Informe sobre la inversión extranjera directa en el mundo...
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Informe sobre la inversión extranjera directa en el mundo 2019
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD)
Centro de Estudios de Gobierno (CEGOB) Universidad Católica Argentina – Campus del Rosario Av. Pellegrini 3314 – S2000 Rosario – Argentina uca.edu.ar/rosario [email protected]
El siguiente es un extracto del Informe sobre las Inversiones en el Mundo presentado por la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en 2019, para observar
la evolución de los flujos de inversión extranjera directa sobre los años de referencia.
Órgano permanente de las Naciones Unidas, los objetivos de la UNCTAD son maximizar las
oportunidades económicas, de inversión y comercio de los países en vías de desarrollo, así como la
asistencia en sus esfuerzos para integrarse a la economía mundial.
Panorama general:
Según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2019 de la UNCTAD, la inversión extranjera
directa (IED) mundial bajó un 13 % en 2018, a 1,3 billones de dólares, en comparación con 1,5
billones el año anterior, lo que marca su tercer año de descenso consecutivo.
La contracción se vio en gran medida precipitada por la repatriación de los beneficios de las
empresas multinacionales de los Estados Unidos, que aprovecharon las reformas tributarias
introducidas por el país en 2017 precisamente con ese fin.
Los más afectados por esta repatriación fueron los países desarrollados, en los que los flujos cayeron
en una cuarta parte, a 557.000 millones de dólares, un nivel que no se registraba desde 2004.
“La IED sigue estando bloqueada, confinada en los niveles inmediatamente posteriores a la crisis.
Esto pinta un panorama poco halagüeño para el cumplimiento de la promesa de la comunidad
internacional de afrontar desafíos mundiales como la pobreza extrema y la crisis climática” dijo el
Secretario General de la UNCTAD, Mukhisa Kituyi.
“Corremos el riesgo de que la geopolítica y las tensiones comerciales sigan pesando sobre la IED en
2019 y en los años siguientes” advirtió.
La baja de la IED por razones fiscales que se registró en los dos primeros trimestres estuvo
amortiguada por el aumento de las transacciones en el segundo semestre de 2018. El valor de las
fusiones y adquisiciones transfronterizas se elevó un 18 %, gracias a que las empresas
multinacionales de los Estados Unidos utilizaron su liquidez en sus filiales extranjeras.
La IED en los países en desarrollo pudo mantenerse (aumentó un 2 %), con lo cual equivalió a más
de la mitad (54 %) del total mundial, en comparación con el 46 % en 2017 y con apenas poco más
de la tercera parte antes de la crisis financiera.
La mitad de las 20 principales economías receptoras del mundo son economías en desarrollo y en
transición.
A pesar de la reducción de la IED, los Estados Unidos siguieron siendo el principal receptor de estos
flujos, seguidos por China, Hong Kong (China) y Singapur.
En lo que respecta a las salidas de inversión, Japón encabezó la lista, seguido por China y Francia.
Los Estados Unidos quedaron excluidos de la lista de los 20 principales inversores, debido a la masiva
repatriación de utilidades de sus empresas multinacionales.
Probable recuperación moderada en 2019:
Se prevé que la IED en las economías desarrolladas se recuperará en 2019, a medida que se disipen
los efectos de las reformas fiscales de los Estados Unidos.
Los anuncios de inversiones en nuevas instalaciones, que reflejan los planes de gasto, también
sugieren un ascenso, dado que aumentaron un 41 % en 2018 en comparación con el mínimo
registrado en 2017.
No obstante, la débil tendencia subyacente de la IED indica que el aumento puede ser relativamente
moderado, y verse todavía más limitado por otros factores, como los riesgos geopolíticos, las
crecientes tensiones comerciales y el auge mundial de políticas más proteccionistas.
La tendencia de crecimiento subyacente de la IED ha sido muy endeble desde 2008. Si se eliminan
los factores puntuales como las reformas tributarias, las mega operaciones y los flujos financieros
volátiles, el crecimiento de la IED en la última década ronda apenas el 1 % anual, en comparación
con un 8 % entre 2000 y 2007 y más del 20 % antes del 2000.
