inició la Campaña del Centro - cnh.gob.ve · Tito Salas, Toma de las flecheras (detalle), 1921...

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martes, 6 de febrero de 2018 La acción que un puñado de llaneros realizó el 6 de febrero de 1818 representa un gran acto de osadía e ingenio poco visto en la historia bélica de la humanidad. Artistas de la talla de Arturo Michelena y Tito Salas forjaron con el pincel escenas de aquella asombrosa jornada, cuya primera representación pictórica es la poco conocida litografía de Carmelo Fernández, sobrino del general Páez, aparecida en el diario caraqueño El Promotor en 1843. Sobre el aconteci- miento Bolívar llegó a expresar que “si él no hubiera presenciado aquel hecho, nadie habría podido hacérselo creer”, mientras que el historiador granadino José Manuel Restrepo, primero en narrar con amplitud los hechos de Colombia, la grande, lo calificó de “de atrevida y feliz operación”. Pasada una semana del encuentro entre Bolívar y Páez en el hato de Cañafístola, el ejército republicano emprendió marcha desde San Juan de Payara rumbo a Calabozo, base militar de Morillo. A las diez de la mañana del 6 de febrero Bolívar se detuvo con sus 4.000 hombres en un sitio del río Apure denominado paso del Diamante, a unos 1.200 metros de la plaza de San Fernando, entonces en manos realistas. En el lugar no se hallaba la escuadrilla que debía transportar las tropas hacia la otra margen del río, sólo una cañonera, tres flecheras 1 y unas canoas enemigas. Todo parecía detener la expedición y acabar con el factor sorpresa, no obstante, el general Páez, al observar que podía capturar las embarcaciones sin ser blanco de la artillería rival, propuso a Bolívar cruzar el curso de agua con la la avanzada, aceptó la maniobra de su subalterno. De inmediato, Páez seleccionó a 50 jinetes, los más diestros de su ejército, y delegó en el coronel Aramendi 2 la ejecución de la operación 3 . El medio centenar de llaneros, en lucha con la fuerte corriente, lanza en mano y caballo en pelo alcanzó la flotilla contraria de manera impecable. Los centinelas realistas mostraron escasa resistencia por lo inesperado de la acción y saltaron de las embarcaciones. El abordaje de las flecheras y de 14 embarcacio - nes más para franquear el río era un hecho. La determinación humana, como muy pocas veces en la historia, vencía de ese modo la naturaleza y la adversidad en una misma acción. La victoria permitió al Libertador dar inicio a la llamada Campaña del Centro. San Fernando, la primera plaza atacada, quedó rodeada e incapaz de notificar a Morillo sobre la marcha rebelde hacia su centro de mando. El mismo día Bolívar escribía al capitán realista de la guarnición, José María Quero: “El Ejército Libertador de Venezuela debe tomar a San Fernando dentro de veinte y cuatro horas. Este término debe bastar a U. para resolverse a entregarse o morir. Ningu- na esperanza puede lisonjear la más tenaz resistencia; todos los esfuerzos de U. serán vanos porque ambas riberas del Apure, y el mismo río, serán ocupados por nuestras armas en el día de mañana”. Sin embargo, cambió la estrategia por el asedio para no aplazar la campaña más tiempo en ese punto: “La demora de nuestra escuadrilla -escribía a Brión-, que aún no ha llegado, me hace perder la ocasión de tomar a San Fernando a muy poca costa, estando sin otra defensa por la parte del río, que algunos buques de guerra mal tripulados”. El 9 de febrero prosiguió el recorrido hacia los llanos de Guárico por rutas improvisadas para no ser descubierto por patrullas enemigas, pero no sin antes dejar un escuadrón con el coronel Miguel Guerrero a fin de mantener el cerco sobre el sitio mencionado, defendido apenas por 400 hombres. La toma de las flecheras inició la Campaña del Centro Arturo Michelena, Toma de las flecheras Tito Salas, Toma de las flecheras (detalle), 1921 Colección Casa Natal del Libertador T/ Javier Escala 1. Embarcación ligera de guerra en forma de canoa con quilla, anteriormente utilizada por los indígenas. 2. Francisco Aramendi, nacido en los llanos de Venezuela, luchó entre 1814 a 1823. Peleó al lado de Páez durante el año 1816 en Mata de la Miel, El Yagual, Achaguas y Banco Largo. En 1817 cruzó a nado el río Apure y capturó al gobernador realista de Barinas Francisco López. En 1819 estuvo entre los lanceros de lasQueseras y acompañó a Bolívar hacia la Nueva Granada. En 1821 dirigió el escuadrón Sagrado en Carabobo y participó en la toma de Puerto Cabello en 1823. Murió asesinado en 1827. 3. No hay unanimidad de criterios sobre la participación directa de Páez en captura de las flecheras. O`Leary yRestrepo colocaron Aramendi como el conductor inmediato de los 50 jinetes. Páez en su autobiografía nomenciona a Aramendi y Bolívar a ninguno. El único dato certero era que el coronel Aramendi estaba bajo lasórdenes de Páez como miembro de su guardia.

