Jeager - DIGNIDAD HUMANA - sus orígenes en el pensamiento clásico

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  • LA DIGNIDAD HUMANASus orgenes en el

    pensamiento clsico

  • LA DIGNIDAD HUMANASus orgenes en el

    pensamiento clsico

    ANTONIO PELE

    INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOSBARTOLOM DE LAS CASAS

    UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID

  • Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseo de la cubierta, puede reproducirse o transmitirse por ningn procedimiento electrnico o mecnico. Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www.cedro.org ) si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra.

    Consejo Asesor de la Coleccin Derechos Humanos y Filosofa del Derecho:

    Los trabajos publicados en esta coleccin han sido sometidos a un proceso de evaluacin annima, de acuerdo con los criterios empleados en la comunidad cientfica. Los originales, en los que no deber figurar la identidad del autor, deben ser enviados a la siguiente direccin electrnica: [email protected]. Deber adjun tarse un curriculum vitae del autor. Todos los documentos debern enviarse en formato Word.

    Copyright by Antonio PeleXxxxxxxxxxxxxxxxxxx

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    ISBN: 978-84-????-???-?Depsito Legal: M.

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    Fco. Javier AnsuteguiUniversidad Carlos III de Madrid

    Rafael de AssUniversidad Carlos III de Madrid

    Elas DazUniversidad Autnoma de Madrid

    Eusebio FernndezUniversidad Carlos III de Madrid

    Juan Antonio Garca AmadoUniversidad de Len

    Jos Ignacio LacastaUniversidad de Zaragoza

    Javier de LucasUniversidad de Valencia

    Jess Ignacio Martnez GarcaUniversidad de Cantabria

    Luis Martnez RoldnUniversidad de Oviedo

    Gregorio Peces-BarbaUniversidad Carlos III de Madrid

    Antonio E. Prez LuoUniversidad de Sevilla

    Virgilio ZapateroUniversidad de Alcal

  • Pentru parini mei

  • 9Pgs.

    AGRADECIMIENTOS ........................................................

    PRLOGO ...........................................................................

    INTRODUCCIN ................................................................

    ADVERTENCIAS PRELIMINARES: MUNDO CLSICO Y DIGNIDAD HUMANA ...............................................

    CAPTULO IPLATN Y LA DIGNIDAD HUMANA

    I LA NEGACIN DEL SER HUMANO ......................... A. Una teora dualista de la naturaleza humana ....... 1. Los seres humanos como seres ignorantes por

    naturaleza .......................................................... 2. El alma humana en lucha contra el cuerpo ..... 3. El alma humana en lucha consigo misma ....... B. La omnipotencia del Estado .................................. 1. La negacin de la igual dignidad ...................... 2. La negacin de la autonoma individual .......... C. La justificacin de la esclavitud ............................ D. Qu gnero humano? ...........................................

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    II. LA CELEBRACIN DE UN IDEAL HUMANO .......... A. El nuevo marco tico: despertarse del sueo .... 1. El ser humano puede ser algo ms de lo que

    cree ..................................................................... 2. El ser humano puede acceder al conocimiento

    verdadero ........................................................... 3. El ser humano puede volverse un ser moral y

    justo .................................................................... B. La fe en el ser humano ....................................... 1. Trascender la condicin humana ..................... 2. Alcanzar la esencia divina ................................. C. La autonoma externa: investigarlo todo .......... 1. El nuevo protagonismo del alma ...................... 2. La razn: facultad propia y suprema del ser

    humano. ............................................................. D. La autonoma interna: el cuidado de s ............. 1. Sujeto y conciencia moral ................................. 2. Concete a ti mismo ...................................... E. La autonoma de la dignidad individual ............... 1. La virtud como fundamento de la dignidad .... 2. El ser humano es responsable de su conducta ..

    CAPTULO IIARISTTELES Y LA DIGNIDAD HUMANA

    I. EL SER HUMANO COMO INDIVIDUO .................... A. Individuo y naturaleza humana ............................ 1. La unidad de la naturaleza humana ................. a) La complementariedad cuerpo/alma .......... b) El nuevo protagonismo del ser humano ..... 2. La singularidad de la naturaleza humana........ a) El ser humano como animal racional ..... b) El ser humano y la felicidad ........................ c) El ser humano como animal poltico ......

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    B. Individuo y vida buena ....................................... 1. La perfeccin moral como ideal ....................... a) La contemplacin como ideal reservado al

    filsofo .......................................................... b) La contemplacin como ideal inalcanzable

    por los humanos ........................................... 2. Dignidad individual y trmino medio .............. a) La virtud y el bien humano ......................... b) La vida en s merece la pena ser vivida ....... c) Vida buena y prudencia ........................... 3. Dignidad individual y ser en proyecto .......... C. La dignidad del individuo en la polis .................... 1. La dignidad del hombre magnnimo ........... 2. La dignidad del ciudadano ................................ a) La supremaca de la polis ............................ b) Los fines humanos como fines polticos ..... c) Proteger su dignidad contra s mismo ........

    III. LOS SERES HUMANOS COMO SERES DESI-GUALES .......................................................................

    A. Una ciudadana exclusiva y excluyente ................. 1. Desde un punto de vista externo ....................... 2. Desde un punto de vista interno ....................... a) Una ciudadana reservada a una minora

    privilegiada ................................................... b) Una ciudadana imperfecta reservada al

    pueblo ........................................................... B. El esclavo y la negacin de la dignidad huma-

    na............................................................................. 1. La justificacin de la esclavitud ........................ a) El esclavo no ejerce la razn ....................... b) La esclavitud natural .................................... 2. La naturaleza del esclavo: un ser libre y un ser

    humano .............................................................. a) El esclavo es libre ......................................... b) El esclavo es un ser humano .......................

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    CAPTULO IIICICERN Y LA DIGNIDAD HUMANA

    I. DIGNIDAD Y EXCELENCIA ...................................... A. Dignidad y naturaleza humana ............................. 1. La razn: fuente de la dignidad de la natura-

    leza humana ...................................................... 2. La divinizacin del ser humano ....................... 3. La filosofa como medicina ............................... B. Dignidad y decoro .................................................. 1. La dignidad como independencia individual ... 2. Dignidad y voluntad individual ........................ C. Dignidad y fortaleza ............................................... 1. La afliccin es voluntaria .................................. a) Los males no son reales ............................... b) Aceptar la tragedia de la condicin huma-

    na ............................................................... 2. La felicidad depende de la voluntad ................. a) La virtud es la nica fuente de la felicidad .. b) La felicidad prevalece sobre la muerte y los

    sufrimientos.................................................. 3. Actuar con dignidad y reconocer la digni-

    dad .................................................................... D. Dignidad y poltica ................................................. 1. La dignidad como concesin de honores ......... 2. La dignidad en la consecucin de los honores 3. La dignidad en la superacin de los honores ...

    II. DIGNIDAD Y JUSTICIA .............................................. A. La justicia como virtud .......................................... B. No perjudicar a nadie: la primera dimensin de

    la justicia ................................................................. 1. El ciudadano ...................................................... 2. El otro ............................................................. 3. El enemigo .........................................................

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    4. El acusado .......................................................... 5. El extranjero ...................................................... 6. El esclavo ........................................................... 7. El sentimiento de humanidad ....................... C. La benevolencia: la segunda dimensin de la jus-

    ticia .......................................................................... 1. Benevolencia y humanidad ............................... 2. Benevolencia y virtud ........................................ 3. Benevolencia e igual dignidad ..........................

    CAPTULO IVSNECA Y LA DIGNIDAD HUMANA

    I. DIGNIDAD Y LIBERTAD ............................................ A. La libertad a travs de la filosofa ......................... 1. La disciplina de la filosofa como medicina .... a) La filosofa debe ensear a vivir .................. b) La filosofa debe curar las almas ................. 2. El rgano a curar: el juicio humano ................. a) La filosofa moral como especialidad ......... b) La virtud como intervencin ....................... c) La voluntad como primer impulso de la vir-

    tud ................................................................. d) La voluntad buena como fundamento del

    valor de la virtud .......................................... 3. La curacin esperada: la constancia del alma .. a) Conocer a Dios y ser su amigo .................... b) Conocerse a s mismo y ser su mejor ami go . B. La libertad frente a los dems ............................... 1. La sociedad es liberticida .................................. a) La maldad artificial del ser humano ........... b) La bondad natural del ser humano ............. 2. La libertad procede de s mismo ...................... a) La libertad reside en la seguridad de su indi-

    vidualidad......................................................

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    b) La libertad se manifiesta en el ejercicio de la conciencia individual ...............................

    c) La libertad implica primero la confianza en s mismo........................................................

    C. La libertad frente a la fortuna ............................... 1. Los lmites del poder de la fortuna ................... a) La omnipotencia de la fortuna es aparente.. b) La libertad en la interioridad expansiva .. 2. La conciencia de su interioridad como reme-

    dio a los males ................................................... a) Interioridad inmune vs. dolores .............. b) Interioridad cosmopolita vs. exilio .......... 3. La libertad depende de una nueva forma de

    entender el mundo ............................................. a) Persuadirse de la neutralidad de la fortuna .. b) Prudencia y previsin .................................. c) La libertad en la sonrisa irnica ..................

    D. La libertad frente a la muerte ................................ 1. La muerte como caracterstica esencial de la

    condicin humana ............................................. a) La inexorabilidad de la muerte () ............ b) () que los seres humanos no saben apre-

    hender ........................................................... 2. La muerte no es un mal .................................... a) La filosofa como ars moriendi ................ b) Los remedios para curarse de la angustia de

    la muerte ....................................................... 3. El presente como bien: el espacio seguro de la

    libertad ............................................................... a) Slo el presente tiene valor .......................... b) El valor de la vida depende slo de su uso .. 4. La posibilidad del suicidio como expresin y

    conciencia de su libertad .................................. a) Vivir pero no a cualquier precio .................. b) Ser libre a cualquier precio ......................... c) Meditar la muerte para ser libre .................

