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Por Aurora Fornos y Rafel Llevat

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Mi experiencia MacrobióticaIntroducciónpor Aurora FornosMi vida cambió con la macrobiótica, la descubrí gracias a un amigo que insistió en llevarme a Saint Gaudens, en el sur de Francia, (gràcies Frank Vila) al centro Cuisine et Santé.

Yo tenía contínuos problemas de salud, crónicos: continuas hemorragias uterinas que me provocaban ingresos hospitalarios para practicarme legrados, bronquitis crónica, cistitis crónica (había empezado incluso tratamiento quimioterápico con acido dimetilsulfoxido), micropsoriasis, dolores de espalda y musculares en general, cansancio, falta de energía, anemias, irritabilidad, etc. Después de tres días en Cuisine et Santé empecé a eliminar líquido, a dormir toda la noche de un tirón sin tener que ir al baño, a respirar mejor, se paró una hemorragia uterina que tenía desde hacía más de 6 semanas y  a causa de la cual estaba prevista una histerectomía (operación de

extirpación del útero o matriz) que habían de practicarme al cabo de 4 días.

Ahí ví que algo estaba cambiando en mi organismo y decidí seguir adelante  y me quedé diez días en Cuisine et Santé. Cuando me fui, pesaba 5 kg menos, ya no tenía la hemorragia, mi infección de vejiga había desaparecido, mi piel estaba perfecta, y yo sentía una paz y una felicidad inexplicables.

Para ello ¿qué había hecho?, simplemente comer cereal en un 70% (arroz, trigo sarraceno, mijo) y el resto verdura. Beber lo menos posible (estuve toda la semana sin beber nada más que un poco de té bancha), masticar muy, muy bien y escuchar las conferencias de Réné Levy  y  eso fue todo. Pero mi vida cambió. (Gracias René Lévy).

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A partir de ese momento todo el mundo me preguntaba qué había hecho! Estaba diferente: “estás más delgada” (después llegué a perder 12 kg en total), “más guapa” “más joven” “estás diferente”. Una cosa que me repetían era: BRILLAS. Es cierto, con la macrobiót ica la persona empieza a resplandecer, vas eliminando todo lo tóxico que tu cuerpo tiene acumulado.

Desde entonces (hace poco más de dos años, enero 2008) no han cesado de preguntarme y repreguntarme, qué has hecho, cómo lo has hecho, qué es la macrobiótica, cómo puedo hacerlo, cómo puedo aprenderla. Y yo siempre hacía lo mismo, recomendar acudir a Cuisine et Santé, para conocer a fondo la macrobiótica, al menos diez días y probar esta dieta. Uno tiene que comprobarla por sí mismo.

No obstante, no todo el mundo puede desplazarse y, en todo caso, la gente quiere empezar desde su casa, quieren empezar ¡ya!

Hace unos pocos meses me llamo mi amigo Rafel Llevat, y me propuso participar en el proyecto de una Web TV con programas mensuales sobre la Macrobiótica para que todas las personas que quieran aprender pudieran empezar de manera fácil y a los que ya practican la “MB”, conocer más recetas, personas, actividades,... y crear una red

social para conocernos y difundir este arte para la vida.

Y bien, por esto estoy aquí poniendo por escrito una aproximación a la macrobiótica, que permita a la gente, empezar en este camino, que no trae más que buenos resultados. En estas primeras explicaciones se encuentran los conceptos generales, poco a poco podrás ir clickando en cada concepto y encontrar más explicaciones sobre cada punto sobre el que quieras saber más.

En esta primera aproximación encontrarás lo esencial para empezar, y a partir de ahí podrás progresivamente ir probando por tí mismo los efectos e ir estudiando cada vez más. En esta web, www.macrobiotica.tv, progresivamente irás encontrando más y más información de todo tipo que te permitirá saber cada vez más. Y ello a través de los programas mensuales y tambén de los monográficos y especiales.

¡Bienvenido a la Macrobiótica!

