In Memoriam Juan Bustos Ramírez
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Presidente de la Cámara de Diputados
H.D. Juan Bustos Ramírez (1935 – 2008)
PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS H.D. Juan José Bustos Ramírez
(1935 – 2008) - “… lo fundamental es que la política que hace la Cámara como institución y los diputados en tal calidad institucional, no se distancie de la ciudadanía, sino que esté inmersa en sus necesidades”. (Discurso del 13 de marzo de 2008, al asumir como Presidente de la Cámara de Diputados). Valiente, rápido, asertivo, vivaz, emprendedor, cercano, meticuloso, justiciero y luchador incansable por los derechos de las personas son sólo algunos de los rasgos que caracterizaron la personalidad del Presidente de la Cámara de Diputados, Juan José Bustos Ramírez, quien asumió su cargo el 13 de marzo de 2008. Y fue elegido como parlamentario por el distrito 12 que corresponde a las comunas de Limache, Quilpué, Villa Alemana y Olmué por el periodo 2006-2010. Nació el 8 de diciembre de 1935, en la ciudad de Santiago, en la casa donde vivía su madre, doña Dorila Ramírez Aristi, en la plaza del Roto Chileno (plaza Yungay), creciendo también junto a los cuidados de su padrastro Manuel Zaragoza. Desde pequeño manifestó un interés por defender a los demás. Casado con Claudia Chaimovich, tuvo siete hijos. Cursó sus estudios secundarios en el Instituto Nacional y los superiores en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile. Durante ese periodo se desempeñó como ayudante en varias cátedras: Historia del Derecho a cargo del académico Jaime Eyzaguirre, quien lo distinguió con su amistad y lo apoyó en su perfeccionamiento de postgrado. Algunos dicen que “nació socialista”, pero es a la edad de 20 años, en 1955, que ingresa oficialmente al partido.
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En el año 1960 obtuvo el título de Licenciado en derecho con una tesis sobre el Concurso Ideal de Delitos. Ese mismo año se dirigió a España, gracias a una beca del Instituto Cultura Hispánica, allí llevó a cabo el doctorado en derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Posteriormente en 1962, mediante una beca de Deutsche Akademische Austauschdienst (DAA), ingresó a la Universidad de Bonn para estudiar bajo la dirección del Profesor Hans Welzel, quien a la sazón revolucionaba el ambiente jurídico penal con su teoría de la acción finalista. En el año 1965, luego de haber obtenido el grado de Doctor en Derecho en la Universidad de Bonn, con una tesis sobre “Delito culposo”, regresó a Chile, incorporándose como investigador al Seminario de Derecho Penal de la Universidad de Chile, dirigido por Álvaro Bunster. En 1966 fue profesor contratado de la Universidad de Valparaíso. Luego en 1968, asumió como Profesor Titular de derecho penal en la Universidad de Chile. Posteriormente fue designado director del Departamento de Ciencias Penales y Criminológicas de la misma Casa de Estudios, que sustituyó al antiguo Seminario de Derecho Penal. Tras el Golpe Militar viaja a Argentina donde es detenido en octubre de 1975, en la llamada “Operación Cóndor” de las dictaduras del cono sur. Permaneció seis meses en prisión y logró su libertad gracias a las gestiones del profesor Armin Kaufman y a las autoridades alemanas. Retornó a Alemania donde la Fundación Alexander Von Humboldt, le otorgó una beca para realizar un doctora y a su vez dictó clases de derecho penal comparado en la Universidad de Bonn. 1982 se instala en España, gracias a una invitación del académico Juan Córdoba Roda, que le prestó siempre toda su ayuda y se incorporó como profesor adjunto de derecho penal en la Universidad autónoma de Barcelona. Realizo múltiples publicaciones, a través de la editorial Ariel, publicó el Derecho Penal español tanto general como especial, que ha implicado una revisión profunda desde la política criminal y la criminología. En 1989 retorna a Chile, ya que sólo entonces fue eliminado de la lista elaborada por la dictadura y que le impedía volver al país. Retomó su labor como académico de derecho penal ingresando en ese cargo a las Universidades Diego Portales y Andrés Bello. Posteriormente, le fue devuelto su cargo de Profesor Titular de la Universidad de Chile. 1995 Director Doctorado en Derecho y Economía Universidad SEK.
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:: Actividad política Inició sus actividades políticas al integrarse al Partido Socialista, donde ocupó los cargos de Secretario Político de la 1ª comuna de Santiago, 1968 a 1969; y de Secretario Regional Centro, entre 1970 y 1973. Más adelante, en 1996 fue miembro del Comité Central y de la Comisión Política; ese mismo año, pasó a ser Secretario Nacional de Organización. En 1997 fue electo diputado por el Distrito N°12, comunas de "Limache, Quilpué, Villa Alemana y Olmué", V Región, período 1998 a 2002; integró la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia. En diciembre de 2001 fue reelegido diputado, en representación del Partido Socialista, por el mismo Distrito, período 2002 a 2006; integró la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia, la que presidió durante un tiempo; y la de Familia. Miembro de la Comisión Especial Sobre Seguridad Ciudadana. En diciembre de 2005 fue nuevamente reelecto diputado, por el mismo Distrito Nº12, V Región, período 2006 a 2010; continúa integrando la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia; miembro de la Comisión Especial de Libertad de Expresión y Medios de Comunicación. Asumió la presidencia de la Cámara, en marzo de 2008. En misión al exterior, ha ido a China, a la Segunda Reunión de la Comisión de Diálogo Político con la Asamblea Popular China. Y a Indonesia, a la Asamblea de la Unión Interparlamentaria. Miembro del Grupo Interparlamentario Chileno-Alemán, Chileno-Británico, Chileno-Chino, Chileno-Francés, Chileno-Sirio; Chileno Argelino; y Chileno-Austríaco. Entre otras actividades, se ha dedicado a escribir y produce y ha producido, una gran cantidad de monografías, como también, artículos en publicaciones periódicas, especialmente en distintas materias del Derecho Penal; ha publicado y publica, además de Chile, en Argentina, Colombia y España.
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:: Frases destacadas de sus discursos 13 de marzo de 2008 Discurso al asumir como Presidente de la Cámara de Diputados - … lo fundamental es que la política que hace la Cámara como institución y los diputados en tal calidad institucional, no se distancie de la ciudadanía, sino que esté inmersa en sus necesidades. - Luego, nuestra tarea como Cámara y a la que dedicaré todos mis esfuerzos en este período será superar este distanciamiento. Para ello, considero que debemos intensificar la transparencia de la información de nuestro quehacer, en lo relativo a la probidad, como en lo que se refiere a nuestra actividad legislativa y fiscalizadora. 4 de julio de 2008 Discurso al inaugurar las nuevas instalaciones de la Cámara de Diputados en el Ex Congreso Nacional de Santiago - Es este un momento de gran significación para la Cámara de Diputados y para el país. Recibir hoy el recinto que históricamente perteneció a la Corporación, donde ella ejerció sus funciones hasta septiembre de 1973, fecha en que nuestra institucionalidad democrática fue quebrantada por un cruento golpe de Estado, es una demostración más de cómo Chile avanza en un proceso de consolidación de la democracia y de superación de un pasado dictatorial que lo dañó no sólo por el cierre del Congreso Nacional, por la proscripción de los partidos políticos y por coartar las libertades, rompiendo con nuestra cultura política y con valores muy arraigados en nuestra nación, sino que dejando miles de víctimas por la violación sistemática de los derechos humanos. - La fecha en que realizamos este acto tiene otro significado especial. Hoy, 4 de Julio, se cumplen 197 años de la instauración en nuestro país del primer Congreso Nacional, representado por una Cámara de Diputados entre cuyos notables integrantes estaba Bernardo O´Higgins.
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:: Cuadro Resumen Estudios . Secundarios 1949 - 1954 Instituto Nacional.
. Superiores 1954 - 1959 Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
. Post Grado Doctor Universidad Complutense en Madrid (1961) y Bonn (1965) Actividades Académicas
. 1968 Catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Chile.
. 1970-1973 Director Departamento de Ciencias Penales y Criminología.
. Director de revista de Ciencias Penales de Chile.
. 1982 Catedrático de Derechos Penales en la Universidad Autónoma de Barcelona.
. Vicedecano de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona.
. Director del Departamento de Ciencias Políticas y Derecho Penal de la Universidad de Barcelona.
. 1995 Director Doctorado en Derecho y Economía Universidad SEK.
Cargos Públicos
. 1986 - 1987 Ministro Suplente de la Audiencia de Barcelona
. 1993 - 1997 Miembro del Consejo Nacional de Televisión.
. 1996 Abogado integrante de la Corte de Apelaciones de San Miguel de Santiago de Chile.
Actividad Política
. 1955 Ingresa al Partido Socialista de Chile
. 1968 - 1969 Secretario Político Primera Comuna del Regional Centro.
. 1970 - 1973 Secretario Regional Centro.
. 1997 - 1998 Miembro de la Comisión Política del Partido Socialista.
. 2001 - 2003 Vicepresidente Nacional del PS.
