Historia pedagogia

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Portada: Manolo Ponce

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  • 1. Portada: Manolo Ponce

2. Nicola Abbagnano,1Historia de la pedagogaVisalberghi, A.N. ABBAGNANO y A. VISALBERGHIHistoria de la pedagogaPrimera edicin en italiano, 1967Primera edicin en espaol, 1964Primera reimpresin, 1969Segunda reimpresin, 1974Tercera reimpresin, 1976Cuarta reimpresin, 1978Quinta reimpresin, 1981Sexta reimpresin, 1986Sptima reimpresin, 1988Octava reimpresin, 1989Novena reimpresin, 1992Traduccin deJORGE HERNNDEZ CAMPOSTtulo original:Lince di storia della pedagogia 1957 G.B. Paravia & C., TurnD. R. 1964 FONDO DE CULTURA ECONMICA, S. A. de C. V.Av. Picacho Ajusco, 227. 14200 Mxico D.F.FONDO DE CULTURA ECONMICA, SUCURSAL EN ESPAAVa de los Poblados (Edif. Indubuilding, 4. - 15). 28033 MadridISBN.: 84-375-0005-2Depsito legal: M- 32 804-1992Impreso en Espaa 3. Nicola Abbagnano, 2 Historia de la pedagogaVisalberghi, A. Historia de la pedagoga Autores: Abbagnano, Nicola, Visalberghi, A. Editorial: Fondo de Cultura Econmica Novena reimpresin, 1992 Tema: Pedagoga, Educacin Historia ISBN.: 84-375-0005-2 Pginas: 709 Idioma: EspaolNicola Abbagnano y A. Visalberghi siguen en esta Historia de la pedagoga la misma lnea dedivulgacin filosfica a la que el primero se ajust en su Diccionario, mediante el uso del mtodosistemtico. Pero en una historia de este tipo la mayora de los profesionales prefieren el mtodohistrico al sistemtico, pues consideran, fundadamente, que es indispensable para la formacin delsentido crtico. Sin embargo, los autores no pierden de vista el hecho de que no es posible limitarsea una historia de la filosofa integrada, con unas cuantas noticias adicionales acerca de lasinstituciones y teoras educativas. Por otra parte, observan tambin que un examen ms amplio delos problemas pedaggicos impide con frecuencia estudiar con el debido detenimiento losfilosficos.La finalidad de este curso es, pues, proporcionar un adecuado instrumento de trabajo que ayude alos profesores a superar esas dificultades. Para ello, Abbagnano y Visalberghi se han preocupado enespecial por abordar el problema educativo de manera coincidente con el planteamiento delproblema histrico de la gnesis del pensamiento occidental; para que resultaran claras lasrelaciones entre el fondo cultural y social, las teoras filosficas y pedaggicas y la efectiva praxiseducativa de los diversos perodos considerados, as como para que la exposicin fuera completa enlo posible y no pasara por alto ninguna de las figuras sobresalientes de la historia del pensamiento yla educacin, incluso en lo que atae al perodo medieval. Al mismo tiempo, dividieron el libro enprrafos independientes para que el maestro pueda seleccionar en forma expedita y fcil lo que seade inters para l, dejando de lado las partes que no considere indispensables. Profesores y alumnosencontrarn en esta Historia de la pedagoga los elementos necesarios para seguir la evolucin delas corrientes pedaggicas y filosficas de la Antigedad hasta llegar a las teoras actuales laescuela progresiva norteamericana o la nueva educacin europea o para estudiar a los filsofos ensu perspectiva histrica o sus ideas revolucionarias sobre la educacin.La obra, que en italiano apareci en tres volmenes en los aos 1957, 1958 y 1959, lahemos reunido en uno solo para mayor comodidad del lector. 4. Nicola Abbagnano,3 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.PREFACIO Son de todos conocidas las dificultades con que tropieza la enseanza de la filosofa y de lapedagoga en las escuelas del magisterio. Casi todos los profesores prefieren el mtodo histrico alsistemtico, por considerar, fundadamente, que el primero es indispensable para la formacin delsentido crtico. Sin embargo, no por ello se pierde de vista el hecho de que no es posible limitarse auna historia de la filosofa integrada con unas cuantas noticias adicionales acerca de las teoras einstituciones educativas. Por otra parte, sucede con frecuencia que un examen ms amplio de losproblemas pedaggicos impide estudiar con el debido detenimiento los problemas filosficos. La finalidad del curso de historia cuyo primer volumen presentamos aqu y al que seguirninmediatamente el segundo y el tercero es proporcionar a los profesores un gil instrumento detrabajo que les ayude a superar esas dificultades. Con tal objeto, nos hemos preocupadoespecialmente de que: 1) el problema educativo, en toda su riqueza y complejidad, se planteara de forma quecoincidiera con el planteamiento del problema histrico de la gnesis del pensamiento occidental(sobre todo en la introduccin y en los primeros tres captulos), evitando el tener que dedicarle unaexposicin preliminar puramente terica; 2) en la medida de lo posible, resultaran claras las relaciones entre el fondo cultural y social,las teoras filosficas y pedaggicas, y la efectiva praxis educativa de los diversos periodosconsiderados, por tratarse de tres aspectos de la evolucin histrica que se iluminan recprocamente; 3) la exposicin fuera relativamente completa y no pasara por alto ninguna de las figurassobresalientes en la historia del pensamiento y la educacin, inclusive en lo referente al periodomedieval, y que, al mismo tiempo, estuviera dividida en prrafos suficientemente independientes demodo que el profesor pudiera seleccionar en forma expedita y fcil lo que le interesara, dejando delado las partes que no le parecieran esenciales. Agradecemos sealadamente a nuestros colegas las observaciones y las crticas que tengan a bienhacernos acerca de esta obra. N. A. A.V .Turn, enero de 1957. 5. Nicola Abbagnano,4 Historia de la pedagogaVisalberghi, A. INTRODUCCINEL MITO DE PROMETEOEl camino mejor y ms fcil para llegar a comprender la naturaleza y las tareas de la educacin es,quizs, el mito de Prometeo, tal y como se expone en el Protgoras de Platn. Hlo aqu, tal como en ese dilogo lo expone Protgoras mismo: cuando los dioses hubieronplasmado las estirpes animales, encargaron a Prometeo y a Epimeteo que distribuyenconvenientemente entre ellas todas aquellas cualidades de que deban estar provistas parasobrevivir. Epimeteo se encarg de la distribucin. En el reparto dio a algunos la fuerza pero no lavelocidad; a otros, los ms dbiles, reserv la velocidad para que, ante el peligro, pudieran salvarsecon la fuga; concedi a unos armas naturales de ofensa o defensa y, a los que no dot de stas, s demedios diversos que garantizasen su salvacin. Dio a los pequeos alas para huir o cuevassubterrneas y escondrijos donde guarecerse. A los grandes, a los vigorosos, en su propiacorpulencia asegur su defensa. En una palabra, guard un justo equilibrio en el reparto de facultades y dones de modo queninguna raza se viese obligada a desaparecer. Les distribuy adems espesas pelambreras y pielesmuy gruesas, buena defensa contra el fro y el calor. Y procur a cada especie animal un alimentodistinto: las hierbas de la tierra o los frutos de los rboles, o las races, o bien, a algunos la carne delos otros. Sin embargo, a los carnvoros les dio posteridad limitada, mientras que a sus vctimasconcedi prole abundante, de forma de garantizar la continuidad de su especie. Ahora bien, Epimeteo, cuya sagacidad e inteligencia no eran perfectas, no cay en la cuenta deque haba gastado todas las facultades en los animales irracionales y de que el gnero humano habaquedado sin equipar. En este punto, lleg Prometeo a examinar la distribucin hecha por Epimeteoy vio que, si bien todas las razas estaban convenientemente provistas para su conservacin, elhombre estaba desnudo, descalzo y no tena ni defensas contra la intemperie ni armas naturales. Fueentonces cuando Prometeo decidi robar a Hefestos y a Atenea el fuego y la habilidad mecnica,con el objeto de regalarlos al hombre. De ese modo, con la habilidad mecnica y el fuego, elhombre entr en posesin de cuanto era preciso para protegerse y defenderse, as como de losinstrumentos y las armas aptos para procurarse el alimento, de que haba quedado desprovisto con laincauta distribucin de Epimeteo. Gracias a la habilidad mecnica el hombre pudo inventar los albergues, los vestidos, el calzado,as como los instrumentos y las armas para conseguir los alimentos. Adems dispuso del arte deemitir sonidos y palabras articuladas, y fue adems el nico entre los animales capaz, en cuantopartcipe de una habilidad divina, de honrar a los dioses, y construir altares e imgenes de ladivinidad. Pero as y todo, los hombres no tenan la vida asegurada porque vivan dispersos y nopodan luchar ventajosamente contra las fieras. Fue entonces cuando trataron de reunirse y fundarciudades que les sirviesen de abrigo; pero una vez reunidos, no poseyendo el arte poltico, es decir,de convivir, se ofendan unos a otros y pronto empezaron a dispersarse de nuevo y a perecer. Entonces, Zeus tuvo que intervenir para salvar por segunda vez al gnero humano de ladispersin, y para ello envi a Hermes a fin de que trajese a los hombres el respeto recproco y lajusticia, con objeto de que fuesen principios ordenadores de las humanas comunidades y crearanentre los ciudadanos lazos de solidaridad y concordia. Y, a diferencia de las artes mecnicas, que enmodo alguno fueron dadas todas a todos puesto que, por ejemplo, un slo mdico basta paramuchos que ignoran el arte de la medicina, Zeus dispuso que todos participaran del arte poltico, esdecir, del respeto recproco y de la justicia y que quienes se negaran a participar de ellos fueranexpulsados de la comunidad humana o condenados a muerte. El mito de Protgoras contiene algunas verdades importantes. Primera, que el gnero humano no 6. Nicola Abbagnano, 5 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.puede sobrevivir sin el arte mecnico y sin el arte de la convivencia. Segunda, que estas artes,justamente por ser tales (es decir, artes y no instintos o impulsos naturales) deben ser aprendidas.Actualmente decimos que el hombre debe aprender las tcnicas del uso de los objetos yaconstruidos y las tcnicas de trabajo de los objetos por construir o producir, y que asimismo debeaprender a comportarse con los dems hombres de un modo que garantice la colaboracin y lasolidaridad, de acuerdo con lo que Platn denominaba el respeto recproco y la justicia. Por consiguiente, el hombre tiene una infancia mucho ms larga (relativamente a la duracin dela vida) y fatigosa que la de los otros animales. Tambin stos deben aprender el empleo de losrganos de que la naturaleza los ha dotado, y por tanto atraviesan todos, ms o menos, un periodode adiestramiento que corresponde a lo que es la educacin en el hombre. Pero los animales entranrpidamente en posesin de las capacidades propias para conservarse porque dichas capacidades,como observaba justamente Protgoras, estn inscritas en su estructura orgnica, en los donesdistribuidos por Epimeteo. Al hombre, por el contrario, el uso inmediato de sus rganos, por ejemplo, el aprender a ver, amoverse, a caminar, no le garantiza en modo alguno la vida: necesita los dones de Prometeo y Zeus,las tcnicas mecnicas y morales que exigen un adiestramiento mucho ms largo y penoso. Y es desealar que la adquisicin de tales tcnicas requiere el lenguaje, porque sin l no slo no podran sercomunicadas de un hombre al otro, sino