INFORME TÉCNICO RELATIVO A LA CAPTACIÓN DE ......este dictamen; en azul se destacan las empleadas...
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ESTUDIO DIAGNÓSTICO -GEOLÓGICO E HIDROGEOLÓGICO-
DE LAS DISPONIBILIDADES DE RECURSOS HÍDRICOS
SUBTERRÁNEOS EN LA MASA DE AGUAS SUBTERRÁNEAS
DE CAMPO DE CALATRAVA: INFORME SEGUNDO.
Peticionario: Comunidad de Usuarios de la Masa de Aguas Subterráneas de Campo de Calatrava (G-13622972).
Octubre de 2020-Febrero de 2021.
EL GEÓLOGO,
Fdo.: Pedro-José Rincón Calero GeaPraxis Ibérica – Director Doctor en Ciencias Geológicas Colegiado nº 3837 del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos
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ÍNDICE GENERAL:
1 – ANTECEDENTES Y OBJETIVO DEL DICTAMEN TÉCNICO............................................................................................... 3
2 - CAMPAÑA GEOFÍSICA ELECTROMAGNÉTICA (SONDEOS VLF). .................................................................................... 5
2.1 – INTRODUCCIÓN TEÓRICA. ..................................................................................................................... 5
2.2 – DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS PERFILES VLF. ............................................................................... 19
2.3 – CONCLUSIONES DE LOS PERFILES VLF. ............................................................................................. 35
3 – CONCLUSIONES. ......................................................................................................................................................... 38
4 - BIBLIOGRAFÍA. ............................................................................................................................................................. 42
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1 – ANTECEDENTES Y OBJETIVO DEL DICTAMEN TÉCNICO.
La Comunidad de Usuarios de la Masa de Aguas Subterráneas de Campo de Calatrava (en adelante CUAS-
MASbCC), incluida dentro de la Cuenca Alta del Guadiana o CAG, informó en Noviembre de 2019 a la consultora
GeaPraxis Ibérica (B-13461116) acerca de la necesidad de aportar información técnica sobre las características hidrogeológicas
del territorio de dicho ente administrativo hídrico.
Esta MASbCC está incluida, total o parcialmente, dentro de los términos municipales (provincia de Ciudad Real)
siguientes: Abenójar, Alcolea de Calatrava, Aldea del Rey, Almagro, Almodóvar del Campo, Argamasilla de Calatrava,
Ballesteros de Calatrava, Bolaños de Calatrava, Cabezarados, Calzada de Calatrava, Cañada de Calatrava, Caracuel de
Calatrava, Carrión de Calatrava, Ciudad Real, Corral de Calatrava, Fernán Caballero, Granátula de Calatrava, Luciana,
Malagón, Miguelturra, Moral de Calatrava, Picón, Piedrabuena, Poblete, Porzuna, Pozuelo de Calatrava, Los Pozuelos de
Calatrava, Puertollano, Torralba de Calatrava, Valdepeñas, Valenzuela de Calatrava, Villamayor de Calatrava, y Villar del Pozo.
De este modo, a comienzos del año 2020 (mes de Enero) se concluyó la realización del denominado como
“ESTUDIO DIAGNÓSTICO -GEOLÓGICO E HIDROGEOLÓGICO- DE LAS DISPONIBILIDADES DE RECURSOS
HÍDRICOS SUBTERRÁNEOS EN LA MASA DE AGUA SUBTERRÁNEAS DE CAMPO DE CALATRAVA. Fase Inicial”.
Entonces, fue preciso planificar la ejecución de tal dictamen en hasta cuatro etapas o fases porque, dadas las
dimensiones y la complejidad geológica e hidrogeológica de esta Masa de Agua Subterráneas de Campo de Calatrava
(MASbCC) y, además, dado el escaso conocimiento hidrogeológico oficial y académico de la misma, este estudio
diagnóstico debió establecer, en su Fase I, un contexto geológico e hidrogeológico de este territorio para, en las
siguientes -en potencia- tres fases, desarrollar y concretar valoraciones cuantitativas y cualitativas más específicas de
zonas o sectores definibles (a partir del buen fin de la Fase I) en la MASbCC.
El objetivo final de este estudio es lograr un conocimiento tridimensional aproximado aceptable del
territorio de la MASbCC y, por ende, una valoración realista de su balance hídrico correspondiente y, en
consecuencia, una valoración realista del recurso hídrico disponible anualmente en la MASbCC. Igualmente, se
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pretende una divulgación amplia de estos resultados preliminares no sólo entre los comuneros, sino, además, en la
población interesada (entes oficiales, entes académicos, etc.).
La metodología de trabajo a seguir en este Proyecto consistiría en (en trazo azul se expone lo ya realizado,
mientras que en trazo verde se expone lo que aún queda por realizar):
1. Una revisión técnica del contenido actual del Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana (o
PHDHGn), en lo referente a esta MASbCC, con especial incidencia en el aspecto cuantitativo del mismo.
2. El establecimiento de una definición espacial consecuente con la realidad geológica e hidrogeológica del territorio de
la MASbCC: divisiones internas de la MASbCC, sentidos de flujo, etc. Para ello se realizarían análisis geológicos,
morfotectónicos, y geofísicos de la MASbCC, en distintas fases. En esta “Fase I” se realizaría una contextualización
geológico-hidrogeológica general, aún siendo detallada, del territorio ocupado por la MASbCC. Las fases “II” y “III”
considerarían campañas geofísicas (normalmente eléctricas) específicas de ciertos territorios de la MASbCC,
definidos como “sectores preferentes” durante el desarrollo de la “Fase I”. Finalmente, la “Fase IV” serviría para
analizar conjuntamente toda la información lograda en las fases precedentes y establecer el perseguido BALANCE
HÍDRICO realista -sobre la base de razones geológicas e hidrogeológicas- de la MASbCC. Se recuerda que ahora se
solicita y oferta únicamente la “Fase I” de este Proyecto.
3. Edición de conclusiones mediante un Informe final definitivo.
4. Divulgación de resultados y, por ende, la formación de las partes interesadas en el modo y gestión de los recursos
hídricos de la MASbCC (se considera a ésta como una actividad fundamental no sólo en la “Fase I”, sino además en
las tres fases potenciales posteriores).
En este dictamen segundo se muestran, entonces, las CONCLUSIONES LOGRADAS TRAS LA EJECUCIÓN DE
UNA CAMPAÑA GEOFÍSICA ELECTROMAGNÉTICA (90 perfiles electromagnéticos de tipo VLF, de 200 metros de
longitud) distribuidos a lo largo del territorio de la MASbCC y en zonas próximas a ésta. LA DISTRIBUCIÓN DE
ESTOS NOVENTA PERFILES HA ESTADO CONDICIONADA POR LA DISPOSICIÓN ESPACIAL DE LOS DOMINIOS
HÍDRICOS PROPUESTOS ENTONCES (“Informe inicial”) en la figura nº 50 (página nº 158).
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2 - CAMPAÑA GEOFÍSICA ELECTROMAGNÉTICA (SONDEOS VLF).
2.1 – INTRODUCCIÓN TEÓRICA.
La investigación geológica e hidrogeológica para la caracterización de medios físicos y de sus recursos hídricos
subterráneos potenciales dispone de una herramienta relevante: los métodos de prospección eléctrica. Dentro de
estos, los métodos de prospección electromagnéticos se caracterizan por su gran versatilidad de adaptación al
terreno real y por su coste reducido. Para este dictamen se ha empleado el denominado como “método de
prospección con VLF”.
Esta metodología (iniciada en los años cuarenta del siglo XX) consiste en la consideración de ondas
electromagnéticas de radio de “muy baja frecuencia” o “VLF” (15-30 KHz), para determinar la existencia de zonas
fracturadas, zonas contaminantes, y mineralizaciones. Las ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia se generan
en distintas estaciones militares distribuidas a lo largo del planeta (en la tabla siguiente se destacan las empleadas en
este dictamen; en azul se destacan las empleadas de manera preferente), siendo su finalidad original las comunicaciones
marinas (entre submarinos, por ejemplo), y viajando a través de la ionosfera y la superficie terrestre.
Localización Designación Frecuencia (KHz)
Gran Bretaña GBZ 19,60
Italia ICV 20,27
Francia (*) FUO 18,30
Rusia (**) UMS 17,10
USA (***) NAA 24,00
(*) – Frecuencia empleada únicamente en los perfiles nº 2 y nº 3. (**) – Frecuencia empleada únicamente en el perfil nº 1. (***) – Frecuencia empleada únicamente en el perfil nº 1.
