Informe Quincas Borba

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Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Letras Curso: Ciudad y novela latinoamericana El vertedero simbólico de la ciudad burguesa.

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Pontificia Universidad Catlica de Chile

Pontificia Universidad Catlica de ChileFacultad de Letras

Curso: Ciudad y novela latinoamericana

El vertedero simblico de la ciudad burguesa.Profesor: Danilo Santos

Alumno: Francisco Simon

Fecha: 31-03-2008

Difcil, como encontrar una aguja en un pajar, ha llegado a ser hallar la ciudad, esta vez Ro de Janeiro, en la novela de Machado de Assis Quincas Borba. No se trata, en absoluto, de que no existan rastros de sta en la novela, ni tampoco ausencia de alguna descripcin que no nos site en esta metrpolis como espacio narrativo. Acontece, ms bien, que cuando uno como lector esperaba una exposicin panormica y majestuosa de Ro, una mirada sobre su arquitectura y estructura urbana, acerca de sus texturas y colores, objetivada por el narrador, sta nunca aparece. Existen, sin embargo, marcas que aluden brevemente a la ciudad, pero hechas por los personajes, por sus habitantes y, al mismo tiempo, no son los parques pblicos o las calles los lugares predilectos de la novela, sino los espacios privados o interiores: los hogares, los salones, los jardines, el teatro, un vagn del ferrocarril o el interior de un coche; all se mueven, por ah se pasean los personajes, y las descripciones del narrador los acompaan. En efecto, no nos atreveramos a decir que Ro de Janeiro funciona como Nueva York en Sex and the city, es decir, que conforma en esta novela una especie de otro personaje, carcter principal, sin el cual el relato se desarticulara; es ms, quizs ni siquiera sera relevante si sustituyramos el lugar hacia otra ciudad del continente, hacia otro espacio metropolitano, pero s radicar el sentido de la novela en la importancia de lo urbano como medio en que se desenvuelve la trama. En este sentido, una sustitucin por un ambiente rural o provincial s conmocionara a la historia.

De esta manera, nuestro enfoque no se concentrar tanto en la ciudad propiamente tal, sino en los personajes que viven en ella, en los personajes como sujetos urbanos o urbanizados, como ser el caso de Rubin, el protagonista de la novela. Y, por su parte, no son solamente sujetos urbanos, sino personajes bien ubicados en un lugar de esta cultura urbana, que es el espacio de la burguesa. Algo sucede con estos personajes insertos en la ciudad, que los distingue y caracteriza y he ah nuestra bsqueda. Dice Jos Luis Romero que las ciudades fueron, sobre todo, la pantalla en la que los cambios sociales se advirtieron mejor y, en consecuencia, donde qued ms al desnudo la crisis del sistema interpretativo de la nueva realidad (317); sin embargo, nosotros pensaremos la relacin a la inversa: debido a la falta de detalles descriptivos de la ciudad, sern los sujetos mismos quienes se convertirn en pantalla y dejarn al desnudo la crisis de un sistema cuya imposicin de un modelo extranjero impacta una cultura no preparada, no educada, para los cambios que se construyen en su ciudad. Cuando Machado de Assis prefiere dedicarse a la introspeccin psicolgica de sus personajes, en vez de fotografiar y retratar Ro, pensamos que lo hace precisamente porque son los sujetos quienes nos darn las claves para entender su realidad, y en la medida en que conozcamos sus interioridades, lograremos captar que ocurre afuera de ellos. As, creemos que la ciudad se comportar como un monstruo, un ente magntico, una planta carnvora, que apenas atrapa a sujetos externos a ella, los fractura y mutila; no ocurre lo mismo con quienes ya viven all, que manejan ya los cdigos para la subsistencia y llevarse las papas, pero quien acaba de llegar, el forastero, que en este caso es Rubin, enloquece, y su delirio es el sntoma de las fuerzas en pugna que dentro de s y fuera de s luchan por apropiarse de los espacios: la ciudad, y tambin l mismo como un espacio psquico que busca ser conquistado. Y esta es nuestra proposicin de lectura, acerca de los sujetos urbanos como sntomas de la ciudad conflictiva, que ensucia las psiquis, y por tanto, debemos preguntarnos en qu momento el progresismo se convierte en arma contra el humano, y por qu lo hace.

