FORJA N° 12 - Agosto 1970

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Digitalización del N° 12 de Agosto del año 1970 de la Revista FORJA

Transcript of FORJA N° 12 - Agosto 1970

  • ESCRITOS DE INTENCIN POLTICA

    FORJA UNA

    PATRIA

    UN ESTADO

    UN

    DESTINO

    N 12 AGOSTO 1970

    PRECIO E 1.50

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    EDITORIAL FORJA ha cambiado de folio.

    El M.R.N.S. ha cambiado de mando nacional y cumple 18 aos de

    existencia. Tres hechos que la prensa convencional llamara "noticias".

    Es necesario con todo, un recuento de los mismos. Entre las publicaciones del Nacional Sindicalismo podemos citar:

    BANDERA NEGRA (35 nmeros), GUERRA OBRERA, BRECHA y PUEBLO: ha sido el aporte de Santiago.

    Concepcin estuvo presente con "DOCTRINA y ESTILO".

    La Provincia de Valparaso se ha hecho presente con TIZONA.

    ASPAS UNIVERSITARIO (3 nmeros) y ASPAS (12 nmeros).

    FORJA, culminacin de todas estas publicaciones en espritu y en

    doctrina, tras doce nmeros se apronta a una segunda etapa.

    El M.R.N.S. ha cambiado de mando nacional RAMON CALLIS ARRIGORRIAGA, camarada fundador del Movimiento ha sido

    reemplazado por EUGENIO CACERES CONTRERAS, arquitecto, profesor de la Universidad de Chile. Por primera vez en la historia del

    nacionalismo chileno, el problema de la sucesin del mando no ha sido un problema, sino una leccin de obediencia del Jefe saliente.

    El M.R.N.S. ha cumplido 18 aos: difcil record para un movimiento

    nacionalista.

    Es que lo principal ha sido la doctrina: ah estn todas las publicaciones nombradas. Es necesario proseguir esa lnea

    ahondarla, extenderla. Mientras el nacionalismo chileno no se pliegue a esa tarea, nunca tendr posibilidad de ser una alternativa de

    substitucin de este estado, sino que estar pagando el tributo a la democracia, apoyando a la candidatura que sea menos mala dentro del sistema. Seguir viviendo del pasado futurible "que pudo haber sido y no fue". Se trata de construir el futuro y el futuro pasa por el

    camino de la doctrina.

    El camino de las montoneras y los personalismos nada han dejado tras de s, sino frustracin.

    Las ideas nacional sindicalistas se expresanen FORJA, que la hemos definido como "tribuna abierta". Pero hemos dicho tambin que slo

    los pueblos que forjan un movimiento como herramienta son capaces de hacer la revolucin.

    Este recuento nos lleva nuevamente a FORJA. Se habla en este

    nmero del Imperio. Oscar lvarez Andrews recuerda a Bartolom Blanche Un nuevo hombre: VICTOR MANUEL AVILES MEJIAS, se

    incorpora a nuestra comunidad de redaccin.

    EL DIRECTOR.

    FORJA

    ESCRITOS DE INTENCIN POLTICA

    AO 2 N 12

    AGOSTO 1970

    PRECIO DEL EJEMPLAR EN TODO EL PAIS

    E 1.50

    ___________________

    PROPIETARIO: Misael Galleguillos

    Vsquez

    DIRECTOR Y REPRESENTANTE LEGAL:

    Renato Carmona Flores

    ___________________

    FORJA: Acepta canje de

    publicaciones y colaboraciones en

    material periodstico e

    informativo.

    Sus artculos pueden reproducirse

    libremente con la sola mencin de su origen.

    DIRECCIONES:

    Casilla 672 - Antofagasta Clasificador 609 - Santiago Casilla 831 - Via del Mar Casilla 1886 - Concepcin

    En este nmero: - Legalizar el Aborto es hacer abortar la ley - El General Bartolom Blanche - Declaracin del MRNS - Hacia el Imperio - La Eleccin pasar - Espaa 1936 - Chile 1970?

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    La Revista FORJA fue fundada por el M.R.N.S. el 5 de agosto de 1969 en

    Valparaso, y se editaron 32 nmeros hasta el ao 1978. Fue un medio de

    expresin escrito que contribuy fuertemente al desarrollo del pensamiento

    Nacional Sindicalista chileno de esa poca, as como tambin a que el

    pueblo chileno en general, y los nacionalistas en particular, tomasen clara

    conciencia del peligro que significaba un gobierno marxista en Chile. Fue la

    continuacin de otros medios escritos del M.R.N.S. tales como los diarios

    Bandera Negra, Guerra Obrera y Aspas.

    Ahora presentamos a nuestros lectores a travs de Internet, la digitalizacin

    de FORJA, la revista doctrinaria de proposiciones e ideas con la cual el

    nacional sindicalismo revolucionario inici la sntesis del pensamiento

    fundacional y la proyeccin analtica del Estado de Comunidad Nacional. El

    sentido misional y siempre actual del pensamiento nacionalsindicalista

    revolucionario, cobra vida y es testimonio por si slo de nuestra vigencia

    como nica posibilidad de desarrollo de un Chile grande en unin y justicia

    por sobre los sistemas cerrados y economicistas a ultranza del marxismo y

    el neoliberalismo.