En este sentido, la existencia de zonas de fractura en un medio físico contribuye a modificar localmente la
conductividad hidráulica y la porosidad de éste, definiendo, a su favor, zonas de regulación y/o de flujo preferente del
recurso hídrico subterráneo. Del mismo modo, estas zonas de fractura modifican localmente la conductividad
eléctrica del medio físico, y son estas modificaciones en la conductividad eléctrica las que generan
PERTURBACIONES. Tales “perturbaciones” son medibles, a su vez, mediante los equipos de registros basados en
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el “método de prospección con VLF”. Así pues, LA DETECCIÓN DE ESTAS “PERTURBACIONES” Y SU
MORFOLOGÍA APORTAN INFORMACIÓN QUE COLABORA A TESTAR POSITIVAMENTE LA EXISTENCIA O
INEXISTENCIA DE ZONAS DE FRACTURA EN UN MEDIO FÍSICO DADO.
La señal (campo magnético primario Hp) emitida por las estaciones VLF, puede capturarse en el campo
mediante los instrumentos VLF. Cuando un medio físico conductor (por ejemplo, una zona de fractura) es atravesado por
el campo electromagnético Hp, una corriente inducida (corriente de Foucault) fluye a través de él y produce un campo
magnético secundario Hs fuera de fase con Hp, orientado en cualquier dirección. En este caso, el cuerpo conductor (la
zona de fractura, por ejemplo) actúa como una segunda fuente. El campo resultante de la suma de Hp y Hs está
polarizado elípticamente. Esta elipse de polarización tiene dos componentes con la misma frecuencia, pero con amplitud y
fase diferentes. El Hp es el componente “real” (Re) proporcional a la inclinación τ (inclinación del eje mayor de la elipse),
mientras que fuera de la fase Hp está el componente “imaginario” (Im), proporcional a la elipticidad ε (relación entre el eje
menor y el eje mayor b / a). Estos dos componentes τ y ε están descritos por las ecuaciones siguientes:
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Los parámetros principales medidos en VLF (expresados en %, de µA/m) son: la inclinación del eje mayor de
dicha elipse de polarización (α) y la elipticidad (ε), o lo que es lo mismo, la relación entre su eje mayor y menor (b/a).
La profundidad de penetración P alcanzable mediante esta metodología se calcula como:
Siendo, r la resistividad (Ohm-m) y f la frecuencia (Hz).
La ecuación anterior puede emplearse para todos los casos prácticos supuestos en la totalidad de la banda de
frecuencias VLF (15 a 30 KHz). Cuando las ondas electromagnéticas llegan a la profundidad P, pierden mucha energía
para crear el efecto de inducción por lo que P es, grosso modo, la profundidad de penetración (véanse los ejemplos
siguientes de profundidades de penetración).
Profundidad de penetración (m) Resistividad media del medio físico (Ohm/m) Frecuencia (Hz)
12,2 10 16800
11,3 10 19600
27,3 50 16800
25,3 50 19600
38,6 100 16800
35,7 100 19600
86,3 500 16800
79,9 500 19600
122,0 1000 16800
112,9 1000 19600
Para poder detectar un cuerpo de interés (como por ejemplo una fractura) y siempre que el perfil preferentemente
pase -de manera aproximada- perpendicularmente a la dirección del cuerpo, éste ha de tener unas dimensiones mínimas
y una resistividad suficientemente baja. Normalmente, la longitud de la estructura ha de ser superior a los 50 metros y la
profundidad debe exceder de los 10 metros para que se produzca la inducción. En el caso de la potencia del cuerpo, esta
debe ser superior a 1 metro.
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El equipo VLF registra la componente real e imaginaria, estableciendo la relación (en %). La desviación de la
lectura normal se denomina anomalía. Las anomalías pueden ser complejas en función de las características geológicas y
morfología del cuerpo.
En este estudio, la adquisición de datos de campo se ha realizado mediante un receptor T-VLF_Iris
Instruments, operando en “modo tilt” o de “ángulo de inclinación”, con espaciados de 5 metros por estación de medida
(41 datos por perfil por cada una de las dos frecuencias empleadas en cada perfil = 82 datos por perfil), para medir los
parámetros de la elipse de polarización, que son la inclinación τ y la elipticidad ε. Este equipo T-VLF_Iris permite, por
tanto, la adquisición -al mismo tiempo- de datos según dos frecuencias diferentes; es decir, realmente, para este
dictamen, SE HAN REALIZADO 180 PERFILES VLF.
Igualmente, la medición de la longitud de los perfiles se ha cuantificado mediante el uso de un odómetro marca
Am-Tech_320 mm., orientándose estos, in situ, mediante el uso de una brújula marca Silva. Los puntos de control se han
seleccionado según fuera la disposición espacial de los dominios hídricos propuestos entonces (“informe inicial”) en la figura
nº 50 (página nº 158), primando, además, unas condiciones aceptables de accesibilidad a los mismos.
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El procesado de los datos permite aplicar filtros que convierten la anomalía en una anomalía mucho más clara e
interpretable con un simple pico recto encima del conductor. Los Filtros permiten además determinar la posición e
intensidad de la anomalía a diferentes profundidades, permitiendo definir el buzamiento de las estructuras.
En este caso, para el procesado informático de los datos de campo se ha empleado el software
VLF2DMF_versión 1.6_Año 2017, de la compañía EMTOMO.
El proceso de tratamiento ha consistido, para cada uno de los noventa perfiles, en la exportación de los datos
“vlf” de cada una de las dos frecuencias a sendos archivos compatibles con el software VLF2DMF; es decir, cada perfil
VLF dispone de un archivo “Perfil nº x_frecuencia nº 1.txt” y “Perfil nº x_frecuencia nº 2.txt”. Se han generado, pues, para
este dictamen o etapa segunda, un total de ciento ochenta archivos *.txt*.
Cada uno de estos archivos *.txt* ha sido analizado informáticamente de la manera siguiente:
• Visualización de los datos “brutos” (raw data). La figura siguiente (gráfico superior) muestra la distribución espacial de los
datos “brutos” (perfil nº 85, frecuencia 20,27 KHz, emitida desde Italia -desde el este, pues, de Campo de Calatrava-)
para la componente “real” (trazo rojo” y para la componente “imaginaria” (trazo verde”) en porcentaje (ordenadas), y en
función ésta de la distancia (“0 metros” = comienzo del perfil VLF; “200 metros” = final del perfil VLF). El gráfico inferior
propone una estimación general de la resistividad eléctrica (ohm.m; trazo verde) en función de la distancia.
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• El análisis de los datos VLF se puede mejorar mediante la aplicación de “elementos de filtrado”, cuestión ésta básica
para una buena correlación entre la existencia de una anomalía electromagnética y la existencia de una estructura
tectónica (zona de fractura, por ejemplo). Esto es así, pues los filtros habitualmente más utilizados (recomendados
por la bibliografía; por ejemplo, en Karous y Hjelt, 1983) están diseñados para la supresión del “ruido” de los datos
“brutos”. En este dictamen, se ha optado por aprovechar las posibilidades que ofrece el software VLF2DMF y aplicar
dos modos de “filtrados generales” (“filtrado por interpolación promediada de tres puntos”, y filtrado mediante
algoritmos “EMDecomposition”), y, hechos estos, se han aplicado sobre tales resultados dos modos de “filtrados
específicos”: “filtrado Fraser” (del cual se obtendrá, a su vez, tanto una gráfica “Fraser” como, además, una gráfica
“Fraser pseudo-section”); y “filtrado Karous-Hjelt, o K-H” (del cual se obtendrá, a su vez, una gráfica “K-H section”).
a. Aplicación de un filtrado por interpolación promediada de tres puntos; es decir, por ejemplo, el dato
“original” adquirido en la estación “55 metros” se transforma en un dato “filtrado” consecuencia de realizar el
valor promedio de los datos “originales” adquiridos en las estaciones: “50 metros”, “55 metros”, y “60
metros”. Igualmente, el dato “original” adquirido en la estación “60 metros” se transforma en un dato “filtrado”
consecuencia de realizar el valor promedio de los datos “originales” adquiridos en las estaciones: “55
metros”, “60 metros”, y “65 metros”, etc. Como puede observarse, los trazados de las curvas “real” e
“imaginaria” se “suavizan” de un modo sensible, minorándose, así, el “ruido”.
