INDICE INTRODUCCIÓN 1. PLANTEAMIENTO DEL...
Transcript of INDICE INTRODUCCIÓN 1. PLANTEAMIENTO DEL...
INDICE
INTRODUCCIÓN................................................................................................. 1
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA............................................................. 3
2. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN.................................................................. 4
3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN............................................................ 5
3.1 Objetivo general...................................................................................... 5
3.2 Objetivos específicos............................................................................. 5
4. HIPÓTESIS...................................................................................................... 5
5. ESTADO DEL ARTE....................................................................................... 5
6. INDICE TENTATIVO........................................................................................ 12
7. MARCO TEÓRICO.......................................................................................... 14
7.1 Historia del sub-barrio Once de Septiembre........................................ 14
7.1.1 El escenario geográfico..................................................................... 14
7.1.2 La Plaza Miserere............................................................................. 15
7.1.3 La Revolución del 11 de Septiembre de 1852.................................. 16
7.1.4 La vida en el Once: Once Cultural.................................................... 17
7.2 Historia del barrio de Palermo............................................................... 19
7.2.1 Desde la historia hasta Palermo....................................................... 19
7.2.2 El escenario geográfico..................................................................... 20
7.2.3 El Parque 3 de Febrero..................................................................... 21
7.2.4 La vida en el barrio: Palermo Cultural............................................... 23
8. MÉTODO.......................................................................................................... 24
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................... 25
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INTRODUCCIÓN Actualmente, con el creciente auge de encuentros culturales de todo tipo, es
preciso que se hable de la hibridación cultural. Con la llegada de la globalización
cultural, se ha hecho énfasis en los procesos de hibridación, donde se produce
como consecuencia una especie de identidad mixta en las diversas culturas en
América Latina. Tal efecto es producto de diversos factores como la inmigración,
herencias de culturas anteriores y la industria cultural, que, si bien son resultado de
la ferviente globalización, generan una adaptación cultural que produce una
descontextualización y recontextualización de las costumbres de cada cultura.
Por otra parte, si bien los procesos de hibridación tienen lugar en diversos
aspectos de la vida del hombre, este estudio se centra específicamente en dos
objetos: Maneki Neko o Gato de la Suerte y en Siddharta Gautama o, comúnmente
llamado Buda. Ambos objetos son muestra perfecta para describir el proceso de
hibridación que tiene lugar en el uso de los mismos al ser recontextualizados en
América Latina.
El Maneki Neko representa uno de los talismanes más poderosos del Japón,
evocando la buena suerte como resultado de diversas leyendas urbanas. Su
utilización como objeto de culto para atraer la buena suerte hace que numerosas
personas alrededor del mundo se sientan encantadas por tan misterioso gato. Sin
embargo, con la presencia de una industria cultural cada vez más fuerte, su
reproducción y difusión en grandes masas han llevado consigo su desvalorización
en una sociedad de consumo. Asimismo, las esculturas de Buda, realizadas para
adorar y venerar al fundador del Budismo, sufren las mismas consecuencias.
Budistas del mundo reclaman respeto por la figura, ya que son conscientes que la
moda por la decoración zen y minimalista es sólo un truco más del márketing y la
industria cultural.
En la Ciudad de Buenos Aires la presencia de ambos objetos es imperante, sin
embargo, su uso es diferenciado por las zonas en las cuales se encuentran. El
Maneki Neko, al ser un objeto que evoca la buena suerte, es utilizado
mayoritariamente en comercios, sin embargo, el Buda es utilizado en tiendas de
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diseño como piezas únicas o exclusivas para la decoración de diversos lugares. La
resemantización de los objetos es evidente, por ello nace esta investigación, que
busca identificar cómo se produce ese proceso de hibridación en la zona de Once y
de Palermo y el cómo este proceso conlleva a la resemantización de estos objetos.
Tales zonas fueron escogidas con el objetivo de realizar una comparación de
culturas, argumentando que las personas que consumen en Once no son del mismo
nivel social que las personas que consumen en Palermo. Aquí ya se está frente un
condicionamiento de mercado y el cómo la industria cultural manipula ambos
sectores.
Producto de lo anterior, este estudio se divide en un total de cinco capítulos que
enmarcan el cumplimiento de cada uno de los objetivos planteados para la
investigación. En el primer capítulo se encuentra la contextualización de un marco
histórico del sub-barrio de Once y del barrio de Palermo, con la misión de comparar
ambas perspectivas de choque de culturas y modos de consumo que son
heredados o adquiridos de un pasado histórico representativo. En el segundo
capítulo se desarrolla la parte semiológica de la investigación, analizando a los
objetos estudiados desde lo simbólico, semántico e icónico, pudiendo esclarecer la
definición de resemantización del objeto en el nuevo entorno.
Acto seguido, en el tercer capítulo se debate sobre el consumo globalizado,
pudiendo entender cómo lo kitsch y la resemantización de lo simbólico se vuelve un
modelo de consumo y, a su vez, un sistema de las necesidades producto de la
industrial cultural. Una vez descritos todas estas etapas que ponen en contexto la
investigación, se llega al cuarto capítulo, en el cual se esclarece el objetivo general
de la investigación, poniendo en relación lo simbólico y los modos de consumo con
la hibridación cultural, entendiendo las consecuencias de los intercambios
culturales, la homogeneización cultural y los procesos de los intercambios
culturales.
Por último se tiene el quinto capítulo donde se desarrolla todo lo referente a la
metodología de la investigación, analizando los resultados de las encuestas y
entrevistas, pudiéndose comprobar o refutar finalmente la hipótesis de la
investigación.
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DETRÁS DEL OBJETO: LA HIBRIDACIÓN CULTURAL TRAS EL CRECIMIENTO DE LO KITSCH Y LA RESEMANTIZACIÓN DE LO SIMBÓLICO COMO MODELO DE CONSUMO. 1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
"¿Tenéis, pues, un alma vosotros, objetos inanimados?" (Moles en El Kitsch, 1971).
Los mercados en crecimiento marcan una influencia importante dentro de la
autonomía del campo artístico, la cual está fundamentada en criterios estéticos
fijados por artistas y críticos, viéndose esta disminuida por todos los factores de
globalización de los mercados. Tal influencia, que responde a las demandas ajenas
al campo descrito, es claramente visible desde mediados del siglo XXI, donde los
pilares que una vez fijaron tales determinaciones estéticas, se transforman de
acuerdo a las nuevas tendencias de mercado y de consumo (Canclini, 1989).