    El M.R.N.S agradece a todos los camaradas que han colaborado en esta

    enorme tarea de recuperacin de material histrico, en especial al camarada

    de Valparaso Rodrigo Maturana, por su excelente trabajo de digitalizacin

    de numerosas ediciones de FORJA.

    Enero de 2009

    M.R.N.S.

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    Legalizar el aborto es hacer abortar la ley. He ledo con sumo inters lo que ltimamente se ha escrito al respecto. Desgraciadamente, los rganos publicitarios han dado cabida con preferencia a la opinin que, concuerda con la legalizacin del aborto, dejando de lado el parecer contrario. El ttulo de estas lneas no es un simple juego de palabras como podra creer se a primera vista porque "Aborto" etimolgicamente significa: AB: privar y ORTUS: nacimiento y de esta suerte al legalizar el aborto se autorizara la destruccin del motivo fundamental del derecho, aparte de que con ello estaramos limitando el desarrollo de la especie. Quizs podramos concluir que el legislador se encontrara defendiendo la ms depurada tcnica de genocidio, con lo que: la ley penal no estara cumpliendo en forma alguna con su cometido bsico, cual es el impedir que se cometan delitos. Carnelutti, el gran jurista, ya nos dijo: "En el mundo actual el problema de la legalidad se reduce a la sustitucin del derecho por el contrato"... y a mi entender esto y no otra cosa es lo que se conseguira al justificar un acto tan altamente ilcito. No sera una nueva frmula comercial para que los mercaderes saquen provecho econmico de la tragedia humana? Los sostenedores ele su legalizacin argumentan que con esta medida se evitaran las funestas consecuencias del aborto clandestino, sin detenerse a pensar que al estatuirse la autorizacin legal de este acto, lejos de disminuir los aborto aumentaran por razones de impunidad de todo otro orden de cosas. Siguiendo tan absurdo raciocinio, con ligereza, podra algn da llegarse a enmarcar dentro de la ley hasta el homicidio. Adems, como otra razn la de que los pases desarrollados, especialmente algunos europeos, han legitimado el aborto, por ejemplo, ltimamente Inglaterra. Al respecto, me pregunto, si debemos seguir aplicando soluciones inglesas a problemas chilenos..., o es que tenemos que seguir ejerciendo la poltica del reflejo indiscriminado, esto es, la copia de soluciones extranjeras, por el solo hecho de ser extranjeras, siendo as los conejillos de indias de Europa y EE. UU. ? Chile no debe ser ni un garito, ni un laboratorio de nadie. El problema de fondo de la aplicacin del ms brbaro de los mtodos de control de la natalidad, el aborto, es de ndole econmica, por lo que debe drsele vira solucin tambin econmica y no buscar un desenlace tan profundamente antinatural. Para terminar, creo indispensable dejar establecido que los chilenos somos contrarios a la legalizacin del aborto, porque tengo la conviccin de que los desastres que con ello se pretende evitar, no se combates con leyes, sino abordando el problema de fondo en sus races, con mtodos de proteccin social, de educacin y de humanidad. Con razn la vieja sabidura siguiendo a Couture, deca que "en derecho toda definicin es peligrosa", pero tambin hay en la vida muchas otras cosas que son peligrosas y que es menester usar o afrontar. Quien forj el aforismo no pudo dejar de pensar, sin duda, que por peligrosa que sea una definicin, mucho ms peligroso es no tener ninguna.

    VCTOR MANUEL AVILES MEJAS, ABOGADO.

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    Espaa 1936 - Chile 1970? Cuando se tiene el raro privilegio de poder expresar por escrito algunas reflexiones y comparaciones que han de ser ledas por un nmero ms o menos amplio, de personas, conturba el espritu el temor de expresarse mal, de equivocarse en la lgica de las reflexiones o en la legitimidad de las comparaciones. Y cuando stas y aqullas llevan a conclusiones graves, el temor anterior se ve complicado con uno de signo contrario: el temor a haber acertado... Viene esto a cuento de algunas semejanzas importantes que una inveterada aficin a estudiar el apasionante perodo de la repblica y la guerra espaola ha llevado a encontrar entre la situacin poltica actual de nuestra patria y la imperante en la Espaa de las elecciones de Febrero de 1936, situacin que llev eventualmente a la Madre Patria a su guerra civil. Dicen que la historia no se repite, y esto es efectivo en cuanto a que no se repite exactamente; pero, dentro del campo finito y contingente de los fenmenos sociales, causas semejantes en medios semejantes pueden llevar a resultados semejantes. De all entonces la inquietud que provoca el encontrar dichas semejanzas entre Espaa, Febrero 1936 y Chile Septiembre 1970. Por otra parte, no creyendo en el determinismo histrico, sino, al contrario, que la historia es hecha y modificada por los hombres, quizs no sean del todo intiles estas comparaciones si ellas llevan a tomar conocimiento del peligro y a modificar las condiciones modificables... o a tomar las medidas oportunas. Entremos en materia, recordando que las elecciones de Febrero del 36 se realizaran despus de un perodo en que elementos centristas (Gil-Robles, Lerroux), que haban sido recibidos con alivio y esperanza por ms de la mitad de la poblacin, haban desarrollado un gobierno que haba incumplido muchas de sus promesas, terminando de provocar una desilusin cada vez mayor sobre la eficacia del sistema liberal-parlamentario-partidista. Estos elementos fueron a las elecciones abarcando toda la gama poltica que quedaba a su derecha. Frente a ellos se ergua una izquierda marxista fuerte y retadora, que saba lo que quera y que no se recataba en anunciarlo, formada principalmente por socialistas, anarquistas (variante del marxismo muy adaptado al temperamento ibrico), y comunistas. Estos ltimos, una minora audaz, inteligente y disciplinadamente adicta a las normas provenientes de Mosc. ms hbiles, pero menos sinceros que sus compaeros de ruta, haban logrado imponer la "tesis del Frente Popular propugnada por Dimitrow en orden a obtener la cooperacin Y la cobertura de elementos democrticos "de avanzada" como los radicales de Azafia y compaa. Estos no contaban con grandes masas ni habran podido aspirar ms que a un mediano pasar con sus propias fuerzas. Pero eran quienes daban respetabilidad al conjunto y permitan a la perfeccin la tctica del "Caballo de Troya". Las condiciones econmicas del pueblo eran deplorables a pesar de los esfuerzos del gobierno por aumentar las fuentes de trabajo y de sus intentos por ordenar las finanzas pblicas. Un generalizado sentimiento de inseguridad se sumaba a la epidemia de huelgas de complejos orgenes poltico-econmicos, -aunque stas habran de llegar a su paroxismo despus de las elecciones. La violencia poltica, con frecuentes encuentros callejeros entre falangistas y socialistas o comunistas, se sumaba a la extrema virulencia en el lenguaje escrito y hablado. La Iglesia, probablemente contra su voluntad, se vea implicada en los vaivenes polticos, ya por su apoyo tcito al partido de Gil-Robles, ya por la accin de las leyes anti-catlicas dictadas durante el primer bienio republicano, entre ellas la de divorcio.

