JEANIENEN FROST FORO ALISHEA DREAMS...

1 JEANIENEN FROST FORO ALISHEA DREAMS


AT GRAVE’S END

-Al final de la tumba-

Algunas cosas no se quedan enterradas….al Final de la Tumba.

Debe ser el mejor momento en la vida de la medio vampiro Cat

Crawfield. Con su amante no muerto, Bones, a su lado, ella exitosamente

protege a los mortales de los delincuentes no muertos. Pero a pesar de que Cat

ha usado disfraz tras disfraz para mantener su verdadera identidad en secreto

de las descaradas sanguijuelas, su cubierta ha sido finalmente atrapada,

colocándola en terrible peligro.

Como si no fuera suficiente, una mujer del pasado de Bones está

determinada a enterrarlo de una vez por todas. Atrapada en la mira de una

vampira vengativa, y determinada a ayudar a Bones a detener que una magia

letal sea desatada, Cat está a punto de aprender el verdadero significado de

mala sangre. Y los trucos que ha aprendido como agente especial no la

ayudarán. Ella tendrá que adoptar plenamente instintos de vampiro a fin de

salvarse a si misma- y a Bones- de un destino peor que la tumba.


Capitulo 1

TRADUCIDO POR JHOS

EL HOMBRE SONRIÓ Y DEJÉ QUE MI MIRADA SE DETUVIERA en su

rostro. Sus ojos tenían un tono encantador azul pálido. Su color me recordaba a

un perro Siberiano, excepto que la persona sentada junto a mí no era un animal.

Claro, tampoco era humano.

“Tengo que irme ahora, Nick,” dije. “Gracias por los tragos.”

Él acarició mi brazo. “Tómate otro. Permíteme disfrutar de tu hermoso

rostro un poco más.”

Ahogué un bufido. ¿Estaba coqueteando? Pero si le gustara tanto mi

rostro, entonces sus ojos no hubieran estado tan clavados en mi clavícula.

“Bien. Mesonero…”

“Déjame adivinar.” Una voz alta vino del otro lado del bar. Un rostro

desconocido me sonrió. “Un gin tonic, ¿cierto Reaper?”

Mierda.

Nick se congeló. Luego hizo lo que yo temía que hiciera, corrió.

“Código Rojo!” grité, saltando detrás de la figura que huía. Hombres de

negro fuertemente armados corrieron a la barra, empujando a los clientes a un

lado.

Nick tiró gente hacia mí mientras lo perseguía. Gritando, empujando los

cuerpos que me golpeaban, hacía mi intento de atraparlos y arrojar un cuchillo

de plata a través del corazón de Nick, incluso más difícil. Una de mis estacas

aterrizó en el pecho de Nick, pero demasiado lejos del centro para haber


golpeado su corazón. Aún así, no podía dejar que esa gente se esparciera por el

suelo como si fueran basura. Nick quizás pensaba así de la gente. Yo no.

Mi equipo se dispersó, resguardando todas las salidas e intentando

mantener los clientes que quedaban fuera del camino.

Nick llegó hasta el extremo más lejano del bar y miró a su alrededor

frenéticamente. Ahí estaba yo, avanzando hacia él con mis cuchillos de plata, y

mis hombres con sus armas Águilas del Desierto1 apuntándolo.

“Estás rodeado,” resalté lo obvio. “No me hagas enojar, no pensarás que

soy hermosa una vez que me veas enojada. Suelta a la chicas.”

Tenía a dos bajo su agarre, una mano en cada garganta vulnerable. Ver el

terror en los ojos de esas chicas hizo que se encendiera la ira a través de mí. Solo

los cobardes se esconden detrás de rehenes. O los asesinos, como Nick.

“Yo vivo, ellas viven, Reaper,” susurró Nick, ya no había romance en su

tono.

“Debí haberlo sabido. Tu piel es demasiado perfecta para ser humana,

incluso si tu corazón late y tus ojos no son grises.”

“Lentes de contacto. La ciencia moderna es una perra.”

Los helados ojos azules de Nick se volvieron del color verde brillante de

los vampiros y sus colmillos se asomaron.

“Fue un accidente,” gritó. “Yo no quise matarla, solo tomé demasiado.”

¿Un accidente? Oh, tenía que estar bromeando. “Su latido disminuyendo

te habría advertido,” repliqué. “No me vengas con esa mierda de que fue un

accidente, vivo con un vampiro, y él no ha tenido un momento de ‘ups’ ni una

vez.”

Si era posible, Nick se volvió más pálido. “Y si tú estás aquí…” 1 armas semiautomáticas


“Eso es correcto compañero.”

El acento era inglés, y el tono era letal. Olas invisibles de poder rodaron

por mi espalda mientras mi hombres de apartaban para dejar pasar a Bones, el

vampiro en el que más confiaba y amaba.

La mirada de Nick no se movió, lo cual había esperado. No, sus ojos no

me dejaron mientras de repente arrancaba mi estaca de sí mismo y apuñalaba a

una de las chicas en el pecho.

Solté un grito ahogado, atrapándola instintivamente cuando Nick la

lanzó hacia mí.

“Ayúdala!” le grité a Bones, que en vez de eso se abalanzó hacia Nick.

Con esa herida, a menos que Bones la sanara, ella tenía solo segundos de vida.

Tuve tiempo de escuchar a Bones soltar una maldición entre dientes

antes que diera vuelta, abandonando su persecución hacia Nick y se tirara de

rodillas a un lado de la chica. Salté detrás de Nick, maldiciendo yo misma.

Hubieron algunos disparos. Con el resto de los clientes del bar tratando de

llegar a las puertas, además de Nick sosteniendo a la chica como un escudo, mi

equipo no podía simplemente abrir fuego. Nick sabía eso, y yo también.

Nick saltó sobre las cabezas de la multitud en una explosión desafiante

de la gravedad, lanzando la chica a un miembro de mi equipo como si fuera un

arma. Incapacitado, el soldado más cercano cayó con la chica sobre él, justo a

tiempo para que Nick lo abatiera y le quitara su arma.

Lancé tres más de mis cuchillos, pero con los empujones de la gente a mí

alrededor, mis intentos fueron en vano. Nick soltó un grito mientras alcanzaban

su espalda, fallando en su corazón. Luego se volvió y me disparó.

Tuve una fracción de segundo para darme cuenta que si me agachaban

esas balas golpearía a la gente a mi alrededor. Ellos no eran medio vampiro

como yo; sería como matarlos. Así que me abracé a mi misma… y me di vuelta,


en el siguiente latido, mi cabeza se atascó en el pecho de Bones mientras tres

fuertes vibraciones lo sacudían. Las balas destinadas hacia mí.

Bones me soltó, girando alrededor y volando a través de la habitación

hacia Nick, quien trató de tomar otro rehén. Nick no lo logró. Bones se estrelló

contra él, lo suficientemente fuerte como para que los dos atravesaran la pared.

Corrí, saltando entre la gente, a tiempo para ver a Bones torcer su cuchillo en el

pecho de Nick.

Me relajé. Plata atravesando el corazón significa que se cerraba el telón

para Nick- y cualquier vampiro.

Bones dio un último giro para estar seguro y sacó su estaca, sus ojos

parpadearon sobre mí.

“Estás sangrando,” dijo, la preocupación arrugó su rostro.

Toqué mi mejilla, donde el cinturón de alguien o zapato me había

marcado cuando Nick estaba usando personas como badenes humanos para

detenerme.

“Te dispararon, y estás preocupado por mi rasguño?”

Bones se acercó, tocando mi rostro. “Yo sano instantáneamente, mascota.

Tu no.”

Aunque sabía que era verdad, no pude evitar tocar su espalda para

reasegurarme que su piel estaba suave, no más carne despedazada por las

balas.

“Hablando de eso, hay docenas de personas heridas que debes sanar.

Puedes encargarte de mi rasguño después.”

Bones ignoró eso, abriendo su pulgar con un colmillo y tocando con el

corte que se hizo, primero mi mejilla, luego mi boca.

“Tú siempre vas primero, Gatita.”


Nadie más me llamaba así. Para mi madre, era Catherine. Mi equipo me

llamaba Cat. Para los no muertos, yo era la Red Reaper.

Lamí la sangre, sabiendo que discutir con él era inútil. Además, no podía

evitar sentirme de la misma forma cuando se trataba de Bones.

“Bien,” dije, el ardor ahora había desaparecido de mi mejilla. “Vamos a

terminar con esto.”

La chica que Nick le había lanzado a uno de mis hombres yacía cerca.

Bones le dio una barrida con los ojos, vio que no tenía daño físico, y prosiguió.

“Eso es un… él no es…” empezó a balbucear, viendo sus colmillos y

brillantes ojos verdes.

Le di unas palmaditas en el hombro. “No te preocupes. No recordarás

nada de esto en diez minutos.”

“Pero que…?”

Ignoré el resto de su tartamudeo y empecé a revisar al resto de la gente.

Parecía que nadie había muerto, gracias a Dios, aparte de Nick. Bones sanó a la

otra chica que había sido tomada como rehén. Ahora lo único en su pecho era

una mancha de sangre y un rasgón en su camisa donde el cuchillo había estado.

Habíamos tenido suerte.

“¿Reporte de daños?” Le pregunté a Cooper, que estaba arrodillado

sobre uno de los clientes que me habían lanzado.

“No muy malo, Comandante. Fracturas múltiples, abrasiones,

contusiones, lo normal.”

Vi a Bones abriéndose camino a través de los heridos para forzar a los

que estaban en condición grave a tragar algunas gotas de su sangre. Nada

funcionaba como la sangre de vampiro para sanar.


“Otro Código Rojo, querida,2” observó Juan, uno de mis capitanes. Señaló

al vampiro bocón al otro lado de la habitación siendo sujeto por Dave, nuestro

otro capitán de equipo. Dave era un ghoul, lo que significaba que podía

sostener al vampiro retorciéndose. Ninguno de los otros de mi equipo podría

haberlo logrado.

Asentí. “Desafortunadamente.”

Juan suspiró. “Esas son tres veces seguidas. No te camuflas fácilmente,

inclusive con diferente color de ojos y cabello.”

Él no estaba diciendo nada que no supiera. Atrapé la mirada de Bones, y

su rostro casi gritaba, te lo dije.

Las cosas se habían vuelto más peligrosas en los meses recientes.

Demasiada gente en el mundo de los no muertos ahora sabía que había un

humano medio vampiro que quería cazarlos, y sabía que buscar.

Fulminé con la mirada al vampiro en cautiverio. “Gracias por revelar mi

identidad.”

“Yo solo quería comprarte un trago,” farfulló el vampiro. “No estaba ni

siquiera seguro que fueras tu, pero tu piel… parecía demasiado perfecta para

ser humana, sin importar que respires. Y eres pelirroja, lo vi cuando levantaste

el brazo. La sombra de cabello no era rubio.”

Incrédula, levanté mi brazo e inspeccioné el pliegue del afeitado. Ahora

había oído todo.

Dave estudió mi axila también. “Él tiene razón. Claro, quien pensaría que

la gente estaría inspeccionando tu axila”

¿Quien de hecho? Corrí una mano frustrada por mi cabello rubio. Ya no

me quedaban más colores. Había usado negro y castaño. También, para tratar

2 En español


de deshacerme de mis objetivos, además de usar múltiples lentes de contacto.

Pero últimamente no había ayudado.

“Juan, sostén esto,” dije, tendiéndole mis cuchillos. Luego de pestañar

varias beses, logré sacar los lentes de contacto. Ah, alivio! Me habían estado

molestando toda la noche.

“Déjame verlos,” pidió el vampiro de repente. “Lo he oído pero, ¿puedes

mostrarme?”

Dave apretó su agarre. “Ella no es un fenómeno de feria.”

“¿No?” suspiré, y luego mis ojos brillaron.

Su nuevo resplandor brilló como dos faroles de esmeralda, exactamente

como los de todos los vampiros. Una prueba irrefutable de mi origen mixto.

“Bien, empieza a hablar. Dime por qué no debería matarte.”

“Mi nombre es Ernie. Soy de la línea de Two-Chain. Two-Chain es un

amigo de Bones, así que no puedes simplemente matarme.”

“Con amigos como tú, ¿quien necesita enemigos?” dijo Bones

mordazmente, deslizándose hacia mí una vez que hubo terminado de sanar a

los humanos heridos y de inculcarles nuevos recuerdos con su control mental

de vampiro.

“Pusiste una soga alrededor de su cuello al gritar su nombre,” continuó

Bones. “Solo por eso, debería rasgar tus bolas y dártelas de comer.”

Para algunas personas, eso solo sería retórico. No para Bones. Él nunca

fanfarroneaba. Aparentemente Ernie había oído de su reputación. Cruzó sus

piernas.

“Por favor no.” Ahora fue de negociación a ruegos. “No quise hacerle

ningún daño, lo juro por Cain.”


“Claro.” Fríamente. “Pero necesitarás más que el padre de todos los

vampiros para ayudarte si estás mintiendo. Gatita, me gustaría meterlo en la

caja y llevarlo al complejo, hasta que pueda verificar que es una de la personas

de Two-Chain.”

Bones me rendía cuentas, ya que en cuestiones de trabajo, yo estaba a

cargo. En cuestiones de vampiros sin embargo, Bones me superaba más de

doscientos siglos.

“Seguro. Odiará la cápsula, sin embargo.”

La risa de Bones fue un poco sombría. Él sabía por experiencia propia lo

desagradable que era nuestra transportación de vampiros.

“Si está mintiendo, esa será su menor preocupación.”

Cooper se acercó a nosotros. “Comandante, la cápsula está preparada y

lista.”

“Métanlo. Contengamos esta escena lo más rápido posible.”

Mi segundo al mando, Tate Bradley, caminó dentro del club. Su mirada

recorrió la habitación en mi búsqueda.

“Cat, esta es la tercera vez que te reconocen.”

Como si no lo supiera. “Bueno tendré que encontrar un mejor disfraz.

Rápido, antes del trabajo de la próxima semana.”

Tate no dejó que mi tono lo disuadiera. “Todo este riesgo va a hacer que

te maten. Uno de estos días, alguien va a reconocerte y solo sacará una pistola

en vez de ofrecer comprarte un trago. Esto se está volviendo demasiado

peligroso, incluso para tus estándares.”

“No me digas que hacer, Tate. Yo estoy a cargo, así que no juegues a

Papá Oso conmigo.”

“Sabes que mis sentimientos por ti no son paternales.”


Antes de poder pestañar, Bones tenía agarrado a Tate por la garganta

con sus pies colgando varios centímetros en el aire, estaba tan molesta por el

comentario de Tate, que me tomó un momento decirle a Bones que lo soltara.

Si no conociera a Tate por muchos años, lo hubiera estrangulado yo

misma por como continuaba hostigando a Bones en lo que se refería a mí.

En vez de patear o pelear, Tate logró una mueca que parecía una sonrisa.

“Que vas a hacer, Cript Keeper3?” falseó. “¿Matarme?”

“Bájalo Bones. Hay problemas más grandes que su actitud,” continué.

“Tenemos que terminar aquí, chequear el linaje de Ernie, darle a Don nuestro

reporte y llegar a casa. Vamos la luz de la luna está ardiente.”

“Un día vas a pujar demasiado,” gruñó Bones, dejando caer a Tate al

suelo.

Le di a Tate una mirada de advertencia. Eso era lo que me preocupaba

también. Tate era mi amigo y me importaba, pero sus sentimientos por mí iban

en una dirección diferente. No ayudaba que últimamente Tate parecía

determinado a mostrar esos sentimientos, especialmente alrededor de Bones.

Lo que era como agitar una bandera roja frente a un toro. Los vampiros

no eran conocidos por sus tendencias a compartir. Hasta hora, he sido capaz de

prevenir que una pelear real estalle entre ellos, pero sabía que si Tate

verdaderamente hacía perder a Bones su temperamento, él no viviría lo

suficiente para lamentarlo.

“El Senador Thompson estará agradecido de que el asesinato de su hija

haya sido castigado,” mi tío y jefe, Don Williams, dijo más tarde cuando todos

nosotros estábamos sentados en su oficina. “Cat, oí que te reconocieron otra

vez. Esta es la tercera vez.”

3 El guardian de la cripta, El anfitrión de Cuentos de la Cripta (programa de televisión sobre cuentos de terror), y un icono para methheads en todas partes.


“Tengo una idea,” sugerí. “Quizás tú, Tate y Juan pueden alinearse y

gritarlo desde los tejados. Sé que es la tercera vez, Don!”

Mi lenguaje no lo agitó. Don no había estado a mí alrededor los primeros

veintidós años de mi vida, pero había estado en el centro de la primera fila los

últimos cinco. Ni siquiera supe que estaba relacionada con él hasta hace pocos

meses. Don me escondió nuestra conexión familiar, ya que no quería que yo

supiera que el vampiro que- supuestamente- violó a mi madre era su hermano.

“Vamos a necesitar otra mujer para hacer el cebo,” declaró Don.

“Todavía puedes liderar al equipo Cat, pero hay demasiado riesgo para tenerte

colgando del gancho por más tiempo. Sé que Bones está de acuerdo.”

Eso me provocó una risa aguda. A Bones le gustaba que yo arriesgara mi

vida de formar regular casi tanto como a mí me agradaba mi padre.

“Claro que está de acuerdo. Demonios, Bones bailaría en tu tumba si yo

renuncio a mi trabajo.”

Bones arqueó una ceja sin inmutarse y sin negar eso.

“Tu hubieras hecho que sacara a Don de debajo de la tierra, Cat,” dijo

Dave con una sonrisa irónica.

Le sonreí de regreso. Eso era lo que Bones le había hecho a Dave luego

que Dave fuera asesinado en el trabajo. Yo sabía que la sangre de vampiro era

un poderoso elixir sanador, pero no sabía en ese momento que si una persona

herida tragaba sangre de vampiro antes de morir, él o ella podría ser traído

luego de regreso como un ghoul.

Don tosió. “Sea como fuese, todos están de acuerdo en que se está

volviendo muy peligroso para tí continuar como cebo. Piensa en los que estaban

ahí, Cat. Cuando hay un Código Rojo, más de ellos tienen la posibilidad de ser

asesinados.”


Él tenía razón. Lo de esta noche fue un ejemplo de ello. Los vampiros y

ghouls se desesperaban bastante cuando eran acorralados. Añadido al hecho de

que yo no tenía la reputación de tomar prisioneros, ¿que tenían que perder al

llevarse tantos humanos con ellos como pudieran?

“Mierda.”Fue el reconocimiento de la derrota. “Pero no tenemos ninguna

mujer en nuestro equipo, gracias a tus reglas sexistas, Don, y tenemos otro

trabajo la próxima semana. Eso no es tiempo suficiente para conseguir una

soldado calificada, darle las malas noticias sobre vampiros y ghouls, entrenarla

para que se defienda a sí misma, y luego tenerla arreglada para la acción.”

Hubo silencio luego de este pronunciamiento. Don levantó una ceja, Juan

silbó, y Dave se golpeó el cuello.

“Que hay de Belinda?” sugirió Tate.

Lo miré asombrada. “Pero ella es una asesina.”

Tate gruñó. “Seah, pero tiene buen desempeño y es un juguete entrenado

con los hombres. Basados en su buen comportamiento, le hemos prometido

dejarla ir en diez años. Quizás sacarla a trabajar, será un buen indicador de si se

reivindicará como proclama.”

Bones se encogió ligeramente de hombros. “Es arriesgado, pero Belinda

es un vampiro, así que ella es lo suficientemente fuerte para trabajar. Además es

lo suficientemente atractiva para ser el cebo, y no requiere entrenamiento.”

No me agradaba Belinda, y no era solo porque una vez trató de matarme.

Ella también tenía una historia con Bones que envolvía su fiesta de cumpleaños,

y otra vampiro llamada Annette, otras dos chicas, y muy poca charla.

“¿Don?” pregunté.

“Lo intentaremos con Belinda la próxima semana,” dijo al final. “Si no

puede manejarlo, entonces encontraremos una sustituta adecuada.”


Usar un vampiro como cebo para atrapar a otros vampiros. Era casi tan

demente como lo que habíamos estado haciendo, lo cual era usarme a mí,

medio vampiro, para la misma cosa.

“Hay una cosa más que discutir,” dijo Don. “Cuando Bones se nos unió

hace tres meses, fue con una condición. Su contribución más significante a

nuestra operación no ha sido requerida…hasta hoy.”

Me tensé, porque sabía lo que eso significaba. A mi izquierda, Bones

levantó una ceja aburrido.

“No voy a faltar a nuestro acuerdo, así que nombra el hombre que

quieres que convierta en vampiro.”

“Yo.”

La palabra vino de Tate. Mi mirada se volvió hacia él.

“Tu odias a los vampiros!” Estallé. “¿Por qué querrías convertirte en

uno?”

“Lo odio a él,” fue el acuerdo inmediato de Tate. “Pero tú eres la que dijo

que es la persona la que hace el carácter de un vampiro, no al revés. Lo que

significa que hubiera odiado a Bones cuando era humano, también.”

Genial, pensé, todavía conmocionada por la intención de Tate. Bueno

saber que estaba manteniendo la mente abierta en lo que se refería a los no

muertos. Seah, claro.

Bones rastrilló a Don con la mirada. “Necesito tiempo para prepararlo

para la transición, y dejemos algo claro.” Él volvió su atención de regreso a

Tate. “Eso no hará que ella te ame.”

Miré a otro lado. Bones había dicho en voz alta lo que me había

preocupado a mí también. Dios, esperaba no tener nada que ver con la decisión

de Tate de ser la primera persona del equipo en convertirse en vampiro. Por

favor que no haga nada drástico por mi causa.


“Te quiero como amigo, Tate.” Mi voz era suave. Odiaba decir esto frente

al grupo, pero todos conocían los sentimientos de Tate. Él no había sido muy

tímido sobre ello. “Tú eres uno de mis mejores amigos. Pero como amigo es la

única forma en que te veo.”

Don aclaró su garganta. “A menos que Bones tenga una legítima

preocupación, los sentimientos de Tate son irrelevantes.”

“La motivación es mi preocupación,” dijo Bones enseguida. “Que, si la

amargura lo abruma cuando no pueda quitarla de mi lado, y déjame asegurarte

amigo, lo harás. Así que la pregunta sigue siendo- está escogiendo esto por sí

mismo, o por ella? Si lo hace por la razón equivocada, tendrá mucho tiempo

para lamentarlo.”

Al final habló Tate. “Mis razones son mías, y mi compromiso con mi

trabajo no sufrirá por ello.”

Bones le dio una leve sonrisa. “En cien años este trabajo y tu jefe se

habrán ido hace mucho, pero tu todavía serás mi creación. Me debes lealtad a

menos que te deje tu propio linaje o me retes y lo tomes. Seguro que quieres

eso?”

“Puedo manejarlo,” fue todo lo que dijo Tate.

Bones se encogió de hombros. “Entonces está arreglado. Si todo sale bien,

pronto tendrás tu vampiro, Don. Como prometí.”

Don tenía una expresión que era de tristeza y satisfacción a la vez.

“Espero no arrepentirme de esto.”

Yo también lo esperaba.


Capítulo 2

TRADUCIDO POR YSSIK

ME DESPERTE SOLA EN NUESTRA CAMA MAS TARDE. UNA

SOÑOLIENTA mirada alrededor me mostró que Bones no estaba en el

dormitorio. Curiosa, bajé y lo encontré en el sofá de nuestra sala de estar.

Bones miraba fijamente por la ventana hacia la cresta de la montaña a lo

lejos. Los vampiros tenían la capacidad de sentarse con total tranquilidad, como

inmóviles estatuas. Ciertamente, Bones era lo suficientemente hermoso como

para ser una obra de arte. La luz de la luna hacía ver su cabello más claro que su

sombra marrón oscuro. Lo había cambiado del rubio a su color natural para ser

menos evidente cuando estábamos en el trabajo. Esos débiles rayos plateados

también acariciaban las depresiones y hoyuelos de la piel de cristal de Bones,

destacando su línea y recto físico. Sus oscuras cejas casi hacían juego con el

color de sus ojos cuando no se iluminaban del verde vampiro. Las sombras

hacían a sus altos pómulos verse aún más perfectamente esculpidos cuando

volvió su cabeza y me vio allí de pie.

"Hey." Apreté la bata en la que me había envuelto, sintiendo su tensión

en el aire. "¿Pasa algo malo?"

"Nada malo, cariño. En realidad sólo estoy un poco nervioso".

Eso llamó mi atención. Me senté a su lado. "Tú nunca estas nervioso".

Bones sonrió. "Tengo algo para ti. Pero no sé si lo quieres".

"¿Por qué no lo querría?"

Bones se deslizó del sofá para arrodillarse delante de mí. Todavía no lo

entendía. Sólo cuando vi la pequeña caja de terciopelo negro en su otra mano

me di cuenta.


"Catherine". Si no lo hubiera adivinado ya, el solo uso de mi nombre real

habría sido una pista. "Catherine Kathleen Crawfield, ¿quieres casarte

conmigo?"

No me di cuenta hasta en ese momento de lo mucho que había deseado

que Bones me preguntara eso. Claro, estábamos casados bajo las leyes de los

vampiros, pero tener a Bones cortándose la mano, sobre la mía y declarándome

como su esposa no se sentía absolutamente como las fantasías de una novia

vestida de blanco que había tenido de niña.

Además, Bones lo había hecho para evitar una pelea entre su gente y la

gente de su Sire Ian por la cuestión de quién tenía derechos sobre mí.

Sin embargo, mirando ahora a Bones, hacía palidecer todas mis fantasías

infantiles en nada.

Cierto, Bones era un ex-humano-gigoló-convertido-en-vampiro-asesino-a

sueldo-en lugar de un príncipe encantado, pero ninguna heroína de cuento de

hadas podría haber sentido lo que yo, con el hombre del que estaba locamente

enamorada pidiéndome de rodillas que fuera su esposa. Mi garganta se cerró

por la emoción.

¿Cómo tenía siempre tanta suerte?

Bones hizo un sonido de divertida exasperación. "De todas las veces que

tienes para quedarte muda. Si no te importa, elije una respuesta. El suspenso

me está matando".

"Sí".

Las lágrimas asomaron a mis ojos, incluso cuando empecé a reírme de

pura alegría burbujeando dentro de mí.

Algo frío y duro se deslizó en mi dedo. Apenas podía verlo, ya que mi

visión era borrosa, pero cogí un destello de color rojo.


"Tenía esta piedra y la transforme en un anillo hace casi cinco años", dijo

Bones. "Sé que crees que antes estaba presionado a esta vinculación, pero no es

verdad. Yo siempre he tenido la intención de casarme contigo, gatita".

Por millonésima vez, me arrepentí de dejar a Bones de la manera en que

lo hice hace años. Pensé que lo protegía. Resultó que estaba perjudicándonos a

ambos sin necesidad.

"¿Cómo puedes estar nervioso por pedirme que me case contigo, Bones?

Yo moriría por ti. ¿Por qué no querría vivir por ti también?"

Me dio un largo y profundo beso, susurrando en mis labios cuando me

separé por falta de aliento.

"Sé que eso es lo que pretendo hacer."

Más tarde, yo estaba tendida en sus brazos, esperando el amanecer, que

no estaba lejos.

"¿Quieres fugarte, o quieres hacer todo la cosa de una gran boda?" Le

pregunté soñolienta.

Bones sonrió. "Conoces a los vampiros, cariño. Siempre gustan de un

espectáculo de lujo. Nos gustan. Además, sé que no sentiste nuestra unión

vampiro como una boda real, así que quiero que tengas algo que lo haga".

Di un gruñido divertido. "Wow, una gran boda. Tendremos que pasar un

infierno de tiempo explicando el menú al potencial catering. Eligiendo de plato

principal: carne o mariscos para los humanos, carne cruda y partes de cuerpo

para los ghoul... un barril de fresca y caliente sangre en el bar para los

vampiros. Dios, sólo puedo imaginar la cara de mi madre"

La sonrisa de Bones se volvió diabólica y dio un salto. Lo observé con

curiosidad, mientras se dirigía al otro lado de la habitación y marcó su teléfono

celular.


“Justina.”

Salté tras él tan pronto como oí el nombre de mi madre. Bones corrió

lejos de mí, reprimiendo la risa y continuaba hablando.

"Sí, es Bones. Ahora en serio, ese es un muy mal nombre para llamarme...

hmm eh, lo mismo para ti, estoy seguro... "

"Dame ese teléfono", exigí.

Él no me hizo caso, saliendo fuera de mi alcance. Desde mi padre, mi

madre odiaba a los vampiros con una pasión patológica. Incluso había

intentado matar a Bones antes -dos veces- el porqué él se estaba deleitando en

regresárselo ahora.

"En realidad, Justina, no sólo te he llamado para charlar sobre que tan

asesino no-muerto soy... cierto, degenerada puta también. ¿Alguna vez te dije

que mi mamá fue una? ¿No? ¡Oh, Caray, vengo de una larga línea de putas, de

hecho..."

Tomé aliento mientras Bones divulgaba otra exquisitez sobre su pasado a

mi madre, que ahora debía estar echando espuma por la boca.

"... llamaba para darte las buenas noticias. Le pedí a tu hija que se casara

conmigo y ella aceptó. Felicitaciones, oficialmente seré tu hijo-político. Ahora,

¿quieres que te llame mamá inmediatamente, o espero hasta después de la

boda?"

Volé por el aire en un salto que finalmente lo derribó, quitándole el

teléfono.

Bones se reía tan fuerte, que tenía que respirar para dejarlo salir todo.

"¿Mamá? ¿Estás ahí? Mamá...?"

"Es posible que quieras darle un momento, gatita. Creo que se desmayó."


Había días cuando sentía una punzada de melancólico pesar porque

nunca iba a ser madre.

Claro, mi padre había estado recientemente no-muerto, lo suficiente

como para fecundar a mi madre, pero por regla general, los vampiros no

podían reproducirse. Y yo nunca me habría arriesgado a transmitir mis

anomalías genéticas a un niño por medio de la inseminación artificial, por no

hablar de mi peligroso estilo de vida adoptando uno.

Ahora mismo, sin embargo, me alegré de no ser madre. Me había

enfrentado a algunos vampiros y ghouls, pero hordas de niños hiperventilados

por el azúcar, chillando cuando corren de un videojuego al siguiente, mientras

yo sabía que no había escapatoria para mí? Realmente era aterrador.

Bones estaba fuera del Chuck E. Cheese4, bastardo con suerte. Esto era

por su nivel de poder. Otros vampiros le sentían cuando estaba cerca, como si

estuviese dentro, entonces por lo general, Bones observaba los locales hasta que

el show hubiese terminado y nuestro objetivo, él o ella, sabía que estaba siendo

cazado. Yo carecía del típico aura no-muerto que se sentía como algo de

electricidad estática, como electrocución en toda regla, dependiendo de la

fuerza del vampiro. No, yo tenía un corazón que latía y respiraba, lo que me

hacía parecer inofensiva— a los que no sabían qué otra cosa buscar, de todos

modos.

Hacia el final, tenía casi toda mi piel cubierta. Hey, no estaba jugando al

cebo vivo, así que no necesitaba usar mi acostumbrado conjunto de puta.

Belinda era la única con un top escotado y pantalones vaqueros súper apretados

en las caderas que revelaba varias pulgadas de su vientre. Se había rizado el

cabello y usaba maquillaje, lo que era una rareza, porque desde que era

prisionera de Don, ella no salía mucho.

4 Chuck E , Cadena de Centros de Entretenimiento Familiar


En cuanto a Belinda, con su pelo rubio, sonrisa de mohín y alucinantes

curvas, la gente nunca diría que ella era un vampiro, sobre todo porque

estábamos a plena luz del día.

Incluso aquellos que pudieran creer en vampiros, aún compraban el mito

de que los vampiros sólo podían salir de noche, lo que junto con lo de dormir

en ataúdes, ser repelidos por símbolos religiosos o de ser asesinados por una

estaca de madera, estaban equivocados.

El niño a mi lado me tiró del brazo. "Tengo hambre", anunció.

Estaba confundida. “Pero acabas de comer".

Puso los ojos en blanco. "Señorita, eso fue hace una hora".

"Llámame mamá, Ethan", le recordé, grabando una brillante sonrisa en

mi cara mientras sacaba más dinero. Este tenía que ser el trabajo más extraño.

Cuando Don había conseguido un niño de diez años para actuar como apoyo,

nunca lo hubiera sabido. Pero él había dispuesto que Ethan viniera con

nosotros, diciendo que si nos pasábamos horas al acecho en Chuck E. Cheese

sin un niño, para cualquiera seríamos sospechosos de ser pedófilos o -dah- ser

cazadores de vampiros por nuestro objetivo.

Ethan me arrebató el puñado de dinero sin esperar a que lo despegara de

las facturas.

"¡Gracias!" Dijo, y echó a correr hacia el mostrador de pizza.

Bueno, eso parecía auténtico—había visto todo el día a niños hacer lo

mismo con sus padres, además de todo el día de ayer. Dios mío, entre el

alimento y las fichas sin fin para juegos, había gastado más dinero en dos días

aquí de lo que normalmente hacía en una semana bebiendo multiples gin and

tonics. Al menos esto era con el dinero del Tío Sam5, no el mío.

5 Tío Sam, personifica al gobierno de EE.UU. su expresión remonta a la primera guerra mundial donde se reclutaba por medio de un afiche con la figura de un hombre mayor y se enviaban


Sólo había un piso en Chuck E. Cheese, por lo que hacía más fácil

mantener a Belinda vigilada sin recurrir a estar en ciernes sobre ella. Ella estaba

en la sección a la izquierda de la puerta de entrada, jugando Skee-Ball6. Ella

volvió a hacer un tiro perfecto en el centro de las argollas. Las luces se apagaron

mientras más boletos salían de la máquina. Belinda tenía un montón de ellos

cerca de sus pies y más de unos cuantos padres admirándola, así como niños

agrupados en torno a ella.

Pero ningún otro vampiro estaba aquí, a pesar de que este Chuck E.

Cheese se había vinculado a la desaparición de una familia hace tres semanas.

No es que ninguno de los clientes de aquí lo supiera. Sólo fue porque una

cámara de seguridad capto un par de brillantes ojos verdes en el

estacionamiento, sino Don siquiera hubiese sospechado que vampiros

estuvieran involucrados en la extraña desaparición de la familia.

A los asesinos no-muertos les gustaba acechar el mismo territorio de caza

más de una vez. Lo qué me confunde un infierno. Si los vampiros o ghouls no

volvieran a la misma escena del crimen, el departamento especial de Seguridad

Nacional de mi tío estaría fuera del negocio. Algunos de ellos no tienen el

suficiente sentido común para ser como los rayos, nunca caen el mismo lugar

dos veces.

Mi celular vibró. Lo quité de mi cinturón, lo miré y sonreí. El número 911

parpadeaba intermitente, lo que significaba que un vampiro había sido visto en

el estacionamiento. Mantuve mis ojos en Ethan mientras me acercaba hacia

donde estaba Belinda. Ella me dio una mirada de irritación cuando le puse una

mano en el brazo.

"Hora del show", murmuré.

suministros con las iniciales U.S (United States, estados unidos) y del proveedor de carne (Uncle/Tío Samuel Wilson) donde los soldados hicieron un juego de palabras de = Uncle Sam= Tío Sam.

6 Es un juego parecido al bowling, solo que se juega inclinado en una mesa


"Quítame la mano de encima", respondió ella sin perder su dulce sonrisa.

En cambio, apreté. "Si intentas algo, te mato. Y eso sólo si Bones no lo

hace primero".

Los ojos de Belinda brillaron verdes por un segundo, pero luego se

encogió de hombros. "Diez años más, entonces no tendré que tratar contigo."

La dejé ir. “Eso es correcto. Por lo que no arruines un acuerdo mejor al

que mereces".

"¿No tienes que alejarte de mí, Reaper?" Siseó, por lo bajo, incluso yo

podría apenas oírla. "No quieres asustar a los peces, ¿verdad?”

Le di a Belinda una fría y evaluadora mirada antes de darle la espalda y

alejarme. Quise decir lo que dije. Si Belinda sacaba algún truco en este trabajo y

ponía en peligro alguno de los muchos niños aquí, la mataría. Pero, como le

decía, estábamos dándole suficiente cuerda para colgarse a sí misma. Ahora

teníamos que esperar y ver que hacía con ella. En mi camino hacia Ethan, mi

celular vibró otra vez. Eché un vistazo y gemí mentalmente.

Otro 911. Eso significaba que había dos vampiros. Nada bueno.

Llegué a Ethan, con ganas de mantener un ojo avizor sobre él, así como

en la puerta. No pasó mucho tiempo antes de que viera a dos hombres caminar

con la distintiva piel y los meticulosos movimientos que marcaban la diferencia

entre una persona normal y un vampiro.

Le di al interior de Chuck E. Cheese otra mirada frustrada. Con todos los

niños aquí, este era el peor tipo de lugar para tener un enfrentamiento con los

no-muertos. Si estuviera jugando al cebo, trataría de maniobrar a los vampiros

en el estacionamiento para reducir al mínimo el peligro para los transeúntes.

Pero a Belinda probablemente no le importa lo suficiente como para hacer eso.

Bueno, sólo tenía que tratar de ayudarla a salir.

Agarré la mano de Ethan. "Es hora", le dije.


Sus ojos azul-verdes se dilataron. "¿La gente mala está aquí?", Susurró.

Dudaba que Don le hubiera explicado a Ethan— o a sus padres, quienes

fueran esa gente loca que dejaron a su hijo hacer esto— a qué clase de ‘gente

mala’ buscábamos. Yo no iba a explicárselo, tampoco.

"Tu no te vas a alejar de mi, ¿recuerdas?" dije, suave pero firme. "Todo irá

bien".

Él asintió, reuniendo visiblemente todo su valor. "Está bien".

Qué niño tan bueno.

Mi celular vibró de nuevo, con otra serie de números parpadeando en la

pantalla.

911-911

"Oh, mier- maldicion", me corregí justo a tiempo.

Ethan parpadeó hacia mí. "¿Qué pasa?"

Le di un apretón más fuerte a su mano. "Nada."

Esa era una mentira, por supuesto. Alcé la vista a tiempo para ver a un

tercer vampiro caminar hacia la puerta.

Luego a un cuarto. Vi a Belinda pausar su próximo lanzamiento de Skee-

Ball, mirarlos y sonreír. Ampliamente.

Esta iba a ser un infierno de tarde.


Capítilo 3

TRADUCIDO POR PAULARGUIN

A LOS VAMPIROS NO LES TOMÓ MUCHO NOTAR A BELINDA. Tal

vez la olieron antes de verla, porque no estuvieron ni un minuto dentro del

local antes de deslizarse hasta ella. Le agarré fuerte la mano a Ethan mientras

escuchaba a Belinda intercambiar holas, esforzando mi oído para asegurarme

de que no estaba diciendo otra cosa. Algo así como, trampa o Reaper. Hasta

ahora, todo bien. Belinda sólo estaba siendo coqueta – con bordes homicidas,

preguntando si estaban aquí para comerse a alguien.

“¿Por qué crees que estamos aquí?” Dijo uno de ellos con una sonrisa.

“No será por el gran ratón de peluche.”

Los demás se rieron. Mi mandíbula se apretó. Hijos de puta.

“¿Estás aquí con alguien?” Preguntó otro, dándole a Belinda una mirada

lasciva de arriba a abajo.

“Una chica que conocí y su hijo,” dijo Belinda con desdén. “Uno de

ustedes puede comérsela pero yo pido el niño, es mío.”

“Señálalos,” dijo el vampiro de cabello oscuro.

Aparté la mirada justo cuando la mano de Belinda se arqueó hacia arriba,

poniendo una falsa sonrisa en mi cara mientras miraba a Ethan. No te

preocupes. No te va a pasar nada.

“La rubia usando el suéter cuello de tortuga negro y vaqueros, de la

mano del pequeño. Son ellos.”

“Bonita,” dijo el moreno arrastrando las palabras, y luego añadió

rápidamente, “Pero no tan bonita como tú, por supuesto.”


“Gracias.” La voz de Belinda dijo que su marcha atrás no fue suficiente,

pero lo dejo pasar. “Entonces, ¿Cómo hacen esto ustedes normalmente? ¿Sólo

secuestran a un niño y corren?”

“¿Ves a ese tipo allí?”, Señaló el vampiro alto y delgado, a alguien que

lleva una insignia de empleado. “Después de unos pocos destellos de mis ojos,

me voy a robar su traje.”

“¿Por qué querrías tomar la ropa de alguien?” Belinda preguntó con

incredulidad. Miré de nuevo a ellos de forma casual. Me había estado

preguntando lo mismo.

“No su ropa, el traje de Chuck E. Cheese,” respondió el vampiro con una

sonrisa. "Es fácil lograr que los niños te sigan fuera sin levantar sospechas

cuando estás usando eso. Aunque los padres se den cuenta, uno de nosotros les

da una mirada y se van a casa pensando todo está bien. Les toma un día más o

menos darse cuenta de que sus hijos no están, y no recuerdan donde los

perdieron.”

“Los llevamos a fuera de a uno y los guardamos en el maletero,” agregó

otro. “Es lo suficientemente frío en esta época del año, por lo que no mueren o

se echan a perder, y con un destello de los ojos, se quedan tranquilos mientras

están allí.”

Mi mano se apretó sobre la de Ethan, hasta que dejó escapar un aullido.

Solté mi agarre, luchando por mantener mis ojos sin brillar de pura rabia pura.

No podría matar a estos tipos lo suficientemente pronto.

Belinda sonrió. “¿Un vampiro en un traje de Chuck E. Cheese? Eso tengo

que verlo.”

El vampiro le devolvió la sonrisa. “Espera aquí, cariño. Te encantará el

espectáculo.”

Como si fuera el momento justo, las figuras robóticas en el teatro

volvieron a la vida sintética. Los niños chillaban de alegría. Vi como uno de los


vampiros seguía al empleado que habían señalado detrás del escenario. Mi

intención de seguirlo se vio interrumpida por lo que oí después.

"...hambriento, voy a buscar ahora a alguien para comer", dijo el vampiro

de cabello rojizo, vagando lejos de Belinda y los demás.

Solté la mano de Ethan. Belinda le había señalado como suyo, era el niño

más seguro en el lugar por el momento. Me arrodillé, hasta que estuve a nivel

de sus ojos.

“¿Ves ese juego?” Le pregunté, señalando el más cercano a nosotros. “Ve

a jugar con ese y no te muevas hasta que yo o uno de los otros chicos que

conociste antes venga a buscarte. Prométemelo.”

Ethan asintió con la cabeza. “Lo prometo.”

“Buen chico,” murmuré. Ethan se acercó al juego y puso todas sus fichas

en el. Una furia fría se apoderó de mí cuando vi al otro vampiro ir a la caza de

su presa.

“Todas las unidades, en espera,” le susurré a mi teléfono celular. Esto

podría ponerse feo realmente rápido.

Discretamente lo mantuve a la vista mientras el vampiro vagaba por la

habitación, sus agudos ojos escogiendo a los niños que estaban siendo

supervisados y los que no lo estaban. Había un chico joven por la máquina de

cambio, recogiendo sus fichas. El vampiro lo miró, se deslizó sigilosamente

detrás de él, cuando el niño empezó a pasear por los juegos. Entonces esperó

hasta que estuviesen cerca de una esquina, y puso su mano sobre el hombro del

muchacho.

El chico levantó la vista - y eso fue todo lo que tomó. Los ojos del

vampiro brillaron verdes por un momento y murmuró algo, demasiado bajo

para oírlo. Nadie más se dio cuenta. El muchacho lo siguió hasta la habitación

de al lado, sin pausa, desapareciendo detrás de una de las paredes parciales.


Fui tras ellos, al notar que el vampiro había tomado el lugar menos

concurrido, donde todos los juegos fuera de uso se mantenían guardados. Él se

estaba arrodillándose, el niño frente a él. Pude ver la luz verde de la mirada del

vampiro reflejándose en la piel del niño mientras estaba allí parado, sin hacer

ningún intento de correr o gritar.

Él va a morderlo en este momento. Aquí mismo, y podría dejar detrás su

cuerpo marchito detrás de una de esas máquinas descompuestas en menos de

un minuto. Sus padres ni siquiera sabrían que está en peligro hasta que ya

estuviese muerto...

El vampiro de cabello rojizo se inclinó, sin temor de los padres o Dios o

cualquier otra persona que pudiese detenerlo. Saqué un cuchillo de plata de mi

camisa y me deslicé hacia delante. Saluda a mi pequeño amigo, imbécil!

“¿Qué demo - ?”

Giré, sintiendo el poder inhumano a mis espaldas, incluso mientras oía la

voz. El vampiro usando el disfraz de Chuck E. Cheese estaba detrás de mí, su

gran cabeza de ratón falsa inclinada como interrogante hacia un lado. El otro

vampiro dejó caer sus manos del niño, y su mirada se redujo hacia mi cuchillo.

“Plata,” murmuró.

La actuación había terminado. “¡Desplegar!” grité, sabiendo que Bones

me escucharía, y lancé el cuchillo.

Se enterró en su pecho hasta la empuñadura. Salté sobre él en el mismo

movimiento, golpeándolo para darle algunos giros brutales a la hoja. Al mismo

tiempo, algo pesado cayó sobre mí. Y cómodo. Era el vampiro en el atuendo de

Chuck E. Cheese.

Me di la vuelta, haciendo crujir mis piernas hacia arriba y luego

pateando al vampiro de encima. Golpeó un vídeo juego lo suficientemente

fuerte como para que travesara la ventana. Oí gritar a Tate, “¡Homeland

Security, nadie se mueva!” mientras palmeaba más cuchillos y luego los


arrojaba con una precisión perfecta en el pecho del vampiro Chuck E. Se

tambaleó hacia atrás, pero no cayó. Maldito traje, debía ser demasiado grueso.

Tomé varios cuchillos de debajo de mi ropa y lo derribé. Luchó con todas

sus fuerzas como pudo – mientras estaba encerrado en un traje grande de ratón.

Nuestra refriega nos había hecho rodar, yo intentando apuñalarlo a una

profundidad suficiente para penetrar el traje, y él tratando de golpearme,

mientras que estaba gravemente limitado en sus movimientos.

“¡Deja a Chucky en paz!” Oí un gemido infantil. Varios más gritaron.

Jesús, María y José, hablando de cicatrices emocionales asustando a estos

niños, viendo lo que debe parecer a una loca tratando de apuñalar a su ícono

amado hasta la muerte. Tendrían pesadillas durante años a menos que Bones

borrara su memoria.

No me centré en eso, sin embargo. Seguí machacándolo con mis

cuchillos, escuchando estallar otra pelea. Los otros vampiros. Finalmente

conseguí una inclinación bastante profunda en el cuchillo debajo de mí para

que el vampiro aflojara, y le di a la hoja un giro final.

Me levanté a la mirada horrorizada de los niños y padres por igual, pero

no había tiempo para explicar que Chucky no era Chucky, sino su gemelo

malvado. El vampiro rubio vino hacia mí rugiendo por la habitación, casi

pateando a la gente grande y pequeña de su camino. Alcancé otro cuchillo, y

descubrí que sólo me quedaban unos pocos, y me dirigí hacia él también. No

podía arriesgarme a tirarle mis cuchillos - si se agachaba, quien estuviese detrás

de él podría salir lastimado. No, esto tendría que ser una pelea. Mis ojos

brillaban verdes. Vamos, Rubiecito, veamos lo que tienes.

Ver mis ojos brillar le hizo vacilar, pero sólo por un momento. En mi

visión periférica, pude ver a Belinda luchar con el vampiro de pelo oscuro. No

le habíamos dado ningún arma, por razones obvias, pero fue un alivio verla

luchar por nosotros en vez de en nuestra contra.


Detrás del vampiro rubio, el último apareció. Gruñó y se dirigió hacia

mí. Entonces su mirada parpadeó hacia la puerta.

“Oh, mierda,” le oí decir justo antes de que se volviera y corriera detrás

del escenario.

No tenía que volverme para saber lo que lo había asustado, pude sentir a

Bones entrar en el lugar. Pero el otro vampiro me golpeó, al mismo tiempo, así

que no pude disfrutar de la vista del otro esfumándose y corriendo.

“Atrápalo, yo me encargo de Rubiecito", grité, evitando un par de

colmillos que se dirigían hacia mi garganta.

“Voy por el cabrón,” gruñó Bones, desapareciendo detrás de las grandes,

borrosas figuras robóticas, que todavía cantaban y bromeaban entre sí en el

escenario.

“¡Vamos afuera, gente!” ordené entre recibir y dar brutales golpes.

Rápido, antes de que los padres o los niños se convirtieran en rehenes.

Una rápida mirada alrededor mostró a Belinda manejando rudamente al

vampiro de cabello oscuro, llevándolo afuera con un abrazo de oso. Parecía

estar hablando con él, también, pero con todo el alboroto, maldición si supiera

lo que estaba diciendo.

Un golpe duro atrajo mi atención hacia el vampiro rubio delante de mí.

Sólo un poco más lejos, vociferaba en mi mente. No quiero matarte frente a

decenas de niños. Ya van a tener pesadillas con esto.

Cuando estaba en frente del agujero en la ventana dejado por el juego de

vídeo, cargué contra él, agachándome para evitar su boca. Caímos por la

ventana hacia el estacionamiento, golpeándonos uno al otro sobre el asfalto.

Sólo tenía un par cuchillos más, no esperaba perder tantos con el grueso disfraz

de Chucky. Tenía que asegurarme de elegir mi momento.


“Mami, haz que paren,” se lamentó un niño, y maldije por dentro. Este

era el peor escenario para desbaratar una red de vampiros. Por lo que se oía, los

chicos estaban teniendo suficiente manteniendo a los padres y los niños para

que no huyeran hacia el estacionamiento en pánico, lo que no haría sino agravar

el problema aún más. Dave ladraba órdenes para sacar al vampiro de pelo

oscuro con el que Belinda había luchado asegurándolo en la cápsula.

Inteligente. Él no sería ninguna amenaza allí, y podríamos dejarlo en el coche y

estacarlo con tranquilidad más tarde.

Me estaba agachando para evitar un golpe que me habría roto el cuello,

cuando vi a Belinda, ya no restringiendo al otro vampiro, de repente agarrando

a Zachary, un recluta nuevo, y enterrándole sus colmillos en la garganta.

“¡Tate, detenla!” Grité, incapaz de hacer algo mientras Belinda le daba un

tirón y Zachary caía hacia atrás, mordiendo su cuello con un chorro de color

rojo entre los dedos él. Luego Belinda salió corriendo.

Oí disparos, maldiciones, y un desorden de pies mientras varios

miembros del equipo corrían tras ella.

“¡Hostil suelta, aseguren el perímetro!” Gritó Cooper.

Le di al vampiro delante de mí una mirada fría y sombría. “No tengo

tiempo para esto,” gruñí, y cargué contra él, golpeándonos a los dos. Sus puños

me golpearon, pero yo no me defendí. Tomé el maltrato, manteniendo su boca

lejos de mi garganta con una mano y con la otra atravesando con el cuchillo su

corazón. Tres bruscos giros de esa hoja y estaba muerto de forma permanente.

Me arrastré lejos de él. Me dolían enormemente las costillas, pero no

sostuve mis dolientes costados como quería hacerlo. Una refriega a mi

izquierda me hizo girar rápidamente la cabeza, justo a tiempo para ver que el

vampiro de cabello oscuro que había estado a punto ser encerrado en la cápsula

había lanzado a tierra a los dos soldados que tenía más cerca. La mayoría del

equipo que no vigilaba las salidas había ido tras Belinda, a excepción de los que


estaban de rodillas alrededor de Zachary. Este vampiro había tomado ventaja

de su distracción.

Dave saltó hacia él, pero el vampiro se agachó, deslizándose como un

macabro pingüino sobre su vientre, y luego se marchó corriendo.

Corrí hacia adelante, siguiendo los sonidos de Tate y Cooper, que ya

perseguían a Belinda. Pero al ser humanos, no había manera de que pudieran

alcanzarla.

Tomé mi decisión en una fracción de segundo y fui tras Belinda en su

lugar. Ella era la amenaza más grande. Belinda sabía los nombres de mi equipo.

Sabía detalles íntimos acerca del funcionamiento de la organización de Don, y

había tenido la experiencia suficiente siendo atrapada por el sistema de

seguridad en el recinto para dar una descripción detallada a quien pudiera estar

lo suficientemente loco como para tratar infiltrarse. No había manera de que la

dejara repetir nada de eso.

Corrí tan rápido como pude, dando alcance rápidamente a Tate y Juan.

Más adelante, no podía ver a Belinda, pero podía oír donde había estado por los

frenazos y exclamaciones de la gente cuando cruzó lo que debió ser una

intersección concurrida.

“Vayan por el coche,” jadeé a Tate, pasando por delante de él.

“¡Rastréenme!”

Tenía un transmisor en mi localizador, y en coche, podrían seguirme más

rápido. Además de manejar a cualquier policía, si se llegaba a eso. Hubo más

chirrido de llantas y me dirigí en esa dirección, estallando a través de una

intersección y vislumbré a Belinda justo antes de que se precipitara por una

calle lateral. Oh no, no lo harás, pensé.

Puse más esfuerzo, deseando que mis costillas no se sintieran como si se

estuvieran rompiendo con cada paso. Interiormente oraba para que Belinda no

se lanzase a la casa de alguien y tratara de obtener un rehén, pero tal vez había


visto y oído lo suficiente acerca de mí y el equipo para saber que eso no iba a

funcionar a su favor. No, sólo corrió como el infierno, y estaba maldiciéndola

incluso mientras le mantenía el paso.

Belinda saltó sobre una cerca sin ni siquiera una pausa en su ritmo. Al

menos no era un Maestro vampiro que pudiera volar, ya estaría jodida si así

fuera. Tomé la cerca casi tan rápidamente como lo hizo ella, pero la herida que

me hice cuando un borde dentado de metal rasgó mi pierna no curó al instante,

como lo hizo por ella. Había días en que envidiaba las habilidades de curación

de los no-muertos. Solo no lo suficiente como para convertirme en un vampiro

por completo para obtenerlas.

Cuando la alcancé lo suficiente para tener una oportunidad, le tiré mis

cuchillos. Sólo me quedaban dos, así que estos tenían que contar. Las hojas

cayeron en la zona correcta en la espalda de Belinda, haciéndola tambalear,

pero no cayó. ¡Maldita sea, le fallé a su corazón! Mi exactitud corriendo a lo

largo de un terreno irregular con un objetivo en movimiento no estaba ni cerca

de lo que era si estábamos en lugares cerrados mientras yo estaba parada. Nota

mental: Trabajar las habilidades de lanzar cuchillos en una persecución.

Pero las cuchillas comenzaron a bajar su ritmo. Todo ese zarandeo debía

de estar conduciéndolas peligrosamente a su corazón, y Belinda no podía parar

para conseguir un agarre bastante bueno de los mangos para sacarlos. Ella trató

de golpear su espalda, manteniendo su vertiginosa velocidad, pero lo único que

logró hacer mientras se agitaba fue hundir el cuchillo más profundo en su

espalda en vez de tirarlo hacia fuera. Belinda se tambaleó de nuevo, y me

obligué a ir más rápido. Casi estás allí... ¡Pisa el acelerador, Cat, no puedes

dejarla escapar!

Reuní mis fuerzas y me lancé, logrando agarrarle los tobillos de Belinda

y arrojarla al suelo. Se dio media vuelta, sus colmillos rompiendo en cualquier

parte de mi carne que pudieron encontrar. No hice caso de eso y me eché

encima de ella, soportando todo mi peso en su torso.


Belinda se quedó quieta al instante. Sus grandes ojos azul aciano

encontraron los míos por un segundo, y luego bajó los párpados, incluso

cuando ella dejó escapar un grito que se cortó en el siguiente instante. Esas

cuchillas, aún en su espalda, habían sido conducidas a través de su corazón.

No estaba dispuesta a correr ningún riesgo. Di vuelta a Belinda y le dio

un duro giro a los cuchillos, sintiendo que se quedaba completamente flácida

debajo de mí. Debiste haber tomado el acuerdo de diez años, pensé con

frialdad. En vez de llegar a esto.

Un grito me alertó sobre lo que me rodeaba. Parecía que Belinda y yo

estábamos en el borde del césped de alguien. La dueña de la casa, una mujer

mayor, estaba claramente molesta al ver a dos mujeres luchar hasta la muerte

en su patio trasero.

Me senté con un suspiro. “Adelante, llame al 911. Le hará sentir mejor.”

Aunque la policía nunca pondría sus manos sobre mí. No, no con las

credenciales de Don. Además, Tate y los chicos pronto estarían aquí, lo mismo

que Bones, lo apostaría. Él no necesitaba mi transmisor para seguirme la pista,

podía hacerlo por mi aroma.

Ella balbuceó algo que sonaba como “Asesina,” y entró en la casa,

golpeando su puerta. Momentos después, se oyó el ruido de su llamado a la

policía.

Me quedé en el césped cerca de Belinda, asintiendo con cortesía a los

pocos vecinos de cerca que salieron a mirar boquiabiertos antes de volver al

interior y hacer sus propias llamadas a emergencias. Había estado allí menos de

tres minutos antes que Bones apareciera como un rayo. Aminoró la marcha

cuando me vio, caminando por el último par de metros hasta donde yo estaba.

“¿Estás bien, mascota?”

Asentí con la cabeza. “Rasguños y moretones, nada serio. ¿El vampiro

que estabas persiguiendo?”


Se arrodilló a mi lado. “Intercambiando holas con Belinda en el infierno

ahora, diría yo.”

Bien. Uno podría haber escapado, pero tres no, y el más peligroso de los

tres estaba comenzando a secarse en el sol de la tarde.

“¿Zachary?”

Bones sacudió la cabeza. Tomé en una respiración profunda, deseando

poder apuñalar a Belinda de nuevo y de alguna manera hacer que ella lo

sintiera.

El chirrido de neumáticos anunció la llegada de los chicos, y momentos

más tarde, Juan y Tate saltaron del coche que patinó hasta detenerse delante de

nosotros.

Me puse de pie, sacudiéndome la hierba y la tierra.

“Como pueden ver, muchachos, Belinda ha sido despedida.”


Capítulo 4


EL OTRO VAMPIRO ESCAPÓ. Dave se culpaba a sí mismo por no ser él

que lo encerrara en la cápsula, pero había estado tan distraído después que

Belinda atacó a Zachary, lo cual era su intención, por supuesto. Zachary murió

desangrado antes de que Bones terminara con el último vampiro, así que no

había llegado a él a tiempo para curarlo. Zachary había tenido la versión del

equipo de un testamento en vida, también. Uno que decía que no quería ser

traído de vuelta como algo inhumano si era asesinado en un trabajo. Así que,

todos sombríos, honramos sus deseos y lo enterramos.

Ethan resultó ser un huérfano, lo que explicaba por qué sus padres no se

habían opuesto fuertemente a que interpretara a mi hijo. Hice a Don prometer

nunca usarlo a él o a cualquier otro niño de nuevo para algo tan peligroso, y

buscarle un buen hogar. Si Don podía ejecutar una rama secreta del gobierno

para luchar contra los no-muertos, la búsqueda de un hogar de acogida para un

huérfano no debía ser demasiado difícil.

Por fin, había llegado el Día V de Tate. Todo el mundo estaba en el

complejo. Sólo nos faltaba una persona, y eso era porque su vuelo se había

retrasado debido a dificultades mecánicas. Annette, el primer vampiro que

Bones había creado, venía para ayudar con Tate.

Había sido idea mía. Bones apenas había hablado con Annette desde su

intento de asustarme con los sórdidos detalles de su pasado, pero sabía que su

alejamiento le molestaba. Así que sugerí que Annette hacer turnos en la celda

en la que Tate sería encerrado después de su cambio. Podría tomar hasta una

semana antes de que Tate fuera capaz de controlar su hambre sin desgarrar la

vena de la primera persona que viera, así que nadie con pulso podría ayudar a

Tate los primeros días. Dave ya se había ofrecido voluntariamente, pero con


una tercera persona, le daría algo de tiempo libre a Bones. Y le daría la

oportunidad a Annette de hacer las paces. ¿No era yo una pequeña

pacificadora?

Ahora, sin embargo, estaba nerviosa. En media hora, Bones mataría a

Tate, sólo para traerlo de vuelta. El tiempo de morder hasta el renacimiento

podría durar una hora, o varias. Habíamos programado esta para las ocho p.m.,

justo después de la puesta del sol, cuando Bones estaría más fuerte. Le tomaba

mucho de sí a un vampiro para convertir a alguien, o eso me habían contado.

Esta era mi primera experiencia con eso.

Fiel a su estilo, Don había preparado videos. Incluso tenía electrodos

pegados al pecho y la cabeza de Tate para controlar el momento exacto de la

muerte, así como la actividad cerebral. Bones sacudió la cabeza al ver toda la

configuración de alta tecnología, con acidez preguntando si se estaba

transmitiendo a través de Internet también. A Don no le importó. Tenía la

intención de recoger toda la información disponible que pudiera para

estudiarla. En eso, él era desvergonzado.

Tate estaba en un cuarto reforzado con una serie de cerraduras de titanio.

Demonios, incluso había una macabra mesa de operaciones equipada con

abrazaderas hechas del mismo metal. Bones le había dicho a Don que todas

estas precauciones eras excesivas, en doble sentido7, pero estaba preocupado de

que Tate se liberara y corriera enloquecido. Tate estaba atado a la mesa ahora,

vestido sólo con un par de pantalones cortos para permitir un acceso más fácil

para los electrodos. Entré para verlo como humano por última vez.

7 Overkill, pun intented: Es un juego de palabras. ‘Overkill’ puede ser el sustantivo ‘overkill’/demasía o el verbo ‘to overkill’/’to go too far’/demasiarse. El juego de palabras tiene que ver con la palabra ‘kill’ que compone una parte de ‘overkill’ ya que se trata de un asesinato (que siempre, por definición, son demasiados). La traducción yace entre o es una mezcla de ‘demasía/demasiarse’ y ‘demasiados asesinatos/asesinar demasiado’


Numerosas bolsas de sangre estaban dispuestas en un refrigerador cerca

para las primeras comidas de Tate. Mi mirada se encontró con la suya mientras

me detenía junto a la mesa inclinada, maniobrando hasta que estuvo erguido

“Dios, Tate.” Mi voz flaqueó. “¿Estás seguro de esto?”

Intentó sonreír, pero le faltaba su profundidad habitual. “No estés tan

asustada, Cat. Uno pensaría que eres tú la que está a punto de morir, no yo.”

Puse mi mano sobre su mejilla. Su piel se sentía tan cálida como la mía.

Esta sería la última vez que sería de esa manera. Tate suspiró e inclinó la cabeza

más cerca.

“Ha sido un viaje extraño, ¿verdad?” murmuró. “Recuerdo cuando no

creía en vampiros. Ahora estoy a punto de unirme a sus filas, dirigido por un

hijo de puta que desprecio. Irónico, ¿No?”

“No tienes que hacer esto, Tate. Puedes cambiar de idea y cancelamos

todo el asunto.”

Él volvió a respirar hondo. “Como un vampiro, seré más fuerte, más

rápido y más difícil de matar. El equipo necesita eso... y tú también.”

“No te atrevas a hacer esto por mí, Tate.” Mi voz temblaba con

vehemencia. “Si esto es por mí, entonces bájate de esa mesa ahora mismo.”

“Haré esto,” repitió en un tono igualmente vehemente. "No puedes

convencerme de no hacerlo, Cat.”

Bones me salvó de una respuesta al venir detrás de mí. “Es hora, Gatita.”

Fui al pequeño observatorio en el nivel superior, donde llegaba el video

del cuarto. Mi tío ya estaba sentado, mirando la pantalla. Juan, Cooper, y Dave

entraron a la habitación. No podía apartar la vista de la pantalla mientras Bones

se acercaba a Tate con la lenta gracia de un verdadero depredador. La

respiración y latidos de Tate comenzaron a acelerarse.


Bones le miró sin emoción. “No vas a ganar lo que estás esperando,

amigo, pero tendrás que vivir con esta decisión el resto de tus días. Así que, por

última vez, ¿Esto es lo que quieres?”

Tate dio un largo suspiro. “Has querido matarme por meses. Ésta es tu

oportunidad. Sólo hazlo.”

En el siguiente segundo, los colmillos de Bones se hundieron en el cuello

de Tate. Las máquinas cogieron el pulso disparado de Tate mientras jadeaba, y

se ponía rígido. Dave se agarró de mi mano y se la apreté en respuesta, mirando

como Bones bebía la vida de mi amigo con profundos, largos tragos de su boca.

Su pálida garganta trabajando una y otra vez al tragar. Los sonidos del monitor

ECG8 se hicieron más lentos, disminuyendo, y luego se hizo intermitente,

pitidos breves cuando Bones levantó su cabeza.

Lamió las pocas gotas de sangre alrededor de su boca antes de sacar una

hoja y hacerse un corte en su propio cuello. Luego presionó la cabeza colgando

de Tate en la herida, manteniendo la punta del cuchillo en su cuello para que no

se cerrara.

La boca de Tate se movió, primero débilmente lamiendo la sangre, y

luego succionando con más vigor. El monitor de EEG* comenzó a hacer ruidos

alarmantes. Bones dejó caer el cuchillo mientras Tate, con los ojos cerrados,

apretaba los dientes en su cuello y lo desgarraba. Bones sostuvo la cabeza de

Tate, sin pestañear mientras él lo masticaba por más. Los dientes de Tate

rechinaban y chupaban mientras los minutos pasaban, su latido del corazón

saltándose por más y más tiempo entre pitidos hasta que finalmente... hubo

silencio.

Bones liberó, la desgarradora boca de Tate de nuevo y se tambaleó hacia

atrás. El EEG se fue sin control, mientras que el ECG mostró una línea recta

plana en el monitor. Un gran temblor sacudió el cuerpo de Tate, haciendo sonar

8 Electrocardiograma


las abrazaderas que lo sostenían. Luego se dejó caer en sus ataduras, inmóvil.

Muerto, pero a la espera de levantarse.

Las horas se arrastraban con dolorosa lentitud. Bones se sentó en el piso

de la celda, se veía como si estuviera descansando, pero yo sabía que no estaba

dormido. De vez en cuando, miraba rápidamente a la quieta forma de Tate. Me

pregunté si podía sentir los cambios en la energía alrededor de Tate. Dios sabía

el EEG podía. No se había callado. Bones debe haber querido destrozarlo más

de una vez, con todos los pitidos y graznidos que hacía.

Bones se había ayudado con dos de las bolsas de sangre después de que

Tate - ¿Muriera? ¿Se hubiese desmayado? ¿Cuál era el término para el estado en

que Tate estaba ahora, de todos modos? - A pesar de que Bones odiaba las

bolsas de plasma. Lo comparaba con el sabor a leche podrida, una analogía para

que yo entendiera cuando una vez le pregunté por qué no comía eso en vez de

morder a la gente. Pero con lo que lo había drenado Tate, Bones necesitaba

rellenado, a pesar de las preferencias de gusto.

Juan bostezó. Era pasada la medianoche, y hasta ahora, no habíamos

hecho nada más que observar a Tate tendido allí. Sin embargo, nadie parecía

querer quitar los ojos de la pantalla.

“Todos pueden ir dormir un poco, les avisaré cuando haya algún

cambio,” sugerí. Estaba acostumbrada a estar despierta hasta tarde. Ser mitad

vampiro tenía sus peculiaridades.

Don me dirigió una mirada cansada pero firme. “Creo que hablo por

todos cuando digo diablos no, me quedo.”

Hubo gruñidos de acuerdo. Me encogí de hombros, derrotada, y volví mi

atención a la pantalla.

La única advertencia que tuve fue Bones poniéndose de pie. Entonces, de

repente, el cuerpo de espaldas de Tate fue un hervidero de movimiento. Tenía


los ojos abiertos, cada músculo tenso contra las pinzas, y un aullido

sobrenatural salvaje vino de los altavoces y sacudió en mi asiento.

“Jesús Cristo,” murmuró Don, su desanimo desapareciendo.

El grito de Tate creció increíblemente fuerte. A través de la falta de

definición de los movimientos frenéticos de la cabeza de Tate mientras luchaba

contra sus ataduras, vi su boca abierta... y colmillos eran claramente visibles

mientras seguía aullando como si acabara de venir directamente del infierno.

Bones había dicho que los nuevos vampiros se despertaban con una sed

ardiente, sin sentido. Esa realidad estaba sucediendo ante mis ojos. Tate no

parecía ser consciente de dónde estaba, ni siquiera quién era. No quedaba nada

de él en la mirada que recorrió el pequeño cuarto en que estaba atrapado.

Bones no tenía nada de mi pánico interior al ver a mi amigo en tal

condición. Se acercó a la nevera, sacó unas cuantas bolsas de sangre, y se acercó

a Tate.

No pude oír lo que dijo, porque los gritos de Tate lo ahogaron, pero vi

labios de Bones moverse mientras dejaba una de las bolsas directo en la boca

abierta de Tate. Delicioso, ¿delicioso? mi mente helada suministró. O, ¿hasta el

fondo?

No importaba. Tate no bebió de la bolsa - la desgarró hasta que su rostro

estaba cubierto de rojo y sus mandíbulas le daban un aspecto más parecido a un

gran tiburón blanco que un hombre. Bones, imperturbable, cogió el plástico que

quedó de la cara de Tate, evitando ágilmente que sus dedos consiguieran ser

mordidos, y luego dejó caer otra bolsa en la boca de Tate. Corrió la misma

suerte de ser triturada, tal como la primera.

Desvié la mirada, perturbada. Eso no tenía sentido, porque había sabido

que esperar, pero oírlo y verlo eran dos cosas diferentes. A mi derecha, también

noté a Juan mirando a otro lado de la pantalla. Se frotaba la sien.

“Aún es él.”


La voz de Dave pareció muy suave en la ruptura repentina de los gritos

de Tate mientras sorbía. Dave asintió una vez hacia el monitor.

“Sé que es difícil de creer por lo que están viendo, pero Tate todavía está

allí. Es sólo temporal. Va a ser él mismo pronto.”

Dios, quería creer eso. Sabía que no había razón por la que no debería,

salvo que ahora, Tate se veía más aterrador que el vampiro más homicida con el

que me había cruzado jamás. Supongo que realmente no me había preparado

para ver a mi amigo de esta manera, a pesar de que había pensado que así era.

Fueron necesarias cinco bolsas antes de que el brillo demente dejara los

ojos de Tate. Por supuesto, la mayoría de las dos primeras se habían derramado

alrededor de su cara y hombros, no en su boca, ya que las había cortado tan

locamente. Ahora, cubierto de sangre, finalmente miró a Bones y pareció

reconocerle.

“Duele,” fueron las primeras palabras de Tate.

Lágrimas asomaron a mis ojos por la crudeza de su voz sombría. Había

tanta desesperación saliendo de esa breve frase.

Bones asintió con la cabeza. “Se pone mejor, amigo. Tendrás que confiar

en mí en eso.”

Tate miró hacia abajo a sí mismo, lamiendo la sangre que pudiera

obtener. Entonces se detuvo y miró fijamente a la cámara.

“Cat.”

Me incliné hacia delante, presionando el botón en el monitor que les

permitía oírme.

“Estoy aquí, Tate. Todos lo estamos.”

Tate cerró los ojos. “No quiero que me veas así,” murmuró.


Vergüenza sobre mi reacción inicial hizo que mi fuese voz ronca. “Está

bien, Tate. Tú estás -”

“¡No quiero que me veas así!” Gruñó, sacudiéndose contra sus

abrazaderas, una vez más.

“Gatita.” Bones miró hacia arriba a la pantalla. “Está molestándolo. Hará

más difícil para él controlar la locura de sangre. Mejor haz lo que él quiere.”

Mi culpa se hizo más profunda. ¿Era una coincidencia, o puede que de

alguna manera Tate supiera que me había repugnado verlo antes? Era una líder

de mierda, y una mala amiga.

“Me voy” dije, logrando mantener la voz firme. “Yo... te veré cuando

estés mejor, Tate.”

Entonces salí de la habitación, sin mirar hacia atrás al oír los gritos de

Tate empezar de nuevo.

Estaba sentada en mi escritorio, mirando hacia la nada, cuando sonó mi

celular. Una mirada a él y mostró el número de mi madre, dudé. No estaba para

nada de humor para tratar con ella. Pero era raro que ella estuviese levantada

hasta tan tarde, así que contesté.

“Hola mamá.”

