Guía Básica Para La Producción Escrita, Ud
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Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 1
GUÍA BÁSICA PARA
LA PRODUCCIÓN ESCRITA
DOCUMENTO DE TRABAJO PREPARADO POR EL PROFESOR
Yury de J. FerrerFranco
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
Bogotá, 2013 (ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN)
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 2
CONTENIDO
Págs.
1. LA COHERENCIA 3
1.1 Definición 3
1.2 Estructura textual (construcción de un texto) 3
2. EL PÁRRAFO 6
2.1 Definición 6
2.2 Clasificación de los párrafos 6
2.3 Las cualidades del párrafo 10
Propiedades del texto escrito (cuadro sinóptico) 11
3. LA COHESIÓN 12
3.1 Definición 12
3.2 Repetición por sustitución 12
3.3 Relaciones conjuntivas (conexión lógica) 13
3.4 Más aún sobre conectores lógicos: “500 conectores Gramaticales” 15
3.5 Sentido y signos de puntuación 22
3.5.1 Uso de los signos de puntuación: generalidades y ejemplos 23
4. LA CONCORDANCIA 27
4.1 Definición 27
4.2 Las categorías gramaticales 27
4.3 Las funciones sintácticas (oración; modificadores; clases de oración) 29
Apuntes importantes sobre el uso del “que” 41
Del “dequeísmo” a la “dequefobia” 42
5. REGLAS BÁSICAS DE ORTOGRAFÍA: EL CASO DEL ACENTO 43
6. EL RESUMEN 51
6.1 Principios generales 51
6.2 Método práctico para resumir 52
7. EL COMENTARIO CRÍTICO 55
7.1 Método práctico para comentar 55
8. LA RESEÑA 57
8.1 Algunos aspectos teóricos acerca de la reseña 57
8.2 Un buen ejemplo. “Lecciones del pasado”, reseña de Efraín Sánchez Cabra 59
8.3 Un mapa útil para estructurar una reseña 64
9. EL ENSAYO, PARA ESCRIBIR. Joaquín Peña Gutiérrez 65
ACERCA DEL ENSAYO. IMPORTANTE, ¡POR VERDADERAMENTE ÚTIL! 67
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA 68
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1. LA COHERENCIA
1.1 Definición
Es la propiedad semántica (significativa) que tiene todo texto; consiste específicamente en
la relación lógica que se da entre las partes y el todo de una manera tal que conforman lo
que se denomina unidad textual. Cada una de las partes del texto debe estar organizada y
unida con las otras de manera coherente, para dar como resultado un texto con sentido.
1.2 La estructura textual (construcción de un texto)
La palabra texto proviene del latín textus que significa tejido. Para la producción de un
texto contamos con ese bien común a todos que es el lenguaje, con el tesoro completo de
las palabras, en el que cada individuo puede encontrar la posibilidad de expresarse en sus
propios términos, escogiendo, combinando, descubriendo sentidos.
Una idea, una experiencia o un sentimiento, son entonces el llamado hilo conductor que
guía la escritura, que lleva a la necesidad de trabajar en un tejido con vida propia, que
permite construir un texto. Para lograr este propósito, el escrito debe tener una forma que le
garantice su capacidad de comunicar un sentido por sí mismo, independiente ya del autor y
del motivo que llevó a producirlo.
Las partes básicas de un texto son: el título, la introducción, el núcleo, la conclusión.
1.2.1 El título
Es el nombre del texto y sirve para identificarlo. Con el mínimo de palabras debe orientar al
lector. Así como no resultaría práctico llamar a alguien con cinco nombres, igual ocurre con
un título: entre más breve, más eficaz. Aunque sean muy pocas palabras, ojalá una, asignar
un título forma también parte del trabajo de escritura.
Puede ser aconsejable escogerlo una vez esté hecho el texto, es decir, derivarlo de él. En
otras ocasiones, en el proceso de escritura puede ser que lo primero que se ocurra sea el
título, del que parece desprenderse naturalmente el resto. No hay regla fija a seguir, cada
texto dará su propia pauta. Un título podrá entonces ser provisional o definitivo. Una vez
puesto el punto final, se decidirá.
1.2.2 La introducción
Se presenta el tema, el interés que guiará las líneas siguientes, en forma tal que pueda
despertar la atención de un virtual lector. Quien escribe, aquí anuncia que tiene algo que
decir; quien lee, se dispone entonces a escuchar. No se trata, por lo tanto, de repetir frases
generales con ideas consabidas, que no necesitan ser escritas, ni detienen a ningún lector.
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No debe tener el efecto de un saludo protocolario, ni menos ser una frase en el estilo de
respuesta que satisfaga una pregunta del profesor. Debe tener el efecto de una invitación
atractiva que convoque al lector, para lo cual no hace falta extenderse mucho.
1.2.3 El núcleo
Es el corazón del texto porque en él se desarrolla el tema. Si se trata de una idea, es el
momento de exponerla con la mayor claridad, de detenerse en ella, buscando motivos,
razones, ejemplos que le den la importancia y fuerza que nos merece.
No hay que olvidar las objeciones que puedan salir al paso; es necesario no ignorarlas,
ensayar una forma de enfrentarlas, e igualmente, dar cabida a las dudas y a las preguntas
que surjan en el camino, no esquivarlas, tratar de encontrar la mejor manera de formularlas.
La escritura no es un juego de solitario en el que siempre podemos arreglárnoslas para
ganar. La escritura es un trabajo de pensamiento y de él siempre forman parte objeciones,
dudas, preguntas.
Si se trata de una experiencia, es necesario tratar de reconstruirla, de revivirla con palabras
para poderla transmitir visual y significativamente al lector. Es necesario saber escoger los
elementos que configuren el cuadro completo. No ahorrar esfuerzos. Mencionar presencias
que despierten los cinco sentidos. Este recurso ofrece una vívida participación del lector en
lo relatado.
Si se trata de sentimientos, no declararlos, no enunciarlos. El reto está en poder
transmitirlos, lo cual se logra describiendo el motivo, las circunstancias, alguna palabra,
actitudes, pequeños hechos; en general, la situación que queda impregnada con un
sentimiento. Cuando esto se logra, no hace falta decir si el sentimiento es de alegría o
tristeza, el texto mismo debe despertar el sentimiento correspondiente.
Esta es la parte más extensa del texto y en la que hay que trabajar con más detenimiento. Es
posible que lo que nos propongamos no se pueda agotar en un solo texto. Esto no debe
preocuparnos. Lo importante en un texto no es lo que faltó, sino cómo quedó dicho lo
expuesto.
1.2.4 La conclusión
Escribir, como hablar, es un modo de hacer uso de la palabra, una manera que tiene su
tiempo y en el que también debemos encontrar una forma de terminar, de cerrar lo dicho;
una forma de abandonar el tema, de terminar lo escrito.
No se trata, como podría pensarse, de sacar conclusiones generales. Tampoco de hacer
grandes afirmaciones o exclamaciones “con bombos y platillos”. Se trata, simplemente, de
escoger la expresión que recoja un sentido, una pregunta, una inquietud que deja el texto y
con la que se bajará la voz hacia el punto final.
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El sentido de cada parte se logra con el tratamiento mismo que se da a cada una. Esto no se
garantiza colocando las palabras: introducción, desarrollo, conclusión. Basta tener en
cuenta que cada parte cumpla bien su función. Una vez se considere lograda, es suficiente
el uso del punto aparte.
Estas no son exigencias protocolarias; son las exigencias que debe cumplir un texto para
lograr vida propia; para poder ser leído en cualquier momento por cualquier lector.
Propuesta de taller:
Revise algunos de los escritos que haya realizado y establezca si cumplen o no con los
requisitos que se plantean aquí en cuanto a coherencia. Justifique.
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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2. EL PÁRRAFO
2.1 Definición
Todo texto escrito está formado por unidades de composición bien definidas denominadas
párrafos, cada uno de los cuales está compuesto por oraciones que desarrollan una idea
central. Así, el párrafo es la forma escrita de expresar pensamientos o ideas en una forma
completa, con sentido.
Lo anterior no quiere decir que un párrafo sea suficiente para expresar por completo las
ideas que se quieren plantear. De hecho, son muy pocos los textos que se componen de un
solo párrafo; pero dentro de la unidad del texto cada párrafo cumple la función de expresar
o ampliar una idea central con respecto al contenido general.
La idea central es una unidad de pensamiento que trata de resumir la intención temática
del autor. Para darse a entender mejor, el autor plantea su idea en una oración principal y la
complementa, acompañada de oraciones secundarias.
Para que cada párrafo pueda expresar una idea fundamental comprensible al lector es
necesario que lo haga con claridad, precisión e ilación, evitando las repeticiones, los
detalles innecesarios y relacionando las ideas pertinentes.
Desde el punto de vista formal, un párrafo empieza por letra mayúscula y termina en un
punto aparte o cualquier otro signo de puntuación que indique finalización, por ejemplo los
puntos suspensivos, la admiración o la interrogación.
La apropiada y cuidadosa construcción de párrafos lleva al éxito en la elaboración de un
texto: de buenos párrafos, relacionados entre sí, se obtienen buenos escritos.
2.2 Clasificación de los párrafos
Quien escribe debe pensar en el lector y en cómo cultivar su interés. Sin embargo, no todos
los temas pueden tratarse de la misma manera; por ello, dependiendo de la intención
comunicativa que se tenga, puede optarse por la escritura de diversos tipos de párrafo.
Los diferentes estudiosos del texto escrito presentan múltiples clasificaciones, razón por la
cual no existe una única teoría al respecto. En este espacio se presentan, para su
conocimiento y aplicación, algunas de las clases de párrafo más frecuentes.
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2.2.1 Párrafos según la función o propósito: dentro de la coherencia textual
a) Párrafos introductorios: presentan la temática general del texto, sirven para que el
lector obtenga una idea global sobre lo que va a leer.
b) Párrafos de desarrollo: son todos aquellos que explicitan la temática central del
escrito.
c) Párrafos de enlace o transición: sirven de puente entre las ideas de un párrafo y el
siguiente; son breves y cumplen la función de otorgar cohesión al texto.
d) Párrafos conclusivos o de finalización: indican la conclusión del tema tratado y
constituyen la puntada final, necesaria para el cierre del texto.
2.2.2 Párrafos según la ubicación de la idea principal
De acuerdo con el lugar en el que se encuentre la idea principal en un párrafo, éste puede
ser:
a) Deductivo: cuando la idea principal se halla al comienzo del párrafo. También se le
denomina párrafo analizante.
b) Inductivo: cuando la idea principal solo aparece al final del párrafo.
c) Deductivo – Inductivo: cuando la idea principal se encuentra en el centro.
d) De entrelíneas: cuando la idea principal se halla dispersa en el párrafo, es decir, que no
se trata de una oración principal, sino de una idea implícita en el conjunto general.
2.2.3 Según la forma u objetivo temático
Párrafos descriptivos: presentan la visión pictórica verbal de una persona, un objeto, un
paisaje, etc., dando sus características o propiedades a partir de términos precisos que
generalmente son adjetivos.
Párrafos narrativos: tienen por objeto contar un suceso. Por constituir una forma natural
que se fundamente en la experiencia y en la creatividad de quien escribe, algunos de
ellos no cuentan con la oración temática y siguen en su organización y desarrollo una
secuencia temporal flexible, según los intereses del emisor. Este tipo de párrafo puede
construirse a partir de la primera y de la tercera persona, pero es viable en algunos casos
el uso de la segunda.
Párrafos expositivos o explicativos: como su nombre lo indica son aquellos que explican
un proceso o exponen ideas, aclaran conceptos o procedimientos que se prestan a duda
o confusión.
Observe el siguiente ejemplo:
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¿Qué es el jazz en términos socio-históricos? Es esencialmente música popular
vocal e instrumental que nació en los Estados Unidos a principios del siglo XX, como
conjunción de varias culturas, predominantemente la africana, la latina y la
anglosajona.
Párrafos argumentativos: pretenden persuadir al lector, intentando convencerle sobre la
validez de la idea central expuesta por el autor. Un ejemplo concreto de escritos en los
que se utiliza este tipo de párrafos son las columnas de opinión y los ensayos, textos
que requieren de una sólida argumentación.
2.2.4 Los párrafos según el procedimiento de elaboración
Aquí se hace referencia a la relación que establecen las oraciones secundarias con respecto
a la oración principal en el párrafo. Teniendo en cuenta este criterio, los párrafos pueden
organizarse de la siguiente manera:
a) Lista de hechos o ejemplos: de acuerdo con este patrón, todos los hechos o ejemplos
que ilustran la idea central poseen la misma importancia y por lo tanto el orden en que
figuran en la lista no establece ninguna diferencia.
Observe el ejemplo:
En tu casa hay muchísimas máquinas y algunas de ellas son automáticas. La
tostadora, por ejemplo, se apaga cuando el pan está listo y la lavadora se apaga sola,
cuando ha terminado su ciclo.
b) Orden cronológico: en algunas ocasiones las ideas que se mencionan en un párrafo son
escritas en el orden en que han sucedido, para tal efecto se hace uso de fechas en orden
cronológico o, sencillamente, se enuncian los hechos, siguiendo la secuencia en la que
ocurrieron.
Observe el ejemplo:
Hacia el año 1000 a.C., Roma era una pequeña ciudad enclavada entre siete
colinas a lo largo del río Tíber, en Italia central; hacia el años 100 d.C., Roma era la
capital de un imperio mundial que se extendía, por el este, hasta el golfo Pérsico; por el
oeste, hasta el Océano Atlántico; por el norte, hasta Inglaterra, y por el sur hasta el
Sahara; y ya hacia el año 500 d.C., el más poderoso de los imperios del mundo se había
derrumbado.
c) Comparación y contraste: algunos escritores utilizan ejemplos para expresar
similitudes o diferencias que éstos tienen con respecto al punto que expusieron en la
idea principal del párrafo.
Observe el ejemplo:
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Mientras Adams veía la historia en retrospectiva, Jefferson la veía en
prospectiva. Adams daba por hecho que los americanos eran prisioneros del pasado y
estaban condenados a repetir por siempre los errores de aquella época; mientras que
Jefferson consideraba que el hombre no era prisionero de la historia, sino que podía
triunfar sobre ella, que no estaba condenado a repetir los errores del pasado, sino que
los podía evitar.
d) Causa y efecto: en este caso, las ideas secundarias se utilizan para mostrar el efecto o
efectos de alguna causa que ha sido expresada en la idea principal; incluso puede haber
más de una causa y los efectos de cada una de ellas pueden expresarse en el párrafo. En
ocasiones, la idea principal es un efecto y sus causas son las ideas secundarias.
Observe el ejemplo:
A finales de 1800, los ferrocarriles afectaron la vida y la muerte de más de una
población. Gracias a la expansión del ferrocarril muchas ciudades y pueblos se
desarrollaron con gran rapidez, pero otras que se encontraban lejos de él, decayeron
hasta morir. Los ferrocarriles hicieron que fuera menos necesaria la idea de que la
gente se volviera autosuficiente. La gente sabía que con el uso del ferrocarril podía
conseguir muchos de los artículos que antes ellos mismos producían en sus granjas.
Como consecuencia, muchos emigraron a las ciudades y se especializaron en una línea
de trabajo.
e) Análisis: en este caso, el tema está dividido en partes más pequeñas dentro de la
oración que lo contiene. Cada parte se desarrolla luego para mostrar su relación con las
demás y así crear un todo.
Observe el ejemplo:
El gobierno está dividido en tres ramas: legislativa, ejecutiva y judicial. La
rama legislativa está compuesta por el Congreso, cuya tarea es legislar; la ejecutiva,
encabezada por el Presidente de la República, tiene la función de hacer cumplir esas
leyes. Si alguien impugna la Ley y se hace necesaria una interpretación, la rama
judicial –Cortes y jueces– decide el caso.
En verdad, hay otros tipos de procedimientos empleados para desarrollar párrafos, como la
enumeración, la clasificación, la definición, el recurso de pregunta, la narración
técnica de etapas o fases, entre otros, pero los anteriores son los más frecuentes en la
escritura.
2.2.5 Clasificación de los párrafos según el contenido
Todo párrafo trata acerca de algo, se ubica en una materia o área del conocimiento; por eso,
además de las clasificaciones formales, es necesario ubicar el párrafo dentro de un
contenido concreto: histórico, social, deportivo, filosófico, económico, jurídico, entre
otros. Hay tantos tipos de párrafo como materias de estudio.
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2.3 Las cualidades del párrafo
El párrafo conserva las mismas propiedades estudiadas para los textos en general: además
de unidad debe poseer coherencia y cohesión. Unidad quiere decir que el párrafo debe
desarrollar solo una idea central. Si la oración temática está explícita se recomienda que sea
una sola. La coherencia, como vimos, se obtiene a partir de la ilación de las ideas en forma
de secuencia. La cohesión depende de los elementos formales –gramaticales– utilizados en
la construcción de cada una de las oraciones que conforman el párrafo. Analicemos el
siguiente párrafo:
Los chibchas sobresalían en la orfebrería. Disponían de mucho oro, obtenido
en las arenas de sus ríos. Hacían toda clase de colgantes, figurillas y adornos de oro o
de tumbaga, aleación con cobre o plata. Como ofrenda usaban plaquitas delgadas de
oro. Cientos de estas piezas de orfebrería antigua se exponen en el Museo del Oro de
Bogotá que ofrece al visitante un espectáculo verdaderamente extraordinario.
La unidad de este párrafo está dada por el tema: la orfebrería en la cultura chibcha. A la
definición temática se llega después de analizar que todas las oraciones del párrafo
desarrollan esta misma idea.
