarme, pero supongo que no lo har.

    No va a dejarte tu madre?

    Trent era directo, pens. Instantneamente se levant en armas:

    Tengo veintids aos le inform molesta. La decisin es ma.

    Se qued mirndolo, sus ojos soltaban chispas. l sostuvo su mirada, y ella vislumbr un brillo burln. Entonces se dio cuenta de que lo haba dicho a propsito.

    Maldito provocador! murmur sonriendo. Creo que es hora de que vuelva a casa.

    Trent pag la cuenta y la sigui afuera sin hacer ningn comentario. Pero justo cuando ella comenzaba a pensar que l ya habra tenido bastante y que estara deseando dejarla en casa, le oy decir:

    Ya que tu casa est abarrotada, por qu no vamos a la ma a tomar caf?

    Ya he tomado caf le record contenta al ver que l quera prolongar la velada.

    El sera una persona sofisticada pero ella no era tan inmadura como para no saber que aquella invitacin podra ser en realidad a otra cosa.

    Pens que podramos hablar, conocernos contest l mientras ella entraba en el coche.

    Alethea esper a que l subiera tambin para decir:

    Hemos estado hablando toda la noche.

    Todo lo que s de ti, aparte de mis observaciones sobre tu sensibilidad y sinceridad, es que vives en una casa abarrotada de mujeres y que es posible que busques un apartamento. Tambin s que trabajas de ayudante. Y si me permites que te sugiera algo, si los gritos y las batallas son habituales en casa de tu madre, necesitas un lugar ms tranquilo para vivir.

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    No es suficiente ya?

    Quiz su respuesta haba sido dura, pens Alethea cuando Trent se qued mirndola un rato con frialdad. Fuera lo que fuera lo que estuviese pensando, su tono de voz continu suave cuando aadi:

    Ya vamos a pelearnos en nuestra primera cita?

    Nuestra primera cita! Desde luego l le gustaba. Deba ser as cuando haba accedido a salir con l, pero slo la mencin de una segunda cita le hizo sentir recelos.

    Te llevar a casadijo Trent antes de que ella pudiera siquiera pensar qu le pareca citarse de nuevo con l.

    Trent condujo con soltura, sin el menor esfuerzo, y casi de inmediato llegaron a su casa. Cuando baj del coche y fue a abrirle la puerta Alethea se sinti nerviosa e insegura. No le pedira que entrara. Quin saba qu sorpresas podan esperarles dentro! Su madre habra tenido tiempo para pensar en sarcasmos o quiz Maxine rondara por las habitaciones de abajo intentando amansar a Polly. Al llegar a la puerta se dio la vuelta.

    Gracias, ha sido una velada encantadora dijo inquieta.

    l se qued mirndola bajo la luz del porche, en silencio. No saba si intentara besarla ni cmo reaccionara ella. Tampoco haba tenido tiempo para pensar en una respuesta en caso de que le pidiera que volvieran a salir juntos. Sin embargo Alethea se sinti hechizada cuando Trent no intent besarla ni pedirle otra cita. Igual que si estuviera hablando sobre el tiempo, su tono de voz se mantuvo inmutable y civilizado al contestar:

    El placer ha sido mo. Buenas noches, Alethea.

    Eso fue todo. Volvi al coche y se march.

    Alethea no quiso ver cmo se iba. Llevada por el orgullo y pensando que no quera que l se fuera con la idea de que esperaba vidamente una palabra o una invitacin suya, se dio la vuelta deprisa y entr. Slo cuando cerr la puerta se par para recapacitar. Ni siquiera haba intentado besarla, y menos an pedirle que saliera con ! Tampoco pensaba hacerlo si se lo peda, desde luego 4 e no, decidi. Entonces, de pronto, todos sus pensamientos sobre Trent de Havilland desaparecieron de su mente cuando se encendi la luz de la escalera y apareci su hermana.

    Se ha ido? susurr Maxine apoyndose en la barandilla de la escalera.

    Alethea no saba si susurraba por temor a que l no se hubiera ido o por no despertar a las nias.

    S, ahora mismo susurr ella a su vez.

    Quieres que te prepare un chocolate caliente?

    Aquello sonaba a que Maxine tena ganas de hablar.

    Magnfico! acept Alethea, acompaando a su hermana hasta la cocina en silencio.

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    Fue entonces cuando comprendi que su hermana no quera hablar con ella porque se sintiera sola, como haba pensado, sino porque tena que hablar de algo que no admita dilacin. Adems a la maana siguiente podran interrumpirlas. Despus de preguntarle brevemente si se lo haba pasado bien, Maxine se lanz a hacerle otra pregunta:

    Sabes quin es Trenton de Havilland?

    Alethea se qued mirndola. Se pregunt si l se habra presentado a s mismo como Trenton, pero se concentr en la pregunta que su hermana le haca. Saba que Trent era un magnfico bailarn de valses vieneses, que era interesante, que resultaba muy estimulante salir con l y que era amigo de su jefe. Pero seguramente no era eso lo que le preguntaba Maxine.

    Quin es? inquiri ella a su vez.

    No te ha dicho que es el propietario de Science Engineering and Consulting?

    S que tiene su propia empresa contest Alethea perpleja deseando saber a dnde quera llegar su hermana, que se mostraba cada vez ms nerviosa. Me dijo que era ingeniero cientfico pero... de pronto Alethea hizo una pausa y record que Trent slo haba tenido que mencionar su nombre para que su madre lo conociera. Quieres decir que t tambin sabes en qu trabaja?

    Tengo que saberlo, Keith trabaja para l!

    Keith...! exclam Alethea horrorizada. De pronto se dio cuenta de que Scientific Engineering and Consulting corresponda a las siglas de SEC, la empresa que haba suspendido temporalmente a su cuado mientras investigaban su honestidad. Su cuado trabajaba para Trent y haba abusado de su confianza. Sabe Trent que Keith trabaja para l? pregunt alarmada.

    Dios, no, Keith no ha llegado tan alto como para que el presidente de la SEC conozca su existencia!

    Aquello fue un pequeo alivio. No podra haber soportado la vergenza de pensar que Trent, sentado frente a ella en la mesa, saba que su cuado, su empleado, era un ladrn y le haba robado.

    Mam saba quin era Trent, no es as?

