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RICA U R T E SOLER

FORMASIDEOLOGICAS DE LANACION PANAMEÑA

EDICIONES DE LA REVISTA "TAREAS"r PANAMA, 1963

R I C A U R T E

SOLER

FORMAS IDEOLOGICAS DE LANACION PANAMEÑA

EDICIONES DE LA REVISTA "TAREAS"

PANAMÁ, 1963

Este Estudio aparece publicado en la Revista Interamericana debibliografía, N 1, Volumen XIV, Washington, Enero-Marzode 1964 .

FORMAS IDEOLOGICASDE LA

NACION PANAMEÑA

DEL AUTOR

Pensamiento Panameño y Concepción de la Nacionali-dad durante el Siglo XIX . Imprenta Nacional, Pana-má, 1954. 140 p. In 89 .

El Positivismo Argentino : Pensamiento Filosófico y So-ciológico. Imprenta Nacional, Panamá, 1959, 308 p .In 89 .

Estudios sobre Historia de las Ideas en América . Impren-ta Nacional, Panamá, 1961, 120 p. In 89 .

La Reforma Universitaria : Perfil Americano y DefiniciónNacional . Ediciones de la Revista "Toreas", Panamá,1963, 19 p . In 89.

"Presencia del Pensamiento de la América Latina en laConciencia Europea" . En Cuadernos Americanos,Año XVIII, N9 1, México, Enero-Febrero, 1959 .

"Benjamín Constant : Ideología Política y CompromisoSocial" . En Política, Caracas, N9 15, Abril-Mayo,1961 .

Prólogo

El presente trabajo intenta sistematizar lasconclusiones más señaladas a que nos condujo ladocencia temporal de la cátedra de Historia dePanamá en la Facultad de Filosofía, Letras yEducación . Intenta, por otra parte, actualizarmuchas de las perspectivas y materiales expuestoshace diez años en nuestro estudio de análoga temá-tica, bien que limitado a la pasada centuria : Pen-samiento Panameño y Concepción de la Naciona-lidad durante el siglo XIX (presentado a la Fa-cultad en 1953 y publicado en 1954) .

En el decurso de los últimos años la imperati-vidad de una promoción de la historiografía nacio-nal se hace sentir cada vez más con mayor inten-sidad. La actualización de las perspectivas a quenos referimos obedece, precisamente, al deseo deaportar planteamientos que en el campo específicode la Historia de las Ideas coadyuven a la tarearenovadora. Renovación, claro está, que no puedeagotar su impulso en la hipostasación de ideas, enla discusión metodológica o en la fetichisación delas fuentes .

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Los problemas histórico-culturales a que nosabocamos en este estudio no exceden las posibilida-des reales de un enfoque científico -aún cuandose haya pretendido lo contrario-. La mayor omenor apropiación conceptual de la riqueza denuestro contenido histórico-cultural podrá ser dis-cutida, pero permanecemos seguros en todo casode que nuestro alineamiento ideológico y metodo-lógico nos ha permitido una comprensión más cer-tera que la de los desalineados pero alienados ideo-puristas ,y filosofopuristas de nuestro hacer histo-riográfico,

Permítasenos observar, finalmente, que lasconclusiones alcanzadas plantean como tarea im-postergable el desenmascaramiento ideológico delas corrientes políticas ,y filosóficas que en el pre-sente intentan imponer los clanes académicos com-prometidos y solidarios con la crisis de la oligar-quía nacional . Ese comprometimiento regresivoconduce hoy, particularmente en, nuestra Univer-sidad, a la negación no disimulada de toda "moralpara intelectuales" . Estas líneas intentan unabúsqueda en nuestro pasado histórico-cultural queexplique la crisis actual . El u este sentido la visiónretrospectiva sugiere el esquema de las tareas yprospectos del presente .

Panamá, Agosto de 1903 .

lo

A

Pedro Solazar Chambea

Introducciòn

1 -Formas Ideológicas de la Cultura Colonial.2 - La Ideología d el Criollo y la Modernidad.

Formas Ideológicas dela Cultura Colonial .

Sin constituir excepción dentro del cuadro generalescolástico y aristotélico-tomista imperante en la cultu-ro hispanoamericana de la Colonia, en Panamá, en ra-zón de factores geográficos e históricos claramente dis-cernibles, aquella mentalidad pareció revelar caracte-res menos acentuados y modalidades que le son, cierta-mente, propias. Tales particularidades dicen relación di-recta con un hecho que importa sobremanera destacar :las relaciones económicas y sociales típicamente feuda-les, tan características del resto de países hispanoame-ricanos, no arraigaron con intensidad en el Istmo . Noes de extrañar por ello que, en tales condiciones, la con-cepción del mundo del feudalismo colonial hispanoame-ricano ofreciera, en el caso particular del Istmo, un no-table desdibujamiento . Estas afirmaciones requieren me-jor fundamentaciòn y mayores precisiones .

Entre los factores de reconocida importancia que di-rectamente condicionaron la formación de relacionesfeudales en la colonia hispanoamericana cabe mencio-nar el sistema de descubrimiento y conquista a base de"capitulaciones", los repartimientos y encomiendas, losmayorazgos y "vinculaciones", el agro amortizado dela Iglesia . En Panamá estas instituciones ofrecen unaeficacia relativa . Su descubrimiento y conquista es fun-damentalmente obra, no de las "capitulaciones" o con-tratos otorgados por la Corona, sino de la Corona misma

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que a través de Pedrarias Dávila intenta afirmarse comoEstado nacional moderno . (1) Los repartimientos y en-comiendas, o no tuvieron importancia, o no se produje-ron en el Istmo. El erudito norteamericano Irving Leo- nard afirma taxativamente que "el sistema de la "en

comiendo", característico de lo organización social es-pañola en casi todo América, no existió en el Istmo dePanamá". (2) Finalmente, sobre la escaso importanciadel ogro perteneciente o la Iglesia nos ofrece informa-ción indirecta la relativamente débil reacción del cleroal momento de desamortizarse sus bienes, así como lapoca significación del conservatismo panameño decimo-nónico .

