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HARVEY J. KAYE

lOS HISTORIADORESMARXISTASBRITANICOSUn análisis introductorio

Edición y presentación a cargo deJulián Casanova

Universidad de Zaragoza, 1989

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FICHA CATALOGRAFICA

KAYE, Harvey J.

Los historiadores marxistas británicos un análisis introductorio/ Harvey J. Kaye;edición y presentación a cargo de Julián Casanova. - Zaragoza: Universidad, PrensasUniversitarias, 1989

XVIII, 240 p.; 22 cm. - (Ciencias Sociales; 11)

ISBN 84-7733-135-9

1. Historiadores ingleses 2. Historiografía marxista - Gran Bretaña 1. Casanova, Juliánn. Universidad de Zaragoza. Prensas Universitarias, ed.

930-05 (410)

930.1 :330.85

Versión castellana de M.I Pilar Navarro Errasti

Título de la obra original: The British Marxisl Hislorians. An /nlroduclory Analysis

© HARVEY J. KAYE, 1984POLITY PRESS. Cambridge, en asociación con BASIL BLACKWELL, Oxford, 1984PRENSAS UNIVERSITARIAS DE ZARAGOZA, de la presente edición castellanaI.¡ edición: diciembre de 1989, 1.500 ejemplares

Diseño de cubierta: José Luis CanoCoordinación: M.¡ Carmen JuanTralamiento de textos: FototypeImprime: ARPI relieve, S.A.I.S.B.N.: 84-7733·135-9D.L.: Z·2.259·89

VII

íNDICE

Presentación....................................................................................... XPrefacio XV

1. Introducción....................................................................................... 2Esbozo del libro 8La formación de una tradición teórica 9

2. Maurice Dobb yel debate sobre la transición al capitalismo.............. 23Maurice Dobb 27Studies 1: definiciones y teorías 30Studies 11: sobre la transición al capitalismo 36El debate sobre la transición 41Contribuciones recientes al debate 47La perspectiva histórica de Dobb 62

3. Rodney Hilton: El feudalismo yel campegnado inglés....................... 65Rodney Hilton 68Historiadores ycientíficos sociales sobre el feudalismoy el campesinado 69Lucha de clases, feudalismo yel campesinado 77Las contribuciones campesinas a la historia 88

4. Christopher Hill: La revolución ingItSl............................................... 91Cristopher Hill.............. 94

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VIII

Los estudios sobre la guerra civil y la tesis dela revolución burguesa 97La revolución inglesa como revolución burguesa 101La revolución inglesa como revolución democrática frustrada 109

, El legado de las ideas revolucionarias 116

5. Eric Hobsbawm: trabajadores, cam~os ehistoria mundial 121Eric Hobsbawm 124Historia de la clase obrera 126Campesinos yrebeldes primitivos 135Capitalismo e historia mundial.......................................................... 141Lucha de clases e historia 150

7. La contribución colectiva 199Historia de abajo arriba 202La teoría de la determinación de clases 211Historia, conciencia histórica ypolítica 218

I (1

6. RP. Thompson: la fonnación de la clase trabajadora inglesa .E.P. Thompson ..The Making ofthe English Working Class .Estudios sobre el siglo dieciocho: hegemonía y lucha de clases ..H" , .)¿ lst?~a contra te~na. .. .

La cnS1S contemporanea ..

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PRESENTACiÓN

Bibliografía 225

Indice de nombres 235

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1,

Afinales de los años cincuenta la historia que se enseñaba en las universidadesinglesas era básicamente la historia de las instituciones Yde los acontecimientos políticos.Una narrativa cronólogica que convertía al núcleo de lo político-diplomático-militar enel factor esencial del cambio social. La denominada historia social, que había sido intro­ducida en Francia tres décadas antes, era todavía una categoría residual y los escasoshistoriadores que hasta ese momento había~ producido una obra importante ycreativa,como Isaac Deutscher, E. H. Cm y Richard Cobb, encontraban tremendas dificultadespara ser reconocidos entre los «respetablw> círculos profesionales y académicos.

La miopía de esos círculos oficiales h¡.mdía sus raíces en los años sesenta ysetentadel siglo XIX, cuando la historia fue establecida como objeto de estudio académico en lasuniversidades. Lo que caracterizaba a la lüstoria de ese momento era un fervorosoliberalismo sostenido por el empirismo yel individualismo metodológico. La tarea delhistoriador consistía en averiguar los hecho$ pretéritos -«mostrar sólo lo que realmenteaconteció», diría Ranke-através de la búsquedaeruditade documentos que descansabanplácidamente enterrados en los archivos. Bajo esos supuestos, no debe extrañar que lanarración histórica apareciera centrada en los grandes personajes yque esa concepciónelitistade las sociedades humanas considerar~ alos factores socioeconómicos «realidades»imperceptibles e imposibles de verificar. por otra parte, los primeros historiadores delmovimiento obrero tampoco derribaron loS fundamentaos de esa historiografía. Unasdécadas más tarde, aplicaron a la historia del sindicalismo yde las clases trabajadoras elmismo enfoque que sus antecesores habían utilizado para la historia de reyes, batallas ytratados. Dicho de otra forma, construyeron «una especie de variante plebeya de la teoríaliberal de la historia» l.

I La frase y las referencias al empirismo británico pertenecen a Gareth Stedman Iones, uno de los herederos máscualificados de la generación de historiadores marxistas que en este libro se analiza: History: The Poverry ofEmpiricismen Robin Blackbum (ed.): Ideo{og.v in Social Science. Font~a/Collins. Glasgow. 1979. pp. 207-237.

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XII

Las cosas han cambiado notablemente en los últimos treinta años. La historia social,pesealos obstáculos encontrados para su desarrollo en las universidades más prestigiosas,ya no es la cenicienta de los estudios históricos ingleses. Como en otros paises, esa meta­morfosis historiográfica ha sido también un reflejo de las transformaciones mundiales enlas estructuras socioeconómicas y políticas y en las actitudes intelectuales ocurridasdurante nuestro siglo. La historiografía tradicional demostraba su incapacidad para com­prender los complejos procesos que, através de guerras, revoluciones ydescolonización,habían resultado en la destrucción del monopolio social ypolítico de las élites tradicionales.Aquellos que los entendieron, lanzaron una profunda crítica frente al obscurantismo his­tórico. En el caso británico, E.H. Carr, en su ataque contra el empirismo yla falsa obje­tividad contenido en ¿Qué es la historia? (Londres, 1961), demolía la dicotomía entrehechos einterpretación. Olo que es lo mismo, echaba abajo la piedra angular del edificiopositivista. Unos años antes, en 1952, aparecia Past and Present, la revista británica quemás ha influido en las nuevas formas de plantear el debate histórico. Desde entonces, sutrayectoria ha ido inextricablemente unida ala de los autores que en este libro se estudian.Historiadores marxistas habían existido en Gran Bretaña desde la muerte de Marx. Perolas nuevas orientaciones, la rupturacon el esquematismo de las interpretaciones marxistasmás vulgares y el análisis de la sociedad como una totalidad en movimiento donde laexperiencia humana no aparece reducida a lo económico, son aspectos que sólo puedenser atribuidos a la historiografía marxista más reciente 2.

No es una casualidad carente de significado que una de las corrientes historiográficasmás sólidas que hoy conoce la Europa occidental sea marxista yhaya surgido en un paísparadigma para muchos de estabilidad política y social. Los antecedentes de esa formade hacer historia se encuentran en Gran Bretaña en la versión liberal-radical de la «historiapopular» que sale a la superficie como práctica intelectual en los años sesenta ysetentadel siglo pasado. Una larga tradición a cuya sombra creció la primera generación dehistoriadores marxistas. Porque, en efecto, es en los trabajos de radicales como ThoroldRogers -que perdió su cátedra de economía política en Oxford en 1866 acusado departicipar en.los disturbios de Hyde Park- y sobre todo en la muy influyente ShortHistory ofthe English People, publicada por J.R. Green en 1877, donde conviene buscarlas raíces de la hoy denominada «historia desde abajo». Yes en la obra de demócratasradicales más recientes como R.H. Tawney ylos Harnrnond donde encontraron inspiraciónalgunos de los libros más importantes de Chistopher Hil!, Eric Hobsbawm, George Rudéy E.P. Thompson. Entre «historia popular» y marxismo existe en Gran Bretaña una es­pecie de cordón umbilical muy difícil de separar. Rechazar tal conexión, aunque en

, Un excelenle análisis de la conexión entre pensamiento marxista ehistoria yde las fuentes de inspiración de loshistoriadores marxistas hasta la segunda guerra mundial se encuenlra en Raphael Samuel: «British Marxist Historians.1880-1980: Part One». New Lef¡ Review, n' 120 (1980), pp. 21·98. Las referencias posteriores a la «historia popular"proceden también de este artículo yde la introducción del mismo aUlDr a la obra colectiva Peop/e's HislOry and SocialisrTñeory, Routledge & Kegan Paul. London, 1981, pp. XV·XXXIX (traducción al castellano en Crítica, Barcelona, 1984).

XIII

ocasiones resulte incómoda, significa ignorar la fuente originaria del principal caudal deproducción de historia social que hoy posee ese país.

.Aunque la deuda con esa tradición radical parece clara, el primer vínculo que enrealidad unió al grupo de historiadores aquí estudiados fue su intensa actividad políticaen el Partido Comunista británico en la década posterior a la segunda guerra mundial.Procedentes de familias acomodadas, estudiaron historia en Oxford y Cambridge en losaños treinta per<rhabían sido educados en severas escuelas de provincias donde les in­culcaron una buena dosis de las principales virtudes puritanas, especialmente trabajo duroydiligencia 3. La mezcla de educación puritana, cultura religiosa metodista --en la quehabían bebido profundamente Hill y Thompson por ejemplo- y desencanto con unasociedad liberal en crisis amenazada por el fascismo les condujo aver en el comunismo,yen la defensa de la Unión Soviética, la única respuesta posible frente ala decadencia delviejo orden. El marxismo fue así concebido por ellos, sobre todo en los años sombríos dela guerra fría, como una nueva ortodoxia que servía de bandera del librepensamiento enla «batalla de ideas» que se estaba librando, contra los reaccionarios yel mundo burgués,en favor de lo que ellos denominaban «la tradición racionalista».

Fue precisamente el racionalismo científico el principal ingrediente en la formaciónde ese grupo de historiadores del Partido Comunista. Ponerse aliado de la ciencia comoprofesionales del método marxista significaba cuestionar las posiciones «anti-científicas»de los mandarines de Oxford yCambridge. Romper, en definitiva, con las interpretacionesempíricas dominantes. Eso es lo que explica, por ejemplo, que Past and Fresent fuerasubtitulada en sus primeros años «una revista de historia científica»y que en todos lostrabajos de esos historiadores se pusiera desde el principio especial énfasis en lasexperiencias de resistencia y rebelión de las clases desposeídas.

La invasión soviética de Hungría en 1956 anunció el inicio del éxodo de intelectualesdel Partido Comunista británico. El capitalismo exhibía sus habilidades yfortaleza paraseguir incólume y el mito revolucionario soviético se convertía, en palabras de E.P.Thompson, en un «socialismo de industria pesada». Apartir de ese momento, la unidaddel grupo se rompió. El abandono de la militancia -sólo Hobsbawm yDobb siguieron­dio paso aun período de mayor reflexión ydebate donde pudieron sacarse a la luz temasycuestiones que hasta entonces parecían vedadas. La búsqueda de las raíces popularesen la historia lejana se combinaba ahora con un análisis de la cultura ypolítica británicasdel presente. Toda esa trayectoria y la contribución científica de esos historiadoresaparecen recogidas en este libro. Ahí están todos los grandes debates de los últimos treintaaños: transición del feudalismo al capitalismo, feudalismo y campesinado, revolución

; Tal aprendizaje explica. en opinión de R. Samuel, la notable productividad que caracterizó a todos esoshistoriadores en los años posteriores: Britisll Jfarxisl HislOnans. p. 52.

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XIV

inglesa, teoría e historia (o historia y teoría) y la fonnación histórica de la clase obrera.·Detrás de ellos, hay nombres propios, biografías intelectuales, en suma, tan necesarias enuniversidades como las españolas donde muchos estudiantes recuerdan todavía los librospor el color y fonna de sus tapas.

Harvey J. Kaye defiende que estos historiadores marxistas británicos constituyenjuntos, además de una tradición historiográfica, una tradición teórica. Ese es el argumentomás polémico de su aportación yde él se desprende una lectura en la que no todos estaríande acuerdo. La distinción que otros autores hacen entre historiadores socioculturales (unsaco en el que se mete aThompson, Hill, Raymond Williams oal norteamericano EugeneGenovese) ehistoriadores socioeconómicos (Hobsbawm, Rodney Hilton yPerry Anderson)contiene algo más que una mera cuestión de semántica. No es difícil apreciar en ella laesencia de una vieja controversia en las ciencias sociales y en la historia en tomo a laprimacía de la acción humana ode las estructuras, cuyos ecos nos llegan aquí a través delcruce de dardos dialécticos entre Thompson yAnderson. La cuestión ha merecido tantasatenciones -en fonna de cientos de páginas escritas- por parte de historiadores,sociólogos yantropólogos, que sería injusto pedir al autor de este libro que expusiera en

,¡, síntesis toda su riqueza El problema es que si alguien se atreve a hacerlo tendrá queampliar la nómina de autores a tener en cuenta. Porque hay toda una pléyade de histo­riadores~ historiadoras- marxistas que han seguido los pasos de sus maestros e in­cluso han convertido en centro de estudio ydebate algunos temas -el feminismo entrelos más significativos- ante los que la vieja generación había demostrado escasasensibilidad. La fructífera coexistencia de todas esas posiciones ha hecho de la historiaun fenómeno primordial para la comprensión de la sociedad yde la política modernas.

Julián CasanovaZaragoza, mayo de 1989

PREFACIO

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Tres fueron mis intenciones al escribir este libro sobre los historiadores marxistasbritánicos - Maurice Dobb, Rodney Hilton, Christopher Hill, Eric Hobsbawm y E.P.Thompson. Primera, facilitar una introducción a su obra para aquellos historiadores ycientíficos sociales que pudieran estar familiarizados solamente con alguno de ellos.Como espero que el libro deje claro, los historiadores marxistas británicos que presentono sólo han hecho importantes aportaciones individuales a los estudios históricos sinoque, como grupo, han hecho una contribución colectiva tanto ala historia como ala teoríasocial. De hecho, veo su obra como una tradición teórica que, en el contexto del actualdiálogo entre la historia yla sociología, supone una gran contribución. Por tanto escribíel libro oponiéndome ala tendencia actual de tratar aestos historiadores por separado, yala idea consiguiente de que existe una ruptura teórica en su trabajo, precisamente entreDobb yThompson. No intento ofrecer una valoración de los logros históricos sustantivosconseguidos por estos historiadores. Segunda, he escrito el libro para hacer patentes nosólo las aportaciones de estos historiadores a los estudios históricos ya la teoría socialsino también su importante contribución a la formación de una conciencia históricademocrática ysocialista. Considero que su obra tiene consecuencias académicas ypolí­ticas. Ytercera, he escrito para reconocer mi deuda para con ellos. Mi tarea como profesoryescritor de historia/sociología - centrada en la transición al capitalismo ysobre temasrelacionados con los campesinos y los obreros· depende en gran parte de sus ideas e hi­pótesis, es decir, la teoría, derivada de sus escritos históricos. Espero que descubran queles he hecho justicia.

Una vez dicho esto, debo pedir disculpas por dos omisiones. El libro no incluye laobra de otros dos importantes historiadores marxistas británicos: Victor Kieman yGeorge Rudé. Si alguna vez tengo oportunidad de escribir un estudio más extenso sobreeste grupo, prometo tratar de corregir estas omisiones.

Generalmente, al escribir un libro se contraen muchas deudas y éste no es unaexcepción. Así, en primer lugar,debo reconocerel apoyo esencial del National Endowmentfor Humanities (NEH) por dos becas de verano: la primera, en 1981, para participar enel NEH Summer Seminar, "Labor and the Industrial Revolution", celebrado en el Institutefor Advanced Study, en Princeton, y la segunda, en 1983, para escribir dos capítulos deeste libro. También quiero agradecer ala universidad de Wisconsin -Green Bay ResearchCouncil - por su ayuda adicional.

Algunos de los temas desarrollados en este estudio aparecieron originalmente endos artículos: "History and Social Theory: Notes on the Contributions of British Marxist

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XVIII

Historiography to Our Understanding of Class", en The Canadían Revíew oiSocíologyand Anthropology, 20 (2) (1983); Y"Totality: Its Application to Historical and SocialAnalysis by Wallerstein and Genovese",en Hístorical Reflectíons/ReflexíonsHístoriques,6 (2), (1979). Debo agradecer a los comités editoriales de las dos revistas por habermep~rmitido repetir los argumentos en ellas presentados. Por el permiso para reproducirlargas citas de obras por ellos publicadas, debo agradecer: a Merlin Press y MonthlyReview en el caso de E.P. Thompson, The Poverty oiTheory and Other Essays, (1978);a Routledge and Kegan Paul y a Intemational Publishers en el caso de Maurice Dobb,Studíes ín the Developement oi Capítalísm, (1946, 1963 edición revisada); y a VictorGollancz en el caso de E.P. Thompson, The Makíng oithe Englísh Workíng Ciass, (1963;1968 edición revisada; 1980 edición con nuevo prefacio).

Además de porproporcionar la base paraeste estudio, quiero agradecer aChristopherHill, Rodney Hilton yJean Birrell, yEdward yDorothy Thompson por sus comentarios,sus críticas ypor su hospitalidad durante mi estancia en Gran Bretaña en enero de 1983.En especial quiero agradecer aChristopher Hill yRodney Hilton por leer ycomentar di­versas partes del manuscrito.

Mis colegas en el NEH Summer Seminar hicieron aportaciones importantes para laredacción del artículo del cual surgió este libro. En particular, quiero dar las gracias al di­rector, William Sewell Jr, al decano del grupo, Robin Brooks yaJim Jackson. Tambiénagradezco a los participantes en el Second Summer Institute on Culture and Society, ce­lebrado en St. Cloud, Minnesota, en 1979. Fue entonces cuando por primera vez se mepidió que hablara sobre el trabajo que daría lugar aun artículo ydespués aeste libro. Mireconocimiento especial alos comentarios yalas críticas de Frederic Jameson yWilliamLangen.

Estoy en deuda con Anthony Giddens por darme la oportunidad de desarrollar mitrabajo en forma de libro. Durante los dos últimos años Tony me ha animado yayudadoconstantemente con sus dilatada experiencia intelectual yeditorial.

Entre los colegas y amigos con los que tuve la suerte de discutir y debatir sobrediferentes ideas, incluyo a Cris Kay, Bill yJudy Langen, Joyce Salisbury, Michael Zilles,Ron Sexton, Ron Baba, Carol Pollis, Craig Lockard y (aunque no nos hemos conocidocara acara) Ellen Meiksins Wood. Debo dar las gracias aTony Galt por leer la totalidaddel manuscrito yhacer interesantes sugerencias. Asu manera, mis padres ymis suegrostambién han contribuido a la realización de este libro.

Finalmente, el libro está dedicado amis hijas, Rhiannon yFiona y, de manera muyespecial, ami mujer, Loma, que creció en las Midlands inglesas, hija de madre galesa ypadre escocés. Dedico este libro a ella en particular, no sólo porque ha sido editora ymecanógrafa del trabajo sino también porque es la mejor de todos los colegas, compañerosy camaradas.

Harvey J Kaye

Marzo 1984

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INTRODUCCiÓN *

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Cuanto más sociológica se haga la historia y más histórica se haga la sociología tantomejor para las dos.

E.H. CalT, What is History? 1

Desde hace unos cuantos años la historia yla sociología se han visto envueltas enuna relación simbiótica, puesta de manifiesto por el crecimiento ydesarrollo del la his­toria social y la sociología histórica. Ello representa un cambio bastante radical en lapráctica de cada una de estas disciplinas y, especialmente, en las relaciones entre ellas.Como evidencia podríamos considerar el incremento de revistas en este área. En un prin­cipio la única que existía en inglés era Past & Present, fundada en 1952 por cuatrode los historiadores estudiados en este libro, y Comparative Studies in Society and His­tory, aparecida unos años después. Ahora tenemos, además de estas dos revistas pio­neras, Joumal ofSocial History, Review, Joumal oflnter-disciplinaryHistory, SocialHistory, y Social Science History por citar, de entre las nuevas revistas, las histórico­sociológicas de carácter más internacional. Incluso una ojeada a las revistas tanto dehistoria como de sociología vendrá a demostrar un renovado interés por las cuestioneshistóricas informadas por la sociología y por los asustas sociales con perspectiva his­tórica. También esta nueva relación ha dado lugar a la aparición de varios libros comoson, SocioJogy andHistoryde Peter Burke, AsSociologyMeets History de Charles TillyYHistorical Sociology de Philip Abrams". Incluso aunque muchos historiadores recha­zaran la idea arriba citada de E.H. Carr, y aunque otros muchos sociólogos disintierande la declaración de D.Wright Mili en The Sociological Imagination "de que toda

• La referencia exacta de los libros yartículos de revista incluidos en esta obra. que esrán editados en castellano.puede encontrarse en la bibliografía que aparece al final de eSlas páginas (Nota del ediTOr).

1 E.H. Carro What is HislOI)'?Harmondsworth. Penguin. 1964. p. 84. Originalmente 1961: P. Burke. SociologyandHislOI)'.Londres. George Allen and Unwin. 1980: C. Tilly. As SociologyMeets HislOI)'.

Nueva York. Academic Press.1981: y P..-\brams, Historical Sociology. Somerset, Open Books. 1982.

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4 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 5

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sociología que se precie de tal ha de ser sociología histórica" J, sin embargo, lasafirmaciones de Carr y Milis que en 1960 fueran consideras radicales (por no decirabsurdas) son vistas ahora como muy ciertas (al menos en algunos círculos).

Pero todavía perdura un problema importante en la relación que se ha establecidoentre las (supuestamente independientes) disciplinas de la historia y la sociología, de­bido, en buena parte, sin duda, a los puntos de vista que historiadores ysociólogos siguenmanteniendo en relación con la materia propia yla ajena. Como observa Gareth StedmanIones ~, tanto por parte de los historiadores como de los sociólogos, hay una fuerte ten­dencia aconsiderar la sociología como fuente de métodos yteorías, y la historia comofuente de datos, estudio de casos, o ilustraciones del pasado (en oposición al presente)sobre los que la teoría sociológica ha de ser verificada. Se acepte (como yo mismo hago)ono la propuesta hecha por Philip Abrams yAnthony Giddens según la cual la historiayla sociología, adecuadamente concebidas, no son dos materias independientes sino unasola 5, la relación entre ellas es demasiado limitada y, también, de interpretación estricta.En primer lugar, para ser claro, la teoría sociológica es de desigual calidad. Segundo, yeste punto ya se ha debatido con anterioridad, ia historia ha sido una disciplina tan teóricacomo la sociología, a pesar de los continuos desmentidos. Así pues, los historiadorespueden ofrecer a la teoría social tanto como los sociólogos.

La falta de rigor de las aportaciones que los historiadores hayan podido hacerala teoría social no ha sido carcterística solamente de los especialistas no marxistas. Estoes, hasta hace pocos años 6, los estudios marxistas del pensamiento social no han sabidoreconocer el trabajo teórico de los historiadores (incluso de los marxistas), apesar de laimportancia capital de la historia en el pensamiento yen la obra del propio Marx. Así pues,en trabajos por lo demás exhaustivos yestimulantes como Considerations on WestemMarxism de Perry Anderson 7, no se incluye ningún criterio de historiografía marxistacomo apoyo teórico necesario (Debe señalarse, sin embargo, que Anderson reconoce quela historiografía marxista tiene que ser reconsiderada precisamente en estos aspectos)".En mi libro he partido del supuesto de que los historiadores tienen tanto que contribuira la teoría social como los sociólogos (y, añadiría, los filósofos). Pero, claro está, de lamisma manera que no todas las teorías de los sociólogos son igualmente válidas tampocolo son todas las de los historiadores. .

J C. Wright Milis. The Soci%gica/lmaginarion. O~ford. O~ford University Press. 1959, p. 146, G. Sledman Jones. "From Historical Sociology lO Theoretic History". 8rirish ¡ouma/ 01 Soci%gy, 27

(Septiembre 1976). pp. 295-305.; P. Abrams. Hístoric;¡J Soci%gy, y A. Giddens. Centra/ Problems in Sacia/1heory, Londres. Macmillan, 1979.b En particular, como consecuencia dellrabajo realizado por especialistas en el Centre for Contemporary Cultural

Studies. que debatiremos alo largo de este libro. la relación entre la historia yla teona se ha convertidoen un lema importanteen los debates mmistas británicos desde fmales de la década de los setenta.

P. Anderson. Considel1Jtions on Westem Marxism, Londres. New Left Books. 1976., ¡bid.. pp.II-12. Asimismo Anderson señala el "gran calibre de la historiografía mmista británica" (p.102).

Proyectado en parte como una contribución al continuo yprogresivo desarrollo dela simbiosis entre la historia yla sociología. este estudio presenta una introducción y unarevisión, asícomo un examen de los historiadores marxistas británicos. Con "historiadoresmarxistas británicos", me refiero especificamente a Maurice Dobb, un economista quehizo importantes aportaciones alahistoriaeconómica; Rodney Hilton cuyas contribucionesse han dirigido en particular al campo de la historia medieval yestudio del campesinado;Christopher HUI, cuya obra ha remodelado nuestra idea de la Revolución Inglesa del siglodiecisiete; Eric Hobsbawm, que ha trabajado en diversos campos de la historia, pero deforma mas destacada en los estudios de la clase obrera, el campesinado y la historiamundial; yE.P. Thompson, que tanto ha contribuido a la historia social del siglo die­ciocho yprincipios del diecinueve. Como se verá, no se menosprecian las extraordinariasaportaciones particulares que estos historiadores han hecho en sus respectivos camposde estudio, y la contribución que de forma colectiva han hecho al estudio de la historiasocial. Pero es mi argumento ulterior que, además de sus contribuciones individualesy colectiva a la historiografía, los historiadores marxistas británicos representan en suconjunto -en el sentido más estricto - una tradición teórica. (Debo aclarar que estatradición no se ha limitado a los cinco historiadores aquí estudiados, si bien éstos sonlos especialistas más destacados yconstituyen el núcleo).

Mi argumento se basa, en principio, en el hecho de que los historiadores marxistasbritánicos han sido párticipes de una problemática teórica común. Haciendo uso de unaspalabras del historiador americano Eugene Genovese, él mismo influido fuertemente por

, el trabajo de éstos, ellos han intentado "trascender la estricta noción económica de clasev y llegar a solucionar el problema de la base-superestructura que ha dominado al

marxismo desde sus comienzos''9. Esto es, el marxismo se ha relacionado desde hacetiempo con una conception de la totalidad social basada en el modelo, ometáfora, de labase yla superestructura, donde la base es definida como la(s) dimensión(es) económicasy/o tecnológicas determinante(s) yla superestructura es definida como las dimensionespolítica, jurídica, cultural e ideológica, determinadas. Tal concepción, modelo, o metá­fora de la totalidad social se atribuye con frecuencia al mismo Marx ypara documentarla evidencia normalmente se hace referencia al prefacio de AContribution to the CritiqueoiPolj¡jcal Economy, donde se considera que Marx presenta su aproximación al análisishistórico y social:

La conclusión general a la que llegué y que, una vez alcanzada, se convirtió en el principioreClOr de mis estudios puede resumirse como sigue. En la vertiente social de su existencia, loshombres inevitablemente establecen relaciones definidas, que son ajenas a su voluntad, enconcreto relacÍlJnes de producción apropiadas a una determinado estado del desarrollo de lasfuerzas materiales de producción. La totalidad de estas relaciones de producción constituyela esrructura económica de la sociedad, el fundamento real, sobre el que se erige una

, E. Genovese. The lVorld the SI3l'eho/ders Made, Nueva York., Vinlage Books. \971. p. vii.

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6 HARVEY 1.KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 7

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superestructura política y legal ya la quecorresponden formas definidas de conciencia social.El modo de producción de la vida material condiciona el proceso general de la vida socialpolítica e intelectual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia, sino

que es su existencia social lo que determina su conciencia 'o

Los analistas sociales han construido un modelo que propone uncierto determinismoeconómico, aunque resulta cuestionable si la anterior cita de Marx lo implica necesa­riamente. Los historiadores marxistas británicos, habiendo reconocido esta tendencia, sehan esforzado en desarrollar una historiografía marxista alejada del determinismo eco­nómico con el que, con demasiada frecuencia, ha sido (y todavía es) asociada y, de estamanera, han tratado de reconducir el análisis marxista. Como veremos, no han rechazadoel sentido de determinación por completo, Ya que, como escribe Raymond Williams ­yen ello todos coincidirían-: "Un marxismo con muchos de los conceptos de determinaciónque ahora incluye está muy disminuido. (Aunque) Un Marxismo carente de todo con­cepto de determinación, sin duda, no tiene sentido"",

Además de haber compartido la problemática teórica común en busca de unasuperación del determinismo económico del modelo base-superestructura, los historiadoresmarxistas británicos también han compartido una problemática histórica común.Estructurando sus diversos estudios históricos, subyace el tema de los orígenes, desarrolloyexpansión del capitalismo, entendido, no en el sentido limitado del cambio económico,sino como cambio social en el sentido más amplio. Citado con frecuencia como latransición del feudalismo al capitalismo, este proceso no es solamente el tema central deStudies in the Development ofCapitaJism 12 de Maurice Dobb ydel debate que siguió asu publicación 13, Aparece también en trabajos tan diversos como Society and Puritanismin the Pre-Revolutionary England de Cristopher Hill 14

, The making ofthe English Wor­king Class de E,P, Thompson ls y Primitive Rebels de Eric Hobsbawm 16,

Con todo, como tradición teórica, los historiadores marxistas británicos han hechoalgo más que compartir unas preocupaciones teóricas e históricas. Alo largo de la ela­boración ycotejo de los temas relacionados con esta problemática también han desa­rrollado lo que puede ser considerada como una aproximación común al estudio teórico,

,o En Karl Marx, Early Writings, Harmondsworth, Penguin Books, 1975, p. 425."R. Williams, Marxism and Literature, Oxfonl, Oxfonl Universiry Press, 1977, p. 83. Las dos líneas están

invertidas en el texto, pero el signitlcado es el mismo." ~.Dobb, Studies in che Development of Capitalism, Londres, Routledge and Kegan Paul, 1946, edición revi·

.lada 1963.,, Las aportaciones al debate. que estudiaremos con la obra de Dobb en el capítulo 2, están reunidas en I~ obra de

Rodney Hilton led.), The Transition fram Feudalism lO Capitalism, Londres, New ;Left Books, 1976."e Hill, Society and Puritanism In Pre-Rer'olutionary England, Londres, Secker and Warburg, 1964.,< E.P. Thompson, The Making of the English Working C1ass, Harrnondswonh, Penguin. 1963. edición revisada

1968. nuevo epilngo 1980." E. Hobsbawm, Primitire Rebels. ~anchester, Manchester University Press. 1959. edición revisada 1963. nuevo

prefacio 1971.

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(?-,/ ala que llamaré análisis de la lucha de clases. (Este, como se demostrará, no es el mismoc./ que el normalmente conocido por "análisis de clases"). Básicamente, los historiadores

marxistas británicos no sólo se han aproximado a sus estudios desde la hipótesis mate·rialista del prefacio a A Contribution to the Critique ofPoiitical Economy arriba seña­lado, sino también desde la proposición histórica de Marx en The Communist Manifestoque dice "la historia de toda la sociedad ha sido la historia de la lucha de clases",

Estrechamente relacionadas con el análisis de la historia basado en la lucha declases, los historiadores marxistas británicos han hecho importantes contribuciones aldesarrollo de la perspectiva histórica conocida como la historia desde abajo o, haciendoreferencia específica asus escritos, historia de abajo arriba. Esto es, opuesta ala historiaescrita desde la perspectiva de las clases dirigentes o de élite -que tradicionalmente ha

<lcaracterizado los estudios históricos-los historiadores marxistas británicos (en particular(l.. Hilton, Hill, Hobsbawm yThompson) han hecho hincapié en las experiencias, acciones

y luchas históricasde las "clases bajas", recuperando el pasado que fue hecho por ellaspero no escrito por ellas: Hilton y Hobsbawm en relación con los campesinos, Hill yThompson sobre el "pueblo llano" yHobsbawm yThompson sobre la clase trabajadora.

Estos historiadores han hecho, por supuesto, una contribución más amplia a lahistoria y a la teoría sociaL Porque, en su empeño por trascender el determinismo eco­nómico y explorar la transición al capitalismo, Dobb, Hilton, Hill, Hobsbawm yThompson han desarrollado el marxismo como teoría para la determinación de clases 17,

cuyo postulado fundamental es que la lucha de clases ha sido de importancia capital enel proceso histórico. Tengo intención de profundizar sobre el sentido de las palabras deEugene Genovese cuando dice que los historiadores marxistas británicos, al elaborar suteoría apartir de la práctica histórica (es decir no como teoría en sí misma, opor sí misma)han "contribuido inconmensurablemente más al desarrollo de una interpretación marxistaque jamás lo hayan hecho los infInitos volúmenes sobre "el materialismo histórico ydialéctico" 18. Antes de continuar, debo añadir- afin de que la importancia de su contri­bución pueda ser apreciada con más facilidad - que la concepción predominante delmodelo marxista de clase es la definida por Barrington Moore Jr: "De acuerdo con elesquema marxista, los trabajadores comienzan desde una situación generalmente inerte,capaz alo sumo de rebelión instintiva. Através de la experiencia de la industrialización,que los reune en grandes fábricas para imponerles un destino común, adquieren una con-

11 Eugene Genovese se ha referido a una "teoría de determinismo de clase", pero yo prefiero la palabra';determinación". Cf. Genovese. In Redand Black: Maman Explorations in Southem and Afro-American History,NuevaYork. Vimage Books.1972, pAO. Para "detenninar" y"determinación". Cf. Rayrnond Williarns,Keywords: A Vocabularyof Culture and Society, Nueva York. Oxford Cniversity Press. 1976. pp. 86·91, Y Marxism and Literature. pp. 83-8.respectil'amente. Como escribe: "La detenninación no es sólo fijar los límites. también es el ejercicio de presiones."

" E. Genovese. The World the Slar'eholders Made. p. viii.

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8 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 9

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ciencia revolucionaria" 19. Como veremos, este no es el modelo de clase de los histo­riadores marxistas británicos.

Otro aspecto de la labor de estos historiadores (que trataré al final del libro) es sucpntribución a la cultura política británica contemporánea. Ellos han participado, pormedio de sus escritos, en la fonnación de lo que pueda existir en Gran Bretaña de unaconciencia histórica socialista y democrática.

~bozo del libro

Este libro ha sido organizado de la siguiente manera. Los capítulos 2 a6tratan de .los historiadores marxistas británicos, examinando las aportaciones que cada uno de ellosha hecho en su(s) respectivo(s) terreno(s) yperiodo(s) de estudio histórico, así como desu contribución colectiva ala historia yala teoría social. Así, el capítulo 2revisa la laborde Maurice Dobb, en especial su libro, Studies in the Development ofCapitalism, enel que lleva acabo un análisis de la transición al capitalismo basado en la lucha de clases,ycon esto, introduce la problemática histórica yel método de los historiadores marxistasbritánicos. También se incluye en el cápitulo 2el debate aque dió lugar el libro de Dobby algunos escritos recientes sobre la transición que indican la actual rel~vancia eimportancia de los argumentos de Dobb en relación con los estudios históricos ysociales.

En el capítulo 3se examina la labor de Rodney Hilton en el contexto de los estudiosdel campesinado y, especialmente, de los estudios históricos medievales, haciendohincapié, en particular, en su énfasis sobre la importancia de la lucha de clases en eldesarrollo histórico medieval y la contribución histórica de la clase campesina británica.En el capítulo 4 se revisan los numerosos escritos de Cristopher Hill sobre el siglo die­cisiete, especialmente sobre la Revolución Inglesa, insistiendo en su contribución a latesis de que se trató de una revolución burguesa yen la existencia de una fracasada "revo­lución democrática" dentro de la propia revolución. Por otra parte, se demuestra que tantopara Hilton como para Hill, el análisis de la lucha de clases no ha estado en absolutolimitado a cuestiones político-económicas.

En el capítulo 5 se presentan los estudios históricos globales de Eric Hobsbawm,especialmente sus aportaciones al estudio de la clase obrera, el campesinado yla historiamundial yala ampliación de la que será considerada experiencia de clase. En el capitulo6se examina el trabajo de E.P. Thompson: primero, The Making ofthe English WorkingClass, después sus estudios sobre el siglo dieciocho, y finalmente sus escritos sobrehistoriografía y teoría social. En particular, en este capítulo se presta atenciÓn a las

" Barringlon Moore Jr. Injustice. Londres. Macmillan, 1978. p.474.

aportaciones de Thompson en relación con la formación y la conciencia de clase en enel marco de la lucha de clases.

Acontinuación, el capítulo 7 examina la contribución colectiva de los historiadoresmarxistas británicos: su desarrollo de la perspectiva de la historia de abajo arriba - encomparación con otras aproximaciones históricas desde abajo-; y su desarrollo delMarxismo como teoría para la detenninación de clases. Finalmente el capítulo concluyecon una ret1exion sobre su contribución al problema (político) de la conciencia histórica.

El resto de esta introducción se dedicará aexaminar brevemente los antecedentescontextuales o"fonnación" de los historiadores marxistas británicos en cuanto tradiciónteórica e histórica.

La fonnación de Wl8 tradición teórica

Trabajar como historiador marxista en Gran Bretaña significa trabajar dentro de unatradición inaugurada por Marx. enriquecida por los logros complementarios e independientesde William Morris. ampliada recientemente por la participación de hombres y mujeresespecialistas tajes como V. Gordon Childe, Maurice Dobb, Dona Torr and George Thomson,y tener por colegas aestudiosos c3mo ChrislOpher HiIl, Rodney Hilton, Eric Hobsbawm, V.G.Kieman y (entre otros que podría mencionar) los editores de este Register (John Saville yRalph Miliband). Creo que no existe razón deshonrosa alguna que me impida solicitar unpuesto en esta tradición.

E.P. Thompson 20

Aunque yo voy a defender que Dobb, Hilton, Hill, Hobsbawm y Thompsonrepresentan una tradición teórica, tres ensayos recientes han considerado a estos his­toriadores de manera diferente. En uno de estos ensayos, Raphael Samuel explica lasfuentes de la "historia marxista" e incluye alos historiadores marxistas británicos dentrode lo que el considera una tradición de historiografía marxista británica, que ya ha cum­pIldo su primer siglo, yque tuvo su origen en el mismo Marx 21. En un segundo ensayo,Eric Hobsbawm escribe sobre el grupo de historiadores del Partido Comunista, del quefueron parte activa y decisiva, durante los años 1946-56 22. En un contexto divergente,

"E.P. Thompson. "An Open Letterto Leszek Kolakowski". reimpreso en The PovenyofTheory. Londres. MerlinPress, 1978. cuana impresión. p. 333: originalmeOle en The Socialist Register 1973. Londres. Merlin Press. 1973.

"R. Samuel, "The Brirish Marxist HislOrians r, New Left Review. 120 (Marzo-Abri119801, pp. 21-96." E. Hobsbawm. "The Hislorians' Group oflhe Communisl Pany", en M. Comfonh (ed.l.Rebels and TheirCauses.

Londres, Lawrence and Wishan. 1978. pp. 21-48.

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10 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 11

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Richard Johnson examina el trabajo de éstos en relación con lo que presenta como una"estructura de sentimiento" postbélica particular (es decir, finales de los años cincuentaydécada de los sesenta) dentro de los estudios sociales e históricos británicos 23.

En su análisis, Raphael Samuel ofrece una história básica, pero exhaustiva, delúltimo siglo (1880-1980) de historiografía marxista británica. Su objetivo principal espresentar las "mutaciones" de los estudios históricos marxistas británicos desde la épocade Marx yen relación con: el contexto cultural ysocial de los muchos historiadores quehan hecho la tradición histórica marxista en Gran Bretaña durante el último siglo; lapervivencia en el tiempo de varios temas que surgieron de diferentes movimientosintelectuales y políticos tanto socialistas como no socialistas; y las circunstanciashistóricas cambiantes (políticas yeconómicas) a las que las respectivas generaciones dehistoriadores marxistas británicos han tenido que enfrentarse. Así, por ejemplo, Samuelescribe sobre la influencia de los historiadores democráticos radicales y liberales talcomo los Hammonds (que serán tratados en el capítulo 5, sobre Eric Hobsbawm) y,también, sobre la influencia de historiadores socialistas no marxistas tal como G.D.H.Cole y R.H. Tawney (este último será tratado en el capítulo 4, sobre Christopher Hill).Señala las influencias de éstos haciendo referencia especial alo que denomina la "historiapopular" 2~, ya que se trataba una fuente importante de lo que iba a ser historia de abajoarriba en la obra de Hilton, Hill, Hobsbawm yThompson.

Samuel también trata la influencia del inconformismo protestante en las diferentesgeneraciones de historiadores marxistas británicos. Señala que en ocasiones la influencia )fue muy directa. esto es, a través de una educación y/o una formación metodista como,por ejemplo. en los casos de Christopher Hill y E.P. Thompson (afirmación queThompson rechaza en relación con sí mismo). Aveces fue indirecta, como en la relaciónque existía entre el Independent Labour Party yel metodismo en el West Riding.(En estesentido debemos señalar que los padres de Rodney Hilton fueron parte activa del ILP,yél mismo ha hablado de su educación dentro de una "tradición cultural no religiosa deinconformismo"). Además, defiende Samuel, la influencia del inconformismo sobre lahistoriografía marxista británica puede apreciarse en el empeño de algunos historiadorespor descubrir y defender la "herencia radical" del puritanismo, la disensión y elinconformismo. Esto se evidencia más claramente, como veremos, en el trabajo deChristopher Hill sobre el puritanismo y las sectas religiosas radicales. Adicionalmente,bajo el epígrafe general de "racionalismo científico", Samuel estudia la influencia de

" R. Johnson. "Culture JIld ¡he Historians". en J. Chl/te. C. Crilcher y R. Iohnsosn (eds.). Working·Clas Culture:Studies in History and Theory. Londres. Hutchinson. 1979. pp... 1·71.

" CL R. Samuel. "People's HíslOty" en R. Samuelled.l. People's HislOry and Sociali.'! TheOl}'. Londres. RouliedgeJIld Kegan Paul. 1981. pp. xi\-\uix. Debe lenerse encuenra que G.D.H. Colefue unode los más impollanres hisloriadoressocialims y laborislas de Gran Bretaña y. enlre las muchas obras que escribió. fue co·aulOr de un clásico de la "historiapopular": G.D.H, Cole yR. POIlgale. The Common People. 1146·1946. Londres. Ylerhuen. 1938. edición revisada de 1946.

corrientes intelectuales y políticas tal como el "libre-pensamiento", el anticlericalismo,la ciencia, el productivismo y el progresismo.

Eric Hobsbawm afirma -contrariamente aSamuel- que, con anterioridad al Grupode Historiadores del Partido Comunista, "no había tradición de historia marxista en GranBretaña" 25. Pero, con independencia de que sea o no convincente la argumentación deSamuel acerca de la existencia de un desarrollo continuo de la tradición histórica marxistabritánica (y yo pienso que lo es), él consigue demostrar que la formación de tal tradiciónfue un proceso abierto, en contacto con una serie de influencias a veces bastantecontradictorias.

En general se considera que los años 1946-56 fueron los más significativos en laformación de la tradición histórica marxista británica. Ya que fue durante ese periodocuando Dobb, Hilton, Hill, Hobsbawm, y(en menor grado) Thompson, junto con otros(entre los que destacan, Victor Kieman, George Rudé, A.L. Morton, John Saville yDorothy Thompson) fueron miembros activos del grupo de historiadores del PartidoComunista. En apoyo de mi tesis de que los historiadores marxistas británicos representanuna tradición teórica, citaré, de la introducción que Hobsbawm hace a su artículo sobreel grupo, estas palabras: "por razones que incluso ahora son difíciles de entender, lamayor parte del esfuerzo teórico marxista británico fue orientado hacia el trabajohistórico" 26.

En su artículo, Hobsbawm trata de la formación y organización del grupo: susempeños por publicar; sus relaciones con el Partido Comunista: la respuesta de susmiembros a la crisis de 1956-57; ylas aportaciones que el grupo ysus componentes hanhecho, desde entonces y hasta ahora, a los estudios históricos. Hobsbawm recuerda queel grupo surgió inmediatamente después de la segunda guerra mundial a partir de unosdebates para organizar un seminario sobre A Peop/e 's History of Eng/and de A.L.Morton 27. (El libro había sido publicado originalmente en 1938 con el fin de ofrecer untexto marxista asequible sobre la historia inglesa. El seminario debía revisar la obra a laluz de estudios posteriores). Christopher Hill recuerda que, en realidad, la iniciativa paraformar el grupo surgió, entre otros, de Hilton, Hobsbawm, Kieman, yél mismo, todoslos cuales, junto con John Savil1e y Max Morris, son considerados por Hobsbawm comolos miembros más activos e influyentes del periodo 1946-56. Estos historiadores se habíangraduado ycomenzado sus investigaciones amitad de la década de los treinta (como Hilly Kieman) o lo habían hecho inmediatamente antes o inmediatamente después de laguerra (como Hilton yHobsbawm). Debemos recordarque dichos historiadores contrajeron

o; E. Hobsbawm. "The Historian;' Group". p. n.'" lbid" p. 21.,- A.L. Mollon. A People's History. Londres. Lawrence and Wishart. 1979 edición revisada.

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12 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 13

su compromiso intelectual y político durante, y como respuesta a. la depresión, y enoposición al fascismo, tanto como marxistas que eran, como influidos por su servicio

. militar durante la guerra. Además de esta joven generación de historiadores, había unKrupo de especialistas más veteranos, en especial Maurice Dobb (cuyo estudio históricomás importante se tratará en el siguiente capítulo) y Dona Torr (cuya influencia seráseñalada en breve).

Hobsbawm observa que "para algunos el grupo era, si no exactamente un estilo de \vida, al menos una pequeña causa, además de una alternativa para estructurar su ocio. Parala mayoría fue también una amistad", y añade que "la austeridad física, el estímulointelectual, la pasión política y la amistad son probablemente lo que los supervivientes \más recuerdan - pero también el sentido de igualdad-'·. Con igualdad quiere decir quetodos reconocían ser"igualmenteexploradores de un territorio en gran maneradesconocido.Pocos....dudaban en hablar durante un debate, menos en criticar, ninguno en aceptar unacrítica" 2S. Organizados en "secciones por periodos" (antiguo, medieval, siglos dieciseis­diecisiete y siglo diecinueve. además de una sección de profesores), las actividades del

{. grupo estaban centradas en Londres, si bien Hobsbawm señala que se esforzaron porestablecer ramas regionales que en parte tuvieron éxito. Através de sus miembros, elgrupo trató activamente de "popularizar" la investigación histórica yla perspectiva queestabandesarrollando, de maneraespecial en algunas ocasiónes tal como en el tricentenariode 1649.

Los historiadores "contemporáneos" del grupo naturalmente se dedicaban conmayor interés al seguimiento ydifusión de las historia del movimiento obrero británicoy, sin duda, fueron animados en su empeño por el Partido Comunista Británico. Sinembargo este fue el único terreno en el que se sentirían incómodos con el partido. ComoHobsbawwm ha manifestado en varias ocasiones, había problemas en el seguimiento dela historiadel trabajo del siglo veinte porque esto significabanecesariamente apreciacionescríticas sobre las actividades mismas del Partido 29.

Además de las publicaciones y estudios individuales de sus miembros, el grupotambién trazó e inició algunos proyectos de investigación y publicación. En concreto,en 1948-49, se comenzó apublicar una serie de volúmenes de documentos históricos (conintroducciones y anotaciones) que cubrían distintos periodos de la historia inglesa, conla intención de divulgar los estudios y la perspectiva histórica del grUpo. Con lainspiración y la dirección editorial de Dona Torr, la serié se llamó "History in the Making"y fueron publicados cuatro volúmenes: The Good Old Cause 1640-1660 (editado porChristopher Hill y Edmund Dell); From Cobbett to the :Chartists (editado por Max

" E. Hobsbawm. "The Historians' Group. pp. 25-6.;9 Ibid.. pp. 28. 30.

Morris), Labour's Formative years (editado por J.B. Jeffreys), yLabour's Tuming Point(editado por EJ. Hobsbawm) 30.

Otros dos proyectos que se iniciaron pero que nunca llegaron a convertirse enpublicación -al menos en la forma en la que en principio se habían concebido - fueronuna historia marxista del movimiento obrero y, respondiendo a una sugerencia de DonaTorr, la "historia completa del desarrollo capitalista británico". En ambos casos secelebraron seminarios para organizar el trabajo, pero no se llegó apublicar ningún libro.Sin embargo, debemos recordar que, aunque el grupo no siempre coronó los ambiciososproyectos que se propusieron, en muchos casos la investigación iniciada ylos ensayosescritos sirvieron de base para algunos estudios desarrollados con posterioridad poralgunos miembros individualmente. Asimismo debemos señalar la publicación delgrupo, Democracy and the Labour Movement, editada por John Saville con ayuda deGeorge Thompson, Maurice Dobb, y Christopher Hi1l 31 . Esta colección de ensayos enhonor de Dona Torr incluye unos cuantos artículos notables -realmente originales­indicativos del grado de erudición de los componentes del Grupo y, hasta cierto punto,de la calidadde los programas que iban arealizarse en años venideros. Por ejemplo, entrelas contribuciones al volumen destacan "The Norman Yoke" de Chirtopher Hill y "TheLabour Aristocracy in 19th Century Britain" (Ambos serán discutidos en los capítulossobre Hill y Hobsbawm).

En este contexto debe ser reconocida la "poderosa influencia"32 de Dona Torr enla "formación" de los historiadores marxistas británicos. Nacida en 1883, Torr era hija deun canónigo de la Catedral de Chester 33. Mientras hacía su licenciatura en historia en elUniversity College de Londres, trabajó como periodista, primero en el Daily Herald, ydespués en el Daily Worker. Fue miembro fundador del Partido Comunista en 1920 ysele ha descrito como una devota erudita marxista. Además de trabajar como editora generalde la serie, "History in the Making", Torr publicó Selected Correspondence ofMarx andEngels 0934); un Suplemento a una edición inglesa de El Capital (vol. 1) (1938);Marxism, NationaJity and War(2 vals,) (1940); yMarx on China (1951) 34. Pero su obramás importante, la cual no había sido acabada cuando murió en 1957, fué Tom Mann andHis Times J5 . En este último libro, Torr no solamente quiso presentar la vida y la épocade este radical de la clase trabajadora, socialista yactivista del movimiento obrero, sino

JO Todos publicados por Lawrence and Wishart. Los volúmenes edilad~ por Hill (y Dell) y Hobsbawm se hanrevi,ado yeditado de nuevo. A,í io hacemos nOlar en io, capítulos ,obre 'u, obras respectivas.

1I J. Saville et al. (edsl. Democracyand rhe Úlbour MovemenL Londres. Lawrence and Wishan, 1954." Las paiabra, son de Hobsbawm, aunque él propiamente no e,tuviera muy próximo a ella ("The Historians'

Group", p.46.)" Estas nolas biográficas fueron proporcionadas por Christopher Hill en una cana ai aUlOr en Septiembre de 1983­

Señalaba que se tl1llaba de una per.;ona muy reservada. por lo que no podía garantizar todos los detalle,."El,egundo publicado por AlIen & Cnwin.los otro, por LalVrence and Wi,hart.)j D. Torr. Tom Mann and His Times. Londres. LalVrence and Wi,hart. 1956. Varios capílUlo, de este volumen len

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también relacionar las luchas del periodo en que vivió, 1856-1941, con una larga historiade luchas por los derechos democráticos en Inglaterra, que se inició en el siglo diecisiete.

Ha de ser nuestra tarea. nuestro deber. conservar fresco el recuerdo de nuestro orden,tomar nota de las luchas. señalar las victorias. intentar nuevas conquistaS y recoger de-Iosfracasos los elementos del éxito ... vere!l1OS entonces que el mundo abarca la civilización conla mano enonne y áspera del obrero, no con los dedos tinos yenguantados del noble H

De esta manera, Torr debió iníluir en los historiadores marxistas británicos másjóvenes en su desarrollo de la "historia popular" según el criterio de historia de abajoarriba. Ella misma indicó su concepción del papel que los historiadores socialistas debíandesempeñar, con una cita de la figura obrera del siglo diecinueve, William Newton, queutilizó para comenzar su Toro Mann and His Times:

15LOS ffiSTORlADORES MARXISTAS BRITANlCOS

También es importante notar que aunque los componentes del grupo (con el apoyo,naturalmente, del partido) consideraron que una de sus tareas era criticar los estudioshistóricos no marxistas, no por ello trataron de aislarse de los historiadores no marxistas.De hecho, intentaron "tenderpuentes"hacia los historiadores no marxistas que compartíanafinidades e intereses comunes. El resultado más significativo de este empeño fue larevista Past & Presento cuyo primer número apareció en el clima de guerra fría de 1952,(Originalmente publicado dos veces por año, la revista es ahora trimestral, yel númerocien apareció en agosto de 1983). La iniciativa de la revista fue de miembros del grupo,especificamente de Dobb, Hilton, HilI, Hcibsbawm y John Moms (a quien se reconocecomo el protagonista principal en la organización de la revista). Pero Past & Presencnofue publicada ni por el grupo ni por el Partido. Tampoco se tuvo la intención de que fuerauna revista limitada a los estudios marxistas históricos -ynunca lo ha sido. De hecho, enel consejo de redación simpre ha habido algunos historiadores no marxistas yalgunossociólogos históricos, como el historiador Lawrence Stone, el sociologo Philip Abramsyel antropólogo Jack Goody ~O.

Hobsbawm reconoce que el establecimiento del Partido Comunista coaccionó aloshistoriadores modernos en su trabajo sobre el periodo. Sin embargo señala que "en losaños 1946-56, las relaciones entre el grupo y el Partido habían sido prácticamenteimpecables". Esto, puntualiza, fue debido al hecho de que los historiadores "eran ungrup<}de comunistas tan leales, activos ycomprometidos como el que más, aunque sólofuera por considerar que el marxismo implicaba pertenencia al Partido. Criticar elmarxismo suponíacriticar al Partido yvice versa" 38 •También reconoce que en algunosaspectos había una cierta tendencia a aceptar la imposición de los términos del debatehistórico, por ejemplo, en el caso de "Absolutism and the English Revolution". Conesto,Hobsbawm probablemente quiere decir que los propios escritos de Marx fueron tomadosen ocasiones más como "modelos para ser aplicados" que como "hipótesis para serexploradas o comprobadas". Sin embargo, insiste en que "el resultado efectivo denuestros debates yactividades significó una enonne ampliación yno una disminución odistorsión de nuestro concepto de historia". Esto fue posible, sostiene, porque "inclusodurante el periodo estalinista más dogmático las versiones autorizadas de la historiamarxista se habían preocupado por los problemas históricos genuinos, susceptibles dedebate histórico serio, e;t;cepto cuando estaba implicada la autoridad política del PartidoBolchevique uotros asuntos atines". Incluso, afirma que "no hubo "política partidista"en la mayor parte de la historia británica", o, cuando menos no había conciencia de elloen ese momento 39.

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HARVEY J. KAYE14

Nos enseñó la pasión rnslórica. Para ella la comprensión del proceso histórico es unaexperiencia emocional intensa ... Todos nosotros podemos recordar apasionadas discusionescon ella. palabras lacerantes por el hecho de damos a conocer que algo importante estaba enjuego. Hizo que la historia latiera en nuestros pulsos. La historia ya no eran palabras en unapágina, ni las andanzas de los reyes y de los primeros ministros. ni siquiera los meros sucesos.La historia era el sudor, la sangre. las lágrimas y los triunfos de la gente común, de nuestragente 36

Además, como declara Hill al comentar sobre su "ingenio cáustico que trataba dereservar (generalmente con éxito) para sus superiores o iguales", Torr se oponía aleconomicismo demasiado influyente en el pensamiento marxista. En particular se opusoa "lo que denominó "escuela catastrófica" de marxistas, los cuales creían que lascondiciones en Inglaterra tenían que empeorar mucho más antes de que un cambio seriofuera posible; idea que era bien aceptada.

Cristopher HUI señala que, aunque Torr no fue miembro fundador del grupo, "deinmediato se sintió a gusto en él, ya que le proporcionaba el tipo de estímulo intelectualde academicismo específicamente histórico que no había encontrado hasta entonces".Sin embargo, añade: "De hecho, sabía más, había meditado más sobre historia que cual­quiera de nosotros; ylo que es más, puso su trabajo, su erudición ysu sabiduría anuestradisposición". En el prefacio a Democracy and che Labour Movemenc, Saville ysus co­editores explican el porqué de la importancia de la influencia y la aportación de Torr:

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principio se proyectaron dos) los hicieron, apanirde las propias nOlas de la autora,y apetición suya. Christopher HiU yA.L.Morton.Fragmenlos de lo que debía haber constiruidoel segundo volumen fueronedilados rpublicados por E.P. Thomplioncomo "Tom Mano and His Times. 1890-1892" en OurHistory, 26-7 (1962). HilI señala que ella era tan perfeccionista queprobablemenle jamás lo hubiera renninado".

" J. Saville el al.. Democracyand che L3.bourMovemen~ p. 8.;7 D. Torr. Tom Mann and His Times. p. 13. Cila de "HiSlory of die People" (1984) de Newlon.

!i E. Hobsbawm. "The HiSlonans' Group", p.26."¡bid.. pp. 31-3," CLlos arúculosen el número cien: ChriSlOpher Hill. Rodney Hilton yErie Hobsbawm. "Origins and Early Years".

y Jacques Le Goff, ''LaU:I Hislory·'. Pasr & Present (Agoslo 1983), pp. 3-13. Y14-28.

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" Past & Presen~ 1(Febrero 1952), p. i,

Aprincipios de 1956, aresultas del discurso de Kruschev sobre el "estalinismo" conmotivo del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Sovietica, la invasiónsovietica aHungría más tarde ese mismo año, yla fracasada oposición aésta por parte delPartido Comunista Británico (así como la fracasada democratización interna), miles decomunistas británicos abandonaron el Partido. Entre ellos Rodney Hilton, ChristopherHill yE.P. Thompson. junto con otros miembros del grupo de los historiadores. MauriceDobb yEric Hobsbawm, por el contrario, permanecieron. Aunque no abandonó el par­tido, Hobsbawm, así como otros muchos miembros del grupo, particiPÓ activamente,

Aunque no todos los proyectos iniciales de los editores se concluyeron de igualmanera (e.g. su interés por artículos sobre el Tercer mundo), Past & Present se haconvertido jndiscutiblemente en una de las revistas líderes en el campo de los estudioshistóricos, ala vez que ha sido un medio importante para el (re-)surgimiento de la historiasocial yde la sociología históricacomo temas centrales de estas disciplinas. Acompañadosen los últimos años por Victor Kiernan yE.P. Thopmson, HilI, Hilton yHobsbawm hanpermanecido activos en la dirección de la revista. Hill es presidente de la Past & PresentSociety y Hilton y Hobsbawm son director y vicedirector respectivamente del comitéeditorial. Su trabajo colectivo en la revista demuestra su camaradería y amistad que hapersistido apesar de sus respectivas decísiones de abandonar opermanecer en el PartidoComunista a la vista de los acontecimientos de 1956-7.

Con un cita del erudito árabe del siglo catorce, Ibn Khaldun, los editores de PastandPresentindicaron en el primer número cuáles iban aser los objetivos de la nueva revista.Escribieron "nuestra principal tarea... es reflejar yexplicar (las) "transformaciones quesufre la sociedad en virtud de su propia naturaleza". Un estudio tal no puede sino dar lugara conclusiones generales, les llamemos o no "leyes del desarrollo histórico" yseremosmalos historiadores si menospreciamos su complejidad". Subtitulado originalmente aJoumal ofScientific History (que se suprimió apartir de entonces), los editores de Pastand Present marcaron las diferencias entre ellos ylos científicos sociales, en especial losfuncional- estructuralistas. En su opinión, los científicos sociales con excesiva frecuenciallevaban acabo sus prácticas teóricas siguiendo las pautas de la biología ylas cienciasnaturales, yde esta manera, perdían el contacto con la "especificidad histórica" de la vidasocial: "Cada forma de sociedad humana ycada una de sus fases individuales, tiene suspropias leyes de desarrollo". Además, yesto era importante -a menos que "las leyes delproceso histórico" se consideren dependientes de alguna fuerza transcendente opredeterminación del desarrollo histórico -también afirmaron que" los hombres sonconstructores activos y conscientes de la historia, no meramente números y víctimaspasivas" JI,

17LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

"Cf. John Saville. "The ){)(lh Congress and !he Bnrish Communist Pany", In The SocialiSl Register 1976.Londres. Merlin Press. 1976. pp, [.23.

"E, Hobsbawm. "The Hislorians' Group", p. 39-42." Sobre los orígenes intelectuales del CenllO. cf. Paul iones. "Organic lmellecluals and the Generation of English

Cultural SlUdies", Thesis Eleven. 516 ([982). 83-123," El proyecto dio lugar ados volúmenes de artículos: J. Chlfie yR. JoImson (eds.). Worting Class Culture. y R.

JohnSOJl et al. (eds). M8king Histories: SIIIdies in Hístory- Wriring and Po/itics, Londres. HutchinsoJl. 1982.

durante el periodo 1966·67, en los intentos por convencer a la dirección del partido yefectuar cambios "democráticos" en la práctica y en la política del partido. El mismoobserva que algunos componentes del grupo de los historiadores "destacaron entre loscríticos de la actitud oficial del partido en ese tiempo" y"los tres episodios de "oposición"más sobresalientes -el Reasoner, la publicación de una carta por unos cuantos intelec­tuales en The New Stateman yTribune y el Informe de la minoría sobre la democraciadel partido en el veinticinco Congreso del PCGB -, fueron todos ellos relacionados conhistoriadores cpmunistas' (Saville, Thompson, Hilton, Hill, Hobsbawm. entre otros)".Con relación aReasoner en particular, Saville yThompson organizaron la revista en 1956con el fin de proporcionar un vehículo para el debate yla disensión en el partido, pero ladirección del partido reaccionó suspendiéndoles de su afiliación. La respuesta de SavilleyThompson consistió en dimitir y Reasoner se convirtió en el New Reasoner (precursorde New Left Review) ". .

Hobsbawm mantiene la hipótesis de que fueron tan activos en la disensión y laoposición porque "la preocupación básica sobre Stalin era literalmente histórica: quéhabía sucedido yporqué se había ocultado". Puesto que "el análisis histórico era un temacentral entre los políticos marxistas" éstos se vieron necesariamente empujados a laacción, en especial porque estaba claro que la dirección del partido negaba la necesidadde tal análisis jJ. Hobsbawm concluye su árticulo observando que después de 1956-57 elGrupo de los Historiadores seguía existiendo. pero ya no como antes, porque muchos desus miembros habían abandonado el partido. Brevemente señala los que considera habersido los mayores logros del grupo, haciendo hincapié en sus contribuciones a la historiasocial. particularmente la historia desde abajo y, en cuanto a los temas, la historia deltrabajo y la Revolución Inglesa.

El tercer artículo antes mencionado, " Culture and the Historians", está escrito porRichard Johnson del Centre for Contemporary Cultural Studies de la Universidad deBirmingham ¡ej. Este artículo de Johnson fue escrito como parte de un proyecto másamplio sobre la relación entre la ensayística histórica británica y la teoría social, lapolítica y la "memoria popular". incluyendo. en particular, una evaluación crítica de laformación de la tradición histórica marxista británica·5•Es significativo que, durante granparte del periodo en el que el programa se estaba desarrollando, la perspectiva teórica quedominaba en el Centro era "marxista-estructuralista" tal como la formulara Louis

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Lo significativo del artículo de Johnson y otros estudios atines hechos por suscolegas en el Centro es que atrae la atención hacia la erudición yel discurso socialistasmás amplios en la Inglaterra posterior a1956 ysu relación con los historiadores marxistasbritánicos. Esto es especialmente importante ya que varios historiadores marxistas estu­vieron comprometidos activamente con la formación de la Nueva Izquierda inicial, pormedio de organizaciones como the Campaign for Nuclear Disarmament (CND), juntocon otros historiadores, científicos sociales, yensayistas que no eran propiamente mar-

Entre los historiadores que Johnson considera como parte de la mencionadaestructura de sentimiento de finales de los cincuenta y la década de los sesenta seencuentran Hilton (aquien Johnson ve sólo parcialmentecomprometido), Hill. Hobsbawm,Saville yThompson. También incluye aespecialistas como Asa Briggs, con su ediciónde Chartist Studies 47,Richard Hoggart, con The Uses oiLiteracyls, Raymond Williams,con Culture and Society4Q, entre otros libros; yel historiador americano, Eugene Geno­vese, con The Political Economy oi Slave¡y 50, y otros estudios posteriores.

Althusser (a la que ya quien se hará referencia en múltiples ocasiones en este libro, enespecial en los capítulos sobre la obra de Dobb yThompson).

En "Culture and the Historians", Johnson examina el trabajo de los historiadoresmarxistas británicos atendiendo a lo que considera una "estructura de sentimiento" 46

característica de los estudios sociales e históricos socialistas británicos de finales de ladécada de los cincuenta, durante los sesenta, yque persiste en los setenta. (En "socia­listas", Johnson incluye estudios marxistas yno marxistas). Defiende que, en el periodoposterior a1956, losescritoresehistoriadores sociales socialistas británicos progresivamentese iban centrando yponiendo especial énfasis en las prácticas ylas relaciones culturales(por diversas razones específicamente históricas, tal como los mismos sucesos de 1956,yel supuesto"aburguesamiento"de laclase obrera británica). Esto, mantiene, representabaun cambio tanto en los estudios históricos marxistas, es decir, alejándose de la estructurayrelaciones económicas, como en la historiografía de la clase obrera, es decir, alejándosede los estudios meramente institucionales. Al mismo tiempo. señala, el concepto "cul­tura" fue ampliado o, mejor, revisado para así incluir lo "social" y lo "popular" en opo­sición a lo meramente "artístico-literario" y"elitista".

19t.Os HISTORIAOORES MARXISTAS BRITANlCOS

xistas (al menos en ese momento, e.g. Rayrnond Williams, quien siempre ha tenido unarelación intelectual especial con el pensamiento marxista) 51. Si Johnson ysus colegas sehubieran limitado adefender que el trabajo de los historiadores marxistas británicos du­rante este periodo tenía que serconsiderado en el contexto de la nueva izquierda británica.implicando un cambio de énfasis en sus estudios históricos, el problema hubiera sidomínimo. Sin embargo, ellos iban más allá. AfIrmaban que el trabajo de Hilton, HillHobsbawm y Thompson durante estos años rompió con la problemática del periodoanterior a1956 y, en particular, con la perspectiva de Maurice Dobb. Defienden que loshistoriadores marxistas británicos, a partir de 1956, llegaron a desarrollar su propiaaproximación alestudiohistórico, alaque denominan"marxismocultural"o"culturalismo"yque esto representó una ruptura con el "marxismoeconómico" y"estructural" de Dobb,tal como lo había explicado en su obra histórica Studies in the Development oiCapitalismo

El desarrollo del culturalismo, defiende Johnson, parece suponer el rechazo, o almenos la evitación del presupuesto marxista esencial según el cual el cuerpo socialdetermina la conciencia social así como la importante "categoría básica" oconcepto de"modo de producción". De acuerdo con Johnson ysu colegas, esto se debe alos esfuerzosde los historiadores marxistas británicos por superar el modelo base-superestructura ysu interés por la clase, entendida en "forma restringida" de clase como conciencia declase. En efecto, se defiende que los historiadores marxistas británicos han roto condiversos dogmas fundamentales en el pensamiento de Marx yque, mientras Dobb, Hilton,Hill, Hobsbawm yThompson pueden representaruna tradición historiográfica, ciertamenteno representan una tradición teórica. Se admite que, en todo caso, hayan forjado dos tradi­ciones teóricas, el "economicismo" yel "culturalismo" 52.

Johnson ysus colegas insisten en que se perdió mucho en el desarrollo del cultu­ralifulo y,que es necesario reifttroducir los factores estructurales y,.hasta cierto punto,económicos que caracterizan el trabajo de Marx yde Dobb en los estudios históricos mar­xistas británicos. Pero, también indican, que tal restablecimiento no debe hacerse pormedio de una vuelta a la "teoría" de Dobb porque es demasiado "economicista". Por elcontrario, sugieren que se establezca un diálogo entre lo que ellos llaman "marxismo cul­tural" y "humanístico" y el marxismo estructuralista de Althusser y sus seguidores 53.

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" Refiriéndose en cierto modo a una "generación intelectual... "estrucrura de sentimiento" provIene de la obra deRayrnond Williams. aquien Iohnson asu vez incluye en la estructura de sentimiento en cuestión. Sobre este concepto. cf.R. Williams. Marxism and Lirerature. pp. 128·35.

" A. Briggs. CñlllTist Scudies, Londres. MacmiUan. ¡959." R. Hoggart. The Uses ofLireracy. Hannondsworth. Penguin. 1971. Primeraedición 1957. Hoggart fue el fundador

del Centre for Conlempocary Cultura! Srudies." R. Wiltiams. Culture and Sociecy. Hannoodsworth. Penguin. 1971. Primera edición 1958.lO E. (];:novese. 1ñe PolicicaJ EconomyofS/avery. Nueva Yorlr;, Vintage Books. 1967. La obra de Genovese será

debatida bn:vemeote en el capitulo segundo. sobre Dobb. y también mencionada en el capítulo se~to. sobn: Thompson.

; 1 cr.las largas emlevistas con Rayrnond Williams hechas por los editores de laNewLdtRevICwpublicadas comoPoIirics and Lettel!i. Londres, :-lew Left Books.1979. También. Williams se considel&Ía macxista hoy en día.

;, Aunque ha reducido el tono de su insistencia sobn: una "lUprura".los miembros del Cenrro todavía rechazan lanoción de una..tradición teórica" histórica macxista británica.CL Bil! Schwaez. "The People Hislary: The CommunlSl PartyHistorians' Group. 1946-56". en R. Iohnson et al.. Making Histories, p. 50.

H Cf..~ Problernatics: Elements of a Theory oí WoOOng-Class Cult=". de R. Iohnson en 1. ChJrl¡e. C.Crilchec yR. Iohnson (eds.l. Worting C/m Cu/cure. pp. 20[·37. Los escrilOn:S del Centro ooeviwon criticas sobre elestrueturalismo pero el proyecto se realizó según había sido ll'aZado y de esta 1Il3I1eI1I el carácter del diálogo estuvopredeterminado por el eS[lllCturalismo.

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20 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 2t

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Además, parecen estar seguros de que los estructuralistas tienen mucho más que ofreceral debate teórico que proponen que los historiadores, ya que uno de los problemassupuestamente más graves con respecto al culturalismo es que se aleja de la teoría ydela "abstracción" en favor del "empirismo" y la "ex.periencia vivida".

La afIrmación de una ruptura no ha dejado de ser controvertida. Por ejemplo, hubouna acalorada disputa en la revista Hisrory Workshop, instigada por un artículo publicadoen ella por Johnson, titulado ''Tompson, Genovese, and Socialist-Humanist History" 54.

En él Johnson examina los escritos históricos de estos dos "culturalistas" como evidenciade la supuesta ruptura entre Dobb ylos historiadores más jóvenes. Curiosamente hay unacontribución al debate que indica que la percepción de dicha supuesta ruptura no estálimitada a los Marxistas-estrucrurales. Simon Clarke, respondiendo como "humanista"al estructuralismo de JoOOson, acepta la tesis de una ruptura pero rechaza la evaluaciónque de ella hace Johnson. Esto es, Clarke está de acuerdo con Johnson en que Hilton ylos demás han roto con el economicismo de Dobb a lo largo del desarrollo del cul­turalismo; pero contrariamente a Johnson, que culpa a los historiadores más jóvenes deproducir la ruptura, Clarke los alaba por ello -¡ aunque añade que no han ido sufi­cientemente lejos! 55 Todavía otro crítico, Keith Tribe, defiende (fuera de HistoryWorkshop) que. de hecho. el trabajo de los historiadores marx.istas británicos desde Dobbhasta Thompson se ha caracterizado por la continuidad en su preocupación principal porlas relaciones económicas dentro de los periodos que estudian 56.

Mi postura -opuesta alas de Johnson/Clarke yTribe -es que la relación entre Dobby Hilton y los demás no está caracterizada ni por una ruptura entre el economicismo yel culturalismo ni por una continuidad basadaen el interés por las relaciones económicas.Por el contrario, en los siguientes capítulos defenderé que, aunque puede haber undesplazamiento de los focos de interés en el trabajo de Dobb yen el trabajo de sus colegasmás jóvenes, se trata justamente de eso, de un desplazamiento no de una ruptura. Además,la continuidád no aparece en su preocupación por las relaciones económicas sino por lasrelaciones ylas luchas de clase en su totalidad 57. Así que. si tuvieramos que dar un nombreala teoría de la determinación de clase, éste no debería ser marxismo cultural oeconómico

., R. Johnson. ·'Thompson. Genovese, and SociaJist-Humanisl HislOry", en History Workshop. 6(Otoño 1978),pp. 79-100.

'; S. Clarke, "SociaJisl Humanism and the Cririque of Economism", en History workshop, 8(Otoño 1979),138-56.

;, K. Trille, "The Problem of TranslStion and !he Queslion of Origin", en su obra Genealogies uf CapitalismoLondres, MacmiUan, 1981. p. 2.

n Así, estoy básicamente de acuerno con la "posrul1l" puesla de manifiesto en HislOry Workshop de Keith~cCleUand y Gavin Williams en "Comments" diferentes bajo el tírulo general de "Towatds a SociaJist Histary", 7(Primavera 1979). pp. 10 1-25. También. E.P. Thompson ha comentadoque considera la idea de una ruptura "positivamenteinútil" yque desde Dobb haslaél mismo y los demás hay una"tradicióncomúnde historiografíamao.ista". (''The PovenyofTheory". en ThePovenyofTheoly, Londres. Merlín /'ress. 1978, p. 186. nola 168.) Además, d. el debate entre RichatdJohnson. Stuart HaU y E.P. Thompson en R. Samuel (ed.!. People's History and Socialist Theory, pp. 375408.

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sino marxismo histórico, social o(por utilizar un término que aparecerá en el capítulo2en relación con el trabajo de Robert Brenner) político 58, dado su énfasis en las formashistóricas ydeterminaciones de la lucha de clases.

;. Para el desarrollo del "marxismo político" con espeóal mención a la obra de BJeIlIICJ'. cf. el ensayo de EllenMeiksins Wood. ''The Sepalltion of!he Economic and PoliticaJ in Capilalism", en New úft Review. 127 (Mayo-Junio

1981). pp. 66-95,

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En principio. ciertos sucesos que tuvieron lugar entre los siglos quince y dieciochoreclaman un nombre propio. Una palabra irrumpe espontánea: capitalismo. Irritado. uno le dice.¡sal por esa puerta! Pero. CasI inmediatamente, ella se encarama por la ventana. No hay ténninoadecuado que la sustituya ... Sin duda lleva tras de sí innumerables controversias ydiscusionesyesto es una desventaja. Pero las controversias· sea cual sea su mérito· no pueden evitarse;no podemos mantener discusiones ycomportamos como si no e.~istieran.

Femand Braudel l

Studies in the Development of Capitalism 2, de Maurice Dobb se publicó porprimera vez en 1946. En esta obra Dobb comprobaba yampliaba la hipótesis yel análisispropuesto por Marx en relación con los orígenes yel desarrollo del capitalismo (y de laindustrialización) como modelo de producción históricamente específico. Studies diolugar a un debate ininterrumpido sobre la transición del feudalismo al capitalismo queiba a incluir la economía, la sociología. los estudios históricos ydel desarrollo yla teoríamarxista y que impulsó el desarrollo de conceptos tales como modelo y relaciones deproducción,- estructura ylucha de clases ytotalidad. Voy adefender en este capítulo queStudies de Dobb fue una contribución originil! ydecisiva para el desarrollo de la teoríade la determinación de clases, ypara la tradición teórica de los historiadores marxistasbritánicos, tanto por sí misma como a través del trabajo posterior basado en este estudio.

Por descontado que el tema de la "transición" no se ha limitado a los análisismarxistas. Los cambios radicales en relación con la historia mundial que tuvieron lugarentre los siglos quince y diecinueve han sido, en distinto grado, objeto de estudio ymateria de controversia de todas las "ciencias históricas". De hecho. desde el nacimiento

I F. Braudel. Afrerthoughts 00 MSleriaJ C;vi/illllion and CapiraJism, Ballimore, Md: The Jobos HopkinsUniversity Press. 1917. pp. ~5-6.

¡ M. Dobb. 5eudies in /he DeveJopment ofCapita/ism. Londres. Routledge and Kegan Paul, 1946, ediciÓII revi­sada 1963.

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Hoy. incluso fuera del contexto marxista, el nacimiento del capitalismo siguesiendo un tema importante entre las ciencias sociales. Sin embargo los términos que seemplean en los 'debates no marxistas son geoeralemnte bastante diferentes de losutilizados por los marxistas. Por ejemplo, estáellenguajede la teoríade la modernización,en el que los términos clave son "tradicional' y Hmoderno". Esta teoría ha sido muy

Afinales del siglo diecinueve yprincipios del veinte, el desarrollo del capitalismosiguió siendo un tema importante; quizá el tema central de la teoría social. Por ejemplo,se puede defender que para Max Weber los orígenes del capitalismo fueron foco de suinterés desde su tesis doctoral sobre las compañías de comercio medievales ya lo largode su investigación sobre los cambios de la estructura social agraria en la AlemaniaOriental 6, hasta el clásico The Protestant Ethic and the Spirit of CapÍtalism 7 (querepasaremos más adelante). Claramente, el trabajO de Durkheim, The Division ofLabourin SocÍecy8 es también un tratado sobre el tema, puesto que estudia el desplazamientode una solidaridad mecánica más primitiva hacia una solidaridad orgánica más complejayel desarrollo simultáneo de la división del trabajo, no solamente en la industria y laeconomía sino en la sociedad en su totalidad. ..

de las modernas disciplinas de las ciencias sociales, la transición al capitalismo y alindustrialismo ha sido un tema básico'. Por ejemplo, en The Wealth ofNatÍons'¡ , elprimer clásico de la economía moderna, Adam Smith no sólo explicaba cómo funcionabael capitalismo sino, tambrén, cómo se había originado. La historia del desarrollocapitalista que ofrecía suponía la expansión del negocio ydel comercio a través de los"mecanismos de mercado", la búsqueda del provecho propio y la competencia, eldesarrollo de la división yespecialización del trabajo ·que incrementó la productividaddel trabajo- yla acumulación del capital. Más tarde Saint-Simon, figura fundacional dela sociología, presentó una teoría del nuevo orden social basada en el desarrollo delconocimiento científico y las "fuerzas industriales" (teoría que le llevó a una discusiónpolítica en apoyo de la ascensión al poder de las "clases específicamente productivas" enaquellas sociedades nuevas, todavía en formación) j. Por supuesto que tales temastambién fueron tratados por Marx (sus escritos sobre el particular se tratarán másadelante en este mismo capítulo) aunque con una formulación en cierta medida distinta.

27LOS HISTORJADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Maurice Dobb

Maurice Dobb (1900-1976), fue, en sus propias palabras. "un estudiante pocobrillante que no hacía proezas en [os juegos ni sobresalía en los clásicos (la asignaturaprincipal de su formación)" ysu interés académico sólo se despertó en el último curso enel instituto cuando se le permitió especializars.e en historia. Sin embargo, en 1919, afu> quemedió entre el instituto ysu entrada en la Universidad de Cambridge, leyó varios "autoresheterodoxos como Marx. Hobson, Bernard Shaw'y William MorTis", y "nació en él eldeseodeeslUdiareconómicas", lo cual hizo. Sin embargo, mientras estudiabaeconómicas,perduró su interés inicial, ahora en la forma de historia económica ¡J.

El continuo interés por parte de marxistas yno marxistas es comprensible. No es quelos cambios históricos implicatios sean intelectualemene fascinantes, aunque esto por símismo produciría gran interés. Sino que. muy significativamente. sigue siendo tema dela atención especializada por su significación política. Las interpretaciones sobre elorigen del capitalismo tienen consecuencias prácticas porque ciertas estrategias políticasconcretas en relación, por ejemplo, con el desarrollo económico en el Tercer Mundo, seformulan según dichas interpretaciones. Por otra parte. puesto que nosotros mismos es­tamos viviendo todavía en la época del capitalismo, el conocimiento del origen ydesa­rrollo de esta época puede condicionar nuestro sentido de lo posible - tanto en términosde continuidad como de cambio-o

influyente en ciertos círculos de historia económica y social yen los estudios sobre eldesarrollo 9, Yestá relacionada con la teoría de la sociedad industrial. que ha caracterizadoala sociología de manera particular 10. Tanto la teoría de lamodernización como la teoríade la sociedad industrial se originan en interpretaciones específicas de la obra deDurkheim yWeber, quienes en sus respectivos énfasis sobre complejidad yracionalidadfrecuentemente se alejan de las aproximaciones críticas e históricas al cambio y aldesarrollo tal como se originan en el modelo de Marx. Como señala Raymond Williams.al evitar la palabra "capitalismo" no se ha querido evitar la disputa terminológica, sinoque, más bien, se ha buscado una acción política 11. Para los marxistas (y también paraotros), sin embargo, el capitalismo sigue siendo el tema central.t

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cr. Antony Giddens. Capita1ism ami Modero Social 1'heory, Cambridge Uni.ersity Press, 1971. pp. xi·xiii: DonMartindale, TheNalUle ami Types oiSocial 7ñeory, Boston. Houghton Mifflin, 1960. pp. 29·51: y Roben Heilbroner. 7ñeWorldly PhiloscplJers, Nueva York. Simon and Schsltr. 1972, pp. 16-40.

, A. Smi¡J¡, The Wealth oiNativas. editado por Edwin Canaan, Nueva Yort, The Modem Library, 1937., cr. trving M. Zeillin. ldeólogy and rhe Developmenr of Sociologlcal Theory, Englewood C\iffs. 1'1J: Prentice·

Hall. 1981.pp, 61·74.• cr. M. Weber. "Capitalism and Rural Society in Gennany" en H.H. Genh and C.W. Milis (edlS.). From Max

Werer. Oxfonl, Oúord University Press, 1958. pp. 363-85.• M. Weber, The Pro/est érhic and che Spirit ofCapitalism. Nw:va Yort, Charles Scribner's Sons, 1956., E. DurXheim. The Division ofLabourin Sociely, Nw:va Yort. Macmillan. 1933.

¡ Por ejemplo en historia social. d. Peter N. Sleams. European Sociery in UpI1eavaJ. Nueva York. Macmillan.1975. ypara un debate crítico sobre los estudios del desarrollo d. Norman Long, An Incroduccion ro Sociology ofRuralOevelopmenL Londres. TaVlslock, 1977. pp.941.

" Para una crínca breve. d. Anthony Giddens. Scudies in SOCial and Polirical Tlreory, Londres. Hucehinson. 1977.IntroduccIón. pp. 15·18.

i ¡ Cf. "Capitaslism" en R. Williams. Keyworris: A Vocabul8ry ol Culrure and Sociery, Nw:va Yort. OxfordUntversity ?ress. 1976. pp. 424.

:, Estas notas autobiográficas están tomadas de "Random Biographical Notes" qw: Dobb escribió en 1965 yqw:

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Además de su trabajo sobre la Unión Sovietica ysus continuas actividades con losLabour Colleges yel Research Department, Dobb escribió libros, panfletos yartículos al

Fue también el año que medió entre el instituto y la universidad cuando Dobb seconvirtió en socialista activo, primero como miembro del Independent Labour Party y,desde 1922, del Partido Comunista. Su compromiso con el socialismo yel movimientoobrero le hizo participar yapoyar activamente al National Council of Labour Colleges yal Labour Research Depaitment - experiencias que seguramente tuvieron un ciertoimpacto en su aproximación al Marxismo-.

