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CAPÍTULO VIII

SECCIÓN DEPORTIVA

Dr. Jorge Hernández Ibarra

Las Secciones Deportiva y Militar del Estado Mayor General del Pentathlón Universitario, son eminentemente las dos secciones operativas de la Institución. La Sección Deportiva, es la responsable de cumplir con los programas derivados del Código Fundamental en lo tocante a conocimientos y pruebas de carácter deportivo, para que el pentathleta sea un individuo sano, que conserve esa salud para superar sus condiciones físicas, lo que le permitirá ser más resistente a la fatiga, ser más ágil y más fuerte. Este razonamiento fue lo que hizo pensar a nuestros fundadores, en establecer cinco pruebas olímpicas para todo miembro activo de la Institución, las que se modificaron y actualmente son: Correr al paso veloz a campo traviesa tres kilómetros; nado libre una distancia de trescientos metros, boxear en su peso, tres rounds (en substitución de carrera a caballo a campo traviesa), la lucha olímpica como cuarta prueba (que substituye a la olímpica de tiro de pistola) y la última, salto de longitud (que substituye a tiro de sable). El Activo del Pentathlón realiza estas pruebas constantemente, pero cada año muestra y valora sus adelantos, en fecha coincidente con los festejos de aniversario de la fundación de nuestra Institución. El primer Jefe de la Sección Deportiva lo fue el 3er. Oficial de Inf. MIGUEL AUGUSTO ARANDA V., autor de la letra y música de la primera marcha titulada “Adelante Pentathlón” (ver página 82), que en 1938 se adoptó como himno. El Subjefe de la Sección, fue el entonces Cabo de Infantería LUÍS EHRLICH FIGUEROA, quien en sus actividades laborales privadas llegó a ser prominente empresario. En 1954, a iniciativa del Comandante Dr. Jorge Jiménez Cantú y como parte de los festejos conmemorativos a la fundación del Pentathlón, se instituyó que se realizaran competencias deportivas a las que se les llamaron JUEGOS PENTATHLÓNICOS, basadas en las cinco pruebas que se le exigen a todo miembro activo del Pentathlón Universitario. En la competencia de ese año se distinguió ANTONIO RODRÍGUEZ del Internado Sección “B”, al obtener el primer lugar en salto de longitud. En los V Juegos Pentathlónicos de 1958, la carrera a campo traviesa se realizó en los terrenos del Centro Hípico del Pentathlón, en Belén de las Flores. El primer lugar lo obtuvo el Cadete RODOLFO DEL MORAL del Internado Sección “A”. En salto de longitud, realizado en el estadio de prácticas de Ciudad Universitaria, el vencedor fue MARCIANO MENDOZA también del Internado Sección “A”. La prueba de natación se realizó en la alberca del Parque Deportivo Plan Sexenal y el triunfo correspondió a ARTURO HIGAREDA de la Escuela de Reclutas. En lucha olímpica triunfaron: Mosca: OTTO KRUM, del Internado Sección “B”. Gallo: OLAGUER DE HOYOS, del Internado Sección “B”. Pluma: CARLOS DÍAZ de la Escuela de Cadetes. Ligero: RAFAEL RAMÍREZ del Internado Sección “A”. Welter: PEDRO SILOS del Internado Sección “A” y en peso Medio: SACRAMENTO SILVA del Internado Sección “A”. En las pruebas de boxeo sobre el cuadrilátero instalado en el Cuartel General triunfaron: Mosca: JULIÁN SOLLOSO del Internado Sección “A”. Gallo: RUBÉN RAMOS del Internado Sección “A”. Pluma: BENIGNO BONILLA del Internado Sección “B”. Ligero: RAFAEL RAMÍREZ del Internado Sección “B”. Welter: PEDRO SILOS del Internado Sección “A” y en Medio: nuevamente SACRAMENTO SILVA. Cabe destacar que tanto en lucha como en box los

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contendientes mostraron calidad y preparación, resistencia, agilidad, destreza, fuerza, inteligencia, agresividad y determinación para triunfar, características que dieron a las competencias gran lucidez. Debemos mencionar también en estas crónicas, que varios miembros del Pentathlón han representado a nuestro país en justas internacionales, como es el caso de ERNESTO DELGADO BECERRA del Internado Sección “B”, que en los VIII Juegos Centroamericanos representó dignamente a México al participar en la ciudad de Caracas, Venezuela, en el equipo de voleibol que resultó campeón centroamericano, distinguiéndose como excelente “clavador”; además Ernesto Delgado fue en el ciclo 57/58 designado como el “Mejor Atleta” del P.D.M.U., sin desconocer que también fue excelente estudiante en la carrera de medicina. En 1959 se realizaron los VI Juegos Pentathlónicos; se inscribieron 7 entusiastas equipos: Internado Sección “A”, Internado Sección “B”, Escuela de Cadetes, Escuela de Reclutas, Cuerpo de Ingenieros, Sanidad y Policía Militar. El salto de longitud se realizó en el Campo Deportivo “Plan Sexenal” y el primer lugar lo obtuvo LUÍS PERAZA HEREDIA de la Escuela de Reclutas.

ARDUO TRABAJO EN LA SECCIÓN DEPORTIVA

Luis Schwartz Klein Exjefe de la Sección Deportiva

Era estudiante en la Escuela Nacional Preparatoria, y un buen día observé a un grupo de muchachos que aprendían a marchar bajo la instrucción de GUSTAVO ADOLFO RAMÍREZ RODRÍGUEZ; me le acerqué y le pregunté el por qué les impartía instrucción. Gustavo me informó que les estaba dando la información, motivación y preparación necesarias para que esos compañeros ingresaran al Pentathlón. Acto seguido me dio la información sobre lo que era el Pentathlón y sus finalidades. Con varios compañeros nos dimos de alta en el Pentathlón una vez que cumplimos con los requisitos necesarios. Se me indicó que acudiera con el Dr. ARMANDO L. BEJARANO, para que se me practicara el examen médico de admisión. Fue en 1943 cuando ingresé a la Escuela de Reclutas. Todos los días, a las seis de la mañana teníamos instrucción militar. Se nos envió al Club Deportivo Hacienda en donde el maestro TORNELL, nos preparó

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en educación física y tumbling. Por cierto que, cuando el maestro Tornell estuvo en el Colegio Militar, en un accidente perdió una de sus piernas y no obstante esa mutilación, el maestro participó en los juegos olímpicos, realizando brillante papel en aparatos. La fecha de nuestra jura de bandera fue pospuesta, por el accidente en camino de terracería, que sufrieron varios compañeros del Cuerpo de Caballería (página 106), con la muerte de dos de ellos. A uno, lo enviamos con sus familiares al norte del país y el otro fue velado en el cuartel del Pentathlón, donde muchos de nosotros montamos guardia toda la noche al lado del féretro y al día siguiente, fue inhumado con los honores correspondientes. Nuestra jura de bandera tuvo lugar en marzo del año siguiente con la asistencia del DR. GUSTAVO BAZ y fue para mi un honor que él, me entregara el diploma de Cadete de Primera. Ingresé a la Escuela de Reclutas para ser instructor militar e instructor de tumbling, cargo que desempeñé por algún tiempo. Se me distinguió para que fuera Jefe de Personal en la misma dependencia. Fue para mí una época muy interesante y de mucho provecho, pues tuve la oportunidad de prepararme mejor tanto físicamente como en conocimientos, sobre todo en atletismo. Ingresé a la Escuela de Educación Física y al mismo tiempo tome un curso de natación en la YMCA (Young Men’s Christian Association), para ser profesor en ese deporte además, que se me certificó como salvavidas; por lo que fui instructor de atletismo y natación.

