Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

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El Estado del Arte*de la RS&S ** en las Organizaciones Educativas (*) Su origen se le atribuye a Aristóteles en su primer libro de Metafísica. Hace referencia al nivel más alto de desarrollo conseguido en un momento determinado sobre cualquier aparato, técnica o campo científico plural. (**) Responsabilidad Social y Sustentabilidad.

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El Estado del Arte*de la RS&S** en las

Organizaciones Educativas (*) Su origen se le atribuye a Aristóteles en su primer libro de Metafísica. Hace referencia al nivel más alto de desarrollo

conseguido en un momento determinado sobre cualquier aparato, técnica o campo científico plural.

(**) Responsabilidad Social y Sustentabilidad.

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SUMARIO

01 ESPECIALES

La Universidad: Una Institución con Responsabilidad Social

Tridimensional Por Luis Manuel Martínez Domínguez, Profesor de la Universidad Rey Juan

Carlos y Miembro del Observatorio de Responsabilidad Social Educativa de

Cooperación Internacional ONG

Responsabilidad Social Organizacional, Imperativo Ético para las

Instituciones de Educación Superior Por María Antonieta Rebeil, Directora del Centro de Investigación para la

Comunicación Aplicada de la Facultad de Comunicación de la

Universidad Anáhuac

¿Se ha transformado la Sociedad?

Por Baltazar Caravedo, Director del Centro de Liderazgo de la Universidad

del Pacífico de Perú

Responsabilidad-Deber Social Por Humberto Grimaldo Durán, Coordinador del Observatorio de

Responsabilidad Social para América Latina y el Caribe (ORSALC) – UNESCO

02 GESTIÓN “Buscamos potenciar una Formación Ciudadana y Profesional

Responsable” Por Josefina Fernández, Responsable del Área de Agenda 21

(Responsabilidad Social Escolar) de Academia Argüello

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02 GESTIÓN

Hacia Allá, Desde Aquí

Por José Pérez Gaudio, Director del Colegio Universitario de Periodismo (CUP)

Educar para el Desarrollo Sostenible Por Patricia Cucco, Presidenta de Fundación Cervantes

La Ética y la Sustentabilidad en la Educación de los Jóvenes

Universitarios Por Damián Arturo Hernández, Coordinador de la Facultad de Ciencias

Económicas de la Universidad FASTA en Bariloche

03 ESCENARIOS Y TENDENCIAS

RESPONSABILIDAD SOCIAL: De las Empresas a las Universidades Por Francisco Gerardo Barroso Tanoira, Profesor e Investigador en la División

de Negocios de la Universidad Anáhuac Mayab de México

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04 DESTACADOS

La Gerencia Responsable de las Organizaciones: Un Factor

Estratégico para el Desarrollo Sostenible Por Nicolás Fernando Molina Sáenz, Profesor e Investigador de la Facultad

de Administración de la Universidad Pontificia Bolivariana de Colombia

05 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Referencias bibliográficas sobre RSE & Sustentabilidad

identificadas por el Programa de Capacitación Ejecutiva en

Responsabilidad Social y Sustentabilidad Empresaria de la

Universidad de San Andrés:

“Guía de Inversión Social Privada en Educación”. Pinkasz, Daniel (Coordinación).

Buenos Aires: Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE). Año 2012.

“Responsabilidad Social: 7 materias fundamentales”. Internacional Standard

Organization (ISO). Folleto en edición española: Centro Vincular de Responsabilidad

Social y Desarrollo Sustentable, Universidad Católica de Valparaíso. Año 2011.

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06 DOCUMENTOS RECOMENDADOS

07 SITIOS DE INTERÉS

COMITÉ EDITORIAL

Alejandro Roca

Director Ejecutivo IARSE

Luis Ulla

Director de Investigación + Desarrollo IARSE

Jimena Mercado

Directora Editorial IARSE

Laura Massari

Directora de Relaciones Institucionales IARSE

Alicia Rolando

Colaboradora Externa – Experta en Reportes y Fundadora del IARSE

Los artículos y opiniones vertidas en esta publicación son de absoluta y exclusiva responsabilidad

de los autores. Las opiniones expresadas no reflejan necesariamente la visión y el espíritu del IARSE.

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LA UNIVERSIDAD: Una Institución con

Responsabilidad Social

Tridimensional

La Universidad tiene una especial Responsabilidad Social que entraría

dentro de lo que algunos denominamos, Responsabilidad Social

Educativa (RSEdu), que es una forma de Responsabilidad Social

Corporativa que despliega su impacto en tres dimensiones donde se

vincula la Responsabilidad Social con la Educación (Martínez, 2014):

ESPECIALES

Ser un modelo atractivo de institución socialmente responsable, que sin

pretenderlo, se convierte a los ojos del resto de organizaciones en una

referencia de organización que sabe vivir, con creatividad y eficacia, la

propia RSC. Desde esta perspectiva, la Universidad como institución

puede ser un ejemplo inspirador para el resto de organizaciones con

respecto al modo de vivir la RSC de acuerdo con la propia visión, misión

y valores.

Mostrar un compromiso operativo para formar a los estudiantes en

competencias y valores para la Responsabilidad Social. Estas

competencias con valores quedan explicitadas en los diversos planes

de estudio que deben ser cursados con una dedicación concreta y

medible de tiempos, contenidos propios sobre RSC en todas las

titulaciones con resultados observables y evaluables.

Promover de forma prioritaria la dimensión educativa que la RSC tiene

de suyo y que toda organización debería favorecer, pero más si cabe,

la universidad que tiene en la “universalización de la educación y los

avances científicos” uno de los fundamentos de su origen.

Por Luis Manuel Martínez Domínguez,

Profesor de la Universidad Rey Juan

Carlos y Miembro del Observatorio de

Responsabilidad Social Educativa de

Cooperación Internacional ONG

www.urjc.es

[email protected]

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Desde esta triple manifestación de Responsabilidad Social, los

promotores, los equipos de gobiernos, rectores y decanos, los docentes,

los demás trabajadores de la universidad y los estudiantes pueden vivir

su responsabilidad social de dos formas diversas:

Como Responsabilidad Social Ordinaria. Es la directamente

vinculada con las funciones y tareas que cada cual tiene

encomendadas como obligaciones y que lleva a desempeñarlas de

la mejor manera posible. Este tipo de responsabilidad está asociada

a lo que suele denominarse como “buenas prácticas” y tiene como

consecuencia la formación integral de los estudiantes, una

investigación puntera y la creación de un clima de servicio

educativo e investigador abierta a la comunidad.

Todos tenemos obligación de cumplir las funciones y tareas que nos

son encomendadas. Pero para hacerlo con Responsabilidad Social

no basta “cumplir” de cualquier modo “de forma que no se pueda

decir nada”, sino que, el sujeto con responsabilidad social, lo hace

con la mayor perfección, procurando alcanzar el mejor impacto

social; poniendo iniciativa, creatividad y cuidando los detalles.

Como Responsabilidad Social Extraordinaria. Extraordinaria no

significa que sea esporádica. Puede ser todo lo cotidiana que se

pueda pero como tareas y funciones asumidas de forma voluntaria,

no exigibles por ley. El hecho de que sean voluntarias no quiere decir

que se hagan con menos profesionalidad. Estas funciones, una vez

asumidas libremente, conllevan la responsabilidad de realizarlas con

la mayor calidad y equidad.

RSEdu de la

Universidad Ordinaria Extraordinaria

Ejemplaridad

Plan de RSC en todas las

dimensiones:

Gobierno del centro.

Derechos humanos.

Prácticas laborales.

Medio ambiente.

Prácticas justas de

operación.

Asuntos de

consumidores.

Participación activa y

desarrollo de la

comunidad.

Innovación en el propio

plan de RSC.

La universidad debe

presentar soluciones

creativas y eficaces,

porque investiga sobre

sus propios desafíos de

RSC.

La universidad como

institución especializada

en investigación puede ir

por delante con

propuestas piloto para su

propio plan de RSC.

Acciones formativas

voluntarias y gratuitas

abiertas a ciudadanos

que cuentan con las

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disposiciones personales

para aprovechar la

formación pero no

cuentan con los recursos

económicos para

costearla.

Responsabilidad hacia el

propio entorno

aportando los propios

avances en investigación

y los conocimientos al

servicio de la

comunidad.

Capacitación

en RSC

Dentro de todos los

estudios incorporar una

materia común de

Responsabilidad Social.

Complementos formativos

voluntarios orientados a la

acción social y ambiental

universitaria y el aprendizaje

servicio.

Impacto

educativo

investigador

Tender a la excelencia

educativa e investigadora.

Desarrollar una acción

formativa e investigadora

de máxima calidad,

procurando la igualdad

de oportunidades.

Promover la equidad

educativa acercando la

calidad formativa y la

investigación a las

personas, instituciones o

sectores sociales que tienen

limitado el acceso por

razones socioeconómicas.

Promover investigación

directa sobre cuestiones de

Responsabilidad Social.

La Responsabilidad Social en la gestión cotidiana de una universidad, se

hace factible cuando la institución dispone de un brazo ejecutivo que

realiza proyectos concretos, tanto en la esfera organizativa como en el

ámbito académico. Pero esto no sería suficiente, pues de ser sólo

cuestión de un servicio específico, la RSC quedaría relegada a una

función social complementaria, cuando debe estar presente en la base

de la acción cotidiana de la universidad. Es decir, la RSC no es la

guinda del pastel docente e investigador, sino la base de la tarta

universitaria.