Afinales de 1924, Dobb volvió a Cambridge como profesor de economía dondeimpartió clases hasta su retiro (en 1959 fue nombrado catedrático). Afinales de los añosveinte visitó la Unión Soviética, lo que le inspiró la redacción de Russian EconomicDevelopment since the Revolution (1928), rescrito veinte años más tarde como SovietEconomic Development since 1917 16 Su interés en el desarrollo económico soviéticose amplió más adelante incluyendo temas relacionados con el desarrollo del TercerMundo, sobre el que escribió varias obras, e.g. Economic Growth and UnderdevelopedCounlTÍes(l963) 17.

aparece como primer arliculoenel volumen "Maurice Dobb Memorial" del Cambridge JoumalofEconomics. 2(1978),pp. 115·20. Tambiéncf.la introducción de Eric Hobsbawm. "Maurice Dobb" en el Fesrschiftpara Dobb: C.H. Feinslein(ed.). Socialismo CapiraJism and Economic Growrh, Cambridge, Cambridge University Press. 1967. pp. 1·12; dondetambién se incluye una bibliografía de las obras de Dobb hasta 1967.

') En Cambridge fue miembro de la Sociedad Socialista. del Club Obrero, ydel Club de Economía Política deKeynes. ydijo que los autores que más le habían inflUido eran. ademásde Marx" "the Webbs. Labriola. Croce ... durantecierto nempo George Sorel. Bertrand RusseU ,y... 105 "socialistas gremiales", señal de que el joven economista evitabael economicismo.

" Reedi13doen M. Dobb, On Economic 71JeOI)' and Socialism. Londres, Roudedge and Kegan Paul. 1955,pp. J·15.

"M. Dobb, CapiraJist Enterprise and Social Progress. Londres. Routledge. 1925."M. Dobb, Russian Ecooomic DeveJopment Since lhe Revolucion. Londres. Routledge, 1928; y Soviet

EcOllomic Deve10pment Since 1917, Lon~, Routledge and Kegan Paul. 1948.17 M. Dobb. Economic Growrh and UnderrieveJoped Counaies. Londres, Lawreence and Wishart. 1963.

29LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

tinal de los años veinte ydurante la década de los treinta. Entre las obras de este periodose encuentra su panfleto On Marxism Today( 1932) 18. En este ensayo, todavía relevante,Dobb pone de manifiesto que considera al marXismo como materialismo histórico. Hacehincapié en que el conocimiento de la historia sólo es alcanzable por medio del estudiode la experiencia histórica. Esto es, no se puede obtener "intuitivamente opor medio deuna lógica aprioristica". Sin embargo, no es un rechazo del estudio histórico de base teó­rica en favor del empirismo. De hecho, uno de los principales focos de interés en dichoensayo es la teori.a. Dobb quiere contrastar el materialismo histórico con el idealismo ysobre todo con el economicismo. Al referirse a algunos temas que iban aser estudiadosmás ampliamente por los otros historiadores marxistas británicos, escribe que cuando unmarxista se propone explicar la historia en términos materialistas "no trata de hacer unaseparación abstracta de los hechos en "materiales" e "ideales", donde los primeros de­sempeñarían un papel activo ylos segundos un papel pasivo en la causalidad histórica".Tal concepción del proceso histórico podóa explicar el "determinismo histórico", pero,para los marxistas, es "enteramente estéril e irreal". Dobb insiste en que, en tanto en

/ cuanto el proceso de la historia implica "ideas", "éstas son hechos de experiencia histó­rica además de invenciones mecánicas o relaciones de propiedad, yentran en el procesohistórico de la misma manera que cualquier otro tipo de "actos". Pero esto no es decir quela historia está indeterminada. Defiende que la historia ha estado fundamentalmentegobernada por las luchas entre las clases. También debate la experiencia yla acción, dostérminos importantes en el vocabulario de de los historiadores marxistas británicos: "Laexperiencia histórica es un proceso dinámico en el que el propio hombre es un agenteactivo. La "realidad" de la historia, si esto tiene algún sentido, sólo puede significar latotalidad de la historia misma: y precisamente en la acción - en su hacer historia - elhombre establece su relación con el mundo objetivo yaprende lo que es la historia" 19.

Como marxista políticamente comprometido yeconomista universitario, Dobb trabajóen dos tipos de proyectos interrelacionados. Por una parte, su pertenencia al PartidoComunista, aunque politicamente esencial e intelectualmente estimulante, era al mismotiempo una cortapisa. Por ejemplo. cuando se publicó On Marxism Today, Dobb fuecensurado en el Dai1y WoiXer por haber· "distorSionado el Marxismo" al negarse areconocer la absoluta prioridad de la base sobre la superestructura; este no fue un episodioaislado lO. Por el contrario, como Eric Hobsbawm ha relatado, a Dobb se le aisló enCambridge como marxista y fue marginado como economista académico. Este enjui­ciamiento de Dobb yde su obra se debió probablemente asu insistencia, derivada en granparte de su marxismo, sobre la idea de que la economía se había vuelto excesivamentelimitada y que era necesario que esta disciplina retomara a sus orígenes críticos e

'. M. Dobb. On Marxism Todar. Londres. Hogarth Press, 1932."!bid.. pp. 14. 16 y20."Cf. SlWlrt Macinlyre, tl ProJerarian Science: Mmism in 8ritain. 1917·J3, Cambridge. Cambridge University

Press. 1980, pp. 121, 170.

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Al acabar su licenciatura n, Dobb estuvo dos años (1922-24) en la London SchoolofEconomics como investigadoren formación. Paraentonces él mismo ya se considerabamarxista. El tema de investigación que desarrolló en LSE fué "Historia y teoóa de laempresa capitalista" que le proporcionó material para un artículo, "The EntrepreneurMyth" (1924) I~, Ypara su primer libro, CapitalistEnterprise and Social Progress (1925)15(una obra que posteriormente calificó como de "bastante poco éxito"). En estos trabajostempranos encontramos la primera relación de temas que Dobb retomaría veinte añosmás tarde en Studies : los oógenes yel desarrollo del capitalismo como problema teóricoehistórico yla necesidad de estudiarel funcionamiento y la historia del capitalismo desdela perspectiva del análisis de clases.

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Studíes 1: Defmicione; y teoríac¡

El capitalismo adquiere susignificado en tanto encuanto se utiliza progresivamente paraindicar un sistema económico e histórico concrelO yno cualquier sistema económico.

. Raymond Williams 24

históricos en la economía política clásica. Además, Dobb defendía que Marx era unaparte importante de esa tradición 21. De esta manera, Dobb con frecuencia se encontrócriticado por los economistas académicos por ser polémico y sociológico y por losmarxistas "ortodoxos" por su predisposición a integrar su trabajo en la economíaacadémica.

31LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRlTANICOS

debatidas posteriormenle y de acuerdo con su forma actual en los debates de teoría social e hislÓrica. Así. he hechohincapié en Weber yPirenne en los dos primeros casos.

" W. Sombart. The Quinressence ofCapitaJism: A Study of che Risco/}' and Psychoiogy ot'Modem BusinessMan. Londres. T. Fisher and Unwin, 1915. p.22.

" Cf. Gordon Marshall. In Search of che Spin'r of CapitaJism. Londles. Hutehinson. 1982: Richanl Ashcraft,"Marx and Weber on Liberlism as Bourgeois ldeology", en Compararive Studies in 50ciery and History. 14 (Mano1972). pp. 130-68: A. Giddens. ·'Marx. Weber and the Developmenl of Capitalism", en Studies in Social andPoliricalTheo/}'. pp. 183·207: yDavid Laudes. The Unbound PromethetL5. Cambridge, Cambridge University Press. 1969. pp;2[·5.

"Cf. H.H. Geltb YC.W. MiUs. From MM Webber, pp. 6lr9. También es inleresaRleGenellll EcooomicHistCNyde Weber. Nueva Yort. Collier Books. 1961.

'" M. Weber. The ProfesWlr EÚlic, p. 17.

El trabajo de Max Weber sobre el capitalismo es de especial importancia y deconstante controversia dentro de la sociología yla história económica 28. En sus escritosWeber trata de diferenciar el capitalismo moderno del capitalismo del pasado, así comodel capitalismo de otras regiones geográficas 29. Contrariamente a Sambart, Weberescribe en The Protestant Ethic and the Spirit of CapitaJism que "el impulso por laadquisición, la búsqueda de la ganancia, del dinero, de la mayor cantidad de dineroposible no tiene nada que ver con el capitalismo". Como señala, tal "impulso... ha sidocomún ahombres de todo tipo ycondición en todo momento ytodo país del mundo." Porel contrario, Weber identifica al capitalismo con un "freno o al menos una moderaciónracional de este impulso irracional", Así. la defmición de capitalismo que Weber ofrecees la "búsqueda del provecho, y el provecho renovado para siempre, por medio de lainiciativa capitalista racional continua" 30. Con esta concepción de la singularidad delcapitalismo modemo, Weber considera sus orígenes en la Reforma yel nacimiento delProtestantismo, en particular en el mundo del Calvinismo yel Puritanismo.

La segunda aproximación importante al capitalismo que Dobb presenta loidentifica con la producción para el mercado, en particular para los mercados exteriores.Porejemplo, el historiador beiga, Henri Pirenne, sitúa el origen de capitalismo en el siglodoce (p.6) relacionado con una clase de mercaderes en desarrollo. Pirenne escribe que,"el espíritu capitalista hizo su aparición simultáneamente con el comercio... comenzóde conformidad con el estímulo que recibió del mundo exterior, con el comercio a granescala yelespmtu de gran negocio... Quienes iniciaron, dirigieron y expandieron elcornercro de Europa pertenecían a una clase de comerciantes-aventureros", Así, para

Primero ofrece la definición propuesta por Wemer Sombart yMax Weber en sus escritos,yque ha llegado aconsiderarse el "espíritu del capitalismo". Sombart sitúa la base delcapitalismo en una unidad particular del "espíritu de empresa" oaventura ydel "espírituburgués de cálculo yracionalidad (p.45). Mientras que el espíritu de empresa se entiendecomoel producto de "unasíntesis de codicia porel oro, el deseo de aventura, [y] el amora la exploración", el espíritu burgués se considera hecho de "cálculo, programación muycuidada. racionalidad yeconomía" 21.

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Antes de dedicamos al examen de Studies, debemos mencionar un ensayo escritopor Dobb en 1927, titulado "The Economic Basis of Class Conflict"22. En él, Dobb explicalos orígenes de los conceptos de conflicto de clases yde clase en Francia e Inglaterra enla época de la revolución francesa; revisa el concepto marxista de clase yconflicto de cla­ses ysu importanciacon respecto al análisis social yal análisis económico contemporáneo;ypresenta una teoría del conflicto de clases basada en la fusión de los intereses sectorialesinmediatos de los trabajadores con sus intereses, a más largo plazo, de clase 23. Cierta­mente el ensayo se centra excesivamente en "la base económica del conflicto de clases",y presenta una sociología simple de la conciencia yel conflicto de clases derivados delmismo Marx. Sin embargo, su lectura demuestra que Dobb pone más énfasis en el con­flicto de clases y las relaciones entre las clases que en clase como entidad oestructruray, es de destacar, que evita la imputación elitista ydegradante de "falsa conciencia" ala clase obrera. La ausencia de la imputación de "falsa conciencia" en la obra de Dobb (y,como también veremos. en la obra de los otros historiadores marxistas británicos) posi­blemente fuera el resultado de sus actividades en los Labour Colleges.

.En el primer capítulo de Studies, titulado simplemente "Capitalism" 25 Dobb explicalos diversos significados que se han dado alapalabra en su uso cotidiano yen losestudios .históricos, ypresenta la aproximación que él considera específicamente marxista tantocon respecto al tema como en relación con los estudios históricos en general. En particulardestaca tres defmiciones de capitalismo yteorías sobre sus orígenes 26. (Los números queaparezcan entre paréntesis, representan las páginas de Studies a que haré referencia).

" E. Hobsbawm. "Maurice Dobb" pp. 4-7. Para ejemplos de los argumentos de Dobb sobre teoría económicadurante este periodo cf. su PoliricaJ Economy and CapitaJsim. Londres. Routledge. 1937. roición revisada 1945.

"Reimpreso en M. Dobb, Economic Theo/}' and Socialism. pp. 93-103."!bid.. p. 103.""Capitalism" en R. Williams. Keyworris. p.42." Dobb escribía capitalismo y feudalismo con mayúsculas. Yo sólo lo han: en las citas literales de Studies" Aunque basadas en la presentación que Dobb hizo de cada defmición (o modelo). las he adaplado según fueron

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Marx explica además que su definición de "trabajadores libres" excluye "esclavosy siervos" que eran parte de los medios de producción, y "propietarios campesinosautónomos" que poseían sus propios medios de producción. La relación social deproducción característica del capitalismo es, por tanto, de acuerdo con Marx (y Dobb),el contrato salarial. Pero, ¿cuál fue (o fueron) el origen (u orígenes) del modO")' de lasrelaciones de producción capitalistasl'ara Marx ?

Por sí mismos. el dinero y los bienes no son más capital que lo son los medios deproducción yde subsistencia. Necesitan ser transformados en capital. Pero esta transformaciónsólo puede tener lugarencircunstancias concretas que coinciden en este punto: el enfrentamientode, yel contacto entre. dos clases muy distintas de propietarios de bienes: por una parte, losposeedores de dinero, medios de producción, medios de subsistencia, que desean valorar lasuma de valores que han adquirido al comprar la capacidad de trabajo de los otros: pOt otra­parte, los obreros libres, los vendedores de su propia capacidad de trabajo, ypor lo tanto losvendedores de trabajo ]2

Pirenne, capitalismo es sinónimo de comercio. De hecno, deja bien claro su rechazo porla teoría que relaciona de alguna manerael espíritu capitalista con el Puritanismo oel Pro­testantismo. Insiste en que no hay misterio en cuanto a los orígenes sociales del capi­talismo. Comenzó con una· clase avariciosa de mercaderes ·no entre los Calvinistas te·merosos de Dios·", yel principal objetivo de esa clase fue la "acumulación de riqueza" )'.

La tercera definición de capitalismo que Dobb presenta es la propuesta por Marx.En este caso, se define como un "modo de producción" particular, entendido no comoel mero estado de la técnica, es decir, "el estado de las fuerzas productivas", sino "la formaen que se poseían los medios de producción ylas relaciones sociales entre los hombresresultantes de sus conexiones con el proceso de producción "p.?). Marx escribe en elCapital:

33LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

bienes en circulación. la competición enll'e las naciones europeas por la consecución de losproductos asiáticos y los tesoros americanos. el sistema colonial; todo contribuyó de formafundamental al desmantelamiento de los obstáculos feudales a la producción H.

Para los orígenes del capitalismo en el proceso de acumulación primitiva, Marx nosremite a la historia inglesa - al movimiento de cercamiento (y a la revolución del siglodiecisiete):

En la historia de la acumulación primitiva. todas las revoluciones son hitos que actúancomo palancas para la clase capitalista encurso de formación: pero esto es especialmente ciertoen aquellos momentos en que las grandes masas de hombres son repentina y bruscamenteseparadas de sus medios de subsistencia y arrojadas al mercado de trabajo como proletarioslibres, desprotegidos, carentes de todo derecho. La expropiación del suelo al agricultor, alcampesino. es la base de todo el proceso. La historia de esta expropiación adquiere distintosaspectos en los distintos países yrecorre sus fases diversas en diferentes órdenes de sucesiónyen épocas históricas diferentes. Sólo en Inglaterra. que por lo tanto tomarnos como ejemplo.tIene la forma clásica JO.

Sin embargo, aunque estos cambios históricos radicales fueron "fundamentales",de acuerdo con Marx, no fueron suficientes para crear el modo capitalista de producción.Porque, según sigue explicando, el desarrollo del capitalismo "ensu primer periodo" tuvolugar solamente. donde las "condiciones" para él ya se habían creado en el periodomedieval. Las condiciones alas que se refiere Marx existían específicamente en aquelloslugares donde las relaciones capitalistas de producción estaban ya en formación comoresultado del proceso de acumulación primitiva. lo cual "no era más que el procesohistórico que divorciaba al prod:uctor de los medios de produción. Esto parece "primitivo"porque representa la prehistoria del capital, ydel modo de producción correspondienteal capital" ll.

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. Marx (y Engels) destacan la relación entre el capitalismo yel Protestantismo 33. Enlos escritos de Marx se hace'evidente que él recQltoce una conexión histórica entre laexpansión europea -por medio de la cpnquist;l yelcomercio . yel nacimiento del modode producción capitalista. Por ejemplo, en el Capital afllTlla que:

No hay duda posible. yeste mismo hecho ha llevado aconcepciones falsas· de que lasgrandes revoluciones que tuvieron lugarenel comercio durante los siglos diecieis ydiecisiete,juntocon los descubrimientos geográficos de la época, que tanto favorecieron el desarrollo delcapital comercial, supusieron un impulso importante para la ll'ansición del modo de prodUCCIónfeudal al capitalista. La repentina expansión del mercado mundial. la multiplicación de los

Dobb indica que "la justificación de cualquier definición debe descansar fmalmenteen su eficacia para ilustrar el proceso real del desarrollo histórico: hasta tal punto queconfigure nuestra imagen del proceso y ésta se corresponda con los perfiles que elpanorama nistórico demuestre tener" (p.8), Especialmente, escribe, necesitamos unadefmición para describir yanalizar el "mundo moderno de los últimos siglos" (p.9). Elcriterio básico que Dobb utiliza paraselecionarunadeterminadadefinición de capitalismo

I es el de la especificidad nistórica y, por esta razón, recnaza las defmiciones del "espíritudel capitalismo" ydel "capitalismo como comercio". Defiende que ningunadefmiciónes suficientemente restrictivacomo para limitarel capitalismo aun solo periodo histórico.

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" H. Pirenne. A HisloryofEurope. Garden Cily, Nueva YOIX.Anchor Books. 1958. pp. 196 Y195." K. Mm. CapitRJ. Hlll'lllondsWOlth, Penguin. 1976, volumen I. p. &7~.iJ Cf. R. Ashcnli. "Mm and Weber on Libel1iism", pp. 1334.

)' K. Marx. CapilJl1. Hannondsworth. Penguin; Nueva YoIt. Viotage Books. 1981. Volwoen III. p.4SO.J; K. Marx. CapisJ. Vol. l. p. &75,"!bid.. p. 876. cr. Williarn I.azooick. "Karl Marx and EncIOSllreS in EnglandW

, ReviewofRadicaIPolicicaJEconomics, 6(Verano 1974) pp.I-32.

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Así que, hacer uso de cualquiera de ellas supone el peligro de llegar a la conclusión deque "casi todos los periodos de la historia han sido capitalistas, al menos, en cierto grado"(p.S).

La elección de esta defmición, sin embargo, implicaba más. 5tudies no fueprogramado para ser meramente un trabajo de historia económica, sino también untrabajo de "economía histórica". Dobb es muy consciente de esto yseñala en el prefacioque posiblemente iba acontrariar tanto a los economistas como alos historiadores. Estoes, es conocedor del hecho de que los economistas normalmente tienen poco interés enlas cuestiones históricas ylos historiadores tienen poco interés oincluso poco respeto porlos estudios históricos que no provienen de trabajo de campo oinvestigación en archivos.Sin embargo, dice que "estaba animado aperseverar acausa de la obstinada creencia deque el análisis económico solo tiene sentido y sólo fructifica si se une al estudio del desa­rrollo histórico". Además, defiende que incluso a los economistas dedicados a los pro­blemas contemporáneos se les deben permitirconsultas sobre datos históricos. Hoy en díala defensa de la apro;(imación a los temas económicos dese la perspectiva histórica, enparticular al desarrollo económico. puede parecer bastante razonable, pero en los tiemposen que Dobb escribía, las ciencias sociales eran característicamente ahistóricas, oinclusoanti-históricas (y progresaban en esta dirección), yno era frecuente que los historiadoresse dedicaran a tales problemas.

Al final del primer capítulo sigue diciendo que su elección de la aproximaciónmarxista se debe no sólo a su especificidad yperspectiva histórica sino también porqueabarca mejor la realidad histórica. Abundando en las críticas que había hecho en la décadade los treinta, Dobb e;(plica que los economistas se centraron demasiado estrictamenteen las "relaciones de cambio como territorio autónomo para una ciencia especial de laeconomía", lo cual debilitaba cualquier estudio histórico serio (pp.28-30). Sobre lanaturaleza absurda de los límites entre las disciplinas escribe que es necesario "abolir. ..la frontera existente entre lo que está de moda etiquetar .como "factores económicos" ycomo"factores sociales" (p.32). La aproximación marxista,_sin embargo, al considerarel modo ylas' relaciones sociales de producción, es una economía política, que permiteal estudioso del capitalismo estudiar su desarrollo no como mera economía en sentidorestringido sino como sociedad en sentido amplio.

históricas en términos de su "tipo predominante de relación socio-económica" necesitauna teoría de la historia que pueda explicar no sólo los periodos de "cambio gradual ycontinuo", sino también esos periodos en los que el tempo se acelera anormalmente, y...la continuidad se rompe, como resultado de un brusco cambio de dirección en el curso delos acontecimientos". Elcitado"tempo" de cambio,escribe,correspondealas revolucionessociales que marcan la transición de un sistema antiguo a uno nuevo" (pp.lI-12). Talteoría contrastaría con aquellas que "consideran el cambio corno simple función de algúnfactor creciente, bien sea la población, la productividad, los mercados. la división deltrabajo o la reserva de capital". Además, debería admitir que "la sociedad está de talmanera constituida que el conflicto yla interacción de sus elementos principales, más queel simple crecimiento de un elemento aislado, forman el agente principal del movimientoydel cambio" (pp. 12-13). La teoría que Dobb ofrece es la de la lucha y la estructura declases, es decir, la determinación de clases: "la historia ha sido hasta la fecha la historiade las sociedades de clases, esto es, de sociedades divididas en clases, en la que obien unaclase, o bien una coalición de clases con intereses comunes constituyen la clasedominante, yse mantiene en antagonismo total oparcial con otra u otras clases" (p.l3).Con "clase". con "intereses comunes", Dobb no se refiere a una simple concepción declase basada en un nivel de ingresos oen una fuente de ingresos en sentido restringido,sino a algo más fundamental: "la relación en la que el grupo corno un todo se enfrentaal proceso de producción ypor consecuencia a las otras secciones de la sociedad" (p.15).

La definición que da Dobb de capitalismo corno modo yrelaciones de producciónespecificamente históricos, la relación salarial, está así en conformidad con su teoría dela historia yel cambio social, es decir, de la estructura yde la lucha de clases. Sin embargo,debernos notar que su teoría sobre el cambio no propone ninguna simple determinaciónpor el modo de producción corno "base". Aunque escribe sobre el desarrollo económicocorno economista, su teoría del cambio no se reduce a un determinismo económico otecnológico. De hecho, su teoría del cambio social presagia debates que actualmentetienen lugar en la historia yen las ciencias sociales yque afectan a las relaciones entrela tecnología y la estructura social (fuera y dentro del lugar de trabajo)38 y puedeinterpretarse corno una advertencia frente al resurgimiento del Marxismo cornodeterminismo tecno-económico 39. Dobb declara (p.23):

35LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

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Una vez más, el objetivo de Dobb no es relacionar una época histórica dada (lamoderna) yun modo de producción (el capitalismo) -actividad esencial aunque limitada.Su interés está en el desarrollo histórico del capitalismo, esto es, en un estudio dinámicodel capitalismo n. Señala que una concepción de la historia que caracteriza las épocas

Seria un error suponerque ... las relaciones sociales fueran reflejo pasivo de losprocesostécnicos e ignorar hasta qué punto los cambios en estos ejercieron una int1uencia recíproca. aveces una influencia decisiva. sobre la forma que adqUIere el desarrollo. Son, por supuesto. elcaparazón en el que el crecimiento tecnológico avanza . " cualquier cambio en las

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" CL Tadeusz Kowalik, "The lnslÍlUlional FramewOlt of Dobb'1 Economics", Cambridee ¡oumal oiEconomics. 21Iunio 1978). p.l48. ..

.;g eLlos ensayos introdllClorios de Maxine Berg en TechnoJogyami Toil in Nineteenrh Cemury Britain, Loodres.CSE Books, 1979: y la obra de David Noble-. e.g. Amenea By Design: 5cience. Technology and /he Rise oiCorporateCapicaJism, Nueva York. AlfRd Knopf. 1977.

" Por ejemplo. G.A. Cohen. Kan Marx 's Theory oiHisrory: ADeknce, O~ford. Oxford University Press, 1978.

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StudíesJI; Sobre la transición al capitalismo

Los obstáculos tradicionales no se superan únicamente con el impulso económico

Max Weber~o

¿ Cuáles fueron los orígenes del capitalismo y cuándo ydónde se desarrolló porprimera vez? Cuál fue la relación entre el capitalismo yel modo de producción "prece­dente", el feudalismo? En relación con las primeras preguntas, Dobb sigue aMarx muyde cerca. Esto es, data la era capitalista apartir del siglo dieciséis en Inglaterra. Defiendeque fue en este periodo (especialmente, la segunda mitad del siglo dieciséis ylos primerosaños del siglo diecisiete), cuando "el capital comenzó a intervenir en la producción aes­cala considerable" (p.18). La "producción" a la que se refiere está representada, en par­ticular, por las actividades fabriles tanto en la forma avanzada de "asalariados contratadosycapitalistas" como en la "forma menos desarrollada" conocida como el "putting-outsystem."

37LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

capitalismo se mantuvo como un modo de producción subordínado en el seno de lassociedades pre-capitalistas.

Descartado el efecto del comercio y el papel de las clases mercantiles para llegaraacuerdos con la sociedad feudal una vez que se habían conseguido sus privilegios, Dobb

Aun es más, Dobb pregunta ¿no hubo un tercer momento decisivo. "que marcó ladesintegración del feudalismo? En el capítulo 2 de Studies, titulado "El declive delfeudalismo yel crecimiento de las ciudades". Dobb define el feudalismo. al igual que elcapitalismo, como un modo de producción. Esto es, no se centra en la relación jurídicaentre señor feudal y vasallo, ni en la relación (o su ausencia) entre la producción y elmercado, sino en la relación socio-económica entre el señor yel campesino. Equipara elfeudalismo con la servidumbre: "una obligación impuesta al productor por la fuerza yajenas asu voluntad de satisfacer determínadas demandas economicas de un señor feu­dal, independientemente de que éstas tengan forma de servicios que cumplir ode deudasque pagar en dinero oen especie" (p.35). Trabajando con esta defmición, Dobb sitúa lacrisis del orden feudal en el siglo catorce. Aunque esto no supusiera el fm del feudalismoel cual, detiende, persistió hasta las revueltas del siglo diecisiete. Este intervalo de dos­cientos años fue testigo de cambios en las relaciones feudales de producción eincluso deldesarrollo de un modo elemental de producción "en las .artesanías urbanas y en laaparición de agricultores independientes acaudalados yserni-acaudalados"(p.20). Perolas relaciones siguieron siendo de carácter feudal y el modo elemental de produccióncontinuó subordinado al todavía dominante modo feudal.

Siguiendo el desarrollo del capitalismo como modo de producción en la Inglaterrade finales del siglo dieciséis, Dobb señala dos "momentos decisivos" en su historia. Elprimero lo sitúa en las revueltas de la Inglaterra del siglo diecisiete, un periodo de"transformaciones sociales ypolíticas" cruciales que compara ala revolución francesa de1789 y la revolución rusa de 1917: "donde una nueva clase, unida a un nuevo modo deproducción, se erige en clase dominante ydesplaza a los representantes del viejo ordeneconómico y social que con anterioridad detentaban el poder' (p.22) (Este momentodecisivo fue, yha sido, tema de enorme controversia entre los historiadores marxistas ylos no marxistas, incluyendo aChristopher Hill en particular, como veremos). El segundomomento decisivo fue la revolución industrial a finales del siglo dieciocho y principiosdel diecinueve, que tuvo importancia económica predominantemente. pero no estuvocarente de significación política n.

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circunstancias que facilitan la venta de esa crucial y productiva capacidad de trabajo,modifique o no la relativa abundancia oescasez de trabajo oel grado en que los trabajadoresse organizan yactúan de común acuerdo opueden ejen:er influencia política, tiene que afectarvitalmente a la prosperidad del sistema, yen consecuencia al ímpetu de su movimiento, a laspolíticas sociales yeconómicas de los dirigentes de la industria e incluso a la naturaleza de laorganización industrial ya la marcha de la técnica.

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En relación con los temas del papel histórico del capital mercantil ysi existió o noun periodo que podría ser llamado "capitalismo mercantil" Dobbestá también de acuerdocon Marx ~I. Es decir, aunque en algunos lugares el capital mercantil ha representado unpapel históricamente progresivo contribuyendo a la disolución del feudalismo, la"aparición del comercio a gran escala y de una clase mercantil" no constituye elcapitalismo: "Sólo se puede pensar en el comienzo del periodo capitalistaen el momentoen que tienen lugar los cambios en el modo de producción, en el sentido de unasubordinación directa del productor al capitalista." De hecho, Dobb defiende que, dadoque lo más probable es que las "fortunas" de la clase mercantil dependan del "modo deproducción en uso, también es más probable que prevalezca el deseo de mantener talmodo de producción sobre el de transformarlo" (pp.17-18). Asimismo deberá tenerse encuenta que Dobb (de nuevo como Marx) admite el desarrollo de un capitalismo anterioral de la Inglaterra de finales del siglo dieciséis, en los Países Bajos y ciertas ciudadesitalianas alrededor del siglo catorce. Sin embargo, en esta primera "aparición ". el

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"M. Weber. Genero EcOJl(}fllic HislOry. Nueva Yort. Collier Books. 1961. p. 261."Cf. K. Marx, Capical, Vol.ur. pp. 44O-jj sobre "Men:hant"s Capi!al.

" Hay, de acuerdo con una nueva interpretacIón . OIro "momento decisivo" en la historia del capitalismo;denominado la "segunda revolución induslrial" de tinales del siglo diecinueve y del veinle. Para.esla inlerprelación enEstados Unidos. d. Hany Braverman. úborami Monopoly CapicaJ. Nueva Yorlc. Monthly Review ?ress. 1974; DavidNoble. America By Design: YSlUaIt Ewen. Captains ofConsciousness. Nueva York. MaGrwa-HiII. 197ti.

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Al detallar el nacimiento del capitalismo, "que no alcanzó gran desarrollo hasta quela desintegración del feudalismo se encontraba en estado avanzado" (p.l81), Dobb debateel crecimiento de las ciudades y la aparición de la burguesía. Reitera su postura de quemientras las clases mercantiles contribuyeron al declinar del feudalismo como "parásitos

no presenta una teoría de la desintegración del feudalismo en la que la producción ca­pitalista proporcionara el principaI agente de tal desintegración. Aunque defiende que lasrelaciones capitalistas surgieron de la desintegración del feudalismo considera la causade la desintegración del feudalismo como inherente a tal modo de producción. En con­creto, Dobb defiende que la desintegración fue provocada por la ineficacia del feudalismocomo sistema de producción, exacerbada por "las crecientes necesidades de beneficiospor parte de las clases dirigentes". Esto es, mientras el feudalismo se caracterizó por unabaja productividad laboral debida a los métodos al uso y por la falta de incentivos parael trabajo. las necesidades de la clase dirigente feudal por conseguir unas ingresos cadavez mayores para sustentar las ambiciosas actividades militares y paramilitares lesobligaron a intensificar la presión e imponer "nuevas extorsiones sobre el productor"(pp.42-5). Las demandas cada vez mayores sobre el campesinado hicieron que muchosdejaran sus tierras ymarcharan a la ciudad ofueran a colonizar otras regiones, yel efectoa largo plazo se dejó ver en la tendencia exarcebada al abandono del suelo y al declivede la productividad. El resultado fue la crisis feudal del siglo catorce ylos cambios en lasre laciones feudales de producción. Los cambios con frecuencia representaron lasustituciónde las prestaciones predominantemente laborales de los campesinos por pagos enmetálico y/o los alquileres de tierras de los grandes dominios.

En su debate sobre los cambios, Dobb observa que la reacción de la nobleza europeaa la crisis del siglo catorce fue diferente de un país aotro yde una región aotra. Reconoceque las reacciones (si es que llegaron a producirse) que los señores feudales de losdistintos países y regiones tuvieron con respecto a la evolución de las circunstanciasconsistieron o bien en concesiones a los campesinos o bien en una mayor presión, de­pendiendo esto en gran manera de los fáctores políticos ysociales. Tales factores incluían"la fuerza de la oposición campesina, el poder militar ypolítico de los señores del lugar,y la voluntad del poder real por reforzar la autoridad señorial...o por debilitarla" (pp.51­2). Pero Dobb insiste en que "los factores económicos debieron ejercer la influencia másdecisiva ala hora de decidir el resultado" .El factor económico específico que determinóla disposición del señor feudal para renunciar a las prestaciones laborales en favor delpago en metálico (es decir, conmutación) yel provecho de este cambio:;i se vio obligadoa hacerlo, fue "la abundancia o escasez, abaratamiento o carestía del trabajo remu­nerado" (p.54). De esta forma, la explicación que da Dobb sobre el declive del feudalismose basa en su ineficacia como modo de producción yse centra en las relaciones de explo­tación entre señor y campesino, aunque de forma estrictamente económica. (Volverésobre este punto en este mismo capítulo, más adelante).

'l Dobb citaba a Mm. CapiraJ•. Vol. m. pp. 452-3.

39LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

Aunque Dobb no trata los cambios de la agricultura adecuadamente (como mástarde reconoce en su debate con PaulSweezy), hace referencia a los efectos del movi­miento de cercamiento. Describe cómo, alo largo del siglo dieciséis, muchos campesinosminifundistas fueron desposeidos de sus tierras y forzados a engrosar las huestes delproletariado osemi-proletariado rural. Al mismo tiempo, por el contrario, aparecía unaclase de campesinos más ricos o hacendados, que suponía el estrato más alto del cam­pesinado al distanciarse aconsecuencia de su relación con los recursos ysus operacionesen el mercado. Conforme esta clase más rica de campesinos prosperaba, éstos incre­mentaban las dimensiones de sus haciendas, bien mediante arrendamientos omediantecompras directas. Con frecuencia llegaron a convertir:;e en prestamistas aescala localy, conforme sus haciendas crecían, necesitaron contratar asalariados de entre las "víc­timas de los cercamiemos o las humildes chozas';. Incluso los cambios realizados en laagricultura por estos granjeros hacendados no fueron meramente socioeconómicos sinotambién técnicos. Ya que, aunque trataban de mejorar sus posiciones económicas indi­viduales, al parecer también iniciaron la mayoría de las mejoras e innovaciones en losmétodos de cultivo que surgieron durante el periodo. Similarmente en la industria manu­facturera surgió una clase "capitalista" de entre las filas de los artesanos, que realizabasus actividades en industrias domésticas (sistema de trabajo doméstico), con el fm deevadir las restricciones de los gremios y, en menor grado en los estadios tempranos, enlas Ó<manufactorías", es decir talleres.

Citando aMarx, Dobb presenta la "manera realmente revolucionaria" en la que elcapitalismo se s66arrolló en el momento en que "una sección de los propios productoresacumularon capital y se dedicaron al comercio, ycon el paso del tiempo comenzaron aorganizar la producción sobre una base capitalista". Esto contrastó con el hecho de que"una sección de la clase mercantil existente comenzó atomar posesión de la producciónde forma directa", Esta segun~a situación fue meramente coyuntural, "convirtiéndosecon el tiempo en "un obstáculo para el modo propiamente capitalista de producción yde­clinando con el desarrollo de éste" (p.123) ~J. De esta manera, Dobb señalaque en el siglodieciséis el capital mercantil se introdujo en las actividades agrícolas y manufactureraspero,lo que es más importante. que aprincipios del siglo diecisiete habían surgido, de en­tre los mismos productores, clases "capitalistas tanto en la agricultura como en las manu­facturas".

del antiguo régimen" fueron al fin y al cabo una fuerza conservadora y no una fuerzarevolucionaria. Continúa después explicando el nacimiento real del capitalismo a partirdel modo elemental de producción subordinado al proceso de acumulación primitiva.(Esto se debate en los capítulos titulados "La aparición del capital industrial", "La acu­mulación del capital y el mercantilismo" y"El crecimiento del proletariado").

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" Porejemplo, de loscambios realizados porlaCommonwealthque impulsaroneldesaJrollo del capitalismo.Dobbseñala la abolición de los predios feudales, que nunca fueron devueltos (SrudÍl:s. p.l75)

En general. parece poderse alirmar que aquellas secciones de la burguesia que tuvieronraices en la induslria, fueran pañeros provincianos o mercaderes de algún gremio londinenseque habían utilizado su capital para organizar el país. fueron partidarias cordiales de la causaparlamentaria ... Por el contrario. los elementos más alejados de la participación activa en lainduslria, que habían invertido en tierras y títulos y se habían convertido predominantementeen rentistas y desocupados ...consideraban que sus intereses dependían de la estabilidad delrégimen existente y tendían a dar su apoyo al rey.

Dobb afmna que fue el desarrollo de las relaciones capitalistas en la agricultura yen la industria manufacturera yla aparición de la clase capitalista lo que condujo a lasluchas yrevueltas en la Inglaterra del siglo diecisiete en las que el orden social yel modode producción feudales fueron defmitivamente depuestos llegando a ser el modocapitalista de producción el dominante. Reconoce la complejidad de las luchas en laciudad y en el campo y en la composición de los bandos adversarios y debate laconfiguración de las clases de la revolución de la siguiente manera (p.170):

41LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

" Los ensayos que constituyeron el "debale" original aparecieron en Science and Socio/agro Son: M. Sweezy. "ACrilique" (Primavera 1950); Maurice Dobb, .•A Replay" (Primavera 1950); H Takahashi. "A Contribution lO lheDiscussion" (Otoño 1952); Maurice Dobb, "A Fulther Comment" (Primavera 1953); Paul M. Sweezy, hA Rejoinder"(Primavera 1953); Rodney Hillon, ··Commenr" (Otoño 1953); y Christopher HiII, "Commem" (Otoño 1953). Fueronreunidos en TransiriOll ro CapiraJism: ASymposium.Nueva Yort, ScienceandSociery, 1954. Más tarde fueron publicados.junto con OlroS relacionados. en Rodney Hilton (ed.). The Transirion from Feudalism ro Capiralism. Londres. NelV Lef!Books. 1976. La numeración de las páginas corresponden a la compilación de Hillon yque ciro como Transirioo.

'. Hay bastantes opiJÚOlles sobre el debale que rambién se retieren acontribuciones recientes, por ejemplo, RobenS. DuPlessis. "From Demesne to World-Syslem: ACritical Review nf lhe Lirerature on lhe Transilion from Feudalism lOCapitalsm", RadicalHisrO!)'Review. 3(Sepliembre 1976) pp. 341; YRobert J. Hollon. "Marxisl1beoriesofSocialChangeand lhe Transition from Feudalism 10Capitalism", TheoiyamiSociery, 10 ((981), pp. 805-32.También.d., sobreeldebateque duranle la década de 1940 mantuvo el grupode los historiadores comunislas sobre el siglo diecisiete. Keith Tribe. "TheProblem ofTransilion and the Question of Origin" en su Genealogies ofCapiralism. Londres. Macmillan, 1981. pp. 1-34.

• 7 Paul Sweezy es fundador yeditor de la revista marxista americana, MOIItb/y Review. yautor de varios trabajosimportantes, que incluyen The Theoty of CapiraJisr Deve/poment Oxforo. OxfOl11 Univemty Press, 1942, ycon PaulBaran. Monopo/y Capital. Harmondsworth. Penguin, 1968.

En primer lugar, Sweezy cuestiona la definición yla concepción de feudalismo queDobb presenta. Critica aDobb por igualar feudalismo con servidumbre yporconsiguientepor su fracaso en definir el feudalismo como"sistema de producción", específicamente,como sistema de "producción para el usd'. Sweezy argumenta que aunque el feudalismono se va a equiparar con "economía natural", era, sin embargo, "una producción...organizada en y sobre el predio solariego" y "los mercados son en su mayor parte localesy... el comercio exterior ... no desempeña un papel decisivo con respecto a los fInesométodos de producción". Así, pues, era un sistema de producción para el uso porque "lasnecesidades de lacomunidad sonconocidas yla producción está programada yorganizadacon vistas asatisfacer estas necesidades" (Transition, p.35). Reconoce que es cierto que

La naturaleza conflictiva de la interpretación que Dobb hace del capitalismo sepone de manifiesto en el debate que siguió a la publicación de Studies yen la continuacontroversia 45 sobre el tema que sitúa sus orígenes, con razón o sin ella, en la obra deDobb 46. Esto tiene interés, (l) porque "testimonia" la controvertida naturaleza de la"historia" que Dobb había ofrecido; (2) porque forzó a Dobb aclarificar, reconsiderar,defender y/o reetificar varias ideas yargumentos; y(3) porque indica las direcciones quelos estudios posteriores yla discusión sobre los orígenes ydesarrollo del capitalismo ibanatomar y, por consiguiente, posibilita una apreciación más clara de las aportaciones queel trabajo de Dobb ha proporcionado a los estudios históricos ya la teoría social.

El debate comenzó con la "Critique" a Studies presentada por Paul.Sweezy 47.

Cuestiona distintos aspectos del trabajo de Dobb: la definición yla naturaleza del feu­dalismo y la causa de su desintegración; el carácter del "intervalo" de doscientos añosque medió entre los siglos catorce ydiecisiete; ylos orígenes del capitalismo yel esquemadel proceso de acumulación prinútiva.

El debate sobre la t:ramición

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El desarrollo del modo capitalista de producción, tanto en la agricultura como en laindustria, dependió, por supuesto, del crecimiento del proletariado yde la acumulaciónde la propiedad -los medios de producción -en manos de una clase "capitalista". AunqueDobb sigue a Marx al reconocer la importancia de los cercamientos en el proceso de laacumulación primitiva. tanto en relación con la acumulación de propiedad como con lacreación de una clase proletaria, él parece estar más interesado en explicar el modocapitalista de producción en su aspecto industrial. Mantiene que es necesario considerardos fases en el proceso de acumulación: primera, la transferencia yconcentración de pro­piedad y, segunda, una fase en la cual "los objetos de la acumulación original fueronreconvertidos o vendidos (al menos en parte) para poder llevar a cabo una verdaderainversión en la producción industrial" (p.182).

Por supuesto, la consecuencia política última de todos los levantamientos fue laRestauración. Pero Dobb insiste en el significado político-económico de la "revoluciónburguesa" en la Inglaterra del siglo diecisiete. Defiende que los cambios llevados acabodurante las décadas revolucionarias permitieron, yestimularon, unaaceleración importanteen la acumulación de capital ysu inversión en la empresa industrial durante el medio siglosiguiente. Destaca que dicha acumulación de capital fue particularmente notable si lacomparamos con lo que estaba sucediendo en otros puntos de Europa. Fue así como larevolución inglesa proporcionó la base necesaria para la revolución industrial44• Lossiguientes capítulos tos dedica Dobb ala revolución industrial. aunque dichos capítulosno han sido objeto de debates importantes.

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En tercer lugar, Sweezy cuestiona la concepción que Dobb tiene sobre el periodoque va desde la crisis del siglo catorce hasta las revueltas del siglo diecisiete. Señala queen este periodo la servidumbre había desaparecido virtualmente ysin embargo Dobb, queiguala feudalismo aservidumbre, defiende que dicho periodo sigue siendo feudal. Con.trariamente, Sweezy defiende que el sistema de producción del periodo transicional de­bería llamarse "producción pre-capitalista de bienes", en la que los "elementos pre­dominantes no eran ni feudales ni capitalistas" (Transitioa, p.49).

La parte principal de lacrítica de Sweezy se refiere al análisis que Dobb hace sobrela aparición del capitalismo. Para él hay dos aspectos inadecuados en la descripción de

el feudalismo no era un sistema "estable o estático". Esto es, había elementos deses.tabilizadores de la competencia feudal por las tierras y los vasallos entre los señores, ytambién de la tendenciade la población acrecer más deprisa que los medios económicos.Insiste, sin embargo, en que el feudalismo fue un sistema que inhibía, si no prohibía,lasinnovaciones en las actividades de producción (Transition, pp,35·6)

En segundo lugar, yen estrecha relación, Sweezy critica la explicación de Dobbsobre el declinar del feudalismo. En particular culpa aDobb por rechazar el crecimientodel comercio como la causa del declive y, aunque reconoce que Dobb demuestra que elimpacto del comercio fue complejo, opta por presentar una teoría alternativa basada enla expansión comercial, especialmente en el comercio exterior. Sweezy defiende que elcomercio exterior había sido una "fuerza creativa" porque había dado lugar "a la exis­tencia de un sistema de producción para el intercambio junto al viejo sistema feudal deproducción para el uso" (Transition, p.42). Además. subrayando el impacto de aquelsobre éste, la interacción de las dos "economías" provocó cambios imponantes en el feu­dalismo. Por ejemplo, la economía del intercambio "reveló la ineficacia de la orga­nización predial de producción"; llevó a "los miembros de la vieja sociedad feudal (aladquirir... actitud de negociantes con respecto a los asustos económicos"; estimuló lademanda - y en consecuencia la necesidad de grandes ingresos -entre los miembros dela "clase feudal dirigente"; y apoyó el nacimiento de las ciudades. que proporcionaronuna alternativa para los siervos del campo (Transition, pp.42-3). En suma, en cuanto a loscambios en el modo de producción feudal, "pronto otarde, tuvieron que encontrarse nue.vos tipos de relaciones productivas y nuevas formas de organización para hacer frenteal nuevo orden económico" (Transition, P.45) Sweezy respalda su teoría señalando a laEuropa oriental que estuvo geograficamente alejada de los cambios que tenían lugar enel oeste ydonde el escaso desarrollo de la vida urbana ofreció una pobre alternativa altrabajo agrario. Allí, observa, los señores pudieron imponer con éxito la "segunda servi.dumbre". Debe tenerse en cuentaque gran parte de la teoría de Sweezy descansa en el tra­

.bajo de Henri Pirenne, hecho que él abienamente reconoce. Sin embargo, también pue­de referirse a Marx , tal como 1,0 hace, 'en busca de apoyo.

"Dobb lo había debatido en Studit:s: por ejemplo pp. 39 Y57.

43LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRlTANICOS

Finalmente, Dobb defiende su postura en relación con la "vía realmente revo­lucionaria" al capitalismo citando pruebas que muestran que uno de los grupos más "ra­dicales" del periodo, desde el punto de vista económico ypolítico, fue el ku/ale o clasede pequeños terratenientes. Esta clase, insiste, había salido del mismo campesinado.Aunque no rechaza su argumento original, está parcialmente de acuerdo con lacríticaque

Sobre el declive del feudalismo, Dobb ha respondido que, mientras él ve el procesocomo resultado de la interacción de fuerzas internas y externas -"aunque con mayorénfasis ... en las contradicciones internas"· la concepción del feudalismo de Sweezy lelleva necesariamente a buscar una única fuerza externa que explique su desintegración,i.e. el comercio exterior (Transition, p.60). Con referencia a la segunda servidumbre enla Europa del este'8 . Dobb señala que, de hecho, ¡el impacto del comercio exterior reforzóla servidumbre en esa zonal

Como respuesta a la crítica sobre su defmición de feudalismo, Dobb ha señaladoque mientras la'defmición de "sistema de produción" dada por Sweezy está basada enla naturaleza de las relaciones del intercambio, su propia definición de "modo de pro­ducción, se basa en las relaciones sociales de producción entre los productores y losseñores feudales. Es más Dobb piensa que, a resultas de esta definición, Sweezy insistedemasiado en el carácter conservador yestático del feudalismo y, consecuentemente, nologra reconocer la importancia que tuvo la lucha de clases a la hora de decidirsu historiay los cambios que tuvieron lugar.

los orígenes del capitalismo hecha por Dobb. Uno es la explicación de Dobb sobre ladenominada "vía realmente revolucionaria" al modo capitalista de producción, según elcual la clase capitalista se origina entre los mismos productores. Yla otra se refiere al pro­ceso de acumulación en dos fases defendido por Dobb, que Sweezy no sólo encuentrainadecuado sino, en su segunda fase, irrelevante para todo el proceso.

Aunque Dobb sigue defendiendo que la "oferta de trabajo" fue crucial para ladesaparición de la servidumbre en las grandes haciendas, insiste, quizá, incluso con másfuerza que en 5tudies, en lo esencial de las fuerzas de clase. Así, sobre el temadel intervalode los doscientos años, el tercer aspecto de la crítica de Sweezy a5tudies .Dobb defiendesu argumento de que el feudalismo, por supuesto, había subsistido (aunque. reconoce denuevo que había evolucioQado algo). Lo ha~eJormu¡ando la pregunta, ¿Cuál era la clasedirigente de.este periodo? Su propia respüesta es que todavía estaba basada en relacionesde produccíón básicamente feudales. También trata el tema de la naturaleza clasista delestado durante este periodo, es decir la cuestión de la "base clasista del absolutismo".

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Sweezy hace de su presentación del esquema del proceso de acumulación. En amboscasos anima aque se realice una investigación adicional para comprobar sus propuestas.

"Takahashi fue profesor de hislOria en la Universidad de Tokio hasta su muene en 1982." SoIR = proceso. d. Barringron Moore Ir. Social Origins of Dicl3torship and Democracy. Hannondsworth,

Penguin. 1969.SoIR Barrington Moore.d. DennisSnnim. Barringtoll Moore and!he Uses ofHisrory, Londres, Macmillan.1983.

45LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

En los años cincuenta, Rodney Hilton, Christopher Hill, yEric Hobsbawm hicieroncontribuciones al debate, que vale la pena discutir aquí 51. La contribución de Hilton puedeservir de indicación del conjunto de problemas en los estudios históricos medievales alosque, como veremos, él mismo se ha dedicado. Plantea la cuestion del móvil principal delfeudalismo ydeclara que la posición de Paul Sweecy, que mantiene que el feudalismo notuvo móvil principal, no es sólo antimarxista, sino, lo que es más importante. históricamenteinexacta. Explica el error por la dependencia que Sweezy tiene de los estudios históricosde Pirenne. Aunque el capitalismo ha sido único en el proceso de acumulación, defiendeHilton, éste nQ fue la primera sociedad clasista. Esto es, el capitalismo no ha sido laprimera f.orma de sociedad en la qué se haya producido ex~dente de producción porencima de las necesidades de subsistencia y refaciones de explotación. "El feudalismo esnuestro problema", escribe ysu "rasgo principal... es que los propietarios de los mediosde producción, los propietarios terratenientes, luchan constantemente por apropiarse,para su uso particular, de la totalidad del excedente producido por los productoresinmediatos" (Transitíon, p.1I2). En respuesta a la pregunta, ¿por qué los dirigentesfeudales se esforzaban al máximo por conseguir de los mismos productores la totalidadde los excedentes de produción? (que Sweezy había formulado) Hilton va más lejos queDobb al afIrmar que los señores "se esforzaban por aumentar sus rentas feudales paramantener ymejorar su posición como gobernantes frente a los innumerables rivales, así

ji En Transicion. Hay dive~os ttabajos más sobre= periodo. De inlelés particular es un ensayo de HillDn queapareció en el primer número de Pase and Presenl(Febrero 1952), tirulado "Capitalism • What's in aname?~Plt. 145-58:

desintegración del feudalismo; no externo, en el sentido indicado por Sweezy sino,incluso, independiente.

La respuesta de Sweezy va dirigida tanto a Dobb como a Takahashi. Continúadefendiendo el papel esencial del comercio. Pero también señala, de una manera quepresagia el trabajo de Irnmanuel Wallerstein sobre el sistema del mundo moderno, que"las fuerzas históricas que son externas aun conjunto de relaciones sociales son internascon respecto a uñ conjunto de relaciones sociales más amplio". Desde esta perspectivala relación entre la expansión del comercio yel comercio exterior y la desintegración delfeudalismo en la Europa occidental parece bastante diferente. Esto es, mientras elcrecimiento del comercio fue "un hecho externo al modo de producción feudal...fue unhecho interno para la economía· de la Europa mediterránea" en su conjunto (Transition,p.IOS). Como respuesta a la pregunta de Dobb sobre la clase dirigente durante los siglosquince ydieciséis, Sweezy escribe que, puesto que había varios tipos de relaciones depropiedad en este periodo, también tuvo que haber"varias"clases dirigentes compitiendopor el poder y la autoridad. Así, las luchas del siglo diecisiete han de entenderse como"la revolución capitalista" porque dieron el control del estado a la burguesía y lepermitieron la ascensión definitiva sobre las otras clases" (Transidon, p.108).

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Conestacontroversia,testimoniamos el nacimiento yla divergencia de los dos tiposde análisis marxista aplicados a la historia económica yal desarrollo. Uno es claramenteeconómico, centrado en las relaciones de intercambio, tal como aparece en la crítica deSweezy. El otro es político-económico, centrado en las relaciones socialesde produccióny que nos lleva al análisis de la lucha de clases, tal como aparece en Studíes y en larespuesta de Dobb. Pero quizá donde mejor se ilustra la aportación de Dobb es en elprolongado debate sobre la transición, tanto en la respuestas inmediatas a Studies comoen escritos posteriores sobre estudios históricos ydel desarrollo (tratados en la siguientesección de este capítulo).

Como resultado, Dobb admite que el tratamiento que dio a los cambios en laagricultura durante el intervalo de doscientos años fue inadecuado. Sin embargo, sigueafirmando que hubo escasa conexión directa entre el declive del feudalismo y eldesarrollo del capitalismo. La desintegración del modo feudal de producción, insiste, yaestaba bastante avanzada antes de la aparición del modo capitalista de producción. Enotras palabras, el desarrollo del capitalismo fue un proceso independiente del de

Kohachiro Takahashi ha respondido amplia ycríticamente a las defmiciones alter­nativas ya la teoría sobre la transición ofrecidas por Sweezy 49. En el proceso hace algunasapreciaciones originales en relación con la transición dentro y fuera de Europa . Porejemplo, debate ampliamente la relación entre producción y mercado, ysu papel en ladesintegración del feudalismo, ydefiende, apoyando a Dobb, que la causa esencial noson, por lo tanto, el comercio oel mercado, de hecho la estructura del mercado está condi­cionada por la organización interna del sistema productivo. Pero especialmente atractivoes el breve debate de Takahashi sobre la transición al capitaksmo en Prusia yJapón ylasconsecuencias políticas de "el establecimiento del capitalismo bajo el control ypatrociniodel estado absoluto feudal" (Transitíon, p.9S) . Esto es, trata el tema de la "revolucióndesde arriba", que, como algunos han señalado, llevó a la creación del fascismo en Ale­mania yJapón. En este "camino al mundo moderno", como Barrington Moore Jr.lo deno­mina, las respectivas clases feudales dirigentes pudieron reafirmar su poder y-aútoridaden el estado yal mismo tiempo pudieron llevar acabo oparticipar en la "modernización"

.de la economía y la política nacional sin enfrentarse a subversiones revolucionarias"désde abajo" (como ocurriera en Inglaterra oen Francia) 50.

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como frente a sus inferiores explotados. El mantenimiento del poder de la clase en lasmismas manos que lo detentaban, y su posible ampliación, es la fuerza rectora de laeconomía feudal yde la política feudal. Por esta razón la renta tuvo que ser maximizada"(Transition, p.114, el énfasis es mío).

"El ensayo de Dobb. "From FeudaJism lO CapilaJism" (1962), se incluye en Transition. pp. 165-9. También d.su artículo sobre la transición y la revolución indUSlriaJ en el volumen de M. Dobb, Paper.s on Capitalism. DeveloproentandPlanning, Londres. Roulledge and Kegan PauJ, 1967.

j) E. HobsbalVlD. "The Crisis of!he Sevenleen!h CenlUry". Pasl and Presen~ 5 y 6 (1954); reimpreso. junto conOlrOS muchos artículos sobre el mismo periodo apam:idos también en Pasta and Presen~ en Trevor AsIOO (ed.) Crisis inEurope: l56f).l6ó(), Londres, RourJedge and Kegan Paul. 1965. Otrosdos artículos de HobsbalVlD sobreel lemaaparecieronen ScienceandSociety: "The Seventeen!h Cenrury in !he Development ofCapilaJism". Vol. 24 (1960),pp. 97-112; Y"FromFeudalism lO CapilllÜsm", Vol. 26 (1962). reimpreso en la copilación de Hilton (ed).

La contribución de Eric Hobsbawm no apareció como hicieran las otras, en larevista Science and Socieey, sino en Past& Present53 • En su artículo Hobsbawm defiendeque lo que se conoce como "crisis del siglo diecisiete" es, de hecho, la última fase de latransición general de una economía feudal a una capitalista. Detalla el diferente efectode lacrisis desde la Europa mediterránea hasta la del noroeste, yde las colonias españolasen America a la Europa del este. lo cual, aunque confIrma la existencia de una economía

47LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Contribuciones recientes al debate

mundial europea, demuestra, en particular, el papel esencial de las estructuras sociales delas respectivas regiones a la hora de determinar su patrón defmitivo. Un ejemplo parti­cularmente convincente de la importancia de las estructuras sociales (es decir estructurasde clase) a la hora de determinar el efecto de la crisis en una región específica, es queincluso en esos países donde la industria (y una "clase de comerciantes) se habíandesarrollado en escala suficientemente amplia, como en Italia, la estructura social feudalpodía realmente inhibir, oincluso prohibir, el desarrollo de, omás bien, la apertura haciael capitalism054. Es más, la naturaleza contradictoria de la crisis "transicional" consistíaen que. si bien había proporcionado la base esencial para la revolución industrial en In­glaterra y la Europa noroccidental. en otras regiones había reforzado el feudalismo.retrasando por tanto el progreso de esa misma revolución como ocurrió, por ejemplo, enla Europa oriental. .

El debate sobre la transición al capitalismo motivado por Studies ha sido seguidono sólo por especialistas británicos yeuropeos, sino por Latinoamericanos ydel TercerMundo. eincluso por los estudios históricos norteamericanos. En esta seccióndiscutiremosel debate dentro del campo de los estudios latinoamericanos entre Andre Gunder FrankyErnesto Laclau que reproduce agrandes rasgos la discusión Sweezy-Dobb 55: el trabajode Irnmanuel Wallerstein sobre el sistema del mundo moderno yel de Eugene Genovesesobre la esclavitud en los Estados Unidos del Sur los cuales. estudiados en conjunto,pueden considerarse como una extensión del debate; y las contribuciones recientes dePerry Andeson y Robert Brenner que ponen de relieve algunos aspectos políticos de latransición. Através de este continuo debate no sólo evidenciamos mejor la controvertidanaturaleza del argumento presentado por Dobb en SlUdies. sino que también podemosapreciar la contribución que hiciera a la teoría y estudios históricos.

Durante la mayor parte del periodo de postguerra, la interpretación predominantede la sociedad y la historia latinoamericanas fue el "dualismo". La tesis básica es que eldesarrollo de las sociedades/economías latinoamericanas suponía unadivisiónodisociaciónen dichas sociedades, entre las regiones industrial-capitalistas, urbanas, comerciales.modernas. desarrolladas ylas regiones agrario-feudales, preocupadas por la subsistencia,tradicionales. atrasadas, e.g. entre el Brasil del sur ydel noreste yel Perú de la costa yel de la montaña 56. En oposición radical ala perspectiva dualista. oteoría del subdesarrollo.

1967.

jJ T. AstOD (ed.). Crisis in Europe. pp. 5y 19-20.;; Para estudios sobre el desarrollo de América latina en relación con el debale sobre la transición. d. lan

Roxborough. Tlreories o{ Undt:rckvelopment Londres. Macmillan. 1979 y David Goodman y Michael Redclift. FromPeasant lO Proletanaa: Ca.pitalisl Developmenl and Agrarian T(iJlJsicions, Oxiortl, Basil Blaci.well. 1981.

;. Cf. Jacques Lambert. Larin AmeriCII: Socill1Suuccures and Politica1 lnscitutions, Uoivenity ofCalifornia Press,

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HiJton da unos cuantos ejemplos para apoyar el argumento de Takahashi según elcual la organización de la producción estructuró, en principio, el mercado y no locontrario. (Dice que los presenta como sugerencias para investigación posterior, no paradar por terminado el debate). Es más, ofrece los elementos para una teoría de ladesintegración del feudalismo basada en la lucha por la renta (es decir lucha de clases),lo cual supone una conexión más directa con la aparición del capitalismo agrario que laque aparece en la teoría de Dobb. (En un artículos publicados bastantes años más tarde,Dobb subscribe el argumento de Hilton en relación con la importancia de la lucha declases en el feudalismo. Sin embargo, él no busca la conexión que el ensayo de Hiltonparece proponer como hipótesis 52. (Dicha "hipótesis" iba aser defendida por RobertBrenner, como veremos).

El comentario de Christopher Hill sobre el debate se opone ala idea de Sweezy paraquien había "varias clases gobernantes" en los siglos quince ydieciséis. Insiste en que,aunque hubiera clases en lucha ycompetición, sólo había, ysólo podía haber, una únicaclase dirigente, que hasta el siglo diecisiete fue la clase feudal de los hacendados (i.e.lanobleza) Es más, el poder de la clase dirigente feudal se puso de manifiesto con lamonarquía absoluta. Esta fue una forma de estado distinta de la monarquía de los estadosfeudales que le precedió, pero, todavía era una monarquía feudal. La cuestión de lanaturaleza de clase durante el "absolutismo" persiste en todo el debate y llega a ser untema importante en la obra de Perry Anderson sobre la transición (que será debatida enla próxima sección).

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(1) sí la economía mundial era o no "capitalista"en el momento de la formación de lassociedades latinoamericanas;

Andre Gunnder Frank presentó su teoría del "desarrollo del subdesarrollo" (tambiénconocida como el modelo de dependencia). Frank defiende que, de hecho, las sociedadeslatinoamericanas han sido históricamente capitalistas yque esas regiones que se llaman"feudales" son precisamente las regiones que más han sufrido el proceso internacionaldel subdesarrollo capitalista. La contrapartida ha sido el proceso de desarrollo capitalistaen los países metropolitanos del Atlántico norte 57. Frank explica que Latinoamérica hasido capitalista desde la conquista, en tanto en cuanto se integró (a través del colonialismohispánico) en el sistema capitalista mundial. Además, las regiones más atrasadas (e.g.lazona montañosa del PelÚ yel noreste del Brasil) fueron en su momento las regiones másimportantes de la actividad comercial yeconómica de la América latina_ Así que esinapropiado denominar feudales a aquellas regiones cuyo "retraso" es, de hecho,consecuencia del capitalismo.

El trabajo de Frank está mejor documentado desde el punto de vista histórico queel trabajo de los dualistas, aunque se trata de una historia deticiente yde una sociologíadeficiente. Es cierto que las sociedades latinoamericanas, desde el mismo momento dela conquista, han estado afectadas por la economía mundial. Pero cabe preguntarse

La crítica que Laclau hace de Frank es importante, aunque en algunos puntos estamuy próximo asuscribirel nivel de analisis causal de Frank, la economía mundial, lo cualparece convertir la discusión feudalismo frente acapitalismo en una cuestión de meraterminología 60. Pero todavía hay más. Para Frank, la participación en la economíamundial determina las estructuras sociales, las culturas yel desarrollo económico de lassociedades latinoamericanas. Tal argumento es determinista desde el punto de vistaeconómico, simplista desde el punto de vista sociológico yerróneo desde el punto de vistahistórico.

49LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

sociedades de la América latina independientemente del periodo que se estudie, en cuyocaso, llegaría a la conclusión de que el feudalismo caracterizó esas sociedades durantela mayor parte del siglo diecinueve, Esencialmente, Laclau propone la aproximación deDobb, como opuesta ala de Sweezy, yque Frank parece subscribir. La conclusión de La­clau es que Frank confunde "modo de producción" con "sistema económico", es decir "elmodo de producción capitalista con la participación en un sistema económico capitalistamundial". Es más, señala que aunque está de acuerdo con Frank sobre la necesidad decontemplar el sistema en su totalidad ymostrar la unión indisoluble que existe entre lapervivencia del retraso feudal de un lado yel progreso aparente del dinamismo burguésde otro" yque "el desarrollo no genera subdesarrollo", es necesario hacerlo "basandonuestro razonamiento en las relaciones de producción yno sólo en las de mercado 59.

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(2) Incluso cuando la economía mundial llegó a ser dominada por las sociedadescapitaliSlaS. ¿eran las sociedades latinoamericanas, por ello, necesariamente capitalistas?

(3) ¿fue necesariamente la dependellCía de las sociedades latinoamericanas con respectoa la economía mundial. capitalista o no, la causa del subdesarrollo?

Estas son las preguntas que Ernesto Laclau formula en relación con la teoría del de­sarrollo del subdesarrollo en su crítica al trabajo de Frank 58. Laclau defiende con aciertoque aunque Frank es correcto en su crítica del dualismo, su concepción del feudalismoydel capitalismo empobrecen su análisis; porque Frank, como los dualistas a los cualesataca, ycomo Paul Sweezy, defme los sistemas o modos de producción en términos desus relaciones con el mercado (en este caso, la economía mundial, la cual para Frank eracapitalista). De esta manera, Laclau af1ITIla que el análisis de Frank no es marxista (lo cuales discutible), pues si se tratara de un análisis marxista, Frank plantearía la pregunta"¿feudalismo ocapitalismo?" en términos de las relaciones sociales de producción en las

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Siguiendo en la dirección de Dobb, Laclau, y Eugene Genovese (cuya obra serádiscutida en breve), yo mismo he analizado el desarrollo histórico de las diversassociedades hispanoamericanas en términos de unas relaciones sociales de producciónsimilares, aunque respectivas, yde las relaciones de clase en el contexto de la economíamundial cambiante y progresiva 61. He defendido que esas sociedades estaban carac­terizadas, de hecho, por relaciones señoriales de producción yformas de estructura y

.. lucha de clases que se desarrollaron a partir de la conquista y la dominación colonial deuna España todavía feudal oseñorial. De esta manera las estru.cturas sociales de las socie­dades hispanoamericanas no fueron determinadas por la economía mundial sino por losconquistadores ycolonizadores españoles y la lucha de ésros por establecer unas rela­ciones señoriales de producción. Parafraseando a Marx, "los señores crearon un mundode acuerdo con su propia imagen" 62. Además, el subdesarrollo de las sociedades hispa-

51 !'ala laomde Frank. cf. su Latin America: Underdevelopmenr orRevolution1. Nueva Yorle. Monlltly ReviewPress, 1969 YCapitalism and UnderrJevelopmenrin LaJin America, HannondswOllh. Penguin, 1971. Más recientemente,ha escrito World Accumulatiorr: 1492-1789, Nueva YoJ1c, Monlltly Review Press. 1978.

II E. Uclau. "Feudalism and Capitalism in Latin America", New left Review, 67 (Mayo-JwlÍo 1971l, pp. 19.38;reimpresoen un&CllIIIpilacióo desusensay05, tilU1adaPoIitics IlIJIildeoiogy in Manist Tht:orr, Londles, New left Books.1917. pp.l5-50.

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'. E. Laclau. Politics and ldeologr in Marxisl Theory, pp. 41 Y31"!bid.• pp. 37-9" Harvey J. Kaye. ·The PoliticaJ Economy of SeigneuriaJism: An lnrerp!l:tation of!he Development of Rural

Spanish America", Baton Rouge, La Louisiana State Univer.;il}', 1976. También cf. H. Kaye. "Barrington Moore's Pathsto Modernisation: Are They Applicable to Latin America?" Bulletin o{che 50ciery {or Latin American Srudies. 28 (Abril1978), pp. 24-40.

" Esta paráfrasis va un paso más allá de la paráfrasis que Piene V¡lar hace sobre Lennio al decir que "elimperiaIismoespañol fue el grado más aJto de feudalismo". en 'The Ageof Don Quijote". en Peler Earle(ed.),EssaysinEuropean Ewnomic Hisrory: 15fXJ.18fXJ. Oxioro. Oxiord Univenil}' Press, 1974, pp. 100-12.

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noamericanas no estuvo determinado por la economía mundial, sino por la persistenciade esas relaciones de producción y las estructuras de clase señoriales (lo cual no quieredecir que la economía mundial no haya contribuido al subdesarrollo latinoamericano) 63.

La importancia de la contribución de Dobb alos estudios históricos ydel desarrollose ve con mayor claridad al contrastar los escritos de Irnmanuel Wallerstein con los deEugene Genovese, ya que en sus respectivos trabajos vemos una continuación del debate.También se puede apreciar la influencia de la aproximación de Dobb en el caso de Ge.novese yde la aproximación de Sweezy en el caso de Wallerstein, en relación con la pervi­vencia del determinismo económico en los estudios históricos mar.<istas y en la teoríasocial 64. Immanuel Wallerstein ha intentado desarrollar un nuevo modelo para la com­prensión de la historia mundial moderna -la aproximación de los "sistemas mundiales".Siguiendo a Henri Pirenne, a Paul Sweezy y, especialmente, a Andre Gunder Frank,Wallerstein considera que el nivel de análisis determinado es la economía mundial capi­talista que surgió en el "dilatado siglo dieciséis" 65. Llegó aeste modelo por su empeñoen definir el concepto "sistema social" el cual, defiende, debe ser considerado desde elnivel del todo ola "totalidad", porque la totalidad define las partes 66. La característica quedefine al sistema social como totalidad, escribe Wallerstein, es "la existenda en su senode una división del trabajo, de tal manera que varios sectores internos oáreas dependerán,para el abastecimiento continuo yfluido de una de estas áreas, del intercambio económicocon otras áreas" 1>7. Basándose en esta definición de sistema sociaL Wallerstein defiendeque la historia moderna (desde el siglo dieciséis) ha sido la hi'Storia de un "sistema mun­dial", definido como "una unidad con una sola división del tr.abajo y múltiples sistemasculturales". Ha sido un sistema mundial históricamente específico -la economía mundialcapitalista -cuyo rasgo esencial es la "producción para la venta en el mercado en el quese trata de conseguir el máximo beneficio". El "desarrollo total yla int1uencia económicadel negocio mercantil" apareció en la Europa del siglo dieciséis. Este fue el sistemadenominado capitalismo" 68.

" Un argumento similarse l1a presentado por Roben Brenneren suensayo "The Origins ofCapilalisl Developmenl:.-\ Critique of 'ieo·Smitl1ian Mmism". .Vew Left Review. 104. (Julio-Agosto 19m. en especial pp. 82.92. (querepasaremos mis adelante!

" Para una amplia discusión. cf. H. Kaye. "Totaliry: lis Application to Historical and Social AnaJysis by Wallerstemand Genovese". en Histon'cal Ret1ecrions/Reflexioos HislOriques. 6 (Invierno 1979). pp. ~05.19.

" Detallado en 1. Wallerstein. The Modero World·Sysrem: Capüalisr Agnculrure and rhe Origins olrhe EuropeanWorld·Economy In rhe Si.freenrh Cenrury. Nueva York. Academic Press. 1974. que fue el primero de cualTO volúmenes.Ahora ha sido publicado el segundo volumen. [itulado. The Modero World·Sysrem 11: Merr:annlism and rhe Consolidarionofrhe European lVorld·Economy. 1600·175a Nueva York. Academic Press. 1980. También para una compilación de losensayos más leóricosde Wallerstein.cf. su [he Capiralisr World·Economy. Cambridge. Cambridge Universily Press. 1979.Todoeste trabajo l1a generado una "industria" académica. como se pone de manifieslO por los volúmenes de estudios sobreel sistema mundial publicados. e.g. cualTO de Political Economy olrhe Wrld-5ysrem Annuals. Beverly HilIs. Ca. yLondres.Saee PublicatiOllS.

.. .. 1. WaJkrstein. [he Modero World·System( 1974), pp. ]·11. Wallemein rrabajabaen la sociología del desarrollode Africa y encontlÓ las "socIedades" africanas inadecuadas para sí mismas. como niveles de análisis.

"i. W~tein. "The Rise and FUlUre Demise of lhe World Capilalist System: Concepts for ComparativeAnalysis··. 1974. en The CapiraJist World Ecooomy. p.5.

,. !bid. pp. 6Y15.

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El sistema mundial moderno/la economía mundial capitalista se ha basado en eldesigual intercambio entre las áreas semiperiféricas yperiféricas y las áreas centralesque se apropian del exceso de producción de la periferia. En la nueva economía mundialdel siglo dieciséis, el centro era la Europa del Noroeste; la semiperiferia, la Europamediterránea; laperiferia,laEuropadeleste ylas Americas. Estas posiciones estructuralesde la jerarquía de la economía mundial, que se corresponden a nivel general con ladivisión del trabajo en el sistema social, dio lugar asistemas de trabajo agrario específico:arrendamiento y trabajo asalariado en el centro; aparecería en la semiperiferia yescla·vitud y "trabajo con cultivo de renta obligada" en la periferia. Aunque los modos decontrol del trabajo en la periferia pueden parecer relaciones de producción precapitalistas,específicamente relacionadas con la esclavitud yel feudalismo (señoriales), Wallersteindefiende que eran capitalistas Porque eran producto del sistema mundial, la totalidad quedefine, que es la economía del mundo capitalista. La totalidad define las partes: así pues,la economía capitalista mundial convierte las distintas áreas del sistema mundial encapitalistas. Wallerstein neutraliza el tema de "modo yrelaciones de producción" opuestoal de "sistema económico", que Laclau utiliza en su crítica!l Frank, adaptando el modode producción de fonna que se pueda equiparar asistema ml1ndialf economía capitalistamundial. Esto es, las relaciones de producción deben ser entendidas como relaciones delsistema mundial 69.

La obra de Frank, con raices en el argumento de Sweezy, se puede apreciarclaramente en la de Wallerstein. Por su parte, la influencia de Fernand Braudel, el granhistoriador de Annales, es igualmente importante en la obra deWallerstein, especialmenteen relación con las dimensiones temporales (históricas) y espaciales (geográficas) delsistema mundial de Wallerstein (y es también. quiza,lacausa del detenninismoecónómicode WalJerstein) 70.

La obra de Wallerstein es interesante ysugestiva desde el punto de vista teórico yha sido atractiva para los sociólogos (especialmente para los sociólogos americanoscarentes de historia), pero es defectuosa desde el punto de vista históric071 y, en cuantoa la sociología, detenninista desde el punto de vista económico, como lo es la obra de

"1. Wallers¡ein. [he Modero World·Sysrem(l974). p.m. Además d. su deba[een"A World·System Perspectiveon tl1e Social Sciences". (1976) en The OlpiraJisr World·Economy. pp. 155-6.

'0 Los trabajos más Importantes de Braudel son: [he MedÍlenanean and me Medirerrranean WolrrJ in rhe Age ofPhilip ll. New Yort. Harper and Row, 1973. YCapil1J1ism and MarenaJ Life. 14IJ()../8CXJ. Nueva York. Harper and Row.1975. Para su método yteoría. cf.lacompílación de sus ensayos, On Hisrory, Chicago, Universícy ofChicago Press. 1980.Tam bién. cf. H. Kaye. 'íotaliry" y, por lo que respecta aWallerstein la escuelade l1isroria de Annales. cf. DuPlessis, "FromDemesne lO World·Syslem". pp. 21·3. Para Braudel y el "capitalismo". cf. emre Oll'OS su Afrerrhoughrs 011 MaterialCivilisarion and Capiralism. También. John Day, "Fernand Braudel and lile Rise ofCapitalism", SociaJ Researr:h.47 (Otoiio1980). pp. 507·18.

'1 En cuanto asus problemas l1istóricos, cf. Peter Gourevítcl1. "The Internaliona! SYSlent and Regime Formacion",Comparative Polirics. 10 (Abril 1978). pp. ~19·38. y Val F. Hum, "The Rise oí' Feudalism in Eastern Europe: ACritica!Appraisal of tlle Wallel'Slein "World,Syslem" Thesis". Scíence and Sociery. 42(Primavera 1978). pp. 43-61.

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52 HARVEY 1. KAVE LOS tllSTORlAOORES MARXISTAS BRITANlCOS 53

Frank 72. Wallerstein defiende que la economía capitalista mundial no solo define ydeter­mina las relaciones de producción yla estructura de clases en sentido estricto, sino quetambién determina las actuaciones ylos programas políticos. Por ejemplo, escribe que"los diferentes papeles desempeñados dieron lugar adiferentes estructuras de clase quea su vez dieron lugar a diferentes programas políticos", y también que "la economíamundial desarrolla un modelo en el que las estructuras del estado son relativamentefuertes en las áreas centrales y relativamente débiles en la periferia". El detenninismoeconómico en el pensamiento de Wallerstein yel funcionalismo de su modelo del sistemadel mundo moderno, se pone más claramente de manifiesto en lo que afinna sobre lacultura. Declara que "el sistema social se construye por medio de una multiplicidad desistemas de valores que integran dicho sistema. yque reflejan las funciones específicasque los grupos y las áreas realizan en la división mundial del trabajo". Por último, suconcepción del papel de la ideología es más simplista. La presenta muy directamente:"parece ser verdad. en general, que cualquier sistema de ideas complejo puede ser mani­pulado para conseguir cualquier objetivo social o político" 73. Como un historiador haseñalado: -'El hombre de Wallerstein es un hombre económico ysu bagaje mental es apa­rentemente el producto mecánico de sus relaciones económicas" 74.

Para introducir a Eugene Genovese en este contexto. debemos prestar atención ala crítica que hace de Frank, que es igualmente aplicable a Wallerstein. Dice que elproblema principal con el trabajo de Frank es su "especial preocupación por la economía",porque "una cosa es defender que el capitalismo europeo ha sido un intruso en cualquierparte del mundo yha explotado ysometido alos pueblos, sociedades ysistemas socialesmás diversos; yotra cosa bastante distinta es mantener que por ello cada pueblo. cadasociedad y cada sistema social se ha convertido en una variedad más de1a culturaburguesa"7s. El trabajo de Genovese sobre el ;'sur esclavo", aunque no es una contri­bución directa al debate sobre la transición al capitalismo, está dentro de su marco yademás es relevante.

., Cf. el ensayo de R. Brenner. '1ñe Origins of the Capitalist Development" para una crÍlica completa de Wallerstein~nrelaciónconSweezy yFrank: yel ensayo de ThedaS kocpol paraunacríticasociológica. "Wallerslein's World CapitalistSyslem: ATheoreticat and Historical Cri!ique". American IQumal oiSociology. 82 (Marzo 1977). pp. 1085·90.

'J 1. Wallerslein. The Modem World-5ystem (1974), pp. 157.355,356. Y152."Keith Thomas. "Jumbo History".New YorlcReviewot'Books. 17 Abril 1975, p. 25. Aunque Wallersleinmodificó

algo sus ideasen The Modem World-System 11 los problemas básicos permanecen. Cf.las reseñas de C. Chiroten elJoumalofSocial History. 16 (Primavera 1982). pp. 561·5: yla de Michael Kimmel en Theory and Sociery, 11 iMarzo 1982), pp.244-51. También.cf. C.H. George. ''The OriginsofCapitalism: AMmist Epítome and Critiqueoflmmanuel Wallerstein'sModem World·Syustem". lv[amst Perspectives. 5(Verano 1980), pp. 70·100

" E. Genovese.1n Red and BIacIc: Marxian &plorations in Southem and M'ro-American History, Nueva York,Vintage Books, 1972, pp. 385-6: el énfasis es mío. cr. Wallerstein sobre Genovese en su ensayo. aparecido originalmenteen el American Joumat or Sociology (l976),"American Slavery and !he Capitalist World-Economy" en The CapitalistWorld-Ecoaomy, pp, 202·1.

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En The Political Economy ofSlavery 76, Genovese presenta una interpretación delSur esclavo como una sociedad en crisis. Basando su análisis en el estudio de la historiaydel desarrollo económico que Dobb presenta en Studies, defiende que las relacionessociales pre-capitalistas de producción, la esclavitud yla estructura de clases aque diolugar laesclavitud -aunque reconocidamente comercial- impidió el desarrollo económicodel sur al inhibir el crecimiento de un mercado "doméstico" e inmovilizar a la burguesíaindustrial y mercantil dependiente de los traficantes de esclavos. Más trarde, en TheWorld che Slaveholders Made, Genovese se acerca al Sur esclavo desde una perspectivacomparativa con las sociedades de esclavos yseñores de Latinoamérica yel Caribe. Enla introducción asu trabajo, escribe que su objetivo es "sustituir puntos de vista vigentesque toman la cuestión racial como punto de partida, por una alternativa que toma laformación y desarrollo de las clases sociales como punto de partida", Por medio delanálisis de clases desea actualizar el estudio de una historia comparativa de la esclavitudy. al mismo tiempo, defender "las pretensiones de superioridad de la interpretaciónmarxista de la historia" 77. Hace hincapié en que no intenta reemplazar una interpretación"idealista" de la historia y la sociedad por un materialismo mecanicista. Ya que. como élmismo afirma en algún otro momento: "si la razón del materialismo descansa en lanegación de la totalidad de la historia humana yen la resurrección de un determinismoeconómico llevado a un nivel superior de sofisticación, el materialismo tiene unasperspectivas muy pobres" n, Así, para Genovese, como para Wallerstein, "la totalidad"es una dimensión teórica importante. Sin embargo, para Genovese, en contra deWallerstein, la totalidad comienza con la dialéctica de la experiencia de la gente tal comoes históricamente detinida para ellos ypor ellos en sus situaciones especificas de clase.

Al principio de su trabajo Genovese indica que desea distanciar su análisis de clasesdel determinismo económico ydel modelo base-superestructura 79. En su tercer libro, InRedandBlack, que es una compilación de ensayos, su concepción de la totalidad aparecemás clara. La totalidad de Genovese se ~eriva del marxista italiano, Antonio Gramsci ­ese bloque histórico, "en el que. precisarnente, las fuerzas materiales son el contenido ylas ideologías son la forma, aunque esta disiinción es puramente didáctica ya que lasfuerzas materiales serían históricamente inconcebibles sin forma ylas ideologías seríanfantasías individuales sin las fuerzas materiales" iO • Preocupado por el desarrollo y lacrisis de una sociedad y una cultura preburguesa en medio de una economía mundialcapitalista, Genovese dice acerca del bloque histórico de Gramsci que "una base parti­cular (modo de producción) generará la correspondiente superestructura (sistema político.

"E. Genovese. The Political Ecoaomy ofSlavery. Nueva York, Vintage Books, 1967." E. Genovese. The World the Slaveholders Made. New York. Vintage Books, 1971, pp. vi-viii." E. Genovese.1n Red and Block. p. 33; el énfasis es mío." E. Genovese. The World the Slave/wlders Made ,p. vii." A. Gramsci. Selections from the Prison Noteliooks. editado ytraducido por Q. Hoare yG.N. Smith. (Londres,

Lawrence and Wishart.1977, p. 377.

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complejo ideológico, cultura, etc.), pero esa superestructura se desarrollará tanto deacuerdo con su propia lógica como en respuesta al desarrollo de la base" ! l. La superes­tructura para Genovese no es solamente un ret1ejo de la base, también es activa.

Otras contribuciones al debate sobre la transición particularmente relevantes Son lasde Perry Anderson yRoben Brenner. Son especialmente interesantes por cuanto ambasponen énfasis en los aspectos políticos, aunque de forma muy diversa ycon resultadosradicalmente diferentes.

Llegado este punto puede parecer que Genovese está todavía anclado en el modelobase-superestructura. Para comprender su superación de dicho modelo es necesario con­siderar su gran obra, Roll, fardan, Roll: The World the Slaves Made 82 (que serácomentado en relación con la obra de E.P. Thompson). Por lo que se refiere al tema dela transición al capitalismo, sin embargo, lo imponante es que Genovese, siguiendo aDobb (es decir, centrándose en las relaciones sociales de producción yla estructura de cla­ses aque ésta da lugar) se aleja del simple determinismo en busca de una apreciación másamplia de la compleja naturaleza de la realidad histórica Esto se pone especialmente demanifiesto en dos ensayos recientes sobre la esclavitud moderna, en los que debate lascontradiciones ycrisis económicas, culturales y, en particular, políticas que experimentaronlos traticantes de esclavos ( yque dieron lugar a la guerra civil de los Estados Unidos),condicionados por su adhesión al orden social de la esclavitud que ellos habían hecho enel contexto de un mundo dominado por el capitalismo 8J. En efecto, por medio del análisisde la lucha de clases, opuesto al "económico" o"análisis de sistemas" podemos apreciarmejor no sólo el orden de las cosas, sino también las contradicciones de la experienciahumana y las luchas -para bien o para mal - relacionadas con su solución.

55LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

presenta la historia de la transición desde la antigua formación social, en la quepredominaba el modo de producción de la esclavitud, a la fonnación social de la Europamedieval, en la que predominaba el modo feudal de producción. En Lineages trata de lahistoria del desarrollo de los estados absolutistas en la última fase de la época feudal, enrelación con el nacimiento del modo capitalista de producción S6. Yeso lo aborda pormedio de una sociología histórica comparativa entre la Europa del este y la del oeste.

Dada su insistencia en los modos de producción puede parecer que Anderson trabajadesde la perspectiva del modelo de Dobb yde los historiadores marxistas británicos, peroél diferencia con claridad entre su aproximación y la de éstos. En primer lugar laperspectivaestructuralistade Anderson - aunque históricamente muy viciada - se alejadel énfasis que los historiadores marxistas británicos ponen en las relaciones ylas luchasde clases y en sus esfUerzos por sustituir el modelo base-superestructura. Losestructuralistas marxistas defienden que el modo de producción se compone de tresniveles· el económico, el político yel ideológico -yque en un momento histórico dadoun nivel concreto puede hacer una contribución concreta aun suceso histórico, si bien elnive} económicoes el que determina finalmence (es decir, en últimainstancia). Basándosehasta cierto punto en este modelo, Anderson detiende que los modos de producciónprecapitalistas. que dependen para su funcionamiento de una presión extra-económica,deben ser detinidos por medio de sus "superestructuras". ya que son éstas las quedeterminan el tipo de presión "extra-económica que las especiftca". Esto es distinto alcapitalismo, el cual es el" primer modo de producción en la historia en el que los mediospor los que se consigue del productor un excedente de producción son "puramente"económicos en forma" !7.

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La contribución de Perry Anderson consiste en dos libros, Passages [rom AntiquitylO Feudalism y Lineages of Ihe Absolutisl Slale 84, escrito desde la perspectiva delmarxismo estructuralista (es decir, de Althusser), con int1uencias importantes de MaxWeber (por ejemplo. con respecto a la relación entre el mundo clásico yel capitalismo,y la metodología de la sociología histórica comparativa) !í. En Passages Anderson

En segundo lugar, en lo que un comentarista denomina su aproximación "marxistaecléctica" a la transición, Anderson se centra en el estado porque, según sus propiaspalabras, "las luchas seculares entre las clases se resuelven finalmente a nivel político­no económico ocultural· dentro de la sociedad. En otras palabras, es la construcción ydestrucción de los estados lo que fija los cambios básicos en las relaéiones de producción,mientras subsistan las clases". En tercer lugar, como se desprende de su interés por el

" E. Genovese, In Red and Black. p. 322." E. Genovese. Ro/J lordan. Ro/J: The World /he Slaves Made. Nueva York. Pamheon. 1974. Ala vez debo señalar

que los ensayos que escribió Genovese a tinales de los sesenta utilizan la ··base.supereslrucrura·· más como una meláforaque como un modelo.

nE. Genovese. "Slavery - The World's Burden" en Harry P. Owens led.l. Perspecn'ves and lron,v in AmericanSlavery. Jackson. Ms. UnivensEy Press of Mississipi. 1976. pp. 27-50. YJumo con Elizabeth Fox-Genovese. "The SlaveEconomies in Political Perspeclive", en louma! of American History. 66 {lURlO 1979). pp. 7.21

"P. Anderson. Passages from Antiquityto FeudaJism Lond~s. New Left Boakl. 1974; yLineagesof'/he AbsolutiSlSl1lte. Londres. New Len Boaks, 1974. EslOS pocos párrafos no hacen justicia alos dos volúmenes de Anderson. que sonimpresionantes por su amplirud (a través del tiempo ydel espacio). Apesar de los problemas que tengo con el lenguaje-eslrUCluralisla" de Anderson,los ~omiendo firmememe.

"So~ Passages y Lineagesde Anderson. que fueron con Irecuencia comentados jUnio con The Modem World

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Sysrem. de Wallerstein. cf. K. Thomas. "lumbo ffislory". y RJ. Hallan, "Manisl Theones of Social Change": también'vIichael Hechler. "Lineages 01 the Capitalisl State" en American louma! of'5OClOlogy, 82 (Marzo 1977), pp. 1057-74, YW.G. Runciman. "Comparallve Sociology or Narrative HislOry: A Note on the Methodology of Perry Anderson". enEuropean louma! ofSociology, 21 (1980), pp. 162·78.

" Los modos de producción nunca aparecen en "formas puras". La "formación social" se retiere a lo que existehislóTÍCamenle. Hecha. posiblemente. de diversos modos de producción. una formación social está dominada por un solomodo, caracterizado por relaciones sociales de producción específicas. Cf. P. Anderson, Lineages, pp. 154-5.

" ¡bid" pp, 403-4. No es el momento de hacer lIIIa crítica al eSllUClUralismo. Som el "modo de producción" en elpensamiemo eslfUcturaJ. cf. Louís A1tbusser y Etienne Balibar, Reading Capital. Londres. New Lefl Boab, 1970, en/special Pan III (de Babibar), pp. 199-399. YPoJitica! Powerand Socia! CJassesde Nicos PouIantzas, Loms, New LeftBooks, 1974. en especia! pp. t2·(7. Thompson como veremos más adelante, se opuso al "esll'UcturaJismo".

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estado (lo cual se enmarca mejor en un capítulo posterior que en éste) Anderson defiendeque "la historia desde arriba" . dentro del intrincado aparato de la dominación de claseses tan esencial como la historia desde abajo. De esta manera, critica a los historiadoresmarxistas británicos yacentúa las diferencias entre su popio trabajo yel de éstos 88.

Sin embargo, no debemos exagerar las semejanzas pues hay diferenciassignificativas. Como ya hemos señaládo, la lucha entre los señores de la tierra y loscampesinos fue solamente una dinámica feudal. La otra fue la"oposición entre la ciudadyel campo". Sobre esto, al menos alguno ha señalado que Anderson va más lejos que loshistoriadores marxistas británicos al afirmar la pervivencia de las relaciones feudales deproducción en el campo, como consecuencia de la protección yel poder prestados porel estado absolutista a la aristocracia feudal. Así, Anderson explica inadecuadamente loscambios que tuvieron lugar en el campo y apoya la teoóa que asocia el desarrollocapitalista con las actividades de grupos urbanos mercantiles ymanufactureros 91. Estoes cieno, pero no es solamente su interés por el estado absolutista lo que le llevó aestaconclusión. Está ya presente en su concepción del modo feudal de producción y en elénfasis que puso en el "nivel político". Es decir, la oposición entre la ciudad yel campo

Al mismo tiempo, Anderson ofrece una historia que en ocasiones sintoniza y seentrecruza con la de los historiadores marxistas británicos. Por ejemplo, en relación conel declive del feudalismo, Anderson defiende - en oposición parcial con Dobb pero deacuerdo con Hilton . que el feudalismo fue, por supuesto, expansionista desde el puntode vista económico. Una de las dinámicas feudales fue la lucha entre los señores de latierra y los campesinos que condujo a un proceso de reivindicación de la tierra y enconsecuencia, al crecimiento económico. Sin embargo este modelo de expansión vigentedel siglo once al trece alcanzó su límite superior "ecológico" yel modo de producciónfeudal sufrió su crisis definitiva en el siglo catorce 89. Pero este no fue el fmal delfeudalismo, ya que de la "larga crisis de la economía y la sociedad europea durante lossiglos catorce y quince.. , surgió en el oeste, [durante] el siglo dieciséis. el estadoabsolutista", Enesto Anderson está de acuerdo con Christopher HUI. El estado absolutistaera"un abundantey recargado aparato de dominación feudal, trazado para devolver a lasmasas campesinas asu posición social tradicional- apesar yen contra de los logros quehabían conseguido por la conmutación de sus obligaciones". Esto es, no fue un equilibriooun "árbitro entre la aristocracia yla burguesía", ni tampoco el arma de la naciente clasecapitalista en contra de la vieja clase feudal dirigente. Mas bien subraya;'fue la nuevacoraza política de una nobleza amenazada" 90.

57LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

Anderson defiende que el feudalimo por sí mismo no dio lugar al capitalismo. Basasu argumento en comparaciones sobre el distinto desarrollo de la Europa del este ydeloeste, ysobre el distinto desarrollo del feudalismo europeo yjaponés, concluyendo que"lo único que hizo posible el paso al capitalismo fue la concatenación de antigüedad yfeudalismo". Esto es, no fue una contradicción oimpulso inherente al feudalismo comomodo de producción lo que dio lugar al capitalismo; porque en tal caso encontrmamospruebas del desarrollo del capitalismo a panir del feudalismo no sólo en la Europaoccidental sino en la oriental y también en Japón. Y no las encontramos. El "quid"histórico que Anderson presenta es el Renacimiento: "el doble aspecto de una expansiónen el espacio sin precedentes y una recuperación del tiempo". Estableciendo clarasdiferencias entre su trabajo yel de los historiadoes marxistas británicos, es aquí dondeencontramos su teoóa del nacimiento del capitalismo. Sostiene que el renacimientorepresenta tres momentos cruciales. En primer lugar, el "redescubrimiento del mundoantiguo" en el renacer de la civilización urbana yde la ley romana, en especial la ley dela propiedad ("una de las precondiciones institucionales para la aceleración de lasrelaciones capitalistas de producción a escala continental"). En segundo lugar "el

fue posible por la "dispersión de soberanías ... que liberaron a las economías urbanas dela dominación directa de la clase feudal dirigente" 92. Tal argumento es curioso ya que An­derson es defensor del trabajo de John Merrington. En su articulo, "Town and Countryin the Transition to Capitalism" 93, Merrington demuestra que "el feudalismo europeo ­lejos de constituir una economía exclusivamente agraria - fue el primermodo de produ­cción en la historia que otorgó un lugar estructural autónomo a la producción e inter­cambio urbanos".Q4. Pero de igual manera demuestra el conservadurismo de las ciudades,i.e. la burguesíi urbana, y la imponancia para el desarrollo capitalista urbano deldesarrollo previo, oal menos simultáneo, de la agricultura capitalista. Sobre este temael ensayo de Rodney Hilton, "Towns in English Feudal Society", es significativo. En élHilton explica la urbanización. medieval en términos de la economía política agrariafeudal ycritica con fuerza la idea de una dinámica feudal entre la ciudad yel campo oantagonismo entre los burgueses y el señor feudal. Hilton señala que en cada nivel laurbanización fue la consecuencia de la estructura de la actividad agraria. En resumen, laspequeñas plazas de mercado fueron determinadas por "la simple producción campesinade mercancias en el marco de, ysujetas alas necesidades del señoóo feudal". Ylos centrosurbanos más grandes fueron la "consecuencia del gasto del excedente de producciónagraria por pane de la corona y de la aristocracia, y los beneficios de la función deintermediario del capitalista mercantil pequeño. mediano y grande" 95,

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.. p, Andmon. Lineages. p. 11." P. Anderson. PIlssagt:S. pp. 182-209.'o P. Anderson. Lineages. pp. 15. 18.JI R.J. HollOn."Marxisl Theories 01' Social Cbange", pp. 860-1.

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"P. Anderson. Lineages. p. 21 .9J 1. MerringlOo, "Town and CouDlry in !he Trasilion to Capilalism".New Lefr Review. 93 (Septiembre-0ctubre

1975).Reimpreso en R. Hi/lon (ed.), TtalISiriOlL pp. 170-95." P. Anderson. Lineages, p. 21 (1IOla a pie de página).; R. Hilron. "Towns in English feudal Sociery", Review, 3(Verano 1979) p. 19.

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Robert Brenner también hace hincapié en lo político, pero con distinto sentido, ycon resultados radicalmente diferentes 97. En una serie de brillantes artículos sobre latransición yel desarrollo ysubdesarrollo capitalista, abunda en la aproximación a lalucha de clases de Dobb. De hecho, alguien ha dado nombre a su desarrollo de laaproximación de Dobb: "marxismo político" 98. El primer artículo es "Agrarian ClassStructure and Economic Development in Pre-Industrial Europe" 99 (que motivó unsimposium sobre el tema aparecido en las páginas de Past &Present) 100. En él Brennerpresenta una crítica tanto del modelo demográfico, o neo-malthusiano (presentado porseparado por M.M. Postan yEmmanuel Le Roy Ladurie) 101 ,como del modelo de comer·cialización de ;'cambio económico a largo plazo a finales de la Europa medieval y

descubrimiento del nuevo mundo", que Anderson parece equiparar con el proceso deacumulación primitiva: "Dirigido y organizado en el marco de estructuras todavíabastante señoriales, el saqueo de las Américas fue, a pesar de todo, al mismo tiempo elacto más espectacular en la acumulación primitiva del capital europeo durante elrenacimiento". En tercer lugar, "el nacimiento del sistema estatal europeo" en la formaespecífica del absolutismo", el cual, aunque en efecto terminó con la "parcelación de lasoberanía", amplió la vida del feudalirno yla clase feudal dirigente. Además, permitió laexpansión del capitalismo mercantil y manufacturero con su tendencia a disolver lasrelaciones feudales originales de la agricultura" 96. Así, por último, mientras Dobb explicael nacimiento del capitalismo por medio de una nueva clase de capitalistas industrialesy agrarios, la idea de Anderson sobre una "creciente burguesía" es sobre todo, si noestrictamente, urbana, yel proceso de acumulación primitiva, más que corresponder a loscercarnientos de la tierra estructurados por clases en Inglaterra, como Marx defiende,parece ser, para Anderson, similar a la idea de Wallerstein.

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lO! R. Brenner, "Agracian Class SlIUCture". pp. 30-31. También hay un enfoque que niega la existencia misma dela eslIUClUl1I de clases, dice, dirigiéndonos a Douglas C. i-Iorth y Roben PauJ Thomas. The Rise ol rhe Westem WDr/d.Cambridge. Cambridge University ?ress, 1973.

'o; R. Brenner. "Agrarian Class SlIUCture". Señala que las clases no son un fenómeno unívmal,sóloexislen "dondese produce una relación ... de extnlCCión de excedenre como aquí se implica."

Ill4lbid.. p.3l (BreMer no usó el térmioo "teoría de la determinación de clase" pero su estudio lo implica).

principios de la Europa moderna", Dice que los estudios basados en fuerzas económicas;'objetivas" pueden caer en tres posibles trampas: (1) "abstraen" las fuerzas económicasde la estructura social ode clase con fines analíticos, en cuyo caso ala estructura de clasetiende, casi inevitablemente, aencerrarse en sí misma"; (2) insertan la estructura de clases"de manera ad hoe' para dar cabida a una tendencia histórica que el modelo no puedeexplicar"; o (3) más frecuentemente integran la estructura de clases en el modelo comouna variable de~ndiente, aformada por, o modificable en términos de las fuerzasobjetivas sobre las que el modelo ha sido construido." Pero, insiste, esfuerzos como éstosfracasarán necesariamente porque están construidos inadecuadamente. Ya que no es elcambio demográfico o comercial lo que determina los modelos a largo plazo y lasposibilidades del crecimjento ydel desarrollo económico, sino que es la aestructura delas relaciones de las clases, del 'poder de las clases" lo que los determina 102.

Brenner afirma que su concepción de estructura de clase, derivada del trabajo deMarx. supone ados aspectos analíticamente diferenciados, pero históricamente unificados".El primero se refiere a las relaciones de los productores inmediatos entre ellos mismos;esto es, las relaciones entre entre uno yotro, con sus instrumentos ycon la tierra en elproceso directo de producción". El segundo representa las ;'relaciones de propiedadinherentemente conflictivas", o ';relación del excedente de extracción". Explica que essobre esta última relación sobre la que se detinen "las clases fundamentales de la sociedad-la(s) clase(s) de los productores mismos por una parte ypor otra,la(s) de los dirigentesoextractores del excedente" 10J. La importancia histórica de esto es que "las relacionesde la extracción del excedente", una vez establecidas, tienden afijar unas posibilidadesyunos límites bastante estrictos. por supuesto patrones específicos a largo plazo, sobreel desarrollo económico de una sociedad". Además, mantiene que "las estructuras declase tienden aser bastante flexibles en relación con el impacto de las fuerzas económicas;como regla general, no están configuradas por. ni son alterables en función de, loscambios en las corrientes comerciales odemográficas" 104. Así. para estudiar el desarrolloeconómico del ocaso de la Europa medieval ycomienzo de la Europa moderna, y latransición del feudalismo al capitalismo. es esencial "analizar los procesos relativamenteautónomos por los que se establecen ... determinadas estructuras de clase ylos conflictosa que estas dan (o no dan) lugar".

Después Brenner pasa a su crítica de los modelos demográficos y comerciales.Señala que son incapaces de dar cuenta de "Iineas diferenciadoras del desarrollo en

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HARVEY J. KAYE

.. P. Allde~on. Lineages. pp. 420-6. 137. Y428·9, respectivamellle." Brenneres americano. Además de los [res artículos que se debaten, escribió "The Civil War Politics of London's

"fen:hanl Community". Pase & Present 58 (Febrero (973), pp. 53-107."Guy Bois. ·•..l,.gainsl the Neo-Malthusian Onhodoxy". Pase & Present 79 (Mayo 19781, pp. 60-9.l' R. Brenner, "Agrarian Class SlIUclureand Economic Developmelll in ?re-Industrial Europe",Pase& Presenr, 70

(Febrero 19761, pp. 30-75.,00 Las contribuciones al simposium fueron MJ\1. Postan yJoOO Hatcher. "Populalion and Class Relations in Feudal

Society", Patricia Grool y David Packer, "Agrarian Class SlIUClUre and Economic Developmelll", y Heide Wunder,"Peasant Organisalion and Class Contlicl in Easl and Wesl Germany", Pase & Presenr, 78 (Febrero 19781, pp. 24-55;Emmanuel Le Roy Ladurie. "A Reply 10 Professor Brenner", yGuy Bois. "AgainSI the Neo-Malthusian Onhodoxy", Paseand Present 79 (Mayo 1978), pp. 554;9: Rodney Hillon. ACrisis of Feudalism", y1.P. Cooper, "In Search of AgrarianCapitaJism" Pasl & Preselll. 80 (AgOSIO (980), pp. 204;5; y AmoSI K.lima, "Agrarian Gass SlIUclure and EconomicDevelopmem in the Pre-Industrial Bohemia", Pase & Presenr, 85 (Noviembre 1979).ppA9-67. Brenner respondió en '1'he..l,.grarian ROOIS of European Capilalism", Pase & Presenr. 97 (Noviembre 1982), pp. 16·113. Se hará una compilación detodos ellos por Past & Presend Cambridge Unive~ity ?ress.

01 Cf. M.M. Postan, '1ñe Economic Foundations of Medieval Economy" (1950) en la compilaciónde sus ensayos,Essays on Medieval AgricuJlJJie and (kneraJ ProbJems Di meMedieval Economy, Cambirdge, Cambridge Univmity?ress, 1973. pp. 3-27; y "Medieval Agrarian Society in its Prime: England", en M.M. Postan (ed.l, The CambridgeEconomicHis/Ol}'DiEurope, Cambridge, Cambridge Unive~ity Press, J966, Volumen 1, pp. 5494;32; yLe Roy Ladurie's17Je Peasancs Di Languedoc, Otampaign.IlI, Univer.;ity of Illinois ?ress, 1974.

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El retraso económico en la Europa oriental no puede ser considerado como econó­micamente determinado. surgido de la "dependencia" del comercio de los productos primarioscon el oesle, como aveces se afirma. Por supuesto, sería más correcto decir que la dependenciade la exportación del cereal era consecuencia del retraso; del fracaso del mercado interior -elterriblemente reducido poder adquisitivo de la masa de población -que era el resultado de lamiserable productividad yla desigual distribución de las rentas de la agricultura. enraizada enúltimo término en la estructura de servidumbre lOS.

distintos lugares bajo constelaciones de fuerzas económicas similares". Lo que quieredecir es que ni el modelo demográfico ni el modelo comercial pueden explicar losdiferentes patrones del desarrollo de la Europa del este yde la del oeste a finales delperiodo medieval y principios del periodo moderno. Esto es, ninguno de ellos puedeexplicar el hecho de que para el siglo dieciséis "estas mismas tendencias de desarrolloeuropeo habían evolucionado y estaban a punto de establecer una de las mayoresdivisiones de lahistoriade Europa, laaparición de una población campesinaprácticamentelibre en la Europa occidental, y la degradación con pérdida de libertad del campesinadoen la Europa oriental". Una de las "tendencias de desarrollo europeo" a que se refiereBrenner fue el descenso demográfico que comenzó en el siglo catorce (el periodo de crisisdel feudalismo). Además. de la misma manera que los modelos demográficos ycomer­ciales no son capaces de explicar la "gran división" entre la Europa del este yla del oeste,también son incapaces de explicar los diferentes caminos seguidos por Francia e Ingla­terra en el periodo que va de 1500 a 1750. Haciendo mención especial a lo inadecuadodel modelo neo-malthusiano, Brenner observa que, mientras Francia eInglaterra experi­mentaron un aumento de la población en este periodo, sus respectivos modelos del desa­rrollo económico agrario fueron muy diferentes. En Francia se multiplicaron las subdi­visiones de las haciendas disminuyendo la productividad agraria. En Inglaterra. sin em­bargo, hubo un proceso de cercamiento yconsolidación de las haciendas. Estas propie­dades más extensas fueron después arrendadas a rentistas que normalmente empleabantrabajadores agrícolas sobre base salarial. Además, relacionados con la reorganizaciónde la producción agraria inglesa hubo "incrementos importantes en la productividad agra­ria con resultados que hicieron época"; especificamente. en el desarrollo del capitalismo.

Así, Brenner rechaza los modelos demográfico y comercial (el último de ellosincluso criticado yrechazado por Postan yLe Roy Ladurie). Pero asu vez también rechazalos modelos de la urbanización y del "factor económico". (El modelo del "factor eco­nómico" es el presentado por Dobb,-es decir en relación con la oferta del mercado detrabajo). En cambio, Brenner ofrece una explicación centrándose en el declive frente a laintensificación del señorialismo desde el siglo catorce al siglo dieciséis. En particular,basándose en las diferentes capacidades "estructuradas según las clases"de los respectivoscampesinados para resisitir los esfuerzos de los señores de la tierra por reforzar o inten­sificar las relaciones ylos controles señoriales. Más aún, apartir de este análisis. defiende- contrario a Wallerstein - que:

61LOS IHSTORIAOORES MARXISTAS BRITANlCOS

Finalmente, en el tercer artículo. "Maurice Dobb and the Transition from Feudalismto Capitalism", Brenner presenta una crítica apreciativa del propio Dobb. Reconoce lacontribución esencial de Dobb pero le culpa por no haber seguido la teoría yel método

En el segundo artículo de la "trilogía", Brenner presenta una crítica de los trabajosde Sweezy, Frank y Wallwerstein. Afirma que su método "les llevó a desplazar lasrelaciones de clase del centro de su análisis" lo cual disminuye seriamente la calidad desus estudios y les hace dependientes de un modelo conductista neo-smithiano (AdamSmith) para explicar el estímulo al desarrollo económico 107. De nuevo, en lugar de susteorías sobre el desarrollo yel subdesarrollo basadas en el comercio, propone la teoríade la determinación de clase, es decir.la aproximación basada en la lucha y la estructurade clases.

Es decir, el cambio de la población yel comercio pueden causar movimiento, peroel movimiento está marcado básicamente por la estructura de clases.

El declive de la servidumbre no explica, sin embargo, la aparición del capitalismo.Sobre este tema, Brenner presenta otra vez una lucha de clases yun análisis de estructurascomparativos, pero en esta ocasión del distinto desarrollo de Inglaterra y Francia. De­muestra cómo el campesinado inglés, "para mediados del siglo quince, con ímpetu y re­sistencia, fue capaz de romper definitivamente con los controles feudales sobre su movi­lidad yconseguir la libertad total", aunque al final no consiguió asegurarse el control dela tierra. Después demuestra, con respecto al papel proteccionista del estado, cómo losseñores de la tierra pudieron sofocar la extendida sublevación campesina en la primeramitad del siglo dieciséis ycontinuar con los cercamientos. De esta manera, fueron ca­paces de "crear grandes haciendas que arrendaron a renteros capitalistas que podíanhacerse cargo de inversiones capitalistas". La estructura social agraria tripartita permitióa los renteros llevar acabo mejoras y, de hecho. determinó, en relación con el mercado,que no tuvieran otra elección que hacerlo así si querían mantener sus posiciones. En Fran­cia, por el contrario, los campesinos habían sido capaces de asegurar la posesión de sustierras frente alos señores ypor tanto inhibir el desarrollo del capitalismo ydel desarrolloeconómico. Es más, el desarrollo de la agricultura capitalista en Inglaterra proporcionóla base para un proceso "simbiótico" de crecimiento económico ydesarrollo en la agri­cultura yen la industria. Esto es. la incrementada productividad de la agricultura segúnel nuevo modo de producción permitió o forzó a la clase obrera aabandonar la tierra enbusca de la industria (rural o urbana) y, con el crecimiento de los renteros y la clase delos agricultores hacendados, proporcionó el mercado doméstico esencial para la industriainglesa durante la "crisis general del siglo diecisiete" de la economía mundial europea 106.

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HARVEY 1. KAYE60

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11. 'o> R. Brenner. p.60.I"R.Brenner,pp.32.41,41·2,61-75 y 67-78.'01 R. Brenner, "The Origins of CapitaliSI Development: ACritique ofNeo-Smilhian Mm.ism".

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La perspectiva histórica de Dobb

El gran rrabajo histórico que iba a intluimos de manera decisiva fue Studies in deDcveJopment ol' CJpitaJism el cual formuló nuestro problema principal y centra110~.

Por tanto podemos decir que el avance de Brenner sobre Dobb se explica por elhecho de que Brenner se ajusta más al método prescrito por Dobb de lo que lo hiciera elmismo Dobb. Como resultado, Brenner puede demostrar la intima conexión en Inglaterraentre la lucha de clases yel declive feudal y la aparición del capitalismo en la agriculturacomo paso previo, o al menos como base del desarrollo capitalista en la industria yenlas ciudades.

63LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Como hemos visto, el trabajo de Dobb no sólo fue el pionero teórico, sino que, dadoque Studies vigorizó la investigación yel debate sobre la génesis del capitalismo, fuetambién el pionero histórico. Aunque hasta cierto punto he criticado las contribucionesde Wallerstein yAnderson al debate sobre la transición vale la pena volver sobre ellos.Ambos detectan algunos aspectos inadecuados de la aproximación de Dobb aunque, almismo tiempo, señalan sus virtudes. La aproximación sobre los sistemas mundiales deWallerstein es especialmente importante por suscitar el tema de la formación del capi­talismo como proceso histórico mundial. Por mucho que insistamos en que los orígenesdel capitalismo se produjeron en los cambios agrarios que tuvieron lugar en los co­mienzos de la Inglaterra moderna, la expansión del capitalismo ysu desarrollo en el capi­talismo industrial ha sido un proceso global. Aunque la obra de Dobb no se limita a unanálisis del desarrollo del capitalismo inglés, no examina la aparición del capitalismo anivel de la economía mundial, Sin embargo, como sabemos, una de las virtudes de Studiesde Dobb es que representa un intento por superar la aproximación meramente económicade la transición a la que el trabajo de Wallerstein parecía conducir. Lo significativo de laaproximación estructuralista de Anderson es su énfasis sobre el estado. Sus librossugieren la presencia del estado en el centro del proceso en el que un modo de producciónes desplazado por otro. Una vez más, Dobb no desatendió el papel del estado pero, comoen la mayoría de los estudios históricos marxistas (retrotrayéndonos incluso al mismoMarx), el estado no está tratado adecuadamente. "Políticamente" hablando, sin embargo,en contraste con la aproximación de Anderson, Dobb subraya la lucha de clases. Eseaspecto del trabajo iba a ser continuado, incluso con más énfasis, por sus colegashistoriadores marxistas británicos, como veremos en los capítulos siguientes.

historia económica y del desarrollo del economicismo estricto hacia una perspectivapolitico-económica más amplia 111. Incluso entonces, aunque no siempre fue fiel asu pro­pio método, la perspectiva político-económica tuvo como fin apoyar el análisís de la luchayde la estructura de clases. Esto fue significativo, porque contribuyó al desarrollo de lacomprensión de la clase como fenómeno histórico, opuesto a una categoría meramenteeconómica o sociológica. Es más, en términos de los estudios marxistas, representó unpaso hacia la reconceptualización de la "totalidad" . abandonando el modelo base­superestructura en favor del estudio de las relaciones de clase como centro del análisismaterialista.

HARVEY 1. KAYE62

prescritos por él mismo. Como Brenner señala, en momentos clave de su análisis enStudies, Dobb recurre a un modo de análisis más económico que el de la lucha de clases.Así, Brenner reprueba que "Dobb no analice el desarrollo como consecuencia de la crisisfeudal en términos de las contradicciones internas ylos conflictos de clase que él mismóseñaló: de manera especial el desarrollo de las relaciones entre una produccióncampesina elemental yel excedente de extracción feudal, entre campesinos yseñores dela tierra" 108.

Para nosotros, treinta años más después, Studies de Dobb puede no parecer taninnovador ahora que conocemos los estudios interdisciplinarios, yahora que los estudiosmarxistas han conseguido un lugar en la universidad. Sin embargo, en el periodo en elque apareció el libro de Dobb por vez primera (finales de los cuarenta), las fronteras entrelas distintas disciplinas producían estudios sobre la historia yel desarrollo éconómicopobremente formulados, y los límites ideológicos ypolíticos de la guerra fría tenían unefecto igualmente opresivo. Dobb estaba lejos de escribir la "historia total" (nuncadefendió que lo hiciera), aunque impulsó la historia económica más allá de la economía.Esto es, StudiesdeDobb ni propuso una definición económicadel capitalismo ni presentóun análisis económico de la transición al capitalismo (como algunos críticos afmnan) 110.

Más bien, proponía una detinición y un análisis político-económico que mostraba elmodo y las relaciones sociales de producción de la transición como históricamenteespecíficas. De hecho, él conscientemente trataba de alejar el centro del estudio de la

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:<m R. Brenner, "Maurice Dobb and the Transilion from FeudaJism lO Capitalism". Cambridge IoumaJ 01'

Economícs, 2Gunio 1978), 122..", E. Hobsbawm. "The Historian¡' Group of Ihe Communist Party", en Maurice Cornforth. Rebe/s and Their

Causes. Londres. Lawrence and Wishan. 1978, p.21¡lO Richard Iohnson. "Edward Thompson. Eugene Genovese and Socialist-Humanisl History" ,History Workshop,

6 (Otoño 1978), pp. 78-100. YSirnoo Clance, "Socialist Humanism and ¡he Critique of Economism". Hístory Workshop,8(Otoño 1979), pp. 138·56.

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111 Ion S. Cohen. "The Manis[ Connibution to Economic Histocyoo,JoumaJ ofEconomicHistory, 38 (Marzo1978), pp, 29·57,

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:t:El término "feudalismo". aplicado auna fase de la historia europea. se ha interpretado

en ocasiones de formas tan diversas que ha llegado aser conlradic[Orio: sin embargo la merae~islencia del término testimonia la cualidad especial que inslimivarneme se ha reconocido enel periodo que denOla.

MareBloch I

El debate sobre la transición al capitalismo supuso no sólo discusiones acerca dela definición yorígenes del capitalismo, sino también sobre la definición ycaracterísticas(o la importancia de las características específicas) de la sociedad feudal y la historiamedieval. Por ejemplo, mientras Dobb defiende que el feudalismo fue una relación socialespecífica de producción. Sweezy insiste en que fue un sistema de producción para el uso,en contraste con el capitalismo que fue un sistema de producción para el intercambio.Hubo incluso una contribución posterior al debate por parte del historiador francés.Georges Lefebvre. en la que afrrrnó que la palabra "feudalismo" no era apropiada parala discusión. porque "la característica específica de un régimen feudal fue la relaciónjerárquica entre el señor ylos vasallos yno la forma en laque un señor distribuía los feudosentre esos vasallos ". Así pues, al menos en los estudios históricos, el feudalismo ha sidotan controvertido como el capitalismo.

Rodney Hilton es el historiador marxista británico que se ha ocupado de forma másactivade la historia medieval ydel modo de producción feudal. centrándose especialmenteen la experiencia histórica de la clase campesina inglesa. Como autor de numerosos librosyartículos, Hilton ha hecho. ycontinúa haciendo, aportaciones originales ysignificativasa los estudios históricos medievales. En particular. quiero defender en este capítulo queHilton ha contribuido en gran manera ala reconceptualización del feudalismo, no como

, M. Bloch. Feudlli Society, Clúcago, University of Chicago Press.l96l. p.m., G. Lefebvre, "Sorne Observations", en Rodncy HillOO (cd.). The Tnmsirion from FeudaJism ro CapilJJ1ism.

Londres, New Left Books.1976. p.122.

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RodneyHilton

J Iohn MerringlOn. 'íown and Counuy in the Transition to Capitalism", en R. HillOn led.), Transirion. p. 179., ESlaS nolaS biográficas me las proporcionó el profesor Hilton en comunicación pe~onal el cinco de agosto de

1982 y en convemciones mantenidas en enero de 1983. Escribe que para las tradiciones políticas del lugar donde creció.¡,e. Middlelon. es inreresante Passages in che Lite ofa Radical de Samuel Bamiord. yañade que su "abuelo vivió en unacabana. que tenía un placa que rezaba este es el lugar donde Bamford fue arrestado en 1819 después de Peterloo,".

Durante la segunda guerra mundial prestó sus servicios al ejército en el OrienteMedio e Italia (1940-46) Ydespués fue nombrado profesor en la School of History en laUniversidad de Birmingham, para llegar a ser, posteriormente, catedrático de HistoriaSocial Medieval. Permaneció en Birmingham hasta su jubilación en 1982. El primerartículo de Hilton fue "Un poema del siglo trece sobre los discutidos servicios de los

69LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

Desechar la experiencia campesina sólo porque es parte del pasado, porque no tieneimportancia para la vida moderna, pensar que miles de años de cultura campesina no leganninguna herencia al futul'Osimplemente porque apenas quedaron patemes en objetos perdurables. seguir manteniendo, como se ha mantenido durante siglos. que la experiencia campesina esmarginal para la civilización es negarle valor a demasiadas vidas, Ninguna línea de exclusiónpuede atravesar la historia de esa forma. como si se tratara de una línea trazada sobre una cuentacerrada.

John Berger, Pig Earth 8

lfutoriadores yCientífICOS sociales sobre el feudalNno yel campesinado

Como historiador social marxista, Hilton subscribe una concepción particular(aunque no siempre aceptada) del feudalismo, que él define como "relación de explotaciónentre terratenientes ycampesinos subordinados, en la que lo que excede de la subsistenciade éstos ultimos, bien sea mera mano de obra o arrendamientos pagados en especie o

En el capítulo dos, ya señalaba. que la aportación de Hilton al debate sobre elnacimiento del capitalismo representaba, en particular, el argumento de que el feudalismoera una "sociedad clasista" y, lo que es más, que la lucha entre señores y vasallos era el"móvil principal" de la sociedad feudal. Este argumento ha sido central en el trabajo deHilton y, en consecuencia,le ha llevado aenfrentarse yatratar con las concepciones delfeudalismo y el campesinado en boga entre los historiadores y los científicos sociales(incluso las que aparecen en la obra de Marx).

villanos" (1941)5 ysu primer libro, basado en la investigación que hiciera para su tesisen Oxford, fue The Economic DeveJoprnent of Sorne Leicestershire Estates in cheFourteench and Fifteench Cencuries (1947) &. En el libro, Hilton examina, desde d ámbitoregional, los cambios que tuvieron lugar en las "partes integrantes de la economía agraria-las haciendas señoriales, la propiedad del campesinado, y las clases sociales en el campo- durante la última parte de la Edad Media". Con este estudio, que él reconoce "fuedesarrollado y .escrito bajo inspiración marxista", Hilton intentó explorar algunosaspectos del cambio en la estructura social medieval que dieron lugar al desarrollo delcapitalismo y la revolución del siglo diecisiete).

; R,Hilton, "A Thirteenth..cenrury Poem about Disputed Villein Services". The English HistoricaJ Review. 56(1941),

• R,Hilton. The Economic Deve/opmenrofSome Lelcesrershire Estares in che FourreenthandFifteen/h Cenruries,Oxforo. Oxforo URiversily Press, 1947,

¡ Para la bibliografía de los trabajos de Hilton Ihasta enero de 1982). ver la compilación de Iean Birrell en T.H.Aston. el al. (eds.). Social Re/ationsand Ideas: Essays in HonourofR.H. Hilron, Cambridge, Cambridge University Press,1983, pp.319-22. También en C/ass COCI!licr and /he Crisis ofFeud8/ism: Essays ofR.H. Hillon. Londres. Hambledon,1984,

, j,Berger. Pig Earrh, Londres. Wrile~ and Readers.1979. pp.211·12.

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Rodney Hilton nació en Middleton, cerca de Manchester, en 1916. Fue alumno dela Manchester Grarnmar School yde la Universidad de Oxford. De Hilton se puede decirmás que de ningún otro de los historiadores que estamos discutiendo, que creció enel senode una familia socialista políticamente activa, sus padres fueron militantes del PartidoLaborista Independiente antes ydespués de la primera guerra mundial ~.

un orden social estable yestático, sino como un orden de oposición, lucha e inquietud.Ha dado un análisis del feudalismo no sólo como una sociedad dividida en clases(argumento muy controvertido, como veremos) sino también como una sociedad de luchade clases. De esta forma su trabajo ha sido relevante para el desarrollo de la teoría de ladeterminación de clases. Es más, en los estudios de Hilton sobre el feudalismo y elcampesinado inglés vemos el seguimiento ydesarrollo de la "historia desde abajo" quele llevó aencarar el "persistente mito del campesinado pasivo" J.

En Oxford (1935-9), Hilton estudió historia en Balliol College. El mismo cuentaque seespecializó en historia medieval en la universidad porque sus "tutores medievalistas,especialmente V.H. Galbraith yR.W.Southern,le motivaron más que los modernistas".Fue durante su estancia en la universidad cuando Hilton se hizo miembro del PartidoComunista, en el que permaneció hasta 1956. Tanbién fue miembro activo de diversosgrupos de izquierda yen la actualidad es miembro del Partido Laborista. En cuanto a larelación entre su interés por la historia, especialmente los estudios medievales, y suscompromisos políticos, afmna que "como comunista me interesé en las posibilidades deoposición a la explotación de las clases subordinadas. Yme pareció sensato comenzarcon los campesinos y los artesanos medievales - siempre dentro del contexto generalsocial yeconómico del momento-o Esperaba avanzar hasta los tiempos modernos, perome comprometí excesivamente con la sociedad medieval en su conjunto."

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, R.Hillon, Transition. pJO.l' [bid.11 R. Mousnier. Peasant Uprising in Seventeenlh·Ú:ntury FI'IJJlCe. Russia ami China,New Yorlc. Harper and Row.

1970. p. j.

El resurgimiento de una concepción más amplia del feudalismo en los estudioshistóricos no ha llevado sin embargo aun consenso sobre el orden social del feudalismoeuropeo como forma de sociedad clasista. Un ejemplo representativo de alternativa alestudio del feudalismo desde la perspectiva del análisis de clases dentro de los estudioshistóricos es la presentada por el historiador social francés Roland Mousnier. Defiendeque "la estratificación de clases" se limita a sociedades caracterizadas por la-economíade mercado. Así, de acuerdo con Mousnier, la estratificación de clases ha llegado a serpredominante en Europa yAmerica desde principios del siglo diecinueve. Sin embargohan existido, por ejemplo en Francia, una "sociedad de órdenes, o estados", desde elprincipo del periodo moderno (esto es, hasta finales del siglo dieciocho). Mousnierexplica: "En una estratificación en órdenes, oestados, estos grupos sociales, en principio,son organizados jerárquicamente no de acuerdo con la riqueza yla capacidad de consumode sus miembros ni tampoco de acuerdo con su papel en la producción de bienesmateriales sino de acuerdo con el respeto, honor ydignidad que la sociedad atribuye a lasfunciones sociales que pueden sertotalrnente ajenas ala producción de bienes materiales".Además, afirma, "Existe así un consenso por el que, debido a las circunstancias por lasque antes pasó la sociedad, se puede decidir cuál es la función social más importante, ysituar un grupo social determinado en la cúspide de la jerarquía" 11.

dinero, se transfieren a los primeros ante la presión de una sanción. Esta relación sedenomina "servidumbre", ténnino que provoca dificultades"9. Esta no ha sido la con­cepción de feudalismo comunmente aceptada. Cuando Georges Lefebvre defendió queel término era inapropiado no estaba solamente elucubrando sino indicando un aspectode la historia de los estudios sobre la Edad Media. Esto es, se había convenido en prácticade varias generaciones de medievalistas reservar el término "feudalismo" para los temaspolítico- militares olegales entre el señor ysus vasallos. Además, esta práctica era reflejode otra mucho más significativa que consistía en reducir el marco de referencia de losestudios de la historia medieval (aunque esto en absoluto se limitaba a los estudiosmedievales) a las élites oclase dirigente. La historia no sólo se escribía desde una pers­pectivasuperior sino que también se limitaba aestudiar los estratos superiores. Así, pues,Hilton explica, "cuando lo tomamos en este sentido refinado, el feudalismo tiene pocoque ver con las relaciones entre señores ycampesinos (quienes probablemente constituíanal menos el 90 por ciento de la población acomienzos de la edad media), yestrictamentehablando, duró solamente un par de siglos". Señala que muchos historiadores hanabandonado esta concepción restrictiva del término, debido especialmente al trabajo deMarc Bloch, uno de los fundadores de Annales. Yañade que esta interpretación estrictaejerce una gran influencia, en panicular entre los historiadores inglesesl0.

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71LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

12 R. Hilton, .. The Peasamry as aClass" (Ford Lecrures, 1973) en Hilton, The English Peasantryin dieLaIerMiddJeAges. O~iord. O~iord Univer.;ity Press, 1975. p.lO.

:J [bid. HiltoncilJlde H.H. Gerth and C.W. Milis (eds),FromMax Weber, Ouord,Ouord Univer.;ity Press.1958,pp.181. 186-7.

" Bloch. como se ha dicho. fue uno de los fundadores de la escuela de historia conocida por AnnaJes.Probablemente el mlÍS gran medievalísla de este siglo, Bloch formó pane de la Resistencia Francesa en la segunda guerramundiaL fue hecho prisionero, tOltUl1ido y ejecutado por los alemanes en 1944. Comentarios estirnalOrios de doshistoriadores lIIlIaislJlS que no [iene1l'lamismaopinión sobre otros AnnaliSlJJS posteriores. en "The Political Crisis ofSocialHislOry" de Elizabeth Fo~-Genovese yEugene Genovese, en Joumal ofSocial History, 10 (Winler 1976), pp.225-9.

IJ M.Bloch. French Rural History, Berte\ey. Univer.;ity Di California Press. 1966.

Como el mismo Hilton indica, el trabajo de Marc Bloch ha sido decisivo para laampliación del marco de los estudios del feudalismo medieval 14. Bloch ha intentadoofrecer una "historia total" del feudalismo europeo y aunque él no era marxista (si biense ha dicho que estuvo muy influido por Marx), y nunca propuso explícitamente unanálisis de clases, su investigación demuestra un gran interés por las relaciones entreseñores ycampesinos, i.e.las relaciones señoriales. En French Rural History (1931)15presenta una historia agraria donde se subrayan las actividades del campesinado enrelación con la tierra ylos señores. Después, en Feudal Society (1940), aunque se centramás en la relación señor-vasallos, también presta atención a las relaciones señor­campesinos. De hecho, la propia defmición de feudalismo que presenta en su obra sitúaal campesinado en un lugar destacado: "un campesinado sometido; uso bien extendidodel servicio de arrendamiento (es decir feudo) en lugar de un salario que era impensable;la supremacía de una clase de guerreros especializados; lazos de obediencia yprotección

Sin embargo el estudio de la edad media ha supuesto una progresiva ampliación delanálisis de la estructura social., En este sentido debemos notar. al menos brevemente(junto a las críticas de Hilton), la labor de algunos de los más importantes historiadoresque han abandonado el marco reducido para presentar un análisis del feudalismomedieval más extenso. De esta manera, es más fácil entender que Hilton no sólo ha sidoparte integrante de un esfuerzo "colectivo" para reconducir la historia del feudalismo me­dieval. sino que también ha prestado aportaciones originales a dicho estudio, particu­larmente en relación con la experiencia histórica del campesinado medieval. Dentro deeste contexto examinaré el trabajo de Marc Bloch, M.M. Postan, y Georges Duby,

Hilton defiende que tal teoría no implica análisis sino mera "aceptación por partedel historiador de la propia evaluación que la sociedad hace de sí misma (o más bien laevaluación que hace la intelectualidad dirigente)" 12. Reproduce la idea de que la sociedadfue naturalmente dividida entre los que luchan, los que oran ylos que trabajan, es decir,señores, clérigos ycampesinos. Pero, desde luego, los historiadores no han sido los únicosque han aceptado esta concepción de la estructura social feudal. Porque, como Hiltonseñala, ha sido ''teforzada por la teoría sociológica moderna", esto es la teoría de laestratificación social cuyo origen se encuentra en el trabajo de Max Weber l3.

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que unen alos hombres y, dentro de la clase de los guerreros, toman una forma distintiva,denominada vasallaje; fragmentación de la autoridad - que conducía inevitablemente aldesorden" 16.

M.M. Postan ,0 escribió extensamente sobre historia económica ysocial medieval, .en particular la historia agraria inglesa. Como autor de estudios en Essays on MedievalAgrícultureandGeneralProblems oitheMedieval Economy, porejemplo "The economicFoundations of Medieval Economy" (1950), "The Chronology of Labour services"(1937), Y"The Charters of the Villeins" (1960), y The Medieval Economy and Socíety(de Inglaterra) centró gran parte de su investigación en "la base campesina de la

Bloch estaba sobre todo interesado en el cambio con "la continuidad ydesarrollode la agricultura yla vida rural desde la edad ¡nedia hasta nuestro días" en French RuralHístory, ycon "la formación ydecadencia de una estructura social" en Feudal socíety.De hecho, su definición de historia es "la ciencia del cambio eterno" 17. Sin embargo suobra no ofrece ninguna teoría del cambio histórico y, al fin yal cabo, es "más descriptivaque explicativa" IK. Pero, en su interés por las estructura social feudal en su conjunto, seoculta el conocimiento de la contradicción histórica. Es más, proporciona una hipótesisimportante a la que Hilton se refiere apreciativamente con frecuencia y sobre la quetrabaja, desde la perspectiva marxista, con resultados positivos. Blochescribe: "Para elhistoriador, cuya tarea consiste simplemente en observar yexplicar las conexiones entrelos fenómenos, la revuelta agraria es tan natural para el régimen señorial como lashuelgas, por ejemplo, son para el capitalismo agran escala". En esta línea, aunque Hiltonprobablemente no estaría de acuerdo (como veremos más adelante) con la evaluación queBloch hace de las rebeliones del campesinado, no pudo por menos que admitir la idea deBloch con respecto a la pervivencia e importancia de la acción "política" de la clasecampesina: "Casi inevitablemente condenadas al fracaso y a la posible masacre, lasgrandes insurrecciones fueron en su conjunto demasiado desorganizadas como paraconseguir algún resultado duradero, Las luchas silenciosas ypacientes, obstinadamentemantenidas durante años por las comunidades rurales, serían más positivas que esasdemostraciones de fuerza. Durante laedad media la consolidación del pueblo como grupoysu reconocimiento por el mundo exterior fue una preocupación constante de la vida delos campesinos" 19.

73LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITAJ'IlCOS

Como mencioné en el capitulo 2, La teoría de Postan sobre el desarrollo medievales objeto de crítica en el artículo de Brenner, en Past & Present , sobre la base agrícoladel desarrollo del capitalismo. Brenner considera el enfoque de Postan "neo·maltusiano"(descripción, que Postan rechaza) y, aunque lo valora por representar un avance sobre elmodelo excesivamente simple de la comercialización, sin embargo afirma que esinadecuado para dar cuenta de los distintos patrones de desarrollo regionalmentediferenciados afinales de la Europa medieval yprincipios de la moderna 2~. La crítica deHilton sobre el enfoque de Postan, apesar de reconocer su interés por el campesinado, esque éste se centra demasiado en la "relación del cultivador con su entorno" yno estudiaadecuadamente las "relaciones entre el cultivador yel propietario explotador" 25, Es más,Hilton defiende, en relación con la evaluación que Postan hace de la rebelión de 1381 26.

que su teoría ecológica odemográfica le impide apreciar la significación histórica de laacción "política" del campesin¡¡do. en oposición asu producción yasu reproducción. Porejemplo, Postan afmua que la sublevación campesina de 1381 fue un episodio efímeroen la historia social de la Inglaterra de finales de la edad media yno tuvo consecuenciascon respecto a la aceleración odetención del" movimiento de conmutación de servicioslaborales yla emancipación de los siervos" 27. (La explicación original de Maurice Dobbsobre la conmutación de los servicios laborales se basaba en la demografía de la ofertade trabajo: posición que posteriormente parece haber modificado como resultado de losargumentos presentados por Hilton).

economía" 21. Particularmente importante es la teoría materialista, aunque no marxista,de Postan sobre el "principal móvil" de las sociedad feudal, que es, en consecuencia, unateoría del desarrollo medieval. Postan no es el único que ofrece esta interpretación quees, como dice Hilton, una "interpretación persuasiva oo. fuertemente defendida comodemográfica" yde manera específica "una teoría ecológica de la historia"22. Como Postanafirma, "detrás de las corrientes económicas de la edad media, sobre todo detrás de lacreciente o decreciente colonización de las tierras, es posible detectar los efectosinexorables del aumento odisminución de la población". Hace una comparación entre elmundo medieval y los actuales países subdesarrollados, hasta tal punto que "el númerode personas en la tierra pudo determinar no sólo la actuación de la economía en sutotalidad sino también el bienestar de los individuos" 23.

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" M. Bloch. FeucW Sociery. p.446." [bid.• pp.91 Y446." Georg G. Iggers, New Directions in European Hisroriography, Míddlelown. Cl. Wesleyan University Press.

1975, pp.55·56." M. Bloch, French RunIi Hisrory, p.170." Postan, historiador brilánicode laeconomía .originariode la Europa Oriental. fueprofesorde historiaeconÓlnica

en la Universidad de Cambridge (1968-85 yeditor de Economie Hisrory Review y Cambridge Economie Hisrory ofEurope.

:1 M.M. Postan. Essays on Medieval Agrieulture and General Problems of che Medieval Ecoaomy. Cambridge,Cambridge University Press. 1973: y The Medieyal Economy aad Socieey, Harmondsworth. Penguin. 1975.

" R.HillOn. Transition, p.28." M.M.Postan, The Medieval Economy aad Sociery. p.3l." R.Brenner, "Agrarian Class Structure and Economic Developmem in Pre·lndusoial Europe".Pasr&' Presea~ 70

(Febuary 1976), pp. 30-75. Postan responde. en colabol1lCión, en Pasr &' Presen~ 78 (Febrero 1978). pp.24-37." R.Hillon. TrallSltioa. p.30." R.Hillon. The Decline ofSerfdom in Medieval Eng/and, Londres. MacmiUan. 1969. p.25." M.M.Postan, The Medieyal Economy aad Socieey, pp.l72-3.

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Por supuesto, otras disciplinas de las ciencias sociales se han relacionado con los

Hilton no ha sido el único que ha intentado ampliar la concepción del feudalismoen los estudios históricos de la edad media, ni tampoco ha sido el único medievalista quese ha dedicado alos estudios de ias relaciones señor-campesinos (de hecho hay diversosestudios clásicos sobre diferentes aSpéctos de la historia agraria inglesa medieval) n. Sinembargo como se detallará en la próxima sección de este capít\Jlo, Hilton es el historiadordel feudalimo medieval que ha puesto más interés y ha defendido con más fuerza elreconocimierito de los campesíhos como agentes políticos.

Hilton también muestra su gran admiración por el trabajo de Georges Duby,reconociendo la influencia de Marx en dicho trabajo y anima a los marxistas a queasimismo lo estudien 28. Sin embargo su más importante crítica al trabajo de Duby essimilar asu crítica al trabajo dePostan. Es decir, que no llega aconsiderar adecuadamenteal campesinado como históricamente activo, en el sentido político de la historia. El trabajode Duby implica el análisis de clases, pero no el análisis de la lucha de clases. No es queignore por completo a los campesinos como agentes históricos. Por ejemplo, en suextenso estudio, Rural Economy and Country life in the Medieval West 29, Duby co­mienza su último capítulo, sobre los campesinos en el siglo catorce, con una discusiónacerca de las sublevaciones populares. Sin embargo, como Hilton señala, Duby parecelimitar la sublevación y la resistencia de los campesinos alas crisis particulares de esesiglo, en oposición a lo que Bloch y Hilton defienden, esto es, que tal conflicto erainherente al orden señorial-feudal. Esta impresión se refuerza en el trabajo posterior deDuby, The Early Growth ofthe European Economy}o. En este estudio sobre la formacióny desarrollo del feudalismo desde el siglo siete al doce, presenta la teoría del "móvilprincipal" que se basa en la explotación del campesinado por parte del señor (en el sentidomarxista) y los avances técnicos yel incremento de producción que promovió. Apesarde su atención a las relaciones señor-campesino como relaciones de explotación, Duby"no presta una atención similar, excepto en puntualizaciones esporádicas, alos esfuerzosde los campesinos por conservar para sí mismos el excedente de proqucción para lasubsistencia, dado el equilibrio socio-político de fuerzas" }'.

75LOS HlSTORlADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Hubo excepciones. Por ejemplo, los estudios de Eric Wolf, Peasant Wars of theTwentieth Century Peasant, de Barrington Moore Jr., SociiJ Origins ofDictatorship andDemocracy. Lord and Peasant in the Making ofthe Modem World J6

. Pero estos trabajosaparecieron al fmal de los años sesenta representando así el comienzo de la expansiónde los estudios sobre la clase campesina que tuvo lugar durante los diez años siguientes,incluyendo análisis históricos yde clases yconsiderando alos campesinos como agentes

Los científicos sociales en general han mostrado escaso interés en los estudioshistóricos hasta hace muy poco tiempo. Los estudios antropológicos sobre los camapesinos,por ejemplo, eran frecuentemente desarrollados anivel de comunidad o de pueblo ydeesta manera tendían aconsiderar a los campesinos desligados de las relaciones estruc­turales de poder ypolítico-económicas más amplias en las que se encontraban inmersosy sujetos a ellas. Aislados en el tiempo y en el espacio, era prácticamente imposiblereconocer a los campesinos como agentes políticos. El resultado fue el desarrollo demodelos de cultura campesina y/o tipos psicológicos que presentaban a la clasecampesina como, "por naturaleza" política yeconómicamente conservadora }4. Además,los economistas que trabajaban en los estudios del desarrollo proyectaron con excesivaligereza sus propios modelos del "hombre económico", en gran manera cuestionables(desde el punto de vista histórico yteórico), sobre los campesinos; ylos sociólogos yloscientíficos políticos simplemente ignoraron a la clase campesina u ocasionalmente lamezclaron con otros grupos sociales agrarios como "cultivadores rurales de bajoestatus" }5.

estudios sobre el campesinado· campo que en realidad sólo existe desde finales de losaños sesenta, como lo demuestra la aparición de dos revistas: ¡oumal ofPeasant Studiesen Gran Bretaña, yPeasant Studiesen Estados Unidos. (Hilton forma parte del comité deredacción de la primera). Pero como Hilton señalara al comienzo del desarrollo de estecampo (1973), había aspectos del enfoque que las ciencias sociales hacían de losestudios sobre la clase campesina que inhibían contribuciones potenciales, esto es, entérminos de estudis>s históricos y análisis de clases. De hecho, como el mismo Hiltonparece defender, realmente los científicos sociales tendían aprivar a la experiencia de laclase campesina de su dimensión histórica y/o de clase]J.i

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" Oubyes profesordel Colegio de Fl1lI1cía. Su ttabajo más reciente en inglés es The Three Order.;: Feudal Socierylmagined, Chicago. Univelliity ofChicago Press. 1980. Paracomentarios sobre Hilton, ef. "WarriOlli and Peasants".NewLeñ Review, 83 (Enero.Febrero 1973), p.84.

" G.Duby, Rural ECOfKJmy and Caunar Llfe in che Medieval Wes( Londres. Edward Amold, 1968.)O G. Duby. The EMly Growth olche European Economy, Londres, Weidenfeld and Nicolson, 1974.JI R. HIlton. Transition. p.27. También "WarriOlli and Peasnts" pp.91-4. Para la critica del determinismo

tecnológico en los estudios históricos medievales (no dirigido a Duby), ver RJIilton y P.H. Sawyer, "ThecnichalDeterminism: The Stirrup and the Plough", Pase & Prese11( 24 (1963), pp.9Il-100.

3l En pa¡tKular de historiadores rusos. Una revisión de estos ttabajos puede vellie en "Hislorians and PeasanlS:Studies of Medieval English Sociel)' in aRussian COIIlI:xt" de Peler Gatrell. en Pase& Presene 96 (Agosto 1982) pp.3-21.Tambiénen English VilJagers olche 17Iineench Cencury de George Hornans, Cambridge, Mass., Harvard Univelliity Press.1941.

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JJ Ver R. Hilton, '1'he Peasancry as aClass". pp.4-12." Por ejemplo, ver ~rge M. Foster. "Peasant Society and !he lmage of Limired Good". en Jack M. Potter et al.

(eds), PeasaneSociety. AReader. Nueva Yorlc. Little. Brown and Co. 1967. pp.300-23. También para una crilicareciemede la interpretación del conservadurismo campesino. ver 1. Ber~r, Pig &rrh, pp. 203-9. También. Gerrit Huizer. PeasaneRebellion in Lacia America. Harmondswortb. Penguin Books. 1973.

Jj Porejemplo:The Peasant Unrest: Themesand Varialions",de Henry Landsberger.en H. Landsberger(ed.).RuraJProlese: Peasane Movemenrs and Social Change. Londres. MacMillan, 1973, p.17.

36 E.Wolf. Peasant Wars ol che Twencietlr Century. Nueva YorIc. Harper and Row. 1969" También el estudiomonográfico de Wolf. Peasanrs, Englewood Cliffs. NJ. PrenIice·Hall. 1966. YBarringron Moore Jr., Social Origins olDicraeorship and Democraey: Lord and Peasane in che Making olche Modem World. J30s¡on, Beacon Press, 1966.

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políticos 37. Teniendo en cuentá al menos la historia de este siglo, tales estudios hantardado mucho en llegar.

31 Por ejemplo, de Teodor Shanin, Peasanrs and Peasanc SocielÍes, Hannondsworth. Penguin. 1971; loel Migdal.?easanrs. PoJilÍCs and RevoJution. Princeton, NI. Princeton University Press, 1974: y de Ieffrey M. Paige, AgrarianRevoJution. Nueva Yodc, Free Press. 1975.

" Traducidos al inglés ypublicados juntos como A.V. Chayanoy. The Theory ofPeasantEconomy, Homewood.m., Irwin Publishing, 1966. Sobre ellJ1lbajo de Chayanov. ver Basile Kerblay, "Chayanov and che TheOIY ofPeasancEcooomyas aSpecific Type ofEconomy", en T. Shanin (ed.), Peasanrs and Peasanc Sociecies, pp. 150-60.

" B. Kcrblay, "Chayanov and the Theory of Peasanl Economy". p.l51.'o D.Thomer, "Peasant Economy as a Caregory in Economic Hislory" (1962) en T. Shanin (ed.), Peasanrs and

Pwant Socielies. pp. 203-5." R. Hillon, '1ñe Peasantry as aClass". pp.6-9.

Hay otra aproximadón alos estudios de la clase campesina que debe ser indicadaen este contexto. Es la teoría de la "economía campesina" que surge con eL trabajo deleconomista agrícola ruso, A.V. Chayanov, cuyos estudios The Theory ofNon-CapitalistFarming y Theory ofPeasant Economy38, se basan en la investigación en Rusia antes ydespués de la revolución de L917. Basile Kerblay ha resumido la tesis de Chayanov: "lasmotivaciones de los campesinos son diferentes de las de los capitalistas; desean seguridadpara cubrir las necesidades de su familia, no conseguir beneficios". De importanciacapital en su teoría es "la noción de equilibrio entre las necesidades de subsistencia y laadversión subjetiva por el trabajo manual (dis-utilidad) porque esto detennina laintensidad del cultivo y el volumen del producto neto". A partir de aquí desarrolla suargumento de que "a nivel nacional la economía de la clase campesina debería ser tratadacomo un sistema económico por derecho propio" 39. Daniel Thorner, el economista,utilizó la teoría de Chayanov y sobre ella construyó un modelo histórico. Presenta laeconomía de la clase campesina como una fonnación histórica específica, definida porlas características siguientes: "( 1) aproximadamente la mitad de la población debe seragraria; (2) más de la mitad de la población trabajadora debe estar empleada en laagricultura; (3) debe existir un poder estatal yuna jerarquía de gobierno; (4) existe unadivisión entre ciudad ycampo... un cinco por ciento de la población... debe residir enlas ciudades; y (5) la unidad de producción es la casa familiar campesina" 40.

Según Hilton, existen dos problemas importantes en esta teoría, o modelo. Enprimer lugar, concebida como base para el análisis comparativo e histórico~ impide enrealidad tales estudios ya que "de hecho mezcla todas las sociedades preindustrialesjuntas". De esta manera apenas difiere del enfoque de la modernización que divide lahistoria, bastante simplistamente, entre sociedades tradicionales ymodernas. En segundolugar, la teoría de laeconomía campesina, de nuevo como el enfoque de la modernización,no llega a considerar adecuadamente las relaciones entre los campesinos y las clasesespecíficas que los han explotado y dominado ya las que ellos han mantenido y se hanopuesto históricamente 41.

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Emmanuel Le Roy Ladurie 42

LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

Obviamente los campesinos del siglo dieciséis, como los de cualquierooaépoca,estabanlejos de ser el "saco de patatas" inerte y tosco que Karl Marx les llamó en una desafortunadaocasión.

I! E. Le Roy Ladurie. OlmivaJ in Romans, Hannondsworth,Penguin. 1981, p.62.u K. Mm. Pre-DJpitalistEconomic FOnTIations.. Nueva Yorlc. Intemational Publishers. 1965. lnlnJducción pp. 20

Y 29-30.

Lucba de da<;es, feudaliwo Ycampesinado

Aunque claramente influidos por Marx, los estudios de Hilton son muy diferentesde los que el mismo Marx hiciera sobre el feudalismo y, enespecial, sobre el campesinado.Como señala Eric Hobsbawm, "se admite generalmente que las observaciones de Marxy Engels sobre los periodos pre-capitalistas descansan en estudios mucho menoscompletos que su propia descripción yanálisis del capitalismo. Marx centró sus energíasen el esrudio del capitalismo y trató el resto de la historia con desigual precisión,insistiendo principalmente en los orígenes y desarrollo del capitalismo". Es más,Hobsbawm señala que la clase social medieval en la que Marx estaba particularmenteinteresado era (el desarrollo de) la burguesía, no el campesinado 43. En cuanto a esteúltimo, en la mayoría de sus obras muestra poca estima por los campesinos como clasesocial. De hecho. están esas líneas frecuentemente citadas, en The Eighteenth Brumaireaf Lauis Banaparte, que suscitan la duda de si los campesinos deben o no deben serconsiderados como clase. Escribe en relación con los campesinos franceses: "Lospequeños propietarios del campo fonnan una masa inmensa, cuyos miembros viven enla misma situación pero no entran en relaciones múltiples entre ellos. Su modo defuncionamiento les aisla en vez de agruparlos.". Ycontinúa varias líneas después: "Entanto en cuanto millones de familias viven bajo unas condiciones ecónomicas deexistencia que separan sus modos de vida, sus intereses ysu formación cultural de la deotras clases, ellos fonnan una clase. En tanto en cuanto estos pequeños propietarios delcampo están solamente conectados por una base local, yla identidad de sus intereses no

Este breve repaso muestra no sólo la larga ausencia del análisis de clases en losestudios sobre el feudalismo yel campesinado, sino también la tendencia a presentar alcampesinado de manera unidimensional, como agricultores, en aquellos casos en los quese hace un análisis de clases, o al menos un análisis socioeconómico. Hilton no rechazaestos esfuerzos pero los encuentra inadecuados. En su propio trabajo contempla ypresenta un análisis de la lucha de clases de la historia medieval, de igual manera quehacen los otros historiadores marxistas británicos sobre sus respectivos periodos. En estesentido ha desarrollado una teoría de la "fuerza motriz" (es decir, del cambio social) enel feudalimo ydel papel del campesinado feudal ysu contribución histórica.

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78 HARVEY J.KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 79

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logra producir un sentimiento de comunidad, lazos nacionales u organización políticaellos no forman una clase" H. Hilton observa con razón que estas afirmaciones debenleerse teniendo en cuenta la intención de Marx, esto es, históricamente específicas parala Francia de mediados del siglo diecinueve. Sin embargo, si Marx no estaba siempre encontra del campesinado, como algunos defienden 45, lo mejor que se puede decir, quizá,es que se enfrentaba al tema de manera ambivalente 46.

Debemos añadir, sin embargo, que Engels estuvo más interesado que Marx en lassociedades pre-capitalistas, particularmente en el feudalismo yel campesinado. Esto sepone de manifiesto en su estudio, Iñe Peasant War in Gemmany 41, Contemporáneo dela primera investigación de Hilton es el trabajo del historiador soviético, EA Kosminsky.Como responsble que es de la edición inglesa de Studies in the Agradan History ofEngland in the Iñirteenth Century de Kosminsky, Hilton señala la importancia de sutrabajo, cuya influencia se puede apreciar en el propio trabajo de Hilton ,S.

Como Marx, Hilton ha estado interesado en la relación histórica entre feudalismoycapitalismo; frente aMarx, sin embargo, Hilton ha estado especialmente interesado enel campesinado medieval. En este sentido, recomienda el estudio histórico comparativodel campesinado yda una definición a tal fin:

(1) Poseen. aunque no sea en propiedad, los medios para la producción agraria por la quesubsisten. (2) Trabajan su propiedad esencialmente como una unidad famIliar. básicamentecon mano de obra familar. (3) Generalmente constituyen unidades mayores que la familia, estoes pueblos o aldeas, con grandes o pequeños elementos de propiedad común y derechoscolectivos en consonancIa con el carácter de de economía. (4) Los trabajadores subordinados,como los obreros agrícolas, artesanos. obreros de la contrucción salen de sus propias tilas i portanto son parte del campesinado. (5) Sustentan clases e instituciones superpuestas como la delos telTlllenientes.la iglesia. los estados. las ciudades por el hecho de producir más de lo que esnecesario para su propia subsistencia y reproducción económica '9.

Como señala en su crítica a Postan yThomer yen su definición del campesinadocomo clase, Hilton insiste en la importancia de estudiar el campesinado medieval enrelación con los señores de la tierra, No es que las actividades específicamente agrícolasola unidad familiar son menos importantes, "pero si vamos aanalizar, no una "economíacampesina" autosuficiente (que posiblemente jamás ha existido) sino una economía

" K. Marx. Surveys From Exile: Political Writings Vol. IL Londres, New Len Books, 1974, pp. 238·9.¡; Por ejemplo. David Miirany. Marx Agasirl5l rhe Peasan~ Londres. Weidenfeld and Nicolson. 1951." Cf. Michael Duggett. -Marx on PeasanlS", en JoumaJ ofPeasant Studies, 2(Enero 1975), pp. 159-82." F. Engels. Tñe Peasant War in Gennany, Nueva Yort. International Publisllers. 1966." EA. Kosminsky. Studies in rhe Agrarian History ofEngland in rhe Thirreenth Cenrwy, edilado por R. Hilton.

Odord, Basil Blackwell. 1956. También. cf. P. Galrell. "Hislorians and PeasanIS"." R. Hilloo.·'The Peasanoy as a Class", p. 13. También. d. su "Medieval Peasants: Any Lessons?" en Joumal of

PellSant Studies. 1(Enero 1974), pp. 207·19.

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feudalde laedad media, debemos tener en cuenta otros elementos de la estructura social".Así, es esencial analizar el señorío porque "es en el señorío donde las dos clasesprincipales de la sociedad feudal se enfrentan por la transferencia del excedente deproducción" 50. Los propios estudios de Hilton, desde Iñe Economic Development ofSome Leicestershire Estates, pasando por su estudio de postguerra "Social Structure ofRural Warwickshire in the Middle Ages" (1950) 51, hasta sus últimos libros, AMedievalSociety: Iñe WestMidlands ath the End ofthe 1ñirteenth CentUJy( (966) 52 YThe DeclineofSerfdom in Medieval England(1969), examinan consistentemente el campesinado enrelación con los señores, Para Hilton los señores no son responsables de todo, en contrade lo que la obra de Duby parece indicar: "Estos señores, con sus ayudantes armados ysus amplias jurisdicciones privadas o públicas, en absoluto tenían el control completo,ni siquiera de la servil clase campesina. En particular su poder militar y político noencontraba correspondencia en la fuerza para dominar la economía agraria" 53. Más bien,ocurría que la "más llamativa de las contradicciones" del feudalismo estaba presente enla relación señor-campesino. Es decir, como Hilton defiende, la fuerza motriz delfeudalismo estaba representado por los esfuerzos de los señores por aumentar al máximolos ingresos de la renta feudal, esto es, el excedente de producción, para el mantenimientoy. si era posible, la ampliación del poder de su clase 54.

Como Hilton reconoce. esto todavía es inadecuado. El mantenimiento del poder dela clase no estaba en la competición yel conflicto dentro de la clase misma, estaba en lanecesidad de mantener el poder de la clase sobre los campesinos en particular. Pero loscampesinos, la auténtica fuente de la renta feudal, no siempre aceptaban de forma pasivalas demandas de los señores. La "fuerza motriz", no era por tanto las demandas de lasrentas por parte los señores sino la lucha entre señores ycampesinos por esa renta. Noes sólo el caso, mantiene, de finales de la edad media, periodo sobre el que centra su propiotrabajo. Era igualmente cierto en otros periodos: "El conflicto entre señor ycampesinomás que la simple explotación del campesino por el señor fue el "móvil" de la tempranasociedad medieval" 55.

Aunque una gran parte de la obra de Hilton puede ser descrita como estudiospolítico-económicos del feudalismo medieval. en absoluto reduce la lucha entre señoresycampesinos a temas meramente económicos, como veremos. Podemos detenernos enlas observaciones finales de su ensayo, "Capitalism: What's in aname?" que apareció en

;'J R. Hillon, "A Crisis ofFeudalism·'. Past & Present 80 (Agoslo 1978, p. 7.;, R. Hilton. "Social StnlclUre of Rural Warwicksllire in lhe Middle Ages". Occasional Paper of lile DugdaJe

Society, n' 8(1950), reimpreso en Tñe English Peasanrry in rhe Later Middle Ages. pp. 113-38.5' R. Hilton. AMedieval Sociery: The West MidJands at rhe End ofrhe Thineenth Cenrury, Cambridge. Cambridge

University Press. 1983. Originalmente e 1966.B R. Hilon. "A Crisis of Feudalism", p. 9.q R. Hilton, Tr.lIlS1tion. p.114." R. Hilton. ''Warriors and PeasanlS", p.93.

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el número inaugural de Past & Present. Hablando en particular del estudio histórico dela transición, declara que:

El análisis de la lucha de clases ysu aproximación a la historia de abajo arriba hallevado aHilton necesariamente auna confrontanción con el "mito del campesinado pa­sivo". Gran parte de su trabajo está dedicado al estudio de los movimientos campesinos

81LOS ffiSTORlADORES MARXISTAS BRITANICOS

medievales desde el punto de vista de las luchas de clase, desde su primer artículo, "AThirteenth Century Poemon Disputed Villein Services", yel clásico "Peasant Movementsin England before 1381" (1949) 59 (así como el trabajo ya citado sobre el levantamientode 1381), hasta su trabajo más importante, Bond Men Made Free: Medieval PeasantMovements and the English Risingof1381 (1973) 60. El trabajo de Hilton no sólo es sig­nificativo porque indica la extensión geográfica e histórica del desarrollo de los movi­mientos campesinos medievales: "Movimientos campesinos de todo tipo tuvieron lugardurante el periodO de formación de la sociedad feudal, durante el periodo de comercioyurbanización de los siglos doce ytrece, durante el periodo de máxima presión de la po­blación poco antes de 1350, así como en los años críticos de fmales de la edad media".Tampoco es quese limite aidentificar persuasivamente los movimientos campesinos conla estructura social feudal- como sugiere Bloch -en oposición aaceptarlos como meroresultado de diversas crisis: "Se desprende de estos hechos que mientras las dificultadespolíticas yeconómicas locales pudieron ser causas propicias de las movilizaciones cam­pesinas, el factor básico debe ser encontrado en la naturaleza de las relaciones entre lasprincipales clases implicadas, campesinos yseñores". Lo que es significativo,más bien,en el trabajo de Hilton es que demuestra que los movimientos campesinos, en cuantofucha de clases, tuvieron consecuencias para el desarrollo yel cambio social medievaly, en sus objetivos, fueron decisivos en términos históricamente epecíficos de laedad me­dia ysignificativos como aportaciones a periodos históricos y luchas generacionalesposteriores.

Hilton escribe que los fines de los movimientos campesinos "pueden ser resumidoscasi por completo en la petición de tierra, de libertad, yla reducción oabolición de rentasyservicios". Señala que estas demandas no se limitan al campesinado medieval, aunquesus rasgos fueron históricamente específicos de la Europa medieval. Por ejemplo, con lademanda de tierra no se buscaba la ruptura yredistribución de las haciendas. sino que másbien se procuraba el acceso yel control de los campesinos a los pastos, bosques yaguasen contra del "afianzamiento de los derechos señoriales por parte de los terratenientes...sobre los derechos de propiedad". Es más. Hilton explica, en el contexto medieval, quelas demandas de (1) la reducción oabolición de las rentas yservicios y(2) la libertad, noeran temas económicos ypolíticos respectivamente, sino que frecuentemente se mez­claban 61. Defender que los movimientos campesinos (es decir, "la acción común para laconsecución de los tines que son específicos de los campesinos como clase") tuvieronconsecuencias en el desarrollo yel cambio social medieval no es, desde luego, defender

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PueslO que los hombres hacen su propia historia, el historiador debe saber qué papel hadesempeñado laconciencia social ypolítica de las diversas clasesalahora de aceleraroretardarel ritmo del desarroUo capitalista. Puesto que esa conciencia noes en absoluto un reflejo directode la actividad económica de esas clases. el historiador tiene que preocuparse del derecho, lapolítica y la religión. Ni el feudalismo ni el capitalismo se entienden simplemente como fasesde la historia económica. La sociedad y su actividad han de ser examinadas en su totalidad ;6.

Al noestar limitados auna elaboración de las relaciones de explotación, los estudiosde Hilton sobre el feudalismo medieval sobrepasan el análisis de clases yllegan al análisisde la lucha de clases. Es más, el propio Hilton es uno de los primeros del grupo enpresentar la perspectiva de la "historiade abajo arriba" en sus estudios. En la introduccióna su libro, The Eng1ish Rising ofthe 1381, Hilton ysu co-autor, H.Fagan, recriminan alos autores de estudios previos sobre la revuelta por haber cedido a la influencia,consciente oinconscientemente, de las fuentes literarias yoficiales del periodo. Declaranque. en contraste con dichos estudios, ellos tratan de "compensar el equilibrio por mediode la reconstrucción de los móviles ypropósitos inadecuadamente registrados, no de losopresores, sino de los oprimidos". Añaden que sus esfuerzos están motivados porpreocupaciones tanto contemporáneas como históricas. Esto es, que ellos escribieron ellibro no solamente para corregir y reconsiderar la historia de la revuelta, sino tambien"para presentar al pueblo británico una parte de su propia tradición sobre la lucha por laslibertades populares" 57. Más tarde en AMedieval Society, un libro pensado para eruditos(en oposición a una audiencia más popular), Hilton vuelve a insitir en la necesidad decontemplar la historia de abajo arriba. Escribe que cuando se ve desde la pen;pectiva del"pueblo, el distrito yel condado", una.gran parte de lo que ha preocupado tradicionalmentea los historiadores medievalistas fue en realidad mucho menos significativo de lo queparecía ser desde los ;'escritos de los cronistas nacionales, olos archivos de los gobiernoscentrales". De esta forma, añade'; mirando desde abajo hacia arriba podemos obtenerunaimagen más exacta del total de la sociedad ydel estado, que si observáramos la sociedacjdesde arriba"58.

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;, R. Hilton. "Capitalism: What's in a Name·~. Past & Present. I (Febrero 1952), reimpreso en Tmnsicion. p.[57.R. Hilton yH. Fagan, The English Rising of 1381. Londres, Lawrence and Wishart. 1950. pp.9- \0.

17 R. Hilton, "Peasanl MovemenlS in England Before- 1381". Economic Hiscory Review (\949), reimpreso enE.M. Carus-Wilson (ed.), Essays in Economic HIstJXy, Londres, Edward Amold.I962, pp. 73-90.

;, R. Hillon, A Medieval Society, p. 4

jO R. Hilton, "Peasant Movements in England Before 1381", Economic HistOl)' Review (1949), rl:impreso enE.M. Carus-Wi\son led.), Essays in Econool/c History. Londres, Edward Arnold. 1962, pp. 73·90.

" R. Hilton,&mdMen MadeFree: Medieval PeasantMovemearsandtheEnglishRisingof/38/, Londres, MauriceTemple Smith. 1973; reimpresión, Londres, Methuen. 1917.

" R. Hilton, -PeasantSociety, PeasanlMovements. andFeudalism in Medieval EIIrojle", en H. Landsberger(ed.),Rural Protest: Peasanr Movemenrs ami Social Change, pp. 75, Y76-71.

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" R. Hillon. Bond Men Made Free, pp. 61. 14-17. Y96.6; cr. e.g. R. Hillon. 'The VilIage Community". Cap. 6de AMedieval Society. pp. 149·66: también. su '"The Social

StruelUre of!he ViUage". "Peasanrs' Economy" y "Conllicl and Collaboralion". Capículos 2-4 de 1ñe English Peasanuyin che Larer MJddJe Agcs. pp. lO-75.

... R. Hilton. Bond Men MIlJie Free, pp. 32·5.

que tuvieran "éxito". Pero tampoco debería entenderse lo contrario - como ha ocurridocon frecuencia - que, porque no ruvieron éxito no ruvieran, por consiguiente, ningúnefecto. Es más, defender que los movimientos campesinos medievales ruvieron conse­cuencias no implica que tOdos fueran de igual dimensión (en espacio o tiempo), in­tensidadeimportancia. Variaron históricamente en relación (dialéctica) con la cambiantesociedad feudal.

Hilton divide la historia de la Europa medieval en tres grandes fases: (1) del siglosexto al décimo - la feudalización de la Europa occidental; (2) del siglo once aprincipiosdel catorce -periodo de crecimiento yexpansión; y(3) del siglo catorce al quince, periodode crisis yde recuperación, ycomienzo de un nuevo periodo de desarrollo europeo. Peroestas fases pueden reducirse más o menos a dos: medieval temprana y medieval tardía.De esta forma, encuentra que "la mayoría" de los movimientos campesinos de la tem­prana edad media, fueron ;'geográficamente IDcalizados ylimitados en su alcance". Conesto quiere decir que fueron movimientos de pueblos aislados tratando de modificar elequilibrio de las relaciones con los señores particulares alos que estaban sujetos. Sin em­bargo, no buscaban la reestrucruración oabolición de esa relaciones. Alo que más se po­día aspirar con estos movimientos era aasegurar una forma de autonomía yautogobiernoque las comunas urbanas tenían. Esto no era un logro pequeño en sí mismo. En los lugaresen que ocurrió fue casi siempre bajo la dirección de los vecinos más ricos 62

83LOS H1STORIAOORfS MARXISTAS BRITANICOS

" !bid., p. 96." R. Hihon. ",\ Crisis ofFeudalism", p. 14.

Hilton defiende - frente al modelo demográfico de Postan, por ejemplo - que losúltimos movimientos campesinos medievales fueron importantes fenómenos de lucha declases, a partir de la constante resistencia local a los levantamientos. Ofrece unaexplicación alternativa a la "crisis del feudalismo" en términos de lucha de clases de labaja edad media, señalando que la crisis no fue ni de subsistencia ni causada por el "efectotijera de la creciente carestía de los precios industriales frente al progresivo abaratamientode los agrícolas". La crisis del orden social feudal había comenzado con anterioridad a"la aparición de la peste bubónica, incluso antes de las grandes hambres de la segundamitad del siglo catorce". Estos sucesos, o procesos, fueron significativos para eldesarrollo de la crisis. Sin embargo, Hilton insiste en que en el fondo la crisis del ordensocial fue una crisis de las "relaciones entre las dos clases principales de la sociedadfeudal, que ya había comenzado antes del descenso demográfico ycontinuó, incluso conforma alterada, durante ydespués de éste" 66. Es decir, los movimientos campesinos dela baja edad media - como lucha de clases - fueron en realidad los determinantes de la"crisis del feudalismo".

Repasando los movimientos campesinos de la baja edad media, Hilton señala quelas movilizaciones de masas que ruvieron mayor alcance fueron, en realidad, alentadaspor los señores feudales olos mismos gobiernos. Una gran parte de los movimientos me­dievales más significativos surgieron como respuestas de la clase campesina a lasacciones de gobernantes feudales que habían "alterado las relaciones tradicionales ofrus­trado justas esperanzas en detrimento de la clase campesina en su conjunto, ricos y

No sólo hubo cambios en el ámbito de los movimientos campesinos en la baja edadmedia. sino también cambios en el campo de las ideas yde la mentalidad social. Talescambios con frecuencia eran el resultado del compromiso de la clase campesina con otrasmovilizaciones de masas. no específicamente campesinas. La fuerza ideológicaconductorade esas otras movilizaciones de masas, fue. por supuesto. la religión. Este fue el caso, porejemplo, de la "cruzadas populares" para la liberación de Jerusalén.

Mientras que los primeros movimientos campesinos pueden considerarse locales ocomo una serie continua de actividades guerrilleras, los movimientos campesinos de labaja edad media ruvieron dimensiones de levantamientos o sublevaciones: "Regionesenteras que incluían numerosos pueblos participaron yproclamaron sus propósitos -oalmenos estaban implícitos en las actividades campesinas, que subvertieron las relacionespolíticas ysociales existentes". Los cambios se atribuyen auna serie de desarrollos en lasociedad medieval, por ejemplo el crecimiento del aparato y la jurisdicción del estado yla expansión del comercio y las comunicaciones 65.

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Obviamente, un elemento importante en los movimientos campesinos medievales(aunque no en todos) era la cohesión pueblo-comunidad. Ya he resaltado la insistenciade Hilton sobre el énfasis en la relación señor-campesino, pero también presta granatención a la estrucrura de las relaciones campesinas entre el pueblo rural y las propiasde la clase campesina 63. Porque, como él mismo señala, fue el entramado de refacionesen la comunidad rural lo que medió entre el señor y la unidad familiar campesina. Lasrelaciones pueblo/comunidad no fueron sólo una parte esencial del problema cotidianode la supervivencia material sino también una variable importante en la confrontación·desde la resistencia ala rebelión -de los campesinos con los señores. Debe añadirse, comoel mismo Hilton indica, que aunque la comunidad campesina medieval no se caracterizabapor la igualdad, el grado de desigualdad entre los campesinos de un pueblo o lugarparticularestaba"estrictamente delimitado". Durante la mayor parte del periodo medieval"pequeños propietarios ycampesinos ricos eran, apesar de las diferencias en sus ingresos,parte de un mismo grupo social, con un estilo de vida similar, ydiferían entre ellos en laabundancia más que en la calidad de sus posesiones" 601.

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pobres".Deestamanera los movimientos aparecen como "conservadores"; los campesinosno podían "aceptar el abandono de los papeles que tradicionalmente correspondían alosdistintos órdenes de la sociedad - cuya estructura básica ni siquiera cuestionaban" 67.

