INVENTARIO Prendas de Los Sapan INCAS

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Anales del Museo de América, 2 (1994): 33-61 LOS INVENTARIOS DE OBJETOS INCAS PERTENECIENTES A CARLOS V: ESTUDIO DE LA COLECCIÓN, TRADUCCIÓN Y TRASCRIPCIÓN DE LOS DOCUMENTOS Paz Cabello* LOS DOCUMENTOS DE BRUSELAS Y SIMANCAS En este artículo publico los inventarios de una coleccián de objetos incas que pertenecieron a Carlos V precedido por el presente estudio introductorio. Se trata de una partida reseñada como Joyas provenientes de las Indias, de la isla del Per ŭ en los Archivos Generales del Reino, en Bruse- las, y como Joyas de las Yndias en el Archivo General de Simancas, en España. Los documentos custodiados en Bruselas están en francés y en castellano los de Simancas. Presento la traduccián del ineventario de Bruselas, inédito hasta que lo publicá Laurent (1992: 63-70), y la trascripcián paleo- gráfica de los inventarios de Simancas, que son inéditos. Justifica la publicacián de los dos docu- mentos su complementaridad, ya que ambos textos demuestran haber sido redactados de manera paralela, sin que ninguno sea traduccián del otro. Las Joyas provenientes de las Indias, de la isla del Per ŭ 1 aparecen en un inventario de 1545 cuyo epígrafe general es:Otras partidas de anillos y joyas pertenecientes a Su Magestad y dejadas en España, entregadas por el difunto Pedro de Corteville, guardajoyas de Su dicha Mages- tad, de las manos de Nicolás Consart y Andrés Cuveiller, tal como consta seg ŭn resguardo de ellos cuya copia auténtica está puesta con los recibos y descargos del dicho Cortewille anotado en la Cá- mara de Cuentas de Lille 2 La misma lista de joyas peruanas aparece también en otro inventario bel- ga de 1 556 bajo el epígrafe: Otras partidas de joyas y otras vajillas y otros muebles pertenecientes a Su magestad, que están en Simancas, en España 3 . Al final de este segundo inventario, y con fe- cha de 2 de octubre de 1556, aparece la firma de Felipe II 4 En el Archivo General de Simancas vuelve a aparecer la misma lista, también en dos docu- mentos diferentes, aunque con un título más sintético: Joyas de las Yndias. Está en un cuaderno de 1559 Formando parte de el inventario que se hizo de los bienes que habia en la fortaleza de Si- mancas el 11 de mayo de 1559 5 tras el fallecimiento del emperador; y en: la entrega que de los bienes de Simancas hizo Maria Escolastres a Juanin y Fransois el 19 de febrero de 1561 6 . Los dos inventarios de Simancas son idénticos, salvo en algunas ortografías y algunas indicaciones que se • Museo de América 1. Bruselas, Archives générales du Royaume, Papiers d'État et de l'Audience, reg. N2 . 1193, FF. 00(11-CXXXIIIv 2 . Publicado por laurent, 1992: 48-49 y 65-70. 2. F2 CX del documento citado en la nota anterior. Laurent, 1992: 65. 3. Bruselas, Archives générales du Royaume, Chambre des Comptes, No. 97, F. XXVI; la lista con las joyas de las indias, de la isla del Perŭ están en fr. XXXII - XXXVI V2. Laurent, 1992: 49, 65. 4. Bruselas, Archives générales du Royaume, Chambre des Comptes, NP. 97, F2 • XL laurent, 1992: 49. 5. Valladolid, Archivo General de Simancas. Casas y Sitios Reales. legajo 72, FF. 14- 19; el epígrafe en F. 1. 33

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  • Anales del Museo de Amrica, 2 (1994): 33-61

    LOS INVENTARIOS DE OBJETOS INCAS PERTENECIENTES A CARLOS V:ESTUDIO DE LA COLECCIN, TRADUCCIN Y TRASCRIPCIN DE

    LOS DOCUMENTOS

    Paz Cabello*

    LOS DOCUMENTOS DE BRUSELAS Y SIMANCAS

    En este artculo publico los inventarios de una coleccin de objetos incas que pertenecierona Carlos V precedido por el presente estudio introductorio. Se trata de una partida reseada comoJoyas provenientes de las Indias, de la isla del Per en los Archivos Generales del Reino, en Bruse-las, y como Joyas de las Yndias en el Archivo General de Simancas, en Espaa. Los documentoscustodiados en Bruselas estn en francs y en castellano los de Simancas. Presento la traduccin delineventario de Bruselas, indito hasta que lo public Laurent (1992: 63-70), y la trascripcin paleo-grfica de los inventarios de Simancas, que son inditos. Justifica la publicacin de los dos docu-mentos su complementaridad, ya que ambos textos demuestran haber sido redactados de maneraparalela, sin que ninguno sea traduccin del otro.

    Las Joyas provenientes de las Indias, de la isla del Per 1 aparecen en un inventario de1545 cuyo epgrafe general es:Otras partidas de anillos y joyas pertenecientes a Su Magestad ydejadas en Espaa, entregadas por el difunto Pedro de Corteville, guardajoyas de Su dicha Mages-tad, de las manos de Nicols Consart y Andrs Cuveiller, tal como consta seg n resguardo de elloscuya copia autntica est puesta con los recibos y descargos del dicho Cortewille anotado en la C-mara de Cuentas de Lille 2 La misma lista de joyas peruanas aparece tambin en otro inventario bel-ga de 1 556 bajo el epgrafe: Otras partidas de joyas y otras vajillas y otros muebles pertenecientesa Su magestad, que estn en Simancas, en Espaa 3 . Al final de este segundo inventario, y con fe-cha de 2 de octubre de 1556, aparece la firma de Felipe II 4

    En el Archivo General de Simancas vuelve a aparecer la misma lista, tambin en dos docu-mentos diferentes, aunque con un ttulo ms sinttico: Joyas de las Yndias. Est en un cuaderno de1559 Formando parte de el inventario que se hizo de los bienes que habia en la fortaleza de Si-mancas el 11 de mayo de 1559 5 tras el fallecimiento del emperador; y en: la entrega que de losbienes de Simancas hizo Maria Escolastres a Juanin y Fransois el 19 de febrero de 1561 6 . Los dosinventarios de Simancas son idnticos, salvo en algunas ortografas y algunas indicaciones que se

    Museo de Amrica

    1. Bruselas, Archives gnrales du Royaume, Papiers d'tat et de l'Audience, reg. N2. 1193, FF. 00(11-CXXXIIIv2. Publicadopor laurent, 1992: 48-49 y 65-70.

    2. F2 CX del documento citado en la nota anterior. Laurent, 1992: 65.

    3. Bruselas, Archives gnrales du Royaume, Chambre des Comptes, No. 97, F. XXVI; la lista con las joyas de las indias, dela isla del Per estn en fr. XXXII -XXXVI V2. Laurent, 1992: 49, 65.

    4. Bruselas, Archives gnrales du Royaume, Chambre des Comptes, NP. 97, F2 XL laurent, 1992: 49.5. Valladolid, Archivo General de Simancas. Casas y Sitios Reales. legajo 72, FF. 14- 19; el epgrafe en F. 1.

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    aaden en el segundo relativas al estado de los bienes o que stos se entregaron debidamente, yque no afectan al contenido de la lista 7 . la relacin joyas de las yndias de Simancas sigue el mismoorden que las joyas provenientes de las Indias, de la isla del Per de Bruselas en lneas generales;vara el orden en que estn asentados algunos grupos de piezas de adorno, como collares, colgan-tes u otros pequeos adornos, que, en ocasiones, estaban guardadas en un mismo envoltorio. Por loque cabe pensar que el inventario de Simancas se bas en otro anterior, probablemente una ver-sin en castellano redactada al mismo tiempo que la versin Francesa que se conserva en Bruselas.Debido a las variaciones de las descripciones y de que algunas explicaciones slo se dan en uno delos dos, los inventarios de Bruselas y Simancas son complementarios.

    Las joyas provenientes de las Indias, de la isla del Per aparecen por primera vez en 1545en el inventario de Bruselas. La razn habra que que buscarla en la biografa del emperador, yaque por aquella poca ste resida en los Paises Bajos, aunque haciendo frecuentes desplazamien-tos a Alemania, como el realizado a Worms para asistir a la Dieta. Haba salido de Espaa en ma-yo de 1543, tras hacer jurar como heredero a su hijo Felipe que dej como regente de Espaa, noregresando hasta su retiro en Yuste en otoo de 1556. Por lo que es de suponer que la coleccin delas joyas de las indias estaban en Simancas, por lo menos desde principios de 1543, siendo la pro-bable razn de que el inventario se confeccionase en 1545, no el aumento de las colecciones en lasfechas de la partida, sino el clarificar los bienes de Carlos V ante una larga estancia en Alemania yPaises Bajos. Muy pocos aos antes se haba iniciado la conquista del Per

    (en verano de 1532 seobtuvo la primera victoria y en los ltimos dias de 1533 y en 1534 Ileg el primer oro), estando to-dava en esta fecha la conquista en proceso de consolidacin; concordando, por tanto, las fechascon la procedencia de los bienes. Debo resaltar aqu el origen peruano de la coleccin, puesto quehasta la fecha no se conoca ninguna relacin de objetos peruanos de la poca de la conquista, nihaba noticia alguna que hubiese habido alguna coleccin de materiales incas. Tampoco se ha con-servado ningn objeto peruano recogido por Pizarro o su gente, mientras que s se saba de los ma-teriales mexicanos remitidos por Corts, habiendose conservado en diferentes museos europeos al-gunas pocas de estas piezas aztecas.

    El 2 de octubre de 1556 Felipe II firm una copia del mencionado inventario belga de lasjoyas provenientes de las indias de la isla del Per , en la que se indica el lugar de Espaa en queestn los bienes, Simancas. La razn parece obvia. Los funcionarios flamencos necesitaban cerrarlas cuentas del soberano saliente y obtener la conformidad del nuevo: Carlos V haba abdicado ensu hijo Felipe del ttulo de la Orden de Toisn de Oro y de la soberana de los Paises Bajos en octu-bre de 1555, y de sus dems posesiones, que incluan Espaa y los Paises Bajos, en enero de1556. En septiembre del mismo 1556 renunci a su dignidad imperial, que inclua Austria, a favorde su hermano Fernando. Una vez completadas todas las abdicaciones, Felipe II refrend los inven-tarios de los bienes espaoles de su padre.

    A la muerte del emperador se volvieron a confeccionar otra vez inventarios de sus pertenen-cias, que son los que se conservan en el Archivo General de Simancas. Aunque, como ya he suge-rido antes 8 si exceptuamos los bienes que Carlos V tena en su retiro de Yuste, se debieron copiarlos inventarios ya hechos con anterioridad al mismo tiempo que se verificaba su justeza. La lectura y

    6. Valladolid, Archivo General de Simancas. Contadura Mayor de Cuentas. 1 2 poca 1 93, ff. 11v.-15v.; el epgrafe en f. 1.7. En la transcripcin, sealo entre parntesis las palabras o frases que slo aparecen el primer inventario, de 1559 y de

    1561. Cuando en ambos documentos hay alguna variacin ortogrfica, escojo la que ms se acerca a la ortograta ac-tual; por lo general se trata de la "v" y "b", afgunas "c" escritas como "q" y algunas "rr" a comienzo de palabra.