que no hubieran nacido ni se desarrollaran. En efecto, sloel uso del lenguaje permite las abstracciones y generalizaciones indispensables para la formacin delas tcnicas mismas. Una palabra (o signo lingstico) no designa una cosa en particular, esta cosa,sino un objeto genrico, que se define por su uso posible, por ejemplo, las palabras hacha,flecha, arco, no designan esta hacha, esta flecha, este arco, sino un hacha, una flecha y un arcocualesquiera (independientemente de su particular forma, tamao, color, etc.), que se definen por eluso particular para el que sirven. Cuando el nio aprende a hablar, no aprende a designar cada cosa con una palabra, como se creecomnmente, sino que ms bien aprende a identificar en las cosas, a travs de las palabras, laposibilidad genrica de uso que las define. Por ejemplo, cuando la madre le dice ste es untenedor, lo que le ensea no es tanto la palabra en s misma cuanto la relacin existente entre lapalabra y toda una serie de objetos (todos los tenedores posibles, cualesquiera que sean su forma,tamao, material, etc.), que se pueden definir por el uso comn a que se destinan. Por lo tanto,Protgoras tena razn de ligar el arte mecnico, o sea, las tcnicas de uso y produccin de losobjetos, con el arte de la palabra, porque en verdad ninguno de los dos puede prescindir del otro.GNERO HUMANO Y SOCIEDAD HUMANAHasta aqu hemos hablado como si el gnero humano constituyera una sola unidad, como si fueraun todo nico y homogneo. En realidad no es as. De la misma forma que en el mundo animalalgunas especies se sostuvieron durante un cierto tiempo y luego se extinguieron, y mientras unasevolucionaron en una direccin otras lo hicieron en otra (por lo que Bergson parangon laevolucin de la vida como un haz de tallos de largura diferente, que apuntan en diferentesdirecciones), de la misma manera en el mundo humano algunos grupos de hombres hanevolucionado ms, otros menos, algunos se han dispersado, otros han sobrevivido, algunos se haninmovilizado en formas primitivas de civilizacin, y otros se han orientado hacia formas decivilizacin en desarrollo continuo. Tambin en el mundo humano, tal como se nos presenta hoy, y prescindiendo de su historia oevolucin pasadas, hacemos una primera y burda distincin entre sociedades primitivas ysociedades civilizadas. Dentro de un instante volveremos a ocuparnos de esta definicin; pero porel momento nos interesa subrayar que las llamadas sociedades primitivas comprenden gruposhumanos diversos y desemejantes que tienen usos, costumbres y creencias diversas; y lo mismosucede con las llamadas sociedades civilizadas entre las cuales advertimos profundas distinciones 7. Nicola Abbagnano,6Historia de la pedagogaVisalberghi, A.en los modos de vivir y las creencias (pinsese por ejemplo en la diferencia que hay entre losmundos cristiano, musulmn, hind, chino, etctera). Podemos expresar este hecho diciendo que cada grupo humano (primitivo o civilizado) tiene unacultura propia que le ha permitido sobrevivir. Por consiguiente, por cultura entenderemos elconjunto de tcnicas, de uso, de produccin y de comportamiento, mediante las cuales un grupo dehombres puede satisfacer sus necesidades, protegerse contra la hostilidad del ambiente fsico ybiolgico y trabajar y convivir en una forma ms o menos ordenada y pacfica. Se puede decir,asimismo, que una cultura es el conjunto, ms o menos organizado y coherente, de los modos devida de un grupo humano; entendiendo por modos de vida lo ya dicho, es decir, las tcnicas deuso, de produccin y comportamiento. Las reglas que definen estas tcnicas constituyen lo que sedenomina comnmente usos, costumbres, creencias, ritos, ceremonias, etctera. Incluso una costumbre en apariencia insignificante y banal como lo es un modo de saludar, esuna regla de conducta destinada a subrayar la actitud amistosa (o no hostil) de un hombre haciaotro. Las creencias, los ritos o las ceremonias mgicas de muchos pueblos primitivos se considerancomo reglas tcnicas propias para conseguir ciertos resultados, por ejemplo, la lluvia o la cesacinde un azote, de una epidemia, de la guerra, etc. En resumen, una cultura es el conjunto de lasfacultades y habilidades no puramente instintivas de que dispone un grupo de hombres paramantenerse vivo singular y colectivamente (es decir, como grupo).CULTURA Y EDUCACINEl carcter ms general y fundamental de una cultura es que debe ser aprendida, o sea, trasmitidaen alguna forma. Como sin su cultura un grupo humano no puede sobrevivir (a menos que asumauna cultura diversa, ms o igualmente eficaz, caso en el que mutar concomitantemente sunaturaleza toda) es en inters del grupo que dicha cultura no se disperse ni se olvide, sino que setrasmita de las generaciones adultas a las ms jvenes a fin de que stas se vuelvan igualmentehbiles para manejar los instrumentos culturales y hagan as posible que contine la vida del grupo.Esta trasmisin es la educacin. Verdad es que las sociedades primitivas carecen de escuelas en el sentido que nosotros damosa esta palabra. Pero, sin embargo, en ellas nios y jvenes se ven igualmente sometidos a un largoperiodo de aprendizaje en compaa del padre, la madre u otros adultos calificados para ello. Pasadoese periodo, y a travs de una serie de pruebas que debe superar (como los exmenes de nuestrasescuelas) y de una solemne ceremonia de iniciacin, el joven es admitido entre los adultos y losresponsables de la vida comn. La educacin es pues un fenmeno que puede asumir las formas y las modalidades ms diversas,segn sean los diversos grupos humanos y su correspondiente grado de desarrollo; pero en esenciaes siempre la misma cosa, esto es, la trasmisin de la cultura del grupo de una generacin a laotra, merced a lo cual las nuevas generacines adquieren la habilidad necesaria para manejar lastcnicas que condicionan la supervivencia del grupo. Desde este punto de vista, la educacin sellama educacin cultural en cuanto es precisamente trasmisin de la cultura del grupo, o bieneducacin institucional, en cuanto tiene como fin llevar las nuevas generaciones al nivel de lasinstituciones, o sea, de los modos de vida o las tcnicas propias del grupo. No se insistir nunca demasiado en la importancia que tiene la educacin as entendida, no slopor lo que se refiere a la vida o la supervivencia de cualquier grupo humano, sino tambin en lo quetoca a la formacin y el desarrollo de la persona humana individualmente considerada. Varioshechos parecen indicar que, alejado del consorcio humano, un individuo pierde o deja de adquirir oadquiere slo mnimamente los caracteres humanos. Nos referiremos brevemente al caso de los llamados nios salvajes, o sea los niosabandonados o perdidos en la primera infancia y privados de contactos humanos, que sobrevivieroncomo miembros de grupos animales (lobos o simios superiores) y fueron encontrados ms tarde y 8. Nicola Abbagnano,7 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.restituidos a un mundo humano. En todos estos casos, en el momento de ser restituidos a la sociedad humana los individuoscarecen de todo carcter humano. No hablan y no tienen la capacidad de hablar; su desarrollomental se halla detenido en un nivel que supera en poco la imbecilidad. Sus reacciones son en granparte automticas: no parecen tener conciencia de s y se muestran indiferentes a la compaahumana. En algunos casos no tienen ni siquiera la posicin erecta y la aprenden con dificultad. Nosonren ni ren, sino que emiten sonidos anlogos a los de aquellos animales con los cuales hanvivido. Adems, en todos estos casos, su educacin o re-educacin ha sido imposible o posiblenicamente en un grado mnimo, no ms all del que puede alcanzar un idiota. Estos hechosdemuestran la importancia que, en la formacin de una persona humana normal, tiene el conjuntode las influencias educativas debidas a los contactos humanos, a travs de los cuales, incluso en lassociedades ms primitivas y rudas, el nio aprende las indispensables tcnicas (empezando por ellenguaje) que definen su condicin humana.CULTURAS ESTTICAS Y DINMICASDado que sin su cultura un grupo no se puede conservar ni los individuos que a l pertenecenpueden alcanzar una condicin que pudiera calificarse de humana, no es de maravillar que todoslos grupos humanos traten de reforzar en sus miembros la conciencia de la importancia, el valor y laindispensabilidad de las tcnicas culturales, y el modo ms sencillo para reforzar tal concienciaconsiste en atribuir o reconocer a las precitadas tcnicas un carcter sacro, por el cual la ignorancia,la violacin o el menoscabo de ellas adquiere la calidad de acciones perversas o impas, o sea, talescomo para incurrir en castigos humanos o divinos. En efecto, en las sociedades primitivas, no slo las tcnicas de comportamiento (las costumbres,las reglas morales y religiosas, etc.), son protegidas mediante las mencionadas penas, sino quetambin lo son, con frecuencia, las tcnicas de uso y de produccin de los objetos, ya sea porquestas son igualmente indispensables para la vida del grupo, o porque, en ausencia de la escritura, sutrasmisin es ms difcil y corre el peligro de perderse, de tal modo que se experimenta la necesidadde estabilizarlas mediante sanciones oportunas. Los ritos y las ceremonias que acompaan opuntan ciertas actividades del grupo (por ejemplo, el principio de la caza o de la cosecha de unproducto cualquiera) sirven precisamente para hacer que esas actividades se desenvuelvan deacuerdo con las tcnicas tradicionales, de tal modo que stas no se pierdan ni modifiquen. De aqu que mientras ms difcil le resulte a un grupo humano conservar y trasmitir supatrimonio cultural, tanto ms tender a reconocer el carcter sacro de cada parte o elemento dedicho patrimonio. sta es la situacin propia de las llamadas sociedades primitivas o primarias: esdecir, que precisamente por ello tienen un carcter esttico, y tienden a conservar su cultura sinmutaciones o con las menores mutaciones posibles. En tales sociedades se ignora o se condena labsqueda de nuevos medios o instrumentos, de nuevas formas de vida; el individuo que pertenece aellas tiende a evitar toda novedad o a referirla a lo que se conoce tradicionalmente. Por contraste con las sociedades primarias, las llamadas sociedades civilizadas o secundarias sonaquellas cuya cultura est abierta a las innovaciones y posee instrumentos aptos para hacerlesfrente, comprenderlas y utilizarlas. Estos instrumentos son forjados por el saber en todas susformas, y, para ser ms precisos, por el saber racional, el cual, desde este punto de vista, se puededefinir como la posibilidad de renovar y corregir las tcnicas culturales. Por lo tanto, las sociedades primitivas no son, como suele creerse, las ms jvenes; por elcontrario, son, desde el punto de vista cronolgico, muy viejas y, con frecuencia, mucho msvetustas que las sociedades superiores ms antiguas. Se caracterizan ms bien por no haberencontrado otro modo de supervivencia si no es el de inmovilizar las tcnicas de vida de que hanllegado a posesionarse. Frente a estas sociedades, las secundarias, que sobreviven mediante la 9. Nicola Abbagnano, 8 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.innovacin y la rectificacin de sus tcnicas son, puede decirse, ms jvenes precisamente por elhecho de que se renuevan.FILOSOFA, PEDAGOGA, CIENCIALas