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    Razones de diferente orden haban destruido todo concepto de solidaridad nacional, no quedando en pie ms que la solidaridad (la complicidad) de clase, de partido, de intereses y de apetitos. La campaa eleccionaria misma fue destemplada, violenta, llena de odio y de dudoso gusto. Frente a la virulencia marxista y a las alambicadas exposiciones de la centro-izquierda radical, la centro-derecha radical-cedista mont una publicidad desaforada que se las traa. Movida por ese minoritario estamento social que eran sus polticos (de uno u otro apellido), el pueblo espaol se encamin ciegamente a una definicin exenta de cordialidad, ayuna de fraternidad, desnuda de mutua aceptacin; a una definicin sin salida real, pues ninguno de los dos bandos enfocaba a la nacin en su totalidad, como una totalidad social e histrica trascendente. Mientras unos estaban dispuestos a defender ciertos valores permanentes e irrenunciables, sin perjuicio de promiscuarlos con la defensa de intereses faltos de sentido de justicia social, los otros estaban dispuestos a llegar en la revancha tanto ms all de la equidad cuanto mayor hubiera sido la opresin sufrida, an a costa de destruir los valores ms caros al alma espaola. Portela Valladares, el jefe del gobierno que presidi las elecciones, trat a ltima hora de formar una fuerza poltica de centro que evitara la polarizacin extrema. Tanto las condiciones objetivas del pas y de la situacin poltica, como la forma tpicamente liberal decimonnica con que realiz su intento, hicieron que, naturalmente, sus esfuerzos "centristas" (otra vez la mana de tomar la parte por el todo), fracasaran rotundamente y quedaran aplastados entre, los extremos. Falange acudi a las elecciones sin ilusin de ninguna especie ni ataduras con nadie, y slo para disponer de una tribuna donde tratar de hacer or su palabra que hablaba del Pan, la Patria y la Justicia. Consciente de que la suerte de Espaa era ms importante que el triunfo de uno u otro bando en unas elecciones, declar sin ambages que, si los resultados de stas eran gravemente atentatorios contra la propia existencia de la patria, relegara esos resultados al ltimo rincn de las cosas inservibles. Producido el triunfo del Frente Popular (triunfo discutido y discutible por mltiples razones, pero triunfo al fin), las condiciones pre-electorales se agravaron en todo sentido hasta el caos, del que surgi el alzamiento nacional y, como consecuencia de su contramedida la revolucin marxista, la guerra civil. Los verdaderos protagonistas del choque no fueron ya los cansados fantasmones de la poltica demoliberal como Gil-Robles, Azaa y demases, sino, por un lado, aquellas fuerzas que estaban ms all de los partidos Polticos, ms all de izquierdas y derechas como el Ejrcito, la Falange y el Requet, y, por el otro, el marxismo combatiente. A la hora de la verdad, decidieron su suerte a una carta los hombres de verdad de uno y otro bando. Al hacer este ligero repaso, intencionadamente la exposicin ha sido a grandes rasgos, en lneas muy generales, pues lo que interesa no es la ancdota sino el clima. Y, desgraciadamente, algo mucho de ese clima existe y se percibe hoy y aqu. Es posible que al desmenuzar cada afirmacin en particular, puedan hallarse diferencias importantes, con lo que actualmente sucede en nuestra patria y sacar en conclusin la consecuencia de que las semejanzas son antojadizas o equivocadas. Antojadizas no lo son; equivocadas ojal lo sean, pues nadie desea para Chile una convulsin sangrienta. Pero no olvidemos que tambin en la Espaa del 36 haba gente que deca que "aqu nunca sucede nada"; hasta que se encontraron con la necesidad impostergable de jugarse la vida.

