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ntroducción. La búsqueda de cómo hablaban los godos cuando llegaron al sur de Francia y posteriormente a España en la primera mitad del siglo V, involucra las deformaciones fonéticas que los godos introdujeron en el latín hablado por ellos, convirtiéndolo en lo que conocemos como el romance, pre- cursor del español hablado en la actua- lidad. Si tomamos como punto de partida el latín, no hay duda que ese era el idioma internacional vigente en los territorios que roma había dominado. El latín debe haber sido para los godos su “segunda lengua” utilizada para entenderse con la gente fuera del ámbito familiar y nacional. Es de supo- ner, que antes del latín, hubo otro idioma, el de los godos, cuya pronun- ciación influenció el aprendizaje de la lengua de los romanos. ¿cómo era, cuál fue ese idioma anterior al uso del latín? no somos los primeros en plantear esa pregunta, por demás obvia. Son numerosos los lingüistas que en el pasado intentaron contestarla y sus indagaciones cubrieron varias etapas. La primera fue de entusiasmo, cuando los lingüistas ger- manos (Friedrich delius, Friedrich diez, H. F. Müller) aco- metieron la tarea de comparar el romance con el llamado idioma “gótico” de corte germánico encontrado en una Biblia escrita en el siglo iV por el obispo ulfilas. La lengua utili- zada en esa Biblia coincidía con la convicción prevaleciente en ese tiempo, de que los godos eran germanos y el nombre de “idioma gótico” fue considerado prueba suficiente de que ese era el idioma de los godos. Muy pronto, los mencionados investigadores se toparon con las dificultades creadas por la presencia en el romance de un complejo tinglado de palatizaciones, una gran variedad de diptongos y sobre todo, la ausencia de la f inicial, que el romance canjeó por una h, generalmente muda. El idioma gótico de ulfilas, clasificado como lengua germana, poseía la letra f al igual que todos los idiomas germánicos, pero el romance visiblemente sufría de alguna dificultad específica, que impedía pronunciarla. Ante los problemas que se presentaban, los investigadores españoles ramón Menéndez Pidal, tomás navarro tomás y Amado Alonso tornaron su atención hacia lo que podían encontrar en España, sin ir más lejos. con ellos se inició una segunda etapa restringida a profundizar lo recopilado en España misma. El tema de cómo hablaban los godos antes de llegar a España se congeló. Los historiadores contemporáneos en España toman por sentado que los godos eran germanos. Los lingüistas ni lo niegan, ni lo confirman y del asunto, simplemente no se habla más. Este trabajo pretende revivir el tema de cómo hablaron los godos originalmente. Qué SABEMoS dE LA BiBLiA dE uLFiLAS. En los inicios del pasado siglo XX, los primeros estudios sobre la formación del castellano se basaron en comparaciones del romance con la llamada lengua gótica de una Biblia escrita en la región del bajo danubio en el siglo iV por un obispo arriano oriundo de turquía, llamado ulfilas o Wulfila (c. 310-383), quien tradujo al “gótico” la Sagrada Escritura. El original de ulfilas no llegó a nosotros, pero existe una copia elaborada en el siglo Vi, hallada en un convento de Werden, Alemania. Fue llamada codex Argenteus por sus letras de plata y se encuentra actualmente en la biblioteca universitaria de uppsala, Suecia. de sus 337 páginas sólo quedan las últimas 186, contentivas de los cuatro Evangelios. Se han encontrado otras muestras fragmentarias del idioma “gótico” similar al del codex Argenteus en varios palimpsestos y en 8 páginas de un comentario del Evangelio de San Juan (el Skeireins). Además, un manuscrito latín del siglo X contiene el alfabeto gótico y varias palabras góticas con su traducción. un estudio pormenorizado de la autentici- dad del codex Argenteus se hizo recientemente en la universidad de tampere, Finlandia. Su autor, el experto david Landau, pudo probar más allá de cualquier duda, que el codex Argenteus fue elaborado en el siglo Vi por dos copistas distintos. 1 La primera persona en analizar el idioma de la Biblia de ulfilas, fue el letrado sueco Johan ihre, quien publicó entre 1763 y 1773 seis estudios acerca del idioma “gótico” utili- zado por ulfilas. En ellos prueba que la Biblia fue escrita en una lengua cuyos principales rasgos son germánicos. Si bien la Biblia de ulfilas fue saludada como el más 124 I Página 1/12 LIBros Ensayo juraTE rosaLEs Este ensayo intenta establecer cuál fue el idioma originalmente hablado por los godos que invadieron la Península Ibérica en el siglo V El idioma que hablaron los godos La Torre del Virrey/Libros/Tercera serie/Verano de 2009

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ntroducción. La búsqueda decómo hablaban los godoscuando llegaron al sur deFrancia y posteriormente a

España en la primera mitad del siglo V,involucra las deformaciones fonéticasque los godos introdujeron en el latínhablado por ellos, convirtiéndolo en loque conocemos como el romance, pre-cursor del español hablado en la actua-lidad.

Si tomamos como punto de partidael latín, no hay duda que ese era elidioma internacional vigente en losterritorios que roma había dominado.El latín debe haber sido para los godossu “segunda lengua” utilizada paraentenderse con la gente fuera delámbito familiar y nacional. Es de supo-ner, que antes del latín, hubo otroidioma, el de los godos, cuya pronun-ciación influenció el aprendizaje de lalengua de los romanos. ¿cómo era, cuálfue ese idioma anterior al uso del latín?

no somos los primeros en plantearesa pregunta, por demás obvia. Sonnumerosos los lingüistas que en el

pasado intentaron contestarla y sus indagaciones cubrieronvarias etapas.

La primera fue de entusiasmo, cuando los lingüistas ger-manos (Friedrich delius, Friedrich diez, H. F. Müller) aco-metieron la tarea de comparar el romance con el llamadoidioma “gótico” de corte germánico encontrado en una Bibliaescrita en el siglo iV por el obispo ulfilas. La lengua utili-zada en esa Biblia coincidía con la convicción prevalecienteen ese tiempo, de que los godos eran germanos y el nombrede “idioma gótico” fue considerado prueba suficiente de queese era el idioma de los godos.

Muy pronto, los mencionados investigadores se toparoncon las dificultades creadas por la presencia en el romancede un complejo tinglado de palatizaciones, una gran variedadde diptongos y sobre todo, la ausencia de la f inicial, que elromance canjeó por una h, generalmente muda. El idiomagótico de ulfilas, clasificado como lengua germana, poseía laletra f al igual que todos los idiomas germánicos, pero elromance visiblemente sufría de alguna dificultad específica,que impedía pronunciarla.

Ante los problemas que se presentaban, los investigadoresespañoles ramón Menéndez Pidal, tomás navarro tomás yAmado Alonso tornaron su atención hacia lo que podíanencontrar en España, sin ir más lejos. con ellos se inició unasegunda etapa restringida a profundizar lo recopilado enEspaña misma. El tema de cómo hablaban los godos antes dellegar a España se congeló.

Los historiadores contemporáneos en España toman porsentado que los godos eran germanos. Los lingüistas ni loniegan, ni lo confirman y del asunto, simplemente no sehabla más.

Este trabajo pretende revivir el tema de cómo hablaronlos godos originalmente.

Qué SABEMoS dE LA BiBLiA dE uLFiLAS. En los inicios delpasado siglo XX, los primeros estudios sobre la formacióndel castellano se basaron en comparaciones del romance conla llamada lengua gótica de una Biblia escrita en la regióndel bajo danubio en el siglo iV por un obispo arrianooriundo de turquía, llamado ulfilas o Wulfila (c. 310-383),quien tradujo al “gótico” la Sagrada Escritura.

El original de ulfilas no llegó a nosotros, pero existe unacopia elaborada en el siglo Vi, hallada en un convento deWerden, Alemania. Fue llamada codex Argenteus por susletras de plata y se encuentra actualmente en la bibliotecauniversitaria de uppsala, Suecia. de sus 337 páginas sóloquedan las últimas 186, contentivas de los cuatro Evangelios.