Asimismo, la sociedad en desarrollo rompe las ideas aceptadas impuestas,
cuestionándose verdades de la religión, autoridad, tradición, cultura y estilo
(Greenberg, 2002).
Por otra parte, las necesidades iguales del consumidor se ven satisfechas por
productos standard, debido a la alta participación en la industria cultural de millones
de personas. Sin embargo, la imposición de métodos de reproducción trae como
consecuencia un contraste técnico entre los centros de producción, dando origen a
los llamados objetos clichés. Tales objetos surgieron en un momento donde existía
un comienzo de la necesidad de consumo, es por esta razón que fueron abrazados
sin ninguna objeción (Adorno, 1988).
El rápido crecimiento de los mercados y de la necesidad de consumo restan el
valor simbólico de los objetos de culto y lo popular, pero no los elimina
completamente. Ante esto se puede apreciar una resemantización cultural, donde,
se reorganizan los factores inherentes a estos objetos, tales como el arte, el
conocimiento y la cultura, dentro de condiciones semejantes; evidenciándose que la
pérdida de tal valor no reside en el objeto mismo, sino en "la pretensión de unos y
otros de conformar universos autosuficientes" (Canclini, 1989).
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Acto seguido, la utilización cotidiana del objeto simbólico responde a un modelo
autoritario de la presunción del mundo (Baudrillard en El Kitsch, 1971); pudiéndose
decir que esta idea responde a un estado de antiarte de la felicidad, como lo
expresa Moles (1971), donde todo el agrupamiento del objeto simbólico, junto a
muchos otros, se ve justificado socialmente con un argumento funcional, el cual, se
ve encarecido por la misma tendencia que se proyecta (kitsch). Asimismo, si existe
una variación en la función del objeto, tal variación se vuelve indispensable para la
belleza (Moles, 1971).
Löbach (1981), comenta cómo el objeto simbólico está determinado por factores
psíquicos, sociales y espirituales, dando a entender que si el objeto está conectado
a la persona, este le traerá recuerdos sobre un momento determinado o sobre una
creencia determinada, pudiéndose justificar la tesis de Canclini que tales factores no
son reprimidos en su totalidad, sin embargo, pueden verse sin importancia dentro de
una sociedad consumista.
Debido a lo anterior, Marx en El Kitsch (1971) explica que: "La producción no sólo
produce, pues, un objeto para el sujeto, sino un sujeto para el objeto. En efecto, la
producción produce, por lo tanto, el objeto de consumo, el modo de consumo y la
tendencia de consumo."
Es por ello que esta investigación busca responder la siguiente pregunta: ¿Cómo
se produce la hibridación cultural en el uso del Maneki-neko dentro de los comercios
de Once y de Siddharta Gautama dentro de las tiendas de diseño en Palermo en la
Ciudad de Buenos Aires? buscando identificar el efecto de la misma, debido a la
relación existente con todo el proceso cultural anteriormente descrito.
Asimismo, se busca definir la resemantización de lo simbólico de los objetos
orientales, interpretando la simbología y el uso de los mismos, pudiendo
comprender su influencia como ícono, entendiendo la vinculación dentro del entorno
como objetos de consumo y estableciendo un marco histórico de las zonas de
estudio, con la misión de sentar una base que permita comprender mejor los
cambios socio-culturales que se dan a partir de la influencia de culturas foráneas,
fomentando a la revalorización de las mismas.
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3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
3.1. Objetivo general
Identificar la hibridación cultural en el uso del Maneki-neko dentro de los
comercios de Once y de Siddharta Gautama en las tiendas de diseño de Palermo en
la Ciudad de Buenos Aires.
3.2 Objetivos específicos
- Establecer un marco histórico de la zona de Once y de la zona de Palermo
enmarcando el contexto socio-cultural de estudio.
- Definir la resemantización de lo simbólico en el uso de los objetos orientales
Maneki-Neko y de Siddharta Gautama.
- Entender la vinculación con el entorno geográfico de los objetos orientales Maneki-
neko y Siddharta Gautama convertidos en objetos de consumo.
4. HIPÓTESIS
La hibridación cultural presente en los comercios de Once y en las tiendas de
diseño de Palermo hace que los objetos orientales estudiados se resemanticen
simbólicamente, dando a entender que son zonas interculturales en la que dos
grupos diferentes pueden hallar un punto en común a partir del intercambio de
creencias o de información.
5. ESTADO DEL ARTE
Bürger, (1991) comenta cómo desaparece una frontera, que hasta Theodor
Adorno existía: la línea que separaba lo que era arte de la industria de la cultura.
Asimismo, hace hincapié en cómo la teorías de Adorno influyeron en la percepción
de los objetos simbólicos para las personas, en un caso problemático de estética
kitsch. A lo largo del artículo se puede evidenciar cómo existe una discusión entre
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las fronteras desvanecidas entre arte y consumo y cómo esto ha sentado las bases
para que se caiga en un simulacro universal: pareciendo que el arte estuviese a
punto de desintegrarse, sin embargo, declara que aunque se está dejando en
segundo plano, no se reprime por completo, donde la referencia a este es
fundamental.
Serventi, (2011) explica cómo los objetos, al tener una interacción con el sujeto,
pueden ser considerados objetos semióticos, dando a entender que estos sean
vistos como signos. Tal hipótesis es analizada desde una perspectiva cognitiva
objetual y de aspecto, entendiendo que el tipo cognitivo permite al sujeto reconocer
al objeto y una vez reconocido, accede a información conceptual del mismo para
analizar qué se puede hacer con el mismo. Este reconocimiento-resultado entra
dentro de un concepto Peirceano, donde se lo llamaba interpretante. Asimismo,
desde la perspectiva del aspecto, se da paso a una asignación de valores
simbólicos, indiciales o icónicos a ciertas cualidades que el objeto muestra en su
aspecto, dando pie a la aparición de posibles juicios estéticos.
