Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

download Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

of 144

Transcript of Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    1/144

    F R f l N C O I S F U R E T

    E R N S T N O L T EIT

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    2/144

    V , l F R A M Q O I S F U R E T: E R N S T N O L T E

    Es posible buscar un ncleo racional a la paranoia anti

    semita de Hitler? Acaso se efecta una apologa si se lo

    considera una reaccin contra el bolchevismo? Si por

    horror a sus crmenes se esgrime el carcter nico del

    nazismo, no se corre el riesgo de que toda tentativa decompararlo con otras experiencias contemporneas sea

    considerada una comprensin culpable, y los historiadores

    del siglo xx slo puedan callarse, so pena de ser acusados

    de complicidad postuma?

    Estos interrogantes conforman el eje de la correspondencia

    que, entre 1991 y 1997, mantuvieron Frangois Furet y el

    historiador alemn Ernst Nolte, a raz de la interpretacin

    del fascismo propuesta por este ltimo. Las ocho cartas

    que reproduce este volumen -publicadas anteriormente

    en la revista Commentaire-constituyen un ensayo acercadel siglo xx, el fascismo y el comunismo, y contribuyen a

    eliminar los tabes y a construir una atmsfera de toleran

    cia, imprescindible para el desarrollo del pensamiento.

    A pesar de todas sus diferencias, ambos intelectuales

    coinciden en los interrogantes acerca del presente, el

    melanclico teln de fondo de este fin de siglo, que nos

    halla encerrados en un horizonte nico de la historia,

    arrastrados hacia la uniformizacin del mundo y la aliena

    cin de los individuos.

    I S B N R S G - S S 7 - 5 R C1 - ,:1

    9 789505 572991m

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    3/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    4/144

    S e c c i n d e O b r a s d e P o l t i c a y D e r e c h o

    FASCISMO Y COMUNISMO

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    5/144

    Traduccin de

    VCTOR GOLDSTEN

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    6/144

    FRANgOIS FURETERNST NOLTE

    FASCISMO Y COMUNISMO

    FONDO DE CULTURA ECONMICAM x ic o - A r g e n t i n a - B r a s i l - C o l o m b i a - C h i l e - E sp a a

    E s t a d o s U n i d o s - P e r - V e n e z u e l a

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    7/144

    Primera edicin en francs, 1998Primera edicin en espaol, 1999

    Traduccin de las cartas de Ernst Noltedel alemn por Marc de Launay

    Ttulo original:Fascisme et communisme Librairie PlonISBN de la edicin original: 2-259-18956-3

    D. R. 1998, Fo n d o d e C u l t u r a E c o n m i c a

    d e A r g e n t i n a , S. A.

    El Salvador 5665, 1414 - Buenos AiresAv. Picacho Ajusco 227; 14200 Mxico D. E

    ISBN: 950-557-299-9

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723Im p r e s o e n l a A r g e n t i n a - Pr i n t e d i n A r g e n t i n a

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    8/144

    NOTA DEL EDITOR FRANCS

    En el verano de 1996, Fran^ois Furet se propusopublicar en la revista Commentaire su correspondencia con el famoso historiador alemn Ernst Nol~te. Esta correspondencia estaba apareciendo en Italiay el debate que suscitaba produca un gran inters

    tanto de ese lado de los Alpes como en Alemania.El intercambio naci a partir de una nota queFran^ois Furet haba dedicado, en su ltimo libro,El pasado de una ilusin , a la interpretacin delfascismo propuesta por Nolte. En enero de 1996,Ferdinando Adornato, redactor en jefe de la revistaLiberal de Roma, asumi la iniciativa de pedir aNolte que contestara tal anlisis, cosa que ste hizoen forma de una carta que, a su vez, fue respondidapor Furet. As se encadenaron las ocho cartas queforman el ensayo que presentamos a continuacinsobre el siglo XX, ei comunismo y el fascismo.

    En mayo de 1997, Fran^ois Furet haba logrado

    el acuerdo de Ernst Nolte para preparar una edicin francesa, haba corregido una ltima vez sutexto y haba acordado con nosotros durante unviaje a la isla de Aix, lugar de la ltima estancia de

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    9/144

    FASCISMO Y COMUNISMO

    Napolen en Franciaqu forma se dara a dichapublicacin.

    Entonces recibimos la horrible noticia. FrancoisFuret haba muerto en Toulouse, el 11 de julio de1997.

    As, pues, luego de su fallecimiento apareci esacorrespondencia en Commentaire (nmeros 79 y

    80, otoo de 1997 e invierno de 1997-1998). Ellada fe de la reflexin de Francois Furet acerca denuestro destino histrico, ya que se trata de un anlisis de todo el siglo XX, que prolonga su ltimo libro y que est estimulado por el encuentro y el debate con el historiador y filsofo alemn, quien a su

    vez dedic su obra a una cuestin mayor para Europa, la de las fuentes que forman las matrices delcomunismo y el fascismo.

    Esta edicin reproduce las cartas de Ernst Noltey Frangois Furet tal y como aparecieron en Com-mentaire. Las de Ernst Nolte fueron traducidas dei

    alemn al francs por Marc de Launay y fueron revisadas por el autor y la redaccin de Commentaire.

    La correspondencia entre ambos historiadoresculmina con las lneas de Francois Furet ubicadas como epgrafe de este volumen en homenaje a su memoria. Con una tristeza tocquevilliana, esas lneas

    expresan sus sentimientos al final de su vida y describen la situacin de Europa a fines del siglo XX.

    Commentaire

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    10/144

    ste es el teln de fondo melanclico deeste fin de siglo. Aqu estamos, encerra-dos en un horizonte nico de la Histo-ria, arrastrados hacia la uniformizacin

    del mundo y la alienacin de los indivi-duos en la economa, condenados a mo-derar sus efectos sin tener contacto consus causas. La Historia resulta tanto mssoberana en la medida en que acabamosde perder la ilusin de gobernarla. Pero,como siempre, el historiador debe reac-cionar contra aquello que, en la pocaen que escribe, adopta un aspecto de fa-talidad: demasiado bien sabe que ese ti-po de evidencias colectivas son efme-ras. Las fuerzas que trabajan para launiversalizacin del mundo son tan po-

    derosas que provocan encadenamientosde circunstancias y situaciones incom-patibles con la idea de leyes de la Histo-ria, a fortiori con la de una posible pre-visin. Hoy menos que nunca debemos

    jugar a los profetas. Comprender y ex-plicar el pasado ya no es tan sencillo.

    Fr a n c o i s Fu r e t

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    11/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    12/144

    Sobre la interpretacin del fascismode Ernst Nolte

    I

    FRA NgO IS FURET

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    13/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    14/144

    Para la historia del siglo XX* la guerra de 19141tiene el mismo carcter de matriz que la RevolucinFrancesa para el siglo XIX. De ella salieron directamente los acontecimientos y movimientos que sehallan en el origen de las tres tiranas de las quehabla lie Halvy en 1936. La cronologa lo expre

    sa a su manera, ya que Lenin toma el poder en 1917,Mussolini en 1922, y Hitler fracasa en 1923 paratener xito diez aos ms tarde. Ello permite suponer una comunidad de poca entre las pasiones suscitadas por tales regmenes inditos, que convirtieron la movilizacin poltica de los ex soldados en la

    palanca de la dominacin exclusiva de un partidonico.De este modo se abre otro camino para el histo

    riador hacia la comparacin de las dictaduras del

    1 Este texto de Fran^ois Furet est tomado de su ltimo libro,Le pass d une illusion. Es sai sur l ide communiste au X X e sicle,

    Laffont y Calmann-Lvy, 1995, pp. 194-196'. Edicin en espaol:El pasado de una ilusin. Ensayo acerca de la idea comunista en el si-glo X X , Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1995, pp. 188-190.

    13

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    15/144

    14 FASCISMO Y COMUNISMO

    siglo XX. Ya no se trata de examinarlas a la luz de

    un concepto, en el momento en que alcanzaron respectivamente la cima de su curva, sino ms bien deseguir su formacin y sus xitos, de modo de captarlo que cada una tiene a la vez de especfico y de comn con las otras. Finalmente, resta comprenderqu debe la historia de cada una a las relaciones de

    imitacin u hostilidad que mantuvo con ios regmenes de los cuales tom en prstamo algunos rasgos.Por otra parte, imitacin y hostilidad no son incompatibles: Mussolini se vale de Lenin, pero lo hace para vencer y prohibir el comunismo en Italia.Hitler y Stalin ofrecern muchos ejemplos de com

    plicidad beligerante.Esta aproximacin, que forma una condicinprevia natural para el inventario de un ideal tipocomo totalitarismo, tiene l ventaja de ceir msde cerca el movimiento de los hechos. Y presenta elriesgo de ofrecer una interpretacin demasiado simple de ellos, a travs de una causalidad lineal segnla cual el antes explica el despus. As, el fascismomussoliniano de 1919 puede ser concebido comouna reaccin a la amenaza de un bolchevismo ala italiana, tambin l surgido de la guerra y constituido en mayor o menor medida sobre el ejemploruso. Reaccin en el sentido ms amplio de la palabra, ya que Mussolini, proveniente como Lenin deun socialismo ultrarrevolucionario, tiene una granfacilidad de imitarlo para combatirlo. Por eso, puede tomarse la victoria del bolchevismo ruso en oc

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    16/144

    SOBRE LA INTERPRETACIN' DEL FASCISMO.

    tubre de 1917 como el punto de partida de una cadena de reaccin a travs de la cual el fascismo

    italiano primero y el nazismo luego aparecen comorespuestas a la amenaza comunista, pero hechascon el mismo modo revolucionario y dictatorial delcomunismo. Una interpretacin de este tipo puedeconducir, si no a una justificacin, cuando menos auna disculpa parcial del nazismo, como lo mostr

    el reciente debate de los historiadores alemanes sobre el tema:2 ni siquiera Ernst Nolte, uno de los especialistas ms profundos en los movimientos fascistas, pudo escapar a esa tentacin.

    Desde hace veinte aos, pero sobre todo desde eldebate que enfrent en 1987 a los historiadores alemanes sobre la interpretacin del nazismo (Historikerstreit, 1987), el pensamiento de Ernst Nolte, enAlemania y el Occidente, fue objeto de una condenatan sumaria que merece un comentario particular.

