Historia uaem

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ESCUELA PREPARATORIA DE AMECAMECA, 1965

PLANTEL “SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ”, 2010

UNA HISTORIA QUE NO SE HA ESCRITO

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

Dr. en C. Eduardo Gasca PliegoRector

M.A.S.S. Felipe González SolanoSecretario de Docencia

Dr. en Fil. Sergio Franco MaassSecretario de Investigación y Estudios Avanzados

Dr. en C. Pol. Manuel Hernández LunaSecretario de Rectoría

M.A.E. Georgina María Arredondo AyalaSecretaria de Difusión Cultural

M. en A. Ed. Yolanda E. Ballesteros SentíesSecretaria de Extensión y Vinculación

Dr. en C. Jaime Nicolás Jaramillo PaniaguaSecretario de Administración

Dr. en Ing. Roberto Franco PlataSecretario de Planeación y Desarrollo Institucional

Dr. en D. Hiram Raúl Piña LibienAbogado General

Lic. en Com. Juan Portilla EstradaDirector General de Comunicación Universitaria

C.P. Alfonso Octavio Caicedo DíazContralor Universitario

Profr. Inocente Peñaloza GarcíaCronista

PLANTEL “SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ”

M. en C. Ed. Gustavo Echaniz VillamarDirector

M. en A. María de Lourdes Reyes PérezSubdirector Académico

M. en A. Cristian González FloresSubdirector Administrativo

Mtro. En D. Noé Jacobo Paz Govea y Prof. Julián Rivera LópezCronistas

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“2011, 160 Aniversario de la Promulgación de la Ley Orgánica del Instituto Literario del Estado de México”UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

ESCUELA PREPARATORIA DE AMECAMECA, 1965

PLANTEL “SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ”, 2010

UNA HISTORIA QUE NO SE HA ESCRITO

Elena González Vargas

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1a edición 2011

©Noé Jacobo Faz Govea

escuela preparatoria de amecameca, 1965

plantel “sor juana inés de la cruz”, 2010

una historia que no se ha escrito

©Derechos reservadosUniversidad Autónoma del Estado de México

Av. Instituto Literario 100 Ote.Toluca, Estado de México

C.P. 50000, Méxicohttp://www.uaemex.mx/

ISBN:

"Este texto se publica para su lectura en la uaem"

Impreso y hecho en MéxicoPrinted and made in Mexico

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PRESENTACIÓN

El compromiso dE Escribir

El ejercicio de rememorar todo aquello que se ha vivido en nuestro Plantel es un buen indicador de la calidad moral que posee quien busca en el pasado la forma de satisfacer las necesidades del presente. En este contexto, testimoniar, documentar, difundir con libertad, de manera oportuna, transparente y completa, los sucesos que le han dado forma al quehacer humano de la institución a la que pertenecemos, ponen en juego la confrontación de ideas, propiciando, por los resultados obtenidos, la utilidad del pensamiento en la construcción del presente y del futuro, y en la cotidiana elaboración colectiva de su memoria histórica.

Actualmente nadie discute la importancia del trabajo educativo que el Plantel ha realiza-do durante 45 años y, si bien en su momento fue pionero de la Educación Media Superior en la Región oriente del Estado de México, en el presente se muestra orgulloso por ser innovador y líder en la producción y reproducción de la cultura, con clara consciencia sobre el papel decisi-vo que ha jugado en la promoción del desarrollo municipal, regional y estatal. Por esta razón, el registro de lo acontecido queda plasmado y disponible en este documento que hoy se pone a tu disposición y que, siendo un intento serio dedicado a recuperar la memoria histórica de quienes estamos identificados con nuestra institución, forma también un patrimonio colectivo.

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La búsqueda de la memoria histórica debe permitirnos narrar los hechos más sobresa-lientes que resaltan la figura del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México. Por esta razón, el compromiso institu-cional al conmemorar 45 años de su fundación implica fortalecer su proceso y desarrollo histórico, resignificando cada uno de los momentos por los que, a través del tiempo, se ha destacado, y por la labor educativa que presta, misma que ahora se ve coronada al tener en sus archivos los documentos de más de 42 generaciones de alumnos que han transitado por estas instalaciones.

Este hecho justifica que es preciso dejar asentado, a través de la palabra escrita y desde la perspectiva de la complejidad que esto representa, lo que todos deben conocer, aquello que dio forma a lo que ahora es y que permanentemente se transforma y se proyecta hacia el futuro.

Hasta ahora nuestra historia sólo se encuentra en archivos académicos, que muy poco rescatan de su pasado. El pensar histórico, las experiencias del hombre en el pasado y en el presente para el futuro, el producto del tiempo, el espacio, la causalidad y los personajes que la hicieron posible no han quedado registrados.

El recuerdo del pasado reciente, el de los iniciadores y el de todos aquellos que se aventuraron a crear, fundar e impulsar el desarrollo de nuestro Plantel seguramente ha quedado guardado celosamente, sin publicarse. Así, la realidad completa no existe, y si existe, carece de importancia. Pero las realidades que van configurando a las instituciones son más amplias que el universo simbólico creado sobre ellas, y si bien hay que considerar que éstas se refieren sólo a una parte, y no necesariamente a lo más importante de lo que ocurre en el escenario de la vida, son las que dan forma y sentido a su existencia, y ahí están, aún cuando no se vean, surgiendo cuando uno de los protagonistas que les dio forma, las recuerda. Por esta razón, hasta ahora sólo algunos intentos muy valiosos se han realizado para construir la memoria del Plantel y esto implica el riesgo de puntualizar vagamente lo que ha pasado durante 45 años, sin embargo, son años vividos y se relatan según testimonios de quienes los vivieron.

“Patria, CienCia y trabajo”M. en ed. Gustavo eChaniz villaMar

direCtor del Plantel

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INTRODUCCIÓN

... ¿Es preferible <pensar> sin tener conciencia crítica de ello, de modo disgregado y ocasional, es decir <participar> en una concepción del mundo <impuesta> mecánicamente por el ambiente externo, o sea, por uno de tantos grupos sociales en que cada uno de nosotros se encuentra inserto automáticamente desde su entrada en el mundo consciente... o bien, elaborar la propia concepción del mundo consciente y críticamente y, en conexión con esta actividad mental, elegir la propia esfera de actividad, participar activamente en la producción de la historia del mundo, ser guía de uno mismo y no aceptar pasiva y servilmente que nuestra personalidad sea moldeada desde fuera?

Antonio Gramsci

cuadErnos dE la cárcEl

La acción y la reacción que se producen recíprocamente entre sociedad y educación, son fenómenos en donde la Universidad está inserta por el contrato social que ha signado con la propia sociedad, estableciendo un compromiso institucional en donde convergen el grupo social en sí con necesidades manifiestas y la institución educativa como proveedora de satisfactores.

El presente trabajo surge como una idea del director del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México, con base en una inquietud personal en torno a la necesidad de realizar una investigación a fondo cuyo resultado muestre el estado del arte que en este campo de estudio no había sido explorado y, consecuentemente, obtener un producto que ahora se ofrece como informe.

Esto abrió espacios para indagar y conocer sobre el proceso histórico, social, educativo de nuestro Plantel, desde sus orígenes hasta su consolidación, y por esta razón, al preparar la presentación de este trabajo, producto de la investigación, se ha pretendido que su contenido tenga una secuencia lógica, presentando cada uno de los momentos por los que ha pasado el Plantel, hoy llamado “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la uaEm.

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Esta presentación, en el primer capítulo, ofrece una narración sucinta de los momentos transcurridos en tiempo y espacio para la creación de la Escuela, su sostenimiento y la construcción del edificio que hoy la alberga, y en un segundo momento, el desarrollo académico administrativo de la Escuela que posteriormente se transforma en Plantel, señalándose quiénes fueron los participantes de este movimiento social que transformó a la Región oriente del Estado de México y la función realizada por cada uno de los directores que han estado al frente de la Institución.

Al narrarse la evolución, desarrollo y consolidación de la Escuela, presentando a cada uno de los directores que le han dado su sello personal según el proyecto educativo que realizaron, se acompañan con el nombre de los rectores que dirigieron la Universidad durante su gestión, con la intención de presentar los distintos momentos de transformación de esta Institución, en donde nuestro Plantel ha tenido siempre una participación destacada. Este capítulo permite señalar las condiciones sociales, económicas y políticas en que se desarrolló cada momento histórico-académico, formando parte de las características que integran el estudio como un todo. Se establece así el camino para llegar a la meta que pretendemos encontrar, dentro de un marco en donde ahora existen nuevas visiones y misiones a realizar.

El segundo capítulo está estructurado en tres partes: en la primera se presentan testimonios que muestran la tradición oral y secuencias históricas transcurridas, escritas por quienes vivieron parte del proceso. Estas son aportaciones valiosas de personas que se han identificado con el Plantel: profesores, alumnos y ex alumnos que, con experiencias vividas, expresan sentimientos y su propia visión de lo que significó su estancia en la Escuela. En la segunda se hace un homenaje a quienes participaron en la fundación de la Escuela, pero ya se han ido, sea por haber fallecido o porque ya han cumplido su labor educativa, y ahora gozan de una merecida jubilación. En la tercera parte se abre un espacio para la narración de aspectos que, como anécdotas, nos relatan quiénes hicieron la historia y cómo la vivieron.

La investigación documental se apoya en una muestra fotográfica y hemerográfica que permite testimoniar, en el tercer capítulo, la interrelación entre lo que hoy es, lo que fue y lo que, en forma prospectiva, se pretende tener como visión hacia el futuro.

Así, la Institución ha estado y estará siempre frente a la posibilidad de formar parte de la transformación y cambio constantes que avizoran el nuevo milenio, sujetos a la influencia de los cambios sociales, a los avances científicos y tecnológicos y a las nuevas corrientes del pensamiento. En este sentido, el Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” se enfrenta a retos y oportunidades que exigen nuevas acciones y capacidades mediante campos de análisis anticipatorios que lo lleven a dar respuesta, hoy, a las oportunidades del mañana.

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C A P Í T U L O I

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El principio

1965 significa para el municipio de Ame-cameca el cambio hacia una nueva era que le convierte en el eje rector que dio paso al desarrollo cultural y académico de la Región oriente del Estado de México, siendo el móvil esencial, el inicio de un proyecto educativo que benefició a un vasto sector estudiantil proveniente de distintas comunidades que conforman esta área geográfica; se dio paso así a una realidad educativa derivada de la necesidad de aprender.

En 1965, a la entrada del municipio había un letrero que decía “Amecameca 10,000 habitantes”, con esta población se integraban tres escuelas primarias, dos secundarias, una oficial por cooperación, una privada católica y una escuela comercial.

Ubicada en el extremo sur-oriente del Estado de México, los beneficios de la educa-ción media y media superior no llegaban a sus pobladores; los habitantes, en su mayoría obreros, comerciantes o campesinos, no habían tenido necesidad de estudiar más allá de la secundaria, algunos trabajaban en la fábrica de papel de “San Rafael” o en la zona fabril ubicada en Ayotla, municipio de Ixtapaluca, o en la ciudad de México. Muchos de estos trabajadores enviaban a sus hijos a la Secundaria de San Rafael, que tenía como antecedente una Escuela primaria

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de las denominadas “Artículo 123”, un tanto por identificación con la fábrica en donde prestaban sus labores o bien porque con-sideraban que por ser federal había mejores profesores y, en consecuencia, una mejor atención para sus hijos. Algunos, por ser hijos de comerciantes, heredaban la actividad de sus padres y de esa manera tenían una forma lícita para desarrollarse económicamente. El medio rural estaba integrado por

seis delegaciones municipales, cu-yos habitantes de escasos recursos económicos, con categoría de ejidatarios, trabajaban la tierra, siendo contratados y dirigidos, en ocasiones, por pequeños propietarios o por los caciques del pueblo, quienes detentaban el poder económico y lo aprovechaban para su conveniencia. En estos lugares la educación, algunas veces, llegaba a través de alfabetizadores y en otras un sólo profesor atendía el quinto y el sexto año.

Por lo tanto, se puede hablar de la carencia de profesionales de la enseñanza y de la poca presencia estudiantil en la vida educativa.

En ese contexto, no obtante la importancia que los teóricos de las diversas disciplinas humanas le asignan a la educación, y de haber transcurrido 90 años de concluida la Revolución Mexicana y promulgada la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, el discurso de la educación en la región quedó al margen de cualquier satisfactor que pudiera resolver esta necesidad. El grado máximo de estudios al que se podía aspirar en las comunidades rurales era la educación primaria y en la cabecera municipal, en algunos casos, la secundaria.

Sin embargo, a la cabecera municipal, que desde ese tiempo llamaban “La perla de los volcanes”, llegaban jóvenes de diferentes municipios con deseos de estudiar. Además, el interés para que los alumnos, concluida la secundaria, ingresaran al nivel medio superior con proyección para alcanzar una formación profesional, era casi nulo. En consecuencia, sólo se podía acceder a este nivel de estudios si los padres contaban con familiares o con recursos económicos para enviar a sus hijos a la ciudad de México, a la capital del Estado, Toluca, o a alguna otra ciudad que ofreciera estos servicios. Además, las carreteras eran muy estrechas y poco transitables, no estaban en buenas condiciones, la posibilidad de tener un automóvil era difícil y existía sólo una línea de autobuses en dos categorías, primera y segunda, ésta de mayor demanda, que transportaba a los habitantes del municipio hacia la ciudad de México, lugar más cercano en donde se podía seguir estudiando.

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Yo quería seguir estudiando después de que concluyera los estudios de la secundaria, pensé que, como estaban las cosas, me iba ir a estudiar a Guadalajara ya que podía quedarme en la casa de mi tío, eso para mí era lo más fácil y sobre todo era una ciudad más grande y podía estar a gusto y estudiar, pero conocí la posibilidad de que se creara una Escuela Preparatoria en Amecameca por Paquito (Sr. Francisco Rodríguez Ortega) con quien yo trabajaba.

Para eso, en la secundaria empezó a fortalecerse la idea con algunos padres de familia, ya que había un grupo de gentes interesadas en crear una preparatoria que permitiera una continuación de estudios y sus hijos no se fueran a seguir estudiando a Toluca (la verdad es que eran muy pocos los que seguían estudiando y no iban a la ciudad de Toluca, sino a la unam en México). Por esta razón, empezaron a recabar información sobre quien deseaba seguir estudiando si se hacía una Preparatoria.

Profr. Adrián Plata Tenorio

A esto debemos agregar que pocos eran los profesionistas que, originarios de Amecameca, prestaban sus servicios a la comunidad, los que habían logrado esta condición trabajaban en la ciudad de México y ahí radicaban, aún cuando visitaban regularmente a sus familiares. Por esta razón, los profesionales, que en su gran mayoría eran médicos, habían llegado de otras ciudades, incluso los domingos era difícil que salieran a atender a un paciente, los que lo hacían cobraban una cuota extra. En relación con otras profesiones de tipo universitario, eran muy pocos los que trabajaban en la cabecera municipal, los abogados se encontraban en el municipio de Chalco, ya que en ese lugar se situaban los juzgados y si se requería algún otro servicio, se recurría a la ciudad de México.

Como podemos darnos cuenta, la conmemoración que hoy nos ocupa y de la que participamos con entusiasmo no es la de la Escuela Preparatoria a la que pertenecemos, sino la de uno de sus ocho planteles, que nos hace partícipes de los ideales de la

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Ilustración, porque ha brindado y da la oportunidad a todos los habitantes de esta parte de nuestro Estado de tener acceso a la educación media superior y superior más fácilmente que la que tuvieron nuestros antecesores, quienes debían viajar a la capital del país para cursar el bachillerato.

Este fue el ideal de los que promovieron el establecimiento de nuestro Plantel y que al paso de los años se ve reflejado en sus ex alumnos que se desempeñan en el gobierno, en la industria, el comercio.

Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino

Este ambiente educativo prevaleció en Amecameca hasta 1965: la necesidad estaba manifiesta: ¿De qué forma ofrecer a los jóvenes un medio que les permitiera ser útiles a la sociedad que demandaba ya en ese tiempo una mejor formación escolar para incorporarse al mercado productivo? ¿Qué era lo que el grupo social pretendía, cuando muy pocos eran los que tenían oportunidad para encontrar un campo de acción distinto al que se encontraban insertos? ¿Hasta dónde se podía provocar la igualdad de posibilidades para todos aquellos que deseaban seguir estudiando? ¿Cuántos, por no tener esa posibilidad, vieron truncados sus anhelos y tuvieron que conformarse con ser obreros, comerciantes o campesinos, pudiendo desarrollar su capacidad intelectual en otros medios? El único satisfactor que podía resolver estos cuestionamientos era la creación de una Escuela de educación media superior y, de esta manera, una alternativa que condujera a la formación de profesionales que aspiraran a escaños superiores dentro de un nivel educativo que no sólo les ofreciera la oportunidad de obtener mejores ingresos económicos por su trabajo, sino, ante todo, por el servicio que se diera a la comunidad y, en su caso, a su desarrollo personal.

El patronato pro - fundación

Ante la necesidad de crear una Escuela Preparatoria, desde 1963, los padres de familia coincidieron en buscar formas, acudir a padrinos políticos, visitar a personas que pudiesen auxiliar en la consecución de ese fin. En este tenor se cuentan anécdotas muy variadas por las que pasaron los que ahora conocemos como iniciadores, algunos ya fallecidos, otros ofreciendo, de muy buen agrado, sus recuerdos, unos defendiendo su primacía como impulsores de este proyecto,

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los más, de manera más humilde, apareciendo como colaboradores. Con este proyecto surge un puñado de padres deseosos de encontrar una solución: Federico Figueroa Hernández, Moisés Arenas Amaya, Daniel Constantino Calderón, Leóncimo Maya Jiménez, J. Jesús Díaz Gutiérrez, Gustavo Hernández Santamaría, Roberto Estrada Ortega, entre otros, quienes sembraron la semilla de lo que posteriormente fue un movimiento social que dio como resultado lo que ahora, después de 45 años, es el centro educativo con mayor trascendencia en la región pero, sobre todo, el eje que une el querer ser con la proyección del joven hacia su comunidad. De una forma u otra y sin minimizar la participación que tuvieron todos los que intervinieron para alcanzar el objetivo propuesto, la figura del presidente municipal, señor Arnulfo Ramos López, jugó un papel muy importante, pues con la autoridad que representaba acompañó y presidió las distintas comisiones o grupos de apoyo que se formaron.

Don Arnulfo, quien fuera presidente municipal en 1965, comenta que la creación de la Preparatoria fue gracias a él, ya que esto lo había contemplado en el plan de trabajo que propuso en su campaña política electoral; sin embargo, otros no lo ven así. Se dice que en un principio el señor Ramos no consideraba viable el establecimiento de una escuela preparatoria, sin embargo, el empuje de los que promovían esta idea lo obligaron a actuar.

En el mismo sentido, opina el señor Federico Figueroa Hernández, quien sucedió en el cargo a Arnulfo Ramos, y quien participó en el proyecto desde las primeras reuniones para dar forma a la solicitud de la creación de la Escuela, el momento de la fundación correspondió a don Arnulfo y la inauguración del edificio al señor Figueroa. Cada uno tiene su lugar en la historia de la Escuela.

La mención de los dos personajes anteriores se hace con todo el respeto que se puede ofrecer a quienes, desde un cargo público, entregan a la comunidad realidades que se concre-tan en el bienestar común. Al señor Arnulfo Ramos le queda el orgullo de haber participado con las distintas comisiones de trabajo que se integraron a la vista de todos, con un grupo de personas que se dieron a la tarea de encontrar las formas y los modos para fundar una Escuela Preparatoria, en un lugar en donde la tradición exigía que no se fundara, porque las autoridades del municipio de Chalco, egoísta y prepotentemente, por ser el centro político de la región, pretendieron aprovecharse del trabajo realizado por la gente de Amecameca. Esto mismo sucedió varios años después en el momento que se acordó la creación de la Unidad Académica Profesional de Amecameca de la uaEm, pero esto es ajeno a nuestra investiga-ción y su mención obedece a que un ex alumno de nuestro Plantel, el Ing. Genaro Sánchez Ramos, en ese momento presidente municipal de Amecameca, defendió el establecimiento de esa Unidad Académica en este municipio, de la misma forma como en 1965 se defendió la creación de la Escuela Preparatoria.

En este sentido, debe honrarse la figura del M. C. Moisés Arenas Amaya, del señor Daniel Constantino Calderón, del señor Federico Figueroa Hernández, del Profr. Leóncimo Maya Jiménez, del Profr. Benjamín Hernández Castro y del señor Roberto Estrada Ortega,

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quienes integraron el grupo de apoyo del presidente municipal en las gestiones que se realizaron ante las autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de México y su H. Consejo Universitario. En este grupo, denominado Patronato pro-fundación de la Escuela Preparatoria de Amecameca, también colaboraron el M.C.J. Jesús Díaz Gutiérrez y el señor Francisco Rodríguez Ortega, “Paquito”, como primero y segundo vocales.

En entrevista con el señor Ramos, menciona que las gestiones realizadas por el patronato que encabezaba se iniciaron con el entonces rector M.C. Mario C. Olivera Gómez Tagle, aproximadamente un mes antes de que renunciara, ya que para el 12 de marzo de 1964 se hizo pública esta gestión y en sesión extraordinaria del primero de abril de 1964 renunció a su cargo, quedando como nuevo rector el Dr. Jorge Hernández García. Si esto fue así, entonces los trámites demoraron aproximadamente un año, concluyendo en de febrero 1965.

Don Arnulfo dice: “yo solicité la Escuela al señor Rector, que estaba antes del Dr. Jorge Hernández García, también era doctor y se apellidaba Olivera”.

La Escuela Preparatoria de Amecameca tuvo la suerte de nacer con buena estrella, pues una vez presentada la solicitud que pretendía su creación, el rector de la Universidad, acompañado por el secretario del H. Consejo de Gobierno y el director de la Preparatoria No. 1, Profr. Adrián Ortega, formaron parte de una comisión nombrada por el H. Consejo Universitario, trasladándose al lugar de referencia para iniciar una investigación sobre la factibilidad de dar respuesta a la petición que se hacía.

La comisión rindió su informe en sesión ordinaria el 4 de junio de 1964. En él se mencionó una entrevista con el presidente municipal, con representantes de distintos sectores sociales y fuerzas vivas de la población, quienes mostraron, además del interés por tener en su municipio una escuela del nivel medio superior, las instalaciones en donde se pretendía instalar e iniciarla solamente con el turno vespertino, ya que por la mañana el edificio funcionaba como secundaria, al mismo tiempo manifestaron que se tenía la mejor voluntad para cubrir todos los requerimientos básicos para su funcionamiento y que se comprometían a construir un edificio ex profeso en un año. Se informa a la vez, que por parte de la comisión, se recomendó, para continuar con los trámites, seleccionar profesores de muy buen nivel académico y simultáneamente el Lic. Moreno Díaz se comprometió a enviar la relación de necesidades esenciales, así como el tipo de aparatos que se requerían para los laboratorios de Química, Física y Biología.

Varios fragmentos del acta de referencia nos dan a conocer lo que se trató en esa sesión:

… En seguida el señor Rector informa que en compañía del señor profesor Adrián Ortega y del Lic. Carlos Moreno Díaz fue a la ciudad de Amecameca en donde hablaron con las personas interesadas en la creación de la Escuela Preparatoria de ese lugar, ya

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que fueron el presidente municipal, el Director de la Secundaria y representantes de distintos sectores sociales… (Acta de Sesión del H. Consejo Universitario con 4 de junio de 1964).

Varios fueron los cuestionamientos que hicieron a este informe los consejeros asistentes a esta sesión, entre ellos la inconveniencia de iniciar con el turno vespertino por experiencias anteriores, pero resalta, sin duda, el que se refiere a los profesores y al financiamiento. En relación con esto último, se informa que la autoridad municipal se comprometió a que el municipio y los padres de familia cubrirían gran parte de su presupuesto, solicitando sólo una ayuda económica complementaria a la Universidad y, por otra parte, enviarían el currículum vitae de cada uno de los aspirantes a impartir clases al Departamento de Control escolar para su validación. Una vez discutidos ampliamente los cuestionamientos hechos, el rector indicó que se continuaría estudiando el proyecto y que oportunamente daría cuenta al H. Consejo. En la entrevista con el señor Ramos se indicó que después de la visita realizada por las altas autoridades de la Universidad, se formalizó la creación del Patronato, el cual se avocó a satisfacer los requerimientos que se habían planteado y a la vez realizó una gran cantidad de actividades, entre ellas, censos en Amecameca, para conocer cuántos padres de familia estaban dispuestos a que sus hijos estudiaran el nivel medio superior si se lograba fundar la Preparatoria; iguales estudios se realizaron en los municipios de influencia, sobre todo, se asumió el compromiso de que la educación debería ser gratuita y que deberían encontrarse alternativas para su financiamiento. De muy diversas formas se hizo una gran promoción para que los estudiantes se inscribieran en el primer año.

Cinco meses después, el 3 de noviembre del mismo año, en sesión ordinaria del H. Consejo Universitario, el rector solicitó a los consejeros su anuencia para que el Patronato pro-fundación de la Escuela Preparatoria pudiese ingresar al recinto y ofrecer los argumentos que fundamentaran la necesidad de la creación de dicha Escuela y los avances que se tenían. En acta de Sesión del H. Consejo Universitario encontramos:

A continuación el señor Rector informa que una comisión de representantes de las instituciones que dicen establecer la Escuela Preparatoria de Amecameca se encuentran afuera del salón y desean pasar a exponer sus puntos de vista sobre la creación de dicha Escuela.

La Secretaría da lectura al escrito del Ayuntamiento de Amecameca, relativo al mismo asunto, y se agrega a la presente acta… (Acta de Sesión del H. Consejo Universitario 3, de noviembre de 1964).

El Secretario del H. Consejo Universitario dio lectura a un escrito del H. Ayuntamiento de Amecameca y el rector comentó que hacía ya algún tiempo, por instrucciones del mismo

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órgano colegiado, se había iniciado una investigación para dar respuesta a este pliego petitorio, debiéndose tomar en cuenta que el aspecto económico no debía gravitar sobre el presupuesto de la Universidad.

Una vez que la comisión estuvo frente a los H.H. consejeros, el rector manifestó que todas las consideraciones contenidas en el escrito presentado eran valederas, e invitó al presidente municipal y al Patronato a presentar sus fundamentos, y a la vez solicitó al H. Consejo que se diera inicio a una sesión de preguntas sobre dudas que pudieran ser aclaradas.

Haciendo uso de la palabra, el presidente municipal señaló que ya se habían cumplido gran parte de los requerimientos solicitados y que se comprometía a que, iniciando 1965, se comenzaría a construir el edificio de la Escuela Preparatoria.

Varios consejeros hicieron uso de la palabra, presentándose cuestionamientos diversos, sobre todo el hecho de que aún cuando se reconocía el trabajo realizado por la comisión (Patronato), no se había cumplido con lo que el señor rector les había indicado; se preguntó si se tenía un estudio financiero sobre los ingresos y egresos que esta empresa implicaba, también se cuestionó sobre la calidad del profesorado y el Lic. Carlos Moreno Díaz, secretario del H. Consejo, les cuestionó que hasta ese momento no se tenía ninguna respuesta de la relación de insumos básicos que se requerían para el manejo de los laboratorios y otras necesidades, misma que fue enviada como respuesta a la visita hecha a la ciudad de Amecameca. La comisión respondió que ya se habían visitado algunas instalaciones de la Universidad para conocer e identificarse con los requerimientos solicitados y que ya se tenía el estudio económico para el funcionamiento de la Escuela, señalando que los ingresos se obtendrían mediante colegiaturas, aportaciones de fuentes oficiales y de la iniciativa privada. Una vez concluidas las respuestas, el rector manifestó que a la brevedad se debería realizar una reunión en la ciudad de Toluca, por lo que se invitó a la comisión para que se reuniera la semana siguiente y se preparara el material para rendir cuentas al H. Consejo Universitario en la siguiente sesión.

Esta reunión no se llevó al cabo, ya que la comisión no se presentó, por lo que en la siguiente sesión del H. Consejo, el rector señaló que este asunto quedaba pendiente.