    Vio la carta de la SEC esta maana. Tena el nombre de su presidente y de los directores. Ya sabes lo lista que es mam, se aprendi todos esos nombres sin ni siquiera darse cuenta.

    Oh, Dios! exclam Alethea recordando los semblantes de su madre y su hermana aquella misma noche cuando ella baj al saln. Mam parece siempre tan ofendida con los hombres! Pero era por eso por lo que tenais las dos esa cara cuando estaba aqu Trent, porque...

    Y qu cara queras que pusiera? pregunt llena de lgrimas. Yo aqu, en esta casa tan abarrotada de muebles que no te puedes ni mover sin tropezar, y t ah, vestida para salir a divertirte una noche precisamente con el hombre que es en ltimo trmino el responsable de que el padre de mis hijas se vea frente a frente ante la ley!

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    Oh, Maxine! exclam Alethea mientras su hermana rompa a llorar. Hombres, hombres, malditos hombres! pens rabiosa apresurndose a consolar a su hermana.

    Alethea no estaba segura de si en realidad se refera a todos los hombres. Cuando su hermana se calm un poco ella le prepar el chocolate caliente que haban pensado tomar. Media hora ms tarde ambas estaban cada una en su habitacin, y una cosa estaba clara y decidida en su mente. Maxine tena completa seguridad de quin era el presidente de la SEC, y sabiendo ella que Trent de Havilland era el hombre al que su cuado haba robado, aunque intentara ponerse en contacto para pedirle una segunda cita nunca ms saldra con l.

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    CAPTULO 3 El mircoles y el jueves no ocurri nada de particular. Sin embargo Alethea se

    dio cuenta de que pensaba en Trent de Havilland con ms frecuencia de lo normal teniendo en cuenta que nunca ms iba a volver a salir con l, ni siquiera aunque se lo pidiera, cosa que, por otra parte, l no iba a hacer. Y la prueba estaba en que el telfono permaneca en silencio. Tampoco era que ella estuviera todo el tiempo alerta, por supuesto. Era slo que gracias a eso no tendra que inventar una excusa. Cmo poda salir con l, se pregunt, si su cuado haba estafado dinero a su empresa? La vida en casa, sin embargo, se haca cada da ms difcil. Su madre la acosaba hablndole de Trent de Havilland, y eso a pesar de que ella haba dejado bien clara su decisin. No habla necesidad alguna de decirle a su madre que aquella poda ser una buena oportunidad, ella tena su orgullo.

    Las nias han estado en tu habitacin coment su madre al recibirla el viernes al volver del trabajo.

    Todas? pregunt Alethea desfallecida.

    Slo Sadie y Georgia. Yo las cuid despus del colegio mientras Maxine llevaba a Polly al mdico. No creo que te hayan roto nada.

    Qu tal est Polly?

    Slo est un poco constipada. El mdico ha dicho que no hay de qu preocuparse.

    Alethea subi a su habitacin. Entr y no pudo sino lamentarse. Alguien haba aadido una mesa ms al mobiliario de su habitacin que estaba ya al lmite de su capacidad y la puerta del armario estaba entornada. Sus sobrinas haban revuelto su ropa, se la haban probado y luego la haban arrugado al intentar colgarla de nuevo con sus pequeas e inexpertas manos. Su tocador era un desastre. La idea de mudarse a un apartamento propio se hizo cada vez ms atractiva. A su madre le dara un ataque si lo sugera, eso era seguro, pero...

    Sadie y Georgia no tenan colegio al da siguiente, por supuesto, y tenan permiso para quedarse hasta ms tarde si se portaban bien. Pero aquella noche parecan ms ruidosas que nunca. Cuando finalmente las tres nias se fueron a la cama y el silencio volvi a reinar en la casa Alethea se sum al suspiro general de alivio.

    Entonces son el telfono. Era curioso, no haba ninguna razn, pero Alethea sinti que su corazn se encoga. Mir a Maxine y coment:

    Supongo que es para ti.

    Maxine se levant del silln y desapareci por el hall para coger el telfono en la habitacin de debajo de las escaleras.

    Es demasiado blanda con l afirm Eleanor Pemberton. Lo que quiere hacer es...

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    Pero Maxine, de vuelta en el saln, la interrumpi:

    Es para ti, Alethea.

    Quin es?quiso saber su madre.

    Trent de Havilland contest Maxine mientras Alethea se acaloraba.

    Crea que no ibas a volver a salir con l! exclam Eleanor Pemberton.

    No voy a salir con l contest Alethea saliendo hacia el hall.

    Por qu diablos, se pregunt, senta la necesidad de tragar antes de coger el telfono y responder?

    Hola.

    Qu suerte haberte encontrado en casa! respondi Trent.

    Estaba bromeando? se pregunt Alethea.

    Supongo que t vas a salir ahora mismo coment esperando que pensara que ella estaba a punto de hacerlo y que nunca pasaba la velada de un viernes encerrada.

    Acabo de volver de viaje de Italiacontest l con sencillez, explicando despus sin ms dilacin el motivo de su llamada. Maana por la noche vendrn unos amigos a casa, entre las ocho y las doce. Querrs venir?

    Aquello s que era una sorpresa, se dijo. As que l quera volver a verla. No ira, por supuesto, pero se sinti mucho mejor slo de que se lo preguntara.

    Lo siento comenz a decir intentando pensar en una excusa pero mostrndose bastante torpe a la hora de inventar mentiras.

    Era de esperar la interrumpi l corts. En realidad no esperaba que estuvieras libre.

    Bueno, ya sabes murmur ella.

    Por qu, se pregunt, no le deca directamente que no iba a volver a salir ms con l? Quiz fuera porque tena miedo de recibir una respuesta escueta y dura, o quiz slo fuera la educacin lo que la retraa.

    Por supuesto respondi l. Pero, acto seguido, dijo algo que le dej atnita: Podras tomar nota de mi direccin de todas maneras. Si t y la persona con la que vas a salir pasis por aqu cerca quiz podrais venir los dos.

    Alethea no haba encontrado su direccin en el archivo de la oficina as que, como buena auxiliar que era, tom nota de inmediato de la direccin que Trent le dictaba. Deba contener la respiracin, pens, porque Trent de Havilland pensaba que tena una cita con alguien ese sbado y ella no iba a decirle que no era verdad.