consideraciones anteriores eran necesarias para mostrar la amplitud e importancia del fenmenoeducativo en el mundo humano. Ahora, limitando nuestro discurso a las llamadas sociedadescivilizadas, o sea, a aquellas en las cuales los elementos culturales estn, en alguna medida, abiertosa las innovaciones y rectificaciones, diremos que tales sociedades se enfrentan a un doble problema.El primero es el de conservar y trasmitir, en la forma ms eficaz posible, los elementos culturalesreconocidos como vlidos e indispensables para la vida de la sociedad misma. El segundo es el derenovarlos y corregirlos continuamente de manera de volverlos propios para hacer frente a nuevassituaciones naturales o humanas.Desde la Antigedad clsica estas dos tareas, conservar y renovar la cultura, fueron abordadas enforma racional y consciente por la filosofa. La filosofa, en cuanto reflexin sistemtica sobre losproblemas de la cultura humana, tuvo sus orgenes en aquella civilizacin griega que ha legado granparte de sus rasgos ms caractersticos a nuestro mundo occidental, desde las formas democrticasde convivencia civil hasta el gusto por la investigacin desinteresada y sin prejuicios de losfenmenos naturales. En griego filosofa significa amor por el saber, y ya la etimologa sugiereno solamente la idea de una preocupacin por conservar el saber constituido, sino tambin, y sobretodo, de un esfuerzo intencional por renovarlo y ampliarlo.La generalidad de la filosofa tiene un carcter lgico, en cuanto es una investigacinenderezada hacia cualquier objeto, es decir, a cualquier orden de hechos, de actividades, etc., perotambin, al mismo tiempo, tiene un carcter social, en cuanto es una investigacin que puede seremprendida y realizada por cualquier hombre, dado que todo hombre es un animal racional; porconsiguiente, no es el patrimonio de una casta o categora privilegiada de personas, como sucedecuando el saber asume una forma religiosa o mstica (por ejemplo, en las sociedades orientales). Ensus principios, la filosofa tenda a identificarse con todo el saber, o mejor dicho, con todos losconocimientos que tuvieran carcter racional y sistemtico (es decir, exclua nicamente lastcnicas de artesana); pero sucesivamente se desprendieron de ella varias ciencias particulares(matemtica, fsica, qumica, astronoma, biologa, psicologa, etc.), que se volvieron autnomas.No obstante, ha sido y es competencia de la filosofa la tarea de enfrentarse al doble problema deque hemos hablado: es decir, por una parte, conservar y defender los elementos culturalesconsiderados como vlidos; por la otra, combatir y eliminar los elementos culturales que se hayanconvertido en un lastre y promover nuevos desarrollos de la cultura. Esto lo puede hacer noocupando el lugar de esta o aquella ciencia ya constituida, sino en ocasionesayudando a que seconstituyan ciencias nuevas y, en general, esforzndose siempre por mantener vivo un clima delibertad intelectual, de discusin sin prejuicios y de apertura hacia lo nuevo y lo imprevisto.Cuando al realizar esta doble tarea de conservacin y progreso la filosofa se preocupa msespecficamente de los modos como las nuevas generaciones deben ponerse en contacto con elpatrimonio pasado sin quedar esclavizadas por ste, o sea, cuando se preocupa en forma precisa ydeliberada del fenmeno educativo tal como lo hemos planteado, asume la veste y la denominacinde filosofa de la educacin o pedagoga.Por tanto, existe entre la filosofa y la pedagoga una conexin estrechsima, y a primera vistaparecer como que la diferencia que pudiera existir entre ellas es slo cuestin de acento. Todafilosofa vital es siempre, necesaria e ntimamente, una filosofa de la educacin, porque tiende apromover modalidades y formas de cultura de cierto tipo y porque contempla un cierto ideal deformacin humana, aunque no lo considera definitivo ni perfecto.Pero el trmino pedagoga, que literalmente significa gua del nio, puede tener unsignificado ms extenso y abarcar, a ms de la filosofa de la educacin, algunas ciencias o sectores 10. Nicola Abbagnano, 9 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.de algunas ciencias, indispensables para un control del proceso educativo. Cules son esasciencias? En primer lugar, la psicologa, sobre todo aquellas partes de sta que se refieren aldesarrollo mental, a la formacin del carcter y a los modos de aprendizaje. A ltimas fechas, lasociologa ha demostrado ser una indispensable ciencia auxiliar para plantear y resolverdebidamente los problemas de la educacin. Junto a la psicologa y la sociologa, se ha venidodesarrollando una tcnica o conjunto de tcnicas que emergen de la prctica educativa misma: ladidctica. Incluso la tcnica de los exmenes y, en general, de la puesta a prueba de los adelantosescolsticos ha asumido recientemente el carcter de una ciencia autnoma que algunos denominandocimologa. Sin embargo, no parece que sea ni correcto ni til considerar a la pedagoga corno inclusora,adems de la filosofa de la educacin, de todas estas ciencias o tcnicas; pero es indudable que lapedagoga debe tener en cuenta, concretamente, las relaciones que guarda con ellas, circunstanciaque la reviste de caracteres propios frente a la filosofa general. Se dice con frecuencia que dichasrelaciones son anlogas a las que existen entre el fin y los medios: la pedagoga, en cuanto filosofade la educacin, formula los fines de la educacin, las metas que deben alcanzarse, mientras que lapsicologa, la sociologa, la didctica, etc., se limitan a proporcionarnos los medios propios para laconsecucin de esos fines, a indicarnos los caminos que debemos recorrer para alcanzar esas metas. A decir verdad se trata de una distincin que rige hasta cierto punto: fijarse metas en abstracto,sin tomar en cuenta los medios de que se dispone para alcanzarlas, sera una actividad de dudosaeficacia y, por su parte, las ciencias pedaggicas no podran ser tiles si ignorasen la finalidad, losideales educativos a que deben contribuir. Sin embargo, precisamente a la pedagoga compete latarea de coordinar las contribuciones de las diversas ciencias auxiliares y tcnicas didcticas, y deimpedir que se caiga en recetas fijas, de evitar que se cristalicen los mtodos y los valores, y, enresumen, de llevar a cabo aquella misin de apertura hacia lo nuevo y lo diverso que tiene en comncon la filosofa, o, para decirlo mejor, que tiene en la medida en que es filosofa. En este sentido, los problemas de la pedagoga son an hoy sustancialmente los mismos que seofrecieron a la reflexin consciente mucho antes que las disciplinas y tcnicas precitadas seconstituyeran y consiguieran una cierta autonoma. sta es la razn por la que se estudia la historiade la filosofa y la pedagoga: no se trata de una pura curiosidad arqueolgica sino de una necesariailuminacin de los problemas actuales mediante el estudio de sus orgenes y de las solucionesensayadas en el curso de los siglos. 11. Nicola Abbagnano,10 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.PRIMERA PARTELA CULTURA Y LA EDUCACIN EN LA ANTIGEDAD 1. LA EDUCACIN EN EL ANTIGUO ORIENTE1. EL ORIENTE Y GRECIAPor lo comn, el estudio de la historia de la pedagoga empieza por el pensamiento educativo en laantigua Grecia. Pero los egipcios, los babilonios, los hindes, los chinos y muchos otros pueblos delOriente cercano y lejano haban elaborado complejas y eficientes formas de educacin antes de losgriegos. Cul es la razn por la que, en lo que se refiere a la educacin prerromana, solemosconcentrarnos casi exclusivamente en las realizaciones del pequeo pueblo griego? Este pueblo, que descendi del Norte para ocupar la abrupta pennsula entre el Jonio y el Egeo,se civiliz al entrar en contacto con la precedente civilizacin egeo-cretense (a la que por otra partedestruy); posteriormente, a medida que se extenda por las innmeras islas de aquellos mares yestableca colonias en el Asia Menor, Italia y frica, absorbi mucho de la civilizacin egipcia, ascomo tambin de la fenicia, la persa, la babilonia, etctera. Podemos decir entonces que Grecia nos interesa sobre todo en la medida en que ha recogido ytrasmitido el patrimonio de culturas de tantas civilizaciones precedentes? Pocas personas se atreveran a contestar afirmativamente a esta pregunta. Por ejemplo, tmenselas materias de estudio de una moderna escuela secundaria. Casi todas, hasta en el nombre,denuncian su origen griego. Incluso cuando, como sucede con la geometra, nos consta que losgriegos recogieron el patrimonio cultural de otros pueblos (egipcios, babilonios), sabemos tambinque reorganizaron y desarrollaron la materia hasta convertirla en algo nuevo y original que lleva suinconfundible toque: el maravilloso rigor racional de una demostracin geomtrica es un don que lahumanidad debe a Grecia y no a ningn otro pueblo (y constituye an hoy el modelo ideal de unconocimiento cientfico perfectamente organizado). El ejemplo de la geometra es quiz el ms tpico, pero por dondequiera que extendamos nuestroanlisis obtendremos, casi en cualquier campo, resultados anlogos: en el arte, en la observacin dela naturaleza, en la observacin del hombre (historia, teora poltica), los griegos reelaboraron conespritu originalsimo lo que aprendieron de otros pueblos o fundaron directamente nuevas ramasdel conocimiento. Se podra aadir incluso que, no obstante que se les puede considerar como fundadores de casitodas las materias de estudio de una moderna escuela secundaria, no se les puede casi considerarresponsables de los aspectos ridos o mnemnicos que hoy se podran encontrar en ellas. stostienen su origen ms bien en el periodo romano-alejandrino, o en el medieval, mientras que a lacivilizacin propiamente helnica (y por consiguiente diversa de la helenstica) se debe reconocer elmrito de haber producido los aspectos creadores y liberadores de la cultura, o sea, los aspectos quesiguen siendo su valor genuino y permanente. Gozar la belleza artstica sin preocupacionesdidasclicas, darse el gusto de interrogar a la naturaleza libres de toda actitud mgica o ritualstica,ver en la historia la obra consciente de los hombres y no de oscuras fuerzas divinas o demoniacas:he aqu unas actitudes que los griegos fueron los primeros en descubrir, quiz en modo insuperable. 