Cid Jurado, (2002) busca proponer una línea diacrónica de continuidad en el
estudio de los objetos que recupere los alcances y muestre las limitaciones de los
modelos existentes. En primera instancia, realiza un estudio cronológico general,
separando en dos momentos claves la línea temporal de objeto y semiótica: el
primer momento comprende los precursores, la presemiótica y la translingüistica; y
el segundo momento comprende a la semiótica en sí, como una etapa de
consolidación para la observación de los modelos existentes. Concluye que el
estudio de los objetos representa la adopción de un enfoque multidisciplinario,
donde el objeto, en cuanto a texto, remite a un plano inicial y su análisis está
determinado a partir de la coherencia y cohesión de los elementos que lo forman
como tal. Asimismo, los objetos generan significados al actuar como signos cuando
interactúan con el hombre, coincidiendo con la tesis de Serventi, que los objetos
incorporan mucho más significados, dentro de una cadena Peirceana, donde un
significado también es un signo; representando una complejidad cognitiva durante
todo este proceso.
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Felber, (1999) a través de la Teoría General de la Terminología (TGT) de Wüster,
el autor sostiene que desde el punto de vista teórico, la TGT está compuesta por la
teoría de los objetos, la teoría de los conceptos, la teoría de los símbolos y la teoría
integradora de la relación entre objetos, concepto y símbolo, donde esta última une
en un todo, estos tres mundos diferentes.
Romero, (2012) busca analizar cómo el pasado se mantiene en los objetos del
presente, a través de la construcción del significado. La presencia de medios
tangibles e intangibles son una realidad constante; la mitificación e idealización de
tiempos pueden ser mantenidos por la vía del tiempo, sin perecer, ganando a su
paso una energía única y una simbología, donde el valor histórico es lo que,
finalmente, tiene importancia.
Bautista López, (2008) declara que los objetos, las personas e ideas son
mercancías, producto de un mundo globalizado e industrial, donde la superficialidad
reina incansablemente en la sociedad. Asimismo, comenta que las mercancías son
objetos que poseen un valor de intercambio y establece una relación de cómo las
personas, al relacionarse de una forma mercantilizada, son valuados como
mercancías en tanto sean útiles o utilizables, viéndose unas a otras como objetos
cuyo valor es meramente económico y utilitario. Partiendo de esta problemática, el
autor busca plantear una hipótesis explicativa, desde la construcción del sentido
social de lo utilitario.
Ilinca, (2002) comenta los diversos enfoques que se le otorgan a la palabra kitsch
refiriéndose a tres autores Milan Kundera, Manuel Puig y Mario Vargas Llosa, a
través del análisis de sus novelas. El kitsch está íntimamente ligado con el
posmodernismo, evocando lo sentimental y lo ready-made, donde es el arte de la
felicidad (Moles, en El Kitsch, 1971). Asimismo, la autora enfatiza que a través de la
matización, se puede atacar el kitsch, que enfocándose desde el punto de vista
literario, sirve para referirse a un tipo de antikitsch, que en palabras de Luis Suñén,
los personajes ya aparecen como aquello que está en la esencia del kitsch,
entendiéndose como aquello que se ofrece ya consumido.
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Hernández y Hernández, (2004) declaran la caracterización del bueno y mal
gusto frente a los juicios estéticos cotidianos, llevando a entender el kitsch como
resultante de los juicios anteriormente mencionados. El kitsch como corriente
estética presente en el posmodernismo, enfrentándose al arbitrarismo y burocracia
del Movimiento Moderno, se expande en una sociedad donde la industria cultural no
deja de producir objetos de arte como respuesta a la masiva reproducción y difusión
que permite la tecnología. Se vive un fenómeno de masificación del arte, como lo
describía Canclini, donde todo se vuelve accesible a grandes públicos. Asimismo,
las autoras resaltan estos factores como determinantes en la configuración del
espacio simbólico, donde se han vinculado con una distinción social. (Bordieu, 2010)
Sánchez Guevara, (2009-2010) busca analizar las imágenes visuales a partir de
la propuesta de la semiótica de la cultura de Luri Lotman, con el objetivo de
observar cómo se conserva la memoria histórica de diversas culturas: mexicana,
española, negros, mestizos, mulatos, indios y criollos, dentro de un mismo espacio.
A lo largo del ensayo se puede notar cómo hay una introducción histórica, desde
tiempos primogénitos y la colonia, hasta llegar a la independencia donde aparece el
término de resemantización. La autora maneja el término desde el punto de vista
cultural, donde el espacio ya no es manejado por una cultura de reyes, sino por el
pueblo, resemantizándose en el mismo espacio. Plantea que las culturas son
dinámicas debido a los procesos histórico-culturales, siendo interdependientes una
de las otras. A partir de toda una discusión cultural y de tiempo - espacio en todo el
ensayo, Guevara trabaja con varios tiempos y espacios simbólicos, que en un
momento determinado son reales, sin encasillarse en los términos filosóficos de "un
tiempo y un espacio".
Castro, (2006) explora cómo el estereotipo femenino es resemantizado en los
diferentes medios de comunicación de Venezuela. El concepto de resemantización
es usado desde una perspectiva de cómo la mujer que es ama de casa, se convierte
en la heroína en los medios publicitarios, en la cual, hay un problema social
intrínseco de la posición femenina en la sociedad. Asimismo, hace hincapié en que
las resemantizaciones sólo vienen dadas por las acciones políticas de la mujer en
sí, en donde existe cierta conciencia de orgullo y feminismo frente a los cánones
actuales sociales.
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Jiménez Ortiz, (2012) abarca una visión sobre la metáfora como elemento
fundamental de construcción discursiva, partiendo desde el análisis del concepto de
metáfora en diversas acepciones de sí, considerándolo como figura literaria, como
hacer y referente lingüístico y comunicativo en el común cotidiano, pero además,
esencial en todo orden discursivo especializado. A partir de esta visión, se
desarrolla un desmontaje de la percepción reduccionista de la metáfora como figura
literaria y se establece su existencia y uso dentro del discurso científico, con plena
vigencia en la contemporaneidad. Asimismo, se construye una nueva concepción de
la metáfora y las posibilidades de resemantización que ésta proporciona a partir del
enfoque de la Teoría de la Deconstrucción propuesta por Dérrida.
