II CONGRESO DE ESTUDIOS POSCOLONIALES. III JORNADAS DE ... · espacios y formas sociales que no han...
Transcript of II CONGRESO DE ESTUDIOS POSCOLONIALES. III JORNADAS DE ... · espacios y formas sociales que no han...
II CONGRESO DE ESTUDIOS POSCOLONIALES. III JORNADAS DE FEMINISMO
POSCOLONIAL
“Genealogías críticas de la Colonialidad”
Mesa 2. Epistemologías coloniales/des/poscoloniales. Coordinan: Eduardo Restrepo y Silvia Hirsch.
Asistentes de coordinación: Claudia Bermudez
Título: LATINOAMÉRICA: DIÁLOGOS A TRAVÉS DE LO LOCAL. DESMONTANDO EL
DISCURSO COLONIAL.
Lic. Ana Britos Castro
Doctoranda en Filosofía FFyH-CFFyH-UNC/CONICET
Introducción
¿Cómo reflexionamos sobre los márgenes de autodeterminación en nuestro pensamiento? Intentar dar
una respuesta a esta pregunta presupone un recorrido audaz que no olvide ciertos legados que nos
configuran como sujetos políticos, actores de nuestro presente.
En este trabajo intentaré seguir el análisis del filósofo político Luis Tapia a parir de ciertos
elementos que me permiten preguntar por las posibilidades de un pensamiento propio. No alcanzan las
teorías, las filosofías o las ideologías intelectuales, la tarea tiene que ver con la articulación con otros
aspectos de la vida social y en particular con la dimensión política. Un conocer siempre es en relación.
En esta dirección un legado fundamental a desmontar es el proceso moderno, occidental y su
intrínseca relación, desde el comienzo, al proceso político-colonial. Lo atrapante del vínculo
modernidad política-colonial en la clave de la construcción de un pensamiento otro está en reconfigurar
al proceso moderno en sus pasados y presentes regionales y locales. Para ello es necesario romper con
los esencialismos, los estatismos, los universalismos, que hicieron y hacen de los discursos y de las
prácticas de los sujetos del Sur meros reproductores, lejos de ser historizados y contextualizados en sus
diferencias. En este sentido, pensar epistemológicamente es pensar en los fundamentos ulteriores que
organizan, disponen un tipo de saber/poder y sus excedentes.
El presente trabajo pretende centrarse en los cruces, tensiones e intersticios que se configuran a
partir de dichos procesos en clave crítica a esta modernidad política-colonial. En otras palabras, la trama
moderno/colonial es una forma de producir una relación social la cual debemos re-pensar teniendo
presente nuestras condiciones de posibilidad en tanto sujetos políticos articuladores de territorios
múltiples, pensadores del Sur; y de sus democracias atravesadas por la lucha y la resistencia como
modos de emancipación política.
La perspectiva filosófico-política de Luis Tapia me brinda herramientas para trabajar estas
tensiones epistémicas, aún hoy, legitimadas por el discurso colonial, lo que muchos intelectuales han
denominado colonialismo interno.
En uno de sus últimos libros De la forma primordial a América Latina como horizonte
epistemológico (2013), el autor toma nuevamente ciertas categorías del pensamiento de René Zavaleta
Mercado en relación al estudio y a la explicación de la situación de una sociedad en el mundo. La
consideración de las múltiples influencias que ésta recibe y padece debe hacerse teniendo en cuenta cual
sea su composición interna. En palabras de Tapia una sociedad está configurada como un conjunto de
relaciones que se dan entre: los procesos que organizan la producción económica, la reproducción social
y la cultura; y los procesos de gobierno político y de organización política que modernamente adquieren
la forma de Estado.
En el pensamiento de Zavaleta la articulación de la composición interna de una sociedad es la
forma primordial (Zavaleta Mercado, 1982). Esta noción desde Tapia apunta a la reflexión sobre una
prioridad histórica y epistemológica. Dar cuenta de la forma primordial es explicar el modo o los modos
en que cada sociedad articula la relación Estado/sociedad civil. Esto trae aparejado la problemática,
producto de esta relación binaria y reduccionista, de cómo articular otros modos de lo político-social,
otras realidades locales.
