Gilberto Álzate Avendaño- entre la univeí v la política. · La huelga en la Escuela de Derecho....

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Gilberto Álzate Avendaño- entre la univeí v la política. II Álzate, bachiller y político. Álzate no logró terminar sus estudios secundarios en su ciudad natal. El Instituto Universitario de Manizales lo expulsó cuando advirtió en el joven un líder estudiantil capaz de desestabilizar la estructura académica y administrativa de la institución 1 . En 1928, a los dieciocho años, terminó su secundaria en la Universidad de Antioquia y allí mismo inició estudios de derecho, carrera en la que se graduó en 1936, ocho años después. Por supuesto, el ambiente académico y político de la capital antioqueña le favorecieron. Aprovechó la infraestructura material y mental de su nueva residencia e hizo conocer en sociabilidades cultas sus puntos de vista. El mapa intelectual en que se movía Álzate en Medellín era rico, incluso en el universo del pensamiento de la derecha. En el suplemento literario de El Colombiano se reproducían artículos de Ortega y Gasset, 'Azorín', León Daudet, Eduard Herriot, Eugenio D'Ors, Romain Rolland, entre tantas figuras de las letras. Además del citado periódico, circulaba en Medellín Colombia, diario conservador del grupo romanista. Allí, la página Sabatinos Literarios estaba dirigida por José Mejía Mejía. Este órgano, además, traía una Página de la juventud municipalista. Álzate se hizo contertulio del grupo intelectual de los 'paradas', y sus escritos empezaron a aparecer en periódicos y revistas de prestigio: El Colombiano, La Defensa, Revista Universidad. Los temas y los tonos de sus textos están en ese momento influidos por la Reforma universitaria de Córdoba, Argentina. Un tema que difícilmente hubiera podido tratar desde Caldas, pero, ante todo, una temática que no faltará quien la encuentre lejana a un joven conservador nacido en Manizales. El Instituto Universitario de Manizales estaba estrechamente ligado al devenir cotidiano de la ciudad. Todo lo que allí acontecía se reflejaba en sus patios y lo que en sus patios pasaba influía en la ciudad y cobijaba toda la región. Se trataba de un estudiantado sensible, que participaba en los asuntos internos y externos de la comunidad, que. por lo regular, estaba en desacuerdo con las ansias estudiantiles, que eran las suyas propias. Después, marchado Álzate, el Instituto continuó en ¡a tónica de la protesta y la participación. El Tiempo cubrió, por ejemplo, una huelga estudiantil en agosto de 1930, que exigía la renuncia del rector. En el proceso de la huelga fue puesto preso Miguel Ángel Gaitán. hermano del ya célebre Jorge Eliécer, asunto que demuestra la relación de los estudiantes bogotanos con los manizaiitas.

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Gilberto Álzate Avendaño-entre la univeí v la política. II

Álzate, bachil ler y político.

Álzate no logró terminar sus estudios secundarios en su ciudad natal. El Instituto Universitario de Manizales lo expulsó cuando advirtió en el joven un líder estudiantil capaz de desestabilizar la estructura académica y administrativa de la institución1. En 1928, a los dieciocho años, terminó su secundaria en la Universidad de Antioquia y allí mismo inició estudios de derecho, carrera en la que se graduó en 1936, ocho años después. Por supuesto, el ambiente académico y político de la capital antioqueña le favorecieron. Aprovechó la infraestructura material y mental de su nueva residencia e hizo conocer en sociabilidades cultas sus puntos de vista. El mapa intelectual en que se movía Álzate en Medellín era rico, incluso en el universo del pensamiento de la derecha. En el suplemento literario de El Colombiano se reproducían artículos de Ortega y Gasset, 'Azorín', León Daudet, Eduard Herriot, Eugenio D'Ors, Romain Rolland, entre tantas figuras de las letras. Además del citado periódico, circulaba en Medellín Colombia, diario conservador del grupo romanista. Allí, la página Sabatinos Literarios estaba dirigida por José Mejía Mejía. Este órgano, además, traía una Página de la juventud municipalista.

Álzate se hizo contertulio del grupo intelectual de los 'paradas', y sus escritos empezaron a aparecer en periódicos y revistas de prestigio: El Colombiano, La Defensa, Revista Universidad. Los temas y los tonos de sus textos están en ese momento influidos por la Reforma universitaria de Córdoba, Argentina. Un tema que difícilmente hubiera podido tratar desde Caldas, pero, ante todo, una temática que no faltará quien la encuentre lejana a un joven conservador nacido en Manizales.

El Instituto Universitario de Manizales estaba estrechamente ligado al devenir cotidiano de la ciudad. Todo lo que allí acontecía se reflejaba en sus patios y lo que en sus patios pasaba influía en la ciudad y cobijaba toda la región. Se trataba de un estudiantado sensible, que participaba en los asuntos internos y externos de la comunidad, que. por lo regular, estaba en desacuerdo con las ansias estudiantiles, que eran las suyas propias. Después, marchado Álzate, el Instituto continuó en ¡a tónica de la protesta y la participación. El Tiempo cubrió, por ejemplo, una huelga estudiantil en agosto de 1930, que exigía la renuncia del rector. En el proceso de la huelga fue puesto preso Miguel Ángel Gaitán. hermano del ya célebre Jorge Eliécer, asunto que demuestra la relación de los estudiantes bogotanos con los manizaiitas.

El Manifiesto de Córdoba, a través del cual los jóvenes universitarios argentinos convocaron a los "hombres libres de Suramérica", más conocido como la Reforma universitaria de Córdoba, de 1918, tuvo gran repercusión en Colombia. El documento estaba escrito en un tono altivo y categórico. Su crítica a la educación imperante en la universidad argentina de entonces tenía un estilo al gusto de Álzate Avendaño. Sus autores eran inmediatistas, querían soluciones al instante, se mostraban audaces, retadores: "estamos viviendo una revolución, estamos viviendo una hora americana"2. En medio de una apelación a la insurrección como derecho, señalaban los estudiantes que "en adelante, sólo podrán ser maestros en la República universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien"3. Sus demandas eran claras:

Los métodos docentes estaban viciados de estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas [...] Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, t rataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia [...] La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa4.

El manifiesto que se le lanzaba a toda la juventud de América influiría en Álzate en varios sentidos. En primer lugar, tomará del documento el estilo: el ímpetu, la fogosidad, el protagonismo, la rebeldía; en segundo lugar, tomará la crítica contra el dogma y contra lo anacrónico, y su llamado a la justicia de la sublevación. Pero Álzate relativiza su matiz revolucionario de tendencia marxista y su aversión total al pasado.

En el contexto de los congresos estudiantiles.

Hoy cuando una paz di latada ha atrofiado

nobles ins t in tos h u r a ñ o s que in t eg ran la

conciencia nacional, de la juventud han de fíuir

p ród igamen te en tus i a smos enardecidos .

Aceptar el país tal como esl aceptarlo sin viles

conatos disolventes. Porque una crítica áspera,

volcada heroicamente sobre su virtud frágil, lo

anonadar ía en esta época de efervescencia

inicial5.

