Intercult..

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1 Propuesta de incorporación de la Interculturalidad en el Marco Curricular de la Educación Básica del Perú Fidel Tubino Arias Schreiber Con la colaboración de Adhemir Flores Moreno y Vanessa Navarro Chávez. INTRODUCCIÓN La incorporación de la interculturalidad en el marco curricular de la Educación Básica del país es una tarea pendiente contemplada en el Proyecto Educativo Nacional 1 y en la Ley General de Educación. Dicha tarea fue asumida por el Acuerdo Nacional y por la Dirección General de Educación Intercultural, Bilingüe y Rural (DIGEIBIR) del Viceministerio de Gestión Pedagógica del Ministerio de Educación. Asimismo, esta propuesta asume los desafíos planteados por el Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. 2 La tarea planteada es compleja porque, en primer lugar, no se trata simplemente de transponer la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) a la Educación Básica Regular (EBR), sino de interculturalizar la Educación Básica (EB) de todo el país. Implica “desencapsular” la interculturalidad de la EIB y trascender asimismo la EBR, con el fin de replantear los aprendizajes mínimos de interculturalidad que requiere la EB en general, a partir de los retos que la diversidad cultural plantea al país entero. Ello presupone pensar en una educación intercultural pertinente no sólo para espacios rurales sino también para espacios urbanos. Una educación intercultural no sólo para los sectores subalternos de la sociedad, sino también para los sectores hegemónicos. En ese sentido, el presente documento está estructurado en tres partes: 1. En la primera parte presentamos el marco teórico que ha orientado el lugar de enunciación de la propuesta. Aquí señalamos que es preciso transitar desde una concepción unidimensional de la interculturalidad (restringida al reconocimiento) hacia una concepción tridimensional de la interculturalidad (que articula el reconocimiento, la redistribución y la participación). También desarrollamos las razones por las cuales la educación intercultural para todos debería plantearse en el 1 MINEDU; CNE (2007) Proyecto Educativo Nacional al 2021: la educación que queremos para todos . 2 Comisión de la Verdad y la Reconciliación (2003) Informe Final. Lima: CVR

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ficha de la interculturalidad

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    Propuesta de incorporacin de la Interculturalidad

    en el Marco Curricular de la Educacin Bsica del Per

    Fidel Tubino Arias Schreiber

    Con la colaboracin de Adhemir Flores Moreno y Vanessa Navarro Chvez.

    INTRODUCCIN

    La incorporacin de la interculturalidad en el marco curricular de la Educacin Bsica

    del pas es una tarea pendiente contemplada en el Proyecto Educativo Nacional1 y en

    la Ley General de Educacin. Dicha tarea fue asumida por el Acuerdo Nacional y por la

    Direccin General de Educacin Intercultural, Bilinge y Rural (DIGEIBIR) del

    Viceministerio de Gestin Pedaggica del Ministerio de Educacin. Asimismo, esta

    propuesta asume los desafos planteados por el Informe de la Comisin de la Verdad y

    la Reconciliacin.2

    La tarea planteada es compleja porque, en primer lugar, no se trata simplemente de

    transponer la Educacin Intercultural Bilinge (EIB) a la Educacin Bsica Regular

    (EBR), sino de interculturalizar la Educacin Bsica (EB) de todo el pas. Implica

    desencapsular la interculturalidad de la EIB y trascender asimismo la EBR, con el fin

    de replantear los aprendizajes mnimos de interculturalidad que requiere la EB en

    general, a partir de los retos que la diversidad cultural plantea al pas entero. Ello

    presupone pensar en una educacin intercultural pertinente no slo para espacios

    rurales sino tambin para espacios urbanos. Una educacin intercultural no slo para

    los sectores subalternos de la sociedad, sino tambin para los sectores hegemnicos.

    En ese sentido, el presente documento est estructurado en tres partes:

    1. En la primera parte presentamos el marco terico que ha orientado el lugar de

    enunciacin de la propuesta. Aqu sealamos que es preciso transitar desde una

    concepcin unidimensional de la interculturalidad (restringida al reconocimiento)

    hacia una concepcin tridimensional de la interculturalidad (que articula el

    reconocimiento, la redistribucin y la participacin). Tambin desarrollamos las

    razones por las cuales la educacin intercultural para todos debera plantearse en el

    1 MINEDU; CNE (2007) Proyecto Educativo Nacional al 2021: la educacin que queremos para todos.

    2 Comisin de la Verdad y la Reconciliacin (2003) Informe Final. Lima: CVR

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    marco de una educacin para la autonoma y el ejercicio pleno de la ciudadana, sobre

    la base del dilogo intercultural contextualizado.

    2. En la segunda parte, hacemos una breve descripcin de la metodologa que se ha

    seguido para la construccin de la propuesta.

    3. Y, en la tercera parte, ofrecemos la propuesta de aprendizajes fundamentales en

    interculturalidad para los estudiantes de todo el Per. Dicha propuesta se basa tanto

    en el marco terico como en la sistematizacin, es decir, el ordenamiento sistemtico

    y la interpretacin crtica de los resultados de las mesas de trabajo realizadas con

    actores educativos y especialistas de diversas partes del pas.

    La lista de participantes, las rutas metodolgicas de las mesas y el documento de

    sistematizacin correspondiente aparecen en los anexos.

    Debemos nuestro especial agradecimiento al equipo del DIGEIBIR por haber confiado

    en nosotros una tarea tan importante que beneficiar a todos los estudiantes del pas.

    Queremos tambin agradecer a las personas que participaron en las mesas de Lima,

    Tarapoto y Ayacucho. Agradecemos tambin a la pedagoga Pilar Chinchayn del

    equipo RIDEI-PUCP por haber revisado las versiones preliminares del documento.

    Extendemos tambin nuestro agradecimiento a los dems miembros del grupo de

    investigacin en filosofa poltica del Centro de Estudios Filosficos de la PUCP.

    I MARCO TERICO

    1. La interculturalidad desde una concepcin tridimensional de la justicia

    1.1 En el Per cada vez se viene acentuando ms la separacin entre el

    reconocimiento de la diversidad cultural, la redistribucin de las

    oportunidades econmicas y la participacin ciudadana en pie de igualdad.

    Traducidas en polticas, estas iniciativas se proponen resolver distintas

    injusticias. Las primeras se proponen abordar los problemas de subalternidad

    cultural y falta de respeto que experimentan determinados individuos y

    pueblos de la sociedad peruana, con el fin de promover el reconocimiento

    positivo de sus identidades socio-culturales. Las segundas se proponen

    corregir los ndices de pobreza que resultan de las desigualdades generadas

    por el modelo econmico vigente. Las ltimas se proponen superar la exclusin

    de vastos sectores de la poblacin del ejercicio pleno de la ciudadana

    reajustando los procedimientos de decisin y deliberacin pblica

    consustanciales a la convivencia democrtica.

