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Tema: Fauna marina accidentada: recuperación de tortugas marinas. Autor: Pascual Calabuig Miranda.

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FAUNA MARINA ACCIDENTADA: RECUPERACIÓN DE TORTUGAS MARINAS

PASCUAL CALABUIG MIRANDA

CENTRO DE RECUPERACIÓN DE FAUNA SILVESTRE DE TAFIRA CABILDO DE GRAN CANARIA

[email protected]

El presente documento sobre las actuaciones a aplicar en caso de detección de tortugas marinas accidentadas o enfermas va dirigido fundamentalmente a los guías de observación de cetáceos y actividades relacionadas. Las recomendaciones sobre la atención de urgencia a tortugas marinas se ha intentado que puedan ser aplicadas por quienes encuentran tortugas accidentadas o enfermas en tanto los animales son remitidos a centros especializados.

Desde mediados de la década de los 80 del pasado siglo, el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira (CR) acoge los ejemplares de la fauna silvestre que resultan accidentados o enfermos en su entorno geográfico. Si bien en la actualidad su ámbito competencial es la isla de Gran Canaria, cada año ingresan animales procedentes de casi todas las islas del Archipiélago Canario. La media de ingresos estaba en torno a los 1.700 ejemplares de los que una gran parte son animales marinos. Una de las claves de este relativamente elevado número de ingresos, creemos que estriba en la implicación ciudadana en diferentes campañas de recuperación de fauna que tienen una gran trascendencia social. Producto de esta política de trabajo era la aportación al CR de la casi totalidad de ejemplares que resultaban accidentados o enfermos en la propia isla de Gran Canaria. Sin duda esta situación de compromiso ha variado a partir de 2013 en que desde la dirección política de nuestra Consejería se ha sustituido la labor profesional de CR en el operativo de recogida de pollos de pardela cenicienta para dar esa responsabilidad a voluntarios.

La ubicación del CR en el interior de la isla a una cota de unos 300 metros sobre el nivel del mar, junto al Campus Universitario de Tafira, unido al alto ingreso de animales marinos nos ha hecho recurrir a instalaciones cercanas a la costa, donde el inestimable recurso del agua marina en circuito abierto hace factible las tareas de rehabilitación. Por ello el área marina de nuestro CR está situada en instalaciones conveniadas en su momento con el Instituto Canario de Ciencias Marinas de Taliarte (ICCM) y en la actualidad con la ULPGC, situadas en la costa Este de la isla, muy cerca del Aeropuerto de Gando y de la ciudad de Las Palmas de GC. Allí disponemos de un conjunto de 9 piscinas en las que ubicar tortugas marinas, pequeños cetáceos y aves que precisen ejercitarse en el agua de mar.

Los traslados de animales entre las diferentes islas de nuestro archipiélago se realizan aprovechando las líneas de transporte de pasajeros tanto marítimas (Ferris de Fred Olsen o de Armas) como aéreas (Compañía Binter Canarias) que colaboran de forma altruista en la recuperación de fauna. Raro es el día en que no debemos acudir al aeropuerto a realizar recogidas o envíos entre islas. En apenas unas dos o tres horas desde su captura, un ejemplar silvestre accidentado puede estar siendo atendido en nuestro hospital especializado, gracias a esta colaboración entre los Cabildos de determinadas islas, que prefieren remitirnos los animales silvestres accidentados.

También nos son remitidas por vía aérea la práctica totalidad de las escasas tortugas que ingresan en Reino Unido e Irlanda a donde llegan transportadas por la Corriente del Golfo, en el ramal que se dirige al norte. Una vez que se enfría el agua las tortugas van debilitándose y pueden ser capturadas antes de morir por hipotermia.

En el CR disponemos de una clínica debidamente dotada de medios diagnósticos (radiología, endoscopía, hematología, etc.) y terapéuticos, incluyendo un quirófano equipado adecuadamente para tan específica tarea.

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No obstante en determinados casos recurrimos a los sofisticados medios y especialistas que nos ofrece la, relativamente cercana, Facultad de Veterinaria de la ULPGC.

A partir del año 1998 en que las competencias sobre recuperación de fauna silvestre fueron delegadas a los Cabildos (luego transferidas en 2002), y hasta el año 2012, el número de ingresos de tortugas marinas en Tafira fue de 1.681 ejemplares. El número de ingresos por año se refleja en la siguiente gráfica.

Número de ingresos de tortugas marinas en el Centro de Recuperación de Tafira por año en el

período 1998- 2012, de gestión del Cabildo de Gran Canaria.

Entre las causas de ingreso de las tortugas destaca el 50 % de enmallamientos con

basura flotante tal como rafias, cuerdas, aparejos de pesca, plásticos, etc.

De las 1.681 tortugas ingresadas, un total de 213 ejemplares ingresaron muertos. De las ingresadas vivas murieron o fueron eutanasiadas 271 ejemplares. Por el contrario un total de 1.197 (71,2%) pudieron ser liberadas en las diferentes islas. DIAGNOSTICO DE TORTUGAS MARINAS ACCIDENTADAS O ENFERMAS

Cuando una tortuga marina se deja capturar en el mar, o bien ha varado en la orilla, debe haber alguna causa, sea enfermedad o accidente, que lo motive. La manera más rápida y eficaz de recibir ayuda será avisar al teléfono único de emergencias 112. En tanto la tortuga es recogida o trasladada al CR podemos ayudarla. El diagnóstico de la causa que origina el daño será de gran ayuda, y requisito previo, a la hora de aplicar un adecuado y específico tratamiento de urgencia.

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En cuanto a las tortugas bobas (Caretta caretta) es posible que en determinadas zonas, especialmente en las calmas a sotavento de las islas, se encuentren descansando y soleándose en superficie (termoregulando). Puede confundir a un observador que crea que está enferma y, si se acercan con cuidado, puede incluso que el animal se deje capturar, en principio sin resistencia. Pero desde que se “espabila” aleteará y se debatirá intentando escapar. Si es así y no se detectan lesiones y a la tortuga se le nota poderosa y bien de peso, lo mejor es soltarla y dejarla ir. Si se dejara recapturar en un segundo intento entonces sí que debe de remitirse a algún Centro de Recuperación pues ya no sería normal ese comportamiento.

Es importante que el establecimiento del diagnóstico y posterior atención de urgencia

deba compatibilizarse con la rapidez en el posible traslado a un centro especializado. En cuanto al diagnóstico inicial, puede resultar evidente en algunos casos, como por

ejemplo petróleo, enmmallado, anzuelos, etc. O resultar casi imposible en otros casos, sobre todo si se carece de los medios diagnósticos necesarios.

