Identidad cultura intervención publica en México
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Rafael Araujo www.fayeyo.blogspot.com
Material de apoyo en el estudio de las polticas pblicas
Rafael de J. Araujo G.
2016
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Rafael Araujo www.fayeyo.blogspot.com
Identidad, cultura e intervencin pblica
Contenido Identidad: ........................................................................................................................................................... 3
Cultura: ............................................................................................................................................................... 9
Intervencin en el campo de la cultura: ........................................................................................................... 14
Fuentes consultadas: ........................................................................................................................................ 18
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Identidad:
En los primeros aos de la segunda dcada de este milenio, el mundo se ha visto sorprendido por
una serie de enfrentamientos militares en pases de la regin rabe, en el oriente medio. Al centrar
la atencin en ellos, la informacin ha permitido entrever la compleja red de grupos que integran a
cada pas en esa regin. La sorpresa ha sido mayor al reaparecer un fenmeno largamente
estudiado por la antropologa, la cultura. Desde esta rama del conocimiento, dice Ulf Hannerz en
Fronteras: La antropolga vivi un largo periodo en que la imagen dominante era la de muchos
mundos pequeos y separados, en el que los nuer, los tikopia y todos los dems pueblos parecan
existir como especies separadas. Se podra ejemplificar con casos ms cercanos, pues en Chiapas
sabemos de la existencia de los zoques, de los tzotziles, los tzeltales, los chiapanecas, entre otros
muchos ms, en algunos casos con historias menos violentas pero parecidas a los acontecimientos
presentes en el mundo rabe (Imagen 1 y2); sin embargo, esa identificacin cultural no es suficiente
para explicar la existencia de los conflictos. Para desmenuzar con mayor precisin esos
acontecimientos, es necesario tomar en cuenta el concepto de territorio, pues varios de estos grupos
se asientan en espacios que no tienen delimitacin precisa; se encuentran en pases constituidos,
con fronteras delimitadas, pero sin unidad interna.
Imagen 1: Chamulas tradicionalistas
En esta imagen se observa una actividad tradicional realizada por
habitantes de San Juan Chamula, pueblo tzotzil. Quienes participan
consideran que conservan sus tradiciones y se llaman a s mismos
catlicos tradicionalistas. Fotografa extrada del sitio web: Prensa libre de
Chiapas, el 24 de enero de 2016.
http://www.prensalibrechiapas.com/2014/media/k2/items/cache/4cd5
973a7c2085986240cae9b1f23d5c_XL.jpg
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Imagen 2: Chamulas evanglicos
Evanglicos de San Juan Chamula viven en el territorio considerado parte
del municipio pero no visten, ni participan en las tradiciones de la
comunidad llamada catlica tradicionalista por sus creencias y fe. Foto
extrada el 24 de enero de 2016 del sitio web: Diario cristiano.org
http://img.midiariocristiano.com/noticias/2012/11/09/arrestan-indigena-
evangelico-en-chiapas.jpg
La frontera, puede ser concebida como una lnea que limita un territorio, un terreno, un espacio
fsico. Sin menoscabo a esta afirmacin, tambin se concibe a la frontera como la delimitacin de
una cultura con respecto a otra (Hannerz). Al observar la existencia de una frontera, suele
reconocerse que hay cultura y espacio, a un lado y al otro del lmite que la traza. En otras palabras,
el reconocimiento de la existencia del otro, o de los otros.
Cuando hablamos de culturas, el reconocimiento de una frontera cultural permite la identificacin
de una persona como perteneciente o no a una cultura en particular. La pertenencia a un grupo
social o a una cultura es parte del proceso de identificacin de los lmites que enmarcan a las
fronteras culturales. Por eso, Hannerz afirma: Si las fronteras no son naturales, se convierten en lo
que las personas hacen de ellas. En esa lnea de ideas, explica, hay quienes dan mayor peso a las
diferencias y a las rupturas en los procesos sociales, y hay quienes no.
