Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos...

13
La disponibilidad de agua ha sido desde épocas re- motas uno de los condicionantes más fuertes para el establecimiento y posterior desarrollo de los asenta- mientos y, por ende, de la ocupación del territorio y de la distribución de la población. Por poner tan sólo algunos ejemplos históricos de todos conocidos, bas- ta recordar que el abandono del floreciente asenta- miento de Petra se debió a la fuerte presión demográ- fica sobre unas disponibilidades limitadas, o cómo la abundancia de agua propició el auge y esplendor de las ciudades nacidas en las proximidades de los ríos Tigris o Eúfrates en épocas remotas. No obstante, en un elevado número de casos la disponibilidad de agua no ha sido el factor determi- nante, estableciéndose y desarrollándose los asenta- mientos en función de criterios de otro tipo, y ello a lo largo de todas las épocas. Es el caso, en épocas an- tiguas, del establecimiento de campamentos o ciuda- des en zonas fronterizas con el fin de servir de base de los ejércitos de defensa o de control del comercio o, en la actualidad, del auge de zonas turísticas en zonas con escasez natural de tal recurso. De esta forma, el necesario equilibrio entre las ne- cesidades y las disponibilidades de agua ha dependi- do siempre de un buen número de variables, que en una primera aproximación pueden clasificarse en dos grupos: físicas y sociales, entendiendo como tales, respectivamente, las relativas al entorno natural en el cual el hombre desarrolla sus actividades y las relati- vas a las actividades humanas en sentido amplio, es decir, históricas, políticas, militares, sociales o eco- nómicas. La búsqueda de este equilibrio ha requerido en cada circunstancia particular la adopción de solu- ciones de distinto tipo. Entre estas soluciones, a lo largo de toda la historia y en todas las civilizaciones, siempre han destacado los azudes de derivación y las presas de embalse. Como soluciones al compromiso nacido de la di- cotomía existente entre disponibilidades y necesida- des, las presas y azudes han sido y son a su vez causa y consecuencia de los procesos sociales, económicos y de ocupación u ordenación del territorio a lo largo de la historia, en todos los tiempos y en todos los lu- gares. Es decir, pueden y deben verse como causa y como consecuencia de la realidad de los distintos pueblos y gentes que han ido poblando las diversas regiones de nuestro planeta y conformando la Histo- ria, hasta nuestros días. Todo esto, que es válido de forma general, adquie- re especial importancia en aquellos países en los que el agua no es un bien abundante, como es el caso de España. De esta forma, las presas y azudes han sido actores principales de la Historia de España, y ello en un doble ámbito o nivel: por un lado en el cotidiano y por otro, en uno más amplio o global, el que afecta a niveles de organización superior y a la planifica- ción territorial. Además de esta concomitancia con la realidad so- cial y de otras características —entre las que destaca la de ser obras de ingeniería con un «plus» grande de complejidad y dificultad por las «intensas» relacio- nes entre el trinomio presa-terreno de apoyo-agua—, Las presas historicas españolas. Ingeniería y patrimonio Francisco Bueno Hernández Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

Transcript of Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos...

Page 1: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

La disponibilidad de agua ha sido desde épocas re-motas uno de los condicionantes más fuertes para elestablecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, de la ocupación del territorio yde la distribución de la población. Por poner tan sóloalgunos ejemplos históricos de todos conocidos, bas-ta recordar que el abandono del floreciente asenta-miento de Petra se debió a la fuerte presión demográ-fica sobre unas disponibilidades limitadas, o cómo laabundancia de agua propició el auge y esplendor delas ciudades nacidas en las proximidades de los ríosTigris o Eúfrates en épocas remotas.

No obstante, en un elevado número de casos ladisponibilidad de agua no ha sido el factor determi-nante, estableciéndose y desarrollándose los asenta-mientos en función de criterios de otro tipo, y ello alo largo de todas las épocas. Es el caso, en épocas an-tiguas, del establecimiento de campamentos o ciuda-des en zonas fronterizas con el fin de servir de basede los ejércitos de defensa o de control del comercioo, en la actualidad, del auge de zonas turísticas enzonas con escasez natural de tal recurso.

De esta forma, el necesario equilibrio entre las ne-cesidades y las disponibilidades de agua ha dependi-do siempre de un buen número de variables, que enuna primera aproximación pueden clasificarse en dosgrupos: físicas y sociales, entendiendo como tales,respectivamente, las relativas al entorno natural en elcual el hombre desarrolla sus actividades y las relati-vas a las actividades humanas en sentido amplio, esdecir, históricas, políticas, militares, sociales o eco-

nómicas. La búsqueda de este equilibrio ha requeridoen cada circunstancia particular la adopción de solu-ciones de distinto tipo. Entre estas soluciones, a lolargo de toda la historia y en todas las civilizaciones,siempre han destacado los azudes de derivación y laspresas de embalse.

Como soluciones al compromiso nacido de la di-cotomía existente entre disponibilidades y necesida-des, las presas y azudes han sido y son a su vez causay consecuencia de los procesos sociales, económicosy de ocupación u ordenación del territorio a lo largode la historia, en todos los tiempos y en todos los lu-gares. Es decir, pueden y deben verse como causa ycomo consecuencia de la realidad de los distintospueblos y gentes que han ido poblando las diversasregiones de nuestro planeta y conformando la Histo-ria, hasta nuestros días.