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b. A partir de los datos anteriores, se puede aplicar el más universal y extendido de todos los procesos de
filtrados de datos VLF: el filtro “Fraser” (Fraser, D.; 1969). Éste consiste en que, por ejemplo, el dato
“original” adquirido en la estación “55 metros” se transforma en un dato “filtrado” consecuencia de realizar la
operación (dato estación 55 metros + dato estación 60 metros) – (dato estación 65 metros + dato estación
70 metros). Igualmente, el dato “original” adquirido en la estación “60 metros” se transforma en un dato
“filtrado” consecuencia de realizar la operación (dato estación 60 metros + dato estación 65 metros) – (dato
estación 70 metros + dato estación 75 metros); etc. La curva siguiente muestra la aplicación del filtro
“Fraser” a las curvas “filtradas” anteriores:
c. A partir de los datos filtrados mediante “Fraser”, se puede lograr una visión o una “pseudo-sección” muy
ilustrativa de los resultados del perfil VLF (véase el gráfico siguiente). En este tipo de gráficos, grosso modo,
los tonos azules del GRÁFICO SUPERIOR (componente “real”; el gráfico inferior se refiere a la componente
“imaginaria”) permiten definir, ya, la existencia de zonas de fracturación a lo largo del perfil y una estimación
de su profundidad mínima (eje de ordenadas). Los tonos rojizos/anaranjados definirían zonas “estables o no
fracturadas”. En este sentido, debe recordarse que cada una de las frecuencias empleadas en los
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perfiles permite detectar de manera más favorable zonas de fracturación dispuestas
PERPENDICULARMENTE al avance de las ondas VLF; lo anterior significa que, por ejemplo, dado que la
frecuencia 20,27 KHz (aquí, en este ejemplo, empleada) procede de un emisor ubicado en Italia (ubicado,
pues, hacia el este de Campo de Calatrava), entonces, esta frecuencia de 20,27 KHz, aquí (en Campo de
Calatrava) SERÁ LA MÁS FAVORABLE PARA DETECTAR ZONAS DE FRACTURA ORIENTADAS
SEGÚN UNA DIRECCIÓN APROXIMADA (±45º) NORTE-SUR. Es decir, en este ejemplo del gráfico, puede
afirmarse la existencia de una (hay, al menos, otras dos zonas de fractura “menores” en el gráfico) zona de
fractura principal ~norte-sur (indicada mediante una flecha roja), de una veintena de metros de anchura,
dispuesta entre las estaciones “100” y “120” metros, y con una profundidad mínima superior a 40 metros:
Igualmente, la frecuencia “inglesa” de 19,6 KHz SERÁ LA MÁS FAVORABLE PARA DETECTAR ZONAS
DE FRACTURA ORIENTADAS SEGÚN UNA DIRECCIÓN APROXIMADA (±45º) ESTE-OESTE…
d. Por lo que se refiere al “filtrado Karous-Hjelt, o K-H” (del cual se obtendrá, a su vez, una gráfica “K-H
section”), éste es especialmente interesante para la determinación de la densidad de corriente eléctrica de
un medio físico: valores elevados representan medios con capacidad conductiva de electricidad elevada (o,
expresado de otro modo, medios físicos de baja resistividad eléctrica). Es posible, por tanto, tener un perfil
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de “conductividades eléctricas” que, en nuestro caso, interesa muchísimo porque permite DEFINIR UNA
APROXIMACIÓN DE LA MORFOLOGÍA DE LA ZONA DE FRACTURA EN PROFUNDIDAD. Así, en el
ejemplo previo, aplicando este filtro K-H se logra la figura siguiente (gráfico superior, que es el referido a la
componente “real”; el gráfico inferior se refiere a la componente “imaginaria”), según la cual, aquella zona de
fractura orientada ~norte-sur delimitaría un bloque de baja conductividad (flechas blancas) de otro de alta
conductividad (flechas verdes), por lo que cabría inferir la existencia de, por ejemplo, un “bloque de medio
físico conductivo” delimitado por zonas de fractura (líneas discontinuas de trazo rojo). Realmente, en este
caso, lo que permite esta “sección K-H” es, de nuevo grosso modo, una aproximación del modo de
resolución tectónica de un bloque de 200 metros de longitud por 30 metros de profundidad…, dentro del cual
predominan fracturas norte-sur con buzamiento hacia el noreste (dado que, en este caso concreto, el sentido
de avance del perfil nº 85 fue de suroeste hacia el noreste). Es importante aclarar que el uso de, por
ejemplo, la frecuencia “italiana” detectará, de manera preferente, zonas de fractura orientadas (±45º)
NORTE-SUR, pero también detectará otras zonas de fractura si tienen una entidad tectónica
(penetratividad) suficiente.
e. Huelga decir, además, que estas zonas de fractura no se generan en la Naturaleza de “arriba” hacia “abajo”,
sino que se generan al contrario: desde “abajo” hacia “arriba”. Es decir, que aunque los gráficos de este
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dictamen segundo muestren profundidades en ordenadas que, normalmente, no superan profundidades de
40-50 metros, las fracturas detectadas, si son penetrativas, han de prolongar su trazado en profundidad. En
este sentido, procede aclarar ahora que la disposición espacial de los límites o bordes de los dominios
hídricos propuestos entonces (“informe inicial”) en la figura nº 50 (página nº 158), coincidía con zonas de
fracturación preferentes. En realidad, lo que hace esta “etapa segunda” de investigación es tratar de
testar objetivamente -mediante ensayos geofísicos in situ- la existencia de tales zonas de fractura que,
en definitiva, debieran coincidir con los límites de aquellos dominios hídricos.
f. Por lo tanto, avanzando ahora conclusiones principales de este dictamen segundo, las zonas de fractura que
permitan detectar/confirmar los ensayos VLF realizados en esta etapa segunda serán (son), en realidad,
zonas de fracturación (o bandas de deformación tectónica) muy penetrativas y, por ende, zonas de
fracturación de longitudes kilométricas (decenas de kilómetros) y de profundidades, sin duda, cuando
menos hectométricas y, en la mayor parte de los casos, kilométricas. En realidad, otra vez (y avanzando otra
conclusión fundamental de este dictamen segundo), lo que se puede observar en estos ciento ochenta
perfiles VLF es como estas “bandas de deformación” se resuelven en la superficie terrestre calatraveña
mediante el afloramiento de sectores complejos que incluyen zonas de falla de dimensiones métricas, y/o
decamétricas, y/o hectométricas orientadas de un modo preferente pero que, en su interior, también son
capaces de definir zonas de fracturación (de entidades dimensionales variables) orientadas de un modo
diferente a la orientación principal: por tal motivo la frecuencia VLF “italiana” detecta fracturas que
correspondería detectar -en teoría- sólo a la frecuencia “inglesa”, y viceversa. En definitiva, este dictamen
segundo “jugaba con ventaja”, pues sabía ya -antes de ejecutarse- dónde debía “buscar” tales zonas de
fracturación que, por su actividad, son condicionantes del modo de regulación y flujo del recurso hídrico
subterráneo en la MASbCC. Así pues, el testado sobre la existencia de estas zonas de fracturación o
bandas de deformación complejas a lo largo del territorio calatraveño ha sido totalmente positivo, con
todo lo que esto supondrá para el buen fin de las restantes, en potencia, fases “tercera” y “cuarta”.
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g. Continuando con el asunto de los “filtros”, al contrario que el “filtrado por interpolación promediada de tres
puntos” o el “filtro Fraser”, el “filtro K-H” es matemáticamente más complejo, al igual que ocurre con el
filtrado basado en “EMDecomposition”. Éste último se basa en el empleo de algoritmos matemáticos que,
grosso modo, “regionalizan” al perfil VLF. Esto significa que la aplicación del “filtrado por interpolación
promediada de tres puntos”, o del “filtro Fraser”, o del “filtro K-H” valoran tendencias electromagnéticas
“locales”, en este caso, de 5-20 metros de amplitud, empero el filtro “EMDecomposition” valora tendencias
electromagnéticas de más amplitud. Por expresarlo, gráficamente, el software VLF2DMF permite (véase el
gráfico siguiente) para el perfil nº 85, frecuencia de 20,27 KHz, hasta seis posibilidades de filtrado de la
componente “real” y hasta cinco posibilidades de filtrado de la componente “imaginaria”. Para comprobar lo
que implica la consideración de uno u otro algoritmo matemático, basta con observar el aspecto de la curva
“bruta” original (mostrada en el cajetín de trazo amarillo localizable en la esquina inferior derecha de la
figura). Bien, habitualmente, en los ciento ochenta perfiles analizados, el software ofrecía filtrar la
componente “real” de los datos “brutos” mediante cinco-seis algoritmos; por tal motivo, en este dictamen se
ha optado siempre por usar un algoritmo intermedio: el denominado como “c3” (véase el rectángulo
gris del gráfico siguiente, o las flechas rojas), tanto para la componente “real” como para la componente
“imaginaria”.
