mellan Polismyndigheten, Dorotea kommun, Lycksele kommun ...
Goethe - Herman y Dorotea
-
Upload
jndelamora18 -
Category
Documents
-
view
276 -
download
0
Transcript of Goethe - Herman y Dorotea
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
1/269
Acerca de este libro
Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.
Normas de uso
Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:
+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos
propósitos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.
Acerca de la Búsqueda de libros de Google
El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
https://books.google.com.ar/books?id=q4s6AAAAcAAJ&hl=eshttps://books.google.com.ar/books?id=q4s6AAAAcAAJ&hl=es
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
2/269
V.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
3/269
ú
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
4/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
5/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
6/269
- A .
-
a
^
/ T B
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
7/269
Esta novela
y
las que componen la colee*
clon se hallan venales en las librerías
siguientes»
Valencia.
Madrid...
Toledo....
Cuenca....
Cadi-í
Sevilla....
Granada.
Cordoba..
Jaen
Málaga....
Badajoz...
Salamanc
Corulla . . .
Santiago.
Burgos....
Valladol..
Bilbao
Vitoria...
Santand..
Cabrerizo.
Calleja.
Hernandez.
Feijóo.
Hortal.
Hidalgoyc*
Puchol.
Berard.
Carrion.
Carreras.
Passini.
Blanco.
Calvete.
Homero.
Villanueva
Boldan.
García.
Barrio.
Iticsgo.
Pamplon. Longás.
Zaragoza.
Polo.
Calatayud Larraga.
Barbastro
Lafita.
Barcelona
Sierra.
Tarragon. Berdeguer
Tortosa... Puigrubi.
Reus Sanchez.
Murcia....
Benedilo.
Orihuela. Berruezo.
Alicante.
Iticr.
Cartagen.
Benedito.
Palma Guasp.
Cáceres...
Burgos.
Oviedo....
Longoria.
Orense.... Pazos.
Ferrol
. . . . .
De
Tejada
Habana...
Jlamos.
Pueito-Kic-Echeveste,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
8/269
■
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
9/269
( /
, < i < / { i V t < -
< r . < / /
, r . K v ; r < K t
P a g . .
I ' ' '
/ . . . . . . -
* . w / . - / . • ■ ■ •
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
10/269
HUE
4
W
POEMA
ALEMÁN
2M
aiebvt
^ o j ' í l j c .
Publícala
en español
TERCERA EDICIÓN.
Ssfrt&KCtrtj
IMPRENTA
DE CABRERIZO.
1842.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
11/269
BIBLIOTia£C
Steat8bibliplhek„.
Münclien :h
Es
propiedad de
la casa
de Cabrerizo.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
12/269
^©WlílTEffíl]© ^
El
traductor
de
eíte
poe
ma, tan
conocidoy
aprecia
do
en
Alemaniay
en Fran
cia
, ha procurado
ser fiel
en
todo
,
no
solo
al
sentido
de la traduccion
de Bitau-
be,
reconocida por exacta,
sino
aun al mismo
jénero
de
estilo
;
persuadido á que
en
la
noble
sencillez
de
éste, consiste el principal
mérito de las
obras
del
ini
mitable Goethe. Si ha sido
feliz
en
su
trabajo,
toca
al
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
13/269
público y á los literatos que
conocen el orijinal decirlo:
y
entre
tanto
solamente
re
clama su indulgencia ,
y
para
precaver alguna
críti
ca infundada, advierte que
por
poderosos
motivos
ha
tenido que
suprimir
algu
nos trozos, no convenien
tes á nuestras
costumbres,
y
alterar
levemente
el
prin
cipio
del canto
sexto.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
14/269
©©&§>^1&<
CANTO
PRIMERO.
El
infortunio
compadecido.
ll o, jamás
v i tan desiertas
ni estas
calles,
ni este merca
do;
parece
una
ciudad
aban
donada y como
muerta
; no
quedan, á mi parecer, cin
cuenta
de sus
moradores.
¡Cuanto
puede
l a curiosidad
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
15/269
8
¡todos
van, todos corren á ver
e l t r i s t e
espectáculo
de
esos
prófugos
infelices:
desde
aqui
hasta
l a
calzada por
donde de
ben pasar,
hay una
leguecita,
y l a
andan en
medio del dia
y
entre
e l
ardiente
polvo
del
camino
No dejaria yo
mi
asiento para
ver
l a desgracia
de
ese
pobre
pueblo ,
que
abandona
¡ay
con
lo que
pudo salvar, l a
otra o r i l l a
tan
hermosa del Rhin, y viene á
nosotros vagando por
e l
di
choso
recodo
y l a s
sinuosi
dades
de
este
valle
florecien
t e . Digna eres de alabanza, ó
mujer
mia, y fue
una mues
tra
de
tu
bondad, enviar á
nuestro
hijo
para
repartir
á
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
16/269
9
esos
desdichados nuestro
lien
zo
usado,
alimentos y bebi
das;
porque
dar,
a l
f i n ,
es
obligacion del r i c o . . . .
—¡Que
bien gobierna nuestro Her
man,
y
como
va
sujetando
nuestros
fogosos
caballos
El
cochecillo recien fabricado,
parece muy lindamente : y
cuatro
personas,
sin e l coche
ro sobre su pescante, pueden
i r
en
e l
cómodamente
senta
das.
¡Cuan Jijeramente
rueda
y va dando l a vuelta á l a ca
l l e Asi
hablaba
con su mu
jer
e l
patron
del
Leon
de
oro ,
descansando junto a l
mercado, á l a
puerta
de su
casa, y dejándose llevar del
hilo de sus ideas.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
17/269
IO
—Amigo
mio, responde
su económica compañera,
no
gusto
comunmente
de
prodi
gar l a ropa que
desechamos,
porque puede ser ú t i l
t a l
vez,
ynecesitaríamos volver á com
prarla;
pero
hoy,
cuando
sen
t í hablar de niños
y
ancianos
desnudos, di
con
tanto
placer
mucha parte de l a s mejores
camisas y sábanas ¿Me per
donas?
Tambien
tu
armario
ha contribuido, y particular
mente he
dado
tu bata
del mas
esquisito algodon, y aquella
indiana
de
flores,
forrada
de
lana f i n a ; era
ya antigua,
usa
da, y
fuera de
toda moda.
El vijilante patron se son-
e; y—Siento, dice, no
obs
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
18/269
II
tante, un poco
esa
bata, y
esa
indiana
de esquisito a l
godon;
no,
no
l a
hallaremos
igual;
pero a l f i n , ya no
l a
l l e v a b a . . . .
Ahora
ciertamente
es preciso
presentarse
con
l e
vita
y
b o t a s . ,
porque
ya
se
han
desterrado l o s gorros y l a s
chinelas
—¡Ah por esta parte, in
terrumpe ella, vuelven algu
nas
jentes de l a s que fueron
á
ver
á l o s fujitivos; s i n du
da han
pasado
todos.
¡Como
traen
l o s
zapatos blancos de
polvo
¡que
inflamados
vie
nen, y
como
se enjugan
el
sudor con l o s pañuelos No,
en verdad, no i r i a
yo tan l e
jos,
en l o mas
caluroso del
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
19/269
12
dia, para
presenciar
una es
cena
que
a f l i j i r i a
mi
corazon;
me contentaré
con
oír lo que
cuenten.
—
¡Que
rara
vez, esclama
el
patron con
tono de segu
ridad,
viene
un
tiempo
tan
hermoso para semejante co
secha Encerraremos el trigo
en l a granja, como
pusimos
l a
avena,
sin
llover
siquiera
una gota;
e l
cielo está des
pejado;
no
tiene l a mas leve
nube, y e l viento que sopla
del éste, derrama
un suave
frescor:
este
es un
tiempo
constante,
y e l
trigo
está ya
en l o s campos perfectamen
te maduro; mañana comen
zaremos
á
cubrir
l a
tierra
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
20/269
i3
con l a mas preciosa mies.
En
tanto que é l iba hablan
do,
se
aumentaba
mas
y
mas
el tropel
de
hombres y mu
jeres atravesando el merca
do
,
y
volviéndose á sus
casas.