“La tendencia al estancamiento de la última década se atribuye a una serie de factores, como la baja
de las tasas de rentabilidad de la IED, inversiones cada vez más ‘livianas’ en activos, y un clima de
inversión en general menos favorable”, dijo James Zhan, Director de la División de la Inversión y la
Empresa.
“Sin embargo, la tendencia actual se debe más a las políticas que a los ciclos económicos” destacó.
Las empresas multinacionales de propiedad pública se acercan a 1.500, y su presencia entre las
empresas multinacionales mundiales aumentó por uno 1 a 16.
El valor de sus fusiones y adquisiciones retrocedió al 4 % del total en 2018, tras un descenso gradual
con respecto al promedio de 2008-2013 (10 %). Gran parte de la sostenida expansión de la
producción internacional se debe a bienes intangibles.
Tendencia a largo plazo:
La tendencia a largo plazo también se caracteriza por un crecimiento de las formas no accionariales
de producción internacional superior al de la IED, como surge de las tasas de crecimiento relativas
de las regalías, los derechos de licencia y el comercio de servicios.
En la lista de 2018 de las 100 principales empresas multinacionales se aprecia un descenso de las
industriales, algunas de las cuales han salido de dicha lista.
Entre las empresas que figuran en la lista se cuentan más de la tercera parte de las multinacionales
de investigación y desarrollo (I+D) de financiación privada del mundo. La inversión internacional en
nuevas instalaciones de I+D es considerable y va en aumento.
Nuevos datos sobre la red mundial de IED bilateral directa e indirecta demuestran la importancia de
los centros regionales de inversión en el comercio intrarregional.
Sin embargo, gran parte de la inversión entre países en desarrollo (IED Sur-Sur) es, en último
término, de empresas multinacionales de países desarrollados.
• Los flujos de IED hacia África aumentaron un 11 %, a 46.000 millones de dólares, a pesar de la
disminución registrada en los mayores países receptores. El aumento se debió a las entradas de
fondos para la obtención de recursos naturales, algunas inversiones diversificadas y la recuperación
de Sudáfrica después de varios años de recibir escasas entradas.
• Los flujos destinados a los países en desarrollo de Asia, la principal región receptora, aumentaron
un 4 %. En una muestra de dinamismo continuado, el valor de las inversiones en proyectos nuevos
anunciadas en la región se duplicó, lo que puso fin a la pausa que habían marcado en 2017.
• La IED en América Latina y el Caribe fue un 6 % menor, y no consiguió mantener el impulso que
había tomado tras el aumento de 2017, que puso fin a un prolongado descenso. La IED en la región
sigue estando en un nivel un 27 % inferior al máximo alcanzado durante el auge de los productos
básicos.
• Las entradas de inversión extranjera directa (IED) en las economías estructuralmente débiles y
vulnerables siguieron estando por debajo del 3 % del total mundial. Las entradas en los países menos
adelantados se recuperaron tras su descenso de 2017, volviendo a alcanzar los 24.000 millones de
dólares, el valor medio de la última década.
Los países están reforzando sus marcos regulatorios de control de las inversiones extranjeras:
Ese control de la IED se ha ido generalizando en los últimos años. Al menos 24 países, que
representan en conjunto el 56 % de la IED mundial cuentan con un sistema específico de control de
la inversión extranjera. El reforzamiento del control de las adquisiciones extranjeras por razones de
seguridad y de interés público también se aborda a nivel regional.
La invocación de motivos de seguridad nacional en el marco de la política de inversión, al comienzo,
era un medio para controlar la participación extranjera en la industria de defensa. Desde entonces
su uso se ha ido ampliando para proteger otros sectores estratégicos e infraestructuras vitales y en
la actualidad se utiliza también para salvaguardar las tecnologías básicas y el conocimiento
nacionales que se consideran esenciales para la competitividad del país en la era de la nueva
revolución industrial.
Desde 2011 hasta marzo de 2019 se formularon al menos 41 modificaciones importantes de los
métodos de control de la IED y al menos 11 países establecieron nuevos marcos de control. La
mayoría de esas modificaciones ampliaron el alcance de las normas de control, añadiendo nuevos
sectores o actividades, rebajando los umbrales de activación de los controles o ampliando la
definición de la inversión extranjera. Otras regulaciones nuevas ampliaron la obligación de informar
de los inversionistas extranjeros, ampliaron los plazos oficiales de los procedimientos de control o
introdujeron sanciones por incumplimiento de las obligaciones de notificación.