Periodos como diputado . 1998 - 2002 Primer periodo . 2002 – 2006 Segundo periodo . 2006 – 2010 Tercer periodo
Actividad Parlamentaria
. Integrante y Miembro de la Comisión de Familia.
. Miembro de la Comisión de Seguridad Ciudadana y de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. . 2008 Asume como Presidente de la Cámara de Diputados.
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Casos emblemáticos de DD.HH.
. Abogado de la Familia Letelier en el proceso en contra de Manuel Contreras y Pedro Espinoza, por el asesinato del Ex canciller Orlando Letelier. . Abogado querellante del Partido Socialista y familiares de Detenidos Desaparecidos en el proceso contra Augusto Pinochet . Abogado familia Aldonay.
Publicaciones
. Derecho Penal Chileno: Delitos Contra la Vida y Salud.
. Derecho Penal Español, Parte General.
. Derecho Penal Español, Parte Especial Culpa, y Finalidad.
. El Delito Culposo, Bases Críticas de un nuevo Derecho Penal, etc.
. Múltiples Artículos en la Materia, tanto en Latinoamérica como Europa. :: Proyectos de Ley Periodo 2006 - 2010 Boletín Ingreso Materia 4114-07
21/03/2006 Establece obligatoriedad de medidas cautelares a los autores de robo por sorpresa.
4149-18
12/04/2006 Modifica las normas sobre cambio de apellidos
4199-07
10/05/2006 Modifica la ley N° 18.314, que determina conductas terroristas y fija su penalidad (pueblos indígenas)
4201-11 11/05/2006 Establece regulación legal de la eutanasia
4252-07 21/06/2006 Reforma constitucional que regula los plebiscitos nacionales (RC)
4413-07 10/08/2006 Modifica la ubicación sistemática del delito de manejo en estado de ebriedad incorporando nuevo Título al Código Penal y aumenta la penalidad en hipótesis que indica.
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4426-07 17/08/2006 Autoriza levantamiento del secreto bancario en investigaciones de lavado de activos. 4498-07 07/09/2006 Reforma constitucional que garantiza la independencia y autonomía de la Defensoría Penal Pública
(RC). 4500-07 07/09/2006 Garantiza independencia y autonomía de la Defensoría Penal Pública. 4506-13 07/09/2006 Precisa facultades al Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, respecto del descanso
laboral de los trabajadores bancarios. 4543-07 03/10/2006 Establece incompatibilidad a los condenados por actos u omisiones constitutivos de violencia
intrafamiliar para pertenecer a los escalafones del Poder Judicial que indica. 4581-07 04/10/2006 Reforma constitucional relativa a los efectos del desafuero (RC). 4582-07 04/10/2006 Modifica el inciso tercero del artículo 416 del Código Procesal Penal referido al desafuero por delitos de
acción privada. 4622-17 18/10/2006 Modifica la ley N° 19.992, para incorporar un nuevo beneficio en relación con el Servicio Militar
Obligatorio. (hijos de personas afectas a la ley Valech).
4687-07 22/11/2006 Modifica el régimen de inscripción ante el Conservador de Bienes Raíces, de los títulos relativos a derechos reales que recaen sobre bienes inmuebles.
4745-18 20/12/2006 Modifica el artículo 31 del Código Civil, eliminando el parentesco por afinidad en caso de divorcio. 4823-07 10/01/2007 Reforma constitucional que modifica el N° 1 del inciso tercero del artículo 19, en lo relativo a la pena
de muerte (RC)
4829-07 11/01/2007 Regula determinadas situaciones que atentan contra la fe pública registral (actos y contratos que no es obligatorio inscribir en el Conservador de Bienes Raíces)
4834-05 17/01/2007 Modifica el artículo 165 de la ley N° 18.045, sobre Mercado de Valores, respecto de la información privilegiada.
4875-18 06/03/2007 Establece un patrimonio especial para quienes vivan en concubinato no obstante mantener un vínculo matrimonial en sociedad conyugal.
5097-07 06/06/2007 Reemplaza en los artículos 239 y 240, del Código Penal, la expresión "inhabilitación especial perpetua", por " inhabilitación absoluta temporal".
5098-07 06/06/2007 Modifica el Código de Justicia Militar garantizando actuaciones de la justicia ordinaria en hechos de grave trascendencia.
5111-07 12/06/2007 Modifica el Código Orgánico de Tribunales con el objeto de facilitar la práctica profesional de los
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postulantes al título de abogado (práctica en los tribunales de justicia). 5118-14 13/06/2007 Interpreta los artículos 69 y 7 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones referidos al Plan
Regulador Comunal. 5129-07 14/06/2007 Establece recurso especial para hacer efectiva responsabilidad para fiscales del Ministerio Público por
actuaciones que indica. 5131-06 14/06/2007 Sanciona a quien no presenta la declaración de patrimonio al concluir su mandato. 5181-07 10/07/2007 Reforma Constitucional en materia de negociación colectiva. 5185-03 10/07/2007 Sobre contrato de seguro 5200-07 17/07/2007 Modifica el artículo 14 de la ley N° 20.066, sobre violencia intrafamiliar, para facilitar al Ministerio
Público el inicio de la investigación del delito de maltrato habitual. 5201-07 17/07/2007 Modifica el Código Procesal Penal, estableciendo expresamente la obligación de los fiscales de adoptar
todas las medidas necesarias tendientes a acreditar fehacientemente la identidad del imputado. 5215-07 19/07/2007 Modifica el artículo 366 quinquies del Código Penal, incorporando un inciso segundo nuevo, con el fin
de tipificar como delito la producción de material pornográfico infantil. 5254-02 09/08/2007 Modifica la ley de control de armas autorizando su importación a la Policía de Investigaciones. 5255-06 13/08/2007 Modifica la ley N° 18.700, estableciendo plazos especiales para acreditar requisitos en materia de
declaración de candidaturas. 5268-02 28/08/2007 Modifica el Código de Justicia Militar en materia de conductas que comprometen gravemente la
dignidad militar. 5379-06 04/10/2007 Establece la obligación de publicar en Internet las declaraciones de patrimonio. 5380-07 04/10/2007 Tipifica como delito la obstrucción a la justicia cometida por terceros". 5401-02 11/10/2007 Establece prohibición absoluta para el uso e inscripción de armas de fuego. 5419-07 18/10/2007 Reforma Constitucional, que rebaja la edad para ejercer el derecho a sufragio en las elecciones
municipales. 5429-07 30/10/2007 Reforma el artículo 51 de la Constitución Política de la República, en lo referido a la elección de
Diputados y Senadores. 5430-06 30/10/2007 Modifica la ley N° 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades, en lo referido a la duración del
cargo de alcalde y concejal
5456-02 06/11/2007 Modifica la ley N° 17.798, incorporando exigencias para el almacenamiento de armas de fuego y
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establece límites para la adquisición de municiones. 5474-07 13/11/2007 Modifica la ley N° 18.168, con el objeto de garantizar la libertad de expresión y el pluralismo en medio
de comunicación que indica. 5489-07 20/11/2007 Elimina las referencias por afinidad en el Código penal, adecuando dicho cuerpo normativo a las
modificaciones introducidas por la Ley de Matrimonio Civil. 5521-07 04/12/2007 Sanciona como delito de exhibición y distribución a través de Internet, de material que contenga
conductas propias de maltrato escolar. 5523-07 04/12/2007 Deroga el artículo 476, del Código Penal, y establece un nuevo tipo de incendio en lugares que indica.
5552-15 11/12/2007 Establece que cada región administrativa corresponda a una zona primaria del servicio público
telefónico local. 5561-07 13/12/2007 Reforma la Constitución Política de la República, derogando la facultad presidencial de otorgar indultos
particulares. 5565-07 13/12/2007 Deroga el artículo 373 del Código Penal 5570-12 18/12/2007 Sobre extracción y protección de la tierra de hoja 5650-07 02/01/2008 Modifica el artículo 19 N° 1, de la Constitución Política de la República consagrando la protección de los
derechos de los niños. 5708-13 15/01/2008 Tipifica delitos contra la seguridad del trabajo 5713-17 15/01/2008 Crea en el Estadio Nacional, el Museo Abierto, sitio de memoria y homenaje en conmemoración a las
víctimas torturadas y asesinadas por la dictadura del General Pinochet. 5715-03 16/01/2008 Modifica la ley N° 18.092, sobre letra de cambio, cheque y pagaré, simplificando trámites de la
notificación. 5716-07 16/01/2008 Garantiza cumplimiento efectivo de penas alternativas establecidas en la ley 5725-07 16/01/2008 Introduce modificaciones en el Código Penal, en la regulación de ciertos delitos contra la
administración pública (fraude al fisco, negociaciones incompatibles, cohecho, tráfico de influencias). 5726-18 16/01/2008 Modifica el delito de incesto 5727-18 16/01/2008 Modifica norma sobre violación conyugal y otras disposiciones 5730-07 17/01/2008 Modifica el inciso segundo del artículo 20 de la Constitución Política de la República en materia de
procedencia del recurso de protección respecto del derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
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5732-07 17/01/2008 Consagra la inmunidad en el ejercicio del periodismo, modificando la ley N° 19.733, en el sentido que indica.
