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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERIA Y ARQUITECTURA
UNIDAD TECAMACHALCO
SECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN
PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN: Ciudades y Procesos Urbanos (874)
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN:
Escenopólis. La urbanización impulsada por las artes escénicas en el siglo XXI.
Registro asignado por la SIP: 20082700
Director del proyecto: Dr. Ricardo Antonio Tena Núñez.
Profesores investigadores:
MC. José Antonio García Ayala.
Antrop. Felipe Heredia Alba
MC. Arturo España Caballero
MC. Ricardo Gómez Maturano
Becarios PIFI:
Cinthya Yazmín Hernández Granja (Maestría)
Gabriela Díaz Loaeza (Maestría)
Cristy Monserratt Sánchez Ramos (Licenciatura)
Prácticas Profesionales:
Jorge Cabral García (Licenciatura).
Jorge Mario Pérez Domínguez (Licenciatura).
Servicio Social: Enrique Jiménez García (Licenciatura).
Tesista: José Javier Hernández Hernández
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Índice. Página
Introducción.
Parte I. Formas, circuitos y escenarios del tiempo libre en la Ciudad de México.
1.1.- Distrito Federal, entretenimiento y urbanización en el siglo XXI.
1.1.1.-Emergencia y ocaso de la ciudad industrial.
1.1.2.- La tercerización en la Ciudad de México.
1.1.3.- Entretenimiento masivo y tercerización en el Distrito Federal.
1.1.4.- El negocio del espectáculo y el cine.
Parte II.- Pantalla de cristal: la urbanización sociocultural del séptimo arte en la Ciudad de México.
2.1.-De las carpas a las salas fragmentadas: origen y desarrollo de las salas cinematográficas. (Felipe)(Histórico 1896-1970).
2.2.-Vamos al cine: los circuitos del cine y la distribución de espacios cinematográficos.
2.3.- La Ciudad de México como personaje fílmico y el cine como producto cultural.
2.4.- El FICCO y el circuito cine de arte.
2.4.1.- El Foro Charles Linbergh: las exhibiciones al aire libre.
2.4.1.1.- Ubicación y contexto urbano.
2.4.1.2.- Origen y desarrollo.
2.4.1.3.- Escenario.
2.4.1.4.- Actores y reglas.
2.4.1.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
2.4.1.6.- La Visión del aficionado.
2.4.2.- El Cinemex Real: un acercamiento de las salas comerciales.
2.4.2.1.- Ubicación y contexto urbano.
3
2.4.2.2.- Origen y desarrollo.
2.4.2.3.- Escenario.
2.4.2.4.- Actores y reglas.
2.4.2.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
2.4.2.6.- La Visión del aficionado.
2.4.3.- La Cineteca Nacional: el santuario del cine.
2.4.3.1.- Ubicación y contexto urbano.
2.4.3.2.- Origen y desarrollo.
2.4.3.3.- Escenario.
2.4.3.4.- Actores y reglas.
2.4.3.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
2.4.3.6.- La Visión del aficionado.
2.5.- Los antiguos palacios y el cine barrial.
2.5.1.- El Cine Teresa y el corredor del sexo virtual en el Eje Central.
2.5.1.1.- Ubicación y contexto urbano.
2.5.1.2.- Origen y desarrollo.
2.5.1.3.- Escenario.
2.5.1.4.- Actores y reglas.
2.5.1.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
2.5.1.6.- La Visión del aficionado.
2.5.2.- El Cine Venustiano Carranza y el corredor del tiempo libre de Fray Servando.
2.5.2.1.- Ubicación y contexto urbano.
2.5.2.2.- Origen y desarrollo.
2.5.2.3.- Escenario.
2.5.2.4.- Actores y reglas.
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2.5.2.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
2.5.2.6.- La Visión del aficionado.
2.6.- Nuevas formas de exhibir el cine y las salas hiperreales.
2.6.1.- El Papalote Museo del Niño: la megapantalla IMAX.
2.6.1.1.- Ubicación y contexto urbano.
2.6.1.2.- Origen y desarrollo.
2.6.1.3.- Escenario.
2.6.1.4.- Actores y reglas.
2.6.1.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
2.6.1.6.- La Visión del aficionado.
2.6.2.- El Cinemex Santa Fé IMAX Theater.
2.6.2.1.- Ubicación y contexto urbano.
2.6.2.2.- Origen y desarrollo.
2.6.2.3.- Escenario.
2.6.2.4.- Actores y reglas.
2.6.2.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
2.6.2.6.- La Visión del aficionado.
Parte III. Teatro, ópera, danza y circo: la urbanización sociocultural de las artes escénicas en vivo en la Ciudad de México.
3.1.- De las carpas a los grandes foros: origen y desarrollo de los escenarios para las artes escénicas en vivo.
3.2.- Un paseo por el mundo de las artes escénicas en vivo: circuitos y distribución de espacios artísticos.
3.3.- Las artes escénicas en vivo como productos culturales.
3. 4 Las artes escénicas en vivo y la alta cultura.
3.4.1.- El Auditorio Nacional, escenario de la opera y la danza.
3.4.1.1.- Ubicación y contexto urbano.
5
3.4.1.2.- Origen y desarrollo.
3.4.1.3.- Escenario.
3.4.1.4.- Actores y reglas.
3.4.1.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
3.4.1.6.- La Visión del aficionado.
3.4.2.- El Teatro Hidalgo y el teatro de arte.
3.4.2.1.- Ubicación y contexto urbano.
3.4.2.2.- Origen y desarrollo.
3.4.2.3.- Escenario.
3.4.2.4.- Actores y reglas.
3.4.2.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
3.4.2.6.- La Visión del aficionado.
3.5.-Las artes escénicas en vivo y el ámbito popular.
3.5.1.- El Circo Unión y las artes itinerantes.