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h. Así pues, cuando son filtrados los datos “brutos” del perfil nº 85, frecuencia 20,27 KHz, mediante el filtro
“EMDecomposition” y, mediante éste, empleando el algoritmo denominado como “c3”, se logra el gráfico
siguiente (donde el gráfico superior se refiere a los datos “brutos” y el inferior a los datos “filtrados”):
i. Estos datos filtrados mediante “EMDecomposition” (algoritmo “c3”) pueden, a su vez, ser filtrados mediante
“Fraser” (véase el gráfico siguiente; compárese este resultado con lo mostrado en el apartado “b”…):
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j. Estos datos filtrados mediante “EMDecomposition” (algoritmo “c3”) pueden también, a su vez, ser utilizados
para generar una “pseudo-sección Fraser” (véase el gráfico siguiente; compárese este resultado con lo
mostrado en el apartado “c”…):
k. Estos datos filtrados mediante “EMDecomposition” (algoritmo “c3”) pueden también, a su vez, ser filtrados
mediante el filtro “K-H” (véase el gráfico siguiente; compárese este resultado con lo mostrado en el apartado
“d”…):
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l. En definitiva, el filtrado de los datos “brutos”, bien mediante el “filtrado por interpolación promediada de tres
puntos”, o bien mediante el filtrado basado en “EMDecomposition”, lo que permite es minorar el “ruido”
habitual de los valores geofísicos electro magnéticos medidos en campo, y permitir una valoración tectónica
a escalas de observación diferentes: a escala métrica-decamétrica (“filtrado por interpolación promediada de
tres puntos”), o a escala decamétrica-hectométrica (filtrado basado en “EMDecomposition”).
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2.2 – DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS PERFILES VLF.
Como se expuso en el informe inicial, desde el punto de vista geológico y morfotectónico, la Cuenca Alta del Guadiana
(y también, entonces, la MASbCC) queda incluida (Rincón, 2019-a) en el “Antepaís Bético” (figura nº 1). En el marco de la
“hipótesis flexural” (Vegas y Rincón, 1996), se define el Antepaís Bético como el área de plataforma en la Península Ibérica de
los orógenos alpinos que la circundan por el norte, el sur, y el este, de gran extensión y variedad geológica, y en la cual el
basamento varisco/hercínico que constituye el Macizo Ibérico ha sido deformado, reactivado y reestructurado (según
elevaciones y depresiones de entidad variable: dominios estructurales) al menos desde el Eoceno medio hasta la actualidad.
Figura nº 1: Localización sobre el contexto topográfico peninsular de la zona de estudio (modificado de www.ign.es) del límite de la MASbCC
(trazo rojo continuo), de las zonas de fractura principales (trazo negro continuo), del límite del ABCO (trazo verde discontinuo grueso), del
Arco de la Sierra de Altomira (ASA), del Arco de Cazorla-Alcaraz-Hellín (ACAH), de los límites provinciales (trazo blanco continuo), de
poblaciones, de los edificios ígneos del volcanismo de Campo de Calatrava (relleno amarillo), y de los epicentros de terremotos registrados
por el Instituto Geográfico Nacional hasta el día 18 de Mayo de 2018 (los círculos menores de relleno blanco se refieren a sismos con Mb <3,
los círculos menores de relleno verde se refieren a sismos con 3 > Mb < 4, y los círculos mayores con relleno naranja se refieren a sismos con
Mb > 4.”TD”: Parque Nacional de las Tablas de Daimiel; “LR” Parque Natural de las Lagunas de Ruidera”. También se incluye la red fluvial
principal (trazos lineales azules).
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El territorio propuesto para el ABCO (figura nº 2) incluye afloramientos tanto de un basamento varisco (cuarcitas,
pizarras, y esquistos, fundamentalmente) polideformado, propio de la Zona Centroibérica (Julivert, M., et al., 1983), como
de una cobertera mesozoica (arcillas, areniscas y evaporitas triásicas, y carbonatos jurásicos y, en menor proporción,
cretácicos), variablemente deformada por razones alpinas. Son estas razones tectónicas alpinas las que condicionan toda
una serie de depresiones semi-colmatadas por facies continentales detríticas (arcillas y arenas) y químicas (calizas y
margo-calizas) continentales neógeno-cuaternarias. También serían razones tectónicas alpinas las que habrían
posibilitado tanto la génesis, como el ascenso y la posterior extrusión de materiales ígneos en la comarca de Campo de
Calatrava: magmatismo básico alcalino, preferentemente basáltico (Ancochea, E.; 1982).
Figura nº 2: Esquema geológico del ABCO, en el que se representa el basamento varisco precámbrico-paleozoico (“1”), la cobertera
mesozoica del ABCO (“2”), un área tectonizada donde se mezclan facies paleozoicas, mesozoicas y cenozoicas (“3”), el orógeno Bético s.s.
(“4”), el orógeno Ibérico s.s. (“5”), los edificios ígneos neógeno-cuaternarios de Campo de Calatrava (“6”), y los depósitos neógeno-
cuaternarios (“7”).
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La gran diversidad geológica de la zona de estudio propicia la existencia de zonas de discontinuidad muy
penetrativas (que afectan directamente, incluso, al Manto), las cuales habrían sido “reactivadas” o “reutilizadas” en fechas
alpinas, tras darse las condiciones necesarias para ello. Así, lo que se ha “re-activado” o “re-utilizado” durante el periodo
alpino y alpino-neotectónico (< 9Ma), aquí, en la zona de estudio, han sido, básicamente, zonas de fractura de entidad
variable, además de un manto “anómalo” rico, especialmente, en potasio (Ancochea, E., 1982; Cebriá, J.M., 1992). Éstas
serían activas (fuentes sismogenéticas) en la actualidad y resolverían una sismicidad intraplaca baja-moderada de gran
interés (véase la figura nº 2): resuelven a su través deformación litosférica alpina y alpina-neotectónica de manera
distribuida y jerarquizada (Rincón, 2019-a).
La deformación litosférica sería jerarquizada porque el esfuerzo generado en el contexto de las placas Eurasia-
Iberia-África se resolvería aquí creando o generando estructuras geológicas (de tipo “ortogonal” o de tipo “escape lateral")
“principales” y, en el interior de cada una de éstas, generando estructuras geológicas “secundarias” (ídem) y, en el interior
de estas secundarias, generando estructuras geológicas “terciarias” (ídem), y así sucesivamente. En definitiva, el esfuerzo
litosférico se resolvería “distribuyéndose” en unas zonas más que en otras: más esfuerzo, obviamente, habría de
resolverse o distribuirse en la zona más cercana a los bordes de las placas tectónicas implicadas, aunque también una
parte muy notable de este esfuerzo lograría superar estas zonas próximas a tales límites y se canalizará (literal) y se
transmitiría a favor de aquellas “zonas penetrativas” mencionadas, generando, al fin, una deformación intraplaca que
también sería jerarquizada y distribuida.
Así pues, durante los tiempos alpino (intervalo Oligoceno-Mioceno medio: 35-9 millones de años) y alpino-
neotectónico (intervalo Mioceno superior-Actualidad: 9-0 millones de años), en todo el Antepaís Bético, esta deformación
intraplaca (jerarquizada y distribuida) habría generado estructuras geológicas principales (ortogonales a una u otra
máxima compresión horizontal) coincidentes con macro-flexuras (plegamientos) de la Litosfera -de longitudes de onda de
varios centenares de kilómetros de amplitud-, dentro de las cuales se habrían resuelto otras flexuras secundarias -de la
Corteza- de menor longitud de onda (con bastantes decenas de kilómetros de amplitud), además de bandas de
deformación direccionales coincidentes con “zonas de escape”. Así pues, LOS AFLORAMIENTOS LITOLÓGICOS DE LA
MASbCC (BASAMENTO VARISCO, CUENCAS NEÓGENAS, O VOLCANISMO RECIENTE), LAS ZONAS ELEVADAS
22
Y DEPRIMIDAS DE LA MASbCC, LOS MEDIOS ACUÍFEROS DE LA MASbCC, etc., SON CONSECUENTES CON
ESTE CONTEXTO MORFOTECTÓNICO DE FLEXURAS Y BANDAS DIRECCIONALES O “ZONAS DE ESCAPE”. Es,
literalmente, imposible, pretender evaluar, analizar, cuantificar, comprender, etc., hidrogeológicamente a la MASbCC sin
tener en cuenta sus razones geológicas e hidrogeológicas. En este sentido, la “hipótesis flexural” propone, desde el año
1996, un marco o modelo geológico regional para el Antepaís Bético que permite lograr explicaciones genéticas y de
funcionamiento para la geología, la hidrogeología, la tectónica, la sismología, o la petrología ígnea de la CAG y, por
extensión, de la MASbCC. Además, el estado del arte del conocimiento científico actual aporta contrastaciones positivas
para esta “hipótesis”: García-Abad, F.J., 1975; ENADIMSA, 1979; IGME/ITGE, IGME, 1980, 1988, y 1990; Torres, T. et al.
1986; Herráiz, M., et al., 2000; Cloetingh, S., et al., 2002; Paredes-Bartolomé, C., et al., 2003; Simancas, J.F. et al., 2003;
Simancas, J.F. et al., 2005; Vegas, R., 2005; Vegas, R., 2006; Fernández-Lozano, J., 2008; De Vicente, G. y Vegas, R.,
2009-a y 2009-b; Vegas, R., 2010; Tejero, R., et al., 2011; Martínez-Poyatos, D. et al., 2012; Simancas, J.F. et al., 2013;
Rincón, P.J., 2014-a, 2016; Palomeras, I. et al., 2014; Ehsan, S.A. et al., 2015; Rincón, 2019-a y 2019-b; etc.
