Hacia una nueva candidatura mundial: “Paisajes simbólicos ... · mitido clasificar todo este...
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Hacia una nueva candidatura mundial: “Paisajes simbólicos del occidente peninsular. El arte rupestre esquemático como unidad cultural”
Towards a new World Heritage candidature: “Symbolic landscapes of the Western Iberian Peninsula. Schematic rock art as a cultural unity”
Hipólito Collado Giraldo1, José Manuel Rey García2, y Luiz Oosterbeeck3
1 · Sección de Arqueología. D.G. Patrimonio Cultural, Consejería de Educación y Cultura. Gobierno de Extremadura. 2 · Parque Arqueolóxico da Arte Rupestre Campo Lameiro. Dirección Xeral de Patrimonio Cultural. Conse-llería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria. Xunta de Galicia.3 · Instituto Terra e Memória, Instituto Politécnico de Tomar, Centro de Geociências da Universidade de Coimbra, Portugal.
ISSN 1699-0889http://cuadernosdearterupestre.es
CUADERNOS DE ARTE RUPESTRE, 7, 2014: 263-271
I N F O R M A C I Ó N • I N F O R M A T I O NR E S U M E N
A B S T R A C T
En este trabajo se exponen las características de la nueva candidatura “Paisajes sim-bólicos del occidente peninsular. El arte rupestre esquemático como unidad cultural” para su inclusión en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial. Se trata de una iniciativa de carácter transnacional que tiene como objetivo reconocer los valores universales del arte rupestre de las sociedades productoras vinculados a territorios en los que la acción hu-mana ha preservado valores naturales, antropológicos y culturales que suponen un valor añadido a la candidatura propuesta.
The features of the new candidature “Symbolic landscapes of the Western Iberian Pe-ninsula. Schematic rock art as a cultural unity” to be included in the World Heritage tenta-tive list are presented in this paper. This initiative has a transnational nature with the aim of promoting recognition of the universal values of rock art of the first farmers and herders so-cieties. This rock art is linked to territories where human activities have preserved natural, anthropological and cultural values that give an added value to the proposed candidature.
Palabras clave
Arte rupestre esquemático; Patrimonio Mundial; Lista Indicativa; Paisaje Cultural
Recibido · septiembre 2014Aceptado · noviembre 2015Revisado · junio 2016
Keywords
Schematic rock art; World Heritage List; Tentative list; Cultural Landscape
Received · September 2014Accepted · November 2015Revised · June 2016
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1. INTRODUCCIÓN
La Península Ibérica reúne a lo largo y ancho de su te-
rritorio un vasto conjunto de manifestaciones de arte ru-
pestre, grabadas y pintadas, que reflejan el dinamismo y
la esencia cultural de los grupos humanos prehistóricos
desde hace más de 40.000 años. Cada caso es una expre-
sión singular, única en sí misma, surgida de las necesida-
des sociales, económicas, culturales o simbólicas de los
hombres condicionados por el medio en el que desarrolla-
ron su actividad. Pero esta diversidad encierra al mismo
tiempo una uniformidad de criterios en cuanto al estilo, las
técnicas de ejecución o la tipología figurativa que ha per-
mitido clasificar todo este conjunto de enclaves con arte
rupestre en cuatro grandes grupos:
a.- Arte rupestre paleolítico, que agrupa todas las ma-
nifestaciones pintadas o grabadas en cueva o al aire libre
realizadas por grupos de cazadores recolectores a lo largo
de las diferentes etapas o periodos en los que se estructura
el cuadro cronocultural del Paleolítico Superior.
b.- Arte rupestre levantino, se trata de motivos funda-
mentalmente pintados y excepcionalmente grabados, re-
presentados casi exclusivamente en abrigos y superficies
Figura 1 · Vista aérea del Parque Arqueolóxico da Arte Rupestre (Campo Lameiro, Pontevedra). Foto: PAARFigura 2 · Petroglifo de la Laxe dos Carballos en el que destaca el gran ciervo macho lanceado. Foto: Xoán Piñón
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rocosas al aire libre. Constituyen la forma de expresión
simbólica de los grupos humanos de la primera mitad del
Holoceno cuya base subsistencial sigue siendo funda-
mentalmente cazadora recolectora.
