Fichte - Sobre La Capacidad Linguistica y El Origen de La Lengua Tecnos

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  • Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua Johann Gottlieb Fichte

    Estudio preliminar de Rita Radl Philipp

    y Manuel Riob GonzlezTraduccin de Rita Radl Philipp

  • Johann Gottlieb Fichte

    Sobre la capacidad lingstica

    y el origen de la lengua

    Estudio preliminar de RITA RADL PHILIPP

    y M ANUEL RIOB GONZLEZTraduccin de

    RITA RADL PHILIPP

    temos

  • Ttulo original:Yon der Sprachfhigkei und dem Ursprung der Sprache (1795)

    Diseo de cubierta: Joaqun Gallego

    Impresin de cubierta'.

    Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra est protegido por la Ley, que establece penas de prisin y/o multas, adems de las correspondientes indemnizaciones por daos y peijuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren pblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artstica o cientfica, o su transformacin, interpretacin o ejecucin artstica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a travs de cualquier medio, sin

    la preceptiva autorizacin.

    Estudio preliminar, Rita Radl Piiilipp (1) y Manuel Riob Gonzlez (II), 1996

    EDITORIAL TECNOS,S.A., 1996 Juan Ignacio Lea de Tena, 15 - 28027 Madrid

    ISBN: 84-309-2949-5 Depsito Legal: M- 44221-1996

    Printed in Spain. Impreso en Espaa por Rigorma Pol. Ind. Alparrache. Navalcamero (Madrid)

  • NDICE

    Estudio preliminar .......................................... ps. IXI. Reflexiones sobre la capacidad lingstica y el

    origen de la lengua de J. G. Fichte desde una perspectiva sociolgica......................................... IX

    II. Aspectos histrico-filosficos de la obra de J. G. Fichte relacionados con la capacidad lingstica ................................................................ XXV

    Bibliografa ............................................................. XLISOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA

    Y EL ORIGEN DE LA LENGUAPrefacio .............................................................................. 3[I] ............................................................................... 11[II] ..................................................................................... 31

    [VII]

  • ESTUDIO PRELIMINAR

    I. REFLEXIONES SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA

    Y EL ORIGEN D E L A LENGUA DE J. G. FICHTE DESDE U N A PERSPECTIVA

    SOCIOLGICApor R ita Radl Philipp

    En el presente contexto pretendemos acercar al lector una obra de J. G. Fichte realmente poco conocida y que en el conjunto de los trabajos de nuestro autor cuenta probablemente con un status especial. No obstante, en la misma Fichte enlaza, e incluso podramos decir que aplica sus presupuestos filosficos sobre el principio de una coordinacin inteligente de las conciencias individuales entre s. La conciencia es considerada el resultado de una intersubjetividad en coordinacin al lenguaje y en relacin con el

  • XII RITA RADL

    mente relevantes, tanto con respecto a la constitucin ontogentica de la capacidad lingstica, como en relacin con el tema de la interaccin y comunicacin en nuestras sociedades.

    Nuestro autor procede evidentemente a un anlisis filogentico del tema citado. Le interesa fundamentalmente explicar de qu forma se ha generado la lengua como sistema de smbolos significantes y perceptibles a nivel auditivo. De modo preciso explcita el proceso a travs del cual la lengua se ha desarrollado a lo largo de miles y miles de aos2, en un transcurso de interaccin social de absoluta necesidad, debido a la estructura de las comunidades simples y su grado de divisin social del trabajo.

    Fichte reconstruye el proceso de la constitucin de la lengua como un proceso interactivo de generacin de significados, en el cual intervienen los sujetos de forma activa. Segn las necesidades de los mismos y del grupo correspondiente, en la interaccin social que transcurre entre los distintos miembros de las comunidades simples (tribus), se crean y se modifican los smbolos lingsticos como smbolos que tienen el mismo significado para todos los sujetos participantes en la interaccin social. De este modo se convierten los smbolos lingsticos en smbolos significantes, en el sentido propio de Mead.

    G. H. Mead y la tradicin del Interaccionismo

    2 Vid. J. W. G. Fichte, obra aqu traducida, p. 28.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XIIISimblico nos explican, especialmente a nivel ontogentico, el proceso de la adquisicin y constitucin de los significados sociales mediante la intervencin de los distintos sujetos en las comunicaciones sociales. Ponen de relieve, adems, que es preciso que en la interaccin social los smbolos no sean simples, sino que necesariamente tienen que contar con un significado general aceptado por todos.

    Mead diferencia entre el gesto simple y el smbolo significante 3. El gesto simple nos sirve para la coordinacin de actos simples vinculados a situaciones muy concretas. Podramos aducir el hecho de que, si delante de nuestras manos se cae un nio, entonces automticamente nos inclinamos para cogerlo. Tambin sera posible pensar en los miembros de una tribu a las que se refiere Fichte. Una persona pescando intenta sacar un pez del agua. Sin pretenderlo, otro que pasa por la orilla le coge la red y colabora sacando el pez del agua. No obstante, cuando la misma persona que est pescando pretende expresar una idea que debe entender la persona a la que va dirigida esta idea de la misma forma, este mismo gesto se convierte en un gesto significante. As, por ejemplo, en palabras de Fichte: Peces y redes que iban acompaados con unos

    3 Vid. las ideas principales de G. H. Mead, en G. H. Mead, Espritu, persona y sociedad, Paids, Buenos Aires, 1972, pp. 107 ss.

  • XIV RITA RADLgestos e indicaciones hacia la orilla, eran para aqul al que iban dirigidos estos signos una exhortacin a pescar4.

    Del mismo modo se convierte el gesto simple de la cada del nio en significante, cuando el nio se da cuenta que cuando se cae (o se tira al suelo) le cogen, y al querer lograr que le cojan, se tira a propsito. Vemos que efectivamente a partir del gesto simple se construye el gesto significante mediante la asignacin de significados que resultan de las participaciones de los sujetos en las acciones sociales. El significado lingis- tico, por ejemplo, no llega a ser asumido por parte de las personas simplemente mediante imposiciones jerrquicas, ni resulta meramente de un acto de imitacin en las situaciones sociales a travs de mecanismos estmulo-respuesta. Por el contrario, tanto a nivel ontogentico (vase el ejemplo del nio pequeo que se cae y luego se tira a propsito), como a nivel filogentico (vase el ejemplo del pescador), el gesto significante es el resultado de interacciones sociales durante las cuales los significados se generan a travs de una labor activa y reflexiva de los sujetos. Diremos que los gestos significantes proceden de una relacin dialctica entre el mundo exterior y el mundo interior de los sujetos de forma intersubjetiva. Cabe sealar que es bien distinto utilizar aqu un concepto de intersubjeti

    4 J. W. G. Fichte, obra aqu traducida, p. 24.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XVvidad en contraposicin al de subjetividad o individualidad, ya que aludimos a un proceso en el cual interviene el sujeto como tal a base de sus experiencias sociales, esto es, interrelacionando las interpretaciones y significados que otorgan los otros sujetos a los actos y objetos del actuar comn, con los propios deseos, necesidades, interpretaciones y significados.

    Los gestos significantes en s nos permiten ya una coordinacin de acciones ms complejas, pero, cuando aparte de los gestos significantes dispongamos de gestos significantes muy precisos como es el caso de los sistemas de smbolos significantes, tendremos cada vez ms posibilidades de diferenciar y de coordinar acciones abstractas muy formalizadas, que a su vez nos permiten una institucionalizacin paulatina de los propios actos sociales.

    En nuestra sociedad existen de hecho, hoy en da, muy diversos sistemas de smbolos significantes, ya que la estructura de la misma pertenece a una sociedad que cuenta con una divisin social del trabajo5 en un grado muy alto.

    5 En el sentido durkheimiano, que ve la determinacin de la complejidad de un sistema social en el grado de la divisin del trabajo que rige en una formacin social, es decir, cuantas ms reas especficas de actividades humanas existan, ms desarrollada se comprende la estructura de una sociedad. Sin el nimo de profundizar ms en el significado de este concepto en la obra durkheimiana, podemos aadir que es ste, segn es sabido, un presupuesto generalmente

  • XVI RITA RADLPodemos citar aqu, por ejemplo, el sistema de la msica clsica, arte plstico, poesa, msica pop, etc. Estos sistemas transmiten un significado que no es expresable en toda su complejidad a travs de ningn otro sistema de smbolos significantes, al mismo tiempo que evocan en las personas a las que van dirigidos estos smbolos la misma actitud a nivel de comprensin general que en la persona que los emite. A partir de ah el sujeto construye y constituye activamente su interpretacin particular de los smbolos recibidos. Estamos aludiendo aqu al hecho de la existencia de dos niveles distintos de comunicacin que es considerado, por los distintos tericos de la comunicacin6, el fenmeno ms importante para que el sujeto pueda mantener una identidad en las acciones sociales.

    Las distintas teoras del interaccionismo ven precisamente en el hecho de poseer identidad para el sujeto la posibilidad de interactuar socialmente, a saber, mostrando identidad, el sujeto se presenta, por un lado, como todas las dems personas que ocupan su misma posicin en la sociedad, pero, por otro lado, se presenta como si

    aceptado sobre el desarrollo de las sociedades mecnicas hacia sociedades orgnicas. E. Durkheim, La divisin del trabajo social, Akal, Madrid, 1982.

    6 En castellano, P. Watzlawick y otros, Teora de la comunicacin humana, Herder, Barcelona, 1983, y J. Haber- mas, Zur Entwicklung der Interaktionskompetenz, Univer- sitt Frankfurt, manuscrito, 1975.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XVIIfuese nico, introduciendo en la interaccin sus perspectivas particulares, interpretaciones, deseos y necesidades en relacin con la posicin social que ocupa. De este modo el sujeto mantiene en cada situacin interactiva un equilibrio entre lo que llama Gofman su identidad social y personal1, con lo cual el constructo conceptual sociolgico de la identidad que manejamos aqu se diferencia fundamentalmente de otras conceptualizacio- nes tales como las psicolgicas, cotidianas o psico- analticas7 8.

    Ahora bien, volviendo al tema de los sistemas de smbolos significantes, el ms relevante en los procesos sociales de una sociedad es el sistema de los smbolos lingsticos de la lengua cotidiana, que es comprendida a nivel de significado comn de forma idntica por todos los sujetos involucrados en las interacciones que tienen lugar en el contorno de una cultura lingstica. En palabras de G. H. Mead, reside la importancia del smbolo lingstico en el hecho de que el individuo puede or lo que dice y de que, al or lo que dice, tiende a reaccionar como reacciona la otra persona9.