12. Nicola Abbagnano,11Historia de la pedagogaVisalberghi, A.Sobre la base de consideraciones como stas es fcil caer en una idolatra de lo griego,considerndolo como una especie de milagro nacido del encuentro de una estirpe humana, dotadade inteligencia y sensibilidad excepcionales, con ciertas circunstancias de clima y ambienteextraordinariamente favorables, en una situacin geogrfica que facilitaba una asimilacin rpida detodo lo elaborado por las ms importantes culturas del Oriente mediterrneo. Aclaremos deinmediato que se trata de explicaciones insuficientes, para no decir enteramente insatisfactorias. Noexisten pueblos inteligentes ni pueblos estpidos (exceptuando degeneraciones ms bien raras queno hacen al caso). Ciertamente el clima es un factor relevante, pero slo en conexin con ciertosniveles de progreso tecnolgico, y el progreso tecnolgico es obra estrechamente humana. Porltimo, la feliz posicin geogrfica respecto de otras civilizaciones no explica en modo alguno laimpronta creadora, de indiscutible originalidad, que es propia de la civilizacin griega.El examen comparativo de la civilizacin griega con las otras civilizaciones del Oriente prximoy lejano sugiere un diferente orden de consideraciones: su organizacin social y poltica esradicalmente diversa de la de cualquier otro pueblo de la poca, con la posible excepcin delfenicio, con el cual por lo dems slo tiene en comn un cierto particularismo de las varias ciu-dades-estados. Todas las otras civilizaciones orientales florecen sobre el tronco de macizasorganizaciones estatales que se extienden uniformemente sobre grandes y a veces inmensosterritorios. Potentes clases o castas sacerdotales y guerreras monopolizan el poder y el saber a la vezy constituyen el indispensable instrumento de dominio de los monarcas, los cuales se rodean de unfasto y unos honores dignos de dioses y a veces son considerados como autnticas divinidades sobrela tierra. Verdad es que exista un pequeo pueblo originalmente nmada, que ms tarde arraig enPalestina, con caractersticas muy diversas; pero su influencia y potencia fueron mnimas incluso enlos breves periodos en que logr preservar su independencia: slo ms tarde se dej sentir lainmensa importancia de la contribucin juda, cuando su estado fue destruido definitivamente y loshebreos se dispersaron en pequeos grupos por todo el mundo. Por otra parte, tambin lacivilizacin juda era eminentemente sacerdotal y por lo mismo diversa en extremo de lacivilizacin griega.La civilizacin griega es una civilizacin laica, donde no existe una clase sacerdotal potente yorganizada; es una civilizacin de ciudadanos-soldados, donde no existe, salvo en momentos ysitios particulares, una clase o casta guerrera; es una civilizacin que madura sobre estructuraspolticas extremadamente fraccionadas (las ciudades-estados), nunca estticas, sino en perennedesarrollo, y en las que, por vez primera en la historia del mundo, se afirman formas conscientes yelaboradas de democracia; es, por lo tanto, una civilizacin donde ocupa un lugar prominente ladiscusin ante asambleas con poderes deliberativos, de forma que el problema de la persuasinracional (y por lo tanto de la ciencia y la filosofa) emerge en formas hasta entonces desconocidas.Estas caractersticas, expuestas sumariamente y sin pretensin de que sean completas (yatendremos ocasin de analizarlas mejor ms adelante), presuponen, a manera de fondo sobre el cualdestacan por contraste, las caractersticas, casi opuestas, de las civilizaciones orientales. Es probableque tambin las peculiaridades de la educacin griega se comprendan mejor sobre ese mismo fondo,por consiguiente, convendr echar por lo menos un vistazo panormico sobre dichas civilizacionesas como sobre el lugar que en ellas ocuparon y los modos que asumieron las prcticas educativas.2. LAS CIVILIZACIONES FLUVIALES (EGIPTO, BABILONIA, INDIA Y CHINA)El Nilo, el ufrates y el Tigris, el Indo y el Ganges, al igual que los grandes ros de China, vieronflorecer en sus riberas formas de civilizacin muy refinadas, algunos milenios antes de la eracristiana. Civilizacin quiere decir cultura que ha dejado de ser esttica: las sucesivasgeneraciones no se limitan a reproducir casi exactamente los modos de vida de las precedentes, sinoque se verifica una acumulacin progresiva de adelantos tcnicos, se organizan las creencias, y serealiza un perfeccionamiento, aunque lento y discontinuo, del saber tradicional. 13. Nicola Abbagnano,12 Historia de la pedagogaVisalberghi, A. No es de maravillar que esto ocurra en las grandes llanuras frtiles donde la formacin depoblaciones agrcolas estables permite una divisin del trabajo bastante pronunciada, a condicin,claro est, de que el comercio a larga distancia no slo sea facilitado por la existencia de vasapropiadas de comunicacin, sino que cuente adems con la proteccin de un orden poltico queimpida el bandidaje y las guerrillas. En tales condiciones, las grandes monarquas absolutas,sostenidas por potentes clases de guerreros y sacerdotes representaban una garanta de orden ybienestar que normalmente compensaba a las poblaciones por la carga de tener que trabajar yproducir, adems de hacerlo para el propio sustento, para la manutencin y con frecuencia para lapompa de los grupos privilegiados. Pero acaso convenga aclarar mejor cul era la funcin de la clase sacerdotal. En primer lugar, esla depositaria y la celosa guardiana de toda la ciencia (si as puede decirse) acumulada en los siglosy trasmitida de ah a pocoya no en forma oral, sino mediante un tipo cualquiera de escritura:Ciencia, diremos nosotros, a un tiempo sacra y profana; como ejemplo caracterstico tenemos a lossacerdotes egipcios que, en un principio, eran tambin escribas, mdicos, embalsamadores,arquitectos e ingenieros hidrulicos. Ya desde tiempos muy antiguos haban dividido el ao en 365das, y eran capaces de calcular con excelente aproximacin las crecidas del Nilo. La religin egipcia sufri complejas evoluciones, sin que llegase a superar el estadio de unpolitesmo organizado (o enotesmo) donde la divinidad suprema era el sol, venerado bajo losnombres de Ra, Osiris o Amn: la tentativa del faran Akenatn de instaurar un rigurosomonotesmo (culto exclusivo del dios Atn, que es de todos modos el sol, pero el sol naciente yfecundador, y no el sol que preside el reino de los muertos como Amn) acab trgicamente. Entodo momento, los sacerdotes egipcios demostraron ser habilsimos en conciliar las exigencias deuna organizacin unitaria de las divinidades, con la multiplicidad incluso regional de stas ycon las creencias animsticas y totmicas an vivas en la poblacin ms inculta (de donde el cultode los dioses bajo la forma de animales: buey, cocodrilo, gato, cigea, gaviln, etctera). Pero la creencia egipcia ms tpica y difundida fue la de una segunda vida, concebida de variasmaneras (exista tambin la idea de un proceso ante Osiris y una especie de lugar de recompensapara los ms meritorios), pero siempre conectada con la buena conservacin del cuerpo, de dondesurgi la prctica de la momificacin para los ricos, o del enterramiento en la arena rida, capaz deconservar largamente los cadveres, para los pobres. Las precauciones que se tomaban a fin de quelas tumbas no fuesen profanadas alcanzaron formas obsesivas, increbles, como es sabido de quienhaya ledo la historia del hallazgo de la momia de Tutankamn. No obstante la amplia parte que en ella tena la religin, la civilizacin egipcia desarroll unamoral esencialmente utilitaria. Abundan las mximas de sabidura conservadas en los papiros, yaunque muchas de ellas se refieren a las ventajas del estudio se trata siempre y exclusivamente deventajas prcticas. Las clases egipcias no eran castas cerradas y, dentro de ciertos lmites, eraposible, estudiando con maestros privados, elevarse a la posicin de escriba del grado ms bajo, esdecir, escribano o contador en oficinas pblicas (o en empresas comerciales). Ms difcil deba ser el ingreso en las grandes escuelas sacerdotales de Memfis, Helipolis oTebas, donde se formaban los escribas de grado ms alto, con funciones administrativas y legales,as como los mdicos, los ingenieros, los arquitectos y los mismos sacerdotes (la clase sacerdotalestaba formada no slo por los sacerdotes propiamente dichos, sino tambin por todos estosprofesionistas de grado superior). Como quiera que sea, se trata siempre de una educacin decarcter prctico y profesional, sea en el sentido de que los conocimientos y la cultura no sepersiguen por s mismos, sino por sus aplicaciones, sea porque slo se tienen presentes las ventajasprcticas que pueden obtener los individuos mediante el ejercicio de una de las profesionessuperiores. El pueblo era casi totalmente iletrado; estudiar con buen xito significaba convenirse cuandomenos en un escriba del grado ms modesto, lo que, como en un papiro advierte un padre a su hijo,en el momento de inscribirlo en la escuela, es mucho ms cmodo que ejercer la profesin defundidor, barbero, picapedrero, jardinero o pescador, oficios cuya dureza, inconvenientes y peligros 14. Nicola Abbagnano,13Historia de la pedagogaVisalberghi, A.enumera cuidadosamente. El hombre ignorante dice otro papiro es como un asno con unapesada carga; quien le gua es el escriba, mientras otro reza: Ponte a trabajar y convirtete enescriba, porque as sers gua de hombres. Tambin los conocimientos cientficos de los egipcios tenan un carcter eminentementeprctico. La geometra serva, al pie de la letra, para medir la tierra, para trazar nuevamente loslinderos cuando bajaban las aguas del Nilo; la aritmtica serva para hacer los clculos del comercioy el fisco; la mecnica y la hidrulica para la ingeniera y la arquitectura; la astronoma paracalcular las estaciones, etc., etc. Se obtuvieron admirables resultados prcticos, pero no se tienenoticia de ningn intento de sistematizacin o ahondamiento terico, al punto que uno se pregunta aqu aluda exactamente Platn cuando, al comparar la sabidura de los griegos con la de lossacerdotes egipcios deca: Oh, griegos, no sois ms que unos nios. Sin embargo, en otro lugar elmismo Platn contrapone el espritu cientfico de los griegos al amor de la ganancia propio deegipcios y fenicios. Quizs lo ms justo sea observar que, aun dentro de su utilitarismo, las ciencias desarrolladas porlos egipcios formaban un conjunto tan imponente y cooperaban en la creacin de un orden tangrandioso que no podan menos de suscitar admiracin, sobre todo en el espritu de un griegoacostumbrado al genial desorden de su vida social y poltica e incluso de sus monumentos,aglomerados en las acrpolis, y ciertamente mucho menos imponentes que el templo de Amn enKarnak que, segn los clculos hechos, era dos veces ms grande que San Pedro en Roma. Poco sabemos de los mtodos educativos practicados por los egipcios y ese poco no despiertanuestro entusiasmo: al parecer sus bases eran memorizaciones y azotes. He aqu una mximapedaggica que ojal fuera una curiosidad arqueolgica: Los muchachos tienen las orejas en loslomos, cuando les pegan escuchan.Muchos puntos de contacto con la egipcia tiene la civilizacin babilnica, tan antigua como aqullao poco menos. En Babilonia la clase sacerdotal es todava ms potente que en Egipto, y constituyecasi una casta cerrada. Los sacerdotes babilonios son extraordinariamente versados en astronoma,desarrollan la matemtica hasta un grado elevadsimo de eficacia prctica, instituyen la semana,inventan los signos del zodiaco, determinan con apreciable exactitud la longitud del ao y reneninmensas bibliotecas de tablillas con caracteres cuneiformes. Vigilan la educacin superiorreservada a su clase, a la de los comerciantes ricos sus aliados y a la de los guerreros, cuyapotencia, sin embargo, combaten y socavan. Como consecuencia de esto ltimo Babilonia acabsucumbiendo ante los asirios, militaristas e incultos, famosos en la historia por haber conquistadouno de los ms extensos imperios de la antigedad sin dejar la menor huella positiva en el campo delas realizaciones cultas. Babilonia resurgi brevemente, para ceder al fin ante los medos y lospersas. Pero influy profundamente sobre estos pueblos, as como tambin sobre los hebreos, losfenicios y los mismos griegos. Tampoco de los mtodos educativos babilonios poseemos ms que unas cuantas noticias.Sabemos que sus fines eran esencialmente prcticos, al igual que en Egipto, pero que en