Para ayudarnos en el diagnóstico de las causas del varamiento y la posible

existencia de afecciones, debemos de:

1.- Recopilar el máximo de datos de la tortuga. En muchas ocasiones la observación y análisis de la captura nos pueden orientar posibles diagnósticos (anzuelos de palangres, ahogamientos por arrastreros, choques, flotando a la deriva, etc). Procurar dejar constancia de esos datos a ser posible anotándolos en una ficha u hoja anexa. También podemos comunicarlo verbalmente al personal del centro donde se traslada la tortuga. En muchas ocasiones dado el paso del animal por varios estamentos colaboradores se pierde esa información tan valiosa. 2.- Exploración de la tortuga.

Debemos ser metódicos a fin de que no se nos pasen por alto síntomas o cualquier circunstancia que nos ayude en el diagnóstico. Comenzamos por explorar el 2. 1.- Aspecto general de la tortuga. Intentamos reconocer la especie. Nos fijamos en su tamaño y peso relativo de forma que si encontramos que el animal resulta muy ligero para su tamaño podemos pensar en estados de emaciación o debilidad provocado por algún proceso crónico. Intentamos detectar las posibles causas de su mal que pueden ser bien evidentes como petroleadas, enmalladas, golpes, etc. En todo caso continuamos luego explorando el animal. 2.2.- Exploramos la cabeza. Nos fijaremos en: 2.2.1.- Orificios nasales: deben estar libres de obstáculos como por ejemplo alquitrán o piche. A veces también presentan pus caseoso característico de procesos infecciosos. 2.2.2.- Boca o pico: existencia de nylon (colgando o bien en el interior), anzuelos, restos de alquitrán o plásticos, fracturas de la mandíbula, etc.

Conviene abrir la boca y observar su interior. Para ello se le toca encima de la cara, suelen reaccionar abriendo la boca, momento en que podemos trabar el cierre con un objeto de goma (tubo de goma). No usar objetos metálicos o agudos pues la fuerza de la mordida puede lesionar el pico córneo de la tortuga. Mucho cuidado con los dedos pues las mandíbulas de las tortugas son muy poderosas, incluso en un animal debilitado. 2.2.3.- Ojos: nos fijamos en los párpados (existencia de epibiontes como pequeñas clacas o balanos). Exploramos el reflejo palpebral tocando levemente la superficie del párpado. Detectamos la existencia y normalidad de ambos ojos (en ocasiones los párpados enmascaran la pérdida o lesiones de algún ojo). Recordar que existe un tercer párpado o membrana nictitante que puede tapar el globo ocular.

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En lo que respecta a la cuenca orbitaria fijarse si el ojo aparece hundido, dando un aspecto depauperado a la tortuga lo cual es un síntoma característico de emaciación y deshidratación.

En ocasiones una sustancia sólida y blanquecina se halla alojada en el interior del saco conjuntival o incluso tapa todo el ojo. Se trata del pus caseoso (caseum) que producen los reptiles incapaces de producir pus líquido. Puede lavarse con suero o agua salada con un poco de presión pero no manipular el ojo ni restregar para limpiarlo. Ya se realizará en el CR con mucho cuidado.

Ejemplar de tortuga boba afectada de una grave querato-conjuntivitis caseosa que ocupa todo el

espacio ocular. Tras la extracción, con bastoncillos y suero fisiológico a presión, y un tratamiento con

colirio antibiótico, manteniendo al animal fuera del agua durante unos días, se pudo combatir el

proceso infeccioso. Luego, tras una larga recuperación del estado general en las piscinas de Taliarte,

la tortuga pudo ser liberada. Abril 2008,

2.3.- Cuello: detectamos el reflejo de protección al tocar o pellizcar la parte dorsal del cuello. Si este reflejo no existe podemos considerar que la tortuga está bastante grave, en estado de coma. Deberá de instaurarse a la mayor brevedad un tratamiento de choque para revitalizar al animal. Remitir a CR.

En el cuello nos fijamos también en la existencia de redes o hilos que compriman o

corten la piel. En ocasiones el nylon ha cortado el tejido y es difícil visualizarlo entre los pliegues del cuello retraído.

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Ejemplar de tortuga boba (Caretta caretta) con una gran cicatriz que le rodea todo el cuello

producida por enmallamiento con un saco de rafia. Durante semanas el animal presentó problemas

para respirar debido a la estenosis que la compresión del cuello produjo en la tráquea. Taliarte,

agosto 2001.

En ocasiones anzuelos clavados en el esófago cervical pueden llegar a asomar a través de la piel del cuello.

2.4.- Aletas delanteras y traseras. Es muy corriente la existencia de cortes y erosiones producidos por los enmallamientos que resultan muy evidentes. Nos fijamos en la movilidad de las aletas detectando posibles asimetrías, fracturas, o artritis.

En las aletas traseras fijarse bien. A veces quedan escondidas en el hueco inguinal y si no se mira la parte ventral de la tortuga pueden pasar desapercibidas lesiones en las mismas e incluso restos de filamentos o rafias comprimiendo la extremidad.

2.5.- Caparazón. Detectamos la integridad del mismo y la existencia de posibles fracturas o pérdidas de sustancia (choque con hélices, mordidas de tiburón, etc), especialmente en los bordes.

Las fracturas del caparazón no tienen por qué implicar movilidad de los fragmentos (fracturas estables) aparecerá como una grieta en la integridad de los escudos córneos. En otras ocasiones los movimientos de la tortuga producen desplazamiento y crepitación de los bordes fracturados (fracturas inestables).

La existencia de epibiontes como algas o cirrípedos en el caparazón y aletas, es síntoma de padecer algún problema grave y crónico.

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Ejemplar de tortuga boba (Caretta caretta) encontrada flotando a la deriva. En el CR se pudo

detectar una grave anemia probablemente ocasionada por el enmallamiento de la aleta delantera

izquierda que estaba amputada. CR de Tafira 22 febrero 2013.

2.6.- Plastrón. Igualmente detectamos su integridad y la posible existencia de heridas o fracturas. En algunos casos aparece muy blando, cartilaginoso, con falta de osificación de sus diferentes partes. Ello revela problemas crónicos durante el crecimiento del animal.

Para explorar el plastrón podemos pedirle al ayudante que levante la tortuga y mirarla agachándonos un poco o bien voltear el animal. Esta maniobra realizarla siempre con cuidado y sin brusquedad. Al recolocarla en su posición deshacer el mismo movimiento inicial. Así evitamos la posibilidad de torsiones de partes del tubo digestivo.

2.7.- Cloaca. Nos fijamos en la existencia de posibles filamentos o plásticos. Nunca tirar de los mismos pues en caso de un síndrome por cuerpo extraño lineal lo que conseguiríamos sería cortar el intestino.

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Ejemplar de tortuga boba en el que podemos visualizar un fragmento de nylon que asoma de la

cloaca.