Cómo se articulan Estado/sociedad civil requiere, en todos los casos, de un análisis histórico,
investigar qué formas de organización, qué proyectos, qué creencias, qué grado de heterogeneidad y
diferencia se producen de las diversas formas de la vida no estatal.1
Sin embargo es preciso no perder de
vista que en la operación de articulación Estado/sociedad civil es necesario y conveniente revisar cómo
el Estado ha logrado adecuarse o corresponder a los avances, cambios y proyecciones de su sociedad
civil y cómo, indudablemente, ha intervenido en ella para producir dominación y disciplinamiento.
Desde esta perspectiva desmontar el discurso colonial tiene que ver con dicha binariedad,
producto de la modernidad, en donde se ve complejizada la posibilidad de una articulación aún mayor
que pueda contemplar la diversidad cultural.
La forma Estado/sociedad civil puede pensarse sobre todos los procesos de democratización en
el seno de los Estados modernos, sin embargo en la línea propuesta a través de la ampliación de la
categoría de forma primordial se piensa un horizonte de democratización diferente entre diversos
pueblos y culturas. Esto es posible porque en el seno del mismo concepto de forma primordial, está
contenida la idea de dar cuenta de los modos históricos y epistémicos de formación local del poder.
“La forma primordial es un modo de nombrar, de manera sintética, el esquema
analítico que está presente en una buena parte de la historia del pensamiento político
moderno, es decir, la distinción entre estado y sociedad civil; que ha sufrido varias
transformaciones, pero mantiene una fuerte vigencia retomando el sentido dado sobre todo
por Hegel, Marx y Gramsci.” (Tapia, 2009: 35)2
.
La modernidad es el momento político por excelencia en el cual se piensan estos otros modos de
relaciones. Por ello es necesario no perder de vista que el tipo de configuración estructural de las
sociedades han pasado y aún lo hacen, por la colonización y la dominación imperialista de Occidente.
Tapia propone en ambos libros que intento poner en dialogo, Pensando la democracia
geopolíticamente (2009) y De la forma primordial a América Latina como horizonte epistemológico
(2013), una ampliación y desarrollo del esquema que ha sido propuesto para pensar la dimensión
moderna de la diferenciación entre Estado/sociedad.
1
Siguiendo a Antonio Gramsci es el conflicto que se presenta entre sociedad civil y sociedad política. 2
En esta cita
Tapia hace referencia a los trabajos de Hegel, W. (1975), Filosofía del derecho, UNAM, México; Marx, K. El
manifiesto comunista; Gramsci, A. (1975), Cuadernos de la cárcel, Juan Pablos, México.
3
Consider
a que esta
operación
de
diferenci
ación
moderna
colonial
puede ser
útil para
pensar la
articulaci
ón entre
las
relacione
s
construid
as en la
binarieda
d
Estado/so
ciedad
civil y
otras
formas
sociales y
estructura
s de
autoridad
, de
autogobie
rno de
culturas
con
estructura
s
comunita
rias, pero
incluso
también
con el
conjunto
de
pueblos
que se
caracteriz
an por ser
civilizaci
ones
nómadas,
aún hoy.
Esta
ampliació
n
política-s
ocial está
sostenida,
desde mi
análisis,
sobre una
base de
prácticas
descoloni
zadoras
que
tienen
que ver
con
manifesta
ciones,
crisis,
luchas,
revueltas,
rebelione
s,
expresion
es de los
múltiples
sujetos
políticos
en los
espacios
públicos.
¿Cómo construir una sociedad heterogénea, entonces?
El autor sostiene que somos sociedades abiertas desde el principio por la violencia no por la
comunicación. A través de la colonización y de otras formas de dominación posteriores se nos han
impuesto otras culturas, otros modos de lo político y lo social, reorganizando buena parte de la sociedad
civil. La colonización como expresión más concreta de las formas modernas de dominación opacó y
opaca los modos diversos de conocer, las múltiples prácticas discursivas y el alcance y sentido de sus
significados. Sin embargo el juego de la modernidad ilustrada occidental colonialista al penetrar en
nuestras sociedades produce como resultado un tipo de heterogeneidad social y cultural, nada más ni
nada menos, que la condición sobre la que debemos repensar y reconfigurar.
Siguiendo a Tapia, dado que en buena medida somos sociedades abiertas por las formas de
dominación y no por la comunicación, se puede pensar también que ciertas formas de cierre local
pueden ser formas de articulación, de constitución local de autonomía y autodeterminación.
