EXERCICIOS PÚBLICOSDE RELIGION Y BELLAS LETRAS,

Q U E O F R E C E N Y C O N S A G R A N

A L IL.«o S E Ñ O R

D. JUAN FRANCISCO XIMENEZ DEL RIOA R Z O B I S P O D E V A L E N C I A

D E L C O N S E J O D E S. M.

P A T R O N O D E L C O L E G I O A N D R E S IA N O

L O S D I S C Í P U L O S

D E LAS ESCUELAS PIASB A X O L A D I R E C C I O N

D E L P . R A M O N D E S A N F R A N C I S C O

M A E ST R O D E RETÓRICA,

S E R Á L A F U N C I O N E N E L M I S M O C O L E G I O

» 1 1 . DE JU L IO D E M D CCXCVl A LAS IV D E LA T A R D E .

EN VALENCIAEN LA OFICINA DE LOS HERMANOS DE ORGA

M D C C X C V l .

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INTRODUCCION.

I - i o s Religiosos de las Escuelas Pias dedicados con voto solemne á la instrucción de los Niños en Pie­dad y Letras somos responsables en nuestro sagra­do ministerio no solamente á D io s , como lo son todos los dem as, síno también a los mismos hom­bres , que nos tienen, para que cooperemos con nuestros desvelos á la mejor educación de sus hi­jos y Ciudadanos. Por este m otivo parece ser con­forme á razón , el que no contentándonos con procurar la aprobación del Supremo Señor median­te nuestra continua aplicación , aspiremos ademas á merecer la del Público , ofreciendo de quando en quando á su examen imparcial alguna prueba del particular esm ero, que empleamos en la ense­ñanza de la Juventud. Para hacer útiles á los J ó ­venes á la Iglesia y al Estado , que son los dos grandes objetos á donde dirigimos las lineas de nuestra enseñanza , no hemos om itido diligencia alguna, que haya estado en nuestro arbitrio , y que pueda contribuir para la consecución de tan im ­portante fin. Hemos procurado anee todas cosas inspirarles con la mayor solidez los fundamentos de nuestra Santa R e lig ió n , el aborrecimiento 4 las máximas corrompidas de la im piedad, la venera-

cion debida á las Potestades legítimas , la buena correspondencia con los iguales y el exercicio de las otras virtudes christianas , sin las quales toda literatura y erudición por copiosas y selectas que se supongan, no serán efectivamente sino un lige­ro vapor, por no llamarlas perniciosas. Deseando asimismo , que quando lleguen á edad mayor , pue­dan servir á la Iglesia y al Estado con el acierto y decoro que corresponde , les hemos puesto en las manos los mejores y mas sabios Autores que íroduxo la antigua R o m a , haciéndoles notar di- igentemente sus máximas acertadas de gobierno,

la nobleza y elevación de sus sentimientos, y las acciones heroycas que á cada paso nos ofrecen sus obras. De esta manera , al tiempo mismo que se instruyen en la pureza, elegancia y sublimidad de los Escritores Latinos , y en el verdadero gusto, tan lítil y aun necesario para los adelantamientos en las ciencias, van disponiéndose insensiblemen­te á ocupar algún dia con honor los varios em­pleos , á que los tiene destinados la divina Provi­dencia en este Mundo.

Mas no obstante nuestros continuos desvelos, y la aplicación de la m ayor parte de nuestros Discípulos al desempeño de sus obligaciones, no nos lisonjeamos vanam ente, de que podrán rega­lar el delicado gusto de los inteligentes con pro­ducciones , que hayan llegado ya á la correspon­diente madurez i ni tampoco creemos se encuentre alguno que las pueda esperar con razón de su cor*

ta edad , y del poco tiempo que han cursado la dase de Retórica. Para dar brillantez á las faculta­des del alma se requieren muchos anos, continuos fom entos, y constante aplicación al estudio j siendo cierto , que los hombres mas eminentes por su sa­biduría y escritos , quando se contaban entre los Niños , nada executaron por lo común que exce­diese los límites propios de la N iñez. Esto era quan­to se nos ofrecia advertir antes de entrar en el por menor de estos Exercicios literarios, para los qua- les con la bendición de Dios se presentarán al con­curso los siguientes:

D . L u is P r e f a c i y l a ^^D . F ra n c isc o S anahuja y

CVBVA. K J o a q u ín .

D . M iguel S imo y L l u c . D . A gu stín S antam aría y D . D o m ingo V aq uer y O A lfo n so .

S erra , V icen te P u ch alt y

D . V icen te R lus y S an-|| B o n et .

I^^D. B uenaventura A ib io l D . G eró n im o E mo y S a l- S y G uas.

VATiERRA. p D . J oseph E mo y S alva-D . F elipe M ustieles y g t ie r r a .

M alanga . ^ ^ ’̂ ^n io P ro sper y

D. Jo s e p h D ura e i z - g Sapena.

QuiERDO. S ; ' A g u s tín S o le r y Ra-D . V ic e n te B ru ííÓ y Pié-© m i r e z .

5 o * J ^ aq. I banez y G a rc ía . D . V icen te B as y X o - O D , J oseph P erez y A l -

^ balate .

H

D. F e lip e L ó p ez y C a-# D . Toseph M a t u t y M a g -«»

TALA. Ó DALENA.

D . V icen te M arcos R o ig S D . J uan B a u tista R os y

Y M o ren o . O B oto .

D . J uan C astellote y ¿ | D . V icen te L lo ren s y V a lero , || L lo ren s.

D . F ra n c isc o B el Y F ran- ^ D . P edro P asqual A hí- c e s . I I c a r t y B alaguer .

D . V icen te P arra Y B jlat. O D. C armelo M o r te y D . F ra n c isco M e3e g ü e r|| H ernández .

Y G il . O D . L ucas G a r c ía y M a ̂D. JosEPH M o n tesin o s y a r in .

S o le r . © D . C a r lo s V i l a r y C o-D . M iguel G andiaga y O lla d o .

G arate, II D. V ICENTEV ALOR Y B aRCO.

D . R amón G enoves y P i- S D . J uan B au tista d e B ar- c h Ó. gas y A y xÓ.

D . J uan B a u tista L afora y G in er .

LATINIDAD T RETÓRICA.

jf\ .u n q u e el cuidado principal de nuestras Escue­las se dirige 4 formar desde luego el corazon tier­no de los Niños , Instruyéndolos mientras perse­veran baxo nuestra dirección en la Doctrina Chris­tiana , máximas de nuestra Religio^i y práctica de las buenas costumbres ̂ con todo , el estudio de la Lengua L atin a, que es ha muchos siglos la Len­gua de la República de los Literatos, merece tam-

bien en ellas una muy particular atención. Por este m otivo procuramos con la posible solicitud proporcionar á nuestros Discípulos los medios mas expeditos y seguros de adquirir su perfecta inte­ligencia y manejo. Com o no ignoramos que una lengua muerta qual es la Latina , no se puede aprender con fundamento sino es mediante la lec­ción atenta de los Escritores , que la hablaron con mayor perfección y elegancia , desde luego hemos propuesto á nuestros Discípulos las obras la­tinas de mas conocida graduación y pureza; per­suadidos , de que si los modelos que continuamen­te tienen á la vista son defectuosos , no podrán menos de contraer algunas imperfecciones y v i­cios i sucediendo en materia de lenguas , lo que vemos que acontece respeto á las costumbres, que insensiblemente nos vamos habituando al modo de hablar de los Autores , cuya lección nos es mas familiar. Mas aunque la elección de obras traiga consigo estas utilidades; con todo es c ierto , que ella por sí sola á nadie puede conducir hasta la perfección del lenguage. En efecto , para el que aspira al logro de un buen Latin , no basta que entienda el mecanismo de sus palabras, y observe atentamente sus idiotismos , sus maneras ó frases, y quanto contribuya á su perfecto conocímicntoj smo que ademas es preciso se ensaye en la imita­ción de sus mas excelentes modelos. Persuadidos de esta verdad , no contentos con instruir á nues­tros Discípulos en quanto conduce á la inteligen-

H z

cía del idioma Latino j los hemos también condu­cido como por la mano en la imitación de las obras mas castizas y eloqüentes, que ha transmi­tido hasta nosotros el Lacio v habiéndoles hecho antes aprender de memoria varias piezas de Cice­rón , Salustio 3 T ito L iv io , por medio de cuyo tra­bajo, ademas de fecundarlos de expresiones y modos excelentes de hablar , les hemos hecho ver mejor la fuerza de los argum entos, de que se valen es­tos grandes hombres , y la buena distribución que debe reynar en todo género de discurso j habituán­dolos así insensiblemente al raciocinio, sin el cjual todos los demas conocimientos son de poca im­portancia.

A dos cosas se reduce quanto ofrecen nuestros Discípulos en este ramo , á la Versión y Compo- siclon. Presentarán para traducir la coleccion de Autores Latinos adoptada en nuestras Escuelas, la que contiene á Cicerón , T ito L ivio , Salustio, Quinto Curcio , y el incomparable Panegírico de Trajano por Cayo Plinio. Para mayor abundancia, y en prueba de la tal qual soltura, que con el exercicio de todos los dias han conseguido en la traducción , á los antiguos Escritores, que acaba­mos de m encionar, añadirán algunos modernos de lenguage puro , como el Fontiduenas , y los PP. Politi y Paulino de las Escuelas Pias. En la tra­ducción de los Autores Prosaycos (lo mismo debe entenderse de los Poetas) notarán los tropos, fi­guras j estilos , artificio de los períodos, y demas

pcrteneclenec á la R etórica, según vaya ocurrien­do. En quanto á Con^posicion, volverán del Cas­tellano al Latin qualquier pasage histórico de Au­tor Español, formarán todo género de Cartas ̂ y harán alguna D escripción, C r ia , Elogio é Invecti­va sobre asuntos que no sobrepujen la esfera natu­ral de sus conocimientos y luces.

NP O E S Í A .

inguno que esté medianamente versado en la historia de los conocimientos humanos, puede ig ­norar que la eloqüencia ha debido su principio y progresos á la Poesía , y que por consiguiente no puede ser desconocida esta , de quien aspira á la perfección de la Oratoria. De este dictámen han sido los mas grandes Maestros de Retórica , que en­cargan mucho la lección de los Poetas, y el Prín­cipe de los Oradores Latinos lo tiene autorizado con su mismo exemplo. A fin de dar á nuestros Discípulos alguna idea de esta nobilísima A rre, les hemos hecho familiares las reglas , que rigen en toda ella , y en cada una de sus diferentes espe­cies : y no contentos con haberles hecho decorar de memoria el Arte Poética de H orado , que se puede considerar como la Cartilla de los Poetas*, con arreglo á este mismo Autor y á otros varios que han tratado la materia con el mayor pulso, les hemos dado las Lecciones siguientes:

1. Idea de la Poesia y de la Disposición naturai para aprenderla,

2. Prendas propias de los Poetas.3. D el Objeto de la Poetica y de la Imitación.4. Del Fin de la Poetica.5. De la Dignidad y Utilidad poética.

! 6. Del Deleyte poético, y de su primer princì­pio que es la Belleza.

7 . De la Verdad y Verosimilitud poética.8. Del Modo de formar las Imágenes, y buen Uso

de ellas.9. De la Dulzura poética.

