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Evaluación psicológica del dolor Psychological assessment of pain M.ª EUGENIA OLIVARES CRESPO 1 JUAN A. CRUZADO RODRÍGUEZ 1 RESUMEN Se lleva a cabo una revisión sobre los objetivos, procedimiento e instrumen- tos de la evaluación psicológica del dolor. Se exponen las principales recomendaciones clínicas en cuanto a la entrevista, auto-registro, la obser- vación conductual, registros psicofisiológicos, cuestionarios de dolor, afrontamiento, impacto en el estado emocional, función social y psicopa- tología. Asimismo, se presentan las recomendaciones en la evaluación del dolor en neonatos, niños preverbales y mayores, así como ancianos con demencia. ABSTRACT This article is a review of aims, procedures and tools in the psychological assessment of pain. The most important clinical recommendations are given with regard to interview, self-monitoring, behavioral observation, psycho-phy- siological records, pain questionnaires, coping, impact on emotional condition, social function, and psychopathology. Likewise, recommendations are provi- ded on pain assessment in newborns, toddlers, other children, and elderly people with dementia. Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 3 321 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.° 3 - Págs. 321-341. ISSN: 1135-0806 ARTÍCULOS 1 Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos (Personalidad, Evalua- ción y Tratamientos Psicológicos). Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. jacru- [email protected]

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Evaluación psicológica del dolor

Psychological assessment of pain

M.ª EUGENIA OLIVARES CRESPO1

JUAN A. CRUZADO RODRÍGUEZ1

RESUMEN

Se lleva a cabo una revisión sobre los objetivos, procedimiento e instrumen-tos de la evaluación psicológica del dolor. Se exponen las principalesrecomendaciones clínicas en cuanto a la entrevista, auto-registro, la obser-vación conductual, registros psicofisiológicos, cuestionarios de dolor,afrontamiento, impacto en el estado emocional, función social y psicopa-tología. Asimismo, se presentan las recomendaciones en la evaluación deldolor en neonatos, niños preverbales y mayores, así como ancianos condemencia.

ABSTRACT

This article is a review of aims, procedures and tools in the psychologicalassessment of pain. The most important clinical recommendations are givenwith regard to interview, self-monitoring, behavioral observation, psycho-phy-siological records, pain questionnaires, coping, impact on emotional condition,social function, and psychopathology. Likewise, recommendations are provi-ded on pain assessment in newborns, toddlers, other children, and elderlypeople with dementia.

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Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.° 3 - Págs. 321-341. ISSN: 1135-0806

ARTÍCULOS

1 Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos (Personalidad, Evalua-ción y Tratamientos Psicológicos). Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. [email protected]

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PALABRAS CLAVE

Dolor, Evaluación del dolor, Instrumentos de evaluación del dolor, Dolor enniños, Dolor en ancianos.

KEY WORDS

Pain, Pain assessment, Pain assessment tools, Pain in children, Pain in elderly people.

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El dolor constituye una experien-cia universal que afecta a toda lapoblación en algún momento de suvida. La experiencia del dolor sehaya modelado por una interacciónrecíproca y dinámica entre losaspectos biológicos, psicológicosy socioculturales que modelan laexperiencia del dolor. La evalua-ción del dolor debe partir de quees una experiencia multidimensio-nal, única para cada persona, convarios niveles: nociocepción (laestimulación de las fibras nervio-sas), sensación, percepción, moti-vación, emoción y valoración cog-nitiva (peligro percibido, significa-do), así como las conductas dedolor (las respuestas observables,ej. gestos, inactividad, peticionesde asistencia) (Turk y Burwinkle,2005). Así mismo, la evaluacióndebe abarcar el impacto del doloren las actividades sociales y labo-rales, metas vitales, y en la calidadde vida en general del paciente ylos familiares. Todos los pacientestienen derecho a que se alivie,controle o prevenga el dolor, paraello es necesario que sean atendi-dos por profesionales integradosen equipos interdisciplinares con ladebida formación y experiencia enla evaluación y el tratamiento inte-gral del dolor, en los aspectos mé-dicos, psicológicos y sociales. Laevaluación del dolor es la base queposibilita su control.

Los objetivos de la evaluación psi-cológica del dolor son los siguientes:(1) Determinar la frecuencia, intensi-dad, localización del dolor y la crono-logía temporal (duración y variacióncíclica) del dolor. (2) Determinar cuál

es el estado emocional (ansiedad,depresión, ira u otros), las cognicio-nes (las creencias, atribuciones, signi-ficado, auto-instrucciones y expecta-tivas) y las conductas (quejas, tomade medicación, adherencia a trata-mientos etc.) ante el dolor. (3) Deter-minar los factores antecedentes inter-nos y externos que aumentan o dis-minuyen la experiencia del dolor. (4)Determinar las consecuencias a cortoy largo plazo de las conductas yexperiencia del dolor, en lo personal,familiar y actividades. (5) Determinarel grado de adaptación al dolor cróni-co, que incluye el estado emocional,afrontamiento, funcionamiento físico,social, de pareja y familiar. (6) Ponerde manifiesto el rol de los factorespsicológicos en la etiología, manteni-miento y exacerbación del dolor. (7)Llevar a cabo la formulación del casoclínico, de modo que se determinenlos factores causales modificablesque están a la base de mantenimien-to o exacerbación del trastorno dedolor crónico. (8) Llevar a cabo eldiagnóstico psicopatológico si espertinente. (9) Valorar la probabilidadde desarrollo de incapacidad relacio-nada con dolor crónico. (10) Determi-nar que intervenciones psicológicas ymédicas son las más apropiadaspara cada paciente, en conjuncióncon el equipo interdisciplinar. Diseñarel plan de tratamiento idóneo y elmétodo de valorar los resultados. (11)Predecir el resultado de intervencio-nes médicas, tales como la implanta-ción de estimuladores espinales obombas de infusión continuas.