cambioestaba ms desarrollado el aspecto cientfico y, quiz, tambin el literario. Con todo, la astrologa, lamagia y la adivinacin impedan el desarrollo de un genuino espritu cientfico; una pesadatradicin mgico-sapiencial esterilizaba toda fuerza creadora en los individuos. Incluso losartesanos estaban organizados en corporaciones cerradas, bien que con la posibilidad de adopcionesextrafamiliares. Tanto en Egipto como en Caldea, la tierra no perteneca casi en ningn caso a quien la cultivaba,sino al rey, a los sacerdotes, a los templos o a los guerreros. Y por debajo de las clases organizadasexistan muchedumbres de esclavos, fruto en gran parte de la actividad guerrera (cuya importanciaeconmica es, en la antigedad, bastante considerable, aun prescindiendo de las conquistasterritoriales: es conquista de mano de obra barata).Sin embargo, slo en la India encontramos un sistema de castas propiamente dicho, ferozmente 15. Nicola Abbagnano, 14 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.cerrado, algn tiempo despus de la conquista por los arios, acontecida hacia el 2000 a. C. (de unaprecedente y floridsima civilizacin del valle del Indo, cuyos restos empezaron a descubrirse haceapenas unas dcadas, se sabe tan poco que no vale la pena ocuparse de ella). Las clases, resultadoprobablemente de la estratificacin producida por conquistas sucesivas y de la diversidad en laresistencia ofrecida por las poblaciones autctonas, se subdividieron de la manera siguiente:Brahmanes, o sacerdotes; guerreros, comerciantes y pastores (Vaisya); siervos (Sudra), e intocableso sin casta (Paria). Rigidsima es la separacin entre las castas, y absolutamente diversa laeducacin que reciben.La literatura sapiencial de los Vedas estaba reservada a las castas superiores: segn las leyes deMan (200 a. C.) al sudra que escuchaba los Vedas haba que llenarle las orejas de plomo derretido;si los recitaba, haba que amputarle la lengua. Por el contrario, el sudra que serva con humildad ydiligencia poda renacer en una casta ms alta. En efecto, segn el brahmanismo las almastrasmigran por una multiplicidad de existencias animales y humanas hasta la reabsorcin y elanulamiento definitivo en el seno de Brahma.La civilizacin hind, fastuosa, despiadada y, al mismo tiempo, con extraa contradiccin,asctica, renunciante y nihilista, desarroll valores casi enteramente ignorados por los egipcios y losbabilonios: un sentido pnico del devenir universal, una bsqueda de la armona interior y de fusinmstica con el Todo, una disposicin contemplativa que llega a anular en s todo deseo. En estoselementos, plegndolos en el sentido del amor y de la hermandad universal, se apoy uno de losms grandes espritus de la humanidad, Gautama, llamado Buda (que significa iluminado).Al ideal de la inmovilidad, mstica o social, fraguado por la civilizacin hind, se contrapone en lainmensa China un ideal de inmovilidad institucional. Conservar el orden familiar, poltico y socialestablecido es la preocupacin dominante de Confucio, quien fue casi contemporneo de Buda(fines del siglo VI a. C.). No slo hay que conservar los privilegios hereditarios (en China no haycastas), sino tambin las funciones, las instituciones. La experiencia de la anarqua en que haba cado el colosal imperio formado entre el tercer ysegundo milenios antes de Cristo, y que abarcaba las cuencas no de uno sino de tres vastos ros,imprime a la enseanza de Confucio su carcter de sabidura conservadora. El estado debe tener lamisma indisoluble unidad de la familia, el emperador es el buen padre universal y goza de derechosilimitados; la exigencia de una buena administracin impone deberes detallados y exactos a todos yen la vida lo que cuenta es cumplir (en este sentido legalista) el propio deber. Como es obvio, lasformas, inclusive la etiqueta, son objeto de suma atencin en un pas donde el valor supremo es elrespeto por los padres, los ancianos y las tradiciones, razn por la que ven con sospecha lasnovedades de cualquier gnero que sean. Se trata, pues, de un ideal eminentemente prctico-poltico que tiene corno fondo una vagareligiosidad naturalista; por lo tanto, no existe una casta sacerdotal, sino una clase de funcionarios(los llamados mandarines) que coincide plenamente con la de los hombres cultos. En efecto, con eltiempo acab por desarrollarse un complicado sistema de exmenes estatales que era la nica puertade acceso a los diversos grados de la administracin pblica y a los cuales tericamente todospodan presentarse. En la prctica, slo las personas acomodadas se hallaban en condiciones desufragar los gastos que supona la preparacin cultural de su prole (normalmente en escuelasprivadas, surgidas en funcin de los antedichos exmenes), tanto ms que se trataba de unapreparacin literario-formalista, que de poco o nada serva a quienes no lograban superar losexmenes estatales sumamente selectivos y colocarse en la administracin. Toda ambicin de originalidad era combatida e imperaba el tradicionalismo ms cerrado, comolo demuestra el hecho mismo de que en China haya sobrevivido hasta nuestros das un sistemaideogrfico de escritura muy complicado, mientras que egipcios y babilonios superaron la faseideogrfica pura en el segundo milenio antes de Cristo. Por lo dems, el sistema ideogrfico ofrecay quizs ofrece todava una ventaja: el ser relativamente independiente de las particularidades depronunciacin y de la variedad de dialectos (que en China llegan a ser verdaderas lenguas muy 16. Nicola Abbagnano,15 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.diferenciadas entre s). Tambin en este caso el problema es mantener la unidad de un cuerpo socialdesmesurado, de lo que se deriva la exigencia inevitable: conservar.3. OTRAS CIVILIZACIONES DEL ORIENTE (FENICIOS, PERSAS, HEBREOS)Hemos visto cmo, en las grandes llanuras fluviales, donde las condiciones naturales favorecan ladivisin del trabajo (sobre una base agrcola), el intercambio de mercancas a larga distancia y, porconsiguiente, el progreso tcnico y civil, la necesidad de mantener la cohesin social y el ordenconstituido hizo que las civilizaciones surgidas ah aun siendo admirables cristalizaran enformas de un tradicionalismo cerrado que convertan la educacin en una mecnica prctica demnemotecnia, ignoraran la individualidad de los educandos, y sofocaran en stos todo impulsooriginal. Por el contrario, algunas civilizaciones desarrolladas por pueblos mucho menos numerosos y,sobre todo, menos favorecidos por las condiciones naturales, como los fenicios, los persas y loshebreos, tuvieron un carcter diverso. Poco sabemos de la educacin entre los fenicios, pero es lcito suponer que haya tenido uncarcter eminentemente prctico (en lo que se asemejaba a la de los pueblos que acabamos deconsiderar), que estimulaba la iniciativa, la, asimilacin de lo nuevo, el ingenio y, quizs tambin,la astucia sin escrpulos, al menos por lo que hace a los extranjeros. sta es al menos la conclusina que debemos llegar si juzgamos la rapidez con que este pequeo pueblo de navegantes, a untiempo piratas, comerciantes e incansables colonizadores de casi todas las riberas del Mediterrneo,lleg no slo a desarrollar su tcnica marinera sino tambin a asimilar y perfeccionar tcnicasindustriales y artesanales aprendidas de los egipcios, los babilonios, los persas, etc., y a simplificarlas tcnicas de la escritura hasta llegar a un sistema puramente alfabtico. Entre los fenicios no hay ms aristocracia que la clase industrial y comercial (siendo como eranmseros los productos del magro suelo), que controla la religin (ms bien tosca y materialista), lossacerdotes, la administracin de las ciudades (por mucho que estn ordenadas en formamonrquica), las industrias ms importantes (entre las cuales era famosa la de la tintorera), y sobretodo la flota de naves relativamente grandes, capaces de largas travesas. Fenicia no alcanz unaverdadera unidad poltica. Fundamento de la organizacin poltica era la ciudad-estado, de carctermonrquico-aristocrtico, forma que tambin tenan las muchas y con frecuencia potentes colonias. Un tipo de civilizacin completamente distinto y casi opuesto fue el que desarrollaron loshabitantes del altiplano iranio, es decir, los medos y los persas. Agricultores establecidos sobre unsuelo no rico, lo haban vuelto productivo y feraz gracias a un trabajo perseverante e inteligente (enun principio los griegos usaban la palabra paraso para indicar los armoniosos jardines cuadrados,con una fuente en el centro, por los cuales eran clebres los persas); el politesmo original habasido sustituido, sobre todo por influjo de Zoroastro (o Zaratustra), por el Mazdesmo, religinaltamente espiritual que hace del hombre el aliado del principio del bien (Ahura Mazda u Ormuz,dios de la luz) en su lucha contra el principio del mal (Arimn, dios de las tinieblas); guerrerosvalerosos e infatigables, vean en la guerra el modo de afirmar sobre los pueblos vencidos, a los quetrataban con una generosidad inslita en el mundo antiguo, el orden armonioso de su civilizacinsuperior. En slo una centuria (el siglo VI a. C.) los persas fundaron el ms grande imperio conocido hastaentonces, que se extenda desde el mar Caspio hasta Egipto, y desde el golfo Prsico hasta Tracia.La civilizacin fenicia fue una respuesta al desafo del mar; la persa al desafo de todas lascivilizaciones diversas de la suya. Slo se detuvieron ante la pequea Grecia que defendadesesperadamente un principio de orden diferente y un diverso sentido de la armona desarrolladospor as decirlo en intensidad ms bien que en extensin. La educacin persa slo tena un aspecto en comn con la fenicia: no anulaba del todo laindividualidad, no se limitaba a la memorizacin mecnica, no tenda a la simple perpetuacin de 17. Nicola Abbagnano, 16 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.un orden constituido, sino que en cierta medida promova formas de activismo dinmico. Verdad esque no se propona estimular el espritu de iniciativa de los navegantes y mercaderes, cuya solameta era la ganancia, sino ms bien el del guerrero y, ms tarde, el del funcionario destinado acuidar la organizacin del vasto conjunto de satrapas en que estaba dividido el imperio. Si hemosde dar crdito a la Ciropedia (Educacin de Ciro), del griego Jenofonte, la educacin persa seasemejaba mucho a la espartana, de la que nos ocuparemos ms adelante. Se sabe con certeza queprocuraba ante todo la educacin fsica, religiosa y moral del guerrero y reservaba una partemnima o nula a la instruccin literaria e incluso al aprendizaje de la escritura, excepcin hecha dela clase sacerdotal (hereditaria pero no muy fuerte polticamente: los famosos magos) dedicada aperpetuar el dualismo religioso de Zoroastro concilindolo con las supervivencias politestas,ordenadas en dos grandes ejrcitos de espritus al servicio, respectivamente, de Ormuz y Arimn, esdecir, la luz y las tinieblas. Naturalmente, al contacto con las refinadas y corruptas civilizaciones que llegaron a dominar, lospersas acabaron por absorber junto con la cultura de stas los grmenes de su decadencia, y aunquesiguieran ensalzando la virtud de la ruda vida militar y el sano trabajo de los campos, en realidad sehabituaron al lujo que les vena del inmenso territorio conquistado. Las cuadradas falangesmacednicas los encontraron incapaces de