10. De la Fabula ó Forma de la Poética.1 1 . De las tres Unidades de la Fábula poética.I I . De la Fàbula sim ple. Im plexa, A g n lc lo n , Pe­

ripecia y Episodio.13 . De la Locucion poética y los Estilos.14. De las Sentencias, Agudezas y su buen Uso.15 . De la Epopeya.16. De la Tragedia.1 7 . De la Comedia.18. De la E g lo g a , Sátira y Oda.19. D e la Elegía , Epigrama y otros Poemas cortos, zo. De varios Poemas que tienen su nombre por

respeto á la materia de que tratan.

Para que los Jóvenes lleguen á formar la idea correspondiente de lo que es en sí la Poesía , no les basta seguramente el que aprendan de memo­ria todos sus preceptos , sino que ademas es me­

nester se les haga palpable el uso de las reglas en los Poetas de mayor nota y estimación. Este es el orden de enseñanza que hemos guardado diligen­temente respeto de nuestros Discípulos , sirviéndo­nos siempre de "las claras luces que comunican los principios del Arte ¡ para guiarlos hasta llegar á co­nocer el nervio , elegancia y entusiasmo peculiar de los P oetas, á quienes consideró la antigüedad como hombres inspirados de los Dioses. Traduci­rán las Eglogas y Eneyda de V irgilio , las Odas, Sátiras y Arte Poética de H oracio , los Epigramas de Catulo , los Metamorfóseos y Elegías de O vidio con las de Propercio y Tibulo , las Comedias de Plauto y T eren cio , y la Tragedia de Séneca inti­tulada Medea. En su versión explicarán las reglas de la Prosodia, midiendo las diferentes especies de versos que ocurren en los Autores , y dando ra­zón de la quantidad de las sílabas.

Por lo que toca á composicion , se exercitarán en los metros mas usados , como Elegiacos , As- clepiádeos, Sáficos & c. También acreditarán su apli­cación á la Poesía Castellana, componiendo Ana­creónticos , Pareados, L iras, O ctavas, Décimas 5¿:c. sobre objetos fáciles , ó vertiendo algún paso de los Poetas Latinos á los mencionados metros Es­pañoles. Hemos exercitado á nuestros Discípulos en este último ramo de instrucción , porque estamos persuadidos, de que aun entre las tareas para ad­quirir la Lengua L a tin a , nunca un Español ha de perder de vista quanto pueda contribuir al culti-

vo de k suya propia. Con la tnîra de allanarles, en quanco sca posible , las dificultades de la com - posicion en verso, y de enriquecer al mismo tiem­po su memoria , hemos procurado aprendiesen va­rias piezas de Poetas Latinos y Castellanos, las que d irá n , si el tiempo lo permite,

A N T I G Ü E D A D E Sr M I T O L O G Í A .

C h o rn o en los Autores que manejan nuestros Dis­cípulos ocurren á cada paso diferentes alusiones á la M itología y Ritos de los Rom anos, hemos creí­do ser obligación nuestra darles sobre estas mate­rias alguna sobria , pero competente Instrucción. Los sugetos hábiles, que en la letura de las obras Latinas no paran hasta profundizar enteramente su inteligencia , conocen muy bien la necesidad de es­tos conocimientos. N o ponemos aquí lista de los Artículos de Antigüedades y M itología por no abul­tar demasiado este escrito , y porque nos parece bastará para la satisfacción del Publico , que los vayan recitando á proporclon que se ofrezcan en la versión de Oradores y Poetas.

LENGUA GRIEGA.JEl estudio de la Lengua G riega , que á causa de la infelicidad de los tiempos casi se habla perdí-

do de un todo en nuestra España, se ha visto re­nacer después de la mitad de este siglo por la apli­cación y solicitud de algunos Españoles benemé­ritos de la Nación y del esplendor de las Letras. Deseando nosotros contribuir en quanto esté de nuestra parte al fomento de esta sabia L en gu a , he­mos facilitado á nuestros Discípulos algunos prin­cipios de e lla , según nos lo han permitido la bre­vedad del tiempo y la m ultitud de otros exerci­cios , para que las luces que adquieran al presen­te , los conduzcan á procurarse en lo succesivo co­nocimientos mas extensos. Se presentarán para ver­tir del Griego al Castellano en el Evangelio de San Lucas los siguientes:

D . J oseph E m o . ®D. F r a n c isco S an ah uja .D. G erón im o E mo . tf»D. L u js P r e fa c i.D . M ig u el S im o . -An to n io P r o spe r .

D . D omingo V aq u er . B uenaventura A l b io l ,D . V icen te Rius. A g u stín S o ler .

H I S T O R I A ,A estificando M. T . Cicerón , que jamas sale de

los años de la niñez el que se halla ignorante delo que sucedió ántes que viniese á la luz de es­ta vida y hemos creido no poder dispensarnos de dar á nuestros Discípulos algún conocim iento de la H istoria, á fin de que tomándola afición des­de ahora , continúen mas adelante su estudio, y

se instruyan profundamente en esta escuela uni­versal de todos los siglos y Naciones. Por tanto, no satisfechos con explicarles muy despacio los L i­bros Históricos c]ue manejan en las A u las, hacién­doles comprehender los sucesos pasados por los pre­sentes , les hemos hecho aprender lo mas substan­cial de la Historia de las quatro grandes M onar­quías , reducido á estos doce Capítulos:

I . De la primera M onarquía de los Asirios. z. Continuación de esta Monarquía hasta su des­

trucción.3. Del Reyno de los Egipcios.4. Segunda Monarquía de los Persas.5. De los Persas, y principios de los Griegos.6- Monarquía de los Griegos en Alexandro.7 . Monarquía de Alexandro.8. Principios de la M onarquía de los Romanos, p. Guerras Piínicas , y estado de la República

hasta los Césares.10. De la mutación de la República en tiempo

de ios Césares.1 1 . Historia de los Romanos en tiempo de los

Emperadores.1 1 , Ruina del Imperio Romano.

QGEOGRAFÍA.

uantos han escrito acerca del método que se ha de guardar en el estudio de la H istoria, pres­

criben como disposición indispensable el conoci­miento de la Geografía. Y no es sin grave razón, á lo que entendemos. Porque ícóm o un Letor des­tituido de las luces de esta C ien cia , podrá califi­car según se debe las acciones memorables que nos refieren los Historiadores, acompañar á los Héroes en sus gloriosas empresas , y referir los aconteci­mientos á los lugares mismos donde sucedieron? Aun quando la Geografía no fuese de tanto au­xilio para entender la. Historia , son can claras y can decididas las vencajas que ofrece por sí mis­ma á los hombres , que no se hallará escado al­guno , clase ni condicion de personas, que puedan tener razón suficiente para ignorarla. La Geografía se puede dividir en dos parces, es á saber, en Fí­sica y Civil. Com o esca última no se puede enten­der perfeccamence sin algún conocimiento de k primera ; antes de explicar á nuestros Discípulos el artificio de los M apas, les hemos dado unos bre­ves rudimentos sobre k Esfera y Globo. Dirán las Lecciones siguientes:

I . Del Globo terráqueo, z . De los diferenres Círculos de k Esfera A r-

milar.3. Del Equador.4. Del Zodíaco.5. Del Horizonte.é. De la posicion de k Esfera recta.7 . De la posición de la Esfera paralela.

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14 _

8. De k posiclon de la Esfera obllqua. p. Del Meridiano.

10. De los Coluros.1 1 . De los Círculos menores de la Esfera.12 . Aplicación de la Esfera Armilar al Globo ter­

ráqueo.13 . De la Longitud y Latitud de los lugares.14 . De la división de la tierra por Zonas y por

Sombras.15 . D e la división de la tierra por Longitudes y

Latitudes.De los Climas.

D e la varia combinación de las doctrinas, que se contienen en las Lecciones antecedentes, depen­de la resolución de estos curiosos é importantes Problemas.

1. Hallar la Longitud y Latitud de un lugar dado. z. Hallar el lugar que corresponde á una L on gi­

tud y Latitud dada.3. Hallar la distancia de dos lugares dados en un

mismo Meridiano.4. Colocar el Globo horlzon talmente para un lu­

gar dado.y. Hallar el lugar del Sol en un día dado.6, Dado qualquier día del a n o , conocer la hora

en que nace y se pone el Sol.7 . Dado un lu g a r, hallar su Clima de horas, ó

^quántp dura en él el dia mas largo.

8. Hallar el Clim a de mes de un lugar dado en las Zonas frías.Dado un lugar en las Zonas frías, hallar los días del año en que el Sol no se pone en di­cho lugar.

10. Dado un lugar en las Zonas frías, hallar los dias del año en que el Sol no nace en di­cho lugar.

1 1 . Hallar los Periecos de un lugar dado.12 . Hallar los Antéeos de un lugar dado.13. Hallar los Antípodas de un lugar dado.14 . Dados el día y la hora , hallar aquel lugar

en la Zona tórrida donde el Sol es vertical.ly . Dado un lugar en la Zona tó rrid a , hallar los

días del año en los que el Sol es vertical en dicho lugar.

j 6 . Conocer la hora que es en un lu gar, quando es medio día en el nuestro.

1 7 . Dada qualquier hora en nuestro lugar , co­nocer donde es medio día.

18 . Conocer que hora es en todos los lugares de la tierra, dada qualquier hora en nuestro lugar.

19 - Demostrar en el Globo una Semana de tres Jueves.

Por medio de estas nociones de Geografía fí­sica hemos procurado facilitar á nuestros Discípu­los la inteligencia de la civil. En prueba de estodirán:

1. Qual sea la Definición y División de la Geo­grafía.Quales las medidas mas usadas en la Geografía.

3. La explicación de algunos Vocablos Geográficos.4. Los nombres de los Vientos por donde suele

explicarse la situación de los lugares.5. La Europa.6 . La América.j7. La Asia.8. La África. í>. La España.

ORDEN DE LA FUNCION

L

S e abrirá el Teatro al golpe de la Miísica , y D. C armelo M o rte presentará los Cerrantes con un breve Cumplido. Dirá el Panegírico D. D o­mingo V aquer y S erra .

Música.IL

Versión de Autores prosaycos.Historia de las quatro grandes Monarquías, Preliminares de Geografía.Letura de las Composiciones de Prosa.

Música.III.

Traducción de Poetas.Lecciones de Poética.Continuación de los Preliminares de Geografía. Letura de Composiciones en Verso Latino.

Música.IV .

Explicación de la Geografía.Traducción del Evangelio de S. Lucas del Grie­go al Español.Arengas y Poesías Españolas y Latinas.Letura de Composiciones en Verso Español.

Música.É gloga Castellana.D. J oseph Duka d a rá las gracias al ilustre Con­

curso en una Canción Española.

PANEGYRICVSVEN. lOANNI A RIBERA

PATRIARCHAE ANTIOCHENO

E T A R C H IE P IS C O P O V A L E N T I N O D IC T V S .

AD V A L E N T I N O S .