La práctica del tumbling fue introducida al Pentathlón por el Instructor de la Escuela de Reclutas Luis Schwartz. Gracias al impulso que desde un principio se le dio, a la fecha sigue siendo importante y vistosa actividad deportiva.

(Fotografía cortesía de Luis Schwartz, en donde él es base para el salto del tigre)

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El Comandante General de la Institución Dr. ARMANDO L. BEJARANO, me nombró Jefe de la Sección Deportiva del Estado Mayor General del Pentathlón. Nos organizamos bien, con un buen equipo de trabajo, pues había que comenzar de cero, ya que nada había. Salimos adelante gracias a la colaboración que tuve de FEDERICO RODRÍGUEZ MONCADA, quien fue el Subjefe, de ISAURO MARTÍNEZ GÁLVEZ, NÉSTOR MARTÍNEZ y JAVIER ARRIETA MONDRAGÓN entre otros más.

Personal de la Sección Deportiva con el Comandante General Dr. Armando L. Bejarano, sentado al centro y a sus lados, el Jefe de

la Sección Luis Schwartz y el Subjefe Federico Rodríguez Moncada. De pie, entre el Personal de la Sección, se encuentra en el quinto lugar Javier Arrieta Mondragón. (Fotografía cortesía de Luis Schwartz).

Poco a poco nos fuimos preparando, pero se requerían medios económicos, lo que nos llevó a tener una cita con el Dr. SALVADOR ZUBIRÁN, en aquel entonces Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, para solicitarle ayuda económica. A la cita nos hicimos acompañar del Dr. JORGE JIMÉNEZ CANTÚ. El Pentathlón recibió la donación de importante cantidad de dinero para impulsar el deporte en la Institución. Nos hacía mucha ilusión el tener un equipo de fútbol americano y lo tuvimos; empezamos a entrenar JORGE GILLING CABRERA, ROBERTO NÚÑEZ BASSÓ, FEDERICO RODRÍGUEZ MONCADA y su servidor. Nuestro entrenador fue un tío de Javier Arrieta Mondragón, el Sr. GUSTAVO MONDRAGÓN, padre del Dr. Manuel Mondragón y Kalb, actual Jefe de Seguridad del Distrito Federal. Gustavo Mondragón nos brindó toda su ayuda para el entrenamiento ya que nunca habíamos jugado. Lamentablemente yo tuve que dejar el fútbol americano para dedicarme a otras actividades deportivas que también pudimos desarrollar; entre ellas, la formación de equipos de fútbol soccer, basquetbol y otros, como el alpinismo que ya

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antes habían iniciado los pentathletas ROBERTO ROBERT y el piloto aviador FERNANDO GONZÁLEZ AGUIRRE que posteriormente sería Comandante de la Hermandad Pentathlónica. Con la ayuda económica proporcionada por el Dr. Zubirán, se compraron aparatos como paralelas, barras y otros, necesarios para nuestro primer gimnasio.

Se trabajó mucho y muy bien en la Sección Deportiva, gracias a la dedicación de mis compañeros. Preparamos el desfile deportivo del 20 de noviembre de 1947. En años anteriores el Pentathlón había participado con tablas gimnásticas, por lo que decidimos presentar algo nuevo, mejor, más llamativo. Pedimos prestados unos camiones a una ferretería que estaba cerca del cuartel general y Federico Rodríguez Moncada junto con otros compañeros trabajó toda la noche para adornar y equipar los camiones con los aparatos que teníamos. Para ese desfile, se me prendió el foco para invitar a la guapísima estrella del cine nacional MARTHA ROTH, que recientemente había sido coronada como reina del deporte. Para lo cual me apersoné en su casa, y oficialmente la invité a participar con nosotros en el desfile, en donde portaría el estandarte del Pentathlón. A Martha le gustó la idea y de inmediato aceptó participar. Recuerdo que durante nuestra plática estuvo presente su papá, un talentoso músico. La guapa de Martha se presentó puntualmente al sitio señalado para iniciar el desfile, calzando hermosos zapatos de tacones altos y con mucho garbo, amén del llamativo derrame de belleza, desfiló con nosotros. Martha y el Pentathlón fueron acariciados por la multitud de aplausos, ovaciones para ella y para los atletas que iban realizando ejercicios en las paralelas y barras, con fibra y estética, así como para los que en el asfalto realizaban los ejercicios de tumbling, sin colchón alguno que les protegiera, aplausos para los magníficos jinetes de nuestro Cuerpo de Caballería, que como siempre han destacado por su valor y arriesgadas ejecuciones. Fue un gran espectáculo y como premio a nuestros esfuerzos, obtuvimos el primer lugar por lo que se nos otorgó hermosa y enorme copa. Al año siguiente volvimos a ganar el primer lugar y llevamos al cuartel otra nueva copa.

El P.D.M.U. recibe el trofeo por el primer lugar en el Desfile Deportivo del 20 de Noviembre

(Fotografía cortesía de Luis Schwartz Klein). Continuamos jugando fútbol americano, en el primer año perdimos todos los partidos, no por ineficiencia de nuestro entrenador, sino obviamente porque estábamos “muy verdes”. Al año siguiente vino a entrenarnos el famoso SALVADOR “SAPO” MENDIOLA, que había sido entrenador de las varias veces campeón equipo del Politécnico. Empezamos a ganar algunos partidos, pero el más significativo de todos lo fue aquel, en el que tuvimos un triunfo extraordinario jugando contra el H. Colegio Militar en la Liga Intermedia; íbamos ganando 41 a cero, y toda la muchachada pentathlónica empezó a corearnos a todo pulmón “no metan más

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touchdowns”, “déjenlos así”, de modo que ese fue el resultado final, que nos sirvió de pase a la Liga Mayor. Supimos que los cadetes del H. Colegio Militar, fueron arrestados por perder en forma tan ignominiosa contra el Pentathlón. Ya sin tener actividades deportivas, las que me dejaron gratos recuerdos que he compartido con ustedes, les comento que participé cuando el Pentathlón le hizo la Valla de Honor al Sr. Presidente de la República para inaugurar el Instituto Nacional de Cardiología (página 107). También estuve presente en la valla que formamos en la inauguración de la Plaza de Toros México, invitados por Neguib Simón, el realizador de ese proyecto. Recuerdo también, los honores militares que realizamos ante el monumento a la Bandera, precisamente el día de la bandera, en la ciudad de Iguala, Gro., ocasión en la que tuve el honor de ser el abanderado del pentathlón, por acuerdo de nuestro Comandante General, el Dr. ARMANDO LEÓN BEJARANO.

Integrantes del equipo de fútbol americano con su entrenador Salvador “Sapo” Mendiola.

(Fotografía de un recorte de periódico)

Posteriormente con el auxilio de FEDERICO RODRÍGUEZ MONCADA, organizamos la Policía Militar del Pentathlón, que junto con la Sección Deportiva del EMG., me absorbieron mucho más de mi tiempo, lo que me creaba problemas en mis estudios en la Escuela Nacional de Economía, motivos que me llevaron a renunciar a tan honrosos cargos. Sin embargo, no podía dejar de colaborar en el Pentathlón y acepté el cargo de Jefe de Instructores del Servicio Militar Nacional en los campos que la Secretaría de la Defensa Nacional le había asignado al Pentathlón. Llegó el día en que me casé y por mi trabajo tenía que viajar constantemente, por lo que solicité la baja del activo y pase en 1951 a formar parte de las reservas del Pentathlón Deportivo Militar Universitario.

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Todos ellos excelentes compañeros; lamento mi flaca memoria al no recordar los nombres de todos ellos. En cuclillas a la izq.