La macrobiótica fue fundada como tal por el japonés GEORGES OHSAWA, cuyo nombre original era Yukikazu Sakurazawa, quien creció en el seno de una familia muy pobre, en la cual murieron varios miembros de diversas enfermedades y él, que se hallaba también enfermo, se curó a sí mismo por

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IzquierdaImagen de Réné Lévy durante una entrevista en Abril de 2010.Foto: Rafel Llevat

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“Estas enseñanzas milenarias son de plena aplicación en la actualidad; millones de personas practican la macrobiótica con resultados excelentes para la salud física y psíquica”

medio de la alimentación recogiendo las enseñanzas ancestrales del Extremo Oriente, basadas en la polaridad del yin y el yang.

Pasó su vida estudiando estos principios y la relación en los alimentos de la polaridad entre yin y yang, vino a Europa y extendió sus enseñanzas por todo el mundo, instalándose en París y llegando incluso a estar en Africa, con el Dr Albert Schweitzer, probando el propio OHSAWA con toda clase de enfermedades, e incluso las que se provocaba a sí mismo para poder profundizar en este estudio.

Estas enseñanzas milenarias son de plena aplicación en la actualidad; millones de personas practican la macrobiótica con resultados excelentes para la salud física y psíquica.

Desde nuestro enfoque occidental a veces nos puede parecer extraño o difícil de comprender el yin y el yang pero en definitiva es algo que poco a poco podemos ver como algo clarísimo y que se manifiesta por todas partes, en la naturaleza, en el universo.

Yin o Yang

Los alimentos son yin o yang dependiendo de una serie de factores: si crecen hacia abajo o hacia arriba, su color, su sabor, etc pero muchas personas preguntan y esto qué lógica tiene? Para el pensamiento occidental la única lógica que, al principio, se puede explicar es que en la composición química de los alimentos hay sodio o potasio, que su ph puede ser más alcalino o más ácido y que incluso la medicina convencional ha tenido que acabar admitiendo que todo lo que tiene ph ácido es dañino para nuestro cuerpo. El cuerpo tiene una serie de constantes, temperatura, ph acidez-alcalinidad, etc y actualmente comemos de una manera que no permitimos al cuerpo mantener dichas constantes si no es a través de una gran y contínuo esfuerzo. Este esfuerzo contínuo proviene de la energía que el cuerpo tiene que gastar para poder digerir y asimilar los alimentos pesados e inadecuados que le suministramos. Esta energía el cuerpo la tiene a nuestra disposición para poder dedicarla a realizar nuestra vida, nuestros objetivos, pero en lugar de ello, damos trabajo al cuerpo en digerir y asimilar alimentos que no le aportan energía sino todo lo contrario.Por tanto, si el cuerpo recibe la alimentación que le corresponde, inmediatamente vemos y notamos un

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cambio espectacular, porque nuestra energía queda a nuestra disposición para ejecutar nuestros objetivos. Así cuando nos pegamos una gran comilona después estamos cansados y somnolientos. Pero el problema no es que un día nos demos un capricho, el problema es que en nuestra sociedad actual de forma REPETIDA ingerimos alimentos que no nos nutren ni nos dan energía sino todo lo contrario.

Como consecuencia de ello el cuerpo empieza a fatigarse y después de mucho tiempo de fatiga empieza a avisarnos con sus alarmas (resfriados, dolores de cabeza, dolores musculares, malestar, eczemas, etc.). Si seguimos sin oír estas alarmas llega un momento que el cuerpo enferma; primero pueden ser enfermedades que aceptaríamos como leves (aunque cualquier malestar es signo que no estamos ya en equilibrio y habría de ser tenida seriamente en cuenta) y más adelante vienen las enfermedades graves.

Cuando esto ocurre normalmente buscamos un modo de acallar dichas alarmas, de no escuchar los pedidos de auxilio de nuestro cuerpo: cuando nos duele la cabeza, le decimos “cállate” y tomamos un calmante; cuando tenemos resfriados y mucosidades, volvemos a decirle “cállate” al cuerpo y tomamos remedios que nos quiten estos síntomas. Pero la causa sigue ahí y de la causa no queremos saber nada. Buscamos remedios externos para poder seguir llevando un sistema de vida desordenado y desequilibrado. Es decir: bebo mucho alcohol y después cuando tengo resaca tomo calmantes, en lugar de dejar de beber alcohol.