Q_ uotiescum que mecum animo re p u to , Nobilissim i V alentin i, quibus de causis factum fuerit , ut cum pleraeque antiquita- tis nationes cum nominibus suis iam pridem in sepulchris la - teant ; nonnullae tamen usque ad nostra tempora illustres clarae- que pervenerint ; non possum vobis felicitatem vestram incredi- bilem saeculo Ecclesiae decimo sexto non magnopere gratu lati, vosque praeterea hortari vehementer , ut immortales D . O . M . cumulatisáimasque gratias a g a t is , -quod benignus et liberalis quid- quid vos ipsos augere gloria , atque Inter ceteras totius , qua late p a te t , orbis gentes illustrare aliquo modo p o sset, aut e f- ferre , quasi dedita opera excogitasse , studioseque in hanc au- ream aetatem congessisse videtur. Habetis r e v e r a , habetis, cur de hoc omnium felicissimo saeculo summopere gloriem ini ; habe­tis , cur non pudore verecundiaque suffusi , sed erecto animo elataque fronte ubique locorum incedatis ; habetis denique plu­rima et maxima , quibus de invidis gloriae vestrae osoribus triumphum nobilissimum deportetis. Nam sì ad regionis cuius- cumque commendationem et gloriam , praeter miram agrorum ubertatem , singulärem situs amoenitatem , suavissimamque coeli temperiem , quae nemo unus huic provinciae umquam negavit, plurimum revera conferunt et belli pacisque saluberrimae ar­tes , et sapientissimi v iri omnisque generis eruditione conspicui, et optimarum disciplinarum c u ltu s , et immensa divitiarum re- rumque omnium affluentia , jqu is profecto , etsi Valentinam hi

storiam vel leviter tantum a tt ig e r it , uno temporis momento pot- €rit dubitare , haec omnia , ilio vere aureo saeculo summa in ea ac perfectissima exstitisse ? A t sunt quidem isthaec decora m axim a, sunt clarlssima , et ad Valentini R egni gloriam omnium cultarum gentium scriptis commendandam quam maxime accom - modata ; sed tamen haec eadem , quae vel sola pluribus aliis na- tionibus immortalitatem aut asseruerunt aut assererent ; non ea certe su n t, quae hanc ab aliis tamquam stemmate quodam singu- lari d iscern u n t, quaeque benignissimam D ei in Valentinos pro- videntiam extra omnem dubitationis aleam constituunt. Ita sane est, fiorentissimi Gives. Nam licet haec ornamenta egregia omnium iudicio atque illustria m erito habeantur ̂ tamen sunt tibi cum multis aliis populis communia : verum enim vero cum his omni­bus bonis afflueres , eximiis simul ornari v irtu tib u s , laudarique ab universis tamquam praeclpuum Ecclesiae Cathoiicae decus, et fecundissimam sanctorum hominum matrem , qui adm irabili v itae innocentia et Hominis dignitatem , et R eligionis splendo- rem , et divinam lesu Christi doctrinam ubique terrarum m irifi- ce illustrarent ; haec profecto summa tua laus e s t , quam nullae antiquissìmae gentes slbi p e tu n t, et in qua ceterae etiam Hispa- niae nostrae provinciae , licet multis eodem tempore christianis heroibus re fe rta e , tibi primas iure concedunt. Haud equidem falsa quadam opinione ductus hanc gloriam tibi tribuo , nec certe quidquam assero , quod aut nostrates omnes non ingenue fateantur , aut ignorare possit , qui antiquitates tuas E cclesia- sticas vel primis tantum labiis degustaverit : cum supremus hu- ius mundi M oderator , ut te inter reliquas provincias hac in re decoraret, non solos L u d o v ic o s , G a sp a re s , N ic o la o s , aliosque filios sanctitate eximios et multitudine innumerabiles tibi conces- s e r it , sed etiam multas gentis nostrae provincias ipsi tibi quo- dammodo vectìgales fe c e r it , quae omnium virtutiim cumulo e x - cellentes viros quasi in tributum annumerarent. E t certe C astel- lae novae provincia tibi Thomam a V illan o va sanctissimum A r- chiepiscopum largita est : Aragoniae regio praeter alios com plu- res Paschalem a B aylon morum integritate admirabilem ; B . A n - dream Hibernonem M urcia : Boeiica vero Ioannem a Ribera v i- rum et genere suo clarissimum , et sapientia maximum , et san­ctitate singulärem , quem etiamsi inter laureatas Beatorum cohor- tes nondum adhuc veneram ur, brevi tamen id nos facturos haud temere confidimus. ¿V erum quid hoc rei e s t , A A . O . ? cum sua-

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vissimum loannis a R ibera nomen proferentem me primum au- distis , vestri omnium animi gratissimo quodam sensu mihi com - moti v id e n tu r, atque o c u lis , ore , vultu , totoque corpore po­stulasse , u t , quoniam huiusce Praesulis mox futura Apotheosis universam hanc Civitatem ac Dioecesim miro studio in praesens occupavit , eius potissimum laudes in humanissima scholarum no- strarum frequentia praedicandas aggrediar. Rem plane difficilli- mam p e titls , A A . , et non solum meis , quae valde exiguae sunt, sed cuiuslibet etiam viribus longe superiorem. ¿Etenim quis l i­cet felicissimo ingenio p ra e d itu s , primosque in eloquentiae ca- stris ordines ducens praestantissimus v ir Panegyricum loan­nis a R ibera omnibus numeris absolutum umquam adum brabit? Sed quamvis haec sola cogitatio animum a tanto opere susci- piendo deterrete merito posset ; tamen ut vobis ipsis morem g e - ram , et ne praetermittam argumentum huic tempori peroppor- tunum 5 id quod a me ex o p tatis , quoquo modo potero , faciam .

D e summo igitur V iro ac sanctissimo Praesule , cuius vel solum nomen ad omnem abunde laudem su fficit, tanto sapien- tissimorum hominum concursu et exspectatione hodierna die ver­ba facturus jq u id p rim o ? jqu id secundo loco proferam 1 jQ u id de eo tam praeclarum potero dicere , ut non plura alia lon- geque eminentiora silentio praetermisisse videar ? Impedior certe tam incredibili rerum dicendarum multitudine , et quod summis non numquam Oratoribus contigisse , memoriae proditum est, eadem argument! inusitata copia paene ad ipsas inoplae angu­stias atque in silentium redigor. ¿Q uid ergo in hac animi mei haesitatione faciam ? ¿quam orationi viam aperiam ? ¿quo me vertam ? ¿Eligam ne ex multis eius laudibus singulärem aliquam, quam pro ingenil mei modulo coner exornare dicendo , an ve­ro per universas oratione vagabor ? ¡V erum o me sexcenties beatum ! jD u m incertus animi pendeo, et de recte instituenda tanti V ir i laudatione satago , novum menti meae lumen oboritur subito , cuius fulgore , quem cursum orationis tenere debeam , ni­tidissime video. Nam quo de v i r o , et apud quos sermonem insti- tuo ? Loquor nimirum apud v o s , humanissimi V a le n tin i, et lo - quor de sanctissimo vestro Archiepiscopo , a quo haec tam vasta Dioecesis quadraginta tres annos administrara est, Quapropter ea prae ceteris ornamenta , quae ex tam diuturno Pontificatu ad Riberam pertinent, spectanda videntur. Omittenda igitur prae- clarissimi viri reliqua v i t a , atque de solo eo tempore dlcendum,

quo tempore tamquam sol alìquìs novus emissis quaquaversum lucis suae clarissìmis radiis totam hanc regionem mirifìce illu- s t r a v it , quo eum maiores nostri felici quadam sorte tenuerunt, quo demum omnia egregiarum virtutum decora ad saeculorum admirationem et exemplum uberrime profudit. Patienter itaque ferat Hispalis praeclarissima Boeticae M etropolis , si nihii hic de Riberarum nobilissimo genere dicam , nihilque de prima hu- ius nostri aetate referam , in qua non virtutis praesagia aliqua, sed permulta integerrim ae vitae documenta , et sanctitati ìam annis provectae adaequanda passim occurrunt. Patienter sìnat Salmaticensis Academ ia inter Hispanas omnes et máximo disci- pulorum numero , e t sapientissimorum fama praeceptorum illis praesertim temporibus clarissim a, me hoc loco p raeterire , quam fru gi R ibera noster inter multa iuventuti parata p e ricu la , quam pudens ac gnavus , quam sibi constans in toto studiorum cu r- riculo semper exstiterit , quantam morum innocentiam , quantam animi moderationem , quantam vitae sanctitatem cum incredibili rerum omnium a fflu en tia , cum magna ingenii clarissimi g loria, cum eximia singularis doctrinae commendatjone , perpetuo co - pulaverit ; quanti denique a viris clarissimis M elchiore Cano, Dominico Soto , et Petro Sotomaior , quos optimos peritissi- mosque magistros feliciter nactus est , quanti ab omnibus suis Condiscipulis , quantìque ab universa Academ ia fuerit habitus, ita ut illum omnes vu lgo sanctum ap pellaren t, excelientem eius sapientiam adm irarentur, modestiam praedicarent, DIvique T h o - mae doctrinae apud se summo consensu interpretem constitue- rent. Siientium meum haud aegre ferat Pacis Augustae D ioece- sis clarissima , cuius Episcopus R ibera noster factus tam multa ei tamque eximia pastoralis sollicitudinis , f id e i, in tegritatis, iu- stitiae ac caritatis argumenta brevi tempore p raeb u it, ut quem sibi immature ablatum alioque proficiscentem lacrim is moestissimis prosecuta e s t , eumdem nunc etiam animo fixum servet , g lo - riosissimoque Apostoli cognomìne passim appelJet. Patienter quo­que sustineant ¿ A t quorsum haec , quae nos a proposita causa longius fortasse quam par est aberrare cogunt ? A d V en. itaque Riberam non casu neque fortu ito , sed aeterni Numinis volún­tate huic Dioecesi praepositum advolet tandem oratio. A t vero ne per universa ipsius egregia facinora promiscue ego , ac veluti caecus incerto pede procedam , faciam id quod absolutissimam A pellis picturam lustrantes facere so len t, qui ex omnium pul*

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I tchritudine partium ac decore , de picturae totius praestantia diiudicant ; atque Riberam Praesulem undequaque perfectum exh ib itu ru s, per partes e a s , quae hanc laudem cumulatissime ab solvu n t, incedere curabo. Itaque quam brevissime potero o - stendam , ilium , et sanctissimis vitae exemplis hanc sibi com - missam Dioecesim ad virtutem omnem excitasse , et ad optimos mores saluberrimis institutis erudiisse , et quamlibet ipsius ino-- piam suis eleemosynis sublevasse.