    8. El que hubiese un versin en castellano de la misma poca que la redactada en Francs.

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    ordenacin de los documentos de los dos legajos de Simancas 9 nos muestran el siguiente proce-so: El 9 de mayo de 1559, en la villa de Simancas, se orden dar comienzo al inventario de laspertenencias del emperador siguiendo una disposicin dada el 1 del mismo mes en Burgos porla princesa (hija de Carlos V). Y el 11 del mismo mes Maria Escolastres, viuda de Petijuan, arme-ro de Su Magestad a cuyo cargo haban estado los bienes del emperador que se guardaban enla fortaleza de Simancas, hizo entrega de todo lo inventariado a Juanin Esterch y Fransois Men-gale. Una vez recibidos por stos, los bienes quedaron temporalmente depositados en la mencio-nada Fortaleza a cuidado de Maria Escolastres '. El 22 de noviembre de 1560, un documentoreal hecho en Toledo ordenaba a Juanin Esterch y Fransois Mengale recoger los bienes deposita-dos en Simancas; y otro de 26 mandaba a Maria Escolastres entregarlos. El 17 de febrero de1 561 se hizo en Valladolid un requerimiento de la entrega; y el 19 del mismo mes se realiz enSimancas la entrega segn inventario, apareciendo entonces una nueva copia de ste. Los bienesquedaron en la el castillo hasta el dia siguiente en que se firm el acta de recepcin ", saliendotodos los bienes del emperador de la fortaleza. Recordemos que en el castillo de la villa de Si-mancas, muy prxima a la ciudad de Valladolid clnde en muchas ocasiones se asentaba la Cor-te antes de que Felipe II estableciera la capitalidad en Madrid, se guardaron pertenencias y do-cumentos reales; con el tiempo, la fortaleza acab convirtiendose en el actual Archivo Generalde Simancas.

    El 10 de agosto de 1565, Juanin Esterch hizo entrega en Madrid a Gil Sanchez de Ba-zn, guardajoyas del rey, de aquellos objetos del inventario que tenan en el margen izquierdola indicacin de entregados o la Firma del escribano 12 . Las joyas de las indias ' 3 no tienen sealalguna, por lo que no fueron entonces entregadas al guardajoyas de Felipe II; a excepcin deuna imagen de los tres reyes magos y de dos barriles con porcelana, que figuran al final del in-ventario. En un documento del legajo 1145 14 Martn de Villasante y Juanin Esterch rindieron lascuentas "de lo bendido en el Monesterio de Sant Francisco de Madrid donde estuvo la almonedahasta que se mand pasar al Ospital de La Latina". Hay varios asientos en los que a veces se in-dica lo vendido (mantas, antojos, tapicerias y joyeles de oro 15 ) o el da, figurando las fechas enque se realizaron las ventas, el 24 de septiembre, el 4 y el 7 de noviembre de 1561 y el 23 defebrero de 1562.

    Es el testamento de Carlos V el que explica el contenido de estos documentos. Ei emperadorhaba pedido en sus ltimas voluntades que se vendiesen todos sus bienes para pagar sus deudas y

    9. leg. 1145 de la Contadura Mayor de Cuentas 1 2 poca y leg. 72 de Casas y Sitios Reales. Aprovecho para agradecera la directora del Archivo de Simancas, Mara Teresa Triguero, la valiosa ayuda prestada en la b squeda y enla facili-tacin de los documentos; y a Ignacio Ruiz, director del Archivo de la Presidencia, por la consulta de dudas paleogrfi-cas.

    10. Las grafias cambian en ocasiones, pudiendo aparecer Joanin, Juanyn, Juamnes, Sterch, Estich, Francois y Megale. Loshechos mencionados aparecen en los FF. 1-3 V. del legajo 72 de Casas y Stios Reales del Archivo General de Siman-cas.

    11. Ff. 1-24, legajo 1145 1 2.3, Contadura Mayor de Cuentas, 1 era. poca, Archivo General de Simancas.12. f. 33 V. legajo 72 de Casas y Sitios Reales del Archivo General de Simancas.13. A. G. S., Casas y Sitios Rea/es, leg. 72, ff. 14 - 19. las anotaciones en el margen que indican que fueron entregadas al

    guadajoyas de Felipe II slo aparecen en el inventario conservado en la seccin Casas y Sitios Reales, el cual slo recogefos bienes guardados en Simancas; tales anotaciones no aparecen en los inventarios de la seccin Contaduras Genera-/es, en los que se recogen los bienes de Simancas y los que el emperador se Ilev a su retiro de Yuste.

    14. A.G.S., Contadura Mayor de Cuentas poca, legajo 1145 1 9. poca, f. 24 v.15. No hay ms detalles ni especificaciones sobre los artculos subastados.

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    las disposiciones de los testamentos de su padre y abuelos, que no se haban cumplimentado; pu-diendose apartar para su hijo Felipe II, previo pago moderado, algunas joyas y tapices de valorvinculados desde antao a la Casa Real (Carlos V, 1982: 7-9):

    "Otros, mandamos que ante todas cosas, sean pagadas todas las deudas y cargos Ypara cumplimiento y execucin desto, obligamos y sometemos todos y qualesquier bie-nes nuestros, muebles, presentes y venideros, y manadarnos y es nuestra voluntad quetodos los tales bienes que dexaremos a la ora de nuestra muerte por nuestros herederoso tutores, sean luego puestos, y con efeto e hecho, librados en las manos y poder denuestros executores y testamentarios o de la mayor parte dellos, para que se cunpla sindilacin y paguen las sobredichas deudas y todo lo que somos obligado. Pero queremosy ordenamos, que las piedras preciosas, joyas de valor y tapicera rica y otras cosasque se hallaren en nuestros bienes muebles, en especial algunas joyas y cosas ancianas,que ayan sido de nuestros abuelos y visabuelos, querindolas el principe don Felipe,nuestro hijo o nuestro heredero, le sean dadas y las pueda tomar a un precio moderadoa arbitrio de mis testamentarios, con que sea obligado que dentro de dos aos, dar enmanos dellos el valor en que as fueren apreciadas dichas cosas."

    En el codicilo de su testamento, al hablar de un cuadro de Tiziano, Carlos V dice que esten manos de "Jannin Sterck, que sirve en el oficio de mi guardajoyas .... Se trata de Juanin Esterchque recopil todos los bienes del emperador y se encarg de su venta en almoneda.

    En resumen, las joyas de las indias no fueron entregadas al guardajoyas del rey ya que ca-recen de la firma del escribano al margen, por lo que cabra suponer que fueron vendidas en almo-neda. Exceptuando un cuadro de plumas con la adoracin de los tres reyes magos, ya que los dosbarriles que contenian porcelana, como alguna que otra pieza que figura en la relacin, no pare-cen ser de procedencia americana.

    Sin embargo, sabemos que, al menos, algunas subastas se celebraron en 1 561 y 1562en Madrid, mientras que fue en el mismo lugar pero el 10 de agosto de 1565 cuando JuaninEsterch no hizo entrega al guardajoyas del rey Felipe II, Gil Sanchez de Bazn, de la mayorade los objetos del inventario (los que no tenan en el margen izquierdo la indicacin de entrega-dos o la firma del escribano). Pue sucedi entonces?. Los bienes de Simancas haban viajadohacia Madrid en 1961. Porqu ese vaco documental hasta 1565 en que parece que los obje-tos incas volvieron a quedarse en manos de Juanin Esterch que, como guardajoyas de Carlos V,era el que se encargaba de la liquidacin testamentaria de sus bienes?. 1-labra que deducirque, al no ser recibidos por Gil Sanchez de Bazn y quedarse en manos de Esterch fueron ven-didas?. O, tan slo que continuaron temporalmente en manos del guardajoyas del difunto em-perador?.

    Pue pas con las Joyas de las Indias?. El documento slo dice que el guardajoyas delrey no las recibi en 1565, mientras que s acept las obras de arte que tambin figuran en elmismo inventario. jueron finalmente vendidas para pagar las deudas de Carlos V o fueron pos-teriormente rescatadas por Felipe II?. Hay que recordar que este monarca fue un conocedor dediferentes artes y uno de los mayores coleccionistas de obras de arte, armas y otras curiosidadesde su poca, al igual que el resto de los reyes de la casa de Austria, reuniendo entre todos elloslas mejores colecciones de todo gnero de Europa. Colecciones que en su gran mayora perecie-

    16. Sin embargo, stas forman hoy el n cleo del Museo del Prado o de la Real Armera.

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    ron en los incendios de los Reales Alczares, sobre todo en la primera mitad del siglo XVIII, con-servandose hoy en da un n mero muy reducido de ellas hs . Bernal (1979:121) proporciona unescueto dato que nos puede arrojar alguna luz sobre lo sucedido con la coleccin peruana de Si-mancas; ste cuenta como, en 1667, un agregado de la embajada francesa en Madrid escribaque en Palacio haba:

    ... un tesoro de todo lo que las Indias producen de ms precioso. Quiero mencionar lostapices de corteza de arboles, trajes de Moctezuma y de los Ingas del Per , cajas extra-as formas, espejos de piedra, cortinas de lecho hechas de plumas ... hara falta pasar-se todo un dia si se pretendiera contemplarlos con detalle".

    Los trajes de los "Ingas del Per" o las "cajas de extraas formas" que haba en Palacio, oincluso los espejos, parecen estar tan de acuerdo con los objetos descritos por los inventarios de Si-mancas y Bruselas, que podra pensarse que, al final, la coleccin qued en poder del Rey; aunqueposteriormente pereciese en los incendios de Palacio, ya que ninguna de los objetos descritos en losinventarios ha Ilegado hasta nuestros das.

    SOBRE LOS ORIGENES DE LA COLECCION: SU NO RELACION CON EL RESCATE DE ATAHUAL-PA Y DESTINO DEL RESCATE.

    Queda, ahora, por analizar el tipo de piezas consignadas en los inventarios y la razn porla que fueron remitidas al emperador y conservadas en Espaa 17 para mas tarde ver cuando pu-dieron Ilegar y quien las pudo enviar.

    Los numerosos cronistas que narran la conquista del Per describieron con muchos porme-nores tanto las riquezas que tenan los incas como algunas piezas de oro y plata que fueron envia-das a Espaa formando parte del botn correspondiente al rey y que, por su tamao o forma, nofueron fundidas para que pudiesen ser contempladas. Los diversos autores, todos de este siglo, quehan tratado sobre estos objetos han supuesto que, por ser tesoros, fueron conservados por la Coro-na, atribuyndoles, sobre el econmico, un valor adicional (que nunca tuvieron en la poca) deobras de arte, suntuarias o de inters cultural ' 8 . Las descripciones de los cronistas al narrar la con-quista del Per son tan reales y vvidas, y reflejan de tal Forma los sucesos, el esfuerzo y el deslum-bramiento de los conquistadores, que es difcil, incluso para el estudioso, substraerse a la emocinpor los hechos, al encandilamiento por los tesoros (posiblemente realzados por los conquistadoresque eran soldados de fortuna) y a la curiosidad por el destino final de aquellos objetos que los cro-nistas descubrieron camino de Espaa o Ilegando al puerto de Sevilla destino a la Corte. Es imposi-ble, a n para el investigador, pensar que el rey no acogiese tambin maravillado aquellas grandesvasijas de oro (cuya factura y a juzgar por los objetos similares que hoy conocemos, deba ser toscapara el gusto de entonces) y las guardase en sus palacios. Por lo tanto muchos han supuesto, de

    17. No todas las colecciones americanas se quedaron en la pennsula: Carlos V se Ilev consigo a los Paises Bajos el primerenvo que hizo Hernn Corts con los objetos que le habia regalado Moctezuma antes de iniciar la conquista de Mxico,ya que cuando el rey recibi la remesa estaba de camino y los objetos despertaron tal curiosidad que los fue enseandoen las principales ciudades donde se detuvo. En Bruselas fueron pblicamente expuestos y, en 1523, regal al menosuna parte a su ta Margarita de Austria, regente de los Paises Bajos, conservandose el inventario de esta donacin en laBilplioteca Nacional de Paris (Laurent, 1992: 39-40 y 61-62).

    18. La consideracin de lo que era una obra de arte era entonces ms restringida que la de hoy en da, no soliendo valorar-se como artsticos los objetos suntuarios, los cuales, al tener un valor de uso u omamental y responder al gusto y modadel momento, solan tener un caracter ms efmero. El concepto de inters cultural es un valor de nuestro sigTo.

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    manera ms o menos explcita o subliminal 19 , que se conservaron, suponiendo que que todavapuedan aparecer.