La coherencia se evidencia en la forma como el autor, una vez expuesta la idea principal
que aparece en forma de oración temática al comienzo del párrafo (Los chibchas
sobresalían en la orfebrería.), procede a explicar una de las causas de este hecho; luego
continúa justificando su afirmación por medio de ejemplos, y por último, se ubica en el
presente y muestra que este es un hecho que puede comprobarse fácilmente, visitando el
Museo del Oro. En conclusión el autor establece una secuencia lógica de pensamiento que
siempre remite al lector a la idea principal.
La cohesión puede observarse en las relaciones establecidas en el párrafo, las cuales se
hacen evidentes mediante el uso apropiado de los elementos gramaticales (conectores
lógicos, manejo de la concordancia, relaciones morfológicas y sintácticas).
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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ANTES DE AVANZAR, ANALICE EL SIGUIENTE
CUADRO SINÓPTICO:
Propiedades del
texto escrito
Concordancia
Cualidad intraoracional del texto.
Acuerdo que debe existir entre el sujeto y el predicado, la persona y el verbo, el artículo y el sustantivo y, en general, entre todos los componentes de la oración.
Cohesión
Atributo semántico (significativo) del texto.
Relación lógica que se da entre las partes y el todo.
Permite la unidad textual.
Cualidad interoracional del texto.
Interdependencia oracional. Permite la unidad en el escrito.
Es un atributo semántico del texto en tanto contribuye a su unidad de significado.
También constituye una propiedad sintáctica porque corresponde a la ligazón de elementos en la secuencia total del texto
Repetición por sustitución.
Relaciones conjuntivas.
Signos de puntuación.
Coherencia
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3. LA COHESIÓN
3.1 Definición
Es una propiedad interoracional (se da entre las oraciones de un texto) en tanto en un
escrito, como unidad autónoma, cada oración tiene una interdependencia con las oraciones
anteriores y posteriores para formar una unidad.
Pero la cohesión, además de ser una propiedad sintáctica que corresponde a la ligazón de
elementos en la secuencia total, es una propiedad semántica (significativa) porque otorga
unidad de significado; en esto se asemeja a la coherencia, con la diferencia de que la
coherencia es global e implícita (estructura profunda); mientras la cohesión es particular y
explícita (estructura superficial), pues existen unas marcas formales que se utilizan para
establecer relaciones entre la información a través de todo el texto. Entre los diversos
mecanismos de cohesión se encuentran la repetición por sustitución, las relaciones
conjuntivas y los signos de puntuación, los cuales se desarrollan en los siguientes
apartados.
3.2 Repetición por sustitución
Si un texto reúne una serie de proposiciones en torno a una misma idea, resulta obvio que
las palabras que expresan esa idea se repetirán continuamente; pero no necesariamente las
mismas palabras, pues eso afectaría el estilo del texto. Por eso existen mecanismos de
repetición por sustitución, así:
a) Sustitución léxica sinonímica (uso de expresiones o palabras sinónimas): para evitar
repetir demasiado una misma palabra durante la escritura, se recurre a sinónimos que,
dentro del texto, puedan adquirir el mismo significado de la palabra requerida. Así, en
un texto que hable de Édgar Rentería, serían sustitutos léxicos expresiones como ‘el
bateador barranquillero’, ‘el beisbolista colombiano’, etc. O en un texto se podrá
encontrar una expresión como ‘cajas de papel’, que dentro del escrito tendrá valor
sinonímico para sustituir a ‘libros’.
b) Sustitución pronominal: como sabemos, los pronombres cumplen la función de
reemplazar a un nombre o sustantivo, por ello es frecuente su uso como mecanismo de
cohesión. Por ejemplo, el pronombre personal ellos ha de sustituir a personas u objetos
que se nombraron con anterioridad (Ellos habían advertido el problema); o el
demostrativo esa resume y sustituye una expresión que ya fue dicha (Esa fue la causa de
su rechazo). Igual sucede con los pronombres reflexivos, indefinidos y relativos.
Es posible detectar otros mecanismos de cohesión por sustitución, pero los dos anteriores
son los más frecuentes.
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3.3 Relaciones conjuntivas (conexión lógica)
Tenga en cuenta las siguientes precisiones a propósito de las relaciones conjuntivas:
La expresión oral o escrita tiene como punto de partida la estructura profunda (ideas e
intenciones de quien comunica).
La estructuración de estas ideas y su organización en el discurso, tienen como base el
manejo semántico (significativo) de las relaciones lógicas y la disposición sintáctica
(organización lógica) de los elementos formales que componen los enunciados a través de
los cuales expresamos nuestro pensamiento.
En la lengua existen marcas que señalan en qué sentido se relacionan las ideas que
deseamos comunicar; estas expresiones se conocen con el nombre de conectores lógicos y
son empleados, tanto al interior del párrafo, como para unir de manera coherente y fluida
los diferentes elementos que conforman un texto completo.
El siguiente cuadro contiene la clasificación básica de los conectores lógicos:
1. Explicativos: relacionan una
idea con su causa o efecto. CAUSA-EFECTO: por lo tanto / por consiguiente / en
consecuencia / entonces / por tal (cual, este, ese) motivo / es por
esto (eso, aquello) que / por causa de (esto, eso, aquello) se
produce / trae como consecuencia (resultado, efecto) / en efecto.
EFECTO-CAUSA: la causa de esto (eso, aquello, ello) es / se
debe a / es resultado de / sucede (ocurre, se da) por / porque / ya
que / pues / demuestra que / revela que / de tal suerte que.
2. Comparativos: establecen
relaciones de similitud o
equivalencia.
Asimismo (así mismo) –puede escribirse de ambas maneras y
significa lo mismo– / tanto como / igualmente / al igual que /del
mismo modo / de la misma manera / se parece(n) a.
3. Contrastivos: establecen
relaciones de oposición,
contradicción o antítesis.
O / u / pero / empero / en cambio / lo contrario / por otro lado / sin
embargo / no obstante / aunque / de otra manera / a diferencia de /
son diferentes en / a pesar de.
4. Deductivos: particularizan,
detallan o ejemplifican una idea
general ya expuesta.
Por ejemplo / entre otros están (son, tenemos) / como / así tenemos.
5. Inductivos: anteceden una idea
general, luego de haberla
particularizado, detallado o
ejemplificado.
En general / en conclusión / en últimas / en definitiva / generalizando
/ así pues.
6. Conjuntivos: señalan unión o
cópula y adición.
Y / e / además / también / otro(a) / incluso / inclusive / igualmente /
al igual que / de la misma manera (forma) / del mismo modo.
Los conectores lógicos también se conocen con el nombre de elementos de transición
inmediata y son particularmente útiles al momento de iniciar un párrafo para aclarar la
relación que éste tiene con el anterior y con el sentido global del texto.
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Recuerde que una relación conjuntiva enlaza dos elementos, aclarando si con respecto al
primero, el segundo elemento es de:
a) Adición: ‘Y’. ‘También’...
Observe el ejemplo:
El desempleo es una causa de la violencia, también la desigualdad social.
b) Contraste: ‘Pero’. ‘Aunque’...
Observe el ejemplo:
Es una buena película, aunque pésima la proyección.
c) Causa – efecto: ‘En consecuencia’. ‘Por lo anterior’...
Observe el ejemplo:
Sus resultados no fueron satisfactorios, en consecuencia reprobó.
d) Tiempo: ‘Antes’. ‘Entre tanto’...
Observe el ejemplo:
Ella se consumía en la depresión, entre tanto sus hijos faltaban al colegio.
e) Ampliación: ‘Es decir’. ‘Esto es’...
Observe el ejemplo:
La paz es una tarea de todos, esto es, cada colombiano debe luchar por ella.
f) Comparación: ‘Del mismo modo’. ‘Así como’...
Observe el ejemplo:
La guerrilla debería ceder un poco, así como el gobierno lo ha hecho.
g) Énfasis: ‘Sobre todo’, ‘Ciertamente’...
Observe el ejemplo:
La situación es compleja, sobre todo si tenemos en cuenta el problema.
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h) Orden: ‘En primer lugar’. ‘Un segundo punto’...
Observe el ejemplo:
Es necesario destacar, en primer lugar, la destacada labor que ha cumplido el funcionario en el
ejercicio de este cargo...
i) Cambio de perspectiva: ‘Desde otro punto de vista’. ‘De otro lado’...
Observe el ejemplo:
Es innegable que la situación del país es grave, de otro lado es indispensable conservar una actitud
optimista que nos impida caer en la depresión.
j) Resumen: ‘Finalmente’, ‘En conclusión’. ‘Para terminar’...
Observe el ejemplo:
Para concluir, es necesario agregar que todos estos recursos serán útiles en la medida en que se
incorporen a nuestro uso diario.
Implementar mecanismos de cohesión es una labor fructífera, no solo para lograr una
escritura fluida, sino también para mejorar nuestra comprensión de lectura. De ahí la
importancia de practicar su uso en nuestros escritos y su reconocimiento en diferentes
textos. Como ejercicio práctico puede tomar un conjunto de oraciones y realizar en ellas
sustituciones léxicas y pronominales y luego relacionarlas entre sí con diversos elementos
conjuntivos; también es posible seleccionar un texto breve y señalar allí diferentes
mecanismos, estableciendo cuáles son los elementos que se conectan a partir del mismo.
3.4 Más aún sobre los conectores lógicos: “500 conectores Gramaticales”
1.
Para que la causa encaje con el efecto, las consecuencias correspondan a los antecedentes y
para que los diversos párrafos de un escrito se articulen de manera variada y armoniosa.
Los conectores o nexos se entienden como una relación entre dos elementos: el elemento
conector y el elemento presupuesto. Estos conectores se manifiestan en el nivel léxico
gramatical tanto dentro de la oración como entre oraciones y contribuyen a que el texto sea
aprehendido como un todo coherente. Los que más se usan son las conjunciones.
A continuación se presentan algunos conectores y su relación de significado:
1 Tomado de Caja de Herramientas para la escritura. Vásquez Rodríguez, Fernando (2005). Disponible en
varios sitios de la Web, digitando el título del documento y el nombre del autor, en cualquiera de los
buscadores disponibles.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 16
Causa y efecto: en concordancia, porque, por consiguiente, por esta razón, de ahí que,
puesto que, por lo tanto.
Adversativa o de ruptura: pero, sin embargo, a pesar de, por el contrario, por más que,
por otra parte, aunque, aunque.
Temporal: después, antes, anteriormente, más tarde, ahora, actualmente, entonces,
últimamente, cuando.
Orden: primero, a continuación, luego, finalmente.
Resumen: por dichas razones, en suma, en conclusión, resumiendo, en síntesis.
Aditivas o Continuativas: también, además, sumando, lo anterior, más aún, ejemplo, al
mismo tiempo.
Énfasis: ciertamente, lo que es más importante, enfatizando, repitamos.
Concesión: en vista de (esos datos), concedido que, por supuesto, aunque.
Comparativas: como, así, de esta forma, de este modo, ambos, al igual que.
Espacial: a través, al frente, a lo largo, alrededor, detrás, por el otro lado, entre, debajo,
detrás, en el centro, afuera.
Condicionales: si, como, cuando, con tal que, siempre que, dado que, ya que, siempre y
cuando donde no.
Conjuntivas: y, sin embargo, a pesar de, no obstante.
Disyuntivas: o, u, ya, bien, sea, que.
A A continuación...
A diferencia de...
A esas digresiones me ha conducido el...
A este propósito...
A mi modo de ver...
A partir de...
A partir de (que)
A primera vista...
¿A que seguir’? los
A veces, en cambio, hay...
Acaece, no obstante que…
Acéptese todo eso porque...
Acudimos a este ejemplo para...
Además, la...
Admitamos que...
Admito que aquí mi tema recuerda.
Adviértase que, a pesar de todo,...
Afirmaré ahora que...
Ahora bien: los…
Ahora veamos...
Al afirmar que...
Al contrario...
Al lado de ello...
Al llegar a este punto...
Al margen de...
Al mismo tiempo...
Al respecto conviene decir que...
Algo más que añadir...
Alrededor de...
Análogamente, cabe preguntarse si...
Anotaré que...
Ante todo, rectifiquemos la idea sabida de
que...
Antes de continuar insistamos en...
Añádase a este una...
Aquí conviene detenerse un momento a
fin de...
Aquí he de referirme también a...
Aquí nos preguntarnos como...
Aquí vale la pena hacer una pequeña
digresión sobre...
Así empezamos a cercar, pues, el...
Así y todo...
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Atengámonos ahora a...
Aun así...
Avanzando en el tiempo encontramos
B Basándose en...
Bien pareciera por todo lo anterior...
Bien sé que...
C Cabe concluir que...
Cabe señalar que
Cabe señalar’.
Cierto es que.
Claro que esto no lo explica todo...
Comencemos con
Comencemos por evocar…
Comencemos dando algún ejemplo...
Como...
Corno breve conclusión, creo que...
Como dijimos al principio.
Como es natural…
Como es sabido...
Como quiera, las explicaciones.
Como quiera que sea, la...
Como se indicó.
Como se ve, los...
Como si fuera poco...
Como última palabra deseo...
Como ya lo hice notar.
Comprenda. No es que...
Comprendemos que...
Con este ejemplo he querido...
Con esto en mente...
Con esto hemos cumplido una.
Con esto no quiero decir que…
Con lo que llevo dicho hasta aquí, me
parece.
Con respecto al primer’ punto...
Con sano criterio...
Con todo...
Con todo y lo anterior...
Concibo, pues,...
Concluyamos, entonces, que...
Continuaremos la exploración de...
Contrapongamos a...
Conviene distinguir...
Conviene, sin embargo advertir que.
Corresponde preguntarse si
Creemos haber dicho lo suficiente para
(sobre)
Creo haber mostrado que...
Creo indiscutible la afirmación de que.
Creo que aquí se ve bastante bien como...
Creo que con estas indicaciones.
Creo que llegamos al núcleo de...
Cuando...
Cuando dije que...
Cuando se dice...
D Dado que
De acuerdo con...
De aquí, que.
De cualquier modo...
De entonces acá...
De esta circunstancia nace el hecho de
que...
De esta manera...
De esta suerte es como...
De estas y otras páginas resulta que...
De igual modo...
De la misma manera...
De lo anterior...
De lo que llevo dicho...
De manera que...
De modo que el problema no es...
De otro lado...
De pronto...
De todos modos, cuando...
Debe quedar bastante claro que.
Debemos comprender...
Debo agregar que...
Dejando aparte por un momento al
menos.
Dejando de lado....
Dejemos eso. La
Del mismo modo...
Dentro de este contexto...
Dentro de este marco ha de considerarse
la...
Desde entonces, este...
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E En últimas.
Entendemos por...
Entiéndase bien: yo no
Entonces.
Entonces resulta que
Entre tanto, pedimos
Es así como.
Es decir...
En el caso que por ejemplo,...
Es fácil comprender por que
Es interesante examinar el problema
también desde.
Es justo decir que...
Es más…
Es natural que.
Es necesario recalcar que...
Es oportuno ahora...
Es por ello que...
Es prudente advertir que...
Es sabido por ejemplo, que.
Es significativa la importancia que tiene.
Es significativo que...
Es sintomático que...
Es verdad. El...
Esa iniciativa...
Eso es, pues,...
Estábamos diciendo lo que.
Esta descripción será incompleta si...
Esta línea de argumentación podría
Esta revisión, tan somera como
inevitablemente personal,...
Estas consideraciones fundamentan mi
propuesta de.
Este argumento corresponde muy bien a
lo que...
Este es, por decir así, el...
Este motivo puede entenderse también
como.
Este punto se puede destacar
observando...
Esto es absolutamente cierto. Si...
Esto es, pues, lo que...
Esto nos lleva a...
Esto quiere decir que...
Exactamente.
Examinemos brevemente...
Examinemos minuciosamente este
problema.
F Finalmente.
2
H Habría que decir también
Ha llegado el momento de
Hasta ahora...
Hasta aquí lo...
Hasta donde yo sé, nadie ha...
Hay, como se ve, elementos...
Hay en el fondo un...
Hay más: las...
Hay otro aspecto entre tantos del que...
Hay otro aspecto que...
Hay que advertir que...
Hay que reconocer que...
Hay que repetirlo: los...
Hay sin embargo, algunos...
He aquí, a mi juicio...
He aquí en pocas palabras como...
He aquí más o menos como pensaba...
He citado ya...
He hablado de...
He hallado...He intentado probar que...
He llegado al término de...
He traído a colación...
Hemos dejado para el final...
Hemos dicho que...
Henos aquí no obstante, apenas...
Hubiera podido escoger...
L La idea es que...
La respuesta es fácil...
La tesis que ahora voy a expresar es...
La verdad es que...
Lo cierto es que...
Lo curioso es que...
Lo que acontece es que...
2 El autor no aporta conectores con la “G” ¿habrá
algunos? Señor-a lector-a, sería un buen aporte
suyo…
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Lo que importa observar es que...
Lo que me interesa ahora es...
Lo que nos interesa aquí no es tanto...
Lo que nos lleva a decir que...
Lo que quiere decir que...
LL Llegado a este punto...
Llegamos aquí a...
Llegamos, pues, pues a...
M Mas no se trata tan solo de...
Más tarde, en efecto...
Me doy cuenta de que...
Me explicaré. Los...
Me gustaría dejar claro que...
Me parece que...
Me refiero, por supuesto a...
Mi propósito es (era)...
Mirándolo así...
Muy contrario de lo que pasa con…
N Nada o más expresivo que...
Naturalmente que...
No cabe duda que...
No continuaré exponiendo...
No digamos, pues que...
No diré que...
No en vano me he detenido en...
No es de olvidar que...
No es difícil descubrir que...
No es eso todo...
No es extraño pues que...
No es fantasía afirmar que...
No es fortuito que...
No es preciso...
No es una casualidad el hecho que...