En el entorno de la cloaca o escondido en el hueco inguinal es frecuente encontrar un pequeño cangrejo (Planes minutus) que vive allí aprovechando restos de las heces de la tortuga y de los epibiontes que se desarrollan en su superficie. En su caso retirarle el cangrejo. Estos cangrejos si existen zonas necrosadas en la tortuga acudirán allí para alimentarse, llegando incluso a introducirse en cavidad celómica si existen soluciones de continuidad para ello.

Un cangrejo de las tortugas (Planes minutus) pinzando la piel de la aleta trasera de de una tortuga

boba. Normalmente se les localiza en la zona cloacal donde encuentra alimento y viaja como polizón.

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Para terminar con el diagnóstico comentar que puede ser de gran ayuda para la persona que atiende directamente la tortuga, el contactar con algún especialista para orientarle en la toma de datos y, posteriormente, de decisiones.

PATOLOGÍAS MÁS FRECUENTES EN LAS TORTUGAS MARINAS

Los problemas más frecuentes con los que nos podemos encontrar en el entorno de Canarias los agrupamos en:

1) Enmallamientos

2) Anzuelos

3) Petroleados

4) Heridas del caparazón o plastrón

5) Anomalías en la flotación

6) Debilidad o emaciación

7) Ahogamientos

8) Ingestión de cuerpos extraños

9) Anomalías en los ojos

10) Anomalías en la piel

ATENCIÓN DE URGENCIA

Una vez que se ha diagnosticado el posible mal que afecta a la tortuga, veremos cómo podemos ayudarla en el tiempo que, en su caso, se le da traslado a un centro especializado.

Las atenciones las agrupamos según el tipo de problema diagnosticado. No obstante

es posible que en una tortuga coincidan varios tipos de patologías.

1) ENMALLAMIENTOS

Son la causa más frecuente que afecta a las tortugas marinas en aguas de Canarias y origen de más de la mitad de los ingresos de tortugas en el Centro de Recuperación de Tafira. Se producen al comprimir las cuerdas las extremidades o el cuello. Además del efecto de corte y erosión existe una pérdida de riego de las porciones más distales a la compresión, con la posterior edematización.

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Ejemplar de tortuga boba (Caretta caretta) enredada en restos de basura flotante. Las

tortugas se acercan a todo lo que flota pues para ellas es potencial alimento. Acaban enredadas

iniciándose un tremendo proceso en el que muchas pierden extremidades e incluso la vida.

Foto: Teo Lucas, sur de Tenerife.

Ejemplar de tortuga boba procedente de Corralejo en Fuerteventura, con gravísimas lesiones

producidas por enmallamiento. Además de tener completamente autolítica la aleta delantera izquierda

las erosiones del lado izquierdo del caparazón habían llegado a destruir incluso las costillas.

CR de Tafira julio 2013.

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Finalmente, si el proceso persiste, ocurre necrosis, rotura de huesos y pérdida de la extremidad. Si afecta al cuello, la tortuga puede morir al implicarse estructuras vitales.

Ante un enmallamiento liberar al animal de las cuerdas o redes. No obstante

debemos cerciorarnos de que no quedan restos de filamentos incrustados bajo el tejido afectado. Esto suele ocurrir cuando el enmallamiento es producido por filamentos finos y cortantes como hilos de rafias o nylon.

Lavar las heridas con agua corriente y desinfectar con antisépticos (Povidona iodada,

Clorexidina, etc). En muchos casos es toda la porción distal de la extremidad la que se encuentra afectada (caída de la piel, infección, etc). Desinfectar el área del corte y toda la zona distal a la lesión compresiva. Envolverla en gasa manteniendolo todo con venda autoadhesiva o malla tubular.

Si existen restos de tejido necrótico se deben eliminar limpiando con una gasa

empapada en Betadine. Cuando se descomprime una extremidad necrosada retornan a la circulación

sanguínea elementos contaminados por bacterias que pueden originar procesos de septicemia. Por ello, si existen zonas necróticas es importante hacer llegar el animal urgentemente al centro de rehabilitación, donde se le administrará un antibiótico de ampio espectro apto para tortugas marinas.

Si las extremidades afectadas sangran, efectuar compresión con gasas empapadas

en agua oxigenada hasta que deje de sangrar. Colocar abundantes gasas sobre la herida y vendar suavemente con venda autoadhesiva. Dejar la tortuga tranquila para que se mantenga el coágulo formado. El hecho de que una herida sangre es en principio un síntoma favorable.

Además de las heridas de los tejidos blandos los enmallamientos producen en

muchas ocasiones la fractura de los huesos, especialmente del húmero. Si se sospechase la existencia de fracturas tener cuidado en la manipulación de la extremidad. Dejarla tranquila. Desgraciadamente las fracturas óseas en extremidades edematizadas y desvitalizadas por el emallamiento suelen tener muy mal pronóstico y en esos casos hay que plantearse la amputación.

En aquellos casos en que el animal se capture enmallado pero sólo con lesiones muy

superficiales y si el animal está con vitalidad (aletea con fuerza y de forma coordinada cuando lo mantenemos, demuestra inquietud por escapar, etc) puede intentarse su liberación inmediata. Previamente se realizará un concienzudo análisis para descubrir otras posibles patologías concomitantes. Antes de la liberación de cualquier tortuga se debieran tomar datos biométricos como peso y longitud recta o curva del caparazón. Para tomar al menos una longitud, si no disponemos de material de medida y estamos en la costa, podemos usar una cuerda, hilo o incluso un cinto en el que se marca la longitud del caparazón. Luego ya se podrá medir esa longitud.

Si se opta por liberarlo y, en el momento de hacerlo, el animal se deja recapturar del

mar o se detectan problemas de flotación, es que algo no funciona. Mejor entonces remitirlo a centro especializado.

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2) ANZUELOS

Suele ser evidente por el nylon o cordel asomando por la boca. También puede ocurrir que haya ingerido el sedal y sólo se pueda detectar tras abrir la boca. Un indicio de que el animal puede tener un anzuelo en su interior es la existencia de cortes o muescas muy característicos en las comisuras del pico.

En el caso más común de que el nylon asome, no tirar en ningún caso. Si existe

demasiado hilo mejor recortarlo para impedir trabones. Dejar que asome unos 30 cm. Aún cuando el anzuelo fuese visible, por estar enganchado en la lengua o en el

paladar, es mejor remitirlo con urgencia si no se está muy seguro de cómo actuar. Destrabar un anzuelo sin anestesiar al animal puede producir desgarros de los tejidos de la boca o incluso puede clavarse en el paladar superior y llegar al encéfalo o clavarse en la tráquea y desgarrarla.

Ejemplar de tortuga boba (Caretta caretta) con un gran anzuelo clavado en el paladar

superior. Observar la forma de mantener el pico para que abra la boca y la manguera de goma,

doblada para que no pueda cerrar el pico. Tras anestesiarla pudo extraerse el anzuelo sin provocar

más desgarro- CR de Tafira, 2 marzo 2009.