    7 Vid. E. Goffman, Estigma, Amorrortu, Buenos Aires, 1970.

    8 Vid., por ejemplo, el utilizado por Erikson. (E. H. Erikson, denlitt und Lebenszyklus, Suhrkamp, Frankfurt, 1966).

    9 J. H. Mead, op. cit., pp. 108-109.

  • XVIII RITA RADLEn este sentido insistimos en la idea anterior

    mente expresada en torno al sistema lingstico, que ste nos sirve, por un lado, para apuntar informaciones, pero por otro, para indicar perspectivas particulares del orador respecto a estas informaciones, objetivos, contenidos, situaciones, personas, etc. As nos habla Watzlawick en relacin con este fenmeno del aspecto de contenido y del aspecto de relacin, a los que Ha- bermas denomina aspecto proposicional y aspecto locutivo respectivamente l0. Precisamente estos dos aspectos del lenguaje hacen que sea posible una metacomunicacin, esto es, poder reflexionar sobre el contenido emitido y sobre lo que pasa en la comunicacin1

    Aunque Fichte emplea una terminologa bien distinta a la usada por nosotros en el presente contexto, vemos cmo nuestra argumentacin sobre el tema de la constitucin de la competencia lingstica va en la misma lnea que en la aportada por las reflexiones de Fichte. El citado autor nos desmenuza el proceso a lo largo del cual se constituye la lengua como sistema de smbolos significantes perceptible a travs del odo, mediante las aportaciones y modificaciones que efectan los distintos miembros de las comunidades simples. stas, a su vez, confluyen en un largo proceso de comunicaciones e interacciones sociales.

    10 P. Watzlawick y otros, op. cit., y J. Habermas, op. cit., pp. 28 ss.

    " Ibdem.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XIXLas aportaciones referidas se realizan, segn

    nos aduce Fichte, en una interrelacin constante con las vivencias y necesidades prcticas de las distintas personas participantes en los actos comunes de estas sociedades sencillas. Finalmente llevan a la construccin de un sistema lgico de comunicacin que permite a los sujetos la transmisin de significados generales, y particulares que garantizan al sujeto al mismo tiempo diferenciarse de los dems y desarrollar una personalidad singular como sujeto. En definitiva, los mecanismos descritos por nuestro pensador se muestran como vlidos tanto para los procesos filogenticos como para los procesos ontogenticos. Aun centrndose en un anlisis filogentico, los presupuestos fichteanos nos corroboran a nivel ontogentico cmo la asuncin de estructuras lingsticas y de roles sociales se lleva a cabo merced a una participacin activa del sujeto, proceso contrario a una mera imitacin y reproduccin de las estructuras que presuponen explicaciones mecanicistas o unilaterales.

    Mead nos muestra este fenmeno ontogenticamente, profundizando en la constitucin del otro generalizado, concepto que alude al saber social bsico referente a una posicin que ocupa un sujeto en la comunidad o en la sociedad, es decir, su rol social. Este terico nos describe de forma pormenorizada cmo en la niez el sujeto a travs de los as llamados juegos de roles no simplemente reproduce las situaciones vividas en relacin con los roles bsicos de la estructura

  • XX RITA RADL

    familiar, sino que desde el primer momento los reconstruye y elabora creativamente a partir de su experiencia con los roles sealados, a saber, el rol del padre y de la madre (despus sucesivamente se incorporan otros roles, tales como el rol del hermano y de la hermana, de la profesora y/o del profesor, polica, etc.). Justamente este fenmeno se demuestra, por ejemplo, en el hecho de que el nio desempeando el rol de la madre salte de un armario, es decir, que elabora activamente el rol de la madre a partir de sus necesidades situacionales. El ejemplo nos corrobora que desde el primer momento las experiencias de roles vividas se adaptan a la estructura psquica y a las necesidades y deseos del sujeto. stas le obligan adems a una reconstruccin de los roles asumidos, siempre teniendo en cuenta las distintas exigencias situacionales. El autor mencionado resalta cmo en este proceso es absolutamente imprescindible que la persona disponga de capacidades reflexivas e intelectuales que le posibiliten la interrelacin entre sus necesidades y deseos y aquellos que se reconocen como socialmente vlidos en relacin con la posicin social ocupada.

    Estas ideas tienen unas implicaciones sustanciales para la socializacin de los sujetos. De ellas se deriva una conceptualizacin interactiva y bidireccional {dialctica) de los procesos socializadores que se comprenden ms bien opuestos a definiciones y enfoques tericos dominantes en este mbito, tales como las explica

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXIciones sistmicas de Parsons y de Durkheim12, que determinan a su vez en gran medida la prctica social en este sentido.

    Cabe aadir, asimismo, que la gran importancia que otorga Fichte a la involucracin de los sentidos de la vista y del odo para la construccin activa del lenguaje, en la actualidad se ve reconocido en su valor socializador a travs de la utilizacin de los distintos medios de comunicacin. Los ejemplos citados por nuestro autor, sin embargo, nos suscitan una interpretacin de participacin directa y activa de estos sentidos en el desarrollo social del sujeto. A nuestro juicio, esta participacin no corresponde a unas actitudes simplemente receptivas como las que en la actualidad son requeridas fundamentalmente por los medios de comunicacin de masas que dominan tanto todos los mbitos de la experiencia social.

    En suma, en el contexto que nos ocupa pretendemos situar las aportaciones de Fichte sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua en el marco de la discusin actual sobre los procesos de comunicacin e interaccin que transcurren en una sociedad ya muy compleja. Pensamos que, desde un ngulo como el referido, el

    12 Vid. sobre todo T. Parsons y R. Bales, Sozialization and Interaction Process, Free Press, New York, 1956; T. Parsons, El sistema social, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1976; y E. Durkheim, Educacin y sociologa, Pennsula, Barcelona, 1975.

  • XXII RITA RADLpensamiento fichteano nos aduce unos presupuestos que se encuentran absolutamente en la lnea de una tradicin terico-interaccionista que reconoce a la persona un status de sujeto actuante en el propio proceso social, justamente debido a su condicin de ser humano reflexivo. Esta concepcin es incompatible con constructos conceptuales que otorgan al ser humano un status de agente social unilateralmente predeterminado por parte de una experiencia reproductiva con la estructura social. De este modo Fichte encuentra su punto de confluencia terica con la tradicin del Interaccionismo Simblico, y de modo muy conciso con la teora habermasiana sobre la sociedadl3 14, teoras stas que insisten de forma especfica en las capacidades creativas y constructivas de los sujetos en las distintas fases de los procesos de comunicacin e interaccin social.

    Habermas distingue entre dos tipos bsicos de acciones humanas que son constitutivos para la vida y realizacin humana, es decir, las acciones tcnico-instrumentales14 y las acciones comuni- cativo-interactivas. Las primeras siguen una racionalidad con respecto a fines y nos permiten el

    13 Vid. especialmente la obra bsica del autor en torno a este tema: J. Habermas, Teora de la accin comunicativa, 1.1 y 11, 2.a ed., Taurus, Madrid, 1988.

    14 Vid. ibdem, y J. Habermas^ Ciencia y tcnica como ideologa, 2.a ed., Tecnos, Madrid, 1992, sobre todo pp. 53-71.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXIIImanejo instrumentalmente correcto de los objetos que conforman nuestro mundo. El objetivo de estas acciones reside en la consecucin rpida de un fin y en un dominio de los objetos a los que van dirigidos estos actos. En contraposicin, las acciones comunicativas siguen una racionalidad distinta que se somete a las reglas de la intercomunicacin social. Las acciones comunicativas, que precisan de un sistema simblico significante que permite la creacin y transmisin de significados, representan a su vez aquellas acciones humanas a travs de las cuales los sujetos crean los significados y objetos de su actuar social y su fin reside en los sujetos mismos (en su autorrealizacin al fin y al cabo), as como en la solucin prctica de la vida. Precisamente el sistema lingstico cotidiano es el que puede cumplir con esta funcin, tal y como nos indica Habermas, fenmeno que a nuestro entender es detalladamente reconstruido por J. G. Fichte en el tratado que aqu ofrecemos a continuacin.

  • TT ASPFCTOS HISTRICO-FILOSFICOS

    DEL SISTEM A DE J. G. FICHTE RELACIONADOS CON

    LA CAPACIDAD LINGSTICApor Manuel Riob Gonzlez

    La filosofa del lenguaje es considerada en Fichte como el ms genuino producto del espritu humano, ntimamente relacionado con el problema del conocimiento. En los medios intelectuales espaoles empieza a valorarse la revolucin trascendental fchteana. Ciertos prejuicios sobre su sistema, a causa de la infiavaloracin ocasionada por Hegel al considerarlo como un idealista subjetivo, se van superando. Fichte ser siempre considerado como el filsofo de la libertad, de los derechos humanos y de la dignidad humana. Es uno de los clsicos de la filosofa de la historia, de la sociedad, de la filosofa de la religin, de la accin moral, de la pedagoga, de la

    [XXV]

  • XXVI MANUEL RIOBeconoma y tambin de la filosofa del lenguaje. Sus valiosos escritos as lo confirman.

    Gracias a la Edicin de la Academia de Ciencias de Baviera, dirigida por el profesor R. Lauth y colaboradores (la citaremos en el presente estudio, bien con las siglas GA, o bien con las de Akad-Ausg, seguidas de la serie en nmeros romanos y del respectivo tomo con su paginacin en nmeros arbigos), la filosofa de Fichte se presenta al pblico por primera vez con la totalidad de sus escritos. La edicin de su hijo (Obras completas, que nosotros citaremos con las siglas SW, seguidas del tomo con su paginacin en nmeros arbigos) nos resulta incompleta. En cambio la edicin de la Academia de Ciencias (Ge- samtausgabe, Edicin completa) nos presenta los textos de Fichte provistos de un aparato crtico- filolgico exhaustivo con referencias histrico-li- terarias, que nos permiten determinar un desarrollo completo y sistemtico en todas las direcciones. Si uno abre los cinco tomos de la serie III, dedicada a la Correspondencia por orden cronolgico, acabar por experimentar una gran admiracin por la persona de Fichte en relacin con casi todos los filsofos, cientficos, literatos, artistas y polticos de su poca.

    Slo en lneas generales y en sus aspectos fundamentales nos atrevemos a exponer su teora del lenguaje siguiendo los propios criterios de su filosofa trascendental; criterios que, en algunos aspectos, difieren de los de Kant y de Herder y se aproximan en cambio a los de Leibniz al res-

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXVIIpecto. La importancia que Fichte concede a la existencia de una determinada lengua aparece claramente expuesta en los Discursos a ja nacin alemana, sobre todo en su Discurso IV. En varios de sus escritos siempre nos pone a nuestra consideracin el problema central de la facultad lingstica. As, en las Lecciones sobre Platner'5 parte del hecho de que existen tres tipos de respuestas a la clebre cuestin del origen de las lenguas: l., que todo lenguaje (toda lengua) es innato; 2., que ha sido enseado al hombre como por una especie de milagro; 3., que ha sido inventado por el mismo hombre. Pertenece, pues, a la esencia misma del hombre (como as lo afirmar en varios lugares de sus escritos), y supone justamente el desarrollo de la razn y de la libertad. En las mencionadas Lecciones sobre Platner16 sostiene que el hombre est empujado a la comunicacin. Puede el hombre ser concebido sin lenguaje? 7, a lo que responde Fichte: el hombre sin lenguaje, sin signos arbitrarios, no es de ningn modo hombre ni puede serlo. La necesaria comunicacin entre los hombres implica una intencionalidad vinculante con la intersubjetividad, que expondremos ms abajo.