Luis Schwartz y los dos últimos son Isauro Martínez Gálvez y Federico Rodríguez Moncada. De pie, a la izq., Jesús Pérez Vargas “La Jesusa”. Frente al banderín, en el centro, el trofeo ganado en fútbol soccer. (Foto cortesía de Luis Schwartz).

LUIS SCHWARTZ KLEIN

Dr. Jorge Hernández Ibarra

Sin duda alguna Luis Schwartz Klein, pertenece a la nueva generación de pentathlónicos, que por su impulso, lucha constante, superación como norma, creatividad y acciones correctamente orientadas, dieron en los 40 y 50 nueva vida al Pentathlón Universitario. Luis es pentathlónico completo, pues con tesón y dedicación llevó adelante y muy por arriba, la realización de todos los cargos que le fueron encomendados. Se inicia como ejemplar recluta, lo que hizo que los directivos de la Escuela de Reclutas, le invitaran a formar parte del Cuerpo de Instructores, donde impulsó mucho el deporte. Después, fue sorprendente su actividad en la Jefatura de la Sección Deportiva, donde logró en dos ocasiones obtener el primer lugar por ser el mejor grupo, en los desfiles deportivos realizados en la capital de la República. Sus inquietudes le llevaron a introducir en la Institución el tumbling, que mucho prestigio nos ha dado y a crear el Cuerpo de Seguridad de la Institución. Luis Schwartz Klein recibió grata aceptación, tanto de sus jefes del Pentathlón como de las autoridades militares, cuando dirigió a los instructores del Servicio Militar Nacional. El Pentathlón Universitario tiene como norma, seleccionar para abanderado de nuestro sagrado lábaro patrio, al más distinguido de sus oficiales, al mejor de ellos, al hombre sano y fuerte, al hombre de ejemplar comportamiento. Luis Schwartz Klein fue nuestro abanderado en varias ocasiones.

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Escolta de nuestra bandera nacional con el Oficial Luis Schwartz Klein.

El Dr. GUSTAVO BAZ le entrega la constancia de Cadete de Primera a LUÍS SCHWARTZ KLEIN; al fondo observa el Capitán

ANDRÉS NEGRETE MUÑOZ. (Foto cortesía de Luis Schwartz Klein)

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EL EQUIPO DE FÚTBOL AMERICANO

Dr. Jorge Hernández Ibarra

Cuando se organizó el equipo de fútbol americano, inició sus juegos en la Liga Intermedia. Su primer entrenador fue el Sr. GUSTAVO MONDRAGÓN, tío de Javier Arrieta Mondragón, quien sin cobrar honorarios, nos brindó sus conocimientos y entusiasmo. El administrador del equipo fue el Lic. FEDERICO BRACAMONTES GÁLVEZ. Se pensó que para un mejor rendimiento físico de los jugadores, que en su mayoría eran de los internados del Pentathlón, se les administrara una dieta alimentaria especial. Por mis conocimientos en medicina se me comisionó para que conformara la dieta, además, por tener mi Sr. Padre un negocio cárnico, fui el abastecedor de los víveres, para la adecuada administración de los alimentos. Todo marchó sobre ruedas, buena alimentación, buen entrenamiento y derrotas por un año como precio a la inexperiencia deportiva de nuestros muchachos. Posteriormente empezaron a ganar y a perder, corría el año de 1952. Fue muy celebrado el triunfo sobre los cadetes del Heroico Colegio Militar con el que teníamos rivalidades deportivas, hecho que le dio el pase al equipo de los “Osos Grises” del Pentathlón, a la Liga Mayor. La mayoría de los equipos de fútbol americano tienen su mascota; un puma en la Universidad, un burro blanco era la del Politécnico, el halcón del H. Colegio Militar, etc. Un interno de la Sección “B” trajo del norte de país un osezno gris que dio el mote al equipo, así como al del Comandante Jiménez Cantú, “El Oso”. Para entonces, la porra pentathlónica ya rugía en las tribunas, con su grito de guerra:

Aijín, aijón, aijesa. Aijín, aijón, aijesa.

Pin, pon, pesa. Pin, pon, pon.

Patria, Honor y Fuerza ¡PENTATHLÓN!

El equipo completo de fútbol americano es costoso, con el tiempo se fueron acumulando deudas, al grado que cuando recibí la Comandancia General del Pentathlón, heredé una deuda de medio millón de pesos, que en su totalidad se le debía al cuñado de Salvador “Sapo” Mendiola, el que me hizo notar que para su cuñado, la situación era insostenible; había que pagar y el Pentathlón no tenía los recursos económicos para ello. Solicité cita con el Sr. Presidente de la República, el Sr. Lic. MIGUEL ALEMÁN VALDÉS; le expresé nuestro problema, pensó un momento y me dijo: La Presidencia de la República pagará ese adeudo; pero es la última vez que le doy ese tipo de ayudas”. La solución definitiva fue eliminar de las actividades deportivas al equipo de fútbol americano, con gran descontento de los muchachos del Pentathlón. Aquí, debo rendir un tributo de agradecimiento, a mi Jefe de la Sección Deportiva NATIVIDAD VARELA SILVA porque hizo que ese descontento rápidamente pasara al olvido, en virtud de que levantó equipos de basquetbol, cuyos costos no tienen comparación, y los llevó con la importante colaboración de sus participantes, a darle gran prestigio deportivo a la Institución, en esa rama. Merecido reconocimiento a todos aquellos pentathletas, que lucharon en los emparrillados del fútbol americano, con sus músculos y con el corazón, para hacer del Pentathlón cuna de coraje y lucha, orgullo nuestro. Recuerdo los nombres de algunos de ellos: FELIPE FERNÁNDEZ GONZÁLEZ el famoso “Güero Fibra”, JORGE ESPINOSA ULLOA “El Gordo”,

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RAÚL NEGRETE “El Francés”, ARTURO VÁZQUEZ SOTO “El Pelón”, JORGE GILLING CABRERA, JOSÉ GONZÁLEZ VALLEJO “El Centavo”, LORENZO NAVARRO NAVARRO “El Cabezón”, SERGIO LUÍS CANO, NATIVIDAD VARELA, “La Muñeca” BARDÁN, DUARTE, “El Lodo”, “El Yaqui”, URIEL ALATRISTE y otros.

Uno de los buenos jugadores del fútbol

americano, Lorenzo Navarro Navarro “El Cabezón” a quien recordamos con mucho cariño

PENTA CAMPEÓN DE BASQUETBOL DEL DISTRITO EN PRIMERA FUERZA “B”

Dr. Natividad Varela Silva Exjefe de la Sección Deportiva del EMG.