Eu
e l
rincon
opuesto,
e l
rico
vecino , mercader opulento
del
pueblo,
llegaba rápida
mente con sus hijas en el
coche descubierto
( fue
f a
bricado
en
Landau)
delante
de l a
casa
recien reparada:
l a s
calles
se
reanimaron,
por
que l a
ciudad,
aunque corta,
estaba
poblada,
y
se
aplica
ban en e l l a á
varias
especies
de fábricas y
comercio.
El íntimo par seguia
con
l o s
ojos
l o s
movimientos
de
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
21/269
14 .
J
aquel
tropel, divirtiéndose en
hacer diferentes observacio
nes.
—
Mira,
dijo a l
f i n
l a
apreciable patrona, e l pár
roco
se
acerca
hácia aqui
acompañado
del farmacéuti
co,
nuestro querido
vecino,
nos contarán l o
que han
visto
en ese espectáculo que no
inspirará alegría.
Acércanse
amistosamente
saludando á
l o s esposos
,
y
sentándose junto
á ellos
en
l o s
bancos
de madera, sacu
dian e l polvo de sus zapatos,
y
se
hacían
a i r e
con
sus
pa
ñuelos: despues de
l o s
cum
plimientos recíprocos , to
mando e l
farmacéutico l a
pa
labra,
dice
casi
con
enfado.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
22/269
i5
—
¡Estos son l o s hombres
Sucede
una desgracia á su
prójimo, y
todos acuden an
siosos á considerarla
;
todos
corren para ver l a s llamas
destructoras de
un incendio,
ó
para
mirar
como
va
t r i s t e
mente un pobre
reo
a l su
plicio: ahora mismo todos se
pasean
fuera de nuestra ciu
dad
para
contemplar
l a
des
gracia de
esos
infelices
lan
zados de sus tranquilos hoga
r e s ,
y
nadie piensa
que
acaso
bien
presto
puede padecer
igual
infortunio.
Esa
f a l t a
de
reflexion es
para
mí imperdo
nable; mas no obstante,
es
natural
en el carácter
hu
mano.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
23/269
r6
El venerable pastor, lleno
de juicio y prudencia, toma
la
voz
á
este
tiempo:
era
e l
honor del pueblo, y se acer
caba, en
su
juventud,
á l a
madurez de l a edad; conocia
l a s
varias
escenas
que forman
l a vida humana, y d i r i j i a sus
discursos
a l
provecho de
sus
oyentes; y convencido en su
corazon de
l a
importancia de
l o s libros sagrados
que
nos
descubren
l a
naturaleza del
hombre j r l o s f i n e s de l a
Pro
videncia,
había buscado tam
bien
nuevas
luces
en
l o s
escri
tos de aquellos
varones
que
consagraron sus v i j i l i a s á l a
ilustracion
de su s i g l o .—No
gusto,
dijo,
de
reprender
una
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
24/269
*7
inclinacion
que l a naturale
za,
tan
buena
madre,
no
dio
* 1 hombre para
perderle, por
que
á veces esa inclinacion
irresistible que l e gobierna,
produce lo que
no siempre
podrian
l a
intelijencia ni
la
razon. Si no convidase a l hom
bre
l a
curiosidad
con sus
po
derosos encantos, ¿habría co
nocido
nunca
l a
portentosa
hermosura
de l a s relaciones
que
unen á todos l o s seres de
esta
vasta naturaleza? Atráele
a l
principio
l a novedad, des
pues
va
buscando
l o
ú t i l
con
ardor infatigable} a l f i n
aspira
á l o bueno por
escelencia,
y
esto es l o que l e eleva y le
dá
todo
su
precio.
En
su
ju
2
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
25/269
i8
ventud l e acompaña una ale
gre
compañera
,
y
l a
i r r e f l e
xion que l e oculta e l riesgo,
borra
en
e l
mismo instante l a s
huellas del pesar que ya pa
s ó . Estimemos a l
hombre que
en
su
edad
madura
y
en
l a
paz
de l a
razon,
se libra de
esta
embriaguez ,
y
muestra
con suceso su actividad en l a
fortuna
próspera
y
contraria;
sus esfuerzos crean l o bueno,
y
reparan
todas
sus
pérdidas.
La impaciente
patronadice
a l
momento con
un tono ca
riñoso:
—
Contadnos l o
que
habeis visto; eso es
lo
que yo
deseo.
—Difícil
será
, repuso
el
farmacéutico
con
aire
esprc
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
26/269
i9
,
sivo , volver l a
alegría
á mi
corazon ,
despues
del infor
tunio
que
he
presenciado:
¿ n i
quien bastará á contar lanta
variedad
de
desgracias reuni
das en una sola? Antes de
bajar
a l
prado advertimos
ya
de
lejos
una densa
nube
de
polvo, y
sin
distinguir l o s ob
jetos, vimos l a muchedum
bre
vagando
de
colina en
co
lina
en
toda
l a
estension
de
nuestra vista; mas luego que
entramos
en
e l
camino que
atraviesa oblicuamente ese
valle,
¡ay
á
pesar
del
tro-
Eel y
l a confusion de
honi-
res
á
pie
y de carros, v i
mos harto
á
l o s
infelices
que
iban tristemente
pasando.
El
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
27/269
ao
aspecto de cada cual nos
dio
á
conocer
cuantas penas y
amarguras
acompañan á un
fujitivo, y cuan suave placer
esperimenta de haber apro
vechado e l único y
rápido
ins
tante
de
salvar
sus
d i a s .
Los
numerosos enseres que
pue
de encerrar una
casa ,
y
á
l o s
cuales
señala e l prudente
dueño
e l
lugar
mas
á
propó
s i t o para
hallarlos
a l momen
to,
porque nada hay que no
pueda aprovechar; todo esto
¡ t r i s t e
espectáculo venia car
gado
sin
orden
en
varios
car
ruajes y carretas, y embala
do
con
precipitacion:
el ce
dazo
y l a
manta iban
sobre
e l
guardarropa;
l o s
bancos
de
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
28/269
21
cama en J a
artesa, y l o s
col
chones sobre e l espejo ; y á
l a
manera
que
vimos
ha
vein
te años, en e l espantoso in
cendio , turba e l riesgo tanto
la
razon
,
que se
salvan
l o s
muebles mas
despreciables,
y
se abandonan los mas precio
sos;
a s i
ahora, cansando en
vano
l o s
bueyes y
l o s
caba
llos, acarreaban sin reflexion
cosas de poco precio, como
tablas viejas
y antiguos
t o
neles, ó
l a
pollera y
e l g a l l i
nero,
y
l a s mujeres y niños
se
sufocaban
llevando
fardos,
y
canastos
y
cestos
de cosas
inútiles;
¡tanto l e
cuesta a l
hombre de dejar l a menor de
sus
posesiones y
del
mismo
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
29/269
32
modo l a muchedumbre, atre
pellándose ruidosamente,
se
adelantaba
hácia aqui por el
polvoroso camino. Uno , con
ducido
por débiles caballe
r í a s , caminaba con lentitud;
otro
queria
correr;
a l l á
se
a l
zaban confusos clamores de
mujeres y niños hollados, y
el mujir de l o s animales, y
e l
ruidoso
ladrar
de
l o s
per
ros, y l a voz
lamentable de
l o s ancianos y enfermos, sen
tados
en
l o s
lechos ,
y vaci
lantes
en l o mas alto de
un
carro
pesado,
y
cargado
es-
cesivamente. Mas á l a falda
de un montecillo , l a rueda
empujada
del
gran tropel se
sale
del
eje,
y
rechina;
vuel
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
30/269
a3
ca e l carro precipitándose a l
foso, y con
e l
violenlo im
pulso
se
ven
arrojados
l o s
hombres
por medio
del
cam
po
lanzando
espantosos g r i
tos; l a caida,
con todo,
es f e
l i z
;
l o s
cajones
no
caen
tan
presto
,
ni á tanta
distancia
del carro ; mas el
que
pre
senciaba
este desastre ,
se
guramente
esperaba
ver con
horror
á
estos
infelices
opri
midos del enorme peso. Que
da roto
el
carro
a l l i ,
y l o s
hombres sin
socorro,
porque
los
demas
van
pasando
por
delante con
rapidez,
pensan
do solo en su propia suerte,
V arrastrados por e l torrente
del impetuoso tropel : corre
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
31/269
.34
mos á los primeros, y aque
llos ancianos y enfermos
que
apenas
podian
sufrir
sus
lar
gos dolores
descansados en
sus lechos, los encontramos
tendidos en tierra cubiertos
de
heridas,
dando
quejas y
la
mentos inútiles, abrasados de
los rayos del sol , y ahogados
entre las nubes del polvo.