3.5.1.1.- Ubicación y contexto urbano.
3.5.1.2.- Origen y desarrollo.
3.5.1.3.- Escenario.
3.5.1.4.- Actores y reglas.
3.5.1.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
3.5.1.6.- La Visión del aficionado.
3.5.2.- El Teatro Venustiano Carranza y el teatro barrial.
3.5.2.1.- Ubicación y contexto urbano.
3.5.2.2.- Origen y desarrollo.
3.5.2.3.- Escenario.
3.5.2.4.- Actores y reglas.
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3.5.2.5.- Dinámica de las prácticas urbanas.
3.5.2.6.- La Visión del aficionado.
4. Conclusiones.
5. Bibliografía.
6. Hemerografía.
7. Mediografía.
8. Anexo 1: Mapas de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
9. Anexo 2: Planos de escenarios y dinámicas culturales.
10. Anexo 3: Registros fotográficos.
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Introducción.
En la actualidad los procesos de urbanización de la mayor parte de las ciudades, en
particular las del primer mundo, se encuentran cada vez más determinados por la
dinámica impuesta por el sector terciario de la economía, referida por algunos autores
como terciarización o servialización, dejando atrás a la industria como la principal
impulsora del crecimiento y la urbanización, poniendo en primer plano a negocios
relacionados con los servicios financieros, de comunicación y de entretenimiento, entre
muchos otros, que se han servido de los avances tecnológicos en el ámbito de las
comunicaciones y trasportes, movidos y estimulados por los grandes flujos de capital y
de información a nivel global.
A lo anterior se suma la creciente importancia que ha cobrado el tiempo libre en
la vida cotidiana de los ciudadanos que habitan las grandes urbes, ya que en los últimos
años cuentan con mas tiempo para ocuparlo en actividades relacionadas con la
recreación, gracias también a los avances tecnológicos que han permitido disminuir los
tiempos de trabajo e incrementar el tiempo de descanso y recreación. Así, el incremento
del tiempo libre y su ocupación con alguna actividad, desde la segunda mitad del siglo
XIX fue visto por el capital, como una oportunidad para hacer negocio con en él,
buscando hacer negocio con el ocio; así surgieron las primeras ligas profesionales de
béisbol en los Estados Unidos de América y fútbol en Europa, o los primeros circos
profesionales en México y el mundo, por mencionar algunos casos.
Sin embargo, no es sino hasta finales del siglo XX que el proceso de
globalización en el que estaba inmerso el mundo pudo transformar a estas industrias en
verdaderas empresas internacionales: ahora es posible seguir los partidos de las
principales ligas europeas a través de la televisión de paga o simplemente estar
informado de lo que acontece en ellas a través de los web-sites de internet, un cantante
puede subir su más reciente producción musical a la red y este material puede ser
escuchado en muchas partes del mundo, que antes no tendrían acceso.
Aspectos como los anteriormente descritos han permitido instalar al
entretenimiento como una actividad obligada en el estilo de vida de los habitantes de las
grandes urbes, elementos indispensables para conformar o fortalecer identidades y lazos
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sociales en muchas comunidades. Pareciera ser que el entretenimiento ha penetrado
tanto en la vida de los ciudadanos que sería imposible entenderlos sin él, y mucho
menos a las ciudades que han forjado, sobre todo cuando algunos fragmentos de estas se
han convertido en verdaderos polos de desarrollo de la industria cultural, solo basta con
mencionar los casos de Hollywood y la industria del cine en la Ciudad de los Ángeles,
Broadway en la industria teatral en Nueva York, los casinos en las Vegas, los Ángeles y
Orlando con Disneylandia y Disney World, e incluso se podía mencionar a nivel
latinoamericano a la Ciudad de México como sede de las más importantes empresas de
televisión y radio, entretenimiento fuera de casa y exhibición cinematográfica de habla
hispana.
Para la Ciudad de México estos casos no son aislados, desde la época virreinal
ha sido el epicentro del tiempo libre, como testimonio queda la Alameda Central que ha
marcado la pauta a los modelos de parques y jardines públicos, o los múltiples patios de
maromas, palenques y plazas de toros que estuvieron diseminados por distintos rincones
de la urbe. Pero no es sino hasta la época porfiriana cuando hubo un incremento en el
numero de sitios destinados al tiempo libre, gracias a la política pública de rehabilitar y
construir nuevos parques y jardines por toda la ciudad como parte del saneamiento que
debía tener la misma, bajo el imaginario de la modernidad en la que se pensaba debería
estar inmersa, ejemplos de lo anterior son las primeras colonias y fraccionamientos
modernos, como la Juárez, o espacios públicos como la Alameda de Santa María la
Rivera o el mismo Bosque de Chapultepec (en su primera sección).
Pero este desarrollo de los espacios del tiempo libre no se restringieron
únicamente ofrecer espacios de ocio, también hubo un incremento de los espacios de
entretenimiento, principalmente los teatros como el Colón o el Esperanza Iris muchos
de los cuales también fueron utilizados para albergar las primeras funciones de cine, el
nuevo avance tecnológico multimedia que revolucionaria no solo a las industrias
culturales sino la vida y la visión de los ciudadanos a nivel mundial. A esto se sumó la
llegada de nuevos espectáculos como las carreras de caballos que tuvieron sedes como
los hipódromos de Peralvillo y de la Condesa, así como la llegada de distintas
disciplinas deportivas como el boxeo, el futbol, el futbol americano y el beisbol, entre
otras, que pronto serian internalizadas en el gusto de la sociedad mexicana, plantando la
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semilla de lo que serían en algunos casos poderosos circuitos de entretenimiento durante
el siglo XX.