No está probado que...
No estamos lejos de ver como el...
No gastamos muchas palabras en...
No hay que apresurarse a...
No hay que apresurarse con todo a...
No: la realidad es...
No pareciera necesario...
No pongo más de un ejemplo: la...
No puede menos que...
No quisiera que más afirmaciones
parecieran...
No se lo tome, sin embargo, por...
No se trata, a mi juicio de...
No teniendo pues, la urgencia de...
No voy a repetir aquí...
Notemos entonces cuán...
O Observemos cómo...
Observo ya venir una objeción...
O sea, los...
Otra cosa que se dice con frecuencia es
que...
P Paralelamente a...
Para algunos...
Para empezar...
Para ilustrar mejor...
Para los fines de nuestro argumento...
Para mejor entender...
Para poner a prueba...
Para precisar cómo...
Para quienes sostienen que...
Para simplificar podríamos decir que...
Parece perfectamente claro que...
Parece sin embargo como si...
Partiendo de...
Pasemos a...
Penetrémonos, ante todo, de que...
Pero...
Pero antes de...
Pero antes de seguir adelante
consideremos...
Pero dejando de lado la...
Pero el caso es que...
Pero hay más: la...
Pero hay otra definición...
Pero no nos perdamos en
consideraciones...
Pero, no se juzgue por eso que...
Pero recapitulemos: ¿Es...
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Pero quizá la respuesta que realmente
corresponde...
Pero si se considera cuidadosamente...
Pero, sobre todo pienso en...
Pero tal vez debamos pasar primero
revista a...
Pero todo eso... más que...
Pero volvamos a nuestro asunto...
Pienso, por eso, que...
Podemos decir que...
Podemos distinguir...
Podemos interrumpir aquí esta...
Podemos observar como...
Podemos preguntarnos...
Pongamos otro ejemplo...
Por añadidura...
Por consiguiente...
Por ejemplo...
Por el contrario...
Por eso...
Por eso, cabalmente es...
Por eso, para mí,...
Por eso señalé que...
Por esta razón... (Vía)...
Por eso puede decirse que...
Por lo expuesto al inicio de..
Por lo general...
Por lo tanto...
Por lo pronto...Por lo que sigue...
Por mi (su) parte...
Por simplicidad, podemos suponer que...
Por lo que sigue...
Por otra parte...
Por supuesto que.. Por todo esto creo
que...
Por último...
Porque...
Porque, en teoría, la...
Porque no se trata de...
Precisa advertir que...
Precisamente por…
Porque...
Presuponemos (decisivamente) que...
Procedo ahora a la...
Prosiguiendo con el tema...
Pudiera creerse que...
Puede afirmarse (pensar que)
Puedo, por lo tanto, definir también...
Pues bien: los...
Pues lo mejor es que...
Q Queda definido...
Queda por aclarar...
Queda todavía un hilo al que...
Quiero concluir esta (este)..
Quiero creer que...
Quisiera añadir que...
Quisiera hablar ahora de...
Quisiera insistir en...
Quisiera que, ahora que estoy por hablar
de...
Quisiera señalar una característica que...
Quizá, entonces...
R Recapitulemos: al ---
Recapitulemos brevemente sobre...
Reconozcamos en cambio, que...
Recordaré, por último, los...
Recordemos que...
Referida a este contexto, las relaciones
entre...
Registrado esto...
Respecto a lo que otros prefieren llamar...
Resulta que cuando...
S Se comprende que...
Se deduce (infiere) que...
Se diría, pues, que...
Se enfrenta, pues, con...
Se ha dicho, (pretendido) que...
Se me figura, así de momento, que...
Sé que mi planteamiento es...
Se trata desde luego de...
Sea, a modo de ejemplo...
Sea cierta o no esta...
Sea como (lo que) fuere...
Sea otro caso (ejemplo). Un...
Seguramente que...
Señalemos en pocas palabras...
Sería prudente...
Si bien...
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Si echamos un vistazo sobre...
Si llamamos...
Si pensamos que este...
Si quisiera escoger un símbolo propicio
para...
Si se tiene en cuenta que...
Si se toma como punto de partida...
Si tuviera que decir...
Si volvemos atrás...
Si, ya lo sabemos...
Siempre me ha parecido...
Siento, en efecto, la necesidad de...
Sin duda alguna...
Sin duda, (Algunas...)
Sin embargo...
Sin embargo, también a menudo...
Sin entrar en consideraciones sobre...
Sin paradoja, puede investigarse...
Sobran razones para...
Sorprende comprobar...
Sorprenderá tal vez que...
Sostengo que...
Soy de los que creen ...
Subyace en todos estos detalles...
Suele decirse que:..
Supongamos ahora...
T Tal es, por lo demás...
Tal vez quepa hacer algunos comentarios,
la..
Tales son algunos de los...
Tales son, en síntesis, (en general) los...
También cabe comparar...
También es cierto...
Tampoco nos corresponde exponer...
Tan pronto como...
Tenemos en consecuencia, que...
Tenemos, pues, en grado...
Terminará diciendo que...
Tiempo hubo que...
Todavía más: los...
Todo esto parece confirmar la...
Todo lo dicho hasta ahora, explica
porque...
Todos reconocemos en cambio que...
Tomemos como punto de partida
(ejemplo) la...
Torno a decirlo: esto...
Tras esta situación, abordemos...
Tratemos de...
U Un corolario más...
Un poco de historia...
Una aclaración sobre...
Una última observación...Una vez hecha
esta precisión...
V Valga la verdad: el...
Vamos a intentar concluir pensando...
Vamos a recordar una vez más...
Vamos a ver rápidamente por que...
Veamos cuál es el contexto de...
Veamos. El...
Veamos un ejemplo muy sencillo
Veamos lo que significa...
Volvamos a...
Volvamos a examinar...
Volvamos a intentar ahora...
Volvamos a nuestro asunto: ese...
Volvamos ahora la mirada hacia...
Volvamos al comienzo: el...
Volviendo ahora a...
Voy a referirme brevemente a...
Vuelvo a decirlo: la...
Y Y además: el...
Y ahora debemos abandonar...
Y así...
Y como siempre...
Y esto nos conduce... (Lleva)
Y llegamos a otro punto...
Y más frecuentemente todavía es...
Y no es mera coincidencia que...
Y no podría ser de otro modo, si...
Y ocurre indefectiblemente, porque...
Y por eso, la...
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Y, sin embargo, ya estamos, sin lugar a
dudas en...
Ya hemos hablado de...
Ya hemos, pues, descubierto...
Ya hemos visto como (que)...
Ya indiqué...
Ya lo veis: las...
Ya sabe que...
Yo creo, en realidad, que...
Yo estimo que, sea...
Yo no quería decir que...
Se recomienda consultar los 1500 conectores referidos el siguiente texto: Vásquez Rodríguez, Fernando
(2005). Pregúntale al ensayista. Bogotá: Kimpres.
3.5 Sentido y signos de puntuación
Toda lengua tiene lo que podemos llamar “su propia música”, derivada de los acentos de las
palabras, que en español, según la ubicación de la sílaba tónica, pueden ser agudas, graves
o esdrújulas, y de las entonaciones de la voz que anuncian comienzos, explicaciones,
secuencias o expectativas, tensiones, pausas, cambios, semifinales, retornos, finales y
nuevos comienzos o finalización.
En el habla estos sentidos se perciben auditivamente, captando las entonaciones altas y
bajas, reconociendo todos los matices que se expresan con la voz. Es un hecho que la
entonación imprime significados al discurso: “– ¿Por qué me llamas en ese tono?", “– ¡Me
lo dijo en un tono tan dulce!...”
En la escritura, la puntuación está encargada de transcribir justamente todos los sentidos
que se modulan de viva voz. Suprimir la puntuación o no observarla, sería ignorar la
música significativa, propia de la lengua.
Cada signo de puntuación adquiere toda su significación según el empleo que de él se haga;
su finalidad no es exclusivamente sintáctica, es decir no se usa solo para organizar la
oración según sus funciones lógicas. Como se expresó ya, el empleo adecuado de la
puntuación aporta sentido al enunciado, por ello afecta la coherencia y la cohesión del
texto.
Observe los ejemplos:
¡Santos y la guerrilla en el Magdalena Medio hablarán de paz!
Santos y la guerrilla, en el Magdalena, medio hablarán de paz.
Los signos de puntuación, por su carácter rítmico y musical, son el espíritu que alimenta el
cuerpo de la lengua. Así, por ejemplo, el punto y coma y el punto marcan semifinales o
finales; los signos de exclamación o admiración, como golpes de platillos, marcan un
acento afectivo; los signos de interrogación dejan en suspenso la voz para dar el sentido de
un asunto no resuelto y los dos puntos constituyen el acorde que anuncia una promesa que
es necesario saber cumplir.
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Los signos de puntuación también indican el ritmo que debe llevar la lectura: las
exclamaciones, como un semáforo en rojo, indican: – ¡Detente!; los dos puntos
corresponden al – ¡Sigue! del verde; los guiones son un – ¡Pare! en el camino.
3.5.1 Uso de los signos de puntuación: generalidades y ejemplos
Observe con detenimiento el cuadro siguiente en el que se determinan los usos de los
signos de puntuación y se aportan algunos ejemplos que los ilustran:
SIGNO DEFINICIÓN DEL USO EJEMPLOS
El punto
[.]
Su uso adecuado parece ser el más fácil de
reconocer. Con el punto se marcan semifinales
y finales. Lograda la oración conclusiva, viene
el punto final; éste debe justificarse por el
sentido de lo dicho. No es final por ser el
último, sino porque lo expresado cierra
efectivamente el texto.
El punto seguido marca semifinales. Se usa
para unir ideas afines que, por ello, forman
parte de un mismo párrafo.
El punto aparte es un semifinal, que a su vez
anuncia el comienzo de un aspecto nuevo de a
idea que viene exponiéndose; más
exactamente, un cambio en la perspectiva, un
movimiento en el pensamiento que se lleva a
cabo o la inclusión de otro punto de vista sobre
el tema tratado.
Después del punto aparte es necesario aportar
algo más sobre lo ya dicho, debe enriquecerse
el sentido del texto.
“Todos los usos de la palabra
para todos” me parece un buen
lema, con un bello sonido
democrático. No para que
todos sean artistas, sino para
que nadie sea esclavo.
Gianni Rodari
3
(Italiano. En: Gramática de la
fantasía).
La coma
[,]
A este signo pueden dársele varios usos. En
ocasiones posee el mismo valor vinculante de
la conjunción o el sentido aclarativo de los
paréntesis. La coma reúne o separa palabras
que no están necesaria o gramaticalmente
unidas. En este caso tiene el valor de “y”.
Cuando adquiere el valor explicativo de los
paréntesis, dicha explicación va incluida entre
dos comas.
Pedro, Pablo y Juan, sus
hijos preferidos, tienen
carácter definido y mucho
humor.
Su casa es lejana, solitaria,
extraña.
3 Gianni Rodari (1920-1979), además del texto en referencia escribió, Cuentos para jugar y Cuentos por
teléfono. Este autor una de las más destacadas figuras de la literatura infantil y juvenil contemporánea.
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SIGNO DEFINICIÓN DEL USO EJEMPLOS
El punto y
coma
[;]
Mientras la coma marca el ritmo de la oración
breve, el punto y coma marca enunciados que
exigen más largo aliento, apropiados para dar
más profundidad de sentido. El punto y coma
es como un punto, pero en el que la voz no se
deja hundir, deja algo en el aire, sostiene una
expectativa creada. La dificultad de usar el
punto y coma va a la par con la dificultad de
construir sentidos más amplios en los escritos
que se producen.
Su casa es lejana, queda a dos
horas de la ciudad; aislada, un
camino de media hora conduce
exclusivamente a ella;
extraña, está construida a la
usanza de los castillos
renacentistas, pero la
edificaron hace poco.
Los dos
puntos [:]
Introducen una idea, un anuncio. También se
usan después de las expresiones de saludo y de
las fórmulas de cortesía, así como antes de una
enumeración y de las citas textuales o
contextuales.
Se atribuye al escritor y prócer
cubano José Martí, la siguiente
expresión:
“La palabra no está hecha para
cubrir la verdad sino para
decirla”.
Los puntos
suspensivos
[...]
Representan ante todo un silencio. Silencio en
el que se tiene en cuenta al lector, ya sea
porque resulta superfluo decirle lo que él bien
sabe, o porque se confía en su capacidad de
interpretación.
También son pertinentes como silencio
expresivo, así como cuando la emoción nos
corta la voz. Los puntos suspensivos son solo
tres; no por usarlos en mayor número serán
más significativos. Su sentido debe estar
justificado por la idea que les antecede.
Antes de abrir la puerta
titubeó... Después de
entrar, ya no tuvo dudas.
Dante escribió en los
dinteles del averno la
terrible inscripción:
“Perded toda esperanza…”
Los signos de
exclamación
[¡!]
Igualmente aquí basta con abrir y cerrar la
exclamación. Por muchas que sean las
exclamaciones, son vacuas cuando con ellas se
pretende suplir la importancia expresiva de las
palabras.
El uso de los signos de exclamación se
justifica cuando expresan la subjetividad, la
singularidad de una emoción. Si esto no se
logra sería preferible omitirlos. No hace falta
entonces decirle al lector: “¡Emociónate!” a la
manera en que intentan inducir la risa del
espectador o el oyente con risas pregrabadas en
ciertos programas cómicos. Si algo logra ser
verdaderamente chistoso resulta impertinente
subestimar al lector indicándole cuándo debe
reír. Siempre que se trate de una emoción, el
trabajo debe concentrarse en traducirla en
palabras. Si lo dicho no comunica el afecto
buscado, el signo de exclamación no le añade
valor.
Pero cae la hora de la venganza
y te amo. / Cuerpo de miel, de
musgo, de leche ávida y firme.
/ ¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah
los ojos de ausencia!/ ¡Ah las
rosas del pubis! ¡Ah tu voz
lenta y triste!
Pablo Neruda. En: Veinte poemas
de amor y una canción
desesperada. “Poema 1”.
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SIGNO DEFINICIÓN DEL USO EJEMPLOS
Los signos de
interrogación
[¿?]
Pueden ser usados como recurso para dar más
fuerza a una afirmación. Tal es el caso de las
llamadas preguntas retóricas, cuya respuesta
es conocida de antemano.
Cuando se pregunta, hay que recordar que la
responsabilidad no es solo asunto de quien
responde; quien formula el interrogante debe
hacerlo con honestidad, estar de veras
interesado en saber algo que ignora.
El derecho a preguntar se gana trabajando en la
formulación de buenas preguntas que, dicho sea
de paso, constituyen una excelente e interesante
posibilidad para la interacción comunicativa.
¿Qué podríamos hacer sin
lenguaje? Seguiríamos siendo
inteligentes, pero terriblemente
frustrados. El lenguaje nos
permite compartir nuestras
experiencias, aprender de cada
uno, proyectar juntos y
acrecentar enormemente
nuestro intelecto al vincular
nuestro pensamiento con los de
nuestros semejantes.
Kenneth Goodman. En: El
lenguaje integral. Buenos Aires:
Aique, 1998.
Los
paréntesis
( )
Sirven para incluir una explicación o aclaración
que no rompe con la continuidad del texto.
Vino a visitarme (quizá para
reparar el desplante de la
víspera, quizá porque sabía que
su presencia me era
indispensable, quizá tan solo
por pasar el tiempo) y se tomó
un café, de afán; apenas nos
saludamos, dijo que tenía algo
importante que hacer.
Los
guiones
[ – ]
Sirven para incluir con brevedad, otra voz
sobre lo tratado, una voz que se distancia, que
llama la atención, que rompe
momentáneamente con la continuidad del
texto. Introduce algo que merece ser pensado,
aunque no sea el texto que fluye el lugar para
su desarrollo.
Los derechos humanos son
sagrados e inalienables.
Los derechos humanos –a
pesar de lo revelado por las
estadísticas en Colombia y el
mundo– son sagrados e
inalienables.
Las
comillas
[“” « »]
Su uso está destinado a incluir en el discurso
palabras textuales de otro, palabras que no
pertenecen a quien escribe. Una cita puede ser
utilizada como punto de partida para
desarrollar un pensamiento propio.
La presencia de citas no garantiza la seriedad
de un texto. Usadas simplemente como
argumento de autoridad, sin que el contexto
justifique por qué se recurre a ellas, no son más
que vana pretensión. Si un texto puede
ilustrarse con una cita es porque logra sus
propias razones y porque su desarrollo
confluye en el sentido de la cita escogida. Lo
importante, entonces, es la responsabilidad con
El escritor francés Daniel
Pennac afirma en el primer
capítulo de Como una novela,
una de sus obras más
interesantes que: «El verbo
leer no tolera el imperativo. Es
una aversión que comparte con
algunos otros verbos:
“amar”... “soñar”.
(...) se puede intentar. Podría
decirse por ejemplo:
“¡Ámame!” “¡Sueña!” “¡Lee!”
(...) –“¡Sube a tu cuarto y lee!”
¿Resultado?
Ninguno».
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SIGNO DEFINICIÓN DEL USO EJEMPLOS
la que se trabaje un texto que pueda entrar en
diálogo (sin someterse y sin ánimo imitador)
con las palabras de un autor. No resulta
conveniente plagar de citas los escritos que se
producen.
BIBLIOGRAFÍA:
Adorno, T. (1962). Los signos de puntuación. Notas sobre literatura. Barcelona: Ariel.
Beristáin, H. (1984). Gramática estructural de la lengua española. México: Noriega-Limusa.
Fuentes, J.L. (1997). Gramática moderna de la lengua española. México: Limusa
Maqueo, A.M. (1996). Redacción, México: Limusa.