Desde mi punto de vista, la RSC no es un modelo de organización, es

decir, no se identifica con un determinado sistema de funcionamiento,

sino que pluralidad de modelos y sistemas pueden ser manifestaciones

efectivas de responsabilidad social.

Si observamos las tendencias más eficaces de RSC de las universitarias

de todo el mundo, puede verse que no existe una fórmula institucional

como solución exportable al resto de organizaciones, ni siguiera

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depende del acierto personal de los rectores y decanos; sino que cada

universidad que avanza por la senda de la responsabilidad social lo

hace por medio de todos los trabajadores y estudiantes concretos, que

componen el cuerpo institucional en cada momento.

Más que una estrategia organizativa, se trata de “una forma de ser

universidad”, que sin duda se alimenta por las decisiones estratégicas y

las acciones académicas y de investigación. Pero la motivación que las

mantiene no sólo son motivaciones periféricas (calificaciones,

remuneración, reconocimiento profesional, acreditación como docente

e investigador, sexenios de investigación, etc.) o no solamente

personales (competencia personal, desarrollo profesional,

autorrealización, prestigio) sino también trascendentes: anhelos de

servicio a los demás, de cuidar y cultivar la naturaleza, y abrirse al

sentido de la realidad y a los valores.

Desde esta perspectiva, la universidad no limita su RSC a mera “función

social” “poniendo su granito de arena” en el desarrollo sostenible, sino

que es vida social de las personas que integran la institución y se abren

a los demás y al medio “haciéndose ellos mismos granitos de arena”.

“MÁS QUE UNA ESTRATEGIA ORGANIZATIVA, SE TRATA DE ‘UNA

FORMA DE SER UNIVERSIDAD’, QUE SIN DUDA SE ALIMENTA

POR LAS DECISIONES ESTRATÉGICAS Y LAS ACCIONES

ACADÉMICAS Y DE INVESTIGACIÓN”.

Considero que ésta es la clave de la universidad con respecto a la RSC;

no practicarla como una mera “función social” que deben realizar

como organización, sino ser un espacio, en todas sus manifestaciones,

que dispone a todas sus partes interesadas para que vivan con

responsabilidad social como opción personal, como estilo de vida

libremente asumido.

Para muchas universidades, el desafío es descubrir el valor de la RSC.

Pero para aquellas que ya muestran sensibilidad hacia esto, el reto no

pasa por incorporar la RSC como un añadido a lo que ya se hace de

ordinario, sino que lo ordinario se viva con más y mejor responsabilidad

social. Algunas manifestaciones podrían ser las siguientes:

Buen clima humano en la universidad:

o Cohesión entre trabajadores: gerentes, equipos de gobierno,

docentes, investigadores, personal de administración y

servicios y padres porque se promueve la comprensión y la

ayuda mutua.

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o Cohesión entre docentes e investigadores. Se promueve la

cooperación más que el aislamiento.

o Cohesión entre estudiantes. Se promueve la solidaridad más

que la competitividad.

Desarrollo de la universidad desde la inclusión:

o Promotores y equipos de gobierno comprometidos en el

desarrollo de la institución.

o Docentes, investigadores y personal de administración y

servicios solidarizados con los intereses de la institución.

o Estudiantes identificados con su universidad y solidarios unos

con otros.

Incentivar la competencia social:

o Cultivar la atención en la consecuencia social de la práctica

educativa de la institución.

o Formar en un estilo de vida hacia los demás, dentro y fuera de

la universidad.

o Ejercitar la competencia social mediante servicios concretos.

Clima de servicio, justicia social y ayuda mutua.

o Dentro-dentro. Entre las áreas y departamentos de la

universidad

o De arriba hacia abajo y de abajo a arriba. Respeto y

deferencia a las funciones de gobierno y gestión. Gestores y

dirigentes orientados al servicio justo.

o De dentro hacia fuera. Una universidad abierta a su entorno

para el desarrollo sostenible y la transformación creativa del

contexto global.

Para cultivar esta forma de ser universidad socialmente responsable es

imprescindible ir más allá del pragmatismo de los resultados y abrirse a

los valores. Para concretar, resulta buena experiencia la creación de un

vicerrectorado centrado en la Responsabilidad Social Educativa. En mi

universidad, la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), tiene el nombre de

Vicerrectorado de Cooperación al Desarrollo y Relaciones

Institucionales, y como vengo diciendo, es importante que no sea un

vicerrectorado accesorio o una pieza aislada dedicada a la función

social de la universidad, sino un hilo de unión que trabaja

conjuntamente con el resto de vicerrectorados para fomentar la

responsabilidad social en todas las parcelas con autoridad moral y

potestad con prestigio, por la confianza que la institución deposita en

este servicio, la calidad de sus realizaciones y la eficacia de las medidas

adoptadas.

Apostar por la RSC en la universidad no es un lujo, sino una necesidad

que repercute en el desarrollo sostenible de la sociedad de una manera

directa y muy significativa.

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Luis Manuel Martínez Domínguez

Profesor Titular Interino de la Universidad Rey Juan Carlos

(Madrid). Doctor en Pedagogía. Coordina una línea de

investigación en Responsabilidad Social Educativa dentro

del Departamento de Ciencias de la Educación de esta

universidad con publicaciones como: Martínez Domínguez, L.

M. (2013). “Responsabilidad social y comunicación

institucional en los centros educativos”. Derecom, (15), 7.

Martínez Domínguez, L. M (2014). La Responsabilidad Social

Corporativa en las instituciones educativas. Estudios Sobre

Educación, 27. Entre otras asignaturas, imparte la asignatura

de “Responsabilidad Social Educativa” del Máster

Universitario en Competencias Docentes Avanzadas de la

URJC. Es miembro del Observatorio de Responsabilidad

Social Educativa de Cooperación Internacional ONG.

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RESPONSABILIDAD SOCIAL

ORGANIZACIONAL, IMPERATIVO

ÉTICO PARA LAS INSTITUCIONES DE

EDUCACIÓN SUPERIOR

El tema de la Responsabilidad Social en las

Organizaciones (RSO) es un reto cuyo eje

central es la ética. Esta afirmación es válida

para cualquier tipo de organización, sean

éstas instituciones públicas, organismos,

empresas privadas o sociedades del tercer

sector. En este caso, merecen especial

atención aquellas instituciones (privadas o

públicas) cuyo quehacer prioritario es la

responsabilidad de formar a los hombres y

mujeres del hoy y que habrán de ser los

líderes de las próximas generaciones. Desde

luego, se trata de Instituciones de Educación

Superior (IES).

Algunas IES han argumentado que la RSO no es un tema que les

compete ni del que se deben ocupar, precisamente debido a que el

centro y núcleo de su labor en la vida social, la educación, es sustantivo

o constitutivo de servicio del más al alto nivel a la sociedad. “La

sabiduría convencional había dado por hecho que las instituciones

gubernamentales así como las organizaciones no lucrativas eran

socialmente responsables de manera espontánea y automática debido

a los fundamentos y razones de su creación”, dice Krishnamurthy

Sriramesh (2012: 6). No obstante, a lo largo de la historia de la

humanidad, se ha visto que ello no corresponde a la realidad debido al

sinnúmero de descuidos, escándalos, malos manejos y corrupción de los

cuales se ha sido testigo.

Por María Antonieta Rebeil, Directora del

Centro de Investigación para la

Comunicación Aplicada de la Facultad

de Comunicación de la Universidad

Anáhuac

www.anahuac.mx

[email protected]

Page 18: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

Considerando que la RSO es un proceso que se desarrolla en la

totalidad de la organización, que va más allá de la filantropía pura

(donativos) y de la filantropía interesada (marketing social). La RSO es

un proceso que involucra a todos los grupos de interés de la

organización, tanto personas como grupos, así mismo, las acciones y los

procesos que se generan en estos sistemas sociales con el fin de

impactar positivamente en los aspectos laborales, económicos,

sustentables y sociales de la misma y de la sociedad y el ambiente, a

través de la toma de decisiones con base en la racionalidad ética

(Vallaeys, 2008).

De manera particular, las IES, por la naturaleza propia de la delicada

labor que tienen en sus manos que consiste en la formación de

conocimientos, competencias, aptitudes y valores de los hombres y las

mujeres del hoy y del mañana; pueden y deben ser las primeras en

esforzarse por ser socialmente responsables y sustentables. Además, que

ello se lleve a cabo nítidamente y de manera evidente a la luz pública.

Una vía ya puesta en blanco y negro y probada nacional e

internacionalmente es la de los “consejos acreditadores”, que en la

búsqueda de elevar la calidad de los procesos educativos han tenido

importantes aportaciones y logros en la Responsabilidad Social de las IES

y en sus programas educativos que se someten a sus estándares y a sus

procesos de evaluación. No obstante, respecto a la Responsabilidad

Social Universitaria (RSU), se puede decir que éstas (las universidades)

aún se quedan cortas en algunos aspectos con el tema de la misma

responsabilidad social. Los consejos acreditadores tienen como metas

claras el avance de la calidad educativa y la producción del

conocimiento. En todo caso solicitan de sus IES acreditadas el que

tengan procesos de transparencia en las finanzas y desde luego, que

lleven a cabo programas de extensión y vinculación con la sociedad,

sin que ello necesariamente cuente con aquellos indicadores que

soporten la complejidad y la amplitud que requiere el imperativo ético

de la RSU.

“…LAS IES, POR LA NATURALEZA PROPIA DE LA DELICADA

LABOR QUE TIENEN EN SUS MANOS QUE CONSISTE EN LA

FORMACIÓN DE CONOCIMIENTOS, COMPETENCIAS, APTITUDES

Y VALORES DE LOS HOMBRES Y LAS MUJERES DEL HOY Y DEL

MAÑANA; PUEDEN Y DEBEN SER LAS PRIMERAS EN ESFORZARSE

POR SER SOCIALMENTE RESPONSABLES Y SUSTENTABLES”.