La Revolución Mexicana frenó el crecimiento y consolidación de muchas de
estas actividades, hasta que los gobiernos posrevolucionarios –en la concepción del
Estado de Bienestar y con la idea de modernizar nuevamente a la ciudad-, impulsaron
políticas públicas encaminadas a fortalecer el equipamiento destinado al tiempo libre de
las clases trabajadoras, testimonios de los anterior son múltiples, basta con mencionar la
construcción de innumerables, como el Deportivo Venustiano Carranza o la Ciudad
Deportiva, o la inauguración de los centros culturales y teatros por parte de instituciones
públicas como el IMSS o el INBA, los teatros Legaria, Julio Castillo e Independencia,
el Auditorio Nacional o los ubicados en el Centro Cultural del Bosque, entre otros.
Por su parte los inversionistas privados también fueron construyendo sitios
destinados al entretenimiento masivo, basta con mencionar las múltiples salas
cinematográficas, estadios de futbol, béisbol, clubs deportivos, hipódromos que se
construyeron en la primera mitad del siglo XX. Un nuevo impulso trajo consigo la
llegada de eventos internacionales, principalmente deportivos que demandaron la
construcción de nuevos equipamientos para poderlos albergar, tal es el caso de los
Juegos Panamericanos de 1951 y el Velódromo del Deportivo Plutarco Elías Calles, los
Juegos Olímpicos de 1968 con los complejos deportivos: el Velódromo Agustín Melgar,
el Palacio de los Deportes, la Alberca Francisco Márquez y el Gimnasio Juan de la
Barrera, por mencionar algunos casos representativos relacionados con este tipo de
eventos.
Claro estos procesos resultan ser muy complejos y cada uno de los circuitos de
entretenimiento que actualmente existen en la Ciudad de México y su zona
metropolitana, guardan desarrollos muy distintos y han sido desarrollados por actores
muy diferentes que van desde el Estado en sus distintos niveles de gobierno, hasta
diferentes tipos de inversionistas y grupos empresariales privados. Sin embargo, si se
puede constatar que hoy en día la Ciudad de México concentrar la mayor cantidad de
equipamiento destinado al tiempo libre y en especifico al entretenimiento del país, no
existe ninguna ciudad de la república que concentre el número de jardines, alamedas,
parques, centros deportivos, salas de cine, teatros, foros, estadios de futbol, centros
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culturales, centros de apuestas, parques de diversiones, arenas de lucha, centros de
espectáculos, museos e incluso carpas de circo como las que tienen su sede aquí.
Pero no solo es el aspecto cuantitativo, sino que la propia Ciudad de México
destaca en el aspecto cualitativo, basta con mencionar que las más importantes escuelas
de artes escénicas tienen su sede en el CENART ubicado al sur de la urbe, así como el
principal escenario de las artes escénicas del país, el Palacio de Bellas Artes; el
Hipódromo de las Américas el único de su tipo en el país; la Pista de Remo y Canotaje
Virgilio Uribe considerada la mejor de México; Six Flags considerado el parque de
diversiones más grande de Latinoamérica; la Ciudad Deportiva la más grande en
Latinoamérica de su tipo; el Auditorio Nacional el mejor centro de espectáculos del
mundo e incluso el Bosque de Chapultepec el bosque urbano más grande de la tierra; y
muchos más recintos que han sido apropiados culturalmente por los ciudadanos
transformándolos en lugares de alta significación, geosímbolos, que actualmente tienen
la categoría de templos del entretenimiento dependiendo de la actividad o disciplina de
la cual son representativos, tales son los casos del Estadio Azteca considerado la
catedral del futbol; la Arena México, catedral de la lucha libre; el Autódromo Hermanos
Rodríguez, catedral del automovilismo deportivo; el Palacio de los Deportes catedral del
basquetbol; la Arena Coliseo catedral del box, el Velódromo Olímpico Agustín Melgar.
Es así como todo este equipamiento destinado al tiempo libre y sobre todo al
entretenimiento, ha podido establecer a los circuitos emanados de estas industrias
culturales como elementos que marcan las pautas de la urbanización sociocultural de la
Ciudad de México, un aspecto que se ha trabajado en anteriores investigaciones que
reflejaban no solo la relación entre la cultura urbana y el entretenimiento, sino como el
vinculo entre ambos a permitido estructurar toda una continuidad de prácticas
recreativas o complementarias a estas, sin la cual muchos fragmentos de la urbe no
tendrían una lógica dentro de su funcionamiento social y espacial debido a que son las
manchas culturales y los pedazos que contienen y con los que se articulas los que dan
sustento a los imaginarios y los ambientes culturales que los caracterizan.
En este sentida la investigación urbana titulada “Escenópolis. La urbanización
impulsada por las artes escénicas” (No. de Registro SIP: 874) tuvo como objetivo
estudiar el impacto de la urbanización de los espacios de entretenimiento fuera de casa
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destinados a los espectáculos escénicos masivos en la Zona Metropolitana de la Ciudad
de México, lo que sirvió para analizar el impacto de este tipo de sitios y las actividades
que albergan en el proceso de urbanización con base en las pautas culturales,
económicas, políticas y territoriales impulsadas por las industrias culturales del cine, el
teatro, la danza, la opera y el circo, que moldean a la urbe capitalina en el siglo XXI.
De forma que la investigación urbana no solo se enfoco a caracterizar la
distribución territorial de los escenarios destinados a las artes escénicas, sino que
principalmente se pretendió entender cuáles son los efectos culturales que generan estos
sitios de entretenimiento fuera de casa destinados a los espectáculos escénicos masivos,
creados por instituciones públicas y privadas, pero particularmente por las industrias
culturales construidas a partir de este tipo de espectáculos en la Zona Metropolitana de
la Ciudad de México. Entendiendo que es el conjunto de efectos culturales generados en
la sociedad por cines, teatros, foros, carpas y demás recintos destinados a albergar las
artes escénicas lo que incorpora la sociedad como lugar de experiencia urbana lo que
permite moldear sus formas de vida, territorializarse y brindarse como una adscripción
urbana particular que opera a distinta escala y bajo distintas modalidades sociales y
culturales.