Cogitanti mihi saepenumero de praecipuis Episcoporum offi- c i i s , atque in divinos Scripturarum libros , quibus ea omnia continentur , oculos animumque coniicienti , illud vel ex ipso rationis naturalis lumine , ve l ex sanctissimis sacrorum librorum verbis sese statim obtulit menti , nihil in Praesulibus Ecclesiae antiquius ad subiectos sibi populos recte instituendos, quam v i­tae innocentiam morumque sanctitatem requiri. Quae cum Ioan­nem nostrum minime la te re n t, haberetque praeterea in animo, gravissimis dignitatis muneribus pro v irili satisfacere , ubi ad Archiepiscopatum V alen tin um , agente Philippo I I . , evectus est> ad sanctitatem summam v e ils , ut aiunt , remisque sibi conten- dendum putavit. Qua quidem in cogitatione dum nimium ab ineunte Pontificatu haeret , dum onus sibi nihil tale cogitanti impositum anim advertit, dumque virium suarum tenuitatem vir modestissimus existim at, pio quodam terrore concussus, ne par­tes commissas pro earum di^nitate peragere p ossit, magnopere timet. jP roh Deus im m ortalisi ;Q u o t curis , quot angoribus, quot anxietatibus egregius loannis animus hac de causa tunc temporis dilaceratus est ! V id ere mihi videor R ib e ram , A A . , nunc ad lesu-C hristi pedes provolutum adversam fortunam suam acerbissimis lacrimis deplorare ; nunc temeritatem suam , quod tantum honorem suisque superiorem viribus vel reluctans acce- p isse t, vehementer damnare ; nunc omnes sanctitate et sapien­tia conspicuos viros , ut opportunum in rebus dubiis efflagita- ret consilium , trepidantem adire ; nunc deformatum summaque tristitia confectum inter spem et timorem tamquam navem ven- tis oppositis agitatam fluctuare ; nunc postremo sancta formidine adstrictum ad Pium V . Pont. M ax. tamquam ad Parentem lit- teras m ittere, quibus per quidquid sacri apud mortales e s t , per- que salutem suam aeternam , quam in tanto honoris fastigio periclitari contendit, sanctissimum virum r o g a t , orat et obtesta- tur ; Ut misereatur afflictae conditionis suae , ut sibi la dlscri-

men maximum adducto manum p o rrig a t, seque formidanda A r­chiepiscopi dignitate abdicare patiatur. Permitte mihi nunc , R i­bera Praesul amplissime , permitte , benignissime Parens , ut in veras tantae huius tuae soliicitudinis causas pervestigandas men­tis aciem et attentionem diligenter intendam. Quid , quaeso, istura animum tuum et natura ipsa maximum , et multarum rerum usu et peritia baud mediocriter confirmatum tantum hoc temporis frangit ? ¿Q u id T e ad amplissima quaeque non factu m , sed na- tum , non institutum , sed , ut putam us, imbutum tantopere d i- scruciat ? jV ita e n e anteactae perpetrata scelera menti nunc per­spicue obversata iliius pacem tranquillissimam , ut venti maria soient , fortasse perturbant ? A t vero ita a prima etiam pueri- tia vitam instituisti tu am , ut non iuventutis modo in vitia ple- rumque prolabentis , sed annis quoque provectorum hominum absolutissimum exemplar communi omnium iudicio habereris. ¿In - geniine nota T ib i tenuitas , aut exigua scientiarum multis annis parta notitia te a tanto onere semel suscepto retinendo diutius iure deterrent ? Sed omnes quotquot T e noverunt sapientissimi v i r i , una voce , unanlmique consensu testantur , Ingenium T ib i excellens natura fuisse tributum , tantam vero doctrinae suppel- lectilem T e longo studio , multis vigiliis , summaque animi con- tentione com parasse, ut doctissimis primi subsellii viris possis fo­cile conferri. ¿A n malas artes e a s , qulbus fortasse ad tantum honoris fastigium quam brevissime conscendisti , evolvens nunc animo de superiori ambitione cruciaris ? Verum enim vero ad Pium V . Rom. Pont, ipsemet hac de re scribens nihil T e tale cogitantem , imo etiam invitum ac reluctantem ad dignitatem hanc egregiam elatum perspicuis verbis fateris. Si ergo haec non ti- mes 5 jqu id denique tim es? ¡O virum singulärem , et cum pri­mis Ecclesiae christianae Praesulibus non immerito comparan- dum ! N on frustra timet Ioannes, A A . , et in hoc honoris grada constitutus misere torquetur. lile enim amplissima , su b lim i, at­que excelsa mente praeditus , clarissitnoque supremi Opificis ful­gore illustratus magnum nomen A rch iep isco p i, splendorem huius d ign itatis , magnitudinemque tanti officii intuetur animo , ac co - gitatione complectitur : quare ne tantum onus suis humeris su- stinere , neve tot gravissima m uñera, ut o p o rte t, explere pos- s i t , ìd quod G regorio iVlagno Ecclesiae Catholicae nobilissimo D o c to r i, quodque Sancto Thom ae a V illaiiova quondam conti-^ g e r a t , h ic noster m erito pertim escit.

N em o siquidem temere et iirpudenter existimet , aut quem- dam vitae tranquillae praeposierum aniorem , aut aliquam animi timiditatem in has illum q u erelas, in has angustias, in tantum hanc trepidationem detrusisse. Nam ubi primi in Ecclesia Pasto- ris responsum tamquam oraculum quoddam coeleste Archiepisco- pus noster accepit , atque ex eo , quae lesu-C hristl Servatoris voluntas esset , haud obscure intellexit , acquievit tandem vir modestissimus , atque in id unum omnes vires ac curas intendit, ut impensius virtutem ex co le re t, seque perfectiorem boni Ponti- ficis imaginem in dies exhiberet singulos , quam populus sibi commissus intuens, quam in memoriam saepe revocan s, pietati consectandae , omnibusque christianae vitae muniis diligentius ob eun d is, quasi adhibitis quibusdam stimulis excitaretur.

N ullius vero nunc tantum est flumen ingenii , nulla dicendt aut scribendi tanta v i s , tanta c o p ia , quae eximias loannis v ir - tutes non dicam verbis exo rn are , sed nec percensere numeran­do recte possit. Nam si ad christianam fidem , cuius Episcopi a Servatore nostro M agistri ac Custodes instituti sunt , mentis a t- tentionem adhibeam us, ¿quis nisi historiara Pontificatus eius ne a limine quidem sa lu tav e rit, aut aures suae inter nos omnino pe- regrinae s in t , dubitare ullo modo p o te r it , hanc in Ribera vir^ tutem excellentissimam ac plane singulärem exstitisse ? E t sane ut sexcenta a l ia , eaque nitidissima argumenta , quae multis lo- c i s , variisque temporibus ex h ib u it, silentio praetermittam , ¿nonne flagra ntissimum ipsius erga coelestem fidem S t u d i u m in propatu-lo collocant et gravissimae disputationes, quas persaepe invicto animo sustinuit , et egregia multa opuscula , quae pro ea prò- pugnanda accuratissime conscripsit , et innumeri piane sermo­nes , quos publice prlvatimque adversus infensissimos R elig io - nis hostes magno etiam cum vitae discrimine habuit?

¿lam vero quid de divina christianaque Riberae nostri Spe in praesens dicere potero ? N u llìs prope spatiis nullisque terminis circumscripta in immensum excrescere oporteret o ra t io , si tot tam varia , tam illustria huius virtutis exempla studiose hic col- ligere vellem , eaque ornate verbis copioseque exponere. Cuius quidem in Ioanne virtutis tu V alentia nobilissima C iv it a s , tu, inquam , testis integerrima esse potes ac locupletissima. ¿Quidni enim ? T u infinitos prope labores ab eo summa constantia tole- ratos , tu. inaudita superioribus saeculis opera magno animo abilio incepta , et ad finem feliciter adducta , tu ipsum collatos

sibi honores spernentem , et gloriam omnem humanam , qua pie- rique lantopere delectantur , studiosissime effugientem , tu eum denlque o ra tio n i, silentio , v ig iliis ieiuniisque omnino deditum, et in suum corpus tamquam in acerbissimum hostem flagris per- saepe saevientem , et vidisti admiratione perculsa , et etiam fa­cile intellexisti , nec illos ingentes labores perferri posse , nec magnifica opera suscipi , et ad perfectionem perduci , nec eiusmodi gloriae humanae atque honorum contemptum cum im- becillitate nostra com poni, nec tantam in silentium , in oratio- nem , in ieiunia , in v igilias contentionem tam longo tempore s u s t i n e r i , ni haec omnia in Spe C h r is t ia n a tamquam super so­lidissimo fundamento niterentur , aut ni divina haec et cuiusvis socordiae expultrix virtus sanctissimum hominem , ne umquam de- sponderet animum , perpetuo excitasset. ¿Praeterea quo alio ex fonte illud ipsius loannis in male ferìatam vitam odium natum est , qui ne minimam quidem suae partem honesto aliquo labo­re vacare fuerit passus ? ^Quam aliam originem habuit ea cu- iuslibet etiam honestae oblectationis inter grayissimas officii sui molestissimasque occupationes perpetua fuga et aversio , ita ut omni ludo , omni animi relaxatione libens lubensque careret? Haec certe tam austera vita , hi tam rigidi mores aperte, TOea quidem sententia , d eclaran t, ilium in D . O . M . semper de- fixum nullas alias in terris expetiisse vo lup tates, praeter eas sua- vissimas , quae ex purissimo totius feliciiatis fonte in homines sanctitate principes plerumque promanant.

A t flagrantissimam eius Caritatem ¿quis umquam pro merito aut ceiebravit adhuc , aut postea celebrabit ? Quae quidem vir­tus adeo Riberae nostro cara atque in deliciis habita vldetur, ut si omnia eius et multa , et magna , et sanctissima opera , qui­bus sese toto Pontificatus sui tempore diligenter exercuit , ad trutinam quis re v o ca v e rit, hanc virtutem inter ceteras omnes no- bilissimam totius vitae suae scopum semper exstitisse nullo nego- tio cognoscet. jD u b itatis? Percurrite hic mecum , A A , pecurri- t e , quaeso , breviter non omnia eius praeclara facinora , quod quidem foret immensum , sed nonnulla tantum , quibus divina Caritatis virtus quodammodo emineat , nec iam reliquus ullus erlt dubitationi locus. Intuemini illum mentis o c u lis , cum non oscitanter et leviter , sed summo piane studio , atque incredibi­li pietate multas horas quotidie rebus sacris operam daret ; cum levissimas minimasque culpas quadam naturae imbecillitate a d -

versus Deum admissas multis lacrlm is ac gemitibus deploraret; cum denique solo peccati iethalis nomine audito omnibus corpo­ris artubus maxime contremisceret ; et inde nulla opera poteritis cognoscere , quid sit de eius Caritate censendum. Tantam enim in Deum O . M . pietatem , tantum de levìbus etiam culpis con- ceptum dolorem , tantam vel solo peccati nomine trepidationem non nisi ex vehementissima in ipsum Deum Caritate profluere jwsse , nullus non videt. H inc etiam ortum est ardens illud ip - sius desiderium , ut omnes plane homines divinam Bonitatem ^ n o s c e re n t, veneratione prosequerentur , et vehementer am arent, Hinc t o t , tam p raeclara , tamque illustria sane instituía , quae, ut scelera omnia , si fieri p o sset, ex Dioecesi sua procul aman- d a r e t , Ribera noster primus in ven it, primus in hanc urbem in - y e x i t , primusque omnium longe lateque propagavit. Hinc tot itin e ra , quae vel infirma valetudine aggressus e s t , tot sumptus, quos diversis temporibus fecit , tot sermones , quos eo instituir consilio , ut perditissimos homines atque scelerum coeno penitus demersos a turpissimorum vitiorum colluvie aeternaque damna- tione ad innocentiam vitae et veram animi salutem traduceret. ¿Q uid p lu ra? E a fuit in Patriarcha nostro Caritatis v i s , is ar­dor , ut quemadmodum corpora quaelibet sibi admota ingenita virtute ignis a ccen d it, aut saltern calefacit ; ita qui homines ad Riberam consuetudine feliciter acced eren t, hi aut in D ei am o- rem inflamm arentur-, aut aliquam certe huius amoris D ivin i scin- tillam in pectore susciperenr.