    Uno de sus mritos es haber hecho, muy tempranamente, caso omiso de la interdiccin para poneren paralelo comunismo y nazismo: interdiccin ms

    o menos general en Europa occidental sobre todoen Francia y en Italia, y particularmente absolutaen Alemania por razones evidentes, y cuya fuerzano est extinguida. A partir de 1963, en su libro so-

    Historikerstreit, Munich, 1987. Traduccin a! francs: De

    vant lHistoire. Les documents de la controverse sur la ngularitde l'extermination des Juifs par le rgime nazi, Editions du Cerf, col.Passages, 1988.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    17/144

    16 FASCISMO Y COMUNISMO

    bre ei fascismo,3 Nolte expres las grandes lneas

    de su interpretacin histrico-filosfica, neohegelia-na y heideggeriana a la vez, del siglo XX. El sistemaliberal, por cuanto ofrece de contradictorio y de indefinidamente abierto sobre el porvenir, constituyla matriz de las dos grandes ideologas, comunista yfascista. La primera, cuya senda abri Marx, lleva

    al extremo la trascendencia de la sociedad moderna, por lo cual el autor entiende la abstraccindel universalismo democrtico que arranca el pensamiento y la accin de los hombres de los lmitesde la naturaleza y la tradicin. En sentido inverso,el fascismo quiere tranquilizar a los hombres contra

    la angustia de ser libres y sin determinaciones. Yextrae su inspiracin lejana de Nietzsche y su voluntad de proteger la vida y la cultura contra latrascendencia.

    Debido a esto, no es posible estudiar las dos ideologas en forma separada: juntas, y de manera radi

    cal, despliegan las contradicciones del liberalismo, ysu complementaredad-rivalidad ocup todo nuestro siglo. Pero tambin se inscriben en un ordencronolgico: la victoria de Lenin precedi a la deMussolini, para no hablar de la de Hitler. La primera condiciona a las otras dos, segn Nolte, quien no

    dejar de profundizar esta relacin en sus libros

    3 Der Faschismus in seiner Bpoche. Traduccin al francs: Lefascisme en son poque, 3 vol., Julliard, 1970. Traduccin al espaol: El fascismo en su poca, Barcelona, Pennsula, 1963.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    18/144

    SOBRE LA INTERPRETACIN DEL FASCISMO. 17

    posteriores:4 en el plano ideolgico, el extremismouniversalista del bolchevismo provoca el extremismo de lo particular en el nazismo. En el plano prctico, el exterminio de la burguesa realizado por Lenin en nombre de la abstraccin de la sociedad sinclases crea un pnico social en el punto de Europams vulnerable a la amenaza comunista; provoca eltriunfo de Hitler y el contraterrorismo nazi.

    Sin embargo, el propio Hitler conduce un combate perdido de antemano contra sus enemigos: ltambin se ve atrapado en el movimiento universalde la tcnica y utiliza los mismos mtodos del adversario. Hitler, al igual que Stalin, alimenta el fuego de la industrializacin. Pretende vencer el judeo-

    bolchevismo, ese monstruo de dos cabezas de latrascendencia social, pero quiere unificar a la humanidad bajo el dominio de la raza germana. Porlo tanto, en esta guerra programada nada quedarde las razones para ganarla. As, por su evolucin,el nazismo traiciona su lgica original. Es inclusoen tales trminos que, en una de sus ltimas obras5,

    4 Die Faschstiscben Bewegungen, 1966; traduccin al francs;Les mouvements fascistes, Calmann-Lvy, 1* ed., col. Libert de Pes-prit, dirigida por Raymond Aron, 1969, 21 ed., 1991; Deutschlandund der Kalte Krieg, 1974; y sobre todo Der Europdische BrgerKrieg, 1.9171945,1987. De este ltimo existe traduccin al espaol:Le7guerra civil europea, 19171945. Nazismo y bolchevismo , Mxico, FCE, 1994.

    5 Martin Heidegger, Poliik und Geschicbte im Leben und Denken, 1992. Traduccin al espaol: Heidegger, Poltica e historiaen su vida y pensamiento, Madrid, Tecnos, 1998.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    19/144

    18 FASCISMO Y COMUNISMO

    Nolte explica y justifica el corto perodo militante

    de Heidegger quien ms tarde fue su maestroenfavor del nazismo. El filsofo habra tenido razn desentirse entusiasmado por el nacionalsocialismo, y almismo tiempo de decepcionarse rpidamente de l.

    Es entendible cmo y por qu los libros de Noltedisgustaron a las generaciones de posguerra, ence

    rradas en la culpabilidad, o en el temor de debilitarel odio al fascismo tratando de comprenderlo, osimplemente por conformismo de poca. En el casode las dos primeras conductas, por lo menos las razones son nobles. El historiador puede y debe respetarlas. Si las imitara, empero, se privara de tener

    en cuenta el terror sovitico como uno de los elementos fundamentales de la popularidad del fascismo y el nazismo en los aos veinte y treinta. Debera ignorar lo que el advenimiento de Hitler debe ala anterioridad de la victoria bolchevique y al contraejemplo de la violencia pura erigida por Lenin

    como sistema de gobierno, y por ltimo, a la obsesin de la Kominternpor extender la revolucin comunista a Alemania. En realidad, el veto que se establece sobre este tipo de consideraciones impidehacer la historia del fascismo y se corresponde en elorden histrico con el antifascismo versin sovitica en el orden poltico. Al prohibir la crtica del comunismo, este tipo de antifascismo hstoriogrficobloquea tambin la comprensin del fascismo. Entreotros mritos, Nolte tuvo el de romper este tab.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    20/144

    SOBRE LA IN TERPRETACIN DEL FASCISMO. 19

    Lo triste es que en ia discusin de los historiado

    res alemanes sobre el nazismo, Nolte haya debilitado su interpretacin por exageracin de su tesis:quiso convertir a los judos en los adversarios organizados de Hitler, en tanto que aliados de sus enemigos. No porque fuese un negacionista. En variasoportunidades expres su horror por el exterminiode los judos por los nazis, e inclusive la singulari

    dad del genocidio judo como la liquidacin industrial de una raza. Sostiene la idea de que la supresin de los burgueses como clase por parte de losbolcheviques mostr el camino, y que el Gulag esanterior a Auschwitz. Pero el genocidio judo, si biense inscribe en una tendencia de poca, segn su vi

    sin no es slo un medio para la victoria; conservala espantosa particularidad de ser un fin en s mismo, un producto de la victoria, cuyo mayor objetivo fue la solucin final . Sin embargo, al tratar dedescifrar la paranoia antisemita de Hitler, en un escrito reciente, Nolte pareci encontrarle una suertede fundamento racional a partir de una declara

    cin de Jaim Weizmann, en nombre del CongresoJudo Mundial, en septiembre de 1939,6 en la quepide a los judos de todo el mundo que luchen juntoa Inglaterra. El argumento es molesto y falso a la vez.

    Sin duda, remite a ese fondo de nacionalismoalemn humillado que sus adversarios reprochan a

    Nolte desde hace veinte aos, y que constituye uno

    6 Devant lHistoire, ob. ck., p. 15.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    21/144

    de los motores existenciales de sus libros. Sin em

    bargo, incluso en lo que tiene de cierto, la imputacin no puede desacreditar una obra y una interpretacin que se encuentran entre las ms profundasque haya producido este ltimo medio siglo.7

    20 FASCISMO Y COMUNISMO

    7 Vanse Hans Christof Kraus, Uhistoriographie phiiosophi-que dErnst N olte , en La Pense Politique , Hautes tudes-LeSeuil-Gallimard, 1994, pp. 59-87; Alain Renaut, prefacio a ErnstNolte: Les mouvements fascistes, ob. cit., 2a ed., 1991, pp. 6-24.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    22/144

    Ms all de los atolladeros ideolgicos

    II

    ERNST NOLTE

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    23/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    24/144

    Querido colega,

    A propsito de su libro Le pass dune iilusion,me gustara hacerle partcipe de algunas reflexionesque sern ms personales y menos detalladas queaquellas que, a pedido de Pierre Nora, redact enmi postura publicada en Le DbatA

    Hace ya casi un ao que tuve noticias de su libro a travs de un artculo de la Frankfurter Allgemeine Zeitung., que no slo subrayaba su importancia, sino que daba cuenta expresamente de la larganota de las pginas 195-196,* donde se refera usted a mis propios trabajos. As tom conocimiento

    de su libro antes de lo que sin duda lo habra hechoen circunstancias comunes y lo le, lnea por lnea,

    * Ernst Nolte , Sur la thorie du tota litarism e , Le Dbat,1996, n 89, pp. 139-146. Traduccin al espaol: Sobre la teoradel totalitarismo , Punto de Vista, n" 55, Buenos Aires, agosto de1996, pp. 19-22.

    * Nota que en la edicin en espaol corresponde a la nota 13,pp. 189-190, y que aqu representa gran parte del texto precedentede Furet. (N. del E.)

    23

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    25/144

    24 FASCISMO Y COMUNISMO

    con el mayor inters, no sin experimentar, por aa

    didura, un placer de orden esttico.Pronto comprob que su obra estaba liberada de

    los dos atolladeros u obstculos que en Alemaniaarrinconan toda reflexin sobre el siglo XX en unespacio estrecho y que a despecho de todos los esfuerzos individuales meritorios, desde el vamos la

    tornan impotente. En Alemania, de hecho y en prn-cipio, esta reflexin se vincul de entrada casi exclusivamente al nacionalsocialismo, y tal como susconsecuencias catastrficas son evidentes, con demasiada frecuencia las frmulas han reemplazado eltrabajo del pensamiento frmulas como, por ejem

    plo, ideas delirantes, senda alemana singular opueblo criminal .En realidad, existieron dos perspectivas de refle

    xin que iban ms all de los lmites alemanes, perouna, la teora del totalitarismo, era considerada obsoleta por todos los progresistas desde mediadosde los aos sesenta, o incluso pareca ser un instrumento de la Guerra Fra. La otra, la teora marxis-ta, slo raramente fue desarrollada con las suficientes consecuencias para hacer figurar al Tercer Reichcomo un simple elemento de un conjunto ms amplio, y que en esa medida apareciesen como msculpables aun, por ejemplo, el imperialismo occiden

    tal o la economa capitalista mundial.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    26/144

    MS ALL DE LOS ATOLLADEROS IDEOLGICOS 25

    Iz q u i e r d a s a l e m a n a y f r a n c e s a

    La izquierda alemana no mantena una relacin unvoca con su propia historia, pues sta tampoco haba sido unvoca. No exista ningn gran acontecimiento con el que hubiera podido identificarse sinreservas, pues hasta las guerras de liberacin contrala Francia napolenica no carecan de lo que se

    imaginaba como mviles reaccionarios, y la revolucin de 1848 haba sido un fracaso . nicamente una fraccin minoritaria de la izquierda alemanase haba identificado con la Revolucin Rusa, y laparte de lejos mayoritaria y ms importante, la so-cialdemocracia, era resueltamente opuesta, tanto enla teora como en la prctica, a una extensin de esta revolucin a Alemania. Por cierto, si hubiera sido posible cuantificar el entusiasmo y la intensidadde la fe que dicha revolucin no haba dejado desuscitar en el seno de la izquierda, ms de la mitadhubiera debido atribursele al Partido Comunista Alemn (KP D) , pues los socialdemcratas slo lucharon

    contra los comunistas con podra decirse unamala conciencia socialista, y el KP D, en Alemania, fue el nico partido cuyo peso, al filo de laselecciones, se increment de manera consecuente,inclusive durante el escrutinio de noviembre de 1932donde los nacionalsocialistas padecieron una severaderrota. Sin embargo, incluso entre los jvenes neo-marxistas de los aos setenta, poco numerosos eranaquellos que, retrospectivamente, hubieran considerado posible una victoria comunista en el momento