Entonces conmovido pro
fundamente
y
lleno
de
com
pasion: ¡Ah pueda, dijo
el patron
, encontrarlos mi
hijo Herman , y vestirlos y
reanimarlos.
No
quisiera
ser
yo mismo testigo de
su
infor
tunio,
porque
padezco al ver
á
un desdichado; ysolamente
l a relacion
de tantos
trabajos
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
32/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
33/269
36
Y tú, esposa mia, tráenos
aquel frasco
de
buen vino pa
ra
disipar
l a
t r i s t e z a
;
bebería
mos
aqui con disgusto, y
an
darian zumbando l a s moscas
alrededor
de
l o s vasos.
Van-
se
todos
a l
salon, y
desfrutan
de
su frescura.
La patrona trae con cuida
do sobre un
p l a t i l l o
de
esta
ño, redondeado
y
luciente,
un
frasco
l i s o
lleno
de
aquel
vino precioso
y
cristalino,
con
l a s t r e s verdosas copas consa
gradas a l licor, dulce don de
las
viñas
del
Rhin.
Estaban
los
tres
personajes
sentados
alrededor de
una
mesa re
donda, bruñida,
encerada,
l u s
trosa, y sostenida
sobre pies
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
34/269
a7
sólidos:
a l punto se
encuen
tran
los vasos del
patron y
del
párroco,
y
dan
un
brillan
te
sonido,
mientras
el
farma
céutico con el suyo permane
cia inmóvil y pensativo,
has-
la
que
le
hizo
el
patron
un
desafío amistoso , dirijiéndo-
le estas palabras:
> Amigo , vecino mio,
bebamos; hasta
ahora
l a
pie
dad de Dios
nos
ha
librado
de
ese terrible desastre, y debe
mos
esperar
que
continúe su
proteccion; porque ¿quien no
la
reconoce
,
s i
desde
aquel
castigo
tan
riguroso que
nos
hizo sufrir cuando el incen
dio, siempre nos ha enviado
continuos motivos de
gozo,
y
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
35/269
28
ba
cuidado de
nosotros
con
tanto esmero,
como
suele cui
dar
e l
hombre
l a s
niñas
pre
ciosas de sus o j o s , e l masque
rido de todos sus
órganos? ¿Nos
negará en adelante su protec
cion
y
su
amparo?
En
l o s
r i e s
gos se empieza á ver todo e l
poder
de su
brazo; mas esta
ciudad floreciente , llena de
sus bendiciones,
¿querrá otra
vez
arruinarla,
y
aniquilar
nuestras obras , despues
que
por
nuestras manos l a sacó
de sus
cenizas?
—
Perseverad
en
esa
es
peranza, responde e l digno
pastor con voz suave y sere
na:
esa confianza da a l hom
bre dichoso tranquilidad y ra
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
36/269
zon; presenta a l desventura
do e l mas sólido consuelo, y
fomenta
en
nuestras
almas
l a
esperanza mas gloriosa.
El patron entonces , ha
blando
como hombre firme
y
juicioso:
—
¡Cuantas
veces,
dice,
a l volver
de
cualquier
viaje que emprendí
por
mis
negocios, saludé con
admira
cion l a s ondas majestuosas
del
Rhin
Siempre
me
pare
cia magnífico, y
me inspira
ba
sentimientos
é
ideas subli
mes; mas nunca pensé ver
muy
presto
su
hermosa
o r i l l a
sirviéndonos de baluarte con
t r a l o s
franceses,
y
su ancha
madre de foso
d i f í c i l de
s a l
tar: de
esta suerte ayuda
l a
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
37/269
3o
naturaleza á l o s valientes j e r -
manos, y a s i
nos defiende
e l
Señor.
¿Quien
querrá,
pues,
entregarse á un desaliento
in
sensato? Los guerreros están
cansados
, y todo
anuncia l a
paz.
¡Quiera
e l
cielo
que
cuan
do
llegue e l
dia solemne de
esta f i e s t a tan deseada (en
tonces
en
nuestra iglesia re
sonarán l a s campanas, con
certadas
con e l
órgano
y
con
e l agudo clamor de l a trompa,
acompañando el Te Deum
elevado) ¡quiera e l cielo
tambien
que
entonces,
ó
res
petable
pastor,
decidido
ya
mi Herman, se presente
en
e l altar con
l a
esposa que
ha
escojido,
y
pueda
siempre
en
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
38/269
3i
lo venidero presentarse á mis
ojos el
dia
de esta fiesta ven
turosa,
celebrada de
todos
los
pueblos,
como hermoso
ani
versario de una alegría domés
tica
Mas veo con
pesar á
es
te
joven
tan celoso
y
activo
á nuestra
vista,
indolente y
obscuro fuera
de ella; no se
muestra
entre
las jentes, y
aun huye de la compañía de
las jóvenes
doncellas
y del
placer
de
la danza,
que
bus
ca con tanto afan toda nues
tra
juventud.
Diciendo
estas
palabras,
aplica el oido ; escuchábase
cada
vez mas
cerca el
distan
te
ruido
de
los caballos
hi
riendo
con
su
planta
el
suelo;
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
39/269
32
oíase tambien
e l
rumor de a l
gun
carruaje
, y
ahora en es
te
instante
mismo,
con
rapi
dez estremada, entra bajo l a s
bóvedas
de l a casa resonan
do
como
e l trueno.
CANTO SEGUNDO.
Hermán.
JLiuego que
e l
joven
Her
man,
de
gallarda
figura, se
hubo presentado en l a s a l a ,
dirije
e l
párroco hacia
é l sus
penetrantes
miradas;
y
estu
diando
sus
facciones
y
todo
su
semblante, como un observa
dor que sabe distinguir
de f i
sonomías, le dice sonriendo-
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
40/269
33
I
se
con
aire de confianza
: —
»
Volveis
muy
trocado, Her
man; nunca
os
he visto
tan
vivo, ni han mostrado vues
tros ojos tan profunda conmo
cion
: e s t a i s sereno,
contento;
facilmente
se
advierte
que
abeis dado
a l i v i o
á
l o s
des
dichados,
y recojido
sus
ben
diciones.
—
Si
mi
conducta
merece
elojios,
l o ignoro ciertamen
te, responde e l joven con se
riedad; mas os contaré
l o
que
he hecho ,
siguiendo
l o s
im
pulsos
de
mi
corazon.
Vos,
madre mia, tardasteis
dema
siado en buscar y
escojer ves
tidos; a s i e l
l i o se
formó
tar
de,
y
el
cuidado de
poner
en
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
41/269
34
e l cajon del birlocho alimen
tos
y
bebidas,
se
llevó
bas
tante tiempo. Cuando salien
do de
l a
ciudad me adelanté
hacia el
campo,
encontré
l a
muchedumbre
de
nuestros
conciudadanos que ya volvian
á
sus
casas con sus mujeres
é hijos : l o s fujitivos
habian
pasado. Redoblo entonces mi
celeridad,
y
tomando
e l
ca
mino del pueblo donde
debian
descansar
esta noche,
iba
pen
sando en mi intento,
cuan
do
descubrí
un
carro
de
só
lida construccion,
tirado por
dos
bueyes de
l o s mas
altos
y vigorosos de l o s
países es-
tranjeros; y
á
su
lado
cami
naba
con
paso
firme
una j ó
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
42/269
35
ven gobernando aquellos ani
males
terribles
con
una
vara
larga, ora
escitándolos, ora
reprimiéndolos , y llevando
siempre e l
carro con precau
cion.