c.- Arte rupestre esquemático, reúne todos aquellos en-
claves pintados o grabados, en cueva y fundamentalmente
al aire libre, tanto en abrigos, como sobre una amplia va-
riedad y tipología de soportes rocosos en diferentes con-
textos geográficos, que en su conjunto son un reflejo de
las formas de vida y la mentalidad de las primeras socie-
dades de la Prehistoria Reciente peninsular con econo-
mía productora. Un ciclo artístico abierto, que desde su
surgimiento en el Neolítico, se enriquece progresivamente
con los aportes técnicos, estilísticos y tipológicos que va
recibiendo durante su vigencia temporal a lo largo de las
Edades del Cobre y el Bronce.
d.- Arte rupestre de la Edad del Hierro, un ciclo artístico
con personalidad propia claramente individualizado
del anterior que aglutina manifestaciones pintadas y
sobre todo grabadas, fundamentalmente al aire libre
y excepcionalmente en contextos cavernarios sin
incidencia de luz natural, que globalmente constituyen el
sistema de expresión de las sociedades proto-estatales
que se distribuyen por la Península Ibérica a lo largo del
último milenio antes de nuestra era.
De todos ellos, únicamente enclaves incluidos en los dos
primeros ciclos artísticos han sido incluidos por la UNESCO
en la Lista del Patrimonio Mundial. El arte Paleolitico de la
Cornisa Cantábrica, el Valle del Côa y su ampliación a Siega
Verde y el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo integrado en
las Comunidades Autónomas de Andalucía, Aragón, Castilla
La Mancha, Cataluña, Murcia y Valencia.
En este orden de cosas, fruto de la colaboración técni-
ca entre las Comunidades Autónomas de Galicia y Extre-
madura, junto con la Secretaría de Estado de Cultura de
Portugal a través del Instituto Terra y Memoria, se está tra-
bajando de manera conjunta para impulsar la candidatura
“Paisajes Simbólicos del Occidente Peninsular. El arte es-
quemático como unidad cultural”, que pretende conseguir
el reconocimiento de la Unesco para este gran ciclo de
arte rupestre, que si bien se reparte por toda la penínsu-
la ibérica, es en el occidente peninsular donde encuentra
sus manifestaciones más singulares, una mayor diversi-
dad técnica y una innegable riqueza de estilos y soportes.
Todo ello contextualizado en espacios naturales de gran
valor ecológico que otorgan a esta candidatura el doble
Figura 3 · Vista general del Centro de Interpretación y Documentación del Arte Rupestre, configurado como puerta de acceso al Parque Arqueológico. Foto: Héctor Santos-Díez
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Figura 4 · Vista general de un sector de la exposición estable del Parque Arqueológico del Arte Rupestre. Foto: Héctor Santos-DíezFigura 5 · Abrigo del Castillo. Parque Nacional de Monfragüe (Torrejón el Rubio, Cáceres). Panel 8. Foto: Hipólito Collado Giraldo
valor de combinar un patrimonio arqueológico excepcio-
nal con entornos naturales de excepcional y reconocido
valor ecológico y ambiental.
2. UNA CANDIDATURA APEGADA AL TERRITORIO
Desde el primer momento todos los organismos impli-
cados en este proyecto hemos procurado superar el mero
reduccionismo de considerar única y exclusivamente el ca-
rácter intrínseco de la representación pintada o grabada, aun
reconociendo su valor excepcional como manifestación del
pensamiento y la ideología de los grupos humanos entre el
Neolítico y la Edad del Bronce. Esta candidatura fluye desde
el territorio y son éste territorio y el hecho cultural que ha con-
vivido con él, interaccionando y potenciando mutuamente
valores históricos, culturales, antropológicos y naturales, los
verdaderos protagonistas de una candidatura que creemos
firmemente que reúne los elementos necesarios para hacer
de ella una clara aspirante a obtener el reconocimiento como
Patrimonio de toda la Humanidad. Si bien el territorio es el es-
cenario de todo tipo de manifestaciones de arte rupestre, es
con la Neolitización y la progresiva sedentarización cuando
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los territorios se vuelven más restrictos a distintos grupos
culturales. Por esta razón, la variabilidad espacial sincrónica
intrínseca de este arte es más significativa que en períodos
anteriores, sin todavía perder rasgos comunes que nos per-
miten reconocer, también, su unidad.