Es como si a un magnífico automóvil le ponemos una gasolina que no corresponde, sucia, con impurezas y sustancias dañinas para los circuitos y para el motor. Cuando el coche empieza a fallar vamos al mecánico y le decimos que nos lo arregle y el mecánico  nos da productos que ponen un parche a lo que hemos provocado, o, cuando la cosa ya es más grave nos cambian las piezas (si tienen recambio porque a veces son piezas que ya no lo tienen). Pero ese mecánico no nos dice: ¿qué ha hecho usted con su coche?, ¿qué gasolina le ha puesto?, ¿que aceite le ha puesto?, ¿que líquido de frenos le ha puesto?, ¿dónde ha dejado su coche que la carrocería también está dañada?. NO, no nos dice eso. O, si tenemos suerte y encontramos un mecánico de verdad competente no dice que hemos puesto combustible equivocado en nuestro coche pero como vivimos en rodeados de personas que hacen lo mismo y ponen el mismo combustible que nosotros, pensamos que no será por eso, y que es normal que los coches se estropeen al cabo de un tiempo. Total, que seguimos así y vamos a trancas y barrancas cuando podríamos funcionar de maravilla si tuviéramos el " CONOCIMIENTO de que es lo que tenemos que ingerir y la VOLUNTAD de hacerlo.

¿Cómo empezar?La macrobiótica es teoría y práctica. Ohsawa dijo que la teoría sin la práctica es inútil y que la práctica sin la teoría puede ser peligrosa. Por eso hay que estudiar bien los principios de los alimentos, su composición, sus efectos en el cuerpo, etc. y probarlo.

Pero todos preguntan, ¿cómo empezar?, todo el mundo quiere correr, por lo que de momento vamos a exponer aquí unas bases muy simples para empezar en la macrobiótica.

El alimento base para el ser humano es el cereal. Y aquí, cuidado porque en esta sociedad actual de consumo alguna gente pregunta si eso son los cereales que toma su hijo en el desayuno. No señor, los cereales esenciales son los siguientes: el arroz, el mijo, el trigo sarraceno, la cebada, avena, trigo, maíz… El cereal ha de ser integral porque así tiene todos los nutrientes necesarios que se hallan en la piel del propio cereal y que con nuestra saliva y digeridos son fuente  de energía y de todos los nutrientes que podemos necesitar.

El ser humano tiene un sistema dentario en el que predominan los molares, para moler, el cereal. En cambio los incisivos y caninos que tenemos son pocos porque la proporción de carne ha de ser esa, poca. Ahora veremos las proporciones.

Además del cereal integral el hombre necesita tomar también el vegetal, la clorofila. Con el vegetal y el cereal fabricamos ya una sangre de calidad. Y nuestra sangre es lo que riega nuestro “terreno” y ese terreno se convierten en nuestras células que dan lugar a nuestros órganos. Si nuestro terreno está ácido en exceso por ejemplo (por tomar azúcar, exceso de proteína animal, etc.) nuestros órganos no pueden formarse debidamente y se degradan y se estropean literalmente.

Después de diez días de comer macrobiótico nuestra sangre ya empieza a ser otra, y en dos meses ya es totalmente otra, de forma que los tejidos, los órganos, nuestro cuerpo va construyéndose totalmente diferente: cambia nuestra piel, nuestro pelo, cambia todo. Para ver que esto es así sólo hay una manera PROBARLO. No hay que creer a nadie. El ser humano ha de ser libre y hacer uso de su libre arbitrio. Si uno prueba la macrobiótica y sigue sus directrices verá enseguida los resultados espectaculares.