Luego
que
me
vio
se
acercó
con serenidad á mis
caballos, y
d i j o :
»No siempre
fue tan t r i s t e nuesLra fortuna
como
hoy veis
en
este
cami
no,
ni
nunca
estuve
yo
acos
tumbrada
á s o l i c i t a r . de los
estranjeros un don concedido
quizá
con disgusto, por liber
tarse
del
clamor
del
desgra
ciado; pero l a necesidad me
precisa hoy á pedirlo :
a l l i ,
sobre
l a paja queda tendida
l a esposa de un hombre Opu
lento;
acaba
de
dar
á
luz
una
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
43/269
36
criatura;
estaba
próxima
á su
término
cuando
l a
coloqué
en
este
carro, y apenas
pude
s a l
varla
con
estos bueyes; a s i
llegamos mas
tarde que los
demas fujitivos; no tiene ya
l a
i n f e l i z
mas que
un
soplo
de vida, y l̂ pobrecito recien
nacido está
desnudo en
sus
brazos. No
podemos
aguardar
de
nuestros
compañeros
de
desgracia
ningun
auxilio
e f i
caz, y
aun es dudoso que
l o s
alcancemos en e l
pueblo
mas
inmediato, donde descansa
remos
este
dia;
creo
que
ya
habrán pasado. Si s o i s , pues,
de estas cercanías, y s i por
casualidad
no os
incomodase
s a c r i f i c a r
algun
lienzo,
dadlo,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
44/269
3 7
buen joven; s í , dadlo á es
tos
prófugos
sin
ventura.
» Tales eran sus
palabras,
y entre tanto l a parida, sin
color , desfallecida
,
y sos
teniéndose apenas ,
me
mira
ba
con
suma
atencion.
No
lo
dudo, l a
dije
a l
f i n ; alguna
celestial inteligencia habla á
veces a l corazon de
l o s hom
bres
sensibles,
y
les
hace
co
nocer l a s penas que su her
mano está
pasando; porque
mi madre, ya presintiendo
vuestro infortunio ,
me
dio
con
que
socorreros
: y
desa
tando a l momento e l l i o , l a
doy l a bata
de mi
padre, l a s
camisas y l a s sábanas. La j o
ven,
en
su
alegría,
me
da
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
45/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
46/269
59 .
dome
ofra
vez
gracias, anima
sus
fuertes
bueyes,
y
parte
a l momento e l
carro.
»Aun tardaba en alejarme,
y detenia mis
caballos,
por
que
mi
corazon estaba
dudo
so
entre
e l
intento
de
seguir
rápidamente hácia
e l
pueblo,
para repartir á otros
infelices
alimentos
y bebidas, ó e l de
entregárselo
todo
á
aquella
joven, á f i n de que ella l o s
distribuyese
con
mayor
dis
cernimiento; pero no tardé
mucho en resolverme; ygu
¡an
do en pos de e l l a mis caballos,
y alcanzándola
en
un instan
te : joven amable, l a dije, no
solo
confió mi madre
á
mi
pie
dad
ese
lienzo;
diome
alimen
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
47/269
4o
tos
tambien y
bebidas,
y l l e
nó
de
todo
e l
cajon
de
mi
bir
locho con abundancia : me
in
clino á depositar cuanto t r a i
go
en
tus
manos , y creo que
de esta manera cumpliré me
jor
su intencion;
porque
tú
sabrás
repartirlo
segun
l a s ne-
nesidades, y l a s conoces me
j o r . »Haré buen
uso
de vues
tros
dones
,
me
respondió
l a
doncella;
serán de l o s mas in
felices , y vos consolareis su
corazon. Abriendo
a l punto
e l
cajon
del
birlocho,
saco
los
gruesos jamones
,
l o s panes,
los frascos
llenos
de cerveza
y vino, y
lo
pongo todo en
sus manos;
mas l a hubiera
da
do
con
gusto;
pero
el
cajon
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
48/269
4i
quedó
ya
vacío.
Ella
colocó
con
cuidado
mis
dones
á
los
pies de l a parida, y se
a l e j a ;
y yo con mis veloces caballos
rae vuelvo
hácia
l a ciudad.
Galló aqui
Herman
,
y
el
vecino,
siempre
amigo de
con
versar, esclamó: »¡Guan di
choso
es en
estos dias de fu
ga y de turbacion e l hombre
que
vive
aislado
en
su
tran
quila morada,
y
no ve
tem
blar en sus brazos á sus h i
jos y á su esposa,
refujiados
en
su
seno Ahora es cuando
yo
conozco
toda
mi felicidad;
y
por todo e l oro del
mundo
no quisiera en estos tiempos
llamarme
padre
ni esposo. Ya
quise huir
varias
veces,
y
jua
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
49/269
4a
té mis efectos mas preciosos,
mi
antigua
v a j i l l a
de
plata,
y
l a s cadenas y l o s anillos de
mi difunta madre, que aun
conservo;
mas siempre
a l
f i n
habría
abandonado
muchas
cosas
d i f í c i l e s
de
reemplazar;
sentina, v . gr., aunque su va-
lor no es
grande,
mis
raices
y mis simples recojidos con
tanto
esmero;
pero
dejando
en mi
casa á
mi proveedor,
sentiré menos haber de s a l i r
de
e l l a . Si
consigo poner en
salvo
mi
dinero y
mi
perso
na,
ya
está
libre
cuanto
ten
go; y un soltero tiene alas
cuando se resuelve á huir.
—Vecino
mio, responde
el
joven
Herman
con
fuerza.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
50/269
43
estoy
sumamente distante de
pensar de
esa
manera,
y
des
apruebo vuestro parecer; por
que
¿quien
puede
apreciar
á
un
hombre, que en fortuna
ó en desgracia, pensando tan
solo
en
s í ,
no
da parte á otra
persona
en su placer ó
en
sus
males, ni encuentra
en
su
corazon
sentimiento alguno
tierno?
Mejor
boy
que
en
nin
gun tiempo
quisiera
yo bus
car una compañera, porque
muchas doncellas
virtuosas
pueden desear tener un es
poso que las ampare , y
mu
chos
hombres
una mujer
que
les sepa consolar al
aspecto
del
infortunio.
Hablas
como
yo
deseo,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
51/269
44
dice
el
padre sonriéndose,
y
pocas
veces
te
he
oido
dis
currir
con tanto juicio.
—
Hijo
mio, tienes ra
zon, repuso l a
buena
madre
con
viveza,
y
nosotros te
di
mos
ejemplo;
porque
lejos
de buscarnos en dias de f e l i
cidad,
fue en e l
mas terrible
de todos cuando hicimos nues
tra
eleccion.
Veinte
años
ha
ce,
y
era, me acuerdo,
un
lu
nes por l a mañana; l a víspe
ra un domingo como hoy, su
cedió aquel horroroso incen
dio
que
arruinó
nuestra
ciu
dad. Apenas podian
sufrirse
l a sequedad y e l calor; porque
nos f a l t ó e l agua; y
todo
el
mundo
vestido
de
f i e s t a ,
ha
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
52/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
53/269
46
del s o l
cuando
nace, v i des
de
a l l í
e l
denso
humo
y
l o s
abrasados carbones ; todo lo
v i
destruido
,
y
únicamente
quedaban l a s paredes y
l a s
chimeneas; a f l i j i o s e mi cora
zon
:
pero
vuelve
á
mostrarse
el s o l mas resplandeciente
que
nunca,
y
da á
mi alma
nuevo vigor; álzome a l pun
to,
y
siento
nacer
en
mi
pe
cho e l deseo de ver e l s i t i o
donde
estuvo nuestra casa, y
saber
s i
mis pollos favoritos
se libertaron de l a desgracia,
porque
mis
placeres eran t o
davía c a s i pueriles. Subí so
bre
l a s
ruinas humeantes de
r n i casa
y
mi corral , y esta
ba considerando
esta
habita
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
54/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
55/269
48
t a s . Ycojiéndome en tus bra
zos
me
llevas
por
enmedio
de l a s ruinas
,
atravesando tu
patio ; todavía estaban en pie
l a puerta de tu casa
y
su bó
veda , como boy
l a s estamos
viendo,
y
nada
mas
subsistia
de toda
aquella morada;
snél-
tasme entonces, llegando tus
labios á tocar l o s
mios
; yo
huyo,
mas
tú
me
dices
estas
cariñosas voces
, de
bastante
claro sentido:
»Mira
esta casa
arruinada
, quédate
aqui y
ayúdame á reedificarla, y yo
ayudaré
á tu padre á reedifi
car l a
suya.
