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INTELIGENCIA E X PERIMENTAL ESTA INCURSiÓN POR SENDEROS INEXPLORADOS NOS OBLIGA A REVISAR LAS PERCEP-
El ías T ra bu lse
ClONES TRADICIONALES ACERCA DE UN PERIODO FUNDAMENTAL DE NUESTRA HISTORIA.
VEMOS A LOS ..JESUITAS Y A SUS ALUMNOS INVOLUCRARSE DE LLENO EN LOS GRAN-
DES DEBATES DE LA CIENCIA EUROPEA Y PROPONER CON FRECUENCIA LINEAMIENTOS
PRECURSORES . LAs TENDENCIAS, A VECES DIVERGENTES , A VECES ENCONTRADAS
QUE , EN MATERIA DE MODELOS Y MÉTODOS , ADOPTABAN LOS RELIGIOSOS PRODUcíAN
UN CLIMA SUMAMENTE FECUNDO PARA LA INVESTIGACiÓN . SIN ESTA SÓLIDA BASE NO
PODEMOS EXPLICAR EL ALTO NIVEL QUE ALCANZÓ EL DESARROLLO CIENTíFICO EN LAS
DÉCADAS QUE PRECEDIERON LA INDEPENDENCIA; SIN EL ALTO RIGOR DE LOS TRABA-
..JOS DE INVESTIGACiÓN PURA Y APLICADA EL ÉxiTO DE LAS OTRAS EMPRESAS EVAN-
GELlZADORAS DE LOS ..JESUITAS NO HUBIERA SIDO POSIBLE . ¿QUIÉNES FUERON LOS
ARTíFICES DE ESTA " PRIMERA ILUSTRACiÓN
E n el último te",ío del síglo xvm las ciencias de
la naturaleza lograron en México un desarro
llo sin precedente. Una numerosa comunidad
científica de criollos y peninsulares abordó
casi toda la gama del conocimiento científi
co de la Ilustración obteniendo resultados
valiosos en campos como la botánica, la geo
grafía, la química o la astronomía. Al buscar
los origenes de ese vasto movímiento intelec
tual los historiadores han señalado que fue
ron las condiciones socio-económícas de la
Nueva España, aunadas a las reformas em
prendidas por Carlos ID, las que crearon el
ambiente favorable a ese impulso dado a las
ciencias. Sólo muy ocasionalmente se ha in
tentado rastrear más allá de estas circunstan
cias, y entonces se ha podido afirmar que fue
la labor educativa de la Compañía de Jesús la
que había preparado el camino, pero que, por
diversas circunstancias tales como el apego a
la tradición escolástica, o el temor a las no
vedades que pudieran cuestionar el dogma,
los maestros jesuitas pocas veces habían
franqueado el umbral que llevaba a la mo
dernidad científica que caracteriza a nuestro
siglo de las Luces. Más aún, la expulsión de
CIENTíFICA " MEXICANA?
C/¡r¡slopltorus Clalfius. Tomado de la orden en 1767 había aniquilado los brotes
de reforma que hubieran podido existir, de tal
lHs Esta peculiar manera de enfocar el desa
rrollo científico de la Nueva España no es re
ciente, ya que viene desde finales del siglo
XVIlI, y ha llegado hasta nuestros días. Recor
demos que Porfirio Parra, el primer historia
dor que intentó a principios de este siglo re
capitular los logros de la ciencia mexicana
desde los tiempos prehispánicos hasta su
época, pasó por alto completamente la apor
tación jesuita. Y en fechas más próximas a
nosotros dicha actitud no parece haber cam
biado en forma significativa. Sin embargo,
cabe señalar que parte de ese olvido puede
atribuirse al hecho de que la obra científica
de la Compañía de Jesús en la Nueva Espa
ña se ha visto relegada a un segundo plano
por lo que se considera la principal aporta
ción de esa institución al desarrollo históri
co de México: la creación de una conciencia
nacional. Los historiadores que han rastrea
do el origen y desarrollo de la "idea de pa
tria" durante el siglo XVIII, asignan un lugar
relevante a ese grupo de jesuitas humanistas
criollos que ayudaron, con obras de indiscu
tible valor, a formar entre sus compatriotas
una conciencia "mexicana", y con justa ra
zón han indicado que en su labor está el ori
gen del proceso ideológico que llevó a la In
dependencia. Sus obras históricas y literarias
así como sus textos polémicos donde refuta
ban los argumentos de los ilustrados euro
peos en lo referente a la inferioridad de la
naturaleza y de los habitantes del Nuevo
Mundo en lo que con justicia se ha dado en
llamar "la calumnia de América", forman sin
Galerie l lluslrée de la Compagnie de
J éSlIS, París, 1893.