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    II. DIGNIDAD Y ALTERIDAD ......................................... A. La dignidad humana como reaccin ..................... 1. Frente a la locura de la crueldad humana () .. a) La crueldad deriva de la ira ......................... b) La crueldad deriva tambin de las malas

    costumbres ................................................... 2. () se erige el valor sagrado de todo ser

    humano .............................................................. a) La crueldad perjudica al cruel ..................... b) La crueldad menoscaba la dignidad

    humana ......................................................... B. La dignidad humana como aplicacin .................. 1. Dignidad humana e identidad cosmopolita ..... 2. El amor mutuo como base de la sociabilidad

    universal ............................................................. 3. La solidaridad en prctica ................................ C. Dignidad humana y legitimidad de las penas ....... 1. Clemencia y justicia ........................................... 2. La pena como remedio ...................................... 3. La dignidad del delincuente .............................. D. Igual dignidad y esclavitud .................................... 1. La igualdad de destino de todos los seres

    humanos ....................................................... a) La unidad del gnero humano () ............. b) () exige la aplicacin de los deberes

    humanos a los esclavos .............................. 2. La igualdad moral de todos los seres huma-

    nos ...................................................................... a) La cualidad de agente moral no depende de

    la condicin social ........................................ b) Los esclavos son libres ................................. 3. Los lmites de la igualdad natural de los seres

    humanos............................................................. a) La esclavitud no es un mal .......................... b) Algunas referencias sobre la esclavitud en

    el derecho romano .......................................

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    EPLOGO: LAS CUATRO APORTACIONES DEL PENSA-MIENTO CLSICO A LA DIGNIDAD HUMANA .............

    BIBLIOGRAFA ..................................................................

    NDICE ONOMSTICO .....................................................

    NDICE DE MATERIAS .....................................................

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    AGRADECIMIENTOS

    Este libro recoge la primera parte de mi tesis doctoral titu-lada Filosofa e Historia en el Fundamento de la Dignidad Hu ma-na, defendida en septiembre de 2006 en la Universidad Car-los III de Madrid. Obtuvo la mxima calificacin de apto cum laude por unanimidad del tribunal a cuyos miembros quisiera agradecer sus inspiradoras observaciones. Gracias por tanto a su presidente, el profesor Gregorio Peces-Barba, y a los profe-sores Eusebio Fernndez, Antonio Enrique Prez-Luo, Javier de Lucas y Liborio Hierro. Debo tambin agradecer al profesor Fernando Llano Alonso, miembro suplente del mismo tribunal. El mismo trabajo recibi posteriormente, en enero de 2007, el Premio Extraordinario de Doctorado (programa de Derechos Fundamentales) de la Universidad Carlos III. Tambin, obtuvo una Mencin Especial en el marco del Premio Internacional Norberto Bobbio organizado por la Fundacin Rosselli, en su primera edicin de 2007. El conjunto de la tesis examinaba tambin el concepto de dignidad humana en los planteamien-tos de distintos pensadores y dentro de un periodo que abarca desde la Edad Media hasta la Ilustracin. Entre las corrientes y los autores que han impulsado la configuracin de lo que llamo el discurso de la dignidad humana, me refer al huma-nismo medieval y renacentista con, por ejemplo, Gregorio de Nicea, Nemesio de Emesa, Pico de la Mirndola y Lorenzo Valla. En el siglo XVII, identifiqu la escuela racionalista del

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    derecho natural como una corriente que ha contribuido tam-bin a este discurso con las aportaciones de Grocio, Burlama-qui, Pufendorf y ante todo, Tomasio. Por fin, Kant y su obra constituyeron el objeto de atencin del ltimo captulo de la investigacin. Tengo previsto a la hora de escribir estas lneas publicar esos captulos como artculos en revistas especializa-das y tambin en otra monografa. La publicacin de este libro se enmarca dentro del proyecto Consolider-Ingenio 2010, El tiempo de los derechos, (CSD2008-00007) y el proyecto: His-toria de los derechos fundamentales. Siglo XX (Entitad Finan-ciadora: Ministerio de Ciencia e Innovacin. DER2008-03418). Esta investigacin doctoral es el resultado de un esfuerzo soli-tario y arduo a lo largo de varios aos, pero ha recibido tam-bin la contribucin directa e indirecta de otras personas a quienes me gustara tambin agradecer.

    As, quisiera empezar con mi director de tesis, el profesor Javier Ansutegui Roig. He tenido la suerte de tener a un direc-tor que me persegua a m y no el contrario, lo que suele ser a veces, y por desgracia, el caso. Su disponibilidad y sus conse-jos agudos han sido una gran fuente de motivacin y de inspi-racin. Tambin, debo expresar mi gratitud al profesor Grego-rio Peces-Barba. l me propuso formar parte del rea de Filosofa del Derecho de la Universidad Carlos III y me apoy desde los inicios, tanto en mi investigacin doctoral como en mis labores docentes. Sigue siendo un privilegio y un honor poder disfrutar de su ejemplo; sabe nutrir su sabidura acad-mica y poltica con un gran sentido de humor. Mis gracias van dirigidas igualmente a todos los miembros del Instituto de Derechos Humanos Bartolom de las Casas, y tambin a las personas que trabajan en su Secretaria. Gracias a este equipo, he podido disfrutar por ejemplo de una instancia de investiga-cin de tres meses en la Universidad de Pars VIII y el Colegio de Espaa de la Cit Universitaire en la primavera de 2005. El apoyo personal y acadmico que he recibido (y sigo recibien-do), ha sido un elemento determinante para llevar a cabo la presente investigacin. En este sentido, me gustara expresar

    Agradecimientos

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    Agradecimientos

    un agradecimiento especial a los profesores Rafael de Ass, Eusebio Fernndez, Javier Dorado, Alberto Iglesias, Gregorio Saravia y Alfredo Kramarz.

    Por otro lado, buena parte de la elaboracin de mi tesis doctoral se realiz mientras desempeaba el cargo de subdirec-tor de la Residencia de Estudiantes Fernando de los Ros de la Universidad Carlos III, entre 2002 y 2007. Pas innumerables fines de semana encerrado en uno de los despachos (con una calefaccin defectuosa) de esta Residencia, recibiendo a lo largo de esos aos el apoyo y la amistad de su director de entonces, el profesor Jos Vida y de otros subdirectores, los profesores Daniel Entrena y Ramn Aznar. Mis agradecimien-tos van tambin dirigidos a ellos. No puedo tampoco olvidar a mi querido amigo Ral Hernndez con el cual he compartido las dificultades y las alegras de la investigacin doctoral.

    Por fin, dedico este libro a mis padres, Aurelia Balaci y Mir-cea Pele. No les agradecer suficientemente por la confianza que depositan en m, y por acompaarme siempre en la reali-zacin de mis sueos.

    Madrid, 27 de abril de 2009

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    La investigacin del profesor Antonio Pele La dignidad humana. Sus orgenes en el pensamiento clsico, es la prime-ra parte, corregida y aumentada de un gran trabajo, que fue su tesis doctoral. En ella, y de manera extensa, se presentaba el pensamiento atinente al concepto de dignidad humana, desde el mundo clsico hasta la actualidad: sociedad medieval, Rena-cimiento, Barroco, y la Ilustracin. Parece acertada la decisin de publicar un libro sobre la dignidad humana en le mundo clsico que es le fundamento de toda la evolucin del concepto en todo el pensamiento, y de fragmentar las siguientes pocas en otras publicaciones posteriores. Es tan ingente el esfuerzo realizado para ordenar y sistematizar la evolucin de una idea que ha acabado siendo el fundamento ltimo de la tica pbli-ca de la modernidad y que pesa al xito obtenido, parece pen-diente someter todo a una revisin y a un examen de totalidad. Empezar por los orgenes parece sistemticamente acertado y conceptualmente sensato. A partir del trnsito a la modernidad aparecen muchos problemas para llegar a un concepto autno-mo de dignidad, no dependiente del papel que ocupa la persona en la sociedad, ni tampoco por estar hecho a imagen y seme-janza de Dios, y que se vincula a matices y perfiles que vienen de la cultura ilustrada donde la luz de la razn est recuperada y en cada uno de nosotros. En la filosofa clsica, especialmen-te con los estoicos, en Cicern y en Sneca, aparecen ideas y

    PRLOGOEL HOMBRE ES COSA SAGRADA PARA EL HOMBRE

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    Prlogo

    conceptos que preparan lo que ser la nocin moderna de dig-nidad. Para Pele, sern cuatro especialmente importantes : el Cuidado de s, el Sapere aude, el Carpe diem y la nocin de Ciudadano del mundo. Todos esos principios se trasplan-tan a la modernidad y son decisivos para el concepto de digni-dad, aunque necesitan en la mayora de las cosas, de una reela-boracin y una reconstruccin ad hoc para adaptarse a cada momento histrico: el cuidado de s se convertir en el amor propio que se complementar por la amistad cvica y el recono-cimiento del otro como tal. Machado lo formul muy hermosa-mente en uno de sus proverbios y cantares:

    El ojo que ves no es,Ojo porque tu le vesEs ojo porque te ve

    El Sapere aude se construir en la versin ilustrada de Kant, para elevar la razn crtica a la mxima instancia de valo-racin de las personas y de las situaciones. El tercer principio, el Carpe diem, es una forma especfica de superar la tentacin de mirar al cielo y de transformar los proyectos y los modelos de la vida desde una referencia al ms all. Es la forma moderna de un epicuresmo razonable. El cuarto anuncia la superacin de importantes conceptos antiguos y medievales que son referentes relevantes hasta la modernidad, como sbdito, creyente, miembro de un gremio o de una corporacin, o sujeto de una relacin feudal. Es la frmula que la sustituye a todas desde la inicial ciudadana limitada hasta la ciudadana cosmopolita. Es el ideal de la emancipacin y de la autodeterminacin en socie-dades libres y democrticas, sedes ideales de la dignidad plena e igualitaria. La autonoma y la moralidad, la racionalidad, la bs-queda de la felicidad y el deber de solidaridad son el bagaje que el mundo clsico aporta al moderno debate sobre la dignidad.