Zecchetto, (2012) muestra una aproximación del concepto de resemantización,
catalogándolo como un proceso inverso a la palabra semantizar, justificándose en
que el término busca dar realce a un significante ya existente. Es preciso entender
que al resemantizar, se puede dar cabida a una concepción nueva de un término, ya
sea de forma parcial o total. Sin embargo, el autor busca dejar claro que el objeto de
la resemantización es de una configuración totalmente nueva. La adición, en sí,
puede acarrear diversas pretensiones dentro del contexto en el que se aplica,
usándose en ocasiones para rescatar contenidos semánticos de determinados
lenguajes.
Por otra parte, busca el esclarecer cómo es la aplicación del concepto
resemantizar, proporcionando diversas formas de uso en diferentes campos
creativos: literatura, arte, publicidad, cine, llegando a la conclusión de que la
resemantización es un proceso de hacer recomposiciones a la memoria, a las
versiones de la existencia, asomando un fin de la resemantización cuando se intuye
que el significado, al final, es el mismo, dándole cabida a la interpretación.
Pinheiro, (2002) señala que la tradición y la autenticidad tienen una relación de
interdependencia. A través de las vanguardias, fenómeno esencialmente moderno,
comienza a entenderse el proceso de ruptura de la tradición. Con la llegada de la
posmodernidad hubo una ruptura de lo perfecto y meditado a lo desenfrenado y
vulgar, estableciendo que el alejamiento de la tradición resulta en la alienación.
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Asimismo, el autor declara que el individuo pertenece a una tradición cultural,
reconociéndose a sí mismo en ella.
Villalobos Herrera y Ortega Salgado, (2012) consideran que los conceptos de
hibridación y transculturización están ligados directamente a la interculturalidad, ya
que ambos responden al encuentro o choques entre grupos. Debido a estos
choques, se establecen sus diferencias en las producciones artísticas como una
manifestación de relaciones interculturales en las que se reflejan valores que
conllevan a cambios sociales. Asimismo, los autores analizan el carácter procesual
y de continua transformación en la que se produce el arte, como una forma de
conocimiento, concluyendo que los sistemas culturales se alimentan de sujetos
diferenciados por su pertenencia a diferentes ámbitos lingüísticos o ideológicos y
como constructores de imaginarios que frecuentemente viven en contienda.
Brower, (2012) hace una reseña de las culturas híbridas planteadas por Peter
Burke en su ensayo "Hibridismo cultural". El texto se orienta a los encuentros, las
mezclas y a la traducción cultural. Tales elementos son parte de una historia global-
total que pone su atención en la variedad de valores y percepciones que se
movilizan dentro de ese choque de culturas al que llaman: hibridismo.
Larreta, (2004-2005) traza la genealogía del concepto de cultura híbrida en
algunos influyentes estudios antropológicos y ensayos de interpretación cultural en
América Latina. Asimismo, se comparan las interpretaciones de Freyre y Ortiz con
los trabajos contemporáneos de Néstor García Canclini, en donde, Freyre y Ortiz se
muestran en una posición más excéntrica que Canclini. proponiendo este último una
reformulación del imaginario cultural de la nación a través de la introducción de una
distribución sociológica, teniendo como centro sus áreas de interacción e
hibridación.
Retondar, (2008) a través de la concepción del concepto de hibridismo cultural de
Néstor García Canclini, busca establecer una discusión teórica acerca de los límites
y ventajas de su uso, como un instrumento de explicación de los procesos de
modernización en América Latina en un contexto contemporáneo. Busca analizar
también como ese concepto puede comprenderse en dos vertientes diferentes: a
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través de las interpretaciones de la modernización latinoamericana, y por otro lado,
el mestizaje cultural.
Ribeiro Cruz y Netto Simões, (2010) abordan la gastronomía como patrimonio
cultural, enfocada en las contribuciones étnicas que realizaron los inmigrantes de la
Región Sur de Bahía, en Brasil, analizando tal proceso desde el concepto de
hibridación cultural planteado por García Canclini. El objetivo del trabajo es el de
identificar las contribuciones étnicas de la cocina ilheense, sin perder su identidad
que la caracteriza. Asimismo, plantean una serie de principios que, en líneas
generales, buscan la crítica cultural siguiendo la perspectiva antropológica, la
hibridación y la interculturalidad.
Giménez, (2009) expone una propuesta teórica sobre la articulación entre cultura,
identidad y memoria. Dividiéndose en dos partes, la primera presenta cómo la
cultura, entendida como una pauta de significados, sería la principal causante de la
construcción de la identidad social, siendo la memoria las bases donde se cimienta
la misma. La segunda parte explora la condición de la cultura, de las identidades
sociales y de las memorias en las franjas fronterizas. El autor analiza todo esto, no
desde un punto de vista de hibridación cultural, sino de la presencia e interacción
entre los actores sociales de culturas de diferente origen.
Leal, (2009) plantea dos argumentos en defensa del Museo de Arte Popular
(MAP) en Portugal, donde tal ente representa un lugar de la memoria cultural del
país. De acuerdo a lo expuesto, un primer argumento señala el cómo el MAP se
convirtió en patrimonio cultural del país y su importancia dentro de éste. Asimismo,
el segundo argumento hace referencia a la hibridación cultural de García Canclini,
colocando al museo como una plataforma para la crítica y diálogo de las nuevas
formas de cultura popular.
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6. ÍNDICE TENTATIVO Introducción CAPÍTULO 1. MARCO HISTÓRICO Distintos eventos, dos historias. 1.1 Historia del sub-barrio Once de Septiembre 1.1.1. El escenario geográfico