Para la extracción de los anzuelos de zonas bien asequibles el mejor método tras conseguir una completa inmovilización del animal, lo ideal mediante anestesia, es hacer pasar el anzuelo hasta que el aguijón asome por la superficie del tejido perforado. Entonces cortar el anzuelo justo por detrás de ese aguijón con unas tenazas o cizalla. Una vez extraído el resto del anzuelo de forma retrógrada, introducir antiséptico en el interior de la herida por ambos extremos. Realizar también una cobertura antibiótica de amplio espectro (Enrofloxacina, Ceftacidima).

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Si nos entregan una tortuga que ha sido ya destrabada del anzuelo, por los propios

pescadores, sería conveniente remitirla, aunque aparente no tener nada. Es posible que ocurran desgarros esofágicos, de difícil diagnóstico y resultado fatal para la supervivencia del animal afectado. Lo ideal sería revisar el esófago con un endoscopio y en todo caso realizar una antibioterapia de cobertura amplia.

En ocasiones puede ocurrir que el animal ha tragado un anzuelo y, a pesar de que

así nos lo comunican los pescadores, no es posible detectarlo. En ese caso es precisa la realización de radiografías para diagnosticar su existencia y posición.

En cualquier caso, lo ideal es que todas las tortugas, al momento de ingreso en un

centro de recuperación, sean radiografiadas para descartar la existencia de anzuelos u otros cuerpos extraños radiodensos.

Si el anzuelo está trabado más abajo de la cavidad bucal, pero todavía en la parte

más proximal del esófago, puede intentarse, bajo anestesia adecuada, destrabarlo y extraerlo con técnicas endoscópicas.

Ejemplar de tortuga boba con un anzuelo en la primera porción del esófago es anestesiado y

con ayuda del endoscopio y de pinzas apropiadas le es extraído. CR de Tafira.

Si el anzuelo no se puede sacar con el endoscopio y todavía está en el esófago proximal o medio, en el CR de Tafira realizamos la extracción quirúrgica mediante un abordaje al esófago por la línea media ventral del cuello.

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Reconstrucción de la incisión en el esófago por donde se acaba de extraer el anzuelo.

CR de Tafira a 6 julio 2010

Una vez reconstruido el esófago y lavado toda la zona con suero estéril a presión se sustituye

el material quirúrgico, los guantes, la sutura y se procede con una nueva técnica en esterilidad.

CR de Tafira a 6 julio 2010.

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Finalmente se sutura la piel y se inicia la reanimación de la tortuga. Obsérvese el tubo endotraqueal

por donde se ha mantenido anestesiada mediante conexión a un vaporizador de anestesia inhalatoria

(isofluorane) con presión positiva.

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Si ya está más abajo, en el esófago distal o en el propio estómago no podremos sacarlo. Se intentará entonces cortar la máxima porción del sedal que a la larga es quien más daño puede producir en el aparato digestivo.

Cuando el anzuelo está trabado en intestino, con el nylon provocando un grave daño

(síndrome de cuerpo extraño lineal) la tortuga está en una situación muy grave que puede matarla (perforación intestinal y celomitis). En ese caso, si la tortuga es lo suficientemente grande, podemos intentar el acceso quirúrgico a la cavidad celómica a través el hueco inguinal.

Extracción del sedal y de un anzuelo mediante enterectomía realizada a través del hueco

inguinal en una tortuga boba. CR de Tafira

3) PETROLEADOS

Ver anexo PROTOCOLO DE ATENCIÓN A TORTUGAS PETROELADAS, al final de este

tema.

4) HERIDAS DEL CAPARAZÓN, PLASTRÓN O CRÁNEO

Como resultado de colisiones, hélices, mordidas de tiburón, analfabestias, varamiento accidentado, etc., se producen fracturas o lesiones del caparazón y plastrón o también en el cráneo. En caso de:

* Erosiones superficiales: será suficiente con desinfección local con Betadine y posteriormente pulverización con spray antibiótico. Si no hay patologías concomitantes pudiera liberarse. * Fracturas: Debe de intentarse la inmovilización de los bordes fracturados. Para ello podemos recurrir a cinta de embalar o venda autoadhesiva. Estos bordes se desinfectarán con Betadine. Remitir urgente al CR. * Pérdida de sustancia de caparazón o plastrón: Desinfectar con Betadine, añadir pomada antibiótica hidrosoluble (Furacín pomada) y rellenar todo el hueco con gasa estéril. Cubrir todo procurando que quede bien estable con venda autoadhesiva. Remitir urgente al CR.

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* Fracturas de cráneo: Limpiar y desinfectar con betadine. Tapar con gasa estéril y remitir urgente al CR.

En estos tres últimos casos habrá que evitar que el animal se sumerja en tanto no se haya conseguido impermeabilizar la grieta de la fractura. Esta impermeabilización se puede conseguir mediante el empleo de sustancias acrílicas o bien de resinas con fibra de vidrio. No obstante en nuestra experiencia resulta una curación más efectiva manteniendo a la tortuga fuera del agua, y resanando las heridas hasta que se forme un tejido cicatricial desde la capa germinal del caparazón, plastrón o bien del cráneo. Ello requiere una gran dedicación y trabajo diario para realizar las curas, alimentación forzada y mantener el animal bien limpio.

Se describe a continuación un caso clínico, relativamente reciente, en que atendimos

en el CR un ejemplar de tortuga verde (Chelonya midas) con graves fracturas en el cráneo originadas por golpes de machete. El animal ingresó, en septiembre de 2013, procedente del sur de Gran Canaria donde había sido rescatada en alta mar por un barco de observación de cetáceos con base en Puerto Rico.

Ejemplar de tortuga verde desangrándose por varias heridas producidas por golpe de machete en la

cabeza. Taliarte 15 septiembre de 2013.

A su ingreso el animal presentaba una gran hemorragia por heridas penetrantes en la cabeza y aletas. En principio intentamos cortar la hemorragia y estabilizar a la tortuga que estaba muy debilitada probablemente por la gran pérdida de sangre. Días más tarde ya procedimos a sucesivas limpiezas de las heridas una de las cuales había perforado el cráneo y dejaba ver el interior de la cavidad encefálica. En los siguientes meses la tortuga se mantuvo fuera del agua en tanto se iniciaba el lento crecimiento del tejido conectivo subyacente al cráneo y desde los bordes de la herida craneal también existía crecimiento tisular.

