Foucault - La vida. La experiencia y la ciencia

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    E sp ac io s d el S ab errutimos titulos puhIicados

    36. M. Jay, Campo s d e [ u e rz a ,37. . Amin, Ma r a ll d d el c ap it al is mo s en il .38. P. Virna, P a la br as c on pa labras .39. A. _ egri, J ob , la fu er za d el e sc la uo .40. 1. Lewkowicz, P e ns ar s in E st at io .41. Iv1 .~Hardt, Gi i te s De l eu z e. U ,1 aprc n di za j e f ir os 5 fi co .42. S.Ziiek, V io le n da e n a c to , C ( Jn fe re n dn s e n B ue no s A ir es.43. M. Plotkin YF. N eiburg, lnteleauales y expertos. La c c n st it u cu i n d e l

    conccimiento social C11ia Argentina.44. P. Ricoeur, S ob re I n traduction.45. E. 9ruuer, UICOla polf.tica !l el acecbo d e la Rent.46. S . Zi7.ek, EI titere y e l e n an o .47. E . Carri e yD. Maffia, Bt1squtdos d e s en ti do p am : u na n ue ua p o /f ti ca .48. P . Furbank, Un p incer inconJestlble.49. D. Wechsle ryY Aznar (comps.), 1. 0 memo ri a c ompa r ti d a. E r pa -

    iia y la Argentina en fa construccion de un imagjnorjo cultural.50. G. Garda, El psicoanrilis ir y to r debates rokural e s.51. A. Giunta y L. Malosetti Costa, Arte de posg:uen-a. J or ge R o me roBrest y f a r eu is t a " v e r y Estimar",52. L. Arfuch (comp.), P e n sa r e st e t ie m pe .53. A. Negri y G. Cocco, GlobAL.54. H. Bhabha y J .T. Mitchell (eds.), E dw a rd S ai d; C o nt in ua nd o Inamuersacuin55 . J . Copjec, E ! s ex o y In e uta na sia d e la m zo n.56. W. Bongers y T. Olbrich (comps.), Literature, cultura, enfermednd.57. ). Butler, Vuia preearia.58. O. Mongin, La condicion urbana.59. M. Carman, L a s t mmp tl S de la cultura.60. E.Morin, B r eu e h is to ri tl d e fa hll'rbarie e n Oc c ide nt e .61. E. Giannetti, .! Vi.c ios pr ioados , bene f ic ios [n iUkos?62. T. Todorov; Imroducci r in a In titl!'rfltum fanttistica.63. P. Engel y R. Rorty, iP aro q ui me I n v e r dad ?64. D. Scavino, La f il o so f ta ac tu a l.6S. M. Franee y F. Levin (camps.), Historic reaente.66. E. Wizisla, Benjfl'l/l.ln. y Brecht. Historia de una ami st ad .67. G. Giorgi y F. Rodriguez (cornps.), l !, ns ayo s s ab re b io poHt ic a. E xc eSOJ

    d e v id a .

    Gabriel GiorgiFermin Rodriguez

    (compiladores)

    Ensa yo s so bre b io po liticaE xcesos de v ida

    PAID?S ~II~'Buenos. Aires - Barcelona - Mexico

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    Gil les Del euze , L' i nmanence : l ine v ie . .. , t raducido can autor izac ion de Edi ro ri al P re -textos.@Michel Foucaul t, La v ie : l 'exper ience e ll a s ci ence y "La "gouvernememali te? , enDits e t ecrits, Editions Gallimard, 1994. Gio rg io Agamben , L' Immanenza ass oluu i , i nc lu ido ell La potencia del pensamiento,Adriana Hidalgo Editoea, Se re-produce con autorizacion.CDAnton io Negri , TImos tr o pol it ico. Nuda v ida . pot enza, Man if es to li br i, 2001.Traducido con aurorizacio.CDSlavoj ZiZek , Deleuze , en Organs Witllo'" Bodies , Routledger'Iaylor & Prancis Group,L LC . T r ad u ci d o c o n a u to ri z ac io n .Cap s. 1 y 2 :T r ad . de Fermin RodriguezCap . 3 : T ra d, d e F la vi a Cos ta y Edgardo CastroC ap . 4 : Trad, d e J a vi e r F e rr e ir a y G a br ie l G i or giC ap . 5 : Trad. d e G a br ie l G i or g iC ap . 6 : T r ad . de Angel Gabilondo