    1.2 Vistas en conjunto, sin embargo, estas polticas poseen lmites y posibilidades:

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    Las Polticas interculturales de reconocimiento

    Este es el caso de la Educacin Intercultural Bilinge. Su importancia reside en que

    este tipo de polticas hacen posible la revalorizacin de las identidades culturales

    discriminadas de manera sistemtica y porque permiten la inclusin diferenciada

    de los injustamente excludos del ejercicio pleno de la ciudadana. Sin embargo,

    presentan algunas limitaciones que es conveniente identificar para poder

    superarlas y ampliar su campo de incidencia.

    - En primer lugar, si bien visibilizan y trabajan la discriminacin intercultural

    que existe en nuestro pas, pocas veces visualizan la discriminacin y la

    existencia de relaciones de poder intracultural y por lo mismo, la existencia de

    grupos vulnerables, como es por ejemplo el caso de las mujeres. Por esta razn

    es que se debe trabajar siempre el enfoque intercultural articulado con el

    enfoque de gnero. Cuando no se hace se termina fortaleciendo la

    reproduccin de las lites intraculturales en desmedro de los grupos

    culturalmente vulnerables.

    En segundo lugar, es conveniente tomar en cuenta que en escenarios de

    conflicto las identidades culturales:

    a.) Tienden a esencializarse y de esta manera a ocultar la existencia de

    corrientes de opinin distintas y de disensos intraculturales importantes,

    conflictos intergeneracionales, etc. Esto es importante sealarlo porque

    muchas veces, en nombre de la identificacin de la cultura con la tradicin

    ancestral, se corre el riesgo de negarle a las nuevas generaciones el

    derecho a la innovacin y a la apropiacin selectiva y crtica de la

    Modernidad.

    b.) Asimismo, la violencia simblica y la subalternizacin sistemtica hace que

    con frecuencia las identidades culturales se conviertan en trincheras de

    resistencia. Surgen as las identidades reactivas, las cuales son

    expresiones de lo que Manuel Castells denomina la exclusin de los

    excluidores por los excludos33. Las identidades reactivas responden a una

    agresin previa, por ello son confrontacionales: el otro es el enemigo. En

    estos casos, la afirmacin intracultural funciona en estos casos con como

    mecanismo de exclusin de los excluidores: Me afirmo negando al agresor,

    confrontndome con l, y paradjicamente, repitiendo con l lo que en l

    rechazo. La afirmacin intracultural negativa se suele convertir en estos

    casos en un mecanismo de encapsulamiento intracultural, en la afirmacin

    de lo propio mediante la negacin del otro.

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    c.) Creemos que la afirmacin intracultural es importante pero de una manera

    diferente. No como mecanismo de encerramiento en lo propio sino como

    mecanismo de fortalecimiento de la autoestima y el autorespeto de las

    personas que forman parte de las culturas subalternas. Por ello, de manera

    paralela debe promoverse la apertura selectiva y crtica a las culturas

    externas. Cuando la afirmacin intracultural se coloca como primero paso

    para luego acceder como segundo paso a la relacin intercultural en pie de

    igualdad, lo que sucede con frecuencia es que nos quedamos encapsulados

    en lo ancestral. Se debe pasar de una concepcin negativa de la afirmacin

    intracultural a una concepcin positiva de la misma. En otras palabras,

    pasar de la autoafirmacin negadora a la afirmacin con apertura selectiva

    al mundo externo.

    En tercer lugar, las polticas interculturales de reconocimiento suelen aplicarse

    de manera desarticulada de las polticas redistributivas. Parecen no tomar

    debidamente en cuenta el hecho de que los sujetos sociales marcados por la

    falta de reconocimiento tambin experimentan privaciones econmicas

    profundas y serias dificultades para participar en el espacio pblico mediante

    los procedimientos de decisin existentes.

    - Las Polticas redistributivas.

    Estas polticas son las que encontramos ejemplicadas en los actuales

    programas de transferencias condicionadas como Juntos. El componente

    cultural, que de hecho existe, parece irrelevante en dichos programas. Obvian a

    menudo que los grupos sociales que experimentan privaciones econmicas,

    tambin padecen problemas de reconocimiento, es decir, de discriminacin y

    racismo. Los problemas de distribucin que genera la desigualdad del modelo

    econmico vigente no forman parte de un problema paralelo. No son

    independientes del problema de las asimetras culturales. Los hechos muestran

    que los sujetos sociales experimentan mltiples rdenes de subordinacin

    definidos entre otros por clase, etnicidad y gnero.

    - Las Polticas de participacin ciudadana.

    Este es el caso por ejemplo de las polticas de cuotas indgenas que existen en

    nuestro pas. Estas polticas pocas veces toman en cuenta la discriminacin por

    ascendencia tnica en los procesos de mediacin poltica y las fallas que

    impiden que diversos grupos de la sociedad puedan tener representacin

    ponderada en los diversos espacios pblicos polticos y puedan deliberar

    asuntos de inters comn. Adems, no suelen tomar en cuenta explcitamente

    la estructura econmica que est en la base de las reivindicaciones sociales y

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    los estereotipos que impiden el dilogo intercultural en escenarios de

    conflicto. En suma, dichas polticas suelen invisibilizar tanto las privaciones

    econmicas como la falta de reconocimiento de los actores sociales en

    determinados contextos adversos.

    1.3 Estas determinaciones muestran que las injusticias culturales, econmicas y

    polticas no constituyen esferas aisladas o independientes. Ese hecho no slo se

    limita a una cuestin terica, sino que est en la base de las reivindicaciones

    sociales. Los grupos subalternos no slo reivindican el reconocimiento de su

    identidad cultural, sino tambin un justo reparto de los recursos y las

    oportunidades para ejercer en pie de igualdad sus libertades ciudadanas.

    Igualmente, los grupos que reclaman otra posicin en la estructura econmica

    tambin exigen un reconocimiento que, estn convencidos, les ha sido

    sustrado. Asimismo, los grupos que demandan mecanismos de participacin y

    consulta en el espacio pblico reclaman que existe una estructura econmica

    adversa y esperan que el dilogo democrtico resuelva sus problemas. Sin

    embargo, no hay precondiciones institucionales favorables para el consenso

    mientras subsistan diversas formas de menosprecio sistemtico entre los

    actores sociales y polticos.