Sin
embargo,
no
entendí l a espresion de estas
palabras
hasta
e l punto que
tu
madre
vino
á
hablar
con
mi
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
56/269
49
padre en
tu nombre , y reci
bió a l momento l a promesa
del
f e l i z
matrimonio
que
hoy
nos une. Siempre me acuer
do
con gusto de aquellas vigas
medio abrasadas , y del res
plandor
con
que
e l
s o l
se
a l
zaba en e l horizonte , porque
aquel dia adquirí á mi esposo,
y l o s
primeros tiempos de es
tos estragos me han dado al
hijo
de
mi
juventud.
Apruebo
pues, Herman mio, ese pen
sar, en medio
de
tan desgra
ciados dias, con
l a
firme con
fianza
de
un
corazon
virtuoso,
en buscarte una
compañera,
y
atreverte á
estrechar
este
lazo en e l seno de l a guer
ra y de horrorosas
ruinas.
4
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
57/269
5o
—La
idea de nuestro hijo
es seguramente
laudable,
res
ponde
con
viveza
e l
padre,
y
tu relacion, tierna esposa mia,
es
conforme
á
l a
verdad, por
que
a s i
sucedió todo ; pero
siempre
l o
mejor debe
prefe
r i r s e á
lo
bueno.
No
todos
tienen
fortuna volviendo á em
pezar, digámoslo a s i , á v i v i r ;
ni todos deben,
como
noso
t r o s ,
atormentarse
con
penas;
dichoso quien recibe
de
sus
padres una casa establecida,
y prosperando
en
e l l a
, solo
debe
tratar
de
hermosearla.
Los principios,
y
especial
mente l o s
de una
casa
, son
siempre
muy trabajosos; tiene
el
hombre
muchas
necesida
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
58/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
59/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
60/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
61/269
respeto el
hijo
á las palabras
del
padre
,
era
escojer
por
esposa á una de
las
hijas
de
nuestro
vecino. En nuestra
infancia
nos criamos
juntos;
nos
reunimos
mil
veces para
nuestros
juegos
en
l a
fuente
y el mercado , y yo
era
su
defensor contra la osadía de
mis
demas compañeros;
mas
ha
largo
tiempo
que
fueron
estos días ; iban creciendo es
tas
jóvenes, y se
hacia
ya
pre
ciso que no
saliesen de
casa,
ni acudiesen á nuestros jue
gos bario libres para ellas.
Han tenido
buena
crianza; y
vuestros
deseos y
nuestro
an
tiguo conocimiento
, me hi
cieron
i r
á
su
casa
de
cuando
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
62/269
55
en cuando; mas sin
gustarme
nunca su compañía; porque
siempre hallaban en
mí mo
tivo de censurar algo, y era
preciso sufrirlo;
unas veces
mi
vestido era largo con es
ceso
,
otras
muy
tosco
el
pa
ño; ya tenia un color ordina
r i o
, ó ya estaban mis cabe
l l o s
mal rizados ó peinados
ridiculamente.
Al
f i n
tuve
el
pensamiento de componerme
tan bien como esos mance
bos
de mercaderes que
sue
len i r á
su
casa e l domingo,
y
ostentan
en
el
verano
su
vestidito
de seda; pero cono
c í muy presto que continua
ba siendo e l objetode sus bur
las;
esto
fue
l o
que
me
agra
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
63/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
64/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
65/269
58
ro a l
suelo
3
y l a s
r i s a s
se re
novaron
durante todas las
a r i a s
que
se
cantaron
despues.
Vuélvome
á
mi
casa lleno
de
vergüenzaysentimiento; cuel
go mi
vestido en mi
percha;
suelto
l o s
r i z o s
con
mis
pro
pias
manos, y juro
no poner
mas l o s
pies
en e l umbral de
esa casa. Tomé esta resolu
cion
con
razon
,
porque
son
vanas, malignas,
y sé que
aun
hoy mismo no saben llamar
me
mas que
Tamino.
—
No debias , responde
l a
madre,
estar
tan
reñido
con
esas
niñas ; a s i pueden nom
brarse l a s tres, porque Isabe-
l i t a ciertamente es buena;
siempre te
mostró inclina
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
66/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
67/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
68/269
61 .
á
t i ;
s i me
hubiera
enviado
á
la
escuela y proporcionado
maestros , ciertamente seria
otro
sugeto
que
el
patron
del
Leon de Oro.
Alzase su hijo, y
se
llega
silenciosamente
á
l a
puerta
á
pasos lentos y sin
ruido;
pe
ro persígnenle estas razones
que pronuncia en voz alta el
padre dominado
de
su
enojo:
Anda,
anda,
ya conozco
tu carácter porfiado ; anda, y
siguiendo en cumplir tus de
beres ,
guárdate
de
mis re
prensiones
/
mas
no
pienses
traer á mi casa por nuera una
rústica
aldeana ,
ó
una mu
chacha indijente. Yo
he vi
vido
mucho
tiempo
;
sé
por
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
69/269
62
tarme bien con todos ; recibo
en mi
posada
á l o s estranje-
ros
de
manera quo
vay an con
tentos,
y l e s complazco con
mi agrado.
Tambien quiero
yo hallar en mi joven nuera
quien
me
pague
estas
aten
ciones,
y me
endulce
tantos
cuidados; tengo, como los
demas , derecho á que toque
para
mí
e l piano,
y que
l a s
jentes mas escojidas y ama
bles
del
pueblo
se reunan con
gusto en mi casa, como e l do
mingo en
l a
de nuestro
ve
cino.
Luego que
hubo
acabado
estas
palabras, levanta
su hijo
suavemente e l pasador de l a
puerta,
y
se
ausenta
de
l a
s a l a .
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
70/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
71/269
64
da
cual
e l ejemplo de l a s
demas tierras y de
l o s
tiem
pos
pasados
,
no
estudiase
continuamente
con
sumo pla
cer en mantenerla y en me
jorarla
?
No ha de parecer
se
e l
hombre
e l
hongo
inútil,
que
casi a l s a l i r de
t i e r r a se
pudre en aquel s i t i o donde
nació, y
no
deja ni aun leve
muestra de vida ni de vigor.
A
l a
primera
v i s t a
de
una
ca
sa se descubre e l carácter de
su dueño, a s i
como a l entrar
en una ciudad se advierte cua
les
son
sus
niajistrados;
por
que s i se ven arruinándose l a s
torres y
l a s
murallas ;
s i
se
encuentran llenas de inmun
dicia
l a s calles, y l o s
fosos to
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
72/269
65
dos cegados ; s i
l a
piedra se
separa, sin que vuelvan á jun
t a r l a
y
sentarla
en
su
lugar;
s i l a s vigas están carcomidas,
y l a
casa
aguarda en vano que
l a pongan nuevos cimientos,
seguramente
puede
afirmarse
que
hay a l l i muy mal gobier
no. Cuando no cuidan del or
den
y
l a limpieza l a s autori
dades
superiores, se habituan
los
ciudadanos
á
l a mas
asque
rosa desidia, como e l mendi
go suele acostumbrarse á sus
miserables andrajos: por esta
misma
razon
deseo
que
no
tar
de Herman en viajar y ver á
Estrasburgo,
á Francfort,
y
á
l a
risueña
Manheim,
toda
edi
ficada
á
cordel,
porque quien
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
73/269
66
ha
visto
ciudades
vastas
y lim
p i a s ,
no descansa mientras no
hermosea
l a
suya
,
por
corta
que
pueda
s e r . ¿Deja
de
ala
bar
ningun estranjero nues
tras puertas , reparadas hace
poco
,
l a
torre
recien
blan
queada , y
l a
i g l e s i a ,
a l pa
recer, acabada
de
e d i f i c a r ?