    Estos aspectos del lenguaje, slo en parte parcelarios, pero muy interesantes, estn expuestos 15 16 17

    15 GA, II, 4, 158.16 dem, pp. 159-165.17 dem, p. 160.

  • XXVIII MANUEL RIOBen varios lugares de sus escritos (algunos ya mencionados antes). Pero se da el caso de que Fichte ha dedicado un verdadero tratado sobre la facultad lingstica que, segn nuestro criterio, podemos considerarlo entre los escritos sistemticos de filosofa, relacionados con la comunicacin, la intersubjetividad, el derecho natural, etc., apoyados en lneas fundamentales de su real idealismo l8. Este escrito sistemtico que presentamos aqu lleva por ttulo Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua ( Von der Sprachjahigkeit und dem Ursprung der Sprache), que haba sido publicado por Fichte en marzo de 1795 en una Revista filosfica de una sociedad de sabios alemanes, mensual, editada por Niethammer. Sin embargo, hemos de advertir que este mismo ensayo corresponde a menudo palabra por palabra al texto publicado por Fichte bajo el ttulo de Von der Sprachfahigkeit und dem Ursprung der Sprache que el mismo introdujo en su obra Vorlesungen ber Logik und Metaphysikl
  • ESTUDIO PRELIMINAR XXIX

    En el sistema de Fichte la idea de la comunicacin est unida a la del lenguaje (de gestos, de signos y de habla as, por este orden). La comunicacin viene a ser como la transmisin de una Aujforderung (exhortacin), como buscando una relacin entre dos libertades, de las cuales una determina a la otra a la autodeterminacin, dirigindole una incitacin, interpelacin, requerimiento e intimacin a la autoactivi- dad. Las conciencias as autoactivadas por esta relacin es lo que da origen a la intersubjetividad entre los sujetos humanos en cuanto seres racionales y libres. Para esa autoactividad (la actividad interna) del otro (de ese t, en cuanto sujeto libre), que es requerida e invitada por otro sujeto libre, Fichte nos ofrece textos de especial relevancia y claridad. Citaremos uno, que lo juzgamos fundamental, donde ya se nos dice claramente que esa actividad interna del sujeto libre se abre por una especie de comunicacin inteligible hacia un encuentro con el otro, que pasa de ser un mero fenmeno a un otro Yo-en-s (un nomeno). As pues,

    cuando se trata de ama inteligencia libre fiiera de m (ausser mir), yo me elevo desde la accin como fenmeno (die Erscheinung) hasta su causa, que yo no encuentro, pero que yo la pongo en conclusin, y que yo pienso. sta es la razn por la cual Yo no soy T, y por la cual T no eres ms que un Yo. Yo soy el que es inmediatamente por s un nomeno y que va a hacerse sensible por su acto. T eres el que no se presenta ante m inmediatamente como nomeno,

  • XXX MANUEL RIOBpero que se me indica solamente en un fenmeno (Erscheinung), a partir del cual yo me elevo por la reflexin hasta el nomeno *

    Todo el proyecto filosfico de Fichte ha de ser entendido desde esta intersubjetividad, desde la cual establece l mismo no slo la deduccin del concepto de derecho, como as lo expone en su obra Fundamento del derecho natural, de 1796, sino que la aplica a todas las manifestaciones del espritu humano, concretamente a la facultad lingstica. Fichte pretende adems relacionar esta intersubjetividad con la armona preestablecida de Leibniz, donde el mundo de las mnadas (Monadenwelt) ha de ser entendido no como una armona entre las inteligencias y la materia, sino entre las inteligencias con otras inteligencias 20 21. Por no comprender esta relacin algunos de los ms distinguidos espritus han cado en un error. Hasta el mismo gran poeta-filsofo, Goethe, se burl, queriendo hacerse el gracioso, de esta dialctica intersubjetiva de Fichte relacionada con este entrecruzamiento del Yo con el No-Yo. As, el 23 de mayo de 1794, Goethe enva a Jacobi el opsculo de Fichte titulado Concepto de la Doctrina de la Ciencia con una nota que deca: Por favor, sea

    20 Cfr. Wissenschqftslehre nova methodo (1797): G A, IV, 2, 253.

    21 Cfr. Vorlesungen ber Logik und Metaphysik, op. cit., GA, IV, 1, 374.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXXItan gentil, querido No-Yo, de hacer saber a mi Yo lo que piensa de esto. (Nota bene: No est de ms que recordemos que nos hallamos en el bicentenario de tres obras importantes de Fichte: Concepto de la Doctrina de la Ciencia, que acabamos de mencionar; el Fundamento de toda la Doctrina de la Ciencia podemos decir que es su obra ms importante , y Lecciones sobre el destino del sabio, escritas sucesivamente durante el ao de 1794; ao en que sucedi a Reinhold en la ctedra de la Universidad de Jena, siendo adems colega de Schiller, que enseaba historia.)

    Sin embargo lo que haca Goethe con su irona no era otra cosa que poner en prctica aquel sentido con el que Fichte entenda la intersubjetividad: la relacin de una inteligencia con otra inteligencia (o con otras inteligencias). Fichte nunca hizo caso de las ironas que sus adversarios hicieron de su sistema; adversarios que, solapadamente, utilizaron sus aciertos para aprovechrselos a su favor (entre ellos, Schelling y Hegel). Estos adversarios nunca entendieron el exacto y genuino sentido que Fichte dio a lo absoluto. Deca Fichte: Despus de or efectivamente que la Doctrina de la Ciencia se presenta como un idealismo, se concluye entonces que pone lo absoluto en lo que se llama [...] Pensamiento o la Conciencia, a la cual (como primera mitad) se le ha opuesto el Ser (como segunda mitad) de la relacin; y que, por lo tanto, ni esta segunda mitad, ni su opuesto (la primera mitad)

  • XXXII MANUEL RIOBpueden figurar en modo alguno como lo absoluto. Sin embargo todos (amigos y enemigos) reciben uniformemente esta opinin sobre la Doctrina de la Ciencia, y no hay medio de disuadirlos (und es giebt kein Mittel, sie ihnen auszureden; la cursiva es nuestra). En cuanto a los perfeccionadores, para encontrar una base a su superioridad reformadora, han sacado lo absoluto de la primera mitad en que, segn su opinin, la Doctrina de la Ciencia lo coloca, y lo han colocado en la segunda mitad, pero conservando de todo ello la palabrita Yo que ser probablemente la nica ganancia del kantismo y (si se me permite hablar de m despus) de la ma propia, consagrada a la ciencia22.

    Los perfeccionadores de su sistema (se entiende del sistema de Fichte), que el mismo Fichte acaba de mencionar, son Schelling y He- gel. El primero, con su neoespinozismo, no hizo otra cosa que tergiversar el idealismo trascendental, sosteniendo falsamente estas tres tesis: l.) Que la Doctrina de la Ciencia y el Idealismo trascendental no constituyen ms que una parte de la Filosofa, que no trata ms que de la forma del saber. Es, por lo tanto, un idealismo formal. 2.) Que lo Absoluto verdadero reside en el ser y se llama la Naturaleza. 3.) Que esta Naturaleza es Sujeto o Yo, actividad y luz inmanente; lo cual constituye (segn Schelling) un idea

    22 Cfr. Wissenschaftslehre (1804), GA, II, 8,15-16,201-202.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXXIIIlismo superior. Estos tres puntos son completamente falsos, contemplados desde la filosofa de Fichte, y que ste mismo trat siempre de refutar, porque el sistema de Schelling (mal llamado Idealismo trascendental) parte y se apoya en el realismo espinozista, que Fichte nunca acept, porque mat el Ser de Dios, confundindolo con la Naturaleza (punto 2.), y mat tambin al Yo, como sujeto trascendental, al derivarlo de la Naturaleza. Haba dicho incluso que el Yo, como conciencia, despierta en la Naturaleza (punto 3.0) 23. Este neoespinozismo no sirvi para armonizar a Kant con Spinoza; sirvi en cambio para abrir el camino al Idealismo absoluto de He- gel, basado en un panlogismo unilateral, que slo sirvi para concebir al Espritu como una yoi- dad general abstracta, donde la actividad intelectual, tica y esttica del sujeto fijo queda condicionada a una unidad de las conciencias. Este perfeccionador segundo al que queremos referirnos , esto es, Hegel, es el que mantiene estos asertos, afirmando inclusive que el Yo absoluto de Fichte se funda en una falsa infinitud, aislndolo adems de la determinacin reciproca que guarda este Yo con la realidad extraconsciente, cuando, en realidad, nunca Fichte

    23 En un artculo nuestro, publicado en la Rev. Agusti- niana, Madrid, enero-abril, 1987, n. 85, titulado con las mismas palabras de Fichte: Schelling ha tomado por modelo a Spinoza.

  • XXXIV MANUEL RIOBprescindi de esta realidad, sobre todo cuando nos afirma que la conciencia de las naturalezas finitas no se puede en absoluto explicar, si no se admite una fuerza opuesta totalmente a ellas, que exista con independencia de ellas, y de la que incluso dependen en su existencia emprica24. Tal es el crculo del cual el espritu finito no puede salir y del cual no puede querer salir sin negar la razn y sin exigir su anulacin; de ah que todo espritu finito se funda en esta relacin de la cosa en si con el Yo. Querer modificar esta relacin significa anular toda conciencia y, con ello, toda existencia25.