Atendiendo a lo anterior, encontramos que en sesión del 4 de diciembre se mencionó:

Se pasó al siguiente punto del orden del día y el señor Rector informa que la comisión de Amecameca no se presentó para tratar detalladamente lo relativo a los requerimientos mínimos para la creación de la Escuela Preparatoria de aquella ciudad y que, en consecuencia, está pendiente la resolución definitiva sobre la creación de dicha Escuela. (Acta de Sesión del H. Consejo Universitario, 4 de diciembre de 1964).

De esta forma, y aún cuando todavía se exigieron otros trámites que se debían cumplir, el 12 de febrero de 1965, en sesión del H. Consejo Universitario, se aprobó la fundación de la Escuela Preparatoria de Amecameca, nombrándose en ese mismo acto al Lic. Alfredo

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Peruyero Sánchez como su primer director a propuesta del propio Patronato. Quizá, de los fragmentos de las actas anotados, éste reviste mayor importancia:

Se pasó al siguiente punto del orden del día y el señor Rector informó que ya se había presentado la delegación del Patronato para la construcción de la Escuela Preparatoria de Amecameca y que, habiéndose cubierto ya todos los requisitos que se fijaron para establecer dicha Escuela, somete a la consideración del Consejo la proposición de que se establezca, en la inteligencia de que el costo de su soste nimiento será cubierto íntegramente por el patronato en el presente año.

El Ingeniero Martín Robles pregunta cómo se cu brirá dicho sostenimiento a partir del año entrante.

El señor Rector le manifiesta que el interés y el esfuerzo del patronato merecen todo el apoyo y estímulo y que, si en el año entrante se requiere impartirle alguna ayuda, considera que deberá hacerse.

Puesta la proposición a Votación fue aprobada por unanimidad.Acto seguido el señor Rector propone como Director de dicha Escuela al señor

Profesor Alfredo Peruyero Sánchez, explicando que como se trata de un Plantel de nueva creación, todavía no se integra su Consejo Técnico y, por tanto, no era posible solicitar su opinión sobre el particular. Sometida a votación la propuesta es aprobada por UNANIMIDAD y, encontrándose presente el señor Peruyero Sánchez, el señor Rector le tomó desde luego la protesta de Ley y pasó a ocupar su lugar como miembro del Consejo Universitario (Acta de Sesión del H. Consejo Universitario 12 de diciembre de 1964).

Por último, para configurar la estructura institucional en donde la Escuela Preparatoria de Amecameca quedaba indubitablemente ligada a la Universidad Autónoma del Estado de México, como organismo dependiente de esa institución, el 8 de marzo de 1965 tomaron protesta el Profr. Juan Manuel Islas Ricaño y Manuel Díaz Torres, como representantes, maestros y alumnos de la Escuela, integrándose junto con el director al H. Consejo Universitario. De esta forma:

El señor Rector pregunta al señor Prof. Peruyero Sánchez si ya se hizo la elección de representantes maestro y alumno por lo que se refiere a la Escuela Preparatoria de Amecameca, y el señor Director de dicha Escuela informa que previa la tramitación correspondiente, resultaron electos como representante maestro el señor Profesor Juan Manuel Islas Ricaño, y como representante alumno el señor Manuel Díaz To rres, quienes se encuentran presentes.

A continuación pasan a rendir la protesta de Ley y a formar parte del H. Consejo Universitario…

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El patronato pro-sostEnimiEnto

El primer paso ya estaba dado, los alumnos aspirantes a ingresar al primer año debieron presentarse en la ciudad de Toluca durante tres días para realizar una serie de pruebas que correspondían a lo que se conoce como examen de admisión. Ahí se inició “la bienvenida” que posteriormente se haría a las nuevas generaciones de la Escuela, pues los alumnos llegaban a su casa con la cabeza rapada, ya que sus compañeros de la “preparatoria 1 de Toluca”, al enterarse que se presentaban a examen de admisión, los raparon y los pasearon por la ciudad haciendo con ellos la clásica novatada que después reprodujeron.

Las clases se iniciaron en el turno vespertino en la Escuela Secundaria “Sor Juana Inés de la Cruz”, cuyo director, el Profr. Leóncimo Maya Jiménez, brindó todo tipo de facilidades, también se contó con las instalaciones de la Escuela Primaria “Antonio Caso”, cuyo director era el Profr. Benjamín Hernández Castro. Los recursos económicos que ingresaron quedaron a cargo del Patronato pro sostenimiento integrado por el M. C. Moisés Arenas Amaya, y los señores Federico Figueroa Hernández y Daniel Constantino Calderón, teniendo como un magnífico colaborador al señor Roberto Estrada Ortega. De ellos dependía hacer los gastos necesarios de dirección, pago de maestros y mantenimiento, así como de proveer lo necesario para su exacto funcionamiento.

En 1967, siendo presidente municipal el señor Federico Figueroa, se hace una reestructuración de dicho patronato, quedando como presidente el señor Daniel Constantino Calderón, como secretario, el Profr. Leóncimo Maya Jiménez, como tesorero, el señor Roberto Estrada Ortega y como primer vocal, el Profr. Benjamín Hernández Castro.

El programa de estudios comprendía asignaturas que debían cubrirse en tres años en donde el último era propedéutico, estando dividido en especialidades que incluían los bachilleratos de ciencias Físico matemáticas, Químico biológicas, Económico administrativas, Sociales y el de Humanidades clásicas. Era un bachillerato técnico propedéutico que incluía materias en donde el alumno debía tener práctica en alguna actividad manual, por esa razón, y dada la precaria situación económica inicial, a las alumnas se les proporcionaron conocimientos sobre economía doméstica y a los alumnos, sobre electricidad.

Previa convocatoria, el director de la Escuela seleccionó a los profesores cuyo currículum era acorde con la materia que pretendían impartir, pero preocupado por tener un equipo de trabajo de buen nivel académico, invitó a profesionistas de la ciudad de México a ofrecer sus servicios a los alumnos, al principio fue una labor altruista, con una visión que conducía a una labor social digna de mencionarse, ya que los escasos recursos no cubrían el total de la nómina, por lo que se quedó a deber a algunos profesores hasta cuatro meses de sueldo.

En relación con la administración financiera de la Escuela, algunos han comentado que ésta se sostenía con kermesses y con la venta de tacos y pozole, esto es parcialmente cierto. Lo real es que sí se hicieron algunas actividades y los padres de

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familia participaban igual que nosotros en forma solidaria ya que en ocasiones faltaba dinero para pagarle a los profesores porque el pago de la colegiatura no alcanzaba para cubrir la nómina o no se pagaba puntualmente, pero no fue siempre, aún cuando se dice que llegó a deberse el sueldo de seis meses, en algunos casos.

Profr. José Adrián Plata Tenorio Ante esto, tanto el Patronato como padres de familia, maestros y alumnos se conjugaron en un todo, asumiendo la responsabilidad de obtener ingresos para subsanar este problema; en ocasiones organizaban actividades culturales y sociales; la autoridad municipal concedió el cobro del estacionamiento –un peso por automóvil– y los alumnos se encargaban de realizar esta actividad, el Patronato organizó charreadas, bailes y competencias de tiro. El compromiso estaba hecho, se instituyó el “Programa del peso ciudadano” dirigido a todos los habitantes de Amecameca, el cual no funcionó, pero algunos comerciantes y profesionistas, no sólo de la cabecera municipal, sino de otros municipios, aportaban una cantidad mensual equivalente al pago de una colegiatura, que ayudó un poco a la economía de la Escuela, entre los que se encuentran el M.C. Moisés Arenas, del municipio de Chalco, los señores Francisco Pla y Sancho Arango, el M.C. J. Jesús Díaz Gutiérrez, y los señores Daniel Constantino, Roberto Estrada, y Benito Carballar, por mencionar sólo algunos de los que formaron un grupo altruista, que, sin tener hijos en la Escuela, cooperaban con ella. Ofrezco una disculpa a quienes no han sido nombrados, pero esto es debido a la falta de tiempo e información con la que se cuenta; confío que su espíritu de dar sin pensar en recibir lo comprenda, a ellos, la comunidad es-colar les profesa el más profundo agradecimiento.

Poco a poco la situa-ción económica se fue estabilizando. Al llegar a la dirección el Profr. Juan Manuel Islas Ricaño un nuevo sistema de ingresos y egresos permitió que el Patronato poco a poco fuera dejando en manos de la administración escolar la responsabilidad del finan-ciamiento de la Escuela.

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El patronato pro construcción dEl Edificio Escolar

La Escuela Preparatoria de Amecameca fue construida frente a la Estación de ferrocarril, aquí se observa la fachada de la Escuela una vez que se están levantado las vías férreas, al fondo el depósito de agua con el que se

surtía a las máquinas de vapor.

Máquina de vapor que quedó durante muchos años abandonada, al lado derecho de la foto se ve el camino por el

cual se llegaba a la Escuela Preparatoria de Amecameca.

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El presidente municipal se había comprometido ante el H. Consejo Universitario a iniciar la construcción del edificio escolar si era aprobada la solicitud para la fundación de la Escuela Preparatoria de Amecameca, por lo que se abocó a la realización de este compromiso convocando a un cabildo público abierto en donde se nombró a un Patronato pro construcción, mismo que quedó integrado por el señor Telesfóro Fernández Fernández, como presidente, el Lic. Alfredo Peruyero Sánchez, como secretario y el M. C. J. Jesús Díaz Gutiérrez, como tesorero.

Sesión de Cabildo Público abierto (1965) en donde se nombró al Patronato Pro- Construcción de la Escuela Preparatoria. Al frente el presidente municipal Arnulfo Ramos López, al centro el Lic. Alfredo Peruyero Sánchez,

a la derecha el señor Telesfóro Fernández Fernández, atrás el Profr. Leóncimo Maya Jiménez.

Gracias a la participación del presidente municipal y de los buenos oficios del Patronato, de inmediato se iniciaron las gestiones para adquirir el terreno e iniciar los trabajos que se pretendían, obteniendo la primera aportación económica del entonces gobernador del Estado, Lic. Juan Fernández Albarrán. De esa forma, con el apoyo de la iniciativa privada y del gobierno del Estado, el 17 de diciembre de 1964 se colocó la primera piedra de lo que ahora es un edificio multifuncional.

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El Dr. Jorge Hernández García, rector de la uaEm, autoridades universitarias y municipales, acompañando al

Patronato pro construcción en los terrenos donde se construiría la Escuela Preparatoria de Amecameca.

El apoyo del Gobierno del Estado, sin duda, permitió que se alcanzara el objetivo, ya que, con fecha 28 de junio de 1969, el edificio fue inaugurado por el Lic. Juan Fernández Albarrán, gobernador del Estado de México, y el M. C. Jorge Hernández García, rector de la Universidad Autónoma del Estado de México.

El gobernador del Estado, Lic. Juan Fernández Albarrán, coloca la primera piedra del edificio de la Escuela

Preparatoria de Amecameca.

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Nuevamente, como se puede observar, la buena estrella acompañó a la Escuela Preparatoria, ya que en la construcción de este edificio participaron con aportaciones económicas personas que no tenían hijos que estudiaran en la Escuela; otros que por encomienda de don Telesfóro, como lo fue el señor Sancho Arango, llevaban el seguimiento de las obras que se realizaban. Todos ofrecieron sus servicios de manera gratuita, así lo hizo el Patronato en pleno. Aquí aparece en forma muy significativa el señor Sidronio Choperena Ocádiz quien, actuando en representación del Gobierno del Estado, cumplió cabalmente con su cometido, tomó la obra que se construía como un reto propio, impulsándola de manera determinante, interpretando así el deseo de la gente, pudiéndose señalar que en ningún momento, por ninguna causa, los trabajos se vieron interrumpidos, adelantándose en lo programado para su culminación. El señor Arnulfo Ramos López, tal como él lo afirma, por instrucciones del gobernador del Estado, siguió la obra hasta su conclusión.

El señor Federico Figueroa, presidente municipal, a quien le correspondió iniciar y concluir, junto con otros, el proyecto educativo; el Patronato pro construcción, los patronatos pro-fundación y sostenimiento; las organizaciones sociales que colaboraron en ese proyecto educativo; los profesores que ofrecieron su trabajo como un apostolado en beneficio de los otros; todos aquéllos que sin buscar un beneficio personal aportaron tiempo, esfuerzo y dinero, vieron concluido un sueño, un ideal que muestra cómo un puñado de hombres puede mover la conciencia colectiva cuando el objetivo es noble, cuando se busca el bienestar común. La Universidad Autónoma del Estado de México, a través del H. Consejo Universitario, en 1965 creyó en ellos y no se equivocó, ya que, a 42 años de distancia, la Escuela Preparatoria de Amecameca, ahora Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”, no sólo ha transformado a la Región oriente, sino que es partícipe del sentimiento de la comunidad mexiquense y del desarrollo del Estado de México. Gracias a gente visionaria, ahora somos lo que somos y tenemos lo que tenemos, por ello debemos honrar a cuantos participaron y ya no están para seguir admirando su obra: señores Daniel Constantino y Telesfóro Fernández, Profr. Leóncimo Maya Jiménez, M. C. J. Jesús Díaz Gutiérrez, Profr. Benjamín Hernánadez Castro, M. C. Moisés Arenas Amaya; el agradecimiento a quienes aún están presentes y nos han permitido recordar lo que aquí ha quedado escrito.

…Aún recuerdo con gratitud ese gesto de confianza y amistad que ellos (los comuneros) y el señor Telesfóro Fernández me mostraron; éste último cubriendo gran parte de la “raya” que cada semana teníamos que pagar a los albañiles que construían nuestra Escuela .

Lic. Alfredo Peruyero Sánchez

Esto es el principio, seguramente muchas ideas se han quedado en las mentes de quienes le dieron forma a una visión transformada en realidad, es una lección que han dejado los que, sin ser maestros, muestran que la vida también nos deja enseñanzas.

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G A L E R Í A D E P E R S O N A J E S

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p a t r o n a t o s

patronato pro fundación dE la EscuEla

prEparatoria dE amEcamEca (1964-1965)

Dr. Moisés Arenas Amaya Presidente

Sr. Federico Figueroa Hernández Secretario

Sr. Daniel Constantino CalderónTesorero

M. C. J. Jesús Díaz Gutiérrez Sr. Francisco Rodríguez Ortega

Profr. Benjamín Hernández CastroVocales

patronato pro sostEnimiEnto dE la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca (1965-1967)

Dr. Moisés Arenas Amaya Presidente

Sr. Federico Figueroa Hernández Secretario

Sr. Daniel Constantino CalderónTesorero

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patronato pro sostEnimiEnto dE la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca (1967- )

Sr. Daniel Constantino CalderónPresidente

Profr. Leoncímo Maya Jiménez Secretario

Sr. Roberto Estrada Ortega Tesorero

patronato pro construcción dEl Edificio dE la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca (1965- 1969)

Sr. Telesforo Fernández Fernández Presidente

Lic. Alfredo Peruyero Sánchez Secretario

Dr. J. Jesús Díaz Gutiérrez Tesorero

la EscuEla En acción, los dirEctorEs

En el seno de la comunidad universitaria, a través de 45 años, la vida escolar ha sufrido cambios estructurales que van desde la organización interna de un principio incierto hasta la madurez y capacidad para concertar la diversidad de ideas y valores, en un complejo tejido de relaciones que ha conjugado esfuerzos para alcanzar la calidad académica, adaptándose éstas a las circunstancias vividas con actitud crítica, creativa y propositiva.

Hasta ahora no podemos considerar exclusivamente la función educativa de la Escuela Preparatoria como la proveedora de alumnos para el nivel superior, la labor educativa va más allá del simple hecho de enseñar conocimientos teóricos o prácticos que concluyan con la adquisición de un documento que acredite la culminación de estudios. Quizá por razón natural y por las condiciones tan especiales que dieron origen a esta institución educativa, desde su inicio, todos los que han participado en ella han tenido un compromiso no escrito que se traduce en formar alumnos para la vida.

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Pero, ¿hasta dónde el proceso de desarrollo y fortalecimiento del Plantel, durante 45 años, ha conducido a los alumnos a espacios que cumplan con este objetivo? Esto requiere conocer el comportamiento de las personas, observando los cambios que durante este tiempo han configurado no sólo nuestro municipio, región, estado o país, sino también las áreas del saber, del desarrollo humano, de la ciencia y la tecnología. Es imposible interpretar la conducta de los hombres y encontrar resultados, si no se tiene el fundamento que le da forma a las acciones.

Lo anterior nos permite escudriñar la historia de la Escuela Preparatoria de Amecameca, ya que su devenir nos muestra diversas etapas directamente relacionadas con los cambios operados en las políticas económicas, educativas y gubernamentales. Su avance ha estado íntimamente ligado a los procesos económicos a través de los cuales se han incorporado sus egresados al aparato productivo del país, dadas las transformaciones sociales que se pusieron en marcha a partir de 1968.

Un breve recorrido por el espacio histórico de la vida escolar, seguro, nos dará luz para comprender por qué el Plantel “Sor Juan Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la UAEM es, actualmente, el pilar de la educación universitaria en la Región oriente del Estado de México.

Lic. Alfredo Peruyero Sánchez (1965-1967)Rector: M. C. Jorge Hernández García

Siendo el primer director de la Institución, el Lic. Alfredo Peruyero Sánchez fue el que inició las labores académicas. Las condiciones económicas que se enfrentaban apenas si permitie-ron asumir la responsabilidad de organizar y canalizar los esfuerzos de quienes se habían comprometido y por lo que seguramente, en algunos casos, atravesó la idea de claudicar, pero su honradez y vocación de servicio fortaleció su convicción de enfrentarse al reto de transitar por el umbral de la historia, siendo partícipes de las acciones que sólo los que ven hacia el futuro guardan como imagen para tener derecho a rememorar el pasado.

Durante esos dos años la figura del director no sólo jugó un papel importante en lo acadé-mico, ya que había que planear, organizar, construir, conducir. Su labor es reconocida desde el momento en que, sin tener nada, acompañaba a las autoridades y personas interesadas apo-yando las acciones que se tenían que realizar para promover la fundación de la Escuela, de tal forma que en el momento en que el H. Consejo Universitario de la uaEm dio su anuencia para que ésta funcionara, en ese acto fue propuesto y aprobado como director el Lic. Peruye-ro, con todas las atribuciones que implican estar al frente de un organismo académico de la Universidad Autónoma del Estado de México.

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Secretaría de Educación Pública Gobierno del Estado de México

ESCUELA SECUNDARIA OFICIAL POR COOPERACIÓN No. 108“Sor Juana Inés de la Cruz ”

1 9 6 5

Nombre de la Escuela en donde inició sus actividades la Escuela Preparatoria de Amecameca de la uaEm.

Edificio de la Escuela Secundaria “Sor Juana Inés de la Cruz” de la ciudad de Amecameca, Estado de México, en donde la Escuela Preparatoria de Amecameca de la uaEm inició sus actividades en 1965.

Al Lic. Alfredo Peruyero correspondió no sólo fundar académica y administrativamente la Escuela, sino también participar en los trabajos de la construcción del edificio que con el tiempo albergaría a más de mil alumnos de la Región oriente del Estado de México. Una ver-dadera labor titánica, en tanto que sólo los que conocen lo que es iniciar una obra sin tener nada en las manos, pueden entender el reto que enfrentaba.

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En principio no sólo fue la selección de aquellos que aspiraban a ser maestros, sino convencer a otros para que participaran en esta tarea y aún motivar a algunos para que, tras-ladándose desde la ciudad de México, prestaran sus servicios ofreciéndoles sólo esperanzas de desarrollo. En esta etapa encontramos al Profr. Benjamín Hernández Castro, quien orgu-llosamente decía haber sido el primer profesor en dar clase el 15 de febrero de 1965, a las 14:00 horas, “soy el decano”, mencionaba jubilosamente. ¿Quién no recuerda al Profr. Juan José Oñate, quien impartía la clase de inglés, a la Profra. Irene García Torres en Química, la Profa. Antonieta González Villanueva en Historia; al Profr. Guillermo Ramírez Zamora en Literatura, al Dr. Andrés Jácome y al Profr. Elías Ramos Quiroz en Biología; a Juan Manuel Islas Ricaño, a Sorela Palacios Hurtado, a Javier Rosales Moctezuma, a Arturo Peruyero Sánchez o a Julián Rivera López?

Cabe destacar que durante la primera etapa de trabajo se supo motivar a profesores, alumnos y padres de familia a colaborar para realizar actividades que permitieran obtener recursos económicos para satisfacer necesidades inmediatas de la Escuela.

Por otra parte, su participación como gestor permitió contar con todo el apoyo de las au-toridades universitarias, de tal forma que en poco tiempo se regularizó el departamento admi-nistrativo con relación a las inscripciones, para tranquilidad de padres de familia y alumnos.

En este tiempo se cuenta como anécdota que gracias a la gestión de las autoridades uni-versitarias se obtuvieron algunos aparatos que pudieron emplearse en los laboratorios de la Escuela, pero por error fueron trasladados a la Preparatoria de Texcoco, y no fue posible recuperarlos, ya que de esto se dieron cuenta cuando estaban instalados. Al ser requeridos se mantuvo la esperanza de que en una nueva remesa serían entregados, sin embargo, no fue así.

La preparación profesional y la trayectoria académica y administrativa del Lic. Alfredo Peruyero Sánchez permitieron que la Escuela, en el lapso de dos años, se fuera estabilizando, por lo que el rector M. C. Jorge Hernández García, valorando su capacidad de servicio, lo llamó para que continuase su labor en la Universidad, con la fundación de lo que ahora es la Facultad de Humanidades.

El Lic. Alfredo Peruyero Sánchez actualmente vive en la ciudad de Jalapa, Veracruz trabaja para la Universidad Autónoma de este estado y es profesor investigador de tiem-po completo.

Profr. Juan Manuel Islas Ricaño (1967-1973)

Rectores:M. C. Jorge Hernández GarcíaM. C. Guillermo Ortiz Garduño Quím. Jesús Barrera Legorreta

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Narrar en un espacio tan reducido el trabajo realizado por el Profr. Juan Manuel Islas Ricaño es harto difícil, pero con ánimo de no ser reiterativo, sólo se puede decir que en 42 años no ha existido un profesor de matemáticas con ese carisma, espíritu y vocación hacia el trabajo educativo, y que haya hecho que el alumno adquiriera el gusto por la materia.

Su sencillez, hasta la fecha, hace a un lado los estudios universitarios y solicita que le digan “profesor”.

El profesor Islas Ricaño recibió una Escuela con graves problemas económicos y con una estructura académica en vías de formación, correspondiéndole fortalecer el egreso de los alumnos de la primera generación, que en el tercer año escolar seleccionaban el área de especialidad que les permitiera tener una formación propedéutica para la carrera universitaria que pretendían seguir, una vez concluida su formación como bachilleres.

En relación con la estructura física de la Escuela, se continuaba laborando en la secun-daria en el turno vespertino y se carecía de laboratorios y talleres.

Urgía, por tanto, estructurar un sistema de financiamiento que garantizara la estabilidad económica de los profesores y de las necesidades básicas de la Escuela, ya que una vez con-solidado esto, se tendría la fortaleza necesaria para ofrecer, en forma completa, los servicios a los alumnos y por tanto pretender lo que ahora se conoce como calidad académica, y que en ese tiempo se traducía como la oportunidad de brindarle al alumno lo mejor de sí, para que al concluir sus estudios fuera aceptado en la escuela seleccionada para continuar sus es-tudios, o bien, para enfrentarse exitosamente a nuevos retos en el campo productivo, siempre en beneficio de su comunidad.

Por tanto, en relación con el aspecto académico, se preocupó por contratar a profesores y profesionales de la región que cumplieran con los requerimientos del área de estudios que pretendían impartir, pero también continuó con la tradición de invitar a profesionales de calidad provenientes de la ciudad de México. Profesores como Sorela Palacios Hurtado, Abedís Asna-vurián Apajiain, quien posteriormente fuera rector de la Universidad Autónoma Metropolitana en la Unidad Xochimilco; Albino Ahumada Medina, que impartía Biología, tantos y tantos pro-fesores que le fueron dando forma a un claustro académico que garantizaba alcanzar mejores rendimientos académicos y dar cumplimiento al compromiso moral que toda institución educa-tiva tiene, pero sobre todo ésta, ya que el Profr. Islas Ricaño, como maestro fundador, conocía y formaba parte del ideal que se perseguía desde el momento de su creación. Su participación como maestro consejero ante el H. Consejo Universitario así lo constata.

A él correspondió participar con la reforma al bachillerato de 1973, cuando concluye el Plan de estudios de tres años y se inicia un nuevo currículum del bachillerato que propone la impartición del conocimiento en seis semestres, distribuidos cinco en un tronco común y el sex-to brindaba las opciones de especialidad, dentro de los cuales se encontraban los de Ciencias fí-sico matemáticas; económico administrativas; químicas agropecuarias, de la salud y sociales.

Aún cuando era un tanto difícil la vida escolar por la influencia de ideologías extranje-ras, éstas no tuvieron gran repercusión en el avance académico de los alumnos; se conoció

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la problemática del movimiento estudiantil de 1968, pero sólo se colaboró cuando llegaron a solicitar ayuda económica dando a conocer los fines que se perseguían. El movimiento mu-sical de la época, representado en Avándaro, Valle de Bravo, México, con todo su esplendor, contagió a los alumnos y por esa razón la dirección autorizó un concierto de rock en los patios de la Escuela con la presentación del conjunto Tree Soul in My Mind de Alex Lora, brindán-doles plena confianza a los alumnos en tanto que se vivía un momento problemático por el consumo de drogas y alcoholismo en el ámbito no sólo nacional, sino también mundial, que afortunadamente no constituyó un grave problema en nuestra vida escolar. Para esto se esta-bleció un departamento que se encargaba de orientar a los alumnos y a los padres de familia, adelantándose a lo que la Universidad institucionalizó varios años después como Orientación vocacional y posteriormente educativa.

La vida política universitaria se fortaleció cuando los alumnos participaron activamente e integraron una sociedad cuyos representantes actuaban en la Federación de Estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de México.

En 1969 correspondió al director de la Escuela acompañar a las autoridades estatales y universitarias a la inauguración del edificio escolar, a este respecto, el Profr. Islas Ricaño, de forma sencilla, manifiesta que poco o nada tuvo que ver en esa obra del Gobierno del Estado, pero sabemos que las autoridades universitarias también realizaron gestiones y tuvieron una muy importante participación, por lo que él, con la representación que detentaba ante el H. Consejo Universitario, realizó sus funciones en la culminación de esa obra.

La labor del Profr. Islas Ricaño fue importante en cuanto a gestión y además estuvo pen-diente de llevar seguimiento e informar a las autoridades lo que correspondía.

Frente de la Escuela Preparatoria de Amecameca el día de su inauguración (1969). Al fondo se observa el Cerro y santuario del Sacromonte y la Escuela Primaria “Antonio Caso”.

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Interior de la Escuela Preparatoria de Amecameca. Al fondo se observa la parte posterior de la presidencia municipal y la parroquia de La Asunción.

Esta fuente, inicialmente colocada frente al mercado municipal, fue trasladada, piedra por piedra, a la Escuela Preparatoria en donde estuvo por más de 15 años, actualmente está

instalada en el atrio de la Iglesia de La Asunción.

La gestión del profesor Islas Ricaño duró seis años, ya que atendiendo a lo dispuesto por la legislación universitaria, el periodo ordinario administrativo-académico, tanto del rector de la Universidad como de los directores, era de tres años, y la designación se realizaba a

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través el H. Consejo Universitario. Una vez concluido este término, la misma ley establecía la posibilidad, a propuesta de la comunidad, de que el H. Consejo sancionara, por única vez, su permanencia por otros tres años. Esto es, se permitía una sola reelección.

Sin duda, la administración del Profr. Juan Manuel Islas Ricaño le dio sentido e imagen a la estructura académico-administrativa, lo que permitió que la Escuela se fortaleciera en vías de su consolidación. La preparatoria ya estaba funcionando como una institución académica universitaria, tocaba a quien debiera sucederle en el cargo llevar un seguimiento fiel de lo que hasta ese momento estaba hecho y perfeccionar, en su caso, aquello que por su propia naturaleza y desarrollo ofreciera una mejor solución.

El Profr. Juan Manuel Islas Ricaño, una vez concluidas sus funciones, fue llamado a colaborar en la Facultad de Ingeniería y en diversas escuelas preparatorias de la uaEm en Toluca, Estado de México, posteriormente fue subdirector Académico del Colegio de Bachilleres en la ciudad de México, actualmente vive en Papantla, Veracruz, y se dedica a negocios particulares.