    Sin embargo, adelanto que esto no fue as: Los objetos descritos por conquistadores y cro-nistas no coinciden con los descritos en los inventarios de Bruselas y Simancas, que son los nicosdocumentos del siglo XVI en los aparecen materiales peruanos. Ms adelante veremos, que pascon las piezas que tanto impresionaron a los conquistadores y cronistas y a sus lectores. Por consi-guiente, antes de estudiar los objetos peruanos de estos inventarios, habra que examinar c alesfueron los objetos que, seg n los cronistas, se recogieron durante la conquista y cuales de ellos fue-ron enviados a Espaa, con el objeto de comprobar si pudieran ser los mismos.

    Tras la captura de Atahualpa en Cajamarca, en noviembre de 1532, tomaron de su cam-pamento hombres, mujeres, "ovelas" (Ilamas), oro, plata, ropas y catorce esmeraldas; adems "eloro y la plata en piezas monstruosas y platos grandes y pequeos, y cntaros y ollas y braseros ycopones grandes y pequeos, y otras piezas diversas. Atabalipa dijo que todo esto era vajilla de suservicio, y que sus indios que haban huido haban Ilevado otra mucha cuantidad." (Xerez,1985:115). Cieza (1986:159) confirma en el captulo XLV los hechos, aadiendo que se trataba decaciques y seoras del linaje real y especificando en el captulo XLXVI que la ropa se desperdici.

    En Mura (1987:204) encontramos el origen de las riquezas que atesoraba Atahualpa ensu real: Se trataba de "toda la vajilla que haba en el Cuzco y todos los cntaros de oro, ollas,aquellas que son tazas en que los indios beben, y las ms ricas piezas que se hallaron de plata yoro, y todo cuanto pudieron haber de las manos de cosas ricas que haban sido de Tupa Ynga Yu-panqui 20 y de Huascar Ynga, que fue de grandsima riqueza y valor, la cual se hall despus enCaxa Marca, cuando los espaoles prendieron a Atao Hualpa, sin la que los seores curacas de lasprovincias le enviaron presentadas, que tambin fue de mucha estima y precio." Cieza (1986:166)aade que adems de matar a muchos partidarios de Huascar y hacerle a ste prisionero, "robgrandes tesoros, tanto que sac ms de cuatrocientas cargas de metal de oro y plata".

    Tras prometer Atahualpa a Pizarro un gran rescate en oro y plata, mand mensajeros a Cuzco,a quienes acompaaron tres soldados espaoles, pidiendo que les diesen oro "sin que se tomase nadadel servicio de los incas sus padres, ni de sus sepulturas, sino slo del templo (el Coricancha) y de lo quetuviese por suyo Guascar (su hermano y rival)..." (Cieza, 1986:169). Mur a (1987:211-212) cuenta losmismos hechos aadiendo el envo de otro pequeo destacamento de espaoles e indgenas al santua-rio de Pachacmac para que "tomasen las riquezas que all haba y se las trajesen a Cajamarca".

    En julio de 1533, se fundi y reparti el conocido como rescate de Atahualpa 21 , que cons-taba del rescate propiamente dicho junto con las riquezas de los santuarios de Cuzco y Pachac-

    19. Desde Pereyra en su volumen sobre los tesoros de Atahualpa (s.a.) hasta el mismo Laurent (1992:49), cuyas indagacio-nes buscando el paradero del rescate de Atahualpa (ya que l pensaba que los objetos del indito inventario en Bruselasformaban parte del rescate) le Ilevaron a contactar conmigo, despertando en m un inters que me ha Ilevado hasta elpresente trabajo.

    20. Inca abuelo de Atahualpa cuya momia hizo previamente quemar ya que, al ser alpuelo por parte de padre y madre desu medio hermano y rival Huscar, le daba a ste una mayor legitimidad, ya que el propio Atahualpa slo era nieto delfnca Tpac Yupanqui por parte de padre.

    21. Segn se deduce de la narracin de Pedro Sancho (1962: 13-14), los tesoros se debieron repartir en dos ocasiones yenviar tambin en dos veces los quintos reales; ya que los bienes procendentes de Cuzco, entre los que figuraba el esca-o de oro de Viracocha, Ilegaron pocos dias despus de que Hernando Pizarro hubiese partido para Espaa con los re-galos al emperador. Los dems cronistas hablan de la remisin de los quintos y piezas, pero sin entrar en detalles, aun-que casi todos incluyen en ella este escao. Es probable que la segunda parte del tesoro alcanzase a Pizarro en la costao en alguna escala de la travesa, ya que hubo varios barcos de regreso que Ilegaron en diferentes das, como luego ve-remos.

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  • LOS INVENTARIOS DE OBJETOS INAS PERTENECIENJES A CARLOS V:ESTUDIO SOBRE LA COLECCION, TRADUCCION Y TRASCRIPCION DE LOS DOCUMENTOS

    mac (los ms importantes del Per incaico) y de la vajilla preciosa que Atahualpa tena en su cam-pamento, que proceda de los tesoros arrebatados a su abuelo Tpac Inca Yupanqui y a su herma-no Huscar ". No se debieron fundir tantas piezas como es fama. Seg n estima Fernndez deOviedo (t. IV, 1855:201) "... yo tengo por cierto que lo menos del oro se fundi en Caxamalca; tengo la opinin que lo que se quiso decir fue que se quilat no se fundi". ste cronista, que sedocument por los protagonistas, cuenta cmo un joven conquistador que volvi a Espaa con Her-nando Pizarro en 1533 tras el reparto de Cajamarca y antes de la entrada en Cuzco, Ilevaba doscntaros de oro con sus tapas, cada uno de de ellos de cuatro palmos de alto y de ms de diez dedimetro con una cabda de seis arrobas de agua y ms de tres mil quinientos pesos de peso, mu-chos copones de oro ms o menos fino, una gran olla de plata con una cabida de una arroba deagua, muchas otras cosas de oro y plata y camisas y mantas peruanas de labor fina 23 La mismanao "yba Ilena de tales e muy mayores tinaxas de oro y otras piecas de mucha admiracin" y "to-do ello se vido en Espaa y es p blico en el mundo, no se aver visto ni escripto otra cosa seme-jante" (Fernndez Oviedo, 1855: 214).

    En efecto, adems de las piezas que Ilevaron consigo los conquistadores que decidieron re-tirarse tras esta primera etapa de la conquista, y del quinto real del botn con "la joya del escao"(Cieza, 1986: 184), iba a Espaa un "servicio rico" como regalo al emperador (Cieza, 1986:176). Habase acordado "embiar a Hernado Pizarro (hermano del conquistador de Per , Francis-co) a dar noticia a Su Majestad del prspero sucesso que en su buena ventura hava havido seescogi las piecas ms abultadas y vistosas, para que fuesen tenidas en ms en Espaa. Y assi tra-xo muchas tinajas y braseros y atambores y carneros, figuras de hombres y mujeres, con que hin-chi el peso y valor arriba dicho, y con ello se fue a embarcar..." (Garcilaso -citando a Zrate-,1944: 92). El escao donde estaba la momia de un difunto Inca fue la pieza que ms debi sor-prender a los conquistadores, ya que muchos lo mencionan; los espaoles que vinieron de Cuzco"del pueblo de Urcos de la guaca de Viracocha trujeron muchas vasijas de oro y trujeron un esca-o de oro en que estaba sentado el bulto del Viracocha y como fuese junto todo el oro y plata quepudieron juntar tom el Marqus (Francisco Pizarro) el escao de oro por joya de capitn generaly sac de all los quintos que a su majestad le pertenecan " (Betanzos, 1987: 290). Seg n Xerez(1985: 152), lo que confirma Fernndez de Oviedo (1855: 202), adems del asiento, que pesocho arrobas de oro, se trajeron de Cuzco, aparentemente del templo, "algunas pajas (mazorcasde maiz desconocidas en Europa) hechas de oro macizo con su espeguita hecha al cabo, propiacomo nasce en el campo" y "otras fuentes grandes con sus caos corriendo agua, en un lago hechoen la mesma Fuente, donde hay aves hechas de diversas maneras, y hombres sacando agua de lafuente, todo hecho de oro" 24 ; aunque no especifica si estas piezas se fundieron o remitieron ente-ras. Ruiz de Arce (1964: 96) describe otras piezas: "Y, recogido el oro de ella (del Cuzco para elrescate de Atahualpa cuando todava Pizarro estaba en Cajamarca) de all enviamos cien mil cas-

    22. Cada soberano Inca acumulalpa su propio tesoro y dems bienes, conservandolos tras su muerte. De su mantenimiento ydel de sus bienes raices se ocupaban, fundamentalmente, los descendientes directos del Inca muerto (por lo que los teso-ros de Tpac Yupanqui no slo fueron arrebatados a su momia, sino tambin a su clan familiar); se exceptuaba el nuevoInca, el cual deba conseguir sus propios bienes. De manera que cada nuevo Inca heredaba casi exclusivamente el Esta-do; es decir, la legitimidad del acceso al poder y a nuevas riquezas. De ah el significado poltico y simblico, ilegtimo yheterodoxo a los ojos de los propios incas, del tesoro reunicfo por Atahualpa (y que tan poco le dur; lo que, seg n lamentalidad providencialista de los espaoles y de la nobleza Inca Fue un lgico castigo por haber alterado el orden esta-blecido). Y de ah tambin el escaso significado poltico del tesoro de Atahualpa induso a los ojos de los propios espa-oles y del propio Carlos V;.y, en contraste, el significado de legitimidad (como luego veremos) de la coleccin de Si-mancas, razn por Ia cual debi conservarse.

    23. Es la nica noticia escrita que indica que se Ilevasen tejidos peruanos a Espaa, ya que las dems referencias o no dicennada o hablan de como se destruyeron o deshecharon.

    24. Se trata de una pajcha o vasija ritual para libaciones.

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  • Paz Cabello

    tellanos al Emperador, en piezas y en cntaros y ollas y vasos, y dos costales de oro Y le envia-

    mos dos atabales de oro".

    El 5 de diciembre de 1533 Ilegaron al puerto de Sevilla cuatro naos con parte del tesoro. El9 de enero de 1534 arrib otra, la Santa Mara del Campo, en la que iba Hernando Pizarro. Xe-rez, secretario de Francisco Pizarro, cuenta que, adems de importantes cantidades de oro y plata(no hay ms indicaiones que el peso, sin especificar si estaban en piezas o fundidos) de particularesy de los quintos reales y presentes al emperador, "trujo esta nao (Santa Mara del Campo) para sumajestad treinta y ocho vasijas de oro y cuarenta y ocho de plata entre las cuales haba un guilade plata que cabrn en su cuerpo dos cntaros de agua, y dos ollas grandes, unas de oro y otrade plata, que en cada una cabr una vaca despedazada. Y dos costales de oro, que cabr cadauno dos hanegas de trigo, y un dolo de oro del tamao de un nio de cuatro aos, y dos atambo-res pequeos. Las otras vasijas eran cntaros de oro y plata, que en cada uno cabrn dos arrobasy ms. Item en esta nao trujeron, de pasajeros, veinticuatro cntaros de plata y cuatro de oro. Estetesoro fue descargado en el muelle y Ilevado a la casa de la Contratacin, las vasijas a cargas, y lorestante en ventisiete cajas, que un par de bueyes Ilevaban dos cajas en una carreta." (Xerez,1985: 158-159).

    En resumen, los soldados licenciados se Ilevaron a Espaa numerosa vajilla de oro y plata.Y se remiti al emperador un escao, dos tambores y un dolo, todos de oro, cuantiosa vajilla deoro y plata y objetos no especificados entre los que pudieran estar la representacin en oro de ma-zorcas y fuentes con Figuras.