En la colonia panameña no lograron, pues, prospe-rar formas económico-sociales acentuadamente feuda-les. Como centro obligado de la política mercantilista dela Metrópoli, sus ciudades terminales de la época -Pa- namá y Portobelo- presenciaron uno actividad comer-

cial esporádicamente convertida en verdadera "orgíamercantil". En tales circunstancias, "las necesidades deltráfico marino y las urgencias de la guerra contra lospiratas hicieron de las ciudades-puerto de Panamá per-manente cónclave de pilotos, cosmógrafos y expertosmilitares . Todo ello proclama lo existencia de un climaintelectual orientado hacia el conocimiento positivo ypoco propenso a los escarceos de lo Escolástica". (3)Las obras de Suárez, las Summas de Santo Tomás y los

(1) . GASTEAZORO, Carlos Manuel : "Aproximación a Pedrarias Dà- vila". En Revista Lotería, N° 27, 2a Epoca, Panamá, Febre-

ro de 1958 .(2) . LEONARD, Irving A . : Los Libros del Conquistador . Fondo de

Cultura Económica, Mèxico-Buenos Aires, 1953, p. 231 .(3). MIRO, Rodrigo: "Prólogo", o SOLER, Ricaurte : Pensamiento

panameño y Concepción de la Nacionalidad durante el sigloXIX. Imprenta Nacional, Panamá, 1954 . P. XIII-XIV.

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Flos Sanctorum interesaron menos por su contenido teo-lógico-religioso que por el hecho de constituir, como li-bros, mercancías reexportables a los centros cultos deSuramérica .

Lo expresado en manera alguna pretende sugerirque la educación y la cultura colonial panameña pudorevestir caracteres específicamente modernos . Muy por elcontrario, en una u otra forma se encontraron ligados alIstmo una serie de autores representativos de lo ortodoxiamás intransigente. Avanzada la colonia, durante el de-curso mismo del siglo XVIII, Francisco Palanca, quien fuéobispo de Panamá, publica en Madrid, entre otras obras,un Curso de Filosofía cuyo tomo IV lleva el significativotítulo de Diálogo físico-teológico contra los innovadoresde la filosofía, o sea tomistas contra atomistas (1714). (4)En este diálogo Polanco intenta mostrar los ocultos ve-nenos y tenebrosos errores contenidos en la filosofíacartesiana y en la física moderna, extrañándose de que"simples laicos se atrevan a tratar no sólo del alma yde la mente, sino también de Dios y los ángeles". (5)En 1785 Fr . Juan Prudencio de Osario, dominico pana-meño residente en Lima, publica otra obra de título igual-mente significativo : Triunfos de la verdad en obsequioy debido culto de la Concepción de María en Gracia . (6)

(4) . V. QUIROZ-MARTINEZ, Olga Victoria : La Introducción de laFilosofía Moderno en España. Colegio de México, México,1949. La referencia bibliográfico que nos suministro es lo si-guiente : Palanca, Francisca : "Dialogus physica-thealogicus con-tra philasophiae novatores, sive thomista contra atomistas" .Cursus philosaphici tomus quortus . . Motriti . Ex Typis Blasii deVilla Nueva . 1714, 30 s.p., 456 pp .

(5) . Ibid . P. 129 .(6) . V. MESANZA, Fray A .: "Un Panameño Ilustre . P. Mtro . Fr.

Juan Prudencio Osario" . En La Estrella de Panamá, 14 deAbril de 194à .

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Se intenta demostrar aquí la inmaculada concepciónde María, tema polémico en aquel entonces dirimidodespués, en 1854, por la autoridad pontifical de PíoIX. Agréguese a todo ello, por otra parte, que la edu-cación colonial, principalmente en manos de los je-suitas, seguía puntualmente los lineamientos generalesde las "scholas", lineamientos sólo modificados por losrequerimientos específicos de la catequización . Nadaautoriza creer, finalmente, que en la efímera Universi-dad de San Javier (1744,49-1767) la filosofía imparti-da no fuese la escolástica, y la física enseñada la aris-totélica. La "animástica", título de uno de los cursoscomprendido en el trienio de filosofía, es revelador de laorientación general del curriculum universitario .

La educación escolástica y el antagonismo a la cul-tura moderna constituyó en el Istmo la natural proyec-ción de la política cultural anti-moderna que a Españay sus colonias imprimieron los Habsburgos . Panamá, evi-dentemente, no podía constituir una excepción . Diversosfactores históricos - algunos de los cuales determina-ron la transición gradual, sin rupturas ni desgarramien-tos, hacia la cultura moderna - hicieron posible, sinembargo, que dentro del mismo marco histórico de lacolonia Panamá fuese objeto, si no el sujeto, de unaactividad cultural caracterizada por su vocación hacialo concreto. Este fenómeno precisa comprenderlo direc-ta o indirectamente vinculado al proceso histórico quecondujo al mercantilismo de la Metrópoli, que así co-mo exigía una economía centralizada, propiciaba unaactividad cultural que favoreciera la función de controlsocial y político del Estado . Panamá, por su posicióngeográfica y la consecuente función económica desem-peñada en el Imperio Colonial, ofrecía un interés parti-

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cular, De ahí la proliferación de una "literatura buro-crática y de estudios de carácter histórico, geográficoy antropológico. Cabe mencionar, dentro de esta direc-ción, estudios tales como la Suma de Geografía (1519)de Martín Fernández de Enciso, la Sumaria Descripcióndel Reino de Tierra Firme (1575) de Alonso Criado deCastilla, la Defensa de las Indias Occidentales de Ber-nardo Vargas Machuca, y la Relación Histórica y Geo-gráfica de la Provincia de Panamá (1640), de Juan Re-quejo Salcedo . Estos estudios - son ejemplos relevan-tes- dan fé de una actividad cultural -Panamá essu objeto- orientada hacia la descripción de una rea-lidad que a su vez delimita la índole de temas y pro-blemas. Frente a éstos, la cosmovisión trascendentistacomienza a aparecer, cada vez más, como un sobreagre-gado impuesto. Aún el criollo no es sujeto en nuestrahistoria, pero cuando a principios del XIX adquiere con-ciencia de su eficacia aquel sobreagregado, y por tantoaquella cosmovisión, pierden toda justificación socialpara dar paso a una concepción del mundo profunda-mente impregnada de inmanentismo y modernidad .