Quapropter cum Ven. Ioannes egregia «ane F ide , Spe nul- lis huius vitae hicommodis vieta , flagrantissimaque Caritate fue- r it ornatus ¿erit fortasse quisquam tam ignarus reru m , tam ru - dìs in C h r is t ia n a R eligione , qui non facile in te llig a t, planeque senttat , ceterarum omnium virtutum ornamenta ab eìus sanctis- sima anima abesse non potuisse ? Cohaerent siquidem cum tribus illis principibus reliquae omnes v ir tu te s , arctoque vinculo et qua­si cognatione quadam inter se continentur. Quod cum ita sit A A . , nihil est , quod hoc loco immoremur in praedicanda suae domus ac familiae integerrima discip lin a, quam quidem tan­tam adeoque eximiam fuisse constat , ut aula Archiepiscopalis, non Archiepiscopi amplissimi ac Proregis potentissimi aula sed sanctissima rigidioris ordlnis religiosi domus videretur. N ih il est quod laudibus extollam admirabilem ipsius humilitatem , sum- mam mansuetudinem , et in perferendis aerumnis patientiam sin-

gularem . ¿Q uid praeterea referam , tantam in eo exstitisse casti- tatem , tantam rerum coelestium contemplationem , tantam bono- rum omnium caducorum aversionem , ut ilium non hominem com­muni labe infectum , neque gravissimls dignitatis suae muneribus ullo modo districtum , sed coelestem aliquem spiritum , atque ab omni alia cura penitus vacuum quisque putaret ? Q uid po­stremo in medium proferam loannis ipsius multis f la g e llis , v i- giliis , atque cruciatibus asperrimam vitam , quibus sane rebus factum e s t , ut in Vrbem Valentinam omni copia affluentem , at­que in Regnum hoc inter reliqua Hispaniae longe speciosissi- mum hórrida A E g y p ti deserta translata esse viderentur , vete- resque illos Antonios Abbates , Paullos Erem itas , Hilariones, O n u p hrios, aliosque solitudinis sanctissimos incolas e coelesti pa­tria ad nos postremis hisce temporibus m issos, vel ipsum potius loannem Riberam non eorumdem tantum vitae fuisse imitato- rem , sed etiam ad unguem vita factisque suis eam expresslsse. ; 0 virum certe admirabilem , atque omni virtutum genere cu - m uhtum ! ¡ O egregium vitae christianae exemplum nobis a di­vina providentia in imitationem propositum!

Antequam vero veniam ad id , quod secundo loco disseren- dum paullo ante suscepi ; omnibus v o b is , A A . O . , planum at­que exploratum esse non dubito , in electis illis viris , qui lesu Christi nomine chrlstianls populis p raesu n t, haud satis esse cla­rissima vitae innocentis exempla , quibus sibi subiectos ad ani­mi modestiam , rerum fluxarum neglectionem et supremi N um i­nis amorem vehementer inflamment ; sed cum coelestls doctri­nae ignorantia tam longe inter mortales lateque grassetur , et cum morum depravatio in misera humanae naturae conditione tanta plerumque esse soleat ; oportet omnino , ut huiusmodi fi- delium m oderatores, Redemptorls n o str i, Apostolorum , cetero- rumque sanctorum Praesulum exemplo , adversus Ignorationem hanc latissime dominantem bellum strenuissime ger.in t, corruptis- que mortalium morlbus sanandis efficacem verbi Dei medicinam pro loco et tempore prudenter adhibeant. Q uare licet Praesul Ecclesiae multis excellentibus donis supra ceteros em iueat, et li­cet divini Legum latorls instituta alia omnia accurate atque cu - mulatlssime observet ; tamen si nec versantes in tenebris claro coelestis doctrinae lumlne illustret , neque imbecillitate quadam in SCQÌUS prolapsos verbis repreh endat, neque impios homines iu- diciorum divinorum terrore pro viribus concutiat , is praeci-

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puam sui muneris partem explesse , Praesulque omnibus nume- ris absolutus dici non poterit. Itaque Ioannes noster , qui veluti perfectissimum M oderatoris christiani exemplar omnibus sese e x - hibere constituerat, tanto huic tamque praecipuo dignitatis suae officio diligenter obeundo totum animum ac cogitationes applicuit.

Em erserat nuper Ecclesia Catholica ex ingenti omnium re­rum perturbatione , atque ex malis ac calamitatibus , quibus inter gravissimas seditionum procellas , inter bella ubique in- gruentia , interque communem stragem superioribus saeculis fue- rat summopere afflicta ; iamque priorum temporum caligine, D eo fav en te , per Concilium Tridentinum fugata , splendidissima severioris disciplinae lux universo fidelium coetui tandem illu- xerat. A t vero quamvis plerique Episcopi Religionis studiosi moribus in pristinam sanitatem restituendis haud segnem ope­ram per multos annos navassent, et quamvis multa praete- ritorum saeculorum vitia avulsa fuissent rad icitu s, in hac prae- sertim Valentina Dioecesi D iv i Thom ae a V illan ova , ac M ar­tini de A ia la la b o re , industria , et indefessa sollicitudine ; tamen cum fieri omnino non p o ssit, ut perdifficilis morum instaurati© obtineatur subito , utque populorum animi brevissimo temporis intervallo a pristina licentia ad severitatem , a vitiis inveteratìs ad virtutem , ex abusibus longa consuetudine confirmatis ad ri- gidiorem disciplinam traducantur ; obversabantur adhuc passimque in oculos incurrebant apud maiores nostros multa sceleris vete- ris impressa vestigia , multae morum corruptelae , multa absur­da , quibus profecto sensim erat prudenter provideque meden- dum. A d haec igitur tot , tanta , tamque inveterata vitia ex regione nostra prorsus eliminanda , homine opus erat egregia vitae sanctitate , invicto animi robore , excellentique dignitate o rn a to , qui quidem optimis moribus , adm irabilique orationis vi ac dulcedine cunctos ad pietatem alliceret ; aut sua apud Prin­cipes gratia saltem im p ed irei, ne in sordibus demersi longoque peccandi usu obdurati homines reliquis contagione sua nocerent. A tque is erat profecto Ioannes a R ibera , quem summis rebus omnibus apprime instructum , ut tam arduum restaurationis opus iam feliciter inchoatum ad unguem usque perficeret , D ei pro- videntia nobis in primis singular! beneficio concessit. E t certe ¿quid per Deum immortalem in universa ecclesiastica disciplina, atque in ipsis Dioecesis suae moribus emendatione dignum visum est j quod non a primis Pontificatus sui d iebus, artibus omnibus

acrique studio emendandum susceperit ? N on eum certe a co gi- tatione , varia oíBciorum genera , non adversae valetudinis in- commoda , non gravlssim ae , quae passim obiiciebaniur d if- ficu ltates, non cum scelestis hominibus subeundae concertatio**n e s , non angores , quibus paene conficiebatur , non adversum se hac de causa vu lgo sparsi rumores , non ipsa denique vitae discrimina vel minimum deterruerunt. Q uae enim m a la , quas aerumnas , quas conflictationes ac pericula , qui ceterorum ho­minum curam su scipiu nt, necessario subituri s in t, optime A r- chiepiscopus noster noverat ; quapropter his omnibus incommo- dis undique impendentibus nihil eius bene praeparatus animus commovetur. Q ua quidem in instauratione sane perdifficili ¿quis singulärem ac paene divinam tanti v iri prudentiam non adm ire- t u r , qui M edicos in curandis corporis aegritudinibus peritissi- mos im itatu s, animorum pesti opportuniora suo loco et tempo­re adhibuerit m edicam enta? A d mores homine christiano dignos in populis invehendos nihil profecto aut aptius aut efficacius est, quam C leri sanctitas , et ad cánones exacta eius ordinis disci­p lina. Intuens hoc animo prudentissimus Antistes , nec de p ri- vatorum fidelium emendatione , C lericis in bonam frugem con- v e rs is , u llo modo dubitans ; ordini illi sacrosancto in p risti- num vigorem revocando omnes animi corporisque ñervos pri— mum intendit. Q uod ut quam accuratissime praestaret, et ut primaevos Ecclesiae mores statim inter Clericos restitueret, ¿quot quantaque invicto animo fecisse , quae consilia cepisse , quantis se laboribus fregisse putatis ? Quoties viros sacris ordinibus ini­tiates in Synodum Dioecesanam hac de causa cogendos cura- v i t ? ¿Q uot novos cánones moribus informandis aptissimos con- didit ? ¿quot veteres , qui iam in oblivionem ac desuetudinem labentibus saeculis ab ieran t, hoc consilio revocavit ? ¿Quam sae- pe homines sacris addictos dignitatis officiique sui fortasse igna­ros diligenter erudivit ? ¡ Vtinam sane templi Thomae Apostoli parietes , intra quos omnium huius urbis Sacerdotum coetus ha­bere so le b a t, utinam , inquam , loqui nunc libere possent, nos- que admirabilem Riberae sollertiam in educandis C lericis suis edocere ! ¡Q u a e , proh Deus immortalis ! ¡et quam magna re- ferrent ab eo praeclare dicta , quae quidem temporis decursu iam paene e memoria defluxerunt ! Audivim us , ut o p in o r, aper­te d iceren t, audivimus clarissimum Pontificem post effusas O - mnipotenti D eo humillimas p reces, nunc quod magis ad Sacer-

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dotum officia sp ectaret, sapienter proponentem 5 nunc aliorum sententiam perhumaniter rogantem : nunc etiam continua o ra - tione de eisdem iJlis rebus , de quibus tunc agebatur , magna pJane v i , summaque oris comniendatione disserentera. Audivim us sirenuissimum Religionis athletam non acriter modo loquentem, sed totis etiam viribus providentem , ne Sacerdotes confessioni- bus audiendis destinati pravis fortasse opinionibus imbuti sacrae absolutionis beneficium non tamquam lesu Christi ministri fide- le s , verum ut evangelicae doctrinae corruptores exitiali prorsus facilitate impertirentur. A u d iv im u s, cum Concionatorum quo- Tumdam inanem superbiam vehementer o b iu rg a re t, qui quidem sui niraium amantes , deque vera D ei gloria et certa aliorum hominum salute parum , aut nihil omnino solliciti , in concio- nibus ip sis , ubi vertuntur gravissima rerum aeternarum momen­t a , laetum usurparent et hilare dicendi g en u s, quod aut pue- rilibus sententious la sc iv ire t, aut casuris , si leviter excuteren- t u r , flosculis niteret : nihilque aliud tanta sermonis concinnitate et elegantia , quam plausus hominum famamque eloquentium au- cuparentur. Audivim us , cum universos viros divino ministe­rio consecraros , adductis maiorum exemplis , et sapientlsslmis institutis, enixe per Deum O .M . eiusque Filium lesum Christum oraret et obtestaretur, ut officii sui inter omnia humana sanctis- simi memores essent, suaeque ampllssimae dignitati congruos in- duerent m ores, darentque id tandem bonis om nibus, sacrae R e­ligioni Ecclesiaeque catholicae , quae iam pridem nihil magis in votis h ab eret, quam peritos probosque Sacerdotes, qui Fidei di- vinae sanctitatem optìmis exemplis ostenderent , qui verbis suis scelestos ad officium redire co geren t, qui denique oppida , ur­bes , provincias gloria doctrinae vitaeque innocentia illustrarent. Eum postremo audivim us, cum haec omnia faceret , adeo acer­be tantoque animi dolore persaepe lacrim antem , ut illi ip s i, qui frequentes aderant , in lacrim as quandoque solverentur , ipsumque Riberam recedentes aiterum Apostolum PauHum appellarent. His profecto vocibus D, Thomae templum , si fas esset , immensos V en . Patriarchae pro instaurandis sacri Ordinis moribus labores etiam nunc testaretur et praedicaret.