En ella el paisaje es su eje director, entendido como un
paisaje modificado culturalmente donde el arte rupestre es-
quemático, en todas sus versiones, es el protagonista princi-
pal y donde las grandes cuencas fluviales actúan como ejes
vertebradores que unen de Este a Oeste y de Norte a Sur
los territorios y sus gentes, estrechando lazos no solo desde
el punto de vista patrimonial, sino fundamentalmente desde
una óptica social para hacernos eco de las inquietudes de
los habitantes que viven en él, cuya milenaria actuación so-
bre el medio ha configurado paisajes culturales de valor ex-
cepcional, que documentan un modo de vida armonioso con
la naturaleza que se ha preservado con integridad y autenti-
cidad hasta el presente y hacia los cuales esta candidatura
deberá dirigirse con el ánimo de incrementar su base social y
buscar su imprescindible implicación, a la que deberá seguir
la clara adhesión del mundo académico y la del resto de la
sociedad civil.
Todo ello canalizado por los diferentes departamentos de
Cultura con competencias en la gestión de este excepcional
Patrimonio Cultural, además del lógico apoyo de los depar-
tamentos gestores del Patrimonio Natural y de instituciones
locales, comarcales y provinciales de los territorios implica-
dos en esta candidatura.
3. UN PROYECTO ABIERTO, UNOS ESPACIOS CON-CRETOS Y UNA GESTIÓN CLARA
Es evidente que el occidente peninsular engloba un ele-
vado número de enclaves con arte rupestre esquemático,
como también es obvio que, si bien son tres los organis-
mos institucionales inicialmente impulsores de la candida-
tura (Portugal, Galicia y Extremadura), ésta queda abierta
a otras comunidades y entidades de cualquier ámbito que
vinculadas claramente a las grandes cuencas fluviales
del occidente peninsular que articulan territorialmente la
candidatura, gestionan excepcionales conjuntos de arte
rupestre esquemático integrados en paisajes culturales de
gran valor ambiental.
Por tanto no se busca una declaración generalizada de
enclaves con arte rupestre esquemático, sino seleccionar
conjuntos excepcionales por calidad (técnica, estilística e
iconográfica) y conservación, dotados en mayor o menor
grado de instrumentos legales de protección e infraestruc-
turas destinadas a su gestión eficiente y enmarcados en es-
pacios naturales protegidos de indudable valor paisajístico
y medioambiental que lógicamente también cuentan con
elementos vinculados con su gestión como pueden ser los
denominados PRUG (Planes Reguladores de Uso y Gestión)
en España o los PDR (Planes de Desarrollo Regional) en Por-
tugal. Todo ello con el objetivo de aprovechar las sinergias
que pueden y deben derivarse de su interacción en favor
de los requerimientos que a los efectos de protección legal,
Figura 7 · Abrigo Juanita (Sierra del Conde, Oliva de Mérida, Badajoz). Foto: Hipólito Collado Giraldo
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conservación y difusión, deben derivarse de la consecución
de la propia declaración como Patrimonio de la Humanidad.
Con estas premisas de partida los conjuntos de arte ru-
pestre que hasta el momento han sido incluidos en la candi-
datura son los siguientes:
1.- Parque Arqueológico del Arte Rupestre de Campo La-
meiro y petroglifos del valle medio del río Lérez.
Se trata del conjunto de grabados rupestres prehistóri-
cos al aire libre más importante de Galicia. Incluye repre-
sentaciones de carácter eminentemente simbólico (círculos
concéntricos, cazoletas, espirales, laberintos…) a las que
se une un nutrido grupo de figuras de ídolos, animales y ar-
mas que, en ocasiones, componen escenas de caza, monta
y exhibición de armas.
Desde el punto de vista de la gestión legal y administra-
tiva está declarado Bien de Interés Cultural con categoría
de Parque Arqueológico. Cuenta con un excelente Centro
de Interpretación de referencia para el arte rupestre de esta
comunidad autónoma desde el que se organizan itinerarios
de visita a los enclaves rupestres y actividades didácticas,
además de fomentar la investigación y documentación de los
petroglifos de Galicia.