    Foucault, MichelE n sa y os s o br e biopolitica. Excesos de v id a: M i ch el Foucault; G il le s D el eu ze ;S lavo j Z it ek ; compi lado por Fermin Rodriguez y Gab ri el G io rg i. - 1 a e d, -Buenos Aires : Paidos, 2001.224 p. ; 2 Ix 13em. - (Espacios del Saber )

    [SBN 978-950-12-6567-51.Filosoffa Pohtica. I.Deleuze, Gil les II. Zii .ek, Slavo] ill.Rodriguez, Fermin,comp, IV. Giorgi, Gabriel, comp_V TituloCDD320_01

    Cubierta d e G u st av o Macrir edicion, 2007Rcscrvados 1000$hJSdcrechcs. Qucdu rigurosamente probibida, sin la autorizacicnescr ita de loa t i tutares fk. l copyright, bejo 1~5Mlciones estabjecidas en Iasteyes.jareproduccien parcial 0 t ot al d e e st a obr a poT cealquier medio ( procedimiernc.ln c lu i d c s l a r eprogmfia y e l r rue rmenro i fonmi:t ico.

    2007 de todas las ediciones en cas tellanoEditorial P ai d6 , S A IC FD e fe n sa 5 9 9, Buenos AiresE-mail: [email protected]

    Queda h ec he e l d ep os it o q ue p re vi en e la L ey 1 1. 72 3Impreso en IuArgen ti na . P rimed inArgent inalmpreso en Gni fi ca MPS , San ti ago del E sr er o 338 , Lan ti s,e n j ul io d e 2 00 7 .Tirada; 2.000 ejernplaresISBN 978-95012-6567-5

    /In dice

    Pr61ogoGab ri e l G i or g i y Fermin Rodriguez . 91. La inmanencia: una vida .Gilles Deleuze , .. 352, La vida: la experiencia y Ia cienciaMichel Foucault .. 413. La inmanencia absolutaGiorgio Agamben ..4. E 1 monstruo politico. Vida desnuda y potenciaAntonio Negri , _ .-

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    .935, DeleuzeS l avo j Z i ze k 1416, La gubernamenralidadMich e l Foucau lt 187

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    40 Gil les DeleuzeUna vida 5610 contiene entidades virtuales, Esni hecha de

    vir tual idades, acontecirnientos, s ingularidades. Lo que sedenomina vir tual no es alga que carece de realidad sino que,siguiendo el plan que le da su propia realidad, se.compromere.en un proceso de actualizacion. El acontecimiento inmanentese actualiza en un estado de casas y en un estado vivido quehaee que ocu.rra. EI propio plano de inmanencia se actualizaen un Objeto yun Sujeto a los que seatr ibuye. Peropor inse-parable que sea de su actualizacion, elpropio plano de inma-nencia es virtual, del mismo modo que los acontecimientosque 1 0 pueblan son virtualidades. Los acontecimientos 0singularidades Ie dan al plano toda su virtualidad, asi comoel plano de inmanencia le da a los acontecimientos virtualesuna realidad plena. AIacontecimiento considerado COmO no-actual izado (indefinido) no le fal ta nada. Basta ponerlo e nrelacion con sus correlatos: un campo trascendental, un planode inmanencia, una vida, unas singularidades. Una herida seencarna 0se actualiza en un estado de casas y en una expe-riencia vivida; pero en 5 1 misma esuna pura entidad virtualen elplano deinmanencia que nos introduce en una vida.Miherida existia antes que yo... .6 Nose trata de una trascendenciade la herida como actualidad superior, sino de su inmanenciacomo virtual idad siernpre en elseno de un medio (campo 0plano). Hay una gran diferencia entre los virtuales que definenla inmanencia del campo trascendental y las fonnas posiblesque los actualizan y que transforman el campo en algo tras-cendente.

    6. Vease joe Bousquet, Le s C ap it a le s , Paris , Le cercle du l ivre , 1955.

    2. La uidaila experienciay la c ienc ia"Michel Foucault

    Todo el mundo sabe que en Francia hay pocos logicospero muehos historiadores de la ciencia, Tambien se sabeque estos han ocupado un Ingar considerable en la institu-cion filosofica, enseiiando 0 investigando. Pero 1 0 que ta lvez se conozca menos, e incluso dentro de los limites de lainstirucion, es el1ugar que ha ocupado exactamente, duranteestos ultimos veinte 0 treinta afios, una obra como la de G.Canguilhem. Seguramente ha habido escenas muy ruidosas:psicoanalisis, marxismo, lingiiistica,etnologia. Pero no nosolvidemos de un hecho que, segun seprefiera, depende de lasociologia de los medics intelectuales franceses, del funcio-namiento de nuestras instituciones universitarias 0de nues-tro sistema de valores culturales: la importancia que tuvo lafilosoffa -yno me refiero simplemente a aquellos que reci-bieron su formacion universitaria e n los departarnentos defilosoffa- en todas las instituciones politicas 0 cientificas de