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2La Ideología del Criolloy la Modernidad .

Durante la época colonial no es dable observar enPanamá una unidad cultural e ideológica que pudieraser considerada expresión de grupos económicos so-cialmente cohesionados. Si en el resto de países hispa-n

oamericanos cabe señalar la correspondencia que efec-tivamente existió entre las formas del pensamiento yde la ideología medievales con las estructuras económi-cas y sociales de carácter feudal y semifeudal, en Pana-má la más exigente investigación histórica habrá de sa-tisfacerse con la elemental comprobación de que aque-llas formas de nuestra ideología colonial constituyeronproyecciones, sin propia definición social, de las formasculturales imperantes en la Metrópoli . Precisa recordara este respecto que nuestra población -ya lo había se-ñalado Cieza de León- revelaba acentuadamente elcarácter de población flotante . (De ello da fé la crecidacantidad de juristas y científicos que, nacidos en Pa-namá, desplegaron su actividad cultural en el extran-jero. El más notable ejemplo es el de Manuel Joseph deAyala, el más grande jurista indiano del siglo XVIII se-gún una apresurada calificación de Ricardo Levene, queolvida así la notable contribución al Derecho Penal delmexicano Lardizábal) . En tal circunstancia, no arries-

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gamos demasiado si afirmáramos que nuestro culturacolonial fuè también una cultura flotante . Los gérme-nes de cohesión social -e ideológica- no aparecen si-no recién a principios del siglo XIX . Pero este fenó-meno es sólo comprensible en razón de la específicaperipecia del criollo panameño del dieciocho .

En 1739, al cambiarse la ruta del comercio metro-politano con la consiguiente supresión de las ferias dePortobelo, el Istmo pierde, por muchas décadas, el ca-rácter de país-tránsito que había revestido durante todoel decurso anterior de la época colonial . La profundadecadencia económica subsecuente no pudo impedir queuna relativa sedimentación de la población suministra-ro la base demográfica que haría posible el posteriordespliegue histórico-social del criollo istmeño . (7) Desdeeste punto de vista el cambio de ruta parece propiciarla formación de núcleos sociales propiamente criollos,formación que permitiría la superación de las caracte-rísticas flotantes de nuestra población y de nuestra cul-tura colonial . En Panamá, como en el resto de paíseshispanoamericanos, esta irrupción del criollo en el esce-nario histórico-social va acompañada de un compromisocreciente con las formas del pensamiento y de la cultu-ra moderna, en explícita oposición a las formas del pen-samiento y de la cultura medieval y feudal . Y así enHispanoamérica, como en Panamá, esta modernizaciónde la cultura es directamente el resultado de la moder-nización de sus formaciones económico-sociales .

(7) . En su artículo "Fundamentos Económicos y Sociales de la In-dependencia de 1821" (Tareas, No 1, Panamá, Octubre de1960) Alfredo Castillero Calvo señalo un probable decreci-miento demográfico durante el siglo XVIII . No nos pareceque tal decrecimiento-de confirmarse-seo incompatiblecon la sedimentación a que nos referimos,

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A principios del siglo XIX la realidad económicadel Istmo se estructuro en función de una coyunturahistórica simultáneamente vieja y nueva . Las guerrasde independencia y un intenso contrabando con las an-tillas inglesas suscitan en el país-tránsito una actividadcomercial que recuerda el tráfago mercantil de los si-glos XVI y XVII . Nuevo es, sin embargo, el sujeto his-tórico -el criollo demográficamente sedimentado du-rante el siglo XVIII- en función del cual aquello vie-jo coyuntura cobra un nuevo sentido y se proyecta endimensiones inéditas. Es precisamente entonces cuando,siguiendo el ritmo de crecimiento de esto naciente bur-guesía comercial criolla, la concepción trascendentistadel mundo pierde vertiginosamente eficacia histórica ysocial paro dar paso al asentamiento de las premisasculturales del inmanentismo y la modernidad .

En su dimensión hispanoamericano este fenómenose encontraba ya anunciado, en el plano científico, porlo proliferación de naturalistas que, can intención a sinella, precipitaron lo crisis de las preconcepciones esco-lásticos en torno a la actividad científica . Bosta recor-dar los nombres de Hipólito Unánue, en el Perú, JoséAntonia Alzate, en México, Francisco José de Coldos,en Colombia, y tontos otros. Eso función fuè desempe-ñada en el Istmo por Sebastián Joseph López Ruiz, na-turalista panameño descubridor de algunas especies de -quina. De su efímera actividad en Panamá cabe recor-dar que en 1767, presentó un informe al Gobernador,"en el cual no solo combatía como anti-higiénica la ma-la costumbre de enterrar los cadáveres en las iglesias,sino que aconsejaba trasladar el cementerio pública, si-tuado entonces al lado de la Catedral, a las afueras de

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la ciudad" . (8) López Ruiz encontró una oposición tenazy su crítica fué infructuosa . El caso no deja de ser inte-resante por tratarse de un científico de ideas conserva-doras, que incluso adversó, más tarde, la independenciaamericana . En nuestro medio la crítica científica de Ló-pez Ruiz no podía dejar de ser un elemento que coad-yuvaba a la crítica de las premisas ideológicas de la .Colonia, lo que demuestra una vez más, en el caso par-ticular del Istmo, la significación objetivamente revolu-cionaria de aquella pléyade de científicos hispanoame-ricanos de finales del XVIII y principios del XIX .