Comencemos, entonces, situando cmo estamos entendiendo la idea de progreso, para revisar despus como se llev a cabo tal proceso en el Ro de Janeiro del siglo XIX, para finalmente explorar la obra de Machado de Assis, buscando cmo se manifiesta tal discurso modernizador en su obra.

Nos referiremos al concepto de progreso citando nuevamente a Romero, quien dice que el progreso era el continuo desarrollo de la conquista de la naturaleza para ponerla al servicio del hombre, de la produccin de bienes, de la produccin de riquezas, de la produccin de bienestar (310), produccin, en fin, de ciudades, como los lugares legtimos en que el hombre manifestaba su poder y tecnologa desarrollada, quizs desafiando a la naturaleza, respecto de la independencia que dentro de la ciudad se poda ostentar para con ella. El progreso traa y construa ciudades como el espacio del bienestar y de la felicidad, siendo la expresin misma de la razn humana. Y todo este proceso impulsado por constantes modernizaciones, que remodelaban los espacios y ponan al movimiento como eje del modelo. Vorgine, vrtigo, espectculo, luces, razn, articulando un imaginario de la ciudad, un imaginario burgus.

Luego, la implantacin de tal modelo en Latino Amrica fue un poco conflictiva, tal vez an lo es, pues su ejecucin se llev a cabo sobre todo durante el siglo XIX, perodo en que distintos discursos se peleaban el continente, en tanto naciones recin proclamadas deban ajustar sus constituciones, reunir grupos bajo un mismo pueblo y asumir sus propios gobiernos. As, la lucha por el poder y la legitimacin de un proyecto de futuro nacional, coincidi con los intereses extranjeros de traer el progreso burgus a nuestro continente. Y si en Europa tal paradigma ya comenzaba a deshacerse, y ya era manifestado cierto malestar con respecto al sistema, ac en Latinoamrica ocurra lo mismo, a lo que haba que agregar una doble frustracin, pues no hace mucho las naciones eran colonias, y ahora nuevamente stas deban supeditarse a ideologas ajenas, algo como una nueva colonizacin (proceso que, en efecto, ahora conocemos como poscolonialismo). Esto afirma Roberto Schwarz, en su prlogo a nuestra edicin del Quincas Borba, al decir que el liberalismo en Brasil era elemento de una comedia ideolgica diferente de la europea (XVI).

Ciudades como Ro de Janeiro, que tenan importancia en la regin por funcionar como puertos, debieron ser sometidas a importantes transformaciones, debido las necesidades que la ciudad deba satisfacer, no tanto para los propios habitantes, sino para los capitalistas europeos o norteamericanos que se asentaban aqu; metamorfosis urbana para hacerlos sentir como en casa. Tales modificaciones son explicadas en tanto

las ideas acerca de la reforma urbana estaban dominadas en especial en las dcadas de 1870 y 1880 por las concepciones de los higienistas, quienes insistan en la insalubridad de Ro de Janeiro. Tales concepciones fueron estudiadas por Berenice Cavalcante, quien mostr que sirvieron a la defensa de una concepcin moderna de lo urbano ms adecuada al capitalismo, que se instalaba cada vez ms completamente en la ciudad mientras declinaba la esclavitud. La idea de una ciudad bella y limpia, de una poblacin urbana saludable, corresponda a la ideologa de modernidad y progresos, tpica del siglo (Ciro 168)