Director: Profr. Javier Rosales Moctezuma (1973-1975)

Rector: Quím. Jesús Barrera Legorreta

Sin duda el Profr. Javier Rosales Moctezuma fue un maestro que a todos dejó gratos recuer-dos. Al fundarse la Escuela fue contratado como secretario y profesor; para 1973 la Legisla-ción Universitaria establecía la presencia en la administración escolar de un solo secretario o secretario general, pero debido a la ausencia de recursos económicos y la imposibilidad de contratar a una mecanógrafa, él tenía que realizar estas funciones.

Un gran hombre, virtuoso en el piano, poseedor de una gran agilidad mental y una ironía muy elegante y fina, apasionado por leer, tiene una amplia biblioteca en la que seguramente ha leído sus libros dos veces, no porque no los hubiera comprendido a la primera, sino porque su pasión por la lectura lo motiva a seguir navegando en todas las áreas del saber.

Un gran profesor, responsable y serio, desde la fundación de la Escuela impartió las ma-terias de Lógica y Ética, su especialidad lo ubicaba en el área de la Filosofía.

Su estancia en la dirección fue breve, se preocupó por continuar fortaleciendo lo acadé-mico sin dejar de vigilar el aspecto administrativo que desde la administración anterior había optado por contratar a un contador al establecer un departamento que se encargara del aspec-to financiero, que estaba a cargo del C.P.T. Jorge Islas Ricaño, quien durante todo el tiempo de gestión mantuvo saneada la organización económica y financiera de la Escuela.

Desde esta época la Escuela empieza a dar un giro muy importante en relación con su proyección con la comunidad ya que, por primera vez, se integra un equipo de basquetbol femenil que compite en la liga municipal en representación de la institución, por tanto

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es importante recordar a Ma. Teresa Briseño Galván, María Eugenia Mondragón, Silvia Rodríguez Sanvicente, Verónica Galicia, a simplemente María y a María de los Ángeles Saavedra, posteriormente recordamos a Martha Alicia Neria y a Desiree Yáñez Bello, mujeres que pusieron en alto el nombre de la Escuela durante su estancia en el Plantel.

En su gestión académico-administrativa se impulsó a la realización de viajes de estudio e investigación, se iniciaron campañas para la adquisición de libros y mejora del servicio de la biblioteca escolar, así como la compra de instrumental para el laboratorio de Química.

La inclinación académica del Profr. Javier Rosales Moctezuma, más que por lo admi-nistrativo o el trabajo político universitario, lo hizo renunciar. Simplemente y sin mediar ningún problema al interior de la Escuela, reunió a los profesores y anunció que presenta-ría su dimisión al cargo ante el rector, de tal forma que en su momento, cumpliéndose los requerimientos que establece la Ley –dijo– la Escuela propondría al candidato que debía ocupar ese puesto. Grande fue la sorpresa y el desconcierto, y por más que los profesores le brindaron todo su apoyo conminándolo a que reconsiderara esa posición, manifestó que la decisión estaba tomada y que era irrevocable. Posteriormente platicó con los otros sectores que integraban la comunidad universitaria, quienes también le mostraron su apoyo incondi-cional, pero no dio marcha atrás.

El amor del Profr. Javier Rosales por la academia lo motivó a regresar a los grupos e impartir sus clases, fue el primer profesor en la Escuela al que se le asignó carga de trabajo equivalente a un nombramiento de profesor de tiempo completo. Al pasar los años, le ofre-cieron oportunidades de desarrollo laboral en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, mismas que aceptó. Actualmente vive en el área conurbada de dicha ciudad, se dedica a escribir y es colaborador de periódicos y revistas culturales.

Lic. Arturo Peruyero Sánchez (1975-1979) (+)

Rectores:Quím. Jesús Barrera LegorretaLic. Antonio Huitrón HuitrónLic. Carlos Mercado Tovar

A 10 años de la fundación de la Escuela, Arturo Peruyero Sánchez asume la dirección. Como profesor fue muy querido, impartió las asignaturas de Historia y Derecho. Sin duda, su carác-ter provocó empatía entre todos aquellos que fueron sus alumnos y aún en aquellos que no lo fueron, y cómo no recordarlo cuando el trato con los alumnos siempre fue de camaradería y acercamiento, buscando alternativas para la solución de problemas; entre algunas de sus frases más conocidas encontramos: “a ver, ven acá muchacho ¿qué te pasa? Rélax, Rélax”

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Su paso por la dirección de la Escuela que originalmente era de tres años, fue de cuatro, quizás concluyó el periodo de tiempo correspondiente al Profr. Rosales Moctezuma e inició el de tres años que debía continuar.

En sus funciones como director supo combinar el trabajo académico, el administrativo y el político universitario, gracias a los cuales se promovió en esta época el turno matutino, y aunque se corrió el riesgo de que desapareciera el turno vespertino, lo cierto es que a partir de este momento se creó una escuela con dos turnos.

En el trabajo académico se participó en la reforma al bachillerato, integrándose una co-misión formada por los profesores Adrián Plata Tenorio, Ezequiel Teodoro Flores Ramos y Noé Jacobo Faz Govea, quienes se trasladaron a la ciudad de Toluca en representación de la Escuela para brindar apoyo.

La visión de la dirección de la Escuela no se cerraba en la comunidad, sino que iba mas allá, ya no se podía confiar en la buena estrella, o en una buena administración para condu-cirla, ya que se tenían que, además de lo anterior, manejar lazos políticos sin comprometerse con ningún partido, sino haciendo una auténtica política universitaria que trajera como con-secuencia beneficios producto del trabajo.

De esa forma, el gobernador del Estado, M. C. Jorge Jiménez Cantú, gracias a las ges-tiones realizadas por el director de la Escuela, construyó un edificio escolar integrado por ocho aulas en la parte posterior del edificio principal, autorizando y dejando pendiente para una segunda etapa la construcción de lo que ahora son sanitarios y la biblioteca escolar, pero que al momento de su inauguración (1985), eran los sanitarios, laboratorio de Biología y Biblioteca Escolar. Es a partir de ese momento cuando la biblioteca de la Escuela, como un justo reconocimiento a quien brindó este apoyo invaluable, recibe el nombre de “Dr. Jorge Jiménez Cantú”. En esa época también recibió un gran impulso el laboratorio de Química por lo que se acordó que llevara el nombre de “Químico Jesús Barrera Legorreta”.

Durante la estancia del Lic. Arturo Peruyero se conmemoró el décimo aniversario de la fundación de la Escuela cuyo poder de convocatoria y proyección hacia los demás permitió reunir en un homenaje a todos los que hicieron posible no sólo la fundación de la Escuela, sino también a los que seguían apoyando a la institución.

Otra de las actividades que tuvo mucho auge en esta administración fue la del deporte, se formaron equipos de futbol, basquetbol e incluso futbol femenil representativos de la Escuela, mismos que compitieron en torneos locales, regionales y universitarios, destacándose nuestros alumnos por el cariño con que defendían el nombre de su institución y, consecuentemente, obtuvieron siempre muy buenos lugares en sus participaciones. En el equipo de basquetbol femenil participaron Rocío Santamaría, Marcela García Reyes, Blanca Juárez, Violeta Briseño Galván, Margarita Solís Dehesa, destacándose, entre otras, Claudia, Berenice y Guadalupe.

A través de los años la Escuela siempre se ha destacado por tener excelentes deportistas, por tanto, sin demeritar la participación de otras generaciones, cabe destacar en esta gestión administrativa a los equipos de basquetbol y futbol que representaban al Plantel en torneos

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regionales y locales. En basquetbol se recuerda con cariño a Miguel Ángel Laguna, jo-ven deportista ya fallecido; a René Aguilar, a Juan Pedro Casales, a Lupillo Mendoza, Pedro y César Ramos López, “los cuates de San Rafael”, a Jorge Martínez, a José Luis “el Kachenco” de Tlalmanalco, a Juan Carlos Gaona, a Armando, a Rafael Riva Palacio, posteriormente a Salomón Solís Dehesa, a Jaime González Arellano, a Abraham Galicia y a tantos más que es difícil enumerar, pero que seguramente al leer esta reseña histórica se identificarán con sus compañeros. En atletismo surgió el club “Antílopes” a cargo del Profr. Alfonso Reyes Hernández a través del cual nuestra escuela se proyectó en diferentes especialidades de ese deporte.

Es en esta gestión administrativa cuando surgen los sindicatos universitarios y nuestra Escuela, participa activamente en una nueva forma de negociar y enfrentar los problemas de las relaciones laborales que se dan tanto con los trabajadores como con el personal académi-co. Aparecen, por un lado, sindicatos de trabajadores y empleados, y por otro, un sindicato de trabajadores académicos. Al principio un sindicato de profesores parecía ser quien iba a con-jugar los intereses del personal académico de toda la Universidad, pero fracasó, ya que tan pronto apareció, también desapareció. Surge posteriormente una coordinadora, muy popular forma de organización sindical socialista o de izquierda, cuya corriente ideológica se hizo común en esa época, misma que pretendía aglutinar a todas las organizaciones sindicales que surgieran en cada Escuela o Facultad; ésta no pudo sostenerse por la lucha del poder y porque estaban infiltrados algunos profesores de izquierda centroamericanos, de Nicaragua específicamente. Sin embargo, esta misma organización dio como consecuencia la forma-ción del Sindicato Único de Personal Académico de la Universidad Autónoma del Estado de México (supauaEm).

Este sindicato estalló una huelga que paralizó temporalmente la vida universitaria. Ade-más, debe señalarse que el 16 de marzo de 1978 se declara en huelga el situaEm, sindicato integrado por empleados y trabajadores. Esta huelga fue declarada inexistente.

Simultaneamente a la creación de estos sindicatos, se formó el sutEsuaEm, sindicato de trabajadores y la faapauaEm, sindicato de personal académico, este último en mayo de 1979.

Cada uno de estos sindicatos solicitó, en forma separada ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, el recuento del personal sindicalizado para determinar quién debería detentar la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo, y al no haber obtenido mayoría, quedaron fuera de cualquier negociación los sindicatos situaEm y supauaEm.

Estos hechos influyeron determinantemente en la vida de la Escuela, pues en el último año de la gestión del Lic. Arturo Peruyero Sánchez un grupo de maestros, asesorados por el sindicato de izquierda, promovieron ante la autoridad universitaria el cambio de director, manifestando que había concluido el tiempo de su gestión administrativa.

Este grupo de profesores estuvo encabezado por el Profr. Regino Amaro Sigüenza, quien en ese momento era el secretario general de la Delegación de Amecameca y aspiraba desde ese puesto alcanzar la dirección. Lo cierto es que la experiencia política de ese profesor le-

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vantó a la comunidad estudiantil con lo que en la jerga política se le conoce como un “madru-guete”, ya que sin previo aviso o convocatoria, toda la Escuela se vio tapizada de propaganda solicitando su apoyo, al mismo tiempo, cuatro profesores se dedicaban a “sensibilizar” a los alumnos en los grupos. Exponer este episodio de la Escuela pretende ubicar en su exacta dimensión el nuevo modelo de vida universitaria que en esos momentos se vivía.

Las elecciones se realizaron una vez publicada la convocatoria y quienes decidieron participar lo hicieron conscientes de que estaban frente a un parteaguas que se abría para fortalecer con una nueva imagen a la institución. La etapa romántica había concluido, se tendría que buscar en el futuro el perfil ideal de quien pretendiera ser director de la Escuela. Estábamos próximos a alcanzar la mayoría de edad.

Triunfó Regino Amaro Sigüenza y con él el grupo de cuatro profesores que lo apoyaron, las votaciones estuvieron plagadas de violaciones, como la concentración de los votos en una sola ánfora haciendo una votación general, cuando debieron presentarse tres para conocer el parecer de cada uno de los sectores que integraban la comunidad universitaria de ese tiempo. Así lo estipulaba la ley y el M.V.Z. Gómez Escamilla, representante del H. Consejo, aún cuando se le presentó un escrito de inconformidad que debería acompañar las actas de los resultados del procedimiento, quizás por “desconocimiento” de la ley vino a beneficiar a un grupo en contra de lo estipulado para el proceso.

Así fue como profesores, trabajadores y alumnos iniciaron un nuevo modelo de partici-pación en la vida universitaria. A partir de ese momento ya se había aprendido.

En la gestión del Lic. Arturo Peruyero Sánchez hay que reconocer su espíritu de com-pañerismo y su visión hacia el futuro. Con él se promovió que se brindara una mayor parti-cipación a los alumnos que ya habían concluido una carrera universitaria o que estaban en vías de hacerlo, para que ofrecieran sus servicios en la Escuela, considerando que sólo ellos podían quererla como suya, defenderla y proyectarla. En esta etapa, aún cuando desde la administración del Profr. Juan Manuel Islas Ricaño ya se había abierto esta prospectiva a José Adrián Plata Tenorio y a Noé Jacobo Faz Govea, encontramos a los profesores Teodoro Flores Ramos, Marisela Martínez Olvera, Ma. de los Ángeles Maya Martínez, Rocío Guz-mán Adaya, entre otros.

Una vez concluida su función, el Lic. Arturo Peruyero Sánchez colaboró en la Coordi-nación de Escuelas Incorporadas de la uaEm como supervisor escolar. Falleció en 1982 en la ciudad de México.

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Profr. Regino Amaro Sigüenza (1979-1981)

Rector: Lic. Carlos Mercado TovarM. en C. Agustín Gasca Pliego

Ya se ha mencionado que esta etapa fue un parteaguas en donde terminó el romanticismo, por lo que el ámbito escolar debía enfrentarse a un nuevo esquema de participación universitaria. A partir de 1968 la política educativa en el ámbito nacional había cambiado, ya que nuevas estructuras provocaban, en consecuencia, nuevos comportamientos.

Desde el inicio de la gestión del Profr. Regino Amaro Sigüenza se agudizaron los proble-mas fundamentalmente con los profesores, poco a poco también se fue dividiendo la opinión entre los alumnos que se sintieron utilizados.

El grupo de los cinco dividió la administración escolar, lo más grave fue que ninguno de ellos dependía exclusivamente de la Escuela, ya que tenían otro trabajo, ya fuera en el turno matutino o en el vespertino. De aquí que nombraron a un secretario académico para el turno matutino y otro para el vespertino, lo mismo hicieron con el secretario administrativo, dividiéndose el sueldo por la mitad. Este es tan sólo uno de tantos desatinos que provocaban irritación y desacuerdo. Los H. H. consejos de Gobierno y Académico funcionaban a la voluntad del director de la Escuela, no hubo nunca una disposición política que permitiera mantener el equilibrio en la administración.

Sin embargo y pese a todo, el personal académico nunca dejó de cumplir sus funciones, hizo a un lado los problemas internos que en muchos casos incluso fueron sindicales, y se preocupó por el trabajo en las aulas. Esto fue tan notable que el propio rector, Lic. Carlos Mercado Tovar, acudió a la Escuela a inaugurar el edificio de ocho aulas que la administración anterior había ges-tionado. El trabajo escolar continuaba, nunca se detuvo.

El Profr. Regino Amaro Sigüenza recibe al rector, Lic. Carlos Mercado Tovar, y al secretario general de la uaEm

en el XV Aniversario de la fundación de la Escuela.

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El rector, Lic. Carlos Mercado Tovar, develando la placa en donde se ubicó el auditorio

de la Escuela que lleva su nombre.

El trabajo académico seguía funcionando por su propio sentido de responsabilidad, y aún cuando se hicieron nuevas contrataciones para formar equipo de apoyo, las confrontaciones se redujeron, por ejemplo, se continuaban realizando convivios como el de Navidad en donde todos los profesores participaban.

A esta gestión le tocó conmemorar el xv aniversario de la fundación de la Escuela, evento que reunió a ex alumnos, autoridades y personas que participaron en su creación, pero por la falta de tacto político los alumnos se dieron cuenta que tenían la oportunidad de participar y, orientados por algunos profesores inconformes con la forma como se llevaba la administración escolar, pararon las actividades de la Escuela. Fue una nueva experiencia aún cuando en 1974, en plena efervescencia de participación de los jóvenes en la vida democrática del país, se había hecho un paro de 18 horas por un asunto meramente administrativo.

Nadie nunca había pensado que un grupo reducido, encabezado por la sociedad de alumnos, se atreviera a parar las actividades académicas. Inmediatamente el departamento jurídico de la Universidad intervino pero no se llegó a ningún acuerdo. Profesores y tra-bajadores, con la participación de sus sindicatos y alumnos a través de sus representantes, exigieron un mejor trato.

Las autoridades universitarias participaron como mediadoras a través de la Coordina-ción de la Escuela Preparatoria. Se realizó una investigación mediante una comisión del H. Consejo Universitario, el tiempo pasaba y ya se pensaba que era mejor dejar que el director

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concluyera su gestión. Sin embargo, el Profr. Regino Amaro Sigüenza renunció a su cargo frente al H. Consejo Universitario, señalando que se iba con la conciencia tranquila, que había hecho su mejor esfuerzo para mantener la unidad de los sectores que integraban la comunidad escolar, y que daba tristeza que un grupo reducido de personas que manejaban a los alumnos, hubieran provocado la división a la cual él se oponía, y antes de ver el deterioro al cual la habían conducido, prefería renunciar.

La gestión del Profr. Regino Amaro Sigüenza estuvo inmersa en un periodo de cambio que se presentaba en las universidades del país, seguramente sus deseos de llegar a la direc-ción del Plantel desde esa plataforma ahora la vemos no adecuada, pero en ese momento de efervescencia política, era el medio. Como titular de Geografía, por su trato afable hacia los demás, se le recuerda con cariño, pudo haber sido profesor fundador ya que había sido acep-tado desde el principio, pero un accidente automovilístico en el momento del inicio de clases en 1965, impidió su ingreso, por lo que se incorporó a la planta docente al siguiente año.

En su gestión la Escuela se incorporó al sistema administrativo de la Universidad, a partir de ese momento el pago a los profesores se realizó mediante cheques autorizados por el departamento de nóminas de la Dirección de Recursos Humanos.

El Profr. Regino Amaro Sigüenza actualmente es supervisor escolar del nivel primarias, fue presidente municipal de Tlalmanalco, México, y vive en Pueblo Nuevo, San Rafael, Tlalmanalco, Estado de México.

Lic. Félix Nateras Estrada (1981-1983)

Rector: M. en C. Agustín Gasca Pliego

Una vez aceptada la renuncia del Profr. Regino Amaro Sigüenza, a propuesta del rector, M. en C. Agustín Gasca Pliego, el H. Consejo Universitario nombra como secretario encargado del Despacho de la Dirección de la Escuela al Lic. Félix Nateras Estrada, quien tenía como encomienda estabilizar la situación política de los sectores que la integraban, con la intención de que una vez dadas las condiciones se procediera a convocar a elecciones de un nuevo director tal como está contemplado en la legislación universitaria.

El Lic. Nateras Estrada proveniente de la ciudad de Toluca, México, llegó acompañado de dos profesores que ocuparon las secretarías Académica y Administrativa, integrando así un equipo de trabajo totalmente imparcial, que anteponía la actividad académica institucional a cualquier discusión política que pudiera interrumpir de nuevo las funciones de la Escuela.

De inmediato se reorganizaron los H.H. consejos de Gobierno y Académico, haciendo partícipes al personal de la Escuela con un nuevo concepto que permitió la armonía social-educativa. Sin embargo, los grupos políticos persistieron, y gracias a la habilidad y sensibili-dad para manejarlos en ningún momento interfirieron en la actividad académica.

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Fueron dos años durante los que se alcanzó estabilidad en el trabajo docente, y en la relación con los trabajadores y los alumnos. En dos años su labor había concluido, nuevas estrategias se implementaron para llegar a la elección del director de la Escuela, por lo que se le requirió para que se incorporara a su trabajo en la ciudad de Toluca.

El Lic. Félix Nateras Estrada haciendo entrega de un trofeo al primer lugar de la carrera que tradicionalmente la Escuela realizaba denominada Medio Maratón Amecameca–Ozumba–Amecameca. La placa que se observa en la

parte posterior del Auditorio “Lic. Carlos Mercado Tovar”.

El Lic. Félix Nateras Estrada actualmente es profesor de tiempo competo y está comisionado en la Coordinación de la Escuela Preparatoria, en el Programa de Formación de Profesores, vive en Metepec, Edo. de México.

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Profr. Noé Jacobo Faz Govea (1983-1985)

Rectores:M. en C. Agustín Gasca Pliego L.A.E Jorge Guadarrama LópezLic. Tomás Ruiz Pérez

La estancia del Lic. Félix Nateras Estrada permitió que el trabajo escolar mantuviera un ritmo adecuado que benefició a los alumnos, sin embargo, se conservaban dos grupos políticos, por un lado los que se sentían desplazados al renunciar su líder y por otro los que se sentían cansados por el desgaste que ocasionó el enfrentamiento que se venía dando desde 1979. De esta forma y considerando que era tiempo de que uno de los propios profesores de la Escue-la se hiciera cargo de la dirección para preparar el procedimiento de la elección del nuevo director, el rector propone ante el H. Consejo Universitario como secretario encargado del Despacho de la Dirección de la Escuela al Profr. Noé Jacobo Faz Govea, quien era egresado de la propia institución y cuya experiencia y aceptación entre alumnos, profesores y trabaja-dores ofrecía un perfil adecuado para el fin que se proponía.

Poco a poco el trabajo académico se fortaleció continuando con la estructura que ya se había iniciado. Durante su estancia la faapauaEm estalla una huelga que duró 24 horas y en la que se solicitaban mejoras salariales.

Dentro de las obras materiales que se realizaron en esa gestión encontramos la remode-lación del área administrativa. En el vigésimo aniversario de la fundación de la Escuela, al Profr. Faz Govea le correspondió acompañar al rector de la Universidad, L.A.E. Jorge Gua-darrama López, a inaugurar el edificio que albergaba sanitarios, laboratorio de Biología y la biblioteca. Sin embargo, un acontecimiento triste sucedió unos días después de este evento, ya que falleció la Profra. Irene García Torres, maestra muy querida no sólo en nuestra comu-nidad escolar sino en todo el ambiente educativo de la región.

Corresponde también a este periodo de trabajo participar en las reformas a la Legis-lación Universitaria, de donde se desprende el Reglamento General de la Universidad y el Reglamento de la Escuela Preparatoria y, sin duda, una de las mejores aportaciones que se pudo brindar a la comunidad en general fue participar con la comisión del H. Consejo Universitario para la fundación y establecimiento de la Unidad Académica Profesional que la Universidad en su proceso de desconcentración había acordado instalar en Amecameca. En ese sentido, los profesores de la Preparatoria de Amecameca elaboraron un estudio donde se justificaba que este municipio era el centro de influencia educativa y no Chalco como se pretendía hacer creer.

Durante un año y medio el Profr. Faz Govea cumplió con la función de acercamiento, de trabajo académico y de integración. Los grupos políticos, aún cuando siguieron sosteniendo sus ideales, se fusionaron, haciéndose negociaciones que permitieron el fortalecimiento del

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trabajo académico y, por primera vez, la comunidad escolar, después de cerca de seis años de inconformidades, seleccionó a un candidato único acorde con las aspiraciones de todos.

Los alumnos, trabajadores y profesores depositaron su confianza para ejercer la respon-sabilidad de dirigir a la Escuela en el ingeniero Héctor Gerardo Juárez Constantino, quien después de un proceso democrático fue propuesto ante el H. Consejo Universitario, quien lo aprobó el 9 de mayo de 1985.

Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino (1985-1989)

Rector: L.A.E. Jorge Guadarrama López

El Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino recibió la Escuela en forma directa por el Lic. Tomás Ruiz Pérez, ex rector de la Universidad, en un acto solemne el 10 de mayo de 1985. Fue el pri-mer director egresado de la Escuela que fue alumno consejero ante el H. Consejo Universitario, representando a nuestra institución, con un promedio general de 9.7 durante su formación esco-lar; hombre bueno, carismático, con una visión que va más allá de cosas simples, convirtiendo los retos en oportunidades para alcanzar lo que otros no habían logrado. Sencillo, paciente y agradable en el trato, firme en la toma de decisiones. Es muy apreciado por sus alumnos.

Al llegar a la dirección se encontro aún con rencillas entre algunas personas que preten-dían seguir con viejos moldes, pero su trato afable poco a poco las disolvió incorporando a la totalidad de la comunidad escolar a su proyecto de trabajo.

Con él se da el primer paso para la consolidación de la Escuela, ahora los H.H. consejos de Gobierno y Académico tienen una nueva fisonomía que se refleja en el trabajo académico.

Fue un periodo en que se sentaron las bases para crear una nueva imagen de la Escue-la, sobre todo en el aspecto académico, mediante un compromiso institucional tendiente a fortalecerla, ampliando paralelamente las oportunidades de ingreso y mejorando la calidad académica. Es a partir de 1985 cuando la Escuela amplía su participación en el panorama educativo, garantizando la calidad de los procesos académicos y administrativos, haciendo énfasis, por primera vez, en el mejoramiento de las actividades docentes que deberían am-pliarse a las de investigación y a las de extensión universitarias.

El Ing. Juárez Constantino se convirtió así en una propuesta nueva para la dirección de la Escuela. Poseedor de una joven experiencia y de cualidades personales sobresalientes, le imprimirá un estilo personal, convirtiéndose en gestor de actividades que posteriormente serían de gran trascendencia.

En el aspecto académico la Universidad entró a la era cibernética, por lo que en la Es-cuela se instaló por primera vez una sala de cómputo, con la cual se ofreció este servicio a la comunidad escolar. Profesores, alumnos y trabajadores se vieron beneficiados con este adelanto de la tecnología.

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Sala de cómputo

Por otra parte, como un servicio de extensión a la comunidad en general, la Universidad, en su proceso de desconcentración, instaló en la Escuela la primera Unidad del Centro de Enseñanza de Lenguas extranjeras (cEle), fuera de la ciudad de Toluca, que cumple ya 22 años de funcionamiento.

Como se comentó anteriormente, se aprobó la creación de la Unidad Académica Profe-sional Amecameca, en donde nuestra Escuela Preparatoria había tenido una participación muy importante, por tanto, en esta gestión, el H. Consejo Universitario tuvo a bien nombrar a nuestra institución educativa, recinto oficial para realizar sesión extraordinaria, en donde oficialmente se declararon iniciadas las actividades escolares de dicho espacio educativo, colocándose ese mismo día, en compañía del Lic. Emilio Chuayfett Chemor, secretario de Educación, Cultura y Bienestar Social del Estado de México y representante del gobernador del Estado, la primera piedra para la construcción del edificio en el terreno que se había ad-quirido con esa finalidad.

En tanto se construía el edificio, la Escuela prestó las instalaciones para que los alumnos de la primera generación de Educación Superior de la uaEm recibieran clases. En el aspecto físico, correspondió al Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino promover la creación de cu-bículos para los profesores de tiempo completo, mismos que fueron adaptados en el edificio que ocupa la parte posterior de las instalaciones.

Hay que reconocer en el Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino, durante esta etapa, el impulso significativo que otorgó a la labor educativa. El desarrollo y estabilidad fueron la

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base para iniciar todo un proceso de consolidación que en un futuro cercano daría fortaleza institucional y que actualmente se refleja en la seriedad, excelente nivel académico y calidad profesional de los docentes.

El Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino en una sesión de trabajo con autoridades de la uaEm.

Al concluir su gestión dejó una Escuela con deseos de proyectar la imagen ya creada, por esta razón, nuevamente, se hace una propuesta con un candidato de unidad que apoyan los sectores que forman la comunidad escolar, recayendo ahora la designación en el M.C. Rubén Luna Caballero.

El Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino es profesor de tiempo completo en el Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la uaEm, colabora como asesor e imparte la asignatura de Matemáticas, vive en la ciudad de Amecameca, México.

M.C. Rubén Luna Caballero (1989-1993)

Rector: M. en C. Efrén Rojas Dávila

El profesor Rubén Luna Caballero tiene como antecedente el haber tenido una formación militar, razón por la cual, atendiendo a su currículum de materias cursadas, se le ofreció impartir a la primera generación la materia de Geografía en sustitución del Profr. Regino Amaro Sigüenza, quien tuvo un grave accidente automovilístico. Por esta razón, se incluye dentro del personal académico fundador de la Escuela, aunque años después, por su deseo de

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estudiar Medicina, se inscribió para llevar el bachillerato y así alcanzar este objetivo. Es, por tanto, el segundo alumno egresado de la Escuela que asume la dirección una vez aceptado por el H. Consejo Universitario el 9 de mayo de 1989.