Por lo que se propuso realizar un análisis sobre la inserción de este tipo de sitios
en el tejido urbano de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, por medio del
análisis territorial y sociocultural con apoyo cartográfico, documental y registro de
campo, que tuvo como fin generar un mapa descriptivo sobre los rasgos generales de
estas actividades de entretenimiento y su relación con otras actividades (habitación,
educación y trabajo), que permite inferir el impacto de este tipo de entretenimiento en el
proceso de urbanización de la Ciudad de México del siglo XXI inmersa en la
globalización económica y las formas culturales posmodernas. Este mapa descriptivo es
un documento analítico el cual consta de tres partes.
La primera parte titulada: “Formas, circuitos y escenarios del tiempo libre en la
Ciudad de México”, está conformada por un capitulo denominado “Distrito Federal,
entretenimiento y urbanización en el siglo XXI” donde se realiza un análisis sobre el
entretenimiento y las implicaciones que tiene para la urbanización de las ciudades en el
siglo XXI, sobre todo a raíz de la emergencia y ocaso de la ciudad industrial, la
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tercerización de ciudades como México y su vinculación con el entretenimiento masivo
en el Distrito Federal. Tomando como muestra el negocio del espectáculo y como se
refleja en artes escénicas como el cine.
La segunda parte titulada “Pantalla de cristal: la urbanización sociocultural del
séptimo arte en la Ciudad de México”, se analiza el impacto que ha tenido la industria
del cine en la urbanización sociocultural de la Ciudad de México, considerada como la
principal arte escénica diferida que se disfruta fuera de las casas de los ciudadanos. Esta
parte a su vez esta subdivida en seis capítulos.
Los primeros tres capítulos analizan las características de los circuitos de cine en
la Ciudad de México y su zona metropolitana, desde sus orígenes a finales 1896 con la
primera exhibición en el Salón Rojo hasta los actuales multicinemas y salas hiperreales,
pasando por las grandes salas cinematográficas que dominaron la mayor parte de la
exhibición cinematográfica en el siglo XX, hasta llegar a los multicinemas extendidos
actualmente por amplias zonas de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México
(ZMCM) ó las salas hiperreales que se han especializado en servir a nichos específicos
de espectadores (Megapantallas IMAX, Cinema Má, Salas VIP, Cinema Platino, Domos
Digitales).
También se explica cual el estado actual del circuito de cine considerando como
el más importante dentro de las artes escénicas por el número de salas, distribución a lo
largo de la ZMCM y número de funciones y de espectadores, aspectos que han
convertido al cine en un producto comercial que estructura toda una dinámica
económica que parte de la exhibición cinematográfica y se extiende a otros ámbitos,
como la producción, distribución de películas, las venta de comida y bebidas expedidas
en cada sala o de dvds originales ó piratas, y hasta en la enseñanza y conservación del
cine, lo que despliega el circuito cinematográfico al circuito de cine clubs que se maneja
con lógicas diferentes a las impuestas por el mercado.
Este último aspecto condujo a analizar al cine como un producto cultural que
recrea identidades e imaginarios entre los espectadores, convirtiéndose en un testimonio
de las formas de vida y visiones de los ciudadanos y en los últimos tiempo
principalmente de los ciudadanos que habitan las grandes ciudades del orbe como la
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Ciudad de México, que desde los inicios del cine en México se ha convertido en uno de
los principales personajes fílmicos de la cinematografía nacional, donde los cineastas
han demostrado que la urbe capitalina no es sólo una, sino la suma de varias. De ahí la
importancia de dar una muestra de las distintas ciudades de México que el cine
mexicano contemporáneo ha reflejado en películas como “Fuera del Cielo”,
“Temporada de Patos”, “Vivir Mata”, “Todo el Poder”, “Amar te duele”, “Amores
Perros” y “Parpados azules”.
Posteriormente, se hace el análisis de siete casos de estudio a partir de los cuales
se despliegas prácticas, trayectos, machas culturales e imaginarios, los cuales estan
divididos en tres partes. En la primera se hace un análisis del circuito de cine de arte y
específicamente del establecido durante el Festival Internacional de Cine
Contemporáneo de la Ciudad de México (FICCO) que se despliega a distintas partes de
la ciudad tanto en foros al aire libre como el Charles Lindbergh en el Parque México de
la Colonia Condesa, ó multicinemas como el Real Cinema a un costado de Paseo de la
Reforma y la Alameda Central, hasta en el máximo santuario del cine nacional: la
Cineteca Nacional.
En la segunda parte se analiza el ocaso de las salas cinematográficas
monumentales y el estado actual que guardan algunas de estos palacios del séptimo arte
aun en funcionamiento como el Cine Venustiano Carranza y el Cine Teresa, que han
tenido que transformar su exhibición cinematográfica para seguir subsistiendo; mientras
que en la tercera parte se trata el caso de las salas hiperreales y las nuevas y
posmodernas formas de exhibir el cine, centrándose en una de las más exitosas y
difundidas tanto dentro del circuito de exhibición comercial, como en los de cine de
arte: la Megapantalla IMAX, para lo cual se toman los casos de la Megapantalla del
Papalote Museo del Niño ubicada en Chapultepec, como del Cinemex Imax Theather
Santa Fé localizado en el Centro Comercial Santa Fé.
La tercera parte titulada “Teatro, ópera, danza y circo: la urbanización
sociocultural de las artes escénicas en vivo en la Ciudad de México.”, se analiza el
impacto que ha tenido la industria del entretenimiento que se han conformado a partir de
las artes escénicas en vivo en la urbanización sociocultural de la Ciudad de México,
consideradas como disciplinas artísticas que han formado parte del disfrute del tiempo
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libre de los ciudadanos de las grandes ciudades principalmente desde la segunda parte
del siglo XIX. Esta parte a su vez esta subdivida en cinco capítulos.