Stephen Castles opina de manera muy parecida cuando escribe: Uno de los problemas clave de la
modernidad es la tensin entre el principio de organizacin econmica y poltica racional y la
infinita gama de aspiraciones de los individuos y grupos. De esta forma pone en el eje de la
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discusin los intereses encontrados existentes entre grupos, entre individuos, y entre los grupos
con respecto a los individuos. Al hacer este sealamiento recuerda a Freud y a Nietezche quienes,
segn l, demostraron que la vida est regida por esta tensin entre sociedad e individuo, o
entre racionalidad del sistema e identidad.
Estos conflictos suelen acentuarse cuando intervienen factores de dominio, ya sea porque en el
grupo-etnia una clase desea incrementar sus privilegios, o porque nace una nueva clase social que
busca un espacio propio dentro del conjunto. Las razones son muchas, siempre relacionadas con
procesos y relaciones que resultan obsoletas o que estn en crisis. Sin embargo, al interior de una
cultura, la existencia de varios grupos supone la posibilidad de situaciones conflictivas que las
relaciones culturales deben encauzar.
En Mxico, Margarita Maass reflexiona (2006): La cultura es la acumulacin, es memoria, es
recuperacin del pasado; la cultura es ruptura que genera avance; la cultura es ideologa. La
cultura es tradicin y modernidad. La cultura nos identifica y lo que identifica genera identidad.
(25) Ms adelante explica quela identidad como construccin ideolgica del ser tiene dos variantes,
la identidad del individuo; y la identidad grupal, o la que otorga pertenencia al individuo como
parte integrante de un grupo social. Adems, le otorga un atributo ms pues concibe a la identidad
como la construccin ideolgica del ser (26), alguien es, algo es, todos somos.
Morelba (490), quien reflexiona sobre estos aspectos explica que la identidad puede entenderse
como aquello que otorga unidad a las personas, que se obtiene identidad a travs de los rasgos
fsicos, mentales y espirituales que hacen distinto a uno de otro. Son rasgos biolgicos
determinados por los genes, y son rasgos aprendidos condicionados por la sociedad. Para Gimnez
(89) las representaciones sociales tambin implican la representacin de s mismo y de los
grupos de pertenencia que definen la dimensin social de la identidad. Morelba, con esta
reflexin, recuerda que el individuo necesita de otro individuo para concebirse, as, aparece el
concepto del yo soy, en relacin con el otro es. En los grupos sociales tambin se repite la ecuacin,
se es grupo social en oposicin a otros grupos sociales.
En el mundo contemporneo, las personas pueden sentirse parte de uno y de varios grupos a la
vez. Se identifican y viven en ellos. Hannerz ha reflexionado sobre este fenmeno actual y aduce
que las personas han desbordado las fronteras geogrficas y, con ello, las fronteras culturales a
partir del reconocimiento de los lmites impuestos por las clases dominantes, cuando los individuos
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reconocen que sus intereses entran en conflicto con los intereses de otros y que pueden modificar el
estado de cosas, aunque esta modificacin sea temporal. En este sentido, este autor, seala que se
crean espacios fronterizos, lugares donde los individuos se relacionan con otros individuos que
tiene rasgos culturales diferentes pero que tambin tienen aspectos comunes. A partir de lo comn
construyen espacios de interaccin y crean nuevos territorios.