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    27/144

    26 FASCISMO Y COMUNISMO

    crucial 1932-1933 y que hubieran acusado a los so-

    cialdemcratas de traicin. Ahora bien, precisamente es esta opinin, por cierto no sin una inflexinopuesta, lo que constitua la tesis del anticomunismode derecha y que tampoco poda aceptarse post festum, es decir, que el comunismo hubiera representado un peligro real, y que era por esta razn por lo

    que el nacionalsocialismo haba adquirido tanto poder. Sin embargo, incluso segn la visin de losgrandes partidos de la democracia weimariana reconstruida en Bonn luego de 1945, tal concepcinslo poda resultar errnea y peligrosa, porque ofrecademasiadas analogas con la tesis nacionalsocialistaque pretenda salvar a Alemania del bolchevismo,y porque en una alianza con los Estados Unidos haba existido un compromiso de rechazar los ataquesdel estalinismo totalitario y de sus representantesalemanes en Berln oriental.

    Por cierto, la teora del totalitarismo ofreca unaescapatoria que permita distinguir anticomunismo

    democrtico y anticomunismo totalitario , perosta no prevaleci durante mucho tiempo y luego,de la derecha a la izquierda, de la prensa a la universidad, casi todos los portavoces se pusieron deacuerdo para concentrar toda la atencin en el examen del nacionalsocialismo y no preocuparse por el

    estalinismo sino slo de pasada y sin hablar paranada de un movimiento comunista mundial . stos son los dos atolladeros que yo evocaba.

    En cambio, en su libro, usted parte del idealcomunista y ve en l la ms poderosa realidad ideo

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    28/144

    MS ALL DE LOS ATOLLADEROS IDEOLGICOS 27

    lgica del siglo. No lo encierra en los lmites de Rusiadonde rpidamente prevaleci una poltica exteriorpragmtica y habla del embrujo universal de Octubre que, tambin y sobre todo en Francia, despert el entusiasmo de cantidad de intelectuales.Usted puede hacerlo porque proviene de la izquierda francesa que, contrariamente a su compaeraalemana, dispone, en la historia nacional, de un

    gran acontecimiento que infatigablemente puedereivindicar la Revolucin Francesa, y a partir delcual pudo considerar la Revolucin Rusa como unaconsecuencia y una semejanza; revolucin por lacual poda experimentar sin la menor mala conciencia cuando menos simpata, si no es que llega

    ba a identificarse con ella sin reservas.Por eso, no fue en absoluto azaroso si una granmayora del Partido Socialista, en el congreso de1920 en Tours, se someti a la Tercera internacional, y si grandes historiadores de la RevolucinFrancesa como Aulard y Mathiez simpatizaron conese movimiento mundial, y hasta se convirtieron enmiembros. Pero tambin otras personalidades queusted menciona, hombres tales como Pierre Pascal,Boris Souvarine o Georg Lukcs, fueron entusiastasy convencidos, y usted mismo, a todas luces, noniega ni su inters ni su simpata por tal entusiasmo. Por supuesto, la realidad histrica min poco a

    poco esta fe en un Pierre Pascal, en un Boris Souvarine, como en tantos otros, y usted mismo sigue lashuellas de estos disidentes; sin embargo, a despecho

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    29/144

    28 FASCISMO Y COMUNISMO

    de toda distancia, sigue viendo en la Revolucin

    Rusa de Octubre y en su irradiacin mundial el acontecimiento poltico fundamental del siglo XX. Ustedprosigue el examen de su irradiacin hasta que, agotada por la lucha con mltiples realidades, pierdesu fuerza interna y termina por ser definitivamenteconsiderada como lo que era desde el comienzo en

    virtud de su ndole utpica, es decir, una ilusin .Pero adems usted da otro paso que, a mi juicio,no es menos decisivo. Si el acontecimiento fundamentaldel siglo X X resulta ser finalmente una ilusin, lasreacciones militantes que suscit no pueden ubicarse ms all de toda comprensin ni ser totalmentecarentes de legitimidad histrica; tambin es precisoque sea considerado como un residuo injustificadode la visin comunista el hecho de negarse a percibirel otro poder de fascinacin del siglo de ningnotro modo que como un crimen. Esta apreciacindel otro gran mito del siglo , es decir, el mito fascista, lo expondr, incluso en Francia, a tropezar conmuchas oposiciones, mientras que en la Alemaniaactual corre el riesgo de convertirse rpidamente enuna persona infrecuentable.

    Por lo que a m respecta, sin embargo, tiene perfectamente razn, en la medida en que nadie, razonablemente, podr sospechar que usted piensa que

    la lucha entre la idea comunista y la contraidea fascista sera el nico contenido de la historia del sigloentre 1917 y 1989-1991, o que el fascismo deberaser considerado como una suerte de idea platnica,

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    30/144

    MS ALL DE LOS ATOLLADEROS IDEOLGICOS 29

    sin tener en cuenta las diferencias y los presupuestos mltiples que determinan todas las realidadeshistricas y por tanto tambin la realidad del movimiento comunista mundial

    Por un camino totalmente distinto del suyo, yologr superar esos dos atolladeros y por lo tantoelaborar la concepcin (bosquejada desde hace mucho tiempo) de la guerra civil ideolgica del siglo XX.

    Tambin yo me hubiera quedado en el inters exclusivo por el nacionalsocialismo y sus races alemanassi, por azar, no hubiera descubierto las influenciasejercidas, tanto por Marx como por Nietzsche, sobreel pensamiento socialista del joven Mussolini. nicamente por esta razn el fascismo pudo conver

    tirse para m en un objeto en mi libro de 1963; y ladefinicin general del fascismo como forma militante del antimarxismo, de igual modo que la definicin especfica del nacionalsocialismo como fascismo radical, contena ya virtualmente todo aquelloque desde entonces pude pensar y escribir. Peroaquello que para usted fue el punto de partida, laidea comunista, para m permaneci, un poco ms omenos durante mucho tiempo, en un segundo planoque no era realmente explcito, y slo en 1983 conmi libro Marxisme et rvolution industrielle, y sobretodo en 1987 con La guerre civil europenne, 19171945 , las cosas se modificaron.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    31/144

    30 FASCISMO Y COMUNISMO

    L a v e r s i n g e n t i c o -h i s t r i c a

    DEL TOTALITARISMO

    As, tomando puntos de partida distintos y sirvindonos de caminos diferentes, llegamos, si no meequivoco, a esa concepcin que yo llamo la versin histrico-gentica de la teora del totalitaris

    mo, y que se distingue casi tanto de la versin poltico-lgico-estructural de Hannah Arendt y Cari J.Friedrich como de la teora marxista-comunista.

    No obstante, parecera que entre nosotros existeun muy profundo punto de divergencia. En la notade su libro que yo evocaba, escribe usted que es

    triste que yo haya exagerado mi interpretacin yque haya dado una suerte de fundamento racional a la paranoia antisemita de Hitler . Por cierto, frente a usted no necesito subrayar que el acontecimiento singular que fue la destruccin masivadesencadenada por la solucin final de la cuestinjuda suministr importantes justificaciones al hechode que la investigacin alemana se haya concentrado en el nacionalsocialismo. Y por su parte, con seguridad usted me conceder que en la Historia lo quees singular tampoco puede ser considerado como unabsoluto ni ser tratado como tal. A lo cual aado losiguiente: un crimen de masas singular no es menos

    espantoso y condenable si puede drsele un fundamento racional inteligible; ms bien sera al contrario. Puedo recordarle que en uno de sus artculosde 1978 usted critic la interpretacin simplista del

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    32/144

    MS ALL DE LOS ATOLLADEROS IDEOLGICOS 31

    sionismo que haca la izquierda francesa, y escribi

    que la ndole de ese fenmeno no poda ser aisladadel mesianismo judo? No utiliz comillas, considerando entonces que el trmino era legtimo, aunquea todas luces saba, tanto como yo, que tambin eraposible hablar de un mesianismo ruso o chita.En consecuencia, pienso que la solucin final tampoco puede ser inteligible (verstehbar) por oposi

    cin a comprensible (verstandlich) sin recurrir almesianismo judo en cuanto tal y a la representacin que de l tenan Adolf Hitler y buena cantidadde sus adeptos. Por eso, no creo que sea imposibleallanar la diferencia que nos separa.

    Como quiera que sea, y para emplear una expre

    sin muchas veces citada del escritor alemn de origen francs Theodor Fontane, ste es un vasto campo. Muchas palabras, muchas reflexiones sernnecesarias para cultivar este campo de la maneraconveniente.

    Todo permite suponer que en mis palabras seencontrar un motivo para denigrarlo en Alemania,

    y hasta incriminarlo si expreso que el xito de su libro me regocija casi tanto como a usted; pero creoque en su pas los prejuicios y la histeria no son tanpoderosos como en el mo.

    Reciba usted, Seor Profesor, mis saludos msatentos.

    E r n s t N o l t e

    Berln, 20 de febrero de 1996

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    33/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    34/144

    Un tema tab

    FRANgOIS FURET

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    35/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    36/144

    Querido colega,

    Al dedicarle esa larga nota bien saba que en supas, e incluso ms all, iba a desatar sentimientosde hostilidad hacia mi libro.* No ocurri otra cosa,

    hasta tal punto el mero acto de citarlo desata en laizquierda reacciones casi pavlovianas; historiadores anglosajones tan diferentes como Eric Hobs-bawm o Tony Judt me reprocharon incluso el solohecho de citar su nombre, sin experimentar la necesidad de justificar tal excomunin. Es preciso romper el encantamiento de ese pensamiento mgico, y

    hoy menos que nunca lamento haberlo hecho. Antetodo por simple reflejo profesional, yo ya estabatratando sobre cuestiones de las cuales usted haba

    * Vanse artculos de Renzo de Felice, Ian Kershaw, RichardPipes, Giuliano Procacci, Eric Hobsbawm, Ernst Nolte y Fran

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    37/144

    36 FASCISMO Y COMUNISMO

    escrito mucho y desde haca mucho tiempo: su libro

    de 1963, Le fascisme en son poque, me haba resultado muy interesante cuando apareci en francs,I hace ya treinta aos! incluso fuera de ese respetopor las reglas de nuestro oficio, sus libros suscitandemasiados problemas esenciales a la inteligenciadel siglo XX para que su condena sumaria no encu

    bra mucha ceguera.