Se han encontrado otras muestras fragmentarias delidioma “gótico” similar al del codex Argenteus en variospalimpsestos y en 8 páginas de un comentario del Evangeliode San Juan (el Skeireins). Además, un manuscrito latín delsiglo X contiene el alfabeto gótico y varias palabras góticascon su traducción. un estudio pormenorizado de la autentici-dad del codex Argenteus se hizo recientemente en launiversidad de tampere, Finlandia. Su autor, el expertodavid Landau, pudo probar más allá de cualquier duda, queel codex Argenteus fue elaborado en el siglo Vi por doscopistas distintos.1

La primera persona en analizar el idioma de la Biblia deulfilas, fue el letrado sueco Johan ihre, quien publicó entre1763 y 1773 seis estudios acerca del idioma “gótico” utili-zado por ulfilas. En ellos prueba que la Biblia fue escrita enuna lengua cuyos principales rasgos son germánicos.

Si bien la Biblia de ulfilas fue saludada como el más124

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Este ensayo intenta establecer cuál fue elidioma originalmente hablado por losgodos que invadieron la Península Ibérica en el siglo V

El idioma quehablaron losgodos

La Torre del Virrey/Libros/Tercera serie/Verano de 2009

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antiguo escrito conocido de los idiomasgermánicos, a mediados del siglo XXquedó comprobado que el gótico plas-mado en la Biblia no puede ser conside-rado el precursor de los dos grandesgrupos de idiomas germánicos, el occi-dental del que salieron el alemán, elinglés, el holandés y otros, y el nórdico,al que pertenecen los idiomas escandi-navos, el danés y el islandés. El“gótico” de ulfilas recibió una clasifi-cación separada, lo llamaron “germá-nico central” y es la única lengua quese haya encontrado de ese grupo.

En el año 2002, Graeme davis, pro-fesor de idiomas medievales en launiversidad de northumbria, reinounido, publicó un artículo donde ana-lizó el idioma “gótico” del codexArgenteus.2 tituló su estudio CodexArgenteus: lingua gotorum aut linguagotica? Su conclusión fue la siguiente:“the language of the codex Argenteushas long been assumed to be the lan-guage of the Goths —lingua gotorum.the contention of this article is that it isbetter regarded as a religious languagefor the Gothic peoples —lingua got-ica”. (El idioma del codex Argenteus seasumió durante mucho tiempo como lalengua de los godos —lingua gotorum.Este artículo considera que debería serentendido como un idioma religioso delos pueblos godos —lingua gotica.)davis analizó la engorrosa sintaxis pre-sumiblemente copiada del griego en lasfrases de ulfilas y consideró imposibleque este idioma tan enrevesado hayapodido tener un uso práctico de comu-nicación entre personas.

coincidencialmente con davis, laautora de estas líneas ha llegado a unaconclusión similar, obtenida por otravía. una revisión de las condicioneshistóricas que rodearon la creación deesta Biblia, indicaron que “es de sospe-char, que así como ulfilas inventó unalfabeto en el que mezcló letras roma-nas, griegas y rúnicas, también hayaintentado ‘patentar’ un idioma neonato,inventándole una forma escrita. uno delos problemas que últimamente molestaa los germanistas, es que ese idioma noencaja en ninguna de las grandes fami-lias de los idiomas germanos, represen-tadas por el grupo nórdico y el grupooccidental. no hay manera de asignar el‘gótico’ de ulfilas a ninguno de esosdos grupos y surgió la necesidad deinventar una tercera especificación quellamaron ‘central’, en la que sólo figurael misterioso ‘gótico’ de ulfilas.” Elrazonamiento que llevó a esta conclu-sión está resumido en un ensayo que seencuentra en la biblioteca digital de launiversidad de Los Andes, en Mérida,

Venezuela.3

LAS PriMErAS EXPLicAcionES dE LA dESAPArición dE LA f.Volviendo al idioma gótico en sí, vemos que el CodexArgenteus utiliza las siguientes consonantes:

p, t, k, kw f, þ (th), s, h, hw

b, d, g v, ð, z, g m, n, ng l ,r ; w, j

nótese en el cuadro superior central, la presencia de lossonidos f y h, propios de los idiomas germánicos.

Pasemos ahora a la f al principio de las palabras en elromance.

El latín, al convertirse en romance, transformó muchas desus vocales tónicas en diptongos (bonus dio bueno), palatizóla t seguida de la Yod (platea>plaça), la g inicial seguida deuna e o una i se convirtió en h (germanus>hermano), la c (k)fue reemplazada por la g (lacrima>lágrima) y la f inicial amenudo enmudeció, convirtiéndose en una h (ferrum<hie-rro).

de todos los cambios, el que más tinta hizo correr ha sidoel paso de la f a una h, que si bien pudo ser aspirada, llegó anosotros como una letra muda. El tema no era un problemamenor, porque si la incapacidad de pronunciar la f se acep-taba como un rasgo traído e impuesto por la pronunciacióngoda, este simple hecho afectaba la teoría de que los godoseran germanos, puesto que la f es una consonante siemprepresente en los idiomas germánicos y también estaba pre-sente en el texto “gótico” del obispo ulfila.

ProBLEMAS dEL FEnóMEno f>h. Han sido varios los lin-güistas germanos del siglo XX que se dedicaron a explicar laaparición en la Península ibérica del fenómeno f>h.Explicación tanto más difícil, en cuanto que la llegada de lasllamadas “tribus germánicas” debía fortalecer el uso de la fen una península donde el latín ya había sido lengua usualdesde los tiempos del imperio romano y esta letra era de usocorriente en el latín. ninguno de los escritores de origen ibé-rico en la antigua roma había mencionado en sus notas unerror de pronunciación que por ser tan llamativo, hubieramerecido alguna acotación. de allí podríamos deducir, queantes de las invasiones llamadas “germanas” del siglo V, nohay mención de que este fenómeno haya afectado el latín queen esa época se hablaba en España.

ramón Menéndez Pidal dedicó un espacio singularmenteextenso en su libro Orígenes del español. Estado lingüísticode la Península Ibérica hasta el siglo XI al fenómeno f>h.4

inició su análisis con una revisión pormenorizada de las teo-rías que sobre el particular habían adelantado numerososfilólogos antes de él. dado que el cuadro que presentaMenéndez Pidal es muy completo, nos limitaremos a enume-rar cada teoría en forma resumida, colocando entre comillaslo que en cada caso escribió el filólogo español, al que pode-mos considerar sin temor a equivocarnos, como la máxima ymás honesta autoridad en la materia.

Según Menéndez Pidal, los lingüistas Friedrich christiandelius y Achille Luchaire consideraban que se trataba de unrasgo ibérico perenne y que en tiempos posteriores, si bien seescribía f, siempre deben haberla pronunciado como una h.Los refutó Friedrich diez, “teniendo por increíble que lasupuesta falsa grafía de f en h fuese aplicada con tal constan-cia y regularidad, hasta el punto de no deslizarse siquiera unah a los copistas”.

H. F. Müller, escribiendo sobre la cronología del latín

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vulgar, partió “del chocante principioque no hay para qué buscar explicacio-nes históricas, porque cualquier cambiofonético puede darse en cualquierépoca”. La indignación de MenéndezPidal se expresa en los vocablos “cho-cante principio” y casi igual suerte correJ. orr, de quien dice que su “exageradahipótesis” de buscar la explicación enlos sabinos de la antigua roma, no tieneasidero.

En cambio con mucha más acepta-ción comenta Menéndez Pidal las expli-caciones sobre el fenómeno f>h, dadaspor tres autoridades mundiales en lamateria: el francés A. Meillet, el españolAmado Alonso y el suizo WilhelmMeyer Lübke, coincidiendo con ellosque el idioma gascón, cuya lengua,dicen, no contiene el sonido f, sería elmás lógico candidato para explicar lasustitución de f por h.

Esta explicación quedó hasta el díade hoy, según parece, la más aceptada yla que se utiliza en la enseñanza actualsobre la formación del castellano.

LA Auto-contrAdicción. Quedabapor explicar cómo es que el gascón pudoinfluenciar desde el norte a casi toda lapenínsula. Faltaba también otra conside-ración: en la nada desechable hipótesisde que la pérdida de la f pudo haber sidoun fenómeno godo, esta nación entró enEspaña después de 45 años de perma-nencia previa en el sur de Francia ypenetró en la península a través de losVascones, región donde la presenciagoda pudo haber influenciado o refor-zado la sustitución de la f, suponiendo,como aquí pretendemos probar, que losgodos no sabían pronunciar la f.