    ~La vie : I 'exper ience e t l a sc ience fue publi cado origina lmente enR e vu e d e r n h ap h is iq u e e t d e lIwrale,allo 90 , n I: Canguilhem, enero-marzodeJ985, pags, 3-14. Recopilado en D it s e t icrits, 19'>4-1988, vol. III, texto361, edicion establecida con la direccion de Daniel Defeny Francois Ewaldy Ia colaboraci6n deJacques Lagrange, ParIS, Gallimard, 1994.

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    42 Michel Foucau l tesos extrafios aiios sesenta. Demasiado importante, tal vez,para el gusto de muchos. Y , directa 0 indirectamente, todoso casi todos estos filosofos han tenido algiin vinculo con laensefianza 0 con los libros de G. Canguilhem.De alli una paradoja: este hombre, cuya obra es austera,voluntariamente bien delimitada y cuidadosarnenre dedicadaa un campo particular en una historia de las ciencias que, detodos modos, no es una discipl ina demasiado espectacular ,estuvo de cierta manera presente en los debates donde siem-pre se habla cuidado de no figurar, Dejemos de lado aCanguilhem y no entenderemos toda una serie de discusionesque tuvieron Iugar entre los marxistas franceses; ni logra-riamos captar 10 que hay de especif ico en soci6logos comoBourdieu, Castel, Passeron, ni aquello que los inscribe tanfuertemente en e l ('ampo de la sociologfa, asi como nos faltaratodo un aspecto del trabajo teorico de los psicoanalis tas, enpart icular de los lacanianos. Es mas: es facit reconocer en eldebate de ideas que precedi6 0siguio almovimiento de 1968ellugar de aquellos que, directa 0indirectamente, habiansido formados por Canguilhem.

    Sin desconocer las fracturas que durante estos ultimosafiosy desde el fin de la guerra opusieron a marxistas y no marxistas,freudianos y no freudianos, especialistas de una disciplina yfilosofos, universitarios y no universitarios, teoricos y poli-ticos, me parece que podria encontrarse otra l inea divisoriaque atraviesa estas oposiciones. Setrata de la linea que separa j)una filosofia de la experiencia, el sentido y el sujeto, de una.filosoffa del saber, la racionalidad y elconcepto. Por unlado, )una filiaci6n que esla de Sartre y Merleau- Penry; por el otto,lade Cava il l es, Bachel ard , Koyre y Canguilhem. Seguramenteesa fracrura viene de lejos y podna rastrearse a 1 0 largo delsiglo XIX: Bergson y Poncaire, Lachelier y Couturat, Mainede Biran y Comte, En cualquier caso, en eI siglo XX estabaconstituida hasta elpunta de que lafenomenologfa esrecibidaen Francia a traves de ella. Pronunciadas en 1929, modifica-das, traducidas y publicadas poco despues, las Meditaciones

    La uidaiIa experiencia y l a c ie n ci a 43cartesianas fueron enseguida objeto de dos lecturas posibles.Una, en direcci6n de una fi losofla del sujeto, buscaba radi-calizar a Husser! y no iba a tardar en plantear las preguntasde Sein undZeit: setrata del articulo de Sartre sobre la Tras-cendencia del ego, de 1935. La otra vaa remontarse hasta losproblemas que fundan el pensamiento de Hussed,esto es, elformalismo y el intuicionismo, de donde saldran, en 1938,las dos tesis de Cavai l les sobre el Mitodhe axiomatique etformalisme y sobre R emar q ue s s ur f a f ormat io n de f a t hi om eabst r ai te de sensemb le s . Cualesquiera que hayan sida mas tardelas ramificaciones, las inrerferencias, incluso los reproches,estas dos formas de pensamiento const ituyeron en Franciados tramas profundamente heterogeneas, al menos duranteun tiempo,

    A primera vista, la segunda fue 1a mas te6rica, la masorientada hacia tareas especulativas, la mas alejada tam biende los problemas politicos inmediatos. Y , sin embargo, fue laque tome partido durante la guerra y combati6 de maneradirecta, como si el problema del fundamento de la raciona-lidad no pudiera disociarse de la interrogaci6n sobre las con-diciones actuales de su existencia. Tamhien fue ella la quedurante eltranscurso de los afios sesenta juga un Tal decisivoen una crisis que no era simplemente la de la universidad,sinola del estatus y elrol del saber. Siguiendosu propia logica,es posible preguntarse por que una reflexi6n de estetipo seencuentra tan profundamente ligada al.presente.

