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Staff Moderadoras

a_mac y vivi

Traductoras vivi

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Niki26

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Abby Galines

a_mac

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Fmaryd

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Correctoras Mayelie

AMDU

Meli Eli

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Viriviri

Jane

Recopilación Just Jen

Revisión Nanis

Diseño Francatemartu

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Ìndice

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Sinopsis ay gente que cree que porque no seamos de la forma en que los demás se ven, somos de alguna manera más débil o menos digna de lo que somos.

Soy la prueba viviente de que están equivocados.

Desde que tengo memoria he sido tratada de manera diferente porque soy sorda.

Lo que la gente no nota, es que el que no puedo escuchar lo que dicen, no quiere decir que no sienta el dolor que proviene de sus palabras y acciones.

Soy más que sólo una chica que no puede oír y nunca he estado más decidida a probarlo desde que termine aquí.

La Escuela Secundaria Wexfield.

Yo sé lo que pasa aquí y sé más sobre el chico que hace que todo suceda.

Dillon Murphy es problemas con una P mayúscula. Él sabe cómo hacer daño a los que percibe como más débil que él, y lo hace con una sonrisa. Lo que no sabe es que sus trucos, no funcionan conmigo porque conozco su secreto.

Estoy descubriendo que hay mucho más de Dillon que no quiere que el mundo vea y antes de que mí tiempo aquí se acabe, estoy decidida a hacerle ver, incluso si me cuesta el corazón en el proceso...

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Prólogo Dillon

oy a matar a ese hijo de puta. Todo estaba bien hasta que él se involucró.

Kayden Walker. El tipo que piensa que solo porque se enamoró de una retrasada mental, cree que de alguna manera es mejor que el

resto de nosotros. Está tan lleno de mierda que sus ojos deberían ser de color marrón.

Me mira con desprecio, saliendo de su camino para hacer mi vida un infierno cuando fue él quien empezó todo esto hace cuatro años.

Cuando me mudé aquí a la mitad de mi primer año, había sido la primera persona que me dio la hora. Vio mi tamaño y el ceño fruncido que siempre parezco llevar, y eso es todo lo que se necesitó. Nos llevamos bien y nunca miramos atrás. Después de seis meses, empezamos a molestar a la gente que veíamos más débil que nosotros y los torturamos hasta que de repente, todo el mundo sabía que no debían meterse con nosotros.

Delatarme fue un movimiento estúpido, pero uno que debería haber visto venir. No es que no me advirtiera que lo haría. Hace unos meses, se aseguró de hacerme saber que la forma en que las cosas habían sido siempre no iba a funcionar más, por lo que estar aquí ahora no debería ser una sorpresa.

Honestamente no sé cuál es el gran problema. Bien, tomé a uno de los chicos estúpidos, lo lancé al vestuario y lo golpeé. He estado haciendo esa mierda durante años y aunque he sido advertido un par de veces, no han hecho nada antes. De pronto es un problema tan grande y tengo que sentarme aquí, con mi mamá a mi lado y escuchar al director dar su patética versión de la ley.

Daniels ha estado queriendo atraparme desde el baile de graduación. Sabía que solo era cuestión de tiempo antes de terminar aquí. Kayden no tenía que decirle lo que me atrapó haciendo, habría terminado aquí por alguna otra razón. El tipo me odia y, francamente, me está fastidiando. A lo mejor la siguiente persona que persiga debería ser él en lugar de los idiotas con necesidades especiales a los que está defendiendo.

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—Parece que no lo entiende. La manera en la cual Dillon se está comportando es debido a que su padre se fue. Es un buen chico, director Daniels. Creo que está haciendo una tormenta en un vaso de agua.

Ahí está ella.

Mi madre, Rebecca Murphy; tan despistada como siempre.

No importa cuántas veces se siente en esta silla, todavía dice la misma basura. Mis problemas nunca son por mi culpa, son siempre debido a que mi padre se fue o por la adicción de ella a los analgésicos. Tal vez esa sea la mitad de la razón por la cual soy un imbécil. Nunca me enseñó a arreglar mis problemas. Cualquiera que sea la razón de sus excusas ahora, estoy harto de esto.

—Puede ser, señora Murphy, pero no es excusa para su comportamiento. Después de lo que pasó en el baile de graduación, hemos implementado una política de cero tolerancia hacia el bullyng y el contacto inapropiado de cualquier tipo. A pesar de saber esto, todavía se niega a cumplirlo, y como tal debe ser castigado.

Aquí es donde le ruega que no me suspenda. Si lo hace, voy a tener que estar en casa solo, ya que por su trabajo no puede cuidarme. Siempre la misma maldita cosa con ella. Tengo dieciocho años, sin embargo, está a punto de hacerme sonar como si tuviera doce.

—No es que no crea que debe ser castigado por lo que hizo, ¿pero acaso ha hablado con el otro estudiante? Dillon no es así cuando está en casa conmigo. Es un buen chico. Tal vez este otro chico dijo algo que lo saco de quicio.

—Eric Carmen no hizo nada más que intentar regresar a casa. ¿Qué hizo su hijo? Tomó conscientemente la decisión de hacerlo. No estoy seguro de cómo sea con usted en casa, pero la forma en que se comporta en el entorno académico deja mucho que desear.

He oído suficiente de esta mierda. Solo van a dar vueltas durante la siguiente hora debatiendo esto. Mamá no va a creer que soy una mala semilla o lo que sea y él va a actuar como si le importara una mierda lo que pasa aquí y no se va a retractar. Voy a terminar con esto.

—¿Puede solo suspenderme para que podamos terminar con esto? —interrumpo, provocando que ambos me miren, finalmente reconociendo que no son las únicas dos personas en la habitación. Puede que quieran hablar de mí como si ni siquiera estuviera aquí, pero no voy a formar parte de ello.

—¡Él no va a hacer nada de eso! —grita, lo que me hace querer gritarle también. No es más que una imbécil dopada y si se las arregló para mantenerse limpia durante cinco malditos minutos, podría ser capaz de ver que el tipo le está diciendo la verdad.

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Soy un idiota de primera clase. Siempre he sido uno y si ella sacara su cabeza de su trasero, lo vería y tal vez actuaría como una madre por una vez, en lugar de siempre barrer mi mierda debajo de la alfombra.

—¡Lo hice, mamá! Tomé a ese estúpido retrasado, lo aventé contra los casilleros y lo molí a golpes.

—Dillon, mami está manejando la situación. No hay necesidad que hagas esto.

Santa mierda. Simplemente no lo entiende. Ni siquiera importa quién se lo esté diciendo, se niega a creerlo.

—Mira hombre —digo dirigiéndome a Daniels, esperando tener mejor suerte con él para que podamos terminar con toda esta estúpida farsa y pueda salir de aquí—. Sabes que lo hice, sé que lo hice, así que vamos a terminar con esto. Dime cuánto tiempo estoy suspendido, para que me pueda largar de aquí.

Su cuerpo se tensa por mi lenguaje y me río. Se va a sentar aquí todo tranquilo sabiendo que golpeé a un chico retardado, pero va a actuar sorprendido de que maldije. Los adultos no tienen ningún maldito sentido.

—Suspenderte pudo haber sido la forma en que tratamos con este tipo de situaciones en el pasado, pero no es el enfoque que vamos a tomar en esta ocasión. Para que aprendas realmente lo que has hecho, creo que necesitas experimentarlo de primera mano.

¿Qué diablos se supone que significa eso?

—¿Qué tiene en mente? —pregunta mi mamá, dando su opinión nuevamente en la conversación y haciéndome desear otra vez que se largue. Tener dieciocho tiene que significar que me ocupo de las cosas que hago; ¿no? ¿No es eso lo que significa ser un adulto?

—Su hijo ha pasado los últimos seis meses acosando a los estudiantes e intimidándolos excesivamente. Enviarlo a casa no va a enseñarle qué tan malas son sus acciones. Solo cuando haya experimentado un tiempo con la misma gente a la que ha estado acosando en verdad comprenderá la gravedad de la situación.

Esto no es bueno. Sé a lo que se refiere, a pesar de que está utilizando demasiadas palabras para hacerse entender. No me va a dar la salida fácil esta vez; como lo hizo con Ames y los otros, meses atrás. Esta vez me va a golpear justo donde duele.

—A partir de ahora, voy a sacar a Dillon de sus clases regulares. Desde este momento, se presentará en la clase de la señorita Taylor todos los días y allí es donde permanecerá hasta el momento en que haya visto un cambio en él.

¡Hijo de puta!

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¿Qué diablos voy a hacer ahora?

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1 Cadence

o puedo creer que tenga que hacer esto durante las próximas dos semanas.

Estar atrapada en la Secundaria Wexfield no es mi idea de un buen momento y estoy bastante segura que mi mamá lo sabe. Es la única razón por la que me retiró de la escuela ordinaria hace años. Sabía que estar en un ambiente escolar normal me deprimiría y estuve de acuerdo. Debería estar pasando mi segundo año en mi escuela, no lidiando con esto.

La razón por la que me quiso en una escuela diferente es porque soy sorda.

He sido sorda desde que nací, aunque sin importar cuántas veces le pido a mi mamá que me explique exactamente lo que eso significa o le pregunto a mi doctor, nunca consigo una respuesta directa. He buscado en Google con el fin de obtener respuestas sobre cómo terminé así, pero estoy empezando a pensar que no hay una respuesta. Es solo un tipo de cosa de fenómeno de la naturaleza. No nací prematuramente, mi mamá no fue diagnosticada con ninguna cosa cuando estaba embarazada que lo podría haber causado y no hay miembros de la familia de ninguna parte que tenga remotamente problemas de audición.

Así que básicamente, soy un fenómeno de la naturaleza.

Un fenómeno sordo que, hasta esta mañana, asistió a la Escuela para Sordos de Wexfield y estaba más que feliz por eso.

Estúpidas tuberías. Si no hubieran estallado en medio de la noche, provocando que todo el segundo piso de la escuela se inundara, no estaría aquí en este momento.

Imagino que mi mamá debe ser la única madre en toda la ciudad que no quiere dejarme sola en casa durante las dos semanas que va a tomarles resolver el desastre. Las cosas serían demasiado simples si hiciera eso.

Cuando recibió la llamada a primera hora de la mañana, comenzó la planificación y cuando me desperté, me informó exactamente lo que iba a suceder.

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Así que aquí estoy; de pie en el pasillo justo fuera de su salón de clases dándome la madre de todas las palabras de ánimo con el fin de reunir el valor suficiente para cruzar la puerta.

No es que tenga miedo de estar aquí, pero cuando he estado en un lugar rodeada de personas que son como yo durante tanto tiempo, ser empujada a una situación que es todo lo contrario, me sacude. Podría estar en la clase de mi mamá con un grupo de chicos que tienen sus propias luchas y dificultades, pero eso no quiere decir que aceptarán la mía.

Es algo que habría esperado que un profesor de educación especial supiera o al menos que simpatizara con ello. Supongo que me equivoqué.

Mientras me preparo para dar los pasos necesarios con el fin de entrar por completo en la clase, siento un apretón en el hombro. No me toma mucho tiempo darme cuenta que es mi mamá. A pesar de que me trajo a la escuela, he estado evitándola desde entonces. Era solo cuestión de tiempo antes de que me encontrara.

Caminando alrededor hasta que es capaz de mirarme con la sonrisa más brillante del mundo en su rostro, levanta sus manos y comienza a hacer señas. Lanzo mis ojos por la habitación mientras lo hace, asegurándome de que nadie esté mirando. Es mi primer día aquí. No quiero un montón de ojos enfocados en mí; compadeciéndome porque soy la niña sorda.

Cuando estoy segura que nadie está prestando atención, me giro y veo que me atrapó mirando a otro lado. Sabe que la mitad de lo que dijo, ni siquiera lo capté. Donde la mayoría de los padres podrían molestarse por tener que repetir lo que dicen, ella solo me sonríe y comienza de nuevo.

Sabe que no tiene que hacer señas. Lidiando con esto toda mi vida con la ayuda de terapia del habla y pasando tanto tiempo con ella, he aprendido a leer los labios fácilmente. Bueno, fácilmente si la persona que habla lo hace a un ritmo constante.

Le devuelvo las señas lo más rápido posible, haciéndole saber que de ahora en adelante, sería más fácil si solo me hablara de manera normal, hago un gesto hacia mi asiento y me alejo de ella. Quedan unos pocos minutos para que suene la campana final, así que cuanto antes me siente y me concentre, más rápido puedo terminar el primer día de mis dos semanas infernales.

Aceptando mi respuesta, se dirige a la parte delantera de la sala y yo hacia el primer asiento disponible que veo, lo más atrás posible. Es solo cuando me acomodo, sacando el libro de mi bolso y preparándome para leer, que toda la dinámica de la habitación cambia.

Al no ser capaz de escuchar, soy muy sensible en todo lo demás. Mi sentido del olfato es más potente, mi vista incomparable y el tacto, vamos a decir que si es algo

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que he tocado antes, puedo reconocerlo al instante. Es esa hipersensibilidad lo que me hace levantar la vista cuando la sombra se abre paso a través de la puerta.

El chico que encuentran mis ojos parece tan emocionado de estar aquí como yo y empiezo a preguntarme si es otro chico de mi escuela que de alguna manera fue obligado a presentarse hoy al igual que yo. Es solo cuando frunce el ceño mientras escanea la habitación que me doy cuenta que no es alguien de mi escuela en absoluto, sino otro imbécil de película. Tampoco es cualquiera, sino el peor.

Dillon Murphy.

Esa es otra cosa que mi mamá me contó esta mañana antes de que prácticamente me forzara a entrar en el auto para venir aquí. No solo iba a ser una nueva estudiante en su clase, sino que al parecer este chico también.

Por la forma en que me lo explicó, Dillon no es un niño con necesidades especiales, sino que está en desesperada necesidad de una intervención en cuanto a su actitud y al parecer esta es la forma en que la escuela decidió actuar. Hacerlo parte de la misma clase llena de estudiantes a los que molesta con tanta frecuencia.

No creo que esto funcione, pero es porque tengo experiencia con gente así. En todo caso, ponerlo aquí lo que va a provocar es solo darle una lista más grande de gente a la cual molestar.

Somos cercanas, mi mamá y yo. Comparte sus días conmigo y es debido a eso que sé todo sobre este chico. Aunque nunca he puesto los ojos en él antes de hoy. Entonces, mirándolo mientras permanece ahí luciendo como si quisiera estar en cualquier otro lugar, trato de averiguar qué es lo que lo convierte en un idiota.

Es como un jugador de fútbol promedio, un poco más alto que mi mamá y dado que sé que mide un metro setenta, me imagino que él está cerca del metro ochenta. Su cabello es más desordenado de lo que esperé de un jugador de fútbol, pero no tan largo para que lo pueda ver causando un problema en el campo. Es un poco musculoso, nuevamente, no es una verdadera sorpresa debido a su posición en el equipo, pero no tanto como para parecerse a los fisicoculturistas que he visto en la televisión.

Nada en él se destaca, al menos no hasta que su exploración de la habitación lleva sus ojos hacia mí. A medida que nos observamos mutuamente, es cuando veo la única cosa en él que se destaca más que cualquier otra. Viéndome con una mirada de puro disgusto en su rostro, hay un par de ojos del mismo color marrón chocolate que los míos.

Santa mierda.

Sacudiendo mi evaluación inicial, bajo mi cabeza hasta que parece como si estuviera centrada en la lectura; cuando la realidad es que estoy haciendo todo lo que puedo para no responder a los ojos que en tan solo unos segundos han conseguido

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perforar directamente a través de mí. No sé lo que está pasándome, pero por cómo estoy reaccionando, se podría pensar que nunca había visto un par de ojos marrones antes.

Esto es una locura. No se supone que encuentre ni una maldita cosa atractiva sobre Dillon Murphy. Con todas las cosas que mi mamá me contó de él, es el último chico al que quiero acercarme. Su razón para estar en esta clase se supone que es un castigo, pero si los escalofríos que conseguí cuando me miró son un indicio, soy yo la que está a punto de ser castigada.

Definitivamente estas van a ser las dos semanas más largas de mi vida.

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Dillon Cuando me levanté esta mañana, tuve esta idea de cómo iba a ir mi día. Me

dirigiría a la escuela, me reuniría con mi novia, tendría un poco de diversión con ella, posiblemente encontraría a otro imbécil para molestar y luego iría al primer período. Es la misma rutina que he estado haciendo durante tanto tiempo como puedo recordar y a pesar de que empezaba a ponerse aburrido, no puedo negar la seguridad que consigo ante la familiaridad de eso.

Eso no es en absoluto lo que sucedió. De acuerdo con la decisión del viernes antes de que mi madre saliera de la oficina, este día no iba a ser como los otros. De pie frente al edificio esperándome después de conducir y estacionar está el director Daniels y parecía menos que contento de verme.

Tenía ganas de tener un poco de diversión con Ames antes del primer período.

—¡Señor Murphy! Me alegro mucho que pudieras venir.

Sí, estoy seguro de que realmente está contento de que viniera hoy. No tengo dudas de que está disfrutando como el infierno rompiendo mi reputación con este estúpido truco. Tengo que detenerme de decirle que este pequeño plan suyo va a fracasar miserablemente. Mejor no hacer enojar al hombre antes de que haya intentado enderezarme.

—¿Dónde más podría estar?

—Dirigiéndote a encontrar a esa novia tuya, por supuesto. Estoy aquí para decirte que eso no pasará hoy.

—Por supuesto que no. No tendría al comité de bienvenida encontrándose conmigo enfrente si así fuera.

Esto realmente apesta. Sé que tengo que superar esta mierda, pero ¿realmente tiene que acompañarme a clases como si fuera un niño? Estoy bastante seguro que puedo encontrar la clase de retardados por mi cuenta. No es como si se hubiera movido desde la última vez que estuve aquí.

—Con el fin de asegurarme que cumplas lo que he puesto en marcha, voy a acompañarte a la clase de la señorita Taylor hoy. Está esperando con ansias tu presencia.

Sí, estoy bastante seguro que eso es un montón de mierda. Estoy seguro que lo último que ella quiere es tenerme en su clase para lidiar conmigo. No es exactamente un secreto que sus estudiantes son los que pusieron todo esto sobre mí. Eric y la estúpida Isabelle Reagan. Bueno, ella y ese novio imbécil suyo.

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Pensar en Kayden solo me recuerda que la próxima vez que lo vea, no me importa si está listo para ello o no, voy a hacerle pagar por esto. Si no fuera por él chillando como la pequeña perra que es, sería capaz de encontrarme con mi novia y realmente disfrutar de mi día.

—Bien, lo que sea. ¿Podemos seguir adelante con esto?

—Después de ti.

Maldición. Este tipo no va a ceder. ¿Así que no solo estoy recibiendo un escolta hasta la maldita clase, sino que va a rematar el insulto y caminar detrás de mí? ¿Toda esta mierda porque arrojé a un retardado contra algunos casilleros?

Tengo que encontrar una manera de salir de esto. No puedo hacer esto por el resto del año y eso es exactamente por lo que busco una manera de evitarlo. No voy a aprender una lección, vamos a ser completamente honestos, lo que significa que a menos que pueda encontrar una manera de salir, me tengo que quedar aquí para siempre.

Cuando llegamos a la clase, espero que me empuje dentro para asegurarse que entré aquí, pero todo lo que hace es caminar alrededor de mí y entrar. Empiezo a buscar un escape, pero antes de que me dé la vuelta y corra, su atención vuelve a mí y he perdido mi oportunidad.

Estoy oficialmente atrapado aquí.

—Póngase cómodo, señor Murphy.

Si el hijo de puta me llama así de nuevo, meterme a una clase de retardados va a ser la menor de sus preocupaciones. Nunca he golpeado a un adulto antes, pero por la forma en que me siento sobre esto ahora mismo, no estoy en contra de ello. Siempre hay una primera vez para todo.

El único señor Murphy que conozco es el bastardo sádico al que me gusta llamar papá. Es bastante malo ser obligado a pasar tiempo con el tipo, no necesito que me lo recuerden en el único lugar que he usado durante los últimos cuatro años para escapar de él y su enferma idea de crianza.

Dicen que todo el mundo tiene un secreto; supongo que ese es el mío. Odio a mi padre porque durante los últimos seis años, su idea de buena crianza ha sido obligarme a pelear con gente más grande que yo y hacerme trabajar por cada aliento que tomo después del hecho. El hijo de puta se puede pudrir en el infierno por lo que me importa.

Entrando en la clase, miro todo lo que sucede a mi alrededor. Todavía no hay un montón de gente aquí, pero a los pocos chicos que veo, no los reconozco. Estos son todos a los que no he tenido tiempo de acosar todavía. Les doy una mirada a todos, haciendo una nota mental para la próxima vez que vea a Tim de nuevo; mi

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odio por estar aquí crece a cada segundo. Pueden seguir adelante y pensar que ponerme aquí va a cambiar la manera en que soy. Al final, todo lo que están haciendo realmente es darme una lista aún más grande de objetivos.

Idiotas.

Resignándome al hecho de que no hay manera de que vaya a salir de aquí en un futuro próximo, busco el asiento vacío más cercano. Dándole a la habitación otro escaneo completo, esperando encontrar un asiento lo más lejos posible, me doy cuenta de algo que no capté la primera vez. Hay una persona estirada en un escritorio en el extremo izquierdo de la habitación. Una chica, y por la forma en que me mira, parece como si me atrapó mirándola.

Es nueva. Sé esto porque definitivamente recordaría ver a alguien que luce como ella. Tengo novia, pero eso no significa que esté ciego. Si esta chica viniera aquí, lo habría notado y, a juzgar por la expresión en su cara, se ve tan emocionada de estar aquí como yo.

Su cabello de color caramelo podría estar cubriendo la mayor parte de su rostro, pero no hay duda de que sus ojos me están mirando. Son el reflejo de los míos y si no fuera tan malditamente atractiva, podría encontrar todo el intercambio espeluznante como el infierno. La forma en que su mirada está fija en mí, es como si me conociera, lo cual es imposible ya que no tengo idea de quién es.

Antes de que pueda apartar la mirada, la observo bajar su cabeza hacia el escritorio y siguiendo sus movimientos, veo que ahora está tratando de enterrar su atención en un libro. Eso está bien, puede mirar hacia otro lado todo lo que quiera. Las probabilidades son, incluso con la mirada de molestia que vislumbré en su cara, que ella es como Isabelle de todos modos, y eso es lo último en lo que necesito involucrarme.

Sin importar lo sexy que sean sus ojos.

Mierda. Definitivamente no necesito ir allí. Si Amy se entera que incluso pensé en eso, me cortaría las pelotas. Mientras esté aquí, voy a tener que ignorar el hecho de que existe esta chica.

Eso se hace más difícil cuando noto dónde se encuentra el único asiento vacío en toda la clase. En la parte trasera, justo en su dirección, pero en lugar de estar al otro lado de la habitación, lo más lejos posible de ella, se encuentra directamente a su derecha.

Que comience la sentencia de muerte.

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Cadence Por supuesto, el único asiento vacío está a mi lado.

Cuando aparté la mirada debería haber sido el final de todo, pero por supuesto que no es así como funciona mi vida. Arroja su cuerpo en el asiento y hago todo lo que puedo para no echarle un vistazo, a pesar de que veo su pecho subir y bajar por el rabillo de mi ojo, haciéndolo aún más imposible de ignorar.

¿Por qué tiene que sentarse junto a mí? ¿Por qué mi mamá no puede ponerlo en la parte delantera con los demás y traer a uno de ellos aquí atrás? Teniéndolo tan cerca me está volviendo loca y solo ha estado aquí un par de segundos. Estoy súper consciente de cada movimiento que hace y cuando no estoy maldiciendo el hecho de que estoy aquí, estoy maldiciendo a mis sentidos por ser tan condenadamente buenos.

No quiero olerlo de la manera en que lo hago. El olor a sudor mezclado con el tabaco y el talco es una combinación letal para mis fosas nasales. Estoy congelada viéndolo pasar los dedos por su desordenado cabello marrón y la forma en que sus labios se separan, dejando escapar lo que solo puedo asumir es un suspiro. No me quiero concentrar en esto. Ya es bastante malo que mi mamá me hiciera venir aquí, la última cosa que quiero hacer es pasar todo el tiempo atrapada en asuntos con el acosador de la escuela.

Girando la cabeza hacia el frente de la sala, veo a mi madre hablando, pero esta vez, el tipo viejo se ha ido y le está hablando a la clase. De las pocas palabras que capto al leer sus labios, veo que está dando una lección, pero ya que no tiene nada que ver con lo que estoy aprendiendo, no trato de seguir adelante. En su lugar bajo la vista hacia mi libro, pero no antes de ver al chico poniendo sus ojos en blanco.

Sin pensarlo, estiro mi mano y le chasqueo los dedos. Podría no querer estar aquí, pero eso no quiere decir que voy a sentarme de brazos cruzados y ver a algún idiota faltarle el respeto a mi mamá. Al momento en que mi dedo conecta con su hombro, gira la cabeza y sus ojos aterrizan en los míos. Al principio se ve confundido, pero pasa rápidamente mientras sus ojos se vuelven duros, sus labios que se encontraban en una mueca unos segundos antes, ahora estaban firmes y rectos.

Probablemente no es la idea más inteligente chasquearle los dedos al matón de la escuela.

Sus labios se mueven y lo sigo fácilmente. Me está haciendo una pregunta y es una para la que definitivamente tengo una respuesta, pero probablemente no es una que le va a gustar escuchar.

—¿Qué demonios?

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Sacando los post-it de mi bolso, garabateo en la página y la levanto lo suficientemente alto en el aire para que pueda verlo, pero no seré atrapada por mi mamá.

Deja de ser un imbécil.

Cuando lee mis palabras, sonríe y no puedo evitar ser arrastrada aún más por sus labios. Dándome una sacudida mental y un recordatorio de a quién estoy mirando, noto que sus labios se mueven de nuevo, esta vez un poco más rápido que antes, pero no tan rápido para que no pueda entenderlo.

—¿Por qué no dijiste eso en voz alta?

Arrugando el post-it y arrojándolo en mi mochila abierta, garabateo mi respuesta en uno nuevo, esta vez inclinándome y pegándola en su escritorio cuando termino. Ya está. Vamos a ver cómo maneja eso.

Porque no vale la pena perder mi aliento por ti.

Sus ojos caen a mis palabras y sonrío cuando tienen el efecto deseado. La sonrisa que tan orgullosamente mostraba hace un par de segundos se ha ido y en su lugar hay una línea delgada de nuevo. Lo he enojado.

Misión cumplida.

—Perra.

Estirándome de nuevo después de que vi el nombre por el que me llamó, pongo otro post-it en su escritorio, esta vez delante de él y espero la respuesta. Esa es una cosa que sé sobre los matones. Cuando son puestos en su lugar o no les gusta la forma en que alguien reacciona a ellos, siempre recurren a insultos infantiles.

Idiota.

Lo más extraño sucede cuando ve lo que dije. En lugar de enojarse o mostrar aún más de su personalidad idiota, se voltea y sonríe.

No quiero admitirlo, pero cuando sonríe así, en realidad es algo lindo. Sé que es el rey de los imbéciles aquí; quiero decir acabo de llamarlo así, pero ahora mismo, sonriéndome de la manera en que lo hace, no se ve tan imbécil.

Maldito sea.

Si la sonrisa no era suficiente, sus labios se separan y habla de nuevo. Mientras lo sigo, nunca he estado más agradecida por la capacidad de leer los labios.

—Podrías tener razón en eso. Así que, ¿tienes un nombre? ¿No lo tenemos todos?

Su cuerpo tiembla cuando se ríe y mis ojos se lanzan hacia el frente. Después de todas las advertencias que he tenido acerca de este tipo, lo último que necesito es que mi mamá me atrape hablando con él. No se sabe lo que va a hacer ella con eso. En

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este momento, al estar atrapada aquí, necesito algo para pasar el tiempo; incluso si es el mariscal de campo del equipo de fútbol y el chico al que necesito evitar.

Contenta de que su risa haya pasado desapercibido mientras ella está de espaldas, lo vuelvo a mirar y regreso su risa con una sonrisa.

—Soy Dillon.

A pesar de que he entendido lo que dijo, me doy la vuelta y concentro mi atención en el libro delante de mí. Ya se las ha arreglado para hacerme sonreír una vez; la última cosa que quiero hacer es darle la satisfacción de saber mi nombre. Lo voy a dejar con la duda por un rato. Puedo ser muchas cosas, pero fácil no es una de ellas; especialmente no para este chico.

Me da un golpecito en el hombro y a pesar de mis intentos por ignorarlo, fallo y lo miro, viendo como sus labios se mueven de nuevo, repitiendo la pregunta. Fracaso completamente en el plan y sostengo el post-it en el aire.

Cadence.

No dice nada durante unos minutos, así que giro de nuevo hacia mi libro, me concentro en la historia y otra vez hago mi mejor esfuerzo por evitarlo a él y su molesto olor. Es solo cuando siento el roce de su piel contra mi brazo que salto en mi asiento. Levanto la vista para ver un papel al borde del escritorio y echo un vistazo en su dirección, veo que está cómodamente sentado; sus ojos fijos adelante, su acto de buen estudiante es un completo éxito.

Bueno, para él es un completo éxito de todos modos.

Deslizando el papel hasta el centro de la mesa, lo abro lentamente y leo las palabras.

Cadence. Gracias. Esto ya no parece una sentencia de muerte.

Todo en lo que puedo pensar cuando leo las palabras es en cómo no podría estar más de acuerdo con él. Dillon Murphy puede ser un idiota de primera clase, pero por lo menos, ha sido un idiota entretenido y en este momento, aprecio eso más de lo que sabe.

Tal vez pueda sobrevivir a estas dos semanas, después de todo.

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2 Dillon

uando me sentenciaron esta mañana, pensé que iba a terminar allí y el día iba a prolongarse sin final inminente. Cuando suena la campana, me doy cuenta que no me concentré en el tiempo porque estuve muy atento en ella.

Hay al menos veinte post-it azules en mi escritorio y, a pesar de que es una locura, me aseguro de sacarlas, metiéndolas en el bolsillo trasero de mi pantalón antes de salir. No es tan raro, en realidad, me refiero a que sé por qué lo hice.

No toleró mi comportamiento.

La forma en que todo funciona aquí es bastante simple. Siendo el mariscal de campo del equipo de fútbol, me da una gran cantidad de libertad, o por lo menos lo hacía antes de ser sancionado por molestar a Eric. Puedo hacer casi todo lo que quiera, cuando quiera e incluso si el profesorado lo ve, no suelen decir una palabra porque no quieren molestarme. Lo que significa que nadie suele interrogarme en cada esquina. Están por lo general demasiado asustados de decir algo.

Cadence no es así. No solo me sermoneó cada vez que puse los ojos en blanco o hice cualquier sonido que pareciera un poco aburrido, sino que incluso me respondió cuando la insulté. Es la primera vez desde que llegué aquí hace cuatro años en la que alguien no me deja salirme con la mía.

No es débil; al menos no lo es todavía, pero considerando la clase en la que está, estoy seguro que eso va a cambiar y, a pesar de apartar mis pensamientos de estar aquí, voy a ser quien lo cambie.

Este podría ser mi mejor plan. El director idiota quiere arrojarme a una clase llena de rechazados, así que voy a hacer que valga la pena. Con Cadence viéndose tan sexy como lo hace, esto podría ser incluso más fácil que todo lo que hice con Isabelle.

Cuanto más pensaba en ello mientras charlábamos y demás, más me daba cuenta de cuál realmente era la distracción perfecta y planeaba todo de una vez. Puedo perder mis días aquí acercándome a esta chica y al final follarla de la mejor manera posible.

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¿Qué mejor manera de perder el tiempo que hacer que una retardada se enamore de mí?

Empacando mis cosas y saliendo, no puedo creer cuán excitado estoy por esto. Por primera vez desde el baile, tengo algo que esperar con interés. La única cosa que no anhelo es lo que va a pasar cuando le diga a Amy.

A pesar de que no parece preocuparse por Charlotte y Eve, añadir otra chica en la mezcla, incluso si es para engañarla; eso podría enojar a la reina y definitivamente no quiero hacer eso.

He estado con Amy cerca de un año. Nos hemos separado y arreglado durante un año de todas maneras. En ese tiempo, parece que cada vez que le intereso lo mínimo a alguna chica, enloquece y me deja. Si no me gustaran las cosas que hace cuando estamos solos, la dejaría irse de una vez por todas, pero es definitivamente buena en lo que hace. También es una perra temperamental, pero no soy tan estúpido como para decirle eso en la cara. Me gusta mantener mis bolas intactas.

La verdad es que me gusta estar con ella, porque a diferencia de cualquier otra chica en el planeta, cuando elijo atormentar a alguien, está presente conmigo, queriendo ver hasta dónde podemos llegar. Algunas personas podrían dejar que su conciencia los detenga, pero Amy no. Es tan sádica como yo y honestamente, si Kayden no está cerca para ayudar, la única otra persona digna de hacerlo conmigo es ella.

Cadence, mierda. Hemos estado buscando un nuevo objetivo desde que Kayden me sorprendió con Eric y es la candidata perfecta. Amy lo verá de esa manera cuando se lo mencione, estoy seguro de ello.

Sacando a la chica de mi cabeza, me dirijo a la sala, encontrándome cara a cara con Tim y como de costumbre, está sonriéndome.

—Ni siquiera pienses en ello —advierto, señalando el final del pasillo, tan lejos de esta clase y la gente en ella como puedo—. Solo quiero largarme de aquí.

—No iba a decir una palabra, hermano.

—¿Desde cuándo? Siempre tienes algo que decir.

Tim parece pensar en esto porque, por primera vez en semanas, su boca se cierra completamente. Nunca he estado tan agradecido de tener tranquilidad en mi vida. Es mi amigo, pero eso no significa que no me moleste la mayor parte del tiempo. Es sin duda el hablador del grupo.

Si Charlotte no estuviera tan concentrada en salir con Kayden, serían una pareja hecha en el cielo.

—¿Cuánto tiempo vas a estar atrapado ahí dentro?

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—Ni puta idea, pero si me salgo con la mía, no mucho. Voy a ver si suplicar mi caso al entrenador puede sacarme de esto. Mientras tanto, creo que he encontrado la distracción perfecta.

—¿Cuál es? —pregunta y viendo la sonrisa que llevo, la devuelve con una de las suyas. Tim puede ser un idiota total la mayor parte del tiempo, pero definitivamente entiende rápido cuando pongo algo en marcha. Es la mitad de la razón por la que lo he soportado todo este tiempo.

—Hay una chica nueva en la clase, nunca la he visto antes. Estoy pensando si en lugar de acosar a los retardados habituales; cambiamos las cosas y vamos detrás de esta.

—¿Cómo vas a hacer eso?

—Acercarme a ella; hacerla pensar que somos amigos. Incluso voy a traerla al almuerzo para hacerlo parecer más real. Quiero decir que si está en la clase, estoy seguro de que va a oír hablar de la mierda que he hecho, así que tenerla cerca borrará cualquier cosa que la gente pueda decirle. Entonces todos podemos tener un poco de diversión.

—Está bien hombre, lo que quieras hacer, pero ¿cuándo lo haremos?

—Bueno, estaba pensando en iniciar esta tarde —digo rápidamente, pero al ver la expresión de su rostro, me doy cuenta que no es lo que está diciendo—. Espera, ¿para qué?

—Tratar con Kayden.

A pesar de cuanto quiero vengarme de ese hijo de puta por meterme en esto, no soy un completo idiota. La represalia es algo que estarán esperando. Encontraré una manera de hacer pagar a Kayden, pero va a tener que esperar. Si trato de hacer algo ahora, solo Dios sabe cuál sería el próximo castigo. Conociendo a Daniels, probablemente me pondría a limpiar a Isabelle y sus putos accidentes.

—No pasará, al menos no todavía. Están esperando eso. Va a obtener su merecido.

—Uhh...

Conozco ese sonido. Tim ha hecho algo y debido a su asociación conmigo, terminará cayendo de nuevo en mi regazo.

Fantástico.

—¿Qué hiciste?

—Ames me dijo todo y cuando me encontré con la retrasada esta mañana, obtuvimos una retribución.

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Saber que Tim y Amy me cuidan debe hacerme feliz, pero nada acerca de lo que está diciendo me hace creer que deba. En todo caso, solo me molesta más. Podría actuar como un completo idiota a veces, pero hasta sé que hacer algo después de lo que me pasó solo traería más problemas. Pensaría que Tim habría aprendido eso de una vez, saliendo conmigo todo el tiempo, debería.

Al parecer no.

—¿Qué hiciste? —repito, molesto porque simplemente no lo dice.

—Explotamos sus neumáticos traseros. Bueno, lo hice. Ames rayó el lado de su auto.

¡Mierda!

Esto en cuanto a ir bajo el radar durante un tiempo. Kayden sabrá que ellos lo hicieron y cuando eso suceda, no serán quienes lo manejen. Lo haré yo. Todo recaerá de nuevo en mí porque tengo que mantener a estos idiotas bajo control.

Antes de que pueda retorcerle el pescuezo, mi teléfono suena. No es la primera vez que Amy mensajea cuando no estoy allí para reunirme con ella, así es cuando lo saco eso es lo que estoy esperando encontrar. En cuanto veo la pantalla, veo que no es Ames en absoluto, sino la última persona con la que quiero hablar en este momento.

Mi padre.

Bruce Murphy solo contacta conmigo por una razón y no tiene nada que ver con un fin de semana de padre e hijo, al menos no en la forma en que la mayoría de los papás lo hacen. Quiere concretar todo, pero es solo porque tiene otra pelea para mí y me informa para poder prepararme para ella.

¿Sabes cómo mi mamá está completamente desorientada acerca de la mierda que causo aquí en la escuela? Bruce sabe todo al respecto. De hecho, cada vez que pasamos cualquier cantidad de tiempo juntos en el que no tengo el puño de un hombre en mi rostro, es quien me dice que lo haga. No lo dice directamente, pero da a entender que cualquier persona que muestra debilidad necesita una buena paliza.

Así que esa es la forma en que he estado haciendo las cosas desde poco después de mi duodécimo cumpleaños.

Cualquiera que parece débil está mal y eso sin duda se aplica a estas llamadas personas “diferentes”. Son todos débiles como el infierno y es mi trabajo molerlos a golpes, rompiéndolos hasta que no queda nada.

No quiero responder esta llamada. Me vio la semana pasada, arregló tres peleas para mí, de alguna manera me las arreglé para ganarlas todas. Necesito un descanso. Mi cuerpo todavía está sanando de la paliza que pasé; ponerme de nuevo en otra pelea podría ser inteligente para él, pero no para mí. Si digo que no, o ignoro la llamada,

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significa que soy débil y esa es la última cosa que soy. Así que, como de costumbre, respondo.

—¿Qué quieres?

—Hasta que contestas el maldito teléfono. ¿Qué más haces que es tan importante?

—No sé papá; ¿esta cosa llamada escuela que mamá y tú insisten en hacerme soportar?

—Miércoles por la noche. La granja abandonada. ¿Sabes dónde está, verdad? Allí a las siete. Tienes otras tres en fila.

Tan malditamente predecible. Hará que estos chicos me golpeen, así como él dice, puedo convertirme en el hombre que estoy destinado a ser en lugar del marica que mi madre me hizo y no hay absolutamente nada que pueda hacer al respecto. Decir que no, colgar el teléfono, no es una opción. Todo se va a la mierda aún más cuando hago eso y confía en mí, lo sé. Hice exactamente eso una vez antes y aprendí mi lección muy rápido.

—Sí, está bien. Granja. Miércoles. Siete. Lo tengo.

Al pulsar el botón para finalizar la llamada, no estoy de humor para escuchar más de él, deslicé el teléfono en el bolsillo de mi sudadera y dirigí mi atención a mi amigo muy idiota y el lío que voy a tener que limpiar.

—¿Qué fue eso? —pregunta y pongo los ojos en blanco.

Nadie sabe lo que mi padre ha estado haciendo conmigo y seguirá siendo así. Si quiero que la gente sepa les diré, de lo contrario, sigue siendo mi secreto. No estoy seguro de qué demonios estos chicos podrían hacer con la información, por lo que por ahora, seguiré lidiando con el trabajo y manteniendo mi vida privada exactamente así. Privada.

—Nada importante. Mira, vamos a ir a buscar a Ames y encontrar una manera de salir de la maldita tormenta en la que los dos acaban de meterme.

—Pensé que estarías feliz por eso. Quiero decir, el idiota se lo merecía. Quiere jugar con nosotros, se lo merece.

—No puedo negar que tiene que pagar, Tim. Tengo la intención de hacerle pagar, pero no me gusta esto. Todo lo que hicieron, hará que lo que Daniels tiene para mí sea mucho peor.

Dios, es un imbécil. Cuando lo conocí, el hecho de que fuera un idiota y estuviera de acuerdo con todo lo que quería, lo convertía en un activo, pero ahora está arruinando todo. Si no estuviera en el maldito equipo conmigo, estoy bastante

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seguro de que lo habría abandonado. Tim realmente piensa que cualquier cosa es una broma.

—Lo que sea. Esta mañana ha sido bastante mala, no quiero pensar en lo que va a ocurrir después. Vamos a encontrar a los otros y nos ocuparemos de esto más tarde.

Entiendo, cuando caminamos por las escaleras, giro por la esquina y veo a mi novia y sus amigos, que le mentí. La mañana podría haber empezado mal, pero no había terminado de esa manera en absoluto.

Es todo por culpa de esos ojos marrones que incluso con todas las interrupciones de Tim, todavía no puedo sacar de mi cabeza. Sí, definitivamente haré que los otros me acompañen en esto. Esta vez no voy a aceptar un no por respuesta.

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Cadence Dando vueltas con Dillon por toda la clase, es fácil ver por qué se ha ganado la

reputación que tiene. La cantidad enorme de veces que puso los ojos en blanco habla por él. No soy exactamente la mayor admiradora de la escuela, pero maldita sea, este chico odia literalmente cada pedacito de ella y estoy bastante segura de que no tiene nada que ver con la clase en la que está ahora.

Lo golpeé el brazo cada vez que lo hizo y después de obtener una mirada fulminante la primera vez, maduró y empezó a sonreírme en su lugar. Si no sabía lo que hacía, hubiera creído que lo hacía solo para poder obtener una reacción, pero al no tener experiencia con los chicos y cómo actúan, no puedo estar segura. Si eso es lo que buscaba, se lo di a raudales.

Se las arregló para llamarme perra tres veces más y cada vez se ganaba una respuesta igualmente mortal. Era otra cosa que parecía complacerlo. Parece que le gustaba ser llamado imbécil. La cosa es que, al final de la clase, disfruté demasiado.

Cuando sonó la campana, estaba más que lista para salir de allí, a pesar de que no tenía exactamente a dónde ir. He estado allí antes, cuando mamá tenía que volver después de recogerme en la escuela, pero nunca vi el punto en comprobar el lugar. Estuve frente a un mundo completamente nuevo y por primera vez en mucho tiempo, estoy agradecida que soy sorda.

Soy un nuevo rostro para estas personas por lo que al momento en que salí de la clase, sentí los ojos en mí y se me revolvió el estómago. No importa si vas a una escuela para sordos o una secundaria ordinaria, los adolescentes actúan de la misma manera. Soy la chica nueva, lo que significa que destaco y ahora todo el mundo está interesado en mí. En muy poco tiempo, van a empezar a hablar de mí.

Sí, sin duda es algo bueno que no pueda escuchar porque no me gustaría saber lo que la gente piensa de mí, mucho menos lo que van a decir.

Mientras me escapo por la puerta de la escalera, prácticamente corro por ellas, deseosa de encontrar un lugar, esperando que en algún lugar en el primer piso no esté ocupado por alguna persona para poder permanecer bajo el radar. Si quiero sobrevivir las próximas dos semanas aquí, ponerme al frente y centro de todos estos nuevos ojos definitivamente no es la manera de hacerlo. No llamé la atención en mi escuela actual. No comenzaré aquí.

La biblioteca.

Si quiero un lugar para pasar desapercibida, no hay mejor lugar en el mundo entonces. Puedo esconderme en un rincón, sacar mi libro de mi mochila y ponerme a leer.

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Es solo cuando doy vuelta a la esquina y me dirijo en la dirección de mi salvación que los veo. Todos están sentados con la espalda alineada en sucesión perfecta a los casilleros y se están riendo de algo o alguien, sus sonrisas y boca abierta son un claro indicativo. Cuando veo al chico rubio apuntar por el pasillo hacia mí, pero no directamente a mí, me doy cuenta de qué es exactamente de lo que se están riendo o de quién.

Eric Carmen.

Otro chico que conozco debido a la cantidad de tiempo que mi madre pasa hablando de él. Está encorvado, caminando por el pasillo a paso de tortuga y, por supuesto, estos idiotas se ríen de él por eso. No lo veo haciendo algo remotamente anormal, pero parece que con estos chicos, incluso caminar es una broma.

Odio a los populares. Piensan que porque están en el equipo de fútbol o son amigos de la líder de las animadoras están por encima de todos los demás. Algunos vienen de una familia adinerada son aún peores porque hacen parecer que el dinero de sus padres significa que son intocables y pueden salir de cualquier situación en la que se encuentren.

Solo hay una persona para lo cual no funcionó y con él es que cruzo la mirada en el momento en que me dirijo de nuevo a ellos.

Dillon.

Se está riendo junto con sus amigos, pero hay algo diferente en su forma de ser que lo diferencia de los demás. Su risa no llega a sus ojos. Están vacíos. Como si solo se riera con el fin de mantenerlos lejos de él.

Interesante.

Apartándome de mi disección del idiota residente de Wexfield, me dirijo de nuevo en la dirección en que Eric fue y decido cambiar mis planes.

Acelerando hasta que me encuentro justo detrás del muchacho de movimiento lento, lo toco en el hombro y espero hasta que frena completamente y se da vuelta para mirarme. Levantando mi mano en el aire, la agito, dándole una pequeña sonrisa y esperando que me recuerde, o al menos se dé cuenta que no estoy aquí para acosarlo.

—¿Caddy?

Sonrío aún más ante su reconocimiento y lo devuelve con una de las suyas. Nunca he estado tan agradecida porque mi madre sea su maestra. Por la forma en que se dio la vuelta, sus hombros se pusieron tensos y una mirada de pánico cruzó su rostro, puedo decir que esperaba algo peor.

Eso no va a suceder hoy. Está a punto de entretener a la chica nueva.

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Sosteniendo con una mano, tomo de mi mochila, el bolígrafo y el cuaderno y empiezo a escribir. Aparte de todos los niños en la escuela, ya sé que es un hecho que él acepta bien la espera. Su mejor amiga, Isabelle, solía tener que hacer lo mismo, lo que significa que consiguió un montón de experiencia con ella. Terminando lo que quiero preguntar, lo sostengo hacia él y al momento en que lo lee, sonríe de nuevo.

—Sí, claro. Puedes comer el almuerzo conmigo.

—Gracias —respondí nuevamente, esta vez eligiendo hablar en lugar de utilizar el cuaderno.

Esto no es algo que mucha gente sabe acerca de mí. Puedo hablar. Durante mucho tiempo nunca hablé en ningún lugar, pero después de aprender el lenguaje de señas, visitar a un terapeuta del habla, combinando los dos y tener a la mamá más comprensiva del mundo a mi lado, lentamente comencé a hacerlo. Todavía no lo hago a menudo, pero cuando me siento cómoda, sí. Con Eric en este momento, me siento de esa manera. No tengo que temer las miradas que recibo con él. Es el resto del mundo el que necesita entenderlo.

Las pocas veces que he hablado en público, la reacción fue suficiente para que nunca quisiera volver a hacerlo. Así que por mucho tiempo no lo hice. Puede que no tenga miedo de la gente como Eric y algunos de los demás, pero las reacciones, las palabras de la gente, todavía me duelen y después de un tiempo, simplemente es más fácil estar en silencio y escribir con el cuaderno o hacer señas que hablar en voz alta.

—Me preguntaba si ibas a hablar.

Sonreí, tomé su mano y lo arrastré por el pasillo, no muy segura de mi destino, pero traté de calcular que si hubiera estado caminando por esta dirección, entonces, tiene que haber un lugar por aquí donde podemos sentarnos y pasar el rato. Es solo cuando se ha detenido, tirando de mí con él, apuntando en la dirección opuesta a la que vamos, que me doy cuenta que tiene otra idea.

—Se supone que debo encontrarme con Isabelle afuera —dijo y apuntó de nuevo hacia la puerta principal y mirando hacia mí, sonreí. No era exactamente lo que quería hacer, pero lo prefiero a estar sola en la biblioteca.

—Vámonos.

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Dillon El plan es la oportunidad. Una vez que estábamos todos sentados en la sala,

decidí sacar el tema. Si quería ponerlo en marcha en el minuto que regresáramos a clase, cuanto antes saliera y tuviera la opinión de todos, mejor. Resulta que, estaban más de acuerdo con ello de lo que yo lo estaba y era el que lo había ideado.

Esperaba tener que rogarle a Amy, así que cuando fue de los primeros en aceptar, me confundió. No me tomó mucho tiempo recuperarme, sin embargo. Una vez que todos estuvieron de acuerdo, comencé a decirles lo que planeaba hacer cuando regresara a clase, pero su intención fue rápidamente alejada cuando Eric caminó por el pasillo.

—Ahora que hemos arruinado el auto de Kayden, tenemos que hacer algo con este niño.

—¿Qué te dije sobre eso? ¿Has visto lo que Daniels me hizo, verdad? La última cosa que cualquiera de nosotros necesita es meterse con él.

—Suena como si estuvieras ablandándote con nosotros—se burla Tim, mientras resisto la urgencia de golpearlo en la garganta. Después del modo en el que han ido las cosas hoy, la última cosa que quiere es enfadarme.

—Es tus sueños quizás. Solo estoy siendo inteligente.

—Dillon tiene razón. Lo que hicimos esta mañana, causará problemas.

La última cosa que esperaba era a Amy reconociendo que tenía razón. No es como si nunca antes lo hubiera hecho o algo, pero por la forma en la que estaba dispuesta a arruinar el auto de Kayden, imaginaba que sería el último con el que estaría de acuerdo.

—¿De verdad quieres terminar en la clase retardada conmigo?—le pregunto, aunque la pregunta podría haber sido para cualquiera de ellos. Es hora de que recuerden quiénes el verdadero cerebro en todo este asunto. Que fueran por su cuenta solo traería más mierda de la que necesito.

—Bien, tienes razón. Lo dejaremos tranquilo, pero en el momento que esto se caliente, juro que lidiaré con este chico.

Soy el que al final termina con el castigo; aun así él es quien quiere sacar al pequeño idiota. Definitivamente hay algo más que eso.

—Te dejaré un trozo cuando termine Tim, lo prometo—digo, frunciendo los labios y haciendo ruidos de besos directo hacia él, lo cual tiene el efecto deseado cuando todos se parten de risa.

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—¡Vaya! ¿Quién es esa?—pregunta Tim, ignorando por completo mi comentario y señalando el pasillo, por el camino que acabábamos de pasar a Eric. Pero al momento que sigo su línea de visión, la persona tiene su espalda hacia mí, pero no se puede negar quién es y tampoco a quién perseguía.

—Es la chica de la que te hablé. La nueva retardada.

—Quizás esté dispuesto a repensar esto si todas lucen como ella. Mierda, incluso Isabelle era bastante atractiva para una perra muda.

—Hombre, ¡todo lo que puedes ver es su espalda! ¿Cómo demonios puedes pensar que es atractiva?—pregunto, aunque en lo profundo, ya sé la respuesta. Es de la misma forma que pensé exactamente lo mismo esta mañana. Porque es hermosa. Incluso con algunos metros entre nosotros, es imposible negarlo.

—La vi cuando dio vuelta la esquina, D. Mierda. Ahora veo por qué quieres follarla tanto.

De ningún modo. Él admirando a Cadence así, no está sucediendo. Llámame territorial o lo que sea, pero la vi primero, lo cual significa que es mía. No me importa una mierda lo que quiere. Está fuera de los límites.

—Para mí luce como si tuviera una cosa por Eric. Ahí va tu oportunidad.

Todos comienzan a reírse de nuevo, pero esta vez, no lo estoy sintiendo. Por alguna razón, no me gusta el modo en el que Tim está mirando a esta chica, incluso, aunque hace unos minutos estaba ideando un plan para joder con su cabeza.

Sé lo que tengo que hacer.

No espero volver a clase para poner en marcha mi plan. Voy a hacerlo ahora.

Cadence está persiguiendo a Eric; bueno, sucede que tengo algunas palabras que necesito decirle al chico y no hay mejor momento para hacerlo que ahora.

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Cadence No estoy segura de a qué le tenía tanto miedo.

Tan pronto caminamos hacia fuera, Eric prácticamente arrastrándome a un árbol donde podía ver a un chico y una chica abrazándose debajo, me sentí muy a gusto. No solo los dos tortolitos se separan, sino que la chica me alcanza. Es solo después que Eric dice hola que me doy cuenta quiénes son.

Kayden e Isabelle. Conozco a Isabelle del mismo modo que a Eric. Mamá viene a casa y habla mucho de ellos. Probablemente sé mucho más de lo que debería de esos tres, especialmente de Isabelle. Por mi incapacidad, mi mamá parece más protectora que la mayoría de los maestros y es muy protectora sobre todo con esta chica frente a mí ahora.

Isabelle Reagan es autista, por eso y por su incapacidad de hablar, fue excesivamente acosada. Ni siquiera puedo contar el número de veces que mi mamá vino a casa llorando por lo que las personas de aquí le hicieron pasar a esta chica. Como la mayoría de los casos de bullying es fácil ver en menos de cinco segundos de estar a su alrededor, que no hay razón para ello.

Es asombrosa.

En el momento en que estamos sentados, me sorprende haciendo señas. Sé que no es sorda, así que estoy bastante sorprendida que lo esté haciendo, al menos hasta que veo el rostro de Eric.

—Nuestras madres nos enseñaron el lenguaje de señas cuando éramos pequeños, así podrían comunicarse con nosotros. —Por primera vez desde que mi mamá me dijo que tenía que venir aquí esta mañana, en realidad siento como si perteneciera.

Volviéndome hacia Isabelle, respondiendo lo que me preguntó, saco mi teléfono de mi chaqueta y se lo entrego. Mirando mientras desliza sus dedos por la pantalla con una velocidad de la que estoy bastante celosa, agrega su número y me lo devuelve. Bajando la vista a la pantalla, veo que tiene la aplicación de mensajería abierta y un mensaje escrito para mí en la casilla.

Ahora no tienes que preocuparte por leer los labios.

Sonriendo, pongo el teléfono de nuevo en mi bolsillo y observo a los dos chicos charlar. Puedo entender a Eric fácilmente, pero no es lo mismo con Kayden. Por la forma que luce, acaba de decir algo sobre gustarle la ropa interior de mujer. Obviamente viendo la mirada confusa en mi rostro, Isabelle palmea mi pierna y señala mi bolsillo, su teléfono visible en sus manos, indicando un mensaje.

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Sacando el teléfono, bajo la mirada y sonrío. Quizás mantenerme al día con Kayden no era tan difícil como creí. Realmente estaba hablando de ropa interior de mujer, solo no en la forma que creía.

No hagas caso a Kay, solo se está burlando de la ropa interior de My Little Pony de Eric.

¿Ropa interior de My Little Pony? Ahora definitivamente tenía que saber más.

¿Por qué está usando eso?

No pierde tiempo en responderme, lo cual me pone incluso más celosa. ¿Esta chica está naturalmente dotada con todo lo electrónico?

La hermana pequeña de Eric, Summer, lo desafió a usarla.

Ahora todo tiene sentido. También me ayuda a sentirme mejor considerablemente. No quiero admitirlo, pero no ser capaz de leer los labios de Kayden, al menos cuando creí que podía, me molesta. No es frecuente que no pueda seguir el ritmo.

¿Qué te parece la escuela?

Aún no estoy segura. Extraño a mis amigos.

En lugar de escribir su respuesta de la forma que esperaba, inclina su cabeza a un lado y asiente, haciéndome saber que lo entiende. Por todo lo que sé de ella, los únicos amigos que tiene son las dos personas sentadas aquí con nosotros, así que puedo ver cómo podría simpatizar conmigo. No puedo imaginar cuán difícil es estar aquí sin ellos.

Bueno, tienes tres nuevos amigos por las próximas dos semanas. Si los quieres.

El emoticón de la carita feliz al final me hace sonreír incluso más que sus palabras. Ahora definitivamente no me siento sola. Quizás sea capaz de superar estas dos semanas después de todo.

Dejamos de mandar mensajes y después de un rato, siento un golpecito en mi hombro. Habiendo pasado todo el tiempo viendo a los otros moverse alrededor, disfrutando la briza ligera mientras me pasa, ni siquiera me di cuenta que estaba mirando la nada. Levantando la vista, veo a Eric sonriéndome.

—Hora de llevar tu trasero a clase.

Estoy a punto de preguntarle lo que quiere decir cuando me golpea. No está en la clase de la tarde porque toma clases normales. Otro dato que mi mamá compartió conmigo en una de sus sesiones de intercambio. Parece que estoy a punto de ir sola.

Levantándome del suelo, frotando mis rodillas en un esfuerzo de quitar toda la tierra y pasto, lo sigo. Cuando volvemos adentro, empiezo a empujarlo hacia el

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camino por el que vinimos antes y me encuentro con resistencia. Me siento ser empujada muy tarde para detenerlo, por lo que me preparo para tomar el golpe cuando choque contra el piso, siento un par de brazos venir a mi alrededor y soy empujada hacia arriba por un cuerpo muy cálido.

La forma en que me atrapa, no puede haber duda de cómo se ve para alguien que quizás esté mirándonos. Mi rostro está en perfecta proporción a la suya y si descubriera la forma en que lucimos, sería íntima, la última cosa que está sucediendo.

No pasa mucho antes de que vea sombras a nuestro alrededor y labios moviéndose. Debido a como estoy ubicada, soy capaz de concentrarme en un par de labios y leerlos fácilmente, mí estómago gira.

—Parece que el retardado se consiguió un bombón.

Mirando a Eric y de regreso a la persona escupiendo esas palabras desagradables, quien pensé que era alguien cualquiera, no es cualquiera en absoluto. La persona parada detrás de nosotros, sus ojos bloqueados en los míos, es el chico que había sido demasiado estúpida en creer que había visto algo diferente en él.