Colección ManuelA rango Arias.
Biblioteca Francisco Xavier
ClaviyerofUlA.
Andreas Cellarius. Harmonia
Macrocosmica.1660.Amsterdam.
manera que podían pasarse por alto los in
tentos renovadores de la Compañía de Jesús
en cualquier estudio serio y objetivo de la vi
da científica novohispana posterior a 1767. A
partir de esta fecha, según la historiografía
tradicional de la ciencia, la Nueva España se
abrió a las corrientes de la modernidad.
73
Mapa de la, Cali fornia, su golfo y
provincias., . Tomado de Miguel Venegas,
Noticia de la California y de su
conquista temporal..., Madrid, 1757.
Bibl'ioleca, Francisco Xavier
Clavigerol U J A.
duda una de las aportaciones más relevantes
de los jesuitas mexicanos a la cultura de su
país. Sin embargo, no es ésta la única con
tribución significativa, ni la única que debe
mos considerar. El interés de las siguientes
reflexiones es precisamente el de enfocar ba
jo una perspectiva un poco diferente de la
tradicional, la aportación jesuita a las cien
cias durante el siglo XVIII a partir de la sim
ple evaluación de algunos de sus logros.
E! análisis de la labor jesuita en el campo
de las ciencias durante el siglo xvm nos per
mite despejar una incógnita que la historio
grafía de la ciencia mexicana pocas veces ha
intentado dilucidar, aunque su importancia es
obvia pues se refiere a la continuidad o dis
continuidad de todo un proceso histórico. En
efecto, el lapso que corre de la muerte de Si
güenza y Góngora, en 1700, a la expulsión de
la Compañía en 1767 es uno de los periodos
oscuros de la ciencia mexicana; periodo que,
como se sabe, está enmarcado por dos mo
mentos de auge intelectual. Esta visión de la
historia no explica la repentina decadencia de
la ciencia mexicana después de la muerte de
Sigüenza ni tampoco el súbito auge del últi
mo tercio del siglo xvm. Afirma que ambos
momentos de brillo intelectual se dieron casi
sin antecedentes. Fueron movimientos espon
táneos surgidos después de dos épocas de es
tancamiento e incluso de retroceso. En el ca-
74
so particular de los antecedentes intelectuales
de Sigüenza esta teoria ha mostrado estar
equivocada, pues en la actualidad ya resulta
evidente el valor de la labor de la comunidad
científica que surgió entre 1630 y 1680 en tor
no a fray Diego Rodriguez y a la cátedra uni
versitaria de matemátícas. Y respecto a la
epoca de las Luces, la tesis de la discontinui
dad tampoco se sostíene ya que es evidente
que fue heredera de un vigoroso y amplio
movimiento intelectual que estuvo formado
por varias comunidades científicas que se
escalonan a lo largo de esos 67 años. Ahora
bien, un recorrido por este periodo oculto del
siglo XVIIl nos muestra, más allá de toda duda,
el papel relevante que tuvo la Compañía de
Jesús en el desarrollo de la ciencia, no sólo
por las aportaciones de sus miembros, sino
también por las de sus discípulos entre quie
nes se encuentran los más distinguidos cien
tíficos criollos de finales del siglo.