Anunciada por la actividad científica de los natu-ralistas hispanoamericanos y estimulada por el criolloen búsqueda de una ideología que vulnerara las premi-sas culturales que justificaron el orden colonial, la mo-dernidad, principalmente a través de su optimismo ra-cionalista y experimentalista, comienza a postular lanecesidad de estructurar una nueva pedagogía cuya fun-ción sea la superación de la vieja cosmovisión . En 1823,dos años después de la Independencia y subsecuenteunión a Colombia, un criollo anónimo, a través de laGaceta Oficial del Departamento del Istmo, eleva un"Remitido" al Congreso de la República donde explíci-tamente señala lo imperativo de aquella necesidad . Tex-tualmente pide :

Que la enseñanza de estudios que haya de esta-blecerse en el Colegio de San Diego sea confor-me a la índole de los educandos y a la posicióngeográfica del Istmo, y de consiguiente que elplan debe abrazar los elementos de los idiomascastellano, inglés y francés, principios genera-

(8) . SUSTO, Juan Antonio : Sebastián José López Ruiz . Médico ynaturalista. Imprenta Nacional, Panamá, 1950 . P. 7.8 .

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les de comercio, de economía política, de histo-ria sagrada y profana, de dialéctica, de Arit-mética, geometría demás ramos de matemá-ticas, de cosmografía, y de física experimental,borrándose hasta la memoria del peripatetismoque ha infestado nuestra juventud y tiendo a sus-citar disputas estériles sin provecho público . (9)

El texto es significativo y doblemente revelador . Sipor una parte señala la exigencia de una pedagogíaanti-escolóstica y moderna, por la otra evidencia el com-promiso y la definición social de esa exigencia . La nue-va pedagogía que se postula ha de estar de acuerdo conlas necesidades que surgen de la "posición geográficadel Istmo" y la actividad económica comercial que esaposición geográfica determina . Lo que implica que elcriollo istmeño esclarecido de principios del XIX es yaposeedor de una conciencia social que le descubre diá-fanamente las premisas generales en que ha de inspi-rarse su cosmovisión de clase y las contradiccciones in-soslayables que existen entre su conciencia de burgués

(9) . "Remitido . Proyecto para la formación de algunas leyes be-neficiosas al Istmo, que eleva a la alta consideración del Su-premo Congreso de la República un ciudadano natural de Pa-namá". En la Gaceta Oficial del Departamento del Istmo, N910, 6 de Marzo de 1823 . Este mismo espíritu se observa en laCámara Provincial del Istmo (1848) cuando se pretendía im-pedir la influencia del jesuitismo en la educación y en la cul-tura panameña : "La Cámara no se detiene en reproducir lassólidas razones que prescriben la necesidad de desterrar elloyolismo de entre nosotros, porque seria molestar la atencióndo V.E. el repetir, para justificar la medido, los argumentosque tantas veces, hasta aquí en vano, han hecho resonar enlas cámaras legislativas los buenos patriotas, que deseanse ponga término a la escisión que en la familia granadina havenido a causar el restablecimiento de la Compañía de Jesús,suceso que constituye un verdadero anacronismo" . Ordenanzay Peticiones de la Cámara Provincial de Panamá . Imprenta deJosé Angel Santos. Por José María Bermúdez, Panamá, 1848,p. 33 .

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comerciante y el peripatetismo estéril y ergotista. Lamodernidad le ha servido así para configurar su concien-cia social en explícita oposición a las formas ideológicasimpuestas por la colonia. Esa misma modernidad le ser-virá igualmente para configurar su conciencia políticaen un proceso histórico que precisará los contornos de lanacionalidad y que sentará los cimientos, después de unempeño secular, del Estado republicano de 1903 .

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II

Premisas Ideológicasen la E structuraciòn de la

Nacionalidad

3 - La formación de la conciencia Liberal.

4 - La filosofìa positivista del liberalismo .

5 - Conciencia liberal y conciencia nacional.

La Formación de laConciencia Liberal .

Ninguna ideología política y económica como la li-beral podía en Hispanoamérica expresar tan a cabali-dad la aspiración del criollo a destruir el viejo orden ya crear uno nuevo en consonancia con su estructura yfunción social de clase . No se trata, es cierto, del criolloen general sino, específicamente, de aquellos núcleoscuya estructuración social depende más o menos direc-tamente de las formaciones económico-sociales y polí-ticas modernas . El criollo liberal es, por tanto, el comer-ciante, y más tarde el industrial, cuya actividad econó-mica ya no se encuentra constreñida por el mercantilis-mo metropolitano; el profesional, y en particular el abo-gado, cuyo prestigio social crece en la misma medida enque decrece la importancia del clero ; el burócrata, queafianza su posición social en la medida en que el Esta-do, como tal, se afirma frente a las fuerzas centrífugasfeudales y semi-feudales . Por su parte el criollo conser-vador, poseedor del agro "vinculado", pactó con el cle-ro, también poseedor de latifundios "amortizados", ycon los militares, usufructuarios de prebendas "que nun-ca saldaban las deudas contraídas por la patria desdelas guerras de independencia" .

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Antes de su inicio, y no importa la duración y fra-gor de la lucha, los liberales habían ganado la contien-da. El conflicto liberal-conservador reflejaba en Hispa-noamérica la contradicción entre los viejos modos deproducción basados en privilegios y restricciones y lasnuevas fuerzas económicas capitalistas frente a las cua-les amortizaciones y vinculaciones constituían frenos in-soportables. No cancelar la contradicción a través de laeliminación de esos frenos habría constituido un fenó-meno histórico insólito. La necesidad histórica habría demanifestarse, y efectivamente se manifestó a partir dela segunda mitad del siglo XIX .