¿ A t vero quid ipsi aulae Archìepiscopalis parietes dicerent, qui quidem persaepe testes adfuerunt , cum quosdam etiam e C lero non ex honestatis regulis degentes pro muñere suo incre- p a r e t , et in sceieribus obduratos qua lacrimis acerbissirais 5 qua

cruentis in se ipsum flagris tandem emolHret , atque ad bonos mores e pravitate vitae converteret ? Plurim a sane affirmarent, eaque ipsa quam maxime illustria , et ab homine aeternae a lio - rum salutis cupidissimo certe profecta. His itaque a rtib u s , hac industria , his laboribus , quod summopere optabat clarissimus Praesul , quod saepissime a Deo petierat , id demum summa sui nominis g lo ria ingentique bonorum omnium iaetitia , felici­ter assecutus est , ut nempe C lerici universi ex sacra ordinis sui disciplina agerent ; vereque nec minus recte apud P h ilip- pum III. nationis nostrae piissimum Regem de Dioecesis suae sacris ministris sermonem habeas quodammodo gloriari atque aflìrmare p o tu erit, non eos modo egregios Ciericos esse , ve­rum ex severissimo aliquo religioso O rdine excellentes alumnos.

N ih il ig itu r vobis nunc mirum videri d e b e t, si Ribera san- ctissimo sacrorum virorum agmine munitus depravatos populì mores alacri confidentique animo corrigendos susceperit. ¿Q uid enim non speraret hanc morum in populis emendationem , cum eorum curae ac tutelae tales Pastores passim praeponendos cu - raret , qui virtutum splendido comitatu septi , et saluberrimis institutis sub disciplina sua diligenter exculti omnium ánimos ad optima quaeque exemplo adducerent , eosdemque coeiesti do­ctrina quam studiosissime confoverent ? ¿Sed numquid sedulos p erito s , egregiosque disciplinae suae alun.nos plebem christia- nam informaturus passim tamquam providus paterfamilias Ioan­nes noster misit ; interim vero ipse aut s tu d iis , aut gravissi­mis tanti muneris occupationibus districtus domi sedens tam exi­mio operi praeerat auspicio suo , manum vero illi non adm o- vebat ? Minime, Imo nullo incommodo praepeditus , nullis d e- territus difficultatibus , nullaque aetatis aut virium habita ra - rione , adhibitis nonnumquam comitibus Lud ovico Bertrando, N icolao Factore , Dominico Anadone , Francisco a Puero lesu, aliisque scien tia , prudentia et pietate clarissimis vìris longe la - teque fusum Valentinum gregem non semel aut bis in tam lon­go Pontificatu , sed singulis bienniis praesentia sua recreavit. Neque vero in urbibus tantum aut oppidis sive magna soli fe- tacitate et pulchritudine , sive incolentium ipsorum humanitate et frequentia illustribus id Ribera noster p raestitit, quin potius mirifica ipsius pastoralis sollicitudo vel oppidula omnium vilis­sima vixque vicinis suis cognita summo piane studio penetravit. R e quidem vera , ¿quis locus in tam vasta Dioecesi ve l tenuis-

simus fuit 5 et ab aliîs Praesulibus fortasse praeterm issus, quem non ille sedulo in viserit, et ubi ad diuturnam posteritatis me- morlam non reliquerit impressa curae suae pastoralis praeclara vestig ia ? jQ u a e ru p e s, qui sco p u li, qui montes aut a sp e ri, aut d e c liv e s , vixque accipitribus pervii inventi su n t, quo non in­genti laetitia re p se rit, aut non a d v o la r it , quasi quibusdam alis e v e c tu s , ut divinum E van gelicae doctrinae semen inter rudes eorum incolas sp a rg e re t, aut semel sparsum diligentissime foveret? jQ u a e denique tam profunda vallis et gressibus humanis pae­ne impervia , ad quam licet asperrima corporis maceratione fractus , licet tot aut itineribus , aut concionibus defatiga- tus non per praecipitia aut torrentia flumina impavidus desi- luerit?

A t vero cum gravissimis regni negotiis avocatus , aut va­letudine longis itineribus aggrediendis im pari fortasse impedi- tus in laboriosissima Dioecesis suae lu stratio n e, ut optabat sum- m opere, virtutem exercere non p o te ra t, ¿quanta profecto cura et diiigentia , quanta sollicitudine , vel muneris sui administris plurimis prudentia et sanctitate conspicuis aliis alio m issis, ve l suis saltern lit te r is , d ecretis , legibus , gregis sibi commissi ne- cessitatibus universis sedulus atque indefessus providit ? Servan- tur adhuc (atque ut equidem auguror , servabuntur dum aeter- na Rîberae memoria apud nos permanebit) servantur adhuc, inquam , plurima edicta , quae vivens ille ad Dioecesis huius utilitatem diversis temporibus prom ulgavit adeo plena pietatis in Deum et flagrantissimae erga suos c a r ita tis , ut vel hoc uno ar­gumento satis scire possimus , quam fortunati sub tanto Praesu­le maiores nostri fu e r in t, quantaque securitate animarum sua- rum cura in eiusdem fide ac tutela conquieverit.

M agna equidem , A A . , atque praeclara pastoralis suae sol­iicitudinis exempla ac testimonia ; verum aliud restât adhuc in medium proferendum , quod cum novum fortasse ac singulare sit, superioribusque saeculis inauditum , vestrum omnium ánim os, ut o p in o r, in sui admirationem rapere d eb et, incredibilemque tan­ti Praesulis de grege suo curam extra omnem telorum iactum collocare. ¿Q uid vos nunc exspectatis ? ¿Q uid me suspensi in- tentls oculis intuemini ? ¿Quodnam huiusmodi exemplum novum atque inusltatum putatis? E go equidem nihil aliud hanc R ib e­rae nostri de aeterna suorum salute curam pastoralem , quam M aurorum ex Hispania universa , atque in primis ex hoc regno.

electionem eius praecìpuc opera ihctam demonstrare contendo. ¿ Q u id ? inquiet alìquis : ¿boccine est verae suorura aeternae- que salutis vehementer esse sollicitum , innúmeros paene homi­nes sacro Baptismatìs fonte ablutos , quique inter Christianos iam pridem censebantur ad nationes b a rb aras, atque a R eligio­ne C h ristian a toto coelo aberrantes auctoritate sua amandare? ¿Nonne potius fuisset , christianoque Praesule d ig n iu s , miseros homines et in tantis inscientiae tenebris iacentes de certis R e li- gionis nostrae fundam entis, deque M ahometicae doctrinae turpis- simis erroribus accurate primum docere , vel saltem patienter exspectare , donec aut hortationibus assiduaque institutione de- victi , aut tempore ipso tandem edomiti improbam Mahometis sectam e iu raren t, fidemque divinam ex animo susciperent ? A t vero nequis fortasse temere arbitretur , in re tanti momenti Prae- sulem clarissimum imprudenter se atque inconsulto gessisse, aut i ll i aliquo modo defuisse amori , quo erga homines sibi subie­ctos sacri populorum moderatores flagrare debent 5 rem me va i- de opportunam facturum existimo , si , quae ad scelestos ho­mines in rectam viam et sanifatem revocan dos, Ioannes noster multis annis egerit , hoc loco , licet breviter , indicavero. E t reapse , ¿quid ille pro muñere suo tunc facere debuit quod non prius summa cura , totaque animi corporisque contentione fuerit exsequutus , quam eiusmodi eiectionem a Rege Philippo III . eni- xis precibus obtinuisset ? Nam ¿ad rem facere v id eb atu r, ut eos primum suavissimis adhortationibus , maximisque promissorum illecebris ad veram Religionem conaretur adducere ? E t per se saep e, et per alios sexcenties conatus est. ¿ AEdificanda videban- tur nonnulla C ollegia , in quibus ad fidem christianam recens conversi non obiter per aliquot tantum dies , sed multo tempore sollerterque circa eiusdem fidei certissima principia erudirentur? A E d ifica v it. ¿Illine qui inter obcaecaios homines aut maiori aetate , aut uberiori rerum notitia , aut cuiuscumque muneris causa principes et antesignani haberentur, seorsim in concionem advocandi , ubi qua lenissimis verbis et a summa carirate pro- fectis , qua gravissimorum argumentorum pondere de solius R e - Ilgionis christianae veritate penitus convincerentur ? A dvocavit, penitusque convicit. ¿D eterrendine postremo minacibus verbis ma- lesuni horum hominum animi , certaque obtinendae veniae fidu­cia simul erigendi ? D eterruit persaepe , atque in spem erexit, ¡V erum 0 inanes adversus scelestissimos homines Riberae nostri

cogitationes !. ¡o fallaces spes ! ;o miseras vigilias ! jo frustra susceptos labores!

Quare cum vir omnium prudentissimus anim adverteret, M au­ros in turpissimorum errorum coeno atque in sceleribus demer- sos adhortationes omnes licet amoris plenissim as, omnia promis- sa , omnesque minas audacter contemnere ̂ intelligeretque praeter- ca 5 uno communique consilio conspirantes non solum adversus sacram Religionem , quam quotidie impudenter v io la b a n t, nefa- rium bellum gerere , sed fiorentissimo etiam Hispaniae regno stragem ac servitutem minari 5 fecit quod eo tempore fieri omni­no op ortebat, quodque unusquisque nostrum in tali negotio agen­dum putaret ; fecit quod decebat vigilantissimum , optimum , pro- vidumque Pastorem , qui lue immedicabili infectas oves lupo permittit verandas , ne quae adhuc formosae sanaeque su n t, ea­rum contagione fortasse inficiantur ; fecit denique quod ad to­tius nostrae nationis tranquillitatem , ad virtutum inter nos incrementum , et ad omnium ex animo fidelium spirituale bo- num vehementer attinebat : hoc est , oravit , e ffìa g ita v it, et summa , qua apud Reges nostros p o lleb at, auctoritate et g ra ­tia id tandem assequutus est , ut obdurati homines et ex 0- mnium scelerum importunitate concreti , quos nec quinquagin- ta a n n i , quibus inter Catholicos v ix e r a n t, nec gravlssim ae m ul- torum adhortationes, nec PraesuUim clarissimorum curae , nec maximae promissiones, nec verborum terrores , nec poenae ipsae em ollierant, eru d ieran t, atque in bonam frugem converterant, in aeternum postremo exilium deportarentur , quo Hispania no­stra tanta hac improborum sentina levata , et pacatior in poste- rum esset , et vegetior ad nostram aetatem pulchriorque perve- niret. Q ua quidem in re jqu is adeo hebeti obtusoque ingenio inveniri p o te r it, qui singulärem Antistitis nostri in praeviden- dis periculis prudentiam , in ostendendis dexteritatem , in pro- pulsandis industriam , summam denique de salute omnium no­strum soilicitudinem non iure admiretur , ac stu p e a t, neque am - plissimls in caelum laudibus efferendam putet ? Verum ut pau- cis me a pastorali loannis vigilantia tandem expediam , tanta ubique concordia , tantus concentus huius virtutis in suo Ponti­ficatu semper contigit , ut quidquid pro suis ageret ille , quid- quid umquam moliretur , quidquid cogitaret , excellentem eius paternam soilicitudinem referret , diversis l i c e t , ut ita loquar, variisque coloribus depictam.