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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4. LA CONCORDANCIA
4.1 Definición
La concordancia es una propiedad intraoracional (se da dentro de la oración). Corresponde
a la adecuada construcción de cada enunciado que integrará la totalidad textual. Así, la
concordancia se reconoce como una propiedad sintáctica (organizativa, relacionante) que
implica todos los criterios de corrección oracional.
Debe existir concordancia entre el sujeto y el predicado, entre la persona y el verbo, entre el
artículo y el sustantivo y, en general, entre todos los componentes de la oración; de no ser
así se incurrirá en errores como por ejemplo: “La calor; usted se fuiste; Bogotá y Medellín
es las ciudades más pobladas del país; Habían muchas mujeres en la fiesta; Habemos
pocos hombres en el estadio”; y otros que se escuchan con frecuencia.
Para evitar estos problemas en la escritura es necesario un conocimiento básico sobre los
componentes oracionales; por ello en esta unidad nos detendremos en el estudio de las
categorías gramaticales, las funciones sintácticas y las clases de oración.
4.2 Las categorías gramaticales
No todas las palabras tienen un mismo valor dentro de la oración. Cada tipo de palabra
cumple una función desde el punto de vista gramatical. Según su categoría gramatical, la
clasificación clásica de las palabras es la siguiente:
4.2.1 El sustantivo: designa seres animados, cosas, nociones abstractas.
Ejemplos: Pedro, Isabel, hombre, mujer, Bogotá, América, perro, casa, pino, bondad, paz, valor.
4.2.2 El adjetivo: designa cualidades atribuidas al ser o determina la situación (estado) de
éste.
Ejemplos: hombre joven, mujer alegre, perro noble, casa lejana, bondad cristiana, esperada paz, pino
navideño.
4.2.3 El artículo: considerado generalmente como una especie particular, es de hecho un
adjetivo, vale decir, un determinante del sustantivo; es además la marca gramatical que
establece el género y el número del nombre.
Ejemplos: un hombre, unas mujeres, el perro, las casas, la bondad, una criatura.
4.2.4 El verbo: designa procesos (acciones o estados considerados en el tiempo).
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Ejemplos: correr, viajar, nadar, pensar, creer, imaginar, dormir, soñar, recordar, padecer, esperar, escuchar,
nacer, crecer, morir, amar, sufrir, gozar, llover, amanecer, oscurecer.
4.2.5 El adverbio: es un calificativo del proceso (verbo) o de la cualidad (adjetivo).
Ejemplos: llueve copiosamente; viaja lejos; duerme afuera, muy noble, sospechosamente alegre, oscurece
tarde, nació aquí, imagina continuamente, exageradamente blanca.
4.2.6 El pronombre: reemplaza al sustantivo cuando éste no figura directamente
enunciado. Los pronombres personales que se utilizan en el español se resumen en el
siguiente cuadro:
Para el singular Para el plural
YO NOSOTROS
TÚ – USTED – vos4 USTEDES – vosotros
5
EL / ELLA ELLOS / ELLAS
También sustituyen al nombre o sustantivo las denominadas formas pronominales, a saber:
me, te, mí, ti, se, lo, nos, os, se, los.
Observe los ejemplos:
La selva es un mundo enigmático; solo quien la conoce disipa los temores que inevitablemente ella
despierta.
Nos prometió que llamaría apenas llegara. A los viejos amigos siempre los llevamos en el corazón.
4.2.7 La conjunción: es una marca de relación. Sirve para ligar dos o más palabras o frases
análogas que ocupan un mismo lugar en el razonamiento. Las conjunciones más usuales
son: y – e – ni – que – pero – mas – pues – como – sino – aunque – si – si bien – porque – o
– ora – ya.
Observe el ejemplo:
Como son hermanos gemelos, Pedro y Juan parecen tener el mismo carácter. Pero no
hay que engañarse; aunque físicamente son difíciles de diferenciar, cada uno tiene su propio
mundo, sus propios gustos, e intereses distintos. Aunque hayan nacido de la misma madre y
prácticamente al mismo tiempo, dos seres humanos no pueden llegar a ser idénticos, pues
existen marcas personales como el carácter, que no solo los distinguen, sino que los hacen
únicos.
4 En algunas regiones colombianas (Antioquia y Valle del Cauca) y en países como Argentina, es usual el
empleo del vos en sustitución de la segunda persona del singular TÚ – USTED. Por ello en estos lugares es
común escuchar expresiones como «Vos sos un gran amigo» en lugar de «Tú eres un gran amigo» o «Usted
es un gran amigo». 5 El uso del vosotros es común en el español peninsular (España). En el español americano se utilizan solo el
tú, el usted o el vos.
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4.2.8 La preposición: es otra marca de relación: entre un elemento gramatical con su
complemento. Expresa, entre otras, las relaciones de espacio, tiempo y causalidad que
pueden darse entre sustantivos, verbos, adverbios y adjetivos calificativos. Las
preposiciones más usuales son: a – ante – cabe – con – contra – de – desde – en – entre –
hacia – hasta – para – por – según – sin – sobre – tras.
Observe el ejemplo:
Hay momentos en los que la vida nos pone a escoger entre varias posibilidades. Sin un
análisis previo sobre las ventajas y las desventajas que ofrece cada opción, no se disipa
fácilmente la duda entre una y otra opción.
Nota
Con frecuencia escuchamos y leemos expresiones como de acuerdo a / en relación a en
las que se efectúa un uso inadecuado de la preposición, ya que lo correcto es decir y
escribir de acuerdo con y en relación con. Otro error común se presenta cuando se dice o
escribe en base a en lugar de con base en que es lo adecuado.
4.2.9 La interjección: constituye una parte autónoma de la oración, de valor puramente
semántico (de expresión de sentido) y sin función gramatical. La interjección traduce la
emoción con la que se expresa algo (miedo, sorpresa, irritación, alegría...).
Observe los ejemplos:
¡Ay!
¿Estás aquí?
¡Nunca te creí capaz de semejante decisión!
¡Apúrate que llegamos tarde!
¡Hum, este postre es una delicia!
4.3 Las funciones sintácticas
4.3.1 La oración
La sintaxis es la parte de la gramática que se dedica al estudio de la oración; constituye el
punto de partida de todo estudio gramatical, pues se basa en las diferentes funciones que
desempeñan los componentes de la oración. La oración es la unidad clave de la gramática,
ya que las unidades menores (fonemas, sílabas, palabras...) únicamente adquieren un
sentido pleno en su contexto.
Oración es la serie o cadena de palabras que transmite un sentido completo. En una
oración encontramos generalmente dos funciones lógicas gramaticales: el sujeto (aquello
de lo que se habla) y el predicado (lo que se dice acerca del sujeto).
Observe el ejemplo:
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El atardecer del domingo despierta con frecuencia un sentimiento de nostalgia.
¿De qué se está hablando?, ¿cuál es el sujeto?: El atardecer del domingo.
¿Qué se dice al respecto?, ¿cuál es el predicado?: despierta con frecuencia un
sentimiento de nostalgia.
4.3.1.1 Algunas precisiones sobre el sujeto
El sujeto puede o no estar explícito o expreso (figurar, aparecer) en la oración en la oración.
Observe el ejemplo:
Nunca hemos pensado en abandonar nuestra tierra.
En la oración anterior el sujeto está implícito (sobreentendido, tácito) y puede deducirse a
partir de la forma del verbo que se incluye en el enunciado (hemos pensado); se dice
entonces que el sujeto se encuentra omitido. En el caso anterior el sujeto es la primera
persona del plural (Nosotros), y el predicado es: Nunca hemos pensado en abandonar
nuestra tierra. Los pronombres personales que cumplen la función de sujetos, designan el
juego posible de relaciones en el acto de hablar, proceso en el que es viable asumir todas las
posiciones; entonces se es yo o nosotros cuando tomamos la palabra; tú, vos, usted o
vosotros, cuando alguien nos habla y él o ella, ellos o ellas cuando se habla de nosotros. En
resumen: los pronombres designan o nombran las posiciones transitorias e intercambiables
que pueden ocuparse en un discurso preciso.
Además de los pronombres, si se toman en consideración todas las otras posibilidades de la
función sujeto en la oración, puede identificarse la presencia del sustantivo como la
palabra más importante del sujeto (núcleo del sujeto). El sustantivo es la palabra que
nombra seres o cosas que pueden ser sujetos de una acción, de un estado o de cualquier
accidente expresado por el verbo que, a su vez, es el elemento más importante del
predicado (núcleo del predicado).
En torno al sustantivo - sujeto o al verbo se colocan las otras palabras que hacen parte de
la oración; éstas se explican y se aclaran unas con otras. Las que hacen parte del sujeto, se
organizan por su relación con el sustantivo; las que corresponden al predicado se organizan
por su relación con el verbo.
a) Las modificaciones posibles del sustantivo
Las palabras que aclaran o explican al sustantivo en el contexto de la oración se dice que lo
modifican. Las modificaciones posibles al sustantivo, pertenezca éste al sujeto o no, son:
Modificaciones del sustantivo por adjetivos o sustantivos adjetivados, usados con la
función de adjetivo
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Observe los ejemplos:
Un hombre cariñoso.
Una mujer guapa.
Un profesor “madre”.
Nota
Es importante no abusar de este recurso al escribir. Si el adjetivo o el sustantivo adjetivado
no amplían la imagen que pretende crearse es mejor suprimirlos. En ocasiones es preferible
confiar en el sentido que posee y expresa el sustantivo en sí mismo. También es importante
escoger bien el adjetivo que más convenga, el que precise más la idea que desea
comunicarse. Por ejemplo: un niño débil, un niño frágil, un niño desprovisto, un niño
vulnerable, un niño abandonado, son expresiones similares, pero no comparten el mismo
significado.
Ensayar la inclusión del adjetivo o del sustantivo adjetivado antes y después del sustantivo,
puede cambiar el efecto e incluso el significado de lo que quiere decirse o escribirse.
Observe los ejemplos:
Un cielo azul coronaba los cerros de Bogotá.
Un azul cielo le vendría bien a esta habitación.
Modificaciones del sustantivo por complementos
Observe los ejemplos:
La pendiente de Monserrate.
Las amplias costas de Colombia.
El Fenómeno del Niño.
El anuncio de la visita del Papa.
Modificaciones del sustantivo por proposiciones
Observe los ejemplos:
El paseo que hicimos la semana pasada.
Ese hecho que me parecía inolvidable.
El sentimiento que me inspira ese rostro.
La paz que tanto ansiamos.
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Modificaciones del sustantivo por aposición6:
Observe los ejemplos:
Diego, mi hijo, ...
Madrid, la capital de España, ...
Juan Manuel Santos, el presidente de Colombia, ...
España, actual campeón mundial de fútbol, ...
4.3.1.2 Algunas precisiones sobre el predicado
Como ya se evidenció la oración es la serie o cadena de palabras que trasmite un sentido
completo; para que los elementos de una oración adquieran sentido, se organizan en dos
partes o grupos oracionales: el sujeto y el predicado. El predicado es la parte más
importante de la oración ya que contiene lo que el hablante quiere comunicar.
En otras palabras, el sujeto es una consecuencia del predicado. Si en una oración se expresa
lo que una persona hace, dice o le sucede, lo lógico es que el enunciado haga mención de
alguien o de algo.
Observe los ejemplos:
Mariana salió hacia su trabajo.
Mariana sufrió un accidente.
Mariana es cantante.
Las tres acciones (salir, sufrir un accidente o ser cantante) se sustentan en un ser que es el
sujeto (Mariana), con respecto al cual se dice algo.
Al igual que el sujeto, el predicado también puede ampliarse, ya sea con complementos (en
el caso de la oración simple) o con otras oraciones (cuando se trata de una oración
compuesta).
a) Las clases de predicado
En español existen dos clases de predicado: el nominal y el verbal.
El predicado nominal es el que dice qué es o cómo es el sujeto; se denomina nominal
porque lo que dice se hace a través de un nombre o sustantivo o mediante un adjetivo o
un adverbio, más el verbo ser o el verbo estar.
Observe el ejemplo: Álvaro Mutis es poeta.
6 Aposición es la yuxtaposición de dos nombres, uno de los cuales aclara o determina al otro. Generalmente el
nombre explicativo va entre comas.
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La palabra poeta, sustantivo, es lo que se dice del sujeto, Álvaro Mutis, por medio del
verbo, ser, conjugado en primera persona del presente de indicativo: es.
El predicado verbal está compuesto por un verbo y sus posibles complementos:
complemento directo, complemento indirecto y complemento circunstancial.
El complemento directo es el objeto sobre el cual recae la acción representada en la
oración; se reconoce al formular la pregunta ¿qué? seguida del verbo.
Observe el ejemplo: Juan Rulfo escribió Pedro Páramo.
7
¿Qué escribió Juan Rulfo? Pedro Páramo. Este es el complemento directo.
El complemento indirecto es el elemento que se ve afectado por la acción que se
expresa en la oración; se reconoce al efectuar los interrogantes ¿para quién? o ¿a
quién?, seguidos del verbo y del objeto directo.
Observe el ejemplo: Mariana compró Pedro Páramo para su hijo.
¿Para quién compró Mariana Pedro Páramo? para su hijo. Este es el complemento
indirecto.
El complemento circunstancial añade alguna información con respecto al tiempo, el
lugar o el modo de la acción que se representa en la oración. El complemento
circunstancial se reconoce al formular las preguntas ¿cuándo?, ¿dónde? o ¿cómo?
Observe el ejemplo:
Mariana compró Pedro Páramo para su hijo, ayer, en la librería.
¿Cuándo compró Mariana Pedro Páramo? ayer. Este es el complemento circunstancial de
tiempo.
¿Dónde compró Mariana Pedro Páramo? en la librería. Este es el complemento
circunstancial de lugar.
Aunque el orden regular de toda oración es SUJETO + VERBO + COMPLEMENTO(S),
esta organización puede variarse para hacer énfasis específicamente en alguno de los
complementos.
7 Juan Rulfo, escritor mexicano (1918-1986) escribió Pedro Páramo en 1955; esta es una de sus más
destacadas novelas. También es autor de El llano en llamas (1953) y de El gallo de oro (1964), adaptado al
cine por Gabriel García Márquez. Recibió el Premio Nacional de Literatura en México (1970) y el Premio
Príncipe de Asturias de las Letras en España (1983).
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Observe el ejemplo: Hoy se publicarán los resultados de la prueba.
En este caso se altera el orden para resaltar que es HOY (complemento circunstancial de
tiempo) cuando se publicarán los resultados de la prueba y no otro día.
Con frecuencia, los adverbios de tiempo o las frases adverbiales se trasladan dentro de la
oración. Debido a la recurrencia de este uso, no es necesario colocar la coma que señala
cualquier cambio en la posición de los elementos de la oración.
Por ejemplo, utilizamos la coma al escribir:
Cuando recibió la noticia, corrió a felicitarlo.
A menos que encuentre un trabajo, debo reducir mis gastos.
Pero no utilizamos la coma al escribir:
En 1969 el hombre llegó a la Luna.
Esta tarde pasaré por tu casa.
4.4 Las clases de oración
La oración es susceptible de clasificarse desde diferentes puntos de vista. Aquí nos detendremos en
los principales:
4.4.1 La oración según sus componentes
A partir de este criterio las oraciones se dividen en unimembres y bimemebres.
a) Oraciones unimembres: son aquellas que no pueden descomponerse en sujeto y
predicado (constan de un solo miembro). Por lo general son expresiones que tienen
significado en sí mismas u oraciones elaboradas con verbos impersonales.
Observe los ejemplos:
¡Auxilio!
¡Buenos días!
¡Aló!
Llovió toda la madrugada.
Se rumora que habrá paro.
b) Oraciones bimembres: son las que se descomponen en los miembros oracionales
básicos (sujeto y predicado), incluyendo aquellas que tienen sujeto tácito:
Observe los ejemplos:
El presidente habló por televisión
Nos veremos mañana.
díselo.
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4.4.2 La oración según el significado
De acuerdo con la intención comunicativa del emisor, las oraciones pueden ser:
a) Oraciones enunciativas: cuando afirman o niegan algo acerca del sujeto.
Observe el ejemplo:
Bogotá tiene problemas de transporte masivo porque no hay metro.
b) Oraciones interrogativas: cuando formulan preguntas, que pueden ser directas o
indirectas:
Observe el ejemplo: ¿De qué equipo de fútbol es hincha?
Nota
En español es necesario que las preguntas tengan ambos signos de interrogación: el de
cierre y el de apertura (¿?); sucede lo mismo con los signos de admiración (¡!). No sucede
lo mismo en lenguas como el inglés, el francés o el portugués, en las que basta con colocar
el signo al cerrar el enunciado.
c) Oraciones desiderativas: cuando expresan un deseo.
Observe el ejemplo: Quisiera redactar mejor.
d) Oraciones dubitativas: cuando expresan duda o incertidumbre.
Observe el ejemplo: Quizá llame, posiblemente venga.
e) Oraciones exhortativas: tienen la intención de convencer o inducir a alguien para que
actúe de una manera determinada.
Observe el ejemplo: Sería bueno que solucionaras ese problema.
f) Oraciones Imperativas: son las que contienen un pedido urgente o una orden.
Observe el ejemplo:
¡Solucione ese problema; hágalo pronto!
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4.4.3 La oración según el número de verbos conjugados que contiene
Según el número de verbos conjugados que contenga, la oración puede ser simple o
compuesta.
4.4.3.1 La oración simple: solo tiene un verbo conjugado.
Observe los ejemplos:
Freud fundó el psicoanálisis.
Corre para adelgazar.
4.4.3.2 La oración compuesta: tiene dos o más verbos conjugados.
Observe los ejemplos:
Freud fundó y aplicó el psicoanálisis.