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Tras contener la hemorragia este es el aspecto que presentaba una de las heridas penetrantes en el

cráneo. Taliarte 16 de septiembre

Aparte de las curas diarias, cada semana se procedía a resanar mediante curetaje con cucharilla

cortantes los bordes de la herida para conseguir eliminar el tejido muerto y que se acelerara la

granulación del tejido cicatricial. Taliarte

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Tras el resanado de la cicatriz podemos observar zonas en pleno proceso de granulación. Taliarte,

20 noviembre 2013

El crecimiento del tejido cicatricial logró un completo cierre de las heridas. Taliarte 22 de diciembre

2013.

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Finalmente la tortuga verde ya recuperada del todo se liberaría en la Playa de Melenara, TM de

Telde, Gran Canaria. 27 diciembre 2013.

5) ANOMALÍAS EN LA FLOTACIÓN

Se refiere a cualquier inclinación que demuestre la tortuga cuando flota, o bien la

incapacidad para sumergirse (abollamiento). Son signos que deben ponernos en guardia y hacernos pensar que estamos ante un

problema complejo que puede ser grave. Nunca liberar a una tortuga con problemas de flotación. De forma aproximada podemos decir que: a) inclinación lateral de la línea normal de flotación sugiere un problema de

neumonía. La tortuga se inclina del lado afectado por la neumonía al tener relleno el pulmón de sustancia neumónica y no de aire.

b) inclinación del eje longitudinal (levantada de atrás) sugiere dos tipos de problema: b. 1) pérdida de aire desde el tracto respiratorio hacia la cavidad celómica, por rotura

de alguna de sus partes. b. 2) meteorización del tubo digestivo por problemas intestinales. Otras causas capaces de inclinar la tortuga son problemas neurológicos con

espasmos musculares, agarrotamiento de extremidades, etc. En cualquiera de los casos se trata de problemas que deben ser abordados en

centro especializado.

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Si en algún caso fuese a liberarse una tortuga, que creemos sana, y se detecta un problema de flotación, el animal debe de recapturarse y no dejar que se vaya. Remitirla.

6) DEBILIDAD O EMACIACIÓN

En ocasiones aparecen tortugas debilitadas, con poca vitalidad, detectable incluso antes de rescatarse del mar. Flotan a la deriva y no se sumergen. Tienen exceso de epibiontes.

Ya en las manos tienen poco peso y un signo característico es el hundimiento

excesivo de los ojos en las cuencas orbitarias. Se trata de un conjunto de síntomas grave. Puede deberse a múltiples causas pero, en cualquier caso nos puede hacer pensar

que se trata de un proceso patológico que ha actuado durante el tiempo suficiente para producir ese lamentable estado. En aguas de Florida, Hawaii y otros lugares es frecuente que tortugas en ese estado padezcan un proceso parasitario por tremátodos intravasculares del grupo de los Spirorchidos. En nuestras aguas los análisis realizados hasta la fecha no detectan la presencia de esta enfermedad parasitaria (Orós, J. et al. 1998).

Ante un animal en estado de emaciación el envío debe realizarse urgentemente.

7) AHOGAMIENTOS

En ocasiones se produce el ahogamiento de tortugas cuando quedan atrapadas en artes de pesca como redes de arrastre, enredadas en cabos de nasas, etc. Si el hecho acaba de ocurrir, hay posibilidades de recuperar al animal si se actúa con rapidez para conseguir vaciar el agua de los pulmones y forzar la respiración del animal.

Colocar la tortuga sobre una superficie inclinada unos 45 grados a ser posible

apoyada sobre su caparazón y con la cabeza en la parte más declive. La inclinación y presión de las vísceras sobre los pulmones, hará que comience a salir el agua por el extremo de la sonda o por las aberturas nasales si no se ha podido sondar (falta de material o imposibilidad de realizar la maniobra por falta de práctica).

En el caso de grandes tortugas como una laúd (Dermochelys coriacea) puede

resultar imposible virarla y colocarla sobre su caparazón dado su enorme volumen y peso (300 kgrs o más). En ese caso debiera de solicitarse la ayuda de un furgón o camión dotado de grúa que posibilite la maniobra sin riesgo, sobre todo para las aletas del animal. Si no es posible dejar el animal apoyado normal sobre su plastrón pero intentando aumentar el grado de inclinación.

Una vez colocado el animal correctamente se fuerzan movimientos de las aletas

delanteras o traseras en el sentido de empujarlas hacia el interior de la cavidad celómica. Ello fuerza a moverse el aire en el tracto respiratorio.

La administración de analépticos cardiorespiratorios (Doxapram) y otros

medicamentos de urgencia (Dexametasona) aumentará las posibilidades de reanimación. Posteriormente a un ahogamiento ocurren complicaciones secundarias de tipo neumónico que deben prevenirse mediante antibioterapia adecuada (Cefotaxima+Amikacina o Enrofloxacina).

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En estos casos nosotros hemos empleado la siguiente pauta: Enrofloxacina 5 mg/kg im cada 24 h Dexametasona 1 mg/kg iv o im en dosis única Doxapram 5 mg/kg iv. Es de gran utilidad en esos casos mantener comunicación directa con veterinario

especialista. Remitir el animal una vez superada la primera fase. Nunca liberar un animal que ha sufrido un ahogamiento sin comprobar que nada correctamente, controla su respiración y ha superado el daño neumónico. 8) ANOMALÍAS DE LOS OJOS

La estadística de nuestro centro de Tafira revela una incidencia alta de problemas oculares.

Desde las simples heridas o la existencia de balanos (pequeñas clacas) creciendo en

los párpados, a la pérdida completa de globo ocular, nos podemos encontrar una variada gama de afecciones.

Sería importante que en caso de alteraciones que afecten a los ojos o párpados de

las tortugas estas fueran remitidas a centros especializados para su estudio y, en su caso, tratamiento.

Ante una herida traumática, o de otro tipo, en el ojo, como tratamiento de urgencia,

se recomienda limpiarlo con agua salada o suero fisiológico. Luego añadir un poco de colirio o pomada antibiótica. Dosificar cada 4 o 6 horas dada la hiperproducción lagrimal cuando la tortuga se mantiene fuera del agua. Estas medidas pueden ser suficientes previamente a su remisión. 9) ANOMALÍAS DE LA PIEL

En la actualidad se ha detectado en diversas zonas (Hawaii, Florida,..) una enfermedad proliferativa denominada "papilomatosis cutánea", de origen desconocido, en la que parece estar implicado un virus tipo "herpes" y factores de contaminación.

La enfermedad afecta sobre todo a tortuga verde (Chelonia mydas) pero ya se han

visto casos afectando a tortuga boba (Caretta caretta). El aspecto de las tortugas afectadas es el de tener numerosas "verrugas" o papilomas de diverso tamaño afectando a la piel del cuello, aletas, párpados, etc.

Es un proceso grave que en ocasiones acaba con la vida del animal al impedirle la

visión o afectar a vísceras internas. En principio no tiene tratamiento. En nuestro entorno geográfico aun no se han detectado individuos afectados. Es importante remitir cualquier tortuga afectada por esta enfermedad pues se está investigando sobre algunos aspectos de la misma.