    En la modernidad, la dignidad culminar su vertiente mun-danal, de seres que estn centradas en el mundo y que son cen-tro del mundo. Es la laicidad incidiendo en un contexto que descarta la mirada a una hipottica vida futura. Es la humani-

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    Prlogo

    dad que vive plenamente la vida sin depender de instancias superiores, y que supone la idea de solidaridad que fortalece las leyes morales entre los seres humanos iguales, que establecen entre s deberes de justicia. La posicin de las Iglesias cristianas y especialmente de la Iglesia catlica es difcilmente compatible con la evolucin de la dignidad hasta nuestros das. Es verdad que han intentado apropiarse de la idea, desde esa capacidad de olvido y desde esa inocencia histrica que lleva a sus dirigentes Papas, cardenales y obispos a mentir, cambiando la realidad del tiempo parado y del presente. Es difcil defender la igual dignidad desde los postulados que la Iglesia defiende. Uno de sus grandes escenarios es el de la diferencia entre justos y peca-dores que divide a la humanidad entre dos grupos contrarios y que necesitan un trato que imposibilita una consideracin igual del gnero humano. Justos y pecadores son esencialmente dife-rentes y no tienen igual dignidad. Otro que aparece frente a los momentos de apertura humanstica que preparan el Renaci-miento, donde el futuro Inocencio III establece la vinculacin necesaria entre la condicin humana y la miseria. Otros escena-rios que descartan la dignidad son el papel secundario que des-empean las mujeres en el contexto de la Iglesia, donde no pue-den ser sacerdotes, ni jerarquices. Finalmente existe una diferencia en el interior de la Iglesia en la situacin de la jerar-qua y de los fieles. Entre ellos tampoco cabe la igual digni-dad. Ocupan dos posiciones institucionalmente incompatibles, la jerarqua moral y los fieles obedecedores.

    La conclusin es que en la modernidad la evolucin de la cultura poltica y jurdica conduce a una prdida progresin del protagonismo de la Iglesia, y a una instalacin cada vez ms profunda de la laicidad. Slo desde ella se concreta la autonoma personal y la capacidad de autodeterminacin, sig-no de la igual dignidad. La poca clsica, tan bien estudiada por el profesor Pele, es un precedente imprescindible para el concepto autnomo y moderno de dignidad.

    Gregorio Peces-Barba MartnezColmenarejo, el 6 de diciembre de 2009

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    Whitehead sostiene de forma reiterada en su conocida obra Adventures of Ideas, que la historia de la civilizacin y, en par-ticular, la de Europa, puede resumirse en la formacin latente y progresiva de la idea de dignidad humana, tal como un pli-do fulgor anunciando la aurora de un nuevo orden de vida 1.Por su parte, Patoka define la funcin de la sobrecivilizacin moderada como la creacin de valores capaces de universali-zarse a todos los humanos. Indica, que a pesar de los abusos de esos valores, se pueden identificar a dos: el valor de la verdad cientfica y el valor de la libertad humana, ambas configurando el reconocimiento del hombre por el hombre como igual 2.

    1 WHITEHEAD, A. N., Adventures of Ideas, consultado en su edicin francesa, Aventures dides, trad. fr. de J-M. Breuvart & A. Parmentier, Les Editions du Cerf, Pars, 1993, [17], pp. 58-59. Los otros pasajes donde White-head defiende que la dignidad humana es una conquista propia de Europa y de su civilizacin son los siguientes : [15], op.cit., p. 57; [22], op.cit., p. 62; [47], op.cit., p. 83; [105], op.cit., p. 133; [106], op.cit., p. 136. (Los corchetes se refieren a la paginacin de la edicin original en ingls).

    2 PATOKA, J., La surcivilisation et son conflit interne, Libert et Sacrifice, trad. fr. de E. Abrams, Jrme Millon (ed.), Grenoble, 1990, pp. 121-122. Patoka emplea palabras muy similares a las de Whitehead: cuando empieza a lucir a los ojos de la humanidad la promesa de una organizacin nueva que no conoce ni la jerarqua ni la explotacin ni los abusos del hom-bre por el hombre, no slo el nuevo mundo pero tambin Europa se estreme-ce en su conjunto en la espera de una nueva poca para la humanidad, en

    INTRODUCCIN

  • Introduccin

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    Sin decirlo explcitamente, Patoka se refiere a la dignidad humana como valor central de la civilizacin humana. Tambin, y desde una perspectiva histrica, segn Bjar: la gran revolu-cin de la modernidad es la afirmacin del individuo como centro decisorio indiscutible de la organizacin co lectiva 3. Por un lado, la idea de dignidad humana sera el reflejo de un pro-greso moral que consistira en reconocer en la persona un valor inherente en torno al cual se estructuraran las organizaciones sociales y polticas. Por otro lado, se identificara con el perio-do histrico de la modernidad, y con una civilizacin en parti-cular: Occidente. En efecto, ha sido dentro y a partir de esta cultura donde y cuando la nocin de dignidad humana se ha formulado filosfica y moralmente, para integrar en el siglo XX,los ordenes jurdicos nacionales e internacionales como funda-mento de los derechos humanos 4. Maihofer considera en este sentido que como tesis no interpretada, la dignidad humana debe interpretarse teniendo en cuenta el horizonte espiritualy la situacin histrica que han impulsado su incorporacin en los ordenamientos jurdicos nacionales e internacionales 5.En otras palabras, la dignidad humana se ha construido en la historia de la ideas (con el humanismo en particular) pero su inclusin en los distintos ordenes jurdicos contemporneos deriva del holocausto de la segunda guerra mundial.

    Lhritage europen, Essais hrtiques, trad. fr. de E. Abrams, Verdier, Pars, 1981, p. 94. Tambin, afirma implcitamente en otro texto que la libre asocia-cin de individuos libres, la disciplina voluntaria de individuos ilustrados y dueos de s mismos, son ideas que han constituido el fundamento mismo de Europa. Consultar del mismo autor, La culture tchque en Europe, LIde dEurope en Bohme, trad. fr. de E. Abrams, Jrme Millon (ed.), Grenoble, 1991, p. 135.

    3 BJAR, H., La cultura del yo: pasiones colectivas y afectos propios en la teora social, Alianza, Madrid, 1993, p. 158.

    4 RHODA, E. & DONNELLY, J., Human Dignity and Human Rights en Universal Human Rights in the Theory and Practice, Cornell University, Prince-ton, 2002, pp. 66 ss.

    5 MAIHOFER, W., Estado de Derecho y dignidad humana, trad. de J. L. Guzmn Dalbora, Editorial B de F, Julio Csar Faira - Editor, Montevideo & Buenos Aires, 2008, p. 5.

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    Introduccin

    Segn Peces-Barba, la dignidad humana es el (...) funda-mento de la tica pblica de la modernidad, como un prius de los valores polticos y jurdicos y de los principios que derivan de esos valores 6. As, los valores de seguridad, libertad, igual-dad y solidaridad tendran como fin ltimo la proteccin y el desarrollo de la dignidad humana. Por esta razn, y como sea-la Ansutegui, la dignidad humana aparece como el ncleo radical del que surge toda la construccin filosfica de los dere-chos fundamentales 7. Es la razn de ser de los derechos y stos consistiran precisamente en la defensa y el desarrollo de esta nocin 8.

    Se puede intentar entender la dignidad humana acudiendo a las definiciones de varios autores. Sera as el valor de cada persona, el respeto a su condicin de ser humano, respeto que impide que su vida o su integridad sea sustituida por otro valor social 9. Implica por tanto un respeto del ser humano en su persona como en los dems. Aparece como un concepto mni-mo, que seala un ltimo e infranqueable residuo del propio ser como autodeterminacin moral posible 10. Para Dworkin,este principio no exige que nunca se coloque en desventaja a

    6 PECES-BARBA MARTNEZ, G., La dignidad de la persona desde la Filosofa del Derecho, Cuadernos Bartolom de las Casas, Dykinson, Madrid, 2003, p. 12.

    7 ANSUTEGUI ROIG., F. J., Orgenes doctrinales de la libertad de expre-sin, Instituto de Derechos Humanos Bartolom de las Casas, Universidad Carlos III de Madrid, BOE, Madrid, 1994, p. 22. En el mbito de la biotica, se puede consultar ANDORNO, R., Biotica y dignidad de la persona, Tecnos, Madrid, 1998.

    8 ASS, R., (de), Sobre el concepto y el fundamento de los derechos: Una aproximacin dualista, Dykinson, Madrid, 2001, pp. 31-37. Vid. ALEGRE MARTNEZ, M. A., La dignidad de la persona como fundamento del ordena-miento jurdico constitucional espaol, Universidad de Len, Len, 1996. GUTIRREZ GUTIRREZ, I., Dignidad de la persona y derechos fundamenta-les, Marcial Pons, Madrid, 2005. ROUSSEAU, D., Les liberts individuelles et la dignit de la personne humaine, LGDJ / Montchrestien, Pars, 1998.

    9 FERNNDEZ GARCA, E., Dignidad humana y ciudadana cosmopo-lita, Cuadernos Bartolom de las Casas, Dykinson, Madrid, 2001, p. 20.

    10 SPAEMANN, R., Sobre el concepto de dignidad humana, Persona y Derecho, n. 19, 1988, pp. 26-27.

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    alguien para conceder ventajas a otros sino ms bien que no se trate nunca a las personas de una manera que niegue la impor-tancia distintiva de sus propias vidas 11. Adems, esta nocin estructura una cierta organizacin social y poltica. En este sentido, Nino estudia el principio de dignidad humana junto con otros dos principios que son el de autonoma de la persona y el de inviolabilidad de la persona. Esos tres principios consti-tuyen la base de la sociedad liberal y de cuya combinacin se derivan los derechos individuales bsicos. Cada uno de esos principios se oponen a tres ideas que dan lugar a una sociedad totalitaria: el perfeccionismo, el holismo y el determinismo 12.Nino opone as el principio de dignidad de la persona al deter-minismo normativo, segn el cual las instituciones sociales determinan las decisiones y las conductas de los individuos. Al contrario, la dignidad humana requiere que los hombres deben ser tratados segn sus decisiones, intenciones o manifestaciones de consentimiento 13. Significa tomar en serio una decisin o el consentimiento de un individuo con el fin de garantizar el igual estatus moral de cada uno 14. Este principio se combina con el de autonoma. ste confiere un valor a la libre eleccin individual de planes de vida, impide que los dems y el Estado interfieran en esa eleccin, al menos que sea para facilar esta persecucin individual 15. El principio de autonoma implica el de dignidad porque la relevancia moral de las decisiones indi-viduales presupone que aqullas formen parte de un cierto plan de vida cuya realizacin es valiosa. Tambin, el principio de autonoma presupone el de dignidad de la persona, porque contemplar el valor de la eleccin de planes de vida implica que un tipo de decisiones se atribuyen a los individos y deben

    11 DWORKIN, R., El dominio de la vida una discusin acerca del aborto, la eutanasia y la libertad individual., trad. de R. Caraccionlo & V. Ferreres, Ariel, Barcelona, 1998, p. 309.

    12 NINO, C. S., tica y derechos humanos, Astrea, Buenos Aires, 2007, p. 199.

    13 NINO, C. S., tica y derechos humanos, op.cit., p. 287. 14 NINO, C. S., tica y derechos humanos, op.cit., p. 289. 15 NINO, C. S., tica y derechos humanos, op.cit., p. 205.