    Ciertamente, la unidad de las conciencias arriba mencionada implica un Nosotros intersubjetivo, pero ha de ser conducida desde el Yo al Nosotros, toda vez que, segn Fichte, la unidad del espritu puro es un ideal inaccesible en la Doctrina de la Ciencia ; fin ltimo pero nunca llega a hacerse real26. sta es una de las razones por las que Fichte no puede suscribir algunas tesis de Herder relacionadas con el lenguaje, pese a las observaciones agudas de ste sobre las relaciones del pensamiento con la poesa y el lenguaje. Herder parece que somete el hombre al lenguaje. Sin embargo, otros desarrollos de Fichte sobre el len-

    24 GA, 1,2,411.25 dem, pp. 413-414.26 GA, I, 2, 89; cfr. adems R. Lauth,Spinoza vu par

    Fichte, Archiv. de Philosophie, 41 1978 , p. 43.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXXVguaje estn naturalmente inspirados en Herder21. Adems todas las operaciones discursivas del espritu humano suponen en el sistema de Fichte igual que en el de Kant una organizacin intelectual; organizacin que se halla en estrecha vinculacin con la estructura mental de cada sujeto individual, pero con anlogas caractersticas en razn de la especie. La analoga es otra de las tesis bsicas de Fichte para la comprensin del lenguaje; analoga que se halla asimismo en relacin directa con la de Kant, tal como sta la describe en la Crtica del Juicio. Esta relacin analgica es aplicada por Fichte inclusive entre el Ser-de-Dios y los restantes seres racionales, en cuanto que son imagen (Bildsein) del Ser-del-Sa- ber absoluto que es tambin un Yo.

    Las operaciones discursivas del espritu humano no slo afectan a la unidad sistemtica del pensamiento, sino a la relacin de los contenidos significativos que un trmino permita expresar. Para Fichte todo lenguaje no debe ser ms que un instrumento de la razn, aun sabiendo que todas las formas de la expresin no poseen el mismo valor: unas son ms exactas que otras, guardando una relacin analgica, mientras que otras pueden ser ambiguas o equvocas. Sin embargo no dudar en afirmar siempre que no existe razn concebible sin lenguaje (por lo menos 27

    27 Cfr. J. G. Herder, Sprachphilosophie Schriften PHB, 1960, pp. 63, 67 y 71 .

  • XXXVI MANUEL RIOBde signos), ni lenguaje que pueda ser verdadero sin razn. El vivir reunidos implica segn Fichte pensar y hablar los unos con los otros. Esta relacin de accin recproca produce necesariamente una intencionalidad innata en el hombre destinada a la comunicacin y al lenguaje, como una forma innata en el hombre, como ya anteriormente se expuso. En la Crtica del Juicio Kant establece tambin, como Fichte, esta idea de una comunicacin directa, incluso elevndola a un rango universal, refirindola al sentido esttico. Pero donde Fichte se separar de Kant en sus consideraciones sobre el lenguaje ser en lo referente al lenguaje de clculos y al de las figuras geomtricas, en cuanto expresiones matemticas, ya que para Fichte toda forma de expresin incluida la matemtica tiene la misma fuerza inteligente en cuanto smbolo de expresin.

    Como Leibniz, Fichte considerar el lenguaje como un espejo de la razn. As, segn el pulimento que se observe en el espejo se apreciar de un modo ms directo y claro la relacin entre el signo y la cosa significada. Igual que Leibniz sostendr, pues, que el lenguaje ideal el ms directo con la cosa significada es el lenguaje compuesto de jeroglficos, pero que tal y como nos indica Fichte en el texto aqu presente no es el lenguaje ms diferenciado. En su obra Vorlesungen ber und Metaphysik28 nos afirma

    28 GA, IV, 1,307.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXXVIIque pronto los hombres llegarn a este lenguaje que pone en accin el espritu en su totalidad. Un tal lenguaje ser de tal modo comprensible sin que haya necesidad de aprenderlo, ya que por l no se dar ningn lugar a lo arbitrario. Ya en 1794, en su obra Ueber den Begriff der W-L (Sobre el concepto de la Doctrina de la Ciencia) 29, Fichte no juzga que las palabras poseen un cierto valor por s mismas y que el origen de un trmino asegura su relacin con un contenido significativo, como si una cierta sabidura est comprendida en las palabras ms antiguas. sta es la razn por la que el mismo Fichte se sirve de todos los trminos tcnicos, tales como los que ha encontrado, bien sea de origen alemn, latn o griego. Sin embargo, era el alemn, naturalmente, el lenguaje preferido por Fichte para expresar ms correctamente la relacin entre el signo y la cosa significada, frente a los trminos derivados del bajo latn o de las lenguas romnicas. Slo para Fichte son lenguas puras el griego, el latn y el alemn. No es, por lo tanto, por razones de raza o de suelo por donde Fichte quiere hacer hablar a la Filosofa en alemn dndonos un ejemplo claro de ello en sus obras y conferencias , sino por razones lingsticas (la unidad de la lengua un ideal de Fichte vincul siempre entre s a todos los Estados alemanes, a lo largo de su historia).

    29 GA, 1,2, 118.

  • XXXVIII MANUEL RIOBSobre el uso de la lengua alemana en la Filoso

    fa y en otros escritos literarios Fichte se adelant a Hegel en unos diez aos antes. Kant titube en este empeo, porque algunas de sus Disertaciones, sobre todo en su perodo precrtico fueron escritas en latn, quiz por unos procedimientos acadmicos de la Universidad. Tambin Fichte escribi en latn aquella fecunda, erudita y documentada disertacin que l mismo titul De recto praeceptorum poeseos et retorices usu, al concluir sus estudios en Schul-Pforta, dejando asombrados y maravillados al rector y claustro de aquel colegio30. Hay que reconocer, por otra parte, que la formacin humanstica que se daba en los colegios y universidades en tiempos de Fichte era bastante completa, por no decir superior a la de nuestros das. Fichte trat asimismo de ponerse al da con la nueva literatura romntica, leyendo a Wieland, a Goethe aunque con ste tuvo algunas fricciones graves relacionadas con el Atheismusstreit, pero sobre todo a Schiller y de un modo especial a Klopstok, a cuyas Odas hizo unas Observaciones (Anmerkungen zu den Oden Klopstoks fragmento ) 31, aparte de sus amplios conocimientos de los poetas grecolatinos. Un ejemplo de esto lo tenemos en la comedia Die Insekten. Ein Lustpiel, nach Aristophanes (Los insectos. Una comedia al modo de Aristfa-

    30 GA, II, 1,5-29.31 GA, II, 1,245-247.

  • ESTUDIO PRELIMINAR XXXIXnes)12, elaborada como una rplica a Schelling por su obra Bruno, donde Fichte es representado ridiculizado por el personaje Luciano. En esta comedia Schelling tendr que ser representado en el papel de Logokympalombastes = ver- bum cymbalum tinniens de Akantus, que es Spi- noza. Tambin ha escrito poesas (sonetos) dentro de una correcta mtrica (incluso un madrigal y unas poesas a Cervantes y a Camoens), que se hallan recogidas en las Obras completas editadas por su hijo32 33, as como otras poesas que se hallan en la Edicin completa34. Aparte de algunos sermones, conviene destacar adems una singular novela simblica con un fondo romntico, teniendo a su vista los verdes valles de Suiza, que lleva por ttulo El valle de los enamorados {Das Thal der Liebenden), compuesta alrededor de los aos 1787 179035.

    Concluyendo, podemos comprobar que Fichte ejecut todos sus escritos en todos los gneros literarios de su tiempo, as, por este orden: artculos, recensiones, ensayos y tratados, formando todos ellos como una especie de constelacin, girando sobre un solo centro: su gran sistema de la Doctrina de la Ciencia. Pero ser en las grandes exposiciones de la Doctrina de la

    32 GA, II, 6, 35-44.33 SW, VIII, 437-438.34 GA, I, 7, 283-284; II, 9,451-476.35 Cfr. GA, II, 1,267-281.

  • XL MANUEL RIOB

    Ciencia donde Fichte utilizar un gnero estndar (una terminologa estrictamente filosfica formalizada). Pero sabr adaptar tambin su estilo a los escritos populares de filosofa, dedicados al gran pblico, hacindose claro y hasta sugestivo. En los escritos sistemticos de filosofa (entre los cuales podemos incluir el de la capacidad lingstica y el origen de la lengua, que ahora presentamos), no slo utilizar un lenguaje perfectamente formalizado, sino que se valdr de una metodologa rigurosamente cientfica buscando en todo ello una clara exposicin: Influido por mi profesin universitaria nos dice , escrib ante todo para mis oyentes, respecto de los cuales me era permitido explicarme verbalmente hasta ser entendido 36. Deca Stef- fens, uno de sus oyentes, que su leccin era clara, excelente, yo me hallaba arrebatado por el asunto, y debo confesar que no he odo leccin semejante37.

    36 Cfr. GA, 1,4, 183.37 Cfr. K. Vorlnder, Historia de la Filosofa, vol. II,

    Madrid, 1962, p. 231.

  • BIBLIOGRAFA

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    tiempo, (versin castellana de B. Bernab Navarro, UNAM, Mxico, 1968.

    [XLI]

  • XLII BIBLIOGRAFA Le deuxime conflict entre Fichte e Schelling (1800-

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  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICAY EL ORIGEN DE LA LENGUA

  • PREFACIO

    El tratado de Fichte Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua se public en el primer tomo de Philosophisches Journal einer Gesellschaft Teutscher Gelehrten1 de Nietham- mer en el nmero 3 y 4, pginas 255-273 y 287- 326. Este texto supone la base para la publicacin siguiente. Segn nos indica la introduccin al primer tomo, esta revista se haba encomendado la doble tarea, totalmente en el sentido de Fichte, de concluir la filosofa como la Ciencia de las partes

    1 Philosophisches Journal einer Gesellschaft Teutscher Gelehrten. Herausgegeben von Friedrich Immanuel Niet- hammer Professor der Philosophie zu Jena (Revista filosfica de una sociedad de cientficos alemanes. Editada por Immanuel Neithammer, profesor de filosofa de Jena), Primer tomo, Neu-Strelitz, 1795. Nmero tres: Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua, pp. 255-273. Nmero cuatro: Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua (Finalizacin del tratado comenzado en el nmero anterior), pp. 287-326.

    [3]

  • 4 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    ltimas del saber humano, extrnsecamente a travs de la determinacin de un fundamento e intrnsecamente mediante la determinacin ms precisa y de una conclusin sistemtica de unas partes singulares, y al mismo tiempo de ocuparse de una aplicacin racional de sus resultados, de demostrar y corregir los presupuestos y conceptos bsicos de las distintas ciencias singulares que en las mismas meramente se postulan, y a partir de estos presupuestos ms determinados pretenda dar a la filosofa una cohesin, postura y transparencia para llevarla de esta forma, aunque no directamente, pero mediante el camino correcto al uso intelectual comn. Entre los escritores que son citados como colaboradores, nos encontramos, al lado de Erhard, Von Humboldt, Maimn, Reinhold, Schiller, Schulze y tambin Fichte2. El tratado Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua significa la primera contribucin de Fichte a la revista de Niethammer3.

    2 Prefacio sobre los fines y la institucionalizacin de esta Revista, primer tomo del primer nmero, sin indicacin de pginas.