Los primeros tres capítulos analizan las características de los circuitos del teatro,
la ópera, la danza y el circo en la Ciudad de México y su zona metropolitana, desde sus
orígenes a como pateos de maromas y espectáculos al aire libre hasta la construcción de
los grandes teatros en la época porfiriana, pasando por los centros culturales del Estado
que concentran la mayor diversidad de artes escénicas en vivo dentro de sus
instalaciones en el siglo XX, hasta llegar a los grandes escenarios del espectáculo que
cuentan con los avances tecnológicos suficientes para albergar las posmodernas puestas
en escena.
También se explica cual el estado actual de los circuitos de artes escénicas en
vivo cuyas reglas giran en torno al aparato Estatal que ha conformado para difundir,
albergar y enseñar las disciplinas artísticas consideradas como artes mayores (teatro,
danza, ópera), pero que en la actualidad se trata de extender al circo considerada en
México como un arte menor y que ha subsistido gracias a los esfuerzos de las empresas
familiares, que tradicionalmente han hecho las artes circenses en el país. Lo anterior no
significa que los circuitos de las artes escénicas en vivo no representen un negocio para
los industriales del entretenimiento, en el país solo que estos han tenido que conformar
diversas estrategias para hacer se recursos económicos y humanos, montar sus puestas
en escena y poderlas vender no solo en el principal polo de desarrollo de las mismas,
cine en el interior de la república.
Toda estas dinámicas establecidas en estos circuitos comerciales y de arte ha
provocado que no exista una línea clara entre uno y otro, lo que se hace más complejo si
se considera la tendencia de las disciplinas escénicas hacia la combinación de dos o más
de ellas dentro de una misma puesta en escena lo que ha traído a la posmodernidad
dentro de las mismas, lo que es una muestra de los nuevas identidades e imaginarios a
los cuales se adscriben los espectadores que acuden a ellas, y principalmente las nuevas
generaciones de espectadores que a diferencia de los espectadores tradicionales no solo
se concentran en un escenario atraídos por su gusto a una disciplina especifica, sino que
buscan llenar sus sentidos de un espectáculo que concentre las más altas y ensalzadas
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muestras de la alta cultura escénica, dentro de un marco de no solo de luz y sonido
excelso, sino de la más avanzada tecnología.
Posteriormente, se hace el análisis de cuatro casos de estudio a partir de los
cuales se despliegas prácticas, trayectos, machas culturales e imaginarios, los cuales
están divididos en dos partes. En la primera se hace un análisis del circuito de artes
escénicas en vivo vinculado a la alta cultura, en donde se muestran dos casos de estudio
que son una muestra de la forma en que las artes escénicas se han transportando tanto en
la puesta en escena como en los escenarios donde se presenta. En el primer caso
tenemos, al Auditorio Nacional que en la actualidad es considerado como el mejor
centro de espectáculos, no solo por la cantidad de espectáculos que presenta durante el
año, sino por la diversidad de los mismos y los avances tecnológicos que posee, lo que
le ha permitido albergar puestas en escena posmodernas que combinan diversas
disciplinas artísticas como Carmina Burana, que paso de ser una obra coral, para
constituirse en un espectáculo escénico que en la versión presentado en el coloso de
Paseo de la Reforma, combina la ópera, con la danza, el teatro, el circo y el cine, lo que
la ha convertido en un obra que atrapa los sentidos en todos los aspectos, atrayendo a las
nuevas generaciones de amantes de las artes escénicas mayores.
En el segundo caso tenemos al Teatro Hidalgo, un escenario menos espectacular
que el Auditorio Nacional, pero que desde su remodelación y apertura a partir del año
2006 se ha constituido en un escenario multifuncional destinado a albergar obras de
teatro de arte, escolar, cabaret, conciertos sinfónicos y espectáculos coreográficos de
nivel internacional, lo que lo han convertido en un escenario multidisciplinario, que
busca sacar provecho de su excelente ubicación en el Centro Histórico de la Ciudad de
México, en un entono donde se ubican escenarios que albergan puestas escenas
similares como el Centro Cultural José Martí, el Palacio de Bellas Artes y el Teatro de
la Ciudad de México.
En lo que respecta a la segunda parte se analiza el circuito de artes escénicas en
vivo vinculado con la cultura popular a través de dos casos de estudio: el Circo
Hermanos Fuentes Gasca y el Teatro Venustiano Carranza. El primero como una
muestra de cómo las artes circenses han subsistido hasta nuestros días a pesar del casi
nulo apoyo del Estado, pero que sin embargo, debido a las fuertes raíces que guarda en
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la sociedad mexicana donde actos de maromas y malabares se vienen efectuando desde
épocas prehispánicas, ha podido conservar un arraigo dentro de las clases populares que
siguen considerando al circo como un escenario de recreación de la identidad y la
imaginación, algo que se refleja en el reconocimiento que tiene este circo para sus
espectadores con respecto al entorno urbano donde se ubica, en la colonia Buenavista.
El segundo caso de estudio es una muestra de la subsistencia de un teatro de
barrio que alberga funciones escolares y de la comunidad donde se enclava, ubicado
dentro del Centro Deportivo Venustiano Carranza (el más antiguo del país), este
escenario de estilo art decó, ha pasado de ser un cine- teatro como se estilaba con este
tipo de lugares todavía hasta finales de los años 20’s del siglo pasado (cuando fue
inaugurado), ha ser dejado solamente como un teatro alejado del circuitos comercial,
pero vinculado con las puestas en escena a cargo de asociaciones civiles y escuelas, que
rentan esporádicamente este lugar al gobierno de la Delegación Venustiano Carranza,
una demarcación que paradójicamente mantiene un fuerte déficit de este tipo de
equipamientos, por lo que, la subutilización de este es una situación que habrá que
analizar.