1", En esos 67 años del siglo XVlIJ se dio un fe
nómeno intelectual que he denominado "pri
mera ilustración científica mexicana", y que
se caracteriza por una vasta labor en el cam
po de la erudición científica, por la critica de
las antiguas teorías y por una gran curiosi
dad científica. Muchos de sus logros pasaron
a ser lugares comunes de la segunda mitad
de la centuria en los campos de la astrono
mía, la física, la botánica, la zoología y la
química. Desde antes de mediar el siglo las
cátedras dictadas por algunos de los más
adelantados miembros de la Compañía die
ron cabida a la discusión de teorias científi
cas tales como el atomismo, la gravitación
universal, la generación seminal, las dimen
siones del universo o el sistema del mundo.
lit. La aportación jesuita a las ciencias natu
rales se percibe particularmente en las obras
históricas que redactaron y que, al estilo clá
sico, contenían una sección dedicada a la
historia moral o civil y otra a la historia na
tural. En su Noticia de la California, publica
da en Madrid en 1757, el padre Miguel Vene
gas incluyó una sección dedicada a la flora,
la fauna y los minerales de la región. Esta
obra fue corregida y añadida por Miguel del
Barco y, ambas, junto con las de Clavijero y
Baegert sobre California representan el apor-
Berna.rdo de Miera. y Pacheco.
Mapa del reino del N llevo México ...
1760.
103 ); 79cl1I.
Mapolcc:a. Manuel Orozco y Beml.
S/..tP-SAUARP..t .
te naturalista más importante del siglo XVIl1
al conocimiento de esa península. Clavijero
se acercó inclusive a los métodos taxonómi
cos de Tournefort y de Linneo, pero al per
catarse que la naturaleza americana desbor
daba esos esquemas de clasificación, optó
por seguir los sistemas tradicionales pura
mente descriptivos. En las secciones dedica
das a la zoología de su Historia antigua de
México, Clavijero enumeró 142 especies entre
las reconocidas, confundidas o ignoradas
por Buffon en su Historia natural. Por su
parte, sabemos que el jesuita José Rafael
Campoy elaboró una obra de ictiología ame
ricana que lamentablemente está perdida.
,,,, Si de las ciencias de la vida pasamos a las
ciencias físicas veremos que los jesuitas im
pulsaron la modernidad cientifica al intentar
conciliar la tradición con los nuevos descu
brimientos cientificos lo que, tarde o tempra-
75
no, permitiría separar a éstos de aquélla. En
efecto, esta actitud ecléctica, apoyada por di
versas autoridades de la orden, fue muy vulnera
ble a la crítica, de tal forma que para el año de
la expulsión algunos autores ya se habían ale
jado de la ciencia de la escolástica decadente
propia del siglo XVII. La renovación fue ini
ciada por el padre Agustin Castro, quien acep
tó el intento conciliador del también jesuita
Honorato Fabri entre las teorías atomisticas
y el sistema aristotélico. Los escritores de la
Compañía que florecen entre 1700 y 1750 adop
taron esta postura de tal forma que en sus
obras -casi todas ellas manuscritas- vemos
citados a Aristóteles, santo Tomás, Melchor
Cano y Suárez al lado de Descartes, Bacon,
Newton, Leibniz, Franklin, Kepler, Copérnico,
Galileo, Torricelli y Boyle. Hablan con fa
miliaridad y buen conocimiento de la nueva
fisica, es decir, de las experiencias sobre el va
cío y la presión atmosférica, de la ley de la
inercia, de la gravedad, de la óptica corpuscu
lar y de las experiencias eléctricas. Paulatina
mente, los jesuitas llevaron a los estudiantes
novohispanos de sus escuelas -aunque debe
mos decir que no sin resistencias- al abando
no, en asuntos de física, de los métodos lógi
co-deductivos propios de la escolástica, sus
tituyéndolos por los de la ciencia moderna.
En este punto la "primera ilustración", enca
bezada por los jesuitas, abrió el camino al de
sarrollo de la física novohispana tal como la
estudiarían un Bartolache, un Alzate o un León
y Gama, medio siglo después.
IHS Se comprende bien que Andrés de Gue
vara y Bazoazábal, que ingresó en 1764 a la
Compañía, haya hecho un elogio de la física
moderna tal como el que leemos en sus Insti
tuciones elementales de filosofía, obra en la
cual exalta las figuras de Bacon, Descartes y
Galileo, a quienes agradece el haber antepues
to las luces de la experiencia y de la razón al
"encanecido prejuicio" de la escolástica ver
balista. Un lenguaje tan desafiante lo encon
traremos solamente en las sátiras antiperipa
téticas de Moziño o de Alzate, pero para ello
habría que esperar todavía algunos años.
IH' En el vasto terreno de la química la obra
de los jesuitas tampoco fue a la zaga. El pa
dre Francisco Javier Alejo de Drrio elaboró
¡llnacio de Paredes. Catecismo
mexicano que contiene toda
la doctrina christialla ... , JI1 éxito, J 758.
