Iglersia Viva, No. 264

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       VIVA

    Memoria y esperanza:50 años de pensamiento comprometido

    264

    revista de pensamiento cristiano

      IGLESIA

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    PRESENTACIÓN

    ESTUDIOS

     ANÁLISIS

    SOCIORRELIGIOSO

     Iglesia Viva cumple cincuenta años

    Hitos que marcan la historia deIglesia Viva y señalan su futuro Antonio Duato

    El papa Francisco abreitinerarios culturales para elcambio de época Joaquín García Roca

    La dilatada reflexión de Iglesia Viva sobre la comunidad eclesial,estrella para el futuro Joaquín Perea

    La teología de Iglesia Viva paraun tiempo nuevoBernardo Pérez Andreo

    El diálogo crítico de Iglesia Vivacon la sociedad políticaDemetrio Velasco

    El impacto del pacto de las

    catacumbas en la Iglesia de hoy Jon Sobrino

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    octubre-diciembre 2015

    Por qué no soy partidario deuna Cataluña independienteRamón Rosal

    Las reformas de FranciscoGiuseppe Ruggieri

    Como misioneros sin barco.Una mirada comunicativa alcompromiso sociopolítico Víctor M. Marí Sáez

    Católicos defienden ante elSínodo de Roma su vivenciadiferente de la sexualidadEnric Vilà Lanao

    El Havre José María Monzó

    La recuperaciónde la dimensión terrestredel misterio cristianoRafael Belda Dardiñá

     Del Vaticano II a la Iglesia del papa Francisco. Cincuenta añosde posconcilio

     Joaquín Perea [Roberto Casas]

    Por amor a la justicia. Dorothy Day y Simone Weil 

    Teresa Forcades [Neus Forcano]

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     ADEBATE

    SIGNOSDE LOS TIEMPOS

    PÁGINA ABIERTA

    LIBROS

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       VIVA

    revista de pensamiento cristiano

      IGLESIA

    Edita: ADG-N Publicaciones, SL.

      Directora editorial: María A. Catalán Martín

      Apartado 12.210

      46020 Valencia

      Tel. 963 622 532

      E-mail: [email protected]

     

    © Asociación IGLESIA VIVA 

    Redación: Apartado 12.210  46020 Valencia

      Tel. 963 622 532

      E-mail: [email protected]

    Impresión: Hathi Estudio Creativo, S.L.

      c/ Lauri Volpi, 71

      46100 BURJASSOT (Valencia)

      [email protected]

    Depósito legal: V 1.639-1973

    ISSN: 0210-1114

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     Iglesia Viva cumple cincuenta años

    E ste número conmemorativo del cincuentenario deIglesia Viva, podría haber sido el último, el broche deoro de toda una apasionante aventura. Hace dos años,

    la fragilidad económica e institucional de la revista, unida ala edad avanzada de quienes soportábamos la mayor parte

    del trabajo de redacción, hizo que nos planteáramos estafecha como un posible término de una historia, haciendouna cumplida memoria de ella. "Hay un tiempo señaladopara todo... tiempo de nacer y tiempo de morir",  nosrecuerda Cohélet.

    Sin embargo, frente a ese planteamiento que parecíarealista, surgió en el mismo seno del Consejo de Direcciónuna reacción opuesta, que al principio parecía tan utópicacomo el propósito anunciado por el nuevo papa Franciscode reformar la curia y la Iglesia, según el auténtico evangelio

    de Jesús y el Espíritu que había soplado en el Vaticano II.En estos dos últimos años se ha realizado un trabajo

    de renovación interna de la revista: personas más jóvenes,digitalización, presencia dinámica en Internet, nuevos esta-tutos de la Asociación. Esto ha permitido que hoy no pre-sentemos este número sobre los 50 años como una memo-ria final, sino como una llamada a la esperanza. Otra Iglesiaviva es posible. Sin dejar de hacer una memoria retrospec-tiva, todos los artículos de este número miran al futuro, auna nueva etapa, al cambio, a la esperanza.

    [264] 5 iviva.org

    PRESENTACIÓN

    IGLESIA VIVA Nº 264, octubre-diciembre 2015Memoria y esperanza:

    50 años de pensamiento comprometido© Asociación Iglesia Viva

    ISSN. 0210-1114

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    PRESENTACIÓN

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    Iglesia Viva cumple cincuenta años

    La revisión de todo lo publicado en Iglesia Viva a lo largo de

    estos 50 años no se hace con intención autorreferencial o apologéti-ca, pues no han faltado críticas a nuestra línea, sino como una invita-ción a los lectores para que ellos exploren mejor el gran legado quecontienen esos textos, que, por otra parte, están hoy fácilmenteaccesibles en nuestra página web.

    A partir de ese legado de fidelidad al espíritu del Vaticano II,en las duras y en las maduras, adquiere sentido la esperanzadoraconvocatoria a seguir el camino que ahora debemos emprender jun-tos: aplicar el mismo espíritu fundacional a los problemas y temas denuestro tiempo, profundizando muy reflexivamente en lo que, desde

    su alto magisterio, hace el papa Francisco. No queremos seguirloacríticamente, pero sintonizamos plenamente con él, lo mismo quesintonizamos entonces con el Concilio. Sucedió lo esperado, queacrecentó nuestra esperanza.

    Tras una breve evocación histórica a cómo fue el nacimiento dela revista Iglesia Viva y cómo trascurrieron sus diferentes etapas(Antonio DUATO), los siguientes E STUDIOS , todos escritos por miem-bros del Consejo de Dirección, afrontan ese legado y ese futuro dela revista desde cuatro diversas realidades de la sociedad y la Iglesia.

    Joaquín GARCÍA ROCA expone cómo ha ido evolucionando lacultura de nuestra sociedad en estos cincuenta años, cómo hemosido preocupándonos de estos cambios y, sobre todo, qué estrate-gias está mostrando Francisco para liderar una nueva cultura dediálogo, solidaridad concreta y paz en la nueva etapa global.

    De cómo durante cincuenta años nos ha preocupado encon-trar un modelo de organización de la Iglesia que corresponda a suser sacramento transparente de Dios Amor y Misericordia, hablaJoaquín PEREA, quien señala los puntos en que es imprescindibleuna reforma eclesial. Sobre esto mismo acaba el autor de publicar un

    libro en PPC que es recensionado en este mismo número.¿Cómo Iglesia Viva ha hecho teología en el pasado y cómodebe ser la teología cristiana del futuro, para que recupere credibili-dad e ilumine la verdadera fe? Responde el estudio de BernardoPÉREZ ANDREO que apunta hacia una teología de la ternura.

    Finalmente, Demetrio VELASCO ha hecho un largo recorridode cómo Iglesia Viva ha tomado en consideración críticamente lascambiantes circunstancias políticas, iluminando lo que ha de ser uncompromiso cristiano en la comunidad política que se inspire en lafe cristiana pero que deje libertad de opciones a los católicos.

    * * *

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    PRESENTACIÓN Iglesia Viva cumple cincuenta años

    [264] 7 iviva.org

    Jon SOBRINO aporta a este número una autorizada historia

    de cómo el Pacto de las catacumbas, firmado al concluir el Concilio,fructificó en Latinoamérica desde Medellín a Aparecida.El teólogo Giuseppe RUGGIERI nos ha enviado para este

    número un texto espléndido sobre las reformas de Francisco, des-tacando la importancia de lo que ya ha conseguido: volver a colo-car en el centro mismo de la Iglesia el evangelio de  Jesús. Y com-pletan la sección de S IGNOS  DE  LOS  T IEMPOS  Víctor M. MARÍ SÁEZ,recién consejero, que nos cuenta por qué le atrajo el nuevo proyec-to de Iglesia Viva; Enric VILÀ, que una vez más nos habla delesfuerzo de los LGTB católicos por conseguir un puesto en la

    Iglesia y José Mª MONZÓ, que en este año ha hecho pleno al ele-gir las películas que tan bien nos presenta, pues coinciden con lasmejores películas humanistas según el ránking de los expertos.

    Cumplimos en este número el compromiso adquirido en elanterior de continuar el A DEBATE sobre el proceso catalán, conuna aportación, muy diferente a la anterior, de un suscriptor y cola-borador catalán de la revista, Ramón ROSAL.

    Y, por fin, hay que destacar la P ÁGINA ABIERTA que esta vezhemos reservado para quien consideramos el verdadero artífice deesta manera de ser Iglesia Viva mantenida a lo largo de su historia,siempre fiel al Evangelio del Reino y siempre atenta a las voces delumbral y a los Signos de los tiempos: Rafael BELDA DARDIÑÁ. Aél y a todos los que nos han apoyado con artículos, suscripciones y donativos extra, dedicamos este número.

    * * *

    El color dorado viejo que domina en la portada de estenúmero no solo es una evocación a los 50 años – Bodas de oro–sino un recuerdo del diseño que Maximino Cerezo elaboró para elprimer número de la revista, cuando aún no era, el gran artista delcristianismo del pueblo que es hoy.

    Hoy también estamos trabajando en el diseño que tendrá larevista que emprenderá la nueva singladura a partir del próximonúmero. En la nueva página web www.iviva.org  pueden versealgunos elementos técnicos y de diseño con que pretendemosadentrarnos en nuevos nichos de lectores, sin abandonar a quienesprefieren el formato trimestral en papel. El próximo número lo estácoordinando Teresa Forcades sobre una Iglesia sin misoginia.Seguirán otros sobre la crisis ecológica, el clericalismo persisten-te

    , ylos problemas del islam

    . ¿Nos queréis acompañar?

    http://www.iviva.org/http://www.iviva.org/

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    INVITACIÓN A PARTICIPAREN EL PROYECTO IGLESIA VIVA 

    Como se dice en la presentación de este número, el éxito de lanueva etapa está en vuestras manos. Solo con una mayor implicaciónde los suscriptores y amigos de la revista el proyecto saldrá adelante.En el conjunto de este número se explica cuáles son sus objetivos:recoger el legado de los 50 años, para apoyar hoy las reformas queha reemprendido el papa Francisco y reavivar en la iglesia y la socie-dad lo mejor del espíritu del Evangelio de Jesús y del Vaticano II.

    Hace poco hacíamos una petición de ayuda urgente para salvarel ejercicio de 2015. Nos llegaron 7.300 € para tapar casi todo el

    agujero de la subvención ministerial denegada. Esto nos anima abuscar ahora una solución definitiva a la fragilidad económica, parapoder así emprender nuevas acciones que mejoren la comunicación.