Por último, tenemos las conclusiones sobre las pautas que están dictando las
artes escénicas para impulsar la urbanización de la Ciudad de México en el siglo XXI,
donde se establecen también tendencias y prospectivas que se piensan dominaran la
dinámica de los circuitos y entornos urbanos relacionados con este tipo de escenarios
que hoy en día se han convertido en sitios fundamentales para entender las formas de
vida de los habitantes de las grandes urbes. Aunado a esto se han muestran todo los
documentos bibliográficos, hemerográficos y mediográficos que sirvieron para
fundamentar esta información, así como los registros cartográficos y fotográficos que
formaron parte de este estudio.
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La urbanización impulsada por las artes escénicas en el siglo XXI.
Conclusiones:
Resumen.
Esta investigación urbana encaminada a analizar el impacto que generan los sitios y
actividades del entretenimiento fuera de casa destinados a los espectáculos escénicos
masivos en el proceso de urbanización de la Zona Metropolitana de la Ciudad de
México, con base a las pautas culturales, económicas, políticas y territoriales
impulsadas por tanto por instituciones públicas como privadas, particularmente por las
industrias culturales del cine, el teatro, la danza, la ópera y el circo que han moldeado a
la urbe en el siglo XXI; partió del entendido de que el conjunto de efectos culturales
generados en la sociedad por cines, teatros, foros, auditorios, carpas y demás recintos
destinados a albergar las artes escénicas lo que incorpora la sociedad como lugar de
experiencia urbana lo que permite moldear sus formas de vida, territorializarse y
brindase una adscripción urbana particular que opera a distintas escalas y a distintas
modalidades sociales y culturales.
De forma que los preceptos y objetivos antes planteados permitieron identificar
cuáles habían sido los procesos de transformación de las artes escénicas y por
consiguiente de los recintos destinados a albergarlas, así como de las practicas que se
despliegan tanto al interior como en su entorno, conformando circuitos que poco a poco
se fueron distribuyendo por toda la Ciudad de México, aunque nunca lo ha logrado
hacer equitativamente, conformando un panorama donde existen dos polos
concentradores de las artes escénicas, uno al centro en las delegaciones Cuauhtémoc,
Miguel Hidalgo y Benito Juárez (que antes conformaban la Ciudad de México), y otro
al sur en las delegaciones Coyoacán y Álvaro Obregón (sobre todo a raíz del traslado
hacia esta zona de la ciudad de la Ciudad Universitaria), lo que ha dejado con un déficit
al resto de las demarcaciones de la metrópoli.
También se pudo caracterizar las pautas que dictan las artes escénicas dentro de
la urbanización de la Ciudad de México y como estas han sido producto de un largo
proceso de transformación y adecuación a las condiciones actuales de la urbanización de
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las grandes ciudades cada vez más inmersas en un proceso de tercerización de sus
economías e integradas a redes de flujos informacionales y financieros, que a su vez
incluyen a determinados espectáculos escénicos de alta calidad y convertibilidad a
diversas plataformas comunicacionales a la globalidad, constituyendo pequeños centros
globales del entretenimiento enclavados de la Ciudad de México, como Chapultepec, la
Ciudad Deportiva o el CENART, que se insertan dentro del los circuitos globales del
entretenimiento, pero que conviven y combinan su actividad con otros escenarios del
entretenimiento insertados en circuitos nacionales, regionales, metropolitanos y locales
de artes escénicas.
Aquí cabe resaltar el papel fundamental que cumple la ciudad de México como
la capital del espectáculo en México, al concentrar la mayor parte del equipamiento,
escuelas, productoras e instituciones Estatales, destinadas a la difusión, desarrollo de las
artes escénicas en todos las disciplinas, lo que provoca que una importante afluencia de
espectadores se dé proveniente del interior de la república, atraídos por las funciones
que albergan los distintos escenarios enclavados en la metrópoli, con su amplia y
heterogénea propuesta para pasar el tiempo libre de los ciudadanos, algo que también
determina por la desigual distribución de los mismos, la necesidad que al interior de la
Zona Metropolitana de la Ciudad de México, los espectadores tengan que hacer grandes
desplazamientos desde el lugar donde habitan para presenciar su espectáculo favorito.
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Conclusiones ampliadas. Esta investigación analizó el impacto que generan los sitios y actividades de entretenimiento fuera de casa, en particular aquellos destinados a los espectáculos escénicos masivos que destacan por su vitalidad en el proceso de urbanización de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, ligada a determinadas pautas culturales, económicas, políticas y territoriales que provienen, tanto de instituciones públicas como privadas, como las industrias culturales del cine, el teatro, la danza, la ópera y el circo, que modelan a la urbe en el siglo XXI.