Todo esto, que es válido de forma general, adquie-re especial importancia en aquellos países en los queel agua no es un bien abundante, como es el caso deEspaña. De esta forma, las presas y azudes han sidoactores principales de la Historia de España, y ello enun doble ámbito o nivel: por un lado en el cotidianoy por otro, en uno más amplio o global, el que afectaa niveles de organización superior y a la planifica-ción territorial.

Además de esta concomitancia con la realidad so-cial y de otras características —entre las que destacala de ser obras de ingeniería con un «plus» grande decomplejidad y dificultad por las «intensas» relacio-nes entre el trinomio presa-terreno de apoyo-agua—,

Las presas historicas españolas. Ingeniería y patrimonio

Francisco Bueno Hernández

Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

Page 2: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

otra, poco conocida, pero que afortunadamente estáadquiriendo importancia en los últimos tiempos es lade ser una importante y desconocida parte de nuestroPatrimonio Histórico y Cultural.

LAS PRESAS EN LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

Es opinión generalizada hoy en día que la construc-ción de presas y embalses se desarrolló simultánea-mente en las distintas regiones del mundo en confor-midad con las necesidades locales. Desde un puntode vista constructivo, su desarrollo puede considerar-se como resultado de una «experiencia exclusiva» enel sentido de que las distintas soluciones ensayadasse seguían utilizando o no en función de su resultado,es decir de si cumplían los fines para las que se cons-truían.

Las presas más antiguas conocidas están localiza-das a unos 100 km de Aman, en Jordania, y forma-ban parte de un elaborado sistema de suministro deagua a la ciudad de Jawa, que tuvo un breve pero in-tenso periodo de esplendor alrededor del año 3000a.d.C. Los cinco embalses de Jawa tenían una capa-cidad conjunta próxima a 46.000 m3 y la presa mayortenía una altura de 4,50 metros y una longitud de 80metros en coronación.

Los restos de presas posteriores que han llegadohasta nuestros días son numerosos, pertenecen a lacasi totalidad de las civilizaciones más florecientes yse encuentran en la mayor parte de las regiones. Seconocen presas desde el Valle del Nilo hasta China oAmérica Central y desde Oriente Medio hasta la islade Ceilán, siendo construidas por pueblos tan dife-rentes como los que supieron aprovechar las fértilesvegas del Nilo o los que se acostumbraron a vivir enlos desiertos del sudoeste de Asia gracias a sus «so-fisticadas» formas de manejar el agua.

Los embalses de estas primeras civilizaciones tu-vieron una gran variedad de usos, si bien la mayoríafueron construidas con fines de riego y abastecimien-to a poblaciones. Otros usos habituales fueron losusos industriales y la minería, la retención de sedi-mentos arrastrados por los ríos y torrentes para crearde forma artificial fértiles vegas y controlar las ave-nidas que amenazaban asentamientos, ciudades ocampos.

Los tres milenios anteriores a nuestra era se carac-terizaron en el campo de las presas por su diversidad

en cualquiera de los aspectos que se considere: tipo-logía, características hidráulicas, materiales utiliza-dos o finalidad.

LAS PRESAS ROMANAS EN HISPANIA

Las primeras presas romanas conocidas se construye-ron en el cambio de era, a pesar de que con anteriori-dad Roma ya había ocupado sus provincias del este—Turquía, Siria, Israel o Jordania—, con una grantradición en esta técnica. De entre todas sus provin-cias destacaron en la construcción de presas tresgrandes zonas: el norte de África —en las actualesMarruecos, Túnez y Argelia—, las provincias delEste (actual Oriente Medio) e Hispania y, en menormedida, el actual Irán y el norte de Italia y este deFrancia.

Aun cuando en Hispania —la actual península Ibé-rica— existen restos de presas romanas repartidas porun buen número de zonas, cuatro son las principales:la de los alrededores de Emérita Augusta —la actualMérida—, la situada al sur de Toletum —la actual To-ledo—, la de la cuenca del río Aguasvivas, tributariodel Ebro por margen derecha, y otros afluentes y la delsur de la actual Portugal, entonces perteneciente a laLusitania, cuya capital era Emérita Augusta. Cada unade estas zonas tiene características particulares encuanto a tipología, ubicación de aliviaderos e inclusofábricas utilizadas.

Del elevado número de presas de origen romanocomprobado, dos de las importantes están en explo-tación en la actualidad: Proserpina, de 22 metros dealtura, y Cornalbo, de 21 metros de altura, construi-das originalmente en el cambio del siglo I a II, muycercanas a la ciudad de Emérita Augusta y construi-das para su abastecimiento. Esta ciudad llegó a tenertres sistemas independientes de abastecimiento,construidos a lo largo de los años y con solucionesbien diferentes: uno captaba el agua de los aluvialesy coluviales del río Guadiana mediante galerías re-vestidas de sillares sin rejuntar, otro tenía como ele-mento principal la presa de Proserpina y otro capta-ba agua de un manantial en el actual vaso delembalse de Cornalbo, hasta que su irregular caudalno fue suficiente, momento en el que se construyóuna presa con el fin de regularlos. Los tres sistemasse complementaban además con otras obras talescomo acueductos, depósitos de regulación, canales o

122 F. Bueno Hernández

Page 3: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

túneles, y forman una de las muestras de ingenieríahidráulica romana más importantes del mundo(figs. 1 y 2).