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    ser tomadas en cuenta. Por otro lado, Nino considera que el principio de dignidad prevalece sobre el de autonoma cuando justifica, por ejemplo, restricciones a esa autonoma 16. En rela-cin con el principio de inviolabilidad de la persona proscribe imponer a los hombres, contra su voluntad, sacrificios y priva-ciones que no redunden en su propio beneficio 17. Nino conecta este principio con el de dignidad de la persona acudiendo al imperativo categrico kantiano, segn el cual, obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y nunca sola-mente como un medio 18. En efecto, segn Nino, () no tratar a la humanidad en una persona como un mero medio se inter-preta que alude a las propiedades que distinguen a la humani-dad otorgndole dignidad y que son la racionalidad y la capa-cidad de proponerse fines 19. El individuo debe as buscar su propia perfeccin, satisfacer sus propios fines, es decir, alcan-zar su felicidad personal.

    El concepto de dignidad humana pretende influir por tanto en la coexistencia humana y en las relaciones entre el ser huma-no y el poder poltico. Acta adems y por tanto sobre el dere-cho. Stammler indica que los principios de un derecho justo son: 1. Principios de respeto: a) una voluntad no debe quedar nun-ca a la merced de lo que otro arbitrariamente disponga. b) Toda exigencia jurdica deber ser de tal modo que en el obligado se siga viendo el prjimo. 2. Principio de solidaridad: a) Un indivi-duo jurdicamente vinculado no debe nunca ser excluido de la comunidad por la arbitrariedad de otro. b) Todo poder de dispo-sicin otorgado por el Derecho slo podr excluir a los dems de tal modo, que en el excluido se siga viendo el prjimo 20. Para

    16 NINO, C. S., tica y derechos humanos, op.cit., p. 291. 17 NINO, C. S., tica y derechos humanos, op.cit., p. 239. 18 KANT, I., Fundamentacin de la metafsica de las costumbres, trad. de

    M. Garca Morente, Ed. Encuentro, opuscula philosophica, n. 18, Madrid, 2003, p. 67.

    19 NINO, C. S., tica y derechos humanos, op.cit., p. 240. 20 STAMMLER, R., Tratado de filosofa del derecho, trad. de W. Roces,

    Cometa, Zaragoza, 2007, (95), p. 329.

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    Stammler, el derecho debe por tanto garantizar la dignidad humana, velando por los principios de autonoma individual, integridad e igualdad. En un sentido muy parecido, Larenzapunta que el principio fundamental del Derecho, del cual arranca toda regulacin, es el respeto recproco, el reconoci-miento de la dignidad personal del otro y, a consecuencia de ello, de la indemnidad de la persona del otro en todo lo que concierte a su existencia exterior en el mundo visible (vida, integridad fsi-ca, salubridad) y en su existencia como persona (libertad, pres-tigio personal). Por tanto, cada hombre tiene por lo menos un derecho, que le corresponde slo por ser persona, el derecho al respeto y a la indemnidad de su personalidad 21. Sin embargo, conviene sealar que la nocin de dignidad humana no significa slo una proteccin frente a las posibilidades de vulnerar la autonoma o la integridad fsica y moral de una persona. Exige tambin unos desarrollos positivos. Maihofer insiste en que los poderes pblicos tienen una pretensin omisiva en relacin con la dignidad humana, esto es, un obrar negativo que se agota en que dichos poderes no violen la dignidad del particular. Ade-ms, de la obligacin de protegerla se desprende un reclamo activo al Estado, o sea un obrar positivo 22. Esta segunda dimen-sin permite fundamentar y guiar las intervenciones del Estado social de Derecho. En un mismo sentido, Prez Luo subraya por ejemplo que la dignidad humana constituye no slo la garanta negativa de que la persona no va a ser objeto de ofensas o humiliaciones, sino que entraa tambin la afirmacin positi-va del pleno desarrollo de la personalidad de cada inviduo. El pleno desarrollo de la personalidad supone, a su vez, de un lado, el reconocimiento de la total autodisponibilidad, sin interferen-cias o impedimentos externos, de las posibilidades de actuacin propias de cada hombre; de otro, la autoderminacin que surge de la libre proyeccin de la razn humana, antes que de una

    21 LARENZ, K., Derecho justo. Fundamentos de tica jurdica, trad. de L. Dez-Picazo, Civitas, Madrid, 1985, pp. 57 y 59. (Vase en particular el captu-lo II El principio general del respeto recproco, op.cit., pp. 55-66).

    22 MAIHOFER, W., Estado de Derecho y dignidad humana, op.cit., p. 33.

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    predeterminacin dada por la naturaleza 23. En otras palabras, las ideas de libertad negativa y de libertad positiva vertebraran el concepto de dignidad humana, como valor fundador y organi-zativo del Estado de Derecho.

    Una perspectiva similar se encuentra en Garzn Valds,cuando define la dignidad humana como un concepto ads-criptivo. Expresa una evaluacin positiva de tipo moral 24.Predicar la humanidad de un individuo implica en s predicar su dignidad. As, adscribirle dignidad al ser humano vivien-te es algo as como colocarle una etiqueta de valor no nego-ciable, irrenunciable, ineliminable e inviolable que veda todo intento de auto o heterodeshumanizacin 25. Esta etiqueta de valor confiere al ser humano un estatus moral privile-giado con el fin de regir el comportamiento humano in ter-humano 26. Garzn Valds contempla as la dimensin social de la dignidad humana cuando afirma que es el punto de partida para toda reflexin acerca de las reglas de conviven-cia humana que pretendan tener alguna justificacin moral 27. Es en efecto el umbral mnimo a partir del cual pueden disearse diversas regulaciones para la adjudicacin y/o distribucin de bienes en una sociedad 28. Aqu aparece esta dimensin positiva de la dignidad humana que impulsa no slo su proteccin sino tambin su mayor desarrollo. La

    23 PREZ LUO, A. E., Derechos Humanos, Estado de Derecho y Consti-tucin, Tecnos, Madrid, 2005, p. 324.

    24 GARZN VALDS, E., Tolerancia, dignidad y democracia, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Nuevos Tiempos. Nuevas Ideas. Fondo Editorial, L. Lavado (ed.), Lima, 2006, p. 260.

    25 GARZN VALDS, E., Tolerancia, dignidad y democracia, op.cit., p. 260.

    26 GARZN VALDS, E., Tolerancia, dignidad y democracia, op.cit., p. 261.

    27 GARZN VALDS, E., El carcter adscriptivo del concepto de dignidad humana. Conferencia pronunciada en la Fundacin Juan March.Ciclo IX: Seminario de Filosofa La dignidad humana. Disponible en formato audio en: http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.asp?id=712

    28 GARZN VALDS, E., Tolerancia, dignidad y democracia, op.cit., p. 274.

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    dignidad humana conlleva en s la igual dignidad de todos los seres humanos. Esta igual dignidad es el principio impulsor de la justicia social. Por otro lado, Garzn Valds tiene razn cuando distingue entre el concepto de la dignidad, la con-ciencia de la dignidad (propia y ajena) y la expresin de la dignidad 29. Por un lado, la carencia de la conciencia de la propia dignidad no significa que el ser humano carezca de dignidad. Con otras palabras, la dignidad no depende de la cualidad del agente moral. En caso contrario, los nios, las personas padeciendo una discapacidad mental, etc. dejaran de tener una dignidad 30. La identificacin entre la conciencia de la dignidad propia y la dignidad humana podra adems establecer una graduacin en las dignidades. Por otro lado, cuando alguien acta indignamente, puede ser que su eti-queta est totalmente manchada y rasgada, pero sigue man-teniendo su condicin humana 31. Esta dimensin fija un lmite al tratamiento que puede infligirse a los individuos, con en particular la prohibicin de la tortura. Recapitulando todas esas definiciones, se puede decir por el momento que la dignidad humana hace referencia al valor inherente y absolu-to que se otorga al ser humano. Este valor exige velar por la proteccin de la integridad (fsica y moral) de cada uno y el desarrollo de la autonoma individual.

    Conviene sealar, por otro lado, que el significado de la dig-nidad humana puede seguir confuso lo que dificulta su aplica-cin y su alcance. Aunque no es el propsito de esta investiga-cin es necesario apuntar algunos elementos que estructuran el debate entorno a las dificultades para entender el significado de

    29 GARZN VALDS, E., Tolerancia, dignidad y democracia, op.cit., p. 262.

    30 Al respecto se puede consultar, CAMPOY CERVERA, I., Una revisin de la idea de dignidad humana y de los valores de libertad, igualdad y solida-ridad en relacin con la fundamentacin de los derechos, Anuario de Filoso-fa del Derecho, tomo 21, BOE, Madrid, 2005, pp. 143-166.

    31 GARZN VALDS, E., Tolerancia, dignidad y democracia, op.cit., p. 264.

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    este trmino 32. Prez Trivio indica muy justamente que de las diferentes concepciones acerca de la de dignidad humana, la nocin kantiana es, posiblemente, la que ha tenido una mayor influencia en la filosofa poltica y moral desde la Ilustracin hasta la actualidad 33. Se puede recordar muy brevemente los dos elementos a partir de los cuales Kant construye su concepto de dignidad del hombre 34. Primero, considera que la capacidad racional del ser humano le convierte en un fin en s mismo. Dicha cualidad hace que tiene una autonoma y que posee un valor absoluto. Su dignidad (...) lo aleja infinitamente de todo precio, con el cual no puede ponerse en parangn ni compara-cin () 35. Segundo, una de las formulaciones del imperativo categrico kantiano seala, como se ha visto: obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solamente como un medio 36. Estas dos ideas bsicas que ilustran el concepto kantiano de dignidad humana han sido criticadas. Por un lado, y segn, por ejemplo, Schopenhauer solamente esta expresin dignidad del hombre una vez empleada por Kant, se convirti en el shiboleth de todos los moralistas sin ideas ni consejos. Con ayuda de esta imponente palabra: la dignidad del hombre ha disimulado su incapacidad de proporcionar un fundamento real, o al menos plausible para la moral, contando astutamente que el lector gustara de verse provisto de una dignidad seme-

    32 Vid. TORRALBA ROSELL, F., Qu es la dignidad humana? Ensayo sobre Peter Singer, Hugo Tristram Engelhardt & John Harris, Herder, Barcelona, 2005.