Corre y adelgazarás.
Ahora bien, dentro de las oraciones compuestas hay diferentes clases, según sea la forma
de unir entre sí las oraciones simples que las conforman:
a) Oraciones yuxtapuestas: son prácticamente oraciones simples que van colocadas en
secuencia, sin ningún nexo gramatical que las una, aunque su misma distribución las
unifica para completar un sentido determinado. La ausencia de partículas relacionantes
en la yuxtaposición permite obtener unos valores expresivos especiales como la rapidez,
la síntesis y la brevedad para poder expresar un momento emocional o una idea.
Observe los ejemplos:
El televisor es de buena marca; durará mucho.
No fui a la universidad, estuve en una cita médica.
b) Oraciones compuestas coordinadas: la relación que hay entre las oraciones
yuxtapuestas aumenta en la cadena hablada y escrita cuando se les vincula mediante
algún nexo o partícula. De este modo se obtienen oraciones coordinadas. Las oraciones
coordinadas no están incluidas unas en otras, ya que sus contenidos pueden entenderse
por separado. La función de las conjunciones en la construcción de oraciones
compuestas coordinadas es establecer secuencias lógicas dentro de las coordinaciones
y en la exposición de las ideas.
Observe el ejemplo:
Nunca aceptaré tus motivos, pero intentaré comprenderlos.
En la oración anterior hay dos oraciones simples: Nunca aceptaré tus motivos. / Intentaré
comprender tus motivos. La palabra pero implica una objeción a la primera oración. En este
tipo de oraciones el enlace se realiza por medio de conjunciones, como en el ejemplo
anterior (pero).
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Las clases de coordinación
Hay diversas clases de coordinación, a saber:
Cuando se enuncia una oración a continuación de otra. En estos casos se usan las
conjunciones y - ni.
Observe el ejemplo:
Juan llega y Ana se va.
Cuando se enuncian oraciones que exponen juicios que no pueden ser verdaderos
simultáneamente. En estos casos se usa la conjunción o - u.
Observe el ejemplo:
Lo tomas o lo dejas.
Cuando se contrapone una oración afirmativa a una negativa o se quiere emitir una
objeción. Estas se construyen con las conjunciones: pero, sino, aunque, al contrario, no
obstante, con todo, sin embargo, a pesar de, más bien, fuera de, excepto, salvo, más que,
antes bien.
Observe el ejemplo:
Te presto el dinero, pero me lo pagas.
Cuando una oración es la causa o razón de la segunda. Igualmente cuando la segunda
oración es una consecuencia de la primera. Estos enlaces se realizan con las
conjunciones: que, pues, pues que, porque, puesto que.
Observe el ejemplo:
Debe estar en casa, pues tiene la luz encendida.
Propuesta de taller
1. Construya un párrafo con oraciones compuestas coordinadas según las relaciones
que usted establezca entre las palabras que conforman las siguientes parejas. (Se
escribe un párrafo por cada pareja de palabras):
Oportunidad/Fracaso
Amor/Alegría
Vida/Muerte
2. Escriba una narración a partir de las siguientes situaciones: una mujer con un arma
en un cuarto; un hombre llorando en el cuarto de al lado; un policía en la puerta de la
casa. Utilice solo oraciones compuestas coordinadas.
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c) Las oraciones subordinadas y el relativo:
Como ya se vio, en una oración encontramos, entre otros, los siguientes tipos de palabras:
sustantivos, adjetivos, adverbios. Salvo el verbo, las funciones de estas clases de palabras
(sustantivos, adjetivos, adverbios) pueden ser desempeñadas dentro de una oración también
por frases o por oraciones subordinadas a la oración principal.
Estas oraciones reciben el nombre de proposiciones. En adelante, hablaremos
indistintamente de oración subordinada o proposición. En el ejemplo siguiente, el adjetivo
nuestro del primer caso es sustituido en los dos últimos por una frase o por una oración
subordinada.
Observe los ejemplos:
Compañero nuestro. (Sustantivo + adjetivo).
Compañero de nosotros. (Sustantivo + frase adjetiva).
Compañero que trabaja con nosotros. (Sustantivo + proposición adjetiva).
La función adjetiva que, como su nombre lo indica cumple normalmente el adjetivo dentro
de la oración, consistente también en modificar al sustantivo y puede ser cumplida por el
participio pasado del verbo (amado, pensado, ido) o por grupos de palabras que forman
frases u oraciones subordinadas con un sentido adjetivo.
Observe el desarrollo de otro ejemplo ya en el contexto de la oración:
El supermercado nuevo ofrece buenos precios.
El supermercado inaugurado ayer ofrece buenos precios.
El supermercado de la esquina ofrece buenos precios.
El supermercado donde compramos ofrece buenos precios.
El supermercado que nos recomendaron ofrece buenos precios.
En las cinco oraciones anteriores, la función adjetiva es la misma: modificar el nombre
(supermercado en este caso), pero solo en la primera es cumplida por una palabra
especializada, el adjetivo (nuevo); en las demás, esta función es desempeñada, en la
segunda, por una proposición con participio; en la tercera, por una frase y en las otras por
una proposición introducida por un relativo.
Nota
Es necesario recordar que el relativo es una palabra que establece el enlace entre la oración
subordinada o proposición y la oración principal.
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El relativo puede ser un pronombre, un adjetivo o un adverbio y la oración subordinada será
sustantiva, adjetiva o adverbial según la función que cumpla con relación a la oración principal.
Las proposiciones adjetivas
A este tipo de proposiciones pertenecen los ejemplos que hemos dado hasta ahora. Pueden
ser introducidas por los pronombres relativos que, cual (cuales), quien (quienes).
Observe los siguientes ejemplos:
Los soldados que combatieron en Vietnam regresaron desmoralizados.
El portero, quien había recibido órdenes estrictas, no la dejó entrar.
Esa señora, la cual no conozco, tiene un lejano parecido con mi abuela.
Los relativos cual, cuales, se usan siempre con artículo; todos pueden ir precedidos de una
preposición.
Observe el ejemplo: Él es el tipo de persona en la cual se puede confiar.
Como puede verse, para la correcta construcción de la oración subordinada es importante
conocer y manejar el sentido de las preposiciones.
Está también el adjetivo relativo, cuyo, con sentido posesivo el cual debe concordar en
género y número con el nombre al que acompaña.
Observe los ejemplos:
Los jóvenes, cuyos apellidos comiencen por A, deben presentarse mañana.
La belleza de las flores, cuya existencia es efímera, lo cautivaba de modo particular.
«En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que
vivía…» (comienzo de El Quijote de Miguel de Cervantes Saavedra).8
Asimismo hay oraciones subordinadas adjetivas introducidas por adverbios relativos:
cuando, donde, como.
Observe los ejemplos:
El lugar donde la conoció permanecerá siempre en su memoria.
La forma como viven muchos niños denuncia una falta de justicia.
En días venideros, cuando esté más tranquilo, te prepararé una comida especial.
8 Miguel de Cervantes Saavedra, autor español (1547-1616), escribió El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha en un período de su vida que aún no ha podido establecerse con precisión. Lo cierto es que ésta,
considerada una de las obras cumbres de la literatura española, se imprimió en Madrid en 1604 y vio la luz
pública en 1605.
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Proposiciones sustantivas
Son las proposiciones que desempeñan el papel de sustantivo como sujeto, complemento
directo, complemento indirecto, complemento predicativo o complemento de un nombre.
Observe los ejemplos:
Quien lo vio con sus propios ojos puede atestiguarlo. (sujeto)
Lo que murmuraban todos desde hace un año llegó apenas ahora a sus oídos. (sujeto)
Cuanto ganaba lo perdía en el juego. (sujeto)
Te ruego que lo mantengas en secreto. (complemento directo)
La fortuna sonríe a quien la corteja con audacia. (complemento indirecto)
No sé cuánto tiempo ha transcurrido desde entonces. (complemento directo)
Proposiciones adverbiales
La palabra que modifica al verbo es el adverbio. Esta función adverbial también la puede
asumir una oración subordinada, introducida por un gerundio, o por una preposición.
Observe los ejemplos:
Lo reprendía gentilmente.
Lo reprendía con tacto.
Lo reprendía procurando no herirlo demasiado.
Lo reprendía como reprende un padre a su hijo.
Las proposiciones adverbiales pueden de varios tipos.
Observe los siguientes casos con sus respectivos ejemplos:
De modo. Se presentaron sin ser invitados.
De tiempo. Renunció cuando nadie lo esperaba.
De lugar. Llegó hasta donde nadie lo hubiera pensado.
De cantidad. Trajimos cuanto nos cupo en la mano.
De finalidad. Calló para ocultar su turbación.
De causa. No vino porque estaba enfermo.
De consecuencia. Tenía tanto miedo que se le erizaron los cabellos.
De condición. Si tienes tiempo, podemos salir a caminar.
De concesión. Aunque tenía buenas notas, no era un buen estudiante.
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De negación. No lograrás convencerme, aunque me ofrezcas el cielo.
De restricción. Hasta donde lo conozco, parece un buen hombre.
En general las preposiciones adverbiales se reconocen porque aclaran o especifican de
alguna forma las circunstancias que acompañan la acción o el hecho designado por el
verbo.
Propuesta de taller
Reescriba las siguientes oraciones. El relativo que está mal empleado, incluya el relativo
que convenga.
a) Fue entonces que ella decidió abandonarlo.
b) Es haciendo gimnasia que se desarrollan los músculos.
c) Fue en 1957 que los rusos lanzaron el primer satélite artificial.
d) Con flexibilidad es que se forma el carácter de los jóvenes.
e) En esa casa fue que nació nuestra amistad.
f) Con esas palabras fue que me convenció.
g) Por la noche es que me siento más solo.
h) No es allí que deben acostarse.
i) Así es que me gusta.
j) En Bogotá fue que lo descubrieron.
Apuntes importantes sobre el uso de que
El dequeísmo: (giro abusivo de que).
En el uso cotidiano es corriente emplear incorrectamente de que en lugar de que, cuando la
oración que comienza con que la precedemos por la preposición de en casos que dependen
de verbos como:
a. Decir, contar, informar, decir, responder, advertir, afirmar, asegurar, etc.
b. Entender, saber, pensar, sospechar, suponer, creer, imaginar, etc.
c. Desear, esperar, pedir, aconsejar, etc.
Observe los ejemplos:
Dice (de que perdió el tren).
Pensaba (de que no vendrías).
Deseo (de que no tardes).
Estos giros son erróneos; lo vemos claramente cuando sustituimos la oración por un
pronombre demostrativo:
Dice (esto) y no Dice (de esto).
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Espero (esto) y no Espero (de esto).
Pensaban (aquello) y no Pensaban (de aquello).
Recordemos que tampoco son correctos estos giros en los casos en que la oración funciona
como sujeto:
Dice: (de que lloverá). Es incorrecto frente a parece que lloverá.
Resulta (de que no ha venido). Es incorrecto frente a resulta que no ha venido.
Es indudable (de que lo hizo mal). Es incorrecto frente a es indudable que lo hizo mal.
Conclusión: debemos cuidar el uso del de que para encabezar oraciones dependientes de
los verbos: decir, entender o de voluntad.
Del “dequeísmo” a la “dequefobia”
Al tratar de corregir el incorrecto uso del de que, es probable que se caiga en la
dequefobia. Es decir, no usar el de que en aquellas oraciones que verdaderamente debe
utilizarse, como en los siguientes casos.
En el evento de que no pague la cuota...
Existe la sospecha de que fue el mensajero ...
Se trata de que escoja lo mejor...
A pesar de que no se presentó...
Habló de que el yogur era bueno para la digestión...
Los dequefóbicos escribirán las anteriores frases sin “de”:
En el evento que no pague la cuota...
Existe la sospecha que fue el mensajero ...
Se trata que escoja lo mejor...
Esta supresión del “de” es tan injustificada, que los mismos dequefóbicos no la harían si no
encontraran el “que” después del “de”.
El temido “dequeísmo” se presenta cuando, a un verbo que no se conjuga con “de”, se le
agrega esta preposición. Ahí sí hay “dequeísmo”. Es error característico de las siguientes
oraciones:
Dijo de que no...
Pienso de que sí...
Es necesario de que regrese...
En las tres es erróneo el “de” y debe suprimirse porque el régimen de conjugación de
“decir”, “pensar”, y “ser necesario” no lo admite. Debe escribirse: Dijo que no... Pienso que
sí y Es necesario que regrese...
Nota
El que galicado. Por influencia del francés, se emplea el que de manera incorrecta, en lugar
de los adverbios donde, como, cuando. Suele decirse: Fue ahí que lo vi. / Es estudiando que
se aprende. / Fue en 1980 que lo conocí. En lugar de: Fue ahí donde lo vi. / Es estudiando
como se aprende. / Fue en 1980 cuando lo conocí.
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5. REGLAS BÁSICAS DE ORTOGRAFÍA: EL CASO DEL ACENTO
En un escrito, la ortografía se encarga de cumplir con el uso adecuado de las letras, signos
y, en general, de las palabras. Es la parte de la lengua escrita que mantiene las normas
acordadas por la comunidad para expresar una palabra.
Algunas personas que carecen del conocimiento de esta herramienta acostumbran
cuestionar su sentido continuamente. Con respecto a tal posición, ¿puede usted imaginarse
cómo se distorsionaría la expresión escrita si cada uno de nosotros hiciera caso omiso de
estas normas y aplicara los grafemas9 a su gusto en un texto? Asimismo ¿cómo podría un
lector diferenciar el sentido con el que se está usando, por ejemplo, la palabra termino si
sabemos que no es lo mismo escribir: término, terminó, termino? Las reglas ortográficas y
la puntuación influyen profundamente en el sentido de un texto, por eso es de primordial
importancia no descuidar esta parte del idioma. A continuación se explicarán algunas reglas
básicas para evitar los errores más frecuentes. En primer lugar se trabajará la acentuación.
5.1 Clasificación de las palabras según la posición de la sílaba tónica
Al pronunciar una palabra, no todas las sílabas llevan la misma intensidad. Toda palabra del
idioma español tiene una sílaba con mayor entonación que las demás10
; esa intensidad de la
pronunciación se denomina acento. Según el lugar que ocupe la sílaba pronunciada con
mayor fuerza las palabras se clasifican en agudas, graves, esdrújulas y sobreesdrújulas.
Las palabras agudas: llevan el acento en la última sílaba. Ejemplos: comer, jugar, sutil, beber,
reloj.
Las palabras graves: llevan el acento en la penúltima sílaba. Ejemplos: dulce, lápiz, mesa, carro,
libro, mano.
Las palabras esdrújulas: llevan el acento en la antepenúltima sílaba. Ejemplos: pájaro, fotógrafo,
teléfono, médico, género.
Las palabras sobreesdrújulas: llevan el acento en la sílaba anterior a la antepenúltima sílaba.
Ejemplos: repítemelo, llévatelo, véndaselo.
Para detectar cuál es la sílaba acentuada de cualquier palabra es aconsejable pronunciar la
palabra y fijarse en qué sílaba se hace el mayor golpe de voz. Un buen ejercicio es decir la
palabra varias veces colocando el acento en cada una de las sílabas hasta encontrar la forma
correcta de pronunciación.
9 Unidad mínima, indivisible y diferenciadora de significado de la escritura de una lengua.
10 Sílaba tónica.
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Propuesta de taller
1. Reconozca cuál es la sílaba acentuada en las siguientes palabras. Transcriba el
listado y encierre en un círculo la sílaba tónica.
Juzgar, amaré, débil, canario, pelícano, víctima, oración, alemán, vuelo, látigo,
cantar, marfil, italiano, tuerca, médico, caracteres, senil, húmedo, lámina, tarea,
cuaderno, mástil, cordero, reptil, avaricia, compás, inventario, móvil, techumbre,
útil, trapecista, correos, tiempo, mareo, medicina, héroe, fértil, hoja, libro, táctica.
2. Clasifique las siguientes palabras. Tenga en cuenta la posición en la que se
encuentra la sílaba acentuada en cada una de ellas. Transcriba el listado y
distribúyalo en cuatro columnas, así: palabras agudas, palabras graves, palabras
esdrújulas y palabras sobreesdrújulas.
aceite, ámbar, proporcional, estarán, botella, sobrecama, índice, detrás, periódico,
ropaje, miércoles, revés, bálsamo, estudiar, sencilla, época, rojizo, cáñamo, dígaselo,
rubor, católico, véaselo, veloz, dedo, alcázar, balneario, volumen, mareo, florero,
vida, águila, taller, electiva, sonámbulo, política, tendencia, milenario, crisis, tríptico,
virus.
5.1.1 El acento ortográfico o tilde
Hay tres reglas básicas para saber cuándo debe o no marcarse la tilde a las palabras.
Observe con atención el siguiente cuadro:
Las palabras agudas llevan tilde cuando
terminan en vocal,
en n o en s.
Observe los ejemplos: sofá, rubí, sillón,
según, canción.
Las palabras graves llevan tilde cuando
terminan en consonante,
excepto
n o s.
Observe los ejemplos: áspid, césped,
fólder, inútil, difícil.
Las palabras esdrújulas y las
palabras sobreesdrújulas
siempre llevan tilde.
Observe los ejemplos: cómpremelo,
dígaselo, mamífero, electrónica, lápices.
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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Propuesta de taller
Transcriba el siguiente listado de palabras y marque la tilde a las que deban llevarla:
alcohol, estaria, cantaro, oseo, escoses, polvora, camisa, vendrian, japones, tabaco,
pesada, perito, petaca, decimo, medula, etiope, celofan, escucharia, timon, marmol,
marroqui, socio, silaba, candor, bicicleta, examen, habil, elastico, terricola, futbol,
prestamo, jardin, carbon, area, compas, cuentamelo, roedor, timpano, boligrafo,
telepatia.