En AMedieval Society Hilton propone un ejemplo de una visión del mundo más"compleja" por parte de loscampesinos, conformada no sólopor la "ideologíadominante"sino también por la "memoria" campesina. Admite que en el siglo trece los campesinosde las West Midlands, en Inglaterra, posiblemente aceptaran la estructura social señorial,"las instituciones del señorío ylas propiedades de grandes haciendas", como si hubieranexistido desde el mismo comienzo de los tiempos. "Pero", añade, en este marco aristo­crático, las antiguas comunidades de campesinos todavía cuestionaban la legalidad deldominio absoluto del señor sobre los pastos comunes, todavía cuestionaban si los hom-

Esto nos lleva al tema de la "tesis de la ideología dominante" (que aparecerá en misestudios sobre los otros historiadores yserá reconsiderada en el capítulo siete). Esto es,¿determinó la ideología de la clase dirigente la visión que del mundo tenía elcampesinado, como algunos han defendiddo, o, por el contrario, tenían los campesinosuna cultura autónoma, independiente? 68 Hilton, contrario ala idea ampliamente difundida,defiende que la cultura del campesinado medieval no estaba más disociada de la culturade la clase dirigente en la Europa medieval de lo que pueda estar la cultura de la clasetrabajadora moderna en la sociedad capitalista de la cultura de las clases media y alta.Había, desde luego, una separación cultural entre señores ycampesinos en la edad media.Sin embargo, no era específica de la división entre los campesinos yel resto, sino algoque "eraespecífico ala división de las clases dentro de la sociedad"69. Hilton dice ademásque "en general, por lo que se puede comprobar, las ideas rectoras de los campesinosmedievales parecen haber sido las ideas de los dirigentes de la sociedad tal ycomo leseran transmitidas por medio de los innumerables sermones sobre los deberes y lospecados característicos de los diversos órdenes sociales". Pero esto no se debe llevardemasiado lejos. El "conservadurismo" campesino no debe ser teorizado considerandoque los campesinos aceptaban el orden social tal como los señores lo establecían,tampoco puede decirse que la ideología dominante determinara por completo la visiónque del mundo tenían los campesinos. Porque, como Hilton añade, apuntando laposibilidad de una visión del mundo mas compleja y contradictoria que la afirmaciónanterior podría sugerir: " Se desconoce hasta qué punto esas ideas se mezclaron con lasderivadas del conjunto de creencias yprácticas arcaicas integradas en la religión de lascomunidades rurales yes quizá imposible de saber" 70.

85LOS HlSTORIAOORES MARXISTAS BRITANlCOS

La lucha de clases, la cuitura, la ideología y la conciencia: ¿desarrollaron loscampesinos medievales una conciencia de clase? ¿Fueron, en las contiendas con losseñores. más allá de las luchas por contenidos específicos del orden medieval yde lasrelaciones feudales -que no fueron insignificantes -hasta enfrentarse ala sociedad feudalen su totalidad, quizá articulando la visión de un orden social alternativo? Hilton defiendeque algunos principios de conciencia de clase se plantearon, aunque brevemente. Losmovimientos campesinos continentales de la baja edad media, la Jacquerieen 1358, elmovimiento de Tuchin en Francia desde 1360 hasta finales de siglo. yen el siglo quincelas guerras de las remensas en Cataluña (en su repaso no incluye la guerra campesinaalemana) evidenciaron la aparición. en algunos de los que tomaron parte en ellas, de unaconciencia de clase. Sin embargo era una "conciencia de clase negativa ya que ladefinición de clase era la contemplada por los enemigos más que por ellos mismos". Conconciencia de clase negativa Hilton hace referencia a un "amargo odio de la noblezaterrateniente. a veces incluso de todos los ricos y acaudalados".

Más significativamente, en el levantamiento inglés de 1381 (frecuentemente deno­minado la sublevación de los campesinos) surgió una "clase de conciencia positiva",un reconocimiento de los "intereses mutuos de. los campesinos yotros productores bá­sicos" y haSta cierto punto, "la formulación de un programa de acción política a largoplazo" 7<. La sublevación de 1381 "se inició desde el interior de la sociedad campesina...(pero) su composición social fue mucho más amplia." Quizá comenzara como una rebe­lión de los campesinos pero pronto se sumaron otros - mecánicos ymercaderes de ciu­dades pequeñas ylos artesanos rurales tradicionales (herreros, remendones, carpinteros) 75.Por tanto no sólo se limitó aparticipantes del campo sino que incluyó también ahabitantesde las ciudades. De hecho, para expresarlo con categorías sociales del periodo medieval:

bres, excepto los esclavos, podrían serconsiderados como no libres, todavíacuestíonabansi los señores tenían derecho a elevar o modificar las rentas y los servicios consue­tudinarios"71. En una explicación posterior del conservadurismo campesino medieval, y

. a la vez que nos lleva hacia una interpretación de la cultura medieval basada en la dife­rencia de clases, Hilton observa que "los campesinos, más aún que los señores, tendíanaadherirse a la costumbre incluso cuando, sin saberlo, trataban constantemente de mo­delar la costumbre para que pudiera satisfacer sus propios intereses" 12. Es más, había cir­cunstandas en las que la aceptación real por parte del campesinado de sus propios papelestradicionales dentro del orden social feudal pudo generar una "conciencia que fueraantagónica a otras clases sociales" 73.

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" R. Hitlon. Bond Mea Made Free. pp. 96-109. Y118-19." Ce. Nicholas Abercrombie. Slephen Hill and Bryan S. Tumer. 7ñe Dommant ldeoJogy Thesis. Londres, George

Allen & Unwin. 1980, cap. 3sobre el Feudalismo, pp. 59-94." R. Hitlon. "medieval Peasants: Any Lessons?" p. 211.., R. Hillon. "lile Peasantry as a Oass". p.16.

., R. Hillon. A Medieval Society, p. 154.

., R. Hillon. Bond Mea Malle Free. p. 114.n R. Hilton. uThe Peasantry as aClass", p. 14. el énfasis es mío." R. Hillon. Bond Nea Made Free; pp; 1304, Y220." R. Hillon, ·'Wat Tyler, John BaII iIIId!he English Rising". New Society. 30 Abril 1981, p.l71.

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"fue una revuelta popular de base amplia del tercer estado (aunque excluyendo loscapitalistas de Londres) contra los otros dos componentes de la tripanita sociedad de laedad media, no un movirriiento de todos los grupos sociales en contra de una pequeñacamarilla de gobernantes". Claramente la clase productora también conocía a susenemigos. Como Hilton observa, no hay evidencia "ni siquiera de un conato de alianzaentre los rebeldes ycualquier otro grupo que tuviera algun papel que desarrollar en eljuego político establecido" 76. La principal demanda presentada por los rebeldes en MileEnd ySmithfield en junio de 1381 era la abolición de la servidumbre. Hubo también unapetición de suprimir las obligaciones de los campesinos para con los terratenientes, tantomonetarias como personales. Pero el movimiento también parece que poseía unprograma de acción política a largo plazo incluyendo un plan de sociedad alternativa yel método para conseguirla. Hilton afmna que los campesinos ysus aliados pensaron enun monarquía popular, unestado donde no hubiera jerarquíasoclases sociales interpuestasentre el pueblo yel rey. En otras palabras, no habría clase feudal dirigente propietaria detierras ycontrolando la ley yla administración. De hecho, Hilton señala. algunos rebeldespensaron en el establecimiento de monarquías regionales odel condado más que en unaúnica monarquía con un rey alejado del pueblo. En cierta medida, la elaboración de lasleyes y la administración de justicia deberían estar atendidas por el pueblo. La iglesiadebería reorganizarse de manera similar: "habría una iglesia popular cuya unidad seríala parroquia. igualmente sin intermediarios entre los fieles yel obispo oarzobispo quien,como cabeza de la iglesia. era el equivalente eclesiástico al rey del pueblo". De estamanera los rebeldes buscaban la libertad yla igualdad(al menos anivel político). Aunquese conservaran algunas cosas comunes, parece que imaginaron "un régimen de propiedadde unidades campesinas ytalleres de anesanos, y las grandes haciendas de I,! iglesia y laaristocracia divididas entre los cam~sinos" 77.

aunque totalmente imposible de ser realizado dadas las fuerzas históricas que fucionabanen la baja edad media, puso en tela de juicio todas las ideas de la clase gobernante" 80.

Antes de terminar este capítulo, debo mencionar otro área de la historia medievalen la que Hilton ha estado trabajando los últimos años, la historia urbana. Ha publicadodiversos trabajos en los que considera (1) si la separación entre la ciudad yel campo enel periodo medieval representaba una contradicción importante del feudalismo y(2) hastaqué punto los conflictos sociales urbanos erancont1ictos de clase y, además, amenazadorespara el orden social feudal!].

87LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRlTANlCOS

El levantamiento no logró establecer la monarquía popular e igualitaria, pero tuvoconsecuencias. Aunque no consiguió acabar con el señorialismo, parece haber sidoreponsable de provocar el fin a la reacción feudal que siguió a la peste negra. Es más,contribuyó junto con las luchas que le sucedieron al declive del régimen señorial feudalen Inglaterra y, por lo tanto contribuyó al desarrollo del capitalismo agrario. Y"del cual,a su vez, surgió el capitalismo industrial" 82.

Además de la "tradición cristiana radical", los campesinos yanesanos rebeldes de1381 estuvieron también influidos por el pensamiento legal. Esto puede parecersorprendente, pero los campesinos contrataban abogados para presentar sus demandasy defender sus casos en los tribunales. Los argumentos que los abogados presentabanregularmente insistían en que "la libertad era la condición natural del hombre". Así,Hilton sugiere que puesto que los campesinos tenían un claro sentido de lo que el estatusde libertad significaba en la práctica, su deseo de libertad debió verse reforzado por losargumentos que escuchaban a sus abogados 81.

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Esto es importante, porque los historiadores entre otros, con demasiada frecuencia.han considerad91as aspiraciones de este movirnientq.como "inducidas por los sermones.y fantasías alucinantes". Por ejemplo, Norman Cohn describe las relacionadas con ellevantamiento de 1381 como "prophetae fanáticos, unidos a masas desorientadas ydesesperadas al margen mismo de la sociedad" 78. HiIton rechaza tal interpretación. Losprophetae • John BalI Y sus compañeros religiosos (clérigos pobres, capellanes ysacristanes)-, eran,como Hilton afmna, los "equivalentes medievales de la intelectualidadradical"79. Es más, defiende que: "Es notable la forma en que la visión que tenían de unasociedad de hombres y mujeres libres e iguales se fundió con la vieja reivindicacióncampesina de libertad de estatus yde propiedad, en su formulación de un programa que,

., R. Hillon. Bond Men Made Free, p.l21." !bid.. p. 229." ~. Cohn, The Prmuic 01' cheMilJennium: Revoluciooary Messianism in Medieval ami RefoTTT/8cioo Europe adn

lIS Beating On Modem Tocalitarian Movemencs. Nueva Yor1l:, Harper and Pow. 1961 ed. rev.. p.217.., R, Hilron. "Wat Tyler. John Ball and lhe English Rising". p.l73.

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Básicamente (como mencioné en el capítulo 2), Hilton defiende que, mientras lasdiferencias entre la ciudad yel campo fueron significativas ytuvieron consecuencias parala vida del medievo. las ciudades fueron sin embargo una "pane integral de la sociedadfeudal", no "islas no-feudales en el interior de un mar feudal". Así, aunque reconoce laimportancia de las disputas y peleas entre la élites ciudadanas y los señores. siguemanteniendo que "la dinámica... de la sociedad feudal no debe buscarse en elantagonismo ciudad-campo o burgués-señor feudal; debe buscarse antes que nada en elantagonismo entre señores y campesinos en el acto de apropiación de la pane libre o

" R, Hilton, "The English Rising of 1381". en Marxism Todar, (lunio 1981 l. p. 19." R. Hilton, "The Rebellion of 1381", en David Rubinstein (ed.l,PeopleforthePeople, Londres, Ithaca Press. j 973.

pp. 22·3." R. Hillon, "Wal Tyler, John Ball. and the English Rising", p. 173,il Los escrilOS sobre la hislOria urbana publicados hasta ahora incluyen R. Hilron. ''Towns in English Feudal

Sociel}''', Review. 3(Verano 1979l, pp. 3-20; ·Popular MoYClllenIS in England al the End of the Fowteenth Century", en[[ cumulto dei ciompi, florencIa, ¡981, pp. 223-40; Y''T0WlIS in societies • medieval England". en Urban Hisrory ufYearbook. Leicesler, Leicester Univmicy Press. 1982. pp. 7·13.

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~ contribuciones campesinas ala hNoria

" R. Hilton, ''Towns in English Feudal Society". pp. 18-19." R. Hitlon. "Popular MovernenlS in England". pp. 235 Y239. También d. su recieme ensayo, "Lords, Burgesses

and Huckste~". en Pasl & Presen~ 97 (Noviembre 1982), pp. 3-15." "An intelview with Eric Hobsbawm", RaiJical Hislory Review, 19 (Invierno 1978-9), pp. 127-8." Elizabeth Fox-Genovese and Eugene Genovese, uThe Polítical Crisis of Social Hislory". p. 219.

Rodney Hilton no ha sido el único que ha intentado ampliar el marco de análisis delos estudios históricos medievales. Pero como Eric Hobsbawm escribe. en relación conel desarrollo yel crecimiento reciente del análisis e interpretación del feudalismo y elcampesinado, "Rodney Hilton ha estado librando una batalla en solitario durante muchotiempo" 86.

89LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

.. R. Hilton. Transicion. p. 27.lO R. Hillon, ''The Peasantry as aClass", p. 13.90 R. Hillon, ''The Origins of Rabio Hood". Pasr & Presen~ 14 (Noviembre 1958); reimpreso en R. HitlOl1 (ed.l,

Peasants, Knights. and Heretics: 5rudies in Medieval English Social Hislory, Cambridge. Cambridge University Press,1976. pp. 221·35. Se incluyen en el volumen las respuestas al argumento de Hillon. También. d .. lareseñacrítica de Hillonaun estudio reciente de Robin Hood, ''The Robber as Hero", Times Lirerary Supplemenl, 11 de Junio 1982, p.63 1.

., Banington Moore Jr. Social Origins of Dictarorship and Democracy, p. 480;. el énfasis es mío.

Esto nos lleva al tema de la contribución de la clase campesina medieval ala historiay a las luchas de generaciones posteriores. Hay dos estudios que nos llevan hacia elreconocimiento de la contribución de los campesinos medievales a la historia pero, pordistintas razones, no logran explicarlo. En primer lugar está el ya citado libro deBarrington Moore lr, Social Origins of Dictatorship and Democracy. En este trabajoMoore se interesa por las bases históricas de la democracia liberal, el fascismo y elcomunismo. Busca los orígenes de estas formas socio-políticas modernas en los resultadosde las luchas de clases entre señores ycampesinos. Aunque va más lejos que la mayoríade los historiadores ylos científicos sociales al defender el papel de los campesinos enla formación del mundo moderno, Barrington Moore, sin embargo, llega ala conclusiónde que, por lo que atañe a las revueltas campesinas, hay que hablar de represión más quede éxito. Para que hubieran tenido éxito sería necesario una combinación poco frecuentede circunstancias que sólo se han dado en los tiempos modernos. "El exito propiamentedicho fue de tipo negativo. Los campesinos proporcionaron la dinamita que había de de­molerel viejoedificio. No aportaron nada para el trabajo de reconstrucción subsiguiente "91 .

Pero la aproximación de Barrington Moore está basada en una concepción de lacontribución histórica demasiado limitada, que identifica con el éxito en la lucha declases, yen definitiva refuerza la idea de que la aportación de los campesinos medievalesse limitó a su propia autodestrucción a principios de o durante la época moderna.

La anterior cita, por supuesto, subraya la economía política del cambio y eldesarrollo, preocupación principal. que no única, de Hilton. Como él mismo reconoce,"los campesinadOs medievales deben ser entendidos no sólo como "campesinados" sinoen el contexto de las instituciones yla cultura de la sociedad feudal medieval" 89 (En estesentido, como ejemplo de interés en las cuestiones culturales medievales, debemosseñalar su muy criticado, aunque relevante ensayo, "The Origins of Robin Hood"(1958), 90 en el que presenta un análisis de lucha de clases de las leyendas de Robin Hood).

campesina fue de crucial importancia para el desarrollo de los pastizales comunes rurales,y el incremento del estatus yde las posesiones libres, la liberalización de las economíascampesinas yartesanas para el desarrollo de la producción de bienes ymás tarde para laaparición del empresario capitalista" 88.

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Los escritos de Hilton sobre la historia urbana medieval representan el merocomienzo de su trabajo sobre el tema. En la actualidad está ocupado en un amplio estudiosobre la historia social urbana, centrado en las West Midlands inglesas, donde ya hainvestigado con anterioridad, sobre los señores de la tierra ylos campesinos (A MedievalSociety).

He defendido en este capítulo que lo que Hilton ofrece en sus estudios de la historiamedieval es un análisis dinámico del feudalismo basado en la teoría de la determinaciónde clases. Esto es, la tesis de Hilton considera que el "móvil principal" del cambio ydeldesarrollo social medieval fue la lueha de clases entre los señores de la tierra y loscampesinos. Al aplicar el análisis de lucha de clases, Hilton inevitablemente se enfrentaal mito del campesinado pasivo. De esta manera, ofrece una visión alternativa de la clasecampesina medieval. Hilton demuestra que los campesinos medievales, en oposición aser meros agricultores, fueron agentes de la historia en el sentido político del término. Enotras palabras, los campesinos medievales no fueron históricamente significativos en elsentido "Braudeliano" (contextual-materialista) de la longue durée sino, lo que es másimportante, tuvieron consecuencias para el curso de la historia en el sentido de "¿quiéndomina aquién ycómo" 87? En lo que puede ser considerado casi como un resumen delpapel de las movilizaciones campesinas medievales, Hilton escribe que "la oposición

excedente de producción campesina". Hilton señala otra contradición, sin embargo, "enla distancia entre la producción campesina de base familiar yartesana ylos enajenadorescapitalistas mercantiles y feudales" 84, lo cual hace aflorar el tema de "conflicto de claseurbana" junto aconflicto de clase agraria. Demuestra que existía un "conflicto de claseinherente entre el capital mercantil y la industria artesana apequeña escala en la sociedadurbana medieval" aunque añade que las luchas campesinas "suponían una amenaza muysuperior a la que pudiera provenir de los ciudadanos" 8l.

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El argumento de Hilton, sin embargo, ofrece una alternativa radical a la concepcióntradicional de los historiadores y los sociólogos sobre el origen del individualismo. Siigualdad y libertad, están en el centro del concepto moderno de individualismo 94, en­tonces no debemos atribuir sus orígenes ala burguesía. "La afirmación de la libertad fren­te ala subordinación feudal no es, como con frecuencia se supone, una contrib.ución espe­cífica de la burguesía", sino más bien, sostiene Hilton, la contribución del campesinadode la era feudal"9l. Esto es, "uno de los legados más importantes, aunque imperceptible,de los campesinos medievales al mundo moderno es el concepto de hombre libre, sin obli­gaciones, ni siquiera deferencias, aun señor superior'''I6. ("VOlveré aeste argumento en elcapítulo siete.)

Más recientemente publicado, tenemos The Origins ofEnglish Indiviualism, deAlan Macfarlane 92, ampliamente discutido y, en algunos ambientes, bien acogido. En él,Marfarlane defiende que los historiadores ylos científicos sociales se han equivocado alasumir que fue en la Inglaterra de los siglos dieciséis ydiecisiete donde se originó el indi­vidualismo moderno. Por el contrario, afmna, los orígenes del individualismo aparecenen la historia inglesa con mucha anterioridad. Piensa que las bases socioeconómicasnecesarias para el individualismo -específicamente, la economía de mercado en la tierrayel trabajo -existían en Inglaterra mucho antes del siglo dieciséis, de hecho, al menosdesde el siglo trece. Así, Macfarlane retrotrae su atención hasta la vida agraria medieval.El problema en este caso. sin embargo, es que su trabajo es sumamente imperfecto desdeel punto de vista de ladefinición, el análisis yla historia. Porejemplo, porque no consigueapreciar las relaciones sociales de producción entre señores y campesinos, Macfarlaneconcluye literalmente definiendo el campesinado inglés medieval como inexistente enfavor de un modelo de la Inglaterra medieval con un orden social pequeño-burgués 93. Esmás. aunque critica el determinismo económico de otras teorías yperspectivas. ofrece supropia teoría económicamente determinista, es decir, que el capitalismo, en el sentidolimitado de la economía de mercado, dio lugar al individualismo. De esta manera, podríadecirse que, para Macfarlane, la contribución del campesinado mevieval fue, en esencia,su total inexistencia.

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CHRISTOPHER HILL:LA REVOLUCiÓN INGLESA

La teoría de Hilton sobre los orígenes del "individualismo" -como idea, valor. opráctica cultural - se deriva del análisis de la lucha de clases yde la historia de abajoarriba. Está muy lejos del determinismo económico ydel modelo base-superestructura.Las ideas, los valores, y las prácticas culturales no son meramente "superestructurales"sino una dimensión integral de la lucha de clases.

'! Ajan Macfarlane. The Origins of English Individualism. Oxford. Basil Blackweil, 1978." Para la erilÍea que Hilton hizo del libro de Macfarlane. d. su reseña. "Individualism and the English Peasantry-.

en New Left Review. 120 (Maezo-Abril1980) pp. 109-11." Steven Lukes, Individualism. Oxford. Basil Blackwell. 1973. en especial pp. 124-58." R. Hillon, -The English Rísingof 1381-. p. 19.

" R. Hillon. Bond Men Made Free, p. 235.

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En las obras humanas tenemos que distinguir entre aquellas que conciernen apoco másque un pequeño y reducido grupo de hombres yaquellas otras que. traspasando los límites delos pequeños grupos. tienden a unificarlos o. cuando menos, a encaminarlos en la mismadirección. Las religiones hacen esto. amenos que se trale de religiones circunscritas a grupospequeños. prohibidas para los que no son miembros del grupo. De esta manera actúan lasgrandes ideologías ydoctrinas que se propagan más alla de las fronteras yaproximan ahombresde todos los grupos. Ytambién lo hacen determinadas actuaciones políticas -organizaciones.revoluciones omovimiencos de conquista yexpansión. con todas la adhesiones yoposicionesconsiguiences.

Lucien Febvre I

Teniendo en cuenta una división cronológica de sus obras dentro de los estudioshistóricos marxistas británicos, aRodney Hilton le seguirá Christopher Hill, cuyo campoes la Inglaterra del siglo diecisiete. Tanto por la cantidad como por la calidad de su obra,Hill debe considerarse uno de los mejores historiadores en lengua inglesa en el sigloveinte. Durante un periodo superior a cuarenta años ha escrito multitud de trabajos ex­traordinarios, entre los que se pueden citar: Society and Puritanism in Pre-Revolutiomu}'England (1964) 2, Intellectual Origins ofthe English Revolution (1965)3. The WorldTumed Upside Down: Radical Meas During the English Revolution (1975) 4 Y Miitonand the English Revolution (1979)5. (¡Estós representan sólo una pequeña parte de sus li­bros publicados!) 6. Como Hilton, Hill participó en el debate sobre la transición del

1 Lebvre. ANew Kind ofHistoryand Otiler Essays, editado por Peter Burlte, Londres. Roudedge and Kegan PauJ.1973. p. 3.

, C. Hin. Sociery and Puritanism iD Pre-Revolutionary England. Londres. Sed:er and Warburg. 1964.J C. Hin, lntelk:cruaJ-Origins of dre English Revolutiotl, Oxford, O~ford Unive~it)' Press, 1965. 1980 edic.

com:gida., C. Hin. The World Tumed Upside Dowm: RadicalldeJlS DUIing dre English Revolution. Hannondsworth.

Penguinnn. 1975.1 C. Hin. Milton and che English Revolulion, Hannondswonh, Penguin, 1979.6 Para una bibliografíacomprehensivade la obrade HilI, cf. M.F. Robert. "CluistopherHiU: ASelectBibliography.

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feudalismo al capitalismo yel tema central vitalicio de su trabajo, la revolución inglesa-como en el caso de Hilton con el feudalismo medieval- fue un factor importante en dichodebate. Además, la revolución inglesa ha sido objeto de controversia no sólo para losestudios marxistas sobre la aparición del capitalismo, sino para los estudios históricosbritánicos en general 7.

Souls College, en Oxford (1934-8) y, de 1936 a 1938 fue titular en el departamento dehistoria de Cardiff. Antes de ir aCardiff pasó un año en la Unión Soviética estudiando laobrade los historiadores soviéticos sobre la historia inglesa, en especial el siglo diecisiete,que más tarde ofreció a los lectores ingleses através de diversos artículos 8. Tras ese viajese afilió al Partido Comunista.

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94 HARVEY J. KAYE LOS IHSTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 95

En este capítulo revisaré las aportaciones de Hill a los estudios del siglo diecisieteen relación con estos dos campos. El ha presentado dos tesis importantes en sus escritos,las cuales analizaré. En primer lugar, que la revolución inglesa fue una "revoluciónsocial" y, específicamente, burguesa. Apesar de las diversas modificaciones hechassobre esta tesis a lo largo de los años, Hill ha defendido persistente yeficazmente que larevolución impulsó en gran manera el desarrollo del capitalismo. En segundo lugar, quela revolución inglesa, además de haber sido una revolución burguesa y por tanto deconsecuencias capitalistas, fue asu vez democrática aunque en este aspecto fracasó. Enrelación con ambas tesis demostraré que las interpretaciones de HiIl sobre las luchas ylevantamientos en la Inglaterra del siglo diecisiete fueron desarolladas en términos de lateoría de la determinación de clases tal como la presentan los historiadores marxistasbritánicos; que él ha desarrollado un análisis de luchas de clase de la sociedad inglesa delsiglo diecisiete. Es más, su trabajo sobre el "siglo de la revolución" no se ha limitado ala economía política ni siquiera a la sociología política, sino que ha tratado asu vez deldesarrollo de una sociología de la cultura y las ideas de la Inglaterra del siglo diecisiete.Debatiré en este capítulo que Hill no sólo ha hecho, por tanto, aportaciones importantesa la historiografía de la revolución inglesa, sino al desarrollo de la teoría de la deter­minación de clases también. Ha demostrado que la lucha y la experiencia de clases noson sólo económicas y políticas, ni siquiera político-económicas, sino sociales en elsentido más amplio. Por último, el trabajo de Hill ha supuesto el seguimiento de la historiade abajo arribacon resultados positivos tanto para el estudio del siglo diecisiefecomo parael desarrollo de la teoría de la determinación de clases.

C1lrNopher HiIl

JoOO Edward Christopher HiIl nació en York en 1912. Su educación fue de clasemedia e inconformista. Estudió en St Peter's School, en York, y en 1931 ingresó enBailiol College. en Oxford, para estudiar historia. Una vez graduado fue miembro del AlI

1938-1977", en Donald Penningtonand Keith Thomas (eds.). PuntansanóRevoJulionaries: Essaysin Sevenleenth-CenluryHistory Presenleá lO Chrislopher HiIL Oxford. Oxford University Press. 1978. PJlJ82-402.

, Cf. Richardson. The Debate on!he English Reyoíution. Londres. Methuen. 1977. Para un ensayo más reciente dela continua controversia, er. Muy Fulbrook, "The English Revolution and (he Revisionis[ Revolt". Sacial History, 7(Ocmbre 1982), pp. 249-64.

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Regresó a Balliol College en 1938 como miembro y tutor de historia moderna.Durante la guerra sirvió en el ejército y posteriormente en el Ministerio de AsuntosExteriores (debido asus conocimientos del ruso yde la Unión Soviética). En este periodopublicó Iñe Two Commonwealths bajo el seudónimo de K.E, Holme9• (K.E. =ChristopherEdward en ruso, yHolme ="hill" en ruso) 10. Volvió a Oxford ya Balliol después de laguerra. De 1958 a 1965, fue titular de historia del siglo dieciséis ydiecisiete yen 1965fue elegido director de Balliol'College, puesto que mantuvo hasta su retiro en 1978.Después de retirarse ha sido profesor invitado en la Open University, la AustralianNational University y Rutgers University.

Reconocido como la figura principal de los estudios actuales sobre la revolucióninglesa, Hitl declara -algo en broma, pero no del todo- que su interés en el siglo diecisietefue "debido aT.S. Eliol. que me hizo interesarme por la poesía metafísica". (Fue Eliotquien escribió, "en el siglo diecisiete se produjo una disociación de la sensibilidad quetodavía no hemos superado") 1\. Así, Hitl añade, "al tratar de entender esto me di cuentaque tenía que entender los coní1ictos de la época". Es más, prestando atención a laconexión entre sus intereses históricos/intelectuales ysu creciente compromiso político,Hill señala que se "hartó de la complacencia insular de la historia inglesa yen especialde la de Oxford -anglo-centrada siempre sobre la libertad y la constitución. la revolucióninglesa ="el interregnum"-; algo que en realidad nunca existió, Quería demostrar que laevolución gradual ypacífica de Inglaterra a partir del siglo diecisiete era consecuenciade lo que ocurrió entonces".

El marxismo de Hill se desarrolló en la Universidad, pero no sólo aconsecuenciade sus estudios. Recuerda que también fue respuesta a la situación política yeconómicade los años treinta:

hundimiento. desempleo terrible, peligro de una segunda guerra mundial. éxito aparente de la

, Por ejemplo. C. Hil!. "The Agrarian Legislation of the Revoluuon" (¡940) en su Purilanism aná Revolulion:Stuóies in Jnrerpcetation ofthe énglish RevoJution of the 17th Cencury, Londres. Secket and Warburg, 1958.

• K.E. Holme, The Two CommonweaJths, Londres. George G. Hamp, [945. El libro era un estudio compararivodel Reino Unido y la URSS. eserilO como paner del esfuerzo de la guerra.

" Esta, Ylas nOlas que siguen, al menos que se indique algo en conll1l. me fueron proporcionadas por Crismpher Hillen una comunicación personal el 23 de Septiembre de 1982. Yen conversaciones mantenidas en Enero de 1983,

'1 T. S. Eljo~ "The Metaphysical PoelS" (1921) en Selected Prose of T.S. EIiOl, Nueva YOB. Hattoun BraceJovanovich. 1975, p. 64.

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Los estudios sobre la guerra civil. Yla tesis de la revolución bw'guEsa

Problems oithe Church: From Archbishop Whitgift to me LongParliament I j hasta TheWorld Tumed Upside Down y, quizá de forma especial, en la ética de su trabajo y elvolumen de su erudición.

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96 HARVEY J. KAYE

URSS -lo de siempre. Ya que tales horrores son demasiado familiares desde entonces, insistoen que todo esto impresionába terriblemenle a la juventud inglesa de clase media cuyaeducación les familiarizaba con la idea de que si bien InglalelT1lya noerauna nación prominente,todavía era estable ysegura. La base de nueslro universo se desplomó en 1931, el año en queyo fui aBalliol. Yallí, la influencia de estudiantes amigos; un amplio debate marxisla se llevóacabo en Oxford aprincipio de los años treinta. Me parecía (al igual que aOlfOS muchos) queel marxismo daba más sentido alasituación mundial que ningun Olro punlOde vista,de la mismamanera que parecía dar más sentido a la historia inglesa del siglo diecisiete.

LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 97

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En este contexto, debería añadirse que queda claro que el "periodo productivo deHill" tuvo lugar apartir de su abandono del Partido Comunista en 1957. Sin embargo, élmismo señala que el periodo 1946-56 (sus años en el grupo de los historiadores) coincidecon "debates que fueron el mayor estímulo que he conocido". Así, en cuanto al desarrollo,aunque los escritos que Hill realizó en los cuarenta yaprincipios de los cincuenta tienenque ser debatidos necesariamente antes de sus últimas obras, 1956-7 no significa unaruptura en su trabajo. En primer lugar, porque los problemas que ocubaban a HilI desdela mitad de los años cincuenta ya habían sido sugeridos en sus escritos más tempranos;yen segundo lugar, porque su enfoque de los problemas se había desarrollado durante losprimeros años. Por el contrario, sin embargo, no defiendo que el trabajo de Hill haya sidoel mismo desde los cuarenta hasta los ochenta. Más bien, como este capítulo mostrará, eltrabajo de Hill se iba desarrollando conforme él se enfrentaba a problemas nuevos yenel proceso hizo modificaciones, incluso anivel teórico. Pero nada de esto debe sorprenderen un curriculum académico de más de cuarenta años.

Una última nota biográfica en relación con el ambiente no conformista de Hill:Raphael Samuel '2 , Rodney Hilton yel mismo Christopher Hill, señalan una conexión enlas diferentes historias personales de varios historiadores (Hill, E.P. Thompson ySheilaRowbotham)'3 entre el inconformismo ( en cuanto a la educación y la foiTllación) y elmarxi~mo. El inconformismo no debe entenderse en un sentido religioso estricto sino enel sentido de una "cultura" como, por ejemplo, la manera en la que el mismo Hilton loemplea cuando escribe en su "memoria" de Hill y del grupo del Partido Comunista enBal\iol College a finales de los años treinta: "Pienso que muchos (de nosotros) tuvimosuna educación inconformista, o (como en mi caso) deliberadamente irreligiosa, si biencon todos los atributos culturales del inconformismo. De hecho no fue difícil que la genteen este contexto se hiciera comunista" 14. En el caso de Hill, más allá de los posibles lazospolíticos, laconexión entre el inconformismo ysus intereses ycompromisos intelectualestambién se apreciaen sus estudios sobre la Inglaterra del siglo diecisiete, desde Economic

" R. Samuel. "British Manisl Historians, 1880-1980: Pan 1", New Left Review, 120 (Marzo ·AbriI1980), pp.42-55.

iJ er. la nota biográfica de S. Rowbotham en "Introducrion lO Ihe American Edition", de su Hidden From Hislory,Nueva YOtt. Vintage Boob, 1974, pp. x-;uÜ.

14 R. Hilton, en D. Penningtoo and leThomas (eds,), Puriwls and RevoJutioomes, p. 7.

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Quie.JT estudie el desarrollo de la teOJía social que no espere escapar a la cTÍlica que sehace contra aquéllos que revuelven el polvo de los cuartos trasteros. Si busca una escusa másallá de su propia curiosidad, quizá la encuentre en el principio de que el pasado revela alpresente lo que el presente es capaz de ver yque la cara que es inexpresiva para una época estárepleta de significado para Olfa.

R.H. Tawney 16

Los primeros escritos de Hill partieron de las aftrmaciones que, sobre la revolucióninglesa, aparecían en las obras de Marx yEngels, que son muchas aunque dispersas, asícomo los estudios de los historiadores soviéticos sobre la historia política yeconómicadel periodo 17. La intención de Hill era que la interpretación marxista de la historiadeberíadar lugar auna reintegración del estudio de la revolución inglesa, que se había dispersadoen varias especialidades concretas con sus consiguientes perspectivas. El trabajo inicialde Hill debería, por lo tanto, ser reconsiderado a la luz del estado de los estudioscontemporáneos históricos "'académicos" y marxistas sobre el siglo diecisiete.

Durante varias generaciones de historiadores británicos el paradigma dominantefue la interpretación liberal de la historia, quizá especialmente teniendo en cuenta loslevantamientos del siglo diecisiete. Dependiendo de la articulación específica de estaaproximación, la guerra civil inglesa, o revolución, ha sido presentada como un conflictoreligioso, político o constitucional. Ha sido vista como una lucha por las libertades,definida en términos constituciones o estrictamente políticos o, como en la "tesisGardiner" 18 (que fue predominante afinales del siglo diecinueve y principios del veinte),como una lucha religiosa, la "revolución puritana". '

'j e. Hill, Ecooomic Problems vi che Curr:h: From Arr:hbishop Whilgift lo che Long Parliamenc. Oxford. OxfordUniversil)' Press. 1956.

" R.H. Tawney. ReJigion and che Rise oiCapitJ1ism. Londres. 1926: edición revisada, Hannondswonh, Penguin.1965. pp. 11.

11 ef.·'The English Civic war: [nteJ1ll'eled by Marx and Engels". Scienceand Sociery, 12 (1948), pp. I30-65: ysu"Soviellnlerpretations of the English Interregnum". en Economic Hislory Review, 8 (1938). pp. 159-67: "Land in !heEnglish Revolution", Science ami Sociery. 13 (1948-9), pp. 29-49: También "Agracian Legislation of!he Revolution".

,. Así llamada porque la desarrolló S.R. Gardiner (1829-1902) en su obn.en varios volúmenes HisloryolEngllJld.1603-56. Extendida por Charles Finh (1857-1936) en The Lasl Yem oi PrrJIecrorare. 1656-58 (1909). Sobre lahistoriografía de I1 evolución. cf. R.e. Ricbardson, The Debate 011 che English Revolurion. Es la mejor revisióllde~temaypresenta un buen debate sobre Hill en ese contexto.

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98 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXtSTAS BRITAN1COS 99

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En el periodo en el que Hill comenzó a desarrollar su punto de vista sobre larevolución inglesa (finales de los treinta ydurante los cuarenta), la interpretación liberalyla tesis Gardiner, aunque todavía importante e influyente, no era, sin embargo, la másdestacada. Esto se debió en gran parte al trabajo de R.H. Tawney (1880-1962), cuyos es­critos fueron de lo más eficaces a la hora de mostrar lo inadecuado del análisis puramenteconstitucional o religioso de la guerra civil yde la Inglaterra del siglo diecisiete.

Tawney fue uno de los principales historiadores yensayistas sociales británicos deeste siglo yescribió diversos trabajos históricos relevantes para los estudios sobre el siglodiecisiete 19. Le interesó en particular la aparición del capitalismo ( aunque no fueraconcebido necesariamente en términos márxistas). Trató de re-examinar los conf1ictospolíticos yreligiosos de la guerra civil en relación con la historia económica de los siglosdieciséis ydiecisiete. Los trabajos por los que es más conocido en este área aparecen ensus libros, The Agrarian Prob/em in the Sixteenth Century y Re/igion and the Rise ofCapitalism ysu artículo, ;'The rise of the Gentry, 1558-1640" lO. En el primer estudio,Tawney presenta un análisis del desarrollo del capitalismo rural en Inglaterra, y. en elsegundo, vuelve aexaminar el tema que Weber trata en Tñe Protestant Ethic and the Spin'tof Capita/ism 21. (Hill ofrece su propio argumento sobre este tema. que será tratadoposteriormente en este mismo capítulo). En ;'The Rise of the Gentry", que dio lugar aunagran controversia en los estudios sobre el siglo diecisiete 11. Tawney presenta un análisisHsociológico" de la guerra civil donde el poder político fue realineado en relación con laestructura de poder económico que se había estado desarrollando como resultado de loscambios en la economía agraria 2J.

El efecto de estos estudios, por no hacer mención de la cambiante situación políticay económica en Inglaterra, fue obligar a la reconsideración de las luchas ,q!!e habíanocurrido en la Inglaterra del siglo diecisiete, no sólo como conflicto de principiosconstitucionales, oconcepciones de libertad divergentes, sino también como conflicto deintereses materiales. (En este sentido hay que decir que, aunque Tawney fue un social·cristiano, no un marxista, apreeiaba e incluso fue influido por Marx). Así, el trabajo de

" Tawney no solo escribió historia sino también critica sociaL en alguna ocasión incluso en fonna de libro. ej.: IñeAcquisitiveSociecy. Londres. 1920. yEqualicy. Londres. Unwin. 1931. Sobre Yawney. cf. R, TerriL R.H.. TawneyandHis Times: Socialism as FelJowship, Londres, Andre Deutseh. 1974.

" R.H. Tawney, 1ñe Agrnrill1l Problem in che Si,fteenrh Century, Londres, 1912; Relígion and (he Rise ofCapila.lism. Londres,1926; y"The Rise oftheGentry.1558-1640". Economic History Review, (1941. reimpreso en E.M.Carus-Wilson led.), Essays in Economic HislOty. Londres. Edward Amold. 1954. Volumen l. pp. 173-214.

:, M. Weber. Iñe Protestant Erhic and che Spirit ofCapitalism, Nueva York. Charles Scribner's Sons, 1956." La conlT1)versia no sólo alcanzó a Tawney sino también a Lawrence Stone y H.R. Trevor-Roper. Cf. R.e.

Richardson. Debate on che English Revolution. pp. 89-96. También, para eXllactos de las contribuciones al debate. cf.Lawrence Slone (ed.), Social Change and Revolution in Englanct. 154().164O, Londres, Longman. 1965.

:J Este análisis debe mucho al escritor del siglo diecisiete. James Hatrington. cuyo trabajo Tawney debate en-Hanington's In!eIpreCllion of His Age". Proceedings ofthe 8ritish Academy, 27 (1942); reimpreso en Lucy Sutherland(ed.), Studies in HisIrxy, 8ritish Acameny Lecrures, Oxfool. OKford Univernly Press. 1966.

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Tawney, al buscar una ampliación de la perspectiva histórica de la guerra civil, amplióel campo mismo de los estudios sobre el siglo diecisiete, y al hacerlo retaba a la tesisGardiner sobre la revolución puritana. Sin embargo su trabajo no proporcionó una tesisintegradora, nueva. Fue éste el contexto en el que Hill presentó su propia interpretación.

Aunque la tesis de la revolución burguesa llegó (con razón) a ser asociada con eltrabajo de Hill, éste no desarrolló la tesis en solitario, ni siquiera fue el único historiadorbritánico que la presentó. La idea de que la revolución inglesa fue burguesa se desarrolló,por supuesto, entre los historiadores marxistas. Existían las atirmaciones de Marx yEngels yla investigación de los historiadores soviéticos que Hill se encargó de presentara los lectores ingleses. y, lo más imponante, entre los escritos históricos marxistasbritánicos de la época, estaba la obra de A.L. Morton, A Peop/e History ofEng/andH , yla de Maurice Dobb, Studies ip the Deve/opment of Capitalism 25.

APeople's HistoryofEng/and fue escrita por Morton paraofrecer una interpretaciónmarxista, amplia ypopular de la historia inglesa. Es una Hhistoria popular" en todo su sen­tido, diseñada para una audiencia popular, en oposición a una meramente académica, ysus análisis de la lucha de clases implica elementos de una historia de abajo arriba, no sólouna historia de la monarquía y las clases altas. No es de extrañar que los levantamientosdel siglo diecisiete destaquen sobremanera en el libro de Morton. La interpretación queofrece es que, ;'a pesar de todo lo que se ha dicho en contra no se puede insistir con exce·siva fuerza en que la guerra civil tuera una lucha de clases. fuera revolucionaria y fueraprogresista" :6.

El primer ensayo importante de Hill, Tñe Eng/ish Revolution, 1640 17, se publicó

en 1940. En éL también presenta la tesis de la revolución burguesa: HLarevolución inglesade 1640-60 fue un gran movimiento social como lo fue la revolución francesa de 1789.El poder estatal protegiendo el viejo orden, que era fundamentalmente feudal, fuederrocado violentamente, el poder pasó a las manos de una nueva clase, yasí se hizoposible un desarrollo más libre del capitalismo". Además, continúa, "la guerra civil fueuna guerra de clases, en la que el despotismo de Carlos I era defendido por las fuerzasreaccionarias de la iglesia y de los conservadores señores de la tierra. El Parlamentovenció al rey porqué' supo conquistar el apoyo en'tusiasta de las clases mercantil eindustrial tanto en la ciudad como en el campo; el apoyo de los pequeños hacendados yde la hidalguía progresista, yde amplias masas de la población que tuvieron la posibilidadde entender libremente el verdadero sentido de la lucha" 28.

" A.L. MOl1on. APeople's HistOty ofEng.lll1Id. Londres. Lawrence and Wishan.1979. edición revisada. Publicadoori~ina.lmente en 1938.

- " 'vi. Dobb, Studíes in che DevelopmentofCapitalism. Londres. Routledge and Kegan pauJ. 1946; edición revisadade 1963.

" A. L. Monon, A People's Hiswry ofEnglll1lct. 229." C. Hill.1ñeEnglish Revo/ution. 1640. Londres. Lawrence and Wishart 1955. El ensayóse publicóorigina.lmente

en 1940 corno partede una colección de treS ensayos, pero fue depués publkado individualmente con el mismo tírulo. Deahora en adelante. me referin: aél como 1640.

" !bid.• p. 6.

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Evidentemente tal interpretación iba a ser inevitablemente controvertida en elmarco de los estudios históricos "académicos" sobre la guerra civil, pero también iba aser controvertida para los marxistas. El ensayo de Hill provocó un muy vivo debate entrelos historiadores marxistas en relación con (1) todo el tema de la caracterización del modode producción en la lnglaterra del siglo dieciséis yprincipios del diecisiete, y(2) la baseclasista de la monarquía absoluta en Inglaterra 29. Aunque la discusión sobre el primertema se linútó a los historiadores comunistas británicos, ayudó a Dobb en la redacciónde Studies ycontribuyó al debate que siguió a su publicación.

Como la mencionada cita de l640señala, el argumento de Hill en ese momento eraque el orden social anterior a la guerra civil era "esencialmente feudal" y que la guerracivil, como guerra de clases que culminó en revolución, terminó con ese orden social ycon el estado que lo había mantenido. Esto es, la revolución fue burguesa porque tuvocomo resultado la sustitución del feudalismo por el capitalismo. Aunque fue básicamenteesta postura ycon posterioridad la de Dobb (en una versión mucho más elaborada) la quedominó entre los historiadores comunistas británicos 30, hubo oposición aella por partede algunos marxistas importantes tal como Jurgen Kuczynski 31 y Victor Kieman 32. Y,aunque Hill continúa defendiendo la tesis de que la revolución inglesa fue una revoluciónburguesa ahora ha abandonado su idea de que la Inglaterra del siglo dieciséis eranecesariamente feudal 33.

KarfMarx J6

101LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITAt'iICOS

En la historia de la acumulación primitiva, ¡odas las revoluciones son hilOS que actúancomo palancas para la clase capitalista en curso de fonnación,

Para poder apreciar sus aportaciones, es importante entender lo que Hill defiendecon la tesis de que la revolución inglesa es una revolución burguesa. Sus más recientesescritos demuestran que no quiere decir que fue una revolución "hecha o queridaconscientemente por la burguesía" 37. Más bien, quiere decir que la "revolución... despejóel camino para el desarrollo capitalista que hizo posible que Inglaterra se conviertiera enel país de la primera revolución industrial" 38. Es más, al defender que la revolucióninglesa preparó el camino para el rápido desarrollo del capitalismo, no quiere decir quesignificó un cambio político-económico más que un cambio institucional, político oreligioso: "una revolución abarca todos los aspectos de la vida y la actividad social" 39,

Un suceso tan complejo como es una revolución debe ser considerado en su totalidad.Grandes masas de hombres ymujeres fueron arrastrados a la acción política por causa desus ideales religiosos ypolíticos además de por necesidades econónúcas" Jj.

La revolución inglesa como revolución burguesa

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Hill ha insistido en que no estaba interesado en un modo económico de análisis nien una interpretación tal de la guerra civil. Señala que Tawney y otros, que estuvieroninfluidos por Marx (lo reconocieran ono), ya habían abierto camino, mostrando que laguerra civil supuso conflictos sobre los intereses materiales 34. Lo que Hill desarrolló esuna interpretación social de la revolución inglesa que no se limita a ser política,económica o religiosa, sino más bien integrante de todos estos aspectos. Escribe:"debemos ampliar nuestra perspectiva para poder abarcar toda actividad de la sociedad.

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Es cierto que el elemento básico de la tesis de Hill ha sido siempre que la revoluciónimpulsó fuertemente el desarrollo del capitalismo (y a partir de éste la industria) y,también es cierto, que siempre ha insistido en que ésta debe entenderse como unatotalidad, Sin embargo, la tesis de la revolución burguesa no siempre se ha limitado atal argumento, ni Hill ha sido siempre capaz de ofrecer un análisis de la revolución quela haya considerado en su totalidad. Aunque su argumento básico ha perdurado ·desdesus primeros escritos hasta los más recientes· ha hecho algunas modificaciones.

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" Keith Tribe, "The Problem of Transition and Question of Origjn". en su Genealogies oiCapitalismo Londres.Macmillan. 1981, pp. 1-34.

JO !bid. Para la "posición oficial" del Grupo de los HjslOriadores sobre el lema, cf. "State and Revolution in Tudorand Sruan England", Communist Review. (luly 1948), pp. 207·14. También de Hill. "The English Revolution and ¡heState", en Modero Quarrely, 4 (Primavera 1949), pp. 110·28.

)1 Kuczynski. historiador laborista aleman. escribió Labour Conditions Under Industrial Capitalismo Londres,1942, y 7ñe Rise oi the Worlcing Cla.s.s. Londres, Weidenfeld and Nicolson, 1967

" Como he señalado anleS, IGeman. profesor retirado de Hjstoria Moderna en la Universidad de Edimburgo, fueun miembro destacado del Grupo de los Historiadores yautarde numerosas obras. Sus libros más recientes son: State andSociety in Europe. 1550-1650, Oxford, Basil Blaclwell. 1980. y European Empiles {rom Conquestlo Collapse. 1815.1960, Londres. Fontana, 1982. También, cf. su Manism and Imperialism, Londres. Macmillan, 1974, y 7ñe Lords oiHuman Kind. Londres, Weindenfeld aod Nícolson, 1969.

)] El mismo HiU lo señala en la nueva introducción que redactó para la edición reyisada de la obra, editada conEdmund Dell, 7ñeGood Old Cause: 1640-1660. Loodres, Frani..Cass aod Co., 1968, PI', 19-21.

H cr. el debalede HiII en "Hislorians on lile Rise ofBritish Capilalism", Science andSociety, 14 (1950), enespecialpp,307-10.

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En su empeño temprano por ofrecer un análisis de lucha de clases del siglo diecisiete(e,g.1640), Hill presentó la revolución como una confrontación memorable entre dosclases claramente definidas yconscientes de sí mismas· la aristocracia y la burguesía ­representando al feudalismo y al capitalismo, respectivamente, Por tanto, fue unarevolución burguesa no sólo por lo que se refiere a sus consecuencias, sino también

)j C. Hill, "Recenc Interprewions of che Civil Wai' (1956>. editado de nuevo en Puritanism andRevolution, p. 31." K. Marx, Capital, Hannondsworth. Penguin. 1976, Vol 1. p. 876.;1 C. Hill. "A Bowgeois Revolution?" en J. G, A. Pocock jed.), Three British Reyolutions: 1641. 1688. 1776.

Princeton, Nj: Princetoo University Press, j 980,1'.110.lB C. HiU. Sorne fnll:lJectual Consequenccs oitheEnglish Rcyolution.Madison, Wi: University ofWisconsinPn:ss.

1980,1'.34." C. HiU, ABourgeois Revolurión'!, p. 132.

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porque fue llevada acabo -si no querida conscientemente -por la burguesía (una "nuevaclase de comerciantes y agricultores capitalistas"), como intento para arrebatar el poderpolítico a la aristocracia feudal ya la monarquía, así como para impulsar el desarrollo delcapitalismo (es decir, los propios intereses económicos de esa clase).

El tema histórico que enmarca el trabajo de Hill es, por tanto, la aparición delcapitalismo. En Inglaterra, el capitalismo agrario se desarrolló en el curso de los cambiosproducidos por las luchas de clases entre los terratenientes ylos campesinos a finales delperiodo medieval, pero su crecimiento posterior y su reconversión en capitalismoindustrial no estaba tan claro.

En Refonnation to Industrial Revolution: A Social and Economic History ofBritain, 1530-1780(1969) 42, Hill considera este periodo de transición como de "formaciónde la sociedad inglesa moderna", acentuando siempre la interacción entre la política ylaeconomía. No analiza los cambios (ni la continuidad) en la sociedad inglesa durante estos250 años como simples adaptaciones al desarrollo del capitalismo, concebido como uncampo autónomo determinante de actividades económicas, sino como resultados deacciones y luchas entre las clases. Al principio de su trabajo, Hill presenta las clasessociales de la Inglaterra pre-revolucionaria del siglo dieciséis. Existía la clase dirigenteterrateniente, que estaba compuesta en primer lugar por la aristocracia, pero que progre­sivamente iba incluyendo aotros hacendados. "En la cúspide" también se encontraba laacaudalada clase mercantil, en especial la londinense. Después, pordebajo de las familias

103LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Aunque Hill dice que Economic Problems ofthe Church es un estudio económico,es, de hecho, un estudio político-económico de la iglesia inglesa en relación con eldesarrollo del capitalismo en los siglos dieciséis ydiecisiete. Hill señala que la iglesia,que fue una institución tan política yeconómica como religiosa, se enfrentó auna seriede problemas importantes aconsecuencia de los cambios económicos del periodo, entrelos que se encontraba el saqueo de las propiedades de la iglesia como parte de la Reformainglesa. Más adelante defiende que la manera en que la jerarquía eclesiástica trató deresolver esos problemas, o contradicciones, contribuyó de forma significativa a laformación y al alineamiento de los dos bandos de la guerra civil. Escribe: "fueron lassoluciones involutivas de la jerarquía, inaceptables para los grupos sociales a los que la

Las dos primeras monografías importantes que Hill escribió, Economic Problemsot'the Church (1956) YSociety and Puritanism in Pre-Revolutionary England( 1964), asícomo numerosos artículos 44, especialmente "Protestantism and the Rise ofCapitalism" 45,

tratan de la relación entre religión yclase (a la luz del desarrollo del capitalismo) y sucontribución al desarrollo de la revolución inglesa. Aunque rechaza la tesis de larevolución puritana de Gardiner, Hill reconoce que la religión fue una institucióndemasiado importante en la Inglaterra del siglo dieciséis ydiecisiete - materialmente yen otros aspectos -para reducirla a lo meramente económico olo meramente ideológico.

de los comerciantes y terratenientes poderosos, estaba el grupo que Hill llama clase"media", constituido por la "mayoría de comerciantes, artesanos ricos, minifundistasindependientes (yeomanry) yagricultores acomodados". Al final estaban los órdenes másbajos, sin propiedades, que dependían del trabajo asalariado y/o la caridad para susupervivencia. Este último grupo, con segmentos del "tipo medio", constituía "el pueblollano". Hill después presenta la transformación de la sociedad inglesa en las áreas de laagricultura y las"relaciones agrarias, la industria, el gobierno, la política exterior, lareligión y la vida intelectual a través del análisis de la lucha de clases. Por ejemplo, encuanto a la agricultura y las relaciones agrícolas, señala que, aunque hubo revueltascampesinas alo largo de los siglos dieciséis ydiecisiete, la creciente diferenciación entrelos campesinos impidió que ninguna rebelión de la clase campesina "alcanzara el éxito".Porque los campesinos más acomodados trataban de compartir "las perspectivas eintereses de los caballeros y comerciantes más que las de los trabajadores sin tierra yagricultores necesitados"H. Así, un resultado importante de la revolución inglesa fue elimpulso al proceso de cercamiento y, por lo tanto, a la expansión del capitalismo agrario,que facilitó la acumulación de capital necesaria para el desarrollo industrial.

HARVEY J. KAYE102

Sin embargo, en el curso de su investigación ysus publicaciones, Hill modificó supostura. Nunca ha dejado de considerar la revolución inglesa como representativa de unaépoca, pero ahora valora su importancia porque determinó el curso que iba a seguir elcapitalismo británico, y no tanto porque el capitalismo triunfara finalmente sobre elfeudalismo ono. Así, pues, ha llegado adescribir más recientemente la revolución de estamanera: "Habíados concepciones de civilizaciónen conflicto. La una teníael absolutismofrancés como modelo, la otra la república holandesa" 40. O, como en otra ocasión: "Larevolución inglesa, como todas las revoluciones, tuvo su origen en el derrumbamiento dela vieja sociedad; no la provocaron ni los deseos de la burguesía, ni los líderes del GranParlamento. Pero su consecuencia fue el establecimiento de condiciones mucho másfavorables para el desarrollo del capitalismo que las que prevalecían antes de 1640"41. Lasmodificaciones que Hill ha hecho asu tesis son el resultado de su continuo desarrollo delanálisis de la lucha de clases.

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" C. HiU. 17Ie O:ntury oi Revolucion. /603-/7/4. Edimburgo, Thomas Nelson, 1982. edición revisada, p. 4.Originalmenle 1961.

.. C. Hill. "A Bourgeois Revolution'?". p. 111." C. HiU. Refonnation to /ndusaial RevoJurion: A Social and Economic History oi Bn·tain. /530-I78Q

HarmondswOl1h, Penguin, 1969.

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n Ibid.• pp. 47.ffl, Y70.u cr. algunos anículos de Hill reimpresos en Puritanism and Revoluciony Change andContinuiry in Sevenreenth­

CenllJIV EnIlJand. Londres, Weidenfeld and Nicolson, 1975.;; C~ HiII, "ProresIantism and !he Rise of Capitalism" en Change and Continuiry, pp. 81-102.

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Cámara de los Comunes representaba, lo que forzó a los obispos a una estrecha cola­boración con el gobierno la cual alcanzó su zenit bajo Laud, (arzobispo de Canterbury,1733-45) y produjo el hundimiento conjunto de la iglesia yel estado" 46.

" e. HiU. Ecanomic ProbJems al che Curch, pp. xi." [bid.. p. xi•. Al mismo tiempo. la obra de Hill no ha ignol1ldo a los dirigentes. er. su God's Englishman: O/iver

Cromwell and theEnglish Revoiution, Hannondswonh. Penguin. 1972.ó' C. HiU, Soc:iecy and Puril8Jlism. Sobre "La Definición de un puritano". cf. pp. 13-29: y sobre "The lnduslrious

Son of PeopIe", cf. pp. 124-44.

Con el fm de adelantarse ala crítica según la cual la interpretación marxista era unmero determinismo económico. Hill señala' que había realizado un estudio (político­económico) de la iglesia inglesa porque todavía no se había examinado adecuadamenteen los estudios sobre la guerra civil. Además, añade que la iglesia fue un punto de partidaapropiado para una reconsideración del papel de la religión yde las ideas en la revolucióninglesa. También idica la orientación que dio auna gran parte de su trabajo posterior eneste área: "Sugeriría. escribe. que las revoluciones no sólo las hacen las grandes figurassimbólicas que pasan a la posteridad, sino también masas anónimas de hombres ymujeres. Quizá para ellos las exquisiteces de la teoría pasaran de largo. Pero tenían laesperanza de que las ideas políticas o los programas de gobierno de la iglesia estuvierancimentados en la experiencia" 47.

105LOS HISTORIADORES MARXlSTAS BRITA,"'¡ICOS

" [bid.• pp. 153. 223. 142.;0 C. Hill. Economic Prob/ems af che Church, p. x.

tales como la importancia para las congregaciones puritanas de la predicaciones y lasconferencias ylas consecuencias sociales ypolíticas de los esfuerzos puritanos por con­trolar tales convocatorias; la implantanción del día sabático (sabatismo) como día dedescanso y meditación. así como el rechazo de las fiestas y de los tradicionales díasfestivos dedicados a los santos "para garantizar la libertad de trabajar seis días a lasemana"; el énfasis en la disciplina consigo mismo, que preparaba a los puritanos "parala actividad intensa y devota en todas las esferas de la vida, y para las acciones querequerían un gran valor político"; la ética puritana del trabajo, que para Hill es de doblefilo, es decir, la dignidad del trabajo atraía a los "pequeños patronos ya los trabajadoresautónomos" pero era potencialmente subversiva porque "se podía llegar a la conclusiónde que la ociosidad podía conducir ala expropiación: no hay trabajo, no hay propiedad" 49.

También tiene en cuenta las actitudes puritanas hacia la caridad ylos pobres (y el controlde los dos), el papel político de la iglesia, ylas concepciones cambiantes de la comunidad,la casa yla familia, yel individuo. El desarrollo de estas prácticas yde estos valores. Hillmantiene, se oponía a los propios esfuerzos de la iglesia por restaurar su posición dedominio en la vida política y religiosa inglesa.

Una característica propia del trabajo de Hill es que reconoce yresalta las conexionesentre áreas aparentemente discretas de actividad social y práctica cultural. Ademásexplica las tensiones inherentes y las contradicciones potenciales de la experiencia,prácticas e ideas puritanas en el contexto de la estructura y las luchas de clase de laInglaterra de los siglos dieciséis y diecisiete. En este sentido, Society and Pun'tanismpuede considerarse el mejor libro de Hill. No se puede leer este estudio sin tener en cuentalas imágenes unidimensionales tradicionalmente asociadas con el puritanismo. Por unlado, la idea de una relación entre el puritanismo yel desarrollo del capitalismo inglés esconfirmada por Hill. Porotro, también indicacómoestos mismos aspectos del pensamientoyla práctica puritanos que contribuyeron al desarrollo capitalista le eran potencialmentesubversivos, ya que apuntaban a una democracia radical. {El desarrollo del aspectodemocrático radical del puritanislJ,lO lo trata Hill en sus estudios posteriores, comoverémos)... ....

Society and Pun'tanism podría parecer una confirmación de la tesis presentada porMax Weber yR.H. Tawney en cuanto ala relación entre puritanismo ycapitalismo. Pero,en realidad, Hill está recomponiendo la tesis de éstos. Mientras que la tesis Weber­Tawney tiende a"poner las ideas en el preámbulo de cualquier explicación de los grandescambios sociales que tuvieron lugar en Inglaterra" ;0, HiII comienza por cambiar el ordende prioridad. En este sentido es especialmente significativo su árticulo. "Protestantismand the Rise of Capitalism" (escrito originalmente, de hecho, para una publicación en

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HARVEY J. KAYE104

Mientras Economic ProbJems of the Church es un estudio sobre por qué muchoshombres, por razones no teológicas, se oponían al tipo de constitución de la iglesia,Society and Pun'tanism in Pre-RevoJutionaryEngJandes un estudio básico sobre por qué,también por razones no-teológicas, apoyarían al puritanismo oincluso "se convirtieron"al puritanismo. En el primer capítulo, Hill considera la dificultad de definir aun puritanode la Inglaterra de los siglos dieciséis y diecisiete. Nos previene de una posibleconcepción religiosa demasiado restringida ( ytambién de una posible proyección aeseperiodo de nuestra noción modernade puritano como aguafiesta), yexplica que el términotenía connotaciones, religiosas, políticas ysociales para los contemporáneos. En materiasreligiosas los puritanos querían reformas en la iglesia, es decir. no eran separatistas, almenos hasta 1640. En política se oponían ala corte yasus actuaciones yestaban a favordel Parlamento, es decir los Comunes. (Hill aconseja no hacer una distinción demasiadoprofunda entre reJigión ypolítica en este periodo). Ysocialmente. los puritanos eran losrepresentantes de un rango concreto de. clase social, es decir el tipo medio de gente o,como Hilllos denomina en su libro, el "tipo de gente diligente, pequeños propietarios,artesanos ycomerciantes pequeños ymedianos". El verdadero punto central de Societyand Puritanism es el cuerpo de doctrinas y prácticas que fue denominado Puritanismoyla atracción que ejercía para la gente de tipo medio ydiligente 48. En este estudio largopero fascinante. Hill ofrece una verdadera sociología del conocimiento de la relaciónentre el tipo medio de la gente ylos valores ylas prácticas del Puritanismo. Trata de temas

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El trabajo de Hill sobre las bases sociales de las ideas en la Inglaterra del siglodieciséis ydiecisiete, especialmente las ideas que atraían a la gente de tipo medio, no selimita a la religión sino que incluye su estudio de Intellectual Origins oi lhe EnglíshRevoJution 53. En este trabajo, Hill considera el desarrollo de las nuevas ideas en, y lasnuevas concepciones de, la ciencia, la historia y la ley, ylas contribuciones de éstas a la

honor de Tawney) 51. En él Hill reconsidera la tesis de "la ética protestante" yofrece supropia versión de ella (al mismo tiempo que presenta una hipótesis sobre las fuentes delindividualismo moderno). Compara la doctrina protestante de la justificación por la fe conla doctrina católica romana de justificación por las obras. Señala que los protestantescriticaban a los católicos por la naturaleza ritual de la representación de las llamadas"buenas obras" que parecían estar impulsados por la misma Iglesia Católica. Por contra,los puritanos creían que el espíritu con el que un hombre actuaba era más importante quelas mismas acciones; esto es "un hombre que era bueno hacía una buena obra, no es queuna buena obra hiciera un buen hombre". Es más. la única persona que puede juzgar losmotivos, intenciones y la fe correspondientes era el mismo creyente, en oposición a lospadres de la iglesia. Por tanto, el creyente tenía que "examinar su propio corazón", unapráctica que dio al protestantismo su rasgo fundamentalmente individualista. Al mismotiempo no había nada específicamente característico del protestantismo que generaracapitalismo automáticamente. Su significación era que "destruía los obstáculos que lasinstituciones ylas ceremonias más rígidas imponían". La gente de tipo medio podría estar"convencida íntimamente de que la industria era una buena obra, para el bien común...Pero los hombres no se volvían capitalistas porque fueran protestantes. ni tampocoprotestantes por que fueran capitalistas". Más bien, "en una sociedad que ya se estabavolviendo capitalista, el protestantismo facilitó el triunfo de los valores nuevos". En otraspalabras, el énfasis protestante sobre la frugalidad. el trabajo duro, (y) la acumulación nose debió a algo únicamente inherente a la teología protestante sino que fue una"consecuencia natural de la religión del corazón en una sociedad donde la propiedadcapitalista se estaba desarrollando". Es más. el protestantismo tuvo diferentes "efectos"en los diferentes países yentre las diferentes clases. Como Hill señala, el mismo conjuntode ideas y principios que atraía a la clase media en Inglaterra también atraía'a gruposbastante distintos de disconformes en otras sociedades, "como la clase acomodada deHungría y Escocia, o los plebeyos de las ciudades holandesas". Es más, "las iglesiasprotestantes se establecieron en Escandinavia (y) Europa central" pero al parecer "sólocontribuyeron de fcirmasuperficial ycasual al desarrollo del capitalismo" ;2. .

Hill se dedica alos estudios de la gente de tipo medio en particular porque fue estaclase (aunque no sola) la que convirtió la guerra civil en revolución. Ellos no comenzaronla guerra civil ni desearon conscientemente un nuevo orden que condujera al desarrolloposterior del capitalismo, pero hicieron de esa lucha la revolución inglesa (sobre la pre­gunta de quién comenzó la guerra civil, Hill manifiesta que comenzó como una luchaentre dos facciones de la clase de los terratenientes dirigentes. Cada una de las faccionesse detinía en parte por sus respectivas relaciones con la corona, una corona incapaz degobernar a la manera tradicional, ya la vez incapaz de evolucionar) ;;. Hill trata de de­mostrar que la gente de tipo medio que apoyó al parlamento en contra del rey ysus segui­dores, no actuaron simplemente por interés económico sino que estuvieron motivados porideas y valores desarrollados a partir de la totalidad de la experiencia de clase -econó­mica, política, religiosa, etc.-. Tampoco desearon conscientemente que la revolución im­pulsara al capitalismo. Pero de las revueltas a las que ellos contribuyeron, yque sus lí­deres quisieron dirigir, hacia 1660 se produjeron cambios en laestructura política ysocialque, independientemente de las intenciones de aquéllos que los habían provocado, tuvie-

107LOS HISTORIADORES MARXISTAS 8RITANlCOS

gestación de la revolución inglesa. Lo hace centrándose en las figuras fundamentales delperiodo en dichas áreas: Francis Bacon, Walter Raleigh, and Edward Coke. Así, porejem­plo en cuanto al trabajo de Bacon, HiU defiende que su contribución especial consistió ensintetizar y sistematizar la prácica y el pensamiento que se había estado desarrollandodurante el siglo dieciséis en los estudios científicos ymédicos, con el apoyo activo de lagente de tipo medio, especialmente en Londres alrededor de centros alternativos comoGresharn Collegef'alternativos"es decir, alas universidadesconservadoras de Oxbridge).Bacon puso énfasis en la aproximación empírica yexperimental al conocimiento y, porlo tanto, "elevó a un sistema intelectual coherente lo que hasta entoces sólo habían sidolas conclusiones parcialmente difundidas de la experiencia humana". De esta manera"captó el optimismo de los comerciantes yartesanos, satisfechos en su recién descubiertahabilidad para controlar su entorno (a partir de 1640 especialmente), incluyendo elentorno político ysocial: y su menosprecio del viejo escolasticismo". De forma similar,Raleigh, en relación con la historia y la conciencia social, yCake, en su afmnación de laprimacía de la ley común ysuelevaciónanivel de mito nacional, sintetizaron yarticularonideas yperspectivas que atrajeron ydieron "confianza" ala gente de tipo medio: "Los tresproporcionaron ideas para los hombres que hasta entonces habían existido sólo para sergobernados, pero quienes en la década de 1640 ayudarían atomar posesión del gobierno.Junto con el sentido puritano del destino y la importancia de la ayuda propia, ellosprepararon a los hombres para la revolución" 5~.

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; 1 f J. fisher(ed.l, Essaysin che Economic lJJIdSocialHisroryofTudorand Sruan England. Cambridge, CambridgeUnive~ity Press. 1961.

i2 C. HiI!, Change and Continuicy, pp. 83-84, 95. Y99.1] Basado en sus tres conferencias de 1962. El trabajo de HilI sobre esre lema fue cOl1D'Ovenido. cr. Los ensayos

en Past & Presenten 1964y 1965, reunidos posrerionnenle en el libro C. Websler(ed.l, The Ina:I/eclUal Revolution oftheSevenlI!enth Cenrury, Londres, Roulledge and Kegan Paul, 1974.

;' c. Hill, lna:llecruai Origins, pp. 87. 289.H Hil nunca ha ofrecido un análisis completo de los motines y revueltlS de la guerra civil. pero su antiguo alumno.

Brian Manninpí lo ha hecho en The English People lJJId che English Revolutioo. Hannondsworth. Penguin. 1978.

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ron el efecto de hacer posible una enorme aceleración en el desarrollo del capitalismoinglés 56.

Una vez más debe señalarse que estos estudios representan tanto cambios comocontinuidad en la tesis de Hill desde sus primeros escritos hasta los últimos. Indican cam­bio por cuanto la concepción de Hill de una' revolución burguesa es modificada. Ya nose refiere necesariamente a una confrontación entre la aristocracia feudal y la burguesíacapitalista. Al mismo tiempo, sin embargo, existe continuidad en el argumento básico delHill según el cual la revolución inglesa fue una revolución burguesa en tanto en cuantosus consecuencias favorecieron de forma decisiva el desarrollo del capitalismo 57.

Más recientemente, en un ensayo sobre el problema de la relación entre laeconomía y la cultura con respecto a la historia de las ideas, Hill indica indirectamentesu concepción del análisis de la lucha de clases. Manifiesta que, "la historia económicaes esencial para los historiadores de la culturaporque laculturaes un fenómeno de clases".Esto parece significar que las relaciones de clase se determinan por las relaciones socialesde producción, pero además que un análisis de la lucha de clases debe apreciarnecesariamente l~ totalidad de la experiencia de clase. Es más, escribe, "toda historiadebería ser historia cultural, yésta sería la mejor historia". Es decir, las mismas relacionessociales de producción están determinadas por la lucha entre las clases, la cual es tancultural como económica (vid. la teoría de la determinación de clases) 61.

109LOS HISTORIAOORES MARXISTAS BRJTANlCOSHARVEY J. KAYE108

El desarrollo posterior del análisis de la lucha de clases de Hill no sólo ha dado lugaramodificaciones en la tesis de la revolución burguesa, sino tambiénen su conceptualizaciónde la totalidad de la experiencia de clase. Siempre ha estado especialmente interesado enla cultura y las ideas del siglo de la revolución, como indican, en este trabajo temprano,su refencia aT.S. Eliot y sus comentarios sobre Milton y otros 58. Sin embargo en susprimeros escritos, apesar de su interés sincero por el pensamiento de la época, existe unaaproximación teórica a la totalidad social en términos del modelo base-superestructura:"el estado económico del desarrollo determina finalmente tanto la superestructurapolítica como la ideología de esa sociedad" i9. Posteriormente, como por ejemplo en susestudios sobre la clase media, trató de presentar una sociología de la cultura yde las ideasque continuaba siendo materialista, pero ya no basada en aquel modelo. Así, enIntellectual OriginsoftheEnglishRevolution, advierte contrael determinismo económico:"una aproximación social a la historia intelectual conlleva sus propios riesgos. El mismoMarx no cayó en el error de pensar que las ideas de los hombres eran meramel!te un pálidoreflejo de sus necesidades económic~s, sin historia propia; pero algunos de sus sucesores,incluyendo muchos que no se llamarían marxistas, han sido mucho más economico­deterministas que Marx". Al la vez escribe, "Me parece que cualquier cuerpo de doctrinaque desempeña un papel primordial en la historia -la de Lutero, la de Rousseau, la mismade Marx -"prende" porque satisface las necesidades de grupos importantes de la sociedaden la que se da aconocer" 60.

" Cf. 17re Cencury ofRevoluciom y God's Englishman: Oliver Cromwell and the English Revolucion de Hill. Suúltima palabra sobre el lema apllltCe en "A Bourgeois Revolution?".

5' Para su razonamiento completo, cL Refonnacion 10 Induscrial Revolucion y 77re Cencury ofRevolucion de Hill.\! cr.. por ejemplo, "The English Civil War: (nlefllreled by Marx and Engels". pp. 152-56. Y"Historians and lhe

Rise ofBritish Capiralism", pp. 319-21, de Hill." C. HiI!. "Marxism and History", Science md Soc:iecy, 3(Primavera 1948), p. 53.'" C. HiI!. Inrelleccual Origins.p. J. El pámlfo lermina: "Estoes lo opuestoadecirque una vez que hemosrelacionado

la ideasde Lull:ro con susociedad, entonces pueden serdespreciadas. Existeel problemade que los historiadores, atrapadosparel método Namier. pueden asumirdemasiado ligeramente que las ideasque influyeron ahombres ymujeres en el pasadopueden ser desechadas como hipocresía. racionalizaciones o irrelevancias".

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La Revolución inglesa como revolución democrática frustrada

El más pobre de lnglaterra tiene una vida que vivir como la tiene el más grande; y porlo tanto en verdad pienso, señor. que está claro que lodo aquél que tiene que vivir bajo ungobierno debe aceptar dicho gobierno por propio consentimiento; ypienso que el hombre máspobre de Inglaterra no está obligado esllÍctamente para con un gobierno que no le ha dado laoportunidad de aceptarlo.

Coronel Rainsborough en los Debates Putney 6~

Aunque esta sección se centrll. en aquellos escritos en los que Hill ha puesto el acentoen las frustradas luchas democráitcas de la revolución inglesa, sería erróneo hacer unadiferencia profunda entre éstos ysus estudios de la gente de tipo medio que ya han sidodiscutidos. Society and Puritanism e Intellectual Origins of the English Revolution notratan simplemente sobre la clase media en relación con el naciente capitalismo, sino quetambién señalan la realidad radical-democrática opotencial de los valores oprácticas delpuritanismo y del pensamiento científico-intelectual del momento. El mismo Hillsubraya que todos fueron parte de una "sola revolución".

Dentro de esta única revolución inglesa. sin embargo, Hill identifica dos revolu­ciones unidas, pero diferenciadas, una de las cuales triunfó, mientras que la otra fracasó.La que triunfó fue la revolución burguesa que terminó con la expulsión violenta deJaime II de Inglaterra en 1688. En el curso de esta revolución tuvo lugar "la guerra civilde 1642-6, el juicio yejecución de Carlos r, la proclamación de la república inglesa, [y]la abolición de la cámara de los lores". Políticamante significó que los esfuerzos de losreyes Estuardo ysus obispos por crear un régimen absolutista habían fracasado. Es más,

" C. HiU. HiIl. "Partía! HiSlOrians and!he Total HiSlory". Times Lirerary Supplement. 24 de Noviembre de 1972,p.3.

" Colonel Rainsborough. in G. E. Aylmer(ed.). Tbe !.eveilers and the EDglisb Revo/ution.Lon~. Thames andHodson. 1975. p. 100.

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Esta revolución, mantiene Hil!, hubiera sido la revolución del "pueblo llano". Eltérmino parece abarcar elementos de las clases media y baja. Sin embargo HiIl no haescrito extensivamente sobre "el pueblo llano" ni ha intentado una sociología general desu manera de vivir. aunque ha dicho, invitando ahistoriadores más jóvenes, que "nosotrossabemos demasiado poco sobre los que vivían en casas de barro, comían centeno y pande salvado, yconseguían una alta proporción de caloñas (si tenían suerte) de la cervezacasera"64. Más bien. lo que él ha estudiado son los grupos radicales de la revolución ylasideas por ellos articuladas. Insiste en que éstos han sido marginados con demasiadafrecuencia por los historiadores que se han interesado más por los aspectos estrictamentepolíticos y religiosos del siglo diecisiete. Hill ha tratado de demostrar que las ideasarticuladas. reivindicadas y/o practicadas por esos grupos tuvieron, además de unsignificado político y cultural, consecuencias en el contexto del siglo diecisiete y quecontribuyeron decisivamene a la formación de la historia moderna.

consiguió la subordinación de la corona yde la iglesia "al Parlamento (representante dela hidalguía yde los comerciantes) yala ley común (adaptada a los intereses de las clasesacomodadas)". Por supuesto también aseguró el desarrollo posterior del capitalismo.

Si hubiera triunfado la otra revolución, defiende Hill, hubiéramos tenido unaInglaterra muy diferente. Esta revolución comenzó cuando las tropas del nuevo modelode ejército, al que el Parlamento había movilizado contra el rey, comenzó a tener suspropias aspiraciones. Con el London Leveller Party, proponían la redistribución yextensión de la "inmunidad parlamentaria para todos los hombres, o para casi todos,reformando la ley en favor de la gente de tipo medio"; el establecimiento de la "seguridadde la propiedad" tanto para los pequeños como para los grandes propietarios; y lainstitucionalización de la libertad religiosa que había surgido en el periodo que siguió a1640. Sin embargo, mantiene Hil!, este movimiento fue de importancia transcendental,ya que "fue este movimiento radical el que forzó el juicio yla ejecución del rey por traidoral pueblo de Inglaterra". Es más, en medio de la libertad sin precedentes que se disfrutóen la década, más o menos, que siguió a 164Q, este movimiento motivó discusionesvigorosas yfascinantes sobre toda una serie de temas. Aunque los participantes articularonsus posiciones en términos religiosos, las ideas ypronunciamientos fueron con frecuencia"revolucionarios". Como Hill resume: "Los LeveIlers exigían democracia política, losDiggers comunismo, los Ranters el amor libre. Otros pusieron en duda la ley común, laBiblia, la existencia del cielo ydel infierno, a Dios y al demonio"6J.

"The Norman Yoke" es una obra clásica tanto por la naturaleza de su argumentocomo porque representa -amanera de aproximación a la historia ya la sociología de lasideas - una de las aportaciones más importantes de Hill a la teoría de la determinaciónde clases, Ya que ofrece un análisis de la historia de la teoría del Yugo Normando entérminos de las diferentes maneras en que fue interpretada según las distintas clases. Dela misma manera que previene contra la postura de que las ideas de los hombres son"meramente un pálido reflejo de sus necesidades económicas", también previene encontra de la postura de que las ideas de la clase gobernante son necesariamente las ideasde los gobernados, incluso aunque lo parezca durante un cierto tiempo. Escribe "El hechode que las mismas palabras puedan significar cosas distintas en momentos diferentes

. debería ayudamos a comprender que las mismas ideas pueden llevar a conclusionesdiferentes para las distintas clasés en un determinado momento"67. (Añade que, desgra­ciadamente, los "historiadores , debido a la naturaleza de los testimonios que perduran,siempre tienden aencontrar las opiniones de la clase dirigente más fáciles de recuperaren cualquier sociedad: la reconstrucción del punto de vista del desposeído es más penosay fraccionaria").

111LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Esto se ve incluso en sus escritos tempranos. En uno de sus primeros ensayos dice que eldesarrollo de la aproximación marxista a la historia tiene no sólo valor académico sinotambién valor político en cuanto que "ella sola puede devolver a los ingleses parte de suherencia cultural que les ha sido robada". Lamenta el hecho de que, mientras para losfranceses 1789 tiene un gan significado, para los ingleses 1640 apenas significa nada:"Los jacobinos todavía perduran hoy en Francia; pero no los leveIlersen Inglaterra". Porlo que respecta a Inglaterra, HiU culpa a los historiadores de esta amnesia histórica y loscensura por segu\r propagando la noción de que la revolución inglesa es una revoluciónpuritana. El problema es que la teoría de la revolución puritana pone énfasis en "lasdiferencias entre nuestros antepasados del siglo diecisiete y los ingleses actuales, entresus luchas ylas nuestras. De esta manera los estudiantes encuentran aburridas las historiasmas atractivas de nuestro país. El marxismo al demostrar la unidad de la sociedadJa baseclasista de los conflictos políticos e ideológicos puede hacer revivir el pasado'·65. Esta fue,desde luego, la intención de Morton en A People 's History oiEnglandy se convirtió enun aspecto importante del trabajo del grupo de historiadores del Partido Comunista. Dehecho, como ya se ha dicho, Hill escribió su clásico ensayo, "The Norman Yoke"66 parala publicación del grupo. Democracy and the Labour Movement, lo cuál confmna que1956-7 no debe tomarse como una "ruptura" en el trabajo de Hil!.

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HiIl ha mostrado un interés continuo tanto por la historia de abajo arriba como porlos grupos radicales de la revolución inglesa. especialmente los Levellers ylos Diggers.

Hill debate la teoría del Yugo Normando como la versión específicamente inglesa

" C. Hill, "Jobn Bunyan and!he Englisb Rcvolution", Marxisc Perspectives. 2(Otoño 1979), pp. 8-9." C. Hill. The CenlUI)' olRevo/ucion. p. 264.

" C. Hill. "HiSlorians and thge Rise of Brilish CapitaJism", p. 321.\O C. Hill. "111e Norman YoIee", in John Saville (ed, l, Democracy and che LabourMovemen~ Londres, Lawrence

:md Wishart. 1954; editado de nuevo en Puritanism and Revolution, pp. 50-122.;¡ C. HiIl. Change and Concinuily, pp. 282·3.

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de la "teoría de los derechos perdidos", omito de una Edad de Oro, que ha existido en casitodas las comunidades. Es una teoría que tuvo muchas formas y que dejó mucho quedesear como relato histórico real de la Conquista Normanda y la historia subsiguiente.Hill la resume así: .

Antes de 1066 los habitantes anglosajones de este país vivían como ciudadanos libres eiguales. autogobernándose por medio de instituciones representativas. La conquista nonnandales privó de esta libertad, yestableció la tiranía de un rey yunos señores de la tierra extranjeros.Pero el pueblo no olvidó los derechos que habían perdido. Lucharon continuamente pararecuperarlos. con suerte diversa. Algunas concesiones ( la Carta Magna, por ejemplo) seconsiguieron de los gobernantes de vez en cuando. y la tradición de la libertad anglosajonaperdida fue siempre un estímulo para las incesantes demandas dirigidas a los sucesores de losusurpadores nonnandos 68.

Otra versión de la teoría del yugo normando fue ofrecida por [os Levellers.Representando "a los pequeños propietarios de la ciudad ydel campo", los Levellerserandemócratas radicales. Para ellos la abolición de la monarquía era insuficiente para librara Inglaterra del normandismo. Más bien, era necesario llevar a cabo drásticas reformaspolíticas y legales, incluyendo una amplia extensión del sufragio masculino. Para losLevellers, la victoria del parlamento debía ser seguida de la creación de un parlamentomás representativo de los ingleses 69. Hubo todavía otra versión de la teoría del yugo

113LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

En este libro Hill estudia directamente la revolución inglesa "que nunca ocurrió,aunque de vez en cuando amenazó", Si realmente hubiera existido, "podría haberseestablecido una propiedad común, una democracia mucho más ampliaen las institucionespolíticas y legales, la iglesia estatal podría haberse desligado del sistema y haberserechazado la ética protestante", The World Tumed Upside Down es un estudio de losmovimientos radicales del pueblo llano -Los Levellers, los Diggers, los Ranters yotrosgrupos religiosos- que surgieron en los años 1640 y1650, cuando "literalmente cualquiercosa parecía posible"71.

normando, defendida por los Diggers; "portavoces de los desposeidos" yel "grupo másradicalde todos", Segúnesta versión, paraque Inglaterrafuera purificadade nonnandismoypudiera serestablecida una verdadera república, no sólo era necesario instituir reformaspolíticas y legales, sino también dar fin a"todas las reliquias feudales ya la propiedadde la tierra" 70.