El M. C. Rubén Luna Caballero, a la derecha de la foto, acompaña al rector de la Universidad Autónoma del Estado

de México, L.A.E. Jorge Guadarrama López y autoridades universitarias. Al fondo, el volcán Popocatépetl.

Con un carácter muy especial en cuanto a su formación primera, el M.C. Rubén Luna Ca-ballero no sólo supo ganar amigos, sino que también era apreciado en el momento de su elección por la comunidad escolar, sin embargo, una vez que asumió el cargo se enfrentó a problemas internos que, sin alterar el orden académico, lo llevaron a aceptar que un profesor de la Escuela realizara “una huelga de hambre de 48 horas”, exigiendo mejor trato para los docentes y respeto a los acuerdos políticos que se habían celebrado. Esta huelga no llevó a ninguna solución y pareció un acto de exhibicionismo.

Una vez concluido el problema, la vida de la Escuela continuó su curso. En un nuevo esquema de trabajo propuesto por el rector de la Universidad, se establecieron medidas para mejorar la calidad académica, haciendo que los profesores fueran cada vez más responsables del trabajo en las aulas, esto además se reforzó realizando un verdadero examen de admisión en donde sólo se admitía como alumno a quien lo hubiera aprobado, dejando a un lado cual-quier tipo de recomendación que pudiera influir. Hasta esta fecha se sigue este procedimiento en toda la Universidad.

Debe señalarse que, si bien al principio su trato era un tanto áspero, poco a poco fue en-contrando el equilibrio que le permitió conducir con acierto las actividades que implicaban la administración escolar.

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La Escuela en su proceso de consolidación, se fue fortaleciendo cada vez más, participan-do en la estructuración de un nuevo Currículum del Bachillerato que se puso en marcha en 1991 –de donde viene su nombre– en la Preparatoria No. 4 “Lic. Ignacio Ramírez Calzada”, seleccio-nada como Escuela piloto y en toda las escuelas preparatorias, incluyendo la nuestra en 1992.

Este currículum presenta cambios que pretenden una formación integral del alumno las siguientes consideraciones:

Plan de estudios de seis semestres•Desaparecen las áreas propedéuticas que venían funcionando en el sexto semestre, •para ofrecer un perfil único en el alumno al concluir sus estudios (lo que se conoce como Bachillerato Único). Creación de servicios cocurriculares: orientación educativa, servicio y asesoría •de cómputo, educación para la salud, educación artística y educación física, que pretenden ser una serie de actividades complementarias en el alumno para su for-mación integral.

Este fue un cambio estructural muy importante, en tanto que el bachillerato de la Universidad reafirmaba su presencia en las políticas educativas nacionales, lo que se vio reflejado positi-vamente por la participación de los profesores en la planeación del trabajo docente.

Asimismo, se acudió por primera vez a eventos académicos en la ciudad de Toluca, con-cursando en torneos, inter preparatorianos; de igual forma se organizó el torneo de Lógica en nuestra Escuela obteniendo el primer lugar los alumnos que estaban a cargo del Profr. Rafael Nolasco Zamora.

La conservación de la planta física, su mantenimiento y embellecimiento también fue atendido, esto le ha dado mayor cohesión y proyección al quehacer institucional. Durante la gestión del M. C. Luna Caballero se remodelaron las instalaciones administrativas y su estructura en lo general es la que se conserva. Además, a la Escuela se le proporcionó una camioneta de tipo Combi para auxiliar en las actividades administrativas y apoyar tanto a autoridades como profesores en los viajes académicos necesarios a la ciudad de Toluca.

El M. C. Rubén Luna Caballero concluyó sus funciones con una Escuela estable y en armonía, y si bien en principio existió la posibilidad de que se presentaran dos candidatos a concursar por la dirección de la Escuela, uno de ellos no presentó en tiempo la documenta-ción que se requería, por lo cual la comunidad propuso como único candidato para sucederlo al Lic. Noé Jacobo Faz Govea.

El M.C. Rubén Luna Caballero, al concluir la función de director, fue promovido como coordinador de la Unidad Académica Profesional de Amecameca de la uaEm. Actualmente es profesor de tiempo completo, vive en Chalco, Estado de México.

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Lic. Noé Jacobo Faz Govea (1993-1997)

Rector: M. en D. Marco Antonio Morales Gómez

El Lic. Noé Jacobo Faz Govea ocupó la dirección de la Escuela a partir del 9 de mayo de 1993, al ser aprobada por el H. Consejo Universitario la propuesta que, como candidato úni-co, presentó el H. Consejo de Gobierno de la Escuela. El Lic. Faz Govea, aún cuando había ocupado la dirección como secretario Encargado del Despacho durante el periodo 1983-1985, es el tercer egresado de la Escuela que ocupa la dirección siguiendo el procedimiento de elección que establece la legislación universitaria.

Durante esta gestión se impulsó el Proyecto de Profesionalización del Personal Do-cente, utilizando el programa de apoyo a la docencia implementado por la Universidad, situación que permitió que los profesores se vieran beneficiados al realizar estudios de maestría, especialidades y diplomados. Por primera vez se asistió a congresos y a foros educativos, nacionales e internacionales, así como a cursos de actualización, aún cuando estos últimos ya se habían venido impartiendo desde 1980. Este mismo proyecto permitió que la mayoría de los profesores adquiriera definitividad en las asignaturas que se ofrecían a los alumnos mediante la realización de concursos de oposición. En su proceso de con-solidación la Escuela tuvo un gran avance, ya que la participación de los profesores en academias permitió el trabajo colaborativo y en equipo, lo que propició una mejor orga-nización en la planeación del trabajo semestral.

En esta gestión el H. Consejo Universitario, a propuesta del rector, aprobó que cada Escuela asumiera su carácter de Plantel de la Escuela Preparatoria, identificándose por su nombre, ya que hasta ese momento se les conocía como Preparatoria No. 1, 2 o 3, o bien, Escuela Preparatoria de Amecameca. Se argumentó que existía una sola Escuela Prepara-toria de la Universidad Autónoma del Estado de México, integrada en ese tiempo por nueve planteles y una Coordinación General.

Resultó, por tanto, que el Plantel no tenía nombre y había que ponérselo. Por esta razón se realizaron reuniones generales de profesores con alumnos, trabajadores y con el H. Consejo Académico para proponer una terna de nombres que sería presentada ante el H. Consejo de Gobierno para su aprobación, por lo que, con base en lo anterior y dada la trascendencia de la vida y obra de la décima musa “Sor Juana Inés de la Cruz”, el máximo organismo de gobierno del Plantel dictaminó a favor de ese nombre. Esta designación fue propuesta ante el H. Consejo Universitario, quien dio su beneplácito y a partir del 15 de febrero de 1994 quedó inscrito su nombre Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” en la puer-ta principal, construida para ser inaugurada al conmemorarse el xxlx aniversario de su fundación, contando con la presencia del Colegio de Directores, presidido por el entonces rector de la Universidad, M. en D. Marco Antonio Morales Gómez.

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Develación del nombre del Plantel “ Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la uaEm en el XXIX aniversario de su fundación.

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En 1995 nuestra Escuela se vistió de gala, pues el 16 de febrero se festejó el treinta aniversa-rio de su fundación. En esa fecha se realizaron grandes eventos al interior de la Escuela y se colocó una placa conmemorativa que a la letra dice:

U A E MEscuela Preparatoria Sor Juana Inés de la Cruz

Primera Generación 1965 - 1995

30 Aniversario16 de febrero de 1995

Para el 17 de abril de 1995, en los ámbitos mundial, nacional y estatal, se rememoró el 300 aniversario de la muerte de “Sor Juan Inés de la Cruz”, llevándose a cabo múltiples eventos para conmemorar esa fecha, tocó a la Universidad, como Máxima casa de cultura del Estado, realizar actividades tanto en la ciudad de Toluca como en la ciudad de Amecameca, por tanto, aquí en el Plantel se remodelaron los jardines, colocándose un retoño de la mora ancestral que, revivida en el Edificio Central de la Universidad, es el símbolo de la fortaleza y la per-manencia institucional en el tiempo. Una placa alusiva a este respecto nos dice:

La Mora (morus nigris), símbolo de la unidad universitaria une el pasado glorioso del Instituto con el presente de la Universidad Autónoma del Estado de México

y nos impulsa al futuro.

Doscientos años de vida de la mora, la hacen un símbolo de identidad universitaria, éste es un renuevo de nuestro viejo árbol.

Marco Antonio Morales GómezRector

1993-1997

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Ceremonia en donde la Escuela Preparatoria de Amecameca recibió el nombre de “Sor Juana Inés de la Cruz”. Sentado al frente, a la derecha, en primer orden, se encuentra el doctor en Letras Clásicas, Tarsicio Herrera

Zapién, quien fue el encargado de dictar una conferencia magistral sobre la vida y obra de tan distinguida poetisa, a su lado el Profr. Julián Rivera López, cronista del Plantel.

El Colegio de directores de la uaEm acompañó en varias ocasiones al rector, M. en D. Marco Antonio Morales Gómez, a nuestro Plantel.

Como evento principal se develó una estatua que fue colocada en el jardín, a la izquier-da del pasillo que conduce a la entrada principal del Plantel. La develación la realizaron el M. en D. Marco Antonio Morales Gómez, rector de la Universidad y el Lic. Emilio Chuayfett Chemor, gobernador del Estado, quien estuvo acompañado de los presidentes de los órganos colegiados de los poderes Legislativo y Judicial. A los pies de la estatua una placa conme-morativa nos señala:

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U A E MSOR JUANA INES DELA CRUZ

1697 - 1997Tres siglos de Inmortalidad

Marco Antonio Morales Gómez17 de abril de 1995

Ceremonia de develación de la estatua de “ Sor Juana Inés de la Cruz” por el M. en D. Marco Antonio Morales Gómez, ex rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, quien estuvo acompañado por los poderes

Ejecutivo , Legislativo y Judicial.

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“Sor Juana Inés de la Cruz, grandeza aprisionada en cuerpo de mujer”

En esta foto, una vez concluida la ceremonia de develación, acompañan al rector de la Universidad y al goberna-dor del Estado, Lic. Emilio Chuayfett Chemor, el Sr. Arnulfo Ramos López , quien fuera presidente municipal al

fundarse la Escuela y dos distinguidos ex alumnos de la primera generación 1965-1968, Lic. Silverio Salazar Soto y el Ing. Quím. Genaro Sánchez Ramos, atrás, el M. en D. Marco

Antonio Morales Gómez, ex rector de la uaEm.

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Ese año fue dedicado a “Sor Juana Inés de la Cruz”, la décima musa, por lo que permanen-temente se presentaron actividades culturales en nuestro Plantel como conferencias, obras pictóricas, fotográficas, musicales y de teatro, mesas redondas, certámenes de poesía, decla-mación y oratoria, etc. Debe destacarse entre las distintas personalidades que acudieron a rendir honores a la “Fénix de América”, al doctor en Letras Clásicas Tarsicio Herrera Zapién, de quien podemos decir que es un apasionado defensor de la figura de Sor Juana y quien se presentó en varias ocasiones en el auditorio de la Escuela, exponiendo piezas literarias con diferentes enfoques sobre la obra de la décima musa.

El cronista de la Escuela, Profr. Julián Rivera López, acuñó la frase que encierra el sentir de nuestra comunidad escolar “Sor Juana Inés de la Cruz, grandeza aprisionada en cuerpo de mujer”.

Otra aportación cultural para el año dedicado a Sor Juana fue que por primera vez los alumnos de la Escuela entonaron el himno que debía identificarnos, naturalmente dedicado a la “Décima musa”.

El autor de la letra es el Profr. Ángel Faustino Sánchez Rodríguez, la música es del Profr. Juan Carlos Romero Moreno, y la dirección del coro está a cargo del Profr. David Delgado Toris.

Coro del Plantel intrerpretando el Himno institucional dedicado a Sor Juana Inés de la Cruz

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Todos estos acontecimientos permitieron que, posteriormente, y por primera vez en 30 años, se realizara una remodelación con criterio integral tanto en jardines donde se construyó una ágora para actividades culturales, como en instalaciones educativas y deportivas, sanitarios, auditorio, biblioteca, construyéndose además la sala de usos múltiples “M. en D. Marco Antonio Morales Gómez”. Esta remodelación le dio la nueva imagen física que ahora posee nuestro Plantel, colocándose en el jardín del frente todas las placas que se habían develado en el transcurso del tiempo y que sintetizan la historia de la Escuela, de esta forma en 1996 apareció una nueva, dedicada al rector de la Universidad, donde se lee la leyenda:

M. en D. Marco Antonio Morales Gómez

“ En tan poco tiempo nadie había hecho tanto por nosotros ”

Gracias, Señor Rector

Amecameca, México 26 de julio de 1996Generación 1993 – 1996

La estabilidad del Plantel y el trabajo académico propiciaron un desarrollo sostenido, no sólo en las actividades culturales, sino también por la participación de los alumnos en eventos académicos que dieron presencia y proyección a la comunidad, finalidad sustantiva de toda institución educativa. Por primera vez dos alumnos representantes del Plantel, la Universidad y del Estado de México, acudieron a Olimpiadas Nacionales de la Ciencia. En el área de Matemáticas acudió la Srita. Elizabeth Hernández Palma a la ciudad de Guadalajara Jal., y a Cocoyoc, Morelos, el alumno Óscar Martínez Palafox, en el área de Química.

El Plantel había alcanzado un grado de madurez tal que ahora se podía competir en igualdad de condiciones desde el punto de vista académico, no sólo en concursos interesco-lares, en donde se obtenían lugares privilegiados producto del trabajo de los profesores, sino también con una visión diferente para alcanzar mejores metas.

Las actividades políticas del Plantel mantenían un estado de armonía entre sus miem-bros, después de varios años en los que se había optado por un candidato de unidad, su mismo desarrollo y madurez motivó que se presentaran dos candidatos a concursar por la dirección, en esta contienda democrática triunfó la M. C. María de los Ángeles Maya Martínez. Por pri-mera vez una mujer sería propuesta ante el H. Consejo Universitario para suceder a la gestión administrativa que concluía después de cuatro años.

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El Lic. Noé Jacobo Faz Govea, un año después de concluida su función como director, fue llamado a colaborar como subdirector Académico y jefe del Departamento de Capacita-ción de la Dirección de Desarrollo del Personal Académico de la uaEm, en Toluca, México. Impartió clases en el Plantel “Lic. Adolfo López Mateos” y en la Facultad de Ciencias de la Conducta. Estudió, en la Facultad de Derecho de la uaEm la Maestría en Derecho y obtuvo el grado con mención honorífica. Actualmente es maestro de tiempo completo y cronista del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”, estudia el Doctorado en Derecho y vive en la ciudad de Amecameca.

M. C. María de los Ángeles Maya Martínez (1997-2001)

Rector: M. en A. Uriel Galicia Hernández

La M. C. María de los Ángeles Maya Martínez llega a la dirección de la Escuela en un clima de armonía y trabajo, al ser aprobada su propuesta por el H. Consejo Universitario, el 9 de mayo de 1997.

En su gestión se destaca y acredita una labor que afirma definitivamente a nues-tro Plantel en el ámbito de la educación, no sólo de la Región oriente del Estado, sino también en la Universidad. A partir de este momento se toman renovados bríos, con la disposición de enfrentar los retos y exigencias sociales, científicas y culturales del nuevo milenio que ya se avizoraban, mismos que proponían la práctica de valores en la labor académica y administrativa.

En ese contexto se pretendió fortalecer la proyección académica y social de la Escuela, participando en distintos programas para desarrollar múltiples actividades productivas en la educación e impulsar los procesos y las relaciones con el entorno, buscando fortalecer la imagen de lo que debe ser la Educación Media Superior.

Esta es una etapa en donde se muestran los avances que durante más de 30 años ca-racterizaron el desarrollo y la consolidación de la Escuela, de tal forma que se continuó el proyecto de profesionalización de los docentes mediante los concursos de oposición, se apoyó a quienes pretendieron realizar estudios de maestría, especialidad o diplomados, y se continuaron ofreciendo cursos de formación y actualización. En consecuencia, estas actividades permitieron que los alumnos fueran mejor atendidos y los productos obteni-dos se reflejaran en la asistencia a olimpiadas nacionales científicas de Química, Física y Biología y, por primera vez, el Plantel ocupó el primer lugar en el número de profesores capacitados en la Universidad.

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El rector M. en A. Uriel Galicia Hernández acompaña a la M. C. María de los Angeles Maya Martínez,

directora, en un aniversario de la fundación del Plantel

Se remodeló el auditorio escolar, se concluyó la cancha de futbol rápido, se instaló una nueva sala de cómputo, se sacrificó parte del área de jardines que se había denominado “El Ágora” para ampliar el estacionamiento, se instaló una subestación eléctrica y, en la parte posterior de la biblioteca, se construyó una área multifuncional que lleva el nombre “M. en A. Uriel Galicia Hernández” en donde, además de albergar a los alumnos del cEle, se habilitaron cubículos para profesores de tiempo completo, salones para brindar asesorías a los alumnos, espacio para la promotoría deportiva y un salón dedicado al museo de Sor Juana Inés de la Cruz.

La M. C. Maya Martínez concluyó su gestión y la comunidad escolar propuso al hidro-biólogo Noé Zúñiga González para ocupar el cargo; asimismo, fue llamada a colaborar para hacerse cargo de un Programa Educativo de la Unidad Académica Profesional de Ameca-meca, actualmente es profesora de tiempo completo y vive en Amecameca, México.

Hidrobiólogo Noé Zúñiga González

Rector: Dr. en Q. Rafael López Castañares

El hidrobiólogo Noé Zúñiga González ocupó la dirección de la Escuela a partir del 9 de mayo de 2001 al ser aprobada su propuesta como candidato único por el H. Consejo Universitario.

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Su cargo en la Secretaría Académica durante el periodo 1997-2001, y ser egresado del Plan-tel, le permitió tener una visión prospectiva y encontrar alternativas de solución a un proyecto educativo que brindara una mejor imagen de la Institución.

Su Plan de Desarrollo Institucional consideró de vital importancia conducir la gestión administrativa mediante una planeación adecuada que estaba considerada en el Plan Rector de Desarrollo Institucional 2001-2005. De esta forma debía proyectarse el Plantel para en-contrar alternativas que mejoraran la eficiencia terminal, reduciendo la reprobación escolar y la deserción.

La idea de fortalecer al Plantel, visualizando y desarrollando un Proyecto concreto, sur-gió, como ya se ha mencionado, del Plan Rector de Desarrollo Institucional 2001-2005, esto permitió asignarle un carácter de cambio dentro del entorno institucional por lo que se parti-cipó en diferentes programas institucionales, entre los que destacan:

La elaboración del Currículum del Bachillerato Universitario 2003, cuyo modelo •educativo es el constructivismo social en donde la actuación áulica está centrada en el aprendizaje y, por lo tanto, si se pretende una formación integral del alumno, debe superarse la simple transmisión de conocimientos, destrezas y habilidades. En este proyecto participaron el Profr. en E.Q. Gustavo Guzmán González, el Ing. José González Torices y el M. en D. Noé Jacobo Faz Govea en representación del Plantel. El Programa de Fortalecimiento Institucional en el Nivel Medio Superior (• pifiEms 1.0) que en la Escuela Preparatoria de la uaEm se denominó ProfEm. En este pro-grama, que concluyó en 2006, se involucró a todos los profesores del Plantel, y por primera vez el gobierno Federal implementó, en forma directa, mecanismos para mejorar la operatividad del Nivel Medio Superior.Programa • iso 9000-2002. En este programa se certificó la función administrativa de la Universidad a través de la Empresa atr (American Trust Register), A.C. que llevó a cabo la certificación en nuestro Plantel, quedando anotado el registro con fecha 16 de diciembre de 2004. Se participó en la reforma a la reglamentación universitaria en el Nivel Medio Supe-•rior de la uaEm, en tanto que se hizo necesario adecuarse al nuevo modelo curricular.

Estos son algunos de los programas de participación directa que reflejan la proyección del Plantel en el medio político-educativo de la Universidad. Internamente se brindó especial in-terés por elevar la eficiencia terminal. Por esta razón, se crearon programas de apoyo para los alumnos, destacándose las asesorías, que se brindaron en casi todas las asignaturas, signifi-cándose las de Matemáticas, Química, Física y Metodología de la investigación. Se introdujo el programa de tutorías como una alternativa muy valiosa, en tanto que gracias a este progra-ma se lleva seguimiento de los alumnos mediante una atención individualizada y se le dio

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un fuerte impulso al departamento de Orientación Educativa. Por esta razón el Plantel sigue destacando académicamente. En los cuatro años de gestión se elevó la eficiencia terminal.

En relación con el apoyo a los profesores, se siguieron ofreciendo oportunidades para fortalecer su formación docente. De esta forma asistieron a congresos nacionales e interna-cionales, a coloquios, foros, diplomados y a cursos de actualización. Los alumnos, por su parte, siguieron representando al Plantel en el campo nacional en Olimpiadas de Química y Física, así como en representación del Estado con experimentos de Física y en el nivel interpreparatoriano se obtuvieron los primeros lugares en conocimientos y experimentos de Química. Como nota aparte debe mencionarse que el alumno José Luis Dobler Trueba obtuvo el primer lugar nacional en las Olimpiadas del conocimiento en el área de Química.

Dos aportaciones de esta gestión resaltan sobre las demás, la primera por gestiones del director de la Escuela y para beneficio de los profesores, se impartió la Maestría en Edu-cación Superior en el Plantel. Esta maestría fue auspiciada por la Facultad de Ciencias de la Conducta de la uaEm, y en febrero de 2005 concluyó la primera generación. En la segunda el Plantel se colocó a la vanguardia de los sistemas computacionales tanto en el área adminis-trativa como en el área académica, la introducción de Internet en toda la Escuela benefició a los alumnos en la Biblioteca, a los profesores en la sala de maestros, y a todos los docentes de tiempo completo o medio tiempo en laboratorios y cubículos.

En relación con el mantenimiento del edificio y equipamiento, en esta gestión adminis-trativa se hicieron adecuaciones que han permitido mejorar su imagen física.

El hidrobiólogo Noé Zúñiga González concluyó sus funciones abriéndose de nuevo oportunidad a una selección de candidatos que aspiraban para ocupar la dirección del Plantel, participando en esta ocasión el Ing. José González Torices y el Lic. Alfonso Reyes Hernández.

Lic. En Economía Alfonso Reyes Hernández

Rector: Dr. A.E. José Martínez Vilchis

Fue propuesto por la comunidad universitaria de la Institución ante el H. Consejo Universi-tario para ocupar este puesto, siendo aprobado por unanimidad a partir del 6 de mayo para el periodo 2005-2009. El licenciado en economía Alfonso Reyes Hernández ocupa la dirección del Plantel a partir del 9 de mayo de 2005 al aprobar su propuesta el H. Consejo Universitario, contendió por este puesto con el ingeniero agrónomo José González Torices. Su gestión ad-ministrativa comprende los años 2005-2009, fue un periodo sin compromisos y llevó durante cuatro años con tranquilidad el trabajo académico. Desde el punto de vista físico del Plantel fue construido el segundo piso de la Biblioteca Escolar destinándose para la ubicación de los profesores de tiempo completo, medio tiempo, orientación educativa y algunos espacios para

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área académico administrativa. Fueron cuatro años de tranquilidad académica, si acaso con problemas políticos de dos o tres profesores que fueron resueltos positivamente.

Al término de su gestión contendieron para ocupar el puesto de la dirección del Plantel el M. en Ed. Gustavo Echaniz Villamar y el M. en E. S. Miguel Zavala López. La capacidad y experiencia del Mtro. Echaniz se vio manifiesta en la auscultación realizada en el Plantel por la comisión enviada por el H. Consejo Universitario de la uaEm, ya que de forma arrolladora se le brindó la confianza para ocupar este puesto.

M. en Ed. Gustavo Echaniz Villamar

Rector: M. en C. Eduardo Gasca Pliego

Ocupa el cargo de director del Plantel a partir del 9 de mayo de 2009, desde ese tiempo se le ha impuesto una dinámica al trabajo académico–administrativo propia de la visión que se tiene en la Universidad Autónoma del Estado de México.

Sus propuestas ante los H.H. consejos Académico y de Gobierno permiten encontrar soluciones para hallar alternativas de solución y guiar el trabajo académico. Le corres-ponde conmemorar el 15 de febrero de 2010 el 45 aniversario de la fundación de nuestra institución educativa.

Colofón

Por más de cuatro décadas se destaca y acredita una labor educativa que tiene un origen. En tres etapas se pueden concentrar los esfuerzos de aquellos que tuvieron en sus manos la di-rección del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”. En la primera observamos que sin tener nada, como magos sacaban de las manos recursos para mejorar y atender las labores que implica-ban una educación eficiente. Una segunda etapa nos lleva al fortalecimiento de la institución, problemas internos y externos promovieron que la comunidad tomara conciencia de lo que éramos y hacia donde íbamos. La tercera es la de consolidación en donde, una vez fortalecida la institución, se ha requerido de un decidido empeño de sus últimos directores, que siendo ex alumnos le han sabido dar sentido y dirección, afirmándose el Plantel definitivamente en el ámbito de la educación del Nivel Medio Superior. A partir de este momento –a 45 años de su fundación– se toman renovados bríos, con la disposición de enfrentar los retos y exigencias sociales, científicas y culturales del nuevo siglo, bajo los principios de una ética académica y administrativa caracterizada por una férrea vocación de servicio.

Desde esta perspectiva, los propósitos institucionales del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México, en

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el marco de sus primeros 45 años de existencia, están encaminados a ubicarse en un nuevo milenio que induce a tener como visión la sociedad del conocimiento, garantizando la conti-nuidad, expansión y consolidación del sujeto educativo. Manteniendo la certificación de sus programas académicos y administrativos, como una bandera que, independientemente de dar lustre a la comunidad escolar, es un compromiso de trabajo, pretendiendo así acrecentar la formación integral de sus educandos con una clara conciencia de una nueva Ética Social.

Se destaca en este contexto el propósito de fortalecimiento institucional dentro de un proyecto histórico corresponsable con aquellos que promovieron su existencia y a quienes en el tiempo y en el espacio se les asigna un lugar preponderante.

A nuestra institución la podemos visualizar en un futuro cercano a través de la con-solidación de los valores que la fundaron y que ahora comprenden, en el actuar, lo que denominamos ética institucional, que en un mundo moderno nos permite tener una visión permanente de la obtención de los conocimientos en relación con el contexto social y la transmisión de la cultura.

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G A L E R Í A D E D I R E C T O R E SY

E N C A R G A D O S D E L D E S PA C H O

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Lic. Alfredo Peruyero Sánchez

Profr. Juan Manuel Islas Ricaño

Profr. Javier Rosales Moctezuma

Profr. Arturo Peruyero Sánchez

Profr. Regino Amaro Sigüenza

Lic. Félix Nateras Estrada

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Lic. Noé Jacobo Faz Govea

Med. Cir. María de los Ángeles Maya Martínez

Hidrob. Noé Zúñiga González

Profr. Noé Jacobo Faz Govea

Ing. Héctor Gerardo Juárez Constantino

Med. Cir. Rubén Luna Caballero

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C A P Í T U L O I I

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TESTIMONIOS

sEmblanza

Alfredo Peruyero Sánchez(Texto original)

Decía el maestro Alfonso Reyes que: “recordar es hacer pasar por nuestra memoria y nuestro corazón lo que una vez vivimos”, y don Alfonso tenía razón. Hoy que me han pedido unas líneas sobre la creación de la Escuela Preparatoria de Amecameca, Estado de México, vuel-vo a experimentar profundos sentimientos sobre uno de los hechos estelares de mi vida, tanto profesional como personal. Vuelvo a sentir que la vida vale la pena vivirla, aunque muchas veces se sienta uno incomprendido y aún despreciado por quienes amamos.

El encuentro con la gente de Amecameca fue un tanto circunstancial: en el año de 1964 yo trabajaba como maestro en la Escuela Secundaria No. 7 de la Secretaría de Educación Pública, cuyo director era un ilustre personaje que formó parte de una generación de grandes méritos en la vida intelectual de México se llamaba Leopoldo Ancona, y aunque llegué a tener alguna fricción con él, lo recuerdo con afecto.