5.1.2 La acentuación de diptongos y triptongos
El diptongo se produce cuando se unen, en una misma sílaba, una vocal fuerte o abierta (a -
e - o) y una vocal débil o cerrada (i - u); también cuando se unen dos vocales cerradas. Si la
sílaba tónica de una palabra tiene un diptongo, la tilde se marca sobre la vocal abierta,
siguiendo las reglas generales de acentuación. Observe los ejemplos: coméis, archipiélago,
amáis, cuántas, también. Si el diptongo está formado por dos vocales cerradas la tilde va
sobre la última, con excepción de las palabras graves como huida, fluido, ruido, etc. Las
vocales débiles acentuadas rompen el diptongo y se separan en dos sílabas que forman un
hiato.
Observe los ejemplos: vacío, hacía, raíz, baúl, capicúa, ganzúa.
El triptongo se forma cuando se unen dos vocales cerradas con una abierta en el medio,
dentro de una misma sílaba. Si la sílaba tónica de una palabra lleva triptongo, la tilde se
marca en la vocal intermedia.
Observe los ejemplos: espiéis, ampliéis, asociéis.
Propuesta de taller
Transcriba el siguiente listado y Coloque la tilde a las palabras que lo requieran. Tenga
en cuenta los diptongos y los triptongos:
invierno, navio, arabe, ambicion, siquitria, renovacion, vendimia, vicio, higienico,
banderin, sugestionar, voltio, viaje, avion, tranvia, corrian, caligrafia, mayoria,
pasteleria, rustico, anoteseme, practico, hincapie, reunio, muriendose, estetoscopio,
ingenieria, sistematizacion, Candelaria, aniversario, murcielago, eucalipto, ignominia,
raponazo, corrupcion, indefenso, autonomia, constitucion, auspiciar, maiz.
5.1.3 La acentuación de los monosílabos
Los monosílabos actualmente no llevan tilde. En el caso de palabras que suenan igual, pero
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tienen distinta función gramatical, se marca la tilde para poder diferenciarlas como en los
siguientes casos:
Él – El
Lleva tilde cuando es pronombre. Observe los ejemplos:
Él vendrá a comer.
Él podrá ayudarte.
No lleva tilde cuando es artículo. Observe los ejemplos:
Él vendrá a comer el próximo domingo.
Él podrá ayudarte a resolver el problema.
Dé – De
Lleva tilde cuando es inflexión (conjugación) del verbo dar. Observe los ejemplos:
Cuando dé reversa mire a través del retrovisor.
No le dé tanta importancia al asunto.
No lleva tilde cuando es preposición. Observe los ejemplos:
Cuando dé reversa mire a través del retrovisor, de lo contrario puede accidentarse.
No le dé tanta importancia al asunto, es un procedimiento de rutina.
Té – Te
Lleva tilde cuando es sustantivo (infusión). Observe los ejemplos:
Tómate el té caliente.
El té es originario del Extremo Oriente.
No lleva tilde cuando es pronombre. Observe los ejemplos:
Tómate el té caliente, te sentará bien.
El té es originario del Extremo Oriente; te averigüé el dato en la enciclopedia.
Sé – se
Lleva tilde cuando es inflexión (conjugación) del verbo saber o ser. Observe los ejemplos:
Yo lo sé bien.
En todo caso sé cuidadoso.
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No lleva tilde cuando es pronombre. Observe los ejemplos:
Yo lo sé bien, en cuanto se dé cuenta del error, va a retractarse.
En todo caso sé cuidadoso; cuando uno se confía suele cometer errores.
Tú – Tu
Lleva tilde cuando es pronombre. Observe los ejemplos:
Tú lo sabes bien.
Espero que tú sepas lo que haces.
No lleva tilde cuando es adjetivo posesivo. Observe los ejemplos:
Tú lo sabes bien, en tu casa no hay espacio para todos.
Espero que tú sepas lo que haces; es tu problema en todo caso.
Mí – Mi
Lleva tilde cuando es pronombre. Observe los ejemplos:
Te burlaste de mí.
Solo me lo dijo a mí.
No lleva tilde cuando es adjetivo posesivo. Observe los ejemplos:
Te burlaste de mí y mi resultado fue superior al tuyo.
Solo me lo dijo a mí; confía en mi hermana, ella es muy discreta.
Sí – Si
Lleva tilde cuando es afirmación o pronombre. Observe los ejemplos:
¡Sí quiero comprometerme! (Afirmación)
Volvió en sí después de un rato. (Pronombre)
No lleva tilde cuando es condicional. Observe los ejemplos:
¡Sí quiero comprometerme! y si no llena mis expectativas le dejo.
Volvió en sí después de un rato, pero si continúa así debe ir al doctor.
Más – Mas
Lleva tilde cuando es adverbio de cantidad. Observe los ejemplos:
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Es más lúcida ahora que antes.
Él es más serio que los demás.
No lleva tilde cuando es conjunción y significa pero. Observe los ejemplos:
Es más lúcida ahora que antes, mas su actitud distante la aísla de sus colegas.
Él es más serio que los demás, mas esta cualidad crea una barrera a su alrededor.
Aún – Aun
Lleva tilde cuando es adverbio y significa todavía. Observe los ejemplos:
Aún no se ha acabado el año.
Espero que aún esté vigente su oferta.
No lleva tilde cuando es conjunción y significa también, inclusive, hasta. Observe los
ejemplos:
Aún no se ha acabado el año y aun los artículos de primera necesidad subieron de
precio.
Espero que aún esté vigente su oferta porque dijo que aun a final de mes podía
negociarse.
5.1.4 Otras observaciones sobre acentuación
a) Las palabras que, como, cual, donde, cuanto, quien, van tildadas cuando hacen parte
de enunciados interrogativos o exclamativos. Observe los ejemplos:
¿Cuál es el motivo de tu enojo?
¡Cómo iba yo a saber!
¿Qué es lo que te preocupa?
¡No entiendo cuál es el problema!
¿Dónde está la comida?
¡Cuánto tiempo sin verte!
b) El verbo haber cuando significa existencia va siempre, en todos los tiempos, en
singular. Observe los ejemplos:
Hubo, hay y siempre habrá conflictos entre los hombres.
La próxima semana habrá presentaciones de teatro callejero en La Candelaria.
c) Siempre se escribe m antes de p y de b. Observe los ejemplos:
Campo, bombón, campesino, empezar, ambición, amplitud, ímpetu.
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d) Las preposiciones a y de antes del artículo el se contraen en al y del. Observe los
ejemplos:
Voy al parque en bicicleta cada mañana.
¡Vengo del centro y había un trancón terrible!
e) Se escriben con h las palabras que empiezan con los diptongos hia, hie, hue, hui.
Observe los ejemplos:
Hiato, huérfano, hiena, huidizo.
f) Se escriben con la terminación sión, las palabras que tienen afines terminados en so,
sor, sorio, sivo. Observe los ejemplos:
Omiso, omisión; opresor, opresión; efusivo, efusión; iluso, ilusión; difuso, difusión
g) Se escriben con s, las palabras terminadas en asca, asco, esco, usca, usco, astro.
Observe los ejemplos:
Peñasco, burlesco, fresca, pardusco, padrastro, verdusco.
h) Se escriben con z, los sustantivos terminados en azón, ezón, derivados de los verbos
cargar y tropezar. Observe los ejemplos:
Cargazón. Tropezón.
i) Se escriben con c, las palabras terminadas en ción, derivadas de los participios ado, ido
y de vocablos terminados en to, tor, torio, tivo. Observe los ejemplos:
Acusado, acusación; definido, definición; maldito, maldición; redentor, redención;
curativo, curación, discreto, discreción.
j) Se escriben con c las palabras terminadas en cia, cio, cie. Observe los ejemplos:
Audacia, palacio, planicie.
Propuesta de taller
Piense en una persona cercana a la que desearía escribir una carta contándole una
situación recientemente vivida. Escriba el texto utilizando, por lo menos una vez, cada
uno de los signos de puntuación desarrollados anteriormente.
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NOTAS PERSONALES Y ACTUALIZACIONES SOBRE EL TEMA:
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6. EL RESUMEN
6.1 PRINCIPIOS GENERALES
El resumen pone a prueba la capacidad de ser sintético, sin sacrificar las ideas
importantes del texto en cuestión.
Resumir no es hacer un plan, ni simplemente tomar notas y notas que luego se ordenan.
Resumir es redactar. El texto logrado debe ser claro, lógico, bien encadenado, de tal
manera que pueda ser leído y comprendido por cualquier lector. El resumen debe ser un
buen reemplazo del texto original para un lector apurado. Si el resumen obliga a volver
al original carece por completo de interés. Su función es la de substituir el texto, debe
servir de puente sólido entre el autor y el lector.
Un resumen no es una colcha de retazos, hecha de fragmentos tomados del texto, ni un
mosaico de frases o expresiones del autor reproducidas tal cual. Resumir significa
asumir el pensamiento del autor y saber expresarlo. Por supuesto siempre habrá frases
afortunadas, conceptos del autor que es mejor usar textualmente, entre comillas. Es
indispensable evitar hacer una simple paráfrasis, es decir, repetir lo que dice el autor
dañándole el estilo.
Resumir no es hacer una reducción: es saber poner en evidencia lo esencial. Esto no se
logra siguiendo pasivamente el orden lineal del texto y reduciéndolo. Así solo se
conseguirá una serie de pequeñas frases sueltas que no configuran un texto. El resumen,
producto de un trabajo de lectura capaz de diferenciar lo esencial y lo accesorio, debe
ser claro, coherente, jerarquizado y centrado sin dudas en lo esencial.
El resumen no es un comentario: es la traducción del pensamiento del autor. No es
entonces lugar para objeciones o críticas. Tampoco para introducir nuestra aprobación o
admiración. El resumen se rige por el mismo principio de la traducción: se da una
versión de lo que dice un autor, versión en la que no cabría, en ningún caso, comentario
alguno del traductor. Comentarios y juicios pueden, sí, formar parte de una discusión
posterior. Si el texto es débil no hay ni que corregirlo ni subrayar lo que el autor no ha
hecho. Esto es solo pertinente cuando se trata de una crítica al texto. En síntesis, se trata
de dar cuenta exacta del texto de la manera más objetiva posible.
Un resumen no es un análisis. El resumen sigue el hilo conductor del autor; el análisis
destaca pensamientos o sentimientos sin preocuparse por el orden del texto. Es entonces
importante definir lo que se pretende hacer.
En el resumen sobran presentaciones o conclusiones, que inevitablemente forman parte
de la estructura del original. Basta titular de qué se trata: "Resumen de..."
El resumen responde a la pregunta: ¿Qué dice el autor?; el análisis responde a los
interrogantes: ¿Qué hace el autor?, ¿Qué ideas me suscita?; el comentario, a la
pregunta: ¿Qué pienso yo y por qué?
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 52
Un resumen es un texto, que debe ser claro, bien redactado, de estilo fácil y consistente.
Un buen resumen es una recreación, no una imitación. Es posible asumir las ideas, no
siempre lo es asumir el estilo de un autor. Se trata de recrear, volver a pensar el texto,
medirlo y medirse con él, discernir la importancia relativa de los elementos, escoger lo
que hay que sacrificar para destacar lo que debe quedar en primer plano, expresar lo
más exactamente lo que se ha comprendido, con claridad y en nuestros propios
términos.
En el resumen no se apela a la imaginación se trata de un ejercicio apto para reconocer
la inteligencia de otro y cultivar la propia.
6.2 MÉTODO PRÁCTICO PARA RESUMIR
No se aprende a hacer un resumen como se aprende mecanografía o la conjugación de los
verbos irregulares. Aquí es necesario desconfiar de procedimientos muy mecánicos.
La experiencia prueba que puede ser muy nocivo subrayar desde la primera lectura un
cierto número de palabras que se juzgan importantes; destacar ciertas frases con lápiz rojo,
multiplicar indicaciones de las partes o relaciones, etc... Estas marcas demasiado rápidas
corren el riesgo de convertirse más en un obstáculo que en una ayuda. Si se hicieron
equivocadamente, pueden impedir que en lecturas sucesivas se adviertan datos esenciales
cuyo valor aún no se ha captado. Si son acertadas, serán una atadura más fuerte de lo que se
cree en el momento de la redacción propiamente dicha y se tenderá a volver a copiar los
términos en cambio de expresar un pensamiento.
Por ello, a nuestro parecer, es mucho mejor leer primero con mucha atención dos o tres
veces el texto propuesto, –y leerlo en voz baja si es posible– pero sin subrayar nada ni
tomar notas. Enseguida, y después de haber cerrado el texto para evitar la tentación de
mirarlo, reflexionar y tratar de expresarse a sí mismo cuál es la idea directriz, el punto de
partida, el encadenamiento lógico, la conclusión, el interés. Si se quiere esto se puede
consignar en borrador, más como ayuda en este esfuerzo que como una primera redacción.
Hasta es posible que no se vuelva sobre estas notas informes, pero este trabajo de reflexión
es importante porque facilita una nueva lectura del texto.
Ahora, si se quiere, se puede subrayar, no necesariamente las palabras o los grupos de
palabras esenciales que ya se tienen muy presentes, sino palabras importantes que no se
captan de inmediato, palabras que recuerden las ideas que no hay que olvidar. No subrayar
frases o partes enteras de frases; una vez más se corre el riesgo de que interfieran en la
redacción. No es aconsejable usarlas tal cual, aún si van entre comillas. Solo es válido
hacerlo una o dos veces en un resumen, según su extensión.
Si una frase o una expresión constituyen la característica de un texto o un autor, y se
considera indispensable e irremplazable, al punto que se decida mantenerla con
conocimiento de causa, en este caso hay que destacarla y encerrarla entre comillas: se
encontrará fácilmente en el momento de necesitarla.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 53
Enseguida, conviene hacerse las siguientes preguntas, simples, casi podría decirse
simplistas, pero fundamentales y siempre muy esclarecedoras a la hora de leer:
¿De qué se trata el texto exactamente?
¿Por qué fue escrito?
¿Qué es lo que el autor pretende dar a entender?
¿En qué punto insiste más?
El título (si lo hay) ¿corresponde a lo que he comprendido?
¿El título que encabeza el texto sorprende después de una primera lectura?
¿Yo habría escogido el mismo?
Si no hay título, ¿cuál convendría?
Estos interrogantes ayudan a discernir bien las ideas expuestas en el texto y destacar lo
esencial en él. No se trata de incluir un título si no es requerido. A veces escoger un buen
título es difícil.
Lógicamente, si el texto que hay que resumir es largo, es necesario establecer a qué plan
responde (en un borrador, mejor que sobre el texto) también, separar netamente las grandes
partes y, sobre todo, notar con cuidado su forma de encadenamiento... El encadenamiento
no es necesariamente lógico (a veces son sentimientos, ejemplos, imágenes las que
producen una relación), pero éste es esencial. No es posible volver a pensar el texto si al
mismo tiempo no se tiene presente la forma como se desenvuelve, cuál es su curso.
Si el texto para resumir es breve, o si se recuerdan bien todos los encadenamientos que
contiene, no es indispensable establecer un plan en borrador, comenzar a redactar de
inmediato, ya que esta redacción plantea cada vez problemas particulares para los cuales no
es posible, de hecho, dar consejos generales que puedan ser realmente eficaces. La única
manera de aprender a hacer buenos resúmenes, es haciendo muchos y corregirlos con
cuidado, confrontando en detalle (cuando sea posible) con los resúmenes de los
compañeros el texto al que hemos llegado... Es sorprende ver la diferencia a menudo muy
grande entre las soluciones adoptadas para dar cuenta de un mismo punto de partida, y las
discusiones que pueden entonces surgir entonces entre alumnos, o entre alumnos y
profesor, para establecer cuál es la versión más exacta y la más fuerte. Si se promueve el
trabajo en pequeños grupos bastante homogéneos y no se prolonga demasiado, la actividad
será fructífera. Comparar lo que cada uno ha comprendido siempre ayuda a entender mejor,
cotejar dos redacciones posibles incita a redactar mejor.
Las aclaraciones adquirirán así su valor práctico y es posible que cada uno, vuelva sobre su
propio resumen, no solamente para corregir sus fallas y omisiones, sino para rescribirlo,
mejorándolo muchas veces en forma notable.
Inicialmente puede proponerse el trabajo individual a partir de textos muy breves, pero no
elementales, que ya presentan algunas dificultades para quien trate de resumirlos en algunas
líneas; luego pueden abordarse textos más fáciles, tal vez, pero más extensos, que
constituyen ya una verdadera exposición, de tal manera que resulta evidente la necesidad de
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 54
un plan. Y, finalmente, puede incursionarse en extensiones más vastas, en las que, en
primera instancia, se pierde la mirada...
Resumir plantea siempre problemas y resolviéndolos puede encontrarse no solamente un
buen resultado académico, sino también un verdadero goce intelectual. La exacta
comprensión de lo planteado y expuesto por los otros es una garantía contra la alienación,
una necesidad para la vida en común y para la felicidad, una exigencia de la acción eficaz
en el medio social al que se pertenece.
Gaillard, Paul; Launay, Claude (1989). Le résumé du texte, París: Hatier. (Traducido y
adaptado del francés por la profesora Yolanda González P. de la Universidad Autónoma
de Colombia, Bogotá, D.C.
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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7. EL COMENTARIO CRÍTICO
El comentario crítico exige habilidades diferentes a las del resumen. Éste último permite
juzgar la capacidad de respetar el pensamiento de otro y de transmitirlo. El comentario
crítico exige expresar ideas personales. En el primer caso nos escondemos detrás del autor;
en el segundo caso, nos afirmamos, si es necesario también contra el autor.