El estudio parte del entendido de que el conjunto de efectos culturales generados en la sociedad por cines, teatros, foros, auditorios, carpas y demás recintos destinados a las artes escénicas, es resultado de un proceso que incorpora la sociedad como un lugar de experiencia urbana, donde se moldea una amplia gama de formas de vida, que al territorializarse, brindan una adscripción urbana particular que opera a distinta escala y con diferentes modalidades sociales y culturales, propiciando una forma particular de urbanización sociocultural. Los preceptos y objetivos antes planteados permitieron identificar los procesos de transformación de las artes escénicas y por consiguiente de los recintos destinados a albergarlas, así como de las prácticas que se despliegan tanto al interior como en su entorno, y cuya actividad conforma circuitos que poco a poco se fueron distribuyendo por toda la Ciudad de México, aunque nunca equitativamente, ya que hadado lugar a dos polos concentradores de las artes escénicas, uno al centro en las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez (que antes conformaban la Ciudad de México), y otro al sur en las delegaciones Coyoacán y Álvaro Obregón (sobre todo a raíz del traslado de la UNAM a la Ciudad Universitaria), lo que ha dejó con un déficit al resto de las demarcaciones de la metrópoli. Los circuitos de las artes escénicas conforman dinámicas metropolitanas que no serían posibles sino se dieran al amparo de las políticas públicas impuestas por el Estado, sobre todo en los casos de la ópera, la danza y el teatro y en menor medida en el cine y el circo, donde el poder del capital juega un papel más importante, aunque como se demuestra en el presente estudio esto no significa que estas artes escénicas no sean negocios, simplemente que por el alto costo de algunas de las puestas en escena se necesita del apoyo Estatal para que los productores privados puedan levantar los proyectos que llevan la expectativa de recuperar la inversión y dejar ganancias económicas. En este sentido los propios industriales del entretenimiento han buscado nuevas estrategias para que las artes escénicas sigan siendo negocio, como la venta de souvernirs, dvds; la mayor frecuencia de las funciones de una misma obra o su distribución ó visita al interior del país; e incluso la trasformación misma de las puestas en escena que han dejado la individualidad de cada disciplina escénica para conformar espectáculos multidisciplinarios. Los nuevos tipos de espectáculo, junto la amplia diversidad de opciones y propuestas de espectáculos escénicos, necesariamente condujo a considerar dentro de la investigación que la heterogeneidad de los públicos que acuden a presenciarlas, es algo que ha roto la barrera de clases, pero también de géneros, gustos y preferencias, lo que viene acompañado de un cambio en las formas de disfrutar e ir a a estas funciones, conformando nuevos rituales, costumbres y tradiciones, que se despliegan en el tejido urbano a través de la continuidad y discontinuidad de estas y otras prácticas urbanas complementarias, conformando manchas culturales que han trasformado el entorno donde se enclavan.
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En este sentido hay que reconocer que dentro de las artes escénicas los dos ámbitos en los que comúnmente se presentan (en vivo o en imagen) despliegan distintas dinámicas culturales, producto de las posibilidades y limitaciones que tienen para transformarse en espectáculos multimedia acordes a los avances tecnológicos que exige la acelerada y cada vez más insaciable forma de vida actual de un sector social que hoy habita las grandes urbes, mostrando un deseo insaciable de presenciar espectáculos, que cada vez exigen más y mejor calidad, en el entendido que las artes escénicas en conjunto como productos culturales encierran identidades, significados y visiones sobre las formas de vida pasadas y actuales, así como de las ciudades que no solo les sirven de escenarios, sino que en algunos casos como en el cine se han convertido en personajes de la puesta en escena; aspectos que el capital aprovecha para integrarse al proceso de globalización, formando grandes empresas hispanoamericanas de entretenimiento, como CIE o Cinépolis, consideradas las mejores en su ramo, por mencionar algunos ejemplos. Por tanto, habrá que reconocer que las similitudes anteriormente planteadas en las pautas dictadas por las artes escénicas que han impulsado la urbanización de la Ciudad de México, permite distinguir tres dinámicas dentro de los circuitos culturales marcadamente diferentes: la del cine, la de las artes escénicas en vivo -denominadas como mayores (teatro, ópera y danza)- y la del circo. El cine es considerado como el principal giro económico en el campo de las artes escénicas, debido a los ingresos económicos, número de espectadores y salas, así como por su expansión o distribución territorial y potencial de difusión masiva, pero que todavía mantiene vestigios de su origen que se niegan a morir (como las antiguas grandes salas cinematográficas todavía en uso), que conviven con los fríos y polifacéticos multicinemas comerciales, con los austeros cineclubs y salas de arte, así como los ultramodernos domos digitales y megapantallas IMAX.
Así, se pudieron definir cuatro tipos de circuitos (comercial, de arte, hiperreal y erótico) que despliegan diferentes dinámicas de las prácticas urbanas en los escenarios en los cuales se apropian, circuitos que no dejan de interconectarse entre sí, convocando grupos de cinéfilos bastante heterogéneos e integrando al circuito, aunque sea temporalmente espacios públicos y privados a veces disímbolos. Por su parte, la ópera, el teatro y la danza, son artes escénicas cuyo alto estatus y nivel de reconocimiento dentro de las esferas intelectuales, han permitido allegarse el amparo del Estado que ha creado toda una infraestructura para sostenerlas a partir de la generación de recursos humanos y equipamiento, elementos que son aprovechados por las grandes instituciones educativas y culturales del país y por los industriales del entretenimiento que aprovechan y comercializan selectivamente los grandes espectáculos de “alta cultura” que llegan al país. Pero, por su diversidad existen algunos otras manifestaciones dentro del teatro comercial que no se rigen necesariamente por estas reglas o lo hacen se forma indirecta tratando de utilizar los teatros para poner en escena obras que persiguen el objetivo de volverse negocios redituables, algo similar a lo que ocurre con el cine mexicano, donde los productores privados necesitan del apoyo Estatal para obtener parte de los recursos de sus realizaciones cinematográficas y que también esperan sean buenos productos comerciales, aunque el monopolio del mercado los limite o los excluya. En este sentido, el circo, al no contar con el apoyo Estatal ha tenido que conformar un circuito particular, gracias a las empresas familiares que han trasmitido este arte de generación en generación. Así el circuito del circo se ha integrado a la urbanización de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México de una forma diferente, no sólo por su carácter itinerante, sino porque es reconocida dentro de la sociedad como