    La Asociación cultural Iglesia Viva, entidad sin fines de lucro, esla titular de la revista. Esperamos que pronto sea reconocida su utili-dad pública. Hasta ahora la integraban solo los miembros del Consejode Dirección. En los nuevos estatutos se prevé la entrada de sociosprotectores: personas individuales, colectivos, instituciones o empre-sas. Serán admitidos quienes se comprometan a aportar trabajo impor-tante de voluntariado o una cuota de unos 50 € al mes. También quienhaga una legado especial al fondo social de la asociación. Estos sociosprotectores, dispondrán de varias suscripciones gratuitas a quienesindiquen, tendrán voz y voto en las asambleas y, si les interesa, podránconstar como patrocinadores de las actividades de la asociación.

    Así que, para el sostenimiento del proyecto ambicioso deIglesia Viva, señalamos ya diversas acciones que te invitamos a hacerhoy mismo, si es que este número te ha convencido:

    – Envía un correo electrónico a [email protected], si no has recibidohace poco el aviso de que el nº 264 estaba en la web. ¡Imprescindible!

    – Suscríbete, si no lo estás todavía, o invita a otra persona asuscribirse. Para ello, entra en "Regístrate" de www.iviva.org.

    – Hazte socio protector de la Asociación Iglesia Viva. O envía-nos referencias de alguna persona o entidad a quien crees que podríainteresar nuestra invitación. Sobre ello y sobre cualquier otra duda osugerencia, escribe directamente a nuestro correo [email protected].

    Estoy personalmente a tu disposición en el 34-963 622 532.

    ¡Vamos adelante en la nueva época!

    Antonio Duato. Secretario y gestor de Iglesia Viva. 

    mailto:web%40iviva.org?subject=Env%C3%ADo%20de%20direcci%C3%B3n%20de%20correo%20electr%C3%B3nico%20%28264%29http://iviva.org/registro/mailto:iviva%40iviva.org?subject=Sobre%20la%20Asociaci%C3%B3n%20Iglesia%20Vivamailto:iviva%40iviva.org?subject=Sobre%20la%20Asociaci%C3%B3n%20Iglesia%20Vivahttp://iviva.org/registro/mailto:web%40iviva.org?subject=Env%C3%ADo%20de%20direcci%C3%B3n%20de%20correo%20electr%C3%B3nico%20%28264%29

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    Hitos que marcan la historia de

    Iglesia Viva y señalan su futuro 

     Antonio Duato. Consejo de Dirección de Iglesia Viva. Valencia

    Antes de entrar en el análisis por temas de los estudios

    que siguen, parece conveniente presentar sucinta-mente la historia de estos cincuenta años de Iglesia

     Viva. Sobre ella he escrito relatos detallados en varias oca-siones1. Quiero en esta ocasión hacerlo más sucintamente,sabiendo que en mis artículos anteriores, a los que mereferiré con frecuencia, podrá quien lo desee completartoda la información.

    1. El primer decenio de Iglesia Viva (1966-1975): Entre el fin del Concilio y la muerte de Franco.

    El nacimiento de Iglesia Viva se gestó entre 1964 y1965. Un grupo de profesores del Seminario de Bilbao, de

    1 Artículos míos sobre y en Iglesia Viva que, en adelante, serán citados simple-mente con la referencia al número y página. Se pueden bajar estos textosmediante el enlace o en la página www.iviva.org/archivo:100 (1982): Notas para la historia de “Iglesia Viva”109 (1984): Objetivos y realizaciones de “Iglesia Viva” en la etapa de la transición132 (1987): El quehacer teológico de “Iglesia Viva” (junto con Javier Vitoria)227 (2006): IGLESIA VIVA: Cuarenta años en la estela del Vaticano II

    250 (2012): Luces y sombras de un recorrido

    ESTUDIOS

    IGLESIA  VIVA Nº 264, octubre-diciembre 2015

     pp. 9-16© Asociación Iglesia Viva

    ISSN. 0210-1114

    http://iviva.org/revistas/100/100-03%20DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/109/109-02%20DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/109/109-02%20DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/132/132-04%20DUATO-VITORIA.pdfhttp://iviva.org/revistas/227/227-14-DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/250/250-11-DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/250/250-11-DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/227/227-14-DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/132/132-04%20DUATO-VITORIA.pdfhttp://iviva.org/revistas/109/109-02%20DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/109/109-02%20DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/100/100-03%20DUATO.pdf

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    ESTUDIOSHitos que marcan la historiade Iglesia Viva y señalan su futuro

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    la Universidad de Salamanca y del Estudio Claretiano de dicha ciudad, coinci-

    dieron en la necesidad de ella y, tras sondear diversas fórmulas con otrosgrupos, decidieron promoverla a título personal, sin que, al final, estuvieseligada a ninguna institución eclesiástica de las que la pretendían (100, 293-295).

    El fin primordial era difundir no solo la letra sino el espíritu del Concilio.Lo expresan ya claramente los textos del primer número (presentación y artí-culo de J. I. Tellechea) que vale la pena releer (227, 73-75).

    a) El contexto socio-político del primer decenio 

    Pero este objetivo fundacional había que aplicarlo en España donde la

    oposición al régimen franquista, en los ambientes obreros, intelectuales ynacionalistas principalmente, era objeto de la represión que seguía apoyán-dose en una mentalidad nacional-católica (227, 76-81).

    Los movimientos de independencia de los pueblos colonizados y larevolución cultural que se simbolizó en el mayo de 1968 hacían irresistible uncambio hacia la democracia integral en España que se acogía al magisteriodel Concilio y de las grandes encíclicas sociales de Juan XXIII y Pablo VI (verartículo de Demetrio Velasco en este mismo número).

    b) La respuesta de Iglesia Viva en este periodo 

    La línea editorial de Iglesia Viva en este primer periodo queda bienreflejada en uno de nuestros artículos anteriores2, del que entresacamos soloeste párrafo:

    En esta etapa, como es obvio, la preocupación fundamental es acoger, comen-tar y difundir el Vaticano II. Sobre todo, teniendo en cuenta las resistenciaspeculiares que encuentra en nuestro país. Así como en otros sitios lo que máscostó fue la reforma litúrgica, aquí los puntos conflictivos, teniendo en cuentala mentalidad nacionalcatólica y la situación sociopolítica del tardofranquismo,las resistencias a la recepción del Vaticano II representaban en los puntos enque se tocaba la ética sociopolítica.

    Especial incidencia tuvieron en esta época el número dedicado a laAsamblea Conjunta de Sacerdotes y obispos  (38, 1972), evento clave en elintento de Tarancón de poner al episcopado al frente de la renovación conci-liar, y los números dedicados a estos temas en los que cabe destacar el lúcidodiscernimiento en los dos números dedicados a Cristianos por el socialismo (52-53 y 60) y al Debate sobre la enseñanza (63 y 70).

    c) Problemas y cambio estructurales 

    A mitad de ese primer decenio Iglesia Viva sufrió la primera crisis queestuvo a punto de hacer abortar el proyecto al cumplir cinco años. Desclée

    2 El quehacer teológico de ‘Iglesia Viva’  (132, pp. 541-544).

    http://iviva.org/archivo/?num=38http://iviva.org/revistas/132/132-04%20DUATO-VITORIA.pdfhttp://iviva.org/revistas/132/132-04%20DUATO-VITORIA.pdfhttp://iviva.org/archivo/?num=38

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    ESTUDIOS Antonio Duato

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    de Brouwer de Bilbao, que aseguraba la edición y distribución, manifestó que,

    por decisión de Bruselas, a partir de 1971, no podría hacerse cargo de larevista. Y Fernando Sebastián, nombrado decano de la Facultad de Teologíade Salamanca, comunicaba que ya no podría encargarse de la dirección, queen aquellos tiempos tenía sus riesgos de contrariar al gobierno. El consejo dedirección me invitó a mí, que hacía solo meses que me había incorporadopero que quedaba ese año libre del compromiso con el Colegio del Salvadorde Salamanca, a llenar los dos huecos. Yo acepté, pero con dos condiciones:hacerlo todo desde Valencia y que en adelante la dirección fuese totalmentecolegial (100, 300-303).

    En este segundo quinquenio desde Valencia que no implicó cambio

    alguno en la serie de números publicados tuvi-mos los tres conflictos con el ministerio de infor-mación: tres multas y un secuestro que moviliza-ron mucha gente a apoyarnos, la necesidad,para cumplir con la ley de prensa, de tener undirector periodista (J. A. Comes nos salvó deese apuro) y de constituir una sociedad anónimacomo propietaria responsable de la revista: Fer-nando Sebastián, que figuraba como propietarioindividual de la misma, y un abogado amigo

    facilitaron este requisito (100, 303-306).Al cumplirse este primer decenio ya sehabían unido al Consejo de los fundadores, ade-más de Comes y yo, estas figuras que seríandecisivas: Álvarez Bolado, Paco Fontecha, Enri-que Freijo, Olegario González, Puente Egido(catedrático de derecho, primer laico), RoviraBelloso, Ricardo Alberdi, Mª Teresa Aubach (pri-mera mujer) y Manuel Unciti (ágil cronista, unode cuyos artículos, en el nº 54, nos obligaron a

    guillotinar para autorizar difusión). Unos encaja-rían en el grupo mejor que otros. Este empastede amistad y trabajo en equipo ha sido siempre elemento esencial de la revis-ta, que todos enriquecieron, desde diversas disciplinas y lugares, pensándolaen equipo y aportando importantes artículos individualmente. Las reuniones,que se hacían en Burgos (por estar los fundadores entre Bilbao y Salamanca),empezaron a hacerse en Madrid, recorriendo varias casas de ejercicios hastarecalar en la Universidad de Comillas, de la que era profesor nuestro compa-ñero Alfonso Álvarez Bolado, recientemente fallecido, que tanto nos aportó.

    Diseño inicial de Maximino Cerezo

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    ESTUDIOSHitos que marcan la historiade Iglesia Viva y señalan su futuro

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    2. Iglesia Viva, conciencia crítica en la sociedad (1976-1996):

    El proceso de democratización y desencantamiento político y eclesial.

    La muerte de Franco y la homilía de Tarancón en los Jerónimos marca-ron el inicio de una etapa que obligó al Consejo de Dirección a hacer unarevisión a fondo, que culminó en una reunión de varios días en Andorra en elverano de 1976 (109, 8-10).