El comentario crítico es un desarrollo que permite expresar un punto de vista personal sobre
un problema que plantea el tema. La respuesta debe estar completamente redactada,
argumentada y estructurada.
7.1 MÉTODO PRÁCTICO PARA COMENTAR
Un punto de vista personal
Ante todo, un principio fundamental: el comentario crítico no debe repetir el resumen. ¿Es
entonces obligatorio entrar en contradicción con el autor? No. La controversia no es
obligatoria. El comentario crítico no consiste en demoler sistemáticamente las tesis
planteadas en un texto.
No se trata de repetir el resumen. Ahora es posible defender la misma tesis del autor.
Simplemente, en este caso, debe hacerse de un modo original. Pueden escogerse otros
ejemplos, otros argumentos, enfocar perspectivas complementarias, evocar lo que suscita
en nuestro fuero interior, contextualizar el asunto en nuestro medio para establecer los
matices del caso.
Sin embargo, el hecho de que este ejercicio se llame comentario crítico muestra que es
deseable que éste dé lugar a un debate. Cuando se expresa un punto de vista personal, es
aconsejable, para empezar, antes de formular la propia tesis, mostrar que se han
comprendido los argumentos de la parte contraria.
El problema planteado por el tema11
La pregunta es una forma muy eficaz de plantearse un problema, pero no la única. El tema
de discusión debe plantearse como un problema claramente formulado. Una vez aclarados
los datos del problema, proponer una posible solución.
11
Este punto debía plantear más bien “el aspecto planteado por tema”, ya que no siempre quien analiza y
escribe acerca de un asunto se ubica en una situación problemática. De hecho, el mismo texto plantea que “…
La controversia no es obligatoria. El comentario crítico no consiste en demoler sistemáticamente las tesis
planteadas en un texto”. Hago esta observación y, no obstante dejo planteada la estructura del “Método
práctico para comentar” tal como la presentan sus autores y la traductora. (GAILLARD, Paul y LAUNAY,
Claude), referenciados al final. (Nota del profesor).
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 56
Argumentado
Un problema que se plantea debe resolverse como un problema de matemáticas, es decir,
con demostraciones. Es entonces necesario que el razonamiento avance con
argumentaciones, pruebas, ejemplos. Es siempre importante demostrar apoyando el
razonamiento en lo concreto.
Argumentar implica analizar. El análisis explica al autor, capta la estructura lógica del
texto. Pone en evidencia la idea principal, las secundarias y su relación (argumentaciones,
ilustraciones, refutaciones, limitaciones de un sentido...) Una lectura analítica se separa del
orden enunciado, porque busca los pasos o movimientos del pensamiento del autor, para
aclarar qué es lo que se propone. Analizar entonces sí es hablar a nombre propio,
previamente aclaradas las razones del autor, es posible hacer anotaciones personales,
recurrir a ejemplos suplementarios que ayuden a comprender, se puede dar la opinión
personal, sin que se confunda con las ideas del autor.
Estructurado12
Lo que se ofrece para la discusión no es un montón de datos: es una construcción. En el
comentario crítico, la introducción no debe forzosamente destacar o explicitar un problema,
entonces puede ser muy breve e ir rápidamente al corazón del problema.
Completamente redactado
Este punto, en general, no plantea muchos problemas. Sin embargo recordemos que no es
aconsejable contentarse con un plan muy detallado. Este ejercicio tiene como objetivo
verificar la capacidad de formular problemas. Es entonces necesario redactar con eficacia y,
si es posible, con elegancia.
GAILLARD, Paul; LAUNAY, Claude, La discussion, París: Hatier, 1989, (Traducción del francés y
adaptación al castellano de Yolanda González).
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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12
Cabe señalar que estas dos condiciones finales (“Estructurado” y “Completamente redactado”, son
universales, es decir, aplican para cualquier tipo de texto por cuanto todos deben cumplir con las condiciones
de coherencia, cohesión y concordancia correspondientes.
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8. LA RESEÑA13
La palabra reseña proviene de la voz latina “resignare” que significa tomar nota, escribir,
apuntar. En diversos manuales se ha descrito a la reseña como un resumen crítico y un
juicio de valor sobre el contenido de un texto (libro, ensayo, artículo, informe, seminario,
conferencia, película, etc.). También se ha considerado que la reseña puede hacerse sobre
diversos tipos de obras: científicas, literarias, políticas, filosóficas, etc.
Según las anteriores aclaraciones, puede inferirse que la reseña es un tipo de texto que
implica, para quien la realiza, dar razón en forma crítica acerca de... Este tipo de texto se
conserva en la línea de producción del resumen, pues subyace también la exigencia de
realizar síntesis de otro texto; sin embargo, se hace una exigencia adicional: emitir una
valoración sobre aquello que se resume.
La reseña constituye uno de los tipos de textos académicos que evidencia las diferentes
formas de comunicación propias del aula, pues hace posible la legitimación de los saberes
en estudio durante los procesos de enseñanza y aprendizaje.
8.1 ALGUNOS ASPECTOS TEÓRICOS ACERCA DE LA RESEÑA
DEFINICIÓN
La reseña es una exposición breve y crítica, elaborada en prosa, con base en un texto,
generalmente recién publicado, que busca difundirse y valorarse ante la comunidad por
parte de aquel que la elabora. El contenido de la reseña desarrolla las ideas más importantes
expuestas por el autor (como en el resumen) y evalúa tales ideas en varios sentidos: desde
el punto de vista de la relación existente entre ellas (alcances y contenido), desde el punto
de vista de su impacto en el marco general de conocimiento en el que se inscribe la obra
(nivel de aporte), en cuanto al estilo empleado por el autor. Este tipo de evaluación se
realizará de acuerdo con la intención del reseñista y de sus posibilidades de valoración.
El estilo de la reseña es más flexible que el del resumen. Puede ser directo, indirecto o
combinado. De la manera en que el reseñista proponga la presentación del texto; depende
también la orientación que se le da al lector sobre la obra reseñada. Por ello puede
afirmarse que, en una reseña, se aporta una versión personal referida al texto objeto del
escrito.
ELEMENTOS
Desde un punto de vista formal, la reseña consta de: 1) la descripción de la fuente. Al
igual que en el resumen, este tipo de texto exige la presentación precisa de la fuente
reseñada, mediante la ficha bibliográfica que debe encabezar el escrito. Así mismo, el
reseñista debe firmar, bien sea al comienzo o al final del escrito, como señal de
13
Documento preparado con base en los desarrollos de Ruiz, Luis Ignacio y Cárdenas, Ninfa Stella (2006).
En: Ferrer Franco, Yury, Peña Gutiérrez Joaquín, Et Al. Hojas para escribir. Bogotá: Universidad Autónoma
de Colombia.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 58
responsabilidad intelectual sobre lo expuesto en la reseña. 2) la exposición del contenido
de la obra (sus ideas fundamentales, los procedimientos de desarrollo utilizados, los
argumentos fundamentales y las conclusiones); y, 3) el juicio crítico: análisis que se
efectúa de la obra, señalando sus aportes o sus fallas. La presentación de la información
(resumen), puede intercalarse con las valoraciones que realiza el reseñista mediante un
estilo que puede ser más fluido. También se puede optar por presentar primero el resumen
de la obra y posteriormente las valoraciones elaboradas.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Reseñar es un ejercicio de interpretación de segundo nivel, por cuanto exige no solo una
comprensión suficiente para poder dar razón de los contenidos (como en el caso del
resumen), sino que también implica una toma de posición epistémica y discursiva por parte
de quien reseña. El reseñista ha de tener un conocimiento previo sobre el tema en general,
lo cual le permitirá valorar la información del texto reseñado en un campo disciplinar o de
saber particular. De igual manera, ha de hacer una lectura crítica de la obra objeto de la
reseña, con un alto grado de objetividad, para determinar la calidad de los aportes de la obra
al campo de saber en el que se inscribe: sus aciertos, sus proyecciones, sus falencias o sus
omisiones.
Desde este punto de vista, se observa que la exigencia intelectual de producir una reseña
obliga un desarrollo epistémico (del saber) y discursivo (conciencia de ser emisor de
conceptos y opiniones en el contexto sociocultural académico) del sujeto que reseña. Quien
produce y difunde una reseña asume una doble responsabilidad: por una parte, comprender
de manera suficiente la obra reseñada para garantizar una información fiable al lector; por
otra, tener una conciencia clara del impacto que tienen las opiniones en los medios escritos
Vale la pena recordar que una reseña constituye muchas veces una orientación de lectura
para el lector potencial de la obra reseñada.
VALOR
La reseña es un dispositivo bastante útil en la perspectiva del desarrollo de lectores y
escritores críticos. Los estudiantes abocados a escribir reseñas, no solo anclan saberes para
sí mismos, pues deben resumirlos y reestructurarlos, sino que van requiriendo de un
ejercicio intertextual (búsqueda de otras perspectivas sobre el mismo saber) con el fin de
poder llevar a cabo la valoración de los textos reseñados.
Desde este punto de vista, la producción de reseñas involucra una dinámica importante en
el aula que propende por la necesidad de elaborar suficientes conocimientos que garanticen
a un sujeto su capacidad para reseñar. Será necesario, entonces, hallar nuevas fuentes para
confrontar; comprender mejor los diferentes campos del saber para poder establecer
relaciones entre los textos y ellos; desarrollar estrategias de opinión; y valorar el impacto de
las opiniones, entre otros aspectos.
Vista como un ejercicio intelectual, la reseña resulta ser un apoyo importante para el
propósito de establecer relaciones entre conocimientos curriculares que van
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 59
construyéndose. Permite al profesor observar el nivel de elaboraciones de los estudiantes y
la significación que le atribuyen a los distintos conocimientos con los que tienen contacto.
8.2 UN BUEN EJEMPLO:
Lecciones del pasado
La reforma universitaria de la Nueva Granada (1820-1850). John Lane Young (traducción
de Gloria Rincón Cubides). Instituto Caro y Cuervo-Universidad Pedagógica Nacional, Santafé
de Bogotá, 1994, 206 págs.
El prefacio del libro de John Lane Young da
cuenta de un hecho extraordinario: Colombia
"fue la primera nación independiente del
Nuevo Mundo que asumió seriamente la
reforma de la educación superior". Y si se
amplía el horizonte al mundo entero, se halla
que los primeros esfuerzos por crear una
universidad moderna se hicieron en dos
países: el primero fue Alemania, impulsados
por Wilhelm von Humboldt, hermano de
Alexander, el gran explorador de la América
tropical. Ello no sorprende, para una nación
de grandes filósofos y hombres de ciencia.
Pero lo que sí admira es que el segundo país
fuera Colombia, en los remotos Andes. En
Colombia se dieron pasos, antes que en los
Estados Unidos, en Francia o en Inglaterra,
para adaptar la enseñanza universitaria a las
demandas de un mundo radicalmente nuevo,
producto de la revolución industrial, la
expansión comercial y las luchas sociales
dentro del capitalismo. ¿Cómo fue esto
posible en un país donde no había industrias
— mucho menos revolución industrial—,
donde la falta total de caminos dificultaba el
intercambio mercantil aun entre las
provincias contiguas, y donde apenas había
concluido la lucha por la independencia?
¿Qué clase de reforma universitaria fue ésta?
¿Cuáles sus características? ¿Cuáles sus
obstáculos, alcances y protagonistas?
Young ofrece un análisis profundizado de la
acción del gobierno de la Nueva Granada,
principal agente y promotor de la reforma
universitaria, durante los tres primeros
decenios republicanos. Los episodios
cruciales de esta historia son la reforma de la
educación superior dentro del "Plan de
Estudios" del vicepresidente Francisco de
Paula Santander, publicado en 1826, y la
expedición del "Decreto del Poder Ejecutivo
(de 1o. de diciembre de 1842) organizando
las universidades", redactado por Mariano
Ospina Rodríguez. Ambas reformas,
inspiradas en la Ilustración neoborbónica,
buscaban poner la enseñanza universitaria al
servicio del progreso "moral" y material de la
Nueva Granada. Esto sucedió en una época
en que la pequeña elite intelectual, que en
gran proporción repartía su tiempo entre
cargos oficiales y la enseñanza universitaria,
ponía el dedo en la llaga del profundo atraso
de la nación y debatía los medios para
conducirla por la senda del "verdadero
progreso". Las reformas educativas que
estudia Young tienen como trasfondo la
convicción, compartida por la minoría
ilustrada, de que a la Nueva Granada, por sus
inmensas riquezas y su posición geográfica
privilegiada, le esperaba un alto destino en el
concierto de las naciones. Como escribió
Manuel Ancízar hacia el final del período
escogido por Young, "educación, industria,
caminos, inmigración, son fases de una sola
necesidad nacional, y elementos correlativos
e inseparables del progreso tal como lo piden
las peculiares circunstancias de estos países,
tan henchidos de vitalidad, tan vacíos de
movimiento y vida". La educación, y en
particular la educación superior, representaba
la base primordial del progreso. Al menos en
teoría.
Los resultados fueron muy inferiores a las
expectativas. Pero para un acucioso
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 60
observador contemporáneo, como Young, los
medios adoptados por el gobierno para dar
cumplimiento a esta estrategia y los
incidentes de su aplicación son tan
importantes, o quizá más, que sus efectos
inmediatos.
El tema presenta muchas facetas y suscita un
sinnúmero de interrogantes. Young
selecciona exitosamente los de mayor
relevancia y organiza su exposición de una
manera lógica y equilibrada. En el primer
capítulo, sobre los antecedentes borbónicos
coloniales, el autor da una rápida mirada a la
estructura y los contenidos de la educación
superior en los decenios anteriores a la
Independencia. Dos universidades, la
Javeriana y la de Santo Tomás, que no eran
instituciones de enseñanza sino juntas
examinadoras, otorgaban títulos en las tres
profesiones tradicionales: derecho, medicina
y teología. La Ilustración, en su versión
neogranadina, encontró poderosos obstáculos
para manifestarse en las aulas. Los célebres
proyectos de Francisco Antonio Moreno y
Escandón y las medidas sancionadas por
virreyes progresistas, como Antonio Guirior y
Antonio Caballero y Góngora, no llegaron
más allá del papel. Pero, como observa
Young, la experiencia de la Expedición
Botánica, el papel de Mutis y sus discípulos,
particularmente Caldas, y aun la breve visita
de Humboldt, señalaba una nueva dirección.
Los artículos del Semanario de la Nueva
Granada, por ejemplo, "son evidencia de que
los granadinos estaban comenzando con
entusiasmo a ocuparse de su propia
investigación en los campos de la astronomía,
la botánica, la geología y la meteorología".
Young está, desde luego, más interesado en el
detalle de lo que aconteció después, en los
primeros decenios republicanos. No obstante,
las disposiciones de 1826 y 1842 son en
esencia sucesivos refinamientos de
inquietudes que despertaron simultáneamente
con las ideas revolucionarias que guiaron a la
Independencia.
Young evidencia las tensiones existentes
dentro de la educación superior en la Nueva
Granada entre 1820 y 1850. Ante todo, la
confrontación entre las tradiciones de origen
colonial y las ideas de cambio, que tomaron
cuerpo en las reformas de Santander y
Ospina. Como señala Young, "la derogatoria
del monopolio dominico de los títulos
académicos señaló un comienzo vigoroso".
En el mismo año 1826, cuando tuvo lugar
esta derogatoria, se crearon tres
universidades, una en Bogotá, para la Nueva
Granada, otra en Caracas, para Venezuela, y
la tercera en Quito, para el antiguo reino del
mismo nombre. En los dos años siguientes los
colegios provinciales de Popayán y
Cartagena, en la Nueva Granada, fueron
promovidos al rango de universidades. El
Congreso de ese año aprobó un currículo que
Young califica como "maravillosamente
rico". Cada universidad debería tener una
escuela de medicina, una biblioteca, un jardín
botánico, un laboratorio de química y una
imprenta, y se impondría la enseñanza de
"conocimientos útiles", a saber, matemáticas,
química, física experimental, astronomía,
botánica, agricultura, mineralogía y zoología.
Tal fue el sueño —poco más que un sueño—
de los legisladores de 1826. El general
Santander se ocupó de elaborar los detalles
administrativos y legales de un gran proyecto
educativo que Young sintetiza así: "[...] el
Plan de Estudios representaba el control
nacional de la educación superior, el
monopolio universitario de la capacitación
profesional, los altos niveles académicos, un
curriculum moderno y una cierta libertad
académica". El plan de Santander, pese a sus
excelentes intenciones, se vio entorpecido por
inmensas dificultades que generaron un
marcado contraste "entre los que Santander
'estableció' y lo que vino a ser la situación
real". Entre otros aspectos, Santander "no
pudo asegurarles a las universidades el
monopolio de la educación superior, porque
no estaba en capacidad de restringir los
colegios a un curriculum no profesional".
Tampoco consiguió que se pusieran en
práctica las medidas tendientes a garantizar
un alto nivel académico, pues muy pronto el
Congreso adoptó disposiciones para
suavizarlas. En suma, hacia 1840 en la
universidad de Bogotá era evidente "el
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 61
desacuerdo político, al igual que el deterioro
del nivel académico".
Las implicaciones de las reformas de
Santander y de Mariano Ospina se aprecian
mejor en el análisis que Young hace de la de
Ospina, que ocupa seis de los ocho capítulos
del libro. Claramente, este énfasis obedece a
exigencias de la exposición. Inicialmente,
Young se detiene a examinar la selección,
nombramiento y origen social de los
docentes. Una cuestión interesante concierne
al grado en que los nombramientos se hacían
por motivos políticos. Ospina tenía para ello
las armas en sus manos, por cuanto él mismo
fortaleció las prerrogativas del poder
ejecutivo en esta materia, y recibió del
Congreso el poder de mantener a los docentes
en interinidad. Pese a que Young no
encuentra pruebas suficientes que permitan
"sacar un juicio conclusivo en cuanto a si
Ospina excluyó a sus enemigos políticos de
los cargos docentes", ofrece ejemplos de
individuos distinguidos que ejercieron la
cátedra bajo la presidencia de Tomás
Cipriano de Mosquera (1845-1849), y que
previamente no habían sido tenidos en cuenta
por Ospina por razones políticas. Otro factor
que desempeñaba importante papel en la
selección eran las conexiones familiares, lo
cual reducía todavía más la categoría de los
elegibles.