En Panamá, como lo habíamos adelantado, las re-laciones económicas y sociales de tipo feudal no enrai-zaron profundamente durante la época colonial . Preci-samente por ello la expresión política de estas relacio-nes, a través de la ideología conservadora, tampoco al-canzó decisiva eficacia durante el siglo XIX . Se podríaafirmar incluso que el liberalismo dió la tónica, sin con-trapeso, a todas las manifestaciones de nuestra ideolo-gía económica, de nuestra ideología política, y aún denuestra filosofía positivista .

Expresión del criollo comerciante de principios delXIX, que a través de su obligado contrabando siente laslimitaciones de la política mercantilista, el liberalismopanameño alcanza, desde sus inicios, claras definicio-nes económicas y políticas . La misma independencia deEspaña en 1821 se presenta a su conciencia, que sientela fascinación de lo concreto, como una empresa en quese ha comprometido su clase, y los intereses económicosde su clase. En ninguna individualidad de la generaciónindependentista esta conciencia alcanzó mayor lucidez,ni la acción que ella fundamenta mayor empeño, que en

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Mariano Arosemena. Un análisis de su acción y pensa-miento arroja una luz esclarecedora sobre los orígenesdel liberalismo panameño .

Comerciante: Mariano Arosemena viaja a las An-tillas y a Suramérica requerido por las iniciativas desus empresas. Burócrata comerciante : desempeña comofuncionario toda la gama de puestas públicos relacio-nados con la economía y el comercio del Istmo - Co-misionado de Comercio, Administrador de Aduana, JefePolítico de la Administración General de Rentas, Admi-nistrador General de Aduanas, Tesorero, Intendente Ge-neral de Hacienda, etc . Periodista comerciante: partici-pa decisivamente en la fundación, dirección y redacciónde una serie de periódicos destinados a conquistar parael Istmo, dentro del marco de la economía colombiana,el máximum de franquicias comerciales . Uno de elloslleva el significativo título de Comercio Libre . Historia-dor comerciante: interpreta que la independencia de Es-paña fué determinada por la lucha de los istmeños pa-ra romper las ataduras mercantilistas e instaurar la li-bertad de comercio. Poeta comerciante: exhalta la pa-tria mercantil, que identifica con una feria, en versos dedudoso gusto :

Salve patria amado,Feria peregrina,Por do se caminaDe uno al otro mar;Plegue que en tu senoVea el mundo reunidosSus frutos, sus tejidoscuanto hay comercial . .

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Mariano Arosemena muere en 1868 y a su pedidoes enterrado con un ejemplar de un periódico del cualfue corresponsal . Su título : El Comercio, de Lima. (10)

A través de Mariano Arosemena, su representantemás calificado, el criollo comerciante de la zona deltránsito ha expresado los motivos íntimos de su ser so-cial y las coordenadas ideológicas que estructuran su ho-rizonte mental. Diversas perspectivas, que no contradi-cen la unidad fundamental de sus supuestos, jalonan lagénesis de su conciencia social, que es lo mismo que de-cir la formación de su conciencia liberal . En 1808 enuna obra de teatro, La Política del Mundo, se ensayanen Panamá, quizás por primera vez, "disquisiciones psi-cológicas de carácter materialista" . (11) A principios dela década del cuarenta, las que eran meras alusiones in-cidentales, plasman oficialmente a través de la intro-ducción de la Ideología de Destutt de Tracy, en el pen-sum de estudios del Colegio Provincial del Istmo . (12) Elmovimiento histórico del pensamiento es fácilmente iden-tificable . En Francia, la gnoseología sensualista de Des-tutt de Tracy puede ser considerada como el epílogo deloptimismo racionalista y del empirismo materialista queconfiguró ideológicamente la revolución demo-liberal de1789. En Hispanoamérica, desde México con José MarioLuis Mora, hasta Argentina con Lafinur, Agüero y Al-corta, la Ideología es tendencia filosófica cuya vigenciaestimulan los liberales en su lucha contra el trascenden-

(10) . V. MIRO, Rodrigo : Mariano Arosemena (El Político, el Perio-dista, el Historiador) . Imprenta Nacional, Panamá, 1960 .

(11) . MIRO, Rodrigo : La Cultura Colonial en Panamá . México, 1950 .P. 63 .

(12) . V, SOLER, Rícaurte: Pensamiento Panameño y Concepción de .la Nacionalidad durante el siglo XIX . P. 48 y ss .

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tismo conservador. En Panamá, la Ideología es la co-rriente de pensamiento que el criollo liberal intenta im-poner oficialmente -no sabemos si con éxito, y no im-porta- a través de su nueva pedagogía anti-peripatéti-ca y moderna. En todos los cosos esta gnoseología sen-sualista se ha revelado íntimamente vinculada a la pe-ripecia histórica de la democracia liberal de principiosdel XIX. Panamá no ha constituido una excepción .

Con todo, es el utilitarismo de Bentham donde el li-beral hispanoamericano -especialmente el neogranadi-no, y el panameño- ha encontrado la más ajustada ex-presión de su conciencia social, política y filosófica . Losrequerimientos de la nueva pedagogía sugieren tambiénla necesidad de formar una nueva ética. Nada tan ex-pedito a este respecto como el utilitarismo benthamista .Santander, fundador dei partido liberal colombiano, ami-go de Bentham, había exigido el empleo de sus textosen la enseñanza superior colombiana. (13) En México,los grandes teóricos de su liberalismo, José María LuisMora y Mariano Otero, conocieron, discutieron y asimi-laron el utilitarismo benthamista. En Argentina la Uni-versidad de Buenos Aires, creada por la administraciónliberal de Rivadavia para oponerla a la vetusta y con-servadora Córdoba, las obras de Bentham vertebraronlos intentos renovadores de la enseñanza jurídica. EnPanamá el criollo librecambista de la zona de tránsitono podía menos que encontrar en el principio de utili-dad la justificación de su actividad económica y de suactitud vital . No podía esperarse menos de un Bentham,él mismo librecambista, que había consagrado una desus obras a la Defensa de la Usura . En Bentham habría

(13) . V. HOENIGSBERG, Julio : Santander, el Clero y Bentham . A.B.C .Bogotá, 1940.