En Medellín, Álzate se convirtió en un líder estudiantil que pudo haber representado el universo del conservatismo colombiano; pero la realidad era más tosca: eran los últimos años del gobierno de la hegemonía conservadora, de un repliegue ideológico de esa colectividad. Álzate es una válvula de escape, va a representar una modernización de su partido, que no tiene eco en el Gobierno o que no le dice nada. Mientras tanto, su actividad refleja una preocupación por llenar de contenidos democráticos una alternativa conservadora a los cambios que lideraban en Colombia liberales y socialistas, y en el mundo latinoamericano los jóvenes revolucionarios

* Véase Silva Michelena, Héctor y Sonntag, Rudolf. Universidad, dependencia y revolución. México, Siglo XXI Editores. 1970. 7 Ibid. • Ibid. r> Declaraciones de Gilberto Álzate Avendaño a El Debate, julio 30 de 1928. p. 1.

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formados en corrientes más a la izquierda que las que habían servido a Álzate de influencia en una Colombia plegada al siglo XIX.

La huelga en la Escuela de Derecho.

El bautizo de estudiante universitario lo recibió Álzate en la huelga que estalló en la Escuela de Derecho de la Universidad de Antioquia en abril de 1928. En los tiempos que corren no comprenderíamos las razones que llevaban a los estudiantes a protestar por la introducción de pruebas escritas en lugar de orales. Con estas últimas, el estudiante podía ampliar sus respuestas, explicarlas, establecía un diálogo, se autocorregía, matizaba, se templaba en el oficio de la defensa oral, se enfrentaba a la timidez, etc. En la nueva modalidad existiría un libreto, un formato. Ahora estaba condenado a responder con un monosílabo: s í o no. Pero, más que de esto, se trataba, de parte de los estudiantes, de oponerse a los métodos autoritarios a que obligaba la medida sin la mediación estudiantil. La simple no aceptación a las nuevas directrices por parte de los estudiantes llevó a la rectoría de la institución a cerrar la Escuela de Derecho. Los considerandos de la resolución muestran cabalmente que se trataba de hacer respetar la autoridad:

1. Que la casi totalidad de los estudiantes de Criminología se rebeló contra la autoridad del señor Profesor de dicha materia, negándose deliberadamente, previo compromiso firmado a hacer una composición escrita que aquel les ordenó que hicieran; 2. Que los mismos estudiantes se negaron a acatar las medidas que el señor Rector de la Universidad dictó sobre ejercicios escritos [...] medida consistente en pedir al señor Director de la Educación pública que a su turno insinuaríase a los Profesores que en las clases se hicieran mensualmente composiciones escritas: 3. Que después de esta rebeldía un gran número de estudiantes protestó contra la conducta observada por los señores Rector de la Universidad y Director de la Escuela de Derecho, en las ocurrencias de que se ha hablado, y se solidarizó con la conducta de los alumnos de segundo curso! 4. Que como sanción contra los estudiantes rebeldes el Consejo Universitario, en su sesión del 19 de abril clausuró la clase de Criminología y tomó otras medidas disciplinarias: 5. Que después de que tomaron tales providencias han continuado los movimientos subversivos y, especialmente, la persistencia en no acatar la autoridad del señor Rector de la Universidad [...] 8. Que es un deber legal y moral del Consejo Universitario sostener a todo trance, sin vacilaciones, sin temores y con absoluta energía, su propia autoridad y la del señor Rector y de los demás superiores de la Universidad [...] Clausúrase desde hoy e indefinidamente6 .

El Centro Departamental de Estudiantes, considerando la medida exagerada e injusta, manifestó que iba en contra de la formación de su carácter y su dignidad, y advirtió los significados funestos para la región y para el país; por eso apeló ante la Presidencia de la República en defensa de los principios republicanos. A su vez, hizo un llamado a los estudiantes para que "no desmayen en la lucha emprendida ni vendan su independencia por un mendrugo de ciencia, obtenible en cualquier otra mesa"7. La huelga tuvo el respaldo de profesores y del alumnado todo, produjo un sinnúmero de reacciones que desestabilizaron el orden sacramental de la universidad. Los profesores continuaron dando las clases en sus oficinas particulares; el asunto estudiantil permaneció en primera página de los diarios locales durante todo el mes de abril de 1928 y, aunque la Escuela de Derecho se reabrió con la suspensión de los estudiantes subversivos, la ganancia en beneficio del movimiento estudiantil fue significativa.

7 El Colombiano, abril 24 de 1928, p. 1. 7 Ibid.

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Los reclamos de los estudiantes se hacían en los marcos de la Reforma universitaria de Córdoba, que propugnaba por independencia, autonomía y libertad del movimiento estudiantil. La huelga le permitió al joven Álzate afilar criterios para lo que sería su confrontación de más adelante.

Los intelectuales colombianos que han escrito sobre las primeras décadas del siglo XX, coinciden en que los primeros congresos estudiantiles tenían la importancia de eventos políticos de envergadura nacional8. Un acontecimiento como el de la huelga de la Escuela de Derecho de la Universidad de Antioquia mereció que El Colombiano dedicara su primera página al desenlace de los acontecimientos.

En la culminación de su bachillerato, Álzate se encontró con esta realidad. Para ese último año de su escuela secundaria estaba convocado el III Congreso de los estudiantes que iba a realizarse en la célebre ciudad liberal de Ibagué, la misma que había recibido a los delegados de la afamada y paradigmática Convención Liberal de 1922, donde el liberalismo de Benjamín Herrera sedujo al socialismo de principios de siglo.

Silvio Villegas se había apresurado a escribir en El Debate un editorial en el que indicaba:

No más federaciones y congresos de estudiantes. Cada uno a su propia tolda. La juventud conservadora no tiene por qué irse a mezclar en Ibagué con la juventud socialista, que niega la patria, que desconoce a la Iglesia romana, que atenta contra la civilización y contra el derecho, que significa la barbarie contra la inteligencia [...] En Ibagué se reunirá una asamblea radical socialista, pero no un congreso nacional de estudiantes. Nosotros invitamos a la juventud tradicionalista de los claustros a desligarse de esta peligrosa utopía. En todos los sectores, en la Universidad, en el parlamento, en el periodismo, el partido conservador debe presentar un sereno frente de batalla9.

No obstante, hacia allá se dirigió el joven Álzate Avendaño, en un brote de autonomía personal y convicción ideológica.

Villegas debió reflexionar sobre su escrito. Debió, también, recibir presiones porque un mes después El Debate registró el viaje de Álzate en primera página. A sus pocos años se lo llenaba de elogios propios para personalidades de más edad: "es una de las mentes más claras y castizas de la juventud conservadora de Colombia. Ha leído y ha reflexionado demasiado, escribe en prosa clásica, y nutre su inteligencia con las verdades tradicionales del catolicismo y con los principios sillares del conservatismo colombiano"10. Yeso que era apenas un estudiante de secundaria. La noticia señalaba el papel que Álzate iba a desempeñar en dicho Congreso: 'Va al Congreso estudiantil de Ibagué en representación de los universitarios de Antioquia, y allí será un dique firme contra las ideas anárquicas y disolventes de la juventud radical que se ha tomado la personería de los universitarios capitalinos"11.