¿No e l o j i a
nuestro
empedra
do, nuestros canales
cubier
tos
,
por
donde
corre
e l
agua
en
abundancia, y tan bien re
partidos
para nuestras nece
sidades
y nuestra seguridad
apenas
se
muestre
un
incen
dio? ¿Todo esto no se ha he
cho despues
de
nuestro de
sastre ? Seis veces
he tenido
en nuestro concejo e l empleo
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
74/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
75/269
68
cion y en pasajeros adornos;
otros están en
sus
casas
sin
s a l i r de e l l a s
jamás,
y
meti
dos
en sus hogares;
y
recelo
mucho que
Herman
hade ser
uno
de estos.
—
Hombre,
l e
responde
a l
punto l a
buena
y juiciosa ma
dre, siempre has de ser in
justo con
nuestro
hijo,
y a s i
haces mas d i f í c i l el mismo
bien que deseas.
No
es
posi
ble que en todas cosas sean
nuestros hijos
como
quere
mos ; y como Dios nos
l o s
da,
debemos
conservarlos
con
ca
riño, dedicándonos
á educar
l o s sin violentar
su naturale
za ; porque uno tiene estas
prendas, otro posee oiras
va-
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
76/269
69
, ,
r í a s , y
cada
cual usa de l a s
suyas,
y no puede ser dichoso
s i
no
de
cierta
manera.
No
gusto de o i r
reprender
á mi
Herman; es merecedor de l o s
bienes
que
algun dia han de
ser
suyos
;
cuida
de
nuestros
campos
con
intelijencia
y eco
nomía; es e l modelo de todos
nuestros cultivadores y nues
tros
mancehos,
y
preveo
con
certeza que no ocupará t a l
vez
el último puesto en el conce
jo
;
pero
censurarle
y
reñir
le continuamente como ahora
acabas
de
hacerlo,
es
querer
desalentar
e l corazon
de
ese
pobre niño. D iciendo estas vo
ces,
sale y
va en
busca de
su
hijo,
ansiosa
por
encontrarle,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
77/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
78/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
79/269
7a
de moda , y agradarla mas á
mi vista; viéranse
brillar
en
e l l a
grandes
marcos
de
c r i s
tales;
mas
no es posible se
guir
nunca a l
comerciante,
que
agrega á sus
muchas
r i
quezas
l a
noticia
de
l o s
pa
rajes donde se halla lo me
j o r . Mirad l a
casa
de
enfren
te,
¿quien
no
l a tendrá
por
nueva? ¡Con
cuanla grandeza
resalta e l estuco
blanco
de
aquella
voluta
entre l o s ces
tones verdes ¡ que ventanas
tan espaciosas
¡como
brillan
l a s
vidrieras
cual
otros tantos
espejos
y ¡como
eclipsa esa
casa todas l a s demas del mer
cado
Pues, no
obstante, des
pués del incendio,
l a s
nues-
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
80/269
73
tras
eran l a s mas lucidas, la
posada
del
Leon de Oro y l a
farmacia
del
Anjel;
mi
jardin
tambien era célebre en todas
l a s cercanías , y cualquiera
viajante se detenia para mirar
por
entre
l a
empalizada
el
mendigo, estátua de piedra,
y l a del enano vestido de
co
l o r e s . Pero
cuando
yo
presen
taba á
alguno
e l
café
en
l a
magnífica
gruta
que
realmen
te ahora se halla llena de pol
vo,
y
medio
derruida,
mani
festaba
sumo
placer
viendo l a
luz
brillante
y
varia
en
colo
res
que
daban
aquellas
con
chas
colocadas
con
tanto
arte;
y aun l o s intelijentes contem
plaban
l o s
cristales
de
plomo
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
81/269
74
y los corales. No admiraban
menos tampoco
las pinturas
de la sala, donde se ven pa
searse adornados los caballe
ros y
las
señoras,
llevando
y
ofreciendo
flores
con
l a
punta
de
sus
delicados
dedos.
»Y ahora ya, en nuestros
dias,
¿quien
se parará siquie
ra á
mirar
estos adornos?
No
quiero
ya
casi
nunca
bajar
al
jardín, porque
me disgusta;
todos quieren que tome otra
forma
,
y
como
dicen , que
lleve
el sello del
buen
gusto;
es
preciso
pintar
de
blanco
los
bancos de madera y las vi
gas;
solo agrada lo
simple
y
lo liso; se ha
desterrado
ab
solutamente
el
dorado
y
las
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
82/269
labores, y con todo l o mas
costoso
es
l a
madera
estran-
j e r a . Yo tendria tambien pla
cer
en
poseer, como otros, a l
gunas cosas de
un
gusto nue
vo; en caminar con mi
s i g l o ,
y
en renovar mis muebles con
frecuencia;
pero temo dar
ün paso: ¿quien ha de cos
tear l o s
trabajadores? No
ha
mucho
tiempo
quise
dorar
de
nuevo e l cuadro de
mi far
macia, e l ánjel Miguel, á cu
yos
pies se enrosca un
espan
toso
dragon;
mas
era
tan
es-
cesivo e l
precio de
este re
paro
,
que
me
he
visto
preci
sado á dejarle como está to
do negro y obscurecido.
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
83/269
76
M
CANTO
CUARTO.
La madre y el hijo.
ientras
hablaban estos
amigos, busca
la
madre
á
su
hijo,
primeramente
en l a en
trada
de la
casa , donde solia
sentarse en un banco de pie
dra; y no
hallándose,
se en
camina
hácia
la cuadra,
cre
yendo
encontrarle acaso cui
dando de
los soberbios caba
llos que compró potros,
y cu
ya
asistencia
de
nadie
f i a r a .
Dícela el
criado: »Se
fue al
jardín; y ella entonces atra
viesa velozmente los dos lar
gos patios,
pasa delante de
los
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
84/269
77 , . ,
pesebres y los
solidos
edifi
cios de
los
graneros;
entra
en
el
vasto jardín
que
llegaba
hasta
los muros de
l a
ciudad;
pásale tambien , mirando con
recreo como crece cada plan
ta;
levanta
los
apoyos
en
que
descansaban
l a s ramas del
manzano
cargado de
fruto,
y
el
peral pudiendo apenas sos
tener
los
suyos;
limpia pron
tamente de
algunas orugas
la
col robusta y arrepollada, por
que l a mujer activa
no
da un
paso siquiera
inútil.
Llega al
fin
al
cenador
de
madreselva
á lo último del jardín,
y no
encuentra tampoco á su hijo,
y su
vista
le
buscó
en
vano
en
todo
aquel
recinto
que
ha
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
85/269
78
corrido;
pero
l a
puertecilla
colocada
junto
á
l a muralla
por
merced
particular
de
un
abuelo, digno burgomaestre
de l a ciudad, está abierta:
sa
le por e l l a , y pasando
e l
f o
so
seco
llega
cerca
del
cami
no real á
l a
senda escarpada
de su viña, rodeada de una
fuerte
cerca, y espuesta
fa
vorablemente á l o s rayos ar
dientes del
s o l .
Sube
por
aquella
senda, y a l paso ve
complacida l a abundancia de
los
racimos, que apenas pue
den
tener
algun
abrigo
bajo
sus
hojas:
atravesando por
medio se llegaba
á lo
mas
a l
to del
campo,
por unas gra
das construidas de piedras sin
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
86/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
87/269
8o
l a s pipas;
cuando
alumbran
por l a noche
todas l a s
inme
diaciones
l o s
fuegos
a r t i f i c i a
l e s , y
hacen
á lo lejos
un rui
do penetrante en honor de l a
mas copiosa
cosecha.