5779-04 20/03/2008 Establece el día de la manipuladora de alimentos 5812-18 15/04/2008 Modifica normas del Código Civil sobre reconocimiento de hijos 5837-07 30/04/2008 Sanciona el acoso sexual de menores, la pornografía infantil y la posesión de material pornográfico
infantil (agenda contra la Pedofilia- sanciona el groooming - regulan los cyber café). 5877-07 19/05/2008 Sanciona las riñas y peleas que se producen en los lugares donde se practica el fútbol. 5879-07 20/05/2008 Establece una reforma constitucional que amplía el ámbito de aplicación del plebiscito. 5917-18 12/06/2008 Introduce modificaciones en el Código Civil y en otros cuerpos legales, con el objeto de proteger la
integridad del menor en caso de que sus padres vivan separados (tuición compartida). 5941-07 02/07/2008 Reforma constitucional que establece nuevos requisitos para la promulgación de leyes.
Fuente: Cámara de Diputados Links Web: www.jbustosdiputado.cl www.camara.cl Facebook: Juan Bustos Ramírez Youtube: Video al asumir como Presidente de la Cámara de Diputados, www.youtube.com/v/lsWso4N0Aqc
Texto preparado por la oficina de comunicaciones Presidencia Cámara de Diputados
Año 2008
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El 7 de agosto de 2008 murió en Santiago de Chile el Presidente de la Cámara de Diputados del Parlamento chileno Juan José Bustos Ramírez. El próximo 8 de diciembre hubiera cumplido los 73 años. Era también catedrático de derecho penal de la Universidad de Chile y lo había sido también en España en las Universidades de Lleida, La Laguna y Autónoma de Barcelona.
En el año 1973 la persecución a que lo sometió la dictadura de Pinochet lo obligó a exiliarse a Honduras y más tarde a la República Argentina donde finalmente fue detenido en Buenos Aires, a instancias del régimen de Pinochet, por la policía política de la dictadura de Videla. Pudo salir del campo de prisioneros donde fue internado, gracias a las gestiones del prestigioso catedrático de derecho penal de la Universidad de Bonn el profesor Armin Kaufmann que se trasladó hasta la República Argentina para gestionar su libertad, que finalmente obtuvo, y ofrecerle a nombre de la Fundación Alexander von Humboldt una beca para que se trasladara a Alemania. La vinculación del profesor Bustos con la Universidad de Bonn databa desde los comienzos de los años 60, cuando recién Licenciado en Derecho por la Universidad de Chile fue becado primero en España donde obtuvo su doctorado bajo la dirección del profesor Juan del Rosal en la Universidad Complutense de Madrid y después a Alemania donde obtuvo su segundo doctorado esta vez con la dirección del profesor Hans Welzel.
En 1976 se incorporó a la comunidad universitaria española que lo acogió con generosidad. En España ganó un concurso para la Cátedra de Derecho Penal en la Universidad de la Laguna y después otro para la Universidad Autónoma de Barcelona. Su gran preparación jurídica y científica social hizo que pronto destacara con sus numerosas publicaciones en la comunidad universitaria de española y sudamericana. En ellas plasmó desde la filosofía política del Estado social y democrático de derecho, un riguroso pensamiento crítico del sistema penal vigente al que paulatinamente han ido adhiriendo numerosos penalistas tanto europeos como sudamericanos.
En el año 1990, en los comienzos de la transición chilena abandonó España y volvió a Chile donde se reincorporó, no sin pocas dificultades, a la vida académica y también a la política como miembro del Partido Socialista al que pertenecía desde el año 1965. Ya en Chile en su condición de abogado, se transformaría en un tenaz acusador de los violadores de derechos humanos durante la dictadura. En muchos de estos juicios en representación de las víctimas y de sus familias obtendría la condena judicial de muchos de estos delincuentes.
En 1998 el Partido Socialista chileno lo postuló a la Cámara de Diputados donde pronto destacó no sólo por su condición de jurista, sino también por su coherencia y su calidad humana. Sus cualidades le han sido reconocidas por todo el espectro político chileno. Juan
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Bustos Ramírez creía en la democracia y en el valor del derecho como un instrumento político para su profundización. Con su muerte se ha perdido un gran jurista, un gran maestro, un gran político y un gran amigo, pero nos queda su obra y su ejemplo.
HERNÁN HORMAZÁBAL MALARÉE
Catedrático de Derecho Penal – Universidad de Girona.
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Palabras del Prof. Hernán Hormazábal Malarée en el entierro de Juan Bustos Ramírez.
9 de agosto de 2008. Santiago de Chile.
Juan Bustos Ramírez fue un político y un jurista o si se quiere fue un jurista y un político. Para el
tanto en su quehacer político como en el académico debía partir del reconocimiento de la
posición antinómica de la persona con el Estado y coherentemente colocaba en el primer plano
el principio de la dignidad de la persona humana y el de su autonomía ética, esto es que no era
la persona la que debía estar al servicio del Estado, sino al revés el Estado al servicio de las
personas. A partir de estas premisas construyó una teoría crítica del sistema penal cuyos
postulados van ganando cada día más espacios en el mundo académico.
Por eso fue que en coherencia con dichos postulados asumió con entusiasmo la promulgación de
un nuevo Código de Procedimiento Penal y la reforma constitucional del gobierno del
Presidente Lagos. De un procedimiento inquisitivo se pasó a un moderno procedimiento
fundado en el principio acusatorio que ha sido tomado como modelo en numerosos países
latinoamericanos. La reforma constitucional con la redefinición del recurso de inaplicabilidad
obliga a los jueces a cuidar que sus resoluciones sean dictadas conforme a la Constitución Política
de la República de Chile.
Su gran preocupación política y académica o académica y política eran los derechos humanos.
Estimaba indispensable que Chile adhiriera al Estatuto de Roma y aceptara, en consecuencia, la
competencia del Tribunal Penal Internacional. Esa es una tarea pendiente que no es posible
postergarla por más tiempo. No es posible, me decía, que un dictador, cualquiera que sea su
nacionalidad, aunque haya accedido al poder por vías democráticas, después se mantenga en el
poder violando los derechos humanos de las personas. Es necesario, continuaba, que nuestro país
contribuya en los foros internacionales a una redefinición del derecho internacional público. Ya
no puede ser considerado simplemente como un derecho exclusivamente interestatal, sino que
las personas también tienen que ser reconocidas como sujetos de derecho internacional. La
violación de un derecho humano ya no es más un asunto interno de los Estados, es un problema
de derecho internacional.
Fui su amigo y soy su discípulo y por tanto, también esta es mi tarea y a conseguir lo que tu
soñabas querido amigo, dedicaré mis esfuerzos.
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Por Eugenio Ra úl Zaffaroni
El jueves 7 falleció en Santiago el Prof. Juan Bustos Ramírez, presidente de
la Cámara de Diputados de Chile. Para muchos esta noticias puede ser un dato más de obituario
político, pero quienes hemos seguido su límpida trayectoria científica y política a lo largo de
décadas podemos testimoniar la magnitud de esta ausencia para la institucionalidad en nuestra
región, sin que el peso de la amistad enturbie la objetividad del juicio.
Juan Bustos se doctoró por los sesenta en Madrid y luego en Bonn, con el
famoso Hans Welzel, siendo uno de los pioneros de la renovación de la dogmática penal en
América Latina. Fue luego profesor de derecho penal en la Universidad de Chile y militante desde
1965 del Partido Socialista.
El golpe terrorista lo obligó a asilarse en la embajada de Honduras,
obteniendo el permiso de salida para ese país. Desde Honduras –ingenuamente- volvió al sur, a
nuestro país, donde por presión de la dictadura pinochetista fue prisionero en la cárcel de
Resistencia, hasta que merced a los esfuerzos de colegas argentinos y a la mediación personal
del profesor alemán Armin Kaufmann (quien vino personalmente a la Argentina a ese efecto), la
dictadura lo dejó partir para Alemania, donde fue recibido con una beca de la Fundación
Alexander von Humboldt.
Pasó luego a España, obteniendo por concurso la cátedra de La Laguna
primero y luego de la Universidad de Barcelona. Allí encontró la calma que le permitió escribir las
obras más importantes que nos deja, entre las que destaca una magnífica exposición general del
derecho penal.
En 1990 volvió a Chile, se reincorporó a la vida académica de su patria y
también a la actividad política. Desde su regreso se caracterizó como abogado de víctimas de la
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dictadura –como la familia Letelier- y gracias a su tenacidad y conocimientos obtuvo la condena
de varios criminales contra la humanidad.
Desde 1998 era diputado y con su saber jurídico y su personalidad
equilibrada se ganó el respeto de todo el arco político chileno, lo que le valió que coronara su
carrera política como presidente de la Cámara.