No obstante que el Pentathlón es una fuente inagotable de deportistas, no había logrado integrar un equipo de basquetbol de primera fuerza, que le representara en las competencias del Distrito Federal. Los motivos de ese hecho eran que no habíamos logrado reunir un conjunto de genuinos deportistas, los tuvimos, pero desertaban del equipo, atraídos por otros equipos que les daban uniformes de seda y nylon o les ofrecían intereses mercantilistas. Además no contábamos con entrenador de calidad, que manejara técnicas más avanzadas en este deporte. En 1954 se hizo cargo de la dirección técnica de los equipos de la Institución el jugador internacional, seleccionado olímpico, panamericano y centroamericano FILIBERTO MANZO HERNÁNDEZ, que con su basta experiencia y aprovechando al máximo la calidad del material humano, que en número no menor de cien, acudieron con el afán de representar al Pentathlón en los equipos que de 2ª a 4ª fuerza se integraron. Los resultados fueron muy buenos, pues ocupamos 1º, 2º y 5º lugares en las fuerzas en que participaron. En 1955, con el éxito alcanzado el año anterior, creció el entusiasmo entre los muchachos y trajo como resultado la formación del equipo de 1ª Fuerza. Mayor aplomo, mejor acoplamiento y más confianza en su entrenador, hicieron posible la obtención del campeonato de 4ª Fuerza, tercer lugar en 3ª, 7º en 2ª. Fuerza y 3º en la 1ª Fuerza. En 1958, entrenador y jugadores con extraordinario cariño al Pentathlón, defendieron y lucharon por los colores azul y plata; con amor y fe que bien grabaron con cincel, en la Institución, hecho que les llevó a ganar el campeonato de Primera Fuerza del Distrito Federal. De 21 juegos, triunfaron en 19 partidos. El Pentathlón felicitó y agradeció a todos los integrantes de los equipos, por su entrega y extraordinaria labor desarrollada en el basquetbol, hecho muy importante registrado en nuestra historia. Muchas gracias a nuestro entrenador, FILIBERTO MANZO HERNÁNDEZ, gracias al que fuera Comandante de la banda de guerra “El Cavernario” JUAN DOMÍNGUEZ GARCÍA, a FRANCISCO CAMACHO TORRES, a OSCAR CASTAÑEDA (Yiyo), a RÓMULO NÚÑEZ DE HARO “El Pollo”, a MARIO VELASCO PÉREZ “La Viruta”, a FIDENCIO PÉREZ SAAD “El Oaxaco”, a RAFAEL MANZO

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HERNÁNDEZ, a JULIÁN CORRALES RUBIO “El Chiquis”, a RUBÉN LÓPEZ DE LA FUENTE, a ANDRÉS MORONES MURUATO “El Mormón” y a ALBINO SÁNCHEZ PÉREZ. Continuó el éxito rotundo del basquetbol en 1959, pues para el Campeonato Interior se inscribieron numerosos equipos como los del Internado Sección “A” (Lilios, Cocorochos, Pentatroters, Caritas y Pordioseros), del Internado Sección “B” (Millonarios B, Banda B, Cuervos), de la Escuela de Reclutas participaron los Rebelditos y de otros cuerpos: Yajalones, Bolsas, Norteños, Latinos, Los Chemis Champs, los Halcones, Los Tamarindos, los Elegantes, las Águilas descalzas, los Chemisitos. De este campeonato de baloncesto de muy buenos resultados, salieron los jugadores que por primera vez en la historia del Pentathlón, formarían el equipo que le representaría en el Campeonato de Liga Mayor del Distrito Federal. No olvidaremos a quienes destacaron en él: JORGE CALDERÓN RAMÍREZ, NARCISO LIVAS IBARRA, MIGUEL A. ORELLANA, JUAN TOSTADO, JORGE LUÍS VERAZA y HÉCTOR FÉLIX ALMADA.

EL BOXEO EN EL PENTATHLÓN

Dr. Jorge Hernández Ibarra

En 1956 fue muy comentado por el éxito alcanzado, el Campeonato Interior de Box, que organizó la Sección Deportiva al mando de Natividad Varela Silva. Las finales del Campeonato se efectuaron el viernes 30 de junio e inauguró el torneo, el decano de la H. Comisión de Box del Distrito Federal don MANUEL MUÑOZ, don “Manuelito” como se le decía de cariño, acompañado por otro importante miembro de la Comisión de Box del Distrito Federal, el Dr. RENATO CERVANTES. Actuó como réferi nada menos que el campeón de box profesional TOMÁS CASTILLO. Los triunfadores del evento lo fueron: Peso Mosca: ARCADIO MOJICA de la Escuela de Reclutas, que ganó por K.O. técnico. Peso Gallo: LEOBARDO MORELOS del Internado Sección “A”, también por K.O. técnico. Peso Pluma: RAÚL ESPEJEL de la Escuela de Reclutas. Peso Ligero: ARTURO LÓPEZ BRAMBILA de la Esc. de Reclutas, que ganó en el 3er asalto. Peso Welter: FELIPE HERNÁNDEZ TORRES de la Esc. de Reclutas, por decisión unánime. Peso Medio: FIDENCIO PÉREZ del Internado Sección “A”, veredicto que se acompañó de una rechifla de los asistentes, por considerar que se cometió una pifia, pues daban como ganador a LUÍS RANGEL TORRES de la Escuela de Reclutas. Desde 1955 nuestro denodado pentathleta, el Dr. NATIVIDAD VARELA SILVA miembro del Internado Sección “A”, al ser nombrado Jefe de la Sección Deportiva, le da al deporte en la Institución otro gran impulso, pues invita a miles de jóvenes pentathlónicos a estas prácticas. Un buen basketbolista que también fue Jefe de la Sección Deportiva, JORGE CALDERÓN RUIZ, con veraces palabras escribió merecido homenaje a Natividad, que por su sinceridad me permito transcribirlo:

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HOMENAJE

(Revista “Pentathlón”, Nº 10, mayo 1959)

Dr. Natividad Varela Silva.

Jorge Calderón Ruiz

Exjefe de la Sección Deportiva del P.D.M.U.

Una de las normas del Pentathlón ha sido reconocer los méritos de sus miembros, por ello en esta ocasión haremos mención de la labor desarrollada por el que fuera magnífico Jefe de la Sección Deportiva del Estado Mayor General, NATIVIDAD VARELA SILVA. Nacido en Villa Acuña, Coahuila, ingresó al Pentathlón el 4 de enero de 1948 y después de cumplir con su reclutamiento pasó a las filas del Internado Sección “A” en donde se significó por su empuje y capacidad de trabajo, factores que lo llevaron a ocupar los cargos de Subjefe y posteriormente de Jefe del Control Deportivo del Internado Sección “A”. Destacado y multifacético deportista, compitió siempre representando a la Institución. En basquetbol jugó desde 4ª a 1ª Fuerza en los campeonatos del Distrito Federal, siendo seleccionado dos años consecutivos para formar parte del equipo de 2ª Fuerza, que el D.F. envió a los campeonatos nacionales; en uno de ellos fue designado miembro del equipo IDEAL, galardón que lo colocó definitivamente entre las figuras del básquetbol amateur nacional. Igualmente se distinguió como jugador de fútbol americano, cubriendo la posición de ala, jugó dos años en Liga Intermedia y cinco en Liga Mayor. Su extraordinaria facilidad para atrapar pases, hicieron de él uno de los baluartes del equipo de los “Osos Grises” del Pentathlón,

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determinando su participación durante cuatro años en la Selección Nacional por ser uno de los mejores receptores surgidos de la Categoría Mayor. Formó también parte del equipo de atletismo de relevos de 4 x 400 m., que en 1953 rompió el récord nacional de no clasificados, existente desde el año de 1938. Por tal mérito fue nombrado EL MEJOR ATLETA DEL PENTATHLÓN en el ciclo 1953-54. Su energía, su determinación y su acendrado cariño hacia los colores azul y plata, lo llevaron a la Jefatura de la Sección Deportiva del E.M.G. Batallador incansable, desarrolló una labor de gran magnitud en beneficio del deporte de la Institución. Ahí está para demostrarlo, el desarrollo alcanzado en básquetbol, pues a su impulso decidido, se debe que en la actualidad se puedan formar veinte o más equipos cuando en sus comienzos, como Jefe de la Sección, apenas se lograba integrar cinco. Otro tanto podemos decir de los Juegos Pentathlónicos, que en el presente suman seis los años, que vienen efectuándose con mejores resultados cada vez. Estas líneas tienen el objeto de rendir un sencillo pero justo homenaje, al pentathleta distinguido, al estudiante dedicado y responsable, al jefe ejemplar y al mejor amigo; el que físicamente se encuentra lejos de nosotros ejerciendo la profesión de médico, en Ébano, San Luis Potosí. Natividad Varela Silva deja un hueco difícil de llenar en el Estado Mayor General. Habiendo terminado sus estudios como médico cirujano, salió los primeros días de mayo rumbo a San Luis Potosí, donde habrá de cumplir con el Servicio Social. Es por ello que renunció a su cargo, sin embargo su brillante trayectoria en la Institución y esa entrega que siempre le ha caracterizado, serán el ejemplo que habrá de seguir quien haya de substituirlo y serán garantía también, del trabajo que habrá de realizar.