“Catherine.” Hizo una pausa. Esperé, golpeando con mi dedo en el

escritorio. Luego dijo unas palabras que me hicieron casi caer de la silla. “He

decidido ir a tu boda.”

De hecho, le eché una mirada al teléfono de nuevo para ver si me había

equivocado y era otra persona la que me había llamado.

“¿Estas borracha?” Salió cuando pude hablar.

Suspiró. “Me gustaría que no te casaras con ese vampiro, pero estoy

cansada de que se interponga entre nosotras.”


Los extraterrestres la reemplazaron con una persona de vaina9, me

encontré a mi misma pensando. Esa es la única explicación.

"Así que... ¿vas a venir a mi boda?" No podía dejar de repetir.

“Eso es lo que dije, ¿no?” Respondió ella con algo de su irritación

habitual.

“Um. Grandioso.” Maldición si supiera qué decir. Estaba anonadada.

“No creo que quieras de mi ayuda para planearla” Mi madre preguntó

en tono desafiante y un tanto incierto.

Si mi mandíbula colgara más abajo, se caería. “Me encantaría algo de

ayuda,” logré decir.

“Bien. ¿Puedes venir a cenar más tarde?”

Estaba a punto de decir, Lo siento, no puedo, cuando me detuve. Tate ni

siquiera me quería viendo el video de él ocupándose de su sed de sangre. Bones

iba esta tarde a recoger a Annette en el aeropuerto. Yo podría pasar por casa de

mi mamá cuando él fuera a buscar a Annette, y luego encontrarnos de vuelta

aquí después.

“¿Qué tal un almuerzo tardío en lugar de cenar? Digamos, ¿Alrededor de

las cuatro?”

“Está bien, Catherine.” Hizo una pausa de nuevo, parecía como si

quisiera decir algo más. Medio esperaba que gritara, ¡Feliz día de los inocentes!

pero era noviembre, por lo que sería demasiado pronto. “Nos vemos a las

cuatro.”

Cuando Bones vino a mi oficina al amanecer, ya que Dave estaba

tomando el siguiente turno de doce horas con Tate, aún estaba atónita. En

9 En inglés, Pod person: personajes de la película Invasion of the Body Snatchers, Son personas que viven en "pods" como estuches. Salen para devorar los cuerpos de los seres humanos y después vuelven en sus pods


primer lugar Tate se convierte en un vampiro, entonces mi madre se ablanda

sobre que yo me casara con uno. Hoy realmente era un día para recordar.

Bones se ofreció a dejarme en su camino hacia el aeropuerto, y luego

recogerme en su camino de regreso al complejo, pero me negué. No quería estar

sin un coche si el estado de ánimo de mi madre cambiaba de nuevo - siempre es

una posibilidad - o arriesgarme a arruinar nuestra primera charla decente

madre e hija por Bones apareciendo con un vampiro extraño. Había tan sólo un

juego de colmillos que mi madre podría manejar al mismo tiempo, y Annette

me ponía de los nervios, incluso en el mejor de mis días.

Además, podía verme explicando quien era Annette a mi madre. Mamá,

esta es Annette. En el siglo dieciocho, cuando Bones era un gigoló, solía pagarle

para follar con ella, pero después de más de doscientos años de joder con él,

ahora son sólo buenos amigos.

Sí, le presentaría Annette a mi madre - justo después de realizarme una

lobotomía.

“Todavía no puedo creer que ella quiera hablar de la boda,” me

maravillé con Bones mientras me subía a mi coche.

Me dio una mirada seria. “Nunca abandonará su relación contigo.

Podrías casarte con el mismísimo Satanás y aún no te desharías de ella. Ella te

ama, Gatita, aunque hace un pésimo trabajo demostrándotelo la mayoría de los

días.” Entonces me dio una sonrisa maliciosa. “¿Quieres que te llame a tu

celular en una hora?, así puedes pretender que hay una emergencia si se vuelve

‘ella misma’ contigo”

“¿Qué pasa si hay una emergencia con Tate?” Me pregunté. “Tal vez no

debería irme.”


“Tu chico está bien. Nada puede hacerle daño ahora a menos que una

estaca de plata le atraviese el corazón. Ve a ver a tu madre. Llámame si

necesitas que vaya a morderla.”

Realmente no había nada para hacer en el complejo. Tate estaría unos

días más por lo menos encerrado, y no teníamos ningún trabajo programado,

por razones obvias. Este era un momento tan bueno como cualquier otro para

ver si mi madre había hablado en serio sobre el deseo de terminar con nuestro

alejamiento.

“Mantén tu celular a mano,” bromeé con Bones. Luego me alejé.

Mi madre vivía a treinta minutos del complejo. Todavía estaba en

Richmond, pero en un área más rural. Su pintoresco barrio era una

reminiscencia de donde se crió en Ohio, sin estar demasiado lejos de Don, si las

cosas se ponían peludas. Me detuve en su casa, estacionado, y me di cuenta de

que sus persianas necesitaban una mano de pintura. ¿Se veían así la última vez

que estuve aquí? Dios, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había venido a

verla?

Tan pronto como salí del coche, sin embargo, me quedé helada. Horror

se deslizó hasta mi columna, y no tenía nada que ver con la comprensión de que

yo no había estado aquí desde Bones volvió a entrar en mi vida hace unos

meses.

Por la sensación de la energía fugándose fuera de la casa, mi madre no

estaba sola en el interior, pero quien estaba con ella no tenía latido. Comencé a

deslizar mi mano hacia mi cartera, donde siempre tenía unos pocos cuchillos de

plata escondidos, cuando una risa fría me detuvo.

“Yo no haría eso si fuera tú, niñita,” una voz que odiaba, dijo detrás de

mí.


La puerta de entrada de mi madre se abrió. Estaba enmarcada en ella,

con un vampiro de pelo negro que me parecía vagamente familiar acunando su

cuello casi amorosamente en sus manos.

Y no tuve necesidad de darme la vuelta para saber que el vampiro a mi

espalda era mi padre.


Capítulo 5

TRADUCIDO POR YSSIK

MAX, MI PADRE, estaba a unos 30 metros de distancia entre algunos

árboles. Su pelo rojo soplaba con la brisa y esos idénticos ojos grises taladraron

los míos. Pero lo que realmente sostuvo mi atención fue el lanzacohetes que

Max tenía equilibrado sobre su hombro. También tenía una pistola en su otra

mano. La disparidad entre las dos armas casi me hizo reír de histeria pura.

"Iba a hacer estallar tu coche antes de que siquiera estacionaras", dijo

Max en tono cordial, asintiendo con la cabeza al lanzacohetes "pero luego vi que

estabas sola. ¿Y cómo podría un padre dejar pasar la oportunidad de pasar

algún tiempo con su pequeña niña?

Si al principio no tienes éxito, intenta, intenta otra vez. Eso fue lo que

Max me había escupido hace meses luego de que fracasara al contratar a dos

sicarios para sacarme de mi miseria. No había pensado que haría más intentos

desesperados de matarme, desde que Bones se casó conmigo al estilo vampiro,

pero parecía que estaba equivocada.

¿Dónde está tu señor, Max?" Pregunté, con voz apacible. "¿Ian está

llegando tarde? ¿Sigue enojado conmigo por escaparme de él hace unos meses?"

"¿Ian?’’ Máx rió. "A la mierda mi señor, no lo necesito. Tengo nuevos

benefactores, pequeña, y te quieren muerta tanto como yo."

Dudé si ir por mis cuchillos de nuevo. Una fría sonrisa se extendió por la

cara de Max, que se parecía lo suficientemente a la mía como para que cualquier

persona pudiera notar que somos padre e hija.

"¿Crees que puedes llegar a tus armas antes de que te dispare? Tal vez

puedas. Pero no antes de este cohete atraviese a tu madre, ¿y no sería eso una

pena?"


Apreté mi mandíbula. Max y el otro vampiro se encontraban en dirección

exactamente opuesta el uno del otro. Incluso si fuera lo suficientemente rápida

como para derribar a uno de ellos, el otro todavía tendría tiempo para matar a

mi mamá.

"¿Por qué no entramos? Creo que esta charla familiar se ha retrasado

mucho tiempo", dijo Max, gesticulando con la pistola.

No había manera de que pudiera hacer nada con ellos dos tan separados.

Comencé a caminar hacia la casa, pero su risa me detuvo. "Deja tu bolso

primero, niña, y patéalo hacia mí. Lentamente".

Una docena de diferentes escenarios de ataque pasaron por mi mente,

pero el miedo por mi madre me hizo rechazar todos. Si estuviera solo estuviera

Max aquí. Si tan sólo me hubiese atado algunas armas antes de venir. Si solo

tuviera otro maldito reloj con un botón de pánico en él, así Bones podrían darse

cuenta de que mi madre y yo estábamos en mierda hasta el cuello.

Dejé caer mi bolso y le di una patada hacia Max. Él gruñó y se acercó

más, su objetivo no vaciló con ninguna de las dos armas.

"Vamos a hacerte un poco más respetuosa", dijo, y apretó el gatillo.

La bala me pegó en el vientre, doblándome. Le tomó unos segundos al

dolor llegar, pero cuando lo hizo, fue implacable.

Detrás de mí, oí la risa del otro vampiro. No era mucho más fuerte que el

sonido del disparo. El arma de Max tenía silenciador.

"Adentro", me dirigió agitando la pistola. "O la siguiente ronda va a tu

pierna."

Con los puños cubriendo el agujero que rápidamente sangraba en mi

estómago, entre tambaleándome en la casa. Tan pronto como Max cerró la

puerta detrás de nosotros, volvió a disparar, impactándome en el muslo.

Grité con el segundo tiro, que me derribó las piernas y me envió al suelo.


"Era demasiado divertido para resistir", sonrió Max, luego, agitó el arma,

esta vez hacia mi madre. "Haces un sonido más y ella obtiene la próxima bala".

Max adoraría disparar a mi madre. No se me había pasado que ella tenía

una mirada opaca y vidriosa en el rostro. Los ojos verdes de Max la tenían en

sumisión. La idea de lo aterrada que debió haber estado al abrir la puerta y ver

a mi padre allí, casi iguala mi ira con el dolor de pura intensidad.

Pero eso duró poco. Olas de dolor, náusea y mareo me asaltaron. Max

podría haber fallado a las arterias y órganos vitales, pero en mi condición

actual, no sería capaz de luchar contra él y el otro vampiro, además de

rescatarla. Era sólo por ser un medio vampiro que todavía estaba consciente en

absoluto.

Bones. A menudo me burlaba de él por ser paranoico por mi seguridad,

pero parecía que la broma me la hacía yo. Claro, si yo no me presentaba en el

complejo más tarde, él estaría preocupado. Probablemente lo suficiente como

para venir directamente aquí, pero por la expresión de Max, él llegaría

demasiado tarde.

"Deberías haberme matado cuando tuviste la oportunidad", dijo Max,

con la mirada fija en mí. "Apuesto que ahora deseas haber hecho eso en vez de

casarte con Bones esa noche en casa de Ian."

Incluso si este era el fin para mí -y yo no estaba dispuesta a admitir eso

por un disparo- no me atrevía a estar de acuerdo.

"¿Alguna vez he mencionado lo mucho que te odio, Max?" Me las arreglé

para decir. Tal vez podría entretenerlo. Hacerlo enojar lo suficiente para querer

tomarse su tiempo matándome.

El otro vampiro se rio. "Ella tiene ese espíritu", dijo, mirándome, incluso

mientras acariciaba el pelo de mi madre. "Qué desperdicio".

Reconocimiento afloró sobre dónde había visto al vampiro de pelo negro

antes. Él era el que había escapado de Chuck E. Cheese ese día.


"Tú," le dije.

Sonrió. "Es bueno verte de nuevo, también."

Max apuntó el lanzador de cohetes hacia abajo, pero eso no me hacía

ningún bien ahora como lo hubiera hecho hace unos minutos.

"Calibos", dijo, "si mi hija se mueve, mata a su madre."

Con esta directiva sombría, Max desapareció en la cocina. Seguí

aplicando presión en el orificio en mi estómago, ya que estaba sangrando más

que mi pierna. Maldito seas, Max, pensé a través del dolor. Voy a verte muerto,

así sea lo último que haga.

Y por lo que parece, probablemente será así.

Mi madre seguía mirando a la nada. Aparte de eso, para mi alivio, no

parecía herida. Calibos, como Max había llamado al otro vampiro, dejó que su

mano paseara por la parte delantera de su camisa para apretarle el pecho. Un

gruñido salió de mí haciéndole sonreír.

"Temperamento, temperamento," ronroneó, dejando que su mano

profundizara más.

Max salió de la cocina y miró a Calibos. "Ella no", dijo secamente. "Si hay

tiempo, puedes tener a Cat, pero Justina es mía".

Oh, mi Dios. Una renovada determinación surgió a través de mí. No

podía dejar a Max vivo, aunque me terminara matándonos a mí y a mi madre

en el proceso. Conocía a mi madre. Ella preferiría estar muerta que ser violada

por un vampiro, sobre todo Max.

"Creo que es momento de su despertarla, ¿no?" mi padre me preguntó en

ese mismo tono animado. Le entregó su arma a Calibos con instrucciones de

pegarme un tiro si me movía, luego se acercó a mi madre. Max cortó su pulgar

con uno de los cuatro cuchillos con los que había regresado de la cocina con y lo

acercó a su boca.


"Levántate y brilla, Justina", dijo, frotándole la sangre en sus labios.

Mi madre la lamió, parpadeó una vez -y luego gritó.

La mano de Max le tapó la boca. Traté de alejar el dolor lo suficiente para

concentrarme en un plan. Vamos, Cat, piensa! Tiene que haber una forma de

salir de esta.

"Hola, preciosa", dijo Max, poniendo su cara junto a la de mi madre.

"Voy a quitar mi mano, pero cada vez que grites, voy a cortar algo de nuestra

hija. ¿Entendido?"

La mirada de mi madre fluctuó hacia mí, se amplió, y luego asintió. Max

dejó caer su mano.

"Eso está mejor. Ahora, para estar seguros que aquí, la gatita no

estropeara la diversión..."

Max se acercó a mí, sin soltar los cuchillos. Me abracé a mí misma,

queriendo coger esos cuchillos como nunca quise algo antes. Pero Calibos tenía

la pistola apuntándome y a mi madre a poca distancia para morderla. Yo

opondría resistencia, pero este no era el momento.

Max sonrió, arrodillándose para agarrar mi muñeca. "Vas a morir", dijo,

lo suficientemente bajo para que sólo yo pudiera oírlo, "pero dejaré a tu madre

vivir sólo para que pueda recordar que lo vio pasar. Pero si peleas, niña, Voy

violarla y matarla delante de ti antes de terminar contigo. ¿Cuánto quieres

salvarla de eso?"

Nunca había sentido tanto odio por alguien como sentía por mi padre.

Cabía la posibilidad de que Max nos mataría de todos modos, pero tenía tres

opciones. Esperar a que se me ocurriera un plan brillante y lograra rescatarnos a

ambas, esperar a que Max tomara tiempo suficiente torturándome para que

Bones se apareciera a tiempo ... o ir a por los cuchillos y arriesgarme a ver a

Max hacía valer su amenaza a mi madre. Sabía que era capaz de hacerlo. No

había mucho que pensara que estuviera por debajo de él.


"Déjala ir cuando esto termine" dije en voz muy baja, optando por el Plan

A o B.

Max sonrió. "Chica inteligente.” Sus dedos se pasearon por mi muñeca.

"¿Por qué has venido aquí sola? ¿Dónde está Bones? "

La mentira siempre sonaba más auténtica cuando se mezclaba con la

verdad. "Está en el complejo. Anoche convirtió a uno de mi equipo en un

vampiro, así que se queda con él hasta que se acabe la locura de sangre".

La sonrisa de Max se ensanchó. "Tate".

No pude ocultar mi asombro. Mi padre se echó a reír. "¿Cómo sé yo de

eso? Belinda le dio a Calibos la información. Una vez encontré a tu madre, todo

lo que tuve que hacer fue coaccionarla a invitarte. Le debo a Belinda un gran

Gracias."

Belinda. Hija de puta, subestimé esos ojos azules de rubia tonta. Ahora

sabía lo que le había estado susurrando a Calibos mientras lo llevaba fuera de

Chuck E. Cheese ¿Que era lo que Belinda sabía que nadie más fuera de mi

unidad sabía? La fecha y hora en que convertiríamos a Tate. Belinda debe haber

pensado que conmigo muerta, nadie descubriría como Max había hecho esto.

Pero ella no había contado con su propia muerte.

Otra ola de mareo me invadió. Debía estar sangrando internamente, ya

que lo que caía al suelo no era referente a cómo me sentía.

"Tendrá que guardarte las Gracias, Max, porque está muerta."

Se encogió de hombros. "Es una pena. Chica agradable."

"Max."

Los dos volteamos. Mi madre seguía de pie donde había estado. Lentas

lágrimas caían por su rostro. Yo nunca la había visto llorar antes.


"Es a mí a quien quieres" dijo con voz ronca. "Yo crié a Catherine, y yo le

enseñé a odiar a todos los vampiros que conociera. Déjala ir. Esto es entre tú y

yo."

Esto, no los dos disparos, fue lo que trajo lágrimas a mis ojos. Todas las

veces que había pensado que ella no me amaba, y aquí mi madre estaba

tratando de utilizarse a sí misma para un trueque con el vampiro al que ella

más temía.

Max le lanzó una mirada de resplandor verde. "Oh, tengo asuntos

pendientes contigo, Justina. ¿Sabes lo que dolor en el trasero ha sido ser el

vampiro que engendró la mestiza? Extraños me golpean al verme. Pero no

tengo ningún tipo de protección si solo te mato, mientras que si te llevo de

paseo cosecho nuevas amistades. Quieren a Bones muerto, también, pero voy a

tomar lo que pueda conseguir. "

Estaba a punto de preguntar quiénes eran esos amigos nuevos, cuando

Max tomó uno de los cuchillos y lo lanzó en línea recta a mi muñeca, lo

suficientemente fuerte para fijarla al suelo. Jadeé, pero fue mi madre la que

gritó.

"Detente!"

Max sonrió, manteniendo los otros cuchillos lejos de mi alcance. "Gracias,

Justina. Ahora puedo hacer unos pequeños cortes, gracias a ti."

Calibos dejó escapar un suspiro molesto que pude oír incluso por encima

de mi entrecortada respiración

"Esto es aburrido. ¿Voy a hacer algo divertido hoy?"

Max tomó otro cuchillo, dando una significativa mirada a mi madre

antes de tocar mi piel con la punta. "Vamos, pelea conmigo. Dame una razón

para hacerte ver sufrir a tu madre antes de que muera," susurró.


Apreté los dientes y no luché mientras dirigía lentamente el cuchillo a

través de mi otra muñeca. Dolió aún más que el primero. Mi madre dejó

escapar un gemido que sonaba como si le doliera, también.

"Por favor". Fue apenas audible, y le tendió la mano a Max. "Por favor,

no más. Esto es mi culpa, déjala en paz!"

"¿A qué hora tu vampiro playboy espera que vuelvas?" Preguntó Max,

ignorándola.

A Bones le tomaría veinte minutos llegar al aeropuerto desde el

complejo, tal vez menos por la forma en que conducía. Entonces serían quince

minutos más o menos para cargar la ridícula cantidad de maletas de Annette y

regresar. ¿Bones me llamaría una vez que regresara del complejo?. Yo tenía mi

teléfono en vibrador, así que no sería capaz de oírlo si lo hacía, ya que estaba en

mi bolso afuera. Dios, le llevaría horas antes de incluso preguntarse por qué yo

no había regresado todavía?

"Tres horas", dije, manteniendo mi rostro lo más carente posible de

expresión.

Max dejó que una desagradable sonrisa curvara sus labios. "Voy a asumir

que eso en verdad significa una hora. Pero no te preocupes. Voy a hacer que

valga la pena. Oh, y tomaré esto".

Max arrancó el anillo de compromiso en mi dedo. Lo sostuvo a la luz y

sonrió.

"Debe ser de cinco quilates", dijo con admiración. "Esto me dará un par

de millones, fácil".

"Es un rubí," le espeté, odiando ver mi anillo de compromiso en sus

manos.

Max se echó a reír. "Niña estúpida, esto es un diamante. Los diamantes

rojos son los más raros del mundo, y Bones ha tenido esta piedra hace más de


un siglo. Ian ha querido comprársela durante décadas. Pero no vas a necesitarla

más".

Max cortó la parte delantera de mi camisa, resaltando que esto era para

beneficio Calibos, no el suyo. El pálpito en mis muñecas, junto con el intenso

dolor en las piernas y vientre, me hacía muy fácil perder el conocimiento. Seguí

luchando contra la negrura que se propagaba tentadoramente cerca.

Mi madre se lanzó hacia adelante. Calibos la atrapó y le dio una sacudida

fuerte.

"No son más que animales", les siseó.

"Los insultos cuentan como gritos" respondió Max, riendo mientras ella

abría la boca con incredulidad. "Mi juego, así que yo hago las reglas. Eso son

dos cosas que corto de Cat ahora. ¿Quieres que sean tres?"

Encontré la mirada de mi madre por encima del hombro de Max. Sus

ojos estaban muy abiertos y llenos de incredulidad. Le di la más mínima

sacudida de cabeza. Por favor, no. Puedes hacerlo mejor. Sólo huye cuando

tengas oportunidad.

Ella no podía oír mis silenciosas exhortaciones, por supuesto. Max dejó

que la punta de su cuchillo profundizara en mis pantalones, y lo deslizó a un

costado.

"Por aquí empezaré", comentó, luego pellizcó piel de mi cadera y le dio

un fuerte corte con el tercer cuchillo.

Me mordí el labio con tanta fuerza para no gritar que sentí el sabor de mi

sangre. Calibos rió. Max levantaba la pieza cortada de mi piel como si fuera un

trofeo.

"Bonito tatuaje", dijo, arrojándola a un lado. "Tal vez tendré que dársela a

Bones, así puede tener una sobra."


Mi cadera ardía donde ahora había una sangrante herida abierta en lugar

de los tatuajes de huesos cruzados que hacían juego con el que Bones tenía en el

brazo. Mi madre no lloró esta vez, pero respiró profundo, estremeciéndose.

"Te amo, Catherine," susurró.

Tuve que apartar la mirada, porque no le quería dar a Máx la satisfacción

de verme llorar. No podía recordar la última vez que ella me había dicho eso.

Debía creer que estábamos condenadas a morir.

"Estoy harto de sujetarla, la voy a someter", dijo Calibos, volviendo sus

ojos verdes a mi madre.

"Detente". La voz de Max era un látigo. "Ella va a ver esto. Ella va a

saberlo."

Calibos hizo un ruido exasperado, y luego jaló a mi madre más cerca de

las cortinas de la ventana. Tiró de una, la rompió por el centro, y luego ató el

final de la misma alrededor de su cuello.

"Max", dije como advertencia.

Él me goleó fuertemente en la cabeza. "Shh, quiero ver lo que tiene en

mente. "

Calibos arrojó el otro extremo sobre una de las rejas en la barandilla del

segundo piso.

Mi madre estaba luchando, pero ella no podía competir con el vampiro.

Empecé a tirar de los cuchillos manteniéndome abajo. Max empujó otro a través

de mi muñeca casi como si fuera una idea de último momento, entonces me dio

un puñetazo en el vientre, donde había recibido un disparo.

La explosión de agonía debe haberme dejado inconsciente por un

minuto, porque cuando mis ojos se enfocaron de nuevo, mi madre estaba de pie

sobre una silla, uno de los extremos de las cortinas envuelto alrededor de su


cuello, y el otro atada a la parte de arriba barandilla. Apenas había holgura en la

línea, y una de las patas de la silla había desaparecido.

"Ahora ella puede mirar, y yo puedo unirme a la diversión", Calibos

sonrió.

Max le dio una sonrisa de aprobación, y luego volvió su atención hacia

mí.

"¿Quieres saber lo que voy a hacerte, niña?" preguntó en un tono de

conversación. "Después de que te torture como el infierno, te voy a cortar en

pedacitos. No puedo arriesgarme a que Bones traiga a alguien para que te

convierta en ghoul, no es así?"

El depravado no era estúpido. Con mi linaje medio-vampiro, era

perfectamente posible ser despertada como un ghoul, si Max sólo iba a

asesinarme. Pero si era desmembrada, esa opción estaba fuera.

"Aplicaremos las mismas reglas. Vamos a ver cuánto tiempo pasa antes

de que grites y tenga que cortar algo de Justina," se burló.

El puño de Max comenzó a golpear mi cabeza adelante y atrás como un

juguete elástico. La sangre llenaba mi boca y se derramaba por mis labios, pero

me mordí la lengua y no hice ruido. Después de unos minutos, el embotado

zumbido en mis oídos se apagó mientras él me golpeaba. Entonces se detuvo.

"Perra testaruda. Hmm, vamos a ver si puedes guardar silencio con

esto..."

Él sacó un encendedor de su bolsillo, tiró él, cuadrando la llama lo más

alto como podía, después la sostuvo hacia mi brazo. Todo mi cuerpo se

estremeció y me retorcí inútilmente, jadeé y gruñí. Después de unos minutos de

agonía inimaginable, no pude contener mi grito por más tiempo.

Max se echó a reír, encantado. Vagamente me di cuenta que vomitaría.


"Creo que eso va a costarle a Justina un dedo", comentó. "¿Qué más

quieres hacerle perder?"

"Incluso si me matas, Bones te encontrará," jadeaba. El sudor me corría y

mi brazo dolía de formas que no creí posibles. "Créeme, te vas a arrepentir

cuando él lo haga."

Calibos y Max se rieron como si hubiera dicho una broma. "Ese vampiro

no iniciará una guerra por ti." Max sonrió. "Demonios, la única razón por la que

Bones se casó contigo fue para fastidiar a nuestro señor."

¿Era por eso que Max se sentía lo suficientemente seguro para arriesgarse

con esto? ¿Porque pensaba que tenía suficiente protección de sus nuevos

"amigos" y Bones se había casado conmigo sólo para molestar a Ian?

"Oh, Bones te encontrará. Cuenta con ello."

Miró a su alrededor, inquieto por la vehemencia de mi tono.

"Patético", dijo Max al fin. "Estás tratando de asustarme para permitirte

vivir, pero no va a funcionar. Aún así, Calibos, sal a la calle y vigila. Sólo en el

caso de que su playboy decida venir antes."

"Pero no he jugado con ella todavía", protestó Calibos, con una mirada

hacia mí que me hizo retroceder.

"Tendrás tu oportunidad", espetó Max. "Pero yo planeé esto, así que voy

primero."

Calibos me sonrió mientras se dirigía hacia la puerta. "Nos veremos

pronto, cariño."

Max se levantó y caminó al lado de mi madre. Ella estaba casi de

puntillas para mantener la cortina alrededor de su cuello con la suficiente

holgura para respirar. Debajo de ella, la silla se tambaleó ominosamente sobre

sus tres patas. Sus manos estaban atadas con otra pieza de tela, y Max sonrió al

contemplar sus dedos.


"¿Cuál va a perder, Justina? Vamos a ver, este dedito se fue al mercado",

comenzó a cantar, golpeando uno de ellos. "Este dedito se quedó en casa. Este

dedito se ha asado..."

Traté de prepararme mentalmente para mi oportunidad. Ahora que uno

de ellos estaba fuera, era mi mejor oportunidad. Era difícil para mí

concentrarme, sin embargo. He tenido años de experiencia en ser golpeada,

pero con todas mis heridas, me sentía más cerca de la inconsciencia.

Mi madre encontró mis ojos... y luego pateó la silla de debajo de ella.

"Maldita sea", dijo Max, levantándola con una mano. "¿Por qué hiciste

eso?"

En el segundo, que él estaba distraído, me tiré de los cuchillos en mis

muñecas con todas mis fuerzas, sintiendo a mi carne triturarse. Había

conseguido tener una de mis manos libres, cuando Max se volvió.

"¿Qué demonios?"

Dejó a mi madre. Ella colgaba por el cuello, los pies muy por encima del

suelo, mientras yo arrancaba el otro brazo libre, haciendo caso omiso de la

explosión de dolor al rojo vivo que me causó. Traté de agarrar uno de los

cuchillos, pero mis muñecas estaban demasiado dañadas para sostener nada.

Los pateé lejos y luego me abalancé sobre Max, dándole un cabezazo lo

suficientemente fuerte como para derribarlo. Todo lo que necesitaba era un

poco de su sangre, pensé morderlo salvajemente, y estaré lo suficientemente

curada para luchar.

Una explosión de ruido sacudió mi cabeza hacia la ventana. Lo último

que vi fue vidrios rompiéndose, y luego hubo un ardor en mi cuello y mi visión

se volvió negra. Me pareció oír gritos, pero de pronto, todo parecía más lejos.

No podía sentir nada, tampoco. Era un alivio estar libre del dolor.


Volví a la conciencia con algo húmedo que se vertía en mi garganta.

Traté de toser pero no pude. El flujo no se detenía, obligándome a tragar. Una

vez. Y otra vez.

"... no la dejes morir!" Me pareció oír a mi madre gritar, luego oí la voz de

Bones, muy cerca.

"... Vamos, mascota, bebe! No, tienes que beber más..."

Me atraganté, desbordando líquidos por mi boca, cuando las formas a mí

alrededor iban aclarándose. Tenía la boca pegada a un cuello que sangraba, y lo

empujé mientras tosía y tragaba una vez más.

"Ya basta", logré decir.

Manos me hicieron retroceder. Era la garganta de Bones contra la que

había estado presionada. Su cuello no era la única cosa manchada de rojo,

tampoco. Lo estaba toda la parte de adelante de él.

"Dios Todopoderoso, gatita," Bones respiró, acariciando mi garganta.

"Catherine", mi madre lloraba. Giré mi cabeza para verla mientras se

tambaleaba hacia mí. Esa tela aún estaba atada alrededor de su cuello, pero el

otro extremo ya no estaba atado a la barandilla. En la esquina de la habitación,

oí maldecir entre dientes a Max y una respuesta femenina en acento inglés.

"No te muevas, pequeña mierda."

"Lo tienes?" Bones preguntó con una voz verdaderamente escalofriante.

Annette sonaba tan fiera como nunca la había oído. "Lo tengo, Crispín".

Mi madre me alcanzó. Me abrazó y trató de sacarme de los brazos de

Bones, incluso cuando no dejaba de tocar mi cuello.

"¿Lo arregló? ¿Estás bien, Catherine?"


Fue entonces cuando me di cuenta del resto de la sangre. No sólo

salpicada sobre Bones, sino sobre mi, a mí alrededor, incluso en la pared

cercana a mí.

"¿Qué pasó?" Pregunté, dividida entre mareos, entumecimiento, gratitud

por estar vivos, y horrorizada por toda la sangre que nos rodeaba.

"Max rasgó tu garganta," respondió Bones. Había la más rara mezcla de

alivio y rabia en su ardiente mirada verde. "Y él va a desear con creces que lo

mate antes de que termine con él."


Capítulo 6

TRADUCIDO POR JOLIEG

DON LLEGÓ DONDE MI MADRE CON TODO EL EQUIPO en menos

de quince minutos después que lo llamé. Debieron haber roto cada ley de

tráfico conocida por el hombre, no que algún policía local les fuera a dar multas

por exceso de velocidad.

Bones y Annette tiraron a Max dentro de la cápsula. Don se lo llevaba-

por ahora. Bones dijo secamente que enviaría a alguien a recoger a Max, y el

tono que él uso me hizo alegrarme de que mi tío no discutiera. Por supuesto, no

pensaba que Don quisiera a Max en sus manos por mucho tiempo. La mirada

que los hermanos habían intercambiado mientras Max estaba siendo tirado

dentro de la cápsula estaba llena de historia, Don miró a otro lado incluso antes

que Max empezara a maldecirlo.

Me tuvo que dar varias pintas de sangre para reemplazar lo que había

perdido. La sangre de Bones había curado la mayoría de mis heridas, pero mi

pulso había estado peligrosamente débil.

“Eso estuvo cerca,” le dije a Bones con una temblorosa sonrisa después

de mi última transfusión. Estaba sentada en su auto. Él había usado una toalla

para limpiar la mayoría de sangre que fuera posible de mí. Nos íbamos antes.

Bones no quería quedarse más de lo necesario aquí, ya que que no podíamos

estar seguros de a quien más Max y Calibos le pudieran haber contado acerca

de sus planes de emboscada.

Bones encontró mis ojos con una mirada inescrutable. “Te hubiera traído

de regreso de una forma u otra. Como un vampiro o como un ghoul, incluso si

me odiaras por ello después.”


“No si Max hubiera conseguido lo que se proponía,” susurré. “Él me iba

a cortar en pedazos.”

Bones dejó salir un siseó que hizo que los vellos de mi nuca se erizaran.

Luego pareció que recobraba su autocontrol.

“Recordaré eso,” dijo, cada palabra enfatizada.

Tantas emociones estaban surgiendo en mí. Alivio, pánico retrasado,

enojo, regocijo, y la urgencia de agarrar a Bones y farfullar acerca de lo

encantada que estaba de incluso verlo de nuevo. Pero no había tiempo allí para

derretirme, así que obligué a esos sentimientos a retraerse. Vas a estar bien, Cat.

No puedes convertirte en una masa de porquería psicológica, hay mucho que

hacer.

Mi madre estaba en el asiento trasero. Ella se reusaba a ir al complejo,

aunque no hubiera estado allí por mucho tiempo. Don estaba trasladando a

todo el mundo. Max había encontrado la casa de mi madre, así que era de fácil

suponer que él sabía dónde se encontraba el complejo también. Don no se

estaba tomando riesgos de que Max le hubiera dicho a otros vampiros donde

encontrarlo. La operación de Don había matado suficientes de ellos como para

que algunos consideraran devolverle la visita.

Así que mi madre se estaba yendo conmigo y Bones ahora, y Don la

acomodaría en otro lado después. Una vez él terminara de relocalizar nuestro

equipo completo.

“Lo siento, Catherine,” murmuro ella, sin encontrar mis ojos. “No quería

llamarte. Me escuché a mi misma diciendo las palabras, pero parecía que no

podía parar.”

Suspiré. “No es tu culpa. Max usó control mental. No podías evitar lo

que estabas diciendo.”

“Poder demoníaco,” susurró ella.


“No,” dijo Bones firmemente. “Max es el que te dijo que todos los

vampiros eran demonios, verdad? Crees que él es capaz de decir la verdad,

incluso después de esto?”

“Lo que sea que te haya dicho Max allá,” añadí. “Hubieras sido

coaccionada a creerlo, al igual que fuiste coaccionada a llamarme antes. Los

vampiros son otra especie, mamá, pero ellos no son demonios. Si lo fueran,

porque sigues viva? Haz tratado de hacer matar a Bones dos veces, pero hoy te

salvó en vez de dejarte colgada.”

Su rostro se retorció con emoción. Ser confrontada con que la realidad

que ella había estado creyendo fervientemente por veintiocho años podía ser

mentira, era algo duro de asimilar para cualquiera.

“Te mentí acerca de tu padre,” dijo por fin, tan suave que apenas podía

escucharla. “Esa noche, él no… pero no quería creer que se lo había permitido,

no después de ver que no era humano…”

Mis ojos se cerraron por un momento con su confesión. Había

sospechado que la noche en que fui concebida no había sido una violación, pero

aquí estaba la confirmación. Luego encontré su mirada.

“Tenías dieciocho. Max te había hecho creer que ibas a dar a luz a la

versión moderna de El Bebé de Rosemary10, solo porque él pensó que era

divertido decirte que todos los vampiros era demonios. No lo hace menos que

un idiota. Hablando de eso…” Jalé la intravenosa fuera de mi brazo, luego me

puse la chaqueta que Cooper había dejado amablemente para mí, ya que mi

camisa había sido cortada y estaba empapada de sangre. Cuando estaba

cubierta, salté fuera del vehículo. No más mareos del horizonte inclinándose.

Era increíble la diferencia que la sangre de vampiro y tres bolsas de plasma

podían hacer. Incluso no tenía ni una sola marca sobre mí, mientras que por

derecho, yo debería estar en una bolsa. 10

Rosemary’s baby: un libro y película donde la protagonista es violada en sueños por un ente inhumano y queda embarazada de él


“Qué estás haciendo?” preguntó Bones, sujetando ligeramente mi brazo.

“Diciéndole adiós a mi padre,” respondí, caminado hacia donde la

cápsula estaba colocada como un gran huevo plateado en la entrada.

“Ábrela,” le dije a Cooper, quien estaba de pie haciendo guardia hasta

que pudiera ser cargado dentro de una de nuestras camionetas especializadas.

Cooper quitó los cerrojos exteriores. Él no miro lejos cuando la puerta de

la cápsula se abrió y Max fue revelado, así que pensé que él había tomado un

trago de sangre de vampiro en su camino aquí. Eso era lo único que podía

inocular a un humano de caer víctima del control mental de un nosferatu,

incluso si tenía otros efectos secundarios.

Mi padre estaba perforado en varios lugares con plata. Las puntas en

forma de garfio de los clavos le hacían imposible de sacar para ponerse a sí

mismo en libertad sin lastimar su corazón, sin mencionar otras cuantas partes

de él. Una vez que la puerta se cerrara, no podría ni moverse, porque la

estructura interna prevenía el movimiento mientras que los clavos continuaban

drenándole sangre y fuerza de él. Sabía todo esto, porque yo la había diseñado.

La mirada de Bones chispeó hacia Max. “Vamos, compañero, di una

palabra, y mira a donde te lleva,” lo impulsó con una voz tan suave como la

seda- y aterradora como la tumba.

“Ahora mismo, papi querido, ‘te lo dije’ no empieza ni a cubrirlo,” le dije

severamente a Max. “Así que te repito lo que me dijiste anteriormente: Debiste

haberme matado cuando tuviste la oportunidad.”

Luego me volví hacia Bones. ”Por qué lo estamos llevando a cualquier

lugar? Sería mejor que lo matara ahora mismo y no preocuparme por él de

nuevo.”

“No necesitas preocuparte por él,” dijo Bones en el mismo tono frío que

eriza los vellos de la nuca. “Nunca. Pero no se saldrá con la suya tan

fácilmente.”


Bones se acercó y tocó la cara de Max. Fue un golpe ligero, pero Max se

estremeció como si Bones le hubiera abierto su mejilla con un cuchillo.

“Te veré pronto, compañero. No puedo esperar.”

Annette llegó. Sus ojos color champaña miraban a Max, su rostro tenía

una tenue línea de vejez. Annette había tenido treinta y seis cuando Bones la

convirtió. Los tiempos eran diferentes en los años setecientos, así que lucía cerca

a los cuarenta y cinco, pero los hacía lucir bien. A diferencia de su apariencia

normal impecable, su cabello rubio-fresa estaba medio salido de su moño, y su

traje sastre naval lucía peor al usarse.

“Dije, que día el que ha sido,” remarcó.

Sofoqué una burla. Como podía Annette describir una tarde de tortura

tan calmadamente como un “qué día el que ha sido”.

“Vuélvelo a sellar,” le dije a Cooper, no queriendo mirar a mi padre más.

O para siempre.

Cooper obedeció, y la puerta de la cápsula se deslizó en su lugar con una

serie de cerrojos haciendo clic cerrándose. Incluso mientras lo hacía, un terrible

pensamiento cruzó mi mente.

“Qué pasó con Calibos? Había otro vampiro aquí a parte de Max.”

“Su cabeza está por allá,” dijo Bones, cabeceando hacia los árboles, “pero

el resto de él está mucho más allá.”

Sentí una fría satisfacción por eso. “Como sabías que debías venir?”

“La aerolínea perdió el equipaje de Annette.” Bones sonó casi

desconcertado. “Te llamé dos veces para decirte que íbamos tarde, que íbamos a

parar comprarle nueva ropa. No contestaste. Tú siempre contestas, así que

conduje derecho hacia aquí. Cerca de una milla de distancia, te escuché gritar.

Nos bajamos, y Annette y yo rodeamos la casa a pie. Hallamos ese tipo. No


sabíamos cuantos más podrían haber dentro, así que destrozamos las ventanas

al mismo tiempo.”

Un vestigio de risa se me escapó. Mi madre y yo le debíamos nuestras

vidas al equipaje perdido de Annette? Que irónico.

“Apuesto a que hubieras preferido continuar,” no podía evitar hacerle

una broma a Annette.

Una pequeña risa revoloteo en sus labios. “Ni tanto, querida. Yo solo

llame a Ian,” continuó, más para Bones que para mí ahora. “Él estaba furioso al

oír lo que Max hizo. Él está cortando formalmente a Max de su línea.”

Ese era el peor castigo que un vampiro podía infligir a un miembro de su

línea. Significaba que ningún vampiro podría desafiar lo que sea que le pasara a

Max en el futuro, y ahora mismo, el futuro de mi padre parecía muy nefasto.

“Max dijo que Ian no sabía nada acerca de esto,” añadí, aunque no fuera

un fan de Ian. “Él dijo que tenía algunos amigos que me querían muerta tanto

como él.”

Bones dio un pequeño asentimiento. “Nos vamos a casa, mascota. A

averiguar quien ayudó a Max a orquestar esto, para que podamos matar a cada

uno de ellos.”

Nuestra casa era una gran cabaña en la cima de la montaña, con una

amplia vista de las montañas Blue Rigde a través de las ventanas a prueba de

balas. Era tan remota que nunca habíamos conocido a nuestros vecinos, así que

la plataforma de lanzamiento y hangar del helicóptero al lado de nuestra casa

no había sido causa de ninguna clase de conversaciones incómodas.

Annette fue de vuelta con Don para ayudar a Tate, como era el plan

original, aunque Bones se reusó a ir con ella. Le dijo a mi tío que sus prioridades

habían cambiado, no que Don tuviera algún problema entendiendo el porqué.

Tate estaría bien con dos personas no-muertas cuidando de él. Era mi seguridad


lo que parecía estar en una posición más delicada que la de Tate, de acuerdo a

lo que había dicho Max.

Cuando entré a mi casa, mi gato saltó a enroscarse alrededor de mis

piernas. No habíamos esperado estar de vuelta por una semana, así que había

arreglado el alimentador automático y la caja de arena. Ahora mi gatito tendría

algunos de mis sobrados en vez de su comida seca solamente. No era sorpresa

que estuviera feliz de verme.

Mi madre nunca había estado en mi casa y la de Bones, así que estaba

demasiado ansiosa por lavarme la sangre que tenía encima para darle un

apropiado tour.

“Aquí está el cuarto de huéspedes,” dije, dirigiéndola a la habitación de

abajo. “Hay algunas ropas allí, también, así que utiliza lo que necesites de allí.

Voy a tomar una ducha.”

Bones me siguió escaleras arriba. Me quité la chaqueta que Cooper me

había dado, además de mi sujetador y pantalones sangrientos. Si no volviera

ver esas ropas nuevamente, sería muy feliz. Bones también se quitó su camisa y

pantalones salpicados de carmesí, pateándolos a una esquina antes de unírseme

en la ducha.

Al principio, el agua estaba helada. Le tomó unos pocos minutos para

calentarse en esta época del año. Me dieron escalofríos a medida que el

congelado rocío caía en mí. Bones me envolvió en sus brazos y me movió de

forma que la mayoría lo salpicara a él. Incluso cuando se puso caliente y Bones

giró para dejar que el agua caliente enjuagara la sangre de mí, todavía tenía

escalofríos.

“No creí que fuera a sobrevivir hoy.”

Mi voz fue baja. Los brazos de Bones de tensaron a mi alrededor.

“Estás a salvo ahora, gatita. Y nada como esto volverá a pasar otra vez.

Te lo prometo.”


No respondí, pero estaba pensando que esta era una promesa que tal vez

Bones no fuera capaz de cumplir. Quien sabía que podía pasar en el futuro?

Esto no era solamente acerca de la venganza que mi padre había tenido sobre

mí-y mi madre- por mi existencia. Max había hecho esto con promesas de

recompensas y ayuda. Ahora la pregunta era, de quien?

Pero no dije nada de eso. Bones estaba en lo correcto- estaba a salvo

ahora. Y él estaba aquí. Eso era todo en lo que me concentraba ahora.

Por el momento, de todos modos.

No habíamos estado en la casa por más de una hora cuando la gente

empezó a aparecer. Los primeros fueron Juan y Cooper, quienes habían sido

enviados por Don para aumentar la protección para mí. Ambos estaban

cargando suficientes cuchillos de plata y armas con balas de plata para acabar

con una docena de vampiros.

Luego se añadió seguridad al estilo Bones en la forma de tres vampiros

que no había conocido antes. El que se llamaba Rattler me recordaba a un joven

Samuel Elliott, Zero parecía albino con su largo cabello rubio y ojos glaciares, y

Tick Tock tenía una piel negra muy oscura, cabello negro, y ojos negros.

Mentalmente me refería a ellos como Vaquero, Sal y Pimienta.

Luego llegó Spade, o Charles, como Bones lo llamaba. Spade prefería que

todos lo llamaran por el nombre de la herramienta que le fue asignada cuando

estuvo en los convictos penales de la colonia. Algo sobre nunca olvidar cuan

indefenso había estado una vez. Bones había cogido su nombre después de

despertar como un vampiro en terreno de sepulturas aborígenes. Los vampiros

de seguro hacían complicados los nombres por los cuales iban a ser llamados.

Rodney el ghoul fue el siguiente. Él se había hecho querer de Juan al

empezar a cocinar para todos. No comí, me fui a la cama, pero para sorpresa de

nadie, no conseguí un sueño muy tranquilo. En mis sueños veía a mi madre


pender de su cuello en una barandilla y la expresión desdeñosa de mi padre

mientras me disparaba.

Don se apareció un poco después del mediodía. Estaba sentada en la

mesa de la cocina con Juan, Cooper, mi madre, y Bones. Habíamos estado

hablando acerca de nada excepto lo obvio cuando mi tío entró. De hecho, me

sorprendió verlo. Pensé que iba a estar ocupado dirigiendo el traslado de una

base a la otra.

“Acaso sabe tu jefe que estás faltando al trabajo?” pregunté.

Don me dio una sonrisa seca. “No puedo quedarme mucho, pero quería

repasar unas cuantas cosas y… solamente ver como les estaba yendo.”

Él podía haber tratado cualquier asunto pertinente al trabajo por

teléfono, así que estaba suponiendo que su presencia tenía más que ver con la

última parte de su declaración.

“Me alegra que estés aquí,” le dije, diciéndolo en serio. Tal vez tuvimos

un duro comienzo- Okey, un muy duro comienzo- pero a parte de mi madre,

Don era la única familia que tenía.

“Come algo de desayuno,” le ofrecí, haciendo gestos hacia el múltiple

despliegue de platos cerca a la estufa. “Rodney ha cocinado mas comida de la

que incluso pensé que tenía.”

Don le dio una hojeada cautelosa a las piezas que hizo que Rodney riera.

“Es la versión vegetariana de un ghoul,” le aseguró a Don. “No hay nada

allí que no encontrarías en una tienda de comestibles.”

Don, aún luciendo indeciso, llenó un plato y se sentó. Lo vi tomando un

pequeño bocado, tragando…y luego tomando una porción más grande. Si,

Rodney era un magnifico cocinero.

El celular de Bones sonó. Se excusó para contestarlo, hablando en tono

bajo. Solamente pude descifrar unas cuantas palabras, ya que que Juan y


Cooper empezaron a hablar con Don acerca del nuevo complejo al que nos

estábamos mudando. Tener todo listo y preparado para funcionar en poco

tiempo iba a exigir mucho esfuerzo.

Bones regresó a la habitación y cerró bruscamente su celular. Había algo

de tensión en sus hombros que no había estado allí antes.

“Qué?” pregunté.

“Me tengo que ir por un tiempo esta noche, gatita, pero no es nada por lo

que preocuparse.”

“Quien era al teléfono? Y que es lo que va a pasar más tarde?”

Bones pareció escoger sus palabras. “Era mi gran señor, Mencheres.

Estaba confirmando, él estará en la reunión.”

Suspiré. “Estas siendo deliberadamente vago, Bones. Qué reunión? De

que se trata?”

Los otros vampiros pretendieron estar fascinados con la decoración

alrededor de ellos. La expresión de Bones cerró toda posibilidad de leer sus

planes.

“Estoy llamando a miembros de mi línea, de la de Ian, y otros maestros

vampiros pertinentes para que presencien la tortura de Max.”

Parpadeé. “Estas coordinando una congregación solamente para golpear

a mi padre en público?”

“Quienes quiera que sean los ayudantes de Max y Calibos no se

preocuparon por mi reacción al ver que ibas a ser torturada, asesinada, y

mutilada. Es obvio que alguna gente piensa que no me importa, o que me he

vuelto suave. Pero pronto todos verán lo que les pasará a aquellos que están

envueltos en la conspiración para hacerte daño.”


“Hay algo de sentido en eso,” dijo Don. “Haciendo un ejemplo para

aquellos que continúen en lo que queda de la línea. Pero matar a Max esta

noche, Bones, incluso si lo lastimas como el infierno primero, lo único que

harías sería posponer otro ataque. Aún tendrías que averiguar quién más está

envuelto para prevenir que esto suceda otra vez.”

“Estas en lo correcto, viejo amigo,” estuvo de acuerdo Bones. “Pero no

voy a matar a Max. Voy a mantenerlo vivo para demostrar un nuevo

significado al termino cruel y castigo inusual. Solamente cuando Max esté

totalmente roto en espíritu voy a matarlo. Espero que tome años de diario

sufrimiento antes de que eso pase. Personalmente, espero que tome décadas.”

Don se puso pálido antes este pronunciamiento despiadado. Rodney,

Spade, y los otros tres vampiros no se mostraron sorprendidos.

Mi madre miró a Bones. Luego sonrió. “Ahora, eso tengo que verlo.”

“Tienes que estar-“empecé cuando Bones levanto una mano.

“Espera, gatita, esto es entre tu mamá y yo. Si tú vas, Justina, debes

comprender que serás la única humana allí. Tienes que guardar tus insultos

solamente para el vampiro expuesto. Puedes manejar eso?”

Mi madre sacudió su cabello. “He estado esperando esto por mucho

tiempo. Estaré bien. Tenemos un trato.”

Bones tomó la mano de ella, era la primera vez que tocaba a un vampiro

voluntariamente. Para su crédito, no la limpio en sus ropas cuando él la soltó.

“Entonces tenemos un acuerdo. Juan o Cooper, quiero que uno de

ustedes venga también. Pueden llevar de vuelta lo que vean a su equipo, como

una advertencia de lo que les espera si uno de ellos intenta traicionarla. Don, tú

no iras. No necesitas ver lo que le pasará a tu hermano.”

Mi madre se puso de pie mientras yo pensaba, uh oh. “Max es tu

hermano?” le preguntó a Don en un tono mordaz.


Él no se estremeció con su enojo. “Sí. Él es la razón por la cual fundé el

departamento. Quería matar a mi hermano y todos los de su clase. Incluso usé a

mi sobrina para que me ayudara a hacerlo, y nunca le dije quien era. Bones si lo

hizo, cuando se enteró. Así que si estás enojada con alguien, deja que sea

conmigo, no con Cat.”

Valientes palabras en una habitación llena de criaturas sin pulso. Spade

le dio a Don una disgustada mirada mientras Rodney simplemente lamió sus

labios. Sin duda él estaba adobando, salando y pimentando mentalmente a

Don.

“Tú sabías que ella era tu sobrina cuando encontraste a Catherine?”

pregunto mi madre con incredulidad.

Don dejó salir un suspiro. “Leí el reporte de asalto que llenaste la noche

que conociste a Max. Supe que era él por tu descripción, y luego diste a luz a

una niña con una inusual anomalía genética. Sí, supe todo el tiempo que Cat era

mitad vampiro- y mi sobrina.”

Mi madre dejó salir una amarga risa. “Así que ambos la usamos para

nuestras propias egoístas razones. Ese vampiro de allá la ha tratado mejor que

su propia familia.”

Las cejas de Bones se alzaron con sorpresa. “Justina, creo que eso es lo

más amable que nunca me has dicho.”

Estaba desconcertada, también, pero nos habíamos salido del tema.

“Voy a ir contigo esta noche,” dije, notando que Bones no me incluyó en

su lista.

Su rostro se endureció. “No, gatita. No lo harás.”

La incredulidad me llenó. “Soy yo la que fue golpeada, baleada,

acuchillada, cortada, y quemada, recuerdas? Demonios, si voy a ir.”


“No, no lo harás,” repitió Bones, su voz afilada. “Si quieres darle a Max

su merecido tu misma, magnifico, pero lo harás en otro momento. No esta

noche.”

La razón me golpeó. Bones pensaba que no podía soportar lo que tenía

preparado para Max. Había estado hasta la coronilla de sangre y agallas desde

mis dieciséis, pero de repente, tenía que ser escudada del lado malo de los no-

muertos?

“Bones, no soy una flor delicada. No veré nada que no pueda manejar.”

“Sí lo verás,” respondió Bones. “Si tú vas, estarás horrorizada, porque me

aseguraré que sea horroroso, todo lo que sirva al propósito. No, gatita. Tu

compasión es una de las cosas que más amo sobre ti, pero en este caso, esto nos

separaría. No vas a ir, y ese es el fin de la discusión.”

No podía creer lo que estaba oyendo. Dolor y enfado competían dentro

de mí. Como podía Bones tomar la decisión en sus manos acerca de lo que yo

podía manejar o no? Se suponía que esto era una relación, no una dictadura.

“Quieres saber una de las cosas que más amo de ti?” le pregunté, un

sentimiento de traición llenándome. “Que tú nunca has puesto tu edad sobre

mí. Sí, no hay nada que yo haya visto o hecho, que no sea historia antigua para

ti, pero siempre me trataste como a una igual. Bueno, ahora me estas tratando

como la patética pequeña niña que Max me acusó de ser. Quieres tener tu

horrible evento sin mí? Bien. Pero lo que fuera que hubiera visto esta noche no

se hubiera interpuesto tanto entre nosotros como lo que acabas de hacer.”

“Gatita…” dijo Bones, tratando de acercarse a mí.

Me alejé de él y me fui escaleras arriba. Abajo, Juan se aclaraba su

garganta. Rattler le susurraba algo acerca de darme tiempo para que me

tranquilizara. Don tosió y murmuró que tenía que hacer unas llamadas. Bones

no dijo nada, ni tampoco vino tras de mí.


Capítulo 7


EL DOLOR ME DURÓ EL RESTO DEL DIA. Me quedé en mi habitación,

sin querer hablar con nadie, especialmente Bones. Me había dejado sola,

también, ni siquiera había tratado de subir.

Pero a medida que el cielo se oscurecía, decidí que no podría seguir

enfadada. Me duché otra vez y bajé las escaleras. Rodney había hecho la cena.

Sólo Dios sabía de dónde había sacado la carne, tenía que haber enviado a

alguien a la tienda.

Don, sentado a la mesa con mi madre, me dio una sonrisa fría.

“Estábamos discutiendo contratar a Rodney para cocinarle al equipo. Creo que

mejoraría la productividad en un treinta por ciento.”

Resoplé, dándome cuenta de que Bones estaba afuera en el porche.

“Probablemente más. Hablando del equipo, ¿Dónde está la nueva base?”

“Tennessee, es un refugio antiaéreo que la CIA solía ocupar. Con algunas

reformas básicas, deberíamos estar listos y funcionando de nuevo dentro de una

semana o dos. Los refuerzos subterráneos hacen de esta instalación la opción

más segura.”

“Estoy de acuerdo. ¿Cuándo vas a ir?”

“Más tarde esta noche.” Don asintió con la cabeza a mi madre. “Tendrás

un lugar para quedarte allí. También hemos trasladado a tus amigos Denise y

Randy por la posibilidad de que Max descubriera su hogar así como el tuyo.”

“¡Dios, ni siquiera había pensado en eso!” Exclamé, azotándome por ser

una idiota. ¿Cómo pude haber olvidado considerar la seguridad de mi mejor

amiga y su esposo?


Don suspiró. “Tenías otras cosas en tu mente. Ser torturada y casi

asesinada le hace eso una persona.”

Rodney puso un plato frente a mí, y uno en frente de mi madre. Casi me

desmayo cuando ella comenzó a comer en lugar de lanzárselo de vuelta. ¿Se

había cansado alguno de los vampiros de que fuera una perra y la había

mordido para que estuviera de mejor humor?

Ella captó mi mirada atónita. “Vi lo que puso en la comida,” dijo a la

defensiva.

Rodney, en lugar de sentirse insultado, sólo rió. “De nada, Justina.”

Llevé mi atención lejos de la increíble vista de mi madre comiendo la

comida que un ghoul había preparado. “Si vas al nuevo complejo más tarde,

Don, me voy contigo.”

Bones habían estado caminando en el porche mientras hablaba por su

celular. En ese momento, su caminar se detuvo.

Don lanzó una mirada hacia la ventana antes de encontrarse con mi

mirada. “¿Estás segura de que eso es prudente?”

“A menos que vayas a despedirme, voy allí hoy, para chequear a mi

equipo,” lo interrumpí. “Ahí es donde me necesitan.” Ya que que claramente no

era querida con Bones más tarde.

No hice caso de la maldición entre dientes afuera. Don extendió las

manos. “Por supuesto que no voy a despedirte. Estoy seguro de que los

hombres se alegrarán de verte.”

“Zero, Tick Tock, Rattler, ustedes la acompañarán,” dijo Bones. No se

molestó en venir dentro o levantar la voz. Con su oído, no era necesario.

“¿Cómo moviste a Tate a la nueva ubicación, de todos modos?” Le

pregunté sin hacer comentario sobre mis guardias asignados. El transporte de

un nuevo vampiro enloquecido por la sangre debió haber sido difícil.


Don tosió. “De la única forma que pudimos. En la cápsula.”

Mi mandíbula cayó. “Pudo haber muerto.”

La expresión de Don se ensombreció. “Fue idea de Tate. Él sabía lo

peligroso que era para el equipo de otra manera. Llegó seguro y ahora está

confinado con Annette y Dave otra vez. Ella dice que ya está haciendo

progresos en el control de su hambre.”

Había pasado menos de un día desde que Tate se había convertido.

“Wow.”

Bones volvió adentro. No levanté la mirada, me concentré en mi comida.

Cuando terminé, enjuagué mi plato, lo metí en el lavavajillas, y emprendí el

regreso a mi habitación.

“Solo un momento, Gatita,” dijo Bones. Hice una pausa, a mitad de la

escalera. Él sostenía algo hacia mí que destellaba a la luz. “¿Quieres esto de

vuelta?”

Miré hacia mi mano izquierda y sentí una punzada de vergüenza. Me

había olvidado de mi anillo. Dios mío, tenía que conseguir sacar la cabeza fuera

de mi culo. Primero, no pensé en la seguridad de Denise y Randy, y luego ni

siquiera recordé que Max había robado mi anillo de compromiso. Todo eso de

ser torturada y casi asesinada no cubría todas las metidas de pata que estaba

cometiendo. No había duda de por qué Bones me estaba tratando como una

niña tonta - estaba actuando como una.

“Gracias,” dije, mirándole a los ojos. “Si lo quiero de vuelta, por

supuesto.”

No importa qué tan enojada estaba con él por dejarme atrás esta noche,

mi ira no iba a ser permanente. Lucharía contra Bones para que viera el error de

tratarme como a una damisela en apuros, pero no me estaba dando por vencida

en nosotros. Ni ahora, ni nunca.


Bones casi sonrió. “Me alegro de oírlo.”

Subió las escaleras. Extendí mi mano, pero en vez de entregarme el

anillo, Bones lo deslizó en mi dedo. El toque fresco de su piel en la mía, el

cosquilleo familiar de su poder... todo eso me dio ganas de nada más que

arrojarme en sus brazos y olvidarme del mundo que nos rodeaba.

Pero había mucho más en juego que sólo nosotros dos, y cómo nos

sentíamos. ¿Quién hubiera pensado que el enamorarme de un vampiro estaba

resultando ser la parte más fácil de nuestra relación? Recordé cuando pensaba

que el que él fuera un no-muerto era el mayor obstáculo para que tuviéramos

una vida juntos. Ahora sabía que los riesgos eran mucho mayores.

“Me voy ahora, Gatita. Don me dará tu ubicación. Te recogeré después.”

Dejé que mi mano se deslizara de las suyas. “¿A qué hora?”

“Antes del amanecer, pero no por mucho.”

No eran ni siquiera las ocho. Bones había planeado una larga fiesta para

Max. “Uh huh,” fue todo lo que dije.

Aspiró lentamente. Tal vez estaba midiendo mis emociones por mi

aroma. “Te amo,” dijo al fin, y luego se fue sin esperar para ver si yo le

respondía.

Ya había bajado las escaleras para el momento en que murmuré mi

respuesta. “Yo también te amo.”

Le di al interior del nuevo edificio una mirada de evaluación. “Acogedor.

Para un refugio antiaéreo.”

“Será mucho más difícil para cualquier persona monitorearlo”, señaló

Don. “El exterior parece a un aeropuerto privado, y los niveles subterráneos son

extensos. Vamos a añadir mejoras todos los días hasta que esté completo.”

“Oh, me gusta.”


Rattler, Zero, y Tick Tock miraron a su alrededor con curiosidad

también. Don no estaba contento con los tres vampiros extraños que me

acompañaban, pero debe haber sabido que no debía discutir con Bones.

Rodney, Cooper, y mi madre se había ido con Bones en su viaje de estudios

espeluznantes. Juan no, por lo que fue a inspeccionar las instalaciones también.

“¿Dónde está el equipo?” pregunté.

“En el cuarto sub-nivel. Están ocupados moviendo las piezas de la

carrera de obstáculos en la nueva sala de entrenamiento.”

Tragué grueso. Sería una tarea enorme tener todo funcionando, y era mi

culpa. Después de todo era yo la que tenía el padre homicida que había

averiguado donde estaban nuestras instalaciones previas.

“Voy para allá. ¿Vienes?”

Don sacudió la cabeza. "No. Voy a revisar algunas de las transferencias

en línea, asegurarme de que todo esté bien dirigido.”

Lo dejé para ir a los ascensores, siguiendo las indicaciones. Juan y mis

tres observadores no-muertos no me perdían de vista.

Estuve un par de horas levantando y moviendo cosas con los chicos para

tratar de conseguir algo de orden. Aquí era donde tener a tres guardaespaldas

no-muertos era práctico, ya que podrían levantar coches sobre sus hombros, si

así lo deseaban. Habíamos hecho que movieran la mayoría de los elementos

realmente pesados, no se quejaron, aunque estaba segura de que esto no era lo

que tenían en mente cuando se les dijo que vigilaran mi espalda. Estaba a punto

de poner la plataforma de escalada en su lugar cuando Don entró. Me saludó

más, con una extraña expresión en su rostro.

“¿Qué sucede?” Le pregunté inmediatamente, comprobando mi celular

para asegurarme de que no tenía ninguna llamada perdida.

“Nada. Ven a mi oficina por un minuto. Hay… algo que deberías ver.”


“¿Por qué todos creen que ser críptico es genial?” pregunté. Don no

respondió. Sólo regresó y me dejó seguirlo. Mis perros guardianes dejaron lo

que estaban haciendo y me siguieron también. Si solo mi equipo fuera tan

obediente.

Seguía refunfuñando cuando llegamos a la oficina de Don. Su puerta

estaba cerrada, y abrí de un tirón – y me detuve en seco.

Tate estaba al otro lado de la misma. Sus ojos índigo rodeados de verde

me miraron con angustia reprimida. Miré mi reloj. Era sólo unos minutos

después de medianoche, sólo un día desde que había sido convertido.

“Ha dominado el hambre lo suficiente como para ser liberado por un

corto tiempo,” dijo Annette. Ella estaba de pie un poco atrás a su lado.

“Realmente notable.”

Lágrimas rosas se deslizaban fuera de los ojos de Tate mientras me

miraba fijamente.

“Nunca me lo perdonaré, Cat. Yo soy el que propuso utilizar como cebo

a Belinda en las misiones, y eso casi te mata. Estoy tan jodidamente apenado.”

Toqué su cara, enjugándole las rosadas lágrimas. “No es tu culpa, Tate.

Nadie lo vio venir.”

Agarró mi mano. “Escuché que Max había llegado a ti. Tenía que ver por

mí mismo que estabas bien.”

Tate me agarró, abrazándome tan fuerte, que sabía que terminaría con

hematomas. Probablemente no era consciente de ello, al no haber tenido mucho

tiempo para acostumbrarse a su nueva fuerza.

Lo empujé. “Tate... me estás apretando demasiado fuerte.”

Me dejó ir tan rápido que casi me tambaleé. “Por Dios, ¡no puedo hacer

nada bien!”


No había escapado a mi atención que mis tres guardias vampiros estaban

muy cerca. Sus energías enrollándose en el aire, como si los vampiros de las

temáticas de nieve, Carbón y Viejo Oeste estuvieran a punto de atacar.

“Tranquilos, muchachos,” les dije.

“No deberías estar tan cerca de un vampiro nuevo,” dijo Rattler. “No es

seguro.”

Los ojos de Tate se volvieron verdes. “¿Quién demonios son ellos?”

“Bones siendo sobreprotector. Son mi sombra, hasta que él llegue aquí

más tarde.”

Annette ladeó la cabeza. “¿Está Crispín ocupándose de Max esta noche?”

“Sip. Y cree que no sería capaz de tener el estómago para verlo en su

peor forma de vampiro. Pero llevó consigo a Cooper y a mi madre. Debe pensar

que son más fuertes que yo.”

“O más exactamente, no le importa lo que piensen de él,” respondió

Annette.

“Supuse que te pondrías de su lado,” me burlé.

La frialdad rubia de Zero se acercó más a Tate. Lo vi y dejé escapar un

suspiro irritado.

“Por el amor de Dios, él no me va a morderme, así que retrocede.”

“Tu temperamento y aroma están excitándolo,” respondió Zero con un

tono monótono. “Es demasiado nuevo para contener su hambre de factores

desencadenantes, por mucho tiempo.”

Eché una mirada retrospectiva a Tate. Tenía los ojos color esmeralda a

punto de reventar, y si pudiera ver su aura, probablemente estaría echando

chispas. Oh. Tal vez Blanquito tenía razón.


Tate gruñó, “Yo nunca le haría daño.”

Don, quien no había dicho nada en los minutos últimos, habló.

“Entonces, vuelve a la cámara y pruébalo.”

Tate se volvió hacia él antes de parecer contenerse. Tomó en una honda

inspiración y la soltó por la nariz.

“Tienes razón. Todos los que tienen pulso en esta sala están empezando

a oler realmente bien. Okey. De vuelta en la caja, más vale prevenir que

lamentar.”

Me rozó cuando paso a mi lado, tomando respiro profundo. “Hueles a

miel y crema, Cat. Voy a hacerme respirar por el resto de la noche, sólo para

coger otra bocanada tuya en mi piel.”

Oh, mierda. ¿Por qué tenía que decir cosas como esa?

La mano de Tick Tock fue al cuchillo que tenía en su cinturón. Zero se

puso frente a mí, casi pisándome los dedos al hacerlo. Rattler se limitó a sacudir

la cabeza.

“Vas a estar muriendo dos veces, muchacho, si sigues hablando de esa

manera.”

Tate le dio una mirada fría. “Eso suena más aterrador cada vez que lo

oigo.” Entonces se fue, dirigiéndose a los ascensores, el nivel más bajo era

donde estaba su celda.

Aclaré mi garganta. “Bueno. Al menos eso no fue incómodo.”

La boca de Annette se arqueó. “Antes de unirme a Tate, ¿Podría hablar

contigo?”

Me encogí de hombros. “Seguro. ¿Qué sucede?”

Miró a su alrededor. “En privado.”


“Muy bien, como sea. Vamos a mi nueva oficina.”

Los tres Fangsters11 no trataron de seguirnos. Supongo que no sentían

que Annette fuera una amenaza. Poco sabían, ya que ella y yo teníamos las más

altas probabilidades de empezar una pelea que nadie más aquí.

Cerré la puerta, más para la ilusión de privacidad que de pensar que

disuadiría a las escuchas de los no-muertos. “Okey, ¿qué pasa?”

Annette se sentó en una de las dos sillas de la sala. “Crispín tiene razón

en mantenerte lejos de esto, Cat. A pesar de que estás claramente dolida con él

al respecto.”

Entorné los ojos. “No empieces.”

Ella me miró fijamente. “Tenía catorce años cuando me vi obligada a

contraer un matrimonio arreglado con el hombre más cruel, más repugnante

que jamás había conocido... en ese momento. A la tercera noche, Abbot llamó a

una de las camareras a unirse a nosotros en la cama. Me negué y me golpeó.

Después de eso, cada vez que llevaba a una mujer a nuestro dormitorio, no

discutía. Unos años más tarde, una duquesa casada llamada Lady Genevieve

nos invitó a Abbot y a mí a su finca, cuando su marido estaba ausente en la

corte. Ella drogó a Abbot, y cuando dormía, me dijo que me tenía una sorpresa.

Hubo un golpe en su puerta y entonces entró un hombre joven. Puedes adivinar

quién era.”

“¿Necesito oír esto?” Le interrumpí. “Aunque en un nivel objetivo es

fascinante, no quiero escucharte recordar tener relaciones sexuales con Bones.”

Sacudió la mano. “Hay un punto. Verás, Crispín y yo estábamos

atrapados por nuestras circunstancias. El divorcio sólo existía para los reyes en

ese entonces, y una mujer no era más que una máquina de carne para la

reproducción. Concebí, de quien era el niño no lo sé, ya que que había follado 11

Juego de palabras Fangs significa colmillos, combinado con la palabra gángster sería algo como los gánster colmilludos


tanto con Crispín como con Abbot, pero en el momento del parto, Abbot se

negó a convocar a una partera. El bebé estaba de nalgas, casi me desangró hasta

morir, y mi pequeño hijo fue estrangulado con su cordón umbilical.”

Eso me quitó la irritación. Aunque habían pasado más de doscientos

años, no se confundía el dolor en la voz de Annette. “Lo siento” dije

sinceramente.

Ella asintió una vez. “El parto me dejó estéril y estuve enferma por

meses. Crispín se coló para cuidarme mientras convalecía. Luego, poco

después, fue arrestado por robo. Lady Genevieve me organizó una sesión

privada con el magistrado. Lo convencí de que no colgaran a Crispín, sino que

lo transportaran a las colonias del Sur de Gales en su lugar. Era lo único que

podía hacer para pagarle a Crispín sus muchas atenciones.”

“Gracias.”

Nunca le había dicho eso antes a Annette, pero con este tema, era lo

debido. Sí, Annette y yo teníamos nuestros problemas, pero sin ella, e Ian, ahora

que lo pienso – Bones no habría vivido más allá del siglo dieciocho.

“Diecinueve miserables años pasaron. Una noche alguien llamó a la

puerta de nuestro dormitorio. Abbot la abrió, y luego fue arrojado hacia atrás

por el aire. La capucha cayó hacia atrás sobre el intruso y allí estaba Crispín

viéndose ni un día más viejo que cuando lo había visto por última vez.”

“Crispín me dijo que no se había olvidado de mí o de la miseria que

había soportado. Luego rompió todos los huesos en el cuerpo de Abbot.

Después de matarlo, Crispín me mostró en lo que se había convertido, y me dio

una elección. Con Abbot muerto, yo heredaría todo y podía vivir el resto de mi

vida en la corte. Pero para mí, eso era sólo el intercambio de una jaula por otra,

así que elegí la otra opción que me ofrecía Crispín. Él me convirtió y me ha

protegido desde entonces.”


Hizo una pausa para enjugarse una lágrima. “Y ahora a mi punto. Eres

fuerte, Cat, pero no eres cruel. Tampoco lo es Crispin a menos que esté

enfurecido o sea forzado, y así es en este caso. Serías afectada por lo que vieras,

pero él no haría menos de lo necesario. Crispín se culpa, y en parte tiene razón.

Los vampiros respetan a lo que temen. La misericordia es vista como una

debilidad. Así que ámalo lo suficiente como para darle esto, aunque el precio

sea tu orgullo.”

Se puso de pie. A pesar de estar confinada en una habitación con Tate

todo el día, aún parecía tan perfecta como si hubiese recién salido de un salón

de belleza.

“Me confundes,” dije por fin. "¿Por qué te importa suavizar las cosas

conmigo y Bones? No hace mucho que dijiste que harías lo posible por

separarnos.”

Hizo una pausa en su camino a la puerta. “Porque lo amo. A pesar de

que no puedo tenerlo, aún así quiero que sea feliz.”