Las tareas clásicas que se revisan en toda Universidad tienen que ver

con su cuerpo docente, el plan de estudios, los estudiantes (ingreso,

proceso, egreso y obtención del grado) y los resultados e impactos en la

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sociedad. Una IE puede ser socialmente responsable y sustentable en la

medida en que enfoque sus esfuerzos hacia: dentro de sí, en su

ambiente y condiciones laborales, la formación de sus estudiantes, su

productividad y su contribución al desarrollo de la sociedad. Todo ello

tiene que ver con sus procesos de gestión y transparencia, incluyendo

las condiciones laborales de todos sus integrantes; la docencia y los

procesos de enseñanza-aprendizaje encaminados a la adquisición de

conocimientos al desarrollo de las capacidades para el pensamiento

crítico e independiente; la producción del conocimiento de cara al

rigor científico y a las necesidades del desarrollo nacional en que

operan y, desde luego, su amplia difusión, incluyendo formas de acceso

abierto; las acciones y el alcance de sus procesos de vinculación en

cuanto al desarrollo de la tecnología e innovación, el impacto en el

desarrollo económico, político y social, así como la protección de la

naturaleza.

Cada uno de los integrantes o grupos de interés en las IES, así como los

procesos que éstas llevan adelante (docencia, investigación, difusión,

vinculación) pueden y deben ser conducidos a la luz de la racionalidad

ética misma que supone la transparencia, el rigor científico, la

formación de alta calidad, la investigación y la mirada fija en la

sociedad a la que se debe servir y redituar.

Nos parece significativo concluir con la siguiente cita de Vallaeys: "Tú,

Sociedad, me garantizas autonomía y recursos, y yo, Universidad, te

doy: (1) más Democracia a través de la formación de estudiantes y

ciudadanos responsables, (2) más Ciencia responsable, lúcida y abierta

a la solución de los problemas sociales de la humanidad, y (3) mejor

Desarrollo equitativo, innovador y sostenible, con profesionales

competentes y comprometidos". (2008: p. 18) Referencias:

Sriramesh, K. (2012). “Prólogo” en Rebeil, M.A. (Coord.) Responsabilidad Social

Organizacional, México, Trillas.

Vallaeys, F. (2008) ¿Qué es responsabilidad social universitaria?, recuperado el 29 de

septiembre de

https://www.url.edu.gt/PortalURL/Archivos/09/Archivos/Responsabilidad_Social_Universi

taria.pdf

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María Antonieta Rebeil

Directora del Centro de Investigación para la Comunicación

Aplicada (CICA) y Coordinadora Académica del Doctorado

en Investigación de la Comunicación, Facultad de

Comunicación, Universidad Anáhuac México Norte.

Presidenta de la Red Internacional de Investigación y

Consultoría en Comunicación (RIICC). Coordinadora de más

de diez libros entre los que se encuentran: Ética, Medios y

Democracia (2014); Responsabilidad Social Organizacional

(2012).

Page 21: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

¿SE HA TRANSFORMADO LA

SOCIEDAD?

Las sociedades se fragmentan cuando

se produce una disociación profunda

entre los mensajes que se anuncian y los

que se actúan. En una sociedad

fragmentada el otro no existe, la

diversidad no es reconocida, el

autoritarismo se plasma en el quehacer

de la vida cotidiana, el proceso de

representación se vicia, se agiganta la

ausencia de los que no tienen voz, la

violencia se convierte en una práctica

habitual. En una sociedad así, los

conflictos se transforman en

confrontaciones, el diálogo languidece y la atmósfera subjetiva da paso

a la intolerancia, al hartazgo y, también, a la huida; la esperanza se

esfuma, el futuro se hace gris y el compromiso se disuelve. Una dinámica

social basada en una rutina que contiene todos estos componentes

debe ser transformada.

Nutridas por una interacción constante con otros, las sociedades

humanas habitan en las personas. Cuando los vínculos que ellas

establecen se cargan de resentimiento, la sociedad toda se tiñe de

aspereza y aleja a sus integrantes. Una sociedad así, es una sociedad

dividida en la que nadie le reconoce autoridad a nadie o en la que una

palabra divergente destruye lo que se avanza. Una sociedad dividida

no es equivalente a una sociedad diversa. Mientras que la primera

transmite una cultura cínica y camina hacia su desfallecimiento, la

segunda alberga un sentimiento transformador y enfrenta una

oportunidad de florecimiento. A la sociedad dividida le espera la ruina o

el estancamiento; a la sociedad diversa se le abre un futuro.

América Latina es una sociedad signada por la contradicción; estamos

divididos y somos diversos. Nos movemos entre el marasmo y la ilusión

benévola; entre la exclusión y la integración; entre la confrontación

destructiva y el diálogo edificante. No todos pensamos igual, no todos

queremos lo mismo, no todos tenemos el mismo origen, no todos

Por Baltazar Caravedo, Director del

Centro de Liderazgo de la Universidad

del Pacífico

www.up.edu.pe/liderazgo

Page 22: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

practicamos un mismo estilo de vida. Pero el problema no es que

nuestra sociedad esté compuesta por esta contradicción o por esta

diversidad sino que no la admitamos y que siempre mantengamos una

dosis de cinismo e incredulidad que socavan sus posibilidades.

¿Cómo hacer para crear un clima social que integre? ¿Cómo hacer

para que se reconozca la diversidad? En otras palabras, ¿cómo

producir la transformación de nuestra sociedad? Este es un desafío que

tenemos por delante. Es necesario quebrar la rutina perversa, acercar a

los diferentes, a los antagónicos, a los que no se reconocen, a los que

no se hablan, a los que no se miran o lo hacen con desprecio. Para

lograrlo se necesita crear un nuevo contexto subjetivo y cultural. A partir

de la aceptación de nuestra diversidad será posible la integración. Sin

esta condición, lo que se impone, como ha ocurrido hasta ahora, es la

fragmentación.

La transformación social es la modificación del sentido de nuestra

existencia, individual y colectiva. Desde un punto de vista humano, los

vínculos se mantienen a través de las prácticas porque tienen una

significación o cumplen con un sentido. La transformación es un cambio

de significación. En la sociedad humana el sentido de una época está

expresado por la información y la emoción dominantes que construyen

una racionalidad. Dada la velocidad con la que actualmente se

produce y difunde nueva información, es decir, debido a la inmensa y

vertiginosa conectividad es factible pensar que los cambios de sentido

no sólo ocurrirán con mayor rapidez, sino que podrán originarse desde

los más minúsculos universos sociales.

Los significados que impactan sobre nuestra práctica proceden de

distintos sistemas y sub sistemas dentro de los cuales actuamos y de los

cuales recibimos mensajes, aunque no lo advirtamos. Si bien hay un

número muy variado de universos, podemos decir que algunos juegan

un papel predominante. Éstos son la escuela (las universidades), nuestros

lugares de trabajo (las empresas), nuestros espacios de relación no

laboral de la vida cotidiana (familia) y los medios de comunicación.

Estos espacios son los mundos referentes que inadvertidamente nos

guían.

“…LOS CAMBIOS DE SENTIDO NO SÓLO OCURRIRÁN CON

MAYOR RAPIDEZ, SINO QUE PODRÁN ORIGINARSE DESDE LOS

MÁS MINÚSCULOS UNIVERSOS SOCIALES”.

Si admitimos que la re-significación es un proceso afectivo en el que

nuestras emociones están comprometidas; si estamos de acuerdo en

que no hay interacción si no hay comunicación; si aceptamos que la

comunicación más efectiva es la que actuamos, y si sostenemos que lo

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más cerca que tenemos para transformar somos nosotros mismos, una

cuestión fundamental tiene que ver con la posibilidad de la

transformación personal, de nuestra propia existencia, en el entorno y

en el contexto en el que vivimos. Vale la pena saber de qué modo

están conectados todos estos elementos.

Dado que nuestras sociedades son un continuo tejer vínculos y que

todas esas relaciones persiguen un objetivo, se puede decir que,

finalmente, la transformación consiste en dar nuevos sentidos a lo que

hacemos, a nuestras relaciones. Cuando varía el sentido todo se

modifica.

“…LA TRANSFORMACIÓN CONSISTE EN DAR NUEVOS SENTIDOS

A LO QUE HACEMOS, A NUESTRAS RELACIONES”.

Preguntarse sobre la transformación de la sociedad significa establecer

si su sentido se ha modificado. La sociedad y sus organizaciones ¿sólo

son espacios para satisfacer nuestros intereses particulares? Cuando no

hay sentido, las organizaciones languidecen porque no tienen límites.

Las personas transgreden lo que se acuerda, se desvinculan del interés

de los demás, de lo público, del bien común. Hoy América Latina ¿es

menos desigual? ¿Es más respetuosa de todos sus integrantes?

¿Colaboramos más entre nosotros? ¿Somos menos corruptos, menos

violentos?

De una sociedad frágilmente cohesionada emerge una cultura informal

cuyas prácticas sociales no se modifican sólo por la dación de normas y

leyes. Se requiere de una nueva afectividad que se exprese en el

comportamiento de las organizaciones y de las personas, que se

manifieste en el nuevo sentido que debe adquirir la humanidad.