En Andchrist in Seventeenth-Century England (1971), un trabajo que rememoraal "yugo normabdo", Hill estudia el "mito del Anticristo" a través de sus diversastransformacionesen la historia inglesa antes ydurante la década de 1600. Lo rastreahastasus orígenes en la edad media como doctrina herética y subversiva; lo estudia en laInglaterra de la Reforma, donde fue propagado por la Iglesia yporel estado en una versión"respetable" que declaraba que el Anticristo era el Papa de Roma; ymás adelante lo sigueinmediatamente después de su reaparición a finales del siglo dieciséis como ideasubversiva, cuando los puritanos comenzaron a ver al Anticristo en la Iglesia deInglaterra. En esta última transmutación el mito se utilizó para movilizar al pueblo llanoen contra de los obispos ydel abso1utismo real durante la década de 1640. Pero ni siquierafue éste el final de la historia. Con anterioridad a la guerra civil, la simple igualdad delAnticristo con la corona ysus altos clérigos fue suficiente para conseguir el apoyo de "losutópicos revolucionarios de las clases bajas" para la causa de la oposición parlamentaria.Pero después que se aseguró la victoria de la guerra civil se puso de manifiesto que,aunque los radicales de la clase baja ansiaban llevar acabo una amplia campaña contrael Anticristo, los "sensatos líderes" de la oposición parlamentaria sólo habían tratado de"deshacerse de los obispos anticristianos" 71, Entre los que defendían que la revoluciónsocial era necesaria para liberar a la tierra del Anticristo estaba Gerrard Winstanley, lídery portavoz de los Diggers, figura a la que HilI trata ampliamente en el que muchosconsideran su libro más interesante, The World Tumed Upside Down: Radical IdeasDuring the English Revoludon.

HARVEY 1. KAYE

El aspecto más destacado del ensayo es que, en él, Hill examina la teoría del YugoNonnando dándole una interpretación basada en la diferencias de clase. Explica que alprincipió alcanzó a "todos los desamparados", Incluso llegó a los comerciantes y a lahidalguía quienes, si bien se iban incorporando progresivamente a la clase dominante,sin embargo permanecían en un statussecundario en relación con la aristocracia "feudal"yla monarquía absoluta, la cual, de acuerdo con la teoría del yugo normando, había sidointroducida en Inglaterra por medio de la conquista nonnanda. De hecho, la versiónrealista de la teoría justificaba el absolutismo y las prerrogativas feudales por el hechode la conquista. Estos comerciantes y la hidalguía "sintieron que sus propiedades peli­graban acausa del gobierno arbitrario, la fiscalidad arbitraria, yla obligación de los pagosfeudales", yvieron en la "ley común", la cual, de acuerdo con su concepción del yugo nor­mando, había sobrevivido a la conquista nonnanda, "la encamación de las libertadesanglosajonas", Representados por los parlamentarios conservadores, propusieron quepara terminar con el yugo normando era absolutamente necesario abolir la monarquíarepresiva, en favor de la norma de la ley común.

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" C. Hill 'íhe Normarr Yoke". p, 57." cr. H.N. Brailsrord. The Leve/Jers and che Englísh Revo/ution. Londres, The Cresset Press, 1961: publicación

prepmda yedillda por Hill después de la mueru: de Brailsford, También, d. C. B. Macpherson; The PolíticaJ Theoty ufPossessive /ndividwJism, Oxford, Oxfurd UniYelSity Press. 1962. en especial pp. 107-54: y B. Manning, The EnglishPeopIe and che English Revo/ution. p¡1. 308-40.

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" C. Hill, 'The Norman Yoke", pp. 87-88 donde aparece un resumen de las distintas ve~iones sobre el siglodiecisiete.

" C.HiIl.Antichris(inSevenreentiJ~nlUly EngJand.O~ford.Oxford Unive~ityPress,1971. p_LOI. OrigiJlaJml:mepresentado como las RiddeII Memorial Lectun:s en la Univmidadde Newcastle upon Tyne; en NoyieolJ:R- de I~

1! C. Hill, The WorJd Tumed Upsidt: OoWll, pp. 15 Y14.

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Los Diggers llegaron a realizar invasiones en el campo, en las que habiendoocupado la tierra con éxito, se dedicarían al cultivo colectivo, como, por ejemplo, en St.George's Hill en 1649 H.

El más pobre de los hombres tiene el mismo título y justo derecho a la tierra que el másrico de los hombres....Ia verdadera libertad reside en el libre disfrute de la tierra... Si el pueblollano en Inglaterra no tiene orra libertad que la de vivir entre sus hermanos mayores ytrabajarpara ellos a sueldo ¿Qué libertad hay en Inglaterra que no haya en Turquía o Francia 131

Los Level1ers buscaban la democracia política, es decir, una amplia extensión dela inmunidad parlamentaria. Winstanley ylos Diggers o, como ellos mismos se llamaban,los verdaderos Level1ers, querían ampliar estas demandas hasta incluir la democraciaeconómica a través de una reforma agraria para conseguir el cultivo común.:

115LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

posibilidadde que muchas visiones de los radicales, aparentemente utópicas ydisparatadas,"no se oponen necesariamente al orden; simplemente contemplan otro orden diferente".Además, Hill cree que tal reconsideracion nos permitiría "obtener una visión másprofunda de la sociedad inglesa" del siglo diecisiete, ypodría ser útil para el periodo enque vivimos. De la misma manera que el establecimiento de la "democracia política" enInglaterra motivó una nueva apreciación de los LevelJers a finales del siglo diecinueveyprincipios del veinte, Hill sugiere que, "los Diggers tienen algo que decir a los socia­listas del siglo veinte", De hecho, continúa, "ahora que la misma ética protestante, elmayor logro de la sociedad burguesa europea de los siglos dieciséis y diecisiete, secuestiona al fin tras un dominio de tres ocuatro siglos, podemos estudiar con renovadavoluntad a los Diggers, los Ranters, y los otros muchos osados pensadores que en en elsiglo diecisiete se negaron a la reverencia yal culto"76.

HARVEY J. KAYE114

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Hill también estudia los Ranters. Este fue un grupo que a primera vista parece nohaber tenido ninguna ·'política". Pero Hill demuestra que la ética de los Ranters "suponíauna auténtica subversión respecto a la sociedad existente yasus valores". Creían que latierra había sido creada para el hombre, y que todos los hombres eran iguales. Es más,muchos Ranterspredicaban que no había ni cielo ni infierno, ni vida más alla yque "todolo que importa es aquí y ahora". Subrayaban la unidad de la creación yel amor de Diosy, de hecho, normalmente predicaban y practicaban el "amor libre". Por supuesto, Hillnos hace ver las ideas de los Ranters como "reacción negativa" para el desarollo delcapitalismo. Describe su movimiento como "un grito en favor de la fratémidad humana,la libertad y la unidad contra las fuerzas divisorias de una ética severa forzada por lasevera disciplina del mercado" 7;.

Sin embargo estos grupos radicales del pueblo llano no sólo eran "significativos"o "razonables"77 en términos del siglo diecisiete, sino que también fueron efectivos.Constituyeron una fuerza radical en las décadas revolucionarias (1640-50) -presionandoa los parlamentarios más de lo que podía haber conseguido la guerra civil - y ademáscontribuyeron aluchas posteriores. Aunque fue el temor auna reaparición de la actividadrevolucionaria entre ese pueblo lo que volvió a unir a las clases acaudaladas para asíimpulsar la restauración en 1660, "sin la presión de los radicales la guerra civil pudo nohaber sido transformada en revolución" 78, Las ideas de los radicales, junto con las ideasde mayor éxito de la revolución burguesa, también contribuyeron a la tradición radicaly, de esta manera, a luchas posteriores en Inglaterra, América yFrancia 79,

Hill aclara desde el comienzo del libro que está escrito desde lo que él llama "elpunto de vista del gusano". Su intención es reconsiderar los grupos religiosos radicalesque tradicionalmente han sido vistos como "el sector marginal" por los historiadores dela revolución inglesa y con esto demostrar que ellos y sus ideas tuvieron significadopolítico ycultural en términos específicamente históricos del siglo diecisiete, "Al revéses. después de todo, un concepto relativo", nos dice Hill. Se pregunta si no estamos tanacostumbrados aentender los desarrollos de los últimos tres siglos como la única formaen las que las cosas podían ocurrir que somos incapaces de ser "justos con los que en elsiglo diecisiete percibieron otras posibilidades". Pero, considerando que aún seamoscapaces de una cierta identificación histórica, sugiere que tengamos en cuenta la

" Winslanley, citado por HiIl en Tht World Turnee! Upside Down. p, 133." Este episodió se ha namdo en una novela, Comrade ¡acob. de David Caute, 1961. y en una película.

··Winstanley". producida en 1976." C. HilL 1ñe World Tumed Upside Down. pp. 339, Y340. También. ef. A. L. Monon, The World ofrhe Rantm,

Londres. Lawrence and Wishan, 1970.

Para Hill el siglo de la revolución es, pues, un periodo de antagonismo entre lasclases, de lucha y de conflicto de clases. Pero ¿qué ocurre con los historiadores querechazan el argumento de Hill según el cual el siglo diecisiete puede entenderse en estostérminos. bien porque ellos no creen que las clases existieran antes del capitalismoindustrial o porque, como Peter Laslett defiende en The World We Ha ve Lost 80, sólo laclase dirigente era consciente de sí misma como clase en la Inglaterra del siglo diecisiete?Hill responde, en primer lugar, que "considero la clase como detinida por la posiciónobjetiva de sus miembros en relación con el proceso de producción ycon las otras clases.Los hombres se dan cuenta de sus intereses comunes en el curso de la lucha contra los

" Hill, The WorId Tumee! Upside Down. pp. 385·86, Y15.'1 cr. el ensayo de Hili"Reason and Reasonableness", 1969, en Change andCominuity. pp. 103.23,-, C. Hil!, "A Bourgeois Revolution'?, p. 133. Hay Olla explicación reciente de Hill en "Religion and Democraey

in !he Puritan Revolutioo", Democracy. 2(Abril 1982). pp. 39-45," ce. Sorne Inrellt:clUaJConsequences ofrhe English Revolurionde Hili. Para esludios recientes de HiII sobre una

de las sectas religiosas l1Idicales, cf. sus conuibuciones aChristopher Hill, Barry Reay y Wilüam LamOI1t, Tñe World ofme Muggletonians, Londres, Temple Smith, 1983.

lO P. Lasletl, 1ñe World We Have Los( Londres, Methuen. 1965, Hay una reseña de Hili sobre el libro de Laslen:"A One-Class Society?", en Change and Cominuiry, pp. 205-18.

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El legado de Ja<¡ ideas revolucionarias

enemigos comunes, pero esta lucha puede producirse mucho antes de que pueda hablarsede "concienciade clase" 81. En segundo lugar, defiende que la supuesta conciencia de losmiembros de la clase delos terratenientes dirigentes en la Inglaterra de los siglos dieciséisydiecisiete estaba necesariamente determinada por su propia noción del antagonismoentre las clases, la tensión y la lucha, que caracterizaron a la sociedad que gobernaban yque en potencia podían desembocar en una rebelión 82. Además, debemos recordar quesu experiencia del antagonismo entre las clases se expresó, como podía esperarse, en tér­minos del siglo diecisiete. y, portanto, con bastante frecuencia, en términosespecíficamentereligiosos. "Por supuesto", Hill escribe, "es posible que diferenciar excesivamente elescepticismo general, la política y la religión pueda conducir a error" 83.

Los estudios de Hitl sobre el siglo diecisiete i4 incluyen escritos sobre trespersonajes concretos de las décadas revolucionarias: -Oliver Cromwell, John Milton andGerrard Winstanley. En God's Englishman: OiiverCromwelJ and the English Revoiution(1972) no evita la crítica aCromwell yasu política, aunque su aprecio por el hombre esevidente. De igual manera que Hitl lamenta el fracaso de la revolución democrática,aunque a pesar de ello reconozca el legado histórico de la revolución inglesa - inclusocomo burguesa -admite la importancia de Cromwell. En realidad, su libro pone demanifiesto que Cromwell ha sido considerado como la personificación de la revolución.Era puritano ehidalgo: derrotó alos" realistas involucionistas" ysofocó aalos radicalesyde este modo dirigió los cambios que preparaban el terreno para el desarrollo posteriorde Inglaterra como sociedad capitalista y la expansión del capitalísmo británico a nivelmundial. Pero el Cromwell que atrae eHUI de manera especial es "el líder exuberante yconfiado de la década de 1640... cuyas verdades crudas yduras resuenan durante siglos".Afmna que mientras la gente siga luchando por cuestiones de libertad e igualdad, lasluchas yactividades de Olíver Cromwell permanecerán atrayentes y polémicas 85.

¡\{jiton and the Engiish Revoiution es uno de los estudios más importantes de Hill.En él Milton ysu obra son analizados en profundidad en el contexto del siglo diecisieteyde la revolución con la que estuvo tan estrechamente comprometido. Ylo que es másimportante, Hill ve a MUton relacionado con "dos círculos imbricados" Uno de los

117LOS mSTORIAOORES MARXISTAS BRITANICOS

círculos representa el pensamiento puritano tradicional yel otro representa las ideas delos grupos radicales. MUton, defiende Hill, extrajo sus ideas de ambos círculos, pero suspropias ideas construyeron además un tercer círculo. La originalidad de la labor de Hillreside en su insistenciade que Milton debe ser visto como "viviendo en un estado de diá­logo permanente" con las ideas de los radicales. No defiende que MUton fuera un miem­bro de alguno de los grupos radicales, si bien, aunque Milton no fuera un LevelJero unRanter. estuvo claramente atraido por muchas ideas de éstos 86. (En particular, de entrelos grupos radicales, Hill ve las ideas de Milton más próximas a los Muggletonianos)81.

Pero la figura del siglo diecisiete que Hill aprecia más es la del líder Digger, GerrardWinstanJey. Sus escritos sobre 'vYinstanley incluyen un largo debate en The Worid Tut·ned Upside Dowrr; una amplia introducción a una selección de opúsculos de Winstanleyque él editó, bajo el título The Law ofFreedom and Other Writings(l973) 88; yuna cortamonografía, titulada The Reiigion of Gerrard Winstaniey (1978) 89. Hill defiende que,aunque el pensamiento de WinstanJey estuvo influido por la imagen y los valores de una"comunidad rural" que se extinguía, se aproximaba hacia el pensamiento socialista ycomunistade laeradel capitalismo industrial. Dice que es típicamente moderno en cuantoque reconoce que "el poder del estado se relaciona con el sistema de propiedad ycon elcuerpo de ideas que sustentan ese sistema». Es más, continúa, Winstanley se dio cuentade que la libertad políticadepende en último término de la igualdad económica y, por ello,para establecer la libertad era necesario eliminar la propiedad privada y el trabajoasalariado. Hill admite que Winstanley no creó el primer anteproyecto de una sociedadcomunista pero, defiende, que el trabajo de Winstanley fue original porque fue escrito enel zenit de una revolución, en la lengua del pueblo llano, con la intención de convocar alas "clases pobres al activismo político".

El afecto especial por WinstanJey que se pone de manifiesto en los escritos de Hillse debe en gran parte a la originalidad del pensamiento de Winstanley ya sus esfuerzospor llevarlo a la práctica. A su vez parece ser debido al hecho de que los escritos deWinstanley permiten a Hill declarar que Inglaterra no sólo fue la fuente de los "textosiniciales" del "pensamiento conservador-individualista ydemocrático-liberal", sino tam­bién del pensamiento socialista-comunista_ Es más, Hill no sólo ve el pensamiento deWinstanJey pertinente para la historia de las ideas, sino que también tiene algo que decirhoy en día a las luchas socialistas ydel tercer mundo 90.

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" c. Hill. "A Bourgeois Revolution'?", p. 130." Cr.los ensayos de HiIl. "The Many-Headed Moosler". 1965 en Change ami Conrinuity, pp. 181-204. Y"From

Lollards lO Levellers". en M. Cornfonh{ed.l, Rebels and Their Causes. Londres. Lawrem:e and Wishan, 1978. pp. 49-67.Il C. Hill. The Wor/d Tumed Upside Down, p. 14." HiU ha debatido ~ieOlemenle el eslado de la cuesrión en "ParliameOl and PeOl'Ie in SeveOleenth-CenlUry

England". Fas/ &: Present, 92 (Agosto 1981), pp. 100-24." C. HilI. God's Englishman. pp.253, 266.

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" C. Hil!. Mil/OfI ami /he English RevoJuaon. pp. 5. 107·16." Sobre los Mugglelooians. d. C. Hill B. Reay y W. Lamolll. The World of /he MuggJe/onian.s." C. HiU (ed.l. WinsranJey: The Law ofFreedom and Other Wri/ingS, Cambridge. Cambridge Universi!y Press.

1983: ori~inalmenle 1973." "C. Hill. ooThe Religion ofGerrard Wmstanley". Pas/ & Presen/. suplemeOlO n' 5, 1978.'o C. HiU (ed.l. Winstan/ey: The Law ofFreedol1l [Olroductión. pp. 9-10.

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Eric Hobsbawm, al evaluar el "legado" del grupo original de historiadores delPartido Comunista comenta sobre la aportación particular de Hill: "(una) ventaja denuestro marxismo - que debemos en gran manera a Hill... -fue que nunca redujimos lahistoria a un mero interés económico o a un determinismo de "intereses de clase" nidevaluamos la política ni la ideología... (y) la dedicación formal a la ideología plebeya- teoría que subyace a las acciones de los movimientos sociales - todavía se identifica engran manera con los historiadores de este origen, porque la historia social de las ideas fuesiempre (en especial gracias a Hill) una de nuestras preocupaciones primordiales" 92.

El trabajo que Hill desarrolla en la actualidad trata la cuestión de qué pasó con losradicales ycon sus ideas después de las décadas revolucionarias. Ello es interesante nosólo para los historiadores intelectuales. El análisis que hace Hill de las décadas revo­lucionarias ya ha demostrado que las expresiones de opresión de la clase baja y lasvisiones de órdenes sociales alternativos pueden ser mejor articulados si se les da esaoportunidad. Así, pues, es bastante posible que antes de 1640ydespués de 1660existieranlos mismos sentimientos pero expresados de diferente manera, yen distintos lugares. Laconclusión teórica es que "no debemos excluir la posibilidad de que una sociedad domi­nada por las clases puedaencerrar una sociedad igualitaria luchando por aflorar; ni asumirque la hegemonía de un conjunto de valores excluya la posibilidad de que existan otrosvalores, a un nivel social más bajo, o en los intersticios, geográficos o sociales, de unasociedad aparentemente homogénea" 91.

a la estructuración de la experiencia yfinalmente adeterminar la reprodución onode lasrelaciones productivas.

119LOS HlSTORlAOORES MARXISTAS BRITA.II/lCOS

Algo análogo (a la revolución inglesa) ocurrió durante la revolución francesa. Losrevolucionarios de la clase media proclamaron los derechos del hombre, y parece que sequedaron c1arameme desconcertados cuando el Cuarto Estado reivindicó que ellos tambiéneran hombres. La distinción entre ciudadanos activos ypasivos ejerce la misma función quela diferencia emre lo divino ylo profano... tanto la justificación por la fe como los derechos delhombre sufren la misma inevitable conrradicción: para dar, a los que todavía no han recibidoprivilegios, confianza para luchar comra el viejo tipo de desigualdad es necesario apelar aaquello que les une contra los privilegiados: su humanidad común, la igualdad ame Dios conrespecto a aquéllos que se creen los elegidos 93.

Considero de importancia especial sus estudios, basados en la diferenciación declases, sobre las ideas en la Inglaterra del siglo diecisiete, que vienen ademostrar que lacultura y las ideas, o ideologías, no son tan unidimensionales como aveces pensamos, yque el pueblo llantl oclase baja no es tan simple. Como expresó en The World TumedUpside Down :

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La obra de Hill representa una contribución muy importante a la teoría de loshistoriadores marxistas británicos sobre la determinación de clases yla participación enlos esfuerzos de éstos por superar el modelo base-superestructura y su feñdencia aldeterminismo económico. Ya que en su empeño por demostrar que la revolución inglesano era meramente una revolución política, religiosa oeconómica sino que "abarcaba latotalidad de la vida", Hill claramente demuestra la importancia de la cultura yde las ideaspara el análisis de la lucha de clases. Aunque admite la determinación histórica de lasrelaciones productivas, no reduce la historia ala determinación por "la base". Más bien,su análisis de la lucha de clases implica el estudio de la forma en que la vida fueestructurada por la evolución de las relaciones de producción. Las formas en las que esasexperiencias estructuradas se entendían y expresaban en términos del siglo diecisiete,"intelectualmente" yen cualquier otro sentido; ylas formas en las que fueron desarrolladaso rechazadas, defendidas o atacadas, aseguradas o instaladas en la clase, aunque nonecesariamente con completa "conciencia de clase", por lo tanto contribuyendo asu vez

"' C. HiU, "Why BlJIber about the MuggJeIOllians'/, en The Wor/d ofrhe Mugg/etoni8lls. pp. 11. 13. Taml>ién. d.las consideraciones linales en "From LoUards lO Levellers",

" E. Hobsbawm. "TIle Historians' Groupoflhe Commumst Party", en M. Cornforth (ed.), Rebe/sand TheirCauses.pp. 38. 44. ?J C. Hill. The World Tume<! Upside Down, p. 343.

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Considerar todo histónco, eso es el marxismo", Nacido de la colonización y del"mercado mundial", el capItalismo ha universalizado la historia, Ciertamente no la ha uni­ficado, éSle será el objelivo de otro modo de produCClón, Es en esta perspectiva en la que laambición fmal del hisronador debe descansar. "La hisloria universal" es reciente, Su tiempono ha terminado. Hay algo ridículo en las observaciones que se oyen con tanta frecuencia:"Sabemos demasiado", "Hay demasiados especialistas", el mundo es ,. demasiado grande"para que un solo hombre, un solo libro, o un solo método pueda abarcar toda la "historiauniversal". Este enciclopedismo implíciroes el polo opuesto ala noción de "historia razonada",la "historia tOlal" o -simplemente - el "concepro de historia",

Pierre Vitar I

AEric Hobsbawn se le considera el principal historiador marxista en activo". Estose debe, sin duda, al enorme conjunto de temas sobre los que ha realizado contribucionesdestacadas, en particular, ia historia de la clase obrera, los estudios sobre la clasecampesina y la historia mundial. Mientras Rodney Hilton. Christopher Hill y EdwardThompson han trabajado sobre todo en estudios de la historia británica. (Los escritos"históricos" de Maurice Dobb tras Studies in the Develpment oiCapitalism yla historiadel pensamiento económico fueron sobre el desarrollo económico soviético), los escritosde Hobsbawm se han extendido geográficamente desde Gran Bretaña yEuropa aAméricaLatina. Es más, aunque sus principales trabajos se han centrado en el siglo diecinueve.también ha escrito sobre los siglos dicisiete, dieciocho yveinte, Además de estos extensosestudios históricos, también ha escrito artículos y comentarios sobre la política y lasociedad contemporánea, historiografía yteoría social así como críticas sobre el arte yla

1 p, Vilar, "Marxist HislOry. AHislOry in !he Making: Toward a Dialogue wi!h AI!husser",New Left Review. 80(Julio-AgoslO, 1973), pp. 65-106.

, "Editorial Sl3lemenl", .'.farxisr Perspeclives, 1 (Primavera 1978), p. 9, YJames Croom. ''Creating a MarxislHisloriography: TIte Conlriburion of Hobsbawm", Radical Hislory Review, 19, (Invierno 1978-9), p. 87-109.

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Ene Hobsbawm

cultura J. (De hecho, durante más de diez años, Hobsbawm escribió como crítico de jazzbajo el seudónimo de Francis Newton) 4.

Aunque, como indicaremos, Hobsbawm ha sido más reacio que los otros histo­riadores marxistas británicos a rechazar el modelo base-superestrucrura, sin embargodebo insistir en que su trabajo representa ufla contribución importante a la teoría de ladeterminación de clases defendida por éstos. Ya que el análisis de la lucha de clases,desarrollado desde la perspectiva de la historia de abajo arriba, no sólo ha sido central enlos esrudios históricos de Hobsbawm sino que, como resultado de ello, él ha "abierto"nuevas áreas de esrudio, tal como "los rebeldes primitivos", yha transformado algunasáreas antiguas, como por ejemplo la historia de la clase obrera e incluso, hasta ciertopunto, la historia mundial. De esta manera ha contribuido ala teoría de la determinaciónde clases al ampliar nuestro concepto de "experiencia de clase", hasta hacerla "política"ysometerla a la determinación de la lucha de clases.

125LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRlTANlCOS

~Qué podían hacer los jóvenes intelectuales judíos en tales circunstancias? No habíaliberales de ningún tipo ya que el mundo del liberalismo (que incluía la democracia social) eraprecisamente el que habíacaido. Como judíos se nos impedía. pordefinición, apoyar apanidosbasados en alianzas confesionales, o en un nacionalismo que excluía a los judíos y. en amboscasos, antisemitas. Nos hicimos comunistas o algún otro tipo equivalente de marxistasrevolucionarios o, si optamos por nuestra propia versión nacionalista de sangre·y-suelo,sionistas, Pero. incluso la mayor pane de los jóvenes intelectuales sionistas se considerabancomo una especie de nacionalistas marxistas revolucionarios. Virtualmente no había otraposibilidad. Noimemamos un compromisocontra la sociedadburguesa ycapitalista,puesto queésta claramente parecía estar en su último suspiro. Simplemente elegimos un futuro en vez delno fulUro, lo cual quería decir revolución. Pero signifICaba revolución no en sentido negativosino positivo: un mundo nuevo antes que ningún mundo en absoluto 1,

Aunque Hobsbawm claramente ha sido uno de los historiadores marxistas bri­tánicos, no puede)gnorarse la importancia de su formación centroeuropea. En un ensayotitulado "Los intelectuales y la lucha de clases", en el que explica, con perspectivahistórica ycomparativa, la formación de los jóvenes revolucionarios de mayo de 1968 enParís, Hobsbawm también comenta su propia "biografía social". Señala que se ve comoun superviviente de la - en absoluto extinguida después de la primera guerra mundial ­"cultura de la clase mediajudía'de la Europa central". La desaparición del orden socialanterior a la guerra, la revolución soviética yel resucitado odio hacia los judíos no dejósino catástrofe ysupervivencia problemática. "Vivíamos tiempo prestado ylo sabíamos.Hacer planes a largo plazo no tenía sentido.....". Señala que: "Teníamos noticia de larevolución de octubre... Esta demostraba que el capitalismo podía y, por supuesto, debíaterminar, nos gustara o no". La experiencia de la guerra y de la revolución rusa, ladepresión, la intranquilidad política yla aparición del fascismo, éstos, escribe Hobsbawm,"fueron los tiempos en los que me hice político", Así describe la formación política ylas"preferencias" de su generación:

En 1947 Hobsbawm fue nombrado profesor ayudante de historia en BirkbeckCollege, de la Universidad de Londres; titular en 1959 y catedrático de Economía eHistoria Social en 1970 (puesto que mantuvo hastasu jubilación en 1982). De 1949 a1955,fue miembro de King's College, Cambridge. En la actualidad es profesor visitante en laNew School for Social Research en Nueva York.

HARVEY J. KAYE124

Eric John Emest Hobsbawm nació en el verano de 1917 en Alejandría, Egipto. Sumadre era austriaca ysu padre inglés (hijo de un judío ruso emigrado alos barrios del estede Londres). Poco después de nacer, la familia de Hobsbawm se trasladó aViena (1919)Ymás tarde a Berlín (1931), donde vivieron hasta que Hitler llegó al poder (1933).Después se establecieron en Inglaterra. Hobsbawm esrudió en St. Marylebone GrammarSchool, Londres, yluego fue aKing'sCollege en Cambridge, para estudiar historia 5, Haescrito que se consideró un marxista incluso desde la escuela yque su dedicación a losesrudios históricos se debió a que contestaba las preguntas de los exámenes de "formainusual", y por lo tanto se le daba muy bien. En Cambridge se vio rodeado de otrosesrudiantes marxistas - de quienes, dice, aprendió más que de la mayoría de los pro­fesores- yfue un miembro activo del Partido Comunista 6•Sus estudios fueron interrumpidospor la guerra, durante la cual prestó servicio en el área de educación, volviendo despuésaCambridge para obtener su licenciarura::

.(

"Inrerview "'iah E. J. Hobsbawm". p. 116.í;

) P3I1I una lista completa de los escritos de Hobsbawm, cf.la bibliografía de Keith MaClelland in Raphael Samueland Gareth Stedman Jones (eds). Culture. ldeologyandPolirics: Essays fOIEricHobsbawm. Londres. Routledge and KeganPaul. 1983, pp. 332-63. Recientemente Hobsbawm ha contribuido yeditado The History ofMan:ism. Brighton, HarveslerPress. 1982, Volumen uno, y, con Terence Ranger, The lnvenrion ofTradirion, Cambridge, Cambridge University Press,1983.

, cr. Tony Cae, "Hobsbawm and Jazz", en R. Samuel yG,S. Jones (eds.), Culture, ldeologyand PoIitics, pp. 149­57, Hobsbawm escribió un libro sobree! tema como francis Newton. The Jau Scene, Londres. Macgibbon and Kee, 1959,

j Es interesante. de Pieter Keunemann, "Eric Hobsbawm: ACambridge Profile 1939" en Granta, 7Junio 1939.editado de nuevo como último capírulo de R. Samuet yG.S. Jones (eds.), Culture. Ideology and Poliri,s, pp. 366-8.

• cr.1a "!nterview with EJ. Hobsbawm" en Radical History Review. 19 (Invierno 1978-9) pp. 111-3\. Reimpresoen MARHO, Visions ofHisEory: lnEetViews with Radic:aJ Historians, Nueva York,Pantheorr Boob, 1983. ~,

Además, explica, " la Rusia Soviética parecía demostrarnos que un mundo nuevoera posible". En este sentido, deberíamos recordar que cuando Hilton, Hill yThompsonGunto atantos otros) abandonaron el Partido Comunistaen 1956-7, Hobsbawm permaneció(al igual que Dobb). Lo hizo, explica, porque creía en la necesidad de un "partidofuertemente organizado"!,

1 En E. 1. Hobsbawm. Revolurionllfies: Contemporary Essays, Londres, Weidenfeld and Nicolson. 1973, pp.25().\. ,

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¿Qué repeocusión tuvo sobre la obra de Hobsbawm su iIÚnterrumpida pertenenciaal partido? En primer lugar, como dijimos en el capítulo primero, tanto él como otrostuvieron ciertas reservas para dedicarse a la historia del siglo veinte, al menos hasta 1956,y reconoce que eligió la historia del siglo diecinueve porque cuando "me convertí enhistoriador de la clase obrera no se podía realmente ser comunista ortodoxo y escribirpublicamente sobre, por ejemplo, el periodo en que el Partido Comunista estaba vigenteya que el pensamiento ordodoxo indicaba que todo había cambiado en 1920 con la fun­dación del P.C. Bueno, yo no locreí, pero hubiera sido descortés, ytambién probablementeestúpido, decirlo en público" 9. En segundo lugar, debemos señalar los comentarios delhistoriador laborista americano, James Cronin, según los cuales la pertenencia de Hobs­bawm al partido podría explicar "el hecho de que muchas de sus conclusiones en relacióncon asuntos relacionados con la historia obrera ysocialista son claramente pesimistas porsus implicaciones en los proyectos vigentes en ambos movimientos" 10. Esto quedailustrado con más claridad en la conferencia que Hobsbawm pronunció en el aniversariode Marx en 1978, "The Forward March of Labour Halted?", que fue una visión crítica ypesimista, aunque quizá realista, del movimiento obrero británico contemporáneo desdeuna perspectiva histórica 11. En tercer lugar, como también señala Cronin, la continuaadhesión de Hobsbawm al modelo base-superestructura (que será debatida) puede estarrelacionada con su larga permanenciaen el Partido. Finalmente en un sentido mucho máspositivo, la pertenencia de Hobsbawm al Partido le ha propoocionado una amplia gamade contactos yexperiencias internacionales, así como oportunidades para investigar, todolo cual ha contribuido a su clara erudición internacionallz.

Hobsbawm comenzó su carrera académica como historiador de la clase obrera. Suprimer trabajo importante, la edición de una colección de documentos de historia obreratitulada Labour's Tuming Point, 1880-1900(1948) 14, apareció en 1948 como uno de losvolúmenes de la serie del grupo de historiadores comunistas, "History in the Making".Aproximadamente al mismo tiempo (1950), tenninaba su tesis doctoral, "Fabianism andthe Fabians, 1884-1914"1;. (En 1960, Hobsbawm fue miembro fundador de la Society forthe Study of Labour History). Apartir de Labour's Tuming Point, Hobsbawm ha escritonumerosos artículos yensayos sobre la historia de la clase obrera británica. Muchos deestos escritos han sido importantes bien como contribuciones o como inspiradores dediversos debates e investigaciones posteriores, por ejemplo, los que tratan sobre elmetodismo y la clase trabajadora, el nivel de vida durante la revolución industrial y laaristocracia del trabajo. Aunque nunca ha publicado un "gran trabajo" sobre esta materia(de hecho el único libro publicado es Capcaín Swing (1969) 16, en colaboración conGeorge Rudé) sus escritos han contribuido claramente ala transformación del estudio dela historia de la clase obrera. Su trabajo no sólo ha ampliado nuestro conocimiento de laclase obrera y del movimiento obrero britáIÚcos, sino que también nos ha trazado elcamino para apro;ümarnos a ellos.

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126 HARVEY J. KAVE Ií·~f~,4

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LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

que es necesario algo más que los sindicatos y las huelgas para destruir el poder de la clasegobernante.

Frederick Engels 1)

127

La revisión y el examen de las contribuciones de Hobsbawm a los estudiosinternacionales ya la teoría de la detenninación de clases de los historiadores marxistasbritánicos se puede dividir en tres partes, que vienen a representar los tres cainpos en losque Hobsbawm ha sido más activo como historiador: la historia de la clase trabajadora,los estudios sobre la clase campesina y la historia mundial.

HNoria de la clase obrera

La resistencia activa de la clase obrera inglesa tiene como efecto el mantener la avariciaeconómica de la burguesía dentro de unos límites, y de conservar viva la oposición de lostrabajadores a la omnipotencia social ypolítica de la burguesía. mientras que obliga aadmitir

, [bid.• p. ll7" J. Cronin, "Crearing a Marxisl HisIOriography". p. 109., I E. Hobsbawm. "The Forward March ofLabour Halled'?". publicado. junto con algunas respuestas críticas. como

The ForwarrJ March o{La.bour Halred?, Londres, New Left Books. 198 I.i' En esle sentido. cf. An Inter<iew by Eric Hobsbawrn Wilh George Napolilano on the [llIlian Cornmunisl Party.

en The [taJian Road lO Socialismo Londres. Joumeyman Press. 1977.

La historia de la clase obrera britáIÚca (como tema de estudio) se originó a finalesdel siglo diecinueve, ysu aparición ydesarrollo en este siglo parece haberse debido engran manera a la erudición de dos parejas extraordinarias de intelectuales primero, la deBeatrice ySydney Webb y, después, la de JoOO y Barbara Hammond 17.

Beatrice ySydney Webb fueron fundadores de la Fabian Society, la London Schoolof Economics, el "reconstruido" Partido Laborista, The New Statesman, y el Politica!Quarterly. Como Royden Harrison escribe, los Webbs además "fueron los fundadores de

1) F. Engels. The Condition ofthe Worlcing Class in England, IntroduCCión de Eric Hobsbawm. Londres, PantherBooks ed.• 1969. p. 245.

" E. Hobsbawm (ed.l, La.bour's Tuming Poim. l88D-1900. Londres. Lawrence and Wishan. 1948: Brighton,Har<esrer Press. 1974. ed. revisada.

1; Cf. su ''The Fabians Reconsidered"en E. Hobsbawm. La.bouringMen: Srudies 11, rhe History oiLa.bour. Londres.Weidenfeld and Nicholson. 1964. pp. 25G-71.

16 E. Hobsbawrn yG. Rudé. Caprain Swing: ASocial History oirhe GIW EngJish AgriculturaJ Uprising oi l8JaLondres, Lawrence and Wishan. 1969.

11 Sobre los Webb como hisloriadores laboristas. cf. Rovden Hartíson. '1ñe Webbs as Historians of TradeUnionism". en Raphacl Samuel (ed.), PeopJe's Histrxy and SociaHst Theory. Londres, Roudedge and Kegan Paul. 1981.pp. 322-6; Ysobre los Harnmood y los Webb; cf. David SUIIOll. "Radical Liberalism, Fabianism. and Social Histocy". enR. Johnsoncl al.. (eds.l. Mating Histories: Studies in rhe History- Writing andPolirics. Londres, HucehinsOll. 1982. pp. 15­43. Y por supuesto. G.DR yMargaret Cole.

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La contribución de los Harnrnonds a la historiografía obrera británica no se limitaaesta visión. A[ mismo tiempoque exponían laseveridadde[impactode la industrializaciónsobre [os pobres trabajadores, también documentaron [os esfuerzos de la clase obrera paracombatir al capitalismo industrial. Aunque trataron de dar poca importancia a[ aspectopolítico de muchas luchas (e.g. motines de subsistencia ylulismo) porque tales luchas noparecían haber hecho contribuciones claras y directas "al crecimiento del MovimientoObrero" 20, sus historias no se limitan, sin embargo, a las actividades de [os sindicatos.

la historiografía obrera británica". El interés de Breatrice Webb por el movimiento coo­perativo ysus difíciles ydesiguales relaciones con el sindicalismo se combinó con el in­terés de Sydney Webb porel sindicalismo ye[ socialismo yello [es llevó abuscar "nuevasrelaciones entre el socialismo y e[ sindicalismo tanto en [a teoría como en [a práctica...[De esta manera] los Webb aspiraron aser cronistas... (y] consejeros de los trabajadores,estuvieran éstos escribiendo su historia o.. : tratando de hacer[a" 18. Entre sus obras haylibros como The History ofTrade Unionism (1894) e Industrial Democracy (1920). Lamayorcríticaasu innovadorahistoriadel obrerismoes queeraexcesivamente institucional,estrictamente política y elitista, centrándose en la legislación y las actividades de lossindicatos, en especial las actividades de [os líderes. A[ mismo tiempo, sin embargo, erapionera de la historia obrera como materia política tanto en términos de su contenidocomo en su relación con el movimiento obrero.

AJohn y a Barbara Hammond se les conoce mejor por su trilogía, The VillageLabourer(1911), The Town Labourer(l917), yThe Skil1edLabourer(l9l9), que GeorgeRudé describe de la siguiente manera: "Cada parte de la trilogía tiene su propio ydistintivo campo de investigación. pero todas formaban parte de un tema comun: elimpacto de la revolución industrial sobre e[ pueblo llano en Inglaterra, sobre [os artesanos,los trabajadores domésticos, los trabajadores urbanos yrurales quienes, en el proceso deindustrialización estaban siendo configurados como clase trabajadora." Un aspectoimportante de las historias de los Harnmonds, continua Rudé, es su argumento de que"este proceso no era e[ de una asimilación gradual, menos todavía el de la mejora deniveles, oportunidades yexpectativas. Fue una "edad sombría". una era de explotaciónbrutal, de miseria ydegradación social, en [a que "el éxito se evaluaba por el valor de [osbeneficios" yen [a que "la historia de Ing[aterra.... suena ahistoria de guerracivil" 19, Deesta manera, los Harnmonds se con\lirtieron en los exponentes de la visión "pesimista"de la revolución industrial inglesa, con la que tanto Hobsbawm como E.P. Thompson sonidentificados ahora.

129LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

En comparación con [a mayor parte del trabajo que se hacía entonces como historiadel movimiento obrero, [os estudios de Hobsbawm se caracterizan por la preocupaciónpor [a "totalidad" de la experiencia de la clase obrera. Aunque él mismo no trató todos [os

El tipo de historia obrera predominante cuando Hobsbawm comenzó aescribir, tan"hábilmente iniciada por [os Webbs yG.D.H. Co[e", era una historia de las institucionesy las organizaciones. Como Hobsbawm observó a principios de los años sesenta,"comparativamente se ha trabajado poco sobre las clases obreras como tales (en contrastecon las organizaciones y los movimientos de los trabajadores) o sobre las condicioneseconómicas ytécnicas que permitieron que los movimientos obreros fueran efectivos".Sus propios esfuerzos, influidos por la obra de los Hammonds, fueron "más allá de loslímites de la historia narrativa oestrictamente cronológica de [os movimientos obreros" 22.

Más bien lo que trató de desarrollar fue la historia del trabajo como historia de la "clase­obrera"; esto es, una historia no limitada a [os trabajadores organizados y a sus orga­nizaciones y líderes. sino dirigida a las experiencias de las clases trabajadoras. EnLabouring lvlen, una collección de los más importantes estudios de Hobsbawm sobre eltrabajo escritos desde finales de los años cuarenta y hasta principios de los sesenta,descubrimos ensayos sobre temas como Tom Paine, el demócrata radical; Ludismo(destrucción de máquinas); costumbres ytradiciones de [a clase obrera en Gran BretañayFrancia, ysu impacto sobre los respectivos movimientos obreros; además de diversostrabajos sobre temas de la uniónde trabajadores. También encontramos las contribucionesoriginales de Hobsbawm al debate sobre el "nivel de vida" (¿Se elevó odescendió el nivelde vida de la clase trabajadora inglesa durante, y como resultado de, la revoluciónindustrial?); el debate sobre la relación entre el metodismo ye[ potencial de revoluciónde la claSe trabajadora en la Ing[aterra de principios del siglo diecinueve (ambos temasfueron también tratados por E.P. Thompson, corno veremos en el próximo capítulo); ye[debate sobre las relaciones posibles entre una "aristocracia obrera" yla estabilidad socialen el periodo victoriano.

Es decir, como ellos mismos indicaron, [os Harnmonds estaban interesados en la expe­riencias del pueblo llano. De hecho, se [es consideracomo antecesores de los historiadoresmarxistas británicos por sus esfuerzos por desarrollar la perspectiva de [a historia desdeabajo arriba. Hobsbawm, en una nueva introducción a TIre VilJage Labourer, señala quesu trabajo, "supuso e[ descubrimiento de que los pobres son iguales que los ricos y losinfluyentes. aunque [a historia del mundo ha sido escrita principalmente por, o en tér­minos de, estos. últimos, y la mayor parte de la documentación sobre la que los.historiadores trabajaron dejó las vidas yluchas de los pobres en la obscuridad" 21.

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" R. Harrison. "The Webbs as HislOrians oC Trade Uniooísm", p.322.,. G. Rudé. "Introductioo" en J. Harnmood YB. Harnmond. The5kilJed Labour. Nueva Yorli:. Harper and ROIl!,

1970, p. vii." !bid.. p. ~v¡¡. ~udé parafrasea la critica que E.P. Thompson hace de los Harnmonds.

" E. Hobsbawm. "loooducción", en 1. Harnmond yB.Harnmond. The VillageLabourer, Nueva Yortc,HarperandROIl!, 1970, p. ~iii.

" E, Hobsball!m. Labouring Men. p. vii.

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130 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 131

1

aspectos de lavidade laclase trabajadora, sus escritos sobre lahistoria obrera contribuyeronen gran manera a la ampliación de este campo. Es más, su distanciamiento de esa historiapor considerarla limitada a'las instituciones ya las organizaciones no supuso, en teoríaoen la práctica, un desplazamiento hacia una historia donde la "política" estuviera ex­cluida (como algunos parecen entenderla) D, aunque sí supusiera una reconceptualizaciónde lo político (como también vimos en la obra de Christopher Hill). Para Hobsbawm,estudiar la totalidad de la experiencia de la clase obrera no sólo ha significado ampliar laperspectiva "horizontal", sino también la "vertical"; esto es, situar a la clase trabajadoraen el "escenario de la lucha de clases ... y en el escenario más amplío de la historianacional; no podemos tratarla como si actuara en solitario" ]4,

Un buen ejemplo de la aproximación de la lucha de clases y también de laperspectiva de la historia de abajo arriba, aparece en el ensayo de Hobsbawm sobre elLudismo, "The Machine Breakers" (1952)]5, Comienza por rechazar la interpretacióncorriente que defiende que el "movimiento obrero temprano no sabía lo que estabahaciendo, sino que se limitaba areaccionar, atientas yaciegas, ala opresión de la miseria.al igual que los animales en un laboratorio reaccionan ante las corrientes eléctricas", Yque asume que "el triunfo de la mecanización era inevitable", Lo hace, dice, porque talespuntos de vista "obscurecen una buena parte de la historia... (y] hacen imposible cualquierestudio real de los métodos de la lucha de la clase trabajadora en el periodo pre­industrial", Es más. indica que no ve cómo es posible ignorar el "poder de estos movi­mientos tempranos, al menos en Gran Bretaña"; e insiste en que hasta que reconozcamosque la "base del poder se sustenta en la destrucción de las máquinas, el amotinamientoy la destrucción de la propiedad en general (o, en términos modernos, sabotaje yaccióndirecta)" no podremos apreciar su significado ysu importancia totalmente, -Más tardepasa areconsiderar las acciones de los destructores de máquinas en términos del análisisde la lucha de clases. Hubo al menos, señala, dos tipos de destrucción de máquinas. Unoexpresabano tanto hostilidad hacia la mecanizaciónsinoque, en circunstancias particulares,era más bien una forma regular de presionar a los patronos. El mro, sin embargo, puedeser considerado como "la expresión de la hostilidad de la clase trabajadora hacia lasnuevas máquinas de la revolución industrial, especialmente las que eliminan trabajo",Pero, incluso en este último caso, Hobsbawm cree que se deben hacer ciertas matizaciones.En primer lugar, la destrucción de las máquinas no estaba tan difundida como se ha miti­ficado con frecuencia. En segundo lugar, no fue indiscriminada, sino que frecuentemente

" er, Los debates sobre la corrienle de la historia socia! apolítica de Elizabeth Fo~-Genovese and EugeneGenovese, "The Politica! Crisis of Social HislOry: AMar.<.ian Perspective",JoumalofSvcial Hiscory, 10 (Invierno 1976),pp. 205·20: yTony Judt. "A Clown in Regal Purple: Social HislOry and [he Historian". Hiscory Worl:shop, 7(Primavera),pp_ 66-94.

" E. Hobsbawm, "Labour HiSlory and Ideology",Joumal ofSocial Hislory, 7(Verano 1974), pp; 371·81." E. Hobsbawm, "The Machine Breakers" originalmente publicado en 1952, editado de nuevo en Labouring Men.

pp. 5·17.

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estuvo dirigida contra la introducción de la maquinaria sólo cuando ydonde significabaincremento del desempleo yamenazaba el "nivel de vida habitual, que incluía factoresno monetarios tales como la libertad yla dignidad, así como los salarios", En este sentido,los trabajadores no se oponían tanto a la maquinaria como a la "amenaza" que éstarepresentaba. Reaccionaban contra la total transformación de las relaciones productivas,que les ponian en peligro. Además, Hobsbawm observa, que en ocasiones la destrucciónde la máquinas representaba la oposición consciente de los trabajadores al hecho de quela maquinaria era propiedad del capitalismo. En tercer lugar. parece que los destructoresde máquinas tenían el beneplácito no sólo de los trabajadores sino también de los pe­queños empresarios, tenderos y otros que no eran tan partidarios como los grandesempresarios de "una economía, de expansión, acumulación y revolución técnica sinlímites; el salvaje intento que sentenció a los débiles a la bancarrota y al estatus de asa­lariados", Todavía un último punto histórico, que Hobsbawn señala al concluir el artículo,es que aunque la destrucción de las máquinas era absolutamente inadecuada como mediopara evitar el "triunfo" final de la industrialización, tampoco era el "armacompletamenteineficaz" que se ha querido retratar. Apoya esto señalando diversos casos donde ladestrucción de las máquinas ha introducido una diferencia, incluyendo el movimiento delos trabajadores agrícolas ingleses conocido como "Captain Swing" (sobre el que él yGeorge Rudé iban aescribir más tarde) :6,

Las contribuciones de Hobsbawm al debate sobre el metodismo yel potencial parala revolución en el siglo diecinueve ("Metodism and the Threat al' Revolution inBritain") n. yel debate sobre el nivel de vida durante la revolución industrial ("The Bri­tish Standard al' Living, 1790-1850". y"History and "The Dark Satanic Mills'''')]S pro­porcionan más pruebas de su interés por llevar el campo de la historia del trabajo haciaestudios más amplios sobre la experiencia de la clase trabajadora. Ylo hacen no sólo porel tipo de temas tratados, sino también por el uso que Hobsbawm hace de los datos econó­micos y sociológicos.

Su aproximación "sociológica" también proporciona la base para su trabajo sobreel tema de la aristocracia obrera que presenta en sus ensayos, 'l'rends In the BritishLabour Movement since 1850" y '1'he Labour Aristocracy in Nineteenth-centuryBritain" :9, En estos ensayos Hobsbawm trata la primera pregunta que surgió en losestudios marxistas de Engels, yque fue más ampliamente desarrollada por Lenin como

" Ibid" pp. 5-6. 7,\0, 11.IJy 17." E, Hobsbawm, "Methodism and!he Threat of Revolurion in Britain", originalmente publicado en 1957. reim·

preso en Labouring Men. pp. 23-33." Hobsbawm escribió los ensayos sobre el nivel de vida en los años 1958~3 Ysu compilación fue reimpresa en

LabouringMen. pp, 64-125. Las contribuciones sobreel debate están reunidas en A. J. Taylor(eli). TheSeancf¡¡¡¡jofLivingIn Bneain in the lndusuial RevoJuriOlL Londres, Methuen. 1975,

" E. Hobsbawm. '1'rends in lhe Brilish Labour Movemem since 1850", (1949. revisado en 1963) y"Labour Arist{}­cracy in Nineteenth~nrury Britain" (1954), ambos reimpresos en LabounngMen, pp, 31643. 272-315. respecuvameme,

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Los escritos de Hobsbawm sobre la aristocracia obrera se han convertido enreferencias comunes sobre el tema. Sus propuestas sobre la base yel significado de talélite obrera han motivado otras investigaciones, dando lugar en la década de los setentaa un animado debate en relación con diversas perspectivas teóricas. Especialmenteimportantes e interesantes son los estudios de John Foster yRobert Gray.

El libro de Foster, C1ass Struggle and the Industrial RevolutÍon : Early IndustrialCapitalism in Three English Towns)) (en especial Oldham), que incluye un prefacio deHobsbawm, representa un esfuerzo por evaluar los conceptos del análisis de clases (esdecir falsa conciencia, conciencia obrera osindical, conciencia de clase orevolucionaria,y la vanguardia proletaria) para explicar el "desarrollo y declive de una conciencia declase revolucionaria en el segundo cuarto del siglo XIX". Foster sigue a Lenin yHobsbawm al defender que la aristocracia obrera era una fuerza conservadora, queimpedía la aparición .. o más bien, la pervivencia - de una conciencia de clase en favor

Lo que Hobsbawm trata de hacer es examinar sociológicamente la base de talestrato. Indica que para identificar a este grupo hay diversos factores que deben serconsiderados. Incluye las relaciones ylas condiciones de trabajo, relaciones del grupo conestratos superiores e inferiores, y las condiciones de vida generales del grupo. Sinembargo, el criterio más importante, insiste, es el "nivel yla regularidad de los salarios".De esta manera, basado en particular en un análisis del sistema salarial, defiende que elzenit de la aristocracia obrera -y su importancia como fuerza para la estabilidad social­fue en el periodo que va de la década de 1840 alade 1890con la aparición desde entoncesde importantes cambios en la estructura yel carácter de dicho estrato.

133LOS HISTORIADORES MAIOOSTAS BRITANTCOS

Debe añadirse que ha habido otras contribuciones importantes al debate de laaristocracia obrera, Van desde estudios históricos con algunas variaciones sobre el temaa los ensayos socio-históricos que rechazan por completo la teoría de la aristocraciaobrera como explicación a la estabilidad social victoriana J7. La cantidad ycalidad de las

El estudio de Robert Gray, The Labour Aristocracy in Victorian Edinburgh 34,

enfoca el tema desde una perspectiva gramsciana, en oposición a la perspectiva leninista.Gray está interesado en el desaI!0llo de la "hegemonía" burguesa y la relación de laaristocracia del trabajo con dicho proceso Jl, Reconoce las contribuciones de Hobsbawmy Foster, pero critica la explicación economicista de Hobsbawm (y de Lenin) y elargumento de Foster en relación con el grado de "colaboración" prestada a la burguesíapor parte de la aristocracia obrera, Gray defiende que la aristocracia obrera, aunque llegóaaceptar el orden social del capitalismo industrial, no lo hizo exactamente de la maneraque le hubiera gustado a la clase dirigente. Aunque la aristocracia obrera, a través de supapel de líder en el movimiento obrero, inculcaba "respuestas acomodaticias alcapitalismo", y posteriormente las transmitía al gran movimiento obrero. el proceso deacomodación al capitalismo industrial fue al mismo tiempo, "negociado y, lo que es más.sujeto a la negociación constante". Esto es importante, defiende Gray, si queremos darsentido a la visión del mundo de los trabajadores manuales, especialmente del más altoestrato. Porque "el proceso de negociación presupone instituciones autónomas protectorasde la clase" y"la defensa de esas instituciones ...fue un rasgo distintivo de la concienciade clase del artesano". Así, aunque la aristocracia del trabajo era en parte responsable del"acomodacionismo" del movimiento obrero británico al capitalismo industrial, tambiéncontribuyó al "fuerte sentido del orgullo de clase yauna ética de solidaridad de la clase".Ambas cosas, Gray insiste, fueron comunicadas ala clase obrera en bloque yrepresentanlegados importantes de la aristocracia obrera del siglo diecinueve J6.

de una conciencia sindicalista. Contrario a Hobsbawm, sin embargo, Foster no atribuyeel desarrollo de la aristocracia obrera a las diferencias salariales sino asu autoridad en elproceso de producción. Esta posesión de autoridad se produjo como resultado de accionesdeliberadas de los industriales y/o los desarrollos tecnológicos (Foster no tiene este puntoclaro), Pero, cualquiera que sea la causa, tuvo el efecto de divorciar la vanguardiaproletaria de la base obrera. La consecuencia política, defiende Foster, fue que seneutralizó la dirección potencial de la clase trabajadora revolucionaria.

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HARVEY J. KAYE132

parte de su discusión sobre imperialismo y la reforma social JO. ¡,Había un estrato de éliteen la clase trabajadora que, debido a su diferenciación del resto de la clase contribuyó alaestabilidaddel orden socialcapitalista británico del periodo victoriano? (Estaestabilidadera muy significativa porque seguía el radicalismo de la década de 1830 y principios dela de 1840). Lenin defiende que la aristocracia obrera era un estrato de élite de la clasetrabajadora británica que había sido sobornada por los capitalistas, que pagaron lossobornos con los "grandes beneficios" derivados del imperialismo Jl. Esta teoría, explicaJohn Field, se convirtió en ortodoxa en los círculos comunistas durante los años delestalinismo, y por ello apenas se analizó críticamente 32.

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'u Cf. Hobsbawm. 'ünin and me Arisroeracy of Labour'..•. en Revo/ucionaries. PP. 12\ -9.J' Cf. V.I. Lenin. Imperialism: The Highesl Scage ofCapicaJism. Nueva Yock.lnremarional Publishels. 1939. pp.

106-8.!2 J. field. "Brilish Historians and me Concepl of ¡he LaboUI AriSIOCcaCy". Radical History Review. \9 (lnviemo

1978-9), pp. 6\-85. También.eLGregorMcLennan.Macxismandche Mechad%lPes ofHislOl)'.Londres. New Lefl Boolcs,1981. pp. 206-32.

;' J. foster. C/m Suugge/ and che Industrial Revolution: Eariy lndusuial CapicaJism in Three Eng/ish Towns,Londres, Weidenfeld and Nicolson, 1974.

" R. Gcay, The Labour Arislocraey in ViclOrian Edillburgh. O~ford. O~ford Unive~icy Press, 1976.Jl Cf. R. Gray "Bourgeois Hegemony in Viclorian Britain·,. en J. Bloomfield (ed.). C/ass. Hegemony and parry.

Londres, Lawrence and Wishan. 1977, pp. 73-93.JO R. Gcay. The Labour Arisloccacy in Viclorian Edinburgh. pp. 188. Y190.J7 Cf.labibliografíaen R. Gcay. TheAIistocracyofLabpourin Nineleenth-CentUIyBrilllin. c. 1850-1914;Loocms.

Macillan, 1981, pp. 69-76. Para sociología histórica. por ejemplo er. H.F. Moorhouse. "The Mw.isl TheO!y of tbeLabourArisroeracy". Social Hisllxy, 3(Enero 1978), pp. 61-82.

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134 HARVEY l. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 135

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contribuciones históricas y teóricas al debate son un testamento de la prosa del mismoHobsbawm, aunque ésta se limite a unos pocos artículos.

Aunque los estudios sociológicos de tIobsbawm sobre la clase obrera fueron losgrandes pioneros de lo que ahora se conoce como la "nueva historia social", él no haescrito mucho sobre historia de la clase obrera desde la década de 1960 19. Aeste respectodebe reconocerse que sus estudios de historia de la clase obrera parecen algo limitadosen contraste con el trabajo nonnalmente realizado por muchos historiadores. Hoy lahistoria social de la clase trabajadora incluye estudios sobre mujeres, la familia, lacomunidad, la cultura y la ideología, además de estudios del movimiento obrero y susdistintos modos de lucha, y los cambios técnicos y económicos que han moldeado laexperiencia de la clase obrera. Pero, por supuesto, fue Hobsbawm (ymás tarde Tompson)quien instigó los cambios que sentaron las bases para los estudios que ahora realizan otros.

Una obra reciente escrita por Hobsbawm ,es la ya citada Marx Memorial Lecture,de 1987 , "The Forward March of Labour Halted?" En ella describe los últimos treintaaños del movimiento obrero británico como periodo de crisis. Señala que su intención esexaminar la crisis desde "una perspectiva, a largo plazo, de la estructura en evolucióndel capitalismo británico ydel proletariado relacionado con él". Lo hace considerando lacomposición del proletariado y los cambios que presagiaban una cohesión mayor en elsiglo siguiente a la muerte de Marx; después sigue examinando los avances que repre­sentan nuevos retos a la solidaridad de la clase obrera. Hobsbawm cierra su estudioestructural con la observación de que, de hecho, ha habido un crecimiento del "seccio­nalismo" en la década de 1970, cuando las diversas secciones "persiguieron su propiointerés económico sin tener en cuenta al resto". Finalmente, reconsidera si la militanciarenovada de los sindicatos en los aM setenta representa o no una mayor "conciencia declase" por parte de los trabajadores británicos. Sus datos son las cifras de miembros delos partidos yel índice de voto del Partido Laborista. En ambos casos, los números "sonpreocupantes" yal fin concluye que el movimiento obrero ysocialista "parece haberseestancado" yque es necesario ser "realista" sobre la naturaleza de la crisis )9.

La apreciación que Hobsbawm hizo sobre el movimiento obrero parece haber sidoconfmnada por las elecciones generales británicas de 1979 y 1983. Su modo de análisises similaral de sus trabajos anteriores. En particular se centra en los aspectos sociológicosyestructurales del capitalismo británico ydel movimiento obrero. Sin embargo, no diosu conferencia para sembrar el pesimismo y el abatimiento sino para generar un seriodebate sobre qué se debe hacer en este periodo crítico. En este sentido, debemos recordar

:, Para epnplos de estudios recienres de Hobsbawm sobre la historia obrera. d. "Religion and the Rise ofSocialism". Marrist Perspectives. 1 (Primavera 1978). pp.l4-33. YE. Hobsbawm and loan Wallach Scolt. "PoliticalShoemaket", Past ti Present. 89 (Noviembre 1980). pp. 86-114.

:, E. Hobsbawm. "The Forward Mart:h of Labour Halled?"

que Hobsbawm no sólo desarrollaba una práctica marxista, sino también una práctica dela historia obrera al dirigir sus argumentos a los activistas socialistas y obreros. En sumomento señaló que "la historia de la clase obrera es por tradición un tema altamentepolítico, yque durante mucho tiempo maduró fuera de las universidades" 40. De nuevo,como ocurriera con su obra sobre la historia obrera. su argumento dio lugar a un debatemuy animado.

Campesinos y~ primitivos

Villa fue un proscrito ducantre veintidós años. Cuando era sólo un chico de dieciséis.repaniendo leche en las calles de Chihuahua, mató aun oficia! del gobierno ytuvo que marchara las montañas. La hislOria es que el oticial había violado asu hennana. aunque es posible queVilla lo matara acausa de su insoponable insolencia. Esto, por sí solo. no lo hubiera proscritomucho tiempo en Méjico, donde la vida humana es barata; pero siendo un refugiado cometióla falta imperdonable de robar ganado a los ricos hacendados. Y desde enlonces hasta elcomienzo de la revolución de Madero el gobierno mejicano puso precio a su cabeza.

Iohn Reed. Insurgenc Mexico"

Los estudios históricos de Hobsbawm sobre la experiencia de clase no se hanlimitado ala clase obrera británica durante la revolución industrial. También ha realizadoimportantes trabajos sobre las experiencias de las clases obreras urbanas y(especialmente)rurales. Es en este área donde encontramos realmente la erudición internacional deHobsbawm, ya que sus escritos sobre los estudios agrarios yla clase campesina incluyenestudios británicos, europeos (especialmente mediterráneos) y latinoamericanos. Dehecho, puede decirse que un nuevo tema de historia social realmente surgió yrecibió sunombre de Hobsbawm: el estudio de las "rebeliones primitivas". También debe tenerseen cuenta que Hobsbawm no sólo fue miembro funfador de la Society for the Study ofLabour History sino también, junto aRodney Hilton, del comité de redacción del ¡oumalof Peasant Studies, contribuyendo con el artículo principal "Peasants and Politics" alvolumen inaugural 42.

El primer trabajo de Hobsbawm en este área, publicado en 1959, fue el ya clásicoPrimitive Rebels (1963) 41, Es interesante considerar que su interés académico inicial fueel problema agrario en el norte de Africa, pero en el periodo inmediatamente posterior ala guerra pensó que era necesario en cambio desarrollar la historia de la clase obrera.Durante los años cincuenta, sin embargo; diversos sucesos renovaron su interés en los

" E. Hobsbawm. "Labour History and IdeOtogy", p. 371." J. Reed. Insurgent Mexico. Nueva Yorlc, Intemational Publishel1i. 1974, p. 122. Originalmente 1914." E. Hobsbawm. "Peasants and politics", ¡oumal oi?easanc Scudies. 1(Octubre 1973), pp. 3-22." E. Hobsbawm, Primjeive Rebels. Manchesler, Manchester Univel1iity Press. edic. revisada. ¡963: nuevo pre­

facio 1971.

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" "Imerview with EJ. Hobsbawm", pp. 112-13, 115·16." Cana de- Hobsbawm al autor. 13 de Mano de 1983." "!merview with EJ. Hobsbawm". p.116.

Otra influencia durante los años en los que Hobsbawm estaba escribiendo PrimitiveRebels fue el veinte congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética yel procesode desestalinización. El mismo se refiere a su trabajo como "político a la vez quehistórico" 45. Recuerda que había sido necesario reconsiderar los modelos de activismorevolucionario que "los comunistas militantes habían aceptado en el pasado". En efecto,dice, Primitive Rebels puede ser considerado como un "intento de averiguar si estabamosen lo cierto al creer en un partido fuertemente organizado". En relación con la preguntamantiene que la "respuesta es, sí". Añade, sin embargo, que el libro muestra que tal rutano era el único camino hacia adelante 46

estudios sobre el campesinado. Realizó frecuentes viajes a los países mediterráneos eneste periodo yconoció y habló con varios intelectuales del Partido Comunista Italiano,buenos conocedores de la Italia del sur. También leyó la obra de Antonio Gramsci, quetiene mucho que decir sobre los "movimientos apolíticos de protesta" (a los que Hobs­bawm iba adenominar "rebeliones primitivas"). Por la misma época, se vio implicado endebates con los antropólogos sociales, Myer Fortes y Max Guckman. Estos estabanestudiando el movimiento Mau Mau ydeseaban saber si movimientos similares habíanocurrido en Europa en periodos más antiguos. Fueron estos antropólogos quienes leinvitaron a dar una conferencia "de la que surgió Primitive Rebeli' 44. (Así pues, de lamisma manera que en los estudios de la historia de la clase obrera, Hobsbawm establecelazos con la sociología, en los estudios de la clase campesina, establece lazos entre lahistoria yla antropología, dos décadas antes de la moda de la historia interdisciplinaria).

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137LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS

" E. Hobsbawm. Prinutive Rebe/s. pp. 1, 3 Y2." La primera frase. Gwyn Williams. '1'he Primitive Rebel and !he Welsh", en su The Welsh in Their His/(xy,

Londres. Croom Helm. 1982. p. 3; y la segunda E. Fm-Genovese. "11Ie Polities of Social Hislory", p. 198.

Aquí en especial, podemos ver la utilidad del análisis de la lucha de clases desdela perspectiva de abajo arriba. Hobsbawm reconoce claramente la especificidad históricade la política ·'moderna". No considera tales movimientos como no políticos oapolíticos,como los historiadores ylos antropólogos tienden ahacer sólo porque no había "comités,programaoplataforma"oporque no eran parte de la "alta política" de la lucha por el poderdel estado" ~8. El análisis de Hobsbawm insiste en que se puede reconocer la dimensiónpolítica de estos movimientos. Donde otros sólo han visto actividad criminal en el ban­dolerismo oen la Mafia, ehisteria religiosa en los movimientos milenarios, Hobsbawmdescubre lo político. Por ejemplo, en su presentación del bandolerismo, que está másampliamente elaborado yrefinado en un librito fascinante, Bandits, Hobsbawm explicaque no todo bandolerismo es rebelión primitiva. Al que sí es, lo denomina bandolerismosocial. Esencialmente los bandidos sociales se distinguen de los delincuentes ruralescomunes por su relación con la sociedad campesina de la que forman parte. Aunque seanidentificados por los que detentan el poder como "criminales", para sus compañeros cam­pesinos estos proscritos son "héroes, defensores, vengadores, luchadores por la justicia,quizá incluso líderes de la liberación, yen cualquier caso hombres que admirar, ayudaryapoyar."

Hobsbawm observa que, aunque el bandolerismo social es un fenómeno global,parece limitado desde el punto de vista socio-histórico. Defiende que aparentementesurge en esas sociedades que "se sitúan entre la base evolutiva de la organización familiarytribal y la sociedad industrial ycapitalista moderna", pero incluyendo esos momentosen los que tales sociedades están experimentando el proceso de transición hacia el

Primitive Rebels incluye estudios sobre gentes que no nacieron en un mundocapitalista, pero que tuvieron que tratar el problema de adaptarse a él. Hobsbawmcompara la experiencia a la que éstos se enfrentan con la de los emigrantes. Pero en estecaso es el orden social nuevo el que llega "desde fuera". Aveces lo hace "insidiosamentepor medio de las fuerzas económicas" que la gente no comprende yes incapaz de do­minar, Otras veces llega de forma más específicamente política, esto es, "por medio dela conquista, rev91uciones, ycambios fundamentales de la ley cuyas consecuencias nopueden entender, incluso aunque ellos hayan ayudado aconseguirlas". Primitive Rebelstrata el proceso de adaptación (o el fracaso de este proceso) tal como se manifiesta en losmovimientos sociales arcaicos". Se refiere aestos movimientos como "primitivos" y"ar­caicos" porque son movimientos sociales de "gente pre-política que todavía no ha en­contrado, oapenas han comenzado aencontrar, una lengua específica en la que expresarsus aspiraciones sobre el mundo" ~i.

HARVEY 1. KAYE136

En Primitive Rebels Hobsbawm examina lo que denomina formas "arcaicas" demovimientos sociales. Específicamente, sus estudios son de: '\bandolerismo del tipo Ro­bin Hood, sociedades secretas rurales, varios movimientos revolucionarios de campesinosde tipo milenario, "tumultos" urbanos'pre-industriales ymotines, algunas sectas religiosasde la clase obrera yel uso del ritual en la organización revolucionaria yobrera temprana".La importancia de tales estudios, explica, es que mientras los historiadores han estudiadoel pre-capitalismo "antiguo ymedieval (las sublevaciones de los esclavos y los levan­tamientos de los campesinos) ymodernos, es decir capitalista industrial ("movimientossocialistas yobreros"), los historiadores han trabajado poco (o nada) sobre los movimientossociales "modernos" (es decir desde la revolución francesa) de los grupos precapitalistasen su confrontación con el creciente capitalismo. Centrándose en la Europa del oeste ydel sur (Italia en especial), Hobsbawm presenta estudios de los movimientos sociales ur­banos yrurales que, aunque se pudiera pensar que acaecieron en la edad media, ocu­rrieron en los siglos diecinueve yveinte.

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138 HARVEY J, KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITAN1COS 139

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capitalismo agrario. Así, pues, comenta que, mientras el punto álgido del bandolerismosocial en "la mayor parte de Europa [fue] en los siglos dieciséis ydiecisiete", la gran edaddel bandolerismo en muchas partes del mundo ha sido a partir de 1800. Pero, añade, que"ahora está prácticamente extinguido, excepto en unas pocas áreas" 49,

Hobsbawm señala en la introducción aPrimitive Rebels que la importancia de lasrebeliones primitivas tal como el bandolerismo social, movimientos milenarios, etc. esque aunque pueden ser luchas contra la expansión del capitalismo en la periferia, no sonmarginales para la historia: "Hombres ymujeres como los que trata este libro forman lagran mayoría en muchos....países incluso hoy, Ysu adquisición de conciencia política hahecho de nuestro siglo el más revolucionario de la historia" 50. Han pasado casi veinticincoaños desde que esto se escribió pero los sucesos han venido aconfmnar tal argumento.

El trabajo de Hobsbawm en este terreno ha motivado, e inspirado, muchos estudiosde bandolerismo rural. Sin embargo, como reconoce en la postdata ala edición de Banditsde 1981, estos nuevos estudios han producido críticas a su tesis sobre el carácter socialdel bandolerismo. Así, se ha afirmado que Hobsbawm confunde el mito, o el carácterlegendario del bandolerismo, con su realidad, Se argumenta que los bandidos comohéroes son invenciones de la gente, porque en la realidad los bandidos se conviertennecesariamente en servidores del poder -con frecuencia en contra de los campesinos - sies que quieren sobrevivir. Hobsbawm responde que. por supuesto, es esencial saberdistinguir "el buen ladran del malo" yañade que, de hecho, los mismos campesinos asílo han hecho siempre. Hay otra postura que defiende que todo bandolerismo debe ser con­siderado como expresión de "protesta orebelión social" y, por lo tanto, Hobsbawm seequivoca al diferenciar a los bandidos sociales de los bandidos criminales. Eltrespuestaaesta crítica, Hobsbawm ha señalado que aunque puede ser verdad que incluso los ban-

.. _,%. ~ '. didos criminales representan algun tipo de protesta social, sin embargo las diferenciasentre las relaciones de los bandidos sociales y las de los criminales con el campesinadohacen necesario distinguir diferentes tipos entre ellos. Es más, añade, hay razones polí­ticas serias para hacerlo así 5\.

El interés de Hobsbawm por los rebeldes primitivos agrarios yla historia de la claseobrera (en particular. su ensayo sobre el Ludismo) aparecieron en la obra sobre CaptainSwing: ASocial History ofthe Great English Agricultural Uprising of1830, que publicó

" E. Hobsbawm. Sandits. Nueva Yoric, PaDlheron Books. 1981 edic. revisada, pp, 17·18 Y23.'. E. Hobsbawm, Primi/Íve rebe/s. p. 2, También. cf. su "Prepolilical Movemems in Modero Polilics", en Alkis

Kontos led.), Powers. PossesslOns and Freedom: Essays in Honour o{ C.S. Macpherson, Toronto, Ont, Unive~i(y 01'Toronlo Press. 1979,

" E. Hobsbawm. BandilS, pp, 138-50. Un ejemplo imponanre de la primera crítica mencionada se encuentra en ellibro de Anton BloIc, The Mafia o{aSiciJian ViJlage. 1860-1960, Nueva Yori<. Harper & Row, 1974, en especial pp.99-102.

en colaboración con George Rudé 52, Es un estudio del tema originalmente tratado por losHammonds en The Village Labourer. Hosbawm yRudéescribieron su propio libro, mani­festaron, no sólo porque había más que decir sobre el levantamiento. sino también, porquehabía que"hacer nuevas preguntassobre los acontecimientos: sobre sus causas ymotivos,sobre su modo de conducta política ysocial, la composición social de los que tomaronparte en ellos, su significación ysus consecuencias".

Explicaron que, antes de 1830, los trabajadores agrícolas habían dejado de sercampesinos aunque el orden social en el que vivían todavía era "tradicional, jerárquico,patemalista y, en muchos aspectos, reacio atoda la lógica del mercado", Esta no fue unasituación estática, sin embargo, y en las décadas anteriores a ¡830 esta sociedad ruralexperimentó cambios importantes motivados por "el extraordinario desarrollo agrícola"(y las subsiguientes, aunque breves, depresiones). Los cambios llevaron consigo laenajenación de las tierras de los trabajadores y la transformación de sus contratos detrabajo, esto es, la proletarización real osuperior de la fuerza obrera. Es más, la limitaciónde la relación entre granjeros ytrabajadores al mero "vínculo-monetario" privó al obrerode "los modestos derechos tradicionales que como hombre (aunque subordinado) sabíaque podía reivindicar". Ya pesar de todo, los trabajadores del campo eran "proletariossólo en el sentido económico más general", ya que la naturaleza de su trabajo yel ordensocial en el que "malvivían" impedían el desarrollo de "Ias ideas y los métodos deautodefensa colectiva que los habitantes de la ciudad supieron descubrir", Sin embargo,(finalmente) instigados por la crisis económica de 1828-30 y estimulados por lasrevoluciones francesa y belga de 1830 y la crisis británica coetánea, los trabajadoresagrícolas expresaron sus demandas por diversos medios: "incendios premeditados, cartascon amenazas, octavillas incendiarias ycarteles.... y[lo más signifIcativo] la destrucciónde distintos tipos de maquinaria", Estas demandas, "para alcanzar un salario mínimo yterminar con el desempleo rural", parecen meramente económicas o "(aunque noformalmente) sindicalistas". Sin embargo, aunque el levantamiento no fue nunca revo­lucionario (ni hubo nunca un llamamiento ala 'reforma agraria), el análisis de Hobsbawmy Rudé demuestra que "había un objetivo más amplio: la defensa de los derechostradicionales de los desheredados rurales como ingleses nacidos libres que eran, y la res­tauración del orden social estable que - al menos así lo parecía retrospectivamente - leshabía dado seguridad" 5J,

Captain Swing no sólo ofrecía una reinterpretación de los orígenes delmovimiento de los trabajadores agrícolas, sus prácticas ysus deseos; también ofrecía una

" E. Hobsbawm yG. Rudé, Captain Swing. George Rudé es autor de The Crowd in cheFrench Revo/urion, Oxford.Oxford Unive~iry Press. 1959: Wi/kes and Liherty, Londres. Lawrence and Wishart 1983 edc. reVIsada; The Crowd inHisrory. Londres. Lawurence and wishan. 1981 edc. reVisada; e ldeoJogyand Po/pujar Proles!, Londres, Lawrence andwishan, 1980.

;) E. Hobsbawm and G. Rodé, Caplain Swing, pp. 124. 16, 195 Y16.

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visión nueva de sus consecuencias. La visión más difundida del levantamiento era quese trataba de un fracaso yque sólo consiguió acelerar la transformación de la clase traba­jadora agrícola "en esa masa desmoralizada, aborregada... que una gran parte de sussuperiores victorianos veían en los pueblos ingleses". Pero esta visión (exagerada) erainostenible. Como Hobsbawm y Rudé revelan, los observadores contemporáneos noestaban tan convencidos de que el levantamiento fuera el acto fmal de la lucha de lostrabajadores. Más bien, veían el levantamiento como la primera prueba de que una,anteriormente, "inerte masa.... era capaz de una movilización coordinada agran escala,oal menos uniforme, en una gran parte de Inglaterra". Sin embargo, la parcialidad urbanade los historiadores de los movimientos sociales dio lugar a un estado de ignorancia enrelación con las formas de descontento agrario entre el levantamiento de 1830 y eldesarrollo del sindicalismo rural al principio de la década de 1870, que entonces fueinterpretado como ausencia de disconformidad. La idea, sin embargo, era errónea.Hobsbawm yRudé dicen que incluso un examen superficial de los datos revela que "lainquietud agraria continuaba bien entrada la década de 1850, yel incendiarismo socialpuede retrotraerse hasta 1860". Así pues, la cuestión principal que surge en este contexto,y para la que tratan de encontrar una respuesta, es."¿Por qué la revuelta de 1830 y laprimeraexplosión nacional de sindicalismo rural de comienzos de ladecada de 1870estánseparadas por un periodo tan largo?"

Sin embargo, como Hobsbawm yRudé reconocen, el levantamiento fue un fracasopor cuanto no consiguió restaurar el viejo orden social, ni hizo mucho -excepto duranteun breve periodo -por elevar el nivel de vida de los trabajadores. Ysin embargo el movi­miento de los trabajadores agrícolas triunfó en un aspecto importante: "las trilladoras novolvieron en las proporciones anteriores. De todos los movimientos de de~trucción demáquinas del siglo diecinueve, el de los débiles y desorganizados obreros del campo re­sultó ser el más efectivo. El nombre verdadero del Rey Ludd era Swing" 54. Capitalismo ehNoria mundial

Neo-Feudalism: La Convención. Pero", "Peasant Movements in Colombia". "PeasantLand Occupations"55 (una obra excelente, centrada en Perú, que trata de estos movimientoscampesinos, tanto en términos de la comprensión que los campesinos tienen de sus acti.vidades como de las consecuencias socio-políticas a nivel nacional), y "Peasant andRural Migrants in Politics" 56,

141LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Los estudios de Hobsbawm sobre los campesinos y los rebeldes primitivos le hanforzado, como a Dobb, HUton, Híll y (como veremos) a Thompson, a enfrentarse a lapregunta: "¿Existen las clases ylos conflictos de clase si no hay conciencia de clase, oesla clase una meraconstrucción analíticaen tales contextos?". Su respuestaes que "laclaseen el más amplio sentidosólo tiene existenciaen el momento histórico en el que las clasescomienzan aadquirir conciencia de sí mismas como tales", yque "la conciencia de clasees un fenómeno de la era industrial moderna";? Sin embargo, no quiere decir que la claseyel conflicto de clase -o por la misma razón - la conciencia de clase son idiosincráticasdel capitalismo industrial, opor el contrario son sólo útiles como construcción análitica.Como indica la frase "en el más amplio sentido", la clase, de acuerdo con Hobsbawm,tiene diversos grados, es decir, hay "grados de clasicidad". Por ejemplo, Hobsbawmencuentra que "los campesinos son normalmente una clase de bajaclasicidad" (por citaraTeodor Shanin) y "la clase obrera industrial, una clase de gran clasicidad" 58, Es más,numerosas referencias a los campesinos y al conflicto de clase demuestran que "laausencia de conciencia de clase en el sentido moderno no implica las ausencias de clasesy de conflicto de clase", (cuyo reconocimiento, veremos, E.P. Thompson ha mantenidode forma radical y teóricamente destacada). "Pero", añade, "es evidente que en laeconomía moderna esto cambia radicalmente" 59.

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Además de estos estudios europeos (y británicos) Hobsbawm también ha trabajadoen un estudio sobre los campesinos latinoamericanos, que surgió de sus viajes aAméricadel Sur durante los años sesenta. Sugiere, en un artículo, que ciertas regiones de Latinoa­mérica son de interés especial para los historiadores del pasado europeo porque propor­cionan ejemplos contemporáneos de un proceso que Europa ya ha sufrido, es decir. latransición al capitalismo. Así, teniendo presentes los cambios que han ocurrido en elpropio proceso, los historiadores pueden estudiar. en el contexto latinoamericano loscomplejos (y, a veces, aparentemente contradictorios) cambios político-económicos dela transición al capitalismo agrario, ytambién las luchas pre-políticas ypolíticas que sur­gen de él. Siguiendo su propio consejo, Hobsbawm ha escrito ensayos como "A Case of

" ¡bid., pp. 281-2. 292-6 Y298.

La burguesía ha desempeñado en la historia un papel muy revolucionario.

Karl Marx, El Manifiesto Comunista.

Los editores de Festschrift de Hobsbawm han escrito que lo que sigue siendo más

.<, E. Hobsbawm. "A Case 01' Neo-Feudalism: La convención. Pení. "JoumaJ ofLa.tín American Stucfies. I (Mavo1970), pp. 31·50: "Perasanl Land OcCUpations". Pase &- Presen~ 62 (Febrero 1974), pp. 120-52. .

;6 E. Hobsbawm, "PeasaDls and Rural Migrams in Politics", en Claudio Velíz(ed.), The PoficicsofConformjcy inLatín Amt'nea. Oxford, Oxford Unive~lly ?ress, 1967, pp. 43-65.

;1 E. Hobsbawm."CIass Conscíousness in History", in 1. Meszaros (ed.),Aspeasof1fistoryandC1as5Consciousness,

Londres. Routledge and Kegan paul. 1971,pp. 6-7.;a E. Hobsbawm,"FromSocial HiSlorytothe HistoryofSociety",DaedaJU5, IOO(Inviemo 19711,p.J7; y"PeasaDls _

and Politics", p. 5.59 E. Hobsbawm, "Peasallls and Politics", p. 11.

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distintivamente marxista de su obra es una aproximación brillante eiluminadora, aunquemarxistaortodoxa, al viejo problema de la relación entre la "base" yla "superestructura" 60.

Si, como he defendido, uno de los aspectos más importantes del trabajo colectivo de loshistoriadoes marxistas británicos es que representan un esfuerzo por superar el deter­minismo (económico y/o tecnológico) del modelo base- superestructura, ¿cómo entoncespodemos encajar el enfoque supuestamen.te marxista de Hobsbawm ?

Sin embargo es difícil acusar a Hobsbawm de mantener una interpretación delmarxismo como teoría del determinismo económico otecnológico. Generalmente afirmaque la "base" se refiere no solamente a lo meramente económico y/o tecnológico sino ala "totalidad de las relaciones de producción, es decir, la organización social en su másamplio sentido aplicada a un nivel-dado de las fuerzas materiales de producción" 64. Enrelación con este punto podemos recordar su artículo de 1960, "Custom, Wages andWork-Ioad in Nineteen-century Industry". Este ensayo es una buena prueba de que laconcepción que Hobsbawm tiene de las relaciones sociales de producción no esmeramente económica. Viene ademostrar que la composición de las relaciones de ex­tracción de la plusvalía ylos patrones de la "productividad obrera" en la industria de prin­cipios del siglo diecinueve estaban tan determinados por la costumbre, la tradición yla

Es cierto que Hobsbawm sigue aceptando el modelo base-superestructura, al menosen teoría. Frente aotros historiadores marxistas que han repudiado el modelo en su tota­lidad - incluso como metáfora - o al menos lo han excluido de su vocabulario teórico ehistórico, Hobsbawm insiste en presentar "el enfoque marxista" en términos de modelo.A lo largo de su ensayo repetidamente citado, "Karl Marx's Contribution to Histo­riography", defiende que el marxismo como teoría de la sociedad yde la historia "insisteen una jerarquía de fenómenos sociales (e.g. "base" y"superestructura")" 61. De hecho,el ensayo parece presentar al marxismo como si fuera una mera teoría estructural-funcio­nalista la cual, en oposición a otras teorías, proporciona por su parte una fórmula paraentender el cambio social. También podemos mencionar su favorable comentario al librode G.A. Cohen, Kar} Marx 's Theory ofHistory -Defensa 62, trabajo que parece reviviruna versión ortodoxa del marxismo como teoría del determinismo tecnológico. Yotrostrabajos de Hobsbawm de este tipo también muestran su continua adhesión al modelobase-superestructura 63.

Al mismo tiempo, aunque está claro que Hobsbawm no es un determinista eco­nómico, él nunca ha conseguido hallazgos eruditos sobre la "formación de clases" comoha hecho Thompson, ni ha mostrado la sensibilidad crítica hacia la ideas "populares" queencontramos en los estudios de Hill sobre el siglo diecisiete. Mientras los escritos his­tóricos de Hobsbawm se caracterizan por el análisis de la lucha de clases, contrariamente

143LOS HISTORIADORES MARXlSTAS BRITAMCOS

regulación política como lo estaban por la tecnología existente y los requerimientoseconómicos (es decir niveles de subsistencia). Además, también demuestra que loscambios que ocurrieron alo largo del siglo estaban en gran manera determinados por lascambiantes actitudes yorientaciones de los trabajadores (y sus patronos); sus actividadesen relación con el estado y con sus patronos; y los esfuerzos de los patronos porreorganizar "políticamente" el proceso obrero por medio de la ejecución de una "dire­cción científica". De esta manera, incluso la aparentemente específica "economía" de lasrelaciones de ex¡racción de la plusvalía parecen determinadas por lo "cultural" y lo "pol_ítico"; esto es, son relaciones sociales de producción 65.