El propio Menéndez Pidal no pudoevitar de emitir observaciones quehubiesen podido amparar la hipótesis deun origen godo de la f>h, al definir dosnormas apoyadas en ejemplos recopila-dos por él de la pérdida de f tan tem-prano como el siglo iX. Hay que citarlo:

1. La h- del español moderno es un fenó-meno particularmente castellano en cuanto asu propagación, pero no en cuanto a su ori-gen primero.

2. El área primitiva de la h se extendíasobre muchos territorios no castellanos,desde el de los cántabros (oriente deAsturias, noroeste de León, norte dePalencia, Santander y de Burgos) hasta el delos Vascones (rioja, navarra, norte deHuesca).

El cuadro queda aun más claro en elmapa de la extensión de la h en vez de f,que Menéndez Pidal publicó en su libro

Orígenes del español.5

En el mapa, las rayas oblicuas marcan la extensión ini-cial donde la f fue sustituida por una h, el rayado horizontalabarca la extensión moderna de ese fenómeno y el área enblanco es donde la f se mantuvo intacta.

Sobre el particular, escribe Menéndez Pidal: “Si bien losdocumentos del siglo X son los más antiguos que en generalpodemos consultar, todavía encontramos alguno del sigloiX, y como en unos y otros aparece ya el cambio f >h tene-mos que, si el desarrollo de este fenómeno ante nuestra vistaocupa desde los primeros testimonios alcanzables hasta hoyen que aún no ha terminado el proceso, este es, desde elsiglo iX al XX, y si en los tiempos más remotos lo vemosya indudablemente difundido desde el oriente de León porcastilla, por navarra (rioja) y por Aragón, no erraremoscuando, en lo que escapa a nuestra vista, lo consideremosexistente unos cuantos siglos atrás, llevándolo a los orígenesrománicos”.6

En otras palabras: Menéndez Pidal situaba por deduc-ción, el cambio f > h en la época de los orígenes románicos.

Lo QuE dicE EL MAPA. El mapa elaborado por MenéndezPidal tiene una particularidad: la división lingüística que elmapa muestra, coincide con el trazado de la frontera entresuevos y godos. La franja blanca al oeste, coincide con elterritorio de Gallaecia y Lusitania, que originalmente ocupa-ron los suevos con los alanes y donde posteriormente seasentaron en forma definitiva. La estrecha franja blanca enel lado Este de la península coincide con la costa que perte-neció durante dos largos períodos al imperio romano, poste-riormente bizantino. En el medio, toda la parte rayadacorresponde al área del avance godo. ¿Por qué la f no des-aparece en los territorios habitados por suevos y romanosrespectivamente, pero lo hace en el área goda? La preguntaes importante, porque la influencia del hablar gascón nopudo ni extenderse tanto hacia el sur, ni tampoco dejar deinfluenciar las tierras vecinas de Gallaecia y la costatarraconense. Por lo tanto, en ello tenemos una doble con-tradicción al ver que la influencia se extendió hacia lugareslejanos en el sur, pero obvió áreas cercanas de sus vecinosorientales y occidentales.

LoS inVASorES dEL Año 409. Pablo c. díaz Martínez,profesor de Historia Antigua en la universidad deSalamanca, escribe en el libro hispania tardoantigua y visi-goda: “¿Quiénes eran los pueblos que atravesaron losPirineos en 409? Suevos, vándalos y alanos eran tres de lasinnumerables tribus, confederaciones o agregados humanosque a lo largo de la historia romana habían presionado, condesigual fuerza y éxito, sobre las fronteras septentrionales

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del imperio (romano). Los suevos y losvándalos eran germanos, mientras quelos alanos eran un grupo iranio que pro-cedió de una emigración lejana, másoriental, de las estepas rusas al nortedel cáucaso, de donde habían sidoempujados hacia el oeste por los hunosen el siglo iV”.7

de tal manera que en el 409 todavíano hay mención alguna de los godos enEspaña. Lo que hay, son tres gruposinvasores (suevos, vándalos y alanos),de los que cada uno tiene un origen dis-tinto.

Los suevos parecen ser el únicogrupo invasor claramente germano.tácito incluía en la denominación gené-rica de suevos a diversas tribus germá-nicas. Más específicos, los historiadoresalemanes ubican el punto de origen delos suevos en la orilla izquierda del altoElba y esta situación parece gozar deaceptación general, reflejada además,en los mapas históricos de Alemania,incluyendo los que eran destinados a laenseñanza.8 de tal manera que si bientodavía existen algunas dudas acercadel lugar de origen de los suevos quellegaron a España, siempre queda claro,que se trata de personas de origen ger-mánico.

Lo de los vándalos está menos claro.La arqueóloga Marija Gimbutas ubicael punto de partida de los vándalos enla llamada “cultura Przeworsk” descu-bierta entre las nacientes de los ríosElba y Vístula.9 Suponiendo que losvándalos procedieron de esa región yesa cultura, sus orígenes en vez de acla-rarse, se complican. La culturaPrzeworsk es objeto de acalorada discu-sión entre quienes la consideran germá-nica y los que defienden un origeneslavo. Hasta se asomó la teoría de quepodían haber sido un avance de los cel-tas hacia el Este de Europa.

En cambio los alanos no ofrecendificultad alguna. Hay pleno consensoentre los arqueólogos de Europa orien-tal acerca de su llegada desde oriente ala cuenca del bajo don entre el siglo iantes de cristo y el siglo ii de nuestraera. Formaron parte de la invasión sár-mata, de la que los alanos eran unarama, y que luego dio el nombre de“Sarmatia” a toda Europa oriental. Lafiliación irania de los sármatas no sediscute.

Estos tres grupos —suevos, vánda-los y alanos— llegaron a España en elaño 409. relata díaz Martínez, quesegún el obispo Hidacio (c. 388-470):“…alanos, vándalos y suevos cruzaronlos Pirineos el 28 de septiembre o el 12de octubre, no está seguro de la fechaexacta, aunque sí sabe que era un mar-

tes. La noticia de su entrada en Hispania es seguida por laconstatación de que los bárbaros han saqueado el territoriocon sangrienta ferocidad. El cronista (hidacio) que vivía enGallaecia, donde llegaría a ser obispo de la ciudad de AquaeFlaviae, describe un cuadro absolutamente catastrófico sobreel efecto que las invasiones causaron: la asociación de lasbestias, la espada, el hambre y la enfermedad son una recrea-ción del Apocalipsis, pero que presenta acompañada de infor-mación de tipo concreto.”10

En 411 los recién llegados procedieran al reparto de lapenínsula. Suevos y vándalos asdingos ocuparon Gallaecia.“A los suevos les correspondió la zona de esta provincia máspróxima al mar… que se identifican geográficamente con lamayoría de la actual Galicia y norte de Portugal, mientras losvándalos ocuparían la zona de la Meseta norte”.11 Los alanosocuparon la franja central de la península, mientras que laotra rama de los vándalos, los silingos, ocuparon el sur, queposteriormente se llamaría Andalucía.

Veinte años después, en mayo del 429, los vándalos aban-donaron la Península ibérica y zarparon rumbo a África. Sisu breve permanencia de dos décadas en España dejó algunaimpronta del idioma que hablaban o de cómo pronunciabanel latín, posiblemente jamás lo sabremos. Era un tiempo muybreve para dejar huellas de importancia.

LoS GodoS LLEGAn SEPArAdAMEntE. Son múltiples lasfuentes que definen la llegada de los godos a España y todasnos muestran un cuadro que difiere notablemente de las cir-cunstancias suevas, alanas y vándalas. Hacia el año 413 losgodos llegaron a Barcelona, pero la abandonaron al pocotiempo. En Barcelona fue asesinado el rey godo Ataulpho,aparentemente porque sus planes políticos no convencieron aquienes lo habían elegido. Apenas muerto Ataulpho, losgodos regresaron al sur de Francia, región de su primera con-quista en el oeste de Europa, con tierras más favorables a laprincipal ocupación de los godos, que era la ganadería y lacría de caballos. Los pastos, en cuyo aprovechamiento teníanuna experiencia milenaria,12 eran abundantes en los valles ylas llanuras del sur de Francia, mientras que las zonas monta-ñosas del norte de España solo se prestaban para la cría por-cina, en la que también eran expertos, pero que aparente-mente en aquellos primeros años de instalación en las Galias,les atraían menos.

no sería sino en el año 416, cuando los godos, paraentonces con su rey Valia, volverían a pisar brevementeEspaña, en una expedición punitiva contra los alanos y losvándalos. Volvemos a díaz Martínez: “Hidacio, mejor infor-mado que él (que Orosio) sabe que en 416 Valia ha firmadouna paz con el imperio y, en virtud de ella, se ha dirigidocontra los alanos y los vándalos silingos en la Lusitania y laBoetia. Este acuerdo implicaba la concesión por parte delemperador de tierras para cultivar y una zona de asenta-miento en la Galia, a cambo de las prestaciones militares delos godos. En una noticia del año 217, Hidacio apunta que elrey godo, Romani nominis causa, llevó a cabo una granmasacre contra los bárbaros en Hispania”.13

“idacio dice que Valia acabó con los silingos. Los alanos,que se habían impuesto temporalmente sobre suevos y vánda-los asdingos, sufrieron tales pérdidas que los supervivientes,muerto su rey Addax, no volvieron a pensar en un reino pro-pio y se colocaron bajo la protección del vándalo Gundericoque estaba asentado en Gallaecia. Los godos interrumpieronen este momento su campaña al ser reclamados por (el empe-rador) constancio para que regresasen a la Gallia, donde les

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fueron entregadas las tierras deAquitania.”14 de modo que en el año417, los godos todavía no se estabanasentando en España.