Dillon, y si las miradas pudieran matar, estoy bastante segura, estaría muerta.

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3 Dillon

ebería haber sabido que esto se iba a desmoronar. Que la chica atractiva que conocí en la clase de los retardados llegaría a ser amiga de uno de ellos. Por la forma en que está sujetando a Eric en este momento, es bastante obvio que son algo más que amigos.

Primero Kayden se involucró con una; dejando a sus propios amigos y tratándonos como si fuéramos los que tienen el problema y ahora, antes de que tenga la oportunidad de poner el plan en marcha, Cadence está haciendo lo mismo. ¿Qué diablos pasa con estos raritos que la gente parece acudir a ellos? ¿Qué demonios tiene Eric Carmen que yo no tenga?

Por qué demonios me importa si no le intereso. Hubo un momento en el pasillo donde sentí sus ojos en mí. Era como si estuviéramos en la clase nuevamente y estaba de alguna manera mirando directamente a través de mí. Fue extraño como el infierno. Fue esa mirada y la forma en la que Tim actuaba que ocasionó que mis pensamientos divagaran, cuando Amy lo notó, no fue muy bueno.

Esa es la única cosa que odia más que nada. Ser ignorada. Necesito tener mi atención en ella todo el tiempo. Dios no quiera que piense en algo que quite mi concentración en ella; nunca voy a sacármela de encima. Por mucho que me gusta la chica, su necesidad de reconocimiento y atención constante son molestos como el infierno.

Cuando alcancé a ver a Cadence salir corriendo por el pasillo hacia Eric, debería haber dejado las cosas como estaban, pero nunca ha sido mi estilo. Así que esperé, estando con los otros un poco más, perdiendo el tiempo hasta que pudiera ir a buscarlos.

Por supuesto que en el momento en que me levanté y traté de escapar, Amy y Tim estaban justo en mis talones. Por mucho que odie admitirlo, lo que dijo Isabelle hace un par de meses es cierto. Es como si fueran perros siguiendo a su amo. Creo que si tuvieran una idea propia, separada de mí, podría morir de sorpresa. Por ahora,

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sin embargo, funciona. No puede estar mal tener un poco de apoyo para lo que está a punto de suceder.

—Vamos Caddy; salgamos de aquí.

La forma clara y concisa en que lo exclama, tan seguro de sí mismo, demuestra lo que piensa. Ahora que he sido castigado, es intocable. Qué mal que me importe una mierda lo que Daniels me haga. No voy a cambiar cómo son las cosas para nada. Es solo un objetivo como lo era el viernes cuando fui tras él.

—¿Cuál es la prisa, Eric? Solo queremos conocer a tu novia.

Tim se mueve hacia él y noto los ojos de Cadence abiertos como platos. Estoy bastante seguro que sabe lo que va a ocurrir y a pesar de que lo voy a permitir, incluso voy a unirme, no puedo dejar de querer sacarla de aquí antes de que suceda. Si quiero que mi plan funcione, que presencie esto, va a provocar que se vaya a la ruina antes de que empiece.

Eric se aparta, dejándola libre para que me abalance y la saque de allí, o al menos traerla conmigo donde debe estar, pero no lo hago. La expresión de su rostro mientras su amigo se vuelve hacia nosotros me impide acercarme aunque sea un poco a ella.

Está con el ceño fruncido; dirigido no solo a mí, sino también a Amy y Tim de la misma manera que lo había hecho cuando me atrapó poniendo los ojos en blanco hacia la profesora. Sí, ella definitivamente sabe lo que va a pasar y no le gusta ni un poco.

Incluso si Cadence no es como Eric e Isabelle, es obvio que es amable con ellos, lo que la hace igual a Kayden.

—Caddy; ve afuera. Trae a Kayden.

Por supuesto que va a llamar a Kayden. Después de la amenaza que nos hizo hace un par de meses, mi antiguo mejor amigo ha hecho todo lo posible para asegurarse de estar ahí dónde estamos. Impedirnos, en todo momento, realizar lo que teníamos que hacer, lo que él hacía tan fácilmente tan solo unos meses antes. Puede pensar que es mejor que el resto de nosotros todo lo que quiera, pero sé quién empezó todo esto y no fui yo.

Cadence, escuchando lo que pidió, se da la vuelta, pero antes de que pueda dar dos pasos, Amy salta directamente en su camino, bloqueándola.

—No vas a ir a ninguna parte, retrasada.

Espero que este sea el momento en el que finalmente hable y cuento con escuchar su voz por primera vez considerando que había pasado las dos horas anteriores en completo silencio. Por más mal que esté, en realidad estoy deseando oír su respuesta, preguntándome si su voz sonará tan dura como su actitud hacia mí.

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Sin embargo, no habla. Solo está parada allí, con los ojos congelados en Amy, el ceño fruncido todavía evidente. Al verla así, me doy cuenta que es como Isabelle. No puede hablar. Genial. Encontré otra chica muda atractiva.

¿Qué demonios está pasando conmigo?

Quitando mi atención de las chicas, me centro en Eric y en el minuto en que mis ojos se enfocan en los suyos, cualquiera que sea la sensación de seguridad que sentía, desaparece en la distancia y el miedo que estoy acostumbrado a ver está ahí de nuevo. Conoce el trato. Kayden no viene a su rescate esta vez.

—Creo que es tiempo de que tengamos una pequeña charla —digo, moviéndome hasta que mi rostro está a unos centímetros del suyo. Cuando retrocede en un intento de escapar, se topa con Tim, quien ahora ha tomado su lugar detrás de él y me río. Había pensado que para este momento sabría que no hay forma de que pueda alejarse de nosotros.

—No…no…no tengo nada que de…de…decirte —tartamudea y me acerco aún más, la risa se ha ido, solo una sonrisa restante. Una que ha visto en más de una ocasión y que sabe que no tiene nada que ver con la felicidad.

—Ahí es dónde te equivocas.

—No… dije… nada.

—Oh, sé que no lo hiciste. Tu nuevo mejor amigo lo hizo, pero como no puedo hacerle pagar a Kayden; eso te deja a ti.

En cuanto me muevo hacia él de nuevo, esta vez lo tomo por el cuello de la camisa jalándolo lo más cerca posible, oigo un sonido gutural desde el otro lado del pasillo y me giro hacia él, estoy cara a cara con Cadence. Antes de que pueda llegar a detenerla, sus manos se están agitando y la siento empujarme en varias ocasiones, hasta el momento en que mi agarre en la camisa de Eric se suelta y estamos completamente separados.

Sí, definitivamente la he enojado. Mirándola de arriba abajo, veo que su rostro está rojo de ira y sus ojos marrones, que habían sido más suaves en clase, son ahora más oscuros y, si es aún posible, más duros. Siempre me he preguntado cómo se ve el odio y ahora estoy en primera fila viéndolo.

Da un paso hacia mí, con los brazos cruzados, con los ojos fijos en mí, tan molesta que no puede siquiera parpadear. Antes de que sus manos, ahora convertidas en puños, puedan conectar con mi cuerpo, levanté mis brazos en un esfuerzo por esquivar el golpe. Su punto está claro. No me quiere en cualquier lugar cerca de Eric. Lo entendí en voz alta y clara.

Antes de que pueda decir algo para conseguir detenerla, Amy aparece por detrás y, tomándola por el cabello, la arrastra hacia atrás. Lanza a Cadence fácilmente, todo

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completamente en silencio hasta que su cuerpo golpea el piso con un ruido sordo tan fuerte que incluso me toma con la guardia baja.

Siempre he sabido que Amy era fuerte, pero maldita sea. Nunca la he visto reaccionar así.

—Nunca pongas tus manos sobre mi hombre; ¿me escuchaste, perra estúpida? —grita hacia Cadence. Ver la forma en que está acostada en el piso, con el cabello y sus manos cubriendo por completo su rostro, es cuando sé que he visto suficiente.

Esto ha ido demasiado lejos.

—Ames, ya es suficiente. Creo que logró entenderlo —le digo, volviendo a Eric y formo una sonrisa burlona—. No he terminado contigo. Puedes pensar que estás a salvo porque tienes a todos de tu lado, pero no lo estás. Voy por ti. Considérala tu única advertencia.

Estremeciéndose por mis palabras, Eric rompe el contacto visual y se mueve hacia la chica en el piso, todavía hecha un ovillo. Viéndolo acercándose, inclinándose hasta que está en el piso delante de ella, moviendo su cabello en un intento por hablarle, es cuando lo entiendo.

Voy a estar en tantos problemas cuando Daniels se entere de esto.

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Cadence No soy una persona violenta. Odio todo sobre eso, pero viendo a Dillon tomar a

Eric de esa manera, sabiendo lo que venía, no había manera de que solo pudiera estar allí y permitir que sucediera. Imaginaba que la chica no me dejaría ir muy lejos, su ceño disgustado demostraba exactamente lo que pensaba de mí, pero no me importaba.

Eric y los otros han sido molestados durante todo el tiempo que mi mamá ha trabajado aquí. Llega a casa todos los días y me cuenta sobre eso. Conociéndolo como lo hago, por lo menos lo poco que sé, es un buen tipo. Solo un poco diferente. Eso no quiere decir que se merece ser acosado por ello. Eric Carmen no le haría daño a una mosca. Estoy bastante segura de que está en contra de la violencia como yo.

La ira que siento por dentro al ver la expresión en el rostro de Dillon y luego la mirada de miedo absoluto en Eric me envía hacia adelante antes de haberlo pensado realmente. Empiezo a empujarlo con todo hasta que finalmente se rompe el agarre en el que tiene a mi amigo. No hay manera de que permita que esto continúe. Independientemente de lo que vi en sus ojos en el pasillo anteriormente o la forma en que me mantuvo entretenida en la clase, se ha ido. Todo lo que veo ahora es al idiota del que mi mamá me habló.

Cuando la chica me tiró al piso, lo había estado esperando, pero eso no quiere decir que me imaginaba el dolor que llegó en el momento en que caí al piso. Esperaba que doliera un poco por la forma en que me arrojó, pero yaciendo aquí ahora, puedo sentirlo recorriéndome, desde mis piernas hasta mis brazos. Esto definitivamente me dejará un hematoma.

Ni siquiera han pasado veinticuatro horas de mi primer día aquí y estoy encerrada en una batalla con los chicos populares. Es exactamente lo que no quería cuando mi madre dejó caer la bomba de que vendría aquí. Se suponía que debía estar por debajo del radar y esperar el momento hasta que mi escuela estuviera en marcha de nuevo. No involucrándome en situaciones como esta y haciéndome daño a causa de mis problemas.

No se dio cuenta, pero después de que me caí al piso, vi su rostro. Podría querer aparentar como si fuera un gran tipo duro y que lo que pasó hubiera sido divertido, pero no estaba riéndose o incluso sonriendo cuando caí. Sus ojos se abrieron y por una fracción de segundo antes de volverse hacia Eric, en realidad, parecía preocupado.

Ya sea porque sabía que pagaría por esto o porque fue un poco más lejos de lo que pretendía, nunca lo sabré, pero no se borrará esa mirada de mi memoria. A pesar de que Eric me ayuda a levantarme después de que los tres se fueron, es la única cosa

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en que puedo enfocarme. Ya ni siquiera me importa el dolor que estoy sintiendo. Todo lo que puedo ver es la mirada atormentada en los ojos del matón de la escuela al que debería haber conocido mejor antes de enfrentarlo cara a cara.

Sintiendo la mano de Eric en mi barbilla, levantando mi cabeza, en un esfuerzo para que lea sus labios, centro los ojos en el chico que acabo de salvar de forma inadvertida y sonrío débilmente.

—¿Estás bien? —pregunta y asiento, manteniendo la sonrisa firmemente plantada en mi rostro. Podía sentir dolor, pero eso pasaría. Todo lo que importa ahora es asegurarse que está bien. Que lo que Dillon había hecho con él antes de que hubiese intervenido no había causado ningún daño.

—¿Tú? —Levanto mis manos para hacerle señas.

—Caddy, ¡mierda santa! Soy la última persona por la que necesitas preocuparte. ¿Quieres ir a la oficina? ¿Hielo? ¿Cualquier cosa?

Sus palabras salen tan rápidamente que no estoy segura de haberlas leído bien, pero las que soy capaz de entender, las contesto con un rápido movimiento de cabeza. No necesito la oficina. Probablemente podría necesitar un poco de hielo, pero definitivamente no si eso significa ir allí. La última cosa que quiero hacer en mi primer día aquí es ser la niña del cartel contra el bullyng.

—¿Estás segura? —me pregunta, no creyendo que el movimiento de mi cabeza sea la verdad. No puedo culparlo. Estoy bastante segura que mi reacción es su respuesta estándar cuando pasa por esto.

—Sí —digo con señas nuevamente con un suspiro. Solo quiero terminar con esto.

—Está bien, bueno vamos. Me detuve porque ir por el otro camino es más rápido.

Le permito tomar mi mano y caminar conmigo lentamente por donde hemos venido, todo el rato haciendo todo lo posible para ignorar el dolor que todavía atraviesa desde mi pierna hasta mi espalda. Bloqueándolo, pienso en todo lo que acaba de suceder y me doy cuenta que mi mamá tenía razón.

Dillon Murphy es puros problemas.

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4 Dillon

egreso a la clase de la señorita Taylor cuando el almuerzo ha terminado, agradecido por dos cosas. La primera, parece que Eric e Isabelle no están aquí, lo que significa que si el pequeño retardado ha corrido y me ha delatado con su mejor amiga y su novio, no iba a

tener que oír hablar de eso por las próximas horas. La otra es a quien veo en el momento en que entro a la clase. Fiel a como había estado hace un par de horas, está en el asiento de la parte de atrás y su cabeza metida en un libro.

No sé por qué estoy agradecido porque esté aquí; solo lo estoy. La forma en que todo estaba tan fuera de control en el pasillo, necesito hablar con ella sobre eso. Probablemente no querrá escuchar nada de lo que tengo que decir, pero incluso sabiendo que soy un completo idiota, lo que le pasó nunca debería haber sucedido y tengo que hacerle entender eso.

La idea de esta chica muy atractiva estando enojada conmigo por lo que pasó no es algo que pueda enfrentar. Ahora que está aquí y no hay nadie más alrededor, tal vez pueda cambiar esto a algo más a mi favor. Tengo que solucionarlo si quiero seguir adelante con el plan.

Tirándome en el asiento, saco un cuaderno y escribo a través de la página todo lo que quiero decir. Si la forma en que actuó en el pasillo significa algo, es como Belle y no puede hablar. Entonces, escribiendo de esta manera es mi primer intento de ablandarla. Tal vez reaccionará de la misma manera en que Isabelle lo hizo y voy a ser capaz de suavizar esto rápidamente.

Lo último que quiero es que vaya con Daniels. Cuando Kayden vea lo que los demás le hicieron a su auto, voy a pagar lo suficiente. No hay necesidad de añadir lo que pasó anteriormente a ello también.

Inclinándome sobre el escritorio cuando he terminado, espero algún tipo de reacción por invadir su espacio personal. Cuando nada llega, deslizo el papel como lo hice anteriormente en la esquina superior izquierda de su escritorio y me siento a

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esperarla. Después de unos minutos de espera y que ni siquiera dirigió sus ojos en la dirección del papel, siento mi enojo comenzar a crecer.

Estoy tratando de hacer lo correcto aquí. Lo menos que esta chica puede hacer es reconocer que lo estoy intentando. Que me ignore en la manera en que lo hace me molesta. ¿No sabe quién soy? Ignorarme no es la cosa más inteligente para hacer. Lo que Amy le hizo en el pasillo es pacífico en comparación con las cosas que podría hacerle si no hace lo que quiero.

Mierda. No puedo creer que esté pensando así. Así que no está mirando el papel. Esa no es razón suficiente para acosarla. Sacudiéndome la ira, dirijo mi atención nuevamente a la parte frontal de la habitación en un débil intento de parecer como si en realidad estuviera interesado en permanecer aquí. Cuando eso no me lleva a ninguna parte, la señorita Taylor no presta la más mínima atención a ello, me inclino hacia atrás en el asiento y dejo que mi mente vague.

El otoño pasado, noté que algunas cosas fallaban y en un intento de arreglarlas, puse un plan en acción. No era la idea más pensada, pero considerando quién estaba involucrado, me imaginé que se resolvería rápidamente y podríamos volver a la normalidad. La cosa es que no se resolvió y en el transcurso de unas pocas semanas, tomó vida propia. Al final estaba tan fuera de control que ni siquiera yo podía mantener el ritmo y era el único que lo controlaba.

Me di cuenta de que Kayden actuaba diferente. Se alejaba de nosotros, por lo que en un esfuerzo para conseguir que volviera, decidí cambiar cómo eran las cosas e ir tras una de las personas que juramos que nunca volveríamos a ir. Solo se suponía que era una vez en el estacionamiento y después de eso las cosas mejorarían. Se suponía que Kayden lo viera y nos ayudara. En su lugar, acudió al rescate de la chica y fue entonces cuando todo se fue a la mierda.

Isabelle Reagan es una chica de educación especial y la escuela entera lo sabe. Tiene estos accidentes donde se orina. No puede manejar una gran cantidad de luces y movimientos y durante mucho tiempo ni siquiera habló. Era un blanco tan fácil, no puedo creer que no lo hubiera probado en ella antes. Cuando él intervino, tirándome en el proceso, opté subir la apuesta. Al observarlo llevándola a la clase al día siguiente, decidí hacer la misión de mi vida, acosarla. Si no podía conseguir que volviera a la forma habitual, usaría a la chica para lograrlo.

Funcionó. En su necesidad de protegerla, le di a elegir una víctima diferente, pensando que si Isabelle nos atrapara yendo tras de uno de sus amigos, miraría a Kayden y lo vería exactamente como lo que siempre ha sido. Un imbécil; justo como yo. La forma en que reaccionó ante lo que le hicimos a Eric puso la gota que derramó el vaso, o al menos se suponía, hasta que Kayden fue otra vez hacia ella y más lejos de nosotros.

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Se salió de control después de eso y, sinceramente, al final estaba tan celoso de la forma en que todo parecía caer en su regazo que estaba decidido a acabarlo. Mi mejor amigo se convirtió en mi enemigo mortal.

El día que ella corrió al baño, no se dio cuenta, pero su teléfono se cayó de su bolsillo. Lo tomé y fue entonces cuando la etapa final de mi plan para volver su vida al revés se produjo. Instalé la aplicación de seguimiento en su teléfono, sabiendo que no se daría cuenta que estaba allí y comencé a sabotear sus mensajes, conversaciones de mensajería, compilando todo lo que pude para poder darle la vuelta en Kayden en el baile.

Lo que nadie sabe y nunca voy a admitir, es que cerca del final, antes del baile, quería echarme atrás. Pasé mucho tiempo acercándome a Isabelle en un esfuerzo por hacer que pareciera que extrañaba a mi mejor amigo y por mucho que odie admitirlo, me agradaba. Era tan inocente como Kayden la hacía parecer y después de verla en acción, tenía dudas sobre lastimarla.

Sí, lo sé. Suena demente. Tener cualquier tipo de apego a una persona como Isabelle es gracioso, pero es la verdad. Al verla cuando entró en el baile esa noche; hombre, ahí hubo otro segundo en el que quise retirarme del plan estúpido que puse en movimiento. Parecía una princesa de Disney por el amor de Dios. Si no hubiera sabido que era diferente, hubiera parecido como cualquier otra chica de la escuela.

No me eché para atrás y ahora estoy pagando el precio de todo. No solo hizo que Kayden me golpeara tanto esa noche que me resultaba difícil respirar horas después, sino que ha estado a su lado desde entonces, más fuerte que nunca. Fallé en destrozar a mi mejor amigo, pero aparte también me las arreglé para arruinar mi posición en el equipo de fútbol por un tiempo después de ello. Es un gran milagro que todavía fuera mariscal de campo.

Lo que sea que sentí por Isabelle, desapareció después de eso. Volví a meterme con las personas más débiles que yo y disfrutando de cada segundo. Bruce tiene razón. No hay lugar en el mundo para las personas que están estropeados, son diferentes o débiles. Necesitan gente como nosotros para erradicarlos.

Lo que pasó con Cadence antes, no hubo nada correcto sobre eso. No es débil. La forma en que me enfrentó tan bien lo demuestra. Una persona más débil, no lo habría hecho. A la gente le gusta fingir que son más fuertes de lo que son, pero siempre fallan en el final y vuelven a ser débiles. Cadence no lo hizo. Se mantuvo firme, aun sabiendo que al final, había tres de nosotros y solo ella porque Eric ya había retrocedido.

Si solo mirara mi nota, la leyera, tal vez podría arreglarlo. No se merecía lo que le pasó y estoy seguro de que si puedo robar un par de minutos de su tiempo, puedo explicar cómo son las cosas aquí y alejarla de Eric y los otros antes que las cosas terminen siendo mucho peor.

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Espera. ¿Qué diablos estoy diciendo? Es una de ellos. Claro, podría ser más fuerte que los demás, pero no cambia los hechos. No importa cuán atractiva es, tengo que mantener mi cabeza en el juego. Estoy pidiendo disculpas con el fin de acercarme para que poder jugar con ella. Nada más que eso.

Al final, aprenderá cómo son las cosas aquí y se probará a sí misma que es tan débil como el resto de ellos.

El problema es, si esa es la verdad y lo que escribí es todo un intento de molestarla, ¿por qué lo que ocurrió hace unos minutos, la forma en que se veía desplomada en el piso me enojaba tanto?

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Cadence Dios, quiero mirar ese papel.

Ha estado sentado aquí durante los últimos veinte minutos llamándome, rogándome por tomarlo y leerlo, pero me he obligado a no hacerlo. Se está haciendo más difícil, pero después de lo que pasó al final del almuerzo, lo último que quiero es ver lo que tiene que decir.

Viste la expresión de su rostro en el pasillo. Hay más en juego.

Basura. Voy a terminar mirando el papel si no dejo de pensar cosas como esta. Sí, vi la mirada cuando me caí y vi la forma en que su risa ante Eric no alcanzó sus ojos, pero no significa nada. Es un idiota y para Dillon Murphy, esa es una mancha que no se puede lavar, no importa lo duro que la friegues.

Estoy solo agradecida de que hasta el momento Eric no ha dicho una palabra sobre lo que pasó. Cuando regresé a la clase, esperaba que le dijera algo a mi mamá y que ella me preguntara sobre ello, pero no me ha prestado ninguna atención en absoluto. Parece que hace lo que le dije que quería esta mañana. No iba a llamar la atención sobre el hecho de que soy su hija y nunca he estado tan agradecida por eso, como lo estoy en este momento.

En el camino hasta las escaleras nos encontramos con Kayden e Isabelle y mientras Eric y Kayden se detuvieron para hablar una vez que llegamos a la cima, solo me quedé parada y miré a todos moviéndose a mi alrededor. Es solo cuando vi movimiento de manos que me di cuenta de que Isabelle estaba haciendo señas. Perdiéndome algunas, pero capaz de entender lo que quería saber, no sería parte de ello. Sé que solo quería ayudar, ambos lo hacían, pero podrían verme tan débil debido a mi discapacidad, eso es la última cosa que soy.

No necesito que se preocupen o traten de ayudarme con el problema de iniciación porque lo han pasado antes. Solo necesito que todo sea olvidado.

Es solo después de que me alejara completamente de ella, cansada de ver sus intentos de conseguir que hablara que intentó algo diferente. Sentí el zumbido en contra de mi costado y sacando mi teléfono, vi la pantalla iluminarse con un mensaje de mi nueva amiga.

***

No quería hablar de eso tampoco y está bien, pero si alguna vez quieres hablar, deberías hacer lo que hice con Kayden.

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Es solo cuando sacude su teléfono hacia mí que entiendo. Está diciéndome que puedo mandarle un mensaje.

Si alguna vez estás en una situación de la que no puedes salir, envíame un mensaje.

Sé que tiene buenas intenciones, pero voy a estar aquí por dos semanas, no los siguientes dos años, por lo que las probabilidades son siempre que me mantenga fuera del radar como planeé hacer desde el principio, no voy a encontrarme a mí misma en una situación como la que está sucediendo. Incluso si lo hago, se me ocurrirá mi propia manera de salir. No es necesaria ninguna ayuda de compasión.

L

Bueno, he esperado el tiempo suficiente. El papel rayado ha perforado un agujero a través de mí hasta el punto que pensar en otra cosa no tiene sentido. Deslizando mi mano por encima del escritorio, traigo el papel hacia mí lentamente, hasta que está justo frente a mí, haciendo lo que me he estado muriendo por hacer al menos los últimos treinta minutos, lo abro y leo las palabras escritas allí.

Sé que no quieres ni mirarme en este momento, pero solo quiero decir que lamento lo que pasó en el almuerzo. No se suponía que fuera así y no tenía idea que iba a hacerte eso. ¿Me perdonas?

Maldita sea.

Nunca debí haber abierto el estúpido papel. Dillon es un imbécil. Tengo que recordar eso. Solo está haciendo esto ahora para acercarse a mí; es la forma en que opera. Todos los matones actúan de la misma manera. No importa lo mucho que quiero creer en las palabras en el papel, necesito recordar exactamente quién es el que las está diciendo. Mientras haga eso, sus estúpidas palabras no pueden llegar a mí.

Salvo que tienen un efecto en mí.

Basura. Basura. Basura.

Tirando mi cabello sobre mi rostro así no verá lo que voy a hacer, levanto mi cabeza un poco y trato de echar un vistazo hacia él. Es solo cuando mis ojos llegan a su rostro que me doy cuenta de mi pequeño estúpido plan fue una falla. Me atrapó porque está mirándome directamente.

Doble basura.

Antes que pueda mirar hacia otro lado, abre su boca y veo directo a sus labios, sigo cada palabra, soñando en mi cabeza que mientras lo hago soy realmente capaz de oírlo hablarlas y la forma ronca en que mi cerebro las imagina sonando. Después de que un par de segundos pasan y noté que ya no está hablándome doy cuenta de lo que

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he hecho. Siendo atrapada mirando sus labios moviéndose y ahora mi imaginación hiperactiva, me he perdido todo.

—¿Me has oído?

Asiento, aunque no es exactamente la verdad y la más leve sonrisa aparece en su rostro.

—¿Y?

Quiere saber si ahora que he leído la nota, lo perdono y estoy dispuesta a hablar con él de nuevo. Ya está perdonado por lo que pasó, pero no le diré eso. Podría ser un idiota total, pero si sostengo todo en su contra, seré como él y no hay manera que vaya a permitir que pueda ser comparada con él. Perdonarlo es fácil, hablar con él no lo es.

Tomando el papel que utilizó para su nota, lo doy vuelta y escribo mi respuesta. Pasándola al otro lado, cuidando de mantener mis dedos lo suficientemente lejos de los suyos así no tenemos ningún tipo de contacto físico, veo como lo toma y lee lo que he dicho.

No hablo con completos idiotas. Estás perdonado por lo de antes porque soy mejor que eso, pero no voy a olvidarlo.

Donde estoy esperando que sus labios se curven en un gruñido o que me llame perra o alguna otra palabra igualmente condenatoria en voz baja, no hace nada de eso. En cambio, centra su atención en el papel, con los ojos pegados a él y luego empieza a escribir. Sosteniéndolo delante de él, sin ni siquiera intentar pasarlo por encima, espera que mis ojos lo encuentren y lea lo que ha escrito.

Eres mejor que eso. Eres mejor que yo.

Mirando hacia arriba desde el papel y capturando sus ojos, otra vez veo que están fijos en mí y donde antes podría haberme hecho sentir incómoda, está teniendo el efecto contrario ahora. A pesar de lo que pasó, lo que es seguro que sucederá cada vez que estoy cerca de él cuando estemos fuera de esta clase; sus palabras, la forma en que mira, están teniendo efecto.

No, no, no. Esto no está sucediendo. No me hará esto a mí.

No va a conseguir que hable con él.

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Dillon

Cuando eres como yo y tienes gente haciendo lo que pueda para conseguir tu atención, recoges un par de cosas y es todo lo que he aprendido en el último par de años lidiando con chicas que uso ahora con Cadence.

No puedo negar el hecho de que es diferente a la mayoría de las chicas que he encontrado desde el primer año, pero solo porque es distinta, no significa que no haya partes de ella que son las mismas. La mayoría de las chicas caen por la combinación correcta de palabras, ya sea que las digas o escribas y eso es lo que estoy apostando cuando tomo al papel y escribo lo que hago.

En el momento en que sus ojos escanean y se ablandan de la cáscara dura que estaban, sé que he tenido éxito. Quiere odiarme, creer todo lo que ha escuchado sobre mí después de pasar tiempo con Eric y los otros, pero no voy a dejarla. Estoy bastante seguro de que todo lo que le han dicho es correcto y está mejor tan lejos de mí como pueda, pero no estoy dispuesto a permitir que lo haga.

No cuando la misma razón por la que voy a concluir esta sentencia de muerte de Daniels depende tan completamente de ella.

Incluso sentado aquí humillándome de esta manera es mejor de lo que hubiera sido si ella no hubiera estado aquí cuando entré esta mañana. Quise decir lo que dije. Su presencia aquí provoca que esto, lo que tengo que enfrentar a causa de lo que hice, sea más fácil de manejar. Si voy a ser obligado a permanecer en esta clase por el resto del año en un intento fallido de enseñarme algún tipo de lección, teniendo a alguien más con quien hacerlo es preferible a tener que realizarlo solo, incluso si tengo una segunda intención.

Aparte del tiempo que pasé con Kayden antes que nos enemistáramos, siempre he estado solo. Mi madre me ignora a menos que haga algo lo suficientemente horrendo para llamar su atención y tenga que defenderme. Mi padre solo me quiere cuando tiene una pelea que está seguro de ganar e incluso mis amigos; solo me quieren por lo que soy y lo que significo para ellos en el orden social.

Cadence es la primera persona desde Kayden con la que no me siento solo y solo necesité un par de horas con ella para darme cuenta. Ahora que la he convencido, tengo que mantenerlo en marcha y esta es la parte en la que no soy tan bueno.

Cualquier chica que en la que he estado interesado siempre ha venido fácilmente. Podría señalar a una multitud de chicas durante una asamblea y donde sea que mi dedo aterrice, así de fácil, podrían ser mías. No estoy buscando hacerla mía; quiero decir, ya tengo una novia y no pierdo el tiempo engañando, pero funciona de

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la misma manera. Si quiero que Cadence me mantenga ocupado mientras estoy atrapado en esta clase, tengo que esforzarme más. No es alguien a la que solo pueda apuntar y hacer que venga corriendo.

Justo cuando estoy a punto de hablar, me doy cuenta que está inclinándose sobre la mesa hacia mí, otro post-it azul en su mano. Alcanzándola y ayudándola, la tomo de su mano y la pongo sobre el escritorio delante de mí.

¿Alguna vez te cansas de acosar a la gente que te rodea?

—No. Si debo ser débil o fuerte, prefiero ser el más fuerte.

Sus ojos se abren y sé lo que significa. No le gusta mi respuesta. Eso es demasiado malo. Me hizo una pregunta y no veo una razón para mentirle con mi respuesta. Puede haber tomado seis años de peleas, de ir y venir con mi papá aprenderlo, pero creo en lo que he dicho con todo mi ser.

Aunque tengo que admitir, ver el ceño fruncido en su rostro, no es nada bueno. Al menos apesta hasta que veo el siguiente post-it que ha escrito para mí.

No creo eso.

—¿Oh sí? Bueno, ya que me conoces tan bien, ¿por qué no me dices lo que crees?

Sé que sueno como un idiota, pero hay algo acerca de lo que está escribiendo, tan segura de su respuesta que se mete bajo mi piel. ¿Me conoce qué, un total de cinco horas? ¿Cómo puede creer o no creer nada de mí?

Mirándola, inclinándose sobre el pequeño post-it, su enfoque completamente en el pequeño trozo de papel azul, lo que sea que está escribiendo es más largo que cualquier cosa que me dijo hasta ahora; no puedo dejar de preguntarme lo que piensa de mí que le está tomando tanto tiempo y esfuerzo escribir. ¿Pudo haber formado una opinión sobre mí así de pronto? Saca el papel y me lo entrega, volviendo a escribir al momento en que lo tomé de su mano.

Bueno, sea lo que sea, seguro me quitará el aliento.

Podría descifrar fácilmente lo que piensa leyendo la que me dio, pero estoy decidido a esperar hasta que haya terminado. Normalmente no me importa lo que la gente piensa de mí, pero esta chica justo ahora, quiero saber cada maldita cosa en su cabeza, incluso si termina siendo una estupidez.

Despegando el post-it y entregándomelo, desciendo la mirada a los dos pedazos de papel frente a mí, su garabato desordenado cubre prácticamente cada centímetro de ambos y ahí es cuando consigo su completa opinión.

Creo que la manera en que actúas cuando estás aquí, no es el verdadero tú. No creo que seas un imbécil. Creo que muy en el fondo, eres realmente un hombre decente, pero algo te ha pasado o a alguien ha hecho algo que te ha cambiado. Odias a los débiles, porque son más fuertes que tú y estás celoso de ellos. También creo que la

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razón de que estés en esta clase en este momento en lugar de molestar con esos amigos tuyos se debe a que la llamada fuerza que crees que tienes regresó y te mordió en el culo.

—Bueno, estás equivocada.

Dos trozos de papel azul llenos de su opinión y con el fin de despistarla, miento en su cara. No hay manera en el infierno que le diga a esta chica cuánta razón tiene.

De ninguna manera.

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5 Dillon

ste es el lugar más asqueroso que ha escogido para una pelea.

Cuando Bruce me dijo que haríamos esto en una granja, tuve una visión diferente de lo que sería. Esperaba ver la maquinaria, la mayor

parte vieja y oxidada por falta de uso, pero no estábamos en una granja en absoluto. Es un granero roto y el olor es suficiente para hacerme querer dar la vuelta y regresar por donde vine.

Había fardos de heno esparcidos por todo el lugar, rastrillos y hasta un tractor, todos oxidados y viejos en una esquina alejada que luciendo como si no han visto acción en años. No estoy seguro de cuánto tiempo ha pasado desde que los animales han estado aquí, pero el olor a orina y mierda es tan fuerte que es un milagro siquiera que pueda respirar en este momento.

No importa de qué forma se mire, cuando esta pelea termine, voy a estar cubierto de estiércol y viviendo en la ducha por lo menos durante una semana.

Los chicos se pusieron en fila, todos en sus tardíos veinte y justo como me advirtió en el auto, acumularon bastantes amplificadores de rendimiento. Sí, mi padre eligió algunos verdaderos ganadores en esta ocasión. Voy a tener que ir cabeza a cabeza con los chicos, no solo mayores y más fuerte que yo, sino hasta dopados.

Esta es la forma en que Bruce Murphy te convierte en un hombre. Colocándote en una situación en la que no hay manera en que puedas salir, al menos no con vida de todos modos.

—Recuerda lo que te dije chico. No los dejes ir por el rostro. Al minuto que alguno de ellos conecte contigo de esa manera, va a ser notable y no puedo tener eso.

Por supuesto no podía. De ninguna manera, alguien podría ver los moretones y cortes en mi rostro y sumar dos más dos. Eso arruinaría toda su operación. Ha estado escupiendo la misma advertencia en los últimos seis años. No es como si pudiera evitar que eso pase. Si estos chicos me tiran y dan rienda suelta sobre mi cuerpo, van a ir por mi rostro. Podría ser capaz de explicarlo después de una pelea con Kayden o algo así, pero ahora, sin que se me acerque, va a ser mucho más difícil salir de esto.

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Quería que me pegaran en el rostro. Quería ir a la escuela y tener a alguien notando la forma en que luzco el día después y no como me veo ahora. Quizás entonces puedo salir de esto de una vez por todas. No puedo lograrlo solo, así que alguien interviniendo sería un regalo del cielo.

Al chico al que hará que enfrente, le hacen falta dos de sus dientes delanteros y parece que está ebrio. Él bebiendo antes de una pelea me daría un poco de ventaja, a menos que por alguna razón, estar borracho lo haga más fuerte. Si eso sucediera estoy arruinado. En todo caso, estar borracho te hace estúpido, lo que significa que podría ser capaz de robar una victoria aquí solo pensando inteligentemente y moviéndome rápido.

Rodney Morris, ese es su nombre. Lo he visto por la ciudad antes. Bebe mucho con Dean, el hermano de Kayden. Mierda. Espero que esto no regrese a Dean. Si lo hace y Kayden se entera, tendrá algo para usar contra mí y no puedo correr el riesgo de que eso suceda.

Sintiendo su mano en mi hombro, me pongo tenso por el toque, pero mantengo toda la emoción fuera de mi rostro. Si mi padre ve la más mínima expresión de miedo, Rodney va a ser la menor de mis preocupaciones. Bruce no pensará antes de arrastrarme por mi cabello fuera de aquí y golpearme hasta que el miedo se haya ido y todo lo que quede sea el vacío.

—Hazme sentir orgulloso muchacho. Cuanto más daño hagas a estos tres, determinará dónde y con quién pelearás después.

—Más como cuánto dinero harás después.

Mi boca inteligente como lo denomina, me va a ganar una paliza peor que cualquiera de estos gorilas perdedores me pudieran dar, pero no me importa. Solo estoy diciendo la verdad. Mi papá tiene un cargo alto en una empresa de desarrollo de software, hace un montón de dinero semanalmente, pero se preocupa más por el de mi lucha que el de su trabajo. Hacer un par de grandes viendo como su hijo es golpeado tan fuerte que apenas puede caminar al día siguiente, lo convierte en un real enfermo hijo de puta.

Odio esto, pero nunca me quejo sobre ello. No hay nadie con quien me pueda quejar. A nadie le importa un carajo. Estoy solo y siempre lo voy a estar. Mataría por darme la vuelta justo ahora y tirar a este hijo de puta, incluso sabiendo que es mi papá, pero no puedo. Podría ser fuerte contra las personas que acoso en la escuela, pero soy un completo cobarde cuando se trata de él. No voy a poner una mano sobre él, no importa cuánto lo desee y creo que cuenta con eso. Está seguro sabiendo que me controla y todo eso.

Frank Simmons, el árbitro para esta pelea, se adelanta y nos llama tanto a mí como a Rodney, camino hacia delante, listo para entrar en una lucha por mi propia

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vida, me centro en lo único que posiblemente puede ayudarme a superar esto. El cabello caramelo y ojos color chocolate que me han perseguido durante los últimos tres días desde que puse mis ojos en ellos.

Pensar en ella puede parecer una distracción, si alguna vez le dijera a alguien sobre esto, pero para mí es más que eso. En este momento, su actitud, la mirada vidriosa en sus ojos que obtiene cuando la insulto, la falta de respeto a la profesora o a alguno de los chicos en la clase, está haciendo que consiga pasar a través de esto. Voy a centrarme en ella y tal vez, solo tal vez voy a utilizar todos los sentimientos reprimidos que tengo sobre ella y tomar a este hijo de puta abajo antes de que pueda causar algún daño real.

Cuando Frank nos llama para empezar, traigo cada poco de rabia que tengo a la superficie, ya no está el rostro de Rodney mientras hago mi primer movimiento, sino el de mis padres y con pensamientos de Cadence y la forma en que me ha ignorado, empujándome incluso más adelante, descargo en el tipo reforzado frente a mí. Doy rienda suelta a todo lo que tengo desde el salto, aun sabiendo que al final me va a costar.

Es solo cuando intento bloquear su puño en represalia y me quedo corto, el impacto me golpea justo en la mejilla, al oír a mi padre gritando su ira contra mí en el fondo me doy cuenta del error que he cometido.

Es un golpe que me va a costar, no solo cuando salgamos de este maloliente granero. El escozor en mi mejilla por el impacto del golpe va a causarle a mi rostro moretones y cuando lo haga, de ninguna manera mi secreto va a seguir siendo un secreto.

Estoy a punto de ser descubierto.

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Cadence Lo primero que noto cuando llego a clases el lunes en la mañana, después de

ignorar a Dillon dos días y todos sus estúpidos intentos de hacer conversación, es la cojera que tiene cuando camina hacia el frente, dándole papeles a mi mamá y volviendo a dirigirse a su asiento.

Es solo cuando se sienta y me mira a la cara que veo algo aún peor que la cojera. Su mejilla está magullada y hay un pequeño trozo de cinta médica sobre su ojo derecho, sosteniendo un trozo de pañuelo o papel de baño en su lugar. Sus labios, los que pasé tanto tiempo viendo, están agrietados y con cortes abiertos, con sangre seca descansando en la superficie.

Si Dillon luce así, estoy casi asustada de ver cómo está el otro. Hablando con Eric por los dos últimos días en el almuerzo, tengo la sensación de que sé quién es el otro tipo y viéndolo esta mañana mientras caminaba con Isabelle a clase, no tiene un rasguño en él, lo que significa que lo que sea que pasó, Dillon se llevó la mayor parte.

Desplazándome en mi asiento después de lanzar mi mochila al piso, la abrí y, como he estado haciendo durante los últimos dos días, saco mi libro dispuesta a pasar todo el tiempo leyendo y haciendo todo lo posible para poner a Dillon Murphy y su cuerpo roto fuera de mi cabeza. Tengo curiosidad sobre qué pasó, pero no lo suficiente como para ir y preguntar. Hoy va a ser como cualquier otro día de esta semana. No voy a decir una palabra, me ignorará de la misma manera y las cosas serán lo mismo de siempre.

Al menos ese es el plan hasta que viene y lo rompe.

Inclinándose, pone una pieza más pequeña de papel rayado en mi escritorio, pero en esta ocasión, a través de la brecha donde mi cabello no está cubriendo por completo mi rostro, lo veo estremecerse de dolor mientras se inclina hacia atrás en su asiento. Cuando solo habría ignorado el pedazo de papel por un tiempo, verlo inmutarse y la forma en que pone los ojos en blanco mientras tira su cabeza hacia atrás, con el dolor del pequeño movimiento que hizo, me acerco y lo abro, leyendo lo que está escrito allí.

Si es sobre el chico que lo lastimó con el fin de hablar conmigo, lo menos que puedo hacer es leerlo. No tengo que responder, pero no sería capaz de vivir conmigo misma si no lo hago, al menos, reconozco las palabras en la página.

Hola.

Una palabra.

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Con la forma en que el lunes trató tanto conseguir que hablara con él, perdonándolo por lo que pasó con sus amigos, estaba segura de que iba a ver algo más que esta sola palabra, pero como de costumbre, Dillon está demostrando una vez más que no sé nada sobre él y cualquier intento de conocerlo es inútil.

Haciendo uso de su papel para responder en lugar de llegar a mis post-it, garabateo la misma palabra para él, esperando que sea suficiente y vuelva a ignorarme para que pueda pretender hacer lo mismo a pesar de que la voz en mi cabeza está gritándome para que pregunte qué le pasó.

Hola.

Antes de darme cuenta, me está entregando el papel de nuevo, esta vez no pasa alrededor de la mesa, lo extiende a través del espacio entre los pupitres para que lo tome. Después de una fracción de segundo deliberando sobre si debía o no relacionarme con él de esta manera, sobre todo después de la forma en que los dos últimos días han sido, saco mi mano y lo tomo de él.

¿Qué estás leyendo?

Un libro. Ya sabes, ¿esas grandes cosas con páginas que cambias para disfrutar?

Mierda. ¿Eres siempre tan perra?

No. Solo para las personas que lo merecen.

Continuamos yendo y viniendo con esto durante al menos otros diez minutos, mientras que mi mamá se encontraba al frente de la sala, de espaldas a nosotros, explicando una lección de matemáticas para los otros seis estudiantes en la habitación. Después de cada pase del papel ahora lleno entre nosotros, puedo escanear el frente, rezando mientras hago esto sin que me atrape hablando con él.

Después de la conversación que tuvimos esta mañana antes de venir aquí, la última cosa que quiero es que me vea ir en contra de lo que desea y hablando con Dillon.

L

—Tuve una interesante conversación con Eric Carmen ayer por la tarde.

Sé a dónde va con esto. Solo hay una cosa que Eric podía hablar con ella que encontraría interesante, al menos lo suficiente como para contarme. Cualquier otra cosa que pudo haberle dicho, lo habría mantenido para sí misma, lo que significa que sabe lo que pasó el lunes.

Haciendo señas con la mano, no estoy dispuesta a hablar y admitir nada, trato de conseguir que continúe. Cuanto antes terminemos con esto, mejor. Ya han pasado dos días desde que ocurrió y aunque no podía sacarlo de mi cabeza, lo último que quiero hacer es hablar al respecto.

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—Me informó que Dillon, Amy y Tim intentaron empezar algo después del almuerzo el lunes y que fuiste derribada en la reyerta. ¿Hay algo que quieras decirme?

Niego y vuelvo a mi cereal. No quiero hablar de esto con ella, sobre todo desde que ocurrió hace dos días y no ha pasado nada desde entonces. Sí, una chica me tiró al piso. No es que hubo alguna pelea o algo así. Va a enloquecer por nada.

—Cadence, sé cómo funciona. Cuando un estudiante es acosado lo guardan para sí mismos. No quiero que sientas que tienes que hacer eso. Lo que me digas aquí permanecerá entre nosotros dos. Si estás siendo silenciada de alguna manera, se termina ahora.

—No estoy siendo silenciada, mamá. No quiero hablar de ello.

—¿Quién te empujó al piso?

—La chica —digo con señas fácilmente.

—Si era Dillon, me lo puedes decir.

—No fue Dillon. Solo observó lo que pasó.

Parece sorprendida por mi respuesta. Mi madre suele ser bastante comprensiva cuando se trata de alguien, pero puedo decir que quiere creer lo peor de Dillon. No se parece a ella en absoluto. ¿Dónde está la maestra que no juzga con la que he estado viviendo durante los últimos dieciséis años?

—Bueno, supongo que no importa quién lo hizo. Si sucede otra vez, no quiero oír hablar de eso de segunda mano de Eric o cualquier otro estudiante. Quiero que me lo cuentes, incluso si piensas que puedes manejarlo por tu cuenta.

—Bien. ¿Terminamos ahora?

—Cadence, soy consciente de que trabajar conmigo no es algo que te haga feliz y que nada te gustaría más que estar de vuelta en tu escuela con tus amigos, pero esta es la situación que hemos estado afrontando. Quiero que me prometas algo.

Ya había aceptado decirle si algo pasaba en la escuela, ¿qué más posiblemente puede querer que prometa?

—Quiero que me prometas que vas a permanecer lo más lejos de Dillon posible. Sé que está en la clase y los dos se sientan demasiado cerca, pero no es una persona con la que quieres involucrarte.

Asintiendo, regresé mi atención a mi cereal y la ignoré completamente. No hemos dicho más que hola desde el lunes por la tarde cuando le dije lo que pensaba de él. Si quiere que permanezca lejos, eso es una promesa fácil de cumplir ya que no tenía ningún plan de hablar con él de nuevo.

—Bueno. Eres una chica muy dulce, Caddy. La última cosa que quiero que suceda es que alguien como Dillon Murphy cambie eso.

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L

Centrando mi atención nuevamente en el papel delante de mí, uno nuevo que arrancó de su cuaderno y lo tomo para escribir en él, veo la pregunta que ha estado esperándome y que solo me recuerda una vez más qué tan ciertas eran las palabras de mi madre. Aunque con el vaivén hasta el momento de esta mañana, estoy haciendo un trabajo bárbaro escuchándolas.

Tengo que preguntar. ¿Por qué estás en esta clase? No pareces retrasada.

No voy a dejar que se salga con la suya. Una cosa es poner los ojos en blanco a mi mamá y a mí por acercármele y chasquearle los dedos rápidamente varias veces, pero no hay manera de que vaya a permitirle que se refiera a los chicos de esta clase como retrasados. Bajo todo concepto, con mi discapacidad, soy una de los llamados retrasados de los que está hablando. Nunca he sido una fanática de esa palabra y eso no va a cambiar ahora.

No estoy en una clase de retardados. No existe eso. Estoy en esta clase. Si quieres saber por qué estoy aquí, te voy a contestar tan pronto como me digas qué camión te hizo eso en la cara.

Su respuesta es inmediata y mientras lo leía por encima puedo ver fácilmente su mierda. Vi a Kayden esta mañana, sé que no ha tenido nada que ver con lo que está pasando aquí. Incluso si Dillon se había llevado la peor parte de un ataque, todavía habría algún tipo de marcas en Kayden y simplemente no las tenía.

Me metí con alguien que solía ser amigo. No hay problema. Entonces, ¿por qué estás aquí?

Creo que estás mintiendo, pero estoy aquí porque mi escuela está cerrada por un par de semanas.

Levanta su mirada por mi admisión o por mencionar que está mintiendo. No puedo estar segura de por qué lo está haciendo, pero es obvio que no estaba esperando que esa fuera mi respuesta.

¿Estás pensando que me conoces otra vez?

No creo conocerte; te conozco. He conocido a un montón de chicos como tú y son todos iguales.

Intenta ocultarlo, pero puedo darme cuenta que pone los ojos en blanco al minuto en que sucede y es en ese momento que me hago a la idea. Ya he tenido suficiente de este vaivén. He terminado. Cuando esté listo para dejar de actuar como un niño, podría pensar en responder de nuevo, pero por ahora, solo terminé.

Volviendo a mi libro, le doy la vuelta a la página donde la dejé y vuelvo a ignorarlo. Cuando ninguna nota viene, ya sea acercándose dolorosamente a mi escritorio para entregarla o extendiéndola para que la tome, sé que he tomado la decisión correcta.

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Dillon

Jesucristo; esta chica simplemente no da tregua.

Hay un segundo allí donde me regaña por ser un mentiroso que casi le digo lo que realmente me pasó, pero tan rápido como vino, lo olvido. No importa qué tan atractiva sea esta chica o lo mucho que disfrute de nuestra conversación, no hay manera que le diga la verdad.

Cuando llegué a la escuela esta mañana y la gente empezó a mirarme fijamente el rostro, estaba seguro que la mierda estaba a punto de caer a mi alrededor. La gente sabría que no me había metido en una pelea de la forma en que dije anoche por mensajes a Amy y mi secreto estaría expuesto.

Hasta el momento, no ha ocurrido, pero eso no quiere decir que vaya a olvidar mi forma de hacerlo. Decirle a esta chica sería exponerme de una manera que no estoy dispuesto a hacer. Así que trato de darle la vuelta, mi capacidad de ser un idiota total viene tan fácilmente como lo hace siempre y en un par de minutos, tiene la nariz de nuevo en su libro y he vuelto a quedarme solo.

No sé cómo sucedió, pero de alguna manera me las arreglé para terminar las tres peleas de anoche. Claro, me siento como si me hubieran atropellado por un camión como mencionó Cadence, pero ha estado sucediendo durante tanto tiempo que ahora estoy acostumbrado. En pocos días, los cortes y contusiones se desvanecerán y volveré a la normalidad. Solo espero que no programe otra pelea antes de que eso suceda. Esta vez definitivamente necesito tiempo para sanar.

Patear el trasero de Rodney había sido más fácil de lo que esperaba. Lo dejé lamentarse lejos de mí por un tiempo, viendo que estaba sin aliento rápidamente debido a su tamaño y la cantidad de licor y de drogas en su sistema. Cuando eso ocurrió, fue fácil derribarlo. Es solo cuando llegué a Alex y Mark que perdí fuerza y terminé viéndome cómo me veo ahora.

Bruce no había estado feliz, pero teniendo en cuenta lo que me dijo mientras me llevaba a casa, debería haberlo visto venir. Según él, Mark y Alex están entrenándose para convertirse en luchadores profesionales, lo que significa que saben qué demonios están haciendo e ir en contra de un niño como yo es fácil para ellos. Al escuchar lo que me contó, estuve muy enojado. Una cosa es que me enfrentara a alguien de mi edad o tal vez incluso unos pocos años más viejos, como Rodney, ¿pero luchadores profesionales?

Lo que mi querido y viejo padre no sabía en ese momento en que golpeé a Alex, es que estaba preparado para acostarme y permitirle que se saliera con la victoria. De hecho, me tumbé un momento, rezando para que terminara. Había bebido toda la

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sangre que podían soportar mis labios y apenas podía ver a través de mi ojo derecho con la sangre que manaba del corte que me dejó Mark. En el momento en que llegué a casa y me miré en el espejo, mis ojos estaban completamente inyectados en sangre y no tenía nada que ver con que no durmiera. Era la sangre que logró quedarse allí.

La mayoría de los chicos, si pasaran por lo que vivo, se asustarían de ir a casa, con miedo a que su mamá los viera y perder el control sobre ello, pero no soy así. Entre todos los combates en la escuela y después de toda la mierda que pasó en el baile de bienvenida con Kayden, mi mamá está acostumbrada a verme así. Ni siquiera se inmutó cuando entré por la puerta.

Tampoco me preguntó qué pasó.

Esa era Rebecca para ti. Está tan absorta que estoy sorprendido que incluso se levante para ir trabajar en la mañana o esté lo suficientemente consciente como para dejarme dinero para el almuerzo. Siempre ha sido una despistada, pero el último par de años desde que dejó a mi padre, ha empeorado. Son las píldoras. Se ahoga tanto a sí misma que el mundo se pierde por completo para ella. Estoy agradecido porque sea de esta forma, sin embargo. Significa que no tengo que responder ninguna pregunta sobre lo que papá hace realmente conmigo durante nuestro tiempo juntos.

Vendé las heridas lo mejor que pude y aquí estoy, de vuelta en la escuela, consiguiendo algunas miradas, pero nada que no pueda manejar. Mi secreto está todavía intacto, mis amigos haciendo lo que son buenos y esparciendo la cantidad perfecta de mentiras con el fin de hacer que parezca como si todo lo que hice fue entrar en una pelea después de la escuela. El único riesgo de todos era que quería decirle a Cadence la verdad.

Mientras pueda mantener mi boca cerrada con esta chica que parece saber más de mí que yo, voy a estar bien.

La cosa es que no puedo hacer eso. Está sentada ahí leyendo su libro, las páginas todas dobladas y desgastadas, como si lo hubiera leído varias veces y estoy un poco interesado sobre qué se trata. Soy tan patético ahora mismo que estoy dispuesto a escucharla hablarme de algún estúpido libro que nunca leeré solo para que me dirija la palabra de nuevo.

—¿Puedo ver lo que estás leyendo? —pregunté y cuando no levantó la mirada o incluso reconoció que me escuchó, vuelvo a intentarlo—. Cadence. ¿Puedo ver tu libro?

¿Qué demonios le pasa a esta chica? ¿Sigue molesta por lo que pasó el lunes, así que me está ignorando adrede? Teniendo en cuenta que conseguí que me hablara hace un par de segundos, no hay manera de que pueda ser todo lo que le molesta. Tengo que darme cuenta de que si me odiara no me hubiera dicho una palabra esta mañana, pero lo hizo, entonces, ¿qué rayos le sucede ahora?

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Me acerco y toco su hombro a pesar de que hace que mis costillas tengan una enorme cantidad de dolor, veo como salta en el asiento. Debe de haber estado más concentrada en el libro de lo que pensaba. Parece que la asusté.

Cuando se tranquiliza y sus hombros van desde rígidos a relajados, sus ojos capturan los míos y trato una vez más de hacer que me hable. Ahora que me está mirando, no hay manera de que pueda pasarme por alto como lo acaba de hacer.

—¿Puedo ver lo que estás leyendo?

Sus cejas se levantan y sonríe débilmente, cerrando el libro después de doblar la parte superior de la página hacia abajo, marcando su ubicación y pasándomelo. Tomándolo, mis manos rozaron suavemente la de ella y mi cuerpo se tensa con el toque que se produce. Sacudiéndolo fuera, creyendo que es algo relacionado con la cantidad de veces que ha dirigido los dedos por el cabello desde que llegó aquí, miro hacia abajo en la portada del libro y me sorprende.

Esperaba ver algún tipo de romance, ya que parece ser lo que leen la mayoría de las chicas cuando presto suficiente atención para notarlo, pero lo que está delante de mí ahora está tan lejos del romance como puedes conseguir. Es una novela de fantasía, ciencia ficción, creo, y lo último que esperaba que alguien como ella leyera.

Mierda; no sé absolutamente nada sobre esta chica.

Siento sus ojos haciendo un agujero en el lado de mi rostro mientras estoy mirando el libro, así que me doy vuelta hacia ella y lo sostengo para que lo tome.

—¿Te gustan este tipo de cosas?

Asiente mientras toma el libro y presiono hacia delante en el minuto que siento sus ojos de nuevo en mí.

—No creía que muchas chicas leyeran ciencia ficción.

Saca un post-it y por mucho que no quiero hacerlo, siento la creciente frustración de verla escribir en él. Me imaginé que era como Isabelle en la forma en que siempre escribe todo, pero había esperado equivocarme y que volvería a abrir la boca y hablar conmigo. Sé que exactamente no lo he ganado, pero sabe por ahora que cualquier cosa que dijera no sería un desperdicio de aliento como dijo el primer día.

A medida que me entrega el post-it, decido ir por todas y preguntarle por qué no habla.

—¿Estás planeando hablarme o harás esto por siempre?

Llevando el post-it de nuevo a la mesa, empieza a escribir otra vez, obviamente respondiendo a mi pregunta y después de unos minutos garabateando, me estoy poniendo ansioso porque quiero que termine así puedo leerlo.

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No tengo idea qué demonios está pasando conmigo últimamente. No he tenido ningún contacto con esta chica durante dos días, sin embargo, es la primera cosa que me viene a la mente antes de entrar en la lucha del infierno y ahora estoy aquí sentado prácticamente muriendo por dentro por leer lo que me ha escrito. No debería dar una mierda, pero parece ser todo lo que me importa.

Conseguir conocerla se supone que es un juego. Una manera de mantenerme ocupado, pero ahora no hay nada en ello que se sienta como un juego. Quiero su atención porque realmente me gusta la forma en que se siente cuando la tengo.

Obviamente no conoces el correcto tipo de chicas

Simplemente no hablaremos en lo absoluto si lo prefieres. Eres el que me habló. La verdad es que no hablo mucho porque no me gusta la forma en que suena mi voz.

Bueno, si ya no sabía que era un idiota, su respuesta a mi pregunta golpea en el clavo. Me siento como uno ahora. Hacer la pregunta era un riesgo, pero su respuesta, demonios. Me está diciendo la verdad, puedo decirlo por la forma en que sus ojos se ven mientras me observa leer. No es consciente de lo que puedo ver, y en este momento, estoy agradecido. La dejo pensar que su preocupación por mi reacción es su secreto.