1.1.2. La Plaza Miserere
1.1.3. Revolución del 11 de Septiembre 1852
1.1.4. La vida en el Once: Once cultural
1.2 Historia del barrio de Palermo 1.2.1. Desde la historia hasta Palermo
1.2.2. El escenario geográfico
1.2.3. El parque 3 de Febrero
1.2.4. La vida en el barrio: Palermo cultural.
CAPÍTULO 2. Un signo, muchos interpretantes
2.1. Signo y objetos semióticos 2.1.1. El objeto oriental como signo
2.1.2. El objeto oriental como ícono
2.1.3. Función social del objeto-signo
2.1.4. Perspectivas sociológicas
2.1.5. La práctica diferencial de los objetos orientales.
2.1.6. Valor simbólico del objeto oriental
2.1.7. Semántica del objeto oriental
2.2 Resemantización del objeto oriental 2.2.1. La correlación significativa
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CAPÍTULO 3. Consumo globalizado 3.1 Comercios vs. Tiendas de diseño 3.1.1 Comercios
3.1.1.1 Minoristas
3.1.1.2 Mayoristas
3.1.1.3 Fabricantes
3.1.2 Tiendas de diseño
3.1.2.1 Tendencia en Palermo
3.2 Cultura y consumo 3.2.1 La producción de los consumidores 3.2.2 Código y capital cultural
3.2.3 El sistema de las necesidades
3.2.4 La industria cultural
CAPÍTULO 4. Choque de culturas
4.1 Hibridación cultural 4.1.1. Procesos de hibridación
4.1.2. Políticas de hibridación
4.1.3. Multiculturalidad e interculturalidad
4.1.4. Memoria histórica
4.1.5. Procesos de interacción cultural
4.1.6. Sociología de la hibridación
4.1.7. Consecuencias de los intercambios culturales
4.1.8. Homogeneización cultural
CAPÍTULO 5. Método Conclusiones
Bibliografía
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7. MARCO TEÓRICO: CAPÍTULO 1. Distintos eventos, dos historias 7.1 Historia del sub-barrio de Once de Septiembre Once es una zona principalmente comercial de la Ciudad de Buenos Aires,
caracterizándose por sus numerosas ofertas y bajos precios en todos los productos
que son comercializados. Se diferencia de Palermo por ser una zona comercial, más
que un barrio en sí mismo. De acuerdo a las palabras de Giovagnoli (2005), el
nombre de Once es otorgado debido a los sucesos del 11 de septiembre de 1852,
día en el cual estalló una revolución, donde la provincia de Buenos Aires reaccionó
ante el gobierno de Justo José de Urquiza. Asimismo, se puede encontrar el nombre
Miserere, donde una de las versiones más acertadas se trata de su proveniencia del
vocablo en latín misserere que significa ten compasión, refiriéndose directamente a
las diferentes sucesos ocurridos en la Plaza Miserere - Corrales. (Cutolo, 1998)
Durante el siglo XX, Once era una especie del Palermo actual, sirviendo de musa
para escritores y poetas, recibiendo a importantes intelectuales como Jorge Luis
Borges y Macedonio Fernández, nombres muy sonados dentro del mundo
intelectual de Buenos Aires. (Giovagnoli, 2005).
7.1.1 El escenario geográfico El sub-barrio de Once se caracteriza por ser una de las más grandes zonas
comerciales de la Ciudad de Buenos Aires. Es catalogado como un sub-barrio por
estar dentro de los límites del barrio de Balvanera, donde según la Ordenanza Nro.
26.607 del año 1972, une a Congreso, Abasto y Once de Septiembre en un solo
barrio. Los límites de Balvanera están comprendidos por Av. Independencia, Av.
Entre Ríos, Callao, Av. Córdoba, Gallo, Av. Díaz Vélez, Sánchez de Bustamante y
Loria, abarcando fragmentos de Corrientes, Pueyrredón y Rivadavia. (Cutolo, 1998).
Asimismo, de estos límites se despliega el sector del Once de Septiembre,
quedando determinado por su centro principal: la Plaza Miserere, que antiguamente
fue el llamado Mercado del Oeste. Dicho esto, los límites de Once quedan
delimitados entre las manzanas Rivadavia, Perón, Paso, Pueyrredón, Jujuy,
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Bartolomé Mitre y Ecuador, extendiéndose también a las transversales Azcuénaga,
Larrea, Lavalle, Pasteur, Tucumán y Corrientes. Con la llegada de 1919, Once
comienza a adoptar sus primeros indicios de una zona comercial con la implantación
de pequeños talleres y comercios de confección. Ya para la década de 1920, sirios y
libaneses llegan al Once para unirse a judíos y armenios, acrecentando así la
actividad comercial en la zona. (Piñero y Trueba, 1996). Los judíos representan una
de las masas más importantes dentro de Once, sin embargo, los nuevos tiempos y
la evolución de Once trajo consigo el asentamiento de nuevas culturas en la zona,
una de ellas es la Oriental, siendo los judíos desplazados progresivamente por los
coreanos, alquilando locales a los primeros e implementando la industria textil. El
motivo del creciente desarrollo de esta actividad se debe al poco esfuerzo por
aprender español. (Cutolo, 1998).
7.1.2 La Plaza Miserere La Plaza Miserere está ubicada dentro de los límites de la Av. Rivadavia, Av.
Pueyrredón, Bartolomé Mitre y Ecuador representando el centro del sub-barrio de
Once. Su nombre se debe a Antonio González Varela, integrante del gremio de
panaderos, que junto a su esposa realizaron una donación en 1797 a los religiosos
de la Orden Franciscana de un terreno que contenía un pozo de agua, con el
objetivo de recibir a sus misioneros, adquiriendo el nombre de "Quinta de Miserere".
Para el año 1806, con la llegada de la invasión inglesa, los milicianos de Liniers
se reunieron en los Corrales de Miserere a la espera del ataque enemigo, sin
embargo, fueron derrotados y la fuerza inglesa tomó los espacios de los Corrales
saqueándolos y obligando a sus habitantes a huir hacia el centro. El Cabildo de la
época tuvo que reparar los daños propiciados por esta batalla. En 1817, El Cabildo
cambió el nombre, denominándola Los Corrales del Oeste, sin embargo, para 1850
adquiere el nombre de Mercado del Oeste, estableciéndose como un mercado de
frutas y cuero traídos de la Pampa. Asimismo, el 11 de septiembre de 1852 estalla
la segunda invasión inglesa, donde, un año después por el decreto del 4 de octubre
de 1853, se le asigna el nombre de Once de Septiembre en homenaje a los sucesos
ocurridos un año antes. El mercado de Once de Septiembre funcionó hasta 1882
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donde Torcuato de Alvear comienza con la delimitación y formación de la plaza.
(Cutolo, 1998).
Con la llegada del subterráneo para el año 1913, la plaza sufrió una remodelación
completa, teniendo otra más para el año 1932. Junto con las seguidas
remodelaciones de la plaza, también es recuperado el nombre de "Miserere" en el
año 1947, de acuerdo con el decreto Nro. 9568, en el cual se alegaba que el
nombre es parte de la tradición, cultura e historia del pueblo, el cual va ligado a la
vida misma de los habitantes. Los nombres deben ser respetados concordando con
las manifestaciones históricas que sucedieron en dicho lugar, evocando lo simbólico
y memorable para la sociedad.
