H. Basilio Rueda Guzmán,

“El Espíritu del Instituto”,

Circular del 25 de diciembre de 1975

Serie meditativa 07

cepam

H. Basilio Rueda Guzmán,

“El Espíritu del Instituto”,

Circular del 25 de diciembre de 1975

Serie meditativa 07

cepam

“Vemos, pues, cómo San Pablo (y lo mismo San Juan) acude a buscar directamente la humildad a la fuente más abundosa: la Pasión de Jesucristo. Va

en derechura al fondo, sin quedarse en lo episódico. Episódicos son ciertos encuentros de la

vida de Cristo. Abundan en ella los hechos aislados que hubieran podido ocurrir de otra manera, pero la parte substancial reside en

anonadamiento de la Encarnación. San Pablo toma como punto de partida la riqueza inicial: Cristo es igual a Dios, pero no conserva esa riqueza; realiza

un acto de amor, se desprende, se reviste de cuanto hay en el hombre, excepto del pecado.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 228)

“Vemos, pues, cómo San Pablo (y lo mismo San Juan) acude a buscar directamente la humildad a la fuente más abundosa: la Pasión de Jesucristo. Va

en derechura al fondo, sin quedarse en lo episódico. Episódicos son ciertos encuentros de la

vida de Cristo. Abundan en ella los hechos aislados que hubieran podido ocurrir de otra manera, pero la parte substancial reside en

anonadamiento de la Encarnación. San Pablo toma como punto de partida la riqueza inicial: Cristo es igual a Dios, pero no conserva esa riqueza; realiza

un acto de amor, se desprende, se reviste de cuanto hay en el hombre, excepto del pecado.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 228)

“Se da el caso de religiosos que, después de muchos años de misioneros en países del Tercer

Mundo, no han hecho todavía un auténtico esfuerzo de encarnación y siguen viviendo con el

espíritu puesto en su país natal. Les ha faltado coraje para superar esa prueba, la más dura tal

vez de las que pide la humildad, aunque también la más importante. A su lado, casi ni parece

humildad el ponerse de rodillas — como tradicionalmente se practicaba —durante el breve

tiempo de un ejercicio de piedad hecho en común, para expiar las irregularidades de bulto

cometidas a lo largo del año.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 229)

“Se da el caso de religiosos que, después de muchos años de misioneros en países del Tercer

Mundo, no han hecho todavía un auténtico esfuerzo de encarnación y siguen viviendo con el

espíritu puesto en su país natal. Les ha faltado coraje para superar esa prueba, la más dura tal

vez de las que pide la humildad, aunque también la más importante. A su lado, casi ni parece

humildad el ponerse de rodillas — como tradicionalmente se practicaba —durante el breve

tiempo de un ejercicio de piedad hecho en común, para expiar las irregularidades de bulto

cometidas a lo largo del año.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 229)

“Me preguntaba también a mí mismo si no habría de medio alguna oculta sabiduría. Poco

a poco he ido comprendiendo que lo que pretendía Jesús era, más que nada,

ofrecernos en forma de parábola una síntesis magistral de algunas leyes que aunque

desconcertantes, se repiten en sico-sociología. En efecto, la humildad no es

únicamente consecuencia de un descubrimiento personal del hombre. Este

hombre descubre también que su historia es la historia colectiva de los pecadores.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 232)

“Me preguntaba también a mí mismo si no habría de medio alguna oculta sabiduría. Poco

a poco he ido comprendiendo que lo que pretendía Jesús era, más que nada,

ofrecernos en forma de parábola una síntesis magistral de algunas leyes que aunque

desconcertantes, se repiten en sico-sociología. En efecto, la humildad no es

únicamente consecuencia de un descubrimiento personal del hombre. Este

hombre descubre también que su historia es la historia colectiva de los pecadores.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 232)

“De una de estas dos maneras suele introducirse el individuo en un grupo social: o llevando

un esquema de preponderancia, o llevando un esquema de

disponibilidad.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 233)

“De una de estas dos maneras suele introducirse el individuo en un grupo social: o llevando

un esquema de preponderancia, o llevando un esquema de

disponibilidad.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 233)

“Muy distinto sería entrar en un grupo llevando consigo un esquema de

fraternidad o de colaboración: «Poco se me da ocupar el primero o el último

puesto; recibiré con espíritu de fraternidad y de comunión lo que el grupo quiera darme”. Estemos ciertos de que el

grupo sabrá valorar, ya de entrada, semejante disposición, y seguirá

valorando al individuo en la medida en que se le vea dispuesto a dar y a recibir.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 234)

“Muy distinto sería entrar en un grupo llevando consigo un esquema de

fraternidad o de colaboración: «Poco se me da ocupar el primero o el último

puesto; recibiré con espíritu de fraternidad y de comunión lo que el grupo quiera darme”. Estemos ciertos de que el

grupo sabrá valorar, ya de entrada, semejante disposición, y seguirá

valorando al individuo en la medida en que se le vea dispuesto a dar y a recibir.”

(H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 234)

Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu.

Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo

lleves a la vida

Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu.

Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo

lleves a la vida