Entre los colegas latinoamericanos, Juan era una de las voces más
respetadas, además del amigo afectuoso y solidario, al que los avatares de su agitada existencia
no le habían dejado odios ni rencores, sino sólo la conciencia limpia de una trayectoria
coherente puesta reiteradamente a prueba con exilios, envidias y obstáculos, que siempre supo
vencer con tesón y trabajo, como que siempre brilla lo que por fuerza debe brillar.
Nos queda su obra, el recuerdo de su amistad y, por sobre todas las cosas,
deja a las nuevas generaciones de penalistas su vida como ejemplo del científico auténtico, que
se mueve en un mundo real y conflictivo y que hacerlo le vale enormes sacrificios y dolores
personales, como que ese ha sido el destino de todos los grandes.
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Por EEdduuaarrddoo GGaalleeaannoo
De “El siglo del viento”, Siglo XXI Editores, México, 2000, p. 267.-
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Por Alejandro W. Slokar
Cuando en la tristeza y desazón del
exilio hondureño llovieron peces vivos en la cabeza de nuestro
querido Juan Bustos Ramírez, Eduardo Galeano buscó encontrar
en su asombro una misteriosa señal que le indicaba el destino.
Ocurrió ello cuando no había podido con él aquel Estado
terrorista que para practicar cautiverios, torturas y
desapariciones había usurpado La Moneda y extendido su plan
genocida en todo el Cono Sur. Entonces, gracias al oportuno
auxilio de sus colegas de generación en nuestro país, la
burocracia no tuvo más remedio que despacharlo sin rumbo, para que prodigara lo que su temprana
formación de Bonn le facilitó divulgar sin deformación: los límites a la arbitrariedad pública derivados del
finalismo penal.
Los años de su forzado reingreso europeo proyectan una década más tarde el
desarrollo de su singular modelo teórico integrado, en donde a la rígida estrechez técnico-normativa supo
sumar el compromiso de la crítica criminológica. La melancólica evocación de su recuerdo me devuelve a su
visita en la primavera democrática de entonces, cuando recién graduados fuimos permeados por sus ideas
de progreso del Derecho y de la sociedad a través de sus lecciones y aportes a la más ambiciosa reforma
procesal públicamente encarada desde el que fuera Consejo para la Consolidación de la Democracia, tan
necesario entonces como quizás en los días que corren.
A partir de ese encuentro, y merced a su inmensa generosidad, tuve el privilegio
de recibir sus enseñanzas doctorales durante los imborrables años de Barcelona, en las que el profesor
evitaba cualquier grandilocuencia o alarde retórico, y hasta aceptaba humilde y cordialmente algunos
desvaríos de becarios sudamericanos, para quienes su presencia –más allá de guía y conducción en el
rumbo jurídico– era testimonio de trayectoria y compromiso con los derechos humanos y los valores
democráticos.
No fue sino esa responsabilidad la que tras el largo destierro lo devolvió a su país
para emprender como abogado del foro el reclamo tenaz de verdad y justicia por las atrocidades de la feroz
dictadura pinochetista, y así procurar impedir que la muerte y el atropello nunca más volvieran a su tierra.
Aunque, sabedor de que para ello un Estado de derecho necesita del mayor fortalecimiento a través de la
gestión militante, como buen tributario de las lecciones de Goethe –para quien “pensar es fácil, actuar es
difícil, y actuar siguiendo el pensamiento propio es lo más difícil del mundo”— se comprometió para
resultar electo tres veces diputado por el Partido Socialista y distinguido en marzo pasado como presidente
de la Cámara de Diputados. Desde allí rechazó el embate de la siempre autista derecha securitaria y se
empeñó en estimular toda reforma constitucional de la legislación para recuperar en clave contemporánea
los dictados del Código Penal tipo en Latinoamérica.
Desde luego que para quien tanto pensó e hizo pensar y actuó e hizo actuar, sus
ideas y obra trascienden los límites de lo que se empeña –fatalmente, sin éxito– en no ser una sentida
necrológica. Hace escasas horas Juan falleció en su Santiago de Chile natal, y no exagero si afirmo que todos
cuantos lo admiramos, dondequiera que hayamos estado, nos detuvimos a mirar al cielo para ver llover
peces y evocar la memoria de su sereno y luminoso progresismo.
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OPINIÓN4
Posibles responsabilidadesante el accidente de Barajas
Sr. Director:Un familiar de una víctima del ac-
cidente aéreo de Barajas afirmó hacepoco que no quiere políticos a su la-do. Yo tampoco. Pero como ciudada-no quiero ser consciente de los dere-chos y obligaciones que tengo, tam-bién respecto de los demás ciudada-nos. Y en vez de preguntar por quéDios ha permitido una tragedia tandolorosa, tengo que trabajar paraque no se repita algo tan doloroso.
Ése es el mejor pésame que espe-ran los que hoy lloran a sus seresqueridos. Y la opinión pública tieneque ser consciente de su fuerza. Yprocurar que no se haga realidad el
temor de un familiar: «Al final van aechar la culpa al piloto que estámuerto y el caso se va a cerrar».
Con mi carta quiero contribuir aque no se realice semejante mons-truosidad. Que EL MUNDO tampo-co lo permita. Con él vamos a lucharlos lectores, ciudadanos, pagadoresde impuestos. Vamos a pedir y exigirque no quede la más mínima sombrade duda sobre cada una de estascuestiones: cuántos inspectores esta-tales hay en Barajas y cuántos debe-rían haber dado el movimiento de unaeropuerto tan importante. Si escierto, como se ha dicho, que en Ba-rajas solamente hay cuatro inspecto-res. Si es cierto que de ellos dos esta-ban de vacaciones. Si es cierto, como
también se ha dicho, que de los dosrestantes uno estaba de baja por de-presión. Y alguna otra cuestión quetenga cualquier lector.
No se debería dar ni un sólo casoen que no interviniera el Estado me-diante uno de sus inspectores des-pués de que se haya detectado unaincidencia y después de que la hayatratado de arreglar el personal espe-cializado de la compañía de turno.
Que los ciudadanos pidan clari-dad extrema. Es su propia seguridadla que está en juego. Que no permi-tan, como he leído, que el Gobiernointente (y consiga) desviar la presiónsobre la compañía. La que tenga laempresa es suya, pero si alguna tieneel Gobierno, queremos saber cuál es
y qué consecuencias acarrea. Tam-bién aquí, que cada palo aguante suvela. Severiano Talavero Tovar. Casar deCáceres.
La soberbia de Aznaraumenta con los años
Sr. Director:La soberbia que mostraba Aznar
en la entrevista publicada ayer en ELMUNDO demuestra, no sólo que si-gue respirando por la herida del re-sentimiento, sino que ha perdido to-do el juicio que alguna vez pudo te-ner para analizar la realidad política.Con declaraciones como las suyas,dudo que el PP vuelva a ganar algu-na vez las elecciones. Ana Río. Madrid.
Fe de erroresPor un error, en la sección Vox
Populi de la edición de ayer apare-ció una fotografía que no corres-pondía a Juan Carlos Juárez, alcal-de de La Línea de la Concepción,tal y como se afirmaba, sino a JuanCarlos Suárez.
Delmundo.esZ Debate en La Red:¿Ha notado usted la crisis económica en sus vacaciones?
Las respuestas pueden enviarse porfax, carta, correo electrónico o votandoen el portal de EL MUNDO en internet.
CARTAS AL DIRECTOR
El pasado 7 de agosto fallecía enSantiago de Chile a conse-cuencia de un cáncer hepáti-co, a los 72 años, Juan BustosRamírez, penalista y políticochileno, que desde hacía unosmeses ocupaba la Presidencia
de la Cámara de Diputados de su país. El Go-bierno de Chile decretó tres días de luto nacio-nal y los funerales de Estado en su memoria,presididos por la jefa del Estado, Michelle Ba-chelet («Chile está de duelo. Juan Bustos fueun gran demócrata defensor de los derechoshumanos, un gran político y un gran amigo»),se oficiaron el 12 de agosto en la catedral deSantiago.
En 1955 Bustos ingresó en el Partido So-cialista chileno al que ha permanecido fielhasta su muerte. El presidente SalvadorAllende, al llegar al poder en noviembre de1970, se rodea, entre otros asesores, de treseminentes catedráticos de Derecho penalchilenos: Álvaro Bunster, Eduardo NovoaMonreal y Juan Bustos. El primero fue nom-brado embajador de Chile ante el Reino Uni-do, y desde allí, a la caída de Allende, parte alexilio en México donde explicó Derecho Pe-nal en la Universidad Nacional Autónoma deMéxico hasta su fallecimiento en 2004; el se-gundo preparó la Ley de Nacionalización delCobre, defendiendo con éxito, como aboga-do del Estado chileno, la legitimidad de esamedida ante tribunales de París y de Ham-burgo que habían dictado órdenes de embar-go a instancias de la compañía cuprífera nor-teamericana Braden Copper, falleciendo No-voa en Chile en 2006, a los 90 años, despuésde un largo exilio que le llevó a Francia, Ve-nezuela y Argentina; finalmente, Bustos con-siguió salvar la vida de una manera milagro-sa: inmediatamente después del golpe de Es-tado de Pinochet, fue detenido y obligado aagruparse con otros sospechosos por un des-tacamento militar cuyo teniente, antiguoalumno de Bustos en la Universidad, al reco-nocerle, se dirigió a él en voz baja, diciéndo-le: «Pero ¿usted aquí?, don Juan», cesandoen ese momento en las identificaciones y de-jándole en libertad, lo que permitió que Bus-tos pudiera refugiarse en la embajada deHonduras en Santiago, trasladándose, des-pués de unos meses de estancia en esa Repú-blica centroamericana, a Argentina, dondeen 1975, dentro del marco de la OperaciónCóndor, fue detenido y encarcelado por or-den de la Junta Militar de Videla.