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de inspirarse, pues, su nueva ética y su nueva filosofía .Tal fué la función histórico-social y el sentido de la ins-piración benthamista que encontramos en la obra jurí-dica, ética y filosófica de Justo Arosemena .

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La Filosofía Positivistadel Liberalismo .

En la historia de las ideas americanas pocos capí-tulos son tan reveladores del imperativo liberal-burguésde una nueva ética como el que, sin eufemismos, qui-siéramos dominar Historia del Catecismo en Hispano-américa. Desde los inicios mismos de la pasada centuria,y durante el decurso de la misma, estos manuales di-dácticos plasman la nueva pedagogía y encarnan la nue-va ética. Es vieja la forma catequística, pero es nuevoel contenido moral, el enraizamiento social de su pen-samiento, y el alcance efectivo de su filosofía política .

Lastrados de eclecticismo, medrosos en cuanto a losdogmas teológicos, los Catecismos americanos del pe-ríodo independentista reflejan, sin embargo, con reve-ladora claridad, la impostergable exigencia de una mo-ral cívica, de una moral ciudadana, no siempre conci-liable con las viejas premisas teológicas de la época co-lonial. En 1810, en Santiago de Chile, circula un Cate-cismo Político Cristiano de contenido más "político" yrepublicano que religioso y "cristiano" . (14) Un año des-

(14) . V. DONOSO, Ricardo : Las Ideas Políticas en Chíle, Fondo deCultura Económica, México, 1946 . P. 27 .

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pués, en Buenos Aires, se imprime un Catecismo públi-co para la instrucción de los neófitos o recién converti-dos al gremio de la Sociedad Patriótica . Ya en su títulose observa la ausencia de toda motivación religiosa yel propósito decididamente revolucionario. Cuando en1820, en Puebla, México, se da a la estampa El Cate-cismo Político de la Constitución el doctrinarismo libe-ral y constitucionalista se ha hecho de tal modo mani-fiesto que a partir de entonces nada exige, en la pu-blicación de estos manuales didácticos, la justificaciónde su origen religioso .

Los catecismos del período independentista no re-presentan, con todo, más que la iniciación de un proce-so "catequístico", moral y político, cuya culminación,superadas ya ciertas formas, se observa a principios delXX en la obra liberal y jacobina del argentino AgustínAlvarez. Etapas anteriores de ese proceso las constituye-ron: en Chile, el libro de Francisco Bilbao, quien trans-figuró el catecismo liberal elevándolo al rango apoteósi-co de El Evangelio Americano . En México, la obra deJosé María Luis Mora, Catecismo Político de la Federa-ción Mexicana, (1831), quien hace servir a los propósitosdel federalismo liberal, y en contra del centralismo con-servador, las viejos formas didácticas otrora empleadascon fines teológicos. En Panamá, la obra de Justo Arosemena, Principios de Moral Política redactados en unCatecismo (1842;1849), quien intenta sentar las basesde una moral, y más concretamente, de una moral po-lítica, hondamente impregnada de republicanismo y li-beralismo.

Fundamentación de una moral laica al margen detodo ascetismo y de todo misticismo; formación de unaética ciudadana cónsona con los imperativos históricos

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de las nacientes repúblicas ; estructuración de una con-ciencia social burguesa forjadora de valores morales pa-ra ennoblecer el trabajo, el comercio y la industria : ta-les son los objetivos de la nueva ética, los ideales explí-citos de la nueva sociedad . Los catecismos decimonó-nicos, en cuanto portadores didácticos del mensaje libe-ral-burgués, en cuanto vehículos populares para la difu-sión del nuevo "evangelio americano", alcanzaron efi-cacia y llenaron su cometido . Pero la fundamentaciónestrictamente filosófica de estos valores; la explicita-ción de sus supuestos gnoseológicos últimos, constituíauna tarea aún no acometida . Justo Arosemena, que através de sus Principios había respondido al imperativode la vulgarización catequística, a través de sus Apun-tamientos para la Introducción a las Ciencias Moralesy Políticas (1840) intentó realizar la no acometida tareateórica y gnoseológica. Esta obra es la más importanteque en Hispanoamérica se escribió con este propósito .Las Ideas para presidir a la confección del curso de fi-losofía contemporánea, de Alberdi, se adentran más enlos alcances prácticos de la moral y de la filosofía, peromenos en la fundamentación teórica y en la discusióngnoseológica . Los Apuntamientos de Justo Arosemenaconstituyen por ello un importante y olvidado capítulode la Historia de las Ideas en América .

Arosemena, como era de esperar, rechaza toda fun-damentación teológica de la moral . El ascetismo cristia-no en el fondo no expresa otra cosa que lo que hoy de-nominaríamos un "eudemonismo del más allá" . (15) Pe-ro la imposibilidad científica de fundar la ética en la teo-

(15) . AROSEMENA, Justo (Pseud . Joven Americano) : Apuntamientospara la Introducción a las Ciencias Morales y Políticas . Impren-ta de Don Juan de la Granja, Nuevo York, 1840 . P, 65,

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logía tampoco legitima los intentos metafísicos que sehan hecho al respecto . Uno de esos intentos correspondea la teoría dieciochesca del Derecho Natural que presu-pone una ley moral natural de carácter universal y su-prohistórico. Esta teoría, observa Arosemena, defendidaespecialmente por Burlamaqui, presupone la existenciade un Dios creador y providencial . Pero nada hay quepruebe científicamente esa existencia . Se pregunto, porello, Arosemena:

Qué se deduce pues de lo expuesto? Que noso-tros nada sabemos sobre nuestro origen y nues-tro fin; que vagamos por la tierra como los de-más seres sensibles sufriendo y gozando, sin ad-vertir en ello ningún plan ni sistema de partedel Creador de la sensibilidad; y que no cons-tándonos absolutamente la voluntad de éste enningún sentido, no nos es lícito aseverar cualsea ella sobre nuestra conducta . Por lo tanto, lasegundo proposición de Burlamaqui de que Diosquiere que observemos las reglas que conducena la felicidad, es tan difícil de demostrar comola primera . (16)

Para Arosemena los intentos de fundar metafísi-camente la moral son ilegítimos no sólo por cuanto re-curren, como en el caso de Burlamaqui, a premisas teo-lógicas, sino también por la ilegitimidad intrínseca delconocimiento metafísico mismo . Es más difícil de con-cebir, declara, una causa sin causa que una serie in-interrumpida e infinita de causas y efectos . El conoci-miento científico, único válido, y en cuanto "descrip-ción de lo que es o pasa", no tiene por qué ocuparsede premisas teológicas o metafísicas. Arosemena parte,pues, de un radical agnosticismo .