Hay, por lo tanto y desde hace décadas, todo un argumentario científico que invalida la realidad de aquella
simplificación excesiva contemplada en el PHDHGn para con la MASbCC (véanse las figuras siguientes). Sencillamente,
con esto que sigue y, lo que es peor, asumiendo -como asume la Administración y el PHDHGn- como cierto, como
inamovible, como definitivo, etc. esto que sigue es IMPOSIBLE el logro de una gestión/desarrollo socioeconómico
sostenible de la MASbCC.
23
Entonces, ¿cómo puede caracterizarse geológica e hidrogeológicamente a la MASbCC?, ¿dónde están en la
MASbCC las consecuencias de esa deformación intraplaca (jerarquizada y distribuida) que habría generado estructuras
geológicas principales (ortogonales a una u otra máxima compresión horizontal) coincidentes con macro-flexuras
(plegamientos) de la Litosfera -de longitudes de onda de varios centenares de kilómetros de amplitud-, dentro de las
cuales se habrían resuelto otras flexuras secundarias -de la Corteza- de menor longitud de onda (con bastantes decenas
de kilómetros de amplitud), además de bandas de deformación direccionales coincidentes con “zonas de escape”?
En el dictamen inicial, mediante toda una serie de gráficos se explicó la ubicación espacial de estas flexuras y de
esta “zona de escape”, y cómo tal zonación compartimenta el relieve de la MASbCC y, por tanto, condiciona
hidrogeológicamente el medio físico de la misma. Estos compartimentos se han denominado como “dominios”, y estos
“dominios” se califican como “dominios morfotectónicos” cuando se refieren al relieve, o como “DOMINIOS HÍDRICOS”
cuando se refieren al recurso hídrico (aguas subterráneas).
De un modo más concreto (Rincón, 2019-a), se define como “dominio morfotectónico” a un ente cortical
jerarquizado y delimitado por zonas de fractura, a favor del cual se distribuye de un modo concreto esfuerzo litosférico en un
territorio. Igualmente, se define al “dominio hídrico” como una consecuencia directa del “dominio morfotectónico”,
24
coincidiendo éste con un ente cortical jerarquizado y delimitado por zonas de fractura, a favor del cual fluye y se regula de un
modo concreto recurso hídrico superficial y subterráneo en un territorio. Realmente, entonces, un “dominio hídrico” habrá de
ser previamente un “dominio morfotectónico”, siendo posible, así, definir unidades administrativas de gestión hídrica sobre la
base de argumentos geológicos e hidrogeológicos. Así el asunto, parecería obvio, de nuevo, que la necesaria y obligada y
exigible gestión sostenible del recurso hídrico se beneficiaría, sin duda, con este modo de proceder.
Procedería referirse en la zona de estudio, por tanto, a dominios morfotectónicos y/o hídricos de jerarquizados
(como las propias zonas de fractura que permiten definirlos) y de dimensiones muy variables, vinculados bien a relieves
“ortogonales”, o bien a relieves relacionados con “escapes laterales” (entornos locales transpresivos y cuencas “pull-apart”
puras y/o transtensivas). Las repercusiones que para lo hídrico suponen la existencia de estos entornos sucesivos y
colindantes locales transpresivos y cuencas “pull-apart” puras y/o transtensivas, distribuidos a lo largo de la Cuenca Alta del
Guadiana, habrían de ser notables, y permitirían explicar de un modo mucho más convincente que el oficial (desde el punto
de vista geológico e hidrogeológico) la realidad del modo de flujo (en la Llanura Manchega, en el Campo de Montiel, o en
Campo de Calatrava) y de regulación del agua superficial y subterránea, con todo lo que esto significaría para la gestión
sostenible ya no sólo del Alto Guadiana sino de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda (Rincón, 2019-a).
En este contexto, cobrarían sentido tectónico genético los resultados geofísicos mencionados de los trabajos de
Enadimsa (1979), Torres, T. et al. (1986), o IGME/ITGE (1980, 1988, y 1990), los cuales concluyen la existencia de un
basamento varisco estructurado mediante una serie de estructuras deprimidas principales orientadas NNE-SSO en el sector
occidental de La Mancha (figuras nº 1 y nº 2), adaptándose el relleno terciario continental consecuentemente a esto, y siendo
capaz de definir espesores superiores a los 400 metros [como los propuestos (figuras nº 25 y nº 26) para parte de la
MASbCC por Sánchez-Vizcaino (2008), en las proximidades a la localidad de Pozuelo de Calatrava]. En definitiva, lo que
estos trabajos oficiales propusieron entonces fue la existencia de un depósito terciario-cuaternario en absoluto sencillo [a
pesar de que éste fuera simplificado entonces –y hasta la actualidad- para los asuntos hidrogeológicos de la Cuenca Alta del
Guadiana a partir del trabajo del IGME (1980)], sino adaptado y condicionado a razones tectónicas alpinas de cierta
complejidad.
25
En el informe inicial se demostró como la manera de resolverse esfuerzo tectónico incluye la génesis de una sucesión
JERARQUIZADA topográfica de áreas elevadas y deprimidas, complejas, alternantes unas con otras hacia el norte y hacia el sur,
hacia el este y hacia el oeste. En suma, el informe inicial permite afirmar que el contexto físico real que define al territorio de la
MASbCC es cualquier cosa menos una simplicidad que se pueda resolver, para lo hídrico, con una serie de comentarios
esquemáticos como los mostrados en el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana. Esta sucesión
JERARQUIZADA es o representa en la CAG, finalmente, UNA SUCESIÓN JERARQUIZADA DE DOMINIOS
MORFOTECTÓNICOS (figura nº 3) y, a su vez, UNA SUCESIÓN JERARQUIZADA DE DOMINIOS HÍDRICOS (figura nº 4).
Figura nº 3: Definición de los once dominios morfotectónicos principales o de orden III (Rincón, 2019-a) en el Antepaís Bético (líneas azules
continuas), numerados como: 1 - Dominio morfotectónico de Munera-Villarrobledo, 2 - Dominio morfotectónico de El Ballestero-La Roda; 3 -
Dominio morfotectónico de Montiel-Ruidera, 4 - Dominio morfotectónico de Jabalón-Azuer, 5 - Dominio morfotectónico de Campo de
Calatrava, 6 - Dominio morfotectónico de Los Montes, 7 - Dominio morfotectónico de La Mancha (oeste), 8 - Dominio morfotectónico de
Montes de Toledo, 9 - Dominio morfotectónico de Quintanar-Alcázar-San Clemente, 10 - Dominio morfotectónico de Záncara, y 11 - Dominio
morfotectónico de La Mancha (este). La flecha roja representa la manera de orientación del esfuerzo compresivo generado (durante los
últimos 9 Ma en el borde de placas África-Eurasia), mientras que las flechas negras representan “cómo” responde el territorio que se ve
afectado por este esfuerzo: por ejemplo, LOS DOMINIOS nº 5, 6, y 7, DENTRO DE LOS CUALES SE INCLUYE LA MASbCC,
RESPONDEN ANTE ESTE ESFUERZO “ESCAPÁNDOSE” (“ZONAS DE ESCAPE”) HACIA EL SUR/SUROESTE.
26
Figura nº 4: Definición (líneas azules gruesas continuas) de los once dominios hídricos principales de la Cuenca Alta del Guadiana en el
Antepaís Bético (Rincón, 2019-a), sobre una cartografía que incluye la red fluvial principal y a las trazas de zonas de fractura preferentes
(trazo negro discontinuo). 1: Dominio hídrico de Munera-Villarrobledo, 2: Dominio hídrico de El Ballestero-La Roda; 3: Dominio hídrico de
Montiel-Ruidera, 4: Dominio hídrico de Jabalón-Azuer, 5: Dominio hídrico de Campo de Calatrava, 6: Dominio hídrico de Los Montes, 7:
Dominio hídrico de La Mancha (oeste), 8: Dominio hídrico de Montes de Toledo, 9: Dominio hídrico de Quintanar-Alcázar-San Clemente, 10:
Dominio hídrico de Záncara, y 11: Dominio hídrico de La Mancha (este).