B,:blioteca Francisco Xat,ier
Cla.vigerol UH.
~ib(/jo:
Mapa de la. Cali fornia.. su golfo y
provincias .. . Tomado dI' ilIiyuelVéneyas,
Noticia de la Cali fo rni a y de su
conquista temporal.... Madn:d. J 757.
Biblioteca Francisco Xa:vier
Claviyerol [l1A.
(Detalle.)
a mediados del siglo todo un tratado donde
abordó los aspectos más avanzados de la
química, la física, la geología y la metalur
gia de su época. Eran años en que las teo
rías de Lavoisier todavía no revolucionaban
el conjunto de la química, sin embargo
arrio abogó, 20 años antes que el científico
francés, por la necesidad de la química ex
perímental como el único camino para co
nocer el comportamiento de la materia. Ca
lificó a esa ciencia como "la más delectable
que puede recompensar las melancolías de
un estudio retirado; la más noble que pue
de divertir a un Político en las asambleas de
su Gabinete". Sus fuentes e interpretaciones
lo alinean con los químicos más adelanta
dos de su época. Estudió el comportamien
to de los metales y por primera vez dio una
explicación puramente química del proceso
de amalgamación de la plata. arrio abando
nó la vieja teoría de la "simpatía" y "anti
patía" y se adhirió al concepto de "reacción
química". En éste, como en otros aspectos,
resulta a nuestros ojos más avanzado inclu
so que algunos de los científicos de tres o
cuatro décadas más tarde.
1 ... Fue Humboldt quien por primera vez ana
lizó y estudió los informes y mapas geográ
ficos de la Compañía de Jesús de la Nueva
76
España y quien también, antes que nadie,
supo valorar sus aportaciones. Su Ensayo
político contiene numerosas referencias a las
observaciones realizadas por los jesuitas pa
ra determinar las posiciones de la capital vi
rreinal, Puebla, Guanajuato y de otras loca
lidades urbanas, así como de algunos puntos
de Sonora, de la península de California, y
de los litorales del Mar de Cortés. Según
Humboldt, fueron los jesuitas los primeros
en explorar estas remotas regiones y en uti
lizar los datos astronómicos y topográficos
que obtuvieron en mapas tan precisos como
útiles. Sin duda, la apreciación de ese viaje
ro alemán es correcta ya que los geógrafos
jesuitas del xvm cubrieron con sus trabajos
prácticamente toda la vasta amplitud del vi
rreinato. Esta magna obra cartográfica era
necesaria para las labores misioneras de la
orden en regiones desconocidas y retiradas,
de tal forma que fueron ellos quienes por vez
primera realizaron mapas precisos de zonas
tales como la Alta y la Baja California, Ari
zona, Nuevo México, Sonora y Sinaloa, de
las cuales señalaron con exactitud los aspec
tos hidrográficos y orográficos, así como sUs
misiones, pueblos y puertos. Los nombres de
Consag, Nentwig, Linck, Venegas y Kino de;ben ser recordados dentro de la historia deja
Arriba:
F,:rma autógrafa. de
Eusebio Francisco Kino.
FondoA'rchivos Histó·ricos.
Biblioteca Francisco X,wier
Clav':gero/ U lA.
Ahajo:
Francisco Javier Clavijero, Historia
allt.igua de México, primera edición.
Roma, 1780.
Biblioteca Francisco Xavier
Clavigero/UIA.
STORIA ANTIC~
DEL MESSICO CA,VATA DA' M1Cil:tORI STORlc r SPAGNUOLI.
DJVISA IN OrEel LIBRJ, E CORREDATA DI CARTE GEOGRAFICHE,
.E DI VAR IE FIGURE:
DIS SE RTAZIONI
o P E R A DE LL' ABA TE
D. FRANCESCO SA VERlO e L,A V T G E!: o (jb
~ TOMO JIl. ~
PU Ü~.,(O R,u, .. , .. u.. , .... "" ..... '" f .u..uw c. Li¡ClI~".It' SlIlfrj"i.
cartografía mexicana por sus aportaciones.