    L a o bs e s i n d e l n a z i s mo

    Sin duda, esta ceguera tiene sus races ms evidentes

    en la obsesin del nazismo que domin la tradicindemocrtica desde hace medio siglo, como si la Segunda Guerra Mundial no acabara de ilustrar susignificacin histrica y moral. En efecto, esta obsesin, lejos de declinar a medida que nos alejbamosde los acontecimientos que constituyeron su fuente,

    creci, por el contrario, en los cincuenta aos que nosseparan de ellos, como el criterio esencial que permita distinguir a los buenos ciudadanos de losmalos (para tomar en prstamo por un momentomi vocabulario de la Revolucin Francesa). Al punto que hasta hizo renacer fascismos imaginarios enla necesidad de volver a encontrar reencarnacionesposteriores a la derrota de Hitler y de Mussolini.

    Los crmenes del nazismo fueron tan grandes yresultaron tan universalmente visibles al final de laguerra que el mantenimiento pedaggico de su re

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    38/144

    UN TEMA TAB 37

    cuerdo representa un papel indiscutiblemente til, e

    incluso necesario, mucho tiempo despus de desaparecer las generaciones que los cometieron. Puesms o menos precisamente, la opinin tuvo conciencia de que tales crmenes tenan algo de especficamente moderno, que no carecan de relacin conciertos rasgos de nuestras sociedades y que era menester velar tanto ms cuidadosamente por evitar suretorno. Ese sentimiento de espanto para con nosotros mismos form el terreno propicio para la obsesin antifascista, al mismo tiempo que la mejor desus justificaciones.

    Pero, desde el origen, fue instrumentado por elmovimiento comunista. Y tal instrumentacin ja

    ms fue tan visible y poderosa como luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Historia parecedar un certificado de democracia a Stalin por la derrota de Hitler; como si el antifascismo, definicinpuramente negativa, fuera suficiente para la libertad. Por ello, la obsesin antifascista aadi a su

    papel necesario un efecto nefasto: si no imposibilitel anlisis de los regmenes comunistas, al menos lodificult.

    Usted cree que esa ceguera es particularmentetotal en la izquierda alemana, y hasta en Alemaniaen general por razones que, al menos algunas, sonevidentes. El nazismo fue un apocalipsis alemn quearranc al pas de su tradicin y lo expuso a unadesgracia sin precedentes, reforzada por una condena general. Resulta fcil comprender cmo ios sen

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    39/144

    38 FASCISMO Y COMUNISMO

    timientos polticos colectivos fueron aqu moviliza

    dos casi exclusivamente por esa tragedia nacional.Y tambin ver por qu la argumentacin anticomunista fue aqu objeto de una suerte de tab, puestoque ella ya haba servido a Hitler. Mutatis mutandis, la misma cosa se observa en Italia y por las mismas razones.

    H a s t a t a l p u n t o s o n i n t e r d e p e n d i e n t e s . ..

    Sin embargo, no estoy seguro d que en su carta usted no lleve un poco demasiado lejos el anlisis del

    excepcionalismo alemn al respecto. Despus de todo, tambin en mi pas y en general en la Europademocrtica, el fascismo, a fortiorien su forma nazi,fue ms o menos un tema tab para el historiador.Quiero decir que la condena moral cuyo objeto eranlos dos regmenes impeda no slo estudiar sino has

    ta concebir la popularidad de la que haban gozadoentre las dos guerras. Y el tab que pesaba sobretoda suerte de anlisis comparado, o incluso sobre toda idea de interdependencia entre comunismo y fascismo, no era menor, aunque no tuvieran las mismas razones histricas o culturales. Tambin en

    Francia las ideas de este tipo fueron descalificadascomo meros instrumentos de la Guerra Fra, cuando tan a menudo se las encuentra entre los autoresde los aos treinta. A mi juicio, desde ese punto devista la diferencia entre su pas y el mo es ms de

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    40/144

    UN TEMA I'AB 39

    grado que de naturaleza. En Francia, la existenciade una tradicin democrtica revolucionaria venerable aliment ms la ilusin comunista de lo quepermiti penetrar sus secretos. Y la victoria de lacoalicin antifascista del Frente Popular en 1936jug en el mismo sentido. Por lo dems, la existencia de una tradicin marxista antifascista no esajena a la cultura alemana: fue esta tradicin la que

    sirvi de legitimacin intelectual a la ex RDA. *Sea como fuere en relacin con la situacin res

    pectiva de los historiadores franceses y alemanesfrente a la comprensin del siglo XX, est claro quela obsesin del fascismo, y por lo tanto del antifascismo, fue instrumentada por el movimiento comu

    nista como el medio para ocultar su realidad frenteal juicio de la opinin. De lo cual surge que es preciso hacer la crtica de esta visin que adopt lafuerza de una teologa para entrar en la historia realdel fascismo y del comunismo. En ese sentido, ustedabri el camino y con la perspectiva del tiempo,dentro de diez o de cincuenta aos, eso ser claro

    para todo el mundo.Viniendo de otro lado, yo, al igual que usted,

    trato de comprender la extraa fascinacin que ennuestro siglo poseyeron los dos grandes movimientos ideolgicos y polticos que fueron el fascismo yel comunismo. Usted enfoca el proyector sobre el

    fascismo, mientras que yo trat de comprender laseduccin de la idea comunista sobre los espritus.

    * Repblica Democrtica Alemana, (N. del E.)

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    41/144

    40 FASCISMO V COMUNISMO

    Pero nadie puede entender uno de los dos campos

    sin considerar tambin el otro, hasta tal punto soninterdependientes en las representaciones, las pasiones y la realidad histrica global

    E l ODIO A LA BURGUESA

    Esta interdependencia puede ser estudiada de variasmaneras, por ejemplo, desde la ptica de las ideas,de las pasiones, de los regmenes. El primer aspectoconduce a estudiar cmo la poltica democrtica fuedescuartizada entre la idea de lo universal y lo par

    ticular, o para hablar su lenguaje, entre la trascendencia y la inmanencia: antagonismo filosfico quenutre pasiones de hostilidad recproca. El movimiento fascista se aliment del anticomunismo, el comunista del antifascismo. Pero ambos comparten un odioal mundo burgus que tambin les permite unirse.Por ultimo, la comparacin entre ambos regmenes,bolchevique estaiinista y hitleriano, aliment desdelos aos treinta una vasta literatura, a la cual Han-nah Arendt dio, tras la guerra, su argumentacin msconocida (pero no la nica).

    En mi libro intent hacer justicia a todos esosaspectos. Como bien lo comprendi usted, al res

    pecto estoy ms cerca de su interpretacin que de lade Arendt. La idea de totalitarismo, si bien permitecomparar lo que es comparable en los regmenes deStalin y de Hitler, resulta impotente para explicar

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    42/144

    UN TEMA TAB 41

    sus orgenes tan diferentes. La que consiste en se

    guir el desarrollo histrico-gentico, para retomarsus trminos, de los regmenes fascistas y comunistas me parece ms convincente y de una fuerza deinterpretacin mayor. Sin embargo, me separo deusted en un punto importante. A mi juicio, usted insiste demasiado en el carcter reactivo del fascismoal comunismo, es decir, en el carcter posterior desu aparicin en el orden cronolgico, y en su determinacin por el precedente de Octubre. Por lo quea m respecta, yo veo en los dos movimientos dos figuras potenciales de la democracia moderna, quesurgen de la misma historia.

    S o l a m e n t e u n a p a r t e d e v e r d a d

    Lenin toma el poder en 19 7, Mussolini en 1922,Hitler fracasa en 1923 para tener xito diez aos mstarde: as, una dcada despus, el fascismo mussoli-

    niano puede ser concebido como una reaccin a laamenaza de un bolchevismo a la italiana, tambinl surgido de la guerra, y constituido ms o menossobre el ejemplo ruso. Del mismo modo, puede convertirse al nazismo en una respuesta a la obsesinalemana de la Komintern, respuesta hecha bajo elmodo revolucionario y dictatorial del comunismo.

    Este tipo de interpretacin implica una parte de verdad, en la medida en que el miedo al comunismonutri los partidos fascistas, pero a mi juicio, es tan

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    43/144

    42 FASCISMO Y COMUNISMO

    slo una parte: pues tiene el inconveniente de ocul

    tar lo que cada uno de los regmenes fascistas tienede endgeno y particular en beneficio de lo quecombaten en comn. Los elementos culturales conque se forjaron una 41doctrina preexisten a la guerra de 1914 y por lo tanto a la Revolucin de Octubre. Mussolini no esper a 1917 para inventar la

    alianza de la idea revolucionaria y la idea nacional.La extrema derecha alemana, y hasta la derecha ensu totalidad, no necesita al comunismo para detestarla democracia. Los nacionalbolcheviques admiraron a Stalin. Estoy de acuerdo en que Hitler privilegia el odio al bolchevismo, pero en cuanto produc

    to final del mundo burgus democrtico. Por otraparte, algunos de sus ms prximos confidentes,como Goebbels, no ocultan el hecho de detestar aPars y a Londres ms que a Mosc.

    Por consiguiente, pienso que la tesis del fascismocomo movimiento reactivo al comunismo sloexplica una parte del fenmeno. Fracasa en darcuenta de la singularidad italiana o alemana. Sobretodo, no permite comprender lo que ambos fascismos pueden tener de orgenes y rasgos comunes conel rgimen detestado. Me expliqu sobre esto bastante largamente en el captulo Vi de mi libro (enespecial, pp. 197-198)* para ahorrarle lo que correra el riesgo de no ser ms que una intil repeticin.Sin embargo, aado que al asignar una significa-

    En h edicin en espaol, pp. 191-194. (N. del E.)

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    44/144

    UN TEMA TAB 43

    cin no slo cronolgica, sino tambin causal a laanterioridad del bolchevismo sobre el fascismo, se

    expone usted a la acusacin de querer disculpar encierto modo el nazismo. La afirmacin de que elGulag precedi a Auschwitz no es falsa ni tampoco insignificante. Pero no tiene el sentido de un lazode causa y efecto.