2.- Parque Nacional de Monfragüe y Geoparque de
las Villuercas.
Constituyen uno de los principales conjuntos de abrigos
pintados de arte rupestre esquemático de Extremadura con
más de dos centenares de lugares con manifestaciones ru-
pestres, todos ellos integrados en un excepcional paisaje
en excelente estado de conservación, reflejo del ambiente
ocupado por las comunidades humanas que realizaron estas
grafías aprovechando el cobijo proporcionado por los impre-
sionantes roquedos que recorren el espacio natural.
La gestión y protección de estos espacios naturales se
encuentra compartida entre organismos de carácter Na-
cional y Autonómico quedando englobados bajo la figura
de Parque Nacional y Geoparque, en ambos casos con el
reconocimiento integral de Reserva Mundial de la Biosfera.
Los enclaves rupestre principales cuentan con la declara-
ción específica de Bien de Interés Cultural y la difusión y
recepción de visitantes queda perfectamente articulada
mediante una red de Centros de Interpretación que ofrecen
información y facilitan las visitas a los enclaves rupestres,
además de realizar actividades didácticas y encargarse de
su mantenimiento y limpieza.
3.- Parque Internacional del Tajo/Tejo
Se trata de una de las más importantes agrupaciones
de arte esquemático pintado y grabado, acompañada
de una no menos notable presencia de arquitecturas
megalíticas claramente vinculadas con el fenómeno
esquemático. Distintos conjuntos de grabados en los
grandes meandros del Tajo son acompañados por pin-
turas sobre los roquedos cuarcíticos entre los que se
encaja en rio. Si bien los círculos y espirales dominan
Figura 8 · Cancho de las Palomas (Arroyo de San Serván, Badajoz). Foto: Hipólito Collado Giraldo
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estos conjuntos (iconográficamente similares a los de
Galicia), se registran también muchas representaciones
de zoomorfos y antropomorfos (iconográficamente dis-
tintos pero gramaticalmente vecinos a los de la cuenca
del Guadiana), y se puede reconocer una secuencia
cronológica muy amplia.
Su gestión y protección se articula mediante la nove-
dosa figura del Parque Natural Internacional en el que
aglutinan esfuerzos organismos de España y Portugal.
Cuenta con redes de vigilancia integral y sus principales
enclaves rupestres cuentan con el máximo grado de pro-
tección legal bajo la declaración como Bienes de Interés
Cultural. Al igual que en los anteriores espacios, una se-
rie de centros de interpretación, espacios museográficos
y dotaciones e infraestructura garantizan la visita y con-
servación de los enclaves rupestres.
4.- Museo de Arte Pré Histórico e do Sagrado do Vale do
Tejo y conjunto de grabados del Tejo/Tajo.
Centrado en los grabados y pinturas de la cuenca del
Tajo gestionados desde fuera del Parque Internacional,
e incluye une de los complejos territoriales más clara-
mente estructurados en la cuenca del Tejo/Tajo y sus
principales afluentes, involucrando grabados (rio Ocre-
za), pinturas (sierra cuarcítica), megalitos y hábitats
(poblado de Zimbreira).
Reúne un importantísimo conjunto figurativo con pre-
sencia de animales, representaciones humanas y un
amplio grupo de ideogramas simbólicos con destacado
protagonismo de círculos, trazos ondulados y represen-
taciones solares.
Su gestión, bajo la figura de Parque Arqueológico, se
articula a través de una institución museográfica de refe-
rencia en Portugal como es el Museo de Arte Pré-Históri-
co e do Sagrado do Vale do Tejo, ubicado en la localidad
de Maçâo que junto al Instituto Terra e Memória son los
encargados de la protección, conservación y difusión de
estos enclaves rupestres, actuando además como impor-
tantes centros de investigación y formación de nuevos
especialistas mediante el desarrollo de programas uni-
versitarios de carácter internacional vinculados con el
arte rupestre peninsular.