Kino elaboró, él solo, 31 mapas entre los que
destaca el que señala definitivamente la pe
ninsularidad de California. Dos grandes ma
pas generales del virreinato fueron realiza
dos por jesuitas, con lo que antecedieron en
varios años a la célebre carta de Alzate: la de
Ignacio Rafael Coromina y la de José Rafael
Campoy. A ellos debemos añadir los trabajos
cartográficos de Clavijero y de Alegre.
/H<; La pericia astronómica de los padres de la
Compañía en la confección de mapas geo
gráficos no sólo se puso de manifiesto en es
te tipo de actividad sino también en su deri
vación más evidente: la discusión sobre el
sistema del mundo. Durante el siglo xvm
existieron dentro de la Provincia novohispa
na todas las tendencias, desde el geocentris
mo más radical de los padres Cristóbal flo
res o Juan Brea, defensor de las teorias
aristotélico-ptolemaicas, hasta el heliocen
trismo de Abad o de Guevara y Basaozábal,
pasando por las tesis eclécticas de Clavijero
o Alegre, adictos al sistema de Tycho-Brahe.
Sea cual fuere nuestra opinión sobre tan va
riada gama de teorias, es obvio que su sim
ple confrontación condujo a la apertura que
llevó a la plena aceptación no sólo el coper
nicanismo sino también del mecanicismo
newtoniano del cual los jesuitas Dávila y
Castro fueron los más ardientes defensores.
Cuando Guevara escribe, varios años des
pués de la expulsión, su enjundiosa obra lla
mada Pasatiempos de cosmología, no hace
sino recapitular varios decenios de estudios
hechos por los jesuitas novo hispanos. Su
aceptación y adhesión final a las teorias de
Newton pusieron a la Compañía de Jesús a
la vanguardia de la modernidad cientifica
ilustrada en la Nueva España.
,!<s y esta modernidad cientifica se pone de
manifiesto no solamente en la labor de los
miembros de la Compañía sino también en
la de muchos de sus discípulos. Es interesan
te observar el número de hombres de cien
cia, pertenecientes tanto a la primera como a
la segunda etapa de nuestra ilustración, que
fueron educados por los jesuitas. Todos ellos
77
forman uno de los grupos más brillantes en
la historia de la ciencia mexicana. Durante el
periodo 1700-1767 aparecen los nombres de
José Antonio de Villaseñor y Sánchez, cos
mógrafo de la Nueva España, autor de una
voluminosa obra geográfica sobre México;
José López Castrejón, experto en física y me
cánica, a quien se deben importantes inno
vaciones a la tecnología minera novohispa
na; Domingo Laso de la Vega, experto
matemático y astrónomo quien rebatió con
argumentos cientificos las bases de la astro
logía y Francisco Xavier de Gamboa, autor
de una célebre obra sobre minería que abrió
el camino a las reformas borbónicas del úl
timo cuarto de siglo. En el período que va de
1767 a 1821 brillan los nombres de Juan Be
nito Díaz de Gamarra, impulsor de la ciencia
y la filosofía modernas y eminente educa
dor; Manuel Mariano de Iturriaga, matemá
tico y filósofo; José Antonio Alzate, natura
lista, astrónomo y cartógrafo; José Ignacio
Bartolache, médico, químico y matemático;
Antonio de León y Gama, astrónomo, mate
mático e historiador; y por último Wenceslao
Barquera, enciclopedista, publicista, jurista y
político. Todos ellos son personajes relevan
tes de la ciencia de la ilustración Mexicana,
y todos ellos reconocen su deuda con la edu
cación recibida en los colegios jesuitas. De
este modo, la tradición cientifica de la Com
pañía de Jesús pervivió varios decenios des
pués de haber sido extinguida la orden en
1773, de tal forma que cuando fue restableci
da en la segunda década del siglo XIX era to
davía patente la riqueza, continuidad y su
pervivencia de su labor en el campo de las
ciencias. e
ELÍAs TRABULSE es doctor en historia por el Colegio
de México; es miembro de la Academia Mexicana de la
Historia y de la Academia Mexicana de la Lengua.
Profesor investigador de El Colegio de México en el área
de historia de la ciencia. Entre sus libros destacan
Historia de la ciencia en México, Los orígenes de la cien
cia moderna en México, Ciencia y religión en el siglo XVII
y El círculo roto. Estudios históricos sobre la ciencia en
México.