    Hernado Pizarro "entr en Sevilla con todo el tesoro. Desasoseg a toda Espaa esta nuevaporque sonaba por toda ella que la Contratacin estaba Ilena de tinajas y de cntaros de oro y deotras piezas admirables y de gran peso. Hzose luego correo al emperador, de estas cosas. Supola nueva en Calatayud, cerca de Zaragoza, en el reino de Aragn porque haba ido a tener Cortesen Monzn. Antes de esto, haba venido a su majestad nueva de lo del Per por va de Nicaragua,ms ahora se supo ms bastantemente y mand que Hernando Pizarro viniese a Toledo donde sumajestad vio muchas de aquellas piezas tan grandes y ricas que le traan de los quintos. Informsede las cosas de aquella tierra Mand al aposentador que lo aposentase en la ciudad ..." (Cieza,1986:267). El emperador hizo a Hernado caballero de Santiago. "Habiase pasado la corte a Va-Iladolid, de donde Hernando Pizarro se parti para su tierra ... (Cieza, 1986: 269). Los cronistasde Indias no proporcionan ms datos, por lo que es fcil que cualquier americanista, cuyas fuenteshabituales son los dichos cronistas, suponga que los tesoros fueron conservados. Incluso el dato deque la corte acababa de aposentarse en Valladolid, podra hacer pensar que la coleccin guarda-da en el castillo de Simancas pudiera ser una parte de los objetos de aquellas jornadas. Pero, no essino estudiando la historia de Espaa como se encuentra el final de lo sucedido a los tesoros remiti-dos desde Per antes descritos.

    Alonso de Santa Cruz (Fernndez Alvarez, 1982: 530) en su Crnica del emperador Car-los V explica que "en este ao vinieron de la provincia del Per , en las Indias Occidentales, muchasnaos, y vino en ellas mucho oro y plata, as de Su Majestad como de particulares conquistadoresque se haban hallado en la conquista de aquella tierra y el emperador mand tornar a volver aHernando Pizarro al Per y la ida de Hernando Pizarro fue para recoger del gobernador (Fran-cisco Pizarro) y de Diego de Almagro y de personas particulares espaoles y de indios, comopor va de emprstito, todo el ms oro y plata que pudiese, y Su Majestad mand labrar en Sevillamucha moneda de reales y ducados con las armas acostumbradas que se solan poner en tiempodel rey don Fernando". Este oro, deca el emperador, "pues el Seor lo da, y yo no lo quiero sinopara su servicio en esta guerra de Africa" (Fernndez Alvarez, 1982: 531). Se trataba de la guerra

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    contra Tnez y los piratas berberiscos, empresa que cont con gran respaldo popular, en la queCarlos V emple la mayora del oro y plata que, Ilegados en esas fechas provenientes de las Indias,pertenecan a la Corona.

    Para sufragar la muy costosa campaa de T nez debi, adems, recurrir a un fuerte prs-tamo (el emprstito a espaoles e indios que menciona Santa Cruz) del clero, rdenes militares,Mesta y particulares, entre los que se contaron conquistadores del Per que acababan de regresara Espaa, como fue el caso del soldado y autor de una crnica que cito, Juan Ruiz de Arce, el cualentreg lo que haba trado, proveniente del reparto de Cajamarca, a cambio de una pensin. Elsecretario de Francisco Pizarro, Pedro Sancho (1962: 14) fue el nico cronista de Judios esboz eldestino del tesoro reunido en Cajamarca: "... los cien mil pesos restantes y los cinco mil marcos deplata los Ilev Hernando Pizarro para ayuda de los gastos que Su Magestad Cesrea haca .... Elresto de los ingresos americanos de estas fechas los emple Carlos V en sufragar los gastos de de-fensa de los Paises Bajos contra un posible ataque francs, en la reparacin de fortificaciones espa-olas del norte y en gastos de la corte. En Barcelona se concentraron las Fuerzas y, desde all, elembajador espaol Salinas escribi en una carta de mayo de 1533: "Ha ordenado (el emperador)de venir en esta cibdad (Barcelona) los monederos de todos sus reinos y hecho traer el oro y la pla-ta de las Indias, para que aqu se labre por escudos, y desta moneda ser provea y servido. Aquse han trado las tinajas del oro y plata para ser labrada en moneda. Al vulgo dicen gran n mero,pero al mi creer no pasar la valor presente de quinientos mil escudos. Creo ser provedo en loque viniere adelante, lo cual se espera en gran cantidad ..."(Fernndez Alvarez, 1982: 531-532).

    ANALISIS DE LA COLECCION DE SIMANCAS

    En realidad no parece que hayamos Ilegado muy lejos: Si bien hemos comprobado que,contra lo com nmente estimado, la parte ms notable de los tesoros peruanos fueron salvados porlos conquistadores de la fundicin y Ilevados enteros a Espaa, stos acabaron de todas formas enel horno de fundido 25 . Pero se nos plantean entonces las preguntas de cundo y porqu motivo seform y envi la coleccin de Simancas, y porqu fue sta conservada. Para poderlas contestar, ydado que no consta la fecha de remisin, debemos revisar su contenido. Y despus estudiar los he-chos acaecidos entre finales de 1533 (despus de que Pizarro saliese de Cajamarca tras haber en-viado el famoso y ya mencionado botn) y principios de 1543, fecha en que el emperador sali deEspaa seg n indica el propio encabezamiento del documento de 1545.

    El inventario de Bruselas indica que son joyas de las Indias, procedentes de la isla del Per .Mientras que el de Simancas, el ttulo no especifica el lugar de las Indias, aunque en el tercer asien-to de la lista se habla de unos zapatos del Per . Ateniendose slo a la descripcin, algunos de losobjetos confirman el origen peruano, como es el caso de los que aparecen en los primeros asientosy los que ya analizaremos; mientras que otros presentan caractersticas comunes tanto a Mxicocomo a Per ; ya que las mantas y rodelas de plumas con adornos de oro o los collares o algunosadornos de oro con motivos animales o los objetos de piedra verde son comunes en ambas zonas.

    25. Lo mismo delai suceder con los objetos procedentes del botn de Cuzco, tomado en octubre de 1533 cuando, tras dejarCajamarca, Pizarro se entra en la capital inca. los cronistas tambin nos describen objetos, la mayora del Coricancha,o principal templo del Sol inca, consistentes en esculturas en oro de Ilamas y pastores que adornaban el jardn, de divini-dades y otros objetos como vajilla y otro escao de oro (Cieza, 1986:236; Ruiz de Arce, 1964:107; Sancho, 1962: 76).Lo ms probables es que estas piezas tuvieran el mismo destino que las de Cajamarca e, incluso que se confundiesen ala hora de referirse a ellas, ya que eran en todo similares y se obtuvieron con escasas fechas de ciiferencia; debiendo Ile-gar tambin a Espaa en la misma poca. Recordemos, tambin como Hemando Pizarro regres rpidamente a Per con el encargo de obtener emprstitos (a modo de la actual deuda p blica) para las campaas del emperador tanto deindgenas como de espaoles.

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  • Paz Cabello

    Pero, como no podemos hoy apreciar su factura, sino atenernos a lo que los documentos dicen so-bre su procedencia, debemos dar, en principio, por buena su adscripcin peruana con las dudas yexcepciones e intrusiones de que los propios textos se derivan y que al final analizaremos. En lneasgenerales, y salvando las excepciones ya anotadas, la coleccin consta de vestidos con oro y plu-mas y algunos de plumas; de collares y otros adornos personales de oro y piedras; de figuras di-versas de lo mismo algunas de las cuales podran ser adornos o parte de stos; de espadas y rode-las; de cajas y de piezas diversas. Los vestidos, adornos, Figuras y rodelas parece ser demanufactura exclusivamente indgena, mientras que alg n que otro objeto parecen ser de manufac-tura europea o una copia de ella. Se perfila, por lo tanto, un n cleo mayoritario que parece ser in-dgena, bastantes de cuyas piezas parecen confirmar su procedencia peruana, como los vestidos omuchos de los adornos de oro y piedras. Voy, en primer lugar a refererirme a ellas.

    Este n cleo indgena, cuyos lmites, a primera vista, son algo imprecisos, parece tener unaunidad: son ricas piezas de vestuario y adorno y otras aparentemente relacionadas con el uso per-sonal, que debieron haber sido hechas para un personaje masculino de la lite. Las once camisas 26que se describen son de gran riqueza, conferida por el uso de las plumas de colores y el oro; comotambin lo son el manto y dos vestidos de plumas amarillas con adornos de oro el manto de plumaspardas ya deteriorado, los abanicos y plumajes (sin especificar su forma o uso) que aparecen al fi-nal del inventario. Hay que destacar de manera especial el vestido con mangas tejido con hilo deoro con el cuello de plumas, que los inventarios denominan jubn o cota de malla de oro. De lasonce camisas de tela con adornos de plumas y oro que forman una clara unidad con su lienzo deenvoltorio, ocho tienen como motivos decorativos cruces (hay que leer a la vez ambos inventarioscuyas descripciones que son complementarias) que parecen estar inscritas en cuadrados, o bienflanqueadas por stos. La combinacin de colores y figuras geomtricas es un motivo decorativoIlamado tocapu, que se da slo en poca inca Ilamado, que suele aparecer en grupos. Los tocapus,todava mal conocidos, parecen tener un contenido simblico a modo de pictografas relacionadoscon los linajes incaicos o, dicho de otra manera, parecen tener un cierto contenido herldico. Sesabe que en las ceremonias de iniciacin de los jvenes de la nobleza de sangre Inca, el color y losadornos de los vestidos estaban relacionados con los acontecimientos de los ayllu o linajes reales alos que stos pertenecan; estando los vestidos adornados con oro, plata y plumas especialmenteasociados a los militares y la guerra, adems del culto a las divinidades y los antepasados (Murra,1978: 125-128). En el antiguo Per , los tejidos de calidad servan, adems, como tributos y seofrecan como smbolo de vasallaje; el soberano, a su vez, los daba como recompensa, y su inter-cambio Formaba par-te de las negociaciones diplomticas y militares.

    El primer asiento de los inventarios es una caja de oro y plata con una figura masculina yotra femenina "semejantes al seor soberano y su dama de la provincia del Per

    y una halabardaseg n la moda del pas". Se trata de las tpicas Figuras votivas incaicas, la masculina con los lbu-los de las orejas horadados y colgantes hasta los hombros, deformacin usada por el Inca y la altanobleza de sangre; mientras que la "halabarda" o hacha de filo curvo es una insignia del Inca o deuna alta jerarqua Familiar directo del Inca. El oro y la plata de la caja simbolizan, respectivamente,el sol y la luna, hombre o principio masculino y mujer o principio femenino, que refuerzan el con-tenido de la caja: las figurillas del Inca y de su mujer la Coya que gobiernan el mundo y lo mantie-nen. Estas piezas parecen calificar a las dems e indicarnos que estamos ante las prendas que pu-diera vestir un Inca. Parece tambin tener el mismo significado la bandera o pabelln de tafetnverde con franjas amarillas, azules y blancas con una macana dorada en lo alto, ya que otros de

    26. Se trata de tnicas masculinas con forma de poncho con o sin mangas con un largo similar al de las camisas, denomino-das uncu, que se usaban junto con un taparrabos y una manta utilizada a modo de manto.

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    los smbolos propios del Inca (Cobo, 1964: 139) eran una bandera rgida y el rompecabezas, ge-neralmente en forma de estrella 27.

    La pieza central del mencionado n cleo y de toda la coleccin es "una corona verde conuna manera de plumaje" seg n el inventario de Simancas. El de Bruselas es ms explcito: "una co-rona de lana verde tejida con un plumero de lana como de franjas rojas; la dicha corona estaba enel casco que tena el seor soberano de la provincia". Se trata del Ilauto, o diadema con que el so-berano cea su cabeza, con la mascapaicha o borla de lana roja que, sujeta al Ilauto, colgaba so-bre la frente del Inca. La mascapaicha era el smbolo de la soberana inca y slo el Inca poda Ile-varla tras haber sido reconocido como soberano por la nobleza en Cuzco, ya "que entre ellos escorona, que trae el que es seor del seoro del Cuzco" (Xerez, 1985: 157). "La borla se decamaxcapaicha; era colorada de lana finsima, ancha de cuatro dedos y gruesa uno; traiala cosidaen el Ilauto y colgada en medio de la frente, y Ilegbale hasta las cejas; estaba esta borla de la mi-tad para arriba metida muy sutilmente por unos cautillos de oro, y la lana que entraba en ellos erahilada y torcida; y de los cautillos abajo, que era lo que caa en la frente, destorcida y por hilar."(Cobo, 1964: 139). Los espaoles se enteraron inmediatamente de su importancia; tanto es as quetodos los cronistas, historiadores o soldados que dejaron sus memorias, cuentan como Atahualpa laIlevaba, aunque en realidad ste no tena derecho a usarla ya que no haba sido reconocido comoInca por la nobleza cuzquea y en ese momento todava viva su rival y legtimo Inca, Huscar.Atahualpa, "en la frente Ilevaba puesta su borla de lana colorada finsima, que era la insignia real... (Mura, 1987: 208). "... Tenia en la frente una borla de lana que pareca seda, de color decarmes, de anchor de dos manos, asida a la cabeza con sus cordones, que le bajaba hasta losojos; la cual le haca mucho ms grave de lo que l es." (Xerez, 1985:106). Tan conocido era susignificado que el soldado Miguel Estete tuvo la presencia de nimo de recoger y guardar la cinta yla borla que se le cay a Atahualpa en el forcejeo que ambos mantuvieron en el momento en el queel Inca Fue capturado en la batalla de Cajamarca.