A los 17 años, Álzate no sólo conocía lo que le había aprendido a sus inmediatos superiores, tan jóvenes como él: l0s Leopardos, sino que había leído a Leibniz, a Taine, a Barres, bitácoras para él desde entonces. El nacionalismo de la restauración monárquica, los contenidos del historicismo alemán dominan su mente. En Álzate hay brotes de rebeldía que lo diferencian de sus mentores, pero, como ellos, padece el

77 Véanse7 Molina, Gerardo. Las ideas liberales en Colombia...: Montaña Cuellar, Diego, Colombia país real y país formal. Buenos Aires, Editorial Platina, 1963. Hay que anotar que la movilización social y popular que distinguía a la época llegaba incluso a las mujeres. En diciembre de 1930 un congreso femenino sesionó paralelamente al congreso de los estudiantes,

9 El Debate, junio 26 de 1928. p. 3. 711 Ibid. julio 30 de 1928, p. 1. 7 Ibid.

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tránsito a la modernidad capitalista en Colombia: "Para mí el síntoma decisivo del desequilibrio nacional lo constituye el éxodo de los campesinos hacia la ciudad en forma total y desorbitada. La gran ciudad es la característica de épocas de decadencia. Es preciso que la masa se reintegre a los campos"12. Las ideas con que participará en la política inmediata, y en la de más adelante, ya está constituida en el Álzate que se apresta a participar en el Congreso estudiantil de Ibagué. Barres le sale por todos sus poros, cuando declara la necesidad de: "Restaurar el culto de nuestras tradiciones y de nuestros ilustres hombres fenecidos, recordando que lo que fue, tiene una ro­tunda vitalidad en nosotros. Así, dóciles a la actividad imperiosa de la tierra y los muertos, nos predispondríamos a la creación de un mito nacional, un ideal superior que cohesionará todas las fuerzas vitales de la República"13. A Barres lo leían todos: los nuevos y novísmos nacionalistas, es decir la generación de los Leopardos y la suya propia; pero será Álzate el encargado de plasmar ese pensamiento en la prédica conservadora de la resistencia de los años treinta. Hará de El jardín de Berenice y de La colina inspirada textos fuentes de discurso, que le infundirán arrojo a un conservatismo que buscaba nuevos horizontes. Barres escribía:

Una misma necesidad nos agita, tanto a los unos como a los otros: defender nuestro fuero interno, para agrandarlo luego, hasta el punto de que pueda abarcarlo y contenerlo todo. Es este el ardor inconsciente que sostiene a cada ser en la vida. La huella que dejan los muertos tras de sí. indica claramente la dirección de su existencia: ahora bien, el conjunto de esas huellas nos aparece como un esfuerzo unánime para llegar a formularse una idea más amplia del universo14.

De frases sueltas de este paradigma nacionalista emergen claves para comprender el comportamiento de Álzate. A lo largo de este periodo de su vida se inspirará en ellas y estarán presentes en su accionar político e ideológico, por eso las resaltamos:

Negar muchas cosas a los veinte años es signo de fecundidad / Nada más perjudicial a la patria que el acuerdo unánime sobre las cuestiones fundamentales del gobierno, porque semejante unanimidad cierra la puerta a las reformas y compromete el provenir / (...) es gran desgracia para el hombre no tener, cuando llega a la edad madura, un inferior a quien menospreciar [...] / sólo la psicología del pueblo me interesaba. -¿Cuál es su alma? preguntábame a mi mismo-: quiero conmoverme con ella, llegar a comprenderla por medio del análisis, como el "adversario" y por medio del amor, como Berenice, quiero llegar a su conciencia. ¿Cuál habría sido la conclusión, si me hubiera visto obligado a reconocer que había sido un completo error creer que Berenice y Aigues-Mortes tenían algo de original? Habría tenido que renunciar en ese caso a descifrar la tradición de la masa [...] / ¿no disciernes qué suntuoso tesoro es el alma popular? Guarda el depósito de las virtudes del pasado y conserva la tradición de la raza: en ella, como en un recipiente donde cada acción va exhalando su parte de inmortalidad, se prepara el porvenir [...] He aquí lo que me enseñaron esos hombres groseros, esos ignorantes que, de vérmelos frecuentar, te asombras. Son profesores sublimes, aunque ellos mismos lo ignoren. Cada uno de ellos representa una etapa de mi alma al través de los siglos. Me aficioné a ellos, como al país al cual hubiera llegado en una noche sin luna, y que no me dejara otro recuerdo que confusas imágenes [...] ¡Cómo pudiste imaginar que hubiese preferido a aquellas multitudes de tan fiera creación, tan desinteresadas y tan espontáneas, la mediocridad de los salones y la semicultura de los bachilleres! Bien se ve que no conoce al adversario. A lo sumo tales gentes podrán comunicarme hechos, nociones no siempre exactas: en cambio el pueblo me suministra un alma; la suya, la mía, ¡la de la humanidad! [...] sólo las multitudes me han hecho palpar los cimientos de la humanidad. En el estudio de mi yo no había sabido penetrar más allá de mis

- I h i d . p . 12

Ibid.. p. 1 71 Barres, Marinee. El jardín de Berenice. Paris. Boulevard Saint-Germain, [s.a.l, pp. 9899 .

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cualidades; el pueblo me ha revelado la substancia de la humanidad, y mejor que eso, la energía creadora, la savia del mundo, lo inconsciente [...] ¡Ah! es verdaderamente ella, esa niña querida, la que me ha ayudado a comprender el método creador de las mul t i tudes , del hombre espontáneo. Los hombres, reunidos por una pasión común, crean un alma; pero ninguno de ellos separadamente es parte de esa alma. Cada uno la lleva en sí mismo, pero ni siquiera la conoce; sólo en la atmósfera de una gran reunión, al contacto de las pasiones que fortifican la suya propia, es como, olvidándose de mezquinas reflexiones, permite a su inconsciente que se desarrolle. De la suma de esos inconscientes nace el alma popular. Para crearla, sólo sirven obreros, gentes del pueblo, más espontáneos, menos sujetos a los mediocres intereses de los espíritus reflexivos. Es análoga a cada uno de aquellos que la componen y no es idéntica a ninguno. Va más allá de todo individuo, en energía, sabiduría, en sentido vital. Lo que decide espontáneamente constituye las condiciones necesarias a la vida15.

De los textos de Barres saldrá la inspiración para fundamentar un nuevo concepto de región. El jardín de Berenice es un lugar, un espacio donde ha convivido el hombre en armonía con la naturaleza. El jardín es el espacio, Berenice el sujeto simple y espontáneo que lo habita. La colina de Sion-Vaudémont ubicada en Lorena es la colina inspirada:

Los recuerdos de un pasado ilustre, los grandes colores fuertes y sencillos del paisaje, sus carreteras que huyen, componen una melodía que nos llena de una larga emoción mística. Nuestro corazón perecedero, nuestra imaginación tan viva se adhieren a esa colina de eternidad. Nuestros sentimientos se unen con los de nuestros descendientes, se engrandecen y creen encontrar en ello una especie de perennidad [...] Aquí sigue estando siempre el punto espiritual de esta seria región; aquí es donde su vida normal se une a la vida sobrenatural16.

La religión está conectada directamente a la región. Pero, además, Álzate encontrará en Barres la filosofía que buscaba para decidirse por una relación más estrecha con el pueblo; una relación que fuera más allá de declarar que el pueblo colombiano era conservador y católico.

Álzate ya tenía en mente a Simón Bolívar; ese será el mito que ayudará a crear e implantar como galvanizador de la identidad nacional. Ese era el muerto que habría de resucitar. Le resultará más fácil convocar a los colombianos, fragmentados en dos partidos, alrededor de un muerto ilustre que lanzarse a la incertidumbre de proponer el nombre de un ilustre vivo. A los vivos ilustres había que combatirlos, bien por anacrónicos, bien por liberales. Así, clamando por retornar al amor a Colombia "por encima de sus virtudes y de sus vicios", declaraba que el país sentía "la urgencia de un renacimiento nacionalista". Ese amor que reclamaba constituía a la vez uno de los componentes de su propuesta nacionalista. Había que aceptar al país tal cual era "sin conatos disolventes". Aludía, por supuesto, a la radicalización de la lucha política en el país a la altura de julio de 1928.