    Est bien, es posible. Gracias de todos modos dijo amablemente sabiendo que no iba a verlo y estando segura adems de que Trent tambin lo saba.

    Alethea se despidi y arranc el papel con la direccin del cuaderno de notas guardndolo en el bolsillo y volviendo al saln.

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    Has estado hablando mucho tiempo le acus su madre.

    Si? contest pensando que no haba hablado ms que un par de minutos.

    Qu quera? exigi Eleanor Pemberton.

    Alethea no quera contrselo. Saba qu iba a pensar su madre: que si Trent de Havilland la haba invitado por segunda vez era por su culpa. Sin embargo tuvo que ceder.

    Va a dar una pequea fiesta maana por la noche. Me pregunt si quera ir.

    No vas a ir? dijo afirmando ms que preguntando.

    Alethea se pregunt qu hara su madre si deca que s. Tendra un ataque all mismo? No sera de extraar, de modo que contest con un sencillo y obligado no.

    Eso pens. La prxima vez que llame dile que no te moleste ms.

    Aquella noche. despierta en la cama, volvi a pensar de nuevo en mudarse. Por lo general su madre montaba un escndalo cada vez que ella reclamaba su derecho a salir con quien le pareciera, pero desde que Trent la haba llamado para citarse el martes no haba parado de protestar. Alethea saba que su madre lo haba pasado muy mal y lo senta mucho, pero su caso era muy diferente del de Maxine. Al contrario que su hermana, que tena problemas para cobrar la pensin de manutencin. de Keith, su padre se haba preocupado de que su mujer se quedara con la casa y tuviera una buena pensin mensual. A pesar de todo, su madre hubiera puesto abogados en la puerta noche y da si l hubiera intentado dejar de pagar alguna vez.

    Basta ya! se dijo a s misma. Sus palabras comenzaban a sonar tan amargas como las de su madre. No podra decir dude cundo su pensamiento haba empezado a rayar en la amargura, pero de pronto Alethea supo, sin la menor duda, que haba llegado el momento de actuar. Si algo de esa amargura materna iba a permanecer imborrable para siempre en ella haba llegado el momento de hacer algo. El problema consista en tener el coraje suficiente como para decrselo a su madre.

    El sbado, todos se levantaron pronto en casa. Sadie, arrastrando a Georgia medio dormida, entr en la habitacin de Alethea y la despert.

    Me aburro anunci.

    Y yo repiti Georgia haciendo eco.

    Parece que ya estamos listos para otro sbado lleno de diversin dijo Alethea sentndose. Saba que no tena ni la ms remota posibilidad de que la dejaran volver a dormir. Podramos bajar a desayunar sugiri.

    S! contestaron ambas nias al unsono.

    La maana, que haba comenzado ruidosa, fue progresivamente empeorando. La comida termin con una batalla campal de la que Sadie sali castigada berreando a su habitacin.

    No es justo! gritaba mientras su hermana Georgia sonrea.

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    Alethea haba estado esperando a lo largo de toda la maana una oportunidad para decirle a su madre con mucho tacto que estaba decidida a marcharse a vivir a otro lugar. Sin embargo tuvo que aceptar al final que no iba a poder hacerlo hasta que las tres hijas de Maxine estuvieran en la cama. Sadie permaneci callada en el piso de arriba, pero Alethea no poda confiar en aquel silencio. Subi y encontr a Sadie en su habitacin jugando con sus barras de labios.

    Te sienta bien murmur sin aliento. Luego, pensando en que si se quedaban en casa pasaran una tarde infernal, aadi: Si hablo con tu madre, querrs ir de paseo?

    Hasta la tienda de caramelos?

    Hasta la tienda y con caramelos y todo si quieres.

    Alethea consigui evitar un repentino e impetuoso beso de su sobrina con los labios recin pintados. Polly an estaba un poco pachucha, pero poda salir. En media hora lavaron a Sadie y a Georgia y las prepararon para pasear. En resumen, Alethea consigui quedarse sola en casa por espacio de tres horas. Adems, gracias a los toboganes y los columpios del parque y al paseo de casi dos kilmetros, cuando volvieron con sus bolsas de caramelos tenan un aspecto muy saludable e incluso hablaban en un tono de voz bajo.

    Pero si las nias tenan buen aspecto no se poda decir lo mismo en cambio de Maxine. Pareca muy preocupada, casi a punto de llorar. Si no lo haca era probablemente por sus hijas. Alethea la mir interrogativa y ella sacudi la cabeza. Era evidente que no quera contar lo que le pasaba en presencia de las nias. Sin embargo Alethea se imagin lo que haba ocurrido cuando su madre, al pasar, dijo con frialdad:

    El ha venido.

    Tuvo que esperar a que las nias estuvieran en la cama, y mientras Maxine y ella limpiaban la cocina pudo enterarse de por qu Keith Lawrence haba desafiado esa tarde a su suegra apareciendo a las puertas de su casa. Segn pareca iba a ser procesado. La SEC, la empresa de Trent de Havilland, haba conseguido pruebas suficientes para llevarlo a juicio por estafa.

    Oh, Maxine, lo siento! dijo con voz entrecortada, dndose cuenta de que en poco tiempo su cuado sera procesado. Est seguro de que llegarn tan lejos, quiero decir, ingresar en prisin?

    S, est seguro respondi Maxine aadiendo nerviosa: Nos hemos puesto de acuerdo en que el dinero que sobre de la venta de la casa, una vez que lo haya devuelto todo, me lo quedar yo. Pero a menos que alguien hable a su favor l... comenz a llorar significar que mis hijas tendrn que soportar la vergenza de tener un padre preso en la crcel. Oh, no podr vivir as!

    Oh, Max, no... su corazn, dolorido, no poda soportar ver a su hermana en ese estado. Dej de limpiar y la rode con sus brazos. Quiz no vaya a la crcel, quiz alguien hable a su favor. Tiene algn amigo en el trabajo que...?

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    No ha estado all mucho tiempo, en realidad no conoce a nadie, excepto... se interrumpi para enjugarse las lgrimas...excepto a ti termin.

    Por unos estpidos segundos Alethea se qued mirndola.

    Yo? pregunt nerviosa mientras trataba de comprender lo que su hermana quera decir. Qu tengo yo que...?

    T conoces a Trent de Havilland le aclar Maxine.