    1.4 De acuerdo a esta visin tridimensional de la injusticia social, se requiere

    pasar de una concepcin unidimensional de la interculturalidad _limitada

    al reconocimiento_ a una concepcin tridimensional de la misma _que

    incorpore la cultura, la economa y la poltica-_ en el marco de una

    interpretacin renovada de la justicia. La justicia engloba tanto las

    estructuras econmicas como las estructuras simblicas y de representacin

    poltica. La reparacin integral de las injusticias supone, por lo tanto, la

    reduccin de las desigualdades (equidad), la eliminacin de la subordinacin

    intersubjetiva mediante el respeto y la valoracin recproca (reconocimiento),

    y la consolidacin de mediaciones institucionales que aseguren la participacin

    poltica (representacin). El supuesto es que las injusticias culturales que

    imponen la discriminacin y el racismo requieren no slo del reconocimiento

    sino tambin de la redistribucin y la participacin poltica, del mismo modo

    como las injusticias distributivas y la exclusin poltica requieren, a la inversa,

    del reconocimiento.

    1.5 La interculturalidad, como proyecto tico-poltico para todos, no debe

    continuar formulndose como una propuesta de reconocimiento para los

    excludos desconectada de los problemas econmicos y de ciudadana

    existentes en nuestra sociedad. Debemos apuntar a integrar las propuestas

  • 6

    concretas de reconocimiento a las propuestas redistributivas y de

    participacin de la ciudadana en la deliberacin pblica.

    1.6 Las polticas educativas no pueden por ello hacer caso omiso a estas tres

    dimensiones de la justicia. Entendemos que esa consideracin est, de alguna

    manera, presente en las mesas de interculturalidad, emprendurismo y

    ciudadana del Ministerio de Educacin, como instancias que producen

    insumos para ir construyendo participativamente un marco curricular nacional

    intercultural integral. La formacin de estas mesas de trabajo asume, de

    manera implcita, que los problemas educativos de los estudiantes del

    pas no son slo culturales, sino tambin econmicos y polticos. Pero eso

    significa que las tres mesas deben trabajar y cooperar de manera conjunta y no

    paralela en el futuro para lograr la formacin plena de los estudiantes. La

    propuesta de educacin intercultural para todos que aqu presentamos

    se inscribe dentro de una concepcin tridimensional de la

    interculturalidad y asume esos desafos.

    2. La educacin intercultural como una educacin para la autonoma

    2.1 La educacin bien entendida es aquel proceso de formacin mediante el cual

    las personas pueden desarrollar sus capacidades corporales, intelectuales y

    emocionales. Asimismo, la educacin tiene como propsito formar ciudadanos

    y ciudadanas responsables que se involucren en los asuntos pblicos y

    participan activamente contribuyendo al bien comn de la sociedad. La

    educacin como proceso de formacin integral de sujetos autnomos, (es decir,

    de sujetos que piensan por s mismos y son responsables de sus actos), es y

    debe ser un proceso endgeno, libre y creativo, no un proceso exgeno

    impuesto desde fuera.

    2.2 Hay, sin embargo, un tipo de educacin exgena que, a pesar de haber sido

    ampliamente criticada, sigue teniendo vigencia. Nos referimos a aquel tipo de

    educacin que Paulo Freire caracterizaba como educacin bancaria y que

    concibe la educacin como un proceso de domesticacin de las conciencias:

    No es de extraar, pues, que en esta visin bancaria de la educacin, los

    hombres sean vistos como seres de la adaptacin, del ajuste. Cuanto ms se

    ejerciten los educandos en el archivo de los depsitos que les son transferidos,

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    tanto menos desarrollarn en s la conciencia crtica de la que resultara su

    insercin en el mundo, como transformadores de l. Como sujetos mismos.3

    Lo contrario de la educacin bancaria deca Paulo Freire- es la educacin

    problematizadora y liberadora. () Mientras en la concepcin bancaria el

    docente va llenando a los educandos de () contenidos impuestos, en la

    prctica problematizadora los educandos van desarrollando su poder de

    captacin y de comprensin del mundo.4 De esta manera, van desarrollando

    asimismo su capacidad de auto-reflexin y crtica, convirtindose en sujetos o

    agentes innovadores de nuevos cursos en la historia.

    2.3 Cuando la educacin intercultural se usa como un instrumento poltico de

    afirmacin intracultural acrtica, se convierte en un tipo de educacin

    bancaria y en un medio de domesticacin de las conciencias. Pierde as su

    dimensin liberadora. La educacin para la autonoma5 y la solidaridad es

    el horizonte en el que deberamos colocar a la educacin intercultural.

    En la educacin, es un contrasentido pretender combatir la imposicin y la

    invasin de la cultura hegemnica mediante la imposicin de las culturas y las

    lenguas de las poblaciones injustamente subalternas del pas. Hay que buscar

    una forma distinta de educar ms cercana de la educacin problematizadora

    para la autonoma que Freire postula, pues el respeto a la autonoma y a la

    dignidad de cada uno es un imperativo tico y no un favor que podemos o no

    concedernos unos a otros.6 El reconocimiento dialgico y positivo de la

    diversidad cultural es parte sustantiva de este imperativo tico, ya que la

    capacidad de dilogo verdadera, en la cual los sujetos dialgicos aprenden y

    crecen en la diferencia, sobre todo en el respeto, es la forma de estar siendo

    coherentemente exigida por seres que, inacabados, asumindose como tales, se

    tornan radicalmente ticos.7

    3. La interculturalidad de hecho y la interculturalidad como proyecto

    3.1 En educacin intercultural es esclarecedor hacer una diferencia entre la

    interculturalidad de hecho y la interculturalidad como proyecto. La primera se

    refiere a la manera en que se estn dando las relaciones entre las culturas en

    un contexto determinado. La interculturalidad como proyecto se refiere, antes

    3 Freire, P. (2008) Pedagoga del oprimido. Buenos Aires, Siglo XXI, p.74

    4 Idem., p. 89

    5 Entendemos la autonoma como la capacidad de las personas para elegir sus propios fines y modos de vida.

    6 Freire, P. (1996) Pedagoga de la autonoma. Mxico, SXXI, p. 59.

    7 Idem.

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    bien, a cmo deberan ser dichas relaciones y a partir de una normativa

    propone estrategias de superacin de la interculturalidad de hecho. Mientras

    que la interculturalidad de hecho alude a una aproximacin analtico-

    descriptiva, la interculturalidad como proyecto pone el nfasis en la

    aproximacin tico-poltica.

    3.2 En una educacin intercultural crtica y respetuosa de la autonoma, es

    importante que los educandos tengan la oportunidad de desarrollar una

    lectura analtica y crtica de la interculturalidad de hecho. Es decir, de las

    asimetras, potencialidades y obstculos que existen en la realidad para, desde

    all, elaborar una alternativa viable de superacin de la manera como se estn

    dando las relaciones interculturales de hecho.