Pero la mayoría de las presas de este grupo, aligual que las de los otros grupos, no tienen estas di-mensiones, sino que se trata de obras que hoy nosparecerían modestas en cuanto a dimensiones, conalturas nunca superiores a 6 metros, pero de extraor-dinario interés. En su mayor parte, sus fines eran lade servir de regulación general a las diversas «vi-llae» romanas de la zona.

Tan sólo una de ellas, la de Esparragalejo, ha lle-gado hasta nuestros días en funcionamiento, aunquedespués de una desafortunada intervención que haenmascarado su tipología y su fábrica; el resto se en-

cuentra en ruinas y en sitios de difícil acceso, lo quecontribuye a su desconocimiento, en contraste conlos amplios estudios y «popularidad» del resto deruinas romanas de la zona, y ello a pesar de su evi-dente interés.

De las presas del grupo de Toledo, destacan la pre-sa de Alcantarilla, cabecera del abastecimiento a laToletum romana, de 15 metros de altura máxima ycerca de 550 metros de longitud, de aspecto impo-nente y verdadera muestra de la maestría romana enla ejecución de sus fábricas de todo tipo, y la más«humilde» pero no menos interesante presa de Con-suegra, que abastecía de agua a Consaburrum, de 5metros de altura máxima, pero con la mayor longitudde todas las presa romanas conocidas en el mundocon sus casi 650 metros (fig. 3).

De la primera, Alcantarilla, y del sistema del queera cabecera, sigue desconcertando a algunos —ydando la razón a otros— el que los romanos prefirie-sen llevar el agua desde esta presa situada a 40 km

Las presas históricas españolas. Ingeniería y patrimonio 123

Figura 1

Figura 2

Figura 3

Page 4: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

mediante canales, túneles, sifones y una gran acue-ducto sobre el Tajo, a elevar el agua del río o a otrassoluciones más locales, máxime cuando otras pobla-ciones coetáneas tenían sistemas muy complejospero no soluciones de este tipo.

En la cuenca del Aguasvivas se encuentra la presaromana de mayor altura de las conocidas, la de Al-monacid de la Cuba, cuyo nombre responde a la cre-encia generalizada de que su origen era medievalmusulmán hasta hace poco más de una década, en laque sondeos y estudios históricos han confirmado loque ya algunos ingenieros intuían hace algún tiempo.Sus 34 metros de altura y la robustez de su tipologíay fábricas la configuran como un caso singular entrelas presas de esta época.

Muchas otras son las presas interesantes y por mo-tivos diversos. Unas por situarse junto a calzadas ro-manas importantes para cuyo servicio se construyeron—caso de la presa de Cañaveral, junto a la Vía de la

Plata—, otras por ser origen de importantes conduc-ciones —caso del pequeño azud de Riofrío, cabeceradel acueducto de Segovia—, otras por formar parte decomplejos hidráulicos importantes —caso de la presade Iturrunduz, cabecera del abastecimiento al pobladode Andelos, en Navarra—, otras por formar parte delos restos de actividades industriales o mineras impor-tantes, caso de los azudes y presas de los complejosde Las Médulas, en León, o del Cabaco en Salaman-ca, y otras, en fin por su interés desde el punto de vis-ta de la ingeniería o, simplemente, por evocar sus rui-nas épocas pasadas, caso de la presa de Arevalillo, enlas proximidades de Arévalo (fig. 4).

LAS PRESAS MEDIEVALES

De épocas medievales también nos han llegado nu-merosas presas y azudes, tanto de las zonas cristia-nas como de las musulmanas. Los tópicos de que enlas zonas ocupadas por los reinos cristianos no seconstruyeron presas o azudes o de que fue una épo-ca despreocupada por el agua o las obras hidráuli-cas —salvo en el caso de las zonas musulmanas—van cayendo poco a poco. El descubrimiento depresas y azudes cuya fábrica, o al menos el origen,es medieval aumenta lenta pero continuadamente.

Las presas de Malpasillo, de 20 metros de altura,ubicada en una angosta cerrada y cuyos restos apun-tan en la línea de que bien pudo haber sido la primerapresa arco de la península, la presa de Galindo, elazud de Moneva, o la presa de Arquillo de San Blasson algunos de los ejemplos que se suman a los clási-cos y bien conocidos azudes repartidos por toda lageografía peninsular, entre los que pueden citarse losazudes de Capdevila, Balsareny, Ferrer y Mora yotros en el Llobregat y su cuenca, los numerososazudes levantinos, entre los que destacan los de Vi-llarreal y Contraparada (Murcia) o los de Azumel,Artificio, Santa Ana y otros en la ciudad de Toledo.

Particularmente interesante es el caso de los azu-des del Turia, en las proximidades de la actual Va-lencia, cabecera de una compleja red de canales yacequias de regadío y que siguen en funcionamientoen la actualidad, si bien con una funcionalidad algodiferente a la original. Considerados habitualmentede origen musulmán, las investigaciones realizadasen las dos últimas décadas han permitido constatarque son romanos, lo mismo que una buena parte de

124 F. Bueno Hernández

Figura 4

Page 5: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

las acequias, siendo rehabilitados, ampliados y modi-ficados con posterioridad, no sólo en épocas medie-vales sino a lo largo de toda la historia.