Imagen 3: Rasgos comunes
Como se observa en esta fotografa, las mujeres tiene rasgos
comunes que las identifican como pertenecientes a una cultura
especfica como lo es su vestuario que las ubica en su propio
contexto cultural; adems, tambin es posible encontrar las c
aractersticas que las hacen diferentes, de culturas que tienen
smbolos propios. Fotografa extrada del sitio web: CGT Chiapas, el
da 24 de enero de 2016.
http://www.magis.iteso.mx/sites/default/files/Magis-445-
movimientos-sociales-zibechi-2.jpg
El territorio sigue siendo un factor importante en la construccin de las identidades, el punto es
que no slo es un espacio geogrfico, sino una delimitacin simblica que ayuda a construir la
cultura y la identidad (imagen 4). Hoy en da, el territorio no es un concepto rgido, es flexible. Por
ejemplo, se piensa en el pasado sobre la base de un espacio fsico donde se sitan los hechos que se
han catalogado como relevantes; nombres de personajes que realizaron hazaas a la manera de las
epopeyas, dramas y tragedias de la Grecia antigua, van formando una cadena de acontecimientos
que forman una poca, es decir, un lmite temporal, una frontera, un espacio en el tiempo y desde
el tiempo. Pero esos acontecimientos que han delimitado la poca, se dan en un espacio fsico, en
un territorio, con una constitucin orogrfica y ambiental concreta.
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Imagen4: El territorio o espacio, elemento de identidad cultural
El espacio donde interactan las personas es fundamental en la
definicin de la identidad, como parte de la cultura nos da
informacin sobre los roles que se interpretan, as, en el teatro,
sobre el escenario sabemos estn los actores, mientras que en la
butacas se ubica el pblico, como se ve en esta fotografa.
Colombres (2009) crtica a las teoras de la cultura que han omitido este factor de identidad
cultural, l afirma: Tanto la modernidad como la posmodernidad negaron el espacio como soporte
del pensamiento, algo que lo baje a la tierra y coadyuve en la construccin de sentido. (224). La
importancia del territorio es tal que en los mitos y leyendas juegan un papel fundamental, por
ejemplo, en todos los mitos fundacionales se repite el relato que narra el origen de un pueblo o
nacin en una especie de tierra idlica, de un paraso fundacional. Los Aztecas llamaron Aztln a
este lugar, punto de partida, origen de un destino y motivo por el cual migraron hacia otro lugar o
tierra prometida. En la tradicin juda es el paraso terrenal el inicio de su existencia, motivo
por el cual buscan incansablemente llegar al sitio que la autoridad sobrenatural les prometi. Estos
ejemplos se actualizan y continan vigentes, no es raro encontrar en textos como el de Bonfil
Batalla (1990) en el que escribe: Partamos de un hecho fundamental: en el territorio de lo que hoy
es Mxico surgi y se desarroll una de las pocas civilizaciones originales que ha creado la
humanidad a lo largo de toda su historia: la civilizacin mesoamericana. De ella proviene lo indio
de Mxico; ella es el punto de partida y su raz ms profunda. (23) Como se ve, adems del
espacio fsico, en Mesoamrica, para Bonfil, tambin hay un territorio temporal, que es utilizado
como apoyo en la creacin de una identidad, la mexicana en el caso referido por este autor.
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Como elemento que est en relacin al territorio, el tiempo tambin es otro factor que interacta
para construir la identidad. Colombres lo reconoce de la siguiente manera: La identidad, en
definitiva, no es ms que la conciencia de una continuidad en el tiempo, ms all de los cambios,
crisis y rupturas que puedan registrarse. (201) El tiempo puede ser enfocado como un espacio
mismo, un espacio temporal que define lmites, que ayuda a interpretar los fenmenos y permite
las comparaciones, aunque tenga la caracterstica de ser siempre continuo.
Como se dice lneas atrs, al reconocer lo que es propio, que permite encontrar las diferencias entre
personas e individuos, desde el enfoque simblico de la representacin, el pasado se convierte en
una de las bases que permiten identificarse, identificarnos e identificarlos. Al reconocer un pasado
comn, se inicia el proceso que sirve para detectar la pertenencia a un grupo social y un sentido de
lo que el individuo es como tal y como integrante de un grupo social. El pasado que se asume como
parte de uno o del grupo conforma un patrimonio que suele denominarse Patrimonio cultural.
