Estudio sobre la cuestión carbonera en Chile. (1924)

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    ESTUDIO SOBRE LA CUESTION

    CARBONEE A EN CHILE

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    Ministerio de Industria y Obras PblicasDireccin de Minas y Geologa

    COMISIN DEL CARBN

    Estudio sobre la Cuestin

    :: Carbonera en Chile ::

    Por el 5r. Edmundo Delcourt

    Ingeniero de Minas A. I. Lg.Ingeniero Electricista A. I. M.

    fjC*!

    SANTIAGO DE CHILESOG. IMPRENTA Y LITOGRAFIA UNIVERSO

    AGUSTINAS 1250

    1924

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    INDICE

    Pgs.

    INTRODUCCIN X I

    CONCL USI ONE S X I I I

    PRIMERA PARTE

    CAPITULO I

    Descripcin geolgica somera de los yacimientos car-bon feros de Chile i

    Provinc ias de Arau co y Concepcin 3Yacimiento de Mfil 6Ant raci ta de Quilacoya 6Las reservas de carb n 7

    CAPITULO II

    Los terr enos estriles y los mantos de car bn 8Los terreno s estriles 8Los man tos de car bn 8

    CAPITULO III

    El gris y el polvo, 9

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    vi

    CAPITULO IV

    Pgs.

    Prop iedades qu mic as y usos del carb n de Chile 12

    Composicin qum ica 12Destilacin a baja temperatura 15Semi-coke 17Coke meta lrg ico 17

    SEGUNDA PARTE

    CAPITULO V

    Los plano s de las mina s, progresos por realizar, formaen que se hac en y se anotan 19

    TERCERA PARTE

    CAPITULO VI

    La explotacin de las minas de carbn

    Descripcin de los mt odos de explotacin usad os enChile 23

    Organizacin del tr ab aj o 28Rendimientos mximos y rendimientos medios obte-

    nidos 3 r

    Descr ipcin som era del'long wall clsico 31Ex m en crtico del mt odo empleado en Chile 32Rendimientos obtenidos por el mtodo de largos frentes

    en Eur opa 33

    CAPITULO VII

    El sostenimient o (fortificacin^ 35

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    VII ---

    CAPITULO VIII

    Pgs.

    El corte de galer as 36

    CAPITULO IX

    El relleno 37

    CAPITULO X

    Transpor te y extraccin de los produc tos 37Transporte en las vas principales y en los piques 37Transporte en los fre nte s y en las vas contiguas a los

    frentes 39El material de tra nsp ort e 42Medidas de seguridad dur ant e el transport e 43

    CAPITULO XI

    El desage 43

    CAPITULO XII

    La ventilacin 44

    CAPITULO XIII

    El alumbrado 47

    CAPITULO XIV

    La preparacin mecnica 47El carboncillo 48El carbn pulverizado 49La fabricacin de bri que tas 5 o

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    VIII ---

    CAPITULO XV

    Pgs.

    Produccin de la fuerza motriz en las mina s.. 50Consumos propios de la minas 5 1

    CAPITULO XVI

    Los explosivos 5 1

    Rgimen de la distribucin del explosivo 52

    CAPITULO XVII

    Accidentes 54

    CAPITULO XVIII

    Enfe rmed ades profesionales 56

    CAPITULO XIX

    Medios de carguo a bordo 57

    CAPITULO XX

    Industri as anexas 58

    CAPITULO XXI

    Administ racin y Direccin 59

    CAPITULO XXII

    Pa rt e financiera 60Precio de costo y precio de venta 60Capitales invertidos 61

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    IX ---

    CUARTA PARTE

    CAPITULO XXIII

    Medidas adecuadas para desarrollar la industria carbonera

    Pgs.

    Medidas adecuadas par a desarrollar la indu stri a

    carbonera 63Aum ent o del ren dim ien to diario y anu al del obrero. . 65

    Medidas relativas a los obreros

    Instru ccin general y profesiona l. , 67Aume nto del nm ero de das de tr ab aj o 67Depa rta ment o de Bienestar ' 67Habitacio nes obreras 68

    Diversiones 69Distribucin grat is del carb n 69Abastecimiento en vveres 69Parti cipaci n en los beneficios 69Vigilancia 70

    Medidas de carcter tcnico

    Mtodos de explotacin 71

    Desarrollo de los medios mecnicos: circadoras, trans-portadoras, perforadoras mecnicas, locomotoraselctricas 78

    CAPITULO XXIV

    Creacin de minas nue vas 80

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    X

    QUINTA PARTE

    CAPITULO XXV

    Pgs.

    Puede Chile prescind ir del carb n y petrleo ext ran -jero? 83

    Clculo del precio de diez millones de caloras tiles pro-ducidas por el petr leo o por el carbn nacional 83

    SEXTA PARTE

    CAPITULO XXVI

    Posibilidad de una accin gube rnam enta l 89

    I.Modificacin de la ley minera 90II.C reac in de una vigilancia admin ist rat iva de las

    minas 9 o

    II I. Dictac n de leyes sociales 9 1

    IV. Es tud io econmico de la ind ust ria del carbn. ... 91V.-Creacin de minas fiscales 91VI.-Construccin de puer tos y de ferrocar rile s 91

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    i g i a g y a g k g k l s s i i

    INTRODUCCION

    En cumplimiento de la comisin que nos \a j ia do el Su-premo Gobierno para estudiar la situacin tcnica y econmicade la industr ia del carbn en Chile e indicar las medidasadecuadas para fomentar su desarrollo, hemos visitado entre el21 de Enero y el 9 de Marzo del presente ao, las minas de lascompaas siguientes:

    Compaa Minera e Industrial de Chile: minas de Lota, Co-ronel, Curanilahue y Plegarias;Compaa Carbonfera y de Fundicin Schwager: minas de

    Coronel y de Boca-Maule;Compaa Carbonfera e Industrial de Lebu: minas Anita,

    Fortuna y Constancia;

    Minas Carbonfera Manto Grande en Cerro Alto;Compaa Carbonfera Araucana en Cerro Alto;Compaa Carbonera Trihueco en Los Alamos;

    Comunidad de Quilacoya;Compaa Carbonfera de Lirqun;Compaa Carbonfera de Penco;Sociedad Carbonfera de Mfil.

    El conjunto de estas minas corresponde a ms de 98% de laproduccin de la regin visitada y a ms de 96% de la produccintotal de Chile.

    Hemos visitado tanto los trabajos de la superficie como los

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    laboreos subterrneos. Al mismo tiempo hemos estudiado some-

    ramente la geologa de los yacimientos mineros visitados yprevisto, como nuest ro programa lo comportaba, la posibilidadde descubrir y de crear' nuevas minas .

    El presente informe es el resumen de estos estudios, explora-ciones y visitas. Hemos evitado en su redaccin todo lo que pu-diera ser considerado como un crtica a las personas y a las so-ciedades consideradas individualmente; nos ha parecido mstil dar a estas crticas, a veces necesarias, una forma general.

    Agradecemos a los seores Gerentes, Administradores e In-genieros en Jefe que tuvieron la amabilidad de prestarnos suconcurso y el de su personal. Reconocemos que si, a veces, ellosno pudieron darnos ciertos datos sobre las cuestiones financierasno fu por mala voluntad. La tendencia general, siendo de con-siderar como un secreto profesional todo da to financiero, hemosaceptado esta tendenciu, aunque contraria a las costumbreseuropeas y hemos suplido la falta de datos financieros .con nus-tras propias investigaciones en cada lugar y con nuestra expe-riencia sobre la materia.

    Segn el programa que se nos haba impuesto, hemes atri-buido la mayor importancia a los puntos siguientes:

    Mtodos de explotacin, ventajas e inconvenientes, posibili-dades de progreso en cuanto al aumento del rendimiento. -

    Transporte de los productos dentro de las minas y al exteriorde ellas.

    Utilizacin de los explosivos.Seguridad.Mtodos de utilizacin racional de los carbones y especial-

    mente la destilacin a baja temperatura.Posibilidad de poder independizar a Chile de los combustibles

    extranjeros, especialmente del petrleo.

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    CONCLUSIONES

    I. Los yacimientos de carbn de Chile son ricos; sus condicio-nes naturales son favorables para una explotacin fcil e inten-siva. La mayor parte de los carbones son de excelente calidadpara la produccin de fuerza motriz.

    II. Los estudios geolgicos y prcticos para avaluarlas reservasno han sido suficientes por falta de medios financieros y debido

    a la falt a de colaboracin entre las Compaas y el Estado.El rgimen de la propiedad minera actual y la organizacinindustrial no favorecen los cteos ni los estudios cientficos oprcticos de la cuestin carbonera.

    La intervencin del Estado sera necesaria para activar estosestudios.

    III. La cuestin de las reservas de carbn no debe preocupara los industriales, ni detener el desarrollo de la produccin. Lasreservas actualmente ciertas y las probabilidades que resultande las condiciones geolgicas son ms que suficientes para jus-

    tificar el desarrollo de la produccin hasta 2:000,000 de toneladasanuales.

    IV. La industria hullera dispone de una mano de obra inteli-gente y tra baj ado ra; sin embargo la anquilostomisis debilitaa esta poblacin y sera necesario remediar esta situacin.

    V. La produccin anual es por dems pequea si se consideralas condiciones naturales, el nmero de obreros y las necesidadesdel pas. Es posible aumentar esta produccin anual total en50% ms o menos, por medio del aumento del rendimien to

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    obrero. Las instalaciones actuales de extraccin bien utilizadas

    y perfeccionadas un poco bastaran para asegurar la extraccinde este aumento.VI. La posibilidad de aument ar el rendimiento obrero se

    deriva no solamente de la comparacin con las minas ex tra n-je ras con las mismas condiciones na tura les, sino tambin de losresult ados ya obtenidos en el pas. Es te resul tado es, pues, deuna certidumbre absoluta.

    VII. Si se quiere ir ms all de un aumento de 50% de laproduccin actual, seran necesarias instalaciones nuevas. Esprobable que ellas, no puedan llevarse a efecto sino mediante

    una intervencin del Estado, en forma de una nueva legislacinde minas de carbn y talvez de su par tic ipacin directa en laproduccin por medio de minas fiscales.

    VIII. Las instalaciones exteriores de la minas y algunas ins-talaciones interiores estn a la altura de los progresos modernos.No es lo mismo, salvo algunas excepciones, en los laboreos in-teriores. En general el trabajo individual del obrero no ha sidoestudiado de una manera completa; no se emplean los mediosmodernos para aliviarlo y para perfeccionarlo. Este problemadebe llamar la ms seria atencin de las Compaas para aumen-tar la produccin.