    La misma divergencia encuentro en el anlisis

    que usted hace de las motivaciones racionales quehabra tenido el antisemitismo hitleriano. No porque no sea un hecho consumado la existencia deuna gran cantidad de judos en los diferentes Estados mayores del comunismo mundial, con el Partido ruso a la cabeza. Pero Hitler y los nazis no te

    nan ninguna necesidad de ello para dar sustancia asu odio por ios judos, que era ms viejo que la Revolucin de Octubre. Por otra parte, Mussolini, aquien tan alto consideraban, haba llevado a la victoria antes que ellos a un fascismo anticomunistaque no era antisemita. Aqu encuentro el desacuerdo que me separa de usted acerca de los orgenesdel nazismo, ms antiguos y ms especficamentealemanes que la hostilidad al bolchevismo. Antes dehaber sido los chivos emisarios del bolchevismo, los

    judos lo fueron de la democracia. Y s es cierto quedan lugar a esta maldicin, por la relacin privilegiada que mantienen con el universalismo moderno

    lo hacen en los dos papeles, como burgueses y como comunistas, siendo la primera imagen anterior ala segunda (por lo dems, usted mismo subraya que

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    45/144

    44 FASCISMO Y COMUNISMO

    si son cuantiosos en las filas comunistas, tambin selos encuentra en la primera fila del anticomunismoliberal en el siglo). Tambin aqu vuelvo a tropezarcon la violencia particular de la cultura alemana contra la democracia moderna como un elemento explicativo del nazismo anterior al bolchevismo. En mi

    opinin, lo que usted llama el ncleo racional delantisemitismo nazi ms bien est hecho de la superposicin imaginaria de dos encamaciones sucesivas,pero 110 incompatibles, de la modernidad por parte delos judos. Creo que la lectura de Mein Kampfconfirma esta interpretacin. All, el bolchevismo no es

    ms que la ltima forma de la empresa del dominiomundial por los judos.Pero la cuestin es demasiado vasta y central pa

    ra que no volvamos sobre ella en nuestras prximascartas.

    Atentamente suyo.

    Fr a n c o i s Fu r e t

    Parts, 3 de abril de 1996

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    46/144

    Del Gulag a Auschwitz

    ERNST NOLTE

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    47/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    48/144

    Querido colega,

    Ante todo, permtame expresarle con total objetividad mi admiracin por el coraje que ha puestode manifiesto. Si hasta universitarios del mundo anglosajn tienen para con usted reacciones como las

    que evoca al comienzo de su carta, cunto mayoreshan de ser la indignacin y la ira en Francia e Italia!Adems, nadie lo ha obligado a adoptar una po

    sicin favorable a mi obra en la larga nota de laspginas 195-196 de su libro. Si es cierto que de todos modos no hubiera dejado de desencadenar unafuerte oposicin, sin duda, las reacciones emociona

    les ms negativas no habran podido encontrar dequ alimentarse si no hubiera mencionado al autordiabolizado por la gente de izquierda en Europa.Usted slo ha podido obedecer a la honestidad cientfica que se niega a disimular aquello que, de una uotra manera, represent un papel importante en la

    elaboracin de sus propias concepciones. El hechode que un mvil de este tipo pueda manifestarse apesar de todas las sospechas tiene algo de extraor

    47

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    49/144

    4 8 FASCISMO Y COMUNISMO

    dinariamente consolador, entre tantas motivaciones

    que nada tienen que ver con el trabajo cientfico.De todos modos, en ocasiones me sorprendo de

    las manifestaciones de agresividad de la izquierdaactual y ni siquiera puedo pensar en ello sin descu-brirle un aspecto ridculo. Tan difcil resulta com-probar que una necesidad interna nos lleva hacia la

    concepcin histricogentica de la teora del tota-litarismo si se est atado a lo esencial de la interpre-tacin marxista del siglo XX, sin admitir su pretensiny por lo tanto la del comunismode poseer la ver-dad absoluta? Qu otra cosa entonces han subra-yado ms fuertemente todos ios tericos marxistas

    sino que los fascismos fueron reacciones de la bur-guesa, desesperadas y condenadas al fracaso frenteal ascenso victorioso del movimiento socialista yproletario? Ahora bien, si esta concepcin no estbasada en el conocimiento de las leyes inexorablesde la historia universal, si, por el contrario, no esms que un arma utilizada por un partido polticoen el curso de sus luchas, arma que no lo distinguefundamentalmente de los otros partidos aunque,por cierto, sea necesario reconocerle un statusparti-cular, si descansa en una comprensin insuficientede la sociedad burguesa, y si su fracaso final esnada menos que un azar, entonces la imagen de lapoca recubre contornos muy diferentes, aun cuan-do fueran conservadas ciertas lneas esenciales de lainterpretacin. La versin histricogentica de lateora del totalitarismo est mucho ms prxima al

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    50/144

    DHL GULAG A AUSCHWITZ 49

    anlisis marxista que la versin clsica o estruc-

    tural, y es sin duda esta cercana lo que suscita tan-ta agresividad.

    R e a c c i o n e s c o m p r e n s ib l e s

    Por otro lado, no quiero negar que las reaccioneshostiles no sean por su parte comprensibles. En efec-

    to, estar cerca de la concepcin marxista implica deentrada cierta proximidad con la interpretacin fas-cista, la cual es, de manera muy evidente, profunda-mente dependiente del anlisis marxista. Si se consi-dera ilegtimo el movimiento comunista, si se llegahasta a ver en l una suerte de atentado contra la

    civilizacin occidental, la balanza de la justiciahistrica se inclinar sin equvocos en favor de losfascismos. En todo caso, no es eso lo que pienso, ycuando en su postura publicada en L e Dba t1 pare-ce usted insinuar que yo le reprochara su compro-miso anterior en el P C F , * slo puedo contradecirlo.Si no fuera por el movimiento obrero del siglo X X

    que se rebel contra las formas precoces y terriblesde la economa de mercado y de competencia, si laPrimera Guerra Mundial no hubiera suscitado msque reflexiones de orden pragmtico sin que se ma-nifestara un pacifismo militante, habra que deses-

    1 Fran^ois Furet, Sur liilusion communiste , L e Dbat , n 89,

    marzo-abril de 1996, pp. 170 y ss. Traduccin al espaol: Sobre lailusin comunista, Punto de Vista, n" 55, Buenos Aires, agosto de1996, pp. 22-26.

    * Partido Comunista Francs. (N. del E.)

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    51/144

    5 0 FASCISMO Y COMUNISMO

    perar de la humanidad. Aunque sus ilusiones utpi-

    cas fueron desmentidas por la Historia, el movi-miento marxistacomunista tena grandeza, y msque los que se comprometieron deberan reprochar-se aquellos que permanecieron totalmente ajenos al. As es como ya en D er Faschi smus in sei ner Epoche yo daba explcitamente razn al fascista Musso

    lini contra sus camaradas de una poca en la medi-da en que l an le predeca una gran longevidad alcapitalismo; pero jams experiment la menor dudaen cuanto a ver al marxismo como un movimientoms originario, el producto de races muy antiguas,y en los fascismos una reaccin de orden secunda-

    rio, en gran parte artificial, que descansaba sobrepostulados. Por eso, se equivocan todos aquellos queme imputan el anticomunismo como primer m-vil. A lo sumo, podra hablarse de un antiabsolutis-mo, es decir, un rechazo a toda pretensin a unaverdad absoluta. Pero a mi juicio, la pretensin deuna verdad absoluta tal y como lo afirmaba Hitler,es decir, la idea de que los judos tiraban de los hi-los de la historia mundial, ni siquiera merece sernegada, muy simplemente debe ser rechazada.

    Por supuesto, es ms seguro abstenerse de todaforma de proximidad respecto del nacionalsocialis-mo y dotar de una inflexin negativa todo lo que elnacionalsocialismo haba dotado de una inflexinpositiva, y viceversa com o ocurre, por ejemplo,con la tesis predominante en mi pas de una excepcionalidad alemana, que habra alcanzado su pa-

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    52/144

    DEL CULAG A AUSCHWITZ 51

    roxismo en el nazismo. Hace poco pude volver acomprobar, y precisamente en el contexto de nues-tra discusin, hasta qu punto una imprecisin enapariencia desdeable puede dar motivo con facili-dad a reproches justificados.

    En mi contribucin a L e D ba t puede leerse:porque nos empecinamos en considerar a los ju-dos como las vctimas de una empresa infame, y no

    como los actores de una tragedia (p. 146)."' En es-ta forma, el enunciado es errneo y hasta provocaindignacin. Pero en alemn deca otra cosa: porqueno queremos considerar a los judos como actoresque participaron en una tragedia, sino nicamente[!] como las vctimas de una empresSa perversa.2 La

    idea de participacin (M i t en M i t w i r k ende ), ascomo el matiz restrictivo del adverbio nicamente(nur) daban a la frase un carcter mucho menos ab-soluto, y aquello que segn todas las apariencias nohaba sido ms que un simple descuido de traduc-cin, acarreaba una grave modificacin del sentido.

    No necesito decirle que me tomo ms en seriosus crticas que cualesquiera otras. Usted piensa queinsisto en exceso en la ndole reactiva de los fascis-mos, y que de este modo descuidara sus mismasraces: el antisemitismo de Hitler, por ejemplo, ha-

    * p ar ce q u o n s'obst i ne consi derr les Jui fs com m e l es vi ct i-

    mes d une ent r epr i se i nf am e, et no n com m e l es acteurs d' i i ne tragdi e. (N. del T.)1 uw ei! man di e Jud en ni cht a h M i t w i rk ende in ei ner Trag

    di e, sondern nu r [!] ais O pf er in ei nem Schurk enstrei ch seben w i i l.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    53/144

    5 2 FASCISMO Y COMUNISMO

    bra sido virulento mucho antes de la Primera Gue-

    rra, y por lo tanto no podra ser tambin una reac-cin al bolchevismo.

    U n n e x u s c a u s a l

    Tiene toda la razn al pensar que, en efecto, el na-cionalsocialismo en ningn caso puede ser deducidoexclusivamente de una reaccin frente al movimien-to bolchevique; que por el contrario, incluso antesde la guerra, exista un nacionalismo alemn brutal,y que hasta en el programa de un partido se habanexpresado intenciones explcitas de exterminio de

    los judos. Una rpida ojeada al campo de su espe-cialidad, la Revolucin Francesa y su prehistoria,tal vez pueda contribuir a esclarecer la intencin.Mucho antes de 1789, tambin existan en Alema-nia tendencias opuestas a la Ilustracin que leshacan a sus partidarios reproches totalmente seme-

    jantes a los que ms tarde se hicieron a los jacobinos.No obstante, tales tendencias tuvieron otro carctercuando el rey fue condenado a muerte y luego eje-cutado: entonces las cosas se pusieron verdadera-mente serias. A mi juicio, fue poco ms o menos dela misma manera como las cosas se pusieron ver-

    daderamente serias para Hitler cuando se vio en-frentado con la realidad de lo que l llamaba la sangrienta dictadura rusa y la wdestruccin de lain te l l igents ia nacional. Creo que solamente as esposible establecer un nexus causal entre el Gulag

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    54/144

    DEL GULAG A AUSCHWITZ 5 3

    y Auschwitz. Nexus catisal, por supuesto, no signi-

    fica algo as como una articulacin coaccionante queobedece a las causalidades que pueden ser comproba-das por las ciencias de la naturaleza, y que se desarro-llara ms all de las concepciones y opiniones huma-nas. Si se descartan de la reflexin las opiniones deHitler y sus muy cercanos confidentes, entonces nohay un nexus causal entre el Gulag y Auschwitz, y

    tanto como pueda juzgarse, no hubiera existido Ausch-witz. No obstante, es lcito hablar de un nexus mssutil: si alguien, poco importa quin, se hubiera pro-metido oponer al bolchevismo un rgimen tan re-suelto y consecuente, sera muy preciso que existieratambin algo anlogo a la tan considerable aboli-

    cin de las clases tan claramente reclamada por laideologa, y cuyo objeto principal difcilmente podraser otro grupo diferente del de los judos.