Dr. Jorge Hernández Ibarra

El 11 de agosto de 1957, en la Ceremonia de Premiación a los pentathlónicos distinguidos en el deporte, así como a los triunfadores de las competencias realizadas en un año, se le rindió sentido homenaje a GONZALO LÓPEZ ROMERO, quien recientemente había fallecido y que había sido “El Mejor Atleta del Año”.

MONTAÑISMO

Dr. Jorge Hernández Ibarra Uno de los más sanos y completos deportes, lo es el escalar montañas, también llamado alpinismo y que se empezó a practicar desde los inicios del Pentathlón por pequeños grupos. Un gran conocedor del montañismo lo es nuestro buen amigo RICARDO RUIZ SÁNCHEZ, quien me refirió que en el Pentathlón empezaron dos grupos a practicar el montañismo.

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Toda una vida de entrega al Pentathlón; es un hombre sano, sencillo, muy vertical, activo y veraz que no busca los oropeles, como

debe ser todo pentathleta. Para RICARDO RUIZ SÁNCHEZ, como nos lo inculcaron, es importante el desarrollo y la superación de nuestra juventud institucional. Cree en ella, confía en la total entrega por su Patria, cumpliendo tácitamente nuestra Ley

Orgánica, el CÓDIGO FUNDAMENTAL. (Fotografía cortesía de Ricardo Ruiz Sánchez)

El segundo grupo estuvo dirigido por FERNANDO GONZÁLEZ AGUIRRE, LUÍS HERLICH FIGUEROA y ROBERTO ROBERT, y el grupo pionero de montañismo del Pentathlón se llamó “BRIGADA ALPINA”, y estuvo encabezado por RICARDO RUIZ SÁNCHEZ, PEDRO LÓPEZ y OSCAR OLEA NAVARRO. El montañismo está ligado con las prácticas de campo que realiza la Sección Militar del Estado Mayor General, ya que sus contingentes van al campo, van a la montaña. La montaña es vida, llegar a una cumbre, sin importar los esfuerzos que tuvimos que realizar, nos regala grata satisfacción. Ello nos invita a superar todos los obstáculos que se nos presenten en la vida, por muy complicados que sean, por muy difíciles de vencerlos. La montaña conlleva alimento a nuestro espíritu, nos permite disfrutar de la belleza de la naturaleza, a sentir el cálido frío aire, a respirar con hondura, a captar los agradables olores de su vegetación. Sobre esta base, los grupos de montañismo del Pentathlón siempre nos impulsaron para alcanzar las alturas, las cumbres, en sano ambiente de compañerismo, de fraternidad. Los que pertenecemos el Pentathlón de la Ciudad de México, tenemos la fortuna de estar rodeados de montañas y es en ellas en donde los reclutas y los cadetes, han realizado sus

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prácticas de campo. Quién no recuerda en su primera práctica, el descubrimiento de la frescura de sus bosques, quién no aspiró el olor a sierra, quién no sintió ahí, la libertad y el amor por la vida.

Recordemos el Cerro San Miguel con sus 3,800 metros de altura sobre el nivel del mar, con su ermita llamada “La Capilla”, construida por los monjes carmelitas, y que nos sirvió como elemento de triunfo, al obtenerla o al defenderla en nuestros juegos de guerra. Siguiendo a la vera de esos aromáticos y resinosos pinos, llegábamos a “Cruz Blanca”, enorme cruz de mampostería que dominaba el paisaje. Otro sitio para nuestras prácticas lo era el “Desierto de los Leones”, que ni es desierto y menos hay leones, a 24 kilómetros por la carretera a Toluca.

Nuestro instructor en montañismo, FRANCISCO SALAZAR de la Escuela de Reclutas, nos decía que era muy importante ser como los árboles, firmes como lo son sus fuertes troncos, muy bien plantados, como lo están sus raíces y tolerantes acorde a nuestros razonamientos, como lo son sus ramas y hojas, flexibles al viento. Agregaba: “Norma muy importante del montañista es ser disciplinado con las cosas trascendentales”. Cuando cometíamos un error, jocosamente nos decía: “Los animales no cometen errores, obran por instinto, por eso son muy superiores a nosotros”.

Las prácticas de escalamiento, pocas por cierto, las realizamos en esos bellos peñascos que lucen su majestuosidad en las faldas de los pies del Iztaccíhuatl, la “Mujer Dormida”, que en su pecho tiene una altura de 5,286 m.; me estoy refiriendo a la Peña del Santo y a la Peña de la Cruz, cuyo descenso hacíamos en rapel, divertido, aunque peligroso.

Cuando escalamos el Popocatépetl se nos refirió otro hecho de la “Estupidez Humana”, la única erupción volcánica ocasionada por el hombre, única en el mundo. En 1919 con la idea de explotar el azufre del volcán, su cráter fue dinamitado, con el nefasto error de que en el cráter estaban 18 trabajadores, de ellos, el único superviviente de la estúpida y vergonzosa catástrofe, fue JOSÉ MENDOZA, quien refirió como fue el tronitoso temblor con caída de muchas piedras, el fuerte viento que sopló, un cielo intensamente nublado que les cubrió para posteriormente, sin alimento alguno y aguantando la nevada, permanecieron con intenso frío. Finalmente observó como fueron muriendo sus compañeros, a la vez que sentía los estragos del congelamiento. Inhumana tragedia, que los pobladores de los rededores del Popocatépetl no se explicaban ese raro fenómeno, producto de la torpeza del hombre.

Es quizá por eso que “Don Goyo”, como así se le dice al Popocatépetl, la “Montaña que Humea”, con sus 5,452 metros sobre el nivel del mar, que recientemente se esté vengando con tantas erupciones, o que nos este recordando lo ESTÚPIDO que continúa siendo el ser HUMANO, al estar acabándose su planeta.

EJERCICIOS CORRECTIVOS

Dr. Jorge Hernández Ibarra

Hasta para dar cumplimiento a una sanción había que hacer ejercicio. Cuando un pelotón o sección cometía una falta, se les sancionaba haciéndoles que avanzaran en la posición en cuclillas, llevando el máuser tomado con ambas manos y brazos en extensión sobre las cabezas. Ejercicio muy duro, que era aumentado si el que lo ejecutaba, caía o dejaba caer el arma. Terrible sanción casi inquisitiva, que generalmente obligaba al que la ejecutaba, le quedara en su mente la imagen de quien le había impuesto el castigo, enmarcado siempre por recuerdos maternalmente ofensivos. Otro ejercicio corrector era el mandar a correr al infractor, correr y correr, tiempo que se hacía eterno, o bien se le ordenaban x número de lagartijas. Lagartijas bien hechas: cuerpo

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erguido, brazos bien extendidos y cuando merodeaban por el suelo, no había que tocarlo con el tronco del cuerpo. Empapados de sudor, el cuerpo trémulo por la fatiga, pero el espíritu, eso sí, siempre robustecido. ¡Hasta en el castigo siempre hay fibra! ¡ARRIBA PENTATHLETAS!.

La Brigada Alpina del Pentathlón Deportivo Militar Universitario, dirigida por Ricardo Ruiz Sánchez ante las fumarolas

del Popocatépetl, que se elevan hacia los cielos de nuestra patria. (Foto: Ricardo Ruiz).