Sin embargo, como una continuidad que llega al presente, el pasado tambin es una construccin
que, segn autores como Colombres (222-223) o Bourdieu (citado por Gimnez. 92-94), evoluciona
y se reconstruye a travs de la identidad y la cultura, pues cada generacin tiene caractersticas
propias aunque tenga un mismo pasado (factor temporal) y viva en un mismo espacio fsico
(territorio).
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Cultura:
El pasado aceptado por el conjunto de individuos da pie a la identificacin de un origen comn,
pero no crea la identidad. Para construirla se requieren otros factores que inciden en crear una
sensacin de pertenencia, como el territorio, el medio ambiente, las relaciones entre los individuos,
y la lengua, por citar algunos. Para Gimnez, la identidad se construye con el pasado porque forma
parte de una memoria colectiva; se reconstruye con el presente a travs de un proceso que
convierte a la memoria colectiva en conciencia colectiva; y desemboca en un imaginario colectivo
que es la construccin social del futuro. (98)
Sin embargo, un mismo pasado tiene significados diferentes porque otros factores permiten a los
individuos interpretarlos desde pticas diferenciadas (Imagen 5 y 6). La interpretacin de los
fenmenos no es totalmente objetiva pues un mismo hecho es percibido desde puntos individuales
y diferenciados. Por eso se reconoce la existencia de una identidad individual y otra colectiva
(Mass. 26) Para personas que abordan la interpretacin de los signos, por ejemplo, reconocen que
stos (los signos) pasan por un proceso de comparacin, reconocimiento e interpretacin; es decir,
aquello que se percibe se compara y se interpreta. Cuando las interpretaciones son similares,
entonces se crean lo que Eco (2005) llama unidades culturales (El significado como unidad
cultural. 70-72)
Imagen 5: Danzante antiguo
La figura puede representar a un acrbata para el lector, sin
embargo, no se sabe a ciencia cierta qu representaba para los
antiguos habitantes de Tlatixco, lugar donde se encontr esta pieza
del clsico tardo.
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Las unidades culturales de este autor no son lo mismo que la identidad cultural, pero forman parte
importante de ella pues son las referencias sobre las cuales los fenmenos sociales son
interpretados por los individuos y los colectivos, al coincidir estos patrones referenciales, permiten
identificar e identificarse. Como patrones referenciales hacen las veces de cdigos de
interpretacin.
Para Margarita Mass (2006) La cultura y el comportamiento humano estn totalmente vinculados
con el sistema de disposiciones duraderas y estructuras cognitivas que son los esquemas de
percepcin, valoracin y accin (23) Opinin que se acerca a lo expuesto por Eco, que tambin
resalta el valor de la cultura.
Otro autor ya citado en estas lneas, Colombres, opina que la cultura es entonces el conjunto de
valores materiales y espirituales acumulados por el hombre en el proceso de su prctica histrico-
social. (194) Adems, seala siguiendo a Lvi-Strauss, tiene dos caractersticas: 1. Originalidad,
pues cada cultura es nica e irrepetible; y 2. Globalidad, para que tenga la connotacin de cultura,
debe abarcar a todos los sectores de la actividad humana. (194)
En esta lnea de ideas, toda persona posee un acervo que le permite identificar sus valores
materiales y espirituales, por tanto, es poseedor de una cultura propia que, tambin puede ser
compartida por otras personas. Cuando entre stas se logra una identificacin colectiva, adems de
crear una identidad cultural o social, se obtiene la conciencia en la pertenencia a un grupo que se
diferencia de otros grupos, por supuesto.