    IX. Los consumos de carbn para la produccin de la fuerzamotriz en las minas son muy elevados y pueden ser reducidos.

    X. E n las condiciones de precio y de cambio actuales (fin deMarzo de 1924), el carbn nacional puede competir con el petr-leo, aun en la regin salitrera, para la produccin de la fuerzamotriz y del vapor de calentamiento. El problema de mayorimportancia en cuanto a la substitucin del petrleo por el car-bn no ser el de la transformacin de las instalaciones sino elde la produccin correspondiente que ser necesario extraer.Este problema puede ser resuelto y la importacin de petrleo

    para la produccin de fuerza motriz y de vapor de calentamiento

    puede desaparecer.

    XI . Las cual idades del carbn de Chile pa ra la destilacin aba ja tempera tur a y para la fabricacin del semi-coke son ex-cepcionales. Es ta nueva industri a dara beneficios ciertos y con-ducira a una utilizacin racional del combustible.

    XII. Es necesario una intervencin del Estado en la industriahullera. La creacin de una vigilancia administrativa y tcnicase impone, al igual de lo que se ha hecho en todos los pases mi-

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    eros. Chile est desde este punt o de vista at ras ado con respecto

    a las otras naciones mineras. La intervencin del Estado deberatenerse a:

    La polica y la higiene del trabajo;La salubridad de la habitacin y la higiene personal del obrero;La supresin del alcoholismo;La disminucin de los accidentes del trabajo;El desarrollo de la produccin y con este objeto, los reconoci-

    mientos por medio de estudios y sondajes, eventualmente, lacreacin de minas fiscales, la construccin de puertos y deferrocarriles.

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    PRIMERA PARTE

    CAPITULO I

    DESCRIPCION GEOLOGICA SOMERA DE LOS YACIMIEN-

    TOS CARBONIFEROS DE CHILE

    Los principales yacimientos de carbn visitados, estn situados

    en las provincias de Concepcin y de Arauco, sobre el costadooccidental de la Cordillera de Nahuelbuta y en la costa, y en elinterior de la provincia de Valdivia. El map a esque mti co(Fig. i) muestra su situacin respectiva.

    De Norte a Sur, se distinguen los siguientes yacimientos prin-cipales:

    En la baha de Dichato Coliumo, Minas de la Compaa deDichato.

    A orillas de la baha de Talcahuano, Lirqun, Penco;Al Oeste, Talcahuano,

    A orillas de la bah a de A rauco, Minas de Buen Ret iro , deBoca Maule y Puchoco Schwager, Coronel, Puchoco Dlano yRojas, Lota.

    En la provincia de Arauco, sensibl emente sobre el mismomeridiano, al Sur de Arauco: Peumo, Colico, Curailahue, Pil-pilco, Cerro Alto, etc., un poco ms al Oeste Trihueco.

    A orillas del Pacfico: Lebu.En la, provincia de V aldiv ia: Mailef y Mfil como ta mb i n

    algunos otros pequeos yacimientos.

    2 . E S T U D I O .

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    Desde hace algunos meses se ha puesto tambin en explota-cin un yacimiento de antracita en Quilacoya. Algunos yaci-mientos del mismo combustible existen en la provincia de Cautn.

    No nos parece necesario aqu hacer una descripcin geolgicadetallada de la formacin carbonfera; este trabajo ha sido yaefectuado con anterioridad por muchos ingenieros y gelogosespecialmente en las obras siguientes:

    Alf. Nogues: La formacin lignitfera del Sur de Chile;

    Enrique Concha y Toro: Estudios sobre el carbn fsil de

    Chile.Edua rdo Lemaitr e: Zonas produc tivas del s jf te ma carbo-

    nfero de las provincias de Concepcin y Arauco.J. Brggen y J. Felsch: Informe sobre las exploraciones geo-

    lgicas de la regin carbonfera del Sur de Chile, etc., etc.Basndonos en estos trabajos y sobre nuestras observaciones

    personales, nosotros nos limitaremos a hacer un bosquejo generaldestinado a las personas que no conocen los yacimientos decarbn.

    Provincia de Arauco y ConcepcinLa formacin carbonferaperte nece al terc iario (oligoceno y mioceno) y se ha forma docon estratificac in discorda nte sobre el secundario (Cretceo

    superior) sobre el cost ado occidenta l de la Cordillera de Nahu el-buta.

    La regin oriental contiene los mantos de Boca-Maule, Pu-choco, Coronel, Lota, Peumo, Colico, Curanilahue, Pilpilco,Cerro Alto, Tri hueco que- se pre sen tan ba jo la fo rma generalregular de mantos con inclinacin inferior a 45o, o sea, con 10 a20o de inclinacin hacia el Oeste, cortados por fallas directas dedireccin sensiblemente de N. S.

    Algunas faJRts N. O. existen a travs de la formacin.La regin occidental (Lebu) es de es truc tu ra geolgica an-

    loga, aunque ms complicada, con manteo frecuente de las capashacia el Est e, a veces haci a el N. o hacia el O. Las fal las nopresentan el aspecto regular que poseen al Este de la formacin.

    Si se hacen cortes Ac E. O, en la formacin carbonfera, seobtiene un perfil r^resentado esquemticamente por el croquisFig. 2 que sigue.

    Pa ra apreciar este perfil, hay que tom ar en cuen ta que laspartes E. y O. que son las nicas reconocidas, no alcanzan a msde 3 kms., mientras que el largo total del perfil pasa de 20 kms.Existe en el centro una faja N. S. de terreno sin catear donde

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    a las fallas provocaron la erosin de las part es solevantadas .

    Cuando se considera la regularidad asombrosa de la formacinde Lota y Coronel, se debe admitir que los mantos de carbn,formados sobre el lugar mismo segn el procedimiento descritopor Potoni, es decir, in situ, ocuparon una extensin muchoms considerable que la de los lmites que les asignan las explo-taciones actuales.

    La regin carbonfera de la baha de Talcahuano tiene muchaanaloga con la baha de Arauco.

    Un corte de Lirqun a Talcahuano dara la forma generalindicada por el croquis Fig. 3 que sigue:

    f t y 3.

    Oes Se $00/05:

    / / / 0 0 000

    VerS/c a/. ///o o O o o

    7~a/c o /? 1/ o sp o Z s /- es e tp

    Esta forma es la de un sinclinal que se clava bajo la parteSur de la baha de Talcahuano.

    La forma muy regular de Lirqun se transforma ms haciael Sur, en los alrededores de Penco, en un terreno ms lleno defallas, representado esquemticamente por el croquis figura 4,que sigue:

    fCG/?i>/^OK'Xe r - > / / / C O O

    i/'c.-At'c0/ ty so 000

    yoctm/en So Se CO

    encontramos aqu una analoga con la formacin de la baha deArauco,con esta diferencia, que todas las fallas conocidas hastahoy no producen sino levantamientos hacia el Oeste.

    Al Nor te de la baha de Talcahuano, sobre el borde Es te de la

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    baha de Dichato, los terrenos carbonferos terminan en formabas tan te irregular, con inclinaciones variables. Se tr at a aqu

    de un depsito aislado, cuya formacin es con tem porne a de la deLirqun y de Penco.

    Hay relacin de poca y de formacin entre los carbones de laprovincia de Arauco y los de la baha de Talcahuano. No.es cierto,sin embargo, que estas formaciones sean exa cta men te contem-porneas. Creemos que la formacin de Lirqun, Penco y Talca-huano es ms nueva que la de Lota y Coronel, aunque de la pocaterciaria. El sondaje de Talcahuano habiendo reconocido a 180metros de hondura un manto delgado de un carbn idntico alde Lota y de Coronel, nos parece que fall esta cuestin. Quedara

    por averiguar, desde el punto de vista prctico, la cuestin de laexistencia y de la continuidad de los mantos explotables a granhondura y es de lamentar a este respecto que el sondaje no sehaya llevado a mayor profundidad.

    Yacimiento de Mfil.Los mantos se presentan en pla-teures como los llaman en Francia y en Blgica, es decir, coninclinaciones inferiores a 45o, ya que en rea lidad son casi hori-zontales o muy pocos inclinados: o a 10o. La formacin no es muygruesa pero rica; el secundario es visible en varios punt os.

    Numerosas fallas cortan la formacin; a menudo llevan di-

    reccin N-S o E-0.El yacimiento parece muy anlogo, desde todo punto de vista,al de Lirqun y de Penco, de los cuales sera contemporneo;pero en vista de la distancia que separa estas dos cuencas, yan cua ndo se tr at a en Mfil de una formacin in-situ, es difcilcompararlas estratigrficamente.

    Antracita de Quilacoya. Este yacimiento es muy distintode los anteriores. Es un a formacin secund aria, cretcea,intercalada entre esquistos secundarios metamrficos. La direc-cin es N-20 o a N-500 O. La incl inacin es grande: 30 a 40O enun sent ido o en otro. Sobre una distancia de a lgunos decmet rosse pued e ver un a torsin que ha prod ucido un cambio de ma nteo(retournement des couches).

    La formacin nos ha hecho recordar la de las antracitas de losAlpes en el cantn de Valais, en Suiza, tanto desde el punto devista de la calidad del prod ucto cua nto en la estrati graf a ytectnica del yacimiento.

    Es verosmil que, como en los Alpes, se tr at a de un manto ;a intensidad de los plegamientos, la plasticidad relativa del

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    carbn ha obligado a este a adelgazarse en algunos puntos y aconcentrarse en otros, dando as la forma clsica de rosario.

    Esto explica el espesor considerable alcanzado por el mantoen ciertos lugares, (ha sta 2,20 m. entre l tec ho y el piso) y sudesaparecimiento completo en otros lugares muy vecinos.

    , Las reservas del carb n . El problema de las reservas decarbn ha preocupado a menudo a los industriales y al SupremoGobierno y ciertas personas piensan an que las reservas delpas son demasiado pequeas para permitir un aumento de laproduccin actual.

    Nosotros no hemos procedido a cubicar las reservas porqueconside ramos qu e semejan te clculo no pue.de tener .sino un

    inters local.. El reconocimiento de las cuencas carbonferas esmUy incompleto; debera proseguirse enrgicamente por el Su-premo Gobierno y las compaas durante mucho tiempo an,antes de poder servir de base par a un clculo general de las re-servas del pas.

    Sin embargo, la configuracin geolgica del pas y los trabajosde nuestros predecesores m.uestran, sin que sean necesarias hip-tesis atrevidas, que las reservas actualmente explotables enChile no son inferio res a 200 millones de toneladas y que , segu-ramente, son superiores a esta cifra.

    Pasar en Chile lo que ha pasado en todos los pases carbone-ros; los estudios geolgicos oficiales y los esfuerzos de los indus-triales traern consigo el descubrimiento de nuevos campos deexplotacin y la prolongacin de los yacimientos ya .conocidos.