    Tre... los encantadores ojos violetas de Alethea se abrieron enormes, alarmados y horrorizados, al comenzar a comprender. S, pero...

    Puedes ir a su fiesta esta noche y, si es necesario, rogarle que no lo procesen dijo Maxine como si, despus de horas recapacitando, hubiera llegado a la nica solucin posible.

    No puedo hacer eso! protest Alethea con voz ahogada.

    Por qu no? quiso saber Maxine con voz ms dura de lo que su aspecto hubiera dejado entrever. Yo lo hara por ti.

    Oh, Maxine... solloz Alethea. Comparta la preocupacin de su hermana, pero no podra hacer lo que le peda. Trent ni siquiera conoce a Keith. No tendr ni idea de quin le estoy hablando argument Alethea tratando de oponerse a la terrible idea con razonamientos.

    No hace falta que lo conozca continu Maxine, l es el presidente de la empresa. Todo lo que tiene que hacer es coger el telfono y ordenar que se paralice el proceso y...

    Pero Keith le rob a l continu argumentando Alethea al ver que Maxine estaba plenamente convencida de que su idea era factible.

    Y t eres su cuada, mi hermana y la ta de sus tres hijas! dijo Maxine con nfasis.

    Aquella era la nica oportunidad de Maxine, y estaba dispuesta a pelear por sus tres hijas. Era obvio que esperaba que ella hiciera lo mismo.

    Lo siento dijo entre dientes.

    Abandon la cocina y subi a su habitacin, incapaz de soportar la mirada acusadora de su hermana y con un sentimiento de culpa abrumador. Ese sentimiento la invadi durante otra media hora ms mientras, sentada en la cama, intentaba olvidar el semblante tenso y lacrimoso de Maxine. Su hermana pareca pensar que no le costara nada ir a la fiesta y hacer lo que le peda, as, sin ms. Pero, cmo iba a hacerlo? se pregunt.

    Pas otra tortuosa media hora pensando en Maxine destrozada y en lo que haba dicho: Yo lo hara por ti. Entonces se dio cuenta de que tena otro problema: cmo no iba a ayudar a su hermana?

    No quera hacerlo. De ninguna manera quera hacerlo. La idea de dirigirse a la lujosa casa donde viva Trent de Havilland, llamar a su puerta, conseguir de algn modo quedarse a solas con l para confesarle que era la cuada de un hombre que

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    haba estafado a su empresa y pedirle, como por casualidad, que abandonara la idea de llevarlo a juicio, era totalmente absurda.

    Por qu razn iba Trent a hacerlo? Por qu, se pregunt, iba a darle ninguna importancia? El era un hombre de negocios honesto, de otro modo Hector Chapman no lo hubiera considerado un amigo. Por qu, se pregunt a s misma, iba entonces Trent a escucharla a ella cuando apenas la conoca? Por qu iba a ayudar a un hombre del que no saba nada, excepto que haba robado dinero de su empresa?

    Mir el reloj. Eran las nueve y media. Se duch y, an reacia a hacer lo que iba a hacer, comenz a pintarse y a ponerse el vestido de color mostaza que haba llevado la ltima vez que lo vio. Fue el martes anterior? Tena la sensacin de que haban pasado siglos desde entonces. Con un poco de suerte conseguira llegar a su casa antes de las once. No quera ir, no, desde luego que no.

    Con las llaves del coche en la mano y a medio camino en las escaleras se le ocurri de pronto que Maxine quiz no le haba dicho nada a su madre de todo aquello. Entenda perfectamente por qu. Porque, por mucha miseria que sus nietas tuvieran que padecer por el hecho de tener a su padre en la crcel, su madre se alegrara de que Keith pagara sus culpas. La prisin era seguramente, desde su punto de vista, el lugar que le corresponda. Por esa razn Alethea pens que Maxine slo querra hablar con ella de ese tema. Y por esa razn tambin saba que su madre armara un escndalo cuando la viera aparecer en el saln diciendo que haba cambiado de opinin y que se iba a la fiesta de Trent.

    Aquella idea la desagrad. Sin embargo record que su hermana necesitaba algo ms que simpata por su parte. Haba llegado el momento de demostrarle que estaba de su lado. Tom aliento y baj las escaleras.

    A dnde diablos vas? exigi saber su madre en el mismo momento en que entr en el saln al verla vestida para una fiesta.

    He... he cambiado de opinin sobre lo de la fiesta se atrevi a decir sin mirar a Maxine por si su madre finalmente ataba cabos y llegaba a la conclusin de qu era lo que se propona hacer.

    Vas a ir a la fiesta de Trent de Havilland? pregunt su madre incrdula.

    Creo que s.

    Pero bueno, esto... comenz a decir su madre a pleno pulmn, pero por una vez Maxine la interrumpi.

    Alethea tiene derecho a vivir su vida, madre dijo obligndole a callar.

    Y vas a complicrtela bien oy decir a su madre.

    Pero Alethea ya haba salido del saln y trataba de no golpearse con la cmoda del hall.

    Condujo su coche y encontr la zona privada en la que viva Trent de Havilland sin ninguna dificultad. Aparc en un terrible estado de nervios, subi las escaleras de piedra y llam a la puerta. Sinti deseos de salir corriendo mientras esperaba a que le abrieran. Sera fcil correr, pero no poda hacerlo. Apenas haba mirado a Maxine al

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    salir de casa pero ella deba saber que si iba a la fiesta era slo para hacer lo que le haba pedido. Rogarle a Trent de Havilland que no llevara a juicio al ladrn de su cuado. Dios! Cmo se le haba ocurrido pensar, se dijo a s misma, que Trent iba a escucharla? Y menos an a acceder!

    No pensaba ms que en correr, pero sus pies parecan clavados delante de la puerta. Al fin escuch un ruido, alguien se acercaba a abrir. Su mente gritaba socorro, se preguntaba qu estara haciendo all.

    Alethea! exclam Trent al abrir la puerta vestido de sport. Entra la invit dando un paso atrs para dejarle entrar.

    Estaba exactamente tal y como lo recordaba: alto, con ojos y pelo oscuros.

    Yo... no he trado a ningn amigo. He hecho bien? dijo nerviosa.

    Por supuesto contest l cerrando la puerta sin alterarse. Estoy muy contento de que hayas podido venir.