    El gran acierto de Iglesia Viva fue el prever con mucha anticipación quela instauración de la anhelada democracia en España iba a hacerse dentro delsistema neocapitalista (así definíamos entonces a lo que después se impon-dría de hecho en todos los análisis como sistema neoliberal neoconservador)

    que es el que dominaba en Europa, comunidad de naciones a la que irreme-diablemente íbamos a unirnos.Este próximo futuro, unido al cansancio eclesiástico por la sangría que

    había representado para la Iglesia los primeros años más revolucionarios delposconcilio, iba a representar para la Iglesia española la gran tentación deacomodarse el tipo de Iglesia dominante en Europa, acomodada a democra-cia formal disfrutando de muchas más ventajas económicas e institucionalesque las que le había proporcionado la etapa anterior.

    a. Los objetivos de Iglesia actualizados 

    En este año 1976 es cuando quedaron definidos los objetivos de Iglesia Viva reformulados en los tres apartados que no nos han abandonado nunca:a) Contribuir a la búsqueda de la verdadera identidad cristiana.b) Promover una Iglesia que comparta críticamente la experiencia integral de

    la humanidad en la que vive.c) Participar en la construcción de una sociedad plenamente democrática.

    Pero, sobre todo, se planteó todo desde un análisis realista de las ten-taciones que implicaba el neocapitalismo al que se encaminaba la sociedad yla Iglesia española casi sin remedio. En 1976, antes de que llegase la nuevaconstitución, los nuevos acuerdos, los nuevos modelos de iglesia y de pasto-

    ral, Iglesia Viva logró reunir la firma de medio centenar de sacerdotes españo-les en un documento dirigido a la conferencia episcopal, que recomiendo leeríntegramente a todos pues tiene una actualidad tremenda tras lo pasado: Las tentaciones del neocapitalismo  (n. 66, 573-576). No me resisto a reproduciraquí estos interrogantes que parecen propuestos hoy por el papa Francisco:

    ¿Cómo hablar de “lglesia de los pobres” en una lglesia rica? ¿Cómo evitar unclasismo creciente en el seno de la lglesia? ¿Cómo predicar a un mundo consu-mista las excelencias de la pobreza evangélica? ¿Cómo recordar con autentici-dad la opresión de los países subdesarrollados si disfrutamos de los bienes quese les arrancan? ¿Cómo atender a la urgente recomendación de San Juancuando nos dice que los cristianos deben vivir como Cristo vivió?

    http://iviva.org/revistas/066/066-07%20NEOCAPITALISMO.pdfhttp://iviva.org/revistas/066/066-07%20NEOCAPITALISMO.pdfhttp://iviva.org/revistas/066/066-07%20NEOCAPITALISMO.pdfhttp://iviva.org/revistas/066/066-07%20NEOCAPITALISMO.pdf

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    ESTUDIOS Antonio Duato

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    b. Los temas principales de Iglesia Viva en esta época 

    Más que nunca la producción de Iglesia Viva se fue ciñendo a los desa-rrollos de la sociedad y de la Iglesia, que fueron anticipados por estos dosnúmeros programáticos que fueron concebidos simultáneamente en la reu-nión de Andorra: 67-68: Iglesia y poder en el neocapitalismo(1977) y 75: Igle-sia y nueva sociedad  (1979).

    Desde esa perspectiva se fue orientando la producción a los problemasque iban apareciendo y que, curiosamente, llevaban casi siempre el adjetivode nuevo: el nuevo sistema de enseñanzas, losnuevos movimientos de liberación, la nuevaetapa constitucional. Hasta cuando presentába-

    mos números de estricta teología había quetratar de nuevos contextos para la fe en Dios ode nuevas cristologías. O se incluía nuestrocaracterístico hoy  para afirmar que lo que nospreocupaba era eso que estaba naciendo ytransformándose en los años ochenta y noven-ta. Este ir ciñéndonos a la actualidad, aun con-servando siempre una vocación de pensamien-to, nos ha seguido acompañando en todosestos cincuenta años. Y en esa época de los

    ochenta y noventa se hizo especialmente duro:–en la sociedad fue imponiéndose el neo-

    liberalismo como preveíamos, arrinconando lasinstancias de verdadera justicia e igualdad,incluso en el PSOE, que no solo abjuró del mar-xismo sino que abandonó de hecho la socialde-mocracia3.

    –en la Iglesia fue imponiéndose progresivamente el modelo polaco deiglesia con el arrollador pontificado de Juan Pablo que daba un aire demodernidad (nueva evangelización, nuevos movimientos, nuevo milenio) a un

    proyecto medieval de cristianismo, moderador desde instituciones confesio-nales y apoyo legislativo de toda la sociedad4.

    3 Iglesia Viva, por ejemplo, se tomó muy en serio el debate público propuesto por el PSOE en 1989“Programa 2000”, aportando un número doble con estudios escritos totalmente por miembros delConsejo de Dirección, donde se iban repasando todos los capítulos del programa con una críticaconstructiva, hacia una clarificación que no se produjo entonces y que sigue pesándole al partidoahora: 140/141: El programa 2000 a debate. La aportación de Iglesia Viva. ¡Qué buena ocasión,hoy, para releer este número y establecer un coloquio entre antiguas y nuevas formaciones políticasque entonces no fue posible a pesar de nuestra manifiesta disposición!

    4 Es impresionante leer esta declaración colectiva hecha al año de ser elegido Wojtyla y que tienenfrases sobre los necesarios cambios en la Iglesia que resuenan a lo que hoy dice el papa Francisco:El papado en el tiempo presente , p. 478 en 83: Papado, Iglesia y mundo de hoy (1979) .

    http://iviva.org/archivo/?num=67http://iviva.org/archivo/?num=67http://iviva.org/archivo/?num=75http://iviva.org/archivo/?num=75http://iviva.org/archivo/?num=75http://iviva.org/archivo/?num=140http://iviva.org/archivo/?num=140http://iviva.org/revistas/083/083-07%20IVIVA.pdfhttp://iviva.org/revistas/083/083-07%20IVIVA.pdfhttp://iviva.org/archivo/?num=83http://iviva.org/archivo/?num=83http://iviva.org/revistas/083/083-07%20IVIVA.pdfhttp://iviva.org/archivo/?num=140http://iviva.org/archivo/?num=75http://iviva.org/archivo/?num=75http://iviva.org/archivo/?num=67

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    14  [264] iviva.org

    La propuesta del papa Wojtyla para entender cómo se tenía que encau-

    zar todo el espíritu del Concilio a través de los cauces del Catecismo Univer-sal y del Código de Derecho Canónico, tímidamente reformado, se fue impo-niendo rápidamente en España, acabando con la apertura de búsqueda ins-taurada por el cardenal Tarancón en la Conferencia Episcopal. Y esto signifi-caba la marginación eclesial de Iglesia Viva e incluso un doloroso contrastecon su primer director, Fernando Sebastián: Carta a los amigos de Iglesia Viva5 .

    La posición crítica de Iglesia Viva quedó bien fijada en un número de1984, 109: La Iglesia española en tiempo de crisis, en el que se publicaba ladeclaración programática Afirmaciones para un tiempo de crisis.

    c. Problemas y cambios institucionales en Iglesia Viva: 

    En este periodo pasó por el Consejo, traído por su compañero en elInstituto de Pastoral Rafael Alberdi, Antonio Cañizares, que nos abandonó en1985 al ser nombrado secretario de la Comisión episcopal para la Doctrina dela Fe.

    Pero también se nos unieron Joaquín García Roca, Demetrio Velasco,Jesús Conill, Adela Cortina, Rafael Díaz-Salazar, Andrés Torres Queiruga yJavier Vitoria Cormenzana que han sido creadores imprescindibles de pensa-miento riguroso y crítico en esta época de Iglesia Viva y siguen siéndolo hoy.

     Y, tras varias fórmulas, la propiedad y responsabilidad de Iglesia Vivaquedó en manos de la nueva Asociación cultural civil ‘Iglesia Viva’ creada en1988. Han sido socios de ella exclusivamente los miembros del Consejo deDirección mientras han permanecido en él. Últimamente los estatutos de laasociación han cambiado para aceptar otros socios por sus reconocidos ser-vicios al mantenimiento de la revista y otras actividades de Iglesia Viva.

    3. Iglesia Viva afrontando los retos del nuevo siglo (1997-2016): ¿Cómo seguir siendo significativos en la nueva sociedad globalizada de lainformación? 

    a. El paso hacia la nueva sociedad globalizada de la información

    A partir de 1995 se generaliza el pensar en términos de la nueva socie-dad que se va imponer con el cambio de siglo. Sin caer en el milenarismo, setiene la sensación de que los avances tecnológicos están moviendo muy ace-leradamente las bases de la sociedad. La propuesta de Iglesia Viva es válidapara afrontar los nuevos retos, pero nos encontramos con un equipo de per-

    5 Este contraste del equipo de Iglesia con quien había sido su fundador y primer director está contadocon detalle en el nº 227 (2006), pp. 86-90 y 93. Tiene más importancia que el de una simple anécdo-ta, pues marca lo esencial de la línea de Iglesia Viva que hoy podemos ver que coincide con laspropuestas actuales del papa Francisco.

    http://iviva.org/revistas/110/110-111-11%20SEBASTIAN.pdfhttp://iviva.org/revistas/110/110-111-11%20SEBASTIAN.pdfhttp://iviva.org/archivo/?num=109http://iviva.org/revistas/109/109-06%20AFIRMACIONES%20IV.pdfhttp://iviva.org/revistas/227/227-14-DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/227/227-14-DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/227/227-14-DUATO.pdfhttp://iviva.org/revistas/109/109-06%20AFIRMACIONES%20IV.pdfhttp://iviva.org/archivo/?num=109http://iviva.org/revistas/110/110-111-11%20SEBASTIAN.pdfhttp://iviva.org/revistas/110/110-111-11%20SEBASTIAN.pdf

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    [264] 15 iviva.org

    sonas y unos medios con los que es difícil penetrar en temas y ambientes

    donde se está fraguando ese futuro. Por eso, tras una reflexión que duró unpar de años se inició en 1997 una Nueva etapa, con renovación profunda delConsejo de Dirección y del formato de Iglesia Viva.

    b. Desafíos al cristianismo en el cambio de siglo .