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un espectáculo eminentemente popular de gran arraigo barrial, que en los grandes circos dan una muestra de los alcances en excelsitud y majestuosidad que las artes circenses pueden tener. Por estas características, es circo no ha dejado maracas visibles que modifique las pautas culturales de la urbanización, ya que han sufrido pocos cambios desde su establecimiento como industria del entretenimiento en el siglo XIX, pero sin embargo, en el horizonte se prevé un cambio un cambio que está en ciernes, con el insipiente interés del Estado por contribuir a su difusión y desarrollo, así como su reconocimiento como un arte escénica mayor que le ha permitido formar parte de los espectáculos posmodernos multidisciplinarios, lo que forzosamente acercará al circo a otros sectores de la sociedad que no se encuentran tradicionalmente identificados con él. Estas características de estas artes escénicas en vivo dan como resultado la conformación de distintos circuitos que cruzan transversalmente los circuitos de teatro, danza, ópera y circo, dando como resultado la existencia de un circuito de artes escénicas en vivo y alta cultura apoyado por el Estado y los grandes empresarios, propio de los grandes escenarios, y por la otra un circuito de artes escénicas en vivo ligado a la cultura popular que se sostiene gracias al escaso apoyo de las instituciones Estatales, pero más por el esfuerzos de organizaciones civiles y productores independientes. Comúnmente se ha pensado que cada uno de estos circuitos está enfocado a las clases sociales que los producen y con los cuales dialogan principalmente, para el caso del circuito de alta cultura son las clases hegemónicas y para el circuito popular las clases subalternas, pero en esta época posmoderna no sólo los espectáculos muestran una mezcla de distintas disciplinas, también esta mezcla se ve reflejada en los públicos que no se ciñen necesariamente a los estándares tradicionales en muchos de los casos, y son más heterogéneos. Por último, podemos concluir que las pautas que dictan las artes escénicas a la urbanización de la Ciudad de México han sido producto de un largo proceso de transformación y adecuación a las condiciones actuales de la urbanización de las grandes ciudades, cada vez más inmersas en un proceso de tercerización de sus economías e integradas a redes de flujos informacionales y financieros, que a su vez incluyen a determinados espectáculos escénicos de alta calidad y convertibilidad a diversas plataformas comunicacionales de la globalidad, constituyendo pequeños centros globales del entretenimiento enclavados en la Ciudad de México, como Chapultepec, la Ciudad Deportiva o el CENART, que se insertan como núcleos dinamizadores del los circuitos globales del entretenimiento, pero que conviven y combinan su actividad con otros escenarios del entretenimiento que operan como decodificadores de las artes escénicas en los circuitos nacionales, regionales, metropolitanos y locales. Aquí cabe resaltar el papel fundamental que cumple la ciudad de México no solo como la capital política y económica, sino cultural, y en particular del espectáculo, al concentrar la mayor parte del equipamiento: escuelas, productoras e instituciones Estatales, destinadas a la difusión, desarrollo de las artes escénicas en todos las disciplinas, lo que provoca que una importante afluencia de espectadores provenga del interior de la república, atraídos por las funciones que albergan los distintos escenarios enclavados en la metrópoli, con su amplia y heterogénea propuesta, para atrapar el tiempo libre de los ciudadanos, algo que también se determina por la desigual distribución de los mismos en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, haciendo que un amplio sector de espectadores tenga que hacer grandes desplazamientos desde el
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lugar donde habitan para presenciar su espectáculo favorito y en las zonas de alta concentración de espectáculos. En este sentido las siguientes investigaciones encaminadas a analizar las pautas culturales que está dictando el entretenimiento masivo con respecto a la urbanización de la ciudad de México en el siglo XXI, tendrá por necesidad, establecer análisis que permitan cruzar las variables territoriales y culturales obtenidas en esta investigación con variables económicas, políticas y de crecimiento metropolitano, no consideradas para esta investigación, lo que nos lleve a una mayor comprensión de las urbanización que se está impulsando en la actualidad y como se encuentra articulada la misma a distintas escalas, no solo entre los espacios destinados a la recreación pública y aquellos que albergan entretenimiento masivo, sino entre estos y otros elementos como los nuevos desarrollos inmobiliarios, financieros y comerciales con los cuales se entrelazan. Otro aspecto a considerar con mayor profundidad es la importancia que tienen los escenarios del entretenimiento en los imaginarios urbanos que forman parte de la vida cotidiana de los ciudadanos de la Ciudad de México, transformándose en geosímbolos que encierra la historia y la identidad de la sociedad que los creó, por lo que también habrá que profundizar sobre el origen y desarrollo de las mismas en términos territoriales, para ver cómo han acompañado la urbanización a lo largo del tiempo y entender a mayor profundidad cuáles son las identidades vinculadas al entretenimiento masivo y al tiempo libre en general. También habrá que ver como la urbanización de las artes escénicas y el entretenimiento en general se está articulando con la modernización contemporánea de la Ciudad de México, invadida por proyectos de rehabilitación encaminados a mejorar: el transporte como trenes suburbanos, rutas del metrobus, segundos pisos; los espacios públicos con el afán de combatir la inseguridad; o simplemente instalar nuevos centros comerciales ultramodernos y concentradores ó nuevos desarrollos inmobiliarios. Para concluir habría que analizar otros circuitos del entretenimiento y la recreación pública de una gran importancia para ciertos sectores de la sociedad y ciertas zonas de la urbe, los cuales se han tocado tangencialmente en esta y otras investigaciones, como los relacionados con las ferias, los parques de diversiones, la fiesta brava; así como determinar con mayor profundidad el papel que juegan en la urbanización de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, espacios como Chapultepec o la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, que concentran múltiples escenarios del entretenimiento y la recreación, convirtiéndose en autenticas Ludópolis, con su propia carga histórica y simbólica, constituyéndose a los largo de los años en verdaderos patrimonios de los mexicanos y conformado paisajes idiosincráticos para los ciudadanos de la capital del país.