Hobsbawm critica tanto alos historiadores marxistas (vulgares) yalos "burgueses"que parecen querer reducir el proceso histórico arazones económicas, recordándoles quela "historia es la lucha de los hombres por las ideas, así como un reflejo de sus entornosmateriales" 66. Es más, aunque se ajusta al modelo base-superestructura en sus escritosteóricos, los estudios históricos de Hobsbawm apartir del siglo diecisiete han sido desa­rrollados como un análisis de lucha de clases, comenzando desde las relaciones socialesde producción en el más amplio sentido. Sus escritos teóricos, sin embargo, son (inten­cionalmente) más universales en su alcance "evolutivo"67 ynormalmente abarcan esasformas históricas de la sociedad en las que las clases yel contlicto de clases no existenporque tienen primordialmente una base familiar ocomunitaria. (Esto da lugar aun temaimportante relacionado con las limitaciones históricas de la teoría de la determinaciónde clases defendida por los historiadores marxistas británicos), Finalmente, aunque en losprimeros trabajos de Hobsbawm existía un tendencia al economicismo (específicamente,por ejemplo, en los ensayos sobre la aristocracia laborista), él con frecuencia nos recuerdaen sus escritos teóricos, y nos demuestra en sus escritos históricos, que allí donde lasclases existen se desarrollan en relación alas otras ycomo totalidades: "las clases no sepueden confinar a un solo aspecto de esa relación, ni siquiera al económico. En síntesis,implican a toda la sociedad" ~8.

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o. R. Samuel and G.S. Jones (eds). CultuJe. Ickologyand Polities. Preface. p.~.

" E. Hobsbawm. "KarI Mar.t's COlllribunon lO HislOnography", en Robin Blackbum (ed.), Ideology in SocialScieoce, Londres. Fonlalla.1972. pp. 265-83.

O) New Sta/emano 2 Febrero. 1979. pp. 154-5. A. Cohen. KarI Marx 's Theory ofHislOry· A Oefence,Orlorel.Odord University press. 1978.

" Porejemplo. cf. E. Hobsbawrn. "The COlllribution of HiSIOry lO Social Science", Inremational Social ScieneeJoumaJ, 33 (1981), pp. 624-40.

.. E. Hobsbawm. "KarI Marx's Connibution lO HislOriography", p. 274, nota 10.

6J E. Hobsbawm. "CUSlom. Wages and work-load in Nineleemh-cenrury Indusrry", reimpreso en Labouring Men.pp. 344-70.

" E. Hobsbawm. "%en: are rile Brilish HisIOlÍans GoingT·. Marxisr QUarteriy, 2(Enero (955). p. 22; también."Progress in Hislory", Marosm roday, (Febrero 1962). pp. -14-8.

6J Por ejemplo. la introducción de Hobsbawm a Karl Marx, Pre-Capil81isr Eeonomie FormaJions. Londres,Lawn:nce and Wishan, 1964. pp. 9-65.

.. E. Hobsbawm, "Economíc and Social Hisrory Divided", New SOéiety. 11de Julio de 1974. El énfasis es mío.

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.. E. Hobsbawm, The Age oiCapital, 1848-1875. Londres. Spherc Books. 1977. pp. 291-3. Originalmente 1975.10 Joseph Femia. Gramscfs PoJiticai Though~ Oxford. Oxford University press. 1981, pp. 23. 257. nota 1. El

concepto de "hegemonía" será discutido en el próximo capítulo.71 i'aJa un ejemplode estacríticade Hobsbawm.d.losdos artículos de James Scan, "Hegemonyand the Peasanay".

PoJitics and Society. 7(1977), en especial pp. 293·5. Y"Revolutionin the Revolution: Peasants and Commissars·. Theoryand Society, 7(Enero-Marzo 1979), pp. 97-134; Yel ensayo de James CroníJr, "Crcating aMarxis! HislOriography: TheConDibution of Hobsbawm", pp. 98, 105-6. YnOlaS 37 y 39.

12 Por ejemplo, su conDibución a E. Hobsbawm yT. Ranger (eds.), The InveatiOll of TradiliOll.

No quiero llevar estas críticas demasiado lejos, ya que Hobsbawm ha desarrolladoactiva yeficazmente análisis culturales e ideológicos 72 • Incluso aunque se demostrara quesu argumento sobre los bandidos sociales es de hecho más descriptivo del mito que de larealidad, su labor sería igualmente magnífica por detallar la existencia de tales "ideas"entre los campesinados del mundo y por explorar qué significan. También puededefenderse que Hobsbawm ha sido el historiador del grupo que más ha coºtribuido alestudio general de los movimientos sociales, y lo que puede parecer una deficiencia ensu trabajo desde una perpectiva , puede ser una virtud desde otra. No ha perdido nuncade vista lo que algunos consideran la cuestión política esencial de la relación de unmovimiento social con el problema del poder ydel estado. Es más, ninguno de los otroshistoriadores marxistas británicos han contribuido directamente atantas ytan diferentesáreas de estudio como lo ha hecho Hobsbawm. Así pues, vamos aconsiderar otro áreaen la cual ha contribuido por medio del análisis de la lucha de clases, la historia mundial.

aThompson, no ha ofrecido un-estudio detallado de los procesos por los que una clase"en el más amplio sentido" surge de una lucha de clases, determinada tanto por eldesarrollo del capitalismo como por las costumbre, valores, yprácticas de la propia clasetrabajadora. Tampoco el evidente interés de Hobsbawm por los temas culturales e ideo­lógicos ha proporcionado los tipos de análisis de las ideas del pueblo llano que seencuentran en los escritos de Hil!. Aunque esto puede estar relacionado con lostestimonios con que han trabajado, Hill permite una mayor autonomía a las ideas en suanálisis de la lucha de clases. Sobre esto debemos notar que la utilización por parte deHobsbawm del concepto "hegemonía" ha sido objeto de críticas, porque en su libro, TheAge aiCapital, 1848-1875(1975) 69, identifica con demasiada facilidad hegemonía con"predominio ideológico", yde esta manera parece no apreciar adecuadamente el caráctercomplejo ycontradictorio del proceso 70. Estas deficiencias en la obra de Hobsbawmpueden muy bien deberse a su persistente adhesión al modelo base-superestructura. Seha sugerido que derivan de la prolongada pertenencia de Hobsbawm al PartidoComunista. Aunque ha insistido mucho en la reconsideración de los modos de rebeliónprimitiva, quizá ha estado demasiado comprometido con la necesidad de un liderazgointelectual de un partido fuertemente organizado ypor esta razón subestime el significadode la "ideas inherentes" del pueblo llano 71.

145LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Un rasgo particularmente importante de la historia del trabajo de Hobsbawm ydelos estudios sobre el campesinado es que las relaciones ylas experiencias de clase nuncason estudiadas porseparado. Siempre haestado interesado en la totalidad de la experienciade clase no sólo socialmente, sino también en términos del desarrollo más amplio delcapitalismo que él correctamente defiende como fenómeno histórico mundial. Al mismotiempo, aunque parte necesariamente de la esencia político-económica del capitalismo,no reduce el desarrollo del capitalismo asu proceso económico, como Wallerstein tiendea hacer en su trabajo sobre el sistema mundial moderno. Por ejemplo, por recordar lacontribución de Hobsbawm al debate sobre la transición, en su ensayo en dos partes, "TheCrisis of the Seventeenth Century (1954)", trata la crisis de la economía mundial europeaen dicho siglo (de hecho, como Christopher Hill señala, "la idea fue primero lanzada porHobsbawm")1l como la "última fase de la transición general de una economía feudal aunacapitalista" 7~, y examina el diferente desarrollo que se produjo en términos de las es­tructuras y luchas de clases en la sociedades europeas.

El trabajo más importante de Hobsbawm en este campo, sin embargo, es el proyectoalargo plazo de escribir la historia mundial del siglo diecinueve. Examinando, como dice,

En Industry andEmpire (1969) 75, una historia político-económica de Gran Bretañadesde 1750 a la década de 1960, Hobsbawm trata el desarrollo del capitalismo industrialbritánico en el contexto de la historia mundial. No sólo considera la economía británicanecesariamente en el contexto de su economía ;'imperial", sino también con referencia alos cambios en el proceso mismo del desarrollo del capitalismo industrial y sus conse·cuencias con respecto a la posición de Gran Bretaña en la economía capitalista mundial.Mientras otros, como W.W. Rostow 76, presentan el desarrolllo del capitalismo industrialbritánico como modelo para países en vías de industrialización, Hobsbawm replica quela historia británica "no es un modelo para el desarrolllo económico del mundo de hoy".Más allá de una curiosidad básica por la historia, Hobsbawm dice que puede ver sólo dosargumentos realmente persuasivos para estudiar la historia económica de Gran Bretaña:(1) dado que los dos últimos siglos pasados todavía moldean el presente, cualquier"solución práctica" para los problemas'contemporáneos de Gran Bretaña requiere unaperspectiva histórica; y(2) "más generalmente, como registro de lo más antiguo, el podercapitalista e industrial de más larga vida no puede hacer sino iluminar el desarrollo de laindustrialización como fenómeno de la historia mundial" 77.

" c. Hm. "lntroduetion". en Trcvor Aston (ed.l. Cdsis in Europc: {560- {66O,Londres. Routledge and Kegan Paul.1965. p.2.

" E. Hobsbawm, '1'be Crisis of the Seventeenth<entury", Pasl& Presen~ 5y6(1954); editado de nuevo con unanueva posldataen T, Aston (ed.). Crisis in Europe: 1560-1660. p. 5. También. cí. E. Hobsbawm. "The Sevenleenm Centuryin the Development of Capitalism". Science and Society. 24 (Primavera 1960. pp, 97·112.

" E. Hobsbawm, hrdusay and Empire, Hannondsworth. Penguin. 1969." w.w. ROSlOW. The StRges ofecOllOOIlC Growrh, Cambridge; Cambridge University Prcss. 1960.71 E. Hobsbawm.lndusay and Empile, p. 21.

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el desarrollo del mundo moderno, divide este siglo en tres fases distintas: The Age ofRevolucion, 1789-1848 (1962), The Age ofCapitai, 1848-1875 (1975), YThe Age ofEmpíre, 1875-1914 78 •

Así, en The age ofRevolution. Hobsbawm "describe la transformación del mun­do entre 1789 y 1848 en tanto en cuanto fue debida ... a la revolución dllill". Desde elprincipio de su trabajo descubre el carácter clasista de la revolución: "La gran evoluciónde 1789-1848 fue el triunfo de la industria capitalista: no de la libertad yde la igualdaden general. sino de la clase media o sociedad liberal burguesa; no de la economía mo­derna" oel "estado moderno", sino de las economías yestados de una región geográficaconcreta del mundo" SI. Similarmente, en The Age ofCapital, cuyo tema es el "triunfoglobal del capitalismo", escribe que "La historia de nuestro periodo es ...sobre todo, la

Hobsbawm no niega el "carácter liberador" de la "revolución dual" (así llama él ala combinación de la revolución industrial británica y a la revolución francesa); perotampoco reduce las contradicciones de los nuevos modos de explotación ydominio delcapitalismo industrial a meros problemas sociales, que deben ser superados en el cursoposterior de la modernización. Ytampoco reduce las luchas entre las clases a un merorasgo del proceso transicional de adaptación a las fuerzas aparentemente inexorables dela industrialización yel progreso. Más bien, lo que Hobsbawm presenta son estudios quetratan de explicar la formación de las sociedades europeas ydel mundo dominado por laEuropa del capitalismo industrial del siglo diecinueve, en términos de las luchas"determinadas" yestructuradas por las clases de dicho siglo.

147LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

del avance masivo de la economía del capitalismo industrial mundial, la del orden socialque ésta representaba, yla de las ideas ycreencias que parecían legitimarlo yratificarlo:razón, ciencia, progreso y liberalismo. Es la era de la burguesía triunfante". Añade quela era de la revolución en cierto modo no había acabado por completo, la "burguesía euro­pea todavía dudaba si debía someterse ala norma política pública". Esto se debió al hechode que los trabajadores ylos campesinos todavía parecían amenazar a las clases mediasde Europa: " aún'se veía a "la democracia" como un preludio rápido y seguro al "so­cialismo" S2.

Estos dos libros son ejemplos particularmente interesantes de los esfuerzos deHobsbawm por tratar el problema de la "totalidad". Porque, a pesar de su adhesión almodelo base-superestructura. en ninguno de los dos libros (como James Cronin señala,en particular con respecto aThe Age ofCapital) trata Hobsbawm de establecer relacionescasuales simples entre la economía yla política o la cultura S3. The Age ofRevolution yThe Age of Capital son estudios de los respectivos periodos como totalidades endesarrollo, en los que la economía política ylas relaciones de clases ylas luchas del capi­talismo industrial(izante) determinan, estructuran o configuran dicho desarrollo, inclu­yendo el progreso de las ciencias, las ideas, la religión y las artes.

Por ejemplo, en relación con los orígenes de la revolución industrial en GranBretaña, Hobsbawm critica alos que la explican en ténninos de la supuesta superioridadtecnológica ycientífica de Gran Bretaña. Según señala, Francia estaba más avanzada enesos aspectos. Es más. defiende que los avances técnicos necesarios eran modestos yrealizados por "artesanos inteligentes". En oposición a la explicación generalizada,Hobsbawm -siguiendo la tradición de Marx yDobb -dirige nuestra atención histórica ala revolución inglesa del siglo diecisiete, que dio lugar aun estado en el que "el provechoprivado yel desarrollo económico ... fueron aceptados como los objetivos supremos dela politica gubernamental". yauna agricultura que fue "preparada para cumplir sus tresfunciones fundamentales en la era de industrialización: incrementar la producción y laproductividad, para poder alimentar a una población no agrícola en rápido crecimiento;proporcionar un enorme y creciente excedente de suministros potenciales para lasciudades y las industrias; yproporcionar un mecanismo para la acumulación del capitalque sería usado en los sectores más modernos de la econornía"S4. Acontinuación siguereftriéndose a la industria yal mercado mundial.

HARVEY J. KAYE

Para apreciar adecuadamente su esfuerzo y su contribución a los estudios de lahistoria mundial, debemos recordar que el paradigma dominante cuando él comenzó aescribir era la teoría de la modernización. (Una excepción digna de ser mencionada es laobra de Barrington Moore). En esta teoría, los mismos procesos que debían serexplicados,"por ejemplo el crecimiento de la población, la industrialización de la economía, y lamodernización del estado", se convertían en los "móviles más obvios del cambio" 79.

Además, en oposición aestructuras sociales específicas desde el punto de vista histórico,caracterizadas por relaciones concretas de explotación y dominio, y las luchas paracombatirlas, los historiadores de la modernización nos ofrecen procesos de "liberación"a los que los grupos (verdaderamente) "modernos" y"racionales" se adaptan so.

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" 17leAge ofRevo/urion. Londres. Sphere Books, 1977. originalmente 1862. 17leAgeofCapira/. Londres. SphereBooks. 1977. originalmente 1975. y The Age ofEmpire. Londres. Weidenfeld andNicolson. 1987.

" PeterSteams.EuropeanSocieryin UpheavaL Londres. CoUierMacmillan.1975 edc. revisada. p.l. Originariamente1967. Para hislOria económica er. David Landes. 17le Unbound Promerheus, Cambridge. Cambridge Umversity Press.1972, en especial pp. 6-40.

,. P. Steams. European Sociery in UpiIeavaL pp. 2·5. Lacrílica de Tony Judt a la historia social contemporánea sedirige en particular a los historiadores de la modernización. cr. "A Clown in Regal Purple".

" E. Hobsbawm. The Age ofRevo/utioo. p.l7.

Más tarde, en The Age ofRevolution, Hobsbawm vuelve aconsiderar la "paradoja"

" E.Hobsbawm.17leAgeofCapicaJ.p.15." Este es el tema del ensayo de Crooin. 'Creating aMarxist HislOriography: The Conoibulion of Hobsbawm". Se

centra sobre 17le Age ol Capital." E.Hobsbawm.17leAgeofRevo/ution,pp.44-7.

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del desarrollo económico francés. Apesar de la revolución francesa, que proporcionó"instituciones idealmente preparadas para el desarrollo capitalista", yaunque "el ingenioy la inventiva de los empresarios [franceses] no tenía paralelismo en Europa", el desa­rrollo económico francés fue "claramente más lento que el de otros países". La expli­cación que da Hobsbawm es que la estructura campesina de la agricultura francesa(resultado de la revolución) impidió el desarrollo industrial porque, a falta de un "mer­cado suficientemente grande yexpansivo", los empresarios franceses continuaron pro­duciendo objetos de lujoen vezde productos para el consumo de masas, ylos fmancierosfranceses invirtieron en las industrias extranjeras en vez de en las propias 85.

El desarrollo de la ciencia, las ideas y las artes también son examinadas porHobsbawm en relación con la revolución dual de estructura clasista. Por ejemplo. en undebate, que ocupa un capítulo, sobre el-romanticismo yque es uno de los mejores de estascaracterísticas, Hobsbawm trata el movimiento cultural que caracteriza las artes de laépoca. debatiendo tanto las experiencias históricas únicas de los artistas románticos comolas maneras en que ellos articularon esas experiencias en su propio trabajo. Escribe que" si una simple oración engañosa debe resumir las relaciones del artista con la sociedadde esta era, podríamos decir que la revolución francesa le inspiró con su ejemplo, larevolución industrial con su horror y la sociedad burguesa, que nació de ambas,transformó su propia existencia ysus modos de creación" 87.

Entre los cambios políticos de la revolución dual, Hobsbawm señala que fue en esteperiodo cuando las experiencias de los trabajadores pobres llevaron al desarrollo de losmovimientos obreros. No es, por supuesto, que la acción colectiva no existiera conanterioridad aeste periodo, pero lo que era original en estos momentos era la concienciade clase yla ambición de clase; esto es, "los pobres" ya no se enfrentaban a los "ricos".Una clase específica, la clase trabajadora. obreros, o proletariado, se enfrentaba aotra,la de los patronos o"capitalistas". Además, mientras la revolución francesa proporcionóconfianza a las clases trabajadoras europeas ,la revolución industrial les convenció de lanecesidad de la movilización permanente. Significativamente, "la conciencia proletariafue vigorosamente combinada con, yreforzada por, la que mejor podemos denominarcomo conciencia jacobina", de esta manera el movimiento obrero estableció una relaciónsimbiótica con el movimiento democrático 86.

149LOS IflSTORlADORES MARXISTAS BRITANlCOS

Para las- masas fue, sobre todo. un método para soportar la cada vez más triste einhumana opresión del liberalismo de la clase media: en frase de Marx ... era "el corazón deun mundo sin corazón. el alma de unas condiciones desalmadas Oo, el opio del pueblo". Inclusomás: trataba de crear instituciones sociales aveces educativas ypolíticas en un ambiente queno proporcionaba ninguna... su liberalismo, emotividad y superstición se oponían a lasociedad totalmente dominada potel cálculo racional y alas clases superiores que moldeabanla religión a su propia imagen. Para las clases medias... la religión podía serun poderoso apoyomoral. una justificación de su existencia social frente al odio yal desdén unidos de la sociedadrradicional yun motordeexpansión... Alas monarquíasyalas anstocracias... les proporcionabaeatabilidad social. Habían aprendido de la Revolución Francesa que la Iglesia era el apoyo másfuerte para el trono !8.

.En Iñe AgeofCapitaI, donde Hobsbawmestudiael establecimiento de lahegemonía

burguesa en Europa y la extensión de la economía capitalista en el mundo entero,encontramos debates similares sobre la historia del siglo diecinueve en su totalidad, quevan desde lo político-económico alo estético. El libro comienza con un debate sobre lasrevoluciones de 1848 -"la primera revolución global posible"- las cuales, a pesar de susdiferencias importantes, tuvieron el rasgo común de ser "de hecho o anticipadamente,revoluciones sociales de los trabajadores pobres". Así, aunque las revoluciones fracasaronyMarx pudo haber exagerado sobre "el fantasma que ronda por Europa" (excepto quizáen París) la presencia de las clases trabajadoras como fuerza revolucionaria potencial sehizo evidente, y"en lo sucesivo las fuerzas del conservadurismo, el privilegio yla riquezatendrían que defenderse con muevos medios". Pero no sólo en Europa; Hobsbawmtambién discute el enfrentamiento desigual del capitalismo europeo expansionista ylassociedades en Latinoamérica. Africa yAsia, reconociendo la importancia de las estruc­turas ylas luchas clasistas de dichas sociedades a la hora de desarrollar capacidades paraganar, como en el caso de Japón. operder, como en el caso de los países que ahora se co­nocen como del Tercer Mundo 89.

religiosa (en Europa) durante este periodo, y más adelante se dedica a examinar los"rivales contemporáneos de la religión en sus formas más intransigentes, irracionales yemocionalmente coactivas", En ambos casos ofrece análisis que especifican el carácterdiferenciador clasistade los fenómenos. Porejemplo ,nota los significados específicamenteclasistas de militante, literal, en la religión a la vieja usanza:

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De manera similar, podemos considerar el debate de Hobsbawm sobre la religiónen Iñe Age ofRevoIution, donde escribe sobre la creciente secularización eindiferencia

Las historias mundiales de Hobsbawm no tratan de ofrecer información nuevasobre el siglo diecinueve, pero tampoco representan la merasumaosíntesis de argumentosya existentes. Iñe Age ofRevoIution y Iñe Age ofCapit1Jl y 1ñe Age ofEmpire ofre­cen una reinterpretación de la construcción deImundo moderno por medio de un análisisde la lucha y la estructura de clases.

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" !bid.. pp. 217·18... Ibid.. pp. 254-8." !bid.• p. 300. Sobre esto también conviene consullar. Junto aAge ofRevo/urionde Hobsbawm. Meryn Williarns

(ed.), Revolutions: 1775·1830. Harmondswortb. Penguin. 1971.SI E. Hobsbawm, 17Ie Age of Revolution. pp. 279-80. El énfasis es mío." E. Hobsbawm, 17Ie Age ofCapitaL pp. 22-4fJ Y177·86.

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LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 151

Lucha de clases ehSoria

La teoría de la determinación de clases defendida por los historiadores marxistasbritánicos propone la lucha de clases como núcleo del proceso histórico. Eric Hobsbawm,como se muestra en este capítulo, ha trabajado decididamente con esta teoría y losresultados de su investigación han sido importantes contribuciones tanto en los camposque él ha tratado como, consecuentemente, en el desarrollo de la teoría misma. Los pri­meros estudios de Hobsbawm sobre la clase obrera son especialmente importantes pordesplazar el foco de la historiografía obrera desde el estudio del obrerismo organizadoal de la clase trabajadora, desplazando tales estudios más allá de lo meramene insti­tucional yorganizativo a la experiencia de la clase obrera en su totalidad. Sin embargonunca ha perdido de vista fa dimensión política de la experiencia de clase. En los estudiossobre el campesinado, la reconsideración de Hobsbawm sobre las distintas fonnas deconducta colectiva de los campesinos (y los trabajadores) en fonna de "rebeliónprimitiva" ha contribuido anuestro entendimiento de los modos pre-políticos de la luchade clases. De hecho, Hobsbawm debe ser considerado seguramente como el especialistaque inició oestableció, como camPo de estudio, el de "los rebeldes primitivos". El efectocombinado de su tarea con los estudios sobre el campesinado hadado lugar ala reconcep­tualización de lo político, no meramente como lo que tradicionalmente se ha entendidopor "política". En los estudios de historia mundial, Hobsbawm ha ampliado ydesarrolladolos argumentos dados por Maurice Dobb sobre la transición del feudalismo al capitalismo.Sus ensayos sobre la crisis del siglo diecisiete y los libros sobre la formación del mundomoderno en el siglo diecinueve examinan la expansión y"triunfo" del capitalismo en sutotalidad como proceso mundial de estructura clasista. Y, por supuesto, ha sidQ estapreocupación -el considerar el desarrollo del capitalismo en su totalidad -lo que unificala laoor de Hobsbawm: los estudios sobre la clase campesina ysobre la historia mundial.

En los últimos años se ha hablado mucho sobre "la historia total" y"la totalidad",en especial en debates sobre los diferentes, aunque relacionados, escritos de FernandBraudel e Irnmanuel Wallerstein. Pero, si hay que hacer un esfuerzo para construir unahistoria total, yo presentaría el trabajo de Hobsbawm como modelo. En el trabajo deBraudel, la experiencia humana es principalmente materialista y la dimensión politicaminimizada o rechazada en una totalidad estructurada espacialmente por el entorno ytemporalmente por la long durée. En el trabajo de Wallerstein, la experiencia humanaes básicamente económica y lo político se minimiza o se niega en una totalidad deter­minada por el sistema mundial especiíficamente económico. Pero la obra de Hobsbawm,como análisis de la lucha de clases, aunque reconoce la determinación de las relacionessociales de producción, no reduce la experiencia humana a lo económico o incluso a lopolític<reconómico.

Como es característico de sucarrera yde sus intereses, Hobsbawm sigue siendo unprolífico estudioso de diversas áreas. Además de completar el tercer volumen de su aná-

lisis histórico del siglo diecinueve, se dedica a la edición de una History ofMarxism 90

en diversos volúmenes ypromete continuar su estudio de "política popular"que comenzócon Primitive Rebels y Bandits. Además colabora regularmente en varias revistas nomarxistas yen otras publicaciones periódicas entre las que se incluye Marxism roday(publicado por el Partido Comunista, Hobsbawm forma parte del comité de redacción).

Estos artículos son especialmente interesantes, porque en ellos ofrece un comentariopolítico y social desde una perspectiva histórica. Con frecuencia parece hacer reco­mendaciones no ortodoxas, pero las fundamenta tanto en precedentes históricos como enlo que él considera realidad contemporánea. Por ejemplo, en Marxism roday, (Enero1983), aparece su ensayo ólFalklands Fallout" en el que analiza el patriotismo y eljingoísmo*que caracterizaron alos británicos durante los enfrentamientos con Argentinaen el verano de 1982. Apartir de ejemplos tomados de la segunda mitad del siglo pasado,demuestracómo lahistoria temprana del movimiento obrero británicoestuvo fuertementeimbuida de fervor patriótico. Pero observa que la izquierda en general y los marxistas enparticular han descuidado -ohan sido hostiles hacia -el patriotismo como fuerza. Comoresultado, la derecha ha podido apropiarse de él ymonopolizarlo para sus propios fInes.Mantiene que esta es una situación ólpeligrosa", yanima a la izquierda aque reconsideresus nociones sobre patriotismo con intención de recuperarlo para el movimiento obreroysocialista. Sus dos artículQs, '"1'he State of the Left in Western Europe",(Octubre 1982),y"Laoour's Lost Millions", (Octubre 1983), también aparecieron en Marxism roday. Enambos proyecta la perspectiva histórica sobre los problemas de estrategia política de laizquierda actual. En el último ensayo vuelve a la cuestión de ólFoward March of LaoourHalted?" a la luz de las elecciones de 1983. Llega a sugerir que la posibilidad de unaalianza de los partidos de la oposición debería intentarse para hacer frente yderrotar a losconservadores en elecciones futuras 91.

En otros casos sus obras no son tan específIcamente políticas. Pero también aquísu imaginación histórica proporciona perspectivas originales sobre temas y problemascontemporáneos. Así, en un ensayo titulado "Are We on the Edge ofaWorld War?", de­fIende que la resucitada guerra fría no debe ser comparada al periodo anterior. el inmedia­tamente posterior a la Segunda Guerra mundial sino con los años previos a la PrimeraGuerra mundial 91. Por supuesto, señala, las consecuencias fInales serían diferentes estavez. El propio Hobsbawm resume las intenciones que subyacen en estos ensayos cuandodice: "Cada vez estoy más de acuerdo con la antigua opinión de que en política es muyútil tener una perspectiva histórica para saber qué hay de nuevo en una situación"9J.

•jingoismo. es una forma de política reacciOllaria yagresiva a lodo elemento e~tranJCro (Nota del edilor).., Volumen l . .\{1lIXism in Mane's Dar ;e publicó en 1982" Para las respueslilS al ~nlo de Hobsbawm por parte de los socialistas del !'anido Laborisla, cf. New

Socja1is~ 15 (Enero/Febrero 1984)." E. Hobsbawm. "Are Weon me ElIge of a Wortd War"?", 19 Enero 1984, pp. 83-5." "[nrerview wllh EJ. Hobsbawm:' pp. 129-30.

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La historia social no puede limitarse adescribir los aspectos externos de clases anta­gónicas. También debe explicar la perspectiva mental de cada clase

George Lefebvre I

Historiador. ensayista y activista político. E.P. Thompson es posiblemente el his­toriador marxista británico más ampliamente conocido yel más polémico. Conocido co­mo historiador sobre todo por su libro The makingofthe English Working Class(l963) 2,

también es autor de una serie de artículos influyentes, así como del libro Whigs andHunters, (1975) ), sobre la historia y la sociedad inglesa del siglo dieciocho, y unimportante estudio biográfico, Wil1iam Morris: Romantic lO Revolutionary, (1955).1. Enuna amplia colección de ensayos trata temas como la experiencia histórica inglesamoderna yla "defensa" de la historia, específicamente del materialismo histórico, frentea ciencias sociales y filosofías históricas. (Los mas significativos entre ellos se han

publicado juntos en The Poverty of Theory [1978]) i. Como ensayista político, susescritos incluyen piezas críticas sobre la cultura política de la guerra fría, lo que él vecomo una crisis de las libertades civiles británicas (algunos de los mejores aparecen ensu libro, Writing by Candlelight [1980]6), y algunos artículos sobre la amenaza delholocausto nuclear y la necesidad de organizarse para conseguir el desarme nuclear

I G. Lefebvre. "Revolutionary Crowds" en I. Kaplow (ed.l. New Perspeca'ves on che Freneh Revolucioll, NuevaYork. Iohn Wiley and Sonso 1965. p. 175.

o E.P. Thompson. !he MlJking ol"che English Womng elass. Hannondsworth. Penguin. 1968. addenda revisadacon nueva addenda: 1980 edición con nuevo prefacio.Originalmente 1963.

] E.P. Thompson. Whigs ami Hunrers. Hannondswonh. Penguin. 1977 edición con nueva adeoda. Originalmente1975.

, E.P. Thompson. William Mortis: Romande co RevolucionlllY. New York, Panmeon Book.l. 1977 edc. revisadacoo nueva addeoda. Originalmente 1955.

s E. P. Thompson. The Poveny 01"cheory. Londres. Medio Press. 1978. Las referencias son de la cuana edición.6 E. P. Thompson. Wriring by CandJelight. Londres. Merlin Press. 1980.

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156 HARVEYJ. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 157

británico y europeo (los más importantes de éstos están publicados en Zero Option[1982F), oen su obra en colaboración, Protest and Survive(l980) 8. En los últimos añosThompson ha dedicado c<l$i todas sus energías a la causa del desanne nuclear, cola­borando en la reaparición de la Campaign for Nuclear Disannament (CND) y en lafundación del END (European Nuclear DisaJ!llament).

En este estudio me centraré en los escritos históricos de Thompson: The Making,los estudios sobre el siglo dieciocho ylos ensayos historiográficos yteóricos. Claramenteescritos en ténninos de la teoría de la detenninación de clases defendida por losOhistoriadores marxistas británicos. las historias de Thompson han hecho contribucionesimportantes a los estudios históricos británicos en particular y a la historia social engeneral. The Making, porejemplo, ha sido importante por llevar acabo una reconstrucciónde la historia social de la revolución industrial y, junto con el trabajo de Eric Hobsbawm,ha transformado la literatura sobre la historia obrera. Los estudios de Thompson sobre elsiglo dieciocho, en los que ha comenzado aofrecer una nueva interpretación de la historiayde la sociedad inglesas durante ese periodo, ha contribuido a la reconsideración de la/7'~,

"estabilidad y el orden" que siguió a la revolución del siglo diecisiete y que precedió a .la revolución industrial. Pero Thompson no sólo ha hecho contribuciones importantes alos estudios históricos, se ha enfrentado también directamente a los problemas históricosyteóricos de las clases, su formación, la lucha yla conciencia de clase y, en tales términos,ha buscado conscientemente una alternativa al modelo base-superestructura dentro delpensamiento marxista.

Ha habido una tendencia lógica aestudiar la obra de Thompson aislada de la de losotros historiadores marxistas británicos 9. Sin embargo, vaya demostrar que s.us escritosdeben ser considerados en términos de la tradición histórica yteórica de éstos o, como élmismo la ha llamado, "colectiva" 10. No por ello podemos reducir sus logros a decir quelo que con frecuencia ha hecho en sus trabajos más teóricos es articular, como tradiciónteórica, las ideas de los historiadores marxistas británicos. Esto es, como demostraremos,ha desarrollado y presentado de la forma más explícitamente teórica la teoría de ladeterminación de clases.

7 E. P. Thomson. aro Optioo. Londn:s, Merlín ?ress, 1982. En Estados Unidos apareció como Beyond the ColdWar, Nueva Tock. Panlheon Books, 1982.

• E.P. Thompson yD. Smith. Prolest and Survive, Harmoosworth. Penguin, 1980. En Estados Unidos se publicóuna edición especial. con el mismo título. Nueva Yor1c, Monthly Review press. 1981.

, Paraestudios más amplios soble la obrade Thompson, cf. Perry Anderson.~uments Within English Marxism,Londres. New Lef! bokis. 1980. YBryan Palmero 1ñe Making ofE.P. Thompson, Toronto. New Hogtown Press, 1981.Ambos libros contienen bibliografías de las obras de Thompson.

10 Porejemplo.d. "!merview wíth E.P. ThOlllpson" ,RadicalHislOryReview, 3(Otoño 1976), p. 25. Por supuesto,la tradición marxista briránica con la que ThOlllpson se identifica no se limita a los historiadores específicos que seconsideran aquí.

E. P. Thompson

Edward Palmer Thompson nació en 1924. Su padre, Edward 1000, era inglés; sumadre, americana de origen. Ambos era liberales (con "1" pequeña) y críticos delimperialismo británico. Edward10OO, escritor, había sido maestro misionero en la Indiayllegó aser conocipo como amigo de la causa del nacionalismo hindú (y amigo personalde Nehru y otras personalidades 'del Congreso) I l. ;'E.P." (como se le conocía paradistinguirlo de su padre) creció cerca de Oxford yse educó en Kingswood (una escuelaprivada metodista). Fue a la Universidad de Cambridge, donde comenzó literatura ydespués se cambió a historia. Como a la mayoría de sus contemporáneos, la guerra inte­rrumpió sus estudios. Fue oficial'del ejército y lucho en Italia yFrancia.

En la Universidad, antes del servicio militar, Thompson ingresó en el PartidoComunista 12. En los años inmediatamente después de la guerra, volvió aCambridge paraterminar su carrera, pero también pasó algún tiempo en Yugoslavia y Bulgaria comovoluntario para la reconstrucción de vías y otras obras. Considera esta experienciaimportante en su explicación del concepto de la lucha popular colectiva !J,

Fue en Cambridge. después de la guerra, donde Thompson conoció a su mujer,Dorothy, que es también historiadora yprofesora de historia moderna en la Universidadde Birmingham. (De hecho, Dorothy tomó parte más activa que Edward en el Grupo deHistoriadores del Partido Comunista) 14. En 1948, los Thompson marcharon a Halifax,Yorkshire, donde él fue profesor asociado en la Universidad de Leeds yde la Workers'Educational Association. (Fue a principios de los cincuenta cuando Thompson escribiósu libro sobre William Morris. que según dice fue consecuencia de su actividaddocente) 15.

Afinales de los cuarenta y principio de los cincuenta, Thompson tomó parte muyactiva del Partido Comunista. Pero, como él mismo ha escrito, en relación con su retirada

11 fbid_ pp. l()"ll. También. cf. E.P. Thompson, ''The Nehru Tradition", en Wn'ting by Candleligh~ pp. 135-49.l' Siempre se ha reconocido que el hermano mayor de Thompson, Frank. héroe de guerra ycomunista. influyó con

anrerioridad en su vida. ef. el libro que escribió Thompson con su madre, There is aSpiril in Europe: AMemoirofMajorFranJe Thompson (1947).

l) Sobre esta e~periencia. cf. E.P. Thompson, The Railway . Aa Advencure in ConslIl1Ction. (1948). También, cf.cf. sus comentarios en ;'Interview with E.P. Thompson", pp, 11-12.

i' EstaS nOtaS biográficas fueron enlresacadas de diversas fuentes, incluyendo convelS3Ciones con E.P. yDorothyThompsonen Enero de 1983. Ejemplos de laobrade Dorothy Thompson son: TheEarlyOllutist.Londres. Macmillan ?ress.1971; "Women and Ninereenth-Century Radical Politics; ALost Dimension". en Juliet Mill:bcU y Ann Oakley (edsl. TheRightsand Wrmgs ofWomen, Hannondsworth, Penguin. 1976. pp. 112-38; Y"Iretand and!he lrish in English Radicalismbefore 1850", en James Epsleill y Dorothy Thompson (eds.l, 17Je C7lllITist Experience(Londn:s. Macmillan ?ress, 1982.Recientemente ha concluido The OJllITislS, Londn:s, Temple Smith, 1984,

11 "Interview with E.P. Thompson". pp. 12·13.

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A mediados de la década de los setenta, Thompson abandonó Warwick paradedicarse únicamente aescribir. (Desde entonces ha sido profesor visitante en diversasuniversidades de los Estados Unidos, tal como Rutgers y Brown, donde ha.impartidohistoria yliteratura). Aunque ha escrito unos cuantos artículos históricos, yuna extensacrítica sobre el marxismo estructuralista (es decir "The Poverty of Theory"), Thompsonha dedicado la mayoría de sus energías aCNDIEND. Ha prometido dos obras: Customsin Caroman, una colección de su trabajos sobre la Inglaterra del siglo dieciocho; y unestudio de Blake y los Poetas Románticos.

The Makingse publicó en 1963. En 1965 Thompson ingresó, en la entonces nuevaUniversidad de Warwick, como profesor en el Centre for the Study of Social History, yallí llevó acabo su trabajo sobre el siglo dieciocho. No se apartó de la política activa, sinembargo. En 1966-7, él Yotros socialistas (en particular, Raymon Williams yStuart Hall)se reunieron para publicar lo que vino a titularse el May Day Maniiesto 1968 20, con laintención de que se convirtiera en un reto socialista al giro a la derecha del PartidoLaboriata de Wilson. También en 1970, Thompson se vio involucrado en las luchaspolíticas universitarias de Warwick, que revelaron actividades por parte de la admi­nistración de la Universidad que él consideraba amenazadoras para la actividad académicay las libertades civiles 21.

del Partido en 1956: "Comencé arazonar amis treinta ytres años, y, apesar de todos misesfuerzos, nunca he conseguidó librarme de este hábito" 16. Fue ese mismo año cuandoél y 1000 Saville empezaron a publicar Toe Reasoner 17. La salida de Thompson delPartido, como la de Hi1ton y la de Hill, no representaba rechazo del socialismo o delmarxismo. Indicaba, sin embargo, rechazo del marxismo-leninismo. Así, pues, desde queabandonó el partido, Thompson ha defendido su socialismo como humanismo socialista,ysu marxismo como marxismo morrisoniano', esto es, un marxismo transformado por laspreocupaciones y los valores presentes en la obra de William Morris 18. De hecho, susalida del Partido no significó que Thompson repudiara el comunismo (con "c" pequeña)como movimiento, aunque ahora se identitica como un "comunista libertario, demo­crático" \9.

159LOS HISTORIADORES MARXlSTAS BRITAJ.\fICOS

The Making oC the EngIish Working Um

Conozco las luchas heroicas que la clase trabajadora inglesa ha mantenido desde

Cuando Thompson titula su gran libro The Making orlhe English Working Class, tratade atraer la atención sobre el paralelismo entre el arte y la lucha popular que es de hecho elargumento de todo su trabajo como historiador. Porque la palabra "making" es ambigua."Maker" es el antiguo ténníno inglés para poeta, y"making" significa tanto la escritura de lapoesía como construir. conseguir. The Making orthe English Worfeing Class da nombre a loque Thompson ha hecho como escritor, pero también a lo que los trabajadores ingleses hanconseguido para sí mismos por medio de la lucha. En el título el paralelismo converge !7.

Como los anteriores bosquejos biográficos, éste también ha sido breve. Afortu­nadamente , en el caso de Thompson, se ha escrito ya mucho (y, sin duda, se seguiráescribiendo) sobre él y sobre su obra. Por ejemplo, de Perry Anderson, tenemosArguments Within English Marxism, y del historiador canadiense Bryan Palmer, TheMaking oiE.P. Thampsan ". Entre estos escritos sobresale por su interés una corta,aunque inteligente, recensión sobre The Poverty oi Theory del historiador americanoHenry Abelove 23. Abelove defiende que un aspecto fundamental de la vida yla obra deThompson ha sido'su interés por la poesía. (De hecho. la intención primera de Thompsonfue ser poeta, no historiador. Tanto su padre como su hermano fueron poetas). Demuestraque incluso como historiador Thompson ha estado en contacto con la poesía. La mayorparte de su carrera docente la ha dedicado a la educación de adultos lo cual, dada lascaracterísticas de tal tarea, le ha permitido integrar literatura/poesía e historia en susclases yen sus tutorías 24. Además, con frecuencia, los estudios históricos de Thompsonestán enmarcados por referencias alos poetas yla poesía históricamente contemporáneos.El mejor ejemplo está en The Making, que comienza ytermina con referencias a Blake.En él Thompson defiende lo mucho que se perdió cuando ladoble oposición de los poetasrománticos yde los artesanos radicales al capitalismo no logró aunar esfuerzos 25. Otroejemplo se aprecia en Whigs and Hunters, que termina con un debate sobre los poetasPope ySwift 26. Finalmente, Abelove señala:

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HARVEY J. KAYE158í'

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" Prefacio aE.P. Thompson. 7ñePovertyof7ñeory, p.i..; Cf. el anículode John Saville. ''The XXth Congress and the British Communist Pany··. en The Socialis/ Regis/er

1976. Londres. Merlin Press. 1976. pp. 1,23: sobre la relación de Thompson con laNew Lef/ Review, cf. nOla 58. También.sobre John Saville, cf. Ralf Miliband, "John Saville: APresentation", en D. Martín YD. Rubenstein (eds.). ldeology andme Labour Movemen/: Essays Presenred /0 John Saville, Londres, Croom Helm, 1979. pp. 15·31.

, Cf. sus lIOIaS editoriales en el primer nÚlnerode The New reasoner, Verano 1957, así como laaddenda a WiIJiamMonisde E.P. Thompson.

i' Por ejemplo. cf. E.P. Thompson "The Poverty of Theory". en The Poverty of Theory, pp. 189·91.:o E.P. Thompson, R. Williams, S. Hall (eds.) .\o1ay Day Manifes/o 1968. Harmondsworth. Penguin. 1968." Cf. los anículos de Thompson bajo ellíOllo "WalWick University" en Wri/ing by CJndleligh~ pp. 13-38, yel

volumen que editó, Warwick Unive¡siry LId, Hannondsworth. Penguin. 1970.

" B. Palmer, The MakingofE.P. Thompson. También. cf. Fred lnglis. RadicalEamesmess: English Social Theory,188()../980. Oxford. Manin Roberson. 1982. pp. 193-204.

" H. Abelove, "Review Essay of!he Poverty ofTheory", HislOry and Theory, 21 (1982), pp. 132-42." Cf. E.P. Thompson. "Education and Experience", conferencia dada en la Universidad de Leeds en Junio de 1967." E.P. Thompson. The Making, p. 915." E.P. Thompson, Whigs and Hunrers, Appendix 2." H. Abelove. "Review Essay of the Poverty ofTheory". p. 142. También, cf.los comentarios de James Henrelta

sobre Thompson en "Social Hislory as Lived and Wrinen", en American HislOrical review, 84 (Diciembre 1979),pp. 1293·m. Para eJemplos de la propia poesiade Thompson, cf. "King ofmy freedom here". en P. Bub/e (ed.).FreeSpirics: Annalsofme lnsurgen/lmaginalion (f), San Francisco, City Lights Books. 1982. p. 29, Yla compilación de Thompson, 7ñe lnfan/and me Emperor, Londres, Merlin Press, 1983.

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afectaron al concepto marxista de clase. Este fue el problema intelectual central a queThomson se enfrentó al escribir The Making, como él mismo indicó en los diversosartículos que escribió en tomo a 1960 32•

Trato de rescatar al pobre calcetero, al recolector ludita, al "obsoleto" tejedor manual.al artesano "utópico" e incluso al decepcionado seguidor de loanna Southcotl, de la enormecondescendencia de la posteridad. Sus oficios ytradiciones pueden haber sido anticuados. Susideales comunitarios pudieron ser fantasías. Sus conspiraciones revolucionarias pudieron sertemerarias. Pero ellos vivieron en tiempos de profundos disturbios sociales, ynosotros no. Susaspiraciones fueron válidas en términos de su propia experiencia; ysi fueron víctimas de lahistoria, permanecen. condenados en sus propias vidas. como víctimas.

The Making es un estudio sobre la formación de la clase trabajadora en Inglaterradesde 1790 hasta principios de la década de 1830 yla aparición de la conciencia de dichaclase. que habría de culminar en el cartismo, el primer partido político de la clasetrabajadora. Es Posiblemente la obra más importante de historia social escrita desde laSegunda Guerra mundial. Además, como Thompson deseó, ha sido importante tanto entérminos de historiografía como de teoría social. Escribe: "Espero que este libro seconsidere como una aportación a la comprensión de clase" JJ. Y, en una afirmación yaclásica, expresa claramente lo que considera ser la tarea del historiador.(p.12):

161LOS HISTORLA,OORES MARXISTAS BRITANlCOS

Simultáneamente,nos cuenta a qué se opone. Como estudio de la formación de lasclases, The Makingestá escrito para oponerse a la práctica que siguen los sociólogos enlos "estudios de estratificación" de definir la clase como una estructura o categoríaestática H, Thompson escribe que la clase es un "fenómeno histórico, que unifica un ciertonúmero de sucesos dispares yaparentemente inconexos, tanto en la materia prima de lae~periencia como en la conciencia". Es más, insiste, la clase es "algo que de hecho ocurre(y puede mostrarse que ha ocurrido) en las relaciones humanas" (p.8).

El término "experiencia" aparece varias veces en las páginas de The lvfaking yenotros estudios históricos de Thompson, yes fundamental para entender su concepción de

)\ clase. Porque la e.xperienc~a ~e~ota tie~po, la materia~e l~ historia y, por encimad~ todo., las clases son fenomenos hlstoncas: "SI detenemos lahlstonaen un momentodetermmado,\entonces no hay clases sino simplemente una multitud de experiencias. Pero. conforme

l.·.···..···· ..·.. ·.·.·.'.·."

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Kar} Marx 2!

mediados del pasado siglo; luchas que no dejan de ser gloriosas porque hayan estado ocultasen la obscuridad o sofocadas por historiadores de clase media.

160 HARVEYJ.KAYE

En sus estudios históricos y ensayos críticos, Thompson ha mantenido persis­tentemente una lucha intelectual contra esas variedades de marxismo yde ciencia socialque están caracterizados por el determinismo económico y la negación de la acciónhumana. Es más, ha insistido en que el marxismo puede entenderse mejor como una teoríade la historia, no como leyes de la historia, en las que los seres humanos viven patronesde desarrollo predeterminados, y en que la clase es un concepto histórico no sólo unacategoría oconstrucción sociológica. Así, en el primer volumen de The New Reasoner,Thompson presenta sus objeciones al modelo base-superestructura. Señala que, apesarde que Marx y Engels siempre han "tenido presente [la] interacción dialéctica entre laconciencia social... y el ser social", la metáfora base-superestructura redujo [su]concepto de proceso aun torpe modelo estático", Es más, es un "modelo malo ypeligroso,ya que Stalin lo utilizó no como un modelo de hombres que evolucionan en sociedad,.~ino

como un modelo mecánico, funcionando semi-automáticamente e independientementede toda acción humana consciente"29,

En 1961, en una recensión sobre el libro de Raymond Williams, The LongRevolution JO, Thompson expresa su preocupación sobre la necesidad de desarrollaralternativas al modelo base-superestructura y a otros modelos similares. Propone queWilliams olvide su vocabulario de "sistemas" y "elementos", que los marxistasabandonen su metáfora de la base yla superestructura y la noción detenninista de "ley",y que ambos reconsideren el concepto de "modo de producción". Citando a AlisdairMacIntyre. escribe que "lo que .... hace el modo de producción es proporcionar, '. unnúcleo de relación humana a partir del cual todo lo demás crece") '.

Presentar una concepción orgánica del todo social como alternativa al todomecánico no resuelve necesariamente el problema (algo que él mismo percibe, como severá más tarde en este mismo capítulo), pero las intenciones de Thompson son claras. Elha intentado. por medio del análisis de la lucha de clases, reconceptualizar, dentro de loposible, la dialéctica materialista del ser social yde la conciencia social desde un modeloestático a uno dinámico. Aunque nunca fue una tarea fácil, dado que el carácter estáticodel modelo base-superestructura y su tendencia al determinismo económico también

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" K. Marx. citado en Dona Torr. Tom Mann and Bis Times. Londres, Lawrence and Wishart, 1956. p.15." E.P, Thompson, "SociaJist Humanism", The New Reasoner, Verano, 1957, p. 113.JO R. Williams. The Long Revolucion. Hannondsworlh, PenguÍD, 1965. Originalmente en 1961.;¡RecensióndeThompson de 1ñeLong Revolucion. Part 1I"de R. Williams en New Left Review, 10 (Septiembre.

Octubre 1961). p. 38. El ensayo se publicóen tres partes; la parte 1apareció en el n'9yuna página accidentalmente olvidadaapareció en el n' 11.

" CL por ejemplo. E.P. Thompson. "Revolution Again! Or Shul Your Ears and Run", en New Lefr Review, 6(Noviembre·Diciembre 1960). especialmente 2]·9.

'J E.P. Thompson. !heMaking. p. 10. CuandoThompson aceptó hacerel libro, se trataba de llevaracabo unestudiode la clase obrera desde 1790 a 1945. pero se convirtió en un único"primercapítulo" de dicha historia, un primer capítulode 900 páginas. También ha dicho que aceptó el encargo en ese momento porque estaba arruinado ynecesitaba el dinero.C1. "Inlerview Wilh E.P. Thompson", p. 15. Desde ahora, en este capírulo la paginación referida aThe Making se incluiráen el texto entre pareotesis.

;, En particularse refería al libro de Ralf Dahrendorf. Gass andCJass Conflicr in IndustrialSociety. Staoford.Cal~Standford Universicy Press. 1959.

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162 HARVEY J. KA YE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 163

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observamos a los hombres en un periodo adecuado de cambio social, observamos pa- \trones en sus relaciones, sus ideas ysus instituciones". Es más, la clase como fenómeno \histórico, no como categoría Oestructura análitica, supone actuación yconsciencia. Titulael libro The Making "porquees un estudio de un proceso activo, que debe tanto ala accióncomo a las condiciones" (p.S). De hecho. aña~e más adelante, "la clase es definida porlos hombres según viven su propia historia, y fmalmente ésta es la única definición"(p.lO).

Thompson, por supuesto, no sólo se dirige a los sociólogos, sino también a loshistoriadores sociales yeconómicos interesados por la revolución industrial. Cree que loshistoriadores económicos consideran alos trabajadores "como fuerza obrera, emigrantes,o como datos para series estadísticas" y. en consecuencia, ilustran una concepciónextremadamente reducida de la experiencia humana y del proceso de cambio social.Piensa que los historiadores sociales y los sociólogos de la historia, que trabajan desdela perspectiva de la teoría de la modernización yel funcionalismo estructural. reducen losconflictos de clase aun "injustificado síntoma de conmoción", ytienden a"obscurecerla actuación de los trabajadores, (y] el grado en el que han contribuido por medio deesfuerzos conscientes, ala formación de la historia" (pp. 11-12) 35. Esto no se ha limitadoa los historiadores "burgueses" y a los científicos sociales. Los mismos historiadoresmarxistas han escrito con frecuencia como si la clase trabajadora fuera una mera creaciónde los nuevos instrumentos de producción relacionados con la revolución industrial.Tales ideas pueden incluso encontrarse en las obras de Marx y Engels (e.g. en TheCondílÍon oi lhe Workíng Class in England de Engels). Perduraron, sin duda. debido aluso prolongado del modelo base-superestructura. y todavía se reproducían en los añossesenta. en trabajos, por lo demás interesantes, como The Rise oilhe WorkingClass 36,de Jurgen Kuczynski.

Thompson no presenta un idealismo o un simple voluntarismo en lugar de undeterminismo económico y/o tecnológico. Escribe: "la experiencia de clase está en granmanera determinada por las relaciones productivas en las que el hombre nace -oen lasque entra voluntariamente-... , la conciencia de clase es la manera en la que talesexperiencias se manejan en términos culturales: encamadas en tradiciones, sistemas devalores. ideas y formas institucionales". Sin embargo, "si la experiencia aparece comodeterminada. la conciencia de clase no. Se puede apreciar cierta lógica en las respuestasde grupos ocupacionales similares y que pasan por experiencias similares, pero nopodemos formular ninguna ley. La conciencia de clase surge de manera similar en dife­rentes momentos y lugares, pero nunca exactamente de la misma manera" (p.9).

;j Thompson se refería, en particular. a la obra de Neil J. Smelser. Social Change in rhe Industrial Revolucion.Chícago. Uníversil)' of Chícago Press. 1959.

'. J. Kuczynskí. The Rise ofthe Working C/ass. Londres. Weídenfeld and Nicolson. 1967.

No debemos olvidar que laclase. como fenómeno histórico, también es una relaciónhistórica: "no podemos tener dos clases diferenciadas, cada una con una naturalezaindependiente, para después hacer que entren en relación entre ellas. No podemos teneramor sin amantes, tampoco sumisión sin hacendados ytrabajadores. Y la clase ocurrecuando cienos hombres como resultado de la experiencia común... sienten yarticulanla identidad de sus intereses entre ellos, yen contra de otros hombres cuyos intereses sondiferentes de (y nermalmente opuestos a) los suyos" (p.8). Aquí de nuevo, el argumentode Thompson ha de entenderse como una crítica a los sociólogos que desarrollan unosestudios de estratificación social como si las clases fueran meras capas de rocasuperpuestas.

Hay otra dimensión de The Making que debe ponerse de relieve. No sólo seproyectó como un trabajo de historia y teoría, también se proyectó como un trabajopolítico (rasgo compartido por la obra de los historiadores marxistas británicos).Thompson no sólo escribe contra las prácticas de los historiadores y de los cientíticossociales. sino también contra una determinada práctica intelectual (y sus consecuenciaspolíticas) de la izquierda, específicamente el elitismo. una característica tanto de la"antigua" como de la "nueva" izquierda. En relación con la vieja izquierda, se opone aidea de que la clase trabajadora tenga una existencia real- objetivamente definida -desdela que se pueda deducir la conciencia de clase que "ésta" debería tener (aunque rara veztiene) si "ésta" fuera consciente de su propia posición yde sus intereses y la propuestaque sigue, según la cual un "partido, una secta, oun teórico"se necesitan para que puedandescribir la conciencia "no como es, sino como debería ser" (p.9). En relación con lanueva izquierda, Thompson se opone a la idea de la clase obrera como "inevitablementecapturada, económica y/o ideológicamente, por el capital" (tal como aparece tanto en latesis de los sociólogogQS sobre el aburguesamiento como en la tesis del hombreunidimensional de Herbert Marcuse ylos teóricos de la escuela de Frank.furt) que producesu propia variación de substitucionismo. es decir, intelectuales y/oestudiantes defendiendolaconciencia de clase de los trabajadores. En ambos casos. debate Thompson, lo que faltaes el sentido de la historia yun entendimiento claro de la lucha de clases 37.

Thompson afirma. en el prefacio a The Making, que el libro está compuesto por unaserie de estudios relacionados en vez de por una narración consecutiva, pero en generalse coincide en que la obra es un todo, una narración, una historia. El libro está divididoen tres partes. En la primera, "El ArOOI de la Libertad", Thompson examina trestradiciones populares que influyeron de manera significativa en la agitación jacobinainglesa de la decada de 1790. Primero repasa la tradición de la disidencia y los cambiosque ésta sufrió en su versión metodista. Después reconsidera la colección de suposicionesyexpectativas populares que juntas hicieron lo que se entiende como los" derechos de

" ef. E.P. Thompson. "Cornmilment in Politícs". Univetstty and Len Review. 6(Primavera 1959). pp. 50-5.

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164 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRlT¡\¡\¡lCOS 165

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nacimiento de los ingleses". Finalmente debate las organizaciones políticas de losingleses jacobinos, las Corresponding Societies. Al analizar las influencias subjetivasque contribuyeron a "la formación" en los comienzos del trabajo, Thompson trata desuperar el enfoque común de la historia económica social, yespecialmente obrera, dela revolución industrial, que comienza con los cambios económicos y tecnológicos ydespués contempla losdesarrollos políticos yculturales del periodocomo pre-determinadospor ellos. Una vez más Thompson no trata de evitar el materialismo. Más bien, comienzacon tradiciones populares . religiosas. "sub-políticas" y políticas - y organizacionespolíticas para mostramos, antes de ser introducidos en la "economía política", que laformación de la clase trabajadora es un hecho tanto de la historia política ycultural comode la económica" (p.213).

Así, en relación con la tradición de la disidencia. Thompson debate la transiciónreligiosa del siglo diecisiete al siglo diciocho. que él resume como "laenergía positiva delpuritanismo. el retiro autoprotector de ladisidencia", yestudia las tensiones yambivalenciasde las ideas y las prácticas de las sectas disidentes. Combinaban, dice. "la apatía políticacon un tipo de radicalismo adormecido. conservado en las imágenes de los sermones ytratados yen formas democráticas de organización" (p.33), La encamación literaria deestas tensiones fue Pilgrims's Progressde Bunyan. al que llama, junto con Righ{s oi Mande Tom Paine. "uno de los textos fundacionales del movimiento de la clase obrerainglesa", (p.34).

Hubo otros dos rasgos de la tradición disidente que fueron importantes segúnThompson: sus continuas "ideas yexperimentos comunitarios... que a veces aparecenasociados con el milenarianismo". ysu énfasis en la "libertad de conciencia", el gran valorque el pueblo llano había conservado de la comunidad (pp.5l-3. 56-7), Señala quetambién había elementos de la tradición de la disidencia que iban aser heredados, aunquetransformados, por el metodismo. perdurando. por lo tanto, como experiencias ·en laformación de la clase trabajadora. (Como veremos. discute el metodismo de formabastante crítica yextensa en la segunda parte del libro).

Sobre la tradición popularde la "plebe". Thompsoncomienzadebatiendo brevementeel crimen social en el siglo dieciocho (un tema al que él y sus colegas de Warwickvolverían más tarde) yprocede aexplicar, siguiendo el enfoque de George Rudé 38.las dosformas diferentes de activismo revolucionario observadas durante ese periodo. Por unaparte, hubo actividades que surgieron espontáneamente. Estas ocurrían cuándo el sentidopopular de lo que era justo era herido o provocado. Por otra parte. existían las accionesde la multitud que estaban instigadas ymanipuladas por aquellos que se mantenían porencima del "pueblo" o alejados de él.

., er. G. Rudé. The Crowd in HislOry. Londres. Lawrence and Wishart. 1981 edc. revisada.

En particular, se fija en los motines de subsistencia, los cuales, defiende, eranesfuerzos de la gente por mantener y, posteriormente, "reimponer la vieja economíamoral en contra de la economía del libre mercado" (pp.68-73). También defiende la"plebe londinense". cuyas actividades en este periodo se caracterizan de la mejor maneracomo una "mezcla de populacho y multitud revolucionaria" ycuya política puede serconsiderada como transicional 39

.La tercera tradición, la de los "ingleses nacidos libres". representaba. a pesar de las

constantes limitaciones impuestas sobre la "Iibertad de prensa, de libre asociación, de lossindicatos... [y] de organización política yde elección", unos derechos inherentes delibertades: "Ubertad frente al absolutismo... libertad frente al arresto arbitrario. juicioscon jurado, igualdad ante la ley, libertad frente a la entrada arbitraria ya la inspecciónde la~ moradas, cierta libertad de pensamiento, expresión y conciencia" (p,86). Comoresultado de haber sido persistentemente afirmadas, contestadas y reafirmadas, seconvirtieron en parte de un consenso moral que, como Thompson dice, no debe sersubestimado. Debate este consenso moral como si fuera el mapa de un territorio liberado.Sus límites denotan el área en la que los ingleses no deseaban tolerar la interferencia o latransgresión de las autoridades. Señala que la visión del mundo del pueblo llano no eranecesariamente democrática, en sentido positivo, aunque era "anti-absolutista". Se veíancomo individualistas, con pocos derechos positivos. pero. sin embargo, respaldadoscontra la intrusión del poder arbitrario por la ley.

El que mejor articuló esta tradición fue Tom Paine, ylo hizo de forma original ymuysignificativa. En su popular obra Righ{s ofMan (su respuesta al libro de Edmund BurkeRef1ections on (he Revolution in France) Paine proporcionó "una nueva retórica de igua­litarismo radical, que alcanzó las respuestas más sentidas del "inglés nacido libre" yquealcanzó las actitudes sub-políticas de los trabajadores urbanos" (p.103). Los argumentosen Rjgh{s olMan abundaron en la categorías y las convenc.iones Del constitucionalismoque habían estructurado el consenso moral e impulsado derechos democráticos másamplios que tan necesarios fueron para el nacimiento del movimiento obrero.

Juntas, las tradiciones de la disidencia yde la libertad dieron forma a la agitaciónjacobina inglesa de la década de 1790. que había sido acelerada por la revolución francesa.Pero, Thompson subraya. por mucho que lo que ocurría al otro lado del canal lasinstigaran yexcitaran. las agitaciones inglesas buscaban la democracia inglesa. Es más,las Corresponding Societies, las organizaciones jacobinas inglesas. representan un"puntodecontluencia". Describe la CorrespondingSocietylondinense comoextendiéndosehacia "los cafés. las tabernas y las iglesias disidentes de Piccadilly. Reet Street and The

., Sobre el populacho londinen~. cí, G. Rudé. Wilkes IUld Libeny, Londres. Lawrence and Wishal1. 1983 edc.revisada. Thompson. como veremos. vuelve aellos en sus eSlUdios sobre el siglo dieciocho.

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Strand, donde el autodidacta jornalero podía codearse con el impresor, el tendero, elgrabador y el joven procurador". Pero al mismo tiempo se extendía en otra dirección,estableciendocontacto con las comunidades de trabajadores más antiguas -los trabajadoresribereños de Wapping, los tejerores de seda de Spitafields, el viejo bastión disidente deSouthwark. Las Correspondíng Socíedes del norte como, por ejemplo, Sheffield, eranpredominantemente organizaciones de artesanos, aunque la composición de susocupaciones era menos diversa que la sociedad londinense. Además, defiende Thompson,los años de la agitación jacobina no sólo fueron un punto de unión social sino tambiénhistórica. Aunque las Corresponding Socíedes fueron eficazmente reprimidas y elejemplo de la Revolución Francesa inhibió la posible alianza entre la clase media radicalyla naciente clase obrera, sin embargo, insiste, es un error considerar que esto fue el final.Fue el principio. Es decir, en esos años hubo desarrollos que pueden entenderse como unarevolución inglesa, dada su gran influencia en la formación de la conciencia de la clasetrabajadora en la posguerra. Los efectos de estos años no se manifestaron inmediatamente.Pero en los años siguientes a la experiencia jacobina de la década de 1790, cuando losmecánicos, artesanos y trabajadores radicales fueron políticamente separados de losradicales de la clase media, hicieron uso de sus experiencias para promover ymantenertradiciones yformas de organización propias. De hecho, dice Thompson, fue en esos díasde represión cuando la conciencia específica de la clase trabajadora comenzó amadurar,imbuida de un fuerte impulso democrático.

sificación de la explotación yla opresión se hicieron más evidentes. Sobre la explotación,escribe (p.lI7):

Acerca de la opresión política, Thompson defiende que el desarrollo del capitalismosuponía la reducción de la relación entre el patrono yel obrero aun mero nexo económico.Esto permitía un mayor grado de libertad posible para el trabajador, pero también sig­nificaba que el obrero podía ser más consciente de su falta de libertad, y estos senti­mientos se confirmaban cada vez que trataba de oponerse ala explotación, porque topabacon la fuerza del patrono, del Estado y generalmente, con las dos.

167LOS HISTORlAOORES MARXlSTAS BRITANICOS

En la agricultura, los años entre 176Q y 1820 son los años de proliferación decercamiemos, durante los cuales los pueblos iban perdiendo sus derechos comunales, y losdesposeidos y • en el sur -los empobrecidos obreros pasaron amantener a los granjeros, a losterratenientes ylos diezmos de la iglesia. En las industrias domésticas, desde 1800 en adelallle,se extendió la teñdencia de que los pequeños patronos cedieron su lugar a los grandes patronos(fabricantes o intermediarios) y la mayoría de los tejedores, calceteros, o claveros se con­virtieran en temporeros asalariados con empleos más o menos precarios. En las fábricastextiles yen muchas zonas mineras éstos fueron los años del empleo de los niños (y las mujeresclandestinamente); ylaempresa agran escala, el sistema fabril con su nueva disciplina, las co­munidades de fábricas -donde el empresario no sólo se enriquecía acosta del trabajo "manual"sino que podía apreciarse el enriquecimiemo en una sóla generación -. todo contribuía a latransparencia del proceso de explotación ya la cohesión social ycultural de los e.\plotados.

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En la segunda parte de 17Je Making, titulada "La maldición de Adán", Thompsonexamina la producción y las relaciones sociales cambiantes durante el periodo 1790­1830, que fueron decisivos para la formación de la clase trabajadora. En el primer capítulode esta sección, "Explotación", indica que su intención es enfrentarse directaménte a laidea de que "la máquina de vapor y lafábrica de algodón= nueva clase obrera". Señalaque la mano de obra fabril, lejos de ser la hermana mayor de la "revolución industrial",fue la última en llegar. Thompson defiende que la formación de la clase trabajadora debebuscarse en realidad en experiencias y luchas de apariencia muy diversa, como son lasde los jornaleros del campo, trabajadores domésticos, artesanos, etc. Señala sin embargoque defender esta idea supone enfrentarse también a los historiadores, que atirman quelos términos "clases trabajadoras" o "clases bajas" son más apropiados que el singular"clase trabajadora" dada la gran diversidad de experiencias.

La tarea de Thompson es, por lo tanto, demostrar que lo que parece haber sidodiversidad de experiencia fue, de hecho, una experiencia común compartida. Puede llevara cabo tal tarea porque, en contra de los historiadores que estudian la revolución indus­trial como un proceso tecnológico y/o económico, Thompson se centra en particular enlas relaciones sociales de producción yen las relaciones de clase. Da como experienciacomún de la revolución industrial la intensificación de las dos formas intolerables derelación: la de la explotación económica y la opresión politica. Es más, añade, la inten-

Lo que Thompson destaca de esta primera fase de la revolución industrial son loscambios en, e intensificación de, el proceso de acumulación de capital como experienciasocial yhumana. Aunque él mismo no lo describiría en tales términos, nos está ofreciendoel proceso que Marx define en el Capital como la absorción "formal" en oposición a laabsorción "real" de la clase obrera por el capital. La absorción formal de la clase obreraes el proceso en el que las relaciones capitalistas de la producción se establecen. Esto pro­porciona la base opremisa, sobre la que la absorción real de la clase obrera, o industria­lización, puede ocurrir. Marx señala que la absorción formal puede suponer una intensifi­cación del trabajo hecho, una extensión de la cantidad de tiempo trabajado, oel trabajopuede ser más continuo yordenado bajo la supervisión del capitalista interesado. Pero noimplica necesariamente cambios significativos en el proceso mismo del trabajo; esto es,no está acompañado necesariamente por cambios en la división o tecnología del tra­bajo ~O. Mientras Marx parece discutirlo como proceso universal en el desarrollocapitalista, y tiene aplicaciones contemporáneas en el Tercer Mundo, en Gran Bretañaesto parece haberse producido después de la primera acumulación del capital en el primermovimiento de cercamientos, yantes de la industrialización del siglo diecinueve, aunquerelacionado con ambos. Su significación social es que "aclÚacomo unafuerza determinante

'" Cf. K. Marx. Capilal, Hannondsworth. Penguin.1976. Volumen l. en especial el Appendix. pp. 1019.34.

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sobre diversas clases de trabajadores, ycomo experiencia unificadora entre ellos, inclusoantes de que el proceso de la "subordinación real" los incorpore a todos ylos "reuna" enla fábricas" 41.

Más persuasiva es la crítica hecha por Keith McClelland. que ofrece en respuestaa las afirmaciones de Richard Johnson. McClelland sugiere que mientras es cierto queThompson trata las relaciones económicas inadecuadamente en The Making, esto no esporque no sepa reconocerlas como "objetivas" y"determinantes". Más bien parece serconsecuencia de que en varias secciones del libro Thompson mantiene las relacioneseconómicas a cierta distancia del desarrollo político y cultural de forma que parecen

Este es un punto muy importante, partic\!larrnente a la vista de algunas críticasrecientes, en la obra de Thompson. Como ejemplo, podemos recordar el argumento deRichard Johnson para el que la obra de Thompson es "culturalismo" -especialmente TheMaking - y representa una ruptura con la problemática de Dobb en Studies in cheDevelopment of Capitalismo Parece, por el contrario, que Thompson trabaja en efectodentro de la problemática planteada por Dobb, aunque claramente desarrolla más el temade la transición, tanto temporal como socialmente .n. También debemos mencionar lacrítica de Perry Anderson en Arguments Within English Marxism, según la cualThompson no llega apercibir "todo el proceso histórico por el cual grupos heterogéneosde artesanos, pequeños propietarios, trabajadores agrícolas, trabajadores domésticos yobreros eventuales pobres se reunieron, se distribuyeron y redujeron a la condición declase obrera subsumida al capital"43 yque se centra en cambio en escenarios culturales.Pero seguramente Anderson está algo equivocado, porque aunque Thompson no estudiala revolución industrial a través de la subordinación "real" del trabajo en las fábricas, quesucedió más allá de 1830 (tampoco, desgraciadamente, examina a los trabajadores delalgodón, el hierro, el carbón), examina el proceso histórico "objetivo" de la sumisiónformal de la clase obrera al capital, de hecho, es fundamental en esta parte de The Making.

169LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRlTANlCOS

En los tres capítulos siguientes, titulados "LosTrabajadores del Campo", "ArtesanosyOtros" y"Los Tejedores", Thompson presenta los cambios que tuvieron lugar ycómofueron experimentados por dichos grupos de trabajadores.

la aparición de una clase patronal sin la autoridad o las obligaciones trJdicionales: la distanciacreciente entre patrón y hombre: la transparencia de la eKplotación como fuente de riquezaypoder nuevos: la falta de statusysobre todo de independencia para el trabajador, su reduccióna la dependencia total de los elementos de producción del patrón: la parcialidad de la ley; laruptura de la economía familiar tradicional; la disciplina. monotonía, horas y condiciones de

trabajo: pérdida del descanso yla amenidad: la reducción del hombre al status de ·'instrumento".

Para indicar la experiencia de la absorción formal de la clase obrera por el capital,Thompson cita un discurso de un jornalero hilador de algodón con motivo de una huelgaen Manchester en 1818. Después procede a detallar las ofensas sufridas por los traba­jadores en relación con los cambios en las relaciones sociales de producción. (pp.221-2):

Un rasgo destacado de The Making es la habilidad narrativa de Thompson.Describe con propiedad el carácter colectivo de las experiencias de explotación yopresión de los trabajadores ingleses. Pero normalmente lo hace destacando las actividadesy experiencias individuales de artesanos y obreros. Esto es, hace uso de la experienciaindividual para expresar yrepresentar la experiencia común. De esta forma vemos lo queC. Wright Milis refiere como la "jntersección de la biografía y la historia". Al mismotiempo, Thompson evita la materialización literaria, o sociológica, en la que las colec­tividades son tratadas como dotadas de identidades individuales o se convierten enobjetos y son paseadas por la historia.

"determinar (aunque no dictar) la actividad política ycultural". Con esto ocasionalmenteimpide la comprensión de lo "económico" en relación con causas objetivas ysubjetivas.McClelland es consciente de que este problema no es característico de todas las seccionesdel trabajo ~4.

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'1 Ellen Meiksins Wood. '1be Politics ofTheory and!he Concept ofClass: E,P, Thompson and His Critics", SlUdiesin Polirica1Economy. 910toño 1982). pp. 57 ·8. Este ensayo muestra muy bien Jo equivocados que están los que consideranque la obra de Thompson es ·'Culruralismo·'. De ahora en adelante. "The Politics of Theory and !he Concept of Class",

" R.Johnson. ·1bompson.Genovese and Socialist·Humanist History", History Workshop.6iOtoño 1978). pp, 79­100. También. para una críticade Thompson hecha porun colega de Johnson. cf. Gregor McCLellan. "E.P. Thornpson and[he discipline ofhistorical cOOle~¡", en R.lohnson et al. (eds).Making Hisrories: SlUdies in Hisrory- Wriring and Polirics,Londres. Hutchinson. 1982. pp. 96-130, Ftnalmente. hay que señalar que Thompson escribió un interesante comentarioa SlUdies en el Cambridge Universiry Socia/isr Club BuJJetin, 2(29 de Noviembre de 1946). pp. 2·3.

'J P. An.derson. AJ:!¡umenrs Wirhin EngJish Maaism. pp. 32-5. También. Bryan Palmer muestra con propiedad quealgunas de las crílicas de An.derson son bastante inJustas. Por ejemplo. con el fin de señalar deficiencias en The Making,Anderson cita diversas obras escritas una década posterior. cuyos autores reconocen [a inspiración y la influencia deThompson. Añadiré que una gran parte de la ctílica de An.derson se presenta como si The Making fuera en realidaddefICiente. en oposición a lo que en ~dad pudo desear An.derson: mostrar que el trabajo planteaba todo un conjunto decuestiones que aún han de ser dilucidadas en futuros esrudios e investigaciones. (Para la crítica que Palmer hizo deAn.derson. d. su The Making ofEP. ThompSOR. pp. 8-18).

No es de extrañar que, sobre la controversia histórica del nivel de vida de la revo­lución industrial, Thompson se alinee con los Hammonds yEric Hobsbawm, es decir con"la visión pesimista". Aunque intenta tratar el tema de la medida cuantitativa de losniveles de vida en el periodo 1780-1850 ~j, seguramente su contribución más importanteal debate es su oposición ala idea de que existe una simple correlación entre nivel de vida,tal como indican los índices estadísticos, y calidad de vida. bien "objetivamente" ocomo

" K. McClelland.. "Sorne Comments on Richard Johnson. Edward Thompson. Eugene Genovese, and Socialisl­Humanis! History··. Hisrory Workshop. 7(Primavera 1979). p. 111.

" E.P. Thompson; The Making. Chapler 10. "~odelos y úperiencias·'. pp. 347-84. Ahora Thompson considerael capílUlo "inadecuado", Sobre Hobsbawm y los Hammonds. d. mi debate en el capitulo 5.

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En la segunda parte del libro, Thompson lleva a cabo un examen crítico delmetodismo: "Puritanismo -disidencia -inconformismo: el declive da paso ala rendición.La disidencia todavía mantiene el grito de resistencia a Apollión y la prostituta deBabilonia, el inconformismo es autodestructivo yapologético: quiere que lo dejen solo"(p.385). Esencialmente, Thompson presenta el metodismo como una fuerza importanteen el desarrollo de una disciplina de trabajo industrial. Pero la cuestión principal, afmna,es porqué tantos trabajadores deseaban someterse aesta forma de explotación psíquica.Da tres razones: "el adoctrinamiento directo, el sentido comunitario del metodismo, ylasconsecuencias psíquicas de la contra-revolución" (pAll). El adoctrinamiento directo serefiere a lo que tenía lugar en las escuelas dominicales, que él llama "atrocidades psi­cológicas". El sentido metodista de la comunidad (el "alma de un mundo desalmado") fueimportante porque la tensión entre las tendencias autoritarias ydemocráticas de la viejadisidencia persisistían en él, por más que la dirección metodista tratara de romper tantocon las tradiciones intelectuales como con las democráticas de la disidencia (pAII-17).

fuera percibida. Por ejemplo, cita, "esos sindicatos, como el de los mineros de carbón, endonde los salarios reales mejoraron entre 1790 y 1840, pero acosta de más horas y másintensidad de trabajo, de forina que el que ganaba el sustento estaba agotado antes de loscuarenta. En términos estadísticos esto revela una curva hacia arriba. Para las familiasimplicadas podía resultaren empobrecimiento" (p.23 I). Debemos señalar que es este tipode afirmación por parte de Thompson la que es considerada como culturalista osubjetiva.Pero no es más culturalista que economicista. Lo que trata de mostrar Thompson es queesos historiadores económicos que se basan en índices del nivel de vida concretos nologran reconocer la intensificación igualmente "objetiva" de la explotación. Al mismotiempo, Thompson muestra que la explotación, incluso en el sentido estricto de las rela­ciones económicas, supone causas tanto subjetivas como objetivas. De esta forma dejabien claro que la explotación no es un mero concepto inventado pormarxistas preocupadospor la política y la economía con intenciones moralizantes, sino que fue claramentesentida por quienes realmente la experimentaron. Es más, llama la atención por el hechode que los cambios en las relaciones sociales de producción no sólo supusieron unaintensificación de laexplotación sino también una inseguridad mayor. Así puede concluirque "para 1840 la mayoría de la. gente tenía mejores condiciones de vida que suspredecesores cincuenta años antes, aunque habían soportado yseguían soportando estaligera mejora como una experiencia catastrófica"(p.23I ).

derrota" 46. Después debate el movimiento milenario de Joanna Southcott y losSouthcothianos.

En el último capítulo de la segunda parte, "Comunidad", Thompson examina elenfrentamiento entre los modos de producción antiguos ylos nuevos, "cada uno mantienedistintas clase de comunidad con formas de vida propias". El capitalismo industrialvenció, pero, al rrnsmo tiempo - yoponiéndose a él - se desarrolló en las comunidadesde clase trabajadora unas "características de mutualismo" y "de conciencia de clasetrabajadora".

171LOS HlSTORLWORES MARXISTAS BRITANlCOS

En la tercera parte, "La Presencia de la Clase Obrera", Thompson vuelve al temadel radicalismo plebeyo ysigue su desarrollo desde el Ludismo hasta el final de las gue­rras napoleónicas. Comienza con la captación política de los electores parlamentarios deWestminster por el radicalismo, observando que, en la capital, la comunicación no habíacesado nunca entre los reformadores de la clase media y los de la clase trabajadora. Sinembargo, el movimiento radical tomó una forma marcadamente diferente en las Midlands,yen el norte industrial. Allí la represión del jacobinismo yel sindicalismo (es decir,TheCombination Acts) ocultó las luchas en la clandestinidad. Alo largo del capítulo, "UnEjército de Justicieros", Thompson apoya el argumento de Hobsbawm según el cual ladestrucción de las máquinas fue racional yorganizada, ylo amplía al demostrar que el Lu­dismo no sólo fue activismo industrial de forma ilegal yclandestina sino que, de hecho,fue la unión de "la tradición industrial secreta" yde la "tradición política secreta". Insisteen que el Ludismo fue un movimiento quasi-revolucionario y defiende (controver­tidamente) que existía una tradición clandestina continua, de la que el Ludismo era parteesencial, uniendo los Jacobinos de la década de 1790 a los movimientos de 1816-20 41

En el capítulo siguiente, "Demagogos y Mártires", Thompson analiza los"añosheroicos del radicalismo plebeyo" (1816-20). Debate los problemas de liderazgo, losHampdem Clubs, el levantamiento de Pentridge, Peterloo - "una guerra monoclasista,sostenida por la clase dirigente" -yla conspiración de la Cato Street. En el capítulo final,"Conciencia de Clase", Thompson explica cómo la década de 1820, que aparentementefue tan tranquila ypacífica, fue, de hecho, la de los años de la lucha de Richard Carlilepor la libertad de prensa; la del fortalecimiento de los sindicatos y la de la abolición delos Combination Acts; la del desarrollo del pensamiento libre, la del experimento de lascooperativas, yla de la teoría de Owen ;esto es "son años en los que los individuos ylosgrupos trataron de teorizar las experiencias gemelas. " de la revolución industrial, y...

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En relación con las consecuencias psíquicas de los años de la contrarrevolución,Thompson entra en el debate sobre si el metodismo impidió la revolución en Inglaterrao no. Su argumento, que difiere ligeramente del de Hobsbawm (es decir, que elmetodismo y el radicalismo avanzaron juntos), es que. el "renaCimiento religioso fueposible en el momento en que las aspiraciones temporales o"políticas" conocieron la

" En su agenda de 1968 aTIte Making Thompson defiende yclarifica más su argumento contra las críticas, pp.917-23.

11 AThompson se le criticó poreUo en gran manera. Su respuesta consistió en insistir en una relación cada vez másfuelle. cr. la addenda de 1968 a The Making. pp.923-37.

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el radicalismo popular insurrecto y' derrotado" (p.781). Escribe sobre la cultura artesanaradical y culta y cómo, en las luchas sobre temas como la prensa sin franquicia, losartesanos ylos trabajadores hicieron suya la tradición de libertad ydel inglés nacido libre.También estudia el desarrollo del pensamiento político llevado a cabo por WilliamCobbett, después por Carlile, Wade y Gast, y Robert Owen. Finalmente, concluye, laclase trabajadora llegó aestar formada o, mejor; hecha, aprincipio de la década de 1830. de nuevo influida por la Revolución Francesa (1830) yreforzada políticamente por laslíneas de clase trazadas por la clase media en la Reforrn BilJ de 1832.

Anderson presenta como reto a la idea de que la clase trabajadora se formó en la décadade 1830, Thompson siempre ha insistido en ver la experiencia de la clase trabajadora entérminos específicamente históricos y como proceso. De esta manera, como Andersonreconoce, el propio Thompson pide un estudio de los cambios ydiscontinuidades de laexperiencia yla conciencia de la clase trabajadora durante ese periodo 51, como por ejem­plo, el trabajo llevado acabo por el historiador, Garreth Stedman Iones 52, Yque ensalzaextraordinariamente;

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Thompson defiende que la idea según la cual, durante la década de 1830 "clasestrabajadoras" representa una denominación más exacta que "clase trabajadora", es ungran error. Existía, insiste, el desarrollo de la conciencia de clase yel desarrollo de lasformas correspondientes de organización política e industrial: "Para 1832 habíainstituciones de la clase obrera de base firme yconciencia propia -sindicatos, sociedadesamistosas, movimientos educativos yreligiosos, organizaciones políticas, publicacionesperiódicas - tradiciones intelectuales de la clase obrera, patrones comunitarios de la claseobrera, yuna estructura de sentimiento de la clase obrera" (pp.212-13).

Por supuesto, han habido críticas de historiadores no marxistas sobre The Making'¡8.Pero también han habido críticas de marxistas. Ya he mencionado dos críticas relacionadaspresentadas por Richard Iohnson y Perry Anderson. Hay otra crítica de Anderson quedebe ser tenida en cuenta en este momento, ya que va dirigida al argumento central dellibro. Siguiendo una crítica de The Makingofrecida en 1964 por su colega en La New LefrReview, Tom Naim .19, Anderson pregunta hasta qué punto debe pensarse que la clasetrabajadora se podría haber formado en caso de que la industrialización no hubier¡tllegadoaproducirse 50. La respuesta de Thompson tendría seguramente doble sentido. En primerlugar, como ya hemos visto, demuestra que la formación de la clase trabajadora inglesano fue el resultado de la industrialización, como se ha considerado tradicionalmente, sinoque fue determinada por la experiencia previa d~ explotación yacumulación capitalistaque dio lugar a, yestructuró, el proceso específico de la industrialización. Sin embargo,volviendo a la crítica de Keith MaClelland, Thompson presenta ocasionalmente lo eco­nómico como excesivamente objetivo y, de esta manera, lo que falta en The Makingesla forma en la que la clase trabajadora en realidad determina el curso posterior de la indus­trialización capitalista. The Making señala la manera de trabajar en este sentido, pero notrata la cuestión propiamente. En segundo lugar, en relación con las discontinuidades ylos cambios radicales de la experiencia de la clase trabajadora del periodo 1850-80, que

" sobre las crílicas. cf. F.K. Donnelly, "Ideology and Early English Working-Class Hislory: Edward Thompsonand His Crilies". Social History, 3(Mayo 1976), pp. 219-38. También d. la respuesta de Thompson a las crílicas en lamnda de 1968 a The Making.