Eran épocas de movilización popular, de influencia de las ideas socialistas en el país y de la creación de agrupaciones políticas concomitantes con ellas; fenómenos que produjeron la defensa casi instintiva tanto de los organismos represivos del Estado como de instituciones como la Iglesia que sintió sus intereses espirituales y sus alianzas con los obreros y los desprotegidos en peligro. Monseñor Aníbal Perdomo compitió con los estudiantes de la huelga universitaria de Medellín por las primeras páginas de los diarios. Mientras los unos subvertían la autoridad, el prelado la

77 Ibid., p. 168. 777 Barres, Maurice. La colina inspirada. Barcelona, Luis De Caralt Editor. 1957, p. 13.

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apuntalaba: "El clero enseña e inculca el respeto al principio de autoridad y la obediencia a los legítimos superiores porque esta es verdad enseñada así por Dios"17.

Socialistas y liberales tenían en la mira a los obreros. Hacia ellos se dirigían sus discursos y convocatorias y la recepción había sido positiva. El Partido Socialista Revolucionario (PSR), creado el 2 de diciembre de 1926, estaba convertido en un movimiento movilizador de los nuevos sectores trabajadores surgidos en el auge económico que vivía el país. Con el PSR empieza en Colombia una moderna movilización de las masas urbanas sin precedentes. Es el socialismo y no el liberalismo el que se distingue en la movilización popular. Las muertes de los caudillos liberales más reconocidos, Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera, dejaron un vacío que sólo el PSR pudo llenar con la participación de otro grupo de viejos guerreros liberales, pero sin el carisma de los dos mencionados.

Fueron célebres las giras de la dirigente antioqueña socialista María Cano, que recorría el país enarbolando la consignas reivindicativas, como la de los tres ochos para toda la población colombiana: ocho horas de trabajo, ocho de estudio y ocho de descanso. Pero no sólo se t r a t a b a de eso'- las giras de María Cano eran escrupulosamente preparadas. Al tiempo que ella se ocupaba de arengar a las masas y de satisfacer la curiosidad pública, los dirigentes avanzaban en la organización política e ideológica del movimiento revolucionario: realización de asambleas, diseño de periódicos regionales, discusión sobre la convocatoria a futuras huelgas. María Cano era recibida con entusiasmo esperanzador en las plazas públicas de las poblaciones donde se concentraba mayor número de personas; era la expresión de la nueva composición social de la ciudad de entonces, de los poblados convertidos ya en ciudades intermedias. Hacemos aquí estas reflexiones por cuanto creemos que la movilización popular a partir de 1927, fue uno de los hechos que mayor impacto ha debido causar tanto en el establecimiento conservador como en su nueva generación. Ese fue el año de María Cano: recorrió en nueve giras la geografía económica del país. La percepción del carácter de sus giras está narrado en las memorias de Ignacio Torres Giraldo. He aquí una muestra:

[...] el fervor de multitudes que atraía la presencia de María Cano. En Calamar se concentró la gente de la región; en Cartagena es suficiente anotar que hubo casos de asfixia, y que por causa del caudal humano que apretaba la muralla, el poeta Jorge Artel que desde aquí quiso hablar, hubo de renunciar a ello. En la marcha hacia una plaza que pudiera contener la multitud, el poeta tenía su discurso escrito, nos lo entregó para que lo leyésemos después, comprendiendo que la gente quería oír, ante todo, a la espléndida mensajera de las nuevas ideas1".

Realmente, por entonces, el socialismo colombiano estuvo en su mejor momento y no lo volverá a estar nunca en el siglo XX.

La Iglesia renovó bríos, desempolvó fuentes sagradas y desvirtuó las tesis de los líderes sindicales que le peleaban a la institución su feligresía obrera. Monseñor Perdomo, al contrario, demostró los desvelos de la Iglesia por la clase obrera colombiana, indicó los apartes de la Biblia dedicada a los obreros e invitó a los obreros colombianos a ingresar a la Unión Colombiana Obrera (UCO), creada hacía poco por la arquidiócesis de Bogotá y que completaba la formación de una serie de instituciones

17 Véase "El limo. Sr. Perdomo se dirige a los obreros de todo el país", en El Colombiano, abril 28 de 1928, p. 1 18 Torres Giraldo, Ignacio. Los inconformes..., p, 62, La historiografía de la historia colombiana del siglo XX tiene en la década de 1920 una de sus mayores preferencias. Es uno de los períodos más estudiados por la importancia que durante él tuvo el movimiento socialista y las experiencias que de allí emanaron. Una muestra de ello puede verse, entre otros, en7 -Jaramillo Salgado Diego. Las huellas del socialismo. México. UNAM. 19977 y en Tila Uribe, María. Los años escondidos. Sueños y rebeldías en ¡a década del veinte. Bogotá, CEREC 1997.

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con el claro propósito de mantener y cooptar el obrerismo colombiano: la Acción Social Católica en Medellín, el periódico El Obrero Católico, entre otras.

El ambiente de prevención era muy animado. Prevención y miedo que el sector leopardo del conservatismo estimulaba. La hegemonía estaba acorralada, los liberales avizoraban el poder y los nóveles marxistas se creían con la verdad de su parte. El partido de gobierno estaba espiritualmente escindido. Ala movilización continental de las masas correspondía una sostenida renovación y sofisticación en el planteamiento de los problemas sociales. El pensamiento político de los países del cono sur emulaba a los pensadores de toda América Latina. Aquí, el positivismo, los distintos géneros del evolucionismo y del socialismo permitían que un intelectual a rgen t ino como José Ingenieros in t e rp re t a ra , jus t ip rec ia ra y aqu i l a t a ra tempranamente, de manera profunda y amplia, los procesos de nueva experimentación social que vivía Rusia casi inmediatamente después de la caída de la autocracia zarista y de la entronización del socialismo.

Gran parte de la explicación conservadora del maximalismo ruso y de su esencia social, provenía de la Argentina. Por eso, Ingenieros, con buen olfato, empezó a hablar del advenimiento de "los tiempos nuevos". Sus interpretaciones oportunas, al día, las hacía por la vía de la conferencia, que era la exposición de un material que se fabricaba para ser leído en público y se reproducía más adelante en periódicos y revistas de amplia circulación. De esa nueva interpretación del acontecer mundial leemos:

[...] las aspiraciones revolucionarias serán necesariamente distintas en cada país, en cada región, en cada municipio, adaptándose a su ambiente físico, a sus fuentes de producción, a su nivel de cultura y aún a la particular psicología de sus habi tantes [...] el maximalismo se manifestará como la aspiración a realizar el máximum de reformas posibles dentro de cada sociedad, teniendo en cuenta sus condiciones particulares. Es legítimo suponer que no habrá un maximal ismo uniforme y universal , sino tan tos programas cuantos son los núcleos sociológicos que reciban el benéfico influjo de la presente revolución social19.

Esto lo decía el intelectual argentino en noviembre de 1918, en el Teatro Nuevo de Buenos Aires, en una conferencia convocada con el título de "Significación histórica del movimiento maximalista".