    Adems, los progresos de la explotacin de minas permitirnexplotar con provecho yacimientos considerados hasta hacepoco como prcticamente inexplotables.

    Slo la reserva de 200 millones de toneladas de la cual hacemosmencin basta para abastecer a Chile en carbn, con la produc-cin actual duran te ms de 150 aos; con una produccin anua lde 2.000^00 de toneladas que debera alcanzar para no importar

    petrleo, esta reserva bastara durante un siglo.Sera poco cuerdo, basndose en la cifra de reservas actual-

    ment e conocidas, quere r lim ita r la producc in so pre texto deeconomizar estas reservas. El ejemplo de todos los pases mineroses contrario a semejante poltica.

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    CAPITULO II

    LOS TERRENOS ESTERILES Y LOS MANTOS DE CARBON

    Terrenos estriles. Los terrenos entre los cuales estnintercalados los mantos de carbn son en su mayora areniscasblandas y esquistos. Estos terrenos son en general slidos y noes raro ver m an to s donde se .puede evi tar la enmaderacin .

    Una particularidad importante de la cuenca de Lota y Coroneles la presencia de un manto de 30 m. ms o menos de espesor,

    de esquistos entre el techo de arenisca del manto superior y elfondo del mar . Este ma nt o reduce las infiltraciones de agua demar, que, prcticamente, no se introduce a las minas sino porlas fallas naturales o por las quebraduras de los hundimientos.

    Ot ra part icu la rid ad til es la existenc ia de ricas arcillas, aveces un poco micceas, que se pre sta n pa ra la fabricacin deladrillos ordinarios o refra ctar ios, tejas y loza ordinaria. Los ban-cos de estas arcillas alcanzan a menudo un metro de espesor.

    Si comparamos los terrenos adyacentes a los mantos de carbnde Chile con los de Europa, vemos que los primeros son buenos,

    resistentes y fciles de sujetar. Las presiones grandes son raras;el incidente ms frec uen te es la hinch azn del piso ba jo laaccin del agua, pero este inconveniente es raro.

    Mantos de carbn.Hemos hecho un resumen en el cuadroque sigue de la composicin de los principales mantos explotados,no mencionando en esta composicin sino lo que interesa a laexplotacin. Hemos aceptado los vocablos locales, cuya sino-nimia est an mal establecida.

    Las hulleras ms favorecidas tienen hasta siete mantos, perono explotan sino tres.

    En general el carbn es puro, limpio y b lan do. Ciertos manto senc ier ran capas de bronce, concreciones de car bona to de fierroy de cal, muy densos, que se sacan fcilmente por simple apartadode las piedras o por lavado en canales de madera. El mantosuperior es generalmente mucho ms duro que los otros.

    Los clivajes son a menudo muy-netos en los mantos blandos;no tienen ni direccin ni intervalos regulares de un manto al otro.

    El espesor medio de los mantos explotados, que se obtiene di-vidiendo el tonel aje tot al extr ado por el pro duc to del peso espe-

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    cfico y de la superf icie di sf ru tada, result a ms o mnos igual a

    1,10 m.Si se compa ra este espesor medio al de las grandes cuencas del

    cont inen te europeo se no ta una superioridad manifie sta de Chile;el cuadro que sigue resume esta comparacin:

    EspesoresCuencas miner as medios

    Chile 1,10 m.Blgica 0,70 Nor te Francs 0,82 Pa s de Calais 1,10

    Aqui sgran 0,80 Ru hr 0,95 Sar re 1,00

    Del cuadro anterior resulta que, dadas la reservas hechas msarriba en cuanto a la calidad de los terrenos y a la dureza de loscarbones, podemos comparar la explotacin de las minas deChile con la de las minas de Europa, mientras tomemos minascuyas inclinaciones sean anlogas.

    Se puede decir que Chile est favorecido por una potenciamedia elevada, por la solidez de los terrenos y la poca durezade los carbones.

    CAPITULO III

    EL GRISU Y EL POLVO

    El gris.Este gas peligroso es relativamente poco abun-dante. No se ha notado hasta hoy desprendimientos instant-neos; se ha tenido a veces desprendimientos violentos acompa-ados de agua y de barro, pero no ha habido proyecciones decarboncillo que se produce en los desprendimientos instant-neos. Es probable que se trataba de acumulaciones de gas en lavecindad de las que bra dur as o de las fallas, o de encuent roscon trabajos antiguos.

    Todos los mantos de la provincia de Arauco presentan des-prendimientos de gris en diversos grados. Los mantos superioresest n a menudo exen tos de gris filtrado a tr av s del poco espe-

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    sor de los terrenos superpuestos. A gran hondura bajo el mar eldesarrollo regular del gris es a veces muy intenso. Hemos ob-

    servado en ciertos remolinos de aire proporciones superiores a2%. Como se trata siempre de un desprendimiento regular, essiempre posible gracias a una buena ventilacin, hacerlo ino-fensivo.

    El polvo.Aun cuando el carbn chileno es blando, es re-sis ten te y no se muele, lo que evita el polvo fino en los tra ba jo sde explotacin. Las explosiones de polvo parece pues, que noson muy de temer.

    CAPITULO IV

    PROPIEDADES QUIMICAS Y USOS DEL CARBON DE CHILE

    Composicin qumica. La clasificacin de los carbones deChile, segn su composicin qumica, ha sido tratada de unamanera completa por el Ingeniero de Minas seor Lemaitre ensu obra mencionada ms arriba.

    Desde el pu nt o de vista prctico haremo s nota r que en las minas

    objeto del presente informe, se extraen las siguientes categorasde las cuales indicamos su composicin qumica media.

    CARBONES LIVIANOS DE LIRQUN, PENCO Y MFIL

    Extremos Medios

    Peso especf ico 1,22 a 1,28 1,25Agua Hig rom t ric a 10,00 a 14,00 12,90Mater ias volt iles 34,50 a 42,00 37,60

    Carbn fijo 44.30 a 48,10 44,00Cenizas 3,50 a 11,50 5,50

    100,00

    Azu fre 0,30 a 2,00 1,00Coke pul ve rul en to 46,50 a 54,60 44,50Poder calorfico (Bomba Mahler) 61,54 a 66,02 62,00

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    LOTA, CORONEL, ETC. L E B U

    Ext rem os Medios Ext remo s Medios

    Peso especfico... 1,18 a 1,48 1,25 1,19 a 1,30 1,23A. higromtrica 2,75 a 4,74 3,89 2,58 a 3,40 2,81

    M. voltiles 33,73 a 40,64 36,22 33,08 a 35,07 34,04Carbn fijo 49,49 a 60,75 56,6a. 50,49 a 61,28 57,38Cenizas 0,93 a 6,47 3,21 1,50 a 12,92 5,76

    100,00 100,00

    Azufre 1 , 5 0 1 , 5 0Coke compacto. 55,69 a 61,68 59,89 61,89 a 64,11 63,14

    Poder calorfico(B. Mahler) 63,46 a 76,46 73,94 69,09 a 77,24 73,34

    ANTBA CITA DE QUILACOYA

    Medios

    Peso especfico. 1,26Agua higromtrica 1,78Materias voltiles 5,09Carbn fijo 87,16

    Cenizas 5,97

    100,00

    Azufre 1.16Coke pulverulentoPoder calorfico (Bomba Mahler) 74,10

    Proporcin en la produccin de los diferentes carbones, dadaen por cientos de la produccin total del pas:

    Carbones livianos de Lirqun, Penco, Mfil 17%Carbones de Lot a, Coronel, Lebu, etc 83%

    100%

    La produccin de antracita no es todava apreciable dentrode la produccin total del pas; las minas se encuentran en elperodo de organizacin y preparacin.

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    Los carbones de Lota, Coronel, Lebu, a los cuales se debenagregar los de Pilpilco, Cerro Alto, etc., constituyen la mayorparte de la produccin. Son los mejores. Todo lo que diremossobre sus propiedades y usos se aplicar a los carbones livianoscon pequeas variaciones debidas a la gran cantidad de aguahigromtrica. El poder cokificante de los carbones livianos esnulo.

    Fu, a nuestro modo de pensar, un error denominar lignitoslos carbones de Chile, pues este nombre indica una idea de infe-rioridad en las cualidades, lo cual no se justifica con estos car-bones. El carbn chileno se asemeja mucho ms a las hullas dellama larga belgas, y francesas, o a las Flammkoh len alemanas,que a los lignitos del Rhin, Sajonia, Hungra y Rusia. A lo sumoesta dominacin puede justificarse para los carbones livianos deLirqun, Penco, Mfil, por causa de su humedad elevada. Pen-samos que la edad terciaria de los carbones chilenos ha originadoprincipalmente esta designacin que espetamos ver desaparecer.

    El carbn de Lota, Coronel, Lebu, etc., es un buen carbnindustrial para la produccin de vapor, rico en materias voltilesy pobre en cenizas. A menudo se le utiliza mal en los hogaresconstruidos para quemar los carbones de Estados Unidos o

    Europa, hogares cuyas cmaras de combustin son demasiadopequeas para quemar bien todas las materias voltiles de loscarbones chilenos; esto causa la formacin d los espesos humosnegros y el escaso rendimiento que comunmente se observan.

    La proporcin de cenizas es excepcionalmente baja; rara vezsube de 10%, lmi te de tolerancia corriente; la necesidad cadavez mayor, en que se encontrarn las minas de explotar mantosms delgados e impuros, obligar a elevar este lmite, demasiadobajo para un pas donde es.casi o del todo desconocido el lavadodel carbn, o cuyo empleo no se justifica todav a para la mayora

    de los mantos. Las tolerancias adoptadas en Europa son gene-ralmente ms elevadas; por ejemplo, la mayor parte del consumoen los ferrocarriles belgas est compuesto de carboncillos con leyesde 15% de cenizas. No es raro en Europa utili zar carbones conms de 20% de cenizas en plantas de calderas, y las minasmismas queman en sus parrillas carbones con hasta 25%. Conleyes superiores a sta, conviene trans formar los ca rbones 'encombustibles pulverizados, procedimiento que permite utilizarcarbones hasta 45% de cenizas. En instalaciones bien adaptadas

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    se puede obtener an con estos combustibles pobres, rendimientos

    elevados produciendo vapor recalentado y a alta presin.Estas observaciones demuestran el inters que habra en

    Chile en perfeccionar los modos de usar los combustibles pobresen instalaciones racionales.

