Gustav Mahler y Su Quinta Sinfonía

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Gustav Mahler y su Quinta Sinfonía. Compositor, Director de Orquesta. Nacido en Bohemia, lo que es actualmente República Checa, el 7 de julio de 1860. Sus composiciones están consideradas entre las más importantes del posromanticismo. Para Mahler, el trabajo como Director de la Ópera de Viena era muy agotador. Por eso, todos los veranos, salía agotado en compañía de su querida esposa Alma hacia las montañas del sur de Austria, en Maiernigg. Estando allí, entre paseos por esos paisajes que el adoraba, Mahler compone, apasionadamente, aislado. La música de Mahler se podría denominar autobiográfica, porque hay una proyección del individuo, del momento en el que se encuentra en su vida que él introduce en su obra. Esto es evidente en la composición de su sinfonía número 5. Fue empezada en el año 1901, después de una grave enfermedad. En febrero estuvo a punto de morir de una grave hemorragia intestinal. ¿Qué refleja Mahler en su sinfonía? Refleja el triunfo de la vida sobre la muerte. En 1902 Mahler termina su quinta sinfonía, y esto deja una huella importante porque marca el inicio de una trilogía de sinfonías donde ya él no utiliza el canto, la voz humana; estamos hablando aquí de sus sinfonías Quinta, Sexta y Séptima. Los cinco movimientos de la Quinta Sinfonía pasan de la completa oscuridad (la marcha fúnebre del comienzo) a un momento de gran luminosidad (un rondó aparentemente victorioso). La sinfonía está estructurada en tres grandes partes: los movimientos primero y segundo, el tercero y los dos últimos. La obra rebosa un estado de ánimo especial. De todas sus sinfonías es probablemente la que aglutina de manera más evidente las obsesiones mahlerianas: la muerte, el amor, la exaltación de la naturaleza, los paisajes campestres, la música popular…Se dice que es la más optimista de todo su ciclo sinfónico. La muerte está presente al inicio, pero después el amor y la vida cobran una singular importancia.

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Mahler, 5th, symphony, classical music

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Gustav Mahler y su Quinta Sinfonía.

Compositor, Director de Orquesta. Nacido en Bohemia, lo que es actualmente República Checa, el 7 de julio de 1860. Sus composiciones están consideradas entre las más importantes del posromanticismo.

Para Mahler, el trabajo como Director de la Ópera de Viena era muy agotador. Por eso, todos los veranos, salía agotado en compañía de su querida esposa Alma hacia las montañas del sur de Austria, en Maiernigg. Estando allí, entre paseos por esos paisajes que el adoraba, Mahler compone, apasionadamente, aislado.

La música de Mahler se podría denominar autobiográfica, porque hay una proyección del individuo, del momento en el que se encuentra en su vida que él introduce en su obra. Esto es evidente en la composición de su sinfonía número 5. Fue empezada en el año 1901, después de una grave enfermedad. En febrero estuvo a punto de morir de una grave hemorragia intestinal. ¿Qué refleja Mahler en su sinfonía? Refleja el triunfo de la vida sobre la muerte.

En 1902 Mahler termina su quinta sinfonía, y esto deja una huella importante porque marca el inicio de una trilogía de sinfonías donde ya él no utiliza el canto, la voz humana; estamos hablando aquí de sus sinfonías Quinta, Sexta y Séptima.

Los cinco movimientos de la Quinta Sinfonía pasan de la completa oscuridad (la marcha fúnebre del comienzo) a un momento de gran luminosidad (un rondó aparentemente victorioso).

La sinfonía está estructurada en tres grandes partes: los movimientos primero y segundo, el tercero y los dos últimos.

La obra rebosa un estado de ánimo especial. De todas sus sinfonías es probablemente la que aglutina de manera más evidente las obsesiones mahlerianas: la muerte, el amor, la exaltación de la naturaleza, los paisajes campestres, la música popular…Se dice que es la más optimista de todo su ciclo sinfónico. La muerte está presente al inicio, pero después el amor y la vida cobran una singular importancia.

En esta ocasión interpretaremos el cuarto movimiento, el célebre Adagietto para cuerdas y dos arpas. Un regalo de Mahlar para su esposa Alma como declaración de amor, que desde un principio no tenía planeado incluirlo en su sinfonía.