En el Perú, el pensamiento social sufría también de una sofisticada interpretación sociológica. Manuel González Prada, José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre irrumpían con novedosos análisis sobre sus realidades étnicas y sociales, acordes con las corrientes de pensamiento contemporáneo que veían con buenos ojos el hecho de contar con una base social como los indígenas para cualquier propuesta de desarrollo. Justamente, en el año del III Congreso estudiantil de Ibagué, José Carlos Mariátegui había publicado los siete ensayos de interpretación marxista sobre su país, que influyó bastante en Colombia. México era otro centro de renovación interpretativa de la realidad de América Latina. José Vasconcelos era uno de los hombres más influyentes en el continente y junto a él un sector amplio de los intelectuales creyó que su propuesta de la raza cósmica superaba la tesis de la superioridad de las razas.

7 Ingenieros José. Los tiempos nuevos..., p. 46,

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En la antesala del Congreso estudiantil, Álzate hizo una propuesta audaz: que las juventudes de Ecuador, Colombia y Venezuela se reunieran en el próximo centenario de la muerte de Simón Bolívar en San Pedro Alejandrino a "meditar sobre la reintegración de la Gran Colombia, federando esas repúblicas amadas de Bolívar'"". Pero en la creación de una gran Nación al estilo de la propuesta reciente de Haya de la Torre, en el sentido de construir una defensa continental contra el imperialismo, Álzate no estaba seguro, vacilaba. Más bien dijo:

El cont inente indolat ino t iene solamente una posibilidad seria para guarecerse de los imperialismos: organizándose en naciones fuertes, al norte, al medio día y al sur. Yo concibo la nación agresiva y beligerante. Porque además, de afirmar este estado de perenne inquietud el sentido de la nacionalidad, la integridad de un territorio sólo permanece cuando en el alma de sus habi tantes vibra persistentemente el afán expansivo. Los pueblos débiles no perduran voceando el derecho y sí fortaleciéndose2 '.

Para Álzate era importante ir al Congreso porque pensaba que podía influir exponiendo sus concepciones sobre la educación, de la cual pensaba que estaba plagada de diletantes. Sugería abolir el diletantismo porque había producido "generaciones sin resumen mental". En su lugar proponía crear defensas en los jóvenes contra las influencias que los solicitaban. Es decir, para Álzate la juventud no estaba preparada para recibir la cantidad de literatura a que estaba expuesta:

Ante todo hay que adaptar la imaginación y el corazón del niño a un procedimiento metódico. Porque no hay ve rdadera ciencia sino se s i s t emat izan los conocimientos de modo que constituyan un edificio en la mente. Leibnitz [sic] nombró a este proceso "apercepción", por cuanto a lo anteriormente percibido vienen a adherirse las nociones nuevas. Al diletantismo y la pansofía -que no prosiguen t ras la verdad sino que acumulan noticias contradictorias dispersando la inteligencia- bate victoriosamente este régimen. La carencia de síntesis mental, síntesis consistente en la concentración de la actividad cognoscitiva en torno de determinado número de ideas directrices, anonada el carácter y predispone a influencias pasivamente recibidas. La pedagogía dictamina que toda enseñanza debe sistematizarse. De no hacerlo así en nuestros inst i tutos superiores, el descoyuntamiento intelectual de los hombres mozos regalaría al país con una etapa declinante [...] Es preciso, para que la acción de la lectura sea benéfica, que un método predomine en ella. La lectura ha de ser una disciplina que ordene la inteligencia y no la práctica fisiológica de un vicio22.

Álzate se manifestaba entonces preocupado por la difusión de las ideas nuevas frente a un repliegue supuesto de las ideas conservadoras. Ante la prevención y el miedo leopardo que hereda, propone: "Los artículos que encarnen doctrina deben en cada periódico estar orientados hacia ideas primordiales de cultura y progreso". Clamaba ante el Estado para que editara por su cuenta numerosos periódicos "que ejercieran la función docente, periódicos para repartir gratuitamente en la ciudad y los campos"23.

Era este el ambiente de fondo con el que se encontró Gilberto Álzate Avendaño cuando el primero de agosto de 1928 llegó a Ibagué a participar en el III Congreso Nacional de Estudiantes.

El Debate, julio 30 de 1928. pp. 1 -12. ibid. Ibid. Ibid.

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El 111 Congreso Nacional de Es tudiantes en Ibagué, el pr imer discurso ideológico de Álzate Avendaño, y el comienzo del diálogo.

En el corazón de los hombres nuevos existe

una tácita ciudad sumergida, desde cuyas altas

torres se persiste en convocar a fíeles que ya

no escuchan. Es que la zona mística de las

creencias no desaparece totalmente de nuestro

mundo interior, en el cual vibran himnos

t r a s c e n d e n t a l e s anunc i ando una fu tura

plenitud".

En Ibagué, durante el III Congreso Nacional de Estudiantes, celebrado entre el 1 y el 7 de agosto de 1928, Álzate se encontró con jóvenes que con don de sabiduría se autodenominaban marxistas, la moda intelectual más sensual de entonces: Abel Botero, Luis Alberto Bravo, Manuel Antonio Arboleda; con intrépidos liberales1 Carlos Lleras Restrepo, José Francisco Socarras, Ricardo Sarmiento Alarcón y Diego Luis Córdoba, entre otros25.

En razón al orden alfabético de los apellidos de los participantes en el evento, le correspondió a Álzate Avendaño instalar el Congreso. El joven conservador hizo gala de su cultura literaria, histórica y filosófica. Citó a Tucídides y Jenofonte, a Platón, a Horacio, a Herder y Vico; a Goethe, a Renán y Taine, y a los nacionalistas franceses Maurice Barres y Charles Maurras, entre otros. Las citas eran reflejo no sólo de sus lecturas, sino también de su concepción del mundo, y dan cuenta de la orientación hacia donde se dirigirá el político en ciernes. Su discurso será la respuesta de la juventud conservadora a los tiempos que se vivían y a su influencia en Colombia: "La Guerra grande produjo una zozobra universal de ideas, el naufragio de sistemas que parecían perdurables, y el mundo contemporáneo pone a vibrar sus antenas para captar nuevos motivos de acción"26, decía. Se refería a concepciones recientes de la ciencia con preocupación:

Un desequilibrio moral, con mengua de la inteligencia, fraguó el relativismo, definido por uno de los anal i s tas más suti les del pensamiento francés como la ciencia complicada de la metamorfosis intelectual y sentimental, como una actitud que nos permite, después de haber realizado el viaje de las ideas, aceptar todas las doctrinas, buscando la línea sinuosa donde se encuentran todas las causas27.

Es interesante cómo el joven Álzate construye la oración. Marca un desequilibrio, para referirse inmediatamente al relativismo y dar su opinión sobre él. Hay aquí un eco de Ortega y Gasset en su postura crítica hacia el relativismo.

A partir de este, que podría ser su primer discurso político e ideológico, Álzate diseña los primeros trazos de lo que será más adelante el grecolatinismo: "La cultura greco-latina es la tradición, el vínculo fiel del pretérito, que es lo que le da al hombre actual una superioridad rotunda sobre sus predecesores". Álzate ahondaba en los orígenes

77 El Colombiano, septiembre 1" de 1928. p. 3. -7 El Comité Ejecutivo Nacional de Estudiantes estaba integrado por Abel Botero. Juan Pablo Llinás, Ricardo Sarmiento Alarcón y Luis

Alberto Bravo. El Congreso estuvo dirigido así7 Carlos Lleras Restrepo. presidente7 Horacio Gómez Jiménez, primer vicepresidente. 77 Ibid. y Ibid.