Por otra parte, el diseño actual de la plaza es el de 1932, en la cual se ve incluido
el mausoleo en homenaje a Bernardino Rivadavia, obra del escultor Rogelio Yrurtia,
en el cual descansan sus cenizas. La Plaza Miserere es hogar de la estación del
Ferrocarril del Oeste, o mejor llamado como la Estación Once de Septiembre. Es
una de las cuatro terminales ferroviarias más importantes de la Ciudad de Buenos
Aires. Con la llegada del espíritu progresista de la época, el Ferrocarril del Oeste
llegaba para poner fin a las carretas, mulas, entre otros medios de transporte que ya
quedaban arcaicos frente a tal construcción. (Piñero y Trueba, 1996). La estación
fue diseñada por el arquitecto holandés John Doyer, representando para los
porteños "una de sus mejores glorias". (Cutolo, 1998). Asimismo, con la necesidad
de la modernización de la ciudad, para el año 1972, es remodelado el hall central de
la estación, sin embargo, por la mala escogencia en materiales y la baja calidad de
la construcción, los daños con el paso del tiempo se hicieron visibles para la
sociedad porteña. Con la llegada del subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires,
para el año 1998, Metrovías inauguró el nuevo centro de transbordo que conecta la
línea A con la estación ferroviaria. (Piñero y Trueba, 1996).
7.1.3 La revolución del 11 de septiembre de 1852 La revolución del 11 de septiembre de 1852 representa uno de los momentos
históricos más importantes de Buenos Aires, del cual se adopta el nombre de Once
como sub-barrio dentro de Balvanera. Este golpe de estado surge como reacción de
17
la provincia de Buenos Aires contra la política impuesta por Justo José de Urquiza
luego de triunfar ante Juan Manuel Rosas en la Batalla de Caseros. (Cutolo, 1998).
A principios de septiembre, Urquiza hace entrega de su poder político a Juan
Miguel Galán como un gesto de preferencia por su propia provincia, partiendo el 8
de septiembre hacia Santa Fe para inaugurar diversas sesiones del Congreso
Constituyente. Tal desprendimiento del poder político propició la oportunidad de la
oposición, capitaneada por Juan Madariaga, para actuar contra el gobierno de
Urquiza. (Piñeiro y Trueba, 1996).
El 11 de septiembre de 1852 tomaron la Plaza de la Victoria, con las fuerzas
militares y las tropas correntinas de Galán, mientras que Miguel Esteves Saguí
hacía un llamado a la población tocando las campanas del Cabildo. Galán,
sorprendido, se retiró primeramente a Santos Lugares y luego hacia el norte de la
provincia. Por otra parte, la Sala de Representantes que fue diluida por Urquiza,
vuelve a reunirse y eligen como gobernador interino de Buenos Aires a Guillermo
Pinto, nombrando este último a Alsina como ministro de gobierno y de guerra a
Pirán. (Piñeiro y Trueba, 1996).
Si bien la revolución no tuvo mayores hechos de violencia y fue desarrollada en
paz, las consecuencias que trajo fueron importantes. Buenos Aires, desde ese
momento, quedó separada del resto del país. Con la batalla de Cepeda en 1859,
Buenos Aires se vio obligada a aceptar la Constitución Nacional, pero la solución no
fue definitiva debido a la inestabilidad política del gobierno sucesor a Urquiza. No
fue hasta la batalla de Pavón que concretó lo convenido en el Pacto del 11 de
noviembre de 1859, el regreso de Buenos Aires a la Confederación Argentina.
(Piñeiro y Trueba, 1996).
7.1.4 La vida en el Once: Once cultural La zona de Once se ha caracterizado por sus grandes masas de personas,
pudiendo sentir una experiencia urbana en su estado más puro. Todo este flujo de
personas transita alrededor de la Plaza Miserere, la cual sirve como eje articulador
para marcar las direcciones a seguir dentro de la zona. Asimismo, Once es el hogar
18
para muchos inmigrantes del siglo pasado, donde la mayoría son judíos, coreanos,
armenios y personas de otras partes de Latinoamérica como Perú y Paraguay.
Argentina se caracteriza mucho por su xenofobia y discriminación, sin embargo,
Once es una zona tolerante, en donde existe una indiferencia por la interculturalidad
presente. (Giovagnoli, 2005).
Debido a la creciente inmigración, César Tiempo (en Cutolo, 1998) definió al
Once como:
"Hervidero rubio de las calles judaicas, cruzado por la verde corriente de los Lacroze, diferente y presente como un barco encallado en un puerto de promisión, en cuya cubierta un mundo laborioso, hormigueante y febril, detiene un instante su trabajo para saludar a Dios con las palabras de su profeta".
Con la llegada de los judíos para la década de 1920, llegaron también las
implantaciones de negocios con temática en textiles, volviendo a Once en una zona
residencial y comercial con la concentración de judíos más importante de Argentina.
Al ser una meca de la industria textil, es la referencia directa para los modistas y
comerciantes de indumentarias, los cuales buscan los mejores precios en el
mercado, sin perder la calidad. (Giovagnoli, 2005).
Once en su época representaba una de las mejores zonas de Buenos Aires,
teniendo una movida cultural influenciada por bares como La Perla del Once, la
casa de Carlos Gardel, el bar El 48, entre otros, los cuales sirvieron de puntos de
encuentro para diversos eventos culturales y literarios. Asimismo, La Perla del Once
fue uno de los centros de reunión más influenciados por los jóvenes que
desarrollaron el rock argentino (Abós, 2000). Once también fue el refugio para Julio
Cortázar, que desde las instalaciones del bar La Perla, observaba cómo florecía el
peronismo y buscaba el exilio. También el poeta Baldomero Fernández, se inspiró
en esta zona para escribir uno de sus más famosos poemas "70 balcones y ninguna
flor". (Giovagnoli, 2005).
Por otra parte, la modalidad de consumo de Once está arraigada al modo de vida
presente en la zona. Once, a diferencia de Palermo, aún conserva los aires de
períodos antiguos, careciendo de modernización y auges culturales de diseño que
caracterizan a culturas evidentemente de sectores no populares. La venta de
19
objetos que responden a un proceso, como comentaba Adorno, de industria cultural,
donde se producen de forma masiva, volviéndose accesibles para el público que los
compra, degradándose a la condición de bienes culturales. Asimismo, toda esta
noción de consumo dentro de la zona es producto de la misma interculturalidad
presente.