Se fue, pero me tomó varios minutos antes de hacerlo yo. Las cosas eran

mucho más fáciles cuando sólo odiaba a Annette, no cuando sentía que tenía un

punto que necesitaba escuchar.


Capítulo 8


BONES LLEGÓ DIEZ MINUTOS DESPÚES de la medianoche. Salí a ver al

helicóptero aterrizar, Cooper en los controles. Bones fue el primero en bajar.

Luego mi madre, Rodney, y Cooper. Cooper se veía francamente fantasmal,

pero mi madre parecía casi indiferente.

“Ahora eso si que fue informativo,” fueron sus primeras palabras.

“Catherine, nunca me dijiste que sin importar cuántas veces le cortes un

miembro a un vampiro, volverá a crecer."

Encantador. “Creo que no tengo que preguntar si pasaste un buen rato,”

murmuré. “Supongo que eso te hará más fácil hacer las compras para esta

Navidad, sin embargo.”

Ella frunció el ceño. “¿Siempre tienes un chiste? No importa, estoy

cansada y sólo quiero dormir un poco.”

Señalé con un brazo. “Los cuarteles están por ahí.”

Lanzó una mirada despectiva alrededor. “Recuerdo muy bien los

cuarteles de la primera vez que empezaste a trabajar con Don. Es como dormir

en un ataúd, y ya que no soy un vampiro, paso.”

“Mamá.” Apreté mis dientes. “Es sólo temporal. Te conseguiremos otro

lugar en breve. Diría que puedes quedarte conmigo y Bones, pero luego está

toda esta cosa de los vampiros otra vez.”

“Puedo ir a un hotel,” ella insistió.

“¿Registrándote bajo el mismo nombre con el que Max te encontró?”

Lancé en respuesta. “No. Don te conseguirá una nueva identificación y otra

casa, pero hasta entonces –”


“Puede quedarse conmigo.”

La oferta no vino de Copper. No, él estaba estudiando el piso de una

manera absorta durante este intercambio. Bones levantó las cejas en sorpresa.

Rodney se encogió de hombros. “Tengo una casa a unos dos horas de

aquí. No estoy mucho allí, ya que que viajo un montón, y sería seguro hasta que

tu tío encuentre algo más, Cat.”

Suspiré. “Rodney, gracias por el ofrecimiento, pero –”

“No tienes partes de cuerpos ahí, ¿No?” Mi madre interrumpió. “No

quiero abrir el refrigerador y encontrar una cabeza en una parrilla.”

Rodney rió- “No, Justina, no se ve como el refugio Jeffrey Dahmer12.”

Ella lanzó una mirada evaluativa hacia el exterior del edificio y luego de

nuevo a Rodney. “Si mis opciones son quedarme en una barraca con un nuevo

vampiro chupasangre en las instalaciones, o en la casa de un ghoul, me quedo

con el ghoul. Catherine, estoy segura que uno de tus soldados nos pueden dar

un aventón.”

Se fue a través de los cuarteles, Rodney detrás de ella. Hombre Muerto

Caminando13, pensé, y no tenía nada que ver con él siendo un ghoul.

Bones los vio partir y luego se volvió hacia mí. “Esa mujer es aterradora.”

Solté un bufido. “Me he sentido así toda mi vida.”

Bones se me quedó mirando con expresión protegida. Sin duda, él se

preguntaba si yo iba a empezar a quejarme con él otra vez sobre cómo me había

tratado como una niña, pero no lo hice. Todavía no estaba de acuerdo con sus

12

Jeffrey Dahmer: apodado "El Carnicero de Milwaukee", fue un asesino en serie responsable por la muerte de 17 hombres entre 1978 y 1991. Es conocido no sólo por la cantidad de personas que asesinó, sino también por practicar la necrofilia y el canibalismo

13 Dead Man Walking: Hombre muerto caminando, es la expresión utilizada normalmente cuando algún reo va a cumplir su condena de muerte.


razones, pero la admonición de Annette había tocado una fibra sensible en mí.

Mi relación con Bones valía un infierno mucho más que mi orgullo herido por

lo que él había hecho. Tenía que trabajar en este tema con él, y evitarlo o

lloriquear no era la manera de hacerlo.

Aún así, me sentía incómoda, sin saber qué hacer conmigo misma. No le

había dado un saludo real. Mi rutina normal habría sido darle un beso, pero eso

no sentía apropiado, tampoco. Me decidí a meter mis manos en los bolsillos y el

mover con inquietud los pies.

“Así que...”

Dejé que la palabra flotara. Bones me dio una sonrisa irónica.

“Mejor que vete a la mierda, por así decirlo.”

“Entiendo por qué lo hiciste, pero tenemos que encontrar una manera de

superar este tipo de cosas,” le dije en forma precipitada. “Proteger a la otra

persona de lo que uno asume que ella o él no puede manejar, quiero decir. No

pensé que podrías manejar a Don y a mi madre hace años, así que me fui, pero

debí haber confiado en ti para tomar esa decisión por ti mismo. Al igual que tú

debiste haber confiado en mí para decidir sobre esto.”

Bones resopló con incredulidad. “¿Estás comparando el dejarte por una

noche contigo desapareciendo durante más de cuatro años?”

Sentí un aumento de color en mi cara. “Bueno, no... em, quiero decir, el

principio es el mismo,” balbuceé. “Lo que hice fue estúpido y estuvo mal y

puedo decir honestamente que lo lamento más que nada en mi vida. Pero esta

noche no me diste una opción, Bones.”

Hice una pausa, tomando una respiración profunda y tratando de que

mis ojos expresaran lo que estaba teniendo dificultades para articular.

“Si me hubieses pedido que no fuera, por las mismas razones que me lo

ordenaste, habría entendido. Todavía creería que eras paranoico, pero no me


habría hecho sentir como si estuvieras tirando la rutina de ‘yo vampiro malo

grande, tú tonta niñita.’”

Bones me lanzó una mirada frustrada. “Por supuesto que no creo que

seas una niña tonta.”

Empezó a pasearse. Lo miraba sin decir nada.

“Estoy muy cansado de ser la razón por la que tienes que ser fuerte,”

dijo, con los ojos bordeados de verde. "Por mí, te colgaste como cebo para un

grupo de asesinos traficantes de humanos. Tuviste que conducir un coche a

través de una casa para rescatar a tu madre – mientras tus abuelos estaban

cubiertos de sangre. Empezar a trabajar con Don casi ha conseguido matarte

incontables veces. Todo por mi culpa.”

Dejó de caminar para venir a mí, agarrando mis hombros.

“Estoy harto de verte obligada a probar tu fuerza en mi nombre, así que

no quería que lo hicieras de nuevo con Max. ¿No puedes entender eso?”

Cubrí sus manos con las mías. “Sí. Pero no me hiciste hacer ninguna de

esas cosas, Bones. Incluso si nunca te hubiese conocido, todavía estaría

persiguiendo vampiros, y todavía tendría que manejar las consecuencias de

eso.”

Se quedó en silencio durante un buen rato, mirándome fijamente a los

ojos con esa dura y penetrante mirada de él. Luego finalmente, dio un ligero

asentimiento.

“Muy bien, cariño. La próxima vez te voy a dar la opción, no tomaré la

decisión por ti.”

Le di un apretón de manos. “Prometo no decidir las cosas por ti otra vez,

tampoco.”


Su boca se torció. “Resulta que yo seré el primero en hacer valer mi

palabra sobre este nuevo acuerdo. Ha habido algunos avances. Max nos dio el

nombre del tipo que le vendió el misil que iba a usar en tu coche.”

“¿Sabes dónde está ahora?”

“Sí.”

Sentí fría anticipación ante la idea de hacer frente a esa persona.

“Voy contigo.”

La expresión de Bones, dijo que no esperaba otra respuesta.

“Mañana.”

Este era mi tercer viaje a Canadá. Había viajado allí en misiones de Don,

pero a lo mejor algún día fuera sólo para visitar las Cataratas del Niágara en

calidad de turista y no para matar a nadie.

Estaba sentada en una camioneta con mis compañeros. Dave estaba a un

kilómetro de distancia, negociando la venta de trescientos misiles tierra-aire,

quinientas granadas, y tres explosivos de alto poder. Él actuaba como sustituto,

ya que Bones era mucho más reconocible. Con la amplia experiencia militar de

Dave, podía hablar de compras con el mejor distribuidor del mercado negro.

Incluso ahora que estaban discutiendo acerca de la categoría de plástico para las

bombas de coches en potencia.

Nadie hablaba en la furgoneta. Podíamos oír cada palabra nosotros

mismos, de manera que todos los oídos no-muertos en nuestra dirección,

podrían oírnos también. Cooper y Juan volvieron a chequear sus

ametralladoras, que fueron equipadas con balas de plata. Esas municiones

modificadas no matarían ningún ghoul, pero haría el día de un vampiro muy

desagradable. Nuestros números eran bajos por una razón. Menor probabilidad

de hacerse notar de esa manera.


Spade estaba allí, picoteando sus uñas mientras el tiempo pasaba. No

llevaba un arma. Maestros vampiros como él y Bones no las necesitaban, ya que

ellos mismos eran sus propias armas. Y unas mortales.

El traje modificado antibalas que llevaba debajo de mi ropa irritaba. Era

más novedoso, un pedazo delgado y flexible que abarcaba todos los órganos

principales y parecía un peluche medieval. Por supuesto, si me volaban la

cabeza, no me haría ningún bien, pero el resto de mi estaba protegido. Cooper y

Juan también estaban equipados con el mismo material. El rango de

movimientos se incrementaba en gran medida con este, en oposición a los viejos

chalecos voluminosos.

"...no te voy a dar ni de diez centavos de mierda, esto no es el producto

que habíamos acordado,” Dave estaba diciendo. “Se supone que debo volver a

mi cliente y decirle que tal vez el mecanismo de activación vaya a trabajar o tal

vez no, alabanza a Alá y lo hará. Estúpidos aficionados. Hay tanta mierda a la

venta ahora, que no necesito ser un tonto en esta zona de ofertas14 a precios de

reliquia, así que váyanse a la mierda y tengan un buen día.”

Él debe haber comenzado a alejarse, porque hubo un correteo de pasos

detrás de él.

“Espere un momento. Tal vez podríamos hablar de –” el negociador

agitado comenzó antes de ser interrumpido por una risa. Bones se puso rígido a

mi lado, y Spade se animó. Ese debía ser nuestro objetivo.

“Harrison, seguiré yo desde aquí,” una voz fría interrumpió.

Abrimos la puerta de la furgoneta sigilosamente y nos bajamos. Spade y

Bones fueron primero, su falta de latidos era una ventaja. El resto de nosotros

seguiría después de que el ataque comenzara. El elemento sorpresa no tiene

precio.

14

En inglés, Blue Light Special: área de un supermercado donde los productos están en oferta.


“¿Quién eres?” Dave preguntó en tono molesto. “¿Otro lacayo?”

“Soy Domino, y sí, soy el jefe,” fue la respuesta fría. “Tienes que

perdonar esta muestra de material. Era una prueba. De vez en cuando tenemos

agentes encubiertos que se hacen pasar por compradores, pero no pueden notar

la diferencia entre una bomba o una canasta. Tú conoces claramente tu

mercancía, sin embargo. Incluso si nunca he oído hablar de ti.”

Esta última parte fue más fría que la primera, y con una sospecha abierta.

Dave gruñó.

“¿Cuántos agentes secretos has tenido hurgando en tu negocio que no

tienen pulso? Que yo sepa, la academia de policía no ha admitido a no-

muertos.”

“Ah, pero siempre hay una primera vez, ¿No? Ahora bien, tengo otros

asuntos que atender. Logan, saca las otras cajas. Tenemos que terminar esto –”

Domino dejó de hablar justo antes de la explosión. Él debe haberlas

sentido venir antes de que las dos bombas que habían sido arrojados en el

almacén detonaran. La repentina explosión de disparos estalló junto a los gritos

que me hicieron saber que habían más dentro de lo que habíamos imaginado.

Juan, Cooper, y yo corrimos hacia la estructura donde las llamas saltaban

ahora hacia la noche. Manteniendo la cabeza agachada, devolvimos el fuego. En

la oscuridad, vi humanos y no-muertos defensores tratando de localizar la

causa de los cuerpos en el suelo. Nuestras ametralladoras crepitantes en la

oscuridad, tenían dos ventajas. Mantuvo la atención de los guardias en nosotros

mientras Spade y Bones comenzaban la matanza, y derribábamos varios

objetivos más al mismo tiempo. Dave tenía dos objetivos principales en el

tumulto de violencia a su alrededor – impedir que Domino fuera asesinado, o

que huyera.

Juan sonrió como lobo y coreó insultos desconocidos en español mientras

rompíamos el perímetro. Cooper era más frío, metódico mientras avistaba sus


marcas con una precisión admirable. Tenía una ligera curvatura a los labios.

Para él, era el equivalente de cacareo alegría.

Una vez que estuvimos lo suficientemente cerca, tiré el arma en favor de

mi cuchillos, que eran mi arma favorita. Casi tan rápido como disparaba las

balas, tiré las hojas de plata a las restantes dos docenas de combatientes. Los

humanos eran fáciles de derribar, desgarrando el pecho mientras los cuchillos

se hundían en casa.

Alguien me saltó desde atrás, tirándome al suelo. Luché, manteniendo

sus colmillos lejos. El vampiro tenía una mirada de incredulidad, luego su

rostro comenzó a consumirse mientras yo enterraba un puñal en su corazón. Lo

lancé lejos, y me giré para afrontar al siguiente.

Era un humano a punto de disparar a quemarropa en mi dirección. Hice

un trompo en una rueda en el aire para evitar las balas, salvajemente divertida

por la expresión atónita que puso ya que ninguna de ellas me golpeó. Arranqué

la pistola de las manos del hombre y le disparé a él. Unas ráfagas cortas más

tarde y estaba muerto en el suelo.

Los siguientes tres vampiros eran más jóvenes y menos poderosos. Los

despaché con mis cuchillos mientras Juan y Cooper descargaban ronda tras

ronda en las fuerzas restantes que había perdido su formación. Los hombres de

Domino estaban disparando a cualquier cosa, incluyendo unos a otros, mientras

nuestro ataque continuaba. En el interior del almacén oí más sonidos de

muertes siendo selladas. Maldiciones ahogadas y otros tratando

infructuosamente de escapar. Por el rabillo del ojo vi a Dave, Domino atrapado

debajo de él, una hoja de plata cerca del corazón del vampiro.

Por un instante, su mirada incrédula verde se encontró con la mía antes

de que se ampliara en comprensión, y Domino comenzó a luchar más fuerte.


Dave golpeó su cabeza contra el pavimento lo suficientemente fuerte

como para fracturarle el cráneo. No lo mataría. Sólo le tomaría tiempo para

curarse.

Todo empezó a ponerse tranquilo poco después. Intermitentes gritos

fueron cortados antes de que se pudieran completar. Una mirada alrededor

mostró una resistencia mínima ahora, mientras esos que quedaban vivos

empezaban a rendirse. Atado a mi pierna, junto con la gran cantidad de armas,

había un teléfono celular. Marqué a Don y le hice saber que debía contener a

cualquier policía que hubiese sido alertado por las explosiones. Varios

miembros de mi equipo estaban a diez kilómetros de distancia, a la espera de

esta llamada. Mantendrían a las autoridades canadienses a raya, mientras

terminábamos aquí.

Hubo un zumbido repentino en el aire por encima de mí. Los cuchillos

que había estado a punto de lanzar se quedaron en mi mano, mientras Bones

caía del cielo. Me miró de arriba, asegurándose él mismo que no resulté herida,

sin duda, y luego lanzó su mirada en torno al vampiro que Dave estaba

sujetando.

“¿Por qué hola, Domino? ¿Sabes quién soy?”

Bones le indicó a Dave que soltara a Domino. Spade apareció, manchas

rojas le salpicaban, y sujetó a Domino con una mano inflexible. Juan y Dave

reunieron los pocos supervivientes que quedaban.

Domino fulminó con la mirada a Bones. “No. ¿Cuál es el significado de

esto?”

Era una mentira descarada. Domino lo sabía. Sus ojos seguían agitándose

hacia mí.

Bones sonrió. “Oh, grandioso. ¿Me vas a hacer sacarte la verdad a

golpes? Mi forma favorita de trabajar.”


Incluso yo parpadeé ante lo repentino de su movimiento. En un

momento las piernas de Domino estaban pateando, al siguiente fueron

arrancadas, y estaban en las manos de Bones. Ew.

Las nuevas partes del cuerpo dolían cuando volvían a crecer. Así me

habían dicho, de todos modos. Domino gritaba como si fuera cierto.

“¿Todavía no me conoces, amigo? Vamos, miénteme otra vez, veamos a

donde te lleva.”

“Para,” gritó Domino. “Te conozco, pero no sabía para lo que era el misil.

¡Juro por Caín que no lo sabía!”

Una oscura ceja se arqueó. “Max no te pagó él mismo, así que, ¿quién lo

hizo?”

Domino miró con fascinada repulsión a sus propios miembros en el suelo

delante de él. “Promete que me matarás, entonces te contaré todo.”

“Tú no quieres que yo haga eso,” dijo Bones suavemente. Se inclinó hacia

él hasta que estaba a escasos centímetros del rostro de Domino. “Porque si te

dejo vivir, desearías que no lo hubiese hecho. O puedo matarte aquí. Mucho

más fácil de esa manera. Mira, yo te creo cuando dices que no sabías para lo que

era el misil. Es por eso que consigues una elección, pero de cualquier manera,

vas decir lo que quiero saber.”

Vi como la negación, esperanza, desesperación, y amarga aceptación

brillaba en el rostro de Domino.

“El dinero fue enviado, no sé por quien,” fue su respuesta simple al final.

“A Max se le dio un número de cuenta para que lo transfiriera, pero no lo

manejó él mismo. Lo sé porque él me llamaba para saber si había llegado el

dinero. Tomó unos días, se puso impaciente y dijo algo acerca de una fecha

límite.”


“De vuelta a la transferencia bancaria,” dijo Bones. “Vas a darme todos

tus números de cuenta y, a continuación los lugares donde se almacenan tus

otros productos. Hazlo rápido. No quiero estar aquí toda la jodida noche.”

Domino comenzó a forcejear contra Spade, pero el otro vampiro era

demasiado fuerte. “¿Para qué las necesitas todas? Puedes tomar la cuenta

donde fue enviado, ¡Pero deja el resto en paz!”

Bones se rió entre dientes, pero no fue agradable. “Por qué los quiero se

debe a que voy a tomar hasta el último centavo que tienes, junto con tu vida. Va

a ser una lección para los demás sobre lo que les pasará si cruzan en mi camino.

Ahora, ¿Necesitas más incentivos a hablar?"

Domino maldijo mientras comenzaba a dar abiertamente los números,

lugares, los bancos, acciones, inversiones, caja de seguridad, todos menos lo que

estaba escondido debajo de su colchón proverbial. Bones tomó notas, haciendo

una pausa para preguntar con más detalle ciertos matices. Cuando Domino

terminó, se quedó mirando fijamente hacia delante.

Bones apoyó las manos a ambos lados de la cabeza de Domino, un toque

ligero que desmentía su intención.

“Ahora, amigo, si has omitido algo, o me mentiste, no estarás alrededor

cuando me entere. Pero tienes un hijo. Corredor de droga, ¿No? Él no estará

más allá de mi alcance, y no voy a tener ningún reparo en depositar toda mi ira

en él, así el próximo maldito no intentará engañarme cuando le ofrezca un trato

justo. Una última vez, ¿Has omitido algo?”

“Siempre había oído que eras un bastardo vicioso,” dijo Domino con voz

apagada. “Todo por lo que he trabajado, se ha ido. Mi hijo no tendrá nada.”

Esas manos pálidas se apretaron. “Tendrá su vida. A menos que él haya

estado involucrado en esto o trate de vengarse de mí más adelante, voy a

dejarlo tranquilo. Última oportunidad.”


Domino debe haber creído la advertencia, ya que otros tres números de

cuentas bancarias fueron revelados en un tono monocorde a su resignación. Ser

un traficante de armas pagaba bien. Entre el dinero y la mercancía ilegal, Bones

estaba obteniendo millones. No es de extrañar que se riera de mi sueldo.

“Sabia elección,” comentó cuando Domino terminó. “Si has sido sincero,

tu hijo está a salvo de mí y de los míos. ¿Algunas últimas palabras?”

“Eres un hijo de puta.”

Bones se encogió de hombros. “Eso ya lo sabía.”

Dos fuertes torceduras más tarde todo había terminado. Aparté la vista

de la cabeza que cayó al suelo junto al resto del cuerpo de Domino.


Capítulo 9

TRADUCIDO POR MELISSA

A PESAR DEL FEBRIL RASTREO DE LAS CUENTAS DE DOMINO

para probar y localizar quién había suministrado el dinero, estábamos con las

manos vacías. Quienquiera que fuera, él o ella era listo. Había compañías

fantasmas, nombres falsos, y cuentas corrientes canceladas, eso por nombrar

unos cuantos obstáculos que encontramos.

Dos semanas más tarde, el teléfono celular de Bones sonó. El incremento

gradual debería haber sonado como a una advertencia, pero había estado

concentrada en los papeles frente a mí.

"Hola … ah, no reconocí el número, Mencheres..."

El nombre me llamó bruscamente la atención. ¿Qué querría la versión de

un abuelo vampiro de Bones?

El semblante relajado de Bones se endureció a un nivel ilegible mientras

escuchaba. Entonces dijo, "Bien. Te veremos en poco tiempo", y colgó.

"¿Y bien?" Aguijoneé.

"Mencheres me invitó a su casa para discutir una proposición que tiene

para mí".

Fruncí el ceño. "¿Por qué no te podría decir lo que sea que quiera por

teléfono?"

"Debe ser importante, mascota", Bones bufó. "A mi gran señor no le gusta

mucho el arte dramático, así que lo que sea que quiere proponerme, no será

algo así como que riegue sus plantas para él por una pequeña retribución

cuando salga de la ciudad.".


Aunque estaba abrigada debajo de un suéter grueso, sentí un frío

recorrer mi columna vertebral. ¿Qué podría querer Mencheres discutir con

Bones que era tan importante que tuvieran que reunirse en persona?

Había sólo una forma de descubrirlo.

El mismo Mencheres abrió la puerta, y no pude evitar temblar mientras

sentía que su aura me inundaba. Las olas de energía que venían de él eran como

una tormenta eléctrica. Los rasgos de Mencheres lo señalaban como egipcio, y

tenía esa cosa completa de aspirante a Faraón que seguía a su porte real y al

cabello negro que llegaba hasta la cintura. Suponía que Mencheres debía de

estar por sobre los dos mil, sin embargo, por su apariencia, no pensarías que era

un día mayor de veinticinco.

"Lindo lugar el que tienes aquí" comenté, mirando la vistosa mansión

mientras entrabamos. "Puedo ver por qué necesitarías espacio, debido a todos

tus huéspedes".

Si pensaba que estaríamos rodeados de los seguidores usuales de

Mencheres, estaba equivocada. Parecía que éramos las únicas tres personas en

esta mansión además de algunos perros. Mastines. Nobles animales. Yo misma

era una persona gato15.

Bones me dio una mirada que hizo sonreír a Mencheres. "No te

preocupes, ella puede decir lo que quiera. Me gusta su franqueza. Es muy

parecida a la tuya, aunque menos diplomática algunas veces."

"Mi esposa hace un buen planteamiento, aunque indiscreto", dijo Bones.

"Normalmente tienes a varios de tu gente a la mano. ¿Debería asumir que su

ausencia se debe a que deseas mantener nuestro asunto en privado?"

15

Cat person: persona gato, juego de palabras con su nombre Cat


"Es lo que pensé que querrías", dijo como respuesta. "Antes de que vaya

más allá, ¿puedo ofrecerles algo? La casa está completamente abastecida".

Apuesto a que lo estaba. Este lugar era tres veces más grande que nuestra

casa, y con enormes terrenos para pasear. Bones había dicho que Mencheres

mantenía empleados vampiros y ghouls con él, más algunos integrantes de su

línea, además a sus bocadillos vivos también. Siendo tan viejo como debía de

ser él, tenía un gran séquito.

Bones aceptó un whisky añejo. Rechacé cualquier cosa, esperando ir

directamente al punto. Mencheres nos condujo hacia una sala de estar preciosa,

adornada con tonos masculinos. Sofás de cuero con texturas mantecosas. Una

chimenea de piedra. Piso de madera y alfombras cosidas a mano. Uno de los

perros vino a sentarse a los pies de Mencheres cuando se sentó en el sofá en

frente de nosotros. Bones tenía una mano alrededor de su vaso y la otra sujetaba

la mía.

"¿Te gusta el whisky?" Mencheres preguntó.

"Por el amor de Dios, sólo dinos tu propuesta ya", dije precipitadamente,

como Mencheres tenía la habilidad de leer las mentes, él había oído mis

internos e impacientes preguntas de cualquier manera.

Fríos dedos se tensaron alrededor de los míos. "No puedo evitarlo", dije,

más para Bones que para Mencheres. "Mira, soy hábil coqueteando con cosas y

luego matándolas o solo matándolas. No andando con rodeos. Mencheres nos

hizo volar todo el camino hasta aquí por algo, y no era para preguntar si el

whisky era bueno".

Bones dichos suspiró. "Gransire, si pudieras ser tan amable…"

Él agitó una mano para dejar el resto de la frase en el aire. Aquí vamos.

Mencheres se inclinó hacia adelante, sus ojos de acero se encontraron con

los café oscuro de Bones. "Propongo a una alianza permanente entre tu línea y


la mía, Bones. Si accedes a esta alianza, te daré el mismo regalo de poder que

una vez me fue dado".

Guau. Seguro que eso no lo vi venir.

Bones golpeó ligeramente su barbilla mientras yo cambiaba de posición

en mi asiento. La política de vampiros me ponía nerviosa por regla general, y el

pensamiento de una alianza permanente con este vampiro en particular mega-

escalofriante no me hacía feliz del todo. Tenía que haber algo más. No veía a

Mencheres arrojándolo sólo por ser magnánimo.

Bones parecía estar de acuerdo. "¿Quieres mancomunar líneas y darme

más poder? ¿Porqué siento que aquí hay algo más que no me está diciendo,

Gransire?"

La cara de Mencheres estaba impasible. "Una guerra está pronta a

ocurrir, la he visto. Con tu nueva fuerza y nuestras líneas combinadas,

tendremos una mejor oportunidad de ganar".

"¿Lo has visto?" Pregunté. "¿O lo has visto?"

Además del poder para leer la mente de alguien con pulso, Mencheres

también era conocido por sus visiones. Pequeños vislumbres del futuro y todo

eso. No estaba segura si creerle — ¿Por qué Mencheres no jugaría la lotería todo

el tiempo?—Pero Bones creía que Mencheres tenía esa habilidad, y lo había

conocido por siglos.

"Es certero", Mencheres contestó, sin emoción en su tono.

Bones lo consideró cuidadosamente. Yo seguía silenciosa. Ésta era su

desición Él era quién había conocido a Mencheres toda su vida no-muerta. Me

abstuve de comenzar a expresar mi desaprobación sólo porque Mencheres me

hacía sentir incómodamente nerviosa.

Bones asintió con la cabeza luego de un largo rato. "Lo haré".


Y sabía que Mencheres pudo oír cuándo pensé, oh, mierda. Sin embargo,

no hizo comentarios. Se levantó, con todo su largo cabello negro y sus astutos

ojos de granito, y entonces abrazó Bones.

"Sellaremos nuestra nueva alianza la próxima semana. Hasta entonces,

No se lo comentes a nadie, excepto a quienes más confíes".

Entonces Mencheres soltó a Bones y me dio una sonrisa invernal.

"Ahora puedes irte, Cat".

La casa que Mencheres utilizó para auspiciar la reunión en honor a la

próxima alianza entre él y Bones tenía un valor sentimental para mí, en cierto

modo. Era la misma mansión donde había conocido a Ian cuando había

intentado extorsionarme para unirme a él, pero había terminado atándome a

Bones en lugar de eso. Aparentemente le pertenecía a Mencheres, e Ian sólo la

había estado usando por esa noche.

Hablando de Ian, como el señor de Bones, se había dado a sí mismo una

invitación para la celebración de esta noche. Bones también tenía aquí a todos

los integrantes directos de su línea, bien sobre doscientos vampiros, y eso sin

contar a los ghouls a los que él había tendido una mano para engendrarlos, los

cuales eran aproximadamente otros cien.

Mencheres no podía invitar a todos sus descendientes directos sin

alquilar un estadio de fútbol, así que el nivel de poder y la preferencia, habían

decidido la reducción de quién estaba invitado. Para exhibir su nueva alianza,

varios notables vampiros maestros de otros linajes estaban presentes, y no todos

ellos amistosamente.

Muchos de los sofás ornamentados que estaban alineados en el área

alrededor la palestra tiempo atrás, también estaban ausentes. Había demasiada

gente aquí ahora para tener mucho espacio ocupado. Era prácticamente un

salón solo para estar de pie, con sillas y sofás reservados sólo para la propia


élite que se atreviera a sentarse en ellos. Tanto en el centro de la palestra como

en el centro del cuarto, no había tales enseres. Nosotros estábamos todos de pie.

Éste era el número más grande de personas no muertas que alguna vez

había rondado. Mi piel prácticamente bailaba con todas vibraciones que venían

de ellos. Nuestra compañía de guardias de élite consistía en Spade, Tick Tock,

Rattler, Zero, y cerca de una docena de vampiros algo más familiares. Sus

nombres podían escapárseme, pero sus niveles de poder no. Aún en un cuarto

lleno con más de la mitad de gente de Bones y Mencheres, nuestros escoltas

crepitaban con una advertencia tácita. Me alegraba de que estuviera dentro de

este grupo, y no frente a ellos en combate. Estaría acabada contra ellos.

Cuando entramos en la palestra elevada cuadrada, tuve la sensación de

estar en una palestra de boxeo. Allí estaba a un lado Mencheres y en la otra

esquina Bones, nadie hablaba. Incluso los espectadores estaban silenciosos.

Entonces Mencheres caminó a grandes pasos hacia el centro y dirigió las caras

hacia él.

Se había vestido con una túnica egipcia, toda blanca, con un cinturón

alrededor de su cintura, que habría apostado mi trasero a que era de oro puro.

Alrededor de las partes superiores de su brazo tenía más cintas de oro, y su

pálida piel tenía un destello amarillo apenas perceptible. Debió de haberlo

desempolvado él mismo. Con su largo cabello oscuro suelto, sólo sujeto con una

delgada corona de lapislázuli en su frente, se veía como salido de una antigua

pintura al fresco de la tumba de un Faraón. Demonios, por lo que sabía, había

una pintura al fresco de él en alguna parte de la tumba de un Faraón.

"Todos ustedes están aquí para ser testigo del anuncio de mi lealtad en

una alianza que sólo será rota por la muerte. A partir de la siguiente noche,

cada persona que pertenece a Bones es también mía, como todos los míos son

ahora de él. Como prueba de mi palabra, ofrezco mi sangre para sellar esta

alianza. Si lo traiciono de cualquier forma, también será mi castigo. Crispín,


quién se hace llamar a si mismo Bones, ¿aceptas mi oferta de mancomunar

nuestras líneas?"

Bones apretó mi mano una vez y fue a pararse junto al otro vampiro. "Lo

acepto".

Mencheres hizo una pausa, tal vez para el efecto dramático. "¿Y qué

ofreces como prueba de tu palabra?"

La voz de Bones fue fuerte. "Mi sangre es prueba de mi palabra. Si

traiciono nuestra alianza, será mi castigo".

Normalmente, deberían cortar sus manos, estrecharlas en un formal

apretón de manos, e irse a casa. De hecho, algo similar a una ceremonia

matrimonial vampírica. Pero había algo más que iba a suceder esta noche de lo

que nuestros invitados estaban informados. Todo el mundo aquí sabía que

Bones y Mencheres mancomunaban sus líneas, pero lo que no sabían era la

actividad extra. La transferencia de poder. Sólo aquéllos de nosotros en la

plataforma no mostramos sorpresa cuando en lugar de eso, Mencheres esquivó

el tradicional corte de mano e inclinó su cabeza hacia el cuello de Bones.

Hubo una oleada de exclamaciones de los observadores. Supongo que

habían entendido lo que además estaba pasando. Tres filas arriba, oí a Ian

escupir una sucia maldición, y sonreí. Uh oh, ¿alguien se sintió ofendido?

Ian no fue el único. Habían varias voces inconformes del lado de

Mencheres del enorme cuarto. Las personas quienes obviamente pensaban que

un día tendrían la suerte de recibir ese regalo ellos mismos. Esa era la otra razón

de por qué teníamos a los guardias con nosotros. En el caso de que alguien, o

varios, fueran más que elocuentes con su descontento.

Mencheres ignoró todo eso y no dejó de beber del cuello de Bones.

Cuando al fin alzó su boca, vi a Bones tambalearse un poco en sus pies. Drenar

drásticamente a un vampiro le hacía más débil, y por la apariencia de Bones,

Mencheres había limpiado su plato.


"Mi palabra de honor, sellada en sangre", Bones habló con voz áspera.

"Libremente dado y aceptado".

Mencheres inclinó su cabeza a modo invitación después, y Bones hundió

sus colmillos en la garganta expuesta del otro vampiro.

Eso fue diferente a cuando Mencheres bebió. Algo cambió en el aire. Una

corriente invisible en el cuarto creció. La electricidad estática parecía saltar de

las dos figuras en el centro de la plataforma, y pestañeé, frotando mis brazos

como si hubiera sido acribillada. Aquí estaba, la transferencia de poder. Bones

me dijo que Mencheres tenía que expulsarla con su sangre; no era algo que

podía ser robado simplemente por alguien bebiendo de él. Incluso mientras

observaba, la piel del vampiro egipcio comenzó a resplandecer con una luz

interior escalofriante, como si un millón de estrellas estuvieran tratando de

escaparse de su carne.

Encima de nosotros, hubo un sonido de movimiento abrupto y de pelea.

Alguien estaba o intentando comenzar una riña o detenerla. Spade profirió una

orden, y vampiros nunca antes vistos bajaron del techo como arañas letales.

Cayeron encima del pequeño barullo, y en entonces el ruido se detuvo con igual

velocidad.

Bones todavía bebía, ignorando todo alrededor de él, sus piernas

fraguando debajo de él. Sabía que no obtenía nutrientes de la sangre de

Mencheres, pero ingería el crudo poder con cada tirón de su boca. Esas estrellas

brillantes de luz en la piel de Mencheres se confundieron paulatinamente con la

carne de Bones con la misma facilidad que la arena absorbe agua de mar. Era

encantador observar — y atemorizante.

Un zumbido comenzó a crecer en el aire, entonces en un instante, se alzó

atravesando de lado a lado con un estruendoso sonido. Instintivamente puse

mis manos sobre mis oídos, al mismo tiempo en que Bones se tambaleaba hacia

atrás. Salté hacia adelante y lo atrapé, bajándolo al suelo. Mencheres se


comportó mejor, pero no por mucho. Dos de sus hombres lo agarraron mientras

su cabeza se encorvara y él se tambaleaba, viéndose apenas consciente.

Sujeté a Bones en mi regazo. Nuestros guardias formaron un círculo

protector a nuestro alrededor con un ladrido de advertencia que si alguien se

acercaba sería asesinado. No era una exageración. Todos estaban armados con

cuchillos de plata. Al igual que yo. Había revestido mis piernas debajo de mi

vestido rojo.

Mencheres se recobró a sí mismo lo suficiente como para mascullar, "Mi

sangre, libremente dada y aceptada como la prueba de mi palabra", antes de

morder el cuello de un humano traído con este propósito. Aparté la mirada,

acariciando la cara de Bones y esperando que él se despertara.

Varios minutos más tarde, lo hizo. Sentí la ráfaga de energía que me

hacía crispar antes de que sus párpados comenzaran a agitarse. De pronto

Bones se sentía poco familiar para mí. La vibración de poder que normalmente

exudaba de él no aumentó simplemente — se mantuvo aumentando y

aumentando, hasta que se sentía como si era fuera a explotar justamente en mis

brazos.

Su mano se cerró sobre la mía inmediatamente después, y la halé hacia

atrás. Me sentí como si hubiese puesto mi mano en un enchufe.

"Maldito infierno, mascota, esto se siente algo diferente", fueron sus

primeras palabras.

Coloqué una mano vacilante sobre él. "¿Estás bien?"

Era lo más estúpido de preguntar considerando esa crepitante energía

que prácticamente disparaba chispas hacia mis brazos, pero no pude evitarlo.

Él asintió con la cabeza y abrió sus ojos. "Mucho. De hecho, nunca me he

sentido mejor. Al menos no hasta que estemos a solas".


Cerdo. Ahora sabía que era el mismo hombre de quien me había

enamorado. Bones podía haber cambiado de poder, pero no de ninguna otra

forma. Era casi un alivio ver que sus pensamientos seguían donde siempre16.

"Entonces aléjate de mí, tu codo está hincándome el riñón —"

Algo en su cara me hizo detener a la mitad de su frase. "¿Qué?" Pregunté.

"¿Acabas de llamarme cerdo?"

Me congelé. ¿Había dicho eso en voz alta?

"¡Maldito infierno, no lo hiciste!" Él me respondió, levantándose de un

salto en un ágil movimiento.

Dios mío, ¿ahora podía leer las mentes? Ninguno de nosotros había

pensado que eso ocurriría.

Bones me levantó y me besó. Había tanta energía cruda penetrando de él

que su lengua casi me lastimaba cuando se deslizaba hacia mi boca, pero luego

se sintió bien. Muy, muy bien.

"Shh", él susurró en mi oído cuando su boca se arrastró por la mía.

Podía adivinar el por qué del secreto, por supuesto. Estábamos en

compañía mixta, y si los enemigos de Bones no sabían que él tenía una nueva

habilidad para leer las mentes, entonces no se preocuparían por ella siendo

utilizada en su contra.

No diré nada. Pero tú y yo tendremos que hablar de esto, porque no

puedes solo invadir mi mente cada vez que estés curioso.

"¡Ahh!"

16

en inglés to find his mind still in the gutter: es una expresión referida a una persona que piensa constantemente en sexo o en cosas relacionadas con sexo.


Salió de mí en un jadeo cuando mordió mi cuello en el siguiente instante.

Madre de Dios, mis rodillas se volvieron débiles. Bones me sostuvo cuando

perdieron fuerza completamente en el siguiente segundo.

Habíamos planeado que él tomara algo de mi sangre luego. Aunque

ahora estaba exageradamente lleno de jugo de vampiro, este no podía

alimentarlo. Sólo la sangre humana podía, y la mía todavía medio calificaba. De

ese modo, no era la conmoción de él mordiendo mi cuello lo que me colapsaba.

No, eran las feroces olas eróticas que se derramaban por encima de mí con cada

tirón de su boca. Mierda sagrada, nunca había sentido algo como esto antes. Él

me había dado sexo oral con similar efecto.

Bones levantó su boca de mi garganta pero no me soltó, lo cual era

bueno, porque podría haber perdido el equilibrio. Gracias a Dios él había

dejado de morderme cuando lo hizo — habría estado avergonzada de tener un

orgasmo delante de mil personas. Era lo suficientemente malo que todos ellos

pudieran sentir simplemente cuánto me había gustado tener mi cuello

convertido en una pajilla, pero por lo menos no estaba a punto de pedir un

cigarrillo.

"No te avergüences", dijo Bones por lo bajo. "Siento lo mismo cada vez

que bebo de ti. Terminaremos aquí pronto, Gatita, ahora que las formalidades

han terminado".

Él todavía tenía su brazo a mi alrededor cuando se giró hacia Mencheres.

El otro vampiro estaba renovado gracias a su donante de sangre, si bien menos

sensualmente, habría apostado. Estrecharon sus manos una vez antes de

afrontar a la multitud.

"Nuestra alianza ha sido sellada", dijo Mencheres formalmente.

Bones fue más informal acerca de eso. "Entonces ésta es una fiesta,

amigos. Tengámosla".


Capítulo 10

TRADUCIDO POR JHOS

BONES, SIEMPRE PARANOICO DE QUE UNO DE ESTOS invitados

pudiera ser el misterioso benefactor de Max, estaba fijado a mi lado. No me

importó por dos razones. Primero, podría estar en lo correcto. Había una

maldita cantidad de personas sin pulso aquí, ¿y quién sabría cuántos de ellos

eran realmente aliados? La otra razón era simple. Ese nuevo latido de su poder

se sentía como una caricia a lo largo de mi piel.

Pero cuando los humanos desnudos, hombres y mujeres salieron a

mezclarse con los invitados, me detuve en seco.

Bones se rió entre dientes, oyendo la pregunta en mi mente, o

adivinándola en mi rostro.

"Éstas son entremeses, Gatita. ¿Ves el brillo que los cubre? Es una mezcla

muy especial, comestible también. ¿Notas los que tienes brazos extras? No

tienen defectos de nacimiento, esos brazos son bocados con forma de

extremidades pegados encima de ellos. Los ghouls tienen que comer también".

Me quedé con la mirada fija con incredulidad mientras uno de los

bocadillos andantes se sentaba sobre el regazo de un vampiro, ofreciendo su

cuello. Entretanto, un ghoul tranquilamente mordía lo que parecía ser un falso

cuarto brazo que salía de su torso. ¡Guácala!

Encontré mi voz. "Esta es la versión más enferma de un bocadillo que

alguna vez he visto. ¿Cómo obligan a estas personas a acceder a esto?

¿Cogiendo sus mentes?"

Él bufó. "Ni cercanamente. Son voluntarios, mascota. Algunos son

humanos que le pertenecen a Mencheres o a mí, y los otros son fanáticos, por

falta de una mejor palabra. Gente que sabe de vampiros y ghouls y esperan que


algún tipo de no-muerto agradable los escoja para cambiarlos. Ocurre, por

supuesto. Si no, no vendrían hacia nosotros en manadas. Algunos de ellos

ofrecen más que un poco de comida o una bebida, pero esa es su elección. No lo

requiero."

Oh, entonces había cena y entretenimiento. Cómo había cambiado mi

vida. Aquí estaba yo, uno de los anfitriones de una velada de disparar-y-

morder para honrar la alianza de Bones con un vampiro mega-maestro. Qué

vendría después, ¿presidir una orgía en masa?

Bones atrapó mi mano. "Lograremos escabullirnos en un momento", me

susurró, llevándome hacia un despacho cercano. Una vez que pasamos por los

estantes desde-el-piso-hasta-el-techo, presionó una palanca, y entonces

estábamos en un estrecho pasillo oscuro antes que viera dónde estaba.

"¿Túnel secreto?" Bromeé. "Es muy de capa y espada17".

Él sonrió. "Ah, aquí estamos. Por fin solos".

"Aquí" Era un pequeño cuarto, sin muebles, ni ventanas. Sólo con una

escotilla en el techo, como de treinta metros cuadrados.

"Conduce hacia techo a través del ático", me informó. "La forma más

rápida de salir a toda prisa, si uno lo necesita. También, este cuarto tiene

gruesas paredes de concreto, así menos sonido viaja."

Así que eso significaba que podríamos hablar sin ser escuchados.

"Puedes leer mi mente ahora", respiré. "Dios mío, Bones, esa más o menos me

asusta".

"Te diría que no escucharé tus pensamientos, pero eso sería una mentira.

Estás demasiado cerca de mí para que yo los bloquee completamente, y no

17

Un tipo de novela de aventuras, donde impera el honor y los duelos con espada, un ejemplo es Los tres mosqueteros.


puedo decir que lo haría si pudiera. Quiero saber todo de ti, Gatita. Lo que me

muestras, y lo que intentas no mostrarme".

No tenía sentido discutir sobre eso. Si hubiese estado dotada con el

mismo poder, sería igual de culpable de usarlo. Mencheres había dicho que la

fuerza de Bones crecería, pero no había mencionado que podría recibir también

nuevas habilidades. Me preguntaba qué más iba a ser diferente.

"Mi vista y mi audición son más claras", Bones respondió por mí. "Y por

supuesto me siento significativamente más fuerte. Por lo que respecta a qué

más es diferente, tendremos que esperar y ver".

"Todavía no estoy segura de esto," mascullé. Era extraño que sacara las

preguntas de mí, antes de que incluso las pudiera preguntar.

Bones estudió mi cara. "No he cambiado, mascota. Simplemente mis

habilidades. ¿Puedes creer eso?"

Él habría oído la respuesta antes de que yo la dijera en voz alta, pero lo

hice de todas formas.

"Sí".

Bones me dio algunas gotas de su sangre para reabastecer lo que él había

bebido, antes de regresar a las dudosas festividades. Tuve la impresión de que

había tragado una botella de NoDoz18, estaba tan eléctrica. Don estará haciendo

volteretas cuando obtenga su muestra para su colección semanal, pensé

irrelevantemente.

Tate estaba al otro lado del cuarto. Atrapó mi mirada y frotó su nariz,

dos veces. Me tensé. Esa era una vieja señal que significaba problemas. Se giró

en ese momento, de esa forma no sería evidente para nadie el mensaje que

había sido intercambiado.

18

Medicamento que sirve para no dormir


Este era el momento donde las nuevas habilidades telepáticas de Bones

vendrían bien. Algo estaba pasando, Tate está raro. Si tienes un modo de

bloquear este lugar, ahora sería el momento de hacerlo.

Bones se dirigió hacia Mencheres, manteniéndome cerca de su lado

mientras pasábamos entre otras personas. No cruzaron palabras. Tal vez

Mencheres también había oído mi advertencia mental, porque asintió con la

cabeza una vez, y entonces hizo señas a un guardia cercano.

Ahí fue cuando todo el infierno se soltó.

Un vampiro que caminaba en nuestra dirección estalló. Simplemente

explotó en pedazos de chamuscabas partes de cuerpo. Entonces tres más se

apresuraron en nuestra dirección a velocidades de kamikaze19.

Bones me lanzó a través del cuarto con un tiro desesperado20 hacia Tate,

quien se lanzó hacia delante. En el momento exacto. La explosión de vampiros

atacantes momentáneamente me ensordeció. Tate me atrapó, usando su cuerpo

como un escudo del repentino ataque bombas humanas e inhumanas

esparcidas por todo nuestro alrededor. Dos más de nuestros bocadillos vivos

explotaron como velas romanas, salpicando sangre a todo aquel que fuera lo

suficientemente afortunado de no ser asesinado por la cercanía. Estiré el cuello

sobre el hombro de Tate y pateé mientras él nos sacaba fuera del gentío.

"¡Maldita sea, déjame ir!"

"No entiendes", Tate me dejó en el suelo, dándome un tosco codazo en la

cabeza que brevemente me aturdió. Entonces comencé a forcejear con él

mientras aceleraba a través de la multitud de personas. Cada salida estaba

protegida por vampiros que le pertenecían a Bones o a Mencheres, pero nos

19 kamikaze: Término utilizado para referirse al terrorismo suicida.

20 En inglés Hail Mary Football: un tiro de fútbol americano, donde el jugador se hinca para hacer el lanzamiento.


dejaron pasar después de una orden gritada por Bones. Oír su voz me hizo

debilitarme por el alivio. Al menos todavía estaba vivo.

Tate sujetó su mano sobre mi boca, sin dejar de correr, aún cuando lo

mordí. Era el mayor daño que podía infligir en la posición en que me tenía,

arrojada sobre su espalda como un saco. Sólo después de que estuvimos afuera

en el césped dejó de correr.

"Deja ir mi mano, tengo que regresar adentro", él casi gruñó, dejándome

caer.

Solté mi agarre y comencé a gritar. "¡Qué diablos, Tate! Piensas que sólo

voy a quedarme aquí afuera mientras personas están explotando —"

"Hay una bomba, Cat. Este lugar va a estallar".

La conmoción me hizo callar por un segundo, entonces empecé a ir hacia

la casa otra vez.

Tate me dio un duro puñetazo, balanceándome hacia atrás.

"No tengo tiempo para explicaciones", escupió. "Pero voy a conseguir

que todo el mundo salga, incluso tu amante vampiro. Si ves a Talisman,

agárralo. Está involucrado. Protege el perímetro, Cat".

Él corrió a toda velocidad de regreso adentro, y luché con la posibilidad

de seguirlo o no. Todo dentro de mí gritaba que entrara de nuevo y le contara a

Bones sobre la bomba. ¿Qué si Tate no llegaba a tiempo? Mentalmente me

mantuve gritándole la advertencia, pero con todo el caos, no sabía si me oiría.

Mi decisión fue hecha cuando vi tres formas corriendo a hurtadillas por

el techo. Oh, teníamos ratas intentando abandonar el barco, ¿no?

Los agarré en el aire mientras saltaban al suelo, arrojándolos a las

paredes con la velocidad de mi salto. Tuve sólo un segundo para identificarlos

antes de chocar violentamente contra sus cuerpos, y en ese instante, sabía a

quienes ensartar. Los dos vampiros menores fueron atravesados con dagas


mientras yo partía el cráneo de Talismán con los muros de piedra, no

matándolo, pero aturdiéndolo

Volvió a la conciencia con frenesí de morder con sus dientes. Talismán

era un vampiro maestro y él no estaba dispuesto a caer dócilmente. Rodamos a

través del pasto, ambos despedazando al otro. Pronto estaba cubierta de marcas

confusas de mordiscos donde sus dientes me cortaron, pero no se cerraron. Sólo

cuando yo clavé un cuchillo a través de su corazón él se congeló. Con una

sonrisa maliciosa lo moví una fracción.

"Un giro y serás cecina de vacuno, imbécil. Me quedaría quieto si

estuviese en tu lugar".

Pero él no era yo. "No estaré atrapado como tu padre", dijo, y probó su

declaración moviéndose agitadamente encima de mí, desmenuzando su propio

corazón con sus acciones y quedándose flácido.

"¡Mierda!" Exclamé, y lo aparté.

No era hora de considerar cuidadosamente el suicidio de Talismán. Las

puertas de la casa se abrieron y grupos de vampiros y ghouls salieron, guiados

por los guardias. Había tantos de ellos, que se veía como un hormiguero siendo

evacuado. Sin embargo, ninguna de las caras pertenecía a Bones.

Vi a Annette en medio de la multitud y la agarré. "¿Dónde está Bones?

¿Por qué no está él aquí afuera? Él lo sabe, ¿verdad?"

No quise decir que había una bomba, esperando no causar pánico si las

personas no lo sabían todavía. Annette se veía bastante cansada, su usual

compostura fría estaba ausente.

"Todavía está adentro. No saldrá hasta que toda su gente esté fuera y

encuentre a los otros que están involucrados".

"Oh no, no lo hará", gruñí.


Annette jaló bruscamente de mi brazo y no me dejó ir. “Crispín dijo que

te mantuviéramos aquí afuera", ella insistió, deteniéndome.

Dejando todo de lado, disfruté de lo que hice después. De modo

superficial, pero real. Giré y la golpeé tan fuerte, que se cayó al suelo con una

abolladura en su cráneo. En el lado práctico, también la previno de detenerme.

¿Ven? No fue todo por diversión.

A medida que me abalanzaba hacia la casa, casi choqué violentamente

contra Spade.

"Ni pienses en detenerme", le advertí, sujetando algunos cuchillos para

enfatizar mi amenaza.

Él apenas nos miró. "Tienes que venir conmigo, necesitamos sacar a

Crispin. Tate también está todavía adentro. Haciendo un cálculo, tenemos

menos de cuatro minutos".

¡Cuatro minutos! Los vampiros podían sobrevivir a muchas cosas, pero

tener su cuerpo entero volado en pedazos no era una de ellas. El miedo me hizo

imprudente, y me lancé hacia la casa en una carrera de muerte, con Spade

manteniéndome el paso.

Estábamos en el corredor desierto cuando él saltó. Había estado

buscando en las esquinas el peligro y no lo había esperado del hombre a mi

lado. Su puño disparó a mi cabeza, pero no lo vi venir. Todo lo que sabía era

que en momento había estado mirando con atención alrededor de un corredor,

y al siguiente, veía estrellas antes de que todo se volviera negro.

Cuando abrí mis ojos, estábamos tumbados en el césped a cien yardas de

la casa. Spade todavía me sujetaba con un agarre implacable. Incluso sus

piernas estaban enredadas alrededor de las mías.

"Tú, traidor hijo de puta", me las arreglé para decir, luchando sin éxito.

Spade me dio una sonrisa sombría mientras que tensaba su agarre.


"Lo siento, ángel, pero Crispín me mataría si hubiera dejado que te

ocurriera cualquier cosa".

Algo se movió en el techo. Con la mitad de Spade encima de mí no

podría ver qué, o quién, era.

"¿Es ese él?" Pregunté desesperadamente.

Spade estiró su cuello. "No estoy —"

Una explosión lo cortó e iluminó el cielo, tan brillante como si el mismo

Dios tirara de un interruptor. Grité, todavía luchando mientras Spade se

lanzaba encima de mí con su cuerpo cubriendo el mío. Mi cara se apretó en el

pasto mientras golpes secos y pesados aterrizaban en todas partes. Había

pedazos de la casa cayendo en el césped como azufre proverbial. El humo

estaba estrangulándome incluso con mi cara contra la tierra.

Spade no se movió por algunos minutos, ignorando las amenazas que

expresé con voz entrecortada. No fue hasta que los sonidos de objetos que caían

se detuvieron, que me dejó sentarme derecha, pero él mantuvo su agarre rígido.

Los vampiros y los ghouls que circulaba alrededor en masa no habían

gritado con la visión de la casa explotando en la noche. Se veían

desconcertados, pero no traumatizados.

"Charles, dame una mano con esto".

Bones apareció encima de nosotros en el humo remolinante. Estaba tan

aliviada de verlo, que casi lloré. Estaba cubierto de hollín, mayormente desnudo

en donde su camisa y sus pantalones habían sido quemados, y su pelo tenía

parches chamuscados. También tenía a tres vampiros en sus brazos. Cuando

aterrizó, él los echó al suelo.

"Sujeta a esos dos. Bestias sangrientas", se quejó, pateando a uno. El

tercero se sentó derecho y sacudió su cabeza para limpiarla.


Era Tate. Gracias a Dios, lo había sacado vivo también. Spade me soltó

mientras Bones se arrodillaba junto a mí, y tiré mis brazos alrededor de él.

"¡Me alegro tanto que estés bien… y nunca más les des órdenes a tus

amigos que me detengan otra vez, maldita sea!"

Bones rió ahogadamente. "¿Podemos discutir por eso más tarde, Gatita?

Todavía tenemos asuntos que ordenar, después de todo".

Entonces me empujó hacia atrás para mirarme. "¿Qué te pasó? Te ves

masticada".

Tomó uno de mis cuchillos y cortó su palma. Tomé su sangre, sintiendo

que el dolor en mi cabeza disminuía.

"¿Juan y Cooper están bien?" Pregunté, intentando divisarlos entre el

gentío.

"Puedo oírlos", Tate contestó. "Están bien".

Bones le dio a Tate una mirada cortante. "¿Cómo sabías lo que iba a

pasar?".

Los ojos de Tante brillaron de color verde. "Ese cabrón de Talisman se

acercó a mí mientras tú y Cat estaban fuera en alguna parte. Dijo que había oído

que yo estaba enamorado de Cat, y me ofreció una oportunidad de tenerla para

mí solo. Todo lo que tenía que hacer era asegurarme de que estuvieras en el

interior de la casa después de que los cuerpos comenzaran a estallar. Talismán

pensaba que querrías mantener a Cat tan alejada de cualquier granada andante

como fuera posible, así es que la sacaría, y entonces habría salvado mi propio

trasero al mismo tiempo. Luego, tú muerto, una Reaper buscando consuelo.

Diría que era una gran tentación".

"Sabía que nunca harías eso, Tate", dije de inmediato. "Eres un hombre

demasiado bueno".


Se rió con más que una pizca de ironía. "No estés tan segura de eso.

Probablemente lo lamentaré después".

Bones clavó los ojos en Tate por un largo momento. No dije lo que era

obvio — que a pesar de que a Bones tampoco le importaba, tampoco, pero él

pudo haber abandonado a Tate en esa casa para que muriera. Pero lo había

agarrado y había salvado su vida en lugar de eso. Sin Bones haciéndolos volar

fuera, Tate se habría quemado. Los dos se parecían más en su honor de que lo

pensaba que nunca reconocerían.

Pero como Bones había dicho, había asuntos más apremiantes a la mano

ahora mismo. Como los dos infelices vampiros a cinco metros de distancia. Mis

ojos se estrecharon mientras los relumbraba. Intentando hacer estallar al

hombre que amaba, ¿no? Eso lo veríamos.


Capítulo 11

TRADUCIDO POR DAMA OSCURA

ESTÁBAMOS EN LA PARTE MÁS LEJANA DE LOS JARDINES DE la

casa aún desmoronándose. Los bomberos habían llegado. Al igual que la

policía, pero esta vez, Juan y Tate ni siquiera se molestaron en mostrar sus

credenciales.

No con tantos vampiros capaces de darles ojos verdes al equipo de

emergencia para que apagaran las llamas primero y preguntaran…nunca.

Lo cual era la razón por la que ningún policía se había acercado a pesar

de los gritos muy fuertes de los seis autores de la hoguera de esta noche. Los

otros cuatro habían sido reunidos cuando los primeros dos los delataron bajo

presión extrema. A ninguno de los invitados se le había permitido irse mientras

esto continuaba, por obvias razones, a pesar de algunas protestas. Luego de

dos horas de “interrogatorios,” el principal artífice del ataque se reveló

finalmente como un vampiro llamado Patra.

Y a que no saben, esta Patra también era el misterioso benefactor de Max,

sin embargo no tenía idea de quién era ella, ni muchos menos por qué quería

verme muerta.

Tan pronto como Bones escuchó el nombre, se abatió y miró fijamente a

Mencheres. El vampiro Egipcio cerró sus ojos con una mirada que podría haber

llamado dolor.

“Déjame adivinar,” dije, observando sus reacciones con alarma.

“¿Estamos hablando de un vampiro realmente viejo y poderoso?”

Bones volteó su mirada hacia mí. “Si. De más de dos mil años y maestro.

Mencheres, sabes lo que esto significa.”


La túnica del otro vampiro no era blanco brillante ahora, y ese hermoso

polvo dorado en su piel había sido reemplazado por cenizas. Justo ahora, estaba

pensando que igualaba su expresión.

Sus ojos de acero se abrieron, y cualquier emoción que podría haber

estado sintiendo fueron cerradas detrás de una máscara impenetrable.

“Si. Significa guerra.”

“Aquellos de ustedes que no pertenezcan a nuestros linajes,” dijo Bones

con voz clara. “hagan su elección ahora. Quédense aquí y únanse a nosotros, o

escojan a Patra y márchense. Obtendrán un pase libre solo esta noche. En caso

de que vea de nuevo a ustedes o a los suyos sin invitación, los mato.”

Mencheres se deslizó a su lado. “Decidan,” dijo simplemente.

Algunos de los que se acercaron a nosotros eran un hecho. Spade se

había movido antes de que las palabras terminaran de ser pronunciadas.

Rodney lo hizo, también, y varios otros miembros notables de la comunidad sin

pulso. Vampiros y ghouls que no reconocía escogían nuestro lado, ya sea por

lealtad a Bones o a Mencheres, o por temor a ellos.

Entonces estaban los dudosos.

Varios se deslizaron hacia la noche, su ausencia sin palabras, pero su

punto señalado.

Entonces estaban los indecisos, esperando ver cuantos se quedaban y

cuantos se iban antes de escoger un bando. La persona que me sorprendió más

dirigiendo a su gente con un asentimiento cortante hacia Bones fue Ian. Había

estado segura que él tomaría esa larga caminata hacia la noche, por la forma en

que había sido eclipsado por Bones en los dos últimos meses. Miré a Bones y

pensé una sola oración: No confío en él.

Un medio encogimiento de hombros fue su única respuesta.


Cuando terminó, aproximadamente el setenta por ciento de los vampiros

Maestros independientes habían echado su suerte con nosotros. Los otros

treinta fueron solo una indicación de la oposición. ¿Quién sabía cuantos

hablaban en serio al estar parados a nuestro lado esta noche? Solo el tiempo lo

diría.

Promesas hechas, todo el mundo abandonó las ruinas de la casa.

Esperaba que Mencheres tuviera seguro, porque acababa de perder un montón

de cosas de valor en la detonación. Entonces de nuevo, no pensé que ‘venganza

de no muerto’ no se vería como una razón plausible para reclamar su póliza.

Mencheres, Rattler, Tick Tock, y Zero acompañados por Bones y yo en

nuestra camioneta especialmente equipada. Era con vidrio a prueba de balas,

entre otras cosas, y antes que la encendiéramos, Zero la revisó en busca de

cualquier artefacto explosivo. Engáñanos una vez y todo eso21. Spade y Rodney

estuvieron a cargo de los cuatro saboteadores del partido. Apostataba que

tendrían un largo día frente a ellos.

“Como esa mujer logró que esos vampiros Krispy Kreme a sí mismos?

Obviamente los humanos había estado en trance al convertirse en bombas

andantes, pero los vampiros? No parece su estilo.”

Tick Tock estaba conduciendo. Mencheres fue obligado a viajar, y Bones

y yo íbamos en el asiento trasero. Lo bueno es que esta monstruosidad

vehicular tenía una tercera fila así los otros vampiros no se encaramaban en

nuestros regazos.

“Probablemente sosteniendo a quienes aman como rehenes y luego

amenazándolos con darles un miserable tormento si se negaban,” respondió

Bones. “No muchas otras cosas harían que un vampiro renuncie a su vida de

21

Se refiere al refrán: ‘Fool me once, shame on you, fool me twice, shame on me’, que significa: Si me engañas una vez, la culpa es tuya; si me engañas dos veces, la culpa es mía.


esa manera, pero lo sabremos a ciencia cierta cuándo interroguemos a los otros

más extensamente.”

Hice una mueca. “Dios, entonces en verdad no puedo culparlos por lo

que hicieron. Tal vez no deberías ser tan duro con ellos-“

“¿Vinieron ellos a mí a mediar?” interrumpió Bones. “No. Yo habría

tratado de asistirlos a ellos y a sus familias si lo hubieran hecho, pero no lo

hicieron, así que ellos sabían las consecuencias.”

No discutí más. Los vampiros desempeñaban todo un conjunto distinto

de reglas, y por casi matar a Bones… seah, ellos merecían lo que recibieran.

“¿Ella realmente liberará a sus familias?”

Bones se encogió de hombros. “Estará a su favor. Sino otras amenazas no

funcionarán tan bien la próxima vez.”

“Odio esta mierda,” gruñí. “Puñaladas por la espalda. Rehenes. Ataques

suicidas. Familia y amigos lastimados solo porque aman a alguien en el lado

equivocado de la frontera de colmillos. Solo se pondrá peor ahora, no?”

“Si.”

La mayoría del tiempo la honestidad de Bones era la razón por la que me

enamoré de él. Entonces había momentos cuando deseaba que él solo me

mintiera jodidamente.

Solté un profundo suspiro. “Esto pone nuestra boda en espera. No hay

forma que esperemos conseguir con éxito una fiesta así con todo lo que está

sucediendo ahora. En vez de ‘Ahí viene la novia,’ probablemente estaría

caminado hacia el altar con un montón de ruidos extraños antes de una gran

bomba explotara.”

“Lo siento, mascota,” dijo Bones. “No sería seguro, no en este momento.”


No a menos que caminemos directo a una oficina de correos y hagamos

los honores allí, pensé con tristeza, luego me azoté a mi misma por ser tan

infantil. Así que tendremos nuestra boda en otro momento, gran cosa.

Considerando lo que esta noche casi se había convertido, una boda cancelada

debería ser la menor de mis preocupaciones.

“Así que ¿quién es esta Patra, de todos modos?” Pregunté. “No tiene

sentido que haya llegado a tales extremos para ayudar a mi padre a

asesinarme…y luego permitir que su lacayo Talismán le ofreciera un trato a

Tate para sacarme de la casa antes de que explotara.”

En el asiento delantero, vi a Mencheres tensarse inclusive antes que

Bones dijera. “No, no lo tiene, no es así Gransire? De hecho aunque puedo

pensar varias razones por las que Patra te querría muerto, y a mí también ahora

que fusionamos nuestras líneas, no tengo la menor idea de por qué vendría

detrás de mi esposa.”

Algo en su tono me hizo mirarlo sostenidamente…y luego ante el

silencio del vampiro en el asiento delantero. Había más sucediendo aquí de lo

que se veía. La tensión crecía hasta que casi se podía ver como una neblina.

“Nunca fue sobre Cat,” dijo Mencheres al final.

“¿Disculpa?” Ahora estaba molesta. “Cuando alguien trata de que te

maten, por lo que sé, se trata de ti.”

Mencheres no se volteó, sino que siguió mirando la carretera frente a él.

“Entonces lo que sabes está mal, porque hay otra razón para matarte.

Max y Calibos creían que no le importabas a Bones, así que pensaban que

podrían salirse con la suya con lo que hicieran. Pero Patra sabía que Bones te

ama. Lo suficiente como para que tu muerte fuera un golpe devastador para él,

lo que haría más fácil matarlo después. Esa es la única razón por la que ayudó a

Max, porque ella no tiene interés en ti, Cat. Matarte solo era un medio para

llegar a Bones.”


Bones murmuró una maldición incluso mientras yo estallaba, “Pero por

qué? Que le hizo Bones a ella?”

El rostro de Bones era sombrío. Con el hollín y la ceniza embarrada sobre

él, lucía muy peligroso.

“Creo que es momento de que explique Gransire.”

“Todos envidian mis visiones,” dijo Mencheres con amargura. “No sabes

lo que es que te pregunten por qué, por qué, por qué no vi el terremoto venir, o

el tsunami, o el volcán, o el avión estrellarse, o cualquier tragedia que se cobra

la vida de esos alrededor de mí. No sé lo que hace que algunas cosas vengan a

mí con la claridad de diamantes afilados, mientras otras son oscuras, y otras

nunca se vislumbran en lo absoluto. Solo puedo advertir de lo que estoy

seguro… y luego espero a ver si soy ignorado.”

Pestañeé. Esto era lo más molesto que había visto a Mencheres jamás. Su

exterior astuto y frío se había roto seriamente, y parecía como si quisiera

atravesar el parabrisas con su puño. Tick Tock le dio una mirada evaluativo por

el rabillo de ojo, sin duda decidiendo si detenerse o no.

“Nadie te está culpando por lo que sucedió esta noche,” dijo Bones en un

tono apacible. “Pero aún no has contestado a mi pregunta.”

No, no lo había hecho, pero había hecho un buen trabajo enredando el

asunto. Demonios, apenas podía recordar yo misma cual había sido la pregunta

luego de ese estallido.

Oh, claro, por qué la perra realmente vieja quería a Bones muerto.

Enfócate, Cat!

“Le advertí a Patra hace mucho lo que ocurriría si se iba por un camino

seguro.” La voz de Mencheres era tan baja que tuve que esforzarme para oírlo.

“Hace siglos, tuve una visión de un hombre casándose con una mujer que no

era ni humano, ni vampiro, ni ghoul, y luego el mismo hombre empuñaba el

cuchillo que mataba a Patra. Así que como vez Bones… tan pronto como se


reveló que Cat era una mestiza y te casaste con ella en lo de Ian, Patra supo que

lo que le había dicho hace años había llegado a suceder. Así que la única forma

que ella evite ese destino es matándote.”

“Tú hijo de perra.” Mi voz era un gruñido furioso. “Tú sabías que Patra

vendrían detrás de Bones con todo lo que tenía, pero no le advertiste. No hiciste

na-da!”

“Gatita, las luchas internas no resolverán nada,” dijo Bones, pero él no

sonaba contento tampoco. “Tenemos que mantenernos unidos, sino estaremos

haciendo el trabajo de Patra por ella.”

La lógica penetró la parte encarnizada de mi cerebro que estaba

pensando, Mata! Mata! Hacia el vampiro en el asiento delantero.

Mencheres sacudió su cabeza. “Tengo guardias vigilando a Bones desde

esa noche en lo de Ian. Los únicos momentos en los que no lo hice fueron

cuando ustedes dos estaban llevando a cabo misiones para tu tío. Por otra parte,

yo… yo esperaba que cuando Patra se diera cuenta que yo había tenido razón,

ella dejará su complot contra mí. Pero luego de lo que te sucedió a ti, supe que

ella había fijado su curso. Y por eso es que poco tiempo después, hice mi oferta

de una alianza con Bones. Sin ella, ¿Crees que alguno de ustedes tendría

oportunidad?”

Duras palabras, Bones le dio a Mencheres la misma mirada indiferente.

“Tienes mucha razón voy a matar a Patra por lo que hizo a mi esposa. Sin

importar si peleas a mi lado o no.”

“Por qué demonios no lo haría?” pregunté con irritación. “Parece que

ella lo quiere muerto también, o no habría hecho brasas su casa esperando que

él estuviera en ella contigo. De hecho, oh todo poderoso, por qué no la has

derrotado tu mismo? No puedes manejarla tu solo?” Mencheres cerró sus ojos.

Fue Bones quien respondió a mi pregunta.


“Hay más sobre Patra que tú no sabes. Ella escogió su nombre de

vampiro en honor a su madre, uno de los gobernantes más famosos de Egipto,

y solo acortado cuando lo cambió. Patra es la hija de Cleopatra, y Mencheres se

rehúsa a matarla…porque ella es su esposa.”


Capítulo 12


MARQUIS ERA UN BAR SWINGER22 donde el S&M 23estaba de moda y

los humanos eran la minoría. Para armonizar con el estilo de todo-esta

permitido, estaba haciéndome pasar por la tercera persona en un trío con Tate y

Dave. Bones estaba aquí en alguna parte, pero no le había visto. Era bastante

difícil para mí ocultar quién era sin caminar juntos del brazo.

No era que estuviésemos aquí en busca de diversiones y juegos lascivos.

A pesar de que estábamos en guerra con los no-muertos -los más famosos no-

muertos, para ser precisos- todavía tenía un trabajo que hacer. Después del

fiasco mortal con Belinda, Don todavía no había encontrado otra mujer para

reemplazarme como cebo, y este club fue denunciado por ser un lugar de donde

varias personas habían desaparecido. Incluso pensé que iba ponerse muy difícil

intentar equilibrar mi trabajo con toda la conmoción de mi vida personal, el

trabajo no esperaba por nadie. Ni siquiera por la hija de Cleopatra de dos mil

años de edad.

Seguía pasándolo mal enfrentándome a eso, pero Bones me recordó que

las personas que son recordadas cientos o incluso miles de años después de su

época, estaban obligadas a dejar una impresión duradera en sus

contemporáneos. Dicho así, supongo que no fue una sorpresa que algunos de

los personajes destacados de la historia –o sus descendientes, como Patra--

hubiesen sido cambiados por un vampiro o un ghoul. Pero Mencheres no solo

había cambiado a Patra, también se había casado con ella unos pocos años

después de convertirla. Prácticamente un noviazgo relámpago, en lo que

respecta a las parejas sin pulso. Y era aún peor para él que, si bien no se atrevía 22

De intercambio de parejas

23 Sado & Masoquismo


a matar a su ex esposa, estaba claro que ella no parecía tener las mismas dudas

sobre él.

Para mezclarme con la gente de Marquis, me hice un cambio de imagen

radical. Me teñí el pelo con amplias mechas negras, y mi traje, si pudiese

llamarse así, parecía una combinación de El último tango en París 24y American

Chopper25.

Dos círculos de cuero negro sujetos a mis pechos por finas cadenas de

metal, era todo lo que me cubría de cintura para arriba. Un tanga negra de

cuero era la mitad inferior, con más cadenas colgando de la cintura en una

absurda versión de una falda. Unas medias por encima del muslo terminadas

en cuero incrustadas con púas dobles haciendo de ligueros, y llevaba unos

zapatos con tacones altos de plata maciza. Mucho mejores para enviar a alguien

al infierno con ellos. Había sobrecargado la sombra negra de ojos hasta que los

mapaches y yo casi podíamos pasar por primos. Añadí numerosas cadenas

entrecruzando mis brazos, esta noche no podía terminar lo suficientemente

rápido.

Dave y Tate estaban vestidos con atrocidades iguales. Más cuero negro,

cadenas y látigos. O el personal de Don verdaderamente tenía a mano trajes

para todas las ocasiones posibles, o alguien de vestuario tenía un montón de

explicaciones que dar.