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de la civilización occidental. Consciente del auditorio en el que se encontraba, no hablaba para ser aplaudido por jóvenes liberales y socialistas, sino que los advertía contradestinatarios: les estaba indicando lo extraño que significaba para Colombia el advenimiento de la cultura que traía la revolución rusa salida de las ruinas de la primera guerra mundial. "Lo que determina el destino histórico del mundo europeo es la romanización de las Galias. Prospera luego en época de las cruzadas, el único movimiento arrancado a la agitación intensa de los pueblos augúrales, según anota Wells en su bosquejo de la historia del mundo. En el verbo enardecido de Pedro el Ermitaño, Europa integraba sus fuerzas contra los bárbaros"28.

Pero también Alemania y el espíritu alemán hacen parte de los contradestinatarios de Álzate. Justamente, bárbaros son los alemanes con su cultura:

Este principio cultural padece mengua con la sublevación que hacia el siglo XV efectuaron en el Norte unos monjes rebeldes, a nombre del individualismo religioso contra la tradición romana. De entonces en adelante, sólo so henchirán en las ubres de la latinidad los pueblos en que triunfa plenamente el Renacimiento y la Reforma fracasa. Así se perennizó una lucha entre las derivaciones latinas y el bárbaro del norte, lucha librada en los acantilados del Rhm, por encima del río místico, donde reflejan su bosque de luz las catedrales góticas. La Guerra Grande es sólo un acaecimiento de este dilatado conflicto que se hunde en el pasado, vive en el presente y se extiende afirmativamente hacia el porvenir. La Alemania de nuestro tiempo trata de hacer compacta el Asia dispersa contra la latinidad victoriosa"29.

Su destinatario es entonces el fascio italiano en desmedro de su otro contradestinatario:

el nazismo alemán. Se advierten aquí ecos del antigermanismo de Maurras.

Álzate dibuja también los primeros trazos de su concepción del nacionalismo, la misma de los Leopardos, que tenía que ver con la latinidad y con la defensa de Grecia y Roma:

I...] urge hoy fomentar la fuerza tradicional de las patrias con movimientos similares al que se insinuó en Roma cuando César hubo acariciado con prolongada embriaguez dionisíaca un propósito heroico de expansión. Bajo Augusto, esta reacción nacional, que tuvo su primer filósofo en aquel geomónimo que fue Varron en su tratado de las cosas rústicas, se propagó en los medios sabios y en el pueblo de las provincias y los campos. [...] Mejor que las legiones enfáticas defendían el porvenir los hexámetros cadenciosos del Mantuano y de Horacio, que se desenvuelven con la armoniosa pausa de las faenas triptolémicas. Solamente se afirmó el nacionalismo del Lacio cuando hacia la primavera, se efectuaron los juegos seculares, dirigidos por un pensamiento religioso, según el modo etrusco. Los quindecenviros fueron encargados de consultar los libros sibilinos. Heraldos vestidos a la antigua, con un alto penacho de plumas, invitaron a aquella fiesta única. Previamente, el pueblo fue sometido a fumigaciones rituales para purificarlo de manchas contraídas en el transcurso de edad anterior. Las ceremonias empezaron una noche, al finalizar junio, en las orillas del Tíber. Un denso tumulto contemplaba en silencio el fuego de los altares y la muda precesión de las ciroferarias, que copiaban un anillo ígneo sobre las aguas vacilantes. Se representaron luego con singular vehemencia, en símbolos diversos, cada una de las fuerzas hegemónicas que impulsaron al pueblo latino en su periodo ascensional. Y como la lengua no podía ser ajena a aquella ostentación de todas las virtudes colectivas, el Emperador encargó a Horacio, así como en otro tiempo lo hiciera el Senado a Livio Andrónico, un himno de gracias a la Victoria, cuyas alas magnánimas acariciaban el casco de los proceres romanos. Y fue el himno de Horacio un salmo intercesor, armonioso y ondulante como las volutas. Invocó el cantor ilustre al Sol Bienhechor y a las Parcas, divinidades verídicas

7- Ibid. -'" Ibid.

El porvenir del pasado 83

cuyos oráculos no son engañados jamás por el hado inmutable, en una plegaria inflamada, donde las sílabas finales vibran prolongadamente en el aire como moléculas de esperanza. Es el nacionalismo una antorcha perenne que proyecta sus perspectivas de luz sobre todos los órdenes de la vida nacional. Organizado armoniosamente, construye la nacionalidad, así como en los ritos primordiales surgían ciudades de gloriosa plenitud, al tañido de las cítaras preclaras. La luminosa síntesis nacionalista prolongada hacia la universidad significa la sistematización de las disciplinas clásicas. El abandono de las humanidades ha abolido nobles prerrogativas mentales de los pueblos latinos. Estos, que apaciguaron su sed de sabiduría en la antigüedad inspirada, no pueden olvidar que sólo el buril griego supo dar contornos a la efigie humana30.

Álzate les hablaba a los estudiantes, convocados y alebrestados por los aires de los nuevos tiempos, como diría José Ingenieros, de la importancia de no descuidar lo clásico, por lo que él suponía efímero: "Los hombres que nacieron a la vida del país días después del armisticio han asistido a demasiadas catástrofes históricas para ser seducidos por el efecto óptico de las ideas, para entregarse a un diletantismo fácil que los desintegre. Precisa para la enseñanza una norma rígida, si queremos sustraernos a la posibilidad de disoluciones totales"31.

La importancia de las palabras de Álzate estriba en su complementación del diálogo, que hacía del evento de Ibagué un acontecimiento altamente dialógico. Culturalmente, el evento no daba para más, como si esto no fuese ya suficiente. No se había producido una figura intelectual en el campo socialista colombiano que refutara desde el marxismo las posturas irreverentes de Álzate. Quien lo hubiera podido haber hecho, Luis Tejada, hacía cuatro años había muerto. De otro lado, al país no llegaban todavía los libros de una nueva historiografía que estaba ya reconsiderando los paradigmas establecidos32. Esta carencia era cubierta por la difusión de la literatura marxista latinoamericana, como en el caso citado de Mariátegui, que se leía como si lo expuesto por él hiciera también parte de la realidad colombiana. Por eso los pilares teóricos de la derecha francesa pudieron desfilar, sin obstáculo, en la voz de Álzate:

Analizando Carlos Maurras la mísera lógica del pensamiento francés hacia fines del siglo extinto, atribuye ese opaco crepúsculo a la carencia de estudios especulativos, que fomentan largamente la actividad de la inteligencia. Defender, por ejemplo, la teología, no es un problema de fe sino un negocio de disciplina interior. Lo que proporcionó potencia vehemente a Ernesto Renán e Hipólito Taine para citar los grandes exegetas del siglo pasado, fueron las disciplinas clásicas hechas en el seminario y reformadas luego en el pensamiento lógico de Herder y Vico. Hoy el tesoro espiritual de Francia, como afirman Laserre, Tarde y Massis, sufre mengua en la Sorbona, donde las humanidades fueron sustituidas por los torpes métodos germanos33.