Quiero que hable aún más ahora. La gente cada vez se crítica más a sí mismo que las otras personas, así que creo que con el fin de conocer la verdad, tengo que ser él que la escuche. Probablemente solo es demasiado dura consigo misma.

Eso no es lo que escribo a su pesar. Debería haber sido lo que he dicho, porque ese es el tema en el que estábamos, pero con la forma en que escogió para ser honesta conmigo a pesar de que no era de mi incumbencia, siento la necesidad de hacer lo mismo.

Lo siento. Tenías razón antes. Fui golpeado por tres camiones muy grandes.

¿Te duele?

Como el infierno. Tal vez peor que el infierno, no lo sé.

¿Por qué te tiras en frente de ellos entonces?

No puedo evitarlo. Cuando veo la respuesta y la forma en que todavía está fingiendo que me refiero a camiones reales y no ser golpeado por tres personas muy grandes, me río y me sale mucho más fuerte de lo que esperaba.

—¿Hay algo que le parezca gracioso, señor Murphy?

Mierda. Sabía al minuto en que la risa saliera que causaría algo como esto, pero había estado esperando que la señorita Taylor se enfrascara tanto en papeles de clasificación o lo que sea, que pasaría desapercibido. Obviamente no soy tan afortunado.

—No, señorita T.

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—Bien, todo bien. Por favor, absténgase de arrebatos como este en el futuro.

Asintiendo en reconocimiento, bajo la cabeza hacia al escritorio de nuevo, pero no antes de ver el pequeño cuadrado de papel azul con el rabillo de mi ojo.

ATRAPADO.

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6 Cadence

o sé lo que estaba pensando al aceptar esto, pero ahora que estoy aquí no hay nada que pueda hacer para cambiarlo, aunque probablemente debería.

Después de que Dillon fue regañado por reírse y pegué el post-it en un intento de ser graciosa, volvimos al silencio relativo una vez más. Mantuvo la cabeza en su escritorio, sin voltearme a ver ni una vez y créanme, esperaba por ello. A pesar que quería seguir nuestra conversación, regresé a mi libro hasta que todos a mi alrededor me avisaron que había sonado la campana.

Antes de salir por la puerta, sentí una mano en mi hombro y me congelé en mi lugar ante el toque, uno que no reconocí y me di la vuelta lentamente para averiguar quién me estaba deteniendo. Me encontré cara a cara con Dillon, su sonrisa familiar como siempre, me permito la ligera aceleración de mi corazón antes de inclinar la cabeza hacia un lado por la confusión.

—¿Vienes a almorzar conmigo? Sé que es probablemente el último lugar donde deseas estar, pero creo que lo pasarás bien con nosotros una vez que lleguen a conocerte. Entonces, ¿lo harás?

Atrapada sin otra alternativa que tomar los post-it de mi mochila y decirle que no, solo asiento y ahora estoy atascada.

He estado aquí con ellos durante casi veinte minutos y es dolorosamente evidente que ninguno de ellos, incluido Dillon, se han dado cuenta de que no puedo escuchar una palabra de lo que están diciendo. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo para leer los labios, pero con las chicas es difícil, ya que hablan tan rápido. Estoy asintiendo en los momentos adecuados o por lo menos en los que creo que son los adecuados y estoy haciendo todo lo posible para parecer normal, pero no es fácil.

No ayuda que la chica que me tiró al suelo ha estado dándome miradas desde que Dillon y yo llegamos aquí y me presentó. Es bastante obvio que están juntos y me ve como una amenaza. Soy la última persona de la que tiene que preocuparse. Sabía cómo era Dillon y aun así acepté venir cuando me lo pidió, no voy a olvidarlo pronto.

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Viendo a todos riéndose de algo que me había perdido mientras me hundía en mis pensamientos, mi estómago da un vuelco. Debería haber ignorado el toque en el brazo de antes y corrido para ver a Eric. Estando fuera con él, no hay incomodidad. Sabe todo sobre mí y mi discapacidad, no tengo que fingir ser algo que no soy. Quiero eso ahora más que nada porque es obvio que simplemente no encajo aquí en absoluto. No soy como esta gente y, una vez que se enteren de la verdad, van a querer alejarse lo de mí lo más que puedan.

Una vez que la risa termina, miro como Amy empieza a hablar y esta vez, va lo suficientemente lento para poder entender cada palabra que dice.

—Entonces, ¿por qué has traído a uno de ellos para el almuerzo, Dill? Es bastante obvio que es muda.

Preparándome para ponerme de pie y salir corriendo de aquí, no queriendo leer más labios, ya que es obvio que todo va a ser un ataque, saco mis rodillas, lista para levantarme y salir de aquí. Es solo cuando leo los labios de Dillon mientras responde que me detengo.

—Puede hablar, Ames. Solo tiene que sentirse cómoda. Teniendo en cuenta lo que hiciste, ¿puedes culparla?

Es la cosa más linda que le he oído decir en los últimos cuatro días y estoy bastante sorprendida por ello. Con la forma en que le está respondiendo a su novia, tengo que decir que estaba en lo cierto acerca de él desde el principio. Hay más de él que ser un imbécil. Tal vez por fin voy a tener la oportunidad de verlo.

—Se ganó esa mierda, atacándote de la forma en que lo hizo. Nadie tiene permitido poner sus manos sobre ti mientras esté cerca, ni siquiera una perra estúpida muda a la que le gustan los retrasados.

Me estremezco por el odio en sus palabras y otra vez me preparo para salir corriendo de aquí. No tengo que escuchar esto. Nadie va a sentarse aquí y a faltarme el respeto a mí o a mis amigos. Poniéndome de pie, me cuelgo la mochila por encima del hombro y me giro para irme, resistiendo el impulso todo el tiempo de dar la vuelta y mostrarle el dedo del medio a Amy. Tal vez no quiero que escuchen mi voz, pero eso no significa que no pueda encontrar otras maneras de conseguir dar a entender mi punto de vista.

Caminando por el pasillo, agradecida una vez más que no puedo escuchar a cualquiera de ellos, siento el nudo en mi estómago comenzando a aflojarse. No importa lo que diga Dillon, la gente con la que se junta nunca me aceptará y fui una estúpida por creer incluso por un segundo que cualquier cosa de lo que dijo acerca de ellos era verdad.

Nunca voy a estar cerca de esas personas otra vez.

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Dillon Mierda. Eso no salió como quería.

Cuando la vi dejando la clase antes, otra oportunidad para pedirle que pasara el rato conmigo estaba a punto de irse, salté de mi asiento en un esfuerzo por llegar a ella antes de que se alejara de mí otra vez. A pesar de saber que es amiga de Eric y que pasa su tiempo en el almuerzo con él y con los demás, no iba a dejar que la oportunidad de seguir mi plan se deslizara de mis manos.

¿Qué mejor manera hay para que esta chica se ablande que hacer que pase el tiempo conmigo y con mis amigos en lugar de afuera, debajo de ese árbol desagradable con otros como ella?

Es algo más que eso. Aunque no puedo dejar de pensar sobre lo que me propuse hacer, todavía quiero estar cerca de ella. Nunca he tenido este tipo de conflicto antes. Las cosas suelen ser tan cortas y secas conmigo. Ya sea que quiero jugar con la cabeza de esta chica o quiero gustarle genuinamente. No hay medias tintas.

Con Cadence sin embargo, todo es confuso, es un paso adelante y otro atrás. Nada está claro.

Finalmente logro que acepte, la traigo con mis amigos y por supuesto todo se va a la mierda porque mi novia no puede tolerar los celos. Si Amy solamente abriera los ojos, vería que no tiene nada que ver con Cadence sintiendo algo por mí. Esto es sobre alejarla de los raros y seguir con el plan que les conté desde el primer día.

Así no es como funciona sin embargo. Amy al instante se pone a la defensiva, sin confiar en la chica y, ahora que Cadence está caminando por el pasillo, estoy haciendo todo lo que puedo para no saltar e ir tras ella.

—¡Por fin! ¡Que se vaya! —murmura Amy en voz baja en el minuto en que Cadence está completamente fuera del alcance para oírnos y me resisto las ganas de golpearla. Sé que su actitud es la mitad de la razón por la que me gusta, pero mierda, incluso para mí en este momento está llevando las cosas demasiado lejos.

—¿Siempre tienes que ser tan perra?

—¿Qué demonios esperabas? ¿Trayendo a uno ellos para el almuerzo? ¿Se supone que tenía que saltar y abrazarla o algo así?

—Esperaba que al menos pretendieras ser amable.

Se ríe otra vez y siento el impulso de abofetearla subiendo a la superficie. Odio cuando la gente se ríe de mí, la desprecio absolutamente aunque sea mi novia y no

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esté diciendo absolutamente nada sobre lo que dije. Aun así, siento el impulso de desquitarme con ella.

—¿Desde cuándo somos agradables con los retrasados? Sé que tienes esta cosa del plan trazado sobre lo que quieres hacer con ella y estuve de acuerdo, pero eso no significa que tenga que actuar de la misma manera.

—No es retrasada, Ames.

—Eso dices. Está en esa clase contigo y no dijo ni una puta palabra todo el tiempo que estuvo aquí. Si no es uno de ellos, está tratando muy duro para parecerlo.

—¿No trato con todos mientras estaba aquí? Eso es más de lo que un denominado retardo haría. No tienes que ser una perra con ella. Echándola no vas a lograr que esta mierda funcione.

—La única razón por la que la chica vino es porque siente algo por ti. Lo vi en sus ojos.

Siempre todo se resume a esto. Todas las chicas que me miran tienen sentimientos por mí. Esta es la parte que aborrezco de estar con Amy. Sus celos son enormes y hace que interactuar con ella sea absolutamente imposible. No voy a llegar a ella, no importa lo que diga. Tiene en su cabeza que Cadence siente algo por mí y nada la disuadirá de ello. Ha perdido por completo su mente. Si algo, Cadence me odia y solo me tolera porque la molesto cuando estamos en clase, pero Amy no quiere oír eso. Acaba de encontrar una manera de darle la vuelta de nuevo.

Justo cuando voy a responder, se pone en marcha otra vez y siento escapar lo que me queda de paciencia.

—Tal vez no puedas verlo porque también sientes algo por la pequeña retrasada. ¿Es eso, Dill? Tal vez no quieres jugar con ella después de todo. Tal vez quieres entrar en los pantalones de las chicas mudas.

Sí, eso es todo. Ya he terminado con esta mierda. Sabía que debí haberme levantado y alejado cuando dijo esa mierda con Cadence sentada aquí y lo sé aún más ahora. Está llena nada más que de veneno y no quiero ser parte de ello. Dejaré que piense lo que mierda quiera. He terminado.

—¿Sabes que Ames? Ven a buscarme cuando te saques el palo del trasero. Estás delirando y ya me cansé.

Quise decir lo que exclamé. Creo que está siendo irracional, pero hay una parte de mí, a pesar de lo que creo que sabe que hay al menos un poco de verdad en lo que decía, aunque eso sea lo último que voy a admitir. A pesar de que todo esto comenzó como un juego, me agrada y estoy tan jodidamente molesto por cómo se han dado las cosas.

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Mierda. Obviamente estoy perdiendo la cabeza también. Tengo que conseguir aclarar mi mente. Cadence no es más que otra retrasada y tengo que recordar eso.

Levantándome del piso, estremeciéndome de dolor mientras estiro mis músculos que no quieren moverse, me vuelvo y empiezo a caminar por el pasillo, aumentando la velocidad conforme avanzo, decidido a llegar lo más lejos que pueda de Amy y su mierda. Cuando giro en la esquina que me llevará a las escaleras, decidido solo caminar hacia adelante y esperar hasta que comience la clase, me encuentro con la última persona que quiero ver con todo lo que acabo de tratar.

Kayden bloqueando mi camino y se ve enfurecido.

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7 Cadence

or qué no luché con mamá sobre esto? ¿Por qué tuve que venir aquí sabiendo que este es el tipo de basura con la que iba a tratar?

Todos estos chicos son lo que el mundo considera normal. No hay lugar para personas con discapacidad y definitivamente no hay lugar para gente como Eric, Isabelle y los otros. Todos somos solo un montón de monstruos sordomudos que dan a la supuesta gente normal horas de entretenimiento para así pasar el día.

No les importa que no pedimos ser como somos; que algunos nacimos de esta manera, que solo tratamos de llevarlo bien y sobrevivir como los demás. No, en cambio tienen que salir a llamar la atención sobre las cosas que nos diferencian en lugar de abrazar la forma en que somos iguales. No todas las personas de aquí son así, quiero decir que he visto a personas que no lo son, pero encontrar a alguien así es raro.

Saliendo del grupo y atascada con solo dos opciones, las cuales no estoy realmente en estado de ánimo para hacerlas, que me desvió a una tercera opción. Un lugar donde nadie va a venir a buscarme. Ni Dillon y sus estúpidos amigos y definitivamente ni Eric y los demás. El lugar en el que debería haber ido el primer día.

Dirigiéndome a través de los pasillos y sonriendo débilmente a la señora Reid cuando paso por al lado, camino hacia el estante de libros en el que ningún estudiante hubiese sido encontrado ni muerto. Los textos de historia podrían ser necesarios a veces, pero es el único lugar donde no importa lo que te encuentras, siempre es estéril. Nadie va allí a menos que estén haciendo lo que estoy haciendo, tratando de encontrar un lugar para esconderme y escapar.

He sido diferente toda mi vida. He visto a la gente tratarme como a un leproso durante tanto tiempo como puedo recordar y a pesar de todo eso, me las arreglé para ser fuerte. Es la razón por la que pude hacer lo que Eric no pudo ese día en el pasillo. Podía hacer frente a Dillon, su novia y el otro tipo con facilidad porque no hay nada que puedan decir o hacer que no haya experimentado ya. Estoy acostumbrada a todo

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eso y acepté que la mayor parte del mundo es idiota y no hay mucho que pueda hacer para cambiarlo, he sido capaz de seguir adelante y elevarme por encima de ello, haciendo lo que tengo que hacer con el fin de evitar que le suceda a otras personas.

La niña sorda dando la cara por chicos especiales. Es una broma para los idiotas con los que acabo de perder veinte minutos de mi vida

A pesar de ser fuerte, no soy inmune. Me afectaba de la misma manera que a cualquier otro. Debido a eso estoy escondida en la biblioteca en este momento, sin desear nada más que unos pocos minutos de paz con el fin de calmarme. Por más que lo intento no dejo de pensar en sus palabras, los insultos e incluso las hipótesis llegan a mí, solo soy una humana y lo que acaba de suceder, sin duda me estaba corroyendo.

Ha sido un largo tiempo desde que deseé ser normal. Anhelar no ser sorda. Llegué a un acuerdo con mi discapacidad hace años, pero ahora mismo, daría cualquier cosa por volver allí, sentarme con esa gente que ni siquiera puedo soportar e interactuar con ellos de la forma en que una persona normal lo hace. Es la mitad de la razón por la que mi mamá trató con cada audífono en el mercado cuando era pequeña. Sabía que iba a luchar con esto y quería hacerlo más fácil para mí como fuera posible. El problema es que no hay un audífono lo suficientemente fuerte. Estoy condenada a pasar mi vida, aquí, mirando desde afuera.

Quiero volver a mi escuela ahora. Ni siquiera me importa que el lugar esté inundado. Me volvería a sentar en el escritorio lleno de agua, con botas de lluvia y un impermeable sobre mí mientras cae agua desde el techo, si eso significa que lo que siento en este momento podría terminar. Quizá sea hora de hablar con mamá y de rogarle que me permita quedarme en casa por la próxima semana y media. Sería preferible a esto. Nunca estaría de acuerdo, pero en este momento estoy dispuesta a intentar cualquier cosa.

Esta, la fiesta de la compasión que me estoy dando a mí misma porque no soy como todos los demás, tengo que detenerla. No está llegando a ningún lado. No he hecho nada como esto desde que tenía seis años. Soy mejor que esto y tengo que recordarlo para no dejar que lo que acaba de suceder me cambie. Recordando las palabras de Isabelle del otro día en el almuerzo, me doy cuenta de que tengo un escape.

Alcanzo mi mochila, deslizándolo hacia abajo hasta que pueda descomprimirlo lo suficiente para tomar el teléfono en el interior, lo saco y me desplazo por los contactos en busca de su nombre. Lo encuentro, abro la pantalla del mensaje y comienzo a escribir. No estoy segura de lo que quiero escribir, pero con las cosas como están, me imagino que no puede empeorar mucho más.

Su respuesta es inmediata y veo las palabras en la pantalla, me alegro por primera vez desde que mamá atrapó a Dillon riendo en clase.

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Estoy afuera. Kayden fue a algún lugar y Eric nunca apareció. Me vendría bien la compañía.

Hay algo en el emoticón feliz en mi pantalla que me empuja del piso y hacia fuera de la puerta tan pronto como entré. Es una invitación y con lo sola que me siento, puedo usar toda esa sensación especial que pueda conseguir. Dirigiéndome hacia la puerta principal de la escuela, más que lista para encontrarme con ella, no me doy cuenta de las sombras que vienen hasta que es demasiado tarde y me he topado con uno de ellos. Duro.

Consiguiendo orientarme miro hacia arriba y dónde espero encontrar un tipo al azar, me encontré cara a cara con la chica que solo alejé hace menos de quince minutos, al igual que entonces, tiene una desagradable mirada en su rostro y sé que pase lo que pase ahora no va a ser bueno.

—Es solo la perra muda que estábamos buscando. Es hora de que tengamos una pequeña charla.

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Dillon Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que esto sucediera, pero tengo

que decir, estaba esperando tener un poco más de tiempo. No hay duda de que sabe lo de su auto y está aquí para amenazarme al respecto.

El nuevo Kayden no se me volverá a acercar físicamente, pero eso no significa que no va a encontrar alguna manera igualmente condenatoria para vengarse de mí. Permaneció fiel a su palabra hace unos meses y no ha puesto un dedo en mí desde la locura en el baile de bienvenida. Ahora, cada vez que está buscando hacer frente a mí, va por Daniels o uno de los profesores.

Parece que eso está a punto de cambiar.

—No estoy de humor para esto.

—Realmente no me importa para que estás de humor.

—¿Qué diablos quieres? Si se trata de tu auto, ve a hablar con Tim ya que fue quien lo hizo.

—Sin duda que fue porque se lo ordenaste.

—No le pedí una mierda. Me enteré después, no es que estuviera completamente en contra de ello. Tenías que venir a chillar como un cerdo como lo hiciste.

—Te refieres a detenerte de torturar a alguien, ¿no?

—Lo que sea. Tienes lo que querías. Estoy siendo castigado y estoy seguro de que estás contento como una mierda sobre eso. Si tienes un problema con lo que pasó con tu auto, habla con Tim. No tengo nada más que decirte.

—No puedo creerlo.

—¿Qué?

Realmente no me importa lo que está haciendo, solo quiero parar esta conversación hasta el final, pero con la expresión de sorpresa en su rostro, tengo que preguntar. Es una mirada que no he visto que utilice en un largo tiempo.

—En realidad estás retrocediendo.

—Supongo que lo estoy. ¿Hemos terminado?

—Por mucho que me gustaría decir que sí, porque incluso el verte me pone enfermo, no; no hemos terminado.

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—Bien, ¿puedes seguir adelante? Tengo como quince minutos antes de tener que estar arriba y no voy a dejar que lo arruines.

—¿Cómo te ha ido con eso? —Sonríe—. Tengo que imaginar que es un destino peor que la muerte para ti, estar rodeado de todas esas personas que llamas retrasados.

No sabe ni la mitad de ello, pero no se lo diré. Quise decir lo que dije, no quiero ser parte de esto y no voy a dejar que sea la razón por la que acabe llegando tarde a clase. Estoy seguro de que le gustaría que me castigaran de nuevo, sobre todo después de lo que Tim y Amy le hicieron a su auto, pero no va a salirse con la suya.

Intento caminar a su alrededor, su brazo sale y me empuja hacia atrás, dejándome saber que a pesar de mi deseo de alejarme, no voy a ninguna parte.

—Esa mierda que hiciste con Eric y Cadence; termina ahora.

Por supuesto que es lo que esta mierda machista se trata. Eric fue corriendo con el rabo entre las piernas y me delató. Estúpido bebé. Me dan ganas de meterme con él de nuevo solo por lo débil e infantil que está actuando. Tal vez pensaría dejarlo si no sintiera la necesidad de delatarme cada cinco minutos.

—Mensaje recibido. ¿Puedo irme ahora?

—No, porque no te creo. Dillon; en algún lugar está el chico que conocí hace cuatro años. El decente que no siempre estaba tan jodidamente enojado con el mundo. Entiendo por qué haces la mierda que haces, pero tómalo de alguien que sabe, no vale la pena.

—Gracias papá —contesto con sarcasmo.

—La chica que Amy arrojó, no es como Isabelle y Eric. Es diferente y si piensas que estoy encima de ti por las cosas que le haces a Eric, no has visto nada todavía.

¿Qué quiere decir con eso? ¿Cuál es la diferencia de Eric e Isabelle con Cadence? Por lo que he observado pasando tiempo con ella, es más como Isabelle de lo que parece pensar. Por mucho que no me gusta este chico y no quiero nada más que deshacerme de él, tiene obviamente información sobre la chica que no tengo y quiero saberlo.

—¿Es aquí donde me dices que cuide mi espalda? Que no vas a pelear conmigo, pero encontraras mejores maneras de hacerlo, porque si lo es, me sobra. La he escuchado, es una conversación vieja y cansadora.

—No sé lo que pensé que pasaría haciendo esto. Es obvio que nunca vas a cambiar, pero Dillon, despierta de una puta vez.

—Esa es realmente una buena pregunta. ¿Por qué haces esto? ¿Qué diablos es lo que quieres?

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—Te he conocido desde hace mucho tiempo. Te he visto antes de estar en el equipo y ganar popularidad, convirtiéndote en el idiota que está de pie aquí ahora. Te he visto preocuparte por la gente a pesar de que no querías que nadie supiera que lo hiciste. He oído algunas cosas y es porque conozco a la persona que solías ser que estoy aquí.

—No creas todo lo que oyes. —Me río torpemente. No puedo hacerle saber que las cosas que está diciendo me llegan. Odio cualquier recordatorio de las cosas que solía ser y cuanto más pasa, más quiero dar la vuelta y volver por donde vine. Ya no soy esa persona y es dudoso que alguna vez lo sea de nuevo. No importa lo mucho que camine por el carril de la memoria.

—¿Así que no estabas hablando con Cadence, riéndote en clase debido a las notas que los dos se pasaron? ¿No te levantaste y alejaste de tus amigos después de que salió corriendo? Todo eso, ¿todo es pura mierda?

Mierda. Lo sabe.

—No sabes nada y diles a tus pequeños espías que permanezcan fuera de mis asuntos.

Me dirijo de golpe por delante de él, porque no quería escuchar más. Estaba seguro de que nadie sabía lo que estaba pasando en la clase con Cadence y ahora sé que es diferente. Esto significa que a partir de ahora, tengo que estar tan lejos de ella como lo pueda conseguir. No necesito nada más de esto volviendo a Kayden o incluso Amy y los otros. Nunca voy a escuchar el final de la misma si lo hace.

—Dillon, puedes correr de lo que estoy diciendo todo lo que quieras, pero nunca va a funcionar teniéndolo lo suficientemente lejos, ¡créeme! —exclama en voz alta y hay algo en lo que está diciendo que me detiene en seco.

—¿Qué se supone que significa eso?

Cuando la gente empieza a venir de fuera, se acerca adonde estoy de pie y se apoya lo más cerca posible. Sus últimas palabras me envían un escalofrío bajo mi espalda.

—Esa chica, la que no puedes dejar de pensar; la que te hace sentir la mierda que crees que no se te permite sentir; Dillon, no puede oír una palabra de lo que dices. Cadence… es sorda.

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8 Cadence

uando mi madre llegó a casa una noche el pasado otoño, después ser chaperona en el baile, tenía lágrimas en los ojos y recuerdo preguntarme quién las puso ahí y lo difícil que sería para mí encontrarlos y lidiar con ellos.

Es la manera que las cosas siempre han sido entre nosotras. A pesar de que tiene a mi papá y es tan comprensivo que se puede suponer que él tendrá que lidiar con ellas, soy súper protectora con ella. Debió ver algo en mis ojos esa noche porque rápidamente me dijo exactamente por qué llegó a casa llorando.

Una de sus alumnas, Isabelle, asistió al baile y fue nombrada reina. Recuerdo haber pensado que era muy bueno que alguien con necesidades especiales en realidad fuera incluida hasta que me dijo lo que pasó después.

Esto le abrió a hablarme de la lucha de Isabelle en la escuela. La forma en que fue acosada, insultada y lanzada al baño de chicas, donde fue golpeada y quemada. En aquel entonces, lo único que podía hacer era ver a mi mamá desmoronarse por ello, sin poder hacer nada para eliminar su dolor, pero también agradecida de que ese tipo de odio no tuviera lugar en mi escuela.

Las chicas me detienen en el pasillo, debería haber recordado esa conversación antes porque si lo hubiera hecho, habría sabido lo que vendría. Ahora estoy viendo de primera mano lo que Isabelle tuvo que soportar, porque está sucediendo de nuevo.

No dicen una palabra mientras me arrastran, pero incluso si lo hicieran, con mis ojos enfocados hacia adelante, no habría visto que sus labios se movían y no habría sido capaz de decir lo que pasaría. Dirigiéndose al baño, todo lo que mi mamá me dijo regresa y entiendo con claridad cristalina lo que está a punto de ocurrir ahora.

Lo que no se dan cuenta es que soy más fuerte de lo que parezco. Nunca he estado en una situación como esta antes, pero he estado en bastantes altercados evitando que otras personas sean acosadas que sé cómo salir de esto. Por mucho que odie cualquier tipo de violencia, si están pensando en atraparme aquí como un animal, voy a hacer lo que sea con el fin de escapar.

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En el momento en que mi espalda conecta con la pared, siento una punzada aguda subiendo por mi columna vertebral, pero no permito que me detenga. En el momento en que la rubia toma mi brazo, lo saco y la golpeó justo en la nariz. Inclinándose, atentas a mi movimiento, las otras dos vienen hacia mí, y cuando la mano de la chica se acerca lo suficiente, la tomo y, sin pensar, la acerco y la muerdo.

Tiene el efecto deseado mientras grita y retrocede, dejándome a solas con la persona que inició todo esto. Solo somos yo y Amy ahora y hasta que las dos chicas se recuperen lo suficiente como para volver y ayudar, tengo pensado hacer lo que sea para salir de aquí.

Por lo menos lo estoy hasta que Amy me sujeta del cabello y tira de él. Duro. Retorciéndome el cabello para colocarse detrás de mí, todo lo que trato de tomar es inútil ya que no puedo obtener un control sobre ella. Me guste o no, hasta que me suelte el cabello o cambie su posición, tiene el control y no hay nada que pueda hacer.

Sintiendo sus manos sobre mis hombros, trato de anticipar lo que vendrá después, pero con las demasiadas cosas que podría hacer por la forma en que me tiene, no estoy lista para cómo utiliza toda su fuerza para empujarme contra la pared, liberando mi cabello, dándome vuelta y poniendo la mano sobre mi pecho.

Incluso con mis brazos atrapados, no ha hecho nada para bloquear mis piernas, así que empiezo a moverlas, pero antes de lograr golpearla las esquiva.

Maldita sea. Puedo ver a las otras dos comenzar a moverse hacia mí y sé que todo lo que están a punto de hacer ahora va a ser diez veces peor a causa de lo que hice antes de que tuvieran la oportunidad de empezar. Están enojadas. Tengo unos minutos para salir de esta situación o las cosas se van a poner mucho peor.

Los labios de Amy comienzan a moverse y a pesar de no querer escuchar nada de lo que tiene que decir, no puedo ignorarla mientras está hablando con tanta fuerza que saliva está volando de su boca y pegándome en el rostro.

—No sé qué les sucede estúpidas perras mudas, pero juro que si tengo que traer a otra de ustedes aquí y golpearlas para que aprendan a dejar a Dillon solo, lo haré. Si aún no te has dado cuenta, es mío. No tuyo. Nunca será tuyo.

Me da la espalda, girándose hacia la amiga que mordí y estoy agradecida por el indulto. Que haya apartado la mirada, significa que su enfoque no está en mí y me va a dar la oportunidad de salir de esto antes de la siguiente parte de su enfermizo plan.

Levantando mis brazos, clavo mis uñas en su piel hasta que la presión en mi pecho comienza a levantarse. Apartándome de la pared en el minuto en que soy capaz de moverme, la empujo y mientras su cuerpo cae contra el borde del primer cubículo del baño, veo como se estremece por el impacto. Al ver mi oportunidad, corro hacia la puerta, tomando el mango antes de sentir que tiran de mi cabello, esta vez no tan fuerte como antes.

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Haciendo lo único que puedo, me retuerzo, enredando mi cabello aún alrededor de la mano de la chica, pero en el momento en que cruzo la mirada con la rubia detrás de ella, de la que no sé el nombre, reacciono puramente por instinto. Aunque estoy enredada en sus dedos, inclino mi cabeza hacia adelante y con tanta fuerza como puedo, golpeo mi cabeza contra la de ella, sin importarme dónde cae, siempre que pueda romper su dominio sobre mí.

Tropieza hacia atrás y veo que tiene un mechón de mi cabello aún enredado alrededor de su mano, la que ahora está utilizando para cubrir su nariz. Sin esperar para ver cuánto le duele, me dirijo a la puerta, esta vez la abro lo más amplia posible y corro hacia el pasillo.

No sé cuánto tiempo tengo antes de que vengan a buscarme, por lo que me muevo tan rápido como me es posible, finalmente sintiendo el aguijón en la parte posterior de mi cabeza, corro por las escaleras. Solo hay un lugar en el que necesito estar ahora y no es aquí abajo.

Por primera vez desde que llegué aquí hace cuatro días necesito a mi mamá.

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Dillon Kayden me está tomando el pelo.

No hay manera de que Cadence sea sorda. Me dijo mucho más temprano, cuando le pregunté si iba a hablar conmigo. Simplemente no le gusta el sonido de su propia voz por lo que prefiere la escritura. No sé cuál es el juego de Kayden, si está tratando de vengarse de mí por toda la mierda por la que lo hice pasar el otoño pasado o qué, pero no hay manera de que vaya a hacer que me crea esto.

—Estás lleno de mierda.

—A diferencia de ti, no voy por ahí difundiendo mierda sobre las personas, pirateando sus teléfonos y explotando sus momentos más privados por diversión personal. No quiero tener que decirte esto, pero con todo lo que he visto y oído, creo que te mereces saberlo.

—Crees que eres mucho mejor que yo, pero eres la mitad de la razón por la que las cosas son así ahora. Eres quien inició toda esta mierda. Puedes pensar que eres mejor todo lo que quieras, pero sigues siendo el mismo idiota que eras cuando te conocí.

Donde espero que mis palabras lo molesten, se me queda mirando fijamente, como si todo lo que acabo de decir no significara nada. Teniendo en cuenta con quién está saliendo, me imaginé que sentiría al menos un poco de remordimiento por las cosas que hizo cuando empezamos a salir, pero está de pie aquí mirándome de la misma manera que lo hizo cuando me encontré con él, para empezar .

—No estás diciendo nada que no sepa ya. No tengo ningún problema en admitir el completo idiota que soy. Ahí es donde somos diferentes. No puedes admitir la verdad.

—Puedo admitir que soy un idiota.

—Eso no es lo que quiero decir. Amigo; deja tus problemas conmigo a un lado y realmente escucha lo que te estoy diciendo. Estoy dispuesto a apostar que no ha dicho una palabra aun cuando puede hablar. También estoy bastante seguro de que has tenido momentos en los que le dijiste algo y ni siquiera reconoció tu existencia.

No hay nada que me gustaría más que decirle que es un mentiroso y está equivocado sobre todo esto, pero no puedo. No lo está. No me ha dicho una palabra y sus razones para eso son porque odia el sonido de su propia voz. He oído sordos hablar antes, al menos en la televisión y tiene sentido. Recuerdo reírme por la manera en que esas personas sonaban. Si espera que haga lo mismo con ella tiene perfecto sentido que no hable. No recuerdo cuando le he dicho algo, sin embargo, eso es aún

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más difícil porque hizo exactamente eso anteriormente, tanto en clase como con mis amigos. Dije algo y no me oyó.

Me ha contestado antes, así que si no me podía oír, ¿cómo hizo eso?

—Le he dicho cosas, K.

—No me llames así.

—Me dices que la chica con la que hablo en clase es sorda, ¿y estás preocupado acerca de cómo te llamo? Hombre; ¿en serio?

—Podría decirte que tienes cáncer terminal y aun así te odiaría por llamarme así. Para responder a tu pregunta, puede leer los labios. Así que si has estado mirándola cuando estás hablando con ella, así es cómo puede responderte.

—Bueno, es sorda. ¿Qué obtienes al contarme esto?

—Esto no tiene nada que ver contigo. Te lo estoy diciendo por ella. Es solo cuestión de tiempo antes de que Amy se entere de ti y Cadence y sabes lo que va a pasar. No voy a dejar que otra persona sufra el ser arrastrada al baño y quemada. Lo digo en serio Dillon, eso se detuvo después de Isabelle.

Antes de que pueda responder, hacerle saber cuán lejos ha llegado eso, estamos de acuerdo a pesar de lo que sentimos el uno al otro, la chica mencionada viene corriendo a su lado y su rostro es frenético. Es una mirada que no he visto en ella desde la noche del baile.

Si Isabelle se ve así, no puede significar nada bueno.

—Kay, algo está mal —susurra acercándose más a él, obviamente, tratando de mantenerlo en privado.

No sé por qué me importa si algo está mal con ella, pero hay algo en la expresión de su rostro que parece no dejarme apartar la mirada. Es una mirada que no debería estar allí con lo feliz que ha sido desde que ella y Kayden se reconciliaron.

—¿De qué se trata? —Lo oigo preguntarle y me esfuerzo con el fin de escuchar sus siguientes palabras.

—Recibí un mensaje de Caddy. Se suponía que debía reunirse conmigo en el árbol. Mencionó que quería hablar de algo, pero nunca se presentó y la campana está a punto de sonar.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que te envió el mensaje? —pregunto, ignorando por completo el hecho de que estaba hablándole a Kayden. Cuando se gira, dándome una mirada de disgusto, sé lo que viene.

—¿Qué te importa?

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—¿Me vas a decir cuándo te envió el mensaje o no? —espeto, haciendo caso omiso a la pregunta. No es asunto tuyo por qué me importa. Solo quiero información.

—Es verdad.

—¿Qué es verdad?

Dios, sé que me sentí algo diferente hacia esta chica cerca del final de la mierda estúpida que le hice, pero en este momento me está recordando por qué la escogí en primer lugar. No tengo tiempo para esto, necesito saber qué le pasó a Cadence.

—Lo que Eric nos contó antes; es verdad —repite y todavía estoy completamente perdido.

—Sí, es verdad nena, pero no creo que esté listo para admitirlo todavía —dice Kayden, lo que solo me da ganas de pegarle.

—¿Puede alguien por favor decirme cuándo envió el mensaje?

—Esperé durante unos veinte minutos y eso fue unos cinco minutos antes de eso. Así que, veinticinco minutos. ¿Crees que podría haber ido con su mamá?

Espera, ¿qué? ¿Su mamá?

—Nunca supiste su apellido, ¿verdad? —pregunta Kayden, cubriéndose la boca con la mano para tratar de ocultar una sonrisa. La que todavía se abre paso y hace el impulso de golpearlo aún más fuerte.

—No me parece importante. ¿Quieres darme una pista?

—Taylor. Cadence Taylor. Imbécil.

Es hija de la señorita Taylor. Mierda. Esta situación ya era una mierda difícil de manejar con saber que no puede oír, pero saber que es hija de la maestra de educación especial en cuya clase estoy atascado, bueno mierda. Esto es malo.

—Maldita sea.

—Esa no es la palabra que usaría, pero sí. Maldita sea.

Centrándonos de nuevo en la razón por la que Isabelle se encuentra con nosotros y menos en quién es Cadence en realidad, me pongo a pensar en la forma en que todo sucedió antes de alejarme. Amy se había enojado conmigo y Cadence porque creía que había algo entre nosotros, o por lo menos que sentía algo para mí. ¿Cuáles son las probabilidades de que tomara un paso más allá cuando salí y fui a buscarla?

Muchas.

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—Uh, no creo que esté con su mamá —digo, con la esperanza de equivocarme con lo que estoy pensando, aunque mi instinto me está contando una historia diferente.

—¿Qué quieres decir?¿Qué sabes? —Isabelle gira tan rápido, moviendo su cuerpo hasta que está de pie directamente delante de mí, con los ojos fijos en los míos y viéndose más disgustada—. ¿Qué hiciste, Dillon?

—¡No hice nada!, ¿de acuerdo? Deja de mirarme así. La invité a almorzar antes. Pensé que si los otros llegaran a conocerla, lo que pasó el lunes sería el final.

—Mierda. —Escucho a Kayden susurrar y solo hace que la horrible sensación en mi estómago empeore. Pasó los últimos cuatro años con todos nosotros. Conoce mejor que nadie a Amy. Infiernos, salió con ella antes que yo. No hay duda que está pensando lo mismo.

—Isabelle, sube y busca a la señorita T; mira si está allí. Vamos a ir a buscar a Amy y a los otros.

—¿Crees que Amy la atrapó, ¿no? —pregunta, el quiebre de su voz no pasa desapercibido. Isabelle ha estado en el lado receptor de Amy y su ira antes y estoy muy, muy seguro que no tiene ganas de repetirlo.

—Parece así, pero no te preocupes. Dillon la metió en este lío, va a sacarla o voy a ser la menor de sus preocupaciones.

Cuando la besa en la frente, me doy la vuelta, porque no quiero ser testigo de cualquier tipo de exhibición entre ellos, pero no porque haya algo malo en ello. Es debido a la cercanía. Amy y yo pasamos un buen tiempo juntos, pero nunca es como lo que estos dos tienen.

Isabelle se va por final del pasillo y Kayden se vuelve hacia mí, su rostro mostrando claramente lo que piensa acerca de toda la situación y, por una vez, si quisiera molerme a golpes, lo dejaría. Tiene razón. Provoqué esto. Solo espero que cuando la encontremos, no sea demasiado tarde.

Si lo es, Amy va a pagarlo.

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9 Cadence

o creo que haya dejado de temblar desde que llegué aquí.

En el momento en que mi mamá me vio, con mi ropa arrugada y mi cabello enmarañado no solo con sudor, sino con pequeñas

manchas de sangre donde la chica había arrancado partes, ni siquiera preguntó qué había sucedido. Me hizo pasar a la clase, cerrando la puerta detrás y poniéndole seguro.

En cinco minutos como máximo sus estudiantes vendrán a la clase de la tarde y no puede importarle menos. Está demasiado enfocada en obligarme a decirle qué pasó.

—¿Quieres decirme cómo sucedió esto?

—Lo sabes.

Veo como sus ojos brillan con entendimiento, pero no estoy lista para lo que dice después.

—¿Fueron las chicas las que hicieron esto o fue todo el grupo?

Sé lo que está preguntando. Quiere saber si Dillon tuvo algo que ver con esto. No es directa y dice su nombre, pero preguntar sobre todo el grupo es prácticamente lo mismo. Así como fue esta mañana, todo siempre termina yendo hacia Dillon. Por la razón que sea, parece pensar que él es la raíz de todo mal y hasta hace unos minutos, tal vez hubiera estado de acuerdo con ella.

—Chicas.

—Bueno, sin duda el chico es la razón detrás de ello.

Algo me invade al ver la facilidad con la que salta a conclusiones y empiezo a hacerle señas rápido sin detenerme hasta que saco todo.

—No escuchaste lo que dije, mamá. Dillon no tuvo nada que ver con esto y culparlo por algo cuando ni siquiera estaba ahí está mal. Entiendo por qué no confías en él, pero no entiendo por qué lo odias tanto. Siempre me enseñaste a no juzgar a las personas, pero al parecer no tienes problema con hacerlo.

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Nunca le había respondido de esta manera. Nunca había existido una razón porque normalmente es tan comprensiva, con su trabajo y también lidiando conmigo que yo nunca había tenido que llegar tan lejos. Aun así no le puedo permitir hacer esto. Aunque Dillon es parte de esto debido a quienes me llevaron al baño, él no lo hizo.

—Lo siento, Caddy.

No puedo decir que no esperaba que esa fuera su respuesta. Nunca ha sido una persona irascible, pero ver que tu hija está siendo molestada aunque no lo demuestre o lo diga; no puedo ver como eso haga feliz a ningún padre.

—¿Qué te hicieron? ¿Te quemaron?

Niego, respondiendo a la pregunta sobre las quemaduras fácilmente. No hubiera permitido que llegara tan lejos. Incluso si arrancaban todo mi cabello, me habría defendido. En cuanto a decirle lo que me hicieron, bueno eso no era tan fácil. No es que no pueda encontrar las palabras, es sólo que en el momento en que escuche esto, va a entrar en modo mamá por completo. Hará todo lo que se necesita para protegerme y al final, a pesar de que le cuente sobre esto, Dillon será el que pague por ello.

Amy es su novia. Sé eso. Sé que la razón de que esto ocurriera en absoluto es porque piensa que algo está sucediendo y no es así. A pesar de mi argumento, él es la causa por la que estoy en esto y hay una parte de mí que piensa que debería pagar, pero es sólo una pequeña parte.

Probablemente él ni siquiera tiene idea de que esto sucedió.

Comenzando a hacer señas para responder, poco a poco dejé salir todo y veo como sus ojos van de mí y mis señas a su regazo. Esta es otra razón por la que no quería decirle. La forma en que está reaccionando, sé que está dolida por mí, por la hija que es víctima de acoso debido a su decisión de traerme aquí. La hija que está pasando por esto porque es diferente.

Odio hacerle esto.

—Voy a llevar esto con el director Daniels. Tiene que ser consciente de estas chicas y sus viejos trucos. Debería haber sido tratado cuando le pasó a Isabelle, pero ya que obviamente no lo fue, voy a asegurarme que lo sea ahora.

—Mamá —digo, y cuando me mira dispuesta a escuchar lo que tengo que decir, tomo mi oportunidad—. No culpes a Dillon.

—¿Hay algo entre tú y ese chico, Caddy? Soy consciente de que ustedes han estado hablando, es difícil no darse cuenta que los papeles siguen pasando de ida y vuelta cuando estoy tratando de enseñar, ¿pero hasta dónde ha llegado?

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Definitivamente no está en modo profesora ahora. Tan diferente como me tratan debido a mi discapacidad, en esto, soy como cualquier otra chica en el planeta. La única diferencia entre mi mamá y otras madres es que está doblemente interesada en mi respuesta. No solo quiere saber porque no le gusta Dillon, sino también porque no confía en nadie con su bebé.

Solo espero que cuando le diga que no pasa nada, más de lo que ya ha visto, me crea y no acabe por asumir que soy como cualquier otra adolescente y que le miento. Esperemos que sepa por ahora que no haría eso, discapacitada o no.

Una vez más digo mi respuesta con señas, no confiando en mi voz para decir las palabras en voz alta, aunque viniesen fácilmente.

—No está sucediendo nada mamá. Hablamos simplemente porque estamos aburridos cuando estamos aquí.

—¿Estás segura de que eso es lo que es?

Asiento y se inclina hacia atrás en su asiento, aceptando mi respuesta siendo consciente de ello o no, quita otra carga de mis hombros.

—¿Cómo fueron capaces de llegar a ti? Pensé que habías estado con Eric y los otros en el almuerzo.

—Dillon me pidió que conociera a sus amigos.

—Oh Cadence —exclama y por la forma del movimiento de su pecho se puede ver que está suspirando—. ¿Qué te dije acerca de ese muchacho?

Sus ojos se mueven hacia la puerta y mientras me dispongo a ver qué es lo que está viendo, se pone de pie y camina hacia ella. Mirando hacia abajo al reloj en mi muñeca, me doy cuenta del tiempo y estoy bastante segura de lo que va a encontrar en el otro lado. Sus estudiantes van a estar ahí, con ganas de entrar y cualquier conversación que estamos teniendo va a tener que esperar hasta que lleguemos a casa.

Por difícil que haya sido contarle esto, solo va a ser peor repetirlo cuando estemos en casa. Solamente quiero salir de aquí y olvidar lo que sucedió. No hay manera de que me pueda quedar aquí mientras ella enseña por las próximas tres horas. Sentada en mi mundo virtual de silencio mientras estoy rodeada de un grupo de adolescentes, con necesidades especiales o no, no va a hacer nada para ayudarme por lo que he pasado. Al ver sus miradas de tristeza, la comprensión y la compasión sólo empeoraran la situación.

Eso es lo que me estoy diciendo en lugar de limitarme a admitir la verdadera razón por la que quiero salir de aquí. No estoy preocupada por los otros niños en absoluto. Estoy preocupada por uno en particular y pasar una tarde de ser ignorada o ignorándolo definitivamente no es algo para lo que estoy de humor. La última persona que quiero ver en este momento es a Dillon Murphy.

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Cuando veo a mi madre quitarse de la puerta, esperando ver a sus alumnos empezar a entrar, mis ojos son sensibles a un solo cuerpo en particular, veo que no es toda la clase después de todo, solo una. La misma persona que había estado tratando de ir a ver cuándo Amy y sus amigas me acorralaron en el pasillo.

Isabelle está aquí y cuando sus ojos me miran, hay reconocimiento en ellos.

Lo sabe todo.

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Dillon Hemos estado en cada baño en el primer y segundo piso y no hay ninguna señal

de Cadence por ningún lado. Es incluso peor porque donde espero ver a Amy o al menos tener un mensaje de texto o algo de ella, todo es silencio y no está en ninguna parte donde pueda encontrarla.

Hubo una fracción de segundo cuando Isabelle se fue en que pensaba que estaba sacando las cosas fuera de proporción y que Cadence estaba bien. Su ausencia no tendría nada que ver con Ames y la mierda que hace con las chicas. Quería creer eso porque no le dije que lo hiciera, así que dejaría las cosas como estaban y que se encontraría pasando el rato con Tim y los demás al igual que todas las otras veces.

Cuanto más tiempo pasamos sin encontrarlas, sin embargo, se hace más difícil de creer. Significa que cuando las encontremos, no sólo es Amy quien va a pagar por lo que hizo, por la forma en que Kayden lo dijo, yo también. Todo esto va a caer sobre mi regazo y no hay absolutamente nada que pueda hacer para detenerlo porque es verdad.

Sabía que hablar con Cadence ese primer día iba a volver para atormentarme. No a causa de quién es, ni siquiera porque tiene problemas. Sabía que Amy la vería como una amenaza y aun así seguí con ello. Sé exactamente cómo es mi novia y es justo como cada otra de las ocasiones cuando escogía a alguien que consideraba débil y retardada, incluso tiré a uno de ellos debajo de un autobús. Esta vez no quería hacerlo. No me hace una buena persona, pero quería que las cosas fueran diferentes.

Cadence nunca debía pasar por esto, porque es mejor que esto.

—Si algo le pasó a esa chica, Dillon, lo juro por Dios.

Hemos estado tan centrados en la búsqueda de las chicas que no nos hemos dicho ni una palabra en todo el tiempo que hemos estado buscando. No me sorprende que estas sean sus primeras palabras para mí. Desde que comenzó a pasar tiempo con Isabelle, ha sido un defensor de los chicos como ella. Kayden se volvió predecible.

—¿De verdad crees que quería que la mierda se diera de esta manera?

Me conoce mejor que nadie, tenía razón en eso antes. Nadie sabe la forma en que funciona mi mente tanto como él, así que debe saber que no iba a hacer las cosas de esta manera. Si Cadence hubiera sido un objetivo de la misma forma en que los otros lo fueron, lo habría planeado mucho mejor. Es como la mierda con su auto. No haría eso justo después de ser delatado. Es muy llamativo y atrae la atención sobre mí

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de forma automática. Por mucho que quiero que piensen más como yo, Amy y Tim simplemente no funcionan de la misma manera.

—Esto tiene tu olor por todas partes.

—No esta vez, no es así.

—Porque esta vez, te gusta la chica.

Nop. No iré ahí. No fue hace tanto tiempo que hice lo mismo con Kayden, con el fin de obtener información. No creo que lo esté haciendo por las mismas razones que yo lo hice, pero de ninguna manera logrará que admita algo.

—No sabes de lo que estás hablando.

—Sí, dije exactamente lo mismo. Resulta que solo me estaba engañando. Puedes no verlo claramente, pero estás haciendo exactamente lo que hice yo.

—¿Podemos volver a lo que es importante aquí? Necesitamos encontrar a Ames y Cadence. Cuánto más tiempo están desaparecidas, peor se siente esto.

Música comienza a sonar y mirando por encima, veo que está parado y saca su teléfono del bolsillo trasero. Baja la mirada, leyendo lo que ha sido enviado, no pierde el tiempo en dejarme saber de qué se trata.

—Isabelle encontró a Cadence. Está con su mamá.

Hay un segundo después de que lo dice, cuando siento que la tensión en mi cuerpo desaparece y soy capaz de respirar fácilmente otra vez. Sé que estábamos en la búsqueda de ambas, pero saber que Cadence está bien, es lo que más importa. Si está con su mamá, entonces eso significa que Amy no llegó a ella.

—Mira, Belle quiere que la vea en el piso de arriba. ¿Vas a seguir buscando a Ames o quieres venir?

Hay una cosa de la que he estado seguro desde el baile. El odio de Kayden hacia mí. Después de lo que les hice pasar es comprensible y sólo lo ignoro, poniéndolo en el fondo de mi mente, aunque sabía que no iba nunca a dejarlo ir tan fácilmente. Ha perseguido cada uno de mis movimientos desde ese día en el pasillo donde me dijo que todo había terminado, pero ni siquiera me importaba. No éramos amigos ya, así que no tenía nada más que decirle. Escucharlo decirme algo, es sorprendente. Teniendo en cuenta todo lo que pasa, escucharlo mencionar que quiere estar cerca de mí en todo es un milagro.

—Estoy bastante seguro de que soy la última persona que quiere ver.

—Tienes que subir para la clase.

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No puedo discutir eso. Necesito ir arriba, pero por primera vez en mucho tiempo, me da miedo ir hasta allí. Kayden necesita ir por su cuenta. No estoy preparado para encontrarme cara a cara con ella por el momento, sobre todo ahora.

—Adelántate. Iré en un par de minutos.

Asiente y justo cuando está a punto de dar la vuelta y alejarse, se detiene. Regresa a donde estoy parado, se inclina y cuando lo hace noto una sonrisa en su rostro.

—Hazle un favor al mundo, ¿podrías? —pregunta y al estar de acuerdo asentí—. Deshazte de Amy antes de que te arrastre hacia abajo con ella.

Sin esperar una respuesta, se dirige a las escaleras y cuando lo veo desaparecer por las puertas, pienso en lo que dijo. Tan perfecta como pensaba que era para mí, lo similares que somos y la manera en que parece entenderme, ¿puedo realmente deshacerme de ella por hacer algo que he permitido que haga un millón de veces antes?

La respuesta corta es sí. Si todo se reduce a una elección entre Cadence y Amy, la elección es tan condenadamente clara que ni siquiera puedo negarla.

Tengo que enfrentar a Amy de una vez por todas.

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10 Cadence

unca he sido tan feliz de estar fuera en mi vida.

No mucha gente sabe, pero esta no es mi primera experiencia con el bullyng. Es la primera vez que sucede aquí, pero antes de que

mamá me inscribiera, estaba en una escuela primaria ordinaria. Experimenté el odio de primera mano y, aunque no era ni de lejos lo que acabo de ver, no estaba bien. La gente, especialmente los chicos, parece pensar que solo porque no podemos oír lo que dicen de nosotros no tenemos idea de lo que está pasando.

Hubo una vez, cuando tenía como diez, donde leí los labios de una chica en la escuela, tenía algunas cosas bastante feas que decir sobre mí y mi amigo Harrison. No había nada diferente acerca de él, era como ella, solo que tomó la decisión de ser mi amigo, por eso las palabras horribles y burlas fueron arrojados alrededor de mí todo el tiempo.

No se siente bien. No podía ignorarlo más. Me molestaba que dijera cosas sobre mí, me dolía, si soy honesta sobre ello, pero eran las cosas que dijo sobre Harrison las que me empujaron hacia adelante. Me acerqué y cuando por fin se dio la vuelta y me reconoció, le di una bofetada. Un movimiento que sin duda no esperaba.

No me gusta la violencia, pero eso no quiere decir que nunca he sido empujada a ello. La niña, cuyo nombre no puedo recordar, se echó atrás después de eso. Es como si al abofetearla, la desperté y empezó a pensar que podía oírla después de todo. Las burlas se detuvieron y aunque todavía había gente que lo hacía, ya no venían de su parte y Harrison fue capaz de seguir siendo mi amigo y no preocuparse de ser atacado por ello. Había logrado lo que me propuse.

Ser sordo no es una debilidad o no debe ser visto como una y eso es lo que quería hacerles ver ese día. Todavía es lo que quiero que la gente vea. Es lo mismo con los niños con necesidades especiales. No son diferentes de lo que soy, como nadie realmente. El hecho de que no puedan actuar de igual manera que las personas "normales" no te hace vivir la vida de una manera diferente, no hacen mal o son menos que nadie. No somos débiles o lo que está mal con el mundo. En todo caso, la

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gente que he conocido y con la que he pasado tiempo sólo podría hacer lo correcto al respecto.

No pasó mucho tiempo después de que Belle apareció para hablar con mi madre, para que me dejara salir. Después de haber vivido a través de esto, sabe mejor que nadie lo que es, incluso si estoy protegida por un padre, no es lo correcto. Mi madre se quebró bajo la presión y con la promesa de que Kayden me lleve a casa, me dejó ir.

Estoy fuera sentada en la acera, sin confiar en mis piernas temblorosas al caminar por el estacionamiento, esperando que Kayden arranque con el fin de sacarme de aquí. Estoy disfrutando de la forma en que la brisa se siente en mi rostro, en tan solo unos minutos de estar sentada aquí parece hacer desaparecer a los acontecimientos anteriores, dejándome más relajada desde que mamá me dijo que mi escuela cerraría.

Al ver un auto moverse a unos pocos metros me levanto y me preparo para cuando se detiene, pero al momento en que voy a dar un paso lejos, siento el roce de una mano en mi brazo. Pensando en Isabelle, giro, pero no lo es en absoluto.

Es Dillon.

—¿Por qué te vas?

Cuando no le contesto, intenta de nuevo y a pesar de todos los intentos de no hacerlo, me siento atraída a sus labios al momento en que comienzan a moverse.

—¿Pasó algo?

No hay duda de ello. Le mentí a mi mamá cuando le dije que no había nada que hacer aquí. Definitivamente hay algo que hacer, al menos para mí, y la prueba está en cómo estoy actuando en este momento. La forma en que he estado actuando desde el primer día en que entré en la clase y me habló por primera vez. Me siento atraída por él y negarlo no valdrá la pena, se necesitaría mucho esfuerzo.

Es solo que no quiero estar atraída por él.

Asiento, agradecida de que pregunte algo que puedo responder.

Me mira ante mi respuesta y es cuando sus ojos vienen a descansar en mi cabeza, se mueve y antes de darme cuenta está detrás de mí, con los dedos en la parte superior de ella. Si no sabía lo que me había pasado antes, es plenamente consciente ahora.

Esto es algo que no quiero que vea. Todavía no estoy segura de que no estaba detrás de todo el asunto, por lo que él recogiéndome el cabello y viendo lo que sus amigas me hicieron, no está bien.

Después de unos segundos de estar de pie detrás de mí, su sombra se cierne, termina con el examen y viene hacia mí otra vez. Veo la expresión de su rostro, recordándome de nuevo la manera que lo había visto en el pasillo con sus amigos el

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primer día. Es una mirada que no creo que utiliza a menudo, pero sabía que estaba allí a la espera de escapar.

El ver lo que hizo, lo que me hicieron, le hace daño.

—Lo siento.

Extiendo la mano, es lo único que puedo hacer con el fin de hacerle ver que estoy bien y que sé que no es su culpa. A medida que mis dedos se conectan con él, sin embargo, sus ojos parecen mostrar aún más dolor e inmediatamente da un paso atrás. El dolor reflejado en sus ojos me hace sentir como si me hubiera quemado.

—Esto nunca debería haber ocurrido. Kayden tiene razón. Es mi culpa. Tengo que arreglar esta mierda. Sé que no significa nada para ti, pero Cadence; lo que pasó, no volverá a suceder.

La velocidad en la que mueve sus labios me recuerda la forma en que había estado en la clase conmigo antes y completamente diferente a la de hace unos segundos. Es casi como si esta vez, quiere tanto decir las palabras que no está prestando atención a lo rápido que las está diciendo y que sus labios están actualmente moviéndose mucho más de lo debido.

Estoy a punto de abrir la boca y decirle que está bien, pero antes de hablar meda la espalda y camina hacia la escuela de nuevo, más rápido de lo esperado, como si no pudiera escapar de mí lo suficientemente rápido. A pesar de mi deseo de ir tras él con el fin de hacer que se sienta mejor, no lo hago.

Sea lo que sea que siento, tengo que tenerlo bajo control. El hecho de que no tuvo nada que ver con lo que pasó, no lo hace de repente un mejor hombre. Sólo significa que sus amigos habían decidido no esperar su aprobación. No se sabe lo que se espera de mí en la mañana, una vez que haya tenido tiempo lejos de mí. Podría fácilmente participar con su novia mañana y tengo que recordar eso. Lo que mi mamá dijo antes es cierto. Es puro problemas y tengo que permanecer lejos de él, ahora más que nunca.

Incluso si es la última cosa que quiero hacer.

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Dillon Alguien va a pagar por esto.

Voy a conseguir problemas por no ir al aula de la manera en que debo. Bueno, eso no es exactamente cierto. Fui a la clase, pero en el momento que vi a Isabelle y Kayden saliendo con Cadence, me agaché en la esquina y esperé a que pasaran.

En lugar de irme, los seguí y me alegro de haberlo hecho. Si no hubiera ido a su encuentro, nunca habría sabido lo que realmente sucedió después de que se fue. Sé todo esto ahora y lo juro por Dios, si no encuentro a Amy pronto, voy a derribar a la primera persona que pase por mi camino.