Hubo que esperar al año 456, paraque el rey godo teodorico ii decidieraavanzar sobre España donde en aquelmomento el reino suevo apuntaba a laposesión de toda la península. En laEstoria de Espanna escrita por AlfonsoX El Sabio, el avance de teodorico iisobre los suevos es presentado comouna victoria contundente: “E guiso (pre-paró) sus huestes muy grandes, et saliode Francia, la de los godos, et uinossepora Espanna… et ouieron amos(ambos) batalla cerca la ribera del riourbica, que es entre Astorga y Leon euencio (venció) el rey theodorico etmato yaquantas campannas de lossueuos (suevos) et catiuo (cautivó)muchos dellos et los otros fuxieron(huyeron).” El rey Alfonso X El Sabioinforma que después de esa victoriateodorico ii envió tres ejércitos paraocupar toda España.15 Los suevos que-daron relegados a su territorio en eloccidente de la península.

Lo anterior puede resumirse en treshechos clave:

1. Los godos no formaron parte dela invasión inicial. Su interés estabacentrado en el sur de Francia.

2. Los suevos invadieron la penín-sula en el 409. Los godos lo hicieroncasi medio siglo después, en 456.

3. Los godos penetraron en la penín-sula atacando a los suevos, como ya lohabían hecho anteriormente, lo que nospermite inferir que los dos pueblos seconsideraban enemigos, o por lo menos,actuaban como tales.

LA orGAnizAción MiLitAr dE LoS

GodoS. otro indicio de diferencia entresuevos y godos son sus tácticas bélicasy sus sistemas administrativos. Lospocos relatos que tenemos de la llegadade los suevos a Hispania, indican unsistema de ataques tribales, centrado enel saqueo. Hidacio en sus relatos da fede ello e insiste en la situación de per-manente saqueo que introdujo esa inva-sión.

En cambio los godos avanzaban conun ejército adiestrado y una estrategiadonde la caballería jugaba un papel pre-ponderante. zósimo cuenta que paralibrar la batalla contra los godos enAdrianópolis en 376, el emperadorValente llevó “al ejército entero” (atodo el ejército romano de oriente) y suderrota fue tan terrible, que el propioemperador perdió la vida durante suhuida.16 de esa batalla se hicieron pos-teriormente estudios para analizar las

tácticas de la caballería goda.17

no se trataba de tribus dispersas, sino de una naciónorganizada, lo cual incluso queda confirmado por la historiainmediatamente anterior a esa batalla, en la que los represen-tantes de dos dinastías godas, la de los Baltos y la de losAmalos, recién habían librado una lucha por el comando detodas las tropas ostro y visi godas, siendo sus representantesal final obligados a pactar para reinar conjuntamente,dejando a Atanarico el Balto cierta superioridad sobreFridigerno el Amalo.18 Alfonso X El Sabio los describe pos-teriormente como un “rey mayor” y un “rey menor”, peroreinaban juntos. cuando la dinastía visigoda de los Baltosconquistó España yla ostrogoda de losAmalos ocupóitalia, a ambos pue-blos - visi y ostro -,les pareció acepta-ble que el ostro-godo teodorico,rey de italia,gobernara tempo-ralmente el reinoespañol durante laminoría deAmalarico, here-dero del reino visi-godo en España.

Esquema de la batalla de Adrianópolis, año 378 d.c. Según A.Ferril, La caída del imperio romano, 1989. cf. Jordanes, Orígen y gestas

de los godos, editado por José María Sánchez Martín, Ediciones cátedra,Madrid, 2001.

Estamos hablando, por lo tanto, de un sistema degobierno antiguo y estable. Así parecían reconocerlo losemperadores romanos. Llama la atención la invitación brin-dada al rey godo Atanarico por el emperador teodosio paraque visitara constantinopla. cuando Atanarico murió mien-tras se encontraba en la ciudad imperial, el emperador“durante el funeral caminó delante de su féretro”.19

Posteriormente el emperador zenón recibió al rey de losostrogodos, teodorico el Amalo, en constantinopla, lo colmóde honores y “mandó a colocar una estatua ecuestre suya enla plaza frente a su palacio”.20 nunca atenciones similaresfueron brindadas a tribus germánicas algunas. cabe concluir,que ellas eran “tribus”, mientras que los godos eran “estado”y como tal lo trataban los emperadores del imperio deoriente.

igual diferencia aparece en materia administrativa.Los suevos asentados en España pasaron varias décadas

sin organizar un gobierno con una base administrativa firme.díaz Martínez escribe refiriéndose a su gobierno: “Hanpasado veinte años desde que los suevos recibieron laGallaecia occidental. Los pillajes que ahora denunciaHidacio en las áreas centrales de la provincia son una mues-tra de que los suevos no cuentan todavía con unas basesterritoriales sólidas. Probablemente no han fijado aún unlugar de residencia permanente y se siguen comportandocomo merodeadores, bandas seminómadas frente a las cuales

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la población local ha organizado siste-mas de defensa”.21

distinta se aprecia la administraciónque de inmediato instauraron los godosen las tierras que ocuparon en el sur deFrancia. Los visigodos llegaron a esastierras después del paso destructor delos suevos, cuyos pillajes fueron denun-ciados por San Jerónimo. El historiadorfrancés Julien Sacaze, especialista enlos documentos de esa época, escribe:“Los visigodos llegaron después…instauraron unas leyes liberales y lavida renació poco a poco en todas par-tes, inclusive en las estaciones balnea-res. un contemporáneo, SidonioApolinar, escribía a su amigo Aper pre-guntándole si se encontraba en losbaños o en la montaña”. En esa mismatónica, el escritor contemporáneoSalvino escribía que “los romanos per-dían el terreno que cada día ganaban losvisigodos. Agobiada por las exaccionesde los gobernadores romanos, la genteprefería llevar el nombre de esclavos yvivir como unos hombres libres bajo losgodos, que tener una libertad ficticiabajo los romanos”.22

Si sumamos lo expuesto en este seg-mento, vemos que los godos tenían:

-un ejército capaz de librar batallaen campo abierto a todas las fuerzas delimperio;

-una poderosa caballería;-unos gobernantes que recibían del

emperador el trato de representantes deun Estado, y

-la capacidad de establecer rápida-mente un orden administrativo degobierno.

cabe observar, que ninguna de esascosas se adquiere en poco tiempo y estonos lleva al tema del pasado de losgodos.

dE dóndE VEníAn LoS GodoS.Jordanes, en su obra De origine acti-busque getarum abre el relato delpasado godo con una descripción dellugar de origen de ese pueblo.