LAS PRESAS DE LOS SIGLOS XV A XVIII

A partir de los siglos XIV y XV en Europa se empie-zan a construir presas con fines muy diversos: movi-miento de nuevos «ingenios mecánicos», suministrode «fuerza»a zonas mineras, creación de lagos y es-tanques de pesca, riego de parques y jardines en zo-nas palaciegas o de ocio, regulación de caudales paracanales de navegación o transporte de madera, aménde los más clásicos de regadíos, abastecimiento oprotección frente a avenidas. España, con una ampliatradición anterior, no es ajena a estos «nuevos usos».

Si bien en épocas anteriores se habían construidopresas de todo tipo, en estos siglos se produjeron unaserie de hechos relevantes que no pueden aplicarsede forma global pero sí de forma individualizada adistintos grupos de presas con características tipoló-gicas y funcionales bien diferentes. Los principalesfueron la búsqueda de la colaboración del efecto arcoen el esquema resistente y la generalización de laspresas y azudes de contrafuertes.

Así surgen el grupo de presas levantinas, el de laspresas extremeñas con contrafuertes o el de los azu-des diseñados por Villarreal de Bérriz, que constitu-yen los tres principales grupos de presas del periodopor la innovación en los diseños. Los saltos cualitati-vos y cuantitativos que supusieron la construcción deestas presas fueron en un buen número de casos tangrandes como los que supusieron la construcción enla década de los 30 del siglo XX de la presa Hoover,considerada la primera presa contemporánea y quemarcó las tendencias científicas, técnicas y tecnoló-gicas de la Ingeniería de Presas que en buena parte sesiguen utilizando.

La importancia de las presas de Almansa, Tibi, Re-lleu, Elche o Elda está reconocida en el ámbito mun-dial y se trata sin duda de uno de los conjuntos depresas más importantes de la historia de la ingenieríay construcción de presas, si no el que más. La bús-queda de la colaboración del efecto arco en el esque-ma resistente fue pionero, pues los esfuerzos anterio-res en este campo se habían reducido a presas depoca altura o construidas en cerradas muy estrechas(fig. 5).

El volumen y altura de la presa de Tibi (1580–1594),la fuerte curvatura de la inicial presa de Almansa(1584) y su atrevido recrecimiento y la esbeltez delas presas de Relleu (1651) y de la primitiva de Elda(1698) no tienen parangón no sólo en épocas anterio-res sino también hasta muchos años después. Y sihubiese que destacar a una de ellas por encima de lasotras —empeño harto difícil—, habría que señalar lapresa de Elche (1590–1632) por su limpio diseño ybelleza, por su esbeltez y por ser la primera presaarco en sentido estricto (figs. 6 y 7).

Estas presas levantinas se caracterizaron ademáspor incorporar tomas de agua y desagües de fondo dedimensiones muy superiores a lo que era habitual has-ta entonces, no solo en nuestra geografía sino en granparte de los países con tradición en este campo. Estehecho venía condicionado por su funcionalidad y porlas características físicas del entorno en que se ubica-ban. El destino de las aguas que embalsaban —el rie-

Las presas históricas españolas. Ingeniería y patrimonio 125

Figura 5

Figura 6

Page 6: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

go de muy amplias zonas— conllevaba tener que con-ducir a su través unos caudales muy superiores a losde anteriores presas de embalse. Las experiencias enestos aspectos en las presas levantinas sirvieron depunto de referencia para un buen número de presasposteriores, tanto en España como en el mundo.

En Extremadura y durante los siglos XVI al XVIIIse construyeron un elevado número de presas de dis-tintas alturas, formas e importancia, entre las que seencuentran algunas realmente significativas dentrodel panorama mundial, formando un grupo de carac-terísticas especiales en cuanto a forma y estructura,con perfiles muy robustos a los que se adosaban con-trafuertes en el paramento yuso, la mayor parte de lasveces de forma innecesaria.

La finalidad habitual era la generación de fuerzamotriz para la molienda de trigo y otros cereales,siendo otras finalidades, en las presas más pequeñas,el abastecimiento de poblados pequeños, el servir deabrevadero al ganado y el regadío de pequeñas huer-

tas y explotaciones. Estas presas sirvieron tambiénde modelo para un gran número de presas construi-das por los españoles en las colonias de América, enlas que participaron maestros y constructores comu-nes o discípulos de los primeros.

De estas presas destaca su belleza, formando con-juntos presa-molinos-entorno difíciles de encontraren otras presas de cualquier época y tipología, siendoesto no solo aplicable a las más importantes, caso delas de Zalamea, Albuhera de Feria, Albuhera de SanJorge, Albuhera de Casabaya, Castellar o La Greña,sino también a las más pequeñas como las de laCharca de García, Arroyo de la Luz, Barrueco deArriba o Barrueco de Abajo, por citar tan solo algu-nas (figs. 8 y 9).

El noble vasco Pedro B. Villarreal de Bérriz(1669–1740) fue un empresario, intelectual y granentusiasta de la técnica y de la tecnología. Sus estu-dios acerca de presas y todo tipo de máquinas hidráu-licas —molinos, ferrerías, norias, etc— le permitie-

126 F. Bueno Hernández

Figura 7

Figura 8

Figura 9

Page 7: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

ron escribir uno de los primeros libros de España so-bre estas materias: «Máquinas Hidráulicas de Moli-nos y Herrerías y Govierno de los Árboles y Montesde Vizcaya (1736)», en el que dedica los dos prime-ros capítulos del Libro Primero a las presas y azudes.Su principal aportación en el campo de las presas ladesarrolla en el capítulo segundo, dedicado a las pre-sas de arcos y contrafuertes, constituyendo una ver-dadera novedad en el ámbito mundial.