    Trent la condujo a un enorme saln de techos altos con una gran chimenea de piedra. Haba una gruesa alfombra y dos sofs a juego separados por una mesa baja. Alethea haba imaginado que entraran en un saln lleno de gente, o al menos con media docena de personas, pero no haba nadie.

    Oh, no. Me he equivocado de noche exclam horrorizada.

    El error ha sido mo contest Trent corts interponindose entre ella y la puerta como si leyera en su mirada que pretenda salir corriendo.

    Error? repiti ella.

    Mis otros invitados me llamaron desde Pars. Fueron en avin a pasar el da explic. Por desgracia su avin no ha podido despegar debido a la niebla, as que les ha sido imposible volver esta noche.

    Volar en avin a Pars slo para pasar el da! pens Alethea sorprendida. Aquel era otro mundo. Pero no tena tiempo para pensar en ello. Tena que recapacitar, asimilar el hecho de que ella era la nica invitada de Trent de Havilland.

    Debera haberte avisado continu l. Perdona que no lo hiciera, no se por qu estaba seguro de que no ibas a aceptar mi invitacin.

    No saba si aquello era una pregunta o una afirmacin, pero estaba demasiado nerviosa como para pensarlo. Tena que terminar con aquella situacin. Se dirigi hacia la puerta rodendolo y dijo:

    Otro da... nos veremos.

    Trent de Havilland, sin embargo, fue ms rpido.

    No te irs? pregunt, hacindole ver que de verdad quera que se quedara.

    Yo... son las once y... y...

    Y no te tienes que levantar maana pronto para ir a trabajar brome l recordndole el comentario de su madre, que haba dicho justo lo contrario el martes anterior.

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    S, es cierto contest sin saber qu hacer.

    Entonces se acord del semblante de Maxine. Deba de estar loca si pensaba por un momento que poda llegar a casa de Trent y pedirle que no llevara a juicio a su cuado. Sin embargo, se pregunt, qu mejor oportunidad iba a encontrar que aquella para hablar con el? Ni siquiera necesitaba esperar a que estuvieran a solas. Quiz en pocos minutos podra...

    No parece que ests muy convencidainterrumpi Trent sus pensamientos.

    Alethea tom repentinamente una decisin.

    Quiz... quiz pueda quedarme a tomar una taza de caf contest sintiendo de pronto ganas de sonrer. Haba rechazado aquel caf en su casa el martes anterior, pero se era el momento de aceptarlo. Levant la vista y lo vio observando sus labios. l se dio cuenta de que ella lo haba visto, pero no apart su mirada lo ms mnimo.

    Eres muy guapa le dijo, y antes de que pudiera siquiera decidir qu senta ante el hecho de que Trent la encontrara guapa, l aadi con firmeza: Caf. Ven a la cocina conmigo mientras lo hago.

    La cocina era grande y de techos altos, como el saln y estaba equipada a la ltima con todo tipo de electrodomsticos.

    Qu ha sido de tu amigo? No ha querido venir aqu esta noche? pregunt l para darle conversacin mientras preparaba el caf.

    Trent haba sacado dos tazas, as que era evidente que iba a tomar l uno tambin. Alethea decidi ser sincera. Despus de todo era lo mejor, pens, dado el favor que tena que pedirle.

    No tena ninguna cita esta noche respondi.

    El silencio que sigui a aquella confesin result ensordecedor. Trent no era ningn tonto. Presentndose as, a esas horas de la noche, acabara por resultar evidente que haba algo ms que el mero hecho de aceptar una invitacin. O acaso era slo su conciencia, su sentimiento de culpa, se pregunt, lo que le llevaba a pensarlo? Quiz s, pens un momento despus. Trent estaba colocando las tazas y el caf sobre una bandeja, pero al darse la vuelta aquellos ojos oscuros parecieron penetrar en lo ms profundo de su alma.

    Quiere eso decir que soy alguien especial? pregunt serio cuando ella saba que tena que estar bromeando.

    S, en tus sueos contest ella riendo y sintindose infinitamente mejor al orle rer.

    Despus de ti le dijo siguindola hasta el saln.

    Alethea sirvi el caf. Haba cogido la cafetera de manera instintiva. Trent estaba sentado a un lado, en uno de los sofes, mientras ella ocupaba el otro, interponindose la mesa entre ambos. Esperaba la oportunidad para hacerle la pregunta que le tena que hacer.

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    Has vuelto a pensar en la idea de mudarte de casa? pregunt Trent siguiendo el hilo de la conversacin mientras tomaban caf.

    As que Trent se acordaba de lo que le haba dicho! se sorprendi. Claro que era natural, pens. Cada vez que viera la herida de la pierna se acordara de la cmoda, de la casa abarrotada y por ltimo, de su intencin de mudarse. Alethea lo mir.

    Voy a comenzar a buscar un piso la semana que viene contest.

    Fue al decirlo cuando supo que, ese mismo lunes, se pondra a buscar. Trent no hizo ningn comentario pero pareci aprobar su decisin. Sin embargo acto seguido la confundi por completo al decir:

    No tenas ninguna cita hoy.

    Alethea pensaba que lo haba olvidado. Sacudi la cabeza en respuesta, sin saber a dnde quera l ir a parar.

    Tienes novio? quiso saber l.

    Acaso pensaba l, se pregunt, que iba a estar all si lo tuviera?

    Tengo amigos contest, aadiendo inconscientemente, pero tengo cuidado de no... de pronto, mientras Trent mantena la mirada fija sobre ella, se interrumpi y se le cort la respiracin. Apenas lo conoca y sin embargo estaba a punto de revelarle sus secretos ms ntimos. Qu has puesto en este caf?

    Nada, te lo prometo sonri burln.

    Aquella sonrisa mostraba unos labios que resultaban fascinantes. Se pregunt qu tendra l para haberle contado que se mudaba de casa antes de decrselo a su madre y haber estado a punto de revelarle el cuidado que pona en no...

    Entonces dime, Aletheacontinu con suavidad sin tener ni la ms vaga idea de qu era lo que iba a ocurrir a continuacin, por qu tienes miedo de comprome...?

    No lo tengo! lo interrumpi a toda prisa dejando la taza y el plato sobre la mesa con un golpe.

    Tienes miedo a confiar afirm l con calma, sin dejarse llevar por el estado de nervios que ella mostraba y con los ojos atentos.