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¿Y la proteína?Bien, hemos dicho que hay que comer cereal integral, de forma primordial y también verdura. Y aquí empieza el punto dónde la gente pregunta: ¿y la carne? ¿qué pasa con la carne? ¿las proteínas? Las dichosas proteínas. Y aquí también hay que decir a todos : PROBADLO. Yo antes de la macrobiótica tenía constantes a n e m i a s a c a u s a d e l a s hemorragias y se me decía que debía comer carne roja, hígado, y tomar hierro. Nunca dejé de tener anemia, lo único que hice fue acidificar mi terreno y provocarme inflamaciones de vejiga, dolores musculares, problemas estomacales y de piel, pero la anemia seguía ahí. Desde que como cereal integral y verdura, y poco pescado y casi nada de carne no he tenido más anemia y mis análisis de sangre dan unos niveles perfectos de hematocritos y hemoglobina, pero además todo el resto: hierro, calcio, etc tiene unos niveles estupendos. Esto la gente no lo puede creer pero es así. Al masticar muchas veces hacemos que las sustancias que se hallan en nuestra saliva, ptialina y otros enzimas empiecen a realizar la digestión ya en la boca y ayudamos a nuestro estómago, y el cereal y el vegetal que tomamos ayudan al cuerpo a que él, por sí mismo, fabrique todos los minerales que necesita, sin que sea preciso tomar complementos ni de hierro ni de vitaminas ni nada de nada. De nuevo hay que decir aquí: no lo creáis, PROBADLO y realizaos análisis de sangre, y veréis el resultado por vosotros mismos.

Bien, tenemos que la mayor parte de la dieta se basa en el cereal integral y en el vegetal. Pero dentro del vegetal tenemos que distinguir entre las frutas y las verduras. La macrobiótica es un sistema lógico con nuestra constitución y con la constitución de nuestro entorno. La tierra nos da sus frutos, nos da sus verduras, y en cada época nos da las frutas y verduras que necesitamos. Por ello tenemos que comer las verduras de estación y las frutas de estación. Ahora bien, la fruta en exceso nos causa consecuencias negativas. La fruta es muy yin, enfría el cuerpo, no es lo mismo tomar fruta en verano donde el clima es caliente y necesitamos un cierto frescor, que en invierno donde el cuerpo está luchando para mantener su constante térmica sobre los 37 grados. Por ello la fruta la tomamos en cantidades mínimas y a poder ser cocida (yanguizada, con el fuego que es yang) porque así tendrá menos cantidad de líquido y de frío. Preguntad a las personas que conocéis que tienen asma, normalmente son grandes comedores de fruta,

que les enfría los pulmones. O aquellas personas que conocéis que incluso siendo vegetarianas tiene siempre un aspecto fatigado o incluso hinchado, y dicen: “no lo entiendo si tomo mucha fruta”: claro, la fruta es yin, expansión y el líquido y los azúcares (fructosa) provocan frío en el cuerpo y dilatación.

Ya hemos visto entonces que tenemos como alimento base el cereal integral y la verdura de estación y en esta verdura sólo ocasionalmente incluimos la fruta y a poder ser cocida. Como veremos más adelante las proporciones dependen del grado de salud y bienestar de cada uno.

Y llegamos a la carne y el pescado y a todo lo que es proteína animal. La macrobiótica no es un sistema en que se prohiba comer carne. La macrobiótica no PROHIBE nada simplemente hay que COMPRENDER lo que nos corresponde comer. De vez en cuando puede apetecer, si se tiene buena salud, tomar algo de pescado o incluso de carne. En nuestro tiempo actual la carne está llena de hormonas, antibióticos y sustancias que se les proporcionan a los pobres animales que con su sufrimiento desprenden adrenalina (por el miedo y las condiciones nefastas en que se hallan hacinados para ser matados para ir a parar al plato). En tiempos antiguos el hombre podía cazar un animal salvaje y al menos esa era una carne pura pero desde antiguo el hombre durante miles y miles de años ha comido sobre todo el cereal y el vegetal y ha tenido una salud mejor que hoy en día. Veremos más adelante las proporciones en que incluso comiendo carne o pescado en pequeñas cantidades podemos mantenernos en equilibrio de salud cuerpo-mente.