    3.3 No se trata, pues, de partir de una utopa para aplicarla al contexto, sino partir

    del contexto para, examinndolo, buscar formas viables de mejoramiento de la

    situacin a travs de la deliberacin pblica y la accin concertada. En otras

    palabras, no se busca acercar lo real a lo ideal, sino de construir lo ideal a

    partir de las posibilidades de lo real.

    3.4 La interculturalidad como un proyecto anclado en la realidad es un

    proceso crtico-liberador que busca promover las condiciones necesarias

    de la deliberacin democrtica y el dilogo intercultural. Plantear la

    interculturalidad como utopa descontextualizada hacia la cual avanzar, sin

    tomar en cuenta las potencialidades y los obstculos de los diversos contextos

    interculturales que existen en nuestro pas, nos conduce a una quimera que,

    luego, es muy difcil de aterrizar en el aula. Por ello, es importante incluir

    en el marco curricular nacional los conocimientos fundamentales que

    deberan tener nuestros estudiantes sobre la interculturalidad de hecho

    para, desde all, entender y comprometerse con la interculturalidad como

    proyecto para todos.

    4. Interculturalidad utpica e interculturalidad crtica

    4.1 En educacin intercultural para todos la diferenciacin entre la

    interculturalidad de hecho y la interculturalidad como proyecto es tan

    importante como la diferenciacin entre el interculturalismo utpico y el

    interculturalismo crtico. Las diferencias entre ambos son sustantivas. El

    interculturalismo utpico busca promover el dilogo intercultural sin tocar las

    causas de la injusticia econmica, cultural y poltico. En cambio, el

    interculturalismo crtico parte de la visibilizacin crtica de la discriminacin

    tnica y de gnero, el racismo, la desigualdad econmica y la marginacin

    poltica como problemas articulados ,estructurales e histricos de la sociedad

  • 9

    peruana. La visibilizacin de las injusticias es el primer paso para superarlas.

    En otras palabras, la toma de conciencia de las injusticias distributivas,

    polticas y de reconocimiento como un todo interrelacionado y complejo es el

    punto de partida de una educacin intercultural liberadora para todos los

    peruanos y peruanas.

    4.2 Para hacer real el dilogo hay que empezar por visibilizar las causas del

    no dilogo. Hay que empezar por identificar las actuales causas contextuales

    de su inoperancia. Pero hay que entender dichas causas tambin desde una

    visin histrica. Para ello es importante empezar por incorporar las memorias

    de los excluidos, por visibilizar los conflictos interculturales del presente como

    expresin de una violencia estructural ms profunda, gestada a lo largo de una

    historia de desencuentros y postergaciones injustas. Esto no quiere decir, sin

    embargo, que sea imposible dialogar en medio del conflicto y la asimetra. Se

    puede conversar en condiciones adversas. No hay que esperar generar las

    condiciones ideales del dilogo para intentarlo. Pero, hay que ser consciente de

    las adversidades y los obstculos para no caer en falsos dilogos que desgastan

    y merman la credibilidad de la va democrtica.

    4.3 Desde este punto de vista es posible afirmar que la problemtica a la que se

    busca responder desde la educacin intercultural para todos es la existencia

    de la discriminacin cultural, de gnero y el racismo como obstculos

    para el ejercicio de la ciudadana y como problemas estructurales e

    histricos de la sociedad peruana.

    4.4 La discriminacin en el Per es un problema complejo. En primer lugar porque

    existen varios tipos de discriminacin que se cruzan muchas veces entre

    s. La discriminacin por procedencia geogrfica, por cultura, por gnero, por

    edad, por fenotipo, etc., es recurrente en el pas como en muchas partes del

    mundo. A nivel de la discriminacin cultural el problema es an ms complejo.

    Pues, si bien es cierto que hay discriminacin intercultural por parte de los

    costeos hacia los andinos, hay tambin discriminacin por parte de los

    andinos hacia los indgenas amaznicos8. La discriminacin que padecen los

    afrodescendientes lamentablemente ha sido prcticamente normalizada en

    el pas.9

    8 Hvalkof, S. (1992) La naturaleza del desarrollo: perspectivas de los nativos y de los colonos en el Gran

    Pajonal, en: Amazona Peruana, Tomo XI, N 21: 145-75

    9Defensora del Pueblo (2011) Los afrodescendientes en el Per: una aproximacin a su realidad y al ejercicio

    de sus derechos. Informe de Adjunta N 003-2011-DP/ADHPD. Lima: Defensora del Pueblo

  • 10

    4.5 Asimismo, existe discriminacin intracultural entre lites y grupos

    vulnerables al interior de una misma cultura. As, por ejemplo, hay

    discriminacin entre mistis, mestizos y campesinos10, mientras que en la

    Amazona no slo hay discriminacin entre mestizos e indgenas, sino entre los

    propios indgenas11. Las mujeres tambin experimentan discriminacin al

    interior de los pueblos de bosque y de ro de la Amazona y al interior de las

    comunidades de alta montaa en los andes centrales12. Existen tambin

    evidencias de que subsisten diversas formas de discriminacin sexual y de

    gnero en el conjunto de la sociedad peruana. Todos estos procesos sugieren

    que una misma persona puede ser al mismo tiempo discriminada y

    discriminadora por diversas razones.

    4.6 En ese sentido, no hay que dejar de tomar en cuenta en la educacin

    intercultural para todos que, en nuestro pas, se haya instalada la

    discriminacin y el racismo de doble va. Esto quiere decir que, as como

    hay un racismo activo, hay tambin racismos reactivos que

    retroalimentan los estereotipos que nos separan, generndose as un

    crculo vicioso que mina las posibilidades de una convivencia

    intercultural liberadora para todos. Estas actitudes exacerban las fracturas

    entre todos los peruanos e invisibilizan y erosionan los lazos que nos unen. De

    ese modo, se produce un escenario propicio para el despliegue de la violencia y

    el menosprecio entre las personas antes que para la cooperacin, la solidaridad

    y la reconciliacin social y poltica.

    4.7 Por ello, en lo que respecta a la interculturalidad como proyecto tico-poltico,

    la tarea de deconstruir los estereotipos y los prejuicios que estn en la

    base de la estigmatizacin recproca, la violencia y el racismo

    institucionalizados, es una tarea necesaria en una sociedad democrtica.

    Tanto los discriminados como los discriminadores que a veces pueden ser los

    mismos- deben aprender a asumir una tica del respeto y el reconocimiento

    del otro que se evidencie en la vida cotidiana y, adems, haga posible la

    deliberacin y el dilogo intercultural en el espacio pblico con la finalidad de

    sentar las bases de una convivencia democrtica dignificadora para todos.