    No lo tengo volvi a negar.

    l era odioso, pens, como todos los cientficos que se empeaban en ver un problema y no se sentan satisfechos hasta que no indagaban las causas.

    Entonces, confiasen m?

    Ella lo mir. Por supuesto que no confiaba en l, pens, sin embargo contest enrgicamente:

    Estoy aqu, no es as?

    No quera que l, con su cerebro analtico, se preguntara por qu razn estaba all. Tena que saber tan bien como ella que su intencin al principio fue la de no

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    acudir. Y todava no era el momento adecuado para pedirle nada, an no. Por desgracia, al intentar desviar su atencin del motivo por el que haba ido haba tropezado con la palabra confiar, yendo a parar a otro tema sobre el que tampoco quera hablar.

    De todos modos ya te he dicho cambi de rumbo con mpetu que mi padre nos abandon cuando yo tena diez aos!

    Abandon a tu madre la corrigi Trent. Lo culpas por eso?

    Evidentemente t no protest encolerizada ponindose de pie. Trent tambin se puso en pie, y ella aadi: Y por si eso fuera poco, mi hermana ha tenido la desgracia de enamorarse de un hombre que hace de la inconstancia una virtud! Crees que yo voy a ir por ah como si nada, ponindome a tiro para que otros hagan lo mismo conmigo?

    Cualquier hombre que mire a otra mujer mientras t ests presente es que necesita que le examinen la cabeza dijo Trent con calma mientras ella perda el control.

    Bah! contest de modo instintivo.

    Alethea ni siquiera se dio tiempo a s misma para pensar qu era lo que tena ese hombre que en slo un instante lograba hacerle perder su habitual serenidad. Camin hacia la puerta olvidndose por completo de la razn que la haba llevado hasta all y luchando por recobrar la calma. Se dio la vuelta e, intentando ser amable, le dijo a Trent:

    Me voy.

    Pero Trent la sigui hasta all, y entonces not que la agarraba del brazo.

    No, no te vas orden obligndole a darse la vuelta para que lo mirara a la cara, sin alterarse y buscando sus ojos: Clmate.

    Estoy calmada minti. intentando liberarse de su mano sin conseguirlo.

    De pronto, frente al descaro de aquella mentira, Trent comenz a rer. Ella en cambio sinti deseos de pegarlo.

    Lo que necesitas tuvo el valor de aadir mientras la atraa hacia sus brazos a pesar de sus protestas es que alguien te abrace.

    Entonces Alethea sinti deseos de rer, pero tambin de pegarlo.

    No, mentira neg de corazn, luchando por soltarse.

    Reljate, Alethea la mim con suavidad. Reljate, s t misma Alethea sinti que nada en l era amenazador. Deja de murmurar las palabras que te han enseado desde nia, o al menos desde que tu padre os abandon. Seguramente incluso desde antes de que se fuera. Olvida todo lo que tu madre te ha metido en la cabeza. Deja que salga a la luz tu verdadera forma de ser. Aprende a confiar, a...

    Has terminado ya? lo cort Alethea.

    Amor mo contest, ni siquiera he comenzado.

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    Y diciendo aquello acerc sus labios a los de ella con suavidad. Alethea estaba tan sorprendida que por un momento se qued inmvil. Entonces, de pronto, se ech atrs.

    No! le orden an en sus brazos.

    Entonces bsame t a m le sugiri.

    Ella hubiese jurado que estaba viendo al mismo diablo en sus ojos.

    Si ests dispuesto a esperar...

    No voy a ninguna parte, vivo aqu le record con suavidad.

    Por qu, se pregunt, sinti deseos de rer a pesar de estar enfadada? Se qued mirando su rostro, aquel rostro tan bello y tan cercano. Acaso estaba sugiriendo, se pregunt, que ella tampoco ira a ninguna parte hasta que no lo besara? Aquello era ridculo. Mir su boca. Desde luego era fascinante. Se puso tensa, se prepar mentalmente para resistir y acerc un poco la cabeza. Entonces se ech atrs otra vez, nerviosa, y volvi a mirarlo a los ojos. Aquellos ojos oscuros y serenos la devolvan la mirada alentndola. De nuevo se inclin hacia arriba, hacia adelante, y par un momento. Luego toc con los labios los de el. Su boca era caliente. Sus brazos la rodeaban sin forzarla al ver que ella ya no luchaba por soltarse.

    Puedo irme? pregunt sin mal humor.

    Por supuestocontest l sin soltarla.

    Ella lo mir a los ojos de nuevo, pero no sinti la necesidad de liberarse de l.

    Gracias por el caf consigui decir hipnotizada.

    Vuelve cuando quieras la invit.

    Ella ri. No pudo evitarlo. Su risa curvaba dulcemente sus labios. Alethea vio sus ojos oscuros clavados en sus labios abiertos y dej de rer. Trent volvi la vista de nuevo a sus ojos, mantenindolos fijos en ella, que no pudo evitar sentirse traspasada otra vez.

    Cuando Trent se inclin para besarla ella no se movi. Su boca era caliente y suave. La atrajo un poco ms hacia l. Ella puso las manos sobre su cintura pero no lo empuj. Dej de besarla y la atrajo ms cerca an de l. Sus cuerpos se tocaban mientras l posaba los labios sobre su cuello. No saba cundo haba dejado de luchar. Todo lo que saba, mientras Trent la abrazaba buscando su boca, era que l la estaba excitando y que comenzaba a tener problemas para respirar. Movi las manos sobre su cintura, rodendolo ligeramente. Cuando de nuevo la bes ella lo retuvo. Su corazn corra como loco. De algn modo, aunque no saba cmo, se encontr sentada en el sof con l.

    Dulce Alethea murmur.

    Pero cuando Trent quiso tumbarla en el sof con delicadeza de pronto se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Se resisti, se puso tensa en sus brazos y se ech hacia atrs, tratando de no sentir pnico.

    Yo...

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    Eso fue todo lo que pudo decir con una voz ronca que no pareca la suya. Trent se qued mirando sus ojos aterrorizados.

    No ests tan preocupada murmur.

    La bes con rapidez en la boca, dulce pero brevemente, y luego, echndose hacia atrs, afirm:

    Cario, si tu intencin no es pasar esta noche conmigo, puedo sugerirte que estara encantado de acompaarte a tu coche?