Y aquí en la proteína animal tenemos la leche y sus derivados (yogures, quesos, natas, etc.). Sobre los

“La teoría sin la práctica es inútil, la práctica sín la teoria es peligrosa”

George Ohsawa

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lácticos se han hecho muchos estudios; sobre el ácido láctico también. Podéis encontrar esos estudios por todas partes. La leche de la madre humana es para el hijo, humano. La leche de la vaca es para su hijo. Cada leche tiene unos componentes apropiados para esa raza de animal. Pero volvamos de nuevo a la experiencia y a la lógica. ¿Tienes resfriados contínuos?,¿mucosidades, también en el oído, otitis?, ¿tienes bronquitis incluso ya crónica? bien, probad de dejar de tomar lácticos durante una temporada, y todo eso desaparecerá.

¿Y el calcio?,¿qué vamos a hacer sin el calcio? Nos entra el miedo de la falta de calcio, de la osteoporosis, etc. Bien, aquí hay que entender muy bien que cada vez que tomamos azúcar provocamos que el cuerpo, para hacer frente y disolver algo tan ácido necesita echar mano del calcio que tenemos en los huesos. Cada vez que tomamos un pastel, una bebida de frutas azucarada, estamos provocando que el cuerpo haga uso de sus reservas de calcio. Y esas reservas de calcio sólo pueden reponerse comiendo el cereal y masticándolo muy bien. Y ahí de nuevo todo consiste en probarlo, y cuando lo probamos vemos que no necesitamos tomar leche para mantener los niveles de calcio, porque el calcio de la leche que tomamos no lo absorbemos.

La sed y el agua¿Y qué sucede si de repente no comemos casi nada de carne ni proteína animal? Que ya no necesitamos beber tanto, dejamos de tener sed. El cuerpo necesita gran cantidad de líquido para poder disolver toda la proteína animal y las toxinas y al tomar esa gran

cantidad de líquido cansamos los riñones, y todo el sistema urinario, y cansamos a nuestro cuerpo que tiene que trabajar para calentar todo ese líquido a la temperatura corporal constante de los 37 grados. Y qué pasa, me diréis con las contínuas consignas que nos dicen: hay que beber dos litros de agua al día? Hay que beber mucho? Desde luego tienen razón, porque si os coméis un filete, os tomáis un pastel de postre y un café, desde luego que vais a tener que beber, vais a tener sed. El cuerpo es sabio y os dice que tiene sed porque tiene que disolver todo eso. Pero probad a comer macrobiótico unos días, y a beber sólo cuando de verdad tengáis sed. Vuestra vida cambiará, no tendréis que estar constantemente yendo al baño a orinar, y menos por la noche en que podréis dormir de un tirón. Las verduras ya tienen un promedio de 70% de agua, el arroz o cualquier cereal que vais a tomar estará cocinado con 2,3,4 partes de agua según el caso. El cuerpo ya tendrá el líquido y no nos pedirá más.

Es aconsejable, si se quiere beber hacerlo lo menos posible, evitar sobre todo beber a partir de media tarde pues el líquido que tomamos por la noche queda estancado en el cuerpo y es mucho más perjudicial. Y en todo caso podemos tomar té de tres años, llamado también té bancha o té kukicha. No tiene teína y nos quita la sed enseguida. Y aquí es donde viene la pregunta: y dónde voy a comprar todo eso? Es mucho más fácil de lo que pensamos, pero de esto hablaremos más adelante. Seguimos ahora exponiendo que alimentos tomamos o no.

Así pues tenemos ya, que comemos sobre todo cereal integral, verduras de estación, bebemos lo menos posible, proteína animal la menos posible. Y aquí hay que pasar ahora a una parte muy importante de la macrobiótica: el miso, el tamari, el gomasio.

El miso es una pasta oscura formada por la fermentación de soja y otros vegetales que tiene unas propiedades increíbles: cuando tomamos miso tenemos siempre un buen equilibrio de minerales y no tenemos las carencias que parece que vamos a tener por haber disminuido o incluso eliminado los productos animales. El miso solemos tomarlo como sopa o caldo, como se verá más adelante, y todos los días.