En el aspecto práctico son de destacar la serie derelaciones empíricas y reglas que se adjuntan en el li-bro, que le convirtieron en un manual de construc-ción de fácil aplicación. Este «manual» fue conse-cuencia de sus estudios y observaciones en otraspresas y de la experiencia conseguida en una serie derealizaciones que él mismo construyó y que afortuna-damente han llegado a nuestros días en bastante buenestado: las presas de Bedia, Laisota, Arencibia, An-sótegui e Ibarreta, a las que hay que sumar otraconstruida según sus principios en la cercana Liérga-nes (fig. 10).

Además de estos tres grupos de presas, otros gru-pos son de resaltar: las construidas por monarcas confines de ocio y recreo en las proximidades de algunosrecintos palaciegos, los azudes de derivación en ríosimportantes con fines de navegación o regadío o al-gunas presas aisladas de relevancia.

La presa de Ontígola, las de la Casa de Campo deMadrid y las de La Granjilla en El Escorial formanparte de un grupo cuyas características comunes sonsu similitud tipológica inicial, los diseñadores yconstructores, y formar parte de la «inquietud» deFelipe II por la hidráulica y por las zonas de recreo

palaciego. Este monarca, siendo todavía príncipe, or-denó la construcción de la presa de Ontigola con elfin de facilitar el asentamiento de aves en sus alrede-dores, asegurando así la caza durante sus estancias enel Real Sitio de Aranjuez, situado a unos tres kilóme-tros de distancia. Durante los siglos XVII y XVIII seutilizó para la organización de festejos y cacerías ypara el riego de los jardines del Real Sitio.

En las proximidades de El Escorial se terminó en1560 la presa de Granjilla II con el fin de crear unestanque en las proximidades de un convento e igle-sia para poder suministrar agua a fuentes y jardines,siendo además utilizado para su recreo por Felipe IIen sus viajes de supervisión durante la construccióndel Monasterio. En el centro del estanque se constru-yó un cenador al que se accedía mediante una pasare-la construida con losas, que se utilizaba ademáscomo puesto de caza. Un siglo después se terminó lapresa de Granjilla I, situada inmediatamente aguasarriba de la anterior, que también cuenta con una pe-queña isla a la que se accede mediante una «penínsu-la» artificial. Estas dos presas son las principales deun conjunto de cinco, dedicada todas ellas al ocio yrecreo.

En estos siglos proliferan los azudes de derivacióncon diversos fines, destacando los de Valdajos y elEmbocador en el Tajo y que derivaban agua a lasfértiles vegas de Aranjuez, los de Carlos V y Pigna-telli, que derivaban agua del Ebro para el Canal Im-perial de Aragón, el de la Casa de la Moneda en Se-govia, construido con fines industriales o el de SanAndrés, que permite el cruce a nivel del Pisuerga y elCanal de Castilla, por citar sólo algunos de los muynumerosos que pueblan nuestra geografía.

Otras presas son dignas de mención de entre lasmuchas construidas en estos siglos. La presa delGasco se ubica en el angosto y largo cañón del Gua-darrama en las cercanías de la ciudad de Las Rozas.Se empezó a construir en los últimos años del sigloXVIII y era pieza fundamental del utópico proyectode unir mediante un canal navegable Madrid y Sevi-lla, para el que debía regular los caudales. La utopíadel canal se plasmó también en el proyecto de la pre-sa, que debía tener una altura máxima de 93 metros,si bien cuando se había alcanzado la altura de 54 me-tros tuvo una rotura en su parte superior, lo que hizoque se paralizase su construcción para revisar el pro-yecto y que finalmente fue el detonante para la para-lización total del proyecto (fig. 11).

Las presas históricas españolas. Ingeniería y patrimonio 127

Figura 10

Page 8: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

La rotura de la presa del Gasco fue, no obstante,positiva en varios aspectos. Además de paralizar unproyecto que no hubiese representado más que el en-tierro de una buena parte de la economía nacional,desde un punto de vista de la ingeniería significó elabandono definitivo de una tipología que se mostrócomo no adecuada. Por motivos similares son intere-santes la presas de Puentes I y de Mezalocha, cuyasfallos de cimentación supusieron su rápido aban-dono. Todas estas roturas de presas no deben sinembargo considerarse como fracasos en el sentidoactual. Históricamente la construcción de presas yazudes fue evolucionando por un proceso de «expe-riencia exclusiva» hasta la aparición de la MecánicaRacional a finales ya del siglo XIX: las solucionesque no fallaban se volvían a emplear mejoradas, lasque daban problemas no se volvían a utilizar.

LAS ÚLTIMAS PRESAS «INTUITIVAS» Y LAS PRIMERAS

PRESAS RACIONALES

Los ambiciosos y utópicos proyectos «ilustrados» dela segunda mitad del siglo XVIII —plasmados sobretodo en los grandes canales de navegación y de rega-dío— alternaron los aciertos con graves errores, con-secuencia éstos no solo de una excesiva amplitud demiras y una deficiente planificación, sino tambiéndel desfase entre la magnitud de los proyectos y losconocimientos técnicos. De esta opinión era Agustínde Betancourt, quien afirmaba que en la construcciónde obras civiles en general y de canales en particularse había malgastado mucho dinero por impericia yque, en consecuencia, era necesario aumentar los co-nocimientos. Estas consideraciones estuvieron en el

origen de la creación de la Escuela de Caminos y Ca-nales en noviembre de 1802, que tras diversos cierresy reaperturas empezó a funcionar regularmente en1835, y que cumplió un importante papel en la se-gunda mitad del siglo XIX permitiendo que a finalesdel siglo España contase con ingenieros de alta cuali-ficación, lo que repercutió de forma directa en la ca-lidad de los proyectos y obras.