defenderse.Entre los actos de magnanimidad que la historia atribuye a los persas, el ms preado deconsecuencias para la civilizacin del mundo fue sin duda la decisin de Ciro, conquistador deBabilonia, a donde los judos del reino de Jud haban sido deportados cincuenta aos antes, depermitirles volver a Palestina y reconstruir el destruido templo de Salomn, quedando sloformalmente como tributarios de Persia (536 a. C.). Tngase presente que, por el contrario, de lasdiez tribus que constituan el Reino de Israel, y que fueran deportadas por los asirios dos siglosantes, no ha quedado la menor huella en la historia (y se las designa en efecto como las diez tribusperdidas). Pueblo nmada de pastores, los judos, provenientes del pas mesopotmico de Ur, habanllegado a Egipto, haban huido de ah y en el ao 1200 a. C. haban logrado instalarse en Palestinadonde convirtieron en parcialmente agrcola su economa pastoral. Al contacto con lascivilizaciones ms avanzadas de su tiempo, absorbieron muchos elementos culturales sin dejarse encambio absorber ellos mismos. Su fuerza principal resida en el principio religioso, espiritualista ypersonalista, que haban elaborado: mientras los pueblos agrcolas y sedentarios divinizaban sobretodo las fuerzas naturales, los animales y los lugares, los judos concibieron a Dios como unespritu no ligado a nada de particular o contingente, que velaba por ellos desde lo alto en lasinterminables peregrinaciones, escrutaba su alma, y los castigaba o premiaba, colectiva eindividualmente, de acuerdo con sus faltas o sus mritos. En un principio, Jehov o Yahv debe haber sido concebido por los judos como su diosparticular, cuya existencia no era incompatible con la de los dioses de otros pueblos: Bien quetodos los pueblos anduvieren cada uno en el nombre de sus dioses, nosotros andaremos en elnombre de Jehov nuestro Dios para siempre y eternamente, deca el profeta Miqueas. Pero -mstarde, por obra de Elas y otros profetas, los judos concibieron, por vez primera en la historia de lahumanidad, un riguroso monotesmo, cuidadosamente depurado de todo residuo de idolatra. Los profetas no eran propiamente sacerdotes, sino ms bien predicadores laicos que se sentanposedos por el verbo divino. El juez Samuel, el mismo que indujo a los judos a elegir un nico reyen Sal, promovi tambin la institucin de escuelas profticas, de tal modo que la enseanza delos profetas pudiera volverse ms profunda y eficaz. Los profetas fueron los primeros grandeseducadores del pueblo hebreo, cuya instruccin elemental se imparta desde haca tiempo en el senode la familia: un profundo sentimiento religioso, que reuna y sublimaba en s los efectos familiaresy el patriotismo, constitua la inspiracin profunda de una educacin que no estaba formalmenteorganizada, pero que en el aspecto moral era ms eficaz que cualquier otra educacin oriental. Sin embargo, posteriormente al cautiverio en Babilonia encontramos formada tambin entre los 18. Nicola Abbagnano, 17 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.judos una clase de escribas que (por conocer entre otras cosas el hebreo antiguo cuando el puebloya slo hablaba arameo o griego) asistan a los sacerdotes en la exgesis de la ley y en lacompilacin de un conjunto de comentarios, normas morales y jurdicas, preceptos religiosos yrituales, que asumi el nombre de Talmud. Surgieron entonces las sinagogas, que en un principiono eran lugares destinados al culto, sino slo a la instruccin religiosa, mientras los escribasimpartan a domicilio o en sitios proporcionados por los ciudadanos ricos alguna forma deenseanza profana de carcter superior. Por ltimo, a la sombra de las sinagogas surgieron escuelasprimarias que se multiplicaron al punto que, en el ao 75 a. C. la instruccin primaria se volviobligatoria en Jerusaln y nueve aos ms tarde en todo el territorio. Segn el Talmud un maestrono deba tener ms de veinticinco alumnos, ni ms de cuarenta si contaba con la ayuda de unasistente.La civilizacin y educacin judas se caracterizan pues por el espritu religioso que las informa yque funde y plasma en una unidad los muy abundantes influjos culturales recibidos de losbabilonios, los persas y los griegos. En los primeros tiempos, no faltaron manifestaciones desupersticiosa tosquedad, ni tampoco, en los ltimos, casos de degeneracin formalstica (contra loscuales se lanzara Jess), pero en general debemos reconocer a la educacin juda no slo el mrito(que ya reconocamos a fenicios y persas) de haber hecho un sitio a los valores individuales, sino dehaber tomado por norma una ley de interioridad moral que tiene por nico punto de referencia lavoluntad de un Dios universal, infinitamente bueno y justo. No debe asombrar que mientras el librobblico de los Proverbios (abundantemente inspirado en la sabidura egipcia) recomienda loscastigos corporales, el Talmud los condene expresamente. 19. Nicola Abbagnano,18 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.II. LA EDUCACIN EN EL MUNDO HOMRICO4. LA CIVILIZACIN GRIEGA: LA EDAD MICNICA Y LA EDAD HOMRICARasgo comn a gran parte de las civilizaciones orientales a que nos hemos referido es, por lo menosen su fase ms madura, la presencia de los escribas. Los escribas son fundamentalmentetrasmisores de tradiciones en forma escrita, sea que colaboren con la clase sacerdotal o pertenezcana ella (en tal caso la sapiencia trasmitida es sobre todo religiosa), sea que tengan carcter defuncionarios laicos del gobierno, como en China. En estas civilizaciones, la educacin organizadaes esencialmente educacin del escriba. No hay duda que en los primeros tiempos, de los cuales engeneral no se tiene noticia histrica, la educacin del guerrero debe haber tenido una importanciaprimordial, pero esta fase la vemos en acto slo en la civilizacin persa, civilizacin joven porcomparacin con las otras que hemos visto, pero de la cual se tienen noticias bastantepormenorizadas. Por ello se ha dicho con cierto fundamento que, en el curso de tales civilizaciones, en primerlugar prevalece como educacin tpica la del guerrero (fase dinmica, de desarrollo y expansin), yen segundo la del escriba (fase esttica, de conservacin y, por ltimo, de involucin). Ahora bien,si aceptamos la regularidad de esta sucesin como hiptesis de trabajo y nos preguntamos si valetambin para la civilizacin griega nos encontraremos sumidos en un mar de perplejidades y nopodremos dar una respuesta sin haber realizado antes ulteriores aclaraciones. En efecto, si seexcluye el primer periodo helenstico y el periodo imperial romano, encontraremos en la civiliza-cin helnica una muy desarrollada educacin del guerrero, pero no hallaremos el menor rastro delescriba; si por el contrario consideramos cmo un ciclo nico la civilizacin greco-helenstico-romana, vemos surgir en los reinos helensticos y sobre todo en el bajo imperio romano una clase defuncionarios (con frecuencia libertos) que se puede asimilar sin ms a la de los escribas de lascivilizaciones orientales. Como quiera que sea, el hecho nuevo, de alcance incalculable, es que entre la educacin delguerrero y la del escriba se inserta, as en Grecia como en Roma, la educacin del ciudadano, comola expresin ms tpica de una nueva forma de cultura y civilizacin, que pertenece tambin a unafase dinmica, que prosigue sin solucin de continuidad aquella en que predomina la educacin delguerrero, pero que presenta caractersticas peculiares e inconfundibles respecto a los otros dos tiposde educacin. A continuacin veremos en qu forma se verific en Grecia este paso gradual de la educacin delguerrero a la del ciudadano, y por lo tanto empezaremos por ocuparnos brevemente de lacivilizacin griega en su primera manifestacin cuyos testimonios son casi exclusivamentearqueolgicosconocida con el nombre de civilizacin micnica. Floreci sobre todo en elPeloponeso por obra de estirpes indoeuropeas que haban arrollado en parte por infiltracin, enparte con la violencia tanto en el continente como en las islas, inclusive la misma Creta, unapujante civilizacin anterior: la egeo-cretense o minoica. De sta (llamada as por el nombre del reycretense Minos) se sabe poco porque no se han podido descifrar sino las inscripciones msrecientes, escritas en griego quizs por efecto de una lenta infiltracin de helenos entre laspoblaciones precedentes, no indoeuropeas, de Creta y las otras islas. Las legendarias noticias que nos han trasmitido los historiadores griegos y los riqusimoshallazgos arqueolgicos nos permiten hacernos una idea aproximada de la civilizacin minoicacomo de una esplndida civilizacin comercial, dotada tambin de industrias y fecunda en refinadosproductos artsticos de inspiracin naturalista. Se expandi por una buen parte del Mediterrneo 20. Nicola Abbagnano, 19Historia de la pedagogaVisalberghi, A.oriental, y si bien en un primer momento absorbi en su rbita a los recin llegados helenos (oaqueos, como los llama Homero), que debieron haber asimilado muchos elementos de la culturacretense, acab siendo vencida por stos.La civilizacin resultante del choque, o micnica, con centros en Micenas, Argos, Tirinto, etc.,no fue en modo alguno iletrada, como se crey por mucho tiempo. En efecto, de la poca micnicadata un nmero muy grande de tablillas encontradas tanto en las islas como en la tierra firme. Perosi la civilizacin micnica tuvo tambin sus escribas cmo se explica que en Homero no se hablejams de escritura? Y sin embargo la verdad histrica de la guerra de Troya ha sido comprobada porlas excavaciones arqueolgicas.En realidad la civilizacin que Homero describe no es la micnica. Entre la guerra de Troya y laedad de Homero (hacia el siglo IX a. C.) se interpone un acontecimiento singular y catastrfico quehizo retroceder violentamente la cultura griega a un estadio de barbarie guerrera: la invasin delos dorios, tambin helenos pero desprovistos de toda civilizacin. Si bien Homero canta hazaasreferidas a acontecimientos histricos de dos o tres siglos antes, las reviste de las costumbresfamiliares a l, propias de una especie de sociedad feudal que apenas acababa de salir de la msoscura bastedad pero ya daba muestras de refinamiento (sobre todo en la Ilada) y haba progresadoun tanto en las artes de la vida civilizada (como se ve por la sociedad representada en la Odisea,contempornea del poeta o casi).Verdad es que hay en Homero un deliberado esfuerzo arcaizante, de tal modo que en elconjunto se insertan reminiscencias efectivamente micnicas e incluso minoicas; pero la estructurageneral del todo responde a una civilizacin posterior a la invasin drica. Por lo menos stas sonlas conclusiones a que ha llegado un sector autorizado de la crtica homrica reciente, bienentendido que no puede haber certeza absoluta en cuestiones como stas, acerca de las cuales nohay nada que no se haya puesto en tela de juicio, empezando con la existencia misma de Homero.Por consiguiente, es oportuno distinguir entre civilizacin micnica propiamente dicha ycivilizacin homrica. De la primera sabemos en general poco, y nada por lo que toca a laeducacin; de la segunda tenemos en primer lugar el testimonio de los poemas homricos mismos,documentacin rica e inapreciable a condicin de que se interprete como es debido.Hemos hablado de sociedad feudal y no por azar. Las analogas entre la sociedad homrica y lade la alta Edad Media