Al estudiar la cultura, varios autores coinciden en sealar algunos de los valores materiales y
espirituales que la conforman. Mass, por ejemplo, seala a la conducta y, por tanto a las reglas del
comportamiento cuando acepta que la cultura es la manera de ser y estar en el mundo. (22),
ms adelante acenta el factor conductual, es decir, la forma en que se manifiesta la cultura dentro
de las pautas de conducta, de las relaciones que sostiene las personas en una sociedad, cuando dice:
la cultura es una configuracin especfica de reglas, normas y significados sociales constitutivos
de identidades y de alteridades. (23) Para ella, como parte inherente a la conducta, la ideologa
(25), la tica y la moral se convierten en soportes y referentes para preservar el orden de la
sociedad. (26)
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Para Lvis-Strauss (en Gimnez. 2005), tambin la conducta es fundamental para entender la
cultura. l escribe:
La cultura no es natural ni artificial. No depende ni de la gentica ni del pensamiento racional
porque consiste en reglas de conducta no inventadas, cuya funcin generalmente no es
comprendida por quienes las obedecen: en parte, se trata de residuos de tradiciones adquiridas
en los diferentes tipos de estructura social por los que cada grupo social ha pasado en el curso
de una muy larga historia; la otra parte consiste en reglas aceptadas o modificadas
conscientemente en vista de un fin determinado. (242)
Como parte de la conducta, que apoya o contraviene los posibles significados de los fenmenos
sociales, hace presencia la ideologa. Para Eunice R. Durham (en Gimnez. 2005): La dimensin
simblica constitutiva de la accin humana puede estar verbalizada en el discurso, cristalizada en
el mito, el rito y el dogma, o incorporada a los objetos, a los gestos, a la postura corporal, y siempre
est presente en cualquier prctica social. (247) Al presentar la cristalizacin, abre las puertas para
dos grandes conceptos relacionados con la visin del mundo que un individuo o el grupo social
construyen y le es propio: la religin y la ideologa.
La conducta es la forma en que cobra presencia todas y cada una de las relaciones asumidas por un
individuo frente a otros individuos, frente a objetos naturales y creados, y ante entidades abstractas
como las deidades y las instituciones. El origen de un rito est centrado en la forma de establecer
las relaciones entre la persona/grupo social con un ser sobrenatural. Por eso, al esquematizar estas
manifestaciones conductuales, el comportamiento humano entre un brujo, un sacerdote y un lder
poltico son muy parecidos, en circunstancias parecidas, tambin.
La fe y el dogma ofrecen a las personas la posibilidad de una visin del mundo que condiciona su
actuar. A su vez, las relaciones del individuo con otros individuos construyen normas de carcter
obligatorio, coercitivas, ya sea por la fuerza fsica o por la presin social, crean aquello que se le
permite hacer. Por ltimo, la forma de interpretar esas normas, completan las caractersticas de su
cultura. Por este hecho, los objetos y las instituciones se convierten en factores culturales. En este
sentido, vale la pena sealar que la cultura es diferente a las manifestaciones culturales. Las
manifestaciones son productos concretos de la cultura (imagen 7).
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Imagen 7: La danza, una manifestacin de la cultura
Entre las personas que se dedican a la danza existe toda un sistema
que les permite interpretar los cdigos, seguirlos, establecer
relaciones, y elaborar productos concretos como lo es una
coreografa.
Todos estos factores son aprendidos por el individuo y los asimila de una u otra manera. Cuando
son factores referenciales a un solo territorio, en un tiempo especfico, y de un grupo social
concreto, dan la idea de uniformidad cultural, es decir, pautas comunes entre los individuos del
grupo. Esta circunstancia es idlica, modelo de experiencias sociales que difcilmente se encuentran
en el mundo actual, y tambin es una circunstancia poco existente en la historia humana, pues un
individuo convive con otros individuos, un grupo interacta con otros grupos y establece
relaciones de todo tipo. Por tanto, los individuos observan, aprenden y reinterpretan las normas
propias y las extraas. Es probable que se creen espacios compartidos, adems de territorios fsicos
de intercambio, como se dijo ya, campos de intercambio simblico donde se modifican los cdigos
y las conductas.