    33 PREZ TRIVIO, J. L., De la dignidad humana y otras cuestiones jur-dico-morales, Fontamara, Mxico, 2007, p. 13.

    34 Para unos desarrollos ms amplios, remito a mi tesis doctoral, Filosofa e Historia en el Fundamento de la Dignidad Humana, y su captulo La dignidad humana en Kant. Disponible en internet:

    http://hdl.handle.net/10016/3052 y a travs del buscador del Biblioteca de la Univesidad Carlos III de Madrid: http://biblioteca.uc3m.es/

    35 KANT, I., Fundamentacin de la metafsica de las costumbres, op.cit., p. 75.

    36 KANT, I., Fundamentacin de la metafsica de las costumbres, op.cit., p. 67.

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    jante y, por tanto, verse as satisfecho (...) 37. En otras palabras, Kant no hubiera sido capaz de demostrar el fundamento de la dignidad del ser humano. Por otro lado, el imperativo categri-co no sera ms que una mera tica de la intencin, cuya aplica-bilidad resultara imposible 38. Es ms: representara slo la impotencia de los burgueses alemanes del siglo XVIII, cuyos inte-reses no habran sido capaces de convertirse en intereses comu-nes 39. En consecuencia, el imperativo categrico kantiano sera tanto demasiado exigente y abstracto como representativo de las frustraciones de una clase social.

    Tambin, Spaemann tiene razn de subrayar que la digni-dad humana es un concepto trascendental. En efecto, no indica de modo inmediato un derecho humano especfico, sino que contiene la fundamentacin de lo que puede ser considera-do derecho humano en general. Lo que con l se nombra es algo ms originario que lo que se expresa por medio del trmi-no derecho humano. Y, a la vez, no tiene la misma operativi-dad que aquel. La frase la dignidad del hombre es inviolableaclara esto de modo inmediato. Quiere esto decir que la digni-dad del hombre no puede o no debe ser violada? El doble sen-tido de la formulacin es un indicio de que el concepto de dig-nidad humana est sentado en un mbito precedido por el dualismo del ser y el deber. Y hace necesaria la explicacin de por qu dicho concepto, ms lejano que el de derechos huma-nos y que parece una reliquia perdida de viejos tiempos, sin embargo, se ha convertido por primera vez en el siglo xx en elemento esencial de un ordenamiento jurdico codificado. Se debe esto a que la dignidad humana se ha abierto camino por primera vez en nuestro siglo, o a que nunca ha estado tan ame-nazada como hoy? No podra ser que ambas cosas fueran cier-

    37 SCHOPENHAUER, A., Los dos fundamentos de la tica., (vol. II), trad. de V. Romano Garca, Aguilar, Biblioteca de Iniciacin Filosfica, n. 95, Buenos Aires, Madrid, Mxico, 1965, p. 89.

    38 SCHELER, M., tica, trad. de H. Rodrguez Sanz, Revista de Occiden-te, Madrid, 1941, t.1, (I, 3), pp. 61-78.

    39 MARX, K., La ideologa alemana, trad. de Equip LEina, LEina Edito-rial, Barcelona, 1988, pp. 197-198.

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    tas y que dependen entre s de un modo que todava queda por aclarar? 40. Spaemann no niega la relevancia moral de la dig-nidad humana sino que seala las ambigedades de su funda-mentacin. En efecto, siendo un concepto valorativo no puede basarse en la descripcin de una supuesta naturaleza humana original e ideal.

    Hoerster sigue tambin este razonamiento. Como la digni-dad humana no es un enunciado descriptivo (como la vida, la libertad, la propiedad, etc.), resulta imposible determinar cu-les son las acciones que lesionan este valor. Va inclsuo ms lejos y considera que el principio de dignidad humana es una frmu-la vaca: no es nada ms ni nada menos que el vehculo de una decisin moral sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de formas posibles de la limitacin de la autoderminacin in di-vidual. En efecto, la cuestin inevitable y decisiva para la aplicacin del concepto, es decir, cules formas de la libre auto-determinacin humana son ticamente legtimas (), es una cuestin que sigue siendo una cuestin de valoracin 41. Se tra-ta de una crtica muy dura en relacin con la dignidad humana, pero hay que reconocer que el uso que el juez hace de este prin-cipio parece abundar en esta direccin 42. Incluso, se considera que el uso abusivo de la nocin de dignidad humana por parte del juez y del legislador sera un medio para introducir sutil-mente la nocin de orden pblico en las conductas que las per-sonas tienen en sus esferas privadas 43.

    40 SPAEMANN, R., Sobre el concepto de dignidad humana, op.cit., pp. 15-16.

    41 HOERSTER, N., En defensa del positivismo jurdico, trad. de J. M. Sea, Gedisa, Barcelona, 1992, p.102.

    42 Vid. PRIETO LVAREZ, T., La dignidad de la persona. Ncleo de la moralidad y el orden pblicos, lmite al ejercicio de libertades pblicas, Thom-son/Civitas, Cizur Menor (Navarra), 2005. Por ejemplo, se trata del caso del lanzamiento de enanos, donde el juez (francs) integra la dignidad humana como componente del rden pblico para prohibir dicha actividad. Vid. FRYDMAN, P., Latteinte la dignit de la personne humaine et les pouvoirs de police municipale. Propos des lancers de nains, RFDA, n. 11, 1995, pp. 1204-1217.

    43 TERR, D., Les questions morales du droit, PUF, Pars, 2007, p. 113.

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    Por otro lado, existe un consenso en definir la dignidad humana como el reconocimiento moral de un valor inherente y absoluto a la persona debido a su misma humanidad 44. Von Humboldt considera en este sentido que la dignidad humana es el valor interior del ser humano; como valor moral pre-tende convertirse en el criterio universal de las relaciones de los hombres y deriva de la presencia en cada individuo del sello de la humanidad 45. Tambin, la Declaracin Universal de los Derechos Humanos de 1948 defiende en su Prembulo: () el reconocimiento de la dignidad intrnseca y de los dere-chos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana 46. La universalizacin de la dignidad humana deri-vara incluso de una exigencia de la racionalidad tica 47. Hacer derivar la dignidad del ser humano de su naturaleza humana que comparte con todos los dems humanos y, como conse-cuencia, de su pertenencia a la familia humana tiene como objetivo asentar la universalidad de los titulares de esta digni-dad. Como seala De Lucas, esta universalidad deriva de un procedimiento de abstraccin del ser humano que le convierte en individuo 48. Sin embargo, este proceso no es neutro y tiene dos incovenientes: primero, y como veremos ms adelante, la concepcin individualista del ser humano hace que ste se vuelva un sujeto aislado, buscando solamente la satisfaccin egosta y burguesa de sus intereses. Segundo, la concepcin abstracta del ser humano, ha permitido (y permite) concretar un proceso de exclusin respecto a esta supuesta universali-

    44 BAERTSCHI, B., Enqute philosophique sur la dignit, Labor & Fides, Genve, 2005, pp. 19-21.

    45 HUMBOLDT, W., (von), De lesprit de lhumanit et autres essais sur le dploiement de soi, trad. fr. de O. Mannoni, ditions Premires Pierres, Cha-renton, 2004, pp. 59 y 61.

    46 PECES-BARBA, G., FERNNDEZ LIESA, C. & LLAMAS CASCN, A., Textos bscos de derechos humanos, Aranzadi, Madrid, 2001, p. 283.

    47 HIERRO, L., Qu derechos tenemos ?, Doxa, n. 23, 2000, p. 354. 48 LUCAS, J. (de)., El desafo de las fronteras. Derechos humanos y xeno-

    fobia frente a una sociedad plural, Tems de Hoy, Ensayo, Madrid, 1994, p. 44.

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    dad 49. Este proceso afecta particularmente a algunos grupos de seres humanos que han sido y sigue siendo por ejemplo las mujeres y los extranjeros. La distincin entre hombre y ciuda-dano aparece clave en el resultado prctico de esa tradicin 50.De Lucas concluye entonces: la mayor parte de los seres humanos no han sido considerados durante mucho tiempo sujetos de derecho. Con todo, esa argumentacin puede ser relativizada; en realidad, el problema no es que los derechos no hayan sido atribuidos universalmente a todos los hombres sino que la mayor parte de los seres humanos no han sido con-siderados como tales, ni siquiera por algunos de los primeros defensores de la dignidad del hombre () 51. Se trata de una advertancia fundamental para la presente investigacin: fun-damentar y justificar la dignidad humana en una supuesta humanidad ideal y compartida por todos los individuos no implica en s la fundamentacin y la defensa de la igual digni-dad de los seres humanos (diferentes).

    Existe otro grupo de crticas dirigidas tambin hacia esta relacin entre las nociones de dignidad, humanidad y univer-salidad. Esas crticas pretenden ampliar de forma efectiva el principio bsico de igualdad a todos los dems animales 52.Singer defiende en este sentido un principio bsico de igual-dad como consideracin igual de seres diferentes lo que puede implicar tratamiento diferente y derechos diferentes 53.Este punto de partida da lugar a una crtica de la dignidad humana en su confrontacin con el principio de igualdad. En efecto, pregunta Singer: Por qu no habramos de atribuir-nos dignidad intrnseca o valor intrnseco a nosotros mismos?

    49 LUCAS, J. (de)., El desafo de las fronteras, op.cit., p. 43.50 LUCAS, J. (de)., El desafo de las fronteras, op.cit., p. 46. 51 LUCAS, J. (de)., El desafo de las fronteras, op.cit., pp. 45-46. 52 Consultar por ejemplo, DOMNECH PASCUAL, G., Bienestar animal

    contra derechos fundamentales, Atelier, Barcelona, 2004. LE BRAS-CHOPARD,A., El zoo de los filsofos: de la bestializacin a la exclusin, trad. de M. Cordn, Taurus, 2002.