    La ley de azufre de los carbones chilenos vara entre 0,20

    y 4%-Como carbn de gas, los carbones de Lota, Coronel, Lebu,

    dan buenos resultados por su abundancia en materias voltiles.Tienen por des ven ta ja que propo rcionan un coke poco resisten-te mezclado con mucho menudo. Se evita este inconveniente

    mezclndolo con un 25% de carb n ext ranjero magro o brique-ta ndo el men udo . El coke de gas que se obt iene de la mezclatiene resistencia suficiente para utilizarlo en los cubilotes de lasfundiciones.

    El combustible nacional es ms bien de clase inferior comocombustible domstico, da una llama larga, fuliginosa que en-sucia los utensilios. Ms ade lan te veremos que la destilacina baja temperatura proporciona un combustible domsticoexcelente.

    Nos referiremos muy poco a la antracita que est en sus co-

    mienzos y no es todava conocida del pblico. Las buenas clasesde antracita en trozos, en cuanto es pobre en azufre y no decri-pita, permitir emplearla como combustible domstico, en lascalderas o como reemplazante del coke en las fundiciones. Encuanto a la antracita en polvo o a las variedades ricas en azufre,debern emplearse o como combustible pulverizado o transfor-mado en briquetas con agregado de brea.

    Destilacin a baja temperatura

    Se han hecho muy poc as experiencias de destilacin a baja,temperatura de los carbones nacionales y las sociedades que lohan hecho mantienen en secreto los resultados. Advertimos quelos resultados de las experiencias efectuadas con casi todos loscarbones europeos o norteamericanos se han publicado en re-vistas cientficas o en la prensa.

    Comparndolos con carbones anlogos y segn ciertosresultados obtenidos en Mulheim, con carbones chilenospodemos afirmar con entera confianza que los carbones del paspertenecen a aquellos que mejor se prestan para una destilacin

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    a baja temperatura y que, descontando las antracitas, darn un

    rendimiento en peso de alquitrn primario no inferior a un 13%.Este alquitrn primario proporcionar por destilacin y rec-tificacin sub-productos de gran valor, bencina, aceites pesadospara motores y lubricantes, brea, parafina, fenoles, en las pro-porciones que aproximadamente sern la siguientes: 1

    Aceites livianos 17 kgs.Aceites pesados 35 Brea neu tra .... . 15 a 25Fenoles, parafina, betmen cido 63 a 53

    Total 130 kgs.

    cifras que corresponden a la. destilacin de 130 Kgs. de alquit rnprimario provenientes de una tonelada de carbn.

    Quedarn de residuo de est destilacin 650 Kgs. de semi-cokeel cual segn el tamao de los trozos se dividir en una serie decategoras. El gas servir para el calentamiento de los aparatosy tal vez habr un pequeo excedente.

    Ser desven taja del alquit rn primario su elevada ley enparafina, cuyo mercado es limitado. Pero los procedimientos dehidrogenizacin que se perfeccionan actualmente en Europareducirn este inconveniente a un inconveniente de detalle de lafabricacin.

    Para fijar las ideas sobre la importancia econmica del mercadode subproduc tos en Chile, indicaremos a cont inuacin las can-tidades importadas en 1922:

    Brea mineral 599,347 kilogramosBencina y otros aceites livianos 10.472,078Petrleo refinado. 6.589,041 'Aceite mineral de alumbrado 9.165,242Cera mineral 8.703,127Petrleo br ut o 458.930,799Anilinas 124,721Carbolinas, creolinas 10,821

    Estas cifras demuestran que la destilacin encontrar salidaa sus sub-productos.

    Parece extrao, que con un carbn de cualidades tan ptimas

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    para la destilacin a baja temperatura. Chile no haya entradotodava por este camino. Pero se pueden dar algunas razones delas cuales son principales: la necesidad de capitales nuevos, lasdificul tades tcnicas de la operacin^ que aqu co nsti tui ra unanueva industria, y la incertidumbre en cuanto a la salida de lossub-productos y del semi-coke.

    Creemos que estas dificultade s se venc ern p ronto . La indus-tria de la destilacin deja mayores utilidades que la de la ex-traccin; existe ya de entre los sub-productos mercado para labencina, los aceites de motor y de lubricantes y brea. Esta ltimaser insuficiente. Se deber crear mercado para la parafina y losfenoles.

    Semi-COkeEl semi-coke tendr un empleo seguro comocombustible domstico o industrial para los trozos en estadobru to , y el men udo en bri que tas , o como carbn pu lveri zado.Tienen un solo inconveniente: su poco peso. Los consumidoresque hiciesen con el semi-coke ensayos serios en una u otra formalo preferirn en su empleo al mismo carbn por las razones si-guientes: mayor poder calorfico, rendimiento superior, ausenciade humo.

    Tenemos la esperanza de que la industria carbonera entrepronto por la va de la destilacin a baja temperatura, tan frtil

    en resultados econmicos.Coke metalrgico. Con carbones de la Compaa de Lebu

    se han hecho recientemente experiencias serias para la fabrica-cin de coke metalrgico enviando para este objeto un carga-mento de 600 toneladas para su ensaye por la firma Krupp,Alemania y adems se ha procedido a varios ensayes en la f-brica de gas de Santiago.

    El carbn de Lebu, siendo el ms antiguo de los carbones dellama larga y el ms pobre en materias voltiles, parece ser elms indicado para la fabricacin del coke.

    Ignoramos los resultados de las experiencias hechas en losestablecimientos de Krupp; en cuanto a los ensayos de la f-brica de gas de Santiago han dado resultados alentadores. Mez-clndolo con carbn norteamericano menos rico en materiasvoltiles, se ha obtenido un coke bien compacto que presentacier tos carac teres fsicos del coke metalrgico . El re su lt adoestaba previsto considerando que el carbn de Lebu se apro-xima a las hullas anlogas de Europa. La solucin se encontren Europa durante y despus de la guerra por la necesidad de

    3- ESTU D I O.

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    fabricar coke metalrgico con hullas secas, ricas en materiasvoltiles, y la que ms se aproxima al objeto deseado se ha

    encontrado en la mezcla con carbones ms magros.Si se trata de instalar una fbrica de coke, no se debe perder

    de vista los puntos siguientes, consecuencia de la experienciade los predecesores:

    La fabricacin de coke metalrgico no constituye negocio sino se realiza en grandes cantidades, del orden de 200 toneladasa lo menos por da.

    Uno de los rubros importantes del beneficio es el que resultade la destilacin de los sub-productos y esta no se justifica sinoen gran escala. Las fbricas de coke pequeas y medianas tienen

    inters en enviar sus sub-productos a usinas centrales, especial-mente equipadas para este fin.

    La cantidad total de sub-productos alquitranosos recogidosen la cokificacin no sube sino muy raramente de 4% en pesodel carbn empleado.

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    SEGUNDA PARTE

    CAPITULO V

    LOS PLANOS DE LAS MINAS: FORMA EN QUE SE HACEN Y

    SE ANOTAN, PROGRESOS POR REALIZAR

    Un croquis dice ms que un largo discurso, deca Napolen.

    En la mina sucede algo igual. Un plano bien hecho da inmediata-mente al ingeniero una idea clara de la formacin geolgica, delmtodo de explotacin empleado, de sus cualidades y defectos,de las dificultades encontradas.

    Un plano minucioso es til y necesario. Todo ingeniero deminas recuerda viv ida men te los casos en que los planos bien he-chos han salvado vidas o han evitado accidentes tales como losque son consecuencia espec ialmente de bar rena cin a ba os deagua o a trabajos antiguos.

    Sentimos tener que decir que la tenedura de los planos es un

    pu nt o que no siempre preocupa* la atencin de los explo tadores.Debe verse en ello no un a mala intencin ni inco mpetenci asino la rutina y la falta verdaderamente sensible de prescripcioneslegales.

    Anteriormente mientras slo se trataba de explotar una ex-tensin de pocas hectreas un plano podra parecer intil, peroahora ya no es as.

    En mucha minas pequeas los planos faltan o estn reducidosa pequeos esquemas mal acotados. Dejo al criterio del lector

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    que se de cuenta de las dificultades que encontrarn los trabajosde salvata je, despus de un der rumbe en la comunicacin alexterior, la cual a veces, es nica.

    En las minas de importancia los planos existen, pero general-mente incompletos; las cotas relativas de pun tos a un mismonivel no son a menudo los basta nte numerosas, salvo ra rasexcepciones. Slo en contadas ocasiones se emplea el sistemade cortes a intrvalos determinados.

    Sin embargo la actual extensin de los campos en explotacin,las numerosas fallas, la necesidad creciente de explotar campocon ms fallas y ms accidentados, hasta ahora dejados, sonrazones que bastan para justificar la existencia de buenos planos.

    Hemos visto compaas cuyos planos no permitan reconstituirlos cortes y otra cuyos planos no permitan an situar los trabajosantiguos.

    Vamos a citar un ejemplo: la legislacin belga sobre los planosde minas, que ha servido de modelo a numerosos pases.

    En Blgica, Francia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidosno slo son obligatorios los planos de trabajos subterrneos sinoque deben" realizarse segn reglas bien precisas: escala deter -minada, cotas relativas a un nivel de referencia indicado. Si elindustrial mismo no levanta el plano, ste se hace a sus expensas

    por los ingenieros de Minas del Es tado y sus topgrafos. Todaslas anotaciones que lleva el plano y aquellas que no puede llevar,pero cuyo recuerdo tiene inters (naturaleza de los terrenos, es-pesor de los mantos, su composicin), se inscriben en un libroespecial llamado libro de avances que permite en caso de desa-paricin de los planos, reconstituirlos.

    Estos planos y registros deben ser completados mensual-mente. Una copia exacta en papel igual queda depositada en laOficina de la Administracin de Minas del Estado y se canjeaanua lmente para ponerlos al da con otra que retiene el exp lota-

    dor y que ha sido completada ya hasta el fin del ao anterior.En pocas palabras, el estudia del sub-suelo del pas se consi-

    dera de necesidad naciona l en la misma forma que el de la super-ficie geogrfica; el propie tario de minas que rehusara levant arlos planos o impidiera su levantamiento por la administracinde Minas del Estado sera considerado en la misma forma que elpropietario de terrenos que impidiera el levantamiento de lacarta topogrfica de sus propiedades.

    Creemos intil insistir sobre la utilidad de tales prescripciones

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    legislativas. Nos basta agregar que en los pases que existen, han

    permi tido levan tar la carta general de las minas. Ellas han per-mitido a los ingenieros del Cuerpo de Minas, a los gelogos delEst ado, a los profesores Universi tarios y a los ingenieros civileshacer estudios muy tiles y descubrir nuevos yacimientos. Eldescubrimiento del yacimiento del Norte de Blgica que encierra8,000.000,000 de toneladas de carbn se debi a tales estudios ya la comparacin de los planos generales de las-minas del pascon las de Alemania e Inglaterra.