A continuación se describen losprincipales instrumentos para cum-plir los objetivos de la evaluación:

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ENTREVISTA

La evaluación del dolor comienzapor una historia compresiva y unexamen físico clínico. La entrevistacon el paciente, y cuando esté indi-cado con los cuidadores, aportauna información crítica y única. Laentrevista permite la exploración detodos los objetivos de la evaluaciónpreviamente mencionados. Asímismo, permite obtener datosdirectos de observación de conduc-tas de dolor (expresiones faciales,cambios posturales, reflejos), y delestado emocional (Bradley yMcKendree-Smith, 2002). Es muyimportante, comenzar especificandoclaramente el objeto de la evalua-ción, centrarse en el dolor y des-pués abordar las áreas emocionalesy sociales. No conviene administrarpreviamente cuestionarios sobreestados emocionales o síntomaspsicopatológicos, ya que el pacien-te con una historia larga de dolorcrónico y que no ha respondido alos tratamientos, puede considerarla evaluación psicológica como unmodo de decirle que su dolor no es“real”, sino “psicológico” o que esun enfermo mental. Debe aclararse,que su dolor es un proceso psico-biológico.

La entrevista a los cuidadores ymiembros familiares aporta unavaliosa información que puede con-trastar y ampliar los datos aporta-dos por el paciente en varios aspec-tos, tales como la evaluación de sucomportamiento en respuesta a lasconductas de dolor del paciente. Enel caso de pacientes que presentandaños cognitivos o de comunica-

ción, la información de los cuidado-res es un requisito imprescindible.

ESCALAS VISUALESANALÓGICAS Y CATEGORIALES

La medición del dolor es el pro-ducto de una introspección selecti-va, que hace uso de una escaladonde se asigna un descriptor onúmero. Esta calificación nuncamide el dolor con exactitud. Es difí-cil para el paciente asignar númerosdiscretos a lo que es una experien-cia dinámica, como separar el dolorde sensaciones somáticas conco-mitantes (ej. parestesias, diseste-sias) y emociones (ej. síntomas deansiedad o depresión). Asimismo,es complejo para el paciente distin-guir el dolor durante el descanso, larealización de una actividad o antesituaciones estresantes. Lo querequiere de un entrenamiento pre-vio. Por otra parte, no comunicar ocalificar el dolor, no significa queéste no esté presente.

La forma más común de medir eldolor consta de una única preguntaen la que se pide a los pacientesque aporten una valoración en unaescala que puede ser visual-analó-gica (VAS) o categórica, ya sea ver-bal o numérica. Las VAS han mos-trado sensibilidad para detectar elcambio en el dolor tras recibir untratamiento (ej. Jensen, Chen yBrugger, 2002), y presentan buenafiabilidad test-retest (ej. Fischer ycols, 1999). No obstante, las VASpresentan algunas dificultades: a)lleva más tiempo extraer la puntua-ción que en las categoriales; b) es

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una medida de papel y lápiz y esdifícil para pacientes con lesionescerebrales o medulares, entre otros;c) es más compleja su comprensiónque las categoriales. Las escalasverbales, tiene el problema de esta-blecer pocos niveles, por lo que sonmenos sensibles a los cambios. Lasescalas numéricas con muchosniveles de respuesta permiten ladetección de pequeñas variacionesen niveles de dolor; además sonsensibles a los cambios en las tera-péuticas (ej. Palangio y cols, 2002),presentan buenos niveles de validez(ej. Owen y cols., 2000) y fiabilidadtest-retest (ej. Bergh y cols, 2000).Una ventaja es que se puede admi-nistrar oralmente y es más adecua-do en pacientes con dificultadesmotoras.

Las respuestas afectivas o el nivelde malestar emocional, se puedemedir con estas mismas escalasVAS o categoriales, cambiando losextremos (ej. De “no siento moles-tias” a “siento la sensación demayor malestar que puedo imagi-nar”).

AUTO-REGISTRO

Es muy importante evaluar la fre-cuencia y duración del dolor a lolargo de días o semanas, medianteel auto-registro, lo cual ofrece laoportunidad de observar cuándo yen qué situaciones, actividades omomentos está presente el dolor,aumenta o disminuye (Jensen yKaroly, 2001). En la figura 1 seexponen los diferentes procedi-mientos de auto-registro.