La segunda mitad del siglo XIX contempló uncierto auge de los proyectos hidráulicos debido a unrepunte económico, a la promulgación de ciertas nor-mas y leyes y a la «necesidad» de este tipo de obras.Desde el punto de vista de la Ingeniería de Presas seproducen en España en este periodo dos hechos de-terminantes: por un lado la rotura en 1802 de la presade Puentes II, que supuso una fuerte conmoción en elámbito civil y en el de los técnicos en materia hi-dráulica y favoreció la «revolución de la técnica hi-dráulica» de las primeras décadas del siglo XIX, ypor otro lado la aplicación de los principios de laMecánica Racional al proyecto de las presas en lastres últimas décadas del siglo XIX, en pocas peromuy significativas realizaciones, facilitando así eldesarrollo de las bases científicas y técnicas que hi-cieron posible el gran auge en la construcción de laspresas a partir de las primeras décadas del siglo XX.

A finales del siglo XVIII se construyen las presasde Puentes II y Valdeinfierno, con el fin de satisfacerlas demandas históricas de regulación de agua paralos ya entonces extensos e importantes regadíos deLorca. La regulación del río Luchena mediante dosembalses gestionados de forma conjunta, el diseñodel cuerpo de presa, aliviaderos y desagües y otrassoluciones técnicas se cuidaron al máximo, lográndo-se una importante mejora sobre las realizaciones an-teriores. Es de resaltar que entre ambos se consiguióun conjunto de regulación hiperanual, anterior alconsiderado primero y pionero del embalse del Ebro,al norte de la provincia de Burgos (fig. 12).

Pese a ello, poco después de la conclusión de lapresa de Puentes II, de 50 metros de altura, y cuandoel embalse se encontraba muy próximo a su máximacota se produjo el colapso de la cimentación en lazona del cauce, que llevó a la rotura y apertura de ungran boquete en la parte baja central de la presa. Larotura de la presa supuso un fuerte impacto en la so-ciedad lorquina y murciana, en la Corte y en los téc-nicos y constructores e influyó ya de forma definitivaen la creación de la Escuela de Caminos.

128 F. Bueno Hernández

Figura 11

Page 9: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

Los lorquinos y murcianos no desfallecieron yaunque hubieron de esperar casi otro siglo, a finalesdel siglo XIX vieron satisfechas sus aspiraciones demás de tres siglos con la construcción de la presa dePuentes III, que venía a complementar y completar laregulación conseguida en la presa de Valdeinfierno.Esta presa de Puentes III, una de las primeras cons-truidas de acuerdo con los principios de la MecánicaRacional, ha estado en funcionamiento hasta hacealgo menos de una década, cuando el recrecido nece-sario para garantizar los regadíos de la zona ha hechoque se construyese la presa de Puentes IV, en la quela solución final no ha sido la más económica posiblesino la que ha respetado de forma casi total una obraconsiderada seña de identidad del pueblo murcianoen general y del lorquino en particular.

Se produce de esta forma un hecho posiblementesin precedentes en la historia de las presas en el mun-do: la construcción en el plazo de doscientos cin-cuenta años de cuatro presas en un mismo emplaza-miento con una compleja funcionalidad y en un«entorno» de extremada dureza, una geología adver-sa, un fuerte proceso de erosión en la cuenca y unahidrología extrema. En estas presas se refleja la luchaque los habitantes de la zona han mantenido con elmedio a lo largo de la historia.

Otras presas de regadío se construyen en este pe-riodo de transición que transcurre a lo largo del sigloXIX. Entre ellas, destacan la presa de Níjar, de granbelleza tanto de formas como de fábrica, como repre-sentante de las de cierta magnitud, la de Escuriza, re-presentante de las de magnitud media y ejecutadacon medios modestos y las de Viejo del Angel y Nue-vo del Angel, más modestas todavía pero igualmente

bellas en su simplicidad de formas y en el encaje enel medio físico (fig. 13).

La segunda mitad del siglo XIX se caracteriza porun auge en la modernización, ampliación o nuevaconstrucción de abastecimiento a poblaciones que em-pezaban a tener un fuerte aumento demográfico. Nofue habitual la construcción de presas con este fin,pese a lo cual el más importante de todos por su mag-nitud, el de Madrid con el recién constituido Canal deIsabel II, tuvo que recurrir a estas soluciones. Así seconstruyen las presas de Pontón de la Oliva y El Vi-llar, la primera en 1857 y la segunda en 1882, la pri-mera exponente de las últimas presas «intuitivas» y lasegunda de las que empezaban a aplicar fundamentoscientíficos y técnicos en su diseño y proyecto. Cadauna con una tipología, fábrica y soluciones constructi-vas, son claros ejemplos del esmero y cuidado con quelos ingenieros de la época, no sólo los de obras hidráu-licas, afrontaban todos sus proyectos (figs. 14 y 15).