Siendo tal la instalacin que tiene el progresismo burgus en Ro de Janeiro, es interesante notar cmo tal discurso se ala al higienismo, en tanto el embellecimiento parte por la limpieza y el ordenamiento de la ciudad y de sus habitantes. Este asunto no es tan nuevo, si pensamos que Freud ya lo haba descrito en su Malestar de la cultura, argumentando que la civilizacin se rige por estos patrones para conformarse y definirse. La eliminacin y segregacin de lo brbaro tiene su correlato en la limpieza y el orden; esto ser lo que producir la neurosis en las ciudades, pues tales medidas no pueden ms que restringir las satisfacciones pulsionales de los sujetos: es el principio de realidad devorndose al placer. Esto, en Europa, y pensando en que, de hecho, es otra la comedia que se experimenta en Latinoamrica, una misma neurosis viene a carcomer las bases burguesas, pero de un modo ms alucinante, ms impactante, pues la neurosis ha devenido psicosis, es decir, locura. As dice el prologuista a nuestra edicin, que la inconsistencia personal de Rubin es ciertamente una sntesis de observacin social, y se conecta con el carcter poco orgnico de la civilizacin burguesa en Brasil (XXV). De esta manera, cuando Machado de Assis nos expone a su protagonista, nos conduce a travs de su pensamiento, el que no logra convencerse de la idea del progreso, que no es persuadido por tal discurso, y que se siente, ms bien, pesimista y crtico de su sociedad. El autor brasilero no es de ninguna manera un letrado progresista, una especie de Blest Gana que intente casar a la provincia con la capital, sino por el contrario, su personaje principal, Rubin, enloquecer en la ciudad, y se devolver a morir en su Barbacena natal.

Comienza la novela situando al protagonista como un nuevo capitalista, que al cabo de un ao haba conseguido tal transformacin, despus de ser un profesor. Inmediatamente es manifiesto el cambio, la reforma del personaje en la ciudad, en el ambiente burgus, pues tal transformacin solo se deba a su nueva propiedad pecuniaria. Al mismo tiempo, el protagonista, antes de decidirse a viajar a la ciudad, recuerda la imagen de Ro de Janeiro, que l ya conoca, con sus hechizos, su movimiento, teatros por todas partes, y muchachas bonitas vestidas a la francesa (20). En el recuerdo del personaje el autor ya presenta ciertas caractersticas y crticas a la ciudad, y ese hechizo devendr delirio, el movimiento se tornar pesadillesco, las muchachas no son ms que maniques extranjeros y los teatros es la vida misma: una coleccin de mscaras que vagabundean por la ciudad, que se congregan en salones, que juegan a las especulaciones, a la negociacin de s mismos, aquel mundo fariseo de la poltica, en el que no falta nada, ni el discpulo que niega, ni el discpulo que vende. Coronas de espinas, bofeteadas, madero, y al final se muere en la cruz de las ideas, sujeto por los clavos de la envidia, de la calumnia y de la ingratitud (Machado de Assis 108). Es Tefilo, cuya vida depende de si alcanza a convertirse en ministro; es Toita, que alcanza a coger novio, quien se le muere el da antes de la boda; es Carlos Mara, que se casa porque es idolatrado, son Palha y Sofa, jugando a los negocios y a los amoros, pareja estratgica, algo turbia, y que tambin son afectados por aquel malestar de la vida burguesa:

Palha era entonces las dos cosas; al principio poco amable, fro, casi desdeoso; pero luego, la reflexin o el impulso inconsciente restituan a nuestro hombre la animacin habitual, y con ella, segn el momento, el exceso y el estrpito. Sofa era la que, en realidad, correga todo. Observaba, imitaba. La necesidad y su vocacin le haban hecho adquirir, poco a poco, lo que no haba recibido del nacimiento ni de la fortuna (149)

Son todos personajes que actan, y cuyas mscaras poco a poco comienzan a desintegrarse, mientras el autor nos los muestra como sujetos apestados, frgiles, mutilados. El movimiento interminable de la ciudad los penetra y desquicia, pues el inters funciona como pared que inhibe la unidad entre ellos; son individuos que constituyen, al fin, una clase con escasa solidaridad interior, sin los vnculos que proporcionaba al patriciado la relacin de familia y el estrecho conocimiento mutuo (Romero 268). No obstante, el proceso no es tan impactante para ellos, pues han sido introyectados por el deseo capitalista. En cambio, ser Rubin el personaje que viene a servir de reflejo ms ostensible de la decadencia del progreso, y se conforma como personaje del pesimismo de Machado de Assis. Es el personaje que desde el principio sufre la ciudad, su separacin y fractura, es el sujeto nostlgico por su Barbacena querida:

Durante algunos minutos, Rubin pudo sustraerse a la influencia de los otros. Senta la tierra natal dentro suyo; ambiciones, vanidades callejeras, placeres efmeros, todo ceda ante el minero nostlgico de su provincia. Si en su alma hubo alguna vez disimulo, y escuch la voz del inters, ahora era la simple alma de un hombre arrepentido del placer y mal acomodado en la propia riqueza. (65)

El protagonista es quien no logra aguantar el peso de su mscara, y en vez de retirarse, hiperboliza su teatro, y se convierte en el sujeto moderno por excelencia, aquel que pide prestadas personalidades; afeitndose adquiere la imagen moderna de Napolen III. Delirando y enloqueciendo el personaje puede funcionar como orculo, accede al pensamiento sublime, entiende finalmente la filosofa de Quincas Borba, conoce lo inextricable y lo que alguna vez le fue ininteligible y contempla la realidad desde su profundidad. Y he aqu, entonces, que tanto Rubin, como los otros personajes, funcionan como sntomas, en tanto las medidas higienistas sobre la ciudad transforman en basurero simblico las mentes de sus habitantes, contaminndolos con el limpio discurso burgus. Mientras se embellece la ciudad, la basura es llevada a sus mentes, congestionndose en ellas la represin de su placer suspendido. El progreso se vuelve contra el humano pues elabora una serie de estrategias para confinar los deseos subjetivos por una causa que no les atae a ellos, sino al discurso mismo. Como si ste adquiriese vida propia y buscase su alimento civilizando, corroyendo sujetos. Y esto ocurre porque el progreso burgus es una instalacin sobre todo productiva, interesada por los individuos como operantes, sujetos ideales dentro de un mundo progresista feliz. As las cosas, la demencia del protagonista de la novela no es para nada una ancdota, sino que representa un modo de pensar del autor, resistente: Ciertamente, entonces, el pesimismo de Machado de Assis llega a su ltima expresin en la implicacin de que solamente a travs de la locura puede uno alcanzar la ilusin de la felicidad (Wilson 200). De esta manera, an cuando el autor no nos presenta una visin de Ro, al presentarnos y al introducirse en la psicologa de sus personajes, nos expone y argumenta su posicin respecto de los cambios que se estn produciendo en la ciudad. Nos presenta una fisonoma y una exploracin de la ciudad encarnada en los sujetos que la habitan: enfermizos, lunticos, bifrontales e inestables, aduciendo inmediatamente que es la misma condicin la de la ideologa burguesa.

Finalmente, Rubin es el sujeto que se fuga, que escapa, y como dice Romero, quien se rebelaba contra ella [contra la ciudad, contra el monstruo] estaba destinado a pelear con una sombra (300). Y quizs por eso muere de vuelta en la provincia, para llevar el mensaje de lo que vio en la ciudad; mensaje personificado en su cara ante la muerte: la ciudad se ve tan gloriosa como su rostro delirante y coronado: la ciudad se ve en su cara, la ciudad es el delirio. Bibliografa.

Cardoso, Ciro Flamarin y Paulo Henrique da Silva Araujo. Captulo VII. Una ciudad en transicin (1831 - 1902) en Ro de Janeiro. Madrid: Mapfre, 1992

Machado de Assis, Joaquim Maria. Quincas Borba. Prlogo y notas de Roberto Schwarz. Traduccin de Juan Garca Gayo. Edicin digitalizada de Biblioteca Ayacucho: http://www.bibliotecayacucho.gob.ve Romero, Jos Luis. Cap. 6. Las ciudades burguesas. Latinoamrica: las ciudades y las Ideas. Mxico: Siglo XXI, 1976.

Wilson, Clotilde. Machado de Assis, encomiast of lunacy. En Hispania, Vol. 32, No. 2. (Mayo, 1949), pp. 198-201.

En el original, Surely, then, the pessimism of Machado de Assis reaches its ultimate expression in the implication that only through madness may one attain the illusion of happiness (200). Traduccin al espaol nuestra.

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