Baltazar Caravedo Molinari

Doctor en Sociología. Magister en Ciencias Sociales y

Economista. Actualmente dirige el Centro de Liderazgo de la

Universidad del Pacífico. Ha publicado 25 libros sobre temas

de historia económica, descentralización, responsabilidad

social y liderazgo. Promotor y Pionero de la Responsabilidad

Social en América Latina y el Perú.

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RESPONSABILIDAD-DEBER SOCIAL

El Observatorio Regional de

Responsabilidad Social para América

Latina y el Caribe (ORSALC) fue

inaugurado el 2 de febrero de 2012 en el

Palacio de San Carlos, Sede de la

Cancillería de Colombia y fue avalado por

el Ministerio de Relaciones Exteriores y el

Ministerio de Educación Nacional. EL

ORSALC, con sólo tres años de

funcionamiento cuenta ya con un

Declaración, sedes subregionales, grupos

de trabajo, estudios de variada índole, factores e indicadores regionales

de análisis y una participación en más de 220 eventos anuales con una

cooperación de 700 instituciones en dos idiomas oficiales (español y

portugués). Hemos venido trabajando en la construcción de una

Responsabilidad Social que, superando cualquier visión de mercado,

denuncie las injusticias y permita desde la reflexión y las buenas

prácticas encaminar las comunidades de personas a la inclusión, la

equidad, la oportunidad y la educación para todos. Una de esas

instituciones comprometidas con lo expuesto es la Universidad

Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia, México.

La Responsabilidad Social desde su concepción general, y universitaria,

en particular, no es tarea baladí, ni sencilla. Convoca los mejores

esfuerzos, las mejores capacidades intelectuales y volitivas del ser

humano y de los grupos sociales, las naciones. Es un proceso personal y

social que requiere capacidad de adaptación a la realidad para

dialogar con ella, sin derrotismos y sin miedos, negando que solamente

lo arduo y acuciante presenta la agenda, sino también la capacidad

de hacer del hombre en esa misma realidad que asedia.

Desde este estadio, discurriendo la ruta de desarrollo de

Responsabilidad Social, se accede a la asociación, esa capacidad de

construir redes para buscar respuestas convincentes a la compleja

realidad de la persona, desde una consideración completa de la misma

(la persona), que no la reduzca solamente a una de sus dimensiones. Así

se realizan los demás movimientos de la dinámica circular: la

Por Humberto Grimaldo Durán,

Coordinador del Observatorio de

Responsabilidad Social para América

Latina y el Caribe (ORSALC) – UNESCO.

Page 25: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

transformación, la capacidad de cambio para mejor, para devolver

dignidad vital o para consolidarla; medio propicio en que la persona

pueda ahondar en su propia identidad, extender la mano hacia la

mano que se nos da (en petición o en gracia), y reconocer en el otro el

rostro del otro-yo.

Hemos sido engendrados para la sociedad, como afirmaba Seneca Ad

coetum geniti sumus y el útero de esa vida social creciente es siempre el

territorio. Hablamos de Responsabilidad Social en clave de territorio, es

decir, Responsabilidad Territorial ya que la hoguera, el fogón social

crece en el territorio y se alimenta de él. NO existe territorio sin debate,

sin sana y propositiva discusión. Además hemos querido hablar de

territorio y no de entorno y buscamos incluir las nociones de tiempo y

espacio, tan queridas a la filosofía pero tan polisémicas y difusas en

cuanto a interpretaciones. En este sentido, desde este Observatorio que

tengo el reto de coordinar, hemos querido proponer un espacio abierto

para definir y delimitar el tema de la “Responsabilidad”, llámese ésta

personal y social, a partir del concepto de territorio, ya que entendemos

que toda responsabilidad está anclada y se debe a una tierra, léase

“territorio”, en la cual crece y se desarrolla su vida social, la vida común

con otros seres humanos.

El hecho de ser engendrados para la sociedad, como afirmaba

Seneca, es decir para la vida en común, conlleva necesariamente que

nos hagamos responsables de nuestros derechos pero también de

nuestros deberes. Somos sujetos de derechos por ser humanos, pero

precisamente por ser humanos estamos llamados y obligados a deberes

hacia nosotros y hacia los otros seres humanos. “Onus Probandi”, decían

los romanos y esa obligación de demostrar incumbe a las personas en

cuanto a sus derechos pero también en cuanto a sus deberes. Proliferan

discursos sobre los derechos y sobreabundan interpretaciones. Sin

embargo, sobre el deber, tenemos un discurso poco menos que

elaborado, quizás más incipiente.

“HABLAMOS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EN CLAVE DE

TERRITORIO, ES DECIR, RESPONSABILIDAD TERRITORIAL YA QUE

LA HOGUERA, EL FOGÓN SOCIAL CRECE EN EL TERRITORIO Y SE

ALIMENTA DE ÉL”.

Desde el siglo XVIII, de la mano de las revoluciones inglesa, americana y

francesa hablamos de derechos del hombre y del ciudadano. Las

Constituciones modernas están prioritariamente llenas de derechos y

pocas de deberes. En todas partes se hablan de derecho, derecho de

gentes, de individuo, internacional, nacional, derechos de minorías,

incluso llegamos a hablar de derechos de animales, cuando

Page 26: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

irónicamente otras personas no tienen incluso derecho a vivir. En

cambio no hablamos con el mismo ahínco del deber de gentes o el

deber internacional o los deberes nacionales o los deberes de las

minorías. El discurso de los Deberes Humanos, parece más dúctil, incluso

más efímero. Y mientras el reino de los derechos es más imperativo e

impositivo, el de los deberes es superficial y poco cohersitivo; con el

reino de los deberes olvidamos aquella máxima latina que sentenciaba

ID FACERE LAUS EST, QUOD DECET, NON QUOD LICET, (lo loable está en

hacer lo que se debe no lo que se puede), dicho en forma coloquial

AGE QUOD AGIS, (lo que haces hazlo bien).

Todo esto porque en la actualidad, muchos pretenden pensar y actuar

como si no le debieran nada a nadie, sino a sí mismos. Piensan y actúan

como titulares de derechos y con frecuencia les cuesta madurar en su

responsabilidad respecto al desarrollo integral propio y ajeno y por lo

tanto a sus propias responsabilidades. En este sentido, la exacerbación

de los derechos abre aún más la brecha entre ricos y pobres, ignorantes

e ilustrados y dicha brecha no solo es una brecha regional sino mundial.

La exacerbación de los derechos conduce al olvido de los deberes, y

los deberes, son responsabilidades.

Humberto Grimaldo Durán

Coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social

para América Latina y el Caribe (ORSALC) – UNESCO.

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Page 28: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

“BUSCAMOS POTENCIAR UNA

FORMACIÓN CIUDADANA Y

PROFESIONAL RESPONSABLE”

¿Por qué hablar de Responsabilidad Social y

Sustentabilidad en una Comunidad

Educativa? ¿Cómo se puede abordar este

concepto empresarial desde la dinámica de

un centro educativo? Y en todo caso, ¿con

qué objetivo?

En base a estas inquietudes surge desde

Academia Argüello la idea de encarar un

programa de Responsabilidad Social

Educativa, denominado “Agenda 21”.

Convencidos que la necesidad de un

cambio de paradigma es inminente, creemos

que la escuela debe buscar y otorgar

herramientas para responder a las diversas demandas de nuestra

sociedad. Así, la implementación en Academia Argüello de este

proyecto en particular significa considerar a la organización escolar

como comunidad de aprendizaje de la que participan no sólo

docentes y alumnos, sino todos los stakeholders o grupos de interés,

tanto internos como externos (familias, personal no docente,

comunidad mediata e inmediata, gobierno, etc.) con el objetivo de

generar una mayor conciencia sobre la imperiosa necesidad de

modificar hábitos y costumbres que no contribuyen al diseño de un

futuro sustentable. En palabras de Carlos Días, se trata de “un cambio

de actitud hacia la institución, es un proceso gradual que debe

construirse desde la casa, desde la escuela y desde el entorno… para la

GESTIÓN

Por Josefina Fernández, Responsable

del Área de Agenda 21

(Responsabilidad Social Escolar) de

Academia Argüello

www.aa.edu.ar

Page 29: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

generación de una conciencia sólida en toda la comunidad”. (Carlos

Díaz, 2008).

Desde lo práctico, “Agenda 21” introduce en Academia Argüello un

concepto de escuela más moderno y activo, el cual la sitúa como actor

protagonista del desarrollo sustentable de su comunidad local. “Una

escuela socialmente responsable será el motor de una comunidad

ampliada, que comparta las razones, los fines y las motivaciones de la

tarea común” (Yepes, 2003).

La noción que contempla este proyecto de Responsabilidad Social es

innovadora pero a la vez se suma a la apuesta que desde hace ya

varios años se trabaja en la institución con el programa “Academia

Piensa y Actúa Verde”. La inquietud y compromiso por el cuidado del

medio ambiente sigue y seguirá siendo un eje de trabajo a conciencia

en la escuela pero, a su vez, con esta nueva iniciativa, vamos más allá

de lo netamente ambiental, sumando diversos proyectos en esa misma

lógica de trabajo.

“DESDE LO PRÁCTICO, ‘AGENDA 21’ INTRODUCE EN

ACADEMIA ARGÜELLO UN CONCEPTO DE ESCUELA MÁS

MODERNO Y ACTIVO, EL CUAL LA SITÚA COMO ACTOR

PROTAGONISTA DEL DESARROLLO SUSTENTABLE DE SU

COMUNIDAD LOCAL”.

Si bien el programa “Agenda 21” se viene implementado desde 2014, es

notable ver el impacto que ya va generando en los alumnos y, por

proyección, hacia el seno de las familias. Los alumnos manifiestan

sentirse proactivos, protagonistas del cambio, agentes modificadores de

la sociedad que integran.