    53 SINGER, P., Desacralizar la vida humana, trad. de C. Garca Trevijano, Ctedra, Teorema, Madrid, 2003, p. 109.

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    No es verosmil que nuestros propios compaeros humanos rehacen el premio que tan generosamente les hemos adjudica-do, y aquellos a quienes les hemos negado tal honor son inca-paces de protestar. Ciertamente, cuando se piensa slo en los hombres, puede resultar muy liberal y muy progresista hablar de la dignidad de todos los seres humanos. Al hablar as, esta-mos condenando implcitamente la esclavitud, el racismo, la tortura y otras violaciones de los derechos humanos. Estamos admitiendo que nosotros mismos nos encontramos en un sen-tido fundamental a un mismo nivel que los miembros ms indigentes y ms ignorantes de nuestra propia especie. Sola-mente al considerar a los humanos simplemente como un pequeo subgrupo de todos los seres que pueblan nuestro pla-neta, es cuando podemos comprender que al colocar tan alto a nuestra propia especie, rebajamos a la vez el estatuto relativo de todas las dems especies. Esta ltima frase de Singer pare-ce reanudar parcialmente con la crtica de Schopenhauer de la concepcin kantiana de la dignidad del hombre. Esta nocin halaga el ego del ser humano ubicndole ilusioramente por encima de los otros seres animales. Singer apunta entonces: La verdad es que la invocacin a la dignidad intrnseca de los seres humanos parece resolver problemas del igualitarismo tan slo mientras ste permanece incontestado. Pero tan pron-to preguntamos por qu razn todos los humanos incluyendo a recin nacidos, retrasados mentales, psicpatas, a Hitler, Sta-lin y a figuras semejantes tienen que poseer una especie de dignidad o valor que el elefante, el cerdo o el chimpanc no podrn alcanzar jams, comprobamos que estas cuestiones tan difciles de responder como nuestra original bsqueda de algn hecho relevante que justificase la desigualdad entre los humanos y el resto de los animales (). Los filsofos introdu-cen con frecuencia ideas de dignidad, respeto y valor cuando otras razones estn al parecer ausentes, pero este artificio es dificilmente eficaz. Las frases elaboradas son el ltimo recurso para aquellos que se han quedado sin argumentos 54. Por tan-

    54 SINGER, P., Desacralizar la vida humana, op.cit., p. 123.

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    to, para Singer, los animales tienen tambin una dignidad por-que y como los humanos pueden experimentar placer, dolor e incluso felicidad. En consecuencia, el filsofo australiano des-plaza el fundamento tradicional y occidental de la dignidad: ya no deriva de las capacidades racionales del ser humano (que algunos seres humanos no poseen y que algunos animales s poseen), sino de los intereses propios de cada individuo de una especie. Singer concluye en este sentido, de una manera posi-tiva: mientras que la tradicin occidental dominante est equivocada sobre la cuestin substantiva de cmo deberamos considerar a los animales no humanos, esta misma tradicin tiene dentro de s los instrumentos (su reconocimiento del papel de la razn y del argumento) para construir una tica extendida que alcance ms all de los lmites de la especie y aborde las relaciones entre los humanos y los animales. El principio que tiene que aplicarse es el de igual consideracin de intereses. Las dificultades restantes residen en cmo ha de aplicarse exactamente este principio a los seres con vidas (tan-to mentales como fsicas) que son muy diferentes de la nuestra 55. Esas ideas de Singer son tambin una advertancia muy importante en cuanto a la construccin de la dignidad humana. Esta nocin, como veremos, se ha fundamentado en la filosofa occidental e idealista estableciendo no slo una diferencia entre el ser humano y la naturaleza sino tambin justificando una superioridad del hombre sobre los animales. Aparece ya una contradiccin en el seno de esta fundamenta-cin: si el ser humano tiene un valor moral e intrnseco que fundamenta su dignidad por qu justificar esta misma digni-dad estableciendo adems, otras diferencias contingentes entre el ser humano y los animales?

    55 SINGER, P., tica ms all de los lmites de la especie, Teorema, vol. XVIII/3, 1999, p. 10. Disponible en: http://sammelpunkt.philo.at:8080/1248/1/singerb.pdf

    Para una respuesta a Singer, vid. LUFKIN KRANTZ, S., Refuting Peter Singers Ethical Theory. The importance of Human Dignity, Praeger, Westport, Londres, 2002.

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    No entrar ms en el debate sobre el significado de la digni-dad humana para no confundir al lector. Me limitar solamen-te a presentar lo que a mi juicio podra ser un esquema acerca de los temas actuales relacionados con este principio. Existen, a mi parecer, dos maneras de analizar la dignidad humana. Por un lado, el debate se concentra en lo que sera el significado de la dignidad humana. Por otro lado, el debate se interesa tambin en lo que llamo el discurso de la dignidad humana. La primera perspectiva es interna a la nocin de dignidad humana mientras que la segunda analiza este valor, desde un punto de vista externo. Las reflexiones que se interesan por el significado de la dignidad humana podran dividirse en tres categoras que se influyen entre s. Primero, se trata de estable-cer el fundamento y el sentido de esta nocin. En este caso, se utilizan la tica, la filosofa, la religin y la historia de las ideas para intentar definir la dignidad humana. Segundo, el debate se acerca a la practicidad de la dignidad humana y, ms preci-samente, a las nociones de respeto y a la frmula kantiana de tratar al otro siempre como un fn en s mismo y nunca slo como un medio. Por fin, la nocin de dignidad humana apa-rece tambin como una oportunidad para reflexionar sobre la naturaleza humana y entender lo que diferencia (o no) al ser humano del resto de los animales. Esos tres ejes estructuran a mi juicio los debates entorno al significado de la dignidad humana. En relacin con el discurso de la dignidad huma-na, el debate parece tambin articularse entorno a tres ten-dencias. Primero, se vincula la nocin de dignidad humana con situaciones de deshumanizacin, de sufrimiento, de humilia-cin, de vulnerabilidad tanto desde un punto de vista individual como colectivo 56. Segundo, la dignidad humana aparece como un principio-gua en varios mbitos: derecho (y derechos humanos), jurisprudencia, ciencia (con las biotecnologas), ti-

    56 No es una casualidad si, segn Hart, la vulnerabilidad humana es el primer rasgo del Contenido mnimo de derecho natural. Vase HART, H. L. A., El concepto de derecho, trad. de Carri, G. R., Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1998, pp. 240-241.

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    ca, sociologa, retrica, etc 57. Tercero, el discurso de la dignidad humana se inscribe tambin en el debate entre el pluralismo y el universalismo de los valores. Esas tres perspectivas alimen-tan a mi parecer las reflexiones acerca del discurso de la dig-nidad humana.

    La presente investigacin no pretende entrar en todos estos campos sino completarlos con una reflexin histrica relativa a la construccin filosfica de este concepto 58. Entra ms pre-cisamente en la primera categora de las reflexiones sobre el significado de la dignidad humana, es decir, el anlisis de su fundamento. Se contemplar por tanto esta nocin exclusiva-mente en su cualidad de nocin pre-jurdica, es decir, anterior a su integracin al derecho y al margen de las discusiones rela-tivas a su alcance y sus lmites. En otras palabras, la presente investigacin se acota en una perspectiva histrica de la digni-dad humana que pretende revelar algunos elementos filosfi-cos y morales de su fundamentacin. Si bien la dignidad huma-na es hoy considerada como el fundamento de los derechos humanos, su aparicin en diversos rdenes jurdicos naciona-les e internacionales no ha derivado de la nada. Tiene una evo-lucin histrica cuyo significado culmina en su perspectiva moderna 59. La dimensin histrica de la construccin de la dignidad humana ser por tanto el teln de fondo relativo a una investigacin sobre las fundamentaciones filosficas y morales de su significado.

    57 Debo en este sentido agradecer a los participantes de la Conferencia Pathways of Human Dignity: From Cultural Traditions to a New Paradigm que se celebr con gran xito del 31 de octubre al 4 noviembre de 2007 a Vads-tena en Suecia. Dicha conferencia ha sido patrocinada por la European Scien-ce Foundation, el programa COST y la Linkping University. Aprovecho para agradecer al Instituto Bartolom de las Casas y a su director de entonces, el profesor Rafael de Ass Roig, por haberme permitido participar a dicha con-ferencia.

    58 Una obra muy relevante es la de BAKER, H., The Image of Man. A Study of the Idea of Human Dignity in Classical Antiquity, the Middle Ages & The Renaissance, Harper Torchbooks, Nueva-York, 1961.

    59 PECES-BARBA, G., Derecho positivo de los derechos humanos, Debate, Madrid, 1987, p. 11.

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    Mi punto de partida metodolgico para entender la cons-truccin y la evolucin histrica de la dignidad humana es la consideracin del ser humano como individuo. Ms precisa-mente, el individualismo es la base sobre la cual se apoya el valor de la dignidad humana. As, Lukes reconoce que la digni-dad humana es el axioma moral que reconoce un valor supre-mo e intrnseco al individuo 60. Por su parte, Bobbio insiste en que la comprensin adecuada de los derechos humanos depen-de de dos formas de individualismo: el individualismo ontol-gico que parte del presupuesto () de la autonoma de todo individuo respecto a todos los otros y de la igual dignidad de cada uno, y el individualismo tico, segn el cual todo indivi-duo es una persona moral 61. Dumont tiene un razonamiento muy parecido cuando seala que cuando hablamos del indi-viduo, designamos dos cosas a la vez: un objeto que est fuera de nosotros y un valor. La comparacin nos obliga a distinguir analticamente esos dos aspectos: por un lado, el sujeto emp-rico, que habla, piensa y quiere, es decir, la muestra individual de la especie humana, tal como la hallamos en todas las socie-dades; por otro, el ser moral independiente, autnomo y, en consecuencia, esencialmente no social, portador de nuestros valores supremos y al que encontramos, en primer lugar, en nuestra ideologa moderna del hombre y de la sociedad. Y aade Dumont: desde este punto de vista, hay dos tipos de sociedades. All donde el individuo es el valor supremo hablar de individualismo; en el caso opuesto, en que el valor reside en la sociedad como un todo, hablar de holismo 62. Como subra-ya muy bien Vibert, el individualismo corresponde a una ins-titucin social, que tiene la forma de un valor. En definitiva, son las sociedades las que son individualistas y no tanto los

    60 LUKES, S., El individualismo, trad. de J. L. lvarez, Pennsula, Barce-lona, 1975, p. 67.

    61 BOBBIO, N., El tiempo de los derechos, trad. de R. de Ass Roig, Siste-ma, 1991, p. 108.

    62 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo en Ensayos sobre el individualismo, trad. de R. Tusn Calatayud, Alianza, Madrid, 1987, p. 37.