Las presas históricas españolas. Ingeniería y patrimonio 129

Figura 12

Figura 13

Page 10: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

El desarrollo industrial, todavía incipiente a finalesdel siglo XIX, también requirió en algunos casos laconstrucción de presas como solución a las necesida-des de agua, tanto para los propios procesos indus-

triales como para el abastecimiento de las nuevas co-lonias de trabajadores e ingenieros. Es el caso de lapresa del Regato, en Vizcaya, y, sobre todo, de loscomplejos mineros de la provincia de Huelva, entrelos que destacan los de Tharsis y RíoTinto, en losque en las dos últimas décadas del siglo XIX y dosprimeras del XX se construyen un buen número depresas, algunas de ellas de gran belleza y encajadasperfectamente en los distintos y todos ellos interesan-tes paisajes del centro y norte de la provincia. Laspresas de Tumbanales, Calabazal, Lagunazo o losazudes sobre el Tinto y el Odiel son claro ejemplo deello (figs. 16 y 17).

No sólo estas nuevas actividades requirieron laconstrucción de presas. En las zonas de Extremadura,Andalucía y, en menor medida, Castilla, las activida-des agrícolas y ganaderas siguieron haciendo necesa-rias la construcción de pequeñas balsas, lo que diolugar a presas de pequeño tamaño. Las presas deMata de Alcántara o Ribera de Mula, por citar algu-na de las más singulares tipológicamente, son ejem-plos bien representativos.

130 F. Bueno Hernández

Figura 14

Figura 15

Figura 16

Page 11: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

LAS PRESAS DEL SIGLO XX

El comienzo del siglo XX se caracteriza, a los efec-tos que aquí interesan, por un importante crecimientodemográfico, por la imperiosa necesidad de impulsarla agricultura para hacer frente a dicho aumento y sa-lir del subdesarrollo generalizado y hambruna que to-davía asolaba diferentes zonas y por el desarrollo dela energía eléctrica, base de cualquier desarrollo in-dustrial, imprescindible para que España abandonasedefinitivamente épocas anteriores y afrontase el retode incorporarse o acercarse a los países de su entornogeográfico y cultural.

El regeneracionismo impulsa las distintas planifi-caciones sectoriales, entre las que la hidráulica figuracon nombre propio, y ello tanto en la primera década,como durante la dictadura de Primo de Rivera, du-rante la República o en la dictadura franquista. Ydentro de esta planificación y condicionada fuerte-mente por las condiciones climatológicas, topográfi-cas, geológicas, edafológicas y de estructura de lapoblación, las presas se han configurado como unelemento imprescindible hasta nuestros días.

La generación de energía eléctrica, que inicial-mente se producía en centrales térmicas, paulatina-mente se va complementando con la construcción desaltos hidroeléctricos, que necesitan bien azudes dederivación, bien presas de embalse. Surgen así en lasprimeras décadas los primeros grandes proyectos,como los de Saltos del Duero o los del Noguera Ri-bagorzana que darán lugar a lo largo de las siguientesdécadas a presas tan importantes y significativascomo las Talarn, Camarasa o Ricobayo. También seconstruyen saltos aislados que dan lugar a presas tan

significativas como las de Montejaque, Alloz, CondeGuadalhorce, Gaitanejo, o saltos de menor magnitudy que incluyen presas como las de Urdiceto, Plan-descún y otras ubicadas en zonas de alta montaña(fig. 18).

Característica común a buena parte de ellas es laalta calidad de ejecución, a la que hay que añadir labelleza de sus fábricas de sillería y mampostería uti-lizada, los detalles ornamentales característicos de laépoca y la perfecta integración en el paisaje, inclusoen los roquedos de alta montaña al utilizarse la mis-ma roca para su construcción y en especial en para-mentos.

El mayor número de presas de las primeras déca-das se construye con fines de regadío, al amparo delas políticas inspiradas en el ideario de Joaquín Costay que fueron aceptadas, asumidas e impulsadas porregímenes y sistemas de ideología bien diferentes yen las que las Confederaciones Hidrográficas tuvie-ron un papel decisivo. El citar presas significativasen este grupo se revela como una difícil misión, seacual sea el parámetro de análisis, por el elevado nú-mero de ejemplos que merecerían incluirse (fig. 19).

Tras la guerra civil el incremento en el número depresas construidas fue notable, proceso por recientemás conocido, que no mejor conocido, y desde luegopoco valorado actualmente en sus implicaciones eco-nómicas, sociales y territoriales, y tampoco en cues-tiones como las de patrimonio o las estéticas.

En los últimos años se observa una muy importantedisminución en la construcción de presas y ello pormotivos diversos, entre los que pueden citarse un ma-

Las presas históricas españolas. Ingeniería y patrimonio 131

Figura 17

Figura 18

Page 12: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

yor aprovechamiento de recursos subterráneos y so-bre todo una mejora en la utilización conjunta aguassuperficiales-aguas subterráneas, los conocimientos ytecnología suficientes para la reutilización de aguas—en aquellas zonas donde es posible— y el aumentode la desalación —también en aquellas zonas dondees posible-. No obstante el mantenimiento, rehabilita-ción y adaptación de la seguridad a los requisitos exi-gidos por la sociedad, así como las adaptaciones fun-cionales, hace que la Ingeniería de Presas, en contrade la creencia profana, tenga un buen futuro.