Como puede comprobarse, observando la figura nº 3 y la figura nº 4, no existe, por ejemplo, una coincidencia exacta
entre el dominio morfotectónico nº 5 de “Campo de Calatrava” y el dominio hídrico nº 5 de “Campo de Calatrava”. La razón es
que la jerarquía de los dominios morfotectónicos mostrados en la figura nº 3 es superior a la de los dominios hídricos
mostrados en la figura nº 4 (Rincón, 2019-a). Empero, ambos gráficos permiten mostrar los morfotectónicos de mayor
jerarquía y los hídricos de mayor jerarquía posible…, ¿cuál es la razón de esta discrepancia espacial? La razón hay que
buscarla en la capacidad erosiva del agua. En efecto, lo que ocurre es que el territorio meridional del dominio morfotectónico
nº 5 (figura nº 4) coincide con una zona elevada que, por ejemplo, define las cotas máximas de Sierra Morena. Esta
circunstancia ha propiciado la génesis, aquí (al sur del dominio nº 5) de un relieve diferencial activo (continuamente
sobreelevado desde hace millones de años) que, a su vez, ha obligado a la red fluvial a encajarse y migrar hacia el norte/nor-
noreste. Podría decirse, simplificando mucho, que, en ocasiones como ésta, los dominios hídricos reflejan circunstancias
27
más “superficiales” que los dominios “morfotectónicos”. Esto no es un asunto baladí para la comprensión de la hidrología y/o
la hidrogeología ni en la Cuenca Alta del Guadiana (CAG) ni, por supuesto, en la MASbCC, pues, simplemente, es la razón
geológica e hidrogeológica que permite explicar el motivo por el cual los cauces de los ríos Tablillas, Ojailén, Montoro,
Fresneda, Jándula, Grande, Despeñaperros, Guarrizas, Guadalén, etc. están, literalmente, ocupando territorios que hasta
hace poco (geológicamente poco “tiempo”) formaban parte de la CAG. Igual ocurre, por cierto, con los cauces más
septentrionales de la CAG con respecto a la Demarcación Hidrográfica del Tajo, a la cual, simplemente, le están “ganando
terreno” que hasta hace poco (geológicamente poco “tiempo”) formaban parte de la cuenca del Tajo. La figura nº 5 muestra
un esquema tectónico regional que concreta todo esto ahora comentado.
Figura nº 5: Contexto tectónico flexural jerarquizado (líneas discontinuas verde, rojas, y azul) y de escape lateral (transpresiones y cuencas “pull-
apart” puras y/o transtensivas) generado a favor del proceso de indentación del ACAH, y del escape hacia el suroeste del basamento a favor del:
a) corredor “Bañuelos”: “El Bullaque-Villanueva de Córdoba” – “Villafranca de los Caballeros-Santa Cruz de Mudela”; b) corredor “Záncara”: “Venta
de los Santos-Aldeaquemada” – “Záncara-Puerto Lápice”; y c) corredor “Guadiana”: “Azuel-La Solana” – “Villarrubia de los Ojos-Malagón”. Sobre
éste se localizan los edificios volcánicos neógeno-cuaternarios del Campo de Calatrava y los epicentros de los terremotos (hasta el 18 de Mayo de
2018). Ubicación de un depocentro topográfico durante la actividad volcánica. Modificado de Rincón, 2019-a.
28
En definitiva, este hecho de no coincidencia espacial total entre dominios jerárquicos máximos
morfotectónicos e hídricos es, por supuesto, una contrastación positiva para la aplicabilidad de la “hipótesis
flexural”. Hecha esta aclaración, procede, definir (figura nº 6) los dominios hídricos de jerarquía inmediatamente
inferior a los mostrados en la figura nº 4. La relevancia hidrogeológica, para la CAG y para la MASbCC, de estos
dominios hídricos mostrados en la figura nº 4 es que representan unidades de gestión hídrica (superficial y/o
subterránea) empleables, por ejemplo, en la gestión administrativa: éstas (como las mostradas en la figura nº 4) sí son
entidades naturales definidas sobre la base de criterios geológicos e hidrogeológicos realistas, al contrario,
lamentablemente, de las disposiciones espaciales definidas por la Administración para las MASb de la CAG.
Evidentemente, ahora sí cabe exigir coincidencias espaciales entre dominios hídricos superiores e inferiores: los segundos
han de estar incluidos dentro de los primeros.
Figura nº 6: Definición (líneas amarillas gruesas continuas) de los once dominios hídricos principales de la Cuenca Alta del Guadiana en el
Antepaís Bético (Rincón, 2019-a), y de los dominios hídricos jerárquicamente inferiores (líneas azules continuas) que contienen cada uno de
estos
29
Así pues, la figura nº 6 muestra que la realidad natural del límite de la MASbCC es, cuando menos, técnicamente
muy discutible. CADA UNA DE LAS SUPERFICIES POLIGONALES DEFINIDAS EN LA FIGURA nº 6 DEFINE UN
COMPORTAMIENTO HIDROLÓGICO E HIDROGEOLÓGICO CARACTERÍSTICO, DIFERENCIAL AL DE SUS
DOMINIOS COLINDANTES, PUES SUS LÍMITES SON ZONAS DE FRACTURA QUE ELEVAN, O DEPRIMEN, O
DESPLAZAN BLOQUES FÍSICOS DE DIMENSIONES DE DECENAS DE KILÓMETROS, PUDIENDO EXISTIR, O NO,
UNA RELACIÓN DE DEPENDENCIA ENTRE UNOS U OTROS DOMINIOS VECINOS. De la misma manera, ES
FUNDAMENTAL QUE AHORA SE ACLARE QUE, A SU VEZ, DENTRO DE ESTOS DOMINIOS MOSTRADOS EN LA
FIGURA nº 6, ES POSIBLE DEFINIR OTROS DOMINIOS HÍDRICOS DE JERARQUÍA INFERIOR, ASOCIADOS A
OTRAS ZONAS DE FRACTURA SUJETAS, POR SUPUESTO, AL MODO DE RESOLUCIÓN REGIONAL (A TRAVÉS
DE ELLAS) DE DEFORMACIÓN LITOSFÉRICA.
Y, así pues, de nuevo, ha de ser a lo largo de los límites de estos dominios hídricos donde se han
dispuesto los noventa (ciento ochenta) perfiles VLF mencionados, distribuidos del modo que muestra tanto la tabla
siguiente como la figura nº 7.
30
Ensayo VLF
X UTM (ETRS 89)
centro perfil
Y UTM (ETRS 89)
centro perfil Z
Longitud (m)
Espaciado (m)
Orientación avance
Sentido Frecuencia
1 Frecuencia
2
1 464214 4295337 690,9 200 5 N17ºE Sur a Norte 17100 24000
2 467733 4292038 708,5 200 5 N142ºW Este a Oeste 18300 19600
3 466738 4284980 719,3 200 5 N78ºW Este a Oeste 18300 19600
4 466141 4277342 722,4 140 5 N88ºW Este a Oeste 19600 20270
5 459593 4275727 731,1 200 5 N12ºW Sur a Norte 19600 20270
6 457025 4276235 709,4 200 5 N115ºW Sur a Norte 19600 20270
7 458771 4277559 727,0 200 5 N84ºW Este a Oeste 19600 20270
8 458683 4279694 719,7 200 5 N90ºW Este a Oeste 19600 20270
9 451606 4287039 684,4 200 5 N10ºW Sur a Norte 19600 20270
10 447652 4282646 746,5 200 5 N29ºE Sur a Norte 19600 20270
11 459941 4285875 730,3 200 5 N90ºW Este a Oeste 19600 20270
12 460416 4288526 712,5 200 5 N74ºW Este a Oeste 19600 20270
13 459685 4292841 681,0 200 5 N69ºW Este a Oeste 19600 20270
14 452541 4300815 809,3 200 5 N38ºE Sur a Norte 19600 20270
15 446855 4300851 712,7 200 5 N11ºW Sur a Norte 19600 20270
16 441180 4300327 722,5 200 5 N24ºW Sur a Norte 19600 20270
17 437637 4300069 735,2 200 5 N5ºE Sur a Norte 19600 20270
18 433310 4300242 656,6 200 5 N38ºW Sur a Norte 19600 20270
19 432451 4300267 656,6 200 5 N9ºW Sur a Norte 19600 20270
20 424510 4299957 618,8 200 5 N34ºW Sur a Norte 19600 20270
21 423845 4299683 655,3 200 5 N75ºW Este a Oeste 19600 20270