No obs
tante,
ya
camina
con
mas
in
quietud,
despues
que llaman
do dos
y tres
veces á su h i j o ,
solo l a responde e l eco, eco
parlero que resonó desde l a s
torres
de
l a
ciudad
en
nume
rosos acentos. ¡Ocurríala tan
pocas veces haber de buscar
á
su
hijo nunca se aleja
ba
sin avisar,
para
evitar
á
su
tierna
madre vivas
zozo
bras; mas como
tambien
ha
l l ó
abierta l a
última
puerta
de l a viña , todavía conserva
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
88/269
8i
esperanza de encontrarle pro
siguiendo
su
camino.
Pásase
al
vasto
campo
formado
en la
espalda
de
l a colina ; y es
tando
siempre en su
propio
terreno, consideraba con gus
to
el
trigo
cargado
de
espigas
doradas y vigorosas, abitán
dose y
doblegándose
en toda
la estcnsion
del campo; sigue
por una
senda
dirijiendo
sus
miradas hacia el peral fron
doso que
se
elevaba
en
una
colina, límite
de
sus
posesio
nes; ignorábase quien le plan
tó,
y
por
todas
partes
se
des
cubria
desde
una
larga dis
tancia,
y
su fruta era cele
brada;
á
la sombra de
este
árbol
comian
alegremente
los
6
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
89/269
8a
segadores en l a
hora
del me
dio dia
,
y l o s
pastores
con su
ganado se acojian á descansar
á
su
abrigo, porque a l l í se
encontraban
asientos de
pie
dra v
de
verde césped. No se
engañó
en
su
esperanza;
en
aquel s i t i o estaba
sentado
su
Herman,
descansando
su ca
beza
apoyada en
el brazo, y
mirando con
suma
atencion
l o s
lejanos montes que
rodea
ban
aquel campo;
tenia vuel
t a l a espalda hacia
donde
ve
nia su
madre
: deslizase ésta
suavemente
hácia
é l ,
y
l e
toca
e l homhro con l i j e r a mano, y
a l
volverse su
hijo, l e
ve l l e
nos l o s
ojos
de lágrimas.
—
Me
habeis
sorprendido,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
90/269
83
madre querida, l a dice Her
man
asombrado;
y
apresúrase
á
enjugar e l
llanto
, espresion
de
los
sentimientos
nobles
que animan á este mancebo.
—i » ¿Lloras,
lloras,
hijo
mio?
clama
enternecida
l a
madre.
Me pasma tu desconsuelo;
porque jamás te
v i
de ese mo
do:
dime., dime l a s penas de
tu
alma
:
dime
por
qué
te
sientas tan solo debajo de es
te peral, y por qué corren
tus lágrimas.
El joven escelente recoje
todas
l a s
fuerzas
de
su cora
zon, y luego dice á
su
ma
dre
:—En verdad fuera
me
nester no temer alma en el
pecho,
ó
ser
duro
cual
el
* *
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
91/269
84
bronce ,
para ver
sin
lástima
en estos dias la miseria de los
hombres, l a
desgracia
de Jos
desterrados; y á menos de ca-
recerabsolutamente
de juicio,
¿quien vivirá en este tiempo
seguro
de
su
propia
felicidad,
y
l a felicidad de su patria?
Mi
corazon
se halla
traspasa
do
de lo que he visto y oido
saliendo de
nuestra casa, vol
ví
mis miradas hácia esa cam
piña tan
estensa y tan
flore
ciente, y rodeada por todas
partes de
fértiles colinas;
vol-
vime
á
ver
las
doradas
espi
gas
que
se inclinan formando
haces á
la
mano del segador,
y
las ricas frutas que prome
ten
llenar nuestras
moradas;
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
92/269
85
mas ¡ay ¡cuan próximo está
el enemigo Verdad es que
las ondas del
Rhin nos defien
den;
pero
¿que
valen l a s
on
das ni los montes contra
esa
nacion terrible que
se
acerca
cual
l a
borrasca,
congregando
por
todas
partes l a ancianidad
y
la juventud,
y siempre va
adelantándose con ímpetu tan
furioso?
muchedumbre
des-
preciadora
de los
riesgos y
l a
muerte, muchedumbre que
contrasta á
l a
muchedumbre,
y l a
reemplaza al
momento.
¡Y
osa
en
este dia
un
jer-
rnano permanecer
en
su casa
¿y
espera
quizá
salvarse
de
la
desolacion universal que está
amenazando
Sí,
madre
mia,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
93/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
94/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
95/269
88
ras: no volveré ja á mi casa;
desde aqui marcho á l a ciu
dad,
y
consagro
á
nuestros
guerreros,
y en
servicio
de la
patria,
este
corazon y este
brazo; y luego juzgue mi pa
dre
sino
escita
tambien
mi
pecho una
ambicion digna de
alabanza; juzgue s i yo
no
abri
go ningun deseo de elevarme
sobre mi estado.
La
buena
y
prudente
ma
dre,
derramando á estas vo
ces algunas lágrimas, porque
fácilmente
se
veian
en sus
ojos:
Hijo,
le
dice,
mi
rándole con espresion y ter
nura,
¿quien le ha trocado de
tal manera? Todos los dias, y
aun ayer mismo,
abrias
á tu
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
96/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
97/269
9 °
e l cultivo de nuestras t i e r r a s .
Habíame, pues, francamen
te,
¿de
que
nace
tu
resolu
cion?
»Os engañais,
madre
mia
, responde
él con serie
dad
:
l o s
dias
no
son
siempre
unos; e l adolescente madura
y
llega á
ser hombre, y sin
duda se forma mejor
para
l a s
grandes acciones en una vida
tranquila
y
arreglada
,
que
en
una vida incierta y tumultuo
sa,
pérdida de tantos jóvenes:
aunque mi natural baya sido,
y
aun
hoy
sea
pacífico
y
so
segado
, se ha criado
dentro
de mi pecho un
corazon
que
detesta l a opresion y l a injus
t i c i a ; sé observar cuanto acae
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
98/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
99/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
100/269
9\
¿por
que
estás
hoy mas
con
movido? ¿por
que
hierve tu
sangre
en
tus
venas?
¿por
que,
á tu pesar , se acumulan l a s
lágrimas
en
tus
ojos,
y co
mienzan á derramarse?
Entonces e l
amable
joven
se entrega todo á su pena;
llora amargamente,
y solloza
en
e l seno
de su madre;
y
vencido
de sus
razones,
pro
f i e r e
a l
f i n
estas
voces :
—
La
reprension de mi padre ha
traspasado mi alma, porque
no l a merecí
hoy
ni en dia
alguno
de
mi
vida.
Mi
placer
mas delicioso desde mis p r i
meros años , fue honrar á mis
padres; nadie
era,
á
mi
pare
cer, mas prudente ó mas ama
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
101/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
102/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
103/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
104/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
105/269
98 . v
cho aposento y e l jardín, y
y
e l
hermoso campo
que se
estiende
en
l a
colina,
me
pa
recen tan
s o l i t a r i o s ¡todo es
t á para mí tan desierto
f á l
tame l i n a
compañera.
—
Hijo
mio,
responde
l a
madre
con
voz
llena de
ter
nura, cuando muestras ese
deseo de conducir á
tu
estan
cia l a esposa de nuestra elec
cion,
á
f i n
que
l a
noche
sea
una mitad dichosa de tu
v i
da, v por e l dia t e entregues
con mayor gusto á aquellos
trabajos,
cuyos
frutos
reco-
jerás
tú; no, no
puede
ese
momento parecerte tan agra
dable como á tu padre y
tu
madre. Siempre te hemos
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
106/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
107/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
108/269
101
celia abandona á su padre y
á
su
madre
por
seguir
á
su
marido,
e l
joven a l
ver par
t i r l a amada de su
corazon,
olvida
que en otro tiempo
tu
vo un padre y una madre.
Dejadme,
pues,
seguir
ya
l a
senda por
donde
me guia
mi
desesperacion, porque mi pa
dre ya ha
pronunciado
l a sen
tencia
decisiva,
y
no
es
mia
ya
su casa ,
cuando
l a cierra
á l a única que yo deseaba
llevar.