    JULIO H. FERNNDEZ TERMINI

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    Hacia el Imperio 1) BAJO LA FE DEL JURAMENTO Muchas precisiones han sido hechas. Muchas quedan tal vez por hacer, si el angustioso tiempo, no se nos acaba y ante Dios hemos de responder no ya con un silogismo si no con un acto de total entrega y decisin. Hemos entrado a un Movimiento, y ms que esa expresin contingente: hemos abrazado una idea y comprometido con ella mediante un acto simblico a la vez que real: un Juramento. El hombre que jura trata de conformar su esencia diariamente al juramento. Cada instante de su ser queda entregado al torpe hacer de sus manos y al balbuceo de unas cuantas palabras que instante a instante deben iluminar su significado. ticamente tiene el mismo significado el sacrificio de aquel que tiene la fe del carbonero - ay de aqullos jefes que mandan mal!- que aqul intelectual que da a da pesa y sopesa razones y argumentos y que al momento de la conclusin no abjura de sus premisas. No se trata de repetir -aqu por consuelo el argumento de que el premio ser otorgado a cada cual, conforme a sus capacidades. El premio es estar lleno no a la manera del vaso, sino a la manera de la fuente En ello se juega la diferencia entre estar pleno y estar ahto 18 aos de Nacional Sindicalismo en el cuerpo y en el alma, nos llevan a escribir as. Con todas nuestras miserias e imperfecciones, hemos de sostener ante Dios tal juramento, Pero tambin ante la Patria y los jvenes camaradas y los pocos "camisas viejas" que el tiempo -en su lado generoso - nos ha deparado. Muy pocos van jurando ya. Los jueces, al hacerse cargo de sus puestos, juran administrar rectamente justicia. Los parlamentarios, al hacerse cargo de su mandato, Los sacerdotes, de su ministerio. Los soldados en la jura a la bandera. Todos ellos "ministerialmente", esto es, de acuerdo a su menester, deben jurar. Sin embargo, podemos anotar que se da un poderoso movimiento de opinin para sustituir el juramento por la "promesa". Cuando la justicia es acusada de prevaricadora verdadero y ltimo sentido de una justicia "clasista"-, cuando los sacerdotes desposados con la Iglesia, quieren desconocer la indisolubilidad de tal compromiso, cuando los militares suspiran por la Patria, pensando en el escalafn, cuando los parlamentarios... En tal momento, hombres que no pertenecen a la misma generacin, ni a la misma clase, ni a la misma profesin, sino que estn unidos por la circunstancia de haber nacido en este terruo, juran por Dios y por la Patria. 2) FE - IMPERIO Y CULTURA Cul es tal fe primera y primaria? Difcil es decirlo. Hara falta tal vez un Libro de Horas como los que burilaron los frailes del medioevo, Hara falta el "otium" del duque de Berry. Hara falta la pluma de un Rilke.

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    Intento, con todo, decirlo prosaicamente: a los pueblos no los mueve en definitiva, ni la economa, ni las clases, ni un Estado: Los mueve una fe en s mismos. "Me preguntas, mi buen amigo, si s la manera de desencadenar un delirio, un vrtigo, una locura cualquiera sobre estas pobres muchedumbres ordenadas y tranquilas que nacen, comen, duermen, se reproducen y mueren... qu locura colectiva podramos imbuir en estas pobres muchedumbres? Qu delirio?" (Unamuno. Vida de Don Quijote y Sancho). En los comienzos de este rgimen propusimos un delirio: Chile necesita un imperio para salvarse de los imperialismos. Fuimos ms all y afirmamos: el fundamento unificante de toda accin poltica es la bsqueda apasionada, de una Nueva Cultura. Esto es bsicamente el Movimiento, en su acepcin ampla. Aquello en lo que reside el fundamento ltimo de su accin y reposo. En su acepcin restringida, alude a una forma concreta de organizacin que la moderna ciencia Poltica ha venido a reconocer con caractersticas diferenciales y propias frente a aquella de los partidos polticos. 3) IMPERIO - SOBERANIA - CRISIS Tanto lirismo tiene con todo una profunda realidad. Imperio con mayscula, significa concretamente un sistema de organizacin poltica que se ha dado -en muchas partes del mundo (se llegan a contar hasta 22 Imperios), y del tiempo. Pero, que, por antonomasia, es un trmino aplicado a la forma poltica surgida en la Edad Media. Imperio con minscula significa la autoridad del Poder Judicial de hacer cumplir sus sentencias. A los dos imperios nos referiremos. Imperio con mayscula y de acuerdo al modelo de la Edad Media, modelo en -el cual no debemos ver un simple pasado, sino la expresin de una constante, implica las siguientes ideas: -PLENITUDO POTESTATIS: ESTO ES, LA PLENITUD DE LAS POTESTADES, o en otra formulacin: -NO RECONOCER SUPERIOR DENTRO DEL AMBITO TERRITORIAL DEL IMPERIO. En otra ocasin veremos que el resorte de la Edad Media est constituido en lo poltico, bsicamente por la construccin de esta potestad suprema: la lucha contra el feudalismo, la lucha contra el poder religioso, la bsqueda de alguna forma. armoniosa de ordenacin de deberes dentro de una concepcin del mundo necesariamente jerarquizada. En la medida que surgen los particularismos y el conciliarismo, surge paralelamente, la crisis del mundo occidental, tanto en lo espiritual como en lo mundano. En una rpida visin podemos afirmar que, la aparicin de los reinos nacionales que no reconocen instancia superior es la primera fase de disolucin del Imperio, sin embargo, en tal lucha los reves nacionales reivindican para su reino las facultades propias del Emperador. Inclusive el proceso de centralizacin de poderes, sigue su marcha en lucha contra los "poderes indirectos": centralizacin de las finanzas, del ejrcito, de la justicia, etc. Si nos fijamos, la idea de "SOBERANIA", de la cual ha dicho George Burdeau, que es una de las ms obscuras de la ciencia poltica, no es nada ms que la sustitucin de la idea de imperio por una idea, en que no queda aclarado bajo ningn punto de vista si el "poder" es o no la plenitud de