    La afirmacin segn la cual en la Historia los ju-dos haban estado desde siempre en el origen detoda desigualdad y de toda injusticia social era a

    todas luces irracional, hasta ridicula; nada ms queuna inclinacin extraa de la tesis de los primerossocialistas y marxistas que fustigaban el carcterdestructor de la propiedad privada. Pero el ncleoracional del antijudasmo nazi consiste en la reali-dad fctica del gran papel representado por ciertacantidad de personalidades de origen judo ~y ma-

    nifiestamente en virtud de las tradiciones universa-listas y mesinicas propias del judaismo histricoen el seno del movimiento comunista y socialista.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    55/144

    54 FASCISMO Y COMUNISMO

    Ncleo racional no significa necesariamente n-

    cleo legtimo: racional significa algo que es po-sible aprehender de manera inteligible y que puederepresentarse de manera inmanente. En la EdadMedia existi el antisemitismo de las fabulacionesacerca de la utilizacin de sangre cristiana o sobrelos asesinatos rituales, pero cabe considerar como

    ncleo racional de los pogroms el monopolio judo(obligado ms que querido) del prstamo financie-ro. Es posible comprender racionalmente esos movi-mientos de insurreccin contra el usurero, perosin duda eran injustificados pues amenazaban el de-sarrollo de la economa mercantil. A mi juicio, es en

    este sentido como el antisemitismo nazi tambintena un ncleo racional, pero ste tampoco era le-gtimo pues amenazaba un desarrollo posible y po-sitivo: el pasaje del movimiento obrero a la socialdemocracia, en cuyo seno algunos judos tales co-mo Otto Bauer o Lon Blum tambin representaronun papel importante. Precisamente por esta raznme parece injustificada la idea de que sera hacer suapologa considerar al nazismo, ante todo, como unareaccin contra el bolchevismo. Por cierto, el nazismono fue solamente una reaccin contra el bolchevismosino una reaccin excesiva, y por regla general, elexceso en aquello que al comienzo es justificado con-duce a lo injustificable. En cuanto nacionalismo ale-mn, el nazismo no era menos legtimo que el nacio-nalismo francs o el italiano, pero no bien adoptla forma de una privacin de los derechos, tal y co-

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    56/144

    DEL GULAG A AUSCHWITZ 55

    mo quedaba estipulado en el punto 4 del programa

    de su partido, se convirti en un exceso ilegtimo.

    O b j e c i o n e s l e g t i m a s

    Pero una vez ms insisto en el hecho de que no re-chazo desde el inicio ciertas objeciones, aunque nosean tan cuidadosamente justificadas como las su-yas. En particular, no puedo impugnar su legitimi-dad en el hecho de preguntarse, tan poco tiempodespus de Auschwitz, si no debera uno abstenersede toda cuestin referente a una participacin delos judos, ya que ese tipo de interrogacin no deja-ra de reabrir las heridas y, llegado el caso, podraser instrumentada por antisemitas actuales. sta po-dra ser la razn de que demasiado exclusivamentese haya puesto de manifiesto la ndole de vctimade los judos. De esta manera, no nos hemos clausu-rado la perspectiva sobre lo que era verdaderamenteimportante? La grandeza histrica de los judos

    pueblo de Dios o pueblo de la humanidadno autoriza a poner a los judos en el mismo planoque los gitanos y los cngaros, que, de hecho, nofueron ms que vctimas. Acaso todo cuanto poseecierta grandeza histrica no trae aparejada unaconciencia de s especfica, como ocurre con la ala

    banza de sus amigos y la crtica de sus enemigos?No somos tan injustos hacia los judos como hacialos alemanes (p er i m possi b i l e) cuando afirmamos

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    57/144

    56 FASCISMO Y COMUNISMO

    que todo antigermanismo y todo antijudasmo, cuyoscomienzos realmente apare,cen desde la Antigedad,descansaran sobre prejuicios sencillos? Interrogarseacerca del ncleo racional del antijudasmo nazi,no dara acceso a la comprensin adecuada deotras actitudes anti que pueden deplorarse desde

    un punto de vista moral, pero que no obstante consti-tuyen una parte tan esencial de la historia universal?

    No me sorprendera ms de la cuenta si muchoscrticos llegasen a afirmar que yo habra abogadoaqu por el antisemitismo. En verdad, slo abogopor que se tomen en serio ciertas oposiciones, porejemplo, la posicin entre universalismo y particularismo, oposicin que, por supuesto, no era de na-turaleza absoluta sino d ialctica y que estoyconvencido de ello lo sigue siendo hoy. Si no meequivoco, usted mismo en su libro define justamen-

    te como una ilusin el hecho de que el universa-lismo pueda negar toda legitimidad al particularis-mo y, por ende, aniquilarlo. Lo que an requierelargas reflexiones es qu amenazas implica para elmundo, y ante todo para la disciplina histrica, quela nica exigencia absoluta que hoy es expresada

    sea la del igualitarismo universalista.Espero su respuesta con placer, y le envo mis sa-

    ludos ms atentos. Su colega

    E r n s t N o l t e

    B er l n, 9 de m ay o d e 19 9 6

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    58/144

    La relacin dialctica

    fascismo-comunismo

    FRANgOIS FURET

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    59/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    60/144

    Querido colega,

    A mi juicio, su segunda carta aclara y reduce,sin suprimirlo, el espacio de nuestro desacuerdo.

    Permtame decirle ante todo, por lo que le con-cierne personalmente, cmo me vi llevado a escribir

    esa larga nota sobre usted. Cuando comenc a traba-jar en L e passd un e i l l usi on, en 1989, haba ledosus libros a medida que aparecan, debido al intersque, a mediados de los aos sesenta, haba tenidopor los tres volmenes de L e fascisme en son poque.No experiment en seguida la necesidad de releer-los, ya que trabajaba sobre la idea comunista, y no

    sobre la idea o el movimiento fascista. Pero al cabode uno o dos aos, cuando mi trabajo avanzaba,constantemente tropec con el problema de la rela-cin dialctica fascismocomunismo: con el engen-dramiento y el refuerzo mutuos de las dos grandesideologas de masa surgidas de la Primera Guerra.

    Esto es lo que me llev a retomar sus trabajos, quehabra podido citar simplemente como todos aque-llos que figuran en las notas de mi libro. Pero su

    59

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    61/144

    6 0 FASCISMO Y COMUNISMO

    obra posee la doble particularidad de haber tenido

    la ambicin de presentar una interpretacin generalde la historia europea en el siglo XX, y haber sidono ignorada sino combatida medante el silencio yla excomunin. Por ese doble concepto, mereca serobjeto de un comentario particular. En mi oficio dehistoriador, siempre me sent cmodo al volver a

    atravesar la historiografa referente a la cuestinque deseaba tratar. En el estado actual de los trabajos disponibles sobre el perodo de las dos guerrasmundiales en Europa, creo que su obra se halla enla primera fila de aquellas que deben ser discutidaspor cualquiera que emprenda un trabajo sobre o al-rededor de los problemas planteados por los acon-tecimientos de dicha poca.

    Por qu? Porque la nica manera profunda deencarar el estudio de las dos ideologas y los dosmovimientos polticos inditos que aparecieron a co-mienzos de nuestro siglo, el comunismo marxista le-ninista y el fascismo, en su doble forma italiana y

    alemana, consiste en analizarlosj un t o s, como lasdos caras de una crisis aguda de la democracia libe-ral acaecida con la guerra de 19141918. Es unavieja realidad de la cultura poltica europea esta cr-tica de la abstraccin democrtica moderna en nom-bre de la vieja sociedad orgnica, a la derecha, y

    la futura sociedad socialista, a la izquierda. Lonovedoso con la Primera Guerra Mundial es la ex-trema radicalizacin de esta doble crtica, con el le-ninismo y con el fascismo. El leninismo extrae su

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    62/144

    LA RELACIN DIALCTICA FASCISMO-COMUNISMO 61

    fuerza de encarnar mediante su victoria ia vieja es-

    peranza del movimiento obrero, incluso al preciode una formidable inverosimilitud; el fascismo, derecuperar en provecho de los adversarios de las ideasdemocrticas la fascinacin de un maana, es decir,de una sociedad futura y no ya pasada. Desde queapareci sobre el teatro europeo, el hom o democrat icus padece verse privado por la civilizacin li-

    beral de una verdadera comunidad humana, cuyasdos representaciones ms fuertes son la asociacinuniversal de los productores y el cuerpo nacional delos ciudadanos. Las dos imgenes se ven encarna-das en la historia real luego de la guerra de 1914.

    Creo que a grandes rasgos estamos de acuerdo

    hasta aqu, y como usted, coincido en que esta apro-ximacin genealgica de la tragedia europea esms interesante que la comparacin estructuralde los totalitarismos hitleriano y estalinista. El pun-to que relaciona en profundidad comunismo y fas-cismo es el dficit poltico constitutivo de ia demo-

    cracia moderna. Los diferentes tipos de regmenestotalitarios que se establecieron en su nombre tie-nen como punto comn la voluntad de poner fin aese dficit, reasignando el primer papel a la decisinpoltica e integrando a las masas en el partido nicoa travs de la afirmacin constante de su ortodoxiaideolgica. El hecho de que las dos ideologas seproclamen en situacin de conflicto radical entreellas no les impide reforzarse una a la otra por estamisma hostilidad: el comunista nutre su fe del anti-

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    63/144

    6 2 FASCISMO Y COMUNISMO

    fascismo, y el fascista del anticomunismo. Y por

    otra parte, ambos combaten el mismo enemigo, lademocracia burguesa. El comunista la ve como elterreno propicio para el fascismo, el fascista como laantesala del bolchevismo, pero tanto uno como otroluchan para destruirla.