En esa Escuela trabajaba también como maestro y orientador el profesor Raúl Aguilar Millán, gran pedagogo de origen sinaloense, quien por las tardes iba a Toluca a dar clases en la Escuela de Pedagogía Superior, entonces parte de la Universidad Autónoma del Estado de México. Yo no tenía amistad con el maestro Aguilar Millán, pero sí nos saludábamos por los pasillos de la Escuela, o en las oficinas de la subdirección, a donde concurríamos a la hora del descanso. Allí escuchábamos los chistes y las ocurrencias de la maestra Domínguez, catedrática de la clase de inglés, cuya cultura europea –por haber vivido muchos años en Inglaterra–, era evidente. Para identificarla mejor debo decir que era la madre de dos distinguidos políticos de aquella época: los hermanos Martínez Domínguez; uno de ellos, muy controvertido por su participación en los episodios del Movimiento estudiantil de 1968 y el episodio de los halcones, años después. El otro, muy inteligente también, de carácter más tranquilo y gran conocedor de los temas económicos del país. Al parecer ella vivía sola, alejada de sus hijos, pero ese hecho no había afectado su personalidad, ya que

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siempre se mostró, especialmente conmigo, muy amable, cariñosa y hasta juguetona con sus bromas simpáticas.

Pero una vez el maestro Aguilar Millán se acercó a mi y me dijo que había observado lo bien que me llevaba con mis alumnos, y lo mucho que trabajaban conmigo sin necesidad de que yo los presionara. Todos opinaban favorablemente acerca de mis clases y yo me sentía muy contento con ellos porque daba mi cátedra en medio de la atención y respeto de todos. Habíamos logrado lo que hoy se acostumbra llamar “química” en las relaciones humanas.

El maestro Aguilar me comentó que en Toluca la directora de la Escuela de Pedagogía, Dra. Josefina Vélez de Garduño, les había presentado a unas personas de Amecameca que andaban buscando a un asesor para fundar una Escuela Preparatoria en aquella población. Ya llevaban varios años sin que el rector les autorizara la creación de la Escuela, hecho que atribuían a la falta de asesoramiento y personal calificado para hacer realidad su propósito. Me dijo el maestro Aguilar que yo podría ser ese asesor, si aceptaba. Además, existía la posibilidad de que me propusieran para el cargo de director fundador.

Yo tenía poco tiempo de dar clases. Me había iniciado en 1962 en el Colegio “Cristina Fernández de Merino”, donde casualmente me habían ofrecido también dicho cargo, que yo no acepté. En la Escuela Secundaria 7 no tenía ni un año como catedrático y se me hacía que fundar una Escuela Preparatoria era una empresa superior a mis fuerzas; sin embargo, después de varias pláticas con el maestro Aguilar, acepté conocer a esas personas de Amecameca y con el apoyo de él empecé los trabajos de organización de aquel proyecto. La idea era ir a ver al rector con todo preparado.

Conocí a los señores Arnulfo Ramos, presidente municipal, al profesor Maya, director de la Secundaria, quien proporcionaría los salones –para las oficinas y las clases del primer grupo– el señor Daniel Constantino y el señor Figueroa, principales representantes de los comités Pro-creación y Pro-sostenimiento de la Preparatoria.

Fui con el maestro Aguilar Millán a la ciudad de Amecameca varias veces. Yo me había entusiasmado no por el hecho de poder ser el director de la Escuela, sino por fundar un nivel de estudios que no teníamos ni siquiera en mi ciudad natal, Papantla, Veracruz, y que tanta falta nos hacía. Precisamente por no tener ese tipo de escuela muchos jóvenes y yo nos habíamos tenido que alejar de nuestra tierra natal, y muchos más habían tenido que truncar sus estudios y renunciar a sus ilusiones de hacer una carrera profesional, y con ello, de elevar su cultura y nivel socioeconómico de vida. Es tan importante tener una Escuela preparatoria que yo no me atreví a decir que no, lo digo con absoluta franqueza; no me movió el afán de poder o de dinero, sino el ideal de brindar a los jóvenes de aquel lugar esa posibilidad de estudios que yo no tuve. Además, iba a hacerlo en la tierra donde vivió “Sor Juana Inés de la Cruz”, la máxima poetisa nacida en nuestro país, por quien he sentido una especial admiración y a la que había estudiado en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam.

Después de organizar papeles con las propuestas de maestros y cálculos de los gastos que se harían por diferentes conceptos, fuimos a ver al rector de la uaEm, Dr. Jorge Hernández

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García, quien nos atendió muy cordialmente. Sentí que le había simpatizado y me aconsejó que me asegurara que me cumplirían con los apoyos económicos. Desconfiaba de ellos porque todos tomaban y sentía que lo hacían por un interés político, más que por un afán de cultura. Me hizo prometer que yo sacaría adelante a la Escuela en todos los aspectos, principalmente el económico. Me dijo con toda claridad que la Universidad no contaba con recursos para ayudar al sostenimiento de la Escuela; que nosotros teníamos que sacarla adelante con nuestros propios medios; que el apoyo sería puramente moral, y que debíamos hacer el mayor esfuerzo para cubrir el déficit advertido desde un principio en los cálculos. Hizo firmar un compromiso de que los comités se hacían responsables de los asuntos económicos relacionados con la Escuela. Ellos aceptaron y la autorización de la Escuela se dio. Empezaría a funcionar al inicio de 1965 con el personal docente y administrativo propuesto, y yo me desempeñaría como director fundador por un periodo de tres años. El secretario de la Escuela fue el profesor Javier Rosales Moctezuma, quien también tendría a su cargo las cátedras relacionadas con la Filosofía, dada la naturaleza de sus estudios. Los nombres de los catedráticos ya no los recuerdo, pero a todos les agradezco su colaboración con mi reconocimiento y gratitud.

A pesar de los buenos augurios, desde un principio empezamos a tener graves problemas económicos. Puedo decir con toda honestidad que sin el apoyo de los muchachos, la Escuela no habría subsistido. Ellos sabían perfectamente la situación económica que enfrentábamos porque yo les exponía en el pizarrón el estado de cuentas que teníamos cada mes. Llegamos a deber hasta seis meses de sueldo a los maestros; pero ninguno renunció a seguir, aunque la gran mayoría veníamos de México, y algunos estaban ya casados. Como trabajábamos por la mañana en otras escuelas, podíamos irla pasando sin cobrar en Amecameca.

Como es natural las relaciones entre los fundadores se fueron deteriorando. Hubo situaciones muy tensas. El presidente municipal, sin embargo, fue un factor de unidad en ese tiempo, y aunque nunca pudo incrementar el subsidio de $1500.00 que nos daba mensual-mente, su trato político fue siempre conciliador. También el señor Constantino puso lo mejor de su parte. No obstante nuestra precaria situación económica, debo decir con satisfacción que ningún estudiante fue suspendido temporalmente por falta de pago, como me lo llegaron a pedir algunos miembros del Comité Pro-Sostenimiento. Hubiera sido injusto hacerlo porque si no pagaban no era por falta de voluntad, sino por su pobreza. Yo nunca pensé dejar la Escuela por la falta de pago, sino por las relaciones tan tensas que se habían creado, hasta el punto de que en la rifa de un automóvil querían que nosotros respondiéramos por la venta del total de boletos, a pesar de que el compromiso había sido que la Dirección vendiera el 50 por ciento y el Comité el otro 50 restante. Tuvo que intervenir el rector porque se había pedido una auditoría, la cual se llevó a cabo y se demostró que nos debían una cantidad importante para seguir funcionando. El rector dictó una orden terminante: o nos pagaban al día siguiente antes de que el banco cerrara sus oficinas, o suspendía la autorización de la Escuela. Fue el momento de mayor crisis que enfrentamos. Afortunadamente nos pagaron

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y la crisis se superó. Además, se aclaró el error cometido por el secretario de la Escuela al extender un recibo con un número duplicado del boleto premiado. Lo hizo sin mala fe y por un exceso en su sentido de responsabilidad, ya que no tenía necesidad de dar recibos. Con dar los boletos era suficiente.

Yo comprendí que lo mejor era irme para que las cosas mejoraran. Lo importante era que la Escuela subsistiera, y si yo representaba el problema, la solución era irme. Se los hice saber a los muchachos, y ellos, seguramente, lo comentaron en sus casas. Entonces se dio uno de los momentos más emocionantes en mi vida, vinieron a buscarme unos señores al parecer muy humildes. Eran los padres de algunos alumnos de las zonas altas. Se identificaron como los dueños de los montes comunales, a quienes se les conocía como los comuneros. Me pidieron que no me fuera, que ellos tenían dinero para apoyar económicamente a la Escuela y a la construcción de su edificio que con gran audacia habíamos empezado. Esto lo comuniqué inmediatamente al presidente Municipal, quien se alegró profundamente porque hacía tanto tiempo que él había intentado conseguir este apoyo sin éxito. Al parecer los comuneros no les querían dar su dinero a los políticos porque no les tenían confianza y temían perder todos sus ahorros. Aún recuerdo con gratitud ese gesto de confianza y amistad que ellos y el señor Telesfóro Fernández me mostraron; éste último cubriendo gran parte de la “raya” que cada semana teníamos que pagar a los albañiles que construían nuestra Escuela. Un recuerdo de gratitud a los comuneros y a don Telésforo, donde quiera que se encuentre. Quizá esa amistad me la brindó porque mis abuelos eran de la misma región de España de donde era él.

La cantidad que me ofrecieron era cuantiosa en aquel tiempo y aún hoy: 10 millones de pesos que tenían depositados en el Banjidal, en la ciudad de México, a donde nos trasladamos al día siguiente, previa celebración de una sesión de cabildo para formalizar el donativo. Llegamos al Banco, pero el gerente –un auténtico pillo–, no nos quiso entregar nada. Nos dijo que queríamos robarles el dinero a los comuneros, pero quien en realidad se los estaba robando era él. No les enviaba siquiera una información de los intereses que había ganado ese depósito. En ese momento comprendí lo que significaba el verbo “jinetear”.

Nos hicimos de palabras el gerente y yo, pero no llegó a mayores por la intervención de don Telésforo y don Arnulfo Ramos. No se quién le informó de esto al señor gobernador, Lic. Juan Fernández Albarrán, pero al día siguiente nos llamó para decirnos que él ordenaría la construcción del edificio y ya no tendríamos necesidad de entablar una demanda contra el banco. Dejo aquí constancia de que ese gobernador es uno de los más grandes mandatarios que ha tenido el Estado de México por su generosidad y espíritu de justicia que siempre caracterizaron sus actos, especialmente en relación con la Universidad.

Enterado de todos estos episodios, el rector decidió invitarme a fundar la Escuela de Filosofía y Letras en Toluca. Yo formaba parte del consejo universitario y allí había conocido a la Dra. Josefina Vélez de Garduño. Por instrucciones del Dr. Hernández nos reunimos para trabajar sobre este propósito y llegado el momento fundamos la Escuela. Fui el primer director y ella se retiró, quizá porque aspiraba al cargo, o porque en último extremo quería

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que otro maestro fuera el titular, no obstante que yo, como maestro de tiempo completo –cargo con el que me fui a Toluca el primero de enero de 1967, y secretario de la Escuela–, siempre había tenido muy buenas relaciones de trabajo con ella.

Como director fui reelegido para un periodo más pero durante mi gestión gané un concurso de méritos en Madrid, España. El consejo universitario me autorizó, con goce de sueldo, irme a cursar una especialización en el Instituto de Cultura Hispánica, donde además me dieron una beca de 6000 pesetas mensuales. Al término de esos estudios, regresé a participar en una reforma universitaria que emprendía la Universidad. Aproveché para fundar el Instituto de Humanidades donde propuse al rector incorporar la carrera de Turismo que él quería desaparecer por conflictos que tenía con los catedráticos de esa Escuela, la cual desapareció. También con la asesoría del geógrafo Jesús Gurrola Reyes creamos en la Escuela la carrera de Geografía; así las carreras que en el Instituto de Humanidades podían crearse eran: Filosofía, Historia, Letras, Turismo y Geografía. Para dar impulso a la titulación, le propuse al rector de esa época, Dr. Guillermo Ortiz Garduño, la creación de un maestro de tiempo completo en la carrera de Filosofía y de medio tiempo en Historia. Recuerdo muy bien que dicho rector no quería maestros de tiempo completo y medio tiempo porque consideraba mejor las cátedras por horas, ya que, según él, presentaban menos conflicto en sus relaciones laborales. Yo sólo quería ver el aspecto académico y no el laboral. Tal vez el rector tenía razón. Me faltó experiencia y visión política porque al poco tiempo el maestro de tiempo completo de Filosofía se dedicó a lo que en ese tiempo se llamaba la “grilla”. Con claras ambiciones de poder, encabezó a unos cuantos alumnos y maestros para que pidieran mi renuncia por “violar, supuestamente, la autonomía universitaria”, cargo que nunca supieron fundamentar. Como se reunían con el rector, y para no enfrentar a maestros y alumnos, no quise seguir. Yo tenía la inmensa mayoría, pero pensé que si algunos no me querían yo no debía seguir en el cargo. El gobernador Hank González me había ofrecido trabajo como asesor en el gobierno, y yo había venido realizando algunos, como elaboración de informes y discursos. Quizá esto fue por lo que se inconformaban los disidentes. Pero yo nunca cobré esos trabajos. Quise hacer un último intento de conciliación, pero no fui apoyado por el rector, quien no obstante negó siempre su participación en estos hechos. Yo decidí irme al gobierno, donde ya estaba el Dr. Jorge Hernández, antiguo rector, y con él colaboré como secretario del Instituto de Desarrollo de los Recursos Humanos, y después como asesor de la Diputación Federal que él encabezaba. Nunca quise demandar a la Universidad como lo hicieron los maestros. Hubiera ganado la demanda como la ganaron todos ellos.

Mientras todo esto ocurría, en Amecameca se habían sucedido varios directores, todos ellos grandes amigos míos y ex colaboradores, el profesor Juan Manuel Islas Ricaño –que me había ayudado grandemente a sortear los problemas de la Escuela y era el lógico sucesor, como se lo dije al rector cuando me lo preguntó–, el profesor Javier Rosales Moctezuma, mi antiguo secretario y quien poco después dejó el cargo como un acto de

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desprendimiento y de despego al poder, y mi hermano Arturo, 10 años después de que yo dejara el puesto y quien realizó una labor que lo había llevado a ser popular en la política al grado de aspirar primero a la presidencia municipal y, después, a la diputación local, cargos a los que nunca llegó por los intereses creados y la oposición de aquellos que habían fallado en el sostenimiento de la Escuela; pero ellos se lo perdieron, porque, sin que medie el parentesco, Arturo habría llevado a Amecameca y a la región a un importante desarrollo, de acuerdo con los planes que tenía. Fue una maniobra sucia la que le hicieron y que tal vez precipitó su muerte.

Finalmente, yo me separé del grupo político del gobernador porque me enteré que él había tenido que ver en los problemas que tuve en el Instituto de Humanidades, no obstante que siempre había colaborado lealmente con su gobierno, y aunque quiso rescatarme para la docencia como maestro y quizá director de la Escuela Normal Superior que había contribuido a fundar, yo ya no volví a impartir clases. Había perdido la vocación de enseñar y de estar frente a un grupo de muchachos. Tuvieron que pasar muchos años para que, como asesor del Instituto “Cumbres” (Universidad Anáhuac), volviera a dictar conferencias durante un semestre. Así transcurrió mi vida, asesorando a instituciones y personajes políticos: presidentes municipales, directores generales, diputados locales y federales, gobernadores, senadores, procuradores delegados del D.F., y preparar documentos para varios presidentes de la República, hasta llegar a mi cargo actual de investigador del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana en Xalapa, donde hago fundamentalmente libros como mi tesis doctoral e investigaciones sobre mi tierra: Papantla, Veracruz, a donde un día regresaré, vivo o muerto, esto último después de haber vivido en el puerto de Veracruz, donde fundé el Instituto “Lic. Manuel Maples Arce”, de mi propiedad, que no funcionó por lo escaso de la inscripción.

Me da gusto que esa historia que han querido cambiar algunos políticos que gratuitamente no me quieren esté siendo rescatada por los egresados de aquella Escuela que fundé en mi juventud. Eso habla muy bien de ellos, especialmente del M. en D. Noé Jacobo Faz Govea, quien debiendo haber sido un brillante estudiante fue un gran director y ahora elabora esta reseña histórica. Recordemos siempre a don Miguel de Cervantes Saavedra quien en su Quijote de la Mancha dijo: “Es de gente bien nacida agradecer los favores recibidos porque uno de los pecados que más ofenden a Dios es la ingratitud”.

mi prEparatoria

Ing. Héctor G. Juárez Constantino(Texto original con motivo del 45 aniversario del Plantel)

En febrero de 2005 se cumplen 45 años de la instauración, en esta ciudad, de uno de los ocho planteles de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México

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(EpuaEméx), con el nombre de “Preparatoria de Amecameca”. Cuatro décadas que bien pueden ser comparadas con las de la vida de una persona que ha llegado a la madurez, pasando por la adolescencia y la crisis que ésta provoca.

Los jóvenes que hoy ingresan a la institución como alumnos encuentran un Plantel digno de la Universidad a la que pertenecen, en su superficie se pueden ver edificios que conforman su infraestructura física, donde se encuentran aulas, laboratorios y biblioteca principalmente, implicando para ellos quizá una escuela más del Nivel Medio Superior (nms), por lo que me permito aprovechar la amable invitación que se me ha hecho para hablar de lo que me significa esta Institución.

La Escuela Nacional Preparatoria (Enp) en el mismo mes de febrero, cumple 137 años de su fundación, esto nos remite a 1868, es decir, tiene una antigüedad de 97 años más que nuestro plantel, asimismo, 1871 el Congreso del Estado de México establece que los estudios preparatorios se harán en el Instituto Literario de Toluca (hoy uaEméx) y conforme al plan que para ello rige en la capital de la república (Enp), 94 años le separan de 1965. Destacados maestros de las mismas afirman que el surgimiento de ellas marca el paso de la educación clerical a la educación laica con una filosofía positivista, incluso nos dice la historiadora Pérez Monroy que la Enp fue vista por los conservadores como una escuela para ateos, ella misma explica que es “resultado de las ideas de la Ilustración, que plantean la modernidad y un culto al conocimiento como garantía de progreso”.

El presidente Benito Pablo Juárez García, al restaurar con una visión liberal la República en 1867, tuvo claro que una de las acciones prioritarias e indispensables para desterrar el pensamiento religioso que prevalecía en el ámbito de la educación era instrumentar un nuevo modelo formativo que creara a mentes liberales para obtener la verdadera independencia. Designó a Antonio Martínez de Castro como ministro de Justicia e Instrucción Pública a quien le encomendó la reestructuración educativa, este funcionario a su vez nombró a Gabino Barreda para establecer las bases de esta situación, quien había realizado análisis comparativos en el área de la educación en Francia, hacia 1847 y 1851, donde tuvo oportunidad de conocer a Augusto Comte y la corriente positivista. El 2 de diciembre de 1867 se decretó la Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal, que abarcaba de la instrucción primaria a la Escuela Preparatoria, necesaria para acceder a estudios superiores, la Normal para Maestros, la Escuela de Música y la de Sordomudos, entre otras. Dado el esquema de federación establecido, todo ello tuvo repercusión inmediata en la EpuaEméx.

Como podemos darnos cuenta, la conmemoración que nos ocupa y de la que participamos con entusiasmo no es la de la Escuela Preparatoria a la que pertenecemos, sino la de uno de sus ocho planteles, que nos hace partícipes de los ideales de la Ilustración, porque ha brindado y da la oportunidad a todos los habitantes de esta parte de nuestro Estado de tener acceso a la educación media superior y superior, más fácilmente que la que tuvieron nuestros antecesores, quienes debían viajar a la capital del país para cursar el bachillerato. Este fue

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el ideal de los que promovieron el establecimiento de nuestro Plantel y que al paso de los años se ve reflejado en sus ex alumnos que se desempeñan en el gobierno, en la industria, el comercio.

El alumno que actualmente cursa sus estudios en nuestro plantel observa, además, profesores jóvenes y de edad, estos últimos en su mayoría, incluso, si tienen curiosidad y oportunidad de conocerlos, son, como el que escribe, ex alumnos que hemos vuelto a sus aulas para recrear y hacerles partícipes de nuestro conocimiento. Todos los docentes son personas preparadas en el área de su asignatura, entregadas a su quehacer académico con el objetivo primordial de que el alumno aprenda, no son conflictivos sino institucionales, podría yo decir, demasiado institucionales. Por ello es importante recordar que en alguna época, en la sangre de profesores y alumnos, corrió el mismo espíritu que ha impulsado a las grandes revoluciones, el de modificar el statu quo de las cosas.

Esto sucedió en los años ochenta, en los documentos de la crónica correspondiente, el lector interesado tendrá la oportunidad de ampliar los detalles. Al inicio de esa década, cercana a los 15 años del plantel, éste se ve paralizado por un movimiento estudiantil, mediado por sus docentes, cuyos logros son, entre otros, la elección dentro de su personal de los directores, la cobertura total, académica y administrativa de la uaEméx, y con ello, la transformación y consolidación del Plantel que hoy se tiene. Es esta época un parteaguas entre la primera y la segunda etapa del plantel, en la que, junto con la uaEméx florece cual adolescente que se convierte en joven esplendorosa que alcanza metas y llega a hacerse digna de llevar el nombre de la insigne Décima Musa “Sor Juana Inés de la Cruz”.

A partir de 1985, las personas que han ocupado el cargo de director y con ello han tenido la responsabilidad de su conducción, son ex alumnos que se han entregado a su quehacer con el corazón, independientemente de las condiciones en las que lo han hecho. No hay que olvidar que en estos 40 años el país ha pasado de un sistema de gobierno paternalista a un sistema caracterizado por la constricción del gasto social. En 1968 el movimiento estudiantil universitario dejó secuelas que se vivieron en la educación; durante los años setenta observamos en el gobierno del Lic. Luis Echeverría Álvarez una ingerencia casi nula en el quehacer universitario. Es en la década de los ochentas, cuando las condiciones económicas del país y las políticas establecidas por las instituciones mundiales de financiamiento, se produce un cambio en las relaciones estado-universidad que empieza a ser manifiesto en el gobierno de Miguel de la Madrid y se consolidó hasta nuestros días. Cambio, que según algunos autores, conlleva la disminución del gasto social dedicado a la educación bajo criterios de excelencia y eficiencia de la política neoliberal.

La estabilidad política alcanzada en los últimos 20 años se ve reflejada en los logros académicos y deportivos de sus alumnos y egresados, producto de su afán personal de superación y del de sus profesores. Es cierto, pero también no es privativo del Plantel, que no se ha alcanzado un alto nivel de eficiencia terminal, pero también lo es que en su interior se realizan, díariamente, clase a clase, esfuerzos para mejorar el rendimiento, dándole a los

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alumnos una educación integral que les permite acceder al nivel superior o desempeñarse adecuadamente en su entorno social. Hijos de docentes, son testimonio de ello.

En lo que he denominado la segunda etapa del Plantel, de 1985 a la fecha, a la par que los demás planteles de la EpuaEméx, la infraestructura y cobertura de los servicios académicos se han incrementado tanto en número como en calidad. Hemos visto cómo se ha modifica su aspecto físico con nuevas construcciones y remodelaciones, conservando y manteniendo en buen estado sus edificios y áreas verdes.

A mediados de la década de los ochenta este Plantel fue factor de impulso de la educación superior y antes de que termine esta década lo es también de la enseñanza de lenguas extranjeras, al cobijar en sus instalaciones a la comunidad de la Unidad Académica Profesional de Amecameca (uapa) y a la del cEle. Este último es la primera unidad desconcentrada de su correspondiente universitario.

Cuatro décadas cumple el plantel, de las cuales he podido presenciar ochenta por ciento, primero como alumno, después como profesor y padre, con ello he recibido la oportunidad de acceso al conocimiento y la oportunidad de compartirlo, la de participar en su transformación y consolidación. Hace 20 años que me refiero a ella como “mi preparatoria”, no en el sentido de propiedad sino en el de pertenencia a su comunidad, esto me congratula y enorgullece como universitario que soy, a la vez que me motiva a felicitar a todos los que, como yo, hemos tenido la posibilidad de acceder a ella y a mejorar mi esfuerzo diario para engrandecerla. ¡Muchas felicidades!

¿por qué “sor Juana”?M. en D. Noé Jacobo Faz Govea

Sólo el que a través de sus obras trasciende en el tiempo y en el espacio, tiene derecho al respeto y veneración que se le brinda a los inmortales, a aquellos que han bajado de su pedestal sin ninguna idolatría, y proyectan con su gloria la calidad del pensamiento y la universalidad de las ideas.

Al hablar de Sor Juana no se trata de inquirir en la historia, ni de forzar el presente hacia los valores que en su tiempo fueron fecundos y que para algunos, en la actualidad, ya no lo son. Hablar de Sor Juana nos permite hacer una reflexión para entender que las obras de la especie humana que han trascendido tienen derecho al reconocimiento, respeto y la veneración de los que, interesados en conocer, son capaces de provocar que lo aprendido sea vivo, actuante e imperecedero. Este texto nos brinda la oportunidad de comprender por qué nuestra Escuela lleva ese nombre.

Una sencilla remembranza nos traslada 1965, cuando por primera vez se crea una institución educativa de Nivel Medio Superior en la región sur oriente del Estado de México.

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Años en que imperaba la angustia, no sólo económica, sino también del saber de las letras que ofrecieran a los alumnos la oportunidad de alcanzar estudios que los convirtieran en profesionales egresando de alguna universidad o del Politécnico. Así nació nuestro Plantel, como una respuesta que la Universidad daba a la demanda urgente de padres de familia que se veían imposibilitados de brindar a sus hijos estudios que ofrecieran mejores expectativas para el futuro.

Ahora, a 45 años de su fundación, las experiencias que durante este tiempo han quedado plasmadas en su historia nos hacen revivir cada momento; desde aquella Escuela secundaria que acogió con benevolencia a la Escuela Preparatoria de Amecameca de la uaEm, en donde las primeras generaciones tuvieron la oportunidad de egresar, para enfrentarse con una nueva visión a los retos y oportunidades que la vida les ofrecía; hasta los esfuerzos permanentes que nuestra Alma Máter realiza a través de las gestiones que cada una de las administraciones del Plantel ha ejercido, para ofrecer a las nuevas generaciones espacios limpios, acogedores, pero, sobre todo, didácticos, para una mejor atención que se refleje en la participación de los docentes, en la calidad académica que los tiempos actuales exigen si queremos participar en la sociedad del conocimiento.

45 años de trabajo y satisfacciones, primero por consolidar el prestigio del Plantel, después por acrecentar lo logrado; 45 años que han permitido a la región sur-oriente del Estado de México su propio desarrollo. Ha transcurrido el tiempo, pero nuestro Plantel no ha envejecido, sino que ha adquirido madurez, fortaleza y consolidación. Desde el Lic. Alfredo Peruyero Sánchez, primer director de la Escuela, pasando por Juan Manuel Islas Ricaño, Javier Rosales Moctezuma, hasta llegar al actual director, Mtro. en Ed. Gustavo Echaniz Villamar. Han estado al frente de la institución 11 directores con un periodo intermedio durante el cual la dirección estuvo en manos de dos secretarios encargados del despacho, cada uno le ha dejado un sello distintivo en donde se ve la provocación al cambio y al desarrollo sostenido,

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cada uno con su particular forma de hacer las cosas ha renovado en todo momento la vida escolar. Este es nuestro legado, nuestras satisfacciones, nuestra historia personal.

Ahora bien, esta breve exposición de lo que fuimos y de lo que ahora somos, se enmarca con una bella imagen que transmite sabiduría, inteligencia, coraje, rebeldía, tal como en alguna ocasión lo escribió el Profr. Julián Rivera López evocando a este personaje: “Grandeza aprisionada en cuerpo de mujer”, me refiero a Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, “Hija de la Iglesia”, pues así se nombraba a una persona cuando era registrada en la pila bautismal como hija natural que recibió del poder divino de los dioses las condiciones excepcionales que fueron motivo de su gran desarrollo intelectual.