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    individuos 63. Dumont, sin hablar de dignidad humana, la con-templa implcitamente como el valor fundamental sobre el cual descansa la nocin moderna del individualismo. Hace, por otro lado, una pregunta que podra tambin aplicarse a la construccin histrica de la dignidad humana: El problema de los orgenes del individualismo consiste grosso modo en saber cmo, a partir del tipo general de las sociedades holistas, pudo desarrollarse un nuevo tipo que contradeca esencial-mente la concepcin comn. Cmo fue posible esa transi-cin? Cmo podemos concebir una transicin entre esos dos universos antitticos, estas dos ideologas irreconciliables? 64.De forma resumida, Dumont se pregunta cmo el individualis-mo ha podido surgir del holismo. El antroplogo francs piensa haber encontrado la solucin a esta aparente incom-patibilidad, detectando a lo largo de la Historia, una lenta transformacin, una larga cadena de deslizamientos de una especie de individualismo a otro, para llegar al individuo moderno, como sujeto que se basta a s mismo en el mundo social 65. En este sentido, Dumont define a los hombres con-temporneos como individuos-en-el-mundo, es decir, como individuos mundanos y autnomos 66. Ahora bien, esta especie de individualismo ha tenido que aparecer primero en unas sociedades tradicionales y holistas. Deriva de una primera (y opuesta) especie de individualismo que era el individuo-fue-ra-del-mundo. Aquellos que han encarnado esta especie de individualismo han sido, por ejemplo, los llamados renun-ciantes de la India, las figuras del sabio presocrtico y el cristiano que Dumont define como el individuo-en-relacin-

    63 VIBERT, S., Louis Dumont. Holisme et Modernit, Michalon, Le Bien Comun, Pars, 2004, p. 26.

    64 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., p. 37.

    65 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., pp. 36 y 63.

    66 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., pp. 37-38.

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    con-Dios 67. Esas figuras tendran dos puntos en comn: la distanciacin respecto al mundo social y la relativizacin de la vida en el mundo. Este tipo de individualismo sera una especie de suplemento en relacin con la sociedad holista de la cual ha emergido 68. Esos dos rasgos (la relativizacin y la dis-tanciacin) han provocado lo que Dumont llama el desarrollo espiritual individual, es decir, unos ideales de autosuficien-cia y de autonoma. Son ideales que sern la base del individua-lismo moderno y sobre los cuales se fundar la nocin de dig-nidad humana. En efecto, el individuo como valor, se ha construido a partir del individuo-fuera-del-mundo que se sita en el exterior de la organizacin poltica y social dada: estaba por fuera y por encima de ella 69. La conciliacin y la transformacin del individuo-fuera-del-mundo en el indivi-duo-en-el-mundo se han realizado paulatinamente a travs de un proceso de adaptacin al mundo del primer tipo de indi-vidualismo, es decir, del individualismo-fuera-del-mundo. Entre esos procesos de adaptacin, Dumont destaca particular-mente la Ley Natural de los estoicos (recuperada luego por la Iglesia) como un instrumento racional para la adaptacin a la tica mundana de los valores extramundanos 70. Este anlisis de Dumont parece muy interesante para presentar el esquema y las problemticas que van a surgir en la presente investiga-cin sobre la dignidad humana. Por un lado, el periodo histri-co escogido indica que el titular de esta dignidad no ser el individuo moderno, sino este individuo que empieza a estar

    67 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., p. 42. En un sentiod parecido: LPEZ SASTRE, G., Individuo y sociedad en el pensamiento griego y en el pensamiento chino. Un enfoque comparativo, en FAERNA, A.M. & TORREVEJANO, M. (ed.), Iden-tidad, Individuo e Historia, Pre-textos, Filosofas, Valencia, 2003, pp. 23-25.

    68 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., p. 38.

    69 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., p. 63.

    70 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., p. 64.

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    fuera-del-mundo. Por tanto, el concepto de dignidad humana que se tratar a continuacin debe entenderse exclusivamente como una premisa a su acepcin moderna. Ahora bien, cmo defender la relacin entre ambos conceptos e incluso la deriva-cin del significado moderno de su consideracin pre-moder-na? No hay una contradiccin en sostener que el reconoci-miento de la dignidad humana deriva de unas ideas que no contemplaban todava la idea moderna de persona? Dicha con-tradiccin no existe si se ampla la nocin de dignidad humana o mejor dicho, si se aclaran sus dos acepciones inherentes.

    Cuando se habla de dignidad humana, se hace referencia efectivamente a la dignidad de la persona, es decir al individuo autnomo y titular de derechos. Esta dimensin contempla estrechamente el concepto de igual dignidad, que reconoce una igualdad absoluta entre los individuos. Esta igual dignidad pro-hbe, en primer lugar, conductas discriminatorias basadas, por ejemplo, en razones sociales y naturales; es el reducto y el valor ltimo que define por igual a todos los seres humanos, exigi-ble en sus condiciones reales de existencia 71. En segundo lugar, requiere una actitud moral de respeto entre las perso-nas 72. El fundamento de la dignidad de la persona est tradicio-nalmente vinculado con la pertenencia de todos a la misma familia humana. Dicha pertenencia conlleva una doble acep-cin: por un lado, se inscribe dentro de un cosmopolitismo que hace prevalecer, a travs de una conciencia de humanidad, una identidad humana sobre las identidades nacionales 73. Por otro lado, hace surgir esta comn identidad de unos rasgos humanos compartidos por todos. Esta construccin inherente a la dignidad de la persona permite, a fin de cuentas, sostener una misma identidad humana de la cual derivara la igual dig-

    71 DAZ, E., Un itinerario intelectual. De filosofa jurdica y poltica,Biblioteca Nueva, Madrid, 2003, p. 10.

    72 Vid. SENNETT, R., El Respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad, trad. de M. A. Galmarini, Anagrama, Barcelona, 2003.

    73 FERNNDEZ GARCA, E., Dignidad humana y ciudadana cosmopo-lita, op.cit., pp. 108 ss.

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    nidad de todos 74. Ahora bien, aqu mismo interviene el segundo significado de la dignidad humana, que defino como la digni-dad de la naturaleza humana. sta implica el reconocimiento de unos rasgos propios a los individuos que les identificaran como seres humanos; seran no slo la marca de su identidad humana sino tambin el fundamento de su valor absoluto e inherente. Esta dignidad de la naturaleza humana precedera por tanto la dignidad de la persona, en la medida que nutrira el componente humano de la segunda 75. Al mismo tiempo, puede aparecer alguna tensin entre ambas dimensiones ya que la autonoma inherente que se otorga al individuo moder-no puede chocar con una definicin estricta y moral de la natu-raleza humana. Como seala Taylor, existira hoy un consenso moral (religioso y laico) que reconocera algn fundamento en la naturaleza humana o en la situacin humana que hace de los seres humanos objetos dignos de respeto, pero no se acepta ninguna definicin estricta y particular de esta naturaleza humana 76.

    En efecto, conviene insistir en otro punto esencial: como fundamento tico y jurdico de los derechos fundamentales, la dignidad humana implica el reconocimiento de una autono-ma inherente al sujeto humano que est garantizada al mar-gen, y ms all de toda consideracin tica de tipo holista. La dignidad de la persona encarna el valor ltimo que se encuen-tra tanto en la base como en el horizonte de los rdenes jurdi-cos y polticos del Occidente moderno. Esta situacin derivara de una ruptura general provocada por la modernidad y que consistira, segn Valadier, en que la ontologa est precedida

    74 FERRY, L. & VINCENT, J. D., Qu es el hombre?, trad. de I. Cifuentes & M. Cordn, Taurus, Madrid, 2001, pp. 117-118.

    75 Al respecto, vase FAERNA, A. M., De la naturaleza humana a la naturalizacin del hombre, en FAERNA, A. M. & TORREVEJANO, M., (ed.)., Identidad, Individuo e Historia, op.cit., pp. 113-139.

    76 TAYLOR, CH., Las fuentes del yo. La construccin de la identidad moderna, trad. de A. Lizn, Paids, Barcelona, 1996, p. 24. Vase en un senti-do parecido, FUKUYAMA, F., La dignidad humana, en el Fin del Hombre,trad. de P. Reina, SQN, Madrid, 2002, pp. 241-279.

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    ahora por la axiologa 77. Esta investigacin pretende entonces descifrar este plido fulgor del que habla Whitehead, y que consiste en derivar el valor del ser humano de su misma auto-noma, es decir, un valor desvinculado de una idea tica de naturaleza humana 78. Pero, y aqu se encuentra la paradoja de la dignidad humana, su acepcin moderna ha surgido del refe-rente e ideal tico de unos modelos de dignidad de la natura-leza humana que se inscriben dentro de unos parmetros ti-cos holistas. Para que la autonoma sea considerada como el valor principal sobre el cual se ha fundado la dignidad de la persona, dicho valor (la autonoma) ha tenido que pasar pre-viamente por su inclusin dentro de la dignidad de la natura-leza humana. Con las palabras de Jellinek, hay que reconocer el hecho histrico importantsimo de que el individuo moder-no tiene su fundamento terico precisamente en las antiguas doctrinas 79. En definitiva, la nocin de autonoma est pre-sente en unos marcos ticos de tipo holista que reconocen un valor al ser humano en base a su libertad y a otros rasgos de su naturaleza.

    Para recapitular, la definicin moderna de la dignidad humana se entiende como la dignidad de la persona y sta, a su vez, se ramifica en dos dimensiones complementarias que se pueden resumir en la expresin y el fundamento de la dignidad humana. En primer lugar, su expresin sera doble: por un lado, el reconocimiento de un valor inherente y absoluto a cada persona considerada como individuo autnomo y, por otro, el

    77 VALADIER, P., Lanarchie des valeurs : Le relativisme est-il fatal ?, Albin Michel, Pars, 1997, p. 49. En un mismo sentido, BAERTSCHI, B., Enqute philosophique sur la dignit, op.cit., pp. 108-116. Vase tambin, PREZ LUO, A. E., Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitucin, op.cit., pp. 545-560.

    78 Al respecto, HAYEK, F. A., Los fundamentos de la libertad, trad. de J. V. Torrente, Unin Editorial, clsicos de la libertad, Madrid, 1998, pp. 122-123.

    79 JELLINEK, G., Teora general del Estado, trad. de F. de los Ros, Edito-rial B de F, Julio Csar Faira - Editor, Montevideo & Buenos Aires, 2005, p. 384.