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    la potestad. Inclusive, el trmino mismo -que ya causa graves problemas etimolgicos-, se limita en la concepcin de Bodino (padre de la expresin) a ser "puissance absoluet perpetuelle", introduciendo el problema de los lmites de la soberana, que es toda una pgina del constitucionalismo moderno. En este proceso de la "limitacin", cabe anotar que ms que el esfuerzo de buscar una norma objetiva, se trata por una parte de dividir el poder, y, por otra, de atribuir poderes a distintos sectores de la nacin . Pero, al mismo tiempo de despersonalizar estos sectores en su expresin mnima que es el "individuo", -atomizar para reinar- y apoderarse del "poder", grupos sin significacin poltica, pero que de hecho ejercen el poder poltico -grupos de presin, ideolgicos, partidos, iglesias, etc. En el actual estado de la ciencia poltica, se repiten las horas amargas de la disolucin del imperio. El poder no es nada ms que un orden de competencias. La soberana radica en una abstraccin. El poder ha sido "expropiado". Finalmente, y en aras de un internacionalismo sin sentido claro, an la soberana es mirada como un estorbo -recordemos tan slo la visin de un Harold Laski. Sin visualizar la nocin de imperio es imposible entender el momento actual. Sin embargo puede afirmarse que cuando exigimos un imperio, no hablamos de una aspiracin atemporal, ni de glorias pasadas, sino de un concepto profundamente polmico, y ligado al tiempo y al espacio, tal como la cultura significa solidaridad con otros hombres en un determinado espacio y en la superior conciencia de un tiempo. Sin imperio no hay cultura y no hay ni puede haber gran poltica. Sin imperio hay apenas emporio. Si hay emporio nunca dejaremos de ser colonia. La mentalidad demoliberal- liga el imperio al cetro y la corona. Falsedad grfica que desfigura el concepto! Nada tiene que ver la forma de gobierno con el imperio, porque es legtimo tambin hablar como lo hizo Bernanos de las "democracias imperiales". Agregara a sto que slo en la medida que exista imperio, puede haber democracia autntica. Y si la Biblia afirma que el hombre es un pequeo Dios, slo en las democracias imperiales el hombre puede ser un pequeo rey. El imperio con minscula, ha quedado ligado al Poder Judicial. Recordemos, por otra parte, que slo metafricamente se habla del "imperio de la ley"; habiendo hecho un breve esbozo, de lo que significa Imperio, podemos observar que el "poder" en su fase de disolucin ha sido dividido en "poderes", poderes que, como hemos afirmado en otra ocasin son realmente "funciones". Ahora bien, el imperio que tena como caracterstica inherente ser "la plenitud de las potestades", al dividirse en s mismo por lgica consecuencia, perdi tal caracterstica. Y si se observa bien, las sentencias al obligar en su mandato slo a las partes del juicio, "privatizan" el imperio, que es en su forma extrema la facultad de pedir l auxilio de la fuerza pblica por el cumplimiento de tal sentencia. Inclusive esta caracterstica de ejercicio legtimo de la fuerza contra, el incumplidor, hoy da, entra en crisis al tenderse en cierta categora de juicios a entregar a la autoridad administrativa discrecionalidad en materia de concesin de fuerza pblica. Perdida la conciencia de la legitimidad, el "imperium" se le niega al Ejecutivo y pasa a ser opresin. Predicada metafricamente, el imperium pasa a ser nada ms que una bella imagen cuando se aplica a la ley. Predicado el imperium del Poder Judicial, el concepto registra la crisis ya anotada. Esta es la ltima peripecia del concepto en que quebrado el imperium, la justicia -al igual que el poder- pasa a ser objeto de la lucha de clases. La ley en vez de norma general, pasa a ser estatuto particular de un sector y a veces de un individuo. El Ejecutivo slo organizacin de un orden de competencias, sin superior instancia.