LA ESGRIMA Dr. Jorge Hernández Ibarra

Fue deporte que poco se practicó en el Pentathlón Universitario; su auge e

importancia la tuvo en los inicios de la Institución, en la década de los 40. La esgrima que se practicó en el Pentathlón fue de florete, no me recuerdo haber visto ejercicios con espada o sable. Unos pocos miembros del Pentathlón recibieron clases del Mayor ANTONIO HARO OLIVA, connotado militar que había sido agregado militar ante el gobierno de Francia y un buen deportista que desempeño brillantes papeles en los Juegos Olímpicos de 1932, 1936 y 1948.

Del grupo de alumnos del Pentathlón, destacó el Oficial MARIO A. CICERO que se desempeñaba como Ayudante del Comandante en Jefe Dr. ARMANDO L. BEJARANO. Posteriormente el Oficial Cicero fue el instructor de la esgrima en el Pentathlón, no por mucho tiempo, ya que solicitó su baja de la Institución para dedicarse a su profesión, la psicología, donde destacó brillantemente. Fue Presidente de la Sociedad Mexicana de Psicología y destacado profesor de esa especialidad, en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Iberoamericana. Con el retiro del Oficial Cicero prácticamente se terminó este deporte en nuestra Institución.

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SECCIÓN MILITAR

Dr. Jorge Hernández Ibarra

El Pentathlón Universitario para el cumplimiento de sus cometidos adoptó una disciplina militar y que quede bien entendido, el Pentathlón adoptó la disciplina militar como un medio y no como una finalidad, para que, con esa disciplina sus miembros adquirieran buenos hábitos y la consecución de sus finalidades, el servir a la Patria. La Sección Militar del Estado Mayor General orienta y actúa bajo esa disciplina, con normas lógicas basadas en razonamientos positivos. Se apega a los reglamentos militares vigentes en nuestro Ejército y lo que es más, en ese aspecto, ha establecido vínculos de amistad con nuestros militares y ha participado en ceremonias castrenses, como lo fueron los desfiles del 16 de septiembre, así como en las juras de bandera de los conscriptos del Servicio Militar Nacional, incluyendo nuestra colaboración en la preparación de esos soldados. La Sección Militar actúa pues, para que los miembros del Pentathlón tengamos una conciencia de disciplina, una cultura militar y respeto hacia nuestras instituciones militares. La Secretaría de la Defensa Nacional nos ha distinguido al proporcionarnos asesores militares, los que en su totalidad, han mostrado ejemplar actuación, respeto, y buenos conocimientos en su materia, lo que nos ha llevado a todos, ser muy buenos amigos. El brillante papel que realizó el Pentathlón en el Escuadrón Motorizado, junto con los oficiales motociclistas de la Dirección de Tránsito del Departamento del Distrito Federal, en el simulacro de guerra realizado por el Ejército Mexicano, el 5 de mayo de 1939, cuya preparación militar en nosotros, estuvo a cargo de el Capitán JESÚS SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, agradable vínculo de amistad con el Ejército, que bien comprendió la Ideología del Pentathlón. Los cadetes, clases y oficiales bajo su mando, elogiaron sus intervenciones en las prácticas y academias militares, impregnadas de buen humor, de alegría (página 25). En ese entonces, se dieron las primeras felicitaciones oficiales de las autoridades militares para el Pentathlón. El Comandante General del P.D.M.U. el Dr. ARMANDO L. BEJARANO, en 1945 obtuvo el acuerdo por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, para que el Pentathlón contara en forma definitiva y permanente, con un asesor militar y así llegó otro gran amigo del Pentathlón el Capitán ANDRÉS NEGRETE MUÑOZ, de quien en lo personal tuve a un ejemplar amigo que bien me asesoró cuando fui Director de la Escuela de Reclutas (página 68). Hombre muy disciplinado, serio, buen observador y poseedor de gran personalidad. Cuando fui Comandante General del Pentathlón, me tocó la asesoría del Gral. Brigadier Ing. Civil de la Dirección Técnica Militar EMILIO R. OSORIO LAVIT, cuyos consejos basados en su experiencia, fueron para nosotros fuerte baluarte (página 68), en nuestros pasos castrenses. La Sección Militar tenía la obligación de mostrar cada año ante las autoridades militares, civiles y al pueblo en general, lo que el Pentathlón era en disciplina, garbo y marcialidad. Esa oportunidad la mostrábamos en los desfiles del 16 de septiembre, en donde la Institución desfilaba ya fuera con el uniforme de gala o con el de campaña, según las circunstancias. Con objeto de elevar el nivel de instrucción en todo el Pentathlón, en 1956 se acordó realizar cada año un concurso militar al que se le llamó COMPETENCIA DE ORDEN CERRADO DE LAS SECCIONES. Para señalar al triunfador de la competencia, el Comandante Dr. JORGE JIMÉNEZ CANTÚ, donó un trofeo al que se le denominó TROFEO CHALLENGER DR. JORGE JIMÉNEZ CANTÚ. El trofeo era entregado para su posesión temporal, al ganador en ese año, salvo que el Cuerpo triunfador ganara en tres ocasiones consecutivas o no, lo conservaba definitivamente. En 1956 y 1957 el trofeo fue ganado por la Sección de Instructores

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de la Escuela de Reclutas y para 1958 y 1960, el trofeo lo ganaron los cadetes del Internado Sección “A”. Anualmente también el Escuadrón de Caballería realizaba competencias, que resultaban muy brillantes y así en 1958, los triunfadores fueron: 1er. lugar: SERGIO ACEVEDO, 2º. Lugar: JORGE RODRÍGUEZ, 3er. lugar: HUMBERTO LAMAS, 4º lugar: CARLOS LAMAS y en 5º. lugar: MOISÉS MONTOYA. En la ESCUELA DE RECLUTAS se inculcan y enseñan en forma intensiva, durante un periodo promedio de tres meses, las nociones básicas de la disciplina y ética militar, así como la instrucción fundamental que tiene todo soldado. La instrucción del Orden Cerrado se realiza tres días a la semana y se programan tres Prácticas de Campo, las que se efectúan en sábado y domingo. Cuando es posible, el Reclutamiento realiza algún servicio a alguna ciudad de nuestro país, por un periodo mayor de tiempo (página 86). Mientras tuvimos armamento, los sábados se realizaba la limpieza del mismo (página 139). Se nos instruyó en la esgrima del marrazo, ejercicio que nos hacía el ser más diestros en el manejo de los fusiles. Con la instrucción militar se ejercita el recluta en la OBEDIENCIA y el MANDO; maneja su agresividad en aspectos de nobleza, sacrificio y honor, para el buen cumplimiento de su deber. En las prácticas de campo, se busca que el futuro cadete del Pentathlón, encuentre solución a problemas, para lo cual se le estimula su inteligencia, su espíritu de sacrificio, su intrepidez. Se busca que piense y actué por sí solo, sin esperar ayuda de nadie, para que se de cuenta de cuales son sus posibilidades, además de crearle o aumentarle la confianza en sí mismo. Llegado el momento, ante nuestra Enseña Patria, ante sus autoridades, ante sus compañeros y familiares, protesta que vivirá por la patria y morir por ella si fuere necesario; es la Jura de Bandera, ceremonia que organizan las dependencias correspondientes del Estado Mayor General o de Zona. El “Sí Protesto” le da vida, energía, un nuevo proyecto, un triunfo al recluta.