La detención de Bustos en Argentina desa-tó una ola de solidaridad entre sus colegaslatinoamericanos y europeos, consiguiéndo-se finalmente su liberación, después de nu-merosas gestiones, entre las que destaca ladel catedrático de Derecho Penal de BonnArmin Kaufmann, que se traslada a Argenti-na para negociar con las autoridades milita-res de aquel país. La misma solidaridad deprofesores de Derecho Penal latinoamerica-nos, españoles, alemanes e italianos se ponede manifiesto con el criminólogo argentinoRoberto Bergalli, igualmente detenido por ladictadura argentina, alcanzándose el punto
álgido de los esfuerzos para conseguir su li-beración con las gestiones que lleva a cabopersonalmente en Buenos Aires la catedráti-ca de criminología de Colonia HildeKaufmann y la intercesión del profesor deDerecho Penal y en aquel momento presi-dente de la Democracia Cristiana italiana,Aldo Moro.
La supervivencia económica de Bustos yde Bergalli, así como la de los penalistas ar-gentinos Enrique Bacigalupo y Gladys Ro-mero –que en el momento del golpe militarde Videla se encontraban en Alemania– lagarantiza, con una admirable generosidad,la Fundación Alexander von Humboldt, queconcede a los cuatro profesores una beca enla Universidad de Bonn en principio de ca-rácter indefinido.
Un grupo de profesores españoles de De-recho Penal consideramos que estos cuatropenalistas latinoamericanos debían integrar-se culturalmente en la Universidad española,lo que conseguimos a partir de 1978, resol-viendo los numerosos problemas adminis-trativos y universitarios que se iban presen-tando gracias a la disposición favorable in-
condicional que encontramos en dos cate-dráticos españoles de Derecho Penal que enaquel momento ocupaban altos cargos en laAdministración de la UCD: Carlos GarcíaValdés, director general de Instituciones Pe-nitenciarias y, muy especialmente, ManuelCobo del Rosal, secretario de Estado de Uni-versidades. De esta manera tratábamos decorresponder a la hospitalidad que las uni-versidades latinoamericanas habían dispen-sado a los penalistas republicanos españolesque habían tenido que marchar al exilio per-seguidos por la dictadura franquista: las uni-versidades argentinas, a Luis Jiménez deAsúa y a Blasco Fernández de Moreda, y lasmexicanas a Mariano Ruiz-Funes (ministrode Justicia y de Agricultura durante la II Re-pública) y a Mariano Jiménez Huerta (estostres últimos discípulos del primero).
Una vez en España, Juan Bustos ganó porconcurso la cátedra de Derecho Penal de laUniversidad de La Laguna y, posteriormente,la de la Autónoma de Barcelona, Bacigalupola de Lérida, accediendo además, como ma-gistrado de la Sala 2ª, al Tribunal Supremo, yBergalli una titularidad de Derecho Penal en
la Universidad de Barcelona. Al iniciarse latransición chilena, Bustos renuncia a su cá-tedra española, regresa a su país en 1989 y seincorpora a la que ostentaba antes del golpede Estado en la Universidad de Chile.
Juan Bustos se había doctorado en Dere-cho en Madrid, en 1961, bajo la direcciónde Juan del Rosal, y en 1965 en la Universi-dad de Bonn con una tesis sobre el delitoimprudente dirigida por el penalista másimportante de la época, Hans Welzel. Laamplia obra de Bustos se caracteriza por surigor científico, por su originalidad y por suconcepción progresista del Derecho Penal.De entre sus publicaciones aparecidas enEspaña destaca su manual de Parte Gene-ral (cuyas últimas ediciones las escribe encolaboración con Hernán Hormazábal) enel que se exponen ideas y argumentos tannovedosos que sólo allí pueden encontrar-se. En España, además de con su obra, tam-bién contribuyó al avance de la ciencia pe-nal fundando una destacada escuela acadé-mica a la que pertenecen el ya mencionadoHormazábal (Universidad de Girona) y Ele-na Larrauri y José Cid (Universidad Autó-noma de Barcelona), que hoy lloran sumuerte como lo hacemos tantos amigos ycolegas de todo el mundo.
Al regresar a Chile, Bustos empieza tam-bién a ejercer la profesión de abogado, de-fendiendo la acusación en muchos procedi-mientos contra los torturadores y asesinospinochetistas, destacando la representaciónque asumió de la familia de Orlando Letelier,ex ministro de Allende asesinado en Wa-shington con un coche bomba, consiguiendoBustos en 1993 la condena de los autores, en-tre ellos, del general Manuel Contreras, anti-guo jefe de la DINA, así como su interven-ción en Londres, como abogado querellantedel Partido Socialista y de familiares de de-saparecidos, en el expediente de extradicióninstruido contra Pinochet.
Pero estos méritos de Juan Bustos palide-cen si los comparamos con su calidez huma-na, con su modestia, con su adoración por suesposa y por sus hijos y con que, por encimade todo, fue una persona decente.
Guardo entre mis fotografías una toma-da en abril de 1973 en la que, con motivo deun congreso internacional celebrado enChile, aparecemos varios penalistas euro-peos y americanos –entre ellos, el granClaus Roxin– visitando, cubiertos con loscascos reglamentarios, El Teniente, la minasubterránea de cobre más grande del mun-do, nacionalizada por el Gobierno de laUnidad Popular, atentos a las informacio-nes que nos va facilitando Juan Bustos; só-lo unos meses más tarde, el 11 de septiem-bre, caería la noche más oscura sobre Chiley sobre todos aquellos que, como Juan Bus-tos, habían tratado de construir un socialis-mo en libertad.
Que la tierra te sea leve, querido, inolvida-ble Juan.
Enrique Gimbernat es catedrático de DerechoPenal de la UCM y miembro del Consejo Editorialde EL MUNDO.
TRIBUNA LIBRE
Juan Bustos Ramírezy su circunstancia
E N R I Q U E G I M B E R N A T
LUIS PAREJO
Con motivo del fallecimiento del penalista chileno, elautor realiza un repaso a su trayectoria profesional yanaliza su valía como abogado y maestro del Derecho
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Por Alejandro W. Slokar
Secretario de Política Criminal de Argentina
Cuando en la tristeza y desazón
del exilio hondureño llovieron peces vivos en la cabeza de nuestro querido Juan Bustos
Ramírez, Eduardo Galeano buscó encontrar en su asombro una misteriosa señal que le
indicaba el destino. Ocurrió ello cuando no había podido con él aquel Estado terrorista
que para practicar cautiverios, torturas y desapariciones había usurpado La Moneda y
extendido su plan genocida en todo el Cono Sur. Entonces, gracias al oportuno auxilio de
sus colegas de generación en nuestro país, la burocracia no tuvo más remedio que
despacharlo sin rumbo, para que prodigara lo que su temprana formación de Bonn le
facilitó divulgar sin deformación: los límites a la arbitrariedad pública derivados del
finalismo penal.
Los años de su forzado reingreso europeo proyectan una década
más tarde el desarrollo de su singular modelo teórico integrado, en donde a la rígida
estrechez técnico-normativa supo sumar el compromiso de la crítica criminológica. La
melancólica evocación de su recuerdo me devuelve a su visita en la primavera
democrática de entonces, cuando recién graduados fuimos permeados por sus ideas de
progreso del Derecho y de la sociedad a través de sus lecciones y aportes a la más
ambiciosa reforma procesal públicamente encarada desde el que fuera Consejo para la
Consolidación de la Democracia, tan necesario entonces como quizás en los días que
corren.
A partir de ese encuentro, y merced a su inmensa generosidad, tuve
el privilegio de recibir sus enseñanzas doctorales durante los imborrables años de
Barcelona, en las que el profesor evitaba cualquier grandilocuencia o alarde retórico, y
hasta aceptaba humilde y cordialmente algunos desvaríos de becarios sudamericanos,
para quienes su presencia –más allá de guía y conducción en el rumbo jurídico– era
testimonio de trayectoria y compromiso con los derechos humanos y los valores
democráticos.