    El destino final de la mascapaicha de Atahualpa ilustra un aspecto que nunca se trata y queimporta para entender la presencia de la borla roja en Simancas. Estete guard la borla deAtahualpa hasta el 1557, en que se la di al Inca Sairi T pac, cuando ste, deponiendo las armas,sali de su refugio de Vilcabamba y Fue reconocido como Inca vasallo del rey espaol, pensandoque as restitua la corona a su legtimo sucesor. Sin embargo, cuenta Garcilaso de la Vega el Incacuya madre perteneca a la familia real incaica, como a Sairi T pac le contrari la restitucin deuna borla que haba pertenecido al usurpador Atahualpa, asesino de tantos miembros de la Familiareal (Garcilaso, 1944: 76). Esta casi ancdota indica que la mascapaicha de la coleccin de CarlosV no pudo haber pertenecido a Atahualpa; y que, si bien la borla roja era la mxima insignia delInca, no exista una nica mascapaicha como suceda con la corona de los reyes europeos, pudien-do disponer el Inca de numerosas borlas.

    Completan el ncleo indgena una serie de objetos varios entre los que destacan los ador-nos personales de oro y piedras verdes, consideradas como preciosas, que se solan usar en grannmero, consistentes en collares, pectorales, orejeras, brazaletes y, probablemente tambin los dis-cos y figuras de diversas formas que deban complementar los vestidos; al igual que las dos pelucaso los zapatos, especie de sandalias Ilamdas ojotas. Los Ilamados espejos (que podran correspon-

    27. Debe entenderse tafetn, no en su hoy ms conocida acepcin de un tejido de seda, desconocida en el Per incaico, sinoen sus significados de bandera o de tela reculpierta por una sustancia aglutinante que le da una especial rigidez. La ma-cana, mancand en los documentos, es un rompecabezas generalmente en Forma de estrella. La iconografia inca deltiempo de la conquista y posterior suele dibujar al Inca con el palo estandarte rematado por un rompecabezas de estetipo.

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  • Paz Cabello

    derse con unos crculos de metal con dibujos grabados y adornos que se encuentran a nivel arque-olgico) deban ser un artculo de lujo, ya que aparecen entre los objetos suntuarios que Ilevaba unnavo indgena que los espaoles encontraron cerca de Tumbez cuando se estaban acercando a lacosta del Per , antes de iniciar su conquista; "espejos goarnecidos de la dicha plata" cuenta Sma-no (1985: 179-180). Los abanicos, las seis rodelas y las tres espadas de las indias completaran elncleo; aunque algunos de los adornos, las espadas y puede que las rodelas, si nos atenemos soa las descripciones, pudieran tener tanto un origen peuano como mexicano 28.

    PERTENECIA DE LA COLECCION A UN INCA Y RAZONES DE SU ENVIO A CARLOS V

    Parece evidente que el ncleo indgena est formado por los vestidos, adornos y smbolosde un Inca, independientemente de que alguna de las piezas pudiera o no ser una intrusin de otraprocedencia. Son, adems, piezas obtenidas por un espaol que deba tener la suficiente categorano slo para haberlas conseguido, sino para haberlas podido enviar al rey y, lo que es ms, queste las hubiese aceptado. Deban, tambin, tener una especial significacin como para que el an-nimo conquistador espaol las remitiese al rey seleccionandolas de entre una inimaginable abun-dancia de ricos vestidos, mantas, plumera, armas y otros muchos bienes que, seg n todos los cro-nistas, Ilenaban los numerosos almacenes incaicos y que fueron entonces desechados. Esta especialsignificacin tambin debieron conferrsela tanto el emperador como su guardajoyas, ya que la co-leccin fue guardada entre los bienes a cargo de este ltimo. Significado que debi perderse, se-g n se desprende del inventario de Bruselas, con la muerte de Pierre de Corteville, el guardajoyasque recibin la coleccin aunque sin inventariarla, y con el fallecimiento del propio emperador. Yahemos visto cmo no es una parte de los tesoros de Atahualpa y cmo la fecha de recogida y envodebe ir entre septiembre de 1533, fecha en que Pizarro sali con sus tropas de Cajamarca caminode Cuzco, y 1543 o incluso 1545, fechas de la salida de Espaa del emperador y del inventario deBruselas respectivamente. Veamos, pus, los hechos acaecidos en esos aos que tuviesen una rele-vancia especial para la Corona y que estuviesen relacionados con alg n Inca.

    Hernado Pizarro haba salido para Espaa con los quintos y presentes del botn; desde suprisin Atahualpa haba mandado matar a su rival y legtimo Inca, Huscar. El 26 de julio de 1533Francisco Pizarro haba ordenado la ejecucin de Atahualpa, nombrando luego como sucesor deste a su hermano Topa Inca que jur vasallaje a Carlos V. A primeros de de septiembre sali Piza-rro para Cuzco; en el camino muri Topa que haba pertenecido al partido de Atahualpa. Tras pre-guntar Pizarro a las autoridades indgenas que a quien queran como soberano y encontrase con ladivergencia entre los partidarios de Atahualpa y de Huscar, se inclin por estos ltimos, cuyo pre-tendiente, Manco Cpac o Manco Inca, era el legtimo heredero de la dinasta Inca y, cuyo recono-cimiento por los seores indgenas, facilitaba el sometimiento de todos ellos al reconocer el Inca aCarlos V como emperador. Pid Pizarro que hiciesen venir de Cuzco a Manco, hijo del Inca Huai-na Cpac y hermano de H ascar Inca, que haba estado siempre hudo 29 , perseguido por los parti-darios de Atahualpa. Cuando Pizarro estaba a las puertas de Cuzco, capital del imperio incaico,

    28. Entre los aztecas las espadas de madera con filos de obsidiana eran un arma com n, mientras no se usaban en el antiguoPeru; aunque, debido a la excelencia de los metal rgicos peruanos y a la eficacia mostrada por las espadas de los conquis-tadores, stas pudieron haber sido inmediatamente copiadas por los fundidores incaicos; y ms si observamos por las crni-cas cmo desde muy pronto los guerreros peruanos, siguiendo su costumbre, se hicieron con todas las ropas, armas y de-ms impedimenta de algunos destacamentos espaoles tras haber mantenido algunas escaramuzas. Se 9n se deduce de laiconoggrafa, las rodelas incaicas ms comunes eran cuadradas, mientras que las de otros reinos sometidos a los incas erancirculares como las descritas en los inventarios. Las piedras verdes, sobre todo en el caso del jade, eran ms frecuentes en elantiguo Mxico aunque se usaban tambin en los Andes, mientras que las esmeraldas y turquesas lo eran en el Per . Las fi-guras de flores y plantas y las piezas que tienen plata y oro, pudieran ms fcilmente ser peruanas.

    29. Y cuyo destino, a pesar de su sumisin inicial, iba a ser seguirlo estando, ya que pronto se alz, refugiandose en Vilcabamba.

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    Manco sali a recibirle pidiendole que le reconociese como Inca; por lo que, en vez de tocarsecon la borla colorada, que implicaba la posesin del imperio, decidi Ilevar la amarilla para que"entendiessen que era el principe heredero". (Garcilaso, 1944: 137). Y es en este momento, enque se celebr una ceremonia de ofrenda y sumisin, cuando debi originarse la coleccin guar-dada en Simancas.

    Manco Inca sali de Cuzco "con otros dos o tres orejones (nobles de sangre Inca). Y traauna manta y camiseta de algodn, amarilla." (Trujillo, 1964:139). Mur a (1987:225) describe lamisma escena aadiendo que "le dieron obediencia en nombre del Emperador don Carlos y, en se-al de paz y amistad, Manco Ynga le dio al Marqus (Francisco Pizarro) una camiseta preciossimade oro, que los Yngas vestan cuando los coronaban por reyes y les daban la borla, la cual vestidu-ra se Ilama Capac Uncu, que quiere decir camiseta rica y poderosa" 3. Debido quizs a la impor-tancia histrica y el valor simblico del momento, hay ms cronistas que narran esta escena: "Al finaquel da Ilegaron a Saquixaguana (fortaleza de Cuzco) en donde al da siguiente al padre FrayVicente con el capitn Francisco Pizarro les dise a Mago Ynga Yupanqui que lo quera ver bestidosde Guayna Capac Ynga su padre, el qual se haze mostrar y visto por el capitn Picarro y fray Vi-cente les dize que bestiera aquel bestido ms rico: al fin se besti el mismo Piarro y todos partenpara el Cuzco. Al fin el dicho Picarro y todos par-ten para el Cuzco ... (Santa Cruz, 1992:268). Enesta versin, adems de citar el Cpac Unac o "Bestido mstico", se introducen algunos detalles co-mo el que Pizarro tuviese que vestirse, en lo que parece una solemne ceremonia, con las menciona-das prendas que se dicen fueron del difunto Inca Huayna Cpac, padre del pretendiente, pudiendotratarse quizs de un simulacro de traspaso del poder en el que Pizarro asumiese la personalidadde Huaina Cpac a travs de sus atavos. Aunque la explicacin puede ser ms simple, ya que eracostumbre regalar ricos vestidos para indicar sumisin y reconocimiento ante un poder superior,por lo que los atavos entregados por Manco a Pizarro podan simbolizar el acatamiento del futuroInca Manco a Carlos V, actuando Pizarro en la ceremonia como representante del emperador.Manco slo dej de ser principe heredero una vez que, entrados en Cuzco, le fue impuesta la borlaroja en el templo del Sol en presencia de Pizarro, de las momias de los anteriores Incas, la noblezade sangre y de todos los caciques sometidosa los Incas (Garcilaso, 1944:140; Mura, 1987:229).

    Los cronistas mencionados nos hablan de diferentes vestidos, Trujillo dice que Manco vestaun manto y una camiseta o uncu de algodn amarillo; Mura cuenta que Manco regal a Pizarro elCpac uncu de oro, que tambin menciona Santa Cruz, aunque ste parece adems hablar de va-rios vestidos al usar el plural. Respecto al n mero de prendas de vestir, (exceptuamos lo adornos),hay un par de zapatos, dos tocados, once camisas ricamente adornadas y un vestido de oro quedebe ser el Cpac uncu, descrito como "jubn de malla de oro bordado con plumas" o como "unacota de malla de oro de canutillo con sus mangas y el collar de pluma amarila y colorada". Al finaldel inventario aparecen adems dos vestidos, dos manteos y un sombrero, todos de plumas 31 . Encualquier caso se observa que hay veinte prendas (diecisis tnicas y mantos, tres tocados y un cal-zado"), lo que no es raro ya que era costumbre regalar varios vestidos: Cuando H ascar fue coro-

    30. Cpac significa soberano o soberana, poder, riqueza.

    31. La inclusin al final cle estos ltimos podra deberse tanto a que perteneciesen a otro regalo o coleccin como a una sim-ple cuestin de ordenacin que hizo asentar al final del inventario las prendas hechas completamente de plumas; lo quepodra ser muy factible, ya que el vestido indgena comprenda un manto sobre la camisa o uncu.