Es ahora un nuevo y distinguido cadete del Pentathlón Deportivo Militar Universitario. Ingresa al pie veterano de la Institución que es la ESCUELA DE CADETES, donde va a continuar su preparación militar, acorde a los programas que en ella se ejerzan. Pasado determinado tiempo y con la autorización de la Jefatura de la Sección Militar, podrá pasar a las filas de algunos de los diferentes Cuerpos de la Institución (página 101). La Sección Militar lleva un programa de academias militares con monitores preparados en la misma Institución, además de invitados especiales como lo han sido los asesores militares. En términos generales se imparten: El Reglamento del Ceremonial Militar, Reglamento de Uniformes y Divisas, Ley de la Disciplina Militar, Nociones de Infantería, Caballería, Armamento y Balística, amén de las materias propias de la Institución. En la Sección militar del E.M.G. se efectúan las promociones correspondientes de su personal, mediante los ascensos al grado inmediato superior, así como se premia la labor y antigüedad en la Institución. Se otorgan las condecoraciones al mérito militar: Venera para fundador de la Institución, venera para fundador del Pentathlón en las Zonas, medalla de Perseverancia de 1ª. (para XV años), de 2ª.(para X años), y de 3ª. Clase (para V años). Condecoraciones al “Trabajo Pentathlónico” de 1ª., 2ª., 3ª. Clase y 1ª. Especial, etc. La Sección Militar es la encargada de organizar toda ceremonia que rinda homenaje a los héroes que murieron en defensa de la patria, tal es el caso de los héroes de Chapultepec, en el que cada día 13, de cada mes, un pelotón de elementos de la Escuela de Cadetes hacen una guardia de honor en el Monumento a los Niños Héroes en Chapultepec. Esta tradición data del 13 de febrero de 1959, para dar cumplimiento al decreto del Sr. Presidente don Adolfo Ruiz Cortines, en donde se dispone que cada día l3 de cada mes, se rinda homenaje a los Héroes de Chapultepec.

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Hemos también rendido honores militares en ceremonias efectuadas en otras ciudades del país y sin duda alguna, ha sido para el Pentathlón una distinción que nos enorgullece, el haber participado en los desfiles militares para conmemorar los aniversarios de nuestra guerra de Independencia. Puedo afirmar que el Pentathlón en tan relevantes actos, ha participado portando sus uniformes de gala o el modesto uniforme de campaña y ha mostrado su disciplina, resultado de su trabajo constante, de su fibra y su entusiasmo. Nos tocó admirar a un hombre que era todo un símbolo del amor a la patria y que también desfilaba, pese a su avanzada edad. Era el corneta de órdenes sargento MANUEL DE LA ROSA (1840-1954), que con su uniforme de gala, sus condecoraciones y su corneta siempre estuvo presente, al frente de un contingente militar.

Recorte de un periódico que muestra al centro, al Comandante General Dr. JORGE JIMÉNEZ CANTÚ, a la derecha el Jefe del

Estado Mayor General Comandante JORGE GARCÍA DOMÍNGUEZ y entre los dos, atrás, de camisa blanca el Dr. CLEMENTE HERRERA MONROY. Al extremo izq. el Asesor Militar del Pentathlón, Capitán ANDRÉS NEGRETE MUÑOZ.

(Fotografía cortesía de Luis Schwartz Klein)

JEFES DE LA SECCIÓN MILITAR

Dr. Jorge Hernández Ibarra

En 1940 era Jefe de la Sección Militar, el Tercer Comandante de Inf. JORGE GARIBAY ROMANILLOS, cofundador que llegó a ser Comandante en Jefe de la Institución. El Subjefe de la Sección fue el Primer Oficial ROBERTO URÍAS AVELLEYRA. En 1946 fue Jefe de la Sección Militar el Primer Comandante de Inf. M.C. JORGE JIMÉNEZ CANTÚ. Le siguió en el cargo el Oficial Ing. GILBERTO YAMAMOTO HERNÁNDEZ, quién había realizado brillante papel como Director de la Escuela de Cadetes. En 1953 el Jefe de la Sección, lo fue el Lic. ALBERTO RAMOS GARCÍA, ecuánime Jefe, ordenado y cumplido, que tuvo que retirarse del cargo y de la Institución, para laborar en

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importante departamento de la Universidad Nacional Autónoma de México. El 25 de septiembre de 1954 tuve la honra de ser su sucesor y cuando fui designado para hacerme cargo de la Jefatura del Estado Mayor, el 13 de noviembre de 1955, el Jefe de la Sección Militar lo fue el Primer Comandante de Inf. Instructor Lic. en Derecho JUAN MANUEL MENDOZA CHÁVEZ.

En las prácticas de campo se suceden instrucción militar, compañerismo y el contacto con la

naturaleza. La presente corresponde a una práctica de campo de la Policía Militar. (Fotografía por cortesía de Alberto Richaud César)

SOLIDARIDAD PENTATHLÓNICA

Dr. Jorge Hernández Ibarra e información del Comandante Dr. Armando L. Bejarano.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.- El Presidente de la República Gral. Manuel Ávila Camacho le declaró la guerra a los países del Eje, después del hundimiento de los buques petroleros. El Comandante en Jefe del Pentathlón y el Estado Mayor General, en base a nuestro lema de “PATRIA, HONOR Y FUERZA”, toman la decisión de hacerle patente al Sr. Presidente, su lealtad incondicional, en servicio de nuestra patria. Al término de la conflagración, el Presidente de la República premió la solidaridad del H. Colegio Militar, de una escuela militarizada y del Pentathlón, en ceremonia realizada en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México. Al Comandante del Pentathlón Dr. Armando León Bejarano se le impuso la medalla “Lealtad del Pentathlón Universitario” (página 70).

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CONFLICTO MÉXICO-GUATEMALA.- Tenía pocos días de haberse iniciado en el cargo de Presidente de la República el Lic. Adolfo López Mateos, y el 31 de diciembre de 1958, lamentable noticia conmueve al país; la fuerza aérea guatemalteca por autorización de su Presidente, el dictador, General e Ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, ametrallaron a inermes barcos pesqueros mexicanos, so pretexto de pescar camarón en aguas guatemaltecas. Hubo algunos muertos, heridos y las tripulaciones fueron prisioneras, se decomisaron los barcos. México presentó indignado en nota diplomática el reclamo, la satisfacción correspondiente, la libertad de los marinos mexicanos, la devolución de los barcos y la reparación del daño hecho al país. El Gral. Ydígoras era persona carente de cordura y serenidad, hombre inconsecuente desconocedor del Derecho Internacional de Gentes, que puso en peligro las buenas relaciones con nuestros hermanos guatemaltecos, por lo que fue menester la ruptura de las relaciones diplomáticas. En mi calidad de Comandante de la Institución y en junta con el Estado Mayor General, consideramos que lo más adecuado dadas las circunstancias, era hacerle patente al Jefe de la nación nuestro apoyo por telegrama, que le fue enviado en los siguientes términos: El Pentathlón Deportivo Militar Universitario apoya su patriótica determinación en problema guatemalteco, ratificándole desde luego su perene e incondicional subordinación.

Cuerpo de Instructores Académicos del Pentathlón. A la izq. el Instructor LOMELÍN que impartía Leyes y Reglamentos Militares, al centro, JORGE HERNÁNDEZ IBARRA quien tenía a su cargo las academias Ley del Ceremonial Militar e Historia del Pentathlón, y en el extremo derecho el Oficial EDGARDO BLANCHET CECEÑA (página 85) quien nos impartía Reglamento de Uniformes y Divisas y la muy importante academia: Ideología Pentathlónica.

LA MILICIA

Sgto. 1º de Inf. Javier Fons

Academia impartida al personal del Reclutamiento Nº 35

MILICIA es el conjunto de actividades en una guerra, pero también se emplea el nombre para señalar a todas las actividades para preparar la guerra.