En palabras del autor
“La autodeterminación no viene de la pureza endógena de las ideas sino de la
articulación productiva y reflexiva o del ejercicio libre del lado o patrimonio
universalizable de toda producción intelectual y cultural” (Tapia, 2013: 25).
En este sentido, el cierre-estratégico local de la producción intelectual, que mencioné en el
párrafo anterior, no significa seleccionar y analizar aquello que es originario sino, muy por el contrario,
una síntesis local de los heterogéneos elementos del pensamiento que conforman un discurso social.
Lo local y lo multisocietal: herramientas para desmontar el colonialismo interno
Pensar lo local y aquí entramos en el segundo momento de este análisis, implica pensar qué
composición o articulación de reconocimiento, explicación, reflexividad, valoración y proyección de
estas heterogéneas realidades se produce como episteme. Lo interesante de poner a lo local a funcionar
como una categoría de producción de conocimiento es indagar respecto de cuál es la composición de
reconocimiento y proyección de las sujetividades sociales hoy.
Un claro ejemplo es la narración que hace el autor sobre algunos países latinoamericanos y cito
“…países como Bolivia, Guatemala y varios otros productos de la colonización contienen varios tipos
de matriz social, es decir varias culturas y pueblos; que no solo hablan diferentes lenguas, sino que son
sociedades diferentes o varias sociedades a la vez; que han mantenido sus estructuras no sólo
productivas sino también de reproducción social y, sobre todo, de autoridad y autogobierno a través de
tiempos coloniales y liberales. En esas condiciones ocurre que la distinción entre estado y sociedad civil
no puede contener todo; ya que allá donde han persistido una civilización de tipo agrario, culturas que
forman parte de una civilización agraria, no se ha experimentado internamente el proceso de separación
de lo político, lo económico y lo social. No han configurado internamente una distinción
estado-sociedad civil, en todo caso participan de esa distinción cuando se relacionan con el estado que
pretende ser nacional y, en algunos casos, se ha configurado como estado-nación, pero que en relación a
estos territorios permanece, todavía, como algo externo; Zavaleta diría aparente.” (Tapia, 2009: 36)
Para construir este aparato discursivo Tapia sigue tomando elementos tanto de Marx como de
Zavaleta Mercado, desde aquí puede sostener que en varios lugares de América Latina no sólo tenemos
una diversidad y coexistencia de varios modos de producción, sino que se configuran países
multisocietales; esto significa que no solo persisten diferentes estructuras económicas y reproductivas de
lo social, sino también diferentes tiempos históricos, diferentes concepciones del mundo. Esto conlleva
a la visibilidad de diversas estructuras de autoridad que no forman parte de una misma unidad política,
ni un conjunto de formas políticas de gobierno, esto es un nodo central para pensar la configuración de
lo político y sus actores. Es en este sentido que Tapia sugiere la primera ampliación de la noción de
forma primordial, que bien puede servir para pensar el conjunto de relaciones entre Estado y sociedad
civil, como ya he mencionado. Ahondando en el análisis, el punto clave es repensar a la modernidad
diferenciada internamente y el cómo se relaciona con el conjunto de estructuras comunitarias o de
espacios y formas sociales que no han experimentado la binariedad moderna pero aún así forman parte
del mismo territorio, del mismo país. La tensión está presente en el entramado configurado como
sociedad civil que se encuentra ligada a múltiples pasados coloniales y a sus modos de legitimarse. En
este sentido, el autor argumenta que se produce una superposición de una sociedad dominante sobre los
diversos grupos subalternizados desde el acontecimiento mismo de la conquista. Es a este proceso al
cual Tapia denomina multisocietal. De esta manera, los conjuntos de estructuras sociales diferenciadas
construyen la condición de posibilidad de lo multisocietal en nuestros países latinoamericanos y también
en lo que hoy llamamos Sur Global.
En esta operación epistémica de lo multisocietal emergen otros tipos de sujetos no modernos que
se movilizan contra los efectos expropiadores del territorio y destructores de la forma comunitaria.