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    reconocimiento de una igual dignidad entre esos individuos. Esta expresin de la dignidad humana se plasma y se garantiza hoy a travs de los derechos fundamentales. En segundo lugar, el fundamento de la dignidad humana derivara de la perte-nencia de todos los individuos a la familia humana (lo que impulsara tambin la universalizacin de los derechos funda-mentales), pertenencia que, a su vez, derivara de una comn identidad humana. Se puede identificar esta segunda dimen-sin, como la dignidad de la naturaleza humana. No existe una separacin clara entre esta dimensin y la primera: la dignidad de la persona deriva, en sus fundamentaciones filosficas, de la dignidad de la naturaleza humana. Esta segunda dimensin ha aparecido histricamente antes que la dignidad de la perso-na propiamente dicha. Ha aparecido incluso en pocas y socie-dades que no hacan de la persona el valor central de su orga-nizacin poltica. Se trata aqu de una aparente paradoja que pretende explicar la presente investigacin. Es cierto, sin embargo, que dicha paradoja parece matizarse por las premi-sas de este estudio. En efecto, al considerar que la dignidad de la persona deriva de la dignidad de la naturaleza humana, y que sta se ha formulado histricamente antes que la primera, se dice implcitamente que la dignidad de la persona estaba ya presente en los grmenes de la primera. Habra aqu una fala-cia que consistira en introducir las consecuencias del fenme-no estudiado en sus propias causas. Se debe ser consciente de este lmite, pero es inherente a cualquier investigacin que tie-ne como base el material histrico. Adems, existe una ruptura entre ambas perspectivas: la nocin de dignidad de la persona tiene casi una realidad moderna independiente de la dignidad de la naturaleza humana. Dicha realidad consiste en su desa-rrollo jurdico y poltico, a travs de los derechos fundamenta-les. Tambin se debe matizar esta crtica. En efecto, cuando se ha evocado a Dumont, se ha indicado que el individuo como valor ha aparecido en sociedades holistas a travs de diversas figuras y corrientes morales que le han sustraido de sus marcos holistas. Esta distancicin se ha realizado gracias al estmulo de unas facultades inherentes a la naturaleza humana. Es ms:

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    la emergencia, la creacin ex nihilo, del individuo como valor podra explicarse primero por el individualismo filosfico. En efecto, la actividad filosfica, el ejercicio continuo de bs-queda racional realizado por generaciones de pensadores, deben haber nutrido por s mismos el individualismo puesto que la razn, si bien universal en principio acta en la prctica a travs de la persona particular que la ejerce y se sita en primer plano ante las dems cosas, al menos de manera implcita 80. Este texto viene a decir que la nocin de dignidad de la persona (o del individuo con valor) deriva del estmulo de ciertas facultades, entre las cuales destaca la razn. La acti-vidad racional sera la base de la autonoma moral y personal. Sin embargo, para que haya podido producirse este despertar de las facultades racionales e individuales, stas han tenido que identificarse primero como facultades propias de la natu-raleza humana. En esta perspectiva, el individuo humano se define primero como el portador de los rasgos de la naturaleza humana. En definitiva, y para completar a Dumont, el indi-viduo con valor derivara de una naturaleza humana con valor, derivacin realizada gracias al nexo de la razn. En este sentido, Ladrire insiste en que la nocin misma de persona deriva de la individualidad especficamente humana y que su dignidad se ha deducido del reconocimiento de una naturaleza humana autnoma y racional 81. Conviene, sin embargo, mati-zar otra vez esta concepcin del ser humano definido como individuo. En efecto, tiene el incoveniente de prescindir de la consideracin del ser humano en sus relaciones con los dems. Se focaliza estrictamente en la esfera individual y se olvida la dimensin intersubjetiva de la dignidad 82.

    80 DUMONT, L., Gnesis I. Del individuo-fuera-del-mundo al individuo-en-el-mundo, op.cit., p. 40.

    81 LADRIRE, P., La notion de personne, hritire dune longue tradi-tion, en NOVAES, S. (dir.), Biomdecine et devenir de la personne, Seuil, Pars, 1991, pp. 30 y 35.

    82 PREZ LUO, A. E., Derechos Humanos, Estado de Derecho y Consti-tucin, op.cit., p. 324.

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    Por esta razn, me parece muy til la distincin que esta-blece Peces-Barba entre las dos dimensiones que, a su juicio, han fundamentado historica y moralmente la nocin de digni-dad humana: el hombre como centro del mundo y el hombre centrado en el mundo 83. La primera dimensin abunda en este despertar del ser humano como individuo moral y racio-nal. Se conecta particularmente con la tradicin filosfica idealista y la religin judeo-cristiana. La segunda dimensin conlleva a mi juicio dos elementos relevantes. Primero, la con-sideracin del ser humano a partir de su personalidad espec-fica, personalidad que le distingue de los dems. Segundo, la consideracin del ser humano como un ser social, cuya perso-nalidad e identidad se construyen tambin en relacin con los dems. Se toma aqu en cuenta su vocacin mundanal 84.Esta segunda perspectiva reequilibra la primera que puede, como veremos, consistir en la imposicin de un modelo espe-cfico de naturaleza humana. Con otras palabras, se reestable-ce la dimensin mundanal del ser humano frente a unos idea-lismos racionales y morales que insisten slo en la dimensin espiritual del hombre. Siguiendo a Onfray, se trata de defender y reinvicar la inmanencia de la existencia humana frente a la trascendencia 85.

    En consecuencia, esta investigacin no mantiene una visin rgida de la historia. Es cierto que no se debe modernizar socie-dades que se han inscrito en unos marcos de pensamiento dis-tintos al contemporneo. Pero a la vez, no se debe defender un hermetismo celebrando la modernidad del sujeto humano, autnomo y digno, en oposicin al pasado. La idea de subjeti-vidad es inherente a la misma reflexin humana y pretender descartarla sera artificial. Analizo asi la llamada dignidad de

    83 PECES-BARBA MARTNEZ, G., La dignidad de la persona desde la Filosofa del Derecho, op.cit., p. 13.

    84 PECES-BARBA MARTNEZ, G., La dignidad de la persona desde la filosofa del Derecho, op.cit., p. 13.

    85 ONFRAY, M., Las sabiduras de la antigedad. Contrahistoria de la filo-sofa, I., trad. de M. A. Galmarini, Anagrama, Barcelona, 2007, p. 267.

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    la naturaleza humana como premisa de la dignidad de la per-sona, en un proceso que llamo la individualizacin de la dig-nidad humana. Este proceso hace referencia al reconocimien-to, por parte de la filosofa, del valor del ser humano en base a su razn y su autonoma moral. En consecuencia, pocas veces podr utilizar propiamente el concepto de dignidad de la per-sona. Se trata de una nocin que excede el campo histrico abarcado por este estudio y que slo empezar a emerger a partir del trnsito a la modernidad 86. Utilizar preferible-mente otras frmulas tales como la dignidad de la naturaleza humana, la dignidad del hombre, la dignidad del ser humano e incluso, y de forma general, la dignidad humana. No pretendo demostrar que ha habido, desde los inicios de la historia huma-na, unas primeras formulaciones filosficas de la dignidad humana que, de forma lineal y continua, han convergido pau-latinamente hacia la dignidad de la persona. Esto implicara una visin teleolgica de la historia que no cabe en una inves-tigacin que pretende tener un posible rigor cientfico. La his-toria general de esta nocin implica muchos factores y actores. Ha sido una historia de luchas, de conflictos y de discontinui-dades permanentes que, en cierta medida, podran seguir en muchos aspectos, la historia de los derechos humanos. Elegir slo el campo filosfico es ya restringir en s muchas dimensio-nes histricas e ideolgicas de la dignidad humana. Sin embar-go, este mismo campo presenta un inters muy particular. Se ha visto que Dumont considera que el individualismo filosfi-co est en la base del individuo como valor. En efecto, con-templa al filsofo como una figura histrica que ha empezado a tener conciencia de su dignidad, excluyndose del mundo, y de forma concomitante, activando y estimulando sus capacida-des racionales y morales. Hay que profundizar esta intuicin de Dumont y considerar no slo a la figura del filsofo como impulsor de la dignidad humana, sino tambin el propio corpusde la filosofa. Antes de ser una nocin jurdico-poltica, la dig-

    86 Vid. PECES-BARBA MARTNEZ, G., Trnsito a la modernidad y dere-chos fundamentales, Mezquita, Madrid, 1982.

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    nidad humana ha sido (y sigue siendo) una nocin filosfica y religiosa. El nexo que une ambas dimensiones es el componen-te tico y moral inherente a esta nocin y que se ha plasmado particularmente en el pensamiento filosfico. Como seala Baechler, existe detrs de la dignidad humana una profunda reflexin filosfica y tica que ha conducido a reconocer un valor inherente a la persona, constituida entonces como gua e ideal 87. Esta postura permite adems contrastar una literatura que define la dignidad humana slo a travs de su fundamento teolgico 88.

    Mi objetivo consiste en comprobar dentro de un mbito limitado, algunas caractersticas que permiten aprehender los fundamentos filosficos de la dignidad humana. Esta perspec-tiva implica una cierta unidad o al menos, algunas relaciones complementarias entre los elementos que han constituido esos fundamentos. No se pretende revelar una lucha continua por la dignidad humana, sino facilitar la comprensin de esta mutua influencia entre los filsofos estudiados. Se pretende demostrar igualmente que dentro del proceso de individuali-zacin de la dignidad humana (es decir, el proceso que ha permitido bascular de la dignidad de la naturaleza humana a la dignidad de la persona), se ha realizado un incipiente reco-nocimiento de la igual dignidad de los seres humanos. Algunos

    87 BAECHLER, J., Individualit, personnalit et identit, en CAROSE-LLA, E. D. (dir.), Lidentit ? Soi et non-soi, individu et personne, PUF, Pars, 2006, p. 89. SVE, L., Quest-ce que la personne humaine ?, La Dispute, Pars, 2006, p. 39.

    88 La literatura anglosajona es muy abundante y en esta perspectiva cita-r como ejemplos a DUFFY, R. A. & GAMBATESE, A., (ed.), Made in Gods Image: The Catholic Vision of Human Dignity, Paulist Press, New Jersy, 1999; KENDALL SOULEN, R. & WOODHEAD, L., God and Human Dignity, Wm. B. Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, 2006; MUZZAFAR, C., Rights, Religion and Reform: Enhancing Human Dignity through Spiritual and Moral Transformation, Routledge Curzon, Nueva York, 2002. En lengua castellana, vid. GONZLEZ PREZ, J., La dignidad de la persona, Civitas, Madrid, 1986 (vase las pp. 26 y 30-48) y DESIMONI, L. M., El derecho a la dignidad huma-na, Depalma, Buenos Aires, 1999 (En particular el Cap. IV La Iglesica Cat-lica como fuente del derecho a la Dignidad Humana, pp. 99 ss. ).

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    de los filsofos estudiados sabrn adelantar la idea de digni-dad humana para criticar situaciones que vulneraban este valor. Otros pensadores al contrario,