    10

    De la Cadena, M. (2004) Indgenas mestizos: raza y cultura en el Cusco. Lima: IEP 11

    Belande, L.E. (2009) Gnero, sangre y memoria entre los pueblos amaznicos. Lima: UNMSM 12

    De la Cadena, M. (1991) Las mujeres son ms indias: etnicidad y gnero en una comunidad del Cusco. En: Revista Andina 1: 7-29

  • 11

    4.8 Desde una perspectiva macro-social, podemos decir que los retos que se

    le plantean a la educacin intercultural a los sectores histricamente

    discriminados y excluidos son diferentes de los retos que le plantean a

    los sectores que han normalizado implcita o explcitamente - la

    discriminacin y el racismo en sus discursos y prcticas sociales. Los

    primeros enfrentan el reto de afirmar su identidad cultural con apertura a la

    modernidad, asumiendo una posicin crtica frente a s mismos y frente a los

    problemas que la modernizacin les plantea a sus formas de vida en estrecha

    asociacin con sus territorios. Por su parte, los grupos hegemnicos enfrentan

    bsicamente el reto de asumir una posicin crtica frente a la cultura

    hegemnica que comparten para apreciar reflexiva y crticamente el aporte

    que los pueblos indgenas le han dado a toda la humanidad.

    5. La formacin de una ciudadana intercultural en una educacin para

    todos

    5.1 En un pas tan diverso culturalmente como es el Per, la educacin ciudadana

    debe ser intercultural. Educar para la ciudadana intercultural es formar

    ciudadanos y ciudadanas no slo conscientes de sus derechos sino capaces de

    luchar por su reconocimiento de manera pacfica en los espacios deliberativos

    de la sociedad. Espacios que suelen ser monoculturales y monolinges y que

    estn diseados desde la cultura hegemnica urbana castellano hablante.

    Ensear a deliberar en condiciones adversas para generar espacios pblicos

    inclusivos de la diversidad es la tarea fundamental de la educacin ciudadana

    intercultural para todos.

    5.2 Para que la educacin ciudadana intercultural en pases como el Per sea

    posible es muy importante partir de una concepcin tridimensional de la

    interculturalidad como proyecto. La concepcin unidimensional de la

    interculturalidad es insuficiente, porque los obstculos que encuentran los

    ciudadanos para ejercer su ciudadana plena son tanto de orden cultural, como

    de orden poltico y econmico. Los problemas de reconocimiento en nuestro

    pas se encuentran entrecruzados con los problemas distributivos y de

    participacin poltica. La respuesta debe ser articulada.

    5.3 En contextos de conflictividad como los que vivimos evitar el riesgo de la

    afirmacin intracultural negativa es de vital importancia en la educacin

    ciudadana intercultural. El encapsulamiento de las personas en sus

    tradiciones ancestrales es un error conceptual e histrico. Es un error

    conceptual, puesto que los grupos socioculturales indgenas, campesinos

    y afroperuanos no son pueblos sin historia, es decir, sin una historia

  • 12

    moderna y contempornea teida de luchas y contradicciones, de

    prdidas y ganancias, de aciertos y desaciertos. El esencialismo a-histrico

    nsito a la afirmacin intracultural ancestralista en modo alguno es

    interculturalidad. La interculturalidad es dilogo con la Modernidad y no

    rechazo en bloque de ella. La interculturalidad no fomenta un encapsulamiento

    y retorno a un pasado pre-hispnico idealizado que desacredita la apertura con

    la que las minoras y mayoras tnicas se han posicionado frente a la

    modernizacin. No confundamos un repliegue al pasado con la revaloracin de

    la memoria colectiva de un pueblo.13

    5.4 Lo propio de una cultura no se agota en lo exclusivo. Lo propio, la identidad de

    un pueblo, est formada por una diversidad de formas y concepciones que

    vienen de dentro y de fuera del grupo.14 Lo propio est constitudo por lo

    ancestral resignificado desde el presente y por las apropiaciones creativas de

    lo externo que los grupos culturales han realizado a lo largo de la historia. As

    por ejemplo, los andinos se han apropiado creativamente del arpa, del violn, y

    le han hecho cantar a dichos instrumentos msicas jams antes interpretadas.

    5.5 Sin embargo, el desafo ms grande para la sociedad peruana en su

    conjunto es que todos los grupos que la conforman analicen crticamente

    no slo aquello que los diferencia o los hace distintos, sino aquello que

    comparten y los hace partcipes de un proyecto democrtico participativo

    y representativo al mismo tiempo. La educacin intercultural en este

    sentido no incide slo en las diferencias sino tambin en las semejanzas,

    pero sin ocultar la diversidad realmente existente. Eso slo es posible

    mediante el ejercicio de una ciudadana intercultural basada en:

    a.) el reconocimiento recproco, es decir, en el respeto y la valoracin mutua

    - de las diferencias y

    b.) el reconocimiento recproco de la ciudadana, como aquello que nos hace

    semejantes a todos los peruanos y las peruanas.

    5.6 Tanto el reconocimiento de las diferencias como el de las semejanzas es

    la base de la construccin de una democracia intercultural posible y

    viable. Slo si al mismo tiempo que se reconocen las diferencias se hace lo

    propio con las semejanzas, es posible una sociedad plural basada en el

    reconocimiento democrtico.

    13

    Heise, M., F. Tubino & W. Ardito (1994) Interculturalidad: un desafo. Lima: CAAP, p.14 14

    Op. cit., p.16

  • 13

    5.7 Para que la ciudadana intercultural sea posible en la prctica, es de vital

    importancia generar la capacidad de agencia en los educandos. Por ello, es

    central en la educacin ciudadana intercultural el desarrollo de la capacidad

    de agencia. Es decir, de la capacidad de convertirse en sujetos activos que

    innoven con los otros - mediante la deliberacin compartida y la accin

    concertada- nuevos cursos en la historia.

    5.8 Los individuos comparten una identidad o igualdad jurdica basada en su

    dignidad y sus libertades fundamentales. Pero, eso no significa que la

    integracin indiferenciada y la asimilacin a las normas culturales dominantes

    sea el precio que ellos y ellas deben pagar en nombre de su reconocimiento. La

    aculturacin forzada impide el respeto mutuo, crea asimetras entre las

    diversas culturas y potencia la discriminacin, la opresin y las profundas

    desigualdades.15 Por ello el ejercicio de los derechos fundamentales y el

    respeto de los derechos de los otros pasa por el reconocimiento positivo

    de sus pertenencias culturales. En consecuencia, la condicin para el

    ejercicio de la ciudadana intercultural es el reconocimiento recproco de las

    diferencias que existen entre los diversos grupos o individuos de la sociedad.