Dichos sujetos también se expresan políticamente con la intensión de reformar las estructuras de la
sociedad dominante. Demandan mayor integración y reconocimiento al Estado propio del tiempo
moderno, el Estado-nación. Tapia sostiene que en Bolivia el movimiento dominante de la sociedad
resulta de una dinámica de “doble subordinación” (Tapia, 2008). Por un lado se subordina a pueblos y
culturas en el interior de su propio entramado político; y por el otro, se manifiesta una subordinación
histórica del país a poderes mundiales y regionales. En este sentido el movimiento de la sociedad
dominante se forma por esta compleja dinámica de relaciones interestatales e intersocietales recorriendo
las dimensiones de lo político-social en relación a ambos niveles: macro y micro político. Las relaciones
a nivel macro responden a la región y el mundo, mientras que las articulaciones a nivel micro resultan
de la dinámica interna de la sociedad. Lo complejo en este tipo de relaciones de doble subordinación es
que en el interior de las sociedades sigue funcionando un sistema de superposición de la dominación:
aquellos que son subordinados a nivel regional o mundial, a su vez, subordinan a otros pueblos y
culturas del mismo país.
Tapia sostiene que la tensión existente entre la heterogeneidad societal y la continuidad colonial
precisa de un proceso de descolonización para que las relaciones de poder políticas-sociales superen las
relaciones de explotación y discriminación entre los pueblos y culturas. Lo que el autor propone, desde
mi lectura, es dar una vuelta más sobre la construcción de los actores sociales. Si bien, estos sujetos
representan múltiples antagonismos que presionan las estructuras del actual modelo, las que incluso
pueden quebrarlo e imaginar alternativas, se encuentran permeados por constantes historicidades que
reafirman una estructura colonial.
Cito a Tapia “…Sin politización y autorrepresentación de la diversidad cultural interna no hay
posibilidad de avanzar en el conocimiento y reconocimiento, en el pensamiento reflexivo sobre nuestra
realidad…” (Tapia, 2013:31).
Entonces vale preguntar junto con el autor ¿Cómo producimos conocimiento local?
Existen por parte de los Estados y mercados, como formas recicladas y relanzadas del
capitalismo una tendencia fuerte a la creciente homogenización cultural. La organización de la
economía y la expansión del liberalismo al nivel de la ideología a producido la fusión que hoy
entendemos cómo globalización. La globalización está diseñada para ser la presencia o la simultaneidad
del modo en que los poderes económicos, políticos y culturales globales reducen y sistematizan los
fragmentos de las diversas culturas subalternas, sostiene el autor. Es por ello que, lo local implica un
proceso de autoconocimiento. Es decir, poder dar cuenta de los modos y prácticas epistémicas que nos
han constituido y nos constituyen como sujetos políticos.
Considero que, una alternativa para repensar al colonialismo interno es poder reconstruir
múltiples historias a través de métodos, conceptos, descripciones y narraciones locales. Es por ello que
precisamos que lo local sea un lugar, un momento de cambio, de novedad que articule sujetividades y
temporalidades multisocietales. En otras palabras, Tapia muestra como se vuelve necesario pensar
firmemente la dimensión productiva y creativa de lo social y en este sentido, de lo local. La forma del
autoconocimiento tiene que ver con novedades y cambios pero no de una sociedad global sostenida por
teorías también globales, sino de un modo de lo social que articula historicidades específicas que hacen
a una sociedad política.
La forma de autoconocimiento implica poder pensar desde dentro de estas historicidades
específicas. Esta construcción local de pensamiento reúne entonces procesos tanto epistemológicos,
como políticos y sociales. En el ejercicio de esta producción de conocimiento, lo local se configura
como una construcción de espacio y tiempo sobre el cual se reflexiona constantemente.
Es preciso retomar, en este momento, el concepto de forma primordial en tanto acumulación
especial de cada proceso histórico. Dice Tapia:
“…El análisis y la reconstrucción de la forma primordial se puede hacer en primera
instancia utilizando una de las estrategias teóricas generales existentes, que permite armar
la estructura explicativa de lo que estamos estudiando, pero a eso luego necesariamente
tenemos que articular un proceso de producción de más teoría, que es la que nos permitiría
dar cuenta de la especificidad y a la vez de la novedad que cada proceso histórico va
produciendo; ya que lo local no sólo implica lo diferente al resto de las sociedades, sino
también el cómo cada historia va difiriendo en relación a su tiempo anterior, a su pasado o
a la simple reproducción del orden social.” (Tapia, 2013: 47-48).