    No puede ser objecin la falta de personal: el levantamientode planos de minas es un trabajo que todo ingeniero puede

    ejcutar y cuyo conocimiento puede inculcar a sus ayudantes,empleados,-an a obreros. Un ingeniero ayudado por un mucha-cho puede dibuj ar los planos, cortes y registros de avancescorrespondientes a una produccin de 2 a 300,000 toneladasanuales.

    Hacemos vtos porque, en ausencia de prescripciones legaleslos propietarios de minas comprendan toda la importancia delos buenos planos; estos facilitan la tarea del ingeniero, permitena los administradores y directores darse cuenta de,los trabajos,,de comprender la variacin de los costos, la necesidad de modi-ficaciones o de instalaciones nuevas.

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    TERCERA PARTE

    LA EXPLOTACION DE LAS MINAS DE CARBON

    Los mtodos de explotacin deben adaptarse al yacimiento,gar anti zar la segurida d del tr ab aj o y obtener un costo deproducc in reducido. U na vez elegido un mtodo, debe apli-carse con todo rigor. Recordare mos con este mot ivo las palab ras

    de un ingeniero francs eminente, Haton de la Goupillire,miembro del Instituto, autor de un trabajo monumental sobreexplotacin de minas:

    Un mtodo mediocre, pero seguido rigurosamente, presentamayores ventajas que un mtodo excelente en teora pero malaplicado.

    CAPITULO VI

    Descripcin de los mtodos de explotacin usados en Chile

    Toda explotacin de importancia presenta siempre dos en-tr ad as por lo menos, piques o galeras, muy cercanas una de ot ra .Una sirve para la extraccin de los productos, de entrada al airefresco y para el movimiento del personal. La otra sirve especial-mente para la salida del aire viciado. A veces es necesario equiparla segunda salida para extraccin y el movimiento del personal.

    El mtodo de extraccin empleado en Chile deriva casi enforma genrica del mtodo ingls llamado long-wall.

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    P e r f f / a f e / ferr-erjo

    e /A

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    Los croquis que acompaamos muestran algunos tipos de

    explotacin, en sus caractersticas generales, esquematizadosbajo el punto de vista intuitivo, especialmente para su empleopor personas no acostumbradas al arte de las minas.

    La figura 5 representa una mina a cuerpo de cerro, que constade dos chiflones y algunos frentes a cada lado. Hemos indicadohacia el Norte los frentes avanzando en direccin del rumbo;al S. avanzando en inclinacin. Habramos podido representarel frente avanzando en cualquier direccin.

    En la seccin N. el carbn arrancado de la partes achuradasse transporta por la meastras a nivel en vagonetas hasta el chiflnprincipal. En la seccin S. el carbn cargado en vagonetas des-ciende por los tornos has ta la maes tra principal, de donde porun motor cualquiera se le lleva a la superficie.

    El sentido de la corriente de aire est indicado por flechas;se dirige por medio de las puertas que se indican.

    Algunas veces los frentes que se ven separados en el croquis,se hallan reunidos en un a sola lnea inin terrumpida. Se obtieneas el long-wall clsico, deUcual hablaremos ms adelante. Muya menudo, an en los mantos regulares, los frentes se encuen-tran separados por espacio de 3 a 15 metros. A veces hay inte-rrupciones en un sector, es decir, del con jun to de los front onesent re la meas tra principal y la revuelta; no existe un frentecontinuo desde el nivel de entrada del aire hasta el nivel de sa-lida y, en consecuencia , los frentes no se comunican direc ta-mente.

    La figura 6, represen ta una explotacin submarina. La ex-traccin se hace por el pique, galeras, chiflones .A partir de loschiflones CH. los frentes de ata que achurados avanzan en todosentido, a veces constituidos por el long-wall clsico, ms ame-nudo por frentes separados, por un largo mximun de 15 metros.Las galeras principales de transporte se encuentran en el manto,

    cuyas cajas son las ms resistentes. Los otros mantos se tomanpor socavones horizontales en estril, por cortadas C indicadasen el croquis.

    La circulacin del aire se encuentra indicada por flechas.En una mina importante he tomado el esquema siguiente de

    un trecho en explotacin (fig. 7).El manto de una potencia total 1,20 metros, se explota por

    una serie de labores de subida de 5 m. de ancho por 40 m. dealto, sin unin unas con otras. Se arranca los pilares de bajada.

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    En fin, en el caso de un manto muy plano y de una potencia

    de 2 m. se emplea , en Mfil, el sis tema ind icado en la fig. 8con cortadas sistemticas para la ventilacin. Este mtodo seadapta perfectamente al yacimiento.

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    r-e//er? o

    6

    Salvo este lt imo caso, que es un mt odo bien det erm ina dopor trazado y arranque de los pilares, las explicaciones anterioresdan a conocer que el mtodo generalmente empleado en Chilees el long-wall, ms o menos modif icado segn las circ unstancias.

    Organizacin del trabajo.En el mtodo long-wall, tal comose aplica en Chile, constituye una unidad de trabajo de un frentede io a 15 m., repr esenta do en la fig. 9, que va en esta pgi na.

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    Una galera G. a menudo horizontal, a veces inclinada, con-duce al frente, el cual comunmente sigue la pendiente del manto

    y rara vez es horizontal.La galera^ corre en lo s te rre nos enca jad ores del man to, es

    decir, que hay obligacin de hacer el rebaje del techo o del muro,a menudo de los dos. El avance de la galera se hace a diario ental forma de permitir a los carros C. llegar lo ms cerca posibledel frente, 2 a 3 metros. Est a distancia aume nt a con el arr anq uedurante las 8 a 16 horas que dura este.

    Generalmente se emplean dos obreros en el arranque en unaseccin de 10 15 metros. Raras veces tres.

    Uno de los obreros se coloca en A. el otro en B. Al principiar

    una jor nad a escavan en el ma nt o un hoyo de 1 m. a 1,50 mt s.de prof undi dad, enseguida, part iend o de este hoyo, uno subiendo,el otro descendiendo, arrancan el carbn.

    Deben a continuacin palearlo pa ra echarlo a los carros C.Teniendo en cuenta que el obrero colocado en B debe palear dosveces antes de cargar el carbn en los carros, a veces para dismi-nuir la dificultad del trabajo la galera de acceso se corre disi-mtricamente en su relacin con el frente.

    Los barr ete ros reciben com unm ent e explosivos a razn d e50 a 250 gramos por da y dos a cinco fulmina nte s. Es tos ma te -

    riales se entregan a un precio muy inferior al de venta; tambinmuy a menudo, los obreros hacen sus tiros en el manto mismopa ra cav ar el hoyo sin cort ar previa ment e ningun a cara latera lcausando as el destrozamiento del carbn.

    El trabajo se hace en tres turnos, p. ej., de 7 a 15, de 15 a 23y de 23 a 7 i. Otras veces no existen sino los dos primeros turnos.

    Suponiendo que existan los tres turnos, que es el caso msgene ral, los dos prim ero s son los tu rno s de arr anq ue y ex traccindel carbn, el ltimo es el turno destinado l corte de las galerasy al relleno; con las piedras que provienen del avance en las ga-leras, los obreros levantan muros de sostenimiento a lo largode las galeras y arrojan las piedras sobrantes en los espaciosdejados vacos por el arranque del carbn. A menudo, la dificul-tad, de palear las piedras en exceso obliga a los obreros a cargarlasen carros para transportarlas a la superficie. Se reemplaza enestos casos las piedrastoscaatrs del frente por castillos demadera levantados por los obreros del tercer turno, los cualescompletan el sostenimiento dlas galeras enmaderndolas.

    Para prevenir los derrumbes durante los trabajos de arranque,

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    existen obreros enmaderadores especiales que circulan en los

    frentes colocando puntales de madera. Esta prctica es bastantecuriosa;'en Europa los trabajadores de mantos delgados, slomuy raras veces toleran trabajar en sitios que no hayan sidoenmaderados por ellos mismos. La prctica chilena es honrosapara el barretero que significa una gran confianza en sus cama-radas enmaderadores; pero puede causar un aumento en elnmero de accidentes; un obrero enmadera mejor cuando lmismo es el expuesto a los derrumbes.

    El pago de los barreteros se hace por carro de carbn; el carrorepresenta 360 a 500 kgs. Su precio vara segn las circunstan-cias de 1 a 3 pesos. A veces, especialmente en Lota, se tiene unaescala de precios, el obrero recibe una prima por cada carro quearranque sobre un cierto lmite.

    Los obreros encargados del transporte de los carros en las ga-leras estn a jornal. Tambin son jornaleros los muchachos ytodos los obreros que pertenecen al servicio general.

    Se paga a los obreros encargados del avance de las galeras,por la construccin o el levantamiento de los muros de tosca a lolargo de stas y su enmaderacin, por contratos, cuya base varasegn la mina y las condiciones tcnicas; sirven de base el avanceen metros, el cubo de carbn y de piedras y el nmero de maderoscolocados, y a menudo estos tres elementos reunidos. General-mente el precio unitario vara entre 10 a 20 pesos el metro y de0,50 a 2 pesos el marco de madera.

    Con estas bases los barreteros ganan de 7 a 14 pesos diarios,los carreros o los obreros del servicio general 6 a 14 pesos, loscortadores de galeras 10 a 18 pesos, deduciendo el consumo deexplosivos.

    El salario medio, comprendiendo los aprendices, vara entre7 y 9 pesos diarios.

    Los diferentes frentes de una misma seccin estn unidos entre

    ellos por revuel tas para el paso del aire. Es tas comunicacionesconstituyen puntos dbiles, pues el techo descansa en un ladosobre el carbn que se desmenuza poco a poco y en el otro sobrelos muros de tosca o sobre los castillos de madera expuestos ahundirse. No son siempre de un trfico fcil. En el long-wall cl-sico, que describiremos ms adelante, se suprimen todas estascomunicaciones y se establece un frente nico, lo ms largo po-sible. Este sistema se ha puesto en prctica en algunas minasde Lota y de Coronel, pero se puede decir que es una excepcin.

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    El sistema de explotacin que hemos descrito se emplea en

    Chile en mantos de toda potencia desde 0,70 hasta i,6o m.Rendimientos mximos y rendimientos medios obtenidos.Nuestr os estudios n os 'h an permi tido establecer que el rendi-mient o mxi mo por barr ete ro alcanzado en las minas chilenasempleando el mtodo que acabamos de describir, es:

    Manto de 1,60 de po tenc ia 4,000 a 5,500 Kg. . 1,00 3,000 a 4,000 0,80 2,500 a 3,200 0,70 2,000 a 2,800

    La estadstica minera da como rendimiento medio del barre-tero por da durante el ao 1922: 2,850 Kg.