Parte esencial de cualquier reforma educativa
de gran alcance es, desde luego, la de los
contenidos. En un capítulo en el que abundan
las estadísticas de matrícula estudiantil y
número de profesores en las universidades de
Bogotá, Popayán y Cartagena durante el
período 1842-1850, Young muestra, por una
parte, la prioridad que se otorgaba a la
"educación preparatoria", impartida en las
"Facultades de Filosofía y Letras" adjuntas a
las universidades. Por otra, el énfasis en el
currículo universitario. Derecho, medicina y
teología continuaban siendo las disciplinas
preferidas por los estudiantes. Ospina,
persuadido de que la nación se había
equivocado al capacitar de modo exclusivo
individuos para "gobernar, hacer leyes y
constituciones", introdujo en su reforma
medidas para hacer más difícil el ingreso a las
tres disciplinas tradicionales. Favoreció, en
cambio, la educación en materias científicas y
técnicas.
Desde el punto de vista de Ospina, la
anarquía política podría reducirse y la
economía recibiría nuevo vigor si se diera
prioridad a "los asuntos industriales y a las
ciencias útiles, especialmente aquellas
relacionadas con la agricultura". Para ello,
restringió a las universidades la preparación
de abogados y doctores, con el objeto de que
los colegios provinciales orientaran sus
recursos hacia la ciencia y las artes
industriales. Esta medida no fue popular entre
los colegios provinciales ni mucho menos
entre estudiantes, que sentían perjudicados
sus intereses. Solo un colegio, el de Santa
Librada en Cali, introdujo el currículo
completo de ciencias. En consecuencia,
aparte de las universidades, la educación en
este campo se limitó a varios colegios
privados, el más notable de los cuales fue el
Colegio del Espíritu Santo, fundado en
Bogotá por Lorenzo María Lleras en 1845.
La inclinación por la educación científica en
la Nueva Granada alcanzó su expresión más
elaborada bajo la administración del general
Tomás Cipriano de Mosquera. Young
circunscribe su análisis a los hechos básicos
de la Política educativa de Mosquera, quizá la
más ambiciosa en todo el siglo XIX. Sin
duda, dicha política fue estimulada por los
mismos motivos que lo impulsaron a
contratar ingenieros extranjeros para la
apertura de caminos y un arquitecto de origen
escocés-danés, Thomas Reed, para la
construcción de un pomposo capitolio en
Bogotá. Mosquera creó un Instituto de
Ciencias Naturales, Físicas y Matemáticas,
especie de superinstitución que incorporaba
las escuelas de ciencias de las universidades
de Bogotá, Popayán y Cartagena, y
comprometió una parte importante de los
recursos fiscales del país en la compra de
costosos materiales y equipos de laboratorio y
la contratación de profesores extranjeros, a
saber, Giusseppe Éboli, para la cátedra de
química en Popayán, Bernard Lewy para la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 62
de Bogotá, y el matemático Aimé Bergeron,
para esta misma ciudad. Young documenta
bien los fracasos de Éboli y Lewy, el primero
de los cuales no pudo cumplir sus funciones
académicas por falta de recursos
universitarios, y el segundo no quiso hacerlo,
quizá en razón de su peculiar carácter. Mejor
suerte tuvo Mosquera con el Colegio Militar,
su otro gran proyecto educativo. Creado por
ley de lº de junio de 1847, el Colegio Militar
fue a la vez "un paso hacia la
profesionalización del ejército" y "un paso
atrás en la militarización de la sociedad",
como bien anota Young, y proporcionó a la
Nueva Granada, por vez primera, ingenieros
civiles, agrimensores y topógrafos
adecuadamente entrenados.
No obstante el entusiasmo por la educación
científica demostrado por Ospina y
posteriormente por Mosquera, las consabidas
profesiones tradicionales: derecho, medicina
y teología, seguían tan saludables como antes
y mantenían su primacía dentro del panorama
universitario de la Nueva Granada. "Cada una
de estas profesiones —anota Young— [...]
era un campo de controversia y reforma". A
ellas dedica el capítulo más extenso de su
libro. Quizá la reforma que motivó más
controversia tuvo lugar en el campo del
derecho, cuando el general Santander
introdujo para la enseñanza el texto
Principios de legislación universal del
filósofo utilitarista británico Jeremy Bentham.
El cura Margallo lo condenó como fuente de
impiedad y herejía, y fue sucesivamente
suprimido y restablecido hasta 1842, cuando
Ospina lo suspendió definitivamente. Young
observa con claridad la compenetración, de la
política y la educación superior,
particularmente, manifiesta en el hecho de
que los legisladores, normalmente abogados y
frecuentemente docentes, no solo "tenían un
conocimiento directo de la problemática de
las universidades", sino que eran ellos
mismos quienes firmaban las disposiciones
que las afectaban.
La educación teológica era un terreno tanto o
más polémico que el del derecho. Santander
había estipulado cursos de derecho canónico,
pero "nunca reconoció los títulos en esta
materia". Ospina, por su parte, tenía una
visión pragmática. El clero podía ser útil para
promover la lealtad de las masas y mejorar su
educación, e incluso para difundir
conocimientos en los campos de la
agricultura y la economía rural. Pero, además,
Ospina fortaleció los seminarios, según
explica Young, "no principalmente para
capacitar sacerdotes, sino más bien para
recuperar el lugar que la Iglesia había tenido
en la educación de los laicos". Otros aspectos
que explora Young son los relativos al control
de la educación eclesiástica por parte del
Estado, y los conflictos asociados con la
orden jesuita desde su regreso a la Nueva
Granada hasta el gobierno de José Hilario
López.
Las facultades de medicina presentaban un
conjunto de problemas totalmente distinto, en
un país donde, según datos de Young, la
proporción de habitantes por médico en la
región andina, que era donde había médicos,
era comparable "a la que se obtiene hoy en
las partes menos desarrolladas de África". Era
evidente que se necesitaban más médicos,
mejor capacitados. Una parte de la respuesta
a esta situación la dio la reforma de Ospina.
Esta reforma exigía experiencia clínica como
requisito para el título, lo cual fue una
contribución importante para remediar el más
grave defecto de la educación médica
anterior, que era solo teórica. Young entra en
detalles sobre aspectos tan fundamentales
como las facilidades hospitalarias y los
programas y textos de enseñanza.
El tema de las finanzas universitarias lo
aborda Young desde dos puntos de vista. En
primer lugar los costos para el estudiante,
tanto de matrícula como de vivienda y
manutención, que constituían la parte más
gravosa del presupuesto estudiantil. Los datos
que aporta Young a este respecto, como en
varios otros temas, difícilmente se encuentran
en otras obras. En segundo lugar, los costos
de funcionamiento de las universidades y las
fuentes de financiación, que no en todos los
casos eran enteramente ortodoxas. Vale
mencionar la mina de Naya, de donde la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 63
Universidad de Popayán extraía parte de sus
ingresos con base en el trabajo esclavo.
El último capítulo, que está seguido por una
sección de conclusiones y un epílogo en el
cual se bosqueja la evolución de la
universidad colombiana hasta bien entrado el
siglo XX, analiza la libertad de enseñanza.
Esta expresión sintetiza en gran medida la
política educativa de los gobiernos de José
Hilario López y José María Obando. Young
ve en la ley de 15 de mayo de 1850 sobre
libertad de enseñanza "la apertura de una
nueva era". No es para menos. El artículo 16
de dicha ley estipulaba que "se suprimen las
universidades".
La reforma universitaria de la Nueva
Granada (1820-1850) es un libro sólidamente
fundamentado sobre una vasta
documentación de archivo, publicaciones
oficiales del siglo XIX, programas y textos
escolares, leyes y decretos, libros, prensa,
folletos y hojas sueltas del período en estudio,
y una selección de fuentes secundarias en las
cuales figuran varias tesis doctorales de
universidades norteamericanas, sin publicar
en la fecha de elaboración del manuscrito.
Algunas de ellas permanecen inéditas. Este
libro en sí mismo fue también originalmente
una tesis doctoral presentada por el autor ante
la Universidad de Columbia. Llega al público
colombiano en general con un retraso de 25
años desde su culminación. Es evidente que
en las universidades extranjeras existe un
vasto acervo de conocimiento sobre
Colombia que permanece inutilizado, o solo
al alcance de un reducido número de
académicos. Es urgente que estos aportes
salgan a la luz y se difundan, y que este
esfuerzo editorial del Instituto Caro y Cuervo
y la Universidad Pedagógica Nacional se
multiplique.
EFRAÍN SÁNCHEZ CABRA
Referente: Boletín Cultural y Bibliográfico. Número 38. Volumen XXXII, editado en 1995.
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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8.3 UN MAPA ÚTIL PARA ESTRUCTURAR UNA RESEÑA
Propuesta de taller
Escriba la reseña de este cuadernillo.
Seleccione un texto de su preferencia (entre los ya leídos) y elabore una reseña del
mismo.
¿CÓMO SE DA CUERPO A UNA RESEÑA?
1. Fuente bibliográfica
(referente).
3. Juicios valorativos del
reseñador (o el ejercicio de una
subjetividad controlada).
2. Elementos reconstructivos
del texto leído.
1. Unidad temática.
2. Secuencia significativa.
3. Pertinencia argumental.
EVALUACIÓN
FORMA
CONTENIDO
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 65
9. EL ENSAYO, PARA ESCRIBIR14
Joaquín Peña Gutiérrez15
Es natural que quien nunca ha escrito un ensayo, encuentre dificultades cuando
intente hacerlo. Pero en el caso presente, las dificultades no provienen del ensayo
como se acostumbra a decir en los medios estudiantiles y, en general, entre el
público que se ve abocado a escribir uno, sino de la incompetencia de la persona; de
su falta de, primero, saber escribir y, después, saber escribir ensayos. Porque saber
escribir y saber escribir ensayos es algo que se aprende como se aprende a manejar
la cuchara para llevarla alternativamente a la boca y al plato en un movimiento
continuo, así unos la cojan con el pulgar, el índice y el corazón, y otros la agarren
atravesando el cabo en toda la mano como si no fuera una cuchara, sino un machete.
Las palabras que siguen no tienen el propósito de enseñar a elaborar un ensayo; solo
pretenden acercar a un lector más o menos desconocedor del tema, la noción de
ensayo, su estructura y algunas dos ideas más que giran alrededor de las
mencionadas. Si el lector extrae de aquí elementos que le permitan escribir un
ensayo, ello será una ganancia necesaria, pero extra al objeto de este escrito.
El ensayo es una forma de escritura expositiva –usa la exposición, al contrario de
otras formas como el cuento o la novela que utilizan la narración y/o la descripción–
, de extensión muy variada –desde una página o menos, hasta libros completos de
más de cuatrocientas páginas–, en donde el autor presenta su punto de vista sobre
algún aspecto de la realidad –la vida, la muerte, el juego, las muchachas, el baile,
el profesionalismo, la honradez, los comienzos de la pintura rupestre, navegación en
autopistas, ley y Estado, la ingeniería industrial frente al desafío económico, las
matemáticas como forma de pensar, injusticia y violencia en la Colombia de la
década del 80 y políticas educativas de los últimos cuatro gobiernos en Colombia,
etc. –, en un escrito que tiene introducción, desarrollo y conclusiones. Se
mencionan, entonces, cuatro aspectos claves del ensayo: naturaleza expositiva,
extensión variada, tema universal y estructura.
Sobre los dos primeros no vamos a decir nada porque consideramos que no
presentan problemas de comprensión, aunque sobre la extensión, no solo de un
ensayo sino de cualquier trabajo, es bueno decir de una vez –solo nos anticipamos a
la pregunta del estudiante: ¿...Profesor; y cuántas páginas hay que escribir?– que un
escrito tiene las páginas que necesita; una vez que se le haya dado el desarrollo
necesario, allí se acaba y la cantidad de páginas ocupadas es el número de páginas
14
Ferrer Franco, Yury, Peña Gutiérrez Joaquín Et Al (2006). Hojas para escribir. Bogotá: Universidad
Autónoma de Colombia, pp. 191-195. 15
Profesor del Área de Literatura, Departamento de Humanidades, Universidad Autónoma de Colombia.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 66
que tiene; son las que se necesitaron para decir cuanto hay que decir sobre el tema
escogido.
Obsérvese que la tercera característica está dada porque el autor presenta su punto
de vista sobre algún aspecto de la realidad. Esto quiere decir que un ensayo no puede
tratar sobre todos los aspectos de un tema; ni siquiera sobre dos aspectos del mismo
tema, al mismo nivel de importancia en desarrollo. Digamos que, si se encuentra un
ensayo que se llame como cualquiera de los primeros siete enunciados arriba –la
vida, la muerte, el juego, las muchachas, el baile, el profesionalismo, la honradez–,
con seguridad, no va a tratar sobre todos los aspectos, por ejemplo, de la vida
(origen, evolución, la vida entre los esquimales, la vida cotidiana, la duración de la
vida en los mineros bolivianos, alimentación y vida, etc.), sino que el ensayo tal vez
desarrolle uno de los aspectos que es posible decir sobre la vida; por ejemplo, qué
sentido tiene; en este caso el ensayo podría titularse El sentido de la vida.
Existe, por consiguiente, en el comienzo del ensayo, antes de empezar su escritura,
la necesidad de escoger un tema y, a su vez, delimitarlo; es decir, tocarle solo un
aspecto al tema escogido. De la delimitación que se haga del tema, depende la
extensión del ensayo. Si se escoge El origen de la vida, el ensayo resulta más
extenso que si se escoge El sentido de la vida que, fíjese, es muy distinto a escoger
este otro aspecto del mismo tema: El sentido de la vida en el mundo occidental que,
sin duda, es muchísimo pero muchísimo más extenso que si el tema es El sentido de
la vida en los Nukak Makú.
Los dos último títulos, de paso, nos conducen a tratar otro aspecto sobre el ensayo.
¿Qué necesita, fundamentalmente, una persona para escribir un ensayo, descontado
el hecho de que tiene que hacerlo? La respuesta no es otra que saber acerca del tema.
Si el autor sabe acerca del tema, escribe su ensayo de inmediato y se acabó el
cuento. Si no, tiene que investigar, averiguar, consultar en distintas fuentes (libros,
documentos gráficos, arquitectura, personas, etc.)
Si va a escribir ensayos sobre los dos últimos títulos, cada uno de ellos nos presenta
una posibilidad distinta en cuanto al método de investigación. El primero lo
podríamos desarrollar con base en consulta bibliográfica –consulta de libros; de
fuentes escritas–; el segundo, mirando una película que existe sobre la comunidad
Nukak Makú y, sobre todo, conociéndola; haciendo un estudio de campo; visitando
a la comunidad; viviendo en ella porque sobre estos indígenas, que se sepa, no
existen estudios. Cuando la persona se enfrenta con un tema, a veces no sabe si
existe o no documentación sobre él. Este ‘laguito de ignorancia’ se navega
fácilmente. Se va a las bibliotecas y se averigua. Cuando la persona sale de la
biblioteca ya sabe qué tan factible es su tema; ya sabe qué tan realizable es, al
menos, en cuanto a la existencia de publicaciones que puede consultar.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 67
El ensayo, decíamos, es un cuerpo que tiene tres partes: introducción, desarrollo y
conclusiones. (No es del todo cierto, pero es positivo si se cree que esa estructura la tiene
cualquier tipo de trabajo y si tratamos de darle esa conformación a los nuestros).
En la introducción pueden ir varias cosas como justificación, motivos, metodología
y otras, pero es suficiente que sea mencionado el objetivo del ensayo. (Véase el
primer párrafo de este escrito). ¿Qué es lo que persigue el autor al escribir el
ensayo? La respuesta enuncia el objetivo. Todo cuanto no tenga relación con el
desarrollo del objetivo, sale; no tiene por qué estar ahí; es impertinente.
El desarrollo presenta la argumentación conveniente y necesaria para conseguir el
objetivo. Es la penetración en el tema; constituye un profundo campo de vértigo
tanto para el autor como para el lector; se atraviesan nuevas puertas del saber; se
transita por campos desconocidos del conocimiento; el autor y el lector saben,
maravillados, las más de las veces complicadamente maravillados, que fuera de sus
mundos existen otros mundos que se los apropia mediante la escritura, mediante la
lectura del ensayo. El desarrollo siempre es la parte más extensa del ensayo. Esto,
desde luego, en relación con la introducción y con las conclusiones en donde se
presentan los resultados del desarrollo en relación con el objetivo planteado, y
pueden presentarse, además, consideraciones sobre otros posibles desarrollos, sobre
temas o subtemas que se deriven de los resultados.
ACERCA DEL ENSAYO. IMPORTANTE, ¡POR VERDADERAMENTE
ÚTIL!: ¡Amplíe y contraste! lo expuesto en este ensayo con lo planteado por
Gómez Martínez, José Luis en la edición digital del libro Teoría del ensayo,
disponible en la siguiente dirección electrónica:
http://www.ensayistas.org/critica/ensayo/gomez/
NOTAS PERSONALES SOBRE EL TEMA:
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Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Facultad de Ciencias y Educación. Profesor Yury de J. Ferrer Franco, Bogotá, 2013 68
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