De esta manera, la producción del conocimiento local es una articulación entre teorías y
metodologías generales y, lógicas de espacio-tiempo, es decir, acumulación específica de cada
construcción histórica. Lo interesante de este proceso es que en la construcción del conocimiento local
se necesita de una reflexividad significativa: dar cuenta de lo específico y de lo nuevo que aparece
localmente y tener presente que sus márgenes epistémicos pueden ampliarse. En este sentido, pensar lo
local implica también pensar los límites de esta estrategia epistémica, “...es pensar más bien desde
adentro…” (Tapia, 2013: 50).
¿Cómo reflexionamos sobre los márgenes de autodeterminación en nuestro pensamiento? , este
fue el interrogante de apertura y movilizador de este trabajo. Dar cuenta de la construcción del
conocimiento local es un proceso de autoconocimiento, de autodeterminación.
Dicha forma de autoconocimiento como estrategia política y social posibilita, desde mi análisis,
un modo de desandar el discurso colonial, más precisamente el colonialismo interno. El colonialismo
interno opera en la relación entre sociedades y en el interior de ellas, produciendo asimétricas y
jerarquías de poder. Contiene discriminación y explotación a partir de prácticas racistas, desconociendo
a los distintos grupos multisocietales como parte de lo social.
En este marco de análisis cobra relevancia preguntar, como lo hace Tapia “… ¿Cuándo es que
América Latina tiene sentido, en particular para los sujetos subalternos y también para culturas
históricamente subalternas?...” (Tapia, 2013: 63).
Este escrito pretende abrir a una reflexión e investigación aún mayor pero quisiera remarcar que
una respuesta a esta problemática filosófica-política supone pensarnos construyendo formas de
autoconocimiento, supone una reflexividad de lo multisocietal en los procesos de generación de
conocimiento dentro del paradigma de la globalización. Afirmo entonces que Latinoamérica se
configura como un abanico de posibilidades y sujetividades que se inscriben en un espacio de
reestructuración crítica y creativa de lo político y de lo social.
Bibliografía
Britos Castro, A. (2013), Indagaciones en torno a las definiciones de sujetos políticos
latinoamericanos. Re-pensar lo subalterno, Trabajo Final de Licenciatura en Filosofía, Inédito, Escuela
de Filosofía, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba.
Gramsci, A. (1981). Cuadernos de la cárcel. Tomo II. Cuaderno 3 “Miscelánea”, parágrafo 14
“Historia de la clase dominante e historias de las clases subalternas”.
Biblioteca Era (versión pdf). México.
__________ (1981). Cuadernos de la cárcel. Tomo VI. Cuaderno 25 “Al margen de la historia.
(Historia de los grupos sociales subalternos)”, parágrafo 2 “Criterios metodológicos”. Biblioteca Era
(versión pdf). México.
___________ (1986). Cuadernos de la Cárcel: Notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre Estado
moderno. Juan Pablo. México.
___________ (1986). Cuadernos de la cárcel: el materialismo histórico y la filosofía de B. Croce. Juan
Pablos. México.
Laclau, E. (1996). Emancipación y diferencia. Ariel. Buenos Aires.
Laclau, E. Mouffe, C. (2010). Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la
democracia. FCE.
Tapia, L. (2008). Política Salvaje. Muela del Diablo Editores. La Paz. Bolivia.
______ (2009), Pensando la democracia geopolíticamente, Clacso, CIDES-UMSA, Muela del Diablo,
Comuna, La Paz.
______ (2012), “Los pueblos de las tierras bajas como minoría plural consistente” en
AAVV. La Victoria Indígena del TIPNIS, Autodeterminación, Bolivia.
______ (2013), De la forma primordial a América Latina como horizonte epistemológico,
CIDES-UMSA, Autodeterminación, Bolivia.
______ (2013), Lo político y lo democrático, Autodeterminación, Bolivia.
Zavaleta Mercado, R. (1982), “Problemas de la determinación dependiente y la forma primordial” en
América Latina: Desarrollo y perspectivas democráticas, FLACSO, Costa Rica __________________
(2008), Lo Nacional-Popular en Bolivia, Plural, La Paz, Bolivia.