    No hay duda de que una de las razones principales consisteen que la historia de las ciencias debe su dignidad filosoficaalhecho de haber elaborado uno de los temas que, demanerasubrepticia y como por accidente, se introdujo en la filosofiadel siglo XVIIT . En esaepoca, sepuso en cuestion par primeravez no solamente la naturaleza del pensamiento raeional, sufundamenta, sus poderes y sus derechos, sino tam bien su his-toria y su geografia, su pasado inmediato y las condicionesde su ejercicio,su memento, su Iugar y su actual idad, El

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    44 Michel Foucaultdebate que se entabla en IaBerlinische Monatsschriftyque teniap'Ol!terna Wasist Aufkldrungl [~Que es 1 " 3 Ilustracionr] puedetomarse como simbolo de este euestionamiento.por el cualla filosofia convirti6 el tema de su forma en determinadomemento y la relacion con 5U contexte en unapregunta esen-cial . Primero Mendelssohn y despues Kant, cada uno por sulado, aportaron .una.respuesta.a esta pregunta.En un principio, estapregunta fue relativarnesre accesoria:se mterrogaba.a Ia filDsona acerca de la forma que podia to-mar, acerca de su configuracion en un momento.partieular yde IDS efectos que debfan esperarse de ella. Perc rapidamentese revelo que las respuestas que se dabanamenazaban seria-mente con ir mas -aila. La Hustri:lci6n se convertfa en eI jrro-mento en que 1 3 1 filosofia se encontraba con la.posibilidad deconstituirse en la figura- determinarrte de Una epoca -yenque esta epoca se volvi!J la forma. de realizacion de unafilosofla-cLa filosofia podfa leerse como la configuraci6n delos 'rasgos particulates del perfodo e!llquesurgia (51;1 figura: ]cohererrte, su sisternatizacion y su forma reflexiva) mientrasque, p'Oio tro lado, la epoca se mostraba, en sus rasgos funda- r c _ -mentales, como la emergencia y Ia manifestaci6n de aquelloque en su esencia era la filosofia ..La fil.oso:ffa-~parecfa eritoncescomo un elemearo mas 0menos revelador de las significa-clones de una epoca a, pordentrarieeeemo Ia l-eygen-eralque fijaba para cada epoca la forma que debia tomar, As1,fueron posibles, de modo simultaneo, Ia.lectura de la filosofiaen el marco de una.historia general y su interpretacion comoprincipio de desciframiento de toda sueesizm hist6rica. Depront'O, la cuestion del presenre sevuelve una interrogacionde la cual la.filosofia no puede separarse: ~en que medida este-("

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    46 Michel Foucault-regionales>>-y cronol6gicamente bien determinados de lahistoria de las ciericias, han funcionado como campo de irn-portanres elaboraciones filos6ficas, en lamedida en que, bajodiferentes faceras, pusieron en juego la cuestion de laAufkliinmg como esenciaJ para 1afilosoffa conternporanea.Si hubiese que buscar fuera de. Francia alga que corres-pondiera a1 trabajo de Koyre, Bachelard, Gavailles yCanguilhem, probablemenrelo encontrariarnos lPor elladode 13 Escuela de Frankfurt. Y, sin embargo, los estilos sonmuy diferentes, as;icomo las RRietit:_asy los carngOos tratados,Pero finalmente plantean el mismo tipo de cuesp.c>nes, anncuando a unos 1 0 05 acosa el recnerdo de-Deseartes y a otros, lasombra de Lutero. Son.Iosinrerrogantexque hay que dirigira una racionalidad que pretende ser universal rnientras sedesarrolla en la contingencia, que afirma su unidad y sin em-bargo solo precede par media de modificaeiones parciales,que se legitima a SI misma a traves de su propia soberanfapero que en su historia no puede

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    48 Michel FoucaultPeroal operar este desplazamiento, Georges Canguilhem

    hizo alga mas que asegurar 1arevalorizacion de, un camporelativamenre descuidado. Canguilhern no ainpli6 simple-mente el campo de Ia hisroria de las cieneias, sino que refer-rnulo ladiscipline misrna a partirde cierto mimero de cuestio-nes esenciales.