Si hemos de dar crédito aJordanes,23 después de él a rodrigoJiménez de rada “El toledano”24 yfinalmente a Alfonso X El Sabio,25 lapatria originaria de los godos es la islade Scandia (también Scançia) queempieza al Este de la boca del ríoVístula. Alfonso X El Sabio es el másexplícito de los tres: “en el suelo delmar océano de Septentrion a una grandysla que dicen Scancia… que es assen-tada en el seno del mar oceano que esllamado codano, que cerca toda la tie-rra, et a las costas aduchas cuemo enarco, et es luenga et encierra se en si, eten si misma se acaba. Et correl aparte

de orient el rio Vistula, que sale de los montes de tierra deSarmacia, et dalli o comiença a parecer a la Ysla de Scançiaua partido en tres canales et ayuntan se cercal mar deSeptentrión et ua partiendo frontera entre tierra de Sciçia etde Alemanna.” El rey traduce el texto latín de Jordanes o eltexto idéntico del toledano, pero lo amplía explicando que setrata de una isla que “cerca toda la tierra y las costas adya-centes como en arco”, al tiempo que mantiene la importanteinformación de que la isla SE VE desde la boca del Vístula:“et dalli o comiença a parecer”.

con ello, esos sabios antiguos describen una de las másestratégicas formaciones costeras que tuvo Europa en la anti-güedad. Si hoy en día, una persona atraviesa en ferry la bahíaportuaria del principal puerto de Lituania, Klaipėda (laMemel que codició Hitler) y desembarca en la larga isla querodea desde allí la costa como un arco hasta la bahía dedanzig, el pasajero que intente recorrer esa larga banda detierra, deberá cruzar con su vehículo varias fronteras interna-cionales: la de Lituania a rusia que sigue manteniendo allí,en un triángulo de terreno que se asoma hacia el mar, unenclave con un puerto militar; luego saldrá del enclave rusopara entrar en Polonia, país donde la isla termina a la vistadel río Vístula sobre la igualmente estratégica bahía del losastilleros de Gdansk.

A lo largo de la vía, esta estrecha faja de tierra que aveces tiene menos de medio kilómetro de ancho, está prote-gida por un brazo de mar en su lado sur, lo que en tiemposremotos la hacía inexpugnable. Además, el viajero habrápasado sobre un subsuelo del que se han excavado asenta-mientos humanos fechados desde la edad de bronce, encon-trándose allí la mayor concentración de monedas romanashalladas por los arqueólogos en Europa del noreste. Lo estra-tégico de ese lugar se mide por el hecho de que las dinastíasgodas de los Baltos y los Amalos presumían ser oriundas deese lugar y actualmente los rusos poseen allí su mayor basenaval (Kaliningrado) de cara a occidente, doblemente impor-tante para ellos, porque su otro gran puerto, Petrogrado, secongela, mientras que Kaliningrado permanece operativo eninvierno.

La costa del Báltico entre los ríos Vístula y nemunas. Los puntos mar-can tumbas en las que los arqueólogos encontraron monedas romanas. egún

r. M. Wheeler en Beyond the Imperial frontier (1955).

Alfonso X El Sabio, al hablar de “Scandia”, se refería ala sede de una antigua cultura, resguardada por una confor-

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mación geográfica privilegiada. Porcierto que la voz “Scandia” (o“Scançia” en su versión palatizada), esen lituano sinónimo de “nerija”: bancode arena, nombre con el cual este brazode tierra es llamada actualmente. (Sobrela confusión creada por la fantasiosainterpretación de la voz Scandia como“Escandinavia” y el error de traducciónque produjo el malentendido, ver elensayo de Jurate rosales ‘Las cuatromentiras sobre los godos’, en la biblio-teca electrónica de la universidad deLos Andes.)26

no PodíAn PronunciAr LA f. Ellugar que Jordanes y sus recopiladoresespañoles del siglo Xiii describen comola tierra de origen de los godos, erahabitado por los bálticos occidentalesdesde el segundo milenio antes decristo.27

distribución en la costa sur del mar Bálticode implementos típicamente bálticos fechados enla Edad de Piedra y Edad de Bronce. Según M.Gimbutas, The Balts (1968). Los círculos, trián-gulos y cruces corresponden a los diversos obje-tos bálticos encontrados en las excavaciones.(nota: en los inicios del segundo milenio denuestra era, la frontera báltica occidental, presio-nada por los germanos, se retrajo y se estabilizósobre el curso del bajo Vístula.)

dentro del grupo de los bálticosoccidentales, los prusianos eran los quevivían a la vista de la boca del Vístula,o sea en el lugar que indica Alfonso XEl Sabio, como punto de origen de losgodos. La región al Este del bajoVístula permaneció habitada por losbálticos hasta el siglo XiV de nuestraera. A partir del año 1309, Prusia (queasí se llamaba esa área) pasó a ser lasede de una orden germana religioso-militar de cruzados, los caballerosteutónicos, cuya penetración en laregión ocurrió después de 70 años deuna enconada y sangrienta guerra entregermanos y bálticos. La nación bálticade los prusianos atravesó entonces unperíodo de genocidio infligido por losvencedores y lo que quedó de ella fue

asimilado por los alemanes de manera tan completa que, pos-teriormente, el Estado alemán gobernado por el Kaiser tomóel nombre de “Prusia”.

Es preciso dejar asentado que en este breve estudio, alutilizar la palabra “prusiano” nos referiremos exclusivamentea los prusianos bálticos y a su idioma, anteriores a su extin-ción como nación en el siglo XiV y como idioma en el sigloXViii.

Hoy en día, el prusiano báltico es un idioma extinto, perolos documentos que existen en esa lengua han sido objeto deimportantes estudios lingüísticos, lo que permite definir susprincipales rasgos.

Los idiomas prusianos se dividían en dialectos cuyo rasgocomún era la ausencia de los sonidos f, h, sh (/ʃ/como eninglés show) y la zh sin palatizar (/ʒ/ como en francés joli).Esta cuádruple ausencia abarca a todos los dialectos clasifi-cados como “bálticos occidentales” o más específicamente“prusianos”.

Las consonantes existentes en el alfabeto prusiano, sonlas siguientes:

/b/ /p/ /m/ /d/ /t/ /n/ /s/ /g/ /k/ /r/ /l/ /v/ /j /28

Fueron recopiladas de las llamadas Glosas de Elbing,consideradas como la prueba escrita más antigua que seconoce del hoy extinto idioma prusiano. obsérvese la ausen-cia de las letras f y h.

(nota: todos los idiomas bálticos carecen del sonido f.Este rasgo sigue siendo presente en los dos idiomas bálticosque permanecieron vivos, como lo son el letón y el lituano.En Lituania, la f fue introducida en el alfabeto oficial por elfilólogo Jonas Jablonskis (1860-1930) a principios del sigloXX, a pesar de las dudas expresadas por las demás autorida-des en la materia, los lingüistas Jaunius y Būga, quienes ter-minaron aceptando la f para las palabras de origen extran-jero. El actual decano de la Facultad de Letras en launiversidad de Vilnius, Aleksas Girdenis, recuerda que seextrañó al ver escrita la f f cuando siendo niño decidió porcuenta propia aprender a leer. Preguntó y recibió la siguienterespuesta: “es la pe, la epe, que se escribe así en palabras dela gente encopetada”. Girdenis relata en carta dirigida aJurate rosales que esto le ocurrió hacia el año 1944. Suinterlocutor simplemente transformó —como todos los litua-nos del pasado— la f en una p, que es lo que podía pronun-ciar. En Lituania, hasta el día de hoy, Francia es Prancūzija y“profesor” se decía antiguamente propesorius, porque existíala imposibilidad física de pronunciar la f, siendo su usoexcepcional y señal de cultismo.)

Para saber cómo era el hoy extinto idioma prusiano, lafuente más importante son las ya mencionadas glosas deElbing con 802 palabras cuya fecha estimada es el año 1400.Además están las glosas de Simón Grünau escritas hacia elaño 1520 y tres catequismos distintos en ese idioma, dospublicados en 1545 y uno en 1520, sin contar otras fuentesmenores.

Los estudios sobre el idioma prusiano empiezan con ellingüista alemán Ferdinand nesselmann, Thesaurus linguaePrussicae (1873); seguido por el filólogo alemán reinholdtrautmann, Die altpreussischen Sprachdenkmäler (1910).con un enfoque más moderno, publicaron importantes estu-dios el letón Jānis Endzelins Senprūšu valoda (1943), el nor-teamericano William Schmalstieg An Old Prussian Grammar(1974) y Studies in Old Prussian (1976); el filólogo rusoVladimir toporov Пруский язык (idioma prusiano) (1975-

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1984); y lo que sería el estudio másamplio y reciente, la obra del profesorlituano Vytautas Mažiulis, que constade dos tomos sobre Los Monumentosdel Idioma Prusiano y un Diccionarioetimológico de esa lengua (1988-1997),también de dos tomos.