Otras lesiones cutáneas incluyen la existencia de cortes, infecciones bacterianas o

fúngicas, existencia de epibiontes, tumores, etc.

Infecciones de la piel pueden tratarse con Betadine antes de remitirlas. Previamente al inicio de una antibioterapia es conveniente realizar un cultivo y antibiograma para determinar la sensibilidad del agente patógeno.

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FLUIDOTERAPIA

Las aplicaciones fundamentales de la sueroterapia en tortugas marinas son: 1. Tratar animales que ingresan deshidratados e hipoglucémicos 2. Forzar el aclaramiento renal tras el uso de anestésicos inyectables que se eliminan

por la vía renal (Ketamina) facilitando la recuperación postanestésica 3. Disminuir daño renal producido por terapias potencialmente nefrotóxicas (por

ejemplo antibioterapia a base de aminoglucósidos). 4. Mantenimiento de animales anoréxicos o convalecientes.

En atención de urgencia será la primera de esas aplicaciones la más importante y trascendental. Cuando una tortuga ha padecido en el mar algún proceso patológico (enmallamiento, anzuelos, etc) presentará un estado de deshidratación e hipoglucemia. La administración de soluciones glucosalinas le reportará un rápido alivio a tan comprometida situación metabólica.

Administrar suero a tortugas no es complicado, pero necesita un mínimo de

experiencia.

Los volúmenes a inyectar dependerán del peso de la tortuga y del estado de deshidratación. De forma aproximada podemos calcular unos 10- 15 ml/kpv de suero glucosalino 5 %. La pauta para animales muy deshidratados sería cada 12 horas. En caso de deshidrataciones moderadas es suficiente con una sola administración diaria.

Para administrar suero intracelómico, a realizar en CR, aprovechamos el hueco

inguinal, pinchando en la pared de piel y músculo que está justo por delante (craneal) de la pata trasera. El animal se coloca sobre su caparazón y se inclina hacia un lado para desplazar hacia ese lado las asas intestinales. Pincharemos por tanto en el hueco inguinal que queda más alto, dirigiendo la aguja hacia el interior de la cavidad, en dirección al punto central de la misma. Desde luego administrar el suero es bastante más fácil que explicarlo en el papel.

Lo más seguro para administrar el suero es utilizar cánulas intravenosas (Vasocan)

de forma que una vez introducida se retira el fiador y sólo queda la cánula en el interior de la cavidad celómica.

Una vez hemos canulado la cavidad, abrimos el sistema de goteo al máximo, para acortar el tiempo de administración. Ni que decir tiene que todas estas maniobras deben de ser realizadas con las debidas condiciones de asepsia. MANTENIMIENTO DE LAS TORTUGAS

En cuanto al mantenimiento de una tortuga, una vez que se ha capturado, hay que comentar las siguientes cuestiones:

La tortuga puede estar un tiempo fuera del agua sin padecer. Debemos dejarla, si es necesario, en lugar tranquilo, a la sombra, a ser posible en un

recipiente de plástico del tamaño suficiente para que esté holgada. Podemos cubrirla con una toalla húmeda y también remojarla a menudo. Dependiendo del tiempo que deba estar allí podemos plantearnos añadirle agua al recipiente.

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Puede servir el agua potable pues, durante algún tiempo, incluso le servirá para

hidratarse y también para que se desprendan los epibiontes adheridos a la tortuga como algas, cirrípedos, etc.

Si hay problemas de infección (cortes, enmallamientos, roturas de caparazón, etc) es

mejor dejar la tortuga en seco aplicando solución de povidona iodada a las heridas, cubriéndo estas con gasas.

Mucho cuidado con dejar las tortugas en lugares altos o peligrosos como mesas,

cerca de escaleras, etc. Las tortugas pueden caerse en un despiste. Cuidado con las moscas, sobre todo si hay zonas necrosadas. Aunque parezca

excesivo también hay que tener cuidado con las ratas si se deja a una tortuga durante la noche en algún recinto.

Ojo también con las subidas excesivas de la temperatura ambiente, principalmente si

la dejamos en el interior de un vehículo cerrado. Las tortugas irán aumentando su temperatura interna y se estima que por encima de los 40 grados centígrados sufren daños por hipertermia.

Si se dispone de un tanque o piscina hasta que se efectúe el traslado sería idóneo.

No poner nunca dos animales juntos en la misma piscina pues pueden atacarse y dañarse seriamente.

En cuanto a la alimentación no entra dentro de lo que podríamos considerar atención de urgencia, no obstante pescado fresco o marisco puede administrársele siempre que el animal esté en agua y pueda tragarlo con facilidad.

Si la tortuga va a quedar recuperándose recordar los siguientes requisitos básicos que, en nuestra opinión, debe reunir el lugar donde se realice una estancia algo prolongada:

- Tanqueta con agua salada, a ser posible en circuito abierto de agua marina

y con volumen suficiente para permitir una buena actividad de la tortuga en cuanto a nadar y sumergirse.

- Las piscinas deben estar en el exterior para que las tortugas puedan solearse y regular su temperatura de la forma más natural posible.

- La temperatura del agua debe ser adecuada siendo lo idóneo en torno a los 25 grados centígrados. Esto en la mayoría de las circunstancias no es posible por lo que consideramos que el agua de la tanqueta debe estar, como mínimo, a la misma temperatura que el agua marina de la zona en ese momento del año. Esto último en lo que respecta a Canarias (20-21 grados c.) pues en zonas más septentrionales la temperatura del agua del mar puede ser demasiado fría.

Por ese criterio de la temperatura no se recomienda montar tanquetas de

rehabilitación de tortugas en cotas superiores a la centena de metros sobre el nivel del mar salvo que se provea la instalación de un adecuado sistema de calefacción. Un depósito de agua a 500 metros de altitud tendrá en invierno una temperatura desaconsejable para activar los procesos de rehabilitación.

Las tanquetas deben estar situadas en lugar vigilado, sin la posibilidad de cualquier

acto vandálico hacia las tortugas.

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Las tortugas estarán bien atendidas en lo que se refiere a la limpieza y mantenimiento de las piscinas así como a la posibilidad de realización de diagnósticos correctos e implantación de los tratamientos necesarios ya sea quirúrgicos o terapéuticos.

TRASLADO DE LAS TORTUGAS

En Canarias en la actualidad se realizan transportes de tortugas accidentadas entre casi todas las islas aprovechando la buena disposición que hasta ahora prestan las compañías de transporte, tanto aéreo (BINTER CANARIAS), como marítimo (TRANSMEDITERRÁNEA, FRED OLSEN y NAVIERA ARMAS).