El auto-registro tiene la ventaja deno estar sometido al recuerdo ysesgos retrospectivos. Además,permite evaluar el dolor en momen-tos y situaciones variables, y aportamayor validez ecológica. La tecno-logía electrónica ha obviado algu-nos de los problemas de impreci-sión o la no cumplimentación delregistro en los intervalos temporalesprescritos (Gendreau y cols., 2003),ya que las observaciones se puedenllevar cabo a través de una PDA(Palm-top computer), two-waypager o Voz sobre Protocolo deInternet, también llamado Voz sobreIP (VOIP, una tecnología de las lla-madas telefónicas a través de cone-xión de Internet de banda ancha)(Turk y Burwinkle, 2005). A esto seañaden instrumentos electrónicosque pueden medir la movilidaddurante 24 horas o los rangos demovimiento, etc. Estos métodospueden ser costosos y su uso inco-rrecto puede producir pérdidas dedatos. Un problema adicional conlos métodos de observación (depapel y lápiz y tecnológicos) consis-te en la reactividad debida a la aten-ción sostenida al dolor.

OBSERVACIÓN

Las conductas de dolor abarcanlas expresiones faciales o verbalesde malestar, la deambulación, pos-turas desadaptadas, signos deafectividad negativa y evitación dela actividad (Hadjistavropoulos yCraig 2002). Se pueden emplearmétodos estructurados o no estruc-turados en varias situaciones (ej.sala de espera, mientras están sien-

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do entrevistados, durante una seriede tareas físicas determinadas,etc.). Existen instrumentos estanda-rizados tales como UAB Pain Beha-vior Scale (Richards y cols., 1982) oel PBCL Pain Behavior Checklist(Kerns y cols., 1991).

CUESTIONARIOS

Los cuestionarios más emplea-dos en la evaluación del dolor sepueden tipificar en aquellos que sonpropios del dolor, los que miden el

afrontamiento, la funcionalidad ycalidad de vida y, por último, aque-llos que exploran de indicadorespsicopatológicos. No citaremos loscuestionarios propios para cada sín-drome doloroso específico (lumbal-gia, fibromialgia, artrosis, cefaleas,etc.).

Genéricos del dolor

Los cuestionarios generales deldolor de mayor aplicación son losque se exponen en la tabla 1.

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Figura 1. Modelos de auto-registros de dolor

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Estrategias de afrontamiento anteel dolor

Algunos de los instrumentos másreferenciados en la literatura enEspaña se muestran en la tabla 2.

Funcionamiento físico y calidadde vida del dolor

El grupo IMMPACT (Dworkin ycols. 2005) recomienda que cuan-do no exista una medida específicabien establecida, se emplee la

escala de interferencia del MPI olos ítems de interferencia del BPI.Ramírez y Valdivia (2003) han des-arrollado el Inventario de Deterioroy Funcionamiento Diario parapacientes con dolor crónico, quees muy útil. Asimismo, la calidadde vida de modo genérico puedellevarse a cabo mediante el SF-36(Ware and Sherbourne, 1992; ver-sión española de Alonso y cols.,1995), que permite comparar pa-cientes de dolor con distintas con-diciones.

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Tabla 1. Cuestionarios generales de evaluación del dolor

- Cuestionario de dolor de McGill(McGill Pain Questionnaire,MPQMelzack, 1975, versión españolade Lázaro y cols, 1994)

- Versión abreviada del MPQ (Short-Form SF-MPQ, Melzack,1987)

Inventario Multidimensional delDolor (West-Haven Yale.Multidimensional Pain InventoryMPI, Kerns y cols., 1985,versión española Andréu y cols2006).

Imventario Breve del Dolor (BriefPain Inventory, BPI, Cleeland yRyan, 1994, versión españolade Badia y cols , 2003)

52 ítems agrupados en 12 escalas que se distribuyen en tres partes: 1ª (20ítems) evalúan 5 escalas de la experiencia de dolor (intensidad, interferen-cia en áreas de la vida del paciente, insatisfacción con su situación actual,visión del apoyo que recibe de otros, control que percibe tener sobre suvida, estados de ánimo negativos. 2º (14 ítems) en tres escalas: evalúan lasrespuestas de los allegados a las demostraciones y quejas del dolor delpaciente, 3ª (18 ítems) evalúa la participación del paciente en diferentestipos de actividades diarias.

Mide la presencia de la intensidad del dolor en los siguientes momentos:ahora, en las últimas 24 horas y el peor nivel en las 24 horas anteriores (4ítems). Así como, la interferencia del dolor en las últimas 24 horas en la acti-vidad, estado de ánimo, capacidad para andar, trabajar, relacionarse social-mente y disfrutar de la vida.

Primera parte: consta de unos dibujos delantero y posterior del cuerpohumano. Segunda: 78 (la versión española 68) adjetivos distribuidos en 20grupos incluyendo cada grupo de 2 a 6 adjetivos que califican la experienciadolorosa. Tercera: de que manera ha cambiado el dolor en el tiempo. Cuar-ta: mide la intensidad del dolor en una escala de 5 puntos. Índices: (a) Índicede Tasación del Dolor. (b) Intensidad del dolor presente- (c) Número depalabras elegidas. La versión abreviada consta de 15 adjetivos. Críticas: exige un tiempo prolongado (10-20 minutos) (versión reducida, SF-MPQ); vocabulario difícil de entender (los adjetivos pueden ser interpretadosde diferentes formas, la relación entre las dimensiones que evalúa el cuestio-nario, asimetría de la representación de las categorías, no existe una catego-ría para el “no dolor”. Esta escala ha demostrado buenas propiedades psico-métricas como instrumento de medida de la intensidad del dolor con pacientesmayores, incluso con los que presentan leve o moderado deterioro cognitivo.