    En este punto del anlisis, introduce usted una

    distincin de origen cronolgico, pero a la que dauna significacin causal: es decir, que la revolucinbolchevique es un poco anterior al fascismo, que sedefine esencialmente contra ella como una reaccinantimarxista. Y tiene toda la razn de escribir en sucarta que al hacerlo usted retoma, por lo menos par-

    cialmente, la interpretacin marxista del siglo XX:en efecto, sta consider a los movimientos fascistascomo una respuesta de las democracias burguesas ala amenaza bolchevique en la poca del imperialis-mo, es decir, de la etapa ltima de la produccinmercantil. Si hacemos a un lado el diagnstico delfin inminente del capitalismo, a todas luces errneo,queda que la definicin del fascismo como un movi-miento reactivo a la revolucin bolchevique es funda-mental, tanto en el anlisis marxista leninista comoen el suyo propio: proximidad que tal vez expliqueuna parte de las pasiones hostiles que suscit su tesisen la izquierda europea.

    Pero s estoy muy de acuerdo en que bolchevis-mo y fascismo son interdependientes; no creo quepueda interpretrselos solamente a la luz de su apa-ricin sucesiva en la Historia. Los comunistas lo han

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    64/144

    LA RELACIN DIALCTICA FASCISMO-COMUNISMO 6 3

    hecho para recalcar el carcter nico, radicalmente

    nuevo, de la Revolucin de Octubre, por oposicin alcarcter derivado del fascismo, postrer avatar de ladominacin capitalista, idntico en el fondo a todoslos regmenes producidos por esta dominacin. Porel contrario, usted fue sospechado por sus adversa-rios de tratar de disculpar el fascismo, y particular-mente el nazismo, deducindolo, en cierto modo, del

    miedo al bolchevismo. En su ltima carta rechazabausted esta acusacin, con dos argumentos que, si nome equivoco, no encontr en sus recientes escritos,pero que sin duda remiten a sus trabajos ms anti-guos sobre el marxismo. El primero radica en laafirmacin de la grandeza de la ilusin marxista

    leninista, debido a su universalismo, grandeza querelega a segundo plano la idea fascista, secundariay en parte artificial. El otro argumento es que us-ted admite la existencia de races culturales del fas-cismo anteriores a la guerra e independientes delbolchevismo. Es cierto que usted atena su papel,comparndolas con las ideas contrarrevolucionarias

    en Francia en su perodo de incubacin, antes de laejecucin de Luis XVI.

    E l pa p e l d e l a g u e r r a

    No estoy seguro de que en la Revolucin Francesa

    la muerte de Luis XV sea esa lnea divisoria deaguas que usted evoca; yo tendera a ver en el cismareligioso, a partir de 1791, un factor ms importante.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    65/144

    6 4 FASCISMO Y COMUNISMO

    Pero esta cuestin es secundaria para nuestra discu-

    sin. A mi juicio, lo esencial es que ai admitir laexistencia de un cuerpo de doctrina fascista o fascistizante ya ms o menos constituido antes de 1914,usted debilita considerablemente la tesis de un fas-cismo meramente reactivo al bolchevismo. Si intentasalvar esta tesis por la distincin entre la potencia

    latente de una idea y la fuerza histrica en la que seconvierte luego de un juego de circunstancias deter-minado distincin indispensable para todo histo-riador, entonces le dir que la guerra de 1914, pors sola, representa un papel probablemente mayoren la actualizacin del fascismo que incluso la Re-

    volucin de Octubre. Cmo explicar de otro modolo que tuvo que ver con ella la derrota en Alemaniao la humillacin nacional en Italia? Esta idea de laautonoma poltica del fascismo respecto del bolche-vismo, o si usted prefiere, su carcter endgeno enel interior de la cultura europea, me interesa mucho,pues a mi juicio, como lo explico en los captulos I yVI de mi libro, el fascismo es la solucin finalmentedisponible a los atolladeros de la idea contrarrevo-lucionaria (pp. 208211)* y permite recuperar elencanto de la revolucin al servicio de una crticaradical de los principios de 1789.

    A todas uces, lo que explica su efecto de arras-

    tre sobre las masas es una absolutizacin de la ideanacional, as como, en sentido inverso, la mitologa

    * En la edicin en espaol, pp. 202-2 06. (N. del E.)

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    66/144

    LA RELACIN DIALCTICA FASCISMO-COMUNISMO 6 5

    de Octubre de 1917 se apoy en una absolutizacin

    de la idea universalista. Incluso en la Alemania nazi,la pasin nacionalista fue lo que lig ms fuerte-mente, y hasta el final, al pueblo alemn con laaventura hitleriana. Sin embargo, en este caso, di-cha pasin fue absolutizada por Hitler en la formaextrema de la eleccin biolgicohistrica de unaraza superior, llamada a dominar el mundo. Fue en

    nombre de esta teora, superpuesta a un naciona-lismo exacerbado (que haba sido suficiente paranutrir al fascismo italiano), que el ejrcito alemndurante la Segunda Guerra Mundial procedi a lamatanza de los judos europeos.

    LA MATANZA DE LOS JUDOS EUROPEOS

    A esta matanza, por parte de Hitler y los nazis, us-ted quiere dar lo que llama un ncleo racional.Pero segn los ejemplos que pone de manifiesto, nologro comprender lo que entiende usted por racio-nal. Si quiere decir con esto inteligible para la ra-zn, le har notar que las creencias ms locas loson: y la imputacin a ios judos de todas las injus-ticias sociales no es ms irracional que la asimila-cin del bolchevismo a un complot de cuyos hilosellos tiraran. En ambos casos se parte de un hechocierto la existencia de grandes capitalistas judos,

    o la presencia de cierta cantidad de judos en el pri-mer Estado mayor bolchevique para extraer con-secuencias absurdas, que tambin pueden dar paso

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    67/144

    66 FASCISMO yCOMUNISMO

    a crmenes. Por otra parte, en lo que respecta a Hi

    tler y sus confidentes, para ellos los judos no en-carnan solamente el bolchevismo, sino adems elcapitalismo aptrida. Les permiten reunir mgica-mente en un mismo odio a un solo pueblo que supues-tamente encarna dos ideas y dos regmenes socialescontradictorios. Tambin aqu el historiador puede

    percibir dnde se engendra ese espejismo poderosoy perverso a la vez: por muchas razones cuyo in-ventario ni siquiera somero tengo sitio para haceraqu, en el mundo moderno los judos son el pue-blo ms inclinado al universalismo por lo tanto, alliberalismo y al comunismo a la vez, tras haber sido

    el pueblo ms perseguido y aislado en guetos por laEuropa cristiana y encerrado en la promesa de sueleccin divina, que le permiti sobrevivir. Pero esterasgo tan extraordinario presentado por el judaismoeuropeo moderno (o asimilado, segn el trminofrancs*} antes de la Segunda Guerra Mundial nopermite dar ningn ncleo racional a la creenciade que eliminando a los judos se librase del comu-nismo y del capitalismo a la vez. Esta creencia siguesiendo totalmente irracional (frente a su examenpor la razn), incluso si el historiador puede en-contrar sus fuentes en la experiencia del pasado,transfigurada por la pasin ideolgica.

    A ssi m i l en ei original francs. (N. del T.)

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    68/144

    LA RELACIN DIALCTICA FASCISMO-COMUNiSMO 6 7

    La e s p e c i f i c i d a d d e l a s pa s i o n e s y l o s c r m e n e s

    Puesto que me escribe que es usted sensible a laemocin general que sigue rodeando en este fin desiglo a la matanza de los judos por a Alemania na-zi, permtame aadir que en este campo, ms queen ningn otro, el vocabulario empleado debe evi-

    tar la ambigedad. No sospecho que usted sea anti-semita ni que quiera ocultar el crimen del genocidiojudo, cosa que sus libros atestiguan claramente. Pe-ro entonces, por qu parece que buscara sus ele-mentos de explicacin en un precedente extrado de/ 7o rgimen, en otro pas? Es una repeticin de sutesis segn la cual el fascismo por entero consiste enuna respuesta al bolchevismo, pero desde esta pti-ca no es ms convincente que en su aspecto general.El antisemitismo es una pasin ajena a la Revolu-cin Rusa (aunque en una fase ulterior, bajo Stalin,pudo utilizarlo), y no creo que en las palabras deHitler pueda encontrarse la aproximacin entre el

    exterminio de los ku l a k s y el de los judos que ustedbosqueja. La historia paralela del bolchevismo y elfascismo que al igual que usted creo necesaria parala inteligencia del siglo XX europeono debe oscu-recer la especificidad de sus pasiones y de sus crme-nes, que es inseparable de aquello que los hace ser a

    cada uno lo que son: de otro modo, cmo podradar cuenta uno de las intenciones de los actores?Hitler no tuvo necesidad del precedente sovitico de

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    69/144

    68 FASCISMO Y COMUNISMO

    la liquidacin de los ku laks para encarar, prever yrecomendar la liquidacin de los judos. La guerray la conquista suministraron la ocasin para el ca-mino entre la intencin confesada y el pasaje al ac-to, sin que sea menester recurrir a la hiptesis deuna imitacin del terror an t i ku lak de comienzosde los aos treinta.

    El rasgo particular del nazismo, como idea y co-mo rgimen, es haber intentado transformar el odioa los judos, pasin poltica extendida en toda laEuropa de la poca, en matanza general de los ju-dos, liquidacin fsica de un pueblo consideradocomo no perteneciente al gnero humano. Esto ro\significa ni que la historia tan extraordinaria del ju-daismo pueda ser reducida a la tragedia de un pue-blo chivo emisario y vctima de la modernidad, nique los sentimientos nacionales carezcan de honor,

    o que el papel de las naciones en el desarrollo de lacultura est agotado: en eso estoy de acuerdo conusted. Pero esto obliga al historiador a mirar laabsolutizacin de las emociones nacionales pararetomar su expresincomo una maldicin espec-fica de la historia alemana, que, a mi juicio, sigue

    siendo el fenmeno ms enigmtico d^l siglo X X .Me siento feliz de que esta correspondencia me dla ocasin de discutir con usted estas cuestiones difci-les, y le ruego que acepte mis ms atentos saludos.

    F r a n q o i s F u r e t

    2 4 d e j u n i o d e 1 9 9 6

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    70/144

    Sobre el revisionismo

    ERN ST NOLTE

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    71/144

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    72/144

    Querido colega,

    En lo que respecta al ncleo racional del anti-semitismo nazi, no creo que debamos satisfacernoscon un a greem ent to di sagree , con un acuerdosobre nuestro desacuerdo. Por ello, me gustara ex-

    plicar mi concepcin con un ejemplo y al mismotiempo mostrar que existen varias sendas que llevande lo racional a lo irracional.