Por otro lado, al estudiar la cultura se han creado varias tipologas. Se habla de dicotomas
construidas para referirse a circunstancias concretas. Por ejemplo, Cultura de lite y cultura de
masas, en opinin de Colombres (15-18) esta clasificacin, ms bien, debe ser entre cultura de lite
y cultura popular, porque la cultura de masas es un concepto inexistente, y no es real pues lo que se
llama masa de poblacin es una abstraccin que lleva implcita la accin de manipular y no de
interactuar. Otra ms, la cultura local y la cultura global, la primera hace referencia al espacio fsico
por encima de las conductas y los cdigos que condicionan la manera en que se comportan las
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personas integrantes de un grupo social, mientras la segunda est conformada por todas las
manifestaciones compartidas por la generalidad de los seres humanos, por lo menos en teora.
Otro factor importante es el econmico. Las manifestaciones culturales son actividades humanas,
conductas realizadas en un tiempo y espacio definidos. Forman parte de un esfuerzo individual en
un grupo social, a veces, la accin es colectiva. Se producen rituales, a la vez, objetos propios del
rito. Por eso, como smbolo e imagen, suele utilizarse un objeto como elemento referente de una
cultura. Como ejemplo, la mscara de parachico, de Chiapa de Corzo, en Chiapas, es la imagen
representativa de la cultura de los chiapanecas, diferente a la tzeltal de los altos de Chiapas. Como
manifestacin cultural, los objetos que tienen esta doble funcin, la de ser elemento simblico de
una cultura y bien econmico, no se sujeta a la reglas de los dems bienes comerciales. Se vende
una mscara, es propiedad de una persona, pero sigue siendo propiedad colectiva pues representa
a una cultura.
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Intervencin en el campo de la cultura:
La cultura se da, nace, cambia y muere, sin necesidad de que sea estimulada pues es parte
inherente del ser humano tal cual es. No existe persona alguna con menos cultura que otra, o que
no la tenga en absoluto. La cultura puede encontrarse a travs de la actividad humana ms no toda
actividad se considera representativa de una cultura.
Hay objetos que se vuelven representativos, ya sea porque forman parte de un rito, con
caractersticas religiosas o mgicas, o porque son de uso generalizado en actividades colectivas. La
realizacin de las actividades, la preparacin de stas, y su organizacin, son el resultado de un
tiempo, materiales y esfuerzo invertido por un nmero de personas que vara de actividad a
actividad. Por eso, la cultura tiene un impacto en la economa de las personas, de los grupos
sociales e inciden en la economa de otros individuos y de otros colectivos.
Cuando se identificaron los derechos fundamentales de toda persona, en la Organizacin de las
Naciones Unidas (ONU), los pases que la integran reconocieron el derecho que tiene todo
individuo a participar libremente en las manifestaciones culturales y artsticas. Este reconocimiento
se funda en dos premisas: 1. La cultura es parte inherente al ser humano, ningn animal, ni otro ser
vivo hace, transforma y posee cultura; y 2. Las manifestaciones culturales ayudan a construir
identidad, dan visin del mundo y es un hecho econmico, por tanto, es un factor de desarrollo.
Despus de la reunin en la Ciudad de Mxico, en 1970, en 1998, del 30 de marzo al 2 de abril, en
Estocolmo, Suecia, se desarroll la Conferencia Intragubernamental sobre Polticas Culturales para
el Desarrollo, una actividad promovida desde la seccin de educacin y cultura de la ONU
(UNESCO), donde se reconoce que El desarrollo sostenible y el auge de la cultura dependen
mutuamente entre s, tambin dice que: Dado que el acceso y la participacin en la vida cultural,
son un derecho inherente de las personas de toda comunidad, los Gobiernos estn obligados a
crear las condiciones necesarias para el pleno goce de este derecho de conformidad con el artculo
27 de la Declaracin Universal de derechos Humanos.
Este reconocimiento desde las instituciones y desde las autoridades representativas de los pases
integrantes de la UNESCO y participantes en las reuniones y conferencias, es el resultado de los
estudios culturales realizados desde varias disciplinas. Tambin es una postura tica sobre el papel
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de las autoridades nacionales sobre el tema, de cmo evolucion la intervencin en materia de
cultura.