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martes, 6 de febrero de 2018

La acción que un puñado de llaneros realizó el 6 de febrero de 1818 representa un gran acto de osadía e ingenio poco visto en la historia bélica de la humanidad. Artistas de la talla de Arturo Michelena y Tito Salas forjaron con el pincel escenas de aquella asombrosa jornada, cuya primera representación pictórica es la poco conocida litografía de Carmelo Fernández, sobrino del general Páez, aparecida en el diario caraqueño El Promotor en 1843. Sobre el aconteci-miento Bolívar llegó a expresar que “si él no hubiera presenciado aquel hecho, nadie habría podido hacérselo creer”, mientras que el historiador granadino José Manuel Restrepo, primero en narrar con amplitud los hechos de Colombia, la grande, lo cali�có de “de atrevida y feliz operación”.

Pasada una semana del encuentro entre Bolívar y Páez en el hato de Cañafístola, el ejército republicano emprendió marcha desde San Juan de Payara rumbo a Calabozo, base militar de Morillo. A las diez de la mañana del 6 de febrero Bolívar se detuvo con sus 4.000 hombres en un sitio del río Apure denominado paso del Diamante, a unos 1.200 metros de la plaza de San Fernando, entonces en manos realistas. En el lugar no se hallaba la escuadrilla que debía transportar las tropas hacia la otra margen del río, sólo una cañonera, tres �echeras1 y unas canoas enemigas. Todo parecía detener la expedición y acabar con el factor sorpresa, no obstante, el general Páez, al observar que podía capturar las embarcaciones sin ser blanco de la artillería rival, propuso a Bolívar cruzar el curso de agua con la

la avanzada, aceptó la maniobra de su subalterno. De inmediato, Páez seleccionó a 50 jinetes, los más diestros de su ejército, y delegó en el coronel Aramendi 2 la ejecución de la operación3. El medio centenar de llaneros, en lucha con la fuerte corriente, lanza en mano y caballo en pelo alcanzó la �otilla contraria de manera impecable. Los centinelas realistas mostraron escasa resistencia por lo inesperado de la acción y saltaron de las embarcaciones. El abordaje de las �echeras y de 14 embarcacio-nes más para franquear el río era un hecho. La determinación humana, como muy pocas veces en la historia, vencía de ese modo la naturaleza y la adversidad en una misma acción. La victoria permitió al Libertador dar inicio a la llamada Campaña del Centro. San Fernando, la primera plaza atacada, quedó rodeada e incapaz de noti�car a Morillo sobre la marcha rebelde hacia su centro de mando. El mismo día Bolívar escribía al capitán realista de la guarnición, José María Quero: “El Ejército Libertador de Venezuela debe tomar a San Fernando dentro de veinte y cuatro horas. Este término debe bastar a U. para resolverse a entregarse o morir. Ningu-na esperanza puede lisonjear la más tenaz resistencia; todos los esfuerzos de U. serán vanos porque ambas riberas del Apure, y el mismo río, serán ocupados por nuestras armas en el día de mañana”. Sin embargo, cambió la estrategia por el asedio para no aplazar la campaña más tiempo en ese punto: “La demora de nuestra escuadrilla -escribía a Brión-, que aún no ha llegado, me hace perder la ocasión de tomar a San Fernando a muy poca costa, estando sin otra defensa por la parte del río, que algunos buques de guerra mal tripulados”. El 9 de febrero prosiguió el recorrido hacia los llanos de Guárico por rutas improvisadas para no ser descubierto por patrullas enemigas, pero no sin antes dejar un escuadrón con el coronel Miguel Guerrero a �n de mantener el cerco sobre el sitio mencionado, defendido apenas por 400 hombres.

La toma de las �echerasinició la Campaña del Centro

Arturo Michelena, Toma de las flecheras

Tito Salas, Toma de las flecheras (detalle), 1921

Colección Casa Natal del Libertador

T/ Javier Escala

1. Embarcación ligera de guerra en forma de canoa con quilla, anteriormente utilizada por los indígenas.2. Francisco Aramendi, nacido en los llanos de Venezuela, luchó entre 1814 a 1823. Peleó al lado de Páez durante el año 1816 en Mata de la Miel, El Yagual, Achaguas y Banco Largo. En 1817 cruzó a nado el río Apure y capturó al gobernador realista de Barinas Francisco López. En 1819 estuvo entre los lanceros de lasQueseras y acompañó a Bolívar hacia la Nueva Granada. En 1821 dirigió el escuadrón Sagrado en Carabobo y participó en la toma de Puerto Cabello en 1823. Murió asesinado en 1827.3. No hay unanimidad de criterios sobre la participación directa de Páez en captura de las �echeras. O`Leary yRestrepo colocaron Aramendi como el conductor inmediato de los 50 jinetes. Páez en su autobiografía nomenciona a Aramendi y Bolívar a ninguno. El único dato certero era que el coronel Aramendi estaba bajo lasórdenes de Páez como miembro de su guardia.