    Dnde he puesto las llaves de mi coche? contest ella sin saber muy bien cmo sentirse ante la mirada divertida de Trent.

    Es que no iba a intentar persuadirla, se pregunt, para llevarla a la cama? No, Trent no lo intent, ni siquiera en el coche. La salud con la mano mientras ella se alejaba, y lo ltimo que vio de l fue su imagen a travs del espejo retrovisor. Trent estaba de pie observndola marcharse.

    Dio la vuelta a la esquina y lo perdi de vista. Llevaba ya dos minutos conduciendo cuando se dio cuenta de que tena en la cara la sonrisa ms estpida del mundo. Dos minutos despus, sin embargo, su sonrisa haba desaparecido. Slo entonces cay en la cuenta de que haba ido a casa de Trent con la intencin de pedirle que no procesaran a su cuado y que no le haba pedido ningn favor. Por un momento consider las alternativas que se le presentaban. No eran muchas. Pero de una cosa estaba segura. Despus de que Trent le dijera que le gustara pasar la noche con ella no haba posibilidad alguna de volver.

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    CAPTULO 4 El domingo al despertarse Alethea abri los ojos y volvi a cerrarlos

    inmediatamente. No estaba preparada para comenzar un nuevo da. Sin embargo los recuerdos de la noche anterior la invadan y no poda volver a dormir.

    La noche anterior Trent de Havilland la haba besado. Y ella le haba devuelto el beso. Incluso en ese momento, mientras el amanecer daba paso a la luz del da, tuvo que tragar al recordar sus dulces besos anhelantes. Y sin embargo no haba intentado poseerla a ella. De alguna manera l haba dado ms de lo que haba recibido.

    Quiso deliberadamente apartar a Trent de Havilland de sus pensamientos, pero en su lugar record que haba encendido la luz del hall al llegar y se haba sobresaltado al ver a Maxine, sentada en la oscuridad de las escaleras, esperndola.

    Vamos a la cocinale haba susurrado.

    Su corazn desfalleci. Era evidente que quera saber cmo haban ido las cosas, y tambin era evidente que no quera molestar a sus hijas o a su madre discutiendo el asunto en el pasillo.

    Chocolate caliente? le sugiri Alethea una vez que estuvieron en la cocina.

    Aquello era slo una maniobra para aplazar el momento de la verdad, nada ms. Pero Maxine sacudi la cabeza impaciente.

    Qu te ha dicho?

    Yo... comenz a confesar.

    Maxine estaba sufriendo, pero ella no se senta mucho mejor. La mirada agitada de su hermana le hizo imposible decirle la verdad: que Trent tena el poder de enfadarla y hacrselo olvidar todo, que tena el poder de confundirla hasta el punto de no recordar la razn por la que haba ido a la fiesta. Y por nada del mundo confesara, ni siquiera a su propia hermana, que sin saber cmo, sin recordar ni por un momento haber dado un solo paso, haba llegado hasta el sof, abrazada a l, cuando l haba comenzado a besarla de pie en la entrada.

    No fui capaz de pedrselo dijo Alethea deprisa.

    Oh, Alethea llor defraudada Maxine. Es que haba mucha gente?

    Maxine pareca tan destrozada que Alethea no pudo decirle la verdad. Se sinti tan mal como ella cuando aprovech la excusa que le ofreca:

    No era... adecuado, con tanta gente minti.

    Pero entonces pareci como si su hermana fuera a romper a llorar de un momento a otro, y sin saber cmo se escuch a s misma aadir otra mentira ms:

    Lo ver el lunes otra vez, y entonces se lo pedir.

    Oh, lo hars? Nunca lo olvidar exclam Maxine.

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    Alethea se fue a la cama sin poder creer que hubiera dicho aquello en esos momentos de debilidad, instigada por el aspecto lamentable de su hermana y deseosa de reconfortarla. An segua sin poder creerlo cuando, despus de pasar la noche sin dormir apenas y demasiado nerviosa como para seguir en la cama, se enfrent al nuevo da, preparada o no. Se duch, se visti y baj las escaleras hasta la cocina, dndose cuenta de que en algn momento del da tendra que confesarle la verdad a Maxine. No poda dejarla por ms tiempo en la falsa creencia de que su marido no sera juzgado.

    Hizo t y de manera automtica le sirvi una taza a su madre, que llev escaleras arriba hasta su habitacin. Supuso que seguramente Maxine habra pasado una buena noche. Lo ms probable era que se sintiera mejor y con menos deseos de llorar.

    A qu hora llegaste ayer? exigi saber su madre. Estaba despierta y, segn pareca, dispuesta como siempre a protestar. No tuvo tiempo siquiera de dejar la taza sobre la mesilla antes de contestar:

    No llegu tarde respondi con calma.

    Supongo que podemos sentirnos afortunadas de que hayas decidido regresar a casa al final dijo con sarcasmo. Despus de todo lo que te habr prevenido contra los hombres parece mentira que t lo ignores como si...

    Aquello era el colmo. Su madre no iba a dejar de hablar. De pronto Alethea sinti que no poda ms. Supuso que llevaba ya tiempo a punto de explotar. No tena nada que ver con el hecho de que hubiera conocido a Trent de Havilland ni tampoco con el hecho de que l le hubiera aconsejado que se mudara, de eso estaba segura. Pero cuando su madre comenz con la cantinela de que se crea que su casa era un hotel, lo cual era completamente injusto porque no sala ms que a trabajar. sinti como si algo dentro de ella saltara en pedazos.

    En realidad, mam, ya no tienes que preocuparte ms. Maana comenzar a buscar una casa para m.

    Por primera vez la sorpresa de su madre fue tal que se qued callada. Alethea baj las escaleras asombrada de que aquello hubiera resultado tan fcil. Haba pensado que tendra que llevar el asunto con mucha diplomacia, que tendra que sugerir con mucha delicadeza que, ya que la casa estaba tan abarrotada con Maxine y las nias, y si a ella no le importaba, quiz pudiera mudarse. Pero las cosas no haban ocurrido as. No haba hecho tentativas diplomticas ni nada por el estilo. Simplemente haba afirmado: Maana buscar una casa para m. Y eso haba sido todo.