    5.9 La ciudadana intercultural consiste, por lo tanto, en el ejercicio de los

    derechos fundamentales sobre la base del reconocimiento es decir, del

    respeto y la valoracin de la diversidad cultural, as como de la

    ciudadana o igualdad jurdica que todos los individuos comparten. Los

    individuos son diferentes en funcin de sus identidades culturales, pero son

    iguales desde el punto de vista de esa identidad compartida que han ganado

    mediante el reconocimiento de su dignidad y el ejercicio de sus libertades

    fundamentales en la vida social y poltica. Una ciudadana indiferente a la

    diversidad cultural o social no es en modo alguno intercultural, pero tampoco

    lo es una ciudadana que slo exacerba las diferencias y desigualdades, y hace

    caso omiso a las semejanzas entre los ciudadanos y las ciudadanas del pas y

    del mundo. La ciudadana intercultural no les sustrae a los individuos o

    pueblos sus diferencias en nombre del reconocimiento de su igualdad

    jurdica, pero tampoco invisibiliza sus semejanzas en nombre del

    reconocimiento de su especificidad.

    5.10 La educacin intercultural para todos tiene la finalidad de formar a

    los y las estudiantes de todo el pas en el ejercicio de una ciudadana

    intercultural, basada en el respeto autntico y recproco que debe haber

    entre todas las personas de diversas culturas. Esta es la nica manera de 15 Young, I. (1990) Justice and the politics of the difference. New Yersey: Princeton University Press

  • 14

    poder asegurar en el futuro una convivencia democrtica y dignificante en una

    sociedad asimtrica y plural como la nuestra.

    6. El dilogo intercultural como dilogo de sensibilidades, de saberes y de

    espiritualidades.

    6.1 Los retos sealados en la seccin precedente slo se pueden asumir en

    trminos prcticos mediante la institucionalizacin del dilogo intercultural.

    Dilogo quiere decir separar para poder conversar, argumentar y discutir. En

    ese sentido, dialogar implica conversar con otros, argumentando y separando

    los sentidos o significados de las palabras. El dilogo intercultural implica,

    por un lado, reconocer los diferentes puntos de vista, las concepciones

    valorativas o socioculturales que estn en juego, las sensibilidades y las

    distintas maneras de abordar los problemas en cada caso. Pero tambin

    implica, por otro lado, la posibilidad de hallar juntos un punto de vista

    ms amplio de las cosas y de los temas en cuestin, no como algo que los

    individuos ya haban determinado con anterioridad al dilogo, sino como

    resultado del autoexamen crtico, la disposicin para escuchar y el acto

    de colocarse en el lugar del otro. En este proceso, se presupone que los

    interlocutores procedentes de diversas culturas, mediante diversas

    traducciones y aclaraciones mutuas, son capaces de ponerse en el lugar del

    otro y estn dispuestos a organizar mutuamente la cooperacin social y

    poltica.

    6.2 Aunque el dilogo intercultural no se limita a la educacin, es, sin embargo,

    inherente a todo proceso pedaggico basado en el reconocimiento recproco de

    la dignidad y la autonoma del otro. Como proceso problematizador y

    liberador, el dilogo intercultural en la educacin debe fundarse en la

    auto-reflexin crtica, as como en la predisposicin afectiva y cognitiva,

    para comprender el horizonte de sentido y los significados de las

    palabras y las prcticas sociales del otro. Slo cuando ambas partes toman

    distancia crtica de sus propios referentes culturales es cuando estn en

    condiciones de aprender del otro recprocamente.

    6.3 El dilogo presupone el reconocimiento mutuo de las semejanzas y

    diferencias en los diversos contextos de comunicacin. Slo as es posible

    desarmar los prejuicios y los estereotipos de la discriminacin que impiden la

    comunicacin en situaciones adversas, as como construir relaciones sociales

    basadas en el respeto, la valoracin y la cooperacin mutua entre las diversas

    formas de vida del pas.

  • 15

    6.4 Para que sea posible el dilogo intercultural en contextos pluriculturales

    adversos se debe partir de un anlisis crtico de la realidad. Dicho anlisis

    es necesario para luego explorar posibilidades ticas de reconocimiento que

    permitan el manejo pacfico de los conflictos y la convivencia democrtica

    entre ciudadanos que se respetan como tales.

    6.5 El dilogo es un proceso intersubjetivo que abarca no slo aspectos

    cognitivos, sino tambin afectivos, espirituales y actitudinales. El dilogo

    intercultural como respuesta al conflicto estructural que vivimos involucra

    varios aspectos: epistemolgico, tico, esttico y espiritual.

    6.6 Desde un enfoque intercultural, el dilogo de saberes no se reduce a la

    recuperacin de los saberes tradicionales. Esto es sin duda importante

    como punto de partida, ms no como punto de llegada. El punto de

    llegada debe ser el inter-aprendizaje y la generacin de sinergias entre

    los conocimientos tradicionales y modernos.

    6.7 La incorporacin de los saberes locales no consiste simplemente en

    recuperar dichos conocimientos para que sean aprendidos por los y las

    estudiantes de manera paralela a los conocimientos propios de la

    historiografa, la filosofa y las ciencias modernas. La tarea comporta otras

    exigencias:

    En primer lugar, la comprensin y el anlisis de los saberes locales deben

    partir de la investigacin y el reconocimiento de los rasgos principales de la

    cultura y la sociedad particular de la que proceden para entender el horizonte

    de sentido del que parten y los mbitos de vida a los que dan respuesta y

    pretenden organizar.

    En segundo lugar, se debe generar un dilogo de saberes que permita al

    alumno y a la alumna identificar la lgica de ese saber en su forma de pensar o

    en su vida misma, y cuestionarla con otro punto de vista que d respuesta al

    mismo problema. Apropiarse de los saberes tradicionales y cientficos requiere

    del involucramiento en las formas en que estos saberes se plasman.

    En tercer lugar, si bien los aportes que representan los saberes locales y los

    saberes cientficos son respuestas a preguntas y necesidades distintas del ser

    humano en contextos determinados, el dilogo intercultural implica

    mostrar la complementariedad y sinergia que existe entre los diversos

    saberes, de modo que le permitan a los alumnos ser capaces de

    apropiarse crticamente de ellos, recrendolos y renovndolos a lo largo

    de todo su proceso de formacin. El dilogo de saberes presupone no slo

  • 16

    que hay distintas maneras de comprender y organizar la realidad, sino que los

    individuos y pueblos de diversas culturas comparten el mismo esfuerzo

    anlogo de comprender el mundo y comprenderse a s mismos en el mundo.