La noción más novedosa y desafiante de esta propuesta viene de la

mano de un trabajo en comunidad concreto y directo por parte de los

alumnos y docentes. Desde el trabajo en espacios curriculares

específicos, se diseñan proyectos que involucran a los alumnos como

“voluntarios” en acciones de impacto socio-comunitario. Dichos

proyectos surgen en primera medida desde propuestas docentes, pero

de a poco se van involucrando los demás grupos de interés -alumnos y

familias- como partes activas de este proceso, respondiendo, sin dudas,

a una lógica constructivista.

Más allá de la enseñanza de contenidos y destrezas específicas, con

“Agenda 21”, se busca el desarrollo integral del alumno, enfatizando en

la necesidad de potenciar actitudes que lo comprometan con el

progreso, desde la esfera vecinal a la global. De esta forma, buscamos

Page 30: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

potenciar en el perfil de nuestros alumnos y egresados una formación

ciudadana y profesional responsable, desde una actitud crítica y

reflexiva. Esta búsqueda de apertura y de reconocimiento propone una

mirada inclusiva de nuestra sociedad y por lo tanto, contribuir a

promover ciudadanos socialmente responsables, capaces de convivir

en sociedades marcadas por la diversidad; una convivencia basada en

el respeto y la tolerancia. Asimismo, el programa contribuye a la

formación de personas que respondan a los nuevos requerimientos

sociales y a las formas de organización del trabajo, resultante de la

revolución tecnológica, que permitan transformarla en instrumentos que

mejoren la calidad de vida de las personas y de la sociedad (Puiggrós,

1990).

Sin lugar a dudas, los puntos mencionados comprenden un desafío que

encaramos todos los miembros activos de la sociedad. Y en Academia

Argüello estamos trabajando para que nuestros alumnos sean

protagonistas en este cambio de paradigma que nuestro planeta

necesita.

Referencias Bibliográficas:

BRUNNER, José. (1998). Globalización cultural y posmodernidad. México: FCE

BRUNNER, José. (2000). Globalización y el futuro de la educación: tendencias, desafíos

y estrategias. Seminario [en línea] < http://www.schwartzman.org.br/simon/delphi/pdf/

brunner.pdf> [fecha de consulta: 15 de octubre 2014]

DÍAZ, Carlos Alberto (2008). Educar, Hacer escuela. Tesis de grado Universidad Austral. [

en línea] < http://web.austral.edu.ar/descargas/escuela-educacion/tesis-Carlos-Albert

o-Diaz.pdf> [fecha de consulta: 20 de octubre 2014]

PUIGROSS, Adriana. (1990). América Latina. Crisis y prospectiva de la educación. Buen

os Aires: Editorial Galerna.

YEPES STORK, Ricardo. (2001) Entender el mundo de hoy: cartas a un joven estudiante.

Madrid: RIALP

Josefina Fernández

Lic. en Relaciones Internacionales (Universidad Siglo 21).

Máster en Gestión Sostenible: Medio Ambiente,

Responsabilidad Social Corporativa y Agenda 21 – Escuela

Europea de Dirección y Empresas (EUDE - Madrid).

Responsable del Área de Agenda 21 (Responsabilidad Social

Escolar) de Academia Argüello.

Page 31: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

HACIA ALLÁ, DESDE AQUÍ

“La esperanza, como necesidad ontológica, necesita de la práctica para

volverse historia concreta”.

“Nadie llega allá partiendo de allá, sino de algún aquí”.

“La imaginación no es ejercicio de gente desconectada de la realidad, que

vive en el aire (…) por el contrario, al imaginar alguna cosa lo hacemos

condicionados por la falta de lo concreto”.

Estas tres citas son del pedagogo

brasileño Paulo Freire. Las elijo para

expresar que como personas

precisamos, quizá como nunca, de

prácticas imaginativas que nos

ayuden a promover la dignidad

humana en los tiempos que corren

y se avecinan.

Amitai Etzioni, en su libro La tercera

vía hacia una buena sociedad, plantea que “una buena sociedad es

aquella en que las personas se tratan como fines en sí mismas y no

como meros instrumentos; como totalidades personales y no como

fragmentos; como miembros de una comunidad, unidos por lazos de

afecto y compromiso mutuo, y no como empleados, comerciantes,

consumidores o, incluso, conciudadanos”. Una buena sociedad

equilibra el Estado, el mercado y la comunidad.

¿Las ideas que actualmente empujan la evolución del mundo tienen en

mente una buena sociedad? ¿Velan por la progresiva inclusión del ser

humano? ¿Consideran proteger la armonía del medio ambiente que

cobija a cualquier sociedad? Son preguntas para las que no tengo

respuestas definitivas, sólo provisorias. Y según los días, fluctuantes.

Lo que sí tengo claro es la necesidad de esperanza. De creer que

podemos ir hacia allá. Sin embargo, diría Freire, la pura espera, sin

embate, sin práctica, se vuelve espera vana. Por lo tanto, hay que

embatir.

Por José Pérez Gaudio, Director del

Colegio Universitario de Periodismo

(CUP)

www.cup.edu.ar

Page 32: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

El Colegio Universitario de Periodismo (CUP) tiene como misión Educar

para el Bien Común. Aspiramos a que nuestras prácticas educativas se

modernicen y adapten para que siga siendo posible, en lo concreto,

caminar hacia una buena sociedad.

“En el mundo actual, casi nadie está a salvo de las innovaciones que

avanzan a ritmo desenfrenado ni de las fuerzas agresivas del mercado”,

sostienen H. Gardner, M. Csikszentmihalyi y W. Damon, en su libro Buen

trabajo, cuando ética y excelencia convergen. Gracias a los avances

de la ciencia y la tecnología, las personas hoy se vinculan de una

manera diferente con los medios de comunicación y han re-significado

su manera de informarse y entretenerse. Ello repercute en la forma de

los medios, en sus beneficios, en la cantidad de puestos de trabajo

disponibles y en los roles profesionales que hay que desempeñar. Son

épocas en que las fuerzas relevantes del campo sacuden la profesión.

Dos grupos de interés, que antes tenían un papel mínimo, ahora tienen

un papel sobresaliente. Por un lado, los propietarios de las empresas de

comunicación. Por el otro, las audiencias, que ahora indican

pujantemente cuáles son sus preferencias. “Ningún reino profesional

(por ejemplo el periodismo) puede funcionar indefinidamente si se

opone a las exigencias de esos grupos de interés”, sostienen Gardner,

Csikszentmihalyi y Damon.

Simultáneamente, las personas que hoy formamos están cambiando.

Aprenden de una manera diferente. Están presentes de una manera

diferente. Como predican dos creativos economistas suecos, Jonas

Ridderstrale y Kjell Nordstrom, en su libro Funky Business: “Lo que es, es. La

diversidad no es buena ni mala, simplemente es”. Tenemos que asumir y

trabajar desde esta diversidad. Tenemos que amarla si aspiramos a

seguir siendo útiles en nuestra función social.

Es desde todos “estos aquí” que podremos caminar hacia “allá”.

Por eso, desde nuestra perspectiva como Escuela, una gestión

responsable orientada a la sustentabilidad amerita, primero, defender el

propósito de re-crearnos, más que nunca en los tiempos de hoy, hacia

una buena sociedad. También amerita no quejarnos sobre si algunos

hábitos, usos y costumbres ya no son lo que fueron. Si la nostalgia nos

inunda, nos detiene. Precisamos innovar, diseñar formas de saltar

obstáculos.

Para ello estamos revisando nuestras prácticas pedagógicas. Y estamos

procurando movilizar el talento de nuestros profesores a través de

espacios sistemáticos de discusión y formación. Explorando

posibilidades, por ejemplo, hemos creado un grupo en Facebook que

se llama “CUP APRENDE”. Lo pensamos para pensar con los profesores.

Page 33: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

Aspiramos a dialogar y generar con ellos un flujo y colección de ideas.

Con curiosidad de aprendices estamos probando a través de este

canal.

“… UNA GESTIÓN RESPONSABLE ORIENTADA A LA

SUSTENTABILIDAD AMERITA, PRIMERO, DEFENDER EL PROPÓSITO

DE RE-CREARNOS, MÁS QUE NUNCA EN LOS TIEMPOS DE HOY,

HACIA UNA BUENA SOCIEDAD”.

También estamos re-pensando y promoviendo nuevas prácticas

profesionalizantes las que, a través de vínculos con organizaciones de

trayectoria y testimonio, nos aproximen como profesores y estudiantes a

realidades complejas, difíciles, estructurales, como por ejemplo, las de la

pobreza y la discapacidad. Así, estamos trabajando con TECHO, LA

LUCIERNAGA, MANOS ABIERTAS y APADIM, entre otras; y estamos

aprendiendo a co-crear con ellas prácticas audiovisuales, radiales,

gráficas, digitales, de comunicación institucional, e incluso de gestión

intra-institucional, que pretenden aproximarnos, re-significarnos,

desarrollar empatía y construir puentes hacia círculos virtuosos.

Los jóvenes estudiantes de hoy son los adultos profesionales de mañana.

Muchos tendrán influencia directa en la opinión pública y podrán

movilizar un pensamiento crítico. Su sensibilidad ética está intacta. Y a

través de nuevas pedagogías, nuevos entornos de aprendizaje y

prácticas más significativas, dará fruto. Esa es nuestra esperanza. Y

también la de ellos.

“La educación no cambia el mundo,

cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.