Nos registraron buscando armas en la puerta, a pesar de nuestras

cadenas. Como de costumbre, mis zapatos de plata fueron pasados por alto.

24

El último Tango en París, es una película franco-italiana de 1972. un hombre de 45 años, que recién ha enviudado, y Jeanne, una muchacha de 20 años (Maria Schneider), actriz amateur, se encuentran casualmente mientras visitan un piso de alquiler en París. La atracción entre ellos es muy fuerte, y mediando tan sólo unas cuantas palabras, hacen el amor apasionadamente en el piso vacío.

25 American Chopper, es una serie de televisión emitida por Discovery Channel, del tipo reality show y en parte documental. Muestra la actividad cotidiana en un taller de diseño y montaje de motocicletas exclusivas y personalizadas de tipo chopper.


Había demostrado que ocultar un arma a plena vista era muy eficaz. Estaba

guiando dentro a Tate y Dave sin que nadie notase nada. Dejando que la batalla

campal 26comenzase.

Los tres examinamos el interior del Club. Incluso yo, que había visto

mucho, parpadee ante el espectáculo que me rodeaba.

Parejas que se llevaban el uno al otro con collares, como si estuviesen

paseando un perro. Cada persona tenía un látigo. Casi me sentí excluida.

Delante de nosotros se estaba produciendo una disputa doméstica. Un hombre

le dio un revés a su pareja tan fuerte que la sangre salpicó su boca. Mi repentino

paso adelante fue interrumpido cuando ella gimió de placer, pidiendo otro

golpe.

Eugh. Bueno, ¿qué esperaba? S&M no significaba Suave y Maleable.

Lo que por poco me delata como una persona casi normal, fue mi

reacción cuando eche un vistazo a la pista de baile. Dejando los golpes al azar a

un lado, que parecían ser la norma, algunos humanos y sus compañeros no-

muertos le estaban dando al baile sucio un nombre completamente nuevo.

“Guau,” murmuró Tate. "Están follando en medio de la pista de baile."

“Puedo verlo.” Hubo un tono de urgencia en mis palabras.

Dave me sonrió de soslayo. “Juan llorará por haberse quedado atrapado

en la camioneta. Si estuviese aquí estaría gritando, ¡la autenticidad es

imprescindible! Y bajándose los pantalones.”

Eso me relajó lo suficiente como para reírme. “Tienes toda la razón.

Bueno, vamos a rockear, chicos, pero no olviden mantener los lápices27 dentro

de sus bolsillos. Tenemos un trabajo que hacer”

26

Campal, free-for-all”, también puede traducirse como “todos-contra-todos”.

27 Eufemismo. Sus penes dentro de los pantalones.


Durante la media hora siguiente, nos relacionamos sin problemas

mientras, al mismo tiempo, nos las arreglábamos para hacer un barrido de la

zona. Hasta el momento, nada parecía asesino, incluso aunque fuese

desagradable y brutal.

Sentí un zumbido de poder muy cerca. Bones había llegado a ser tan

familiar para mí que lo reconocí solo por su aura. Tan casualmente como pude,

eché un vistazo sobre el hombro de Dave, buscándole. Mis ojos se abrieron

cuando lo encontré.

Bones estaba sin camisa, con sus exquisitos músculos en movimiento

bajo su pálida carne mientras bailaba. Y santo cielo, ¿Cuándo había encontrado

el tiempo para perforarse los pezones? Esos anillos debían ser de plata, esa sería

la única cosa que el cuerpo de un vampiro no repelería de manera natural, pero

tendría que haber sido obligado a hacerlo en vez de haberlo hecho por propia

voluntad, algo que Bones obviamente no haría. Esos círculos de plata brillante

atraían la mirada hacia su pecho esculpido. Incluso me llevó un minuto notar

sus pantalones, y entonces me quedé congelada.

“Sigue moviéndote, Cat,” susurró Dave.

Continúe por donde iba, mirando por encima del hombro de Dave

mientras bailaba. Los pantalones de Bones estaban hechos por completo de

delgadas cadenas de metal unidas entre sí. La piel se asomaba entre los huecos

cada vez que se movía, y cualquiera podría decir que no llevaba nada debajo de

ellos. Él llamó mi atención y sonrió, pasándose la lengua por los labios lo

suficientemente lento como para que yo notase que sus pezones no eran lo

único que se había perforado.

Yo estaba empezando a excitarme pensando en cómo se sentiría esa

punta28 en su lengua, cuando una morena empujó a la gente de su alrededor

para mirar a Bones, su expresión era de conmocionado deleite.

28

spike, una clase de pearcing que puede tener una o dos puntas por costado.


“¡No me lo puedo creer, eres tú! ¿Te acuerdas de mí? Recuerda Fresno, a

finales de los ochenta. Por supuesto, entonces yo era humana. Casi no te

reconozco con el pelo negro, solías ser rubio...”

Bones le lanzó una mirada penetrante que habría congelado el hierro,

pero ella continuó, sin hacerle caso. “… ¿has venido aquí antes? Yo vengo todo

el tiempo, y puedo enseñarte el área privada de la fiesta.” Bones en seguida

perdió su mirada molesta y le sonrió. “Priscilla, ¿Verdad? Por supuesto que te

recuerdo, cariño, ¿Dijiste área privada? Muéstramela”.

Bones se dejo arrastrar hacia afuera por ella. Tate miró, ligeramente

asqueado torciendo el gesto. “¿Esto no te pone enferma? ¿Cómo la mitad de las

mujeres que se encuentra han tenido algo que ver con él?” Ignoré eso y me

centre en Bones y en Priscilla. Bones le decía que yo estaba en el menú de esta

noche, y si esa área privada era lo suficientemente discreta como para cenar.

“Lo es,” decía Priscilla mientras le recorría con las manos. “No puedo

esperar para follar contigo ahora que soy un vampiro. Eras asombroso antes, y

ahora solo puede mejorar…”

Rechiné los dientes. Tate solo dejo salir un bufido de comprensión.

Priscilla tiró de la boca de Bones hacia abajo junto a la suya. Sabía que

debía mirar a otro lado, pero no podía. Tampoco podía saltar a través de la pista

de baile y golpearla hasta convertirla en una masa pegajosa, que era lo que

realmente quería hacer. Pero si lo hiciese, sería como coger un megáfono y

anunciarme a mí misma. Entonces vi a Bones besarla con una minuciosidad que

hizo que mis uñas se clavaran en las palmas de mis manos. No es real, al igual

que no es real cuando tienes un romance con el objetivo de un trabajo, me

recordé a misma.

Pero duele como si fuese real, haciendo que me preguntase cómo hacía

Bones frente a esto cuando la situación se invertía y era yo la que daba un beso

francés y me involucraba sentimentalmente con otro hombre. Por lo menos él


atrapo la mano de Priscilla para detenerla cuando la vagabunda llego a la parte

delantera de sus pantalones.

“Pronto, cariño, después de que me haya alimentado,” le dijo Bones con

un sensual ronroneo. “No quieres estar distraida, ¿verdad?”

Bones la empujo de nuevo hacia nuestro pequeño grupo.

“Este es William,” dijo señalando con la cabeza hacia Dave, que estaba

aún en mis brazos. “El resto no son dignos de ser nombrados,” finalizo,

indicándome a mi y a Tate.

Priscilla recorrió su pecho con un dedo, “¿Cual es tuya? Nunca me lo

dijiste”

El llevo la mano de ella a sus labios. “Te lo diré más tarde.”

Mis dientes rechinaron otra vez, pero no dije nada.

“Sígueme,” dijo Priscilla. “Por aquí.”

Su antigua promiscuidad al fin era útil, pensé sombríamente mientras

nos acercábamos a la puerta de la habitación oculta. Nos habría llevado mucho

tiempo encontrarla por nuestra propia cuenta. Estaba oculta debajo de una

barra que no se utilizaba en el rincón más alejado. Tenías que detenerte detrás

de un medio-muro y levantar la falsa barra para poder ver las escaleras.

Descendieron, el ruido de los juerguistas y de la música ahogaba el sonido.

Algo daba golpes en el cuarto, más allá del estrecho pasadizo, subiendo y

bajando con el aumento de volumen a medida que nos acercábamos.

“Bienvenidos” Priscilla sonrió cuando abrió la puerta. “Al Marquis real.”

El cuarto no era grande, pero estaba lleno de arriba a abajo con

dispositivos artificiales de todo tipo. Esposas colgadas de las paredes, los puños

que estaban unidos a ellas estaban manchados de sangre. Pasamos por delante

de unas mesas de trabajo llenas de una diversidad de cosas que nunca querría


conocer, correas y hebillas desgastadas por el frecuente uso. ¿Una rueda? Ni

siquiera quería suponer para que serviría.

El ruido de golpes que habíamos oído, resultó ser la flagelación de una

pareja atada a uno de los postes soldados. Estaban cara a cara con su verdugo,

sus frentes chocaban contra el poste con cada golpe, y por sus miradas, podría

decirse que no estaban disfrutando de su castigo. El dueño del látigo hizo una

pausa en su calculadamente rápido y violento compás para echarnos un

vistazo. Era un vampiro, de aproximadamente doscientos años por la sensación

de su aura.

“¿Qué me has traído, Priscilla?”

Había otro vampiro que holgazaneaba en el sillón más cercano, bebiendo

del cuello de una inconsciente mujer que estaba en su regazo.

“Clientes, Anré,” dijo ella.

El posó sus ojos de color jerez sobre mí. "La tomaré a ella. Será un placer

marcar su perfecta piel". Luego evaluó a Bones “Me pareces familiar, ¿nos

conocemos?”

Bones le sonrió con frialdad. “No formalmente, pero corrimos uno detrás

del otro en Londres, alrededor de 1890, cuando yo estaba buscando a un tipo

llamado Renard. ¿Me recuerdas ahora? Me llevé su cabeza pero te deje el resto

de él.”

Anré bajó el látigo. La comprensión floreció en su rostro, y luego le

disparó a Priscilla una mirada realmente malvada.

“Idiota, ¿sabes quién es?”

Priscilla miró a Bones confundida. Su distracción me dio la oportunidad

–y la gran satisfacción- de noquearla y luego estampar mi tacón de plata justo

en medio de su cabeza.

“Es la última vez que me jode,” dije sin dirigirme a nadie en particular.


El vampiro que estaba en el sofá, contempló alarmado el cambio,

congelado sobre el cuello de su víctima. Luego me abalance sobre él. La chica

estaba cogida por las manos y la arroje a Dave mientras le daba un cabezazo al

vampiro con una fuerza brutal. Se quedó aturdido por un momento. Justo lo

suficiente como para que yo pudiese clavar el tacón de mi zapato en su corazón

y atravesar en línea recta su espalda. Anré empezó a retroceder, aunque no

había ningún lugar por donde pudiese irse. Tate y Dave estaban detrás de él,

Bones y yo estábamos frente a él.

“Por favor no me maten, no les he hecho nada,” gimió.

“Maldita sea, muestra un poco de dignidad. Eres una vergüenza para

nuestra raza,” Bones le reprendió.

“Tate, coge a la infeliz pareja,” le indiqué.

Tate se acercó a ellos, cortó la palma de su mano, y la puso contra cada

una de sus bocas. Pronto sus hematomas desaparecieron. Luego los desató del

poste, agrupándolos a empujones lejos de los otros cuerpos.

Anré le tendió una mano a Bones. “No tienes motivos para hacerme

daño. ¿Quieres a los humanos? Son todos tuyos.”

Negué con la cabeza. ¿No eran siempre los matones los que más temían

las represalias? “Le temes a él, pero soy yo de quien tienes que preocuparte.”

Recogí uno de sus látigos caídos y lo rompí para aclararlo. Bones pensó

que no podría soportar ver lo que le hizo a Max, pero yo podía probar que no

era demasiado remilgada cuando se trataba de hacer el necesario trabajo sucio.

“Dame los nombres de tus otros compañeros de juegos Anré. Niégate y,

bueno… aquí tienes muchas cosas que parecen juguetes. ¿Has probado alguno

de ellos en ti mismo últimamente?”


Una hora después yo tenía un nombre --- Slash. Estaba aquí en alguna

parte, buscando su cena en potencia. Con todo el ruido de arriba, dudo que

siquiera supiese lo que le había pasado a Anré.

Me abrí paso entre los bailarines, buscando a un hombre con el tatuaje de

un dragón de plata a lo largo de su mandíbula. En el camino, fui golpeada,

empujada, e incluso abofeteada por una celosa mujer cuya pareja se apartó en el

último momento. Ni siquiera se disculpo, de ninguna manera. Solo me miró y

dijo con brusquedad, “¡No era tu regalo!”

“Entonces te lo devolveré,” respondí, y le di un buen golpe.

Sinceramente, ¿que podía pasar por decir, Disculpa?

Alguien me agarro por detrás. Unas manos frías se movieron sobre mis

pechos acariciándome. Me puse tensa, pero no le dí un fuerte codazo en el

pecho. Todavía no.

“Estoy mejor por delante,” ronroneé con mi mejor imitación de

vagabunda-sumisa. Enseguida tiró de mi cabeza bruscamente hacia atrás, con

tanta fuerza que perdí algunas hebras de cabello por su agarre. Apreté los

dientes. Sería mejor que éste fuese Slash, o iba a estar jodidamente cabreada con

un idiota desconocido.

Esa mano fría se abrió paso desde mis pechos hasta mi estómago --- y no

se detuvo. Bueno, ¡suficiente de ser la Pequeña Miss Sumisa!

Me di la vuelta, perdiendo más pelo, y lanzando hacia arriba mi rodilla al

mismo tiempo. Era alto, moreno y depravado, no tenía un tatuaje de un dragón

de plata en la mandíbula, me incliné. Luego le aparte de un empujón hacia la

multitud de juerguistas que giraban a nuestro alrededor.

“Te dije que soy mejor de frente.”

Hubo risas por parte de los otros bailarines que estaban lo

suficientemente cerca para presenciarlo. Le di al Alto, moreno y depravado otra

mirada desagradable antes de girarme para buscar de nuevo a Slash. Tenía que


estar aquí. No quería volver mañana si no podía encontrarle. De hecho, estaría

muy feliz si nunca volvía a poner un pie en este lugar.

Otras dos manos frías se deslizaron a lo largo de mi cintura, tirando de

mi hacia atrás contra su duro pecho. Apreté los puños, a punto de soltarle un

puñetazo de Thai Kickboxing, cuando algo que vi por el rabillo del ojo me

detuvo. ¿Fueron esas escamas grabadas en un lado de la cara de mi nuevo

Romeo?

Me di la vuelta… y sonreí. “Pareces lo suficientemente bueno como para

comerte, guapo.” El hombre sonrió, estirando la cola del dragón que se

enrollaba desde su mandíbula hasta un lado de su boca. "Es gracioso que digas

eso. Yo estaba pensando lo mismo de ti."

Empezamos a bailar. Slash era aproximadamente de mi estatura, y utilizó

la alineación de nuestros cuerpos para sacar el mayor provecho. Le deje

continuar durante algunos minutos. Justo hasta que abrió la cremallera de sus

pantalones de cuero y sacó al Sr. Ciclope.

“Whoa” dije, me alejé girando mientras el trataba de encontrar un hogar

para su rígido amigo. "¿No hay algún sitio donde podamos estar… solos?"

Slash miró su polla, como si esperase que protestase. Luego tiró de mi

brazo. "Ven conmigo. Conozco el lugar indicado".

Vi con alivio que estaba siendo atraída hacia la barra falsa. Si hubiera ido

en la dirección opuesta, todo el infierno se hubiera desatado. Slash ni siquiera se

molesto en volver a meter su polla dentro de su bóxer. Esa cosa estuvo fuera

todo el tiempo como si estuviese señalando el camino.

“Oohhh, que emocionante,” dije mientras el levantaba la falsa barra para

revelar esa escalera oculta. Slash tomó mi mano, casi arrastrándome detrás de

él. La estrechez hizo que el camino se hiciese muy incómodo a medida que

avanzábamos hacia abajo. Nota mental: ducharse lo más pronto posible.


“Creo que te sorprenderás,” dijo mientras abría la puerta. Luego se

detuvo en seco. “¿Que diab...?”

Lo empujé con todas mis fuerzas. Slash cayó despatarrado. Resbaló hasta

detenerse en el asqueroso poste, que ahora tenía la forma sangrienta de Anré

encadenado a él.

Cerré la puerta detrás de mí. Bones se echó encima de Slash, arqueó una

ceja hacia su erección que se desinflaba rápidamente, y luego sonrió

glacialmente.

“No, compañero, espero que seas tú quien se sorprenda”

‘’Si podemos irnos en silencio, creo que no tendremos que llamar al

equipo," dijo Tate mientras apilaba el cuerpo de Slash encima del de Anré.

Priscilla y el otro vampiro sin nombre fueron amontonados junto a ellos.

“¿Intentar pasar desapercibidos saliendo por la puerta trasera con el rabo

entre las piernas?” resoplo Bones “El miedo es una motivación importante. Si

nos escondemos, entonces no hay nada que haga que alguien se lo piense antes

de considerar la posibilidad de establecer su negocio otra vez en este sitio,

¿verdad?”

Lo tomé en cuenta. En la mayoría de nuestras operaciones, hemos tenido

un enfoque de aplastar-y-apropiarse. Aplastar a los chicos malos (¡o las chicas!),

apropiarse de las pruebas (lo que quiere decir los cuerpos) y luego irnos. Tal

vez esa estrategia necesitaba ser reconsiderada. Bones tenía razón a cerca de

que el miedo es una excelente motivación. Patra estaba usando esa táctica

contra nosotros. Tal vez también necesitábamos recalcar que jugábamos para

ganar.

Le eche un vistazo a Dave. El asintió con la cabeza casi

imperceptiblemente. Tate, sin embargo, se indignó. “Brillante plan, Guardián de


Criptas29. ¿Quieres que nos llevemos estas cabezas como recuerdo, que después

agitemos las manos frente a ellos y les digamos: ‘Eran malos’. A todos los

monstruos de allá afuera? ¡Estás loco!"

“Estúpido. Cobarde”

Bones lanzó ambas palabras con claridad. Tate le gruño y yo hice que

tropezase y cayese mientras vigilaba a Bones.

"Debes haber resbalado, porque sé que no estabas dispuesto a hacer

nada, ¿verdad?“ Tate alzo la vista hacia mí, y luego debió de haberse dado

cuenta de las consecuencias de seguir adelante a través de la intención de mi

mirada, porque abandonó su actitud de enfado.

“Es tu decisión Cat. ¿Qué es lo que va a ser?"

Por extraño que parezca, fue lo que pasó cuando ahuyenté al alto,

moreno y depravado lo que me hizo tomar la decisión. Las personas a nuestro

alrededor, los humanos y los demás, solo se habían reído. No me

interrumpieron y le ayudaron a darme una paliza para someterme.

"Les haremos una advertencia y les mostramos las pruebas. Como tú has

dicho, Tate - usaré esas cabezas como apoyo.”

"Todas las unidades, en espera", le dijo Tate a su radio. No se me escapo

que parecía un tanto molesto y resignado.

Seguimos nuestro camino de vuelta a la planta superior en fila india.

Bones iba el primero, seguido por mí, Tate, Dave y nuestra pareja rescatada,

quienes no habían dicho mucho durante toda la noche. Cuando todos

estuvimos fuera, Bones me subió al mostrador de la barra falsa, ya que mis

manos estaban ocupadas, y dejó escapar un silbido que incluso rebasó la música

a todo volumen.

29

Crypt Keeper, es el presentador de los cuentos de la cripta una serie de tv. (no recuerdo si antes se tradujo o no asi k por ahora keda en español)


“Apaguen ese ruido,” gritó, dirigiendo una encolerizada mirada verde

resplandeciente hacia el desconcertado vampiro, que asumí estaba en la cabina

del DJ.

El golpeteo del tecno fue silenciado. Hubo sonidos de protesta que se

terminaron cuando la gente me vio. Se podría decir que yo destacaba, ya que

estaba sentada en una barra sosteniendo cuatro cabezas cortadas por los pelos.

“Haré esto rápidamente para que puedan volver a divertirse. Soy la Red

Reaper y estos cuatro” ---sostuve las cabezas en alto para que las viesen mejor---

“llevaron sus juegos muy lejos matando a los de mi clase. Si esto ocurre de

nuevo aquí, regresare.”

Doscientos pares de ojos se quedaron mirándonos fijamente, y la

mayoría de ellos no tenían latido en el corazón. Me tense en mi interior. ¿Quién

sabe como saldría esto? Las cosas podrían ponerse desagradables muy

rápidamente. Bones me tendió la mano para ayudarme a bajar, deje caer mis

grotescos trofeos y me los llevé.

Tal vez algunos de ellos reconocieron quien era él, o lo supusieron. O tal

vez fue simple apatía. En cualquier caso, uno por uno, los humanos y los no-

humanos se movieron hacia atrás hasta que hubo un camino despejado desde

nuestra posición hasta la puerta. Bones me bajo de la barra, y todos caminamos

ininterrumpidamente hacia la salida.

“Jodidamente-irreal,” murmuró Tate cuando llegamos al aparcamiento.

“Esto solo demuestra lo mucho que tienes que aprender”, respondió

Bones.


Capítulo 13


BONES Y YO FUIMOS A CASA DE DENISSE AL DIA siguiente. No

había visto a mi mejor amiga desde hacía mucho tiempo, por lo de la

preparación para el cambio de Tate y luego por todas las repercuciones de mi

secuestro. Así que pasar un rato con ella y relajarme era agradable. Denise

también lo sabía todo sobre mí, Bones, los vampiros, ghouls e incluso sobre la

guerra en la que estábamos metidos. Después de todo tuve que llamarla y

explicarle las razones que había detrás de su abrupto traslado. Probablemente

Don solo les dijo, a ella y a su marido, Randy, que empacasen sin darles una

explicación del por qué.

Su nueva casa estaba a las afueras de Memphis. Por suerte Randy era un

especialista informático privado y podía trabajar en cualquier sitio, porque

hubiese odiado ser la responsable de que perdiese su trabajo. Denisse había

renunciado a su trabajo poco tiempo después de casarse, así que de nuevo, me

salve de sentirme culpable. Ellos no habían comentado nada, pero creo que

estaban intentando tener un bebé. Eso explicaría su repentino interés por cosas

de las que ella jamás se había preocupado.

Un buen ejemplo era que ella hizo la cena para nosotros en vez de

pedirla. Definitivamente era un nuevo rasgo de su personalidad. “Está muy

rico”, me entusiasme, sirviéndome más pollo asado. “Tendremos que venir aquí

en las festividades. Como saben, a mí se me quema hasta el agua.”

Denisse sonrió. “O podrías hacer tu propia fiesta y dejar a Rodney

cocinar. ¿No me habías dicho que él era maravilloso en la cocina?”

“Oh, claro que lo es,” respondí, con la boca llena. Luego incline la cabeza.

“¿Bones, que tan peligroso seria para nosotros tener una fiesta de Navidad?” Él


reflexionó sobre el tema. “Tendríamos que invitar sólo a unas pocas personas,

pero no creo que sea algo por lo que deberíamos alarmarnos”.

Tragué mientras desarrollaba la idea en mi mente. “Nunca he hecho algo

así antes, mis abuelos no era mariposas sociales y no me apeteció demasiado

divertirme durante los años que estuvimos separados. Nuestra casa de

huéspedes está terminada, así que tendremos muchos cuartos disponibles. No

podemos casarnos ahora mismo, pero podemos tener una pequeña fiesta. Esta

será nuestra primera navidad juntos Bones.”

Él me sonrío. “Esa es una excelente razón para celebrar, y sé que Rodney

estará encantado de venir a cocinar. Es su pasatiempo favorito.”

Denise aplaudió. “Oh, va a ser genial. ¡Nunca antes he celebrado las

fiesta con gente muerta!”

Randy puso los ojos en blanco, pero Bones sólo se rió. “Si, normalmente

eso lo hace un poco más interesante que una misa de media noche, sospecho.”

“También tendremos que invitar a mi madre,” dije. “De hecho, ella no

está muy lejos de aquí. ¿Dónde está la casa de Rodney? ¿Aproximadamente a

una hora de camino?”

Bones asintió. “Si, ¿quieres visitarla luego?”.

Considere mis opciones. Si ella supiese que había estado tan cerca y no la

había visitado, nunca podría sacármela de encima. De acuerdo, entonces estaba

decidido.

“La visitaremos. Dios sabe que ella estará allí. Esa mujer nunca sale.”

“¿Cuándo estará lista su nueva casa?” pregunto Denisse.

“La próxima semana. Creo que Don tardó más tiempo, a propósito, en

trasladarla fuera de la casa de Rodney, para hacerla pagar por algunos de los

disgustos que le echó encima en el pasado. No hay ninguna razón para que le


llevase tanto tiempo trasladarla a un lugar seguro, no es algo que yo le vaya a

contar”.

Denise se levantó, hurgó en su despensa por un minuto, y luego salió con

una botella de ginebra sin abrir.

“Aquí tienes, si vas a ir a casa de tu madre, necesitarás esto.”

Les dijimos adiós a Denisse y a Randy una hora después, y nos dirigimos

hacia la residencia temporal de mi madre. Fue agradable conducir en medio del

campo, muy relajante – hasta que de repente Bones ladeó la cabeza como si

estuviese concentrándose, y luego apretó el pedal del acelerador.

“¿Qué pasa?”

El había dicho unos momentos antes que casi estábamos allí. Alarmada,

agudicé mis oidos, pero mi alcance no llegaba tan lejos como el suyo. Todo lo

que podía oír eran los sonidos de varias familias mientras pasábamos como una

bala por delante de sus casas.

“Maldita sea, no me lo puedo creer,” Bones se rió.

“¡¿Qué?!”

El continuó pasando como una exhalación por las calles a muchísima

velocidad. “Oh, ya lo veras. Y necesitarás esa botella que Denisse te dio.”

Me imagine que lo que estaba ocurriendo no era un baño de sangre,

porque él aún sonreía desquiciadamente. Yo esperaba que el sonido de mi

madre siendo decapitada para morir no fuese lo que lo hacía alegrarse.

Cuando nos detuvimos en la entrada de lo que supone tenía que ser la

casa de Rodney, todo lo que escuché fue a ella deambulando y murmurando

maldiciones. Qué era lo que esto tenía de inusual? Bones se lanzó fuera del


coche sin siquiera apagar el motor y golpeó la puerta lo suficiente para sacudir

ruidosamente las ventanas.

“¡Abre Justina, o destrozaré la puerta!”

La puerta principal se abrió de golpe mientras me acercaba a un ritmo

más lento que el de que Bones. Después de todo alguien tenía que apagar el

coche.

Bones paso justo por delante de mi madre, haciendo caso omiso de sus

exigencias para que permaneciese fuera. Le dirigió una malintencionada mirada

de soslayo, y sus labios temblaron sin control.

“Bueno. Como yo no vivo ni respiro. Justina, tienes el pelo un poco

alborotado, cariño, ¿has estado limpiando la casa? ¿No? Y tu cara…. si no te

conociese, diría que estas sonrojada. Antes, cuando yo era un puto degenerado,

como tú solías decir, siempre veía mujeres que tenían el mismo aspecto que tú.

Después de follar.”

Mi boca se abrió y me fijé en su aspecto. Estaba vestida solo con una bata,

su pelo castaño estaba disparado en todas direcciones, su cara estaba

claramente sonrojada, y oh por Dios, ¿eso era un chupón en su cuello?

“Animal indecente, lárgate de aquí,” le ordenó a Bones.

Él se rió con tanta fuerza que se inclinó por la mitad. “Verdaderamente,

ahora esto es algo así ‘le dijo la sartén al cazo’, no es verdad? Y pensar que mi

gatita solía estar aterrorizada de que tú te dieses cuenta de que ella hacía el

amor con un vampiro. No tendrás mucho que decir sobre eso nunca más,

verdad? Vamos baja, compañero, ¡sal a recibir los aplausos! Estoy

absolutamente asombrado.”

“Bones” La voz de Rodney salió irritadamente desde el piso de arriba.

“Tan sólo lárgate de aquí.”

Me tambaleé. “¿Mamá? ¿Tú y Rodney?”


Un rubor escarlata favoreció los rasgos de mi madre. “Él estaba

haciéndome la cena,” balbuceó.

Encontré mi voz en medio del asombro. “¡Y aparentemente también el

postre! No te creo. Todos estos años, me crucificaste por dormir con un

vampiro, y mírate. Rodney es un ghoul, ¡eres una hipócrita!”

“¡El no mata a la gente, ellos están muertos cuando el va a por ellos!”

rugió ella con una lógica incuestionable. “Además tengo 45 años y no necesito

rendirle cuentas a mi hija.”

Me quedé mirándola como si nunca antes la hubiese visto. “¿A Rodney le

gustaron?” pregunté.

Ella resopló. “¿Le gustaron que Catherine?”

“¡Los cojones30 que tienes, eso!”

Bones se rió otra vez y se secó los ojos con la manga. “Vámonos gatita.

Solo tenía que restregarle esto, no me podía resistir. Justina, Bien por ti y

Rodney” --- se oyó otra risa perversa --- “una valentía admirable.”

Bones me llevó empujándome, maldiciendo aún, fuera de la casa. La

puerta se cerró de un golpe detrás de nosotros. Bones todavía no podía contener

la risa mientras nos alejábamos a una velocidad más segura. “Estoy encantado

de que no la telefonearas para avisar, cariño. Eso no tiene precio”

No respondí, solo me recosté en la silla y rompí el sello de la botella

ginebra.

30

Bolas, huevos, coraje, etc xD


Mi vestido era de color plata. Colgaba hasta mis pies ciñéndose a mi

figura desde la cintura, dos lazos se anudaban en mi nuca. La espalda estaba

desnuda y por delante tenía un profundo escote en V que hacía imposible que

utilizase sujetador. Ni siquiera podía utilizar unos de esos sujetadores

adhesivos.

Fruncí el ceño reflexionando. “Serás capaz de notar enseguida si tengo

frío. Soy la dueña de la casa, se supone que no debo parecer una cualquiera.”

Bones apareció detrás de mí en el espejo. “No pareces una cualquiera,

estás impresionante”. Un roce de sus labios en mi espalda puntualizó el

cumplido y como una señal, ambos pezones se endurecieron. Si, parece

indecente, bien.

"Encantadora", susurró sobre mi piel.

Debía encantarle el vestido, él lo escogió. Bones siempre escogía ropa

más reveladora que yo. Por lo menos yo había escogido la ropa interior, aunque

era minúscula, pero lo había hecho. En algunas cosas yo había insistido en

desafiar su ilimitado poder de persuasión.

Bones inclinó la cabeza hacia un lado por un segundo. “Tu mami esta

aquí.”

Bajé las escaleras para saludarla, ya que Bones no estaba vestido todavía.

Yo no la había visto desde esa increíble noche en la casa de Rodney, y ni

siquiera quería saber si ellos estaban ahora, hum, saliendo. Rodney,

comportándose como un caballero, no había mencionado el incidente cuando

apareció esta mañana para preparar la cena, pero yo había oído a Bones

saludarle con un ‘¡Llegó el matador de dragones!’

Abrí la puerta… y mi sonrisa se congeló. Esta no podía ser mi madre.

Su cabello castaño estaba libre de canas y tenia nuevas mechas. Ya fuese

el maquillaje o una exfoliación química lo que parecía haberla rejuvenecido diez

años en menos de tres semanas, nadie lo sabía. Su vestido de terciopelo de color


amatista era más ceñido que el mío, en un lado tenía un corte alto en la pierna y

en el otro lado bajaba hasta esconder el tobillo. Un hombro estaba desnudo al

estilo griego, y su pelo estaba medio recogido con mechones sueltos por detrás.

Sus ojos azules eran la única cosa familiar en ella.

“Catherine.” Se acerco a mí sin abrazarme. Bien, eso también era algo

familiar. “Realmente deberías vestirte con algo mas abrigado, está helando

fuera.”

Hola para ti también, Mami. O quién demonios quiera que seas, porque

estoy segura de que tu no pareces la mujer que me crió.

“Mira quién habla,” me controlé. “Puedo ver la parte de arriba de tu

muslo. ¡Dios mío, si la abuela te viese, se levantaría de su tumba!”

Mi madre abrió la boca, hizo una pausa, y luego sonrió. “No se lo diré si

tu no lo haces.”

Iría directamente hacia la cocina para caer de rodillas impresionada

delante de Rodney. Lo contemple, había logrado darle sentido del humor, me

imaginaba que tendría vudú, varios pollos sin cabezas y hacer un montón de

gris-gris31.

“Vamos a buscar ponche de huevo, Mami,” dije, recobrándome del shock

lo suficiente como para guiarla dentro de la sala. “Esta fuerte.”

31

gris-gris, termino vudú, refiriéndose a un poderoso hechizo.


Capítulo 14

TRADUCIDO POR BELLEN

NUESTRA LISTA DE INVITADOS ERA PEQUEÑA DEBIDO A LAS

adversas circunstancias de estar en Guerra. Solo estaban Rodney, Spade,

Rattler, Tick Tock, Ian, Zero y otros vampiros.

Annette trajo como cita a alguien llamado Doc. Mencheres no estaba

aquí, y eso estaba bien para mí.

Mis invitados eran Denise, Randy, mi madre, Don, Cooper, Dave, Juan y

Tate.

Bones había invitado a Ian en el último momento. Él no estaba en mi

primera lista de personas con la que quería pasar mi tiempo, pero desde que él

se había unido a nuestro lado, Bones sintió que se lo merecía. Había estado

esperando que no apareciese, pero fue en vano. De hecho, me preguntaba si la

razón de que Ian viniese era porque sabía que estaba aquí a pesar de mis

preferencias, y quería que lo echara a patadas.

Estábamos sentados en el comedor. Ian había llegado tarde y tan pronto

como cruzo el umbral, mi madre y Don se había marchado de la mesa. Ellos

estaban permanentemente cerca del porche con Dave, Cooper y Juan, que

también tenía una razón para que no le gustase el vampiro de cabello castaño

que estaba frente a mí.

“¿Por qué pareces nerviosa, Cat?” Me preguntó Ian después de que mi

silencio en la mesa aumentase.

“¿Tú no estás aún enfadada conmigo por haber secuestrado a tu novio el

verano pasado, no?”


Resistí la urgencia de lanzarle mi plato. “Claro que no Ian. Es sólo que a

esta hora Bones y yo solemos estar follando como conejos. Así que estoy

pensando cuanto tengo que esperar para volver a montarle.”

Ian no se asombró. “¿Vas a dejarla que me insulte cuando he venido de

buena fe, Crispin?” demandó.

Bones levantó una ceja. “Tú no estás siendo insultado en absoluto, y

volver a contar como trataste de forzar a Cat a tu linaje es de muy mala

educación. Que sea la última vez que hablas de eso.”

Sus palabras fueron moderadas, sus ojos no. Ellos nadaban en un brillo

verde.

Ian se recostó en su silla. “Bueno, amigo, mírate. Tus garras saltan para

atacarme de inmediato, y aquí estaba yo siendo apenas grosero. Al principio

pensé que me la arrebataste por despecho, pero no es así ¿verdad? Tú de entre

todas las personas caes presa del amor.”

Había más de 220 años de historia entre ellos, tanto buena como mala. El

aire parecía espesarse alrededor de la mesa.

“No has venido aquí sólo para hablar de mi esposa ¿verdad?”

Ian se inclinó hacia delante. "Fue el comportamiento de Max con ella lo

que te llevó a declarar una violenta retribución a todo aquel que hubiese tenido

que ver con ella. ¿Por qué no iba yo a querer ver el grado de compromiso que

tenias antes de que metiera mi cuello más allá de lo que ya lo tengo? Si estás

enojado solo por un sentimiento de orgullo, pues..." Ian dejó colgando la frase

con un movimiento descuidado de su mano. "¿Por qué ponerme en peligro y a

los míos por un mero altercado?"

“¿Recuerdas cuando puse un cuchillo de plata en tu corazón, Ian?’’ Le

pregunté resplandeciente. “No puedes contar cuantas veces he deseado

habértelo retorcido. ¿Un mero altercado mi secuestro, tortura e intento de

asesinato? ¡Que te jodan!”


"No estoy minimizando lo que te pasó, Cat," dijo Ian a la vez. "Sólo

declarando mi interés por la reacción de Crispin por eso. Lo que le ha hecho a

Max se lo ha merecido, pero eso podría haber sido la respuesta inteligente de un

líder que muestra su temple, nada más. ¿Puedes apreciar la diferencia?"

Los perforadores ojos turquesa de Ian se encontraron con los míos. Era

un frío bastardo, lo sabía por experiencia, pero tiene que haber más en él de lo

que vi, o Bones lo habría matado hace décadas.

Bones inclinó la cabeza. "Ya tienes tu respuesta, lan. Mi respuesta es

completamente personal cuando se trata de ella".

"Que suerte para ti que Mencheres fusionase los linajes contigo y te diera

más poder. Y hablando de su nueva alianza, no puedo imaginar por qué te ha

elegido Mencheres antes que a mí, teniendo en cuenta que de los dos, yo no soy

el que se folló a su esposa."

Me quedé helada cuando Bones soltó una maldición. Ian, viendo mi

expresión, se echó a reír.

"¿Qué, Crispin no te ha contado eso? No sé por qué, sucedió antes de que

tus padres hubiesen nacido aún."

Me levanté de la mesa. No iba a hablar de esto delante de Ian. Bones me

siguió cuando fui afuera, al porche. Una vez que estuvimos solos, me volví

hacia él.

"¿Por qué? Sé que no pensabas mucho en follar antes de mí, pero ¡Patra

fue la mujer de tu Grand Sire!"

Él apretó la mandíbula. "Yo no sabía quién era ella cuando ocurrió.

Mencheres y Patra no habían estado en buenos términos desde antes de

convertirme en vampiro. Hace algunas décadas, conocí a una mujer, pasé la

noche con ella y luego una semana más tarde me enteré de que era la esposa de

Mencheres. Patra sabía quién era yo. Lo hizo para herir a Mencheres, demonios,

¿quién crees que se lo contó? Yo no entendía por qué no me mató en ese


entonces, pero después de lo que ha ocurrido recientemente, supongo que sabía

que un día él me necesitaría alrededor".

Al tener relaciones sexuales con la esposa de otro vampiro, Bones

estarían bajo sentencia de muerte, si el cónyuge agraviado elegía reclamarlo.

"¿Hay algo más que no sepa? Porque prefiero no descubrir que había

algo más que decidiste ocultarme."

"No hay nada más. Te lo prometo."

Detuve mi ritmo para mirar a Bones. Él era magnífico, y cuanto más

tiempo estaba con él, más me acordaba de que muchas mujeres habían

compartido esta opinión. Estaba segura de que más ex-aventuras irían

apareciendo, pero esperando que no fuesen tan poderosas y homicidas como

Patra.

“Muy bien. Volvamos a entrar. Estoy seguro de que Ian nos echa de

menos."

Bones ignoró mi sarcasmo y me arrojó a sus brazos. “¿Sabes que es casi

medianoche?” susurró. “Sólo faltan dos días más hasta Año Nuevo.”

Muchas cosas habían pasado desde las Navidades pasadas. ¿Qué traerá

el próximo año?

“Cosas mejores,” respondió Bones en voz baja. “Te lo prometo”

Me besó, sus labios estaban más fríos de lo habitual, pero ¿quién necesita

98 grados cuando él me hacía sentir así? De hecho, comenzaba a sentirme más

caliente mientras sus manos se deslizaban bajando por mi espalda.

Una rama cercana se rompió apagando mi estado de ánimo y

poniéndome en estado de alerta instantáneamente. Bones se enderezó,

rompiendo el beso.

“Bueno, amigo. Me preguntaba cuánto tiempo ibas a espiarnos."


Su tono sardónico confirmó lo que mis sentidos tardíos finalmente

notaron. Dios, Bones me distrajo a un nivel peligroso cuando nos besábamos.

Menos mal que él aún podía prestar atención, aunque supongo que no era un

consuelo para mi encanto. También era bueno que el vampiro en los árboles no

nos quisiese matar.

Tate salió de los arboles sin romper más ramas. “Hola, Cat. Dios, estas

hermosa”

Oh, oh. ¿Por qué no podía decir sólo, Felices Fiestas?

Dave rompió el ambiente hostil acercándose al porche. “¡Compañero, lo

lograste!”

Otra confrontación retrasada.

“Dave.” Tate sonrió mientras recibía un abrazo de oso de su amigo. Juan

salió después, seguido de mi tío. La usual expresión estoica de Don cambió en

una sonrisa mientras se acercaba y abrazaba a Tate. Bones hizo un ruido cínico

y me guió de vuelta al interior con un comentario de despedida hacia Tate.

“Estoy seguro de que no tendrás problemas para encontrar tu lugar en la

casa de la cima de la colina. Allí es donde vas a quedarte.”

Ian, siempre oportuno, eligió ese momento para acercarse a mí. “Tú y

Crispin ya han resuelto sus diferencias, ¿verdad?”

“Sí. Ahora ya serás capaz de dormir esta noche.”

Ian rió. Mi madre pasó delante de nosotros e Ian le echó un vistazo, con

algo más que apreciación casual. “Cat, puedo ver lo que llevó a Max a su

caída.”

Le devolví una mirada sombría “¿Te importaría no mencionar más a

Max en frente de lo que queda de mi familia?”


Ian sonrió sin una pizca de remordimiento. "¿Por qué estarían enfadados

conmigo? Me deben no poca gratitud. Si yo no hubiese convertido a Max,

entonces tú no habrías existido."

Eso hizo girar la cabeza de mi madre. ¿Cómo no pudo Ian haber bajado

la voz? Podría haber embestido mi puño directamente a través de su estúpida

boca.

"Bien hecho," gruñí. "Ella no sabía que tú eras su creador."

Bones apareció detrás de él. “Amigo, ven conmigo un momento.”

No esperó la respuesta de Ian, pero lo lanzó al porche. Yo fui en

dirección contraria para interceptar la furia de mi madre.

“¡Catherine!”Espetó cuando yo bloqueé su camino. “Fuera de mi camino.

Necesito tener unas palabras con esa cosa.”

Desde que ella llamaba a Bones ‘sucio animal,’ asumí que ‘esa cosa’ era

Ian.

“Mamá, se que estas disgustada.”

Ella siguió su camino empujándome "No te preocupes, no voy a hacer

una escena", dijo con un último esfuerzo por mí. Para ella, eso era lo máximo en

consideración.

"Tú." Ella caminó directo hacia Ian y le golpeó con un dedo en el pecho.

Él le dio una mirada divertida. "¿creaste a su padre? ¿No sabías qué clase de

porquería era? ¿O eras un descerebrado, indiferente y no te preocupas por los

monstruos que creas?"

Bones dejó escapar un resoplido sombrío. "Limpia tu desorden, amigo,

pero no importa cómo se ponga de grosera, no la insultes."

Ian puso los ojos en blanco. “No, Justina, no soy un descerebrado,

indiferente o despreocupado sobre los que creo. Pero si yo soy responsable de

cada acción de mi descendencia, lo mismo se aplica para ti. Su hija asesinó a mi


amigo el día que la conocí. ¿Qué es lo que me debes por eso?" Estaba tan

sorprendida como mi madre por el cambio de tornas de Ian.

“¿Otro sucio vampiro?” ronroneó mi madre cuando se recompuso.

“¿Uno de tantos que intentó darse un banquete con su cuello?”

"Un ghoul cumpliendo su deber para defenderme de una mujer que

trataba de matarme en mi propia casa", replicó Ian. "Pregunta a Cat. Ella te dirá

que ni siquiera intenté morderla antes de que decapitase a mi amigo".

Me moví incomoda. ¿Cómo habría sabido que Don tenía segundas

intenciones mandándome tras Ian? Yo pensé que estaba en otro trabajo

eliminando a los malos, no siendo la inconsciente asesina de alguien que no

había hecho nada malo.

“Lo siento por tu amigo, pero yo pensaba que era un asesino, y fue

sigilosamente detrás de mí para noquearme", le contesté. "Además, antes de

eso, admitiste que habías matado a dos personas, Ian. Tus empleados."

“Quienes me robaron”, fue la respuesta de Ian. “Realmente, Crispin,

¿Qué harías tu con un par de tipos que allanasen tu casa e intentasen vender tus

objetos de valor en eBay?”

Bones se encogió de hombros. “Lo mismo. Si no puedes confiar en algo

tan pequeño como tus posesiones, ¿Cómo vas a poder confiar en ellos para

asuntos más serios?”

“Exacto,” admitió Ian, antes de dar otra mirada comedida a mi madre.

“Entonces con Max estábamos a mano, muñeca, así que con qué más me vas a

irritar?"

Ella parecía nerviosa, pero luego hizo un gesto hacia Bones. "Él. Tu lo

creaste y él es la razón de que mis padres fueran asesinados, así que

difícilmente estamos, vampiro".


Una sombra cruzó la cara de Bones. “No fuiste responsable de eso”, le

dije. “Ella se equivoca.”

“Sin embargo, él también enseñó a Cat cómo luchar, haciéndola más

fuerte, más rápida y más letal. Sin eso, ¿crees que ella todavía estaría viva? Por

otra parte, ¿no acaba de salvar su vida y la tuya recientemente? ¿Me estás

diciendo que eso vale menos que tus padres?"

Mi madre lo miró de un modo extraño. Como si no supiese qué hacer con

él. Ian le devolvió la mirada, sin pestañear y sin arrepentimientos. Finalmente,

después de un tenso silencio, se giró sobre sus talones y se alejó.

“Me alegro de que tuviésemos la oportunidad de hablar", gritó tras ella.

Ella no respondió.

Ian palmeó una mano en el hombro de Bones. “¿Podemos volver al

interior? Está refrescando y tu mujer está claramente fría”. Sus ojos vagaron por

mí y rió. “Claramente”

“Lárgate,” le espetó Bones

Ian se marchó, silbando. Yo bufé. "Te dije que debería haberme puesto un

sostén." Luego cambié de tema, sin querer que nada amortiguase nuestra noche.

"Si lo pides educadamente, dejaré que abras uno de tus regalos, aunque sea

temprano".

Bones curvó sus labios. "¿Qué debo decir? ¿Por favor? Ah, gatita, por

favor, te lo suplico, te lo ruego--"

"Cállate." Con una sonrisa, le llevé a la biblioteca y cogí una caja de

debajo del sofá. Un vistazo rápido me dijo que nadie estaba mirando, porque yo

no quería una audiencia para esto. Había estado bromeando cuando dije que

era uno de sus auténticos regalos. Era otra cosa.

"Aquí."


Bones lo desenvolvió, y su sonrisa se convirtió en una mirada lasciva.

"¿No son adorables? No de mi tamaño, pero si te gustaría que los usase, estaré

feliz de hacerlo".

"No eres gracioso?. Pero sabes que se supone que tienes que elegir el que

quieres que me ponga."

Su elección fue instantánea. "El rojo".

"Pensé que te gustaría ese." Mi voz era tenue por la repentina llamarada

de calor en sus ojos.

Bones se inclinó hasta que su boca rozó la mía.

"Tienes razón."


Capítulo 15

TRADUCIDO POR QUINNIE

EL ROJO CAMISÓN ONDEABA A MI ALREDEDOR, tan oscuro como

la sangre sobre mi piel. Bones me sujetaba por las caderas y se arqueaba debajo

de mí, intensos sonidos de placer salían de su garganta.

“Sí gatita. Más…no pares…”

Cerré los ojos, atrapada por el orgasmo. Mis dedos utilizaban las sábanas

para agarrarse mientras me movía más rápido.

“Sí…”

La sensualidad del momento se desvaneció cuando una neblina pareció

surgir a nuestro alrededor y las sábanas empezaron a tener vida propia. Se

enrollaron alrededor de mis muñecas y tobillos, como si el algodón se hubiese

convertido en una serpiente maligna. Traté de decirle a Bones que parase, pero

cuando abrí la boca, salió sangre.

"¿Sigues tratando de ser valiente, pequeña?" preguntó una voz

sarcásticamente.

El horror se arrastró sobre mí. Conocía esa voz.

La niebla levantó, solté un largo y penetrante aullido cuando Bones y la

cama se desvanecieron y, de alguna manera, estaba en el suelo delante de mi

padre. Las serpenteantes sábanas se convirtieron en cuchillos que se clavaban

en mí, atravesándome las muñecas. Mis tripas, mis piernas y mis brazos

palpitaban agónicamente.

"¿Sabes lo que voy a hacerte niña?", prosiguió Max. "Voy a rasgarte la

garganta otra vez."


Vino hacia mí. Traté de girar alejándome, pero los cuchillos de mis

muñecas me lo impidieron. Max se rió mientras sus colmillos se acercaban a mi

piel, mis forcejeos eran tan frenéticos como inútiles. Entonces grité, mientras él

clavaba lentamente sus colmillos a través de mi cuello."

"¡Para, para, para, para...!"

Max presionó algo sobre mi boca. Tosí, me atraganté y tragué, pero

después de unos momentos, Max desapareció y pude ver a alguien más.

"¡Despierta gatita!"

Enfoqué a Bones delante de mí. Antes de que le viera, se le curaron los

cardenales y los rasguños, dejando sólo la sangre para revelar donde habían

estado. Su muñeca estaba presionada contra mi boca, las sábanas estaban

hechas trizas a nuestro alrededor, y no estábamos solos en la habitación.

Spade estaba al lado de la cama agarrando mis hombros. Me soltó y se

echó hacia atrás con un ruido de alivio cuando parpadeé. Dave, Rodney y Tate

estaban de pie junto a la puerta, con Denisse casi saltando para ver por encima

de ellos. Entonces, todo lo que vi, fue el pecho de Bones mientras me aferraba a

él.

"¡Sangriento infierno estás despierta!" Me echó hacia atrás y me agarró la

cara. "¿Sabes dónde estás?"

En mi dormitorio. Completamente desnuda y Bones también. Spade se

puso en pie y miró hacia otro lado. Nosotros no éramos los únicos que

estábamos desnudos.

"Bones, ¿qué está haciendo todo el mundo aquí? Spade, cúbrete. Malditos

vampiros, creen que todo el mundo quiere ver lo que tienen".

Bones seguía estrechándome contra él. Por lo menos estar en sus brazos

protegía mis pechos de estar expuestos.

"¡Fuera de mi vista bestias!"


¡Dios mío!, ¿mi madre estaba en el pasillo tratando de entrar? Se

desmayaría si viese esto. "Spade, toallas, baño" susurré. "Ahórrale el

descubrimiento".

Él se rió, pero sonaba más como un cansado jadeo. "Crispín, ella está

bien. Me voy a ir para que no se canse regañándome".

Spade también tenía regueros de sangre seca sobre él. ¿Qué demonios?

Tate se me quedó mirando, y su presencia hizo que me avergonzara. No

debería verme así.

Ian empujada al resto de la gente que se cruzaba en su camino, abriendo

y cerrando un móvil apagado.

"Le dije que funcionó Crispin. Él dijo que lo llamara más tarde..."

"Ahora sí que es demasiado", lance. Olvidé el estilo serio de Ian, sin ni

siquiera un guiño o una mirada inapropiada de soslayo."Tuve un mal sueño, no

está pasando ningún asalto con escalada, que todo el mundo se vaya."

Ian me miró con lástima. "Más preocupada por su modestia que por el

peligro. Hablaremos pronto, Crispín".

"Bien, entonces”.

Por fin, la habitación se vació. Cuando la última persona cerró la puerta,

me relajé lo suficiente como para temblar.

"Dios, esta fue la peor pesadilla que he tenido. Si no estuviese segura,

diría que mi cuello aun duele..."

Lo que, en realidad, hacía. ¿Cómo era posible?

Bones cruzó su mirada con la mía. "Gatita, no era sólo un sueño. Era un

hechizo para atraparte en tu propia pesadilla. El cuello te duele... porque el

hechizo era para volver a revivir ese día con Max, y si no te hubieses

despertado, habría terminado el trabajo y te habría matado.


Me tensé por completo, tratando de mantener el control. "¿Cómo sabes

que era un hechizo?"

"Empezaste a gritar dormida. Charles se lanzo a la habitación -por eso

estaba desnudo, se vino directo de la cama- y tratamos de despertarte. Luego te

pusiste violenta. Obviamente, sabíamos que era más que una pesadilla, y

cuando me concentré, pude leer en tu mente lo que te estaba pasando. Nadie

tenía una sangrante idea de qué hacer. Ian llamó a Mencheres para decirle lo

que estaba sucediendo. Él es el que sabía cómo detenerlo".

"¿Cuánto tiempo duró? Me pareció un par de minutos."

"Duró alrededor de media hora, pero a mí me parecieron años".

¡Media hora! "Has dicho que Mencheres sabía cómo detenerlo. ¿Cómo lo

supo?"

"Porque lo hizo Patra", respondió Bones con silenciosa furia. "La práctica

de la brujería está prohibida, pero Patra ha estudiado en secreto. El hechizo se

habría sellado con su sangre, por lo que sólo su sangre -o la sangre de su padre-

podría romperlo. Mencheres estaba demasiado lejos, así que como compartió su

sangre y su poder conmigo, pensó que era posible que la mía fuese suficiente. Y

lo fue."

Me estremecí. Tal vez la próxima vez que me fuese a dormir, no me

despertaría. Asesinada por mis propios recuerdos. ¡Qué asquerosa manera de

morir!

"Así que, ¿Patra puede lanzar uno de estos hechizos en cualquier

momento y lugar?"

Los labios de Bones se convirtieron en una línea sombría.

"No, si está muerta no puede."


Después esa tarde, llamé a cinco sitios de entrega a domicilio. No, los

seres humanos de mi casa no eran tan melindrosos, estaba siendo práctica.

Después de todo, teníamos varios vampiros que alimentar. La gente de la

entrega a domicilio no sabía que ellos iban a ser la cena real y no la comida que

llevaban. Se acababan de marchar con una buena propina y un recuento de

hierro más bajo. Rodney hizo su propia versión de una comida completa que

compartió con Dave.

"... ponernos en contacto con alguien de la gente de Patra antes de

planear cualquier contraataque", dijo Ian durante una pausa en la conversación.

"O bien, si tenemos suerte, encontrar un traidor."

"Tú de entre todas las personas debes tener la mayor experiencia en

traidores."

El rencoroso comentario salió de Don y me hizo parpadear. Él apenas

había dicho una palabra desde que averiguamos quién era Patra.

"Idiota”, Ian suspiró. "Mira, Max tuvo lo que buscaba. Quería dejar su

trabajo y su humanidad, y yo le cambié porque siempre podía utilizar a otro

chico brillante y despiadado. Fin de la historia."

Don miró a Ian disgustado. "¿Fin de la historia? ¿Sabes lo que Max hizo,

cuando traté de cogerle después de descubrir que se había convertido en un

vampiro? ¡Asesinó a nuestros padres y dejó sus cuerpos en la puerta de mi casa!

Tú le permitiste hacer eso. Tú le diste el poder."

Esto era algo que yo no sabía. Después de que me enterase de que Don

era mi tío, le pregunté si tenía parientes, pero me respondió secamente que no.

Ahora sabía por qué el tema le molestaba.

Ian le echó una mirada a Don. "Max era un asesino antes de conocerme,

por lo que el único poder que le di fue darle colmillos."


"No puedes ayudar a tus padres, pero tu sobrina todavía está viva, viejo

amigo32", dijo Bones. "Podríamos utilizar tu ingenio para garantizar que siga

siendo así. Bueno, entonces, a la cuestión de...”

Se interrumpió, mirando fijamente los paneles de madera de nuestro

techo. Yo hice lo mismo confundida. ¿Qué?, ¿teníamos termitas?

"Mencheres está aquí," afirmó.

Spade también alzó la cabeza. "Aún no le siento."

Bones se puso de pie. "Yo sí. Y no está solo."

Puse los ojos en blanco. Fantástico. Supongo que sería mejor que llamase

a ese nuevo restaurante Italiano. Es hora de hundirse en el cuello del

repartidor... y Denise y yo podríamos probar el pollo a la parmesana.

"¿Quién está con él?" Le pregunté.

Bones gruñó irritado. "Es el sangriento33 sabueso de exposición"

Eso hizo reír a Ian. "¿De veras? Esta podría llegar a ser una noche

interesante, después de todo."

A diferencia de Ian, Spade no parecía divertirse con la noticia. "¿Por qué

iba a traerlo, Crispín? Él sabe que ustedes dos no se preocupan el uno por el

otro."

"Sin mencionar que no me gusta que sepa donde vivo." Murmuró Bones

mientras empezaba a andar. "Pero él detesta a Patra incluso más de lo que me

odia a mí. El enemigo de mi enemigo es mi amigo y toda esa mierda. "

32

Viejo amigo/ old chap, termino ingles para referirise a un amigo o compañero de ancianos, también se puede definir como ‘muchacho’.

33 bloody/sangriento, Bones siempre maldice con frases que incluyen sangre ya que como buen inglés/australiano utiliza esta palabra que viene del dicho “Por la Sangre de Dios/By God's blood” que aumenta la importancia o el agravio dicho.


"¿Quién?" repetí. "¿Lo conozco?"

Bones resopló. "Sabes quién es."

El sonido de un helicóptero acercándose evitó que la conversación

continuase. Minutos más tarde, el rechinar del metal sobre el hormigón anunció

la llegada de nuestros no-invitados huéspedes.

Mencheres y otro el vampiro salieron del helicóptero. Bones dio la

bienvenida a su Grand Sire con un abrazo, pero al otro le ofreció tan sólo una

fría inclinación de cabeza.

Bones está equivocado, no lo conozco, pensé mientras miraba al vampiro

desconocido. Medía cerca de seis pies34, con un rostro anguloso enmarcado por

el cabello castaño largo y una densa barba. Una pálida y amplia frente resaltaba

sus ojos hundidos. No era guapo en el sentido clásico, pero su aspecto era

impresionante. Le habría recordado si nos hubiéramos conocido antes.

Las cicatrices surcaban la mano que me ofreció. "Debes de ser la Red

Reaper."

Tenía un acento extraño y su saludo no fue el 'hola, ¿cómo estás?' típico,

pero había escuchado cosas peores. "Estoy en desventaja", respondí,

estrechándole la mano.

El Poder chiporroteaba subiendo por mi brazo. Fuera quien fuese, era un

Maestro. Y con varios cientos de años, suponía.

"Lo dudo bastante". Mientras me lanzaba la misma mirada evaluadora

que yo le estaba dando a él.

"Deja de desnudarla con los ojos", le espetó Bones. "Aunque no estabas

en la boda, estoy seguro de que eres consciente de que ella es mi esposa".

34

seis pies=1.82com


El extraño se rió. Me di cuenta de que tenía unos ojos inusuales. Del color

del cobre y rodeados por un círculo de color esmeralda. "Mi invitación debe

haberse perdido en el correo internacional."

Bones ignoró eso. "Mencheres, ¿espero que tengas una razón para

traerlo?"

"Él tiene información", dijo Mencheres antes de volverse hacia mí. "Ah,

Cat. Es un placer volver a verte."

Después de todo este tiempo, pensarías que tendría que conocerlo mejor,

pero 'no puedo decir lo mismo' fue mi primer pensamiento.

Bones me dio una mirada. Hice una mueca. ¡Simplemente me salió! A

decir verdad, no sabía por qué siempre tenía un reflejo de aversión con

Mencheres. Tal vez habíamos sido enemigos en una vida anterior. A estas

alturas, me creería cualquier cosa.

Mencheres no hizo ningún comentario sobre mi versión tosca de 'cuánto

tiempo sin verte', así que intenté algo amable en voz alta.

"Mencheres. Hola."

"Vamos a acabar con esto," gruñó Bones, volviéndose hacia el otro

vampiro. "Gatita, este es Vlad35."

Una carcajada se me escapó antes de poder contenerla. Vaya, alguien

tenía problemas. "No es demasiado original. Tú eres el enésimo Vlad que me he

encontrado."

Sus delgados labios se curvaron en una sonrisa. "Tengo bastantes dudas

de que consiguiesen su nombre al nacer como yo lo hice."

35

Vlad, hace mención a dracula.


Esperé el final del chiste, pero no llegó. Bones aún tenía esa molesta pero

grave expresión en su rostro, y me di cuenta paulatinamente de que ninguno de

los otros vampiros se reía.

Finalmente encontré mi voz. "¿Tú eres Drácula? ¡Tienes que estar

bromeando!"

Mientras yo estaba ocupada quedándome atónita, los otros invitados no-

muertos dijeron hola. Vlad fue recibido con moderada cortesía por todos

excepto por Annette. Ella le dio un beso en la boca que me hizo negar con la

cabeza hacia ella.

Oh, Drácula también Annette? Supongo que si Frankenstein y el Hombre

Lobo fuesen reales, ya habrían formado un trio.

Mencheres soltó un jadeo. Si no lo conociese, diría que era una risa.

Bones me dirigió otra mirada de 'observa tus pensamientos, por el amor sangriento'.

Remití mis observaciones desde la historia sexual de Annette hasta la leyenda

no-muerta situada delante de mí.

"Drácula. Cuando tenía dieciséis y trataba de aprender todo lo que podía

sobre los vampiros, leí mucho acerca de ti. Bram Stoker casi te hizo parecer

agradable, porque el registro histórico pinta una imagen mucho más

desagradable."

Bones perdió su ceño por fin y me dirigió una sonrisa de aprobación.

Puse los ojos en blanco. Así que, ¿Está bien insultarle a él, sólo que no a

Annette? Hipócrita.

"Yo no respondo a ese nombre y no deberías apresurarte tanto en creer

todo lo que lees. La historia registrada no es nada si no voluble. Me pregunto

qué tendrá que decir de ti Catherine?"

"Mi nombre es Cat", le corregí de inmediato. "Tú te acuerdas del mío y yo

te llamaré a ti por el correcto".


Después de que las presentaciones estuviesen hechas, nos instalamos en

la sala familiar. Sí, el salón habría sido mejor, pero yo quería un entorno

confortable, mientras conspiraba para asesinar a una famosa figura histórica

con otro. Vlad cogió la silla más cercana a mí, situándose a sí mismo como si

estuviera en un trono. Le ofreció a Bones una ligera sonrisa que me hizo pensar

que lo había hecho sólo para encabronar a Bones, consiguiéndolo. Bones se

puso a mi lado en el sofá y me cogió la mano, reveladoramente.

A pesar de las circunstancias, la niña de diez años de mi interior, quería

freír a Vlad con preguntas. ¿Quién está enterrado en la iglesia de tu castillo?

¿De verdad clavaste los turbantes en las cabezas de los emisarios del sultán

cuando se negó a irse? ¿Cuándo te convertiste en un vampiro - antes o después

de que supuestamente bebieses vasos de sangre en un campo de batalla

mientras cenabas entre los hombres que habías empalado?

"Un campesino de la misma altura. Sí. Después, y lo que bebí era vino de

color rojo."

Hijo de puta, pensé antes de cerrar mi mente de golpe. Otro más.

"Impresionante". Vlad dirigió rápidamente su mirada de mí a Bones. "Me

pregunto, ¿donde aprendió a desarrollar unos escudos mentales tan

excepcionales? ¿Ha estado ocultando algo, joven?"

"No vengas a mi casa a tratarme con condescendencia, viejo murciélago

costroso. Eres un huésped, así que compórtate como tal."

"Vlad..." Había una pincelada de reproche en la voz de Mencheres. Fue

más interesante que Vlad respondiese a ella con un movimiento de conciliación

de sus dedos.

"Sí, bueno. Prometí dejar nuestras diferencias de lado por el bien mayor

y por eso estoy aquí. Sabes que no me gustas Bones y yo no te gusto. De hecho,


si Patra se hubiese vuelto contra ti sin inmiscuir a Mencheres, podría estar

sentado con ella ahora".

Bones se encogió de hombros. "Y si no fuera por Mencheres, tú y yo nos

hubiesemos enfrentado hace mucho tiempo. Pero Mencheres te tiene en alta

estima y debe de haber una razón para ello, así que voy a confiar en su opinión

de que no eres el cabrón despreciable que creo que eres."

Parpadeé. Hablando de una tregua complicada.

Mencheres se puso de pie. Sus modales cortesanos le hacían parecer

inofensivo, pero yo sabía que su aspecto era engañoso. En una pelea, yo

apostaría que él sería terrorífico.

"Bones, me sorprendí al escuchar que Patra utilizó magia contra Cat. Está

prohibido a los vampiros practicar la magia, como tú sabes. Pero tenemos una

ventaja. Utilizando un hechizo Patra se debilitará durante días, lo que nos da

tiempo para devolverle el golpe, si somos capaces de encontrarla. Vlad tiene

información sobre donde podría estar uno de los suyos."

Bones le dirigió una fría mirada a Vlad, quien se limitó a sonreírle.

"Nunca pensaste que ibais a necesitar algo de mí, ¿verdad?"

"Ya has decidido si vas a contármelo o no, así que escúpelo o lárgate"

respondió Bones brevemente.

Los ojos de Vlad se volvieron hacia mí, y luego, curiosamente, hacia Tate.

"Puedo oler su lujuria por Cat. Ni siquiera trata de ocultarla. Te cabrea

un montón tener a alguien enfrente que desea abiertamente a tu esposa, ¿no?"

"Hey, espera un minuto", empecé a decir, incluso cuando Bones enarcó

una ceja y dijo bruscamente, "¿Cuál es tu punto? " a Vlad.

Esa sonrisa de labios delgados se amplió. "Estoy llegando a ello."


Capítulo 16

TRADUCIDO POR JHOS

SANTA LUCE COMO SI HUBIERA ESTADO TOMANDO MÁS que

ponche, pensé mientras caminaba entre la mezcla de personas esperando en la

línea para tomarse una foto con el viejo Nicolás. Justo ahora, un traguito o dos

de algo fuerte me sonaba bien a mí también.

Tate apretó su brazo a mí alrededor. Todavía me sentía muy mal por no

alejarlo, pero no lo hice. En vez de eso, me incliné hacia él y le sonreí. ¿No

éramos nosotros la imagen perfecta de una pareja feliz?

“Eres tan hermosa,” susurró Tate, acariciando mi mejilla. Su boca se

deslizó hasta cubrir la mía.

Con mi trabajo, era un procedimiento operativo normal besar a objetivos

no-muertos. Hey, cuando juegas a la chica caliente tratando de estar a solas con

el tipo, eso es esperado. Pero Tate no era un objetivo o un extraño, o alguien que

terminaría muerto al final de la noche.

A menos, por supuesto, que Bones perdiera los estribos y lo matara antes

de que esta farsa hubiera acabado.

La boca de Tate era fría sobre la mía, pero se calentaba con el contacto de

mi carne. Él no era malo besando, tampoco, no pude evitar notarlo, a pesar de

que había mantenido las cosas respetables al no deslizar ninguna lengua. Traté

de no detenerme en el hecho de que estaba besando a mi amigo. Intenté tratar

esto como cualquier otro de mis trabajos, pero estaba fallando.

Lo alejé, un poco demasiado abruptamente de lo que mi actuación como

su cita habría justificado.

“Um… quiero algo de algodón de azúcar”, dije bruscamente.


Tate bajó la cabeza para susurrar cerca de mi oído.

“Gallina.”

Él tenía razón. Si este era solo otro trabajo, no habría pensado dos veces

fingir un poco de pasión, dándole un beso francés a sus colmillos, o inclusive

agarrando su trasero para hacer parecer las cosas más auténticas. Pero este era

Tate, así que la objetividad normal se había ido. A parte de mi propia falta de

desprendimiento personal, seguía esperando que Bones saltara de una esquina

y le arrancara la cabeza a Tate.

Seah, Vlad tenía un punto. Nadie pensaría que Bones toleraría que yo

anduviera por un carnaval besándome con el hombre que odiaba.

Sobre nosotros, los niños gritaban de deleite mientras el paseo del

Sombrerero Loco los giraba incluso más rápido. El Tilt-A-Whirl 36a nuestra

izquierda tenía chillidos similares viviendo de él. Añade eso a las otras

atracciones, las incontables conversaciones de la gente, canciones navideñas a

todo volumen, el rechinar del metal de las máquinas, y había un continuo caos

de sonido a nuestro alrededor.

En algún lugar en el medio de este carnaval, según Vlad, estaba

Anthony, uno de los secuaces de Patra. Anthony tenía un gusto especial por los

carnavales navideños. Lo suficiente como para no tener el buen sentido de

mantenerse alejado de ellas durante una guerra. Entonces otra vez, todo el

mundo pensaba que sería alguien más el atrapado, vendido, seguido o

asesinado. Yo misma era culpable de eso. No había imaginado que Max estaría

esperando por mí en la casa de mi madre. Así que, ¿Quién era yo para lanzarle

la primera piedra a Anthony por asumir que nadie sabría que carnaval escogió

visitar esta noche?

Demonios, quizás Anthony no aparecería, y esto era solo la idea graciosa

de Vlad de jugarle una broma a Bones. Decir que a Bones no le había gustado la

36

Tilt-A-Whirl: Atracción en parque de diversiones.


idea de mí haciendo de novia de Tate era suavizarlo. Bones había murmurado

una serie de maldiciones que levantaron inclusive mis cejas, luego dijo algo así

como “Parece que la navidad llegó temprano para ti, pendejo” a Tate cuando

finalmente estuvo de acuerdo en que era el engaño perfecto.

Por supuesto, las intenciones de Vlad esta noche podrían ser más

siniestras también.

Mencheres no parecía pensar que Vlad nos tendería una trampa. Bones

tampoco o yo no estaría aquí, pero habría que tener cuidado de confiar en un

vampiro que abiertamente no le agradaba Bones.

“Mantén tus ojos en el premio,” le murmuré a Tate, evitando su mirada.

Un resoplido vino de él. “Lo hago”.

Eso me hizo detenerme en mi camino al vendedor de algodón de azúcar.

Tate y yo ya nunca estábamos solos, así que apartando nuestro objetivo

principal, este era el momento perfecto para aclarar algunas cosas.

“Mira, Tate, tienes que terminar con esta… cosas que tienes por mí. Está

afectando nuestra amistad, nuestro trabajo y tomas tu vida en tus manos cada

vez que lo traes a colación frente a Bones.”

Tate se acercó, bajando su voz, no que importara con todo este sonido de

fondo. Otro vampiro tendría que estar muy cerca para enfocarse en nuestra

conversación.

“¿Sabes por qué no dejaré de hablar de lo que siento por ti? Porque no

dije nada por años. Éramos amigos, pero seguía esperando que con el tiempo

algo se desarrollara entre nosotros. No cometeré ese error otra vez, dudar

cuando debí avanzar. No me importa si molesta al Guardian de la cripta o te

pone incómoda, me cansé de pretender que solo quiero ser tu amigo.

Tate se inclinó hacia abajo, y yo tenía que dejarlo que se presionara

contra mí, o hacer una escena y alejarlo.


“No me digas que esa idea nunca cruzó tu mente tampoco,” dijo él

suavemente. “Recuerdo esa noche que nos besamos, antes de que Bones

apareciera en tu vida. No me trataste como solo un amigo entonces.”

Lógico que traería eso a colación, pensé, frustración y molestia competían

dentro de mí. Una noche de demasiados tragos y la soledad había llevado a un

beso que nunca debió suceder.

“Tú eres un hombre atractivo, y yo no estoy muerta. Seah, la idea cruzó

mi mente una o dos veces. Pero eso fue antes de que Bones regresara. Puedo

decir honestamente que luego de eso no hubiera sucedido.”

“Algunas veces odio a Don,” escupió Tate.

Estaba desconcertada. “¿Qué tiene que ver mi tío con esto?”

“Don sabía lo que eras desde el momento en que naciste, y yo lo conocí

tres años antes que a ti. Tres años, Cat. Esa maldición me atormenta. Todo lo

que Don hubiera tenido que hacer era buscarte seis meses antes de lo que lo

hizo. Entonces no habrías conocido a Bones en primer lugar, me hubieras

conocido a mí. Nos gustamos el uno al otro, tú te sientes atraída por mí, y como

un compañero cazador de vampiros, yo hubiera sido tu hombre perfecto. Tú te

hubieras enamorado de mí instantáneamente en vez de amar a Bones.”

Estaba asombrada de lo mucho que había pensado eso- y la peor parte

era, si yo hubiera conocido a Tate antes de Bones, había una buena posibilidad

de que yo hubiera terminado saliendo con él. No podría decir que me hubiera

enamorado de él, pero no había nada en Tate que lo hiciera poco atractivo como

novio.

“O yo hubiera sido asesinada en mi primera misión, ese es el escenario

más probable, porque Bones no me habría entrenado primero. E inclusive si

todo hubiera salido como tú lo describiste, todavía no hubiera funcionado entre

nosotros.”