En este sentido, los enfoques reconocen que son los individuos quienes generan y transforman los
hechos culturales, que las instituciones intervienen y tratan de utilizar las manifestaciones
culturales como herramientas para el control social, y que el papel de estas instituciones es
relevante. Desde la ptica del Estado, tambin se reconoce que es una institucin y que en su forma
de constituirse y actuar, est inmersa una ideologa especfica, una visin del mundo y una postura
poltica econmica.
Bajo estas consideraciones, a travs de la historia, se detectan dos grandes enfoques sobre el papel
del Estado en torno a las manifestaciones culturales: 1. Activo, es decir, donde el Estado adems de
velar por los derechos, interviene de manera directa en la preservacin y difusin de la cultura,
genera, pues ms hechos culturales. Y 2. Pasivo, pues el Estado es solamente un polica, quien
cuida el acceso a la cultura y sanciona a quienes lo impiden. En esta lnea de ideas, existen pases
donde el Estado asumi posturas intermedias, es decir, son activos en determinadas reas de la
cultura, como puede ser la rama artstica; o naciones donde las autoridades son Pasivos en la
mayora de la actividad cultural pero fomentan la participacin de particulares en la preservacin y
difusin, por ejemplo, a travs de fondos, fideicomisos, fundaciones y asociaciones civiles.
Las normas de carcter legal son el marco de accin sobre el cual el Estado justifica la postura en
torno a todas y cada una de las actividades que realiza su poblacin. Es una referencia que justifica
si es activo o pasivo en torno a la cultura nacional. El Estado mismo se organiza reconociendo
niveles territoriales, as, adems de tener una divisin de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial),
se constituye a nivel nacional (federal) regional (estatal) y local (municipal). As, se entiende que
las normas existentes en una comunidad estn sujetas a las reglas de carcter federal, estatal y
municipal que se traducen en:
Normas federales: Constitucin Poltica de los estados Unidos Mexicanos y leyes federales.
Normas estatales: Constitucin poltica del Estado de Chiapas y normas estatales.
Normas municipales: Reglamentos y bandos municipales.
Mxico ha asumido un perfil activo en materia de cultura. Adems de adherirse a las disposiciones
generadas desde la ONU y la UNESCO, en sus normas estatales se reconoce al Estado como una
entidad participativa en la preservacin y difusin de la cultura. Su ley ms importante, la
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Constitucin Poltica reconoce esta situacin y lo seala en varios de sus artculos. Por ejemplo,
seala que los monumentos y sitios antiguos son propiedad de la nacin y que a sta corresponde
su administracin. Con ello, se apropia del pasado, del patrimonio cultural, base para el
reconocimiento de una memoria colectiva.
Las leyes forman parte del proceso utilizado para definir las polticas culturales. Si en la legislacin
se define un papel pasivo al Estado, ste no puede dejar de observar la legislacin que incide en la
actividad realizada por su poblacin en materia de cultura. Pasivo, pero autoridad, vigila y juzga,
realizando as actividades que inciden de manera indirecta sobre las manifestaciones culturales.
En los dems casos, es decir, donde el Estado es activo o parcialmente activo, las normas legales
establecen criterios generales, o de ellas se desprenden criterios generales para justificar la accin
de las instituciones representativas del Estado. Estos criterios generales son llamados Polticas
pblicas. Una poltica, pblica o privada, es un lineamiento general, un criterio, desde ah se
organiza una actividad, un conjunto de actividades con objetivos y acciones concretas.