    En otras palabras, el dilogo de saberes no se conforma con el fortalecimiento

    acrtico de los saberes locales ni reconoce valor superior a algunos de ellos en

    detrimento del otro. Evita la fascinacin por cualquier tipo de saber y, ms

    bien, busca el desarrollo de criterios propios e individuales que les sirvan a las

    personas para formar su identidad a travs del autoexamen y se formen una

    opinin crtica, reflexiva y flexible sobre las principales cuestiones de la vida y

    los problemas de la sociedad.

    Pero, el dilogo intercultural no se limita al dilogo de saberes. Es tambin un

    dilogo de ticas, sensibilidades y espiritualidades. El dilogo intercultural es

    un proceso intersubjetivo en el que se ponen en juego valores substanciales,

    estticas y diversas concepciones de lo sagrado. El dilogo intercultural

    involucra, por lo tanto, todas las dimensiones que comprende un proceso

    intersubjetivo.

    6.8 Esta concepcin multidimensional del dilogo intercultural tiene repercusiones

    importantes para una educacin problematizadora orientada a la formacin

    integral de los estudiantes. En el escenario actual, se observa una tendencia a

    salir de una educacin centrada en conocimientos hacia una educacin

    centrada en actitudes. No obstante, el cultivo de actitudes ticas de apertura y

    respeto a la diversidad requiere tambin de actitudes reflexivas y

    conocimientos analticos y crticos de la diversidad cultural, y viceversa. La

    educacin intercultural para todos slo es posible superando el disloque

    o la separacin entre una educacin centrada en los conocimientos y otra

    centrada en las actitudes. De la misma manera, esta educacin debe

    superar el paralelismo y las asimetras entre formas de conocimiento,

    ticas, sensibilidades y espiritualidades, con el fin de establecer un sano

    equilibrio entre todas las dimensiones de la subjetividad y asegurar el

    dilogo intercultural como un proceso intersubjetivo multidimensional.

    6.9 Estos aprendizajes deben adiestrar a los y las estudiantes para asumir la

    responsabilidad de cooperar en el debate y la solucin de los problemas locales

    e internacionales a partir de compromisos ticos con la justicia, la paz mundial

    y el cuidado del medio ambiente.

    6.10 Los docentes y los estudiantes deben aprender a reconocer que todo dilogo

    sincero y honesto entre las partes supone asumir un consenso o acuerdo

  • 17

    posible. Finalmente, deben aprender a reconocer que el dilogo intercultural

    debe estar presente durante el mismo proceso pedaggico.

    6.11 Para cumplir con esta tarea, es importante evitar la folklorizacin de la

    educacin intercultural, es decir, la reduccin de la diversidad a sus

    manifestaciones exteriores. El principal problema de la folclorizacin de las

    culturas es que se limita a proporcionar una visin superficial de las mismas, sin

    dar cuenta de las perspectivas, las ticas, las sensibilidades y espiritualidades

    presentes en ellas.

    7. El dilogo intercultural en el marco curricular nacional y su

    diversificacin

    7.1 En el mbito educativo, la organizacin del dilogo intercultural en el proceso

    pedaggico es tarea del marco curricular nacional, pero tambin de los diseos

    curriculares regionales. El marco curricular nacional debe evidenciar la riqueza

    que alberga la biodiversidad y pluriculturalidad del pas, y dar las directrices

    generales en base a las cuales los diseos curriculares regionales deben

    posibilitar dicho dilogo.

    En efecto, la educacin intercultural para todos aspira a interculturalizar

    el marco curricular nacional para que luego ste sea diversificado,

    adecundolo a las caractersticas socioculturales de las diversas regiones.

    En consecuencia, el marco curricular nacional debera establecer las lneas

    directrices sobre las que los diseos curriculares regionales tendran que

    centrarse para hacer posible de acuerdo a las caractersticas contextuales

    los aprendizajes fundamentales en interculturalidad para todos.

    7.2 En ese sentido, es importante diferenciar entre interculturalizar el marco

    curricular y diversificarlo. Diversificar es adaptar. La inclusin de los

    conocimientos locales es una parte constitutiva de esta adaptacin, esto eso,

    de la diversificacin del marco curricular nacional. Pero, por principio, no se

    puede confundir ese proceso con lo que implica construir un currculo para

    todos los estudiantes del pas, porque ello supondra caer en la tentacin de

    confundir un modelo que se aplica para un contexto regional o local particular

    con un marco curricular general que debe valer para todos, cualquiera sea el

    contexto en el que los y las estudiantes se formen. No se puede oponer a un

    marco curricular monocultural otro marco cuyo contenido est exclusivamente

    basado en una cultura particular.

    Es cierto que se puede diversificar un marco curricular monocultural, pero lo

    que se busca ahora, sin embargo, no es eso: es interculturalizar el marco

  • 18

    curricular nacional. Ello implica identificar los aprendizajes fundamentales

    de interculturalidad, es decir, el mnimo comn denominador a nivel de

    conocimientos, actitudes y habilidades a las que deben tener la

    oportunidad de acceder nuestros estudiantes al concluir el nivel inicial, el

    nivel primario y el nivel secundario. Para plantear qu aprendizajes

    fundamentales en interculturalidad se deben incluir en el marco curricular

    nacional, es til recordar la distincin entre la interculturalidad de hecho y la

    interculturalidad como deber-ser, as como la distincin entre el

    interculturalismo utpico y el interculturalismo crtico. Creemos que el reto

    que tenemos es el de incorporar la interculturalidad en el marco

    curricular nacional tanto como problema como posibilidad, como hecho

    real y como propuesta tica (a nivel de actitudes)16 y ciudadana (a nivel de

    ejercicios de derechos y participacin en los espacios y en los debates pblicos,

    a partir del reconocimiento positivo de la diversidad cultural).

    8. El lugar de las lenguas en una educacin intercultural para todos

    8.1 La cuestin de la lengua en la EIB ha sido bastante discutida en las ltimas

    dcadas. Sin embargo, el reto es mayor pues la educacin que aqu

    proponemos no est dirigida slo a las poblaciones indgenas o campesinas,

    sino al conjunto de los estudiantes de la EB de todo el pas.

    8.2 La educacin debe ser primero intercultural, y debe ser bilinge cuando

    lo intercultural as lo demande. Esto quiere decir que la base de la relacin

    entre las culturas debe ser el respeto y la valoracin recproca de las libertades,

    las opciones de sentido y los proyectos ciudadanos de los sujetos sociales.

    Como dice Carlos Ivan Degregori, el trmino clave aqu es 'intercultural'.

    Puede la educacin no ser necesariamente bilinge. En regiones rurales o

    urbanas donde no se hablan idiomas indgenas, sera contraproducente obligar

    a los habitantes a aprenderlas, salvo aquellos que lo quieran hacer de manera

    voluntaria y/o por razones laborales. Pero la interculturalidad implica una

    educacin al mismo tiempo respetuosa de las diferencias y que pone nfasis en

    los intercambios culturales, las fertilizaciones mutuas...17.