(16) . Ibid . P. 44 .

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Sentadas estas premisas el método arosemeneanopara la estructuración de las ciencias morales y políti-cas parece precisarse en la misma medida en que se ra-dicaliza su repudio a la teología y a la metafísica. Es-tas ciencias, que más tarde se designarán bajo el rubrogenérico de ciencias sociales (recuérdese que en la dé-cada del 40 con el saintsimonismo el comtismo y elmarxismo la sociología se encontraba en sus pródromos)no podrían partir de supuesto alguno ; su objeto es ladescripción y explicación de los hechos morales y polí-ticos o, en una palabra, de los hechos sociales (recuér-dese a Durkheim). De ahí que las ciencias morales ypolíticas encuentren sus determinaciones fundamentalesen la "factología", pues son ciencias "de hechos" y portanto -para emplear la artificiosa terminología de Aro-semena- ciencias factológicas .

Una ciencia factológica no podría estructurarse si-no bajo la condición de encontrar un método preciso yplenamente científico . Este método, es claro, no podríaser el silogístico de los escolásticos, ineficaz por no so-meter a crítica los premisas de las cuales parte . Tam-poco podría aceptarse una investigación fundamentadaen un principio general, por evidente que éste nos pa-rezca. Los flancos vulnerables del contractualismo rous-seauniano derivan precisamente de la circunstancia dehaber partido de un principio científicamente indemos-trable : el contrato social de los individuos aislados . Perohay más. Una ciencia factológica no podría fundarse niaún sobre la base de principios generales sujetos a laobservación y a la comprobación . No hay principio al-guno que permita estructurar una ciencia factológica .Desde este punto de vista el principio de utilidad, psi-cológicamente correcto, no podría constituir cimientoadecuado para la fundación de las ciencias sociales :

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Todos los principios y sistemas que llevamos po-sados por el crisol del análisis, son, aparte desu falsedad, censurables como todo principio ysistema sobre el que se pretenda hacer estribaruna ciencia . Los que tal intentan se imaginanque las ciencias son algunos edificios con suscimientos, columnatas, etc ., pero no hay nadade esto. Las ciencias no son sino descripcionesde lo que es o paso, según lo tenemos repetido,y es por tanto la más vano idea intentar queellas descansen sobre ninguna cosa, llámeseprincipios, sistema o como quiera .

Por esta razón ni aún aquel principio, que no espor otra parte sino la emisión de un juicio exac-to, y que ha sido proclamado con exclusión detodo otro por algunos hombres sabios como Ben-tham y Dumont, ni aún ese, digo, puede ser loque se quiero que sea: base de las ciencias mo-rales y políticas . Hablo del principio de utilidad,o sea el juicio de que las acciones y las institu-ciones no son buenas y apetecibles sino cuandoresulta de ellos un residuo de bien, después decomparados bienes y males . (17)

La precisión en el método y el repudio a los supues-tos derivan como exigencias naturales de la gnoseolo-gía sensualista (presencia de Destutt de Tracy) que in-forman las concepciones filosóficos de Arosemena. Ensu sentir todo principio es una abstracción de hechosconcretos cuyo conocimiento es sólo posible gracias ala participación directa o indirecta de la sensibilidad .Pero como ésta es con frecuencia equívoca, se imponeun enfrentamiento constante con la realidad, enfrenta-miento que ha de estar orientado por el método cientí-fico de la síntesis incesantemente controlada por el aná-lisis.

(17). Ibid . P. 52-53 .

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El esquema metódico de Arosemena le conduce ine-vitablemente a postular el carácter "experimental" dela ciencia social y de la ciencia moral . En 1840 nos ha-blaba de las ciencias morales y políticas como ciencias"factológicas" . En 1860, al publicar su Código de moralfundado en la naturaleza del hombre nos habla de lamoral como ciencia experimental . La diferente termino-logía revela, sin embargo, el mismo espíritu . "La moraldogmática -afirma- fundada exclusivamente en la au-toridad religiosa, pertenece al arte; pero como no se fun-da en la ciencia no es universal, ni sirve sino a los sec-tarios de cada religión. La moral experimental, fundadaen la naturaleza del hombre, ya se considere como cien-cia, ya como arte, es universal y sirve a todos los pue-blos y a todos los hombres . . . La moral experimentalsupone, pues, un perfecto conocimiento de la naturalezamental del hombre, y de sus relaciones con los objetosexternos . . . La moral dogmática o religiosa ha suplido,aunque defectuosamente, a la moral científica . Los pro-gresos de ésta harán a la otra menos y menos necesa-ria." (18) Estos párrafos coinciden con muchos de Haciauna moral sin Dogmas de José Ingenieros . Compárensecon los siguientes: "Los dogmas revelados ponen a la ex-periencia moral el dique de la Revelación . . . Creo quela ética del porvenir será, en cambio, una ciencia fun-cional y adoptará el método genético ; sólo así llegaráa independizar la conciencia moral de la humanidad detodo dogmatismo teológico o racional . . . Aplicad estas

(18). Citado por: MENDEZ PEREIRA, Octavio : Justo Arosemena . Im- prenta Nacional, Panamá, 1919 . P. 279 .