22 428033 4290543 644,3 200 5 N7ºE Sur a Norte 19600 20270
23 433863 4290361 656,5 200 5 N3ºE Sur a Norte 19600 20270
24 438192 4290445 647,7 200 5 N2ºW Sur a Norte 19600 20270
25 442732 4290324 650,2 200 5 N34ºE Sur a Norte 19600 20270
26 460853 4304583 674,9 200 5 N71ºE Este a Oeste 19600 20270
27 461143 4310587 662,1 200 5 N124ºW Este a Oeste 19600 20270
28 454336 4312500 647,4 200 5 N35ºW Sur a Norte 19600 20270
29 443924 4313472 640,3 200 5 N15ºW Sur a Norte 19600 20270
30 421537 4309273 637,4 200 5 N13ºE Sur a Norte 19600 20270
31 422125 4306618 643,7 200 5 N10ºE Sur a Norte 19600 20270
32 424213 4305111 628,3 200 5 N5ºW Sur a Norte 19600 20270
33 431204 4304677 649,4 200 5 N22ºW Este a Oeste 19600 20270
34 432231 4305751 644,3 200 5 N71ºW Este a Oeste 19600 20270
31
Ensayo VLF
X UTM (ETRS 89)
centro perfil
Y UTM (ETRS 89)
centro perfil Z
Longitud (m)
Espaciado (m)
Orientación avance
Sentido Frecuencia
1 Frecuencia
2
35 428905 4308196 638,4 200 5 N45ºE Sur a Norte 19600 20270
36 426160 4309135 632,5 200 5 N54ºE Sur a Norte 19600 20270
37 428300 4310772 639,3 200 5 N50ºW Este a Oeste 19600 20270
38 429078 4317237 620,1 200 5 N81ºW Este a Oeste 19600 20270
39 430873 4321940 613,6 200 5 N111ºW Este a Oeste 19600 20270
40 431338 4324710 607,7 200 5 N30ºE Sur a Norte 19600 20270
41 432551 4323025 623,4 200 5 N18ºW Sur a Norte 19600 20270
42 436593 4320763 624,6 200 5 N38ºE Sur a Norte 19600 20270
43 439781 4320258 623,5 200 5 N20ºW Sur a Norte 19600 20270
44 442076 4313897 638,5 200 5 N51ºW Este a Oeste 19600 20270
45 439350 4310232 642,7 200 5 N89ºW Este a Oeste 19600 20270
46 436628 4308537 636,4 200 5 N15ºW Sur a Norte 19600 20270
47 466306 4308091 675,7 200 5 N4ºE Sur a Norte 19600 20270
48 468746 4305983 682,7 200 5 N76ºW Este a Oeste 19600 20270
49 435908 4278834 671,6 200 5 N23ºW Sur a Norte 19600 20270
50 426254 4279094 671,8 200 5 N35ºE Este a Oeste 19600 20270
51 420879 4286543 744,4 200 5 N90ºW Sur a Norte 19600 20270
52 424898 4326972 614,0 200 5 N22ºW Sur a Norte 19600 20270
53 421648 4327832 627,4 200 5 N3ºE Sur a Norte 19600 20270
54 423925 4329562 627,1 200 5 N68ºW Este a Oeste 19600 20270
55 425600 4334316 630,2 200 5 N72ºW Este a Oeste 19600 20270
56 428025 4341757 661,7 200 5 N68ºW Este a Oeste 19600 20270
57 428159 4344137 708,1 200 5 N61ºW Este a Oeste 19600 20270
58 403644 4347795 723,6 200 5 N46ºE Sur a Norte 19600 20270
59 401857 4337950 679,5 200 5 N67ºW Este a Oeste 19600 20270
60 401937 4333731 652,5 200 5 N85ºW Este a Oeste 19600 20270
61 402487 4332903 682,6 200 5 N9ºW Sur a Norte 19600 20270
62 411158 4331417 704,7 200 5 N126ºW Sur a Norte 19600 20270
63 406399 4326928 661,4 200 5 N59ºW Este a Oeste 19600 20270
64 405265 4322289 652,5 200 5 N133ºW Este a Oeste 19600 20270
65 403994 4318153 638,5 200 5 N30ºW Este a Oeste 19600 20270
66 399853 4313639 660,7 200 5 N59ºE Este a Oeste 19600 20270
67 399984 4321127 604,4 200 5 N115ºW Este a Oeste 19600 20270
32
Ensayo VLF
X UTM (ETRS 89)
centro perfil
Y UTM (ETRS 89)
centro perfil Z
Longitud (m)
Espaciado (m)
Orientación avance
Sentido Frecuencia
1 Frecuencia
2
68 400798 4328913 671,9 200 5 N34ºE Sur a Norte 19600 20270
69 405145 4308050 586,5 200 5 N3ºE Sur a Norte 19600 20270
70 409688 4308148 573,5 200 5 N19ºW Sur a Norte 19600 20270
71 413593 4307699 611,6 200 5 N28ºE Sur a Norte 19600 20270
72 423620 4301145 609,5 200 5 N38ºW Sur a Norte 19600 20270
73 418968 4298006 675,2 200 5 N21ºW Sur a Norte 19600 20270
74 409787 4298487 686,5 200 5 N23ºE Sur a Norte 19600 20270
75 401552 4303947 614,1 200 5 N56ºW Este a Oeste 19600 20270
76 409889 4280863 704,9 200 5 N31ºE Sur a Norte 19600 20270
77 402292 4281767 682,7 200 5 N3ºW Sur a Norte 19600 20270
78 391144 4283378 787,5 200 5 N71ºE Sur a Norte 19600 20270
79 395983 4286708 654,9 200 5 N36ºW Sur a Norte 19600 20270
80 398116 4293625 673,4 200 5 N92ºW Este a Oeste 19600 20270
81 400747 4299584 684,7 200 5 N81ºW Este a Oeste 19600 20270
82 407129 4297274 672,4 200 5 N47ºE Sur a Norte 19600 20270
83 372199 4296660 780,5 200 5 N92ºW Este a Oeste 19600 20270
84 371154 4308721 612,1 200 5 N84ºW Este a Oeste 19600 20270
85 384026 4313547 638,9 200 5 N40ºE Sur a Norte 19600 20270
86 388181 4310247 688,1 200 5 N111ºW Este a Oeste 19600 20270
87 395822 4305654 604,6 200 5 N92ªW Este a Oeste 19600 20270
88 398429 4303271 619,6 200 5 N42ºE Sur a Norte 19600 20270
89 392248 4317059 538,2 200 5 N86ºW Este a Oeste 19600 20270
90 388611 4316106 536,2 200 5 N115ºW Este a Oeste 19600 20270
33
Figura nº 7-a: Localización de los 90 puntos de control en los que se han desarrollado perfiles VLF (topografía lograda de Visor IBERPIX).
34
Figura nº 7-b: Localización de los 90 puntos de control en los que se han desarrollado perfiles VLF (imagen lograda de Visor IBERPIX).
35
2.3 – CONCLUSIONES DE LOS PERFILES VLF.
Dada la magnitud de información generada y sus dimensiones de tamaño en megabytes, se ha estructurado la
presentación de estos resultados mediante seis archivos adjuntos, comprimidos, a su vez, en formato *.pdf*.
Cada uno de estos seis archivos *.pdf* dispone de los resultados de quince puntos de control (“1 a 15”, “16 a 30”,
“31 a 45”, “46 a 60”, “61 a 75”, y “76 a 90”), y cada uno de estos puntos de control se resuelve mediante tres páginas.
En la página primera de cada perfil se muestran su localización con respecto a un modelo digital del terreno
(topografía), además de las coordenadas UTM-ETRS89 del punto central del perfil (logradas del Visor IBERPIX), su cota
topográfica (lograda del Visor IBERPIX), y datos relativos a la ejecución del perfil [longitud, espaciado entre estaciones
sucesivas, orientación de avance del perfil, y frecuencias (en Hz) empleadas]; a continuación, se muestra el ejemplo del
perfil VLF nº 18:
36
En la página siguiente de tal archivo *.pdf* (véase el gráfico que sigue) se muestran las conclusiones logradas en
ese perfil VLF para la primera frecuencia utilizada, adjuntándose un croquis topográfico y una imagen aérea del entorno
del perfil VLF (datos logrados del Visor IBERPIX), con una línea escalada en su zona central que representa al perfil VLF.
Bajo estos croquis se disponen hasta ocho gráficos: cuatro a la izquierda, y cuatro a la derecha. Los gráficos de la
izquierda se refieren a la opción citada de filtrado “interpolación promediada de tres puntos”, y a sus consecuentes: a)
curvas “brutas” y filtradas; b) curva “Fraser”, c) gráfico “pseudo-sección Fraser”; y d) gráfico “K-H”. Los gráficos de la
derecha se refieren a la opción citada de filtrado “EMDecomposition_algoritmo c3”, y a sus consecuentes: a) curvas
“brutas” y filtradas; b) curva “Fraser”, c) gráfico “pseudo-sección Fraser”; y d) gráfico “K-H”. Las flechas azules (de anchura
variable, y dispuestas sobre las curvas “Fraser”) proponen dónde se ubican las zonas de fracturación (zonas de falla).