No fue sino esa responsabilidad la que tras el largo destierro lo
devolvió a su país para emprender como abogado del foro el reclamo tenaz de verdad y
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justicia por las atrocidades de la feroz dictadura pinochetista, y así procurar impedir que
la muerte y el atropello nunca más volvieran a su tierra. Aunque, sabedor de que para ello
un Estado de derecho necesita del mayor fortalecimiento a través de la gestión militante,
como buen tributario de las lecciones de Goethe –para quien “pensar es fácil, actuar es
difícil, y actuar siguiendo el pensamiento propio es lo más difícil del mundo”— se
comprometió para resultar electo tres veces diputado por el Partido Socialista y
distinguido en marzo pasado como presidente de la Cámara de Diputados. Desde allí
rechazó el embate de la siempre autista derecha securitaria y se empeñó en estimular
toda reforma constitucional de la legislación para recuperar en clave contemporánea los
dictados del Código Penal tipo en Latinoamérica.
Desde luego que para quien tanto pensó e hizo pensar y actuó e
hizo actuar, sus ideas y obra trascienden los límites de lo que se empeña –fatalmente, sin
éxito– en no ser una sentida necrológica. Hace escasas horas Juan falleció en su Santiago
de Chile natal, y no exagero si afirmo que todos cuantos lo admiramos, dondequiera que
hayamos estado, nos detuvimos a mirar al cielo para ver llover peces y evocar la memoria
de su sereno y luminoso progresismo.
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Su llegada a Barcelona Por Mercedes García Arán
Catedrática de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Barcelona
Juan Bustos Ramirez, Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Chile y Doctor por las Universidades Complutense de Madrid y Bonn, llegó a Barcelona en plena transición española a la democracia. El recuerdo de una recientísima dictadura todavía no definitivamente superada hacía aflorar un sentimiento de
solidaridad hacia quienes, a la sazón, eran víctimas de las dictaduras del cono sur latinoamericano y buscaban refugio en España, al igual que muchos españoles habían hecho antes viajando a Latinoamérica. Venía de Alemania, donde la ayuda de Arthur Kaufmann le había permitido esquivar la represión de la dictadura chilena primero y la argentina después. En la Universidad de Barcelona contó con el apoyo inicial de Juan Córdoba Roda, integrándose en el grupo de profesores adscrito a su Cátedra de Derecho Penal, e inmediatamente contó con el apoyo y la amistad del resto de profesores.
Pero no hubo sólo solidaridad de españoles recién salidos de una dictadura, porque Juan Bustos no se limitó a esperar una ayuda, en todo caso, justa, sino que ganó a pulso el lugar que ocuparía en la Universidad española. Y los penalistas españoles salimos ganando con su magisterio.
Al llegar él, yo iniciaba mi carrera académica asistiendo a cursos de doctorado y seminarios para profesores. Cuando la mayoría de nosotros no le conocíamos aún, apareció un día en uno de esos seminarios, junto a Hernán Hormazábal, otro amigo penalista chileno, -hoy Catedrático de Derecho penal en la Universidad de Girona- y se sentó entre los bisoños ayudantes o aspirantes a serlo. Sin ningún afán de protagonismo, sino, más bien, con cierta voluntad de pasar desapercibido para disimular la patente desproporción de su presencia, injustamente igualadora, entre meros aspirantes a penalistas. Al finalizar la sesión, alguien nos los presentó y supimos que, entre quienes iniciábamos la tesis doctoral se había sentado, ni más ni menos que un discípulo directo de Welzel, con sobrado prestigio en Europa y Latinoamérica.
Ése fue uno de los rasgos de la actitud de Juan
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Bustos en su etapa en España, hasta que, iniciada la transición chilena, regresó a su país de origen. Sus méritos previos le avalaban para ocupar cualquier puesto, pero su discreción y su espíritu de lucha hicieron que no diera por previamente ganada ninguna etapa y preparara con dedicación y entusiasmo los sucesivos concursos que le llevaron a las Cátedras de La Laguna, Lleida y, finalmente la Universidad Autónoma de Barcelona, donde tuve la satisfacción de coincidir nuevamente con él, gracias también a su decidido apoyo.
Entre nuestro primer encuentro y nuestra etapa común en la Autónoma de Barcelona, muchas horas compartidas en comidas y cenas lúdicas con los compañeros, pero también en la charla política y el debate penal, que hicieron confluir nuestras inquietudes críticas y transformadoras de la realidad. La transformación, parece que deberá esperar, pero la amistad, el recuerdo y el agradecimiento hacia su persona ya están aquí y se quedan para siempre.
Mercedes García Arán
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JUAN BUSTOS EN LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA
Por Gonzalo Quintero Olivares
Catedrático de Derecho Penal
Corría el año 1976 cuando Juan Bustos llegó a
Barcelona, dando así comienzo a la etapa española de su vida,
que sería la última de la terrible peripecia que comenzó para él
con el golpe de Estado que aniquiló la democracia en Chile y
concluyó cuando pudo regresar definitivamente a su amada
tierra. Al conocerlo era tanta la alegría vital que desprendía su
persona que costaba imaginar la enormidad del sufrimiento
que había padecido. Sorprendía también la disposición de ánimo con la que un hombre de su talla
emprendía una nueva aventura académica, con la entrega propia de un voluntarioso joven
aspirante al profesorado, cuando él era desde mucho tiempo un gran profesor que gozaba de un
justo y merecido reconocimiento en Chile, en toda Latinoamérica y en Europa.
La Universidad española de aquel tiempo vivía una fiebre renovadora que se
plasmaba en la lógica aspiración de que la transición política también alcanzara al Alma Mater, y
Juan Bustos tuvo que adaptarse, y muy bien que lo hizo, a una situación universitaria muy
complicada en todos los órdenes. Así y todo, la Universidad de Barcelona pudo proporcionarle un
contrato de docencia que le permitió incorporarse, contrato que, si bien estaba muy por debajo
de lo que él merecía, era mucho más de lo que ninguna otra Universidad española le había
ofrecido.
Ya como un compañero más, y con enorme generosidad científica ayudaba y
regalaba conocimientos a todos cuantos le pedían ayuda, opinión o consejo. Era prodigioso su
dominio del pensamiento alemán desde Binding a nuestros días, a la vez que, fiel a su condición
de discípulo de Welzel, desarrollaba una permanente adaptación de la ideología finalista a los
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nuevos problemas de la aplicación de la ley penal. Sin dificultad entró en el ámbito polémico de la
ciencia penal española de aquel tiempo, pese a las comprensibles diferencias que tenía que
haber, demostrando así que el pensamiento jurídico profundo, como el lenguaje musical, se
integra en un todo que está por encima de los concretos sistemas legales.
A la vez que multiplicaba sus contribuciones a todas las actividades académicas,
de docencia, de investigación, de organización de eventos, su presencia en Barcelona propició que
los mejores intelectuales latinoamericanos que estaban en Europa, la mayoría por motivos
análogos a los de Juan, acudieran a Barcelona y a la Facultad, gracias a lo cual disfrutamos de las
visitas, por ejemplo, de Julio Maier, Ernesto Garzón Valdés, Raúl Zaffaroni, y tantos otros. Y todo
aquello era compatible con el interés prioritario que Juan Bustos tenía por los problemas de su
país y por la unión y cooperación entre todo el exilio chileno, para poder mantener tanta actividad
política como les permitiera la gran distancia y las dificultades de toda índole en que todos ellos
sobrevivían. En ese marco se inscribió, por ejemplo, el Congreso Universitario de Intelectuales y
Artistas Latinoamericanos en el exilio, que en verdad eran legión, organizado por la Universidad
de Barcelona gracias a la generosidad intelectual del Rector Badía y su equipo, que allegaron
alojamientos y algunos fondos. Aquel encuentro hubiera sido inviable con nuestra sola voluntad, y
solo fue posible gracias al dinamismo de Juan Bustos, que puso en marcha todos sus recursos para
reunir a gente dispersa por toda Europa e incluso por otros lugares de América Latina o Estados
Unidos. Pero no todo eran actos tan hermosos y cultos, sino que Juan se implicó en otras
demostraciones de denuncia de la tiranía mucho más duras, como por ejemplo la huelga de
hambre que un buen número de chilenos protagonizaron en la Iglesia de Santa Cecilia de
Barcelona.
Un honor y placer habría de alcanzarme. A principios del año 1984, el Instituto
de Cooperación Iberoamericana organizó una serie de conferencias en Chile y en Argentina, que
nos fueron encomendadas a Enrique Gimbernat, Francisco Muñoz Conde, Juan Bustos y a mí.
Desconozco los detalles de la historia, pero el caso es que se le concedió a Juan, a la sazón
privado de su pasaporte chileno, un permiso temporal para entrar por unos días en su país.
Gracias a ello tuve la suerte de estar con él aquel día en que regresaba a Chile por vez primera
desde su forzado exilio: la alegría de pisar de nuevo las calles de Santiago le afloraba por los
poros, y recuerdo cómo tantas y tantas persona se acercaban a saludarle emocionados. Tuvo que
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regresar a España, claro está, pero quiero pensar que, aun con la tristeza con que embarcó el día
de nuestra partida, lo hizo con la seguridad de que ya estaba cerca el retorno definitivo.