El Debate, que cubría el evento, informó que el discurso de Álzate había provocado "cierta inquietud entre la mayoría de los delegados"34. A propósito de una recepción a la que habían sido invitados los delegados, reportó, a su manera, el estado de ánimo del evento: "Algunos delegados amanecieron gritando y anunciando el advenimiento de la revolución social35. No sobra anotar que este estado de ánimo era el reflejo del bullir de un despertar latinoamericano, impulsado por la enorme circulación de ideas en el ambiente universitario36.

770 Ibid. 77 Ibid. :¡2 Jean Jaurés había publicado ya su historia socialista de la Revolución Francesa y la nueva historiografía rusa de la historia moderna

contribuía a la revisión. Véase Ayala Diago, César Augusto, "La Revolución Francesa interpretada por los historiadores rusos", en Memoria y Sociedad. No. 4, vol. 2, noviembre de 1997. pp. 111-119,

37 El Colombiano, septiembre 1° de 1928. p. 3. 71 El Debate, agosto 3 de 1928, p. 6. -•• Ibid.. agosto 6 de 1928. p.12. 7h Un libro interesante para percibir el momento puede ser el de Víctor Raúl Haya de la Torre. El Antiimperialismo o el Apra. Santiago

de Chile. Editorial Ercilla. 1936.

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Y así continuó el Congreso. Un saludo a los proletarios del país produjo los primeros desencuentros. El delegado Socarras tildó a Álzate de nacionalista barresiano, acusación reiterada por otros delegados en sus intervenciones, por ejemplo, cuando Ricardo Sarmiento Alarcón, delegado de Santander, se declaró sindicalista revolucionario y afirmó que Colombia, además de carecer de gobierno, era un pueblo de esclavos. Increpando a Álzate, añadió que los delegados nacionalistas estaban pagados por la curia, el Gobierno y el diario El Debate3 ' .

Los delegados conservadores al Congreso estaban advertidos. Habían recibido una carta de la juventud conservadora católica de Bogotá con directrices claras:

Juventud universitaria que comulga ideas integralmente derechistas y ortodoxas, espera ustedes sabrán impedir desbordes anárquicos piensan hacer irrupción ese cuerpo por medio instrumentos torpemente influenciados desconocimiento autoridad, destrucción orden. Si es menester abandonar recinto señal protesta háganlo, segundad respaldaremos sus actitudes siempre ajústense normas agresivas de verdadero conservatismo y de invulnerables tradiciones católicas3".

En la reunión del sábado 4 de agosto, Álzate se vio obligado a pedir la palabra para dejar una constancia en nombre de su grupo :

Vinimos al congreso con el ánimo real, en la seguridad de hallar ambiente propicio para la emisión de todas las ideas. Pero la intransigencia que caracteriza a los colegas que forman en las filas de la izquierda revolucionaria ha venido a traer su aporte de hostilidad. Ahincadamente solicitamos que se opongan los razonamientos a nuestras doctrinas, y a los esdrújulos de la agresividad, que t ra tan de amenguar las ejecutorias de nuestra juventud grave y erguida. Precisa para poder hacer labor serena que la ecuanimidad sea la común consejera, porque las juventudes que llevamos son puras, puras y tremantes como las cuerdas de un arco noble. Por otra parte se nos debe reconocer valor civil a los que no procedemos con instinto gregario, aunándonos con las mayorías en este recinto colmado por fanatismos inferiores. Sin embargo es menester tener en cuenta que no nos aterran ni ponen pavor los viles conatos agresivos que han comenzado ya a hacer explosión; llegado el caso, estamos listos a afirmar nuestra varonía. Anunciamos igualmente que estamos resueltos a abandonar la asistencia de las sesiones si se persiste en el afán mezquino de querer anonadar nuestras ideas con los gritos de los dementes populacheros, y si llega ese caso provocaremos un congreso de la juventud nacionalista y católica, pues no aceptamos la unión estudiantil sobre la base de la prescindencia de nuestro bagaje ideológico7"'.

El Congreso no mermó el tono y Álzate no se retiró. Afrontó todas las discusiones. Se sometió a una dinámica en que el socialismo y el anarcosindicalismo reinaban. Socarras afirmaba que la Federación debía ser intransigente, pues los postulados comunistas no admitían rectificación ni debilidades de adeptos suyos. Sostuvo que ellos deseaban destruir no para edificar sobre ruinas, sino sobre el suelo fresco. El delegado Álzate, que ocasionalmente presidía, enmochiló esta disertación cerrando el debate. Mientras tanto propuso la incorporación de las universidades seccionales a la Universidad Nacional "para que todas se rijan por un plan de estudios armónico, conservando aquellas la autonomía necesaria para su desarrollo progresivo"40.

El Congreso fue presidido por el líder estudiantil de Cundinamarca Carlos Lleras Restrepo quien, por supuesto, jugó un activo papel en sus deliberaciones. Junto con José Francisco Socarras, presentó una declaración de principios inspirada en la Reforma universitaria

17 El Debate, agosto 6 de 1928, p.12. " Ibid.. agosto 2 de 1928p. 1. 1,7 Ibid.. agosto 5 de 1928p. 1. '" Ibid., agosto 27 de 1928p, 2,

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de Córdoba, aprobada por las delegaciones de todo el país, lo que, a su vez, pondría a la educación superior colombiana en correspondencia con los avances en el continente. Es interesante resaltar el papel del movimiento estudiantil en los intentos de superar la vieja universidad colombiana. Iniciativas que debieron venir de élites profesionales, en Colombia partieron de la base estudiantil. Se pidió cátedra libre y libre asistencia a clases, implementación de seminarios de tal manera que el debate estuviera presente. Ampliamente se discutió sobre el discernimiento de las cátedras por oposición y del fomento de la investigación. Abogaron los estudiantes por la autonomía universitaria en lo académico y en lo económico y discutieron sobre la abolición del texto y sobre un mínimo de educación obligatoria para todos e insistieron en la incorporación de la enseñanza agrícola en las escuelas primaria y secundaria. En las discusiones estuvieron presentes alegatos sobre la modernización de los sistemas de evaluación, cursos de moral profesional, especializaciones obligatorias para los maestros e intercambios de los profesores universitarios en el continente. Los estudiantes no dejaron de lado los temas políticos candentes: la juventud frente al imperialismo y el rechazo a los gobiernos dictatoriales del continente fueron temas centrales del evento, y el nicaragüense Augusto César Sandino, que luchaba contra los invasores estadounidenses, recibió la solidaridad de los participantes''.

Poniéndose a tono con el ambiente antiimperialista del continente, el Congreso aprobó por unanimidad la siguiente proposición:

El Tercer Congreso de Universitarios condena el imperialismo en todas sus manifestaciones, por considerar que atenta contra la integridad espiritual, política y económica de las naciones cuya existencia debe inspirarse en elevados ideales de armonía humana. Repudia así mismo las dictaduras que hoy intentan estrangular el espíritu democrático de los pueblos y abren con su vergonzoso vasallaje los puertos de irrupción de las naciones conquistadoras. En consecuencia dirige una voz cordial de aliento y adhesión a las juventudes que luchan contra el imperialismo y las dictaduras, y consigna su admiración hacia Augusto César Sandino porque ve en él viviente y batallador del espíritu libre de la América Indolatina42.