    3 Otras contribuciones de Fichte en la revista, antes de que la editara conjuntamente con Niethammer: Comparacin del sistema elaborado por el Sr. Prof. Schmid con la teora de la ciencia, en el tomo 3, cuaderno 4. La recensin Sobre la paz perpetua. Un esbozo filosfico de Im- manuel Kant. Knigsberg, cerca de Nicolovius. 1795. 104. p. 8, en el tomo 4, cuaderno 1.

  • SOBRE LA CAPA CIDAD LINGSTICA 5

    Puesto que han sido publicados doce cuadernos al ao, cada mes uno, la publicacin de este tratado tendra que haber sido en los meses de marzo y abril de 1795. Despus de un anuncio del editor en la hoja Inteligencia del peridico de la literatura general nmero 30, del 31 de marzo de 1795, el tercer cuaderno no se public hasta el mes de abril4.

    Sobre la historia del origen del tratado solamente se puede averiguar algo de forma indirecta. Al principio del semestre de invierno de 1794-1795 a Fichte le haban pedido unos estudiantes que diera una especie de introduccin a la filosofa trascendental5. Fichte decidi dar esta propedutica a base de los Aforismos filosficos 6 de Platner y puso an a posteriori un

    4 Col. 233-234: Philosophisches Journal einer Gesells- chaft deutscher Gelehrten, editada por 1. J. Niethammer; se publica a finales de marzo el primer cuaderno. El segundo y tercero seguirn juntos el mes siguiente, as que la publicacin de los cuadernos se efectuar antes de la feria en el orden mensual prefijado. La causa del retraso actual reside nicamente en el hecho de que la nueva mquina de imprenta, que el editor ha pedido, no ha llegado antes.

    5 Vid. Escritos, I, 410, carta n. 206, del 9 de noviembre de 1794, dirigida a Gottlob Voigt.

    6 Platner Ernst, Philosophische Aphorismen nebst eini- gen Anleitungen zur philosophischen Geschichte, (.Aforismos filosficos y algunas anotaciones sobre la historia filosfica), edicin. completamente nueva, primera parte, Leipzig, 1793. Vid. Johann Gottlieb Fichte, escritos de los aos 1790-1800, editados por Hans Jacob, tomo 2, Berln, 1937, pp. XLI-XLIII.

  • 6 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    horario para este seminario, ya que el catlogo de las lecciones ya haba sido publicado. Segn demostr un postescrito de las mismas lecciones de Platner, del ao 1977, elaborado por Ch- ristian Friedrich Krause y publicado por Hans Jacob en 19377, el captulo Sobre el origen de la lengua 8 formaba parte del seminario durante el cual Fichte haca referencia al captulo correspondiente de Platner: Sobre la capacidad lingstica9.

    De esta circunstancia se puede deducir que Fichte ha efectuado una elaboracin de su propia concepcin de la lengua primero en relacin con las lecciones sobre lgica y metafsica, es decir, sobre los aforismos de Platner; que, por lo tanto, correspondera al tiempo del semestre de invierno de 1794-1795 quizs para la segunda parte al tiempo inmediatamente despus. En la correspondencia no aparece en ningn sitio una mencin del tratado.

    Las recensiones del artculo sern preferentemente favorables a Fichte. Incluso la Neue All- gemeine deutsche Bibliothek (La Nueva Biblioteca General alemana) 10, que en otras

    7 Ibdem, pp. 1-3378 Ibdem, pp. 146-186.9 Ernst Platner, Philosophische Aphorismen, primera

    parte, 1793, pp. 224 ss.: Sobre la capacidad lingstica, prrafos 473-504.

    10 Recensin: Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua, del Sr. Prof. Fichte, en Neue Allgemeine

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 7

    ocasiones le era hostil a Fichte, le concedi una alabanza: Este artculo contiene alguna formulacin acertada. Asimismo, los Annalen der Philosophie und des philosophischen Geistes (Anuario de la Filosofa y del Espritu filosfico): Este tratado desvela muchos puntos de vista acertados sobre la naturaleza humana y sobre la historia del desarrollo de las fuerzas del espritu humano ".La Oberdeutsche allgemeine Littera- turzeitung (Peridico literario general de la alta Alemania) cita sobre todo el principio de la investigacin de mostrar que la lengua no ha podido ser inventada, sino que ha tenido que ser inventada, tanto nuevo como feliz. Juzga que el tratado mismo pertenece a las contribuciones ms importantes de la filosofa del lenguaje, puesto que tanto el fin como la realizacin son al mismo tiempo originales* 12.

    Deutsche Bibliothek, tomo 28, 2 * parte, cuaderno 7, pp. 425-426.

    " Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua, del Sr. Prof. Fichte de Jena, cuaderno 3 y 4, pp. 255- 326, en Annalen der Philosophie und des philosophischen Geistes von einer Gesellschaft gelehrter Mnner, editados por Ludwig Heinrich Jakob, profesor de filosofa en Halle, segunda edicin, 1796, primera parte, Col. pp. 175-177.

    12 Philosophisches Journal einer Gesellschaft Teuts- cher Gelehrten ec. (Decisin del anuncio interrumpido en el tomo VIII), en Tomo IX, Oberdeutsche allgemeine Lit- teraturzeitung, mircoles, 20 de enero de 1796. Col. pp. 129 ss. Col. 130-133: IV Sobre la capacidad lingstica y el origen de la lengua, del Sr. Prof. Fichte.

  • 8 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    A finales de diciembre de 1795 Friedrich Sch- legel informa a su hermano August Wilhelm sobre el tratado: Deseara que leyeras para tus investigaciones sobre el lenguaje, etc., un tratado sobre el tema de Fichte en la revista filosfica de Niethammer. No debes temer aqu la escolstica de Schiller: porque este pensador, si hace falta deja detrs de s a Kant y Spinoza, y puede cuando quiere hablar superar a Rousseau No obstante, el mismo Schlegel escribe un mes ms tarde decepcionado: Escucha, yo amo y honro donde procede con cuerpo y alma, pero no de forma estpida, el origen de la lengua no es el del fundamentalista inmortal Fichte, sino de un iluminado que ha llegado a ser famoso a travs de un despiste ridculo. Es una cosa deplorable. La primera idea, no obstante, es buena. Quien no muestra cmo tena que originarse la lengua, debe quedarse en casa. Soar cmo se ha podido originar puede cualquiera ,4. El significado de las argumentaciones en el tratado para el tema de la relacin interpersonal, que introducen las explicaciones correspondientes de la Base del Derecho Natural, no ha sido reconocido por los crticos. 13 14

    13 Vid. Fichte in vertraulichen Briefen seiner Zeitge- nossen (Fichte en cartas de confianza de sus contemporneos), coleccionado y editado por Hans Schulz, Leipzig, 1923, p. 62.

    14 Ibdem, p. 63.

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 9

    Tal y como muestra el tratado del mismo tema en las lecciones de Platner de los aos siguientes, Fichte ha profundizado ms tarde en la problemtica de forma no especialmente significativa.

    [Reinhard Lauth y Hans Jakob]

  • [I]

    En un estudio sobre ei origen de la lengua uno no puede recurrir a hiptesis, o a la postulacin arbitraria de circunstancias especiales, bajo las cuales ha podido originarse una lengua, ya que los casos que han podido llevar a los seres humanos al descubrimiento y perfeccionamiento de la lengua son tan diversos, que ninguna investigacin podra averiguarlos totalmente: Obtendramos tantas explicaciones semiverdaderas del problema por este camino, como estudios emprendidos. Por este motivo, uno no se puede limitar a mostrar qu y cmo ha podido ser inventada una lengua: hay que deducir de la naturaleza de la razn humana la necesidad de este descubrimiento; es preciso demostrar qu y cmo la lengua ha tenido que ser inventada.

    Especialmente ha de precaverse uno en esta investigacin, del mismo modo que en cualquier otra, de anticipar el resultado que uno espera en-

    [i i]

  • 12 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    contrar. Hay que pensar en los seres humanos que todava no disponen de ninguna lengua, sino que tienen que inventarla, los cuales an no saben cmo tiene que ser construido el lenguaje, sino que tienen que inventarse ellos, por s solos, las reglas de construccin del mismo. Cada cual que investiga el origen de la lengua, tiene que partir de que la lengua prcticamente no existiera; tiene que pensar que tiene que descubrirla mediante su investigacin.

    Adems, se ha cometido el error en todas las investigaciones sobre el origen de la lengua, de basarse demasiado en un convenio voluntario; es decir, que se opinaba por ejemplo: dado que puedo denominar a un libro lber, |3i|3A.o

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 13

    Un ser racional puede deducir de estas mis acciones lo que he pensado. Pero esto no se denomina lengua. En todo lo que debe llamarse lengua no se intenciona nada ms que la denominacin de un pensamiento; la lengua no tiene ningn otro fin aparte de esta denominacin. En un acto, no obstante, la expresin del pensamiento es casual, no es el fin. No acto para comunicar a otros mis pensamientos; por ejemplo, no como para indicar a los dems que tengo hambre. Cada accin es fin en s misma; acto porque quiero actuar.

    En la explicacin de la lengua me he servido de la expresin smbolos voluntarios. Bajo este concepto entiendo aqu aquellos smbolos que sirven expresamente para indicar aquel o aquel otro objeto. Si tienen o no los mismos objetos denominados parecidos naturales esto aqu es totalmente indiferente. Puedo decir a los dems la palabra Pez un smbolo que con el objeto que debe indicar no tiene ningn parecido o puedo pintarles un pez; un smbolo, que no obstante, se parece al objeto denominado. En ambos casos no pretendo ningn otro fin que aquel de invocar en el otro un objeto determinado, por tanto, concuerdan ambos smbolos en ser voluntarios.

    La capacidad lingstica es la habilidad de uno de denominar de forma voluntaria sus pensamientos. Me expreso de forma tan general intencionadamente para que no se piense enseguida en una lengua para el odo. De la Ursprache (len-

  • 14 JOHANN GOTTUEB FICHTE

    guaje primitivo)15 no podemos afirmar que se haya compuesto solamente de sonidos y que haya sido solamente una lengua para el odo. Esta ltima pudo haberse originado mucho ms tarde y solamente es posible deducirla a partir de la existencia de la Ursprache y de un modo bastante ms complicado.

    La cuestin que se nos plantea primero es la siguiente: Cmo ha llegado el ser humano a tener la idea de expresar sus pensamientos mediante smbolos voluntarios? Esta pregunta contiene en s las dos siguientes: 1) Qu condujo al ser humano a la idea de inventarse una lengua? 2) En qu leyes naturales reside la causa para que esta idea haya sido elaborada as y no de otra manera? Es posible encontrar leyes que han guiado al ser humano en su ejecucin?