A pesar de la arbitrariedad y el amiguismo, males endémicos de la Universidad
española, como era de justicia, pues otra cosa habría sido motivo colectivo de vergüenza, Juan
concursó a Cátedra de derecho penal y obtuvo la de la Universidad de La Laguna, desde donde
volvería a Barcelona, a la Universidad Autónoma. Allí dejaría amigos y discípulos, antes de
emprender el regreso a su amado país, donde a buen seguro habrán de notar su irremplazable
falta, pues hombres de ese fuste científico, político y humano solo nacen de tarde en tarde. Los
que seguimos en pié tenemos solo el consuelo de haber tenido la posibilidad de conocerlo y ser
amigos suyos.
Que descanse en paz, y ojalá que muchos le quieran imitar.
Gonzalo Quintero Olivares
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PESAR POR LA PARTIDA DE JUAN BUSTOS
Por Jul io B. J . Maier
Catedrático Derecho Penal y Procesal Penal, Universidad de Buenos Aires
El 7 de agosto falleció en Santiago de Chile Juan Bustos Ramírez, chileno
hasta los tuétanos y latinoamericano por convicción, presidente de la Cámara de
Diputados de su país, notable jurista latinoamericano, defensor de los derechos humanos
tanto en la teoría como en la práctica. En este último sentido, representó a la familia del
asesinado canciller chileno Orlando Letelier y logró la condena de los jefes de la DINA
(servicio secreto chileno en la época pinochetista), generales Contreras y Espinoza, a la
familia de Jaime Aldoney, dirigente desaparecido de la Unión Popular, y a su partido, el
socialismo, en conjunto con familiares de detenidos y desaparecidos en el proceso contra
el dictador Augusto Pinochet.
Su vida política estuvo firmemente unida al Partido Socialista y,
precisamente, a la defensa de los derechos humanos. Recuerdo que, aun remando en
contra de la marea política de la época, que por oportunismo toleraba reglas
antidemocráticas en la Constitución chilena dejada como legado al alma por el dictador al
deponer su cargo (senaduría ad vitam), él encabezó
la resistencia a reconocer esas reglas.
Visitó Buenos Aires muchísimas
veces, incluso por razones de familia. Pero su
vínculo vigoroso con la Argentina y con Buenos
Aires, quizás su segunda patria chica, se cimentó en
la década del ’70, cuando se exilió aquí, donde fue
apresado, encarcelado y separado de su familia,
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condición en la que permaneció cerca del año hasta que un movimiento internacional de
juristas lo rescató y pudo viajar a la República Federal de Alemania, a su capital de
entonces, Bonn, cuya universidad lo tuvo entre sus miembros. De esa época proviene la
mayoría de los recuerdos y anécdotas argentinos sobre Juan, que seguramente
repasaremos con otros amigos una y otra vez en el futuro, para recordarlo.
También estoy seguro de que sus amigos argentinos llorarán hoy y
extrañarán mañana al Mapuche, como aquí lo apodamos cariñosamente. A su familia, a
Claudia y a sus hijos, y a todos los amigos chilenos, nuestro pésame y nuestra compañía
en su dolor. A ellos les decimos que creemos, con el poeta español, que, más tarde o más
temprano, nos traerá harto consuelo su memoria.
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Comunicado del Departamento de Ciencias Penales de la Universidad de Chile.
El cuerpo académico y funcionario del Departamento de Ciencias Penales manifiesta su
más profundo pésame por el lamentable deceso de nuestro destacado académico, Prof.
Dr. Juan Bustos Ramírez.
Juan Bustos estudió en estas aulas, comenzando en ellas su vocación por la justicia y la
defensa por los derechos humanos, aulas que mas tarde lo recibirían como profesor
titular, tras su paso por España, donde llegó a ser catedrático y vicedecano de la Facultad
de Derecho y Director del Departamento de Ciencias Políticas y Derecho Penal en la
Universidad Autónoma de Barcelona. Fue miembro e investigador del Instituto de
Ciencias Penales y de la Comisión Código Penal Tipo para Latinoamérica.
Dentro de sus numerosas publicaciones se cuentan no solo su Manual de Derecho Penal
Español (Ed. Ariel, 1984) y Lecciones de Derecho Penal (Edit. Trotta, 1997), textos de
lectura obligatoria para nuestros alumnos, sino también obras tales como Control Social y
Sistema Penal. (Edit. PPU, Barcelona, 1987) y decenas de artículos tales como “El delito
de práctica ilegal de detención por parte del funcionario público" (Cuadernos de Política
Criminal nº19, 1983), "Estado y control: la ideología del control y el control de la
ideología" en El Pensamiento criminológico. T. I. Dir. R. Bergalli y Juan Bustos. (Edit
Península, Barcelona, 1983), “Las funciones de la policía y la libertad y la seguridad de
los ciudadanos” (Rev. Nuevo Foro Penal, nº32, Ed. Temis, Bogotá, 1986), “Los delitos de
peligro”; “Los bienes jurídicos colectivos”, "Estado de derecho y Justicia criminal en Chile
(1973-1979)” (Todos en Control Social y Sistema Penal)
Su concepción del delito como un conflicto social y un conflicto entre personas, mas que
una mera infracción normativa, lo llevaron a proponer una teoría penal alternativa a las
tradicionales, a su juicio, mas acorde con un Estado democrático, en las que abarca tres
grandes áreas: la teoría del delito o del injusto penal, la teoría del sujeto responsable y la
teoría de la reacción social (o determinación de la pena), todas ellas inspiradas en los
principios garantistas.
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Su afán por encontrar los mecanismos que contribuyeran a una solución para problemas
sociales y en particular en el área criminal, lo llevaron a asumir como diputado de la
República y mas tarde como Presidente de la Cámara de Diputados. Pero a pesar de su
intensa actividad política, nunca dejó de concurrir a ésta, su casa, para continuar
formando a sus alumnos.
Nuestro Departamento pierde no solo a un gran penalista, de reconocida trayectoria y
prestigio en el extranjero, sino también a un entrañable colega y destacado profesor.
En fin, esta unidad académica debe continuar y para ello es esencial el recuerdo de sus
maestros ilustres. Por ello pensamos en estos momentos que el profesor Bustos tendrá la
satisfacción de encontrarse en otro tiempo y espacio con sus ilustres maestros y amigos
penalistas, tan ilustres como el prof. Welzel, y tendrá la oportunidad de hacerles saber
que todos nosotros nos inspiramos en ellos, tratando de dar acogida a sus sabidurías.
Profesor Bustos, nos despedimos como comunidad universitaria garantizándole que sus
enseñanzas estarán siempre presentes entre nosotros y serán transmitidas a las distintas
generaciones de alumnos.
Departamento de Ciencias Penales
Agosto 7 de 2008
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Por L U I S A R R O Y O Z A P A T E R O
Catedrático de Derecho Penal, Universidad de Castilla – La Mancha
Fue en las escaleras del aparcamiento del edificio de
la Universidad de Colonia donde se alojaba el
Kriminalwischenschatliches Institut y la Kriminologische Forschungsstelle que dirigían Hans
Joachim Hirsch y Hilde Kaufmann. Los nombrecitos de edificios y profesores los
pronunciamos hoy de corrido, pero en aquel tiempo, primavera de 1976 yo era un pipiolo de
pueblo, recién llegado de la vieja y austera ciudad universitaria de Valladolid, triste de
franquismo. De pueblo y con el alemán en primera fase de aprendizaje. Era mi augur Juan
Carlos Gardella, filósofo del derecho de Rosario, exiliado de Argentina y de su mujer, acogido
por Ulrich Klug y apadrinado por Hirsch. Su carácter tímido y austero, así como su hombría de
bien, dificultaba al maestro alemán el comprender el peligro que Gardella pudiera comportar
para los dictadores de su patria, hasta el punto de llegar a pensar que Gardella era a ocultas
obispo de alguna confesión religiosa protestante, por supuesto. Con su discreta prudencia
me ilustró acerca de un grupo de argentinos exiliados que vivían en Bonn, lo que para él
resultaba bien lógico, pues en su opinión como rosarino los de Buenos Aires deben exiliarse
sólo en las capitales de las naciones de acogida. En aquel entonces no sabía yo quien era
Armin Kaufmann, ni que la encantadora Hilde Kaufmann había tomado el apellido del
primero, pues en Alemania el nombre del marido es yugo del que no libra ni el divorcio que,
además, para las mujeres científicas llega siempre demasiado tarde. Sólo comenzaba
entonces a captar que entre Hirsch y Welzel había algo más que una mosca, bichito que
había atizado el fuego del debate sobre la teoría de los elementos negativos del tipo. Que a
nadie este asunto le resulte baladí, pues para lo que vale realmente la dogmática alemana, lo
que la legitima plenamente y lo que la hace insustituible, es porque distingue mejor que
nadie entre exculpación y justificación. Un asunto que Juan Bustos conocía ya al dedillo, tras
haber hecho su segundo doctorado con el maestro de Bonn.