Con las firmas de Álzate Avendaño y de Carlos Lleras Restrepo, junto a las de estudiantes marxistas, el Congreso aprobó un acuerdo que fijaba políticas para hacer efectiva la lucha estudiantil contra el imperialismo:

1. Organizar la lucha de la juventud contra el imperialismo; 2. Las directivas estudiantiles trabajarán para que las escuelas primarias y principalmente en las clases de historia patria se inculque a los niños el sentimiento antiimperialista: 3. Es deber de las directivas del gremio el fomentar los cursos de historia de la República y procurar que los libros antiimperialistas se encuentren ocupando una sección especial en las casas y clubes del estudiante: 4. Las directivas estudiantiles t rabajarán ante los poderes públicos en el sentido de que la contratación de empréstitos no se haga en un solo país, ni se concedan seguridades, garantías específicas11.

La razón por la cual aparecía Álzate suscribiendo un acuerdo como el que se cita estribaba en que parte de su naturaleza estaba a favor de sus consideraciones sobre el regreso al mundo clásico. Oponerse a los Estados Unidos, que a la larga era el imperialismo del que se trataba, iba en beneficio de la defensa de su visión de la civilización occidental.

77 Venase El Espectador, agosto 12 de 1928, p. !'• y El Tiempo, julio 23 de 1928. pp. 1 -2 777 El Tiempo, agosto 7 de 1928, p. 6. 77 Montaña Cueilar, Diego. Colombia: país formal... pp, 136-137.

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El 18 de agosto de 1928, El Colombiano, en su primera página, destacó la participación de Álzate en el Congreso de Ibagué:

Se encuentra de nuevo entre nosotros este querido amigo y apreciado colaborador, quien representó brillantemente a la juventud universitaria de Antioquia en el Congreso estudiantil de Ibagué y ocupó en él la vanguardia derechista que supo hacerse respetar y temer, hasta el punto de haber obtenido que la discusión del movimiento juvenil no quedara exclusivamente en manos de agitadores izquierdistas, sino al contrario que en ella desempeñen papel primordial valiosas unidades del conservadurismo. En la prensa de Bogotá movilizó Álzate Avendaño fuerte caudal de ideas, tan sugestivas algunas como la de reunir un Congreso de juventudes hispanoamericanas en Santa Marta, con motivo del centenario de la muerte del Libertador, iniciativa que fue objeto de comentarios entusiastas en casi todos los diarios del país. Al afianzar el prestigio de su voluntad y su talento, nuestro querido compañero ha sentado bases definitivas para una carrera de triunfos44.

Ha quedado para la biografía de Álzate, el borrador de un texto que escribiera sobre su participación en el Congreso de Ibagué:

Yo estuve en 1928 en un congreso de estudiantes. Era el único alumno de bachillerato que concurría a las deliberaciones, pues los demás delegados estaban en cursos profesionales. Todos eran socialistas, hasta Carlos Lleras Restrepo. Disperso el liberalismo después de muchos años de porfía estéril por el poder, en la guerra y en la paz, la universidad era el último asilo, el reducto de la oposición mental contra el régimen conservador. Y la universidad se desplazaba hacia la extrema izquierda. El temario del congreso no era específicamente pedagógico. Se trataba de la lucha contra el imperialismo yanki, la protesta contra las dictaduras tropicales, la revolución social, la justicia para los de abajo, apar te de la cátedra libre y otros tópicos universitarios. / Me correspondía por orden alfabético, presidir el congreso en la sesión de apertura y pronunciar el discurso inaugural. Yo hice la defensa de las humanidades clásicas, en un estilo barroco, constelado de imágenes y repleto de citas. Sostuve la necesidad del latín, como disciplina mental. Hablé sobre los privilegios de la cultura y el ascetismo del "clero", que debe trabajar con especies eternas, ajeno al bullicio de la vía pública. Como ejemplo de la grandeza y la responsabilidad de la inteligencia, yo aludía a las conversaciones de Goethe, en las cuales declaraba más importante el descubrimiento del hueso intermaxilar, la lucha entre Cuvier y Saint-Hilaire en el seno de la academia, que la revolución de julio que por entonces conmovía a Francia. Los izquierdistas me miraban horrorizados. Supe por ellos que yo era un indecente reaccionario. / En realidad a mí no me gustaba la gramática latina, ni quería a Goethe. Me parecía un burgués satisfecho, así como calificaba a Balzac de viejo chismoso, con aire de suficiencia y extrema pedantería, para epatar a los filisteos letrados. Pero encontraba intelectualmente distinguido defender el latín, el griego y la filosofía perenne, como estudios fundamentales, en medio de la algarabía y el enojo de unos estudiantes mayores que estaban descubriendo a Marx y aprendiendo la jerigonza revolucionaria45.

El cierre del Congreso mereció titulares de primera página en la prensa conservadora: "Ayer clausuró sus sesiones en Ibagué [...] el Congreso Nacional de Estudiantes". Subtitular: "En la elección del nuevo comité ejecutivo la minoría batió con éxito la corriente conservadora"46.

La delegación conservadora evaluó negativamente el Congreso estudiantil de Ibagué. En un telegrama que testifica el ya acercamiento entre Álzate y los Leopardos, los delegados enviaron a éstos el siguiente mensaje: "Presentamos, ante ustedes, con ambiguo gesto de melancolía y sarcasmo, integral fracaso un Congreso al que

11 El Colombiano, agosto 1 8 de 1928, p. 1. '• Archivo de la familia Álzate Avendaño. Boceto de texto sin fecha. K El Debate, agosto 8 de 1928. p. 1.

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concurrimos con nobles esperanzas espirituales [...] no ejercitamos beligerancia, porque preferimos dejarlo abandonado su propia ignorancia. Sobre el naufragio bermejo flota a salvo nuestro decoro"47. Por supuesto, se trataba de la constatación del avance de la influencia del liberalismo y del movimiento de inspiración socialista sobre el movimiento estudiantil colombiano.

El Congreso fue productivo para todas las partes. Al contrario de fracaso, la presencia de Álzate y demás miembros de la delegación conservadora produjo efectos positivos: los colocó como personajes dispuestos a defender sus idearios en franca lid y les afianzó la fama de una generación contradictora de las ideas que amenazaban con convertirse en discurso hegemónico48. Y ganó la sociedad toda, pues amplió su proceso dialógico. Una impresión de democracia emanó del Congreso. La posterior reforma liberal tendrá en los congresos estudiantiles de los años veinte su base doctrinaria y programática. Fue justamente en los Congresos estudiantiles, en este en particular, donde comenzó el diálogo entre Gilberto Álzate Avendaño y Carlos Lleras Restrepo, que quedaría roto con la muerte del primero en 1960, según expresión del segundo durante los funerales.

47 Véase El Nuevo Tiempo, dieierabre 29 de 1930. p. 1. 177 Además los delegados conservadores propusieron una plancha para los cargos directivos que fue tenida en cuenta como puede

apreciarse. Plancha de la minoría conservadora7 Elíseo Arango. Marco Naranjo López, Diego Luis Córdoba, Abel Botero, Carlos Lleras Restrepo, Gustavo Pérez, Manuel Antonio Arboleda, Suplentes7 Rafael Bernal Jiménez, Bernardo Mejía Rivera, Mario Aramburo. Octavio Robledo. Hernando Echeverri, Guillermo Nanetti, y Luis Alberto Bravo. Plancha aceptada, principales7 Marco Naranjo López, Diego Luis Córdoba. Carlos Lleras Restrepo. Manuel Antonio Arboleda. Suplentes7 Bernardo Mejía Rivera. Octavio Robledo, Mario Aramburo, Gustavo Pérez y Guillermo Nanetti.

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