    32. Al final de los inventarios se observa la presencia de quince camisas moriscas y "una toca contada como camisa porquelo parece". Es probable que fuese una toca morisaca: pero tambin hubiera podido ser un taparrabo incaico, ya que es-tos eran una ancha y larga tela con anchas cintas laterales en un extremo; todo lo cual, y sobre todo para aquel que noha visto un taparrabo desplegado, le da una aspecto extraiio que hace pensar primero en camisa (como tal la toma elinventario de Brusela) y luego en una toca.

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  • Paz Cabello

    nado Inca en Cuzco, Atahualpa le envi desde Quito veinte vestidos muy ricos y tejidos con oro enseal de acatamiento (Betanzos, 1987:209) 33.

    Recapitulando, Manco se present ante Pizarro como pretendiente al trono de Inca y prestacatamiento a la Corona espaola ofreciendo los atavos reales, siendo, pus, el momento en queFrancisco Pizarro tom posesin del reino en nombre de Carlos V. Por lo que los vestidos regaladospor Manco a Pizarro parecen ser la ofrenda smbolo de vasallaje de los incas, entregada justo enel momento en que el aspirante a Inca estaba reconociendo el papel arbitral del emperador parapoder ser coronado como soberano del Per . Por lo que parece lgico pensar que Pizarro, cons-ciente del valor alegrico de estos atavos, los remitiese al emperador como smbolos de la sumisindel imperio Inca. Slo as se explica el contraste entre la enorme cantidad de ricos vestidos y ador-nos que los conquistadores encontraron y desdearon y el reducido n mero de atavos y adornospersonales conservados por el rey en la fortaleza de Simancas junto con otras joyas y objetos rela-cionadas con el casa real, como las pertenecias de sus antepasados o las piezas del rey de T nez,vencido por Carlos V pocos aos despus con el oro peruano.

    Debido a que Manco Inca vesta la borla amarilla, exclusivamente usada por el principeheredero, cabe preguntarse si la borla roja que aparece en el inventario de Simancas la IlevabaManco consigo junto con el resto de los atavos e insignias de la realeza que Pizarro luego le iba aconceder; o si bien se trataba de la borla que haba usado Topa Inca tres meses antes en su coro-nacin. Pero, debido a la costumbre de enterrar a los Incas con todas sus pertenecias y a la escasalegitimidad que Topa tena, y a que su coronacin no se haba celebrado con los requisitos debi-dos, es poco probable que Pizarro conservase ms smbolo de autoridad y sumisin que los deManco Inca. Cabra tambin preguntarse si los adornos de piedras y metales preciosos y los demsobjetos suntuarios, las espadas y rodelas pudieron formar parte de la que ya identifico como ofren-da de Manco Inca a Carlos V a travs de Pizarro. Es probable que formasen parte del atavo, so-bre todo aquellas piezas cuya descripcin permite identificarlas como incaicas o las que son clarossmbolos de realeza o poder en el antiguo Per . Quedara la duda de si los restantes objetos for-maban parte de la misma ofrenda o haban sido reunidos con otros motivos en diferentes momen-tos; esto ltimo parece probable ya que algunas piezas parecen tener la suficiente influencia euro-pea como para haber necesitado alg n poco ms de tiempo para su fabricacin. En cualquiercaso, lo que s parece es que el grueso de la coleccin peruana guardada en Simancas debi estarconstituda por la ofrenda de Manco Inca, razn por la cual se conserv e inventari repetidas veces.

    Si aceptamos la tesis de que al menos el n cleo principal de la coleccin de Simancas esta-ba en relacin con un Inca y que ste deba ser Manco, alguna pieza que no comentada, como lamazorca de oro, podra adquirir alg n significado. Es bien sabido que en el Coricancha, el templodel sol de Cuzco, haba un jardn con frutos, animales y pastores hechos en oro, as como otro no-table escao de oro y figuras humanas del mismo metal, no habiendo noticia de que se conservaseo envase al rey ninguna de estas piezas; tambin se sabe como se reproducan, generalmente enpiedra o madera, algunos animales o plantas para propiciar su fecundidad. Pero, habra que bus-car a la mazorca de maiz del inventario otro origen que justificase su inclusin entre el atavo e in-signias reales. Aunque bien hubiera podido tener una procedencia o un simbolismo que los cronis-tas no recogen, si sabemos como Huscar, el ltimo Inca legtimo al que pretenda suceder suhermano Manco y que haba sido muerto por Atahualpa, mand reproducir esta planta. Mur a(1987:154-155) narra que con motivo de la boda de aquel con su hermana Chuqui Huipa,

    33. Sin embargo, cuando Huascar los yi interpret, por alguna seal o razn que el cronista no explica suficientemente,que Atahualpa quera rebelarse y hacerse Inca.

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  • LOS INVENTARIOS DE OBJETOS INCAS PERTENECIENJES A CARLOS V:ESTUDIO SOBRE LA COLECCION, TRADUCCION Y TRASCRIPCION DE LOS DOCUMENTOS

    "Huascar Ynga, por mas ostentacin y celebrar su desposorio de suerte que parasiempre quedase dl memoria, mand hacer todos los gneros de maiz que hay deoro y plata, y todas las diversidades de hierbas que ellos coman y todas las raleas depjaros ... y cuantas suertes de pescado ... lea ... animales ..., se hicieron de oro yplata y plumera y mullu (concha roja muy apreciada). Los criados de Huascar lo da-ban por las mesas a comer como si fuera cosa para ese efecto, a los que se hallaronen las fiestas."

    Es difcil saber crno y cuando Ileg la coleccin. Debido a que Manco Inca acab rebelan-dose contra la Corona espaola y que en 1536 haba sitiado Cuzco, es probable que fuese remiti-da entre finales de 1533 y 1536 ". En 1536 slo aparecen esmeraldas en un inventario de Bruse-las, lo que parece indicar que la coleccin de Simancas todava no haba Ilegado o, lo msprobable, todava no haba sido oficialmente inventariada.

    ULTIMAS CONSIDERACIONES SOBRE LA COLECCION Y EXPLICACION DE ALGUNOS TRMINOSHan quedado sin tratar ms pormenorizadamente algunos objetos de la coleccin de Si-

    mancas. Parece evidente que las pelucas ricamente adornadas son tocados ceremoniales incaicos,cuyo uso en el antiguo Per est arqueolgicamente documentado desde el primer milenio de nues-tra era, o incluso antes, conservandose ejemplares parecidos a los descritos en distintos museos. Noexisten testimonios de cronistas que atestiguen que el Inca las usase, que slo describen el Ilauto ocinta, de uso com n al menos entre su grupo tnico, del que penda la borla roja smbolo de su rea-leza. Sin embargo hay que recordar que, en contra de la iconografa popular, el Inca era el nicoque Ilevaba el cabello rapado a uno o dos centimetros del crneo; por lo que, cabra dentro de loposible que el Inca las pudiese utilizar en ceremonias no directamente relacionadas con el poder re-al pero s en sus otras funciones, como en su papel como sacerdote.

    Entre los m ltiples adornos, que se describen casi todos juntos tras las prendas de vestir yespadas, se observan numerosos collares y algunas sartas m ltiples o pectorales, algunos con suscuentas o con pijantes en formas de diversos animales. Su uso profuso est arqueolgicamente ates-tiguado en los cadveres de algunos gobernantes de pocas ms antiguas (recordemos el conserva-durismo de la milenaria civilizacin peruana), como es el caso de la tumba del Seor de Sipn enla costa norperuana. En toda la Amrica antigua, los diferentes animales tenan tanto un valor sim-blico como decorativo, sin que casi ninguno de ellos hubiera sido exclusivamente utilizado en elantiguo Per o entre los incas; tigres, serpientes, caracolas, tortugas o insectos varios, tuvieron unsignificado, a veces similar, en muchos lugares. Slo la mosca parece una iconografa tpicamenteperuana, aparentemente relacionada con el mundo de ultratumba y el culto a los antepasados, unade las bases de su sistema religioso. Entre los adornos aparecen unas orejeras dentro de una custo-dia de tigre (segn la lista de Bruselas), indispensables en el atuendo de un noble inca que Ilevabalos lbulos de la orejas horadados y deformados para ponerselas. En este punto los inventarios deBruselas y Simancas divergen un poco, ya que la lista de Simancas, que describe de manera algodiferente las piezas y slo dice que estn en una caja de madera pequeita junto con otros ador-nos, no explica su uso.

    Habria que destacar dos arbolitos de oro, y las flores (Ilamadas rosas excepto dos descritascomo campanillas y otra como flor de lirio), algunas con ptalos de oro y plata, otras de oro, de

    34. Recordemos que en el caso que se hubiese atiadido alguna pieza ms a la coleccin atribuida a Manco, stas tendranque haber Ilegacio antes de 1543 o 1545.

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  • Paz Cabello

    piedras o de oro y piedras, que suman un total de diecisiete. Son estos unos motivos tpicamente in-caicos, estando asociadas determinadas flores a la realeza inca o a los clanes familiares descen-dientes de alg n Inca; es decir, a la alta nobleza. Su iconografa en el arte inca aparece en pocaya tarda y de forma estilizada. Aunque su uso pudiera ser de adorno con nfasis de la dignidadreal, tambin pudieran ser objetos de de uso ceremonial, ya que, al ser tarea del Inca la conservacindel mundo, deba ocuparse de propiciar la agricultura, que era la base de la economa, mediantediversos rituales.

    La corneta guarnecida de oro, que la relacin de Bruselas describe como cuerno de caza,parece ser la trompeta curva y en rosca, tpicamente peruana, asociada a la guerra. Como yamencion antes, las seis rodelas son algo ms problemticas, ya que la iconografa incaica deltiempo de la conquista y posterior, dibuja rectangulares los escudos de los Incas. Sin embargo, elescudo circular era tan conocido y usado en el antiguo Per

    que las iconografas arqueolgicas nossuelen mostrar los guerreros y panoplias con rodelas en vez de escudos rectangulares. Los cronis-tas, sin embargo, no describen el escudo de un Inca. Las cajas, cofres y custodias de los inventariospodran responder a la tradicin peruana de cajas, generalmente de madera, de las que se conser-van muestras arqueolgicas.

    Una pieza interesante es un asiento que en el inventario de Bruselas aparece bajo el ep-grafe de "plumas" y tras los vestidos y mantos de plumera como "una imagen de los Tres Reyes he-cha en tapicera a la manera de las Indias"; y que en el de Simancas se describe como "una yma-gen del ofrescimiento de los tres reyes en tela de yndias. Esta vieja". Podra pensarse en unaintrusin de otro lugar de las Indias; o en una pieza hecha algo despus que el n cleo esencial dela coleccin que parece estar relacionado con un Inca, lo que parece ms lgico. Francisco Pizarrofund Lima el dia de reyes (aunque en el acta figura en dia 18) de 1535, por lo que la ciudad sepuso bajo su advocacin, bautizndola no como Lima, nombre que adquiri algo ms tarde, sinocomo Ciudad de los Reyes o simplemente, Los Reyes; figurando en su escudo las tres coronas de lostres reyes magos (Fernndez, 1963:74). No queda claro si la representacin est en un tejido tipotapicera o est hecho con plumas, ya que en el Per

    indgena se conoca y usaba con profusin latapicera propiamente dicha y la plumera para la representacin de toda clase de motivos orna-mentales. Es evidente que esta pieza no poda estar en relacin con la parte de la coleccin forma-da por los objetos de un Inca que, seg n mi hiptesis, fue recogida en 1533. Por lo que esta ado-racin de los magos debi elaborarse entre enero de 1535 y algo antes de 1545, fecha en queest redactado el inventario de Bruselas, pudiendo ser un objeto alusivo a la fundacin de Lima.Aunque la obra estuviera vieja, el guardajoyas de Felipe II la recibi del de Carlos V en 1565, loque parece indicar que responda a unos cnones estticos conocidos (es decir, europeos) y tenauna cierta calidad, ya que en aquel momento el guardajoyas real recibi todos los objetos de arte(cuadros, libros, mapas, esculturas y retablos ...) y dej las piezas hoy clasificadas como artes de-corativas y suntuarias y objetos domsticos.