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    Un pas sin imperio, sto -es, sin instancia superior, es nada ms que la organizacin cientfica del caos y la dependencia. 4) LENGUAJE E IMPERIO En una Carta a la Revista del Domingo se hizo la siguiente afirmacin: ... un criterio realista nos exige reconocer que el castellano y el portugus son idiomas en proceso de extincin y que en los prximos siglos hablaremos ingls... En efecto, las obras cientficas y tcnicas originales ms importantes se escriben en ingls, ruso... En espaol y portugus, en cambio, apenas se escribe algo que valga la pena en los campos cientficos y tcnico... Los latinoamericanos crean literatura, es, cierto, pero no es eso lo que hace perdurar aun idioma. Los griegos crearon las ciencias y un imperio. Los romanos: sistematizaron el derecho y formaron un imperio. Heredamos el castellano de, Espaa que fue imperio. La supervivencia del idioma ms apto no se produce por la calidad de su produccin literaria, sino por el hecho de ser el idioma DE UNA GRAN POTENCIA, ESTO ES, DE UNA, NACION ORGANIZADA, DISCIPLINADA, DOTADA DE ESPIRITU DE TRABAJO Y TALENTO CREADOR. Es decir, precisamente de las cualidades que ms faltan en Amrica..." Desde Nebrija (1492) hasta don Tefilo Aranda (1970). autor de la carta citada, no se haba planteado con tanta crudeza esta realidad, fcilmente palpable, porque- la experiencia del habla es una de las ms inmediatas que, poseemos. Deca Nebrija: "Despus que Vuestra Alteza meta debajo de su yugo muchos pueblos brbaros y naciones de peregrinas lenguas, y con el vencimiento, aqullos tengan necesidad de recibir las leyes que el vencedor pone al vencido, y con ellas nuestra lengua, entonces por esta arte gramatical podrn venir en el conocimiento de ella, corno agora nosotros desprendemos el arte de la lengua latina para desprender el latn". 5) IMPERIO Y FACTORIA No vamos a historiar el desmembramiento de la patria en lo meramente geogrfico. Basta leer las obras de Espinoza Moraga para registrarla. Queremos recordar tan solo que parte de ese proceso fue graficado por Lukas, y que camaradas de este Movimiento, fueron encarcelados por pegar esos carteles en las calles... No vamos a historiar el desmembramiento de la patria en lo meramente econmico. Ah estn las obras de un Jobet, de un Ramrez Necochea, de un, Claudio Vliz, entre otros. Caducado el imperio, se le trat de cambiar por el Emporio, por la factora. La siguiente cita muestra el resultado del intento: "La situacin de Chile es particularmente crtica; el intercambio comercial de nuestro pas con la ALALC se ha incrementado, de un promedio de 113 millones (le Mares en el perodo de 57/61 a 270 millones de dlares en 1967, y hay que destacar que ms del 90 por ciento de dicho volumen se ha realizado al amparo del programa de liberacin del Tratado de Montevideo. La impresionante expansin de nuestras importaciones que representan el 25% de las importaciones zonales en 1967 han motivado que no exista otro pas en la zona que muestre un dficit ms acentuarlo y persistente que el registrado por Chile. Queremos dejar establecido que nuestro pas espera que la solucin a esta situacin intolerable a nuestra economa, sea a travs de la cooperacin de los pases asociados, pues slo dicha colaboracin podr a nuestro juicio, asegurar la existencia y el normal desarrollo de un proceso tan necesario y urgente como es ste en que nos encontramos empeados".

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    (Delegado de Chile en la Sptima Conferencia Extraordinaria y la marcha del comercio intrazonal, Banco Nacional de Comercio Exterior. Mxico Febrero de, 1969). Y cuando tal cosa ocurre, ni siquiera existe el derecho al pasado glorioso. Quiero recordar que aras del "emporio", tuvo que suspenderse la publicacin de la "Guerra del Pacfico", de Vicua Mackenna, que apareca primorosamente editada en fascculos dedicados a la juventud chilena... Primero se nos despoja de los bienes terrenales y en seguida los bienes espirituales: la lengua, la historia. 6) ESTILO - PRESENCIA - ACTITUD No ha dicho acaso Holderlin que el hombre es un dios cuando suea y un mendigo cuando piensa? "He construido mis planes de batalla con los sueos de mis soldados dormidos", escribe Napolen. No ha escrito Alfredo Fouille sobre las "Ideas Fuerza", Len Daudet sobre "Los Universales'', y Ramn Calls sobre las "Ideas-Tiempo"? Si el juramento todava, sigue recordando al sentido del Movimiento, con mayscula; si hay juventud que se sigue estremeciendo con el sueo de la Patria Grande y Poderosa; si la afirmacin del Imperio y la Cultura no es una retrica, sino un profundo principio: si la militancia -hoy como ayer se traduce en Estilo, Presencia y Actitud: Estamos y Somos. Estamos: en todos los frentes de accin que son las comunidades bsicas -comunidad armada, comunidad religiosa, comunidad universitaria- somos un modo histrico, que a la larga termina por imponerse a una moda: el activismo irreflexivo que permite la mantencin del status. Estamos en el mbito histrico iberoamericano y somos la Patria haciendo su Revolucin.