    En ese sentido, una educacin intercultural puede no ser bilinge,

    mientras que una educacin bilinge obligatoria puede no ser

    intercultural. Segn Degregori, la educacin intercultural debe permitir:

    16

    Se refiere a virtudes ticas como la deliberacin y la prudencia. 17

    Degregori, Carlos Ivn. Per: Identidad, nacin y diversidad cultural.

  • 19

    a) acabar con la educacin homogenizadora/aculturadora, abrirse a la

    pluralidad, reconocer que las otras culturas 'no hegemnicas' tienen los

    mismos derechos, son parte y enriquecen el patrimonio cultural del pas; y

    b) evitar al mismo tiempo las polarizaciones intiles, recalcando los puentes

    y las interrelaciones entre las diferentes culturas.

    8.3 Conviene recordar que la revalorizacin de las lenguas y las culturas es

    importante en tanto contribuye a fortalecer la auto-estima y el auto-

    respeto de las personas. De lo que se trata es de asegurar una apropiacin

    selectiva y crtica de las ofertas de la Modernidad a partir de la valorizacin de

    la identidad cultural de pertenencia, sabiendo que dicha identidad es histrica,

    situacional, mltiple y no se limita a lo ancestral.

    8.4 Por eso, para discernir una propuesta consistente con la tarea encomendada,

    es preciso considerar algunos aspectos que merecen ser ms estudiados. En

    principio, es importante decir que para que el bilingismo tenga sentido

    dentro de la escuela debe tenerlo al mismo tiempo fuera de ella. Esto

    quiere decir que para que el aprendizaje de la lecto-escritura de nuestras

    lenguas originarias tenga sentido debe aplicarse simultneamente una

    ley de lenguas que les garantice a dichas lenguas funciones pblicas en

    aquellos espacios en que son mayoritariamente Lengua 1.

    8.5 En segundo lugar, no se puede pretender plantear una frmula aplicable a

    todos los casos. El Per es un pas muy complejo y el posicionamiento de las

    poblaciones y los sujetos sociales con respecto al aprendizaje de una o ms

    lenguas puede variar segn el caso. En todo caso, los individuos deben tener

    las condiciones institucionales para poder elegir y tener la oportunidad

    de aprender determinadas lenguas, y no la obligacin de aprenderlas

    mediante coacciones externas. En ese sentido, la respuesta al problema

    lingstico debe hacerse de acuerdo a los retos de cada contexto.

    8.6 En tercer lugar, es preciso reconocer los diversos grados de bilingismo que

    ya existen o se han ido instituyendo en diversos espacios regionales en

    las ltimas dcadas. Los y las estudiantes llegan al aula con los

    conocimientos previos de un bilingismo pasivo y se desempean con

    mayor soltura en castellano.18 Sin embargo, los especialistas se han

    dedicado a sealar que los nios de determinada comunidad tienen como

    Lengua 1 al castellano o a la lengua indgena, como si no cupiera la posibilidad

    18

    Zariquiey, R. (2004) Contactos entre quichua y castellano en la cuenca peruana del ro Napo: aspectos histricos, gramaticales y sociolingsticos. Tesis de licenciatura. Lima: PUCP

  • 20

    de que ambas lenguas se adquirieran casi simultneamente, generando

    situaciones en las que se aprecia una gradacin en lo que toca al manejo de

    ambas lenguas por parte de los nios.19 Entonces, se requiere proponer

    algunas lneas de accin que sean consistentes con esa tarea.

    8.7 Finalmente, hay que considerar que, en una sociedad multilinge como la

    nuestra, existen diferentes lenguas a las que se asigna no slo diferentes

    funciones sociales o pblicas en diversos espacios, sino tambin distintos

    estatus. La diglosia, que alude a la asimetra o subordinacin de estatus

    entre variedades lingsticas, expresa una distribucin no equitativa de

    las funciones que las lenguas desempean en la organizacin social. En

    ese sentido, el hecho de que las lenguas indgenas se institucionalicen en la

    prctica pedaggica de la educacin bsica no garantiza la eliminacin de las

    jerarquas de estatus que existe entre ellas y otras lenguas de uso. Las

    relaciones entre lenguas deben ser consideradas como relaciones

    socioculturales y de poder que se producen en contextos ms amplios que el

    mbito escolar.20 Slo si al mismo tiempo una determinada lengua es

    funcional en la organizacin social, es decir, si tiene un uso eficaz dentro

    de una estructura social, puede cumplir su objetivo en la educacin, pues

    otorga a los estudiantes la conviccin de que dicha lengua ser empleada.

    8.8 En consonancia con ello, las polticas culturales orientadas a re-evaluar o

    elevar el estatus de una lengua deben considerar no slo que la lengua es una

    dimensin de la prctica que difcilmente se somete a controles externos, sino

    que no es independiente de la estructura econmica y los procedimientos de

    decisin poltica al interior de los cuales opera. Mediante una lengua, los

    sujetos sociales definen o negocian sus aspiraciones e interacciones sociales,

    sus intercambios y sus relaciones de poder. La lengua, en su uso social,

    guarda estrecha vinculacin con el acceso y el reparto de recursos y

    oportunidades, as como con el ejercicio de la ciudadana y la

    deliberacin en el espacio pblico.

    8.9 Mientras una lengua no sirva para la prctica social y poltica, y no cuente

    con la participacin y el asentimiento de los afectados en los procesos de

    deliberacin pblica, difcilmente podr ser eficaz para los propios

    actores sociales. Para que la enseanza de la lengua en lecto-escritura tenga

    sentido dentro del aula, debe tenerlo en los diversos mbitos de la vida social.

    19

    Idem 20

    Howard, R. (2007) Por los linderos de la lengua: ideologas lingsticas en los Andes. Lima: IEP/IFEA/PUCP

  • 21

    Eso quiere decir que hay procesos extralingsticos que juegan un papel

    central en lo lingstico.

    8.10 Es, por tanto, una tarea de toda democracia pasar de una concepcin de

    la interculturalidad basada en las lenguas a una concepcin

    multidimensional de la interculturalidad que parte del anlisis crtico de

    las diversas injusticias que condicionan o determinan el uso social de las

    mismas.

    8.11 Desde una concepcin multidimensional de la interculturalidad

    podemos decir que na educacin intercultural para todos es una

    educacin que debe servir para la formacin autnoma y libre de las

    identidades, el ejercicio pleno de la ciudadana y el acceso a recursos y

    oportunidades econmicas. En una educacin para la autonoma, todos

    estos aspectos deben ser plenamente considerados.