    Con este número (192, 1997) iniciábamos la nueva etapa que incluía unadeclaración colectiva del equipo de Dirección: La nueva etapa de Iglesia Viva.Manteniendo los tres objetivos plasmados al principio de la etapa anterior,ahora Iglesia Viva se plantea desarrollarlos en estos cuatro sectores de larealidad social. Si lo hemos conseguido deberá juzgarlo el lector a través de

    este número en que se analizan esos aspectos yde los números publicados. Parece que es ver-dad que la primacía temática se fue enfocandocada vez más a los problemas de la nueva socie-dad, ampliando la visión de lo local a lo global yde lo eclesial a lo interreligioso y a la espirituali-dad global laica.

    Últimamente ha sido muy especial la aten-ción prestada a la crisis económica y políticaglobal, con especial atención a cómo se ha pre-

    sentado en España.c. Cambios estructurales producidos en

    este periodo 

    En 1997 se modificó no sólo la presenta-ción sino la estructura interna de la revista, man-teniendo el sistema de tema monográfico en losestudios, pero introduciendo nuevas seccionesque han dado un interés añadido a la revista apartir de entonces: C onversaciones con..., D ebate , Análisis Sociorreligioso, 

    Signos de los Tiempos y Páginas Abiertas. En estas secciones se han idopublicando piezas extraordinarias que no habrían cabido en el esquema ante-rior, sobre todo por el gran interés de muchas de las personas que han sidoentrevistadas o que han participado en los debates. En nuestra página iviva.org (accesible en los enlaces introducidos) se pueden ver los listados de ellas.

    Lo que no se ha conseguido es nuestro objetivo de penetrar más en losambientes intelectuales más jóvenes, tanto de cristianos como de no creyen-tes. De hecho, Iglesia Viva se ha podido mantener en estos últimos veinteaños gracias a la subvención del Ministerio de cultura en régimen de concu-rrencia pública que obtuvimos desde 1998 a 2014 (en 2015 nos fue denegada)

    y al apoyo de la suscripción conjunta con Frontera, la revista que desde 1997

    http://iviva.org/archivo/?num=292http://iviva.org/revistas/192/192-01%20PRESEN.pdfhttp://iviva.org/archivo/?lista=entrevistashttp://iviva.org/archivo/?lista=debateshttp://iviva.org/archivo/?lista=analisishttp://iviva.org/archivo/?lista=analisishttp://iviva.org/archivo/?lista=analisishttp://iviva.org/archivo/?lista=abiertashttp://iviva.org/archivo/?lista=abiertashttp://iviva.org/archivo/?lista=abiertashttp://iviva.org/archivo/?lista=abiertashttp://iviva.org/archivo/?lista=abiertashttp://iviva.org/archivo/?lista=analisishttp://iviva.org/archivo/?lista=debateshttp://iviva.org/archivo/?lista=entrevistashttp://iviva.org/archivo/?lista=entrevistashttp://iviva.org/revistas/192/192-01%20PRESEN.pdfhttp://iviva.org/archivo/?num=292

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    continuaba Pastoral Misionera y que, al dejar de publicarse en 2010 recomen-

    dó a sus lectores a continuar con Iglesia Viva.Lo que se consiguió, aunque solo a medias, fue la renovación de laspersonas pertenecientes al Consejo. En 1997 se incorporaron para seguirmuchos años y enriquecer la revista Carlos García de Andoin, Mª Dolors Oller,José Miguel Rodríguez, Fernando Vidal y José Antonio Zamora. Y ya al culmi-nar el periodo, cuando se preparaba el cumplimiento de los cincuenta años,se incorporaron y participaron en las decisiones últimamente tomadas parauna ulterior etapa que se anuncia en este número Teresa Forcades, MontseEscribano y Neus Forcano.

    d. La decisión por continuar a partir de 2016 con una nueva etapa.

    Cuando se acercaba la fecha del 50 Aniversario de la fundación de larevista, el Consejo de Dirección se planteó seriamente si no era el momentode acabar la serie de números. Otras muchas revistas, habiendo cumplido sumisión en una época más o menos larga, desaparecen por falta de suscripto-res (nuestro colectivo también envejece y se renueva con dificultad) o de faltade apoyo institucional. Il Regno, una espléndida revista italiana que a muchosnos ha acompañado desde el Concilio con lúcido apoyo al mismo, ha anuncia-do su desaparición por decisión de la Congregación y Editorial Dehoniana. Suactual director, Gianfranco Brunelli declaraba cuando conoció la decisión de

    sus superiores: «Cerrar esta nuestra historia en el momento en que el ponti-ficado del papa Francisco relanza en toda la Iglesia el espíritu del ConcilioVaticano II, del cual esta revista fue uno de los protagonistas, parece algoparadójico aparte de lo doloroso»6 .

    Fue ese sentimiento, que tuvimos varios, el que nos llevó a impulsar alos demás al convencimiento de que ahora más que nunca era necesariorelanzar una nueva etapa de iglesia, renovando las estructuras jurídicas, lasfuentes de recursos, los instrumentos de comunicación y las personas.

    Esto es lo que hemos hecho en estos últimos años y la nueva etapa estáen marcha partir de este número, como se explica en él y en nuestra web

    www.iviva.org .Será conveniente que nuestros lectores y amigos, antiguos y nuevos, seempapen bien del espíritu y del pensamiento que han guiado nuestra historiahasta aquí, para que la nueva etapa, que solo con su ayuda podremos mante-ner, trasmita a las nuevas generaciones lo mejor de este legado.

    6 En el editorial del último número del año, el director anuncia el cierre, pero también la próximaconstitución de una asociación que organice un posible renacimiento de la revista, apoyada por suslectores, en 2017. Il Regno, 15-12-2015.

    http://www.iviva.org/http://www.dehoniane.it/control/ilregno/articoloRegno?idArticolo=991621http://www.dehoniane.it/control/ilregno/articoloRegno?idArticolo=991621http://www.dehoniane.it/control/ilregno/articoloRegno?idArticolo=991621http://www.iviva.org/

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    El papa Franciscoabre itinerarios culturalespara el cambio de época

     Joaquín García Roca.Consejo de Dirección. Universitat de València.

    A lo largo de cincuenta años, IGLESIA VIVA, comorevista de pensamiento cristiano, ha acompañado loscambios culturales y, a la vez, se ha dejado acompa-ñar por ellos para actualizar el Evangelio, vivir humanamen-te y construir una sociedad más justa; quienes la iniciaron yla han continuado no se han limitado a ser simples huéspe-des ni meros invitados de la sociedad, sino coproductores

    de la situación y partícipes en la resolución, agentes ypacientes en sus logros y fracasos, cómplices y herederosdel giro de época.

    Fue el Concilio Vaticano II quien dio la señal de salidapara abandonar un sistema anquilosado y adentrarse en elmundo contemporáneo; sin embargo, la llegada a la épocamoderna estaba llena de resistencias, desconciertos eincertidumbres, que empezaron ya en el aula conciliar y seradicalizaron en el posconcilio. Cuando los padres concilia-res abandonaron Roma a finales de 1965, tras dos años

    largos de reclusión en el aula, llegaron a sus comunidades y

    ESTUDIOS

    IGLESIA  VIVA Nº 264, octubre-diciembre 2015

     pp. 17-36© Asociación Iglesia Viva

    ISSN. 0210-1114

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    ESTUDIOSFrancisco abre itinerarios culturalespara el cambio de época

    18  [264]   iviva.org

    encontraron un mundo distinto y un contexto cultural y social que había cam-

    biado. La vida real había continuado a lo largo de sus cuarenta meses deausencia, en los que la humanidad había enviado sondas a la Luna y a Martey los astronautas habían paseado por el espacio. La guerra fría había alcan-zado proporciones alarmantes. En China se había iniciado la revolución cul-tural, mientras se intensificaba la guerra en el Vietnam. Empezaban a mani-festarse los jóvenes universitarios en todas las universidades mundiales (loque se ha conocido como el mayo francés). El mundo que ellos habíandejado en 1962 para ir al concilio había cambiado profundamente y sus pro-pias decisiones habían envejecido a causa de los profundos cambios queestaban aconteciendo.

    Pero lo más sorprendente era que los propios obispos habían cambia-do. Para todos ellos la participación en el concilio había sido una experienciavital, que había sacudido sus personalidades e incluso provocado una serie deconversiones en cadena. Como refiere el gran historiador del Concilio Giusep-pe Alberigo, fue muy sonada la conversión del P. Parente, uno de los máximosexponentes del Santo Oficio, opositor a la colegialidad. El Cardenal canadien-

    se Leger escribía en 1966: «Si el Concilio no nos haconvertido, si no nos ha cambiado la vida, si no hadespertado en nosotros responsabilidades hastaentonces inesperadas o ignoradas, no ha servido

    para nada». Al año siguiente Leger marchaba aÁfrica a compartir la suerte con los leprosos. ElCardenal Lercaro se comprometía en su diócesisde Bolonia en una profunda reforma y se convertíaen un activista por la paz. Muchos renunciaron acomportamientos conservadores. De conversiónhabló el propio Helder Cámara como condición

    para realizar coherentemente la herencia del Concilio, renovar, revitalizar yrejuvenecer la Iglesia. Él fue uno de los 40 obispos que, pocos días antes dela clausura del Concilio, firmaron en las catacumbas de santa Domitila el llama-

    do Pacto de las Catacumbas, de cuya repercusión, sobre todo en Latinoamé-rica, habla en este número Jon Sobrino. El primer concilio realmente universaltuvo el coraje de proclamar que el movimiento de Jesús no está encadenadoal pasado y reconocer que la Iglesia de Jesús se había anquilosado en estruc-turas anti-evangélicas; y de este modo, se activó la mayor esperanza que laIglesia produjo en el siglo XX al afrontar desde el Evangelio los tiemposmodernos y los nuevos modos de vivir, esperar, pensar y amar de nuestragente.

    No todos, sin embargo, lo entendieron así y se dedicaron desde el pri-mer momento a reconducir por buen camino las propuestas conciliares y a

    interpretarlas desde los concilios anteriores. Algunos se dedicaron a conver-

    La participación enel concilio había sidopara los obispos una

    experiencia vital, quehabía sacudido suspersonalidades eincluso provocado unaserie de conversiones

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    [264] 19 iviva.org

    tirlo en derecho canónico y empezaron a hablar de todo aquello sobre lo que

    el concilio había permanecido en silencio, desde los fines del matrimoniohasta los métodos de regulación de la natalidad, desde el celibato de lossacerdotes hasta el papel secundario de la mujer. Al cerrar un periodo en elque el catolicismo se había desenganchado de la evolución de la sociedad, aunos les embargó el miedo, que siempre resulta funcional a la conservación eintentaron desactivar los dinamismos conciliares, desprestigiar sus hallazgosy amortiguar sus energías, lo que se consumó cuando los que perdieron en elaula conciliar gobernaron las instituciones eclesiásticas, hasta lograr que lasgeneraciones jóvenes, incluidos los nuevos presbíteros, ignoraran el Concilio.