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Indicadores psicopatológicos

El dolor esta asociado a malestaremocional significativo, que incluyesíntomas de depresión, ansiedad,ira e irritabilidad, o trastornos psi-copatológicos. Es frecuente quecuando los hallazgos físicos queexplican el dolor no estén del todoesclarecidos o que el paciente noresponda al tratamiento se le eti-quete o culpe de magnificar lasquejas por sus médicos, familiares,amigos o personas del trabajo, o almenos él o ella lo sientan así. Exis-te una fuerte asociación entre dolory depresión (Arnow y cols 2006;Ohayon. y Schatzberg 2003). Laevaluación de la depresión enpacientes de dolor crónico es undesafío, debido a que muchos desus síntomas son consecuencia delpropio dolor o del tratamientomédico (Gallagher y Verma, 2004).Del mismo modo, la ansiedad pre-sente en el enfermo de dolor cróni-

co puede aumentar la tensión mus-cular y la activación fisiológica quea su vez retroalimenta el dolor. Loscuestionarios más empleados paramedir estas dimensiones emocio-nales son las siguientes: Inventariode Depresión de BECK (BDI) (Becky cols 1979; versión española Váz-quez y Sanz (2000); Escala de Des-esperanza de Beck (Beck Hope-lessness Scale, BHS, Beck y cols,1974; versión española de Aguilar ycols. 1995); Escala de IdeaciónSuicida (Scale for Suicide Ideation,SSI, Beck y cols, 1979) y el Inven-tario de Ansiedad Beck (BeckAnxiety Inventory, BAI, Beck y cols1988; versión española de Sanz yNavarro, 2003). Una evaluaciónrápida de posibles diagnósticospsicopatológicos se puede obtenera través del MINI Entrevista Neu-ropsiquiátrica Internacional (MINIInternational Neuropsychiatr icInterview, MINI) (Ferrando y cols.,1998).

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Tabla 2. Pruebas para medir el afrontamiento al dolorVanderbilt Pain Management Inven-tory (Brown y Nicassio 1987 VPMI,versión española de Esteve, y cols.1999)

Cuestionario de Estrategias deAfrontamiento (Coping StrategiesQuestionnaire, CSQ Rosentiel yKeefe, versión española de Sorianoy Monsalve, 1999).

Cuestionario de Afrontamiento al Dolor(CAD, Soriano y Monsalve, 2002).Cuestionario de Afrontamiento alDolor Reducido (CAD-R) (Soriano yMonsalve, 2004).

Está compuesto por 42 ítems agrupados en 7 escalas (desviación de laatención, reinterpretación, ignorar la sensación de dolor, afrontamientoautoafirmativo, rezar y esperanzarse, catastrofismo, incremento deactividad) de 6 ítems (7 puntos) cada una, más dos ítems referidos alcontrol que se ejerce sobre el dolor y a la capacidad para disminuirlo.

Consta de 31 ítems que reflejan el grado o frecuencia de utilización delas estrategias. 6 dimensiones (autoafirmación, búsqueda de informa-ción, religión, distracción, catarsis y autocontrol mental) y 2 factores desegundo orden (afrontamiento activo y afrontamiento pasivo). Ha sidovalidado para muestra española. La versión reducida consta de 24 ítems

El cuestionario consta de 2 escalas que evalúan la frecuencia con laque los pacientes utilizan estrategias activas o pasivas, cuando el dolores intenso o moderado. La escala total está formada por 18 ítems quese contestan de acuerdo a una escala de 4 puntos.

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EVALUACIÓNPSICOFISIOLÓGICA DEL DOLOR

La evaluación psicofisiológica esmuy útil en el dolor tanto agudocomo crónico (véase Flor, 2001).Las respuestas psicofisiológicastales como conductancia de la piel,tasa cardiaca o alteraciones en latensión muscular detectan su pre-sencia (véase los textos de psicofi-siología de Andreassi, 2007; Ca-cioppo y cols., 2007) e indican elnivel de activación ante el dolor, delmismo modo, revelan la existenciade factores psicofisiológicos y este-reotipias de respuesta al estrés, queen determinados pacientes explicanla etiopatogenia del dolor. Por últi-mo, los registros psicofisiológicospueden ser útiles para valorar lapertinencia de determinados trata-mientos, tales como el biofeedback,o predecir la generalización, transfe-rencia y eficacia de las intervencio-nes.