LA f EXóGEnA. Si partimos de lapresunción que los godos eran bálticosy no podían pronunciar la f, debenhaberse encontrado frente a la presenciaavasalladora del latín sin poder pronun-ciarlo debidamente.

Los ejemplos presentados porMenéndez Pidal de la pérdida de la finicial, a pesar de que el insigne lin-güista les atribuye una causa autóctona,trazan una evolución de norte a sur deEspaña. Menéndez Pidal insiste repeti-damente en el fenómeno de la f sobrevi-viendo como señal de cultismo y la hasomándose como “un vulgarismo”, loque ilustraría la arriba mencionada dis-yuntiva entre el lenguaje culto y elhablar llano, que obligaba a sustituiruna letra “impronunciable” por un soplosordo, puesto que el grafismo h delromance no puede interpretarse como lah glotal de los idiomas germanos. caberecordar que los idiomas bálticos tam-poco poseen la h, así que la tendencia aenmudecerla les era natural.

Particularmente interesante es uncaso referido por Menéndez Pidalacerca del grafismo en el patronímicoFortiz: encontró forti fortiz en SanMillán, en 1078; forti fortiç —S. J.Peña, en 1089; forti hortiz en 1099; yOrti Ortiz en 1100. El apellido actual esortiz.29

observa Menéndez Pidal: “La hpodía siempre desaparecer en la escri-tura: hayuela junto a Ormasa, Rehoyoal lado de Reoyo; no sabemos si estodepende de que tenía diversos grados deintensidad, llegando a no pronunciarse,o si no se la escribía porque no se laconsideraba como verdadera “letra”sino sólo como una modificación acce-soria. Lo más probable es que una yotra causa actúen a la vez”.30 En reali-dad, los bálticos no poseen en sus idio-mas la letra h y no la pronuncian.

contrariamente a lo que quiere verMenéndez Pidal de la influencia vasca,aquí no estaríamos ante la reapariciónde un estrato anterior, sino ante la lle-gada de una tendencia nueva, que seimpone a través del hablar llano. Lapregunta es ¿si se trataba de un antiguosubstrato gascón, por qué no apareciócuando el latín pasó a ser el idiomahablado en la península durante elimperio romano? ¿Por qué con el adve-nimiento del romance, además de

obviar la f, también se obvia la h?Menéndez Pidal ha notado claramente la evolución del

fenómeno en sus notas del romance a partir del siglo iX: “Enel esquema geográfico que aquí doy [se refiere al mapa 1 quemás arriba reproducimos] el rayado oblicuo o más oscuroindica esas dos regiones en las cuales la pérdida de la f pre-ponderaba entre el vulgo primitivamente; el rayado horizon-tal o más claro indica todos los territorios ganados por eserasgo fonético en el curso de los siglos posteriores; las partesdejadas en blanco mantienen hasta hoy la f inicial”.31

Las áreas blancas son, como ya lo hemos mostrado, las delos suevos (oeste) y los romanos (Este). Efectivamente,ambas naciones utilizaban en sus respectivos idiomas la letraf.

LA PALAtizAción dE LAS conSonAntES. El prusiano palati-zaba la t y la d seguida de la yod, convirtiéndola en t´ y d´.Si bien la palatización de estas consonantes es un rasgocomún a todos los idiomas bálticos conocidos, el prusiano sediferencia de los demás idiomas bálticos en cuanto al gradoque imprimía a la palatización.

todos los idiomas bálticos palatizan las consonantes t, d,seguidas de la Yod, pero lo hacen en grados distintos. Loslituanos las pronuncian dzh, ch (lo escriben dž y č), los leto-nes dicen zh, sh (ž y š), mientras que los prusianos mantie-nen las t´ y d´. Ejemplo: en lituano, el árbol es medis. El bos-que en lituano se dice ‘miškas’ y en dialecto medžias, enletón es mežs y en prusiano es median con una d´.

En español la palatización de la t seguida de una Yod essuficientemente marcada como para convertir el fenómeno dela t´>z en uno de los rasgos distintivos del romance.Ejemplo: lat. Puteu>pozo. En cuanto a la d´>y, tenemos elgrafismo señalado por Menéndez Pidal en los siglos X y Xide medietat, mediatat y meyetad y meyatat en los siglos Xiii,XiV.

El prusiano carecía de los sonidos sh /ʃ/ y zh /ʒ/, los cua-les, para más claridad son la sh y la zh pronunciadas sinpalatización, como en inglés shoe y en francés joli.repetimos, en prusiano estos sonidos no existen.

Ausencia que coincide con el español, lengua donde tam-poco existen estos sonidos y que recurre, al igual que el pru-siano, a la z o c€ y la ç, y hasta al yeísmo, mientras que enel sur de la península, permanece el seseo y el ceceo, segúnlas regiones.

Mencionamos esas características como un rasgo que escomún al prusiano y al español, pero que en otros idiomasbálticos no está presente hoy en día: el lituano y el letón síposeen los sonidos sh y zh.

EL MiStErio dE cAStiLLA. unA HiPótESiS. El mapa de lasnaciones bálticas en el primer milenio, elaborado por MarijaGimbutas, curadora del departamento de la Arqueología delViejo Mundo en la universidad de california, muestra lasdivisiones regionales entre diversos pueblos bálticos. Entrelas naciones prusianas identificadas por la arqueología comodiversas ramas báltico-occidentales, tenemos a los galindosoccidentales, los sembos y notangos junto al mar, y másabajo, en la cuenca del río Bug norte, afluente del Vístula,están los sudovios o jotvingos, llamados visigodos (godos-visi) en la Edad Media.

El siguiente mapa arqueológico muestra los grupos bálticos hacia 600-400 a.c. Según Gimbutas en The Balts (1968). 1. Grupo “face-urn” (urnasde rostro) de Pomerania y bajo Vístula. 1ª. Expansión del grupo “face-urn”

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en los siglos iV y iiia.c. 2. Grupo deMasuria occidental,probablemente losposteriores galindosprusianos. 3. GrupoSembio —notango. 4.Grupo del bajonemunas y Letoniaoccidental, probable-mente los posteriorescurshos. 5. Grupo deMasovia oriental: losSudovios, posterior-mente Jotvingos. 6.Grupo que posterior-mente sería los Lituanos, Selios, Latgalios ySemigalios. 7. Los Bálticos orientales. 8. Elgrupo de Milogrado, también llamado neuri porHerodoto.

(insistimos: en este mapa arqueoló-gico de los bálticos antes de nuestraera, merece atención particular el área 5marcada con cuadros, porque en la bajaEdad Media este grupo aquí definidopor la arqueología como Sudovio,actualmente extinto y también llamado“Jotvingo”, aparece en numerosos docu-mentos de la baja Edad Media con elnombre de “godos-visi”, que es la vozinvertida de “visigodos”).

Pasemos ahora a los tiempos históri-cos. En los primeros siglos del segundomilenio, la identificación ya no esarqueológica, sino histórica, basada endocumentos de la época. En estesegundo mapa (ver abajo), aparecen lospueblos bálticos occidentales que toda-vía existían en el siglo Xii, con susnombres identificados en documentosde la época:

1. Pamedė (Pomesania);2. Pagudė (Pogesania);3. Varmė (Warmia); 4. notanga (nat-tangia);5. Semba (Sambia); 6. nadruva (nadrowia);7. S k a l v a (Scalowia);8. Sūduva (Sudowia);9. Galinda (Galindia); 10. Barta (Bartha).

de todos estos nombres, Españamantuvo con mayor frecuencia los ape-llidos Galindo y Galíndez (el segundoes un antiguo genitivo báltico en —es,significativo de pertenencia, en estecaso “hijo de”). también, en las inscrip-ciones pirenaicas del lado francés,

fueron encontradas tumbas de laépoca visigótica con el nombre“Sembus”.32

dentro de esa variedad regional, la provincia de Sudoviase distingue por varias razones. La primera es su situacióngeográfica en el sur de los pueblos bálticos occidentales y lacómoda ruta que los sudovios podían utilizar a lo largo delos ríos Bug, que sorprendentemente, a pesar de fluir unohacia el norte siendo afluyente del Vístula, y el segundohacia el sur, llevan el mismo nombre.