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En el Pentathlón entendemos por milicia a todo servicio militar que ha sido compaginado con nuestros estudios universitarios, politécnicos o del magisterio, o bien con nuestras actividades laborales por lo que podemos hablar de una milicia pentathlónica. Ejercer la milicia es hacer labor social humanitaria, pues al joven que se le prepara en lo militar, no es para que sea agresor, es para que sepa y este preparado para la defensa de la LIBERTAD, de la JUSTICIA y de la RAZÓN. En el Pentathlón se nos enseña a no aceptar la opresión, la tiranía, el despotismo, el abuso del poder. En el Pentathlón se busca que cada uno de nosotros adquiera el concepto más alto de lo que es el HONOR y el amor hacia la PATRIA. Aquí en el Pentathlón no hay lugar para el oportunista, para el déspota, ni para aquel que comete delitos o favorece el caos. En el Pentathlón no se atropella, no se humilla, no se le despoja a nadie, se lucha por el bien, por triunfar y si en nuestras actividades hay vencidos, nunca lastimarlos, porque tenemos eso que se llama NOBLEZA. En el Pentathlón admiramos y queremos a todos aquellos que lucharon por nuestra Independencia, a aquellos que hicieron la Revolución, a todos aquellos que nos dieron una mejor Patria. De ellos heredamos brillantes conceptos como la DISCIPLINA que es el soporte de toda buena organización, pues sin ella, el único camino que hay es el del fracaso, ya que sus componentes hacen sus voluntades o caprichos sin coherencia alguna. Luego en el Pentathlón la disciplina es imprescindible. Otro aspecto muy importante, también obligado, lo es el ORDEN. Sin orden hay caos, hay confusión. Todas nuestras leyes que han sido bien meditadas, razonadas, constituyen una herramienta favorable para el orden y por tanto, las consideramos el espíritu de ese orden. Cuando hay orden, se manda y se obedece, se cumple con el deber. Por último, otro recurso necesario es la ARMONÍA; a nuestra Institución la armonía le permitirá que todas las voluntades marchen de acuerdo y si se discrepa, se puede analizar y valorar con armonía. Si a todo lo anterior, le agregamos un ingrediente más, que es la BONDAD, todo lo que hagamos lo veremos por el lado bueno, con buen humor, con alegría. El concepto del día es: “Todo militar, por su valor infunde respeto y simpatía”.

La Instrucción de Orden Cerrado implica DISCIPLINA y el ejercicio de MANDO y OBEDIENCIA.

(Fotografía cortesía del Comandante Alberto Richaud César)

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SERVICIO MILITAR NACIONAL

Dr. Jorge Hernández Ibarra

Entre los años de 1930 a 1932, el General Lázaro Cárdenas manifiesta cierto interés por militarizar a la juventud mexicana, incluyendo aún a personas en edad madura. Esta idea originó ataques en su contra, principalmente entre grupos de intelectuales de renombre, quienes basaban sus protestas en el hecho de que México era un país amante de la paz, país que condenaba toda expansión imperialista, así como el militarismo. La idea del General Cárdenas era la de crear milicias obreras e impartir instrucción militar en todos los sectores sociales y escolares. Siendo ya Presidente de la República establece el Servicio Militar Nacional por decreto que es publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 11 de septiembre de 1940, con un artículo transitorio que especifica que dicha Ley surtirá sus efectos con la oportunidad que el Ejecutivo estimara pertinente (página 103). Cuando es Presidente de la República el Sr. General Manuel Ávila Camacho, en plena Segunda Guerra Mundial, ya en nuestro país había disminuido la simpatía que el pueblo tenía por el régimen alemán. Se había realizado la masacre de la ciudad de Lídice, Checoslovaquia, por las fuerzas nazis y en memoria de las víctimas de ese crimen, en el Distrito Federal, al pueblo de San Jerónimo Aculco, se le puso el nombre de San Jerónimo Lídice. Luego sucede el hundimiento de los barcos petroleros mexicanos, lo que obliga al Gobierno de México a declararles a los países del Eje, el estado de guerra. Se hace necesario poner en vigor la Ley del Servicio Militar, que declara obligatorio y de orden público, el servicio de las armas para todos los mexicanos en edad militar, y se publica el decreto correspondiente, en el Diario Oficial el día 31 de agosto de 1942. El día 1º de enero de 1943 se inicia el cumplimiento del Servicio Militar Nacional con los jóvenes que nacieron en el año de 1924, y que en sorteo realizado con antelación, salieron con “bola blanca”, por lo que acudirán a los cuarteles del Ejército. Los que en el sorteo obtuvieron “bola negra” no tenían que cumplir con esa obligación militar por el momento. Era imperiosa la necesidad de reorganizar y rearmar al Ejército Mexicano, con la finalidad de incrementar su potencial bélico, así como aumentar el personal en sus filas. El personal de conscriptos sería adiestrado por un año. El país tenía rápidamente que estar preparado, por si llegado el momento, era necesario repeler un ataque nazi-fascista. El Sr. General de División don FRANCISCO L. URQUIZO tuvo a su cargo la organización de las cuatro divisiones de Infantería que formaron los conscriptos. Proyectó y dirigió el encuadramiento en diversas corporaciones militares como Regimientos de Infantería, de Caballería, de Artillería, de Zapadores, en Transmisiones y en Sanidad Militar. Arduo trabajo se realizó en los cuarteles para lograr entre esa heterogénea juventud, venida de todos los ámbitos del país, una unidad nacional que coordinada, fuera productiva para la patria, bajo el principio que se manejo como lema: “MÉXICO NO QUIERE VÍCTIMAS GLORIOSAS, SINO GLORIOSOS VENCEDORES”. Para 1948, el adiestramiento de los conscriptos ya era un problema económico, por lo que se modificó la forma de preparar militarmente a esos soldados. Se optó por un método más incompleto, pero factible económicamente. Todos los conscriptos de bola negra y blanca, ya no serían acuartelados y asistirían los domingos por algunas horas a recibir su instrucción militar a centros de adiestramiento en sus lugares de origen. El adiestramiento fue fundamentalmente de la instrucción del Orden Cerrado.

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Para la integración de los Cuadros de Mando e Instrucción, se requería de personal militar capacitado y con cualidades de educadores. Fue así que la Secretaría de la Defensa Nacional incluyó en esos Cuadros a Instructores del Pentathlón, casi todos ellos de la Escuela de Oficiales de la Institución (página 103,104). Posteriormente se le otorgó al Pentathlón el control total de un Centro de Adiestramiento, el que fue conocido como “Río Blanco”. La instrucción se realizaba en las calles en derredor al Monumento a la Madre, donde centenares de jóvenes cumplieron con el Servicio Militar Nacional. En esa época se crearon los grados de complemento para cabos y sargentos y después, el de oficiales de complemento. Muchos conscriptos ingresaron a las filas del Pentathlón Universitario, hicieron en él su reclutamiento y juraron ante nuestro Lábaro Patrio, luchar por un ideal, por una superación. Supieron que nuestra bandera es el símbolo sagrado de la genuina mexicanidad, que es el emblema de toda una tradición y que es el pendón guía de todo mexicano. La SECCIÓN MILITAR del P.D.M.U., es la dependencia que custodia nuestra bandera pentathlónica, bandera que no ha estado en combates, bandera que no conoce el tronar y retumbar de los cañones, como tampoco conoce el arrasamiento de la metralla. Pero sí, esa bandera, se yergue ondulante y señorial porque simboliza todos los sentimientos de una juventud, la pentathlónica, que cree en su ideología, que se ennoblece al buscar superarse, que cada día se prepara mejor, que lucha y defiende la libertad y la justicia, que sirve a su patria.