GRUPOS ESPECIALES

EVALUACIÓN DEL DOLOREN NIÑOS

La evaluación del dolor en el niñoes compleja debido a las dificulta-des de comunicación y dominio dellenguaje, sobre todo en los máspequeños. El método de evaluacióndepende de la edad y nivel de de-sarrollo cognitivo del niño, la natura-leza de su dolor, la cronología de laenfermedad, la terapia previa y lasituación en la que ocurre, ademásde contemplar las implicaciones clí-nicas y legales de esta evaluación

(McGrath y Gillespie, 2001; Quiles ycols., 2003).

Dolor Infantil: desarrollo evolutivo

De 0 a 2 años: El dolor en el neo-nato ha sido largamente infravalora-do, se creía que la falta de verbali-zación y expresión del recién nacidoera paralela a su incapacidad parapercibir o recordar el dolor (Gorina,Muñiz, y Castells, 2007). Al principiosolo es capaz de sentir sus propio-cepciones, en el momento del naci-miento tiene percepciones confusasque se centran en la piel y en lazona oral. En los primeros 6 meses,el estímulo doloroso provoca con-ductas anticipatorios en el niño.Siendo los signos: agitación, hiper-tensión, hipoventilación con hiper-capnia a causa de la rigidez, e hipo-xemia con atelectasias. (Quiles ycols., 2003). A los 18 meses puedeverbalizar el dolor e indicar donde leduele. Para el niño de final de estaetapa, el dolor es una herida o loque produce daño en el cuerpo(Llach, 1997).

Etapa pre-operacional (de 2 a7 años): El niño es capaz de sim-bolizar, adquiere el lenguaje com-pleto en el que puede explicar loque le pasa. La relación causa-efecto es inmediata, solo conoce loreciente y lo pasado y puede con-fundir fantasía con realidad. Piensaque los acontecimientos puedenser causados por sus propiasacciones o pensamientos, de estemodo la enfermedad y los trata-mientos pueden hacerle sentir queestá siendo castigado. A partir del

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segundo año de vida reaccionancon emociones intensas y resisten-cia física a cualquier experienciadolorosa real o percibida. No tienela capacidad para describir su tipoo intensidad, pero si puede locali-zarlo. Por ello hasta los 4 años sonútiles los métodos conductuales yfisiológicos. Los niños preescolaresexperimentan una pérdida de auto-control cada vez mayor con eldolor. Entre los 5 y los 7 años pue-den discriminar la intensidad deldolor. Suelen pensar que el dolorestá provocado por causas exter-nas y concretas. Son útiles losmétodos subjetivos (escalas cuan-titativas), los conductuales y losfisiológicos (Martín-Sanabria, yMartín-Sanabria, 1997, Llach,1997, Quiles, y cols, 2003).

Etapa de las operaciones con-cretas (6 a 11 años): Existe lacapacidad para resolver lógica-mente problemas con objetos con-cretos. Entiende el concepto tiem-po. Es capaz de expresar sus emo-ciones, fantasías y temores a tra-vés del dibujo, el juego y las aso-ciaciones libres (Llach, 1997). A los9 años entienden que el dolorpuede estar generado por unaenfermedad, el mal funcionamientode un órgano o la presencia deciertos gérmenes. A partir de los 7a los 10 años definen el dolorcomo sensación (Quiles y cols.,2004). Entienden el concepto deorden numérico, y se pueden utili-zar por tanto, métodos subjetivos,conductuales y fisiológicos.

12-13 años: Puede entender laenfermedad como producto de una

disfunción de su propio organismo.Hay autores que recomiendan enlos adolescentes el uso de los mis-mos métodos de valoración que enlos adultos (Martín-Sanabria y Mar-tín-Sanabria, 1997).

Además del desarrollo cognitivo,existen otras variables que influyenen la percepción del dolor. En situa-ciones muy aversivas que causandolor agudo es difícil discriminar laansiedad y el miedo que provoca undeterminado procedimiento médico(Quiles y cols., 2003).

Métodos para medir el doloren niños

Métodos fisiológicos: Valoranparámetros que se suponen semodifican en situaciones de dolor:frecuencia cardiaca, sudor palmar,respiración, tensión arterial, secre-ción de hormonas, hiperglucemia, yaumento de opiáceos endógenosplasmáticos y cambios en el tonovagal. Debe tenerse en cuenta queciertas situaciones patológicas pue-den traducir alteraciones indepen-dientes del dolor, también puedenalterarse en situaciones de malestar,como hambre, sed o ansiedad en elniño (Martín-Sanabria y Martín-Sanabria, 1997; Quiles y cols., 2003;Gorina y cols., 2007)

Métodos subjetivos: Permitenun doble fin: a) obtener la máximainformación sobre las distintasdimensiones de la percepción deldolor y b) valorar las cogniciones yreacciones emocionales ante laexperiencia dolorosa (Martín-Sana-

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bria y Martín-Sanabria, 1997; Quilesy cols., 2003). Se pueden clasificaren métodos indirectos y en méto-dos directos.

Métodos indirectos: se infierenlas características del dolor estu-diando sus respuestas no verbalesrespecto a preguntas o actividadesque se le solicitan referidas al dolor.Uno de los más comunes es lainterpretación de los dibujos delniño. Entre ello se encuentran: a) laselección de colores, b) la interpre-tación de dibujos y c) los procedi-mientos gráficos.