Lo que le pasó, lo que Amy hizo, todo es mi culpa. Es por eso que me alejé cuando se acercó. No pude estar mirando esos ojos y ver lo que sabía que iba a encontrar. Sabe que no tuve nada que ver con esto, lo que significa que cuando me tocó, estaba haciéndolo para hacerme saber que no me culpaba. No podía dejarla porque sinceramente, tengo la culpa de esto. Soy el que creó a Amy y ahora tengo que ser el que le ponga fin a ello.

Había sangre enmarañada en la cima de su cabeza, por el amor de Dios. Hemos estado haciendo esta mierda con personas durante tres años y ni una vez alguien ha salido con sangre sobre ellos. Sí, terminaron quemados, pero nunca estaban sangrando. Qué fue lo que pasó en ese cuarto de baño para que terminara con Cadence sangrando. No puedo manejar eso.

No se trata de debilidad y fuerza. Sé que lo he hecho por eso, porque es lo que Bruce ha perforado en mi cabeza, pero lo que esta chica tuvo que pasar, no tiene nada que ver con ser débil. Solo he hablado con ella unas veces durante los últimos días e incluso sé que es más fuerte que todas las personas que llamo amigos.

Lo sé porque es más fuerte que yo.

Estaba tan preocupado por el daño hecho a su cabello que ni siquiera pensé en preguntar si la habían quemado. Recuerdo a Isabelle después de que Amy consiguió atacarla y nada de eso era obvio con Cadence, lo que me hace pensar que no llegaron tan lejos como lo han hecho con todos los demás. También hace otra cosa muy, muy obvia.

Cadence se defendió.

Amy es una chica fuerte. No hay muchas chicas que pueden llegar y defenderse y es aún peor cuando tiene a Charlotte y Eve con ella. Esas chicas son imparables. Si Cadence fue quemada, se habría visto de alguna manera. Puede ser que no reaccione igual que Isabelle o incluso como las otras chicas que hemos enviado a casa llorando,

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completamente devastadas por la mierda enferma que hacemos, pero aun así habría sido evidente.

Ni siquiera me importa si fue quemada o no. Todo lo que importa es encontrar a Amy y hacer frente a esta mierda de sus celos de una vez por todas. Ha llegado demasiado lejos esta vez y Kayden, por mucho que no me gusta el chico, estaba en lo correcto. Tengo que deshacerme de ella antes de que me hunda.

Me hunde más de lo que he hecho por mi cuenta de todos modos.

Sabiendo que la búsqueda de Amy específicamente no va a funcionar ya que no pudimos encontrarla antes, voy hacia donde sé que encontraré a Charlotte y Eve.

Estuvieron involucradas en lo que pasó, lo que significa que son tan culpables, si no más que Amy. Saben cómo es ella. Si son realmente sus amigas, habrían hablado de salir de esta mierda en vez de ir juntas.

Tengo nudos en el estómago de solo pensarlo y no es por las cosas que estoy pensando. Es porque soy tan culpable como ellas. Podría haber hecho que Amy dejara de hacer esto. Debería haberlo hecho, pero por supuesto que había saltado, dejando a mi novia con sus pensamientos perturbados y ahora Cadence ha pagado el precio.

Podría ser el culpable, pero no de lo que sucede ahora. Tengo que terminar las cosas con Amy y no importa lo que diga o haga, tengo que asegurarme de que esta vez es para siempre. He estado enfermo de ir y venir con esto por un tiempo, pero soy demasiado vago para hacer algo al respecto. No sé qué diablos está sucediendo conmigo y Cadence, pero si algo pasó, fue para darme una llamada de atención y así hacer lo que debería haber hecho hace mucho tiempo.

Cuando llego a la clase de Charlotte, manteniéndome oculto de la línea de visión del profesor, puedo escanear la habitación por las dos chicas que espero encontrar. Cuando un vistazo completo sobre toda la clase no trae nada, tanto las chicas como Amy no están, por fin hago la única cosa que he estado evitando todo el tiempo. Saco mi teléfono del bolsillo y envió mensaje un texto. Es una posibilidad remota, pero tal vez si digo lo correcto, me contestará a pesar de estar molesta con la forma en que dejamos las cosas en el almuerzo.

Bebé, ¿dónde estás? Mira, lo siento por lo que pasó. No estoy en clase, así que por qué no me dices dónde estás, te encontraré.

No soy ese tipo de chico. Creo que es la primera vez que le he enviado un texto llamándola bebé desde que estamos juntos. Estoy bastante seguro de que va a ver a través de mi intento de mierda en conseguir que me responda, pero no tengo nada que perder y tengo que terminar con esto, presiono enviar.

Biblioteca. Hice algo por lo que sí Daniels me encuentra voy a obtener muchos problemas. Encuéntranos allí.

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No estaba buscando hacer esto con una audiencia, pero es la única opción, no se ve como si tuviera muchas. No voy a dar marcha atrás en esta ocasión. Volviendo por donde vine, esta vez en dirección a la biblioteca, acelero hasta que estoy de pie justo fuera de las puertas.

He estado aquí exactamente tres veces desde que empecé mi primer año. No me gustaba mucho y no me gusta ahora.

Cuando me mudé aquí no era como soy ahora. Era tranquilo y no conocía a nadie, quería un lugar para escapar los primeros días. Me escondía aquí y comía mi almuerzo, leía libros y otras cosas que mirando hacia atrás, me hizo ver bastante nerd. Después terminé yendo a los vestuarios, pero antes era mi refugio seguro.

Estar aquí me recordaba cómo eran las cosas entonces y estoy enfermo por ello. De la manera en que me sentí cuando Kayden trajo a colación el pasado, es como me estoy sintiendo de nuevo y me dan ganas de irme. Quiero ir a mi auto, entrar y conducir lejos de aquí, sin mirar atrás hasta que esté fuera de esta ciudad por completo. Nunca voy a hacerlo y no importa lo mucho que quiero huir de los recuerdos, no puedo.

Tengo que terminar con esto.

Me toma un minuto entrar sin llamar la atención de la bibliotecaria. Voy a sacar a estas chicas de aquí, porque a juzgar por la expresión del rostro de la señora Reid, las quiere en cualquier lugar menos aquí.

Mientras las alcanzo, Amy salta a mis brazos y me llena el impulso de tirarla lejos, en su lugar sigo con el acto de novio atento que intenté cuando le envié el mensaje.

—Tenemos que salir de aquí. Está pendiente de ustedes y llamará a Daniels y todos estaremos perdidos.

Amy asiente, Charlotte y Eve le siguen el juego y estoy asombrado de nuevo por que eran tan ciertas las palabras de Isabelle. Realmente seguirán juntas con casi cualquier cosa que Amy hace, hasta con un movimiento al azar de la cabeza.

—Cometí un error, algo realmente malo Dill —dice y solo asiento. No sé lo que está esperando que diga, pero si me está buscando para llamarla bebé sobre esto, verá venir otra cosa.

Realmente hay una primera vez para todo. ¿Quién sabe?

—Sí, ya sé lo que hiciste. Tenemos que salir de aquí antes de que llame a Daniels —repito antes de girarme hacia Charlotte y Eve diciéndoles lo que debe suceder ahora, o al menos es lo que quiero que suceda—. Ustedes tienen que ir a clase y pretender que nada está pasando. Calambres falsos o algo para que no sospechen.

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Asienten y antes de que pueda decir algo más, se están moviendo hacia la puerta, haciendo exactamente lo que les dije.

Si esto fuera cualquier otro momento, puede ser que en realidad me siente y disfrute de la facilidad con que estas chicas me escuchan. Me encantaba antes. Es como si adoraran el suelo que piso. Ya no me siento de esa manera ahora. Es todo lo contrario.

Solo quería que se fueran.

—Estaba tan enojada en el almuerzo. Lo siento.

Sus palabras, no significan nada para mí. No lo siente, al menos no por lo que está pidiendo disculpas. Lamenta que me molestara hasta el punto que me alejé de ella tal vez, pero eso es todo. He estado en esta situación antes, más estúpida mierda como esta y no hay forma de que estoy haciendo lo que hice entonces con ella ahora. Es tiempo de aceptarlo y seguir adelante ha terminado.

—Tenemos que hablar de eso, pero no aquí.

Me dirijo hacia el pasillo y comienza a moverse. La sigo hasta que estamos a salvo afuera y lejos de las miradas indiscretas de la bibliotecaria. No es que esté tan preocupado por la audiencia con lo que estoy a punto de hacer.

—Entonces, ¿de qué quieres hablar?—pregunta mientras escaneo el pasillo por cualquier persona que pueda ser capaz de escuchar. Sé lo que va a ocurrir en el momento en que haga esto y definitivamente no quiero una audiencia.

—¿Qué hizo que te ocultaras? Nunca lo has hecho antes.

—Esa perra del almuerzo. Cuando se fue, empecé a buscarte, pero en su lugar la encontré a ella. La forma en que me miró, lo perdí. La arrastramos hasta el baño y bueno, se desató el infierno.

Tiene toda mi atención ahora. Quiero saber lo que quiere decir con que se desató el infierno, y estoy un poco más interesado en cómo Cadence la miró supuestamente para iniciar todo esto, aunque estoy bastante seguro que sé.

He visto la forma en que es Cadence. Es fuerte. Cómo me miró en clase, especialmente cuando me tiró toda la mierda por poner mis ojos en blanco me da toda la información que necesito en términos de ella mirando a Amy. Se mantuvo firme, sin duda, y terminó pagando por ello.

—¿Qué quieres decir con que se desató el infierno?

—No era como los demás. Esperaba que actuara como Isabelle; tal vez no meándose, pero sí asustada. No hizo nada de eso. Mordió a Eve y le pegó a Charlotte en el rostro. Fue brutal.

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No quiero, pero la abrumadora sensación de satisfacción que obtengo al escuchar lo que le hizo a los otras dos, me hace sonreír. Mirando más a Amy, puedo ver que no hay un rasguño en ella, lo que significa que nada le pasó.

—¿Qué más sucedió?

—La apoyé contra la pared, le dije que dejara lo que sea que estaba haciendo para conseguirte y en el momento que me giré para revisar a Eve trató de alejarse. Fue entonces cuando me apoderé de su cabello de nuevo y le arranqué un poco.

Ahí está. He oído suficiente. Cadence escapó, desde que la vi hace un par de minutos y está a salvo fuera de la escuela. No necesito saber nada más. Amy admitió todo lo que necesitaba.

—Ames...

—Lo sé bien. Sé que estás enojado y dije cosas que no eran ciertas, pero bebé, esa chica. Vi cómo te miraba. Te quiere y de ninguna manera estoy dejando que te tenga.

—Estás loca. ¿Qué me tenga?

—¡Púdrete! Estás ciego con lo que sucede por aquí. Lo que la gente dice de ti; lo que las chicas hablan. ¡Las cosas que quieren hacerte si pudieran conseguir cinco minutos a solas contigo! He estado escuchando eso desde hace un año. Al ver la mirada en sus ojos al pasar por el pasillo y nunca dicen ni mierda.

—Estás diciendo un montón de mierda ahora.

—¿Por qué estás actuando así? —grita y sé que he llegado al punto de no retorno. Es hora de terminar con esto y largarme de aquí antes de que completamente se quiebre, aunque con la forma en que su voz se está levantando, está muy, muy cerca de ese punto ya.

—No lo ves, ¿verdad? —grito de vuelta, asegurándome de que no pueda haber ninguna duda de lo que está a punto de escuchar—. No me importa un carajo que me miren. ¡No me importa algo de eso y no me importas tú!

Sus ojos se agrandan y comienza a retroceder. Esta reacción me debería molestar, con lo que somos el uno para el otro, pero estoy tan lejos de hacer esto con ella y la manera en que ha sido desde que nos juntamos que no siento absolutamente nada. No estoy contento, molesto, nada. Estoy completamente entumecido.

—No quieres decir eso.

—Quiero decir cada palabra. He estado poniéndome al día contigo y esta mierda de los celos por un año. La mitad de la razón de porque te metiste con Isabelle es porque viste la forma en que me veía un día y lo perdiste. Cada chica que hemos

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elegido es por tu culpa, aunque te apoyé. ¡Siempre regresas pensando que me quieren, cuando en realidad no quieren tener nada que ver conmigo!

—Eso no es cierto.

—¡Sí, es verdad! Pareces pensar que soy un don de Dios y tal vez en algún momento lo sentí así también, pero ¡por favor!

—No entiendes a las chicas como yo.

—¿Estás incluso escuchándote en este momento? Esto no tiene nada que ver con otras chicas. ¡Tiene que ver contigo! Te lo dije hace seis meses que dejaras esa mierda estúpida que estabas haciendo. Bueno me tomó demasiado maldito tiempo, pero me estoy saliendo ahora.

—No, no quieres decir eso. Estás enojado por lo del almuerzo.

Se acerca para agarrarme y en el minuto en que su muñeca se mueve hacia mí, la engancho. Todo lo que me tomaría es un pequeño giro y podría romperla en el proceso. Tengo que salir de aquí antes de que termine haciendo algo que nunca podré corregir. Con lo enojado que me está poniendo con su estupidez, esto no va a terminar bien si me quedo.

Empujándola lejos, hablo de nuevo y esta vez digo todo lo que hay que decir, porque una vez que camine, no voy a volver. Esto es todo. He terminado. La forma en que está actuando es sólo una prueba más de que estoy haciendo lo correcto. Podría haber empezado conmigo, pero lo que le hizo a Cadence es mucho más que eso.

No se trata de Cadence, se trata de mí.

—Hemos terminado. Esta cosa enferma que llamamos relación, se acabó. Podría no haber sido el mejor novio del mundo, pero nunca te di una razón para actuar así. Te fui leal como la mierda. ¿Quieres estar enojada con alguien por lo que está sucediendo ahora? Ve y busca un maldito espejo, porque no tienes a nadie a quien culpar sino a ti misma.

Le doy la espalda, dando unos pasos, la oigo hablar y sólo demuestra que lo que he hecho es lo correcto. Incluso conmigo alejándome, todavía está tan fuera de su mente que está dándole la vuelta a todo lo demás.

—Gracias por demostrar que tenía razón antes. Realmente sientes algo por la estúpida perra muda.

Estoy empezando a preguntarme qué fue lo que le vi en primer lugar porque lo que veo en este momento, es suficiente para mantenerme alejado de las chicas por siempre.

—Adelante, créelo Ames. No es mi problema.

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Cuanto más lejos camino, el nudo en mi pecho se alivia más. Es como si de alguna manera mi cuerpo me está dejando saber que caminar lejos de ella, lo hace ser saludable. Mientras cruzo la esquina y está completamente fuera de mi vista, me siento más ligero de lo que nunca me he sentido.

Solo hay una cosa más que tengo que hacer, pero con lo que ha pasado hoy, va a tener que esperar. Espero no tener que esperar demasiado tiempo.

Tengo que hacer las cosas bien con Cadence.

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11 Cadence

ubo un momento anoche donde no estaba segura si quería regresar aquí. Sabía lo estaría esperando por mí tras el intento fallido en el baño y no buscaba una repetición.

Mi mente estaba tan decidida, que le dije a mi mamá que preferiría pasar la próxima semana en la habitación haciendo absolutamente nada a tener que volver allí.

Funcionó. Estuvo de acuerdo conmigo. Después de hablar con el director Daniels dejándole saber lo que me pasó, me explicó que si no quería volver, no me iba a obligar. Aunque me aseguró que el asunto con las chicas se manejaría, sabía que lo que empezaron solo continuaría en su ausencia y no quería que lidiara con eso.

Honestamente, fue un alivio. Si nunca más volviera a Wexfield High, sería muy pronto. No quería nada y por cómo funcionaban las cosas allí e incluso aunque hubiera personas que me gustaban y echaría de menos, no era suficiente para cambiar de opinión. Es solo cuando me desperté en medio de la noche, dando vueltas y vueltas, demasiadas para controlar, me senté en la computadora, al ingresar a mi cuenta de Facebook las cosas empezaron a cambiar.

En la parte superior de la pantalla donde se podían agregar amigos, había un uno envuelto en una burbuja de color rojo brillante y justo al lado, el pequeño icono de mensaje, también al rojo vivo. No pensé nada al respecto considerando que Eric me pidió mi información y asumí ahora que Isabelle o Kayden también la querían. Cuando hice clic en el icono de mensaje, descubrí que no era ninguno de ellos.

Dylan Murphy

Me tomó tres horas encontrarte, ya que no tenemos a nadie en común, pero necesito hablar contigo sobre lo que sucedió hoy. Explicar o lo que sea. Por favor ven a la escuela mañana para que podamos hablar.

No era nada importante, no llevaba su alma ni nada, pero lo que dijo era suficiente. Como que tener que volver definitivamente no era lo correcto, pero había algo sobre lo que escribió que me hizo saber exactamente lo que tenía que hacer.

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Con ese mensaje en mente camino por el pasillo, por las escaleras que me llevarán a la clase donde voy a verlo de nuevo. Tan nerviosa como estoy, comprobando cada esquina por cualquier señal de las tres chicas que pusieron mi mundo patas arriba en menos de veinticuatro horas, me reconforta saber que una vez alcance la clase, no iba a estar sola. Claro, Dillon podría estar allí y podría querer hablar, pero Eric e Isabelle estarían ahí también y ni uno de ellos dejarían que algo me pasara.

En el momento que entro a la clase veo a mi madre y me da una sonrisa débil, la preocupación que tiene sobre mí aquí está siendo evidente en sus ojos. Cuando me levanté con ella en la mañana, recogiendo mi mochila antes de dirigirme hacia el auto, la había tomado desprevenida, pero después de tener que manejar el auto hacia la escuela para acostumbrarme a él, había estado de acuerdo con mi decisión y no había expresado sus temores aunque sabía que los tenía.

Esos mismos temores se están mostrando ahora sin decir una palabra.

Caminando hacia el fondo de la clase, totalmente preparada para ir a mi asiento, sacar mi libro y sumergirme de nuevo en él, me detengo por completo en cuanto veo un papel doblado en el medio del asiento. Lanzo mis ojos sobre el sitio junto al mío y está vacío, suspiro de alivio. Estoy pensando demasiado las cosas. Como no estuve ayer, alguien probablemente se sentó aquí y lo dejó.

Lanzando mi bolso al piso junto a mí y cayendo en el asiento, recojo el papel y lo abro, decidida a ver a quién pertenece y así poder devolverlo. Es solo cuando veo la firma familiar en la página y mi nombre en la parte superior que me doy cuenta que no había estado pensando demasiado en lo absoluto. Dillon ataca de nuevo.

Cadence

Realmente espero que hayas recibido mi mensaje anoche y apareciste, sino esto va a ser un pedazo de papel desperdiciado.

Mierda

Permíteme comenzar otra vez.

No tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Nunca he hecho nada como esto antes y es un poco molesto. Dejé esto muy temprano, antes de que cualquiera pudiera ver porque no quiero ver tu rostro mientras lo estás leyendo.

Si odias lo que digo, no quiero ver tus ojos oscuros y duros como lo hicieron después de lo ocurrido con Eric. Conozco esa mirada muy bien porque siempre la llevo.

Lo que pasó contigo ayer, no tuvo que haber sucedido. Cuando te levantaste y te alejaste de nosotros, Amy seguía diciendo mierda, me levanté y me fui también. En realidad iba a encontrarte. Quiero que sepas que las mierdas cosas que estuvo diciendo de ti, no opino igual. No es lo que yo pienso de ti o lo que sea.

Sé lo que te hicieron después de que me fui. Amy me lo confesó y lo odio. Odio porque traté de hacer algo, se puso feo y te lastimaste.

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Eres lo mejor de estar atrapado en esta clase. Hice un montón de cosas de mierda que me puso ahí y te lo juro, creí que iba a ser un infierno hasta que empezaste a romperme las pelotas. LOL

Se supone que estoy hablando en serio y haciendo lo mejor para no ser un idiota y maldición, pero sigo jugando demasiado. Si todavía estás leyendo esto, lo siento.

Lo siento por la carta y todas las líneas y garabatos que están por todas partes con lo que estoy diciendo y lo siento por lo que te hizo Amy. Te traje a almorzar ese día porque quería que mis amigos conocieran a esta linda persona con la que paso las clases y solo arruiné todo.

Quiero que vayas a clases hoy, verte sentada ahí, sonriéndote y tú devolviéndome la sonrisa. Quiero ser tu amigo. Espero que cuando aparezca, hables conmigo de nuevo. No creo que pueda estar en la clase sin eso.

Dios, suena tan gay. Ugh. Voy a dejar de escribir esto ahora.

Lo siento. Perdóname, por favor.

Dillon

Doblando el papel y colocándolo en el escritorio, lo miro, como si haciendo eso de alguna manera hará más fácil asimilar todo lo que acabo de leer. Es sencillo ver que nunca ha hecho algo así antes porque había un montón de garabatos y malas palabras tachadas. ¿Por qué pensó que tenía que hablar diferente conmigo a como lo hace siempre lejos de mí? Pero no me cabe duda que estaba incómodo.

No estaba tratando de ser gracioso, pero lo era, mucho más de lo que debería haber sido. Es la mitad de la razón por la que seguí leyendo, aunque las cosas que hablaba no las quería pensar. Lo que me pasó ayer todavía está fresco, así que lo último que necesito es un recordatorio, amistoso o no.

No son las cosas con Amy lo que me afecta más. Es la manera en cómo cada vez que dice algo remotamente agradable, para luego dar marcha atrás y llamarse gay o decir que sonaba estúpido. Sea por lo que ha pasado; la persona por la que ha cambiado, lo ha hecho pensar que incluso diciendo algo bonito es malo y hay algo feo en eso.

No debería ser una cosa mala ser amable y quien le dijo lo contrario, necesita un golpe en su cabeza porque mintió.

Ha pasado un par de minutos desde que leí las palabras y hasta ahora estoy tan sensible a cada sombra que pasa cerca de mí que sigo buscando, esperando que la próxima persona que vea sea él. Dijo que iba a aparecer, pero después de que había terminado de leer. Bueno, ahora ha pasado un rato y todavía no hay señales de él.

Incluso cuando aparezca, no estoy segura de cómo voy a manejarlo. Sus palabras me llegaron porque aunque él estaba por encima de todos, podrías ver fácilmente cuánto trata con eso. Quiere hacer las cosas bien, culpándose por lo que pasó ayer y le debo la oportunidad de intentar.

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Todo esto es incómodo. Se supone que tenía que venir aquí, sentarme en silencio atrás y manejar mis problemas mientras mi mamá explicaba la clase, irme a casa con ella al final del día y repetir el mismo ciclo otra vez por las próximas dos semanas. Nunca pensé involucrarme con las personas de aquí o incluso crear vínculos, pero eso es exactamente lo que hice.

Me he encariñado con Dillon Murphy y ahora que ya está hecho, lo único que me queda por hacer es manejarlo hasta que mi escuela sea arreglada y pueda regresar a como mi vida se supone que es.

No es algo que estoy segura que voy a ser capaz de hacer.

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Dillon Algo está pasando conmigo y no sé cómo me siento con eso.

Comenzó anoche cuando llegué a casa y no se ha ido desde entonces. Después de pasar horas revisando todos los perfiles que seguramente pude localizar hasta que encontré al que me conectaría con ella, le envié una solicitud de amistad primero y luego le envié un mensaje. No soy mucho de escribir, esta es la primera vez que he escrito algo en Facebook que no estaba relacionado al fútbol o algo pervertido de alguna manera y cuando terminé, fue un mensaje muy largo. Después de estar sentado allí lo miré durante una hora, finalmente borraba y ponía algo más corto.

Pasé toda la noche haciendo hincapié sobre eso hasta el punto que no he dormido una mierda así que finalmente me levanté y me dirigí hasta la cocina, puse el plan en marcha y ahora me estoy escondiendo en el pasillo esperando a que suceda.

Todo lo que decía en el mensaje original que iba a enviar, lo escribí a mano. Aunque creo que se veía como una mierda y si fuera ella, no querría tener nada que ver con eso, lo dejé en su escritorio, a escondidas antes de que llegara la señorita Taylor, con la esperanza de que aparezca para que no cayera en manos equivocadas.

Lo último que quiero es a alguien poniendo sus manos sobre lo que le escribí. No porque me da pena, nada de eso, sino porque no es algo que hago. No trato de hacer que una chica me perdone. No me voy fuera de mis parámetros en ningún momento. Este es mi primer intento de incluso ser cortés con alguien como ella y eso tiraría mi reputación a la basura rápidamente.

Tal vez estoy avergonzado después de todo, preocupado por la manera en cómo las personas me mirarán si lo vieran.

La manera en que estoy actuando me confunde. Sé que quiero hacer lo correcto por esta chica, pero sinceramente no tengo ni idea de lo que es correcto y este conflicto dentro de mí sobre eso. Por un lado, me golpea muy duro porque estoy saliendo de la forma que parece estúpida y por otro lado, espero que tenga el efecto deseado. Puedo actuar dulce cuando necesito conseguir lo que quiero, pero no tengo ni idea cómo ser realmente dulce.

La vi entrar al salón, vi la mirada entre ella y su madre antes de que se dirigiera a su asiento y se sentara. La vi recoger el papel y asumo por sus ojos explorando la página que significa que ha leído lo que escribí. Es hora de superar el miedo y la incomodidad que tengo y entrar a la clase, pero aún no puedo ir hacia allá.

Es una pelea dentro de mí. No tengo ni idea que lado va a ganar y me temo que en el momento que me siente, esa parte de mí que quiere hacer las cosas bien se va a fugar y me voy a convertir en el mismo idiota otra vez. Es la manera que siempre he

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sido y lo he estado haciendo tanto tiempo que te juro que es lo único que sé hacer. Ser diferente no está ni siquiera en mi radar.

Al menos no hasta Cadence.

—Dillon, ¿vas a acompañarnos esta mañana o vas a irte otra vez?

Maldita sea. Por estar de pie aquí sin estar atento me atraparon. Ahora voy a tener que explicar lo que pasó ayer y espero no meterme en problemas y pagar el precio de permanecer afuera ahora.

—Estoy entrando. Lamento lo de ayer señorita T, surgió algo que tenía que manejar.

—Siempre parece ser algo contigo Dillon. Podemos discutir lo ayer y dónde estabas más adelante. Por ahora, por favor entra así podemos empezar la clase.

Tal como dice, entro y giro inmediatamente para ir a mi asiento. Es cuando estoy cerca de la chica que he estado observando durante los últimos quince minutos que levanto la vista y nuestras miradas se cruzan.

Apegándome a lo que dije que quería en la nota, le sonrío, aunque es un intento muy débil y mi cerebro enloquece esperando a que la devuelva. Cuando lo hace, mi corazón y mi cabeza se estabilizan y pongo mi cuerpo hacia abajo en el asiento, sintiendo el dolor en los músculos en el minuto en que mi culo toca la silla. Pueden haber pasado un par de días desde la pelea, pero aún siento dolor.

Me estremecí por el impacto y unos segundos más tarde, veo un papel azul que vuela por el aire.

¿Estás bien?

Con todo lo que le sucedió ayer, saqué de mi mente mucho de lo que me dijo Kayden, pero ahora, al ver el post-it y las palabras en ella, me las recuerda otra vez. Donde creía que era solo una chica al azar que no le gustaba el sonido de su voz, hay más y más en las notas que ha estado escribiéndome. Cadence no es como cualquier otra chica porque es sorda.

Esto habría sido material para usar y molestarla antes, pero sabiéndolo ahora, con todos los estúpidos cambios pasando conmigo, molestarla es la última cosa que me viene a la mente. Que sea sorda debe probarme que es incluso más débil que los otros, pero no. Totalmente va en contra de todo lo que sé porque el que sea sorda no significa nada para mí.

Sigue siendo la misma Cadence que era el primer día y me niego a mirarla de otra manera. De hecho, ni siquiera voy a plantear que lo sé porque no quiero que cambie nada de lo que ya está pasando entre nosotros.

Hablaba sinceramente en la carta, quiero ser su amigo.

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—Sí, estoy bien —digo, pasando el hecho de que me atrapó estremecerme de dolor. Siempre el tipo duro, incluso cuando es difícil, es la última cosa que estoy sintiendo.

Mentiroso.

Ahí está. Me llama por lo que soy otra vez. Exactamente lo que quiero hacer.

—Sí, me has atrapado. No estoy bien.

Eso está mejor.

No sé qué decir a eso, solo sonrío torpemente y espero a que diga otra cosa que pueda iniciar esta conversación. Ahora que está aquí, después de leer mis mensajes, lo último que quiero que piense es que terminamos antes de que hayamos tenido una verdadera oportunidad de hablar. Este es el punto donde debería traer a colocación la carta que todavía está en su escritorio, asomándose bajo su codo, pero por alguna razón, soy un cobarde total y no quiero hacerlo primero.

¿Topándote con camiones últimamente?

Sonríe mientras sostiene el post-it y me río, esta vez haciéndolo lo suficientemente alto como para que los dos seamos capaces de escuchar. Lo último que necesito es que su madre nos atrape. Tengo la sensación que habría otra advertencia y esta vez, no por faltar a clase. No necesito llamar más la atención a la forma en que estoy actuando últimamente con su hija. Estoy haciendo lo suficiente por mi cuenta.

—Últimamente no. Sigo recuperándome del último.

Sonríe otra vez y es entonces cuando baja la cabeza al papel frente a ella, me mira y luego lo señala, sus ojos atentos en él. Garabateando algo en otro post-it, lo sostiene y esta vez, hay una arruga en sus ojos, un brillo que no había visto desde que llegó. Es solo cuando veo las palabras sobre el papel que me doy cuenta por qué.

Te perdono, Dillon.

Ver esas palabras en el papel, sabiendo lo que significa para los dos, me doy cuenta. La única cosa que no quería admitir, pero que he sentido durante los últimos cuatro días a pesar de mi mejor intento.

Amy tenía razón ayer.

Me gusta esta chica.

Por primera vez desde que me trasladé aquí, tal vez incluso antes de eso, admitir algo como esto, no es como lo haría normalmente. Estoy completamente de acuerdo con la admisión a pesar de que saber que me guste significa que la mierda a la larga se irá porque cuando arreglen su escuela y se haya ido, voy a pasar por esto solo.

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También no significa nada con lo que su madre siente por mí. He hecho bastante de mi nombre sin ayuda y no hay manera en que la mujer que está al frente de la sala ahora no me odie. Me he ganado más odio de todos y estoy seguro de que la profesora no será una excepción.

Sabiendo todo esto, eso no me impide lo que tengo que hacer a continuación. Es por la forma en que me siento, lo que me hace darme cuenta que no voy a poder avanzar hasta que lo haga. Así que en lugar de sentarme y repasarlo cien veces y hablar de ello, recurro a ella y hago lo único que quise hacer desde que me senté.

—Sé que es una apuesta arriesgada, pero umm… ¿Me dejarías llevarte a almorzar?

Al instante su cabeza cae e inmediatamente pienso lo peor. La luz que vi en sus ojos hace un segundo se ha ido y hay algo ahí en su lugar. Indecisión. No es claro el paso correcto para dar aunque haya leído mis palabras e interactuado conmigo como lo hemos hecho desde el principio. Me habría molestado eso antes, no conseguir lo que quería de una chica, esta vez, tiene sentido.

Si fuera ella, no sabría qué hacer tampoco. No confiaría en una palabra que viene de mi boca. Quiero confiar en mí, pero y si dice que sí, haré lo que tenga que hacer para ganármelo, porque Cadence, es diferente.

Vale la pena.

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12 Cadence

i mi mamá se entera de lo que estoy a punto de hacer y con quién, estoy bastante segura de que va a encerrarme en el aula y no me dejará salir hasta que esté lista para ir a casa. A pesar de saber esto, sé mi respuesta a su pregunta. Solo espero que, al final, no llegue a ser la equivocada.

La última vez que me pidió que almorzara con él terminé en el baño con tres chicas locas tratando de atacarme. Esa es la última cosa que quiero esta vez. Ya he escrito mi respuesta, por lo que le di la vuelta al papel frente a mí y lejos de él. Pero mirando hacia atrás ahora, dispuesta a responder y verlo mirar un agujero en el escritorio, no estoy segura de lo que haré.

¿Me acerco y le muestro mi respuesta o lo dejo solo? Conocer la forma en que actúa Dillon y la forma en que ha estado comportándose conmigo es lo que hace todo confuso. Es como si estuviera tratando con dos personas diferentes, por lo que en un momento dado, no tengo ni idea de cómo responderle debido a que nunca puedo decir cuál está preguntando o cuál contestará.

En contra de mi mejor juicio, lo alcanzo y toco su brazo, lo que le hace subir la mirada. Sosteniendo el papel lo suficientemente alto como para que pueda leer mis palabras, me veo recompensada por el movimiento de una sonrisa y, esta vez, es una que se eleva hasta el final de sus labios, más allá de sus mejillas y hacia sus ojos.

¿Qué lugar tienes en mente?

Quisiera nada más que detener este momento, congelarlo, así nunca tener que ver desaparecer la sonrisa que lleva puesta. Me preparo para la decepción que estoy segura vendrá al minuto en que me responda. A pesar de que espero que esa mirada no desaparezca del todo, sé que no permanecerá para siempre. De la forma que él es, nuestra forma de ser, no puede durar. Nunca lo hace, a pesar de que se siente muy impresionante mientras está ahí.

—El barranco.

Trato muy duro de no hacerlo, pero no puedo evitarlo. En el momento en que escucho que quiere llevarme al barranco, río. Es el primer movimiento vocal que he

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hecho a su alrededor desde que lo conocí. Justo cuando me doy cuenta de ello y voy a cubrir mi boca, su mano sale volando a través del espacio entre nosotros y sostiene la mía en su lugar.

—¿Por qué te estás riendo?—pregunta, aunque estoy bastante segura de que con la mirada en sus ojos quiere silenciarme con el fin de callar la inexactitud evidente, ya que me había hecho reír es todo.

Con mi mano libre llego hasta el post-it y le escribo, aunque tengo la sensación de que realmente quiere escucharlo con palabras esta vez; algo que, si bien puedo hacerlo, todavía no estoy lista para eso.

El barranco tiene el agua más asquerosa en Wexfield. Es marrón y turbia.

—Suena como el lugar perfecto para mí.

Sus palabras, aunque confusas, me intrigan. ¿Por qué es eso?

—No importa, es estúpido.

No iba a salirse con la suya tan fácilmente. Ahora que tiene mi mente trabajando, tratando de ordenar exactamente lo que podría significar, no hay manera en que vaya a dejarlo retroceder y actuar como si nunca dijo nada en absoluto. Ya debería saberlo por la cantidad de veces que he conseguido algo de él durante nuestra estancia.

Solo dime. Voy a conseguirlo de algún otro modo si no lo haces.

Este es un territorio peligroso para mí. Básicamente estoy coqueteando con el enemigo y no tengo la mínima idea de cómo va a responder, mucho menos lo que sigue si lo hace.

—Quiero saber cuáles son esos otros modos más tarde, pero cuando dijiste marrón y turbia pensé en nosotros.

¿En nosotros?

—Ambos tenemos ojos marrones y, bueno, al menos para mí todo esto es torpe; turbio parece otra forma de decirlo. ¿Ves? Te dije que era una estupidez.

No es estúpido. Es perfecto.

Ahí está de nuevo. La sonrisa de antes, la que no quería que se fuera. Lo que he escrito lo ha hecho feliz y estoy siendo recompensada. No tiene ni idea, pero la manera en que luce en este momento es una que tiene que mantener. Le conviene.

—¿Así que irás conmigo?

Asiento y levanto el post-it con la palabra sí en él al mismo tiempo y, si es posible, la sonrisa se vuelve aún más brillante. Esto podría no ser una decisión inteligente; si mi mamá se entera podría decidir que me quede en casa por siempre

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después de todo. Sin embargo, por la sonrisa que está dándome en este instante, estoy dispuesta a correr el riesgo.

Hay más que el Dillon que todo el mundo ve y, a pesar de saber que al final podría terminar mal para mí, estoy decidida a ver a través de él. Quiero llegar a conocer al verdadero Dillon y nada va a interponerse en mi camino.

Ni siquiera mi madre.

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Dillon Marrón y turbia.

No he sido capaz de sacar esas palabras de mi cabeza desde que las escribió. Y aquí estamos. Observando el agua y viendo la familiar sombra marrón, el agua tan obstruida con la suciedad y la basura de años de maltrato, son aún más importantes. Tenía razón sobre el agua y yo tenía razón en que me recordaba a nosotros, o al menos a mí.

No hay nada turbio en ella. Cadence ha sido la misma persona todo el tiempo desde que la conozco. Me pone en mi lugar y contesta mis comentarios de sabelotodo con unos propios, siendo realmente agradable entretanto lo hace. Mientras estoy en conflicto, confundido o soy un desastre en general, ella es tan equilibrada como una persona puede llegar a ser. Definitivamente soy el turbio en la ecuación.

El primer día que la conocí, no dejaba de observar cómo se veía. Pero te juro que no he pensado en ella o en su cuerpo una sola vez en los últimos dos días. Es como si lo que me atrapó de ella la primera vez ya no estuviera y fuera la parte restante lo que me mantiene aquí. Su forma de ser es lo que me hace la persona que soy cuando estoy con ella, algo que no había sentido en mucho tiempo.

También me dan ganas de llegar a conocerla mejor. Así que, señalando el primer banco que veo después de que hemos estado caminando por un rato, decido que eso es exactamente lo que voy a hacer. Empezando con conseguir que me diga que es sorda. Si tengo suerte, una vez que llegue más allá de esa barrera, la única cosa que aún no ha admitido, puedo lograr lo otro que quiero de ella.

Escucharla hablar.

Armado con el pequeño cuaderno que usé con Isabelle, se lo doy en el instante en que ambos nos hemos sentamos y espero mientras lo abre y empieza a escribir a lo largo de la página.

¿Por qué quieres dejar de caminar?

No estando dispuesto a hablar hasta que sus ojos estén puestos en mí, sabiendo que todo lo que diga pasará desapercibido a menos que esté mirando mis labios moverse, pienso sobre mi respuesta a su pregunta. Es una respuesta bastante simple, pero espero que no sea una que ella vaya a odiar porque realmente quiero que llegue a confiar en mí.

—Quería hablar. Tengo que decirte algo. ¿Decirme qué?

—Sé por qué no hablas. Bueno, sé por qué odias hablar.

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Dos cosas suceden en el momento en que respondo. Al principio parece confundida, como si lo que he dicho no tuviera ningún sentido. Cuando lo veo, quiero intentarlo una vez más y decirlo de la forma correcta. Pero antes de que se me ocurra una mejor manera, veo el reconocimiento en sus ojos. Sabe que lo sé.

Lo sabes.

Asiento, pero en lugar de hablar miro hacia abajo, a sus manos. Antes de poder cuestionarlo, deslizo mi mano hasta que está apoyada en la de ella; apenas tocando, pero conectados de todos modos. No tengo ni una pista de lo que estoy haciendo, nunca había estado tan cerca de una chica sin que antes haga algo por mí; no obstante, sí sé que me gusta la forma en que se siente y definitivamente no me alejaré a menos que ella lo haga primero.

—Lo sé, pero quiero que me lo digas. ¿Por qué? Si ya lo sabes, ¿cuál es el punto?

Otra pregunta con una respuesta fácil.

—Porque hasta que me lo digas, no voy a creerlo. Es bastante obvio que es verdad.

Ahí es donde se equivoca. No queriendo hablar, odiando el sonido de su propia voz como dijo, aunque sé que ni siquiera puede escucharla, es algo que esperaba que una chica dijera. Las chicas, a pesar de que no tienen que serlo, son inseguras acerca de ciertos temas; especialmente cuando se trata de la forma en que un chico las mira. Es algo bastante normal. Por lo menos para mí.

Cada cosa que ha hecho antes de que me enterara de la verdad podría ser fácilmente explicada de otra forma aparte de que es sorda. Estoy bastante seguro de que si piensa en ello, se dará cuenta que estoy en lo cierto.

—Eso no es cierto. No tenía ni idea antes de que Kayden me lo dijera. Así que, hasta que me lo digas, voy a fingir que no lo sé.

Frunce el ceño y, a pesar de odiar cómo se pueda ver, me río. No estoy tratando de reírme de ella, o burlarme; pero la forma en que odia lo que he dicho, lo suficiente para fruncir el ceño, es lo que hace que lo encuentre divertido. Incluso ahora, a solas conmigo de esta manera, no está apaciguándose. En realidad es un poco lindo.

Soy sorda. ¿Feliz ahora?

—Sí. Bueno, más feliz de todos modos. No entiendo.

He sido feliz como el infierno desde que me devolvió la sonrisa esta mañana, pero no estoy seguro de estar listo para hacerle saber eso. Todavía estoy teniendo dificultades para enfrentar lo que siento cuando estoy cerca de ella así que, hasta que

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pueda enfrentarlo, mantendré la boca cerrada. La última cosa que quiero hacer es decir algo que pueda terminar arruinando todo lo que está sucediendo aquí.

—Simplemente hoy estoy feliz. Pero hay algo que me haría aún más feliz.

Sus ojos se elevan y, al minuto que desliza el cuaderno hacia mí, veo los signos de interrogación en la página y me preparo para lo que voy a hacer.

Quiero escucharla hablar y, si el hecho de que todavía no ha retirado la mano debajo de la mía es una indicación, creo que está lo suficientemente cómoda conmigo para hacerlo. Al menos espero que lo esté, de lo contrario esto va a estallarme en la cara muy, muy rápido.

—¿Cuál es la verdadera razón por la que no hablas?

Te dije la verdadera razón.

—Tal vez me dijiste parte de ella, pero no me dijiste todo.

La forma en que la gente me mira cuando hablo; es por eso que no me gusta hablar en voz alta. Puedo hacerlo, supongo que sabes que puedo, pero lo odio.

—¿Tienes miedo de que vaya a hacer lo mismo?

Esta vez asiente en lugar de escribir y mi pecho duele al segundo en que lo hace. Tiene todo el derecho de preocuparse por eso, porque sé que lo hubiera hecho antes. Si puedo hablar en voz alta y explotar las debilidades que veo en las personas que no son sordos, entonces no es extraño que piense que lo haría con ella.

Quería decirle que no iba a juzgarla por eso, que puede decirme lo que quiera, porque realmente quiero escucharla hablar. Pero cuanto más tiempo paso pensando en ello, más me doy cuenta de que no puedo hacerlo.

No me creería y no estoy seguro de si yo lo hago.

Las palabras no significan nada para esta chica, puedo decirlo. Sabe cómo soy, lo experimentó por sí misma; así que cualquier cosa que pudiera decir ahora mismo solo iría directamente a través de ella, sin afectarla en absoluto. No quiero eso. Cuando digo o hago algo con Cadence, quiero que sepa que es real y no solo que estoy jugando.

No quiero que piense que estoy jugando con ella, a pesar de que así es cómo comenzó todo esto.

—¿Te puedo contar un secreto? Claro.

—Quería parar y conversar porque quería escucharte hablar. Iba a pedirte que hablaras conmigo a pesar de saber cómo te sientes al respecto. No creo que siga queriendo eso.

¿Qué deseas?

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Esa es una respuesta fácil, pero no es fácil cómo todo lo demás ha sido. Es lo más difícil de todo porque lo que voy a decir no es algo que cualquiera podría esperar escuchar de mí. Esto va a sonar increíble, no obstante quiero que crea en ello a pesar de eso.

—Quiero que me hables cuando estés lista. No quiero empujarte o hacer que pienses que tienes que hacerlo para que me quede. Quise decir lo que te escribí esta mañana. Quiero ser tu amigo, aunque estoy empezando a pensar que no tengo la menor idea de cómo es un verdadero amigo o cómo ser uno.

¿Puedo preguntarte algo?

—Me puedes preguntar cualquier cosa. ¿Qué pasa si digo que no quiero ser tu amiga?

No estoy seguro de qué hacer con eso. Sé hacia dónde va mi mente el segundo en que lo dice, pero con esta chica, no creo que sea exactamente lo que significa. Duele sin embargo. Que no quiera ser mi amiga, me duele en un nivel que no había sentido en mucho tiempo y no quiero sentir nunca más.

—Eso apestaría, supongo… ¿Es eso lo que estás diciendo?

Sí Dillon, eso es exactamente lo que estoy diciendo.

En este momento, al ver esas palabras en el papel, quiero levantarme y caminar lejos. No sé qué demonios estaba pensando al hacerme perder el tiempo como lo hice. Claro, es hermosa y su actitud, su forma de ser, me dan ganas de estar cerca de ella y siento cosas que no me he permitido sentir en mucho tiempo cuando estamos juntos, pero eso no significa nada realmente.

No necesito estar sintiendo estas cosas. No necesito sentir en absoluto. Es exactamente igual a lo que papá dice. Las emociones y sentimientos solo te vuelven débiles y, en este momento, soy el más débil porque el hecho de que no quiera ser mi amiga me está matando por dentro. Esta chica, con todos sus putos problemas, me ha hecho débil y eso me enferma.

Deslizo mi mano fuera de ella y la traigo a mi regazo. Me levanto de la banca y doy vuelta, más que listo para volver a la escuela, dejándola sola aquí para encontrar su propio camino. Es un movimiento idiota pero, en este momento, si no quiere ser mi amiga, no vale que me importe.

Mientras me giro la veo levantarse y, antes de que pueda irme más lejos, siento su mano tomar la mía y estoy congelado. Incluso si quisiera moverme en este momento, la suavidad de su mano tocándome me detiene por completo.

—Dillon, no te vayas.

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Cadence Sabía que lo iba a tomar mal.

No está acostumbrado a estar con la gente de la manera en que está conmigo. Estando aquí, sentado justo al lado de la ruta en bicicleta y con el agua a pocos metros delante de nosotros, se encuentra completamente fuera de su zona de comodidad. Soy la persona de la que normalmente estaría burlándose, no por la que estaría sintiendo cosas.

Admitir las cosas que hizo, lo que quería de mí cuando me pidió venir aquí hoy, fue un gran paso para él. Me di cuenta por la forma en que su cuerpo se tensó. Está actuando fuera de su carácter. Siempre ha sido de cierta manera y ahora, mostrándose de una forma diferente y guiándose por lo que sea que lo está empujando a seguir, se está esforzando. Se hizo aún más difícil cuando se lanzó por completo a ello y admite que quiere ser mi amigo, a pesar de que no tiene la menor idea de cómo hacerlo. Es abierto y vulnerable por primera vez en toda su vida, es por eso que me pregunto qué hacer.

No solo quiero ser su amiga. He estado pensando en ello desde que llegamos aquí. No tengo ninguna experiencia en estar con alguien, especialmente alguien como él, pero no sé qué es lo que estoy sintiendo cuando está conmigo. Sé de lo que se trata el extraño vuelco en mi estómago, la fascinación que tengo viendo sus labios moverse mientras me habla. Todo es porque me gusta un poco más de lo que debería.

El asunto es que, la pregunta que hice, sabía que iba a tomarlo de esa manera y ahora tengo que arreglarlo antes de que se aleje y nunca mire hacia atrás. Así que, en un esfuerzo por detenerlo, hago lo único que puedo hacer y salgo de mi zona segura, haciendo lo único que he le estado guardando durante la última semana.

Hablo.

Ya no se aleja, pero no es mucho mejor ya que no ha dado la vuelta desde que hablé. Le he dado lo que quería y estoy empezando a pensar que tal vez lo hice un poco tarde. Que lo que pedí, lo que está tomando de la forma equivocada, es demasiado incluso para detenerlo con el sonido de mi voz.

Aprovechando la oportunidad y acercándome a él, esta vez tomando su mano con fuerza en la mía, me muevo para encararlo. Extiendo la mano y toco su barbilla, deseando que mirara hacia arriba y me vea, que diga algo para que pueda verlo y podamos superar lo que sea que está pasando dentro de su cabeza.

Respondiendo a mi toque, levanta la cabeza. En el minuto en que sus ojos se alzan y alcanzan los míos, el marrón en ellos es más suave de lo que he visto antes, sus

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labios comienzan a moverse y me concentro exactamente en lo que está a punto de decir.

—¿Tú has…..?

—Sí —digo nuevamente, así que esta vez no tiene ni siquiera que cuestionarlo. No tengo ni idea de lo que está escuchando ahora; pero donde espero ver una mirada de disgusto o, peor aún, de piedad, no veo nada. Si piensa que la forma en que me escucho es graciosa o mala, no lo muestra. Es la primera vez, sin contar cuando estoy con Eric, Isabelle o mis padres, que no me siento como un monstruo.

—Caddy. —Suspira—. ¿Qué estás haciendo?

—No te vayas —respondo, consciente de que no estoy respondiendo su pregunta, pero todavía preocupada porque se aleje y necesito detenerlo.

—¿Por qué debería quedarme? No quieres ser mi amiga, así que solo estoy desperdiciando nuestro tiempo quedándome aquí.

Niego. No puedo responder por él, porque no sé si realmente ve todo esto como una pérdida de tiempo; pero no hay forma de que pueda hacerle pensar que esto es un desperdicio para mí. No hubiera venido aquí si ese fuera el caso. Esto es lo más lejano a una pérdida de tiempo que he tenido. Estoy exactamente dónde quiero estar y ahora tengo que hacerle ver eso.

—¿Es por la mierda que le hice a Eric? ¿Es por eso que no quieres ser mi amiga?

Niego otra vez. Comprime su pecho y lo libera en otro suspiro.

—Entonces, ¿qué demonios es esto Caddy? ¿Qué estás tratando de hacer?

—Dejar que me escuches.

—¿Por qué?

No puedo soportarlo más. No quiero hablar, porque no estoy segura de que pueda encontrar las palabras adecuadas para responderle. Solo hay una cosa que soy capaz de realizar, un movimiento que puedo hacer a pesar de que no tengo ni idea de qué diablos estoy haciendo, que mostrará lo que estoy tratando de hacerle ver. Simplemente espero que, cuando lo haga, no tenga el efecto contrario y lo empuje aún más lejos.

Moviéndome tan cerca como puedo, primero llevo mi dedo a sus labios. La sensación de ellos bajo mis dedos es suficiente como para sacudir el nerviosismo y traerme a la siguiente etapa. Siento su aliento escapar por encima de mi dedo. Me levanto hasta que estoy sobre la punta de los pies y cerrando los ojos, no queriendo ver su reacción, llevo mis labios a los suyos.

Esperando el momento en que se aparte con disgusto, estoy sorprendida cuando presiona con más fuerza. La mano que había estado sosteniendo la mía un segundo

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antes viene a descansar alrededor de mi espalda, tirando de mí aún más cerca. Una vibración estremecedora en su pecho, como un gruñido posesivo, se escapa de algún lugar de su interior.

Es en este momento, sintiendo la forma en que sus labios se presionan contra los míos y la forma en que se sintieron cuando los recorrí con mi dedo segundos antes, que recuerdo la pregunta que casi lo había enviado lejos y la realidad de lo que está sucediendo me golpea; me entrego a ello por completo.

Parece que no soy la única que no quería ser solo amigos.

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13 Dillon

ué demonios estoy haciendo?

Ha pasado tanto en los últimos minutos y estoy teniendo dificultades para mantenerme al día. Antes de siquiera tener una

oportunidad para lidiar con el hecho de que me habló, de que en verdad escuché su voz y lo que escucharla me hacía sentir, su mano se cerró en la mía y está parada frente a mí.

Mis sentidos se sobrecargan al minuto que nuestros ojos se encuentran y no solo puedo olerla, el aroma de algún tipo de flor se alza entre nosotros, sino que es imposible apartar la vista del rubor de su piel color marfil. Por la forma en la que sonó su voz cuando dijo mi nombre, no creo que pueda soportar mucho más. Nunca he sido tan consciente de una persona antes.

La sensación de su mano en la mía es más que suficiente, pero no lo deja terminar allí. Después de debatir conmigo sobre lo que está haciendo aquí, de lo que quiere de mí, pone sus labios sobre los míos y el hilo suelto que estaba manteniendo unido lo que quedaba de mi cordura, se rompe y estoy completamente perdido.

Jesús. Esto, besarla, nunca he sentido algo remotamente cerca a esto con ninguna chica, nunca. Ni siquiera sé cómo describir lo que me está sucediendo, así de completamente loco y desconocido es esto. Necesito alejarme, romper el hechizo en el que estoy, pero no puedo. Quiero más. Así que, en lugar de alejarme como debería, presiono mis labios más fuerte contra los de ella y la atraigo más cerca de mí.

Se siente tan bien en mis brazos, de esta manera. Encaja perfectamente como si perteneciera aquí, pero lo sé mejor. No pertenece aquí conmigo porque, a pesar que se siente correcto y lo mucho que quiero continuar haciendo esto mientras me lo permita, no puedo ser la persona que necesita que sea.

Quitando mis brazos y liberando el agarre que tengo sobre ella, el cual era mucho más fuerte de lo que creí cuando lo había hecho, coloco mis manos en sus hombros e intento empujarla hacia atrás para darnos el espacio que creo necesitamos

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justo ahora. Me siento como la mierda en el minuto que lo hago, pero no puedo dejar que lo que siento anule lo que está bien.

No podemos hacer esto. Es alguien que quiero como amiga a pesar de lo que acaba de suceder; no hay forma en el infierno que vaya a dejar que, cualquier cosa que esto sea, se interponga entre nosotros. De todas formas, acabo de romper con mi novia, pensar en besar otra chica debería ser lo último en mi mente.

¿A quién demonios estoy engañando? Esto no tiene nada que ver con Amy y nuestra ruptura. Ni siquiera estábamos realmente juntos, solo nos tolerábamos o al menos así era para mí. Mantuve a Amy tan cerca como lo hice porque era cómodo y, siempre que estuviera con ella, no tenía que preocuparme por distraerme con alguien o algo más. Podía tratar a Amy como quisiera y no importaba.

Esto sí importa, porque nunca sentí nada remotamente cerca a esto con ella. Estuve con la chica por un año y ni un segundo de ese tiempo me sentí como con Cadence ahora.

—Dillon…

Mierda. Necesito decir algo. Acabo de alejarla y puedo ver que está confundida; necesito decir algo, cualquier cosa que la detenga de mirarme como lo está haciendo.

—Necesitamos retroceder. No quiero terminar metiéndonos en problemas.

—¡Espera!—grita, incluso aunque está muy cerca de mí.

—¿Qué?

—Háblame por favor.

En lugar de responder, me enfoco en la forma que suena su voz; cada palabra es larga y prolongada, ronca donde la mayoría de las chicas suenan agudas. Ahora puedo ver porqué odia tanto hablar y por qué la gente la mira de una forma extraña cuando lo hace. Es porque no suena de la forma que esperas que alguien suene cuando te hablan. La cosa es, que se escucha malditamente hermosa y quiero decirle eso tanto que está dándome dolor de cabeza solo pensar en ello, pero no lo hago debido a que no quiero alentarla.

Solo voy a lastimarla. Hiero todo lo que toco. Es la forma en la que estoy hecho. No doy una mierda por nada ni nadie y el único placer real que tengo viene cuando estoy lastimando a alguien, física o emocionalmente. No puedo hacerle eso. Necesito hacer lo que dije desde el principio. Necesito ser su amigo y eso es todo.

La única forma de lograrlo es hacer lo único que, en este momento, sé que va a destrozar todo lo que compartimos. Necesito tratarla como a una mierda y alejarla.

—Deja de hablar Caddy. Ya no puedo soportar escucharte.

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Mi estómago se retuerce en protesta ante cuán enfermo sueno y, en el momento en el que atrapo la mirada en su rostro, puedo ver que han hecho exactamente lo que necesitaba que hicieran. La expresión herida que vi en el rostro de Isabelle ese día en el estacionamiento me atormenta mientras miro en los ojos de Caddy. Es la misma mirada. La lastimé y ahora, en cualquier segundo, se romperá sobre mí.

Sus hombros se hunden y se aleja de mí, dirigiéndose en la misma dirección a la que me había estado dirigiendo cuando me detuvo. Quiero llamarla mientras se aleja, decirle que se detenga y que no quise decir lo que dije. Sin embargo, tanto como quiero, no puedo. Necesita suceder de esta forma y no me escucharía de todos modos.

Es bastante evidente cuanto más se aleja, que mi gran idea de permanecer amigos después de esto, va a desaparecer como humo. No hay forma, después de decirle que se callara, que vaya a mirarme del mismo modo otra vez. La lucha dentro de mí es incluso peor ahora. Hay una parte que, sabiendo que la lastimé, está feliz porque rompí a otra débil. La otra parte lucha contra esta, queriendo que corra hacia ella, atraerla hacia mí y nunca dejarla ir.

Cuando finalmente comienzo a moverme, su cuerpo esta tan lejos de mí que apenas puedo verla; me siento desesperado por volver a como eran las cosas antes de conocerla, cuando no sentía nada en lo absoluto.

Es volverme completamente insensible lo que me ayudará a través de esto.

Estoy haciendo lo correcto. Cadence es demasiado buena para alguien como yo y si me toca alejarme completamente, incluso renunciar a la esperanza de una amistad, entonces así será. No hay manera que permita la forma en la que la toqué.

Merece algo mejor.

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Cadence En el minuto que regresamos a la escuela, escapo de la prisión que ha sido su

auto los últimos minutos y corro dentro, sin un destino concreto en mente, pero sabiendo que tiene que ser algún lugar lejos de él.

Creí que besarlo mostraría lo que en realidad significaba mi pregunta y cuando me devolvió el beso, llevándome hacia él, pensé que entendió y quería lo mismo. No puedo creer que fui tan estúpida. Malinterpreté todo.

No me quería besándolo. El gruñido que sentí había sido producto de mi imaginación, obviamente. Cuando finalmente retrocedió, fue como si no pudiera deshacerse de mí lo suficientemente rápido; solo de pensar en la mirada en su rostro cuando dijo que me callara, siento como si rasgaran mis ojos. Nunca quiero ver esa mirada otra vez. Nunca me he sentido tan asqueada en mi vida.

Quería tanto llorar, pero las lágrimas no venían. Al principio, cuando más quería hacerlo, había estado frente a él y no quería que me viera romperme. Es un matón, así que ver a alguien romperse es diversión para él y no hay forma de darle la satisfacción de ver que eso pasó conmigo. Ahora, sin embargo, estando lejos de él y siendo capaz de dejar salir todo, a pesar de estar en un pasillo lleno de personas, todavía no vendrán.