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ideas a la ciencia que estudie la experiencia moral y com-prenderéis exactamente lo que significará la moral sindogmas del porvenir". (19)

Lo que llevamos expuesto nos permite precisar loslineamientos generales de la ética y de la filosofía deArosemena; mecanicismo en el método, agnosticismo ra-dical, cientificismo y moral experimental . Tales son lascoordenadas fundamentales de su pensamiento, las queprecisamente permiten comprenderlo dentro de la de-nominación general de positivista .

El positivismo, dentro del cuadro histórico de la épo-ca, expresa una modalidad de pensamiento que se ma-nifiesta no sólo en el Istmo sino también en el contextoglobal de los pueblos hispanoamericanos . No se trata deuna tendencia del pensamiento cuya aparición se ex-plique en función de las influencias del positivismo eu-ropeo. Tales influencias no se observan dentro del pe-ríodo que nos ocupa (décadas del cuarenta y cincuenta)y difícilmente serían posibles dado que esos eran pre-cisamente los años de gestación del positivismo en Eu-ropa, Ambos movimientos son, pues, hasta cierto punto,paralelos . (20)

Definiciones positivistas las encontramos no sólo enPanamá, sino también en la Argentina (Sarmiento y Al-berdi), como ya lo había señalado Alejandro Korn ; enChile, a través de la obra histórica de Lastarria, en Mé-xico (algunos aspectos del realismo social de José Ma-

(19). INGENIEROS, José : Hacia una Moral sin Dogmas. Editorial Lo-sada, S.A ., Buenos Aires, 1947. P. 22; 27 .(20) . V. SOLER, Ricaurte : "Justo Arosemena y el Positivismo Au-tóctono Hispanoamericano' . En Estudios sobre Historia de las

Ideas en América . Imprenta Nacional, Panamá, 1961 .

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ría Luis Mora y de Mariano Otero) ; en Colombia (en elEnsayo sobre las Revoluciones Políticas de José MaríaSamper); en Cuba (modalidades del pensamiento filosó-fico de José de la Luz y Caballero, y del pensamiento so-ciológico de José Antonio Saco) . Es notable que cuando lalongevidad de algunos de estos autores les permitió pos-teriormente (décadas del 70 y 80) conocer, entonces sí,las direcciones del positivismo europeo, adhirieran contoda espontaneidad a sus planteamientos y premisas fun-damentales. Ese es el caso de Sarmiento (racio-biologis-mo de Conflictos y Armonías de las Razas en América,1883), de Lastarria (comtismo de las Lecciones de Polí-tica Positiva, 1874) y de Arosemena (positivismo, no só-lo jurídico, de las Constituciones Políticas de la AméricaMeridional, 1870. Con el título de Estudios Constitucio-nales sobre los Gobiernos de la América Latina, las pos-teriores ediciones de 1878 y 1888) . Que no hubo solu-ción de continuidad entre las primeras obras y las úl-timas, de franca inspiración positivista, fué expresamen-te admitido por Sarmiento -"Spencer y yo andamos porel mismo camino"- y más explícitamente aún por Las-tarria en sus famosos Recuerdos Literarios .

La circunstancia de que la terminología filosóficae histórico-cultural ha sido creada con miras a la com-prensión del desarrollo de una cultura que no es preci-samente la hispanoamericana crea espinosos e inevita-bles problemas. Comprender bajo la denominación de"positivismo autóctono"-siguiendo a Korn-, el pen-samiento hispanoamericano de mediados del XIX pre-senta la ventaja de aludir a las coincidencias y parale-lismos anteriormente bosquejados, pero conlleva a la vezel inconveniente de marginar aspectos tan importantescomo los elementos de materialismo histórico que, des-

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conociendo a Marx, encontramos, sin embargo, en Al-berdi y aún más específicamente en Mariano Otero . (21)Es evidente, empero, que en todos estos pensadores, Aro-semena incluido, encontramos un profundo realismo so-cial --quizás sea ésta la calificación más adecuada-que tiene como objetivo fundamental el conocimientocertero y eficaz de la realidad hispanoamericana . El es-quema de ideas básicas utilizadas, anti-teológicas y anti-metafísicas, revelan una trama de conceptos de carácteresencialmente materialista -hasta donde el agnosticis-mo positivista implique un "materialismo vergonzan-te"-. Es precisamente en este aspecto, como ya lo ha-bíamos adelantado, donde la discusión metodológica ygnoseológica de Arosemena alcanza la mayor significa-ción histórica .

Si se intentara un balance en torno a la contribu-ción de estos pensadores a la cultura hispanoamericanase llegaría a la conclusión de que el saldo es extraor-dinariamente favorable . Arosemena en Panamá, comolos otros miembros de su generación en Hispanoaméri-ca, forjaron los instrumentos conceptuales adecuados pa-ra liquidar, históricamente, las pertinaces supervivenciasde las ideologías coloniales y feudales . La lucha ideoló-gica contra la teología y contra la metafísica no siem-pre plasmó en la estructuración de una metodología yde una gnoseología correcta . Pero el esquema de con-ceptos utilizados hizo posible la configuración de unacosmovisión inmanentista eficaz por cuanto reflejaba, ala vez que se proyectaba, sobre una realidad histórico-so-cial que encarnaba las potencias del progreso y de lo

(27) . V, SOLER, Ricaurte : "El Pensamiento Sociológico de MarianoOtero" . En Cuadernos Americanos, N9 1, México, Enero-Fe-brero, 1960 . 0 en la obra citado Estudios. . . .

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nuevo. En este sentido la verdad de la filosofía positivis-ta de Arosemena se corresponde con la verdad de la fi-losofía política del liberalismo . Se trata de una verdadque por encarnar lo nuevo llevaba dentro de sí la con .tradicción de contener lo viejo . Pero el momento de queesa contradicción expresara el error histórico de su ver-dad no había llegado todavía .

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