" T. Naim. "The English Woriting-Class". New Left Review, 24 (Marzo-Abril [964), pp. 43-57.'o P. AndeISOll. Argumencs Wirhin English Marxism. pp. 43-9.

Estudias sobre el siglo dieciocho: Hegemonía Ylucha de clases

Habiendo jurado'reparar una falta capital.y bajar el precio exorbitante de la maltamarcharon de DudIey a WalsallyaHampton la multitud asustó.

Mujeres yniños. yendo por doquiergritaban, Oh, los valientes de Dudley,herreros e hiladores se unían a la cabalgata,con el agradable deseo de rebajar los mercados.

10hn Freeth, La. Marcha de los mineros le . l78WJ

En lugar de avanzar hasta la decada de 1840 y"capítulos posteriores" de la historiade la clase trabajadora inglesa, Thompson retrocede, después de The Making, hasta elsiglo dieciocho, Lo hizo, dice, en parte porque su mujer, Dorothy, estaba trabajando sobreel Cartismo y, por eso no quiso avanzar. Pero, tambien pensaba que había "muchosproblemas pendientes desde el principio de The Making n. Finalmente fue llevado a lostemas del siglo dieciocho como resultado de su docencia de la historia yel desarrollo del

• currículum en la Universidad de Warwick 54. Esta vuelta al siglo dieciocho le llevo aenfrentarse - como en su trabajo sobre The Making - a temas históricos y teóricos. yahacer nuevas aportaciones en ambas áreas. También le permitió desarrollar algunospuntos que había comenzado atratar en el libro, en especial relacionados con clase. luchade clases y conciencia de clase.

Aunque específtcamente no forma parte de los denominados estudios sobre el siglo

JI Cf., por ejemplo, el debatl:de Thompsoo (en 1960~en "RevolubOll Again" OrShul Your Years and Run"; ysuaddenda de 1968 a The Making. p. 937.

;! O.S. Jones. ''Worli:ing-CIass Cultureand Working-Class Polilics in London, [870-1900: Noles on the Remakingof a Worting Class", Joumal ofSocial History, 7 (Verano 1974). pp. 460-508. Thompson •en la "lmerview with E.P.Thompson", dice que es un artículo brillante.

" J. Freed1. The Colliers' March. taken from Roy Palmer, (ed.) ATouchoithe Times: Songs oiSocialChange, 1770a 1914, Harmondswonh. Penguin. 1947. pp. 274-5.

;' "lnterview with E.P. Thompson". p. 15.

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dieciocho, debemos recordar ahora el ensayo de Thompson, "The Peculiarities of theEnglish", que apareció en 1965 ii. Representa su respuesta a los esfuerzos de Perry An­derson i6 yTom Nairn í7 por ofrecer una interpretación histórica marxista de la crisiscontemporánea de Gran Bretaña. En concreto, escribió "Peculiarities" como respuestaal ensayo de Anderson, "Origins of the Present Crisis", en el que Anderson trata de trazarun marco para"una historia totalizadora... de la sociedad británica moderna" centrándoseen "la evolución global de la estructura de clases" 58. (Hubo una dimensión personaUpo­lítica de este intercambio ya que Thompson fue miembro fundador del comité deredacción de la New Left Review que, poco después del comienzo de su publicación,invitó aAnderson a hacerse cargo de la dirección editorial. Este aceptó, ypoco despuésde que el comité fuera reorganizado, se excluyó aThompson yla orientación de la revistacambió, poniendo más énfasis en el marxismo continental) 59.

Esencialmente, Anderson defiende que la crisis de Inglaterra y del movimientoobrero británico puede retrotraerse hasta la revolución inglesa del siglo diecisiete la cual,según él, transformó la estructura económica pero no la estructura social osuperestructurayque, debido asu carácterreligioso yde pre-ilustración no dejó ningún legado ideológicosignificaiivo. Es más, defiende Anderson, que la intacta estructura social supuso el con­tinuado dominio de la aristocracia terrateniente (feudal), la cual, por diversas razoneshistóricas. pudo fusionarse, como socio más antiguo, con la naciente burguesía industrial,yasí seguir dando forma ala vida británica. Dado que las luchas más heroicas del prole­tariado contra el capitalismo ocurrieron con anterioridad al adecuado desarrollo de lateoría socialista (es decir, marxista)" éste evolucionó aislado aunque subordinado, dentrode la estructura aparentemente indestructible del capitalismo británico". De esta manera,"una burguesía desidiosa produjo un proletariado desidioso''6O .

La respuesta de Thompson fue histórica yteórica. En relación con el argumento deAnderson según el cual la revolución del siglo diecisiete facilitó la persistencia de una

;; E.P. Thompson. "The Peculiarities of me English", originalmente en The Socialist Register 1965; reimpreso enTñe Poverty ol Theory. pp, 245·302.

;6 P, Ander.;on. "Origins of me present Crisis". New Lele Review. 23 (Enero ·Febrero 1964) reimpreso en P,Ander.;on yR. Blackbum (eds.J, Towards Socialismo Londres. Fontana Books. 1965. pp. 11·52. La respuesla de Ander.;onal ensayo de Thompson es "The Miyths of Edward Thompson. or Socilism and Pseudo-Empiricism". New Left Review.35. pp. 2-42. También.cf. el ensayo de Andeoon, "Components of lhe National Culrure", en A. Cockbum yR. Blackbum.(eds.), Studenr Power, Harmondswonh, Penguin, 1969. pp. 214-84.

J7 Las interpretaciones de T. Naim están rodas en New LeirReview: "The British Political Elite", n' 23 (1964), pp.19-25: ''The English Working Class", n' 24 (1964) pp. 43-57; "The Anatomy of dle Labour Pany", n'27 y28 (1964), pp.38-65 y33-62. Naim es IalIIbién autor de Tñe Breakup ofBritain, Londres, New Left Books, 1977.

" P. Andeoon. "Origins of dle Present Crisis", pp. 12-13." Sobre el carácter intelecmal del inlert:::lIllbio Thompson-Ander.;on, cf. Keim Nield, "A Symptomalic Dispute?

~otes on dle Relation belWeen MalXism Theory and HistoricaJ Practice in Bricain",SocilliResearrh, 47 (Otoño 1980), pp.479-506.

!O P. Andeoon, "Origins of dle Present Crisis", p. 29.

,,~ aristocracia terrateniente (feudal) que pudo incorporarse más tarde a la burguesíaindustrial, su respuesta es que la aristocracia era ya una burguesía agraria de gran éxitoen el siglo dieciocho, cuyos orígenes precedieron ala revolución. Es más, desde el puntode vista metodológico, Thompson mantiene que un error importante de Anderson en"Origins" fue el empleo histórico de los modelos. En particular, Thompson critica laconstrucción de un modelo de desarrollo histórico por parte de Anderson centrado en unúnico "episodio dramático - la revolución - para lo cual todo lo que sucede antes ydespués debe ser res3.Itado", También critica el hecho de que Anderson propone un tipoideal de revolución, derivado en su mayor parte de la Revolución Francesa, ante el quetodas las demás deben ser juzgadas. Con referencia a la supuesta ausencia del legadoideológico de la revolución yla burguesía inglesas, Thompson pregunta cómo es posible,por ejemplo, ignorar el significado'de la "herencia protestante ydemocrática-burguesa",pasar por alto la importancia de la economía política capitalista. "ideología auténtica yarticulada" -e ignorar la contribución, de más de tres siglos, de los científicos naturalesbritánicos 61.

Thompson presenta una serie de hipótesis. preguntas ycríticas históricas sobre lasobras de Anderson y Nairn acerca del movimiento prematuro de la clase trabajadora ycritica su interpretación esquemática del concepto de clase. Escribe: "En su presentaciónextraordinariamente intelectualizada de la historia, la clase está totalmente arropada porun conjunto de imágenes antropomórticas. Las clases tienen los atributos de la identidadpersonal, con voluntad, tines conscientes y cualidades morales. Incluso cuando elconflicto declarado es el silencio, debemos pensar en una clase con una identidad idealconstante, que está dormitando ytiene instintos y todo lo demás" 62. Con posterioridad,en el ensayo, vuelve aexplicar su concepción de clase, con palabras que recuerdan muchoal prefacio de The Making 6J • También, aunque indebidamente, Thompson critica el usoque hace Anderson del concepto Gramsciano de la hegemonía, anticipando el uso queposteriormente haría del concepto en su análisis de la sociedad inglesa del siglo dieciocho(el cual discutiremos más adelante). .

Asimismo Thomposon insiste en "Peculiarities" en el modelo base-superestructura.De nuevo lo rechaza porque representa inadecuadamente el "intercambio dialéctico entreel ser social y la conciencia social- oentre "la cultura y la no cultura" - (que] está en elcentro de cualquier explicación del proceso histórico dentro de la tradición marxista".Derivado de "la ingeniería de la construcción (similar a los términos de cajas y

" E.P. Thompson, "PecuJiarities of lhe EngJish. pp. 255-7 y267." [bid., p. 280. Con referencia ala idea de Thompson de que la clase trabajadora "se formó en la década de 1830",

vale la pena señalar que ve la necesidad (en las dos páginas siguientes) de un examen sociológico de los cambios en laexperiencia de laclase trabajadorayen el mov¡miento obrero con posleriondad al declive del cartismo amediados del siglodiecinueve.

6J [bid., p. 295.

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La "importancia de la historia real", dice Thompson es que, no sólo comprueba la

" !bid.• p. 289." Ibid.• p. 291 Y294.

construciones, adorados por algunos sociólogos)", es incapaz de describir el "flujo delconflicto, la dialéctica de un proceso social en evolución". Al mismo tiempo, al indicarsu insatisfacción con su propia fOl1llulación de la totalidad social, dice que mientras lasmetáforas orgánicas son mejores, fmalrnente también son inadecuadas porque excluyenigualmente la dimensión humana. El problema, es pues, que tales metáforas (mecánicasyorgánicas) tienden necesariamente al reduccionismo yno logran captar la "interacciónde la conciencia del ser", Thompson deja claro que si la dialéctica entre ser social yconciencia social se elimina de nuestro análisis, entonces habremos abandonado porcompleto la tradición marxista 64.

171LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS

.. "Imerview Wilh E.P. Thompson", p. 16.,; E.P. Thompson. ·'Time. Work-Discipline. and Indusuial Capllalism". Past &: Presen~ 38, (Febrero 1967). pp.

" M. Weber. 1ñeProtesrantEthic and the SpiritofCapita1ism. Nueva Y0It. Charles Scribner'sSonso 1956. p. 60." E.P. Thompson, 1ñe Making, e.g. pp. 391-8,'o E.P. Thompson. ''Time, Work-Discipline and InduslJ'ial Capitalism". p. SO. EsIO debe leerse junto al ensayo de

ChriSlOpher Hill. "Ponage for Freebom Englishmen: Anirudes lO Wage·Labour·', en su Change and CommlJIJity inSeventeenth CenruryEngland.Londres. Weidenfeld andNichol.lon. 1975, pp. 219-38: yEric Hobsbawm. "Cuslom. Wagesand WOIt-Load" en su Labowing Men, Londres. Weidenfeldand Nicholson, 1964. pp. 31643.

71 E,P. ThompsOll. '11Je Moral Economy of tbe English Crowd in !he Eighteentb CenlUry", Past & Present. 50¡Febrero 1971). pp. 76-136.

56-97

El segundo ensayo que surgió de The Making, "The Moral Economy of the EnglishCrowd in the Eighteenth Century (1971)" 71 amplía el análisis previo de Thompson sobreuna forma específica de actividad de la multitud, los motines de subsistencia. Señala que"eran una forma muy compleja de acción popular directa, disciplinada ycon objetivosclaros". Era la manera con que el pueblo llano reafirmaba la economía moral tradicional

Sus dos primeros ensayos sobre el siglo dieciocho tratan de temas derivadosdirectamente de The Makíng. En "Time, Work-Discipline. and Industrial Capitalism"67,Thompson trata un fema que Weber había ofrecido en The Protestant Ethic and the SpiritofCapitalism 68, Yque él mismo había debatido en relación con el metodismo 69; esto es,la transformación de la ética obrera y la orientación de la clase trabajadora impuesta porel desarrollo del capitalismo industrial. Demuestra que esto suponía la imposición einternalización posterior de una "orientación temporal" del trabajo y de la vida encontraste con - ydesplazando a-una "orientación artesanal". Es más, en oposición a losteóricos de la modernización. defiende que los cambios no deben ser tomados como un"proceso supuestamente neutro, tecnológicamente determinado, conocido comoÍndustrialización". Aunque es verdad que los cambios en la técnica manufacturera. , . re­quieren una mayor sincronización del trabajo y una mayor exactitud en las rutinastemporales de cualquier sociedad, debemos darnos cuenta de que la forma en que estoscambios se manifiestan puede variar. Señala que puesto que "la transición" no se limitaa lo meramente específico del proceso del trabajo, sino que afecta a la cultura toda, esnecesario considerar los cambios en términos de las estructuras "de poder, relaciones depropiedad, instituciones religiosas, etc.". Insiste en el hecho de que el proceso de cambio"No es hacia el industrialismo" tout court sino hacia el capitalismo industrial o(en el sigloveinte) asistemas alternativos cuyos rasgos todavía no están diferenciados". Así pues, esnecesario considerar el sentido del tiempo como condición tecnológica ycomO medidadel tiempo en cuanto medio para la explotación del trabajo" JO.

teoria, también la reconstruye" 66. Como veremos, a partir de su trabajo sobre el siglodieciochoThompson articula mejor su concepción de clase -yla teoríade ladeterminaciónde clase de los historiadores marxistas británicos· y comienza a ofrecer un modeloalternativo al modelo base-superestructura para describir la totalidad social.

HARVEY J. KAYE176

Resta la tarea, por tanto, de "encontrar un modelo del proceso social que permita unaautonomía a la conciencia social dentro de un contexto que, en el análisis final, siempreha estado determinado por el ser social". Estas palabras deben leerse con cuidado, porqueuna proposición similar· aunque bastante diferente - se presenta con regularidad en losestudios marxistas. Thompson no defiende el modelo presentado por los estructuralistasmarxistas, derivado de algunos comentarios de Engels, en el que la "base, o niveleconómico, es determinante en última instancia", porque "si el movimiento económico"se remite al área de la causa última, entonces, como la primera causa de Bacon, puedequedarolvidado en su empíreo. Si lo relegamos ala determinación memorable del análisisfinal. .. entonces puede cuestionarse hasta qué punto· excepto en momentos de transiciónentre épocas históricas· este modelo tiene alguna relevancia". Tampoco busca Thompsonun nuevo modelo para describir la vieja relación entre economía ycultura. Retando laecuación asumida del" ser social" yla "economía", escribe: ;'Incluso si la "base "no fuerauna mala metáfora tendríamos que añadir que sea lo que sea. no es sólo económica sinotambién humana - una relación humana característica con la que se entra invo­luntariamente en el proceso productivo.. , . los fenómenos sociales yculturales no siguena los económicos hasta algún lugar remoto; están en su origen. inmersos en el núcleo

. mismo de las de relacion~s':,. Este argumento es importante para el análisis histórico,social y político, pues'to que'insiste en el hecho de que los modos de explotación no sonsólo "económicos" sino más bien configuraciones históricamente específicas de lasrelaciones sociales. Al mismo tiempo. señala el hecho de que la sola idea de la existenciade una dimensión particular de la vida humana - la económica - que puede ser aislada ytratada separadamente de las relaciones sociales no económicas, es la consecuenciamisma de una fase concreta de la evolución socialista. Además. añade, la lucha contra elcapitalismo ha supuesto, al menos en una de sus formas, oposición a la tendenciacapitalista a"reducir todas las relaciones humanas adeflIlÍciones económicas"6l.

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frente a la nueva economía política de la plaza del mercado, así como de recordar a lasautoridades ya los ricos sus responsabilidades en el cambiante modelo del orden socialpaternalista yde indicarles que los trabajadores ylos pobres, podían perturbar ese ordensocial si no cumplían con sus obligaciones. Los motines de subsistencia fueron "amenazasde la guerra de clases" ydeberían por tanto ser considerados como acciones políticas.

Su siguiente estudio importante, Whigs and Hunters, surgió como consecuencia dela labor de Thompson en Warwick, donde él ysus colegas estudiaron la historia social dela Inglaterradel siglo dieciocho, en particular"la ley, como ideología ycomo actualidad...y la definición de crimen vigente en ese siglo" n. Whigs aad Huaters es un estudio de laBlack Act de 1723 y lo que este episodio nos dice sobre la sociedad inglesa del siglodieciocho. La ley fue aprobada en respuesta a ciertos desórdenes en los bosques deWindsor yen el este yel sureste de Hampshire. Incluían la caza de ciervos, la caza furti va,la tala de árboles jóvenes, hostigamiento de los guardas del bosque yel envío de amenazasanónimas. Se le llamó así porque los organizadores de los desórdenes iban armados yenmascarados con la~ caras negras. (De hecho era una práctica de los furtivos que teníasu origen en el periodo medieval, que continuó en el siglo diecinueve en algunas áreas).Lo que la ley hacía era convertir estas actividades yotras relacionadas (cincuentaen total)en infracciones capitales.

Thompson describe la Black Actcomo "exceso legislativo" ysu tarea consiste endilucidar cómo una medida tan draconiana se convirtió en ley. Demuestra que el"ennegrecimiento" surgió como modo de oposición por parte de los habitantes de losbosques en contra de la reaflrmación yampliación de la autoridad forestal por el estadoy los grandes terratenientes. Detiende que "los negros eran habitantes de los_bosques"armados", que forzaban la definición de los derechos a la que "las gentes del campo" sehabían acostumbrado, ytambién la oposición alos cercamientos privados que menguabansus cultivos, sus posibili'dades de caza y sus pastos". En relación con el trabajo deHobsbawm , señala que "no son bandoleros sociales [o] rebeldes agrarios, sino quecomparten algo de ambos"73 .Para los que tenían propiedades yautoridad, los disturbiosfueron una situación crítica. aunque como Thompson señala hubo poca "sangre derra­mada... ningún caballero o magistrado fue herido. No fue una Jacquerie". Sin embargo,el temor por parte de los ricos como se expresa en la ley, tuvo como resultado la horca,la prisión o la deportación de los convictos de las ofensas estipuladas en ella. Pero, de­fiende Thompson, que la propiedad no se vió amenazadapor las actividades de los negros.Más bien, lo que convirtió la situación en caso de urgencia "fue la repetida humillaciónpública de las autoridades; los ataques simultáneos sobre las propiedades reales y

" Douglas Hay, Peter Linebaugh and E.P. Thompwn (eds.l. rllbion's FacaJ Tree; Crime andSvcieey in Eighteench­CcnIUIy England. Hannondsworth, Penguin. 1975. Prefacio. p. 13. Thompson fue uno de los editores y contribuyó alvolumen (''The Crime of Anonimiry". pp. 255·3441.

" E.P. Thompson. Whigs and Huncers. p.64.

privadas; el sentidode un movimiento confederado que ampliabasus demandas sociales...los síntomas de algo próximo a un estado de guerra de clases, con la baja nobleza ruralrealista en las zonas de disturbios...ypenosamenrte aislada en sus intentos por conseguirel orden"74.

Sin embargo, reconoce, que incluso esto es insuficiente para explicar el carácterextremo de la repre~ión motivada por la Black Act. Por ello analiza la aprobación de laley en términos del desarrollo socio-histórico del capitalismo y de las necesidadesinmediatas de la élite política, especialmente Walpole ysus compañeros Whigs. Thom­pson debate la forma en que la creciente despersonalización de las relaciones de clasenecesitaban la imposición de nuevos métodos de control yde disciplina de clase. Escribeque "los economistas defendían la disciplina de los bajos salarios y el hambre, y losabogados la pena de muerte". Esto, dice, también demuestra la cambiante concepción delcrimen mismo, según y como lo definían los poderosos. Lo que ahora era objeto decastigo no era "una ofensa entre hombres... sino una ofensa contra la propiedad". De estamanera, observa, la ley se proyecta como imparcial o independiente del estatus en lajerarquía social: "era neutra para los distintos grados de hombres, y sólo defendía lainviolabilidad de la propiedad de las cosas" 75. También investiga la "alta política" delParlamento y la Corona ydefiende que la ley como medio para restaurar el orden de unaregión particular, amparaba los intereses de Walpole ysus seguidores en su ascensión alpoder del estado. Esto es, fue usado por Walpole y los Whigscomo prueba de que él eraun "ministro eficaz yatento" en un periodo en que el gobierno estaba en crisis debido alos sucesos relacionados con el South Sea Bubble (1720-21). Thompson describe la vidapolítica inglesa durante esos años como similar a la de una "república bananera" y a lade los que buscan el poder como "parásitos"76. Aunque podría decirse mucho más sobreeste libro, otro punto que debe señalarse es que Thompson afmna que, a pesar de larepresión, los esfuerzos de los negros no fueron en vano. Demuestra que los habitantesde los bosques pudieron, durante el resto del siglo, mantener yquizá incluso ampliar susderechos en el área alrededor del bosque de Windsor, aunque, por supuesto, fueronfinalmente sentenciados J7.

En Whigs andHuntersy el libro relacionado, Albion 's Fatal Tree( 1975), Thompsonysus colegas comenzaron aofrecer una reinterpretación de la estabilidad política ydelorden social de la "Inglaterra del siglo dieciocho". En una de sus contribuciones aAlbioa 's Fatal Tree, "Property, Authority and the CriminalLaw", Douglas Hay demuestraque la religión fue desplazada por la ley como ideología legitimadora principal en laInglaterra del siglo dieciocho (y fue a su vez desplazada por la "ideología del libre

" [bid.• pp. 190-91." [bid.• pp. 206-7." [bid.. pp. 179·206." [bid., pp. 239-40.

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180 HARVEY J. KAYE LOS IllSTORlADORES MARXISTAS BRITANlCOS 181

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mercado ydel liberalismo político en el diecinueve") 78. Desde una perspectiva relacionada,aunque diferente, sus estudios, en palabras de Thompson, "nos recuerdan que la estabi­lidad, no menos que la revolución, puede tener su propio tipo de terror" 79.

En otros dos artículos, "Patrician Society, Plebeian Culture" (1974), y"Eighteen­century English Society: class struggle without class? (1978) 30, Thompson se esfuerzade nuevo por proporcionar una reinterpretación del siglo dieciocho, yllega apresentar suanálisis en términos del concepto de hegemonía de Gramsci. Por hegemonía (y esto esimportante) Thompson no quiere decir consenso. Al menos en el siglo dieciocho, dice,"la hegemonía no conlleva aceptación alguna de un patemalismo de la baja nobleza porparte de los pobres, ni según los términos de aquélla ni en los de su propia imagen". Másbien, se refiere aun orden de lucha que es constantemente discutido ynegociado, pero queno llega aser conflicto revolucionario, tampoco supone el uso continuo de la fuerza físicaocoerción por parte del estado (o autoridad similar) para mantener el orden social. Estaexplicación de hegemonía es posiblemente la que Gramsci defendía cuando la presentó,yestá compartida por Eugene Genovese, en particular en su libro, Roll, lardan, RoJJ: TheWorld the 51aves Made 31. En respuesta alos críticos que no habían entendido propiamenteel argumento de su trabajo con respecto a la relación hegemónica entre amos yesclavos,Genovese escribe "la hegemonía supone lucha de clases y no tiene sentido separada deellas... no tiene nada en común con la historia del consenso yrepresenta su antítesis, unamanera de definir la resignación histórica de la lucha de clases durante las épocas deaparente tranquilidad social'~2. En la Inglaterra del siglo dieciocho, Thomson atirma,había una vigorosa cultura plebeya enormemente distanciada de la cultura patricia ydesu concepción del orden social - a veces enfrentándose o incluso oponiéndose a él - aveces acomodándose a él pero, sin embargo, operando dentro de sus límites. mmante­nimiento del orden hegemónico, no fue·un proceso sencillo, en especial siguiendo a lasrevueltas ycambios del siglo diecisiete.

EiJ. "Patrician Society, Plebeian Culture" Thompson debete los cambios que se ibanproduciendo en el orden social y las relaciones entre la baja nobleza rural y los traba-

" D. Hay, "Property, Authorüy and the Criminal Law". en D. Hay el al. (eds).Albion's Faral Tree. pp. 17·64." E. P. Thompson, Whigs and Hunrers, p. 258. Para una visión díslinta. cr. l.H. Plumb. The Growrh oifolidcal

Srabi/iry in England, Hannondswonh. Penguin, 1969.lO E.P. Thompson. "Panician Sociecy, Plebeian Culture". Joumal ofSocial Hisrory, 7(Verano 1974), pp. 382405:

y"Eighleenth·century English Sociecy: dass sllUggle Wílhoul dass?", Social Hisrory, 3(Mayo 1978), pp. 133-65." E. Genovese, Roll. Jordan. Roll: The World rJre Slaves Made. Nueva York. Pantheon. 1974." E. Genovese. "A Replay lO Crilicism", Radical Hisrory Review, 3(Winter 1977) p. 98. Aunque Richard lohnson

esráequívocadoen suscrílicas aThompson yGenovese.liene razón al llamar la alenciónsobre la similitudentre The MakingYRo", Jordan, Ro". Sobre este punlo, añadiría que no estoy de acuerdo con el argumenro de Alan Dawley en "E.P.Thompson and!he Americans", Radical Hislory Review, 19 (Invíerno 1978-79), pp. 33-ro y, aunque estoy en tOlal acuerdocon el debate de Bryan Palmer sobre la relación Tbompson-Genovese. difiero en algún lema específico. (Cr. H. Kaye.''Tolalicy: lts Applicalion 10 Historical and Social anaIysis by Wallerstein and Genovese", Hisrorical Refieclions/RefielCions Hisroriques, 6(Invierno 1979), pp. 405-20.)

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jadores pobres, o como él los denomina, "patricios y plebeyos". Comienza su análisisseñalando que éste era un periodo transicional enel que el viejo "control patemalista sobre"toda la vida" del trabajador estaba .. erosionándose". Esto es, se estaban produciendocambios cualitativos en las relaciones sociales de producción: "la erosión de las formasde trabajo semi-libres, el declive del trabajo doméstico, la extinción defmitiva de laservidumbre laboral yel crecimiento del trabajo asalariado libre ymóvil". Estos cambiossignificaban que 10,¡S trabajadores estaban disfrutando de una mayor libertad en sus vidasde trabajo a todos los niveles desde la selección de los patronos hasta el rutinario trabajodiario. En general había pocas restricciones inmediatas en sus actividades tanto durantesu horario de trabajo como después. La clase gobernante, que veía que estos cambiospodían conducir a la indisciplina de los trabajadores, a su irregularidad para el empleo,asu falta de dependencia económica, ysu insubordinación social, permanecía cada vezmás distanciada del proceso de producción y relaciones inmediatas de explotación. Sealejaban del contacto directo con los empobrecidos trabajadores yse refugiaban en losconfines de sus amplias propiedades, Seguían apropiándose del valor de la plusvalíaproducida por los obreros aunque lo hacían a través de sus arrendatarios o a través delcomercio o los impuestos. Pero, a pesar de lo que ante los contemporáneos parecía ser"viejo paternalismo a punto de entrar en crisis". el proceso de transición del siglodieciocho era relativamente estable: "La insubordinación de los pobres era un estorbo: nouna amenaza. El estado de la política yde la arquitectura. la retórica de la nobleza ysusartes decorativas, todo parecía proclamar la estabilidad, confianza en sí mismo, habilidadpara superar las amenazas a su hegemonía" 3J.

Fue en la distancia inmensa entre las vidas y las actividades de los trabajadores yla nobleza donde se desarrolló la cultura plebeya, Fue una cultura resumida, diceThompson. por "el tejedor de Defoe [quien] llamado por la justicia para explicar su falta[declara]:"no mí amo, y.si no le importa señoría, creo que soy mí propio amo". Esto es,el tTábajadoransiaba IÍDerarse "de las humillacionesdiariaseinmediatas de ladependencia"Pero, al mismo tiempo, las estructuras máS amplias depOOer yautoridad, ylas relacionescon éstas se consideraban tan "inevitables e irreversibles como la tierra yel cielo", Estamanera de ver el mundo, defiende Thompson, es la consecuencia del proceso de hege­monía; "no impide el resentimiento o incluso los actos subrepticios de protesta o ven­ganza, [pero] evita la rebelión declarada".

Para describir el proceso y la relación de hegemonía durante este periodo,Thompson utiliza la metáfora del teatro público. Acepta que una gran parte de la políticay la leyes siempre teatro, pero lo extraordinario con respecto al siglo dieciocho, es elestilo y el comportamiento con que se manifestaban por parte de la nobleza. Su repre-

" E.P. ThlHDpson. "Panician Sociecy, Plebeian Culture". pp. 382-9.

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sentaciónnodependíade actuaciones diarias, regulares,"sinode intervenciones dramáticasocasionales: el buey asado, los premios ofrecidos por alguna carrera uotro deporte, ladonación generosa para la caridad en tiempos de escasei' 84. Pero hubo una actividadpública regularizada que la hicieron suya: la administración de la ley.

Aunque la cultura plebeya no era revolucionaria, ni siquiera proto-revolucionariatampoco era respetuosa: "engendró motines pero no rebeliones, acciones directas perono organizaciones democráticas". En particular, Thompson debate tres caracteósticas dela actividad del siglo dieciocho: "la tradición anónima", e.g, el envío (o publicación) deamenazas anónimas; el "contra-teatro de la amenaza y la sedición" evidenciado en el"simbolismo del lenguaje de la multitud. , , la quema de efigies; el colgar una bota de lahorca; la iluminación de ventanas; y la capacidad de la multitud para la acción directarápida, como en la destrucción de maquinaria e intimidación a los patronos o a lostraficantes, , , antes de que las tropas pudieran aparecer", Sin embargo, como añade, seabstenían de quitar la vida 85. En un momento de "Patrician Society, Plebian Culture",Thompson escribe sobre las relaciones entre la nobleza y el pueblo llano: "Hay unareciprocidad de relaciones aquí que es difícil de analizar a otro nivel que el de lasrelaciones de clase" 86. En "Eighleenth-century English Society", se centra en "impli­caciones teóricas de esta formación histórica concreta para el estudio de la clase", yesaquí donde Thompson proporciona la articulación más clara de la determinación de cla­ses de los historiadores marxistas británicos.

En The Making Thompson insiste en que la clase es un fenómeno histórico ycoincide con Hobsbawm al defender que la clase en "todo su sentido" solo existe cuandohay conciencia de clase, yes por esta razón por lo que The Makingdebe ser consideradoun estudio sobre la formación de clases. Pero entonces, qué pasa con la sociedad inglesadel siglo dieciocho, ¿puede ser una sociedad de clases, si las "clases" no tienen concienciade sí mism~? Thompson utiliza los términos "gentry" y"pueblo llano", "patricios" y"plebeyos" (que no están específicamente incluidos en las terminologías de clase) porque.piensa que la clase en su sentido más estricto no está presente de forma manifiesta. Refi­riéndose directamente al artículo de Hobsbawm, "Class Consciousness in History" 81,

Thompson señala que la clase como fenómeno histórico puede implicar dos modos deanálisis: "(a) con referencia al correspondiente contenido histórico real, empíricamenteobservable [es decir, clase en sentido estricto]; (b) como categoóa heurística oanalíticapara organizar la evidencia histórica que tiene una correspondencia mucho menosdirecta" pero que da sentido a unos hechos complejos que de otra forma no podóan ser

" !bid.• pp, 388 Y389-90." !bid.• pp. 388 Y389-90.i6 !bid" p.395." E. Hobsbawm, "Class Consciousness in HislOry" en IstVan Meszaros (ed.), Aspecrs of History and C/ass

CotI!Ciousness. Londres. Routledg~ and Kegan PauI. 1971, p, 8.

explicados. Aclara que, al inclinarse por el uso del concepto de clase en el sentido (b),como instrumento de análisis, guarda ciertas reservas por el peligro de descubrirdemasiada clase en los testimonios. Todo lo cual le lleva a declarar:

La clase, en su sentido heutístico. es inseparable de la noción de "lucha de clases". Enmi opinión, se ha prestado excesiva atención (en gran manera sin criterio histórico) a"laclase",ydemasiada poca ala "'uchadeclases", Esláclaro que,la lucha de clases es un concepto previo.ala vez quem~ universal. En pocas palabras: las clases no exisren como entidades aisladas quebuscan, encuentran una clase enemiga y entonces comienzan la lucha. Por el contrario, laspersonas seencuenuan en una sociedadestructurada de distintas maneras (principalmente, perono exclusivamente. según las relaciones de producción). experimentan la explotación (o lanecesidad de mantener el poder sobre los que son expIOlados). identifican asuntos de inrerésantagónico, comienzan aluchar ~obre estos puntos y, en el proceso de la lucha. se descubrencomo clase, se dan cuenta de este descubrimiento como conciencia de clase. La clase y laconciencia de clase son siempre el último, no el primer estadio en el proceso histórico 88.

De esta manera Thompson reformula el análisis de clases como análisis de lucha declases.

Concretemos lo que Thompson dice y lo que no dice, especialmente porque suscóticos con frecuenciano logranentender su obraeinsisten en considerarla"culturalista",El no defiende que la formación de clase es independiente de determinaciones objetivasoque la clase pueda ser definida simplemente como una formación cultural. De hecho,insiste en que "estas determinaciones objetivas requieren el más escrupuloso examen",Sin embargo, defiende -recordándonos que laclase es tanto una relación como un proceso-que "la falta de examen de las determinaciones objetivas (y ciertamente ningún modeloasí construido) puede dar. en una ecuación simple; clase yconciencia de clase.. ,Laclasese produce conforme los hombres y las mujeresviven sus relaciones productivas, yconforme experimentansus situacionesdeterminadas, dentrodel "conjuntode las relacionessoci*s", con cultura yes~r.anzas heredadas yconforme canlll4an estas experiencias encauces culturales" 89. Como señala Ellen Wood en su defensa de la obra de Thompson,la insistencia sobre "el concepto de clase como relación yproceso pone de relieve que lasrelaciones objetivas de los medios de producción son significativas en cuanto queestablecen antagonismos y generan conflictos y luchas; que estos conflictos y luchasconforman la experiencia social en "formas de clases", incluso cuando no se expresan enforma de conciencia de clase o en formaciones claramente visibles; y que pasado eltiempo podemos discernir cómo esas relaciones imponen su lógica, su patrón, sobre losprocesos sociales", Todo esto contrasta con las "concepciones puramente "estructurales"

" E. P. Thompson. "EighteendKenlUry English Society", pp. 147-8 Y 149,.. Ibid.. pp. 149-50, Sobfe "detellllinaciones objetivas" Thompson remite allecwr a la obra de Roben Brenoer

(Cf. el debate en el capílll10 Zde este libro).

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de clase [que] no nos instan a buscar las formas en que la clase realmente impone sulógica, ya que las clases existen por definición" 90,

En contra, pues, de las afirmaciones de críticos tales como Perry Anderson yG.A.Cohen 91, Thompson no niega la presencia de clase en ausencia de conciencia de clase.De hecho, su formulación de formación de clase- insiste en que los determinantes de claseestructuran la vida ylos procesos históricos incluso sin la presencia de clases en el sentidomás amplio, De esta manera, la lucha de clases es previa a las clases porque las clasesen el más amplio sentido"presuponenunaexperiencia de conflicto ylucha" que partiendode las relaciones sociales de producción toman forma de relaciones de explotación; ytambién porque "hay conflictos yluchas estructurados en "formas de clase", incluso enaquellas sociedades donde (todavía) no han surgido formaciones de clases conscientes desí mismas 92, Además, Thompson, puede así enfrentarse a los historiadores "burgueses"y científicos sociales que niegan la significación histórica, incluso la existencia, de laexperiencia de clase donde la clase no se manifiesta directamente.

En resumen, Thompson afmna que aunque existía la lucha de clases no existía laclase con la forma en que aparece en el siglo diecinueve. Lo que sucede es que "la clasees una formación histórica, que no se manifiesta únicamente en las formas prescritas porcriterios teóricos. Porque en algunos lugares yperiodos podemos observar formacionesde clases "maduras" (es decir, conscientes de sí mismas ydesarrolladas históricamente),con expresión ideológica e institucional, esto no significa que lo que sucede menosmarcadamente no sea clase"93, Presenta la metáfora de un "campo de fuerza social" paradescribir las relaciones del siglo dieciocho entre la nobleza yel pueblo llano: "La multituden un extremo, la aristocracia ylagentryen el otro y, hasta bien entrado el siglo, gruposde profesionales ycomerciantes sometidos porque sus vidas dependían magnéticamentede los gobernantes, o en ocasiones ocuitando sus rostros en actividad conjunta con lamultitud", Reconoce que el "usar la terminología de cont1icto de clases yal mismo tiempoevitar la atribución de identidad a la clase" puede ser considerado como heréti~o, peroconfía que la metáfora del "campo de fuerza"puede coexistir fructíferamente con supropia alternativa al modelo base-superestructura que, como veremos en la próximasección, se basa en una afmnación de Marx.

" EJ,f. Wood. '1be Polities of Theory and!he Concepl of Class", p, 50." P. AndeMn, Argumencs Witlún English Marxism, pp. 42·3: G.A. Cohen, Karl Marx 's Theory of Hiscory: A

Oefence, Oxfonl. Oxford Univel:lity Press. 1978, pp, 73-7, También. cf. Craig Calhoun. The Question ofCJass Stroggle.Oxford. Basil Blackwell. 1982.

" E.M. Wood. '1be Polities of Theory and !he Concepl of Class". p. 51." E.P. Thompson, "Eighteen!h<ennuy English Society", p. 150.

¿HNoria contra teoría?

¡como si la tarea fuera el equilibrio dialéctico de los conceptos, en vez de la captaciónde las relaciones reales!

Karl Marx, Grundrisse 94

Thompson concluye su libro, Whig and Hunters, con un debate sobre el preceptode la ley en la experiencia histórica inglesa, ylo que considera su tratamiento inadecuadopor parte de los historiadores y los científicos sociales. Critica a esos historiadores,influidos por una lectura conservadora de la tradición de los Annales, que rechazan lascuestiones políticas y/o legales en favor de la "longue durée"[de] las formaciones de lahistoria, demográficas. materiales, casi geológicas"95, Igualmente critica a los marxistasque disminuyen el significado de la ley bien por tratarla como mero instrumento de laclase dirigente o por reducirla a una parte de la superestructura. En su ensayo, "ThePoverty of Theory", Thompson señala que descubrió que:

la ley no se mantuvo cortésmente en un delenninado "nivel" sino que estaba presente en cadamaldito nivel; estaba imbricada en el modo de producción y en las mismas relacionesproductivas (como derechos de propiedad. definiciones de práctica agraria) y estabasimultáneamente presente en la filosofía de Locke: se introdujo bruscamente en categoríasextrañas. reapareciendo con toga y peluca disfraza de ideología: bailó un colÍllón con lareligión. moralizando sobre el teatro de Tyburn: fue un arma de la polílÍca y la política fue unade sus annas; fue una disciplina académica. somelÍda al rigor de su propia y autónoma lógica;contribuyó a la definición de la propia identidad tanto de los gobernantes como de losgobernados; sobre todo, proporcionó un marco para la luchade clases. dentro del cual se libraronnociones alternativas de la ley 96.

Thompson no niega la relación entre el poder de la clase y la ley en el siglodieciocbo. Como él mismo demuestra, "la ley mediatizó las relaciones de clase existentesen favor de lo~ dirigentes", De hecho, la ley se r;:onvirtió en un instrumento de las clasesgobernantes en demasiadas ocasiones. Sin embargo, añade "la ley mediatizó estas rela·cíones de clase con formas legales, que impusieron. repetidamente, impedimentos sobrelas acciones de los gobernantes", (En realidad, la ley misma no fue meramente impuesta,fue combatida y contestada, ya que, en el siglo dieciocho, había dos defmiciones dederechos de propiedad que se oponían mutuamente) 97,

" K. Marx. Gundrisse. Harmondsworrh. Penguin. 1973. p. 90." E.P. Thompson. Whigs and Hunters. pp. 259-60. 268. Declarado en la "!nrerview wl!h E.P. Thompsoo". donde

aclara sus críticas. (pp. 7·8)... E,P. Thompson. '1be Poverty ofTheory", p. 96." Hasla que se publique Customs in Commonde Thompson, cf. sus comentarios en '1be Gríd of Inherirance" en

Jack Goody, Joan Thirsk y E.P. Thompson (eds), Familyand Inhericance:RullJ1 Sociery in WestemEurope; 1200-/800,Cambridge. Cambridge Univel:llty Press. 1976. pp. 328-60.

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., E.P. Thompson. Whigs and Hunrers. pp.. 25U9.

.. "lnrerview wilh E.P. Thompson" p. 8.100 P. Anderson. Arguments Wilhin English Marxism, p. 71. Anderson se refiere a los argumentos de Nicos

Poulanrzas.101 E.P. ThompsoD. "Eighreenlh,ennuy EngIisllSociecy", p. 151. Para una tradición similar,d. K. Mm. Grundisse.

pp. 1()(r7.lO! E.P. Thornpson. ·'Folklore. Anthropology. and Social History". Indian Historica/ Review, 3 (Enero 1877),

pp. 247-66.

En su ensayo, "Folklore, Anthropology and Social History" (1977) 102, Thompsonrepite estacita de Marx yposteriormenteexplica su ventajacomo concepción mat~rialista

alternativa a la totalidad social. Recuerda su crítica anterior ala idea de que el ser sociales la base económica y la conciencia social la superestructura, y defiende que esta citatomada de Grundrisse subraya "la simultaneidad de la expresión de las relacionesproductivas características en todos los sistemas yáreas de vida social más que cualquiernoción sobre la primacía (más "real") de lo "económico", considerando las normas y lacultura como "reflejo" secundario de lo primario". Después pregunta si todavía es posiblemantenerqueelsersocial determina laconciencia social, alo que responde atirmativamente.Pero estipula que si somos capaces de hacerlo así. debemos deshacemos de la concepciónestricta de "económico" y volver al sentido más amplio de "modo de producción". Esta

Lo que Thompson quiere defender es que la ley debe ser examinada como unapráctica yuna ideología compleja ycontradictoria. Es más, defiende que los "obstáculossobre el poder impuestos por la ley parecen ... un legado tan substancial como cualquierotro trasmitido por las luchaS del siglo diecisiete al dieciocho, yun auténtico eimportantelogro cultural" 98. Este no es un tema crucial en términos históricos yteóricos pero siguesiendo una cuestión política crítica que no ha-sido bien tratada por los socialistas. Elpropio Thompson defiende que "ningún pensador socialista serio puede suponer queningún tipo de precepto legal . aunque sea ley socialista, no ley capitalista - es unprofundo bien humano"99. La dificultaden este área, que Thompson reconoció, la indicaPerry Anderson en su crítica a la obra de Thompson. Observa que el precepto de la leyes más problemático. porque"incluso los estados más despóticos han tenido generalmenteextensos códigos legales yhan sido gobernados por las leyes"'OO . El tema del preceptode la ley junto con el tema de los derechos del estado deben ocupar un lugar importanteen la agenda de la historia social, del pensamiento social ydel debate socialista.

Alo largo de los estudios del siglo dieciocho, Thompson por fin comienza aofreceruna alternativa al modelo base-superestructura. Lo toma directamente de Marx, enGrundrisse : "En todas las formas de sociedad existe una determinada producción consus relaciones que asigna a todas las demás producciones yasus relaciones un rango yuna influencia determinada. Es una iluminación general en la que se sumergen todos losdemás colores yque modifica las tonalidades específicas de éstos. Es un éter especial quedefine la gravedad específica de cada cosa que en él se encuentra" 101.

187LOS fllSTORlADORES MARXISTAS BRITANICOS

la clase es una formación "económica" y también "cultura]"; es imposible dar ningunaprioridad teórica a un aspecto por encima del Olro. Yse desprende que "en última instancia"la determinación puede abrirse camino igualmente por mediode formas culturalesoeconómicas.Lo que cambia. conforme cambian el modo de producción y las relaciones productivas, es laexperiencia de las mujeres y los hombres vivos. Yestaexperiencia se ordena en forma de clase.en conciencia y en vida social. en aquiescencia, resistencia y preferencias de hombres ymujeres.

reconceptualización del modo de producción alejada de lo estrictamente económico esimportante porque el modo de producción proporciona las "relaciones concomitantes dela producción (que también son relaciones de dominación ysubordinación) en las que loshombres y las mujeres nacen o entran involuntariamente", y "esto proporciona la"iluminación" general en la que todos los demás colores se sumergen yque modifica sustonalidades específicas". Además, "las relaciones de producción, de las sociedades mo­dernas, encuentran un medio de expresión en la formación yen la lucha (en ocasiones,equilibrio) de clase(.

Así, tratamos de nuevo con ciase, una categoría histórica -que describe al puebloel1 relación COI1 el paso del tiempo- y el concepto crucial de experiencia (y tambiénacción):

lO) lbid~ pp. 216-4. 265, Y265-6.

En otras palabras, la experiencia es mediadora entre el ser social y la concienciasocial, no como mera dialéctica, o punto de interacción, sino como experiencia de laspresiones, límites yposibilidades del ser social sobre laconciencia social. De esta maneraThompson señala que la influencia del ser sobre la conciencia se presenta no en forma deuna relación base-superestructura sino por medio de "(a) congruencias, (b) contradicción,y(cl cambio involuntario". Detalla esto: "congruencias" se refieren a las "reglas "nece­sarias", espectativas y valores mientras la gente vive sus relaciones productivas". Lagente no puede rebelarse incesantemente. Hasta ciel10 punto, debe acomodarse a lo queexiste, si quiere sobrevivir. "Lacontradicción se refiere alas oposiciones yal antagonismoentre la cultura de "la comunidad local yocupacional yla sociedad exterior dominante",ya las "maneras en que el carácter esencialmente explotador de las relaciones de pro­ducción se manifiestan ydan lugar ala expresión de valores antagónicos ya una críticageneral del "sentido común" del poder", Finalmente, .. el cambio involuntario" se refierea cambios materiales de tipo tecnológico, demográfico o de otro tipo (e.g. nuevascosechas. nuevas rutas, etc.) que modifican el modo de producción mismo y percep­tiblemente afectan al equilibrio de las relaciones de producción. Pero, incluso en esteúltimo caso, que para él puede considerarse como "cambio en la base" el cambio no hareorganizado un modo de producción, aunque puede haber "atraído nuevas fuerzas aes­cena, [o] alterado el equilibrio del poder y la riqueza entre clases sociales distintas". Sinembargo,"laconsecuente restructuración de las relaciones de poder. formas de dominaciónyorganización social. ha sido siempre el resultado de la lucha" 103.

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'" E.M. Wood. 'llIe PIllitics of Theory and tlte Concepl ofOass". pp. 60-62.lO! Entre los trabajos más importantes de Altltusser están For Marx, Londres. Allen I.ane. 1969. Yjunto a Etienne

Balibar. Reading Capital. Loodres, New Lef¡ Books. 1970.

El propósito de Althusser es reconstruir el marxismo como ciencia. Separa aquellasobras de Marx que cree se caracterizan por el empirismo, el historicismo yel humanismo(específicamente, los primeros escritos), de los que son "científicos" o presentanelementos científicos que pueden ser salvados (esto es, los escritos tardíos, en particularel Capital, aunque no todo entero). Cree que el pensamiento y los conceptos científicos

Es la importancia del concepto ge experiencia -y, con la experiencia, laicción - enel pensamiento de Thompson lo que le lleva aenfrentarse directamente con la obra delfilósofo francés ymiembro del Partido Comunista Louis Althusser 105 . Alo largo de "ThePoverty of Theory", Thompson señala que la ausencia más llamativa del pensamiento'Althusseriano es un método que trate la experiencia. Por ésta yotras razones, Thompsonacusa al "altusserianismo" de idealismo, "estructuralismo de éxtasis" y"estalinismo".

189LOS HISTORlADORES MARXISTAS BRITANlCOS

pueden derivarse de una "lectura sintomática" cuidadosa de estos últimos trabajos("maduros") ypuedenserteóricamente tratados. En otras palabras, cree queel pensamientoes el producto de la "práctica teórica". En el curso de su elaboración teórica y en unesfuerzo por superar el determinismo económico, Althusser presenta una versiónrevisada del modelo base-superestructura (previamente mencionado en el capítulo dos enrelación con las historias de Perry Anderson). En él, el modo de producción se entiendecomo constituido por tres niveles relativamente autónomos económico. político eideológico - en et que el nivel económico sólo es determinante en última instancia.

'lhe Poverty ofTheory" I06 es algo más que una defensa del materialismo histórico

marxista presentado en forma de una crítica a Althusser; también está concebido comoun ataque directo al desarrollo del marxismo como estructuralismo 107. Ysupone unaextensión de los argumentos que Thompson ha defendido, al menos desde 1956. Esesencial recordar el contexto histórico en el que Thompson escribió el ensayo. Aunqueahora parezca que el althusserianismo fuera una mera moda intelectual, en los añossetenta apareció como fuertemente enraizado en los estudios sociales y culturalesmarxistas en Gran Bretaña. En la vanguardia del pensamiento estructuralista-marxistaestaba la obra iconoclasta de Barry Hindess yPaul Hirst, representada por libros comoPre-Capitalist Modes of Production 108. También fueron importantes el Centre forContemporary Cultural Studies en la University of Birmingham yla revista, New LeftReview. (La sección de libros de la New Left Review fue la editorial en lengua inglesamás importante de laobrade Althuser). Aunque alguien ha defendido que Thompson tuvouna reacción excesiva a la "amenaza" de Althusser, tales comentarios pueden estarbasados en una percepción retrospectiva. Sin embargo, la respuesta de Eric Hobsbawmfue mucho más discreta que la de Thompson. Pensaba que "Althusser... prácticamente notiene nada que decir a los historiadores" 109.

Thompson defiende que la postura epistemológica de Althusser le impide entenderlos dos "diálogos" a partir de los cuales nuestro conocimiento se forma: el diálogo entreel ser social yla conciencia sociál, que da lugar ala experiencia; yel diálogo entre la orga·nización teórica de la evidencia (en toda su complejidad), por una parte. y el carácterdeterminado de su objeto por otra" ("Poverty". pp.32-3). Esto es, Thompson explica:Althusser comienza con la idea de que los objetos reales no se presentan directamente ala experiencia oevidencia, pero luego sigue con la idea incomprensible de que la expe­riencia o la evidencia no pueden ser las fuentes del conocimiento de los objetos reales.

106 En elle~lo. las referencias alas páginas de uThe Poverty ofTheory" se incluiránentre paréntesis como "Poverty".101 Ce. Keith Nield and Jolm Seed, '1ñeorerical poverty ortbe poverty oC theory: Brirish Mmist hisloriOgraphy and

me Althusserians", Economy iIlld Society, 8(Noviembre 1979). pp. 383-416. que considero muy útiles para entender losargumentos en uThe Poverty oC Theory".

10. B. Hindess and P. Hirsl, Pre·CapitaJist Mudes oiProtiucriOll. London, Roulledge and Kegan PauJ, 1975.109 "InterView witlt EJ. Hobsbawm", Radical HistoJY Review. 19 (Invierno 1978-9). p. 123.

HARVEY J. KAYE188

La importancia de la experiencia como concepto histórico en The Making ya se hadiscutido. Su significación política más amplia en la concepción que Thompson tiene declase es explicada por E/len Wood. Esta señala que la insistencia de Thompson sobre elhecho de que las relaciones de producción no son idénticas a las relaciones de clase eslógico ya que obviamente las personas que llegan aformar una clase no llegan a reunirsedirectamente ni por el proceso de producción ni por el proceso de apropiación. Por unaparte, las relaciones de producción no cuentan para todos aquéllos que son capaces deser miembros de clases históricas. Por otra, todos los miembros potenciales de claseshistóricas específicas nunca están en realidad reunidos en una sola operación deproducción oen oposición a un explotador común en una sola operación de apropiación.De esta manera, aunque el pueblo nunca se agrupaen clases, las formas en las que un modode producción determina la formación de clases (no importa en qué grado) no pueden serentendidas con facilidad sin referencia a "algo como una experiencia común, unaexperiencia de relaciones de producción vivida, las divisiones entre productores yapro­piadores, y en particular, de los conflictos y luchas inherentes en las relaciones deexplotación". La determinación de la conciencia social por el ser social se manifiesta enel curso de esta experiencia y conjuntamente con la inclinación, o tendencia, a actuarcomo clase. Además, como señala Wood: "Una vez que el medium de la "experiencia"se introduce en la ecuación entre las relaciones de producción yla clase, también se in­troducen las particularidades históricas yculturales de este medium". En respuesta a lasacusaciones de culturalismo, añade que la insistencia de Thompson sobre la importanciade la experiencia complica defmitivamente las cosas. Aunque reconocer lo intrincado delproceso por el que las relaciones de producción generan relaciones de clase "no es negarsu fuerza determinante" lO4.

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Como paraelaborar yverificar los propios hechos Althusseres incapaz de distinguir entreel empirismo yel método empírico de investigación-, tennina por rechazar ambos yesta­blece un procedimiento para la producción del conocimiento, que proporciona "prácticateórica" para "elaboraryverificar sus propios hechos" en oposición ala apropiciación deun "diálogo entre el concepto yla evidencia". De esta manera, la práctica teórica Althu­sseriana es "totalmente autoconfmnatoria. Se-mueve no sólo dentro del círculo de supropia problemática sino del de sus propios procedimientos autoperpetuadores y auto­elaboradores". Esto es idealismo, no en el sentido de denegar la prioridad de un mundomaterial ulterior (cosa que Althusser no hace, por supuesto) sino porque "se trata de ununiverso auto-generador deconceptos que impone su propia realidad sobre los fenómenosde la existencia material ysocial, en vez de comprometerse en un continuo diálogo conestos" "Poverty", p.l3).1l0

Thompson presenta después su concepción del proceso ypráctica de la produccióndel conocimiento. Defiende que la experiencia no es un mero productor del "sentidocomún más tosco", "materia prima" ideológicamente contaminada, añadiendo que talidea es una quimera característica de los intelectuales, que suponen que los simplesmortales son estúpidos, Su propia concepción es que "la experiencia es válida yefectivapero dentro de determinados límites: el agricultor "conoce" sus estaciones, el marinero"conoce" sus mares. pero ambos pueden permanecer mistificados por la realeza y lacosmología ("Poverty", p.7) Sobre la relación entre ser social y conciencia social,Thompson afirma, como materialista histórico, que la experiencia cambia con loscambios en el ser social yes "determinante, en el sentido en que ejerce presiones sobrela conciencia social existente, propone nuevas cuestiones, y proporciona gran parte delmaterial sobre el que se desarrollan los ejercicios intelectuales máselaborados" ("Poverty",p.8) Piensaque, seguramente, debe estardeterminada por las propias prácticas intelectuales.Es más, nos recuerda el "ímpetu del "inundo real", espontáneo yen absoluto decoroso,proponiendo cuestiones hasta ahora poco claras para los fi.lósofos". Esto es: "La expe­riencia entra sin llamar a la puerta, y anJ.!Ilcia muertes, crisis de subsistencia, guerra detrincheras, desempleo, inflación, genOcidi'o, .. Ala vista de tales experiencias generales·los viejos sistemas conceptuales se pueden resquebrajarynuevas problemáticas presentarseinsistentemente" Thompson explica que es necesario acentuar la determinación deconciencia como parte del proceso de laexperienciayaque muchos marxistasoccidentales

'" Robert Hallan critica aThom¡lSQn porque nos despista al presentarnos una imagen del pensamiento althusserianomás propio de Hindess yHiló! que del mismo Althusser. Pero Thompson nOla que mienll'aS Althusser defiende que por·'prácliea teórica" se pueden distinguir "el conocimiento científico del ideológico", de hecho, nunca explica cómo. (R.Hallan. "Hisrory and Sociology in the Worl\ of E.P. Thompson", Australían and New Zeland ¡ouma! ofSociology, 17(Mano (981), p. 60: yE.P. Thom¡lSQn. "The Poverty ofTheory". p.ll) Para Oll'aS críticas del pensamiento de Althusser,cf. la copilación de ensayos editada por Sirnon Clme. One-Dimensiona! Marxism: Althusserand /he Politics ofCulture.Londres, AJlison and Busby, 198ll'. Alex Callinicos. Althusser's Marxism. Londres, PiulO Press. 1976: yAlfred Schmidt,Hisroerand SlIUClUre: An &say 011 HegeJian-MllIXÍStand SlIUcruraJistTheories ofHistory, Cambridge. Mass.• MIT Press.edición del98 1.

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han subrayado excesivamente el dominio ideológico y, además, porque el mismoAlthusser parece no tener prácticamente nada que contarnos sobre ello ("Poverty" p.9)

Sobre el diálogo entre la organización teórica de la evidencia y el carácterdeterminado de su objeto, Thompson también r~haza el empirismo aunque no el modoempírico de investigación. Que el objeto de estudio sea epistemológicamente inerte,observa, "nosignifica que sea inerte en otros campos". En otras palabras, el diálogo puedeocurrir "no en cuales quiera términos que el pensamiento prescribe sino en formas queestán determinadas por las propiedades del objeto real: las propiedades de la realidaddeterminan tanto los procesos apropiados de pensamiento (esto es, su adecuación o noadecuación)comosu producto" ("Poverty", p.17). Partiendode aquí haciael conocimientohistórico, insiste en que, "un historiador está autorizado en su práctica a hacer unahipótesis provisional de carácter epistemológico: que la evidencia que maneja tiene unaexistencia "real" (determinante) independiente de su existencia en las formas delpensamiento, que esta evidencia testimonia un proceso histórico real yque este proceso(o una comprensión aproximada de él) es el objeto del conocimiento histórico. Sin hacertales hipótesis no puede continuar: deberá sentarse en un sala de espera junto aldepartamento de filosofía durante toda su vida." No hay que asumir sin embargo que loshechos revelan espontáneamente sus propios significados. Por el contrario, la evidenciade que disponen los historiadores debe ser "interrogada por mentes formadas en unadisciplina de alertado escepticismo" ("Poverty", pp. 28-9) 111.

Thompson continúa presentando las formas en las que los historiadores interroganla evidencia. Mantiene que en el curso de su desarrollo, la ciencia histórica ha desa­rrollado su propio discurso de la prueba -una lógica bastante diferente de la lógica "ana­lítica" del filósofo. Noes que los historiadores son menos lógicos sino que los materialescon los que trabajan son diferentes. Por lógica historica Thompson entiende "un métodológico de examen apropiado para los materiales históricos, dentro de lo que cabe,diseñaqo:l3ara probar hipótesis acerca de la estrucJUfa,la causalidad, etc., ypara eliminarprocedimientos auto-confmnativos ("ejemplos", "ilustraciones")". Esto requiere undiálogo entre concepto yevidencia ("Poverty", pp. 38·9),

Profundizando sobre el discurso histórico de la prueba, Thompson afmna que lasingularidad del materialismo histórico no está "en las premisas epistemológicas, sino-ensus categorías, sus hipótesis características y los correspondientes procedimientos yenel reconocido parentesco conceptual entre éstos y los conceptos elaborados por los

"1 Para una critica de las proposiciones de Thompson. d. Ajan Warde. ·'E.P. Thompson y"Poor" Theory" ,British¡ouma! ofSocioJogy, 33 (Junio 1982) pp. 224-37. Debe señala1óe que, aunque Thom¡lSQn no ha retirado sus criticas alalthusserianismo, ha reconocido que en sus propias propuestas hay dificultades que podrían llevar al empirismo. Ce. "The:Polincs ofTheory" deThompson.en Raphael SamueJ (ed.),People 's liístoryandSocialistTheory, Londres, RoutIedge andKegan Pool, 1981. p. 407. En el mismo volumen. cf. el ensayo de RaphaeJ Samuel. "History and Theory", pp. xj·lvi.

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192 HARVEY J. [(AYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 193

estudiosos marxistas de otras disciplinas" ("Poverty", p.44). En contraste con Althusser,Thompson no considera la teona marxista autónoma, independiente ydominante sobreéstos sino desarrollada apartir del materialismo histórico el cual, argumenta, es el terreno Jcomún para todas las prácticas marxistas. Insiste, además, en que la historia no es unafábrica donde se elabora la "Gran Teona". Su tarea es "recuperar, explicar yentender suobjetivo: la historia real". La fuerza del materialismo histórico,entonces, no es que susconceptos (e.g. explotación, hegemonía, lucha de clases, feudalismo y capitalismo) sederiven de una verdadera teona independiente de esta disciplina "sino que resisten mejorla prueba de la lógica historica". Finalmente, como conceptos históricos que son debenser tratados más como expectativas que como modelos ("Poverty", p.46).

Thompson defiende que el pensamiento de Althusser no difiere básicamente delfuncionalismo estructural de Parsons y Smelser (o marxismo ortodoxo de Stalin) porcuanto trata ala historia como un proceso sin sujeto; esto es, "excluye toda acción humanade la historia". Puesto que Althusser desea librar al marxismo de todo historicismo (y nopuede aceptar que la historia esté impulsada por alguna fuerza extra-humana) construyeun modelo de la totalidad en el que también el proceso está excluido ("Poverty", pp.75,79­84,89-94). No debe sorprender que Thompson desdeñe la totalidad althusseriana. Repitesu crítica de "Peculiarities" sobre "la detenninación de lo económico en última instancia"y añade que los "tres niveles relativamente autónomos - el económico, el político, y elideológico-", representan una selección de categonas arbitrarias que reproduce lascategorías meramente comunes (burguesas) de la academia. Es más, la "noción de"niveles" paseando por la historia adistintas velocidades ycon distintos planes es unaficción académica" que astilla, odesintegra la totalidad del proceso histórico-yasímismola experiencia de clase ("Poverty", pp.94-8). Pero, por supuesto, el argumento másimportante de Thompson es que el pensamiento de Althusser no ofrece un medio paracanalízar la experiencia -donde "la estructura se transmuta en proceso, yel sujeto se re­introduce en la historia" ("Poverty", pp. 164-5).

...Thompson reconoce que Althusser propone la "lucha de clases como el motor de

la historia". Pero, observando que esto es una revisión de la proposición originalpresentada por Marx y Engels en el Communist Mamfesto según la cual "la historia detoda la sociedad existente hasta este momento es la historia de las luchas de clase", señalaque Althusser define las clases muy estáticamente como funciones del proceso deproducción. Es más, Thompson demuestra que la analogía de la lucha de clases comomotor de la historia es completamente inadecuada porque "supone dos entidadesdiferentes: "la historia", que es inerte, un intrincado compuesto de partes; y un "motor"(la lucha de clases) que se le ha aplicado, y que conduce las partes o las pone enmovimiento". Por el contrario, escribe Thompson: "la lucha de clases es el proceso dela historia ... la historia es su propio motor". Hay que añadir que Thompson no rechazalanoción de estructura. sino que insiste en que searealmente entendidacomo, "actuación

estructural (limites ypresiones) dentro de la fonnación social que pennanece versátil ensus fonnas" ("Poverty", pp.103-1O)112

Parece que Thompson no responsabiliza por completo a Althusser por haberreconstruido el marxismo como estructuralismo pues señala que el estrUcturalismo es elfantasma de la época yque los mismos escritos de Marx pueden dar base atal desarrollo.También ofrece una explicación histórica de ello. Aunque "el evolucionismo" (es decir,.el progreso) predominaba en al primera pane del siglo veinte, y"el voluntarismo" surgióen las luchas de 1936-46 contra el fascismo, sobreviviendo por cierto tiempo en las luchasanticolonialistas y de liberación del Tercer Mundo, Thompson señala que el "estruc­turalismo" es el producto de la guerra fría. Amplía esto refrréndose a la supresión de lasluchas democráticas por las dos superpotencias en Hungría (1956), Checoslovaquia(1968) yChile (1973) yel poco espacioque aparentemente ha quedado para movimientosen la estrucuta del mundo contemporáneo. La aparición del althusserianismo yotros tiposde estructuralismo en un momento historico preciso, sin embargo, no los excusa, porquesiguen siendo ideológicos e ideologicamente conservadores ("Poverty" pp.714).

Thompson reconoce que Marx hizo varias rupturas filosóficas, yen sus escritosThe German Ideology, The Poverty oiPhilosophy yThe Communist Manifesto presentólas hipótesis esenciales del materialismo histórico. Sin embargo cree que, al enfrentarseala economía política burguesa para destruirla, Marx fue parcialmente atrapado por ella,y, de alguna manera, terminó produciendo otra "economía política". Esto se pone mejor .de manifiesto, afirma Thompson, en Grundrisse, los cuadernos de notas guardados en la ,¡década de 1850 como borrador del Capital, ya que allí encontramos el pensamiento deMarx "encerrado en una estructura anti-histón'ca, estática" ("Poverty", pp.162-3). Apesar de todo Marx nunca se distanció por completo del pensamiento histórico. Así, elCapital, escrito en la década de 1860, representa el zenit de la economía política, pero almismo tiempo "señala la necesidad de su sustitución por el materialismo histórico". Enotras.palabras, mientras el Capital "no prOduce materialismo histórico", sin embargo,"proporciona las ¡ire-condicionesparasu producción" ("Poverty", pp.58-67). El problemasegún Thompson, es que Althusser ysus seguidores se afanan por encarcelar al mate­rialismo histórico en las categorías de la economía política.

Finalmente, en cuanto a su acusación de que el pensamiento althusseriano esestalinismo, Thompson vuelve una vez más al elemento ausente, la experiencia. Escribeque no es sólo una "unión entre estructura yproceso" también es un punto de desuniónentre tradiciones alternativas e incompatibles". Aunque en 1973 Thompson escribía

'" También. cf. R.W. CooneU. "A Cririque of!he Althsserian Approacb.lo Oass". Theory and Sociely, 8(Mayo­1979). pp. 321-45.

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194 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITAl'{[COS 195

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sobre el marxismo como una tradición común 113, ahora dice que ha sido forzado areconocer que hay dos tradicidones distintas -aquella con la que él se identifica yaquellaen la que reside el pensamiento althusseriano. Esta última no es precisamente economíapolítica (en oposición al materialismo histórico), es estalinismo. De hecho,"Althusserianismo es estalinismo reducido al paradigma de la teoría", porque presenta elpensamiento marxista como marxismo, (para repetir) un "dogma idealista", un"estructuralismo estático que excluye la acción como proceso". En este sentido, tambiénes estalinismo porque es un sistema cerrado que, una vez más, no tiene medios paramanejar la experiencia, ni la cultura ni otros valores que sean, insiste Thompson, tanimportantes para la lucha de clases como lo es la economía política. Es más, elpensamiento althusseriano es estalinismo porque trata activamente de reprimir elmaterialismo histórico, el moralismo y el humanismo socialista. De esta manera,Thompson consideraque su"declaración de guerra intelectual" contra el althusserianismoes continuación de la tarea comenzada en 1956 ("Poverty") 114.

Thompson no opone la historia, o la experiencia, ala teoría, como algunos críticostal como Richard Johnson afirman 115. No considera la teoría como autosuficiente comohace Althusser, pero tampoco afIrma la autosuficiencia de la historia ode la disciplinahistórica. Cree que el conocimientom histórico se produce por los historiadores queestablecen un diálogo entre los conceptos y la evidencia (es decir, la teoría histórica yelpasado histórico) Además, aunque Thompson ve la historia como la "reina de lashumanidades", siempre ha estado abierto a la idea del diálogo con las ciencias sociales,aunque no de cualquier forma. Así como la disciplina histórica se caracteriza por"ordenaminetos interpretativos", aunque cualitativamente diferentes, en competición, lomismo ocurre con las ciencias sociales 116.

La~ contemporánea

A pesar de todas sus críticas a la historia, la teoría y la estrategia política deThompson, Perry Anderson escribe sin embargo, que "Edward Thompson es hoy nuestro

III E.P. Thompson. "An Open Lener lO Leszek Kolakowski". en The Social Register 1973. Londres. Merlin Press.1973. reimpreso en The POVe!1y of Theory.

'" A Thompson se le ha criticado ampliamente por haber acusado a Althusser de estalinismo. Por supueslO.Thompson se basaba en gran manera en la peltenencia de Althusser al Panido Comunista francés aunque. como PerryAnderson con razón señala. al menos uno de los "colegas" de Thompson dentro de la tradición con la que él se idenlifica.permaneció activo en el Panido Comunista Británico con poslerioridad a 1956: Eric Hobsbawm. (p. Anderson.ArgumentsWithin English Marxism. pp. 100-30 sobre "Stalinism")

"' R. JOOnson, ·'Thompson. Genovese. and Socialisl-Humanist HislOry".:" Cr.10s ensayos de Thompson "History from Below". Times Lirerary Supplemen~ 7de Abril de 1966. pp. 279­

80; "Anthropologyandthe DisciplineofHislOrical Conrex¡".J'>1idJand Hisrory,l (Primavera 1972),pp.41-55; "On History.Sociology, and HÍSlorical Relevance". British Joumal of SocioJogy. 27 (Septiembre 1976), pp. 387-402: y ·'folklore.Anthropology, and Social HislOry".

escritor socialista más fino "117. The Making oitheEnglish Workmg Class ha remodeladola prosa de la historia social de la revolución industrial, yaunque su influencia se puedever en particular entre los historiadores de la clase obrera 118, en absoluto se ha limitadoa los estudios sobre las clase obrera, ni a la historia del siglo diecinueve. Los estudios deThomson sobre el siglo dieciocho también han sido importantes, yno lo son menos porhaber forzado un replanteamiento de la aparente estabilidad política yorden social de esesiglo.

Hay, sin embargo, otro grupo de escritos de Thompson de naturaleza histórica -losescritos específicamente políticos en los que. como Hobsbawm, concentra su imaginaciónhistórica directamente sobre temas contemporáneos. De hecho, más que ninguno de loshistoriadores marxistas británicos (quizá más que ningun historiador británico en losúltimos años), Thompson ha opinadoeinfluido sobre la opinión acerca de temas crucialesde la vida política yla cultura británicas. Sus más recientes e importantes escritos de estetipo se agrupan bajo dos epígrafes: la crisis de las libertades civiles y la amenaza de laguerra nuclear. El autor de The Making aparece claramente visible en los escritos sobrela crisis de las libertades civiles 119. En ambos, la tradición del inglés nacido libre es centralpara los argumentos de Thompson. Sin embargo, mientras el tema de The Makinges lalucha común de la clase media ylos artesanos radicales por afirmar yampliar los derechos.ylas libenades de del inglés nacido libre, el tema de los ensayos es el del poder yautoridadsiempre crecientes del estado inglés ysu usurpación de los derechos del birtánico nacidolibre. Entre las cosas que resalta en sus ensayos sobresalen la intromisión del gobiernoen el sistema del jurado, la vigilancia y la persecución persistente ycreciente de losradicales porparte de los servicios de seguridad, yla utilización de la información públicayde las noticias, que son básicamente "autorizadas" por la Ley de Secretos Oficiales ypor llamadas al interés nacional. Estas prácticas claramente preocupan aThompson, perolo que parece inquietarle más es el cinismo yla apatía que en su opinión caracteriza a losbritánicos, Está especialmente angustiado por la apatía de la izquierda. Considera queesto, en parte, es consecuencia del pensamiento marxista. Dice que los marxistas condemasiada frecuencia tratan el estado capitalista en términos de un modelo en el que losderechos civiles ylas prácticas democráticas se entienden como ideologías que camuflanel carácter real del estado.

117 P. Anderson, Argumenrs Wirhin E.7gJish Marxism. p. 1. Debemos notar que Anderson y Thompson se hanaproximado aparememenre en el tema del desarme nuclear. Ahora aThompsonse le publicaenNewLenReviewy hadichoque apesarde que Anderson haya adoptado cieltos conceptos althusserianos. no es un althusseriano; de hecho. Thompsonlo considera como un "camarada" (Interview with E.P. Thompson", p. 18).

'" Parae]emplos americanos. cf. Jim Green. ·'Culture. Politics and!he "'oricers' Response lO lndusaializalion in !heU.S.... Radical America, 16(Eneco/AbriI1982l. pp. 101-28.

'" Todos estos escritos están reunidos en Writing by CandJeJightde Tbompson. Sobre Thompson como defensorde los "derechos" de los británicos. cl. JOOn Silverlight, "Coming lO !he Rescue of!he free·Bom Briton". The Obsern:r,'12 de Abril de 1981. p. 27.

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196 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 197

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Thompson desea que la izquierda, ylos británicos en general, "recobren su memorialibertaria". Así en sus ensayos políticos escribe para despertar su conciencia histórica ypolítica, recordando asus lectores las luchas y los precedentes que aseguraron sus ahoraamenazadosderechos. Según afmna: "Loscartistas, los liberales radicales, los nacionalistasirlandeses, y los movimientos formadores de la clase obrera se distinguieron por susensibilidad para con los temas libertarios y su s()specha con respecto a la política delestatismo" 120. Un debate especialmente interesante que presentaThompson utilizando laperspectiva histórica tiene que ver con el sistema del jurado. En contra de los ataqueslanzados tanto por la derecha como por la izquierda, mantiene que el sistema del juradoeS una "práctica democrática que ha sido afmnada ydefendida como un derecho nato delos ingleses durante siete siglos". Las calificaciones para el ejercicio del jurado, porsupuesto, han cambiado a lo largo de los siglos pero esos cambios, observa, fueron losresultados de las luchas por la ampliación de las prácticas democráticas. Insiste en que sila democracia ha de entenderse como una autogobiemo activo, en oposición a ladependencia del gobierno de otros, entonces seguramente la "rotación entre los ciu­dadanos de a pie de las responsabilidades y de los papeles públicos" es una prácticaexcepcionalmente democrática 121. Mientras Thompson identifica sus influencias inte­lectuales inglesas más importantes con Blake yMorris, cualquiera que haya leido aPainey a Cobbett (y el debate que sobre ellos hace Thompson enThe Making) estaría deacuerdo en que Thompson escribe asimismo en la misma tradición democratica radical.

Los escritos de Thompson sobre ra amenaza de la guerra nuclear están intimamenteunidos a sus debates sobre la crisis de las libertades civiles. Durante muchos años haestado defendiendo que la variación de la práctica yel discurso políticos en Gran Bretañayen cualquier otro sitio ha estado estrechamente estructurada por la amenaza siemprepresente de la confrontación nucleur entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, másespecíficamente, los Estados Unidos y la·Unión Soviética. El mismo ha estado sujeto alas restricciones sobre el debate político, como por ejemplo en 1981 cuando la BBC leretiró la invitación para pronunciar la conferencia Dimbleby .La charla, que ofreció enotro lugar, la tituló "Beyond the Cold War". En ella, como en otros tantos ensayos yconferencias, exige el desarme nuclearbritánico yeuropeo con el objetivo de desmantelarel mundo de la guerra fría ya partir de ahí volver a unificar "la causa de la libertad y lacausa de la paz"l22. (Un año más tarde fue invitado por el nuevo Canal Cuatro de latelevisión para inaugurar su programa "Opinion", En su elocución Thompson habló del"funesto manejo de determinados temas políticos" y de la limitada defmición de"política" utilizada por los medios de difusión en los debates que ponen en en antena. Enparticular citó la distorsionada presentación de la Campaign for Nuclear Disarmament ysu cobertura de la guerra de las Malvinas) 123.

,OQ E.P. Thompson. "The Secrel State", en Wricing by CandIeligh~ pp, 154,I!I Cr: E.P. Thompson.'írial by Jury". in Writíng by CandIelighe, pp. 224-36.'" E.p. Thompson. "Beyond!he Cold War", en z.:ro Oprion. pp. [53·89.I!J E.P. Thompson. "The Heavy Dancers ofthe Ajr".New Sociery, 11 de Noviembre de 1982. p. 243·7.

Lo más significativo de sus escritos sobre el desarme es su panfleto, Prolest andSurvive 124, ysu ensayo, "Notes on Exterminism, the Last Stage ofCivilisation" (1980)125.Protesl and Survive fue escrita en 1980 como reacción ala filtración de un documento delGobierno que recomendaba los pasos adar en caso de un ataque nuclear. Su panfleto hasido considerado como la llamada afilas del movimineeto británico para la paz. ya que hasido leido ycontestado por muchos miles de británicos (asi como europeos yamericanos).Aquí el paralelismo <:,ntre Thompson yPaine aparece más claro.

"Notes on Exterminism" es un tipo distinto de ensayo. En este caso Thompson tratade analizar la dinámica de la estructura contemporánea del mundo en términos de laamenaza del holocausto nuclear así como de ofrecer un análisis teórico yclasista de lacrisis actual. Defiende que el imperialismo es un concepto que no es capaz deexplicar másque una parte de esta situación de colisión ycontradicción total. Así, dice, es necesariodesarrollar una nueva categoría para analizar su dinámica interna y lógica reciproca.Thompson no niega las respectivas historias y la dinámica de los órdenes sociales de lasdos superpotencias. Pero, mantiene que las dinámicas separadas de esos dos estados sedeterminan mutuamente y, además, han dado lugar a un nuevo exterrninismo dinámicoyautónomo. La base institucional de esta nueva condición autogeneradora es el sistemaarmamentístico yla totalidad del sistema económico, científico, político e ideológico quelo apoya. en otras palabras, el sistema social que "lo investiga, lo "elige", lo produce, loprotege, lo justifica y lo mantiene vivo". Compara el exterrninismo con el proceso delimperialismo pero señala que en un momento crucial la analogía se rompe. Mientras ladialéctica del imperialismo implica negación en las luchas por la autodeterminación, elexterminismo "se enfrenta así mismo, no explota auna victima: se enfrenta aun igual".Pero añade que el exterminismo se caracteriza por contradiciones internas (que éldebate l. Finalmente exige organización, oposición einternacionalismo, sin mediatizaciónde los estados del este odel oeste 126.

Los argume.!ltos Yanálisis de Thompsollen "Notes on Exterminism" han sido temade controversia ycrítica, ylas criticas no han venido solamente de la derecha yel centropolíticos. Raymond Williams en New Left Review, respondió con un artículo críticoaunque contemporizador, "The Politics of Nuclear Disarmament" 121. Cuestiona laformulación que Thompson hace del exterminismo yle preocupa de manera especial queel concepto pueda impedir un análisis realmente adecuado yde esta manera atrofiar los

i!' Publicadoen 1980, el panilelo ProreseandSurvive seconvirtió en la piedra angularde la compilación de ensayosdel mismo nombre que Thompson editó con Dan Smith.

lO' E.P. Thompson, "Notes on &lerminism. the Lasl Stage ofCivilization", originalmente enl*w LefeReview, 121(Mayo-Junio 1980). reimpreso en Zero OpriOll •éste también sirve como el tema central de la compilación de ensayos queThompson editó para New Lefe Review tirulada Exrenninism and CoId War, Londres, New Lef! Books, 1982.

lO' [bid., (en Zero Opeion), pp. 43. 35. 64-5, 69 y 78.107 R, Williams. '1ñe Polities ofNuclearDisarmament".l*wLefeReview, 124 (Novíembre-Diciembre' 1980), pp.

2542: también reimpreso en EJ¡eenninism and Cold War.

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198 HARVEY 1. KAVE

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esfuerzos para crear una estrategia socialista sobre el desarme. Observa que el conceptoque Thompson tiene sobre el exterminismo parece implicar "determinismo tecnológico"que puede fácilmente excluir el examen intelectual de las complejidades del procesosocial. Mientras Thompson concluye en su ensayo que el análisis de clases estáapropiadamente limtiado al problema, Williams continua ofreciendo un esquema paradicho análisis y lo que éste implica para los socialistas. Resulta difícil determinar hastaqué punto Thompson rehuye un análisis de lucha de clases acausa de su compromiso porconstruir un movimiento de amplia base internacional.

Finalmente, reiteraré, tal y como he tratado de aclarar en éste y los capítulosprecedentes . que no hay ruptura entre Dobb y Thompson, o los otros historiadores.Ciertamente hay un cambio de énfasis desde la economía política del desarrollo históricoa un análisis social más amplio con frecuencia centrado en la cultura, pero un cambio deénfasis no es necesariamente una ruptura en la problemática. La relación entre Dobb ysuscolegas más jóvenes· tanto Thompson como Hilton, Hill yHobsbawm· en su empeñopor desarrollar un análisis de la lucha de clases del cambio ydel desarrollo histórico, escontinuo. Podemos verlo recordando la yacitada proposición, tan del estilode Thompson:

La expen"encia histórica es un proceso en movimiento en el que el propio hombre es agenteactivo. La "realidad" de la historia, si tiene sentido, sólo puede significar la totalidad de lahistoria misma: yprecisamente en actividad· haciendo historia· establece el hombresu relacióncon el mundo objetivo yaprende lo que es la historia.

Pero las palabras son de Dobb 1Z8,

'" M. Dobb; On MlIIXism Todar, LllDdJes, Hoganh Press, 1932, p. 20. Previamenle tirado al principio del capítulo2solxe Dobb. (El énfasis es mío) I

7

LA CONTRIBUCiÓNCOLECTIVA

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I~

No es fácil decir qué acepción de historia domina ahora. "Historiador" mantiene conprecisión su significado original. 'óHistórico" se refiere básica pero no e~clusivamente ala ideade pasado, aunque óóhistórico" también es utilizado con frecuencia incluyendo un sentido deproceso odestino. El ténnino "historia" encierra toda la gama. e incluso, en manos de algunos.nos enseña o nos muestra todo tipo de pasado cognoscible yprácticamente todo tipo de futuroimaginable.

RaymondWiJIiams. KeyWords I

Como hemos visto en los capítulos precedentes, Dobb, RUton, Hill, Robsbawm andThompson han hecho todos extraordinarias aportaciones a sus respectivas áreas deestudio histórico. Además existe su contribución colectiva. Re defendido que su obra,considerada como un todo, representa una tradición teórica que trata de reconstruir la \teoría y los estudios históricos por medio de lo que yo denomino "análisis de la lucha de lclases" yla perspectiva de la ó'historia de abajo arriba". También, con referencia particularal pensamiento marxista, su obra representa un esfuerzo por superar el modelo base­superestructura de la totalidad social ysu tendencia inherente al determinismo económicoal desarrollar el marxismo omaterialismo histórico como teoría de la determinación declases.

Este capítulo final se centrará en su contribución colectiva. Debatiré su perspectivade la historia de abajo arriba y más tarde la teoría de la determinación de clases.Finalmente el capítulo concluirá con una ojeada aL tema de la historia, la concienciahistórica, la política yla contribución de los historiadores marxistas británicos atodo ello

I R. WiIliams. Keywords: A Vocabu/ary ofCulture and Soclery, Nueva Yor!¡, Oxfol1l Universicy Press. 1976.p. Iza.

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202 HARVEY 1. KAYE LOS HlSTORJADORES MARXISTAS BRITANICOS 20}

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:1.

HNoria de abap anIDa

Pienso que la rustoria debe gustarte, como me gustaba cuando tenía tu edad, porque trata connombres vivos, y todo lo que concierne a los nombres, a tantos nombres como sea posible, atodos los nombres del mundo en tanto en cuanto forman una sociedad, ytrabajan ylucnan yapuestan por una vida mejor, lodo esto tiene que gus,tarte más que nada. ¿No es así?

Antonio Gramsci en una carta asu hijo!

Para poder apreciar adecuadamente la perspectiva de los historiadores marxistasbritánicos debemos considerarla en relación con otros modos de prosa histórica crítica y,en particular, con otras aproximaciones a la historia desde abajo. En primer lugar esnecesario aclarar lo que quiero decir con prosa histórica crítica. Barrington Moore Ir. haescrito que los historiadores y los científicos sociales confunden, con demasiadafrecuencia, objetividad y neutralidad. Esto es, no logran distinguir entre la actividadinvestigadora, en la que la objetividad (es decir,.la voluntad para descubrir el propio error)es esencial para el examen intelectual honesto, yel impacto de la investigación, dondela neutralidad (la imparcialidad) debe ser necesariamente una ilusión para cualquierestudio significativo. La neutralidad es imposible, afmna. porque, dadas las estructurasde las sociedades históricas ycontemporáneas, cualquier verdad simple ydirecta sobrelas instituciones y los sucesos políticos está condenada a tener consecuencias políticas ya perjudicar a algún grupo de intereses. Es más, ya que "en toda sociedad los gruposdominantes son los que más tienen que esconder acerca de cómo funciona la sociedad...los verdaderos análisis están condenados atener un cerco crítico, aaparecer como mani­festaciones en vez de afirmaciones objetivas, como se usa el término convencionalmente".Por lo tanto, para aumentar la objetividad y escribir historia crítica, hace la siguienterecomendacion: "para todos los estudiosos de la sociedad humana, la simpatíapcr lasvíctimas del proceso histórico y el escepticismo respecto a las demandas de lostriunfadores proporcionan salvaguardas esenciales para no serengañados por la mitologíadominante. Un estudioso que trata de ser objetivo necesita esos sentimientos comq. partede su bagaje ordinario" J. ' .