El segundo punto son los nombres de los jotvingos o sud-ovios que aparecen en las fuentes escritas de los inicios delsegundo milenio. El padre de la lingüística lituana, KazysBūga, ha recopilado los siguientes grafismos en los docu-mentos de los cruzados germanos que atacaban a Galinda,Sudovia y Lituania: “contra infideles in Galandia, Getwesia,Letowia” (1268, Prussisches Urkundenbuch, ii, 196) y allímismo “terras Galandie et Getvesia”.33 tenemos la mismapalabra con la g palatizada en los Scriptores RerumPrussicarum: Yethwess, luego Yethwes y un poco más lejosGetwese.34 La Enciclopedia Lituana reúne los siguientesnombres medievales de esa región: Jatwesonia, Getuesia,Getwezia, Gotwesia, etc.35 En lituano es Jotvingija y su genteson los jotvingiai. La reconstrucción de Get-vesia a visi-godos no ofrece dificultad alguna en un idioma donde losadjectivos, al igual que en español, pueden colocarse indis-tintamente antes o después del nombre.

El tercer punto relativo a Jotvinga o Sudovia es la des-aparición de esa nación en el siglo Xiii, cuando los jotvingos(se pronuncia yot-) fueron exterminados por los germanos.zigmas zinkevičius, Jefe del departamento de FilologíaBáltica en la universidad de Vilnius, describió el drama de ladesaparición del idioma sudovio y/o en términos másamplios “jotvingo”: “Hacia finales del siglo Xiii la mayorparte de los territorios de los jotvingos (empezando por la

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El mapa inferior muestra la distribución delos bálticos en el siglo Xii de nuestra era,según Gimbutas M., The Balts, 1968. conel nombre de “prusianos” se definen lospueblos bálticos occidentales. Sūduva(Sudovia) cuyos otros nombres históricosson dainava, o Jotva-Jotvingos, son losllamados godos-visi.

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región de los sudovios) fue cruelmenteazotada y ocupada por los cruzados(orden germánica de los caballerosteutones, usualmente llamadoscruzados). En 1283 la mayor parte dela población fue exterminada por loscruzados, el resto fueron disgregados ose asentaron voluntariamente en otrosterritorios. unos 1.600 sudovios fuerontrasladados a Sembia, donde conforma-ron el posteriormente conocido ‘rincónsudovio’. Las fuentes mencionan que ungrupo de los jotvingos, al mando de sujefe Skurdo, no se rindió a los cruzadosy se refugió en Lituania. Los cruzados,al no albergar esperanzas de mantenerseen las tierras jotvingas, procedieron aincendiar las viviendas y finalmenteconvirtieron el país en un verdaderodesierto (en alemán Wildnis; en latínsolitudo, dessertum), destinado a prote-ger sus dominios de sorpresivos ataqueslituanos o polacos. Pero ese desierto, aligual que en los demás territoriosgobernados por los cruzados cerca dela frontera lituana, no pudo permanecertotalmente desprovisto de habitantes.Allí se escondieron los restos de los jot-vingos negados a bautizarse y los litua-nos construían algunas fortificaciones.En el extremo sur del territorio, sobretodo en Palekė que se encontraba másalejado de los cruzados, pueden haberquedado sobrevivientes y seguramentehabía pobladores”.

Hasta el año 1983, todo lo que sesabía acerca del desaparecido idiomajotvingo, reposaba sobre la toponimia yse alimentaba de las escasas mencionesde nombres de personas o lugaresencontradas en documentos medievaleslituanos, germanos o polacos.zinkevičius observa que un rasgo de latoponimia jotvinga era el sufijo –ing,propio de los idiomas prusianos.

A partir de la mencionada fecha de1983, el panorama se amplió gracias alhallazgo en las antiguas tierras sudoviasde unas glosas, cuyo original fue des-truido durante la ii Guerra Mundial,pero del que su descubridor habíaalcanzado hacer una copia. Las glosas,imposibles de fechar debido a la ausen-cia del original, empiezan con la anota-ción de que estos eran los idiomas delos paganos.

un estudio pormenorizado de dichasglosas efectuado por el profesor z.zinkevičius, indicó que probablementerepresentaban el único testimonio quese tiene de la lengua de los jotvingos, lamás sureña de las naciones prusianas.El estudio de las glosas indicó que eseidioma poseía importantes rasgos delgrupo de las lenguas prusianas: mante-nía el antiguo diptongo ei, y en vez de

pronunciar las sh /ʃ/ y zh /ʒ/, los jotvingos decían s y z. Eneso coinciden con todos los idiomas prusianos, o “bálticosoccidentales”.

Sin embargo, más allá de las observaciones dezinkevičius, al revisar las 215 palabras que contienen lasglosas aparece una diferencia del jotvingo con el prusianoclásico, la cual sorpresivamente coincide con una singulari-dad similar encontrada por Menéndez Pidal en castilla: latendencia a monoptongar el diptongo ei, ai, al tiempo que losdemás diptongos se mantienen intactos.

En las glosas sudovias o jotvingas (las marcaremos jt.),zinkevičius compara la monoptongación de algunas palabrascon las otras lenguas bálticas —prusiana (pr.), lituana (lt.) yletona (la.):

Jt. brid ; pr. braydis (breidis) ; lt. briedis; la. briedis (venado)Jt. dins ; pr. acc.sg. deinan ; lt. diena ; la. dìena (día)Jt. kit ; lt. kietas ; la. ciets (duro)Jt. lets ; lt. lietus ; la. liêtus (lluvia)Jt. lels ; lt.dialecto lielas ; la. li-els (grande)Jt. lawe ; lt. laivė, laivas ; la. laiva (barco)

La lista podría seguir, pero vale la pena compararla conlo que dice Menéndez Pidal sobre el rasgo distintivo del cas-tellano al decir e, donde otros introdujeron en el latín el dip-tongo éi: “La región más evolutiva, la más adelantada en lamonoptongación del diptongo decreciente éi, es castilla.Sólo en el norte, en el alto Ebro y en la montaña deSantander, aparecen restos de ei más persistentes.”36

El mapa elaborado por Menéndez Pidal de la gradualmonoptongación del éi, partiendo del norte y específicamentede castilla, confirma la explicación presentada en el texto.En el mapa que sigue y que es reproducido de “Orígenes delEspañol”, el área de rayas oblicuas es la que, en opinión delautor, ramón Menéndez Pidal, dio origen al fenómeno demonoptongación del ai y ei, en una e.

Si bien el detalle parece encajar con lo poco que conoce-mos del idioma jotvingo, hay que recordar que sus glosas nohan sido fechadas y probablemente serían los últimos vesti-gios dejados por esa nación, lo que nos referiría a una fechamuy posterior a la formación del castellano. también cabeobservar que las glosas sudovias incluyen palabras con otros

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diptongos, que son propios del prusianoy otros idiomas bálticos, tales como elantiguo ei, el au y uo.

A pesar de las dudas, una hipótesisque merecería un análisis más pormeno-rizado en el futuro, consistiría en consi-derar la posibilidad de que las caracte-rísticas muy particulares del dialectohablado en el norte de castilla, del queluego surgirían el castellano y el idiomaoficial de España, pudo haber nacido deasentamientos godos en el norte decastilla, mayoritariamente habitadospor descendientes de los sudovios.

Las glosas sudovias carecen del dip-tongo oa que se encuentra en variaspalabras de las glosas de Elbing. Estasglosas de Elbing, como ya se mencionóal principio de este recuento, son de laregión costera de Sembia y constituyenel más antiguo testimonio que tenemosdel idioma prusiano.

de este diptongo oa prusiano tene-mos los siguientes ejemplos en los idio-mas bálticos:

Pr. roaban ; lt. raíbas ; la. ràibs.Pr. gramboale ; lt. grambuolė.Pr. woasis ; lt. uosis : la. uôsis.37

Volvamos al romance. SegúnMenéndez Pidal, además de la monop-tongación del decreciente éi, “castillarepugna los diptongo éi, óu, mientraspropende a los diptongos crecientes ié,ué”.38 Siempre en el romance y segúnMenéndez Pidal: “nuestros documentosnos manifiestan que las varias formasuo, ua, ue, oa, oe son conocidas portodas partes, en León, en castilla, enAragón, revelándonos que en el períodoprimitivo el diptongo se hallaba en unestado de gran vacilación, que debemoscreer originario. Fijándonos en las tresformas más abundantes uo, ua y ue lasvemos coexistir también, por cierto consu acento natural ascendente, en otrospuntos donde la diptongación no halogrado todavía fijeza literaria“.39 Escastilla la que fija en el castellano laarriba mencionada propensión a utilizarpreferiblemente el diptongo ué, saltandopor encima del oa que se encuentra enlos otros dialectos romances.

como observación adicional, cabemencionar que todos los diptongosvocálicos encontrados por MenéndezPidal en el romance temprano, tambiénexisten en los idiomas bálticos y en susdistintos dialectos.