Métodos directos: se obtieneinformación objetiva y completasobre la experiencia subjetiva delniño respecto a intensidad, sensibi-lidad, afectividad, cualidad y locali-zación del dolor Véase en la tabla 3los principales instrumentos deauto-informe utilizados en la evalua-ción infantil.

Métodos conductuales: Estu-dian el comportamiento del niño ensituaciones de dolor. Se precisanevaluadores entrenados que obser-van al niño en una situación concre-ta, durante un periodo de tiempo

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Tabla 3. Cuestionarios y escalas para la evaluación del dolor en niños

Escalas de dolor faciales y verbales para niños - Escala afectiva de caras (Facial Affective Scale, FAS; McGrath, 1990; McGrath y cols., 2000; McGrath yHillier, 2001; McGrath, deVeber y Hearn, 1985). Es un conjunto de 8 caras, que varían en expresión emocio-nal. Edad: 5 o más.- OUCHER (Beyer, 1984; Beyer y cols, 1992). Fotografías de niños en 6 niveles de malestar. Edad: 4 años omás.- Escala de tasación de caras de Dolor (Faces Pain Rating Scale, Wong y Baker, 1988). Una escala compues-ta de 6 caras que varían en la expresión emocional. Edad: 3-18 años.

Escalas de dolor analógicas para niños- Escala Visual- analógica (VAS, Abu-Saad, 1984). Una escala vertical de de 100 -150 cm, con dos extremosque señalan: “no dolor” y “el dolor más fuerte”. Edad: 5 años o más - Instrumentos de Fichas de Poker (Poker Chip Tool, Hester y cols, 1990). Cuatro fichas rojas o 4 rojas y unaBlanca (no dolor) las fichas representan los distintos niveles de dolor. Edad: 4-13 años- Escalas de juegos de color de Eland (Colour Scales, McCaffery y Beebe, 1989) El niño elige bolígrafos olápices y colorea el diseño del cuerpo de un niño. Edad: 4-7 años.

Cuestionarios de evaluación del dolor para adolescentes - Instrumento del Dolor Pediátrico para el adolescente (Adolescent Pediatric Pain Tool, APPT), Savedra y cols.,1990, 1993). Edad: 8-17 años. - Cuestionario de dolor pediátrico de Varni–Thompson (Pediatric Pain Questionnaire, PPQ, Varni y cols.,1987). Edad: 4-19 años- Instrumento de Evaluación del Dolor Pediátrico de Abu-Saad (Abu-Saad Paediatric Pain Assessment Tool(Abu-Saad y cols., 1990, 1994). Edad: 4-19 años.

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prefijado y registran unas conductasdefinidas. Los parámetros conduc-tuales más utilizados en neonatosson (Lopes, Branco, y Farré, 1994;Tommasi, Elorza, 1998; Martín-Sanabria y Martín-Sanabria, 1997;Quiles y cols., 2003, Gorina y cols.,2007): Llanto (agudo, disfónico yprolongado, como hipo o estornu-dos en el neonato, gruñidos, gemi-dos contención de la respiración),Distorsión facial (apertura de boca,boca angular, lengua en tensión,fruncimiento de labio y surco naso-geniano, cerrar fuertemente los ojoso desmesuradamente abiertos,cejas bajas y fruncidas, frente pro-minente con arrugas verticales,)postura y movimientos corporales(movimientos incontrolados, inten-sos o de extrema quietud, extensiónde las manos en los neonatos,puños apretados, postura rígida,protección de una parte del cuerpo,movimientos laterales de cabeza,arquearse o volverse hacia atrás,dar patadas, mover los brazos,entrecruzar los dedos, agarrarse asus padres), Actitud (tolera mal laestimulación y se despierta conmayor facilidad, duerme menostiempo, con mayor duración delperiodo no REM, irritabilidad, pérdi-da de apetito, disminución de laactividad normal del niño, ansiedad,depresión, nauseas y vómitos, dis-minución del apetito, aumento delos periodos de descanso, baja tole-rancia a la frustración, comporta-miento agresivo como golpear).Aumento o disminución de las inter-acciones sociales.

Estos métodos son los más indi-cados en la edad preverbal, aunque

son útiles a cualquier edad. Se debetener presente que con este métodose recogen, no solo respuestas aldolor, sino también ansiedad, esta-do de ánimo e incluso contingen-cias ambientales presentes y puedehaber un sesgo (frío, hambre, pañalhúmedo, globo vesical...)

En la tabla 4 se exponen algunasde las escalas de observación con-ductual:

Otros procedimientos para valo-rar el dolor pediátrico es mediantevaloraciones globales (conclusióndel observador sobre un aspecto dela conducta del niño mediante esca-las visuales analógicas, numéricas-existe gran variabilidad interjueces)y a través de medidas indirectas(como el tiempo empleado en jugar,número de veces que el niño selevanta, solicitud de medicación,etc.)

Dado que los neonatos constitu-yen un grupo especial dentro de laevaluación en el niño se han identifi-cado hasta 35 escalas específicas.Muchas de ellas se han utilizadoúnicamente en investigación. Véaseen la tabla 5 las más utilizadas.