    1)En principio, Csnguilhem retorno eI terna de Ia 8iscort-tinuidad, un, viejo terna planteado mlly temprano, practica-mente contempocineo 31 nacimiento de la historia de lasciencias, Lo que distingue a esta historia -ya 1 0 decfa Fonte-nelle- es Ia siibita fonnaci6n de deterrninadas ciencias apartir de la nada, la rapidez extrema de ciertos progresosinesperados.Ia distanciaque separa el conocimiento cientfficodel uso COUU1.n y los motivos que han podido servir deestfrnulo para los cientificos, la forma polemica de esta historiaque no cesa de narrar las combates contra los prejuicios,las resistencias y los obstaculos.' Retomando este mis-rna tema, elaborado por Koyre y por Bachelard, GeorgesCanguilhem insiste en el hecho de que rnarcar discontinui-dades no es-para el niun postulado niun resultado, sino ~~bien una practica, un procedimiento que~forma parte 'dela historia de las ciencias porqlle el objeto que debe tratarasfIoexige, La historia de las ciencias no-es [a historia de Iaverdad, de su lenra epifania. No pretende contar el deseu-brimiento progresivo de unaverdad inscripta desde siempreen las cosas 0en el mrelecro, imaginando que el conocimientoactual posee la verdad de una rnanera tan completa ydefinitivaque puede tomarla como medida del pasado. Y sin embargo,la historia de las ciencias no es una simple historia de las ideasy de las condiciones en las quesurgenantes de desaparecer,

    1. Fontanelle" B. Le Bevier de, Preface (i. l'bistoire de l'Acndrfmie, en(EuVt-es, t.VI (ed. 1790), pags, 73-74. Georges Canguilhern cita este textoen Introduction It /'histoire des sciences, Etments et:Instruments, t,I, Parfs,Hachette, 1970, pags, 7-8.

    La vida: la experiencia y In ciencia 49En .la historia de las ciencias, 1averdad no -puede darse eOInOuna adquisicion, perc tampoco puede.ya ahorrarse una rela-cion con Ia verdad y con la oposicion verdadero/falso. Estarelacion con eJj orden de 10verdadero y 10falso le da a dicha.histor'ia stn especificidad e importancia, (De que forma? AIconcebir que se esta hacienda la Iristoria de los discursos deverdad, es decir, de discursos que.se rectifican,se corrigen,y que ejercen sobre sf rnisrnos todo un trabajo de elaboracionorientado por Ia tarea de decir la verdad. Los Iazos histo-ricos que pueden tener entre sf los.diferentes momentos deuna ciencia necesariamente~asumenlaJQnna de::una discon-tinuidad corrsciruida por remodelaciones, alteraciories,elucidaciori de nuevosfundamentos, cambios de escala, pasajea un nu~-o ripo de objetos, la revision.perperna de conreni-dos par iiF&~@a~i6n y enmiendas, como decia Cavailles,El err'or'no q1!ledaeEminado poi: rnedio de la fuerza silenciosade una verdad .que progresivamerrte va emergiendo de lassombras, sino por medio de 103.orrnacion de un nuevo modode -Hecir la verdad.2 Dila de las condiciones de posibilidadpara-que-a principios del siglo xvm se formara una historiade las eiencias,observa Georges Canguilhem, fue laconcien-cia de que hubo recientes revojuciories cientfficas: la de lageometria algebraica y el dilculo infinitesimal, y 13 de la cos-mologia copernieana y newtoniana.'

    2) Qmen dice historia del discurso de verdadx dice tarn-bien metodo recurrence. No en el senti do en que 1ahis tori ade las clenGias diria: dada laverdad tal como hoy se la concibe,,desde que momenta se la ha presentido, que caminos ha

    2. Sobre esre tema, ver Georges Cangill lhem, Ideologic et RAtimuditidans Pbistoire drs sciences de' In vie, Parfs, Vrin, 1977. pag..21. [Trad, cast..IdeoJogin y racional idad en Il l. b is tor ia de los ciencias deIa uida, Madrid,AmOITOrtu, 2006.]

    3. 'Vease Etudes d'bistoire et de philosophic des sciences, Pads, Vrin ,1968, pag. 17.