    Me expreso ms claramente. La lengua es la capacidad de denominar voluntariamente los pensamientos. Por lo tanto, presupone una voluntad. Un descubrimiento involuntario, un uso involuntario de la lengua contiene una contradiccin interna, a pesar de que se ha pensado en sonidos involuntarios en los estados de alegra, de dolor, etc. y de ello se ha querido deducir algo sobre el descubrimiento y las leyes de la lengua, pero ambos casos son totalmente distintos. La expresin involuntaria no es lengua.

    15 A continuacin utilizaremos en esta traduccin el trmino alemn Ursprache por ser un concepto especfico. (N. de la T.)

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 15

    Para determinar la voluntariedad del descubrimiento de una lengua hemos propuesto una idea de la misma. Por ello la pregunta: Cmo se desarroll en los seres humanos la idea de comunicarse mutuamente los pensamientos mediante smbolos?

    Solamente del hecho de que los seres humanos se han encomendado la tarea de inventar una lengua no resulta todava cmo y a travs de qu medios la ejecucin les ha salido bien. Por eso la ya citada cuestin: Existen medios en la naturaleza humana que necesariamente han tenido que ser considerados para realizar la idea de una lengua? Es posible investigar estos medios y cmo han tenido que ser utilizados para poder alcanzar el fin? Si encontrramos tales medios, podramos disear una historia de la lengua a priori. Y realmente es posible encontrar tales medios.

    Primero: De qu forma ha sido desarrollada la idea de una lengua en el ser humano? Tiene su fundamento en la esencia del ser humano de intentar dominar la fuerza de la naturaleza. La primera expresin de su fuerza est dirigida a la naturaleza, para adaptarla a sus necesidades. Incluso el ser humano ms rudo toma alguna medida para su comodidad y su seguridad; hace unas cuevas, se tapa con hojas y, si puede lograr el fuego, enciende lea para protegerse del fro. Intentar trabajar en todos los lados para vencer a la naturaleza hostil y donde no lo consigue la temer. As el ser humano teme al trueno porque se ve imposibilitado de dominar a la naturaleza

  • 16 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    en esta manifestacin de su fuerza. Podramos encontrar medidas para vencerla, entonces aquel miedo se perdera pronto. El ser humano se sirve de los animales o huye de ellos si no puede conseguir lo primero. As es seguro que, antes de descubrir el arte de dominar a los caballos, este animal grande y fuerte fue un objeto a temer para el ser humano; ahora, puesto que lo ha dominado, ya no lo teme.

    En esta relacin se encuentra el ser humano con la naturaleza viva e inerte: pretende modificarla, pero ella se contrapone a la interferencia y a menudo no la acepta. Por este motivo nos encontramos en una lucha constante con la naturaleza, pronto somos vencedores, pronto vencidos: someter o huir.

    Cmo se comporta, por el contrario, el ser humano originalmente con el mismo ser humano? Debera haber entre ellos en el estado natural crudo esta misma relacin que existe entre el ser humano y la naturaleza? Deberan intentar dominarse entre ellos o, por el contrario, si no creen tener la fuerza suficiente para lograrlo, se escaparan mutuamente?

    Suponiendo que esto fuese as, seguramente no podran vivir dos seres humanos uno al lado del otro; el ms fuerte vencera al ms dbil, cuando ste no huyera en cuanto viera a aqul. Pero hubiesen sido posibles de esta forma alguna vez unas relaciones sociales, hubiese sido posible la poblacin de la tierra?

    Su relacin hubiese sido posiblemente tal y

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 17

    como lo describe Hobbes16 en el estado natural; guerra de todos contra todos. No obstante, vemos que los seres humanos se llevan bien entre s, que se ayudan mutuamente y que mantienen relaciones sociales. La razn de este fenmeno tiene que estar en el ser humano mismo; en su original forma de ser tiene que poder mostrarse un principio que le determina de tal forma que se comporta con sus semejantes de otra manera que contra la naturaleza.

    S muy bien que muchos afirman que los seres humanos por Naturaleza pretenden someterse mutuamente. Sea cual fuere el argumento que se puede utilizar en su contra, una cosa es segura, que en la experiencia humana se pueden encon-

    16 Thomas Hobbes, 1588-1679. Thomas. Hobbes, Elementa philosophica de cive, Amsterodami, 1647, cap. I, n.. XII, p. 15: Ad naturalem hominum proclivitatem ad se mutuo lacessendum, quam ab affectibus, praesertim vero ab inani sui aestimatione derivant, si addas jam jus omnium in omnia, quo alter jure invadit, alter jure resistit, atque ex quo oriuntur omnium adversus omnes perpetuae suspiciones & studium, & quam difficile sit praecavere hostes parvo numero & apparatu, cum animo nos praevertendi oprimendi- que invadentes, negari non potest citer, sed bellum omnium in omnes. Thomas Hobbes, Leviathan, or The Matter, Forme, & Power o f a common-wealth ecclesiasticall and ci- vill, London, 1651, parte I, cap. 13, p. 62: Hereby it is ma- nifest, that during the time men live without a common Power to keep them all in awe, they are in that condition which is called Warre; and such a warre, as is o f every man, against every man..

  • 18 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    trar causas aparentes diversas, y que, por consiguiente, es posible contraponer este argumento al argumento contrario en la cuestin de su validez, aunque el mismo se afirmaba meramente como enunciado de experiencia. Por ello este argumento contrario tiene que ser deducido de un principio que reside en la naturaleza misma del ser humano, para deducir su validez. Nosotros queremos encontrar este principio.

    El ser humano pretende modificar la naturaleza ruda y animal segn sus necesidades. Este principio tiene que ser subordinado a aquel principio mximo en el ser humano: s siempre coherente contigo mismo; segn el cual acta constantemente en las manifestaciones ms generales de su fuerza, aunque no sea consciente de ello. El ser humano, por lo tanto, busca, no precisamente sobre la base de un principio claramente pensado, sino sobre la base de un principio enlazado con toda su esencia y que determina su libre voluntad sin aadir nada, de someterse a la naturaleza no racional para que todo acuerde con su razn, porque solamente bajo esta condicin puede estar de acuerdo consigo mismo. Puesto que es un ser imaginativo, y sobre la base de una cierta previsin que no hemos de determinar aqu, tiene que imaginarse las cosas tal y como son, entonces se encuentra que a travs de imaginarse las cosas como son y que no con- cuerdan con sus impulsos, incurre en una contradiccin consigo mismo. Por eso el impulso de trabajar las cosas para que concuerden con

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 19

    nuestras inclinaciones, para que la realidad con- cuerde con el ideal. El ser humano pretende necesariamente hacer todo lo que sabe de forma razonable. ,

    Ahora bien, si se encontrara en estos intentos con un objeto, el cual manifestara la racionalidad buscada sin su participacin, entonces se inhibir en atencin a la misma de toda la intervencin, puesto que ya encuentra aquello que debera originar mediante su intervencin en el objeto descubierto. Ha encontrado algo que concuerda con l. No sera absurdo querer formar un objeto segn su impulso que ya sin su participacin corresponde al mismo? Lo encontrado le ser objeto de alegra; se alegrar de encontrar un ser que le es igual: un ser humano.

    Pero en qu debera reconocer la racionalidad del objeto encontrado? En ninguna otra cosa que en aquella que reconoce su propia racionalidad en el actuar hacia fines. Sin embargo, la mera racionalidad con respecto a fines de las acciones en s sola no sera suficiente para una valoracin de este tipo, sino que se precisa adems de la idea un actuar con respecto a fines modificante, es decir, un actuar que se ha modificado segn nuestra propia racionalidad. Suponemos que el hombre natural acta con un objeto que o bien crece segn unas reglas determinadas, o lleva frutas, etc., o bien acta con uno que busca alimentos sobre la base de un instinto, duerme, despierta, etc., y al cual considera por consiguiente actuando con respecto a fines. En cuanto

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    un objeto de este tipo con el cual el hombre natural ha actuado con respecto a fines, siguiera su marcha sin que asuma un cambio en su racionalidad que estuviera en consonancia con la medida de aquella intervencin, no lo considerara razonable. Como actuando libremente y con respecto a fines considerara solamente aquel ser, que modifica su fin despus de que yo haya actuado con respecto a fines con l. Por ejemplo, utilizo la fuerza con un ser que lo precisa, ya que le muestro un bien y l responde; de modo que la modificacin del fin es siempre segn el fin que yo tengo con l mismo; en otras palabras, es una Relacin Causal entre m mismo y este ser. Solamente un ser, que despus de que le he expresado mi intencin cambia la suya en relacin con esta expresin, que utiliza, por ejemplo, la fuerza si yo la utilizo hacia l, que me agrada si yo le agrado, solamente un ser as lo puedo considerar razonable. Yo puedo deducir de la relacin causal que ha surgido entre l y yo, que l ha logrado una idea de mi forma de actuar y la ha adaptado a su racionalidad propia, y despus del resultado de esta comparacin ha dado libremente un giro distinto a sus actos. Aqu se muestra por lo visto un intercambio entre libertad y racionalidad con respecto a fines, y en este intercambio reconocemos la razn.

    El ser humano pretende, por tanto, necesariamente, encontrar racionalidad fuera de s; cuenta con un impulso que se muestra abiertamente en el hecho de que el ser humano est dispuesto a

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    adscribir vida y razn incluso a seres no vivos. Suficientes muestras de ello se encuentran muy a menudo en las mitologas y en las opiniones religiosas de todos los pueblos, etc. Segn hemos visto, es el instinto de concordancia con uno mismo el que lleva al ser humano a buscar racionalidad fuera de l.

    Justamente este instinto tena que engendrar en el ser humano el deseo, despus de haber entrado realmente en una interrelacin con seres de su especie, de comunicar sus pensamientos de una forma determinada al otro, con el que se haba relacionado, y con el fin de recibir del otro una comunicacin clara de sus pensamientos. Sin esta informacin tendra que ocurrir a menudo que el uno malentendiera la accin del otro y que respondiera de una forma totalmente contraria a las expectativas del otro actuante; un caso que pondra al ser humano en una contradiccin abierta con sus intenciones, y por consiguiente, luchara casi contra la concordancia consigo mismo que haba pretendido mediante la bsqueda de seres razonables. Quizs tengo una buena intencin con alguien y quiero demostrarle mi buena intencin mediante acciones. Pero ste interpreta estas acciones incorrectamente y responde mediante hostilidades. Tal comportamiento tiene que inducirme necesariamente a pensar que el otro malinterpreta mis intenciones, y a este pensamiento tiene que seguir pronto el deseo de poder comunicarle mis intenciones de modo menos ambiguo.

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    Tal y como me pasa a m con los dems les pasa a ellos conmigo. Qu fcilmente puedo malinterpretar la accin bienintencionada de otro y contestar con ingratitud! Pero, en cuanto entiendo mejor su intencin, deseo reparar mi falta y entender mejor sus pensamientos en el futuro. Por lo tanto, deseo que el otro conozca mis intenciones, para que no acte en contra ma, y por la misma razn deseo saber las intenciones del otro. Por ello la tarea de descubrir ciertos smbolos, mediante los cuales podemos comunicar nuestros pensamientos a los dems.