7.2 Historia del barrio de Palermo El barrio de Palermo es una zona principalmente residencial de la Ciudad de
Buenos Aires, en la cual se encuentran elegantes viviendas y calles arboladas.
Palermo se caracteriza por sus diversos matices que lo diferencian de los otros
barrios, convirtiéndolo en un barrio imaginativo y artístico. La influencia cultural
dentro del barrio es evidente, lleno de cafés, casas de diseño y salas de teatro
alternativos, así como también se pueden encontrar las principales productoras
audiovisuales del país. Palermo se divide en dos zonas que se caracterizan por sus
diferencias arquitectónicas: Palermo Chico y Palermo Viejo. En la primera se
encuentran grande parques y lagos, con la exclusividad y carencia de comercios. En
la segunda se encuentran calles amplias y edificios más antiguos, sin embargo, las
propuestas gastronómicas, de decoración y de vida nocturna están presentes en
cada rincón.
7.2.1 Desde la historia a Palermo
Los primeros cimientos de Palermo comienzan en 1580 cuando Juan de Garay
destinó la zona a ser tierras productivas para sus pobladores, convirtiéndose en un
lugar común para éstos (Berjman y Schávelzon, 2010). Tal suceso representa el
primer antecedente directo a lo que actualmente se le conoce como Parque 3 de
Febrero.
A medida que estas tierras fueron delimitándose para determinar la estructura de
la ciudad, surgieron dificultades que Garay no pudo controlar. La delimitación
faltante de los otros terrenos generó como consecuencia la confusión sobre el
dominio de estos. Con la llegada de los peritos de Francisco Breñal, los terrenos
quedaron fijados con exactitud y ya, para este nivel, existía una reducida población
20
frente a las grandes hectáreas de terreno, lo cual, fue causa de fuertes discusiones
debido a que el acceso al agua del río era preciado y las personas con mayor poder
sobre las tierras lo estaban evitando. Asimismo, se esperaba que con el tiempo las
tierras se volvieran cada vez más codiciadas.
A lo largo del tiempo existieron muchas personas que con pagar una determinada
suma de dinero, se hacían con los terrenos. (Berjman y Schávelzon, 2010). Se
visualiza en este punto cómo, tierras que comenzaron siendo para los pobladores
como un lugar común de producción, se convierten en tierras manejadas por élites
para satisfacer sus necesidades.
Por otra parte, aquellos que recibieron terrenos de la propiedad de Juan de Garay
se vieron beneficiados con la llegada de Juan Domínguez de Palermo, al ser el
primer poblador en buscarle uso a estas tierras. Las tierras que ocupó Domínguez
de Palermo carecían de interés y no tenían muchos pobladores, sin embargo, con el
paso de los años, los terrenos fueron adquiriendo valor y pobladores de recursos
medios y bajos fueron asentándose en estos terrenos. Al pasar los años, Juan
Manuel de las Rosas llega a los terrenos de Palermo encontrándose con que
existían construcciones de varios estilos, en donde, compró la mayor cantidad de
tierras posibles, reconociendo el valor futuro de todos estos y pensando por delante,
en su potencialidad económica. Para el año 1836 levantó su residencia oficial, sin
embargo, tras la derrota del 3 de febrero de 1852 en Caseros, Justo José de
Urquiza, general vencedor frente a Rosas, toma la residencia y la convierte en la
sede de la escuela de artes y oficios del Colegio Militar y de la Escuela Naval. Ya
para el año 1889, la residencia es destruida por Sarmiento, ferviente enemigo de
Rosas, el cual, argumenta tal acción en pro de dar más aire al parque creado por él
mismo: el parque 3 de Febrero. (Berjman y Schávelzon, 2010).
7.2.2. El escenario geográfico
El barrio de Palermo se caracteriza por ser el barrio más extenso de la Ciudad de
Buenos Aires. Basados en los datos de la ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288 del
04/05/1972, sus límites son: La Pampa, Av. Pte. Figueroa Alcorta, Av. Valentín
Alsina, Zabala, Av. Cabildo, Jorge Newbery, Av. Crámer, Av. Dorrego, Av. Córdoba,
21
Mario Bravo, Av. Cnel. Díaz, Av. Gral. Las Heras, Tagle, vías del Ferrocarril Gral.
Bartolomé Mitre, Jerónimo Salguero y Av. Costanera Rafael Obligado (Del Pino,
1991); comprendiendo una superficie de 17,4 (km2). Sus barrios vecinos son el
barrio de Belgrano, Colegiales, Chacarita, Recoleta, Almagro y Villa Crespo. Los
terrenos de Palermo comienzan a ser intervenidos en 1917 cuando se realizó la
primera perforación en el Jardín Zoológico, con el objetivo de obtener agua para
poder cumplir las necesidades de los lagos de paseo. (Del Pino, 1991).
7.2.3. El parque 3 de Febrero
Con la demolición de la residencia de Juan Manuel de las Rosas por parte de
Samiento, este último decide reconstruir el parque sobre las ruinas, con una idea
totalmente republicana, con el fin de recuperar aquel espacio olvidado pero que aún
estaba ahí para los porteños. Este parque iba a representar e iba a ser la imagen de
un pueblo culto, en donde el mismo Sarmiento quería emplear ideas de países
exteriores al mismo, haciendo referencia a los mismísimos Campos Eliseos de
Francia. La inspiración francesa era clara, para lo cual, Sarmiento habría pedido a
Édoudard André un anteproyecto para la construcción de este parque. Tal proyecto
de los Campos Eliseos no se completó, sin conocerse con certeza los motivos que
propiciaron el desistimiento por alguna de las partes. Sin embargo, con la
construcción del parque se fue borrando la memoria de Rosas, transformándose la
historia agrícola, ganadera y productiva, a un lugar para el ocio, entretenimiento y la
recreación.
El primer sector del parque 3 de febrero fue abierto el 11 de noviembre de 1875,
caracterizándose por su diferencia a lo ya existente, donde ya había cambiado la
sociedad y su composición. Sarmiento buscaba un lugar donde cambiar a la
sociedad, donde pudiera crear esa nueva forma de vida a la que aspiraba.