ss¿Q u id denique de profusa Pontifícis nostri liberalitate et

in levandis aliorum calamitatlbus admiranda caritate dicam , quae tam egregîis sanctissimae vitae exemplis , tantaeque erga sibi subiectos pastorali curae tamquam cumulus quidam accessit? Neminem vestrum ignorare arbitror , ilium ab ineuntis Pontifi- catus exordio licet plurimis molestissimisque sane muneribus ad- motum tam praeclaram huic v irtu ti operam dedisse , quasi ani­mus eius a ceteris negotiis vacuus nullam aliam rem , in qua cxerceret se , prorsus haberet. N eque vero id in R ibera omni­bus numeris absoluto Praesule magnopere mirandum. Intellige- bat siquidem sapientissimus v ir et aeternae omnium salutis stu- diosissimus , nihil supremis Ecclesiae rectoribus populi ch ri- itiani benevolentiam aeque conciliare , nihil ad excipiendam U- benter doctrinara ánimos hominum tantopere allicere , nihilque tam ubérrimos virtutum omnium fructus edere , cum eximiam in eiusmodi Praesulibus misericordiam copiosissimamque liberali- tatem. Habet siquidem in se haec generosa virtus nescio quid praeclarum ac singulare , cuius mirifica pulchritudine non soli cgestatis angustils o p p ressi, sed ogíbus etiam atque omni rerura copia affluentes homines capti , et ament studiose , quos in tr i- buenda beneficia pronos v id e r in t, et eorum instituta non ut m or- talis alicuius , verum ut e coelo ad communem generis humanî salutem delapsa non immerito intueantur , et avidissime a rri- piant. H inc illud omnium fere saeculorum omniumque gentium testimonio comprobatum e s t , ut ubi moderatores sua in egentes misericordia valde in claru erin t, ibi plerumque et integritas v i­tae , et morum san ctitas, et eximiarum virtutum ornamenta cun- ctis fuerint exspectaculo et admirationi. Quapropter iis electis v i r i s , qui in supremo Ordinis Ecclesiastici loco constituti non aequissimis solum Ecclesiae legibus parere , verum etiam amplis­simo suo officio recte fungi desiderant , omni studio ac diiigen­tia adnitendum est , ut quas copiosissimas habent sibi concredi- tas opes in levanda pauperum inopia liberalissime profundant. Haec ergo cum probe inrelligeret Patriarcha nosier , nihilque in hoc mundo expeteret magis , quam ut multis dignitatis suae difficillimisque muneribus piene sutisfaceret ; non ingentia modo cuiusvis generis dona , quibus ab Exc.™° Domino D . Petro R ibera patre suo o p tim o , atque nobilissimis propinquis fuerat persaepe ditatus , copiosissimosque huius Dioecesis redditus , ut leges ac tura praescribunt, in pauperum alimoniam misericors insumpsitj

M

3 <5sed plurima etiam quae amplissimae dignîiatis decorum fortas­se requirebat, sua vero in egenos benefìcentia re iic ieb at, in hanc ipsara rem perpetuo contulerit. Q uare si m isericors, si caritate praeditus , si munificus ille merito habetur , qui quod ex in - gentibus divitiis vitae ornatae et commodis instructae superfluit, id egentibus benigne larg itu r , ¿quid profecto de Ribera sentie- m u s , qui ut m isericordiam in alios magis ex e rce re t, nobilissi- mam A rchiepiscopi dignitatem multis honoris ornam entis, et v i­tam suam omnibus piene commodis spoliare in animum induxe- r it ? E t san e, aditote , q u aeso , A A . aditote aulam eius A rch ie- p iscopalem , et nisi intellexeritis a p e rte , planeque v id e r itis , eam totam insignis in egenos munificentiae clarissimum esse monimen- tum , orationem hanc meam ex cerebro omnino confictam , per me l ic e t , ducitote. In aulas siquidem eas , ubi homines digni- tate aliqua praecellentes , quo magnam officii sui opinionem ce- terorum animis in g é ra n t, clarissima quaeque artis ornamenta so­ient profundere , oculos nunc vestros mentemque convertite: jecq u id ulla laqueata tecta videtis , ecquid postes aliquos o r- Jiatu sup erbos, ecquid marmora affabre elaborata , aut sedilia magno comparata sumptu , aut parietes aulaeis pulcherrimis opertos , et ingentibus pretiosissimisque speculis splendidos ? N ih il h o ru m , imo omnia apparent abiecta , h umi l i a , cum hominibus parum fortunatis communia , caritatem tamen in egenos mirifi- cam quodammodo spirantia. Perlustrate exiguum loannis abdi- tumque co n cla ve , in quo dies ac noctes sacrarum litterarum stu­dio immersus perlibenter a g e b a t , ¿quidnam in eo vestris obver- satur oculis , quod illos vel brevissimo temporis intervallo pul- chritudine sua partiumque elegantia possit detinere ? Iam vero In epulis suis quotidianis ¿quid est per Deum , atque hominum fidem , quod m ollitiem aliquam aut delicatulum fastidium re- doleat ? ¿quid , quod ab usitatis cuiusUbet plebeii epulis vel tan- tulum di f férât , aut desideriis corporis sui exiguis illis sane su- peresse videatur ? jQ u id in apparatu denique et fam ilia conspi- c it is , quod ilium aut nobilissimum E cclesiae V alentinae A rch ie- piscopum , aut magno Patriarchae Antiocheni honore insignitum, aut R egni huius Proregem splendidissimum ullo modo decla­ret ? ¡ 0 admirabilem ergo loannis misericordiam 1 ¡ 0 erga pau- peres eximiam caritatem omnium saeculorum scriptis ac memo­ria dignissimam!

lu r e equidem inter difficilllm a m axim equ e ardua semper ha-*

bitum f u i t , virum aliqiiem severîtate morum ínter alios incla- rescere , excellere , eminere , qui flagrantissimo simul amore egregiaque erga ceteros humanitate omnium ánimos in sui ad - mirationem erigere ac traducere possit. E t sane qui ex veteri- bus Philosophis severiorem morum disciplinam consectati sunt, eos plerumque in reliquos homines asperiores fuisse et truculen- tiores nullus ignorât. Quis ergo , cum Archiepiscopum nostrum aspera quaeque avidissime sectantem , paupertatemque veluti spon- sam sibi carissimam in deliciis habentem cerneret 5 quis , cum eius vultum macie confectum , genas squalidas, gressus lángui­dos , brevissimum somnum , quo non recreare naturam , sed lu- dificare videbatur , et labores nullo umquam tempore intermis- SOS attente contem plaretur ; ¿non illum fortasse crederet homi­nem tristem ac severum , omnisque humanitatis prorsus exper- tem , quem nec infirmorum pallor , nec miserorum calamitates et lacrim ae , nec summae egentium angustiae ad dolorem et m i- sericordiam commoverent ? Verum si Ioannem ipsum spectes, nullus in se severior ; si a lio s , nullus in eos ne optari quidem aut mitior potest aut am abilior : atque in hoc uno inaequalis ille semper a p p a ru it, quod , ut de P aulla Romana scribit H ierony­mus , summam in aliis clementiam , in se perpetuo duritiam com- m utarit. ¡Proh Deus im m ortalisi ¡quanta in severissimo hoc sui ipsius hoste cura , quanta sollicitudo , ne aliis quibuscum- que aut paterna inopia , aut ipsa temporum calamitate oppressis ad vitam honeste traducendam , vel ad iniurias fortunae aliquo modo sarciendas quidquam deesset I Testes huiusce rei vos ap­pello , egregia singularique sollertia ornati v i r i , vos , inquam, testes a p p e llo , quos ut eleemosynis suis praeficeret , non teme­re et inconsulto, ut plerumque fit , sed post enixas ad Deum fusas p reces, et post disquisitionem longo tempore factam prae multis aliis eligendos Praesul noster acciendosque putavit. ¿Quo- ties vehementisslmo caritatis fervore inflammatus per infinitam D ei bonitatem , perque omnia sacra vos oravit , multisque ver­bis adhortatus f u i t , ut ofiìcium hoc omni ex parte praeclarum, calamitosisque hominibus quam maxime salutare alacres susciper« et fideliter exercere velletis ? ¿Nonne vos ipsos , ne umquam in hoc muñere obeundo fortasse g ra va re m in i, ad sese v ir pru­dentissimus fere arcessivit q u o tid ie , et quae singulis quibusque necessitatibus adhibita fuissent remedia , diligenter interrogavit? ¿Nonne cum ex vestro interdum sermone haud satis quorum-

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dam inopiae fuisse provisum pro ingenii sui acumine statim co - gnosceret , aut saltern suspicaretur , vos , v o s , inquam , ad eosdem egenos copiosius levandos extemplo vel nocte intempe­sta iterum misit?

V iinam nunc vobis , A A . egregium Antistitem ob ocu- los statuere possem , cum ad Nosocomia , Xenodochia ac O rpha- notrophia miseris et infelicibus referta loca citato gradu per­saepe contenderet , cum aestuans divina caritate , ex omni­bus et singulis quid eis in praesens opus esset diligenter inqui- r e r e t , cum suavlssimis verbis illorum ánimos ad laborum pa­tientiam erigeret , cum denique , ut nihil ipsorum levamento aut commodo umquam deesset , magnis expensis benignissime pro- v ideret ̂ non eum aliquem nostrae naturae homlnem caritate fla- grantem , sed Ipsam carltatem e coelo tunc temporis delapsam, et inter homines ipsos miserablles sub specie humana placide in- cedentem , ut ego mecum existim o, fortasse umversi vos puta- retis. ¿Iam vero quis per hanc regionem peregrinus ad loannis fores umquam accessit , quem non statim hospitio suo benigne ex cep erit, atque omnibus rebus praesentem proficlscentemque se­dulo confoverit ? ¿Q uot praeterea captivos ex infidelium pote- s ta te , quot iam nubiles virglnes ex libldinls p e ricu lis , quot pue- ros ex ipsis mortis fau clb u s, quot familias honestas propter ad ­versos fortunae casus ope aliena indigentes pecuniis ingentibus elam ad eas m issis, a pudore slmul et ab egestate prudenter libera vit?

Sed ne R iberae singularis ac prope divina caritas irr priva- torum hominum Inopia studiose sublcvanda solum se prodidisse atque exerculsse videatur ; nihil vero eorum ip&um fecisse , qui- btjs munlficus virorum illustrium animus aeternae posteritatis me­moriae quodammodo consecratur ; ad publica tandem munlficen- tiae monimenta nostra delabatur orati© : quae quídam tam multa adhuc tantaque in universa Dioecesi Valentina existunt , ut si ea singula dicendo comprehendere vellera ̂ Oceani aquae nume- rum conari comprehendere , merito dicerer. ¿Sane vero vel haec una urbs Valentina plurima nobis opera ob oculos ubique pro- ponit , excellentem tanti Praesulis munificentiam haud obscure testantia. ¿Q uid ? ¿C ern itisn e, omni laude dignissimi C iv e s , cer- nrtisne domum illam sanctissimam, quae vos a pestifera quavis lue praesidio suo tuetur , qua quidem in domo feminae m ultae ÍÍ perditi^ moribus ad purlsslinam coasuetudiaem P e i ope feUr^