EPÍLOGO

El patrimonio de las presas históricas españolas es,pues, muy importante, tanto en cantidad como en in-terés arqueológico, histórico y cultural. Las presashistóricas españolas no solo han sido testigos, sinoparticipantes en nuestra Historia. Sin ellas resulta di-fícil imaginar qué hubiese sido de Emerita Augusta ode las numerosas villae romanas, de los regadíosmurcianos, de los innumerables molinos y aceñasque han poblado nuestra geografía, del campo extre-meño o de muchas otras ciudades o actividades enlos que las presas y azudes han sido soporte, unas ve-ces básicos y otros complementarios, pero siemprenecesarios. La realidad actual es como es, y sin laspresas hubiese sido otra cosa, evidentemente muydistinta.

No parece lógica pues la actual situación en la quese encuentran la mayoría de las presas históricas es-pañolas, en general en ruinas y desconocidas no solode la población en general sino ni siquiera de histo-

riadores, arqueólogos o ingenieros. Se da la paradojaque en algunos casos las presas y azudes que estuvie-ron en el origen de actividades o núcleos se encuen-tren a escasos metros de otro tipo de elementos denuestro patrimonio muy conocidos y que sin embar-go ni siquiera un cartel indique su existencia y su im-portancia histórica y cultural, cuando sin ellas éstosni siquiera se hubiesen construido. Es necesario puesrealizar un esfuerzo para dar a conocer este impor-tante y muy interesante patrimonio.

Pero no solo las presas de cierta antigüedad son lasque deben considerarse históricas. La contemporáneatambién es Historia. Y un buen número de presasconstruidas a lo largo del siglo XX pueden y debentener tal consideración y ello por muy diversos moti-vos, al margen de los sociales y económicos. Algu-nas están reconocidas a nivel internacional y apare-cen en manuales no sólo de ingeniería, sino de arte opatrimonio, en igualdad de condiciones con edificioso patrimonio industrial. Resulta paradójico que enEspaña se conozcan y reconozcan menos que en mu-chos otros países (fig. 20).

132 F. Bueno Hernández

Figura 19

Figura 20

Page 13: Francisco Bueno Hernández - SEdHC · establecimiento y posterior desarrollo de los asenta-mientos y, por ende, ... Alcantarilla, y del sistema del que era cabecera, ... Figura 2

España no tiene el mismo régimen natural que lospaíses del centro y norte de Europa y para conseguirel mismo grado de aprovechamiento del agua queellos tienen de forma natural aquí hemos tenido queconstruir un elevado número de presas y azudes, dela misma forma que para tener niveles de comunica-ción similares hay que construir más puentes o mástúneles por las características físicas de nuestro terri-torio. En resumen las presas y azudes han configura-do nuestro territorio, nuestros asentamientos y las ac-tividades comerciales a lo largo de toda nuestrahistoria. Y lo siguen haciendo y deberán seguir ha-ciéndolo en un futuro.

Y eso lo entendieron los romanos, los árabes, losreinos cristianos, las monarquías, el Regeneracionis-mo, la República y las dictaduras. Bien es verdad quela situación actual es diferente y que no deben com-pararse épocas en términos absolutos, pero no valo-rar lo que tenemos y lo que eso ha significado es nover la realidad.

Valoremos pues lo que tenemos y lo que a lo largode veinte siglos hemos hecho, pues está en la base denuestro nivel de vida y nuestro bienestar. Y esa valo-ración posiblemente sea el primer y más importantepaso en la necesaria divulgación, conservación y re-habilitación —cuando proceda— general de una par-te muy importante y no conocida de nuestro patrimo-nio histórico y cultural.

LISTA DE REFERENCIAS

Bueno Hernández, Francisco (ed.). 2002. Actas del I Con-greso Nacional de Historia de las Presas. Badajoz: Di-putación de Badajoz y Seprem.

Bueno Hernández, Francisco. 2003. «Reflexiones acerca dela necesidad y criterios de intervención en presas históri-cas». Revista Ingeniería y Territorio. Colegio de Inge-nieros de Caminos. 2003.

Bueno Hernández, Francisco y Saldaña Arce, Diego. 2005.Actas del II Congreso Nacional de Historia de las Pre-sas. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente y Seprem.

Bueno Hernández, F., J. Díez-Cascón Sagrado y D. SaldañaArce. 2006. Medieval dams in Spain. (en prensa).

Bueno Hernández, Francisco y Díez-Cascón Sagrado, Joa-quín. 2007. Dams, land and society in Spain up until1900. (en prensa)

Díez-Cascón Sagrado, Joaquín y Bueno Hernández, Fran-cisco. 2001. Ingeniería de Presas. Presas de Fábrica.Universidad de Cantabria.

Díez-Cascón Sagrado, Joaquín y Bueno Hernández, Fran-cisco. 2003. Las presas y embalses en España. Historiade una necesidad. I. Hasta 1900. Ministerio de MedioAmbiente.

Díez-Cascón Sagrado, J., F. Bueno Hernández y D. SaldañaArce. 2006. Roman dams in Spain. A proposal typologi-cal classification. 2006. (en prensa)

Díez-Cascón Sagrado, J. y F. Bueno Hernández. 2007. Ma-sonry dams in the 19th century. (en prensa)

Schnitter, Nicholas. 2000. Historia de las Presas. Las pirá-mides útiles. (Traducción de J. Díez-Cascón Sagrado yF. Bueno Hernández). Madrid: Colegio de Ingenieros deCaminos, Canales y Puertos.

Las presas históricas españolas. Ingeniería y patrimonio 133