A grandes rasgos, las polticas culturales tienden a sustentar dos grandes objetivos:
Preservacin e incremento del patrimonio cultural
Difusin y divulgacin de la cultura
Para hacerlo as, utilizan como herramientas especficas como son:
Investigacin
Enseanza
Animacin
Inversin
Administracin de espacios
Los mbitos de accin donde el Estado mexicano interviene son:
El pasado
La cultura tradicional, popular y municipal
Las artes
Los medios masivos de comunicacin
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Con estos factores se construye la poltica cultural y se justifica la existencia de instituciones
pblicas de accin directa sobre las manifestaciones culturales. Estas instituciones obtienen
recursos pblicos, es decir, son financiadas por todos los contribuyentes. Instituciones pblicas de
carcter federal, entre otras, estn: El Consejo nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), el
Instituto Nacional de Bellas Artes(INBA), el Instituto Nacional de Antropologa e Historia (INAH),
y la Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas (CNDI). En Chiapas existe el
Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (CONECULTA) como organismo pblico
fundamental en la cultura. Por ltimo, en cada municipio existe una direccin de educacin y de
cultura, en ocasiones, el municipio mantiene una Casa de Cultura o un museo municipal, a dems
de una biblioteca.
Aunque en Mxico las instituciones pblicas existen desde el siglo pasado, en aos recientes se ha
observado que es ms antigua la tradicin en materia de instituciones comunitarias cuyo actuar
inciden en la preservacin y difusin de los rasgos culturales de la comunidad. Por ejemplo, el
sistema de cargos tradicionales en comunidades tzotziles en los altos de Chiapas. Adicionalmente,
las fundaciones y asociaciones civiles tambin se han hecho presentes.
Las instituciones, adems de observar una poltica especfica, suelen definir un programa de
actividades. Para el caso de las instancias gubernamentales es una obligacin; en las particulares y
comunitarias, se realiza con diferentes grados de sistematizacin.
Como parte final de este documento es necesario resaltar la importancia de la cultura en el
desarrollo de los grupos sociales, es un derecho inalienable el acceso a ella, son las comunidades,
grupos sociales, colectivos, quienes definen su identidad. La identidad es la manera concreta de
percibir los rasgos culturales propios en relacin a otros. Ofrece un rumbo, ayuda a realizarse en el
presente y crea imaginarios colectivos, es decir, construye un futuro. Por eso, se entiende la accin
del Estado y el perfil de ste en el mbito cultural. En Mxico, la participacin de las instituciones,
sean o no parte del Estado, actan directa, parcial o indirectamente. Las polticas pblicas,
dependiendo del tipo de institucin se enfocan en la preservacin y difusin de la cultura. Se acta
en diferentes niveles y se atienden diversos segmentos. Si bien, el estado tiene el enfoque de
promover el desarrollo social, desde la actividad cultural; las organizaciones privadas buscan el
desarrollo econmico a travs de la cultura; y, por ltimo, las comunidades se encargan de crear,
modificar y desaparecer las manifestaciones culturales. Por eso, en muchas ocasiones, se observa
que la actividad cultural desde las instituciones que no son comunitarias tienen resultados pobres.
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Fuentes consultadas:
Aguilar Villanueva, Luis F. El estudio de las polticas pblicas. Ciudad de Mxico. Miguel ngel Porra. 1996.
Bonfil Batalla, Guillermo. Mxico profundo. Una civilizacin negada. Mxico, DF. Grijalbo y Consejo nacional para la
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Bourdieu, Pierre. Las reglas del arte. Gnesis y estructura del campo literario. (Trad. Thomas Kauf). 2 edicin. Barcelona.
Anagrama (Coleccin Argumentos 167), 1997.
______________. Sociologa y cultura. (Trad. Martha Pou) Mxico, DF, Grijalbo y Consejo Nacional para la Cultura y las
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Colombres, Adolfo. Teora de la cultura y el arte popular. Una visin crtica. Mxico. Consejo Nacional para la Cultura y
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Gimnez Montiel, Gilberto. Teora y anlisis de la cultura. Ciudad de Mxico. Consejo Nacional para la Cultura y las
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Rafael Araujo www.fayeyo.blogspot.com
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Plan de desarrollo (federal y estatal)
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