Las escaleras que me llevaran a clase y con mi mamá están justo frente a mí. Incluso aunque sé que debería ir hacia ellas, dirigirme a clases y pretender que nada sucedió durante el tiempo que estuve lejos, no puedo hacerlo. No soy capaz de enfrentar a mi mamá; especialmente cuando me preguntó qué estaba haciendo para el almuerzo, y le mentí descaradamente diciendo que iba a ir a la biblioteca y leer.

No puedo soportar la forma en la que me mirará cuando sepa la verdad y, honestamente, con la forma en la que me siento justo ahora, no hay manera en que no sepa que mentí o al menos que algo mucho más grande que leer sucedió durante la hora que he estado lejos.

“Deja de hablar Caddy. Ya no puedo soportar escucharte”.

Por supuesto que va a ser como todos los demás. Es peor que otros porque creí en él. La forma en la que respondió cuando hablé por primera vez me hizo verlo diferente a cualquier persona con la que he hablado. Había una mirada en sus ojos que no tenía nada que ver con el asco y todo que ver con que le importaba. Obviamente, otra forma en la que malinterpreté todo.

Me había sentido tan bien atrapada en él, sintiendo cosas, que me volví ciega a la realidad. Imaginé todo. No era diferente de todos los demás y nunca lo sería. Debería estar feliz de que reaccionara de esa forma porque acaba de probar que

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mamá, Eric y todas las personas que me dijeron sobre él tenían razón, pero lo último que siento es felicidad.

No puedo seguir haciéndome esto. Soy mejor que esto. Soy mejor que él y las horribles cosas que dijo. Eso es lo que necesito recordar. Lo arruinó, no yo. El único error que cometí fue confiar en él. Se encargó del resto. No puedo permitirla forma en la que está cambiándome. He pasado demasiado tiempo manejando mi discapacidad con dignidad. Dillon Murphy no va a ser el que derrumbe todo ese trabajo duro.

Eso sucederá sobre mi cadáver.

Casi logro creerlo, comenzando a sentir el dolor drenándose. Pero justo cuando estoy por continuar por las escaleras, preparada para ir a clases y enfrentar a mi mamá, siento la primera lágrima caer de mi ojo, seguida rápidamente por otra y otra hasta que están viniendo tan rápido que apenas puedo llegar a la escalera frente a mí.

Por mucho que me consideraba fuerte, soy exactamente lo que él creyó desde el principio.

Soy débil.

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Dillon Hacer lo correcto no se supone que duela tanto. Cuando te enfrentas con una decisión y elijes la correcta, se supone que debes

experimentar. Es todo un conjunto de sentimientos; donde solo sabes instintivamente que la decisión que has tomado es la correcta y sigues adelante sintiéndote más ligero y mejor de lo que nunca a causa de ello.

No hay ningún gran momento de claridad para mí porque no tomé la decisión correcta. Lo que hice fue escoger la salida cobarde.

La mayoría de las personas, cuando toman la decisión incorrecta o deciden hacer algo que no está bien, se sienten enfermos del estómago, como si estuviera retorcido en nudos, porque en lo profundo simplemente saben que han tomado el paso equivocado. Nunca me he sentido bien o mal por alguna decisión que he tomado porque había pasado mucho tiempo intentando no sentir nada en absoluto. Justo ahora, sin embargo, definitivamente estoy torcido por dentro.

Es tan fuerte que siento como si me ahogara.

A esta chica, con ojos que reflejan los míos de cada forma y la única que cuando me mira se siente como si pudiera ver a través de mí, la alejé de la peor manera posible y no hay una maldita cosa que pueda hacer para cambiarlo. Intentando protegerla, mantenerla a distancia y así al final no sería el que la rompiera, hice exactamente eso.

Lo que hice no fue solo para protegerla, sino también a mí. La forma en la que me siento cuando estoy con ella, trae recuerdos de un tiempo más fácil; uno que no he vivido hace mucho, que no tendría idea de cómo darle una oportunidad otra vez. En un esfuerzo por protegerme de sentir todo eso, volví a la única defensa que tenía. Ser un completo imbécil.

Observándola mientras está de pie en la puerta hacia las escaleras que la llevaran a su clase, la forma en la que su cuerpo pasa de estar completamente rígido a temblar, el sonido de su llanto dirigiéndose por el pasillo así que no soy el único que puede escucharla, sino que todo el mundo a mi alrededor puede, algo se rompe dentro de mí. De la misma manera que lo hizo cuando presionó sus labios con los míos, hace menos de una hora.

Apartarla se suponía que era la forma correcta, pero no lo es. Justo como ayer, cuando descubrí lo que Amy le hizo, la urgencia de hacer todo bien con ella se hace cargo; antes que lo sepa, mis pies se mueven hacia adelante, ya no más concentrado en las personas a mi alrededor, sino en una persona en particular.

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Tomándola del brazo y regresando por el camino que vine, la empujo por el pasillo hasta que veo la puerta del baño. La única habitación en toda la escuela, justo ahora, que me dará la privacidad que necesito y la alejará de los otros ojos que ahora están mirándonos mientras la llevo a cuestas.

En el momento que paso por la puerta, arrastrándola dentro y mientras espero el impacto del golpe de la puerta cerrándose detrás de mí, me detengo y la cierro antes de enfocarme en ella. Quizás me odie y tiene todas las razones después de lo que dije; pero estando aquí, encerrada conmigo, es donde necesita estar hasta que el llanto que escuché en el pasillo pueda pasar y pueda recomponerse.

Por primera vez desde que todo sucedió, finalmente siento la paz que viene por tomar la decisión correcta. Finalmente hago algo bien, incluso después de haber tomado un millón de malos giros que me trajeron aquí.

—Déjame ir.

—No iras a ningún lado.

Su cuerpo se tensa y nunca quise patearme tanto como ahora. La forma en la que sueno, cuán cortante es mi tono, solo hay una manera que podría parecer, leyendo mis labios como lo está haciendo. Cree que la traje aquí para terminar lo que las chicas empezaron ayer.

Eso es lo último que quiero hacer.

—Lo que quiero decir es, necesito decirte algo. Necesito que me escuches.

Si esperaba detener las lágrimas, fallé porque es obvio que mi elección de palabras solo hace todo mucho peor, incluso aunque no quise decirlas como sonaron.

—¿No puedo escucharte, recuerdas? Soy sorda.

—No quise decirlo así. Cadence…

—Déjame ir, Dillon.

—No puedo. No hasta que me escuches.

—No.

Hay algo en la forma que dice no que me vuelve loco y, antes de saberlo, mis manos están a su alrededor y me encuentro balanceándola, empujándola hacia atrás hasta que está completamente atrapada contra la pared, su rostro levantado y mirándome a los ojos, una expresión de completo miedo reflejándose hacia mí.

Mierda. Esto no está yendo de la manera que quería cuando tomé la decisión de empujarla aquí. Ese momento de paz, esa sensación de hacer lo correcto se ha ido y es remplazado con el desgarrador dolor de estómago cuando te equivocas completamente en todo.

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—No se suponía que fuera de esta forma.

Me está mirando, así que sé que vio lo que dije. Sin embargo, donde espero que responda, que me cuestione de alguna manera, hace completamente lo opuesto. Antes de darme cuenta, está empujando sus manos hacia mí hasta que hay unos centímetros entre nosotros y puede alejarse de la pared.

—Se supone que me odiarías. Que olvidaras todo lo que dije en el barranco, me ignoraras, y no te preocuparas de que existo. Volvieras a tu vida. ¡No se suponía que lloraras Caddy!

—¿Qué significa eso?—pregunta, sin hacer un movimiento para acercarse a mí, pero tampoco haciendo ningún esfuerzo para irse. Está completamente quieta en el lugar, alejada unos pasos de la pared; sus brazos cruzados sobre su pecho, golpeando su pie mientras espera que responda.

—¡Significa que lo arruiné!

—Sí, lo hiciste.

Sus pies comienzan a moverse y sé lo que viene. Va a salir por la puerta si no hago algo en este instante; algo grande para detenerla.

Estirándome y tomando su mano, cierro mis dedos en los suyos, no dispuesto a dejarla ir; no hasta que diga lo que necesito decir. Si quiere alejarse después de eso, no puedo detenerla, pero no puedo dejar que se vaya así. No aún.

—Cadence…

—¿Qué Dillon?

Lo correcto. Es la forma en la que dice mi nombre. Es música. No tiene idea cuán perfecta es, porque le hice creer que no lo era. Hice la única cosa que no me hace mejor que cualquier otra persona con la que haya hablado antes. La hice sentir menos cuando la verdad es que, ella es más. Mucho más.

—¿Lo quisiste decir?

—¿Decir qué?

—Lo que me dijiste el primer día. Lo que crees de mí. ¿Es en serio? ¿Es así como me ves?

Asiente y resisto la urgencia de atraerla hacia mí. Aún hay algo que necesito saber y no puedo dar otra vez ese paso con ella hasta que me dé la respuesta. Sin importar cuánto lo quiero. Lo que responda cuando le haga esta pregunta, va a determinar dónde iré desde aquí y exactamente qué hacer después.

—Después de lo que pasaste ayer, todo lo que me has visto hacer y ser parte, ¿aún me ves de ese modo?

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—Sí.

Por primera vez en cinco días, tengo todo lo que necesito para hacer lo correcto. No la misma rutina agotadora que he estado haciendo por los pasados cuatro años, sino lo que debería haber estado haciendo desde el principio. Para hacer lo correcto, tenemos que empezar de nuevo, desde el principio.

Es hora que Cadence conozca a mi verdadero yo.

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14 Cadence

uando Dillon me dijo el viernes que quería comenzar de nuevo conmigo, que quería hacer las cosas diferentes esta vez, porque la forma en que nos conocimos y todo lo que sucedió después no era como quería recordar nuestro tiempo juntos, no le creí.

No creerle, no tiene nada que ver con las cosas que ha hecho antes y lo que probablemente haría otra vez en el futuro. Era porque las palabras son muy fáciles de decir.

Es fácil decirle a alguien algo que sabes que quiere oír. Lo que no es tan fácil es seguir esas palabras y hacer lo que dices, realidad. Es tomarlas y convertirlas en acciones donde la mayoría de las personas renuncian y fracasan. Eso es lo que veo que sucede con Dillon, es por qué no le doy mucha importancia a sus palabras, hasta que sale del baño y comienza aponerlas en marcha.

L

Nos hemos tomado de la mano desde mi intento de alejarme cuando me gritó y así estuvimos todo el camino desde el baño, las escaleras y directo a la puerta de la clase de mi mamá. Es solo entonces cuando cambió las cosas y me soltó la mano, caminando directamente a través de la puerta, sabiendo que llegábamos tarde, y que se iba a meter en problemas.

Mi mamá le dio una mirada cuando entró y es una que la he visto hacer muchas veces antes. Incluso la ha hecho conmigo, la usa con mucha frecuencia. Pone los ojos en blanco hacia él, como si el que llegara tarde es algo que ha estado esperando y solo probó su punto sobre lo raro que es. Es solo cuando entro detrás de él que cambia toda la dinámica en la habitación.

Sus ojos se levantan con sorpresa y sé que quiere preguntarme qué demonios hago con Dillon. Estando donde está ahora, con todos los ojos fijos en ella, no puede. Significa que definitivamente voy a tener una larga charla cuando salga, en el auto

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más tarde, pero por ahora, no tener que responder a su mirada me da mucha felicidad.

Sin embargo, no es lo que me sorprende. Claro, había estado sorprendida cuando empezó a caminar conmigo a clase porque pensé que sería el último lugar donde le gustaría estar después de todo lo que pasó, pero más allá de eso, todo lo demás era tan normal como siempre. Es lo que sucedió cuando ambos estábamos sentados que cambió todo.

Esperando hasta que mi madre se volteó hacia el pizarrón, se inclinó y me tocó el hombro, su mano extendida frente a él. Un lado de su boca se levanta en una sonrisa, como sabiendo que lo que está haciendo no tiene ningún sentido para mí, sus labios se mueven y como siempre, estoy completamente bloqueada en ellos.

―Hola. Soy Dillon.

Se tarda un minuto, pero su mano se extiende, ahora está colgando a través del espacio entre los pupitres, y por la manera en cómo se presentó, veo lo que está haciendo y a pesar de no creer en sus palabras, no puedo evitar sonreír al intento de lo que está haciendo.

Alcanzando mi mochila y tomando mis post-it, garabateo mi respuesta. Podría haber hablado fácilmente con él, pero por la forma que mi madre me miró cuando entré y con lo sensible que estoy sobre lo que realmente siente por él, lo último que quiero hacer es llamar su atención, incluso más, por hablar en voz alta para que todos puedan oír.

Sosteniendo el papel con una mano y sacando la otra hacia fuera, estrecho su mano y mientras miro sus ojos leyendo mis palabras, me reconforta que el otro lado de su boca se levante hasta que está completamente sonriéndome.

Encantada de conocerte Dillon. Soy Cadence.

L

Fue en ese momento, donde comenzó a hacerle honor a sus palabras acerca de empezar de nuevo, que la desconfianza que tenía en él empezó a desvanecerse. No desapareció totalmente, pero la forma en que está tratando, estoy dentro del nuevo comienzo, tanto como él

Si la manera como fue en clase esa tarde no fue suficiente, tomó un paso más grande este fin de semana, apareciendo de la forma en que lo hizo en mi casa. No era solo conmigo con la que quería un nuevo comienzo. También era con mi madre y al final, estoy segura que tuvo que creerle, lo cual es una gran cosa.

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Después de escuchar el discurso de ella otra vez de camino a casa, con otra advertencia sobre Dillon y su creencia de que tenía que estar lejos de él como fuera posible, incluso yendo tan lejos como para advertirme que me mantendría en clases con ella si no hacía lo que decía, no pensé que nada traspasaría sus defensas protectoras. Pero resulta que no le di a Dillon suficiente crédito.

Pasando el día juntas como siempre lo hacemos los fines de semana mientras mi padre trabaja, nos pusimos en nuestra rutina de descanso en el sofá, cambiando los canales, buscando algo para ver juntas. Es solo cuando la luz que instaló, para que siempre pudiera saber cuándo alguien tocaba el timbre, comenzó a titilar, me arrastré lo suficientemente lejos, para ir y descubrir quién estaba esperando del otro lado.

L

―Oye.

―¿Hola?

―Sé que es raro que esté aquí así, especialmente cuando te diga lo que tuve que hacer para encontrar tu dirección, pero umm... ¿crees que puedo entrar?

La conversación que tuve con mi mamá viene a mi mente y niego, apuntando hacia adentro donde estaba sentada, esperando que entienda la indirecta. Si ella está en casa, significa que no puede estar cerca de mí o de esta casa.

―Estoy aquí porque quiero hablar con ella. Así que, ¿puedes preguntarle si está bien que entre? ―pregunta, la sonrisa ni una sola vez deja su rostro, lo que significa que lo que sea que está haciendo aquí, se siente muy seguro con eso.

Hago lo que pide y desaparezco dentro de la casa, en el momento que llego a la sala y capto su atención, apunto a la puerta y le hago señas.

—Dillon está aquí. Quiere hablar contigo.

Si pensaba que yo estaba sorprendida abriendo la puerta y encontrándolo allí de pie, la mirada en el rostro de mi mamá es aún peor. Es obvio que Dillon estando aquí es lo último que esperaba y no puedo decir que no esté de acuerdo. Sé que dijo que quería volver a empezar pero, ¿es realmente esta una de las maneras que tiene que hacerlo?

No es exactamente un secreto lo que mi madre siente por él, así que no veo que esto vaya a ser de la forma que él supone. A este paso, va a tenerme esposada a ella hasta que mi escuela esté arreglada.

―Pues no lo dejes ahí, Caddy. Deja que el chico entre.

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Volviendo a la puerta, sonrío y le hago señas para que entre. Cerrando la puerta una vez que se ha dirigido hacia el interior, apunto hacia la sala y me sigue detrás de mí, no dice ni una palabra hasta que está de pie, aproximadamente a un metro de distancia de mi mamá.

Me golpea ligeramente en el hombro, me entrega un papel cuando me vuelvo hacia él, y antes de que tenga la oportunidad de cuestionar exactamente lo que está pasando, centra su atención en mi mamá y empieza a mover los labios.

―Sé que aparecer de esta manera no está bien, pero necesito hablar con usted sobre algo y no quería esperar hasta el lunes. Espero que esté bien.

Volviéndome hacia mi madre veo que asiente, su rostro totalmente sin emociones, lo cual no le hacen nada a los nervios en mi estómago. Si no está mostrando lo que siente, entonces, no tengo idea qué piensa o qué va a hacer a continuación.

―No puedo decir que nunca he tenido a un estudiante en la puerta de mi casa y un fin de semana menos, pero si esto no puede esperar hasta el lunes entonces está bien. ¿Qué es lo que quieres hablar, Dillon?

―¿Cree que podríamos hacerlo en privado?

Lo que dice me hace reír y no es la pregunta lo que lo hace, es la manera en que incluso sabiendo lo que sabe de mí, aún me trata como si fuera igual que los demás. No quiere hablar cerca de mí aunque sabe que no puede ser más privado para él que de la forma en que es ahora. No es como si voy a oír una palabra de lo que dice al menos que me pase todo el día centrándome en sus labios.

Espera, olvídalo. Tal vez tiene más de lo que pensaba.

―Por supuesto. Podemos ir a la cocina. Cadence ―dice, cambiando su cuerpo hacia mi dirección y lejos del chico parado detrás de mí―. Sé que vas a estar tentada a seguirnos, pero te pido que te quedes aquí.

Con el papel aún en mis manos, sin duda es algo que escribió para explicar qué demonios está haciendo aquí, estoy segura que esta vez puedo escuchar su advertencia. No pienso ir a ninguna parte hasta que empiece a darle sentido a todo esto. Quisiera saber acerca de qué quiere hablar con ella, pero no lo suficiente como para arriesgarlo de ser incapaz de decirle todo.

—Está bien —exclamo con señas mientras se giran y salen de la habitación, abro el papel y veo la letra familiar a lo largo de la página, esta vez, mucho menos tachada y fácil de entender. En unas pocas líneas me ha dado todas las respuestas que necesito. Esperemos que llegue a lo que quiere.

Sé que vas a estar muy asustada del porqué estoy aquí. Te juro que lo estoy haciendo por ti. Hablaba en serio ayer. Quiero comenzar de cero y eso significa empezar de nuevo con tu mamá también. No creo que nunca seré capaz de hacerla verme diferente, bueno, al menos no sin mucho trabajo, pero si no lo intento nunca vamos a poder avanzar y quiero seguir adelante. Voy a explicarte lo que quiero decir más tarde, lo prometo.

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Deséame suerte, la voy a necesitar.

L

Lo que le dijo, debe haber ayudado al menos un poco, porque durante el resto de la semana, aunque ella no quiso decirme de qué hablaron, tampoco me advirtió estar lejos de él. Tiene razón, con ella va a tener mucho trabajo que hacer con todo lo que les ha hecho a los estudiantes de su clase y su parte en lo que me pasó, pero al verla dándole una oportunidad, me da esperanzas.

Ya no es anti-Dillon como solía ser y esta mañana, pasando notas ida y vuelta con él en la clase, incluso ella notándolo un par de veces, fue la primera vez, desde que mi escuela está cerrada, que me sentí totalmente cómoda.

¿Almuerzo en el barranco?

Sí.

Bien, porque ya le pregunté a tu mamá y me dijo que estaba bien mientras no faltemos a su clase.

Nunca deja de sorprenderme, las cosas que está haciendo a fin de que crea lo que dijo el viernes. Justo cuando creo que no puede hacer nada más, lo hace, encuentra una manera de lograrlo y me deja sin más palabras, así como cuando lo conocí.

Dillon no se da cuenta, pero lo que está haciendo, los pasos que está dando para demostrarme que puede ser un tipo decente, está restaurando mi fe en algo con lo que me di por vencida hace mucho tiempo.

Me está recordando que la gente realmente puede cambiar. Si se quiere lo suficientemente y están dispuestos a hacer lo que sea necesario para lograrlo, y si no sabía, más allá de la sombra de una duda, sabiendo que le preguntó a mi mamá antes de preguntarme, ya lo habría sellado.

Me gusta. Mucho.

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15 Dillon

olamente he buscado una cosa desde antes de cumplir doce años y es posible que haya llevado un tiempo, pero creo que lo encontré.

Me di cuenta ese día en la oficina de Daniels. La forma en que mi madre intentaba poner excusas sabiendo que era culpable de lo que me acusaban. Puede estar completamente ausente, pero me conoce y sabe la razón por la que soy así. Seguramente, no todo es culpa de mi viejo, pero si no hubiera decidido que mis subyacentes ataques de ira podían ser utilizados en un club de pelea clandestino para obtener un beneficio, esto tal vez nunca hubiera sucedido.

Barre todo lo que sabe debajo de la alfombra y hace todo lo que está en su poder para defenderme, aunque sea alguien que no puede ser defendido. Podría haberlo sido cuando tenía entre diez u once años, pero ahora, definitivamente no. Es debido al modo en que ella se encontraba en la oficina y la forma en que todo ha sucedido que veo exactamente lo que he querido durante tanto tiempo, pero nunca pude tener.

Quiero que me pongan en mi lugar. Que alguien vea la forma estúpida en que actúo, las cosas de mierda que hago y pelee conmigo mostrándome el camino, porque no soy tan fuerte como para ahondar mi dura cabeza con la verdad solo. Alguien tiene que mostrarme el camino; empujarme para ver el mal que hice y no abandonar hasta que haga lo que sea para poder cambiarlo.

Cadence hizo eso por mí. Es fuerte. La única que puede ver a través de mí. Me sacude por poner los ojos en blanco a su madre o cuando me quejo de cosas que no son importantes, me empuja a ver a la persona que está enterrada debajo de toda la mierda. El chico que solía ser.

Es debido a que ella no me permite salir del camino como hace mi madre, incluso cómo actúa mi padre cuando se entera de algo que he hecho porque soy capaz ahora. Pensé sobre esto el viernes por la noche después que me fui de casa y no lo volví a pensar hasta que le escribí la carta y terminé en su puerta. Si voy a hacerle creer en mí, en su opinión de mí, tendré que hacerlo todo el tiempo. Tengo que tener un punto de partida para toda la experiencia y no solo la parte que se centra en ella.

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Kayden intentó hacerme ver, me recordó la persona que era, no quiero seguir huyendo de ese chico nunca más, aunque puede que no sea la persona más divertida y más emocionante del planeta. Quiero recordarlo y golpear algo de sentido común ahora antes de que se convierta en algo más oscuro en el futuro. Quiero ser dueño de toda la mierda que hice, del horror que creé durante cuatro años y quiero hacer todo lo que esté en mi poder para arreglarlo.

¿Significa que no voy a sentir el deseo de empujar a la gente que es más débil? No. Creo que sigo siendo el mismo tipo, al menos de esa manera. Hay algunas cosas sobre mí que a pesar de que no estoy totalmente de acuerdo, no puedo mantenerme alejado. Aún soy un tipo bastante irascible y el impulso de tomar eso en los chicos que son diferentes a mí, es tan malditamente fuerte, pero tengo que controlarlo si quiero que este cambio funcione.

No siempre fui tan imbécil. Me gusta pensar que era un chico bastante decente antes de que todo explotara en mi rostro. Antes no tenía la posición social que tengo ahora, pero tuve una o dos personas en mi vida, chicos como yo que me hicieron la vida malditamente divertida. No odio a la gente, odiar era una palabra que ni siquiera entendía en aquel entonces. Me gustaba salir con cualquier persona mientras sonrieran, les gustaran las mismas cosas que a mí y no les importara que a veces pareciera un poco ausente.

Mi madre me llamaba soñador. Siempre estaba atrapado en mis pensamientos, mirando hacia el espacio e imaginando cómo sería mi vida cuando fuera mayor. Todas las cosas impresionantes que lograría, la gente que conocería y cosas que haría para cambiar el mundo. Sí, lo sé, a mí también me parece una historia de mierda, pero es la verdad. Veía todo con colores en lugar de la forma que lo hago ahora, todo con blanco y negro.

Algo sucedió cuando tenía ocho o nueve años y el color se volvió todo distorsionado y no mucho después cambié. Mi mamá y mi papá siempre estaban peleando, él comenzó a beber y ella empezó a ahogarse en las píldoras con el fin de enfrentar todo lo que cambió entre ellos. Me alejé de todo, de los amigos que tenía y preferí estar solo a estar con gente. Unos meses antes de cumplir doce, mi padre me invitó a cenar y en lugar de ir a buscar comida, me llevó a conseguir que mi trasero fuera golpeado en su lugar.

Nada volvió a ser igual después de eso y durante los últimos seis años lo he soportado, montando la ola porque es más fácil que detenerse, ubicándome en el lugar esperando mi turno. Me permití ser más retorcido con cada día que pasaba hasta que el chico que salía y jugaba al hockey y al fútbol con sus amigos desapareció y un monstruo que golpeaba la mierda a la gente se quedó en su lugar.

Kayden, piensa que me hizo como soy. En realidad dijo eso una vez, antes de empezar a salir con Isabelle. En ese momento todo era tan incierto, exploté por todos

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los cambios que intentaba hacer y me enfoqué en él. No me convirtió en lo que soy, yo lo hice y honestamente creo que soy quien lo hizo de la forma que era.

Dirigiéndome hacia la mamá de Cadence, entré sin expectativas. Tenía un montón de mierda para compensar con ella y lo único que estoy seguro de esta charla es que no va a creer una sola palabra de lo que diga. Iba a tener que mostrarle, de la misma forma que tengo que hacer con su hija y bueno, he estado pasando cada momento haciendo exactamente eso.

No es ningún secreto que no me importan las figuras de autoridad. Lo que siento por Daniels es una prueba de ello. Creo que el tipo es una broma total y me gusta hacer cosas que sé que van a molestarlo. Me refiero a cómo trató todo lo que sucedió en el baile de bienvenida que muestra lo ridículo que es. Estoy bastante seguro de que Kayden está de acuerdo conmigo. En lugar de apagar la máquina en el momento de la tormenta que creé y puse en marcha, lo dejó llegar hasta el final. Quiero decir, si quieres que alguien te tome en serio como una figura de autoridad, ¿no deberías hacer cosas estimulantes en lugar de hacer el ridículo?

Sin embargo, la señorita Taylor es diferente a Daniels y lo sabía antes de entrar a través de la puerta principal. No va a ser dócil conmigo. Hará exactamente lo que hizo su hija el primer día y me devolverá todo lo que está mal. Puede ser el primer adulto en un tiempo muy largo que puedo mirar y realmente respetar y no tiene nada que ver con lo que siento por su hija.

L

—Muy bien Dillon, tienes mi atención. ¿Qué te trae por aquí?

—Si le digo que estoy aquí porque quiero cambiar; ¿qué diría?

—Diría que no te creo. Que solo estás buscando una manera de salir de mi clase.

—Eso es justo.

—¿Me estás diciendo que lo que creo está mal?

—No… bueno, tal vez un poco. Cuando fui arrojado dentro de su clase, lo vi como una sentencia de muerte. Incluso le dije a Cadence eso mismo el primer día. Sabía que iba a odiar cada minuto que estuviera ahí. También sabía que porque no me importa una mierda lo que Daniels me hizo, llegaría a estar en su clase por el resto del año, porque no pensaba cambiar.

—¿Y ahora?

—Ahora, por mucho que odie admitirlo debido a que me hace sonar como un tonto, creo que estoy empezando a ver cuál era el punto.

—¿Qué significa eso?

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—El lunes cuando Amy tiró a Cadence al piso me molestó. Fue ahí cuando empecé a cambiar, pero no estaba dispuesto a admitirlo. Metí la pata como siempre hago y volví a hacer lo mismo al día siguiente. Le pregunté para almorzar juntos pensando que si llegaba a conocer a mis amigos, podría alejarla de los monstruos. En el fondo sabía que Amy y ella no se iban a llevar bien, pero debido a la forma en que actúa conmigo en la clase, quería darle otra opción. Es de alguna manera mejor que Eric, ¿sabes?

—No estoy segura de sí lo hago. Es mi hija y puedo entender que me digas que viste algo en ella que era genial, pero eso de verla mejor que Eric o cualquiera de los otros en mi clase, no estoy acuerdo.

—No pensé que lo haría. Solo digo lo que pienso. Lo que pasó con ella, lo que Amy le hizo o intentó hacerle en el baño, es cuando supe con certeza que las cosas tenían que cambiar. Tuve que cambiar, todos tienen que cambiar. Nunca debería haber estado en ese cuarto de baño o incluso en la línea de fuego de Amy. Fui quien la puso allí ese día y estoy decidido a arreglarlo.

—Dillon, antes de continuar, ¿puedo preguntarte algo?

—Puede preguntarme cualquier cosa —respondo fácilmente. Estoy en su cocina, abriéndome de una manera que no he hecho en años porque quiero empezar a arreglar las cosas que pasé años rompiendo, lo menos que puedo hacer por haberme dado esta posibilidad es contestar cualquier pregunta que tenga.

—¿Le dijiste a Amy que le haga eso a Cadence? Te lo pregunto porque pareces terriblemente culpable para alguien que no tuvo nada que ver con lo que ocurrió.

—Después que Amy la hizo salir corriendo, me fui también. No sabía que Amy iba a hacer eso a pesar de que debería haberlo visto venir conociéndola como lo hago. Ve culpa porque soy quien la tiró hacia ella. Aunque no lo hice, soy la razón de que ocurriera. Me siento mal por eso, porque no es justo.

—Bueno, debo decir, todo tiene sentido ahora.

Ahora me ha dejado perplejo. No estoy seguro de lo que tiene sentido para ella, pero definitivamente tengo curiosidad.

—¿Qué?

—Mi hija. Vio algo que no podía permitirme ver debido a la historia.

—Todavía no entiendo.

—Dillon; desde el primer día, no ha hecho nada excepto defenderte a cada paso. Incluso cuando le dije que se mantuviera alejada de ti o la retendría en la clase conmigo durante los descansos, no dio marcha atrás. Ahora tiene sentido. Te estaba defendiendo, porque por primera vez, eres digno de ella.

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¿Cadence me defiende todo el tiempo? Sé que vine aquí sin expectativas, pero no niego que también tenía una pequeña esperanza de que fuera capaz de llegar a través de la mujer y tener este trabajo en mi favor. Nunca imaginé que recibiría esto también.

—¿Este cambio en ti es debido a Cadence? ¿Estás haciendo esto para acercarte a ella como lo hiciste con Isabelle y hacerle daño?

—No. De ningún modo.

—Soy consciente de Eric y lo que siente por Cadence, así que si este es tu intento de atacar eso porque creo que es la razón por la que te castigaron para empezar, tiene que parar.

—Señorita T, lo que estoy haciendo aquí y lo que trato de decir; tiene que ver con Cadence, pero no es porque estoy tratando de usarla. Es porque estar cerca de ella, me hace querer ser mejor.

—¿Quieres decir eso, no es así?

—Sí, señora.

Esa puede haber sido la primera vez que la llamé señora y puedo decir por la mirada en su rostro que era lo último que esperaba escuchar.

—Hasta que Kayden me dijo, no sabía que Cadence era sorda. Tampoco tenía idea de que era su hija. Todo lo que sabía era que había una chica preciosa en su clase que no importaba lo que hiciera, no paraba de reventar mis pelotas. Um… Lo siento por el lenguaje.

Se ríe y me relajo. Si no me va a regañar sobre mi lenguaje no voy a hacer hincapié sobre ello. De todos modos no es lo que importa.

—Esto es lo que necesitas darte cuenta, Dillon. Soy muy protectora con mis estudiantes, pero más aún con Cadence. Estoy seguro de que puedes entender por qué es así. No voy a permitir que le hagas daño o que te acerques lo suficiente para intentarlo. Creo en lo que me has dicho. Creo que por el motivo que sea, mi hija de alguna manera lo consiguió, te hizo ver algo que hasta ahora no has estado dispuesto a mostrar, pero eso no quiere decir que confío en ti. Las acciones hablan más fuerte que las palabras y si te refieres a lo que me estás diciendo, entonces esta es tu única oportunidad para demostrarlo.

—¿Eso significa lo que creo que significa?

—Sí. Cadence ve algo en ti, algo que, honestamente, simplemente no puedo ver. Voy a confiar en mi hija y dar un paso atrás. Esto no significa que no voy a estar mirándote, porque hijo, nunca voy a dejar de verte, pero estoy dispuesta a darte una oportunidad.

L

Estoy bastante seguro que al darme una oportunidad, no me estaba dando su bendición para hacer lo que estoy a punto de hacer cuando la clase comienza a salir,

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pero es algo que voy a tener que hacerle frente cuando llegue el momento y no preocuparme tanto en estos momentos.

Quiero que Cadence sea mía.

Escuchar a su madre hablar de Eric y lo que siente por ella, me hizo pensar en lo que haría si de alguna manera él se acercaba durante este nuevo comienzo para invitarla a salir y ella aceptaba. Estoy seguro de que iba a perderlo y no en el buen sentido. Haría algo estúpido, ya que es lo que se me da bien y con las ganas de hacer las cosas bien con ella sería completamente arruinarlo.

No puedo arriesgarme a que eso suceda, lo que significa que tengo que estar un paso por delante en este nuevo comienzo y hacer lo único que secretamente he querido hacer desde que puso sus labios sobre los míos en el barranco unos días antes.

Tengo que hacer a Cadence Taylor mi novia.

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16 Cadence

lgo está pasando.

Unos diez minutos antes que la clase terminase, Dillon salta fuera de su asiento y va al frente de la clase. Puedo ver que está

hablando con mi madre sobre algo y ella le está respondiendo, pero es solo hacia el final de la conversación que lo veo. No lo creo, así que por supuesto empiezo a frotar mis ojos como un intento de asegurarme de que realmente estoy viendo lo que creo que estoy viendo.

Mi madre le está sonriendo.

Estoy decidida a preguntarle en el minuto en el que vuelva y se siente, pero cuando es más el tiempo que pasa sin él regresando, empiezo a darme cuenta de que no voy a poder preguntarle hasta la comida.

Cuando todo el mundo empieza a levantarse de sus asientos, lanzo mi libro, y todos los papeles que he estado usando para preguntar a Dillon y mi bolígrafo a mi bolsa, y hago una loca carrera hacia la puerta. Sin embargo, antes de que pueda salir, mi mamá me detiene y cuando me giro para enfrentarla, tiene la misma sonrisa que antes y me entrega un papel.

Si no fue suficientemente extraño verla sonreír a Dillon antes, todavía es aún más extraño.

Pensar que algo estaba pasando se confirma en el minuto en el que abro el papel y veo la letra de Dillon en la página. Eso también me da las respuestas que no sabía que necesitaba. Pensé que estaría fuera en el pasillo esperándome para cuando terminase con mi madre, ahora sé que es diferente.

Caddy, hay algo que tengo que hacer por mi entrenador. Solo me tomará unos minutos, ¿podemos encontrarnos en el barranco?

Mirando a mi mamá, esperando que de alguna manera tenga la respuesta por mí, me sonríe nuevamente y mueve su mano hacia la puerta.

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—Me dijo que quería llevarte a comer. Estoy bien con eso, pero si no te vas ahora, no vas a tener tiempo para estar de vuelta en la clase a tiempo y esta vez Caddy, vas a estar aquí cuando las clases empiecen.

La forma en que sonreía destruyó totalmente cualquier esperanza de salir medianamente en serio se pusiese un poco seria así que hago una bola el papel y lo tiro a la basura antes de hacer exactamente lo que dice y parto, mi destino es claro.

Si tiene que lidiar algo con el entrenador entonces le seguiré la corriente por ahora. Iré al barranco aunque no puedo evitar pensar que esto es Dillon retrocediendo a la forma que era cuándo lo conocí y haciendo esto va a conseguir lastimarme. Confío en él, a pesar de que su pasado me da más que pruebas suficientes de que no debería e incluso creo que me lastimaría lo suficiente como para revolverme mi estómago, pero no puedo evitarlo.

La última cosa que quiero después de la mañana que he tenido es a él dando la vuelta a todo esto y haciéndome daño. Ni mi madre sonriendo antes de que me marchase, puede borrar el malestar que siento mientras camino bajando por las escaleras y saliendo por la puerta lateral, cada paso que doy me acerca más a lo que ha estado esperando por mí desde el minuto en que él llegó.

Cruzando el campo en un tiempo récord, giro hacia la calle principal hasta que puedo ver la entrada y viro bruscamente fuera del camino principal, decida a caminar a través de los árboles esta vez, avanzando entre ellos mientras que soplan a mi alrededor. Es solo cuando salgo del grupo final es cuando veo algo que no había estado esperando.

Dillon está parado a mitad de camino del carril de las bicicletas, al lado de una roca grande y hay un bote de algo que no puedo ver bien en sus manos. Cuando me acerco más, veo lo que está sujetando y la confusión que sentía al verlo ahí de pie solo se está ampliando cada vez más.

Qué está haciendo con una lata de pintura en aerosol cuándo tiene que saber que está contra la ley pintar aquí está más allá de mí, pero no me toma mucho tiempo averiguarlo.

—Así que te mentí—dice en el minuto en que estoy lo suficientemente cerca para leer sus labios.

—Lo veo.

—No te vuelvas loca, ¿entendido? Juro que hay una razón para ello y para meter a tu mamá también, aunque no sabe la verdadera razón por la que necesitaba ayuda.

—Bien.

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Eso no tiene ningún sentido, pero es algo a lo que estoy acostumbrada con él. Cómo es ahora me recuerda a la forma que era cuando me escribió esa nota hace unos días. Él estaba por todas partes, pero no quería seguir haciéndolo para siempre.

—¿Pintura en aerosol? —pregunto, señalando a la lata, y en el minuto en el que lo hago sus ojos se iluminan, mira hacia abajo con una sonrisa, algo que no significa nada, pero me confunde—. ¿Qué es exactamente lo tan genial sobre esa lata de aerosol que hace que te ilumines de esa forma?

—Sí, pintura en aerosol. Llegaré a eso, pero primero, hay algo que tengo que preguntarte.

Señala a la roca que está a su lado y entonces me mira, la sonrisa es incluso más brillante que la que tenía hace un minuto.

—Siéntate por favor.

Hago lo que dice y miro como se sienta junto a mí, nuestras rodillas se están tocando en el minuto que lo hace, se gira hacia mí, estirando el brazo y tomando mi mano y colocándola en la suya antes de mirar hacia arriba y mirarme a los ojos.

—Tengo dos preguntar para ti.

—Bueno.

—La última vez que estuvimos aquí, completamente entendí mal lo que estabas tratando de decir y me hablaste. También hiciste algo más y no he podido sacarlo de mi cabeza incluso aunque me comporté como un tremendo idiota. Lo que quiero saber es, si tuvieses la oportunidad de volver a hacer todo eso, ¿todavía lo harías de la forma en la que lo hiciste?

Si está preguntando si lo besaría otra vez, creo que debería ser obvio, pero dado que parece que solo es evidente para mí, asiento y espero que esa sea una respuesta suficiente para él.

—Bien. Eso significa que lo que voy a preguntarte no será un fracaso total.

Inclino mi cabeza hacia un lado con confusión y se ríe.

—Caddy, ¿puedes prometerme algo? —pregunta, la risa desaparece de su rostro y la seriedad crece a cada segundo.

—Bueno.

—Prométeme que cuándo te pregunte lo que te voy a preguntar, no me vas a dar la respuesta que crees que quiero oír, pero sí la respuesta real que quieres darme.

No quiero admitirlo pero por lo serio que está poniéndose con esto, empiezo a sentirme un poco asustada. Lo que sea que va a preguntarme, es tan grande que está

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saliendo del curso normal de su confianza y no estoy segura cómo de bien me siento escuchando nada como lo hace. No debería sentirse incómodo, al menos conmigo.

—Bueno —respondo aunque estoy muy segura que por ahora ya sabe cuál va a ser mi respuesta. No he estado diciendo nada excepto bueno desde que llegué aquí.

—Ese día en el baño cuándo te grité, te encontré llorando en el pasillo después de haberte traído aquí. Por mi culpa estabas destrozada en mitad del pasillo lleno de gente y había algo tan malo en eso. Estar conmigo, deseando lo que hiciste ese día; eso debería haber sido lo que te destrozó, y no que yo te apartara. Ugh, esto no está yendo bien. Déjame empezar de nuevo.

Toma un respiro y sostiene su otra mano, la que no ha envuelto a mi alrededor, empieza a tocarse inquieto el cabello, lo que sea que está tratando de sacar es obviamente difícil para él incluso pensarlo.

—Lo que estoy tratando de preguntarte, es… ugh. Solo voy a soltarlo. Incluso aunque no soy bueno para ti y haré algo para explotar completamente esto, ¿saldrías conmigo?

Si no hubiese sido testigo de esta lucha tan dura y no estuviese tan sorprendida por todo lo que me dijo antes de que hiciese la pregunta, habría utilizado el aire muerto a nuestro alrededor ahora para reírme. Él podría tener dos años más e incluso tener muchas más experiencias en citas que yo, pero desde luego alguien como yo le habría tomado mucho menos tiempo invitarlo a salir.

—Por favor di algo—dice y todo lo que hago es sonreírle. La sonrisa, que le doy es por dos razones. Es la única que me impide partirme de la risa, pero también se supone que le ofrecerá cierta seguridad porque justo ahora, parece asustado.

Hay algo tan mal sobre que esté asustado el mariscal de campo del equipo de fútbol. Es solo algo que no debería nunca parecer considerando que patea traseros de tipos que se ven mucho más grandes cada vez que juega.

—Sí.

—Sí, ¿saldrás conmigo?

Puedo salir de dos maneras diferentes. Me puede estar preguntando por ser su novia o podría estar siendo más literal con esto y estar pidiéndome una cita así puede ver si soy material de novia. No importa lo que esté preguntado, la respuesta no va a cambiar, aunque ahora estoy empezando a entender por qué no le dijo a mi madre la verdad.

No estoy segura de que ella entendiese a Dillon y su voluntad de darle una oportunidad se extendiese a él estando conmigo de otra forma que no fuera una amistad. Esto es algo que definitivamente no va a ir bien cuando se entere.

—Ya estoy saliendo contigo Dillon.

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—¿De verdad? ¿Cady? ¿Estás eligiendo ahora ser una sabelotodo? —pregunta, luchando por mantener su cara seria y fallando cuándo empieza a reír.

—¿Dejé de ser una? —pregunto juguetonamente y mientras se ríe otra vez, su cabeza cae hacia nuestras manos, ambas todavía siguen resistiendo juntas, envuelta la una en la otra, pero no muy apretadas. Veo a sus labios moverse, pero no puedo entender lo que está diciendo para el momento en el que mira hacia arriba otra vez, estoy enojándome y sus ojos se entrecierran.

—Mierda. ¿Metí la pata ya?

—Quería entenderlo que quisiste decir, pero no podía leerte.

La comprensión cruza sus ojos y se inclina un poco hacia atrás todavía no es lo suficiente como para romper la forma en la que nuestras piernas y manos están todavía tocándose, lo que me reconforta. Me preocupaba lo rápidamente que saltó a la conclusión que de alguna manera hizo algo mal. Incluso si no quiere que sea su novia y solo quiere una oportunidad para salir, no puedo tenerlo cuestionándose cada paso. No está bien.

—Te dije que nunca realmente dejaste de ser un sabelotodo y que realmente estoy agradecido de que dijeses que sí.

Esta es mi oportunidad para conseguir respuestas. Necesito saber a qué estoy diciéndole que sí, incluso si mi respuesta no cambia. Quiero saber si cuándo vuelva a la escuela hoy, voy a ser de vuelta la misma Cadence que era cuándo me fui o voy a volver como Cadence, la novia de Dillon Murphy. No debería parecer una gran cosa, pero no desconozco la forma en la que el mundo funciona, especialmente en la secundaria. Importa mucho. Va a cambiar todo.

—¿A qué es lo que te estoy diciendo que sí?

Ahora es su turno para inclinar la cabeza hacia un lado con confusión y viendo como lo hace, parece que estamos haciéndolo de la misma forma. Lo que empezó con el mismo color de ojos y cabellos, ahora se ha transformado en los mismos movimientos. Es extraño pero genial al mismo tiempo.

—¿No sabes a lo que dijiste que sí? —pregunta, otra vez usando su mano libre y corriéndola a través de su cabello—. Si no lo sabes, ¿por qué me dijiste sí en absoluto?

—Porque es sí, no importa a qué.

—¿De verdad?

Asiento, su mano cae de su cabello y la sonrisa enciende otra vez su rostro. Justo ahora, la forma en la que él está sentado aquí, sus labios sonriendo, sus ojos brillando, estoy muy segura de que le hacía competencia al sol. No porque él sea algo cursi o

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brillante que es así, sino porque la forma en la que se ve ahora revela lo importante que esto es para mí.

Pasé un montón de tiempo fuera solo mirando y el mejor tiempo para hacer esto es durante la primavera y el verano cuando el sol está tan alto y brillante en el cielo que todo se ilumina a tu alrededor. De esa manera es la forma que Dillon está haciéndolo justo ahora. Es tan brillante que está iluminándolo todo a mi alrededor, incluyéndome.

Tal vez sea cursi, después de todo.

—¿Estarías conmigo Caddy?

Respondiendo a mi pregunta con una de las suyas, me ha dado exactamente lo que necesito. No solo quiere ir a una cita conmigo, quiere estar conmigo. Se ha ido la torpeza de antes, a pesar de que las palabras que dijo aún permanecen conmigo, y en su lugar está la confianza que he llegado a reconocer como claramente de Dillon.

—Sí.

Su mano se mueve entonces, soltando la mía y, por una fracción de segundo, mi corazón retumbó en mi pecho. Distancia, incluso algo tan pequeño como él alejando su mano no se siente bien. Es solo cuando las dos manos se dirigen hacia mi espalda y mi cuerpo es llevado hacia adelante que me doy cuenta de lo que está haciendo.

Me está abrazando.

A medida que los segundos pasan y sigo envuelta en sus brazos, la distancia entre nosotros en el banco disminuyó considerablemente con ese movimiento, me gusta cómo se siente estar tan cerca de él. El olor de su sudor mezclado con una colonia que no puedo reconocer se envuelve alrededor de mí tan fácilmente como sus brazos lo acababan de hacer hasta que la única cosa que puedo sentir es a él.

Retrocediendo un poco, lleva su mano a mi rostro y corre su dedo en un pequeño sendero desde mi oreja, por todo el camino a través de mi mejilla, descansando en mis labios, y mirando hacia arriba, veo que sus ojos están fijos en el lugar donde se encuentra su dedo y me pregunto qué está pensando. Antes de que pueda abrir la boca y preguntarle, se inclina y presiona sus labios contra los míos y todos los pensamientos, todas las preguntas se desvanecen hasta que todo lo que puedo sentir, saborear y oler, es a él.

Pongo mi mano en su pecho, sintiendo la misma vibración que sentí la primera vez que nos besamos de esta manera y desearía poder ser capaz de escuchar como suena. La intensidad de todos mis otros sentidos, uniéndose de la forma en que lo están haciendo mientras le devuelvo el beso, se sofoca rápidamente hasta que se convierte más que en suficiente. Por primera vez en mi vida, a pesar de que no puedo escuchar, todo es completamente correcto.

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Soy una chica completamente normal; una que está en grave peligro de enamorarse de este muchacho enojado y hermoso.

Mi novio.

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Dillon

Hay una cosa de la que estoy seguro en mi vida y por la forma en que todo sucedió en el almuerzo, el estado natural de éxtasis en que me encontré después de que todo hubo terminado, debería haberlo previsto, pero no lo hice.

Nada que sea importante viene fácil. Cada vez que he sido feliz en los últimos dieciocho años siempre ha venido con una etiqueta de precio adjunta. Con el fin de conseguir algo grande, tengo que pagar cuotas haciendo algo que no es tan grande y esta vez no es diferente.

Bueno, eso no es exactamente cierto. Esta vez es muy diferente porque lo que me hace feliz, lo único que me importa, no es ni siquiera una cosa en absoluto. Es una persona. La única en todo el planeta que puede mirarme y ver a través de mí y mi maraña de mierda. No es solo una persona cualquiera, eso le restaría importancia a lo que realmente es.

Lo es todo.

Así que, por supuesto, ahora que me dijo que sí, que he conseguido todo lo que posiblemente podría querer y estoy dando vueltas con un confiado pavoneo para probarlo, es el momento para que pague los platos rotos.

El pago en este caso sería mi padre.

Oí mi teléfono sonando un par de veces cuando estaba en el barranco, pero lo ignoré, porque ahora que ha aceptado ser mi novia aun sabiendo lo que el serlo significa, todavía había una cosa más que tenía que hacer con ella y nada me iba a detener.

La pintura en aerosol fue una cosa de último minuto. Cuando planeé preguntarle que fuera mi novia, eso nunca fue parte de lo pensado, pero recordando la roca desde la última vez que habíamos estado allí y lo completamente desprovista de colores estaba, pensé en una manera de cambiar todo eso.

Cadence entró en mi vida y en su manera única le añadió color, para que de esa manera ya no me sintiera como la roca en la que nos encontrábamos sentados. Si puede hacer eso por mí, entonces era una brillante idea que le añadiéramos color a la roca juntos. No importaba adonde iríamos de aquí en adelante, si seguíamos estando juntos por siempre o solo durante unos pocos días o semanas, no importaba. Pintar esta roca, llenarla de color, significa que no importaría lo que pasara; esto, nosotros, nunca sería olvidado.

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Aunque en una primera estancia pensé que no estaría a favor de ello cuando me vio sosteniendo la lata, para cuando le terminé de explicar todo, estaba más a bordo con esto que yo, y para el momento en que nos alejamos del barranco y nos dirigimos de regreso a la escuela, la roca estaba pintada con nuestros nombres y, aunque me duela admitirlo porque soy yo quien lo hizo, un corazón gigante.

Nada hasta este entonces se había sentido así de bien, al menos nunca lo había sido para mí y es un recuerdo que no importa adónde vaya desde aquí, nunca quiero perderlo. Algo me dice que a pesar de que incluso quisiera olvidarlo, Cadence no me lo permitiría porque significa tanto para ella como para mí.

Vi los mensajes de mi padre cuando me metí en el auto mientras esperaba a que ella se me uniera para regresar a la escuela, pero nuevamente no les hice caso. No puedo ignorarlos más porque ahora, justo cuando estamos a punto de dirigirnos a clases, ya no está enviándome mensajes; está llamando y sé lo que va a pasar si no contesto.

Apretando la mano de Caddy y viendo como me mira con una sonrisa, me detengo completamente y espero a que haga lo mismo. Tengo que contestar esta maldita llamada y la única manera en que puedo hacerlo es si se lo comunico para que así pueda ir a clase y le avise a su madre que no estoy volviendo a mis viejas costumbres.

—Mi padre está llamando. Tengo que contestar. ¿Puedes adelantarte y avisarle a tu madre?

Asiente, y cuando separa su mano de la mía y empieza a girar, llego hacia ella de nuevo. No hay manera que después de todo lo que acaba de pasar voy a permitir que se aleje como si fuera cualquier otro día. No, esto no es solo un día al azar y ya no somos solo dos amigos aleatorios.

Cadence Taylor es mi novia y no me importa lo que la gente alrededor de nosotros piense, voy a tratarla de esa manera.

Jalándola de nuevo a mis brazos, hago exactamente lo que hace unos días me habría dado ganas de vomitar con solo verlo, y coloco mis labios en su frente antes de inclinarme y rozar mis labios contra los suyos.

—Gracias. Volveré pronto —le digo, separándome y viendo como me recompensa con una última sonrisa antes de girarse e ir hacia la clase. Es solo cuando la puerta se cierra detrás de ella que doy un momentáneo suspiro de alivio y miro hacia mi teléfono.

Tengo tres notificaciones, llamadas perdidas de él y ahora parece que también he recibido un mensaje de voz. Decidiendo no escucharlo, eligiendo en su lugar solo devolverle la llamada y rezar para que no se haya vuelto loco por no poder ponerse en contacto conmigo, espero con ansiedad mientras los rings suenan.

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—¡Qué te dije acerca de no responder mis llamadas! —Su voz retumba a través del teléfono, yendo directamente al grano, ni siquiera un saludo.

—Que tu tiempo es valioso y que sería mejor si te respondiera siempre que llames, señor —digo, mi voz fría y robótica, la forma en que siempre es cuando se trata de Bruce.

—Recuerda eso para la próxima vez. No acepto amablemente que mis mensajes y llamadas sean ignorados, Dillon. Sobre todo cuando sé que hasta hace unos cinco minutos, estabas en tu receso de almuerzo y no en clase.

Bueno, ahí se va usar la clase como pretexto.

—Lo tenía en silencio, por haber estado en clase —miento, sabiendo que no importa lo que diga ahora ya que no había respondido, pero todavía teniendo la esperanza de frenar un poco su ira antes de que empeore—. ¿Qué es tan importante?

Hay otra pelea. Ya sé la respuesta de mi propia pregunta y no me decepciona.

—¿Cómo se están curando esos moretones?

—Un par de días y ya se habrán ido. ¿Por qué?

—Este fin de semana, Brody Garner. Mismo lugar que antes.

—¿Y si digo que no?

Nadie le dice que no a Bruce Murphy. No a menos que quieran terminar en una habitación de hospital con un ventilador artificial. Es un maldito bastardo irascible y solo ha empeorado últimamente. No quiero nada más que negarme a esto y simplemente colgar el teléfono, pero si quiero disfrutar de mi tiempo con Cadence ahora que es mía, decir sí a esto es la única manera de conseguirlo. Bruce no me va a dejar vivir en absoluto si no lo hago. Es increíble que haya durado tanto tiempo con su temperamento.

—Dillon, no tengo tiempo para tus chistes.

—¿A qué hora? —pregunto, sin ni siquiera molestarme en responder a la forma en que ignoro mi pregunta anterior, saltando de frente a la parte de esta llamada en la que acepto pelear. No puedo salir de esto, no importa cuánto lo desee. Esta es mi vida y solo me estoy engañando a mí mismo pensando que merezco cualquier otra.

—A las seis. A menos que tengas práctica. Si es así, envíame un mensaje y házmelo saber y ya veré qué hago.

Decirle que tenía la práctica sería hacer lo correcto ahora mismo. Me libraría de esta lucha o al menos la prolongaría por un poco más de tiempo, lo cual sería muy bueno. Pero es simplemente algo que no hago, porque a pesar de mi necesidad de librarme de esto, sobre todo ahora, lo dejo ganar.

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—Te haré saber.

Finalizando la llamada y mirando por el pasillo, tengo que tomar una decisión. Tan enfermo como me siento después de la conversación con mi padre, la última cosa que quiero hacer es ir a clase y pretender que nada está mal por las próximas dos horas y media, pero por otro lado, hay una chica ahí; una a la que acabo de pedirle que sea mi novia y que está esperando por mí a que haga exactamente eso. Una chica a la que le prometí que sería diferente.

Por mucho que no quiero darle una razón para que pierda su fe en mí, la decisión es fácil de hacer. Dándome la vuelta, comienzo a caminar, huyendo tan lejos y tan rápido como pueda de la clase y de ella.

Puedo pretender todo lo que quiera que puedo ser alguien diferente, pero la realidad es que, siempre y cuando Bruce sea mi padre y le deje ganar, nunca voy a cambiar. Siempre seré lo que él quiera que yo sea; lo que he pasado tanto tiempo siendo y que es tan difícil de imaginar siquiera tratar de ser otra cosa.

Siempre seré un imbécil.

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17 Cadence

uando pasa media hora y aún no hay señal de Dillon, sé que algo está mal.

Ni siquiera trato de esconderlo de mi madre cuando empieza a recorrer la habitación, comprobando a los otros chicos y luego caminando hacia mí. Puede ver la mirada en mi rostro, no hay duda de que sabe que es sobre él y por como sus ojos se suavizan y señala con su cabeza hacia la puerta, puedo ver que no soy la única preocupada.

Solo han sido cuatro días desde su gran revelación sobre comenzar de nuevo, así que pudo fácilmente haber vuelto a la manera en la que siempre ha sido, pero no creo eso. El Dillon que he visto en los últimos pocos días, el que vino a mi casa, incluso sabiendo que probablemente no era la decisión más inteligente, no es el mismo tipo que se desplomó en la mesa una semana antes. Es diferente.

Saliendo de mi asiento y dejando mi bolsa detrás, salgo de la clase e inmediatamente empiezo a escanear el pasillo por cualquier señal de él. Había estado a casi dos metros de la puerta cuando lo dejé, pero con el tiempo que ha pasado, podría estar en cualquier lugar ahora.

Poniéndome en sus zapatos, tratando de imaginarme a dónde iría si necesitara alejarse de todo por un tiempo, soy recompensada. Solo hay dos lugares que puedo imaginar que un chico iría. Fue a su auto o al vestuario.

Habiendo hecho recorridos de la escuela durante mi tiempo aquí esta última semana, sé exactamente dónde está el gimnasio y moviéndome tan rápido como puedo, sin completamente ir a la frenética manera en la que mi cerebro está trabajando, me dirijo escaleras abajo y no dejo de correr hasta que me encuentro parada justo fuera de las puertas.

Golpeando ligeramente, no estando segura de cuál espero que sea la respuesta, pero queriendo al menos dar algún tipo de aviso a cualquiera que tal vez esté adentro y no completamente vestido, espero un par de segundos antes de empujar la puerta y

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entrar. Tomando pasos tentativos hacia adelante, escaneo la primera fila de taquillas y no encuentro nada, camino más adentro hasta que veo otra fila y un cuerpo al final.

―Dillon ―llamo, y voltea al sonido de su nombre, sus ojos descansan en mí y en el hecho de que estoy a solo unos pocos metros lejos de él. La manera en la que lucía cuando me besó antes de que entrara a clase, no es la manera en la que parece ahora y, cuanto más me acerco, lo veo luchando para cambiarla. Sabe cómo debe lucir y duele saber que siente como que otra vez tiene que cambiar quién es y qué es lo que siente para poder hablarme.

―¿Qué estás haciendo aquí? ―increpa y cuando tomo asiento a su lado al final del banco, coloco mi mano en su hombro, apretando solo un poco antes de darle su respuesta.

―Preocupada por ti.

―Estoy bien.

―Estás mintiendo.