    Descripcin somera del long-wall clsico.- Ya hemos explicadoque el mtodo empleado generalmente en Chile es un mtodopor long-wall. Este mtodo, originario de Inglaterra, se haaplicado en aquel pas con gran xito, pero las ms de las vecessuprimiendo los intervalos que existen entre los diferentes frentesy realizando con el conjunto de stos un frente nico de un largototal de muchos centenares de metros, a veces 1 km. o ms.

    En estos casos, el frente se presenta bajo la forma de una

    inm ensa lnea, ya sea inclina da o en el sent ido del rum bo, oformando un extenso arco alrededor de'un punto central deacceso. En todo curso de explotacin de minas se muestran cro-quis de tales trabajos. Las faenas as dispuestas se prestan parauna buena ventilacin, para el emple de circadoras en el arran-que y para empleo de mtodos mecnicos de transporte. Casisiempre, carros normales o especiales llegan hasta los frentes,evitndose un paleo repetido del carbn. Una de las caracters-ticas principales del long-wall es la de la utilizacin total de latosca: en su esencia, el long-wall es un mtodo de relleno incom-

    pleto, pero toda la tosca queda en el interior de la mina. La su-presin de ngulos evita la formacin de menudos, se puedellegar al frente de cualquier punto, sin que sea necesario retro-ceder en las galeras.

    Un long-wall semejante al descrito ha dado sus mejores resul-tados en los mantos-medianos de 1,25 a 2,50 m. donde puede noexistir bastante estril para rellenar todos los espacios vacosy donde la potencia del manto permite hacer llegar los carroshasta muy cerca del barretero.

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    Examen crtico del mtodo empleado en Chile Salvo algunasexcepciones, mu y pocos fre ntes ofrecen el aspecto caractersti codel long-wall que acabamos de describir: un gran frente ininte-rrumpido, provisto de mquinas, a donde llegan los carros en elfrente mismo* La mayora de los frentes, sobre todo en los man-tos de menos de 1,25 m. de espesor, estn formados por una seriede faenas sueltas, casi independientes una de la otra, separadaspor revueltas pe queas poco cuidad as y donde las. ve nt aj as ante -riormente indicadas para-el long-wall clsico han desaparecido.El largo reducido de estos frentes hace difcil el empleo de m-quinas, engorroso el paleo, y la circulacin del aire se alarga yofrece resistencias.

    Las razones a las cuales debe atribuirse esta degeneracin dellong-wall son las siguientes:

    i. El long-wall constitu ye esencialmente un mto do derelleno incompleto aplicable principalmente a mantos de 1,25a 2,50 m. de espesor. Citaremos la obra clsica y enciclopdicade Haton de la Goupillire, que no recomienda la aplicacindel long-wall sino para mantos de espesor mediano y que, paralos mantos de menos de 1,25 m. slo recomienda los .mtodos delos grandes frentes (grandes tailles), inclinados, horizontales odiagonales,

    2.0 El gran nmero de fallas que impide constituir frentes dems de 200 m.

    3. 0 El mtodo del long-wall exige una disciplina perfecta delpersonal que no se ha conseguido en las minas chilenas, a pesardel celo y de los esfuerzos de los ingenieros y sus ayudan te s.El obrero de las minas de carbn goza en Chile de una libertadde tra baj o demasiado grande cuyos nefastos efectos se acrecie ntancon la falta de instruccin profesional; se ausenta de las faenascon much a facilidad, se permite , con el pre tex to que tra ba ja atarea, reposar durante las horas de trabajo, comprometiendo el

    avance regular de las faenas; no est acostumbrado a la coope-racin que exige un long-wall intenso.

    En todo caso, la degeneracin del long-wall en los mantos del-gados dem ues tra que ste mt odo no se pre sta ni a los man tos nia los hbitos irregulares del personal. Talvez ser posible, congrandes esfuerzos, disciplinar el personal y realizar long-wallsclsicos, an en los mantos delgados. Nuestra opinin personal,es que en los mantos de menos de 1,25 m., habra convenienciaen introduc ir el mtodo de fren tes largos (longue tailles), des-

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    crito en todos los cursos de explotacin de minas y aplicado enforma genrica en Francia, Blgica, Alemania y Rusia, dondeda resultados que indicaremos ms adelante. El paso de un m-todo al otro puede hacerse progresivamente, sin molestar lascostumbres del personal. En caso de cambiarlo, constituir lamay or dificu ltad, la adopcin de salarios equi tat ivos, pues, setendr un aumento del rendimiento.

    Rendimientos obtenidos por el mtodo de largos frentes (lon-

    gues tailles) en Europa.En- los mantos delgados el rendimientodel obrero aum en ta con el espesor til del manto. Est e hecho seha establecido por medio de numerosas experiencias hechas sinprevenir a los obreros.

    Hemos tomado los resultados que citamos a continuacinde la obra clsica de M. Denoel, Ingeniero Jefe del Cuerpo deIngeni eros de' Minas de Blgica, Profesor de Exp lo tac in deMinas de la Universidad de Lieja: Medios de Explotacin yrendimiento del obrero en las hulleras belgas, 1909. Estos re-sultados se han obtenido con 9 h. de trabajo efectivo.

    Si se tra duc e estos resu ltadospor un diag rama , se obtie ne unalnea que sube regular y casi asiri-tticamente.

    Estos rendimientos medios ob-tenidos con el mt odo de f ren teslargos (longues tailles) son nefa-mente superiores, despus de hacerla reduccin proporcional a las8 h. de tr abaj o, a los rendi mien-tos anteriormente citados que co-rresponden al mtodo de long-wallaplicado en las minas de Chile.

    Si ahora, se compara los ren-

    dimientos medios de las minaschilenas en 1922 con el mtodode long-wall, con el rend imientoque se obtuvo en Blgica duranteel ao- 1922 con el mt odo defre nte s largos (longues tailles), po-

    demos establecer el cuadro siguiente:

    Espesortil

    Rendimiento me-dio por barrete-ro v por da en

    Kgs.

    0 , 3 0 1 , 4 5 0

    0 , 3 4 1,8000,40 2,050

    0 , 4 4 2,3000,48 2,300

    0,51 2,400

    o,55 2,400

    o,59 2,7000,63 3 , 3 0 00,66 3,600

    0,72 3>90,80 4,1000,88 4,2000,98 5,0001,14 5,8oo1,29 6,800

    4 . E S T U D I O .

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    Chile Blgica

    Espesor en los mantosEspesor medio tilNaturaleza del carbnNaturaleza del terrenoCondiciones de explotacin

    Mtodo de explotacinNmero de horas de trabajo

    0,70 a 160, m.1,10

    blandobuenopequea profun-

    didad, 250 m.Gris poco abun-

    danteEmpleo general

    de explosivos

    en el arranque

    Long-wall8 h. efectivas

    0,38 a 1,25 m.0,70

    duromediocregran profundi-

    dad, 700 m.Gris muy abun-

    danteEmpleo muy li-

    mitado de ex-

    plosivos en elarranque

    Frentes largos8 h contando en-

    trada y salida

    Rendimiento diario del trabajador en Kg.

    Chile Blgica

    i. Por barretero 2,850 3.3442.0 Por obrero subterrneo 553 6813.0 Por obrero total 370 455

    Nmero de das trabajados en el ao. . 224 das 295 dasRendimiento anual, toneladas:- i. Por barretero 636 ton. 986 ton.

    2.0 Por obrero subterrneo 124 201 3.0 Por obrero total 83 134

    Se debe hacer presente que, en 1922, las huelgas y las de-tenciones voluntarias de los trabaj os por par te de los propietarios,paralizaron el trabajo en ciertas minas y redujeron el nmerode das de trabajo a 224 en trmino medio, mientras que en cier-tas faenas mineras ha subido en 1923 y 1924 a alrededor de 263

    El cuadro anterior no debe, pues, considerarse sino como unacomparacin de lo ocurrido en 1922 y no como un criterio de lasposibilidades en Chile. En especial, no se debe deducir ningunaconclusin sobre el valor personal del obrero chileno.

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    CAPITULO VII

    Sostenimiento (fortificacin)

    Las calidades de solidez de los ter renos en la mayora de l asminas, y las prof undi dade s peque as a que se ha llegado justificanla poca enmaderacin. Muchas galeras en tosca y an en losmantos mismos pueden no llevar revestimiento alguno. En losfrentes la enmaderacin est formada por simples palos colocadosentre techo y piso, raras veces con marcos de madera anlogos

    a los empleados en las galeras. Slo por excepcin puede que elnme ro de madero s de sostenim iento o por metro corrido o pormetro cuadrado lo imponga la direccin.

    La proteccin contra los derrumbes se consigue detrs de losfrentes por medio de castillos de madera hechos de troncos.

    Las maderas que se emplean generalmente son de muy buenacalidad: la que se emplea ms frecuente y la mejor apreciada esel eucalipto, mu y es ti ma da por su calidad de resistencia y sudurac in. E n cua nto al pino del pas su calidad es ms bien in-ferior y se quiebra bruscamente.

    El precio de las maderas vara entre lmites muy extensossegn las regiones; el puntal de 15 a 20 cm. de dimetro y 2 m.de largo vale de 1.20 a 2.00 pesos: minas determinadas que explo-tan las maderas en sus propiedades mismas pueden llegar a pro-duc ir estos troncos a $ 0.60 m /c.

    El costo de la madera empleada por tonelada de carbn pro-ducido, vara de $ 1.20 a $ 3.00, el promedio es de f 2.00.

    El acero rara vez se emplea como medio de fortificacin. Nohemos visto sino un ejem plo sistemtico de su uso en los gra nde schiflones de las minas Schwager y Coronel, en forma de cabe-

    zales hechos con vigas de acero descansando sobre muros dealbailera con mezcla de cemento. Este sistema da buenos re-sultados.

    Las pircas dan excelente resultado y los buenos obreros chi-lenos son muy diestros en la confeccin de muros de sosteni-miento de esta naturaleza.

    En la mina de Lirqun se ha usado un hormign dbil decemento para revestir un chifln de revuel ta que se der rum ba baincesantemente. La galera de una seccin til de 1,50 a 1,60 mest revestida por una capa de 20 cm. de espesor, constituida

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    por una mezcla de un a pa rt e de cemento, tres de arena y cinco

    de cenizas de caldera que se coloca en moldes de madera, tantoen el techo, como en las paredes laterales. Hasta el presente, noobstante pobreza de la mezcla, el resultado es satisfactorio.No he constatado ninguna aplicacin de cement-gun, el cual hadado excelente resultado en Europa y Estados Unidos de N. A.Probablemente por causa del alto precio del cemento.

    En general, se puede decir, que la fortificacin en las minas chi-lenas responde a su destirio.