Hay que considerar que las tortugas marinas son animales protegidos por la ley y

que está prohibida su comercialización y tenencia. Sólo el traslado de urgencia de un animal herido o enfermo justifica la utilización de los traslados en estos medios de transporte. Deben ser las autoridades medioambientales (los Servicios de Medio Ambiente de los respectivos Cabildos Insulares) quienes soliciten el traslado a fin de evitar posibles malentendidos con autoridades aduaneras o de vigilancia y control de especies protegidas.

Cuando resulte necesario trasladar la tortuga conviene utilizar recipientes estancos

que impidan la contaminación por los fluidos de la propia tortuga (heces, orina o exudados) o del agua que le añadamos para procurarle cierta humedad.

Momento en que un operario de Medio Ambiente carga dos cajas de transporte, conteniendo

tortugas en su interior, en la bodega de un avión con destino a La Gomera. Aeropuerto de Gando,

Gran Canaria, octubre 2006.

Resultan idóneas las cajas de plástico con tapa apilable. Estas cajas tienen ventilación por las asas. Dejar bien claro externamente que la caja contiene una tortuga viva en su interior.

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Otras cajas como las de poliuretano expandido o cartón parafinado pueden ser usadas siempre y cuando aseguren que la tortuga no pueda salirse de su interior. Siempre deben de tener ventilación.

En el caso de envío de algún animal al Centro de Tafira o a cualquier otro centro

especializado, informar siempre al personal que se va a proceder a dicho traslado. El personal del Centro quedará avisado y a la espera debiendo comunicarse la llegada del animal al remitente.

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN ANTE LA APARICIÓN DE TORTUGAS MARINAS PETROLEADAS

INTRODUCCIÓN

Los efectos que la contaminación por vertidos de petróleo ejerce sobre las tortugas

marinas son múltiples y están ampliamente descritos en la literatura científica. La intoxicación originada por el derrame de hidrocarburos puede alcanzar a la tortuga

por diversas vías, tanto respiratoria como a través de la piel o por ingestión del producto. Las posibilidades de que las tortugas entren en contacto con derrames de

hidrocarburos son grandes dado que estos animales aprovechan las líneas de convergencia de corrientes donde tienden también a derivar las masas de petróleo flotantes.

La manera en que las tortugas salen a respirar tras la inmersión, realizando una

rápida inspiración del aire en la superficie del agua hace que, en el caso de existir un derrame de hidrocarburos, se inhalen productos tóxicos que pasan directamente a la sangre desde la superficie pulmonar. Repetidamente eso causará una intoxicación por vía respiratoria.

Sobre la piel de las tortugas expuestas a derrames quedan adheridos restos de

petróleo que causarán una disminución de la viabilidad de estos animales al tiempo que genera un efecto carcinogénico e inmunosupresor.

Al ingerir hidrocarburos junto con los alimentos, o por simple ingestión directa de

masas flotantes de “piche”, pasarán contaminantes al tubo digestivo una parte de los cuales se absorben. Ello genera efectos dañinos sobre la fisiología de la tortuga. Por otro lado el efecto mecánico, por su adherencia, genera un grave problema al tránsito por el tracto digestivo de los alimentos e incluso una impactación total del esófago que puede tener efectos mortales.

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Ejemplar juvenil de tortuga boba remitido desde Corralejo en la isla de Fuerteventura mostrando

restos de “piche” alrededor de la boca.

ACTUACIÓN DE URGENCIA ANTE UNA TORTUGA PETROLEADA

La primera acción a realizar ante una tortuga petroleada es la de valorar el estado del animal, fundamentalmente en lo que respecta a la posibilidad de que las vías respiratorias se encuentren obstruidas. En ese caso es prioritario limpiar y desatascar las masas de crudo que pudieran afectar a la entrada de aire a la tráquea.

Al valorar el estado de la tortuga debemos realizar un examen físico global del animal

a la búsqueda de patologías concomitantes con el petroleado. En ocasiones las tortugas afectadas por enmallamientos o aboyamientos tienen muchas más posibilidades de entrar en contacto con las manchas de petróleo y es algo que debemos tener en cuenta.

Una vez comprobado este aspecto la siguiente medida consistirá en limpiar el animal

de los restos de petróleo que tenga adheridos. LIMPIEZA

Las tareas de limpieza deben de realizarse cuanto antes. Lo ideal es contar con un

lugar apropiado y bien ventilado. Ideal hacerlo entre varias personas. Mientras unos limpian alguien puede encargarse de sujetar y manejar al animal. Mucho cuidado con la posibilidad de que la tortuga se nos caiga desde una mesa u otra superficie de trabajo o que nos muerda.

1.- Limpiar las zonas de la cara, en especial la boca y aberturas nasales. Procurar que en las aberturas nasales, el intento de limpieza no produzca la introducción y taponamiento por los restos de "piche".

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Usar algo que traslade mecánicamente, hacia afuera, los restos adheridos a los orificios y conductos nasales. Puede servir un simple palillo mondadientes, una fina sonda metálica acanalada de las usadas para drenar heridas o similar. Evitar objetos cortantes o muy puntiagudos.

Una vez desalojado de la nariz lo más bruto, limpiar las aberturas con un bastoncillo

de oídos o similar. Los ojos se limpian con bastoncillos en los párpados. Por lo general, las lágrimas

muy mucosas de las tortugas no dejan que se encostre el piche en los ojos. 2.- La boca la limpiamos por fuera con servilletas de papel o paño humedecido en

aceite. Por dentro, en el caso de que exista petróleo, es preciso que alguien ayude a mantener el pico de la tortuga abierto mientras procedemos a la limpieza. Lo ideal es trabar el pico con un trozo de tubo de goma bien resistente a la presión. No usar objetos metálicos o muy duros pues la fuerza ejercida por las mandíbulas puede llegar a producirle fracturas.

Conviene raspar el crudo hacia afuera lo más bruto, por ejemplo con el rabo de una

cuchara cubierto por un trozo de tela o paño. No introducir aceite en la boca ni mucho menos dejar que ingiera aceite pues agrava el problema de la toxicidad.

3.- El resto del cuerpo, incluido aletas, cuello, caparazón, etc., lo limpiamos con papel

o paños, bien empapados en aceite vegetal, haciendo una labor de arrastre del piche. Con un poco de paciencia y tras mucho pringue (se recomienda usar delantales de

plástico desechables y guantes de nitrilo) el animal queda casi limpio. Entonces se le da un baño con agua templada y jabón neutro (por ejemplo Fairy antigrasa).

Limpieza de la superficie de una pequeña tortuga boba (Caretta caretta) con servilletas de

papel y aceite vegetal. CR de Tafira, abril 2008.

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Tras la eliminación del hidrocarburo con servilletas y aceite vegetal se procede a la limpieza

con agua templada y detergente neutro, ayudados por cepillo que elimine todos los restos de las

grietas entre los escudos córneos. CR de Tafira, abril 2008.