―Oh, por supuesto que lo estoy, porque no puedo hacer nada más que mentir, ¿verdad?

No tengo que escucharlo para saber que está enojado y ahora que estoy aquí, tiene a alguien con quien puede sacar su rabia. Es muy malo que no lo vaya a dejar. Puede estar enfadado todo lo que quiera, pero no le voy a permitir usarme como un saco de arena.

―Me iré. Lo siento―exclamo mientras deslizo mi cuerpo fuera del asiento.

Ahora que sé que está aquí y está bien, al menos físicamente, volver a clase es la única cosa que necesito hacer.

Su mano viene a mi brazo y girándome, miro mientras abre la boca para hablar otra vez.

―No, lo siento. No te vayas.

Sentándome nuevamente, gira su cuerpo hacia mí y sus ojos no son tan duros como lo eran antes. Ahora están tristes.

―¿Recuerdas lo que dije en el almuerzo? ¿Que algo iba a pasar y que arruinaría esto? ―Asiento y continúa―: Está pasando y no hemos estado juntos ni una hora.

―¿Qué pasó? ―pregunto, ni siquiera reconociendo lo que dice. Lo que sea que pasó en la llamada con su padre es lo que está causando esto. Está dudando de sí mismo incluso cuando no tiene razón para hacerlo. No está arruinando nada.

―Misma mierda antigua, diferente día.

―¿Eh?

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―El otro día, cuando viniste a la escuela y apenas podía moverme, ¿recuerdas qué fue lo que me dijiste?

Asentí, incapaz de olvidar nada de lo que pasó ese día incluso aunque quisiera.

―Bien, dije que eran tres camiones bastante grandes. Caddy, sé que entiendes qué quise decir con eso, pero no lo sabes todo.

―Entonces dime.

―Hay algo que no conoces de mí. Estoy asustado de que cuando te diga, vaya a arruinar esto: nosotros. Quiero ser diferente para ti, quiero que conozcas a mi yo real, pero esto, es todo lo que he conocido por seis años y no sé si alguna vez vaya a escapar de eso, no importa lo mucho que lo quiera.

―Recuerda tus palabras en el barranco ―digo, no pidiéndole que recuerde sino diciéndole que puede concentrarse en eso y rememorar lo que hablamos.

Cuando pusimos con pintura en aerosol nuestros nombres en la roca, hubo un minuto en el que nos apartamos de los vapores y dijo algo que ha estado conmigo desde entonces. Importa aún más con lo que está a punto de decirme porque a lo que le tiene miedo, simplemente no va a suceder.

No hay nada que pueda decir que me haga correr, porque he visto las peores partes de él. Aún estoy aquí y aquí es donde siempre voy a estar si me lo permite.

―Es el principio de algo que no importa a dónde vayamos, nunca va a tener un final.

Asiento mientras lo miro repetirme sus palabras y a pesar del momento, sonrío. Aparte de mis padres, nunca nadie me había dicho algo como eso antes y no importa cuántas veces lo escuche, siempre derrite mi corazón.

―No voy a correr. Dime qué está mal.

―He estado peleando por mi padre desde el día que tuve doce años. Programaba peleas para mí, algunas veces con personas de mi misma edad, pero la mayor parte del tiempo con adultos tan viejos como él. Lo que quería cuando llamó es lo que siempre quiere, Caddy. Llamaba para decirme que cuando mis moretones se hayan curado, tiene otra para mí. Nunca me siento bien luego de hablar con él, pero esta vez es peor porque aunque le diga que no y me aleje, me encontrará y el castigo me hará desear solo haber hecho la estúpida pelea. Luego de la llamada, no podía enfrentarte e incluso ahora, no estoy seguro que pueda enfrentarte.

La primera vez que lo conocí supe que había algo en su vida que lo hizo del modo que es, o por lo menos ayudó y con lo que me está diciendo ahora, es la única persona en el planeta que no debería estar haciéndolo. El padre de Dillon obligándolo a pelear, eso no está bien.

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Ha estado peleando por su vida desde que tuvo doce.

Ni siquiera sé qué decir.

―Dilo. Di que me odias. ¿Cómo podrías no odiarme?

―No te odio.

―Lo ves ahora, ¿verdad? Por qué no quería sentir nada por ti, dejar que te acerques a mí. Voy a atraerte a este desastre y al final no voy a ser el que termine herido. Tú lo serás.

―No me estás hiriendo.

―Aún no tal vez, pero lo haré. Es todo lo que siempre hago.

―No siempre, Dillon.

―No lo entiendes. Estás siendo asombrosa, pero simplemente no lo entiendes. No puedo alejarme de esto. Decirle no a Bruce no es una opción, así que a no ser que planees estar con alguien que pelea con otras personas casi tanto como intimida a los chicos con los que va a la escuela, vas a terminar herida peor de lo que nunca pude imaginar. Necesitas alejarte Caddy, antes de que te arrastre hacia abajo conmigo.

―No voy a ir a ninguna parte.

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Dillon No hay nada más para decir. Puse todo sobre la mesa.

El secreto que he estado manteniendo por seis años, el que no quería sacar debido a lo que podría significar para mi reputación y la manera en que soy visto aquí. Está fuera ahora y no hay una maldita cosa que pueda hacer para traerlo de vuelta.

Cuando finalmente le conté a Cadence la verdad, algo me pasó. Me sentí más ligero. Como si esto me hubiera estado pesando por tanto tiempo que me adapté a la forma en la que se sentía, ahora que lo había sacado y a quién se lo había contado, la pesadez se fue y siento que puedo respirar otra vez. Es como si estuviera respirando por primera vez y es todo gracias a ella.

No tenía idea de lo que estaba diciendo, quedándose conmigo así. Esperaba que reaccionara de esta manera, incluso si profundamente esperaba que se asustara por la verdad y corriera tan rápido como le fuera posible hacia otra dirección. Esta no es una batalla de la que necesite ser parte, no importa qué vea en mí.

Nada de lo que digo va a través de ella. No va a dejarme y, honestamente, por la manera en la que casi se aleja unos pocos minutos atrás, estoy bastante seguro que no quiero que siquiera piense que es lo mejor que puede hacer. Cuanto más cerca estamos, se empuja más dentro de la vida que llevo, y no es un lugar al que alguien como ella deba ir jamás. La pelea, mi enojo y la forma en la que lo libero, es muy oscuro para ella, incluso ahora, con ella sentada aquí peleando contra mí en cada paso del camino, lo está probando.

Es demasiado buena para mí. Lo supe el día que la conocí, pero era egoísta. Me gustaba la forma en la que me hacía sentir, manteniéndome en mi lugar y no dejándome pasar sobre ella como todo el mundo hace. Así que seguí presionando, incluso sabiendo que podríamos llegar a este punto y que la empujaría lejos en un esfuerzo por mantenerla a salvo. Hice lo que siempre hago y elegí el camino egoísta y ahora que lo está tomando conmigo, no tengo idea qué hacer a continuación.

―Solo ve, Caddy. Corre ahora, antes de que las cosas se pongan peores.

―No.

Maldición. Esta chica me está matando. Este no es el momento de ser terca.

―No estás asustada por todo esto, ¿verdad? A pesar de todo lo que acabo de decir, aún quieres estar conmigo.

―Sí―responde mientras asiente, enfatizando su punto, lo cual lo hace todavía más increíble.

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―¿Por qué?

―Porque pelear no es lo que quieres, es solo lo que haces. Porque lo que dije el primer día sigue siendo cierto y admitiéndolo lo prueba todo.

―¿Qué quiere decir eso?

―Te dije que alguien te convirtió en la persona que eres cuando estás aquí y ahora sé quién. No debería estar haciendo eso, pero ahora que sé que es él, sé lo que tengo que hacer.

―¿Qué es?

―Contraatacar.

Cadence Taylor es la persona más fuerte que conozco. Está sentada aquí conmigo, sus ojos nunca vacilantes de los míos, de pie en la tierra y diciendo que va a pelear contra mi padre. Si no creyera ya que es fuerte, especialmente con todo lo que tiene que lidiar por su discapacidad, sería justo ahora donde mi mente habría sido cambiada.

―¿Cómo planeas hacer eso?

―¿Cuándo se supone que pelearás?

―En dos días.

―Entonces sé qué tengo que hacer.

―¿Qué es eso?

―Hablar con mi madre. Dillon, no vas a pelear en dos días. En dos días, luego de la escuela o la práctica, vas a venir a mi casa conmigo y no te vas a ir.

Es en ese momento, cuando habla, cada sonido que hace es como música para mis oídos, me doy cuenta de eso por primera vez. Lo que creo que sé desde el día en el baño, pero que he estado muy asustado de decir en voz alta. Su determinación de hacer lo correcto por mí, a pesar de conocer a la persona que soy, parada de la manera en la que está ahora y sosteniendo su mano hacia mí, esperando que vaya con ella, nunca ha estado tan claro.

Me estoy enamorando de ella y, por primera vez, no quiero detenerme antes de hacerlo completamente. Esta vez, con esta chica, quiero caer y duro porque cuando eso pase, va a estar ahí y va a recogerme.

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18 Cadence

odo ha cambiado desde que llegué aquí hace una semana y media, a veces, como ahora, me encuentro dando un paso atrás para darme la oportunidad de apreciar todo porque me siento tan increíble que creo que estoy soñando.

Cuando llegué aquí, estar con alguien era en lo último que pensaba. Claro, he encontrado chicos atractivos, incluso me gustaron uno o dos, pero salir de mi zona de confort el tiempo suficiente como para actuar era algo inaudito. Simplemente no me preocupaba por pequeñeces. Mi vida es bastante difícil; añadir chicos a la mezcla me parece un exceso.

Ese es el primer cambio, porque ahora estoy con alguien y es la última persona en el planeta con la que me habría imaginado estar. Atraje a un chico malo, en realidad el peor y en el lapso de una semana, lo que al principio parecía malo, nunca ha parecido tan bueno.

Dillon, con todos sus defectos y por lo que percibo, cree que tiene que protegerme, detrás de todo ese alarde es una de las personas más blandas que conozco. Cuando lo miras, es fácil creer que nació sin corazón; especialmente con todas las cosas que hizo los últimos cuatro años, pero es diferente. Tiene un corazón, el más amable y delicado que he conocido.

Nunca lo va a admitir, por supuesto, porque a pesar de todos los cambios que ha hecho, todavía cree que mostrar algún tipo de emoción lo hace débil. Es algo que para él, simplemente no puede ser, cuando estamos solos o afuera con los demás, está ahí y es tan poderoso que tiene dificultades para negarlo o empujarlo.

Esa es otra cosa que ha cambiado desde que llegué aquí.

Parece que algo está pasando con los dos jugadores de fútbol que se están acercando luego de varios meses; pudieron ser años por todo lo que dice Isabelle cuando estamos juntas. Al parecer, el día que Amy me arrinconó, trabajaron juntos para encontrarme. Mientras me buscaban parece que se unieron de alguna manera, por lo menos así lo veo ahora, en el lapso de un par de días, hemos pasado el rato con

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ellos y esta vez, no tiene nada que ver con algún plan que Dillon quiere poner en marcha. Esta vez es real.

Sé todo esto porque lo hablé con Dillon y cuando se va a la práctica charlo con Isabelle. No hay nadie vivo que conozca a Kayden de la forma en que ella lo hace, así que cuando hablo con ella, es como si pudiera ver las cosas a través de sus ojos y hace que lo comprenda más.

Me parezco mucho a Isabelle. Las dos vimos algo en estos chicos rotos, cosas que sabíamos que el resto del mundo necesitaba ser testigo. No retrocedimos incluso cuando probablemente era la cosa más inteligente que hacer y ahora cosechamos las recompensas que vienen si nunca te das por vencido.

Las cosas son tan diferentes que nos sentamos y hacemos planes juntos. Donde el baile de bienvenida del otoño pasado fue un completo desastre, en esta ocasión, el baile de graduación, es una oportunidad para un nuevo comienzo. Los estragos que causó Dillon hace tantos meses pueden limpiarse y si Kayden e Isabelle respondiendo a nuestra invitación de ir juntos significa algo, esta podría ser la noche que todo se encuentra justo de nuevo.

Donde todo sea como debería haber sido.

Antes de que pueda pensar en el baile, hay algo más que necesita toda mi atención.

Hice una promesa hace dos días. Dillon no participará en la lucha que su padre ha planeado para esta noche porque lo voy a llevar a casa para asegurarme que el hombre no se le acerque. No estoy segura de por qué prometí algo así teniendo en cuenta que peso tal vez cuarenta y cinco kilos y su padre es mucho más grande, pero lo hice y ahora es el momento de cumplir.

Esa es otra cosa que aprendí desde que estoy aquí. En realidad no es sobre el tamaño de la persona que lucha, sino el tamaño del corazón, la pura determinación de una persona que decide qué camino va a tomar. Bruce Murphy puede ser más grande y más fuerte, pero hay una cosa que no tiene y eso es corazón. Un corazón que su hijo me robó ese día en el barranco, un corazón que nunca quiero que me devuelva.

Es por ese corazón que vamos a salir adelante, no importa lo que pase en el camino. Estoy segura.

—¿Está tu mamá de acuerdo? Sé que está bien conmigo últimamente, dejándome entrar en algunas cosas, pero me refiero a pasar en su casa toda la noche. ¿No es demasiado?

Honestamente, no está muy contenta, pero después de mi intento de preguntarle si Dillon podía venir y pasar el rato un tiempo, tuve que decirle una verdad a medias. Mencioné a su padre, llevándolo a luchar y parece que lo conseguí.

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Aunque no estaba contenta con el chico y estaba preocupada porque pasaría toda la noche con su hija, entendió el motivo y por qué era tan importante para mí.

—Te preocupas demasiado. Te saldrán canas.

—Tengo canas desde que te conocí. —Se ríe suavemente—. Cuidarte es suficiente para que le salgan canas a un bebé.

Puede que tenga razón, pero no voy a admitirlo. No está acostumbrado a estar con alguien como yo. Creo que al principio pensó que porque soy sorda, iba a ser como Isabelle o Eric y retrocedería en todo momento. Cuándo comprendió que no me parecía a ellos, luchó por seguir el ritmo. Comienzo a pensar que es una de las razones por las que terminamos juntos. Represento algo diferente para él.

Me cruzo adelante y golpeo su brazo, toma mi mano en el momento que lo toco y se la lleva a su pierna, sonriendo y la envuelve a su alrededor. La sonrisa es sutil, no tan brillante como otras que vi, pero la ternura del gesto y todo el movimiento en sí me derrite.

Como mis sentidos están muy agudizados, tiendo a huir de mucha interacción física. Es demasiado para mí a veces. Puedo manejarlo cuando se trata de mi mamá o mi papá, pero con alguien más, tiene que ser lento de lo contrario no me siento cómoda. Con Dillon, sin embargo, todo vuelva por la ventana. Es cuando no lo estoy tocando que las cosas se vuelven más difíciles de tratar y estoy agradecida de que él parece sentir lo mismo.

Durante los últimos dos días, nos separamos si está en la práctica, estamos en casa o durante la noche. Cuando estamos juntos como ahora, los dos extendemos la mano y acortamos el espacio entre nosotros, porque la distancia es muy difícil de soportar. Aparte de ver sus labios moverse y darme cuenta de los cambios en sus ojos cuando me habla, sosteniendo su mano, rozándome contra él, de alguna manera interactuar físicamente es mi parte favorita.

—Pensé que íbamos a necesitar algo para matar el tiempo, puedo llevar algunos DVD y podemos tener una maratón de películas o algo así. Creo que podría traer algo que a tu mamá le guste.

—A no ser que tengas una colección de comedias románticas, estoy bastante segura que no hay nada que traigas que a mi mamá le guste.

—¿Eso es todo lo que mira?

Asiento y se ríe.

—Tal vez si mostramos autos saltando, podemos cambiar eso.

Cuando estoy a punto de contestarle, siento su mano, su conexión conmigo empieza a tensarse y cuando miro hacia arriba en señal de protesta, su apretón me

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lastima mucho más de lo que creo que es su intención, veo el sol bloquearse por una sombra y todo comienza a tener sentido.

Está reaccionando a alguien que está aquí.

Solo necesito girar un poco mi cuerpo para ver a la persona que lo hace actuar de esta manera y esperaba encontrar a Amy o alguna de las otras chicas, no es ninguna de ellas. En realidad es la última persona de la que espero sentir esta reacción.

Tim Bradshaw está aquí y se está riendo.

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Dillon Hace un par de días cuando le pedí a Cadence que fuera mi novia, sabía que

algo sucedería y todo se daría vuelta. Lo pensé en ese momento, era previsible que fuese mi padre porque cuando llamó ese día y reaccioné de esa manera, me pareció que iba a ser quien arruinara todo antes de empezar.

Cuando atrapé a Tim caminando detrás de nosotros, ese sentimiento que tuve cuando llamó mi padre, volvió otra vez y comprendí que en esta oportunidad, no iba a ser solo una cosa la que haría que todo lo que estaba empezando a sentir se pusiera patas para arriba. Iban a ser dos cosas.

Desde el día en el pasillo cuando terminé y me alejé de Amy, no pasé tiempo con Tim o los otros. Veo a Tim en el campo cuando estamos en la práctica o incluso en el vestuario, pero no nos hemos dicho ni una mierda y eso es tan raro, porque durante los últimos cuatro años fuimos inseparables, estoy disfrutando del descanso.

Solía pensar que todos éramos amigos debido a lo similar que éramos. El modo en que nos sentíamos por la gente con la que íbamos a la escuela, nuestra idea de diversión era la misma, nos unió de alguna manera. Ahora sé algo diferente. No pasábamos el rato porque fuéramos iguales, pasábamos el rato porque nunca hubo una alternativa mejor. Tim no es nada parecido a mí, definitivamente no es nada como Kayden, así que por qué terminó con nosotros, no sé si alguna vez lo sabré, pero ahora que me alejé de ellos, no tengo ganas de volver.

La nueva versión de mí; la versión mejorada, no quiere ser parte de lo que sea que le está trayendo aquí. Sólo quiero sentarme bajo este árbol, disfrutando de cómo se siente reír, bromear con mi novia y ver el mundo pasar a mi alrededor. Nada más y nada menos. Parece que eso no va a pasar.

La historia de mi vida.

—¿Qué quieres? —replico al minuto que su sombra cae sobre nosotros. Sin duda está aquí porque Amy lo envió y si eso es cierto, más ganas de lidiar con esto tengo, muchas más. Podría ser diferente ahora, más como el viejo yo de lo que nunca he sido antes, pero eso no quiere decir que no esté dispuesto a golpear el rostro de este chico si está aquí con un intento de empezar algo.

—¿Puedes separarte de la retardada un momento para que podamos hablar?

Retardada es una palabra que utilicé mucho antes de conocer a Cadence. Incluso la usé el primer día que la conocí, antes era mi palabra predilecta, pero no lo es más. Desde que empezamos a volvernos más cercanos, intento con todas mis

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fuerzas borrar esa palabra de mi vocabulario para siempre y lo último que quiero es escuchar a alguien más decirla.

Cadence no sabe esto, pero cuando llego a casa todas las noches, busco un montón de información en internet. Al principio, busqué todo lo que podría encontrar sobre la sordera, pero luego cambié la búsqueda a historias sobre niños siendo acosados porque eran sordos. Algunas de las cosas que leí podrían poner lo que Amy y yo hicimos a la gente durante años en vergüenza, así de malo es para ellos. Vi las palabras retardado y sordomudo ser lanzadas alrededor tanto, que me hizo ver bastante rápido el infierno que le he estado haciendo pasar a la gente a través de todos estos años.

No quiero volver a usar esas palabras de nuevo.

—No quiero hablar contigo; especialmente si vas a llamar así a mi chica.

—¿Estás bromeando en este momento, D?

—Nop. Vete, Tim. Nadie te quiere aquí.

—Amy tenía razón sobre ti.

Por supuesto que sí. Pasé suficiente tiempo con ella para saber que probablemente dijo un montón de cosas sobre mí, hizo suposiciones e intentó tratarlos como hechos basados en mi comportamiento; todo un esfuerzo para lograr que los otros me odien tanto como ella lo hace, pero la cosa es que, si bien sé que lo ha hecho, no me importa.

Puede decir lo que demonios quiera de mí porque para empezar, nunca me conoció.

—Sí, apuesto a que sí. Entonces, ¿por qué no corres de vuelta a ella y le dices eso? No quiero escucharlo y estoy bastante seguro que Caddy tampoco.

—Por lo que me han dicho, no puede escuchar una mierda, así que no creo que todo lo que diga le importe.

El tenso agarre que tuve en la mano de Caddy desde que Tim se acercó, finalmente lo liberé y cuando la veo sacudir la mano, libre de mi agarre, me deslizo hacia atrás y me levanto. De ninguna manera voy a permitir que diga esa mierda sobre ella. Podría no ser capaz de escuchar, pero yo sí y eso es suficiente.

Luchar frente a la chica que está tratando de protegerme de eso no está bien, pero este es un tipo diferente de pelea. Lo que voy a hacerle al rostro de Tim, se lo merece por haber dicho esas cosas. Nadie le habla así a mi novia; especialmente este imbécil.

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—¿Quieres repetir eso, Tim? No te escuché muy bien la primera vez —digo antes de empujarlo, haciéndolo tropezar hacia atrás. Avanzo, ya que no estoy ni cerca de terminar con él, escucho mi nombre detrás de mí, pero no me importa.

Sosteniendo a Tim por la camisa, lo traigo hacia mí y nos miramos fijamente. Me conoce. Sabe lo que va a suceder en cualquier momento, debido al miedo que siente, va a balbucear una media disculpa de mierda para que lo deje ir. La cosa es que eso no es lo que va a pasar esta vez.

—¿Qué carajo te pasa hombre? ¿Desde cuándo eres un amante del silencio?

—Desde ahora —grito antes de apretar el puño en su camisa, levantándolo del suelo y tirándolo hacia adelante, lo miro como tropieza y cae al suelo. Rápidamente me paro sobre él, me agacho y tomo su camisa de nuevo, lo sacudo, hirviendo de rabia y necesitando liberarla.

Tomando impulso con mi brazo libre, le doy un puñetazo, su cabeza cae hacia atrás antes de descansar frente a mí otra vez. Empujándolo hacia abajo, lo empiezo a golpear, primero en su rostro hasta que veo el inicio de sangre goteando de su nariz y luego me muevo hacia abajo, golpeándolo una vez en la garganta antes de bajar hacia su estómago, derribándolo con el mayor número de golpes como puedo. Continúo mi asalto sobre él hasta que siento que mi cuerpo es retirado. Como dejé a Caddy atrás para atacar a Tim, pensé que era ella quién estaba detrás de mí, pero para sacarme con la fuerza necesaria del hijo de puta que la insultó, sé que no es ella.

Es cuando estoy completamente desconectado y lejos de Tim, que distingo a Caddy, de pie con los brazos envueltos a su alrededor y la mirada de miedo en su rostro, la persona que me está separando habla.

—La estás asustando. Ya basta. Entiendo lo que estás haciendo, pero tienes que parar antes de que Daniels se entere de ello.

Kayden.

Mi ex mejor amigo.

El que se aseguró de atormentarme en todo momento durante los últimos tres meses, en busca de cualquier oportunidad de verme caer, me apartó de seguir golpeando al tipo que hasta hace unos días, consideré como el único amigo que me quedaba.

—Tiene que pagar.

—Lo hará, pero no ahora. Dillon, necesitas calmarte.

Veo la sombra moverse y me dirijo hacia ella. Donde Cadence estuvo hace unos segundos, ahora hay un amplio espacio abierto y siguiendo la sombra mientras se mueve más lejos, veo que es ella y está corriendo. Kayden me dice que me tranquilice,

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en mi furia no entendí por qué lo decía considerando que sabe por qué golpeaba a Tim, pero cuando veo la rapidez con la que ella se aleja de mí, lo veo todo muy claro.

Tiene razón. Ahora la asusté de verdad y está corriendo por su vida, pero no hacia mí de la manera que siempre pensé que lo haría si algo pasaba. No, esta vez está huyendo y cuanto más se aleja, se lleva más pedazos de mi corazón.

Tim no fue el que convirtió todo en mierda después de todo. Mi padre no fue el único que lo hizo. Ella escuchó todo eso y aun así decidió estar a mi lado y luchar.

La persona que hizo explotar todo esto ha estado aquí todo el tiempo.

Yo.

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19 Cadence

o sé por qué estoy corriendo, todo lo que sé es que no puedo parar.

En el momento en que su mano tomó la mía tan fuerte que de hecho sentí mis dedos adormecerse, debería haber sido un indicador

de que las cosas estaban a punto de tomar un giro peor. Que la tranquilidad que habíamos creado juntos, bromeando que la forma en que éramos iba a terminar, pero estúpidamente creí que lo que estaba experimentando se resolvería de manera diferente.

Tim se encuentra de pie detrás de nosotros sonriendo, entendí sus primeras palabras para Dillon. El agarre sobre mi mano se volvió mucho más fuerte y supe que estaba cerca del límite. El hecho de que estemos juntos y que está tratando de ser diferente no quiere decir que la forma en que era antes se acabara de borrar por completo. Dillon todavía está impulsado por un profundo enojo y es esa ira la que tomó el control al minuto en que Tim dijo esas palabras.

Se suponía que al llamarlo lo detuviera. Sabe lo difícil que es para mí decir algo en voz alta, al menos cuando hay otras personas alrededor. Siempre reacciona a mí cuando hablo, pero esta vez, es como si no me hubiera escuchado en absoluto.

Peleando contra Tim, estaba haciéndolo por mí a pesar de que es la última cosa que quiero que haga. Hoy estoy haciendo todo lo posible para que su padre no lo pueda llevar a una pelea y aquí está él, tratando de buscar otra. Las palabras de Tim no me hicieron daño, no reaccioné a ellas en absoluto. He oído la palabra retardada lo suficiente que ha perdido todo significado para mí y en el fondo Dillon lo sabe.

Piensa que está haciendo lo correcto por mí, pero no lo es.

Odio la violencia. Preferiría simplemente ignorar lo que vi a Tim decir entonces luchar contra eso, física o verbalmente. No puedes cambiar la ignorancia golpeando el rostro de alguien. Hacer eso solo te hace tan ignorante como ellos.

Kayden interviniendo y apartando a Dillon, debería haber puesto fin a todo, pero podía ver lo que nadie más puede. Los ojos de Dillon, había una rabia en ellos, una mirada que no he visto desde el día que se enfrentó a Eric en el pasillo y viéndolo

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ahora, sabiendo que iba dirigida a alguien que solía llamar amigo, me destroza. Estar conmigo no se suponía que lo apartara de sus amigos, aunque creo que la gente con quien pasa el rato no es tan genial. No se supone que cambie nada en absoluto, aparte de hacernos felices.

Se encuentra lo contrario de feliz cuando está mirando al chico que acaba de lanzar a la tierra, esa enferma sonrisa torcida en su rostro, sintiéndose bien por haber golpeado al tipo que dijo cosas sobre mí. Vi los labios de Kayden moverse, un obvio intento de calmarlo y traerlo de vuelta a la realidad. Incluso vi su cabeza moverse en dirección a mí, lo que significa que todo lo que trataba de decir para calmar a Dillon, tenía mi nombre adjunto.

Fue entonces cuando tomé la decisión. No puedo quedarme allí, viéndolo reaccionar de esa manera, sabiendo que es su segunda naturaleza. No es así conmigo y no voy a pasar mis últimos dos días aquí con esa versión de él atascada en mi cabeza. Quiero irme de aquí al final de la semana recordando el Dillon con el corazón blando que no es más que tierno y dulce, no el monstruo del que está fallando de distanciarse.

Atravesando la puerta del baño, me dirijo al lavabo y abro el grifo. Viendo como el agua comienza a caer, coloco mis manos bajo el chorro y las llevo hasta mi rostro ahora sonrojado y acalorado.

Esto es un error. Nada de esto debería haber ocurrido. Pensaba que estar con él estaba mejorando las cosas, pero en realidad todo lo que hizo fue enmascarar lo que estaba allí todo el tiempo y lo empeoraba todo.

Inclinándome otra vez, salpicando más agua en mi cara, trato de lavar todo lo que he presenciado en los últimos minutos, pero no puedo. Todo lo que puedo ver mientras estoy aquí, mirando en el espejo mi propio reflejo, son los ojos fríos de Dillon mirándome y me dan ganas de romper todo de nuevo.

Preferiría ser acosada que ser perseguida por esos ojos otro segundo más.

Alejándome del lavabo y girando hacia la puerta, veo el par de zapatos rodear la esquina en primer lugar, los que he visto varias veces. Verlos ahora provoca que mi corazón se agrande en mi pecho hasta que miro hacia arriba y veo que no es quien pensaba que era.

Es Kayden.

—Está en la sala y está bastante mal —explica lentamente, reaccionando a la obvia sorpresa que debe estar escrita por todo mi rostro al verlo de pie aquí.

—No quiero verlo.

—Me di cuenta de eso, es por lo que él está ahí fuera y yo estoy aquí.

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Nunca me he dado cuenta antes, pero cuando me habla ahora, sus labios se mueven más lentamente. Hay una tranquilidad en ellos que me recuerda la forma en que mi mamá es. Se toma su tiempo cuando habla porque sabe que la aceleración significa que va a haber mucho que no voy a entender y parece que él es de la misma manera.

No sé por qué me doy cuenta de eso ni por qué incluso me importa, pero es reconfortante para mí. La forma en que está reaccionando calma mi mente, lo que necesito ya que me parece que no puedo bajar la velocidad por mi cuenta.

—Nunca va a cambiar.

—Cadence, no puedo creer que vaya a decir esto porque quiero estar de acuerdo contigo teniendo en cuenta todo lo que he pasado con el chico, pero eso no es cierto.

—Viste lo que hizo.

—También sé la razón por la que lo hizo. ¿Sabes cuántas veces he querido golpear a Dillon, Tim y los otros por la mierda que le han dicho y hecho a Isabelle, incluso después de que les advertí al respecto? Todos los días. Tengo que enfocar toda la energía que tengo con el fin de controlarme porque juré que había terminado de pelear.

La razón por la que Dillon lo hizo fui yo. Ni siquiera tiene que decirlo, pero el hecho de que esté simpatizando con ello me desconcierta. Sé que los dos estaban tomando medidas para entenderse de nuevo, llevarse un poco mejor, pero en realidad estar de acuerdo con el otro, eso es raro.

—No quiero eso.

—Sé que no. Eres muy parecida a Belle. Está tan acostumbrada a oír cosas feas de ella, pero Cadence, lo que no entiendes es, no podemos hacer eso. Dillon y yo, a pesar de todas las cosas horribles en nuestro historial; cuando alguien habla pestes de alguien que nos importa, no podemos alejarnos e ignorarlo.

—¿Por qué no?

—Bueno, somos chicos. Si no te has dado cuenta ya, no pensamos con nuestra cabeza.

Está haciendo una broma, haciéndome sentir cómoda y quiero reír, pero no puedo. Sé lo que está tratando de decir, pero eso no cambia nada para mí. No puedo soportar que Dillon reaccione de esa manera. Soy lo suficientemente fuerte como para cuidar de mí misma cuando algo como esto sucede. No necesito un caballero que venga a mi rescate. Está llevando las cosas demasiado lejos y al igual que todas las otras veces con nosotros, no puedo permitírselo solo porque tengo sentimientos por él.

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—El Dillon que conoces y del que has oído hablar, son dos personas distintas. Es incluso diferente de la forma en que era cuando lo conocí el primer año. Dillon se preocupa, solo que durante tanto tiempo le han dicho que está mal que cuando se acerca remotamente a un sentimiento real, hace lo que puede para sabotearlo o hacer que se vaya.

—¿Por qué me dices esto?

—No tengo ni idea. Todavía puedo apenas soportarlo la mayoría de los días, pero ahora lo entiendo mucho más de lo que pensé que jamás haría porque por una vez, vamos por el mismo camino.

—¿Qué camino es ese?

—Es cuando alguien entra en nuestras vidas y en el lapso de unos pocos días gira todo nuestro mundo. Cuestionamos cada cosa que nos han enseñado, decido o experimentado antes de conocer a la persona hasta que estamos tan atados en nudos que no sabemos de un momento a otro qué rayos está pasando. Cadence, la forma en que Dillon es en este momento, es la forma en la que yo era hace unos meses.

—Cuando conociste a Isabelle—susurro, juntando todo lo que está tratando de decirme por lo que esa necesidad de preguntar se detiene. Esto es algo que no necesito que me conteste porque en el fondo ya lo sé.

—No, no cuando la conocí. Cuando me enamoré.

No puede decir lo que creo que significa. Si van por el mismo camino y todo lo que Kayden acaba de explicar es lo que a Dillon le está pasando, entonces piensa que Dillon está enamorado de mí y por mucho que mi corazón quiere aferrarse a las palabras como si fueran la verdad, no creo que pueda hacérmelas creer.

—No está enamorado de mí.

—Cadence. —Kayden suspira—. No voy a sentarme aquí y decirte cómo manejar esto, porque aunque somos bastante similares, él no es yo y tú no eres Isabelle, pero conozco a Dillon. Lo qué pasó ahí, no fue él actuando como un idiota y enfadándose por nada. Fue él tratando de hacer lo correcto por una chica por la que está loco, pero no pensó en ello.

Bueno, hay una cosa que dice con la que puedo estar de acuerdo. Dillon no pensó. No sé cuánta verdad haya en el resto, pero sé eso. La única manera en que voy a averiguar el resto es haciendo la única cosa de la que trataba de escapar cuando corrí de él.

Tengo que hablar con él.

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Dillon

En el segundo en que Kayden sale del baño, me levanto de los armarios y me dirijo directamente hacia la puerta. Los chicos del equipo de fútbol podrían haber hecho lo que les pidió antes de entrar, pero no me van a apartar de ella nunca más. Si Kayden había terminado, era mi turno.

Necesito saber que está bien. Puedo soportar que esté molesta conmigo, con ganas de patearme el culo e incluso alejarse de mí otra vez si esto significa que lo que acaba de verme hacer ahí no la lastimó.

Es esto exactamente de lo que le estaba advirtiendo hace un par de días. Sé cómo soy y sé qué tipo de mentalidad tengo en lo que se refiere a la lucha. No importa en contra de que vaya, si se trata de alguien diez veces más grande que yo o alguien más pequeño como Tim, siempre es la misma reacción alimentada por la rabia. Por eso le dije que corriera, porque sabía que si se quedaba, no habría nada de ella al tiempo en que había terminado.

Tiene que estar bien. No tiene por qué convertirse en mí. Un Dillon es suficiente.

—¿Cómo está? —pregunto al momento en que él me encuentra en el medio, mis ojos no están en los suyos, sino en la puerta que se encuentra entre yo y la chica con la que tengo que arreglar las cosas.

—Mal. La aterrorizaste.

—Dime algo que no lo sepa

—¿Quieres la verdad? —pregunta y solo asentí. Ahora no es el tiempo para endulzar nada. Si lo que le hice a Tim hace unos minutos va a ser lo único que no puedo arreglar, necesito saberlo antes de ir allí e intentarlo. No va a cambiar lo que hago, pero me va a ayudar a encontrar una manera que puede cambiar esto―.Tienes que ir allí y despedirte de ella. Se irá en pocos días y lo que vio hoy, lo que hiciste, no creo que vayas a ser capaz de solucionarlo con unas pocas palabras bonitas y no hay un montón de tiempo para acciones. Déjala ir, Dillon.

Eso no sucederá. No voy a dejar de lado la única cosa en seis años que me ha hecho sentir bien de nuevo. No me importa si es egoísta o no. Nunca voy a dejarla ir.

—No sucederá.

—Dillon, esto no es un juego.

—Sé eso. Ahora sólo ella tiene que saberlo también.

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Rodeándolo y siguiendo el mismo camino que tomó, entro y espero hasta que las puertas estén completamente cerradas y las bloqueo detrás de mí. Pase lo que pase ahora, no quiero una audiencia.

Doblando en la esquina, la veo y al minuto que la sombra de mi cuerpo cruza sobre su lugar bajo las luces del baño, me mira, con la cabeza a la altura de mi pecho, sin hacer ningún intento de ir más alto.

Verla así, me desgarra por dentro. Sé cómo se siente acerca de mi pelea. Sé que la única razón por la que pasaré la noche en su casa esta noche es porque quiere mantenerme a salvo y fuera de ella. Quiere encontrar una mejor solución que enfrentarme con una persona al azar que mi padre eligió para que peleara. Quiere lo mejor para mí, aunque no estoy seguro de que me lo merezco.

—Dillon…—dice, y como siempre, el sonido de mi nombre viniendo de sus labios, me reconforta de una manera que solía despreciar, pero ahora no puedo conseguir suficiente.

Cerrando la brecha entre nosotros, voy hacia ella y levanto su cabeza para que me mire a los ojos, queriendo asegurarme de que todo lo que diga ahora, sea capaz de verlo, porque no quiero que se pierda nada de eso.

La única manera en que voy a llegar a ella, la única forma de hacer que se quede y no se aleje después de todo lo que acaba de suceder es que sea sincero. Tengo que decir todo lo que siento, todo lo que creo que hay para ella, aunque no lo crea. La última vez que me puse delante de ella de esta manera, tomé la decisión de hacerle conocer al verdadero yo y ahora, necesito atenerme a eso, aunque el verdadero yo es demasiado para que lo maneje.

No quiero ser otra cosa que no sea completamente real con esta chica.

—Caddy, lo siento. Cuando dijo esas cosas de ti, no pude soportarlo. Me molestó al principio, pero cuando lo repitió, incluso peor que la primera vez, enloquecí.

—¿Por qué no simplemente le gritaste? ¿Por qué tuviste que darle una paliza?

No hay una respuesta para esto, aparte de que es todo lo que sé y eso no es lo suficientemente bueno. No estoy seguro de por qué simplemente no lo golpeé y me alejé. Si lo hubiera hecho entonces nada de esto estaría sucediendo ahora.

—No lo sé. Simplemente perdí el control.

—¿Pierdes mucho el control?

Bajo mi cabeza y asiento, sus palabras llegando a mí más de lo que quería admitir. Pierdo los estribos mucho y nunca hay realmente una buena razón para ello. Las cosas simplemente me sobrepasan y en lugar de pensar racionalmente, siempre acabo dejando que la ira me consuma hasta que no queda nada, sino rabia.

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—No puedo seguir con esto.

Extendiendo la mano mientras desciende su mirada, paso mi mano por su mejilla y levanto mi otra mano hasta nivelar su mirada con la mía de nuevo. Tan doloroso como es para mí escucharla decir que está dándose por vencida, me duele aún más tener su mirada lejos y no quiero ni empezar con lo que se siente dentro de mi pecho, la forma en que todo está roto porque estoy parado aquí y ni siquiera la toco de la forma que quiero.

—¿No puedes hacer qué?

—Me gustabas por ti mismo, Dillon. Como eras desde el principio. Sabía que no eras un buen tipo, sabía todo lo que le hiciste a la gente, pero seguía viendo más allá de todo eso y me gustabas de todos modos. No quiero que seas diferente, pero entonces decidiste que necesitabas serlo.

—Necesito ser diferente.

—¿Por qué?

—Por ti, porque la persona con quien hablaste ese primer día no era alguien digno de sentarse siquiera cerca de ti y mucho menos hablar contigo de la manera en que lo hice.

—Dillon, detente.

—¿Detener qué? ¿Decirte la verdad? Lo siento. No puedo hacer eso.

—¡Necesito que me escuches!

Es la primera vez que he escuchado su grito y aunque suena igual para mí como siempre lo ha hecho, hay algo completamente diferente sobre esto. Sus palabras, es como si me dieran un puñetazo en el estómago, así de poderosas son.

Durante todo este tiempo he estado llevando las cosas de manera equivocada. Cadence no es la única sorda. Yo lo soy. He sido capaz de oírla hablarme todo este tiempo, algo que ella no tiene el lujo de hacer conmigo, basándose únicamente en el movimiento de mis labios para entender, pero realmente no he escuchado ni una maldita palabra de las que ha dicho, a pesar de mis reclamos de otra manera.

La he oído, siendo cautivado por ella, pero en realidad nunca me permití escucharla.

—¿Qué necesitas que escuche? —pregunto, pero antes de que pueda contestar, situó mi dedo en sus labios—. No te he escuchado antes, pero te juro que voy a hacerlo ahora.

—Dillon, no tienes por qué ser cualquier otra persona cuando estás conmigo. Sólo tienes que ser tú. —Se detiene, tomando un respiro, sus ojos no dan ninguna

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pista de lo que está a punto de decir a continuación y me preparo—. Las partes de ti que odio tanto, son partes de ti que me encantan porque a pesar de que no son tan buenas, si las pierdes por completo, te pierdes a ti mismo. No quiero eso. Has estado haciendo eso mucho conmigo, pensando que tienes que actuar de cierta manera, decir cosas de manera diferente, siendo alguien que no eres. —Una vez más, hace una pausa y espero, temeroso de hablar hasta que ha terminado―.Odio las peleas, la violencia, las reacciones que tienes. Me asustan, pero son lo que eres. No quiero que dejes de ser tú. Es por eso que no puedo hacer esto.

—¿No puedes hacer qué?

—No puedo hacer esto. No puedo estar contigo y verte cambiar porque crees que es lo que necesito o quiero. No puedo ser la razón de que cambies o incluso te pierdas a ti mismo.

—Pero la forma en que soy cuando estoy contigo es mejor. Crees que estoy cambiando en algo que creo que mereces y eso es cierto, pero por primera vez en seis años, Caddy, estoy cambiando en alguien que realmente puedo soportar estando alrededor. Estoy volviendo al viejo yo.

—Dillon…

—Te amo… no hagas esto.

La forma en que se siente dejar esas palabras deslizarse, es potente y tanto como no quería admitírselo a ella, por no hablar de mí mismo, es la verdad. Estoy enamorado, o al menos lo que creo que estoy enamorado. Si decir esas palabras es lo que le impide hacer lo que sé que va a hacer entonces voy a decirlas tantas veces como lo necesite.

No puedo dejarla alejarse.

—Tengo… tengo que irme. Adiós, Dillon.

Se mueve tan rápidamente que en el tiempo que me lleva adaptarme al cambio en la atmósfera, está doblando en la esquina y oigo la puerta abriéndose y cerrándose tras ella. Viniendo aquí, pensé que si esto era donde las cosas iban a ir, podría detenerlas. Admitirle la verdad, diciéndole lo que siento, aunque sé que es rápido y que podría ser demasiado para tomar tenía que poner las cosas juntas de nuevo.

No hizo eso. Todo lo que hizo es dejarme enfrentando algo a lo que nunca quise volver.

Estar solo.

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20 Cadence

olviendo a mi vieja rutina, levantándome en la mañana, haciéndome el almuerzo y esperando a que mi mamá termine su rutina diaria de pasar una hora intentando domar su cabello así podría llevarme a la escuela, fue más fácil de lo que esperaba.

Seguro, esas eran las partes de la rutina que no habían cambiado con la explosión de la tubería, pero esperaba que al levantarme, la escuela fuese el último sitio al que quisiera ir, pero no fue así y las cosas siguieron su curso casi con normalidad. Los cuatro días que venían no fueron tan fáciles.

Jueves, ni siquiera me molesté en ir con mi mamá. No podía enfrentar lo que sucedió el día anterior y la forma en la que lo dejé repentinamente, arruinó el plan de tenerlo pasando la noche. Ella sabía que sucedía más de lo que estaba contándole y como normalmente hace, no me dejó hasta que todo salió de mí.

L

―Caddy, sé que piensas que porque soy vieja no noto las cosas, pero he estado observándote y creo que está sucediendo más de lo que dices.

Apegándome a la decisión que tomé, no decir una palabra después de salir del baño el día anterior, comienzo a hacer señas y después de las cejas alzadas inicialmente, se sienta en la cama y espera hasta que termine.

—No quiero hablar de ello.

―¿Tiene algo que ver con Dillon?

—Sí y no.

―Caddy, te gusta este chico, ¿verdad?

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Esa es una pregunta tan tonta. Por supuesto que me gusta el chico. No me habría vuelto tan loca con él sino me gustara. Ella lo sabe, y ya que sé que esto no es lo que en verdad quiere saber, solo le doy la respuesta que está buscando.

—Hasta ayer por la tarde era su novia.

―¿Qué pasó ayer por la tarde?―pregunta y puedo decir que quiere decir más, pero está dándome el espacio que necesito para sacarlo todo yo sola. Son sus roles de mamá y maestra combinados y soy la rata de laboratorio en la que los está probándolo.

—Tim le dijo algunas cosas a Dillon, eso lo enfureció y fue tras él. No pude manejarlo, así que corrí y todo estalló después de eso.

―¿Qué dijo Tim?

—No voy a decírtelo. Sabes que odio decirlo.

No dice nada por unos minutos y me pregunto en qué está pensando. Sabe cómo soy sobre repetir nombres desagradables, como no me hace sentir mejor a las personas que los dijeron originalmente.

―¿Entonces estás diciéndome que Dillon te defendió?

Asiento, ya no queriendo hacer más señas.

―Quizás estaba equivocada sobre el chico después de todo.

¿Huh? Es la última persona en el mundo en disculpar la violencia. Es la mitad de la razón por la que me siento tan fuerte como lo hago sobre ello, ¿y ahora está admitiendo que lo que él hizo para defenderme estuvo bien? ¿Desde cuándo?

—La violencia nunca está bien, mamá. Eres la que me enseñó eso —digo con señas y asiente.

―Sí. Soy quien te dijo eso y tan mal como está lo que hizo, no puede haber discusión en que está mal, defenderte a ti nunca estará mal para mí.

Genial, entonces mamá está del lado de Dillon. Y eso hace que lo que hice alejándome, es mucho peor.

―¿Te hizo algo? ¿Es por eso que ya no están juntos?

Cuando admití que estábamos saliendo, esperé que se enojara conmigo. Sé que no es una mala persona, pero es mi madre y al esconderle que estoy saliendo con alguien, me imaginé que tendría algún tipo de respuesta, pero hasta ahora no ha dicho una palabra sobre eso. Es como si lo supiera desde el principio.

—No me hizo nada.

Excepto decirme que me ama y rogarme que no me fuera.

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―Bueno, estoy contenta de escuchar eso. Entonces la razón por la que no quieres ir hoy, ¿es porque lo verás otra vez?

Asiento débilmente y suspira.

―¿Hay algo más sucediendo que no me estés diciendo?

―¿Puedo preguntarte algo? ―digo, esta vez hablando en voz alta.

―Puedes preguntarme lo que sea cariño.

―¿Es malo que alguien cambie por ti?

―No creo que esté mal que alguien cambie, pero una persona no debería hacerlo solo para complacer a otro. Creo que si realmente quieren cambiar y ser una persona diferente, tiene que ser por ellos.

―¿Qué sucede si te gusta una persona justo como es, con las fallas y todo? ¿Está mal eso?

―Preocuparte por alguien nunca es fácil. Ver a través de sus imperfecciones, las cosas que no necesariamente te gustan, habla del tamaño de tu corazón y de la persona que eres. Eso nunca puede estar mal.

―Mamá, creo que arruiné todo.

―¿Quieres decirme por qué piensas eso?

―Dillon, antes de alejarme de él, dijo algunas cosas y creo que debería haberme quedado, pero no lo hice y ahora creo que lo arruiné.

―¿Qué te dijo?

―Que quería ser alguien que pudiera ser digno de mí. Quería cambiar por mí, pero al mismo tiempo, quería ser alguien que no había sido en un largo tiempo.

―Entonces estaba cambiando por ambos.

Asiento lentamente y sonríe, aunque es tan pequeña que no luce como una sonrisa en lo absoluto.

―Dillon se preocupa mucho por ti. Has sido una buena influencia para él y algo me dice que lo que estás sintiendo, creyendo que lo arruinaste, él lo está sintiendo aún más. Con todo lo que me has dicho sobre él, desde que comenzaron a salir, creo que tiene un modo determinado.

―¿Qué quieres decir?

―El abusar, pelear, poner apodos, todas las cosas que hace que nadie a su alrededor puede tolerar, todas son sus formas de lidiar con su vida porque no le han enseñado el modo adecuado de hacerlo. Antes de que llegaras, me arriesgaría a decir que no le importaba mucho nada de eso y solo estaba sobreviviendo de la única forma que sabía. Cuando llegaste, todo eso cambió. Ahora siente como si todas esas cosas estuvieran arruinándolo todo.

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―Él no está arruinado.

―Nosotras sabemos eso, pero no creo que él esté allí aún.

―¿Es aquí donde me dices que necesita alguien que le muestre el camino?

Se ríe y no puedo evitar sonreír débilmente como respuesta.

―No, no voy a decirte eso. Poner esa presión en una persona no está bien. Dillon tiene que aprender cómo hacer eso por su cuenta. Tiene que darse cuenta que cada paso que toma no está mal a su forma y manera.

―¿Me dejarás quedarme en casa?

―Por hoy creo que lo haré, pero conoces las reglas. No dejar la casa, no responder a la puerta y te comprobaré tan seguido como pueda.

L

No fue tan tolerante en mi último día. Me despertó temprano y fuimos moviéndonos en nuestra rutina diaria, aunque definitivamente no estaba sintiéndolo, mientras la mayoría del tiempo estaba desplomándome y solo queriendo regresar y esconderme bajo las sábanas. Sin salir hasta que todas la visiones de Dillon Murphy fueran borradas de mi memoria.

Ir a clases, viendo el asiento junto a mí vacío, solo me hizo querer dar la vuelta y salir huyendo hasta que estuviera tan lejos del salón y la escuela como sea posible.

Si creí que estar en clase sin él iba a ser lo peor, había estado equivocada. Situado en el medio del escritorio, había un pedazo de papel y no me tomó una cirugía cerebral saber de quién era.

Este es el comienzo de algo que sin importar donde vaya desde aquí, nunca terminará.

D.

No hubo más notas ese día y sin importar a dónde fuera en la escuela, incluso en el vestuario donde esperaba por lo menos echarle un vistazo mientras me escondía fuera, no estaba en ningún lugar. No quería estar decepcionada por eso, pero lo estaba. Por la forma en la que mi mamá me habló el día anterior, haciéndolo parecer que no había nada en el mundo que no pudiera ser arreglado, esperaba tener la oportunidad de hacerlo incluso aunque mis sentimientos no habían cambiado.

Aún desconfiaba de su razón para cambiar. No quiero ese tipo de presión en ninguno de nosotros sin importar cuán mal quiera cambiar mi forma de pensar así podríamos superar esto, sé que no sucederá.

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No somos buenos para el otro y no tiene nada que ver con él siendo un luchador y yo siendo sorda. Es la forma en la que miramos el mundo. Por todas nuestras similitudes, hay cosas que nunca veremos igual y son lo suficientemente grandes como para seguir juntos, sabiendo que estaba mal.

Así que aquí estoy ahora, después de pasar un fin de semana llorando en mi habitación, diciéndole adiós a algo que en verdad nunca tuvo la oportunidad de ser, de regreso en mi propia escuela y a miles de kilómetros de la escuela donde está el chico problemático que tiene mi corazón. Donde debería estar enfocándome en mis amigos, mi trabajo y todo lo que viene con estar de regreso aquí, todo lo que puedo pensar es en el baile de graduación y en todos los planes que nunca llegamos a hacer.

Dillon está equivocado. Lo que vimos como un principio ese día en el barranco, no era algo sin final. Tenía un final muy claro y cómo están las cosas ahora, lo prueba. Sin importar cuánto lo extrañe, cómo desearía que las cosas fueran diferentes, tiene que ser de este modo. Nunca podemos regresar.

Este es nuestro final.

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Dillon Se siente tan malditamente bien estar de regreso.

Caminando por los pasillos y viendo a la gente alejarse, algunos incluso volviéndose y huyendo, me dan una increíble cantidad de placer. Aquí es donde pertenezco.

Quizás me haya desviado por un tiempo, creyendo que podía ser alguien diferente, hacerlo mejor y ser una persona que eventualmente significaría algo para el mundo, pero ya no. La locura se fue el día que Cadence salió de Wexfield, planeando no regresar, no tenía que preocuparme porque regresara.

La primera cosa que me aseguré de hacer en el minuto que entre aquí esta mañana fue buscar a Tim y a los otros para hacer las paces. Kayden intentó detenerme cuando vio a dónde me dirigía, pero justo cuando terminé con Cadence, también terminé con él. Puede volver con su estúpida novia y dejarme solo. No lo necesito. Nunca lo hice.

Ahora que estoy en paz con mis amigos, podemos volver a lo que es realmente importante. Hoy, eso significa encontrar a Eric y finalmente hacerlo pagar por lo que sucedió hace dos semanas y también por ser la razón por la que había conseguido ser sacado de la clase, para empezar.

No puedo esperar para hacer que ese estúpido bebé pague.

―Entonces, tú y Ames, ¿ya están de vuelta juntos?―pregunta Tim cuando finalmente escapé de la clase y caminé por el pasillo.

―No, tampoco lo planeo. Estoy cansado de su mierda.

―¿Entonces irás solo al baile?

―No iré en absoluto.

―Amigo, tienes que ir. El entrenador espera que todos estemos ahí. Solidaridad y todo eso.

¿Cómo pude olvidar eso? Lo mencionó durante la práctica la semana pasada. Con todo lo que sucedió en el último baile, sintió que para este teníamos que mostrar un frente unido, enseñándole al mundo y a Daniels que incluso aunque nos odiábamos, íbamos a hacer lo que era correcto para los negocios. El único negocio por el que daba una mierda, el fútbol.

La idea de vestirme como un mono y desfilar alrededor de un baile con un grupo de personas que no soporto me pone enfermo, pero sería echado completamente del equipo la última temporada y no hay modo de arriesgarlo otra vez.

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―¿Todo es sobre la fiesta después, verdad? Lo sufriré siempre y cuando estemos planeando hacer una fiesta más tarde.

En realidad, tengo otra pelea para esa noche, pero no voy a admitirle eso a Tim. Solo hay otra persona en el mundo, además de mi padre y yo, que sabe todo sobre mis actividades extracurriculares y sin ella, ha vuelto a ser enterrado en lo profundo otra vez.

Quizás la fiesta más tarde valdrá la pena después de todo. Estoy bastante seguro que después de la pelea necesitaré ponerme bien y emborracharme, quizás si me emborracho lo suficiente, puedo encontrar una chica lo suficientemente dispuesta para ayudarme a desterrar a Cadence y su estúpida voz de mi cerebro de una vez por todas.

―Bueno, le pregunté a Eve para que venga conmigo, si quieres que te lleve, eres más que bienvenido.

―No gracias, hombre. Has estado hablando de meterte en sus pantalones por un tiempo. No quiero ser un aguafiestas.

Tim se detiene y sigo hacia donde está apuntando ahora, y veo por qué. Parado al final del pasillo está la persona que hemos estado buscando. No estaba en clase esta mañana, así que comencé a pensar que hoy no iba a aparecer, pero ahora que lo veo, mi día está mejorando considerablemente.

Es hora de conseguir algo de revancha.

―Es la hora, he estado esperando aplastar a ese pequeño punk toda la semana ―dice Tim y sonrío. No es el único. Quizás me haya desviado por un tiempo, pero ahora estoy definitivamente de regreso en el camino. No más distracciones para mí. Es hora de volver a hacer lo que hago mejor.

Hora de poner a otro estúpido idiota de rodillas.

―Ve por ese camino y acorrálalo. Cuando intente huir, lo cual ambos sabemos que hará, iré por el otro lado. ¿Lo entiendes?

―Sí hombre, hagamos esta mierda.

Observando mientras Tim va por el pasillo exactamente como le dije, viro por el pasillo opuesto para caminar alrededor. Tomando velocidad hasta que estoy trotando, no me detengo hasta girar y ver a Eric acorralado contra los casilleros y a Tim alzándose sobre él.

Me recuerda cómo fueron las cosas la primera vez que lo escogimos, Kayden eligiéndolo en un esfuerzo para conseguir la atención de Isabelle.

Está usando la misma expresión asustada y la vista de ella, la cual antes me habría hecho feliz, en realidad hace girar mi estómago. Tanto como quiero esto,

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quiero golpear a este chico por toda la mierda que me trajo solo por respirar el mismo aire que yo, cuando no debería, la mirada en su rostro, me detiene en seco.

Este es el tipo por el que Cadence fue herida, la persona que le importa. Si voy por él ahora, la lastimará cuando se estere. Hay algo en la idea de ella herida de cualquier manera, a pesar de que se alejara y malditamente me ignorara, que no me sienta bien.

No puedo lastimarla, incluso si lastimar a este chico es exactamente lo que me hará sentir mejor justo ahora. Mierda. Esta chica ya ni siquiera está aquí y aún puede alcanzarme y derrumbarme.

Nunca quise odiar tanto a nadie en mi vida.

Sacudiendo el pensamiento de la chica de ojos marrones que al parecer no puedo sacar de mi cabeza, me muevo hacia adelante hasta estar parado directamente frente a Eric. Cuando levanta la vista, sus ojos parpadeando rápidamente y el sudor del miedo que siente cayendo de su cuero cabelludo, sonrío. Todos los pensamientos de la chica que me dejó se han ido y todo lo que queda es la misma vieja rabia que ha estado ahí desde el principio.

Definitivamente voy a disfrutar esto.

Al menos así es como es hasta que aterrizo el primer puñetazo en su estómago, su cuerpo doblándose con el impacto, Tim lo golpea con una rápida sucesión de tres puñetazos, llevando el chico al piso.

La forma en la que sus manos van a su rostro en un intento de bloquear lo que sea que estemos por hacer a continuación, me detiene de ir más lejos. Justo ahora, luce del mismo modo que Cadence lo hizo el primer día que Amy la tiró al piso. De una forma que nunca quería ver otra vez. Mirando a Eric, el modo que está hecho una bola en el piso, debería sentirse genial, habiendo hecho lo que planeé hacer, pero eso no está sucediendo en absoluto.

Ya no es Eric al que estoy permitiendo que Tim golpeé. No es él a quien acabo de golpear.

Es ella.

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21 Cadence

a primera cosa que noto cuando doblo en la acera para entrar a mí casa es que hay alguien sentado en la entrada. Mi corazón me traiciona como siempre, salta cuando ve la silueta, pero cuando me acerco, no es quien creí que era y el salto es remplazado por la nada.