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Y así, en el aparcamiento, y no en el seminario, es donde recuerdo al grupo
que llegó de Bonn a Colonia para acudir a la cita académica con Hilde Kaufmann: Julio Maier,
Leopoldo Schiffrin, Enrique Bacigalupo y Juan Bustos, éste recién traído por los pelos desde la
cárcel argentina de Resistencia por los Kaufmann y la Fundación Alexander von Humboldt, lo
mismo que ocurriría con Roberto Bergalli unos meses después.
Por mi maestro Marino Barbero sabía del numeroso elenco de penalistas
españoles exiliados a consecuencia del franquismo, presididos por su principal Don Luis
Jiménez de Asúa. O sea, que al conocer aquellos ilustres penalistas latinoamericanos que se
encontraban expulsados de su Patria en el principio de su madurez, comencé a sospechar
que ser penalista no es una buena opción para una vida tranquila.
A todos los capté en ese primer encuentro tal y como se comportaron
siempre después. Todos muy inteligentes y sabidos y, además, Julio Maier me pareció
buenísima persona, Leopoldo Schiffrin muy bueno pero muy raro –en realidad la Inquisición
lo hubiera dejado fritito-, Enrique Bacigalupo, frío y calculador, como buen practicante del
esgrima. De Juan Bustos sobre todo recuerdo su mirada tímida y penetrante a la vez, su
media y tierna sonrisa y con una apariencia juvenil que le ha acompañado siempre. El que
Juan hubiera sido colaborador de Allende le convertía en icono de toda una generación que
nació a la política con las ideas que aquel representó: socialismo y democracia o, dicho con
los términos de la Constitución de Cádiz, libertad y progreso.
En el seminario de Colonia fue el último en hablar. Por vez primera oía el
tono de un chileno. Incurrí en el error que cometí con el primero que conocí de la Córdoba
argentina, o sea, que no era un defecto individual. No menos se impresionó conmigo Julio
Maier, quien decía que yo hablaba castellano como en los libros clásicos. No era para menos,
se trataba de un chico de Valladolid de la última generación que se formó en el hablar sin
televisión en casa. Un chico de provincias tan
poco viajado que estrenaba pasaporte, pues
me privaron de él desde que tuve sentido
común, y el que tenía en ese momento me lo
había dado el Tribunal de Orden Público sólo
tras recibir la beca del DAAD, con los oficios
cómplices de la condesa de Herberstein de la
embajada alemana en Madrid, con la pérfida
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condición de retornar a la Villa cuando se realizara el juicio que me perseguía desde hacía un
par de años. Total, que con aquellos personajes que tanto derecho penal llevaban encima de
sus lomos como dentro de sus cabezas, me sentía yo –un puñetero becario- con todas las
cartas echadas para ser de mayor un digno penalista.
Recuerdos y emociones que me han venido a la cabeza al rememorar al
compañero ejemplar. En Castilla se dice que al que vive sin afán se lo lleva la niebla. No será
el caso de Juan. El afán lo puso en todo: en hacer sus hijos tan numerosos que ronda lo
inconstitucional, pero inspirado no en mandatos vaticanos sino, como diría Cervantes, por el
regusto de hacerlos; en el cuidado por sus hijos académicos en ambas orillas del Atlántico y
en defender a América Latina y la causa del progreso. A un tal afán no hay niebla que se lleve
ni su mirada tímida y penetrante, ni el contorno de su rostro teñido de su media y tierna
sonrisa cómplice con las obras que son amores. No hay niebla que se lleve a Juan.
L U I S A R R O Y O Z A P A T E R O
Presidente de la Société Internationale de Défense Sociale
Ciudad Real, 9 de Agosto de 2008.
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Imagen de Juan Bustos
Quienes me han precedido en esta sentida
evocación del inolvidable Juan Bustos han vertido en
palabras casi todo lo descriptible de su polifacética
personalidad. Ni siquiera faltó la bella anécdota reproducida por Eduardo, mi entrañable,
fraterno amigo oriental. Me limito, pues, a dejar testimonio de uno de los tantos encuentros
imborrables con nuestro digno homenajeado, el de unas vibrantes jornadas compartidas
codo a codo con él, en la tierra que ahora velará su reposo.
Ocurrió tres lustros atrás, en ese Santiago de cerro y alamedas cuyas calles
volvimos a pisar, haciendo realidad el vaticinio de Pablito Milanés. Allí tuve la honra y el
placer de dirigirme, junto a Juan, a un maravilloso auditorio colmado de docentes y de
estudiantes entusiastas y jubilosos, y de desgranar, palabra por palabra, todo cuanto
pudiéramos aportar para conciliar dos términos que, al menos en nuestras realidades,
suenan antitéticos, y que componían el título de dicho acontecimiento académico: Derecho
Penal y Derechos Humanos.
Eran los tiempos en que Chile pugnaba por dejar atrás la noche, dificultado en
tal designio por la sombra ominosa del dictador, que reaseguraba su impunidad tras la figura
esperpéntica de senador vitalicio; y en la riqueza de los diálogos que siguieron a nuestras
intervenciones la figura de Juan creció y creció, lúcida y radiante, como la de un enorme
sembrador que, tras su dura faena, curtido en cuerpo y espíritu por los rigores padecidos,
viera germinar al fin, en la juventud de su patria, el árbol nuevo de la justicia y de la libertad.
En esta hora de dolor para todos nosotros he querido allegar esa imagen, tan
comprensiblemente enlazada con todo cuanto aquí se ha dicho. De la proyección de
ejemplos como el que nos deja Juan Bustos Ramírez se nutre la esperanza de este querido y
maltratado continente.
L U I S F E R N A N D O N I Ñ O
Catedrático Derecho Penal – Universidad de Buenos Aires.
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Se van los grandes
Por Carmen Antony
A la partida de Alessandro Baratta, Alvaro Bunster, Eduardo
Novoa, los Grandes del Derecho Penal y de la Criminología
actuales, se suma ahora, en forma prematura , el Profesor y
amigo ,Juan Bustos Ramírez.
Los grandes méritos de Juan Bustos no se limitaron a su
extensa obra como académico, investigador y prolífico autor
de imprescindibles tratados y artículos sobre el Derecho Penal, la Criminología y la Filosofía del
Derecho. Yo diría que estuvieron más en su consecuencia política, en su defensa de los Derechos
Humanos, en su maravillosa calidad humana que lo hizo acreedor a múltiples reconocimientos
de la comunidad política, y universitaria de todas las Universidades donde impartió sus
conocimientos.
Seguramente muchos de Uds. lo conocieron por su Tratados y artículos de consulta
indispensable de los estudiosos de estas ciencias. Obras como sus Tratados de Derecho Penal
General y Parte Especial , su Introducción al Derecho Penal, sus monografías sobre Delitos contra
la vida y salud, sobre el Delito Culposo, sobre Derecho Penal Español, y tantas otras obras
publicadas en Europa y Chile que siguen vigentes y son de examen obligatorio.
Otros-as, como quien suscribe , compartieron y bebieron de sus talentosas fuentes en
Seminarios, Encuentros , Conferencias de Criminología en Latinoamérica y en las discusiones
académicas en su casa de Chile, donde se juntaban profesores y alumnos en fraternal
convivencia, porque así era Juan, acogedor, humilde y sabio.
Otros-as más afortunados fueron alumnos-as de sus cátedras de Derecho Penal en
Universidades Españolas , Alemanas y Chilenas donde vertió sus conocimientos adquiridos
primeramente en becas de la Fundación Alexander Humboldt, y en su doctorado en Derecho
Penal Comparado en la Universidad de Bonn.
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Mas allá de estos méritos académicos- que bastarían pos si solos-permítaseme detenerme con
este modesto recuerdo de su vida y obra, en su trayectoria política como gran activista de los
Derechos Humanos.
Juan Bustos militó desde los 20 años en el Partido Socialista Chileno dentro del cual tuvo una
proyección política de gran trascendencia .Su activa participación política le valió dejar su país y
asilarse en Buenos Aires donde fue detenido por la policía argentina dentro de la llamada
Operación Cóndor. La intervención de sus colegas argentinos y del profesor Armin Kaufman le
permiten viajar a Alemania donde imparte clases de Derecho Penal Comparado. Fija su
residencia en España durante los años de la dictadura de Augusto Pinochet , sin poder regresar a
su Patria.
A su retorno a Chile continúa su activa militancia fungiendo como abogado de célebres casos
como el de asesinato de Orlando Letelier en Wáshington quien fue ejecutado por la policía
secreta chilena. Recupera además su cátedra de Derecho Penal en la Universidad de Chile donde
da clases hasta su muerte.
Retoma su trayectoria política postulando a una diputación y es elegido por dos periodos
consecutivos participando en múltiples actividades para consolidar la nueva democracia chilena.
Desde su curul como diputado participa en la Comisión de Paz y Justicia de ese hemiciclo y
propone innumerables leyes de honda trayectoria social que sería largo enumerar. Su muerte lo
sorprende como Presidente de la Cámara de Diputados y como tal es acreedor de públicos
homenajes.
Grande entre los Grandes Juan Bustos será recordado por su extensa obra y por su consecuencia
política que generosamente compartió con todas las personas que tuvimos el privilegio de
conocerlo y llamarlo nuestro amigo.
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