    CAPITULO VIII

    El corte de galeras

    Este trabajo se hace casi siempre con ayuda de explosivosy stos son entregados a un precio inferior al costo por los empre-sarios; de manera, que casi en general la perforacin de los tirosen las minas se hace a mano o con pequeas perforadoras a mano.La perforacin mecnica es casi desconocida a pesar de estardot ada s cier tas min as de compresores y caeras (para el aire)

    subterrneas. Estimo que en la mayora de los casos sera deinters util izar los mart illos de aire comprimido; con esto no seobtendra una economa notable de dinero, pero s una economade tiempo y de personal, que quedara disponible para los otrostrabajos.

    Las vas principales en las minas estn labradas con una sec-cin suficiente para el servicio y la ventilacin, pero muchas vasde revuelta en la cercana inmediata a los frentes son de seccininsuficiente y mal manten idas . Adems el tr ab aj o de peinadode las galeras, es decir, el arranque de las piedras sobresalientes

    y que constituyen ngulos vivos est en general descuidado.A menudo tambin no se tiene previsto el espacio necesario parala colocacin de la piedras provenientes del rebaje de las vas deaire de suerte que en varias partes stas estn obstruidas porescombros.

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    CAPITULO IX

    El relleno

    He sealado ya, que el mtodo empleado no se presta a laconfeccin de un relleno completo y que en los mantos ms del-gados hab a nece sidad de subi r las pied ras ha st a la superficie.La cantidad que se extrae alcanza a veces a una tonelada portonelada de carbn. Esta es una de las razones porque aconseja-mos el empleo de un mtodo con relleno completo que dismi-

    nuira el consumo d la madera.En la mayor parte de las minas la descarga de las piedras en la

    superficie es facilitada por la configuracin del terreno que haceintil toda instalacin de elevacin.

    A menudo la tosca es arrojada al mar. Las instalaciones devaciadura por lo general, son rudimentarias y dan lugar al con-sumo exagerado de mano de obra, mano de obra que se podrautilizar mejor si se emplearn ms sistemticamente los carrerosy volteadores automticos.

    CAPITULO X

    El transporte y la extraccin del producto

    El transporte dentro de las vas principales y en los piques.

    De una manera general, se puede decir que el transporte del car-bn en las galeras princ ipale s y los pique s est bien organ izad o.Las instalaciones para piques que existen estn bien provistas

    de mquinas que permiten realizar velocidades de 10 m. porsegundo. Esta s instalac iones son anlogas en menor escala a lasde los viejos pases mineros, entre los mejores concebidos, nota-mos: los piques Alber to y Carlos de la Compaa Minera e I n-dustrial, de Lota, el pique Anita de la Compaa Industrial deLebu. Este ltimo est equipado con cajones guiados de extrac-cin (Skips) de una capacidad de 2,300 Kg. Descontando estalti ma instalacin hecha recientemen te, es de sentir que lasinstalaciones de piques no se hay an previsto par a un aum ent o

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    suficiente de la produccin. Se puede hacer tambin la crtica de

    detalle relativa a la ausencia de medidas de proteccin en losalrededores de los piques, en los enganches y las malas cerr adurasde la jaulas durante el translado del personal.' En las galeras principales y los chiflones el modo de extraccin

    ms empleado es el cable arrastrado o flotante sin fin, algunasveces el cabo cola. Mencionaremos de una manera muy especialla muy hermosa instalacin de transporte subterrneo, por loco-motoras elctricas desde el pique grande Carlos, que se puedesealar como modelo.

    La mayor parte de las sociedades no tienen el costo detallado

    del transporte subterrneo por tonelada-kilmetro, o cuando loposeen lo consideran como secreto. Para apreciar los transportessubterrneos recurriremos a los estudios hechos en minas an-logas que existen en Europa y publicados despus de diligentesinvestigaciones practicadas por los ingenieros de minas del Es-tado. Es de desear que se hagan y publiquen estudios anlogosen Chile. Se comprende por estos estudios que en muchos casos,el transporte por locomotoras elctricas tal como est organizadoen el pique Carlos, presentara enormes ventajas sobre el arrastrepor cable sobre todo que, en ciertos casos, se trata de transportesque representan menos de 250 toneladas-kilmetro por turno.

    El estudio del transporte subterrneo en la minas de Westfalia,dan en efecto como precio de costo comparativo, antes de la guerra,los siguientes:

    Transporte por cable a rrast rados o 'flotantes.7 a 16- cntimos por tonelada-kilmetro para un efecto til

    diario de ^ 00 toneladas-kilmetro.g a 20 cntimos por tonelada-kilmetro para un efecto til

    diario de 450 a 700 toneladas-kilmetro.14 a 22 cntimos por tonelada-kilmetro para un efecto til

    diario de 250 a 450 toneladas-kilmetro.23 a 31 cntimos por tonelada-kilmetro para un efecto til

    diario de menos de 250 toneladas-kilmetro.Transporte por locomotoras elctricas.El costo de transport e, sin comprender el consumo de electri-

    cidad, suba a 10 cntimos por tonelada-kilmetro, an para efec-tos tiles diarios menores de 250 toneladas-kilmetro; el pro-medio del consumo de electricidad era de 200 watt horas, comolo prueba el cuadro siguiente tomado de M. Denoel:

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    Hullera

    MonopolKolner Bergwer-

    ks-VereinMinister-Achen-

    bach

    Condicin de

    t ranspor te

    3 locomotoras

    i locomotora

    4 locomotoras

    Efecto til poi

    locomotora

    98 t. km.

    170 t. km.

    291 t. km.

    Consumo de elec-tricidad por

    ton-km.

    197 watt-h.

    182 watt-h.

    205 watt-h.

    Llam amos la atencin respecto a que el tra nsp ort e por cablearrastrado o flotante est considerado como teniendo un costomenor de instalacin, pero exige una obra de mano ms nume-

    rosa que cualquier otro medio mecnico. El agenda Dunod, dacomo proporcin del nmero de obreros ocupados, 6 a 11, peroesta proporcin depende de la importancia de las instalaciones.

    Transporte en los frentes y en las vas contiguas a los frentes.Como vas conti guas a los fre nte s consideramos aquellas queel material tra nsp ort ado tiene que recorrer antes de pasar altransporte en comn por cable o locomotora.

    El transporte de los productos en los frentes y en las vas con-tiguas a los frentes se basa nicamente en la obra de mano.

    No hay un solo ejemplo del empleo de animales y no hemos

    visto en act ividad ni un a sola insta lacin mecnica en los fr en teo sus proximidades.

    Estas solas contestaciones bastan para demostrar cuan pocaimportancia se da a la economa de la obra de mano. En los fren-tes mismos el tran spo rte se hace a pala; aun que la ex tensin delfrente sea reducida, el barretero debe efectuar dos paleos paracargar el carbn arra nca do y mu y amen udo se necesita trespateaduras. En los pocos grandes frentes que hemos visto elprocedimiento del paleo tambin es el nico que se emplea; se

    just if ica por la existencia de galeras interm edias distantes una

    de la otra en 14 m. y se deduce que el paleo ser a menudo de5 a 6 metros. Las planchas de palastro y las canaletas fijas sondesconocidas.

    La ausencia de medio de transporte mecnico en los frentestalvez es el ms grave reproche que se puede hacer al mtodode trabajo empleado en las minas chilenas; el tiempo ocupadopor los barreteros para palear el carbn y cargarlo en las vago-netas est perdido en la produccin y ocasiona una merma delrendimiento de estos obreros. Los barreteros deben considerarsecomo especialistas difciles de reclutar y de formar, siendo conve-

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    niente aprovechar sus capacidades especiales dur ant e el m-ximum de tiempo. El trabajo accesorio del paleo es un trabajodel obrero gan sin oficio determinado. Por lo dems, puedeser" a menudo reducido.

    El reemplazo de la obra de mano por los medios mecnicospara el trans por te inter ior en los frentes, ha sido estudiado afondo en Europa desde el punto de vista econmico, de dineroy de obra de mano. A pesar de la diversidad de las condicionesde trabajo, estos estudios han dado resultados concordantes enBlgica, Francia y Alemania, resultados que antes de exponeren detalle los resumiremos como sigue:

    En todas partes donde la inclinacin del manto no alcanzala pendiente de deslizamiento espontneo y donde el man tose presta a la ejecucin de grandes frentes (estas dos condicionesson realizadas en Chile), es ventajoso usarlas canaletas oscilantespara el transporte en el frente y carguos de vagonetas. Este m-todo d transporte es econmico, evita el destrozamiento del car-bn y reduce el tr ab aj o de carguo por el barre tero a un solomovimiento de pala.

    Un estudio muy completo de este medio de transporte fuhecho por el profesor M. Denoel, por orden del Gobierno Belga,

    teniendo en vista indicar a los explotadores la manera de mitigarlos efectos de la disminucin de las horas de tr ab aj o cuando seaplic la ley de las 8 horas. De este estudio hecho en los lugaresmismos, extractaremos los ejemplos de aplicacin siguientes:han sido elegidos entre aquellos cuyas condiciones naturales sonanlogas y a veces idnticas a las de los mantos chilenos.

    Hulleras de Marcinelle-Nord (Blgica). Los canales osci-lantes funcionan en un manto de 5 a 10o de inclinacin. Losfrentes no tienen ms que 20 m. de largo, porque el manto estsujeto a desprendimientos instantneos de gris. Los terrenos

    son mediocres y exigen un enmaderado slido. El empleo decanaletas oscilantes se realiza en una docena de frentes a enterasatisfaccin. Se estima que el sobre rendimiento de los obreroscompensa con creces el costo de instalacin y de aire comprimido.Las condiciones ms favorables son: una inclinacin de 15 o y ungrueso de 90 cm. Anotaremos que stas son las condiciones natu-rales en muchas de las minas chilenas.

    La-ventaja principal ha sido reducir al mnimo, el nmero debarreteros, quienes deben ocuparse en el transporte en el frente y

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    en el carguo del carbn en caso de falta r los operarios jvenes

    para este trabajo.Hulleras de Rheinpreussen [Alemania).En el pique N.-2,

    casi la mi tad de la producc in y en los piques N. 4 y 5 ms omenos, la tercera parte de la produccin es llevada a las vas detranspor te por las canaletas oscilantes. El yacimiento est formadode tramos con una inclinacin de o a 18o de un grueso de 0,60 a1,20 m. Se explota por frentes de avance rellenados, antes de laintroduccin de las canaletas oscilantes los frentes tenan 8 a 10metros, con las canale tas se les da un desarrollo has ta de 100metros. El trabajo es organizado en tres turnos: los 2 primeros

    hacen el arranque, el tercero desplaza las canaletas oscilantes,hace el relleno y el enmaderado y prepara tambin el arranquepara el turno siguiente.