Asimismo, transformó un lugar olvidado y lo salvó, (Berjman y Schávelzon, 2010),
evidenciándose claramente la resemantización del lugar.
22
Como dijo Sarmiento, presidente en esa época de Argentina, en su discurso:
"El viejo y rústico Palermo es, desde hoy el Parque 3 de Febrero y ostentará pronto en sus fuentes de aguas surgentes, en sus estatuas, en sus calles rectas o curvas, en sus bosques artísticamente formados, para dar sombra y luz al paisaje, cuanto las artes, el buen gusto y el sentimiento de lo bello que ofrecen los parques de Santiago de Chile, de Nueva York, de París y de Londres, como un encanto a la imaginación o un llamamiento a los sentimientos más elevados del hombre". (Berjman y Schávelzon, 2010). Es claro en este punto cómo la visión de Sarmiento era de superponer la
reestructuración de un parque como una entidad misma. Era poner a la naturaleza
para disfrutarla de una u otra forma, dejando de lado el edificio del Caserón/Colegio
Militar que, aunque seguía siendo útil, se volvía cada vez más viejo, siendo el
parque una propuesta excepcional y con mayor utilidad para la población que allí
habitaba. (Berjman y Schávelzon, 2010).
Después de la inauguración del Parque 3 de Febrero, se construyeron Los
Portones de Palermo, que representaban un complemento a la construcción misma
del parque, con la finalidad de delimitar al parque y el diseño de los caminos que
estructuraban la forma de realizar los paseos. (Berjman y Schávelzon, 2010).
Según relata Del Pino (1991), para los porteños decir Vamos a Los Portones, era
referirse directamente al barrio de Palermo, frase que también trascendía las
mismas fronteras del barrio y adoptarse como un valor de mitos porteños. Los
grandes portones de Palermo eran estructuras metálicas que interesaron mucho a
los visitantes del parque 3 de Febrero por la razón de que gracias a sus flancos,
recordaban a los grandes arcos de Roma. Toda esta "europezación" del parque
respondía a los intereses directos del presidente Sarmiento.
Por otra parte, las clases elitistas utilizaban el acceso que se conocía como
Camino de Palermo (actualmente la Avenida del Libertador), en donde, el acceso
por los portones quedaba destinado para las clases populares que llegaban a pie.
Es prudente mencionar que tal acceso permanecía cerrado durante la noche, sin
embargo, existía la estación del tranvía Portones, el cual tenía el acceso libre
después del desistimiento de una ley que establecía el pago para el acceso.
23
Pasados unos años, con la inauguración de un monumento a Giribaldi, dio origen a
la Plaza Italia, y con esto, a la demolición de los portones. (Berjman y Schávelzon,
2010).
7.2.4. La vida en el barrio: Palermo cultural Debido a los cambios sociales presentes en el último siglo, Palermo se ha
caracterizado por la resemantización de su arquitectura, donde los edificios son
recuperados para darles un nuevo uso y destinarlos a un público de mayor poder
adquisitivo que los anteriores. Como consecuencia de esta reestructuración del
barrio, los estilos de consumo cambian, al verse transformado el público que transita
por las calles empedradas del barrio (Marotias, 2006). Décadas de historias dentro
del barrio se ven desplazadas por las nuevas construcciones que allí se realizan,
fomentando al turismo pero desvalorizando lo que un día tuvo un valor histórico para
la ciudad.
La nueva moda con el barrio al ser referencia internacional como sede cultural y
artística, ha traído como consecuencia que se restauren áreas que estuvieron
olvidadas por mucho tiempo, pero como anteriormente se mencionó, el destruyendo
la parte histórica del barrio. Asimismo, los altos costos gracias al crecimiento en el
barrio hace que las personas de clase media tengan que emigrar del barrio porque
se les imposibilita el seguir costeando los gastos que el barrio genera. (Marotias,
2006).
Por otra parte, viendo a Palermo desde un punto de vista estético, se vincula
como un centro de exposición y de venta de artículos de arte. Ya dentro de este
plano, el arte es visto como algo al alcance de todos, volviéndose comercial más
que exclusivo para ciertas élites. Asimismo, la producción de objetos de diseño está
destinada a objetivos específicos dentro de la población que visita el barrio.
Asimismo, la línea del movimiento moderno y postmoderno se torna invisible, donde
las tiendas de diseño adoptan estéticas del movimiento moderno (clases elitistas y
buen diseño), junto con estéticas del movimiento posmoderno, donde existía una
fusión de estilos, retomando principios del kitsch, de lo feo y de lo que era
considerado vulgar. Con la desaparición de la línea que dividía la cultura élite con la
24
cultura popular, las tiendas de diseño muestran una nueva tendencia estilística en la
decoración, observándose claramente la marca de producido en Argentina para
atraer consumidores (Marotias, 2006).
Todo el crecimiento cultural dentro del barrio de Palermo ha hecho que la vida
cotidiana tome un valor histórico para cada uno de los que allí viven. Algunos
compran en Palermo por sentir afinidad por el poeta Jorge Luis Borges, sin
embargo, con la instauración de bares, librerías y galerías, se maneja un nuevo
concepto del buen vivir. Como decía De La Paz (2008) en su artículo El barrio de
Palermo, cultural y cosmopolita, cuando comparaba el Soho de New York con
Palermo, haciendo uso de su historia pero con un alto significado simbólico.
8. MÉTODO La presente investigación se sitúa en un tipo de estudio cualitativo, ya que, se
busca estudiar el fenómeno de la hibridación cultural en el propio entorno donde es
evidenciada: comercios de Once y tiendas de diseño de Palermo. Asimismo, debido
a que se está estudiando un fenómeno y las variables no se pueden modificar, el
diseño de la investigación se sitúa en el marco descriptivo, buscando mostrar con
precisión los ángulos o dimensiones del fenómeno, situación o suceso que se está
estudiando (Sampieri, Fernández y Baptista, 2006).
Como técnica de recolección de datos se utilizarán las encuestas y las
entrevistas. La mayoría de los autores, como Sampieri (2006), coincidien en señalar
diversos tipos de validez, demostrada con unos procedimientos adecuados para
estimarla en cada caso. Entre ellas una de las más importantes es la validez de
contenido, la cual consiste en determinar el grado en el que los ítems son una
muestra representativa de todo el contenido a evaluar.
25
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