    Para otros fueron tiempos para la búsqueda y la renovación. Entre

    otros, IGLESIA VIVA se comprometió a reconstruir los puentes y aventar lasbrasas conciliares, que iban ahogándose bajo tantas cenizas, a estimular lasbrújulas que se iban oscureciendo en el interior de los procesos de moderni-zación en el Norte y en los procesos de descolonización en el Sur; y acompa-ñar los cambios socio-culturales para la humanización de la iglesia y la evan-gelización del mundo. En muchos momentos, la revista ha sido el rompeolasde turbulencias, inercias, oposiciones y desconciertos producidos por la res-tauración eclesiástica, el neoliberalismo político y el neoconservadurismocultural. Ha explorado a lo largo de su trayectoria todos los itinerarios cultu-rales. Lo hizo con la modernidad y la posmodernidad, con la cultura conser-

    vadora y la progresista, con el neo-liberalismo y con el marxismo. La trayec-toria del pensamiento cristiano de la revista ha transitado un largo y densoperegrinaje que nos llevó a enfrentarnos a irracionalismos y a fundamentalis-mos con la misma convicción que lo hacíamos al subjetivismo posmoderno, alsecularismo excluyente y al laicismo sectario. De esta larga aventura queda-ron, como dice el poeta, tres cosas: la certeza de que siempre estamos empe-zando, ya que la realidad está siempre en despedida; la certeza de que hemosde seguir, ya que los procesos culturales están permanentemente abiertos; yla certeza de que seremos interrumpidos antes de alcanzar los objetivos, yaque el tiempo es superior a todos los resultados.

    El humanismo cristiano

    La llegada del papa Francisco ha abierto nuevas perspectivas para laproducción de un pensamiento cristiano liberador, interesado en crear nuevospuentes y reconstruir lazos deteriorados y otro modo de decir y de actuar,otro temple de ánimo y actitud existencial, otro tono afectivo y espiritual. Esun régimen atencional que ya ha construido sus propias brújulas en el pueblofiel: “el gozo del evangelio”, “la revolución de la ternura”, “la cultura delencuentro”, “el hospital de campaña”. Diagnostica que “sufrimos de anquilo-

    samiento y pide que dejemos de ser “coleccionistas de antigüedades” y

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    20  [264]   iviva.org

    “cultivadores de teologías narcisistas”. Y ante el Congreso de la Iglesia italia-

    na señala la dirección de la marcha: “ante los males y los problemas de laIglesia es inútil buscar soluciones en conservadurismos y fundamentalismos,en la restauración de conductas y formas superadas que ni siquiera cultural-mente tienen capacidad de ser significativas”1. Más bien solicita “audacia ycreatividad a la hora de repensar los objetivos, las estructuras, los estilos y losmétodos evangelizadores”2. “No estamos en una época de cambios —lesadvierte a los Obispos brasileños—, sino en un cambio de época, quizá huborespuestas para la edad infantil pero no para la edad adulta”.

    Para esta tarea disponemos de la propuesta programática del papaFrancisco, especialmente en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium3,

    texto sencillo y radical, evangélico y provocador que “indica caminos para lamarcha de la Iglesia en los próximos años” (EG n.1) y en la encíclica Laudatosi’ 4 , que muestra de manera clara y suge-rente lo que puede ser hoy el encuentro conel pensamiento científico. Las indicacionesdel papa Francisco no han sido incorpora-das suficientemente a la vida de la Iglesia;más bien han sido ninguneadas o coopta-das a través de silencios e interpretacionestorticeras. El propio papa se ha visto obliga-

    do a hacer una petición solemne a la IglesiaItaliana reunida en el V Congreso: «En cadacomunidad, en cada parroquia, en cada dió-

    cesis, traten de poner en marcha, sinodalmente, una profundización de laEvangelii Gaudium, para obtener de ella los criterios prácticos y para realizarsus disposiciones».

    En las consideraciones que Francisco hace a la Iglesia italiana para lanueva época no habla de pensamiento cristiano sino de humanismo cristiano,para significar una perspectiva integral en la que el pensamiento se arraiga enlos sentimientos, en la acción y en las instituciones. Si el pensamiento cristiano

    logra realizarse como un humanismo con arraigo existencial social y políticopodrá vencer hoy la irrelevancia, que le ha convertido en algo totalmente pres-cindible para un número cada vez mayor de ciudadanos, e insignificante y resi-dual, sin capacidad de interesar ni inquietar. Este tránsito hacia el humanismo,que se está produciendo en el papa Francisco, no deja indiferentes a católicosni a agnósticos ni a los increyentes, sino que más bien se le reconoce con auto-ridad, como un emisario de lo que realmente busca y anhela la humanidad.

    1 Este importante discurso del 10 de noviembre de 2015 puede consultarse en www.vatican.va.2 Punto 2. del discurso del 20 de julio de 2013, que se puede consultar en www.vatican.va.20133 Este importante documento de 2013, que será muy citado, puede consultarse en www.vatican.va.4 Esta primera encíclica de Francisco, totalmente suya, disponible en www.vatican.va.

    Este tránsito hacia elhumanismo, que seestá produciendo en elPapa Francisco, no dejaindiferentes a católicos ni aagnósticos ni a increyentes

    que ven en él un emisario delo que anhela la humanidad

    http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/november/documents/papa-francesco_20151110_firenze-convegno-chiesa-italiana.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/july/documents/papa-francesco_20130727_gmg-episcopato-brasile.htmlhttp://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/november/documents/papa-francesco_20151110_firenze-convegno-chiesa-italiana.html

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    La religión cristiana que, en otro tiempo, colaboró decididamente a

    construir las sociedades humanas sobre “el dentro-fuera”, “lo propio-loajeno”, “lo cercano y lo lejano”, como humanismo cristiano está hoy convo-cada a de-construir muros físicos, mentales y simbólicos y a colaborar conotras sabidurías mundiales, confesiones e instituciones locales e internaciona-les. El humanismo cristiano, que propugna Francisco invierte los dinamismosreligiosos, que han estado más interesados en proteger identidades exclu-yentes, construir sistemas cerrados y evitar el contagio con otros pueblos,con otros cantos y otras religiones, que en salir al encuentro. Con una agudaconciencia del pluralismo de las sociedades, de las culturas y de las religionespropone salir al encuentro. La verdad acontece en el encuentro. La continua

    referencia a Jesús de Nazaret, al Dios de la misericordia y a los empobrecidosde la tierra, así como la renuncia a discursos moralizantes y actitudes acusa-doras, crea las condiciones para una nueva aurora del cristianismo más inte-resado por la vida que por el pecado, más por el perdón que por las conde-nas, más por la “la tierra, el trabajo y el techo” que por ser un suplemento delas almas.

     Y el pensamiento cristiano afronta nuevas encrucijadas a causa de lasactuales trasformaciones radicales y aceleradas, revoluciones científicas ymetamorfosis sociales, cambios sistémicos y colapsos económicos que inau-guran una nueva residencia mental y cordial, un estado de conciencia colecti-

    va y un nuevo estatuto de lo social caracterizado por la complejidad e incer-tidumbre. La persistencia de la pobreza y de la precariedad, como resultadode un sistema económico que expulsa y descarta, el proceso de mundializa-ción que crea un mundo único e interconectado, la presencia en el espaciopúblico laico, la emergencia de la conciencia ecológica, la gestión democráti-ca, la revolución protagónica de la mujer, la sociedad tecnológica y la relaciónde la fe con las ciencias físicas, médicas o biológicas son algunas de las nuevasfronteras de la fe cristiana5.

    El escenario de la cultura

    “No conviene ignorar, afirma Francisco, la tremenda importancia quetiene una cultura marcada por la fe, porque esa cultura evangelizada, más alláde sus límites, tiene muchos más recursos que una mera suma de creyentesfrente a los embates del secularismo actual” (EG 68). ¿Qué significa la culturaen la construcción del humanismo cristiano? ¿Cuáles son los apremios cultu-rales como espacio de evangelización?

    La cultura es como una célula-madre que se despliega, se recrea y sevivifica en cuatro dimensiones básicas: la educación del gusto, la adquisición

    5

    El lector interesado en el diálogo con todas estas realidades puede leer mi libro Las nuevas fron-teras del cristianismo. 2016 (en imprenta). Editorial Diálogo-Ediciones Tilde. Valencia.

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    22  [264]   iviva.org

    de conocimientos, la configuración del pueblo y la energía del espíritu. En

    cada escenario se articulan la fe con la cultura de un modo diferente. Un pri-mer aspecto de la cultura hace referencia a la buena sociedad que se desplie-ga en el tono y cariz de la presencia pública, en un gusto de discernimiento.Un segundo aspecto de la cultura alude a la formación y al desarrollo decapacidades y habilidades que se adquieren a través del aprendizaje; se dicede alguien que es culto cuando dispone de conocimientos. En este sentido,el universo de la fe requiere de medios e instrumentos para anunciarse, tras-mitirse y comunicarse. En tercer lugar, la cultura equivale a la mentalidad queconforma un grupo humano y lo identifica públicamente; un pueblo culto esaquel que tiene instituciones adecuadas, inteligencias colectivas y prácticas

    sociales, que conforman la identidad propia de un grupo humano. Y, en cuar-to lugar, la cultura alude al componente espiritual, a los dinamismos internos,personales o colectivos, que aspiran a la verdad, a la bondad, a la justicia, ala belleza; es el espacio del Espíritu que bulle en el interior de los procesossociales, económicos, éticos y políticos. ¿Cuáles son las aportaciones delpapa Francisco en la guía de ruta que ha señalado para introducir a la Iglesiahoy en el cambio de época? ¿Dónde están los puntos de inflexión con respec-to a los planteamientos anteriores?