son sorprendentes, al punto de justificar de sobra la expresin medioevogriego aplicada al periodo que sigue inmediatamente a la invasin de los dorios. Qu es unasociedad feudal? Es una sociedad en la cual quienes se erigen como jefes o seores recompensan laayuda prestada por los mejores guerreros concediendo a stos el usufructo de una parte de susdominios, junto con el gobierno de la poblacin que habita ah; a su vez, los beneficiarios le debenfidelidad al seor con la obligacin de seguir ayudndolo en la guerra y de reconocer en todo casosu supremaca.Ahora bien, en Homero encontramos abundancia de testimonios acerca de relaciones como stas.Muchos guerreros jvenes, al igual que los caballeros medievales, prometen fidelidad a un seor sintener por el momento otra ventaja que vivir en su corte y esperar futuros beneficios si sabrnprestarle servicios sealados. Tenemos en fin a los kouroi homricos, donceles nobles que servan elvino, componan cortejos, cantaban y a veces danzaban, y que se asemejan a los pajes medievales;por ejemplo, la funcin que Patroclo desempeaba al lado de Aquiles recuerda la del escudero (verms adelante, 68).5. LA EDUCACIN HOMRICA EN LA ILADADe todo esto resulta una distincin neta entre la clase noble, constituida por guerreros e hijos deguerreros (el laos) y el pueblo (demos) de campesinos, artesanos, etctera. Pero la clase noble no sededica al puro ejercicio de la fuerza bruta: por un lado desenvuelve toda una actividad de consejos yasambleas que requiere dotes oratorias, y por el otro se le presentan abundantes ocasiones de 21. Nicola Abbagnano,20Historia de la pedagogaVisalberghi, A.convivencia en la paz y en la guerra que estimulan las actividades artsticas y jocundas. Por ltimo,el espritu agonstico, cuando no se ejercitaba en el combate real o en algn tipo de torneo, semanifestaba de buena gana en las luchas y competencias deportivas. Por tanto, la educacin del caballero homrico (como lo podramos llamar, aunque nocombata a caballo sino en carros tirados por parejas de caballos) no era en modo alguno sencilla,por ms que no tuviese nada de la educacin minuciosamente mecnica del escriba oriental.Comprenda deportes y ejercicios caballerescos como caza, equitacin, lanzamiento de la jabalina,lucha, etc., y ciertas actividades artsticas como el canto y el taimiento de la lira. Quirn al parecerense a Aquiles incluso elementos de ciruga y farmacia, pero probablemente se trata de un reflejode ideas orientales, ms bien que de una representacin efectiva de la praxis griega. Por el contrario,la descripcin homrica de la educacin que el mismo Aquiles recibi de su otro maestro, Fnix, esdigna de la ms atenta consideracin. Advirtase en primer trmino que Fnix, noble exiliado que haba buscado refugio en Fta, en lacorte de Peleo, es acogido y estimado en sta al punto que se le concede casi como un feudo laregin de los dlopes. Posteriormente le fue confiada la educacin de Aquiles, an en tierna edad,como suceda precisamente en la Edad Media, en que a veces se confiaba la educacin de unprncipe a un vasallo de confianza. Se ocupa personalmente incluso de su alimentacin y le tomaafecto como si se tratara de su propio hijo. La educacin de Aquiles se completa por obra de Fnixen el campo, durante los primeros aos de la guerra de Troya, y tiende esencialmente a volverlomaestro del arte de la acerba guerra y del gora donde los varones se hacen ilustres. Fnix tienepues tal conciencia de su papel y de su importancia que exclama de repente volvindose a Aquiles:Y te cri hasta hacerte cual eres. Pero continuemos con el discurso de Fnx. Presupone una tica del honor que es obviamente latica de toda sociedad de guerreros. Es justo que a todo entuerto se exija una reparacin. Peroreparaciones son tambin las splicas (acompaadas de pruebas de deferencia, regalos y promesas)que Agamenn y todos los aqueos, por medio de la embajada de Ulises, yax, y el mismo Fnix, ledirigen al airado Aquiles. Incluso cuando hay de por medio el asesinato de un pariente los hay queprefieren aceptar del asesino el precio (el gidrigildo medieval de las leyes longobardas) a caeren la espiral de las venganzas. Hay que saber transigir a tiempo, con mayor razn si slo se trata deofensas de poca monta. As pues, la tica del honor va acompaada por una tica de la cordura y de la mesura y seadvierte incluso vislumbres de una tica de la comprensin y la misericordia en la bellsima imagende At, la diosa coja del mal, que corre por el mundo seguida de las desdichadas Suplicantes, que envano se esfuerzan por reparar los males causados por aqulla e invocan la ira de Zeus sobre quienno les presta odos. Sin embargo, es dudoso que este ltimo elemento haya formado verdaderamente parte de laeducacin guerrera que aqu nos ocupa: se trata ms bien de un elemento propio del espritu delpoeta. Homero, el cantor de las luchas titnicas y las crueles matanzas, trata su materia con laserenidad del gran artista pero ciertamente no con indiferencia; la nota ms profunda de su poesa esuna desencantada y humansima tristeza por los intiles estragos que describe y que sin embargoapasionaban tanto a las muchedumbres que lo escuchaban. En Homero, educador de Grecia, este elemento se debe poner en justa evidencia, por ms que nohaya sido el que tuvo mayor influencia. Probablemente no podra entrar en el cuadro de laeducacin de un guerrero en los albores de la edad arcaica, cuando el sentido del honor y el amorpor la gloria son los verdaderos valores absolutos, el nico desafo posible a la muerte, ms all dela cual aparece tan exange e intil la supervivencia en el Hades. Lo que cuenta es dejar fama de s,para lo cual importa ser siempre el mejor, superior a los dems. Por otra parte, este ideal agonstico de la vida no est limitado nicamente al valor en elcombate. El vocablo griego aret, que se traduce imperfectamente como virtud, tiene ya en lapoca homrica una connotacin mucho ms rica. 22. Nicola Abbagnano,21 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.6. LA EDUCACIN HOMRICA EN LA ODISEATambin la astucia y versatilidad de Ulises entraban con pleno derecho a formar parte del idealeducativo del guerrero. Ms difcil es juzgar si tambin entraban otras caractersticas del Uliseshomrico: la insaciable curiosidad y sed de conocer, la gran habilidad en el mentir, el slido arraigoque tenan en l los afectos familiares. La Odisea no representa el mismo tipo de sociedad que la Ilada; si bien nos encontramos antelas mismas pequeas monarquas autnomas, el poder del rey parece menor que en la Ilada. Losreyes son asistidos por consejos de nobles sin cuya aprobacin parece que los reyes no puedentomar decisiones importantes (recurdese la permanencia de Ulises en la isla de los feacios). Probablemente las posesiones de los nobles han pasado de precarias (o revocables por autoridaddel rey) a ser estables y hereditarias y la nobleza aprovecha todas las ocasiones para debilitar elpoder real. Quines son, por ejemplo, los Pretendientes? Son nobles que aspiran al trono endetrimento del heredero natural de Ulises, Telmaco, y si parecen solidarizarse entre s es desuponer que ello se debe a que, independientemente de quin resulte elegido consorte de Penlope,esperan establecer un control colectivo sobre el poder real. Hay sin embargo un elemento nuevo, de importancia por lo menos igual, que aparece apenasfugazmente, o sea, el surgimiento del comercio martimo de altura y, por consiguiente, la formacinde una nueva clase de acaudalados mercaderes-navegantes. Es posible que se dedicaran a estaactividad tambin algunos nobles e incluso ciertos reyes (cmo habra que interpretar si no losocho aos de viaje en Oriente que enriquecen enormemente a Menelao?); lo cierto es que se haformado poco a poco una contraposicin consciente entre el ideal de la formacin corts de laclase noble y el tipo plebeyo del traficante en grande, sin otras miras que la riqueza, quenaturalmente es objeto de desprecio por parte de los aristcratas. As, cuando Ulises se niega aparticipar en los juegos organizados en su honor por los feacios, el noble Euralo lo zahiere conestas palabras:Husped! Pareces ignorar aquellos ejercicios en que se instruyen los hombres. Ms que a un atleta te asemejas a patrn de marineros mercantes que, sobre su nave de carga, slo se cuida de sus mercaderas y del lucro de sus rapias. La ofensa es grave y Ulises debe demostrar al punto hasta qu extremo es infundada replicandocon fogosas palabras y lanzando un disco a distancia tan respetable que nadie se atreve a contendercon l. Ms adelante veremos cmo la contraposicin entre actividades desinteresadas, como losjuegos que no dan provecho, y actividades utilitarias, es decir, enderezadas a la ventaja prctica ymaterial, se convierte en un rasgo caracterstico de la mentalidad griega clsica. En la Odisea por lo menos se aprecia en alto grado el trabajo productivo: Laertes, antiguo rey ypadre de rey, labra personalmente el campo; Ulises ha construido con sus manos el lecho nupcial. En este aspecto se pierde un tanto el paralelismo con el feudalismo medieval: el noble de la EdadMedia no conoce otras actividades fsicas que la guerra, la caza, los torneos, etc. Pero si nostomamos el trabajo de distinguir entre lo que pudiera ser representacin de las costumbres de lapoca, en sus aspectos generales, y ciertos ideales ms bien propios del poeta Homero, no podemospor menos de llegar a la conclusin de que la vida simple, pacfica, justa y laboriosa de la modesta ypeascosa taca, tan malamente perturbada por la crpula de los Pretendientes, es ms unparadigma moral acariciado por el poeta que la pintura de una efectiva realidad. El ideal de un reinode tipo patriarcal responda quiz a un sentimiento generalizado de reaccin contra la vida ociosa ydisipada de una nobleza cada vez ms potente. Pero, al menos en este sentido, es innegable que latica inspiradora de la Odisea no es slo la de una civilizacin corts (corts se deriva de cortedel rey o del seor) en pleno florecimiento, sino que anticipa ya en cierto modo la tica de laconvivencia pacfica, laboriosa y justa de que se constituira en heraldo el otro grande poeta 23. Nicola Abbagnano,22Historia de la pedagogaVisalberghi, A.educador de Grecia, el beocio Hesodo. El ideal de formacin del noble guerrero sigue ocupando un sitio prominente en la Odisea, peromenos que en la Ilada. La aret del hroe principal no slo es ms compleja y su personalidad msrica y humana que la de los protagonistas de la Ilada, sino que en verdad aparecen o se intuyen ahvalores nuevos de vida ordenada y serena por una parte, y por la otra de espritu de aventura que yano es esencialmente blico, sino que aparece ligado a la curiosidad por lo nuevo y al gusto por losviajes. La sociedad ah representada es con frecuencia refinada y siempre corts; se puededespreciar a los comerciantes, pero nadie desprecia el bienestar. Y sobre todo hay un sentido delderecho mucho ms evolucionado que el simplista propio de la Ilada, si bien se trate an de formasde derecho consuetudinario. Nos hemos referido ya a la mayor complejidad de la vida poltica, perotambin habra que referirse al discurso de Telmaco ante la asamblea itacense, con sus exactasdistinciones entre cuestiones que hoy llamaramos de derecho pblico la eleccin de un nuevo reypara la isla y cuestiones que denominaramos de derecho privado su derecho al patrimoniopaterno y la distincin entre ste y los bienes aportados en dote por la madre. El hecho de que estascuestiones hayan tenido cabida en un poema significa que la generalidad de los oyentes podacomprender su sentido e interesarse en ellas. Es significativa la educacin de Telmaco, que si bien tendr su gran iniciacin guerrera en labatalla contra los Pretendientes al lado del padre, no parece haber sido esencialmente militar. Ajuzgar por los resultados, y los pocos datos que se pueden recoger directamente, Telmaco ha sidoeducado por sabios ancianos en el amor a la reflexin y la moderacin, la conciencia de los propioslmites y el respeto por los dems; tal educacin se completa con los viajes que ms que pasesnuevos le permiten conocer nuevos ambientes y nuevos modos de vida. La Odisea termina, como es sabido, con un pacto celebrado, por intervencin de Palas Atenea(diosa de la sabidura), entre el rey Ulises y los nobles de taca supervivientes. El poeta lo llamaeterno acuerdo. Pero no es ms que la transfiguracin potica de una esperanza de la que conseguridad participaban los oyentes, en una poca en que sin duda las discordias entre monarcas ynobles haban alcanzado proporciones preocupantes; otros caminos muy diversos y mucho msfecundos para el desarrollo de la civilizacin deba recorrer la historia de la polis griega, que no elde una armoniosa convivencia entre monarqua y aristocracia. 