Figura 9 · Grabado de antropomorfo cargando un cérvido con astas en forma de sol. (S. Simão. Tajo Internacional, Portugal)
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4. JUSTIFICACIÓN DEL VALOR UNIVERSAL DE UNA CANDIDATURA NECESARIA
El arte rupestre es, posiblemente, el resto más eviden-
te que el hombre prehistórico nos legó como testimonio
de sus creencias y pensamiento. Aunque las formas
gráficas más antiguas pueden remontarse hasta más
de 200.000 años (abrigos de Bhimbetka, India), el Arte
Rupestre Esquemático es una de sus expresiones más
peculiares, que se enmarca en los momentos finales
del proceso (entre a los 6000 y los 1500 años antes de
nuestra Era), como producto cultural de sociedades de
economía productora en íntima relación con el entorno
natural que les rodea y del que obtienen sus medios
básicos de subsistencia.
Se trata de manifestaciones gráficas con innegables
valores estéticos y artísticos a los que se debe sumar,
como ya advertíamos, su carácter diagnóstico para
aproximarnos al universo simbólico y espiritual propio
de las primeras sociedades complejas de la Prehistoria
Reciente (Neolítico, Edad del Cobre y Edad del Bron-
ce) del occidente europeo. La emergencia de estas for-
maciones sociales provocará profundos cambios en la
esfera material –nuevas estrategias de ocupación del
territorio, asentamientos de mayores dimensiones, en al-
gunos casos fortificados, intensificación de las técnicas
de producción de alimentos, e innovaciones técnicas,
como la aparición de armamento e instrumental metá-
lico- y en la esfera simbólica y espiritual –introducción
de nuevos tipos de enterramiento y de los rituales aso-
ciados, importancia de la figura social del guerrero y de
los aspectos bélicos, o circulación de productos ideo-
técnicos, como los ídolos-. En sociedades prehistóricas
que viven cambios profundos en su modo de vida, a
consecuencia de muy importantes cambios climáticos
y ambientales, no hay como no reconocer en este arte
formas de comunicar conocimientos, cuyo contenido
se queda perdido para nosotros, pero que resultaría
fundamental transmitir sin olvidos a través distintas
generaciones, cuando todavía toda memoria organiza-
da era aún oral. En este sentido, este arte representa
también los inicios de una forma de escrita pictográfica.
El arte rupestre esquemático es una obra maestra y
singular del genio creativo humano, un hito que repre-
senta ideas, conceptos y creencias novedosas que su-
pusieron un cambio radical en relación con las formas
gráficas propias de épocas precedentes. En este senti-
do, el arte rupestre esquemático tiene un valor universal
y constituye un testimonio excepcional de un importante
episodio de la historia de la civilización, la decisión de
empezar a producir recursos alimentarios, y más tarde,
el surgimiento de las sociedades complejas de la Pre-
historia reciente. Como el resto de las manifestaciones
rupestres se trata de un patrimonio frágil y vulnerable,
del que solo podemos apreciar hoy día una mínima parte
de su esplendor original, y que merece todas las accio-
nes que organizaciones tanto públicas como privadas
puedan adoptar para garantizar su conservación futura.
En este sentido y consciente de la importancia de este
tipo de patrimonio rupestre, la propia legislación nacional
(Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español) otorga a los
lugares con arte rupestre el máximo grado de protección
que permite la ley al considerarlos en su totalidad Bienes
de Interés Cultural, tal y como lo enuncia claramente en su
artículo 40.2: “Quedan declarados Bienes de Interés Cultu-
ral por ministerio de esta Ley las cuevas, abrigos y lugares
que contengan manifestaciones de arte rupestre”. De igual
modo en el marco de la Ley sobre elementos del Patrimonio
Cultural en Portugal, una gran parte de los conjuntos rupes-
tres fueron protegidos como Inmuebles de Interés Público.