    No obstante, con estos smbolos pretendemos nica y exclusivamente la expresin de nuestros pensamientos. Si estoy enfadado con alguien, entonces esta ira se le muestra mediante un trato hostil, pero en este acto simplemente est presente la intencin de ejecutar mis pensamientos, y no la de transmitrselos mediante un smbolo. Sin embargo, con respecto a la lengua meramente la denominacin es intencin, y no como expresin de la pasin, sino como causa de una interrelacin mutua de nuestros pensamientos, sin los cuales, tal y como mencionbamos ahora, una relacin causa-efecto de las acciones adaptada a nuestros impulsos no puede existir.

    Por consiguiente, nace en nosotros la idea de transmitir nuestros pensamientos mediante unos smbolos intencionados debido a la relacin con los seres humanos, en una palabra; nace la Idea de la Lengua. En definitiva, en el impulso natural del

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    ser humano de encontrar racionalidad fuera de s reside el Im pulso especial de R ealizar una Lengua, y la necesidad de satisfacerlo aparece cuando seres racionales entran en una interaccin.

    Generalmente pensamos con respecto a la lengua slo en S m bolos p a ra e l O do . Cmo ha surgido que nos dirigimos con la lengua precisamente a este sentido, lo explicaremos a continuacin. A q u ningn smbolo est excluido; tal y como en la U rsprach e seguramente tampoco ningn smbolo estaba excluido17.

    La funcin de la lengua ahora est presente; pero cmo se pudo realizar?

    La naturaleza se nos descubre especialmente mediante la vista y el odo. Aunque tambin se nos anuncia mediante el sentimiento, el sabor y el olfato; pero las impresiones que recibimos por esta va, en parte, no son vivas, en parte, no lo suficientemente determinadas y, por lo tanto, nos dejamos guiar preferentemente en nuestras percepciones externas por la vista y el odo, siempre y cuando el uso de estos sentidos no est impedido. Tal y como la naturaleza le indic

    17 No demuestro aqu que el ser humano no pueda pensar sin lengua, y sin la misma no pueda tener conceptos generales y abstractos. Eso s, lo puede realizar a travs de las imgenes que se esbozan mediante la fantasa. Segn mi opinin, se ha concedido una importancia exagerada a la lengua pensando que sin ella no hubiera tenido lugar ninguna utilizacin de la razn.

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    algo al ser humano mediante el odo y la vista, los seres humanos tenan que comunicarse en libertad. En este sentido sera posible denominar una lengua basada en esta regla fundamental la Lengua Original o la Lengua de los Jeroglficos.

    Segn estos presupuestos, los primeros smbolos de las cosas se habran deducido de la naturaleza; no eran otra cosa que la imitacin de la misma. Aqu la comunicacin misma de los pensamientos era intencionada, tal y como tiene que ser en relacin con cualquier lengua, pero no lo era la forma de esta comunicacin; sta dependa de mi voluntad si quera indicar al otro mis pensamientos o no; pero en el smbolo mismo no haba voluntad.

    La denominacin de las cosas mediante la imitacin de sus propiedades segn los sentidos, resultaba de modo fcil. Len se expresaba, por ejemplo, a travs de la imitacin de un rugido, viento por la imitacin de su susurro. As se expresaban los objetos, que se evidenciaban a travs del odo, mediante unos sonidos; otros se anunciaban por la configuracin de la cara, se poda reconstruir fcilmente con un esbozo ligero en la arena. Por ejemplo, peces o redes que iban acompaados con unos gestos e indicaciones hacia la orilla, eran para aqul al que iban dirigidos estos signos una exhortacin a pescar.

    Esta lengua se inventaba fcilmente, y de modo suficiente, cuando se juntaron dos para entretenerse o para trabajar uno cerca del otro.

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    Cada uno presta atencin al signo del otro; uno imita un sonido, el otro tambin; uno dibuja algo con el dedo, el otro tambin. As se entienden mutuamente; uno sabe lo que piensa el otro; y aqul sabe qu es lo que quiere que piense. Ahora bien, imaginmonos que estos dos trabajan cada uno por s solo y lejos uno del otro, por ejemplo en la caza. Uno quiere comunicar al otro un pensamiento, el cual solamente es expre- sable mediante un signo para la cara; pero, para mayor desgracia el otro no le dirige su mirada, o no puede descifrar sus signos a causa de la gran distancia. Aqu la conversacin es imposible.

    Adems, pensamos en varios que estn reunidos para aconsejarse. Esto suceder muy a menudo con seres humanos incultos y rudos en los que estamos pensando aqu ya que precisan muchas veces del consejo mutuo. Tomamos en consideracin si la supuesta lengua de los jeroglficos para una comunidad tan grande puede ser cmoda. Suponiendo que se juntan diez; mientras que uno habla y ocho escuchan, se le ocurre al dcimo decir algo tambin. Pero nadie observa sus signos, puesto que el resto escucha al primero. Cmo puede lograr que se le preste atencin?

    Recordamos un hecho, que demuestra la experiencia diaria. El odo gua involuntariamente a los ojos; uno se dirige hacia la direccin de procedencia del ruido, incluso sin pensar conscientemente la intencin de averiguar la causa de este ruido; es ms, a uno le cuesta muchas veces

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    no mirar. Dado que en la Ursprache la persona supuesta es libre de expresarse tanto en signos para la cara como en signos que se dirigen al odo, la persona intentar dirigirse al ltimo sentido segn nuestra escueta mencin anterior, para llamar inicialmente simplemente la atencin de la comunidad, y probablemente articular primero un sonido impreciso, por ejemplo un hm. Ahora los dems dirigirn la mirada hacia ella, entonces puede comunicarse con ellos utilizando signos para la vista. Pero es posible que todos estn sumergidos en el pensamiento del primer locutor, al que interrumpen ahora, y que estn interesados nicamente en este locutor, por cuyo motivo quitan de nuevo su mirada del dcimo miembro del grupo. Este hecho no le resultar indiferente a aqul, ya que est convencido de que lo que quiere decir, tiene la mayor importancia por cuyo motivo no va a estar tan tranquilo con la desatencin de su comunicacin. Cuanto ms sea su deseo de comunicarse, ms fuertemente tiene que sentir su incapacidad de poder demostrar a la asamblea sus pensamientos mediante unos signos de percepcin visual; y esta incapacidad, en relacin con el recuerdo del efecto que haba tenido el sonido inicial para la comunidad, tiene que llevarle a la idea, que obligara a la comunidad de prestar atencin a su locucin si su conversacin se compusiese totalmente de signos para el odo.

    An hay ms. Si transformramos la supuesta comunidad en una, en la cual cada uno quiere

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    hablar, cada uno deseara transformar la lengua de los jeroglficos, en la cual intercambian signos para el odo con signos perceptibles a travs de la cara, en una lengua propia para el odo, para lograr ms aceptacin y atencin. Mediante una lengua de este tipo, aquel del caso anteriormente mencionado, podra tambin indicar sus pensamientos a otro a travs de la distancia o en la oscuridad.

    A causa de estas insuficiencias de la Urspra- che, que no llama la atencin, sino que la presupone, que solamente se puede usar en la cercana y de da, necesariamente se origin la tarea de transformarla en una lengua propia para el odo.

    Pero cmo se podra resolver esta tarea? De qu forma podra sealar el ser humano los objetos que no se caracterizan por sonidos a travs de sonidos? El pastor denominar a su ganado y a los enemigos del mismo, al len, al tigre y al lobo a travs de la imitacin de sus voces. Pero cmo es posible denominar para el odo a un pez, vegetales y otros objetos, los cuales la naturaleza no nos anuncia mediante sonidos?

    Adems hay que tener en cuenta que, en la medida en que aumentan las necesidades de las personas, cada vez se usan ms objetos, por ejemplo tiendas de campaa, redes y otras herramientas, que segn su propia naturaleza no desprenden ningn sonido. Pero tambin para estos objetos es preciso encontrar un sonido que los denomine.

  • 28 JOHANN GOTTLIEB FICHTEUsualmente se piensa en acuerdos para explicar

    la invencin de tales denominaciones; se supone que los seres humanos, en una situacin que exiga una lengua para el odo, se hubieran puesto de acuerdo para denominar a este objeto pez, a aqul red, etc. No obstante, esto no tiene sentido. Primero, de qu modo se lleg a la idea de denominar a objetos, que hasta entonces se haban expresado siempre mediante signos naturales, a travs de sonidos arbitrarios? Despus, cmo result que aquel que propuso los sonidos no los olvid o, incluso, que toda la tribu los record? Finalmente, cmo es pensable que una masa de seres humanos libres se sometieran a la opinin de uno solo; que aceptaran una propuesta que meramente se fundamentara en la voluntad de uno solo?

    Para mayor abundamiento hay que tener en cuenta con respecto a la deduccin de la lengua, y especialmente en el estado actual de la investigacin, que los distintos momentos del descubrimiento y de la modificacin de una lengua no se han sucedido de forma tan rpida. Quin sabe cuntos miles de aos han transcurrido antes de que la Ursprache se haya convertido en lengua para el odo.

    Adems la experiencia nos demuestra que las lenguas siempre cambian y que recogen modificaciones nuevas, pero que esta susceptibilidad a los cambios se muestra de una forma ms o menos fuerte segn el grado de cultura que tenga una lengua. La experiencia muestra de forma excelente que la lengua se modifica ms en un pueblo

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    que an no escribe, sino que habla solamente, puesto que el sonido original de un smbolo, si se ha perdido alguna vez, no puede ser recuperado de nuevo. Sin embargo, donde escriben retienen el sonido y les es posible determinar una y otra vez como se pronuncia una palabra. Por consiguiente, la lengua se institucionaliz fuertemente a travs de la invencin de las letras.

    Siguiendo esta idea, una lengua viva se modifica siempre en interrelacin con su cultura; cuanta ms formacin tiene, menos avanza; cuanto menos culta es, ms se modifica; y cambia ms si no se retienen sus sonidos mediante smbolos escritos. Esta idea la necesitamos para explicar de qu modo la Ursprache se ha transformado en una lengua perceptible para el odo.

    (S igue en e l p r x im o nm ero d e la rev ista .)

  • [II]

    (Conclusin del tratado interrumpido en la revista anterior.)Despus de estas pre-memorias, llegamos a la

    respuesta de la pregunta misma: Cmo se pudo transformar el lenguaje jeroglfico en lenguaje hablado?