(Paulo Freire)

José Pérez Gaudio

Director del Colegio Universitario de Periodismo (CUP). EMBA,

IAE Business School.

Page 34: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

EDUCAR PARA EL DESARROLLO

SOSTENIBLE

Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible (DEDS)

Ante la grave situación de pobreza, violencia, inequidad y agotamiento de los recursos naturales, la ONU proclamó el Decenio de la Educación para el Desarrollo

Sostenible, 2005-2014 (DEDS). Su objetivo es integrar los principios, valores y prácticas

del Desarrollo Sostenible en todos los aspectos de la educación y el aprendizaje, con

el objetivo de fomentar cambios de comportamiento necesarios para preservar en el

futuro la integridad del medio ambiente y la viabilidad de la economía, y para que las

generaciones actuales y venideras gocen de justicia social. La educación por sí sola

no será suficiente para lograr un futuro más sostenible, sin embargo, sin la educación y

el aprendizaje para el desarrollo sostenible, no podremos lograr esta meta.

Culminada la década destinada a

impulsar el Desarrollo Sostenible en la

Educación y el Aprendizaje; se

advierten algunas fisuras importantes

en los objetivos que mediarían para

su logro, determinando la fidelidad

en el alcance del mismo, de acuerdo

a tales principios.

Es justo y honesto expresar que todo

proyecto comprometido y

responsable es alcanzable en la medida que se vinculen

conscientemente las diferentes dimensiones que lo involucran,

facilitando y otorgándole su propia forma y dirección.

Por Patricia Cucco, Presidenta de

Fundación Cervantes

www.cervantes.edu.ar

Page 35: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

Édgar G. Gaudiano1 sostiene que tanto en la educación ambiental

como en la educación para el desarrollo sustentable, en el campo

pedagógico, coexisten diversos discursos y opiniones de especialistas de

las ciencias sociales, humanas, naturales y exactas, al igual que una

diversidad de sujetos con actividades y creencias distintas.

Siguiendo su formulación, es impensable imaginar las instituciones

generadoras de conocimientos aisladas del contexto donde éstas

interactúan. En ellas es donde principalmente se hace propicia la

simultaneidad de espacios comprometidos hacia el logro de una

“educación equitativa y justa”: académicos, de investigación,

ambientales, económicos, filosóficos–políticos y sociales, entre tantos

otros.

Asimismo, la “Educación Sustentable” es y será posible si a través de ella

se permiten germinar espacios de conocimientos dinámicos y abiertos,

propiciando la reflexión y el desarrollo del pensamiento crítico. De este

modo la sustentabilidad será un hábito, integrado a las costumbres, la

cultura y se transmitirá como tal, de manera natural, no como un tema

excepcional y entre comillas.

Esta mirada analítica ante la reciente proclamación hecha por la

UNESCO, no pretende ser desesperanzadora ni fatídica, si bien no

satisfizo totalmente las expectativas planteadas. Es reconocible que

brindó el espacio suficiente para discutir y poner sobre el tapete algunos

de los aspectos que motorizaron dicha declaratoria, al mismo tiempo

que cuestionaron ciertos fundamentos y viabilidad, calificando el

escenario general de los problemas y condición social en los que se

encuentran gran parte de la población mundial.

Esto puede entenderse desde la perspectiva que es muy poco viable

avanzar en aspectos de prosperidad, garantizando el desarrollo

humano y permitiendo su exploración desde sus diversas magnitudes,

olvidándonos de la propia libertad y dignidad del mismo.

“(…) LA ‘EDUCACIÓN SUSTENTABLE’ ES Y SERÁ POSIBLE SI A

TRAVÉS DE ELLA SE PERMITEN GERMINAR ESPACIOS DE

CONOCIMIENTOS DINÁMICOS Y ABIERTOS, PROPICIANDO LA

REFLEXIÓN Y EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO”.

El advenimiento de la globalización vinculado a este tema no ha

colaborado fortuitamente, si bien ha sido favorecedor en determinados

1 (2010) Con Esthela Gutiérrez Garza. De las teorías del desarrollo al desarrollo

sustentable. Construcción de un enfoque multidisciplinario. México, Siglo XXI-UANL.

ISBN: 978-607-03-0143-8.

Page 36: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

aspectos económicos, y para ciertas regiones del mundo, esto no ha

resultado ni distributivo ni mucho menos equitativo.

En la era del conocimiento, la educación, la transmisión y su

producción, sufrieron modificaciones paradigmáticas fundamentales;

comprendamos que el movimiento e impacto de una agenda

económica global y el de una agenda educativa se producen a

destiempo creando por segundos brechas insoslayables. Graficándolo,

se hace difícil imaginar un contexto altamente globalizado, dinamizado

y mercantilizado, impactando de manera determinante en todas las

áreas educativas posibles y viables, como la de las instituciones, los

docentes, no docentes, alumnado y familias, todos debiéndose

aggiornar a ritmo y consecuencia de esta vertiginosa corrida.

¿Existe una Educación Sustentable?

Es el momento más apropiado para que la educación examine con

especial atención el modo de contribuir a mejorar las perspectivas de

equidad y paz en el mundo. La educación desempeña un papel clave

en el desarrollo social y humano de los países.

En este punto, es urgente recobrar la identidad, por lo tanto es

necesario retomar la concepción de aldeas globales, en una insistencia

de conservación de lo individual, lo regional, lo socio-cultural legado.

Allí como asidero de pertenencia y revalorización del ser.

Un hacer colaborativo, de ejecución transversal y esfuerzos

incorporados. La educación puede ser naturalmente la cuna de una

red responsable, garantizando su perdurabilidad en el tiempo, sólo

conservando sus más íntimos rasgos identitarios, no todos somos iguales,

ni deberíamos serlo, esa es la mayor riqueza que tiene el mundo.

El desafío, como en todos los sectores, es establecer discretamente un

orden social mayor, olvidando los individuales.

“LA EDUCACIÓN DESEMPEÑA UN PAPEL CLAVE EN EL

DESARROLLO SOCIAL Y HUMANO DE LOS PAÍSES”.

Si la educación transforma, acerca y se distribuye equitativamente,

siempre será “deseada y preciada”, incorporándose a todos los

ciudadanos por el sólo hecho de otorgarle a los mismos la capacidad

de conservar el valor de la dignidad, la autonomía de pensamiento, y

la libertad de decisión. Todas virtudes que sólo germinan con el

conocimiento.

Page 37: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

El concepto del desarrollo sostenible y de educación para el desarrollo

sostenible varía de un lugar a otro del planeta y de una cultura a otra,

dependiendo de las características propias de cada región y de cada

comunidad, de sus procesos históricos y de las particularidades de su

ambiente. De manera que este concepto deberá surgir desde los

rasgos de cada lugar, que se fundará en la insatisfacción de

necesidades básicas como la salud, la educación, el desempleo, la

pobreza, entre otros, desde los saberes ancestrales y desde la propia

heterogeneidad entre los países y entre los pueblos al interior de los

países.

El reto, como dice María Novo2,”es trabajar en un enfoque educativo

que ayude a las personas a entender las interacciones globales del

planeta, orientado a un compromiso de acción directa en su entorno”.

Una Educación para un Desarrollo Sostenible que permita a todos

integrarse feliz y eficazmente a las sociedades en que vivan y que

permita tomar clara conciencia de los problemas que aquejan al

mundo, como la pobreza, la desigualdad, la inequidad y la violencia.

No habrá paz mientras haya excluidos, sometidos, discriminados y habrá

excluidos mientras no logremos una EDUCACIÓN DE CALIDAD PARA

TODOS.

2 NOVO M. 1998. Educación ambiental. Bases éticas, conceptuales y metodológicas.

Patricia Cucco

Presidente de Fundación Cervantes, Miembro del Instituto

Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE)

“Promoción y difusión del concepto y la práctica de la

Responsabilidad Social Empresaria”, impulsando el desarrollo

sustentable de Argentina. Licenciada en Administradora de

Empresas. Autora de artículos relacionados a la RSE-RSU,

buenas prácticas y desarrollo sustentable.

Page 38: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

LA ÉTICA Y LA SUSTENTABILIDAD EN

LA EDUCACIÓN DE LOS JÓVENES

UNIVERSITARIOS

En distintos momentos, todos los

profesores nos hacemos la pregunta

sobre qué temas son los más importantes

para compartir, analizar y reflexionar con

nuestros alumnos en función a su

formación profesional y a lo que a ellos y

a otros les va a servir; buscando ayudar

a construir una vida íntegra, donde no

prime una dicotomía entre lo personal y

lo laboral, como si hablásemos de dos

personas en una.

¿Pueden la ética y la sustentabilidad

integrarse? Creemos que sí y que son dos temas esenciales a la hora de

pensar los planes de estudio de los alumnos universitarios. ¿Existe alguna

decisión de la persona que pueda aislarse del campo de la ética?

Pareciera ser, que hasta la más técnica de todas las decisiones, tiene

siempre una implicancia ética: otras personas, el medio ambiente, la

sociedad… siempre serán los receptores de lo que decidimos hacer o

no hacer, obrando bien u obrando mal.

Ahora bien, muchas veces hay acuerdo en lo anterior, pero surgen

nuevas preguntas: ¿Qué es la ética y qué relación tiene con la

Responsabilidad Social y la Sustentabilidad? ¿Podemos pensar en

principios que sean comprendidos y aceptados por una gran mayoría

que acuerdan en la construcción del bien común?

Quizás encontremos una oportunidad al desempolvar un principio que

se origina más allá de la era cristiana y que nos llega a nuestros días

como la “Regla de Oro de la Ética”: Hacer y no hacer a los demás, lo

que deseamos que ellos hagan y no hagan por nosotros.