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    50 Michel Foucaultde.bido tornar, que grupos corijurar para descubrir'la ydemostrarla? Sino en el seneido de que lastransiormacionessucesivas de este discurso de verdad producen sin cesar mo-dificaciones en -supropra historia: 10 que pOl'rnucho tiempofue un callej6n sin.salida se convierre un dia en una salida; unensayo lateral se vuelve l!lllproblema central alrededor delcual' cornienzan. a gravitar los demas; un desvio ligeramentedivergente -s e convierte en una. ruptura fundamental; eldeseubrimiento de 1afermentacion no celular -fen6meno la-teral en el campo de Iamicrobiologia pasteuriana- no marcouna ruptura fundamefital hasta que se desarrollo Iafisiologfade las enzirnas." En sintesis, Ia h ist or ia de lasdiscontinuidades no se adquiere de una vez y para siernpre,carece de permanencia y de co ntinu.id ad, y debe se rretomada una y OITa vez.

    ~Hay que concluir que Ia ciencia hace y rehace su propiahistoria acada instante y demanera espontanea, hasta el puntode que 1aunica historia autorizada de una ciencia 5.010 podrfaser Iadel cientffico mismo que reformnla el pasado de aquelloque estd haciendo? EI problema para Georges, Canguilhemno es una cuesri6n de profesi6n, sino de punto de vista. Lahistoria de las ciencias no puede contentarse cerrreunir todo \11 0 que los cientfficos del pasado pudieron creer 0demostrar; -una historia de la fisiologfa vegetal no se escribe reuniendorodo 10 que la genre llamada botanicos fisicos, qufrnicos,horticultores, agronomos, economistas pudieron escribir,abordando sus conjeturas, observaciones 0experiencias encuanto a las relaciones entre estructura y funcion acerca deobjetos nomb rad os a veces como hierbas, a veces comoplantas, a veces como vegetaless-.' Pero 1a historia de las,,~

    4. Canguilhem toma el ejemplo analizado por M. Florkin enA historya[biGchemis try , Amsterdam, Elsevier, ] 972-197 5;vease Idiolr)&iie et:RiltionoHtt,ob. cit., pag. IS _

    S. Ibid., pag. 14.

    La vida: la experiencia y la ciencia 5 ]ciencias tampoco .se practica volviendo a filtrar el pasado atraves del conjunto de enunciados 0teorias acrualrnenrevalidas, revelando en aquello que era falso ia verdad porvenir yen aquello que era verdadero el error posteriorrnentepuesto de manifiesto, Se trata de uno de los puntas funda-rnerrtales del metodode Canguilhem.

    Entre Ia Iristoria y1aciencia, la especificidad de la historiade las ciencias s610 puede.constimirse tomando en cuenta elpunro de vista del epistemojogo, Se trata de unpunto devista que ,,i traves de diferentes episodios del conocimientocientifico hace aparecer -suna evoluci6.n ordenada, latente,-10 cual quiere decir q~e,en cada momento estan funcionandoprocesos de eliminaci6n Y selecci6n de enunciados, teorfas yobjetos en funci6n de cierta norma que no puede iderrtificarsecon una eSi:n:ictura tedrica 0con un paradigma actual, porqueIa -verdad cientifica de hoy 5610 es un episodic, a 10 :sumoprovisorio: No es apoyandose en una ciencia normal comosepuede. volver alpasado y trazar legitimatnente su historia,sino mas bien reconociendo el proceso uormalizssdos del-cual elsaber actual no eensriruyesino un mornentoy cuyofuturo es imposible de anticipar, salvo como.profecai, La his-roria de las ciencias, dice Canguilhem citando a SuzanneBachelard, 5610 puede construir su objetoen un espacio-tiempo ideal.6 Y esteespacio-tiernpo n.o esta dado illporeltiempo realista acurriulado por 1a erudicion historica illpor el espacio iclealista que recorta autoritariamente la cienciade hoy; sino pOI' el pun to de-vista. de Ia epistemologia. Nose trata de una teoria general.de toda ciep~i=!y rodo enunciadocientificoposihle, sino de tuna biisqueda de 1 3 1 normatividad.interna de las diferentes actividades cieritfficas tal conio se

    6. Bachelard, Suzanne, Epistemologie et Hisroire des sciences, XIICongreso mternacional de historia de las ciencias, Paris, 1968. Revue desyntbese, serie ill,n 49-52, enero-diciernbre de 1968, pag. 51.