    En el lenguaje original, pronto tuvieron que cambiar sensiblemente los signos para el odo, que eran las imitaciones de voces naturales, por ejemplo la denominacin del len, del tigre, etc., que se expresaban con su particular rugido. En un pueblo que como se sabe de las tribus salvajes ama las reuniones, que trabaja y come en grupo, etc., ocurre fcilmente que un hombre logra destacar ante los dems, por la superioridad de su inteligencia, y que llega a ser sin votacin alguna su jefe de ejrcito en la guerra y su portavoz en las reuniones. Tal hombre, a cuyas palabras se presta atencin, adquirir por

    [31]

  • 32 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    costumbre una facilidad al hablar, y a causa de esta facilidad nombrar las cosas slo superficialmente, no le importar pasar por encima de este o aquel sonido. La gente se va acostumbrando a esta irregularidad y aprender a entender la denominacin ms fugaz. Poco a poco se ir alejando ms y ms de la verdadera imitacin de los sonidos naturales, sus denominaciones sern cada vez ms cortas y ligeras, as que quiz ya despus de varias dcadas casi no se podr encontrar un parecido entre su denominacin de un objeto y el sonido natural, a travs del cual ste se anuncia al odo. Los dems, que intentan aprender a entender estos signos del habla ms ligeros, pronto encontrarn ms cmodo imitar esta manera de hablar, que adems es recomendable por su mayor ligereza.

    Cuanto ms avanzaron estos seres humanos en el modo de denominar las cosas alejndose de la naturaleza, tanto ms tenan que darse cuenta, incluso prestando poca atencin a s mismo y a su manera de expresarse, de que se pueden expresar cosas de una manera que no imita a la naturaleza y que quizs es posible expresar con unos sonidos cosas, que en s no tienen sonido. Qu camino se tendra que emprender para realizar este pensamiento?

    Aunque ciertos objetos no se anuncian expresamente a nuestros odos, en determinadas circunstancias les corresponde casualmente un sonido. La helada, por ejemplo, no tiene sonido, pero si se pisa, se oye un cierto crujido caracte-

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 3 3

    rstico, que poda haberle dado nombre; el bosque no suena, pero s suena si uno camina sobre sus hojas secas, etc. Muchas veces pudo haber sido una casualidad, que ocurri cuando un hombre estaba ocupado en la contemplacin de un objeto, la que origin la creacin de un sonido para aqul. Por ejemplo, alguien ve una flor, y justamente en ese momento se aleja una abeja que estaba libando la miel, y al alejarse hace su tpico zumbido; la persona nunca haba visto ni una flor ni una abeja, y en su fantasa se rene el zumbido con el pensamiento de la flor, y esta conexin le lleva naturalmente a la conclusin de encontrar una misma denominacin para la flor y para la abeja.

    As surgi la denominacin de las cosas segn ciertos sonidos, casualmente interrelacionados con ellas. Ahora hay que imaginarse el impulso de convertir el lenguaje de signos en lengua hablada, con incesante virtud, incluso cuando los objetos ms conocidos los que tenan que ver con los quehaceres diarios del hombre ya tenan denominaciones para el odo; as es muy comprensible cmo finalmente se lleg a fijar sonidos para denominar un objeto, cuya denominacin ni casualmente haba sido evocada por un sonido. Para explicar el significado de tal sonido, el inventor tuvo que explicarlo con otros sonidos ya conocidos, con cuya composicin poda crear nuevas palabras. As, fcilmente le era posible, enriquecer su lenguaje con nuevas denominaciones, juntando varios sonidos, cuyos

  • 34 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    objetos tenan cierta relacin con el objeto que haba que denominar.

    Pero quin tena que ocuparse de la invencin y elaboracin de un lenguaje hablado? Y cmo se poda poner en circulacin tal denominacin espontnea como expresin general, que haba inventado un individuo y que no estaba relacionada directamente o slo casualmente con el objeto? Es lgico que esta operacin haya sido realizada preferentemente por el padre y madre de familia, que en sus quehaceres diarios a menudo ha tenido la posibilidad de inventar nuevos sonidos, con los cuales ha podido encomendar a sus convecinos la elaboracin de un objeto, usando una expresin que se explic inicialmente al hablar del objeto. Usndolas a menudo, estas expresiones se hicieron tambin ms familiares a los padres.

    Aun cuando el padre de familia se explicaba a su familia, usando las denominaciones inventadas, y cuando, por ejemplo, pidiendo una rosa, su hijo le llev la flor pedida mediante esta expresin; cmo se pudo enterar toda la tribu de esta palabra?, por qu no poda haber tenido el segundo y el tercer vecino la libertad de denominar la rosa con otro nombre? Con lo dicho entonces slo se poda explicar cmo se cre y ampli el lenguaje de la familia, pero no cmo pudo desarrollarse el lenguaje de toda la tribu. Esta cuestin se resuelve de la siguiente manera.

    En los pueblos incivilizados siempre habr unos pocos que tienen la suficiente cabeza y su-

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 35

    ficientes ganas de ocuparse de la elaboracin de la lengua. Por lo tanto, aquellos que demuestran la capacidad y la actitud correspondientes a esta difcil tarea pronto ganarn influencia sobre los dems a causa de sus capacidades. Si esta gente ahora tiene otros talentos aparte de estos mritos, talentos que les ayudan a ocuparse de los asuntos pblicos de su pueblo (y eso es muy probable, porque la gente, segn nos la imaginamos aqu, todava no ha llegado a una educacin unilateral por circunstancias ajenas, sino que puede destacar en varias reas), pronto estarn al frente de la tribu y llevarn la palabra en las reuniones. Entonces aplicarn en las reuniones las denominaciones que haban inventado para las necesidades de su familia; stas sern aceptadas y se seguirn usando. De esta manera se extender el descubrimiento del amo por toda la tribu.

    Pero cmo podan entender siempre estas expresiones y no olvidarse de ellas? No hay que imaginarse que esto ocurri de repente y todo a la vez. El locutor no present toda una cadena de sonidos nuevos que haba que aprender al mismo tiempo; las expresiones aparecieron ms bien a lo largo de los discursos y fueron entendidas, quizs no solas, pero s en relacin con otras palabras conocidas. El orador tiene la atencin de todos los ojos y de todos los odos; todo el mundo le observa, aprende lo dicho y usa, ms tarde, en sus propias familias los signos aprendidos.

  • 36 JOHANN GOTTIIEB FICHTE

    Hasta ahora intentamos demostrar cmo los objetos individuales han sido denominados para el odo. Ser ms difcil investigar la denominacin de trminos generales. En la realidad no existe ningn objeto que, aparte de los rasgos de su especie, no tenga rasgos de un particular tipo de esta especie. Por ejemplo, no todos los objetos son solamente un rbol, sino a la vez son un abedul, un roble, un tilo, etc. Sin embargo, cmo ocurri que trminos generales llegaran a expresar, por ejemplo, al del rbol?

    Ha sido fcil llegar a las denominaciones de los conceptos generales de categora. Un padre de familia ense a uno de sus hijos una flor que llam rosa. Poco despus le mand coger la rosa. El nio seguramente asoci con este sonido aquella flor individual y determinada que le haba enseado su padre. Pero no encuentra esta flor determinada, sino que ve al lado otra flor parecida, que para el nio tambin se llama rosa. La coge y se la lleva al padre, que acepta la flor como rosa. As quedan en que el sonido rosa no slo significa aquella cosa particular en aqyel sitio determinado, sino que significa en general todas las flores de la misma forma, del mismo color, del mismo olor. As, probablemente con el primer intento de un lenguaje hablado, fue a la vez posible la denominacin de los conceptos de categora. Generalmente es correcto pensar que los conceptos de categora se desarrollaron antes que los de especie, porque para los ltimos hace falta un mayor grado de abstraccin. Por consiguiente, tenan que haberse derivado las deno

  • SOBRE LA CAPACIDAD LINGSTICA 37

    minaciones para los conceptos de especie ms tarde que las denominaciones para los de categora. Adems no hay tanta necesidad de especificar el concepto genrico por ejemplo, el del rbol como los conceptos de categora: abedul, roble, etc.

    Aquellas denominaciones de conceptos de categora, a las que no sigue el signo del concepto genrico al que pertenecen, seguramente fueron inventados antes que los nombres de sus conceptos genricos-, en cambio, donde se encuentra aadida la denominacin de la especie al concepto de categora, ah seguramente el segundo se invent ms tarde. As, no se dice Birken baum (abedul-rbol), Fichten baum (abeto-rbol), porque las denominaciones de estas categoras de rboles existieron antes que las denominaciones genricas. Pero en cambio se dice Birn baum (peral), Apfel baum (manzano), Nu8 baum (nogal), etc., porque aqu el concepto de categora es conocido ms tarde que el de su especie. Segn es sabido, estos tipos de rboles no son alemanes, sino que eran importados, cuando ya haban sido denominadas las categoras de los rboles salvajes y las de especies. Entonces llamaron a los rboles importados y extraos, antes de darles un nombre determinado, primero por la palabra de especie: rboles. La fruta ya tena nombre, que quiz era conocido por los comerciantes, y as se crearon las expresiones: manzano, peral, etc.

  • 3 8 JOHANN GOTTLIEB FICHTE

    Conceptos muy abstractos aparecieron mucho ms tarde, y sus signos a menudo fueron antes signos de categora. Uno de los conceptos ms abstractos es el de cosa mediante cuya palabra se denomina en general lo existente. La derivacin de esta palabra en la lengua alemana es menos complicada que en el latn, porque en esta lengua la palabra Ens no expresa existir, sino el mero trmino ser. Inicialmente, en el alemn todo lo que tena que ver con instrumentos, se llamaba Ding (cosa). Lo vemos en el caso de los nios o de la gente inculta, que en vez del nombre correcto (o porque todava no lo conocen o porque no se acuerdan) dicen, por ejemplo, en vez de pluma, una cosa que sirve para escribir. Este significado de la palabra cosa se confirma por el hecho de estar estrechamente relacionado con Dng y Dung y se confunden fcilmente. Lutero, por ejemplo (Martn Lutero, 1483-1546) usa la palabra Ding muchas veces como terminacin de una palabra, en vez de Deutung-Deutding (explicacin- cosa que explica), etc., y, si se investigase en los antiguos monumentos de nuestra lengua, se encontraran muchos casos parecidos. Poco a poco se lleg a atribuir a esta palabra un significado superior, y as se convirti finalmente en la de- 18

    18 Se mantienen aqu las palabras alemanas ya que no se trata del significado traducido, sino que el autor establece la relacin con el sonido parecido en el idioma alemn: DING - DNG - DUNG. (N. de la T.)

  • SOBRE LA CAPA CIDAD LINGSTICA 3 9

    nominacin de un concepto de categora, la expresin de algo, que indica un otro en la denominacin de uno de los conceptos ms generales, en la denominacin para algo en general. An ms complicada es la explicacin de la palabra ser. Ser e