—
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
109/269
102
ninguno quiera dar un paso
para
reunirse,
ni
abrir
pri
mero l o s labios y proferir pa
labras de paz? Te l o aseguro,
hijo mio;
aun
conservo en mi
pecho l a esperanza de que
aunque
tu
padre
está
tan
de
terminado
contra l a
eleccion
de
una doncella
indijente,
te
permitirá
d ; i r
l a
mano
á tu
amada,
s i
es
como
deseamos,
buena y juiciosa; muchas ve
ces en sus prontos dice cosas
que luego no hace, y
a s i sue
le consentir l o mismo que ha
bia
negado;
pero
exije
pala
bras
suaves,
y de t i puede
e x i j i r l a s ,
porque es a l
cabo
tu
padre.
Tambien
sabemos
que
sus
enfados
nunca
duran
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
110/269
io3
despues
de
comer; pues cuan
do
habla con fuego en l a me
sa,
y
se
entretiene
en
con
testar
á l o s
raciocinios
de
l o s
convidados,
el
vino
despierta
to^a a vehemencia
de su
vo
luntad
,
y
no
l e
permite
com
prender bien l a fuerza de sus
espresiones; á nadie
escucha
sino á
s í
solo; nada l e afecta
sino su propio sentir ;
mas
luego
llega
l a
tarde,
y
han
pasado
l a s
largas conversacio
nes
con sus amigos ; es mas
moderado,
l o sé, despues
que
se
ha
evaporado
alguna
pun
t i l l a del vino,
y
conoce ha
obrado sin razon. Ven, haga
mos ahora mismo
esta
tenta
t i v a ;
arriesgarse
con valores
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
111/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
112/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
113/269
io6
placer. Todos
los
estados son
buenos
cuando
no
contradicen
á l a
naturaleza
ó á
la
razon;
el hombre desea mucho, y
necesita de
poco;
los
dias de
los
mortales son breves , y
su
suerte
es
limitada.
No
des
apruebo
al hombre
que siem
pre activo, y sin
conocer el
descanso
,
surca con
osado
ardor
los
mares
,
y
recorre
todos los caminos de l a tier
ra , contentándose con verse
rodeado, y rodear á
los
suyos
de sus
acumuladas ganancias;
mas
sé tambien
apreciar
al
hombre
pacífico
, que
lleva
sus tranquilos pasos
en
torno
de
la
herencia paterna , y
atendiendo
cuidadosamente
á
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
114/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
115/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
116/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
117/269
110
llegó ya el d i a ;
y e l
cielo l e
ha
mostrado su esposa, y ha f i j a
do
su
eleccion.
¿No
decíamos
siempre nosotros : esta
elec
cion l a debe hacer é l ? ¿No has
deseado tú mucho antes ver
nacer
en
su
alma
esa
ardiente
inclinacion
que
l e
hiciese
ha
l l a r
su
felicidad
en tener
una
compañera? Llegó l a
hora; su
corazon
esperimenta este sen
timiento, y
ha
escojido
co
mo hombre sensible; ama á
la
doncella
estranjera que
le
encontró
en e l
camino; ob
téngala
de
t i ;
sino,
ha
jurado
no
tomar
jamás
esposa.
—Sí, obténgala de vos,
padre
mio,
dice tambien Her
man
;
he hecho
una
eleccion
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
118/269
III
segura, y exenta de baldon,
y
tendreis
en e l l a una hija
sin
igual.
Guardaba e l padre
silencio;
mas entonces se alza e l pár
roco, y tomando l a
palabra:
—
»La
vida
y
l a
suerte
del
hom
bre, dice, dependen de un
instante siempre; porque aun
despues de largas delibera
ciones ,
l a decision se
hace
en
un
momento,
y
solo
e l
hom
bre discreto sabe tomar l a me
j o r ;
es como un
tacto
del
sen
timiento que se podria
em
botar,
entregándose
en
aquel
punto á
consideraciones acce
s o r i a s . El
ánimo
de
Herman
es sano ; conózcole
desde su
niñez, y no tendia igualmente
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
119/269
na
l a s
manos
hacia todos los ob
jetos;
l o
que
pedia, podia
serle
ú t i l ,
y
a s i
jamás
desistia
una
vez
hecha su eleccion.
No
os
asombreis,
pues,
pa
tron, s i sucede repentina
mente
lo que
tanto
tiempo
habeis estado
deseando;
y
aunque es verdad que vues
tro deseo no
se cumple cual
l e formasteis, mirad que á
veces nuestra ceguedad nos
oculta e l verdadero objeto
de
nuestras ansias;
mirad que l o s
dones útiles solamente
vie
nen
de
arriba
en
su
verdade
ra forma. Asi
no
desconozcais
á esa joven
, l a
primera que
ha
penetrado el
corazon de
pste hijo bueno y juicioso,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
120/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
121/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
122/269
n5
seo os acompañe tambien el
digno
pastor;
dos
hombres
tan
escelentes, son testigos
i r r e
fragables.
No, padre mio, no
penseis
que
esta doncella v i
no
hasta
aqui
fujitiva;
no
es
de
aquellas vagabundas
que
andan
discurriendo de t i e r r a
en
tierra
para
prender
en sus
lazos jovenes sin esperiencia.
La
guerra,
ese
terrible,
ese
universal azote, que
destruye
el mundo, y ha arrancado de
sus
cimientos tantas
casas só
lidas
y
seguras, desterró
tam
bien á esta desgraciada. ¿No
andan errantes y desdichados
tantos
hombres
distinguidos
£or s í y por su ilustre l i n a j e ?
uyen
disfrazados
l o s
prínci-
* *
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
123/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
124/269
ii7
soltado hoy tu lengua
entor
pecida
hace
tantos años,
y
que
nunca pronunciaba
sones
articulados
sino
en
ocasiones
precisas?
¿Esperimentaré yo
hoy la suerte que amenaza á
todos
los
padres
; que
una
madre harto induljente se
muestre siempre dispuesta á
favorecer
l a obstinacion
de
su
hijo,
y
halla
un
partidario
en
cada amigo ó vecino, cuando
quieren
persuadir al
esposo
ó
al
padre? Pero
no
quiero opo
nerme
á todos vosotros jun
tos,
porque ¿que
resultaría?
ya estoy
viendo
desde
ahora
la
terquedad
y las lágrimas.
Id , y s i l a favorecen vuestros
informes,
traedla
en
nombre
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
125/269
n8
de
Dios
á
mi
casa como hija
mia; s i
no,
que olvide su
amor.
Dice
e l
padre,
y
e l
hijo
esclama todo lleno de
embe
leso : Antes del f i n de este
dia
tendréis
en
vuestro
poder
l a doncella mas
apreciable
que
pueda desear un hombre
en
quien
l a prudencia domi
na; y ya
me atrevo
á
a f i r
marlo,
será como buena, di
chosa. Sí, mientras viva me
dará gracias
de
haberla
vuel
to
un padre y
una
madre en
vos,
a s i
como
por
su
parte
un
buen padre
y
una madre
desean tener hijos llenos de
virtud. Mas no
tardemos:
ya
voy á guarnecer mis caballos,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
126/269
9 .
y llevar á mis amigos en
pos
de
l a
que
idolatro;
abandono
en sus
manos,
á su pruden
cia, á
su
decision , e l destino
de
mi
vida; l o juro, mi re
gla
será
l o
que
ellos deter
minaren;
y
mientras
no
sea
mia , no
quiero
volver á ver
á esa joven
estranjera. Sale
hablando
de esta
suerte
, y
l o s
que
quedan
dentro
de
l a
sala
conferencian
juiciosamente,
y
se
apresuran á
ponerse
de
acuerdo
sobre asunto tan
im
portante.
Vuela
Herman
hácia
l a
cua
dra donde estaban
descan
sando sus fogosos caballos,
y
consumiendo
rápidamente
l a
avena
pura
y
el
heno
seco,
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
127/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
128/269
-
8/19/2019 Goethe - Herman y Dorotea
129/269
122
bierto
de estos árboles,
corre
una
cristalina
fuente
,
y
ba
jando por l a s gradas , se des
cubr