Sor Juana vivió y murió en una época en donde la cultura estaba en manos de los hombres, sobre todo de los clérigos (se dice que las primeras universidades fueron creadas para ellos), por lo tanto, la mujer quedaba, normalmente, al margen de aquello que implicara cultura. Sin embargo, su espíritu la impulsó siempre a desempeñarse con desenvoltura, elegancia, acierto y erudición en las diversas cuestiones que le propusieron, por esta razón, “los cuarenta sabios” que en su momento la cuestionaron en la corte, quedaron desconcertados y maravillados.

Ante esto, Sor Juana escribe: “Inclinéme a los estudios desde mis primeros años, con tan ardientes deseos, con tan ansiosos cuidados, que reduje a tiempo breve fatigas de mucho espacio. Conmuté el tiempo, industriosa, a lo intenso del trabajo, de modo que, en breve tiempo, era el admirable blanco de todas las atenciones; de tal modo que llegaron a venerar como infuso lo que fue adquirido lauro”. O bien, … “¿En perseguirme, mundo, qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas?”

Sor Juana no tiene edad ya que su obra es inmortal, murió en una celda del Convento de San Jerónimo, en la ciudad de México, víctima de la peste, ofreciendo su vida, acaso mártir, atendiendo a sus compañeras. Fue llamada “Fénix de México”, “Poetisa de América” y “Décima Musa”. Esta última distinción enaltece su figura, ya que al igual que los griegos, a decir de Platón, este mismo título le habían dado a Safo, y muestra cómo, a través del tiempo, su magna obra se ha significado no sólo para quien lee literatura, sino para los que reconocen en ella parte de su historia.

Sor Juana Inés de la Cruz, una poetisa primigenia que supo luchar y vencer, una feminista noble y valiente, cuya “grandeza aprisionada en un cuerpo de mujer”, se adelantó a su tiempo al luchar por la equidad de género.

El Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México, orgullosamente lleva ese nombre a partir del 15 de febrero de 1994.

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sor Juana inEs dE la cruz, prEsEncia y ausEncia

Profr. Julián Rivera LópezCronista del Plantel Sor Juana Inés de la Cruz 1994-2004 (Texto original)

A casi 357 años de su nacimiento, Sor Juana Inés de la Cruz sigue siendo faro de luz y tabla de salvación para quienes siguen sus pasos, especialmente para las mujeres que buscan su liberación individual y colectiva, su incursión por la ciencia y por el arte. Sor Juana está presente en su obra que, afortunadamente, podemos leer, analizar y comentar. Una obra que abarca la prosa y el verso, la lírica, la comedia y los autos sacramentales. Sor Juana sigue siendo una voz viva que alienta y que incita a ver la vida con realidad y fantasía, con amor y con encanto. Su manera de escribir tuvo la influencia de la lectura de los clásicos españoles, Quevedo y Góngora; de los clásicos griegos y latinos tan bien los conoció que cuando tuvo que realizar tareas domésticas en la cocina afirmó que si Aristóteles hubiera incursionado en la cocina, otra cosa hubiera sido de la Ciencia y de la Filosofía.

Sor Juana está presente con el ejemplo de una vida plena a pesar de la adversidad y de las circunstancias: hija del amor sí, pero del amor ilegítimo, de tal suerte que tuvo que ser bauti-zada como “hija de la iglesia”.

La presencia de Sor Juana en su autodidactismo le llevaba a imponerse castigos y privaciones cuando se proponía aprender alguna cosa y no lo lograba como cortarse el cabello, pues decía que no era justo tener una cabeza adornada con una hermosa cabellera pero desnuda de ideas o privarse de comer queso, su golosina preferida, porque había escuchado que comerlo volvía ignorantes a la gente.

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La presencia de Sor Juana en notable en la composición de una loa al santísimo sacramento saliendo victoriosa en el certamen organizado por el párroco de la iglesia de la Asunción y obtuvo como premio un libro.

Pidió a su madre que, mudándola de ropa, la enviara a la universidad.Y su presencia en la ciudad de México, al lado de su tía María, esposa de don Juan de

Mata, allegado a la corte del virrey Mancera, deslumbra a todos por su sabiduría. Es nombrada dama de compañía de la virreina doña Leonor María Carreño, Marquesa de Mancera y a tal grado se habla de esta jovencita provinciana que el virrey convoca a 40 sabios de la época quienes la examinan y dan fe de su conocimiento de la ciencia y las artes, adquirido con esfuerzo y sacrificio. Tan impresionado quedó el virrey que, cuando ya de regreso en España se refería a este hecho, decía que parecía un galeón real embestido por 40 chalupitas.

Su presencia en la corte le atrajo envidias e insidias, admiradores, pero también detractores, quienes hacían mofa de su condición ilegítima y satirizaban la conducta poco edificante de su madre doña Isabel que había tenido tres hijas con el militar Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca y, de otro romance con un capitán originario de Tlamanalco, llamado Diego Ruiz Lozano, otros tres hijos.

Su presencia en el convento de Santa Teresa la Antigua, a los 16 años a partir del 14 de agosto de 1667, muestra su deseo, como ella lo dice, de “vivir sola, no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio ni el rumor de comunidad que impidiese el sagrado silencio de mis libros”. Ahí, sin embargo, la dureza del reglamento y el cumplimiento de sacrificios expiatorios hicieron que enfermara al grado que tuvo que abandonar el convento para poder restablecerse. A pesar de los ruegos y las súplicas de familiares y amistades para que abandonara la idea de reingresar al convento, ella permaneció firme en su decisión.

Su presencia en el convento de San Jerónimo estuvo fechada a partir del 24 de febrero de 1669 y de ahí hasta su muerte en 1695 contagiada de una fiebre maligna. Ahí desempeñó los oficios de contadora y archivista, dirigió la puesta en escena de varias obras de teatro, tuvo que deshacerse de su biblioteca compuesta de cuatro mil libros y de muchos mapas e instrumentos musicales, por orden de un obispo, con el pretexto de que debería dedicarse más a asuntos religiosos, pero ella seguía observando y haciendo ciencia en la cocina.

Presencia y ausencia, ausencia y presencia.

Ausencia de metáforas y antítesis del más puro estilo barroco, de epítetos y pleonasmos, de hipérboles e ironías, de enumeraciones y apóstrofes, de reticencias y paradojas tan frecuentes en su obra.

Ausencia del Caracol, ese método de solfeo inventado por ella, conociendo como Pitágoras su estructura matemática y que desgraciadamente está perdido, ¿seguiría

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la estructura y la nomenclatura del italiano Guido d’ Arezzo basada en la antífona de la festividad de San Juan?

Presencia y ausencia

Presencia en el retrato al óleo realizado por el maestro Manuel Muñoz Olivares, originario de Matamoros de la Laguna, Coahuila, por encargo y regalo del Dr. Moisés Arenas Amaya, hombre altruista y luchador incansable por elevar el nivel educativo de la región Chalco-Amaquemecan.

En fin, presencia de Sor Juana, pues,el juicio de la historia ya lo dice:eres inspiradora de poesía,al fin mujer, al fin poeta, al fin arte.

Aquí se abrieron sus ojos Y se paseó tu sonrisa,aquí surgieron tus ansias de llegar al infinito.

La ciencia fue tu pasión,las letras tu adoración, la filosofía tu norma,la mística fue tu sueño.

GénEsis dE un rEtrato

Profr. Julián Rivera LópezCronista del Plantel Sor Juana Inés de la Cruz 1994-2004 (Texto original)

Actualmente el sólo hecho de pronunciar el nombre de nuestra institución nos hace evocar la figura de esa mujer excepcional que fue Sor Juana Inés de la Cruz, Décima Musa, poesía encarnada en cuerpo de mujer, Fénix de América, voz viva de México, idea fecunda, pensa-miento que traspasa las fronteras del tiempo y del espacio por su deseo de llegar al infinito.

Si bien es cierto que Juana Inés nació en el pueblo de Nepantla, también lo es que desde muy pequeña vivió en Amecameca al lado de su abuelo materno que había rentado por tres generaciones la Hacienda de Panohaya. Desde ahí recreó su mirada por nuestros montes y

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valles, aprendió a leer a los tres años en una Escuela para niñas llamada “Amiga”, acom-pañando a su hermana mayor. Se dedicó a leer los libros de los autores clásicos griegos y latinos así como a los representantes del Barroco español: Góngora y Quevedo que su abuelo había traído de España.

Ella misma se imponía castigos cuando no lograba aprender en el tiempo fijado lo que se había propuesto. Con motivo de una festividad del Corpus Christi, organizada por el párroco de la Asunción, participó con una loa al Santísimo Sacramento y ganó el concurso, su premio fue un libro, tesoro incalculable para su sed de saber.

Fue durante su estancia en la Hacienda de Panohaya que le pidió a su madre que, cambiándole de ropa, la enviara a la Univer-sidad, en esa época exclusiva para varones. Qué valor, qué decisión, qué ansias de saber.

Desgraciadamente esto no fue posible, pero sí logró algo que su madre la enviara a la ciudad de México con unos parientes que la introdujeron a la corte de los virreyes de Mancera y fue nombrada dama de compañía de la virreina.

Su estancia ahí despertó la envidia de los cortesanos por sus conocimientos que decían que no podían ser sino obra del diablo; entonces el Virrey convocó a los 40 sabios más gran-des de aquella época en México para que la examinaran sobre diferentes temas que aprobó y salió tan bien librada que parecía un galeón embestido por 40 chalupas.

Esa vida de envidias y de insidias la hizo tomar la decisión de ingresar al convento de San José, con las Carmelitas descalzas de reglas muy rígidas, enfermó y tuvo que salir para convalecer, posteriormente ingresó al convento de San Jerónimo donde realizó sus votos. Ahí, como todas sus hermanas, cumplió con tareas muy humildes como barrer, trapear y quehaceres de la cocina, hasta actividades de gran responsabilidad como ser archivista y ecónoma. También estuvo encargada de llevar las cuentas de la orden, escribir y dirigir obras de teatro y musicales. Sin embargo, tuvo tiempo para leer y escribir poemas, algunos de ellos por encargo de sus antiguas amistades.

Aprendió latín en 20 lecciones: Filosofía, Teología, Matemáticas y algunas otras ciencias experimentales. Cuando ella criticó un sermón que el padre Vieyra hizo para probar cuál de las finezas de Cristo era mayor, recibió una carta del obispo de Puebla quien firmó con el pseudónimo de Sor Filotea de la Cruz. Sor Juana escribió la respuesta a esta carta, conocida como Respuesta a Sor Filotea de la Cruz. Después de esto tuvo que deshacerse de su biblio-teca y dedicarse a quehaceres propios de la cocina, pero aún ahí seguía estudiando de tal ma-nera que afirmaba que si Aristóteles se hubiera acercado a cocinar, otras cosas nos hubiera enseñado. Su muerte vino por contagio cuando una peste asoló al convento.

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El día 15 de febrero de 1994 el H. Con-sejo Universitario, en sesión ordinaria, a iniciativa del Consejo de Gobierno de la Es-cuela Preparatoria de Amecameca, aprobó la propuesta para que ésta recibiera el nombre de Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”. Este hecho no es fortuito sino coincidente ya que el primer edificio en donde esta Escuela ini-ció sus actividades también se llama: Escuela Secundaria “Sor Juana Inés de la Cruz”.

Para honrar a Sor Juana, la institución le dedicó un espacio conocido como el Ágora de Sor Juana Inés de la Cruz en donde una estatua de bronce, réplica de otra de mayor tamaño y volumen que se encuentra en el in-terior del Edificio Central de nuestra univer-sidad, erigida con motivo del tricentenario de su natalicio, recibe a los alumnos, muy cerca de la mora que crece frondosa, retoño de la famosa mora del edificio original de la uaEm.

Las autoridades universitarias, también con ese fin, hicieron depositaria a nuestra insti-tución de una sanguina con el retrato de Sor Juana del pintor Manuel Anguiano y una pintura del artista mexiquense Leopoldo Flores. La memoria de Sor Juana ha sido honrada con la presencia de verdaderos sorjuanistas de la talla del Dr. Tarcisio Herrera Zapién, académico de la lengua quien dictó varias conferencias sobre la vida y obra de Sor Juana e incluso sos-tuvo una polémica con nuestro Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, publicada y dada a conocer por la revista Proceso, pues resulta que del libro titulado, Las Trampas de la Fé, la argentina María Luisa Bemberg sacó el guión para su película Yo la peor de todas en la que interpreta e insinúa actitudes y conductas poco edificantes de nuestra ilustre poetisa. Marina Isolda y el Dr. Carlos Elizondo, Alfonso Sánchez Arteche y otros han participado para exaltar la memoria, entre nosotros, de la Décima Musa.

Otro hecho que tiene la intención de poner a disposición de todos los integrantes de esta institución fue crear el Museo de Sor Juana donde se localice bibliografía especializada, se investigue, se creen y se recreen obras que enaltezcan su memoria. Actualmente contiene copias y fotografías de varios retratos de Sor Juana. Durante la presentación e inauguración de este espacio estuvo presente, entre otros, el Dr. Moisés Arenas Amaya, hombre altruista, luchador incansable por elevar el nivel educativo de los jóvenes de la región Chalco-Ame-cameca quien, entusiasmado y motivado por este espacio, prometió donar a la institución un retrato al óleo de la ilustre poetisa. Hace algunos días nos anunció que el retrato ya estaba,

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el autor es el maestro Manuel Muñoz Olivares. Luego nos envió un libro que nos muestra la obra del autor, titulado M. Muñoz Olivares, técnica y experiencia, con una introducción del que fuera cronista de la ciudad de México, Salvador Novo, una semblanza hecha por el fran-cés Jean Claude du Barry, un reconocimiento de Carlos Araujo González de Torreón, Coahui-la, un reconocimiento de Antonio Castro Leal Jr., con traducción al inglés y al francés.

¡Vaya!, un gran retratista mexicano nacido en Matamoros de la Laguna, Coahuila, el 23 de diciembre de 1925 quien, a partir de 1950 expuso en Estados Unidos; en 1962 vino a residir a México, dio clases en el inba, trabajó en el Departamento de Restauración y Conservación de Obras de Arte, más tarde impartió clases de artes plásticas, realizó los retratos de Cuauhtémoc, Hernán Cortés, El Quijote, Benito Juárez, Luis Pasteur, Abraham Lincoln, John y Jacqueline Kennedy, los reyes de España, etc. En 1970 fue becado para realizar estudios sobre restauración de las pinturas y otras técnicas del arte pictórico en la Universidad Nacional de París. En Europa recorre Italia, España, Francia, Alemania, Siria, Israel, Inglaterra haciendo trabajos de reconocido valor pictórico. En México pinta lugares, paisajes y personas del “México que se nos va”. En fin, un gran retratista pinta un cuadro al óleo de Sor Juana Inés de la Cruz que, gracias al Dr. Arenas Amaya, permanecerá en nuestra Institución.

EVOCACIONESProfr. José Adrián Plata TenorioEx alumno de la primera generación 1965-1968(Texto original)

Yo quería seguir estudiando después de que concluyera los estudios de la secundaria, pensé que como estaban las cosas me iba ir a estudiar a Guadalajara ya que podía quedarme en la casa de mi tío, eso para mí era lo más fácil y sobre todo era una ciudad más grande y podía estar a gusto y estudiar, pero supe de la posibilidad de que se creara una Escuela Preparatoria en Amecameca por “Paquito ” (Sr. Francisco Rodríguez Ortega) con quien yo trabajaba.

En la secundaria empezó a fortalecerse la idea con algunos padres de familia, ya que había un grupo de personas interesadas en crear una preparatoria que permitiera una continuación de estudios y sus hijos no se fueran a seguir estudiando a Toluca (la verdad es que eran muy pocos los que seguían estudiando y no iban a la ciudad de Toluca, sino a la unam en la ciudad de México). Por esta razón empezaron a recabar información sobre quien deseaba seguir estudiando si se hacía una Preparatoria.

Si me preguntaran por qué me quedé en Amecameca, la respuesta es muy sencilla, la relación con los amigos de la secundaria fue lo más importante, ahí estaban Federico Figueroa, Carlos Neria, Roberto Galicia, incluso nos reunimos para ir a Toluca a presentar el examen de admisión y nos quedamos en la casa de un familiar de Federico.

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El examen de admisión lo presentamos como unos 20, a las mujeres que fueron las llevaban sus papás y las regresaban; a nosotros nos llevó Armando Negrete en su taxi. Como éramos bien “despapayosos” nosotros nos quedábamos, éramos jóvenes que no conocíamos la gran capital del Estado, nos sentíamos libres, todo esto en el tiempo que duraron los trámites, que fue una semana.

Aquí empieza una tradición muy bonita que con el tiempo no se controló y degeneró en violencia por lo que se tuvo que quitar. Digo que es bonita, porque a los varones que acudimos al examen nos pelaron y nos llevaron a pasear a cien metros del edificio de la Preparatoria Uno (un edificio enorme) en lo que se conoce como el águila (una estatua de un águila monumental) y nos bañaron en una fuente como novatada. Nos sentimos contentos porque ya pertenecíamos a la Universidad. Así se inicia la tradición ya que a las próximas generaciones nos encargamos de “novatearlos”.

Las clases se iniciaron en la Secundaria “Sor Juana Inés de la Cruz” en el municipio de Amecameca, pero se cuenta que se hicieron intentos por llevársela para Chalco.

La mejor impresión del primer día de clases fue que la mayoría éramos de la secundaria y nos dio gusto ver como poco apoco se fueron incorporando al grupo compañeros que ya conocíamos por lo que estábamos identificados.

El grupo se formó con 48 alumnos de varios lugares de la región, desde Chalco, Miraflores, Tlalmanalco, San Rafael, hasta Tecalco y Ozumba. En poco tiempo nos integramos y jugábamos futbol, nos identificábamos por municipios; los calludos eran los de Chalco, los de Tlalmanalco, los de San Rafael, de Ozumba no eran muchos.

El Plan de Estudios era de tres años pero el último año era por especialidades, seguramente también era técnico, ya que a los varones nos daban clases de electricidad y a las mujeres de economía doméstica.

Nuestro primer profesor fue Benjamín Hernández Castro, ya jubilado, que durante muchos años siempre sostuvo ser el decano de la Escuela. El Profr. Juan Manuel Islas Ricaño es uno de los que más recuerdo porque dejaron una grata impresión en el primer año de estudios, él nos impartió Matemáticas, también recuerdo porque era muy dura, a la profesora Antonieta que daba Historia, le decíamos “la Tlahuica” porque venía del Estado de Morelos; la profesora que daba cocina creo que se llamaba Amparo Medina de Santos, al Profr. Juan José Oñate que nos daba Inglés, posteriormente a la Profra. Irene García Torres que impartía Química; al Profr. Elías Ramos Quiroz en Biología; o bien a Guillermo Ramírez Zamora que nos impartía Literatura; Julián Rivera López llegó ya cuando estábamos en tercero, recuerdo que le gustaba el teatro y de inmediato que nos organiza y monta una obra, creo que se llamaba Rosario y los llaveros de Emilio Carballido.

Una cosa sí era determinante, el grupo era muy unido, y por tanto bastante solidario, éramos el terror, pero un terror sano, yo estuve muy cerca de un profesor de quien aprendí muchas cosas, fue Juan Manuel, él nos ayudaba, a lograr objetivos, en una ocasión no habíamos sacado buenas calificaciones, y en tiempo extra nos daba clases. Todos éramos un

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equipo y así actuaba todo el grupo, si nos van a amolar, a todos, si nos van a ayudar a todos, de esas cosas había.

En el sexto semestre, al distribuirse a los alumnos por especialidades, faltaron aulas en la secundaria y ocupamos algunas aulas de la Primaria “Antonio Caso”

En relación con la administración financiera de la Escuela, algunos han comentado que ésta se sostenía con kermesses y con la venta de tacos y pozole, esto es parcialmente cierto. Lo real es que sí se hicieron algunas actividades y los padres de familia participaban igual que nosotros en forma solidaria, ya que en ocasiones faltaba dinero para pagarle a los profesores porque el pago de la colegiatura no alcanzaba para cubrir la nómina o no se pagaba puntualmente, pero no fue siempre, aún cuando se dice que llegó a deberse el sueldo de seis meses en algunos casos. El Patronato pro-sostenimiento, cuyo tesorero era Don Daniel Constantino, consiguió ante la presidencia municipal que cobráramos el estacionamiento de los automóviles en el jardín principal, entonces se cobraba un peso; también se hizo una campaña en la comunidad denominada “el peso ciudadano” pero no funcionó. Al principio el municipio daba una aportación económica pero era muy baja, por lo que se recurrió a comerciantes y profesionistas del municipio quienes aportaban una cantidad mensual como si estuvieran pagando una colegiatura sin tener hijos en la Escuela. Dentro de ellos recuerdo al Dr. Moisés Arenas Amaya, Paco Pla, don Telesfóro Fernández, a don Sancho Arango, el Dr. Díaz Gutiérrez, don Francisco Rodríguez Ortega, y varios más que no recuerdo, se escapan de mi memoria, pero había gente de toda la región.

Los primeros dos años fueron más o menos así, porque cuando el Profr. Juan Manuel islas Ricaño se hace cargo de la dirección, dijo que ya no quería depender del dinero que se obtenía por aportaciones fuera de la Escuela, ya que la Institución debía ser autofinanciable, y que a partir de ese momento la nómina se tenía que cubrir con las aportaciones de las colegiaturas. Por tanto, poco a poco se fue dependiendo menos del apoyo externo y en consecuencia el Patronato pro-sostenimiento dejó de realizar esas funciones.

Bueno, ese es el origen de nuestra Escuela, gracias a ella logramos ingresar a estudios superiores, no nos tocó inaugurar el edificio, pero igual estuvimos presentes en la ceremonia. Nuestro grupo sigue igual, mantenemos comunicación y sabemos de todos, aún cuando cada uno tiene espacios diferentes. Sabemos más de nuestras alegrías que de desdichas, las primeras cuando hay oportunidad las compartimos, en las segundas sabemos consolarnos.

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“El autobús Escolar y yo ”

Armando Hernández HernándezTrabajador jubilado del Plantel (Entrevista)

Sin duda un personaje muy importante en la historia del Plantel ha sido el Sr. Armando Hernández Hernández, quien brindó sus servicios a nuestra Escuela por un lapso de 29 años. Con plena energía, pero menguado por enfermedades, decidió un día pensionarse a través del Instituto de Seguridad Social del Gobierno del Estado, con el que está vinculada nuestra Universidad. Veintinueve años de trabajo intenso, lo mismo como chofer del autobús escolar que en el área de mantenimiento, sirviendo a todos los alumnos, o en su caso como conductor de la camioneta que permitía a la dirección del Plantel ponerse en contacto con las oficinas administrativas centrales en la ciudad de Toluca.

Siempre atento, llegó a ser dos veces delegado sindical representando a los trabajadores manuales y a las trabajadoras del área administrativa, las labores sindicales se reflejaban en la realización de actividades de gestión y de apoyo a sus compañeros sindicalizados.

Esta entrevista va encaminada a escudriñar en los recuerdos siempre presentes, de una buena plática, algunos aspectos que por su importancia han quedado grabados en su memoria, y que seguramente nos llevarán de la mano por pasajes de la historia de la Escuela.

NJFG.- Armando (así se le menciona con aprecio y respeto), ¿Cómo es que llegaste a trabajar a nuestra Escuela?

Armando.- Fue a través de dos profesores, Adrián e Irene, quienes me informaron que se necesitaba un chofer.

NJFG.- ¿Un chofer? Armando.- Sí, porque acababan de adquirir un autobús escolar.NJFG.- ¿Quién era el director de la Escuela?Armando.- El director de la Escuela era el Profr. Juan Manuel Islas Ricaño, quien, cuando me

lo presentaron, preguntó: “Señor ¿usted podrá manejar el autobús?” Yo contesté “sí”, porque tenía más de 10 años de experiencia manejando autobuses urbanos y las grúas de don Paquito.

NJFG.- Armando Hernández Hernández, ex trabajador de nuestra Escuela, si bien tú llegaste por necesidad de encontrar a alguien que pudiera conducir el autobús escolar, ¿Conociste la forma cómo esta unidad móvil fue otorgada a la Escuela?

Armando.- Sí. NJFG.- ¿Puedes comentar lo que conoces? Armando.- Al principio sólo me contrataban cuando se programaba un viaje a la ciudad

de México o rumbo al Estado de Morelos. Poco a poco me fui adentrando en la vida de la Escuela, sobre todo desde el principio hice buenas relaciones con los alumnos que gestionaron la donación, era un grupo de alumnos muy inquietos, y dentro de ellos recuerdo

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a Marco Aurelio a quien le decían “El estrella”, a Jorge Ramos Pliego, el famoso “Tigre” (ya fallecido), a Carlos Carballar Tamariz, a dos profesores de primaria que estudiaban en la Escuela, uno se llamaba Clemente y el otro Joaquín. Siempre andaban juntos.

NJFG.- ¿Cómo fue que le donaron el autobús a la Escuela?Armando.- Fue mediante una solicitud que se hizo al gobernador del Estado, Profr.

Carlos Hank González, a quien entrevistaron en el municipio de Ayapango, los alumnos Carlos Carballar Tamaríz, Jorge Ramos Pliego y los profesores Clemente Sánchez Aguilar y Joaquín Sánchez Sánchez, que trabajaban en la Escuela primaria de San Rafael. Precisamente en una gira de trabajo que éste realizaba. Se cuenta también que por medio de otros alumnos se consiguió una cita con el presidente de la República, Lic. Luis Echeverría Álvarez, quien estaba en disposición de otorgar un autobús a la Escuela, pero no acudieron a la cita que se tenía, se dejó pasar el tiempo y ya no se hizo nada por obtenerlo. Yo tuve frente a mí el oficio en donde a Leopoldo Amador García no sólo se concedía la cita sino también se les pedía a los muchachos el tipo de autobús que necesitaban.

NJFG.- ¿A dónde se fue en el primer viaje que realizó el autobús escolar?Armando.- El primer viaje que se realizó fue a Acapulco, duró una semana y los pasajeros

fueron precisamente todos los que andaban festejando la obtención del autobús, después de este festejo la administración de las salidas a viajes de estudio o de paseo le correspondió a la dirección de la Escuela.

NJFG.- ¿Durante cuánto tiempo estuvo a tu cuidado el autobús escolar? Armando.- El autobús escolar estuvo bajo mi cuidado cerca de 25 años, y fue hasta la

administración del Ing. Gerardo Juárez Constantino que se le dio su primer ajuste, ya que se compró media máquina. Con el Profr. Rubén Luna Caballero estuvo el camión mucho tiempo en el taller y en su administración, Lic. Noé Jacobo Faz Govea, poco uso se le dio al autobús. Posteriormente, en la administración de la Dra. Ma. de los Ángeles Maya, se le hizo medio ajuste. Hasta ahí he llevado el seguimiento.

NJFG.- ¿Nos puedes compartir alguna anécdota en relación con el autobús escolar? Armando.- Lo más bonito es que el autobús escolar no sólo ha brindado servicio a los

alumnos de la Escuela, sino también ha sido utilizado a petición de la administración central de la Universidad, trasladándonos a Guanajuato, Chilpancingo, Gro., Querétaro, Hidalgo, Veracruz, y quizás un viaje que en mí guarda especiales recuerdos por los viajeros que trasladamos fue el que realizamos a Tamaulipas, cuando llevamos al equipo infantil de fútbol americano los Potritos. También pudimos realizar muchas actividades: serenatas y concursos con la estudiantina y con la rondalla, otros de satisfacción o tristeza, la mayoría de las veces, la primera, con los deportistas y grupos de animación que siempre obtuvieron muy buenos lugares en las actividades deportivas representando a nuestro Plantel. Esto nos brinda muchas anécdotas, encuentros y reencuentros de los alumnos, salidas de paseo o de estudio a varios estados de la República. Incluso el autobús acompañó a profesores y alumnos en sepelios, todo esto forma su historia.

NJFG.- Gracias Armando, muchas gracias.

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sin contar la historia, datos para la historia dEl plantEl sor Juana inés dE la cruz

M. en Ed. de la Quím. Gustavo Guzmán González

Al mencionar los hechos más sobresalientes, que de muchas formas resaltan la figura del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México, no hemos de olvidar que al tratar de señalar lo importante, la memoria es selectiva y se aferra a la subjetividad, sobre todo a aquello que más impactó ha causado en la vida institucional, sea porque deja recuerdos gra-tos producto de experiencias que motivan a seguir hacia delante, o aquellos que por ser ingratos causan dolor, pero que de igual modo sirven de experiencia y forman parte del bagaje que contiene el impulso para alcanzar el éxito. Hasta ahora sólo vagos intentos se han realizado para construir la memoria del

Plantel y esto implica un riesgo al puntualizar lo que ha pasado durante 42 años, sin embargo, son años vividos y se relatan según testimonios de los que los recuerdan.

El Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” nace el 15 de febrero de 1965, fecha en que inició sus labores, oficializándose su nacimiento mediante acuerdo emitido por el H. Consejo Universitario a propuesta del entonces rector, Lic. Jorge Hernández García, el día 12 de febrero del mismo año. Este Plantel es conocido desde ese tiempo como Preparatoria de Amecameca por estar situado en la cabecera municipal del mismo nombre.

Al cumplir 45 de existencia, han estado al frente de la dirección del Plantel 11 directores y en dos ocasiones este cargo quedó en manos de secretarios Encargados del Despacho.

Su configuración física se inicia en el año de 1969, cuando se inaugura el edificio principal siendo rector de la Universidad el Lic. Jorge Hernández García y gobernador del Estado el Lic. Juan Fernàndez Albarrán, este edificio estuvo integrado por 12 aulas para clases, auditorio, laboratorios de Química, Física y Taller de Dibujo; la primera ampliación en lo que ahora se denomina edificio “C” se realizó bajo el rectorado del Lic. Carlos Mercado Tovar conformada ésta por ocho aulas que en este momento están distribuidas de la siguiente forma: cuatro para impartir clases, una sala de uso audiovisual, sala de taller de dibujo, un laboratorio de inglés y área administrativa. Para

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1995 se inaugura el edificio “D” que estaba compuesto por el laboratorio de Biología y la Biblioteca Escolar, inauguración que correspondió al L.A.E. Jorge Guadarrama López, rector de la Universidad. La remodelación integral del Plantel, que incluye todo el edificio, auditorio, jardines, develación de la estatua a Sor Juana, instalaciones deportivas, sala de usos múltiples y la entrada principal, correspondió al Rector, M. en D. Marco Antonio Morales Gómez. El edificio “E” fue construido en la administración del rector Uriel Galicia Hernández, y en éste se albergan actualmente a los alumnos del cEle, áreas de computación, asesorías y cubículos para profesores de tiempo completo. Durante el rectorado del Doctor en Q. Rafael López Castañares se realizaron modificaciones que, atendiendo a los requerimientos de una institución de calidad, como ahora se presenta, le dan funcionalidad al edificio en beneficio de los alumnos del Plantel. Debe hacerse notar que cada una de las administraciones universitarias han velado por ofrecer las mejores condiciones para nuestros alumnos.

En el aspecto académico, en 1965 nuestro Plantel inició sus actividades con un Plan de Estudios de acreditación anual, correspondiendo al último año escolar un tronco propedéutico por áreas especializadas que incluían Ciencias Físico-Matemáticas, Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales, Ciencias Económico Administrativas y Humanidades Clásicas. En este proceso de desarrollo académico, salvo el sistema de bloques, nuestro Plantel ha participado de las reformas curriculares implementadas por la Coordinación de la Escuela Preparatoria. En 1970 se inicia el Plan de Estudios que deja atrás el sistema de acreditación anual y se convierte en semestres, siguiendo con el mismo esquema, sólo se hacen pequeños ajustes en algunas asignaturas. En 1982 la reforma educativa impone un Plan de Estudios que comprende seis semestres, en donde el sexto se denominaba de especialidad o propedéutico, en éste, Humanidades Clásicas se incorporaba a Ciencias Sociales, y aparecía el bachillerato de Ciencias Químico Agropecuarias. Para 1991 se aprueba el curriculum que desaparece el bachillerato propedéutico o “bachillerato de especialidad” y ofrece el Bachillerato Único, mismo que en 2003 surge con un nuevo concepto adecuándose a las necesidades educativas de esta época.

Nuestros alumnos, en el aspecto académico dentro y fuera del Plantel, se han destacado poniendo muy en alto el nombre de su Escuela. La participación en concursos interpreparatorianos, en olimpiadas del conocimiento, en el nivel estatal y nacional, o en actividades deportivas dentro de un proceso de formación integral, nos han permitido observar el trabajo realizado, lo que es una motivación para continuar y mejorar nuestros procedimientos y estrategias en los procesos de la enseñanza y el aprendizaje.

En relación con los estudiantes, debe señalarse que, aún cuando en 1968 nuestro Plantel, entonces Escuela Preparatoria de Amecameca, pertenecía a la Federación de Estudiantes Universitarios (fEu) con sede en Toluca y que contaba con una sociedad de alumnos, no se participó en el movimiento estudiantil que ese año costó muchas vidas en la ciudad de México.

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Fue a través de la sociedad de alumnos cuando se dio el primer movimiento estudiantil que con gran impacto llevó al Plantel a la suspensión de labores en 1980. Este acontecimiento de hecho vino a fortalecer el espíritu universitario y a crear conciencia de que después de 15 años se estaba a punto de alcanzar la mayoría de edad, ya que, si bien la Preparatoria de Amecameca surge sólo con el reconocimiento oficial que le otorgaba la Universidad pues el financiamiento económico correspondía a los alumnos y comités creados para este efecto, fue en este periodo administrativo cuando el rector Carlos Merado Tovar, con aprobación del H. Consejo Universitario, asume en forma total la responsabilidad que implica el reconocimiento pleno del Plantel y por primera vez se comienza a pagar a los profesores con cheques emitidos por la autoridad universitaria.

A través de los tiempos, los profesores han constituido un claustro que se transforma. Por nuestras aulas han transitado profesores con un compromiso de trabajo excepcional, cabe mencionar al Dr. en C. Abedís Asnavurián Apajiain quien, después de colaborar en nuestro Plantel durante varios años, llegó a ser rector en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Esto es sólo una muestra, ya que el personal que actualmente labora se está permanentemente actualizando y estudiando para alcanzar grados superiores en su formación académica.

En 1978, al crearse el Sindicato Único del Personal Académico (supauaEm), el Plantel acepta participar en actividades de la política universitaria, nombrando como secretario General de la delegación que correspondía a la Escuela Preparatoria de Amecameca al Profr. Regino Amaro Sigüenza. Este sindicato provocó una gran división entre los profesores de tal forma que al fundarse la Federación de Asociaciones Autónomas del Personal Académico (faapauaEm), el Plantel quedó dividido, siendo fundadores de la faapauaEm en nuestro

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Plantel, los profesores Arturo Peruyero Sánchez y Jorge Islas Ricaño. Fueron momentos de integración a la vida universitaria, un parteaguas que motivó a alumnos, profesores y trabajadores a sentirse como uno solo y parte de la Universidad, un proceso en donde a través de la metamorfosis, el gusano de seda se ha transformado, ahora despliega sus alas y con una nueva visión, libremente, ve hacia el futuro.

Así se llega al 28 de enero de 1994, cuando en sesión del H. Consejo Universitario se otorga el beneplácito para que la Escuela Preparatoria de Amecameca después de 29 años, llevara el nombre de “Plantel Sor Juana Inés de la Cruz”. Esto permitió que en 1995, al rememorar 300 años de la muerte de tan insigne poetisa, nuestro Plantel fuera partícipe de los actos que con este fin fueron programados por la Universidad y por el gobierno el Estado de México.

En este momento, gracias al trabajo y al empeño del personal y a los apoyos recibidos a lo largo de cuatro décadas, el Plantel se sostiene como la primera institución en eficiencia en la formación de alumnos del Nivel Medio Superior. Esta revisión del pasado debe servirnos para refrendar nuestro compromiso institucional y prepararnos para nuevos desafíos y retos en la sociedad del conocimiento.

En rEcuErdo

Un recuerdo cariñoso a los fundadores que ya se han ido.

No es fácil escribir sobre los que ya se han ido, se puede pecar de omisiones y, entonces, hechos relevantes quedarán como aconteci-mientos que posiblemente para otros eran significativos. Por esta razón me comprome-to a acercarme a la verdad, a mi verdad, a todo aquello que a mí me consta porque lo he vivido, o porque me he acercado a fuentes que no pueden estar equivocadas.

En este escrito debe destacarse que la extensión del relato de ninguna manera ex-presa la importancia del personaje sobre el que se escribe, muchas veces, con muy pocas letras, se dimensiona la figura de quien se re-cuerda con cariño.

Por otra parte, estas páginas están dedi-cadas a todos aquellos que participaron en la

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fundación de la Escuela y que ya no están con nosotros. Profesores, trabajadores, fuerzas vivas, a todos los que ya cumplieron su misión en la Tierra y ahora ocupan otro espacio en el mundo de los muertos, o bien, a quienes dejaron sus experiencias y fuerza de trabajo en el Plantel, y que ahora ya no están con nosotros, porque gozan de una merecida jubilación que les permite dedicarse a otras actividades, sea en el ámbito familiar o transmitiendo sus experiencias a nuevas generaciones pero ya no frente a un grupo de alumnos.

A ellos, nuestro reconocimiento imperecedero.

M. en D. Noé Jacobo Faz Govea

Lic. Arturo Peruyero Sánchez + (1929-1982)

Quienes recuerden a Arturo –maestro Arturo para quienes fuimos sus alumnos–, siempre lo tendremos en nuestra mente como una persona carismática, que lo mismo impartió Historia que Derecho, atendiendo a su formación en la Facultad de Jurisprudencia en la Universidad Nacional Autónoma de México. De él se pueden contar una gran cantidad de anécdotas ya que siempre estuvo muy cerca de sus alumnos. Bonachón, afable, siempre con una palabra de aliento para los que estuvimos cerca de él. Por su manera muy suave al trato social siem-pre tuvo muchos amigos, fue secretario de la Escuela al ser director el Profr Juan Manuel Islas Ricaño y posteriormente ocupó el cargo de director. Su biógrafo, el Lic. Alfredo Peru-yero Sánchez, nos narra en pocas líneas, consideraciones muy significativas de su vida, y de esta forma nos acercamos a ella.

Arturo Peruyero Sánchez, dice, nació en Papantla, Veracruz, hace 76 años. Desde niño fue muy afecto a la monta de caballos y llegó a ser considerado entre los jóvenes de aquella época como el mejor charro de la región. Algunos decían que nunca fallaba una mangana. Siempre alternó sus estudios de secundaria con los paseos a caballo por las calles del pueblo y en diarias visitas al rancho de su padre, quien siempre quiso que fuera médico veterinario, dada su afición por los animales.

Sin embargo, al terminar sus estudios de secundaria y trasladarse a la ciudad de México, donde estudio la preparatoria y la licenciatura, sólo cursó los estudios de veterinaria un año y medio. Le llamó más poderosamente la atención la carrera de Derecho y decidió cursarla en la Facultad de Jurisprudencia de la unam.

Desde sus primeros años de estudiante de Derecho ejerció la profesión de abogado como colaborador de grandes despachos, por ejemplo, el del Lic. Octavio Medellín Ostos, donde conoció entre otros al Lic. Enedino R. Macedo quien fue desde entonces su gran amigo. También conoció en otros despachos al famoso Lic. Castillejos por quien guardó siempre un gran respeto y admiración.

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Decidió incorporarse al equipo de trabajo de la Escuela Preparatoria de Amecameca desde su fundación en 1965, y empezó a dar clases de Historia y algunas otras materias afines a su especialidad. Diez años después fue también director de la Escuela, el cuarto de ellos, para ser más precisos, ya que los tres anteriores a él habían sido los profesores: Alfredo Peruyero Sánchez, Juan Manuel Islas Ricaño y Javier Rosales Moctezuma.

Ya como director de la Escuela siguió preparándose para la docencia y cursó en la Facultad de Filosofía y Letras, de la uaEm, en Toluca, Méx., el diplomado en Formación Docente. Estos estudios le permitieron ser un mejor maestro.

Durante su dirección hizo grandes amigos en Amecameca, quienes lo animaron a incursionar en la política, una vieja ilusión tenía desde estudiante de preparatoria, donde siempre fue parte de la sociedad de alumnos como un líder inquieto y capaz, al lado, entre otros, de políticos que después destacaron como legisladores; caso concreto el del guerrerense Píndaro Urióstegui, quien fue varias veces diputado federal.

En distintas ocasiones intentó ser un representante popular, a lo cual tenía pleno derecho por tener ya su residencia en Amecameca y se había integrado a la vida social de la ciudad. Primero quiso ser presidente municipal y después diputado local por ese distrito, pero los intereses creados de unos cuantos políticos de la ciudad que tenían relaciones en Toluca se lo impidieron. La gran mayoría sintió que habían perdido la oportunidad de tener un gran representante popular, dados los planes que él tenía para la ciudad de Amecameca y la región, y porque además habría contado con el apoyo del gobernador Dr. Jorge Jiménez Cantú, de quien era amigo desde sus años de adolescente, ya que había sido miembro del Pentatlón Deportivo Militar Universitario que el doctor había fundado y a quien saludaba frecuentemente en sus visitas a la ciudad de Toluca como miembro del H. Consejo Universitario, pero al que nunca le quiso pedir apoyo, por lo que políticos menores le pudieron cerrar el paso cada vez que lo intentó.

Al terminar su gestión como director fue nombrado por la Universidad Autónoma del Estado de México supervisor de zona escolar de aquella región, y por parte del gobierno del Estado, asesor de la Dirección de gobernación; sin embargo, los constantes recorridos que hacía minaron su salud. Nunca se ha sabido a ciencia cierta si esta situación o su desesperanza por no alcanzar sus objetivos políticos causaron su prematura muerte a los 53 años de edad, durante un viaje que hizo con su familia a la ciudad de Cuernavaca, Morelos, un fin de semana. También es cierto que desde una práctica militar en el Pentatlón, el Lic. Peruyero había quedado lesionado de su víscera cardiaca, en su adolescencia. Su muerte fue una pérdida muy sentida para la gente que lo quiso mucho en Amecameca y lo acompañó en su última morada, en la ciudad de México. Allí estuvieron los dos hijos que tuvo, Hugo Pedro y Beatriz, quienes recibieron las condolencias de los amigos.

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Profra. Irene García Torres + (¿ – 1985)

Sin duda una maestra muy querida no sólo por quienes fuimos sus alumnos y compañeros de trabajo en la “Prepa”, ya que desde varios años antes trabajaba para la Secundaria, en el mismo edificio en donde inició sus actividades la Preparatoria. En esa época tuvo una gran amistad con Pilar y Marina, dos profesoras con las que siempre se le identificaba porque andaban juntas. Maestra fundadora, se incorpora en el segundo año ofreciendo la materia de Química, sus viejos apuntes “ya amarillos” de Química en una pequeña carpeta de tres aros la identificaban, sin dejar de anotar que sólo servían de guía al programa ya que siempre tenía actualizados sus conocimientos cuando los llevaba a la práctica. Quizás la consideramos como la maestra más estricta y exigente de nuestra generación, con ella no pasaba el que no sabía, no se podía faltar a clase, pero siempre tuvo un trato amable, sin dejar de ser rígida en cuanto a lo que ella consideraba su responsabilidad en la formación de un alumno preparatoriano.

Ella estudió la carrera de Química en el Instituto Politécnico Nacional y ya como profesora en la Universidad siguió preparándose para la docencia, cursando en la Facultad de Filosofía y Letras, de la uaEm, en Toluca, México, el Diplomado en Formación Docente. Sin duda su deseo de superación manifiesto le permitió actualizarse permanentemente y así ofrecer un mejor servicio a sus alumnos.

Fue muy inquieta en la política interna universitaria; social, en las actividades que se organizaban con los alumnos y sus compañeros maestros. Era muy difícil verla con mal humor, siempre fue risueña y colaboradora. La característica que siempre la distinguió fue que se entregaba a su Escuela Preparatoria. Estas distinciones que la enaltecían permitieron que fuera secretaria del ahora Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” durante la administración del Lic. Arturo Peruyero Sánchez, y miembro de los H. H. consejos de Gobierno y Académico en donde provocaba fuertes polémicas.

En las actividades políticas universitarias participó activamente en el conflicto que provocó la renuncia del Profr. Regino Amaro Sigüenza. Siempre fiel, luchó sin claudicar por sus ideales, su propio carácter recio así se lo exigía.

Murió hace 22 años, su último evento universitario le permitió asistir a la ceremonia en que se conmemoraba la fundación de la Escuela. Al concluir ésta, le solicitó al Profr. Adrián Plata Tenorio que la llevara a su casa porque se sentía muy mal, padecía de una enfermedad que la tuvo postrada durante mucho tiempo. Así, una mujer madura y fuerte, amiga como la mejor, preocupada, académica, capaz de vencer los infortunios de su vida, que todos los que estuvimos cerca conocimos, y que sólo ella supo qué tanto luchó para sobreponerse y ser quien era; fue vencida por una enfermedad. Esto fue lo único que la pudo arrancar de este mundo. Y como dice el dicho: genio y figura hasta la sepultura, ella siempre manifestó que cuando muriera quería que la velaran en la sala de maestros y que su féretro fuera colocado

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en la mesa donde hacíamos reuniones de profesores y de los H.H. consejos a los que ella había pertenecido. No se le cumplió todo el gusto, pero eso sí, el cortejo fúnebre en su recorrido final al lugar en donde iban a ser depositados sus restos, hizo un alto en la Escuela Preparatoria de Amecameca, y en esa mesa, que todavía se conserva en la sala de maestros, se colocó el féretro y se le rindió una guardia de honor. Ese día la música y el canto de los mariachis se escucharon muy tristes, pero en el lugar en donde ahora está, seguramente todavía canta: “quiero volver a empezar, porque sin tu amor mi vida no es vida…” “Volver a empezar”, hasta en eso se le hizo a la chaparrita.

Profr. Benjamín Hernández Castro +

Apenas ayer lo acompañamos a su última morada aquí en la Tierra, y si bien acepto “que los muertos entierran a sus muertos”, no puedo dejar de de reconocer que la ausencia física deja un gran vacío, sobre todo a quienes estuvieron muy de cerca de él. Me refiero a sus hijos, quienes ahora sufren un doble dolor. Para ellos mi reconocimiento por los padres que tuvieron, ella una gran madre y esta idea “gran madre” lo encierra todo, el un hombre íntegro, honesto, atento, bondadoso, así lo conocí hace 40 años, cuando los profesores eran profesores, casi padres y maestros, no enseñantes como ahora. Director de la Escuela Primaria “ Antonio Caso”, profesor de la Secundaria “Sor Juana Inés de la Cruz”, de la Normal donde se formaban a los profesores en Chalco y de la Escuela Preparatoria de Amecameca. Cuántas generaciones pasaron a su lado, a cuántos alumnos, no sólo de Amecameca sino de la región en general, conoció de pequeñines y los vio triunfar en la vida.

Pareciera ser que por ya no estar con nosotros se exaltan sus virtudes, pero quien piense así está en el error, ya que sólo me permito transmitir mi verdad, lo que he vivido, y ésta me obliga a decir que lo mismo que él, los profesores que se han adelantado en el camino han sabido abrir el surco de la vida y sembrar en tierra fértil la semilla del progreso del que ahora muchos se ven beneficiados. Quién no recuerda a la maestra Antonieta, sí, la del Jardín de Niños “Antonio Caso”, o bien a al profesor Leóncimo, director de la Secundaria, formaron una triada que le dio vida a la educación cuando a la entrada del pueblo se leía un letrero que decía “AMECAMECA 10 000 HABITANTES”. Ellos supieron hacer la Patria cuando se decía que “el profesor no es de donde nace sino de donde la Patria lo necesita”.

“Don Benja” que así le decía con camaradería, fue profesor fundador de la Escuela Preparatoria de Amecameca y siempre se ufanó en haber sido el primero que estuvo en contacto con los alumnos; a él le correspondió el honor de entrar a la historia del Plantel siendo el maestro decano (considerado como el más antiguo) ya que hace 42 años, el 16 de febrero de 1965, a las dos de la tarde, inauguró en el primer día de clases las actividades académicas con su materia de dibujo. Además, al entrevistarlo en alguna ocasión, me comentó que no había sido reconocido como miembro de las comisiones que se formaron para la

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fundación de la Escuela, siendo que él participó activamente en éstas. Argumentaba que siendo director de la Escuela Primaria “Antonio Caso” y gran amigo del profesor Leóncimo Maya formaron un equipo muy fuerte de trabajo, brindándose siempre apoyo a todas las actividades realizadas, incluso, cuando en las aulas de la escuela primaria los alumnos de las primeras generaciones recibieron clase. Los documentos de la época ahora hablan por él y es de reconocerse también que formó parte en la Comisión pro- sostenimiento de la Escuela, en aquellos días difíciles cuando se tenían que organizar actividades para obtener recursos económicos y pagarles a los profesores sus horas de trabajo, y por qué no decirlo, era de los que cobraban su sueldo al último para dar preferencia de pago a los profesores que venían de la ciudad de México.

Estudió ingeniería en el Instituto Politécnico Nacional y la especialidad de Geografía y Geología en la Escuela Normal Superior del Estado de México, lo que le permitió ofrecer a los alumnos de 1965 a 1989 las materias de Dibujo, Electricidad, Geografía, Geometría descriptiva, Diseño y Dibujo arquitectónico. Todas sus actividades académicas siempre fueron reconocidas. Participó en las actividades político-sindicales que dieron origen posteriormente a un nuevo concepto de la vida universitaria en nuestra Escuela, ya que él perteneció al grupo de los cinco que cimbraron la estructura institucional que prevalecía. Fue un gran impulsor del deporte estudiantil, ya que dirigió y patrocinó equipos de futbol en la liga municipal representando a nuestra Institución. Quién no recuerda al profesor Benjamín; alumnos, maestros, padres de familia, lo recuerdan no sólo como maestro fundador de lo que ahora se conoce como Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Universidad Autónoma del Estado de México, sino por su ejemplo a seguir. Al morir no vivía ni pertenecía a la posición acomodada de la sociedad amecamequense, no podía serlo ya que era un profesor, vivió de una manera modesta y honrada, y ese fue el legado que dejó a su hijos.

Ahora bien, “Don Benja”, con tu permiso, aprovecho este espacio para hacer una denuncia pública a las autoridades educativas, sindicales y civiles, a las que todos los profesores servimos, señalándoles que tienen una deuda pendiente con la educación, ya que no es posible que con un ramo de flores, compradas por teléfono y entregadas de manera indirecta por un mensajero, quieran sellar un compromiso con la muerte de quien brindara mas allá del deber cumplido con la sociedad, preocupándose por la formación de niños y jóvenes, y que, me atrevo a señalar, fue uno de los pilares del progreso de esta región.

Ahí nos vemos, profesor Benjamín Hernández Castro, director de la Escuela Primaria “Antonio Caso”, profesor de la Escuela Secundaria “Sor Juana Inés de la Cruz”, profesor de la Normal de Chalco y profesor fundador de la Escuela Preparatoria de Amecameca, las instituciones educativas más importantes de la Región Oriente del Estado de México, dejas un gran reto para quien quiera seguir tus huellas.

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Profr. Julián Rivera López ( Profesor jubilado )

Pareciera ser que por ya no estar en el Plantel a los profesores que se está recordando se les exaltan sus virtudes, pero quien piense así está en el error, al principio mencioné que iba a transmitir en esta líneas mi verdad, y ésta me obliga a decir que lo mismo que los anteriores y los posteriores, si los hay, todos han sido grandes profesores porque supieron establecer una relación muy estrecha con sus alumnos, y ese encuentro profesor-alumno ha quedado como una constante durante 40 años de vida que tiene la Escuela.

Ingresa a la Escuela Preparatoria de Amecameca en 1967, maestro fundador que se incorpora a la primera generación en el tercer año impartiendo las materias de Latín y Griego en los bachilleratos de Humanidades y Ciencias Sociales.

Quizás Julián, maestro Julián para quienes fuimos sus alumnos, nunca imaginó al incorporarse a la planta docente de la Escuela Preparatoria de Amecameca, cuántos conocimientos iba a proponer a la comunidad universitaria, ni cuántas generaciones de alumnos iban a pasar por las aulas en donde impartió sus materias y menos que en el momento de su jubilación fuese tan reconocido por sus conocimientos en la Academia General de Filosofía de la Escuela Preparatoria de la uaEm, órgano colegiado al que pertenece aún jubilado, cuando forma parte del equipo de trabajo encargado de elaborar el material de apoyo para las asignaturas de Ética y Sociedad, además de Filosofía de la Ciencia.

Es difícil en breves líneas reconocer la valía del profesor Rivera López, su preparación le brindó la oportunidad de cambiar del claustro eclesiástico del Seminario Conciliar de México, al claustro académico de la Universidad Autónoma del Estado de México. 37 años de labor académica así lo atestiguan, nadie como él puede narrar los 40 años de vida del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”, sus cambios y su evolución.

Ubicado en el área de Filosofía impartió las materias que se relacionan con esa área de estudios, y fue un gran defensor de la asignatura de Etimologías, cuando por causa de un nuevo currículum en 1993 desapareció del Plan de Estudios. Lamentablemente esa materia la ubicaron sólo como optativa.

Eterno maestro de ceremonias por su capacidad intelectual y por tener una voz privilegiada. Organizador de eventos, conferencista, instructor o conductor de programas académicos, ha sido siempre reconocido no sólo en la Universidad, sino en los espacios académicos en los que ha trabajado, conoce el Latín y el Griego, el Francés, el Italiano, el Inglés y quizás la lengua que mejor domine sea el Náhuatl por el cariño que le tiene.

Cronista del Plantel desde 1994 hasta 2004 y propuesto para cronista honorario en el Colegio de Cronistas de la Universidad, misma labor que desempeña en su lugar de origen donde ha desarrollado un trabajo encomiable. Todo en Julián Rivera López es digno de alabarse.

Parecería ser exagerado lo que se está mencionando, pero temo quedar corto. Su sencillez y humildad lo caracterizan. Es difícil que alce la voz (en 37 años que tengo de conocerlo

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nunca lo ha hecho) a pesar de tenerla clara y muy potente. Así, con voz pausada siempre se ha dirigido a sus alumnos, trabajadores, compañeros maestros y directivos, esto, seguro, ha permitido que algún irreverente, por creer haber tenido poder en la dirección del Plantel, haya osado sentirse superior.

Mucho habría que decir, pero este pequeño esbozo y el reconocimiento de profesores, administrativos y manuales, directivos y todos los alumnos que han pasado por las aulas de nuestro Plantel hablan mejor de lo que se puede escribir. Baste con decir que su inteligencia se proyecta más allá del simple conocimiento que muchos pretenden o dicen tener, transformándose en razonamiento por el cual se pueden tomar decisiones.

Prof. Leóncimo Maya Jiménez + (1929 – 2003)

Yo estoy seguro, por mi propia experiencia, que si alguien siembra vientos cosecha tempestades, pero si alguien pretende hacer caminos seguramente se convierte en un investigador que indaga, busca, explora, abre sendas y deja huellas. Entonces ¿por qué este inicio en donde se habla de Leóncimo Maya Jiménez? La respuesta es sencilla, ya que el viajar al pasado para rememorar la vida, el corto tiempo que tuve oportunidad de conocerlo como profesional, del maestro Leóncimo, mi viejo, como en sus últimos años lo traté, nos debe llevar a conocer grandes y trascendentes, o pequeñas y, en apariencia, irrelevantes acciones que lo identifican.

Baste decir que era un maestro, de los antiguos, de los que no sólo enseñaban el alfabeto, que sí lo enseñaba, su especialidad era Literatura, sino de los que se sabían ganar la voluntad de la gente convirtiéndose en líder de la comunidad. Sólo así puedo entender que participó en todas las comisiones encargadas de fundar, sostener y construir la Escuela Preparatoria de Amecameca. Por tanto, al profundizar en el rescate de la verdad histórica y en especial de las raíces del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”, surge el proyecto con el que estuvo vinculado hasta su muerte.

Quizás también como los otros, quería una Escuela para sus hijos, una institución educativa que les permitiera ir más allá de la Escuela Secundaria, que él dirigía, a la que la mayoría de los alumnos de la región estaban destinados. Pero como maestro ¿sólo pensaría de manera egoísta en su seguridad personal?, o ¿su deseo de corresponder al liderazgo que tenía lo impulsaba a trabajar por la comunidad?