La IED en América Latina y el Caribe ha disminuido:
Los flujos de IED hacia América Latina y el Caribe disminuyeron un 6 % en 2018, y se cifraron en
147.000 millones de dólares, al estancarse la recuperación iniciada en 2017 y al existir factores
externos que rebajaron las perspectivas de crecimiento. Las inversiones en el extranjero de las
empresas multinacionales de América Latina cayeron en 2018 a un mínimo histórico de 6.500
millones de dólares, debido a las salidas negativas registradas en el Brasil y a la disminución de las
inversiones de Chile.
En América del Sur, se estima que la IED se redujo en un 6 % al menguar los flujos destinados al
Brasil y Colombia. En el Brasil, los flujos cayeron un 12 Informe sobre las inversiones en el mundo
2019 Las zonas económicas especiales 9 %, a 61.000 millones de dólares, como consecuencia de la
difícil situación económica y la abrupta disminución de las cifras de acuerdos de fusión y adquisición,
que habían alcanzado niveles récord en 2017. En Colombia, las entradas descendieron un 20 %, a
11.000 millones de dólares. Los flujos hacia la Argentina consiguieron mantenerse en 12.000
millones de dólares, animados por la entrada de inversiones en la producción de gas de esquisto.
Las entradas en Chile registraron un aumento marginal —de un 4 % y una cifra de 7.200 millones de
dólares— apoyadas por el alza de los precios del cobre y los niveles nunca vistos de fusiones y
adquisiciones en los sectores de la minería, los servicios de salud y la electricidad. En el Perú, los
flujos decayeron en un 9 % y fueron de 6.200 millones de dólares, a pesar del firme crecimiento
económico y de las grandes inversiones en la industria minera. En Centroamérica, los flujos se
mantuvieron estables, en 43.000 millones de dólares. En México, el incremento de la reinversión de
utilidades por filiales extranjeras existentes hizo que las entradas se mantuvieran en 32.000 millones
de dólares. Las entradas a Panamá ascendieron un 21 %, a 5.500 millones de dólares, impulsadas
por un nivel sin precedentes de fusiones y adquisiciones y proyectos mineros. En Costa Rica, la
interrupción repentina de la inversión en el sector turístico fue la principal causa de la disminución
de las entradas de IED, que fueron de 2.100 millones de dólares.
En el Caribe, si se excluyen los centros financieros extraterritoriales, los flujos cayeron un 32 %. La
contracción obedeció al descenso de la IED (2.500 millones de dólares) en la República Dominicana,
el mayor receptor de la subregión, a pesar del vigoroso crecimiento económico que se registró en
2018. Los flujos hacia Haití y Jamaica también se redujeron, a 105 y 775 millones de dólares,
respectivamente.
Las entradas y salidas de inversiones en la región podrían quedar al mismo nivel en 2019, de la mano
de una estabilización de los precios de los productos básicos y de las condiciones en las principales
economías. Los recursos naturales, las infraestructuras y los bienes de consumo (especialmente los
bienes y servicios relacionados con la tecnología de la información y las comunicaciones) deberían
seguir atrayendo a los inversionistas extranjeros. No obstante, unas proyecciones de crecimiento
más bajas que las previsiones del año anterior para la región, así como la vulnerabilidad de esta ante
factores externos como la política monetaria de los Estados Unidos y las tensiones comerciales entre
socios comerciales clave, conllevan un riesgo de disminución de las futuras entradas de IED.
Los flujos de IED hacia los países en desarrollo de Asia aumentaron ligeramente:
Las entradas de IED en los países asiáticos aumentaron un 4 % en 2018, situándose en 512.000 millones
de dólares. Este crecimiento se registró sobre todo en China, Hong Kong (China), Singapur e Indonesia,
entre otros países miembros de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), así como en la
India y Turquía. La región siguió siendo el principal receptor de IED del mundo; en 2018 absorbió el 39
% de las entradas mundiales de IED, en comparación con el 33 % en 2017.
Los flujos hacia Asia Oriental (China, Hong Kong, República de Corea) crecieron un 4 % y ascendieron
a 280.000 millones de dólares en 2018, pero siguieron siendo muy inferiores a su máximo de 2015,
que fue de 318.000 millones de dólares. Las entradas en China aumentaron un 4 %, y alcanzaron la
cifra histórica de 139.000 millones de dólares.