    Ojal fuera todo tan sencillo, pens. Sin embargo an quedaba por delante todo el domingo, y no prometa ser un da muy feliz. Alethea necesitaba urgentemente hablar con Maxine a solas para confesarle que haba mentido acerca de Trent. Pero cuando su madre entr en la cocina ms o menos al mismo tiempo que Maxine y las nias se dio cuenta de que tendra pocas ocasiones para hacerlo.

    Te ha dicho tu hermana que nos abandona? dijo Eleanor Pemberton dirigindose a su hija mayor.

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    Que te vas? pregunt Maxine mirando a Alethea sorprendida.

    He pensado que me gustara vivir sola en un apartamento contest Alethea.

    El resto del da tuvo que pasarlo intentando defender su posicin. El nico momento feliz fue cuando Sadie, por completo inconsciente de la tensin que se respiraba en el ambiente, pregunt de pronto si podra quedarse con la habitacin de la ta Alethea, Y para aadir ms miserias al da, Polly, que se haba portado como un angelito, comenz a protestar con toda su energa hacia las seis sin parar, chillando corno slo ella saba hacerlo.

    En consecuencia. Maxine tuvo trabajo con Polly, y aquella tarea la ocup la tarde entera hasta agotar la ltima posibilidad de hablar a solas con su hermana antes de irse a la cama. Cuando por fin Polly se durmi, exhausta por completo, Maxine dijo que ella tambin se iba.

    Alethea pas otra noche de preocupacin. La euforia que haba sentido por haberle contado a su madre cules eran sus intenciones se vio anulada por la preocupacin de no haber podido rectificar su mentira ante Maxine. Y tampoco pudo rectificar a la maana siguiente. Justo cuando ya se iba al trabajo Maxine sali a despedirla en bata y medio dormida, pero muy ansiosa.

    No me dijiste a qu hora vas a ver hoy a Trent de Havilland, si vas a ir a comer o a cenar con l. Slo quera pedirte que hagas todo lo que puedas. Lo hars?

    Yo... Alethea abri la boca en un intento de explicarse, pero no le salieron las palabras. No te preocupes, lo intentar le asegur al final.

    Condujo hasta su trabajo con la imagen de Maxine suplicante en su mente, consciente de que en algn momento del da iba a tener que ponerse en contacto con Trent de Havilland. En el fondo ya lo saba, pero se haba negado a aceptarlo. Entr en la oficina y recogi el correo sintindose enferma.

    Te encuentras bien? le pregunt Carol Robinson mientras despachaban juntas el correo. Pareces preocupada.

    Estoy bien afirm.

    Alethea esper a que Carol entrara a ver al seor Chapman como de costumbre. Saba que permanecera con l media hora aproximadamente, y que entonces dispondra de la oficina para ella sola. Pens que era mejor hacer cuanto antes lo que tena que hacer. Busc el nmero de telfono que necesitaba en la agenda privada del seor Chapman que guardaba Carol y llam.

    SEC. Buenos das contest una eficiente voz.

    Quisiera hablar con la secretaria personal del seor de Havilland, por favor pidi Alethea.

    Un momento por favor.

    No tuvo que esperar mucho tiempo antes de que otra voz le contestara. Tom aliento y respondi:

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    Es usted la secretaria del seor de Havilland?

    La seorita Tustin est en este momento con el seor de Havilland. Quiere que le d algn mensaje?

    Hasta ese momento las cosas no haban sido demasiado complicadas, pero ya no haba tiempo para rectificar.

    Es muy urgente que hable con la seorita Tustin o con el seor de Havilland. Soy Alethea Pemberton, de la oficina del seor Chapman, de Gale Drilling International aadi. Sera posible que me pusiera con ella?

    Dijo usted que era urgente?

    Extremadamente asegur con firmeza.

    Quiere esperar un momento, por favor?

    No haba tenido tiempo para pensar si haba hecho bien en utilizar el nombre de su jefe con fines personales, pero tampoco tuvo tiempo para sentirse aliviada por el hecho de que por fin fuera a hablar con la secretaria de Trent. Antes de que se sintiera preparada, escuch una voz que hubiera conocido en cualquier lugar:

    Alethea?

    Trent contest sin saber qu ms decir.

    Hubo un silencio durante el cual l esper a que ella le contara el motivo de su llamada, pero su garganta estaba seca.

    Tienes algo extremadamente urgente que discutir? pregunt Trent.

    Era evidente que era un hombre de negocios muy ocupado y no poda esperar ms. Alethea respir profundamente y dijo:

    Yo... necesito verte con urgencia, si puedes concederme unos minutos de tu tiempo se lanz con mpetu sintindose morir a cada instante que pasaba en el silencio que sigui a continuacin.

    Por un asunto de negocios? pregunt Trent resuelto.

    Alethea pens entonces que Trent estaba valorando su peticin. Si el asunto era de negocios deba tratarlo directamente con su secretaria. De ningn modo un hombre de su posicin discutira nada con una auxiliar de una ayudante personal, trabajara donde trabajara.

    Mas o menos. Pero no es un asunto relacionado con el seor Chapman tom aliento y aadi: Es... algo personal. Crees que podra verte hoy? termin aprovechando que an senta valor.

    Suena urgente coment l.

    Las esperanzas de Alethea crecieron al darse cuenta de que l haca una pausa para consultar su agenda. El silencio se prolong unos minutos. Luego l volvi a hablar con una voz autoritaria y resuelta:

    Hay un parque cerca de tu trabajo. Pasar por all de camino a una cita justo despus de medioda. Ests segura de que slo sern unos minutos?

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    Segura contest.

    Colg el telfono y entonces dej que todas sus emociones salieran a borbotones. Senta pnico por lo que tena que pedirle, se senta nerviosa y enferma. Y al mismo tiempo estaba molesta por su pregunta de si aquello iba a durar mucho, aunque saba que si Trent tena un trabajo tan febril como el del seor Chapman no tena ni un minuto que perder. Sin embargo no haba dicho nada de eso el sbado por la noche, cuando sugiri que no tendra ningn inconveniente en llevrsela a la cama.

    Alethea quiso apartar con rotundidad esos pensamientos de su mente. Aquello era una cuestin de negocios. Bueno, no exactamente, pero debera de sentirse agradecida, no molesta. Al fin y al cabo l iba a parar un momento en el parque de camino a alguna importante comida de negocios. Debera de estar de rodillas dndole gracias por perder unos minutos con ella, por condescender en verla perdiendo un