Nunca meter una tortuga petroleada en una caja cerrada para su transporte, sobre todo largas distancias o por mucho tiempo. Los gases emanados por determinados residuos provocan toxicidad. Siempre es mejor limpiar cuanto antes y luego proceder al traslado de larga distancia.

IMPACTACIONES ESOFÁGICAS POR PETRÓLEO

Si el animal ha tragado cantidades considerables de este contaminante puede ocurrir una auténtica impactación que por lo general ocurre a nivel del esófago (aunque también puede afectar a otro nivel del tubo digestivo) lo que impedirá la alimentación y la eliminación del petróleo. Si no se detecta, esta circunstancia es capaz de acabar con la vida del animal. Por ello es conveniente sondar el animal, a ser posible mediante un endoscopio para detectar la presencia de masas de petróleo.

Ante una impactación esofágica por masas densas y pegajosas de petróleo debemos

proceder a eliminarlas mecánicamente. Es una labor muy tediosa en la que nos podemos ayudar de diferente material dependiendo de nuestras posibilidades y sobre todo de las características del crudo.

Debemos considerar que si optamos por introducir a la fuerza un tubo o sonda como

instrumento para desatascar el esófago pudiéramos conseguir el efecto contrario, impactando y agrandando la masa que obstruye la luz esofágica.

Consideramos conveniente eliminar primero la mayor parte de la masa de petróleo ayudándonos de un tubo por el que introducimos el endoscopio que nos orientará hasta

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llegar a la masa que conforma el tapón. Usamos entonces instrumentos como pinzas, cucharillas de biopsias u otros elementos que ayuden a arrastrar hacia fuera, a través del tubo, el material contaminante. Debemos tener cuidado en no pellizcar las espículas esofágicas que son tan grandes en las tortugas marinas.

Una vez eliminada la mayor parte del tapón podemos introducir pinzas con torundas que nos ayuden a limpiar y arrastrar hacia fuera los restos de petróleo adheridos a las espículas esofágicas. Dado que las espículas están diseñadas para evitar el reflujo de la comida es muy útil el uso del tubo por el que movemos el instrumental con las torundas de limpieza.

Si el animal está bien activo y poderoso estas manipulaciones es conveniente realizarlas bajo anestesia. Ello facilita la manipulación y evita daños al animal y al instrumental. Por supuesto antes de anestesiar a una tortuga petroleada debemos comprobar que su estado metabólico (hidratación, equilibrio electrolítico, glucemia, etc), están controlados y estabilizados.

Estimamos que las tareas de limpieza del esófago debieran ser abordadas en lugar bien dotado y por personal especializado.

TRATAMIENTO MÉDICO

Básicamente un animal petroleado va a padecer una situación de compromiso

metabólico motivado por la intoxicación generada por los restos de crudo y por la incapacidad para tomar alimentos e hidratarse.

Las actuaciones a seguir consistirán en: 1.- Restablecer el equilibrio electrolítico mediante la administración de sueros por vía

intracelómico como se refleja en el apartado correspondiente 2.- Disminuir los efectos tóxicos del petróleo en el caso de que comprobemos que el

animal lo ha ingerido. Para ello administramos polvo de carbón activo (se vende en las farmacias con el nombre de Ultra-adsorv cápsulas) como absorbente de los tóxicos y Kaolín, como protector intestinal.

3.- Administrar protectores hepáticos como complejo vitamínico B y aminoácidos. Nosotros usamos un producto comercial Aminotiersán.

4.- Estimular la ingesta de alimentos y por tanto el tránsito intestinal colocando la tortuga en tanques de agua marina a una óptima temperatura y bien soleados. Darle comida suculenta como pescado, calamar, marisco, etc. PROBLEMAS DE FLOTACIÓN En ocasiones hemos detectado que animales petroleados y descontaminados externamente en buenas condiciones, presentan problemas de flotación. Esto suponemos que es originado por la disbiosis y fermentación intestinal con el consiguiente meteorismo producido por los restos de petróleo. Estos casos han remitido espontáneamente días más tarde si bien en algunas pocas ocasiones los animales han muerto y sospechamos que ha sido por la intoxicación.

FLUIDOTERAPIA Una tortuga petroleada es muy probable que se nos presente con cierto grado de

deshidratación, hipoglucemia y otras alteraciones metabólicas. Ello ocurre especialmente en aquellos animales en los que el crudo les afecta de tal manera que les impide la toma de alimentos y sobre todo si el petroleado lleva tiempo incidiendo.

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En esos casos tras la rápida limpieza inicial debemos proceder a hidratar al animal. Una forma rudimentaria de conseguir cierta hidratación en tanto se organiza el traslado del animal a un centro mejor dotado, es colocar el animal en un tanque o recipiente con agua potable una vez que lo hemos limpiado a conciencia. En caso de pequeñas tortugas será suficiente con dejarla en una palangana o barreño de agua durante unas horas.

Con ello mejoraremos la hidratación, conseguir restablecer el equilibrio electrolítico

precisará de la administración de soluciones salinas por vía parenteral. Si desconocemos el grado de afectación del animal podemos proceder a la administración intracelómica de unos 10 a 20 ml de suero glucosalino al 5%, por cada kg de peso.

La pauta para animales muy deshidratados sería cada 12 horas. En caso de

deshidrataciones moderadas es suficiente con una sola administración diaria Es conveniente recordar aquí que los valores hematológicos y bioquímicos que nos

pueden interesar a la hora de calcular la gravedad de la deshidratación e hipoglucemia en ejemplares de Caretta caretta son :

Hematocrito: 32 % Hemoglobina: 4,7 g/dl. Glucemia: 60 mg/dl.

Administrar suero a tortugas no es complicado, pero necesita un mínimo de

experiencia. Para administrar suero intracelómico aprovechamos el hueco inguinal, pinchando en

la pared de piel y músculo que está justo por delante (craneal) de la aleta trasera. El animal se coloca sobre su caparazón y se inclina hacia un lado para desplazar hacia ese lado las asas intestinales. Pincharemos por tanto en el hueco inguinal que queda más alto, dirigiendo la aguja hacia el interior de la cavidad, en dirección al punto central de la misma. Desde luego administrar el suero es bastante más fácil que explicarlo en el papel.

Lo más seguro para administrar el suero es utilizar cánulas intravenosas (Vasocan)

de forma que una vez introducida se retira el fiador y sólo queda la cánula en el interior de la cavidad celómica.

Una vez canulada la cavidad, abrimos el sistema de goteo al máximo, para acortar el

tiempo de administración. Ni que decir tiene que todas estas maniobras deben de ser realizadas con las debidas condiciones de asepsia.

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BIBLIOGRAFÍA

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Sea, The Bermuda Biological Station for Research, Cambridge, MA, 1973.

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