    RENATO CARMONA FLORES

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    A los miembros del M.R.N.S. CAMARADAS: En el "Manifiesto a las Comunidades de la Nacin" del Primero de Julio, definimos nuestro pensamiento frente al prximo acto eleccionario. Establecimos all como lo hemos sostenido desde siempre, que las elecciones no son solucin para la Comunidad Nacional Chilena. Hicimos la denuncia del sistema demoliberal que nos rige y definimos la tarea urgente de nuestro pueblo que es la construccin de un nuevo sistema de convivencia que signifique la instauracin del Estado de Comunidad Nacional. Hoy frente al acto electoral contingente, la Jefatura Nacional del M.R.N.S., Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista, reitera la orden de abstencin en labores de ndole eleccionaria y decreta para sus Camaradas y Militantes la libertad de accin en el momento de votar. Asimismo, seala que el deber y el juramento de los nacionalsindicalistas los transforma en conciencia vigilante de la Patria, lo que significa necesariamente una actitud presta al servicio. Somos la reserva de Chile, puestos frente a nuestra tarea permanente: la Patria y la Revolucin Chilena. Esta actitud se renueva al cumplir nuestro aniversario Dieciocho. El Mando Nacional os saluda en este recordatorio de un momento potico, ya que el quehacer que se nos ha dado es el de crear. Este aniversario nos sirve como significativa mirada hacia atrs y hacia adelante. Ambas tranquilizan e inquietan a la vez. Responsabilidad de recibir dieciocho aos de trabajo de antiguos miembros que cumplieron y siguen cumpliendo la misin de definir un pensamiento y un conjunto de ideas principales: es la definicin del querer. Responsabilidad de proyectar ese querer en un hacer hacia el futuro que es la nuestra. Fe y constancia son necesarias para cumplir con ella. Os saluda brazo en alto, EUGENIO G. CACERES CONTRERAS, Mando Nacional del M.R.N.S. NO COMPARTIMOS VICTORIAS, NI DERROTAS! En Valparaso, a Cinco das del mes de Agosto de 1970.

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    El General Bartolom Blanche: Modelo de militar y ciudadano. Tengo an vivo el recuerdo de la recia personalidad del General Blanche. Le conoc en los das de la revolucin militar de 1924-25. Pocas veces se conjugan en un hombre tantas cualidades como para hacer de l un arquetipo ejemplar. Por algo fue elegido Presidente de la Junta Militar que prcticamente gobern a Chile de Septiembre de 1924 a enero de 1925. La Junta era la encargada de velar por el cumplimiento de los fines de la revolucin, con atribuciones incluso para destituir a la Junta de Gobierno, si sta se desviaba de sus objetivos. Sin embargo, pocos en Chile supieron que el Presidente de esa Junta era el coronel Blanche: un hombre sencillo, modesto, enemigo de toda publicidad y aparato escnico. Fue efectivamente esta Junta la que sustituy la Junta de Gobierno de septiembre de 1924 por la de Enero de 1925, sin una sola protesta, ni en el ejrcito ni ninguna otra entidad, porque se tena plena confianza en la rectitud de su Presidente. En Enero de 1925 el coronel Blanche, luego de la autodisolucin de la Junta Militar, una vez logrados sus objetivos, fue nombrado Subsecretario de Guerra. Casi en los mismos das el autor de estas lneas fue nombrado tambin Subsecretario suplente del Ministerio de Higiene, Asistencia, Previsin Social y Trabajo. Fue en este en el que le correspondi alternar ms frecuentemente con el coronel Blanche en l reuniones de Subsecretarios. En febrero de 1925 se produjo la sublevacin del Regimiento Valdivia en Providencia. Hubo varias bajas. En los momentos ms tensos Blanche se dirigi solo y desarmado al cuartel de los sublevados, Sin hacerse anunciar y presentndose solo como "coronel Blanche" se ubica en el centro del patio de honor y con voz potente manda formar al Regimiento, poco a poco los oficiales que no estaban detenidos, las clases y la tropa ocupaban sus puestos. Blanche hace un elogio de la disciplina tradicional del ejrcito de Chile. Luego crtica duramente a los que haban lanzado a la tropa a esta aventura. Explica que el Gobierno controla toda la situacin y que sera un suicidio seguir adelante. Era un hombre solo contra un Regimiento sublevado. Pero ese hombre se llamaba "coronel Blanche". Su prestigio su personalidad, su valor personal, hicieron el milagro. Tras corta deliberacin, los sublevados depusieron las armas. Fue un triunfo neto de Blanche. Ascendido a General, poco despus fue designado Ministro de Guerra. Llega el mes de Julio de 1925. Parten los cadetes chilenos de la Escuela Militar a la Argentina para tomar parte en las fiestas del centenario de Mitre Va lo mejor de nuestra Escuela Militar. Se produce la desgracia de Alpatacal. Hay muertos y heridos y en el incendio subsiguiente se pierden todos los uniformes de parada. Consulta el general Barcel al Ministro de Guerra, que hace en este caso. La respuesta de Blanche es instantnea: "Que sigan con lo puesto y cumplan la misin que se les ha encomendado como puedan". En pleno invierno, ateridos de fro, acongojados por la muerte de tantos compaeros, los cadetes chilenos desfilan por la Avda. Mayo de Buenos Aires, con la gallarda de siempre, en medio de tina verdadera ovacin de las multitudes argentina. As era Blanche. Transmita a sus subordinados insensiblemente su concepto del Deber y de la Disciplina y los transformaba en hroes. Pasan algunos aos. En 1931 Blanche se acoge a retiro. Cae el 4 de Junio de 1932 el gobierno de don Juan Esteban Mortero y se instaura la Repblica Socialista-Militar del coronel Grove, primero, y del Coronel Lagos, despus, que degenera en los cien das de Carlos Dvila. Sublvase en el Norte el general Vignola, y el gobierno de Dvila cae en septiembre de 1932. Hay un momento de desorientacin y caos. Quin puede salvar al pas de la anarqua? Todas las miradas se dirigen a un solo hombre: el general Blanche. Quizs es primera vez en la historia del mundo, en que se le ofrece el poder a un ciudadano con las ms amplias facultades, y el ciudadano se excusa: "Por qu he de ser yo?. Hay otros ms preparados. Djenme tranquilo en mis campos del sur". Pero al fin tiene que aceptar. El 13 de septiembre asume como