Por Damián Arturo Hernández,

Coordinador de la Facultad de

Ciencias Económicas de la Universidad

FASTA en Bariloche

www.ufasta.edu.ar

Page 39: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

“¿PUEDEN LA ÉTICA Y LA SUSTENTABILIDAD INTEGRARSE?

CREEMOS QUE SÍ Y QUE SON DOS TEMAS ESENCIALES A LA

HORA DE PENSAR LOS PLANES DE ESTUDIO DE LOS ALUMNOS

UNIVERSITARIOS”.

Seguramente lo habíamos escuchado y tal vez muchos se hayan

detenido a tratar de entender y vivir esta regla de oro. ¿Podemos

repensarla y tratar de aplicarla en nuestra red de relaciones? ¿Qué nos

implicaría desarrollar nuestros programas de Responsabilidad Social y

Sustentabilidad desde esta cosmovisión? ¿Cuál sería el impacto en

todos aquellos con los cuales nos vinculamos?

Ya Peter Drucker nos decía en su libro La Gerencia: “En una sociedad

enferma no pueden existir empresas, universidades y hospitales sanos. La

existencia de una sociedad sana concuerda con el interés propio de la

administración, incluso si la causa de la enfermedad social nada tiene

que ver con las actividades de la empresa”.3

Queriendo hacer un aporte que nos permita aproximarnos a la sabiduría

que contiene la regla de oro, la Universidad FASTA tiene en todos sus

planes de estudio la asignatura Ética y Deontología Profesional, en la

cual se incluyen los temas de Responsabilidad Social y Sustentabilidad,

entendiendo que éstos, son una expresión de una ética aplicada y una

actual y necesaria herramienta para un desarrollo profesional empático

y solidario.

3 P. Drucker, La Gerencia, Cap. 25, Ed. El Ateneo, 1975.

Damián Arturo Hernández

Licenciado en Administración. Prof. Superior en Ciencias

Económicas. Estudios de posgrado en Responsabilidad

Social Empresarial (UBA-Programa Iberoamericano de

Formación de Formadores en RSE); Ética, Capital Social y

Desarrollo en la Universidad (Departamento de Desarrollo

Humano– OEA-); Doctrina Social de la Iglesia (UCA -

Universidad Lateranense). Coordinador de la Facultad de

Ciencias Económicas de la Universidad FASTA en Bariloche.

Coordinador del Certamen Juvenil de Gestión “Esperanza

de Desarrollo”. Profesor universitario en la Universidad FASTA,

en el Instituto Universitario de GNA y en la Universidad

Nacional de Río Negro.

Page 40: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015
Page 41: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

RESPONSABILIDAD SOCIAL: De las

Empresas a las Universidades

Cada día se habla más sobre la

Responsabilidad Social Empresarial

(RSE), también conocida como

Responsabilidad Social Corporativa

(RSC). Sin embargo, al parecer, aún no

se ha llegado a un acuerdo sobre su

significado en el sentido amplio. Así

como hay quienes la confunden con

filantropía, la cual tiene en sí su valor

pero no es responsabilidad social,

también escuchamos el caso de

quienes piensan que con cumplir la ley ya han hecho lo que les

corresponde. ¿Y si las leyes son injustas? Es como aceptar que lo legal es

lo justo.

La RSE puede concebirse, según el Libro Verde de la Unión Europea,

como la contribución activa y voluntaria en el mejoramiento

económico, social y ambiental. Esto abarca un conjunto de prácticas,

estrategias y sistemas de gestión para alinear el comportamiento

económico, social y medioambiental de las empresas y organizaciones

en general. Ser socialmente responsable es ir más allá de meramente

cumplir las leyes, invirtiendo más en el capital humano, preservar el

entorno y tener mejores tratos con los interlocutores. La responsabilidad

social es la base del desarrollo sustentable. No hay otra manera de ser,

que ser socialmente responsable.

En mis investigaciones en empresas mexicanas he observado que ser

socialmente responsable no lleva directamente a tener más ventas, por

ESCENARIOS Y TENDENCIAS

Por Francisco Gerardo Barroso Tanoira,

Profesor investigador en la División de

Negocios de la Universidad Anáhuac

Mayab

www.anahuacmayab.mx

Page 42: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

lo que no debe verse como una estrategia de mercadotecnia o de

publicidad. Y aunque los clientes compran por diversas razones (no

precisamente porque el negocio sea socialmente responsable), el no

ser socialmente responsable sí aleja a los clientes. Desde este punto de

vista, ser socialmente responsable no necesariamente incrementa las

ganancias, pero no serlo garantiza una salida rápida del mercado. Es un

deber ser de las empresas y de cualquier organización, por lo que debe

provenir de la misión de la empresa.

En la educación superior, la responsabilidad social es uno de los pilares

que hacen de la universidad una organización sustentable, más ética y

transparente, lo que incluye ir más allá del cumplimiento de leyes

laborales, manuales didácticos y programas de estudio. Los cuatro

ámbitos del CEMEFI para las empresas son aplicables a las instituciones

educativas, pero con las consecuentes adaptaciones:

1) Mejorar la calidad de vida del personal, con prestaciones justas,

planes de desarrollo, ambiente adecuado y condiciones de trabajo

adecuadas;

2) Preservar el entorno a través del fomento de una cultura de cuidado

ambiental comenzando desde las autoridades escolares, pasando por

los profesores, el personal y continuando en los alumnos y la comunidad;

3) Trato ético con todos los involucrados, lo que implica un manejo

transparente de las finanzas, ascensos justos y distribución equitativa del

poder, y

4) Contribuir con el mejoramiento de la localidad en que opere la

institución más allá de la filantropía y de proyectos sociales asistenciales.

La universidad debe cumplir los cuatro ámbitos al mismo tiempo, ya que

de otra manera solo estará realizando acciones de compromiso social,

pero no será socialmente responsable en el sentido amplio del

concepto.

“EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR, LA RESPONSABILIDAD SOCIAL

ES UNO DE LOS PILARES QUE HACEN DE LA UNIVERSIDAD UNA

ORGANIZACIÓN SUSTENTABLE, MÁS ÉTICA Y TRANSPARENTE…”

Cabe mencionar que estos cuatro ámbitos se relacionan con los cuatro

ejes de Vallaeys, De la Cruz y Sasia: (1) campus responsable, que

abarca los cuatro ámbitos del CEMEFI de manera general; (2) formación

profesional y ciudadana, que es la respuesta educativa específica al

ámbito 3 del CEMEFI; (3) gestión social del conocimiento, que

específicamente se refiere a poner la investigación y extensión para

transferir el conocimiento y mejorar el desarrollo de la región, y (4)

participación social, que se refiere a formar profesionales no en

cantidad, sino con calidad para ser agentes de cambio social. Todo

Page 43: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

esto contribuye a lograr la misión que deben tener las universidades:

formar líderes de acción positiva que, a través de un profundo

compromiso social basado en la dignidad de la persona y el auténtico

desarrollo humano, transformen la sociedad. Las universidades, por

consiguiente, no deben ser vistas como lugares de enseñanza sino

como centros de desarrollo, es decir, como lugares en que el

conocimiento y la oportunidad se encuentren. Sin embargo, la única

forma para lograrlo de manera sustentable es a través de la

responsabilidad social. La responsabilidad social es un deber de cada

institución y, por supuesto, un actuar en valores, es decir, una filosofía. Si

no está conectada al corazón de la universidad, no será

responsabilidad social.

En mis estudios he observado que las principales razones por las que los

alumnos no se involucran en acciones de responsabilidad social es por

la falta de ejemplo de las autoridades y del personal de la institución, la

falta de acciones conjuntas con otras instituciones, la inexistencia de

planes para cuidado ambiental, la falta de proyectos y actividades

para el mejoramiento de la sociedad, así como una poco productiva

relación con el Gobierno. Esto sucede de manera similar en las

empresas.

“LA RESPONSABILIDAD SOCIAL ES UN DEBER DE CADA

INSTITUCIÓN Y, POR SUPUESTO, UN ACTUAR EN VALORES, ES

DECIR, UNA FILOSOFÍA. SI NO ESTÁ CONECTADA AL CORAZÓN

DE LA UNIVERSIDAD, NO SERÁ RESPONSABILIDAD SOCIAL”.

Como último punto, quisiera comentar que la tendencia actual de la

responsabilidad social es que sea rentable. ¡Si!...como lo está leyendo.

Se trata de ayudar a otros a ayudarse a sí mismos, como en el caso de

diversas empresas que desarrollan proyectos para producción de café

en regiones pobres en que ayudan al campesino a organizarse, lo

capacitan y le compran sus cosechas, ayudándole a reinvertir su dinero

en el aumento de la eficiencia a través del uso de nuevas tecnologías.

O bien, empresas que ayudan a micro y pequeños empresarios a formar

cadenas productivas que vendan productos o den servicio a otras. Esto

es avalado por los diversos estudios de C.K. Prahalad, así como los de

Mutis y Ricart, entre otros.

Los desafíos son muchos. Desde la cultura tradicional en la que se busca

la ganancia máxima, inclusive a costo de la dignidad humana, hasta

aquellos casos en que simplemente se toma la responsabilidad social

como una estrategia mercadológica. Sin embargo, los beneficios por

ser socialmente responsable sobrepasan en mucho los problemas. Pero

recuerde… no es una receta. Ser socialmente responsable no es una

Page 44: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

estrategia de marketing… es una filosofía de vida. No ser socialmente

responsable es el camino más corto al fracaso educativo y, por ende, al

empresarial. ¿Qué opina al respecto?