EL MiStErio dE cAStiLLA. Quizás nosería demasiado aventurado establecerun paralelo entre la situación distinta delos jotvingos en el concierto de lasnaciones prusianas, y la de los castella-

nos entre los godos de España.de los castellanos habló Menéndez Pidal: “En el siglo iX

empieza a sonar en la historia el nombre de castella ‘los cas-tillos’, aplicado a esta pequeña y combativa frontera orientaldel reino asturiano”.40 Menéndez Pidal cita una leyendasegún la cual los castellanos rechazaron muy temprano la leydel Fuero Juzgo que regía en el reino visigótico: “Aunque nola rechazase de modo tan violento e instantáneo como laleyenda dice, lo cierto es que llegó a abolirla, y que el caste-llano en el siglo Xiii se distinguía del Leonés, lo mismo queen el siglo XiV se distinguía del toledano, en que no seregía por el Fuero Juzgo. Ahora bien: el código visigóticoregía no sólo en León, sino en Aragón y cataluña y entre losmozárabes. castilla, al emanciparse así de la tradición de lacorte visigoda tan seguida en León, al romper así con unanorma común a toda España surge como un pueblo innovadory de excepción. retengamos esta característica que nosexplicará la esencia del dialecto castellano. Y añadamos unacuriosísima coincidencia: castilla, que, caracterizada por suderecho consuetudinario local, se opone al derecho escritodominante en el resto de España, es la región que da la len-gua principal al resto de la Península”.41

Volviendo al documento del siglo iX de Alfonso iii, reyde Asturias y León, que decía “Vardulies qui nunc vocitaturcastella”42 (Vardulies que hoy dicen castella), cabe observarque si bien la palabra Vardulies se quiso atribuir al vasco, enlos idiomas bálticos del medioevo este término se aplicaba alas fortalezas, de tal manera que castella es la traducción allatín de “vardulies”. Ambas voces están en nominativo pluraly la segunda es una traducción literal de la primera.43

un cAMPo ABiErto. Si aceptamos que los godos llegadosa España eran bálticos y si comparamos el cuadro generalque nos abre la arqueología acerca de la extensión y lejaní-simo pasado de este grupo de naciones, la primera e inme-diata conclusión es la necesidad de aceptar por fidedignos losrelatos que sobre el pasado godo nos brindan Jordanes, Sanisidoro, rodrigo Jiménez de rada y Alfonso X El Sabio.

En segundo término, cambia el concepto contemporáneoque describe a los godos como un pueblo primitivo, tribal yatrasado. revisando los más recientes escritos en Españasobre los godos, encontramos que importantes trabajos deinvestigación histórica abundan en detalles reunidos por elinvestigador, pero pecan de incoherencia al tratar de presen-tarlos bajo el enfoque de lo que en las fuentes romanas sesabía de los germanos. Sería interesante revisar esos mismostrabajos bajo el enfoque báltico, tomando en cuenta a loscuatro autores citado arriba.

En materia de linguística, si bien todos los documentosde los que disponemos sobre los idiomas bálticos empiezanen el bajo medioevo, la comprobada antigüedad de esos idio-mas permite establecer comparaciones que abren un amplí-simo campo a la lingüística comparada, lo cual eventual-mente afectaría no solamente a los dos grupos involucrados—el prusiano y el romance— sino que tendría ramificacionesinteresantes en relación a otros grupos de lenguas.

En la Península ibérica, si se logra aislar claramente lacontaminación báltica en los territorios vascóngados, podríaaparecer una imagen más precisa del idioma vasco original.

En Europa del Este, la identificación de propiedadesfonéticas y morfológicas del lenguaje godo testimoniadas enel romance, permitirían identificar dichos rasgos como elsubstrato báltico en los idiomas eslavos y germánicos confor-mados después de la invasión de eslavos y germanos en tie-

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rras originalmente bálticas, fenómenoque en Europa oriental se inicia en elsiglo Vi, precisamente sobre tierras bál-ticas parcialmente despobladas a conse-cuencia de la marcha hacia roma.

de todas maneras, si se acepta loque este breve ensayo intenta probar —que los godos llegados a España habla-ban un idioma báltico-prusiano—, seabre un inmenso campo de investigacio-nes futuras en las más diversas discipli-nas, siendo las primera y principales, laHistoria y la Filología.

4 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del

Español, Espasa-calpe, Madrid, 1972, vol.Viii, pp. 198-233.

5 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del

Español, vol. Viii, p. 491.6 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del

Español, vol. Viii, p. 212.7 P. c. díAz MArtínEz, hispania tardo-

antigua y visigoda, istmo, Madrid, 2007, pp.274-275.

8 Westermanns Atlas zur Weltgeschichte,ed.de Georg Westermann, VerlagBraunschweig, Berlín, 1956, p.24.

9 M. GiMButAS, The Slavs, PraegerPublishers, nueva York, 1971, pp. 68, 116.

10 P. c. díAz MArtínEz, hispania tardo-

antigua y visigoda, p.276.11 P. c. díAz MArtínEz, hispania tardo-

antigua y visigoda, p.280.12 http://dialnet.unirioja.es/servlet/artic-

ulo?codigo=2598711. J. roSALES, ‘culturagoda’, en La Torre del Virrey. Revista de

Estudios Culturales, 5, L’Eliana, 2008.13 P. c. díAz MArtínEz, hispania tardo-

antigua y visigoda, p. 281.14 P. c. díAz MArtínEz, hispania tardo-

antigua y visigoda, p. 282.15 ALFonSo X EL SABio, La Primera

Crónica General. Estoria de Espanna, reco-pilada por ramón Menéndez Pidal, Madrid,1906, § 417.

16 zoSiMo, Nueva historia, Libro iV.17 A. FErriL, La caída del imperio

romano, EdAF, Madrid, 1989, p. 62. cf. conJordAnES, Origen y gesta de los godos, ed.de J. M. Sánchez Martín, cátedra, Madrid,2001, p. 137.

18 ALFonSo X EL SABio, La Primera

Crónica General, § 403.19 JordAnES, Origen y gesta de los

godos, XXViii.20 JordAnES, Origen y gesta de los

godos, LVii.21 P. c. díAz MArtínEz, hispania tardoantigua y visigoda, pp.

284-285.22 J. SAcAzE, Inscriptions antiques des Pyrénees, toulouse,

1892, pp. 158-190.23 JordAnES, De origine actibusque getarum.24 r. JiMénEz dE rAdA, historia de Rebus hispaniae sive

historia Gothica.25 ALFonSo X EL SABio, Primera crónica General.26 http://saber.ula.ve/items-by-

subject?subject=Lat%c3%Adn&order=date.27 M. GiMButAS, The Balts, Praeger Publishers, nueva York,

1968, p. 64.28 J. F. LEVin, The Slavic Element in the Old Prussian Elbing

Vocabulary, university of california Publications, Linguistics 77,1974.

29 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, pp. 211-212.

30 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, p. 215.31 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, pp.490-

491.32 J. SAcAzE, Inscriptions antiques des Pyrénées.33 K. BūGA, Raštai, Vilnius, 1961, vol. iii, p. 155.34 Scriptores Rerum Prussicarum, Leipzig, 1861-1874, vol. ii, p.

707.35 Lietuvių Enciklopedija, Boston, 1956, vol. iX, pp. 501-502.36 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, p. 87.37 V. MAžiuLiS, Baltų ir kitų indoeuropiečių kalbų bruožai,

Vilnius, 1970, p. 13.38 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, p. 87.39 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, p. 121.40 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, p. 472.41 r. MEnéndEz PidAL, Orígenes del Español, vol. Viii, p. 475.42 r. MEnéndEz PidAL, Castilla, Espasa calpe, Madrid, 1961.43 J. roSALES, Los Godos, Ariel, Barcelona, 2004, p. 58

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1 http://www.cs.tut.fi/~dla/report.pdf2 ttp://www.shakespeare.uk.net/jour-

nal/1_3/davis1_3.html3 http://oai.saber.ula.ve/cgi-

win/be_alex.exe?Acceso=t016300003946/0&nombrebd=ssaber