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    Vicepresidente provisional en su carcter de Ministro del Interior de Dvila, nombrado por ste poco antes de abandonar el pas. Preside as las Fiestas Patrias. Dos semanas ms tarde, superadas algunas sublevaciones espordicas y restablecido el orden, Blanche entrega el mando del pas en una ceremonia sencilla al Presidente de la Corte Suprema, D. Abraham Oyaneder, restablecindose as la constitucionalidad. La Presidencia de la Repblica, que tanto interesa a los demagogos de izquierda y de derecha, era para el Cincinato chileno, como ha sido llamado con justicia el General Blanche, una carga pesada. El slo sabe servir a su pas; no servirse de l. Qu gran figura ha perdido Chile en estos momentos en que hay tanta crisis de hombres de la talla del General Blanche!

    SCAR LVAREZ ANDREWS.

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    Las elecciones pasarn. La campaa electoral llega a su fin. La decisin ser tomada y la poltica seguir en torno a la determinacin del Parlamento, en caso de que no haya mayora absoluta. Nuestra tarea, como revista la hemos definido como la creacin de una comunidad revolucionaria, que posibilite la ulterior organizacin del nacionalismo chileno y con ella lograr imponer nuestros planteamientos. FORJA ha cumplido un ao en el tiempo y su tarea es concomitante con otros acontecimientos dentro de los hechos de la patria: 1) El Movimiento del General Roberto Viaux Marambio. 2) Nombramiento de Jefe Nacional del Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista del arquitecto, profesor universitario y director de FORJA, Eugenio G. Cceres Contreras. 3) Publicacin del peridico Octubre, y permanencia de la Revista Tizona. 4) Accin poltica clara y definida del M.R.N.S. frente alas elecciones. 5) Vertebracin del Nacional Sindicalismo emprendida por su nuevo mando. Estos hechos acompaados de las actividades propias de cada una de estas entidades, viene posibilitando al nacionalismo, el cual ha de definir si sigue el camino electoral o se transforma en una clara alternativa frente al marxismo en la tarea de substitucin del Estado Demoliberal imperante. Por nuestra parte, hemos de anotar, aqu nuestra decisin por continuar en lo que hemos comenzado. Hasta ahora podemos sealar a un conjunto de doce chilenos que escriben en nuestra publicacin. No son Pocos, pero han de aumentar, si queremos transformarnos en una comunidad capaz de posibilitar la revolucin chilena. Dijimos y lo reiteramos que slo desde el mbito de las ideas es posible la vertebracin y que la accin vendr impulsada por la necesidad real de la conquista del pueblo. Creemos que hemos contribuido a la creacin de es mbito y sostenemos el derecho a llamar a la incorporacin y la militancia a quienes se adscriban al pensamiento nacionalista o se adhieran al sentido de la nacionalidad. Si queremos que las pretensiones y los planes resulten, hemos de comprender que el camino de la simple simpata no basta. Es necesaria la militancia, la disciplina y la jerarqua. El nacionalismo chileno ha hecho escuela del personalismo y cada cual se siente llamado a Jefe y desde esta perspectiva crtica y juzga toda labor orgnica. Seramos los primeros en lamentar la atomizacin del Movimiento del General Vaux en mltiples mini banderas y esperamos que eso no ocurra, pero pensamos al mismo tiempo que solo la doctrina y el pensamiento pueden ser el fundamento unificante de la organizacin por lo que los dirigentes de tal entidad han de asumir la responsabilidad en la conduccin. FORJA est adscrita a la doctrina nacional sindicalista y mes a mes ha venido desarrollando su pensamiento. No engaa a nadie. Pero su preocupacin ltima es la Patria, el Estado y el destino de nuestro pueblo, por Eso sealamos los y riesgos de la posibilidad poltica concreta del General Viaux.

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    Chile no comienza ni termina el 4 de septiembre. Llevamos ms de 4 siglos de vida histrica y nuestra realidad es el resultado de la existencia y realizaciones de ms de veinte generaciones de chilenos, cuya sangre fluye por nuestras venas y cuyas aspiraciones hemos de completar y realizar de acuerdo a nuestra propia, circunstancia, incorporando al quehacer de la patria, lo que la hora presente exige: la realizacin del hombre y la creacin de una nueva cultura que sea base y fundamento de un nueva sistema de convivencia y estado. La eleccin pasar El devenir es un desafo que habremos de enfrentar con inteligencia y voluntad de ser. Somos una comunidad en estado fundacional. Incorprese a ella quien se atreva.

    M. G. V.

    Edicin de Revista Forja digitalizada por el M.R.N.S. www.mrns.cl

    2009