    Queda volver a sealar la intrusin en los inventarios de algunas piezas no americanasque, por lo general, aparecen juntos al final de stos. En el de Bruselas, la lista acaba con tresasientos que en la de Simancas aparecen bajo el epgrafe siguiente, "Ropa blanca", lo que indicaque los manteles y servilletas de damasco no tienen relacin alguna con las Indias; razn por lacual no las incluyo en la trascrpcin del inventario de Simancas. Parecen tambin una clara intru-sin los dos barriles con porcelanas, del ltimo asiento del inventario de Simancas y del ante-ante-pen ltimo del de Bruselas, ya que no hubo porcelana en la Amrica indgena y es difcil que se hu-biese fabricado all en la primera mitad del siglo XVI. En el inventario de Simancas aparecen,adems, dos intrusiones fcilmente detectables: quince camisas y dos tocas moriscas; por lo que los"quince atavos tanto abrigos como camisas" y los "dos atavos de cabeza para mujeres a la mane-

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  • LOS INVENTARIOS DE OBJETOS INAS PERTENECIENJES A CARLOS V:ESTUDIO SOBRE LA COLECCION, TRADUCCION Y TRASCRIPCION DE LOS DOCUMENTOS

    ra de las Indias" que figuran al final del inventario de Bruselas, son en realidad moriscas. Parecems de fiar la clasificacin de morisca dada por el inventario de Simancas, ya que se hizo en pre-sencia de numerosos espaoles que deban conocer por experiencia cmo eran estas vestimentas,Ilegando incluso a detallar que una de las quince camisas es en realidad "una toca contada por ca-misa porque lo parece". La medalla con la efigie del Gran Turco es otra de las evidentes intrusio-nes; aunque en el inventario de Bruselas aparece en la misma caja que unas "medallas" ("comomedallas" en el de Simancas) y una serie de "piececillas de moneda de las Indias". la espada pro-veniente de Mayorca parece ser otra de las evidentes intrusiones de piezas no americanas.

    He traducido en el inventario de Bruselas patemoster como cuenta, an cuando en el inven-tario de Simancas aparece ste mismo trmino que, por supuesto he respetado. He traducido gip-sire, que aparece dos veces, (yesera) como Filigrana, entendiendo que est referido a un trabajode arabesco propio de las yeseras; pero al tratarse de una pieza de oro, he preferido el ms apro-piado de filigrana. He tenido dudas con mambraux, que aparece referido a un cofre de marfil conuna cinta carmes, y he optado por usar "bisagrilllas", que es el trmino que parece describir los lomismo en el inventario de Simancas; aunque en ste, que el cofre tenga "bisagrillas" aparece nor-mal, pero cambia algo la idea que de este cofre nos podemos hacer al enterarnos por el inventariode Bruselas que tena ms de ventids. He considerado a auvette como avoceta debido al color desu plumaje, ya que el inventario de Bruselas describe un manto de plumas de "avoceta" grises, queel de Simancas define como de plumas pardas viejas; abandonando los trminos alondra por razo-nes lingusticas y blanquecino debido a que el manto era pardo. los abentales de plumas de la listade Simancas son, naturalmente, abanicos. El trmino "plasma" del inventario de Simancas se refie-re a una variedad semipreciosa opaca de calcedonia de tonos verdes 35.

    35. Agradezco al profesor Enrique Bemrdez su ayuda en las consultas sobre linguistica.

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  • Paz Cabello

    INVENTARIOS DE BRUSELASfechados en 1545 y 1556, de las joyasperuanas conservadas en Simancas 36

    JOYAS PROVENIENTES DE LASINDIAS, DE LA ISLA DEL PERUUna canastilla o cofre, una mitad de

    oro y otra de plata, teniendo dentro dos figurascon apariencia de hombre y de mujer de losque se dice son semejantes al seor soberano ysu dama de la provincia del Per

    y una hala-barda segn la moda del pais, pesando el con-junto diecisiete marcos, seis onzas peso de Es-paria y dieciseis marcos, cuatro onzas, dosesterlinas y media.

    Adems una cosa de oro hecha en eldicho pais a la manera de como crece el trigoen el dicho pais, pesa al peso de Espaa, diezmarcos, seis onzas y cuatro ochavas y al pesode Troye, diez marcos, quince esterlinas.

    Un par de zapatos que vienen de lasdichas Indias.

    Una camisa negra guarnecida de pe-queas lunas de oro en nmero de ciento cin-cuenta, guamecida por arriba con muchas len-tejuelas sembradas de oro, por la espaldaprumas amarillas y rojas bordadas alrrededordel cuello de plumas y de un poco de oro; laparte baja de la dicha camisa mezcla blanco yverde, ef fondo del dicho bajo es rojo.

    Otra camisa azul guamecida de lente-juelas de oro, muchas de las cuales se han per-dido, el cuello guamecido en su alrededor delentejuelas de oro , plumas amarillas, azules,negras y rojas por abajo; el fondo rojo, conbarras de oro y plumas azules

    Otra camisa negra guamecida por laespalda de de plumas azules, el cuello, es decirla entrada para meter la cabeza, con lentejue-

    INVENTARIOS DE SIMANCASfechados en 1559 y 1561, de las

    mismas joyas

    JOYAS DE LAS INDIAS

    Una caxa de plata y de oro en que es-tn un yndio y una yndia una alabarda que to-do pesa como se esta diez y siete marcos yquatro oncas y siete ochavas.

    Una caa de oro de /a muestra del trigode las yndias que esta en dos pedacos y es deloro de catorze quilates que peso diez marcos yseis oncas y una ochaba

    Un par de capatos de las yndias del peru.

    Una camisa negra y de blanco y encar-nado con ciento y cinquenta lunetes de oropuestas en ella y otras cuentas de oro en el co-Ilar (bolanderas de oro) cosidas y el collar depluma colorada de las yndias.

    Otra camisa azul con mucha argenteriade oro y el collar de pluma amarilla y colorada.

    Otra camisa negra con una cruz esca-mada de oro en lo baxo de la delantera y en lode atras della y el collar con un pecho y espal-

    36. Al no Ilevar exactamente el mismo orden, los asientos de los inventarios no se corresponden; sin embargo he intentado, cuan-do ello me ha sido posible, colocar los textos que se refieren a una pieza o conjunto de ellas lo ms cercanos posibles. A ellose deben los espacios en blanco que puedan observarse, ya que los originales de los inventarios van todo seguido.

    37 Para las referencias archivsticas del documento y explicaciones sobre grafas y corchetes, vose el tercer prrafo del pre-sente artculo y sus notas, de la 5 a la 7.

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  • LOS INVENTARIOS QE OBJETOS INCAS PERTENECIENJES A CARLOS V:ESTUDIO SOBRE LA COLECCION, TRADUCCION Y TRASCRIPCION DE LOS DOCUMENTOS

    las de oro, bordada alrrededor con plumasazules y un poco de oro, del cual algo se haperdido. En la parte baja de la dicha camisahay un campo cuadrado con una cruz en elcentro con cuatro pequeos campos cuadradoscubiertos de lentejuelas de oro, cuyo fondo esde plumas violetas.

    Otra camisa negra de parecida hechu-ra salvo que en la parte baja los cuatro camposque estn alrrededor de la cruz sobre fondovioleta, son de plumas rojas.

    Otra camisa parecida, salvo que es decolor violeta.

    Otra camisa amarilla sin cuello, guar-necida por la parte baja de un campo de plu-mas rojas, negras y azules con hilos de oro.

    Otra camisa roja sin cuello, guamecidapor la parte baja de un campo de plumas ver-des y cuatro campos dorados y de plumas ver-des en sus respectivos campos.

    Otra camisa tostada, la espalda guar-necida con plumas alrrededor del cuello sem-brado de lentejuelas de oro, por la parte bajaplumas blancas y negras.

    Otra camisa tostada, guamecida por elcuello con plumas azules, sembrado de afgunospocos granos de oro, en la espalda plumas ro-jas, en la parte baja el campo de plumas bla-cas y negras.

    Otra camisa tostada, guamecida en laespalda con plumas amarillas, el cuello con pielde tigre, el campo de la parte baja con plumasrojas y verdes con algunas lentejuelas de oro.

    Otra camisa negra, guamecida por elcuello con plumas amarilllas y rojas y de lente-juelas de oro, por la parte baja con plumasblancas y negras.

    Una pieza de sayal blanco, de aproxi-madamente dos varas de largo, en las que lasantedichas camisas estn envueltas.

    Una corona de lana verde tejida conun plumero de lana como de franjas rojas; la

    da de oro escamado y en lo alto plumas azulespor collar y es buena.

    Otra camisa negra de la misma facionsalvo que bs cruzes de los faldamentos son deplumas y el collar de argentera de oro y plumasnegras y coloradas y blancas.

    Otra camisa de color morada con otracruz en el faldamento baxo escamada de oro yen lo alto no tiene nada.

    Otra camisa amarilla con dos cruzes enel faldamento baxo, negra y colorada.

    Otra camisa colorada con una cruz ver-de y sus quadros de oro.

    Otra camisa leonada y en el faldamen-to baxo dos cruzes blanco y negro de pluma yel collar de pluma azul y colorado y amarillo ynegro y blanco y en el pecho y espalda unoscomo botones de oro.

    Otra camisa leonada y una cruz bbncaen el faldamento atras y por delante con qua-dros azules y colorados y negros y el collar conargenteria de oro.

    Otra camisa leonada con quadros colo-rados y argenteria en campo verde con u collarde cuero de tigre en lo alto.

    Otra camisa negra con cruz bbnca ynegra el campo y lo alto argenteria sobre negroy el collar de pluma de colores.

    Un pedaco de tela de sarga blanca enque estan enbueltas lasa dichas camisas.

    Una corona de algodon verde con unamanera de plumaje colorado.

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  • Paz Calaello

    dicha corona estaba en el casco que tenia elseor soberano de la provincia.

    Una bandera de las Indias de tafetnverde con sus franjas amarillas azul y blanco,que est en un envoltorio de pao blanco, ce-rrado por botones rojos.

    Un espejo guamecido de un guila deoro con dos cabezas, que pesa junto con uncordn, seis marcos, siete onzas.

    Otro espejo guamecido de oro en se-micirculo, que pesa junto con el cordn seismarcos, seis onzas, diecisiete esterlinas y me-dia, pes en presencia siete marcos, siete on-ZaS.

    Otro espejo engastado en oro, guame-cido por detrs por piedras turquesas, que pe-sa junto con el cordn cuatro marcos, dos es-terlinas.

    Una gorguera de oro que pesa sietemarcos, dos onzas y doce esterlinas.

    Un jubn de malla de oro bordado conplumas, que pesa nueve marcos, cuatro onzas,diez esterlinas.

    Otro espejo engastado en una piedranegra que pesa sin el cordn, dos marcos, cua-tro onzas.

    - Dos pelucas de mujeres guarnecidascon medallas verdes engastadas en oro y demuchas sartas de oro y piedras verdes y rojas,guamecidas por arriba con oro y por debajocon cabellos blancos, pesando junto con loscueros, catorce marcos, una onza.

    Tres espadas provenientes de las Indiasuna de las cuales la cruz del mango y el pomoson de oro y la vaina cubierta toda de oro; laotra es parecida en la cruz del mango y pomode oro y la vaina es de plumas guamecida conbandas de oro en cruz de San Andrs y el ex-tremo de oro; y la tercera espada es parecida

    Un pabellon de las yndias de tafetanverde y encima una mancana alta dorada.

    Un espejo con un aguila de oro con uncordon de hilo que pesa once marcos y quatroonzas y seis ochabas.

    Medio espejo redondo la guarnicion deoro con una correa de quero que pesa todo jun-to siete marcos dos oncas tres ochavas.

    Otro espejo guamicion de oro con unasturquesas que parescen esmeraldas y esta rom-pido que pesa con su cordon y con estas dosturquesillas que pesa todo junto quatro marcos ydos oncas y tres ochavas.

    Un collar de oro de las yndias con suscordones que es para sobre cota de armas quepeso como esta siefe marcos y seis oncas y unaochava.