DOLOR EN GERIATRIA

Con el avance de la edad seincrementa la probabilidad de queaparezcan problemas crónicos desalud. De forma específica los estu-dios sobre prevalencia de dolor indi-can un aumento persistente y recu-rrente en adultos mayores. La pre-valencia del dolor es doble entre las

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personas de mayores de 60 años(Herr y Garand, 2001), oscila entre el50% y el 86% entre las personasingresadas en residencias asistidaso en centros sociosanitarios (Epps,2001; Weiner, y cols., 1999; Herr ycols., 2004). En el estudio de Castely cols., (2007) con población espa-ñolas se encontró que el 73,5% delos participantes informaban sufriralgún tipo de dolor, el 94,2% experi-mentaban dolor crónico. Tal y comocita Baeza y cols. (2007), se calculaque el 80% de las personas ancia-nas presenta alguna enfermedadcrónica o neurodegenerativa que

cursa con dolor, pero a pesar deestos datos, en la población deedad avanzada la frecuencia deldolor crónico es infravalorada.

Se debe tener en cuenta las ca-racterísticas del anciano frágil –másde 80 años, patología asociada,polifarmacia, cambio de domiciliofrecuente, deterioro cognitivo y fun-cional, viudedad, sin medios econó-micos (Sancho y cols., 2006)–, y loque se denomina los “QuintetosGeriátricos” o de la Muerte delAnciano (Sancho y cols., 2006), porsu interacción con el dolor: Percep-

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Tabla 4. Escalas de observación conductual pediátrica

Escala de Observación del MalestarConductual. (Observational Scale ofBehavioral Distress, OSBD), Jay, ycols. 1983).

Escala de Dolor del Hospital Infantilde Ontario-Este (The Children´S Hos-pital of Eastern Ontario Pain Scale,CHEOPS, McGrath y cols., 1985)

Escala de Evaluación del comporta-miento en los procedimientos. (TheProcedural Behavior Rating Scale-Revised, PBRS-R, Katz y cols., 1980).

Conductas observadas durante la primera hora tras la intervención qui-rúrgica. 6 categorías de comportamiento. Alta fiabilidad interjueces 90- 99,5%)y una adecuada validez. Sensible a los cambios producidos tras laadministración de analgésicos. Edad: 1- 7 años.

Diferentes fases de los procedimientos médicos aversivos (especialmenteaspiración de médula ósea y punciones lumbares). Adecuada fiabilidadinterjueces, validez concurrente y de constructo. Limitaciones: (a) no reflejala frecuencia del comportamiento, solo se puntúa su aparición, (b) no regis-tra el comportamiento de las demás personas presentes. Edad: 6-10 años.

Listado de Conductas en el Procedi-miento (The Procedure Behavior Chec-klist, PCBL, LeBaron y Zeltzer, 1984)

Los ítems son semejantes a los de la PBRS-R. Un observador puntúaen una escala de 1-5. Consta de 8 ítems, y 2 factores (reacciones moto-ras y verbales). Adecuada fiabilidad interjueces, validez concurrente yde constructo. Edad: 6-18 años

Medida de Dolor Post-Quirúrgico paraPadres (The Postoperative Pain Mesu-re for Parents, Chambers y cols., 1996)

Los padres completan la escala de 1-3 veces durante los dos díassiguientes en la operación.29 preguntas que los padres contestan como si o no. Excelente sensibi-lidad y especificidad en los dos días después de la cirugía. Una puntua-ción de corte 6 sobre 10, para detectar a los niños que padecen dolor yes clínicamente significativo. Edad:7-12 años.

Escala FLACC (FLACC Scale, Facialexpression, Leg movement, Activity,Cry, Consolability, Merkel y cols., 1997)

Se valora la Expresión facial, Movimiento piernas, Actividad, llanto, Con-solabilidad. Edad: 2 meses - 7 años.

11 conductas definidas operativamente que indican dolor y ansiedad,valoradas de 0 a 4. Adecuada fiabilidad interjueces, validez concurren-te, validez predictiva y validez de constructor. Edad: 6-10 años.

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ción disminuida ↔ Movilidad re-ducida ↔ Homeostasis alterada ↔Incontinencia ↔ Enfermedad iatro-génica o Fragilidad ↔ Incapacidad↔ Cronicidad ↔ Depresión ↔ De-pendencia. A menudo resulta difícilobtener del anciano una historia clí-nica detallada por sus problemas decompresión, de visión o de audicióny porque frecuentemente tienden arestar importancia a los síntomasque les afectan directamente, por loque es importante para el entrevis-

tador creer en la veracidad de losmínimos dolores que el pacienteseñale y tener la paciencia paradescubrirlos.

De entre los métodos que más seutilizan para evaluar la intensidad dedolor en personas mayores seencuentran las escalas categorialesy las escalas numéricas. En el casode que los pacientes presentendeterioro cognitivo y dificultades decomunicación, valorar el dolor pre-

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Tabla 5. Instrumentos de evaluación del dolor en neonatos, reciénnacidos, niños preverbales y no verbales

- Escala de Dolor del Hospital Infantil de Ontario-Este (The Children´S Hospital Of Eastern Ontario Pain Scale,CHEOPS, McGrath y cols., 1985). Validada en niños de 1 a 5 años en dolor quirúrgico y cuidados post-aneste-sia.