cìter revocatae , magno omnium nostrum exemplo et adm iratio­ne in operibus poenitentiae exercentur assid u e, acerbissimisque lacrimis maculas superiori aetate contractas delere contendunt? Haec e r g o , quoquo modo p o test, vocem extollit , seque magna ex parte a R ibera nostro erectam innumerisque auctam beneficiis ingenue fatetur. jCernitisne religiosissima duo Monasteria B .M .V . D oiorum ac S. Theresiae sub D . losephi nomine ac tutela in quibus V irg in es piissimae improbas mundi illecebras studiose declinantes vitam ab omni prorsus labe puram angelicaeque si- millimam agunt ? ¿V n d e ergo huiusmodi sanctitatis dom icilia nata s u n t, quem auctorem praecipuum , quem statorem , quem parentem agnoscunt ? ¿N onne Riberam sanctissimum Praesulem? jC ern itis praeterea Patrum CarmeHtarum , et Augustinianorum Discalceatorum , cernitis Patrum Franciscanorum ex S. Petri A lcantara R eform atlone, cernitis Patrum Capuccinorum , quos in hoc regnum superatis difficultatibus summis primus ommorn in v e x it , ampiissimas domos , omniumque virtutum genere fio- rentes ? Earum igitu r parietes cum tacent , c lam an t, et licet muti sensuque carentes sint , cuivis eius temporis historiae pe­rito illud ingerere ac velu ti inculcare perpetuo videntur , se nimirum maximis sumptibus a Patriarcha nostro vel erectos om nino, vel saltem ut a fundanientis excitarentur copiosissimiseleemosynis illum adiuvisse. C e rn it is__ ¿Sed quid ego per omniaMonasteria , per omnia , aut fidelium pietati fovendae , aut mi- nuendae eorumdem indigentiae a Ribera nostro instiiuta opera frustra vbs circum duco , cum unum multis annis, immensisque prope expensis et euris , loco huius urbis celeberrimo ab ipso aedificatum infinitae eius divinaeque munificentiae confirman- dae piane sufficiat ? D e Collegio Corporis Christi nunc me Ìo- q u i , probe in te llig it is , Auditores. Quo quidem opere cum pri­mis Hispaniae nostrae et partium omnium inter se proportione, et admirabili earumdem pulchritudine et elegantia facile com­parando , nihil ad pietatem ir» animis hominum excirandam g ra - vius , nihil ad iuvenes in sacris litteris optimìsque praesertim moribus informandos utilius., nihil ad incomparabilem tanti viri erga lesum Christum venerationem , iussis Concilii Tridentini obedientiam , in pauperes largitatem , inque omnes sibi subie^ ctos benevolentiam ostendendam luculentius u llo modo fìngi vei Optari tacite potest. ¿Q uid enim ì ¿Cum haec assero , aliquisne vestruiB , A A r ^uasi ia nwdio deprehensus ali^uamuium haexet^

aut sibi fortasse in animum ìnducit , Archiepiscopum nostrum, cum tantum , tam elegans , tamque eximium piane opus apud nos conderet , n ih il aliud nisi de nominis sui gloria Valentinis annalibus commendanda , aut de monimento suae familiae nobi­litate , splendore atque opibus dignissimo cogitasse ? E rrat pro­fecto toto coelo , errat , inquam , siquis , quod ego v ix cre- dam , de Ioanne nostro v iro sanctissimo , deque ipsius pul- cherrim o opere ita secum existimar. N on enim id quaesivit su- premus nostrae E cclesiae M oderator , non id egit. E rat enim sapientior , quam , ut quid dignitatem suam amplissimam deceret, u llo modo ign oraret ; erat san ctio r, quam ut hunc tanti operis humanum scopum sibi proponeret. V o lu it e r g o , v o lu it , ut p ru - dentissimae C o lle g io ipsi praescriptae Constitutiones singulis fe­re paginis nitidissime p rod u n t, non modo pietatem suam in Deum, singularemque in lesum Christum venerationem declarare ̂ sed ardentissimam etiam caritatem , qua nos ipsos adhuc vivens mirifice d ile x it , post ciñeres testatam relinquere , structo hoc sanctitatis et religionis nobilissimo dom icilio , ubi plures V a ­lentini ìuvenes in divinis litte r is , atque in vero D ei Om nipoten- tis cultu accurate prorsus commodeque ed u caren tur, ut haec am­plissima D ioecesis, quam fidei suae , integritati , et curae d ivi­na providentia multis annis perm iserat, et haberet omni tempo­re sapientissimos viros , qui eam prudenter administrarent , et integerrimos Sacerdotes , quorum eximia pietate hausta in hac schola et quasi officina v ir tu tis , ad pietatem consectandam ipsa quam vehementissime accenderetur. Q uod quidem quam egregie, ut maxime habuerat in votis ad hoc tempus piissimus Pontifex assequutus fu e r i t , multis ego verbis hoc loco demonstrare co- narer , ni omnes id intelligerent aperte planeque sentirent, et si non de solo C oílegü Fundatore sanctissimo , sed et de ipso C ollegio nobilissimo sermo nobis hodie institueretur. jQ uapropter quis iure hunc tantum virum non m ìretu r, cuius ea in suos ca­ritas , ea largitas f u i t , ut non modo eleemosynis suis praesen- tium egestati fuerit opitulatus , sed eamdem quoque benignita- tem erecto hoc nobilissimo opere perpetuam esse voluerit?

Sed dicet alìquis fortasse , aut secum tacitus saltem cogita- b i t , temere haec a me de V en. Ioanne a Ribera et pro libìdi­ne dieta. Hanc nempe celeberrimo Praesuli tributam laudem aequo maiorem ille putabit. A t non ita putaret summus E ccle­siae Pontifex idemque sanctìtate conspicuus Pìus V . qui coram

frequentissimo Cardinallum consessu hunc Ipsum Archiepiscopura nostrum lumen totius Hispaniae , rarum exemplum virtutis et pro- b ita tis , et specimen morum et sanctitatis appellare non dubita- v it. N on ita putaret Sanctus Ludovicus Bertrandus severlssimae discipllnae sectator illustris , hancque ob causam ab omni assen- tationis suspicione alienissimus , qui cum aliquando se praesente de P atriarcha R ibera sermo incidisset , ilium virum sanctissi- mum , honoris d ivin i studiosissimum , magna c a rita te , summa patientia , parique humilitate praestantem palam aperteque prae- d ica vit. N o n ita putaret Sanctus Carolus Borromaeus Cardina- lis ampiissimus y cum primis Ecclesiae Patribus multis de causis conferendus , cuius licet magno terraruni spatio dissiti tanta de A rchiepiscopo nostro Ioanne tamque eximia opinio f u i t , ut pri­mus ad eum Mediolano Utter as observantiae plenissimas dederit, quibus illiu s praesentissimam opem , synodorum suarum decre­ta , aliasque ecclesiasticas elucubrationes enixe in usum suum fuerit deprecatus. N on ita denique putarent Paulus V . Pontifex Rom anus ̂ L ud ovicus G ranatensis, aliique multi doctrina et v ir­tute spectabiles v iri ; non duo gentis nostrae clarissimi Reges Philippi II. et III. quibus ob admirabilem sanctitatem carissimus fu it ; non H ispani ipsi , non exterarum natlonum V ir i Princi­pes 5 apud quos nihil R ibera Archiepiscopo Valentino notius> nihil illustrius , nihil sanctius*

Itaque cum hic v ir clarissimus' totam Dioecesim V a le n ti- nam vita ex optimis legibus instituta , dim idio fere saeculo , ad omnem virtutem semper accenderit \ cum sapientissimis decre­tis , claroque coelestis doctrinae lumine ad optima quaeque viamilli praemonstraverit , cum ipsius demum egestatì liberaliter copioseque perpetuo succurrerit ; jq u ìs nostrum non illum et admiratione , et grati animi memoria , et perpetua benevolen— tia dignissimum iudicabit ? Nam si generosis hominibus pro- prium hoc semper ac perpetuum f u i t , ut in e o s , a quibus vel exigua accepissent beneficia memores sese gratissimosque exhi- berent , ¿quid nos facere oportebit erga eximium , admirabilem, ac prope divinum hominem,, a quo tanta in nos omnes bene­ficia profecta sunt , quanta v ix ab u llo m ortali nemo unus vel exoptare auderet ? ¿Quam quam quid lo q u o r? ¿Q uid ad Ven. Riberam Parentem optimum , Legislatorem sapientissimum ac Doctorem egregium summa animi contention© praedicandum et ^mandum vo s ipsos im prudens e g o verb is a d h o r to r , quasi q u is-

qu;im in hac praeclara urbe , in hac Dioecesi latissima , in universo Valentiae Regno s i t , qui et hoc non libenter faciat, et multis de causis se facere debere , non perspicue fateatur? N on soli igitur maiores nostri , qui in R iberae tempora fato quodam felici in cid eru n t, ipsum in humanis adhuc agentem ut virum mira sanctìtate conspicuum , ut acerrimum verae doctri­nae assertorem , ut Parentem de omnibus optime meritum su- sp exeru n t, singularìque amore praesequuti sunt ; sed haec eadem iliorum adm iratio , haec o p in io , amor h i c , posteris suis veluti haereditate re lic ta , ad nos u sq u e, longo o rd in e , integra atque incorrupta manarunt. A t vero , cum in amando tanto Praesule maloribus nostris pares , certe non multum impares simus ; in hoc sumus ipsis longe superiores, quod quem in Beatorum a l­bum supremo Ecclesiae iudicio relatum implorare frustra illi concupierunt , eum nos post duo fere peracta saecula Beatura statim appellare , omnique praedicationis genere celebrare con- iidamus.

Quae cum ita s i n t , quid restât aliud , A A . O . , nisi ut o - mnes quotquot hoc loco praesentes sumus , quoique in nobilis­sima Dioecesi nostra censentur , primum eius clementiam , quem propter mansuetudlnem optimum , propter concessa iustis homi- nlbus dona adm irabilem roniinamus , uno o r e , una v o c e , una- nimique consensu obtesteniur , ut quem Moderatorem quondam nobis tribuit , eum Beatum extemplo dicere providentia sua- vissima efficìat 5 deinde ipsum D ei aeternum Filium lesum C hri­stum submisso animo obsecrem us, ut Iionori iliius ac gloriae apud homines co n su la t, qui eiusdem gloriam tam multis artibus tan- tisque sumptibus , dum inter raortales hic degeret , propaga- v lt , iacensque in sepulchro nunc etiam propagare videtur; turn Angelos CIvitatis ac Dioecesis Patronos optimos , erga quos ipse semper piissimus fuit , virosque sanctissimos Ludovi- cum Bertrandum , Gasparem Bono , ac NIcolaum Factorem , quos fam iliaritate et consuetudine habuit coniunctos , ne vota no­stra , conceptamque animo spem , inter Beatorum cohortes Archiepiscopum nostrum statim numerandi In tempus aliud sua intercessione reiici sinant. T e vero in primis , Patrìarcha sanctissime , quem ad coelos evectum fidenter existim amus, T e , inquam , in primis non tam preces nostrae , quam ardentissima omnium nostrum vota im plorant, ut curae nostrae pro T e inter Eeaios censendo susceptae non modo irritae ac fallaces non sint.

quod iam hoc tempore non veremur , sed quod cupim us, quod expetimus , Romae nulla interposita mora , exitum felicissi- mum obtineant. V id e , Sanctissime V i r , quod , qui tuam opt^m rogant iucundissimi slnt T ib i filii , eamdemque ad nominis tui g lo ria m , quae quidem iam magna est , inter homines pro- pagandam exposcunt. Vcere ergo nobiscum , benignissime Parens, utere ilia tua pristina nullique non comperta misericordia , quam post mortem non amisisti certe , sed suavissima Bonitatis ipsius fam iliaritate quam maxime auxisti. Fac ergo , fac , ut T e in­tegerrim o Rom . E cclesiae iudicio Beatorum laureola quam pri- mum redimitum , sacrisque altaribus impositum maiori laeti- tia praedicare , absolutissimum virtutum tuarum exemplum cer- tius im ita ri, tuam opem et auxilium fidentius exposcere, tuam denique sanctissimam nulloque umquam tempore dirimendam so- cietatem omni animi contentione exoptare valeamus.

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