    Una cota de malla de oro de canutillocon sus mangas y el collar de pluma amarilla ycolorada que peso con sus cordones diez mar-cos y una onca y quatro ochavas.

    Un espejo engastado en una piedra ne-gra que pesa dos marcos y cinco oncas y qua-tro ochavas.

    Dos maneras de cabelleras de las yn-dias de una medallas de plumas de esmeraldaengastadas en oro y otras muchas confezuelasde diversas colores y el cabo de arriba dellosde unas contezuelas de oro que todo peso ca-torze marcos y siete oncas.

    Espadas de las yndias

    Tres espadas de las yndias cruzes y em-puaduras y pomos de oro y conteras la una delas vaynas cubierta de oro la otra de carmesicon tres trechos de oro, la otra de pluma guar-nescidas de oro en cruz de borgoa.

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  • LOS INVENTARIOS DE OBJETOS INCAS PERTENECIENTES A CARLOS V:ESTUDIO SOBRE LA COLECCION, TRADUCCION Y TRASCRIPCION DE LOS DOCUMENTOS

    en la cruz y pomo de oro y la vaina de tercio-pelo carmes, guamecida de oro por encima yen el medio y en la parte baja.

    Otra espada proveniente de Mayorcaque tiene la empuadura toda de oro, guame-cida con muchos rubs pequeos y la vaina depiel de serpiente y el extremo de sta de oro.

    Una filigrana de oro gue tiene abajocolgantes de oro y arriba un rbol sobre el culhay un pajarillo todo de oro, con un peso decuatro onzas, diecisiete esterlinas y media.

    Un collar de oro de cuarenta y ochopiezas en forma de tortugas y de otras clasescon los colgantes, con un peso incluyendo elcordn de un marco, una onza, diez esterlinas.

    Otro collar de oro en forma de quinceescalas de tortugas todas con sus colgantes ypor todas una correa de cuero.

    Otro collar en forma de quince caraco-les todos con sus colgantes, pesado todo con sucorrea de cuero.

    Otro collar de oro de dieciocho piezastambin en forma de caracoles sin colgantescon la correa de cuero.

    Otro collar de oro de nueve cuentas re-dondas y dieciocho uas de grifo, pesado conel cordn.

    Estos cuatro collares arriba descritos pe-san dos marcos, cuatro onzas, trece esterlinas.

    Otro collar de oro de ventisiete piezas enforma de almenas todas con sus colgantes, pesa-do con dos cordones guarnecidos de plumas.

    Otro collar de oro de ventinueve piezasen forma de escalas de caracoles sin colgantes,pesado con la correa de cuero a la que estnsujetos.

    Estos dos anteriores collares pesan unmarco, dos onzas, trece esterlinas, venticuatrogranos.

    Un collar de oro de diez botones cadabotn con seis colgantes de oro teniendo en ca-da uno de los dos extremos un cordn guame-

    Una cimitarra con la empuadura y con-tera de oro y unos rubies chiquitos.

    Tres gorgerinas de oro puestas en querocolorado una de quince tallas de tortugas, otrade diez y ocho caracoles y la otra de nuevequentas redondas y ocho uas de grifos que pe-sa todo como esto dos marcos y quatro ochavas.

    Otro gorgerin de oro de ventisiete grillosde oro cada uno con su pinjante a manera decascabel prolongado y otro gorgerin de veinte ynueve chocos de oro como a manera de caraco-les en una correa colorada que pesaron estosdos un marco y tres oncas y una ochava.

    Un collor de oro con diez piecas a ma-nera de medias escudillebs y de cada escudille-b colgados seis pinjantes largos y falta un pin-lante y esta en el collar un cordon de pluma quepeso todo un marco y quatro oncas y tres ocha-vos, parecio el pirijante y peso una ochava.

    Una rosa de oro con sus hobs las tresholas de plata y seis botones de oro en una co-rrea colorada y otra rosa con seis holas las tresdellas de plata y las demas de oro. Y un madro-o de oro en medio. Y tres piedras verdes en-gastadas en oro las dos a manera de campani-lbs. Y la otro como cubito desencaxada. Y unapiedra pequeita verde y un coraconcillo deplata suelto que peso todo un morco y tresoncas.

    Una piedra verde a monera de porta-paz guamecida de oro que peso dos marcos ydos onas.

    Una cabeca de piedra verde con seisramillos o manera de barba guamecida de orobaxo y otra pieca de piedra verde guornecidade oro con unos cascabefillos brguillos y otracabeca de piedra verde guamecicfa de oro con

    53

  • Paz Cabello

    cido de plumas, pesando el con junto un marco,tres onzas, quince esterlinas.

    Una rosa de oro tres de cuyas hojasson de plata y seis botones de oro enfilados enun cordn rojo de cuero, pesados juntos

    Y adems, otra rosa tres de cuyas ho-jas son de plata.

    Una campanilla de praseodimio o depiedra verde guarnecida de oro y el badajoguamecido de pequeas turquesas teniendo enel extremo un pajarillo y una mosca.

    Otra campanilla de oro y piedra verdecuyo badajo tiene forma de un rbol.

    Una piedrecita verde guarnecida demanera similar de oro y de una piedra largaen el centro, guamecida de oro que est rota.

    Las cinco piezas anteriores pesan unmarco y dos onzas, ocho esterlinas y media.

    Una piedra verde guamecida de oro ala manera de una paz, que pesa dos marcos,diecisiete esterlinas y media.

    Una cabeza de piedra verde guameci-da de oro con colgantes tambin de piedra ver-de y ei extremo de oro a la manera de barba.

    Una pieza de piedra verde guamecidade oro con once colgantes.

    Una cabeza de piedra verde engasta-da en oro, dos campanillas en las orejas, loscolgantes de cuentas verdes y los extremos delas campanillas de oro.

    Otra cabeza de piedra verde similarexcepto que no tiene campanillas en las orejasengastada y con los colgantes como la otra.

    Una cabeza de muerto de oro.

    Una cabeza de piedra verde guameci-da de oro y trabajo de plumas.

    Otra cabeza de piedra verde engasta-da en oro, de un lado la cabeza de una ser-

    sus cascabeles y dos patemostres y campanillas.La una y otra cabeca de piedra verde guarne-cidas de oro como la sobredicha y una ca-beca de una muerte de oro y una cabeca deuna piedra verde guarnecida de oro. Y otracabeca verde engastada en oro de una parteuna cabeca de hombre y de la otra parte unacabeca a manera de pescado. Y tres ca-becas de oro diferentes y una patena de orocon un bulto de un honbre que son todas onzepiecas que pesan todas juntas tres marcos ydos oncas y se ataron en un pao juntamentetodas a donde se quedan.

    Mas onze piedras berdes engastadasen oro e las dos dellas parecen castaetas y songrandes y otra con una rrosa y otras dos quadra-das colgados dellas unos como caballitos y doscomo veneras y otra como rosa y otra como amanera destrella y no acabada de hazer y col-gada del cabo unas bolanderas y otra grandezi-Ila con dos asas a la parte del oro y la otra casirredonda y tiene en lo angosto della a la partedel oro una asa desa pegada que pesaron to-das tres marcos y tres oncas dos ochavas.

    Una piedra grande verde guarnecidade oro con un patemoster verde pendendientedel una rrosa de oro y plata que peso seisoncas y ochava y media.

    Siete piedras verdes engastadas en orola una piedra quebrada y tiene un cordon negroesta y otras dos a manera despejo pendientecada una dellas unos como cascabeles y otrastres a modo de rrosas y la otra con un animalen lo alto pesaron todas un marco y tres oncasy tres ochavas.

    Diez piedras amarillas engastadas enoro de color de concha unas mayores que otrasque pesan todas juntas dos marcos siete oncasy cinco ochavas.

    Setenta quentas gordillas de oro en unhilo y un tigre de oro enfilado todo con seis pa-temostres verdes que pesan todas un marco yseis oncas y seis ochavas y al tigre le falta unpedaco de un lado y tiene dentro a lo que pa-rece cera o betun amarillo y ansi si se peso yluego se hallo lo que faltaba al tigre y se tomoa pesar. Peso con lo que le faltaba que herauna piedra verde y vino justo un marco y sieteoncas.

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  • LOS INVENTARIOS QE OBJETOS INCAS PERTENECIENJES A CARLOS V:ESTUDIO SOBRE LA COLECCION, TRADUCCION Y TRASCRIPCION DE LOS DOCUMENTOS

    piente y la cabeza de un hombre con una colade pescado.

    Tres cabezas de monstruos de diferen-tes formas de oro.

    Una patena de oro en la que hay unmonstruo en forma de hombre.

    Estos nueve articulos arriba especifica-dos pesan tres marcos, siete esterlinas.

    Una gran piedra verde bastante redon-deada, guamecida por arriba de oro, por de-bajo una sarta de piedra verde con una flor deoro y plata, que pesa cinco onzas, diecisieteesterlinas y media.

    Once piedras verdes Ilamadas meda-llas, engastadas en oro, unas con colgantes,pesanclo el conjunto tres marcos, una onza,dieciocho esterlinas y media.

    Otras siete piedras verdes Ilamadasmedallas engastas en oro, algunas con colgan-tes, que pesan un marco, dos onzas, treinta es-terlinas.

    Otra medalla de una piedra redondalisa tirando a roja en forma de una rosa y en elcentro una piedrecita verde, redonda, engasta-da en oro.

    Otra medalla con oro alrrededor enforma de corazones, que tiene en el centro unflor de piedra verde.

    Una piedra verde en forma de flor en-gastada en oro, en el centro de la piedra, unanillo de oro.

    Una flor de oro con ocho ptalos tresde los cuales se han roto, que tiene una piedraverde en el centro.

    Una piedra verde redonda en forma detonelete guarnecido de oro, la parte baja enforma de corona

    Tres flores de oro guarnecidas cadauna por dentro de una piedra verde, los dospequeos extremos son son de oro y la tercerade una crucecita de oro.

    Sesenta y cinco paternostres pequeos ymas seis grandes y una rrosa a manera de flor to-do de oro que peso seis honcas y una ochava.

    Dos collarejos en una correas y plumascon quarenta y cinco uas de oro y de piedrasberdes y demas dellas ay caracoles blancos yunas cuentecillas de piedra entremedias quepesa todo tres marcos y tres oncas y cincoochavas.

    Un collar de quinze cordones de unascuentas de oro y otras azules con unos cordo-nes de pluma que peso todo como esta tresmarcos dos oncas y cinco ochabas y media.

    Un collar de palo para lebrel que tieneverdes las tachuelas.

    . Una cometa guarnecida de oro y conuna cadena de oro con veinte e quatro rrosetascon una cinta leonada que peso todo tres mar-cos quatro oncas y una ochava.

    Una patena de oro con dos rrostros yuna piedra verde engastada en oro en forma derrosa con seis cascabeles larguillos colgados yfaltan los cinco, y van sueltos con ella un ojo decoral engastado en oro con unos paternostresverdes y unos cascabeles de oro, y una moscar-da como cigarra y en ella una piedra verde enmedio y con dos alas sueltas y dos escarcelillasde oro y un rrosario de oro con un medalla deuna piedra verde y una culebra de oro con unacinta negra que pesa todo un marco y quatroonas y siete ochavas.

    Quatro piecas de oro de dibersas ma-neras que los yndios traen en las barbas.

    Yten una ua de anbar guarnecida deoro con otra ua de oro.

    Otra ua de plata guarnecida de orocon una piedra berde en medio.

    Una pieca larguilla de oro que pesa to-do un marco y tres oncas y tres ochavas y me-dia lo col esta en ocho piecas y pesose aquijuntamente.

    Treze-dedos de oro en una correa colo-rada que hazen un bracalete.

    Yten mas dos plasmas grandes verdes

    .5' 5

  • Paz Cabello

    Una flor de oro guamecida en el centrode una piedra verde y por arriba de otra llorecita.

    Una flor de oro cerrada por fuera portres ptalos y por dentro cinco ptalos oscilantes.

    Dos mariposas de oro guamecidas deu