“¿Por qué?” Preguntó Tate con dureza.


“Bones hubiera sido contratado para asesinarme. Se lo ofrecieron durante

los años que yo huí de él y el mundo no muerto no sabía de nuestra conexión.

Así que o Bones me hubiera asesinado, o hubiera estado intrigado por mi

siendo mestiza y me hubiera capturado, como lo hizo cuando nos conocimos.

De cualquier manera, tú y yo no lo hubiéramos logrado. Algunas veces dos

personas simplemente están destinadas a estar juntas.”

“No creo eso,” dijo él, la terquedad estaba escrita sobre todo él. La

negativa a renunciar a la vista de los enormes obstáculos. Eso era lo que hacía

de Tate un soldado tan valiente, pero en este aspecto, también lo hacía aferrarse

a algo que debía dejar ir.

“Las cosas cambiarán,” dije al final. “Un día conocerás a una mujer que

hará que te des cuenta que tus sentimientos por mí no eran auténticos. Y

cuando eso suceda, yo estaré feliz por ti.”

Tate sacudió su cabeza. “O tú te darás cuenta que Bones no es el hombre

que pensaste que era, y lo dejarás. Vamos Cat, apenas y lo conoces.”

“¿Qué no conozco a Bones?” repetí. “Tienes que estar bromeando, ¿no?”

“Él tiene casi doscientos cincuenta años, y tú has estado a su alrededor

menos de un año en total,” dijo Tate rotundamente.

“Conozco lo que cuenta,” dije con un tono fuerte y resentido.

“O estás cegada por el enamoramiento. Bones es un ex profesional. Él ha

estado enamorando mujeres durante siglos. Annette me contó algunas cosas

sobre él, tengo que decir, que algunas veces no sé si apuñalarlo – o estrechar su

mano. Alguien así no se despierta una mañana y cambia todo sobre su vida

convirtiéndose en hombre de una sola mujer.”

El tono de Tate se volvió más áspero, más bajo, y se volteó hasta que lo

encaré.


“Pero yo he estado a tu lado por casi cinco años. Tú sabes que puedes

confiar en mí. Tu sabes que yo nunca te mentiría, o te engañaría y nena, él lo

hará. Quizás no hoy, quizás no mañana. Pero sucederá. Y cuando suceda, tú lo

dejarás. Y yo estaré esperando.”

Esta conversación no estaba yendo a ningún lado. Demasiado para

hacerlo entrar en razón sobre nuestra amistad. Le di a Tate una mirada

exasperada mientras pegaba una falsa sonrisa en mi rostro y me encaminaba de

nuevo al vendedor de algodón de azúcar. Yo no podía tomar ginebra aquí pero

podía ingerir azúcar mientras esperaba a ver si Anthony aparecía.

Tres algodones de azúcar y dos vueltas en la rueda de la fortuna después

–hey, nada le gana a la rueda de la fortuna en conseguir un buen punto de

observación- todavía no había señal de Anthony. U otro vampiro a parte de

Tate. Eran más de las diez, así que la mayoría de los niños ya se habían ido.

Santa lucía menos alegre mientras pasaba el tiempo. Sin duda estaba contando

los minutos hasta medianoche, cuando el carnaval cerraba.

Tate y yo no habíamos hablado mucho desde nuestra discusión previa.

Continuamos actuando como una pareja feliz. Tate jugaba al tirador, para la

consternación del feriante tras el mostrador, ya que Tate era un militar y nuevo

vampiro, le dio a todos los objetivos. Y luego tuve que caminar sosteniendo un

enorme oso polar de peluche.

Oh sí. Nadie que nos viera pensaría que estábamos cazando vampiros.

Por lo tanto, me sorprendí cuando Tate abruptamente me dio la vuelta,

besándome como si fuera lo último que haría antes de morir. Mi sorda protesta

fue silenciada cuando el susurró, “Está aquí.”

Solté el oso polar y en volví mis brazos alrededor de Tate, besándolo con

el mismo fervor y enviando mis sentidos al exterior. Allí. Como a cincuenta

metros, un hormigueo de poder inhumano colgaba en el aire. Qué bueno que


hayas salido a jugar finalmente, Anthony. Al menos este era otro vampiro que

se había decidido por un poco de alegría navideña. Eso sería suerte.

Esa corriente de poder se acercó. Quien quiera que fuera, también había

sentido a Tate, porque ahora se dirigía directo hacia nosotros. Puse un poco más

de sensualidad en besar a Tate. Él gimió, apretando sus brazos a mí alrededor.

Entre su agarre y su beso implacable, había una razón para que yo estuviera sin

aliento cuando él finalmente levantó su cabeza.

El vampiro estaba solo a cuatro metros ahora. Tate no se molestó con

sutileza –él lo miró fijamente y dejó salir un atisbo de su mirada verde.

“¿Qué quieres?”

Me volteé- y pestañeé. ¿Esta era la persona que teníamos que someter?

Amplios ojos marrones me observaron desde un rostro que parecía no

mayor de catorce. Él tenía un cabello negro rizado, y alguna clase de nariz

pronunciada, y una escultura esbelta que acentuaba su joven apariencia.

“Nunca te había visto antes,” dijo el vampiro. Su voz iba más a tono con

su aura. Quizás no lucía lo suficientemente mayor para una película

clasificación B, pero su vibra le daba fácilmente unos doscientos años.

Tate me permitió echarme para atrás un poco, pero sus brazos nunca

dejaron mis hombros.

“¿Por qué deberías?”

El vampiro sonrió, mostrando que tenía hoyuelos. Dios, lo hacía lucir

incluso más joven.

“Porque conozco muchas personas de nuestro… país. Pero no a ti.”

Tate le dio una fría sonrisa. “Podrías decir que soy nuevo. Mi nombre es

Tate.”

El vampiro ladeó la cabeza. “¿A quién perteneces?”


“A un idiota,” dijo Tate en seguida. Yo quería abofetearlo.

Una sonrisa seca se escapó del vampiro, una vez más en contradicción

con su apariencia juvenil. “¿No lo somos todos? Soy Anthony.”

¡Anotación! Grité mentalmente. Esperando que Anthony no leyera

mentes, o estaríamos acabados, aunque Bones me había asegurado que esa

habilidad era muy rara.

“Nunca respondiste mi pregunta,” dijo Anthony, esa agradable sonrisa

todavía le hacía hoyuelos a su rostro.

Tate puso los ojos en blanco. “¿Por qué debería? No estoy cazando. Solo

estoy aquí con mi novia disfrutando el festival.”

“Permíteme darte un consejo, hijo,” dijo Anthony. Para alguien lo

suficientemente cerca como para escuchar, sería gracioso ver que alguien que

lucía como un adolescente llamara a Tate hijo. “Cuando conoces a uno de

nosotros, te presentas a ti mismo, y eso incluye a quien perteneces. O uno de

nosotros puede molestarse y decidir enseñarte modales.”

“Bones.” Tate dejó colgar el nombre en el aire antes de murmurar,

“Idiota,” otra vez.

Si, sabía que esto era parte del papel, pero también sabía que lo decía en

serio, así que de verdad quería golpearlo.

Anthony miró alrededor, tan rápido que si no hubiera estado observando

cada uno de sus movimientos, lo hubiera perdido.

“Tú eres ese Tate,” murmuró él.

Tate cruzó sus brazos, “¿No es tu turno ahora?”

La sonrisa de Anthony se volvió desafiante. “Patra,” dijo él, esperando

por la reacción de Tate.


Tate miró alrededor de una manera más obvia. Yo también pero

aparentando confusión.

“¿De qué hablan?” pregunté.

“Nada de lo que debas preocuparte, nena,” replicó Tate, dándole a mis

hombros un apretón tranquilizador. “Anthony aquí, trabaja para un competidor

de mi jefe y ambos están peleando por el mismo contrato. Si me lo preguntas,

no me importaría si su jefe ganara.”

Anthony levantó una ceja. “¿De verdad? Esa es una declaración audaz

para decírsela a un extraño sobre tu…jefe.”

“Solo digamos que tuve una oportunidad de asistir a tu jefe antes, pero

no la tomé, y ahora tengo remordimiento de comprador sobre lo que pude

haber llevado a casa en vez de lo que tengo”, dijo Tate. Su postura se enderezó

de una relajada a una de desafío.

Anthony debe haber oído de la parte que jugó Tate en la casa de

Mencheres justo antes de que explotara, porque asintió.

“¿Qué tal si tu error pudiera ser remendado? Me he enterado que mi jefe

estaría muy interesado en cualquier información que un… espía corporativo

podría proporcionar.”

Tate sonrió. “¿Cómo reembolsa tu jefe? Porque quiero dinero y

protección.”

Anthony sacudió una mano. “No puedes imaginarte como recompensa a

aquellos que le sirven.”

Voy a apostar, pensé cínicamente. A menos, por supuesto, que hables de

la gente que sirve a Patra porque ella ha amenazado con matar a su familia si no

lo hacen.

“¿Tienes que hablar de negocios ahora?” pregunté, volviendo petulante

mi tono. Anthony pareció notarme por primera vez. Me dio una mirada


meticulosa y no había nada pre-púberes en ella. Que típico que su primera

reacción hubiera sido ignorarme porque tenía latido.

“¿Quién es tu amiga, Tate?”

“Kathlenn,” dijo Tate, llamándome por mi medio nombre. “¿No es ella

hermosa?”

“Lo es,” acordó Anthony, moviéndose más cerca. Sus ojos brillaros.

“Pero con esa apariencia, ese cabello rojo, y su latido, me recuerda mucho a

alguien de quien he oído.”

Había un reto abierto en su voz. Le di a Anthony mi mirada más inocente

de “¿quien yo?”

“Me gusta el juego de roles,” replicó Tate con un margen en su tono. “Así

que hice que Kathleen cambiara su color de cabello y usara lentes de contacto.

¿Tienes un problema con eso?”

Los brazos de Anthony se estiraron y tiró de mis vaqueros hacia abajo

sobre mi cadera izquierda, luego la derecha. No había nada a parte de piel

suave y sin marcar.

Tate se erizó mientras yo escondía una sonrisa. Eso es correcto,

compañero. Ya no hay tatuaje. Dolió como el infierno cuando Max lo cortó, no

que tú hayas escuchado de eso, pero ahora su ausencia se está volviendo

práctica.

“La tocas de nuevo y dejamos de hablar”, gruño Tate. Anthony pareció

relajarse.

“¿Es un buen retrato de la verdadera Reaper?”

Tate se encogió de hombros. “Lo suficiente como para que cuente.”

Yo había teñido mi cabello a su tono normal carmesí, todo lo mejor para

que oliera como si el color no fuera natural, y estaba usando lentes de contacto


con manchas azules. Solo lo suficiente para cambiar mi mirada gris clara.

Además mi piel había sido oscurecida recientemente, todo agracias a un rápido

masaje con autobronceador que ayudaba a esconder su luminiscencia normal.

Eso había sido idea de Vlad. Drac era astuto de verdad.

Hasta ahora, el juego de roles estaba funcionando. Anthony no estaba

corriendo por su vida o sus armas.

“¿Tienen que hablar de esa otra chica?”

Puse mala cara, lo que sería de esperarse, considerando el tema. Tate

besó la parte superior de mi cabeza.

“Ya no, nena.”

“¿Entonces podemos irnos a casa?” Con más mala cara.

Tate me miró con una sonrisa indulgente. “Tengo un pequeño negocio

del que ocuparme, luego soy todo tuyo.”

Anthony lamió sus labios. “Espléndido. Te llevaré hasta mi supervisor,

Hykso, que puede finalizar nuestra transacción. Solo déjeme traer mi auto. Nos

encontramos por allá.”

“No lo creo, amigo,” dijo Tate, todavía bajo su tono cordial. “Puede que

cambies de parecer y decidas involucrar a otras personas en nuestro negocio, y

no quiero pasar el resto de mi noche estando muerto muerto.”

Anrhony se las arregló para parecer ofendido. “Nunca se pasó por mi

mente.”

Tate sonrió incurablemente. “Entonces nos vamos ahora, juntos.”

Anthony se mordió el labio inferior con sus dientes planos y normales. El

gesto fue tan juvenil, él podía ser uno de los niños más grandes que esperaban

en la cola para tomarse una foto con Santa. Él le echó una mirada a la gente a


nuestro alrededor con indecisión, ya sea por la obvia despedida, o más

siniestros remordimientos.

Yo quería una oportunidad de atrapar al “supervisor” de Anthony.

Cuanto más alto pudiéramos ir en la cadena de mando de Patra, entonces mejor

resultaría esta noche.

“Si no nos vamos con él, aún así quiero irme,” susurré, frotándome

contra Tate de una forma que no dejaba nada a la imaginación en cuanto a lo

que estaba ofreciendo como incentivo.

“Tienes cinco segundos antes de que ella me haga cambiar de opinión,”

le dijo Tate a Anthony, besándome con un hambre que era demasiado cruda

para ser confundida con algo que no fuera real.

“Está bien vámonos,” dijo Anthony.

Tate arrastró sus labios de los míos. El verde se arremolinaba en sus ojos.

Mi boca estaba hinchada por la fiereza de su beso, y estaba un poco sin aliento.

“Vamos esta noche,” repitió Anthony con molestia, comenzando a

abrirse paso entre la gente con la rudeza de un vampiro que tenía otro lugar

donde estar.


Capítulo 17

TRADUCIDO POR QUENNIE

SEGUIMOS A ANTOHNY DENTRO DEL estacionamiento. Viajaba en

una larga y estrecha limusina. Tan pronto como nos acercamos, apreté la mano

de Tate, pero él ya se había dado cuenta.

"¿Quién más está ahí dentro?" preguntó, parándose a unos metros de

distancia.

Anthony agarró a Tate justo en el momento en que las puertas se

abrieron y dos vampiros salieron como centellas. Uno de ellos ayudó a Anthony

a sostener a Tate, y el otro me cogió por el brazo. Ese simple gesto me dijo, en

una fracción de segundo, que no sabían quién era yo. Si lo hubiesen hecho, este

tonto me hubiera tenido dominada a punta de cuchillo.

"¡No nos hagan daño!", aullé. Había sólo cuatro de ellos, además de

Anthony. Dos de ellos eran Maestros, pero no demasiado fuertes, así que

supuse que se trataba de la guardia de Anthony cuando salía por la ciudad.

Había muy pocos para que fuese una trampa.

Tate volvió su mirada hacia mí con la claridad repentina, a continuación,

le golpearon en las manos conteniéndole. "Voy a entrar en el coche, no hay

necesidad de empujarme", les espetó.

Anthony no lo soltó, pero hizo una seña al otro hombre, que mantuvo la

puerta abierta con una expresión sarcástica. "Después de ti."

Mentalmente envié mensajes a Bones, diciéndole que diese marcha atrás

y dejase que estos punk nos llevaran directamente ante Hykso. Fue un salto de

fe - no sabía lo lejos que estaba, o si podía oírme. Después de todo no era como

si pudiera comprobar la cobertura de mi teléfono móvil.


Me encogí de hombros y me escabullí después de Tate, dejando salir el

miedo a través de mis poros, un truco que había desarrollado a lo largo de los

años. Para un vampiro en una posición de control, era el dulce aroma de la

victoria.

"¿Qué está pasando?"

Mi voz tembló para causar impresión, mientras evaluaba a cada uno de

los cinco hombres de la limusina, evaluando sus capacidades. No me habían

cacheado en busca de armas, lo que, simplemente, no fue inteligente. Tenía dos

cuchillos para lanzar pegados a mi espalda, y los tacones de mis zapatos no

eran de madera.

"Estamos siendo secuestrados", respondió fríamente Tate mientras el

coche aceleraba. "No te preocupes, sólo están interesados en mí".

Anthony sonrió, dándole un codazo a su compañero más cercano.

"¿Puedes creer en la suerte de encontrar a alguien de la gente de Bones en el

carnaval? ¡Patra estará tan feliz!"

El otro vampiro no compartía la impetuosidad de Anthony. Su mirada

pasó por encima de mí de una manera calculadora. El moriría primero, fue mi

decisión inmediata. Un pensador, no necesito uno de esos.

"¿Y su amiga de ojos grises y el pelo rojo? No ha hablado de ella".

Tenía algo en la mano, e hice un berrido de terror como una persona

normal cuando me señalaron. Un revolver, bien, un disparo dolía menos que

quemarse, eso era malditamente seguro. Con tal de que no hiciesen un agujero

en mi cabeza o en el corazón, en cualquier otra parte podía arreglarse. Anthony

rió como si se hubiera contado una broma. "Kratas, por qué Patra te asignó a mí,

nunca lo sabremos. Ella es una farsante, por supuesto. Tate está metido en

juegos de rol. Tiene algo con la verdadera Reaper, es de conocimiento público.

Tal vez vaya a mantener a la pelirroja por un tiempo. Ella no es importante, así

que Patra no la necesita".


Kratas le lanzó a Anthony una mirada tan hastiada que los demás

vampiros se pusieron en alerta de repente. "Ninguno de ustedes es capaz de ver

más allá de sus pollas, por eso me asignó Patra. ¿Pueden imaginarse la suerte?

No, yo no puedo."

Anthony parecía un poco serio a causa eso. Me examinó de manera más

objetiva. Luego negó con la cabeza.

"Tiene el pelo teñido, sus ojos tienen algo de azul en ellos, y su piel... no

tiene un toque de resplandor, y no tiene ningún golpe. Además, no les vieron, a

los dos, cuando entré en el carnaval. Estaban uno encima del otro. Bones no

dejaría a su mujer tontear con el miembro más joven de su línea".

Kratas concedió otra mirada dura. "Es una pérdida de tiempo de

hipnotizarla y preguntarle", murmuró, casi más para sí mismo. "Si ella no es la

Reaper, afirmará su inocencia, y si lo es, todavía va a reclamar su inocencia,

puesto que dicen que los poderes de los vampiros no funcionan en ella".

Un vampiro moreno se encogió de hombros. "Entonces, mátenla, no vale

la pena el riesgo."

Dejé escapar un chillido asustado para ser creíble, mientras me

preparaba mentalmente para una pelea. Pero Kratas ya estaba meneando la

cabeza.

"¿Y arriesgarnos a perder el rehén más valioso que hemos tenido nunca?

Creo que no".

"Tengo una idea ", otro de los vampiros ofreció su opinión. "Hagan que

follen. Él no se arriesgaría a una sentencia de muerte si esa es la Reaper, y la

verdadera Reaper tampoco lo haría”

Tate dejó escapar una risita incrédula a pesar de que mi mano se cerró

sobre la suya.


"Vamos, chicos, ¿esperan que me ponga en marcha ahora, cuando la

pobre muchacha está temblando de miedo? No gracias, no me van las

violaciones".

A Kratas, para mi asombro, pareció gustarle la idea. Él ladeó la pistola.

"¿Te va la muerte? Porque esta arma está llena de balas de plata, y eso es lo que

tú y tu novia van a conseguir a menos que lo hagas. Aquí, incluso les daré un

poco de espacio".

Con cuestionable amabilidad, los demás vampiros despejaron nuestro

asiento y se acurrucaron juntos en el opuesto. Tate y yo teníamos su total

atención. Fantástico. ¿Y ahora qué? Todos estaban demasiados atentos en

nosotros como para hacer algún movimiento. No, primero tenían que estar

desprevenidos.

Tate se veía tan sacudido cómo me sentía. Tenía que hacer algo, rápido,

antes de que lo arruinase. La conclusión fue, que los necesitábamos para

conducirnos hasta Hykso. Si empezábamos ahora un alboroto, no habría

muchos de ellos para que nosotros tratásemos de tomar unos pocos vivos. Claro

que, Bones se metería en la pelea, pero ¿qué pasaba si antes de eso, Tate o yo,

matábamos a la única persona que sabía dónde estaba Hykso? No podíamos

correr el riesgo.

"No quiero morir", dije con voz trémula, improvisando algunas lágrimas

de cocodrilo. "No deberíamos haber salido esta noche, ¡te dije que quería

quedarme en casa!"

A Tate sólo le llevó un segundo deshacerse de su malestar. Mi actuación

decía sigámosles el juego - por ahora. Solo lo suficiente para que nos llevasen

un poco más cerca de Hykso.

Tate me cogió entre sus brazos. "Está bien, nena. Todo estará bien".

Entonces los miró.


"Pueden olvidar el usar un cronómetro, porque me tomaré el tiempo que

sea necesario para ponerla de mejor humor."

"Deslúmbrala con la mirada y ponla de humor". espetó uno de ellos con

impaciencia.

Tate dio un gruñido de asco. "Puede que sea así cómo consigues chicas

que quieran follar contigo, pero yo he averiguado que un poco de algo llamado

preliminares también funciona".

"Muy bien, hazlo a tu manera," dijo Anthony. "Mientras que sea en los

próximos veinte minutos, porque para entonces estaremos en el avión de

Hykso".

Sonreí mentalmente. Bueno, nos han dicho lo lejos que estamos, lo que

hará más fácil coordinar un ataque.

Kratas agitó el arma. "Continúa."

Miré a Tate, deseando que tuviese las habilidades de Bones para leer

mentes. Menos de veinte minutos, está bien, si alargamos los besos y eso,

podemos estar casi allí. Entonces Bones y los otros estarán lo suficientemente

cerca como para encontrar a Hykso, si acabamos matando a quien lo sepa,

vamos a terminar aquí, y lo celebraremos a mi cuenta. Pero primero...

Tate me besó, llevándose mis lágrimas falsas.

"Está bien, cariño," murmuró. "Sólo finge que estamos solos. No les

mires. Piensa en cuánto te gusta que te toque así."

La traducción era clara - tenía que actuar como él y ya había hecho esto

antes. Algunas de mis reticencias se podrían explicar con el miedo. No todas.

Respiré profundamente. Si alguien me hubiera dicho esta mañana que

pasaría esta noche alcanzando la segunda base con Tate, me habría reído y le

habría llamado mentiroso. Pero eso era exactamente lo que estaba a punto de


hacer, aunque la segunda base era todo lo lejos que estaba dispuesta a llegar a

causa de esta farsa.

Tate me dio un profundo beso con la boca abierta. Puse mis brazos

alrededor de él, dejando que mis dedos jugasen con su pelo corto mientras

trataba de mantener, al mismo tiempo, un ojo en los vampiros a través de mis

párpados entornados, y actuar como si deseara las atenciones de Tate.

Pero no lo hacía. En mi interior, la culpa competía con la disciplina que

me decía que teníamos que acercarnos a nuestro objetivo. En este momento, la

culpa estaba ganando. El deseo estaba bastante alejado de cualquier de las cosas

que sentía.

Tate también lo sabía. Rompió el beso, mirándome con una mezcla de

ojos verdes y azules. Sabía que él notaba que no estaba consiguiendo nada de

mí, y también lo notaban los demás vampiros. Kratas amartilló el arma. Maldito

sea todo el infierno. Tendría que fingirlo mejor.

Enrosqué mis brazos alrededor de Tate y me puse en su regazo, llevando

su cabeza a mi garganta. La sensación de su lengua y sus colmillos raspando la

sensible piel de mi cuello me recordó a Bones, y allí estaban los escalofríos para

confirmarlo. Arqueé mi espalda y a cambio chupé su cuello. Tate se estremeció,

con sus manos subiendo por mi espalda hacia mis pechos.

Una alarma se disparó a través de mí. ¿Se acordaba Tate de los dos

cuchillos sujetos a la parte superior de mi espalda? ¿O se había olvidado de eso

en su distracción a causa de la posición extremadamente comprometida a la que

nos habíamos visto obligados?

Alcancé sus manos, deslizándolas hacia la parte delantera de mis

pantalones vaqueros.

"No tengo que hacer todo el camino desnuda frente a ellos, ¿o sí?" Le

pregunté, poniendo una voz aguda y vulnerable.


La mirada de Tate se encontró con la mía. Ahora sus ojos eran verdes.

"No, cariño. Esto servirá."

Incluso me ayudó a quitarme los vaqueros, absurdamente la noche que

conocí Bones destelló en mi mente. Cómo había llamado Bones a mi

fraudulenta seducción después de que le atrajese a un rincón desierto del

bosque. ‘No vas a follar con toda tu ropa puesta, ¿o sí gatita? Entonces supongo

que todo lo que necesitas es quitarte las bragas. Vamos. No tardes toda la jodida

noche’.

Me avergonzó quitarme los pantalones entonces, y ahora también,

aunque por razones diferentes. No porque estuviese avergonzada de que cinco

embobados vampiros de Patra se quedasen mirando mi culo bajo la escasa

tanga - infiernos, quería que mirasen, sería una buena distracción - sino fuese

porque era Tate el que arrastraba mis vaqueros por mis piernas. Los ojos de

Tate vagaban sobre mí con un deseo tan crudo, que casi abandoné mi actuación

en ese mismo momento, acercándonos a que Hykso fuese atrapado.

Pero entonces algo cambió en la mirada de Tate. Echó un vistazo a las

miradas lascivas de los vampiros hacia mí, y el enojo hizo que apretase la

mandíbula. Casi solté un suspiro de alivio, aunque la posesividad de Tate era

algo que significaria problemas más adelante. Ahora, sin embargo, tuvo el

necesario efecto de conseguir que volviese a retomar su objetivo. Me besó de

nuevo, pero yo podía sentir que estaba más calculado, a pesar de que parecía

que era tan entusiasta como antes.

De las breves miradas furtivas de reojo, con la mayor parte de mi

desnudo culo a la vista, noté que los hombres se estaban metiendo más en el

espectáculo. Sólo Kratas no parecía afectado. Su dedo en el gatillo fácilmente no

se relajaba ni un poco. Incluso a través de mi irritación, valoré la decisión de

Patra de colocarle en este grupo. La dedicación en medio de la distracción era

un rasgo valioso. Simplemente desearía que en este momento no se estuviera

utilizando en mi contra.


Por supuesto, si fuera humano, no me hubiera preocupado que me

apuntara con el arma. Podía esquivar las balas más rápido de lo que un humano

podría dispararlas, pero no más rápido que un vampiro. Lo supe a través de

una dolorosa experiencia.

Dejé a Tate moverse hasta que estuvo de rodillas delante de mí,

interrumpiendo por completo su visión de mi espalda. Era mucho más fácil

alcanzar mis cuchillos de esta manera.

"Dejen los rodeos”.

Kratas tocó la pistola para enfatizar. Haciendo un cálculo, estábamos casi

a la mitad del camino. Mierda. Esto iba a estar cerca.

Mentalmente le grité un mensaje a Bones, aunque no tenía ni idea de si

estaba lo suficientemente cerca para oírme. Voy a empezar la cuenta atrás,

Bones. Espabílate en el cero.

Cinco...

Tate dejó de darme un beso para desabrocharse los pantalones. Sus ojos

eran de color verde brillante.

Cuatro…

Le agarré el hombro mientras mi otra mano, escondida se ceñía

alrededor de mis cuchillos.

Tres...

Tate se bajó los pantalones y no llevaba ropa interior. Hice todo lo que

pude para no dar un tirón hacia atrás y dar la farsa por terminada. Sí, eso había

llegado mucho más lejos de lo que había esperado que las cosas fueran.

Dos...

Tres cosas sucedieron al mismo tiempo. Conseguí pasar el brazo

alrededor para lanzar los cuchillos; Kratas disparó, la bala me dio en el costado


en vez de en el corazón porque el cuerpo de Tate estaba delante del mío; y el

techo de la limusina fue arrancado.

Hubo un momento alucinante cuando vi a Bones antes de que me

arrancase del coche. En el instante siguiente, Spade e Ian descendieron como

murciélagos del infierno en la limusina, ahora convertible, mientras Tick Tock y

Dave se estrellaban contra ella en la carretera.

Los pocos coches de la carretera chirriaban locamente alrededor del

coche volcado. Observé todo esto desde mi nuevo punto de vista a cincuenta

pies de altura, agarrada en la curva de los brazos de Bones. No tuve tiempo de

preguntarme sobre lo que haríamos con todo el tráfico cuando súbitamente se

precipitó hacia abajo.

"Vamos a sacar este pedazo de mierda de la carretera", espetó.

Bones, Spade e Ian agarraron cada uno el borde de la limusina y luego la

lanzaron hacia arriba. El coche se elevó del asfalto como si le hubieran crecido

alas. Todavía continuaba la refriega en el interior de la limusina, pero ahora a

causa de un motivo diferente. Más como gritos amortiguados detenidos antes

de su finalización.

A lo lejos, a pocos kilómetros de distancia, vi un avión bimotor, con las

hélices en marcha. Tenía que ser Hykso, y si nosotros podíamos verle, él podía

vernos a nosotros.

Bones gruñó y apuntó directamente hacia él, con su mirada esmeralda

iluminando la noche.

"¿Crees que despegará Crispín?" dijo Ian en voz alta, mejorando la

eficacia de su cuerpo mientras sostenía su parte de la limusina.

"No tienen ni una maldita oportunidad," Bones gruñó de nuevo.

"Podemos cogerles nosotros mismos. Vigila a Cat, le han pegado un tiro",

dijo Spade sin volver la cabeza.


"Ni siquiera lo pienses", solté. "Es un arañazo, sigue adelante".

"Lo estamos haciendo".

No necesitaba las habilidades de lectura de mentes para saber que Bones

estaba enfadado, pero volar como Superman, mientras llevaba un coche y

perseguir a un avión no era propicio para tener una charla.

El avión comenzó a rodar, cobrando velocidad. Como hicimos nosotros,

con una explosión de energía nosferatu que hizo chisporrotear el aire con

energías invisibles. Cerré los ojos, no por miedo, sino porque el viento casi me

cegaba. A través de las ranuras de mis ojos vi que el avión empezaba a

despegar. Todavía estábamos a unos cincuenta metros de distancia.

"Ahora," ordenó Bones y me dejó caer.

Un borrón me cogió en el aire antes de que tocara el suelo. Mi mirada

estupefacta tuvo a la vista los cadáveres expulsados del coche mientras Bones se

arrojaba contra la avioneta. Hubo una explosión, su brillante destello fue

interrumpido por el vampiro que me dejó a salvo sobre el terreno. "Quédate

aquí", murmuró Ian incluso mientras salía disparado hacia los restos. No le hice

caso, tambaleándome en la misma dirección, pero extrañamente temblando.

¿Por qué tenía tanto frío cuando el fuego estaba tan cerca?

Figuras llameantes salían de los restos del avión y eran interceptadas con

rapidez.

A través del vacilante fuego, las personas que me eran familiares

parecían casi demoníacas, ya que se abrieron camino a través de los confusos

vampiros. En cuestión de minutos todo había terminado, y de alguna manera

yo estaba en la hierba sin darme cuenta de que me había caído. Ese disparo

debe haber sido más grave de lo que pensé.

Bones salió de entre la anaranjada neblina. Había sangre y hollín sobre él,

y su camisa estaba rota por algunos sitios. Se arrodilló a mi lado.


"Esto duele gatita, pero es más rápido."

La advertencia me hizo abrir los ojos mientras me sujetaba. Sacó un

cuchillo y lo metió en mi costado. No podía dejar de gritar cuando sus dedos lo

siguieron, tanteando para buscar la bala. Después de un momento que parecía

ser infinitamente más largo, Bones la sacó para, a continuación, cortarse la

palma de la mano y colocarla sobre el sitio, cicatrizando la gran herida que él

acababa de hacerme. Luego Bones se cortó la muñeca y la apretó contra mi

boca. Tomé un trago de su sangre, cerrando los ojos mientras el dolor perdía su

fuerza.

Mi costado cosquilleó como si estuviese volviéndose a unir. Se me

ocurrió que debía haber estado inconsciente cuando Bones hizo esto después de

que Max me disparase. Que me desgarraran la garganta realmente me había

atontado para todo lo demás de ese día.

Bones se sacó la camisa por la cabeza. "Un poco desgarrada en algunos

lugares, pero te tapará el culo," dijo entregándomela."Siento que tus pantalones

se quemaran en el coche."

Había muchas cosas en su mirada y el reproche era una de ellas. A

tientas, me puse la camisa como si fuera una falda. "Bones, yo..."

"Más tarde", me cortó. "Tengo algunos asuntos que resolver en primer

lugar."

"Crispín."

Ian avanzó, arrastrando a alguien por la parte posterior de su cuello.

Sacudió a la persona como a una marioneta de trapo y lo arrojó cerca de

nuestros pies.

"Aquí, calculé que querrías a este vivo. Charles y Tick Tock están

sujetando a Hykso, pero no deberíamos quedarnos aquí. Sospecho que los

sangrientos polis están de camino."


"No tenemos que preocuparnos de ellos. Una ventaja de su maldita

trabajo. Ella muestra su placa y hace una llamada, y ellos maldicen, dan patadas

a las piedras porque no se les permite acercarse más. Casi es gracioso, de

verdad."

El tono de Bones cambió a cruel en el siguiente latido. "Ah, que pasa,

compañero. Te acordarás de mi mujer. Ella es a la que disparaste."

Kratas tenía una sombría expresión de resignación. "Tuve un

presentimiento sobre ti," me dijo. "Debí de haberle hecho caso a mi instinto."

"¿Sabes lo que voy a hacer con esta bala?"

El tono casual de Bones no tranquilizó a Kratas. Su cara mostraba que no

tenía esperanzas.

"La voy a fundir y a fabricar una espada con la parte de plata. Entonces

voy atravesar con ella todas las partes de tu cuerpo excepto tu corazón."

Dios, a veces Bones me daba miedo.

"¿Vas a almacenarlo con Max?" preguntó Ian, sin parecer molesto por la

perspectiva del sufrimiento de Kratas.

"En otro sitio. Lo resolveremos más adelante. Consigue que entren en el

camión para que podamos salir de aquí."

Los dos dieciocho ruedas que se detuvieron eran como cualquier otro

que pudieses ver en la carretera. Suciedad en el exterior, marcas de golpes en

las defensas, incluso los conductores eran del tipo camionero por excelencia.

Por otra parte, cuando el remolque posterior de uno de ellos se abría, tu mirada

se encontraba con una línea de cajas. Por supuesto, esas cajas eran un muro

falso, que daba paso a un sitio interior que la compañía naviera nunca había

imaginado.


"Charles, irás en este con Hykso. Quizá tengamos suerte y el tipo sepa

dónde está Patra. Gatita, iremos en el otro hasta llegar al aeropuerto. Ian, ¿vas

con nosotros o por tu cuenta? "

Ian echó una altanera mirada hacia los camiones y negó con la cabeza.

"Me encargaré de mi propio medio de transporte."

"Llévate a Tate contigo."

Bones no hizo una petición. Ian se encogió de hombros.

"Como quieras."

Spade llevó adelante a un vampiro muy encadenado. No fue necesaria

ninguna presentación, tenía que ser Hykso. Sin duda tenía un estilo egipcio, con

el negro pelo liso, piel morena y una nariz característica. Sus ojos estaban fijos

en mí mientras se acercaba. Luego sonrió.

"Reaper. Estoy deseando que te encuentres con mi señora."

Le devolví la sonrisa, con la misma frialdad. "Yo también, Hykso".


Capítulo 18

TRADUCIDO POR DANNEN

SPADE LLEVÓ A HYKSO Y A KRATAS AL tráiler, donde había

abrazaderas y otras restricciones por el estilo conectadas a una pared reforzada.

Bones me tomó del brazo. "Vamos."

Bones saltó a la parte trasera del segundo camión y me levantó. Tan

pronto como pasé a través del cajón falso, jadeé. Este interior era tan diferente

del otro aparejo, que sólo me quedé mirando fijamente.

Dos sofás eran sujetados en su lugar en el suelo, también dos sillas y un

refrigerador. Había incluso una alfombra clavada con tachuelas.

"Dios mío", jadeé. "¡Es un jodido RV37!”

"Esto es en lo que mis hombres se alojarán, cuando no estén con Hykso y

Kratas," Bones respondió enérgicamente. "No hay necesidad de que todos estén

apretados dentro de un camión. Solo estamos tomándolo prestado para regresar

al aeropuerto."

Los ejes hicieron un silbido por debajo de nosotros cuando el camión se

puso en marcha. Hubo una sacudida y luego intermitentes tirones mientras nos

alejábamos.

Bones se cruzó de brazos y me miró fijamente. Me inquieté, odiando

cuan cargado estaba el silencio.

"Sabes que no tenía ninguna intención de que las cosas fueran tan lejos

con Tate" empecé a decir. "Sólo quería acercarnos a Hykso, y distraerlos antes

de tirar esos cuchillos..."

37

RV: Vehículo Recreacional


"Y un lanzamiento brillante que fue, mascota. Las estacas cayeron justo

en los ojos de Kratas. Te disparó ciego. "

Hice una mueca ante su tono. "Lo siento", dije, y él sabía que no estaba

hablando sobre cegar el otro vampiro.

Bones acechaba por la pequeña habitación. No necesitaba sentidos

vampiros para sentir la ira que salía de él, pero no estaba segura si iba dirigida a

mí, a Tate o a la guerra que se nos había impuesto en la limusina, en primer

lugar.

"Deberíamos hablar de esto", le dije, robándome a mí misma de cualquier

incriminación que tuviera contra mí. Después de todo, sólo se suponía que

besaría a Tate por esta farsa. No besuquearme con él durante más de diez

minutos, mientras que sólo estaba vestida con un suéter y mi ropa interior. Sí, si

la situación fuera al revés, yo estaría molesta también.

Bones se dio vuelta. "Más bien dudo que hablar ayude. Hiciste lo que

sentías que era necesario. Estoy hasta la coronilla de tus métodos, aunque no

me puedo quejar de tus resultados."

Se acercó mesuradamente, de forma deliberada que no era menos

predatoria por su lentitud. Cuando estaba sólo a unos pocos centímetros de

distancia, su mano rastreó por debajo de la manga de mi camisa, y no pude

evitar estremecerme. Había algo casi amenazante en la forma en que me tocaba.

"¿Dónde te besó? ¿Te Tocó?"

Lo miré a los ojos.

"No significó nada, Bones. No es nada en comparación a lo que siento

contigo."

"Ah". Fue la respuesta suave de Bones, pero sus ojos se volvieron verdes.

Si era por ira o algo más, no tenía ni idea.


Se inclinó más cerca, su boca casi rozando mi cuello. No pude evitar

estremecerme, preguntándome qué iba a hacer.

"Te besó aquí." La voz de Bones era un gruñido bajo. "Sospecho que te

tocó aquí" - tocó mis senos a través de mi camiseta- "y puedo oler sus manos

aquí " -mientras se arrodillaba y pasaba una mano por el exterior de mi muslo.

No me moví, me mantuve quieta como una presa que intenta no atrapar

la atención del cazador.

"Casi lo mato esta noche."

Bones sopló las palabras tan cerca de mi piel que se me puso de gallina

en donde ellas caian. No dije nada, sintiendo que cualquiera que fuera el control

que Bones había utilizado para no hacer eso entonces, estaba a punto de

acabarse ahora.

"Nunca había sentido celos antes de conocerte", Bones continuó, aún en

el mismo tono suave y amenazante. "Quema, mascota. Al igual que plata a

través de mis venas. Algunas noches, viéndote con otros hombres en tu trabajo,

creo que me volveré loco."

Sus manos seguían acariciando mis piernas con una ligera y escalofriante

sensualidad que me hizo querer encogerme hacia atrás- e ir hacia delante al

mismo tiempo. Todo mi cuerpo parecía estar conteniendo la respiración. A

pesar de que su actitud tranquila, había algo haciendo ebullición en Bones que

estallaría en cualquier momento, podía sentirlo.

"Fue solo una actuación," le dije otra vez.

"Oh, yo sé eso", respondió Bones al momento. Esos ojos verdes brillantes

se encontraron con los míos. "Tate no estaría vivo ahora si no fuera así. Sé que

sólo lo hacían para atrapar a Hykso, pero Gatita". Su voz profunda. Endurecida.

"No importa la causa, no te atrevas, nunca, a dejar que alguien te manosee de

esa manera otra vez."


Entonces, para mi total sorpresa, Bones tiró mi ropa interior abajo.

"¿Qué estás haciendo?" Jadeé

"¿Qué te parece que estoy haciendo?" Murmuró mientras extendía mis

piernas

De todas las cosas que yo había esperado, esta hubiera sido la última en

mi lista. "Pero estás, eh, todavía sigues enojado conmigo."

"Tienes razón", fue su respuesta algo menos intensa que la profunda

lamida que puso mis rodillas débiles.

Estaba a punto de decir que esta no era una manera justa de pelear,

cuando Bones me asió por la cintura y me levantó. Mis mejillas se sonrojaron,

porque mis piernas estaban alrededor de sus hombros y mi cabeza casi

alcanzaba el techo.

"Bones," logré decir. "Para. Bájame."

Despiadadamente su lengua siguió atormentándome. "No. Eres mía y te

voy tomar ahora."

No quería responderle. Parecía... incorrecto hacer esto cuando aún estaba

enojado, pero si esto era una nueva forma de pelear, yo estaba perdiendo la

batalla. Un pequeño sollozo se arrancó de mí cuando los colmillos Bones

frotaron mi clítoris, no perforándola, solo aplicando presión. Se sentía increíble,

incitándome a arquearme contra él para sentirlo de nuevo. Y otra vez. Después,

repetidas veces, jadeando en éxtasis con el bombardeo de sensaciones en mí.

Hablar las cosas de pronto se sintió muy sobrevalorado. Bones sabía

exactamente lo que me gustaba, y yo no pude evitar perderme en las

sensaciones.

"Dime que me deseas", gruñó.

"Dios, sí," me las arreglé, adolorida de que él estuviera dentro de mí.


"Dilo." Fue una demanda aún cuando su boca seguía torturándome.

Enterré mis dedos en su pelo y casi lo arrancó de la carne.

"Te deseo", raspé. "Ahora. No te atrevas a decirme que no".

Una risa ronca me hizo cosquillas. "No soñaría con eso."

Bones me bajó, arrastrando su boca por mi piel hasta que mis pies se

pusieron en contacto con el suelo. Tan pronto como lo hicieron, lo empujé hacia

el sofá. Cayó conmigo encima de él. Me deslicé hacia abajo, sacando sus

pantalones y luego envolví mi boca a su alrededor.

Su carne estaba fría, como mármol volviendo a la vida. Lo tomé hasta

que yo no podía caber nada más, entonces empecé chuparlo con profundos y

ásperos tirones.

Bones gimió, arqueando la espalda. "Más fuerte."

Aumenté la presión. Sus manos enredadas en mi pelo, luego apretó los

puños mientras lo ponía más duro que el acero.

"Maldita sea, eso es tan bueno," dijo en un tono ahogado. "No puedo

esperar."

Me levantó, ignorando mis protestas, y me instaló sobre sus caderas,

mientras empujaba penetrando profundamente en mí. Llenándome hasta que

casi dolía. Los vaivenes de la camioneta aumentaron nuestra fricción mientras

se movía hambriento y rápidos embistes.

Mi cabeza cayó hacia atrás y me moví con él, perdida en la ciega

sensación. Bones se incorporó, cogiendo mi pezón en su boca. Chupó hasta que

estaba casi insensible de placer, y luego cambió a mi otro pezón, dándole la

misma dulce y áspera atención.

Mis uñas se incrustaron por sus costados. Su boca se deslizó hasta mi

cuello mientras me apretaba más contra él. Grité al sentir sus colmillos en mi

cuello, rozando pero sin romper mi piel.


Lo sostuve más cerca de mi garganta. "Muérdeme."

En vez de eso, me lamió ahí. "No. Has perdido mucha sangre esta

noche".

No me importaba. Yo quería mi sangre en su interior. Era una necesidad

casi tan fuerte como la desesperación que cada nuevo empuje impulsaba dentro

de mí.

"Hazlo," gemí. "Muéstrame que soy tuya".

Sus brazos se amarraron a mí alrededor, incluso mientras se movía más

rápido. "Eres mía", soltó, sellando su boca sobre mi pulso.

Apenas tuve la oportunidad de sonreír mi victoria, cuando deslizó sus

colmillos en mi cuello. Una oleada de pasión caliente me inundó, mareándome,

pero por más razones que solo el trago que Bones tomó antes de cerrar las

punciones.

Me besó, el sabor metálico de mi sangre sazonando su boca. Me agarré a

él, mientras que la intensidad de la escalada parecía hacer hervir mi cuerpo

entero.

"Tu turno, gatita". Su voz era áspera con la lujuria. "Muéstrame que soy

tuyo".

Mis dientes se hundieron en su cuello. La mano de Bones se enrolló en

mi cabello, sosteniéndome cerca, incitándome a morder más fuerte, hasta que la

sangre me llenó mi boca.

Tragué. Bones tiró mi cabeza hacia atrás para besarme otra vez, nuestras

bocas sabían a sexo y sangre de nosotros. Había algo primitivo sobre eso, su ira,

y el impulso urgente que tenía de demostrarle que nadie más importaba.

No te detengas. No te detengas.


Tal vez lo dije en voz alta. Tal vez no lo hice. De cualquier manera, Bones

me volteó hasta que estaba encima de mí, moviéndose aumentando la

intensidad.

"No puedo parar".

Fue la mejor pelea que habíamos tenido nunca.

La luz estroboscópica de la torre de control atravesó la oscuridad con

amplias vigas circulares. Había nevado más temprano. Me estaba congelando,

incluso con mis dobles pantalones, doble suéteres y chaqueta. Bones no se había

molestado en ponerse nada encima de su ropa, aparte de su chaqueta de cuero

negra, pero que era probablemente más por costumbre que por la necesidad de

calor.

La luz estroboscópica se apagó. Nuestra señal.

En la oscuridad, Bones circundado la base en giros de velocidad aérea,

demasiado rápido y al azar para cualquier persona con una pesada arma que

apuntar, y si tenían algo más pequeño, no importaría. Me estrechó entre sus

brazos, cerré los ojos frente al mareo que me sumergía y las vueltas. Podríamos

solo haber conducido hacia arriba, pero Bones estaba siendo especialmente

paranoico. No quería arriesgarse a la posibilidad de que una de las personas de

Patra de alguna manera pudiese habernos seguido desde los restos del avión de

Hykso y estuviera esperando cerca del complejo con un lanzacohetes como los

que tenía Max.

Los rostros de los guardias en el techo eran máscaras de una conmoción

cuidadosamente controlada mientras Bones aparecía fuera de la oscuridad,

aterrizando, avanzando hacia ellos sin siquiera una vacilación en su paso. Justo

detrás de él estaba Ian, quien llevaba a Tate. Luego vinieron Tick Tock y Zero.

Don había discutido sobre que Ian supiese donde estaba el recinto, pero

Bones le restó importancia. Él no creía que Ian traicionaría la localización a


cualquier persona, así que Ian estaba aquí, soltando a Tate tan pronto como tocó

el techo. Ian miró a su alrededor con curiosidad. Su presencia aquí era irónica,

por supuesto, teniendo en cuenta que Don me había enviado para capturar o

matar a Ian solo hace poco más de un año. Cómo las cosas habían cambiado

desde entonces.

Seis de nosotros entramos. A nadie le habían disparado y nada había

explotado. Hasta ahora, todo bien, si me preguntas a mí, aunque a decir verdad,

yo no sabía por qué estábamos aquí en primer lugar. Después de nuestra, hum,

discusión en la parte de atrás del remolque tractor, Bones había dicho que

necesitaba ver a Don. Le pregunté por qué, por supuesto, pero tenía un método

realmente eficaz de distraerme. Luego había habido una escena interesante en el

aeropuerto privado, donde Bones le dio ojos verdes a un piloto confiado para

que nos llevara a Tennessee. Así que ahora aquí estábamos, y todavía no sabía

qué quería Bones hablar con mi tío. Supongo que lo descubriría muy pronto.

Había evitado mirar a Tate desde que nos reunimos con él, Ian, Tick Tock

y Zero a pocas millas de aquí. Había un gran factor incómodo entre nosotros.

Por su parte, Bones no actuó de forma diferente, a pesar de que habría sido

capaz de sentir y escuchar mi malestar mental. Por lo tanto, me sorprendió

cuando Bones anunció que me reuniera con él en la oficina de Don, diciendo

que quería encontrar a Juan para hablar con él.

"Está bien," me las arreglé, dividida entre ir con él sólo para mantener

Bones como un escudo entre mí y Tate, y quedarme por lo cobarde que era.

Escogí quedarme. ¿Quien dijo que yo tomaba el camino fácil? Yo no.

Ian echó una mirada significativa a Tate y luego sonrió. "Iré contigo,

Crispín", dijo.

Comencé a caminar hacia el despacho de Don. No me sorprendió que

Tate me siguiera. Oí a Bones dejar escapar un bufido sardónico justo antes que

las puertas del levador se cerraran. Sí, tampoco estaba sorprendido por las

acciones de Tate.


Tick Tock y Zero seguían el paso detrás de nosotros. Me volví a mirarlos,

una vez más impresionada por la desemejanza de sus apariencias. Si alguna vez

hubo un par de vampiros que parecían menos similares, eran el albino Zero y

piel de chocolate Tick Tock.

"¿Dónde conocieron ustedes dos a Bones?" Pregunté, luchando por llenar

el silencio antes de que Tate lo hiciera.

"Polonia", respondió Zero.

"Australia", dijo Tick Tock.

Nunca había estado en ningún lugar. El comentario de Tate de que yo no

conocía muy bien a Bones después de pasar un año con él fuera de los

doscientos cincuenta que había vivido se hizo eco en mi mente. Entonces, lo

aplasté. Sabía lo que contaba, me recordé con firmeza.

"Así que, ¿cómo va el Guardián de la Cripta?", Preguntó Tate en tono

casual.

"Bien." Mi voz era recortada.

Tate dejó de caminar y me agarró del brazo. "¿Cuánto tiempo vas a

pretender que no pasó nada, Cat?"

"¡No!" le dije a Tick Tock, que ya había sacado su cuchillo de su cinturón.

"Atrás, chicos. Soy capaz de manejar esto."

Los colmillos de Zero se deslizaron de nuevo a sus encías, y después de

otra dura mirada, Tick Tock guardó el cuchillo. Entonces me volví hacia Tate,

mirándole directo a los ojos.

"Fue un trabajo, Tate. Las cosas fueron más allá de lo que deberían, pero

tenemos a nuestros objetivos y eso es lo que importa. Ahora, antes de que

quemes de forma permanente nuestra amistad, ¿podrías por favor deja de ver

algo más de lo que realmente pasó?"


"Sé lo que sentí", dijo Tate aproximándose. "Puedes fingir todo lo que

quieras, Cat, pero por un momento ahí, no estabas actuando, y no puedes decir

que estabas sólo pensando en mí como amigo."

Tuve un momento de la alerta ante el poder llenando el aire antes de oír

la risa burlona de Bones.

"Justo como sospechaba", resopló desde el otro extremo del pasillo.

"Sabía que no pasarían más de dos minutos antes de que hicieras esa

afirmación, pero estás enloqueciendo si piensas que alguna vez te interpondrás

entre mi esposa y yo."

Tate se cruzó de brazos. "Ya lo hice."

Bones se acercó. Más de ese poder craqueaba llenando el aire. Ian sólo se

apoyó contra la pared en el pasillo y sonrió, como si estuviera disfrutando el

espectáculo. Zero y Tick Tock se hicieron a un lado, hasta que nada quedó en el

camino de Bones hacia Tate, excepto yo.

"¿Qué estás a punto de hacer?" Le pregunté bajo.

Bones arqueó una ceja. "Nada, mascota. ¿Por qué?"

Porque te ves como si estuvieras a punto de jugar al fútbol con la cabeza de Tate,

le dije en silencio. Y eso no va a pasar, así esté actuando como un idiota.

Mi tío salió de su despacho, miró a los vampiros alineados en el pasillo y

la postura desafiante de Tate, luego tosió.

"Cat, Bones, me alegro que llegaran a salvo. ¿No vendrán a sentarse?

Tengo un poco de whisky que estaba a punto de abrir."

No podía recordar la última vez que había visto beber a Don, pero me

alegré porque disipó la tensión. Bones sonrió.

"Un trago me haría bien, viejo amigo."


Até mis dedos a los de Bones mientras entrábamos, lo que fue bueno,

porque estuve a punto de tropezar cuando Bones, dijo, "Tú también,

compañero" a Tate.

Los tres entramos en la oficina de Don. Me senté en el sofá y Bones sentó

a mi lado. Tate de pie, su postura rígida e inflexible.

Don miró por encima de cada uno de nosotros a la vez antes de que

suspirara. "¿Por qué siento como si acabara de interrumpir una escena

potencialmente desagradable ahí fuera?"

"No importa, ellos han terminado ahora", le dije a Don, mirando a Tate

para hacerle saber que era mejor que se apegara a eso. "Era un concurso de

vampiros marcando territorio, pero se acabó."

"Tienes razón, mascota."

Bones se inclinó para colocar un leve beso en mi mejilla. Luego, dejó caer

la bomba.

"Soy capaz de leer las mentes de los seres humanos ahora, Don. Por lo

tanto, sé en qué dilema se encuentra, pero la salida está justo frente a usted. Es

encomiable que no haya utilizado sus activos para obtener beneficios

económicos antes, pero tiempos desesperados exigen medidas desesperadas,

¿no le parece?"

"¿Qué?" Jadeé, tanto confundida por su última frase como asombrada

por lo que Bones le había dicho a Don de su nuevo poder.

Mi tío no se inmutó. "No voy a exponer al público el Brams. La sangre

sintética de vampiro que ha hecho la medicina es demasiado experimental. En

las manos equivocadas, podría convertir a toda la población en súper-humanos

asesinos."

“¿De qué están hablando?” Demandé de nuevo.


"Don está en un aprieto", respondió Bones. "Su gobierno está

implementado fuertes recortes de presupuesto y está buscando cerrarlo en un

año o dos. No quería decirle a nadie por temor a bajar la moral."

Mi quijada cayó. El rostro de Don lo confirmó. "¿Cómo no has podido no

decir nada?" Jadeé.

Bones se tocó el mentón y le dio a Don una mirada calculadora.

"Inteligente de tu parte al darte cuenta de cuán destructivo Brams podría ser,

pero no lo necesitas. ¿Qué tiene a los políticos torcidos hoy en día? Terrorismo.

Asustar a los inocentes. ¿Qué puedes tu ofrecer que nadie más puede? Un

interrogador garantizado para conseguir todos los hechos, nombres, lugares y

diagramas más rápido de lo que puede decir: una represalia a gran escala".

Bones hizo una pausa para que sus palabras cayeran. Todavía estaba

choqueada de que Don hubiese ocultado algo tan importante como el cierre al

resto de nosotros.

"¿Te estás ofreciendo a hacer eso?" Don preguntó abiertamente escéptico.

Bones se rió sin humor. "Yo no. Tate Envíelo a donde quiera que estén los

rehenes más obstinados, con los ojos verdes la información estará fuera del tipo,

a continuación, te sientas y lo vendes al mejor postor. Te levantarás en dos

meses mientras que provees un invaluable servicio a tu país para empezar. Lo

mejor de todo, la Convención de Ginebra puede besarte el culo, porque el

rehén-y sus captores-ni siquiera recordarán cómo sucedió".

"¡Bastardo!" Estalló Tate, avanzando con furia hacia Bones.

"¡Quieto, soldado!" Don gritó en un tono que nunca le había oído utilizar.

Tate se detuvo en seco, mirándome. "¡Él sólo me hace esto para alejarme

de Cat. ¡Le importa una mierda nuestra operación, este país o cualquier otra

cosa, que no sea ella!"


"Esa no es la cuestión, ¿verdad?", Preguntó con frialdad Bones. "¿Tu te

preocupas por tu operación, este país, o cualquier otra cosa, aparte de ella? Me

parece recordarte diciendo que tu amor por ella no interferiría con tu trabajo.

Pruébalo".

Supe entonces que Bones habían planeado esto desde el momento en que

había arrancado el techo de esa limusina. No te enojes, ni siquiera alcanzaba a

cubrirlo.

Don se levantó. "¿Y bien Tate? ¿Cuál es tu respuesta?"

Tate dio a Bones una mirada de odio puro. "Me ordenas que me vaya,

Don, y me iré."

Don suspiró. "Eres el mejor hombre que conozco. Has demostrado que

todo lo que yo creía acerca de la integridad que comienza a corromperse

después de convertirse en un vampiro estaba equivocado". La mirada de Don

volvio hacia Bones. "Voy a necesitar a alguien para reemplazarlo. Cat se ausenta

mucho ahora, y Dave no es suficiente."

Bones no se inmutó. "Déjame tener a Tate otra semana por aquí, entonces

puedes enviarlo fuera y te proveeré con un reemplazo."

Don se volvió hacia mí. "Anda, Cat. Manejaré las cosas de aquí."

A pesar de que esto era lo mejor, me sentía angustiada por Tate. Sabía lo

que era ser forzado a irte lejos de la persona que amas. Solo deseaba que con

esta ausencia, Tate se enamorara de otra persona. Tal vez estar lejos de mí lo

despertara del hecho de que había un montón de grandes mujeres allá afuera,

en lugar de tener siempre a la persona que él pensaba que quería fuera de su

alcance.

"Maldito seas" Le gruñó Tate a Bones.

"Espero que..." Las palabras apropiadas me fallaron, así que sólo

murmure: "Cuídate, Tate", salí caminando por la puerta con Bones a mi lado.


Capítulo 19

TRADUCIDO POR JHOS

NO NOS FUIMOS ENSEGUIDA, LO QUE FUE IDEA de Bones, no mía.

Fui a mi oficina mientras Bones iba a hablar con Juan. Cuando los dos volvieron

quince minutos después, Juan lucía más pálido, pero también parecía

emocionado.

“¿Qué pasa compañero?” le pregunté.

Juan miró alrededor en mi oficina. “Bones, aquí? Ahora?”38

Bones le dio una mirada impasible y cerró la puerta. “Sí. Listos?”39

Los ojos de Juan encontraron los míos, y entonces asintió. “Sí40.”

Todavía estaba traduciendo cuando Bones agarró a Juan y enterró sus

colmillos profundamente en su cuello. ¿Qué demonios? Entonces lo que había

estado diciendo penetró. Bones, ¿aquí? ¿Ahora? Sí. ¿Listo? Sí. Oh Dios. Juan

debía ser el vampiro de reemplazo que Bones le había prometido a Don.

Hablando de no perder el tiempo.

Las piernas de Juan se doblaron y sus ojos parpadearon cerrándose.

Perdió la conciencia, su cuerpo rápidamente cayó en conmoción por la cantidad

masiva de sangre saliendo de él. Bones lo sostuvo, succionando más fuerte de

su cuello. El rostro de Juan fue drenado de color mientras el de Bones se volvía

más rosado, casi sonrojado. Si lo tocaba ahora, sabía que estaría caliente, sin

embargo su nueva temperatura solo duraría hasta que Juan tomara su sangre

de regreso.

38

En español 39

En español 40

En español


El latido de Juan disminuyó. Lo que había sido un latido rápido y

nervioso cuando Bones empezó a morderlo se convirtió en perezosos y

letárgicos bombeos con espacios cada vez mayores entre ellos. Después de un

minuto, Bones levantó su cabeza.

“Gatita, dame ese abre cartas.”

Me tomó un segundo sacudirme a mi misma de ver a mi amigo

muriendo frente a mí, pero entonces le pasé lo que me pidió. Bones lo tomó y lo

clavó en su propio cuello, sangre saliendo de la inusual amplitud de su yugular.

Él puso la cabeza de Juan allí, forzando su sangre dentro de la boca de Juan.

Dave entró por la puerta, una extraña expresión en su rostro. Delgadas

líneas carmesí fluían dentro de la boca floja de Juan. El aire se cargó, como si

hubiera una tormenta eléctrica cerca. Bones sostuvo a Juan contra su garganta,

el abridor de cartas aún perforando su piel. Los labios de Juan se torcieron. Su

boca empezó a fijar su propia voluntad en el cuello de Bones. El abridor de

cartas cayó al suelo ahora innecesario, porque Juan lo estaba mordiendo ahora.

Con un propósito se aferraba al cuello de Bones, masticando su pálido cuello.

Juan succionó de la garganta de Bones, rasgando su carne e ingiriendo

tragos voraces. Bones lo sostuvo, sus labios apretados en una línea mientras la

sangre de Juan iba se regreso a él irrevocablemente alterada. Finalmente cogió a

Juan y alejó su boca colocándolo sobre el suelo y sosteniéndolo. Juan luchó, sus

dientes chocaban y empezaban a mostrar los primeros indicios de colmillos.

“No no lo harás, compañero,” dijo Bones.

Dave se acercó a mí, deteniéndose en el camino hacia mí del ahora

insensible hombre que mataría a cualquiera ciego de pura hambre.

Juan continuó agitándose por otro minuto antes de estremecerse

violentamente. Entonces todo su cuerpo quedó inerte y sus últimos latidos se

detuvieron para siempre.


Bones gruñó con cansancio y lo soltó. Convertir a un vampiro debilitaba

su poder. Sin mencionar que lo habían succionado hasta la sequedad.

“Necesitas un repuesto,” dije, y fui a pasar por un lado de Dave para

obtener algo de plasma del banco de sangre de la casa.

“No.”

Bones estaba sobre sus pies antes de que pudiera pestañar.

“Solo…quédate justo aquí, Gatita.”

El entendimiento surgió. La última vez que él había cambiado a alguien,

yo me había ido por “solo un minuto” y terminé siendo torturada y casi

asesinada.

“Yo la traeré.”

El ofrecimiento vino de Dave que pareció recordar.

“No, no lo harás,” dijo Bones. “Tú te quedarás justo aquí ante la delgada

posibilidad de que nuestro amigo se despierte y vaya por la garganta de ella.

De esa forma no tendré que matarlo. Llama a Ian, haz que traiga él la sangre.”

Por Dios, estaba siendo cauteloso. Las posibilidades de Juan

levantándose tan pronto y superando a Bones eran cerca del cero absoluto, pero

no discutí. Dave hizo una llamada. El hecho de que él tampoco discutiera

significaba que estaba siendo igual de paranoico.

“¿Por qué no lo pones simplemente abajo en una celda segura? Para eso

están allí.”

“Porque, gatita…” Bones colocó el cuerpo sin vida de Juan en el sofá y

permaneció cerca de él. “Nos vamos y lo llevaremos con nosotros.”


Fueron varias horas y un vuelo libre vertiginoso desde el complejo a

nuestros vehículos después que rodeamos las últimas curvas en nuestra

entrada a Blue Ridge.

“¿Dónde pondremos a Juan?”

Tres coches atrás, podía oírlo aullar, cortado en seguida por el sonido de

él sorbiendo, alimentándose de las bolsas de plasma que yo había empacado.

Él acababa de despertar. Cinco vampiros estaba en el auto con él, y tres

de ellos eran Maestros. No, él no iría a ningún lado.

“La bodega,” fue la respuesta de Bones. “Está reforzada, y tendremos a

Tick Tock, Dave y Rattler haciendo turnos para quedarse con él. Dentro de una

semana, será él mismo.”

Hasta entonces, Juan era un peligro para cualquiera que tuviera pulso.

“No tendremos suficiente espacio para todos.”

“Sacaremos tres sofás y el resto dormirá en mantas en el suelo. Cada uno

de ellos la ha pasado peor, créeme.”

“Nosotros somos los que tenemos problemas urgentes y es nuestra casa

donde se están quedando, nosotros deberíamos tomar el suelo,” señalé. “Es lo

educado.”

Bones resopló. “Claro. ¿En mi propia casa en navidad? No lo creo.”

Si, eran pasadas las 2:00 a.m. Por lo tanto era oficialmente Navidad.

Esta no era la noche privada y romántica que yo había planeado, pero oh

bueno. Estábamos juntos.

Me incliné hacia él y besé su cuello, dejando que mi respiración hiciera

cosquillas en su oreja.

“Feliz Navidad,” susurré.


Bones se estacionó y me detuvo cuando empecé alejarme. Sus manos se

enroscaron alrededor de mi cuello mientras sumergía mi cabeza hacia atrás con

un lento y profundo beso que me hizo desear que en verdad estuviéramos

solos.

Fue interrumpido cuando Ian golpeó nuestra ventana lateral.

“Si se supone que esperemos afuera en el frío mientras ustedes se besan

en el carro, yo simplemente volveré a casa enseguida.”

Mi boca se abrió en indignación cuando mi madre fue y murmuró,

“Gracias a Dios que alguien lo dijo.”

El humor de esa declaración me hizo reír. Mi madre estando de acuerdo

con el vampiro que había convertido a Max? Eso era un milagro de Navidad, si

es que existían.

“Lo siento Ian, ¿Olvidé pedirte antes permiso para besar a mi esposa?”

Replicó Bones. “Pendejo.”

“Granuja.”

Ian dijo el insulto con una ligera sonrisa. Lejos de estar ofendido, Bones

se echó a reír, dándome un último beso antes de que bajáramos del coche y

agarró a Ian por los hombros.

“Me alegro de que estés aquí, compañero.”

Ian tenía una sonrisa de auto desaprobación. “¿Sabes quién soy? Porque

por una vez, pediste mi ayuda. Tú nunca lo habías hecho en todos estos siglos

que nos hemos conocido. Por eso lancé mi suerte contigo, a pesar de que eres un

maldito imbécil usurpador.”

Nunca desde que conocía a Ian, había entendido porque Bones lo

toleraba, pero verlos a los dos así explicaba mucho.


“Podrías haberte alejado, Ian. Así cómo pudiste haberlo hecho hace

doscientos veinte años cuando yo era prisionero en la colonia. No te agradecí

entonces y no lo he hecho, aunque ha pasado mucho tiempo. Gracias, Ian, por

convertirme en vampiro. Estoy en deuda contigo por siempre.”

Los ojos de Ian brillaron con emoción. Luego arqueó una ceja

recuperándose.

“Acerca del maldito tiempo. Espero que tome otros doscientos años antes

que te disculpes amenazar con asesinarme por Cat.”

Bones se rió. “Vas a marchitarte esperando esa disculpa, compañero.”

“Tracemos un plan ruin, entonces”, dijo Ian con una severidad divertida.

“O Patra se asegurará de que todos nos marchitemos.”

Vlad apareció en nuestra casa, remarcando que estaba de paso por el

vecindario. Dudaba eso, pero no iba a llamarlo mentiroso, especialmente desde

que había probado ser una fuente útil de información. Aún así, parte de mi se

preguntaba si se había presentado porque irritaba a Bones. Vlad parecía tener

esa clase de humor diabólico.

“¿Que le sucedió a Anthony?” preguntó al escuchar que Hykso y Kratas

estaban siendo retenidos como rehenes. Desafortunadamente, según Spade,

hasta ahora ellos no habían probado saber una gran cantidad de información.

“Le enviaré pedazos de él a Patra”, replicó Bones. “Juntos con piezas de

otros secuaces. Le daré a su gente algo en que pensar”.

La parte enferma de mi se preguntó si Bones envolvería esas cajas con

papel Navideño. Hablando de regalos no deseados.

Esperando que Patra no trabaje en algo similar para nosotros. Nada decía

“hogar para las festividades” como abrir un regalo lleno de partes del cuerpo.


“¡Eso es!” Grité levantándome de mi asiento, golpeada por una idea

como una proverbial bombilla que se enciende.

Bones arqueó una ceja hacia mí, sin saber lo que era. Mis pensamientos

deben haber girado muy rápido como para que él los atrapara.

“Es Navidad. La mayoría de las personas están con los que aman hoy,”

dije. “En lugar de enviar pedazos de Anthony y otros chicos de lacayo a lacayo,

esperando que lleguen a alguien lo suficientemente alto como para pasárselo a

Patra, ¿Cuánto te gustaría entregarlos en persona?”

Ian se inclinó hacia adelante con interés. Bones me miró, tocando su

barbilla.

“Sabes la respuesta. Continúa.”

“Sabemos que Patra ha estado buscando alguien que le dé información

de nosotros. Diablos, nosotros estamos haciendo lo mismo. Así que, que tal que

un informante contacte a Patra a través de los números que tenía Katra,

ofreciendo vender información o donde podría ella encontrarnos. Pero esta

persona querría efectivo, en persona, de inmediato.

“Patra asumiría que es una trampa”, señaló Mencheres. “Así que ella

esperaría que tu y Bones estuvieran esperando por ella”.

Sonreí. “Estoy contando con eso.”

Bones finalmente atrapó el plan en mi cabeza. “Gatita, no.”

“Es un riesgo aceptable”, discutí.

Vlad debía haber recogido la idea de mi mente también, porque empezó

a reírse.

“Oh, Bones quizás debió casarse con una chica dócil que no se alejara de

la cocina.”


“Vete al diablo, ¿no tienes más trucos de publicidad que lanzar?” le

respondió Bones. “¿Qué hay de hablar con otro escritor que puede desprestigiar

tu nombre con gran popularidad?”

“¿Que, Anne Rice no regresó tus llamadas, compañero?” Vlad preguntó

mordazmente. “Los celos son un feo sentimiento”.

Un ruido se escapó de mí antes de que pudiera ahogarlo. Ian no tuvo tal

discreción y su risa fue clara y calurosa.

“No la mires a ella, Crispín. Fue gracioso y eso sin contar la mirada en tu

rostro.”

La cual estaba lejos de divertida, pero luego de un latido, Bones se relajó

y sus labios se torcieron.

“De hecho lo fue. Correcto. Vamos a sortear este plan tuyo, Gatita. Puede

que sea nuestra mejor oportunidad.”

Bones seleccionó los miembros de nuestro séquito de vampiros que irían

conmigo. Cuando señaló a Tate como uno de los cinco, me quedé sin habla.

Entonces me confundió aún más escogiendo a Vlad como otro.

“¿Estás bromeando?” pregunté cuando encontré mi voz.

“Si hay algo que tu amigo hace mejor que encolerizarme es vigilarte,”

respondió Bones. “Él daría su vida por ti sin la menor vacilación. Es lo único

para lo que es útil.”

Tate le dio a Bones una mirada malvada, pero no discutió. Vlad observó

su intercambio con curiosidad.

“¿Y por qué me quieres a mí con ella?”

“Eres un maldito despiadado que nunca deja que su conciencia interfiera

con sus objetivos”, dijo Bones secamente. “Es un rasgo que no he admirado

mucho en ti, pero con el que estoy contando ahora.”


Yo agarré su chaqueta. “No te preocupes por mí, solo cuida de ti mimo.

Te quiero de vuelta a tiempo para la cena.”

Había otros dos vampiros presentes que podían escuchar el resto de mi

mensaje pero se lo envié de todas formas. Cuando vuelvas, voy a cubrirme a mi

misma con whiskey y nada más. Luego voy a verter ginebra sobre ti. Vamos a

beber del otro en todas las formas posibles.

Vlad dejó escapar un gruñido divertido, diciendo. “Excelente motivador,

¿no?” mientras se alejada. Mencheres mantuvo su rostro en blanco. Que

educado. Dave solo murmuró, “Ella no sabe cocinar. ¿Cómo es eso un

incentivo?”.

Bones se movió más cerca hasta que su cuerpo estuvo apretado contra el

mío. Había una dureza distinta mientras él me encorvaba, su boca saqueando la

mía como si tuviéramos todo el tiempo del mundo.

Cuando me soltó mi corazón estaba martillando. Sus ojos tenía remolinos

verdes y él inhaló, absorbiendo la esencia de mi excitación.

“Apenas seré capaz de pensar en otra cosa.”

Sí, bueno, ahora tampoco yo.

“Maten estas botellas cerradas, Gatita. Estaré de regreso antes de que lo

notes.”

Me dio un último beso y se alejó con Spade, Ian, y Rodney tras de él. Los

observé subir al helicóptero y blindé mis ojos ante el viento de los rotores

batiéndose. Dave se paró junto a mí mientras despegaban y se alejaban.

Rompió el silencio. “Tengo que volver con Juan. Rattler se quedará con

tu mamá, Denisse y Randy, y Tick Tock se va contigo. Él es más fuerte que yo,

así que es mejor.”

“Preferiría tenerte a ti”, respondí, todavía mirando el cielo a pesar de que

ya no podía ver el helicóptero.


Dave se movió, obviamente complacido con mi comentario. “En algunos

años quizás ya no lo sea. Te veré cuando esto haya acabado.”

Tate se acercó, su cabello castaño corto ni siquiera se movía con el viento,

y de repente, algo se deslizó a través de mi columna vertebral. Eso es irracional,

me dije a mi misma. Esta siendo supersticiosa, Cat, contrólate.

“¿Qué va mal?”