Francisco Gerardo Barroso Tanoira

Doctor en Ciencias Administrativas. Máster en Gestión

Socioeconómica y Maestro en Filosofía por la Universidad del

Mayab (Universidad Anáhuac Mayab). Maestro en

Administración, Especialista en Docencia e Ingeniero Civil

por la Universidad Autónoma de Yucatán, México. Profesor

investigador en la División de Negocios de la Universidad

Anáhuac Mayab. Es miembro del Sistema Nacional de

Investigadores del CONACYT en México. Académico

certificado por la ANFECA. Obtuvo diversos premios

internacionales como el International Best of Regions (2015) y

el Teaching Excellence Award (2012), Región América

Latina, de la Accreditation Council for Business Schools and

Programs (ACBSP) y el Moment of the Truth Award (1997),

otorgado por ACE Hardware Corporation, y premios

nacionales como el Reconocimiento Arturo Elizundia Charles

al Mérito Académico (ANFECA, 2014) y el Premio Gestión

Pública Campeche 2013. Publicó libros, artículos científicos y

de divulgación en revistas internacionales y nacionales.

Page 45: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015
Page 46: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

LA GERENCIA RESPONSABLE DE LAS

ORGANIZACIONES: Un factor

Estratégico para el Desarrollo

Sostenible

En el mundo académico y social, se

ha posicionado el debate en torno

a la responsabilidad social que le

compete a las organizaciones, lo

que es plenamente explicable, ya

que ellas no pueden desconocer su

papel en las soluciones de las

grandes problemáticas que se

presentan en las dimensiones

locales y globales. Para entender a

cabalidad el punto de vista que se

defiende en esta columna, es necesario aclarar que se empleará el

concepto de “gerencia responsable” y no el de “responsabilidad

social”, ya que este último invisibiliza el concepto que se desea

enfatizar: el de gerencia. Igualmente se critica que los ciudadanos le

suelan exigir a las organizaciones empresariales que demuestren una

gerencia responsable con todos sus grupos de interés, pero esta

exigencia no se la hacen con igual fuerza a las organizaciones sociales,

educativas o sectoriales, abriendo de esta manera una peligrosa puerta

para que éstas incurran en algunas irresponsabilidades.

Es fundamental que todas las organizaciones, independientemente de

su naturaleza, entiendan que la gerencia actual tiene dos escenarios

legitimadores: el primero, el de lograr la sostenibilidad organizacional

pero en sintonía con la sostenibilidad social, ambiental, económica y

cultural. De no hacerlo así, sería un suicidio para las propias

DESTACADOS

Por Nicolás Fernando Molina Sáenz,

Profesor e investigador de la Facultad de

Administración de la Universidad Pontificia

Bolivariana

www.upb.edu.co

[email protected]

Page 47: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

organizaciones el lograr sus propios objetivos atentando contra

cualquiera de las cuatro últimas; y el segundo, el de implementar la

innovación en cada uno de sus procesos como medio para asegurar

productos y servicios sostenibles y que además lleguen a un creciente

número de clientes y usuarios.

Al momento de reflexionar sobre la gerencia responsable que deben

realizar las organizaciones no se debe perder de vista las siguientes

consideraciones: Un gran número de ellas están generando grandes

expectativas en sus grupos de interés, puesto que están declarando

libremente que tienen como uno de sus objetivos misionales el contribuir

al bienestar integral colectivo. En un acto de justicia, no se puede

desconocer que gracias a la innovación que ellas han realizado, la

humanidad cuenta con una serie de productos y servicios que han

mejorado nuestra calidad de vida; pero para que el acto de justicia sea

completo, también hay consignar que algunas de sus acciones han

generado unos impactos negativos, lo que hace que ellas sean

cuestionadas y evaluadas por toda la sociedad.

¿Cuál es el retorno para las organizaciones que evidencien una

gerencia responsable?: Asegurar la legitimidad que las muestra como

necesarias para el territorio en el que hacen presencia; impactar su

reputación, en el sentido más integral del concepto, frente a los grupos

de interés; ser merecedoras de la confianza por parte de las

organizaciones que han implementado programas de gestión de

proveedores y desde los cuales se busca relacionarse con las

organizaciones que también evidencien un comportamiento

responsable; ser coherentes, ya que si desde sus misiones están

declarando objetivos de sostenibilidad, los deben cumplir plenamente;

blindarse frente a múltiples riesgos como multas, sanciones sociales,

pérdida de usuarios o clientes, y un alto número de rotaciones o

ausentismo de sus empleados debido a pésimos ambientes sociales y

físicos.

Después de las anteriores consideraciones, es obligada la pregunta de

cuáles deben ser los impactos últimos de las gerencias responsables de

todas las organizaciones que hacen presencia en un territorio. Son dos

los impactos: el primero, contribuir a la generación y fortalecimiento de

las libertades y capacidades que hacen posible el desarrollo humano y

sostenible; y el segundo, que en el ejercicio de sus gerencias cuiden a

las personas, al planeta, a las cosas, a la ciudad y por supuesto, a las

propias organizaciones. Cuando logran estos dos impactos, están

garantizando su propia sostenibilidad, puesto que un aprendizaje valioso

es que las organizaciones están amenazadas cuando en sus territorios se

presentan problemas sociales y ambientales graves. En consecuencia,

implementar gerencias responsables garantiza la viabilidad social,

Page 48: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

ambiental y económica que a su vez garantiza la viabilidad

organizacional.

Las organizaciones pueden fortalecer sus gerencias responsables con

acciones como las siguientes: desde un acto de humildad, comprender

que la tarea de generar y cuidar el desarrollo sostenible desborda a una

sola organización, que cada una de manera individual no lo podrá

hacer. Por lo tanto, desde un trabajo en red, se deben convocar para

que en un clima de confianza generen alianzas que les permita alinear

esfuerzos para iniciar y consolidar territorios socialmente responsables en

los que sea posible todas las formas de sostenibilidad; que diseñen e

implementen estrategias sostenibles que estén enmarcadas en los

cambios y exigencias sociales, económicas, ambientales y tecnológicas

que caracterizan al mundo actual; que establezcan una comunicación

permanente con sus grupos de interés para conocer sus expectativas y

reclamos sobre su ejercicio gerencial; que participen en la construcción

y realización de una visión compartida de territorio en el que el

desarrollo sostenible sea un derecho y una vivencia cotidiana.

“…IMPLEMENTAR GERENCIAS RESPONSABLES GARANTIZA LA

VIABILIDAD SOCIAL, AMBIENTAL Y ECONÓMICA QUE A SU VEZ

GARANTIZA LA VIABILIDAD ORGANIZACIONAL”.

Es oportuno aclarar que son muchas las organizaciones que en todos los

sectores ya implementan una gerencia responsable y en consecuencia

desencadenan impactos positivos en lo social, económico y ambiental,

pero incomprensiblemente no realizan algunas de las acciones mínimas

que deben hacer: elaborar las memorias de sostenibilidad o reportes de

responsabilidad social según indicadores reconocidos como los del

Global Reporting Initiative (GRI); adherirse formalmente a iniciativas

mundiales como el Pacto Global liderado por las Naciones Unidas;

alinear su gestión con referentes internacionales como la ISO 26000 o la

Agenda de desarrollo post 2015 que hizo su aparición en el mes de

septiembre de este año.

Las organizaciones deben comprender que las anteriores acciones no

son un lujo, sino acciones estratégicas que se convierten en una

ventana a través de las cuales pueden ser reconocidas y valoradas por

parte de la sociedad en general. Además, que si ellas no comunican el

bien que hacen desde una gerencia responsable corren el riesgo que

otros lo comuniquen por ella y no de la mejor manera.

Si hoy no somos responsables, no habrá un mañana.

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Nicolás Fernando Molina Sáenz

Ph.D. del Programa de Paz, Conflictos y Democracia del

Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad

de Granada, España. Profesor e investigador de la Facultad

de Administración adscrita a la Escuela de Economía,

Administración y Negocios de la Universidad Pontificia

Bolivariana de la ciudad de Medellín, Colombia. Es

integrante del Comité Técnico del Centro de Pensamiento

Social (Andi, Comfama, Sura, Isa y Proantioquia).

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Page 51: Evolución IARSE Nº 38 - Edición Octubre 2015

Principios para la Educación Responsable en Gestión. Publicación

del Global Compact de Naciones Unidas. Año 2007.

Responsabilidad Social Empresarial como Plataforma del

Liderazgo Transformacional en las Organizaciones Educativas

Latinoamericanas. Torres Silva, L.J., Garcia Paz, J.C., Díaz Ferrer, J.T.

CONHISREMI, Revista Universitaria de Investigación y Diálogo Académico,

Volumen 8, Número 2, 2012.

La Responsabilidad Social Universitaria (RSU). Consejo Social de la

Universidad de Huelva. Elaborado por Fernando Pérez Domínguez. Revisión

Alfonso Vargas Sánchez y Rosa Vaca Acosta. España. Año 2009.

Responsabilidad Social Universitaria: Manual de Primeros Pasos. François Vallaeys. Cristina de la Cruz. Pedro M. Sasia.Banco Interamericano de

Desarrollo, Febrero 2009.

UNESCO

Instituto para la Educación Superior en América Latina y el

Caribe (IESALC)

Observatorio de Responsabilidad Social para América Latina y

el Caribe (ORSALC)

Responsabilidad Social Universitaria. Consejos Sociales de

Universidades Públicas

Red AUSJAL

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