Mi corazón quería creer por un segundo que la persona cómodamente sentada en el escalón era Dillon, no lo era, pero es alguien con quien voy a la escuela y también la última persona que esperaba ver sentada aquí. Cuesta creer que sea él, considerando que nunca antes estuvo aquí o incluso interactuó conmigo fuera de la escuela, es definitivamente inesperado.

Eric Carmen, inclinado en el último escalón, su rostro hacia el cielo, luciendo tan cómodo, como si perteneciera aquí.

—¿Eric?

Levantando su mano, saluda y a pesar del vacío que he sentido todo el día, sonrío. Parece que mi plan de llegar, ir a mi dormitorio y hundirme bajo las sábanas se fue al diablo.

—¿Qué estás haciendo aquí?—digo con señas y no pierde tiempo en responder.

—Estaba aburrido, esperando que mamá vuelva a casa, decidí tomar el autobús y venir de visita.

—¿Sabe que estás aquí?

—Sí, por supuesto. Me mataría si no le aviso.

Por la forma en que sus labios se separan y su cuerpo tiembla, puedo decir que está riéndose así que fingiendo la mejor sonrisa, me río aunque me duele hacerlo. No quiero fingir nada y especialmente no con Eric.

—Bien, entra. Mamá tenía que quedarse hasta tarde por una reunión así que estoy sola para la cena.

—No, ya no lo estás—dice y sonríe antes de que gire y me siga dentro de la casa.

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No estoy segura de creer su razón para estar aquí. Hay algo sobre esto que no parece correcto. Estoy bastante segura que hay un millón de lugares mucho más cerca que podría haber ido si estaba aburrido de estar en casa. Hacer todo este camino en autobús, parece un total desperdicio de dinero.

Es ese pensamiento lo que me hace girar en el minuto que estamos en la cocina y le di una soda de la nevera. Equilibrando una mirada que espero que diga que quiero la verdad, voy directo al punto.

—¿Por qué estás realmente aquí?

—Te dije…

—No, lo que me dijiste es una mentira. ¿Por qué estás realmente aquí?

Sus ojos bajan deteniéndose en la mesa, sus labios completamente fuera de mi vista. Cuando voy a pedirle que levante la cabeza para ser capaz de ver su respuesta, levanta sus manos y comienza a hacer señas. Es caótico y no estoy completamente segura lo que quiere decir, pero capto la esencia.

—¿Viniste para hablar conmigo sobre algo?

—Para preguntarte algo—dice con señas nuevamente, esta vez diciendo las palabras bien.

—¿Por qué no dijiste eso antes?

Hace señas como respuesta otra vez, ahora sacudiendo sus manos nerviosamente.

Lo que sea que quiera preguntarme lo tiene suficientemente nervioso como para estar dispuesto a mentir. No estoy segura de cómo sentirme sobre eso. Soy la última persona con quien debería sentir la necesidad de mentir.

Hace señas otra vez y aunque entiendo el punto, por primera vez desde el baño con Dillon, quiero confiar más en hablar que en hacer señas.

—¿Puedes levantar la vista?

Hace lo que pido y repite las palabras que me dijo con señas, dejándome saber que está nervioso porque nunca antes ha hecho lo que está a punto de hacer.

—¿Qué quieres preguntarme?

Responde a pesar de su nerviosismo, notorio por la forma en que está moviendo sus dedos, aun así no deja de mirarme, definitivamente no es lo que esperaba cuando dijo que había algo que quería preguntarme.

—¿Irías al baile de graduación conmigo?

—¿No eres de tercer año?

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Asiente y estoy agradecida de recordar lo que dijo mamá. Con todos ellos en la misma clase y como es diferente a mi escuela, a veces olvido que es más joven que otros.

—¿Por qué quieres ir al baile?

—Porque nunca antes lo he hecho y no puedo esconderme para siempre.

Tiene un punto. No puede esconderse para siempre, incluso aunque Dillon y sus amigos indudablemente se van a asegurar que haga exactamente eso. Bueno, lo hacían antes de que Dillon se alejara de ellos. Odio el hecho de estar pensado en Dillon cuando hay un chico pidiéndome ser su cita en el baile, alejo los pensamientos y centro mi atención de vuelta en Eric.

—No voy a tu escuela. ¿Por qué no le preguntas a alguien de allí?

—Nadie quiere ir con una persona como yo. Eres todo lo que tengo.

Sus ojos, mientras admite esto, bajan otra vez, pero su cabeza permanece erguida, como si tuviera miedo de mirarme, pero no lo suficiente como para retroceder. Algo por lo que estoy agradecida, porque retroceder arruinaría completamente lo que vino a hacer aquí.

Me duele la forma en que la gente lo trata. Si solo pudieran ver lo amable que es, su corazón blando y su voluntad para ayudar a cualquiera, quizás sería capaz de conseguir una cita para su baile con alguien que en verdad vaya a su escuela y no tener que buscar a una de afuera.

—Hay alguien que quiere ir con una persona como tú. —Cuando sus ojos suben, sonrió y me acerco. Inclinándome sobre la mesa, paso mi dedo por su nariz y río—. Lo haré. Parece que tienes una cita para el baile amigo.

—¿En serio?

—Sí, en serio.

La incomodidad que había visto antes, el temblor en las puntas de sus dedos, la forma en la que su mano iba a su boca y comenzaba a mordisquear sus uñas, se ha ido por completo y todo lo que queda es una sonrisa. A pesar de no estar segura si ir al baile es la mejor decisión considerando quién seguramente estará allí, no voy a retractarme. Si ir al baile lo hace feliz, las preocupaciones que tengo por hacerlo no importan.

La felicidad de Eric es lo que importa. Siempre puedo hablar conmigo misma cuando se vaya a su casa. Seguramente me lleve un par de días aceptar regresar allí, al lugar donde mi vida cambió por completo tomando todas las preocupaciones que tengo en este momento.

¿Cierto?

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Dillon La última cosa que quiero hacer después de salir de la práctica es detenerme y

hablar con alguien, pero tan pronto como atravieso el campo hacia el estacionamiento, escucho mi nombre. La rápida huida que había planeado en el minuto en que el entrenador dijo que podíamos irnos se derrumba, dejándome incluso más enojado que antes.

Después que Tim lo derribara con otro par de puñetazos, lo terminé. Puedo decir que lo confundió como el infierno, considerando lo que dije sobre lidiar con Eric personalmente, pero no me importó. Después de mirar a Eric en el piso y ver el rostro de Cadence, había visto más que suficiente.

Me dejó de malhumor durante el resto del día. Cuándo la veía en lugar de a Eric, sucedía en raras ocasiones, lo cual no hacía nada por mi humor ya malo. Quiero olvidarla y todo lo que vino con nuestro tiempo juntos, pero parece que mi cabeza no quiere hacerlo.

Es mi corazón el que no quiere hacerlo y lo sé, pero ya que trato de parecer como si no tuviera corazón; esa es la última cosa que voy a admitir.

Escucho mi nombre nuevamente y esta vez soy incapaz de ignorarlo mientras se acerca, me doy la vuelta y enfrento a la última persona que esperaba ver.

La señorita Taylor está caminando hacia mí y donde esperaba ver una expresión enojada en su rostro, después de todo lo que sucedió con su hija, no la hay. No me sonríe o algo, pero que no tenga ninguna expresión en absoluto es mejor que la alternativa.

—¿Qué sucede señorita T?

—Fui al vestuario a verte, pero tu entrenador me dijo que no saliste con los demás. Esperaba tener unos minutos de tu tiempo para hablar de algo.

Sí quiere hablarme de Cadence, no quiero escucharlo. Con la chica atormentándome en cada esquina todo el día, la última cosa que quiero es traerla voluntariamente. Se las arregló para permanecer fuera de mi cabeza todo el tiempo que estuve en el campo. Quiero mantenerlo así.

—¿Qué pasa?

—Sé que probablemente no querrás hablar conmigo de esto, pero es sobre Cadence.

Síp, tiene razón. No quiero hablar y de todas las personas, definitivamente no quiero hablar con su madre. Hasta hace una semana, esta mujer me despreciaba tanto

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como el resto de la facultad. Es lo que quiero que vuelva a hacer ahora. La forma en la que sus ojos me miran me recuerda a su hija y ya he tenido suficiente. No quiero a otra mujer Taylor mirando a través de mí.

Sin embargo, no abro mi boca, ni le digo nada de esto. Hago la única cosa contrala que lucho con fuerza. Me abro para hablar.

—¿Qué le sucede?

—A pesar de que intenta parecer diferente, es obvio que no está actuando como ella. Me pregunto si podrías aclarármelo.

—No hablamos desde el miércoles en la tarde, así que no estoy seguro que haya mucho para decirle.

—¿Por qué no me dejas juzgar eso?

Genial. Ahora tendré que discutir otra vez todo lo que sucedió con Caddy y ver cambiar su expresión de la que tiene ahora a una de odio. No hay forma que pueda escuchar todo lo que sucedió con nosotros y no enojarse como el infierno conmigo. Le pedí salir a su hija sin preguntarle primero, luego fui y actué como un completo idiota, arruinando todo y a ella en el proceso.

Tengo suficiente odio por todo lo que sucedió y todo es mi culpa. No necesito la suya también.

—¿Exactamente qué quiere que diga?

—Puedes comenzar diciéndome cuándo decidiste que querías estar con ella.

La respuesta a esa pregunta es fácil, pero no estoy seguro si decir la verdad sea bueno, entonces miento.

—El día que le pedí salir.

Se gira hacia la escuela, ni siquiera reconociendo mi respuesta, pienso que tiene lo que vino a buscar y finalmente va a dejarme ir, al menos hasta que se gira y sonríe.

Parece que no me voy a ir de aquí.

—Ven conmigo. Si vamos a hablar, creo que lo mejor es hacerlo adentro y no en medio del estacionamiento.

Hago lo que dice, la sigo hasta que entramos a la oficina. Un lugar que conozco mucho mejor de lo que debería.

—Todos se van a sus casas por la noche, así que no creo que usar la oficina del director Daniels sea un problema—dice mientras camina por el pasillo y desaparece en una habitación.

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Lo correcto sería seguirla y terminar con esto, pero estoy harto de hacer siempre lo correcto. Las pocas veces que lo intenté, siempre se da vuelta y me muerde el trasero. No quiero hacer lo mismo.

—¿Vienes?—dice y tengo que decidirme. Puedo salir de aquí, no mirar atrás hasta estar en mi auto, a medio camino por la calle, lejos de esta situación, o puedo entrar en la habitación y terminar con esto, aunque el pensamiento de abrirme y hablar de Cadence es suficiente para que quiera vomitar.

Dirigiéndome hacia la oficina, recordando la última vez que estuve ahí, tres días antes que entrara en mi mundo y pusiera todo de cabeza, quiero patearme por elegir mal y literalmente estoy a punto de hacerlo cuando habla otra vez.

—Dillon, lo sé todo.

No esperaba eso.

—¿Qué quiere decir?

—Cadence me contó lo que sucedió entre ustedes dos antes que se fuera. Bueno, tanto como pude sacarle de todos modos.

—Sí ya sabe, ¿por qué está hablando conmigo? Como dije, es diferente, no tiene nada que ver conmigo. Quizás algo más le sucedió en los últimos días que estuvo aquí o durante el fin de semana.

—¿Puedo decirte algo?

—¿Tengo elección?

—Siempre tienes elección, pero algo me dice que si no quisieras escuchar lo que tengo que decir, no estarías aquí.

Me atrapó. Quiero saber cada cosa que esté dispuesta a decirme y no me importa si me hace parecer como un enorme idiota. Cuando se trata de esta chica, estoy dispuesto a todo para conseguir algo de información.

—¿Qué quiere decirme?—pregunto, finalmente sentándome en la silla.

—Mi hija pasó casi todo el fin de semana encerrada en su dormitorio. Cree que no me doy cuenta porque no le llamo la atención, pero estaba llorando. Le duele el corazón Dillon y estoy bastante segura que ahora estás pensando que voy a culparte, pero voy a hacer lo contrario.

Cadence llorando está mal. Saber que pasó el fin de semana haciéndolo por lo que pasó con nosotros es incluso peor. Sé que no hay nada más que pudo pasarle que pueda hacerla llorar. Me aseguré de ello. Advertí a cada persona que se alejara después de esos dos días, porque no quería que se sintiera más rota de lo que ya lo hice.

—No entiendo.

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—Cadence no lloraba por algo que tú le hiciste, Dillon. Lloraba por lo que creé que te hizo a ti.

¿Eh, qué? Debe estar bromeando. La idea de Cadence haciendo algo que me lastime es una locura. Le pedí que no se fuera, confesándole que la amaba, pero tenía todo el derecho de hacer lo que hizo e irse. Sabía cómo se sentía sobre algunas cosas y la ignoré completamente, actuando como un imbécil.

—No me hizo nada.

—Me imaginé que esa sería tu respuesta.

—Señorita T, lo que sucedió ese día, fue mi culpa. Fui tras Tim sabiendo que eso iba a asustarla. Sabía que odia las peleas y con todo lo que intentó hacer para ayudarme con mi papá y lo que me hacía, debería haber sido suficiente para detenerme, pero no lo fue. No podía ver nada más que hacerlo pagar por las cosas que dijo.

—¿Puedes decirme exactamente qué dijo él?

—¿No le contó?

Se ríe y estoy confundido. Cómo puede haber algo gracioso ahora mismo es algo que no puedo entender.

—Cadence odia repetir los apodos que le pone la gente. Hay algo acerca de repetir las palabras que la hace sentir tan mala como las personas que las dicen. Como si repitiendo las palabras, de algún modo las va a creer. Entonces, no, no me dijo.

—Cuándo él apareció, me preguntó si podía alejarme de la retardada, así podría hablar conmigo. Reaccioné, pero esa palabra no fue la que me hizo golpearlo. Esa no me hizo atacarlo.

—¿Qué más dijo?

—Le dije que nosotros, Caddy y yo, no queríamos escuchar lo que tenía que decir y se burló de ella por ser sorda. No pude manejarlo después de eso. Lo perdí.

—Gracias. Estoy segura que no fue fácil, considerando tu amistad con el chico en cuestión.

Mi amistad con el chico. Eso es un chiste. No hay amistad y eso fue obvio hoy por la manera en que reaccioné con lo que le hizo a Eric. Terminé de hacer eso ahora, a pesar de querer ser como solía ser, la única cosa entre Tim y yo ahora es familiaridad.

Siempre que él esté conmigo, no tengo que estar solo.

—¿Puedo ser honesto con usted y que quede entre nosotros?

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—Si quieres hablarme de algo en confidencia, por supuesto. Nunca hablaré de ello, ni siquiera con mi hija. ¿No quieres que se lo cuente a ella verdad?

—No, no quiero que los demás se enteren. De todos modos creo que Caddy ya lo sabe.

—Bueno, ¿qué es?

—El otro día, Kayden me dijo algo. En ese momento no le presté mucha atención, porque su hija estaba ahí y cuando está cerca, honestamente no presto atención del modo que debería. De todas formas, dijo algo sobre darse cuenta un día en el estacionamiento con Isabelle que estaba cansado de todo. Cuando hoy llegué aquí, creí que todo iba a volver a ser como antes. Incluso intenté volver a hacerlo, pero no puedo.

—¿Debido a que lo que Kayden experimentó es lo que estás enfrentando ahora?

—Exacto. Ahora entiendo de lo que hablaba. Lo sabía la semana pasada, pero otra vez, lo ignoré y escondí porque no parecía importante en ese momento. La verdad es que hace tiempo que no estoy bien. Lo que sucedió en el baile, era mi deber llegar hasta el final y hubo un segundo en el que casi no lo hice.

—¿Por qué no te detuviste?

—Porque eso no es lo que hago. No soy el chico bueno, señorita T. Estoy bastante seguro que usted sabe eso, especialmente ahora.

—Aquí está lo que sé. Eres un chico que fue por mal camino, que cuando se enfrenta a las decisiones correctas retrocede porque hacer lo correcto es más difícil que hacer lo incorrecto. Pasaste la mayor parte de tu vida poniendo excusas por tu comportamiento y eso te hizo insensible. Por alguna razón, empezaste a darte cuenta y por un tiempo incluso quisiste cambiarlo.

—Excepto que no cambié nada.

—Pero lo hiciste. Cambiaste. Sé lo que pasó hoy con Eric. Me lo contó después de clase, cuando estuvo seguro que Tim y tú no estaban cerca. Antes tú habrías sido el que lo lastimara, eso no fue lo que sucedió. Resolverán qué hacer con Tim, pero fue tu comportamiento lo que destacó.

—¿También te dijo eso?

—De hecho, lo hizo. Dijo que tú fuiste la razón de que fuera capaz de levantarse y alejarse. ¿Quizás fuiste con una meta diferente en mente?, pero algo te detuvo y quieres saber que es ese algo.

—¿Su hija atormentándome?—respondo, dándome cuenta demasiado tarde que dije la verdadera razón por la que la cosa con Eric terminó como lo hizo. Se ríe y

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niego. Ahora no es como si pudiera retirarlo. Si lo encuentra gracioso no hay mucho que pueda hacer para detenerla.

—No, aunque puedo ver eso sucediendo. Eres tú, Dillon. Tu deseo de hacer lo correcto. Si bien intentaste con mucha fuerza embotellarlo, ya no está dejándote y no tiene nada que ver con cómo te sientes por mi hija o el impacto que quizás haya tenido en tu vida. Es todo por ti. Estás listo para cambiar.

—Eso no es cierto.

—Tenía razón sobre ti. Me contó lo que le dijiste la última vez que hablaron. Que querías cambiar para ser digno de ella. De lo que necesitas darte cuenta es que fuiste digno todo el tiempo. No podías verlo porque te has enterrado tan profundo en el auto desprecio y el modo en que tú crees que deberían ser las cosas, que es imposible ver mucho más.

—Incluso si lo que está diciendo es verdad, ¿importa ahora?

—Antes de responder tu pregunta, ¿puedes responder una para mí?

—Si puedo.

—¿Cómo te sentiste hoy, alejándote de Eric de la forma en que lo hiciste?

—Malditamente bien.

—Entonces has respondido tu pregunta. Importa porque a pesar de que se haya ido y no tengan ningún contacto, estás permaneciendo fiel a lo que le dijiste desde el principio. Te estás convirtiendo en la persona que siempre has sido, el que ha estado enterrado por seis años bajo un peso que ningún chico debería cargar nunca.

No quiero admitirlo, pero tiene razón. Le dije a Cadence que era el motivo de mi cambio, pero no lo era. Lo hice por ella, poniendo el peso sobre ella, pero fui yo todo el tiempo. Soy como Kayden. Me cansé de ser alguien que no podía soportar mirarse al espejo cada mañana y buscaba la motivación correcta para cambiarlo. La encontré en ella y desde entonces estoy cambiando, incluso aunque mi motivación ya no está ahí.

—No está aquí y no estoy bien con eso. No estoy bien con la forma que dejamos las cosas—confieso, sin estar seguro de dónde viene, pero necesito sacarlo antes que me coma vivo.

—Bueno, si no estás feliz por como son las cosas, sabes lo que tienes que hacer, ¿no?

Sí, lo sé. Tengo que arreglarlo. Tengo que ir y hacerle entender todo lo que aprendí hoy aquí, lo que he estado aprendiendo desde antes que se fuera, hace cuatro días. Sin embargo, no puedo hacerlo. Me quedé sin oportunidades.

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—Esta vez no puedo arreglarlo, señorita T. Ese día traté de hacerle ver la verdad, la forma en que me siento y no fue suficiente para hacerla quedarse.

—¿Quieres saber un secreto? ¿Un poco de información que recolecté a lo largo de los años?

—Seguro.

—El amor no es sobre intentar, fallar y darse por vencido si no funciona del modo que querías. Es seguir intentado a pesar de todo.

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22 Dillon

o soy del tipo que intenta. Si no viene fácil, para mí no tiene sentido. Eso es probablemente el por qué me dieron todo durante tanto tiempo, intentarlo nunca entró en la ecuación.

Dos semanas.

Catorce días.

Una chica.

Eso es todo lo que se necesitó para que todo en lo que creí y con lo que me sentí seguro durante los últimos seis años, cambiara. No estoy seguro, de un segundo a otro, si me estoy moviendo hacia arriba o hacia abajo, hacia adelante o hacia atrás, pero lo que sí sé es que todo lo que he pasado estas dos últimas semanas, no lo cambiaría por nada en el mundo.

Comenzó tan simple. Espiar a la chica nueva en la clase de necesidades especiales, conseguir que me hable, acercarla lo más posible a mí y luego destruirla completamente para mi propia diversión. Así no es como sucedió en absoluto. En todo caso, me atrajo lo más cerca que pudo y fue quien me destruyó.

¿Quién sabía que ser destruido podría sentirse tan bien?

Después de hablar sinceramente con su madre y de estar en el extremo receptor de apoyo y comprensión por primera vez en mi vida, estoy seguro de lo que tengo que hacer ahora. Tengo que hacer lo que dijo la señorita T, tengo que intentarlo.

Cadence alejándose de mí no puede ser el final de esto. No puedo dejar que sea mi final o el de nosotros. Puede que no esté familiarizado con la forma en la que me siento por ella, nunca me sentí así con ninguna otra chica con la que estuve involucrado, pero sé lo suficiente como para no alejarme de ello solo porque, por primera vez en años, no tengo todo el control.

Eso es lo que sucedió todo este tiempo. Tengo que tener el control. Cuando estoy en una pelea, ya sea una de las planeadas por mi padre o en la escuela, tengo el

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control. Incluso ese día en el estacionamiento con Kayden, a pesar de que me derrotó, todavía tenía el control porque no lo dejé terminar allí. Cuando acoso a los chicos, especialmente aquellos como Isabelle y Eric, me alimento del control que tengo sobre su suerte.

Cuando tengo el control, soy fuerte, y eso es a lo que me he aferrado desde hace seis años. Termina ahora. Si eso significa que tengo que parecer débil, por primera vez en mi vida, entonces que así sea. Me preocupo por esta chica, más de lo que me ha importado alguien en mi patética vida, y estoy dispuesto a renunciar a todo para probarlo. No solo a ella, sino a mí también.

Mientras venía hacia aquí, traté de averiguar qué le diría cuando la viera de nuevo. Cómo quería empezar las cosas e incluso cómo iba a reaccionar a su respuesta. Incluso tenía todo el camino trazado. No me conformaría con nada menos que tenerla en mis brazos otra vez.

Deteniéndome en el camino de entrada, agradecido de poder arreglármelas para seguir a su mamá a casa, a pesar de que nos fuimos al mismo tiempo, estaciono el auto, veo que se abre la puerta y dos cuerpos caminan sobre los escalones. Uno que espero ver, quiero decir, es ella por quien estoy aquí, pero el otro me sorprende. El nudo en mi estómago al verlos juntos es aún peor, mientras la observo envolver sus brazos alrededor de él en un abrazo.

La duda se filtra cuando me pregunto si me he estado engañando a mí mismo todo el tiempo. Eric está parado en su entrada, con los brazos alrededor de ella y yo soy el tonto que está sentado en su auto, mirándolos, deseando salir del auto y golpear su rostro contra el lado de la casa.

¿Llegué demasiado tarde? ¿Acaso Cadence no sintió lo mismo que yo durante nuestro tiempo juntos y ha querido a Eric todo este tiempo?

No se puede negar que sería una mejor opción para ella. La entiende de una manera que, a pesar de querer, no creo que pueda lograr. He visto la forma en que hablan por señas, lo que significa que sabe lo suficiente sobre ella como para querer hacer las cosas más fáciles. Si realmente quiero estar con esta chica, aprender todo lo que podía sobre su discapacidad y las formas en que puedo hacérselo más fácil debería haber sido el primer paso.

En su lugar fui un idiota y salté cincuenta pasos. Sí, Eric es definitivamente una mejor opción para ella, aunque no puedo soportar esa idea. Es mía y no importa lo que pase ahora, siempre va a ser mía. La necesito. Me hace querer ser una mejor persona. Me hace querer ser yo otra vez.

Cuando se separan, la veo fijar la vista en el auto y a su frente arrugarse. Me vio. Ahora no solo luzco como un acosador, sentado aquí, mirándolos de la forma en la que lo he estado haciendo, sino que también estoy molestando.

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Quiero girar la llave en el encendido e irme. Pudo haberme atrapado en su camino de entrada, pero ya que no hemos hablado y no hará un movimiento para acercarse más, todavía puedo irme. Sin embargo, no lo hago. En lugar de ello, reproduzco las palabras de su madre en mi cabeza, abro la puerta y salgo, sin detenerme hasta que estoy justo detrás de ellos.

Es hora de hacer frente a esto. Incluso si no resulta de la manera en que lo imaginé.

Levantando su mirada, veo sus ojos en mí, sonrío, con la esperanza de que con esa pequeña acción, de alguna manera pueda tranquilizarla. No quería exactamente una audiencia al hacer esto, pero ahora que está aquí, sé que él no se irá hasta que sepa que está a salvo.

—¿Podemos hablar?

Sus manos comienzan a moverse y me lleva muy poco tiempo ver lo que está haciendo. Sus labios están congelados en una línea recta y no hace ningún movimiento para separarlos, lo que significa que lo que las señas que está haciendo no son para mí. Sabe que no sé hablar por señas. Eso solo hace que quiera patearme más a mí mismo por no intentar siquiera aprender.

Es solo cuando Eric se da vuelta y me enfrenta que todo se vuelve claro.

—No tiene nada que decirte.

—Bueno, tengo algunas cosas que decirle.

—Dillon, ¿realmente quieres que le diga eso?

—Si puede leer los labios, ya lo sabe.

Eric se vuelve hacia ella y los miro mientras en silencio mantienen una conversación. Me molesta. Es como ver a dos personas hablar en un idioma diferente y preguntarte si están diciendo algo malo sobre ti. Sé que dije que no me importa lo que la gente piensa de mí, pero Cadence es diferente. De hecho, me importa una mierda lo que piense y odio la idea de que diga algo que podría ser malo.

—¿Puedes, por favor, solo decir eso en voz alta? ―pregunto, ya no estoy dispuesto a sentarme aquí y verlos conversar.

Eric se gira hacia mí y baja los dos últimos escalones hasta que está en el suelo, a mi lado.

—Le estaba diciendo adiós y que tuviera cuidado contigo. No sé lo que estás haciendo aquí, pero no me siento bien dejándola sola contigo.

—No voy a hacerle daño.

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—Le has hecho suficiente, ¿no crees? —pregunta y necesito cada pedacito de moderación que tengo para no darle un puñetazo. No tiene idea de lo que está pasando conmigo y Cadence, de modo que necesita largarse y mantener sus opiniones para sí mismo.

—No es asunto tuyo. No sabes nada.

—¿Así que no fue tu objetivo hace un par de semanas?

Sus palabras hacen que se me congele la sangre. ¿Cómo diablos sabe acerca del plan? Las únicas personas que sabían lo que quería hacer en un principio eran Tim, Amy y los demás, y estoy absolutamente seguro de que no le dirían a Eric al respecto.

—Que no respondas significa que tengo razón. La hiciste tu objetivo. Querías hacerle daño.

—¿Lo sabe? —pregunto, agradecido de que Eric esté mirando hacia mí más que a ella, así no es capaz de ver lo que está diciendo. Si no lo sabe, no quiero que lo sepa. Va a arruinar todo.

—No. Al ver lo mal que está desde lo que pasó contigo, pensé que era más inteligente guardármelo.

Quiero tanto soltar un suspiro de alivio que hasta puedo degustarlo, pero no lo hago. Tan agradecido como estoy de que no le dijera, sé que es solo cuestión de tiempo antes de que salga a la luz. Significa que tengo que ser el que le diga la verdad, incluso si arruina lo que había planeado en mi cabeza. No voy a tratar de solucionar este problema ocultándole cosas.

En un principio era un juego para mí, pero no duró mucho tiempo una vez que llegué a conocerla. Me atrajo de una manera completamente diferente y ahora que lo ha hecho, no quiero volver a mirarla como un juego nunca más.

—¿Cuánto tiempo has estado jugando con ella?

—Un día o dos como máximo. Traté de hacerlo y no pude. No espero que me creas, pero esto es algo más que un juego ahora.

Sus ojos se levantan, sorprendido con mi respuesta, pero su cuerpo cuenta una historia totalmente diferente. No confía en mí, aunque por primera vez desde que lo conozco, estoy diciendo la verdad.

—Dijo que estaría bien contigo, así que me voy a ir de aquí, pero Dillon no la lastimes. Ha tenido suficiente con las cosas que tú y tus amigos hicieron. Quieres meterte conmigo, adelante, pero no con ella.

Se aleja antes de que pueda responder y mis ojos al instante vuelven hacia donde está parada en el escalón, esperando. Cuando nuestros ojos se encuentran, hace un gesto detrás de ella, hacia la casa y me dirijo hacia arriba, al interior, sin moverme una

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vez que estoy dentro. Al oír el clic de la puerta detrás de mí, giro y otra vez le dirijo una pequeña sonrisa.

Tengo que romper el hielo y tengo que hacerlo rápido.

Se mueve y antes de darme cuenta, ha girado en la esquina, hacia la cocina y tengo que correr para ponerme al día con ella. Cuando veo que está sentada a la mesa, un papel delante de ella, sigo su ejemplo y me siento a su derecha. Es solo cuando estoy completamente sentado y cómodo que desliza el papel hacia mí y leo lo que está en la página.

¿Qué estás haciendo aquí?

—Tenemos que hablar —digo, pasándole el papel y espero mientras empieza a escribir en la página. Sé que me gané que haga las cosas de esta manera otra vez, pero realmente odio que no me hable, sobre todo por cómo me siento con el sonido de su voz. Ahora necesito escucharla. Escucharla me arreglará de nuevo.

¿Qué necesitamos hablar?

Aquí va.

—Hoy ataqué a Eric. Cuando te fuiste, pensé que sería fácil caer de nuevo en mi vieja rutina, así que fui tras él. Asestarle el primer golpe no me hizo sentir bien. Se sentía mal. Todo lo que podía ver cuando lo golpeé fue a ti.

¿Se supone que me haga sentir bien? ¿Me viste cuando estabas golpeando a mi amigo?

—No Caddy, no se supone que te haga sentir bien. Se supone que me odies. Que te haga ver que lo que viste en mí hace semanas, fue un error desde el principio. Realmente soy el idiota que todo el mundo me hace ser. Mi modo de hacerme parecer.

Eso es una mentira y una excusa.

No puedo discutir eso. Tiene razón. Estoy en mi configuración predeterminada en este momento y tengo que detenerme. No más excusas.

—Al principio pensé que mi cambio fue a causa tuya. Tuve que cambiar con el fin de ser lo suficientemente bueno para ti. El problema es que tenías razón. No tengo que cambiar por ti, simplemente era más fácil tirar todo por ti. No pensé en absoluto en qué le haría a alguien ese tipo de presión. Lo que te haría a ti.

¿Y lo sabes ahora?

—Sí, lo hago. No siempre fui un idiota. Creo que antes podría haber sido un tipo bastante decente, pero permití que algunas cosas y algunas personas me cambien. Te utilicé como mi excusa para ser mejor, pero quería ser mejor por mi cuenta.

Si eso es cierto, ¿por qué atacaste a Eric hoy?

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—Para sentir algo nuevo, incluso si era el algo malo. Para negar lo que te acabo de decir.

Bueno.

Su respuesta no es mucho y ver la única palabra en el papel debería hacer querer irme mientras pueda, pero no puedo hacer eso. Hice un plan para venir aquí y tratar de hacer las cosas bien, alejarme no resolvería nada excepto dejarnos justo donde estábamos antes.

—Caddy, te extraño. No quiero hacerlo. Solo quiero volver a la escuela y olvidar que existes, pero no puedo hacerlo. Estás allí en mi cabeza, en la escuela. En cada maldita esquina que tomo, ahí estás, tus palabras se repiten. No puedo escapar. No quiero escapar de ti. Ya no.

¿Qué quieres que diga?

—Quiero que me digas la verdad. ¿Puedo arreglar esto? Si me voy ahora mismo, ¿seré capaz de volver? Después de todo lo que ha sucedido, ¿podemos ser amigos como quería al principio?

Se sienta completamente inmóvil, con la cabeza hacia el papel, el bolígrafo colgando en su mano, sin intención de escribir a la vista. Me duele físicamente verla así. El silencio es ensordecedor. Solo quiero que diga algo, escriba algo para que esta tortura pueda terminar.

Después de que pasan unos minutos, llego al acuerdo de que nunca me va a contestar, intento una cosa más. Hasta ahora, todo lo que dije es verdad, pero todavía hay algo que no sabe y aunque podría significar que va terminar conmigo para siempre, tengo que asegurarme que lo sepa.

Tengo que ser capaz de dejarla, no importa cuál sea el resultado, no dejaré nada implícito.

Deslizando el papel por debajo de su mano, sin querer extender la mano y tocarla para que pueda leer mis labios, tomo y deslizo el bolígrafo de sus dedos flácidos, y empiezo a escribir, sin levantar la mirada hasta que todo está ahí.

Cuando entré a la clase de tu madre el primer día y te vi, después de superar cuán hermosa pensé que eras, me centré en lo que estaba mal contigo para que terminaras en esa clase. Decidí ese día hablar contigo, conseguir que te acercaras a mí, incluso hacer que te gustara para poder arruinarte al final. Eras un juego para mí. No sabía en ese momento cómo iba a hacerlo, qué haría contigo al final, pero quería lastimarte.

Veo su rostro caer al minuto que lee las palabras y sé que he puesto el último clavo en mi ataúd. Cualquier esperanza de conseguir su perdón por toda la mierda que hice esa última semana, ahora se ha ido a la mierda como cuando todo comenzó. Hice lo correcto al decirle la verdad, pero lo correcto no me dio la tranquilidad que quería.

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Hacer lo correcto esta vez, sabiendo que la herí de nuevo, me daba náuseas.

Quien dijo que la verdad nos hará libres, estaba loco.

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Cadence Sus palabras, lo que me escribió, ya lo sabía. Nadie tenía que decirme, es solo

algo que sabía por mi cuenta. Escuché a mi madre hablar de Dillon, su forma de ser, las cosas que hace, así que el hecho de que me viera ese primer día y eligiera jugar conmigo para mantenerse entretenido, no es de extrañar.

Con la forma en que me siento por él, no hay manera en que sus palabras no me lastimen. Me duelen, porque como dije cuando hablamos hace un par de semanas, creo que hay algo más enterrado debajo, pero no lo suficiente como para cambiar todo.

Probablemente debería odiarlo, pero no puedo. Está de pie aquí, admitiendo cosas que probablemente es mejor olvidar. Meterse con Eric, jugar conmigo, querer lastimarme de la misma manera en que lo hace, no admites esas cosas si no tienes nada que perder. Creo todo lo que me dice, a pesar de la persistente voz en mi interior que quiere que crea que es simplemente otro juego.

Así que después de unos minutos de completo silencio, donde proceso todo lo que dijo e hizo desde que apareció en mi camino de entrada, hago lo único que queda por hacer. Si está aquí, sincerándose al decirme la verdad, es momento en que haga lo mismo.

Recogiendo el bolígrafo de la mesa y volteando la hoja para tener un espacio libre para escribir, dejo que las palabras salgan de mí. No sé lo que va a pensar, pero esto, lo que estoy escribiéndole ahora, bueno o malo, tiene que ser el final. Alejarme de él debería haberlo hecho, pero no lo hizo. Esto tiene que ser ahora.

Soy sorda, Dillon. No ciega. Sé lo que pensabas de mí el primer día. Aparezco en una clase llena de chicos

con necesidades especiales, es obvio que sería uno de ellos. Debiste sentirte como en Navidad ese día. Tenías a alguien nuevo para acosar.

Lo entiendo. Me duele escucharlo, pero lo entiendo.

También te extraño. No eres el único que está atrapado. Debería haber sido fácil volver a mi vida aquí, volver a la escuela y salir con mis amigos, pero no he sido capaz de olvidar las últimas dos semanas y no estoy segura de ser capaz de hacerlo.

No eres el único que ha cambiado durante esas dos semanas juntos. También lo hice. No sé si podemos

arreglar esto, pero la única manera en que esta sea tu última visita aquí, es si lo dejas estar. Lo mismo va para el

ser amigos. Solo cambia si quieres que cambie.

Hay tantas cosas que quiero poner en el papel, pero las palabras no vendrán, al menos no todavía, por lo que solo lo deslizo sobre la mesa. Va a tener que ser suficiente por ahora.

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Cuando sus ojos terminan de explorar el papel, desliza su mano sobre la mesa hasta que sus dedos están apenas descansando sobre los míos. Cuando levanto la mirada, sus labios comienzan a moverse y al igual que todas las otras veces que me ha hablado, estoy observándolo, completamente incapaz de apartar la mirada.

—¿Quiere decir eso?

Asiento, mientras observo sus labios levantarse en una sonrisa.

—¿Quieres ir al baile conmigo?

Niego lentamente y usando mi mano libre tomo el papel, a sabiendas de que se lo va a tomar a mal y tengo que explicarle antes de que las cosas se salgan de control. Dillon podría ser diferente, pero las cosas no cambian durante la noche y con un malentendido ya entre nosotros a causa de algo que dije, no tengo ganas de repetir otro.

No puedo ir contigo porque Eric me invitó y le dije que sí. Quiero hacer esto por él. Se lo merece.

Suspira, alejando su mano de la mía y pasándola a través de su cabello.

—Sabes que le gustas, ¿verdad? Te preguntó porque siente algo por ti.

Niego en el segundo que pronuncia las palabras. No podría estar más equivocado. Eric no siente algo por mí aparte de querer ser mi amigo. No sé de dónde saca su información, pero definitivamente está equivocado.

—Mierda. Sueno como Amy en este momento.

Ahora me está confundiendo. ¿Qué tiene esto que ver con Amy? No lo entiendo, pero no me gusta nada ser comparada con ella.

¿Qué significa eso?

—Cuando estábamos juntos, todo lo que hacía era aguantar sus celos. Odiaba como siempre pensaba que todas las chicas en el planeta querían meterse en mis pantalones. Me molestaba enormemente. —Cuando asiento, continúa—: Tu mamá me dijo que a Eric le gustas, así que te juro que no son celos. Bueno, un poco, pero es más que eso. Caddy, no puedes ir con él.

Quiero saber cómo mi mamá sabe que le gusto a Eric, pero como no está aquí para preguntarle, y estoy bastante segura de que no le dijo mucho a Dillon, parece que voy a tener que esperar hasta que esté en casa después y preguntarle. En este momento, sin embargo, parece que tengo que tratar con ello.

Ya dije que sí. No voy a dar marcha atrás. Lo siento.

—¿Quieres estar conmigo? —pregunta al leer lo que escribí. Extiendo la mano para quitarle el papel, más que lista para darle una respuesta, él me lo quita—. No más escribir. Solo dilo.

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La forma en que los músculos de su mejilla se contraen me hace pensar que hay una borde en su voz y estoy agradecida de no poder escucharlo. Cuando preguntó, mi respuesta fue tan fácil. Ahora, sin embargo, no estoy tan segura. Sabe lo que siento al hablar, no importa qué tan cómoda me sienta a su alrededor. Podría ser capaz de hacer lo que dice y decirlo en voz alta con bastante facilidad, pero obligarme a hacerlo, no va a funcionar bien para él.

Si lo puedo aceptar con su forma de ser, entonces tiene que hacer lo mismo por mí o esto, lo que esté pasando con nosotros, no irá a ninguna parte.

—No.

—¿No? —pregunta y mi corazón se hunde con la sorpresa y el dolor que veo en sus ojos. No puedo declinar. No importa lo que sienta por él. Si no puede entender incluso la cosa más simple de mí, nunca va a poder estar conmigo en la manera en la que quiero que esté.

Tenía razón antes. Simplemente no somos el uno para el otro, no importa lo mucho que me gustaría que fuera diferente. Extiendo la mano y tomo el papel que ahora está suelto, colgando en sus manos y empiezo a escribir.

No Dillon. No quiero estar contigo.

—Estás mintiendo. Veo tus palabras, pero tu rostro…—dice, sus labios se cierran antes de que termine su pensamiento.

No estoy mintiendo.

—¡Sí lo estás! ¡Dijiste que me extrañabas! Dijiste que las cosas solo cambiarán si lo permito. No quiero que cambien. Es la razón por la que estoy aquí. Esto no es un juego para mí, nunca más Cadence. Quiero empezar de nuevo. ¡Quiero estar contigo!

Tan enojado como está, con las manos peligrosamente cerca de arrancar lo que queda de cabello en su cabeza, mis próximas palabras, sé lo que harán. No las hace menos ciertas. Lo que me dijo solo me hace recordarlas otra vez.

Siempre hemos sido un juego, Dillon. El juego ha terminado. Perdiste.

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23 Dillon

sto es mucho mejor. No sé por qué estaba en contra de ello. Nunca me sentí más vivo.

Observando a la gente caminar a través de las puertas del granero hacia los diferentes rincones de la habitación donde mi papá puso un montón de sillas de metal alineadas, sacudo de mi mente el resto de mis problemas con Caddy y concentro mi atención en la bestia parada frente a mí.

Quitándome la camisa y tirándola hacia un grupo de chicas que se apiñaban en el otro extremo de la fila de atrás, mostrándoles una sonrisa cuando una de ellas la atrapa, me doy vuelta justo a tiempo para ver a Frank dar un paso adelante y mover la cabeza hacia nosotros dos. Acercándose, más que listo para llegar al espectáculo, veo a mi padre de pie, a unos metros detrás de mi oponente de esta noche.

Supe acerca de esta pelea hace unos días. Conmigo escondido y abandonando la última, conduciendo lo más lejos de Wexfield como la gasolina en mi auto me permitiría, Bruce fijó esta como una forma para que le pague de vuelta. Cuando me di cuenta de que acababa de alejarme fuera de la ciudad de nuevo, después de que todo se hundió con Cadence hace unas horas, una pelea sonaba bastante bien.

Pensar en ella no puede suceder. Le debo a Bruce una pelea justa. Una en la que mi cabeza esté completamente en la ella y en la que derrumbe a este idiota exactamente de la forma en que me enseñó hace años. No pensar en Cadence es imposible, sin embargo, mientras estoy parado aquí, esperando por Ricky dirigiéndose hacia mí, su descomunal tamaño solo demuestra que esto va a ser lo más alejado de ser una lucha justa como podría llegar a ser, dejo a mi mente repasarlo una vez más.

“Siempre hemos sido un juego, Dillon”.

Tal vez en el principio eso es exactamente lo que fuimos, porque así es como yo la miré, pero a partir del segundo día, dejó de ser eso. La forma en que me sentí cuando Amy la empujó lo demuestra. No podía manejar lo que le estaba pasando. Podría haber luchado contra la verdad por un tiempo, pero Kayden al dejar caer la verdad en mi regazo me despertó.

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Diciéndole que la amaba el día en que se alejó de mí, en aquel entonces, creo que todavía podría haber estado luchando contra lo que estaba sintiendo, pero ahora, estoy seguro. No tengo la menor idea de lo que se siente el amor, lo he evitado durante tanto tiempo como puedo recordar, pero si la manera en que fui con ella tiene algo que ver con eso, sé que la amaba.

Todavía la amo incluso si no cree una palabra de eso.

Me molestó que nos llamara un juego. Fue esa ira la que me trajo aquí, ahora. Es lo que me va a conducir a ganar esta pelea. Voy a derrumbar a este hijo de puta o morir en el intento porque no importa lo que haga, no puedo conseguir que una estúpida chica sorda crea en mí.

Mierda. No quiero decir eso. No es estúpida. Ni siquiera es una chica. Cadence es la chica.

Cuando le pregunté si quería estar conmigo, ella quería decir que sí. Me importa una mierda lo que salió de su boca después de ello, quería decir que sí, pero algo la detuvo. Tal vez fue mi reacción por ella yendo al baile con Eric, o porque tomé el papel lejos de ella, obligándola a hablar conmigo. Sea lo que sea, sé que por mi culpa dijo que no.

Esa es otra razón por la que estoy peleando ahora. Luché contra mí mismo para estar con esta chica, hasta incluso admito que no sé nada y perdí. Parado aquí y ahora, sé que no puedo perder. Nací para ganar esta clase de pelea.

―Sabes lo que tienes que hacer ahora, ¿cierto hijo?

Sacudiendo el frío que me provoca escucharlo hablar, asiento. Sé lo que tengo que hacer ahora. Tengo espera a que Frank inicie esta cosa y hacer lo que sea necesario para poner a este gran hombre de rodillas.

De la misma manera que Cadence me llevo a las mías.

―Bien, porque tengo un montón de dinero en esta pelea y perder es inaceptable.

Dios, nunca he querido dar la vuelta y derribarlo tanto en mi vida. Incluso si no tenía dinero en esto, perder aún sería inaceptable. Es la mitad de la razón de por qué la herida por encima de mi ojo fue tan profunda. Tomó lo que me hicieron y lo hizo peor. Bruce odia perder.

―Sí, lo tengo. Vamos a terminar con esto.

Poniendo mi enfoque donde pertenece, fijo la mirada en Ricky. Mide al menos uno noventa y cinco, lo que significa que no es mucho más alto que yo, pero es lo suficiente como para que tenga que trabajar más duro para ganar que si fuese contra de uno de los chicos del otro día.

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―¿Estás listo? ―me pregunta Frank y asiento. Sus ojos antes de que se vuelva a preguntar lo mismo a mi oponente, me sorprenden. Ha estado en un montón de peleas desde que empecé a hacer esto y ni una sola vez me miró de esa manera. Si no lo supiera mejor, diría que parecía preocupado.

Al escuchar la gruñida respuesta de Ricky, me giro, justo a tiempo para esquivar el primer golpe, a la derecha y sentir lo que su próximo movimiento está a punto de ser, esquivo antes de que su mano izquierda pueda aterrizar el gancho que tan obviamente quiere en mi mandíbula. En respuesta, le lancé uno de mis ganchos de izquierda, directo al estómago, mientras se recuperaba de su intento fallido.

Viendo como tropieza hacia atrás, corro hacia él, lanzando todo el peso de mi cuerpo contra el suyo hasta que lo tengo fijo en el suelo. Una vez que Ricky cae, su espalda golpeando el suelo con un golpe tan fuerte que me recuerda el día en que Cadence cayó en el pasillo, salto y piso sobre él con mis piernas, uno tras otro hasta que su cuerpo está quieto.

Inclinándome, hasta que mis rodillas están a nivel del suelo, empiezo a golpearlo, no permitiéndole levantarse ni por un segundo, aterrizando disparo tras disparo en su rostro, la rabia dentro de mí ahora en su punto más alto. No es el rostro de Ricky lo que veo. Primero veo a Kayden y lo que debería haber hecho con él ese día en el estacionamiento y de nuevo en el baile, y luego rápidamente se convierte en Eric, mi enojo por Cadence aceptando su invitación al baile, siento los celos tan fuertes, que parece que mi rostro va a explotar.

Su rostro está sangrando ahora, puedo sentir la humedad en mis manos pero no me detengo, sabiendo que nada va a complacer a Bruce más que verme eliminar a Ricky, dejándolo a un centímetro de su vida.

Eso es lo que nadie entiende. Podría fácilmente haber golpeado a mi mejor amigo hace meses, pero me lo merecía, así que lo dejé pasar. Es exactamente por qué me encanta golpeara los débiles bebés en la escuela también. Merecen ser golpeados en la medida de lo que hice y tal vez incluso hago ahora.

Quiero que me odien tanto como me odio a mí mismo.

Retrocediendo, recuperando mi aliento, le da a Ricky suficiente tiempo para orientarse y antes de darme cuenta, él está empujando sus brazos hacia mí, haciéndome tropezar hasta perder el equilibrio y caer al suelo frente a él. En menos de un pestañeo lo tuve encima, devolviéndome los golpes, bloqueé el golpe dos segundos demasiado tarde y ese fue el golpe de gracia que acabó conmigo.

En el momento en que lo sentí conectar con mi mandíbula, mi cabeza se mueve bruscamente hacia un lado y mi cuerpo queda completamente flácido. El dolor punzante subiendo a la superficie, y haciéndome querer gritar de la pura agonía. En un débil intento de mantenerlo fuera de mí, levanto la mano para balancearla, pero cae plana, ya que apenas roza su hombro.

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La habitación que me rodea está girando ahora y sé que no va a pasar mucho tiempo antes de que me desmaye, enojando más a Bruce incluso y haciéndole perder un montón de dinero. Obligando a mis ojos a permanecer abiertos mientras Ricky se prepara para derribarme con su golpe final, me aparto del camino en el último segundo y arrastrándome por el suelo, tratando de encontrar algo con lo que pueda levantarme, es cuando lo escucho.

Primero el grito y luego mi nombre en una voz familiar una voz que nunca creí que encontraría aquí, ya que nunca le dije a él nada de todo esto, qué está haciendo aquí no tiene sentido.

Siento que me atrapan desde atrás y antes de que pueda mirar hacia arriba o incluso responder a los sonidos que escucho, no pasa mucho tiempo antes de que esté siendo balanceado por el aire y golpeando duro y rápido el suelo, el heno no hace nada para suavizar el golpe. Siento que mis piernas se adormecen y aunque todavía puedo escuchar las voces a mi alrededor, una más fuerte que todas las demás, empieza a desvanecerse ya que mis ojos empiezan a nublarse con manchas oscuras.

La última cosa que escucho antes de que me desmaye completamente es la música más bella del mundo. El sonido de mi nombre dicho por la única persona en el mundo entero del que quiero escucharlo.

Cadence.

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Cadence Cuando Dillon se fue después de que prácticamente le arranqué su corazón, mi

madre llegó a casa. No estoy segura de si es porque no me sequé las lágrimas que notó que algo andaba mal, o si es porque en el momento en que entró por la puerta salí corriendo a mi habitación, pero en cualquier caso, lo notó y me impidió esconderme.

Después hacerle señas con absoluto detalle, tanto así que para el final, mis manos duelen físicamente debido al movimiento constante, se levantó y se dirigió a la puerta principal después de decirme que espere. Vi que abrió su maletín, deslizó fuera una libreta de tamaño legal y un par de bolígrafos antes de girar y caminar de regreso al sofá.

Cuando se fue de aquí, ¿cómo lucía para ti?

¿Cómo crees? Estaba molesto. Cree que no quiero estar con él.

Eso es lo que le dijiste, Caddy.

Suspiro antes de enfocar mi mente en el papel, tratando de nuevo de hacerle comprender todo lo que acababa de pasar los últimos treinta minutos haciéndole señas.

Sé lo que le dije, mamá. No estabas aquí. La forma en que me dijo que hablara con él en lugar de escribir y la manera en que reaccionó cuando escuchó que Eric me invitó al baile, fue demasiado. No puedo estar con alguien que no entiende cómo es ser yo. No importa lo que siento por él.

Cuando le entregué la libreta y no hace ningún movimiento para responder lo que le dije, me arriesgo y la miro. Es solo cuando se encuentra con mis ojos que veo el por qué no está escribiendo. Está decepcionada de mí.

―Oh, Caddy. ―Suspira, con los ojos cayendo a la libreta y mis palabras, luego vuelve a encontrarse con los míos de nuevo―. No te entiende por qué no le estás dando la oportunidad de hacerlo.

—¿Alguna vez piensas que simplemente no somos compatibles? —Le hago señas antes de detenerme por completo y pensando en lo que tengo que decir a continuación—. Eres la que me dijo que él era puros problemas ¿recuerdas?

―Sé lo que dije y también sé cuándo admitir que estoy equivocada. He enseñado a un grupo de chicos y durante años les he predicado lo mal que es juzgar a un libro por su tapa. ¿Cómo puedo esperar que mis estudiantes o incluso mi propia hija, escuche mi consejo cuando ni siquiera lo tomo yo misma?

Insegura sobre qué decir en respuesta a su admisión, bajo la cabeza a mis manos y solo las miro descansando sobre mi pierna. Tuvo un cambio de corazón y mucho de

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eso tenía que ver conmigo, no tenía que salir y decirlo. Soy la que fue a ella tan duro sobre Dillon al principio y ahora es como que se invirtieron los papeles.

Después de unos minutos en que ninguna de nosotras hace un movimiento, llego hacia la libreta y la coloco en mi regazo. No sé cuánto bien va a hacer, pero tal vez cuanta mayor cantidad de información tenga, no solo acerca de mí y los chicos a los que enseña, sino las cosas que ha aprendido sobre Dillon en el poco tiempo que ha estado presente en nuestras vidas, tal vez me pueda decir lo que se supone que debo hacer ahora.

¿Cómo se supone que me voy a sentir, mamá? ¿Cómo se supone que voy a reaccionar a él? No quiero cambiarlo, pero así es él, es difícil de manejar. Entiendo que puede que esté molesto porque le dije que sí a Eric, pero no estábamos juntos cuando me lo preguntó. Le dije que sí porque quiero hacer lo correcto por Eric y si Dillon realmente quería llegar a conocer a la verdadera yo, como dice, debe entender eso y querer que vaya a través de ello también.

Su respuesta es inmediata en el momento en que sus ojos escanean la página.

Dillon no puede dejarte seguir con esto porque está enamorado de ti, Cadence. Sé que no tienes mucha experiencia en eso, fuera de lo que siento por ti, pero una mirada a los ojos del chico y no puedes negarlo. Un chico o incluso un hombre enamorado, no va a soportar a su novia estando con otro hombre en ninguna manera, sea inteligente o correcta.

¿Dillon está enamorado de mí? Sé lo que me dijo antes de regresar a la escuela, pero me imaginé que lo dijo para tratar de conseguir que me quede. No es como si él hiciera todo lo posible para decírmelo antes o darme una pista de lo que sentía. Mi mamá tiene razón. No tengo ni idea de cómo es estar enamorada. Nunca nadie se preocupó lo suficiente para intentarlo conmigo y que los sentimientos fueran mutuos. Al menos lo fue hasta Dillon.

Caddy, ¿qué hace Dillon cuando está molesto? Me has oído hablar de él más que suficientes veces durante el último año y ahora has interactuado con él. Cuando se enfada o se encuentra en una situación que no sale como él espera, ¿qué hace?

Daña a la gente.

En otras palabras, pelea.

Asiento y es entonces cuando lo descubro. Lo que me estaba preguntando en primer lugar, cómo reaccionó a todo lo que pasó entre nosotros, estaba haciendo un punto, uno que no entendí.

La opción predeterminada de Dillon cuando está enojado es encontrar a alguien para desquitarse. Acosará a cualquier persona que crea que es débil en la escuela o algo peor, irá a buscarlo en otro lugar cuando no tiene la opción de la escuela. Sabiendo lo que sé sobre su padre y conociendo los motivos por los cuales lo llama por teléfono, todo tiene sentido ahora.

―¿Crees que se fue de aquí a pelear no?

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Asiente lentamente, pero antes de que pueda decir nada más, sus labios se mueven primero.

―Definitivamente lo creo y conociendo a Bruce Murphy, no me sorprendería que tratara de ayudar a su hijo si recibiera una llamada pidiéndoselo.

¿Dillon realmente llamaría a su padre y le pediría establecer una pelea? ¿Lo que pasó entre nosotros realmente lo empujaría a ese punto? Lo vi ese día en el vestuario cuando me dijo su secreto, lo que ha estado soportando desde los doce años. No le gusta, no quiere ser parte de ello y tenía tanto miedo de acercarse a mí porque no quería arrastrarme a ello. No puedo creer que la forma en que fue ese día, cambiaría con lo que ocurrió esta noche.

Es obvio por la expresión en el rostro de mi madre, sin embargo, que no piensa de la misma manera. Definitivamente puede verlo y es esa mirada, el temor que veo en sus ojos mientras se para desde el sofá y camina hacia la cocina, lo que me impulsa hacia adelante.

Siguiéndola a la cocina, hace un gesto hacia el teléfono.

―¿Acaso Dillon te dijo alguna vez dónde se celebraban estas peleas?

―Una granja―digo y armada con mi respuesta, toma el teléfono y empieza a marcar.

―¿A quién llamas?

―Kayden. Si hay alguien que sabe dónde está esa granja, sería él.

Deslizándome en un asiento de la mesa, espero y la miro mientras empieza a hablar. Se mueve tan rápido que sé que es imposible mantenerme al día, pero por la forma en que su boca se curva hacia arriba y abajo todo el tiempo que está en el teléfono, no hay duda de que todo lo que ha escuchado es malo.

―¿Qué te enteraste? ―pregunto nerviosa, no estoy segura de que quiero saber con la forma que está reaccionando.

―Jim Brown antes de morir tenía una granja. Está en las afueras de Wexfield, que es la razón por la que no sabía nada. Kayden dice que ha estado abandonada durante años, pero si hay un lugar en la ciudad que la gente usaría para peleas clandestinas, sería allí.

―Entonces, ¿qué hacemos ahora?

―Kayden está en camino. Va a venir conmigo y vamos a la granja para comprobar.

―Voy con ustedes. ―Si cree que me va a mantener alejada de esto, sobre todo porque soy la razón por la que él está haciéndolo, está equivocada.

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―Caddy, no tienes ni idea en lo que te estarías metiendo si esto es lo que pienso que es.

—No necesitas protegerme de esto. Dillon me dijo lo malo que es. También me dijo que odia hacerlo. Sé que no va a ser bonito. —Hago señas, no confiando en mi voz para dejar salir las palabras.

Tantos escenarios diferentes están corriendo a través de mi cabeza ahora mismo, que es difícil mantener el ritmo, pero en lo único que soy capaz de concentrarme es en mi necesidad de estar allí con ellos. Si Dillon está ahí, sin importar de qué forma está o incluso si no quiere verme, no hay otro lugar donde necesito estar.

Mamá tiene razón. Nunca le di la oportunidad de llegar a conocerme.

Solo espero que cuando llegue a él, no sea demasiado tarde para empezar.

204

24 Cadence

n el momento en que salgo del auto, cuando Kayden se detiene enfrente del granero, me encontré con un insoportable olor a estiércol, que con el lugar abandonado como se ve, no tiene sentido para mí. Poniendo mis dedos en mi nariz, tratando de bloquear el olor, avanzo

hacia la puerta del granero, no quiero desperdiciar nada de tiempo investigando lo que voy a ver del otro lado.

Hay autos estacionados alrededor de la construcción lo que significa que mi mamá tenía razón antes de hacer la llamada. Cuando le dije que Dillon peleaba en un granero, sabía profundamente que estaría aquí, pero tenía la esperanza que la propiedad estuviera en mejor estado. Si ella no se hubiera implicado y lo hubiéramos ignorado entonces sólo Dios sabe lo que pasaría ahora.