Dave me conocía demasiado bien. Lo suficiente para notar que no fue la

temperatura lo que me hizo estremecerme. Froté mis manos sobre mis brazos,

fijando una falsa expresión de confianza en mi rostro.

“Nada. Olvidé mi chaqueta, eso es todo.”

Dave me miró pero lo ignoré. Tal como ignoré la pequeña voz paranoica

en mi cabeza que me hizo querer llamar a Bones e insistir en que regresara.

Estaré de regreso antes de que lo notes.

Palabras reconfortantes, podrías pensar, pero no para mí. Esas fueron las

últimas palabras que Bones me dijo antes que yo lo dejara todos esos años. Esa

oración me había atormentado durante los años que estuvimos separados, y

ahora temía que el que lo hubiera dicho fuera profético.

Diciéndome a mi misma que era coincidencia y nada más, fui adentro.

Tenía trabajo que hacer y no había tiempo para miedos sin fundamento.

Después de todo, tenía suficiente para temer y esos no eran imaginarios.


Capítulo 20


MUCHOS LUGARES ESTABAN CERRADOS EL DIA DE NAVIDAD.

Restaurantes, Bares, Clubes, Centros comerciales. Por supuesto, un

establecimiento estaba notoriamente lleno. El cine.

Hoy a las 6:00 en punto proyectarán una comedia romántica estelarizada

por dos importantes actores de Hollywood que estaba cerca de ponerse

interesante. Ayudaba que este fuese un cine de alto nivel con asientos en el

balcón. Mas oportunidad de mostrar la capacidad aérea de los muertos

vivientes.

Vlad Tepesh se elevó de su asiento en primera fila, como si hubiera sido

impulsado por cuerdas. Su cuerpo se perfilaba sombrío contra la gran pantalla

detrás de él. Extendió sus brazos y dejo que los rayos esmeraldas de sus ojos

descendieran sobre los rostros estupefactos vueltos hacia él.

"No deberías haber venido, Reaper".

Sabueso de exposición41, así lo había llamado Bones. Justo ahora tuve que

estar de acuerdo. Incluso su cabello largo y negro se arremolinaba alrededor de

él, soplado como por una brisa invisible. Escondí mi sonrisa y me detuve,

aferrando una ballesta en la mano.

"Hora de morir, pendejo" Está bien, cursi, pero si él se iba escudar en el

dramatismo, yo también.

“¿Qué mierda…?”

41

Sabuesos de exposición, son los ‘perros de pura raza’ que compiten por ser el mejor dentro de su clase o contra otras, son evaluados desde su estética a su anatomía, una de las pruebas es hacerlos trotar en círculos, donde su pelaje tiende arremolinarse por el viento.


El chico que estaba a mi lado apenas logro decir las palabras cuando yo

ya había disparado cuatro rápidas flechas una tras otra. Vlad giro por el aire,

esquivando las flechas. Estas aterrizaron en el costado derecho de la pantalla

gigante donde había un primer plano del rostro de la actriz.

Alguien grito; Finalmente, pensé. Por Dios, ¿Tenía que cortar su garganta

para provocar el pánico? La gente estaba tan harta hoy en día.

Vlad se lanzó sobre mí, con la boca abierta y los colmillos desplegados.

Con eso, uno de los asistentes aulló una palabra

“¡Vampiro!”

“Corran por sus vidas” Grité, tirando al suelo a varias personas mientras

evitaba que Vlad las atacara. Agarró el borde de mi chaqueta y lo usó como

palanca, tirándome a través del cine hasta chocar contra la pared. Fue un

lanzamiento espectacular que sacó el aire de mis pulmones, haciéndome jadear

incluso cuando evadí su puñetazo.

“¿Estamos jugando de esa forma, huh? Bien. Me gusta lo rudo”.

Le devolví el gesto, golpeándolo tan fuerte contra la pared cercana que se

derrumbó hacia el interior. El aislante y concreto bañaron a los que todavía no

habían logrado salir del cine. Luego cuando Vlad saltó hacia adelante, le di un

cabezazo lo suficientemente fuerte como para rasgar la parte superior de mi

frente. El golpe lo balanceó hacia atrás y a la vez me permitió enterrar dos

cuchillos a través de su pecho. La sangre brotaba de mi cuero cabelludo,

provocando más gritos cuando las luces de la sala se prendieron y ambos

estábamos claramente iluminados.

Vlad ignoro los cuchillos en su pecho y me jalo más cerca, lamiendo la

roja corriente que fluía por mi frente.

"No duele ahora", murmuró.

“Sobreactuado” conteste bruscamente


Una bala se disparó, Causando que giráramos asombrosamente directo

hacia la parte posterior del teatro. Efectivamente, había un tipo y muchas

palomitas de maíz alrededor, apuntando hacia abajo el arma cerca de nosotros

para otro disparo. Tate, que también estaba en el cine, lo golpeo tan fuerte en la

cabeza que espere que no le hubiera causado un daño permanente. El

disparador cayó al suelo.

“Americanos,” Vlad murmuró sobre los gritos recientes procedentes de

los clientes restantes. “Cada persona en este país está armada. Lo bueno es que

su puntería es tan escasa como su juicio.”

“Vamos, acabemos con esto. Un final Estrafalario, ¿No son esos tus

favoritos?”

“Oh, Cat, Vas a hacer que haga algo que nunca he hecho antes”. Él rió,

pateándome lo suficientemente fuerte para romperme los tobillos antes de

arrojarme a los asientos de terciopelo falso. Estos se arrugaron debajo de mí

incluso mientras saltaba en mis pies, retorciéndome de dolor, pero todavía en

pie. Salte mientras me embestía, causando que chocara contra el vacío en lugar

de con mi cuerpo.

“¿Y eso qué es? Morder el polvo?”

Vlad rodó, tirando los cuchillos de su pecho como si fueran astillas. Sus

ojos sacudieron al último espectador escapándose mientras pisoteaba a unos y

otros para llegar a la salida.

“Nadie puede obligarme a hacer eso”

Los asientos vacíos en torno a él de repente estallaron en llamas.

Parpadeé, desconcertada. Tate pareció sorprenderse también. Los labios de

Vlad se curvaron y agitó las manos en la dirección del fuego. Al Igual que las

velas siendo apagados, el fuego disminuyó.

“Eres pirocinético” jadeé. “Impresionante”


“Tanto como tú”. Por fin, el cine estaba vacío de todo el mundo que aun

estaba consciente.

“Disculpe Joven, ¿La sala de proyección?" Vlad codeo a Tate.

Tate saltó a la pequeña ventana dando sacudidas a la cámara a través de

la abertura. Esto Sirvió para bloquear la vista de alguien lo suficientemente

tonto como para continuar ahí, observándonos.

“Aquí, Tus tobillos”. Vlad perdió su postura ofensiva y caminó directo

hacia mí. “¿Si me permites?”

Él ofreció su mano y echó un vistazo a mis cuchillos. Yo sabía lo que

significaba. Negarse sería tan grosero como estúpido, pues cojear detrás de él

difícilmente se vería como algo imponente. Con un asentimiento, Corté una

línea clara en su mano, después la mantuve en mi boca y trague saliva. Vlad me

miró con la misma sonrisa desfallecida. “No te gusta el sabor de la sangre,

¿Verdad?”

“No, Bueno… no”

Debió de haber leído el resto de mi respuesta en mi mente, porque se le

escapo una risita burlona. “Adquiriste gusto por la de Bones, ¿verdad?

Realmente, él tiene más inteligencia de la que le atribuyo, comprometiéndose

contigo. Esto entorpece mucho a su Competencia”

“El no tiene ninguna competencia” Respondí de inmediato, mirando a

Tate.

“Es ahí donde te equivocas no estaba hablando a cerca de tu despreciado

pretendiente” Vlad hizo un gesto despectivo hacia Tate, Quien se erizo. “Me

refiero a mí, Es lo que vas a hacerme hacer – envidiar a Bones, un hombre por el

que tengo muy poca consideración. Que Fastidio.”

Su tono de desaprobación hacia sí mismo me hizo sonreír. Ahora Tate

verdaderamente echaba chispas por los ojos.


“Lo superaras Vlad, Después de dos semanas te vas a arrepentir incluso

de haberme conocido”

“Tal vez. ¿Tomaremos nuestra última reverencia, ahora?”

Golpee el suelo con los pies para asegurarme de que mis tobillos habían

vuelto a la normalidad, luego hice un gesto hacia la salida.

“Después de ti”

“…en frente de Palace Twenty en la Avenida Montrose, donde los

espectadores aterrorizados están contando una historia increíble. Hugh.

¿Puedes darle zoom a la parte derecha para mostrar a los bomberos?... Los

testigos relatan, disparos, llamas y posibles actividades de ocultismo durante

esta distinta y tranquila noche de Navidad…. Tu, si, tu, señorita, ¿Puedes

decirnos lo que ocurrió allá adentro?”

“Él Voló" jadeo una temblorosa chica rubia, agarrando el micrófono lejos

de la reportera.

“Supongo que tenia alas o algo así… y luego ella le disparo, y el teatro

empezó a quemarse, Oh Dios, Pensé que iba a morir”

“Ok, claramente tenemos a una angustiada testigo, vamos a ver con

quien más podemos hablar.”

La periodista trató de mantener un aire profesional, pero luego un

improvisado agarre y suelta se produjo alrededor del micrófono cuando la

rubia se rehusaba a soltarlo.

“Señorita, devuélvamelo, estoy segura de que usted quiere hablar con las

autoridades ----- "

"Ahí está", gritó, señalando hacia mí. “Es ella, Ella fue la que le disparo a

esa cosa. Ella se lo dirá, ¡Yo no estoy loca!”


La reportera se lanzó hacia delante y el camarógrafo enfoco el gran lente

negro hacia mí. Lo fulmine con la mirada antes de apresurarme dentro de la

camioneta con la fuerte escolta. Esta era una toma en vivo, transmitida a nivel

nacional. Hola Patra. ¿Me ves? Estoy en la costa opuesta de donde se supone

que el informante te verá; NUNCA esperaste que Bones estuviera lejos de mi en

un trabajo durante la Navidad, ¿verdad?

“FBI, no está permitido pasar este punto” ladro Tate, empujando a la

periodista a un lado. Empujó la cámara hacia abajo, cortando cualquier imagen

en pantalla adicional de mí o de mi entorno. Después de todo, una rápida

mirada era todo lo que necesitábamos. Un poco más y Patra podría notar que

Bones no estaba pegado a mi sombra.

Nuestra histérica testigo mantuvo un flujo constante de gritos hasta que

fue arrastrada hacia el lado de la policía local.

Ya sea que esto funcionara o no, pronto lo averiguaremos. Cooper,

actuando como el informante, se suponía que estaría reunido con el contacto de

Patra en una hora. Con suerte, Patra creería que Bones y yo estábamos aquí en

Los Ángeles. Tate apareció en la puerta de la camioneta y la estrelló para

cerrarla. Vlad estaba sentado junto a mí, Trick Tock y Zero estaban también en

el interior de la camioneta. Tate le ordeno a Doc que arrancara, él era nuestro

conductor esta noche, y luego se sentó frente a mí.

“Muy bien Cat. Si alguien se asoma por ahí, van a ver el equipo de

limpieza habitual y toda la rudeza42. No habría razón para pensar que Bones no

estaba contigo. Estaré encantado de salir de aquí, no tiene sentido pintar un

objetivo en tu cabeza”

“Esto ha ido bastante bien” Comente, rebotando mientras la camioneta se

daba a la fuga. Cambiaríamos de coche dos veces y luego volaríamos el resto

42 En el texto original dice brass, que es bronce, pero posee la connotación de rudeza asombrosamente audaz que también se puede aplicar al sexo.


del camino. Bones se mostro inflexible al respecto. “Espero que esto le

mantenga lejos”. Tate apretó la boca y no dijo nada.

“¿Cuándo llamaras al Maestro?” Pregunto Zero.

Siempre me desconcertaba cuando lo llamaba así. Zero rara vez se dirigía

a Bones de otro modo, no importa cuántas veces Bones le hubiese insistido en

que no lo hiciera. Sus lechosos ojos grises apuntaban hacia mí con expectativa.

“No lo haré. Él me llamara cuando esto termine, tal vez en dos horas o tal

vez mas”. Mi estomago se retorció con la preocupación. Era todo lo que podía

hacer para no agarrar mi celular y estropearlo todo con una ferviente e inútil

súplica para que tuviera cuidado.

“Estaremos a mitad de camino hacia la casa de Mencheres para

entonces” Vlad estiro las piernas. “Es algo bueno. Tengo hambre”

“Estaremos mejor cuando nos contactemos con Mencheres en Colorado”,

Dije. “Vlad, tu conseguirás tu cena, Tate, tú podrás ver a Annette y yo veré a

Bones algo antes de media noche. Al menos tendremos unos minutos juntos en

Navidad. Tal vez”.

Dios, cómo quisiera estar en nuestra propia casa con nadie más que

Bones alrededor. No metida en una camioneta rodeada por cinco vampiros

camino hacia una de las muchas casas de Mencheres. La vida. Solo puedes

hacer planes, pero no dar órdenes.

“Doc.” Golpee en el panel metálico. “Acelera, ¿Sí?”

El sonido de un helicóptero me arranco de la silla con una mirada hacia

reloj. Once, cincuenta y uno, la hora de la montaña de Colorado. Jesucristo,

Bones tenía que cortar la espera.


Sin molestarme en tomar un abrigo, Salí en mi delgado suéter,

temblando mientras el helicóptero aterrizo. Copos de nieve fueron barridos por

la rotación azotando el cabello contra mi cara. Ellos ralentizaron y el lado de la

puerta se abrió, revelando a Spade, Rodney y a Ian.

"Alguien me da un jodido asiento de hierro estoy harto de estar sentado

en esta mierda" escupió Ian. Su cabello castaño estaba volando casi tanto como

el mío.

Tres de los vampiros de Mencheres corrieron para obedecer. La otra

mitad fueron a ayudar a Spade, Rodney e Ian mientras seguían luchando,

maldiciendo a una silueta.

“Angel, trae a tu esposo y haz que nos dé una mano”, cantó Spade.

“¿Dónde está ese cabrón perezoso---?”

Él se detuvo cuando miro mi cara. Ian se detuvo también, dando un

brutal golpe al desconocido vampiro; ellos lo acarrearon como si fuera mucho

equipaje

“¿Donde está el otro Helicóptero? nos retrasamos, así que Crispin debió

habernos hecho morder el polvo aquí.”

Ian nunca había sonado tan nervioso. Como en cámara lenta, levante el

móvil en mi mano. Lo había estado aferrando durante las últimas horas

esperando su llamada. Mis dedos inertes pincharon sobre esos diez números y

luego esperé otra vez por ese zumbido metálico que servía como una llamada.

Mencheres vino a ubicarse cerca de mí, pero no lo mire. Todo lo que

podía hacer era mirar fijamente la hélice del helicóptero como si estuviese

siendo traspasada. El latido de mi corazón era tan ruidoso que apenas podía

escuchar el teléfono mientras timbraba.

Uno…dos…tres…cuatro…


Dios. Por favor. Haré lo que sea, por favor. Que él esté bien. Que él esté

bien.

Cinco…seis…siete…

Tiene que contestar, tiene que hacerlo!

Ocho…nueve…diez…

Hubo un click y luego un ruido de fondo. No espere por más, pero grite

su nombre.

“Bones! ¿Dónde estás?” No podía escuchar su voz, solo mas sonidos

residuales. “¿Me oyes?” Grité aun más fuerte. Tal vez teníamos mala señal.

“Siiiiiii…”

Fue un silbido que pasó directamente a través de mí, escalofriándome

más que la nieve que caía alrededor. La voz no fue masculina y tenía un acento

distinto, del Medio Oriente.

“¿Quién. Eres. Tú?”

Cada palabra era un rugido procedente desde mi interior. Vi a Spade

apretar mi brazo, pero no lo sentí.

Una mujer rió, bajo y viciado. Su voz más profunda de lo que imaginé,

me encontré pensando. ¿Qué otra cosa estaba mal? ¿Por qué estoy sentada en el

suelo?

Si ella dijo algo mas después de sus siguientes cuatro palabras, no la

escuche. Sabía que estaba gritando, que Mencheres me arrebato el teléfono y

que Spade me tiro hacia la casa incluso mientras luchaba por quedarme afuera.

Mis ojos aun estaban fijos en la desaceleración de las hélices del helicóptero

como si pudieran cambiar todo mágicamente. No podían parar, el pensamiento

relámpago a través de mi mente. Si ellas paran, entonces Bones no saldrá de ese

helicóptero. Alguien, ¡Enciéndanlas de nuevo! ¡Enciéndanlas de nuevo!


Nadie lo hizo. Se detuvieron con una última y perezosa rotación incluso

mientras Spade me forzó a entrar a la casa. Algo exploto dentro de mí, más

poderoso que lo que la palabra dolor pudiera abarcar; todo lo que podía

escuchar en mi mente era a Patra burlándose, brutal y satisfecha con el asunto.

¿Es esta la viuda?


Capítulo 21

TRADUCIDO POR PARGULIN

ESTABA SENTADA JUNTO A SPADE, CON LA ANGUSTIA

ATRAVESANDO MI alma como un monstruo rabioso abriéndose camino con

sus garras.

Pero a Spade simplemente le pregunté, “¿Qué pasó?”

Lágrimas rosadas surcaban su rostro. “Cooper esperaba en la estación de

tren y aproximadamente unos diez minutos más tarde, vimos a Anubus

espiándole con varios vampiros Maestros. Queríamos a Anubus vivo, así que

Ian y yo lo atrapamos mientras Rodney y Crispín luchaban con los demás.

Entonces uno de los bastardos consiguió huir, por lo que Crispín le dijo a

Rodney que regresara con nosotros mientras él estacaba al miserable. Se

suponía que debía reunirse con nosotros aquí. Contamos con que nos

adelantase, ya que no tenía que coger el camino largo con un prisionero hostil.

Lo siento tanto ángel. Lo siento terriblemente...”

Mencheres entró en la habitación a grandes zancadas y la oleada de

rencor que me invadió dejo una pequeña e imparcial parte de mí curiosa. ¿Por

qué estás enfadada con él? Todo esto fue tu culpa.

“Aquí no es seguro” comentó. “Patra puede haber averiguado nuestra

posición de Bones, así que tenemos que irnos.”

“¿Podría haber mentido?” Estaba agarrándome a un clavo ardiendo,

pero teniendo las manos quietas no se conseguía nada.

Mencheres me dio una mirada que no fue menos misericordiosa por su

brevedad. “La conozco lo suficiente para saber cuando está mintiendo. No lo

hacía”.


Salimos a toda prisa. Randy, Denise, Annette y mi madre estaban de

camino hacia aquí cuando una llamada telefónica de Spade les había cambiado

el itinerario. No dijo por qué, por lo que le estuve agradecida. Apenas podía

soportar pensar en las palabras, ni hablar de volver a escucharlas en voz alta.

“...toda mi gente se trasladará de una sola vez, no nos arriesgaremos”,

espetó Mencheres en su teléfono antes de tirarlo al suelo y romperlo en mil

pedazos.

Otro vampiro se apresuró a entregarle uno nuevo. “El número es nuevo”

dijo el lacayo, inclinándose ante él y luego, curiosamente, hacia mí. No le

respondí. Podría haberse marchitado a mis pies y no me hubiese importado.

Por ahora, me dejaba arrastrar por la corriente de la gente que me rodeaba.

Salimos en el mismo helicóptero en que Ian, Spade, Cooper, y Rodney

habían volado. Mis ojos estaban secos, mirando a la nada. Eso era todo lo que

me parecía ver, no importaba lo que mirara. Nada.

Con una sacudida despegamos. Tate llamó a Don y le contó lo sucedido,

terminando con una advertencia para que evacuase. Lo que sea que mi tío

respondiese fue ahogado por el sonido del helicóptero y por mi propia apatía.

¿De qué me preocuparía ahora? Mi corazón estaba hecho pedazos.

“Cat” Tate suspiró cuando colgó, poniendo su brazo alrededor de mí,

“Don dijo--”

Se detuvo y se quedó mirando casi estúpidamente su pecho. El cuchillo

que había sacado de mi abrigo y clavado en él estaba a menos de una pulgada

de su corazón. Sonreí, sintiendo como mi cara se quebraba como la cerámica

cuando se secaba demasiado rápido.

“Eso fue una advertencia. El próximo no lo será. ¿Pensaste que podías

solo deslizarte en el sitio de Bones y yo no me lo perdería? Pon tus manos sobre

mí otra vez y te mataré Tate”.


Quise decir cada amarga palabra. Si había una persona más feliz que

Patra ahora mismo, ese era Tate. Él había odiado a Bones desde el momento en

que lo conoció, y eso sin contar ni siquiera cuando le disparó a primera vista.

Que me colgasen si dejaba que Tate deshonrase la memoria de Bones

manoseándome como a un perrito faldero. Cualquier oportunidad que creyese

haberse ganado por la muerte de Bones, estaba equivocado.

Tate quitó el cuchillo de su pecho de un tirón sin decir una palabra. Pasó

la plata por su pantalón para limpiarlo y entonces me lo regreso.

“Estoy aquí cuando me necesites” murmuró, y se levantó para ir a la

parte trasera del helicóptero.

Nadie más habló después de eso, durante las dos horas completas hacia

el norte de Canadá.

Aterrizamos en un campo de césped congelado a cien metros de una casa

rodeada de frondosos árboles. Hacía mucho frío o tal vez era sólo yo. Parecía

que no podía recordar cómo se sentía estar caliente.

“Cat, tenemos que hablar” declaró Mencheres, tendiéndome una mano

que ignoré mientras saltaba desde el helicóptero.

“¿A qué hora va estar Denisse y mi madre aquí?”

Cruzó los brazos, ajeno al fuerte viento. “Al amanecer. Estaban

recogiendo suministros de camino aquí.”

“Sea lo que sea de lo que quieras hablar, ¿puede esperar hasta más

tarde?”

Mi armadura emocional estaba llena de refuerzos, pero eso no duraría.

Tenía que estar sola para poder quebrarme, no quería hacerlo en público.

Mencheres asintió.

“Después, por supuesto. Hasta entonces te conseguiré acomodo.”


“No te molestes. El amanecer está a menos de dos horas y no voy a

dormir. Sólo quiero estar sola. No tengo que decirte este ha sido el peor día de

mi vida.”

Comencé a caminar hacia la línea de los árboles.

“¿A dónde vas?” aclamo Mencheres.

“Es difícil estar a solas con un puñado de vampiros escabulléndose a mi

alrededor. Asumo que consideras este lugar seguro ya que nos ha traído aquí,

así que voy a dar un paseo.”

Hubo murmullos de protesta detrás de mí de distintas voces. Como

respuesta,

levanté el dedo medio y seguí caminando.

Los pinos fueron espesos en algunos puntos. Las huellas sobre la nieve

mostraban que muchas especies diferentes llamaban casa a esta frígida zona, y a

esta hora, estaba en silencio.

Mientras caminaba, me permití recordar la primera vez que vi a Bones,

encorvado sobre una mesa de un club con las luces reflectando en su pelo.

Cómo se había dado cuenta de mi engaño cuando le llevé a un lago con el

pretexto de seducirle. Despertar encadenada dentro de una cueva, oyéndole

burlarse de mí con una imitación de Piolín. Su cara cuando vio mis ojos brillar

por primera vez y se dio cuenta de que le había dicho la verdad sobre lo que

era. Esa sonrisa de suficiencia que me dio después de que lo reté a una lucha a

muerte. Nuestro primer beso. La primera vez que hicimos el amor. Y la sonrisa

que me había dado la primera vez que le dije que lo amaba...

Mi rápido ritmo me llevó a kilómetros de distancia. Cuando vi los

acantilados, empecé a escalar sin pensar mucho en el porqué. A juzgar por la

luna baja, todavía quedaban unos cuarenta minutos hasta el amanecer. Poco

después, Denise y mi madre llegarían. No quería verlas. No quería ver a nadie.


Trepe durante unos veinte minutos antes de encontrar una saliente lo

suficientemente amplio como para sentarme. Una ráfaga de viento me hizo

frotar mis manos en contra de la otra y el diamante rojo llamó mi atención. Mi

anillo de compromiso para una boda que nunca iba a celebrarse.

Me levanté y miré hacia fuera sobre la cornisa. Las rocas de abajo me

parecían fascinantes, la distancia hasta ellas de alguna manera no muy lejana o

atemorizante. Después de un momento, con los ojos cerrados, me sentí dar un

paso adelante. Y luego otro.

“Debe ser difícil para ti.”

Con la primera sílaba, mis ojos se abrieron de golpe. Vlad estaba sentado

en una saliente cerca de treinta pies por debajo de mi posición, mirándome.

“Seeh, es difícil que el hombre que amaba esté muerto. Que inteligente

por darte cuenta.”

Vlad se levantó. “Oh, yo no quise decir eso. Quiero decir que debe ser

difícil para ti decidir lo que eres. Nunca tuve que luchar contra eso. Cuando

cambié a vampiro, no pude volver a tener mi humanidad bajo ninguna

circunstancia. Sin embargo, tú te despiertas todos los días atrapada en las tuyas.

Como dije, difícil.”

¿De qué infiernos él estaba divagando? “Dije que quería estar sola Vlad.

Vete de aquí.”

“No es por eso por lo que estás aquí de verdad Catherine.”

“No me llames así” dije por costumbre y luego sacudí la cabeza. ¿Como

si ahora importase como me llamase él?

Me lanzó una mirada de desprecio. “¿Por qué no? Parada en la cornisa

esta Catherine Crawfield, no Cat, la Red Reaper. Catherine no tiene

obligaciones ni responsabilidades y ella decidió seguir a su marido a la tumba.

Al final, parece que has escogido tu lado humano. Qué interesante”.


“Eso no es lo que estoy haciendo” le espeté, y entonces me calle.

¿No fue eso? Me marché bajo el frío congelante, trepe a un acantilado y

me tambalea en el borde del mismo con los ojos cerrados. Una caída desde esta

altura probablemente me arrancaría la cabeza, por lo que no habría posibilidad

de que alguien me trajese de vuelta, como un ghoul o como cualquier otra cosa.

¿A quién le estaba tomando el pelo? Sabía exactamente lo que estaba haciendo

tan pronto como salí de ese helicóptero, incluso aunque me hubiese negado a

reconocerlo hasta ahora.

Puedes hacerlo, la idea se burlaba de mí. Don cuidará de tu madre, tu

equipo estará bien con dos vampiros y un ghoul para encabezarlos, Denise tiene

a Randy... No es como antes, cuando dejaste a Bones y había gente que

dependía de ti. Puedes irte con él. Estás lista.

“¿Estás lista, Catherine?” Vlad me provocó, utilizando ese nombre otra

vez mientras recogía el pensamiento de mi mente.

“Vete a la mierda, Drácula,” le solté. “Nada asombroso que a Bones no le

gustaras. A mí también me estás sacando de quicio.”

“No nos preocupábamos el uno por el otro, pero sí nos respetábamos.

¿Querría Bones que hicieras esto? ¿Es esto lo que él hubiera hecho, si tú

hubieses muerto?”

No.

La respuesta vino a mí sin necesidad de un momento para reflexionar.

Sabía lo que Bones haría si se invirtiesen los papeles. Si Max me hubiese

asesinado, Bones habría estado tan destrozado como yo lo estaba ahora, pero

como un vampiro, no se habría permitido la opción del suicidio. No, no hasta

haber rastreado a cada persona que hubiese jugado un papel en mi muerte y

vengarse horriblemente primero. Sólo después de haber conseguido su

venganza, Bones se habría permitido a sí mismo pensar en su propia muerte.

Así es como eran los vampiros.


Pero Vlad estaba en lo cierto. Yo tenía una excusa. Yo era mitad humana.

Podría envolverme en mi humanidad y saltar desde este precipicio a los brazos

de Bones del otro lado. Pero los vampiros no tenían esos lujos. Si yo fuese un

vampiro, no tendría más remedio que bajar de este precipicio y

comprometerme a una sangrienta represalia, con el corazón roto o no. Pero si

era humana, podía seguir adelante y saltar.

Vlad me evaluó, con una inmisericorde mirada mientras escuchaba mi

lucha interna.

“Así que, ¿Qué eres?”

Desde que tenía dieciséis años y mi madre me habló de mi padre, había

luchado con la misma pregunta. El sonido del latido de mi corazón parecía

burlarse de mí. Cada aliento que tomaba era una burla. Sí, tenía muchas

similitudes con un ser humano y sí, quería la paz de aquella caída libre hacia el

otro lado donde Bones me esperaba. ¡Dios, como lo quería! Pero no era humana.

No lo había sido desde el día en que nací y ahora no podía hacerme pasar por

humana.

“¿Y bien?” Preguntó Vlad con más énfasis.

Dirigí una última mirada de pesar al fondo rocoso del barranco antes de

encontrarme con los ojos de Vlad.

“Soy un vampiro” dije, y me alejé de la cornisa.


Capítulo 22


MENCHERES NO HIZO NINGUN COMENTARIO CUANDO aparecí

más tarde con Vlad a mi lado. Si había adivinado algo del drama, se lo guardó

para sí mismo. Mi madre y Denise habían llegado. Había visto su avión

circulando, mientras descendía del acantilado hasta terreno sólido.

Un grito llamó mi atención mientras nos acercábamos a la casa.

Mencheres cerró los ojos y sacudió la cabeza. Había estado de pie afuera

esperando mi regreso.

“Ellos le acaban de informar su muerte”, dijo a modo de explicación.

“¿Necesitabas hablar conmigo?”

Mencheres parpadeó ante mi controlado tono. “Pensé que querrías ver a

tu madre en primer lugar.”

“No, vamos a hablar ahora.”

Vlad hizo una reverencia cortés. “Los dejaré de hablar en privado” y

entró.

Mencheres me consideró con la misma mirada de evaluación que le di.

Ninguno de los dos se movió. Finalmente rompió el silencio.

“He usado mi poder para intentar localizar el cuerpo de Bones. Por un

instante, lo vi, encogiéndose en el estado de la verdadera muerte, con un

cuchillo atravesando su pecho.”

La imagen se estrelló contra mí con más fuerza que una bala de cañón.

Era todo lo que podía hacer para no sucumbir a gritos histéricos, como podía


oír Annette hacerlo. Mis uñas se enterraron en mis palmas mientras aplastaba

sin piedad mi dolor.

“¿Sabes dónde está?” Al menos entonces podría traerlo a casa. Si nada

más, podría hacer eso.

“No. Perdí la imagen justo después. Creo que Patra está usando un

hechizo de bloqueo. Los usaba antes para impedir que yo la localizara. Lo

intentaré de nuevo, por supuesto.”

“Gracias.”

Fue la primera cosa sincera y agradecida que le había dicho. Mencheres

no sonrió, pero algo de tensión abandonó su rostro.

“Es mi deber y el deseo de darle a Bones la despedida que merece.”

Por un tiempo no dijimos nada después de eso. Al fin, Mencheres volvió

a hablar.

“Por su orden, mientras aún estaba con vida, Bones te legó todo a ti.

Ahora eres Maestro de su línea y co-Maestro de la mía. Juré por mi sangre

honrar la unión forjada con él, así que por mi sangre, juraré ahora honrarla

contigo, como era su deseo.”

Una masa de cañón hizo su camino hasta mi garganta y también, fue

tirada hacia abajo con todas las otras emociones que no podía permitirme sentir.

En su lugar, asentí con la cabeza.

“Si eso es lo que quería de mí, lo haré.”

Mencheres sonrió entonces. “Estaría orgulloso de ti, Cat.”

Una pequeña y desesperada sonrisa estiró mi boca. “Eso es todo lo que

tengo para seguir adelante.”

Se oyó dentro el ruido de algo rompiéndose. Me enderecé. “¿Hay algo

más? Tengo que ver a Annette. Ella suena como me siento.”


“El resto puede esperar hasta más tarde. Adelante. Atiende a su gente.”

A pesar de mis celos y masivo rencor hacia ella por tratar de sabotear mi

relación, además de la envidia simple y pura por los años que había estado con

Bones, en cuanto vi a Annette, quise consolarla. Si había alguien aquí que sabía

exactamente cómo me sentía, era ella.

“Ven aquí, Annette.”

Apele a que saliera de los brazos de Ian y Spade. Ambos habían estado

sujetándola, ya sea para consolarla o para impedir que rompiera otra cosa.

Había varios objetos rotos a su alrededor. Lágrimas rosadas corrían a raudales

de sus ojos, dándole un aspecto positivamente horrible.

“Déjame ir,” gritó a Spade. “¿No lo entiendes? ¡No quiero seguir sin

Crispín!”

¡Oh, cómo la apoyaba en eso. Sin embargo, Vlad estaba en lo cierto.

Bones merecía una retribución y era mi trabajo ver que lo consiguiera. Agarré la

cabeza de Annette.

“Seguirás, porque le debes eso a Bones. Patra espera que su muerte

signifique que está libre, pero vamos a demostrarle que cometió el mayor error

de su vida. Vamos, Annette. Haz que Bones se alegre de haberte transformado

en un vampiro hace siglos – y sus enemigos se aterrorizaran de ello.”

Oscuras rayas de color rosa continuaban bajando por las mejillas de

Annette, pero su boca estaba apretada en una dura línea. Vi cómo sus rasgos

cambiaron de la retorcida desfiguración por el dolor al acero, consiguiendo el

rostro de la mujer que había intentado por cualquier medio arruinar mi relación

cuando nos conocimos.

Se secó las mejillas y se puso de pie.

Ellos van a caer, mi mirada le prometió.

Puedes apostarlo, los de ella respondieron.


Entonces me sorprendió arrodillándose y su desarreglada cabeza

inclinada. “Crispín me dijo que te nombraría Maestro de su línea si algo le

sucedía, así que aquí y ahora, comprometo mi lealtad.”

No estaba preparada para esto. Entonces los otros miembros de la línea

de Bones comenzaron a seguir el ejemplo, hasta que incluso se arrodilló Tate.

Spade se movió a mi lado, pero no se puso de rodillas, ya que él era Maestro de

su propia línea. En cambio, bajó la cabeza y besó mi anillo de compromiso.

“Voy a estar a tu lado Cat, por el bien de mi amigo que no habría

esperado nada menos de mí.”

Quería decir algo para enfrentar todo esto, pero mi garganta estaba

cerrada. Rodney murmuró palabras similares y también besó la piedra brillante

de color rojo. Ian me sorprendió siguiendo su ejemplo. Clave mis uñas en la

palma de mi mano, luchando contra las lágrimas que intentaban ahogarme.

No te atrevas a llorar, me reprendí. No te atrevas.

Después de que todos los vampiros hicieron su promesa, me aclaré la

garganta.

“Gracias. Juro que demostraré que soy digna de su confianza. Como dijo

Spade, Bones no habría esperado nada menos. ¿Mencheres?”

Él inclinó la cabeza. “¿Sí?”

“¿Qué sigue?”

“Tendremos una asamblea en un futuro próximo para que aquellos bajo

la línea de Bones te reconozcan formalmente. Después de eso, el enfoque es el

mismo. Estamos en guerra.”

“¿Por qué en un futuro próximo? ¿Hay un período de espera

obligatorio?”


Mencheres arrugó la frente. “No, pero a la luz de este trágico y repentino

acontecimiento, tienes tiempo-–”

“Y una mierda. No voy ponerme más alegre, así que vamos a sacar esto

del camino. La gente de Bones estará volviéndose loca con él muerto y mientras

más tiempo estén en el limbo, más fuerte se volverá Patra. ¿Cuándo es lo más

pronto que se puede arreglar?”

Mencheres me miró desconcertado. No hice caso de ello y golpee con mi

pie para enfatizar.

“¿Y bien?”

“Mañana por la noche. Voy a notificar a los líderes apropiados.”

“Mañana por la noche, entonces.”

La pregunta era, ¿Qué se suponía en el nombre de Dios debía hacer

conmigo hasta entonces?

Después de varios comentarios de que yo no había dormido, subí a una

de las habitaciones sólo para callarlos a todos. Pero tan pronto como me tendí

en la cama y sentí el enorme vacío a mi lado, me di por vencida y me di un baño

en su lugar. Durante dos horas me senté en la bañera, mirando fijamente a la

nada.

Mencheres estaba en la puerta cuando salí del baño. “Tengo algo para ti”

y tendió una pequeña caja cuadrada de antigua madera tallada.

“¿Qué es eso?”

“Bones me la dio a guardar hace varios meses para ti, en caso de que algo

le sucediera.”

“Déjalo en la cama”. Mi voz fue áspera. Tenía miedo de tomarlo, porque

había un temblor en mis manos que no había estado allí antes. “Y vete.”


Hizo lo que le pedí y estuve sola en la habitación con la caja. Me tomó

más de veinte minutos reunir el coraje para abrirla, y luego contuve un gemido.

Presionadas en el forro de la tapa de la caja habían fotos. La primera era

de los dos del último verano. Bones y yo estábamos en nuestra silla batiente del

porche, con su rostro de perfil, como susurrándome algo. Fuera lo que fuese, yo

estaba sonriendo.

La segunda foto era de mí desnuda en una cama muy alborotada,

agarrando una almohada mientras estaba acostada de lado. Tenía la boca

abierta, y dormía con una expresión sensual y letárgica en la cara. Uno de mis

pechos era visible mientras que el otro se asomaba de las mantas, al igual que

los rizos de color rojo entre mis piernas. Un poco avergonzada, de todas las

cosas, la voltee y entonces me di cuenta de la escritura en la parte de atrás.

-La tomé esta mañana. Te veías tan hermosa que no pude resistirlo. Me

hace sonreír, incluso ahora imaginarte como te sonrojas al verla-

Un ruido estrangulado salió de mi garganta ante su familiar y elegante

letra. No podía hacer esto. Me dolía tanto que empecé a respirar con jadeos

desiguales e irregulares. Había una nota doblada que se extendía en la parte

superior de cualquier otro artículo que hubiese en la caja, con las palabras Mi

Amada Esposa escrito en ella. Al instante las letras se volvieron borrosas,

porque mis ojos se llenaron de lágrimas que casi quemaban por salir.

Algo en mí sabía que si leía lo que había en esa nota, mi delicado control

emocional se desintegraría y me volvería loca. Cerré la caja y la metí debajo de

la cama. Ocupada, tenía que mantenerme ocupada. Con retorcida resolución me

vestí con el primer par de pantalones y top que encontré, ni siquiera vi si

coincidían y casi corriendo salí de la habitación.

Doc alzó la cabeza cuando entré en el sótano. Había estado dando

vueltas a sus dos pistolas de seis tiros. A la mayoría de los vampiros les


gustaban los cuchillos, espadas u otras armas arcaicas, pero Doc tenía una

fijación por las armas. Nunca iba sin ellas.

“Reaper,” me reconoció.

“¿Cuántos años tienes?”

Si estaba sorprendido por mi repentina pregunta, no lo demostró. A

pesar de que había estado alrededor de Doc durante una semana, no habíamos

hablado largo y tendido.

“Ciento sesenta, años de vida incluidos”. Tenía un agradable acento

Sureño que hizo sonar cada palabra más cortés. En pocas palabras me pregunté

si sus colores hubiesen sido los azules o los grises.43

Me tendió una de sus armas. “¿Quieres darles un giro?”

Había corrido como si me persiguieran unas cuarenta millas en el

bosque, hice dos horas de esgrima y más pensando que podría ser bueno para

mí. ¿Armas? ¿Por qué no.

“¿Tus armas son femeninas?” pregunté mientras tomaba la pieza.

Requerían ser cargadas. Las mías eran semi-automáticas o totalmente

automáticas, dependiendo de lo que la situación ameritaba.

“Porque Cat, es la persuasión femenina la que siempre es más mortífera.”

Humor negro. En otras circunstancias, podría apreciar eso. Hice girar el

arma en mis dedos, amartillándola y apuntando en un borrón de movimiento.

Los cuchillos podrían ser mi arma favorita, pero eso no significa que fuese una

principiante con las armas de fuego.

“Muy bien” señaló. “Ese muro tiene sólo tierra en el otro lado del mismo.

¿Cómo está tu puntería?”

43

Al parecer Cat se refiere a los uniformes de la guerra civil de EE.UU, donde el Norte se representaba con el azul oscuro y el Sur con el Gris.


En respuesta, descargué el arma en el área designada en una sucesión de

seis tiros que resonaron como uno solo. Doc sonrió al triángulo hecho de los

agujeros. No la regrese, sin saber si mi cara podría constituir esa expresión otra

vez.

“Dame más balas y escribiré mi nombre” dije sin real interés. "¿Qué hay

de ti?” Tomó la pistola y volvió a cargarla. Luego les dio un giro con tal

velocidad que mis ojos no pudieron seguir, lanzándolas lejos del suelo y

capturándolas, sonando juntas en el aire y azotando en torno a su espalda y

piernas. Todo el tiempo se dispararon, por lo que el espectáculo fue más

dramático por las fuertes ráfagas de fuego. Las tenía de nuevo en mis manos

antes de que el ruido de los disparos se desvaneciera.

“¿Qué tal eso?”

Miré a la pared a treinta metros de distancia y entendí la broma. Doc

había tomado mi triángulo y lo convirtió en una A, siguiéndola con una C y T

con sus agujeros frescos. Teniendo en cuenta que lo había hecho durante ese

deslumbrante despliegue de trucos, era muy impresionante.

“Serías ovacionado por mi equipo” respondí finalmente. “Mis chicos

pensarían que eso esa la cosa más asombrosa antes vista.”

“La ley y yo tenemos una larga y enredada historia” dijo con poca

diversión. “Así que estoy feliz lejos de ella.”

“¿Cómo llegó Bones a cambiarte?”

Las facciones de Doc se volvieron sombrías. “No lo hizo. Él es mi

GrandSire. Annette me cambió”. Oh. Ahora lo miré de una manera femenina,

tomando nota de la delgadez de su cuerpo, su rostro atractivo, ojos avellana y

cabello castaño peinado hacia atrás. Sí, parecía el tipo de Annette.

“Lo suponía.”


“No es lo que estás imaginando. Allá en el siglo dieciocho, me encontré

con cuatro hombres arrinconando a una mujer detrás de un bar. Le disparé a

dos de ellos y los otros dos huyeron. No sabía que no estaba protegiendo a la

mujer – sólo le negaba una buena comida. Sin embargo, Annette no se olvidó de

mi caballerosidad equivocada. Cuando me estaba muriendo años más tarde, me

encontró y me ofreció una alternativa. Así que la tomé.”

Era algo así como lo que Bones habría hecho, me di la vuelta,

parpadeando. Nunca olvidar la amabilidad. Al parecer, Annette creía eso

también.

“Tú no eres uno de los de Bones y eres un Maestro, así que ya no estás

bajo la línea de Annette” razoné en voz alta. “Así que, ¿Por qué estás aquí?”

Me dio una solemne mirada con sus ojos marrón claro. “Por la misma

razón que tú. Porque no me olvido mis deudas.”


Capítulo 23


ERA 27 DE DICIEMBRE, Y NOS REUNIMOS en el Teatro de la ópera,

entre todas las cosas. Estaba vestida toda de negro, que se adecuaba a mi

humor. Hubiera estado bien usar una bolsa de basura, pero los vampiros se

vestían para la ocasión y tenía un papel que desempeñar. Botas de cuero negro

completaban el efecto. El único color en mí fue la delgada cadena de plata

alrededor de mi cintura, donde varias dagas del mismo metal colgaban. Era una

amenaza tácita y la promesa de protección combinada.

Mencheres y yo éramos el centro del escenario. A pesar de que todos en

el teatro sabían por qué estaban allí, por el bien de la formalidad, él repitió la

noticia de la muerte Bones. Me negué a dejar que cualquier emoción apareciera

en mi cara mientras esas palabras devastadoras eran dichas otra vez, cortando

dentro de mí con el mismo dolor que había sentido al oírlas la primera vez.

"...Y como era su decreto, el Magisterio de la línea pasa a su esposa, Cat".

Mencheres tendió la mano y la acepté. "A partir de esta noche en adelante, todo

lo que te pertenece es mío, así como todo lo mío es tuyo. Para sellar esta alianza,

la sangre es requerida. Catherine, tú que también eres conocida como la Red

Reaper, ¿ofreces tu sangre como prueba de tu palabra?"

Repetí las palabras necesarias que nunca pensé que cruzarían mis labios.

Entonces dirigí un cuchillo a través de mi palma en un profundo corte.

Mencheres tomó la misma hoja y cortó la palma de su propia mano,

estrechándola sobre la mía.

"Mi sangre es también una prueba de mi palabra. Si traiciono nuestra

alianza, será mi condena."


Nuestras manos unidas se levantaron para el efecto, la mía hormigueaba

cuando sanó en contacto con su sangre y luego las dejamos ir. Estaba hecho.

O no exactamente.

"Me niego a llamar a la mestiza mi líder y la desafío para liberarme de su

línea".

"¡Thomas, tú bruto insolente!" Spade avanzó desde su lugar al perímetro

del escenario. "Si Crispin estuviera aquí, te arrancaría la columna vertebral y te

azotaría con ella. Pero como su mejor amigo, voy a realizar esa tarea yo mismo".

En verdad, no me sorprendí. En cualquier reunión formal, un vampiro

podía solicitar o desafiar por su independencia. Si el Maestro quería ser

benévolo o si se había acordado de antemano, se le concedería sin luchar. Pero

si no...

"Ni siquiera lo pienses, Spade" dije. "Bones apreciaría tus intenciones y

yo también, pero este hombre me retó y yo le voy a responder."

"Cat". Spade agarro mis hombros, bajando la voz. "No has dormido en

días, apenas has comido o bebido y todo lo que haces es entrenar. Si no soy yo,

deja a Mencheres responder esto. Hará tal ejemplo de este bruto que cualquier

otro que esté pensando en una cosa así le resultará mucho menos atractivo".

"Tienes razón". Spade se relajo, pero Bones lo habría sabido mejor. "¡Este

engendro necesita que sea puesto como ejemplo, pero por mí. Si no puedo hacer

esto, entonces esta línea se quebrara desde adentro hacia afuera. Tomás!"

Empujé a Spade hacia atrás y fui al borde del escenario. "Tu desafío es

aceptado. Si es que quieres tu libertad..." hice sonar mis nudillos y rodé mi

cabeza sobre mis hombros.

"Ven y consíguela”.

Thomas se dirigió hacia el escenario, un salto limpio lo llevó a la elevada

plataforma. El resto de los vampiros abrió el camino, Mencheres cortó la


protesta de Spade con un gesto de sus manos. Casi me sonreí mientras los veía.

Esto era lo más parecido a la terapia que podía haber.

"¿Cómo quieres morir?" pregunté, con mi aburrida mirada en la suya.

"Porque lo estarás, sabes. Así que elije tu veneno. Espadas, cuchillos, martillos o

piel contra piel."

Thomas era de mi estatura, tenía los ojos azules y cabello rizado castaño-

rojizo. Note todo esto mientras medía su aura. Tenía el poder resonante de un

vampiro fuerte. Este no era un adolescente en años no-muerto.

"Te mataré con rapidez por respeto a mi señor", contestó con un acento

irlandés.

Solté un ladrido agudo de diversión. Combinado con su corta estatura y

mejillas redondas, Thomas me recordaba al duende de los cereales que comía

cuando era niña. “Vienen por mí, Amuletos de la Suerte44!” Quería cantarle.

Lástima que él no estuviera vestido de verde, eso lo habría hecho perfecto.

"Si tuvieras algún respeto por Bones, no estarías desafiando por tu

libertad en medio de una guerra", susurré en su lugar. "Como él diría, muy

mala forma".

"Fue su desgracia ser cautivado por una bruja como tú", dijo él mientras

seleccionaba un cuchillo de la exhibición de armas apresuradamente ordenadas.

No me molesté en escoger - ya llevaba varios en mi cinturón. "¡Tú le incitaste a

la guerra basada en un ataque que en realidad nunca sucedió!"

Hubo un estallido de maldiciones de los varios vampiros sobre el

escenario. Una furia fría me envolvió. Tratando de ir por los golpes bajos, ¿no?

Muy bien, entonces.

44

They're Always After Me Lucky Charms! (Es el slogan de los cereales Lucky Charms)


Dejé escapar un quejido y me encorve como si hubiese sido un golpe45

Thomas corrió hacia adelante en un destello de velocidad. Cuando estaba sobre

mí, su cuchillo estuvo a milímetros de un golpe de gracia, Me torcí hacia un

lado y hundí su propia hoja hasta el fondo de su estómago. Pronto la plata

afilada encontró un hogar en su corazón. Todo pasó en menos de un segundo.

"Maldito estúpido, supongo que no prestaste atención cuando Bones te

dijo que no cayeras en un engaño."

Con mi cuchillo en su corazón, Thomas se congeló como si hubiese sido

convertido en hielo. Me incliné más cerca, casi susurrándole al oído.

"Dile hola a Bones por mí" le dije, y luego giré la hoja en su corazón. "Y

cuando llegue a contactarse contigo, realmente te vas a arrepentir".

Le di al lentamente marchitado cuerpo de Thomas una patada que lo

envió abajo a los asientos donde la orquesta normalmente se sienta. Entonces

me guarde el cuchillo de nuevo en mi cinturón, ni siquiera me molesté en

limpiar la sangre.

Hubo conmoción en la parte de atrás. El sonido del vaivén de puertas

abiertas. Miré hacia la entrada justo cuando Mencheres vino hacia adelante y se

apoderó de mi mano.

"Cat, lo siento mucho, pero yo no tenía idea que ella iba hacer esto",

rechinó. "No puedes atacarla en una reunión formal, es en contra de nuestras

leyes. Hacerlo sería condenarnos a todos."

Esas palabras ahuyentaron mi momentánea confusión sobre quiénes eran

los cinco vampiros que entraron en el teatro. ‘Llegan tarde’, había sido mi

primer pensamiento. A continuación, esa risa de mierda me dijo lo contrario

aun cuando Mencheres seguía hablando. Conocía esa risa. Me marcó.

"Mencheres, mi marido, ¿no vas a saludarme?"

45

Este gesto es irónico, como si el golpe bajo ‘verbal’ hubiese causado un golpe físico.


Mis dedos palidecieron en los de él, apretando con tanta fuerza que los

huesos de Mencheres se fracturaron tan rápido como podían curarse. Patra

había hablado con él, pero sus ojos eran solo para mí mientras bajaba por el

pasillo con la gracia de una serpiente.

Patra no tenía ese famoso y apelmazado corte de pelo egipcio tan

distintivo que muestran a menudo en las películas sobre su madre. No, ella

tenía hilos de oro destacando en su pelo largo y negro. Sus cejas tampoco eran

tan gruesas como sugería Hollywood. En realidad, eran delgadas. Como lo era

ella. De hecho, era más atlética que voluptuosa. Su piel era pálida, pero más

oscura que la mía. Casi de color miel. Tenía la nariz ligeramente más larga de lo

que favorecía la moda, pero no había ninguna duda al respecto, Patra era

hermosa.

"¿Por qué?"

Escupí la pregunta a Mencheres sin sacar mis ojos de ella. Todo en mí

estaba en el punto de quiebre. Matar, era todo lo que mi mente era capaz de

pensar.

"Son nuestra leyes. Como mi esposa, puede presentarse en cualquier

reunión formal, pero no puede atacarnos. Tampoco podemos lesionarla, sin

embargo. Busca provocarte a la violencia, pero no vamos a darle esa victoria tan

fácilmente".

Oh, ella quería provocarme a la violencia, esta bien. Quería rasgarla en

pedazos y usar su sangre de ropa. Mis ojos llamearon, destellos verdes de odio

brillaron hacia ella.

"Hola, perra."

Se rió de nuevo en una insinuante y ronroneante manera. "Así que tu

eres la mestiza. Dime…" Un destello apareció en sus ojos. "¿Has dormido bien

últimamente?"


Una parte de mí estuvo sorprendida de que no me hubiese incendiado

por la rabia. La otra mitad me oyó reír en un tono brillante, tan opuesto a cómo

me sentía.

"¿Eso es lo mejor que puedes hacer? Oh, Patra. Qué aburrido".

Independiente de lo que ella había estado esperando, no fue eso.

Infiernos, me sorprendía a mí misma.

A Patra no le gustaba que se rieran de ella. Su expresión de indignación

era prueba de ello.

"No soy tan estúpida como esperabas" continué. "Ahora, te callas o te

vas, porque estas interrumpiendo las cosas. Tiene que haber una ley sobre eso

también".

"Me iré". Su sonrisa era despectiva. "He visto lo que quería. No eres nada

y pronto serás menos que eso. Pero antes de irme, pensé que deberías saber por

qué estás en esta guerra en primer lugar. Estoy apostando a que mi marido no

te lo ha dicho, ¿verdad?"

"¿Decirme qué?"

Se rió de nuevo y me encontré pensando que odiaba su risa más que

cualquier otro sonido que hubiese escuchado antes.

"¿No te has preguntado por qué me volví contra Mencheres en primer

lugar? Si no lo hubiese hecho, entonces no habría ninguna guerra y no habría

razón para matarte o a Bones".

Si estaba esperando que yo la animara a continuar, lo único que obtuvo

fue silencio. Patra suspiró. "Muy bien, lo explicaré. Cuando Mencheres me

ofreció hacerme un vampiro, le dije que no cambiaria a menos que cambiara a

mi amante Intef también. Pero después que desperté de mi muerte, Mencheres

me dijo que Intef había sido asesinado antes de que su gente pudiera llegar a

él".


Hizo una pausa para dar a Mencheres una mirada llena de odio.

"Entonces un día Anubus, un antiguo amigo de Mencheres, rompió su

silencio. Intef no fue asesinado por los romanos. Mencheres lo hizo. Ya ves,

pequeña mestiza, estás en esta guerra, porque por fin voy a vengar al asesino de

mi amante, así que ¿quién es el real culpable de la muerte de Bones?"

Eché un vistazo a Mencheres, quien cerró los ojos un instante antes de

encontrar mi mirada. Lo vi entonces. Lo que Patra dijo era verdad, cada palabra

de eso. Por un momento, me invadió la urgencia de apuñalarlos a ambos por su

crueldad ante conseguir lo que ellos querían.

Entonces me volví hacia Patra. "Entiendo tu motivación. Pero solo

deberías ir tras Mencheres. En vez de eso, elegiste secuestrar a familiares y

forzar a las personas a ser bombas humanas. Tú elegiste asesinar a Bones y por

eso, voy a matarte. Tú, de todas las personas deberías entender por qué".

Patra sonrió. "Porque entiendo tu dolor, voy a liberarte de el". Levantó la

voz. "¡Ofrezco amnistía a cualquier persona que la deje y se una a mí! Además,

para el hombre o la mujer que la mate, ofrezco una recompensa más allá de su

comprensión. Tienen la palabra de un dios".

Le di una mirada que fue más dura que el diamante en mi mano. "Perra

arrogante, te veré muerta y esa es la palabra de una mestiza".

Patra me dio una última mirada de desprecio y se volteo. Sus cuatro

escoltas la flanquearon mientras ascendía por el pasillo de la misma manera

majestuosa en la que había llegado.

Sólo después que las puertas se cerraran detrás de ellos deje salir mi

aliento. Estaba tan furiosa, que temblaba.

El silencio era completo, ausente del típico arrastrar de pies de los

humanos o el nervioso aclarar de gargantas. Me acerqué al lado del escenario en

donde estaban las armas y casi con delicadeza saqué una espada. Mejor lidiar


ahora con las repercusiones por la oferta de Patra que permitir que la idea de

que yo era demasiado débil se cocinara a fuego lento y creciera.

"Muy bien, todo el que le crea a esa perra y piensa que puede atraparme,

aquí estoy."

Los retos vinieron reñidos y rápidos, varias y diferentes voces gritando.

Esta vez no ofrecí la opción de las armas -mantuve mi espada. Y uno a la vez,

corté, apuñalé o decapité a cada vampiro que subió al escenario. Toda mi ira

reprimida y tristeza la puse en mis golpes, agradecida por esos breves

momentos que pude sentir algo aparte del dolor.

Cuando hube terminado con el octavo vampiro, deslizando mi espada a

través de su corazón tan profundamente que la mitad de mi brazo lo siguió, mi

cuerpo fue cortado en docenas de lugares e indecentemente en algunos.

Irónicamente, mis propias heridas se habían curado con el contacto continuo de

sangre fresca de vampiro.

Me volví hacia la audiencia. "¿Quién más cree que me puede vencerme?"

Nadie más me retó. Enterré la espada en el centro del escenario como si

fuera Excalibur46 en la piedra proverbial. Entonces limpié un poco de sangre de

mi mejilla con los desiguales restos de mi manga y me volví hacia Mencheres.

"¿Ahora nos podemos ir?"

46

Excalibur, es el nombre más aceptado de la espada legendaria del Rey Arturo.


Capítulo 24


CUANDO VOLVI A LA CASA, EL ENORME VACIO DE LA CAMA se

burlo de mi.

Mira, se burlaba, mis sábanas estaban rectas. Mi colchón no se hundía

por una larga y pálida forma que me estaría esperando. Bones se ha ido. Nunca

volverá.

Con impotente ira lancé la cama, rompiéndola contra la pared. Todo lo

que hizo fue exponer una antigua caja con la carta que no podía soportar leer y

el haber destruido una cama en perfectas condiciones. Un desperdicio, como

todos mis planes para el futuro.

Me puse una sudadera y una camiseta, y baje las escaleras con la caja

envuelta en un manta que había jalado bruscamente de los restos de la

estructura de la cama. El reloj había repicado las 2 a.m y nadie estaba dormido.

Spade y Rodney estaban en la sala con Ian. Mencheres no estaba y eso no

me sorprendió. Haber visto a Patra notablemente lo había trastornado, eso

estaba claro. Una parte de mi sintió pena por él. Cuando se había casado con

Patra, la había amado. Un juicio no muy acertado de su parte, pero nadie es

perfecto. Incluso miles de años después, ese error aun lo obsesionaba.

“Lo hiciste bien esta noche, Cat” dijo Ian. “Aunque te ves como una

mierda”.

Normalmente le habría respondido con algo sarcástico, pero eso requería

demasiado esfuerzo. En cambio me instalé en el sofá colocando la caja en el

suelo, cerca de mí.

“Como sea”


“Necesitas dormir”, Dijo Spade por centésima vez.

“Si pudiera dormir, no estaría sentada aquí escuchándolos joderme”. ¿Ha

dicho algo interesante Anubus?

Ian había sido el único que había pasado la mayor parte de su tiempo

con él. Bueno, Ian y unos pocos amigos sádicos. Sin duda Anubus habría

deseado que ellos solo lo hubiesen matado. No podían por supuesto, sin

importar lo mucho que él pudiese pedir por ello.

“Maldijo un poco, por así decirlo” Ian gruñó con exasperación. “El

imbécil ni siquiera sabe como Crispin fue atrapado o quién más estaba en esa

estación de tren, además de los vampiros que vimos. No tiene sentido por qué

no querría saber más, pero afirma que no lo sabe".

“Vamos a tener que esforzarnos más” dijo Rodney sombríamente. “ser

más inventivo”.

“Incluso más” Spade estuvo de acuerdo.

Mis dedos frotaron mi sien para intentar contener la migraña que había

crecido aun peor.

“Ian tiene razón, lo sabes “dijo sagazmente Spade. "Estás en un estado

terrible y no vas a durar mucho más tiempo sin descanso. ¿Debo---?"

“Tú no puedes ayudarla, pero yo si”

Spade fulmino con la mirada a Tate cuando entró en la habitación. Ian y

Rodney lo siguieron de cerca. Si esto le molestaba, no dio muestras de ello y se

sentó junto a mí en el sofá.

“Tate” di un suspiro. “Tal vez deberías irte. Todos ellos están jugando

mentalmente a atrapar tu cráneo”

El ignoro eso y me entrego una botella de prescripción. “Llame a Don.

Esto esta medido para tu linaje Cat, te hará dormir. Es por eso que he estado


fuera por horas-camine hasta la farmacia, así nadie podría rastrear un

automóvil u obtener placas por si alguien estaba vigilando”

Los otros tres hombres en el cuarto estaban tan atónitos como yo. Tome

la botella. “Gracias”. La anticipación de la nada que el breve sueño me llevaría,

lo hizo aun más sincero. Por unas pocas horas, tal vez, me libraría del dolor.

Él me tendió un vaso de agua. “De nada”.

Ingerí la dosis necesaria y luego me recosté en el sofá. La caja de madera

aun estaba junto a mí, aquellas palabras encerradas, eran el reemplazo más

próximo que tenia para Bones. Después de algunos minutos, sentí disminuir la

tensión en mi cuerpo. Las píldoras era fuertes y yo tenía un metabolismo

rápido.

“Bien hecho, muchacho” Dijo Spade mientras comenzaba a irme a la

deriva “Tal vez seas de utilidad después de todo”.

“Bones y yo acordamos que queríamos lo mejor para ella” Fue la

respuesta serena de Tate.

“Solo diferimos en lo que pensamos que era eso”

Bones…….

Su nombre hizo eco en mi mente mientras me deslizaba dentro de la

inconsciencia que me aguardaba.

Tal vez sueñe contigo.

El ruido me despertó. En alguna parte de la casa, hubo un grito. Luego

pasos corriendo. Aquellos sonidos penetraron al interior del sueño en el que los

narcóticos me mantenían.

"¿Qué demonios--?" Escuché decir a Spade, alzando la voz un tono.


“Follame Muerto!”

¿Ese era Ian? ¿No podían hablar más bajo?

Hubo un chillido que sonó como Annette y en una octava más alta,

deslice la almohada sobre mi cabeza. Incluso ese pequeño esfuerzo me agotó. Si

hubiera podido, me habría enojado por la conmoción. Ellos querían que yo

durmiera, pero entonces… ¿hacen este tipo de alboroto? Hipócritas.

Allí estaban los inconfundibles, altos e ininteligibles berreos de Annette.

Cerca de allí, oí que algo se estrellaba contra el suelo. Mi mente confusa pensó

que podría haber sido Tate. Él había estado recargado en las patas de la silla

cuando perdí el conocimiento. Tal vez él también había cabeceado y perdió el

equilibrio. De todos modos, eso no explicaba su murmurada maldición.

"Tienes que estar jodiendome..."

Ahora había un coro desenfrenado de voces, numerosas puertas azotadas

y tanto alboroto, abrí un ojo con dificultad. Por encima de cualquier otra

palabra un nombre finalmente penetró, haciéndome tropezar del sofá a un

bulto.

“Crispin!”

“…necesito ver a mi esposa”, fue todo lo que escuche antes de empezar a

gritar, tambaleándome sobre la mesa de café en un ciego frenesí por correr

hacia esa voz. Mis ojos estaban abiertos pero desenfocados, todo se veía en un

contorno doble y borroso lo que hizo que la figura caminando hacia mi luciera

mas como un fantasma que como un hombre.

Unos brazos se apoderaron de mí, presionándome contra un cuerpo que

choco agresivamente con el mío, caímos sobre el piso. Mi rostro fue embutido

junto a una garganta que vibraba con ese familiar acento.

“…Te extrañe demasiado, Gatita, Te amo...”


Esto es un sueño, esto se me ocurrió a mí. Un sueño y le agradeceré a

Don desde el fondo de mi corazón por esta falsa oportunidad de sostener de

nuevo a Bones. ¡Dios bendiga la ciencia moderna y las toneladas de codeína

mescladas con sedantes!

“Estas muerto” articule. “desearía que estuvieras realmente aquí…”

“Déjenme solo con ella. Todos ustedes, por favor, dennos un momento.

Charles”.

Algo era susurrado demasiado bajo para que pudiera escuchar, incluso

aunque la oscura cabeza de Spade estuviera tan doblada como para rozar mi

mentón. El asintió una vez y beso el pálido rostro que aun destellaba por darme

claridad.

“Cualquier cosa, mi amigo”

“Por favor no me despierten” suplique, aterrada de que alguien me

sacudiera de mi sueño. Me aferré a la figura que parecía tan real, exprimiendo

mis ojos ya cerrados. “Sólo un poco más”

“No estás soñando, Gatita” Oh Dios, su boca cubrió la mía en un beso

causando que mi corazón se rompiese. “Estoy aquí”.

“Ellos te vieron muerto, y-y-achi-achicharrado, tú no eres r-r-real…”

Realidad y confusión se mesclaban, incrementado por las píldoras y duplicado

por el shock.

Él me cargo hasta el sofá. “Primero esto, la conversación después” dijo él,

rompiendo mi vaso de agua y cortando su palma con este. No tenía muchas

opciones, desde que su palma cubrió mi boca en el siguiente momento.

Con cada gota que ingería, la bruma por la droga comenzó a

desvanecerse, hasta que pude ver claramente a Bones arrodillado frente a mí.

Mis dedos temblaban mientras extendía la mano para tocarlo, medio asustada


de que esto fuera otro hechizo de sueño de Patra. Uno que terminaría con su

cuerpo cruelmente desintegrando ante mis ojos.

Bones tomo mi mano y la apretó.

Lo devore con mi mirada. Aparte de su pelo, que era sorprendentemente

blanco, tenía el mismo aspecto. Su piel era tan radiante como siempre y sus ojos

café oscuro perforaron los míos.

“¿Realmente estas aquí?”

No podía evitar el terror de que él fuera un espejismo. ¿Qué pasaría si

me permitía creer y entonces despertar para darme cuenta de que era un sueño?

No podría soportarlo. Me volvería loca.

Con repentina desesperación, tome una de esas piezas puntiagudas de

vidrio y lo introduje dentro de mi pierna. Bones lo arrancó, horrorizado.

“¿Que estás haciendo, Gatita?”

La instantánea punzada de dolor fue la cosa más maravillosa que había

sentido, porque eso significaba que no estaba soñando. De alguna manera,

Bones realmente estaba aquí. El control que había tenido en los últimos días se

evaporo y me eche a llorar, lanzándome hacia él incluso cuando él trataba de

empujarme para curar mi pierna.

“¡Estás vivo, estás vivo!...”

No podía parar de repetirlo incluso cuando hipeaba por los sollozos.

Febrilmente recorrí mis manos sobre él, sintiendo el duro contorno familiar de

su cuerpo bajo sus ropas. Desesperada por sentir su piel, rasgue su camisa,

nuevos sollozos vinieron a mí en el murmullo tranquilizador del poder de su

carne desnuda.

Bones me sujeto estrechamente. Él estaba murmurando algo en mi oído,

pero no podía entenderlo. El dolor y la agonía de los últimos días salieron de

mí, convirtiéndose en alegría y sacudiéndome con su intensidad. Todo el


control emocional que me enorgullecía de haber tenido fue destrozado, pero no

me importaba. Todo lo que pensé que había perdido estaba de repente justo

aquí. Me aferre a Bones como si fuese a morir si lo dejaba ir, que era como me

había sentido.

Podría haber sido durante varios minutos; se sentía como solo segundos.

Bones me hizo retroceder lo suficiente para besarme de nuevo y ladee mi boca a

través de la suya, hambrienta por su sabor. El me tiro incluso más cerca,

dejando escapar un gemido cuando envolví mis piernas alrededor de su

cintura. Ahora mis manos estaban recorriéndolo por una razón diferente. No

era deseo lo que sentía. No, era una necesidad que va más allá de la pasión o la

exigencia de sentirlo dentro de mí.

Bones debió haberlo sentido, también, porque no espero. Hubo más

desgarro de ropa y luego el increíble éxtasis de su carne conduciéndose dentro

de la mía. Yo jadeaba a través de los restos de mis lágrimas, presionándome

contra él como si quisiera acabar con él y entonces besarlo hasta marearme por

la falta de oxigeno.

Fue rápido y explosivo. Bones llegó a su clímax momentos después de

que yo lo hice, con un gemido de placer que fue más que primitivo. Mi corazón

estaba tamborileando en mi pecho, que, considerando todos los químicos en mi

sistema, podría haber sido peligroso. No es que me importara. Podría morir

ahora mismo y seguiría considerándome la persona más afortunada en toda la

vida.

“No sabes cuánto te he extrañado, Gatita” Murmuro Bones.

“Todo el mundo regreso” Respiré con la angustia de los recuerdo.

"Excepto tú. Llamé a tu móvil. Patra respondió. Ella dijo..."

Me detuve. Eso trajo la gran interrogante que mi sorpresa y alegría al

verlo había retrasado.

“¿Bones, Que pasó?”


En aras de no repetir varias veces, Bones llamó a todo el mundo después

de que hubiese conseguido algo de ropa nueva para los dos. Me senté en el sofá,

bebiendo un café ya hecho y tratando de sacudir lo último de la nubosidad de

mi cerebro. La sangre de Bones había dominado la droga del sueño, pero decir

que todavía no estaba fuera de eso era un eufemismo.

Cuando por fin Bones consiguió hacer volver a todo el mundo al salón,

fue tragado por una masa de abrazos. La persona que casi limpio el camino

hacia él con un arma fue Annette. Lanzo sus brazos a su alrededor y besándolo

de lleno en la boca, antes de que él la alejara con una mirada de disculpa hacia

mí.

“No te resientas con ella” dije por primera vez sin celos.”Ella era tan

miserable como yo lo fui este último par de días”

Cuando Annette finalmente lo libero, Mencheres puso sus brazos

alrededor de Bones con una expresión de asombro, palpando sus nuevos

cabellos blancos.

"Nunca antes me he equivocado en mis visiones" afirmó. "Te vi

extinguiéndote."

“No te preocupes, no tienes un punto negro en tu expediente", respondió

Bones. "Pero ya llegaremos a eso. Gracias por honrar nuestro acuerdo. No lo

olvidaré".

Ian fue el siguiente, abrazando a Bones con una risa que sonaba ronca

por la emoción. "Sangriento imbécil, tu esposa debería asarte el culo por este

cobarde truco!". Bones dio unas palmadas en su espalda,

“Aun estas aquí, compañero, ten cuidado-- estas en peligro de

convertirte en un hombre honorable.”

El resto de los vampiros en la casa transmitieron su gratitud por verlo de

nuevo. Una parte de mi pensó que yo debería estar avergonzada, teniendo en

cuenta que todo el mundo había escuchado mis dos crisis emocionales y luego


la parte física de nuestro reencuentro, pero no me importaba. Mi modestia se

podía quemar en el infierno-- Yo no lamentaba ni por un momento haber

conseguido otra oportunidad para expresarle a Bones cuando lo amaba, ya sea

por mis lágrimas o cualquier otra cosa. La vida era muy jodidamente corta para

estar preocupado del resto.

Bones finalmente vino a sentarse a mi lado. Tome su mano, aun

necesitando tocarlo para asegurarme de que él era real.

“Regrese para perseguir al último vampiro, como ustedes saben”

comenzó. “Se lanzo al techo de un tren que pasaba por allí. Lo seguí y a medida

que saltábamos de un vagón a otro, me di cuenta de los demás. Patra estaba allí,

con un vagón lleno de Maestros. La inteligente puta sabía que no podría sentirla

hasta después que el tren se detuviera. Ellos abarrotaron el techo y vinieron por

mí. Fue una emboscada brillante. Tratar de luchar mano a mano en un tren en

marcha mientras esquivas cuchillos de plata es difícil."

La despreocupada forma de Bones para describir tan mortífero escenario

me hizo boquear ante él.

“¿Por qué no saltaste fuera del tren y corriste?”

“Arrogancia” respondió atrevidamente. “Patra estaba muy cerca. Todo lo

que yo tenía que hacer era reducir su guardia y esta guerra hubiera terminado

en ese momento. Así que seguí tras ellos y cuando sólo faltaban seis Maestros,

eso sucedió.”

“Uno de ellos lanzo un cuchillo que fue directo a mi corazón. El dolor me

tumbo de rodillas. El tipo regreso inmediatamente al vagón, diciéndole a Patra

que me había matado. Pensé que lo había hecho también, sin embargo, había

descuidado torcer el cuchillo”.

Estaba afligida por esa imagen y no fue hasta que algo húmedo tocó mis

dedos que me di cuenta de que había estado clavando mis uñas en su mano con

tanta fuerza, que le había sacado sangre.


“Lo siento” murmure.

"Recuerdo que pensé que estaba acabado y muy enojado por eso. Me las

arreglé para sacar la hoja, pero no estaba en condiciones de defenderme. Luego

sentí la más extraña clase de poder incluso con mi ennegrecida visión y sin

poder oír. La última cosa que recordé, fue que estábamos sobre un puente y

rodé fuera del tren hacia el agua. Entonces no había nada. Hasta que la sangre

apareció”.

Bones emitió un suave gruñido de remordimiento.