También comemos algas como gran complemento y aporte de minerales y vitaminas. Existen algas de muchos tipos, ya lo iremos viendo también.

Y aquí hay que hablar también del tamari o shoyu (aunque no son exactamente lo mismo, pero son equivalentes) y del gomasio.

El tamari lo tomamos los que hacemos esta dieta añadiéndolo como si fuera un condimentos a sopas,

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vegetales, cereal, y, al igual que el miso nos proporciona todo lo que necesitamos a nivel de minerales. Es un líquido oscuro y tiene un sabor como si fuera esos condimentos de caldo de carne, un poco salado, pero para nada tiene que ver con la carne.

El gomasio se compone de granos de sésamo machacados y sal y lo aconsejable es hacerlo uno mismo (ya iremos viendo como) pero también se puede comprar hecho. Con gomasio espolvoreamos también los alimentos, y al igual que el miso es algo que parece “mágico” pues lo usamos no sólo como un simple condimento, sino también como un específico, es decir algo que nos sirve de remedio para muchos estados de  malestar, como iremos viendo.

De todo lo anterior, podríamos decir que en la macrobiótica el alimento esencial y primordial es el cereal integral, acompañado en mucha menor proporción por la verdura de estación y a esto hay que añadir que dentro de los cereales y de las verduras, y dentro de los alimentos animales y de la fruta tenemos una gradación de más yin a más yang. Es decir, con una escala puede verse que los alimentos que están en los extremos más yin o más yang, son eso los más extremos y por tanto los menos equilibrados. Lo ideal es mantenerse en la escala de alimentos que se hallan siempre en ese justo medio de equilibrio entre yin y yang. En el centro de la escala tenemos el cereal, en la parte yin los vegetales y en la parte yang lo animal. Pero dentro de cada grupo hay lo más yin y lo más yang. Por que nada es yin o yang por sí mismo sino siempre en relación a otro.

Como veréis en esta escala tenemos como los vegetales más yin por este orden: berenjena, tomate, y patata. Coincide que estos alimentos son los que tienen un ph más ácido. Cuando los eliminamos de vuestra dieta notamos inmediatamente los efectos. Toda esa acidez extrema tiene efectos inmediatos en el organismo. Por ello, algunas personas preguntan, ¿si de lo que se trata es de tomar equilibrio yin y yang y lo más extremo yin son esos tres vegetales y lo más extremo yang es la carne, entonces ¿un filete con patatas es un buen equilibrio yin y yang? En teoría podría pensarse que es así pero, como antes hemos dicho, el alimento que nos corresponde es el cereal por ser el más equilibrado, cuanto más extremos ingerimos más trabajo damos a nuestro cuerpo para metabolizar todo eso, nuestro intestino tendrá que luchar para deshacer todas esas toxinas que hay en la carne y para neutralizar todo ese ácido extremo de la patata. Toda esa energía que podríamos estar utilizando en otras cosas quedará atrapada en esa digestión.

¿Qué más aporta?Cada vez más las personas buscan vías espirituales, nueva conciencia, expansión a nivel que va más allá del material. Pues bien fijaos que los grandes maestros espirituales solían practicar ayuno y meditación o comían de una manera muy, muy simple. Probad a comer una hamburguesa con patatas y después a meditar, o a estudiar o a hacer cualquier otra cosa. En cambio podréis hacerlo perfectamente después de haber tomado un plato de cereal con verdura.

Además de la escala de graduación de alimentos de más yin a más yang donde podemos ver claramente lo que es más equilibrado para comer tenemos también otra escala, es la de las proporciones.

En efecto: la macrobiótica no es UNA dieta sino muchas. Si una persona está bien de salud y de energía comerá de un modo más amplio y se seguirá sintiendo bien, en cambio si una persona se encuentra enferma, débil, deprimida se sentirá mejor después de estar unos días comiendo una dieta más estricta. De nuevo aquí se trata de probar. En macrobiótica se distinguen 10 dietas, desde la número 7 a la número menos 3. La 7 es la más estricta y se suele practicar sólo por el período de tiempo necesario para ir encontrándose mejor y con más energía.