Los flujos hacia Asia Sudoriental (Singapur, Vietnam, Tailandia, Indonesia, Malasia, Filipinas)
presentaron un aumento del 3 % y alcanzaron la cifra récord de 149.000 millones de dólares. La
robustez de la inversión procedente de otras economías asiáticas, incluida la derivación de inversiones
y la reubicación de actividades manufactureras desde China respaldaron el crecimiento de la IED en la
región. La importante actividad inversora en el seno de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental
también contribuyó a esa tendencia, aunque, en ese sentido, Singapur cumplió un papel importante
en calidad de centro regional de inversiones.
Los flujos hacia Asia Meridional (India, Bangldesh, Sri Lanka, Pakistan) aumentaron en un 4 % y
ascendieron a 54.000 millones de dólares. Las inversiones en la India aumentaron un 6 %, a una cifra
de 42.000 millones de dólares, impulsadas por el aumento de las fusiones y adquisiciones en el sector
de los servicios, incluidos el comercio al por menor, el comercio electrónico y las telecomunicaciones.
En Asia Occidental se observó un aumento del 3 % de la inversión que alcanzó los 29.000 millones de
dólares, poniendo fin a una tendencia a la baja que había durado diez años. Los mayores aumentos se
observaron en Turquía y la Arabia Saudita.
Las salidas de inversiones de Asia disminuyeron un 3 %, a 401.000 millones de dólares, lo que
representa el 40 % de las salidas mundiales de IED. Ello se debe principalmente a que, por segundo
año consecutivo, las inversiones de China fueron reducidas, debido a políticas de desincentivación de
la salida de capitales, así como al aumento del control de las inversiones entrantes en Europa y los
Estados Unidos. En cambio, aumentaron las inversiones en el exterior de la República de Corea, la
Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Tailandia.
Las perspectivas con respecto a los flujos de IED hacia la región son moderadamente optimistas, a la
luz de las previsiones económicas favorables y los esfuerzos que se están haciendo por mejorar el clima
de inversión en varias de las principales economías. En 2018 se duplicó el valor de los proyectos de
inversión nuevos anunciados en Asia, lo que apunta a que la IED mantenga sus posibilidades de
crecimiento. Las tensiones comerciales mundiales podrían afectar negativamente a la actitud de los
inversionistas y también podrían llevar a una mayor derivación de inversiones.
Los mercados financieros tienen en cuenta los factores ambientales, sociales y de gobernanza:
Los mercados de capitales cumplen un papel importante en la cadena mundial de inversiones. Las
inversiones de cartera ocupan el tercer lugar entre las principales modalidades de financiación
externa de los países en desarrollo y las prácticas de los mercados de capital pueden definir las
prácticas en materia de desarrollo sostenible que seguirán las empresas multinacionales que llevan
a cabo IED en todo el mundo. Los principales agentes que influyen en los mercados de capitales son
los reguladores del mercado de valores, las bolsas, los emisores (empresas cotizadas), los
propietarios de activos y los gestores de activos (inversionistas). Las bolsas de valores se sitúan en
el centro de esta red de agentes, por lo que sus prácticas en materia de sostenibilidad pueden servir
de referente para observar las tendencias de las finanzas sostenibles.
En los últimos años se ha observado en las bolsas de valores de todo el mundo un gran interés por
las actividades relativas a la sostenibilidad. Se prevé que esta tendencia siga creciendo. En varias
jurisdicciones se están reforzando las políticas públicas de promoción del desarrollo sostenible.
Además, los reguladores de los mercados y el sector bursátil cada vez reconocen más el importante
papel que los factores ambientales, sociales y de gobernanza pueden tener en la promoción de las
inversiones en el desarrollo sostenible y los mercados emergentes.
A medida que la inclusión de esos factores deja de ser una práctica de nicho y se generaliza, será
necesario resolver retos fundamentales, como la plena integración de la sostenibilidad a lo largo de
la cadena de inversión, conectando a los gestores de activos al comienzo de la cadena con los
proyectos de inversión de final de la cadena y ampliando el número de productos financieros
dedicados a cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza.
El informe completo puede encontrarse en unctad.org/es