"Debo haber sido arrastrado río abajo. Un indigente me encontró,

probablemente para comprobar si tenía algo útil en los bolsillos y me desperté

con su cuerpo en mis brazos. Yo había mordido su garganta y bebido de él

hasta la última gota, pobre tipo. Tenía un compañero cerca y también bebí de él

antes de que mi razón volviera lo suficientemente como para detenerme.

Cuando vi mis manos… Yo estaba horrorizado”.

Bones se detuvo para estirar sus manos y examinarlas. Yo no vi nada

inusual. Sus labios se torcieron.

“Mis huesos estaban a la vista. Fue como ser en parte un esqueleto. No

pude concentrarme en nada, apenas podía ver, escuchar u oler y estaba débil

como un cordero. Cuando el sol cayo, perdí de nuevo el conocimiento”.

“¿Qué diablos te pasó?” exigió Ian. “Nunca he oído de tal cosa.”

“Yo sí,” Dijo Mencheres en voz baja. “Déjalo terminar.”

“Desperté pasada la puesta de sol y con mi desconocido compañero

despertando casi al mismo tiempo. Él trato de correr pero lo agarre del tobillo.

Yo Podía hablar, no del todo comprensible, pero lo suficiente. Le dije que me

arrastrara hasta un teléfono y entonces lo dejaría ir. El tipo estaba petrificado,

por supuesto. Había un esqueleto asesino, medio descompuesto que no soltaría

su pierna; estoy asombrado de que no cayera por un ataque cardiaco.

Esperamos hasta bien pasada la media noche, así era menos desagradable para


el vagabundo ser visto pateando a un cuerpo en su camino hacia el teléfono

público”.

La imagen me pareció muy inapropiada y me eché a reír. Esto tenía que

ser la cosa más extraña que había oído nunca.

“Llegamos hasta el teléfono público, pero el tipo no tenía ni un centavo

para la llamada. Mi mente aun no funcionaba correctamente-- eso no se me

había ocurrido. Todo lo que sabía era que tenía que conseguir algún lugar

seguro. Yo le ofrecí llamar por cobrar, pero me dijo que todos los números

estaban desconectados o no respondían. Yo solo recordaba algunos de ellos: el

tuyo, el de Mencheres, el de Charles… Pero todos estaban en modo de

emergencia y no podía ser conectado. Hubo un último número que recordé. Y

funciono. Me contacte con Don”.

¿Mi tío? Eso me hizo parpadear de sorpresa.

Bones soltó un triste bufido. "Sí, él también fue tomado por sorpresa.

Don dijo que no sonaba como yo, bueno, eso era verdad. Le recordé el día en

que nos conocimos y como le dije que quería despellejarle su piel como una

naranja --de algún modo lo recordaba-- y lo hubiera hecho si hubiese seguido

discutiendo sobre quién era yo. Don dejo que el tipo le diera nuestra ubicación

y dijo que iría. Igualmente yo no estaría a la vista en la calle, le pedí al hombre

que me lanzara a un basurero”.

“Alrededor de dos horas después, Don abrió la tapa. Cuando lo vi, dije

‘Ya era hora, viejo amigo’, Y finalmente creyó que era yo --aunque me informó

que un pedazo de carne deshidratada como yo debería ser más respetuoso. Don

me deslizo dentro de una van y me dio bolsas de sangre. Fui directo por todas

ellas, pero aun así no había vuelto a mí mismo. Don me llevo de regreso al

recinto y continúo dándome sangre. Me tomó más de doce horas regenerarme

completamente".

“¿Por qué mierda él no me llamo?!”


Esto exploto de mi boca en medio de mi desbordante gratitud hacia mi

tío. A Don no le gustaba Bones. Nunca le había gustado y aun así él salvo su

vida. No había nada que pudiese hacer para poder pagarle eso.

“Para empezar, él no sabía el numero de a quien llamar, Gatita. No al

igual que sus direcciones de correo electrónico y tú no habías chequeado la

tuya, porque lo intento. Además, en vista de que yo no sanaba de inmediato, él

no estaba seguro de si me recuperaría del todo. Entonces Don no quería darte

falsas esperanzas. Alrededor de una hora después de que me recupere, Tate

llamó a Don pidiendo una receta para ti. Don me dio la ubicación de la

farmacia. Una vez que llegué ahí, seguí el aroma de Tate desde la farmacia y de

vuelta aquí”.

Hubo algo en la voz de Bones que me hizo tardíamente consciente de

que faltaba una persona en la sala. Hasta mi madre se quedó en la entrada de la

puerta, fingiendo no interesarse en como la historia se desarrollaba.

“¿Donde está Tate? ¿Y por qué Don no lo llamo cuando supo que tú

estabas mejor?” Mi tío sabía que él estaba conmigo”.

Bones encontró mi mirada. Había compasión en su mirada- y

determinación.

“Don no llamo a Tate porque yo le pedí que no lo hiciera. Después de

todo, no quería que la persona que trato de matarme descubriera que aun

estaba vivo.”


Capítilo 25


LAS PALABRAS DE BONES COBRARON SENTIDO, HACIENDOLAS MÁS

ominosas por la forma en que Spade comenzó a retorcerse en su asiento.

Cuando vi por primera vez a Bones, le murmuró algo a Spade que no entendí.

Entonces había estado tan emocionada porque Bones estuviera vivo, que no

habría notado una estampida de elefantes y mucho menos el ruido de una

lucha...

“¿Dónde está Tate?”

Era asombroso que pudiera estar tan abrumada por la alegría y sin

embargo, también furiosa al mismo tiempo.

“No está muerto” Bones respondió. “Está encerrado hasta que admita su

traición y luego lo mataré por eso”.

“¿Crees que la estación de trenes fue una trampa?” Tenía sentido. Ese

tren que se aproximaba con una serie de vampiros Maestros y una muy mala

reina egipcia, era muy conveniente.

“Sólo algunos de nosotros en esta habitación sabían de ese plan, excepto,

por supuesto, Dave y Cooper y no sería uno de ellos. Dave estaba atrincherado

en una caja con Juan y Cooper no tiene motivos para verme muerto. Tate es el

único que arriesgaría todo para verme muerto de tal manera en que no

resultaras herida también. Su amor por ti lo ha llevado a esta traición y quiero

que lo escuches admitirlo de sus propios labios. Entonces lo mataré

rápidamente, por tu bien”.

No. No es él.


Bones oyó la negación en mi mente y suspiró. “Lo siento, cariño, sé que

te preocupas por él––”

Cerré de golpe los escudos del lugar donde guardaba mis pensamientos,

no por Bones, sino porque otros dos vampiros en la sala podrían oírlos. No

había manera de que creyera que Tate haría tal cosa. Él podría mofarse de

Bones y ser un idiota a veces, pero él no se lo entregaría a Patra. Simplemente

no podía creerlo. Lo que dejaba a alguien más en la habitación como el

verdadero culpable.

“Tate no va a ninguna parte, ¿no?”

Mi calmada pregunta causó que Bones me mirara de manera extraña.

“No”.

“Entonces no vamos a tratar con él ahora mismo. Si Tate admite haber

hecho eso, no tendrás que que preocuparte por matarlo. Lo hare yo misma”.

Eso era muy cierto, excepto que no era aplicable en este caso. Si Tate

alguna vez tratara de matar a Bones, lo retaría a una pelea justa. Perdería, por

supuesto, pero ir por debajo no era su estilo.

“Mencheres” continúe, “¿Dijiste que oíste hablar de que algo similar a lo

que le sucedió a Bones le paso a otro vampiro?. ¿Acerca de marchitarse?”

Mencheres dejó que sus fríos y evaluadores ojos se encontraran con los

míos y en ese instante supe dos cosas. Vio a través de mi aparente falta de

aflicción por Tate y que él tampoco creía que fuera él.

Llora.

La palabra cruzó por mi mente como si me hablara en el oído. La mirada

de acero de Mencheres no vaciló y me eché hacia atrás en estado de shock

mientras accedía a hacerlo. No fue difícil. Aun no estaba de regreso en el control


de mis emociones. Dejé caer algunas las lágrimas, grandes y gordas gotas de

duplicidad rodaban por mis mejillas. Jugar al débil. A veces era la mejor

ofensiva.

“Mi Sire Tenoch tenía un don similar”, declaró Mencheres. “Podía

manipular su cuerpo para parecer marchito con el fin de convencer a quien

estuviera cerca que estaba muerto. Debes haber heredado más de mí de lo que

me di cuenta Bones, cuando compartí mi poder contigo. A Tenoch le tomaba

días recuperarse de esos efectos, serás muy afortunado de tener tu fortaleza

dentro de quince días”.

Mencheres se levantó, toda gracia y autoridad atada. “Vamos a mantener

al traidor seguro. Necesitarás sangre y sueño. Vamos a mantener la noticia de

que estás vivo reservada hasta que estés completamente recuperado. Por favor,

toma mi recámara. Es a prueba de sonidos, por lo que serás menos perturbado

por los ruidos de la casa”.

¡Bravo! Quería aplaudir, pero mantuve mis elogios suprimidos bajo un

derrumbamiento de escudos. Tú maldito retorcido, podrías empezar a

gustarme.

Para añadir al camuflaje, sorbí por la nariz. “Llévame a la cama, Bones.

Estoy muy cansada”.

Se levantó y a mí con el mismo fluido movimiento. “¿Mencheres, si me

diriges?”

Bones me llevó fuera del estudio. Cuando pasamos a mi madre, quien

aún permanecía en la puerta, Bones se detuvo para darle una imprudente

sonrisa.

“Pensaste que finalmente te habías deshecho de mí, ¿no?”


Ella abrió la boca, se detuvo y volvió a cerrarla. Entonces me sorprendió

aun más saliéndose del camino sin tener que ser hecha a un lado. Para ella, eso

era el equivalente de una efusiva bienvenida.

“Animal inmundo” dijo en voz alta una vez que estuvimos fuera de la

vista.

Él soltó un bufido de diversión, sin frenar sus pasos. “También, es bueno

verte de nuevo, Justina.”

Mencheres nos siguió dentro del gran dormitorio con un comentario

vago acerca de recuperar algunas de sus cosas. “Sólo tengo que obtener estos

elementos antes de dejarlos a vuestro sueño...” dijo en una regular voz antes de

cerrar la puerta detrás de él.

“Bones, Cat está en lo correcto. No es Tate”. Me sorprendió que

Mencheres también se sintiera así, pero no lo cuestioné.

“Él no haría esto”, estuve de acuerdo.

“¿Por qué no?” Bones gruñó en bajo e intenso desacuerdo. “Es su única

posibilidad de alguna vez tenerte. Sé que si yo fuera Tate, ¡Me gustaría verme

enterrado aun si tuviera que traicionar a todos a mi alrededor para hacerlo!”

“Y lo lamentarías”, dijo Mencheres.

Por un instante, vi un flash de dolor en su rostro y me pregunté si estaba

pensando en el asesinato que había cometido hace todos esos años.

“Matar a tu rival no garantiza la felicidad. A veces eso, arruina toda

posibilidad que de que la tengas en su lugar. Los recuerdos de hombres

muertos tienen mucho más poder que las molestias de los vivos”.

Me quedé mirando a Mencheres. Su rostro estaba en blanco otra vez, sin

mostrar nada, pero sabíamos lo que quería decir.


“Si no hubiera compartido mi poder contigo”, Mencheres continuó,

“habrías sido asesinado en ese tren. Debes confiar en mí, porque alguien bajo

este techo está contando con que tus celos te cieguen”.

Bones se movió con pasos cortos. “Eso significaría que una de las

personas a las que he amado como a un hermano ha conspirado contra mí. Sólo

es lógico que sea Tate”.

“Puede que tengas razón”.

Bones se sorprendió tanto por eso, que detuvo el paso.

Llegué a él, rozando mis dedos a través de sus mejillas. “Si tienes razón”

continué, “entonces el traidor está atrapado y no puede hacer más daño. Estaré

triste porque mi amigo hiciera algo tan terrible y lo mataré. Pero si te

equivocas... hay una persona aquí que está desesperada por no ser atrapada.

Tambaleándose porque estás vivo. Frenético por lo que harás si descubres quien

es. Si te equivocas, todos estaremos en un montón de mierda. Entonces, ¿Qué

estás dispuesto a apostar a que tienes razón?”

Bones me observo con una estrecha mirada, fija y penetrante.

“Sabes que no correré el riesgo. Muy bien, entonces. Sea quien sea tendrá

que informar a Patra inmediatamente que todavía estoy vivo y también puedan

tratar de callar a Tate antes de que me convenza de su inocencia. Vamos a

necesitar a más que a nosotros tres para detener esto”.

Mencheres asintió. “Mientras tanto, deja que esa persona se sienta seguro

con que la culpa recae en Tate. Lo mantendremos como está. ¿A quién deseas

incluir en esto?”

En otras palabras, ¿A quién le confías la vida de todos?


“Charles, por supuesto. Si él es la rata, me estaco a mí mismo. Rodney

también”.

“Annette, también” dije. “Cuando pensó que estabas muerto, dijo que no

podría vivir sin ti”.

Mencheres retrocedió hacia la puerta. “No puedo quedarme más tiempo,

parecerá sospechoso. Acerca de tu recuperación... estaba exagerando. Tenoch

podía regenerarse en una hora y volver a su máximo poder dentro de dos. Te

encontrarás bien en un día como máximo, pero dejémosles pensar que estás

debilitado”.

“Grand sire”. Bones lo detuvo en la puerta ahora abierta. “Una vez más,

gracias”.

Mencheres sonrió. Por un instante, eso le hizo parecer más joven que

Bones, en términos de apariencia humana. Con su aura de poder que

chisporroteaba, nunca me di cuenta de eso antes.

“No hay de qué.”

Bones y yo nos enfrentamos en la habitación. De pronto, no sabía qué

decir. ¿Había que recorrer la lista de posibles sospechosos? Debatir más sobre la

inocencia o culpabilidad de Tate, porque Bones aún no parecía convencido. ¿U

olvidar todo lo anterior y tratar de dormir como se sugería?

“¿Alguien ha llamado Don para decirle que estás atrapado conmigo?”

Eso ganó el sorteo y ni siquiera había estado en mi lista mental.

“No, pero puede esperar un poco más. Ven y acuéstate conmigo, no

sabes cómo he anhelado tus brazos estos últimos días”.


Bones tiro de mí con él a la cama, envolviéndome bajo la manta. Extendí

la mano, para tocar con los dedos su blanco cabello. La piel de Bones estaba

fresca contra mi mejilla, su piel firme y lisa. Parecía imposible que no hace

mucho tiempo, estuviera marchito.

“Tu cuerpo envejeció casi hasta el punto de morir realmente. Es por eso

que tu pelo es blanco, ¿No es así?”.

“Sí. Espero que sí”.

Me di cuenta entonces, mirando a su hermosa cara sin arrugas y el ligero

cabello que la enmarcaba, que ninguno de los dos debería estar vivo. Bones fue

casi asesinado por un cuchillo en su corazón y añade un paso más en una

saliente rocosa para mí y él habría vuelto para encontrar mi cuerpo roto y sin

poder revivirlo.

A veces, había momentos en que las cosas estaban perfectamente claras.

Cuando las respuestas parecían tan obvias, me pregunté cómo no lo había

notado antes. Cuando pensé que Bones estaba muerto, nada más me había

importado, salvo asegurarme que los responsables pagarán. No me había

importado que tuviera que dejar mi trabajo para manejar las responsabilidades

de su línea y vengar su muerte. No, yo había tomado eso como algo seguro y

había llamado a Don para decirle que no iba a volver. Ahora, sin embargo, con

Bones vivo, podía regresar a mi trabajo. Excepto que no quería. No iba a dejar a

Bones en segundo plano porque su vida significaba menos para mí que su

presunta muerte. ¿Qué haces cuando consigues una segunda oportunidad... o

en mi caso, una tercera o cuarta? No la malgastas, eso haces.

“Las cosas van a cambiar”, dije.

Tal vez Bones lo oyó en mi voz. Pudo haber sido por los hilos que se

formaban en mi mente, porque sus ojos se ampliaron incluso antes de que

digiera las siguientes palabras en voz alta.


“Renunciare a mi trabajo”.


Capitulo 26


SPADE DIO UNA MIRADA AL RELOJ y luego al plato sobre la mesa.

“Tu desayuno está frío.”

Miré el reloj también. Deberíamos haber bajado hace una hora, pero oh

bueno. Algunas cosas tenían mayor prioridad que la comida.

Me senté en la mesa frente a lo que supuse era mi plato. El queso Brie

estaba frío dentro del cruasán, los huevos marchitos y los pimientos en juliana

habían perdido el brillo que alguna vez tuvieron. Rodney comenzó a prepara

otra jarra de café, aparentemente pensando que la anterior era una causa

perdida.

Le sonreí a Spade. “No te preocupes, está a temperatura ambiente. Mi

favorita.”

Me comí mi comida con una oleada de apetito, mientras que Bones iba

con Spade para encontrar un desayuno líquido. Una vez fuera de mi vista, oí

Annette unirse a ellos. Guardaespaldas. Ya que Mencheres estaba en la

habitación contigua a la cocina, yo estaba cubierta. Además, mi apuesta no

estaba en que Rodney fuera el traidor. O sorprendentemente, en el otro vampiro

que se deslizaba dentro.

Vlad se sentó a mi lado, haciendo caso omiso de la mirada inhóspita de

Rodney.

“Con el color de vuelta a tu rostro,” observó Vlad, “Bones no es el único

que parece resucitado.”


Me eché hacia atrás para tomar mi café. Miró la copa delante de mí con

una sonrisa sardónica.

“Ah, una taza caliente de cafeína. Tienes que necesitarla después de otra

noche más sin dormir.”

Sentí el color subir a mis mejillas. Vlad se rió entre dientes, golpeando

delicadamente sus uñas.

“Realmente, Cat, no deberías estar tan sorprendida. A prueba de ruidos

no es a prueba de mente y la telepatía incluso viaja a través de las paredes más

gruesas. Apenas pude dormir con todos los gritos que sonaban en mi cabeza.”

Dios mío, no había considerado eso. Esto debe ser lo que se siente

cuando alguien encuentra una cinta tuya de sexo.

“Ahí va tu invitación a quedarte alguna vez en nuestra casa” dije, de

repente fascinada con mi taza de café. “Yo que había estado pensando que casi

me gustabas. Acabo de superarlo.”

Vlad sonrió, y era lobuna y con encanto.

“Y aquí estaba yo, lamentándome del hecho de que la oportunidad de

extender nuestra amistad había pasado. No soy un tonto como el otro. Nunca

dejarás a Bones. El niño debería darse cuenta de eso y seguir adelante con su

vida.”

Me puse rígida. Lo que su frase me dijo fue que Vlad, tampoco pensaba

que Tate era el traidor. Si así fuera, Vlad sabría que Tate no tendría un futuro de

qué preocuparse.

“Estoy en deuda contigo.”


La expresión de Vlad se puso seria con la misma rapidez que el cambio

de tema. “Lo estarías, normalmente. En este caso, sin embargo, es una deuda

mía y no requiere pago de tu parte.”

“Vamos, Vlad, estás quebrando a tu personaje. Magnánimo no es tu

mejor color.”

Sonrió. “Muy correcto. ¿Dijiste antes que habías leído acerca de mi relato

histórico? Entonces sabes que me casé. En una batalla cerca de mi casa, fui

golpeado en la cabeza. Hubiera sido un golpe mortal, pero había sido un

vampiro durante varias semanas ya. Llegó el alba y dormía como todos los

nuevos vampiros hacen, con mi frente aún cubierta de sangre. Mis hombres

asumieron que había sido asesinado. Un soldado se acercó corriendo a mi casa

para informar a mi esposa de mi fallecimiento. Sabes lo que pasó después.”

Sí, lo hacía. Ella saltó a su muerte desde el techo del castillo, para librarse

de cautiverio enemigo o algo peor.

Y casi seiscientos años más tarde, Vlad había acudido a ayudarme a

impedir que hiciera lo mismo.

Esa mano con cicatrices se deslizó sobre la mesa a la mía. “Mi esposa

estaba sola en ese techo cuando yo debería haber estado allí. No le había dicho

lo que era. Ya la había horrorizado por lo que había hecho para mantener mi

gente a salvo, tenía miedo de que el que yo ya no fuera humano abriría una

brecha más profunda entre nosotros. Había planeado decirle la verdad con el

tiempo... pero de pronto no hubo más tiempo. Desde que se ha ido, he hecho

muchas cosas más por las que se habría sentido enfermo, pero ese día contigo...

la sentí sonreírme. No había sentido eso en un tiempo muy largo.”

Bruscamente se puso de pie. “No desperdicies lo que tienes. Si lo haces,

pasarás el resto de tus días lamentándolo. Bones no debería nunca tener miedo


a mostrarte todo lo que es, a pesar de ser un campesino de la calle arrogante

que ha sido dotado con mucho más de lo que se merece.”

Esta última parte fue más fuerte, ya que Bones estaba de regreso por el

sonido del paso medido en dirección a nosotros. Vlad me sonrió con ironía.

“Lástima, ¿no?”

“Por supuesto. Junto con mis otras muchas cualidades despreciables.

Pero, Catherine...” Se inclinó hacia mí hasta que sólo yo le podía oír. “Nunca te

hubiera dejado saltar.”

Vlad se fue justo después de eso, tomando la otra salida de la cocina para

evitar encontrarse con Bones. Esta vez pensé que era menos debido a su

aversión mutua y más porque él quería evitar más de su gratitud. Como si fuera

molesto que le recordaran que había hecho una buena obra.

Bones entró en la cocina, mirando desde la figura de Vlad retirándose de

nuevo a mí. Luego puso los ojos en blanco.

“Caray, Gatita, ¿No me digas que te gusta ese cabrón vanidoso?”

Una sonrisa tiró de mi boca.

“Sí, algo así.”

Bones anoche me había asegurado que Tate estaba detenido

cómodamente y no estaba siendo sujeto a abuso. Cuando lo vi en la pequeña

celda que se describiría mejor como un calabozo, estaba furiosa.

“¿Esta es tu idea de cómodo? ¿Qué es un poco estrecho para ti, el

séptimo anillo de infierno?”

Bones no se inmutó con mi escarmentado tono. Miro a la esposada y

ensangrentada forma en la pared delante de nosotros.


“No está siendo herido, sólo inmovilizado. La sangre en él no hay duda

que es de la noche anterior. Mientras que él hubiera preferido una cama blanda

y un cuello bonito del que beber, es difícilmente un doloroso tormento teniendo

en cuenta lo que ha hecho.”

Esto fue dicho en un tono claro y mordaz que habría sido fácilmente

notado por alguien escuchando. Me resistí al impulso de demandar que Tate

fuera soltado. Después de todo, todavía había un traidor real suelto y no

sabíamos quién era.

“Tú eres el hijo de puta más afortunado en el mundo.”

Fue murmurado con nada más que el odio de Tate. Tenía los ojos color

esmeralda pura mientras ardían mirando a Bones.

Bones se echó a reír. “Sabes, amigo, cuando me desperté esta mañana con

ella durmiendo en mis brazos, de hecho me sentí muy afortunado.”

Tate lo maldijo, luchando contra sus cadenas.

Ian rió entre dientes y dio una palmada en la espalda a Bones. Él había

sido el guardia la noche anterior.

“El tipo te ha maldecido de un lado y bajando por el otro desde que

regresaste, Crispín. He tenido un momento agradable escuchándolo. Ah,

Rodney, ¿Es tu turno ahora? Bien, estoy hecho polvo.”

“Gracias, Ian, toma tu descanso. Hablaré contigo más tarde.”

Aunque Ian no era el segundo o incluso el tercero, Bones lo puso arriba

en la lista de la gente que no creía que trataron de matarlo. Yo pensaba que Ian

era capaz de ello, pero Bones no estaba de acuerdo. Ya que Tate era una

desventaja para quien realmente lo hizo, teníamos que tener guardias fiables

sobre él.


El área fue despejada de todos, menos Rodney, Bones, Tate y yo.

Estábamos bajo tierra en una parte sellada con solo un modo de entrar o salir.

Esta sería nuestra única oportunidad de hablar, porque después, no parecía

plausible. Pero ahora, parecía lógico que me gustara hacer frente al Judas de

Bones.

“¿Cómo pudiste hacerlo, Tate?” Le pregunté. El sonido viajaba bien en el

pasillo que conducía a esta sala haciendo eco, por lo que susurrar habría sido

demasiado obvio.

“Lo odio, pero no fui yo,” respondió Tate.

Saqué una pequeña libreta y un bolígrafo de debajo de mi suéter. Tate,

miró con recelo. Asentí con la cabeza a Rodney, que liberó uno de sus brazos de

su amarra. Soltarlo del todo habría hecho demasiado ruido, y Bones seguía

siendo cauteloso. No quería a Tate suelto a mí alrededor, no confiando en si él

preferiría verme muerta que con él. Todavía pensaba que Tate era culpable no

importa que yo estuviera en desacuerdo.

Rápidamente garabateé unas palabras sobre el papel y la sostuve en alto

para que Tate las viera.

Te creo.

Lágrimas asomaron a sus ojos. Era todo lo que podía hacer para no

abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien. Sacudió la cabeza y Rodney le dio

la pluma, sosteniendo la libreta para que pudiera escribir.

“Mira, yo no te creo, amigo.”

Bones lo dijo sin falta de veneno y quien estuviera escuchando habría

pensado que era la respuesta a la negación de Tate hacia mí. Rodney le lanzó

una mirada de asco a la página en la que Tate escribió antes de pasármela a mí.

Te amo, Cat.


“Me importa una mierda lo que creas, tú artero y puto Inglés,” es lo que

dijo a Bones.

Bueno, queríamos que esto sonara auténtico, pensé irónicamente. Al

menos eso está cubierto.

“¿Quieres saber lo que pienso, imbécil?” Tate continuó. “Creo que

fingiste tu muerte para enviarla en una espiral de dolor y entonces

milagrosamente volviste a aparecer con el chico que odias para culparlo de

todo. Querías una excusa para matarme desde que regresaste a su vida. Te

aburriste de esperar, ¿no?”

Parpadeé. Tate seguro se fue a la inversa en venir con una explicación.

Bones dio un resoplido grosero. “¿Piensas que la heriría así sólo para

matarte? Imbécil.”

¡Esto no es por lo que estamos aquí!

Escribí y agité delante de Bones, olvidando en mi agitación que lo podría

pensar para él.

Bones ni siquiera se detuvo a mirar. “No eres lo suficientemente fuerte

para ella por la mitad, amigo. Fe, conspirar para que me asesinaran es la cosa

más impresionante que has hecho. ¿Sigues con tu historia que no fuiste tú?

Entonces estás de vuelta en ese lugar olvidado donde ella nunca te ha notado.

¿Así que qué eres, un traidor o un perdedor patético?”

Era una pregunta con trampa, por supuesto. Una respuesta lo habría

matado y la otra, de acuerdo a la analogía mordaz Bones, despedido

emocionalmente. Hubo varios puntos de discordia que quería discutir con él,

pero tendrían que esperar hasta más tarde.

Tate lo fulminó con la mirada con más furia que antes, lo que era decir

algo.


Bones esperaba con una burlona sonrisa en los labios. Yo todavía estaba

haciendo garabatos en el bloc de notas cuando hablaba Tate.

“Seamos claros en algo – si me matas, no será porque hice esto. No fui la

rata de Patra, aunque pulgares hacia arriba a quien lo hizo. Si me matas, es

porque tienes miedo de que si no lo haces, un día quizás la veas irse conmigo.

Así que de vuelta a ti, guardián de cripta47, ¿Qué va a ser?”

Los ojos marrones oscuros que podrían derretirme eran planos y fríos

ahora.

“Te di la oportunidad de aceptar tus actos con dignidad. Te negaste. En

este momento, lo haremos a tu manera. Tú te quedas aquí encadenado, sin

comida, sin compañía, hasta que el hambre y la soledad te ablanden. Vamos a

ver lo que tienes que decir una vez más en un mes más o menos. Déjalo estar a

solas con su engaño y su falta de carácter. Mientras tanto, voy a estar

disfrutando de la compañía de mi esposa.”

Bones me tomó la mano. Me resistí el tiempo suficiente para soportar la

página desordenadamente escrita y que Tate la leyera mientras Rodney

encadenaba su brazo en su lugar.

Prometo que voy a averiguar quién es, pero si viene alguien a esta habitación,

además de mi o Bones, grita lo más fuerte posible.

“No te preocupes, Cat,” dijo Tate, con un toque de humor. “Voy a estar

aquí.”

Cuando Rodney cerró la puerta detrás de nosotros, me volví hacia Bones.

‘¿Sigues pensando que es él?’ Pregunté.

47 En ingles: Crypt Beeper, se refiere al anfitrion de cuentos de la cripta (Tales from the Crypt) una serie de televisión creada a partir de los cómics de terror de EC Comics creada por William Maxwell Gaines.


Me miró con emociones compitiendo a través de su rostro, ninguna de

ellas agradable. Por último, negó con la cabeza.

“No”


Capítulo 27


DE NUESTRA DOCENA DE SOSPECHOSOS, ahora solo teníamos

cuatro. Esto era un proceso excepcionalmente doloroso para Bones, ya que cada

uno de ellos había pasado no menos de un siglo con él y los consideraba sus

amigos cercanos. Cesar no había sospechado de Brutus, sin embargo, mira

donde lo agarro. Por lo tanto Bones tenía que ser despiadado en sus

evaluaciones.

Zero estaba en la lista, a pesar de su aparente devoción servil, luego

estaba Tick Tock, Rattler y Doc completando nuestras sospechas. Vlad era

mantenido como una alternativa potencial.

Mientras yo había estado desayunando, Bones finalmente había llamado

a Don para decirle que había llegado. Mi tío pregunto por Tate, por supuesto y

recibió una brusca respuesta que era pacifica e inmarchitable ‘por el momento’.

Pude imaginar una pequeña cana siendo arrancada de la ceja de Don durante

esa conversación. Don adoraba a Tate, pero también era realista. Él sabía lo que

pasaría si Tate era culpable de este crimen. Los vampiros no daban libertad

condicional

Para reforzar el cuadro de una lenta recuperación como sujurio

Mencheres, Bones se movía con notable lentitud comparada con sus usuales

merodeadoras zancadas. Pasamos la tarde en el sofá mientras Mencheres lo

ponía al día en lo que había ocurrido cuando fue dado por muerto. Resumido

pero con amplios detalles, Mencheres describió como Patra había estropeado el

evento de la casa de opera. Mi madre se cansó de pretender que no estaba

escuchando a escondidas y se sentó en una silla cercana. Cuando Mencheres

terminó, ella rompió el cargado silencio.


“Que completa perra, Catherine. Deberían matarla.”

Bones dejo escapar un resoplido. “Tengo intención de hacer los honores

yo mismo.”

Mientras tanto, veríamos quien trataba de contactar a Patra para dejarle

saber que Bones estaba vivo. Don había organizado todo para escuchar

cualquier llamada telefónica, incluso interceptó la señales inalámbricas que

salen de la casa. Computadores, mensajes de texto y cualquier otra cosa aparte

de las palomas mensajeras fueron confiscados. Es con fines de seguridad,

Mencheres declaró con frialdad y nadie se atrevió a discutir con él. Cuando el

traidor hiciera su movimiento, lo haría por teléfono, entonces nosotros lo

atraparíamos. Ahora solo teníamos que esperar.

“Bones, aun estás pálido” dijo Mencheres. “Debes alimentarte y

descansar.”

“Está bien.” Bones tiró de mi mano. “Gatita, Quiero mostrarte algo.”

Le seguí escaleras abajo hacia el sótano, pasando por varias salas que no

me había molestado en explorar en los últimos días. Al menos un tercio de esta

casa estaba bajo tierra, una buena analogía de vampiros y ghoul. Lo que veía en

la superficie era solo el comienzo, al igual que su propia especie.

Dos vampiros se inclinaron hasta la cintura antes de sostener la doble

puerta de madera abierta para nosotros.

Varias personas, todos humanos, alzaron la vista cuando entramos en lo

que parecía ser un área de entretenimiento. Algunos de ellos estaban en un gran

sofá frente al televisor de plasma, otros jugando en una de las cuatro mesas de

billar y cinco parecían estar ocupados en un juego de póker.

“¿Qué es esto?” murmure.


Bones agitó la mano abarcando la habitación. “Esta es la versión

vampírica de una cocina, cariño. El cuidado de los humanos a cambio de su

sangre, es así como funcionan muchas casas de vampiros. Quería mostrártelo”.

“Pido a la pelirroja!" Un hombre joven pecoso gritó, acercándose con una

sonrisa. “Te gustaré, mi sabor es el mejor.”

“¿Piensas que estoy aquí para alimentarme de ti?” me quedé

boquiabierta cuando el inclinó su cabeza y descubrió su cuello.

Bones se rio entre dientes. “De hecho así es. Lo siento, Neal, pero ella no

va morderte y tú no eres el que sabe mejor”, lo corrigió antes de poner una

mano en su hombro. “Sin embargo, lo harás. Opino que deberías comer menos

cebolla.”

Miré como Neal iba hacia Bones, quien cerró su boca en el cuello de Neal

y lo mordió como si fuera un pastelillo ambulante. Menos de un minuto

después paró, cerrando los agujeros y dando a Neal un apretón amigable en la

barbilla.

“También menos ajo, camarada. He bebido de cocineros Italianos que no

apestan tanto a ellos.”

La sonrisa de Neal no disminuyó. “Fue la mejor pizza que he tenido,

Blanquito, y estaba cargada con cebollas y ajo, lo siento.”

Bones dio un resoplido divertido. "Cepillado de dientes, muchacho.

Familiarízate con él o nunca serás convertido. No, no te levantes,” dijo cuando

una de las chicas se levanto del sofá. "Estamos dando un paseo rápido y luego

nos iremos.”

Mi madre se desmayaría si supiera que esto estaba debajo de ella, pensé

aturdida. Bocadillos vivientes, todos al alcance de una mordedura.


"¿Quiénes son estos niños?" pregunté bajo. Ninguno de ellos parecía

mucho mayor de veinte años.

Bones me llevo a través de otro conjunto de habitaciones. Había una

biblioteca, un área de computación, incluso un jacuzzi bajo tierra. Cada poca

docena de pies había cuartos. Algunos estaban ocupados, algunos estaban

vacíos y algunos con las puertas cerradas tenían el inconfundible sonido del

sexo viniendo de ellas.

“Oh, Ellos son de toda clase” él respondió. “Algunos son estudiantes

universitarios, aspirantes a artistas, Fugitivos de malos hogares, chicos de la

calle o prometedores aprendices. Neal es uno de ellos. Él quiere ser un vampiro,

por eso esta demostrando su entrega siendo una comida y haciendo pequeños

mandados. Siempre que tengas un grupo de vampiros que viven en una casa

grande, generalmente tendrás una de estas situaciones.”

“¿Todos ellos están en trance?”

“Válgame Dios, no. Están al día de lo que los mantiene y por qué. Los

fugitivos obtienen educación en casa, un lugar para vivir y unos gastos que

ahorrar para cuando deseen irse por su cuenta. Es por su propia seguridad, sin

embargo, muchos de ellos no saben donde están o el nombre real de quienes

los cuidan. Cuando ellos se van, lo que hacen es borrarlo de sus mentes. Ha

sucedido de esta manera desde hace milenios, gatita. Una forma de feudalismo,

como te dije antes."

“¿Feudalismo?” me detuve al lado de uno de los cuartos con la

respiración pesada. “¿Es así como lo llamas?”

“Esto”--- Bones asintió con cabeza junto a la puerta--- “Es consensuado.

Si bien no puedo hablar por todos los hogares, pero como regla general es

considerado como una muy mala forma hipnotizar a quienes son comida para

follárselos. Si tú eres un invitado y haces tal cosa, es casi un motivo de muerte.


Ahora, si los humanos fantasean con desplomarse, ¿entonces, quien va a

juzgar?, Es su elección.”

¿Quien va a juzgar? Yo. Perfecto, Mencheres. Proporciona toda la

comida-que-puedas-ingerir, en todas las formas posibles. Asegúrate de

alimentarte regularmente, ¡Bones, ahí hay un buen chico! Idiota.

“Tu lo sabes mejor que nadie, gatita,” dijo Bones con toda seriedad. “esto

nunca pasará.”

Le creí, incluso si irracionalmente me sintiera aun amenazada por la fácil

disponibilidad de oportunidades. “¿Es por eso que me mostraste esto?

¿Entonces no me preocuparía de que estuvieras tratando de ocultarme algo?”

“Esa es una de las razones, si.” Bones comenzó a sonreír. “La razón

principal está detrás de ti comiéndote con los ojos y a punto ser golpeado por

eso.”

“Amigo48”, dijo una voz con tono zalamero. “No he visto esto hace varios

días-”

Mi movimiento rápido hacia él interrumpió el resto de la frase. Juan

regresó mi abrazo, canturreando en español.

“Querida49, tu esposo ha vuelto, que bueno50”

“Si, yo también estoy alegre de que esté aquí” suspiré. “Y de que tu estés

aquí también ¿Cómo te sientes?”

Juan sonrió. Era su usual sonrisa lasciva que me recordaba que estar al

otro lado no cambiaba la esencia de la persona.

48

En español 49

En español 50

En español


“Me siento maravillosamente y tu te ves aún más hermosa con mis

nuevos ojos. Mira tu piel.” Tocó mi mejilla. “Magnífica.”

“Ese es todo el toqueteo al que tienes permiso, amigo.”

Bones le dio un puño suave, golpeándolo un paso atrás. Juan no dejó de

sonreír.

“Tengo que agradecerte por muchas cosas, amigo51, pero sobre todo por

esto. Me has hecho ver a las mujeres aún más atractivas, oh, su olor. Los latidos

de su corazón. Y el sabor que tienen…” cerró sus ojos. “Delicioso52.”

Levanté la mirada hacia Bones en la incredulidad. “¡Lo has convertido en

algo aun peor que un puerco!”

Bones se encogió de hombros. “Sólo está un poco abrumado con todos

los nuevos sentidos. Él se acostumbrará a ellos. O conseguirá ser castrado si se

olvida de sí mismo e incluso piensa en palmear tu trasero, ¿Crees que soy

ciego?” El dio una palmada en la mano con fingida inocencia cerca de mi

cadera. "Control, amigo53. Apréndelo."

“Querida54,” Juan besó mi mejilla, esta vez con respeto. “No estoy

dominado por mi hambre y puedo luchar una vez más. Él me ha dado poder...

y no lo voy a desperdiciar.”

Una de las chicas que estaba viendo televisión llegó por el pasillo con

una risita coqueta, mirando a los dos hombres. Juan se puso en estado de alerta,

con su nariz arrugada y luces verdes apareciendo en sus ojos.

"Hablando de no despilfarrar..." Me dio un último beso rápido y fue a

seguirla, sonriendo.

51

En español 52

En español 53

En español 54

En español


“La rubia, por favor55… espera. Estoy hambriento y muy susceptible a la

adulación... tu podrías hablarme de cualquier cosa... "

"Demasiado para luchar una buena batalla", observé secamente. "Él va a

tener un harén en una semana."

Bones vio desaparecer a Juan por el pasillo, acariciando el cuello de la

rubia de una forma que no hablaba sólo de hambre. "Él es un buen

sujeto. Aprenderá.”

“¿Aprender que?” Por lo menos no podrá adquirir o transmitir

enfermedades nunca mas, pensé. Esa es una ventaja de convertir a Juan en un

vampiro, por el sexo femenino.

Bones puso un brazo alrededor de mí mientras caminábamos hacia la

salida de esta fiesta de carne. "Él aprenderá que muchas mujeres pueden

satisfacer por un corto período de tiempo, pero cuando se enamore, sólo una lo

sostendrá para siempre."

Le lance una mirada de soslayo "¿Estás tratando de seducirme?"

Sus labios se curvaron con la promesa. "Absolutamente."

Mis dedos se entrelazaron en los suyos. Sí, había mucho de malo en

nuestra situación. Una persona de confianza que lo quería muerto, y eso era

sólo el comienzo de nuestros problemas. Aún así, la vida era desperdiciada en

aquellos que no vivía en el tiempo que tenían, ya fueran humanos, vampiro o

ghouls. O una mezcla rara de los dos, como yo.

“Bien.”

55

En español


Capítulo 28


LA ESPERA ME ESTABA SOBREPASANDO. BAJO otras circunstancias,

habría considerado pasar la mayor parte de mi tiempo con Bones a puertas

cerradas como en vacaciones. Pero mirando sospechosamente a la gente a mí

alrededor cada vez que salíamos de la habitación no era mi idea de relajarse.

Era peor para Bones, lo sabía. Por lo menos yo no tenía lazos emocionales con

quien que fuera el traidor.

Esta mañana en el desayuno, Bones subió la apuesta. Mientras comía

tostadas a la francesa, él casualmente mencionó a Zer56o que Reno debería ser

un cambio agradable de temperatura en comparación con Whistler aquí en

British Columbia. Todos nuestros sospechosos estaban lo suficientemente cerca

como para oírlo. Aquí pensé que había superado a Clue. ¿Sería Zero en la

cocina con un teléfono celular o Doc en la sala de estar con una pistola?

Hablando de Doc, había estado actuando de manera extraña. Varias

veces, lo vimos persistentemente cerca del pasillo donde Tate se encontraba

detenido, vestido con sus armas, masticando un cigarrillo sin encender y viendo

todo a su alrededor con la atención de un cirujano. Parecía surgir detrás de mí

cada vez que Bones no estaba ahí, silencioso como una sombra. Cuando Bones

aparecía, salía de una forma educada pero deliberada, todavía permaneciendo

en las proximidades.

Me ponía los pelos de punta.

56

Una ciudad en el oeste de Nevada, conocido por los casinos de juego y el divorcio fácil y las segundas nupcias, similar a Las Vegas.


A Bones no le preocupaba tampoco, pero por necesidad no se enfrentó a

Doc o demostrar que le molestaba. En lugar de eso, él se reía y decía cosas

como, "Oh, ahí estás, amigo", en un tono tan alegre e inafectado que todo lo que

podía hacer era no aplaudir. Tal vez en otro par de siglos, si yo viviera todo ese

tiempo, también tendría tan buenas habilidades actorales.

Tick Tock y Rattler, los otros dos sospechosos, se dedicaban a sus

negocios de tan alegre manera que mentalmente los colocaba más abajo en el

tótem. En todo caso, parecían sentir mi malestar alrededor de Doc y trataban de

conducirlo fuera las pocas veces que Bones no estaba pegado a mi cadera. Tomé

unos cuchillos para usarlos debajo de mi ropa, aunque no me aportaron mucha

comodidad. Con lo rápido que era Doc con esas armas de fuego, yo estaría llena

de balas incluso antes de tener la oportunidad de arrojar uno.

Poco después del anuncio sobre Reno, Bones fue por su bebida matutina.

Caminé fuera del porche. Los vampiros tradicionalmente odiaban el frío

congelante, al no tener un sistema de calefacción interior como los seres

humano. Mencheres no eligió para esconderse las montañas de Canadá en

diciembre por un capricho. Sabía que era un lugar que por lo general los no-

muertos evitaban. En esta época del año, Florida estaba llena de visitantes sin

pulso. No podrías balancear un gato sin encontrarte un corazón que no late.

Fue por un leve azoramiento que vislumbré una figura solitaria en los

árboles justo a la izquierda de donde yo estaba en el porche envolvente. Ahora

conocía esa forma. Alto, delgado y mortal. Algo brillaba, y el frío que de

repente sentí hacía que el aire pareciera suave en comparación. Era el reflejo del

sol en metal.

Sin prisa obvia, me volví y me dirigí hacia la puerta, concentrando toda

mi fuerza de voluntad en no dejar que mi pulso se acelerara. Ese sonido podía

asustar a un vampiro. Mientras caminaba, me preguntaba si podía esquivar las

balas con la suficiente rapidez para evitar algún órgano vital. Pero era lógico

que Doc estaría apuntando mi cabeza. ¿Por qué tendría de objetivo otra cosa?


La puerta se abrió antes de que yo la alcanzara, Vlad a mi lado, justo en

el camino de cualquier arma de fuego. No podía recordar cuándo había estado

tan contenta de verle.

Gracias, le envié a sin darle una última mirada por encima de mi hombro

como quería.

"Esta frío aquí afuera", dijo con un toque sarcástico en su boca. "Vas a

coger la muerte."

"Mantente alejada de Doc, gatita," Bones comenzó tan pronto como

estábamos en nuestra habitación y le dije que lo que pasó.

"Deberías solo agarrarlo y averiguar lo que sabe", murmure, irritada

conmigo misma por presentarme como un objetivo tan abierto.

"Sí, bueno, tomaría más tiempo torturarlo que ser paciente y esperar que

él se delate", dijo Bones con una amenaza calculadora. "Créeme, si se tratara de

una cuestión de preferencias, conoces las mías."

Sí, tenía una idea bastante buena. Si la imaginación me fallara, yo estaba

segura que él podría organizar una demostración para estimular mi memoria.

Cada vez que salíamos de esta habitación, su máscara alegre ajenidad estaba

con toda su fuerza. Una vez dentro, se cayó de Bones como una balanza. Se

frotó la sien casi con impaciencia. Sin importar lo difícil que fuera para mi, era

sin duda peor para él.

"Debes volverte loco deseando unos minutos de verdadera paz y

tranquilidad", le dije. "Quiero decir, nunca es tranquilo para ti, ¿verdad? O

tienes el ruido de la gente a tu alrededor o la basura recitando en mi cabeza."

Él sonrió con un dejo de amargura.


"No te preocupes, mascota, tuve un poco de verdadero silencio no hace

mucho tiempo. Está muy sobrevalorado, si me lo preguntas."

Se sentó en la silla de respaldo alto junto a la cama. Terciopelo rojo,

madera de caoba, oro hilado, tal vez un verdadero Luis de siglo XVIII. Bones

parecía compatible con eso, tan hermoso y finamente moldeado.

Me senté y apoyé mi cabeza sobre sus piernas. "Esto no es tu culpa tuya"

le dije suavemente pero en voz alta, para que pudiera oírlo en ambos sentidos.

Suspiró. "Entonces, ¿de quién es, gatita?"

Lo que podría haber contestado lo borré de mi cabeza. Bones me tiró

hacia abajo la alfombra y me cubrió antes que mi corazón terminara de palpitar.

No, no era por estar abrumado por la pasión. Fue a causa de la repentina

erupción de disparos.

Me arrastró al baño antes de chasquear, "Quédate aquí" y desapareció en

un borrón. Su rapidez en realidad me agitó durante un segundo antes de que

ignorara su orden y saltara tras él. De ninguna manera me sentaría en una

bañera esperando lo mejor. Doc sólo utilizaba balas de plata. Sería igual de

peligroso para Bones como lo era para mí.

Sin molestarme con las escaleras, salté los tres pisos hacia abajo y seguí la

dirección de los otros cuerpos corriendo, por no mencionar el ruido. Hubo otra

sucesión de balas, demasiado rápido para que yo las contara y un grito

acompañándolas que levantó mis pies del suelo y me zambulló adelante. La

conmoción procedía de debajo de la prisión, y la voz gritando era de Tate.

Apenas pase los demás vampiros corriendo por el estrecho pasillo y por

la arruinada puerta, precipitándome en línea recta al hombre que levantaba el

cuchillo mientras me estrellaba contra él.


La fuerza de mi velocidad nos golpeó a ambos a través de la pared en

una expulsión de hormigón. Antes de dejarme pensar, atasqué uno de mis

cuchillos de plata en la forma que peleaba para alejarse. No tuve tiempo de

preguntarme qué parte le había atravesado o por qué infiernos no era Doc,

porque fue arrancado. Así como rápidamente mis piernas me tironearon

después y me balanceé fuera del nuevo agujero en la pared.

Por encima de los gritos de pánico de Tate "Cat! Cat!". Oí la voz fría de

Vlad.

"Tienes al hombre equivocado, Bones y le debes la vida a Cat."

"Gatita, ¿estás bien?"

Bones tenía a Doc agarrado de tal forma que se estancó mi respuesta. O

tal vez tenía mareos a causa impacto de romper hormigón con mi cabeza.

Sacudí parte de la sangre de mi frente y acepté la mano de Spade para ayudar a

mis pies. El pequeño cuarto estaba hombro con hombro de gente.

"Estoy bien," me las arreglé. "Él iba a apuñalarte."

"No, Doc iba a dispararle a Rattler de nuevo, ¿verdad, amigo?"

Bones le preguntó con caricias amenazantes mientras lo apretaba. Hice

una mueca e instintivamente enderece mi espalda. Doc no pudo, la suya fue

doblada en ángulo opuesto. Bones le había doblado hacia atrás como un

emparedado.

"¡Bones!" Él miró hacia arriba debido a la nitidez de mi tono. "Rattler iba

a apuñalarte."

"Tiene razón", dijo Tate, tirando de sus ataduras. "Apuñaló a Annette,

¿Está ella bien?"


"La tengo", respondió Mencheres fuera de la celda. "Zero, ve a buscar a

un humano. Necesita sangre. Annette, no te muevas. Esto dolerá..."

Por debajo del resto de su alboroto, la voz adolorida penetró. Fue

irregular espaciada pero audible y todo el mundo se calló cuando sus palabras

se hicieron claras.

"...Crispin… fue Rattler-ah! Cristo, es insoportable... Doc le disparó...

cuando me apuñaló... aún no está esa sangrienta estaca afuera, Mencheres, no

soportó ver..."

Bones soltó a Doc. Vlad sostuvo a Rattler en un castigador abrazo, una

mano en el cuchillo de plata que yo alojé en su pecho, el cual estaba muy cerca

de su corazón. Bones se abrió paso entre la gente en el espacio apretado hasta

que estuvo en el pasillo, arrodillándose ante la forma estropeada de Annette.

"No te muevas, cariño," dijo con una suave cadencia que usaría en un

niño. "Ahí, ¿sientes mi mano? Ya casi acaba, aprieta muy fuerte..."

Con una precisión delicada, Mencheres miró maliciosamente la estaca de

plata en su pecho. Un rayo láser hubiera sido descuidado. La razón de su

cautela era obvia -había sido estacada directamente en el corazón y cualquier

movimiento podría ser fatal. Sostuve mi respiración mientras la última pulgada

dejaba su pecho, porque a pesar de todo, yo admiraba Annette. Cuando estuvo

afuera e hizo un gruñido de dolor, sentándose, dejé salir mi aliento. Parecía que

todo el mundo lo hizo, incluso aquellos que no respiraban.

Zero volvió, sosteniendo a un adolescente con los ojos abiertos bajo el

brazo. Bones se movió al lado del joven hombre para depositarlo cerca de ella y

Annette fijó su boca sobre él al momento. Su mano aún estaba enroscada

alrededor de Bones y la llevó a sus labios antes de dejarla ir y se puso de pie con

un propósito siniestro.


Doc también se puso de pie ahora, su columna vertebral se había sanado

en el ínterin. Fue hacia Annette, que acaba de dejar al adolescente con un último

lamido de sus labios. Zero le apoyó mientras se tambaleaba alejándose.

Esperaba que tuvieran aquí un buen suministro de píldoras de hierro.

Doc estiró su espalda con un chasquido audible.

"Creo que el último de ellos volvió a su lugar. Bones, no trates de jugar al

quiropráctico conmigo otra vez. Después de todo, soy el único profesional con

certificado médico en esta sala."

"Eras un dentista sangriento y uno podrido por lo que he oído. Aún así,

eres sin un duda, el más rápido tirador que he visto en cualquier lugar en

cualquier época y te voy a estar agradecido el resto de mis días". Bones miró a

Vlad después. "Tira del cuchillo de Rattler una vez que mi esposa se encuentre

lejos de su alcance". Para Spade, simplemente dijo, "Suelta a Tate".

El rechinar de los hierros fue el único sonido ahora mientras Spade

liberaba de sus cadenas a Tate. Una vez libre, Tate se estiró casi de la misma

manera que Doc, sólo que con mucho menos gracia por el rudo tratamiento.

"Te dije que no fui yo."

"Sabía que sospechabas de mí", dijo Doc. "Siento haberte hecho sentir

incómoda esta mañana, Cat, pero Rattler había estado merodeando alrededor

del lado de la casa tras de ti. Sabía que yo lo vi y le hizo desesperar. Lo seguí

por aquí justo a tiempo para verlo apuñalar a Annette. Por lo menos mis balas

le impidieron terminar con su vida".

Bones puso la mano sobre el hombro de Doc. "Lleva a Annette fuera de

aquí y una vez más, tienes mi más profundo agradecimiento".

Después que los dos se fueron, Bones se dirigió a Vlad con una sonrisa

fría. "Vamos a llenar la vacante en la pared, ¿de acuerdo?".


Hubo una risa a tono sobre los labios del antiguo príncipe mientras dos

de ellos ataban a Rattler con las mismas correas que habían sostenido Tate.

"Debes de tener hambre", le dije a Tate, que se había puesto a mi lado tan

pronto como fue liberado. "Están almacenados aquí, créeme. Pídele a alguien

que te muestre".

Tate se frotó los brazos, como si aún pudiera sentir las abrazaderas

mordiéndole. "Puedo esperar. Tu cabeza está sangrando".

"Yo la atenderé".

Con Rattler doblegado, Bones vino a mí y apretó sus labios contra la

herida de mi corona.

"Te podrías haberte roto el cráneo como un huevo al romper ese muro y

sin contar el riesgo de un disparo. Mujer cabeza de mula, al menos parece que

tu terquedad está protegida por una gruesa capa de hueso. ¿Tengo que

agradecerte aún por tu imprudente indiferencia al obedecer quedarte arriba?"

"No" dije con una pequeña sonrisa.

Bones me hizo retroceder, tirando de un cuchillo de su pantalón. "Lo

haré. Lo prometo."

Cortó su mano y la puso sobre mi cabeza. La sensación de hormigueo fue

casi instantánea mientras mi carne se curaba. Con un último pincelado de sus

labios, me soltó y se volvió hacia el vampiro que era el centro de atención.

"¿Por qué?"

Preguntó con la amenaza del castigo y el dolor de la traición combinados.

Rattler bajó la mirada.


Spade estrelló su codo con tanta fuerza en la caja torácica de Rattler que

la mitad de su brazo desapareció de vista.

"¡Se te ha hecho una pregunta, Walter!"

Walter, alias Rattler, dio un grito ahogado de dolor incluso cuando Bones

ponía una mano sobre Spade.

"Está bien, amigo. Vamos a darle la oportunidad de confesar sin

mancharlo de sangre primero". Después a Rattler, con un tono mucho más

duro.

"Ya sabes cómo irá esto. No importa cuán valiente te crees, todo el

mundo se rompe con el tiempo. Así que vas a detallar exactamente cuándo, por

qué y cómo te uniste a Patra con todas tus extremidades y piel juntas… o con

nuevas partes creciendo tan rápido como podemos tirar de ellas”.

Por una vez, un pronunciamiento tan severo no me llenó de un ápice de

compasión. Era todo lo que podía hacer para no arrojarme sobre Rattler y

empezar a rasgarlo a pedazos sólo por el puro disfrute de ello.

"¿Fue por dinero?" Susurré. "¿Todo ese oro y gloria que ella promete?

¿Eso es todo, solamente por avaricia?"

"No me importa el dinero". A cualquiera que le hablara a mí o Bones era

igual; Rattler nos miró a los dos. "Hice lo que tenía que hacer por amor".

"¿Por amor?" Repetí. "¿Estás enamorado de Patra? Entonces eres tan

estúpido como un traidor idiota."

"No de Patra. De Vivienne".

"Patra mató a Vivienne, ¿por qué querrías—" Bones comenzó, y luego se

detuvo. Negó con la cabeza con un sonido que era demasiado cruel para ser

una risa.


"Ah, ya veo. ¿Todo este tiempo, entonces? Me dijiste que Vivienne había

sido asesinada hace unos meses. ¡Me sentí apenado por ti, imbécil y todo el

tiempo estabas esperando tener una oportunidad!"

Se hizo un clic a continuación. Me acordé de la explosión en la casa de

Mencheres causada por los vampiros que se convirtieron a sí mismos en

bombas andantes todo por el bien de quienquiera que Patra había secuestrado

previamente. Parece que Patra había hecho lo mismo con Rattler secuestrando a

alguien a quien amaba haciéndole traicionar a Bones. Que persona realmente vil

era Patra. Si era posible, la odiaba aún más.

"¿Cómo puedes saber que Vivienne todavía está viva?" Preguntó Bones.

Rattler parecía aún más adolorido de lo que lució inmediatamente

después de que Spade lo atravesara con el codo.

"Porque todas las semanas Patra me llama... y me deja oír su grito".

Bones empezó a caminar a paso en limitado, impotente.

"Sólo le dije sobre el tren", Rattler continuó. "No tuve nada que ver con

los ataques a tu esposa. Temprano, iba a atrapar a Cat y amenazar con matarla a

menos que te interpusieras en mi vista, pero Doc me vio y sabía que me

dispararía antes de que pudiera agarrarla. Por eso vine donde estaba detenida

la única otra persona por la que la Reaper se pondría en peligro a sí misma,

pero fallé. Sé que me castigarás como ejemplo, pero pido una cosa..."

"¿Tú te atreves a pedirme algo?" dijo con dureza.

"No abogo por indulgencia. Sé que me pondrán con el otro, pero antes de

hacerlo... Bones, mi señor, te pido que me perdones".

Bones dejó de caminar. Hubo un silencio cargado. Después llegó a

pararse frente a Rattler.


"En 1867, me hice tu amigo. Cinco años más tarde, te convertí ¿y que dije

que era lo peor que podías hacer como un vampiro?"

Rattler apartó la mirada. "Traicionar a tu señor".

"Correcto. Has cometido el peor acto que podías a los ojos de nuestra

gente y aún pides mi perdón. ¿Sabes lo que tengo que decir a eso, Walter

Tannenbaum?"

Bones estaba completamente inmóvil y esa debería haber sido mi

advertencia. Tal vez fueron las secuelas de golpear mi cabeza a través del

hormigón sólido que me aletargaron o pudo ser que él se movió muy rápido,

incluso rebasó a Spade y Vlad mientras trataban de bloquearlo.

"Lo tienes."

El cuchillo que había utilizado para cortar su palma se encontraba

todavía en su mano. Fue enterrado con un toque fiero en el corazón de Rattler al

momento en que pronunciaba esas palabras.

Hubo una fracción de segundo mientras sus ojos se encontraban, yo

inútilmente tiraba del brazo de Bones y los gritos de protesta provenientes de

los espectadores, cuando yo juraría que vi sonreír a Rattler. Murió al siguiente

instante junto con él. Su cuerpo se desplomó y ante mis ojos, su piel comenzó a

marchitarse.

"Bones, ¿por qué?"

Ahora era yo la que dirigió esa pregunta de llamada a él. Se volvió para

hacerme frente.

"Debido a que yo habría hecho lo mismo si fuera él, por lo que tiene mi

perdón".

En el momento de silencio incómodo hablé. "No tiene el mío".


Sólo el dolor en su voz me impidió gritarle. En cambio, en una manera

muy suya, me quedé muy quieta.

"Escuché a esa perra reír cuando me dijo que te había matado. Luego vi

su rostro cuando me dio las gracias porque era mi culpa. ¿No merezco ninguna

retribución? ¿No está mi dolor al nivel del de Rattler? Esto podría haber sido

misericordioso, pero estuvo mal, Bones. Me lo enseñaste. No importa lo mucho

que tuvieras empatía con Rattler, no deberías haberlo matado. Te dejé tener a

Max. Deberías haberme dado a Rattler".

Y con eso, salí de la pequeña habitación, los demás vampiros abrieron

camino para dejarme pasar.


Capítulo 29


Ya que Bones estaba fingiendo estar débil para descubrir quién era el

traidor, no había pasado mucho tiempo con el preso que había ayudado a

capturar en la emboscada del tren – Anubus, segundo al mando de Patra. De

hecho, Anubus había sido casi olvidado en el furor por la vuelta de Bones,

aunque estoy segura de que no se quejaba por su falta de atención. De hecho,

casi pareció sorprendido de ver a alguien en su celda.

Esta era realmente la primera vez que lo veía bien, ya que no contaba ese

momento inicial, cuando Ian, Rodney y Spade habían regresado con él y sin

Bones. Anubus era alto para un egipcio, bastante sobre el uno noventa y tenía el

pelo largo y lacio y rasgos pronunciados que se jactaban de su herencia. Su

porte estaba lejos del de un preso en espera de una sentencia severa, también.

Casi parecía relajado, a pesar de que estaba soldado en la pared de acero de la

que colgaba.

Su estigia mirada me evaluó en la misma forma que yo lo consideré.

Fríamente. El primer parpadeo de desconcierto real llegó cuando me moví a un

lado para dejarle ver al hombre que me seguía por detrás.

“Ah, hola allí, Anubus. Caray, creo que la última vez que te vi fue hace

más de cincuenta años. Si lo recuerdas, acababa de conocer a esta atrevida moza

que me llevó a su cabaña y luego casi me aburre a la impotencia follar con ella.

No creo que se haya movido ni una vez debajo de mí en todo el tiempo y se

tardó horas, ¿No? ¿Por qué, si el colchón hubiese tenido un

orificio de tamaño similar, apuesto a que habría pasado un buen rato

empujando mi polla en él...”


Un rugido de furia cortó el resto de su oración. Me las arreglé para

mantener mi rostro en blanco. Bones me había advertido lo que iba a utilizar

para incitar a Anubus, ya que Anubus consideraba a Patra como una deidad,

pero me insistió en estar presente. Supongo que no estaba bromeando acerca de

que ser lo suficientemente gráfico para enojar al otro vampiro.

“¡Cállate, inmundicia! No puedo creer que todavía estés vivo, pero no

será por mucho tiempo. Todas las llamas del infierno son más de lo que te

mereces”.

“Oh no,” rió Bones. “¿Así que incluso después de tanto tiempo, todavía

no te ha dejado degustar su sabor? Es lo mejor, amigo, confía en mí. Mediocre

es la descripción más halagadora que podría dar a lo que se encuentra entre las

piernas de esa mujer. Me pregunto por qué Mencheres se uniría a esa pobre

excusa de mujer, pero entonces el amor puede ser completamente ciego. Y

célibe, si esa fuera mí esposa. Ahora aquí hay una mujer de verdad, en todos los

sentidos de la palabra”. Bones me empujó hacia adelante. “En sueños ella es

más apasionada que el trozo de arcilla egipcia que tú adoras. Patra sabe que

palidece a su lado. ¿No es por eso que ella ha intentado con tanto empeño

matarla? ¿Debido a que ella sabía que nadie se dejaría engañar por sus

pretensiones de superioridad una vez que el mundo pudiera ver a Cat?”

“Todos ustedes morirán”, Anubus gruñó. “Patra es la reencarnación de

Isis y la diosa de este mundo. ¡Ella ha reinado durante más de dos mil años y no

puede ser detenida por insectos que son inferiores a las langostas!”

“Necesitas echar un polvo, compañero,” Bones amablemente observó.

“Ella ni siquiera te ha permitido frotarte en todos estos años, ¿No? Quiere que

sus guardias sean puros y todas esas tonterías, ¿Verdad? Tus bolas sin utilizar

te han torcido el cerebro, lo han hecho. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que

has siquiera visto a una mujer desnuda, eh? ¿Antes o después de que

Constantino se convirtiera?”


Este desollado verbal era una táctica inusual para Bones, pero había

llegado a la conclusión de que valía la pena intentarlo. Ian, Rodney y Spade ya

había intentado por otros medios, ninguno de ellos agradable, pero Anubus se

había probado en desconocimiento o poco dispuesto a revelar nada útil.

Supongo que los continuos comentarios de Bones de haber tenido sexo con

Patra era el equivalente a un imbécil que se jactara con el Papa acerca de cómo

había clavado a la Virgen María. Patra definitivamente no era casta, pero si

había tenido aventuras, aparte de la infame con Bones, había sido discreta al

respecto. Y era notoria sobre declararse a sí misma de ser de linaje divino.

Muchos de su gente, literalmente, la adoraban. Anubus caía en esa categoría.

“¿Ya te lo estás imaginando? Mis manos en Patra, mmmm, ¿Cuántas

mañanas lo has imaginado? Despierto, con ganas de matarme por ella y luego

descubrir que todo el tiempo que la toqué, encontré toda la experiencia...

bastante sosa.”

Hombre, de verdad teníamos toda su atención. Los ojos de Anubus

estaban verdes brillantes y lívidos. “Ni siquiera eres digno de ser sacrificado a

ella. Patra sólo yació contigo para que fueras sentenciado a muerte, pero incluso

allí, Mencheres le falló. Ella debería haberme dejado terminar contigo esa noche

como yo quería”.

Bones se rió de nuevo, pero más bajo.

“¿Crees que fue la primera mujer que folló conmigo con la esperanza de

que me llevaría a mi perdición? Ni cerca. Ese truco ya se había intentado antes y

se repitió varias veces después de ella. Así que no, lo siento, no es por eso que

Patra fue deficiente en la cama. Es porque ella es un fraude, un fraude y

despojada de sus mentiras y su ropa, ella no era más que una niña mimada con

ilusiones de grandeza reforzada por idiotas como tú.”

“La tumba viene por ti” rugió Anubus, toda compostura ida. “Ella lo ha

convocado y los encontrará y los tragará con un hambre sin fin–”


Y luego se detuvo. No tuve que ver la sonrisa de Bones para sentirla. Se

enderezó, todas las bromas le dejaron. La cara de Anubus se quedó en blanco,

pero ya era demasiado tarde. La jodiste, compañero y lo sabes.

"Ahora, compañero – dijo Bones cuando se dirigía hacia Anubus e instaló

su dedo con engañosa ligereza en su rostro. “¿Qué quieres decir con eso?”

"¿Hay que abrir el champán o esperar y mojar a los chicos con ella?”,

preguntó Denise.

Estábamos sentadas en la sala de estar, un lugar formal en tonos tierra y

dorados de muebles y piezas antiguas. La gran mesa parecía que fue tallada de

un sólo y gigantesco árbol. Alimentos la adornaban, junto sólido metal y

cubiertos de plata, pero nadie comió realmente. Había estado golpeando con

mis dedos en su superficie pulida antes de levantar la vista a su pregunta.

“¿Hmm? Oh, ve y haz salir el corcho. Se tardarán un rato”.

La razón por la que estaba aquí, en lugar de abajo, era doble. Una de

ellas, no quería dejar a mi madre y a Denise rodeadas de extraños en un día

festivo y dos, aunque él no me pidió salir, sabía que Bones no me quería allí. Ya

que ahora ya sabían que Anubus estaba ocultando algo y no sólo era ignorante,

los guantes definitivamente estaban fuera. Me molestaba que Bones todavía

pensara que verlo así podría cambiar lo que sentía por él, pero no quería que se

distrajera por mí. No cuando vidas dependían de la rapidez con la que podía

obtener la información de Anubus.

Denise vertió el champagne. “Este producto es excelente”, dijo con

entusiasmo. “Hombre, este lugar siempre está surtido. ¿Viste todo el brandy?

¡Voy a necesitar un nuevo hígado si nos quedamos aquí mucho tiempo!”


Su buen humor me hizo sonreír, pero sin entusiasmo. No, ella no tenía ni

idea qué tan feas estaban las cosas abajo ahora. Si te quedas en torno a los

vampiros largo tiempo, sin embargo, reflexioné, aprenderás. No todo es

diversión y licor de la vendimia.

En lugar de eso, dije, “Llénalo. Faltan dos horas antes de la medianoche,

bien podemos iniciar la fiesta. El último informe de Zero era que estaban

haciendo progresos, lo que sea eso quiera decir”.

Mientras Bones, Mencheres, Spade, Vlad, Rodney e Ian estaban abajo,

Tick Tock y Zero eran nuestros guardias. Demonios, ni siquiera seríamos

capaces de tropezar, sin que uno de ellos saltara para prevenirlo.

“La nieve se calmó”, comentó mi madre. “Por lo menos ahora se puede

ver a través de estas ventanas. No puedo esperar a salir de este árido lugar – y

para que conste, no voy a esperar mucho más tiempo”.

Uh oh, allí va. Algunos deseos de Año Nuevo nunca se harían realidad.

Suspiré. “Si no te gusta estar rodeada por estos vampiros y ghouls,

imagina cuánto más no te gustaría si se tratara de los vampiros y ghouls de

Patra.

“No soy una niña, Catherine”, contestó ella en su tono agudo de

costumbre. “No me hables como si fuera una”.

La tensión de los últimos días me alcanzó, aunque de todas las personas,

yo debería saberlo mejor.

“¿No eres una niña? Eso es nuevo, teniendo en cuenta que has actuado

como una la mayor parte de mi vida”.

La boca de Denise se abrió con mi respuesta. Bebió su champán,

recostándose en su silla para tener una mejor vista.


“Eso es todo”, mi madre anunció, furiosa. “¡Me voy!”

¿Por qué no aprendía de una vez a mantener mi bocota cerrada? Con

resignación, la seguí mientras ella marchaba a la puerta principal, agarrando un

abrigo.

“Mamá, se razonable. Esta como a seis grados afuera, te congelarás a

muerte. ¿A dónde crees que irás, de todos modos?”

“Ya he tenido suficiente de esto”, espetó. “Ve aquí, haz eso, quédate

quieta, pequeña y tonta mortal, ¡Los trucos son para los niños!. Bueno, he

terminado de ser una carga todo por el bien de la culpa”.

Durante su diatriba, se había ido más allá de mí y se dirigió directamente

hacia fuera sobre el césped. No se lo impedí, en parte porque no quería que esto

se volviera físico y también para que nuestras quejas pudieran ser discutidas en

semi-privacidad. El salón no era el lugar para este tipo de circo familiar.

“Te equivocas, mamá” dije, tratando de ignorar el viento cortante. No me

había molestado en ponerme un abrigo y el frío cortaba directamente a través

de mi suéter y pantalones. “¿Puedes ser un dolor en el culo? Sí. ¿Desearía que

no estuvieras en mi vida? Por supuesto que no. Ahora, de verdad, vamos a

entrar, hace mucho frío fuera–”

“Caminaré hasta la casa más cercana, calle, ciudad, lo que sea” espetó

ella, no apaciguada en lo más mínimo. Llegamos a los árboles, la nieve cayendo

en la plateada luz de la luna. Mi respiración salía en columnas de humo. “No

hay nada alrededor en por lo menos veinte kilómetros”, señalé en un tono

tranquilo. “Créeme, lo sé. Mencheres eligió este lugar por una razón. No puedes

caminar, serías superada por la hipotermia en cinco minutos. Estamos en medio

de la nada, créeme, no hay nada por aquí...”


Y luego me detuve, congelada en el lugar y no por la temperatura. Mi

repentino agarre inflexible a ella le impidió dar un paso más. Ella se volvió

hacia mí con enojo antes de detenerse por mi expresión.

“¿Qué?” Susurró.

“Shhh.”

Era apenas audible para ella, pero sonaba demasiado fuerte para mi

comodidad. Por otra parte, nuestra pelea durante los últimos cincuenta metros

no había sido tranquila. Tampoco las pisadas fuertes en la distancia,

perturbando la noche con lo ruidosas que eran. Entrecerré los ojos, centrando

toda mi energía hacia los sonidos. No había latidos cardíacos, ausencia de

respiración, ni tampoco el sentimiento de un poder invasor. Se movían

lentamente. Un maldito montón de ellos. ¿Por qué no sentía nada? Cada

vampiro o ghoul despedía un aura de poder, pero ahí no había nada. ¿Qué

mierda era?

Sin esperar para saberlo, la cogí y corrí hacia la casa. Zero y Tick Tock ya

estaban en la puerta, sintiendo problemas por mis rápidos pasos.

“Lleven a todos abajo ahora,” ladré, empujando a mi madre en esa

dirección para dar énfasis.

“Algo viene”.

“¿Qué?” Comenzó Denisse, levantándose de la silla.

Randy entendió más rápido y fue por ella, levantándola. Zero hizo un

gesto hacia la escalera, siempre respetuoso pero urgente.

“Por favor, por aquí”.

Como mi madre no se movía, le disparé una única mirada. “Despierta o

inconsciente, vas con ellos”.


Murmuró algo, pero fue tras ellos, con los hombros rígidos.

“Tick Tock” respiré, todavía esforzándome por escuchar a esas figuras.

“Ve por Bones y los otros”.

Dos minutos más tarde llegaron Bones, Spade y Rodney cerca detrás de

él. No hice caso de las manchas en ellos y señalé a la ventana.