    El buen gusto de la fe

    La cultura es también el resultado de procesos civilizatorios que cons-truyen la convivencia mediante una red de convenciones, de buenos modalesy de costumbres cívicas. La cultura nos libra de los instintos agresivos y des-tructivos, controla la barbarie y la violencia, y establece relaciones de buengusto y de buena educación. El concepto de buen gusto es tanto un concep-to moral como estético, que alude a un ideal de humanidad que se esfuerzapor librarse del dogmatismo de la escuela, de prejuicios irracionales y de laestupidez de los intereses y preferencias privadas. El gusto es una manera deconocer y de sentir, una facultad espiritual de discernimiento. Por el gusto nos

    sentimos heridos por lo que repugna y atraídos por lo que tiene valor. Elgusto no es algo privado sino un fenómeno social que opera en el ámbito dela comunidad y tiene pretensión de validez y de verdad, aunque no se puedaargumentar ni demostrar; en cuestiones de gusto, se suele decir, se lucha,pero no se discute ni se demuestra, pero tiene pretensión de verdad. “Nohables así de tu hijo, ten educación” se dice de unos padres que denigran asus hijos ante comportamientos indeseados, aunque de algún modo tenganrazones objetivas para ello. “No tiene cultura” se dice de un dirigente que serelaciona de manera arrogante con las personas débiles. “Me hiere, pero nosabría decir por qué” se dice ante un comportamiento sectario. En este sen-

    tido la cultura es una facultad del buen gusto, del sentido común, del temple

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    de ánimo. Sin gusto, buenos modales y buena educación no existen puentes

    culturales para la fe.La fe cristiana celebra actualmente haberse librado del mal gusto cogni-tivo, ético y estético, que supuso la barbarie de las guerras de religión, losdesafueros de la Santa Inquisición, las torturas por razón de las creencias, laspersecuciones religiosas, los prejuicios contra la diferencia, la discriminaciónconstante de la mujer, la violencia y el terrorismo en nombre de Dios. Por elcontrario, hieren y ofenden los comportamientos autoritarios, el sometimientode la mujer, la desatención a los débiles. Recuerdo que a mi pueblo le parecíade buen gusto y de sentido común que “el tonto del pueblo”, así se les llama-ba, ocupara un lugar privilegiado en el altar; era el buen sentido de la comuni-

    dad, aunque no hubiera argumentos utilitarios para justificarlo. Gozaba devalidez, aunque sólo tenía el “gusto” de la fe y el juicio de la buena sociedad.El papa Francisco está creando y reconstruyendo los puentes culturales

    del buen gusto como un domicilio de la fe. En primer lugar, ha traído unnuevo temple de ánimo a la Iglesia. “Quién soy yo para juzgar” no es prima-riamente un juicio moral sino un tono cultural, ético, pastoral y teológico.Hablar de la alegría del Evangelio, de la ternura de Dios, de la misericordiade Jesús o de que otro mundo es posible crea un clima cultural y una sabidu-ría colectiva que no se conocía anteriormente enel espacio eclesial. No se trata sólo de actitudes

    morales puntuales, sino como dice el propio Fran-cisco de un “sistema de actitudes ante las distin-tas situaciones existenciales” (EG 122) que conta-gian el gozo del evangelio y la calidad de una feevangélica. Es un tono que ha despertado gran-des resistencias en aquellos que se habían acos-tumbrado a confundir la fe con el ceño rígido y lavoz de mando. Recientemente, en una conferen-cia pronunciada en Valencia por el Presidente delPontificio Instituto Juan Pablo II sobre el Matrimo-

    nio y la familia, monseñor Livio Melina despreciaba ese tono de Francisco conuna desatinada comparación. “Un abuelo está tentado con frecuencia deconquistar el favor de los nietos concediéndoles todo lo que le piden, noquiere hacerse impopular con prohibiciones desagradables, le basta que lospequeños se diviertan sin hacerse demasiado daño. Por el contrario, un ver-dadero padre, a quien le importa el destino de sus hijos y su auténtico bien,debe hacerse cargo de corregirlos y de decirles también aquello que no esmomentáneamente agradable, y que les invita a la conversión”. Dejo al buen juicio del lector, asignar el papel del abuelo y del padre en la Iglesia actual.

    Este tono de buen gusto se despliega en un modo diferente de diag-

    nosticar la realidad actual. Bastará comparar su forma de entender la situa-

    Hablar de la alegría del

    Evangelio, de la ternurade Dios, de la misericordiade Jesús o de que otromundo es posible creaun clima cultural y unasabiduría colectiva que nose conocía anteriormenteen el espacio eclesial

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    ción actual y el diagnóstico que la Conferencia Episcopal Española ha hecho

    de la sociedad española en el Plan pastoral para los próximos cuatro años2016- 2020, titulado Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo (diciembre2015)6. El diagnóstico de la Conferencia repite lo que viene siendo habitualdesde la década de los ochenta: “la poca valoración social de la religión, laexaltación de la libertad y del bienestar material, el predominio de una cultu-ra secularista, el subjetivismo y relativismo, la cultura del todo vale” (pp.20-26). Y así se repite cansinamente en muchas iglesias locales: “nuestra culturaestá marcada por la increencia, la secularización profunda o la indiferenciareligiosa”. En consecuencia, “el futuro del hombre y de la sociedad está jugándose hoy, entre nosotros como en el resto de España o de Occidente,

    en el campo de la cultura”. Si el problema básico es de índole cultural, habráque privilegiar Congresos, Conferencias, Universidades de la Iglesia, Escuelasconfesionales, institutos de investigación, radios, periódicos y televisionespropias. En el diagnóstico de Francisco, por el contrario, ocupa un lugar pri-vilegiado la referencia a “un sistema social y político que expulsa, descarta y

    mata” y que promueve actitudes y estilos quele resultan funcionales al capitalismo realmen-te existente y acrecienta el sufrimiento de losdébiles y la injusticia evitable. Para Francisco,el futuro del hombre se juega en la suerte y el

    destino de los pobres e invita a “establecer lafraternidad, a vivir en la creación como unacasa común, a proporcionar razones para laalegría y el humor, también en medio de unavida dura”. El humanismo cristiano «está lla-mado a descubrir a Cristo en ellos, a prestar-les nuestra voz en sus causas, pero también a

    ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabi-duría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos». Así las cosas, concluye,“los pobres tienen un puesto privilegiado en el pueblo de Dios” en una Iglesia

    siempre cercana a los abandonados, a los olvidados, a los imperfectos”.No cabe duda de que las dos situaciones apremian hoy, pero evangeli-zar los valores desde el lugar de la pobreza no es solo un nuevo departamen-to que se abre ni es una competencia exclusiva de las Caritas, sino una formade pensar, de estimar, de sentir y de actuar que afecta al gusto de ser cristia-no. A esta disonancia tan evidente no parece dársele importancia en el PlanCEE ya que afirma sorprendentemente que “no podemos esperar que elpapa, ni ninguna otra persona que no viva inmersa en nuestra realidad social,puedan darnos hecho el análisis cultural y espiritual de nuestra sociedad” Esasí que el diagnóstico cultural de la CEE se apoya explícitamente en otros

    6 Se puede bajar este texto de la página de la Conferencia Episcopal: Plan pastoral 2016-2020 .

    En el diagnóstico de Franciscoocupa un lugar privilegiado lareferencia a “un sistema socialy político que expulsa, descarta

    y mata” y que promueveactitudes y estilos funcionalesal capitalismo existente queacrecienta el sufrimiento de losdébiles y la injusticia evitable

    http://www.aciprensa.com/vidahttp://www.conferenciaepiscopal.es/wp-content/uploads/2015/11/Plan-pastoral-2016-2020.pdfhttp://www.conferenciaepiscopal.es/wp-content/uploads/2015/11/Plan-pastoral-2016-2020.pdfhttp://www.aciprensa.com/vida

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    papas anteriores, todo hace pensar que el único papa incapaz de entender lo

    que nos pasa es el que “viene del último rincón del mundo” y que paciente-mente hay que esperar a que pase para reconducir los estragos. Lo sorpren-dente es que los obedientes de ayer, cuando la autoridad coincidía con susideas, se rebelan hoy contra la autoridad papal.

    Frente a tantos diagnósticos basados en “la crisis espiritual y el eclipsede Dios” el papa presenta un tono esperanzado, que pide y promueve valen-tía y audacia para la alegría del Evangelio. La prueba mayor de la producciónde “buena sociedad” es la construcción del enemigo. Mientras hay quiennecesita de la oposición para sobrevivir y fortalecer la propia identidad, laperspectiva de Francisco ensaya la cooperación y la convivencia. Es la llamada

    que Francisco hace a las religiones y a las instituciones políticas, que dejen deconstruir muros e intenten disolver barreras en aras de la única familia huma-na. Hay diagnósticos que están lejos de ver la presencia activa y amorosa deDios en el mundo ni como padre ni como abuelo. La aportación decisiva delpapa Francisco consiste en orientar la mirada esperanzada hacia los yacimien-tos del sentido de la fe y de la buena sociedad que se cultivan en el pueblofiel, en los pueblos empobrecidos, y en priorizar la lucha contra el mal quecausa hambre y pobreza, destruye la casa común, en lo que el papa Franciscollama la “Tercera Guerra Mundial a plazos”. Cada vez son más los creyentesque arraigan su condición cristiana en la lucha contra todas las formas del mal

    que se abre creativamente a una historia según Dios. Y, como hemos dicho,las propuestas del papa Francisco no son irrelevantes pues no dejan indife-rentes ni a los católicos ni a los agnósticos ni a los increyentes, sino que másbien se le reconoce por muchos autoridad, como la de un emisario de lo querealmente busca y anhela la humanidad.

    La cultura informada

    La cultura alude a la formación, que desarrolla las capacidades a travésde instrumentos adecuados, al igual que el conocimiento de la ortografía es

    un medio por el que se aprende a escribir, un catecismo es un medio paraconocer los contenidos de la fe, una homilía explicita la Palabra o la teologíapuede ser un medio para acceder al ministerio. De este modo la cultura cris-tiana ha generado instrumentos como la catequesis, la predicación, las teolo-gías, los sistemas de comunicación como condición de existencia, ya que la feviene del oído, trasmite una memoria y actualiza una tradición. ¿Cuáles sonlos puntos de inflexión del pensamiento cristiano con respecto a la formaciónen el cambio de época? "La evangelización entendida como inculturación esuna realidad nunca acabada” (EG 126) que “trasmite la fe de maneras siemprenuevas… y el pueblo la recrea permanentemente… según su genio propio y

    la enriquece con nuevas expresiones” (EG 122).