La recomendación de Moore es, desde luego, un hábito de la mente necesario parael historiador oel científico social que desea llevar acabo unos estudios de abajo arriba,pero no se ha limitado atales especialistas. Por ejemplo otro modo de hacer historia críticay estudios sociales, caracterizado por la simpatia hacia las victimas y el escepticismohacia las demandas de los triunfadores, es lo que podría llamarse "estudios de las es­tructuras del poder". Especialmente de carácteramericano, estos estudios están realizados

, Gramsci escribió la carta poco ames de su muerte en 1937, todavía prisionero del fascismo italiano durame másde diez años. Para las canas de Gramsci desde la prisión, ci. el número especial de~w Edinburgh Review(l974l, o elmás accesible Letrers from Prison, lIaducido yp~tado por Lynne Lawner. Nueva YorX. Haq¡er and Row, 1973.

; Barringlon Moore Ir, Social Orígins ofDictatorship lIld Democraey, Boston, Beacon Press. 1966, pp. 521-3.

por historiadores ycientíficos sociales, ysobresalen por llamar la atención sobre orevelarlas prácticas de dominación yexplotación contemporáneas e históricas. En general, losestudios de la estructura del poder incluyen obras como The Power Elite de C.WrightMilis, Captains oiConsciousness de Stuart Ewen yLabour and Monopoiy Capital -deHarry Braverman 4. Un buen ejemplo británicoes The State in Capitah'st Society de RalphMiliband j. El problema es que con frecuencia los estudios son una mera versión radicaldel clásico modelo m,asa-elite de la estructura, el orden yel cambio social, en el que lasélites se consideran activas y la masa inerte. Esto es, tales estudios tienden a reproducirla concepción característica del proceso histórico de la historia desde arriba, en el que lahistoria se ve como el producto de las acciones de las élites oclases gobernantes, aunqueen este caso las acciones de las élites se entienden como realizadas "sobre" o"contra" losintereses de las masas o las clases más bajas.

La historia desde abajo representa una alternativa por cuanto aleja la atención de lasélites o clases dirigentes, centrándose en las vidas, actividades y experiencias de lasmasas, ola gente. Sin embargo, la historia desde abajo es en realidad un término genéricoque incluye diversas aproximaciones, de las que la de los historiadores marxistasbritánicos, es sólo una. Entre todas ellas sobresalen las que se han desarrollado comoparte de la tradición francesa de AnnaJes. Debemos citar en particular la historia de las"mentalidades" que se originó en los escritos de Marc Bloch yLucien Febvre (int1uidosasímismo por la sociología francesa6 ) yla historia "materialista" que tiene sus orígenes,especialmente, en el trabajo de Fernand Braudel 7.

En su empeño por desarrollar una alterntiva a la historia política estricta, que ellosdenominan la "historia de los hechos" (histoire événernentielle), Bloch and Febvre dancabida al posible desarrollo de una historia desde abajo (aunque ellos no la desarrollaranpropiamente) por medio del concepto de "mentalidad" (mentalité), que se define tantocomo "visión del mundo" como por "un modo de pensamiento". Esto es, permiten dichodesarroll.o proporcionando un concepto que pueda aplicarse a las experiencias yperisamientos de los que están fUera de las clases dirigentes. Han existido problemas, sinembargo. Desde el principio ha habido una tendencia entre los historiadores de losAnnaJes aconcebir la historia de las mentalidades como historia psicológica, opsicología

, C. Wrigh/ MiJls. The PowerElite, Oxford. Oxlord Universi¡y press, 1956: S. Ewen. Clptains ofConst'iousness,Nueva ym. McGraw-HiIl. 1976: y H. Braverman, Laborand Monopoly Capi/al, Nueva yon. Montllly Review Press.1974.

j R. Miliband. Tñe State in Clpi/alisr Society, Londres, Quanetr Books. 1973., Cf. Andre Burguiere. "The Fate of the Hislory of Men/alités in the Annales", Compmtive 5mdies in Sociely

and History. 24 (Juliuo 1982). pp. 424-37.¡ Para AntJaIes. cf. Traian Sloi8l1OVich, French Hisrorical Mechod: The AnnaJesI'arIIdigm, llhaca, N.Y.• Comell

University Press, 1976. con un prefacio de Brnudel. También, el. el excelente debate de "The Annalcs lradition", de Georg19gers.en su Hew Directions in EIII'O(Il2I1 Hisroriography. MiddlelOW!l. Cl., Wesleyan Uoiversity Press, 1975, pp; 43-79:YA1asIair Davidson. "Hislorical Metbod and !he Social Seiences: A Critique of lhe AnnaIes Hisloriogrnphy", 71IesisEleven, 2( 1981l, pp. 62-78.

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204 HARVEY 1. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISíAS BRITANlCOS 205

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histórica, y así centrarse sobre los elementos "inertes, obscuros e inconscientes en unadeterminada visión del mundo" 8. Esto se debe en gran parte, sin duda, a sus énfasis enla long durée(en contraste con los hechos) ysus análisis estructuralistas (en contraste conacción yvoluntad). Como señala Peter Burke: "Los historiadores de las mentalidades sepreocupan por cambios a largo plazo, ya que las sociedades no tienen prisa en cambiarsus modo de pensar" 9. El problema es que tal concepción de mentalidad no sólo(equivocadamente) excluye los sucesos, sino que descuida. oelimina, la conciencia, laacción yla dimensión política de las relaciones humanas - lo cual difícilmente puede seruna base adecuada para la historia desde abajo.

Otro problema relacionado es que las mentalidades, alas que generalernnte se alUdecomo "mentalidades colectivas", se tratan con frecuencia sin referencia adecuada a lasestructuras sociales, ymás específicamente, a las de clase. Se presentan con frecuenciacomo si fueran compartidas ocomunes a toda la gente de los órdenes sociales dados ycomo si fueran independientes de la clase. Esto se indica con el término de los Annales,"civilizaciones"lo que, en 1946, se sumó al título original de la revista (1929), aunqueno se puede aplicar a todos los historiadores de AnnaJes. Además, yperceptible desde elmismo Febvre, hay una tendencia derivada al tratar con el concepto (menos "total") decultura, a igualar la "cultura impuesta sobre las clases populares" (el pueblo llano) conla "cultura popular", yde esta manera aignorar la "cultura producida por las propias clasespopulares"".

En el trabajo de Braudel las experiencias de los campesinos y otros grupos detrabajadores son con frecuencia las actividades humanas más importantes. Como losGenovese comentan, alabando su obra maestra, The Medilerranean andthe MedilerraneanWorld in the Age ofPhi1ip UI1 : "El olor a lavanda, el brillo de las olivas, el movimientolaborioso de los bueyes, los gestos de hombres ymujeres ligados al suelo que se agachan,siembran ysiegan con la guadaña, armonizan con la evocación de su entorno total". Elproblema es que en el espacio del "entorno total" yen el tiempo de la Jongue durée, laexperiencia y la acción humanas quedan muy reducidas. Así, como los Genovese de- .fienden más adelante:

• Cario Ginzburg. The Cheese and the Wotrns. Hannondswonh. Penguin.1982. p. xxüi., P. Burke, Soci%gy and History. Londres. George AlIen and Unwin, 1980. p. 75. También. Lucien Febvre, A

New Kind of History ami Other Essays. Londres, Roulledge and Kegan Pau!. 1973, especialmenre "History andPsychology" y "Sensibilily and History", pp. 1-26. YMichelle Vovelle. "ldeologies and MeOlalilies". en Raphael Samueland Garelh Stedman Jones (eds.l, Cu/tuIe, Ide%gy and Politics: Essays for Eric Hobsbawm, Londres, Rourledge andKeganPau!. 1983. pp. 2-11.

!O Sobre "civilización" cf. L. Febvre. "CivilizatiOll: evolution of a wordand group of ideas" en su ANew Kind ofIfistory and Otheressays, pp. 219-57: yF. Braudel. "The Hisuxyof CivilizatiOlls".en su Do Hisrory, (Chicago, UniversityofChicago Pres>. 1980, p.. 177-218.

II C. Ginzburg. The Cheese and the Wonns. pp. uii-uiv. xiv-xvi. En cuanto allÍ/timo problema, Ginzburg sere{eria al trabajo de Roben Mandrou ea panicular.

11 F. Braude!. The Meditmanean and liJe Mediremmean World in the Abe ofPhiJjp /l. Nueva York, H:uper andRow. 197J.

La gran obra antimarxista de Braudel, con su inrerpretación esuuccural y sus predileccionesantropológicas, ecológicas yarqueológicas, niega implicitamenteel propio proceso histórico ydisrorsiona la dimensión temporal. La preocupación tradicional de los historiadores. quedesplazó la narrativa política. figura en su obra casi como accidente o consecuencia. Estetratamiento no sólo minimiza la dimensión humana opolíticadel cambio alo largo del tiempo,sino que también -yde manera más perniciosa para la historia social- niega la importancia delas relaciones de producción, de autoridad y exploración, dentro de un momento histórico

dado 13.

Desde esta aproximación a la historia hay poca distancia para viajar hacia laposición de otro de los historiadores de AnnaJes, Francois Furet, que insiste en que la"reintegración de las clases subordinadas a la historia general sólo puede ser realizada através del "número y el anonimato", por medio de la demografía y la sociología, "elestudio cuantitativo de las sociedades pasadas", Todo esto lleva al historiador italiano,Cario Ginzburg (él mismo influido por las tradiciones tanto de los AnnaJes como por los Ihistoriadores marxistas británicos) acomentar: "Aunque las clases más bajas ya no sonignoradas por los historiadores, parecen estar condenadas, sin embargo, a permanecer .calladas" 14.

Dichas críticas no deben ser mal interpretadas, porque ni niegan las contribucionesde los historiadores de AnnaJes a los estudios históricos ni el desarrollo de la historiadesde abajo. La historia de las mentalidades ha dado lugar en la historia del pensamientoauna de las alternativas a la versión elitista de la historia de las ideas, yel determinismogeográfico yambiental de Braudel debe ser considerado en serio por los teóricos socialesque han sido no sólo ahistóricos sino tambien "aespaciales" en su pensamiento,!5 yreconsiderado por los marxistas yotros que con frecuencia han alejado demasiado susteorías del mundo físico y natural 16. También, y no sin problemas, las historiasdemográficas ycuantitativas han contribuido deftnitivamente anuestro conocimiento dela vida cotidiana de las masas 17. Es más, como hace notar Raphael Samuel, "a conse­cuencia de la revuelta estudiantil de 1968", ha habido "una evolución en la escuela deA¡maJes desde "una historia sin gente" - una historia construida sobre determinantesimpersonales como el clima, el suelo, yciclos seculares de cambio - a [una] clase de

IJ Elizaberh Fox-Genovese and Eugene Genovese. The Froits of merchant Capiral, Oxforo, Oxford UnivmilyPress. 1983. pp. 187-8. Para un amplio debate del logro de 8raudel. cf. Samuel IGnser. ",4nnaliste Paradigm: TIteGeohistoreical StruelUralism of Femand Braudel", American Historical Review, 86 (Febrero 1981), pp. 63-110; tambiénGregor McLennan."Braudel and!he Annales parigm" en su Marxismand cheMethod%giesofHistory, Londres,New LeftBoob. 1981, pp. [29-#.

l' C. Ginzburg. The Chese and the Wonns. p. xx,I J Deben tenerse encuenla los esfuerzos de AnrhOllY Giddens por reintegrarel tiempo yel espacioenel pensamienlo

social. Central ProbIems in Social Theory, Londres, Macrrullan. 1979.!. er. G. McLerman, Marxism and che MedJod%gies ofHistory, pp, 136-44. Sobn: el problemadel marerialismoyel marxismo, cf. Sebastiano Tunpanaro, Do Materialism. Londres. New Left Books. 1975.

I J cr los comeowios de los Genovese en Froits ofMerchant Capiral, pp. 194-6: yTOlIY Judl. •AClown in RegalPurpIe: Social Hisuxy and!he Historians", HiSlory Worb/rql. 7(Primavera,. 1979), ea especial pp. 74-80.

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206 HARVEY J. KAYE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 207

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etnohistoria, que trata de la experiencia individual en un tiempo y lugar concreto"18 Enparticular, piensa en la obra de Ernmanuel Le Roy Ladurie. Esto es porque, mientras elprimer libro de Le Roy Ladurie, The Peasants of Languedoc 19, ponía énfasis en elambiente. el clima, la demografía, yel análisis quantitativo 20 (aunque sin interés en lasluchas políticas y sociales). su trabajo más reciente, Montai11ou y Camival in Romans21, realmente se centra en acontecimientos sociales y políticos.

Sobre el tema de los h..istoriadores franceses no podemos evitar mencionar los dosgrandes especialistas que escribieron sobre la revolución francesa, George Lefebvre yAlbert Soboul (el primero influido por el marxismo. el segundo, marxista). Trabajandolejos de la tradición de Annales, escribieron historias excepcionales desde la perspectivade abajo arriba: Lefebvre publicó libros como Les Paysans du Nord y The Great Fea¡ of1789 22, YSoboul The Parisian Sans-Cu1ottes ami the French Revolution, 1787-1799 23 •

Además, Lefebvre influyó directamente sobre los historiadores marxistas británicos através de los estudios de la ó'multitud revolucionaria" de Rudé (de hecho, fue Lefebvrequien acuñó originalmente el término de "historia desde abajo").

Hay otras dos aproximaciones que vale la pena mencionar por los contrastes queofrecen con la de los historiadores marxistas británicos. La primera es característica delos historiadores de la modernización, aquien ya me he referido en relación con la obrade Hobsbawm. De nuevo debemos notar que, al prestar atención alas vidas y experienciascotidianas de las gentes del pasado. los h..istoriadores de la modernización han contribuidoa llevar los estudios h..istóricos mas allá de las acciones de las élites. Sin embargo, suconcepción del proceso histórico ignora la dimensión política. Esto es, las teoría de lamodernización -de manera similar a la tradición de Anna1es· pone el énfasis enellargoplazo y aunque se centra en procesos de cambio (.urbanización), reduce las acciones-y lasexperiencias de la gente trabajadora al prOCeso de adaptación, o la falta de adaptación, alas transformaciones inexorables implicadas por la "modernización". El resultado, comocomenta Tony ludt, es que.la h..istoriografía de la modernización "niega a la gentes del

" R. Samuel. "People's History", en el volumen por él editado, People 's Hisrory and Socialisl Theory, Londres,Roudedge andKegan Paul, 1981, p. xvi.

" E. Le Roy Ladurie, The Peasants ofLanguedoc. Origmalmente 1966. En inglés, Champaign, Ill.. Unive~ity ofIIIinois Press, 1974. Esta obra fue, por supuesto, objeto de la crítica de Roben Brenner. Cf. capítulo 2.

" cr. Los dos volúmenes de ensayos de Ladurie donde apoya su trabajo decididamente: The TenilOry af cheHistonilll. Londres, Harvesler Press, 1979 y The Mind and Mechad of che Hisrorian, Londres, Harvester Press, 1981.

" E. Le Roy Ladurie, Mancaillou, Hannondswonh, Penguin, 1980: y Camival in Romans. Hannondswonh,Penguin. 1981. También. sobre la recepción de Jaescuela de Analesen Gran Bretaña, cf. Peter Burke, "Ref1ections on theHistorical Revolution in France: TIte Annales School and British Social Hislory", yEJ. Hobsbawm, "Comments", enReview. 1(Invierno/Primavera 1978) pp. 147-65.

" Les Paysans du Notli, escrilo en 1924. The GrealFearof/ 789, eserilo en 1932. está públicado en Londres. NewLeft Books, 1973.

" A. Soboul, TheParisían Sans-CulotresandtheFrencbrevolution I793-4, Oxfotli, Oxford Univemty Press, 1974,y The French Revolulion, 1787-1799, Londres, New Leftlloiks,I974.

pasado su identidad política e ideológica" H. Así los h..istoriadores de la modernización,aunque se preocupan por las "clases bajas", no logran escribir "historia crítica" (tal comola hemos deflIÚdo siguiendo a Barrington Moore).

La otra aproximación que vale la pena mencionar aquí es la llamada por algunos"radical" (y "liberal de izquierdas" por los Genovese) pero que podría mejordenominarse"populista-radical". En este caso, los h..istoriadores presentan las vidas, las experienciasy las luchas de las clases bajas yde los oprimidos como si generalemnte no sólo hubieranpodido soportar la opresión, sino también crear milagrosamente una "cultura autónoma"oponiéndose con éxito a los valores yaspiraciones de sus opresores. Tales historiadorestienden aver únicamente oposición ylucha y, así, prestar atención de forma inadecuadaa las duras realidades de acomodación e incorporación en las experiencias y prácticasculturales de las clases bajas. Los'Genovese defienden que esto proporciona ( en losestudios sobre la esclavitud yla historia de la clase obrera) la pervivencia de un "carácterpaternalista, .. por mucho que esté revestido de retórica radical". Mantienen que ellosucede, porque estos historiadores se centran en las experiencias privadas de las clasessubordinadas, es decir, "las que no están defendidas por las clases dirigentes", endetrimento de las "experiencias públicas". Así, aunque reconocen la dimensión políticade las prácticas culturales, se trata de un entendimiento unilateral de lo político 25. Confrecuencia, esta versión de la h..istoria se convierte en historia de abajo, en oposición a lahistoria desde abajo arriba. Piensan en historiadores como el americano Herbert Gutman,Las aportaciones de los estudios de Gutman sobre los esclavos afro-americanos y lostrabajadores americanos negros yblancos, que han sido tan importantes en el desarrollode una nueva historia social y de la clase obrera en los Estados Unidos, han estado, sinembargo, limitados por su aparente adhesión a la teoría de la modernización ypor unaclara tendencia a desestimar la "dialéctica"de las confrontaciones clasistas :6.

Entonces, ¿qué pasa con la propia aproximación a la historia de los historiadoresmarxistas británicos? Como hemos visto. no estudian la experiencia de los campesinosyde la clase trabajadora por separado sino, mas bien, desarrollan sus estudios h..istóricosconsistentemente en el contexto de [as relaciones y las confrontaciones de clases histó­ricamente específiCas, esto es, una h..istoria desde la perspectiva de abajo arriba. De esta

" T.Jud~ "A Clawn in RegalPurpIe", p. 68. Paraunaespecie de respuestaaTony Judl Yotros críticos,cf.el"SpeciaJlssue on Social Hisrory", Theory and Socíety, 9(Sepliembre 1980) pp. 667-720, que incluye conlribuciones de Louise yCharles TiUy y Edward Shorter.

" E. Fox-Genovese yE. Genovese, The Froits afMerchanl Capital, pp. 196-203. También sobre eslos problemas,cf. Stuan Hal~ "Marxism and Culture". Radical Hislory revíew, 18 (Otoño 1978), ppj-14.

" Cf. E. Genovese, "Solidari¡y and Servitude", Tímts Literary Suppltment 25 de Febrero 1877. Para ejemplos dela obra de Guanan. cf. su obra Culrure and Socíety in Industrialízing America, Nueva Yon:. Vimage Books. 1977, y TheBlact FamiJy in Slavery and Freedom. 1750-I925, Nueva York, Vintage Books. 1977. Para un debate crítico de la historiade la clase obrera de Guanan, cf. David Monlgomery, "Guanan's Nineteenth-Cenrury America", Labour HislOry, 19(Verano 1978), pp. 416-29.

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r208 HARVEY 1. K.-\YE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITM'¡ICOS 209

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manera, al mismo tiempo que amplían la concepción de la experiencia de clase en losestudios históricos, los historiadores marxistas británicos nunca pierden de vista ladimensión política esencial de esa experiencia. Esto es, las relaciones de clase son "po­líticas" en cuanto que siempre suponen dominación y subordinación, lucha y aco­modación. De esta manera, de nuevo la adscripción de "culturalismo" al trabajo de loshistoriadores marxistas británicos parece inapropiada e inadecuada. Además, suaproximación no impide prestar cuidadosa atención alas élites ya las clases dirigentes,como se pone de manifiesto, por ejemplo, en AMedieval Society de Hilton 17, EconomicProblems ofthe Church 18, de Hill, The Age ofCapital de Hobsbawm"9 y Whigs andHunters de ThompsonJo. De hecho, señala Hobsbawm: "Lo que me gustaría hacer no essimplemente... salvar al calcetero y al campesino, sino también al noble y al rey delpasado, de la condescendencia de los historiadores modernos que piensan que sabenmás" 31 (¡Pero debe recordarse que esta afirmación llega después de años de esfuerzo por"rescatar" al campesino y al obrero de los estudios historicos!) Por lo tanto loshistoriadores marxistas británicos no estarían en desacuerdo con la demanda de la"historia desde arriba" de Perry Anderson -como estudio de la "intrincada maquinaria dela dominación de clases"· pero tal historia tendría que otorgar el peso debido alas luchasde clases ya los levantarninetos forjados por las propias clases bajas, y la manera en laque las luchas de clases, asu vez, dan fonna oafectan a la maquinaria de la dominación.

Los historiadores marxistas británicos no sólo insisten en la importancia para losestudios históricos del estudio de las experiencias de las clases bajas, también insisten enque las clases bajas han sido participantes activos en la formación de la historia, más quemeras víctimas pasivas. Es más, demuestran que tales luchas y movimientos han sidosignificativos para la totalidad del desarrollo histórico, es decir, para los valores ylas ideasy para la economía política, y que, por lo tanto. han contribuido también a las expe­riencias y las luchas de las generaciones posteriores. Hobsbawm describe muy bien suintención yla de sus compañeros historiadores cuando dice: "Me gustaría devolver a loshombresgel pasado yespecialmente a los pobres del pasado, el don de la teoría. Comoel héroe de Moliere, ellos han estado hablando prosa todo el tiempo. Sólo que, mientrasel hombre de Moliere no lo sabía. pienso que ellos siempre lo supieron, aunque nosotrosno. y pienso que deberíamos saberlo")!. Es con la intención de "devolver el don de lateoría a las gentes del pasado" y también por entender la lucha de clases como un todo,por lo que los historiadores marxistas británicos han adoptado selectivamente algunos delos métodos y"sensibilidades" de los sociólogos y, especialmente, de los antropólogos.

" R. Hilton. A medieval Sociecy. Cambridge. Cambridge Universiry press. 1983. Oiiginariamenre 1966." C. Hill. Economic Problems ofche Churrh: From Archbishop Whigift lO /he LongParliament Oxford. Oxford

Universíry Press. 1956." E. Hobsbawm. 1ñe Age ofCapita!. Londres. Sphere Books. 1977.JO E.P. Thompson. Whigs and Hunters, Harmondswonh. Penguin. 1977.Ji E. Hobsbawm. Cornments", p. 162.J! !bid.

Un último tema para considerar en relación con la persperctiva de los historiadoresmarxistas británicos está relacionado con su gran énfasis sobre la oposición yla rebelión.Es verdad que, no tratan de forma adecuada las prácticas más conservadoras yreaccionarias y las acciones políticas ysociales de las clases bajas 33. Sin embargo, deberecordarse que comenzaron a escribir para oponerse al paradigma imperante en losestudios históricos y sociales, que asumía no sólo que el orden social significaba laausencia de conflicto social, en la forma de rebelión y oposición, sino que tambiénindicaba aceptación de la normativa 34, lograda por un proceso de consenso o de domi­nación total. Al mismo tiempo, aunque subrayan en sus escritos las luchas de las clasesbajas. son conscientes yrealistas acerca de las limitaciones (a veces frecuentes) de estasluchas, yacerca de las limitaciones de los modos de acomodación eincorporación de las,clases bajas. Pero no reducen la oposición de los campesinos y de los trabajadores del ¡ í

pasado (y el presente) a mera histeria apolítica, desviación o actividad criminal. .

Como ya he señalado antes, los historiadores marxistas británicos no fueron losprimeros en escribir lo que Raphael Samuel ha llamado "historia popular" ni, comoacabamos de ver, los únicos historiadores que han tratado de desarrollar la historia desdeabajo. Sin embargo como he intentado demostrar, son los que mejor representan lo queWalter Benjamin pensaba cuando escribía: "Sólo tendrá el don de encender la chispa dela esperanza en el pasado el historiador que esté firmemente convencido de que ni siquieralos muertos estarán asalvo del enemigo (la clase dirigente] si él gana. Yel enemigo noha cesado de ser victorioso" JS. La perspectiva de los historiadores marxistas británicosha dado forma alos escritos de toda una generación de historiadores más jóvenes. Aunqueno hay espacio para revisar todos los testimonios sobre ello, debo mencionar, en primerlugar, la revista - yel movimiento de que forma parte - Hjstory Workshop (su subtítuloseñala que es una "revista de historiadores socialistas y feministas"). Originado en lossesenta en Ruskin College )6, este movimiento trata de integrar la tradición y laperspectiva de los historiadores marxistas británicos con la tradición de los historiadores­obreros en el movimiento obrero 37. Raphael Samuel, la figura principal en HistoryWorkshop, escribe sobre la influencia de los historiadores marxistas británicos: "Crecimosa la sombra de superiores respetables - Hill, Hobsbawm y Thompson en particular" 38.

,¡ Cf. los comentarios del mismo Thompson en la adenda a 1ñe Making ofche English Working Class de 1968 •Hannondswollh. Penguin. ed. de 1968. pp. 916-17; Yen 1ñe World Tumed Upside Downde HiII , Harmondswonh,Penguin, 1975. por ejemplo p. 364.

." Con ·'aceptación de la normativa" me refiero a la silUación en la que uno acepta no sólo por falta de alternativasino porque de verdad cree que las cosas están como deberían estafo Sobre ello. cf. Michael Mann, '1be Social Cohesionof Liberal Democracy". Amencan Soc:iological Review. 35 (Junío (970), pp, ~23·39.

Jj W. Benjamín. ·1'heses in !he Philosophy of Hislory". en sus llIuminations. Nueva Yor1c. Hartoull Brace, 1969.p.255.

'. Por entonces se estableció en Oxford un Cenae fOl Social Hislory.'1 Cf. el ensayo colectivo de los eslUdiantes del Ruskin Hislory workshop. "Wor1cer-Hislorians in the 1920s". en

R. Samuel (ed.), PeopIe's History and SOC:JaliSl1ñeory, pp. 15-20.Ji R. Samuel. "history Wooohop. 1966-80", en R. Samuel (ed.). PeopJe's Hislory and Socialisl Theory, P414.

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210 HARVEYJ.KAYELOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANlCOS 211

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Samuel fue uno de los miembros más jóvenes del grupo de historiadores del PartidoComunista con anterioridad a 1956 y por lo tanto el eslabón entre Dobb, los otros histo­riadores yel movimiento del History Workshopes directo 39.

La influencia de los historiadores marxistas británicos puede verse especialmenteen el énfasis que puso el movimiento sobre la 0pos,ición popular, que se desarrolla todavíamás como resultado de su compromiso con la historia socialista y feminista. Otros doshistoriadores relacionados con el History Workshop que continúan los esfumosinaugurados por Hilton y otros son Sheila Rowbotham·o yGareth Stedman Iones .1.

En los Estados Unidos, la influencia de los historiadores marxistas británicos sepuede ver, como en Gran Bretaña, a través de los escritos de la historia social. pero enespecial en los historiadores que trabajan con y/o contribuyen ala revista RadicalHistoryReview. En concreto se puede mencionar a historiadores como Alan Dawley .2, SeanWilentz·J, William Sewell Ir·· ySteven Stem 45. Por supuesto, están los ya mencionadospredecesores, Eugene Genovese yHerbert Gutman, yDavid Montgomery, que se dedicaal estudio de la clase trabajadora americana del siglo diecinueve al veinte .6.

La contribución colectiva de los historiadores marxistas británicos no sólo hainfluido la manera de escribir historia, como correctivo a la historia escrita desde laperspectiva de las élites o clases dirigentes. sino que también ha supuesto un reto a laconcepción del proceso histórico que acompaña ala historia desde arriba. Como comentaStuart Hall. tiene consecuencias politicas cruciales: "Puede restaurar un sentido deacción, un sentido de actividad. un sentido de capacidades de la clase trabajadora yde losoprimidos" .1. Por supuesto. discutir la concepción del proceso histórico es discutir lateoría histórica. yaunque E.P. Thompson insiste en que sus estudios históricos no-les hallevado aencontrar una "teoría mejor (el materialismo histórico como un nuevo ycerrado

" Samuel ha escrito muchos ensayos yanículos. CLla revista y"History Workshop Series". Londres. Routledgeand Kegan Paul. para ejemplos de su obra. en especial East End Underworld: Chapters in the Life ofArrhurHarding. 1980.

'o Cf. entre otras obras S . Rowborham. Hidden froro History. Londres. Pluto PreS!. 1973; y Woroen. Resistanceand Revolution. Harmondsworth. Pen~uin 1972.

" G.S. Jones. Outcast Landa;' Harmondsworth. Penguin. [976; y Languages of CJass, Cambridge UniversityPress. 1983.

H cr. A. Dawley. CJass andCommuniry: 17Je IndustrialRevolution in Lynn. Cambridge. Mass.. Harvard UniversityPress. 1976.

" Cf. S. S. Wilentz. Chants Democfratic: New Yorlc Ciryand!he Rise ofme American Worlcing CJass (I790· 1865¡Nueva york.Oxford University press. 1984.

" cr. W. Sewell Jr. Wort and Revoluaon in France. Cambridge. Cambridge University press. 1980." cr. s. Stem, Pero 's Indian Peoples and me ChalJenge of Spanisb ConquesL Madison. Wi.. University of

Wisconsin Press, 1982." D. Monlgomery, Worlcm' Conrrol in America. Cambridge, Cambridge University Press. 1979." S. Hall, "Marxism and Culture", p. 9 Debe tener.;e en cuenta que Hall añade que "los que se benefician de estas

lecciones sobre lacapacidad de resislenciase encuenlrafl más frecuentemente entre la clase media que entre la propiaclaseobrera".

ismo)"48 •sin embargo, sus estudios históricos tienen consecuencias teóricas. Quizá seríaexagerado afmnar que su contribución teórica es "proporcionar una teoría" pero, almenos su trabajo desarrolla el marxismo. o materialismo histórico, como teoría de ladeterminación de clases.

La teoría de la detlll'IIlinación de cJa<;es

Además de la contribución colectiva, los historiadores marxistas británicos. comoya hemos visto, han hecho una contribución importante al concepto de clase. E.P.Thompson ha dicho de lo que cree ser su logro: "Hemos ampliado el concepto de clase,que los historiadores en la tradición marxista comúnmente emplean - deliberadamentey no exentos de cierta "inocencia" teórica - con una flexibilidad e indeterminación nopermitida ni por el marxismo ni por la sociología ortodoxa'Q9.

Consideremos su "ampliación". Han desplazado el estudio de la experiencia declases desde el análisis de clases hasta el análisis de la lucha de clases. mayormente comoresultado de su reconocimiento de la experiencia de las clases bajas como proceso activo.aunque estrUcturado, Esto ha contrastado con la práctica sociológica existente. Losestudios de estratificación social durante bastante tiempo fueron caracterizados poranálisis de clases estáticos yahistóricos. Los sociólogos. hasta hace poco, no realizaronestudios históricos (esto es, estudios del pasado). Es más. su tratamiento de las clasescomo "estratos estadísticos simples (o complejos) y jerárquicamente organizados" 50,

ignoraban las relaciones temporales y sociales. En los últimos .éste se ha~nvertido

en un tema destacado de la teoría social. aunque fue en 1965 cuando, .en "Peculiaritiesof the English", Thompson escribió (como había hecho previamente en el prefacio a TheMaking of the English Working Class):

La clase es una formación social ycultural (con frecuencia encuentra expresión institucional)que no puede ser definida en abstracto o aisladamente, sino únicamente en términos de lasrelaciones con las otras clases; yfinalmente la definición sólo se puede hacer tomando el tiempocomo medio - esto es, acción y reacción. cambio y conflicto ... la clase en sí no es una cosa,

es un suceso JI.

'. E.P. Thompson, '1'he PoveJl)' ofTheory" en su 17Je Poveny of17Jeory and OmerEssays. Londres. Merlin Press.1978, p. 170.

" ¡bid. También sobre este tema, cf. R.S. Neale, Class in English History 168().1850. Oxford. Basil Blackwell,1981.

;0 Rodolro Stavenhagen. Social Classes in Agracian SocieOes. Garden City, NY.• Anchor Books. 1975, p. 22.Sravenhagen hace una críticabreve pero escelente de los estudios de la eslralifJcación (pp. 19-39), aunque su debate sobrela alternativa marxisla es desigual.

" EP. Thompson, "~uliamiesofrheEnglish",en 17JePovenyoftheoryandOtheressays. p. 295. También citado

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212 HARVEY J. KAVE LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 213

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Como Thompson también reconoce claramente, tampoco la construcción deversiones estáticas yahistóricas de clase han sido raras en los estudios marxistas. Confrecuencia, los marxistas han estado "más interesados en las posiciones de las clasesabstractamente definidas que e'n las fracturas sociales cualitativas expresadas en ladinámica de las relaciones y los conflictos de clase" 52. Ello es particulannente cierto,como afirma David Stark, entre los marxistas estructuralistas que hacen análisis de clasesa nivel de modo de producción yconsideran que su tarea es la formulación rigurosa deesquemas de clasificación más sofisticados. Así, pues, lo que sucede con frecuencia esque "el debate sobre las clases se convierte en una batalla de la clasificación - en muchoscasos una revisión de la topografía de las fronteras de las clases más que un estudio de losprocesos de la formación de clases y las batallas históricas reales que producen lassiempre cambiantes líneas de demarcación" 53.

Los historiadores marxistas británicos examinan las clases como relaciones yprocesos históricos. Implícito en su trabajo, yen ocasiones explicitamente manifestado,de manera más contundente quizá en el ensayo de Thompson, "Eighteenth-centuryEnglish Society: class struggle without class?" 54, aparece la prioridad analíticaehistóricadada a la lucha de clases, a partir de la cual, en circunstancias históricas específicas, laclase -en sentido pleno - ha surgido ose ha "hecho". Sin embargo, no niegan la existenciade clase en ausencia de conciencia de clase. De hecho, como hemos visto, sus escritos sonimportantes por testimoniar el efecto de las relaciones ylas luchas de clase, incluso enausencia de la conciencia de clase (esto es, clase en sentido pleno). Sin embargo, existeuna realidad histórica diferente cuando la formación de clase se desarrolla a partir de lalucha de clases, implicando una conciencia de clase elaborada. (Seguramente esto es unapropuesta que ningún marxista rechazaría). Thompson ha descrito esto como. unasituación histórica en la que la clase está "presente en la misma evidencia", en oposiciónaesas situaciones en las que la clase se usa como "categoría analítica para organizar laevidencia histórica lo cual tiene una correspondencia mucho menos directa" 55. Al mismotiempo, como comenta Raymond Williams, cada vez e~.lIlás necesario distinguir entreesos momentos omodos de lucha de clases que se"cafaéit~rizan por la conciencia de clase,ylos que suponen un menor grado de conciencia de clase (la distinción entre el conflictode clase, la lucha de clases, y la guerra de clases) 56.

en Philip Abrams. Historical Sociology. Somersel. Open Books, 1982. p. ~ii. Abrams hace del tiempo el lema central desu trabajo, como Amhony Giddens en escrilOs lales como Central problems in Social Theory.

;, Ellen Meiksins Wood, "The Politics ofTheory andtheConceptofClass: E.P. Thompsonand His Critics",Studiesin Political Economy, 9 (Otoño 1982), p. 60.

;] D. StlUt. "Class Slruggle and the Transformation of lhe Laboor process: ARelalional Approach", Theory andSociery, 9(1980): una versión resumida está incluida en Antltony Giddens yDavid Held (eds),C/asses. Powerand Conflic~

Londres. Macmillan press, 1982. p. 320. En panicular. Slark se refiere a trabajos como G. Carcltedi yErik Olin Wriglll.H E.P. Thompson. "Eighteemh<enrury EngJish Sociery: dass slruggJe withoul dassT', Social History, 3 (Mayo

¡978), pp. 133·65.;, [bid.. pp. 147·8.;, R. Williams. Politics and LetrelS, Londres. New Left Books, 1079, p. 135.

Por supuesto que los historiadores marxistas británicos han puesto de manifiestoconstantemente su intención de distanciar su enfoque de lucha de clases del determinismoeconómico, lo que nos lleva aotro aspecto de su "ampliación" del concepto de clase, yasus esfuerzos por superar el modelo base-superestructura. En el proceso de cambio delanálisis de clases al análisis de la lucha de clases, y la ampliación del concepto de clase,han desarrollado el marxismo, omaterialismo histórico, como teoría de la determinaciónde clases, la proposición central de la cual es que la lucha de clases es fundamental parael proceso histórico. Como Thompson señala, "la lucha de clases es el proceso". Estaproposición, como sabemos, se deriva de Marx, pero, como también sabemos, no en laúnica dirección en la que el pensamiento de Marx se ha desarrollado - ose ha aceptado.He tratado de mostrar en este libro que aunque no es la proposición única del trabajo delos historiadores marxistas británicos (y su tradición), su efecto ha sido único en estaforma de desarrollar el materialismo histórico.

Puede preguntarse ¿hasta qué punto su énfasis en la clase, yen la "previa", ymásuniversal, lucha de clases, representa una ruptura con la propuesta marxista igualmenteimportante de que el ser social determina la conciencia social y la categoría centralrelacionada de modo de producción? Esta no es una cuestión intranscendente, ni paraHobsbawm ni para Thompson una vez que se ha reconocido que rechazar estaproposición supone abandonar la línea de analísis de Marx 57. También es la base sobrela que estructuralistas tales como Richard Johnson critican que los historiadoresmarxistas británicos, excepto Dobb y hasta cierto punto Hilton, son culturalistas 58. Elproblema, en mi opinión, es que los críticos no logran comprender lo que los historiadoresmarxistas briatánicos han tratado de conseguir. En sus esfuerzos por superar el modelobase superestructura ysu tendencia inherente al determinismo económico, los historiadoresmarxistas británicos no rechazan la determinación en favor del voluntarismo. Tampocorechazan la proposición de que el ser social determina la concienciencia social o laformulación del ser social como modo de producción. No rechazan la determinaciónestructural en favor del volumarismo, aunque rechazan el determinismo y subrayan laimportancia de la acción. Más bien, toman la determinación, según Raymond Williamsha dicho recientemente, como una dualidad - como "determinación de los límites yejercicio de presiones". Ya hemos dicho que vieron el proceso histórico como un "unproceso activo aunque estructurado". Debemos tener en cuenta que el trabajo de loshistoriadores marxistas británicos fue reconocido por el fallecido Philip Abrams comoparticularmente relevante para el desarrollo de la problemática de la estructuración. Entérminos más formales, Anthony Gidens llamaaesto la"teoríade laestructuración": "una

;, E. Hobsbawm, ''The Conrribuúon of HislOry 10 Social Science",lntemational Social Science JoumaJ, 33 (198 n,p. 631; Thompson, "Folklore, Anthropoiogy and Social Histary",lndian Historical Review, 3(Enero 1977), pp. 262 Yss.

;, R. Johnson, ''Thompson, Genovese. and Socilaist-Humanisl Histary". History Workshop.6 (Otoño 1978),pp. 79-100.

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teoría construida sobre la idea del "carácter fundamentalmente recursivo de la vidasocial" y diseñado con precisión para expresar "la dependencia mutua de la estructuray la acción" en términos del proceso en el tiempo" 59.

En oposición a la fonnulación estructuralista de que el ser social determina laconciencia social, donde el nivel económico, o base, es sólo determinante en últimainstancia, y también la contra-formulación (bien intencionada) en la que el niveleconómico, o base, es considerado el punto de partida, es decir, asunto de primerainstancia &0, los historiadores marxistas británicos tratan de dilucidar la "omnipresente"presión del ser social sobre la conciencia social. No hacen esto por medio de una simpleidentidad oreflexión sino a través de la experiencia en la que, como Thompson dice, "laestructura se transmuta en proceso yel tema vuelve aentrar en la historia". Es sabido queeste concepto no está exento de problemas, pero la "experiencia" sitúa la determinaciónmaterial en el tiempo, como parte del proceso histórico. Además, hombres y mujeresreaparecen como tema en este marco - no como sujetos autónomos, "individuos libres",sino como personas que experimentan sus situaciones y relaciones productivas deter­minadas, con necesidades, intereses yantagonismos ... "manejando" esta experienciadentro de su conciencia yde su cultura . ..en las formas más complejas., ydepués (confrecuencia, pero no siempre, por medio de las estructuras de clase resultantes) actuandoa su vez en una situación determinada" 61.

Finalmente, en su preocupación por la clase, los historiadores marxistas británicosno evitan la categoría central de modo de producción, aunque sí intentan rehacerla ehistorizarla. Desde Dobb hasta Thompson han intentado, con distintos grados de éxito,reformular la ecuación asumida de ser social como modo de producción = economía y/o tecnología como base. Por ejemplo, vimos que Dobb - incluso aunque él mismo río losiguierafielmente -insistíaen unaconcepción político-económica del modo de producción.y Thompson insiste en una concepción todavía más estricta, ya que el modo deproducción "nos da también las relaciones de producción (que asu vez son relaciones dedominación, ysubordinación)", yproporciona la "iluminación general en laque todos losotros colores se sumergen y que modifica sus tonalidades específicas" 62. Esto es, lasrelaciones sociales de producción son simultáneamente económicas, políticas, culturalesy morales. Esta recomposición del concepto de modo de producción se pone muy biende manifiesto en estudios históricos tales como "Time, Work-Discipline, and Industrial

" R. Williams. Marxísm and LileratuJc, Oxford, Oxford University press, 1977. p. 87; Abrams. HislOricalSoóology, en especial pp. iHviü. 67-70, 323-6: yA. Giddens, CenrraJ Problems in Social Theory. Para un estudio quereconoce la atinidad entre Thompson y Giddens. d. Derek Gregory. Regional T!lU1salion ami Induscnal Revolucion.Londres. Macmillan. 1982. pp. 9·22.

,. Ralp/I MiJiband. Marxism and Politics. Oxford. Oxford University press. 1977. p. 8.., E.P. Thompson, The Poverty ofTht:ory, pp. 170, 164.I! Como se hizo notar en el capítulo 6, en "Folklore, Anthropology. ami Social HiSlory", pp 261-4 de Thompson.

Capitalism" de Thompson, en "Pottage for Freeborn Englishmen" de Hill, en "Custems,Wages, and Work-load" de Hobsbawm, así como en los distintos escritos de Hilton sobrelas relaciones campesino-señor feudal en la Inglaterra medieval 6J • Un ejemplo de la his­torización del concepto es el debate que Thompson ofrece en The Making ofthe EnglishWorking Class sobre la separación históricamente específica de lo económico y lopolítico en el desarrollo del modo capitalista de producción en términos de los principiosduales aunque sep~ados de "la explotación económica" y la "opresión política" 64.

Debemos tener cuidado en este punto, ya que los historiadores marxistas británicosno sólo han sido mal interpretados por sus críticos estructuralistas, sino también, hastacierto punto, por sus defensores humanistas. Mientras insisten, Thompson sobre todo, enel carácter total de las relaciones 'de producción, como he explicado previamente, ellosno combinan las relaciones sociales de producción con las relaciones de clase. Sinembargo, esto es lo que Simon Clark hace en su defensa de Hilton, HiIl, Hobsbawm y(especialmente)Thompson. Como dijimos al final del capítulo primero, es esto lo que enrealidad llevó también aClarka afmnar (erróneamente) que había una ruptura entre Dobbysus colegas mas jóvenes 65.

Debemos recordar las contribuciones de Robert Brenner al debate sobre la transi­ción del feudalismo al capitalismo, en las que amplía la aproximación de Dobb. El trabajode Brenner proporciona la base inmedita sobre la que Ellen Wood ha comenzado laelaboración teórica de un marxismo político, esto es, las relaciones de producción sepresentan en su "aspecto político, el aspecto en el que son realmente discutidas: comorelaciones de dominación, como derechos de propiedad, como poder para organizar ygobernar la producción yla apropiación". Al mismo tiempo, Wood explica, el marxismopolítico está tan convencido como el marxismo económico de la primacia de laproducción. No especifica la producción de forma que se pueda evitar su consideración,ni la magnífica para que pueda abarcar la totalidad de la actividad social o incluso de las"experiencias" de clase. Más bien, se asocia ala propuesta de que un modo de producciónes un fenómeno social. Además, el marxismo político está efectivamente distanciado delmodelo base-superestructura, porque no presenta la totalidad social como" unaoposición,una separación "regional" entre una estructura económica "objetiva" básica, por unaparte, yformas políticas, jurídicas ysociales por otra, sino más bien comO unaestructuracontinua de relaciones y formas sociales con diversos grados de distancia del procesoinmediato de producción y apropiación, comenzando por relaciones y formas queconstituyen el sistema de producción mismo". Así, Wood repite que las relaciones de

" Cf. capítulo 6, nota 7. para referencias... E.P. Thompson, The Mabng oflhe English Worting Clas5, Harmondsworth. Pengllin, edición de 1968. En

especial el capíwlo "~ploitation". pp. 201-32.,; S. Clme. "Socialisl-Humanism and the Critique of Econornism", Hislory WO/Í3/IOp. 8 (Otoño 1979),

pp. 137·56.

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producción asumen la "fonna de relaciones jurídicas ypolíticas -modos de dominacióny coerción, fonnas de propiedad y organización social- que no son meros reflejos se­cundarios sino constituyentes de las mismas relaciones productivas". Se refieredirectamente al argumento de Brenner según el cual la esfera político-jurídica puedeverse implicada en la base productiva al menos de dos fonnas. Primero, "un sistema deproducción siempre existe en la forma de detenninaciones sociales espécificas, los modosparticulares de organización y dominación y las formas de propiedad en las que lasrelaciones de producción están englobadas - los que podrían ser llamados atributos"básicos" del sistema productivo frente a los "superestructurales" jurídico-políticos.Segundo, vistas desde una perspectiva histórica, instituciones políticas como el puebloy el estado están entre los determinantes de las relaciones de producción y puedenconsiderarse como anteriores aellas. Esto es así no sólo donde las instituciones son losinstrumentos directos de la apropiación de la plusvalía sino de forma más general en tantoen cuanto las relaciones de producción "están históricamente constituidas por la confi­guración del poder político que detennina el resultado del conflicto de clases" 66.

El marxismo político puede, pues, ser visto como una extensión de la teoría de ladetenninación de clases de los historiadores marxistas británicos. De hecho, laexplicaciónde Wood puede ser interpretada como una elaboración de lo que Thompson señala en sucita de Grundrísse 67, - que presenta como una concepción alternativa de la totalidad social- sin rechazar la proposición de que el ser social detennina la conciencia social.

¿Qué hacemos, pues, con la idea estructuralista de Perry Anderson en relación conel problema del orden social? Propone este argumento como crítica a la teoría deThompson yes por tanto, en efecto, una crítica de la concepción del proceso históricode los historiadores marxistas británicos. Escribe:

Es, ydebe ser, el modo dominante de producción lo que confiera la unidad fundamental a unaformación social asignando posiciones objetivas a la clases que pueda haber en ella. ydisuibuyendo los agentes dentro de cada clase. El resultado es, típicamente. un proceso objetivode lucha de clases. Pero la lucha de clases misma no es un prius causal en el mantenimiento delorden, porque las clases se constituyen por modos de produccción. y no viceversa. El modode producción para el que esto no es cieno es el comunismo - el cual, precisamente, abolirálas clases _68.

Aprimera vista, los historiadores marxistas británicos probablemente no rechazaríanlas propuestas de Anderson. Sin embargo, en una segunda revisión probablemente las

.. E. Wood."The Separaúonofthe Economic and Ihe Polincal in Capitalism",New Le!! Review, 127 (Mayo-Junio1981) pp, 77-80.

61 "lnrerview wilh E. P. Thompson". Radical History Review, 3. (Otoño 1976), p. 25... P. Anderson, Arguments Wirhin Engbsh Maros"" Londres, New Left Books, 1980. p. 55.

considerarían inadecuadas, tanto a nivel de teoría política como de teoría histórica.Admitirían que hay una cierta lógica al considerar que el modo de producción es anteriora las clases que están especificadas por él; que las relaciones de producción - en fonnade relaciones de explotación -son la base del antagonismo yla lucha entre las clases. Sinembargo, defenderían que en términos históricos son, al mismo tiempo, las relaciones declase lo que estructura los modos de producción. Como señala Thompson. "la lucha declases es el procesG histórico", y finalmente la reproducción - o no - de un modo deproducción viene determinada por los resultados de las luchas de clases. Pero eso no estodo, ya que no es la cuestión de la pervivenciaodesaparición de un modo de producciónlo que se determina en el curso de la lucha de clases, sino el transcurrir histórico específicodel desarrolllo del propio modo de producción.

El mismo Anderson parece darse cuenta de la naturaleza problemática de susafirmaciones (que pueden deberse asu énfasis en el orden "memorable"), pero continúadando prioridad al modo de producción cuando añade que "tanto en la reproducción comoen la transfonnación - mantenimiento y subversión - del orden social, el modo deproducción yla lucha de clases siempre están funcionando, Aunque la segunda debe estaractivada por el primero" Así que sigue el problema. Quizá esto pueda ser más fácilmentevisto al considerar lo que parece presentar como "la excepción que confmna la regla".esto es, que el "modo de producción para el que esto no es válido es el comunismo - queprecisamente abolirá las clases". De hecho. más que demostrar que las clases estándetenninadas por los modos de producción y no viceversa, el ejemplo del modocomunista de producción históricamente hipotético parece apoyar la teoría de ladeterminación de clases de los historiadores marxista británicos y la prioridad dada alalucha de clases. ya que es precisamente el desarrollo del modo comunista de produccción,de acuerdo con Marx, lo que más dependerá del resultado de una luchade clases concreta-específicamente la mantenida por una clase trabajadora revolucionaria ycon concienciade clase -, Incluso aunque parezca muy difícil de concebir tal modo de producción, sinembargo. debería ser más que aparente para los que deseamos establecer un orden socialigual, libre y democrático que tal alternativa solo puede ser realizada a través de unaacción activa de los propios trabajadores.

Es más. si, como se ha defendido, las relaciones de producción son la base de, perono idénticas a, las relaciones de clase, entonces las proposiciones de Anderson soninadecuadas no sólo porque no logran plantear el tema de la estructuración en clases delos modos de producción, sino también porque no logran plantear el tema relacionado dela formación de clases. No se nos pide necesariamente que consideremos el proceso porel que las clases como actores históricos en todo su sentido surgen apartir de las luchasde clases. Por supuesto esto ha sido capital para la labor de los historiadores marxistasbritánicos, No quiero decir que Anderson quiera que esto suceda. Sin embargo, lapropuesta de que las clases se constituyen por modos de producción puede con facilidad

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conducir a la práctica de identificar una clase como una estructura objetiva en sí misma.La conciencia que debería tener, pero apenas tiene, se deduce así yse encuentra para sercaracterizada por la "falsaconciencia". Entonces resta un breve camino para la afirmaciónde que un partido, secta oteóriéo particulares son necesarios para desvelar "laconcienciaverdadera de la clase" y"sus intereses reales" .Esta práctica es más probable que persistadonde las clases están identificadas por, e igualadas a, sus determinadores objetivos ­como ocurre en el marxismo estructuralista -. Por ejemplo, podemos reconocer elpotencial o base, para tal práctica en la siguiente definición de los intereses de clasepresentados por Erik Olin Wright en su análisis estructural de clases: "Los intereses delas clases en una sociedad capitalista son esos objetivos potenciales que se convierten enobjetivos reales de lucha en ausencia de mistificación ydistorsiones de las relaciones delcapital. Los intereses de clases .. , son hipótesis sobre los objetivos de luchas queocurrirían si los actores de la lucha tuvieran un entendimiento científicamente correctode sus situaciones" 69. Notemos que esto es apesar de los esfuerzos de Wright por superarel teoricismo de Althusser y Poulantzas y para teorizar relación y proceso.

Finalmente, podríamos recordar las palabras de Eugene Genovese, cuya obra tantodebe a la influencia de los historiadores marxistas británicos:

Si el materialismo histórico no es una teoría del detenninismo de clases no es nada ... Larelación de las clases desde este punto de vista detennina los contornos de la época histórica.Se sigue. pues, que los cambios en la relación política de la clase constituyen la esencia de lastransfonnaciones sociales; pero esta noción se aproxima a una tautología. ~rque lastransfonnaciones sociales se defrnen precisamente por cambios en las relaciones de clases. Loque salva ala noción de la tautología es la esperanza de que estos cambios en las relaciones declase detenninan ·al menos en esquema· los principales parrones políticos, ideológicos, ypsicológicos. así como las posibilidades económicas ytecnológicas, de que los cambios en laestructura de clases constituyen los cambios éon mayor sentido. Defender que éstos constituyenlos únicos cambios significativos es reducir el materialismo histórico al absurdo y renunciar asu esencia dialéctica 10.

HNoria, conciencia lUstórica ypolítica

Laobrade los historiadores marxistas británicos nos ha llevado auna reconsideraciónde nuestra idea de clase. Ya no podemos seguir viéndola simplemente en términos de ladicotomía (objetiva/subjetiva) clase en sí/clase para sí, yladicotomíaderivada concienciafalsa/cierta. Ahora debemos ver la clase en términos de las experiencias ylas actividades

" E.O. Wright, Class. Crisis and t1Ie Slale. Londres, New Left Boolcs. 1978. p. 89. Cf. (aunque no claramentedirigido aWrigh!) R. W. Connell, "A Critique of the Allhusserian Approach to C1ass". 7ñeory andSociety, 8(Mayo 1979).pp. 321-45.

;o E. Cienovese, In Red and Black: MlI1Xian ExpJ()fIllÍOIIs in SOUlhem and AfrcrAmerican Hislory. Nueva Yort,Vintage Books. 1971. p. 40.

de la gente, estrucruradas especialmente pero no exclusivamente por sus relacionesproductivas, con esas experiencias yactividades expresadas en la clase, algunas veces enformas de conciencia de clase plenamente. Pero para seguir tal análisis de la lucha declases debemos entender la experiencia de la lucha de clases en su totalidad y en susmuchas formas de articulación. Como escribe William Sewell Ir. al presentar su métodopara estudiar alos trabajadores franceses del siglo diecinueve: "la"lengua del trabajo" ensu sentido más amplio no consiste sólo... en las locuciones de los trabajadores o... enel discurso teórico sobre el trabajo, sino... en toda lagamade organizaciones instirucionales,gestos rituales, prácticas de trabajo, métodos de lucha, cosrumbres yacciones"? l. (Sewellclaramente reconoce la influencia de los historiadores marxistas británicos en su obra).O como E.P. Thompson afirma, cuando insiste sobre la necesidad de considerar losvalores tanto como los intereses o las ideas en el análisis materialista: "Un examenmaterialista de los valores debe situarse, no por proposiciones idealistas, sino a la vistadel lugar material de la cultura: la forma de vida de la gente, ysobre todo, sus relacionesproductivas y familiares". Al mismo tiempo, conviene recordar su "prefacio" a taldeclarac ión:

No se tratade decir que los valores 50n independientes del ca/arde la ideología: manifiestamenteeste no es el caso. ni tampoco ¿cómo, cuando la experiencia misma se estructura en fonna declases. podría ser esto así? Pero suponer por ello que están "impuestos" ... como "ideología"es malinterpretar todo el proceso social ycultural. Esta imposición siempre 5e intentará, conmayor omenor exito, pero no podrá triunfar al menos que exista ciena congruencia entre lasreglas impuestas yla concepción de la vida yel hecho necesario de vivir un detenninado modode producción. Es más, los valores no menos que las necesidades materiales siempre serán unlugar de contradicción de la lucha entre los valores alternativos y las visiones de la vida 72.

Esto está lleno de posibilidades, pues podemos ver en ello, primero, un medio para"rescatar" al esrudio de los valores del descrédito que ha sufrido como resultado de suasociación con el funcionalismo estructural parsoniano y, segundo, la base para unaampliación de la historia de las ideas 7J yla (re-)introducción de lo político en la historiade las wentalidades. Además, potencialmente puede tener consecuencias políticas.Podríamos considerar, por ejemplo el individualismo. Este se ha presentado en informesde científicos sociales e históricos como originario del renacimiento y/o la reforma conla burguesía ycomo responsble de su valor y/o ideología dominante. Por supuesto, hayabundante evidencia histórica (y contemporánea) para apoyar este argumento. Comoresultado de esta supuesta identidad entre capitalismo e individualismo, la alternativasocialista se ha presentado demasiado frecuentemente como un modelo de orden socialcolectivista-estatista; un modelo que, aparentemente, ha sido rechazado con regularidad

; I W. Sewell le.. Work and RevoJution in France. p. 12." E.P. Thompson, 7ñePoverryof7ñeory. pp. 175~.

;; Cf. el escrito más atractivo de Robin Broolcs. "Showdown at !he Paradígm Corral: E.P. Thompson meets theWing-s¡xead Bunch". San losé Stale University, 1982; no publicado)

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" Para discusiones generales de las tesis "cullUr.l común" y "ideología dominante", el. Nicholas Abercrombie.Stephen Hill, yBcyan S. Turner, T1Ie Dominant ldeoJogy Thesis. Londres. Geocge ABen & Un win. ¡980. pp. 7-58.

" S. Lukes. Individualism. O~ford, Basil Blackwell. 1973. Lukes aftadió que. primero. él no dijo haber probadosu afillllación en el esrudio y, segundo, que tal afirmación requiere considem no sólo la "igualdad y la libenad", sinorambién la "comunidad".

;6 Los escritos más imponanles son. C.a, Macphel'3On. T1Ie Politicai Theory ofPossessive Úldividualism. O~ford.O~ford University press. 1962; Democratic Tbeory:Essays in Retrieval, O~ford. Oxford University press. 1873; y1ñe Lifeand Times ofLiberal democracy, Oxfurd, Oxfurd Univmity Press, 1977.

En Individualism, Steve Lukes repasa la historia intelectual del término ydesarrollaun análisis conceptual del mismo. Mantiene que las "cuatro ideas unitarias del indivi­dualismo" son el respeto por la dignidad humana, que representa el fundamento de la"igualdad"; yautonomía, intimidad yautodesarrollo, que representan las tres caras de la"libertado ser libre". Después, basado en su análisis conceptual, declara que la "única ma­nera de captar los valores del individualismo es a través de una forma humanista delsocialismo" 7j.

Junto a la obra de Luke debemos situar la del teórico político canadiense, e.B.Macpherson. Sus escritos representan un esfuerzo prolongado yprofundo por examinarhistórica yteóricamente los fundamentos de la democracia liberal, para proporcionar unabase teórica para la formación de'un orden social democratico liberal privado de suconexión con el capitalismo 76. Una parte importante de la obra de Macpherson ha sidoel estudio del individualismo, en el curso del cual ha llegado adefender que ha habido dosconcepciones rivales, aunque no necesariamente contradictorias, en el pensamiento

por los trabajadores en el oeste capitalista, democrático-liberal (en especial en Gran Bre­taña yNorteamerica). Esto no ha de sorprender dados los ejemplos históricos reales dela Unión Soviética y los llamados estados socialistas. Ahora bien, mientras la explicaciónparsoniana de la cultura común sería, posiblemente, que tal alternativa es antitética conel individualismo como valordominante de lacultura, la respuesta (simple) marxista seríaque las clases obreras occidentales han sufrido la.ideología del individualismo burgués74.

Pero en ambos casos se asume que el individualismo es necesariamente antitético alsocialismo, basado en el modelo dicotómico de individualismo frente acolectivismo.

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democrático liberal: una en la que "el hombre es considerado como un consumidor oapropiador infinito" yotra en la que "el hombre se considera como un agente infinito deldesarrollo de sus atributos humanos". La primera pone énfasis en la formación del ordensocial que recalca utilidades yla segunda, la que presta más importancia a los podereshumanos individuales 77. Lo que Macpherson ofrece para la realización de la segunda eslademocracia participativa,que puede servistacomo unaforma desocialismo democrático.

Los debates..entre Lukes and Macpherson son significativos porque muestran laexistencia y posibilidad de un mayor desarrollo de la concepción de individualismocompatible con, sino dependiente de, la formación de un socialismo democrático. Sinembargo, tales discusiones son inadecuadas, pues no logran explicar lahistoria, desarrollo,yformación del individualismo -incluso como idea compleja ycontradictoria - más quede una manera meramente idealista, "filosófica" o teórica y (posiblemente) elitista 78.

No obstante en la obra de los historiadores marxistas británicos, especialmente enlos escritos de Hilton, Hill yThompson, está la base para una historia social alternativadel individualismo (inglés) (aunque probablemente usarían el término con más reservas- si llegaran a usarlo - debido a sus asociaciones con la ideología burguesa, prefiriendoel par libertarianismo/igualitarismo) 79. En sus respectivos estudios sobre el levantamientocampesino de 1381. el puritanismo ylas sectas radicales religiosas del pueblo llano enel siglo diecisiete, yla formación de la clase trabajadora inglesa, encontramos una historiade luchas individuales ycolectivas por la libertad yla igualdad. En sus mismas formashistóricamente específicas, estas luchas han contribuido no al mero individualismo comoideología o valor dominante en la sociedad capitalista, sino al individualismo como unconjunto de relaciones, prácticas. valores e ideas vividas y experimentadas por lasdiferentes clases. Desde esta perspectiva el individualismo aparece caracterizado por lastensiones y contradicciones que pueden esperarse de los procesos de gobierno y,ocasionalmente, hegemónicos que tienen que ser continuamente renovados, recreados,defendidos y modificados, "porque han estado continuamente rechazados, limitados,alterados, (y] retados por presiones no siempre propias" so.

" C.B. Macpherson. Demcx:rotic TIreory. pp. 32 Yss.'8 CL sobre Macpherson. Ellen Meiksins Wood, "C.B. Macpherson: Liberalism and me Task ofsocialist Theocy".

T1Ie SocialisrRegister 1978. Londres. Merlin Press, 1978. pp. 215-40; Yel imercambio que siguió en The Socialist register197genrre Leo PanilCh yEllen Wood. Lukes parece especialmente sensible al tema, como se pone de manifiesto en el debateen Powec. ARadical V~w. Londres. Macmillan, 1974. en especial pp. 46-50, que incluye una referencia aGramsci. ParaLukes. sobre Macpherson. cf. '1ñe Real and Ideal Woclds of democracy" en Alkins Konros. Power, Possessions. andFreedoms, Toromo. 001.. University of Toronto Press, 1979. pp. 139-52. También cf. D.F.B. Tucker, Marxism andIndividualism. Nueva York, SI. Manin's Press. 1980: y Ellen Meiksins Woods. Mind and Politics: An Approach ro eremeaning ofLiberal and SociJist Úldividualism. Betlceley, Cal. Universíty of California Press. 1972.

" Como se indica en sus eserilos, ytambién en conver.;aciones con ellos sobreel lema. Por una pane.ladiferenciaes meramenle lenninológica; porotra. me pregunro si indica una diferencia entre las culturaspolíticas americanaybrilánica.

\O R. Willíams. Marxism and Liteeature. p. 112.

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Por supuesto, la historia del individualismo ha estado íntimamente unida al naci­miento ypreponderancia de la burguesía, ycomo tal, se ha desarrollado ycon frecuenciase ha expresado como un elemento significativo de la ideología capitalista. Al mismotiempo, el individualismo no ha sido mera ideología burguesa oel valor dominante de lacultura capitalista. Esto es, como práctica, valor, y/o idea, la historia del individualismono ha sido tan unidimensional como las teorías de la ideología dominante ocomo las delos valores dominantes asumen. Además, dentro de esa historia ha existido la base parauna concepción alternativa del individualismo, que no es en absoluto antitética con elsocialismo.

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De esta manera podernos verqlle el individualismo ha tenido sentido parael pueblono sólo porque haya sido propagado como ideología burguesa (o como el valor dominantede la socialización), sino también, históricamente y contemporáneamente, la gente havivido relaciones que han estructurado sus vidas (aunque colectivamente) en diversasformas "individualistas". Yal mismo tiempo, porque ellos mismos lucharon, individualy colectivamente, por aftrmar sus interpretaciones del individualismo históricamenteespecíficas y según las diferencias de clases, con frecuencia implicando concepciones"más amplias" de libertad, de igualdad y de comunidad. Por tanto la formación de unsocialismo democrático que favoreciera el desarrollo del individualismo - que implicaraunas relaciones, prácticas, valores eideas libertarias, igualitarias ycomunitario-colectivas­representaría no la mera actualización del pensamiento de los filósofos yde los teóricossino, al menos de igual manera, la ejecución de luchas históricas de las propias clasesbajas s'. Así, los historiadores marxistas británicos parecen haber dilucidado de manerahistórica lo que Gramsci se propuso cuando escribió que la clase trabajadora desarrollade forma embrionaria su propia concepción del mundo que se manifiesta en acción, y loque Marx quiso decir al afmnar en el Communist Manifesto que "las conclusionesteóricas de los comunistas en absoluto se basan en ideas o principios que hayan sidoinventados, o descubiertos, por talo cual reformador universal. Ellos simplementeexpresan, en términos generales, relaciones reales que surgen de un lucha de clasesexistente, de un movimiento histórico que se produce ante nuestros mismo ojos" 82.

Quizá, es una pena que los historiadores marxistas británicos no hayan desarrolladohistorias sociales del siglo veinte, pero podernos ver los comienzos de tal tarea en, porejemplo, los estudios recientes del historiador de la clase obrera americano DavidMontgomery, en especial en WoTters' Control in America. Su obra es particulannenteinteresante puesto que él fue con anterioridad un trabajador yun líder obrero 83. Basándoseen su propia experiencia e investigación, afirma que" tanto mi estudio de luchas.en lasfábricas corno del periodo de Reconstruc~ión (es decir, los años siguientes a la guerracivil de los Estados Unidos) han subrayado el hecho de que la clase trabajadora siempreha formulado alternativas a la sociedad burguesa en este país, en particular sobre eltrabajo" 8

4• Y defiende que:

El socialismo crece del trabajo y los esquemas de vida de los trabajadores. Su raíz depenetración es el mutualismo avivado por la lucha diaria por controlar las circunstancias de susvidas. Pero ese mutualismo se manifiesta en valores, lealtades y pensamientos, así como enacciones, ysólo puede triunfar volviéndose cada vez más consciente de sí mismo yarticulado.La lucha por el control de los trabajadores sólo avanza cuando va de lo espontáneo a lo del

" Cf.Victor iGeman, "Socialism, The Prophetic Memory", en B. Parekh (ed.), The ConceplolSocialism, Londres,Croom Helm, 1975, pp. \4-37.

" K. Marx. '1ñeCommunistManifesto". en The revolutionsof184&edilado porDavid Fembach.Harmondsworth.Penguin, \973, p.80.

1) Profesorde hislOria en la Universidadde Yale. MOIIlgomery abandonó el Panido Comunista (americano) en elperiodo 1956-7. como hicieran HillOll. Hill YThompsoo.

" "Interview wilh David MOlllgomery", Radial HisIlXy Review, 23 (Diciembre-1980), p.52.

liberado, cuando los trabajadores conscientemente se unen ydeciden lo que quieren y cómoquieren conseguirlo ;;.

Aunque no diría que los historiadores marxistas británicos hayan sido estrategas dela política socialista, sin embargo, en su seguimiento de la historia de abajo arriba pormedio del análisis de la lucha de clases, de hecho, han desarrollado unaestrategia política,que puede ser descrita corno una "estética" política. Con esto no quiero referirme sólo alhecho de que ellds hayan mostrado tanto interés por las artes, aunque esto no estedesligado. Más bien, me refiero a la formación de una conciencia histórica socialista ydemocrática. La conciencia histórica puede ser deíinida. según John Berger, como "laexperiencia histórica esencial de nuestra relación con el pasado: es decir la experienciade intentar dar sentido anuestras vidas, de tratar de entender la historia de la que podernoshacernos agentes activos "~6

No es que el conocimiento histórico pueda informarnos de qué hacer ahora,específicamente. porque. en el mejor de los casos. el conocimiento del pasado es un aviso,no una prueba científica:, pero da forma a nuestro entendimiento de la experienciahistórica, de la que el presente es una parte tan importante corno el pasado. Gramscireconoció esto cuando escribió sobre la revolución francesa que "ha abolido muchos pri­vilegios. ha liberado amuchos oprimidos: pero sólo ha reemplazado una clase en el poderpor otra. Sin embargo ha dejado una gran enseñanza: que los privilegios y las diferenciassociales, corno producto de la sociedad y no de la naturaleza (a lo Vico), puedensuperarse" 87. 0, como indica Rodney Hilton en su conclusión a Bond Men Made Free:

~Qué podría lener en común el deslino de las sociedades campesinas en el mundo actual de uncapitalismo de monopolios industriales y comerciales casi a nivel mundial con el de lassociedades campesinas de la última etapa del mundo medieval 7Clammente. las [area~ deliderazgo en la sociedad campesina contemporánea no tienen nada en común con las larea~ delpasado. excepto el reconocimiento de que el contlicto es pane de la existencia y que nada segana sin lucha IX.

Sin embargo, corno sabernos, para Hilton ysus compañeros historiadores ha habidoalgo más que la mera proposición de que la historia de todas las sociedades hasla ahora

" D. Momgomery. "Spontaneiry and organizalion: Sorne Commems" en ",,\ Symposium on Jeremy Brecher'sStrike!" en Radical America. 7¡noviembre·Diciembre 1873). p. 77. Cr.la diSl:usión de Momgomery sobre la historia dela clase obrera esladounidense de Jim Green. ··Culture. Polilics and Workers' Response 10 Industralizauon in ¡he VS".Radical A.meríca. 16 (Enero·FebreroiMarzo·Abril 1982) pp. 101·28. También. sobre los esrudios de la clase obrerabrilánica. cf. el debate de Richard Price. "Relhinking Labour Hislory: The [mponance ol' work". en James Cronin andJonathan Schneer (eds), Social Cont1icl and me Polilical Order in Modero Brirain. Londres. Croom Helm. 1982, pp.179·214.

" J. Berger. Ways olSeeing. Hannondswonh. Penguin. 1972. p. 33." A. Gr:unSl:i. "oppressed and Oppressors". en P. Cavaicami yP. Piccone (eds.), Hisrrxy. PhiJosophy;md Cu1tllfe'

irI me Young Gramsci. SI. Louis, Telos Press. 1975. p. 158." Bond Men Matie free. Londres. Melhuen. 1977. p. 236.

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existentes ha sido la historia de las luchas de clases. Como Christopher Hill señala, "todoconocimiento del pasado debería contribuir a humanizarnos" 89, ocomo E.P, Thompsondice, incluso mas explícitamente: "laconciencia históricadebería ayudarnos acomprenderlas posibilidades de transformación y las posibilidades de la gente" 90. El mismo Marxhubiera suscrito tal estrategia y, sin embargo, éste es un punto con el que los historiadoresmarxistas británicos parecen haberse distanciadp de él, al menos, del Marx que escribióque "la revolución social del siglo diecinueve sólo puede crear su poesía desde el futuro,no desde el pasado"91. Porque, mientras los historiadores marxistas británicos se han dadocuenta. como Marx, que "el pasado no es para vivirlo". sin embargo. también se han dadocuenta, mejorque Marx., que "es un pozo de conclusiones del que poder extraer para poderactuar", y un "pueblo oclase que es desposeído de su pasado es menos libre para elegiryactuar como pueblo oclase que uno que haya podido situarse él mismo en la historia'''J2

En otras palabras, han aceptado que la formación de un socialismo verdaderamentedemocrático - o comunismo libertario - requiere algo más que "necesidad" . la luchadecidida contra la explotación y la opresión - y algo más que organización. Tambiénrequiere el deseo de crear un orden social alternativo. Ysin embargo, incluso eso no essuticiente. Ha de haber una "previa educación del deseo" porque. como William Morrisha advertido: "Si el estado actual de la sociedad se disuelve sin un esfuerzo consciente detransformación. el final, la caída de Europa, puede tardar en venir, pero cuando venga.será mucho más terrible, más confusa ycon un sufrimiento superior al del periodo de lacaída de Roma"9J.

La estrategia, oestética de los historiadores marxistas británicos -ytodos aquellosque trabajan en su línea - es, entonces, la "educación histórica del deseo" para poderproporcionar" unaconcepción del mundo histórica. dialéctica, queexplique el movimientoyel cambio, que reconozca la suma de esfuerzo ysacrificio que el presente ha costado alpasado yque el futuro está costando al presente, yque conciba el mundo contemporáneocomo una síntesis del pasado, de todas las generaciones pasadas. que se proyecta en elfuturo" 94. En otras palabras. debemos educar aaquéllos para quienes la lucha es hoy unanecesidad concreta con las experiencias históricas de aquellos otros para quienes la luchafue una necesidad concreta ayer. Al mismo tiempo, debemos ser totalmente conscientesde que tal proceso educativo puede ser dialéctico yque los educadores. también tienenque ser educados.

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1tf;t E.P. THOMPSON

LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITAJ'I/lCOS 233

1

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INDICE DE NOMBRES

ABELOYE, Henry. 159ABRAMS, Philip, 3.4. 15,213ALTHUSSER. Louis. 17. 19, 54. 188-4, 218ANDERSON, Perry, 4. 46, 47,54-8,63, 159, 168. 172-5. [84, 186, 189. 194.208.216-7

E. P. Thompson, 168, 172, 184,216-7cuestión de la transición, 54-8

ANNALES, 51, 70. 185. 203-6BACON. Francis, 107BALL, John, 86bandidos, l37-8, 144, 178base ysuperestructura. 5-6, 19,35,53-4,90, [08. 118, 126, 142·4. 147, 156.159-63, 175·7, 185,

187-9.201. 213-8BENJAMIN, Walter. 209BERGER, John, 69. 223BLACK Act (1723), 178-9BLAKE, Willíam, 158-9. 196BLOCH, Marc. 67, 704.81,203BRAUDEL, Fernand, 25. 51. 150,203-5BRAYERMAN. Harry, 203BRENNER, Robert. 21. 46-7,54,58-62,73.215-6.BRIGGS, Asa, 18BURKE, Peter, 3, 204Capitán Swing, l27, 138-40CARR, EX, 3-4Cartistas. Cartismo. 161. 173, 196CHAYANOV,A.V,,76CHILDE, V. Gordon,9CLARKE, Simon, 20, 215

Page 127: Harvey j-kaye-los-historiadores-marxistas-britanicos-pdf

236 HARVEY J. KA YE

LOS HISTORIADORES MARXISTAS BRITANICOS 237

clase:análisis de la lucha de clases. 7.9, 28-30, 34-5. 53. 58-62. 77. 90,108-9,124,143-4. 146.159-63, 182--+. 192. 197, 198. 20\, 211-20. 223clase y lucha de clases. 5-7, 29-30. 35. 58-9. 77-9. 81,84-8. 102, 108-9, 115-6. 124. 141.159·63,175,180,182-4.192.208-9.211-20conciencia de clase, 9,19.30.84-7,115-6.133-4.141. 148. 159-63. 171-2, 183.212,219.formación de la clase. 9.115-6.141,143-4.15-9-63.171-2, \82-4. \88.212,219teoría de ladetenninación de las clases, 7,9.21. 25. 35. 58-9.61. 81. 94.108-9,124,126,143.146.156.159-63, \77.182·4.201. 211-20

COBBETI, William, 172, 196COHEN, G.A., 142. 184COHN, Norman. 86COKE, Edward. 107COLEo G.D.H. y 'v1argaret. 10. 129crimen, crimen social, 138-9. 164. 178-9. 181-2. 209CROMWELL, Oliver. \16CRONrN, James. 126. 147culturalismo. Marxismo culruralista. 19-21. 168. 183. 207. 213DA\VLEY. Ajan. 210DElL, Edmund. 12DOBB, :-'1aurice. 5-21. 23-63,67.73. lOO, 123, 125. 141. 147.150.168.198.201. 210, 2\3-5

biografía. 27-30Marxismo. 29-30nacimiento del capitalismo, 36-47Srudies in the Development of Capitalism. 30-40

dualismo, teoría dualista. 47-9DUBY, Georges. 71. 74. 79DURKHEIM, Emile. 26-7ELlOT. T.S. 95, 108ENGELS. Freidrich. 32. 77-8.97. [27. 132, 160. 162, \76. \92EWEN. Stuart. 203Fabianismo. Sociedad Fabiana. l27FEBVRE, lucien. 93. 203-4FrElD. John. 132FORTES, Myer, 136FOSTER, John, 132-3FRANK. Andre Gunder, 47-52. 61FUREr, Fran~ois, 205GALBRAITH, V. H., 68GARDINER. S. R., 97-9GENOVESE, Eugene. S, 7,18.47.49, SO, 52-4,180.204.207,210.218GIDDENS, Anthony, 4. 213GINZBURG, Cario, 205GLUCK1\1AN, Max, 136GOODY, Jack, 15

GRAMSCI. AnlOnio. 53-4. 136. 175. 180.202,222-3GRAy, Robert, 132-3Guerra Civil. inglesa. \03-4. \ \3GUTMAN, Herbert, 207. 210HAll, Stuart, 158,210HAMMOND, John y Barbara. 10. 127-9.139,169HARRISON, Royden, 127HAY, Douglas, 179HIll, Cristopher, S-21.37.45. 46, 56. 91-119. 123.125.141.143.144.145, 158,198.201,208,

209.215: 221. 224biografía, 94-7cuestión de la transición. 46grupos religiosos radicales. 113-5Iglesia inglesa. 103-4orígenes intelectuales de la Revolución. 106-8Puritanismo, 104-6tesis sobre la revolución burguesa. \°\-9tesis sobre la revolución democrática. 109-16Reformation to Industrial Revolution. 1530-1780. 102-3Society and Purítanism in Pre-Revolutionary England, 104-5The World Tumed Upside Down. 113-5

HlLTON. Rodney. 5-21.-15-6. 56-7.65-90. 93-U6. \23. \25. \35. 141. 158.198.201.213,2 \5.221. 223. 224biografía. 68-9cuestIón de la transición. 45-6definición de feudalismo. 69-70definición de campesinado. 78levantamiento de 1381. 80-1. 85-7movimientos campesinos. 80-8

HINDESS. Barry, 189HlRST. PauL 189History Workshop. 20.209.2\0HOGGART. Richard, 18HOBSBAWM. Eric, 5-21. 29. -15-6. 77. 88.118.121-51.156.169,170.178.182.189.195,198.

201.206,208.209.213.215aristocracia obrera. 13\-2. \38-40bandidos y rebeldes primitivos. 135-41base·superestructura. 142-4biografía, 124-6clase yconciencia de clase. 141cuestión de la transición. 46-7destrucción de máquinas. 130-1historia mundial. 145-9movimiento obrero. 134-5Age oi Capital. 1848-1875. 146-7. 149

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238 HARVEY 1. KAYE LOS IUSTORIAOORES MARXISTAS BRITANICOS 239

Age ofRevolution, 1789-1848, 146-9Capeain 5wing, 138-40Primitive Rebels, 135-8

HOLME. K. H., 95Iglesia Católica, 106, 149Iglesia Inglesa, 103-4, 113individualismo, 90, lOó, 165,219-22IOHNSON, Richard, 9,17-20,168.172,194,213IONES, Gareth Stedman, 4. 173.210JUDT, Tony, 206KERBLAY, Basile, 76KIERNAN, V.G., 9, 11, 16, 100KOSMINSKY, EA. 78KUCZYNSKI, Jurgen, 100. 162LACLAU. Ernesto, 47·9. SILASLETT, Peter, 115LEFEBVRE, Georges, 67. 70. 155. 206LENIN. V.l., 132·3LE ROY LADURIE, Emmanuel, 58. 60, 77, 206Ludismo, 128·31. 138-40. 161. 171LUKES. Steven, 220-1MACFARLANE. Alan, 90MACINTYRE. Alisdair. 160MACPHERSON. C.B .. 220-1MARCUSE. Herbert. 163MARX. Karl. 4.5-7.9. 10. 13. 15. 19.25.26.27.30.32,33.36.39.40.42.49.58,59.63. 69. 71.

77.78.97;98,99.100,101.108,126,134,141.147.149.160. 162, 167. 184, 185. 186. 192.193.213.217.222.224análisis histórico ysocial. 6cuestión de la transición. 32-6feudalismo y campesinado. 77-9

Marxismo, 5, 6, 9.15. 28. 29. 34-5. 58.111. 142-3. 160. 175-6, 191-4.201.214-9Marxismo-Leninismo, 158 .

MCLELLAND. Keith, 168. 169. 172MERRINGTON. John. 57MILlBAND, Ralph. 9. 203MILLS, C, Wright, 3-4. 169,203MILTON,John.108.116-7MONTGOMERY, David, 210. 222MODRE, Barrington. Jr.. 7. 44-5. 75, 89. 146,202,207MORRIS, John. 15MORRIS, Max, 11-2MORRIS, William. 9. 27, 155. 157. 196,224MORTON, A.L.. 11. 99, lIIMOUSNIER, Roland, 70

Muggletonianos, 117mundial, economía ysistema, 48-52, 62-3, [45-9NAIRN. Tom, 172, 174, 175New Lefe Review, 17. 172,174,189,197NEWTON. Francis, 124NEWTON, William, 14OWEN. Robert, l7l-2PAINE, Tom, 129, 164-5, 196-7PALMER, Bryan, 159PARSONS, Taltott, 192Pase & Presenc. 3, 15, 16.46,58,73. 80PIRENNE, Henri, 31·2, 42, 45. 50POSTAN, M.M., 58. 60, 71. 72, 73, 74, 78, 83POULANTZAS, Nicos. 218Radical History Review, 210RALEIGH. Walter. 107Reasoner, New Reasoner, 17. 158, 160REED. John, 135ROBIN Hood, 89. 136ROSTOW, W.E.. 145ROWBOTHAM. Sheila. 96. 210RUDÉ, George, 11. 127-8, l31. 139-40, \64,206SAMUEL, Raphael. 9. 10. 11. 96. 205. 209SAVILLE, John, 9.11. 13-4, 17.18.158SEWELL. William. Jr.. 210. 219SHANIN. Teodor. 141SMELSER, Neil, 192SMITH, Adam. 26. 61SOBOUL, Albert. 206SOMBART. Wemer. 31SOUTHCOTT. Joanna y los Southcottianos. 161. 171STALIN. Joseph, 15. 17. 192, 194STARK. David, 212STERN. Steven. 210STONE, Lawrence. 15SWEEZY, Paul, 39. 41-51. 61. 67TAKAHASHI, Kohachiro, 44-6TAWNEY,R.H.. IO.97,98, 10, 105THOMPSON. Dorothy, 11. 157, 173THOMPSON. E.P.. 5·21.54. 96.123,125.128,129.134,141. 143. 144. 153-98,208,209,210,

211. 212, 213, 214. 215, 216, 217. 219. 221. 224armas nucleares ydesarme, 196-8base-superestructura, 160. 175-7. 186biol!rafía, 157-9clas'"e y lucha de clases, 161-3. 182-4

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·~ 240 HARVEY 1. KAYE!

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derechos y libertades civiles. 165-6. t7l-2economía moral. 165. 177-8historia y teoría, 185-98ley. 178-80. 18SMetodismo. 163-4, 170-1The Making ofthe English Working C/ass, 159-73W77igs and Hunters. 178-80. 185-6The Poverty of Theory, 189-94

THOMSON. George. 9. 13THORNER, Daniel. 76. 78TILLY. Charles. 3TORR. Dona, 9.12-4TRIBE. Keith. 20VILAR, Pierre. l23WALLERSTElN. Immanuel. 45. 47. 50·]. 58. 60-3, [45. 150WEBB, Beatrice y Sidney, 127-9WEBER, Max. 26-7. 31.36, 54, 71, 98. lOS, l77WILENTZ. Sean. 210WILLIAMS.Rayrnond.6.l8.19.27.30.l58.l60.l97. \98.20\.212.213WINSTA.NLEY. Gerrard. //3-7WOLF. Eric. 75WOOD. Ellen Meiksins. 183. 188. 215-6WRIGHT. Erik Olín. 218

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