“¿Los oyes? No puedo sentir nada, pero hay un montón de ellos.

Dirigiéndose directamente hacia aquí.”

Bones entrecerró los ojos, mirando fijamente a la oscuridad con señales

verdes en sus ojos. Después de unos segundos dejó escapar un gruñido.

“No puedo sentir nada, tampoco, Gatita, pero están pisando fuerte, como

una manada de elefantes. Sean lo que sean, no son humanos. ¿Charles?”

“No tengo ni idea, Crispín. Retuercen las piedras en mi saco”.

Rodney le dio una mirada sombría de apoyo a Spade. “Estoy ahí

contigo”.

“Está bien.” Bones sonando sus nudillos, sus ojos completamente verdes.

“Vamos a prepararnos para recibirlos. Necesitaremos cuchillos, espadas,

ballestas, pistolas... rápidamente. Algunos de ellos suenan como si estuvieran

delante del resto. Vamos a saber pronto lo que han venido a llamar”.

“¿Por qué no sólo nos vamos?” Le pregunté de camino a la armería.

“Porque no hay suficientes helicópteros para llevar a todo el mundo y si

tomamos los coches, podría ser una emboscada. Vamos a oponer resistencia,

cariño. Descubrir a lo que nos enfrentamos. Ahora, vamos a tener el helicóptero

preparado por si acaso. Si es necesario, puedes llevar a tu madre, Denise y

Randy a un lugar seguro”.


“No te dejaré” le dije. “No importa lo que pase”.

Bones hizo un ruido suave, incluso cuando comenzaba a ponerse una

correa con cerca de cuarenta libras de plata.

“Ahora Gatita, ellos son humanos y por lo tanto más fáciles de matar. El

resto de nosotros es capaz de–”

“Ni una maldita hija de puta oportunidad.” En el mismo tono razonable

que él utilizó. “Juan sabe como volar y yo soy más fuerte que él, por lo que sería

la mejor opción si la evacuación fuera necesaria. Y si se te ocurre tirar una mala

pasada, como dejarme fuera de combate y cargarme en ese helicóptero, voy a

volver al trabajo a tiempo completo teniendo tareas que va a hacer tu pelo aún

más blanco de lo que es ahora”.

Bones me dio un beso rápido, feroz.

“Maldita mujer. Has aprendido algunos trucos para leer la mente por ti

misma, ¿No? Bien, ropa, cámbiate la ropa. Tu jersey es demasiado abultado, va

a limitar tus movimientos”.

Sólo me lo quité, quedando en sujetador, pantalones de entrenamiento y

zapatillas de deporte. No había tiempo para subir y encontrar una camisa más

flexible. Empecé a ponerme la correa de cuchillos de plata, amarrándomela en

las piernas, cintura y brazos con la velocidad mejorada de una larga práctica.

“Simplemente no vas a escuchar ni una palabra, ¿Verdad?” Bones

preguntó mientras me entregaba una espada.

“Mantén una de estas, no sabemos lo que estamos tratando de matar y la

plata podría no funcionar. Te vas congelar así, Gatita”.


“¿No es esa la menor de nuestras preocupaciones?” Con una risa que era

más tensa que divertida. “Ahora tengo todo un nuevo rango de movimiento y

eso es lo más importante”.

“Tienes razón”. Bones se quitó el jersey y lo tiró al suelo junto al mío. La

mayoría de los vampiros y ghouls siguieron el ejemplo. Pechos desnudos

brillaban en la reflexión de la luz del candelabro mientras todo el mundo se

ataba las armas. Así como lo hacíamos, los pasos de fuera se acercaron.

Mencheres bajó las escaleras. No lo había visto antes, pero había oído,

obviamente, lo que estaba pasando, porque él tenía más armas que piel

cubriéndolo. “Al césped, vamos a empezar con un perímetro exterior y entrar

de nuevo si es necesario”. Bones, dijo. “Zero, reúne a los humanos y ponlos en

los calabozos de abajo, ya que son los más reforzados. Siéntete libre de utilizar

medios físicos para hacerles obedecer a los reticentes, especialmente a su

madre”.

Habría contestado con algo grosero, pero no era el momento. Salimos al

aire libre de una manera precisa, estableciendo una formación alrededor de la

casa. Señales manuales se utilizaron una vez que estuvimos fuera, los vampiros

y ghouls moviéndose a una velocidad con la que cualquier jefe militar

encantaría comandar. Por supuesto, eran los predadores de la mayoría de los

líderes militares. La práctica si hacía al maestro.

El viento helado me hizo temblar. Sí, hacía mucho frío, pero no me iba a

matar y la hipotermia era algo de lo que no tenía qué preocuparme. Era medio

vampiro, después de todo, así que mi sangre no sabría cómo congelarse. No me

impidió desear poder ser más impermeable a ella como mis compañeros, sin

embargo. Vampiros y ghouls podía no gustarles el frío, pero yo era la única

cuyos dientes castañeteaban.

“¿Estás bien, cariño?”


Bones preguntó si bien no quitó la mirada de los árboles frente a él.

Estábamos en el punto muerto delante de la casa, y ojalá eso no fuera profético.

Apreté la mandíbula para aquietarla. “Va a desaparecer cuando se inicie

la acción”.

Hubo un movimiento a mi lado. Tate se deslizó a mi lado sin decir una

palabra, empujando con el hombro a Spade a un lado.

“Déjalo,” terció Bones cuando Spade estaba a punto de empujarlo atrás.

“Es para lo que es bueno”.

Tate podría haber contestado con algo, no lo sabré nunca. Abrió la boca...

pero luego la primera de las misteriosas figuras salió de los árboles y se detuvo.

Bones se puso rígido, volviéndose tan frío y duro como cualquiera de los

carámbanos de hielo en el techo. Spade dejó escapar un silbido bajo y murmuró

algo que sonaba como una plegaria.

“Dulce Cristo,” dije en voz baja, un nuevo congelamiento estableciéndose

en mí. “¿Qué es eso?”

Fue Mencheres quien respondió, viniendo desde detrás de nosotros y

levantando la voz para ser escuchado por encima repentino gruñido de la cosa,

que comenzaba a correr, su boca rompiéndose obscenamente con labios medio

podridos.

“Eso,” respondió él, “Es la tumba”.


Capítulo 30


En las películas viejas, los zombis se veían casi cómicos. Las películas

más recientes les hacían más justicia – la locura en los ojos saltones y la carne

colgando rancia en capas encorvado sobre un marco de hambre. Algunos

estaban más descompuestos que otros, los huesos visibles en algunos lugares a

medida que se tambaleaban hacia delante. Pero todos ellos tenían una cosa en

común: ellos estaban hambrientos y nosotros éramos comida.

Cuando fue visible el primero, Mencheres se vio tan aturdido como el

resto de nosotros. Después de su declaración críptica, sin embargo, él comenzó

a maldecir de una manera tan diferente de cómo es él, que rompió mi atención

de la horda que se aproximaba.

“Nunca, ni en la más repugnante de mis imaginaciones creí que ella sería

capaz de hacer tal cosa–” y concluyó con. “Habrá un pago por esto, tal vez no

por mí ni las personas que aquí están, pero un día ella tendrá que tomar

responsabilidad por tal hecho”.

Eso no sonaba bien. De hecho, sonaba como un epitafio.

Bones sacudió el hombro de Mencheres con un fuerte tirón. “No tenemos

tiempo para reflexionar sobre la capacidad de Patra para hacer el mal. Estas

cosas--” hizo un corto asentimiento de cabeza a los que estaban a dos decenas

de metros de distancia. “¿Pueden ser asesinados?”

Mencheres perdió su expresión vidriosa y sus facciones se endurecieron.

Puso su mano sobre Bones.

“No”


La palabra fue entregada sin emoción. Mencheres parecía hecho de acero

mientras apretaba la mano de Bones antes de dejar caer la suya.

“Ellos no pueden ser asesinados” continuó, desenvainando su espada

con un ruido de cortar. “Tampoco sienten dolor o necesitan ojos para vernos.

Son atraídos hacia nosotros sólo por la voluntad de ella.”

Él se adelantó con una orden para todos los demás de quedarse atrás. Las

cosas estaban tan sólo a unos metros de él, moviéndose a la carrera trotando

ahora. Parecían enloquecer más por su cercanía. Gruñidos horribles venían de

ellos.

“Han sido sacados de la tierra” continuó Mencheres, dejando de lado

uno con una velocidad que yo no tenía, “Y no van a volver a ella hasta que el

hechizo se rompa. No podemos correr. Cada tumba dentro de cien millas se

vaciara mientras la muerte venga tras nosotros y mataran a cualquier cosa en su

camino”.

Su espada se movió tan rápido que no pude seguirla con la mirada. En

mi incredulidad vi que las cosas saltaban sobre él con una velocidad casi igual.

¿Dónde mierda iba su arrastre? ¡Oh, mierda!

Mencheres lo apuñaló en ese mismo borrón. Partes de ellos comenzaron

a volar en todas direcciones mientras su espada se adelantaba a su repentino, e

increíble tiempo. “Debemos mantenerlos fuera y encontrar qué objeto ella

utilizó para este hechizo” prosiguió, con el mismo tono. “Tendría que ser algo

de ella, quizá llevado por uno de los presos o plantado por Rattler. Si lo

encontramos y destruimos, ellos morirán. Hasta entonces, no importa la

magnitud del daño que ellos soporten, no pueden descansar”.

Lo que quería decir era asquerosamente ilustrado mientras hablaba.

Madre de Dios, incluso los miembros que había cortado se arrastraban en

nuestra dirección. Un cuerpo sin cabeza tropezó más cerca y el cráneo sin


ataduras masticó con una atención demoníaca el pie de Mencheres hasta que él

lo pateó lejos. Ahora eso daba miedo. Sin embargo, cuando eran

desmembrados, las criaturas eran ciertamente menos peligrosas. Tal vez había

una oportunidad.

“Envía tres personas de vuelta a la casa para buscar” Mencheres gritó,

girando para interceptar a más de las formas a medida que se acercaba.

“Probablemente sea algo pequeño, fácil de ignorar. Destrúyelo con todos los

medios posibles”.

“Tick Tock, Annette, Zero, vayan”, Bones ordenó con un movimiento de

cabeza, sacando su propia espada. Se lanzaron de nuevo en la casa sin pausa, a

excepción de Annette. La vi parar y mirar a Bones antes de desparecer en la

casa. Me quedé mirándolo también, por la misma razón. Pensando que esta

sería la última vez que lo vería.

“Si pensara por un momento que escucharías, sería tú quien iría dentro”,

casi suspiró. “Sin embargo, te conozco mejor. Te amo, Gatita. No hay nada en

esta tierra o debajo de ella que pueda cambiar eso.”

No tenía tiempo para responder, pero no era necesario. Cada fibra de mí

le gritó en respuesta mientras él alzaba la voz y se dirigía a las cuatro docenas

de personas, que recurrían también a sus espadas.

“¡Patra desató la muerte sobre nosotros, compañeros. Vamos a devolver

el gesto con nuestros saludos!”.

Bones se adelantó con medidos y letales pasos para encontrarse con la

nueva ola de terribles invasores. ¿Cuatro docenas contra cientos indecibles?

Sabía las probabilidades de nuestra supervivencia. Al igual que todos los que se

apoderaron de una cuchilla y avanzaron con él, incluida yo.

“No estamos indefensos”. La vos de Bones nunca fue más controlada. Si

no lo conociera, diría que fue animadora. “Muchas veces en nuestras vidas


hemos estado sin poder, pero no esta noche. Ahora mismo tenemos el poder de

elegir la forma en que morimos. Si han sido maestros de nada en todos sus días,

ahora son un maestro de este momento. Y por mi parte, ¡Voy a dar tal respuesta

a este insulto que otros se arrepentirán de no estar a mi lado para verlo!”.

Bones terminó con un rugido que fue repetido por todas las gargantas.

Temblamos en el aire de antes de medianoche con el furor de la venganza, y de

pronto no sentí frío. O miedo. Había enfrentado antes a la muerte, maldición,

incluso la había buscado. Ahora al lado de Bones, tenía la oportunidad de

reescribir cada mala decisión, cada instancia de cobardía y todos los años de

pesar. Nada más importaba sino ahora mismo. En este instante, me había

convertido en la persona que yo siempre había querido ser. Fuerte. Sin miedo.

Leal. Alguien incluso de quien podría estar orgullosa.

La primera criatura saltó hacia mí y mi espada destelló a responder, mi

pelo volando mientras la esquivaba y cortaba. Un resplandor verde cayó sobre

su deformada cara y me reí, salvajemente brillante y feliz.

“¿Ves eso? Es la luz en mis ojos, y voy a mostrarte que más tengo...”

Mi primera pelea a muerte fue cuando tenía dieciséis años. Todo lo que

tenía era una cruz de plata unida con un pequeño puñal fino, y ni siquiera sabía

si mataría a un vampiro. Así lo hizo, obviamente y he estado matando desde

entonces. Había estado en cientos de batallas desde esa inicial, pero ninguna de

ellas, ninguna de ellas, había sido como esta.

Gracias a Dios que estaba oscuro. El verde brillante de los ojos de

vampiro los hacía distinguibles de los zombies, que continuaban saliendo del

bosque en todas direcciones. Los ghouls eran un poco más difíciles de filtrar,

pero entonces sólo había alrededor de diez de ellos aquí. Simplemente no te

dabas cuenta de cómo de intercambiables podría aparecer una figura de la


siguiente cuando tu mirada era salpicada continuamente con sangre, carne o

volando pedazos de miembros podridos. Y los miembros estaban en todas

partes, partes repugnante arrastrándose por el suelo, dedos sueltos

retorciéndose como sanguijuelas sobre tu cuerpo o enteros y todavía adornando

a los monstruos que seguían llegando de los bosques.

Yo estaba en el frenesí de la matanza sin sentido, cortando cualquier cosa

que se me acercara. Un adormecimiento mental se había fijado en mí,

haciéndome olvidar mis propias heridas. Mis brazos, hombros, piernas – cada

parte de mí había sido mordida. Ni siquiera estaba segura si seguía vestida;

todo lo que veía era rojo tanto de la rabia y sangre en mis ojos. Por eso era que

la luz esmeralda de mis camaradas era tan útil. Por lo menos cuando la veía,

sabía que no estaba sola. Sin duda me sentía sola, sin nada más que zombis

enloquecidos rodeándome, gritos confundiéndose con un ruido blanco

continuo, y el incesante cortar de mi espada en la fuerza inviolable de muertos

vivientes.

Vlad tenía una ventaja. Con tiempo suficiente, podría agarrar un zombi y

quemarlo en pedazos. Corrían alrededor como macabras antorchas, lo que

quedaba de ellos, de todos modos. Aún así parecía que necesitaba un sólido

minuto de sujetarlos para quemarlos en un estado menos perjudicial, lo que

significaba que no era el método más productivo para tratar con ellos.

De vez en cuando, sin embargo, cogía un brillo anaranjado en la esquina

de mi vista, oía indescriptibles gritos y sabía que Vlad estaba todavía vivo. Aún

más importante era que periódicamente, escuchaba un acento Inglés más alto

sobre los sonidos de muerte y dolor, instando a todos, burlándose de las

criaturas con alegre desdén. Bones todavía estaba vivo, también. Aparte de eso,

no tenía ni idea de quién estaba a mi alrededor.

“¡Retrocedan, retrocedan!” El grito llegó. La cosa delante de mí fue

pronto cortada recta por el centro en dos mitades. Entre las formas cayendo allí


estaba Bones, casi irreconocible en apariencia, y paré mi espada en medio del

movimiento para evitar destrozar su cabeza.

“Ven conmigo”, gruñó. Tiró de mi brazo y luego lo dejó caer con una

salvaje maldición.

“Maldito y jodido infierno, ¿Por qué no pediste ayuda?”

No sabía lo que quería decir, y discutir no era una opción, ya que me tiró

a su pecho con un brazo y empezó un cortar trastornado cualquier cosa cerca de

nosotros con la otra. Mis pies apenas rozaban el suelo, balanceándose con su

paso, mientras comenzaba a sentir náuseas.

Algo de la bruma fue levantado de mi visión y cuando entramos en la

casa y bajamos en seguida por las escaleras, pude ver con claridad de nuevo.

Cada elemento de la casa había sido destrozado. Estaba confundida,

porque la lucha principal se encontraba fuera, pero entonces tuvo sentido. Sin

saber lo que el misterioso objeto era, Annette, Tick Tock y Zero había estado

arrasando todo lo que podían. No quedaba ni siquiera un palo sólido de

muebles, y el resto de vampiros y ghouls mantenían a raya entre los escombros

a los horribles intrusos que seguían llegando. Esta casa tenía tres niveles

subterráneos y apenas dos entradas para ellos. Eso era el lado positivo. En la

columna de negativos, también significaba que no teníamos forma de salir.

Bones me depositó en los brazos de la Tate, que apareció entre las

salpicadas las formas.

“Llévala al nivel más bajo,” ladró y se volvió. “Tengo que cubrir nuestra

retirada”.

“¡Bones, no!” Protesté, ignorada por los dos mientras Tate se volvía y

corría escaleras abajo. Empujó la gente que pasábamos, murmurando algo que

sonaba como, “Tu brazo, tu brazo,” a su paso.


Pasamos por una puerta en donde dentro, varios rostros asustados nos

miraron. Los niños, me di cuenta. Ellos están asustados. Tal vez esto no estaba

en el folleto de Sé un Bocadillo Vampiro.

“Hagan algo de espacio,” les espetó, y el miedo por su apariencia o su

tono los hizo rápidos en responder. Se acurrucaron juntos mientras Tate me

depositaba en el suelo y sacaba un cuchillo.

“Déjame, tengo que volver a salir allí– ” comencé, y luego me callé. Oh.

No era de extrañar que los dos me hayan dado tal mirada.

“Dame un poco de sangre por la boca, si no la vas a necesitar,” fue lo que

dije en vez, de examinaba mi brazo. Bueno, lo que quedaba de él. Siempre el

brazo izquierdo, la parte desapasionada de mí reflexionó oscuramente. Primero

quemado por Max, ahora esto. Si pudiera hablar, nunca dejaría de quejarse.

Estaba colgado por unos pocos obstinados ligamentos, pero la mayoría

estaba masticados hasta el hueso. Ahora me parezco a los zombies, se me

ocurrió. Algunos de sus miembros eran un vivo retrato de este.

“Va a doler cuando se cure”, dijo Tate con tono áspero, presionando un

cuchillo y mi boca a su garganta. “Bebe profundo. Me recargaré después”.

Normalmente no habría bebido de él, profundamente o no, pero éstas no

eran circunstancias normales. La cosa era que tenía que estar de vuelta en

condiciones de pelear y rápido, porque las cosas afuera no estaban pidiendo un

tiempo-fuera. Con eso en mente, clavé los dientes en la perforación que Tate se

hizo en el cuello y succioné duramente, mordiendo para mantener la herida

abierta.

Hizo un ruido que me negué a diagnosticar, porque lo conocía. Fresca

sangre me llenó la boca y tragué, chupando más fuerte, sintiendo fragmentos de

dolor súbito estallar en mi brazo. Su agarre se hizo más fuerte hasta que la parte

superior de mi cuerpo estaba pegada a él, inclinando su cabeza hacia atrás


mientras aplicaba una succión más fuerte. Para el cuarto tirón mi brazo estaba

en agonía, pero por el sexto, se había estabilizado en un duro hormigueo. En el

noveno fue capaz de empujarlo con las dos manos, jadeando mientras el antojo

por más despertaba en mí.

Los ojos de Tate eran de color verde cuando lo miré, y me hizo trepar

hacia atrás, porque su expresión me dijo que no estaban iluminados por la

batalla.

Me puse de pie, mirando con asombro como la piel volvía a crecer en mi

miembro, tejiéndose de nuevo junta como en una escena de una película de

ciencia ficción.

La nueva sangre circulando en mí me hizo sentir más salvaje, menos

humana. Considerando la cantidad que sin duda había perdido, probablemente

estaba funcionando en una mezcla de sesenta-cuarenta favoreciendo las células

no-muertas.

“Vamos, soldado,” dije. “Tenemos cosas que matar”.

Sin mirar atrás corrí escaleras arriba y hacia los sonidos de la feroz

batalla.

Los vampiros estaban agrupados alrededor de la sala frente a la de

aterrizaje como un guante de no-muertos. Cada profana y chillante cosa que

trataba de roer su camino a través de ellos era atacado por todos los lados. Se

sostenía hasta ahora, pero una mirada me dijo la sombría verdad. Esta

barricada no iba a durar el tiempo suficiente. Más y más criaturas seguían

llegando.

Corrí hacia adelante para unirme a la refriega cuando choqué con

Annette. Estaba con los ojos demasiado abiertos y casi frenéticos, casi sin verme


cuando se apresuró a romper una figurita contra la pared. Cuando no pasó

nada, sólo vidrio roto, ella dio un crudo grito de desesperación y se volvió para

buscar más objetos.

“¡Annette!” Tuve que sacudirla para hacer que se centrará en mí.

“¿Dónde están, Tick Tock y Zero?”

Hizo un gesto en ninguna dirección general. “Tick Tock está en el otro

lado de la casa, Zero fue donde Anubus para intentar golpearlo para sacarle la

respuesta, pero vi a seis de esas... cosas ir detrás de él, “¡han entrado!” Oí gritar

a Zero, y luego me vine en esta dirección. ¡Oh, Cat, no puedo encontrarlo, no

puedo encontrarlo!”

Lo que era no requería una respuesta. Este lugar se deshacía por las

costuras.

“Sólo mantente en esto, Annette, lo encontraremos, sea lo que sea. Los

mantendremos fuera –”

Ella me dio un empujón. “No entiendes. ¡Está en las noticias! Tumbas

vaciándose, rumores de cosas arrastrándose de ellas... todos dirigiéndose en

esta dirección. Estamos en una zona aislada, pero no tan aislada. ¿No lo ves?

Patra no los necesita a todos ellos para matarnos, y muy pronto sabrá

exactamente dónde estamos, porque todos los zombies son una señal indicando

el camino!”

¡Mierda! ¿Esto no iba a parar nunca? De modo que nuestra situación se

había actualizado desde terrible a condenada. Sorprendentemente, estaba más

enojada que otra cosa. Esa perra no merecía ganar. Tal vez no éramos inocentes,

pero ella era mucho peor en muchos niveles.

Hubo un ruido detrás de mí, viniendo desde el sótano. Gritos, Dios, más

gritos. Y los sonidos de desmoronamiento de estructura. Esto es, me di cuenta.

El final. No, no lo podía detener, pero podía elegir la forma de hacerle frente.


Con renovada determinación, tendí mi espada. “Sigue buscando,

Annette, no importa qué. Voy a seguir matando. Si esa perra quiere, puede

venir a buscarnos”.

“A los pisos inferiores, compañeros, muévanse!” Ordenó un grito. Dos

docenas de miembros de lo que quedaba de nuestras fuerzas comenzaron a

replegarse. Me abrí camino a seguir, viendo a Bones y Mencheres al final de la

línea de retirada que cubría la salida. Ambos girando y cortando en un

despliegue vertiginoso de violencia que los hacía parecer como si hubieran sido

transformados en máquinas. Siempre había supuesto que Mencheres, una vez

despojado de sus modales corteses, sería terriblemente letal. No me había

equivocado. Parecía una pesadilla viviente.

Vlad me agarró, obligándome a ir hacia atrás. Sus manos se sentían

calientes y no frías como deberían haber estado por la temperatura exterior de

congelación.

“Vamos, ellos se nos unirán pronto", ladró, impulsándome con su

cuerpo.

“¡No, yo voy arriba!” Grité, tratando de luchar para que me soltara.

“Él es el co-líder de su línea, de modo que es donde debe estar”, fue su

respuesta. “Pero tú vienes conmigo.”

Su puño aterrizó en un golpe sólido en la parte superior de mi cabeza. En

medio de la repentina estela de estrellas, eludí su brazo y me sacudí hacia

adelante, me levantó bruscamente por su agarre sobre mi pelo.

De pronto, todo pareció moverse en cámara lenta. Vlad me tiró hacia

atrás de nuevo, mis pies se deslizaron de debajo de mí y débilmente, sobre

todos los demás ruidos, oí una risa vengativa y satisfecha.


Vi a seis de esas cosas yendo después de él, “¡Han entrado!” Annette

había dicho. Y yo le oí gritar...

Había estado hablando de Zero, que se dirigía a la celda de Anubus. Pero

mientras que nadie había visto o escuchado de Zero, era Anubus quien se

estaba riendo con malicia ahora. Anubus. Ileso a pesar de que estaba

encadenado a una pared con media docena de criaturas voraces a poca

distancia a masticarlo. ¿Cómo era posible? Sólo pude pensar de una manera.

“¿Vlad, tienes que estar tocando a alguien para quemarlo?”

La pregunta lo sorprendió tanto que dejo de maltratarme. “Tengo que

haberlo tocado antes y se tarda más tiempo, ya que es difícil quemar a alguien a

quien no estoy sosteniendo”.

“Difícil,” respiré. “¿Pero no imposible?”

“No, no, imposible, ¿Por qué?”

“Es Anubus.” Levanté mi voz, porque la adrenalina empezó a surgir. “El

objeto de Patra no es un objeto en absoluto. ¿No te das cuenta? ¡Es el caballo de

Troya en última instancia, y Bones casi muere entregándolo! Ella quería

terminar con Bones en la emboscada –y luego con resto de nosotros más tarde,

ya que trajimos a Anubus a casa de vuelta con nosotros. Patra sabía que no lo

mataríamos, ¿Quién acabaría con su rehén más valioso?"

Vlad comenzó a sonreír. Me soltó y extendió las manos, sosteniéndolas

sobre su cabeza. A nuestro alrededor reinaba el caos.

“Está demasiado lejos de mí para llegar a él antes de ser cortado en

pedazos, pero vamos a ver si puedo salvar el día”.

“Vamos,” le respondí, girando para limpiar la zona a su alrededor.

“Impresióname”.


Sus manos comenzaron a brillar, no rojas, sino azules. Iluminaron la sala

con una misteriosa luz azul marino-violeta. Chispas volaron de sus manos,

bañando mi pelo mientras yo seguía apuñalando a los zombies que se

aproximaban.

Alguien gritó, agudo y agonizante. Le lancé una sonrisa cruel a Vlad

cuando reconocí la voz.

“Tienes su atención, Drac”.

“Él es fuerte,” respondió Vlad en un tono tenso. Sus manos estaban

ahora completamente envueltas en llamas. “¿Y debo recordarte una vez más

cuál es mi nombre?”

“Tú arrogante...” golpee en el estómago de un zombie rompiéndolo,

torciéndome y usando toda mi fuerza para partirlo en dos “...sobre-

publicitado..." no iba a funcionar, con garras en la hoja y mi Dios, estas cosas

eran dura, “... chulo, viejo murciélago...” Crack! Esa fue mi cabeza contra la

pared. Si no tenía el cráneo partido, me sorprendería. “¿Qué estás esperando?

¿No eres tú el rey de los cocos? ¿La leyenda que los niños temen ya que los

devorará si no se comportan?”

Dos zombies más se deslizaron pasando a Bones y Mencheres, que

estaban ahora casi espalda con espalda tratando de evitarlos.

“¡Vamos, Vlad, vive a la altura de tu reputación! Si no puedes quemar

hasta la muerte a un vampiro egipcio encadenado a una pared, ¿Cómo alguna

vez expulsaste a los turcos de Rumania?”

Hubo un fuerte chasquido reverberante, como si un transformador

eléctrico se hubiese quemado, y luego en medio de saltos, los zombies cayeron

al suelo. De repente de las quietas formas, empezó a aparecer tierra,

cubriéndolas, erosionando los cuerpos de las criaturas, hasta que no quedo


nada más que montones de tierra. Fueron llamados desde la tierra, pensé y allí

fueron de vuelta.

“Lo hiciste,” jadeé, soltando mi espada no corrí en su dirección, sino en la

opuesta.

“Por supuesto,” le oí responder mientras fuertes brazos me levantaban y

me aplastaban contra un pecho lleno de sangre. “Soy Vlad Tepesh, ¿Qué

esperabas?”


Capítulo 31

TRADUCIDOPOR PARGULIN

DURANTE UNOS TREINTA SEGUNDOS SOSTUVE A Bones, sintiendo

su boca presionada a mi cabello, sus manos aferradas a mi espalda, y estaba

realmente feliz. Entonces se oyó un ruido, un gemido sordo, uno que escuché

incluso por encima de los gritos de júbilo de los otros vampiros. Uno que

parecía venir de mis propias células, lo que tenía sentido, de una manera

extraña.

“Mamá.”

Corrí por el pasillo hacia la parte trasera como si estuviera siendo

arrastrada por una cuerda. Bones me siguió de cerca, pero no tan rápido como

yo iba, no esta vez. Caí de rodillas cuando la vi, envuelta en el regazo de

Denisse, las manos de mi amiga comprimiéndo su estómago. Junto a ellas había

un zombi, ahora sólo un montón de tierra, y mi madre estaba tan inmóvil y

pálida como la muerte.

“¡No!”

Salió de mí incluso mientras actuaba sin pensar, tomando uno de mis

cuchillos y lo pasándolo a través de mi muñeca, inclinando su cabeza hacia

arriba, forzando mi sangre dentro de su boca. La hoja cortó justo a través del

hueso y el líquido rojo se desbordó de sus labios.

Hizo arcadas una vez y tragó débilmente, burbujas saliendo de su boca.

Trabajé su mandíbula, obligándola a tragar de nuevo.

Denisse estaba llorando y rezando al mismo tiempo. Bones la hizo a un

lado para agacharse sobre mi madre. Tomó el mismo cuchillo que yo había


usado y lo pasó por su propia muñeca, sosteniéndolo sobre la boca de ella,

dándome instrucciones para comenzar compresiones para forzar sangre de él a

través de su cuerpo.

Cegada por las lágrimas lo hice, presionando con fuerza su pecho. Su

corazón había dejado de latir justo cuando Bones le daba su sangre. Una y otra

vez presioné su pecho, mientras Bones insuflaba en su boca.

“Esa cosa entró en la habitación,” se atragantó Denisse, habían varias

heridas en ella también. “¡Y simplemente saltó sobre ella! Traté de separarlos,

pero era demasiado fuerte... ¡Vamos, Justina, no te des por vencida!”

El grito de Denise fue tan fuerte, que me tomó un segundo escuchar el

suave golpeteo interno bajo mis manos. Entonces me eché para atrás, lágrimas

inundaban mis ojos, mientras mi madre tosía.

“Inmundo... animal... aléjate… de mí,” jadeó ella a Bones.

Me reí incluso mientras Bones resoplaba y se echaba hacia atrás también,

deteniéndose sólo para cortar su palma y ponerla sobre el corte en mi muñeca.

“Hola, Justina. Parece que todavía estamos atascados el uno con el otro.”

Denisse se echó a reír también, luego se secó los ojos y miró alrededor.

“¿Dónde está Randy? ¿No estaba él con ustedes?”

Mi sonrisa se desvaneció. Tardíamente me di cuenta de que Randy no

estaba en la habitación con todos los demás. Ver a mi madre desangrándose a

muerte me había distraído de notar eso antes. Le eché una mirada a Bones, que

estaba frunciendo el ceño y poniéndose de pie.

“¿Por qué iba a estar con nosotros?” Preguntó a Denise en un tono

agudo. “Randy se suponía que tenía que quedarse aquí.”


Denisse se levantó también, con el rostro pálido. “Quería ayudar a

encontrar lo que fuera que Patra estaba usando. Dijo que no saldría de la casa.

Se fue hace unos veinte minutos...”

Bones se volvió y salió de la habitación. Fui hacia Denisse y la cogí de las

manos. Incluso con toda la pérdida de sangre que había sufrido, las mías

estaban más calientes.

“Tú te quedas aquí,” le dije. “Lo encontraremos”.

Los ojos color avellana de Denise se encontraron con los míos, y la

vehemencia en ellos me hizo, literalmente dar un paso hacia atrás.

“De ninguna jodida manera,” dijo, y me empujó hacia un lado.

La dejé ir, sintiéndome un poco mareada, ahora que la adrenalina de la

batalla me dejaba. Mi madre se sentó, mirando fijamente a la sangre y su ropa

destrozada alrededor de su abdomen donde la herida mortal había estado.

“Mamá,” empecé.

“No te preocupes por mí,” me interrumpió. “Ve tras Denisse”.

Le di una mirada de agradecimiento y me fui, pasando por las ruinas de

la casa mucho más lento de lo que lo había hecho antes. No fue un minuto

después cuando oí gritar Denisse, fuerte y penetrantemente. Eso me llevó a una

carrera, a pesar de los puntos oscuros que empezaron a aparecer en mi visión.

Bones estaba arrodillado en el suelo de la cocina con Denisse en sus

brazos. Había un montón de algo rojo y tierra al lado de ellos...

“Oh, Jesús,” susurré.

“¡Cúralo!” Gritó Denise, golpeando a Bones en la espalda. “¡Cúralo,

cúralo CÚRALO!"


Pero eso era imposible. Mi madre aún se aferraba a la vida cuando Bones

y yo le dimos sangre, por lo que sus propiedades curativas habían tenido la

oportunidad de trabajar. El cuerpo de Randy yacía en pedazos, partes cubiertas

por tierra que había sido el zombi o zombis, que lo habían desgarrado.

“Se ha ido, cariño,” dijo Bones a Denisse, forzándola fuera de la vista

horrible de su marido. “Lo siento tanto”.

No creo que Denisse siquiera lo haya escuchado. Seguía gritando y

llorando, mientras sus puños golpeaban a Bones. Me acerqué a ella, inútilmente

tratando de consolarla, a pesar de que nada de lo que podría hacer aliviaría su

dolor.

Spade entró en la cocina, su rostro sombrío y se arrodilló junto a

nosotros.

“Crispín, sacaré de aquí a Denisse. Necesitas llevar a Cat y los otros a un

lugar seguro. No tenemos mucho tiempo”.

Sin palabras, Bones asintió con la cabeza. Spade suavemente tomó a

Denisse de los brazos de Bones y la llevó fuera de la cocina.

Todo el mundo que seguía en pie estaba en modo de emergencia,

dirigiendo a los muertos y los vivos para una salida rápida. Todos teníamos que

ir lo más lejos de aquí como fuera posible, antes de que Patra viniera a terminar

con nosotros.

Bones me tomó en brazos, y ni siquiera me molesté en discutir que podía

caminar. Francamente, no estaba segura de si podía. A medida que maniobraba

a través de los elementos rotos en la casa, me sorprendí al ver que una de las

televisiones todavía estaba encendida.


“...tres... dos... uno... ¡Feliz Año Nuevo!” Anunció Dick Clark, seguido

por el ruido habitual de fiesteros, petardos y el comienzo de ‘Auld Lang Syne’

57Parecía imposible que tanto hubiese sucedido en sólo dos horas.

Mi visión comenzó a hacerse brumosa, lo que podría haber sido la

pérdida de sangre pasándome la cuenta, porque cuando parpadeé, estábamos

en el césped. Esparcidos en medio de la nieve de extraño color y en montones

de tierra había cuerpos. Los que antes habían sido vampiros y ghouls eran

ahora restos marchitos. Sentí una oleada de alegría al ver a Tate dando vueltas,

y oré para que Juan y Dave también hubieran sobrevivido.

Ian se arrodilló en el suelo, su pelo castaño le hacía fácilmente

distinguible incluso desde atrás. Sus hombros temblaban.

Bones me bajó y luego dio pasos rápidos hacia adelante. Mencheres se

encontró con él, con el rostro sombrío.

“¿Cuántos?” Preguntó con voz ronca Bones.

La mirada de Mencheres se deslizó a las varias pilas de miembros

marchitos.

“No lo sabemos aún.”

Bones se arrodilló junto a Ian. “Ian, compañero, debemos tomarlos e

irnos. Ninguno de ellos se preocupará por nosotros si somos masacrados por

sus cuerpos porque no teníamos fuerzas para irnos. Patra ha tomado

demasiados esta noche. No vamos a dejarla que obtenga nada más”.

A través de mi visión rápidamente aclarándose, vi a ellos tres comenzar a

recoger los restos de los que solían ser sus amigos.

57

Auld Lang Syne es una canción patrimonial escocesa. Se la ha relacionado especialmente con la celebración del Año Nuevo


Capítulo 32

TRADUCIDO POR QUEENNIE

LA CARA DE DAVE FUE LA PRIMERA COSA QUE VI cuando abrí los

ojos. Él me sonrió.

“Hola Cat. ¿Tienes hambre? ¿Sed?”

“Estoy sedienta,” dije con voz ronca, bebiéndome el agua que él me había

tendido. “¿Dónde estamos?”.

Volvió a coger el vaso. “Ahora estamos al sur de Dakota, mientras todos

se reagrupan”.

Una mirada a mi izquierda me mostró que una brillante luz asomaba

entre las pesadas cortinas.

“Dios mío, ¿qué hora es?”

“Aproximadamente las tres en punto. Perdiste una gran cantidad de

sangre y tuvimos que ponerte dos transfusiones. Luego Bones no quiso que te

despertases y empezases a agotarte, así que te dimos algunas de esas pastillas

para dormir que Don hizo para ti. ¿No recuerdas haber discutido con él e

intentado escupirlas?"

Para nada. Me senté, dándome cuenta de que ya no estaba

ensangrentada y también llevaba puesta una camiseta limpia.

"Don lo pasó fatal en las últimas horas", continuó Dave. "Ha recurrido a

todos sus contactos para confiscar fotos de tumbas vacías y muertos andantes, y

sobre todo, para mitigar el circo mediático que esto ha producido.


Afortunadamente, el gobierno canadiense tampoco quiere que sus ciudadanos

crean en zombis, por lo que están cooperando".

Gruñí. Me podía imaginar lo loco que se estaba volviendo Don tratando

de encubrir esto.

“¿Cuál es su versión?”

"Están utilizando la historia ficticia de que un pequeño terremoto y una

avalancha vaciaron algunas de las tumbas, pero los periódicos sensacionalistas

todavía van a ponerse las botas. Por lo menos estábamos en una zona remota, si

esto hubiese ocurrido en una gran ciudad, Don no habría podido encontrar una

tapadera lo suficientemente buena para ocultar esta pesadilla andante".

“¿Un terremoto y una avalancha? ¿Eso es lo que están contando?”

Dave se encogió de hombros. "Es lo mejor que pudo hacer en tan poco

tiempo, supongo. De alguna manera explica que los cementerios estuviesen

destrozados. Entonces también dijo que algunos de los “zombis” eran

supervivientes con trastornos post-traumáticos llevando ropa sucia y vagando

desorientados. Ya sabes cómo es. La gente no quería creer que lo que vieron era

real. Las personas normales van por la vida mucho más felices creyendo que no

existe nada sobrenatural".

“¿Dónde está Denisse?” Pobre Randy. Él no hubiera estado metido en

todo esto de no ser por mí.

"Ella está durmiendo. Spade le dio una versión más suave de tu

tranquilizante. Ahora mismo dormir es lo mejor para ella".

“Dave… ¿quién más no lo logró?”

Su cara se ensombreció. "Ya sabes lo de Randy. Zero también se ha ido,

igual que Tick Tock..."


Continuó, y cada nuevo nombre me sacudía por dentro. A algunos los

conocía, a otros no. Aún así, cada uno de ellos era una pérdida irreemplazable.

Cuando Dave terminó, la lista era de más de dieciocho vampiros y ghouls, una

pérdida desestabilizante. Cuatro humanos más, además de Randy, fueron

asesinados. Bones tenía que estar destrozado.

“¿Donde está Bones?” pregunté, balanceando mis piernas fuera de la

cama.

"En la planta baja. Pero primero, podrías querer ponerte unos

pantalones".

Miré hacia abajo, viendo lo que no había notado por debajo del edredón.

"Oh, lo siento, no me di cuenta..."

Sonrió débilmente. "Eres como mi hermana, no te preocupes de eso. Y

porque soy tu amigo, no me preocupa decirte que... te cepilles los dientes. Tu

aliento da miedo".

Siguiendo el consejo de Dave me cepillé los dientes, me lavé la cara y me

puse más ropa. Estaba descalza, puesto que no me había preocupado por

buscar unos zapatos. Dave me acompañó hasta las puertas cerradas del salón y

después se fue.

Bones vino hacia mí y yo lo abracé durante bastante rato. Decir “lo

siento” era un consuelo tan inútil que ni siquiera me molesté.

Ian también estaba allí. No se había duchado o cambiado de ropa desde

la batalla, y no tenía camisa por lo que la suciedad y otras cosas estaban untadas

por encima de él.


"Habría sido bueno que descifrases antes el misterio Reaper", dijo con

amargura. "No es de mucha ayuda tener una idea brillante después de que

nuestro número se ha reducido a la mitad".

Parpadeé, no estaba preparada para su hostilidad. Bones no dudó y tenía

a Ian cogido por el cuello antes de que yo pudiese siquiera formular una

respuesta.

"No le digas una sola palabra más de reproche o voy a perder el poco

control que tengo sobre mi carácter", gruñó. "Si no fuera por ella, todos

estaríamos muertos ahora mismo, ¿o es que eso se te olvidó?"

La mirada de color turquesa de Ian estaba brillando de color verde

esmeralda.

"Lo que no he olvidado es por qué nos vimos arrastrados a esta guerra en

primer lugar. ¡Fue todo por su culpa! Su herida fue curada, Crispín, pero no

puedes hacer nada por nuestros amigos que están acostados en la otra

habitación, ¿verdad? ¿Cuántas vidas más serán necesarias para vengar el

orgullo herido de una mujer..."

“¡Bones, no!”

Mencheres apareció de la nada en el momento justo. Hubo un sonido de

desgarro, un borrón y luego Bones fue arrojado hacia atrás sin un brazo. Mi

grito ahogó el de Spade, que llegó justo a tiempo para presenciarlo.

Ian se quedó estupefacto mirando asombrado la mano aún aferrada a su

cuello, la extremidad empezaba a marchitarse. Fui hacia Bones, pero él me

esquivó y se dirigió derecho hacia Mencheres dando grandes zancadas.

"¿Tienes alguna razón para impedirme silenciar ese insulto Gransire?"


En ese momento todo mi cuerpo se tensó. Si Bones y Mencheres se

atacaban, todo el infierno se desataría.

"Ibas a arrancarle la cabeza a Ian," respondió Mencheres. "Después te

hubieses arrepentido, por muchas razones y creo que ya le hemos dado a Patra

suficientes motivos de celebración, sin tener que reducir aún más nuestro

número.

Ian parecía ligeramente aturdido por los recientes acontecimientos.

Sacudió la cabeza como si quisiese despejarse, entonces nos miró fijamente, a mí

y a Bones con una expresión de ligera incredulidad.

"Por Cristo, Crispín, no sé lo qué me pasó," tomó aliento. "No tenía

motivos para arremeter así en contra tuya. Perdónenme los dos".

Bones empezó a pasarse la mano por el pelo, se detuvo cuando vio que

su brazo sólo había vuelto a crecer hasta la mitad, y soltó un bufido de

incredulidad.

"He tenido ese brazo durante doscientos cuarenta y siete años. No creí

que lo perdería al intentar arrancarte la cabeza. Hijo de puta, tengo que

calmarme"

"Ahora más que nunca todos tenemos que trabajar juntos", añadió

Mencheres.

"Sí", dijo Bones, mirándole de manera que el pelo de mi nuca se puso de

punta. "Sobre todo tú Gransire, porque esto debe terminar".

Vlad entró en la sala. Miró a su alrededor, vio el enfrentamiento de

miradas entre Bones y Mencheres, y se sentó.

"Sé lo que estás pensando", dijo Mencheres desolado. "Y les digo, no

puedo hacerlo".


Bones estuvo junto a él en un instante. "La realidad es que o tú ni ella

morirán muy pronto. Cualquier cosa que Patra signifique para ti, cualquier

sueño secreto que albergaras acerca de que el destino intervendría en el último

momento para hacer que las cosas salieran bien - de entre todas las personas tú

deberías saberlo mejor que nadie. Tú me dijiste que nunca dudara de tus

visiones, sin embargo, conservaste la esperanza de que pudieras estar

equivocado. Pero no lo estás, así que debes ponerle fin a esto, porque esa es la

responsabilidad que tienes con la gente de tu línea y ahora también con la de la

mía".

Estaba confundida. Mencheres no tenía a Patra escondida en el cuarto

trasero, que yo supiese, así que ¿cómo iba a tener el poder para ponerle fin a

esto, como Bones estaba dando a entender? Vlad se inclinó hacia adelante,

percibiendo mi pensamiento. "¿No te das cuenta Cat? Cuando Patra te atrapó

en una pesadilla letal, ¿quién supo cómo romperla? Anoche, cuando los zombis

atacaron, ¿quién sabía que la única forma de destruirlos era destruir lo que los

llamaba? Mencheres. Así que si conoce estos hechizos lo suficiente para saber

cómo deshacerse de ellos... entonces él también tiene los conocimientos para

lanzar uno por sí mismo".

Una mirada al rostro lívido de Mencheres me lo confirmó, y entonces yo

estuve también justo delante de él.

"Tienes que hacerlo. ¡Ella no va a parar! ¿Quieres ver muertos a todos a

tu alrededor? Porque eso es lo que pasará si no hacemos algo".

"¿Podrías tú?" Mencheres arremetió contra mí. "Si fuese Bones de quien

estuviésemos hablando, ¿podrías matarle? ¿Podrías sentenciarlo tan fácilmente

a la tumba?"

Se detuvo, mostrando más sentimientos sinceros de los que nunca había

visto en él y eso me impactó. Todavía estaba enamorado de ella, incluso

después de todo lo que había hecho. Pobre diablo.


Elegí mis palabras con cuidado. "No pretendo saber lo difícil que es para

ti Mencheres, y si fuese Bones, también me haría pedazos por dentro. Pero--"

me detuve para mirar directamente hacia el hombre que amaba - "si alguna vez

cayeses tan bajo como para intentar - y lograr - matar a mis seres queridos y me

dejases tan claro a través de innumerables ejemplos que no te detendrías hasta

que yo, y todos por los que me preocupo estuviesen muertos, entonces sí. Yo te

mataría".

Bones me devolvió la mirada y una pequeña sonrisa surgió de su boca.

"Esta es mi chica".

Luego fijó su mirada en Mencheres. "Puedo ofrecerte un sólo consuelo, el

único: una muerte rápida para Patra. Ella no se lo merece, y yo prometí someter

a quien conspirase contra mi esposa a una experiencia mucho más prolongada y

horripilante, pero por ti voy a cambiar eso. Si ahora haces lo que tienes que

hacer".

Los ojos de Mencheres llameaban verdes y desprendía tanto poder,

crepitando al salir de él, que me estremecí. "¿Me estás amenazando?"

Bones ni siquiera se movió. "Soy el co-gobernante de tu línea y estoy

declarando mis intenciones hacia un enemigo que ha matado a nuestra gente.

Necesitas recordar de qué lado estás. ¿No puedes ver que Patra ha estado

apostando su vida suponiendo que eres incapaz de eso?".

Mencheres no dijo nada. Cada par de ojos en la sala le apuntaban a él.

Entonces, por fin, se puso de pie, poniendo bajo control ese destello furioso de

poder como si un pájaro doblase sus alas.

"Que así sea. Anoche Patra desató el contenido de las tumbas sobre

nosotros. Esta noche, vamos a devolverle la venganza de ellos".


Capítulo 33

TRADUCIDO POR JHOS

LAS ESTRELLAS ESTABAN PARPADEANDO DESDE SU NUEVO

fondo de flota siempre-profunda. Mencheres estaba en el centro del césped.

Habíamos limpiado la nieve de la tierra así el gran mantel colocado sobre ella

no se mojaría. Mencheres se sentó con las piernas cruzadas en frente de ello, y

no pude evitar pensar que con su posición centrada, la docena o así de

vampiros en el fondo detrás de él… y los huesos alineados en el mantel blanco,

esto lucía como la versión del infierno de la Última Cena.

Ninguno de nosotros sabía que iba a suceder. Después de hacer esa

declaración críptica, Mencheres había dicho simplemente vístanse para la

batalla al caer el sol y entonces fue a su habitación. Medio me pregunté si había

hecho una pausa por ello camino a una ventana del piso superior, pero Bones

parecía satisfecho de que Mencheres mantendría su promesa y aquí estaba él.

Más temprano llamé a Don para decirle que algo iba a caer esta noche.

Quizá con previo aviso, él sería capaz de inventar una historia de tapadera

mejor que avalanchas y pequeños terremotos. El problema era que no podía

decirle donde este evento tomaría lugar. O a qué hora. O en qué consistía. O

cualquier detalle útil que le permitiría minimizar la interacción humana y

prevenir una lluvia radioactiva de media a gran escala, me dijo mordazmente.

Bueno, yo no tenía esos detalles, así que solo podía trasmitir lo que sabía.

La frustración de Don era entendida. Aquí le había advertido que por

segunda noche consecutiva, los muertos iban a atacar con magia negra, pero no

sabía si los cuerpos serían arrastrados de sus tumbas –o lloverían del cielo. Don

tenía motivos para enloquecer, seguro. Yo, tenía otras preocupaciones a parte

de mantener la existencia de los vampiros en secreto. Tenía que permanecer

viva. Así que estaba vestida para la batalla, usando sobre mi tradicional elástica


negra varios cuchillos, una espada, varias pistolas llenas de balas de plata, e

inclusive algunas granadas.

“No quiero que ninguno de ustedes hable”, dijo Mencheres la primera

vez que habló por si mismo desde que se sentó frente a los huesos. “No hasta

que haya terminado”.

¿Y cómo se suponía que sabríamos eso? Pensé. ¿Cuándo haga una

reverencia? ¿Cuando la tierra se abra y cosas empiecen a arrastrase fuera de

ella? Un recuerdo de esas horribles criaturas pudriéndose brilló en mi mente y

me estremecí.

Ugh, si nunca veía ninguno de ellos otra vez, sería demasiado pronto.

Algo picaba en el aire, centrando mi atención de nuevo en el vampiro

Egipcio. Su cabeza estaba inclinada, su cabello largo escondía su expresión,

pero a través de las brechas en los hilos negros vi sus ojos brillando verde. Junto

a mí, Bones se estremeció, y me precipité a mirarlo. Parecía fijo en Mencheres.

Tomé su mano –y casi la dejo caer por el chisporroteo eléctrico que llegó a mi

piel. Lo que sea que Mencheres estaba haciendo, también afectaba a Bones.

Aparentemente ese intercambio de poder entre ellos dos todavía había dejado

un hilo de conexión. Eso me perturbó, sin embargo no sabía por qué.

Todos a la vez, los huesos de las personas que habían sido asesinadas la

noche anterior se levantaron del mantel. Se cernieron en el aire, formando un

círculo alrededor de Mencheres, y los huesos empezaron a girar a su alrededor.

Al principio rotaron lentamente, colgando como por hilos invisibles, pero

entonces su velocidad comenzó a aumentar. Envolvieron a Mencheres,

moviéndose cada vez más rápido, hasta que pronto era difícil distinguir

ninguna de las piezas excepto los cráneos, sonriendo morbosamente con las

mandíbulas meciéndose en esta especie de tornado. El cabello de Mencheres

flotaba a su alrededor y mi piel tenía la sensación de un millón de hormigas


invisibles. El poder vertiendo de él se intensificó con grados increíbles, hasta

que no me habría sorprendido ver un rayo donde él estaba sentado.

Con un crujido los huesos a su alrededor hicieron implosión, bañando a

Mencheres con una fina nube blanca. Apreté la mano de Bones, sin importarme

el voltaje ardiente que parecía surgir a mi brazo, y miré con incredulidad los

residuos de polvo de sus amigos. Polvo al polvo, pensé aturdida. Mencheres solo

explotó lo que quedó de esos valientes hombres.

¿Por qué? ¿Por qué haría él eso?

Sin levantar su cabeza, Mencheres sacó un cuchillo de su regazo.

Después se apuñaló directo en el corazón.

Jadeé, abriendo la boca con incredulidad mientras torcía la hoja.

Debe ser acero, no plata, me encontré pensando. O él estaría tan muerto

como los granos que quedaban de esos hombres cubriéndolo como una nube

gris.

Sangre negra se derramó de la herida, fluyendo tan constantemente

como si su corazón aún latiera. Cubrió el cuchillo, sus manos, y su ropa con un

líquido rojo oscuro. Pronto ni siquiera estaba mirando eso, sin embargo. Estaba

mirando con creciente impresión como el polvo cubierto de rojo que eran los

huesos de los hombres que había muerto empezaron a separarse, expandirse…

y entonces formar figuras.

“Madre de Dios58,”escuché murmurar a Juan, rompiendo el edicto de

silencio de Mencheres.

58

En español


Mi propio pensamiento fue menos caritativo con la religión: ¿Qué

demonios está sucediendo? Ante mi mirada, parecían fantasma formados,

rodeando a Mencheres.

Él estaba murmurando algo en un lenguaje que ni siquiera pude

reconocer, y esas formas vagas siguieron aumentando. Crecieron hasta que

lucían como sombras viniendo a la vida, porque todavía podía ver a través de

ellas, pero eran tridimensionales, está bien. Figuras tridimensionales opacas de

hombres desnudos. Uno de ellos se volteó, y Bones dejó escapar un suave

gemido. Randy, pensé conmocionada. ¡Ese es Randy!

Más de ellos se formaron del polvo de huesos que cubría a Mencheres. Él

mantuvo el cuchillo en su pecho, la herida continuaba sangrando, hasta que me

pregunté cómo todavía quedaba algo de jugo en él. Pero mientras más sangraba

él, menos brumosas lucían las figuras, hasta que pude reconocer cada figura

espectral. Allí estaba Tick Tock, solo un poco al lado Zero, oh Dios, Randy…

Solo cuando las veintitrés personas que había sido asesinadas la noche

anterior estaban paradas alrededor de él, Mencheres sacó el cuchillo y habló.

“Estos no son nuestros amigos. Ellos no reconocen a ninguno de ustedes,

y ellos no tienen recuerdos de su vida anterior. Ellos son la rabia sin sentido que

persiste de todas las personas asesinadas, y he arrancado la rabia de sus huesos

y se las he dado. Ellos se sentirán atraídos por su asesino con el único propósito

de venganza. Todo lo que debemos hacer una vez que los libere… es seguirlos.

Ellos nos llevaran directo a Patra sin importar dónde se esconde”.

Yo apenas había envuelto mi mente en eso antes de que Mencheres dijera

una palabra desconocida y los espectros se dispararon hacia la noche como si

hubieran sido despedidos por cañones fantasmales. Wow, eran rápidos. ¿Cómo

se supone que los seguiríamos?


Mencheres se paró, levantando los brazos –y yo grité. El suelo estaba a

seis metros de distancia…diez… veinte…más…

“Debemos apurarnos,” lo escuché decir en medio de los azotes de mi

cabeza para ver que cada persona que había estado parada en la tierra estaba

ahora en el aire y siendo lanzada a través de la noche como por corrientes

invisibles. “La encontraran pronto”.

Patra estaba encerrada en un hotel abandonado a unas ochenta millas en

línea recta. O en este caso, los no-muertos. Bones me había agarrado junto a él,

pero no era necesario, ya que Mencheres aún nos empujaba a todos nosotros

junto con una gran cantidad de poder que era verdaderamente alucinante. En

mis más locas fantasías, no había imaginado que era posible que los vampiros

hicieran estas cosas, pero aquí estábamos, siguiendo sobre la alfombra mágica

del poder de Mencheres detrás de los espectros llenos de venganza que él había

convocado.

Más tarde ponderaría la importancia de eso. Como cuando escribí mi

reporte a Don y lo vi desmayarse leyéndolo.

El hotel estaba en medio de una pobre ciudad. Por los sonidos, no mucha

gente vivía allí. De hecho, esta área probablemente sería demolida para nueva

construcción pronto, porque observé excavadoras y otros equipos similares

esparcidos alrededor. Mencheres nos trajo abajo a unos cien metros del hotel.

¿Cómo sabía que era el lugar donde estaba Patra? Porque los espectros volaron

directo a ella, moviéndose a través de las paredes como si no estuvieran allí.

Truco atractivo. Seguro mejor que subir las escaleras.

“Debes pasar a través de su gente”, le dijo a Bones, haciendo gestos hacia

el edificio. “No puedo ir contigo. Si soy asesinado, los fantasma se

desvanecerán, y ellos son lo único que detiene a Patra de pelear contra ti”.


Seguro estaban haciendo algo, eso lo sabía. Momentos después de que

desaparecieran dentro del hotel, se escuchó el reparto más horrible de gritos.

“¿Por qué no solo la matas tu mismo?” Solté. “Si puedes levantar

espíritus vengativos y levitar dos docenas de personas casi ochenta millas, ella

debería ser un pedazo de torta”.

Mencheres pareció caer sobre la acera. “No puedo,” susurró. “Incluso

ahora, no puedo.”

Un breve momento de piedad surgió antes de que lo aplastara. Quizás

todavía amaba a Patra, pero ella no le devolvía el sentimiento y todos

moriríamos a menos que esa mujer estuviera bajo tierra.

Bones le dio una mirada fría y rápida. “Mantendré mi promesa. Te

buscaremos cuando haya acabado. Juan, Dave, quédense con él. Asegúrense

que nadie se acerque”.

Juan empezó a protestar antes de ser dejado atrás, pero una mirada de

advertencia lo detuvo. Luego Bones hizo crujir sus nudillos y dio cara al hotel.

“Bien compañeros. Terminemos con esto”.

Patra probablemente tenía varios guardias alrededor del perímetro del

hotel. Quizás tenía algunos en las ventanas, en el techo, en el sótano, y la

entrada principal. Pero tener veintitrés espectros enojados de repente pululando

en el hotel hacía un infierno de distracción como ninguna otra cosa. Además de

los incesantes gritos de Patra -¿Qué le estaban haciendo a ella?- estaban los

sonidos de varias personas subiendo las escaleras, nuevos gritos, un estallido de

disparos y varios chasquidos extraños. Eché un vistazo a Bones y pensé ¿huh?

Los espectros agitados de rabia no eran ni siquiera sólidos, ¿qué podrían estar

haciendo que hacía sonar como si la Tercera Guerra Mundial estuviera allí?

Bones se encogió de hombros. “Solo hay una forma de averiguarlo”.


Una vez que alcanzamos la entrada del edificio, cualquier guardia que

hubiera estado posicionado allí se había ido. Spade frunció el ceño sacudiendo

su cabeza. Trampa, estaba diciendo. Saqué cuatro granadas de mi cinturón,

saqué las patillas y luego las lancé dentro. Un segundo después, los vidrios se

rompían y el edificio se sacudía mientras detonaban. Quienquiera que estuviera

esperando por nosotros ya no estaba allí.

Nos apuramos hacia dentro, los vampiros desfallecidos a los lados. Bones

y yo nos quedamos abajo pero corrimos hacia adelante. Esos gritos y horribles

sonidos de varios pisos arriba se volvieron más fuertes. Finalmente vimos como

una docena de vampiros salir a través de una entrada que yo suponía daba a la

escalera principal. Ellos se fueron abajo con una lluvia de plata antes de que

siquiera tuvieran la oportunidad de defenderse.

“¿Donde están todos?” le dije bajo a Bones. A parte de esa docena de

miserables, la planta baja parecía sorprendentemente vacante.

Bones ladeó la cabeza. “Hay más arriba por lo que oigo. Algo los tiene

confundidos. Deben ser los espectros, pero no puedo imaginar cómo”.

Estuve de acuerdo en que sonaba como un simulacro de incendio chino

escaleras arriba. La gente estaba gritando, pasos hacían estruendos hacia todos

lados, y había más de esos chasquidos extraños que no eran como nada que

hubiera escuchando antes.

Lo que sea que estuviera sucediendo, Patra aún estaba viva. Ella era la

que gritaba más fuerte.

Bones levantó tres dedos indicando que el grupo tenía que separarse.

Ocho de nosotros tomarían las escaleras, otros ocho escalarían el exterior

del edificio, y los otros ocho irían por los huecos de los ascensores.


Sonaba como que la mayor actividad estaba en el piso nueve, cerca del

tope del edificio, así que allí era a donde nos dirigíamos.

Estábamos en el tercer piso cuando un pequeño grupo de vampiros se

precipitó por las escaleras. Tenían sangre cubriéndolos, su ropa estaba rasgada

–y apenas y miraron en nuestra dirección. Pero eso no me detuvo de descargar

mi M-16 con municiones de balas de plata en ellos.

Ellos colapsaron, sus corazones se despedazaron ante el bombardeo de

plata de mi arma y los hombres desataron sus propias armas a mi lado. Seguro,

los cuchillos eran mis favoritos, pero esto era más fácil cuando se trataba de

matar a distancia.

Había más lucha en el piso sobre nosotros. Algo estaba causando un

pánico total. Seguramente no podía ser solo la visión de los espectros. Quiero

decir, si, eran atemorizantes, pero esto no era una pijamada de niños. Esto era el

baluarte de vampiros Maestros que habían estado por ahí cuando Jesús caminó

sobre la tierra. Pensarías que los vampiros son un poco más difíciles de agitar.

“Esto es casi demasiado fácil,” susurró Ian, haciendo eco de mis palabras.

Vlad le disparó una mirada sardónica. “Nunca subestimes la habilidad

de Patra de hacer una gran entrada”.

“Permanezcan alertas”, dijo Bones. “Lo que sea que está pasando, el

vástago de ellos está tomando lugar allí. Unámonos a la fiesta”.

Hubo dos grupos más de vampiros en nuestro camino escaleras arriba.

Cada uno corriendo como si vinieran del mismísimo infierno, lo que hacía más

una masacre que una pelea hacerlos caer. Mientras más nos acercábamos, más

frenética sonaba la confusión sobre nosotros. Finalmente alcanzamos el piso

donde el sonido era más alto, y seguimos esos gritos horribles a la habitación de

donde venían.


No había guardias en el nivel y estaba abierto. Vlad envió una bola de

fuego delante de nosotros, pero no demostró ser necesario. Entramos a la

habitación sin nadie saltando sobre nosotros, y una vez dentro, me detuve y

miré.

Patra, lejos de la elegante e imponente figura que había visto antes,

estaba retorciéndose en el suelo. La sangre salía por su nariz, boca, ojos y varias

partes de su cuerpo. Todo alrededor de ella –Dios, todo a través de ella-

convergían los espectros. Se enrollaban a su alrededor como serpientes grises,

azotando a su alrededor, hundiéndose en ella para salir al otro lado y hacerlo

otra vez. Ella continuó gritando por ayuda, en lo que parecieron muchos

idiomas.

Incluso mientras observábamos, un vampiro de ojos salvajes, que no

podía ser mayor de quince cuando fue convertido, volaba a través de ella con

los dos brazos faltantes. El espectro más cercano a él - ¿era ese Zero?- se hundió

en su pecho hasta que desapareció completamente. La vampira gritó, y luego

hubo un estallido mientras él se alejaba. Su cabeza, sus piernas, y torso fueron

en distintas direcciones. El espectro apareció entre los escombros de su cuerpo,

estuvo rondando durante un segundo, y luego volvió a Patra hasta que fue

indistinguible de las otras formas borrosas encausándose en ella.

A todo nuestro alrededor habían cuerpos de guardianes caídos. Había

decenas de ellos, y lucían como que había sido igualmente atacados de adentro

hacia fuera. Pedazos de ellos, su ropa y armas estaban esparcidos por todas

partes. Esas sombras letales que habían hecho esta asombrosa cantidad de

matanza nos ignoraron y continuaron atormentando sin piedad a PATRA

Ella se contorsionaba de agonía, su piel burbujeaba cada vez que uno de

ellos se dirigía dentro y fuera de ella. Estaba segura que su interior se estaba

volviendo puré por esto. Viendo lo que le habían hecho a los guardias me hizo

saber que la habrían matado si quisieran. El hecho de que todavía estuviera

viva decía que su idea de venganza era mucho más siniestra que solo la muerte.


Bones levantó su mano. “Todos quédense atrás” dijo, y cogió su cuchillo.

Capté una mirada desesperada de la guardia diezmada. “¡Si te acercas a

ella, esos espectros te rasgaran en pedazos!”

Él me rozó el rostro. “No a mí. ¿No lo ves? Mencheres sabía que ocurriría

esto. Lo vio. Por eso me escogió a mí para compartir su poder. Nos conecta

todavía, así que soy la única persona a quien ellos no le harán daño. Puedo

sentirlos… y como no pueden lastimarlo a él, no pueden lastimarme a mí”.

Dejó caer su mano y caminó hacia Patra. No creo que fuera consciente de

él. Ella no parecía ser consciente de nada a pesar de que sus ojos estaban

abiertos. Sangre continuaba saliendo de ella como si fuera asediada

insanablemente sin piedad, por los hombres que había asesinado su hechizo la

noche anterior.

Una de las figuras grises se levantó y fue hacia Bones cuando estuvo

como a unos cuatro metros. Yo empecé a avanzar pero el latigazo de su voz me

detuvo.

“¡Quédate atrás!”

Yo no fui la única que se detuvo. También lo hizo la cosa, a la que

dolorosamente reconocí como Tick Tock. O el que solía ser. Todo lo que

quedaba de él era una sombra llena de rabia. Pero se congeló, flotando donde

estaba incluso mientras temblaba con lo que supuse era un conflicto con el

deseo de atacar.

Bones seguía avanzando. Yo alternativamente agarraba mis cuchillos y

los soltaba con frustración –¡No era mucho lo que podían hacer contra sombras

llenas de rabia! Los otros espectros pronto frenaron su asalto a Patra para mirar

en dirección a Bones. Él levantó una mano hacia ellos muy parecido a la forma

que lo había hecho momentos antes hacia nosotros.


“Quédense. Atrás”.

Bones gruñó las palabras, y sentí el poder rodar de él con cada sílaba. Los

espectros respondieron retirándose con cada paso que él daba. Pronto ya no

estaban tocando a Patra, pero estaban listos en posición de amenaza en el suelo

solo detrás de donde ella estaba tendida.

Después de unos segundos, Patra dejó su frenético agite y los incontables

verdugones empezaron a sanar. Sus ojos, esos grandes y encantadores orbes

oscuros, perdieron algo de su pánico –y se ampliaron cuando vio quien estaba

parado sobre ella.

“¡Estás muerto!” exclamó Patra, como si diciéndolo lo haría real.

Ella empezó a alejarse de él, se detuvo cuando vio que se estaba

acercando a los silenciosos gruñidos de los espectros con ese movimiento, y

luego miró alrededor en busca de ayuda.

“No, cariño,” dijo Bones con una tranquila severidad. “Tú lo estás”.

Vi la comprensión crecer en su rostro mientras su mirada recogía los

cuerpos de los guardias caídos, el resto de nosotros de pie en la salida con

numerosas armas listas, y los espectros formando una barrera impenetrable

detrás de ella. Si alguna vez una persona estuvo atrapada, era ella, y lo sabía.

Patra echó la cabeza hacia atrás y dejó escapar un grito de rabia.

“¡Maldito, Mencheres! ¿No tienes piedad?”

Me maravillé ante su descaro. Después de todo lo que había hecho, ¿en

verdad esperara que Mencheres entrara y la salvara? ¿Sabiendo bien que ella

trataría de matarlo tan pronto lo hiciera?.


Bones la agarró cuando trató de arrastrarse lejos. Ella tiró hacia atrás,

tratando de quitarle el cuchillo de su mano… y en ese momento fue cuando los

hombros de Mencheres pasaron a Spade.

Durante una fracción de segundo, Patra se congeló. Su mirada –

suplicante y desesperada- encontró la de él. Una mirada me mostró que su

rostro estaba surcado de lágrimas de color. Me tensé, preguntándome si

tendríamos que saltar a él en masa para prevenir que interfiriera, cuando

inclinó su cabeza.

“Perdóname,” susurró él.

Bones estrelló su cuchillo en el pecho de Patra, dándole un fuerte giro

que la aquietó. Sus ojos todavía estaban fijos en Mencheres, una expresión de

dolorosa incredulidad estampada en su rostro. Entonces, tan inevitable como el

tiempo, sus facciones empezaron a endurecerse. Su piel perdió el brillo lustroso

miel, y cuando Bones la dejó en el suelo, ya estaba empezando a marchitarse.

Detrás de su cuerpo, un viento invisible sopló. Los veintitrés espectros se

desintegraron lentamente en el aire hasta que no quedó nada de ellos a parte de

un leve polvo gris en el suelo. Bones dejó escapar un largo suspiro.

“Tal vez ahora puedan descansar en paz amigos. Algún día, los veré de

nuevo”.


EPÍLOGO

TRADUCIDO POR JHOS

ENTERRAMOS A RANDY UNA SEMANA DESPUÉS. DON falsificó

documentos para hacer parecer que Randy había sido víctima de un trágico

accidente de auto.

Uno que necesitó ataúd cerrado. Denise se estaba quedando conmigo y

Bones, ante mi insistencia. Ella se culpaba a si misma por no forzar a Randy a

quedarse con ella en vez de dejar esa habitación para ayudarnos. Traté de

confortarla, pero en verdad, yo no podía hacer nada. No había nada que yo

pudiera hacer a parte de estar ahí para ella. No podía hacer mucho, pero podía

hacer eso.

Mencheres enterró a Patra él mismo. Donde, no sabía. Bones tampoco y

no le importó. Ella estaba muerta, eso era suficiente para él.

Y era suficiente para el resto de su gente también. Algunos buscaron

refugio en otras líneas Maestras. Algunos fueron por su cuenta y algunos

inclusive contactaron a Bones para rendirse ante su misericordia.

Dependiendo de su lugar en la jerarquía de ella, él se los concedió.

Después de todo, Patra había estado por ahí mucho tiempo y matar cada

persona bajo su línea habría sido asesinato masivo a una escala épica.

Unos pocos eran subordinados que la seguían porque no tenía otra

opción, así que para ellos, Bones negoció treguas. Ellos le dieron los detalles de

la fortuna de ella y él les dio a ellos el derecho a vivir sin tener que mirar sobre

sus hombros.


Con esos más altos en el mando de Patra, sin embargo, Bones no negoció.

No, él utilizó parte de la asombrosa riqueza de Patra para ofrecer recompensas

por ellos.

Los mercenarios estaban arrastrándose en un largo letargo proverbial

para cazarlos por los precios que tenían sobre sus cabezas.

No habíamos visto a Mencheres desde la noche que había recogido el

cuerpo de Patra y se fue. Eso había sido hacía dos meses. Se mantuvo en

contacto por teléfono, pero estaba escondido en alguna parte. Bones no lo

presionó, sin embargo me dijo que no podía entender que había hecho que

Mencheres amara a Patra en un principio, y mucho menos después de todo lo

que había hecho. Yo no entendía tampoco, pero el amor no tiene sentido a

veces. Reflexionar el porqué de eso era inútil.

Hasta ahora no había habido repercusiones por la magia prohibida que

había desatado Mencheres. Algunos vampiros Maestros habían refunfuñado,

pero ya que Patra lo había hecho dos veces y nosotros una, no habían muchos

que querían hacer algo al respecto. O tenían miedo de Mencheres, ya que era

una de las pocas personas que era lo suficientemente viejo para saber esos

hechizos –y lo suficientemente fuertes para trabajarlos. Quizás les preocupaba

ser los siguientes. Yo sabía que estaba feliz de estar del lado de Mencheres,

luego de ver todo eso. La idea de que Bones un día quizás fuera capaz de ejercer

un poder similar me molestó. Algunas cosas no deberían ser posibles, y era

atemorizante saber que si lo eran.

Pero por ahora, no iba a preocuparme por eso. Tenía el hombre que

amaba a mi lado, y a mi mejor amiga para ayudarla en su dolor. El futuro

tendría que preocuparse sobre sí mismo.


AGRADECIMIENTOS

d TRADUCCION EN FORO ALISHEA DREAMS � http://alisheadreams.foroactivo.com/ d LIBRO 3 DE LA SAGA d “Night Huntress” d CORRECCION Y EDICION d Jhos d Reprisse d FORMATO Y DISEÑO d Reprisse (LAS TWINS) d RECOPILACION >Pau.bascur

La Traducción de la saga “Night Huntress” a cargo de Reprisse se seguirá traduciendo en el Foro Alishea Dreams.

Los invitamos a unirse a esta maravillosa historia. LIBRO CUATRO “Destined For An Early Grave”

JEANIENEN FROST FORO ALISHEA DREAMS...

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