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    A vueltas con la mística

    Francisco hace una aportación típica de la teología del Sur: la reivindi-cación de la mística popular, que es una “espiritualidad encarnada en la cul-tura de los sencillos, que se expresa más por la via simbólica que por el usode la razón instrumental y encarna el Evangelio en expresiones de oración, defraternidad, de justicia, de lucha y de fiesta (EG 124, 237). Son un “lugar teo-lógico al que debemos prestar atención a la hora de pensar la nueva evange-lización” (EG 126). Esta insistencia de Francisco por preservar el entronquecon la tradición mística y espiritual está suscitando serias reservas y gravesreproches por parte de algunos teólogos de oficio, que le reprochan ser “un

    pastor que no sabe teología”; se le acusa a él y a sus colaboradores de “faltade competencia doctrinal y teológica, más dados a lo pragmático y políticoque a lo reflexivo y serio”. Y sentencian que “la fe sin doctrina no es nada” yque “la alternativa a una Iglesia de la doctrina no es una Iglesia del amor sinouna Iglesia arbitraria”. Se ignora que esta vinculación de la fe a la místicapertenece a la mejor tradición del pensamiento cristiano.

    Si la evangelización necesita de la mística popular, la teología ha deasumir “la gracia de la misionariedad, que sale de sí y peregrina” (EG124). Y

    solicita de los teólogos un mayor equilibrioentre las verdades y la vida”, critica abierta-

    mente “una teología estrecha y academicistadesapegada de la vida, de la piedad y de lapraxis”. En ningún caso desprecia la librereflexión teológica pero “sólo pueden hacercrecer a la Iglesia, y ayudar a explicitar mejorel riquísimo tesoro de la Palabra… si las dis-tintas líneas de pensamiento filosófico, teoló-

    gico y pastoral, se dejan armonizar por el Espíritu en el respeto y el amor”(EG. n 40). Una teología que no esté enraizada en el amor y en la práctica espura retórica y por eso pide a los teólogos que “no se contenten con una

    teología de escritorio”. Ni miren a la humanidad “desde un castillo de vidriopara juzgar y clasificar a las personas”. Este conocimiento del amor tiene unlargo recorrido en la mejor tradición teológica, solo negado por aquellos quehan convertido la tarea teológica en una función académica y burocrática.

    Esta revolución de la sensibilidad y del amor ha de impregnar, asimis-mo, las homilías que han de distanciarse “del lenguaje teológico especializa-do, que no resulta familiar a quienes escuchan” (EG 158) y sugiere que seusen “imágenes atractivas, familiares conectadas con la propia vida” (EG157). Hasta qué punto estas consideraciones han caído en saco roto lo mues-tra el Directorio homilético publicado por la Congregación para el culto divino

    y la disciplina de los Santos en 2015 en el que se propone que la homilía ha

    Una teología que no esté

    enraizada en el amor y en lapráctica es pura retórica, ypor eso pide a los teólogosque “no se contenten con unateología de escritorio”

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    de ofrecer “una mayor doctrina y extraer las implicaciones morales y doctri-

    nales” (n. 32); para lo cual “el Catecismo de la Iglesia católica es un recursoinestimable para el homileta” (n. 23, 157). La mayor parte del documento estádedicado a relacionar los números del Catecismo de la Iglesia católica con laliturgia de cada domingo a fin de estimular al “homileta a consultar el Cate-cismo” (n.160). Mientras el papa advierte que el predicador debe ser heridopor la viva y eficaz palabra de Dios, y ser capaz de penetrar en los corazonesde quienes escuchan (EG 150) en la propuesta de la Congregación sirve para“explicar las enseñanzas dogmáticas y morales” (23).

    La polifonía del lenguaje 

    La gran aportación de Francisco para reconstruir el puente de la trasmi-sión de la fe es desarrollar la polifonía del lenguaje que permita recuperar suarraigo existencial, social y político. Es necesaria la poesía si con ella se poneen contacto con el misterio, la música si con ella se despierta el asombro, laciencia si con ella se capta el enigma de lo real, el relato que permite entrar lavida en la reflexión; pero sobre todo, “la connaturalidad afectiva que da elamor”. Para Francisco, si se hace el entronque de la fe con la cultura en ellaboratorio sólo se conseguirá articular la fe-laboratorio con una cultura-labo-ratorio, muy lejos del encuentro personal con Jesucristo y con la realidad que

    siempre impregnó la mejor teología, como reconocía uno de los más grandesteólogos del siglo XX, Karl Barth, al afirmar que para su trabajo necesitaba elconcurso de dos elementos: la Biblia y el periódico, “lo máximamente fijado ycanonizado y lo máximamente efímero y mutable”. Por esta razón la expresióntan habitual de que la fe supone la cultura es sustituida por “la gracia suponela cultura, y el don de Dios se encarna en la cultura de quien la recibe”. Congran acierto Andrés Torres Queiruga ha dado cumplida respuesta: “quien alescucharle, leer sus entrevistas y repasar sus escritos no perciba ahí una pro-funda y muy actual sabiduría teológica, o no sabe teología o, lo que es peor,tiene una idea muy estrecha y academicista de su esencia y su función”.

    Le sobran razones a Francisco para subrayar que “la nuestra no es unafe-laboratorio, sino una fe-camino”, y romper “la identificación de la fe conlos conocimientos sobre la fe” que lleva a priorizar a la Conferencia episcopalen los próximos años, Congresos, Jornadas, Conferencias7. El punto diferen-cial entre la propuesta del papa y las otras visiones no solo es el tono de lacomunicación, ni la presencia de la afectividad sino sobre todo el criterio deabandonar el nominalismo y “poner la fe en práctica”, pues lo contrario

    7 Mientras escribo este artículo recibo un libro-regalo de mi arzobispado que en su noble tarea detener formados e informados a sus sacerdotes ha publicado las Jornadas diocesanas sobre “Voca-ción y misión del matrimonio y la familia en la Iglesia y en el mundo” (2015) conferencias todas ellas

    a cargo de cuatro conocidos cardenales que se oponen frontalmente al papa Francisco en susenseñanzas sobre la familia. Todo un ejemplo de equilibrio y obediencia debida.

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    “degenera en intimismos y gnosticismos que no dan fruto, que esterilizan su

    dinamismo” (EG 233). Por esta razón, Francisco sugiere a la Iglesia italiana que“se acuerden de que el mejor modo para dialogar no es el de hablar y discutir,sino hacer algo juntos, construir juntos, hacer proyectos: no sólo entre católi-cos, sino juntamente con todos los que tienen buena voluntad”. Les propone“no mirar la vida (ni la cultura) desde el balcón, sino comprometeos, sumergíosen el amplio diálogo social y político”. Y evite “encerrarse en las estructurasque dan una falsa protección, en las normas que nos transforman en juecesimplacables, en los hábitos en los que nos sentimos tranquilos”. Es una praxisque genera cambio social, conversión personal y compromisos que se distan-

    cian del ejercicio meramente intelectual. La fe

    o genera compromisos éticos, políticos yespirituales o será sólo un discurso efímero: loque lleva a denunciar a las “conferenciasinternacionales que se quedan en el reino dela idea, en buenas propuestas y proyectos”.“Las ideas desconectadas de la realidad origi-nan idealismos y nominalismos ineficaces…purismos angélicos, proyectos más formalesque reales…" (EG 231-232). Las propuestas

    del papa están orientadas a generar procesos, comportamientos y buenas

    prácticas, que se despliegan en acciones cívicas que trascurren en la vida coti-diana, en estilos de vida que conforman personalidades y en trasformacionespolíticas que crean condiciones de justicia a través de eslabones sostenidos enel tiempo ya que “el tiempo es superior al espacio” (EG 222-224).

    Para algunos críticos, esta polifonía del lenguaje desmerece comomagisterio; son aquellos que están más interesados por la ortodoxia que porla ortopraxis, más preocupados en defender certezas que en promover bue-nas prácticas, más seducidos por las ideas claras y distintas que por su capa-cidad trasformadora. Se olvida que la tradición cristiana, desde sus orígenes,era fundamentalmente simbólica, narrativa, alusiva, poética. Sólo se necesitó

    del concepto unívoco cuando se hizo excluyente y precisó trazar fronteras eimponer ortodoxias. Como observa Lluís Duch en La religión en el siglo XXI(2012), “en algunos conceptos greco-cristianos como herejía, secta, aposta-sía, cisma, etcétera, intervino mucho más decisivamente el vocabulario de lafilosofía griega que el de la propia religión cristiana, que en los primeros añosera completamente adogmática y ni siquiera era una religión en el sentidoconvencional del término... La ortodoxia es siempre el fruto de limitaciones yde trazado de fronteras, de quienes ejercen el poder en ella, en ocasiones sinninguna autoridad”.

    La originalidad de este empeño por abrir la razón a otras experiencias de

    verdad consiste en cuestionar el monopolio de la razón que sólo funciona y se

    La tradición cristiana,desde sus orígenes, erafundamentalmente simbólica,narrativa, alusiva, poética.Sólo se necesitó del conceptounívoco cuando se hizoexcluyente e impositiva

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    orienta a su propia potenciación; en cuestionar el logo-centrismo que cancela

    dimensiones auténticamente humanas sin despreciar ningún resultado de larazón ya que el cristianismo nunca se acreditará en contra de la razón, sino quesiempre estará a favor de ella, como proponía la conocida historieta del padreBrown. El simpático detective descubre que Flambeau es un falso sacerdote acausa de su relación con la razón. “Debo confesarle a Usted que mi oficio meconvenció de que usted no era un sacerdote. –¿Y qué fue?, le preguntó elladrón alocado. –Que usted atacó la razón y eso es de mala teología”.

    La cultura y la configuración del pueblo

    El tercer puente que vincula el humanismo cristiano con la cultura hacereferencia a instituciones, universos simbólicos, sistemas lingüísticos, costum-bres y tradiciones que conforman un pueblo en el que se nace, se vive, secrece y se muere. Hablamos de cultura española o alemana para caracterizartodos los procesos constituyentes, que se han sedimentado en la lengua, enlas confesiones religiosas, en las prácticas sociales, en tradiciones populares,en sistemas simbólicos. La evangelización nunca se ha construido sobre unvacío socio-cultural, sino sobre lenguajes, convicciones, mentalidades y prác-ticas preexistentes hasta el punto que la fe no solo produce pueblo sino quees también producida por el pueblo ya que está siempre afectada por las

    circunstancias históricas sociales y políticas.La cultura produce pueblo 

    La fe tiene pretensión de configurar la realidad ya que “el pueblo deDios se encarna en los pueblos de la tierra, cada uno de los cuales tiene sucultura propia… Se trata del estilo de vida que tiene una sociedad determi-nada, del modo propio que tienen sus miembros de relacionarse entre sí, conlas demás criaturas y con Dios…La gracia supone la cultura, y el don de Diosse encarna en la cultura de quien la recibe" (EG 115). “Convertirse en pueblorequiere un proceso constante en el cual cada nueva generación se ve involu-

    crada. Es un trabajo arduo y lento que exige querer integrarse y aprender ahacerlo hasta desarrollar una cultura del encuentro en una pluriforme armo-nía” (EG 220). En la tradición de la Iglesia Latinoamericana desde Medellín aAparecida, la cultura no tiene el sentido humanista de formación y conoci-miento, sino que está relacionada con su aspecto histórico, social, económicoy etnológico.