La dieta numero 7 es la que supone comer 100% cereal y las personas que la hacen por una semana o diez días quedan maravillados por sus resultados: pierden peso, eliminan el líquido estancado en el cuerpo, empiezan a ir regularmente al baño regenerando su intestino, duermen mejor, dejan de roncar, y empiezan a desaparecer las molestias que cada uno tuviera, pero sobre todo notamos un gran aumento de energía, una energía increíble porque el cuerpo no tiene que dedicarla a digerir nada que le sea pesado ni inconveniente.

En el otro extremo tenemos la dieta menos 3 que supone comer: un 10% de cereal, un 30% de verdura, un 10% de sopa, un 30% de carne o pescado,  un 15% de ensalada, y un 5% de postre. Si una persona tiene salud normalmente come esta dieta -3 de vez en cuando pero lo ideal es mantenerse en un término medio sobre la dieta numero 3 y según que la persona se encuentra mejor o peor, o tiene que realizar un tipo  u otro de actividad o bien tiene que estar en un habitat u otro, vamos variando de dieta a dieta, dentro de las diez combinaciones posibles. La dieta número 3, en el centro, más equilibrada, implica comer un 60% de cereal, un 30% de verdura y un 10% de sopas.

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Hay mucho que aprender y explicar con todas las combinaciones de alimentos, entre yin y yang, las diversas proporciones según el estado de cada persona, entre la dieta 7 a la menos 3, por ello hay que ir aprendiendo y experimentando. La macrobiótica no se aprende en un día.

Pasos básicos

Sin embargo para empezar lo que podemos hacer es seguir una serie de consejos que facilitan el paso hacia la macrobiótica.

1.-Disminuimos la proporción de carne y productos animales al máximo " aumentando al máximo la cantidad de cereal y de verdura, teniendo en cuenta de que la verdura ha de ser del tiempo y evitando siempre que se pueda las más ácidas y más yin: berenjenas, tomates y patatas. Cocinamos la verdura hervida, al vapor o con muy poco aceite a poder ser de sésamo.

2.-Tomamos poca fruta y cocida y sobre todo sin aditivos químicos y siempre dentro del equilibrio de la escala yin yang.

3.-En lugar de especias fuertes y aditivos químicos usamos el tamari, el gomasio y siempre cada día el miso.

4.-No tomamos azúcar ni dulces ni bebidas azucaradas y tampoco café, en su lugar tenemos el té bancha o kukicha, y aparte como específico el te mu, que ya iremos

viendo así como alguna infusión siempre dentro del equilibrio de la escala yin y yang. Bebemos lo menos posible, porque además ya no tenemos sed por nuestra forma de alimentarnos  y por no tomar ni azúcar, ni tampoco los alimentos que antes hemos dicho, poca proteína animal, ni alcohol, ni lácticos.

5.-Masticamos muy bien los alimentos, se dice que habría que masticar 50 veces cada bocado y cuanto más se mastica más notamos los efectos en el cuerpo y en la salud.

6.-La macrobiótica no es privarse de comer sino que se puede comer tanto como se quiera siempre que sea alimento equilibrado y que se puede preparar de muchas formas que es imposible explicar en una sola vez. Pero pensad que toda la pasta es cereal, que el cereal sea en grano, en pasta, en papilla, etc. puede tener muchas preparaciones incluso para los postres, que hacemos sin azúcar y están riquísimos.

Como consecuencia de esta alimentación nos sentimos enérgicos, tenemos buen apetito, dormimos profundamente, tenemos buena memoria, buen humor y buen ánimo, rapidez en el juicio y la ejecución y finalmente tenemos un buen equilibrio y armonía con el universo y con nosotros mismos.

Aurora Fornos.

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Idea, diseño y realización:

Rafel Llevat / Yeast Group

www.yeastgroup.com

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