37
Por último, en la página siguiente tal archivo *.pdf* (véase el gráfico que sigue) se muestran las conclusiones
logradas en ese perfil VLF para la segunda frecuencia utilizada, adjuntándose un croquis topográfico y una imagen aérea
del entorno del perfil VLF (datos logrados del Visor IBERPIX), con una línea escalada en su zona central que representa
al perfil VLF. Bajo estos croquis se disponen hasta ocho gráficos: cuatro a la izquierda, y cuatro a la derecha. Los gráficos
de la izquierda se refieren a la opción citada de filtrado “interpolación promediada de tres puntos”, y a sus consecuentes:
a) curvas “brutas” y filtradas; b) curva “Fraser”, c) gráfico “pseudo-sección Fraser”; y d) gráfico “K-H”. Los gráficos de la
derecha se refieren a la opción citada de filtrado “EMDecomposition_algoritmo c3”, y a sus consecuentes: a) curvas
“brutas” y filtradas; b) curva “Fraser”, c) gráfico “pseudo-sección Fraser”; y d) gráfico “K-H”. Las flechas azules (de anchura
variable, y dispuestas sobre las curvas “Fraser”) proponen dónde se ubican las zonas de fracturación (zonas de falla).
38
3 – CONCLUSIONES.
Se enumeran, a continuación, las conclusiones de este dictamen segundo:
1. La Comunidad de Usuarios de la Masa de Aguas Subterráneas de Campo de Calatrava (CUAS-MASbCC), incluida
dentro de la Cuenca Alta del Guadiana o CAG, informa en Noviembre de 2019 a la consultora GeaPraxis Ibérica
acerca de la necesidad de aportar información técnica sobre las características hidrogeológicas del territorio de dicho
ente administrativo hídrico.
2. Para alcanzar este fin, se propuso lograr tal información mediante la ejecución de una serie de trabajos geológicos e
hidrogeológicos, a desarrollar en cuatro fases (anuales). A comienzos del año 2020 (mes de Enero) se concluyó la
realización del denominado como “ESTUDIO DIAGNÓSTICO -GEOLÓGICO E HIDROGEOLÓGICO- DE LAS
DISPONIBILIDADES DE RECURSOS HÍDRICOS SUBTERRÁNEOS EN LA MASA DE AGUA SUBTERRÁNEAS DE
CAMPO DE CALATRAVA. Fase Inicial”.
3. En ese dictamen “inicial” se realizó una revisión técnica del contenido actual del Plan Hidrológico de la Demarcación
Hidrográfica del Guadiana (o PHDHGn), en lo referente a esta MASbCC, con especial incidencia en el aspecto
cuantitativo del mismo. Además, se estableció una definición espacial (contextualización geológico-hidrogeológica
general) consecuente con la realidad geológica e hidrogeológica del territorio de la MASbCC: divisiones internas de la
MASbCC, sentidos de flujo, etc.
4. A partir de esta contextualización geológico-hidrogeológica se elaboró una cartografía (figura nº 50, página nº 158,
del “informe inicial”) de propuestas de unidades hídricas -denominadas “dominios hídricos”- que quedaban incluidos,
total y/o parcialmente, en el territorio de la MASbCC (véase la figura nº 6).
5. Los límites de estos “dominios hídricos” han sido los analizados geológicamente -geofísicamente- en esta etapa
segunda, para lo cual se ha empleado un método de prospección eléctrica electromagnético: el denominado como
“método de prospección con VLF”.
6. Esta metodología consiste en la consideración de ondas electromagnéticas de radio de “muy baja frecuencia”, o
“VLF” (15-30 KHz), para determinar la existencia de zonas fracturadas, zonas contaminantes, y mineralizaciones.
39
7. Estas zonas de fractura modifican localmente la conductividad eléctrica del medio físico, y son estas modificaciones
en la conductividad eléctrica las que generan perturbaciones. Tales “perturbaciones” son medibles, a su vez,
mediante los equipos de registros basados en el “método de prospección con VLF”. Así pues, la detección de estas
“perturbaciones” y su morfología aportan información que colabora a testar positivamente la existencia o inexistencia
de zonas de fractura en un medio físico dado.
8. En este estudio, la adquisición de datos de campo se ha realizado a lo largo de perfiles de 200 metros de longitud,
mediante un receptor T-VLF_Iris Instruments, operando en “modo tilt” o de “ángulo de inclinación”, con espaciados de
5 metros por estación de medida (41 datos por perfil por cada una de las dos frecuencias empleadas en cada perfil =
82 datos por perfil), para medir los parámetros de la elipse de polarización (inclinación “τ“ y elipticidad “ε”). Este
equipo T-VLF_Iris permite, por tanto, la adquisición -al mismo tiempo- de datos según dos frecuencias diferentes;
luego, realmente, para este dictamen, se han realizado 180 perfiles VLF, cada uno de ellos con una longitud de 200
metros.
9. En la figura nº 7 se muestra la ubicación espacial de los perfiles VLF [estos puntos de control se han seleccionado
según es la disposición espacial de los dominios hídricos propuestos entonces (“informe inicial”), primando, además,
unas condiciones aceptables de accesibilidad a los mismos]. En realidad, lo que ha hecho esta “etapa segunda” de
investigación geológica es tratar de testar objetivamente -mediante ensayos geofísicos in situ- la existencia de tales
zonas de fractura que, en definitiva, debieran coincidir con los límites de aquellos dominios hídricos.
10. Así, se concluye que las zonas de fractura detectadas por los ensayos VLF realizados en esta etapa segunda serán
(son), en realidad, zonas de fracturación (o bandas de deformación tectónica) muy penetrativas y, por ende, zonas de
fracturación de longitudes kilométricas (decenas de kilómetros) y de profundidades, sin duda, cuando menos
hectométricas y, en algunos casos, kilométricas. Estas zonas de fractura no se generan en la Naturaleza de “arriba”
hacia “abajo”, sino que se generan al contrario: desde “abajo” hacia “arriba”; por lo tanto, aunque los gráficos VLF
logrados muestren profundidades en ordenadas que, normalmente, no superan profundidades de 40-50 metros, las
fracturas detectadas, si son penetrativas, han de prolongar su trazado en profundidad.
40
11. Lo que se puede observar en estos ciento ochenta perfiles VLF es como estas “bandas de deformación” se resuelven
en la superficie terrestre calatraveña mediante el afloramiento de sectores complejos que incluyen una o más zonas
de falla (que se cruzan entre sí) de dimensiones métricas, y/o decamétricas, y/o hectométricas orientadas de un
modo preferente pero que, en su interior, también son capaces de definir zonas de fracturación (de entidades
dimensionales variables) orientadas de un modo diferente a la orientación principal.
12. Así pues, el testado sobre la existencia de estas zonas de fracturación o bandas de deformación complejas a lo largo
del territorio calatraveño ha sido totalmente positivo, con todo lo que esto supondrá para el buen fin de las restantes,
en potencia, fases “tercera” y “cuarta”.
13. En todos los casos (en los 180 casos) se han hallado zonas de fractura o falla de entidades métricas y/o
decamétricas, algunas de las cuales, incluso, son susceptibles de incrementar decamétrica-hectométricamente sus
dimensiones, tal y como sugiere en tales casos el uso del filtrado “EMDecomposition”. Estas últimas zonas de falla
serían, sencillamente, zonas de fracturación de interés cortical (en este sentido, recuérdese que en Campo de
Calatrava han extruído, en tiempos neógeno-cuaternarios, materiales ígneos procedentes del Manto terrestre).
14. De esta manera, las condiciones de contorno tectónicas de los dominios hídricos propuestos en el informe inicial han
sido testadas, y este testado ha revelado la coincidencia de tales límites con zonas fracturadas penetrativas. Esta
afirmación es fundamental para alcanzar el objetivo final de este proyecto de cuatro etapas: lograr un conocimiento
tridimensional aproximado aceptable del territorio de la MASbCC y, por ende, una valoración realista de su balance
hídrico correspondiente y, en consecuencia, una valoración realista del recurso hídrico disponible anualmente en la
MASbCC.
15. Estos resultados testarían positivamente el axioma propuesto en el informe inicial, según el cual, en la MASbCC no
cabe hablar de un medio físico simplista para la regulación del recurso hídrico, sino que cabe hablar de una
estructuración jerarquizada de elevaciones rocosas del basamento paleozoico impermeables o acuífugas, limítrofes
con cuencas tectónicas jerarquizadas y kilométricas-heterométricas-decamétricas, asimétricas, transtensivas;
depresiones, en definitiva, semicolmatadas por facies preferentemente detríticas (aunque también localmente
químicas) –medios acuíferos pobres y/o acuitardos potenciales-: es, literalmente, imposible, pretender evaluar,
41
analizar, cuantificar, comprender, etc., hidrogeológicamente a la MASbCC sin tener en cuenta sus razones geológicas
e hidrogeológicas.
Y para que así conste, firmo este documento en Manzanares, a día cuatro de Febrero de dos mil veintiuno.
EL GEÓLOGO,
Fdo.: Pedro-José Rincón Calero GeaPraxis Ibérica – Director Doctor en Ciencias Geológicas Colegiado nº 3837 del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos
42
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