    Los resultados controlados por M. Denoel son los siguientes:Tres frentes de 100 m., inclinados 8., grueso 0,80 m. techo

    slido necesitando un madero por metro, hay poco gris.En cada frente se ocupan 25 barreteros y 5 ayudantes, en el

    primer turno, en el 2.0 20 a 22 y 5 ayudantes y 28 operarios di-versos, en el tercero, para el desplazamiento de la canaletasoscilantes y para cortar las vas. Se realiza un avance total por

    da de 2,40 m. y una produccin de 277 toneladas por fren te .El rendimiento del obrero en el manto es de 5,900 kg. por turno.El aumento del rendimiento ha sido de 33% y la disminucin

    del costo total de gastos ha sido de 25%; numerosos gastos deconservacin y de accidentes han sido evitados.

    Hulleras de L'Esparpelle (Francia).Las experiencias hechascon las canaletas oscilantes movidas a mano han dado lugar alas conclusiones siguientes: i. El tiempo necesario para rellenarun carro de 475 kg. es de 1 a 5 minutos, cuando la pendientevara entre 25 a 15o; 2.0 Las oscilaciones de la canaleta no son

    de naturaleza que vayan a comprometer la solidez del enmade-rado, ni la resistencia del terreno; 3.0 La economa en la obra demano sobre los dems sistemas de transbordo en los frentes esde 30 a 60%.

    Estos ejemplos demuestran que en los mantos chilenos regu-lares y de potencia de 0,70 a 1,60 m., sobre todo en los ms pe-queos, las canaletas oscilantes daran una seria economa y unaumento del rendimiento. Vistos los elevacjos precios del mate-rial, es posible que la economa no fuera de tanta importanciacomo est indicado ms arriba, pero habra aumento sensible

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    en el rendimiento del obrero. Esta sera a nuestro juicio una

    razn suficiente para justificar sus uso.El material de transporte.Las vas y el material de transporte

    son en general buenos y bien adaptados a las condiciones detra baj o. Sealaremos .sin embargo, la tendencia general d ead op ta r rieles dema siad os dbiles. Es preciso ver en ello unaconsecuencia de la len tit ud de los tran sport es por cables. Es taprct ica prese nta sus inconvenientes p orque ocasiona desrie-lamientos frecuentes: en el caso de un descenso por el chiflnprincipal de una mina importante, recordamos haberse desrieladodos veces el carro por efecto del mal estado de la va, debido a

    los rieles demasiado dbiles.Los carros de mina se hacen generalmente de madera; susruedas son solidarias de sus ejes y los descansos son formadospor cojinetes de fierro colado fijados sobre los largueros de loscarros. Un estribo movible fijado por pernos o encajados en lasmuesca s de los descansos sirve de cojinete inferior. Es te siste maa pesar de lo rudimentario que es da buenos resultados; pero laimposibilidad de asegurar y mantener el paralelismo de los ejesconduce a frecuentes desrielamientos. Para evitar sto y reducirel esfuerzo de traccin se har bien en adoptar en adelante losmedios de roda dur a ms perfeccionados. Algunas minas pequeasya usan ejes con muones, con buenos resultados.

    El bajo precio de la madera comparado al del acero es la causade la boga persistente de los carros de madera. Esto hace lasreparaciones ms frecuentes, pero ellas son ms fciles y baratas.El carro mismo es mucho menos caro. Mencionaremos con res-pecto a las reparaciones de los carros de madera, un mtodointeresante aplicado por una gran sociedad.

    Toda reparacin, cualquiera que sea est hecha a trato segnun a tarif a que pre v todos los casos. Est e sist ema ha dad o unaeconoma respetable sobre los trabajos a jornal.

    A pesar de las ventajas del carro de madera, pensamos quesera ms ventajoso emplear cada vez ms el carro de acero queha dado el mejor resultado en todas las minas chilenas donde seha ensayado.

    En la superficie de las minas y en sus dependencias, as comoen los puertos de emba rque , el transpo rte es efectuad o por mediosmodernos, con bu en , materi al y carros de gran capaci dad.

    Hemos notado el uso frecuente de volcadores a mano. Serconveniente generalizar los volcadores automticos que evitan

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    un consumo de fue rza mot riz y un a complicacin de las instala -

    ciones.Medidas de seguridad durante el transporte.De una manera

    general hemos constatado la ausencia absoluta de las medidasde seguridad en el interior de las minas durante las operacionesde transporte y de estraccin. Parti cular mente las precaution esen uso en las minas europeas durante el translado en los planosinclinados son casi enteramente desconocidas.

    Es verdad que en numerosos casos hemos constatado que losobreros desechan sistemticamentelas mquinas de seguridadpuestas a su disposicin. Estas son negligencias graves porque

    no slo comprometen l a seguri dad de ellos mismos, sino la delos otros miembros del personal. Estimamos que una vigilanciams activa y sanciones penales contra aquellos que por sus im-.prudencias han causado accidentes, daran como resultado elhacer desaparecer tales imprudencias. Huelga decir que el esta-blecimiento de la responsabilidad debera, como pasa en Europay Estados Unidos, estar a cargo de los ingenieros de minas delEstado, encargados de la encuesta correpondiente.

    CAPITULO XI

    El desage

    Por razones geolgicas que hemos expuesto ms arriba lasinfiltraciones de agua en las minas submarinas no son msimportantes que en las otras, an en aquellas en que los planeses t n a una distanc ia de la costa de 2,500 mts. Las infilt racionesde agua salada son excepciones. Al principio de la explotacin aveces se ha tra ba ja do por deb ajo de macizos de protecc in de50 mts. solamente en trazad os sin sacar los pilares. Actu alm entelos macizos de proteccin son ms importantes, porque a medidadel alejamiento del laboreo de la costa, la distancia entre el techodel manto superior y el fondo del mar aumenta hasta alcanzar300 a 400 m. a una distancia de 2,500 m. de la costa. Por eso lama yor pa rte de las filtraciones de agua i mport an te s provi enensobre todo de antiguos laboreos hechos en este manto.

    He aqu el cuadro a prox ima do de las canti dades de agua porag otar en las mi nas p rincipales en metros cbicos por hora;

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    Lot a Pique Alberto

    id CarlosChifln Coronel SchwagerLirqun

    40 metros cbicos

    Penco.

    307530

    25

    .10

    7525

    en invie rno en vera noen invierno en verano

    Est os desages son comparables a los que se pra cti can en lasminas extranjeras de la misma importancia.

    Las bombas empleadas para el desage son de sistemas muydiversos: bombas de mbolo o centrfugas movidas por vapor,aire compr imido, mo to r elctrico o po r cables teled inmicos y deun poder de 5 a 75 HP. El mismo principio de la explotacin des-cendente no es compatible con la concentracin del servicio dedesage que existe en las minas extranjeras. No es raro ver minasde mediana importancia obligadas a tener en marcha 5 a 6 bom-bas a diversos niveles.

    Hemos constatado en general que los diversos resumiderosde agua son de capacidad reducida, lo_que en ciertas minas con-duce a extraer aguas cenagosas, con gran dao para las bombas.

    CAPITULO XII

    La ventilacin

    Un a buen a ven tilacin es un fact or esencial de la seguri dad,baja. la te mpe ra tu ra de los tra baj os subterrn eos y adems aumen-ta tambin indirectamente el rendimiento.

    Los gases nocivos o inertes que se encuentran en las minas

    chilenas son, el xido de carbono (CO), anh dr ido sulf uroso(S02), el hidrgeno sulfurado (H2S), el cido carbnico (C02)y el gris (CH4).

    Los primeros no han sido constatados sino en caso de incendiossubterrneos, como el resultado de la combustin del carbn yde la pirita.

    Los dos siguientes han sido a menudo encontrados en la vecin-dad o en el encuentro de viejos trabajos, los cuales aparecenrepletos de gases;

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    El gris como lo hemos dicho ms arriba es raro en el manto

    superior, pero abunda en los inferiores, sobre todo debajo delmar. Hemos constatado desprendimientos abundantes peroregulares en los mantos Alta y Chica de Lota, N. 3 y 5 de Coro-nel, Alta y Chica de Lebu. En ciertos sectores donde la ventila-cin es poco activa hemos encontrado ms de 2% de gris en lascorrientes de aire. Esta proporcin que no constituye un peligroen s mismo, es ndice de un porcentaje ms alto y peligroso enciertos parajes.

    Hemos medido la ventilacin de las principales minas y hemosconsignado el resultado en el cuadro siguiente, indicando todas

    las caractersticas esenciales de la ventilacin. Para evi tar lacrtica individual hemos numerado las minas:

    N - No. de l t r . No. de Produc cin Orificio Nmero de ltr.meros de aire obreros del por da equiv a- por segundo y

    GRISUde por tur no ms en lente mt por GRISUminas segundo numero so to neladas cuadrado obrero tonel .

    I 6,500 240 280 27 23 No h a y gr.

    2 51,500 1,000 1,350 1,78 52 38 Gris3 37,800 350 700 1,31 108 54 id. .4 27,800 500 900 1,06 56 3i id.5 26,000 350 700 1,05 74 37 id.6 21,100 400 500 0,85 52 42 Un poco7 25,000 600 600 1,76 42 42 id.8 4,500 60 150 75 30 Gris

    9 2,400 80 150 30 16 No hay gr.10 8.. 200 50 120 164 68 id.

    Total imedios 210,8oq 3,630 5,450 58 39

    Nota importante.Los volmenes de aire han sido medidosen la revuelta o en caso de imposibilidad en la entrada generalde aire. El volumen anotado comprende, pues, las prdidas en lossectores o faenas por los escapes por las puertas o los corta-cir-cuitos a travs de los rellenos.

    Para apreciar las cifras anteriores especialmente los promediosde 58 litros por segundo y por obrero y de 39 lt. por segundo y

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    por tonelada extrada, damos en seguida las cifras anlogas para

    las minas inglesas y belgas:

    Ing laterra : por obrero 101 a 332 lt. medio 186por ton . 31 a 202 lt . id 98

    Blgica: por obrero 37 a 155 lt . id 89por ton. 82 a 160 lt . id 89

    En Blgica, los ingenieros del Cuerpo de Minas encargadosde vigilar la vent ilacin, generalmente, admiten que sta es sufi-ciente en las minas con gris cuando la temperatura no es supe-

    rior a 25o

    C. y los volmenes de aire medidos en la revuelta decada faena a proximidad de los frentes son:

    30 a 50 lt. por segundo y por obrero.30 a 40 lt. por segundo y por tonelada.

    En el caso de derogacin de los reglamentos, por ejempl