24. Nicola Abbagnano, 23Historia de la pedagogaVisalberghi, A. III. LA EDUCACIN DEL CIUDADANO GRIEGO7. LA POLIS O CIUDAD-ESTADOHemos visto cmo, incluso en el mismo mundo homrico, la creciente potencia de los nobles limitprogresivamente el poder monrquico. El hecho histrico es que, si bien en forma diversa para cadalugar, muy pronto el gobierno de la multitud de pequeos estados griegos acab por quedar enmanos de magistraturas colegiadas, formadas exclusivamente por los aristcratas. En ciertos casosla dignidad real sobrevivi si bien reducida a un puro nombre o transformada y sometida a laautoridad aristocrtica. En Atenas, uno de los arcontes, cuyas funciones eran ms religiosas quepolticas, se denominaba arconte rey (tambin en la Roma republicana sobrevive un resto de lainstitucin monrquica en un cargo religioso, el rex sacrificulus). En Esparta, donde el poderpoltico est slidamente depositado en manos de la magistratura de los foros, hay dos reyes confunciones de comandantes militares, aunque en realidad estn sometidos estrechamente a los forosincluso durante las campaas blicas. Pero en general la evolucin de las polis griegas no se detiene en la fase del predominioaristocrtico, y contina evolucionando, si bien a fuerza de complicadas convulsiones (de las que amenudo se aprovechan ciertos individuos para arrogarse un poder excesivo: los tiranos), haciaformas de organizacin democrtica del estado. No es fcil explicar por qu esta evolucin se cumpli por primera vez en Grecia y no en otrolugar (por ejemplo, en Fenicia). Se sabe que en su determinacin particip prominentemente unaclase plutocrtica constituida merced al trfico martimo y para la cual la forma preponderante deriqueza consista en bienes muebles (naves, mercaderas, esclavos) y no agrarios como suceda conla aristocracia tradicional. Acaso la misma configuracin geogrfica de Grecia haya favorecido el enriquecimiento de losms emprendedores con el comercio martimo, para dedicarse al cual no era necesario en unprincipio disponer de grandes naves capaces de enfrentarse al mar abierto, como sucedi con losfenicios. Naturalmente, nada impeda a los aristcratas ms progresistas ejercer el comercio, con loque no slo hubieran participado en nuevas formas de riqueza sino tambin en una nuevamentalidad. La clase plutocrtica, independientemente del origen de cada individuo, comprob envarias ocasiones la utilidad de apoyarse en las clases ms modestas para combatir el monopoliopoltico de la nobleza agraria tradicional; resultado de ello fue que poco a poco se reconocieronderechos polticos a todos los ciudadanos libres, sin distincin de origen o riqueza. Sin embargo, es necesario limitar e integrar con precisin este esquema; por s solo nos dara unavisin deformada de la realidad de las polis griegas, incluso las ms democrticas. Ante todo, hayque tener presentes los puntos que siguen: 1) El proceso de democratizacin de las instituciones polticas, precisamente por el hecho deque suele presentarse acompaado por una gran prosperidad econmica basada en el comercio,coincide tambin con la afluencia hacia las polis ms importantes de mercaderes y artesanosextranjeros que difcilmente obtienen plenos derechos de ciudadana (en Atenas se denominabanmetecos), pero sobre todo de una gran cantidad de esclavos. Bien presto los ciudadanos libresquedan reducidos a una minora, con frecuencia una reducida minora. Por consiguiente ellosmismos constituan una especie de aristocracia con respecto al conjunto de la poblacin urbana. 2) La ciudadestado griega no es solamente una entidad poltica como los estados modernos,sino tambin una realidad religiosa. No hay ciudad que no se glore de un fundador mtico de origendivino o semidivino y que no est bajo la proteccin de una divinidad particular. En un principio,las leyes mismas se consideran como de inspiracin divina, y slo muy lentamente se llega areconocer en ellas un puro producto humano. La polis no reneg jams de este carcter tico- 25. Nicola Abbagnano, 24 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.religioso, antes bien, en el curso del proceso a que se ha hecho mencin, lo modific, es decir, llega concebir la justicia divina en forma ms adecuada a las nuevas exigencias. 3) No es exacto que el nico factor propicio a la afirmacin de los ideales democrticos hayasido el econmico ligado a la expansin comercial. En la poblacin rural, que sigui siendo en casitodos los casos la clase productiva ms importante de la economa griega (es decir, ms importanteque los artesanos, e incluso que los comerciantes y marineros), la clase de los pequeos propietariosy arrendatarios se opona a los abusos de la aristocracia terrateniente. Segn parece, Hesodo, comoveremos en la siguiente seccin, deba su alto concepto de justicia a la desarrollada civilizacin delas colonias del Asia Menor, pero no hay duda de que al trazar, en Los trabajos y los das, su idealde vida justa, pacfica y laboriosa se diriga a la humilde poblacin rural de la Beocia. Y en efecto,en ciertos casos vemos que la aportacin de las clases rsticas a la formacin de la nuevademocracia no es en modo alguno insignificante. 4) El individualismo, que con tanta frecuencia se considera caracterstica griega, y que tantoparece convenir a una civilizacin de tipo comercial y marinero, no corresponde absolutamente enGrecia a lo que hoy entendemos con se trmino. Hoy da el ciudadano particular no slo desarrollauna actividad econmica por lo comn autnoma con respecto al Estado, sino que para l lareligin, el recreo (cinematgrafo, teatro, etc.), los deportes, son cuestiones privadas, por lo menosen el sentido de que tienen poco que ver con el Estado. En Grecia, por el contrario, todo estabaestrechamente enlazado con la vida de la polis: la religin era cuestin de Estado; los espectculosteatrales y deportivos eran organizados por el Estado; los sitios de reunin eran a menudo gimnasios(para adultos) pblicos.; la vida familiar gozaba de poca consideracin en cuanto forma deenriquecimiento de la existencia, de modo que tampoco en este aspecto se senta atrado elciudadano griego hacia el cultivo de una forma de existencia privada. A la luz de estas aclaraciones, dejar de maravillarnos un hecho que es quizs el ms importantey caracterstico en el desarrollo de la cultura griega: es decir, que sta procede ms bien porintegraciones sucesivas que por cambios bruscos de direccin, y sobre todo que en su forma msmadura y ligada a la afirmacin de la democracia no repudia absolutamente la tica aristocrtica(que hemos considerado en Homero) sino que la hace en gran parte suya, si bien enriquecindola yelaborndola en formas ms complejas.8. HESODO Y PNDAROUno de los ejemplos ms interesantes de una integracin de viejos motivos tico-religiosos conelementos nuevos es la poesa de Hesodo (que floreci hacia el 700 a. C.) quien reacomoda elmundo de los dioses homricos. Para Hesodo, Zeus es el dios supremamente justo, que humilla alos soberbios y ensalza a los humildes y al cual se dirige para que ilumine a los jueces en su litigiocon su hermano Perses, derrochador y perezoso (Los trabajos y los das son una serie de consejosdel poeta a Perses). Antes bien, exhorta a su hermano a reconciliarse con l sin proceso, pues al ladode la tradicional diosa Discordia (Eris maligna) que engendra la injusticia y la contienda, hay segn Hesodo una Eris benigna que no promueve la lucha sino la emulacin en el trabajo; quees la nica forma positiva de contienda o competencia, el camino que con fatiga y sudor conduce alhombre hacia el bienestar. Y el poema prosigue con una serie de consejos morales y prcticos referidos no a la heroicalucha guerrera, sino a la humilde fatiga y el esfuerzo cotidiano del campesino, el pastor e incluso elnavegante. La variedad de actividades no debe sorprendernos: Hesodo, que declara haber sidopastor antes que rapsoda, se dice hijo de un mercader originario de la Eolia, en eI Asia Menor, quems tarde se transfiri a Ascra, en Beocia. El profundo sentido de la justicia y el derecho que anima la obra entera de Hesodo reflejabaquizs el mundo, ms progresista, de las colonias asiticas donde estaba ya librndose en toda suplenitud la lucha por la isonoma, es decir, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. A ello se 26. Nicola Abbagnano,25 Historia de la pedagogaVisalberghi, A.debe el lugar prominente que en su obra principal, la Teogona, confiere a la trinidad de las Horai uHoras, Dik (justicia o derecho), Eunomia (legalidad o buen orden) y Eirene (paz).La Teogona es un grandioso intento no slo de dar orden lgico y genealgico al conjunto de lasdivinidades tradicionales, sino de representar con mitos poticos el origen mismo del universo. DelCaos original surgieron primero Erebo (las profundidades de la Tierra) y la Noche, despus el tery el Da, y luego Urano (el Cielo) y el Mar. De Urano nacieron los Titanes, uno de los cuales,Cronos, mutil y depuso a su padre; a su vez, fue derrocado por su hijo Zeus o Jpiter quien vencia los Titanes e impuso en el mundo el orden y la justicia. A todas estas generaciones preside unafuerza primigenia, la ms antigua: Eros o el Amor.Pero la visin general de Hesodo es en el fondo amarga y pesimista. En efecto, a esta evolucinsigue, despus de aparecidos los hombres, un proceso de involucin o decadencia, sintetizado en elmito de las cinco edades del mundo: edad del oro, de la plata, del cobre, de los hroes y del hierro,que es la actual y peor. Advirtase cmo en el proceso de progresiva decadencia se inserta, de modoun tanto singular, la edad de los hroes, es decir el parntesis del epos cantado por los rapsodas quel, rapsoda popular, no puede renegar, y que antes bien le sirve como contraste para subrayar ladesolacin de la desdichada edad frrea que le sigui inmediatamente. Hesodo no suea tampocopredestinados y fciles retornos al feliz origen; en el grandioso