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    52 Miche l Fo ' uca ut than ida formando ,efecrivam.ente. Se trata entonces de unareflexi6n reorica indispensable que permite que la hisroriade las ciencias SE l constituya de un modo dist into al de lahisto-ria general y que, inversamente, la historia de las ~iencias .ahra el campo de anilisis indispensable para que a epistemo-logia sea alga diferente de la simple reproducci6n de losesquemas internos de una ciencia en un mome~lto dado.'E n . el metodo que practica Georges Canguilhem, la ela-boracion de analisis dis continuos y 1aelucidaci6n de rela-clones hist6ricas entre ciencia yepistemologia van de la mana.3) Aivolver a ubicar las ciencias de Ia vida dentro de estaperspectiva hist6rica-epistema16gic:a, ?e0rges ~an~emsaca 11 1a luz una sene de rasgos esenciales que smgulanz..'l.llsu desarrollo respecto al de arras cieneias y que plantean pro-blemas especif icos para los historiadores. En deere, sehabiallegado a creer que a fines del siglo xvm serfa posible .en-contrar un elemento cormin entre una fisiologia qlUeestudia balos fen6menos de Lavida y una patalogia dedicada al analisisde enfermedades, un elemento que permitiera pensar los pro-cesos normales y los que marcanlas modicaciones ID6rbid~scomo una unidad. De Bichat a Claude Bernard, del estudiode 1 a fiebre a Ia patalogia de la locura y sus funciones, sehabra abierto un inmenso campo que parecia prometer launidad de una fisiopatologia yun acceso a la comprensi6n delos fen6menos morbidos a partir de procesos norm~es. Seesperaba que el orgarrismo sano proporcionara u~ cuadrogeneral dcnde se arraigaban los fenomenos patologicos, paratomar pOI' un tiempo su propia forma. Esta p~tologia sobreun fondo de normalidacll pareee haber oaracterizado durantemucho riempo rode e1 pen arniento medico. .Pew hay fenomenos que ponen el conocimienro de lavidaa distancia de todo conocimiento que pu.eda referirse al do-

    7. Sobre larelacion entre episcemologfl l e his toria, vease en particularla in troduccion a ldeokJgie y RlJiionutite, ob. cit., pigs..11-29.

    La vida: la esperiencia y la ciencia 53minio fisico-qufmico. As1 fue como el conocimiento de la vidapudo encontrar el principia de su desarrollo inrerrogandolos fen6menos pato16gicos. Habria sido imposible constituiruna ciencia de 10 viviente sin tener en cuenta como esencial aSTI objeto la posibilidad de Ia enfermedad, de 13muerte, de lamonstruosidad, la anomalia y el error, .cuyos mecanismosHsico-qafmicos pueden conocerse cada vez Call mayor exac-titnd. Tales mecanismos encuentran on Iugar en el interiorde una espeeificidad que las ciencias de la vida no puedendejar de considerar , salvo que ignoren 10 que precisamenteconstiruye su objero y su ambito propio.

    De aqui proviene un hewn parad ojal para las ciencias de1avida. Si bien, por un lado. el p roceso de su constituci6n seprodujo sacando a la luz mecanismos fisicos y quirnicos,constituyendo campos eOInOla quimica celular y molecular,uti lizando modelos matemaricos, etc .: por el etro las cienciasde la vida fueron capaces de desarroilarse s610 en la medida ren que se plantea constantemenre, como un desafio, elproblema de Ia especificidad de 1 a enfennedad y del terreneque ocupa entre los seres naturales." Esto no quiere decirque elvitalismo, que hizo circular tantas imageries y perpetuotantos mitos, sea verdad. ampoco quiere decir que esta idea,tan a menudo arraigada en las losoffas menos rigurosas, debsconstitnir la invencible filosofia de los bi61ogos. Quiere decirmas bien que, en la historia de Labiologia, el problema de laenferrnedad tuvo y probablemente HUn desempefia un papeleseneial como indicador, de dos maneras posibles: comoindicadon teorico de problemas aresolver (asaber, de manerageneral, aquetlo que constituye la original idad de la vida sin~e constituyaunwbito independiente de Is naturaleza);como indicador crftico de reducciones que es preciso evitar(a saber; rodas aquellas que tienden a ignorer que las ciencias

    8 . t ude s d'bistoire et de ph i lQsoph ie de s sciences, ob. cit., pag. 239.