- CHIPPS: (The Children's and Infants' Postoperative Pain Scale, Buttner y Finke, 2000). Validada en niñosrecién nacidos hasta 5 año de edad, en dolor quirúrgico y procedimental.

- COMFORT: Escala de Conducta de Confort (Comfort Behavior Scale, van Dijk y cols., 2000, 2005). Validadade neonatos a 3 años, en cuidados intensivos y dolor quirúrgico.

- CRIES: Crying, Requires Oxygen Saturation, Increased Vital Sings, Expresion, Sleeplessness (Krechel y Bild-ner, 1995). Validada en neonatos, situaciones de cuidados intensivos, dolor quirúrgico y procedimental.

- DSVNI: Escala de malestar para Niños con Ventilación Mecánica (Distress Scale for Ventilated NewbornInfants, Sparshott 1996), Validad en recién nacidos con ventilación mecánica, cuidados intensivos y dolor pro-cedimental.

- DEGR: Escala de Dolor en Niños Gustave Roussy (Douleur Enfant Gustave Roussy, Gauvin- Piguard, 1999),validada en niños de 2 a 6 años, en dolor agudo y cáncer.

- FLACC: Faces, Legs, Activity, Cry, Consolability Observational, Tool (Merkel y cols., 1997). Validado enniños de 2 a 7 años, en cuidados intensivos, pos-anestesia y dolor quirúrgico.

- N-PASS: Escala de Dolor (Neonatal Pain, Agitation and Sedation Scale, Hummel y Puchalski, 2003). Vali-dad en neonatos de 0 a 100 días

- PIPP: Perfil de Dolor en Niños Prematuros (Premature Infant Pain Profile, Stevens, y cols, 1996). Validado enneonatología, en cuidados intensivos y dolor procedimental.

- RIPS: Escala de Dolor en Niños de (Riley Infant Pain Scale, Schade y cols, 1996) (validada en recién nacidosa 3 años de edad, en dolor quirúrgico y dolor agudo)

- UWCH (University of Wisconsin Children’s Hospital). Escala de Dolor para Niños Preverbales y no Verbales(Pain Scale for Preverbal and Nonverbal Children, Soetenga y cols, 1999). Validada en niños de menos de 3años sometidos a cirugía, cuidados agudos y dolor procedimental.

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senta muchas dificultades, y amenudo impide, una valoracióncorrecta del dolor (Baeza y cols.,2007). Es muy probable que la faltade capacidad verbal para manifestarsu dolor pueda llevar a un trata-miento insuficiente, se ha descritocomo los pacientes ancianos con

alteraciones cognitivas recibenmenos analgésicos que los quepueden comunicar su dolor (Horgasy Tsai, 1998). Es por ello que nopuede ser valorado con los mismosinstrumentos que los empleadoscon pacientes que pueden comuni-car su dolor. Los expertos informanque es recomendable valorar eldolor en ancianos con déficit cogni-tivo mediante la observación de loscambios de conducta, especialmen-te durante las maniobras o cuidadosque realizan de forma cotidiana. Lasconductas no verbales puedenaportar información sobre el dolorson: lloros, gritos o quejidos, gestosfaciales o posturas y movimientosde defensa; los cambios de con-ducta pueden llegar a confundirsecon otras manifestaciones típicasde los procesos neurodegenerativos

y así ser tratadas erróneamente, espor ello que, la ausencia de estosindicadores no verbales no significanecesariamente que el dolor no estépresente. En la tabla 6 se exponenlos instrumentos de evaluación deldolor en ancianos con deterioroscognitivos.

CONCLUSIÓN

La evolución psicológica dentrode equipos inter/multidisciplinareses necesaria para el adecuadoabordaje del dolor crónico y agudo.Esta evaluación debe ser específicadel tipo de patología y las caracte-rísticas personales y sociales delpaciente, así como integrar todaslas dimensiones del dolor y ser con-tinua a lo largo del tiempo. Requierede la aplicación de los procedimien-tos de entrevista, auto-registro,observación y pruebas psicofisioló-gicas. En la actualidad se disponende instrumentos validos y fiablespara la evaluación del dolor, pero esnecesario mejorar su propiedadespsicométricos, en especial los relati-vos a los aspectos cualitativos, cog-nitivos y emocionales.

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Tabla 6. Instrumentos de evaluación del dolor en personas con demencia

• EDAD: Evaluación del Dolor en Ancianos con Demencia (Baeza, 2006)

• ADD: The Assessment of Discomfort in Dementia Protocol (Kovach y cols. 1999; 2001; 2002)

• Doloplus 2: The Doloplus 2 (Lefebre-Chapiro, 2001)

• NOPPAIN: Nursing Assistant-Administered Instrument to Assess Pain in Demented Individuals (Snow y cols.,2003).

• PACSLAC: The Pain Assessment Scale for Seniors with Severe Dementia (Fuchs-Lacelle y cols., 2004).

• PAINAD: The Pain Assessment in Advanced Dementia Scale (Warden y cols., 2003).

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