    Pero esta configuración puede entenderse como un dominio impositivopor parte de quien se siente poseedor exclusivo de la verdad, de la belleza ode la bondad; así lo postulan quienes insisten en el papel único y privilegiadode las raíces cristianas en la construcción de España o de Europa. Francisco

    habla más bien de un proceso cooperativo con otros agentes, con otras ins-

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    tancias y otras confesiones; no aspira a convertirse en la única cultura que

    crea un pueblo, sino que connota siempre una unidad plural enraizada en unacomún historia y en un proyecto histórico común de justicia y de paz, queincorpora el conflicto como elemento constitutivo de la unidad del pueblo. Elpueblo no nace de la paz de los cementerios sino de “la comunión en lasdiferencias”, donde “los conflictos, las tensiones y los opuestos puedenalcanzar una unidad pluriforme, que engendra nueva vida” (EG 228) de “unpacto cultural”, de “una diversidad reconciliada” (EG 230), de una “multifor-me armonía” (EG 117). “El modelo no es la esfera donde cada punto es equi-distante del centro y no hay diferencias entre unos y otros. El modelo es elpoliedro, que refleja las confluencias de todas las particularidades, que en él

    conservan su originalidad” (EG 236).El papa establece algunos principios para gestionar la creación de pue-blo. Un principio básico consiste en abandonar el “nominalismo formal” (EG232) ya que “la realidad es superior a la idea”. Hay dos cuestiones sensiblesque en la actualidad muestran el tamaño del desencuentro entre la perspec-tiva del papa y ciertas visiones todavía hegemónicas que persisten en elmundo católico: la familia y la unidad de un país. Ambas realidades puedencomprenderse desde la idealidad abstracta o desde la nuda realidad histórica.

    Hay un concepto de familia y de patria queno existe en ninguna parte. Se habla de los

    derechos abstractos de la familia por encimade la realidad de las personas o de la unidadinviolable de la nación por encima de lospueblos. Es un reproche que formuló el pre-sidente del Tribunal constitucional de Italiaen diálogo con Benedicto XVI: les interesamás la Vida que los vivientes, más la Familia

    que las personas que viven en familia. Francisco recupera esa lógica de loviviente, que siempre es individualizada y de este modo clausura un periodoen el que la Iglesia hablaba del mundo, pero sin ponerse nunca o casi nunca

    en situación de mundo; no le ha interesado su actualidad, su tiempo concreto,singular y diferente de todos los demás, sino más bien la condición abstractay fantasmal de “ser mundo”.

    La consecuencia es que en la abstracción no hay compasión, sino másbien principios innegociables. Nadie tiene compasión ni empatía con la homo-sexualidad ni con el divorcio, sólo se tiene con la persona en carne y hueso.La propuesta de Francisco es inequívoca “acoger con afecto y no tener miedode la bondad ni de la ternura”. Es cierto que el contacto con lo real y lo con-creto puede ofrecer algún contagio, pero “prefiero tener una Iglesia acciden-tada que una Iglesia encerrada que se mira a sí misma, encorvada sobre sí y

    narcisista”. Nuestro tiempo tiene hoy empacho de abstracción; rechaza a

    Nuestro tiempo tiene hoy

    empacho de abstracción;rechaza a quienes hablan dela pobreza y del paro y no hanvisto nunca a un pobre ni a unparado

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    quienes hablan de la pobreza y del paro y no han visto nunca a un pobre ni a

    un parado. Esta trasformación cultural lo expresaba hace unos días un volun-tario de la Cruz Roja ante la muralla de Melilla “Hasta que no abracé a uninmigrante no supe lo que era la inmigración. Nadie debería hablar de losinmigrantes si antes no les ha abrazado”.

    El pueblo produce cultura

    El pueblo no es sólo receptor de la fe, sino también productor de lafe. Construye los signos del tiempo que son los grandes consensos alcanza-dos por la humanidad acerca de la libertad y la razón, la verdad y la justicia,

    la felicidad y la belleza. De ahí que los cambios sociales y culturales no pue-den considerarse como un territorio hostil que deben ser conquistados porel Evangelio sino como el domicilio de Dios que plantó su tienda con losmateriales culturales de cada época. Evangelio y cultura no suman dos, yaque no existe un lugar extra-cultural para el evangelio ni este se puederepresentar en un escenario a-cultural. La cultura no está suspendida sobrelas cabezas de los creyentes, sino que es el domicilio y el hogar de todos losseres humanos.

    “La cultura es algo dinámico que un pueblo recrea permanentemente ycada generación trasmite a la siguiente un sistema de actitudes ante las situa-

    ciones existenciales, que este debe reformular frente a sus propios desafíos”(EG 122, 68). Este carácter dinámico y protagónico del pueblo fiel, Franciscolo hace valer para asuntos de especial importancia hoy. Concluye que “Diosdota a la totalidad de los fieles de un instinto de la fe –el sensus fidei – quelos ayuda a discernir lo que viene realmente de Dios. La presencia del Espíri-tu otorga a los cristianos una cierta connaturalidad con las realidades divinasy una sabiduría que les permite captarlas intuitivamente, aunque no tengan elinstrumental adecuado para expresarlas con precisión” (EG 119). Lo cual sig-nifica que nadie puede hablar con autoridad si no practica previamente unaescucha obediente, antes de hablar alguien con autoridad, ha de sentirse

    hablado por el sentido de la fe. De ahí el consejo a los que detentan autori-dad que “caminen delante, detrás y al medio de su pueblo”. Es el sentido dela fe quien le ha librado de ponerse al servicio de los poderosos. Y coheren-temente no habrá razón en el futuro para prescindir de lo que la teologíapatrística y medieval llamó la “receptio” por la cual solo hay autoridad cuandoes aceptada por la comunidad.

    Este papel dinámico y creador del pueblo con respecto a la fe permiteentender el gesto de hacerse bendecir por el pueblo inmediatamente des-pués de presentarse como Obispo de Roma. Es un gesto que sorprendió aquienes consideran que el pueblo es solo receptor de bendición. Como tam-

    poco sorprende que pregunte al pueblo sobre asuntos matrimoniales y de

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    familia en el contexto del Sínodo. Este aspecto ha sido torpemente rechazado

    como “sociologización de la fe” por aquellos que viven su teología resguar-dada de las inclemencias del espacio y del tiempo, de espaldas al pueblo.Hace unos años le oí decir a un teólogo de raza que la entrada del métodoconocido como ver-juzgar-actuar en las comunidades cristianas había origina-do la devaluación del Evangelio y su conversión en mera sociología, cuyoresultado es el sometimiento de la Palabra de Dios a los condicionamientossocio-culturales. “Muchas de sus afirmaciones, se le acusa, producen la peli-grosa sensación de que la doctrina y la disciplina de la Iglesia podría adaptar-se a las opiniones de las mayorías”.

    En la condición histórica del cristianismo reside el punto crucial del

    encuentro con la cultura. No comprender esta condición significa creer que elcristianismo tiene su propio lenguaje, sus propios símbolos, sus propias insti-tuciones y en consecuencia la cultura le resulta un estorbo. Este caráctera-histórico ha hecho que se confundan con la fe cristiana prácticas obsoletasajenas a la sensibilidad del pueblo. Sucede cuando se mantiene la visión neo-platónica para representarse el orden social en forma jerárquica y piramidal.

    O cuando la concepción feudal del poder quesirvió para convertir al papa en un señor feu-dal y a los obispos en una especie de gober-nadores con capisayos y tiaras propias de

    aquellos tiempos, impiden la inmersión en lacultura democrática o la negación de losderechos de la mujer en la Iglesia; aspectosestos que el pueblo fiel no puede entender.En la cultura actual ni es creíble ni posibleestar de espaldas al pueblo fiel, ni excluirlode la participación en el gobierno. Torpemen-

    te la voluntad popular, las libertades cívicas y los derechos individuales seconsideraron enemigos de la iglesia jerárquica. La institución de la Iglesia y lacultura democrática caminarían por sendas contrapuestas. Nuestro tiempo no

    sitúa la verdad fuera de la historia, sino que ella misma tiene historia. Cuandola verdad se entiende como expresión directa y a-histórica de la voluntad deDios no necesita la democracia ni la participación ya que se reviste de eterni-dad y universalidad, y de este modo libera o exculpa a los fieles de buscar laverdad, de iluminar su conciencia personal y de ejercer la responsabilidadcívica. Con razón, el papa Francisco considera al cristiano como una persona-lidad incompleta, más propensa a la pregunta que a la respuesta: “Si unapersona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un mar-gen de incertidumbre, algo no va bien”; “Y si uno tiene respuesta a todas laspreguntas, es prueba de que Dios no está con él”; “Un cristiano que lo tiene

    todo claro y seguro, no va a encontrar nada”.

    Desde el comienzo de suministerio, el Papa Franciscoadvirtió de los efectos

    contraproducentes quecomportaba distanciarse dela realidad para convertir a laIglesia en una realidad auto-referencial

  • 8/19/2019 Iglersia Viva, No. 264

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    ESTUDIOS Joaquín García Roca

    [264] 33 iviva.org

    Desde el comienzo de su ministerio, el papa Francisco advirtió de los

    efectos contraproducentes que comportaba distanciarse de la realidad paraconvertir a la Iglesia en una realidad auto-referencial, que no se deja afectarpor los gemidos de los pobres y de la tierra. Llamó a salir a su encuentro yhacer que el Evangelio asuma el cuerpo real de la historia mediante la apues-ta por el método experiencial y contextual. La fe y la teología se fecundaronpor las filosofías de cada tiempo, hasta construir admirables síntesis filosófi-co-teológicas; posteriormente se abrió a las ciencias sociales y a la antropo-logía cultural y se generó toda la gama de teo