  • 5/11/2018 Foucault - La vida. La experiencia y la ciencia

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    54 Michel Foucaultde la vida pueden prescindir de posiciones ~: valor asociadasa la conservaci6n, la regulaci6n, la adaptacion, la reproduc-cion, etc.), unimperativo mas que un metoda, una moral

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    56 Michel Foucaultanomalia arraviese 1abiologia de punta a punta. Tambien esla anomalia la que tiene que dar cuenta de las rrrutaciories yIosprocesos evolutivos que inducen. 19ua1rn~nte. hay queinterrogar a partir de.ella este error singular aunque here-ditario que haee que e1 hombre termine siendo tinser wvoque nunca se encuentra en su lugar, un ser vivo condenado aerrar y a equivocarse. . . ,Y si se adiirit-e'"qtieel eoncepto es la respuesta que 1avida leda al azar, d~bem(}s convenir que el error es 1araiz- del pensasrniento humane y de su historia, 'La oposicion entre 1 0 verda-dero y 10 fa1so,los valores que uno le presta al otto, 10,s efectosde poderasoeiados a esta division por pa.n:e de diferentessociedades e instltuciones, tal vez no sean sino la respuestatardia a esta posibilidad de error jntrfnseca a la vida. Si 1ahis-toria de la ciencia es discontinue; es decir, s i solo puedeana-lizarsela como una serie de correcciones, como una nuevadistribucion que nunca expone definit ivamente el momentoculminante de laverdad, es porque el error todavia cons-tituye no el oIvido 0 la postegaci6n de una t:~alizaci6nprometida, sino una dimension propia de la vida de , oshombres, indispensable para la temporalidad de h especie;

    Nietzsche deda que Ia-verdad eraia mentira mas profunda.Lejosya la vez cerc:adeNietzsche, Cangtrilhem diria.tal v:zque laverdad esel error mas reciente en el enorme calendanode lavida 0', con mayor exactitud, que la divisi6\ verdadero/falso asicomo elvalor que se Ie otorga a laverdach1constituyenelmodo devivir mas singular que lavida haya podido inventar,u n a vida que, en el fondo de su origen, lleva inscripta laeven-tualidad del error, 1 error es para CanguiJhem el azar per-manente.alfededor de! cual.se despljegs.la historia de la viday el devenir de los hoinbres-Esta nocion de error Ie.permitearticular sus conoeimientos de biologia con el modo deelaborar su historia, sin que nunca haya pretendido deduciruna de la otra, como se hacia en los tiernpos del evolucio-nisrno. Es esta nocion de error la que Ie permite marcar larelacion entre la vida y el conocimiento de la vida y seguir,

    La vida: la experiencia y la ciencia 57como si fuera un hila conductor, la presencia del valmy de lanorma ..

    Historiador de las racionalidades, e l mismo tan raciona-lista, C:mguiilhem es un 16sofo del error (quiero decir quea partir del error plantea problemas filosoficos 0, con masprecision, el problema de 1averdad y de la'Vida). Aquf ro-zamos, muy probablemente, uno de los acontecimientosfundamentales en la historia de Ia filosoffa moderna: si bien1agr.an ruptura cartesiana planteo Ia cuesti6n de las relacionesentre verdad y sujeto, el siglo XVIII introdujo una serie decuestiones en cuanto a la relacion entre verdad y vida cuyasprimeras grandes formulaciones han sido Critica deljuicio yFnomeno logia del esp ir i tu . Desde entonces, una.de las apuestasde lasdiscusiones filos6cas ha sido: ~elconocimiento de lavida solodebe ser considerado como una de las regiones quedepende de la cuestion general de la verdad, el sujeto y elconocimiento? ~Oacaso obliga a plantear de otro modo estacuesti6n? ~Lajeoria delsujeto no debe ser reformulada desdeel momepcto en que el conocimiento, mas que abrirse a la"verdad del mundo, esta arraigado en los errores de 1avida?

    Se e:.'lt:reitde.-aheraper-que el pensamiento de GeorgesCanguilhem, su obra de historiador y de filosofo, tuvo enFrancia una imponancia tan decisiva para todos aquellosque,desde perspectivas muy diferentes, trataron de repensar lacuestion del sujeto, La fenornenologia habra podido intro-ducir en el campo de analisis el cuerpo, lasexualidad, la muer- ,te, el mundo percibido: el cogito siguio siendo central en ella:ni la racionalidad ni la especificidad de las ciencias de lavidapudieron comprometer su papel fundador. A esta filosofiadel senti9.~tsujeto y.lo.vivido, GeDrges Canguilhem opuso ::una 6lo:fofia del error, elconcepto }do vivo, como otro modode ~12roximarse_3 Ia.noci6n devi_da.~---_- -