Figura 10 · Grabados de figuras antropomorfas. (Rio Ocreza, Portugal)
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Los enclaves incluidos en la propuesta –preservados
en un buen estado de conservación y en paisajes cul-
turales de gran valor ambiental-, así como su caracte-
rístico repertorio iconográfico, ejecutado con diferentes
técnicas y estilos, convierten al arte rupestre esquemáti-
co del occidente de la península Ibérica en una muestra
extraordinaria de la creatividad humana, que se valori-
za aún más al quedar integrado de forma habitual en
paisajes naturales excelentemente conservados y de
gran valor ecológico, como son los grandes corredores
fluviales de la fachada atlántica donde se concentran
una buena parte de los mejores espacios naturales pro-
tegidos de la Península Ibérica (El Parque Nacional de
Monfragüe, el Parque Natural Internacional del Tajo,
el Parque Natural de los Arribes del Duero, etc.). Esta
íntima relación entre arte esquemático y naturaleza se
imbrica como uno de los puntos de interés de esta de-
claración coincidente con las propias declaraciones de
la UNESCO expresadas en el año 1972 en su Conven-
ción sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural
y Natural que incide en la necesidad de trasmitir este
patrimonio a las generaciones futuras simultaneando la
protección del Patrimonio Natural y Cultural concepto
actualmente fortalecido con el desarrollo del concepto
de Paisaje Cultural.
Se solicita por tanto el reconocimiento como Patrimo-
nio de la Humanidad para una de las muestras más ex-
traordinarias de la creatividad humana, integrada en lu-
gares extraordinarios para conocer las formas gráficas
asociadas a los denominadas sociedades complejas de
la Prehistoria Reciente en el continente europeo en una
propuesta entendida como un hecho indivisible entre
naturaleza y cultura en la que se localizan estos retazos
de la memoria de los grupos humanos desde el Neolíti-
co englobados bajo una serie de directrices de los or-
ganismos gestores que se articulan para su gestión in-
tegral tendente a superar los compartimentos estancos
regionales o nacionales para proporcionar una óptica
global e integradora del todo el territorio occidental de
la Península Ibérica tomando el arte rupestre esquemá-
tico y los elementos con él vinculados como auténtico
eje vertebrador.
Atendiendo a lo anteriormente expuesto considera-
mos que la candidatura “Paisajes Simbólicos del Occi-
dente Peninsular. El arte esquemático como unidad cul-
tural”, puede y debe ser una clara opción transnacional
para su inclusión en la Lista Indicativa del Patrimonio
Mundial bajo la óptica de los siguientes criterios:
1. Representa una obra maestra del genio creati-
vo humano: el arte rupestre esquemático es el
reflejo del pensamiento simbólico propio de las
sociedades complejas del Neolítico Final y de las
Edades del Cobre y del Bronce en el occidente
europeo, y constituye la representación gráfica
de las ideas, creencias y expresiones culturales
de los primeros campesinos, metalúrgicos y gue-
rreros del occidente de la Península Ibérica.
Figura 11 · Abrigo con pinturas rupestres esquemáticas de Pego da Rainha. (Zimbreira, Portugal)
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2. Aporta un testimonio excepcional y único de una
tradición cultural o de una civilización viva o des-
aparecida: el arte rupestre esquemático es un
testimonio excepcional de formas de vida des-
aparecidas, pues a través de sus representacio-
nes podemos acceder a formas de vida social
pretéritas y en particular a la transición hacia
sociedades basadas en el prestigio social y en
el poder individual, y que se evidencian en la
presencia de escenas de caza, de equitación, de
exhibición de armas y de objetos vinculados con
el mundo espiritual y con el ámbito de la muerte.
3. Es un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio,
conjunto arquitectónico o tecnológico, o de un paisa-
je que ilustra una etapa significativa en la historia hu-
mana: los marcadores gráficos esquemáticos tienen
un evidente carácter territorial y son un elemento fun-
damental en la estrategia de apropiación del territo-
rio, definido un nuevo paisaje, antrópico Las diferen-
tes manifestaciones de arte rupestre esquemático,
grabadas o pintadas, al aire libre o en interior de abri-
gos y covachas constituyen la parte más conspicua
de los paisajes culturales desde Neolítico hasta las
Edades del Cobre y del Bronce en los que también
están presentes espacios domésticos, rituales y fune-
rarios que se van acumulando durante varios milenios
a través de episodios puntuales de uso, abandono y
reocupación de esos espacios a lo largo del tiempo.
Figura 12 · Círculos concéntricos grabados con técnica de piqueteado (Rio Ocreza, Portugal)