    E l n c l e o r a c i o n a l

    El ncleo racional de que se trata puede ser ex-presado en una proposicin sencilla que poco mso menos dira lo siguiente: fue en una proporcinmuy ampliamente superior a la media que hombresy mujeres de origen judo tomaron parte tanto en eldesarrollo intelectual como en el de las organizacio-

    nes, la ideologa y el movimiento socialistas en Eu-ropa, y luego tambin, en la conquista del poder ylos primeros tiempos de la dominacin del bolche-

    71

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    73/144

    7 2 FASCISMO Y COM UNISM O

    vismo en Rusia. Esta proposicin no se refiere a io

    que no sera ms que un mtodo de conocimiento,sino a una realidad, y sta no es discutible; no porcierto entre usted y yo, ya que en una u otra forma,se encuentra en cuantiosos trabajos de especialistasque, por regla general, tambin dan una explicacinclara a este hecho.

    Fundamentalmente, esta proposicin hace juegocon otra, igualmente poco discutible: entre los ga-lardonados por el Premio Nobel, los sabios de ori-gen judo estn representados en una proporcinmuy superior a la media. Por lo general, y con ra-zn, esta comprobacin es entendida como un ttu-lo de gloria. Pero no es totalmente inimaginableque esta alabanza pueda transformarse en un repro-che, hasta en una acusacin, en el caso de que latendencia anticientfica la cual representa en todaspartes en el mundo occidental una corriente queexiste en el seno de la opinin pblica ganaraen fuerza y se radicalizara. Sin embargo, estara ms

    o menos excluida la posibilidad de que un fanticocualquiera llegue a la idea de afirmar que las cien-cias de la naturaleza, hasta la ciencia en general,fueran un p roduc to judo. En efecto, segn nuestroscriterios actuales sera muy simplemente absurdo,irracional con exactitud; aunque la comproba-

    cin de partida haya sido objetivamente justa y, porlo tanto, del todo racional. Adems, al mismo tiem-po, sera sobreestimar de manera totalmente incre-ble a un solo grupo de hombres, poco numerosos

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    74/144

    SOBRE EL REVISIONISMO 7 3

    por aadidura: un fenmeno mundial como la cien-cia no puede ser imputado a la actividad de un solopueblo como si fuese su causa, por dotado queeste pueblo fuere.

    Este pasaje de lo racional a lo irracional, que re-ferente a la ciencia hoy parece an excluido, no obs-tante realmente ocurri en los siglos X I X y X X cuandose trat del socialismo y luego del bolchevismo.. Por

    supuesto, slo se produjo entre los adversarios delsocialismo, pero stos representaban una considera-ble cantidad de hombres muy diversos. En princi-pio, hoy sera igualmente posible evaluar positiva-mente la sobrerrepresentacin de los judos en laelaboracin de un fenmeno cuyo alcance fue mun-dial, sin discusin. Por otra parte, es lo que se co-

    menz a hacer muy temprano, pero el socialismoestablecido no acept esas tentativas, pues a lo su-mo y con razn, no poda ver en esta colaboracinms que una causa parcial de sus xitos. Sin embar-go, los adversarios convirtieron la evaluacin tendencialmente positiva en su contrario, y desde fines

    del siglo X I X , quisieron ver en los revolucionariosjudos, como M arx y Lassalle, los principales fun-dadores del socialismo. Pero slo despus de la con-quista del poder por los bolcheviques pudo ponersede manifiesto la idea de que los judos eran responsa-bles de esa funesta perturbacin. As, tan realmente,se produjo esa conversin de una interrogacin ra-

    cional en una afirmacin irracional, mientras queen el caso de la ciencia slo puede realizarse en elmarco de una hiptesis reflexiva.

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    75/144

    7 4 FASCISMO Y COMUNISMO

    Pero an era grande la distancia entre ia inter-

    pretacin irracional y el crimen totalmente irracio-nal que, a travs del exterminio precisamente de losms pobres y desprovistos entre el pueblo judo, noslo deba zanjar la cuestin juda, sino tambinbarrer el socialismo con ms exactitud, el socialis-mo intemacionalista, el socialismo marxista y al

    fin y al cabo, la modernidad. Existe una serie depruebas de que antisemitas genuinos se sintieron in-dignados por el exterminio de los judos en el Este eintentaron oponerse en la medida de sus posibili-dades. Este crimen slo pudo ser puesto en ejecu-cin a partir del momento en que un antisemita fa-ntico, por razones que poca relacin tenan con elantisemitismo, se hizo dueo absoluto de un granEstado, y por consiguiente, de un aparato poderosoy ramificado. Sin la intencin de esta personalidadcentral que fue Hitler, no podra haber existido unasolucin final, y por eso, an hoy, me atengo alintencionalismo, que no dista mucho de ser des-

    calificado por nuestra disciplina. Pero, a mi juicio,el resultado espantoso e irracional parta de una ve-rificacin pertinente, y en lo que a ello respecta, elpasaje de lo racional a lo irracional puede ser re-constituido de manera racional.

    No obstante, si lo comprendo bien, para usted

    la verdadera irracionalidad consiste en el hecho deque los judos fueron responsabilizados simultnea-mente de dos sistemas sociales que, en realidad, sondiametralmente opuestos: la economa planificada

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    76/144

    SOBRE EL REVISIONISMO 7 5

    bolchevique y la economa de mercado capitalista.

    Sin embargo, puedo recordarle que ya en el sigloX IX

    espritus totalmente serios y razonables, aunque cier-tamente fueran conservadores, sostuvieron la ideade que socialismo y capitalismo no eran ms que lasdos caras de una misma moneda, ambas igualmenteopuestas al Estado cristiano de la tradicin euro-pea? Y en nuestros das, los fundamentalistas isl-

    micos y tambin los pioneros de una senda asiti-ca, no expresan en el fondo el mismo argumento?Adems, con un acento positivo esta vez, la distin-cin operada por una cantidad de intelectuales deizquierda, en Occidente, entre el bolchevismo, que apesar de todo descansara en un ideal humanista,

    y el fascismo, que habra dado cuerpo a una ideolo-ga hostil a 1a humanidad, no se basa en la mismaconcepcin? Tambin aqu, lo irracional no es lacomprobacin de partida, sino tan slo la conse-cuencia ilegtima que se extrae y que nicamenteextrajeron de esa forma los nazis, es decir, que de-ba haber responsables identifica bles, tnicamentedefinidos, de tal estado de cosas.

    A mi juicio, la interpretacin irracional no es deorigen alemn. Tampoco vio la luz del da slo apartir de 1917. En modo alguno comparto la opi-nin segn la cual el fascismo habra sido exclusi-vamente una reaccin al bolchevismo. Cerca de la

    mitad de mi libro, L e fasci sme en son poque, estconsagrada a la prehistoria del fascismo y el nazis-mo, y por lo tanto se ocupa del perodo anterior a

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    77/144

    7 6 FASCISMO Y COM UNISMO

    1914. Sin embargo, su objeto no es la tradicin

    alemana sino la tradicin contrarrevoluciona-ria que es comn a toda Europa. Por eso, me pare-ce que Gobineau es ms importante que TheodorFritsch inclusive hasta que Heinrich von Treitschke, y de la dedicatoria de su obra al rey de Hanovresurge muy claramente que los movimientos subver-

    sivos de los que habla habran sido consideradospor aquel ltimo como prefiguraciones del bolche-vismo si hubiese estado vivo en 1917.

    No ignoro que desde hace mucho tiempo ese re-proche est en el aire: hacer del fascismo en su po-ca un tema de investigacin y considerarlo como

    un fenmeno europeo sera objetivamente excusara Alemania. Pero he pensado, y sigo pensando conla misma resolucin, que uno se extrava cuandoquiere encerrar en los lmites de un nico Estado yuna nica tradicin nacional a una corriente esen-cial de la poca, poca que, segn la opinin de to-do el mundo, no se caracteriza por una globalizacin slo a partir de 1945. Tomar esta senda nosera demasiado distinto de aquella interpretacinque quiere transformar al pueblo judo en el fun-dador del socialismo y el bolchevismo. Pero no borrolas diferencias que con seguridad existen entre lasnaciones, as como tampoco identifico el fascismo

    radical que slo tom el poder en Alemania y elfascismo normal de Italia. De igual modo, no debedisolverse la articulacin entre el crimen irracionaly la comprobacin racional que le sirvi de base para

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    78/144

    SOBRE EL REVISIONISMO 7 7

    hacer de ese crimen el resultado totalmente incom-

    prensible de un mal absoluto.

    DOS OBSERVACIONES CRTICAS

    Permtame dos observaciones crticas acerca de al-gunas de las frases de su carta.

    Usted dice que no sospecha que yo sea antisemi-ta ni que quiera excusar el crimen del genocidio deios judos, pero aparentemente no le parece del todoabsurda esa sospecha, ya que fui a buscar la causadel genocidio en otro pas y no en la patria de loscrimnales, es decir, en Alemania. Ahora bien, no

    se cae de maduro que un historiador cuya investiga-cin tiene por objeto el antisemitismo no debe serantisemita, del mismo modo que no debe ser revo-lucionario el que se ocupa de las revoluciones ame-ricana, inglesa o francesa? Tanto uno como el otrosuscriben la misma obligacin: encarar su objeto

    con distancia, animados de una voluntad de objeti-vidad, y no contentarse en ningn caso con articu-lar imprecaciones, por clara que pueda ser su pro-pia conclusin. Por desdicha, en nuestros das lanocin de antisemitismo es uno de los trminos msdescarriados e instrumentados. Es algo muy diferentelanzar acusaciones contra los judos y criticar atal o cual protagonista, la mayora de las veces autoproclamado, como Elie Wiesel. Si ambas actitu-des tienen que ver con el antisemitismo, muy pron-

  • 7/26/2019 Furet Francois Y Nolte Ernst. Fascismo Y Comunismo. Li(1)

    79/144

    7 8 FASCISMO Y COMUNISMO

    to ya no se podr hablar de libertad de espritu.En 1981, cuando fui invitado por la UniversidadHebrea de Jerusaln, para mi gran sorpresa pudeleer en el Jer usa l em Post una carta de una lectorajuda que se quejaba del antisemitismo de sus ve-cinos, que contrariamente a ella, al parecer eran ju-dos ortodoxos.

    Yo soy partidario de operar distinciones en el se-no del antisemitismo y de tomar en serio cada unode los fenmenos as distinguidos, es decir, no reem-plazar cualquier tentativa de comprensin por insul-tos. No todo el mundo aprobar tal postulado, perono veo cmo un historiador podra contradecirlo.

    Ms adelante, usted escribe que, en nombre deuna absolutizacin del ideal nacional, el ejrcitoalemn procedi a la matanza de los judos euro-peos. Estoy persuadido de que usted elevara unaobjecin si.una r