Tengo que poner fin a lo sea que me encuentre al otro lado de la puerta. Lamentablemente, parece que Kayden y mi mamá tienen otros planes.

Siento un fuerte agarre en mi hombro antes de ser retirada y aunque no es un toque que reconozco, es fácil ver a Kayden. Mientras me aleja, su agarre en mis hombros nunca se rompe, da la vuelta para encararme y la expresión sombría en su rostro me dice todo lo que sus palabras no pueden.

—Caddy, sé que quieres entrar a buscarlo, pero tenemos que hacerlo juntos.

Tan correcto como es, todavía quiero ser parte de esto. ¿Qué sabe Kayden de todos modos? No ha pasado tiempo real con Dillon durante meses. Probablemente ni siquiera quiere ayudarlo en estos momentos.

Cuando mi mamá camina al lado de Kayden, asintiendo, estando de acuerdo con lo que dijo, me resigno al hecho de que voy a tener que hacer esto de la manera que quieren. Por mucho que quiero entrar ahí, encontrarlo y sacarlo incluso si me odia, sé que no es inteligente. No podía ir a ciegas, ser incapaz de escuchar lo que pasa a mi alrededor podría significar un desastre. Tan terca como soy, ni siquiera puedo negarlo.

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Toma mi mano y me lleva lentamente hacia la puerta, mi madre pisando nuestros talones, Kayden envuelve su mano alrededor de la manija y tira lentamente. Es solo cuando la puerta está suficientemente abierta que capto a toda la gente sentada alrededor de las sillas, algunos saltando fuera de ellas, sus boca abiertas, probablemente gritando a lo que está ocurriendo delante de ellos.

Cuando entramos, dejamos la puerta cerrarse fácilmente detrás de nosotros y miramos lo que está pasando. Es siguiendo los ojos de todos hacia el centro del ambiente cuando veo de qué se trata todo el alboroto. Por qué la gente está saltando y diciendo obscenidades, al menos de lo que pude captar con lo rápido que todos se están moviendo.

Hay un tipo grande, es enorme y está mirando hacia dónde estoy parada y está encima de otro tipo, sus brazos moviéndose arriba y abajo cada pocos segundos mientras le pega con fuerza, un golpe tras otro hasta que el chico del suelo gira su rostro a un lado.

Aumento mi habilidad para ver, ya que mis otros sentidos se agudizan al no ser capaz de escuchar, enseñándome exactamente quién es la persona en el suelo en el minuto que su cabeza cayó a un lado. Es Dillon y no sólo sus ojos se ven como si estuvieran balanceándose en su cabeza, hay sangre, mucha, en sus ojos, su boca y en la parte superior de la cabeza.

Veo como está y mi aliento queda atrapado en la garganta, mi corazón golpea con fuerza mi pecho y mis labios se abren y grito. Siento retumbar la garganta, por la fuerza que estoy usando a pesar de que no puedo escuchar el sonido. Al principio es sólo un grito, pero en el momento en que intento moverme hacia él, siendo alejada por Kayden, deja de ser un grito y es su nombre, una y otra vez.

Tengo que llegar a él. Necesito sacarle ese enorme chico de encima y tenemos que salir de aquí. No debería estar aquí de esta forma. Mirándolo ahora, cómo está su cuerpo, estoy asustada, llegué demasiado tarde y ya está perdido para mí.

Kayden libera el agarre que tiene en mí, se da vuelta hacia mi madre y dice algo que realmente no puedo descifrar antes de girarse y caminar por la sala. Cuando se mueve, aunque estoy segura de que no se lo esperaba, lo sigo, no estoy dispuesta a dejar que tome un pie de su viejo amigo sin mí a su lado.

Se da la vuelta, con sus ojos brillando con una furia que nunca llegué a ver durante mi estancia en la escuela, nivela su mirada y habla lentamente, asegurándose que entiendo cada palabra que dice, porque me está advirtiendo.

—Vuelve con tu mamá, Caddy. Voy a sacarlo de allí, pero no si estás conmigo. No quiero que salgas lastimada.

Si piensa por un segundo que me importa lo que podría pasarme, ha perdido su cabeza. Sé lo que está tratando de hacer y es dulce, pero no hay forma de que haga

206

esto solo. Voy a ayudarlo a sacar a Dillon de allí aunque sea la última cosa que haga. No me importa lo que me pase.

Soy la razón por la cual está así para empezar. Es justo que teniendo en cuenta que lo causé, sea quien lo arregle. Dillon no es el único que lucha con su necesidad de arreglar cosas. Yo también y ahora mismo tengo que ayudarlo para averiguar después cómo voy a arreglar la situación en la que nos coloqué.

—No —digo con señas y como era de esperar, gira la cabeza hacia mi mamá, sin entender lo que estoy diciendo. Es en esa fracción de segundo cuando se gira que camino hacia adelante y antes de darme cuenta, estoy golpeando al tipo grande con toda la fuerza que tengo.

Sé que no voy a ser capaz de detener a alguien como él, pero voy a intentarlo.

Cuando el grandote se da la vuelta, rompe su enfoque en el cuerpo roto del suelo, comienzo a empujarlo de nuevo, esta vez apretando mis puños y golpeándolo. La sonrisa que aparece cuando llega mi primer golpe me pone furiosa por lo que lo golpeó más duro y más rápido, deseando borrar la sonrisa petulante de su rostro.

Es cuando estira su mano que me doy cuenta de lo que va a suceder y me muevo en un intento de alejarme de su agarre, pero tropiezo con la pierna de Dillon y donde esperaba sentir el suelo mientras caigo, lo único que siento es aire. Mirando hacia arriba, veo que el tipo me agarró de mi chaqueta y me está tirando hacia arriba.

Involucrarse, como dijo Kayden, fue un mal movimiento y ahora que lo hice, no hay manera de salir. Estoy atrapada y mi intento de sacar a Dillon seguro va a fallar, como todo lo nuestro desde el principio.

Su agarre comienza a aflojar antes de que pueda hacer su siguiente movimiento, preguntándome por qué, busco a mi alrededor. Es cuando veo el costado de la cabeza de Kayden detrás del tipo que comprendo lo que está sucediendo. Kayden llegó al rescate, tratando de derrumbar el chico para que no termine igual que su antiguo amigo.

Inclinándose por el impacto de lo que sea que Kayden hizo, el tipo me deja caer y golpeé con fuerza el suelo. Quiero reaccionar ante el dolor, pero necesito comprobar a Dillon, giro la cabeza y lo que veo, me revuelve el estómago. Su pecho se mueve hacia arriba y hacia abajo, pero es débil. Tiene los ojos cerrados, habiendo sido noqueado por los reiterados golpes en la cabeza que lo vi recibir y tomó todo de mí no gritar de nuevo.

No tenía que ser así. No debía suceder así. Se suponía que debía protegerlo para que nunca tuviera que hacerlo de nuevo. Está haciendo esto porque lo rechacé.

A pesar de que me duele, estiro mi cuerpo lentamente hacia dónde se desmayó y llevo mis labios a su mejilla, los presiono, besándolo, deseando que al menos supiera que no está pasando por esto solo.

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Con mi cuerpo dolorido y la cabeza palpitando, descanso mi cuerpo a su lado, bajando la cabeza en su hombro lo más cerca posible y finalmente permito que mi cuerpo descanse. Puedo ver por el rabillo de mi ojo que Kayden todavía está yendo por el tipo que hizo todo esto y puedo darme cuenta que incluso otro hombre mayor, intenta alejarlo. Incapaz de soportar más de lo que he visto y la forma en que me siento, los bloqueo y me centro en la sensación del corazón de Dillon mientras late en mi mano, cada vez más débil con cada segundo que pasaba.

Mi último pensamiento mientras mis ojos se cierran y permito a mi cuerpo sucumbir en el dolor es simple.

Alguien tiene que parar esto. Dillon, si consigue salir de aquí no puede ser obligado a pasar por esto otra vez. No puedo dejar que pase por otro segundo de esta y es debido a un hecho simple.

Lo amo.

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Dillon Cuándo mis ojos se abrieron por primera vez, mi último recuerdo es de Ricky

quejándose sobre mi rostro, esperaba ver las nubes, la luz brillante y muchas alas de ángeles. Ja, a quién estoy engañando, lo único que esperaba era un montón de oscuridad y tal vez incluso estar de frente con el mismísimo diablo.

Es lo que me merezco.

La manera en que terminaron las cosas no tenía que ser así. Me desperté en una habitación de hospital, una vía intravenosa pasando por mi brazo y un montón de dolor que atraviesa cada parte de mi cuerpo. Sí esto es lo que pasa en el infierno, parece apropiado.

Incluso con mi visión borrosa, sin duda un subproducto de la paliza que recibió mi rostro, veo que la habitación está vacía. Al menos parecía vacía hasta que moví mi dolorido cuerpo en la cama y escucho resoplar al otro lado de la habitación.

—Me preguntaba cuándo en el infierno te ibas a despertar—dice la voz y es sólo cuando da un paso adelante e inclina su cuerpo en la silla junto a mí que veo quién es.

Kayden.

Mis recuerdos, son nebulosos después del último golpe cuando Ricky me estrelló en el suelo, pero recuerdo haberlo visto por una fracción de segundo antes de que todo se oscureciera.

Recuerdo que pensé que estaba mal que Kayden estuviera ahí, ya que no tenía idea de nada de eso.

Ahora que está aquí, supongo que puedo obtener respuestas.

Bueno, podría si mi maldita garganta no estuviera tan seca. Incluso separar mis labios duele.

—Parece que eres el que necesita papel y lápiz ahora, ¿eh? —Se ríe y tengo ganas de sentarme para golpearlo. La cosa es que tiene razón. Hablar en este momento es evidente que no va a pasar, pero sí quiero obtener respuestas, necesito hacerlo de otra forma.

No me pierdo como todo parece que se dio vuelta y ahora soy el que es mudo. Hace que todos esos nombres que llamé a Isabelle, Eric y los innumerables otros con los que me metí a lo largo de los años duela aún más de lo que ya estoy físicamente. La forma en que estoy físicamente me revuelve el estómago.

Soy un estúpido.

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—Toma —dice Kayden, poniendo una libreta y un bolígrafo en mi pecho—. Sigo pensando que eres un idiota, pero ahora estás bastante arruinado. Necesitas toda la ayuda que puedas conseguir.

La primera cosa que le quiero preguntar cuando levanto mi mano y tomo el bolígrafo, deseando saber por qué estaba allí, para empezar, se desvanece cuando una duda aún más importante sube a la superficie. Había alguien más allí con él y en este momento, es lo único que me importa.

¿Cadence estaba contigo? ¿Dónde está?

—Está en una habitación al final del pasillo. Al parecer, una mirada hacia ti y perdió su puta cabeza —dice y mi estómago se revuelve otra vez. No puede insinuar lo que creo que dice, ¿verdad?

¿Cómo que perdió su mente? ¿Qué pasó con ella? ¿Por qué está en una habitación en el pasillo?

Viendo mis preguntas y de alguna manera percibiendo mi desesperación, coloca una mano en mi hombro y respira profundamente.

—Tranquilo. Hombre. Viéndote de la forma que lo hizo, se fue tras Ricky. Me involucré, la dejó caer, pero se golpeó la espalda y las piernas bastante duro cuando se cayó. Está en observación. No es nada demasiado serio.

Cadence, la chica que más temprano me dijo no quería estar conmigo, se involucró y se lastimó tratando de protegerme. Es exactamente lo que le advertí ese día en el vestuario. Terminé haciéndole daño con todo lo que le dije, aunque no fui el que literalmente hizo el daño.

Mierda.

Todo esto es mi culpa.

¿Crees que puedes conseguir una silla de ruedas? Necesito que me lleves con ella.

—No voy a llevarte a ningún lugar, Dill. Tu cuerpo está destrozado. Entiendo lo que quieres hacer, pero hombre, verte así, no va a ayudarla. Piensa lo que estás haciendo.

Tiene razón. Por supuesto que la tiene. Sabe de esto mejor que nadie. No se da cuenta, pero esa historia que dejó caer por ahí el otoño pasado cuando estuvo fuera durante tres días después del baile, sabía que era mentira. Pensó que escondía la mierda muy bien, pero yo lo sabía. Dean había estado golpeándolo por años, aunque no habló conmigo de eso y fue por eso que Kayden estuvo inconsciente.

Fue muy fácil encajar cuando Dean terminó encerrado y se corrió la voz por toda la ciudad. Wexfield es el centro para chismes y hablar mierdas. Los adultos son peores que los niños en esto.

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Estoy bastante seguro de que no querría que Isabelle lo viera después de lo ocurrido, así que sé lo que está haciendo sobre mí apareciendo de la manera en que me veo. No sé exactamente cuán mal terminó todo, pero por la forma en que me está mirando tengo algún indicio, debo ser malditamente repugnante.

¿Cuán mal está esto?

—¿Ella o tú?

Yo. Dijiste que no estaba mal

—Tienes dos ojos negros, un corte a través de tu ceja derecha que es muy profundo. Te pusieron puntos ahí. Cuando te trajimos, tu brazo estaba dislocado, pero parece estar en su lugar muy bien, ya que no se ve como un fideo colgando. Pronto te van a tomar una radiografía en la espalda, hay cierta preocupación por tu columna vertebral. Algunas otras cosas en tu rostro, pero creo que eso es todo.

No debería sorprenderme con todo lo que me dijo, pero lo estoy. Sé que me estrellé en el suelo muy duro cuando me tiró, pero ellos preocupados por el daño medular, eso es inesperado.

—Ahora entiendes por qué dije que no puedes ir a verla en este momento —dice, captando la mirada de sorpresa en mi rostro con la lista de lesiones que me ha dado.

Cadence. Dime todo.

—Dill—dice con una tensa sonrisa—. No sé qué demonios pasa con los dos, pero si Isabelle alguna vez hace lo que hizo Cadence, nunca la dejaría fuera de mi vista. La chica se volvió loca. Le advertí que no se involucrara y aunque vio lo que dije, igual fue a detenerlo. No dejó de golpearlo aunque el tipo ni siquiera se inmutó. Cayó al suelo, se arrastró hasta ti y se desmayó en tu hombro.

Hay una parte de mí que quiere sentirse orgulloso de que hizo todo eso por mí, pero la parte que es capaz de ver cuán maldita es toda la situación no me deja. Nunca debió estar allí y mucho menos estar en el medio. Cadence nunca debió ver nada de eso.

Es mucho mejor que yo.

¿Qué estaba haciendo allí? ¿Cómo lo supo?

Su respuesta es inmediata y esta vez, todos los rastros de la sonrisa que había estado usando cuando explicó lo que Cadence hizo, desaparecieron y se pone serio.

—La señorita T lo descubrió. Le preguntó a Caddy si sabía acerca de dónde ibas a pelear. Lo que haces cuando algo no te gusta y te cae la mierda encima y me llamó para el resto. Por la forma en que las dos iban en el auto, haciendo señas y esas cosas, me da la sensación de que su madre quería que se quedara en la casa y no consiguió nada de eso.

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Así es definitivamente Cadence. No esperaba menos de ella. No la conozco tan bien como quisiera, pero lo único que estuvo claro desde el primer día es que es terca y no ve las cosas como todos los demás. Si su mamá quería que se quedara en casa a salvo, sin importar de quién se tratara, no lo habría hecho.

Sí, es así. ¿Estás seguro que está bien?

—Va tener moretones por un tiempo, pero eso es todo. Ahora sólo la están revisando. Estoy seguro de que pronto la van a dejar ir y estará en su casa para el final de la noche.

Me siento mejor sabiendo que nada de lo que pasó esta noche la afectará físicamente, que tuvo suerte y Kayden había estado allí para detener que algo peor sucediera, pero no puedo evitar la sensación de que si no me hubiera hablado ese primer día, nada de esto estaría pasando. Gustándole, creyendo en mí, casi conseguí que la mataran.

Luchando de esta forma para mi padre, puedo parecer dramático diciendo que podría haber muerto, pero no lo es. Cada vez que entré en una pelea, entré sabiendo que un golpe erróneo, cayendo de cierta manera podría poner fin a las cosas para siempre. Es una mitad de la razón por la que tengo tanto odio. No luchaba porque era suicida, lo hacía porque era mejor que la alternativa. Una alternativa que vivió Kayden y de la que sabe mucho.

Si no peleaba tenía que ser el saco de boxeo de Bruce y de alguna manera, estas peleas parecían el menor de dos males.

Por favor dile a su madre que lo siento. Nunca debería haber ido allí o formar parte de nada de esto. Voy a permanecer lejos.

Kayden ríe en voz baja y otra vez siento el aumento de mi presión arterial. No creo que algo de lo que acabo de escribir sea divertido, de hecho, creo que nunca he sido tan serio. Quise decir cada palabra, al igual que antes cuando le dije como me siento.

“¿Qué es tan gracioso?

—Hombre, conoces nuestra historia. La mayor parte es bastante mala. Estar aquí sentado de esta manera contigo, nunca pensé en un millón de años que podría estar haciéndolo, pero lo que acabas de decir, es algo que nunca esperé ver.

Bueno, eso no ayudó. Ahora estoy aún más perdido que antes de que comenzara a hablar.

¿Te vas a explicar o simplemente me mantienes en suspenso?

—Haciendo lo correcto. Nunca pensé que lo vería. Es también un poco divertido verte enamorado.

Púdrete.

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—¿Realmente vas a sentarte aquí todo lastimado y roto para negarlo? Dillon, la razón por la que fuimos tan buenos amigos durante tanto tiempo es porque somos exactamente iguales. No quieres admitirlo porque eres un macho jodido de mierda, al igual que yo, pero no se puede negar esto. Peleaste por lo que pasó, ella me lo explicó cuando llegamos ahí. No te metes voluntariamente en una pelea como ésta a menos que estés impulsado a golpear como un loco de mierda por una chica.

¿Aquí es donde me dices que sabes esto porque lo pasaste con Belle?

En lugar de responder de inmediato asiente y me sonríe y por primera vez en meses, a pesar del dolor que me causa cuando trato de hacerlo, sonrío de vuelta. Somos iguales, no importa lo mucho que tratamos de huir o negarlo y lo que está diciendo, todo es verdad. Si hay alguien por ahí que puede conocerme mejor que nadie, es él.

—¿Sabes cuántas veces me le fui encima a Dean por Belle? La llamó mierda y eso me llevó a un punto en el que lo único que quería era verlo muerto. Estaba muy enojado. Solía estar en contra de mi hermano por un montón de cosas diferentes, pero nunca por una chica. Es por eso que sé que pasa contigo, porque hiciste la misma maldita cosa. Buscaste a alguien que golpeara tus sentimientos fuera de ti porque es más fácil no sentir nada.

Nada de eso importa ahora. Después de lo ocurrido esta noche, se demuestra que está mejor sin mí. Probablemente no quiere tener nada que ver conmigo.

Se ríe de nuevo, pero esta vez en lugar de enfadarme, me siento curioso. Sé ríe como si supiera algo que no sé.

—Apenas pudimos sacarla cuando llegó la ambulancia, Dill. Dudo que la chica no quiera tener nada que ver contigo. Estoy aquí porque era la única manera de mantenerla calmada.

Lo escucho, tomando todo lo que hizo esta noche en un esfuerzo para protegerme, queriendo creer lo que dice acerca de la manera que siento y deseando hacer lo correcto, es casi demasiado para tomar. Por mucho que crea que no soy bueno, que estará mejor sin mí, sé que eso no va a funcionar. No puedo dejar que esta chica se vaya; especialmente ahora y no tiene sentido intentarlo.

Si Kayden tiene razón y siente por mí lo mismo que siento por ella y estoy malditamente seguro que es el caso, después de la conversación que tuvimos, entonces sólo hay una cosa que me queda por hacer.

Es el momento de recuperarla y esta vez, asegurarme que nunca se vaya otra vez.

Poniendo el papel al costado de la cama, a pesar del dolor en la mandíbula y la forma en que mis labios parecen estar súper pegados, me aclaro la garganta y los fuerzo a que se abran. Si voy a hacer esto, entonces voy a hacerlo sin lápiz y papel.

—Necesito tu ayuda.

213

25 Cadence

o sé de quién fue la brillante idea de convertir el baile de fin de curso en un baile de máscaras, pero quienquiera que fuese, le voy a dar una patada en las bolas por esto.

Después de pasar los últimos cuatro días refugiada en mi cama, lamiendo mi espalda magullada con mi madre en un esfuerzo para tratar de sacarme de la cita con Eric, este es el último lugar en el que quiero estar.

Mi mamá vio a través de cada patético intento que hice para evitar estar aquí, y anoche me obligó cuando entró con una máscara y me dijo exactamente cuál sería el tema del baile. Enumeró todas las razones de por qué no era una buena idea que fuese rescatada de ir al baile, a pesar de mi necesidad de hace otra cosa y bueno, ahora estoy aquí, sintiéndome como un bicho raro y fuera de lugar como siempre.

Todo lo que dijo fue cierto y todavía quiero ver esto a través de Eric, pero estando aquí, especialmente después de lo que pasó a principios de semana, no se siente bien. Vi la forma en la que me miró cuándo me recogió esta noche, cómo de raro estaba actuando frente a mi puerta. Estaba moviéndose y sudando, y su sonrisa era diferente.

La forma en la que se sentía sobre mí, las cosas que Dillon me dijo, son todas ciertas, y estar aquí con él, está mal. Debería habérmelo preguntado así no tendría que haber ido solo, como me dijo, pero había algo más y saberlo solo hará que termine mal para todos.

No se da cuenta de eso porque lo hice antes cuando me preguntó, pero dejé mi corazón con el chico roto de ojos marrones en el hospital. No importa cuánto tiempo pase, nunca podré dárselo a otra persona, aunque si pudiera, Eric sería alguien a quien querría dárselo.

Cuándo el doctor me dio vía libre, explicándome que la única cosa mala que pasaba conmigo sería reparada con una buena noche de sueño, mi madre fue a buscar a Kayden así podría llevarme a casa. No se dio cuenta, pero cuando le dije que quería ir al baño antes de salir, no fue ahí donde terminé.

214

A pesar de la advertencia que me dio de que sería muy duro para mí verlo, todavía tenía que hacerlo. Así que cuándo giraron en la esquina y estuvieron fuera de mi vista, me dirigí a la estación de enfermeras, escribiendo el nombre de Dillon en un trozo de papel y pasándoselo, después de un par de minutos lideró el camino hacia su habitación. Cuando entré, vi que estaba durmiendo y cuán mal estaba realmente. Dejarlo, aunque sabía que tenía que hacerlo, fue difícil, pero quedarme habría sido peor.

La forma en la que se veía en el granero antes de que cerrara mis ojos fue duro, pero esto fue peor. Ver cosas enganchadas a su pecho, las máquinas iluminándose con cada respiración que tomaba, la vía intravenosa saliendo de su mano y subiendo por su brazo, fue horrible. Nunca debería haber estado en ese granero para empezar.

La culpabilidad nunca realmente desaparece, sin importar si eres completamente culpable o no, y estando aquí, en este gimnasio lleno de gente que ni siquiera conozco, me está comiendo viva. Soy culpable por empujar a Dillon a pelear, soy culpable por engañar a Eric aunque no fuese intencionalmente. Todo es mi culpa.

Mi madre me dijo esta mañana que ya había salido del hospital y que lo habían enviado a casa con su madre y eso debería haberme hecho sentir mejor, pero todo lo que hizo fue hacer el nudo de mi estómago mucho peor. El último lugar en el que necesita estar es con una madre que no tiene ni idea de lo que realmente está pasando. Estoy agradecida de que no terminase con su padre, Bruce siendo atrapado, junto con algunos otros por dirigir un club de pelea, pero su madre no era mejor.

No tengo ni idea de dónde debería estar, pero no en su casa.

Ella me preguntó si quería ir a verlo y lo hice, pero después de todas las cosas que dije, llamándonos un juego, diciéndole que todo terminó, me imaginé que sería la última persona a la que querría ver. No me importa cuánto lo amo, lo que dije, las cosas que hice, significa que tenía que mantenerme lejos.

Admitirlo que siento o lo que creo que mis sentimientos son, es fácil ahora, y a pesar de lo equivocado que parezcamos ser el uno para el otro, lo que siento no lo es. Él estaba en lo correcto ese día en el barranco. Lo que había entre nosotros, no importa dónde vamos, es un principio y no un final. La forma en la que me siento por él, no acabará nunca.

Voy a llevar un trocito de Dillon conmigo por el resto de mi vida.

Siento el toque antes de que suceda, miro hacia arriba y veo a Eric de pie frente a mí, una taza de plástico extendida frente a él, una sonrisa es su forma de saludar. Tomándola y llevándola a mis labios, bloqueando los pensamientos de Dillon y lo que pasó cuatro días atrás en mi cabeza, sonrío en respuesta antes de beber la copa entera de un sorbo.

215

―No me preguntaste si tenía mezcla ―dijo con una sonrisa―. Podría estar tratando de emborracharte.

Tengo mucha sed, lo tomaré, mezclado o no.

Aparté la mirada de él, mis ojos yendo y viniendo en la habitación que me rodea. Acariciándome con su mano, esperó hasta que le miré directamente y empezó a hablar.

―¿Quieres bailar?

Si fuera por mí, me pasaría el resto de la noche de pie aquí donde estoy, al menos lo haría hasta que finalmente se aburriese y me llevase a casa, pero con mi madre siendo chaperona del evento, no hay forma de que me dejase. Ya he encontrado sus ojos sobre mí un total de diez veces y estoy asustada de empujarla y ver qué otra clase de miradas puede lanzarme.

Asintiendo lentamente, pongo mi mano en la suya y dejo que me lleve a la pista de baile. Incluso con la máscara en mi rostro, las aberturas de los ojos son demasiado pequeñas para mi gusto, puedo ver las miradas que la gente nos están dando cuándo empezamos a bailar. Es demasiado obvio que soy la chica sorda y todos están tratando de averiguar cómo puedo bailar si no puedo escuchar.

No necesito escuchar la música para saber cómo moverme. Cuando tienes una pareja como Eric, quien entiende y puede tomar la delantera, puedo bailar tan perfectamente que parecerá que no hay nada malo conmigo. Solo soy otra chica promedio en mitad del gimnasio, bailando con un hermoso chico.

Después de girarme un par de veces, tratando de acercarme y alejándome, su conducta cambia. La última vez que me giró, lo hizo con una sonrisa y ahora, su rostro está vacío. Empujándome hacia él y girándome alrededor, las otras parejas continúan bailando a nuestro alrededor, puedo ver por qué ha cambiado.

Dillon está aquí.

El tiempo parece detenerse cuando nos quedamos mirando el uno al otro, sus ojos, estoy segura, reflejan lo mismo que los míos. Tan sorprendida como estoy por verlo aquí con la lista de heridas que Kayden dijo que tenía, estoy decidida a no dejar que lo vea.

―¿Puedo interrumpir? ―dice y se gira hacia Eric, el cual asiente, dándole su aprobación, dejando la decisión de si Dillon baila conmigo o no, completamente en mis manos.

Con la voz dentro mí gritando que lo acepte, y Eric ahora retrocediendo y caminando hacia el otro lado de la habitación, asiento y veo como avanza y desliza un brazo alrededor de mi espalda, tomando mi otra mano con la suya.

216

Al minuto en que su cuerpo hace contacto con el mío, me toma todo lo que tengo no derretirme por la forma en la que se siente. Con la forma en la que me atrae hacia él, mis ojos están al nivel de su cuello y estoy asustada de mirar hacia arriba. Mirándolo antes de que pidiera interrumpirnos, noté el daño que la pelea le había causado, pero evitando romperse con el dolor. Ahora, estoy asustada de levantar la mirada y verlo otra vez, porque la última cosa que quiero que sienta estando aquí, de esta forma, es que me siento mal por él.

Moviéndome alrededor de la pista, sus movimientos son lentos y deliberados y empiezo a preguntarme qué tipo de canción está sonando, mientras que el resto de las personas a nuestro alrededor están todavía moviéndose en el mismo sitio. La forma en la que se está moviendo, es como si estuviese haciendo su propia música, una canción más lenta y que solo él puede oír.

Nunca he querido tanto escuchar algo en mi vida.

Después de que nos estuviéramos moviendo en círculos, mira abajo, hacia mí, y sus ojos, oscuros como siempre, son tiernos, un poco brillantes mientras que continuamos moviéndonos bajo las luces. La máscara cubre mi rostro entero, el suyo está al descubierto y relajado, casi como si estuviese sintiendo las mismas cosas que yo.

Viendo sus labios separados, sabiendo que va a hablar, levanto mi dedo y lo coloco en sus labios. No puedo dejarlo hablar hasta que me conteste algo primero.

―¿Qué estás haciendo aquí?

―Salvaste mi vida. No hay otro sitio donde necesite estar.

Siempre me pregunté qué se siente ser un ser completamente sólido un segundo y repentinamente convertirse en un charco en el piso, y con lo que dijo, lo estoy experimentando personalmente. Mis piernas se sienten como chicle, confiando en él aún más para moverme alrededor de la habitación y mi cabeza se siente mareada.

―¿Cuántos camiones esta vez? ―pregunto, tratando de aligerar el ambiente, con el fin de llamar la atención lejos de cada parte de mí que se está cayendo a pedazos.

Sonríe antes de contestar.

―Un camión muy grande. Por lo que oí, te atropellaron también.

No hay nada gracioso sobre lo que experimentamos, pero me sonríe, no hay forma de que pueda ignorarlo. Cuando pregunté, está es la reacción que estaba buscando y estoy contenta de que no me decepcionara.

―Pensé que no te vería esta noche.

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―Me remito a la respuesta que le di a tu primera pregunta. No necesito estar en otro lugar, Caddy.

Su cuerpo se tensó y a pesar de lo cerca que estábamos, me trae incluso más cerca y trata de girarme para que no me dé cuenta de qué es lo que ha provocado su reacción, se inclina hacia atrás, girando mi rostro hacia él, así soy capaz de ver no solo sus ojos sino también sus labios.

―Tim y Amy.

Asiento y detengo todo movimiento, eligiendo en su lugar fijarme en él, la forma en la que huele, esa misma mezcla de sudor y polvo de talco que olía el primer día y cómo se siente ser sostenida por él. Siguiendo como se mueven sus labios, veo que no está feliz de que estén aquí y no me toma mucho tiempo para averiguar por qué.

Están aquí por mí.

218

Dillon

En cuánto me enteré de que Cadence vendría al baile de fin de curso con Eric, esperaba que algo como esto ocurriese, especialmente con lo que pasó la última vez que estuvimos aquí. Dónde había estado de cabecilla antes, esta vez iba a ser diferente.

Esta vez no iba a salir de la forma en la que ellos esperaban.

Cuándo llamé a Kayden unas horas antes, asegurándome de que todo lo que le pedí en el hospital se puso en marcha y listo para funcionar, le molesté para una cosa más. A pesar de sus sentimientos hacia mí ahora, estuvo de acuerdo. Fue solo cuando llegué en su auto, tratando de sentarme recto, así no agravaría mis heridas más de lo que ya estaba, me puso al corriente de todo lo que había echado de menos.

Parece que pasando cerca de mis amigos el miércoles, se enteró del plan y aunque nadie fue nombrado, solo había una chica por la que Amy querría vengarse tanto que se saldría de su camino para hacer que sucediese. Cadence.

No tengo ni idea de porqué planearon la maldita cosa en el pasillo, habiendo aprendido nada de mí en todos estos años, pero lo hicieron y fue capaz de darse cuenta de todo. Aparentemente, la idea era coronar a la reina del baile de la misma forma que hicimos en el de bienvenida y haciendo que Cadence lo gane. Aquí es donde el plan original cambia.

Tim, teniendo acceso a los vestuarios y al baño del hielo que tomamos a veces después del juego, iba a tomar un montón de agua y hielo y subirse a las vigas encima del escenario y tirarlo encima de ella.

Hubo un tiempo en el que el plan habría captado mi interés, pero esos días se terminaron. Es por eso que en el momento en el que intentaran hacerlo me aseguraría de estar en el gimnasio para ella. Nadie iba a repetir lo de la noche de bienvenida, no cuando estaba todo en mi poder para asegurarme de que lo haría bien esta vez.

Incluso no tenía que ser Cadence la que estuviese en el objetivo. Si ellos hubiesen decidido que Isabelle tenía que estar en el punto de mira, habría hecho lo mismo. Las cosas no funcionan ya como solían ser antes y aunque me tomó demasiado tiempo darme cuenta, voy a poner fin a todo esto ahora.

Estos dos, a pesar de que han estado conmigo durante los últimos cuatro años, no significan absolutamente nada ahora. Nunca me conocieron para empezar, solo conocían a la persona que quería que viesen.

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―Entonces Dill, ¿cuándo te convertiste en un amante de lo retardado? Oh espera, es verdad. No es una retardada, es sorda, que es aún peor. Por lo menos Isabelle puede escuchar la mierda que le decimos.

No importa lo que ellos digan. Necesitaba mantenerme calmado. Me niego a repetir el mismo error que hice hace una semana. Cadence no va a ser testigo de yo perdiendo mi mierda con estos dos, aunque es exactamente lo que quiero hacer.

―Bonito Tim, ¿crees que podrás pensar por ti mismo o solo reciclarás mis líneas otra vez?

Contento de que lo callara y le cerrase la boca, dirijo mi atención a la persona a su lado. La chica con la que hasta hace unas semana había estado saliendo. La chica que afirmaba querer, antes de saber realmente lo que era querer.

―Sé lo que vas a hacer y no está sucediendo. La próxima vez que desees destruir a alguien trata de no planificarlo todo en un pasillo público donde cualquier persona pueda escucharlo.

Mirando hacia abajo a Cadence, deslizó mi mano en la suya, moviéndome hacia la puerta y empiezo a caminar. Allí de pie, exactamente donde necesito que esté, está Daniels y por primera vez desde la reunión con mi madre, tiene una mirada diferente de su normal desdén al que estoy acostumbrado cuando estoy cerca.

―¿Qué puedo hacer por usted señor Murphy? ―me pregunta al minuto en el que me detengo delante de él, y al igual que hice el día que me llevó a clase, resistí el impulso de decir algo sobre lo que me llamó, centrándome en la amenaza muy real, que mis viejos amigos han planeado para la chica cuya mano estoy tomando firmemente con la mía.

―¿Recuerda lo que pasó el otoño pasado? Esa noche no hice lo correcto y ambos lo sabemos, pero esta noche, lo hago. Amy, Tim, Charlotte y Eve, han estado planeando hacer algo cuando anuncies los reyes del baile. Te dejo saberlo así puedes pararlo.

Me mira como si no creyera una palabra de lo que le estoy diciendo mientras que sé, a ciencia cierta, que Cadence no estará poniendo un pie en el escenario esta noche, no podré detener a quien sea que tome su lugar y no quiero que le suceda a nadie más. Necesito que me crea.

―Consigue a alguien que se suba a las vigas. Verás un balde de agua helada. Están planeando volcarlo en la cabeza de la reina. Sé que cometí muchos errores y que no crees una mierda, viniendo de mi boca, pero vas a querer creerlo.

Dándole los hechos parece ser todo lo que necesita. Asiente y justo delante de mis ojos camina, dirigiéndose no solo hacia el entrenador al otro lado de la habitación, sino también a donde está parada la madre de Cadence. Cuando ella mira

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a través de la habitación, atrapando mi mirada, asiente y sonríe, eso es todo lo que necesito.

Me deja saber que aunque no conoce lo que está pasando, sabe que hice lo correcto esta vez.

Solo hay una cosa que me queda hacer ahora.

Es tiempo de volver al principio, y esta vez, hacerlo bien. Es tiempo de hacer a Cadence Taylor mía.

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Epílogo Cadence

uándo me pidió bailar, la forma en la que me sentí en sus brazos, aunque no pudiese escuchar la música y él era el que me lideraba, sosteniéndome tan cerca como le fuese posible mientras que nos movíamos alrededor del gimnasio, fue crucial. Fue un momento decisivo

para nosotros, al menos pensé que lo era.

El baile terminó, el rey y la reina del baile estaban a punto de ser anunciados y estoy al margen, Dillon no está por ningún lado. Es obvio que el momento que pensé que compartimos, la forma en la que me sentí en sus brazos estaba todo en mi cabeza. Nada ha cambiado. Estamos de vuelta en donde estábamos el lunes.

Sintiendo un cuerpo rozar al mío, me giro, mirando hacia arriba y esperando encontrar unos ojos marrones particulares mirándome de vuelta, decepcionada cuando veo que son unos ojos oscuros, sí, pero no los que había estado esperando.

Es Eric y a pesar de la sonrisa en su rostro, todavía me siento destruida por dentro. Después de todo lo que he pasado con Dillon, sabiendo cómo es su vida y la oscuridad que le rodea, debería estar con alguien como el chico que está frente a mí. Debería estar permitiéndome caer por esa sonrisa, la suavidad en sus ojos, en cambio estoy aquí de pie extrañando a alguien que es completamente opuesto a él.

Alcanza el bolsillo de su chaqueta, saca un pequeño sobre y me mira, su sonrisa nunca vacila, me lo pasa y da un paso hacia atrás. Sea lo que sea que me está tendiendo ahora, es obvio que no es de él o no sentiría la necesidad de dar un paso atrás y darme privacidad para leerlo.

Mi corazón salta al pensar en lo que me está esperando en el interior del sobre. Cuando abro el papel, miro el garabato en la nota y mi corazón retumba otra vez. No es de él, sería capaz de reconocer su escritura en cualquier lugar.

¿Das un paseo conmigo?

Mirando hacia atrás a Eric, nuevamente siendo golpeada con una sonrisa que de alguna manera parece más brillante de lo que era antes, sonrío débilmente y me muevo hacia la puerta, dándole mi respuesta al mismo tiempo.

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Es solo cuando nos dirigimos hacia fuera de la escuela y bajamos a través de los árboles que me llevará al único lugar que significa algo para mí que me detengo. Estoy segura que no tiene ni idea de lo que significa para mí el lugar donde me está llevando, pero creo que antes de que lo haga se lo diré. No estoy segura de cómo me siento por ir al barranco sabiendo que es el lugar donde tuve mi primer beso y donde conseguí mi primer novio.

Ir ahí con Eric ahora sería injusto tanto para él como para Dillon. No puedo hacerlo.

Negando y apuntando hacia el barranco, doy un paso hacia atrás, totalmente preparada para dar la vuelta y regresar adentro.

Antes de que me pueda girar, llega hacia mí y me tira hacia él y al lugar al que realmente no quiero ir. Saca otro sobre de su bolsillo, me lo da, igual que antes, saco una pequeña nota y la leo, completamente confusa en cuanto a lo que está pasando. Me puede hablar, así que al utilizar las tarjetas me está desconcentrando.

Confía en mí. Juro que no es lo que piensas. =)

Hay un emoticón de una carita feliz al final de la frase y por alguna razón, de la misma forma en la que lo hizo cuándo Isabelle me los envió, aligera mi estado de ánimo. Confío en Eric y sé que nunca haría algo que me hiciese daño. Simplemente no se da cuenta de lo que significa el barranco para mí.

—No puedo ir allí—digo con señas, esperando que entienda la indirecta así puedo detener lo que está a punto de pasar.

—Sí, tú puedes, Caddy. Necesitas hacerlo.

¿Qué significa que tengo que hacerlo? No necesito hacer nada. Ahora me está recordando a la manera en la que Dillon estaba en mi cocina. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer.

—Eric…

—Solo ven, Caddy —dice y no me da la oportunidad de quejarme, me arrastra de mi mano, y tira de mí el resto del camino hacia los árboles hasta que caminamos completamente hasta el otro lado. El agua viene a mi vista automáticamente y verlo así, por la noche, me reconforta.

Es hermoso. La manera en la que se ve durante el día, viéndose el agua marrón y turbia, con basura desechada alineada a ambos lados, es lo suficiente para revolver el estómago de cualquiera, pero justo ahora, nada de eso es visible, y todo lo que puedo ver son las luces de la calle que se reflejan en el agua moviéndose lentamente en tranquilas olas.

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Mirando arriba a Eric y viendo como señala hacia el carril de las bicicletas, sigo a su mano y es cuando veo el verdadero motivo de por qué estoy aquí. No fue Eric quien trató de traerme.

A unos cuatro metros de distancia, en la roca en la que nos sentamos el primer día que vinimos aquí, está Dillon y alrededor de la zona, en los árboles encima de él y descansando alrededor de las rocas hay luces, hay tantas que está totalmente iluminado y resplandeciente.

Nunca vi una vista más hermosa en toda mi vida.

Girándome hacia Eric, esperando ver una mirada de decepción, especialmente después de lo que mi madre me dijo, todo lo que veo es su sonrisa familiar.

—¿Qué es esto?

Abre su chaqueta y una vez más, me pasa otro sobre y lo tomo, se inclina y me da un pequeño apretón en mi hombro, un beso en mi mejilla y apunta hacia Dillon.

—Es hora de ir, Caddy.

Girándose y yendo por el mismo camino por el que vino, dirijo mi atención a la nota en mi mano, mi corazón empieza a bombear más rápido por anticipación y miedo al mismo tiempo. Esta vez, la escritura es familiar y mientras que leo las palabras y rasgo nuevamente el sobre, me giro hacia el escritor y camino hacia él.

Hola. Mi nombre es Dillon.

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Dillon Juro por Dios que con la cantidad de trabajo que le puse a esto, mejor que vaya

de la manera en la que quiero.

Cuando Kayden me sugirió traer a Eric, habiendo hecho la misma cosa cuándo él quería llegar a Isabelle, estaba completamente en contra. Sé lo que siente el chico por Cadence, dejarle participar en lo que quería hacer por ella, solo causaría más problemas de los que estaba preparado para tratar.

A pesar de ello, Isabelle lo trajo y considerando lo que estaba haciendo por mí después de lo que le hice, no estaba dispuesto a discutirlo. Ella no tenía que haberme ayudado en todo y lo sabía, lo que significaba que Eric estando involucrado en esto, era como las cosas tenían que ser.

Afortunadamente la única cosa que le asignó de tarea fue asegurarse que Cadence apareciese cuando yo le enviase un mensaje a Kayden para dejarle saber que estaba listo. Parado aquí y esperando a que apareciera con ella aunque, empiezo a pensar si él me dejó tirado en el último minuto y solo me quitó del medio así podría estar a solas con ella.

Me juré a mí mismo cuando puse esto en marcha que no dudaría de mí mismo o de mi valía nunca más. Por alguna razón, Cadence Taylor vio algo en mí que por mucho tiempo había estado negando y es por ella que seguiría adelante. Armado con la información que Kayden me dio en el hospital, fue lo único que me quedó por hacer. Nada más importaba.

Viéndola mientras camina a través de los árboles detrás de Eric, la manera en la que se gira hacia él cuándo le pasa lo que parece ser el último sobre, mi corazón se detuvo por primera vez desde que empecé a poner todo esto junto. La había traído y entregado tal y como me prometió; viéndolo marcharse y a ella leyendo mis palabras, incluso desde esta distancia, estoy más que listo para lo que viene ahora.

Mi carta para ella, la que le dejé el día antes de que me abandonara, eso es lo que tiene que pasar ahora. Lo que sucedió entre nosotros en el colegio, nos estaba preparando para este momento. Ahí es donde tenemos nuestro principio sin final.

Aquí mismo, en este momento justo ahora. Es nuestro para siempre.

Llegando hasta detenerse frente a mí, sus ojos nunca rompen el contacto, saco un sobre de mi bolsillo y se lo paso. Esto fue una decisión de último minuto, pero una de la que me siento muy confiado. Podría fácilmente decirle todo esto, pero hay un montón de cosas y escribirlo era mucho más fácil que tratar de recordar todo lo que quería decir.

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Veo que sus ojos se abren más mientras saca la arrugada hoja de papel, no puedo evitarlo, pero sonrío. Es obvio que estaba esperando otra nota. Es una pena para ella que todo lo que quería decirle no pudiese caber en doce de esas y mucho menos en una. Cuándo sus ojos se detienen sobre las líneas de las páginas, pliega la carta de nuevo con su mano libre y me la entrega.

Nuestras manos se tocan mientras la tomo y la coloco de vuelta en mi bolsillo y la sacudida que experimento, hace a todo esto perfecto. Después de pasar las últimas tres semanas intentando navegar por un mar de confusión que sentí cuándo entré a la clase de la señorita Taylor ese primer día, esperando nada más que hacer lo correcto por esa chica que me tiene en maneras que nadie más hubiese sido capaz, he estado muriendo por hacer las cosas correctamente.

—¿Quisiste decir eso? —preguntó, mi corazón salta ante el sonido.

—Cada palabra. ¿Qué es todo eso? —pregunta señalando hacia arriba a los árboles y hacia el suelo alrededor de la roca que aún la pienso como nuestra. Es solo cuando sus ojos parecen cerrarse sobre lo que está descansando encima de la roca que se amplían—. ¿Más pintura en aerosol?

A pesar de la seriedad del momento, la forma en la que me pregunta sobre la pintura en aerosol me recuerda a la primera vez que vinimos aquí y me miró con recelo. Incapaz de contenerme, me río y su cabeza se inclina hacia atrás hacia mí, sus ojos iluminándose, atrapándome en el acto, aunque estoy bastante seguro de que no me escuchó.

—Sí, más pintura en aerosol, pero llegaremos a eso. Primero, necesito decir algo y realmente necesito que me escuches.

Baja la mirada, pero antes de que pueda tomar mis palabras de forma equivocada, estiro el brazo, descansando mis dedos contra su barbilla haciendo que los levante hacia mí. No hay nada equivocado sobre lo que dije y voy a demostrarle el porqué.

—Te amo Cadence —digo, pero al mismo tiempo aunque soy cuidadosamente lento, hago que mis manos repitan mis palabras. Es solo cuándo entiende lo que estoy haciendo, sus ojos se lanzan desde mis labios hacia abajo donde mis manos están haciendo las señas y sé que di en el blanco.

Cuándo las lágrimas empiezan a rebosar las esquinas de sus ojos, agradezco silenciosamente a Isabelle y a cualquier Dios que puedo estar haciendo esto en este momento. Su reacción frente al pequeño intento que he hecho para entenderla, adaptándome a sus necesidades, es todo.

—¿Por qué no solo lo dijiste con señas?

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Cuando decidí que aprender el lenguaje de signos iba a ser mi primer paso para empezar de cero con ella, Isabelle me preguntó la misma cosa. Me empeñé en aprender las letras individuales y al mismo tiempo, nunca le di una explicación sobre eso porque no era de su incumbencia. La única explicación que importa es para la chica justo aquí.

—El entrenador me dijo una vez, cuándo estaba demasiado ocupado molestando para prestar atención, que la única forma con la que él pudo abrirme los ojos, para hacerme escucharle fue deletrear todo. Quería que me escucharas.

Si pensaba que la piscina de agua en sus ojos no podía empeorar, estaba en una desagradable sorpresa. Ni bien digo las palabras entonces me doy cuenta de las lágrimas empezando a caer de sus ojos. Antes de que pueda llegar a ella, para hacer que se detengan, pone su mano entre nosotros.

—Lágrimas de felicidad.

Asintiendo, doy un paso hacia ella, totalmente preparado para quitar su mano del camino si lo necesitase si eso significa que puedo tener a esta chica en mis brazos. Se siente como una eternidad desde que la he tocado aunque solo han pasado unos minutos, y si no hago algo pronto para acabar esto, voy a volverme loco.

—Todo este tiempo he querido que me escuches, pero fui yo quien no te estaba escuchando. Me has estado escuchando todo este tiempo porque me escuchaste aquí —dice mientras se acerca a mí y descansa su mano sobre mi corazón—. Gracias por escucharme.

Esta chica es exactamente como Kayden dijo que era. Es la que me ha ayudado, la única que ha hecho que me dé cuenta que soy mejor que de la forma que he sido durante los últimos seis años y ahora está aquí, agradeciéndome cuando la realidad es que no tiene nada por lo que darme gracias.

Moviendo las manos una y otra vez y viendo que sus ojos se centran en ellas, deletreo las mismas palabras una y otra vez, por ninguna otra razón que no quiero pasar otro segundo de este momento juntos sin hacerle saber cómo me siento. Huí de esto, lo negué, luché como el infierno contra esto durante tres semanas y he acabado.

Estoy loco por Cadence Taylor y lo repetiré tantas veces como sea para que así nunca pase ningún otro segundo dudándolo. Soy la persona que soy ahora, el que está aquí parado haciendo señas porque ella cree en mí. Podría haber pensado que era el fuerte, el luchador, pero la verdad es, que nunca fui yo en absoluto.

Siempre fue ella. Es la verdadera luchadora.

—Es mi turno —dice lentamente, centrando mi atención de vuelta en ella y en lo que sea que está a punto de decir ahora. Este es el momento de la verdad, ahí es cuando todo cambia, esta vez es para siempre.

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Sus manos se mueven primero y aunque es corto, estoy seguro de que sé lo que dijo. Es lo que dijo antes, sobre yo escuchándola en mi corazón se hace realidad. Son las tres palabras que me hace con señas antes de tirarla a mis brazos, eso hace que cada cosa que hemos pasado valga la pena.

—¿Cuál fue la última palabra? —pregunté, recordando todos los signos para Te quiero, de mi investigación de internet y sabiendo que eso no era una parte.

—Tu nombre significa leal, así que…

—Así que eso significa…

Me sonríe y estoy completamente deshecho con la vista. La forma en la que se ve justo ahora, sus ojos brillando bajo las luces a nuestro alrededor, quiero congelar el tiempo y dejarlo así para siempre. Sus manos se levantan y sus labios se separan al mismo tiempo y como antes, ella para mi corazón cuándo me hace señas de sus sentimientos hacia mí, alto y claro.

—Eso significa te quiero, Dillon.

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Cadence Cuándo Dillon me hizo señas, estoy tan segura que mi corazón dejo de bombear

en mi pecho. Comienza de nuevo y libero la respiración que había estado manteniendo, me mantengo firme frente al impacto que hace ese pequeño gesto en mí y luego vuelve a suceder.

Explicándome por qué hizo las señas de esas letras, sus recuerdos de lo que su entrenador le dijo; el impacto que tuvieron las palabras le trajo al momento en el que estamos ahora, estoy completamente alterada por eso. Para algunas personas, eso podría no haber sido la cosa más romántica para decir, pero para él, conociéndolo como lo hago, aparte de la forma en la que lo sentí cuándo dijo con señas el te amo, no hay otra palabra en el mundo que haya soñado alguna vez más dulce.

No necesito escuchar el sonido de su voz, su tono o incluso las palabras que exclama porque no importa lo que dice, puedo sentirlo. La forma en la que su corazón me ha estado escuchando todo este tiempo, se siente al igual que el mío ha estado haciendo y es algo nuevo que nunca quise perder.

La manera como me sentí en la pista de baile cuando tenía sus brazos a mi alrededor, siento cómo los envuelve otra vez, su cabeza descansando a mi lado, sintiendo su respiración en mi oreja. Estando con Dillon Murphy, estoy empezado a aprender, es una experiencia de cuerpo completo. Me está dando la posibilidad de escucharlo de todas las formas en la que lo puedo sentir, el más importante es el efecto que tiene en mi corazón.

Retrocediendo solo lo suficiente para tener mi boca arriba en perfecta armonía con la suya, se inclina y sus labios rozan contra los míos, en ese momento, el mundo a nuestro alrededor, las luces en los árboles, el soplo de la brisa, el baile a unos pocos minutos de distancia, todo se desvanece y lo único que queda es la sensación devoradora que viene al estar tan completamente poseída por otra persona.

Es solo cuándo rompemos el beso que recordamos la única cosa que queda que necesita explicar.

—¿Pintura en aerosol?

Sonríe y señala el carril de las bicicletas que se extiende a una distancia de atrás y adelante de nosotros.

—Podríamos terminar metiéndonos en problemas por esto porque es un poco más grande que la roca, ¿pero recuerdas lo que dijiste ese día que te pedí salir? —Cuándo asiento, continua—: Bueno, vamos a dejar nuestra huella en el camino. Una variación de esas palabras para que el mundo las veas.

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—¿Quieres que el mundo lo sepa?

—Sí, Caddy. Quiero que el mundo sepa cómo me siento por ti, pero no estoy haciendo esto para todo los demás. Lo estoy haciendo para la única persona que quiero que sea parte de mi mundo.

—¿Yo?

—Sí, tú.

Una hora después, mi vestido se llenó tanto de pintura como de tierra frente a mí, la chaqueta de Dillon debe haber sido abandonada por la misma razón, eso es exactamente lo que está pasando. Antes de nosotros ahora, son las únicas palabras que quedan por decir. Las palabras que queremos que el mundo entero sepa.

Este es el principio de algo que no tiene fin <3

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Carta de Dillon Cadence

Nunca tuve la oportunidad durante nuestro tiempo juntos para realmente empezar desde el principio, así que voy a escribir todo esto para ti ahora para que cuando te presentes esta noche, podamos realmente empezar de nuevo.

No siempre fui un desastre. No siempre me metía con la gente que pensé que eran más débiles que yo y definitivamente no siempre fui tan irascible y lleno de odio.

Hasta que llegaste a mi vida hace tres semanas, solo puedo recordar amar a una persona y ella murió hace mucho tiempo. Solía pensar que mi papá y los combates me convirtieron en la persona sobre la que has oído y visto, pero no es así. El día que mi abuela murió, la forma en que solía ser, la apagué. Tenía ocho años de edad y fue la única en todo el mundo a quien le importaba.

Murió de forma natural durmiendo, pero todo lo que pude ver en ese entonces fue que cuando amas a alguien, está destinado a ser arrancado de ti. Apagué mis sentimientos entonces, pensando que con el tiempo no sentiría nada y así nada podía alcanzarme y cuando mi familia implosionó un par de años más tarde, hundiéndome con ellos, solo aproveché la ola y me convertí en la persona que conociste cuando apareciste en Wexfield.

Soy el que tomó la decisión de cambiar después de su muerte y luego, cuando mi papá empezó a perseguirme con la mierda de los débiles contra los fuertes, lo acepté como un hecho, ya que tenía más sentido. Solo los débiles sienten cosas; gritan, se cuidan y se enamoran. Se convirtió en mi misión en ese momento asegurarme de que todos y cada uno de ellos me tuvieran miedo. Quería que supieran la forma en que estaban, que ser tímidos y débiles estaba mal y que la forma en que soy era la manera correcta de ser.

Cadence, estaba tan equivocado. Lastimé tanta gente y no importa lo que hago ahora, donde vaya, nunca voy a hacer por completo para nada de eso, pero te juro, no lo dejaré de intentar. Daño a la gente, no importa si tienen discapacidades o no están mal. La forma en que he estado viviendo durante los últimos diez años, tiene que parar y este es mi último intento de hacer algo al respecto. Cambiarlo y arreglarlo.

No me has cambiado. Te puse demasiada presión cuando te dije que quería ser mejor para ti, pero jugaste un papel importante en mí del deseo de cambiar. Me mostraste que la forma en que he estado haciendo las cosas está mal y que la forma en que mi vida era, no es adecuada para mí. Tú no me hiciste cambiar, lo hice por mi cuenta, pero me arrojaste luz sobre algo que he pasado demasiado tiempo escapando.

Tu mamá me dijo el otro día que cuando te preocupas por alguien, no te por vencida. No dejas de intentar y aunque le dije que este es mi último intento de cambiar, mentí. No importa a dónde vamos, el nuestro es un principio que nunca tendrá fin porque no me daré por vencido, no importa cuántas veces me apartes. Voy a seguir intentando porque eso es el amor.

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El amor, se trata de algo más que los tiempos cuando las cosas se ven perfectas. Se trata de continuar aunque no tengamos motivos para hacerlo. Es seguir luchando cuando no parece haber nada por qué luchar.

Todo el tiempo que he pasado luchando, nunca lo he hecho por las razones correctas. Quiero hacerlo ahora. Quiero pelear y esta vez, luchar por la cosa que más me importa. Quiero luchar por luz cuando las cosas se ponen oscuras; por una sonrisa cuando todo lo que quiero hacer es llorar. Quiero mantenerme firme y por primera vez desde que mi abuela murió, luchar por lo que es correcto.

Quiero luchar por ti, por nosotros y, sobre todo, por el amor.

No eres la única que pasa la vida en un mundo sin sonido. Todo eso cambió el día que entré en la clase de tu madre. Ahora mi mundo está lleno de sonido y es el mejor. Es un sonido que nunca quiero perder ahora que lo he encontrado.

Si miras hacia mí ahora, lo verás.

Eres el único sonido que escucho y siempre lo serás.

Dillon.

Fin

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Próximo Libro Take Me With You – Count on Me #3

Números. Son significativos. En mi vida cada uno significa más que el anterior.

Siete años. Dos mil quinientos cincuenta y cinco días.

Ese es el tiempo que ha pasado desde que aprendí que tengo el síndrome de Asperger.

Cinco años. Mil setecientos veinte días.

El tiempo que he estado en terapia a causa de eso.

Una sala de espera al azar.

Todo lo que hizo fue poner mi mundo al revés y me entero de que incluso en el peor ser humano, hay una historia que contar y, a veces, la tapa de esa historia puede ser engañosa.

Soy Eric Carmen. Ella es Amelia Evans y esta es nuestra historia.

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Sobre la autora

Melysa Winchester es madre de cuatro hijos de Toronto, Ontario, Canadá. Cuando no está inmersa en la genialidad de los adolescentes, está enamorándose de un novio y novia literarios a la vez. Es una amante de todas las cosas de romance y por siempre creerá en un verdadero felices para siempre.

Cuando no está siendo una mamá o escribiendo, puedes encontrarla haciendo una de dos cosas. Leyendo o estando enterrada bajo las sábanas viendo Supernatural, Sons of Anarchy o Veronica Mars.

Melyssa está trabajando actualmente en Beforethe Book of Light #1: Holdonto Me (La historia de Michael) que sigue la vida de los personajes de la serie Love United antes que se juntasen. También está trabajando duro en un tomo único Shades of Blue y planeando muchos más próximos proyectos para el futuro.

La puedes encontrar en la web, ya sea en su sitio personal, Facebook (con el que ella podría tener una obsesión) o Twitter (WinchesterBooks) donde habla incesantemente de sus hijos, su escritura y todas las cosas relacionadas con sus novios literarios.

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