Las preguntas que ahora se presentan no dejan de ser interesantes, aún cuando para algunos no estén en concordancia con la idea. Aquí se combinan dos estilos, dos necesidades a resolver, un sólo hombre que tiene la oportunidad de trascender. La respuesta no es difícil, la toma de decisiones implica incorporar a sus hijos a la satisfacción de la necesidad que tienen los demás, esto implicaba abrir espacios que le permitieran a los jóvenes formarse

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para bien propio y de la humanidad, se abre así la posibilidad de escalar socialmente, ser parte de una generación que arribaría a un futuro luminoso, reconocimiento al nuevo papel social de la mujer, de los obreros y campesinos; esto obliga, en su momento, a una participación consciente, razonada pero, sobre todo, activa, empleando toda la capacidad que su liderazgo imponía, sembrando vientos y recogiendo tempestades. Nada era fácil, no se tenía nada, había que crear todo, pero para eso ahí estaba el maestro, al que todos le tenían confianza por saber hacer bien las cosas.

Este es el recuerdo que tengo del Profr. Leóncimo Maya Jiménez, oriundo del pueblo de Naranja, Michoacán, de tez morena y rasgos de origen Purepecha, maestro normalista con especialidad en Literatura, que tuvo la oportunidad de trabajar para la comunidad que lo respetaba como se respetaba antes a los maestros, y a la cual él correspondía, consciente siempre de la responsabilidad adquirida en beneficio de la juventud que estaba en sus manos. Tranquilo, sereno, con voz pausada y callada, pero enérgico y seguro de sí mismo, valiente y osado, su carácter le permitió ser líder de la comunidad. ¡Te la debía mi viejo!

Sr. Santiago Amaro Machado + (1930-2002)

Un gran amigo, un gran compañero. Recuerdo que me dijo un día: “si usted quiere que lo respeten, recuerde que primero debe enseñarse a respetar y a obedecer, esa ley no falla”. Eso me lo dijo cuando aspiraba a la dirección del Plantel y esa fue una de las máximas que yo emplee para ejercer la responsabilidad que en mí recayó de 1993 a 1997.

Fue el primer trabajador que tuvo la Escuela Preparatoria de Amecameca en 1965, y también “maestro” de todos los que tuvimos la oportunidad de estar cerca de él, sus vivencias y experiencias de la vida siempre fueron las mejores lecciones que se aprenden para aplicarlas en la vida cotidiana. Lo conocí cuando yo era alumno de la Escuela y formó una bonita familia con la que compartí una gran amistad.

Serio en su trato, el principal legado que deja a sus amigos es su honestidad y responsabilidad ante cualquier actividad que realizara. Se jubiló en 1993, así lo informó Eusebio, su hijo, pocos años después de la muerte de su esposa, él también la siguió.

Seguramente su vida estuvo llena de anécdotas, ya que vivió paso a paso casi treinta de los cuarenta años que tiene la Escuela.

Fue fundador del Sindicato Independiente de Trabajadores de la uaEm (situaEm) y se conservó fiel a esta institución hasta su jubilación. En su momento fue nombrado delegado sindical de la sección en Amecameca, y al formarse un nuevo sindicato que obtuvo la titularidad del contrato colectivo de trabajo, él y su sobrino Dionisio siguieron como únicos miembros de esta sección. Durante mucho tiempo creyó en sus líderes, en su sindicato y sólo lo dejó al momento de retirarse y dejar su lugar a otro al cumplir más de 30 años de servicio

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a la institución, eso lo identifica como un hombre íntegro y de palabra de los que fueron hechos a la antigua. Así era don Chago, así lo recordamos.

Fue un gran hombre y por eso está en nuestro recuerdo con afecto.

Recordamos con respeto a :

Dr. Moisés Arenas AmayaSr. Daniel Constantino CalderónDr. Gustavo Hernández SantamaríaDr. J. Jesús Díaz Gutiérrez Dr. Fulgencio Zepeda FloresSr. Sancho Arango GonzálezSr. Francisco Pla NoguerSr. Miguel Santamaría EscobedoSrita. Crescencia Galicia Padilla

NOTA FINAL

Este espacio quizás no ha sido aprovechado de la mejor manera y falte mucho por decir; la labor del maestro no debe ser callada, abnegada ni sacrificada, sin embargo, mucho tiene de esto, sobre todo en aquellos que, como los que han sido mencionados, crecieron y aprendieron a ser profesores en tiempos donde se valoraba moral y espiritualmente la labor del docente.

A ellos les aprendimos sus conductas, su paciencia y todo aquello que, relacionándose con la docencia, nos ofrecieron en un paquete ador-nado y perfumado con esencias, cuyo contenido presenta un cúmulo de experiencias enmarcado por valores como la honestidad, la honradez, la verdad y la justicia en el deseo de ser.

Por eso nuestro reconocimiento a todos. Dios los bendiga.

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A N E C D O TA R I O

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ANECDOTARIO

Un anecdotario nos remonta a aquellas situaciones que por ser especiales han quedado en el recuerdo de quienes en ellas participaron o se vieron afectados. En 45 años son muchas, así que sólo se toman en forma aleatoria un número muy reducido de éstas; ofreciendo una disculpa a aquéllos que de buena fe las proporcionaron.

1. Quizá la primera anécdota que se presenta en la Escuela se relaciona con la donación por parte de la Universidad de un equipo de laboratorio, mismo que al no tener en dónde colocarlo, fue transferido a la Preparatoria de Texcoco. Ante esto se hizo la promesa de que en su momento sería restituido; esto no fue así, por lo que nos quedamos sin estos instrumentos de trabajo para los alumnos.

2. En la primera generación, también en la segunda y en la tercera, pero a mí me consta en la primera, las muchachas andaban “patinando” por los profesores, todos ellos jóvenes: por Guillermo, Juan Manuel, Arturo que aún cuando estaba peloncito, también “tenía su pegue”, por Alfredo, incluso, por Jácome. Los alumnos explotaban esta circunstancia y se hacían rifas o negocio con las fotografías que se tomaban. Para esto había dos formas de hacer negocio, en la primera se le decía al maestro “vamos a tomarle una foto, póngase junto a esta compañera” o bien se les solicitaba a los profesores tomarles una foto. Las muchachas pagaban o bien se hacían rifas. Las fotos que más se vendían eran las que aparecían acompañado por ella o bien cuando se tomaba al profesor descuidado con una posición atractiva.

3. Cuando formamos el primer equipo de futbol las muchachas eran las porristas, en una ocasión fuimos a jugar a la “hermana republica de Texcoco”; si nosotros estudiábamos en aulas prestadas de la Secundaria o de la Primaria, ellos estaban en peores condiciones, la imagen que tengo de esa Preparatoria es que estaba funcionando en una bodega de hilados y tejidos. Esta observación la hago porque tanto ellos como nosotros comenzamos igual… sin nada, sólo con el deseo de triunfar en la vida. Estábamos lejos de la gran capital del Estado.

4. Algo que no se debe presentar como anécdota, pero que merece ser mencionado en alguna parte, es la unidad que caracterizó a todos los que formamos parte de la primera generación. Esto se manifestó cuando en la ceremonia de inauguración del edificio los políticos se peleaban la paternidad de la Escuela, nosotros comentamos que no habíamos

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llegado ahí para ver como se repartían los créditos. La verdad es que nadie mejor que nosotros sabía que mucha gente había participado, incluso nuestros padres, y eso se convirtió en un acto político (buscando una diputación o una presidencia municipal), alejado de la imagen que habíamos creado todos para la sociedad. Sólo nos quedábamos viendo y bastó que el primero se levantara, sin decirnos nada, uno por uno, nos fuimos saliendo del acto.

Adrián Plata Tenorio

5. Uno de los momentos especiales que vivimos como estudiantes de la Escuela Preparatoria fueron las tardeadas y las actividades sociales que realizamos, de esa forma, como éramos muy atentos con los profesores, la generación que ingresó en 1967 al hacer una fiesta y comida para los profesores en el nuevo edificio en 1969, debutó el conjunto musical Kiowas, integrado por Jorge Negrete y compañía; este conjunto de rock fue el primero que se formó con alumnos del Plantel aún cuando posteriormente se le integraron músicos externos. Nuestra Escuela era muy fiestera, y siempre se tenía muy buen ambiente, de respeto y camaradería.

Isaac Ruiz Conde

6. Yo traje al Tri, con Lora, cuando sólo eran tres, de ahí su nombre, fui auxiliado por otros alumnos, y cobramos una cooperación, que no me acuerdo de cuánto era, se contrató a Tri Soul In My Mind. Este era un grupo de los prohibidos por los padres de familia en esos momentos, por considerar que eran motivo para que los jóvenes se drogaran. Había pasado ya el concierto de Avándaro, que fue una gran concentración de miles de jóvenes y suspendido el de Valsequillo, Puebla, por lo mismo, esta actividad la hicimos en forma muy modesta, y esto, siendo una temeridad, nos hizo sentir muy importantes porque el ser joven implicaba romper con esquemas de los adultos. Imagínense, un grupo musical de ese nivel vino a nuestra Escuela y ofreció un concierto, al que, por cierto, le instalaron un estrado en la cancha de básquetbol que limitaba con el Frontón.

Carlos Carballar Tamariz

7. La fuente fue un símbolo para la Escuela y me dio tristeza cuando la retiraron de la Escuela porque iban a construir la biblioteca y laboratorios, originalmente estuvo situada en el mercado municipal, por donde estaban las palmeras. Al hacer una remodelación en esa área, solicitaron a la Universidad su colocación, piedra por piedra, en el jardín en donde ahora está la subestación eléctrica, el portón posterior y los sanitarios del edificio de la biblioteca. Esa fuente se cerraba los días que había novatada, pero a veces se les olvidaba y se mojaba ahí a los alumnos nuevos. En muchas ocasiones nos sentábamos a platicar, incluso algunos se tomaron fotografías. ¡Qué lástima!, por remodelación hace 20 años al construirse el edificio de la biblioteca, la fuente nuevamente fue removida y colocada piedra por piedra en el atrio de la iglesia de la Asunción, donde actualmente se encuentra.

Carolina Briseño Galván

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8. Los primeros libros que recibió la Escuela para la formación de la biblioteca fueron de inglés, ya que el profesor Juan José Oñate solicitaba a sus alumnos, una vez concluido el año escolar, que donáramos los libros usados. Pero quien formalmente consiguió una donación de libros y material para el laboratorio fuimos nosotros, cuando pertenecíamos a la sociedad de alumnos, ya que fuimos a entrevistarnos a la ciudad de Toluca con el diputado local de nuestro distrito, José Pérez Calva, y nos dijeron que no había ido a su oficina ya que festejaba su cumpleaños y que vivía en Naucalpan, Estado de México. Nos trasladamos hacia allá con tan buena suerte que no sólo comimos barbacoa, sino que el diputado nos dio un cheque por cinco mil pesos. Este dinero se dividió en dos y compramos dos mil quinientos pesos en libros para la biblioteca, el resto en instrumentos para el Laboratorio de Química. Así, por primera vez, se iniciaba formalmente nuestra biblioteca con apoyo de la Sociedad de Alumnos y el Laboratorio de Química también recibía una aportación.

Lucio Arteaga Méndez

9. Uno de los alumnos que sin duda dejó un recuerdo muy especial en el Plantel en la época del profesor Arturo Peruyero Sánchez fue el ahora Médico cirujano, especialista en Pediatría, Francisco Javier Sergio Salazar Rodríguez quien, como representante de su generación, no se cómo, logró que el presidente de la República, el Lic. Luis Echevarría Alvarez, apadrinara a los alumnos de esta Escuela. Sin duda fue muy grato para ellos que el presidente de la República accediera. Para esto se realizó una ceremonia en el auditorio de la Escuela ya que en representación de tan alto dignatario estuvo presente el secretario de Educación Publica del Estado de México, quien hizo entrega de un equipo de laboratorio de Física. Algunas partes de este equipo todavía se encuentran en el laboratorio del Plantel.

Isaac Ruiz Conde

10. Nadie sabe cuánto temor ocasiona la actividad volcánica a las personas que viven lejos de Amecameca y que sólo por las noticias se enteran de lo que aquí pasa. Precisamente en una serie de actividades organizadas para conmemorar un aniversario de la Escuela, los directores de cada uno de los planteles de la Escuela Preparatoria de la uaEm, se reunieron en Amecameca para realizar una sesión de trabajo, por lo que llegaron desde muy temprano ese día. Durante la reunión se comentó sobre la actividad del volcán y se explicó que no tenían por qué alarmarse ya que era una situación observable y monitoreada. Ya en la tarde, al salir a comer y esperar la hora que diera inicio el festival artístico preparado para conmemorar el aniversario, decidimos ir a un restaurant que ubicado en la carretera, nos permitiera como paisaje observar al volcán Popocatepetl. Todo transcurrió sin ninguna novedad, salvo que en la comida se siguieron haciendo comentarios sobre la actividad del volcán comparándolo con otros de países diversos. Al tomar la camioneta para regresar a la Escuela el volcán comenzó a producir una fumarola un poco importante por su tamaño, pero no muy grande. De nuevo se explicó que no debía causar ningún temor, que eso era normal ya en nuestra

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vida cotidiana. A las seis en punto se inició el programa del festival y todo transcurrió con normalidad. Pero en el último número, cerca de las ocho de la noche y con la oscuridad natural de esa hora, para concluir el programa y como fin de fiesta se acostumbraba quemar pólvora con luces de colores en el cielo y con lo que en esta comunidad se conoce como “bombas”, por el estruendo que hacen. Al primer estruendo de una bomba y al ver el cielo poblado de muchos colores, uno de los directores se levantó de su silla, queriendo correr y gritando “el volcán, el volcán”, entonces el coordinador de la Escuela Preparatoria lo tomó de un brazo y le dijo “siéntate…cálmate… no ves que sólo son fuegos pirotécnicos, son luces artificiales...” Se calmó… ¡pero inicialmente qué susto se llevó!

Noé Jacobo Faz Govea

11. La historia deportiva de la Escuela nos muestra una gran cantera de futbolistas, basquetbolistas y en los últimos años atletas y boxeadores como Lauro López, quien después fue un brillante profesional, o aquél a quien le decían el “tamal” y que ahora es un destacado abogado. Todos han representado dignamente al Plantel tanto en competencias regionales como en los Juegos Deportivos Selectivos Universitarios. En futbol se pueden mencionar, entre otros, a Federico Figueroa, Adrián Plata, Sergio Pérez Amaya, Alfredo Aguilar Silva “el frijol”, que murió en meses pasados, a Roberto Galicia García “el caldos”, todos ellos profesionistas egresados de la primera generación, así como a Jorge Aguilar Vergara, José Negrete, Pepe y Manuel Neria, Javier Flores, a Roberto Trueba. Pero el equipo de futbol que guardo en mi recuerdo con cariño es aquél que, representando a nuestra Escuela, primero se llamó “Álamos” y por decisión general llevó el nombre de uaEm, sintiéndonos orgullosos de la institución a la que pertenecíamos. En aquel equipo jugamos: Juan Alberto Adaya, Alejandro Yáñez Bello, Ney Granados, Mario “Pichojos” Pérez, Óscar Amaro Guzmán (que en gloria esté), Fernando Amaro Guzmán, Álvaro Flores, Rómulo López Rocha, Benjamín Hernández Arellano y Fabián Ramos Vázquez, a quien en ese tiempo le decíamos el “Fifí”. Nuestro entrenador era el Profr. Eustasio Rivera Vázquez “Tacho”, quien en su tiempo fue un gran jugador de futbol, y teníamos como auxiliar técnico al Profr. Noé Jacobo Faz Govea. ¿Qué tenía de especial este equipo? Que fue el primero en ser representativo de la Preparatoria en la Liga de Futbol Regional de Amecameca en la categoría de Primera Especial, que sólo éramos jóvenes de 16 a 18 años y que sentíamos los colores de la uaEm como nuestros. De esta forma, representamos a nuestra Escuela y siempre, por la calidad de nuestro equipo, la gente lo seguía y, por lo tanto, el nombre de la preparatoria siempre lo pusimos en alto.

Alejandro Yáñez Bello

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G A L E R Í A D E D O C U M E N T O SY

F O T O G R A F Í A S

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ACTA de la Sesión Ordinaria del H. Consejo Universitario, celebrada el día doce de febrero de mil novecientos sesenta y cinco.

En la ciudad de Toluca, Estado de México, siendo las dieciocho horas del día doce de febrero de mil novecien tos sesenta y cinco, se reunieron en el Salón de Consejos de la Universidad Autónoma del Estado de México, previa la con vocatoria que al efecto se giró y con el objeto de celebrar-la sesión ordinaria del H. Consejo Universitario señalada para esta fecha, los señores consejeros Dr. Jorge Hernández García, Dr. Guillermo Ortiz Garduño, Cont. Alfonso Sánchez Villegas, Cont. Fernando Mercado Tovar, Dr. Antonio Naime, Dr. Alonso García, Lic. Santiago Aguilar, Prof. Adrián Orte ga, Lic. Carlos Moreno Díaz, Profa. Josefina Vélez de Gardu ño, Prof. Sergio Vera Limón, Ing. Antonio Yurrieta Valdés, - Ing. Ernesto Martín Robles, Prof. José Yurrieta Valdés, Lic. Gustavo G. Velásquez, Dr. Emmanuel San Martín, Dr. Benigno Rojas, Arq. Adolfo Monroy, Carlos González Ramírez, Eduardo-Villalobos Lezama, Enrique Palmas, Arturo Bobadilla Martínez, Graciela Cárdenas Barraza, Ricardo Jiménez Gómez, Dr. Humberto Mayorga, Prof. Luís García Q, y Prof. Alfredo Peruyero, en seguida la Secretaría pasó lista de asistencia y previa - ‘la declaratoria de existencia de quorum, se abrió la sesión conforme al siguiente orden del día, que fue aprobado sin discusión:

I. Lectura del acta de la sesión anterior.- II. Creación de la Escuela Preparatoria de Amecameca.III. Presupuesto de Egresos de la Universidad para el ciclo escolar 1965 - 1966.IV. Designación de la Comisión de Integración del Consejo Universitario.V. Inscripción de alumnos procedentes de otras Escuelas Profesionales, y fijación de cuotas escolares para alumnos extranjeros.VI. Otorgamiento de premios y estímulos a alumnos y maestros por su labor en 1964.VII. Documentos en cartera.VIII. Asuntos Generales. A continuación la Secretaría dio lectura al acta de la sesión anterior, la que fue aprobada sin discusión.

Se pasó al siguiente punto del orden del día y el señor Rector informó que ya se había presentado la delegación del Patronato para la construcción de la Escuela Preparatoria de Amecameca y que, habiéndose cubierto ya todos los requisitos que se fijaron para establecer

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dicha Escuela, somete a la consideración del Consejo la proposición de que se establezca, en la inteligencia de que el costo de su soste nimiento será cubierto íntegramente por el patronato en el presente año.

El Ingeniero Martín Robles pregunta cómo se cu brirá dicho sostenimiento a partir del año entrante.

El señor Rector le manifiesta que el interés y el esfuerzo del patronato merecen todo el apoyo y estímulo y que, si en el año entrante se requiere impartirle alguna ayuda, considera que deberá hacerse.

Puesta la proposición a Votación fue aprobada por unanimidad.Acto seguido el señor Rector propone como Director de dicha Escuela al señor Profesor

Alfredo Peruyero Sánchez, explicando que como se trata de un Plantel de nueva creación, todavía no se integra su Consejo Técnico y, por tanto, no era posible solicitar su opinión sobre el particular. Sometida a votación la propuesta es aprobada por UNANIMIDAD y, encontrándose presente el señor Peruyero Sánchez, el señor Rector le tomó desde luego la protesta de Ley y pasó a ocupar su lugar como miembro del Consejo Universitario.----------------------------------------------------------------------

Toluca, México 18:00 horas a 12 de febrero de 1965 Acta de la sesión ordinaria celebrada el día ocho de marzo mil novecientos sesenta y cinco, en donde se integran los representantes maestro y alumno de la Escuela Preparatoria de Amecameca, ante el H. Consejo Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Las negritas y los títulos son del autor. Este documento es copia fotostática de los originales que se encuentran en el archivo de

la Secretaría de Rectoría de la uaEm. Se respeta su redacción.

Todos los documentos son respetados en su texto original

Acta del H. Consjo Universitario en donde se crea la Escuela Preparatoria de Amecameca y se designa al Lic. Alfredo Peruyero Sánchez como primer director.

A C T A de la sesión Ordinaria del H. Consejo Universitario, celebrada el día ocho de marzo de mil novecientos sesenta y cinco.

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día ocho de marzo de mil novecientos sesenta y cinco, se reunieron en el Salón de Consejos de la Universidad Autónoma del Estado de México, previa la convocatoria que al efecto se giró y con el objeto de celebrar la sesión ordinaria del H. Consejo Universitario señalada para esta fecha, los señores consejeros Dr. Jorge - - Hernández García, Doctor Guillermo Ortíz

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Garduño, Contador - Alfonso Sánchez Villegas, Contador Fernando Mercado Tovar, - Doctor Antonio Jaimes, Doctor Alonso Garcia, Licenciado San- tiago Aguilar, Licenciado Leopoldo Garcia Crotte, Profesor - Ortega, Lienciado Carlos Moreno Diaz, Profesora Jose fina Vélez de Garduño, Profesor Sergio Vera Limón, Ingeniero Antonio Yurrieta Valdés, Ingeniero Ernesto Martin Robles, - Profesor José Yurrieta Valdés, Licenciado Gustavo G. Veláz- quez, Doctor Emmanuel San Martin, Doctor Nestor Ramírez, Car los González Ramírez, Martin Camacho Dominguez, Francisco - Galindo, Alfonso Castañeda, Profa. Elsa Poblete, Josefina - Hernández, Ramón Victoria Moreno, Nucamendi Ruíz, Marcelino López, José Ramón Díaz, Profesor Alfredo Peruyero Sánchez, Juan Manuel Islas Ricaño y Manuel Díaz Torres, en seguida la Secretaría pasó lista de asistencia y previa la de claratoria de existencia de quórum, se abrió la sesión conforme al siguiente orden del día, que fue aprobado sin discusión: I.- Informe de la Comisión de Integración del Consejo Universitario, sobre la elección de representantes alumnos del propio Consejo.- II.- Protesta de los señores Consejeros Alumnos electos para el actual ciclo lectivo.- III.- - Lectura del Acta de la sesión anterior.- IV.-- Reformas en - los Planes de Estudios en las Escuelas de Turismo y de Peda gogía Superior.- V.- Documentos en cartera.- VI.- Asuntos generales.

En seguida el señor Contador Mercado Tovar da lectu ra al informe de la Comisión de Integración del Consejo, en el que se consignan los nombres de los alumnos electos como propietarios y suplentes para integrar el Consejo Universitario en el presente año, informe que se agrega a la presente acta, junto con las actas relativas a la instalación de las subcomisiones de las Escuelas y Facultades y del resultado - de la elección en cada una de éstas, y aclara de que en la - Escuela de Pedagogía Superior no se hizo la elección por que todavía no estaban asistiendo los alumnos a clases.

El señor Rector pregunta al señor Prof. Peruyero Sánchez si ya se hizo la elección de representantes Maestro y alumno por lo que se refiere a la Escuela Preparatoria de Amecameca, y el señor Director de dicha Escuela informa que previa la tramitación correspondiente, resultaron electos como representante maestro el señor Profesor Juan Manuel Islas Ricaño, y como representante alumno el señor Manuel Díaz To rres, quienes se encuentran presentes.

A continuación pasan a rendir la protesta de Ley y formar parte del H. Consejo Universitario……..

El rector M. en A. Uriel Galicia Hernández acompaña a la M. C. María de los Angeles Maya Martínez, directora,

en un aniversario de la fundación del Plantel

* Las negritas y los títulos son del autor.Este documento es copia fotostática de los originales que se encuentran en el archivo de la Secretaría de

Rectoría de la uaEm. Se respeta su redacción.

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acta dE la sEsión dE cabildo público abiErto En dondE sE nombró al patronato pro construcción dE la EscuEla prEparatoria, (28 dE sEptiEmbrE dE 1965)

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acta dEl 31 dE EnEro dE 1967 En dondE sE rEnuEva El comité pro sostEnimiEnto dE la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca.

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El dr. JorGE hErnándEz García, rEctor dE la uaEm, autoridadEs univErsitarias y municipalEs, acompañando al patronato pro- construcción En los tErrEnos dondE

sE construiría la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca.

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rEGistro dE asistEncias a clasEs dE los profEsorEs quE prEstaban sus sErvicios En la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca En El año dE 1966

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primEr donativo (dicE oficio no. 1) EntrEGado por El sr. francisco rodríGuEz ortEGa (“paquito”) al patronato para la construcción dEl Edificio dE la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca.

Existe un segundo oficio complemento al primer donativo en el escrito dice por segunda vez) entregado por el Sr. Francisco Rodríguez Ortega (“Paquito”) para la construcción del edificio de la Escuela Preparatoria de Amecameca.

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rEGistro dE asistEncias a clasEs dE los profEsorEs quE prEstaban sus sErvicios

En la EscuEla prEparatoria dE amEcamEca En El año dE 1966

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invitación para asistir a la inauGuración dEl Edificio Escolar En 1969

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himno institucional dEdicado al

plantEl “sor Juana inés dE la cruz”lEtra: faustino cruz sánchEz rodríGuEz

música: Juan carlos romEro morEno

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Nota periodística en donde se menciona que la Escuela Preparatoria de Amecameca recibe el nombre de Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” a partir del 15 de febrero de 1994. Correspondió al M. en D. Marco Antonio Morales

Gómez, rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, hacer este pronunciamiento.

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FOTOGRAFÍAS

Vista panorámica del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” (2005).Atrás se observa el Frontón del Plantel y el cerro del Sacromonte

El árbol frondoso que se observa a la izquierda de la entrada principal delPlantel es “La Mora” , que fue plantado cuando apenas tenía una altura de 40 o 50 centímetros.

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Edificio “D”, en él está instalada la biblioteca “Dr. Jorge Jiménez Cantú”

Sección de Ciencias Experimentales “Dr en Q. Rafael López Castañares”(Laboratorios de Química, Física y Biología).

Laboratorio de Química “Quím. Jesús Barrera Legorreta”.

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“Sor Juana Inés de la Cruz”, réplica de la estatua colocada en el edificio de Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México en la ciudad de Toluca, Estado de México.

Atardecer e iluminación, vista de la estatua de Sor Juana Inés de la Cruz y al fondo el “Ágora” dedicado a la Fénix de América

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1965

201045 Aniversario de la Fundación del Plantel

M. en Ed. Gustavo Echaniz Villamar,director del Plantel

M. Cir. Juan D. Sánchez Granados,presidente Municipal de Amecameca

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45 AniversarioEl director del Plantel acompañado por la subdirectora académica y los cronistas M. en D. Noé Jacobo Faz Gova y

Profr. Julián Rivera López

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El Cronista del plantel presentando al Ing. Genaro Sánchez Ramos ex alumno de la primera generación de la Escuela Preparatoria de Amecameca

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AGRADECIMIENTOS

Agradecemos la atención que fue brindada por:

El M. en C. Eduardo Gasca Pliego, rector de la uaEm Sr. Pedro Arango Santamaría y Sra. Sr. Salvador Constantino Meneses y Sra.Sr. Arnulfo Ramos López Sr. Roberto Estrada OrtegaSr. Roberto Estrada Ibáñez Sr. Francisco Rodríguez OrtegaSr. Abraham Flores HernándezProfr. Adrián Plata Tenorio Profr Juan Manuel Islas Ricaño Lic. Alfredo Peruyero Sánchez Profr Javier Rosales MoctezumaSr. Armando Hernández Hernández

Quienes proporcionaron la información que contiene este trabajo.

Gracias a los exalumnos y público en general que me brindaron atención cuando fueron entrevistados de manera informal o simplemente contestaron preguntas relacionadas con la investigación realizada.

A todos aquellos que de muchas formas participaron sin saberlo, muchas gracias.

Mtro. en D. Noé Jacobo Faz GoveaProfr. Julián Rivera López

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ESCUELA PREPARATORIA DE AMECAMECA,

1965. PLANTEL “SOR JUANA INÉS DE LA

CRUZ”, 2010 UNA HISTORIA QUE NO SE HA

ESCRITO de Noé Jacobo Faz Govease terminó de

imprimir en abril de 2011, en los talleres de ciGomE S.A

de C.V. La edición consta de 250 ejempla res. Cuidado

de la edición: Daniela Arellano. Formación: Ángel

Alejandro Esquivel López. Portada:

E d i t o r r e s p o n s a b l e :

josé luis arriaga ornelas

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